revista de la universidad iberoamericana

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PORTE PAGADO PP15-5159 (PUBLICACIÓN PERIÓDICA) AUTORIZADO POR SEPOMEX Salud pública y derecho a la salud REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA SALUD PÚBLICA Y DERECHO A LA SALUD AÑO VIII ABRIL-MAYO DE 2016 43 Ángela Carriedo Guillermo Estrada Jácquez, S. J. Sandra Fuentes Cecilia García Shinkel Daniel Ibarra Ríos Fernando Moreno Suárez Carolina Pérez Ferrer Adriana de la Peza Aída Monserrat Reséndiz Barragán Giulia Salieri Araceli Suverza Fernández Roberto Tapia-Conyer Mireya Vilar Compte Revista de la Universidad Iberoamericana Año VIII • Número 43 • Abril-mayo de 2016 www.ibero.mx/revistaibero/ ÁGORA. OPINAN: José Campillo García Miguel Concha Malo Amparo Espinosa Rugarcía Octavio Gómez-Dantés Gabriel J. O’Shea Cuevas LÍDER IBERO Pedro Padierna Bartning: El empresario debe estar comprometido con México

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PORTE PAGADOPP15-5159

(PUBLICACIÓN PERIÓDICA)AUTORIZADO POR SEPOMEX

Salud pública y derecho a la salud

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Ángela CarriedoGuillermo Estrada Jácquez, S. J.Sandra FuentesCecilia García ShinkelDaniel Ibarra RíosFernando Moreno SuárezCarolina Pérez FerrerAdriana de la PezaAída Monserrat Reséndiz BarragánGiulia SalieriAraceli Suverza FernándezRoberto Tapia-ConyerMireya Vilar Compte

Revista de la Universidad IberoamericanaAño VIII • Número 43 • Abril-mayo de 2016www.ibero.mx/revistaibero/

ÁGORA. OpINAN:José Campillo GarcíaMiguel Concha Malo

Amparo Espinosa RugarcíaOctavio Gómez-Dantés

Gabriel J. O’Shea CuevasLÍDER IBEROPedro Padierna Bartning: El empresario debe estar comprometido con México

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02 03 Mtro. David Fernández Dávalos, S. J. Carta del Rector. La salud como un derecho social

04 Carolina Pérez Ferrer y Mireya Vilar Compte. El derecho a la salud

08 Roberto Tapia-Conyer. Una visión crítica sobre la salud pública en México

12 Araceli Suverza Fernández. Pobreza y salud

16 Daniel Ibarra Ríos y Adriana de la Peza. Exclusión social, inequidad y mortalidad infantil

20 Guillermo Estrada Jácquez, S. J. Acceso a la salud y salud alternativa en comunidades indígenas

24 Aída Monserrat Reséndiz Barragán. Anemia, obesidad y diabetes. Problemas graves de salud pública en México

26 Ángela Carriedo, Cecilia García Shinkel y Adriana de la Peza. Sobrepeso, obesidad, diabetes y gasto público

30 Beatriz Palacios. Ágora.

¿Se cumple el derecho a la salud en México? Cinco destacados especialistas responden a esta pregunta

•José Campillo García•Miguel Concha Malo•Amparo Espinosa Rugarcía•Octavio Gómez-Dantés•Gabriel J. O’Shea Cuevas

36 Giulia Salieri y Sandra Fuentes. ¿Por qué México tiene que innovar en salud pública?

40 Juan Cuéllar Ugalde y Jorge Tovalín González Iturbe. Gente que cambia al mundo. Encuesta. Los alumnos de la Ibero opinan sobre el derecho a la salud en México

44 Fernando Moreno Suárez. Sicko, de Michael Moore o de cómo el cine puede hacer un comentario social

SALUD PÚBLICA Y DERECHO A LA SALUD

LIDERAZGO, ACTUALIDAD, CULTURA Y TECNOLOGÍA

46 Carlos Deveaux Homs. Líder Ibero. Entrevista. Pedro Padierna Bartning: El sector empresarial debe estar comprometido con México para generar empleo y bienestar

52 Nancy Ramírez Corro, Jorge Tovalín González Iturbe y Pedro Rendón López. Actualidad Ibero. Observar el mundo con una mirada crítica y solidaria

54 Beatriz Palacios. Música para camaleones. Qué escuchar y por qué

55 La voz del libro / El eco de la lectura. Qué leer y por qué

56 Innovación tecnológica. Dispositivos e instrumentos que facilitan la vida

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, Revista de la Universidad Iberoamericana es una publicación bimestral de la Universidad Iberoamericana, A.C. bajo la responsabilidad de la Dirección de Comunicación Institucional de la UIA. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2009-082412294600-102. Número de Certificado de Licitud de Título:14722; número de Certificado de Licitud de Contenido: 12295, otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domicilio de la publicación: Prolongación Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe, México, D.F., C.P. 01219. Teléfono 5950-4197 y 5950-4198. Fax: 5950-4316. Preprensa digital e impresión: Infagon, S.A. de C.V. Calle de la Alcaicería núm. 8. Zona Norte Central de Abastos. Delegación Iztapalapa, México D.F., C.P. 09040. Teléfonos: (0155) 5640 9266 y 5640 9584. Fax: 5694 9602 www.infagon.com.mx Distribución: Servicio Postal Mexicano. Porte pagado PP15-5159, autorizado por SEPOMEX. La responsabilidad de los artículos publicados refleja, de manera exclusiva, la opinión de sus autores y no necesariamente el criterio de la institución. No se devuelven originales no solicitados ni se entablará correspondencia al respecto. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la revista, sin autorización previa y expresa, por escrito, de la Universidad Iberoamericana. Año VIII, número 43, abril-mayo de 2016. Fotografía de portada: © Latinstock.

DIRECTORIO

UNIVERSIDAD IBEROAMERICANACIUDAD DE MÉXICOMtro. David Fernández Dávalos, S. J.RectorDr. Alejandro Guevara Sanginés,Vicerrector Académico

IBERO, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANAConsejo Editorial: Gonzalo Bustamante Moya • David Fernández Dávalos, S. J. • Miguel Ángel Granados Chapa † • Alejandro Guevara Sanginés • Alberto Irezabal Vilaclara • Vicente Leñero † • María Nieves Noriega de Autrey • Eugenio Páramo Ortega, S. J. • Adriana de la Peza Vignau • Ilán Semo • Martín Torres Sauchett, S. J.Comité de Asesores: Luis Felipe Canudas Orezza Ugalde • Randolfo González de la Mora • Thomas Legler • Ignacio Padilla • Ana Bertha Pérez Lizaur • Helena VarelaDirector: Carlos Deveaux HomsDirector editorial: Juan Domingo ArgüellesAsistente editorial: Beatriz Palacios Administración: Áurea MaristanyInformación: Angélica Cortés, Francelia Vargas Redacción: Laura Lucía Chávez Zamora, Juan Cuéllar Ugalde, Brenda Macías Sánchez, Nancy Ramírez Corro, Pedro Rendón, Jorge Tovalín González Iturbe

[email protected](55) 5950-4197

Consulta la versión electrónica de IBERO:www.ibero.mx/revistaibero/

GRUPO MEXICANO DE MEDIOS, S. A. DE C. V.Director General: Elías González RogelEditor gráfico: Carlos ZariñanaVentas: Gerardo Hernández PeraltaAtención a clientes: Lupita Espínola Medina

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La salud como un derecho social

El artículo cuarto de nuestra Constitución Política establece que toda persona tiene derecho a la protección de la salud y a que se le brinden los servicios en este ámbito. Se trata de un derecho social que obliga al Estado a proteger la salud con un sentido equitativo y de calidad, de ahí que la Constitución establezca también, en su artículo segundo, “asegu-rar el acceso efectivo a los servicios de salud mediante la ampliación de la cobertura del sistema nacional, aprovechando debidamente la medi-cina tradicional, así como apoyar la nutrición de los indígenas mediante programas de alimentación, en especial para la población infantil”.

Siendo éste un derecho fundamental, resulta indispensable que los organismos y servicios de salud pública en México garanti-cen para todos sin excepción lo que la Organi-zación Mundial de la Salud (OMS) de la ONU define como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Tal es el objetivo del programa universal “Salud Para Todos” (SPT) de la ONU.

La salud o la falta de ella están estrecha-mente vinculadas a la alimentación y a los niveles económicos, de tal forma que a menor ingreso y a mayor pobreza corresponden mayores problemas de salud, como la anemia, la obesidad, la diabetes y otros padecimientos aparejados a la inequidad social. En los pri-meros días de 2016, al dar a conocer el Segundo Estudio sobre el Sistema Mexicano de Salud, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Ángel Gurría, advirtió que “los pagos directos por servicios de salud, es decir los que salen de los bolsillos de las personas, siguen siendo muy altos en México con relación al promedio OCDE, lo cual refleja las dificultades para lograr un sistema de protección efectivo y con servicios de buena calidad”.

La Universidad Iberoamericana enfoca muchos de sus esfuerzos a ser un actor crítico en la realidad, con una acción transformadora en ámbitos tan urgentes como la atención a la pobreza, la salud y el medio ambiente. Por ello, el tema central de este número de IBERO, “Salud pública y derecho a la salud”, convoca a diversos especialistas a reflexio-nar al respecto y a proponer soluciones para contribuir a una sociedad más humana, justa y solidaria.

LA VERDAD NOS HARÁ LIBRESMtro. David Fernández Dávalos, S. J.Rector

CARTA DEL RECTOR

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El derechoa la salud

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CAROLINA PÉREZ FERRER

Licenciada en Nutrición y Ciencia de los Alimentos por

la Universidad Iberoame-ricana Ciudad de México,

en 2007 obtuvo el grado de maestría en Ciencias de la

Salud Pública en la London School of Hygiene and

Tropical Medicine, y en 2015 el doctorado en Salud Pública y Epidemiología en la Universi-ty College London en el Reino Unido. Es investigadora invita-

da en el área de salud del Instituto de Investigaciones

sobre Desarrollo Sustentable y Equidad Social (IIDSES) de la Ibero. Sus áreas de

interés son las inequidades en salud y el estudio de

políticas públicas dirigidas a mejorar la nutrición a nivel

poblacional.

MIREYA VILAR COMPTE

Doctora en Políticas Públicas con especialidad en salud

por la Universidad de Nueva York (NYU), actualmente, es

investigadora en el Instituto de Investigaciones sobre Desa-rrollo Sustentable y Equidad

Social (IIDSES) de la Ibero donde coordina el área en

Salud. Pertenece al SNI (nivel I). Como parte de su experiencia

profesional, trabajó como especialista en economía de la salud en el Banco Mundial,

así como en la Universidad de Nueva York como co-

investigadora de un estudio sobre obesidad y migración. Su agenda de investigación

incluye temas sobre determi-nantes sociales de la salud y la nutrición, adultos mayores,

enfermedades crónicas e inseguridad alimentaria.

Carecemos de muchas cosas.... por ejemplo, en vacu-

nas estamos en desabasto porque nos mandan muy poco... entonces hay niños que ahorita están con

esquemas incompletos, o que ya se les pasó la edad de aplicación de la vacuna. Las señoras se molestan

con nosotros. Nosotros no sabemos qué está pasando realmente, en dónde está el mal... nosotros no tenemos nada que ver en cuestión

de la administración de los insumos.Enfermera de un Centro de Salud (entrevista documentada en febrero de 2016).

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méxico ha dado pasos importantes para hacer válido el derecho a la salud para todos sus ciudadanos. sin embargo, todavía falta mucho camino por recorrer para que nuestra población pueda verdaderamente gozar del más alto nivel posible de salud física y mental sin importar su condición socioeconómica ni de empleo.

La constitución de la Organización Mun-dial de la Salud (OMS) declara que “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamenta-les de todo ser humano sin importar raza, religión ni condiciones sociales y económi-cas”1. El derecho a la salud incluye el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de atención de salud de calidad suficiente. Ello se hace jurídicamente vinculante en el artículo 12 del Pacto Internacional sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales que entró en vigor en 1976 y que declara: “Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”2. México firmó y ratificó este pacto y ello condujo a que en los años ochenta modificara la Constitución y es-tableciera la salud como un derecho para todos sus ciudadanos.

Sin embargo, en la práctica, hasta el 2003 solamente el 42% de la población en México estaba cubierta por alguna de las instituciones de seguridad social siendo las principales el IMSS y el ISSSTE. Más de 50 millones de mexicanos no tenían seguridad social y su acceso a los servicios de salud dependía de las clínicas y hospitales de la Secretaría de Salud (SSA) y de los servicios de salud privados. Lo anterior significa que sólo quienes contaban con un paquete de seguridad social tenían, por derecho, acce-so a la salud, mientras que para los demás ciudadanos ello dependía de su capacidad económica y de los vaivenes del finan-ciamiento de las clínicas y hospitales de la SSA. Esto implicó que muchas familias se descapitalizaran para pagar por trata-mientos y medicinas cuando un miembro de la familia se enfermaba, o en su defecto invirtieran de forma insuficiente en los cuidados de la salud. De esta manera se propició un círculo vicioso de pobreza-enfermedad. Desde una perspectiva de economía de la salud, este esquema no permitió la emergencia de ciudadanos que fueran “buenos productores de su salud”, ello derivado a la relación que se describe en la literatura (por ejemplo, los modelos de Grossman), entre la salud y el ingreso.

El derecho a la salud, por lo tanto, sola-mente lo tenía la población empleada en trabajos formales y quienes tenían pres-taciones de seguridad social. La población más vulnerable, aquella con trabajos inse-

guros o desempleada, que a su vez puede tener más propensión a enfermedades y a necesidad de atención para la salud, no tenía los mecanismos institucionales para alcanzar el derecho a la salud establecido en la Constitución.

No sorprende entonces que las inequi-dades en salud en México fueran y sean aún todavía enormes e inaceptables. Por ejemplo, en 2012 había entre 5 y 6 cm de diferencia en estatura promedio entre mujeres con educación superior en com-paración con mujeres con educación pri-maria o menos3. Esto refleja importantes disparidades ya que la estatura del adulto refleja sus condiciones de vida en la infan-cia; por ello, se reconoce que la pobreza, las enfermedades infecciosas recurrentes y la mala nutrición están asociadas con una baja estatura. Otro indicador está dado por la tasa de mortalidad infantil. En 2011 ésta era de 21.3 defunciones por 1,000 nacidos vivos en entidades con muy alto grado de marginación como Oaxaca, Chia-pas y Guerrero, en comparación con 14.6 defunciones por 1,000 nacidos vivos en entidades con muy bajo grado de margi-nación como la Ciudad de México, Nuevo León, Coahuila y Baja California4. Cuando las inequidades con respecto a la salud son evitables, como en este caso, tomar accio-nes se vuelve un acto de justicia social5.

En 2003, México aprueba una ambiciosa reforma en materia de salud que busca hacer válido el derecho constitucional a la salud para todos los mexicanos. Un cambio en la Ley General de Salud introdujo el Sis-tema de Protección Social en Salud (SPSS), cuyo pilar más importante es el Seguro Popular (SP). La creación del SPSS promete una cobertura universal de servicios que cubrían cerca del 98% del perfil epidemio-lógico del país al momento de su creación. Estos servicios de salud se establecen como gratuitos al momento de la utilización y buscan reducir los retos de la protección fi-nanciera en salud y, con ello, reducir los re-tos de la relación salud-empobrecimiento. Esta reforma también tuvo como objetivo incrementar el gasto público en salud, ya que estaba muy por debajo de otros países miembros de la Organización de Coopera-ción para el Desarrollo Económico (OCDE), así como de otros países comparables de la región latinoamericana. Por ejemplo, de acuerdo a las Estadísticas Sanitarias

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Mundiales de la OMS, en el 2000 México tenía un gasto total en salud del 5.6% del PIB, en comparación con 7.2% de España y 7.7% de Colombia. Para el 2006, en México se incrementó a 6.6% conllevando a un incremento en el gasto total en salud per cápita, pasando de 507 dólares en el 2000 a 778 en 2006.

Otro objetivo de esta reforma en salud fue impulsar la descentralización de los servicios. La reforma buscó una reorga-nización institucional a nivel estatal pro-funda para la efectiva administración del Seguro Popular, la cual presuponía la sepa-ración de las funciones de financiamiento, prestación de servicios y rectoría con el fin de alcanzar un mejor manejo de los recur-sos y una mayor calidad de los servicios. No obstante, esto aún representa un reto y una parte trunca de la reforma del sector salud ya que la reorganización institucio-nal que se propuso la reforma ha sido muy lenta o inexistente6.

Si bien los retos de implementación del SP son múltiples, lo que queremos es reflexionar en un hecho central: cómo el establecimiento del SPSS ha cambiado el derecho a la salud. El primer elemento a subrayar está en que el SP cambia los ser-vicios tradicionalmente otorgados por la SSA, desde una perspectiva asistencialista al reconocimiento de un derecho. No obs-tante, todavía quedan retos sustantivos en el tutelaje y en el reconocimiento de los servicios a los que los afiliados tienen derecho. El segundo punto fundamental es el incremento en financiamiento que presupuso la creación del SPSS: es impor-tante observar que si bien esto ha deriva-do en el acceso a mejores servicios y tra-tamientos (como en el caso del cáncer de mama), las ineficacias institucionales y las

dificultades de monitoreo que ha supuesto la descentralización han mermado el uso eficiente de estos recursos.

No se explica por qué un incremento de tal magnitud en el gasto total en salud per cápita no ha conllevado a cambios sustan-tivos en materia de mortalidad materna o en mejoras en el tratamiento de las enfer-medades crónico-degenerativas. En gene-ral, hace falta que los recursos financieros invertidos en el SP se vean traducidos en servicios que atiendan las necesidades de salud de la población de manera más efec-tiva y equitativa7. A pesar de estos retos, la literatura empírica sustenta que el SP ha mejorado el acceso a los servicios de salud7 y ha logrado disminuir el gasto de bolsillo en salud de las familias afiliadas en rela-ción con las no afiliadas. Sin embargo, en términos absolutos, los gastos de bolsillo siguen siendo altos8 y el reto a un acceso efectivo a los servicios de salud sigue en la agenda de política pública.

Por otro lado, desde la perspectiva del derecho a la salud, cabe reflexionar en torno a lo que presupone tener sistemas paralelos y fragmentados de salud que ofrecen servicios que varían en finan-ciamiento, cobertura y calidad. Quizá sea hora de pensar en una nueva etapa de reforma que promueva la universalidad y transversalidad de un paquete de ser-vicios sin importar la afiliación.

Se puede concluir que México ha dado pasos importantes para hacer válido el de-recho a la salud para todos sus ciudadanos. Sin embargo, todavía falta mucho camino por recorrer para que nuestra población pueda verdaderamente gozar del más alto nivel posible de salud física y mental sin importar su condición socioeconómica ni de empleo.

hace falta que los recursos financieros

invertidos en el seguro

popular se vean traducidos en servicios que atiendan las necesidades de salud de la población

de manera más efectiva y

equitativa.

1 World Health Organisation. Constitution of the World Health Organisation. New York: WHO; 1946.2 Gruskin S, Mills EJ, Tarantola D. History, principles, and practice of health and human rights. Lancet 2007;370(9585):449-553 Pérez Ferrer, C. Socioeconomic inequalities in obesity among Mexican adults 1988-2012. Tesis de Doctorado, University College London, 2015.4 Save the Children. Salud infantil en México: Análisis exploratorio de la política pública y presupuestal 2000-2015. En https://www.savethechildren.mx/sites/savethechildren.mx/files/resources/salud%20infantil%20en%20mexico.pdf (consul-tado el 11-03-2016).5 Commission on the Social Determinants of Health. Closing the gap in a generation: health equity through action on the social determinants of health. Final report of the Commission on Social Determinants of Health. Geneva: 2008.6 World Bank. Missing in Action? Part Two of Mexico’s 2003 Health Sector Reform. 2012.7 Knaul FM, Gonzalez-Pier E, Gomez-Dantes O, Garcia-Junco D, et al. The quest for universal health coverage: achieving social protection for all in Mexico. Lancet 2012;380(9849):1259-79.8 World Bank. Time to declare victory? The Social Protection System in Health and financial protection of the poor. 2012.

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Una visión crítica sobre la salud pública en México

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RobeRtotapia-ConyeR.

Médico especialista en po-líticas de salud, maestro en Salud Pública y en Ciencias

por la Universidad de Har-vard y doctor en Ciencias de la Salud por la UNAM. Es miembro del Consejo Asesor Permanente de la

Sociedad Mexicana de Salud Pública y miembro

de las Academias Naciona-les de Medicina y Cirugía, así como de la Academia

Mexicana de Ciencias. Además, pertenece a varios

organismos internaciona-les como el Comité Asesor en Salud de la Iniciativa de la Universidad de California

con México (UC-México), entre otros. Es profesor de la UNAM. Ha sido profesor

visitante en la Universidad de California en los

campus de San Francisco e Irvine, y lo es en la UC Berkeley. Actualmente,

es director general de la Fundación Carlos Slim.

El presente artículo, que gentilmente el doctor

Tapia-Conyer comparte con los lectores de ibero,

es una versión abreviada del amplio ensayo que

se publicará en la Gaceta Médica de México, órgano

oficial de la Academia Nacional de Medicina.

Agradecemos a Gloria Luz Saldaña Uranga, egresada

de la Ibero y directora de Comunicación de la Fundación Carlos Slim, el apoyo brindado en el

adelanto de la publicación de este importante análisis

del doctor Tapia-Conyer.

