revista insurrección n.463

24
Edición No.463 Febrero/09/2015 Revista Insurreción

Upload: camilo-torres-restrepo

Post on 07-Apr-2016

221 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Edición N.463, 09 al 15 de febrero de 2015. Revista semanal del Comando Central del Ejército de Liberación Nacional de Colombia

TRANSCRIPT

  • Edicin No.463Febrero/09/2015

    RevistaInsurrecin

  • EDITORIAL 4La Larga Mano de Uribe

    Camilo Vive en las Luchas de su Pueblo 7Autor: Comandante Nicols Rodrguez Bautista

    Profundizar la Democracia... Unos Milmetros 10Autor: Comandante Pablo Beltrn

    Los Precios del Petrleo y la Disputa por la Hegemona Mundial 12Autor: Carlos Ramos / F.Int. Miltn Hernndez

  • El Juicio a un Corrupto del Choc 16Autor: Frente de Guerra Occidental

    Accionar Poltico Militar en Nario 17Autor: Frente de Guerrillero Comuneros del Sur

    Gobernamos los Indios, NO los Gringos 19Autor: Luis Carlos Guerrero Ortega

  • En el ao 2010, la sociedad colombiana conoci las historias de corrupcin, guerra sucia narco paramilitar y persecucin poltica hechas por el extinto Departamento administrativo de seguridad (DAS), las que obligaron al rgimen a cerrar esta entidad estatal de espionaje.

    Su ltima directora Mara del Pilar Hurtado, cuando fue llamada a responder ante la justicia, opt por huir a Panam y solamente ahora, que la persigue la Polica internacional (Interpol), decidi regresar a Colombia y enfrentar el juicio, que esquivaba.

    Jaime Camacho, el abogado de M. P. Hurtado, niega el hostiga-miento realizado por el DAS, a personajes como Piedad Crdoba, Ivn Cepeda y varios periodistas independientes, que se vieron so-metidos a la persecucin realizada por el DAS, por rdenes de M.P. Hurtado.

    La estructura criminal desarrollada por el DAS ha sido una de las armas usadas, para desarrollar la persecucin poltica contra la

    EDITORIAL / Comando Central - COCE

    4

    Revi

    sta

    Insu

    rrec

    cin

  • oposicin, que ha sufrido el pas desde hace varias dcadas y que no ha cesado luego de la desa-paricin del DAS.

    Continan las chuzadas (inter-ceptacin ilegal de comunicacio-nes) contra personalidades de la oposicin y de la Corte Suprema de Justicia, lo cual deja en evi-dencia, a la supuesta democracia colombiana, que no es ms que una cortina de humo ante la co-munidad internacional, cuando en realidad en este pas la oposicin no tiene posibilidades polticas.

    Se habla de estructura criminal, ya que, los casos por los que se

    acusa a M. P. Hurtado, como los de Piedad Crdoba y del profesor Miguel ngel Beltrn, casos en que con informacin no veraz, fueron sometidos a espionaje e intervenciones telefnicas realizados por el DAS, produciendo el despres-tigio poltico de estos activis-tas, asesinando el real carc-ter de estas personas, hasta mostrarlas como un criminal ms.

    Mientras la ex directora del DAS estuvo prfuga, subal-ternos suyos, como Claudia

    La larga Mano de

    URIBE

    5

    Revista Insurreccin

  • Julieta, sufrieron torturas psicolgicas, para obligarlos a no revelar informacin, que incrimina a su jefe, Mara del Pilar Hurtado.

    Hay que recordar que las acciones realizadas por Mara del Pilar Hurtado en el DAS, ocurrieron en cumplimiento de rdenes de lva-ro Uribe Vlez, el presidente de ese entonces, quien se caracteriz por perseguir a la oposicin e intentar acallarla, por medio de los escuadrones paramilitares de extrema derecha.

