revista el molino

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EDICIÓN ESPECIAL

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Edicion especial, septiembre de 2010.

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Page 1: Revista El molino

Edición EspEciaL

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04EDITORIAL

Todos somos Argentina

10EMPLEO

Trabajar y dar trabajo

22LECHERÍA

La fuerza del tambo

32PORCINOS

Etapa favorable

37CONEJOS

Mucho más que una mascota

41OTRAS ACTIVIDADES

¿Tendrán una oportunidad?

48IMÁGENES II

El campo en la ciudad

06FRASES

El campo en palabras

14INTEGRACIÓN

Sumar y multiplicar

26MAPA

País pecuario

34OVINOS

Hacia adelante

38EQUINOS

El mejor aliado del hombre

42INSUMOS Y SERVICIOS

Más sanidad

50NÚMEROS

Cifras que dicen mucho

08HISTORIA

200 años de hitos pecuarios

18BOVINOS

La mejor carnedel mundo

28AVICULTURA

Sectordinámico

36CAPRINOS

Carne, lechey fibra

40APICULTURA

Negocio dulce

46IMÁGENES

Gente de campo

Staff. Contenidos y diseño: Happy Together Contenidos / Corrección: Tinta / El Molino. La revista del campo productivo es una publicación de Capital Intelectual S.A., Francisco Acuña de Figueroa 459 (C1180AAG), C.A. Buenos Aires. Tel. 4866-1881

Contacto: [email protected]

NOTALos trabajos que dieron origen a los artículos de este número de El Molino fueron realizados bajo la coordinación de Marcelo Regúnaga, Hugo Ce-trángolo y Gustavo Mozeris, a pedido de Biogéne-sis Bagó. Para ello, en 2005-2006 se llevó a cabo una investigación detallada sobre el potencial de las cadenas agroindustriales de los principales subsectores pecuarios, entre las que se destacan, principalmente, las cadenas de carne bovina, lác-tea, avícola y porcina. Dicha investigación se realizó mediante el tra-bajo conjunto de tres instituciones: la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, la Fundación Agronegocios y Alimentos, y el Centro de Educación Empresaria de la Universidad de San Andrés. Participó de este trabajo un equipo de once investigadores, integrado, además de los coordinadores, por Ana Cristina Amador, Juan Grigera Naón, Jorge Ingaramo, Fernando Medan, Carlos Vieites, Ramiro Costa, Cecilia Gelabert y Juan Ignacio Pina.Con los resultados obtenidos, se publicó, en el año 2007, el libro El impacto de las cadenas agroindustriales pecuarias en Argentina: evolu-ción y potencial, en el que se describe y analiza el potencial de once cadenas pecuarias relevantes para la Argentina.Los autores han actualizado, con la información di-sponible a principios de 2010, los principales datos in-cluidos en aquel libro, que han servido como fuente principal de esta edición especial de El Molino.

SUMARIO. El MOlINO. EdIcIóN ESpEcIAl

STAff

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Hace más de cinco años que desde Biogénesis-Bagó hacemos El Molino, la revista del campo productivo. En el año del Bicentenario nos propusimos realizar esta edición especial. ¿Por qué? Sim-ple: queremos reflejar todos los rinco-nes donde llega el campo, su aporte, su influencia, su espíritu, su gente. Quere-mos, también, mostrar cómo cada uno de los 40 millones de argentinos somos parte de él. Y, también, cómo el campo

es parte de cada uno de los 40 millones de argentinos. Hace más de 200 años que se festejó la Revolución de Mayo y hace casi cinco siglos que llegaron los primeros bovinos a nuestras tierras. El español Pedro de Mendoza fue el primero en traer gana-do, en 1538. Desde entonces, comen-zó a gestarse una identidad cultural que hoy el mundo identifica con los paisajes de nuestras pampas. Una tradición que no solamente tiene que ver con nues-tros principales íconos, como el gaucho y el asado, sino que se extiende por ele-mentos más trascendentes: nuestro de-sarrollo y nuestra economía.Desde el surgimiento mismo de la na-ción, el comercio de los productos pe-cuarios fue una parte central de la eco-nomía argentina. Lo fue cuando el sebo era el principal componente de comer-cialización; lo fue cuando el cuero era apreciado en las ciudades argentinas y

en los mercados del mundo; también lo fue cuando la creciente población inter-nacional demandaba proteínas de alta calidad y nuestras carnes estaban allí, para alimentarla. Y también lo es cuando disfrutamos de la mejor leche, de un pai-saje patagónico, de una fiesta tradicio-nal. O cuando nos abrigamos con la lana de nuestra ovejas, o cuando elegimos un sillón de cuero de nuestras vacas. Con avances y retrocesos, con uniones y desencuentros, los productos pecuarios fueron la base sobre la que se generó el comercio que dio fortaleza a las grandes ciudades, incluso la porteña Buenos Ai-res fue forjada al calor del intercambio de nuestras carnes con el mundo.Desde el sur al norte del país, las ganade-rías nacionales formaron un paisaje que aportó identidad y trabajo. El desarrollo de la Patagonia austral nació con la cría ovina, los frigoríficos ovinos levantaron ciudades y las lanas movieron el transpor-te y los puertos, y aún hoy continúa sien-do una parte central de su economía.El ganado vacuno, resaltado por su ca-lidad en el mundo, modificó el horizonte visual en nuestras pampas y sumó ac-tividad y desarrollo a las ciudades que se gestaban. Más allá de los cambios productivos actuales, no podría pensar-se en una imagen que identifique más al campo argentino que unos animales que pastan.La ganadería de hoy no limita su lengua-je a sebo, cuero y carne; actualmente tenemos que hablar de tecnología apli-cada en el campo y en la elaboración de productos, investigación, procesos industriales complejos, producciones económicamente rentables y elabora-ciones ambientalmente sustentables. Un lenguaje que se respalda en nues-tras tradiciones, pero que se abre como un abanico de vanguardia. Porque cada vez que amanece, en la Argentina co-mienza a andar desde el campo una rueda productiva que termina en los ex-tremos más impensados de la nación.

TOdOS SOMOS ARgENTINA

Doscientos años después del nacimien-to de nuestra Patria, se abre para el país una nueva oportunidad de revalorizar una de las actividades que aporta más de un millón de empleos en forma directa e indi-recta a la economía nacional y que cuenta con uno de los más altos efectos multipli-cadores de la actividad productiva. En este primer bicentenario nacional, desde Biogénesis Bagó queremos aportar una visión y un trabajo, plasma-

dos hoy en esta edición especial de El Molino, que termine definitivamente con los límites impuestos por nuestros des-encuentros y nos integre para siempre en un proyecto inclusivo. Y las activida-des pecuarias debieran ser el paradig-ma donde apoyarnos, porque están en nuestra esencia, cimentan la economía nacional, son nuestro mejor patrimonio y ofrecen desarrollo y posibilidades para todos los argentinos. Con el mismo espíritu de Borges reafir-mamos: “Nadie es el campo argentino. Todos lo somos.”

Muchas gracias por acompañarnos.

EdITORIAl

“Nadie es patria. Todos lo somos”Jorge Luis Borges

Cuando disfrutamos de la mejor leche, de un paisaje patagónico, de una fiesta tradicional. O cuando nos abrigamos con la lana de nuestra ovejas, o elegimos un sillón de cuero de nuestras vacas. Ahí, también, está el campo.

Desde Biogénesis Bagó queremos aportar una visión y un trabajo, plasmados hoy en esta edición especial de El Molino, que termine definitivamente con los límites impuestos por los desencuentros y nos integre en un proyecto inclusivo.

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Toda riqueza que no tiene su origen en el suelo es incierta...Manuel Belgrano, prócer nacional.

Es fácil predecir lo que se podría hacer transformando más de dos millones de hectáreas dormidas al pie de nuestros lagos con el esfuerzo mancomunado del hombre y del Estado.

René Favaloro, Médico.

Creo que hay que producir 200 millones de trigo al año y tenemos que llegar a planteles de 150 millones de vacas.

Juan Domingo Perón, Ex presidente.

Manuel García Ferré, Historietista

Muchos hombres de campo conocen más de la vida que los grandes pensadores.

Así, en infinitas tardes, fui penetrando en el canto de la llanura, gracias a esos paisanos. Ellos fueron mis maestros. Ellos, y luego multitud de paisanos que la vida me fue arrimando con el tiempo. Cada cual tenía “su” estilo. Cada cual expresaba, tocando o cantando, los asuntos que la pampa le dictaba.

Atahualpa Yupanqui, Cantante.

Nadie es patria. Todos lo somos

Jorge Luis Borges, Escritor.

Las montañas son magníficas, pero la modestia del campo nos alimenta.

Valeriu Butulescu, Poeta rumano.

El cAMpO En paLaBRas…

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Tenemos que repotenciar el rol de Argentina a nivel local y en el mundo como un gran productor de alimentos con mucho valor agregado de origen.

Cristina Fernández de Kirchner, Presidenta.

Deseo realzar que el campo es vida y manifestar mi admiración hacia la gente que lo habita y trabaja. Ellos logran que estemos en el primer nivel mundial gracias a la producción rural, con todo el esfuerzo que esto implica.

Juan Carlos Saravia, Cantante popular

Estoy convencido de que los agrónomos y veterinarios podemos terminar con el hambre en la Argentina. Producimos alimentos para 150 millones de personas, ¿cómo no vamos a poder darle de comer a los 40 millones de argentinos?

Juan Carr, Veterinario y lider de Red Solidaria.

Dios hizo el campo, y el hombre la ciudad.

William Cowper,Poeta inglés del siglo XVIII.

La industria más genuina del suelo argentino, la ganadería, se encuentra en ruinas por obra de dos factores principales: la acción extorsiva de un monopolio extranjero y la complicidad de un gobierno que, unas veces, la deja hacer y otras, la protege directamente.

Lisandro de la Torre, Fundador de la UCR y el PDP.

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1935Escándalo por el negociado de la carne. La denuncia la realiza Lisandro de la Torre que sostiene que existe una connivencia del gobierno con los frigoríficos extranje-ros y los grandes ganaderos para llevar un perjuicio a los pequeños productores y al Estado.

1972El Dr. Sholeim Rivenson des-cubre la vacuna antiaftosa oleosa trivalente que lleva su nombre. Un pilar para el control de esta enfermedad en el mundo.

1810EXPEDICIÓN A LAS SALINASEl 13 de noviembre se dispo-ne una expedición a las Salinas con unos 400 hombres,234 carretas, 2927 bueyes y 520 caballos.

1813OVINOS DE LISBOA

Tomas Lloyd Halsey funda la primera cabaña que introdu-ce ovejas y carneros Merino, procedentes de Lisboa.

1899Primera epidemia de aftosa en el país. Gran Bretaña y EEUU dejan de comprarnos.

1907FRIGORIFICOSIncorporación en la actividad frigorífica de ca-pitales norteamericanos.

1880PRIMER MOLINOSe presenta en la expo-sición rural de Palermo al año siguiente.

1937CAMIÓN JAULAComienza a utilizarse el camión jaula. Antes arriaban el ganado por el camino hasta el mercado para su venta.

1830EL ALAMBRADODurante el gobierno de Juan Manuel de Rosas, esta nueva práctica genera una profunda transformación de las costum-bres en las zonas rurales.

1960VACUNACIÓN CONTRA LA AFTOSAEl Gobierno nacional dispone la vacunación de aftosa obligatoria.

1943Creación de Confederaciones Rurales Argentinas.

1984Se prohibe comer carne los martes y jueves según decreto 467/84. Las expor-taciones cárnicas obtienen valores irrisorios a los de 1914.

200 años dE hISTORIA…

1872PRIMER SALADERO DE FRÍOCon la innovación de Charles Tellier y Ferdinand Carré, se establece el primer saladero con cámaras de frío que perteneció a Eugenio Terrasson.

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1945Inseminación artificial. Daniel E. Marzullo y Héctor C. Ponsatti incorporan en el establecimiento Los Cerri-llos, ubicado en San Miguel del Monte, esta tecnología reproductiva. Se aplicó en la raza Shorthorn.

1999Primer proyecto informado sobre clonación de bovinos en la República Argentina. Experiencias en el INTA de Balcarce.

1994PRIMERAS CLONACIONESLos primeros trabajos de clonación se realizan en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IByME) en un proyecto de producción de terneros fertilizados in vitro.

19141º GUERRA MUNDIALPor el conflicto bélico crecen las exportaciones de carne congelada y en conserva.

1923Marcelo T. de Alvear pro-mulga la Ley 11.205 para la creación de un frigorífico nacional.

1956Creación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

2001Aparece un foco de fiebre aftosa. Se cierran los merca-dos externos y se paralizan las exportaciones. Se pro-ducen importantes pérdidas para los productores y la industria.

2008NACE LA YEGUA CHUSMADonada por Halitus Biotec-nología de la Argentina. Fue la primera gestación del clon de un caballo en América Latina.

1852CICLO LANAREl ciclo lanar alcanza su mayor desarrollo después de Caseros y se extiende hasta 1883. Gran Bretaña libera la introducción de lana.

1933PACTO ROCA RUNCIMAN

Gran Bretaña asegura a la Argentina la compra de carne equivalente a la adquirida en 1932.

2004Argentina recupera el estatus sanitario de “País libre de Aftosa con Vacu-nación”, dictaminado por la OIE (Organización Inter-nacional de Epizootias).

1835LEY DE ADUANARosas impulsa la sanción de una ley de Aduana, que eleva los aranceles a las exportaciones.