La salud pública se encuentra en un mo-mento crucial, y tenemos que aprovecharlo para devolver a México el liderazgo que lo distinguió a nivel regional y mundial. Para ello, debemos entender el estado que guar-dan la ciencia, las nuevas tecnologías y los

nuevos desarrollos, no solamente para evitar el rezago sino para situarnos en la vanguardia, como corresponde a la acreditada tradición médica de nuestro país.

Sobre la historia de la salud pública de nuestro país, es realmente hasta el Por-firiato, con la instauración del Consejo Superior de Salubridad y la promulgación del primer Código Sanitario, cuando inicia la salud pública moderna en México.

Tras el triunfo revolucionario y su con-sagración institucional con la expedición de la Constitución de 19171, se reconoció la importancia de la salud pública al establecer el Consejo de Salubridad General, como un organismo constitucional que subsiste has-ta nuestros días.

En 1922, cuando empezaron a surgir las instituciones que conformarían el nuevo Estado mexicano, se fundó la Escuela de Salud Pública de México, siendo una de las más antiguas del continente junto a las de Johns Hopkins, Harvard y São Paulo. Desde entonces en sus aulas se han for-mado profesionales que han sido actores en muchos de los logros de esta disciplina en el país. Asimismo, fue la base para la creación del Instituto Nacional de Salud Pública en 1987.

Actualmente, México cuenta con alrede-dor de 30 escuelas de salud pública, entre las que destaca, por su papel central en la for-mación de capital humano y en el desarrollo de investigaciones, el Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, de la cual, soy orgulloso egresado.

En los años cuarenta se sentaron las ba-ses del sistema de salud como actualmente

lo conocemos, con la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social; el Departamen-to de Salubridad se convirtió en la Secreta-ría de Salubridad y Asistencia, y surgieron los primeros Institutos Nacionales de Salud.

En 1974, México marcó un hito al darle a la libre decisión reproductiva el carácter de derecho constitucional2. Fuimos el segundo país a nivel mundial y el primero en Améri-ca en hacerlo.

En 1983, después de 66 años de haberse promulgado la Constitución, se incorporó en ella el derecho a la protección de la sa-lud3. Para garantizar que se cumpliera este derecho, al año siguiente se expidió la Ley General de Salud4.

En los últimos años del siglo XX continua-ron las reformas en la materia. En 1996, se firmó el Acuerdo Integral para la Descen-tralización de los Servicios de Salud5; ese mismo año se creó la Subsecretaría que se ocuparía de los programas de Salud Pública a nivel federal, en la cual tuve el honor de servir como su primer titular6.

En el 2000 se expidió la Ley de los Institu-tos Nacionales de Salud7 y en 2003 se llevó a cabo una reforma financiera a la Ley Gene-ral de Salud, con la que se creó el Sistema de Protección Social en Salud, conocido como Seguro Popular, con el objetivo de reducir el gasto de bolsillo y evitar los gastos catastró-ficos a la población más pobre y vulnerable.

Uno pensaría que, con estas reformas, el Estado mexicano ya tenía una conceptua-

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lización definida de lo que abarca la salud pública. Lo cierto es que el único texto que enlista los servicios de salud pública en Mé-xico es el Reglamento en Materia de Protec-ción Social en Salud, expedido en 2004.

¿Cómo pudo México entonces conver-tirse en una referencia regional y mundial en materia de salud pública? La respuesta, como muchas otras en este país, es: gracias a las personas que se ocuparon de estas ta-reas, porque finalmente el valor colectivo de cualquier institución está determinado por el valor individual de cada uno de los que aportan su trabajo, talento, conocimientos y experiencia.

Esto no se dio porque existiera una abun-dancia de recursos financieros; por el con-trario, éstos eran escasos. Se logró a base de pasión, corazón, esfuerzo y compromiso de las mujeres y los hombres que estuvieron y están todos los días en las distintas trinche-ras, buscando que México sea un país con salud.

Destacan así algunos hitos en la salud pública, como cuando México alcanzó el liderazgo regional y mundial en materia de vacunación con uno de los esquemas de inmunizaciones más completos del mundo. En 1973 se tenía un esquema básico de seis inmunógenos. Veinticinco años después, se introdujeron varias vacunas innovadoras, llegando a integrar un total de trece inmu-nógenos. A la fecha, con la inclusión de la vacuna contra el virus del papiloma huma-

no (VPH), el esquema sirve para prevenir catorce enfermedades.

Otro importante hito es cuando la epi-demia del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) empezó a afectar al mundo, y México adoptó medidas urgentes de con-tención que incluyeron la prohibición del comercio de la sangre y el plasma8. En pa-ralelo, se establecieron los centros nacional y estatales de Transfusión Sanguínea para mantener el control sanitario de la sangre y sus derivados. Asimismo, se lanzó una audaz campaña para fomentar el uso del condón. Son dichas medidas y posterior-mente la cobertura universal gratuita del tratamiento antirretroviral, las que han permitido reducir la mortalidad por sida y, a la vez, mantener la epidemia de VIH controlada.

Un componente central en el quehacer de la salud pública es la salud sexual y re-productiva. En los años setenta la libre de-cisión reproductiva se convirtió en derecho constitucional y se le acompañó del acceso a información, servicios, insumos y tecno-logía. En 2004, se modificó la Norma Oficial Mexicana de los Servicios de Planificación Familiar para poner a disposición de muje-res y hombres todos los métodos eficaces y seguros, destacando, por la controversia que causó su inclusión en la lista, la Anti-concepción de Emergencia9.

No obstante, cuestiones que van desde lo ideológico hasta lo simplemente burocrá-

el estado mexicano debe garantizar el acceso real a los servicios necesarios para materializar el derecho a la protección de la salud.

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tico han impedido que en los últimos años pueda darse el acceso oportuno a insumos de planificación familiar y han tenido tam-bién importante impacto en el incremento de embarazos en adolescentes.

Además de estos hitos y muchos más que no es posible citar en estas líneas, también teníamos y tenemos el activo más valioso: nuestro equipo humano. Personas prepara-das y comprometidas que tienen una místi-ca, con quienes se pueden alcanzar grandes objetivos, siempre y cuando se les dote de las herramientas necesarias para hacer su trabajo y se reconozca su esfuerzo.

Entonces ¿por qué estamos hoy como estamos? ¿En qué momento empezó lo que se asemeja a una crisis? Hablemos de un ejemplo muy concreto y reciente: el de la ya referida reforma para la creación del Seguro Popular en 2003, la cual generó un incremento sin precedentes en el financia-miento de los servicios de salud. Y la idea detrás de ello era que, si históricamente se había logrado tanto con tan poco, con mayores recursos podríamos hacer mucho más. Esa era la teoría, pero no se tradujo a la realidad.

Antes del Seguro Popular, el gasto anual en salud de un individuo o de una familia equivalía a 52%; es decir, de su bolsillo pa-gaban más de la mitad de sus necesidades clínicas y de medicamentos. Con la llegada del Seguro Popular, ese gasto se redujo a 49%, es decir, un impacto de apenas el 3% que, para la cantidad de recursos invertidos, no representa absolutamente nada. Al con-trario, estamos obteniendo muchos menos resultados por nuestro dinero. Si se tenían los recursos financieros, ¿por qué la teoría no se encontró con la realidad? Las respues-tas son muchas; destaco sólo algunas:1. La falta de perspectiva del derecho huma-no. El Estado mexicano debe garantizar el acceso real a los servicios necesarios para materializar el derecho a la protección de la salud.

2. Cuando se invierten recursos, es necesa-rio aplicar mecanismos estrictos de control financiero y operativo.3. No se tomó en cuenta que en la actuali-dad enfrentamos los retos propios de un perfil de riesgos y enfermedad más com-plejo. Antes la prioridad era controlar dia-rreas e infecciones; hoy, las enfermedades crónicas, el cáncer, las adicciones y la salud mental hacen necesario colocar en el centro del quehacer a la prevención proactiva, a la corresponsabilidad de los individuos, a la detección oportuna y al seguimiento para institucionalizar el continuo de la atención.4. Se soslayó la relevancia de una política de recursos humanos acorde con la demanda. Aquí enfatizo en la importancia de impul-sar la formación de personal de calidad para operar el primer nivel de atención, es decir, la base del sistema de salud, que ha perma-necido limitada.

En cuanto al futuro, la tendencia en el mundo es generar reformas orientadas a contar con un Sistema Universal de Salud. Por ello, hay que tomar cuanto antes las medidas necesarias para que nuestro pro-yectado Sistema Universal de Salud funcio-ne como un sistema de salud “comprobable”, a través de una reingeniería sustentada en los ejes siguientes:

•Población. Definir y cuantificar la po-blación en la que se quiere incidir, tanto por vulnerabilidad como por derechos adquiridos.

•Atención continua. Garantizar la con-tinuidad en la atención y trascender los hospitales o clínicas para que los servicios de salud aprovechen las plataformas tec-nológicas y alcancen de manera eficiente las comunidades y los hogares.

•Métrica del impacto. Establecer indica-dores de mejora tanto a nivel poblacional como en la persona misma.

• Información. Contar con un sistema de información único que capte los datos

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desde la misma fuente del flujo de las acciones en los diferentes niveles de atención, que pueda ser consultado en tiempo real por múltiples proveedores y usuarios, que sirva para tomar decisiones informadas y correctas.

•Capacitación. Invertir en el personal de salud para fortalecerlo, tanto en su capacidad técnica como en su desarrollo humano.

• Incentivos. Introducir un esquema de incentivos no económicos basado en el desempeño, así como en metas poblacio-nales e individuales, en beneficio de los sistemas estatales de salud y del personal.

•Liderazgo. Definir perfiles adecuados, para que sean cubiertos por personas que tengan formación en salud pública.

• Innovación. Aprovechar el enorme po-tencial de la generación y difusión del conocimiento científico, así como de las innovaciones tecnológicas disponibles en el mundo.Existe un enorme potencial derivado de

disciplinas como la genómica, la proteó-mica y la nanotecnología, por mencionar algunas, gracias a las cuales es posible algo que hace poco tiempo era inconcebible e incluso sonaba como una contradicción de términos: la salud pública personalizada, en la cual se mantiene el enfoque de abarcar poblaciones y la vez se puede intervenir en cada persona según su patrón de riesgo.

Ante la posibilidad de la creación de un Sistema Universal de Salud, tenemos la oportunidad de cambio más trascendente de nuestra historia. No podemos permitir que, una vez más, la teoría se aleje de la realidad.

bibLioGRaFÍaChavkin W, Chesler E (eds.). Where Human Rights Begin: Health, Sexuality, and Women in the New Millennium, Rutgers University Press, 2005.Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Recomen-dación General 15 sobre el Derecho a la Protección de la Salud. México, 23 de abril de 2009. Disponible en línea: http://www.cndh.org.mx/sites/all/doc/Recomendaciones/Generales/RecGral_015.pdf.Coneval. Evaluación estratégica de protección social en México, Coneval, 2013. Disponible en línea: http://www.coneval.gob.mx/Informes/Evaluacion/Estrategicas/Eva-luacion_Estrategica_de_Proteccion_Social_en_Mexico.pdf.Educa/Edu. Consultado en línea en http://www.educaedu.com.mx/salud-publica el 1º de febrero de 2015.Fee E. A History of Education in Public Health, Oxford, Oxford University Press, 1991.Fundación México Vivo. Treinta años del VIH-SIDA: perspec-tivas desde México, México, Fundación México Vivo, 2011.

se soslayó la relevancia de una política de recursos humanos acorde con la demanda. aquí enfatizo en la importancia de impulsar la formación de personal de calidad para operar el primer nivel de atención, es decir, la base del sistema de salud, que ha permanecido limitada.

1 Promulgada el 5 de febrero de 1917.2 Reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciem-bre de 1974.3 Reforma constitucional publicada en el Diario Oficial de la Federación el 3 de febrero de 1983.4 Publicada en el Diario Oficial de la Federación el 7 de febrero de 1984.5 Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 25 de septiembre de 1996.6 El 6 de agosto de 1997 se publicó en el Diario Oficial de la Federación un nuevo Regla-mento Interior de la Secretaría de Salud, mediante el cual desaparecía la Subsecretaría de Planeación y se creaba la Subsecretaría de Prevención y Control de Enfermedades.7 El 26 de mayo de 2000 se publica la Ley en el Diario Oficial de la Federación.8 La reforma a la Ley General de Salud mediante la cual se adoptaron jurídicamente estas medidas se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 27 de mayo de 1987.9 La Resolución por la que se modifica la Norma Oficial Mexicana NOM-005-SSA2-1993, “De los servicios de planificación familiar”, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 21 de enero de 2004.

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Page 14: Revista de la Universidad Iberoamericana

La existencia de un binomio entre pobreza y salud es un hecho indiscutible. Aunque en los últimos años se hayan presentado cambios importantes en el aumento de la expectativa de vida, así como en el estado de salud y bienestar de las comunidades, la condición de pobreza guarda una relación

directa con un estado poco saludable.

Pobreza y salud

ARACELI SUVERZA

FERNÁNDEZLicenciada en Dieté-tica y Nutrición por la Escuela de Dietética

y Nutrición del ISSSTE y maestra en Inves-tigación y Desarrollo de la Educación por la Ibero. Especialista en Nutrición Clínica

y en Nutrición en Gastroenterología,

ha publicado diversos trabajos en la materia, lo

mismo como autora que como editora,

entre ellos El ABCD de la evaluación del estado de nutrición

(2010) y Obesidad: consideraciones

desde la nutriología (2012). Actualmente es coordinadora de

la Licenciatura en Nutrición y Ciencia

de los Alimentos en la Universidad Ibe-

roamericana Ciudad de México.

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Una de las estrategias que permite ga-rantizar una vida sana y promover el bienestar es el mantener un estilo de vida saludable, el cual permite prevenir problemas de mala nutrición y reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes mellitus, hipertensión arterial, cáncer y enfermedades cardiovasculares y respi-ratorias, entre otras, pues al modificar aquellos hábitos que resultan contrapro-ducentes para la salud del individuo, se logra a largo plazo una vejez saludable. Algunos de los elementos incluidos en el concepto “estilo de vida saludable” están el mantener un peso corporal estable y una alimentación correcta y saludable, realizar actividad física, ejercer una se-xualidad responsable, y evitar tanto el tabaquismo como el consumo de alcohol.

La otra parte constituyente de este

binomio lo representa la pobreza y de acuerdo con lo que establece el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), la pobre-za tiene un carácter multidimensional englobado en siete dimensiones que se determinan como carencias sociales y que son las siguientes: el ingreso, el re-zago educativo, el acceso a servicios de salud, el acceso a seguridad social y a la alimentación, la calidad y espacios de la vivienda y el acceso a servicios básicos.

De esta forma, en México se caracte-riza a la población en “pobreza” como aquella que tiene por lo menos una carencia social y un ingreso menor a la línea de bienestar, puesto que ese ingreso no es suficiente para adquirir los bienes y servicios que se requieren para satis-facer las necesidades alimentarias y no alimentarias. La población en “pobreza extrema” es la que tiene un ingreso me-nor al de la línea de bienestar mínimo y presenta tres o más carencias sociales, ya que el ingreso es tan bajo que, aun si se dedicase por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutri-mentos necesarios para tener una vida sana.1 Con base en estas definiciones y al comparar los datos del año 2012 y 2014, se encontró que el indicador de pobreza aumentó en 0.7 puntos porcentuales en el periodo (ver tabla). La situación de pobreza moderada aumentó 0.9 puntos porcentuales, mientras que la situación de pobreza extrema disminuyó un poco, pasando de 9.8 a 9.5%.

En sus resultados globales, el Coneval establece que, del total de la población mexicana, tan sólo el 20.5% se considera como población no pobre y no vulnera-ble, el 7.1% es población vulnerable por ingresos, el 26.3 es vulnerable por caren-cias sociales, y 46.2% se encuentra en situación de pobreza (36.6% en pobreza moderada y 9.5% en pobreza extrema).

Por otra parte y de acuerdo con los da-tos reportados por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut 12), a nivel nacional se detectó que el 17.7% de la población se encuentra en insegu-ridad alimentaria moderada, y que el 10.5% está en inseguridad alimentaria severa. Asimismo, se concluyó que en los hogares se percibieron disminuciones en la cantidad de alimentos consumidos, en

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La enunciación de pobreza establecida por el Coneval conlleva, en su definición, que aquellas personas que se ubican en situación de pobreza no pueden estar en un estado saludable.

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donde un adulto o un niño se quedaron sin comer en todo un día.

Los datos anteriores ponen de mani-fiesto tres elementos básicos que nos ocupan en estas líneas: la salud, la pobre-za y la alimentación, ya que de acuerdo con la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud “es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausen-cia de afecciones o enfermedades” (defi-nición declarada en 1948 y que a la fecha no ha sido modificada). Resulta por ello innegable que la enunciación de pobre-za establecida por el Coneval conlleva, en su definición, que aquellas personas que se ubican en situación de pobreza no pueden estar en un estado saludable, por lo que se hace evidente y obligada la pregunta: ¿Cómo podemos lograr que la población en México sea saludable, si un 46.2% se encuentra en condiciones de pobreza y no logra siquiera cubrir las necesidades alimentarias básicas?

Este panorama permite resaltar los principales problemas de mala nutrición y salud que se presentan en nuestro país, en donde tenemos por un lado que el

mantener una dieta correcta representa un gasto mayor para las familias, debido en parte a que los alimentos comercia-les e industrializados con alta densidad energética se ofrecen a un bajo costo y con alta disponibilidad, lo cual provoca que las familias en situación de pobreza elijan este tipo de alimentos. Todo esto, aunado a la escasa actividad física que caracteriza a la población mexicana, ha provocado un aumento en las cifras de sobrepeso y obesidad que conlleva al desarrollo de enfermedades crónicas no transmisibles, las cuales representan las primeras causas de mortalidad general en el país. Siendo así, la prevalencia de sobrepeso y obesidad es preocupante, y pueden verse los datos generales en la siguiente tabla.

Grupo de edad(años), ambos sexos

Sobrepeso yobesidad (%)

Menores de 5 33.6

5 a 11 34.45

12 a 19 34.95

Adultos de 20 años y más 71

*Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012

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Medición de la pobreza, Estados Unidos Mexicanos 2014Porcentaje, número de personas y carencias promedio

por indicador de pobreza, 2010-2014

Indicadores

PobrezaPoblación en situación de pobrezaPoblación en situación de pobreza moderadaPoblación en situación de pobreza extremaPoblación vulnerable por carencias socialesPoblación vulnerable por ingresosPoblación no pobre y no vulnerable

Privación socialPoblación con al menos una carencia socialPoblación con al menos tres carencias sociales

Indicadores de carencia socialRezago educativoCarencia por acceso a los servicios de saludCarencia por acceso a la seguridad socialCarencia por calidad y espacios a la viviendaCarencia por acceso a los serviciosbásicos en la viviendaCarencia por acceso a la alimentación

BienestarPoblación con ingreso inferior ala línea de bienestar mínimoPoblación con ingreso inferior ala línea de bienestar

2010

46.134.811.328.15.9

19.9

74.228.2

20.729.260.715.2

22.9

24.8

19.4

52.0

Porcentaje

Estados Unidos MexicanosMillones de personas

Carencia promedio

2010

52.839.813.032.16.7

22.8

85.032.4

23.733.569.617.4

26.3

28.4

22.2

69.6

2010

2.62.23.81.90.00.0

2.33.6

3.13.02.53.6

3.3

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2014

46.236.69.5

26.37.1

20.5

72.422.1

18.718.258.612.3

21.2

23.4

20.6

53.2

2014

55.343.911.431.58.5

24.6

86.826.5

22.421.870.114.8

25.4

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63.8

2014

2.31.93.61.80.00.0

2.13.5

2.82.82.33.3

3.1

2.8

2.5

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2012

45.535.79.8

28.66.2

19.8

74.123.9

19.221.561.213.6

21.2

23.3

20.0

51.6

2012

53.341.811.533.57.2

23.2

86.928.1

22.625.371.815.9

24.9

27.4

23.5

60.6

2012

2.42.03.71.80.00.0

2.23.5

2.92.82.33.4

3.2

2.9

2.5

2.1

Fuente: estimaciones del CONEVAL con base en el MCS-ENIGh 2010, 2012 y 2014

Pero, por otra parte, tenemos el consu-mo inadecuado, en cantidad y calidad, de algunos nutrimentos, mismo que lleva a las personas al desarrollo de desnutri-ción, y si bien es cierto que las cifras han disminuido en nuestro país, aún tenemos un 2.8% de niños menores de cinco años en condición de bajo peso, 13.6% con baja talla (indicador de desnutrición crónica) y 1.6% en emaciación (bajo peso para la talla). Otro problema de salud pública es la anemia por falta de hierro, en el 23% de niños menores de cinco años; el 10% de los niños de 5 a 11 años; el 5.6% en los adolescentes de 12 a 19 años; el 11.6% en las mujeres no embarazadas; el 17.9% en las embarazadas, y el 16.5% en los adul-tos de 60 años o más.

Lo anterior deja al descubierto que te-nemos problemas de mala nutrición en ambos de sus extremos, lo cual a su vez provoca una reducción en la productivi-dad de quien la padece y lo limita para salir de la condición de pobreza en la que se encuentra, ya que la desnutrición en los primeros años de la vida deja a los ni-

Page 17: Revista de la Universidad Iberoamericana

1 Coneval. Reporte de julio de 2015.

2 Declaración de la OMS, 25 de septiembre de 2015.

3 Gutiérrez, J. P., “Brechas en cobertura efectiva por nivel socioeconómico y condición de pobreza”,

Salud Publica, México, 2013; 55 supl. 2:S106-S11.