    Pasar la pgina de toda una poca de exterminio contra la izquier-da, significa tomar el camino de democratizar a Colombia, para que la sociedad tenga ms protagonismo, que las viejas maquinarias de dominio, en que se sostiene el rgimen.

  • Comandante Nicols Rodrguez Bautista

    La muerte en combate de Camilo Torres Restrepo el 15 de Febrero de 1966, reafirmaban su conviccin de que las vas legales estaban cerradas.

    Camilo fue consecuente con su pensamiento y fueron sus profundas convicciones las que lo llevaron a alzarse en ar-

    mas, convencido de la necesidad de que el pueblo colombiano es-taba compelido a usar el derecho a la rebelda.

    Baste recordar que en Colombia se constituy un Frente Nacional en 1958, como mecanismo bipartidista que excluy la posibilidad de ser gobierno por la va de las elecciones, a los sectores de iz-quierda o populares. Mientras que la oligarqua liberal y conserva-dora pactaron alternarse en el gobierno cada 4 aos, hasta 1974.

    Este acuerdo de la oligarqua lo realizaron 10 aos despus de pro-ducir el magnicidio del dirigente popular y candidato presidencial Jorge Eliecer Gaitn, el 9 de abril de 1948. Nadie duda hoy que desde los crculos del poder se plane y ejecut ese crimen.

    Los altos niveles de represin y de exclusin poltica que criminali-zan las luchas populares, junto a las crecientes desigualdades so-ciales, como fenmeno histrico, llevaron al socilogo y dirigente poltico Camilo Torres, junto a otros importantes investigadores de la realidad nacional, a considerar que en Colombia era el momen-to de iniciar la lucha armada revolucionaria. Convencidos de ello

    Camilo Vive en las Luchas

    De su Pueblo

    7

    Revista Insurreccin

  • en Colombia y en varios pases de Amrica Latina, importantes contingentes juveniles revolucio-narios, se alzaron en armas.

    Despus de la muerte de Ca-milo, el pacto bipartidista del Frente Nacional, dej como he-rencia las costumbres clientelis-tas, corruptas y de terrorismo de Estado, que produjo un alto nmero de asesinatos polticos, desapariciones, exilio y las ms aberrantes torturas a revolucio-narios y lderes populares.

    Se fortaleci un sistema poltico de exclusin, mediante el cual la oligarqua pretende asegurar que la izquierda no tenga posi-bilidades reales de colocar un candidato que le dispute su go-bernabilidad. Ya lo haba dicho Camilo, para caracterizar el sistema elec-toral colom-biano: el que escruta elige.

    An en medio de estas crudas realidades, el movimiento po-pular fue repuntando y en la dcada de los 80 mostraba importantes niveles de desarro-llo, destacndose entre otras 3 organizaciones de izquierda: El Frente Popular, A Luchar y la Unin Patritica surgida sta de los acuerdos entre las FARC y el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986).

    Contra ellas respondi el rgi-men con la ms brutal repre-sin, produciendo ms de 6 mil muertos (registrados) en un incompleto balance; sobre las reales cifras de exiliados y desaparecidos las cifras son contradictorias pero la mayora

    de analistas consideran que estn por encima de

    las que aparecen en los registros.

    El paramilitaris-mo que nacie-ra a comienzo de la dcada

    8

    Revi

    sta

    Insu

    rrec

    cin

  • de los 60, segn fuentes bien documentadas, haba alcanza-do altos niveles de desarrollo en la dcada de los 80; su ob-jetivo era exterminar los llama-dos apoyos de la insurgencia y en esta categora clasificaron a todos los crticos al rgimen y as los siguen considerando hoy los sectores militaristas y de la derecha ms recalcitrante.

    En esa orga de sangre que an recorre a Colombia, las organi-zaciones legales de izquierda fueron exterminadas, destrui-do el movimiento popular y de masas, con lo que la historia le ha dado la razn a Camilo, en cuanto al carcter genocida de la oligarqua y que no compar-tir el poder por las buenas.