1866SE CREA LA S.R.A.Un grupo decide organizarse para defender sus intereses y buscar soluciones: crea la Sociedad Rural Argentina.

En el año del Bicentenario, recordamos algunos de los grandes hitos del mundo pecuario en la Argentina.

1954Limitación de la venta de ganado: solo puede reali-zarse en el Mercado de Liniers.

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Cada vez que sale el sol, no importa qué día sea, hay alguien en Argentina que está trabajando en algo relacio-nado con el sector pecuario. Y cada vez que se hace de noche, no impor-ta qué día sea, también.A toda hora, todo el año. Siempre hay familias dedicadas a llevar los mejores alimentos y productos a cada una de las casas del país y del mundo.Se trate de la industria de la leche, de la carne, de los cueros; sea un carnice-ro, el gerente de una cadena de super-mercados, el jockey de un caballo del hipódromo o un camionero que trans-porta alimentos: el sector de animales es uno de los grandes empleadores

nacionales, incluso mucho más que in-dustrias que fueron protegidas tradicio-nalmente por el Estado. Según el último Censo Nacional Agro-pecuario disponible, realizado en 2002, las empresas agropecuarias que produ-cían carne involucraban a 470 mil per-sonas, lo que significa un promedio de 2,4 personas por unidad de producción. En el Censo se considera sólo la etapa primaria. Es posible que las estima-ciones de empleo no tengan en cuen-ta todo el personal ocupado en traba-jos generales de los establecimientos agrícola-ganaderos. Por ejemplo, los vinculados con la infraestructura pro-ductiva (casas, alambrados, aguadas,

caminos, etc.), necesarios para las actividades pecuarias. Tomando en cuenta los 210 mil esta-blecimientos con ganado bovino, es-timados por SENASA en marzo de

TRAbAjAR y dAR TRAbAjOlOS EMplEOS QUE gENERA El SEcTOR

Desde los insumos hasta la industrialización, la cadena pecuaria emplea a más de un millón de personas. Más de 350 mil en forma directa en las etapas primaria y de procesamiento de carnes, lácteos y curtido de cueros. Si se suma la comercialización, se superan los 763 mil puestos. Y hay potencial para seguir creciendo.

¿Qué genera más empleo en la Argentina? ¿El sector pecuario o la industria automotriz? Para muchos, puede haber algunas dudas. Pero no debería: los animales emplean un 400% más que los automóviles.

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2010, si se aplicara el coeficiente de 2,4 personas por unidad de producción, la estimación de ocupación para la etapa primaria sería de 504 mil personas.

COMPARACIONES¿Qué genera más empleo en la Ar-gentina, el sector pecuario o la indus-tria automotriz? Y siendo aún más específico, ¿el sector equino o la in-dustria automotriz? Para muchos, las respuestas pueden generar algunas dudas. Pero no debería: el sector pe-cuario genera un 400% más de em-pleo que el sector de automóviles. Y el sector equino solo lo duplica. Veamos: en un análisis realizado en 2009 por el Centro de Estudios para la Producción del Ministerio de Industria y Turismo, la producción y el empleo en la industria automotriz y de autopartes crecieron de una manera notable en el período 2002-2008; y en este último año estaban ocupados en forma directa en las terminales unas 26 mil personas y en los autopartistas 48 mil personas. Adicionando ambos subsectores, se llega a 74 mil empleos, es decir, menos de la cuarta parte del empleo directo generado por las cadenas de carnes y lácteos, sin contabilizar el empleo en las curtiembres. Muchas veces, la sociedad tiene una percepción muy distorsionada

del potencial de creación de empleo del sector agroindustrial pecuario y, com-parativamente, del de las cadenas de manufacturas industriales, que han sido por décadas altamente protegidas (en detrimento de las agroindustriales) con el propósito de generar empleo.Los puestos de trabajo generados por las cadenas de carnes, lácteos y cur-tido de cueros en la etapa terciaria, es decir, la correspondiente a la comerciali-zación de los productos agroindustriales pecuarios, incrementaban los empleos directos en 399 mil puestos de trabajo, totalizando 763 mil empleos directos para esos tres componentes. Asimismo, los puestos de trabajo ge-nerados por las cadenas de carnes y lácteos en los eslabonamientos ante-riores, correspondientes a la demanda de insumos de cada sector, ascendían a 100 mil en la etapa primaria, 84 mil en la etapa secundaria y 29 mil en la etapa terciaria, lo que da un total de 213 mil empleos indirectos. Por lo tan-to, si se adiciona el total de empleos directos e indirectos (correspondientes a los insumos utilizados) generados por dichas cadenas, la ocupación as-cendía a 873 mil personas, lo que re-presentaba el 5,6% del total de ocu-pados en el país en el año 2003. Si se agregan los empleos correspon-

dientes a la producción, procesamiento y comercialización de los cueros y sus manufacturas, las cifras de los em-pleos directos totales se elevarían a 256 mil en la etapa primaria, 108 mil en la etapa secundaria y a 399 mil en la etapa terciaria. Si se adicionaran los empleos correspondientes a los esla-bonamientos anteriores, la generación total de empleo del sector pecuario, incluidos los cueros, sería de 1,01 mi-llón de puestos de trabajo, es decir, el 6,4% del total de ocupados del país. Un trabajo del economista Juan Lla-ch, en el que se midió el empleo de las cadenas agroindustriales de manera integral, considerando sus eslabona-

Lo que hay que saber

• El sector pecuario, incluyendo los cueros, genera más de un millón de puestos, el 6,4% del total del país.

• El mundo va a demandar más proteínas de alta calidad en las próximas décadas. Argentina puede tener un papel clave.

• La actividad equina emplea a más de 180 mil personas.

• Las cadenas agroindustriales pecuarias tienen efectos multiplicadores de produc-ción y empleo muy altos.

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SEc

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N

mientos anteriores y el empleo indirec-to, se estimó también que las cadenas agroindustriales generan en forma ge-neral, sin distinguir subsectores en par-ticular, aproximadamente un 50% más de empleos que surgen del pago de im-puestos (empleo público) y del gasto en consumo e inversión de los ingresos ge-nerados en cada subsector. Aplicando dicho porcentaje a los empleos totales estimados para las cadenas menciona-das, la generación de empleos totales de las cadenas pecuarias, incluyendo los eslabonamientos anteriores y los asociados a los pagos de impuestos, y los gastos en consumo e inversión de dichas cadenas, ascendería a aproxi-madamente 1,5 millones de puestos de trabajo, equivalentes al 9,5% del total de ocupados del país en 2003.En otro trabajo realizado por la con-sultora Mora y Araujo & Asociados, la actividad equina generaba, en 2001, en forma directa e indirecta, unos 180 mil puestos de trabajo. Se esti-ma que en años recientes el empleo ha crecido ligeramente.Las cadenas agroindustriales pecua-rias tienen, además, altos multiplicado-res directos e indirectos de empleo, de acuerdo a las informaciones de la últi-ma matriz insumo-producto elaborada para toda la economía argentina, que

ha sido desagregada en 124 activida-des. La producción de lácteos ocupa el cuarto lugar en el ranking nacional, con un coeficiente de 6,1; la industria frigo-rífica obtuvo el quinto puesto, con un coeficiente de 5,52; y el curtido de cueros, el décimo tercer puesto, con un coeficiente de 4,49. La cría de ga-nados y la avicultura tienen en cam-bio coeficientes menores al promedio nacional, con índices de 1,49 y 1,67 respectivamente, ubicándose entre la mitad y el cuarto inferior del ranking.

MÁS PRODUCCIÓN, MÁS EMPLEOEl limitado crecimiento de la economía nacional durante las últimas siete déca-das muestra que, para lograr un desa-rrollo sostenido y sustentable, social y económicamente, la Argentina necesita contar con una estrategia de crecimien-to de producción y empleo que tenga como pilar fundamental a su sector ex-terno, tal como sucedió durante la últi-ma parte del siglo XIX y las primeras dé-cadas del siglo XX. El contexto económico y comercial in-ternacional favorable, que se registró en los primeros años del siglo XXI, y las buenas perspectivas existentes para las próximas décadas brindan una nueva oportunidad histórica para que nuestro país se consolide y dé sustentabilidad

al notable proceso de recuperación económica logrado en años recientes. Para esto, debería basarse en su sec-tor externo y en aquellas actividades productivas que tienen un alto potencial de crecimiento y competitividad, para acceder al aumento proyectado para el consumo y el comercio mundial de car-nes y productos lácteos. Varias de las cadenas agroindustriales pecuarias reúnen dichas características, gracias a la excepcional dotación de re-cursos naturales de la Argentina, a los conocimientos existentes ya probados y a la existencia de una estructura em-presaria nacional que ha mostrado su capacidad de respuesta a los incentivos económicos (incorporando tecnologías de nivel mundial). Como se ha señala-do, estas actividades son sustentables, generan importantes encadenamientos y externalidades en la producción (efec-tos sobre otras áreas de la economía) y el empleo, y tienen una gran cobertura regional, por lo que pueden contribuir a un desarrollo territorial más equilibrado, al dinamizar el interior del país.Existe una gran diferencia tecnológica y productiva en los establecimientos que incorporaron mejoras en el manejo y en aspectos productivos. Por esto, es po-sible pensar que hay posibilidades de aumentar la producción si esos cambios

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se extienden a una mayor cantidad de establecimientos. Esta misma situación se da en materia sanitaria, de procesa-miento industrial y en la comercializa-ción, sobre todo en carnes vacunas.Entonces planteamos diversas hipó-tesis de crecimiento para los próxi-mos 10 años, tomando como refe-rencia el potencial productivo y del mercado local e internacional. Los organismos internacionales es-pecializados prevén que la demanda mundial de carnes y lácteos aumente más que el crecimiento vegetativo, y supere la capacidad de abastecimiento de los países industrializados (los prin-cipales consumidores) y algunos de los emergentes, sobre todo de Asia.Según estas proyecciones, el mundo va a demandar más proteínas de alta ca-lidad en los próximos decenios. Habría

que preguntarse cuál va a ser el pa-pel de Argentina como proveedor de carnes y lácteos, así como de forrajes utilizados en su producción, principal-mente maíz y harina de soja. Claramente, entre los pocos países que no han agotado sus fronteras agrope-cuarias y que pueden aumentar signi-ficativamente su productividad, se en-cuentran varios países del continente, en especial EEUU, Brasil y Argentina.El país puede beneficiarse con la de-manda derivada de proteínas de alta calidad y continuar siendo uno de los lí-deres en la exportación de commodities (granos y harinas), o bien puede optar por el agregado de valor local, transfor-mando los forrajes, granos y harinas pro-teicas en carnes y productos lácteos. Cuando se analizan los datos corres-pondientes al valor promedio por to-nelada de las exportaciones de Nueva Zelanda o Australia, se puede apreciar que en ambos países son muy supe-riores a los de Argentina, porque tienen una estructura de exportaciones agroa-limentarias con una alta participación de las actividades pecuarias.Transformar los granos en carne pre-senta ventajas para toda la sociedad, porque las cadenas agroindustriales pe-cuarias tienen efectos multiplicadores de producción y empleo muy altos.

Además, involucran miles de unidades de producción dispersas en todo el territorio nacional, con una alta partici-pación de pequeños y medianos pro-ductores, procesadores, proveedores de servicios y comerciantes.También contribuirían a que la Argenti-na deje de ser un país concentrado casi exclusivamente en la producción y ex-portación de commodities y aproveche las oportunidades que brindan las car-nes y los lácteos para la exportación de productos diferenciados de alto valor.Hay que superar una de las antinomias equivocadas que se han planteado re-cientemente en la sociedad argentina: el desarrollo industrial manufacturero no debe basarse en la desprotección de la agricultura, porque existen alter-nativas y sinergias posibles, si se pien-sa en un crecimiento equilibrado.Tampoco es real una antinomia agri-cultura versus ganadería. Es cierto que los aumentos en la productividad y ren-tabilidad de los cultivos anuales en los últimos veinte años desplazaron parte de las mejores tierras ganaderas. Pero la alta competitividad de la producción de granos forrajeros y oleaginosos en la Argentina es un punto de partida estra-tégico para la creación de empleo y el agregado de valor local con las activida-des agroindustriales pecuarias.

Estas actividades son sustentables, generan importantes encadenamientos y externalidades en la producción. Contribuyen a un desarrollo territorial más equilibrado.

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IlUSTRAcIONdE VARI

SEc

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N

06.00 a.m. El ganado ya pasó tres años engordando y está listo para subirse al camión. Los peones se encargarán de acomodarlos. 6.15 a.m. El chofer decide cargar com-bustible, revisar el aceite y aprovecha para cambiar una cubierta por una nueva. 07.30 a.m. El vehículo está cargado y pronto para partir. 40 novillos de unos 400 kilos cada uno están saliendo del campo. El productor verifica el seguro del transporte y de los animales.12.50 p.m. Llega al frigorífico y es hora de descargar. Los animales se-rán faenados durante los próximos días. En la planta, varios camiones

esperan el turno y los choferes al-muerzan en los restoranes cercanos.3.10 p.m. El dueño del campo se

acerca a la cooperativa para buscar un presupuesto. Hay que cambiar alambrados, reparar tranqueras y hacer mejoras en el galpón. Los ani-males ya comienzan a ser faenados.4.00 p.m. Revisa desde su teléfo-no celular los precios del mercado de hacienda. Pasa por la veterinaria para buscar vacunas y coordina con el profesional los días que irá al cam-po. En la planta frigorífica ya se están clasificando las reses y secando los cueros para enviar a la curtiembre.4.30 p.m. El productor consulta el crédito con su banco, decide la com-pra de más vacas y vaquillonas en

SUMAR y MUlTIplIcARAcTIVIdAdES INTEgRAdAS

Más de 300 mil empresas, la mayoría pequeñas y medianas de origen nacional, componen el mundo pecuario nacional. Sin duda, son una fuente de crecimiento en todo el territorio y su efecto multiplicador es uno de los más altos de la economía.