4 Applying Modeling to Improve health and Economic Policy Decisions in the Americas: The Case of Noncommunicable Diseases, Washington, DC: PAhO, 2015.

ños con una brecha de deterioro que no les permitirá el desarrollo de sus poten-cialidades, y en el caso del sobrepeso y la obesidad y el desarrollo concomitante de enfermedades crónicas no trasmisibles, que afectan en especial a la población económicamente activa (30 a 69 años de edad), provocan altos costos de atención en salud, además de la incapacidad para el trabajo productivo.

Ante estos elementos la OMS declara en su agenda para el 2030 como uno de los objetivos de desarrollo del milenio el “garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las eda-des”, resaltando para ello, como algunas de sus prioridades, la erradicación de la pobreza, la salud, la educación, la seguri-dad alimentaria y la nutrición, aunados a una amplia gama de objetivos económi-cos, sociales y ambientales que prometen sociedades más pacíficas e inclusivas. De tal forma, asume que la salud es un bien que debe alcanzarse por el valor

que representa en sí mismo y que es un medio para conseguir otros objetivos que representan un indicador fiable de los progresos logrados a escala mundial en favor del desarrollo y, por tanto, un punto básico para reducir la inequidad social. 2,3,4

Por todo lo anterior y a manera de conclusión debemos considerar que una población saludable representa un factor ligado al crecimiento económico, por lo cual es indispensable el estable-cimiento de políticas de salud, en los sectores público y privado, que permitan coadyuvar al bienestar del individuo y de su entorno.

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Exclusión social, inequidad y mortalidad infantil

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DANIELIBARRA RÍOS

Pediatra neonatólogo, es profesor titular del

Curso de Neonatología en la UNAM. Cuenta

con grado de Alta Especialidad en Calidad

en la Atención Integral Pediátrica. Es secretario

de la Asociación de Médicos Neonatólogos

del Distrito Federal y Valle de México, y

coordinador del Co-mité Académico de la Asociación de Médicos del Hospital Infantil de

México Federico Gómez.

ADRIANADE LA PEZA

Egresada de la Licen-ciatura en Nutrición y

Ciencia de los Alimentos de la Ibero, cuenta con

diez años de experiencia en el diseño, implemen-

tación y evaluación de proyectos en materia de nutrición infantil, seguri-

dad hídrica y alimentaria, así como finanzas

rurales y equidad para el desarrollo. En 2014 recibió el primer lugar

del Premio Compromiso Social a Exalumnos Ibero. Como actividad honoraria,

en mayo de 2015 fue seleccionada como

Presidenta de ASEUIA, donde actualmente

trabaja con 47 asocia-ciones de egresados de

la Ibero, entre ellas la ASENCA, impulsando un

proyecto de construcción de ciudadanía para

transformar a México.

Page 19: Revista de la Universidad Iberoamericana

Ya no podíamos esperar mucho más, había que llevarlo ese mismo día a la clínica de Guachochi.

—No puedo ir para allá —me dijo des-pués de juntar con esfuerzo las palabras en español.

Traté de explicarle la gravedad de la desnutrición que tenía su hijo de 2 años, y en un suspiro me volvió a decir con los ojos mojados:

17

—No.A ella el español y el nudo en la garganta

ya no le alcanzaban para seguir hablando. A mí tampoco. Me costaba trabajo entender qué podría ser más importante, cuando su hijo estaba luchando entre la vida y la muerte.

Juanita, promotora indígena de salud —un cargo voluntario asignado desde hace más de veinte años por la comunidad, para responder a la falta de servicios— se acercó para insistirle en rarámuri que teníamos que irnos a Guachochi. La mujer de ojos mojados se quedó en silencio, dio media vuelta y emprendió camino hasta perderse en una vereda de la Sierra. Otra mujer dijo que iba a volver. Los minutos empezaron a saber a angustia.

Dos horas después regresó con su espo-so, su hijo enfermo y otros dos niños muy chiquitos.

—Te lo damos —dijo él.La mujer abrazaba con fuerza a su hijo.—Quédatelo. Tú lo vas a poder cuidar

—insistió el hombre.Las palabras abandonaron mi cuerpo y el

silencio me paralizó. Él, siguió hablando:—Nosotros no podemos llevarlo al hos-

pital. Yo tengo que irme lejos a trabajar en los caminos del municipio para conseguir despensa como pago, pero acabamos de echar la siembra y si ella se va, entonces nadie puede cuidar el maíz —el alimento del que dependían los otros integrantes de su familia para todo el año—. La mata está chiquita y es bien fácil que las vacas se la coman. Si nos quedamos sin maíz, al rato los cinco nos morimos de hambre, tú lléva-te al towí1, tenlo. No podemos quedarnos sin comida…

El dolor, la rabia profunda de la desigual-dad y la mortalidad infantil se hicieron presentes: “El hambre como ley de vida”, escribió en sus notas el periodista Diego Osorno, cuando nos acompañó a Raramu-chi.

Esto no sucedió hace mucho tiempo. Fue en agosto de 2008, pero ahí, en la Sierra Tarahumara, desde hace mucho, las condi-ciones siguen siendo las mismas.

En México, 55.3 millones de personas viven en pobreza; entre ellas, 11.4 millones en situación de pobreza extrema2; En el mundo, 825 millones de personas todavía

EL hAmBRE cOmO LEy DE vIDA[relato por adriana de la peza]

Page 20: Revista de la Universidad Iberoamericana

en méxico, durante 2011, de las 28,772 defunciones

infantiles registradas, el

60% (17,360) ocurrió en el

período neonatal siendo las

principales causas

reportadas la asfixia y

el trauma al nacimiento, el bajo peso

al nacer, la prematuridad

y las malformaciones

congénitas del corazón,

seguidas de defectos de la pared abdominal.

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viven en pobreza extrema, 800 millones todavía sufren de hambre, y 90 millones de niños menores de 5 años presentan un peso por debajo del normal, lo que los sitúa en mayor riesgo de morir por infecciones comunes; 16,000 niños menores de 5 años continúan muriendo cada día, la mayoría de ellos por causas prevenibles como la diarrea y la neumonía3.

Exclusión social, inequidad ymortalidad infantilEn 2013, 6.3 millones de niños murieron antes de cumplir cinco años. Un ejemplo claro de inequidad que muestra lo deter-minante que es la región geográfica en la que se nace, es que en los países del sur y centro de África los niños tienen una probabilidad de morir antes de los cinco años 15 veces mayor que los niños de los países de ingresos altos4.

En promedio, las encuestas a hogares utilizadas para conocer el impacto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 1990 a 2015 revelan que las tasas de mortalidad de menores de 5 años son casi del doble para niños de los hogares más pobres que para los niños de hogares más ricos, y que los niños de zonas rurales tienen una probabilidad 1.7 veces mayor de morir que aquellos de zonas urbanas. Asimismo se ha observado que los niños de madres con educación secundaria o

superior tienen casi tres veces más pro-babilidades de sobrevivir que los niños de madres sin educación3.

Otra relación directa entre exclusión so-cial y mortalidad infantil es la incidencia de infecciones, pues en países en vías de desarrollo, éstas ocupan hasta el 30% de las causas directas de muerte en neona-tos, mientras que en países desarrollados la incidencia es menos del 3%. Es decir, en países en vías de desarrollo los bebés se mueren diez veces más por infecciones5.

Respondiendo a este contexto, el 98% de las muertes neonatales se registran en países con ingresos medios y bajos6, ocurriendo más de la mitad de estas de-funciones en cinco países: República del Congo, India, Nigeria, Pakistán y China, regiones donde cada hora mueren más de 400 bebés, en su mayoría, por causas prevenibles4.

México es considerado un país de in-gresos económicos intermedios, y vive actualmente un patrón epidemiológico mixto donde las llamadas “enfermedades de la pobreza” siguen siendo importan-tes, y al mismo tiempo, las enfermedades crónico-degenerativas aumentan pro-gresivamente su proporción.

En México, durante 2011, de las 28,772 defunciones infantiles regis-tradas, el 60% (17,360) ocurrió en el período neonatal siendo las principales

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1 Towí: palabra rarámuri que significa niño.2 CONEVAL, Medición de la pobreza en México y en las entidades federativas 2014; julio de 2015. Recuperado en http://www.coneval.gob.mx/Medicion/Documents/Pobreza%202014_CONEVAL_web.pdf3 Organización de las Naciones Unidas, Objetivos de Desarrollo del Milenio, Informe de 2015. Recuperado en: http://www.un.org/es/millenniumgoals/pdf/2015/mdg-report-2015_spanish.pdf(Consultado 06/10/15).4 Organización Mundial de la Salud, Reducción de la mortalidad en la niñez. Recuperado en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs178/es/ (Consultado 06/10/15).5 Organización Mundial de la Salud, Reducción de la mortalidad en la niñez. Recuperado en: http://www.who.int/pmnch/media/press_materials/fs/fs_newborndealth_illness/en/ (Consultado 04/11/15).6 Oestergaard MZ, Inoue M, Yoshida S, Mahanani WR, Gore FM, Cousens S, Lawn JE, Mathers CD; United Nations Inter-Agency Group for Child Mortality. Estimation and the Child Health Epidemiology Reference Group. Neonatal mortality levels for 193 countries in 2009 with trends since 1990: a systematic analysis of progress, projections, and priorities. PLoS Med. 2011 Aug;8(8):e1001080.7 Fernández-Cantón S, Hernández-Martínez A, Viguri-Uribe R. Evolución reciente de la mortalidad neonatal y postneonatal en México, 1990-2011. Bol Med Hosp Infant Mex 2013; 70(3):265-267.8 Gutiérrez, J., et al., Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012. Resultados Nacionales. 2012, Instituto Nacional de Salud Pública, Cuernavaca, México.9 Leyva-Flores R, Servan-Mori E, Infante-Xibille C, Pelcastre-Villafuerte BE, Gonzalez T. Primary health care utilization by the mexican indigenous population: the role of the Seguro Popular in socially inequitable contexts. PLoS One. 2014 Aug 6;9(8):e102781.10 Pfutze T. The effects of Mexico’s Seguro Popular Health Insurance on infant mortality: an estimation with selection on the outcome variable. World Dev. 2014;59:475-86.

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causas reportadas la asfixia y el trauma al nacimiento, el bajo peso al nacer, la prematuridad y las malformaciones con-génitas del corazón, seguidas de defectos de la pared abdominal. El 37% restante (10,656 muertes) correspondió a la etapa postneonatal en donde la higiene y la situación nutricional tienen un papel preponderante, siendo las enfermedades respiratorias, las infecciones intestina-les, ciertas anomalías congénitas (en una gran proporción malformaciones del corazón y el sistema nervioso) las princi-pales causas reportadas7.

La mortalidad infantil en México y a nivel mundial, sigue una regla trágica:• 2/3 mueren durante el periodo neonatal

(los primeros 28 días posteriores al naci-miento).

• 2/3 de esas muertes ocurren durante la primera semana de vida.

• 2/3 de esas muertes ocurren durante el primer día de vida.Naciones Unidas establece que en el

mundo, de 6 millones de niños menores a 5 años, aproximadamente en 2015, un mi-llón respirarán por primera y última vez el día de su nacimiento, dos millones morirán en la primera semana y alrededor de 2.8 millones morirán durante sus primeros 28 días de vida (el período neonatal)3.

De aquí la enorme importancia del en-foque en la atención a los recién nacidos, como un factor crucial para acelerar el progreso en la supervivencia infantil.

En este sentido, es relevante resaltar

que aproximadamente 45% de las muertes infantiles están asociadas a problemas de malnutrición4, es decir por causas preve-nibles pero que en la mayoría de los casos están estrictamente vinculadas al nivel socioeconómico de la población, y en un país como México, donde la mitad de la po-blación vive en condiciones de pobreza, los índices de corrupción son elevados y el 70% clasifica en alguna categoría de inseguridad alimentaria, de acuerdo a sus experiencia de hambre8: la tarea no es sencilla.

Reducir la mortalidad infantil en Mé-xico significa recursos adecuados pero también voluntad política, compromiso y estrategias integrales, siendo hoy una de las más importantes el poder llegar a los territorios más marginados y romper con las barreras socioeconómicas que limitan el acceso a servicios de salud9. Un esfuerzo que va en camino en el país es la implementación del Seguro Popular; en un estudio —con algunas limitaciones metodológicas— Pfutze y colaboradores resaltan que el programa podría reducir la mortalidad infantil a una cifra cercana a 5 de cada 1,000 recién nacidos10.

Sin duda, reducir la desigualdad social tiene una relación directamente propor-cional con la disminución de la mortalidad infantil, lo que implica que forzosamente se requieren soluciones integrales —y perdurables— para erradicar la pobreza, la exclusión social y la inequidad, y así, disminuir el riesgo de muerte de los niños menores a 5 años de nuestro país.

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Acceso a la salud y salud alternativa en comunidades indígenas

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Guillermoestrada

Jácquez, s. J.Originario de Chihuahua,

estudió Ingeniería Indus-trial, así como la Licencia-tura en Filosofía y Ciencias

Sociales y la Licenciatura en Ciencias Religiosas.

Ordenado presbítero en 2004. Ha colaborado con

los pueblos tzeltal, tzotzil, ayuuk y rarámuri. Prestó

sus servicios con los desplazados por el con-

flicto armado en los Altos de Chiapas. Colaboró en

la implementación en la región mixe en Oaxaca del Instituto Superior Intercul-tural Ayuuk (ISIA), del cual fue director. Fue director del Complejo Asistencial Clínica Santa Teresita en la Sierra Tarahumara en Chihuahua. Actualmente

colabora en la formación de los escolares jesuitas.

El año de 1994 fue muy signifi-

cativo para el México indígena

debido a la emergencia de la

rebelión zapatista chiapaneca, la

cual podrá tener simpatizantes y

detractores pero innegablemente

marcó un antes y un después en

la vida de los pueblos originarios

en nuestro país. Tras la cortina de expectativas de

progreso, bienestar y un futuro prometedor para los

mexicanos, quedó develada una realidad indígena,

negada y olvidada, a pesar y paradójicamente de que

las culturas de los pueblos originarios han sido con-

sideradas fundamento de nuestra mexicanidad. Con

todo y la atención prestada, las demandas de aquel

entonces siguen vigentes: techo, trabajo, educación,

salud, paz digna, justicia.

Page 23: Revista de la Universidad Iberoamericana

Para quien tenga una elemental cercanía con el ámbito de los pueblos indígenas, sabe que las condiciones históricas han dejado en estos pueblos una impronta de marginalidad difícil de eliminar con un mero programa o la entrega de recursos. De ahí que un tema tan importante como lo es el de la salud siga estando pendien-te. Muchas de las historias que son co-nocidas y que se repiten continuamente son tan viejas como actuales: enfermos llevados en hombros por brechas apenas transitables, lugares donde la atención sanitaria carece de recursos, enfermos cuya gravedad devino de una atención inadecuada y tardía.

Ciertamente, en las dos últimas déca-das se ha dado un cambio notable en las zonas rurales en cuestión de infraestruc-tura y en otros aspectos concernientes al ámbito de salud. La construcción de caminos y carreteras, la edificación de centros de salud, el incremento en las

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partidas presupuestales para la aten-ción salubre de poblaciones rurales dan muestra de ello. Sin embargo, el olvido tiene tal dimensión y la exclusión tiene características estructurales que hacen todavía insuficientes los esfuerzos ofi-ciales, tengan la intencionalidad que tengan. Los agentes de la salud en el mundo rural enfrentan enfermedades como el cólera, la tuberculosis, la tifoi-dea, la pulmonía, el paludismo; padeci-mientos poco comunes en las ciudades, pero que en estos lugares están aún muy presentes. Por otra parte, enfermedades normalmente poco graves y tratables, como las de tipo gastrointestinal o res-piratorio, en muchas regiones indígenas del país cobran vidas debido a la falta de tratamiento oportuno.

La mortalidad materna es mucho más elevada en estos lugares. Los programas de control de la natalidad se imponen sin sensibilidad a cosmovisiones de las

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culturas indígenas, y poco se respeta, en este sentido, su derecho a decidir. La falta de servicios de todo tipo en las comuni-dades indígenas, así como la carencia de recursos económicos de sus pobladores, quedan como telón de fondo de una rea-lidad por demás comentada y señalada, agudizada en muchas ocasiones por la falta de formación que conlleva poca ética o carencia de trato digno a las per-sonas de cultura indígena por algunos de los agentes de la salud.

Por otra parte, no hemos tomado en cuenta ni mucho menos integrado la riqueza en el campo de la salud por parte de los pueblos indios. Los mecanismos comunitarios y sanitarios han estado presentes desde tiempos ancestrales. Como en toda cultura, la preocupación por el bienestar y la salud ha tomado sus derroteros propios, desarrollando cono-cimientos y prácticas hoy reconocidas a la par de los derechos y valores cultu-rales de los pueblos originarios. Desde la época colonial, llamó la atención la

herbolaria desarrollada, el conocimiento de diferentes especies y la utilidad de las mismas; así como los procedimientos utilizados para curar las más diversas enfermedades, tal es el caso del uso de los temazcales y otras prácticas.

La conocida como medicina autóctona no es mero repositorio de sustancias. Va seguida del tratamiento anímico-espiri-tual-comunitario que requiere toda sa-nación. Acompañar y respetar los ritmos del enfermo es importante en el mundo indígena, así como la armonía de la per-sona con su entorno natural y comuni-tario es elemento fundamental, reflejado también en la atención espiritual, la cual muchas veces se juzga ignorantemente como superstición y barbarie. La presen-cia de chamanes, curanderos y rezado-res tiene que ver más con un proceso de atención y pertenencia comunitaria que con prácticas individuales y de peculio.

En muchas ocasiones, la falta de comprensión de estas prácticas lleva a determinarlas de manera errónea como

los agentes de la salud

en el mundo rural enfrentan enfermedades como el cólera, la tuberculosis,

la tifoidea, la pulmonía, el

paludismo; padecimientos poco comunes

en las ciudades, pero que en

estos lugares están aún muy

presentes.

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es urgente, de manera especial, promover una mayor y verdadera justicia social que disminuya la marginación y pobreza; sin ella, no será posible mejorar la salud, componente indispensable para la vida digna de estos pueblos.

“medicina alternativa”. Sin embargo, este modo de atención a la salud no es “alter-nativo”, es lo propio de estas culturas, y es un conocimiento que pueden compartir al mundo. Lamentablemente, en la lógi-ca de mercado que vivimos, estos cono-cimientos son comercializados en menor o mayor escala, desde el charlatán que asume conocimientos chamánicos para lucrar con ellos, hasta los grandes labo-ratorios que privatizan el patrimonio co-munitario de la herbolaria, cuya patente es saqueada y despojada a quienes en principio pertenece y que mantienen el carácter colectivo de la misma. No habría que dejar fuera, dentro de esta lógica, las degradaciones que se dan al interior de algunas comunidades indígenas y que desplazan al curandero o partera de aval comunitario, por los “receteros” y “pseu-dodoctores” que incorporan prácticas de farmacia aprovechando la desesperación que causa la búsqueda de salud.

La riqueza del conocimiento ancestral no implica que no se busque el acceso a otros tipos de conocimiento que son los que marcan la diferencia entre la vida y la muerte, o la mejora de la calidad de vida en el control y tratamiento de las enfer-medades. Ante la insuficiente respuesta del sector salud, distintas organizaciones han favorecido la promoción de la salud comunitaria ya sea de forma asistencial, o bien, en la línea de la autonomía. Inicia-tiva privada, organizaciones sociales y religiosas han suplido esta obligación del Estado ya sea con algún complemento o sistematización de las propias prácticas (microdosis, promotores de salud), en la incursión de propuestas alternativas de salud (imanología, acupuntura, terapia floral) o en la instalación de dispensarios y hospitales.

Sólo que el carácter complementario o auxiliar deja de serlo en un medio donde la gravedad de la enfermedad y la muerte están siempre presentes. De ahí la necesidad de continuar con la deman-da de un adecuado sistema de salud que conviva con las prácticas locales y que mejore la calidad de vida de los pueblos indios. En este sentido, queda mucho por hacer. Principalmente, garantizar el acceso a la salud de la población indíge-na en todos sus niveles de atención y de medicina especializada, como lo es para

el resto de los mexicanos en general. El aspecto preventivo y educativo tiene un aspecto fundamental. Algo se ha atendido en los cursos obligatorios de los programas sociales, pero falta aún una adaptación lingüística y cultural para que se acerque más al impacto deseado. Es indispensable mejorar la pertinencia y calidad de atención en las localidades indígenas, así como el abasto de medica-mento en los lugares más apartados. Un plus de atención será la participación e implementación de sistemas y meca-nismos verdaderamente interculturales de salud, desde una mayor precisión lingüística y cultural en el diagnóstico de los padecimientos, hasta el seguimiento familiar, médico y comunitario tanto en los centros de salud como en las vivien-das mismas, que incorporen prácticas y procedimientos culturales.

Es necesario mejorar la formación de los agentes de la salud en ética y respeto en el servicio, lo cual no sólo ayudará a éste en beneficio de las comunidades indígenas, sino que permitirá incorporar prácticas verdaderamente intercultura-les de beneficio y provecho para todos. Pero es urgente, de manera especial, pro-mover una mayor y verdadera justicia social que disminuya la marginación y pobreza; sin ella, no será posible mejorar la salud, componente indispensable para la vida digna de estos pueblos.