    El terrorismo de Estado se man-tiene y el Estado colombiano sigue siendo uno de los mayo-res violadores de los Derechos Humano en todo el mundo. An est por verse si en realidad el proceso de paz planteado por el actual gobierno, es el prem-bulo de un paso definitivo a doblar la pgina de la violencia estatal o si por el contrario todo

    se trata de conveniencias pol-ticas del rgimen, para luego desatar otra oleada de repre-sin desmedida.

    Es por lo anterior, que el pensa-miento de Camilo sigue vigente y los elenos y elenas seguimos levantando sus banderas de la lucha armada, por la redencin de los pobres.

    Camilo tambin seal las fa-llas de la izquierda, la oposicin poltica y del movimiento social, en cuanto al sectarismo, caren-cia de liderazgo, ausencia del espritu unitario y la priorizacin de los intereses de grupo o de parte. En ello tiene alta respon-sabilidad la insurgencia, que adicion una mentalidad van-guardista.

    A 49 aos de la muerte de Ca-milo es necesario reconocer que an seguimos en deuda con su llamado a la unidad; plantear-nos la reflexin hoy y asumir el propsito de lograrlo, es indis-pensable para afrontar el com-plejo futuro que tenemos. Asu-mmoslo como un reto.

    9

    Revista Insurreccin

  • Con ste siglo corren brisas frescas de democratizacin en Amrica Latina y con ellas, crece el debate sobre qu es la democracia, cuanta existe y cuanta hace falta.

    La tendencia democratizadora latinoamericana avanza en contrava del retroceso global, que miden cada ao en el

    encuentro de Davos, Suiza; donde los grandes magos del capita-lismo tiene que reconocer, que el sistema multiplica la desigualdad social, porque cada vez ms unos pocos multimillonarios, acaparan una porcin mayor de las riquezas del planeta.

    Si la democracia capitalista al servicio de una pequea elite de po-derosos, hunde en la indignidad a la mayora de la sociedad, dn-de queda el principio de ser gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo?

    Nuestros vecinos norteamericanos encabezan las miserias de la de-mocracia capitalista, aunque con delirio algunos siguen sostenien-do, que ellos son el ejemplo a seguir.

    Otros, ms cuerdos, ms apegados a la realidad, a la pregunta, podemos hablar de democracia en los Estados Unidos, cuando tenemos tanta desigualdad? Responden, como el profesor Noam Chomsky (1):

    La pregunta que hay que plantearse es: Hasta qu punto el nivel socio econmico de las personas incide en la formulacin de pol-

    Comandante Pablo Beltrn

    Profundizar la Democracia...

    Unos Milmetros

    10

    Revi

    sta

    Insu

    rrec

    cin

  • ticas pblicas? Un 70 por ciento de la poblacin no tiene inciden-cia alguna en la formulacin de polticas pblicas, porque sus representantes electos no les ponen atencin. Uno adquiere ms influencia en la medida en que asciende en la escala social. Mientras ms desigualdad exis-te, menos democrtico se vuel-ve el sistema. Estados Unidos es bsicamente una plutocracia con una especie de democracia formal. Y esto se vuelve todava peor en pases ms dbiles.

    De donde podemos reiterar el gran valor del esfuerzo demo-cratizador latinoamericano, en el que brilla en la cola, el rgi-men de Bogot.

    Pero si la elite dominante en los EE.UU sufre delirio crnico fren-te a la democracia, la instalada en Bogot, adolece del mismo trastorno. Por ejemplo, para el gobierno de Santos, en Colom-bia existe una democracia, a la que slo falta profundizar un poco... (pero, no mucho).

    Esta semana un Informe de The Economist Inteligence Unit (EIU) califica a Colombia como una democracia imperfecta; donde existen elecciones y libertades bsicas, pero con debilidades en gobernabilidad, bajos nive-les de participacin y una cul-tura poltica poco desarrollada (2).