En todo este camino, ¿cuánta gente estuvo involucrada? ¿Cuántos trabajadores, cuántas familias, cuántos sectores? La respuesta no es tan sencilla, porque las industrias pecuarias impactan en una gran cantidad de sectores.

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el consignatario local y pasa por el concesionario a hacer el service de la nueva camioneta. Los operarios del frigorífico despostan las reses y sepa-ran los cortes para el mercado interno y de exportación. La curtiembre con-trata el transporte y se prepara para recibir los nuevos cueros.5.50 p.m. El productor compra se-millas de pasturas y decide el plan de engorde. El gerente de Comer-cio Exterior del frigorífico proyecta los envíos a los distintos mercados

y contrata el servicio de containers y transporte internacional. La curtiem-bre compra insumos para el proce-samiento de los cueros y coordina con las fábricas de zapatos y cam-peras el envío de los productos.Bienvenidos al mundo pecuario y todos sus derivados: es así. Un ca-mión de hacienda, como el utilizado en el ejemplo, dispara un abanico impensado de actividades. Día tras día, esto sucede a lo largo de la geo-grafía nacional. En todo este camino, ¿cuánta gente estuvo involucrada? ¿Cuántos tra-bajadores, cuántas familias, cuántos sectores? La respuesta no es tan sencilla porque las industrias pecua-rias impactan en una gran cantidad de sectores. Desde el productor, hasta el camionero; desde el frigorífi-co, hasta la curtiembre o el exporta-dor; desde el diseñador de sillones, hasta la carnicería del supermerca-do; desde el restorán, hasta el im-portador. El campo es una fuerza que empuja y se derrama. El sector pecuario, en particular, es uno de los principales proveedores de alimentos del país, y constituye una importante fuente de producción, empleo, provi-sión de materias primas y demanda de insumos de otros sectores de la

economía. Las cadenas agroindus-triales pecuarias involucran a más de 300 mil empresas productoras, procesadoras y distribuidoras de sus productos e insumos, dispersas en todo el territorio nacional. La mayoría de las mismas son pequeñas y me-dianas empresas de capital nacional.

Durante muchas décadas, la agroin-dustria pecuaria fue -y puede vol-ver a serlo- una fuente estratégica de crecimiento: por sus aportes al producto y al empleo, por sus efec-tos multiplicadores de producción y empleo, por su cobertura territorial, y porque los aumentos potenciales de la producción contribuirán a un incremento significativo de la eco-nomía nacional y de las exportacio-nes, en virtud de su competitividad internacional y del gran dinamismo esperado para la próxima década en

Durante muchas décadas, la agroindustria pecuaria fue -y puede volver a serlo- una fuente estratégica de crecimiento.

Lo que hay que saber

• El sector agrupa más de 300 mil PyMEs, en su gran mayoría de origen nacional.

• Las ramas pecuarias concentran cerca del 30% del valor bruto de la producción del complejo Alimentos y Bebidas.

• El valor de la producción pecuaria se estima en alrededor de 15 mil millones de dólares.

• El sector pecuario involucra a 5 de las 10 primeras actividades del ranking correspondiente a los multiplicadores de producción del total de las 124 acti-vidades de la economía.

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el consumo y el comercio mundial de productos cárnicos y lácteos, así como de otras especialidades de ori-gen pecuario. Las elevadas tasas de crecimiento de la producción y las exportaciones, que se pueden espe-rar en el mediano y largo plazo, su-gieren la conveniencia de otorgar a estas cadenas una adecuada ponde-ración, en el marco de una estrategia nacional de desarrollo sustentable.

ALGUNOS NÚMEROSLas cadenas pecuarias incluyen a varias de las actividades industriales de mayor significación económica dentro del complejo Alimentos y Be-bidas, ya que concentran cerca del 30% del valor bruto de esta produc-ción. Se destacan la “matanza de ganado, producción, procesamiento y conservación de carne de vaca, oveja, cerdo, liebre y otros animales, excepto aves de corral” (segunda en importancia luego de los oleagino-sos) y la “elaboración de productos lácteos” (tercera en importancia).En el año 2004, el valor bruto de la producción de las industrias alimen-ticias compuestas por las carnes, los lácteos, los fiambres y otros alimen-tos de origen animal se estimó en unos 7.500 millones de dólares de

dicho año, que representaron más del 53% del producto bruto agrope-cuario (PBA), el 11,8% del PBI del sector productor de bienes y el 5% del PBI de la economía argentina en ese mismo año. Los aumentos regis-trados en la producción en algunas de estas cadenas (especialmente en aves y en cerdos) y en los precios en dóla-

res de todos los productos pecuarios permiten estimar que dicho valor de la producción pecuaria ascendió a unos 14.800 millones de dólares en 2009.La participación relativa de las agroin-dustrias pecuarias en relación al resto de actividades del sector agroalimen-tario para los distintos indicadores del PBI es más relevante que su contribu-ción al valor de las exportaciones en virtud de que, a diferencia de lo que ocurre con los granos y derivados, la mayor parte de la producción de ali-

mentos de las principales cadenas pe-cuarias se destina al mercado interno. El valor agregado bruto de las cade-nas pecuarias, es decir, la diferencia entre el valor de la producción de las ramas industriales y el consumo inter-medio, varía de acuerdo a las activida-des. El conjunto de las mismas tiene una relación entre el valor agregado y el valor de la producción del 19-20%. EFECTOS MULTIPLICADORES La importancia del sector pecuario no se limita a su significativa contribu-ción al PBI y al valor agregado bruto, sino que se destaca por su capaci-dad de generar efectos multiplicado-res, es decir, que sus impactos ge-neran beneficios en el conjunto de la economía. El análisis de las informa-ciones de la matriz insumo-producto de la economía argentina muestra que, contrariamente a ciertos prejui-cios e ideas erradas prevalecientes entre muchos economistas y dirigen-tes, el sector pecuario es uno de los que presenta los coeficientes multi-plicadores más altos de producción y empleo de toda la economía. Así, por ejemplo, la industria frigorífi-ca presenta un coeficiente multiplica-dor directo e indirecto de producción de 2,50 y es el segundo más alto

La mayor parte de la producción de alimentos de las principales cadenas pecuarias se destina al mercado interno.

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de las 124 actividades de la econo-mía argentina desagregadas en di-cha matriz; el índice correspondien-te a curtido y terminación de cueros es 2,57 y ocupa el primer lugar en el ranking; la producción de lácteos ocupa el sexto lugar con un índice de 2,35; y la avicultura ostenta el nove-no lugar en el ranking, con un índi-ce de 2.23. La cría y producción de ganado, excluido el de granja, tiene un índice de 1,75, es decir que es li-geramente superior al promedio de la economía. En síntesis, contabilizando las actividades pecuarias y las de sus eslabonamientos en el procesamien-to y manufactura de cueros, el sec-tor pecuario involucra a cinco de las diez primeras actividades del ranking correspondiente a los multiplicadores de producción del total de las 124 actividades de la economía.

Las principales cadenas de productos pecuarios generaron exportaciones por unos 4.130 millones de dólares en 2009, los que representaron el 7,6% del total de las exportaciones de Ar-gentina. El principal componente de las exportaciones pecuarias fueron las carnes y menudencias de bovinos, que en 2009 totalizaron 1.860 millones de dólares; le siguieron en importancia los productos lácteos, que totalizaron 736 millones de dólares, y el complejo de productos de la avicultura, cuyas exportaciones ascendieron a más de 330 millones de dólares.Otro aspecto muy relevante de las actividades pecuarias es que tienen una importancia fundamental para la generación de ingresos y empleo de los pobladores de las regiones de menor desarrollo relativo de la Argen-tina, especialmente para los peque-

ños productores. Tal es el caso de la producción de ovinos en las provin-cias patagónicas, donde estaban lo-calizadas las dos terceras partes de las existencias totales de esta espe-

cie, según datos de SENASA a marzo de 2010; en la mayor parte de estas provincias se trata de la producción agropecuaria de mayor relevancia en la generación de producto y empleo. La mayor parte de las existencias y la producción de caprinos constitu-yen la principal fuente de ingresos de decenas de miles de productores muy pobres de diversas provincias del oeste argentino; tal es el caso de las provincias de Neuquén, Mendo-za, Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y San Luis.

La industria frigorífica presenta un coeficiente multiplicador directo e indirecto de producción de 2,50 y es el segundo más alto de las 124 actividades de la economía argentina.

Las principales cadenas de productos pecuarios generaron exportaciones por unos 4.130 millones de dólares en 2009, el 7,6% del total de las exportaciones de la Argentina.

La importancia del sector no se limita a su significativa contribución al PBI, sino que se destaca por su capacidad de generar beneficios en el conjunto de la economía.

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Para Argentina, la carne vacuna es mucho más que un alimento: es un ícono, algo que nos representa, que nos enorgullece, que nos identifica. Así como uno no puede imaginarse a Francia sin sus quesos, sería imposi-ble pensar al país sin el asado. Des-de el restaurante más exclusivo, hasta una parrillada improvisada por obreros en el cordón de una vereda, demues-tran que la carne está en la sangre de todos los argentinos. Y también en el exterior, donde es elogiada como la mejor de todas. Sumado a lo anterior, hay que decir que la producción de ganados y car-nes es una de las actividades de mayor importancia del sector agroalimentario nacional y tiene una amplia cobertu-ra regional, ya que no existe una sola provincia que no tenga vacas en sus tierras. El sector se caracteriza por su atomización y una gran participación de PyMEs: existen 210 mil estableci-mientos con ganado bovino en 2010, que poseen un stock total de 48,9 mi-llones de cabezas, según SENASA.

Las estadísticas revelan que el 33% del total de las existencias ganade-ras se encuentra en 187 mil estable-cimientos, con rodeos inferiores a 500 cabezas; el 20% en 14 mil, con rodeos de 500 a 1.000 cabezas; y el 30% en 8 mil, con rodeos de 1000 a 5000 cabezas. Sólo el 7% de las exis-tencias totales se encuentra en 424 establecimientos, con más de 5000 cabezas.

Luego de más de un siglo de creci-miento notable entre 1870 y 1977, año en que se alcanzó un máximo de 61 millones de cabezas, las existen-cias y la producción registraron una

declinación sistemática, hasta llegar a un mínimo de 47 millones en 1988. A partir de entonces, las existencias ganaderas retomaron su crecimiento hasta 2008, cuando alcanzaron cerca de 60 millones de cabezas, para luego caer en forma significativa en 2009, por lo que en marzo de 2010 SENASA estimó las existencias totales en 48,9 millones. Esto quiere decir que, duran-te los últimos 33 años, se registraron variaciones anuales pero la tendencia fue de estancamiento, a diferencia de lo acontecido en otros países duran-te ese mismo período, principalmente Brasil. En la década del 2000, la faena ha os-cilado entre 2,5 y 3,5 millones de to-neladas de res con hueso. La mayor parte de la producción se destinó al mercado interno (75 a 94% del total faenado, según los años), que prefie-re los animales livianos de corta edad (de mayor terneza). En cambio, los animales destinados a la exportación requieren mayores pesos de faena, para asegurar un tamaño mínimo en

La MEJoR caRnE dEl MUNdONOS AlIMENTA y NOS REpRESENTA

Esta cadena productiva cuenta con un gran mercado interno y las mejores perspectivas para exportar. Junto a Brasil, tenemos el más alto potencial de crecimiento en producción, lo que nos permite asumir un papel protagónico internacional.

Desde el restaurante más exclusivo, hasta una parrillada improvisada en el cordón de una vereda, demuestran que la carne está en la sangre de todos los argentinos.

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19los cortes (novillos de más de 440 ki-los, vivos). El consumo interno de carne vacuna en Argentina es el más alto del mun-do, lo que está influenciado por as-pectos culturales y por su bajo precio relativo frente a otras carnes y sustitu-tos. El consumo por habitante creció hasta alcanzar niveles muy elevados en la década del cincuenta (entre 90 y 100 kilos anuales); a partir de enton-ces registró una tendencia declinante hasta alcanzar unos 60 kilos a prin-cipios de los años 2000. En 2008 y 2009, se superaron los 70 kilos, pero la drástica caída de la producción en 2010 y el aumento de los precios in-ternos seguramente implicarán una re-ducción del consumo a menos de 60 kilos por habitante y por año.La venta de carnes vacunas tuvo una alta relevancia en el valor de las expor-taciones hasta los años 1970, bastan-te por encima de las de los productos manufacturados y de otras cadenas

agroalimentarias. Argentina lideró las exportaciones mundiales de carnes por varias décadas, hasta los años 1970. En el bienio 1970-1971, las exportaciones de carnes contribuían con el 20,1% del total de las ventas

argentinas, mientras que todas las se-millas oleaginosas, grasas y aceites, y harinas destinadas a alimentación animal participaban con el 12,1%. La contribución de las carnes se redu-jo al 8,8% en el bienio 1980-1981; al 6.0% en 1990-1991; y al 2,3% en 2000. El crecimiento notable del valor de las exportaciones de carnes en los últimos años coincidió con aumentos significativos en otros rubros agroali-mentarios e industriales, por lo que su participación en el total sólo creció al 2,8% en 2004 y al 3,2% en 2005. La disminución de los volúmenes expor-tados en años recientes y el mayor di-namismo de otros sectores implicaron una nueva caída en la participación del valor de las exportaciones de carnes en 2009 (1.652 millones de dólares), cuando representaron sólo el 3,0% del total.