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Anemia, obesidad y diabetesProblemas graves de salud pública en México

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AídA MonserrAt reséndiz

BArrAgán. Licenciada en psicología

por la Universidad de Monterrey (UDEM)

y egresada de la maestría en Medicina

Conductual por la UNAM. Realizó un diplomado en Hipnosis Ericksoniana. Es Investigadora en Ciencias

Médicas adscrita a la Clínica de Obesidad

del Hospital General Dr. Manuel Gea González. Su

experiencia clínica está enfocada principalmente

en el tratamiento de pacientes con obesidad severa desde el enfoque

cognitivo-conductual y cuenta con publica-

ciones científicas en revistas nacionales e

internacionales.

Aunque alimentarse es una de las conductas más

básicas y primitivas del ser humano, el hacerlo salu-

dablemente es uno de los retos más importantes a los

cuales nos enfrentamos los mexicanos, lo cual es evi-

denciado por la alta prevalencia en nuestra población

de enfermedades asociadas con la malnutrición.

En los últimos años, la práctica de con-ductas alimentarias inadecuadas ha afectado de manera alarmante la salud de los mexicanos. Tres cuartas partes de la población presentan sobrepeso u obesi-dad, lo cual es un factor de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades, entre ellas la diabetes, padecimiento metabólico que actualmente representa uno de los mayores retos del sector salud y que se caracteriza por el exceso de glucosa en la sangre. Por otro lado, se ha observado que la prevalencia de anemia y desnutrición también es alta, y aunque es común que estos problemas se asocien con la falta de alimento, tal idea representa sólo un mito ya que también afecta a las perso-nas obesas y diabéticas debido a su bajo consumo de frutas, verduras y alimentos saludables.

Esta situación es preocupante en tér-minos de salud pública, ya que afecta la calidad de vida de las personas, así como su bienestar físico y psicológico y su desen-volvimiento social, lo cual ha situado a las políticas de prevención y tratamiento de estos padecimientos en un lugar prioritario en diferentes foros científicos y en la agen-da gubernamental. Todos los que nos espe-cializamos en el tratamiento de estas pato-logías, desde su postura y con el enfoque de su respectiva disciplina, nos planteamos la siguiente pregunta: ¿Qué podemos hacer para revertir esta tendencia y beneficiar la salud de la población mexicana?

Para responder esta pregunta es nece-sario cuestionarnos en primera instancia cómo fue que México llegó a ocupar el

primer lugar en obesidad infantil y adul-ta por encima de países como Estados Unidos, famosos por su cultura de comi-da rápida y sociedad industrializada. El análisis es vasto debido a su naturaleza multifactorial, pero podemos empezar observando nuestro alrededor. En cual-quier lugar del país es sencillo encontrar puestos de comida frita, las famosas “gar-nachas”, o restaurantes de comida rápida que ofrecen alimentos preparados con in-gredientes de mala calidad y bajo conte-nido nutricional a precios muy accesibles, mientras que la disponibilidad de alimen-tos preparados con un mínimo de grasa, con suficientes verduras y carnes magras es limitada y a un costo mayor, por lo que definitivamente, podemos afirmar que el contexto facilita el consumo de alimentos poco saludables.

Por otro lado, nuestra cultura favorece la socialización en torno a la comida y, más aún, la expresión de afecto a través de ella, por lo que es todo un reto adaptar-se exitosamente a estos esquemas y ali-mentarse saludablemente. Sin embargo, muchas veces el enemigo se encuentra dentro de casa. El desempeñar nuestras actividades laborales y recreativas en lu-gares con alta disponibilidad de alimentos hipercalóricos, facilita el acceso a ellos y por lo tanto promueve su ingesta.

Los factores ambientales y culturales han contribuido de manera innegable a que gran parte de la población presente los problemas de salud anteriormente mencionados; sin embargo, varios de los factores que desencadenan y mantienen

Page 27: Revista de la Universidad Iberoamericana

estos padecimientos se encuentran inhe-rentes a cada persona.

Necesariamente debemos hablar de la educación impartida en casa como uno de los elementos con más peso en el desarro-llo de hábitos. Recordemos que los hábitos son conductas aprendidas que se estable-cen como rutinas a fuerza de repetición, y en gran parte las obtenemos en nuestro núcleo familiar. Si durante la infancia, no se enseña a los niños a comer saludable-mente, si se utiliza la comida como premio o castigo o se favorece el sedentarismo, se desarrollarán conductas inadecuadas que será difícil (mas no imposible) modificar después y que los afectarán metabólica-mente desde edades muy tempranas.

Por otro lado, un tema particularmente interesante para quienes estamos intere-sados en el tema de la salud mental, es la manera en la que el estrés, la ansiedad, la depresión y en general los estados emocionales alterados pueden afectar el consumo de alimentos de las personas, presentando “ingesta emocional” (comer para sentir un placer inmediato que aminore la emoción negativa), atracones (consumo de una cantidad exagerada de alimento en un periodo corto de tiempo), ayunos prolongados, antojos y un sinfín de conductas alimentarias inadecua-das que pueden presentarse como un patrón de alimentación aislado o como un trastorno de alimentación. Esto, a su vez, al agravar el problema de salud que presentan estas personas, ocasiona de nuevo emociones negativas, como culpa, remordimiento, decepción, tristeza pro-duciendo un círculo vicioso.

El poco interés en el autocuidado, la baja percepción de vulnerabilidad y nula conciencia de enfermedad (o el “a mí no me va a pasar” o “yo sólo estoy llenito, no obeso”) y el estilo paternalista con el que muchos mexicanos solucionan sus pro-blemas, atribuyéndole la responsabilidad y por lo tanto la solución a alguien más, son otros de los obstáculos que hay que librar para modificar el estilo de vida de la población. Por lo tanto, para detener y revertir el crecimiento en las tasas de anemia, obesidad y diabetes en nuestro país, cada uno de nosotros debe respon-sabilizarse de su propio cuerpo, tener la disposición de hacer el esfuerzo necesario para fabricar hábitos de autocuidado, vi-

en los últimos años, la práctica de conductas alimentarias inadecuadas ha afectado de manera alarmante la salud de los mexicanos. Tres cuartas partes de la población presentan sobrepeso u obesidad, lo cual es un factor de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades.

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sitar al médico para realizar monitoreos frecuentes, así como buscar tratamientos multidisciplinarios que beneficien nues-tra salud de manera integral.

La solución a estos problemas de salud es compleja y puede parecer inalcanzable, pero pensar de esta manera nos condena-rá a ser personas cada vez más enfermas, con una expectativa de vida más corta y mala calidad de vida, por lo que es impor-tante reflexionar al respecto e identificar qué proporción de la solución se encuen-tra en nuestras manos. En la medida en que valoremos nuestra salud y la consideremos prioridad en nues-tra ajetreada agenda, podremos tomar mejores decisiones en su beneficio y podremos generar poco a poco y de manera colaborativa, una cultura de hábi-tos saludables.

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Sobrepeso, obesidad, diabetes y gasto público

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ÁNGELA CARRIEDOEgresada de la Licenciatura en

Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Ibero, es maestra en Ciencias

de Salud Pública y Nutrición y candidata a PhD por la Universidad

de LSHTM en Inglaterra. Por más de nueve años ha trabajado como

investigadora en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Desde mayo

de 2015 participa en la Asociación de Egresados de la Universidad Iberoamericana (ASEUIA) como

asesora del Comité Ejecutivo.

ADRIANA DE LA PEZAEgresada de la Licenciatura en

Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Ibero, cuenta con diez años

de experiencia en el diseño, imple-mentación y evaluación de proyec-tos en materia de nutrición infantil, seguridad hídrica y alimentaria, así

como finanzas rurales y equidad para el desarrollo. En 2014 recibió

el primer lugar del Premio Com-promiso Social a Exalumnos Ibero.

Como actividad honoraria, en mayo de 2015 fue seleccionada como

Presidenta de ASEUIA, donde actual-mente trabaja con 47 asociaciones

de egresados de la Ibero, entre ellas la ASENCA, impulsando un proyecto

de construcción de ciudadanía para transformar a México.

CECILIA GARCÍA SHINKEL

Egresada de la Licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos

de la Ibero, se especializó en Alimentación saludable (CESSA Universidad, 2014). Ha sido me-

recedora de la medalla al mérito universitario con más de 22 años

de experiencia docente en la Ibero y otras universidades públicas y

privadas de México. Actualmente es directora de Salud y Bienestar para América Latina y Canadá de Ame-

rican Express Co. y Presidente de ASENCA, la Asociación de Egresados

de la Licenciatura en Nutrición y Ciencia de Alimentos de la Ibero. C

erca del 30% de la población mundial, es decir, aproxima-damente 2 mil 100 millones de personas presentan sobrepeso u obesidad; esto de acuerdo a un estudio publicado a finales de 2014 por el McKinsey Global Institute, donde también se

logró estimar el impacto económico de estos pade-cimientos en un total de 2 billones de dólares (2 mi-llones de millones de dólares) o 2.8% del PIB a nivel mundial. He aquí un dato de llamar la atención —por no decir espeluznante—: según las valoraciones de dicho instituto, este impacto en la economía es comparable con el monto que se ha registrado para mitigar afectaciones globales ocasionadas por el tabaquismo, los conflictos armados, la guerra y el terrorismo, calculados también entre un 2.8 y 2.9% del PIB global en 2010 y 20121.

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actualmente en méxico, 7 de cada 10 adultos

y 3 de cada 10 niños padecen

sobrepeso u obesidad. por otro

lado, 14% de la población ha sido

diagnosticada con diabetes, y

aproximadamente 9% de la

población aún no sabe que la

padece.

En México, el impacto del sobre-peso y la obesidad no es la excep-ción. Actualmente, 7 de cada 10 adultos y 3 de cada 10 niños pa-decen sobrepeso u obesidad2. Por otro lado, 14% de la población ha sido diagnosticada con diabetes, y aproximadamente 9% de la pobla-ción aún no sabe que la padece2.

A este contexto epidemiológico se suma otro problema de salud: la de-sigualdad. No hemos podido resolver del todo la desnutrición crónica en niños y son ellos quienes tienen altas probabilidades de presentar sobrepeso o diabetes mellitus tipo II (DMII) en la vida adulta, lo que nos sitúa ante un problema verdaderamente complejo.

De acuerdo al estudio realizado en 2015 por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el costo social de la DMII asociada al sobrepeso y la obesi-dad superó los 85 mil millones de pesos en 20123, es decir, lo equivalente al 68% del recorte al gasto público anunciado por el gobierno federal para el 2015, si ponemos en perspectiva este valor y si recordamos que el recorte para este año fue por un total de 124 mil 300 millones de pesos.

El IMCO también estima que, del cos-to asociado a este padecimiento, el 73% concierne a gastos por tratamiento mé-dico, el 15% a pérdidas de ingreso por au-sentismo laboral y el 12% por mortalidad prematura3; adicionalmente considera que cada año se pierden más de 400 mi-llones de horas laborables por diabetes asociada a sobrepeso, lo que equivale al 32% de los empleos formales creados en 20143.

Para 2017 las proyecciones del impac-to de esta problemática en la economía del país no son muy alentadoras. Según varios especialistas, de no intervenir oportunamente en la reducción del sobrepeso y la obesidad en México, el costo total podría ascender a los 160 mil millones de pesos4.

Desafortunadamente, aun sabiendo la magnitud y los costos asociados, los recursos públicos destinados a aten-der estas enfermedades no han sido suficientes y tampoco han aumentado de forma proporcional al crecimiento de la problemática. Por el contrario, se

ha reducido el presupuesto a las entidades públicas con programas diseñados a atenderlos; tal es el caso de los recortes presupuestales que han sufrido las Secretarías de Salud, Educación y de Desarrollo Social tanto en 2015 como los anunciados para 2016.

Al ser reconocida la obesidad como uno de los principales problemas de salud pública en México2, se ha promovido a través de diferentes organis-mos la necesidad de imple-mentar políticas públicas que

protejan a las poblaciones vulne-rables, prevengan y ayuden a resolver la situación. El primer gran esfuerzo fue en la administración del presidente Felipe Calderón, cuando en 2010 se pro-mulgó el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria5: estrategia multisectorial, bien articulada, pero que careció de presupuesto, seguimiento y rigor en las regulaciones.

Desde entonces, la sociedad civil, la comunidad académica y la industria alimentaria han mostrado preocupación por colaborar y dar seguimiento a la si-tuación, pero el impacto ha sido limitado; ejemplos de esto son los esfuerzos por parte de la industria en dar orientación alimentaria y proponer medidas de au-torregulación como es el caso del Código PABI (de autorregulación de la publicidad infantil), y el etiquetado de alimentos vo-luntario frontal, usando porcentajes con respecto a valores máximos recomenda-dos sobre una dieta promedio, conocidos como GDA6, 7.

Durante la administración del presi-dente Enrique Peña Nieto también se han tomado acciones concretas en este tema. En 2013 se incluyó en la agenda la Estrategia Nacional Contra el Sobrepeso la Obesidad y la Diabetes, un esfuerzo de carácter intersectorial que designó a la Secretaría de Salud para mejorar la aten-ción primaria a padecimientos relacio-nados con la enfermedad; a la Comisión Federal para la Protección contra Ries-gos Sanitarios (Cofepris) para el tema de regulación de alimentos, incluyendo la publicidad dirigida a niños y el etiqueta-do nutrimental. También se involucró a la Secretaría de Educación Pública y a la

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1 Dobbs, R., et al., Overcoming obesity: An initial economic analysis. Noviembre de 2014. McKinsey Global Institute.2 Gutiérrez, J., et al., Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012. Resultados Nacionales. 2012, Instituto Nacional de Salud Pública: Cuernavaca, México.3 IMCO, Kilos de más. Pesos de menos. Los costos de la obesidad en México. 2015, Institu-to Mexicano para la Competitividad: México.4 Hernández M, Foro Análisis de la Política Pública para el Control de Obesidad en México. La visión de los expertos sobre el problema y las posibles soluciones. México D.F. 26 de octubre, 20125 Secretaría de Salud, Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria: Estrategia contra el sobrepeso y la obesidad. Bases técnicas. 2011, Secretaría de Salud: México.6 Consejo de Autorregulación Publicitaria (Conar), Codigo PABI. Código de autorregulación de publicidad de alimentos y bebidas no alcohólicas dirigida al público infantil, Óptima Impresión, Editor. 2008: México, D. F.7 Carriedo, A. y S. Barquera, Sistema Voluntario de Etiquetado Frontal de Alimentos en México: antecedentes, bases técnicas y propuesta de implementación. 2013, Instituto Nacional de Salud Pública.8 Colchero, M. A., Popkin, B. M., Rivera, J. A., & Ng, S. W. (2016). Beverage purchases from stores in Mexico under the excise tax on sugar sweetened beverages: observational study. BMJ, 352. doi: 10.1136/bmj.h67049 Sacks, G., B. Swinburn, and M. Lawrence, Obesity Policy Action framework and analysis grids for a comprehensive policy approach to reducing obesity. Obesity Reviews, 2009. 10(1): p. 76-86.10 Barquera, S., I. Campos, and J. A. Rivera, México attempts to tackle obesity: The process, results, push backs and future challenges. ObesityReviews, 2013. 14(S2): p. 69-78.

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Secretaría de Hacienda y Crédito Público: la primera para darle seguimiento a los lineamientos de venta y preparación de alimentos en los planteles escolares, y la segunda para implementar el impuesto a las bebidas azucaradas y a los alimentos altos en sodio, azúcar, grasas saturadas y grasas totales, acción que entró en vigor en enero de 2014 con la aprobación de la Ley del Impuesto Especial Sobre Produc-ción y Servicios (IEPS).

Por su parte, la entonces secretaria de Salud, la doctora Mercedes Juan, anunció la creación del Observatorio de Obesidad en México (OMED), a través del cual se pretende dar seguimiento a las políticas sugeridas y evaluar los resultados alcan-zados con un equipo multidisciplinario y con indicadores clave. El diseño es pro-metedor, y cuenta con un enfoque en la parte regulatoria de alimentos, bebidas y suplementos alimenticios; asuntos que sin duda han llamado la atención y han incentivado el debate público por los temas que han tratado: impuesto al refresco, etiquetado de alimentos y la regulación de la publicidad de alimentos en los horarios infantiles.

Discusiones recientes han cuestiona-do la efectividad de las políticas antes mencionadas, y es que ciertamente no ha habido suficientes indicios que demuestren que, a dos años de haberse implementado, se hayan tenido reduc-ciones importantes en la prevalencia de obesidad y sobrepeso.

Un ejemplo claro de esto fue, en octubre del año pasado, cuando se discutió en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores sobre la posibilidad de reducir el impuesto en las bebidas con menor contenido de azúcar, a pesar de que una reciente publicación del Instituto Nacio-nal de Salud Pública y de la Universidad de Carolina del Norte, en el British Medi-cal Journal, indica una reducción de 12% en el consumo de bebidas azucaradas a partir de la implementación del impues-to al refresco8. Así, a pesar de tener un problema tan serio de salud, y aún con acciones políticas vigentes, hay riesgo de que éstas se eliminen por otras motiva-ciones, incluyendo la influencia política. De modo que es importante reconocer que la evidencia no siempre es la moti-vación para que se realicen cambios en

la agenda de obesidad en México, sino la voluntad política, así como los momentos electorales y la presión de la sociedad civil o de la comunidad internacional9, 10.

Ante el panorama que enfrentamos, resulta fundamental no bajar la guar-dia, sino mantener y fortalecer los esfuerzos para reducir el sobrepeso y la obesidad, poniendo especial atención a los sectores socioeconómicos más bajos que, por falta de un tratamiento opor-tuno, enfrentan amputaciones, ceguera, infartos o diálisis como consecuencia de estas enfermedades.

El problema de obesidad y diabetes no es exclusivo del que la padece o del Es-tado, por lo que resulta imperativo aten-derlo también desde nuestras familias. Desde la sociedad civil debemos forta-lecer nuestra participación en mesas de discusión, en trabajo voluntario y comu-nitario, y en la construcción de políticas públicas o institucionales que ayuden a amortizar la situación promoviendo hábitos saludables en quienes están en riesgo o sufriendo la enfermedad y pro-tegiendo nuestro entorno de ambientes que promueven el sedentarismo, la mala alimentación y la desigualdad social, pues esta última también es causa direc-ta de estos padecimientos.

para 2017 las proyecciones del impacto de esta problemática en la economía del país no son muy alentadoras. según varios especialistas, de no intervenir oportunamente en la reducción del sobrepeso y la obesidad en méxico, el costo total podría ascender a los 160 mil millones de pesos.

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¿Se cumple el derechoa la salud en México?

Cinco destacados especialistas responden a esta pregunta

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La Organización Mundial de la Salud afirma que “el goce del grado máximo de salud que se pue-da lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano”, el cual incluye el acceso oportuno, aceptable y asequible a servicios de atención de calidad suficiente, y señala además la responsabilidad de los gobiernos de garanti-zar la salud de sus pueblos, especialmente de los grupos desfavorecidos y discriminados social y económicamente (como las comunidades indí-genas), que están expuestos a mayores tasas de enfermedad y mortandad por las graves dificul-tades para acceder a servicios de prevención y atención adecuados.

Como una primera valoración de las condi-ciones del sistema mexicano de salud, la Orga-nización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), realizó en 2005 un estudio en el que se detectaron importantes carencias en diversos rubros como el financiamiento, la cobertura de seguridad social, la productividad de los profesionales de la salud y la calidad y efectividad de la atención, entre otras. Desde entonces, el gobierno mexicano puso en mar-cha iniciativas con el fin de mejorar el sistema de salud pública, y al paso de una década se registraron algunos progresos, como da cuenta el segundo Estudio de la OCDE sobre los Sistemas de Salud: México 2016. Entre los más signifi-cativos se encuentra una mayor cobertura en salud con el Seguro Popular, que atiende a más de 57 millones de personas que antes no contaban con servicio médico, logrando que 93 de cada 100 mexicanos tenga algún tipo de servicio médico y convirtiéndose en la opción para los 29 millones de personas que trabajan en la informalidad. Asimismo, los impuestos a las bebidas saborizadas con azúcar y a los ali-mentos con alta densidad calórica, el etiquetado más detallado sobre el contenido nutricional de los alimentos y bebidas y una mejor regulación de la publicidad alimenticia dirigida a menores de edad, además de la disminución de 9.7% en la mortalidad materna y 32% en la relacionada al cáncer cervicouterino, y la compra consolidada de medicamentos. Sin embargo, prevalecen importantes desafíos en la materia, que se ex-presan en la diferencia en esperanza de vida entre la población mexicana y el promedio en

BEATRIZPALACIOS.

Asistente editorial de IBERO.

los países de la OCDE, la cual durante la última década aumentó de cuatro a casi seis años.

La OCDE hace hincapié en que “para que exista un sistema de salud más equitativo, efi-ciente y sostenible, donde todos los mexicanos sean beneficiados, es necesario hacer reformas de gran alcance”, ya que el incremento en la inversión pública de México en el área de salu-bridad de 2.4 a 3.2% del PIB entre 2003 y 2013 —los países de la OCDE en promedio destinan 9.6% del PIB—, no se tradujo en una mejor salud ni en un mayor desempeño del sector como se hubiera esperado, incluso casi 10% de los recursos se asignan a gastos administrativos, lo que contrasta con el promedio de 4% en otras naciones.