    Agrega el Informe que el cri-men descontrolado -particular-mente la violencia y el trfico de drogas- as como la corrupcin, estn teniendo un impacto co-rrosivo sobre la democracia en Amrica Latina.

    Por su parte, F. Panizza del Lon-don School of Economics (LSE) sostiene que los problemas ms graves para la democra-cia en la regin siguen teniendo que ver con las debilidades ins-titucionales de los Estados, los continuos niveles de desigual-dad socio econmica y los bajos niveles de educacin (3).

    Como puede verse, el problema est en sacar a Colombia de la anti democracia.

    ______________

    (1) Entrevista de Louisa Reynolds a Noam Chomsky.Publicada en Rebelin 7-01-15. Fuente: http://www.plazapublica.com.gt/con-tent/por-primera-vez-en-500-anos-america-latina-ha-comenzado-librarse-del-control-imperialista.

    (2-3) Qu pases de Amrica Latina son los ms y los menos de-mocrticos? BBC Mundo. 20-01-15.

  • Hoy los precios del petrleo estn por debajo de los 50 dlares por barril; en junio del 2014, el precio era 115, una cada de ms del 50 por ciento. Desde 2008, el precio oscil por encima de los 100 dlares por barril A qu se debe esta drstica cada en los precios? La respuesta se

    halla entre la economa y la geopoltica.

    Es el Fracking la solucin?

    En 2014 la oferta mundial de petrleo super a la demanda. La produccin de petrleo de pases como Estados Unidos aument en gran medida a la extraccin de reservas no-convencionales, como el petrleo de esquisto, mediante el mtodo de fracturacin hidru-lica, conocido como Fracking. Los EE.UU son el principal importador mundial de petrleo y gracias a la produccin de esquistos, ha po-dido reducir su demanda de fuentes externas de combustible en un 30 por ciento, hecho que repercute en la demanda global.

    Pero el costo de extraccin del petrleo y gas de esquisto es ms alto que el de las reservas convencionales, estando entre 60 y 80 dlares por barril. Con el precio mundial por debajo de 50 dlares por barril, la produccin del esquisto se vuelve econmicamente in-sostenible.

    Lograr el quiebre de la industria del esquisto, principalmente la de

    Carlos Ramos / F.Int. Miltn Hernndez

    Los Precios del Petrleo Y la Disputa por la Hegemona Mundial

    12

    Revi

    sta

    Insu

    rrec

    cin

  • EE.UU, parece ser una de las metas de esta guerra de precios del petrleo. Arabia Saudita, el mayor exportador de petrleo del mundo y mandams de la OPEP, se ha fijado esa meta.

    Por qu se negaron los sau-des -en la reunin de la OPEP de noviembre 2014- a acordar una poltica para estabilizar los precios mediante un recorte de la produccin? Porque Arabia Saudita tiene el costo de pro-duccin de petrleo ms bajo, con 6 dlares por barril y cuenta con una gran reserva moneta-ria, que les permite sostener su funcionamiento estatal por va-rios aos. Para ellos es ms es-tratgico el saboteo econmico del esquisto, que mantener los precios elevados.

    Geopoltica contra econo-ma

    La estrategia de Dominacin por Espectro Completo del Mi-nisterio de guerra de los EE.UU (Pentgono) integra la guerra econmica con las guerras po-lticas, mediticas, cibernticas y militares. Esta combinacin moldea la estrategia de Guerra permanente del imperialismo.

    El imperialismo apuesta a ge-nerar escenarios de desesta-bilizacin, para derrocar los gobiernos que no le son incondi-

    cionales. Provocando el colapso econmico, se estimula el levan-tamiento social y con fuerzas mercenarias se confronta mili-tarmente a los gobiernos, para crear condiciones a sus revo-luciones de terciopelo o de co-lor, tambin llamadas Golpes Blandos; como las que provoc en Checoslovaquia en 1989, en Yugoslavia en 2000, en Georgia en 2003, la de Ucrania en 2004, en Kirguistn en 2005 y en T-nez en 2010. Cuando las revolu-ciones de color no son efectivas, entonces recurren a la invasin militar de la OTAN, como hicie-ron en Libia en 2011. Esta es la meta que persiguen en Vene-zuela, Irn y Rusia.