IMPORTANCIA ECONÓMICA Y SOCIALEl subsector bovino es uno de los prin-cipales proveedores de alimentos del país. Las carnes tienen una elevada participación en el gasto de las familias en alimentos y bebidas. Su consumo ha registrado aumentos significativos en el último quinquenio, influenciados por las intervenciones gubernamenta-les, que establecieron precios máximos y restricciones a las exportaciones. Las carnes constituyen el segundo rubro en importancia, luego del que correspon-de a los gastos de almacén; a pesar del aumento registrado en el consumo de carnes de aves y cerdo en los años recientes, las carnes vacunas represen-tan alrededor del 70% del gasto total en carnes. De los 210 mil establecimientos de

producción primaria de ganado, el 77% son pequeñas unidades que poseen menos de 250 cabezas y el 19% son firmas medianas con rodeos de 250 y 1.000 cabezas. La mayor parte de di-chos productores (es decir el 96% del

El consumo interno de carne vacuna en Argentina es el más alto del mundo, lo que está influenciado por aspectos culturales y por su bajo precio relativo frente a otras carnes y sustitutos.

Lo que hay que saber

• La producción de ganados y carnes es una de las actividades de mayor importancia del sector agroalimentario argentino y tiene una amplia cobertura regional

• Las carnes argentinas tienen una muy buena imagen internacional como “carnes naturales” y están libres de BSE (vaca loca).

• Argentina cuenta con plantas indus-triales exportadoras con buen estándar sanitario y capacidad de respuesta a las exigencias de los mercados externos.

• La capacidad instalada industrial asciende a unos 20 millones de cabezas por año, muy por encima de la faena anual.

• Se estima que, en 2009, entre el 33 y el 35% de la faena correspondió a gana-do terminado en feedlots.

A pesar del aumento registrado en el consumo de aves y cerdo en los años recientes, los cortes vacunos representan alrededor del 70% del gasto total en carnes.

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total) y sus empleados están radicados en el campo o en pequeños centros urbanos, por lo que su crecimiento y dinamismo tienen un gran impacto en el desarrollo del interior del país.La faena de ganado y procesamiento de carnes es una de las actividades de mayor significación en el valor bruto de la producción de la industria de alimentos y bebidas: es la segunda rama en impor-tancia, luego del subsector oleaginoso. La mayor parte de industria frigorífica también se encuentra dispersa en ciu-dades pequeñas y medianas del interior, especialmente en las provincias pam-peanas. Además de las 500 plantas de faena, operan en el interior unos 650 ma-tarifes, más de 320 despostaderos, unas 370 cámaras frigoríficas, alrededor de 670 establecimientos procesadores de carnes y chacinados, y unas 3.400 car-nicerías de las ciudades del interior. Se calcula que la industria emplea en forma directa a más de 80 mil personas.Las estimaciones de empleo en las ca-denas agroalimentarias, realizadas para 2003 (Llach, J. et al.), indican que el subsector carnes empleaba a 544 mil personas (el segundo puesto entre las dieciséis cadenas agroindustriales, lue-go de frutas y verduras), cifra que re-presentaba el 15% del total de dichas cadenas (medido como empleo directo e indirecto -o eslabonamientos anterio-res- a precios de 2003). Agregando el 50% correspondiente a las estimacio-nes de empleos indirectos asociados al gasto en consumo e inversión de los ingresos de todos los factores de pro-ducción del subsector, los puestos de trabajo generados serían 816 mil.

ANTE UNA GRAN OPORTUNIDAD Es un hecho: el mundo demanda car-nes y va a seguir haciéndolo. El creci-miento del consumo se acelera tanto en los países industrializados, como en los emergentes, especialmente en Chi-na y otros lugares de Asia. Muchas de las naciones que producen de manera tradicional tienen limitaciones para au-mentar su producción y exportaciones de carne vacuna. Es allí donde pueden asumir un papel protagónico en el au-mento del comercio mundial, durante las próximas décadas, los países del Cono Sur que cuentan con un alto po-tencial de crecimiento: principalmente Brasil y Argentina. Las exportaciones argentinas no tienen

acceso a EEUU y a otros mercados de altos precios, por las restricciones sa-nitarias. La excepción es el caso de la Unión Europea, que ha tenido una ma-yor tolerancia a la situación sanitaria argentina y constituye un destino muy importante y de altos precios. La competencia en el resto del mercado mundial se da a través de los precios, lo que implica la necesidad de desarrollar una ganadería con precios de exporta-ción competitivos. Nuestro país tiene una ganadería de mejor calidad, por las razas y las condiciones agroecológicas, pero la competencia con resto de los países del Mercosur es una realidad y plantea desafíos, estableciendo además un techo de precios. En este caso, la principal competencia es la producción brasileña, cuya participación en el co-mercio mundial ha crecido en forma no-table en la última década.

SITUACIÓN ACTUAL La producción de ganado para repro-ducción y faena se realiza en distintos tipos de establecimientos, que integran, en menor o mayor medida, los proce-sos de reproducción (cría), desarrollo (recría) y engorde (invernada) de anima-les. La mayor parte de la producción vacuna argentina es de carácter pasto-ril: el ganado es criado y engordado a campo en sistemas extensivos, donde la carne se produce sobre la base pas-turas naturales y cultivadas. Los siste-mas semi-extensivos han adquirido una importancia creciente en la última déca-da; también utilizan pasturas, pero con-templan el uso de algún suplemento; el más frecuente es el grano de maíz, en la etapa del engorde, especialmente en los últimos tres meses. Esta alternati-va aumenta la carga o receptividad de los campos y completa el engorde del ganado, lo que permite conseguir ter-minaciones más uniformes, de mayor calidad y en un período más breve. En

Es un hecho: el mundo demanda carnes y va a seguir haciéndolo. El crecimiento del consumo se acelera tanto en los países industrializados, como en los emergentes.

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los sistemas intensivos, los animales son engordados en corrales (feedlots). Al igual que para los sistemas semi-ex-tensivos, el ganado es criado a pasto y luego es terminado exclusivamente en corrales. Este tipo de productos es muy valorado en el mercado local, por su mayor uniformidad y terneza. En años recientes, la competencia de la agricultura por la tierra indujo a un au-mento notable del engorde a corral. Se estima que, en 2009, entre 33 y 35% de la faena correspondió a ganado ter-minado en feedlots.Tanto durante la cría, como durante el engorde, existen posibilidades de au-mentar la producción y el desempeño de la ganadería nacional.La actividad productiva primaria cuen-ta con una importante estructura y una gran cantidad de firmas proveedoras de servicios e insumos pecuarios (unas 15 mil). Tanto en materia de insumos, como de equipos, existen firmas nacio-nales y multinacionales que aseguran la oferta (local o importada), que se ade-cua a las necesidades actuales y po-tenciales del subsector.

Un dato para destacar es que la cali-dad genética del rodeo argentino es muy buena y ha constituido una pre-ocupación sistemática de los produc-tores (cabañas) desde los inicios de la producción.La estructura industrial pecuaria de Argentina se caracteriza por una gran atomización: actualmente operan 525 plantas de faena, la mayor parte de las cuales es de tamaño muy pequeño (ONCCA, 2009). De ese total, aproxi-madamente 200 corresponden a esta-blecimientos controlados y habilitados por SENASA para el tránsito federal; en 2009, operaron sólo 165 de los ha-bilitados por SENASA, que procesaron cerca del 90% del total de la faena re-gistrada. A principios de 2010, 54 es-tablecimientos de ese grupo estaban autorizados para exportar carnes a la UE.; se trata de plantas que tienen un alto nivel higiénico-sanitario. A pesar de que a mediados de los años 2000 se vendieron las principales plantas frigo-ríficas a grupos extranjeros de grandes dimensiones (Friboi, Marfrig, Cargill, Tyson), el grado de concentración de la industria es muy bajo. Así, por ejem-plo, en 2007 los grupos más grandes, Marfrig y Friboi, realizaron menos del 6% de la faena total cada uno; y en ese año los 10 grupos más grandes sólo faenaron el 28% del total. Es de-cir, existe una gran desconcentración, cuando se lo compara con EEUU, Bra-sil o Uruguay.La capacidad instalada industrial ascien-de a unos 20 millones de cabezas por año, muy por encima de la faena anual. La industria tiene capacidad ociosa y deseconomías asociadas con la matan-za de animales, con un peso promedio muy reducido cuando se compara con otros países competidores (EEUU, Aus-tralia, Brasil, Uruguay), lo que implica mayor incidencia de los costos fijos de faena y procesamiento.

Un dato para destacares que la calidad genética del rodeo argentino es muy buena y ha sido una preocupación sistemática de los productores (cabañas) desde los inicios de la producción.

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La lechería es el tercer complejo agroindustrial después de la soja y la carne. Son evidentes los aumentos en productividad y la modernización de la industria procesadora, aunque el crecimiento de la lechería nacional tarde en llegar. Una actividad que emplea a más de 30 mil personas.

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Los lácteos son uno de los pilares de la alimentación. Desde la leche hasta los quesos, desde los yogures has-ta la ricota: en todas las comidas, el argentino consume estos productos. Pero, ¿cómo es el complejo lácteo nacional? Lo primero que hay que describir son sus tres principales ca-racterísticas. Presenta una estructura primaria, conformada por unos 11 mil tambos localizados en diversas cuen-cas lácteas (datos de 2008). Se trata de una industria procesadora estrati-ficada, con presencia de un reducido número de empresas grandes y varios centenares de pequeñas y medianas firmas (muchas de ellas operan en los circuitos marginales del complejo). Su sector de distribución minorista invo-lucra a las grandes cadenas de hí-per y supermercados (comercializan aproximadamente un 30% del total), con una alta participación de capitales extranjeros, y un sector de pequeños comercios y autoservicios de menos de doscientos metros cuadrados, que comercializa el 70% del total. El principal destino de la producción de lácteos es el mercado interno, que, en años recientes, ha absorbido entre el 85 y el 90% de la producción total. En 2008, las exportaciones tota-les del complejo lácteo (leches, que-sos y otros productos) ascendieron a 1.140 millones de dólares y, en 2009, descendieron a 736 millones de dóla-res, influenciadas por las disminucio-

nes en los volúmenes y los precios de exportación.En el país, la industria láctea se ubica en tercer lugar dentro de las industrias de alimentos y bebidas. Actualmente, cuenta con 848 plantas industriales, localizadas principalmente en Cór-doba, Buenos Aires y Santa Fe, que emplean aproximadamente a 30.000 personas. Las nueve empresas más

importantes concentran aproxima-damente el 55% de la recepción de leche cruda. Los principales produc-tos de la industria son la leche fluida (1.700 millones de litros), los yogures (511 mil toneladas), la leche en polvo (208 mil toneladas) y los quesos de pasta blanda (254 mil toneladas), se-gún datos elaborados para el Plan Es-tratégico de la Cadena Láctea Argen-tina 2008-2020 (datos para 2007).Más de la mitad de los estableci-

mientos productores de leche son relativamente pequeños: tienen entre 100 y 299 hectáreas totales. En gran medida, se trata de establecimientos que realizan diversas actividades agrí-colas y ganaderas, pero la superficie asignada al rodeo de vacas de tambo tiene mayor importancia en el estrato de 100 a 200 hectáreas (casi la mitad de los tambos). Solamente el 7% de los establecimientos tiene rodeos que superan las 300 vacas totales. En re-lación al tamaño, medido en base a la producción diaria de leche, hay una

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Los principales productos de la industria son la leche fluida (1.700 millones de litros), los yogures (511 mil toneladas), la leche en polvo (208 mil toneladas) y los quesos de pasta blanda (254 mil toneladas).

Lo que hay que saber

• La producción de lácteos en la Argentina se ha destinado tradicional-mente al consumo interno.

• En los últimos años, aumentó la pro-ductividad, se registró una mejora en la calidad de la leche producida y hubo una gran expansión de la capacidad de procesamiento industrial.

• Más de la mitad de los estableci-mientos productores de leche son relativamente pequeños: tienen entre 100 y 299 hectáreas totales.

• Más del 70% de la leche se vende en pequeños comercios y autoservicios de menos de 200 metros cuadrados.

• La creciente demanda mundial plantea una excelente oportunidad de mercado para los próximos años.

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neta predominancia de las explota-ciones lecheras que se ubican en el rango de 1.000 a 2.000 litros diarios. El 84% entrega menos de 3.000 litros diarios. OPORTUNIDADESExiste una importante brecha en el nivel de productividad promedio y el que alcanzan los tambos que cuen-tan con más tecnología. Esta impor-tante brecha permite vislumbrar el potencial que posee el subsector en cuanto al incremento de su produc-tividad y destaca la importancia del análisis de las estrategias que per-mitan hacerlo realidad. Al respecto, surge que la principal estrategia de crecimiento puede estar basada en el aumento de la productividad y, en menor medida, en incrementos del rodeo lechero, especialmente

teniendo en cuenta la competencia de la agricultura por las principales tierras destinadas a la producción láctea.El comercio mundial de productos lác-teos ha registrado un crecimiento muy importante en la última década, y el

dinamismo proyectado para las eco-nomías emergentes (China, India, etc.) plantea excelentes oportunidades de mercado para los próximos años, a precios sustancialmente mayores a los vigentes en los años noventa. Esto brinda una interesante oportunidad para el crecimiento de la producción y las exportaciones de lácteos de la Argentina, especialmente teniendo en cuenta que son pocos los países que pueden expandir en forma significativa su producción a precios competitivos. Esta alternativa puede tener una gran importancia social, en virtud de la alta demanda de empleo asociada a la producción y al procesamiento de la cadena láctea.