En este sentido, se han comenzado a aplicar algunas medidas básicas publicadas en el Diario Oficial de la Federación tras la reforma a la Ley General de Salud, entre ellas la implementación de controles para asegurar que el dinero que se asigna a los estados se emplee en la atención de la salud, además de verificar trimestralmente el gasto del presupuesto y la aplicación de penas por el desvío de recursos, así como la opción de entrega del presupuesto a los estados en especie, es decir, a través de medicamentos y dispositivos médicos, adquiridos a mejor precio gracias a las compras conjuntas.

Como arrojan los resultados del estudio de sistemas de salud de la OCDE, en México hay importantes rezagos que se deben atender de manera urgente. Ejemplo de ello es que más de 15% de los adultos vive con diabetes, lo que es más del doble del promedio de los países ads-critos a este organismo internacional (6.9%); las tasas de sobrepeso u obesidad en la población adulta aumentaron de 62% en 2000 a 71% en 2012, y en la actualidad uno de cada tres niños en México tiene sobrepeso o sufre de obesi-dad; los decesos por padecimientos cardiacos descendieron sólo uno por ciento desde 1990, lo que contrasta con la disminución de 48% re-gistrada en varios países de la OCDE. Se suma que México tiene 2.2 doctores por cada mil ha-bitantes, por debajo del promedio de la OCDE de 3.3, y sólo una tercera parte del número de enfermeras por cada mil habitantes con rela-ción a otras naciones.

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Aunado a lo anterior, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012, aunque más de 90% de los mexicanos tiene algún tipo de cobertura en el sistema público, millones de asegurados rehúyen acudir a éste por falta de confianza en la atención médi-ca y optan por servicios particulares, con la consiguiente compra de medicamentos en las farmacias privadas, lo que representa un alto costo para la economía familiar. Asimismo, el estudio Satisfacción de Usuarios del Sistema de Protección Social en Salud 2013, realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública, dio a conocer que los afiliados al Seguro Popular, por desabastecimiento de medicamentos, surten 30% de sus recetas en farmacias comerciales.

A partir de estos resultados y con base en otras experiencias internacionales, la OCDE plantea que la reforma del sistema mexicano de salud se enfoque en tres asuntos priorita-rios. En primer lugar, expandir los convenios para permitir el intercambio de servicios entre el IMSS, el ISSSTE y el Seguro Popular, a fin de que los afiliados puedan transitar de un sistema a otro, independientemente de dónde vivan o del tipo de trabajo que tengan. Actualmente, el sistema mexicano de salud funciona como un grupo de subsistemas que opera de manera des-conectada y cada uno ofrece un nivel distinto de cobertura y precios, con resultados también muy desiguales. Asimismo, las personas no pueden elegir el tipo de seguro ni el proveedor de servicios, ya que éstos son determinados por su empleo, ya sea público, privado, formal, informal o inexistente.

Cada año, alrededor de una tercera parte de los afiliados al IMSS y al ISSSTE se ven obli-gados a cambiar de proveedor, de institución y de doctor, sencillamente porque su empleo cambió. Esta situación afecta la continuidad

del cuidado médico, que es especialmente importante para personas con enfermedades crónicas como la diabetes, y genera un dis-pendio de recursos, ya que el mismo individuo debe recurrir a múltiples sistemas a lo largo de su vida, o incluso durante un solo proceso de tratamiento.

Los sistemas de información entre las ins-tituciones de seguridad social se mantienen incompatibles y cuando en otros países ya fun-ciona el expediente electrónico de derechoha-bientes que contiene la información clínica de cada paciente, en México no existe un registro nacional de pacientes o censo, que es un requi-sito mínimo para permitir la interoperabilidad. El estudio señala que, para que nuestro país pueda ofrecer a todos los ciudadanos una aten-ción sanitaria equitativa, eficiente, sostenible y de alta calidad, debe transitar a un sistema de salud centrado en las necesidades de los individuos en lugar de uno que esté restringido debido a los acuerdos institucionales históricos.

En segundo término, advierte sobre la mejo-ra en la calidad y resultados de los servicios de salud, para lo cual es indispensable construir sistemas de información que permitan monito-rear la calidad del servicio, además de generar y publicar reportes sobre el desempeño de los diversos hospitales y clínicas y compartir las buenas prácticas, lo que fomentará que las aseguradoras, los doctores y los pacientes iden-tifiquen y premien la excelencia en el sistema y también que se detecte el mal desempeño.

Finalmente, señala la necesidad de alinear los distintos ámbitos de atención y servicio mé-dico. Por ejemplo, el cuidado de los pacientes, los precios, los mecanismos de información y las prácticas administrativas a través de todos los subsistemas, ya que un mejor control pre-ventivo podría impulsar acciones sostenidas y coordinadas entre el Seguro Popular y las otras instituciones de seguridad social, en particular cuando las personas cambian constantemente de esquemas y pasan del sector formal al in-formal y viceversa. En este sentido, la OCDE recomienda a México establecer una Comisión que logre consolidar un sistema unificado en sus distintos componentes, así como impulsar medidas que igualen de forma gradual los be-neficios ofrecidos por cada institución provee-dora de servicios de salud y, con ello, preparar el camino hacia un sistema de salud más justo y eficiente.

Sobre este tema de gran relevancia para el desarrollo del país y que forma parte de los de-rechos fundamentales de todos los mexicanos, cinco destacados especialistas responden a la pregunta si se cumple el derecho a la salud en México.

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El derecho a la salud es un ideal

de justicia“El fin de la justicia es la paz —decía Rudolph von Ihering—, y el medio para lograrla es la lucha”. Esto nos enseñaba una de las lectu-ras obligadas para quienes iniciábamos la carrera de derecho. La frase nos exaltaba y comprometía a buscar esa paz por la vía de la lucha que, en los años de juventud, era una condición de todo estudiante en la Facultad de Derecho de la UNAM (y a la que no era ajena la Ibero, universidad en la que cursé mi primer semestre de la carrera). La vía para esta lucha, sin embargo, que habíamos escogido, era la del Derecho, única vía civili-zada de encontrar la justicia.

En lo particular, el derecho a la salud es una de las exigencias sine qua non de la na-turaleza humana. La lucha por gozar de su protección, de su cabal cumplimiento, es la lucha por una de las condicionantes para el ejercicio en plenitud del resto de nuestras libertades. Y sólo siendo libres podemos lu-char por la justicia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el derecho a la salud como la creación de las condiciones por parte de los Estados que permiten que todas las personas puedan vivir lo más saludablemente posible. El derecho a la salud incluye el acceso a una atención sanitaria oportuna, aceptable, ase-quible y de calidad satisfactoria1.

La reflexión sobre el cumplimiento de este derecho, implica pensar en una multiplicidad de factores relacionados, no sólo al acceso a los servicios de salud, sino a la eficacia y efi-ciencia de las funciones desempeñadas por nuestro Sistema Nacional de Salud (rectoría, financiamiento, prestación de servicios, ge-neración de recursos y vinculación con otros sectores). Hago referencia a la cobertura uni-versal en salud, que ha sido el tema central de la agenda global en la materia, definida como el acceso universal a servicios de salud integrales a un costo razonable y sin riesgos financieros mediante la protección contra gastos catastróficos en salud2. Es en este con-texto que enmarco mi opinión sobre el cum-plimiento del derecho a la salud en México.

En su artículo sobre la cobertura universal en salud, Knaul et al. (2013)3 analiza el cami-no hacia la cobertura universal en México, documentando los importantes avances y desafíos que nuestro país ha alcanzado en materia de cobertura universal mediante la reforma constitucional de 2003. “La refor-ma de 2003, fue motivada en gran medida por los desequilibrios que requerían una armonización financiera de los proveedores públicos. Además, antes de 2003, el sistema se caracterizó por el reducido gasto total en salud, el predominio del gasto privado de bolsillo, la asignación inequitativa de recur-sos públicos entre asegurados y no asegura-dos y entre estados, la desigual contribución estatal al financiamiento de la salud, y la inversión insuficiente en equipamiento e infraestructura”4. En este contexto, se crea el Sistema de Protección Social en Salud (SPSS) cuyo componente más importante es el Se-guro Popular (SP), que implicó una reforma legislativa centrada en la reestructuración financiera para corregir estos desequilibrios, garantizando el acceso a un paquete explíci-to y amplio de servicios esenciales, así como a un paquete de intervenciones más costosas y especializadas asociadas con enfermeda-des y condiciones de salud específicas.

Esta reforma se propuso fortalecer la salud pública mediante innovaciones para promo-ver la protección de los pacientes y combatir los riesgos para la salud —creación de la Comisión Federal para la Protección contra Fo

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JOSÉ CAMPILLO GARCÍAPresidente Ejecutivo de la Fundación Mexicana para la Salud A. C., es licenciado en Derecho por la UNAM con posgrado en Desarrollo Económico por la Universidad de Bir-mingham, Inglaterra. En la Secretaría de Salud fue Subsecretario de Regulación y Fomento Sanitario, impulsando la formulación de Normas Oficiales Mexi-canas e instrumentos regulatorios para garantizar la calidad de los servicios de salud. Miembro de la Acade-mia Mexicana de Dere-cho y Economía y de la Academia Mexicana de Derecho Ecológico, es invitado permanente en la Conferencia Nacional de Procuradores de Justicia del Gobierno de la República.

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Riesgos Sanitarios (Cofepris)—, además de buscar innovaciones para promover la pro-tección financiera.

La reforma presentó impactos positivos en indicadores de estructura y proceso (merca-do laboral, desarrollo económico y financia-miento), cobertura efectiva, estado de salud y protección financiera. Hasta diciembre de 2014, más de 57 millones de mexicanos, que antes no contaban con seguro de salud, se incorporaron al SP. La mayoría de ellos, de los deciles de ingreso más pobres. Con recur-sos del SP se contrató personal adicional y se ha ampliado el acceso a los medicamentos esenciales.

Si bien se han tenido avances importantes, México aún encara importantes retos para lograr un Sistema Nacional de Salud Univer-sal que atienda las necesidades de servicios de salud con calidad y con protección finan-ciera pública para toda la población.

Sabemos que el Sistema Nacional de Salud enfrenta un acelerado incremento de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), vinculado a cambios en los estilos de vida y el envejecimiento de la población. En este contexto, la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) estableció a principios de 2015 el Grupo de Pensamiento para el Análisis y Consenso sobre la Participación Sociedad-Gobierno para contribuir en la identificación específica de los retos que en-frentamos. En un estudio reciente sobre el Diagnóstico de los retos al Sistema Nacional de Salud Universal, ahondamos en el aná-lisis de la integración de redes de servicios de salud para lograr más y mejor salud, así como la competencia en la gestión de fondos públicos para contribuir a la inversión y a la eficiencia de la asignación de recursos.

El estudio demuestra que las ECNT incre-mentarán su peso hasta en 32% para 2030, por lo que México tiene que multiplicar los servicios de salud entre 52% y 123% para atender este tipo de padecimientos de hoy y lo que se espera para 2030. El déficit de recursos para la salud es preocupante y se estima que aumente los próximos años.

Si bien la cobertura de intervenciones ha aumentado, es necesario que el sistema aumente la cobertura para intervenciones dirigidas a abatir las ECNT e intervenciones de alta prioridad para el total de la población. En términos de protección financiera (esto es, contar con alguna forma de asegura-miento público o privado), el gasto de bolsillo en salud sigue siendo un gran reto en la agenda de salud, además de que aún 16% de los mexicanos carecen de protección finan-

ciera. La inversión en el sector salud está muy por debajo de lo necesario para ofrecer los servicios de salud requeridos, por lo que México debe multiplicar al menos por 7.5 veces el nivel actual de inversión en salud.

En conclusión, para responder a la pre-gunta: ¿se cumple el derecho a la salud en México? No me atrevo a dar una respuesta negativa, porque es necesario reconocer los esfuerzos que se han llevado a cabo para mejorar el acceso a los servicios de salud y reducir la prevalencia de los gastos en salud catastróficos y empobrecedores, especial-mente entre las clases más pobres. Sin em-bargo, tampoco podría decir que se cumple este derecho de manera plena. El contexto actual y el diagnóstico que hemos realizado, nos han permitido concluir que se requiere una mayor inversión en recursos humanos, infraestructura e innovación al modelo de atención en salud.

Es necesario redoblar esfuerzos para incentivar la innovación en los modelos de atención, la efectividad en las redes de aten-ción y la eficiencia en el aprovechamiento de los recursos, todo ello salvaguardando la equidad en el acceso a los servicios de salud. Para incrementar la inversión y absorber los cuantiosos recursos que México requiere, se hacen necesarias profundas reformas tendientes a introducir incentivos a la in-versión pública y privada, a la innovación y a la competitividad en todo el Sistema Nacional de Salud. Con esto, Funsalud busca concientizar a los distintos sectores sobre la necesidad de su participación para asegurar el cumplimiento del derecho a la salud de todos los mexicanos.

El derecho a la salud, digámoslo antes de concluir, es un anhelo, un ideal de justicia que en la realidad nunca se alcanza, mas no por eso debemos renunciar a acercarnos a ella insistentemente y sin descanso, viéndo-la —abstracta como es— en aquellos actos que nos parecen justos. Luchar por el derecho a la salud, en suma, es una lucha obligada y, siempre, urgente, en razón de las servidum-bres que, como la pobreza y la ignorancia, imponen a nuestra condición humana.

1 Organización Mundial de la Salud. Disponible en http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs323/es/2 WHO.World Health Report 2010.Health systems financing.Path to universal coverage. Geneva: World Health Organization, 2010.3 Knaul, F. M., González-Pier, E., Gómez-Dantés, O., García-Junco, D., Arreola-Ornelas, H., Barraza-Lloréns, M., &Frenk, J. (2013). “Hacia la cobertura universal en salud: protección social para todos en México”. Salud Pública de México, 55(2), 207-235.4 Idem.

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La accesibilidad a la atención a la salud

no es equitativa

MIGuELCOnChA MALO

Con una reconocida trayectoria de casi 40

años en defensa de los derechos humanos, es cofundador y presi-dente del Centro Fray

Francisco de Vitoria, vicepresidente de la Academia Mexicana

de Derechos Humanos y miembro del

Consejo Directivo de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción

de Derechos Humanos y del Grupo Paz con

Democracia, además de integrante del

consejo ciudadano de Unicef en México y de la sección mexicana de Amnistía Interna-

cional. Autor de varios libros en materia de

derechos humanos, ha merecido, entre otros

reconocimientos, la Medalla y el Testimonio Roque Dalton 2002, de

El Salvador, y el Premio Emilio F. Mignone 2015,

de Argentina.

Para comprender si en México la población accede plenamente a su derecho a la salud hay que tomar primeramente en cuenta que éste va más allá de la atención médica en caso de enfermedad o dolencia. Al estar reconoci-do internacionalmente en instrumentos de protección, como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU (PIDESC), el derecho internacio-nal obliga a los Estados, en este caso al Esta-do mexicano, a diseñar y dirigir sus políticas, programas y acciones a respetar, proteger, promover y garantizar ese derecho.

La satisfacción del derecho está ligada a una serie de factores y componentes (siste-ma de salud) que permitan la prevención, vigilancia y cuidado de la salud, así como a los elementos necesarios para que todos los grupos de la población, principalmente los más excluidos y discriminados, puedan tener acceso físico y económico, eficaz, opor-tuno y de calidad a los servicios que brinda. Su buen o mal funcionamiento impactará directamente en la calidad de vida y estado de bienestar físico y mental de las personas. Sin embargo, muchas veces esto no sucede. En el caso de México la política de salud está dirigida mayormente a la atención cuando ya existe una afectación, y pocas son las ac-ciones en materia preventiva.

En México el acceso a los servicios de salud puede ser de manera privada o bajo el sistema estatal. No obstante, aun cuando en nuestro país existe un sistema de salud público, éste se encuentra fraccionado, pues cada sector atiende a un determinado fragmento de la población: con seguridad social por empleo formal, en el caso del sector privado o guber-namental; sin acceso a seguridad social por empleo; con acceso por seguro de estudiante o facultativo, o por filiación o parentesco con el empleado.

A partir de aquí nos damos cuenta que la accesibilidad a la atención a la salud no es equitativa. La población asegurada, alrede-dor de 74 millones de personas, es atendida por los sistemas IMSS, ISSSTE, PEMEX o De-fensa Nacional, lo cual deja a casi 40 millones de personas sin seguridad social, y sólo con la opción de acudir a las saturadas clínicas del Seguro Popular o a la atención privada. Quienes se atienden en el sector privado ge-neralmente erogan grandes porcentajes de

su sueldo, lo cual provoca el llamado gasto catastrófico en las familias.

La división realmente no asegura un acce-so físico a las clínicas o una atención de cali-dad en ellas. Además, las clínicas del sector público no están debidamente distribuidas a lo largo del país. Las zonas rurales y peri-féricas sólo cuentan con centros de primer nivel de atención, los cuales son escasos, sin la infraestructura necesaria, y están general-mente ubicados en las cabeceras municipales. Por consiguiente, cuando la población necesi-ta atención especializada, debe trasladarse a las zonas urbanas que concentran los centros de segundo y tercer nivel, lo cual genera saturación, pues no todas cuentan con la infraestructura física y humana necesaria. Se calcula que en México existen 1.85 mé-dicos por cada mil habitantes. Y el continuo desabastecimiento de medicamentos obliga muchas veces a las familias a conseguir los fármacos por su cuenta, lo que resulta en un alto costo en el caso de enfermedades crónico degenerativas, afectando nuevamente de manera más severa a los sectores más pobres.

Lo anterior impacta notablemente en la calidad en el servicio. Se calcula que la me-dia del tiempo de espera para atención es de hasta 50 minutos para ingreso a consulta. En las zonas rurales éste puede llegar a los 60 minutos, mientras que en las zonas urba-nas hasta 71 minutos.

Respecto al gasto que se destina para mantener el sistema público, en los últimos años hemos visto un desmantelamiento paulatino de los sistemas de seguridad social. Se priorizan los rubros destinados a seguridad pública, y se reducen en términos netos los recursos a la salud, la educación y la vivienda. Mucho se ha hablado de los cambios legislativos y en materia de política pública que permiten la privatización de los sistemas de salud.

Aunado a ello la atención parece ser ge-neralizada, pero son pocos los grupos pobla-cionales que reciben una atención acorde a sus necesidades. Esto tiene que ver con las políticas públicas de atención a las causas de morbilidad y mortalidad en el país, y según grupo o sector poblacional: mujeres, infan-cias, adultos mayores, juventudes, etc.

Podemos decir que en México no toda la población ve garantizado plenamente su derecho a la salud. Falta mucho por hacer en materia preventiva, y generar condiciones que permitan a la población gozar de un bienestar físico y mental. Falta también la creación e implementación de políticas con perspectiva de derechos humanos que per-mitan mejorar la accesibilidad física y eco-nómica, así como la disponibilidad y calidad de los servicios.

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La protección de la salud se ha ampliado progresivamente

GABRIEL J.O’ShEA CuEvAS.Actual Comisionado Nacional de Protec-ción Social en Salud, es médico oftalmólo-go por la Universidad de Guadalajara, con maestría en Gerencia en Servicios de Salud. Ha sido secretario de Salud del Estado de México y responsable del Programa de Tras-plantes y Banco de Órganos y Tejidos de la Fundación Oftalmo-lógica de Occidente A. C., además de director del Centro Estatal de Trasplantes del Estado de México. Es miembro de la Sociedad Mexicana de Oftalmología, de la Sociedad Americana de Oftalmología y del Centro Mexicano de Córnea y Cirugía Refractiva, entre otras asociaciones.

OCTAvIO GóMEZ-DAnTÉSMédico por la UAM-Xochimilco, realizó estudios de maestría en Salud Pública y en Políticas de Salud y Planificación en la Universidad de Harvard. Inves-tigador del Centro de Investigación en Sistemas de Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, se ha desempeñado como Director General de Evaluación del Desempeño de la Secretaría de Salud y Coordi-nador del Proyecto Internacional de la Salud de la Fundación Mexicana para la Salud, entre otros cargos. Ha sido miembro de la Junta de Gobernadores en el Centro Internacional de Investigaciones para el Desa-rrollo de Canadá y es coautor, junto con Julio Frenk, del libro Para entender: El sistema de salud en México.

AMPARO ESPInOSA RuGARCÍA. Licenciada en Administración de Empresas, es doctora en Orientación y Desarrollo Humano por la Universidad Iberoamericana y en Psicoaná-lisis por el Instituto Mexicano de Psicoanálisis. Fundadora del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, de la Fundación ESRU, dedicada al desarrollo educativo de México, y de la asocia-ción Documentación y Estudios en Mujeres, A. C. (DEMAC), que actualmente dirige. Ha sido colum-nista en diversas publicaciones y conductora de varios programas de radio, además de autora, entre otros libros, de Dulce asalto al poder.

Por el derecho amorir con dignidad Mi respuesta va en el marco de un nue-vo proyecto que acabo de lanzar: “Por el Derecho a Morir con Dignidad”. Consi-dero que desde esta perspectiva, para que el derecho a la salud se cumpla ca-balmente debe incorporar la legislación y prácticas sanitarias para que las y los mexicanos podamos tener una muerte digna con los cuidados paliativos y op-ciones de decisión necesarias para ello. Esto no existe aún en nuestro país.

En México el ejercicio del derecho a la protección de la salud se ha ampliado progresivamente. El Seguro Popular permitió extender la protección social en salud a más de 40 millones de mexicanos que hasta 2003 recibían atención sobre una base asistencial. Los retos ahora son dos: 1) garantizar que la atención que reciban los afiliados a dicho seguro sea de alta calidad, y 2) garantizar el acceso a servicios de salud integrales en las comunidades rurales, sobre todo indígenas, que cuentan con unidades de salud con escasos recursos humanos, físicos y materiales, incluyendo medicamentos básicos. En México estamos a punto de alcanzar la afiliación universal a un seguro de salud; estamos en camino de lograr el acceso universal y todavía nos tomará un tiem-po llegar a la cobertura efectiva universal (CEU), que supone el acceso de todos a servicios integrales de salud de alta calidad y con protección financiera. Cuando alcancemos la CEU podremos decir que en México está garantizado el ejercicio efectivo e igualitario del derecho a la pro-tección de la salud.