    El petrleo y sus precios- siem-pre ha sido un asunto eminen-temente poltico. Detrs de los movimientos de precios del pe-trleo, yacen grandes jugadas geopolticas para aislar y debili-tar a tres grandes contradictores de la hegemona imperial, como son Rusia, Irn y Venezuela.

    Irn

    Irn es el segundo productor de petrleo de la OPEP despus de Arabia Saudita, es el principal adversario regional del rgimen saudita, de Israel y del imperia-lismo norteamericano en el Me-dio Oriente, por lo que es blanco de esta nueva guerra petrolera.

    13

    Revista Insurreccin

  • Desde 2012, los EE.UU y la Unin Europea impusieron san-ciones contra las exportaciones petroleras iranes, como castigo por su programa nuclear sobe-rano y por su apoyo incondi-cional al gobierno legtimo de Bashar Al Assad de Siria. Tam-bin bloquearon el acceso a sus cuentas en bancos extranjeros, donde tienen reservas de 100 mil millones de dlares.

    Irn ha tenido que reducir su presupuesto para ao fiscal 2015-2016, calculado inicial-mente con un precio de 70 a 80 dlares por barril. El presu-puesto del ao pasado, estuvo sustentado en el precio de 100 dlares por barril.

    Venezuela

    En Venezuela el plan imperialista de desestabilizacin y agresin, usa la infiltracin de paramilita-res y mercenarios, el acapara-miento y contrabando de bienes de primera necesidad, la espe-culacin con los precios y el tr-fico de dlares, con lo que han logrado agravar la crisis econ-mica.

    Hay que agregar la cada del 50 del precio de petrleo, cuan-do las exportaciones petroleras representan el 96 por ciento de las exportaciones totales, y contribuyen con la mitad del

    presupuesto del Estado. El pre-supuesto para el ao fiscal 2015 fue calculado con un precio de 60 dlares por barril, lo que ha obligado a Venezuela a solicitar prstamos a otros pases.

    La capacidad de mantener el financiamiento de los progra-mas sociales y las Misiones So-cialistas ha dependido de los ingresos petroleros, y ha sido un sostn estratgico de la Re-volucin Bolivariana. La guerra petrolera apunta a debilitar ese pilar, creando una correlacin de fuerzas ms favorable, para el plan de derrocar al gobierno re-volucionario.

    Rusia

    Rusia es el pas ms afectado. Sus exportaciones de petrleo y gas equivalen al 68 por ciento del total de sus exportaciones y son el 50 por ciento de sus in-gresos, obligndola a gastar sus reservas monetarias. En 2014, Rusia fue obligada a gas-tarse 90 mil millones de sus re-servas en divisas. Aunadas a la cada de los ingresos petroleros, estn las sanciones econmicas impuestas por EE.UU y la Unin Europea, en el contexto de la disputa por Ucrania. Todos es-tos hechos han conllevado a la cada del rublo en los mercados internacionales, lo cual merma su capacidad de importacin.

    14

    Revi

    sta

    Insu

    rrec

    cin

  • Crisis y oportu-nidad

    De las crisis sur-gen oportuni-dades. Pa-ses rentistas como Vene- z u e l a e Irn, tienen en la dependen-cia petrolera su fortaleza y su debilidad. Es fortaleza cuando los precios estn altos y les permite financiar proyectos econmicos, cientficos, mili-tares y sociales. Tambin es su Taln de Aquiles debido a su economa dependiente, im-portadora y poco productiva. El petro-dlar, cuando llega en abundancia, no estimula el de-sarrollo de industria o agricultura propias, con lo que pone en ries-go la soberana nacional.