UN SECTOR CON HISTORIAEn la Argentina, la producción de lácteos se ha destinado tradicional-

Más de la mitad de los establecimientos productores de leche son relativamente pequeños: tienen entre 100 y 299 hectáreas totales.

La industria láctea cuenta con 848 plantas industriales localizadas principalmente en Córdoba, Buenos Aires y Santa Fe.

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mente al consumo interno, aunque, década atrás, se alcanzaron volú-menes relevantes de exportación gracias a un notable crecimiento de la producción y la modernización in-dustrial. Más allá de los ciclos que caracterizan la producción de este complejo, la tendencia general de la producción fue muy positiva du-rante los años 1990. En cambio, la caída en el consumo de lácteos con la crisis y devaluación de 2002 y, posteriormente, las intervenciones del gobierno en el mercado –restric-ciones cuantitativas e impuestos a las exportaciones, precios máximos fijados para el mercado local– gene-raron desincentivos a la producción en la década de los años 2000, por lo que los niveles de producción en 2009 fueron similares a los registra-dos en 1999.La generación de materia prima por parte de la producción prima-ria mostró una tendencia creciente significativa en la década de 1990, evolucionando desde unos 6 mil mi-llones de litros en 1991, hasta 10,3 mil millones en 2000. Esta tendencia fue interrumpida en el período 2000-2004, como consecuencia de diver-

sos factores negativos: a) una fuerte caída de los valores del producto en tranquera; b) un aumento del precio del principal producto agrícola que compite por la tierra destinada a la producción láctea (soja); y c) la cri-

sis económica de 2001-2002, que repercutió en una caída significativa del consumo. La posterior recupe-ración del consumo, y el dinamismo y aumento de precios en los merca-dos internacionales no pudieron ser aprovechados por la producción, por las intervenciones del gobierno

en el mercado local y en las expor-taciones (impuestos y restricciones cuantitativas). En las distintas etapas de producción, elaboración, distribución y comerciali-zación de la leche y productos lácteos intervienen numerosos participantes. En ellas se llevan a cabo actividades productivas, tecnológicas y comercia-les de gran complejidad. En conjun-to, conforman uno de los complejos agroalimentarios más importantes del país (el tercero en importancia, luego de los oleaginosos y las carnes bovi-nas).El sector lácteo ha registrado impor-tantes cambios en la cadena duran-te los últimos veinticinco años. Debe notarse que, entre 1986 y 2005, el número de tambos prácticamente se redujo a la mitad y el rodeo lechero disminuyó en un 30%, pero los au-mentos de productividad permitieron que la producción creciera casi en un 50%. Al mismo tiempo, se regis-tró una mejora significativa en la cali-dad de la leche producida y hubo una gran expansión de la capacidad ins-talada de procesamiento, al incorpo-rar las innovaciones disponibles para el sector industrial.

Existe una importante brecha entre el nivel de productividad promedio y el que alcanzan los tambos más tecnificados. Esta brecha permite vislumbrar el potencial que posee el subsector en cuanto al incremento de su productividad.

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El consumo local de carne de pollo crece, su industria se moderniza y las exportaciones aumentaron en más de un 400% en cinco años. Ya son 45 mil las personas que trabajan en el sector y, si continúa el creciendo, se incorporarán unos 4 mil nuevos empleos por año. Además, la producción de huevos alcanza los 600 millones de dólares anuales y aporta cerca de 60 mil empleos.

UN SEcTOR dINáMIcO

lAS AVES dAN UN gRan saLto

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Pocos sectores pueden mostrar un franco crecimiento como el que tiene la industria avícola y sumarle a esto las mejores perspectivas para el desarrollo futuro, basado en un aumento sustan-tivo del consumo interno y en el incre-mento constante de las exportaciones. La producción de carne aviar, en 2005, alcanzaba un volumen total de produc-ción de 1,06 millones de toneladas y, en 2009, alcanzó 1,66 millones de to-neladas. Las proyecciones realizadas por la Cámara de Empresas Procesa-doras Avícolas (CEPA) incorporan, para los próximos períodos, un crecimiento del orden de las 120 mil toneladas anuales, lo que permitiría agregar unos 4.000 puestos de trabajo por año.

Hasta hace dos décadas, la acti-vidad avícola tuvo un escaso de-

sarrollo en la Argentina y una muy limitada presencia en el comercio mundial. Recién a partir de la déca-da de los noventa, la avicultura de

carne registró progresos relevantes, mediante un proceso de tecnifica-ción que permitió el aumento de la productividad y la reducción de cos-tos, y la consecuente disminución del precio para el consumidor. Ello con-tribuyó a aumentar el consumo per cá-pita, que en los últimos 20 años se in-crementó en 22 kilos por habitante: de 11 kilos en 1990 a 33 kilos en 2009.La producción y el procesamiento se encuentran concentrados en las provincias de Entre Ríos (45,4% de la faena) y Buenos Aires (42,3%), a las que le siguen Córdoba, Santa Fe y Río Negro (CEPA, 2009). Los factores que favorecieron la evolución reciente de esta actividad

Pocas actividades pueden mostrar un franco crecimiento como el que tiene la industria avícola y sumarle a esto las mejores perspectivas para el desarrollo futuro.

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en la Argentina son: el bajo costo de la alimentación, la escala de un grupo de empresas líderes que in-tegran todas las etapas productivas y comerciales, y la clara visión que

poseen sobre la necesidad del au-mento de la competitividad, a los efectos de alcanzar un desarrollo tec-nológico y de escala competitivo a nivel mundial. Además, la sanidad es uno de los puntos clave del negocio. La Argentina posee un estatus sani-tario muy bueno en esta actividad, ya que es libre de Newcastle, con vacu-nación, y de influenza aviar. La genéti-ca está desarrollada por empresas es-pecializadas, principalmente de origen estadounidense. Éstas proveen los

huevos fértiles de los reproductores (abuelas) a las empresas integradoras, para que realicen la incubación de la descendencia, que se entrega a los productores para su cría y engorde.Los principales participantes del sub-sector son las grandes empresas avíco-

las, denominadas también integradoras o procesadoras, que desarrollan el ne-gocio a través de un sistema integra-do, que vincula a todos los eslabones de la cadena, con principal énfasis en la genética, mediante la provisión de pollitos BB a los productores, los pro-gramas sanitarios, el procesamiento y la comercialización. Por medio de este mecanismo de integración, las firmas integradoras-procesadoras logran una reducción de los costos de transacción, una mejora de la eficiencia general, evi-tan grandes inversiones en producción,

En los últimos 20 años, el consumo per cápita se incrementó en 22 kilos por habitante: de 11 kilos en 1990 a 33 en 2009.

Lo que hay que saber

• El consumo interno de carne avícola pasó de 11 kilos en los 90, a 33 kilos por persona en 2009.

• Las provincias de Buenos Aires y Entre Ríos concentran más del 80% de la pro-ducción y el procesamiento.

• Argentina tiene bajos costos de alimen-tación y una excelente condición sanitaria.

• Las diez empresas más importantes concentran más de las dos terceras partes de la producción y son de capital nacional, mayoritariamente de propiedad y gestión familiar.

• La mano de obra empleada en la avicul-tura para la producción de carne alcanza las 45 mil personas.

• El valor de la producción de huevos ha crecido en la última década y se estima, para 2010, en unos 600 millones de dólares.

• Los empleos directos en la producción de huevos alcanzarán los 60 mil puestos en 2010.

La sanidad es uno de los puntos clave del negocio. El país posee un estatus sanitario muy bueno, ya que está libre de Newcastle y de influenza aviar.

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disminuyen la planta permanente de personal y se concentran en los aspec-tos más críticos de la cadena.Las diez empresas más importantes concentran más de las dos terceras partes de la producción y son de ca-pital nacional, mayoritariamente de pro-piedad y gestión familiar. El resto de la producción corresponde a empresas regionales, que comercializan localmen-te. El procesamiento se realiza principal-mente en las plantas de las empresas integradoras, las que han tenido una importante actualización tecnológica en las últimas dos décadas. Actualmente, operan 14 plantas con una capacidad de faena de 10 mil pollos por hora, capacidad que se puede considerar competitiva, aún al nivel de producción de los principales actores internacio-nales (Sadia y Perdigao, de Brasil, y Tyson, de EEUU). Si bien la escala de los mismos es mayor, no lo es la tec-nología empleada, ya que se ha realiza-do un esfuerzo muy importante en los últimos años para mejorar la eficiencia y competitividad, lo que ha disminuido la brecha tecnológica. Las empresas han adoptado normas de calidad: todas han desarrollado BPM (Buenas Prácti-cas de Manufactura), trece implementa-ron HACCP (Control de puntos críticos, en inglés)y una, las normas ISO.

La conversión promedio de las firmas modernas es de 2 a 2,1 kilos de ali-mento por kilogramo de pollo vivo (incluyendo el consumo de los re-productores), lo que representa un muy buen valor en términos de efi-ciencia internacional.

La comercialización más frecuente ha sido de pollos enteros; pero des-de hace algunos años las empresas están comercializando cortes, inclu-so piezas con mayor valor agrega-do. En los próximos años, el agre-gado de valor mediante los cortes, e incluso comidas preparadas, podrá ser un instrumento para el aumento del valor y la rentabilidad del sector.El valor bruto de la producción (VBP) de la actividad avícola se estimó, para 2009, en unos 2.000 millones de dólares. El aumento notable de la

producción y del valor de la misma durante la última década, a un ritmo mucho mayor al correspondiente al resto del sector pecuario, le ha per-mitido incrementar sustancialmente su participación en el valor bruto de la producción pecuaria. Asimismo, las exportaciones totales de produc-tos avícolas han crecido en forma significativa en los últimos años, y han alcanzado los 330 millones de dólares en 2009, frente a 63 millones correspondientes a 2004 (CEPA).La avicultura para la producción de carne desarrolla sus actividades en el interior del país, donde están radi-cadas no sólo las estructuras de pro-ducción primaria, sino también la ma-yoría de las plantas de procesamiento industrial. El hecho de que las empre-sas del sector, aún las más grandes, pertenezcan a la categoría PyMEs, fa-cilita la creación de una densa red de proveedores de bienes y servicios. En su mayor parte, se trata de pequeños empresarios o individuos que trabajan como autónomos, lo que produce, en consecuencia, una interesante distri-bución de los ingresos del sector. La mano de obra empleada por el sec-tor se estimó en 45.000 puestos de trabajo, de los cuales la mitad son di-rectos y el resto indirectos.

Las diez empresas más importantes concentran más de las dos terceras partes de la producción y son mayoritariamente de capital nacional y gestión familiar.

HUEVOS DUROS

Una industria que crece y se consolida: la producción argentina de huevos alcanzará los 9.300 millones de unidades en 2010, a partir de unos 34 millones de gallinas en producción (CAPIA). Las dos principales provincias que lideran este negocio son Buenos Aires –con el 47% de la producción– y Entre Ríos –con el 26%–. Como sucede con los demás sectores del mundo pecuario, la mayor parte de la produc-ción (cerca del 90%) se destina para consumo en el mercado interno, el que, según las estimaciones, alcanzará los 210 huevos por habitante por año, en 2010. Las exportaciones son, por el momento, relativamente reducidas: se estiman en unos 33 millones de dólares en 2010, para los distintos produc-tos del complejo huevos. Es importante destacar que los huevos argentinos son reconocidos por su excelente coloración y sabor, alcanzados gracias a la calidad de los cereales utilizados en la alimentación de las gallinas ponedoras.El valor de la producción ha crecido en forma significativa en la última déca-da y se ha estimado que, para 2010, será de unos 600 millones de dólares. La industria de huevos en la Argentina data de pocos años y alcanzó nive-les competitivos a partir de la incorporación de tecnología de punta desde mediados de la década del ochenta. Actualmente, la actividad industrial está concentrada: existen ocho empresas procesadoras, de las cuales cuatro pro-cesan el 80% del total. La actividad tiene un fuerte impacto sobre la generación directa e indirecta de empleos, en particular en la provincia de Entre Ríos. CAPIA ha estima-do que los empleos directos alcanzarán a casi 60.000 puestos en 2010. La mayoría de los empleados de la industria provienen de las localidades donde están instaladas las mismas, y suele ser mano de obra calificada, proveniente de escuelas agrotécnicas y universidades cercanas.

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EcO

NO

MÍA

pORcINOS

UNA ETApA MUy fAVORAblE

Hasta los discursos presidenciales se contagiaron del buen humor que inundó a la producción porcina, que atraviesa una etapa favorable: se ha visto beneficiada por un aumento significativo del consumo de carne fresca y costos de producción infe-riores a los de los principales países productores, lo que se ha traducido en un incremento de la producción, que evolucionó de 2,5 millones de cabezas en el bienio 2000-2001 a 3,4 millones en 2009.