El Estado mexicano preserva el derecho a la protección de la saludEl derecho a la protección de la salud, con-sagrado en el artículo cuarto constitucional encuentra su expresión en la existencia de los esquemas de seguridad social que contemplan coberturas de servicios de salud para la población trabajadora del de-nominado sector de la economía formal, así como para la población carente de seguridad social, a través del Sistema de Protección Social en Salud, que surge precisamente ante la necesidad de brindar una alternativa de protección social en salud para este grupo poblacional de manera equitativa, integral y sin distingos de ninguna naturaleza. Hoy en día el padrón del Seguro Popular, cuya in-corporación es voluntaria, se encuentra con-formado por 57 millones 300 mil mexicanos afiliados, lo que constituye aproximadamen-te el 48% de la población total del país. Sabe-mos que aún existen retos que afrontar en materia de salud, motivo por el cual la labor gubernamental se ha enfocado a estructurar estrategias trascendentales, que permitan generar cambios sustanciales y mayores be-neficios. En este sentido, podemos concluir, que el Estado mexicano, indudablemente preserva el derecho a la protección de la salud, toda vez que se asegura el acceso a servicios en los tres niveles de atención para toda la población.

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GIULIA SALIERIEs Maestra en Adminis-

tración de Negocios y en Educación por la Univer-

sidad de Stanford, y en Economía y Finanzas por

la Universidad Bocconi de Milán. Se incorporó a Fundación IDEA en 2010,

donde es Directora de Políticas Educativas y

Planeación Estratégica. Se especializa en pro-

yectos relacionados con innovación, planeación estratégica, educación,

salud, desarrollo econó-mico y capital humano.

Previo a su ingreso a Fundación IDEA, trabajó

como consultora en McKinsey & Company.

Además, ha colaborado con asociaciones

educativas en Europa y África.

SANDRAFUENTES

Es Licenciada en Rela-ciones Internacionales por el ITAM. Desde 2013 forma parte del equipo

de Fundación IDEA, donde es Analista Senior.

Se ha especializado en proyectos sobre innova-

ción y transferencia de tecnología con énfasis en salud y tecnologías de la información. Ha

colaborado en proyectos sobre juventud y con organizaciones de la sociedad civil. Previa-

mente realizó prácticas profesionales en las

embajadas de Francia en México y de México

en París. Foto

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¿Por qué México tiene que innovar en salud pública?

La salud es un tema prioritario en las agendas políticas de los países, debido a su relevancia para los derechos humanos, el peso que tiene

en el gasto público, y su impacto en el desarrollo económico. Al contar con mejores condiciones de salud, la población no sólo vive más y mejor, sino que también mejora sus capacidades y su productividad, mejorando así la competitividad del país.

México aún enfrenta retos importantes para garantizar cuidados básicos a la to-talidad de su población. Además, al igual que muchos países, está enfrentando transiciones demográficas y epidemiológi-cas que requieren que el sistema se adapte para proveer atención a pacientes no sólo con enfermedades agudas, sino también con padecimientos que los afectan por pe-ríodos más extensos y que pueden causar diferentes tipos de discapacidad.

La introducción de innovaciones de productos, procesos y organización en el sector salud pueden contribuir signi-ficativamente a mejorar la salud de los mexicanos, incrementando su bienestar y la competitividad del país, así como a reducir los costos del sistema. Es necesario que México aprenda de las mejores prácti-cas implementadas internacionalmente, y aplique las más relevantes, adaptándolas a su contexto. Asimismo, es oportuno y con-

veniente que se fomente la innovación en el campo médico y farmacéutico al interior del país.

El sector salud en México: desafíos antiguos y nuevos retosEl acceso universal a servicios de salud de calidad sigue siendo una aspiración no cumplida en México, en particular entre comunidades marginadas y desfavoreci-das. De acuerdo con datos presentados por Martín Lajous Loaeza (profesor-investiga-dor en el Instituto Nacional de Salud Pú-blica), en el transcurso del Primer Foro de Innovación en el Sector Salud como Motor para la Competitividad en México, el 42% de las unidades rurales son atendidas por estudiantes de medicina, y el 16.1% de las consultas ambulatorias se hacen bajo el modelo farmacia-consultorio.

En México hay retos preexistentes, en-tre los que destaca el hecho de que la mor-talidad materna es dos veces mayor que en Chile. Además, el país está actualmente atravesando una fase de transición demo-gráfica y epidemiológica que está cambian-do radicalmente los perfiles y necesidades del paciente promedio. La población de México está envejeciendo gradualmente, lo que resulta en un significativo aumento de los padecimientos crónicos.

Anteriormente a esa transición, la mortalidad y la hospitalización estaban principalmente asociadas a enfermedades transmisibles o de población joven: dia-rrea, complicaciones por parto o enferme-dades respiratorias. Actualmente, éstas se explican en mayor medida por la prolife-ración de enfermedades no transmisibles, comúnmente asociadas a condiciones crónicas: diabetes o cáncer.

El problema es que el modelo de salud existente está poco preparado para en-frentar estos nuevos retos. Los sistemas de salud fueron diseñados para tratar enfermedades que podían provocar la muerte de los pacientes en el corto plazo, y no para enseñar a los pacientes a vivir con enfermedades crónicas o con discapacida-des. El tratamiento de las enfermedades transmisibles se lleva a cabo en dos prin-cipales etapas: diagnóstico y tratamiento. En contraste, el tratamiento de discapaci-dades y de enfermedades no transmisibles debe darse en seis etapas para asegurar una atención integral: prevención pri-

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maria, detección temprana, diagnóstico, tratamiento, cuidados para sobrevivientes y cuidados paliativos.

Debido a la proliferación de enfermeda-des crónicas, la prevención ha tomado un lugar fundamental en los sistemas de sa-lud. Asimismo, los pacientes pueden vivir varios años con alguna discapacidad o con enfermedades crónicas, por lo que los cui-dados para sobrevivientes y los cuidados paliativos se han vuelto más importantes. Es necesario concebir nuevos productos, procesos y métodos que permitan adaptar el funcionamiento actual de los sistemas de salud a los retos y desafíos que enfrenta.

El impacto de la salud en lacompetitividad: un círculo virtuosoTres factores influyen en la competiti-vidad de un país: las personas, el capital físico y los recursos naturales1. La salud es determinante en el desempeño de las personas, al permitirles alcanzar una ma-yor productividad. Asimismo, el desarrollo económico y la salud son dos conceptos que se retroalimentan entre sí: la salud es imprescindible para el crecimiento y de-sarrollo económico, así como el desarrollo económico de un país determina el nivel de prestación de servicios a la población, y por lo tanto, su estado de salud2.

Los problemas de salud impactan en la competitividad de un país de tres principa-les maneras3: •Costo de los servicios de salud, tanto

públicos como privados;•Ausentismo laboral, y•Nivel de productividad de los empleados.

Por ejemplo, se estima que tan solo el sobrepeso y la obesidad generan costos sociales de 85 mil millones de pesos al año para los mexicanos, en términos de tra-tamientos médicos, muerte prematura y ausentismo laboral4. Por su parte, el IMSS estimó que en 2014 se perdieron 400 mi-llones de horas laborales, lo que equivale a 184 mil empleos de tiempo completo o 32% de los empleos formales creados en dicho año.

La innovación como medio para enfrentar los retos del sector salud en MéxicoEl sector salud mexicano necesita rein-ventarse para garantizar el acceso a ser-vicios de calidad y adecuados al contexto

demográfico y epidemiológico actual. Es necesario rediseñar el modelo de aten-ción primaria para que esté preparado para brindar apoyo a los pacientes en más etapas, desde la prevención de enferme-dades (particularmente crónicas) hasta el proporcionar opciones paliativas. Y es necesario hacer esto tomando en cuenta los diferentes contextos económicos y sociales presentes en el país: adaptando por lo tanto el o los modelos de atención para que sean viables en diferentes cir-cunstancias, con regulaciones claras para su ejecución en cada caso.

Aunque es importante y necesario mi-rar a prácticas internacionales exitosas e intentar incorporarlas a México, también es importante tomar en cuenta las par-ticularidades del contexto mexicano, y por lo tanto promover la innovación así como la tropicalización de prácticas desde el interior. Estos esfuerzos deberán incluir al sector público, pero pueden también ser impulsados desde el sector privado o académico. Idealmente, deberían integrar la colaboración de todos ellos. En este sen-tido, es muy importante que existan me-canismos legales que fomenten y faciliten estas colaboraciones. Por ejemplo, estos mecanismos deben lograr que cuestiones relativas al adueñamiento de la tecnología no constituyan una barrera para el tra-bajo en equipo. Asimismo, es importante promover, desde la política pública, la experimentación de modelos de negocio a nivel local y regional, de donde se podrán extraer enseguida buenas prácticas aplica-bles a otras partes del territorio nacional.

Al mismo tiempo, México presenta algunos elementos demográficos y coyun-turales ideales para impulsar el desarrollo de nuevos medicamentos, que podrían comercializarse al interior, así como al ex-terior del país: de este modo se fomentaría la salud de los mexicanos, pero también una nueva actividad económica y de com-petitividad. La existencia de un esquema legal sólido de protección de la propiedad intelectual, impulsado con la firma del TLCAN; costos de manufactura compe-titivos; disponibilidad de capital humano entrenado; una población amplia y diver-sa, y la cercanía a los mercados de Esta-dos Unidos y América Latina hacen del entorno mexicano un ambiente altamente atractivo para el desarrollo de pruebas clí-

en méxico hay retos

preexistentes, entre los que

destaca el hecho de que la mortalidad

materna es dos veces

mayor que en chile. además,

el país está actualmente atravesando una fase de

transición demográfica y

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cambiando radicalmente los perfiles y necesidades del paciente

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nicas. A pesar de esto, todavía es necesario enfrentar obstáculos, como la necesidad de agilizar y recortar los tiempos de acceso de nuevos medicamentos al sistema de salud local; la importancia de fomentar un siste-ma de innovación más sólido e integrado, y de garantizar la aplicación de las leyes de propiedad intelectual.

Adicionalmente, es importante invertir en reforzar los sistemas de generación y análisis de datos en salud. A la fecha, exis-te evidencia que sugiere que los sistemas actuales son inadecuados para generar información que permita identificar con certidumbre los retos más importantes y urgentes, y tomar decisiones acertadas para enfrentarlos. Además de esto, contar con sistemas más sólidos podrá ayudar a medir el potencial de las innovaciones de productos, procesos y organización que se implementen en el mercado para mejorar la salud de los mexicanos.

En conclusión, los retos del sector salud están cambiando; por lo tanto, son necesa-rias nuevas soluciones para enfrentarlos. Es por ello que la innovación es un tema que toma cada vez mayor relevancia en la agenda pública y dentro del sector salud. Son necesarios nuevos medicamentos, pero también nuevos procesos y modelos de atención a pacientes. Hoy en día es posible aprovechar las nuevas tecnologías (como aplicaciones a través de dispositivos móviles). Estas oportunidades tienen im-plicaciones importantes para el bienestar de los mexicanos, pero también para la

competitividad del país. Esperamos que México sepa aprovecharlas.

La labor de la FundaciónIDEA en la salud públicaLa Fundación IDEA es un thinktank de política pública que opera en México y en América Latina. Somos una organización sin fines de lucro, independiente y aparti-dista, cuya misión es diseñar y promover políticas públicas innovadoras que generen igualdad de oportunidades para los mexi-canos a través del desarrollo económico y la reducción de la pobreza, así como ser una fuente confiable de análisis indepen-diente para funcionarios de gobierno y el público en general.

Al entender a la innovación como uno de los principales pilares del desarrollo económico, desde 2013 Fundación IDEA ha trabajado junto con el Instituto México del Centro Woodrow Wilson y el Con-greso de la Unión para organizar foros en que legisladores mexicanos de todos los partidos políticos tienen un espacio para debatir ideas, discutir iniciativas legislati-vas y emitir recomendaciones políticas que fomenten la innovación, con el apoyo de expertos nacionales e internacionales en el tema. El objetivo principal de los Foros es promover la creación de un marco regula-torio favorable a la innovación en México. Dos de los cinco eventos organizados a la fecha se han enfocado en la innovación en el sector salud.

Además, Fundación IDEA ha publicado tres estudios con recomendaciones, desde el punto de vista de la política pública, para enfrentar la diabetes en México; asimismo, ha liderado la organización de dos foros sobre el tema que contaron con la partici-pación de numerosos expertos nacionales e internacionales, entre ellos académicos, funcionarios públicos, investigadores y líderes del sector privado.

Para mayor información: www.fundacionidea.org.mx

1 Felicia Marie Knaul et al., “Competitividad y salud: la propuesta”, Fundación Mexicana para la Salud, p. 8.2 Felicia Marie Knaul et al., “La competitividad, la salud y el sector salud: una nueva vertien-te del paradigma de economía y salud”, Gaceta Médica de México, vol. 143, nº 2, 2007, p. 93.3 Felicia Marie Knaul et al., “Competitividad y salud: la propuesta”, op. cit., p. 8.4 Instituto Mexicano para la Competitividad, “Kilos de más, pesos de menos: los costos de la obesidad en México”, Ciudad de México, México, 2015, p. 9.

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Los alumnos de la Ibero opinan sobreel derecho a la salud en

México

Nicole cueNcaun sistema de salud muy injustoNo creo que en México se cumpla el derecho a la salud, porque en nuestro país tienen garantizada la salud las personas que pueden pagar por ella, pero no así las personas que necesitan los servicios pero no pueden costearlos. Por lo mismo, siento que el sistema de salud es muy injusto y que hay mucha inequidad entre las clases sociales. Pero este problema no es exclusivo de la salud, sino que también sucede en otros sectores.Licenciatura en Diseño Industrial.

Karla araNdaSe necesita más inversiónYo creo que el derecho a la salud en México sí se cumple. El problema, en mi opinión, es que no hay mucha inversión para lo que un país como el nuestro necesita. Sin embargo, está bien que existan acciones como el Dr. Vagón, que se encarga de llevar médicos y servicios de salud a lugares rurales, donde la atención y los centros médicos son nulos o escasos.Licenciatura en Arquitectura.

JoSé Paolilas instituciones públicasde salud están saturadasConsidero que el derecho a la salud en México no se cumple, puesto que la gran mayoría de nuestra gente no tiene posibilidades para pagar una institución de salud privada, así que acuden a las públicas. Estas instituciones se encuentran saturadas, presentan casos de maltrato y, en muchas ocasiones, ni siquiera reciben o atienden a los enfermos. Por otro lado, hay quienes también han sido víctimas de negligencia médica.Licenciatura en Derecho.

María JoSé raMírezMal servicio público yhospitales privados carosEn mi opinión no existe en México el cumplimiento de este derecho, ya que hay muy pocas oportunidades de ingreso a hospitales públicos, pues están saturados y tienen muchas limitaciones, además de que el servicio es generalmente muy malo. Algunos médicos ni siquiera están bien capacitados, y en los hospitales no se le da prioridad a la gente que más lo necesita. Los hospitales privados, por otro lado, son muy caros, por lo que no se cumple completamente este derecho.Licenciatura en Administración.

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Como en anteriores núme-ros de IBERO, en esta sec-ción hemos convocado a algunos alumnos de nues-tra universidad a opinar sobre el tema central que diversos expertos desarro-

llan en sus páginas. Cada uno de ellos, de diversas carreras, nos ofrece su punto de vista en relación con el cumplimiento, en nuestro país, del derecho a la salud, un de-recho fundamental y universal.

TexToS y foToS: JuaN cuéllar ugalde y Jorge TovalíN goNzález iTurbe

Redactores de ibero.

carloS carraNza agrazun derecho no respetadoo no ejercidoCreo que el derecho a la salud en México, para muchos ciudadanos, no se respeta. Los servicios públicos son muy malos, en general, y en muchos casos no son del todo gratuitos. Sin embargo, creo que muchos mexicanos tienen acceso a la salud pero no eligen ejercer este derecho. Muchas personas podrían elegir entre agua y refresco. Podrían comer sanamente y no lo hacen así, como también podrían hacer ejercicio. En conclusión, a muchos no se les respeta este derecho y muchos otros eligen no ejercerlo.Licenciatura en Ingeniería Mecánica y Eléctrica.

Sofía Payrófomentar la educaciónpara una dieta sanaCreo que no se cumple el derecho a la salud en México, ya que una gran parte de la población mexicana sufre de sobrepeso y desnutrición. Por otro lado, creo que es de gran importancia fomentar la educación en esta área para conocer lo que es llevar una dieta sana y promover la actividad física, ya que de lo contrario se puede padecer distintas enfermedades y entonces requerir atención médica que no siempre es posible recibir.Licenciatura en Nutrición.

Nuria criSToun servicio público muy maloNo creo que en México se cumpla el derecho a la salud, porque los hospitales públicos no son muy buenos y porque no todo el mundo tiene acceso a la salud. Algunas personas sí llegan a tenerlo, pero después de largas esperas, y por lo general con un servicio muy malo. En mi caso, el sistema me obliga a pagar mi propio seguro médico privado, el cual no es proporcionado por el gobierno, ya que quiero tener acceso a salud de calidad.Licenciatura en Administración.

Sofía garduñoun sistema con mucha trabasEn mi opinión, el derecho a la salud en México se cumple; sin embargo, es muy difícil acceder a la salud porque el sistema te pone muchas trabas. Por ejemplo, cuando uno acude con el doctor a la cita, te mandan a la próxima semana y así te traen, y si tienes algo grave, no lo pueden detectar a tiempo porque el Seguro Social te da cita para dentro de tres meses. Esto no es muy asertivo; sin embargo, es un derecho universal, y además hay muchas fundaciones que también ayudan.Licenciatura en Ingeniería Industrial.

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caMila MarTiNez alarcóNun derecho incompletoEn mi opinión, este derecho sí se cumple, porque existen servicios públicos, así como la posibilidad de que la gente acuda a un servicio de salud si lo necesita. Pero creo que, como en muchas cosas en México, existen muchas trabas. Si llegas a urgencias realmente tienes que estar muriéndote para que te atiendan en ese momento, por ejemplo. Luego tienen a gente superenferma sentada en las sillas de la sala de espera. Entonces, creo que sí se cumple dentro del ámbito de que todos tienen derecho a un servicio de salud, pero éste no se cumple por completo.Licenciatura en Arquitectura.

ferNaNdo SoTréSSistema deficiente y dinero mal invertidoEn teoría, el derecho a la salud en México se cumple, pero ya que se lleva a la práctica, no es así. Esto es porque el sistema es deficiente, somos demasiadas personas y el dinero está mal invertido. Sí hay un servicio público de salud, pero somos muchos y por lo tanto no alcanza para todos, y la gente que más lo necesita es la que menos acceso tiene. En mi caso, por ejem-plo, sucedió que tenían que operar a mi abuelita de la vesícula, y la tuvieron esperando en una silla durante veinticuatro horas, a pesar de que el doctor había comentado que debían operarla de urgencia.Licenciatura en Psicología.

ferNaNda goNzálezel sistema está coludido con el mercadoPor supuesto que el derecho a la salud en México no se cumple, pues para empezar el servicio y acceso a la salud es muy caro. En el caso del IMSS tienes que estar trabajando para tener acceso a él, lo que es difícil pues el sistema se encuentra privatizado. Desde mi punto de vista, todo está mercantilizado. Es una estructura muy coludida con el mercado. Están los hospitales, luego las farmacéuticas, las aseguradoras, las clínicas, los proveedores. Todos son servicios muy caros que además no funcionan uno sin el otro. En fin, todo el sistema es una mafia.Licenciatura en Historia del Arte.

MaNuel eduardo floreSServicios muy buenos, aunque no para todosLos servicios de salud en México son muy buenos y ofrecen bastantes oportunidades. He sido testigo de que la medicina está bien desarrollada, con un buen nivel; solamente que no está tan abierta a todo el mundo, porque no se trata de la misma manera a quien puede pagar que a quien tiene un seguro. Pero, en general, siento que la medicina que se dedica a campos específicos tiene bastante nivel y eficacia para atacar ciertos problemas de salud.Licenciatura en Arquitectura.

STePhaNie eScalaNTe reyeSun derecho sólo para los que tienen dineroDefinitivamente, el derecho a la sa-lud en México no se cumple, porque los recursos están totalmente mal distribuidos. Hay demasiada gente que necesita la salud más básica y hay filas enormes de gente que espera durante muchas horas. El derecho a la salud no es para todos, sino para los que tienen dinero. En una práctica profesional que hice en un hospital conocí a una chava con tendencia suicida, y su tiempo de espera para ser atendida era de dos años. Esto demuestra que el sistema es deficiente, ya que para entonces la niña probablemente no esté viva.Licenciatura en Psicología.

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Jorge de la MoraSe cumple el derecho pero puede hacerse másNo estoy muy informado sobre el tema, pero creo que sí se cumple. Muchos de los ciudadanos trabaja-dores con un nivel económico bajo tienen acceso al Seguro Social. Y por el otro lado, hay muchos hospitales privados en el país. Existe también el tren de la salud, que es otra gran oportunidad para aquellos que no tienen acceso a ésta. Con este tren varias de las comunidades que están más alejadas han podido ser tratadas por doctores profesionales. Como todo en el país, definitiva-mente se podría hacer más, pero creo que en el tema de la salud, sí se cumple este derecho.Licenciatura en Ingeniería Civil.