    La manera como el imperialismo y sus aliados han logrado ma-nipular los precios del petrleo, para intensificar su guerra eco-nmica en contra de los pases contra-hegemnicos, est siendo aprovechada como un aprendiza-je geopoltico. Venezuela e Irn buscan convertir la crisis en una oportunidad, para diversificar la economa y modificar sus res-pectivos modelos econmicos. Camino ms seguro y soberano para sus pueblos.

    15

    Revista Insurreccin

  • El alcalde de Piedepat, municipio del Alto Baud en el de-partamento del Choc, hizo campaa electoral entre las co-munidades, prometiendo invertir en salud y educacin, pero una vez posesionado en el cargo, hizo lo mismo que el resto de funcionarios del departamento, que es robarse el dinero

    del presupuesto municipal.

    Desde enero de 2014 los habitantes del municipio han realizado va-rias movilizaciones, en las que le han exigido al alcalde rendir cuentas de su gestin, reclamos que han sido desconocidos por l.

    Ante estos hechos de corrupcin y desprecio por la ciudadana, el Frente de Guerra Occidental del Ejrcito de Liberacin Nacional pro-cedimos a privarlo de la libertad, con la finalidad de obligarlo a rendir cuentas de la administracin municipal. Una vez concluya este juicio y se comprometa a devolver lo que rob, sera puesto en libertad.

    Colombia para los trabajadores!Ni un paso atrs, liberacin o muerte!

    Direccin del Frente de Guerra OccidentalEjrcito de Liberacin Nacional.

    Montaas del occidente colombianoEnero de 2015

    Frente de Guerra Occidental

    Juicio a un Corrupto del

    CHOC

    16

    Revi

    sta

    Insu

    rrec

    cin

  • El Frente de Guerrillero Comuneros del Sur, del Frente de Guerra Sur Occidental, Carlos Alberto Troches, en la Cam-paa Simacota 50 aos de lucha, dignidad y resistencia, en confrontacin al plan contrainsurgente del enemigo, en defensa de la Soberana Nacional y de los territorios, in-

    formamos al pueblo en general, el siguiente parte de combates:

    1.- El da 8 de enero del 2015, unidades del Frente Guerrillero Co-muneros del Sur, a las 4 de la tarde hace la voladura del Oleoducto Transandino, sobre el lugar llamado la nariz del diablo, del Munici-pio de Mallama, Nario.

    2.- El mismo da y en este mismo lugar se deja una bandera de la organizacin en el marco de la campaa 50 aos Races, sueo y esperanzas.

    3.- El mismo da a las 7:35 pm, sobre la va Panamericana, sobre el Municipio de Mallama se deja bandera de nuestra organizacin ELN.

    4.- El mismo da 8 de enero entre los corregimientos de Curcuel y San Miguel a las 7:42 se logra la voladura en dos lugares del Oleo-ducto Transandino, esto sobre el Municipio de Ricaurte, Nario.

    5.- En el mismo lugar de la accin a las 7:48 minutos sobre la va Panamericana, y sobre el lugar de los hechos se deja la bandera de nuestra organizacin.

    Frente de Guerrillero Comuneros del Sur

    Accionar Poltico Militar en Nario

    17

    Revista Insurreccin

  • 6.- El da 20 de Enero en el Corregimiento de Yascual, a las 10:40 am, del Mu-nicipio de Tquerres, Na-rio, unidades nuestras de dan de baja a dos miem-bros de la Polica Nacional, se les recuperan dos fusiles Galil 2.23.

    7.- En el mismo lugar y da de la accin a la entrada del casero se dejan izada 3 banderas de nuestra organizacin.

    En todas estas acciones nuestra fuerza no tuvo novedad.