La carne porcina no tuvo en Argenti-na un desarrollo similar al de las otras especies, ya que, hasta el presente, el país ha sido importador neto de cortes y productos procesados. Sin embar-

go, en las últimas dos décadas, la pro-ducción ha crecido significativamen-te. Además, la devaluación de 2002 abrió mejores perspectivas al sector porcino por el encarecimiento de las importaciones, lo que se tradujo en un incremento del precio del cerdo en el mercado interno, que contribuyó a una mejora sustancial en la rentabilidad de la actividad primaria. En las últimas dos décadas, parte del sector productor primario experimen-tó un importante cambio tecnológico

El consumo local no deja de subir, los costos de producción son inferiores a los de los países competidores, contamos con un buen estatus sanitario, y se produjeron cambios tecnológicos y de gerenciamiento positivos. Las buenas perspectivas mejoraron el humor del sector.

En los últimos veinte años, parte del sector experimentó un importante cambio tecnológico y de gerenciamiento.

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y de gerenciamiento. Mediante la inten-sificación de los sistemas de produc-ción, la mejora genética y la formulación de raciones equilibradas, se logró mejo-rar los índices productivos y aumentar la calidad producida. A esto se suma el buen estatus sanitario alcanzado: libre de peste porcina clásica (desde 2004) y PRRS. También se modificó parcial-mente la organización de la cadena productiva-comercial, al integrarse en algunos casos hacia atrás la industria con la producción primaria.Argentina posee una población porcina de 3,1 millones de cabezas (SENASA, 2010), localizadas esencialmente en las principales provincias productoras de maíz; un 93% de la faena se concentra en la región pampeana. El subsector pri-mario involucra a unos 2.000 producto-res, de los cuales unos 1.600 son peque-ñas unidades familiares con producción extensiva de baja productividad. Por otra parte, unos 320 productores operan con sistemas intensivos de alta productividad y calidad, que contribuyen con cerca del 60% de la faena.

En 2009, se encontraban en funciona-miento unas 328 fábricas de chacinados y afines, localizadas principalmente en la provincia de Buenos Aires (50%), la ciudad de Buenos Aires (19%), Santa Fe (13%) y Córdoba (7%). La producción de fiambres y chacinados alcanzó unas 400 mil toneladas promedio anual en el último trienio. Opera un gran número de plantas de faena (de las cuales sólo alrededor de 80 están habilitadas por SENASA para tránsito federal), las que faenaron alrede-dor de 3,4 millones de cabezas en 2009 (MinAgri, 2009).

La producción primaria da trabajo a unas 10.000 personas, mientras que la industria (faena, desposte e indus-trialización) ocupa a unas 15.000 per-sonas. Por otra parte 2.200 personas están empleadas en servicios para la cadena. La industria de chacinados es intensiva en el uso de mano de obra: emplea un promedio de 30 personas por establecimiento. La carne de cerdo puede actuar como sustituto parcial del consumo de carne vacuna en el mercado interno y, de esta manera, contribuir a un mejor aprove-chamiento de la producción de carnes en general, permitiendo la exportación de los productos de mayor valor unitario

(los cortes bovinos). De hecho, en la ac-tualidad, está aumentando el consumo de carne fresca de cerdo, lo que modifi-ca la estructura tradicional de consumo de productos porcinos, que se concen-traba en fiambres y chacinados. La AAPP ha promovido en forma bas-tante eficiente el consumo de carne porcina, con campañas de promoción y pedagógicas destinadas a médicos y amas de casa, y tendientes a modificar ideas erróneas sobre las característi-cas de las carnes frescas de porcinos. La creación de un fondo de promoción para el consumo de la carne de cerdo ha jugado un papel muy interesante (campaña “Hoy cerdo”).El sector estima que, en 2015, la pro-ducción puede aumentar en forma sig-nificativa, e incrementar el consumo per cápita hasta unos 15 kilos de car-nes porcinas por año. Esta evolución se verá beneficiada por los altos precios y la insuficiencia de oferta de carnes va-cunas que se esperan para el próximo quinquenio, causados por la dramática caída de las existencias vacunas. Este crecimiento del consumo per cápita de carnes porcinas, asociado a un proce-so similar de la carne aviar, puede ser muy interesante para que en el futuro sea viable un aumento de las exporta-ciones de carnes vacunas, cuyos pre-cios a nivel internacional son mucho mayores. De este modo, la ganadería podría crecer como conjunto, valori-zando los granos forrajeros producidos abundantemente en nuestro país, para abastecer el crecimiento del mercado interno y las excelentes oportunidades existentes en el comercio mundial de todas las carnes.

El sector estima que, en 2015, la producción puede aumentar en forma significativa, e incrementar el consumo hasta unos 15 kilos per cápita.

LO QUE HAY QUE SABER

• La Argentina posee una población porcina de 3,1 millones de cabezas.

• Existen unos 2.000 productores, de los cuales 1.600 son pequeñas unidades familiares.

• En todas las etapas se emplean más de 27 mil personas.

• La carne de cerdo puede actuar como un sustituto parcial del consumo de car-ne vacuna en el mercado interno.

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¿Quién podría imaginarse la Pata-gonia sin ovejas? Este animal es, además de una actividad económi-ca muy importante de la región, un símbolo que forma parte del paisaje como las montañas y los lagos.El producción de ovinos en Argenti-na se ha orientado en gran medida hacia la producción y exportación de lana. Le siguen en importancia la producción de carne, el aprovecha-miento del cuero y, en los últimos años, la producción de leche. Esta última actividad todavía es poco significativa pero que ha tomado un impulso marcado orientándose a la industria artesanal de quesos y de otros subproductos.

La últimas décadas no fueron bue-nas. El sector vivió en una profun-da debido a bajos precios interna-cionales de la lana y a la falta de políticas que apoyen la actividad. Esto se reflejó en una significativa disminución del stock, que tam-bién se vio afectado por la deser-tificación de la Patagonia y la baja rentabilidad relativa de la actividad. En la década de los 60 el rebaño superaba los 48 millones de cabe-zas; en los años 80 alcanzaba a 32 millones; en los 90 a 24 millones; y actualmente es de unos 15 millo-nes de cabezas (SENASA, marzo 2010).

Según el último relevamiento de SE-NASA de marzo de 2010, las exis-tencias de ovinos se concentran en las provincias patagónicas: Chubut (30,7%), Santa Cruz (22%) y Río Negro (12%). La provincia de Bue-nos Aires posee el 10% del total y la Región Mesopotámica -Entre Ríos y Corrientes - el 9,3%. La industria frigorífica se encuentra localizada en las zonas de produc-ción, estando concentrada la faena en las provincias patagónicas y en Buenos Aires. Éstas reúnen la ma-yor cantidad de establecimientos habilitados por el SENASA. Durante 2009 nueve plantas ubicadas en la Patagonia concentraron el 72% de la faena de los establecimientos con tránsito federal.Los sistemas de producción laneros y carniceros son fundamentalmen-te extensivos, siendo los pastizales naturales y las pasturas la base de la alimentación. La producción ovi-na se desarrolla generalmente en suelos poco aptos para otras acti-vidades; en las regiones con aptitud para el desarrollo de otras activida-des, los ovinos han sido desplaza-dos por producciones más atracti-vas económicamente.

ESPACIO PARA MEJORARLa participación de la ganadería ovi-na en el PBI no es relevante, no obs-tante debe destacarse que en la re-gión patagónica es la actividad más importante. La mano de obra es un factor crítico: salvo en los estableci-mientos de mayor magnitud, la orga-nización social del trabajo es familiar y en ocasiones se complementa con extrafamiliar asalariado. El crecimiento potencial de la activi-dad depende en gran medida de una mayor integración y agregado de va-

En la década del 60 el rebaño alcanzaba las 48 millones de cabezas; en los años 80, 32 millones; en los 90, 24 millones; y actualmente es de unos 15 millones.

Los ovinos superaron una de las mayores crisis internacionales. Ahora se aprestan a crecer con cambios productivos y diversificación de oferta y mercados. Es la actividad más importante de la Patagonia.

lAS OVEjAS MIRAN pARA AdElANTE

dESENREdANdO El OVIllO

Lo que hay que saber

• El stock ovino actual es de 15 millo-nes de cabezas.

• Chubut, Santa Cruz y Río Negro son, en ese orden, las provincias con mayor cantidad de ovinos.

• El 67 % de la producción de lana se destinó a la exportación en 2009.

• El consumo de carne ovina apenas alcanza los 200 gramos por habitante por año.

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lor en la cadena. En 2009 se expor-tó el 67% de las lanas producidas (MinAgri, 2009); el mercado mundial demanda lanas de buena calidad y finura, a las que es necesario incor-porar valor mediante algún grado de transformación.La producción de carne ovina es relativamente reducida y en su casi totalidad se destina al mercado in-terno. El consumo interno de carne ovina es muy bajo, inferior a los 200 gramos por habitante/año. Existen

diferencias regionales importantes, dado que el autoconsumo de los establecimientos agropecuarios de la región patagónica alcanza valores que oscilan entre los 15 y 20 kilos/hab/año, mientras que en los cen-tros urbanos el consumo es muy li-mitado. A nivel nacional no existe un adecuado desarrollo de la logística y distribución de la carne ovina, por lo que no resulta muy accesible para el consumidor de los centros urbanos. Además, los bajos stocks y la mar-cada estacionalidad de la producción de esta especie generan discontinui-dad en la oferta, que limitan los há-bitos para un mayor consumo en el mercado interno.Se cuenta con excelentes condicio-nes agroecológicas para el desarro-llo de la producción de carne ovina. El aumento de las existencias y de la eficiencia reproductiva por mejo-ras en el manejo del rodeo permi-tirían aumentar la faena y aprove-

char la oportunidad existente para una mayor inserción en el mercado internacional. Un aspecto estraté-gico puede ser la diferenciación de la carne ovina, en particular la de la región patagónica, por ser ma-gra, de gran terneza y que puede ser considerada como orgánica, porque se localiza principalmente en áreas en que no se utilizan agro-químicos, además de la fortaleza de marca que esta región le confiere al producto.

Salvo en los establecimientos de mayor magnitud, la organización social del trabajo es familiar y en ocasiones se complementa con un extrafamiliar asalariado.

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El subsector caprino desarrolla princi-palmente las producciones de carne y leche, pero existen además otras activi-dades, tales como la producción de fi-bra mohair (pelo de cabra) y de cueros. La producción caprina en la Argentina está mayoritariamente ligada a peque-ños productores, de escasos recursos y bajo nivel socioeconómico, y se de-sarrolla en áreas de menor desarrollo relativo y de baja productividad. Las ex-plotaciones son predominantemente de tipo familiar de subsistencia, con tenen-cia precaria de la tierra en la mayoría de los casos, situación que ha conducido a una degradación acentuada del sue-

lo por el sobrepastoreo. A ello se suma la ausencia de conocimientos tecnoló-gicos para mejorar la producción y la falta de capacidad empresarial. Esta situación ha determinado que distintas instituciones oficiales y ONG’S estén implementando programas de asisten-cia orientados a esta actividad. La actividad está orientada principal-mente a la producción de carne. Se de-sarrolla fundamentalmente en las zonas áridas y semiáridas del Oeste del país y está especializada en la producción del chivito o cabrito mamón, de 10-12 kg. de peso de faena. Las principales provincias productoras de carne capri-na son Santiago del Estero, Mendoza y Neuquen; sin embargo en Córdoba se concentra la mayor parte de los frigorífi-cos caprinos.La producción de leche es otra de las alternativas de la actividad caprina.

Existe una inquietud frecuente que está referida a las oportunidades de merca-do para los distintos productos obteni-dos del caprino. En materia de leche se plantean como restricciones: la falta de animales de genética apropiada y de in-formación acerca de la influencia de la alimentación en la producción de leche; la falta de infraestructura local para la pasteurización y la posterior elaboración de quesos; y el escaso desarrollo co-mercial, especialmente para los nichos de mercado que existen para estos pro-ductos. Sin embargo se han desarrolla-do en los últimos años varias empresas pequeñas pero exitosas y con produc-tos de alta calidad, principalmente para el mercado interno, con algunas expe-riencias en exportaciones.La actividad caprina no ha tenido un desarrollo acorde con el enorme po-tencial de crecimiento existente tan-to para la carne, como para la leche y la fibra de mohair. Se trata de una actividad que puede tener un alto im-pacto en los ingresos familiares de los pequeños productores de las zonas más pobres de Argentina, por lo que debería ser un componente relevante de un programa de desarrollo social del interior del país.

cApRINOS

cARNE, lEchE y fIbRAEs una producción ligada principalmente a pequeños productores, que se concentra en zonas áridas y semiáridas del oeste del país.