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rácticamente desde los orígenes del cinematógrafo, en aquellas primeras vistas que proyectaron los hermanos Lumière en los altos del Café de París una fría tarde de diciembre de 1895, el documental se ha revelado como imagen y testigo de la realidad social.P

Sicko, de Michael Mooreo de cómo el cine puede

hacer un comentario social

FernandoMoreno Suárez

Académico de tiempo completo en el Departa-mento de Comunicación

de la Universidad Ibe-roamericana Ciudad de México, conductor de El cine y... en Ibero 90.9 y

socio de la Productora Los Olvidados.

Capaz de retratar lo mismo el comporta-miento de un personaje en particular que de cuestionar políticas públicas o corporativas, el cine de no ficción se ha convertido en un referente de la conciencia de un grupo de personas desde donde es posible denunciar o aplaudir a estadistas o empresarios.

Así, innovador y rebelde desde sus ini-cios, un artista y revolucionario de la talla de Luis Buñuel, que llevara por primera vez el surrealismo al cine con Un perro andaluz (1929) y La edad de oro (1930), abandona la ficción para acogerse al documental en su tercera cinta como realizador. El título en cuestión, Las Hurdes, es un crudo docu-mental basado en un sorprendente estudio de antropología de Maurice Legendre. Con ese cambio radical de dirección, Buñuel se alejaba de la vanguardia surrealista con la que sacudió a la Europa de finales de los años veinte para tomar en consideración la crítica y la denuncia social, en un supe-rrealismo que tenía —de manera inevitable tratándose de él— como arma principal el escándalo. Su objetivo: hacer visible el terrible atraso en que vivía una población paupérrima a unos cuantos kilómetros de distancia de Madrid. Dar a conocer que,

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44entre muchas otras cosas, en la tercera década del siglo XX en ese lugar no se co-nocía el pan.

Esa primera aventura documental del cineasta aragonés resultó algo que, segura-mente sin proponerse, vaticinaba las últi-mas tendencias de la representación de la realidad fílmica que dominan en nuestros días y que se presume han sido desarrolla-das en universidades prestigiosas del pri-mer mundo. Nuevas maneras de acercarse a lo real bautizadas como “Antropologías visuales” o “Etnoficciones”, entre las que se puede mencionar el trabajo multipremiado en festivales y congresos como el de J. P. Sniadecki (El ministro del hierro, 2014) o el de Ricardo Silva (Navajazo, 2014).

Lejos de la academia, pero siguiendo la estela de genios de la talla de Buñuel, y aprovechando los avances tecnológicos que un siglo de lo audiovisual le permiten —desde la aparición de las grabadoras de audio portátiles, películas de mayor sen-sibilidad, objetivos que consiguen rodar con luz natural y lentes múltiples como el zoom hasta nuevos formatos de video o digitales— una nueva superestrella de la denuncia aparecería en los ochenta para

El cine es la historia de la distancia entre el ser real y el ser ideal.

Abbas Kiarostami.

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michael moore nos recuerda con su obra que las películas de no ficción pueden ser taquilleras y bien recibidas por el gran público, y que desde el cine también se pueden hacer comentario social y cuestionar la realidad.

alborotar de manera única el avispero. Su nombre: Michael Moore.

Responsable de una filmografía que lo mismo ha cuestionado el cierre de una de las plantas más grandes del mundo de la General Motors en su natal Flint (Roger and Me, 1989) que la incomprensible y popular cultura de las armas que domina el día a día en su país desde hace muchos años (Bowling for Columbine, 2002), Moore es mucho más que un cineasta incómodo. Muestra de ello es su análisis incisivo y crítico sobre el sistema médico estadou-nidense en Sicko (2007), un duro retrato de cómo, en el mismísimo corazón de la potencia mundial de nuestro tiempo, los servicios de salud son accesibles sólo para unos cuantos.

Dueño de un estilo peculiar en donde su protagonismo parece indispensable, y rei-vindicando el documental como algo que va mucho más allá de una versión del reportaje televisivo, Moore usa su presencia a cuadro para preguntarse por qué en la poderosa “América” los pobres no pueden costearse los estudios clínicos más elementales.

Así, comparando lo que sucede en su nación con el funcionamiento de las polí-

ticas públicas sanitarias con países como Alemania, Francia, Bélgica, el Reino Unido y hasta Cuba —mención especial merece la secuencia de una “excursión en barco” a recibir consulta gratuita de un grupo de estadounidenses a Guantánamo—, Moore desnuda carencias y aberraciones que se antojan inverosímiles en los Estados Unidos.

Mencionando por su nombre propio a políticos y empresarios responsables de que 45 millones de ciudadanos de los Es-tados Unidos no tengan acceso a medici-nas y atención sanitaria, Sicko resulta un divertido y contundente ensayo filmado que es indispensable para entender los complejos mecanismos que relacionan el poder con la salud.

Famoso por ganar la Palma de oro en Cannes con Fahrenheit 9/11 (2004), y por su discurso incendiario al recoger el Os-car a mejor documental por Bowling for Columbine (2002) en el que increpó al mis-mísimo presidente Bush, Michael Moore nos recuerda con su obra que las películas de no ficción pueden ser taquilleras y bien recibidas por el gran público, y que desde el cine también se pueden hacer comentario social y cuestionar la realidad.

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Pedro PadiernaBartning

El sector empresarial debe estar comprometido con México para

generar empleo y bienestar

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on una amplia y reconocida trayectoria, el ejecutivo Pedro Padierna Bartning es egresado de la licenciatura en Ciencias y Técnicas de la Información por la Universidad Iberoamericana, con maestría en Administración de Empresas por la Universidad Tulane, de Nueva Orleans.

A lo largo de casi 30 años ha realizado una destacada carrera profesional dentro de PepsiCo México, que preside desde 2011, y en la cual ha ocupado diversos cargos, entre ellos vicepresidente Comercial de México, vicepresidente de Ventas Nacionales y presidente de Sabritas México, Centroamérica y el Caribe. Asimismo, fue presidente fundador de la Fundación Sabritas y actualmente es presidente de la Fundación PepsiCo México, además de líder del Centro Global de Excelencia de Papa de PepsiCo y del Comité Ejecutivo de PepsiCo Alimentos México, empresa que se integró por la fusión de Sabritas y Gamesa-Quaker.

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EntrEvistadE Carlos dEvEaux HoMs

De 2011 a 2015, dirigió el Consejo Ejecutivo de Empresas Globales, organismo que busca fomentar la competitividad del país, par-ticipando en la construcción de la agenda nacional y que agrupa a 40 de las empre-sas multinacionales más importantes con presencia en México. Miembro fundador y ex presidente del Consejo Mexicano para la Industria de Productos de Consumo A. C. (ConMéxico), Padierna Bartning también encabezó la Asociación Internacional de Publicidad y la Junta Directiva del Consejo Mexicano de Comunicación. Ha merecido, entre otros reconocimientos, la beca Full-bright Scholarship y el Steve Reinemund Diversity and Inclusion Leadership Legacy Award de PepsiCo.

El actual Presidente del Consejo Directi-vo de Fomento de Investigación y Cultura Superior, A. C. (FICSAC) de la Universidad Iberoamericana, en las siguientes páginas comparte con los lectores de IBERO su visión sobre el sector empresarial mexicano, así como sus logros profesionales y su compro-miso social con México.

¿Cómo percibes al sector empresarial mexicano tanto a nivel nacional como internacional?Definitivamente veo al empresariado com-prometido con el país, y buscando el creci-

miento no sólo de sus empresas sino de la población en general, así como de nuevas áreas de inversión. Por ejemplo, hay rubros que han sido muy importantes para la in-fraestructura del país, como el automotriz. Y no sólo me refiero a las grandes automotrices multinacionales, sino a todo el ecosistema que las está atendiendo. Muchos de ellos son grandes empresarios mexicanos. También observo cómo está creciendo el área de la ae-ronáutica, en la que ya hay muchas empresas nacionales que están dando este servicio, y la de servicios médicos, con un gran compromi-so de los empresarios.

A nivel internacional creo que tenemos la oportunidad de consolidar una imagen más firme y, sobre todo, más coherente de lo que es México. Creo que es algo que se está logrando por medio del trabajo con ProMé-xico, a fin de que el empresariado mexicano seamos una voz unificada fuera del país.

¿Cómo evalúas la situación económica que vive México en la actualidad y qué hori-zontes vislumbras en el corto plazo?Evidentemente hay temas como la tasa de crecimiento no tan acelerada o la de los precios del petróleo que impactan en la capa-cidad de las finanzas públicas para invertir. Pero también hay que considerar que la tasa de crecimiento en México es estable, y que

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tiene una inflación a la baja, así como una serie de reformas que en el futuro nos de-ben dar crecimiento. A la luz de países que hace pocos años eran promesa (los famosos BRICS) y que hoy no se ha materializado, mucha inversión externa está volteando a ver a México como una opción. Ojalá que podamos crecer más rápido, y para eso de-bemos hacer que las reformas estructurales funcionen, pero definitivamente nuestro país se percibe como un lugar muy estable al que la inversión puede llegar. Una esta-dística reciente mencionaba que 85% del crecimiento del Producto Interno Bruto de Latinoamérica provendrá de México.

Como mexicanos, nuestros dos principales retos son, primero, elevar la productividad (lograr incorporar a mucha gente que tra-baja en empleos marginales a las industrias más avanzadas), y, segundo, lograr el desa-rrollo regional. Tenemos varios Méxicos, y la realidad del Bajío es muy diferente a la de Chiapas o a la del Sureste; es ahí donde debe-mos voltear para incorporar a muchísimos mexicanos a la economía moderna. Todavía persiste la economía antigua de subsisten-cia, con negocios de una o dos personas que nunca serán productivos o rentables, sino empleos de supervivencia. Tengo esperanza en México, y creo que es un país que en los próximos años puede dar resultados positi-vos. La empresa que represento así lo cree y estamos invirtiendo en el país.

Pedro Padierna Bartning en la ibero.

¿Qué representa el trabajo, el talento y el compromiso de las mujeres en la empresa actualmente y hacia dónde se encaminará en los próximos años?Nuestra empresa aspira a representar a la sociedad. Siempre hablamos de diversidad y de ser incluyentes, y el género es una de las características más fáciles de observar: somos 50% hombres y 50% mujeres. Para nosotros, las mujeres son colaboradoras indispensables, que nos dan puntos de vista que enriquecen la forma en que hacemos nuestro trabajo. En mi caso particular, los mejores colaboradores que he tenido han sido del sexo femenino, que han mostrado una entrega profunda. Alrededor de 30% de nuestros ejecutivos son mujeres. Hemos creado un comité de mujeres ejecutivas de Latinoamérica, para revisar cada uno de los elementos de valor que, como empleadores, podemos otorgar. Por ejemplo, el ajuste de horarios o la opción de trabajar desde la casa, así como formar cadenas de comuni-cación y de apoyo mutuo. Si me preguntas si estoy satisfecho, te diría que no; creo que deben tener un porcentaje aún mayor de representación en la empresa, y para ello estamos haciendo una revisión a fin de mejorar las opciones de crecimiento para las mujeres, desde vendedoras, gerentes y ejecutivas hasta las del comité directivo. Hay áreas donde no estamos atendiendo al cien por ciento la necesidad actual de una mujer que en muchos casos debe desempeñar una multiplicidad de papeles.

¿Cuáles consideras que son las caracterís-ticas, aptitudes y cualidades que te han permitido llegar al liderazgo que ejerces?La curiosidad y el deseo constante de aprender son algunas de mis características principales. También, cumplir con lo que me comprometo, y algo que varias personas reconocen en mí, es entender las caracterís-ticas, habilidades, deseos y potencial de cada persona, pues logro colocarlas en los lugares adecuados. Hoy, muchos de los ejecutivos que están en Latinoamérica y otras partes del mundo son personas que yo recluté y entrené. Otra habilidad ha sido la comunica-ción con el mundo multicultural, y algo que en muy pocos foros he mencionado, pero que por ser la Ibero lo voy a comentar en esta ocasión, es que soy absolutamente para-noico. Esto quiere decir que todos los días las cosas pueden salir mal, por lo que hay que hacer un esfuerzo para que salgan mejor. Así que siempre estoy ideando escenarios y planes alternativos. En esta empresa, como

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Veo una universidad verdaderamente comprometida con el futuro, con la excelencia, a la cual vale la pena apoyar desde la trinchera de cada uno. Ahora siento más fuerte el compromiso con la Ibero.

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en la vida, no puedes quedarte como venado frente a las luces de un auto, debes moverte.

Como un destacado protagonista del sector empresarial mexicano, ¿cuál crees que ha sido tu principal aportación al país?Definitivamente un área cercana ha sido PepsiCo México, que ha venido creciendo de manera acelerada. Actualmente emplea a más de 40 mil mexicanos y estamos pre-sentes en todo el país, en más de 200 centros de empleo, haciendo contacto con más de un millón de clientes a la semana. Tengo 29 años colaborando en ella y creo que algo que siempre ha marcado mi vida es el deseo cons-tante de generar empleo y bienestar. Veo a mis compañeros como parte de mi familia, y todos los días me levanto para atenderla. También he trabajado con varias cámaras y asociaciones con las que he podido poner en marcha planes que ya no solamente involu-cran a nuestra empresa sino a muchas otras. Por ejemplo, en ConMéxico, me tocó hacer un capítulo nuevo llamado Alianza para una vida saludable, en la búsqueda de soluciones para temas tan sensibles de la sociedad como la salud, en general, y temas específicos como la obesidad y la diabetes. Otro ámbito en el que he aportado fue cuando tuve la presi-dencia del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales. Ahí me tocó agrupar a más de 45 empresas de todo tipo: servicios, bancos, telecomunicaciones; puse en marcha una agenda de tres años para la productividad del país, la cual lanzamos al inicio de esta admi-nistración federal, y muchas de las reformas que hoy ya estamos viviendo fueron inspi-radas por nuestra agenda. Hicimos alrededor de 180 propuestas, y con orgullo puedo decir que 160 de ellas fueron adoptadas en las re-formas. Creo que son las áreas en las que he contribuido, desde lo más cercano que es la empresa, a lo más amplio, que es el bienestar de los mexicanos y del país.

¿Cuál consideras que es tu principal logro profesional?Sin lugar a dudas estar al frente de PepsiCo México. Pero también ha sido muy gratifican-te ser reconocido como líder en áreas donde la gente se afilia a una misión, a una agenda y por ello aporta su esfuerzo, trabajo y dedi-cación. Me ha funcionado muy bien en Con-México, en el Consejo de Empresas Globales y en FICSAC, patronato de la Ibero, donde armamos un plan de trabajo muy firme. Ten-go la habilidad de unir la fuerza de muchos, para lograr fines comunes, ya sea dentro de la empresa, en asociaciones, o en la educación.

¿Cómo describirías tu compromiso con México?Absoluto. A través de los años he trabajado en empresas multinacionales y me pude ha-ber ido del país, pero para mí estar en México es un privilegio y un orgullo, por ello trabajo con total entrega. He realizado una carrera destacada en una empresa global, que me permite tocar a mucha gente, desde la que está en las oficinas hasta el medio millón con empleos indirectos, muchos de ellos agrí-colas. Me da satisfacción ver cómo hemos transformado el cultivo de papa, y la vida no sólo de los agricultores sino de sus comunida-des. Cada día que trabajo es una oportunidad de dar lo mejor de mí mismo para un mejor México. Como mexicanos tenemos un enor-me potencial. Se puede generar riqueza y se pueden encontrar enormes satisfacciones en este país. Cada vez que voy a la planta y veo cómo se ha superado la gente y sus propias familias, cuando veo que esta empresa ayuda al crecimiento, a la movilidad social, me lleno de orgullo y de gusto.

¿Qué proyectos sociales consideras los más trascendentes?Que las personas superen la situación de pobreza es una tarea fundamental. Tengo el honor de haber formado hace diez años la Fundación PepsiCo, que ha logrado que miles de personas se beneficien con programas de intervención directa, como las ayudas a la comunidad. Uno de estos programas cambió totalmente la vida de una comunidad en Jalisco al enseñarle a cultivar maíz. Ahora lo estamos replicando en otras seis o siete comunidades. Al ser una empresa agroin-dustrial tenemos un gran compromiso con la agricultura. Otro de los temas importantes de este país es la educación de calidad, que como mexicanos nos debe preocupar. Hacer que la gente tenga una vida mejor es algo por lo que trabajo y que aprendí desde mis años en el Instituto Patria con los jesuitas que para eso nos educaron.

En este sentido, ¿qué aspectos de tu educa-ción fueron los que más han influido en tu trayectoria?Desde primaria y hasta la universidad es-tudié con jesuitas, así que toda la educación ignaciana está en mí. No hay duda de que me marcó profundamente. Me enseñaron la conciencia social y el servicio a los demás. Ser un hombre de formación integral y valores profundos. Recuerdo constantemente las lecciones en el Patria, con las que nos educa-ron a tener a nuestra conciencia como guía,

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Como mexicanos,

nuestros dos principales

retos son, primero, elevar

la productividad (lograr incorporar

a mucha gente que trabaja

en empleos marginales a las

industrias más avanzadas), y,

segundo, lograr el desarrollo

regional.

como esa brújula perfecta. Otra de las cosas que desarrollé es la capacidad de discernir, la capacidad lógica, que creo que el estudiante actual en México ha perdido. Siempre trato de inculcar en mi equipo el uso de silogis-mos, a ser profundamente lógicos y tener un pensamiento claro que permita llegar a las decisiones correctas y éticas. Además del alto nivel académico, me dotaron de buenos sistemas de aprendizaje, un profundo sen-tido social y amigos que todavía hoy, a más de cuarenta años de haber sido compañeros, nos seguimos reuniendo y acompañando en la vida, incluso algunos de ellos en FICSAC.

¿Qué recomendarías a los jóvenes uni-versitarios para sacar el mejor provecho y también disfrutar de sus años en la universidad?Primero, tener conciencia de que serán los mejores años de su vida para disfrutar, para aprender, para establecer relaciones. Rela-ciones de amistad que luego se convierten en relaciones de negocios que te abren el mundo. También, que hay una riqueza muy grande en los maestros; siempre hay que verlos como una fuente de información en el presente, pero también hacia el futuro. Las universidades ofrecen hoy muchos ins-trumentos de crecimiento: grupos, asocia-ciones, foros, espacios deportivos. Hay que aprovecharlos todos, pues son la posibilidad de disfrutar y de enriquecer sus vidas.

En tu amplia experiencia, ¿cuáles son las principales aptitudes y conocimientos que toman en cuenta los empleadores al reclu-tar a jóvenes profesionistas?En términos generales en PepsiCo buscamos que tengan una alta preparación. Nuestro proceso de selección es el siguiente, para dar una idea de a qué me refiero: todos los años abrimos alrededor de cuarenta plazas para estudiantes recién graduados o con un año de haberse recibido, para un programa de trainees, sabiendo de antemano los puestos que van a ocupar dentro de los próximos dos o tres años. El año pasado, en nuestra pri-mera invitación a este programa, recibimos cuatro mil solicitudes. De éstas selecciona-mos un primer grupo de dos mil doscientos, que tuvo que elaborar una solicitud mucho más detallada, en la que debían presentarse en un video de ciertas características. De ahí elegimos alrededor de doscientos, a los que entrevistamos usando el sistema de solución de casos, para finalmente contratar a cua-renta. Es decir, si no están preparados para competir al más alto nivel, no van a entrar a

la empresa. Buscamos personas que no sólo sean extraordinarios estudiantes, sino que tengan una curiosidad extrema, que quieran aprender constantemente, que tengan ap-titudes de comunicación y que se interesen en ayudar a la comunidad. Quizás el último ingrediente sea que demuestren una enor-me capacidad de hacer que las cosas sucedan porque tienen un liderazgo apasionado.

Tras cuatro décadas de tu paso por la Ibero, has vuelto a acercarte a ella. ¿Cómo la en-cuentras en comparación con la que viviste como estudiante?Lo que felizmente no ha cambiado es la edu-cación ignaciana, integral, donde el ser hu-mano tiene que ofrecer a la sociedad riqueza de muchas maneras, no solamente generan-do empleos o bienestar económico, sino con ese sentido de ayuda a los demás. Tampoco han cambiado los jesuitas y el diálogo que tengo con ellos todos los días me nutre. De-finitivamente, ha cambiado en cuanto a la riqueza de opciones que ofrece: por ejemplo el número de licenciaturas y la cantidad de actividades internas. Cuando tomé posesión en FICSAC recorrí toda la Ibero. Me dijeron que en dos horas podría visitar todas las instalaciones, pero fueron como seis o siete las que necesité para ir a cada rincón de nuestra casa de estudios. Entré a todos los espacios de la universidad y quedé admirado y lleno de orgullo de conocer la cantidad de laboratorios, aulas especializadas, y oferta de carreras. Veo una universidad verdade-ramente comprometida con el futuro, con la excelencia, a la cual vale la pena apoyar desde la trinchera de cada uno. Ahora siento aún más fuerte el compromiso con la Ibero.

¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes de la Ibero?En la Ibero conocí a mi esposa e hice amigos muy queridos. Me recuerdo caminando en los pasillos, yendo a la cafetería roja, que era un buen lugar para socializar. Recuerdo haber formado un grupo que se llamaba Los sátrapas, que le daba, en el buen sentido, la bienvenida a los nuevos estudiantes. Mu-chos miembros del grupo hoy son maestros de la universidad. Formamos un grupo muy bonito de amigos que seguimos siendo muy cercanos. Disfruté mucho las clases de cine, de televisión, de radio.

¿Qué es lo que más te apasiona?Me apasiona el servicio a los demás. Todos los días me levanto para tratar de ayudar a otros y me duermo pensando en qué más po-

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Pedro Padierna Bartning y daniel Kuri Breña romero de terreros en una actividad de FiCSaC.

demos hacer como empresa para mejorar el medio ambiente, el bienestar del país y cómo generar más productividad.

¿Cuál es tu principal logro como persona?Estoy satisfecho de haber formado una familia sólida, pues eso me motiva a supe-rarme diariamente; tengo tres hijos y dos nietas que me llenan de orgullo y felicidad. Mi esposa está de regreso a la universidad, muy satisfecha con su carrera profesional y feliz de iniciar su cuarta maestría.

¿Qué representa para ti FICSAC?Es una forma de regresar y demostrar mi agradecimiento a una universidad que me dio mucho. FICSAC representa trabajar en el futuro de la universidad y de México, porque específicamente está orientada a apoyar la excelencia académica. Poder in-cidir en la preparación de los profesores y, por lo tanto, en los alumnos, es una misión extraordinaria. Los primeros dos años tu-vimos un objetivo claro y concreto: lograr la apertura de la Prepa Ibero en su sede permanente. Esperamos que ya en agosto estemos ahí. Pero también quería imprimirle a este proyecto algunos aspectos que me han funcionado en otras asociaciones, tales como la institucionalización y una estructura de gobierno superior. Tuvimos una sesión de planeación estratégica y habrá nuevos pro-

gramas de apoyo a la excelencia académica, algunos que vamos a continuar y otros que cambiarán para dotar a la universidad con todavía mejores maestros. Un programa que debemos seguir apoyando es el referente a la calidad que se brinda en las aulas, y con el Vicerrector Académico ya trabajamos en un sistema de monitores de calidad, que se sumará a lo realizado por los coordinadores. Además queremos reactivar, tras la apertura de la Prepa Ibero, una campaña de fondos para apoyar varias actividades académicas muy específicas que hagan que la Ibero se distinga en ciertos campos. En nuestra próxima asamblea anual de asociados anun-ciaremos cuatro o cinco líneas de acción que esperamos sean trascendentes. Lo que no dejaremos de hacer es orientarnos hacia la excelencia académica y, desde luego, apoyar los programas clave del padre Rector, en cuanto a la inclusión de 20% de estudiantes con escasos recursos.

Finalmente, ¿podrías compartirnos qué libro estás leyendo?Estoy leyendo tres al mismo tiempo: Making the matrix work, de Kevan Hall, que recién terminé y habla sobre cómo trabajar efec-tivamente en esta organización global, de matrices. Sólo queda 17% de las grandes cor-poraciones del mundo organizadas de forma jerárquica. Las demás están organizadas de forma matricial, y debemos preparar a los estudiantes y ejecutivos para trabajar en este tipo de organizaciones que requieren nuevas habilidades y capacidades. Otro libro es The Silo Effect, de Gilligan Tett, quien hace un es-tudio muy profundo, desde el punto de vista antropológico y de las organizaciones, de cómo las compañías que han trabajado en si-los fracasaron y de cómo romperlos, aunque también menciona casos de éxito. Por otra parte, ya que estamos en un constante de-bate sobre los temas de salud y obesidad, hay que leer a los críticos. La crítica más grande de la industria se llama Marion, quien aca-ba de publicar Soda Politics: Taking on Soda, donde comparte un punto de vista bastante serio. Hay que conocer la óptica de personas que pertenecen a instituciones académicas o no gubernamentales para saber cómo per-ciben nuestra industria, entender su visión y aprender de sus críticas. También está el libro A Random Walk Down Wall Street, de Burton Gordon, una crítica profunda a todos los sistemas de casas de bolsas y de inversión. En fin, leo un poco de todo, también algunos buenos libros de historia y filosofía que mi esposa me comparte.

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Observar el mundo con una mirada crítica y solidaria

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TexTos y foTos de NANCy RAMÍReZ CoRRo, JoRGe ToVALÍN GoNZÁLeZ ITURBe y PedRo ReNdÓN LÓPeZRedactores de IBeRo.

Trazando el rumbo concluye su primera etapa

LANZAN IBeRo CoNsULToRes esTRATéGICos

Con el fin de fomentar la innovación y el crecimiento por medio de proyectos de investigación interdisciplinarios y de internacionalización que brinden soluciones integrales a la industria, empresas privadas o públicas, gobierno y organismos del tercer sector, la Universidad Iberoamericana Ciudad de Méxi-co presentó Ibero Consultores Estratégicos.

El proyecto, desarrollado por la Dirección de Enlace Social y Empresarial, tiene como objetivo unir esfuerzos de colaboración que den como resultado nuevos productos, servicios y programas, estrategias, modelos de gobierno, de colaboración y acción civil, trabajados desde la academia, con la ventaja de que las empresas contarán con la experiencia de especialistas de la Ibero, pertenecientes a todos los rubros.Firman convenio

de colaboración académica Ibero y Comar

La Universidad Iberoamericana Ciudad de México y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugia-dos (Comar) firmaron un conve-nio en busca de construir un an-damiaje formal de colaboración e intercambio de información y conocimiento en materia de protección y asilo político a refu-giados de diversas latitudes.

Seminarios, cursos, talleres, conferencias, publicaciones, pro- yectos y programas de investi-gación en materia de personas refugiadas y protección com-plementaria serán parte del resultado de este convenio, que tendrá vigencia hasta el 3 de febrero de 2019.

La Universidad Iberoamericana Ciudad de México concluyó la primera etapa de Trazando el rum-bo, proceso de reflexión crítica de la realidad, que a través de observar al mundo con una mirada crítica y solidaria, que separa, analiza y distingue cómo proceden las perso-nas, puso en el centro de la discu-sión los desafíos que nos presenta la realidad, para transformarla desde abajo y desde adentro.

Se realizaron nueve talleres: cua-tro para académicos de tiempo; tres para empleados administrativos y de servicio; y dos para académicos de asignatura, alumnos y exalumnos, a los que en total asistieron alrededor de dos mil 200 participantes, quie-nes discutieron problemas relativos a la Sociedad, Cultura, Política, Eco- nomía, Educación, Innovación y Tec- nología, Justicia y Derechos Huma-nos, y Medio Ambiente.

El doctor Alejandro Guevara Sanginés, Vicerrector Académico de la Ibero, y la licenciada Sandra Gabriela Velasco Ludlow, coordinadora general de la Comar, suscribieron el convenio.

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ASumE LA IbERO nuEVA pOLítICA dE SuStEntAbILIdAd

Consciente de que los problemas ambientales son cada vez más apremiantes y exigen respuestas urgentes, y como parte de su compromiso con la justicia social, la Universidad Iberoamericana Ciudad de México presentó su nueva Política Institucional de Sustentabilidad, con la cual establece nuevas metas para que su quehacer sea cada vez más pertinente social y ambientalmente.

La Política Institucional de Sustentabilidad consiste de trece principios ge-nerales en los que se expresan las diferentes formas en que la universidad abonará al cambio socioambiental. Ésta contiene aspectos relacionados con la docencia, investigación, vinculación, incidencia social y gestión del campus.

Con esta política, la Ibero transformará su quehacer por medio de la formación de profesionistas capaces de contribuir a resolver problemas socioambientales y promover la construcción de la sustentabilidad; la generación de propuestas de solución a problemas socioambientales desde un enfoque complejo e inter-disciplinario; el impulso a las actividades de vinculación para el desarrollo de una cultura ambiental, y la gestión sustentable del campus universitario.

Patch Adams, médico, activista social y clown, visitó la Ibero

Como parte de las actividades de la primera edición del Clown Trip México, el reconocido médico, activista social y clown, Hunter Doherty Patch Adams, impartió la conferencia Living a life of joy en la Ibero.

Con las actividades acadé-micas de Clown Trip México la Ibero acercará a sus estudiantes una nueva herramienta para comunicarse. “Con un enfoque más humanista, que no trata a pacientes, clientes o usuarios, sino a personas con las que hay que vincularse”, comentó la doctora Sandra Montes de Oca, profesora del Departamento de Psicología y organizadora del encuentro.

Algunas de las propuestas reco-mendadas en los talleres fueron, para la Ibero en general: ser co-rresponsables del cambio social, aumentar las sinergias internas, motivar la participación de los alumnos, crear procesos internos de transparencia y mejorar la co-municación; para la docencia, ha-cer de la realidad un eje transversal en los programas, fomentar la mul-tidisciplinariedad y el pensamiento crítico, orientar la formación al bien común, enfatizar el espíritu emprendedor con orientación so-cial, el servicio social y la reflexión

universitaria; para la investigación, vincularla a la problemática social, orientarla para tener impacto social e impulsar su crecimiento a través de los institutos; y para la vinculación, aumentar los pro-yectos sociales y ligarlos a los de la Compañía de Jesús, generar redes para difundir los conocimientos y la conciencia social, y hacer de los programas de incidencia los articu-ladores con la sociedad.

La primera fase de Trazando el rumbo fue la convocatoria general para que la comunidad universita-ria reflexionara en los talleres sobre

nuestro contexto. En la segunda, entre marzo y abril, en los depar-tamentos académicos, institutos de investigación, programas de inci-dencia y áreas pertenecientes a la Vicerrectoría Académica, Dirección General del Medio Universitario y Dirección General de Vinculación Universitaria se aportarán res-puestas, desde sus disciplinas, a las problemáticas que vivimos. Todo servirá como insumo a la planea-ción estratégica de la Ibero en su conjunto hacia el 2030, y a las pla-neaciones particulares de cada área y departamento.

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El Rector de la Ibero, maestro david Fernández dávalos, S. J., con la maestra dulce maría Ramos mora, coordinadora del programa de medio Ambiente de la Ibero, y el doctor José Sarukhán Kermez, orador invitado, coordinador de la Comisión nacional para el Conocimiento y uso de la biodiversidad (Conabio), prestigiado ecólogo y ex rector de la unAm.

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Música para camaleones está dedicada a la recomendación de obras musicales,

para lo cual se ha invitado a melómanos, investigadores, expertos, editores,

musicólogos y denodados amantes de la música. En esta ocasión agradecemos

a Miguel Rojas Luna, Melina Jiménez y Humberto Albert Gutiérrez, el

que hayan accedido a compartir su experiencia y su pasión.

Con este álbum Wu-Tang llegó a los corazones de todos los chicos que querían ser alguien en los guetos de Estados Unidos. Es una plena reflexión de las situaciones de pobreza en las calles, con letras explosivas y luminosas que nos llevan a ver con otros ojos la realidad de la vida callejera. Hip-Hop, es un clásico que hace brincar del asiento, y que me

recuerda la esencia del movimiento y lo importante que es ser parte de él. Esta música hace olvidar las preocupaciones y constata que somos personas con ideas y la necesidad de expresarnos a través del arte: el Hip-Hop no creó nada, sino que reinventó todo. Renegades of funk, cover del clásico track de Afrika Bambaataa, le da una vuelta a la propuesta original con la energía explosiva de Rage Against the Machine, que plasma en cada verso toda la fuerza del funk, el rock, el break beat, y la combinación de estos estilos.

Miguel Rojas Luna. Bailarín y coreógrafo, realizó estudios en el Santa Monica College, de California, y en el Profesional Studies Program de José Limón Dance Foundation, de New York. Ha sido parte de diversas compañías de danza en México y Estados Unidos, y como coreógrafo, ha colaborado en películas, conciertos, obras de teatro y con diversos artistas como Delinquent Habits, Nortec Collective, Natalia Lafourcade y Torre Blanca. Impulsor de la cultura Hip-Hop, ha impartido clases, talleres y conferencias en Estados Unidos, Europa, México y Latinoamérica.

HuMbeRto ALbeRt GutiéRRezRECOMIENDA: Jagged little pill, de Alanis Morissette [1995]; Ray of light, de Madonna [1998], y Love. Angel. Music. Baby, de Gwen Stefani [2004]

MeLinA JiMénezRECOMIENDA: 5, de Lenny Kravitz [1998]; Natiruts Acústico no Rio de Janeiro, de Natiruts [2013], y The Miseducation of Lauryn Hill, de Lauryn Hill [1998]

Este álbum de Alanis Morissette es uno de los referentes más pode-rosos e inspiradores de la llamada generación X y representa el estado de ánimo predominante de toda una década. Un retrato vivo del de-.sencanto, este material sintetiza la energía y vitalidad renovadora del grunch desde la realidad cruda sin que se confunda con el sentimen-talismo de la depresión. Sin duda el

mejor trabajo de Madonna, Ray of light no tienen desperdicio: todas y cada una de las canciones fueron sencillos. Fiel al estilo pop de la artista, rebasa las expectativas de su contenido místico, introspectivo, espiritual, luminoso, cotidiano, nostálgico y frío. Como pocos artistas, después de alcanzar el éxito como parte de un grupo musical, Gwen Stefani logró con buenos resultados iniciar una carrera como solista con Love. Angel. Music. Baby, que sin duda es el material más fresco, irreverente y catártico de la primera mitad de la década. Con un sonido honesto y actual, nos transporta a ambientes desconocidos, artificialmente sintéticos en el mejor sentido de la palabra.

Humberto Albert Gutiérrez. Licenciado de Ciencias y Técnicas de la Información, es artista plástico, narrador y docente. Ha participado en diversas exposiciones colectivas nacionales e internacionales y su obra ha sido publicada en reconocidas revistas, entre ellas B-Guiden, de España, Blink y Caviar Izquierda. Es autor de la novela Destiny, y del guión de la película Yo soy Dios, actualmente en preproducción.

Cantante, actor, compositor y multiinstrumentista, Lenny Kravitz incluye en este disco canciones con una diversidad de ritmos que atra-pan al escucha sin importar el esta-do de ánimo en el que se encuentre. Funk y soul con una mezcla de rock, su estilo motiva e inspira. Pioneros del pop reggae brasileño, Natiruts es actualmente una de las bandas más importantes de su país. En su

propuesta se percibe la fuerte influencia de la tradición musical brasileña, que fusiona de forma extraordinaria con la armonía del reggae, produciendo un sonido único que logra transportar-me a otro país, clima y vibra. El disco de Lauren Hill me fascina por la versatilidad de sus canciones, su fuerza interpretativa y la honestidad que transmite a través de su música.

Melina Jiménez. Artista plástica, realizó estudios en la Academia de San Carlos. Ha participado en diversas exposiciones colectivas e individuales en espacios culturales del país, entre ellos el Museo Soumaya Polanco. En 2014 mereció el Reconocimiento como Artista Ecológica otorgado por la Cámara de Diputados. Su obra forma parte de colecciones privadas de México, Argentina, Estados Unidos, Canadá, Alemania, entre otros países.

Qué escuchary por qué

beAtRiz PALACioS.Asistente editorial de ibeRo.

MiGueL RoJAS LunARECOMIENDA: C.R.E.A.M., de Wu-Tang Clan [1994]; Hip-Hop, de Dead Prez [2000], y Renegades of funk, de Rage Against the Machine [2005]

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Esta sección de IBERO ofrece a los apasionados de la lectura la recomendación de algunos

libros que podrían entregarles experiencias imborrables y

transformadoras.

Víctor M. toledo,Ecocidio en México: la batalla final es por la vida, prólogo de John M. ackerman [Grijalbo, México, 2015], 144 páginas. Ensayo.

Advierte el autor: “Cada día se hace más claro que a la par de la tremenda explotación del trabajo de los mexi-canos, certificada por los bajísimos salarios, la nación sufre una desbocada explotación de su entorno natural, que destruye y dilapida su patrimonio ecológico y disloca territorios y regio-nes enteras. Vivir en México significa habitar un espacio donde sus ciudada-nos se encuentran permanentemente

amenazados por un doble riesgo, ambiental y social, que es el resultado de la complicidad, de la combinación perversa, entre el poder político y el poder económico. De esto trata mi libro Ecocidio en México: la batalla final es por la vida. Se trata de un intento por sintetizar y ofrecer de manera sen-cilla a los lectores un panorama de lo que está sucediendo en el país sobre la destrucción ecológica, sus relaciones con los problemas sociales, las maneras en que las comunidades resisten y, especialmente, las modalidades que toma el poder ciudadano para enfrentarla, vencerla y remontarla”.

Víctor M. toledo. Biólogo por la Facultad de ciencias de la uNaM, institución donde también realizó su maestría y doctorado. Entre sus libros destacan Ecología y autosuficiencia alimentaria, la producción rural en México: alternativas ecológicas, México: diversidad de culturas y Ecología, espiritualidad, conocimiento.

Alfredo lópez Austin y luis Millones,los mitos y sus tiempos: creencias y narraciones de Mesoamérica y los andes [Era, México, 2015], 400 páginas. Ensayo.

Los mitos andinos y mesoamericanos forman parte de sistemas creados por las sociedades indígenas en la cotidianeidad de su existencia, ordenaciones que permiten a los hombres enfrentarse a su entorno físico e interrelacionarse en su contexto social. La creencia mítica se expresa en la oralidad y suele hacerlo, por ser profundo su contenido, sagrado su origen y central su función cohesiva, con intención estética. Así, encontramos

el interés de la creencia y la belleza del relato en estas na-rraciones que los coautores explican en el marco de un ex-traordinario estudio de las mitologías de las macrorregiones mesoamericana y andina, cuyas semejanzas y diferencias son asombrosas y merecen una atención que hasta hoy no han tenido.

Alfredo lópez Austin. doctor en historia por la uNaM. Entre sus libros destacan Hombre-dios: Religión y política en el mundo náhuatl y los mitos del tlacuache: caminos de la mitología mesoamericana. luIS MIllONES. doctor en letras por la Pontificia universidad católica del Perú. Entre sus obras destacan Historia y poder en los andes centrales y El rostro de la fe: doce ensayos sobre religiosidad andina.

Qué leer y por qué

Miguel JArA,vacunas, las necesarias. ¿Son todas indispensables, efectivas y seguras? [ariel, México, 2015], 288 páginas. divulgación científica.

¿Son todas las vacunas necesarias, efectivas y seguras? ¿Nos están ocul-tando información entre laboratorios y administraciones públicas para que el “negocio saludable”, que en parte son las vacunaciones masivas y sistemáticas, no deje de serlo? Los calendarios de vacunación no han cesado de crecer en los últimos años, tanto en número de vacunas como en dosis, y desde los laboratorios farmacéuticos se presiona para que ciertas vacunaciones se ade-

lanten. Existe un debate abierto, y con este libro Miguel Jara pretende arrojar algo de luz sobre un asunto complejo que atañe a cualquier persona que se enfrenta a la posibilidad de someter a su recién nacido a varias decenas de pinchazos en los primeros años de vida.

Miguel JArA. Escritor y periodista madrileño está especializado en la investigación de temas relacionados con la salud y la ecología. Es autor, entre otros libros, de traficantes de salud, cons-piraciones tóxicas, la salud que viene y laboratorio de médicos. Ha recibido el premio Eupharlaw-Ibercisalud 2011 a la personalidad del año en el ámbito sanitario.

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Refrigerador con cuatro diferentes temperaturasEl nuevo refrigerador Samsung T9000, con un diseño estrecho que se adapta al espacio de muebles de cocina estándar, tiene una capacidad de 770 litros y diversas tec-nologías que optimizan su desempeño. Cuenta con cuatro compartimientos separados y sistemas independientes que le dan un control más preciso para establecer las tempera-turas entre los cuatro rangos que ofrece: 5º, 1.1º, -5º y entre -17º y -22ºC, de acuerdo a lo que se requiere para tener la máxima frescura en cada tipo de alimento. Adicionalmente, sus puertas francesas de gran profundidad permiten obser-var todo el contenido a la vez y acceder rápidamente a los alimentos y bebidas ahorrando tiempo y energía.

Pantalla ultradelgada con vidrio traslúcidoGracias a su diseño Picture on Glass de pantalla de vidrio traslúcido ultradelgado de sólo 2.57 milímetros de grosor y un sistema de barra de sonido de alta potencia orientado hacia el espectador, la LG Signature Oled fue reconocida con el premio “Best of Innovation” de la CES 2016, la feria tecnológica más importante del mundo. Este televisor cuenta con HDR Pro (alto rango dinámico), máxima iluminación, negros perfectos, amplia gama de colores y audio totalmente envolvente, además de incluir el nuevo sistema operativo webOS 3.0 y soporte para todos los grandes formatos como el Dolby Vision, que aúna las tecnologías 4k y HDR.

El celular con la mejor bateríaLa firma Huawei presentó el celular Mate 8 el cual dispone de una batería de 4,000mAh que garantiza una autonomía del dispositivo de hasta dos días e incorpora un sistema de carga rápida, que logra completar la batería en aproximadamente media hora. Con pantalla de 6 pulgadas y resolución Full HD, cuenta con procesador Kirin 950 con ocho núcleos, doble SIM, memoria RAM de 4 GB y hasta 128 GB de almacenamiento interno, tarjeta de expansión MicroSD y una cámara principal de 16 MP, además de una frontal de 8 megapixeles y un sensor de huellas dactilares de última generación.

El desarrollo tecnológico cobra su mayor sentido cuando nos facilita la vida sin que ello quiera decir que nos

propicie la pereza.

Dispositivos e instrumentos

que facilitan la vida

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