    18

    Revi

    sta

    Insu

    rrec

    cin

  • El 22 de enero se jurament Evo Morales ante la Asamblea nacional, previamente lo haba hecho en los lugares sagra-dos de la nacin boliviana. Bolivia fortalece su carcter de pas gobernado por los indios y no por los gringos. Otro sujeto social viene conduciendo los destinos de la Nueva Bo-

    livia, bloque socio poltico de identidad y liderazgo indgena, popular, campesino y obrero.

    En las elecciones de octubre pasado, el Movimiento de afirmacin socialista (MAS) y Evo Morales aumentaron significativamente la vo-tacin hasta el 61 por ciento; ganando en 8 de las nueve entidades territoriales y logrando las dos terceras partes en el parlamento plu-rinacional.

    El triunfo poltico electoral del proceso liderado por Evo Morales, es haber sido capaz de articular a la mayora de los sujetos poblaciona-les, los mayoritarios de la sociedad, tras un proyecto unificador de nacin, negado histricamente por la burguesa boliviana.

    El pueblo sujeto de los cambios

    La irrupcin del pueblo boliviano como sujeto alternativo no es es-pontaneo. No, su conformacin ha sido un proceso dinmico, que se ha ido constituyendo, ampliando y ganando sentido histrico. Es un continuo desde la resistencia a la invasin europea, manteniendo un proyecto de sociedad distinto al capitalismo, que hoy se cons-

    Luis Carlos Guerrero Ortega

    Gobernamso los Indios,

    NO los Gringos

    19

    Revista Insurreccin

  • tituye en bloque dirigente de la nacin. Es decir, es un cocinado permanente de liderazgo polti-co, social y moral, posicionando en la sociedad una alternativa de civilizacin.

    El pueblo boliviano en su diver-sidad, como sujeto de cambio y dirigente en la construccin de una nacin soberana, democr-tica, independiente y libremen-te auto determinada, que se enfrenta a un modelo de civili-zacin excluyente, opresiva, ra-cista, explotador y depredador. Ha colocado en el centro una ci-vilizacin de races comunitarias, como componente histrico de la identidad popular boliviana. El pueblo ha vivido varios momen-tos que han ido desde un comu-nitarismo inicialmente minoritario como gotas en el desierto; luego

    como diminutos hilos de agua que a veces se secan, se inte-rrumpen abruptamente, y luego renacen, y a la larga se suman y se vuelven riachuelo; luego rio; luego lago; luego mar.

    En esta configuracin histrica hay una larga tradicin de lucha con levantamientos populares, alzamientos armados insurrec-cionales, movilizaciones nacio-nales y regionales, en miles de batallas por la identidad, la de-fensa de los bienes comunes, la Guerra del agua, del gas y el petrleo, en soportar la identi-dad de la nacionalidad bolivia-na, con la guerra de la coca y su significado cultural. Proceso que culmin con la toma del Estado por los movimientos sociales y polticos, cuando asumieron la conciencia de que la nica mane-

    20

    Revi

    sta

    Insu

    rrec

    cin

  • ra de construir las reivindicacio-nes de vida, libertad y bien ser eran constituyndose en gobier-no, para transformar el Estado. Una simbiosis poltico-social, una ruptura de la fragmentacin de la poltica y lo social, potenci la capacidad movilizadora integral popular y fue capaz de construir el instrumento de conduccin de los cambios, el MAS.

    La claridad poltica del bloque alternativo fue llegar al con-vencimiento de que, si la oli-garqua est impedida moral y polticamente de construir la nacin de todos y todas, este papel lo debe asumir el nuevo bloque popular y democrtico, hoy dirigente del pas. Esta es la voluntad del nuevo mandato presidencial de Evo Morales: se-

    guir impulsando la fuerza social y poltica que hace posible los cambios.