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MUchO MáSQUE UNA lINdAMAScOTALa faena de este animal se multiplicó por seis en los últimos años y su carne es cada vez más valorada.

cONEjOS

La carne de conejo ha despertado el interés de los consumidores gracias a su composición nutricional, en es-pecial porque aporta 4,4 veces más proteínas por cada parte de grasa que la carne vacuna. Este subsector registró en la última década un interesante crecimiento cualitativo y cuantitativo debido a las mejoras productivas incorporadas. En la actualidad, un animal termina-do de 1,5 kilogramos en alrededor de 75 días, frente a los 90 días que deman-daba anteriormente. Además la faena de conejos ha mostrado un marcado crecimiento a partir del año 2001, evo-lucionando de 130 mil cabezas en ese año a más de 820 mil en 2007.También se ampliaron los actores de la cadena en el eslabón industrial. Existen 9 establecimientos procesadores, de los cuales 6 están habilitados para la ex-portación (MinAgri 2009). La mayoría de estas empresas se dedican a la faena y comercialización de la liebre. Los prin-cipales frigoríficos se están integrando verticalmente y dejando de comprar a los productores independientes. Debido a que la actividad requiere poca

superficie para su implementación, se adapta a ámbitos suburbanos y cerca-nos a zonas densamente pobladas. Es general es una actividad realizada por pequeños productores, con una inten-sa utilización de mano de obra familiar. En nuestro país el sistema de explota-ción más difundido es el semi-intensi-vo, con tendencia a intensificarse más

y a aumentar la escala, produciendo en ambientes controlados (en jaulas y controlando la temperatura, la hume-dad y la aireación, siendo de menor in-cidencia la disponibilidad de tierra). Ante un mercado interno práctica-mente inexistente, la exportación es el destino central de esta actividad. El principal comprador, la Unión Europea, exige HACCP y trazabilidad de los pro-ductos adquiridos. Hay muy pocos fri-

goríficos argentinos que cumplen con estos requisitos y que además, al inte-grarse, dejan de comprar a producto-res independientes, los que enfrentan dificultades para colocar su produc-ción a precios interesantes. La mejora de la infraestructura de otros frigoríficos, para adecuarse a los requerimientos de la UE, puede resultar muy importante para resolver uno de los problemas para recuperar el ritmo de crecimiento de la producción y exportación de los últimos años, compitiendo con productos de calidad en el mercado internacional.El pelo de conejo se usa para el hila-do de lana Bremmer (en combinación con lana de oveja) o lana Angora. La mejor raza para este propósito es la Angora. El mercado mundial de pelo de Angora está controlado por China que, además de ser el principal país productor, participa con el 80% de las exportaciones mundiales. En Argenti-na, la producción de pelo de conejo de Angora es una actividad que está radi-cada casi en exclusiva en Entre Ríos. La exportación de pelo no tiene casi relevancia en términos de valor, si se la compara con la venta de carne.

Es general es una actividad realizada por pequeños productores, con una intensa utilización de mano de obra familiar.

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EQUINOS

El MEjOR AlIAdO dEl hOMbRE

Un jeque árabe festeja un gol que se anota en su cancha privada de polo. Un caballo cruza la meta en el Hipódro-mo de Estados Unidos Delaware Park.Una familia cabalga por Tafi del Valle. Y un peón arrea el ganado arriba de su yegua querida. En todos estos rincones, ahí está: el caballo. Si el perro es el mejor ami-go del hombre, podríamos decir que nuestro mejor aliado es el caballo. En Argentina continúa formando parte de la esencia de las actividades desarro-lladas en el campo, tanto por su parti-

cipación en el trabajo rural como en el deporte y el entretenimiento. El subsector equino se encuentra orientado principalmente a dos activi-dades: la producción de carne y la co-mercialización de animales vivos, con fines deportivos ya que por lo general el caballo es utilizado para deportes, carreras, entretenimiento, trabajo, con-sumo y usos medicinales.La actividad equina genera, en forma directa e indirecta, alrededor de 180 mil puestos de trabajo y existen 1.949.005 animales en el país, según datos regis-

trados en marzo de 2010 por la Direc-ción Nacional de Sanidad Animal del SENASA.

CAliDAD y DEportEEl país se caracteriza por la calidad de sus caballos y la afinidad de sus habi-tantes con los deportes ecuestres sien-do las disciplinas en las que intervienen caballos las carreras, equitación (salto), polo, pato, jineteadas, y pruebas de rien-da. los caballos difieren genéticamente en sus aptitudes y esto tiene una relación directa con su valor de mercado.

Nuestros ejemplares son valorados en el mundo por su calidad. Sigue siendo una herramienta de trabajo en el campo y utilizado en deportes como el polo y el pato. El sector se centra en dos actividades: la comercialización de animales vivos y la producción de carne, donde somos los principales exportadores.

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39Las características del caballo de polo esta basada en un buen tren posterior, que le permita correr, frenar y volver a arrancar, y capacidad para desarrollar velocidades en tramos cortos y con repentización. El hecho de que el polo argentino sea un deporte de exportación se debe también al trabajo de los buenos cria-dores que supieron perfeccionar la raza para la práctica de este deporte. Esto es consecuencia de las cruzas reali-zadas con los mejores ejemplares lle-gando a contar hoy con animales des-cendientes en su mayoría de poleros criados en nuestro país. Mientras tanto para el juego de Pato se utiliza el caballo criollo, descendiente de los caballos árabes y andaluces im-portados por los conquistadores espa-ñoles, que volvió al estado salvaje antes de ser utilizado y criado por los indios de la pampa, con una alzada de 1,38 a 1,50 metro.Otras razas son aprovechadas para el desarrollo de la equinoterapia, consis-tente en aprovechar los principios tera-péuticos del caballo para tratar a perso-nas con discapacidades físicas, ya sean congénitas o adquiridas.Tanto la venta de animales, como de se-men representa un nicho muy interesan-te y en crecimiento, lo que fortalece la excelente imagen de los caballos argen-tinos en el exterior y el reconocimiento internacional de destacados deportis-tas, especialmente polistas. Las exportaciones de caballos vivos a nivel mundial corresponden principal-mente a caballos deportivos y de carre-ra, comprendiendo animales ya entrena-dos, potros o animales para cría, tanto padrillos como yeguas.

El caballo destinado a deportes presen-ta un importante valor agregado, por lo cual el valor de las exportaciones no de-pende de la cantidad de cabezas, sino del precio de cada animal.Argentina envía animales a destinos muy variados, principalmente a EEUU, Italia y Francia. Pero existen otros destinos im-portantes, como Gran Bretaña, Alema-nia, Holanda, Brasil y Uruguay.

EXPLOTACIÓN GANADERAEl principal uso de los equinos en nuestro país se da en los campos de explotación ganadera, donde se los destina a trabajos con la hacienda. A diferencia de lo que sucede en las

otras industrias cárnicas, hay muy po-cos criadores de caballos que produ-cen para los mataderos. Los animales que van al frigorífico en nuestro país son los ejemplares viejos, que gene-ralmente finalizaron su vida deportiva o de trabajo; o bien se trata de animales que no reúnen las condiciones míni-mas para las que fueron criados, ca-ballos de desecho. El rendimiento de la res en Argentina es inferior al de los vacunos, pero podría llegar a valores similares a partir de la ali-mentación, la selección de animales de

aptitud cárnica y un manejo adecuado con finalidad de faena.Los problemas que surgieron ante la aparición de la enfermedad BSE (vaca loca), revitalizaron la producción y el co-mercio de carnes alternativas como la equina. Entre los principales producto-res, puede nombrarse a China, México, Argentina, Brasil y EEUU.Por una cuestión de tipo cultural y de afini-dad hacia los caballos, en Argentina prác-ticamente no se consume carne equina y sólo se registra en pequeñas cantidades en las zonas rurales del sur del país, don-de la carne vacuna es escasa.Sin organización ni reglamentación de las ventas, sin normas de calidad ni tipi-ficación de las reses, la faena alcanzó un piso mínimo en el año 2000 y luego reto-mó su promedio histórico, para alcanzar 200 mil cabezas en 2009.

PRIMER EXPORTADORArgentina es el primer exportador mun-dial de carne equina con aproximada-mente 33 por ciento del mercado total en promedio durante el año 2000, segui-do por Canadá (18 por ciento) y EEUU (15 por ciento).En 2008, nuestro país exportó unas 30 mil toneladas de carnes y subproduc-tos equinos, por un valor de aproxima-damente 100 millones de dólares sien-do Rusia (48 por ciento), Holanda (20 por ciento), Italia (9 por ciento), Francia (8 por ciento), Japón (5 por ciento) y Bélgica (4 por ciento), los principales mercados donde se colocó la produc-ción nacional.En la actualidad se presentan interesan-tes perspectivas de crecimiento para los caballos deportivos, especialmente para los de polo y de carrera.

Existe una gran afinidad de los argentinos por los deportes ecuestres: carreras, equitación (salto), polo, pato, jineteadas, y pruebas de rienda.

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Chiquita pero poderosa, así es la abe-ja. Y Argentina lo demuestra con el destacado papel que desempeña en el escenario mundial del mercado de la miel. El total de la producción de 2008 alcanzó las 72 mil toneladas y se exportó más del 90% de la produc-ción local, con un valor equivalente a 89 millones de dólares. Hoy, la actividad presenta notables ventajas competitivas frente a otros países que participan de este merca-do, basadas en su calidad y costos de producción y comercialización. La miel nacional se caracteriza por ser muy buena desde el punto de vista organo-léptico y fisicoquímico; esto nos posi-ciona favorablemente en el segmento de miel para consumo directo, dado que cumple con los requisitos que im-pone la Unión Europea. También es uti-lizada para el corte de mieles de calidad inferior, provenientes de otros países.Las principales zonas productoras se localizan en la región pampeana, den-tro de la cual Buenos Aires es la más importante, con el 41% de la produc-ción. Le siguen en importancia: Entre Ríos, con el 17 %; Santa Fe, con el 11 %; Córdoba, con el 10%; y La Pampa, con el 7% (MinAgri 2009).En años recientes, la apicultura ha re-gistrado un notable crecimiento, de-bido al aumento de la productividad y

del número de colmenas. Actualmen-te, el rendimiento promedio es de 30 a 35 kg/colmena/año y alcanza, en al-gunas zonas, los 60 a 70 kg/colmena/año, valor similar a las productivida-des más altas del mundo. La tecnología disponible en Argentina es comparable a la de los principales países exportadores, aunque aún no ha sido adoptada en forma masiva por los api-cultores. Existe un marco normativo que asegura la calidad de la miel y cada vez es mayor el número de productores que incorporaron sistemas de trazabilidad en su producción, como consecuencia de las restricciones sanitarias existentes en los mercados principales.

TRABAJO Más de 28.000 productores se en-cuentran relacionados con la acti-vidad, los cuales poseen un total de 3,5 millones de colmenas. El total de mano de obra que emplea la actividad es de unas 60 mil personas, ocupa-

das de forma permanente; dicho nú-mero se incrementa a 90 mil personas en la época de cosecha. Muchos de los emprendimientos productivos son llevados a cabo por el grupo familiar. Es una actividad considerada impor-tante para la generación de empleo; por ello, diversas instituciones provin-ciales impulsan programas para el de-sarrollo de la producción apícola.La actividad tiene un gran potencial que aún no se ha desarrollado del todo: si se considera que el 98 % de la miel se exporta a granel, la posibilidad del agregado de valor a través del en-vasado es muy alta.

UN NEgOcIO dUlcELa miel argentina es reconocida en el mundo por su calidad y tiene un crecimiento sostenido. En época de cosecha se emplean 90 mil personas.

MIEl

En años recientes, la apicultura ha registrado un notable crecimiento, debido al aumento de la productividad y del número de colmenas.

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Las actividades que aquí se denominan no tradicionales, se consideran toman-do en cuenta la lógica del consumo, es decir aquellas que no están usualmente presentes en el mercado, pero que en algunos casos son tradicionales, por sus raíces culturales e históricas en el lugar de producción. A modo de ejem-plo podemos mencionar: carpincho,

ñandú, choique, guanaco, caracoles y gusanos de seda.Si bien el mercado internacional muestra interés en este tipo de productos y sus precios muchas veces son atractivos, Ar-gentina no ha tenido hasta el presente un desarrollo sustantivo.La mayor parte de las iniciativas se han dado en contextos sociales, económicos

y culturales particulares, ya que resulta necesario una muy buena infraestructura, que permita alcanzar los niveles de calidad y un aprovisionamiento confiable a lo lar-go del tiempo (Vieites, 2004.). En caso de alcanzar las condiciones adecuadas para el desarrollo de las producciones animales no tradicionales, se podría superar en ven-tas anuales los 25 millones de dólares.

Las actividades que aquí se denomi-nan no tradicionales, se consideran tomando en cuenta la lógica del con-sumo, es decir aquellas que no están usualmente presentes en el mercado, pero que en algunos casos son tradi-

cionales, por sus raíces culturales e históricas en el lugar de producción. A modo de ejemplo podemos mencio-nar: carpincho, ñandú, choique, gua-naco, caracoles y gusanos de seda.Si bien el mercado internacional mues-tra interés en este tipo de productos y sus precios muchas veces son atrac-tivos, Argentina no ha tenido hasta el presente un desarrollo sustantivo.La mayor parte de las iniciativas se han dado en contextos sociales, econó-micos y culturales particulares, ya que

resulta necesario una muy buena infra-estructura, que permita alcanzar los ni-veles de calidad y un aprovisionamiento confiable a lo largo del tiempo (Vieites, 2004.). En caso de alcanzar las condi-ciones adecuadas para el desarrollo de las producciones animales no tradicio-nales, se podría superar en ventas anua-les los 25 millones de dólares.

¿TENdRáN SU chANcE?