    Del Estado colonial al pluri-nacional

    El que en Bolivia manden los in-dios y no los gringos, es lo que ha posibilitado un cambio esen-cial en el Estado boliviano, trans-formndose de un Estado colo-nial a uno plurinacional. Se pas de un Estado para someter al pueblo, negar su identidad plu-ral y nacional, que adoptaba la identidad del imperio norteame-ricano y despreciaba a su gen-te de a pie; a un Estado donde la mayora de poblacin con su cultura y manera de ser comu-nal, se expresa en un Estado protector, promotor, que facilita

    21

    Revista Insurreccin

  • los cauces del protagonismo de ellas mismas.

    Bolivia era dominada por una minora aristocrtica, monopoli-zadora del poder, que fue per-diendo su condicin con la irrup-cin de los 36 pueblos indgenas oprimidas por siglos, por el pro-tagonismo de los movimientos sociales y de toda una plurali-dad socio poltica, que hoy son parte decisiva en la conduccin del Estado. De all que el Estado se haya convertido en un cam-po esencial de la disputa entre los dos proyectos de sociedad, entre la restauracin capitalista y el proyecto democrtico del socialismo comunitario.

    La presidencia de Evo Morales representa los intereses de una nueva fuerza social que se ha hecho al timn del Estado, que ayuda a que lo comunitario se expanda, que es lo que un Es-tado revolucionario, socialista puede hacer, es ayudar a que lo comunitario, que brota por accin propia de la sociedad, se expanda, se fortalezca, pueda superar obstculos ms rpida-mente. (3)

    El parlamento boliviano no es el mismo de antao, ahora su com-posicin y conducta poltica es patritica y nacionalista; es una institucin que tiene un 48 por ciento de representacin feme-nina, el mayor de Amrica y el

    segundo del mundo. De un par-lamento representativo en ex-clusivo de las minoras oligarcas, hoy est lleno de dirigentes del movimiento social de mujeres, campesinos, dirigentes cocale-ros, obreros y juveniles. Ahora s, la Asamblea del Estado Plu-rinacional representa a toda Bo-livia.

    Ramona Moye, diputada electa por el departamento del Beni, afirma que: estoy muy orgullo-sa de representar al Tipnis (te-rritorio de ese departamento) y a la mujer indgena, nosotras ya no somos un adorno, ahora tam-bin proponemos y legislamos.

    La marea progresista crece

    Bolivia tambin ha proclamado los derechos de la Madre Tierra, liderando muchas batallas por la humanidad, como las del cambio climtico y la superacin la po-breza, para la muestra, ah es-tn un milln de bolivianos que han salido de esta condicin. Muchas conquistas sociales, econmicas, polticas, culturales hacen parte de todo el proceso de refundacin de Nuestramri-ca. Todo ello en el contexto de una filosofa y una apuesta de sociedad basada en el Buen Vi-vir o el socialismo comunitario y democrtico.

    Bolivia ha cambiado y la conti-nuidad del proyecto poltico de

  • nuevo pas representado en Evo Morales hace parte de la marea revolucionaria, progresista y de-mocrtica que ventea en nuestro continente y el mundo; de la que tambin hace parte la victoria de los revolucionarios en Grecia.

    La recuperacin -nacionalizacin- de los sectores estratgicos de la economa, colocados al servi-cio de un proyecto nacional de democracia y vida digna, hace posible materializar todos los avances en la dignificacin de la vida del pueblo boliviano. Ri-quezas que antes engordaban la avaricia de los gobernantes, hoy robustecen la construccin de una revolucin democrtica y

    cultural del Buen Vivir o del socia-lismo comunitario.

    La democracia participativa, la democracia comunitaria y la de-mocracia representativa es el soporte de los cambios que lide-ra el nuevo bloque socio-poltico boliviano. Este es el horizonte de toda nuestra Amrica y de la humanidad. La soberana y autonoma del pueblo boliviano soportado en los movimientos sociales y el Estado, constituyen aportes a la construccin de una Amrica del tamao de los sue-os del Libertador Simn Bolvar. El camino de Bolivia es el de to-dos.