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ANIMAlES NO TRAdIcIONAlES

ANIMAlES NO TRAdIcIO-

En Argentina la actividad acuícola se en-cuentra en estado embrionario. La misma se inició con la pesca deportiva, para luego avanzar en la producción artesanal de sal-mónidos en la región patagónica y alcan-zar un carácter semi-industrial a partir de la década de los noventa. Más recientemen-te ha crecido en forma limitada en el litoral,

mediante la producción de Pacú.La principal limitante del desarrollo de la actividad en Argentina es la falta de tradi-ción o cultura productiva, lo que dificulta el manejo de las unidades de producción, sobre todo por la falta de formación de los recursos humanos para lograr un creci-miento sostenido y acelerado de la activi-dad, y por el escaso desarrollo de tecnolo-gías adecuadas a las condiciones del país. En otros países en los que el consumo per capita de pescado alcanza niveles signifi-cativos, la acuicultura constituye una inte-resante oportunidad para mejorar la dieta; pero en Argentina, los bajos niveles de consumo interno de pescado constituyen también una falta de aliciente para su de-

sarrollo en esquemas de autoconsumo.Argentina posee un gran potencial para la actividad, que aún no se ha explotado. El mismo se sustenta principalmente en las características agroecológicas, especial-mente en la gran disponibilidad de reser-vas de agua dulce, lo que ha despertado el interés de otros países productores, espe-cialmente de Chile. La demanda mundial de pescado ha cre-cido en forma notable y lo seguirá hacien-do en el futuro. Ello brinda una excelente oportunidad para el futuro desarrollo de la actividad con un enfoque comercial, ade-más de las alternativas de diversificación de ingresos que brinda la acuicultura para los pequeños productores.

cONTRA lA cORRIENTEAcUIcUlTURA

El bajo nivel de consumo interno de pescado es uno de los factores para que la actividad no se desarrolle de manera interesante.

Carpincho, yacaré, ñandú, choique, guanaco, caracoles y gusanos de seda son sólo algunos ejemplos de estas actividades que, por el momento, son alternativas.

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El mundo pecuario no se limita sólo a los animales. Desde las industrias veterinarias hasta la inversión en maquinaria hay aportes para mejorar la producción. Todavía hay margen para ser cada día mejores.

INSUMOS y SERVIcIOS

MáS SANIdAdpARA MáS cAlIdAd

El empuje del sector pecuario im-pactó de lleno en una de las indus-trias que más se está reconvirtiendo y que está realizando grandes inver-siones en tecnología y mejoramiento de procesos: se trata de los pro-ductos veterinarios, que han experi-mentado un notable crecimiento en los últimos años. Se estima que la facturación total del sector en 2009 alcanzó los 1.030 millones de pesos, considerando todos los rubros.De todas maneras, la utilización de insumos veterinarios aún es muy baja y, en consecuencia, también lo es la inversión que realizan los pro-ductores ya que, según fuentes es-pecializadas, debería ser casi el do-ble de la actual (pasando de unos 12 pesos a unos 20-25 pesos por

cabeza, sin contar los costos de la vacunación antiaftosa), lo que permi-tiría también lograr un aumento sig-nificativo del valor de la producción. En la actualidad se está produciendo una importante reconversión del sec-tor como consecuencia de los nue-vos requerimientos de la autoridad de aplicación. El objetivo es mejorar la calidad de toda la industria en su conjunto.

ALIMENTACIÓN Y GENÉTICALa alimentación del sector pecuario tiene características muy disímiles en las distintas actividades. La ganade-ría vacuna tiene un eje principalmen-te pastoril en las distintas etapas de la producción. Sin embargo, en la úl-tima década se ha registrado un au-

mento significativo de la terminación a corral. Para 2009, se estima que el 35% de la faena fue terminado en feedlots. La producción pastoril ha dado lugar a una industria de producción de se-millas que se abastece principalmen-te con productores locales (70% del

En la actualidad, se está produciendo una importante reconversión del sector como consecuencia de los nuevos requerimientos de la autoridad de aplicación.

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Aún es muy baja la utilización y, en consecuencia, la inversión en insumos veterinarios por parte de los productores. Es de unos 12 pesos por cabeza, cuando podría llegar a 25.

mercado, unas 30.000 toneladas). Las importaciones son principalmen-te de semilla de alfalfa y, en menor grado, de otras forrajeras. No exis-ten restricciones sanitarias, ni co-merciales para las importaciones de semillas forrajeras de los principales países productores.La utilización de alimentos balancea-dos se realiza principalmente para las actividades o etapas más inten-sivas, correspondientes a la termina-ción de ganado bovino, la avicultura, la producción intensiva de porcinos

y la lechería, además de otras de menor desarrollo relativo. Se estima que, en 2009, el consumo total de maíz y sorgo de las cadenas pe-cuarias ascendió a unos 10 millo-nes de toneladas y a unos 5 millo-nes de toneladas de soja, es decir,

un porcentaje relativamente bajo de la producción total. Por ello, existe un gran potencial de crecimiento de uso para la alimentación animal.En general, en Argentina se dispone de una buena base genética para las principales especies. Este es el caso de la ganadería vacuna de carne y le-che, así como de la avicultura. Otras actividades, como la producción por-cina, tienen todavía que hacer pro-gresos significativos para lograr una utilización masiva de la genética me-jorada que emplean actualmente los productores intensivos.

MÁQUINAS Y EQUIPOSEl sector ganadero, tanto en carne como en leche, posee una media-na fortaleza en este rubro, porque coexisten establecimientos con mo-dernos sistemas y tecnologías de producción, con muchos otros que tienen precarias condiciones de tra-bajo, principalmente establecimien-tos más pequeños o ubicados en áreas marginales. En cambio, en el sector avícola, se ha verificado en los últimos años una muy impor-tante modernización, lo que ha im-plicado una considerable inversión en infraestructura. Otras actividades tienen menor grado relativo de de-sarrollo, salvo algunas producciones intensivas.No existen restricciones para el ac-

ceso a maquinaria y equipos de alta tecnología, y la limitante principal es el financiamiento de los mismos y la percepción de muchos productores sobre la importancia y necesidad de mejora de la infraestructura produc-tiva para aumentar la competitividad. En muchos casos, la falta de solven-cia financiera del sector primario ha postergado la renovación de equipos e instalaciones, lo que determina una marcada obsolescencia en una amplia franja de productores.

INFRAESTRUCTURA INDUSTRIALEn el caso de la industrialización de la carne, son pocos los estableci-mientos que han incorporado las in-versiones más modernas disponibles a nivel internacional. Gran parte de la industria, especialmente la foca-

Lo que hay que saber

• Se estima que la facturación en 2009 en productos veterinarios fue de 1.030 millo-nes de pesos.

• La producción pastoril ha dado lugar a una industria de producción de semillas que se abastece principalmente con pro-ductores locales.

• La inversión en maquinaria e infraestruc-tura varía según cada subsector. El avícola es el más avanzado.

• El país cuenta con muy buenos servicios profesionales en el sector pecuario.

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44lizada en el mercado interno, tiene una escala pequeña, una tecnología obsoleta y estándares sanitarios in-suficientes. Algunos frigoríficos cuen-tan con tecnología moderna, pero aun así la escala es sensiblemente menor que la de sus equivalentes en otros países. En materia de producción lechera, existe una porción de la industria con nivel de producción y escala internacional, que coexiste con una importante producción desarrollada en base a pequeños establecimien-

tos, muchos de ellos con muy baja utilización de tecnología y estánda-res sanitarios deficientes.El sector avícola ha desarrollado du-rante la última década una muy im-portante modernización, con impor-tantes inversiones que permiten tener niveles de escala y eficiencia compa-rable a los mejores del mundo. El sector porcino se encuentra en

una situación similar a la del de la carne vacuna. Otras actividades como la caprina, salvo excepciones en el área de quesos, poseen en general condiciones de industrializa-ción muy precarias.El sector lanero ha desarrollado un polo industrial que permite aumentar paulatinamente el agregado de valor de la producción.

SERVICIOS PROFESIONALESY TECNOLOGÍAArgentina cuenta con muy buenos servicios profesionales en el sector pecuario, tanto en cantidad como calidad de los profesionales, quienes provienen de carreras tradicionales como Veterinaria y Agronomía, y también de aquellas que paulatina-

mente van tomando mayor impor-tancia, como Tecnología de Alimen-tos y otras, que brindan servicios en aspectos puntuales de las distintas cadenas, las que en su conjunto conforman una red que determina el aumento de la competitividad de los subsectores.Si bien las instituciones oficiales como el INTA y las universidades

realizan la investigación y desarrollo tecnológico, las empresas privadas del sector veterinario, genética y fo-rrajeras, también realizan un impor-tante aporte complementario, que permite construir competitividad en las diferentes cadenas. La extensión y difusión de tecnolo-gía tiene un comportamiento irregu-lar, ya que los establecimientos de mayor tamaño incorporan tecnología a través de asesores privados, mien-tras que los de menor dimensión tienen menores posibilidades de ac-ceso a la tecnología, por diferentes razones: la situación del sector pú-blico de extensión, la predisposición para la modernización y el cambio, y también las dificultades financieras crónicas que limitan la adopción de algunas técnicas sencillas, pero de gran impacto en el sector. No pue-de dejar de señalarse la importancia de las empresas proveedoras de in-sumos en el desarrollo tecnológico a través de estructuras de extensión, diseñadas para incrementar la co-mercialización de los productos.Gradualmente, están cobrando ma-yor importancia otras prácticas, como la trazabilidad y las certifi-caciones de acuerdo a los requeri-mientos específicos de los clientes, las cuales tienen una alta demanda en materia de tecnología y de profe-sionales especializados.En virtud de lo señalado, existe en la actualidad un gran margen de progre-so en materia de adopción de tecno-logía y, en consecuencia, de progreso productivo, en la mayor parte de las actividades, salvo las excepciones ya señaladas, principalmente ligadas a la escala de producción.

Argentina cuenta con muy buenos servicios profesionales en el sector pecuario, tanto en cantidad como calidad de los profesionales

Si bien las instituciones oficiales como el INTA y las universidades llevan a cabo la investigación y desarrollo tecnológico, las empresas privadas también llevan adelante un importante aporte.

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LOGÍSTICA Y SERVICIOSEl país no se caracteriza por poseer una infraestructura muy eficiente y competitiva en el interior, salvo en sectores muy específicos. Las activi-dades pecuarias tropiezan con pro-blemas inherentes a la insuficiente y deficiente red de caminos y otras vías de comunicación en general, que dificultan en muchos casos una eficiente logística de la producción. En los últimos años, se han registra-do importantes cambios en los servi-cios comerciales, tanto en las etapas intermedias como finales de la cade-na. Es así como se ha creado una marcada tendencia de disminución de la importancia de los intermediarios, debido al aumento de las relaciones directas de los productores con la in-dustria y la distribución. El crecimiento y la concentración de las cadenas de distribución, y el au-mento de la importancia relativa de las mismas en el comercio minorista, han significado profundos cambios en la estructura de coordinación de las cadenas. Sin embargo, en algu-

nos sectores, como el de la carne vacuna, aún se comercializa un alto porcentaje a través de esquemas de comercio tradicional minorista. En otras actividades, por ejemplo, lácteos, aves, etc., el peso de las cadenas de distribución ha cobrado mayor importancia.

En materia de mercado internacio-nal, los servicios comerciales tienen mayor importancia y, si bien existen diferencias en los distintos subsec-tores, se puede mencionar que exis-te un retraso en la materia, ya que

muchas de las operaciones comer-ciales se realizan a través de inter-mediarios del exterior y existen muy pocas empresas que cuentan con una estructura comercial externa acorde con el potencial competitivo de la Argentina.Existen también requerimientos para mejorar otros aspectos conexos a la comercialización, como la promoción de la marca país, que englobe a los distintos productos; y una participa-ción más activa en la difusión de los productos y sus características en los mercados internacionales más relevantes, como se ha realizado en otros subsectores (el de vinos, por ejemplo), que han logrado un impor-tante crecimiento en sus exportacio-nes. Por circunstancias ajenas a los objetivos para los que fue creado, básicamente por las restricciones a las exportaciones de carnes instru-mentadas por el gobierno en el úl-timo quinquenio, el IPCVA ha visto limitada su eficiencia e impacto es-perado para el aumento del valor de las exportaciones de carnes.

Las actividades pecuarias tropiezancon problemas inherentes a la insuficiente y deficiente red de caminos y otras vías de comunicaciónen general.

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gENTE dE caMpoCada vez que amanece. Ahí están las personas que trabajan en el campo argentino. Con pasión, esfuerzo, entusiasmo, buen humor y profesionalismo. En estas fotos, rostros y manos que expresan el espíritu de un sector comprometido.

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48 El cAMpOEN lA ciUdadEl sillón de cuero, el abrigo de lana, la peña, el asado con amigos, el grito de gol en una tribuna de polo, el lomo en un restaurante de primera categoría. Ahí, también está el campo.

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NúMEROSQUE hAblAN

15.000 MILLONES DE DÓLARES MUEVE LA PRODUCCIÓN PECUARIA.

MáS dE 1.000.000

DE EMPLEOS, ENTRE DIRECTOSE INDIRECTOS

4.200MILLONES DE DÓLARES EN EXPORTACIONES

740MILLONES DE DÓLARES EN EXPORTACIONES DE LACTEOS.

1.900 MILLONES DE DÓLARES EN EXPORTACIONES DE CARNE BOVINA.

330 MILLONES DE DÓLARES EN EXPORTACIONES DE PRODUCTOS AVÍCOLAS.

180MIL PERSONAS OCU-PA SOLAMENTE LA ACTIVIDAD EQUINA.

89MILLONES DE DÓLA-RES EN EXPORTACIO-NES DE MIEL.

30POR CIENTO DEL VALOR DEL COMPLEJO ALIMENTOS Y BEBIDAS.

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