revista insurrección no.344

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revista Edición No.344 Octubre/30/2012 insurrecion

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Revista publicada del 29 de octubre al 4 de noviembre

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Edición No.344Octubre/30/2012

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EDITORIAL 3Es Incierto pero Urgente el Camino de la Paz

La Vida: Fundamento de la Sociedad 7Autor: Luis Carlos Guerrero

Los Devotos de Estados Unidos 14Autor: Pablo Beltrán

La Farsa Electoral Gringa En La Recta Final Y ¿El Pueblo Que? 17Autor: Frente Internacional Milton Hernández

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La actual coyuntura del país está permeada por el tema de la paz y la so-lución política al conflicto.

Luego de varios años en que la clase dominante negó cualquier posibilidad de diálogo y de apostarle exclusivamente a la salida militar, al aniquila-miento de la insurgencia, ahora plantea disponerse a buscar un camino diferente al de la guerra para la construcción de un nuevo país.

Nada fácil es este camino y aún es incierto porque al examinar la vida del país, vemos que nego-ciaciones y diálogos han existido a lo largo de toda nuestra his-toria, con resultados desfavora-bles para las fuerzas del cambio; un somero recuento:

-Domingo Benkos Biojó, líder palenquero, de los esclavos emancipados, creó una fuerza que golpeo con contundencia a los españoles y de dio origen a los primeros asentamientos de pueblos libres en la costa Atlán-tica; defensor de todo el acervo histórico-cultural de las comu-nidades negras violentamente desarraigadas del África.

Luego de negociaciones con el poder español, ejerciendo su derecho al territorio, fue traicio-nado y asesinado en Cartagena. Los españoles usaron el diálogo para ganar tiempo y aniquilar la resistencia cimarrona.

-Los comuneros y José Antonio Galán: luego de la memorable marcha de los comuneros, el vi-rreinato español depositario de la monarquía española se valió,

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Es Incierto pero Urgente el Camino de la Paz

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como tantas veces lo ha hecho la clase dominante, del poder de la iglesia y en cabeza del arzobis-po Caballero y Góngora, pactó las capitulaciones de Zipaqui-rá, desmovilizaron los cerca de 30.000 comuneros para incum-plir todo lo pactado. Luego de la traición de Berbeo y otros, José Antonio Galán retomó la lucha siendo apresado y vilmente tor-turado y asesinado.

-La llamada época de la violen-cia: los guerrilleros del llano, en el gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla se pacto la paz, se dieron garantías para la reinte-gración de los guerrilleros a la vida civil. Guadalupe Salcedo lí-der guerrillero y popular es aba-

tido cobardemente, así como otros importantes dirigentes que creyeron en las ofertas de paz de la clase dominante.

-En la década de los 80 y en el proceso dado en Casa Verde con las FARC se creo la Unión Patrió-tica como expresión política para desarrollar la lucha legal y am-plia en condiciones de igualdad y seguridad por parte de agru-paciones de izquierda. Conoce-mos del baño de sangre que se dio contra la militancia y bases de esta organización, paralelo al exterminio y persecución contra A Luchar y el Frente Popular.

-Años 90, luego de un proceso de desmovilización y desarme de las guerrillas del M-19 y el EPL, es asesinado Carlos Pizarro Leongomez cuando lideraba un

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movimiento político electoral y era el candidato con mayor in-tención de voto; a su asesinato siguieron los de muchos otros di-rigentes populares y defensores de Derechos Humanos, cuyos delitos son disentir del régimen.

Son lecciones que jamás pueden ser olvidadas por la insurgencia, por el pueblo consciente y bata-llador. No para decir que no se puede llegar a una mesa, sino para estar claros en que son enormes las dificultades para hallar una salida concertada al conflicto social y armado que desangra nuestra patria. Que no es fácil perfilar un escena-rio de futuro en Colombia, en el cual las comandancias y bases guerrilleras, puedan actuar sin temor a ser asesinadas por las fuerzas legales e ilegales del Es-

tado que hoy mantienen intacta su maquinaria terrorista.

Colombia ha vivido hechos sin parangón en la historia mundial. La clase dominante es de una estirpe sanguinaria, aferrada a sus privilegios, de tal manera que se ha valido de toda clase de recursos para mantener su dominación, no ha tenido ningún reparo en acudir a las armas di-rectamente, para crear y forta-lecer organismos ilegales, para dar aliento y crear bandas para-militares (hoy eufemísticamen-te llamadas “bacrim”). La clase dominante le apuesta a una paz barata, a una desmovilización y desarme sin otra consecuencia que el cese al fuego de los fu-

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siles y la entrega de unos subsi-dios y garantías de participación política, porque “la constitución y leyes vigentes así como todo el ordenamiento social y político del país no se somete a discu-sión”.

Un proceso de paz que no ten-ga arraigo y participación popu-lar en sus reclamos y derechos, está condenado a perecer y ser otra frustración mas, entenderlo así es definitivo.

La paz que ha planteado y rei-tera la insurgencia, no es para resolver problemas personales de sus integrantes, sino para re-clamar los derechos del pueblo y la nación y a los que la clase dominante ha respondido con violencia. Si la disposición de paz que hoy plantea el presidente Santos no abre las puertas en esa dirección, el horizonte es in-cierto y de muy alto riesgo.

La insurgencia colombiana sur-gió y es depositaria de anhelos populares y reivindicación social, donde se sintetice la justicia y equidad social, la democracia y la soberanía, en esa condición de dignidad nos mantenemos.

La clase dominante está ante el reto de ceder en sus incontables privilegios, su monopolio del po-der, de la fuerza, de la riqueza, dar muestras reales y afán de reconciliación que demuestren que le apunta a un camino dife-rente a la confrontación militar.

Tenemos experiencias como ELN en materia de diálogos. Desde 1990 en Cravo Norte y Tlaxcala (Méjico), en Maguncia Alema-nia, en Rio Verde (Antioquia), en el Sur de Bolívar y en las con-versaciones desarrolladas en la Habana. Hemos presentado propuestas de solución, hemos propuesto el cese bilateral de fuegos y hostilidades como ma-nera de dar un alivio al pueblo y generar confianzas, hemos plan-tado la realización de la Con-vención Nacional cuya esencia sigue teniendo plena vigencia, sabemos cómo y para dónde ir, no renunciaremos a nuestra concepción de poder popular, nos cabe el país en la cabeza, nuestra visión de gran patria la-tinoamericana está presente y en ello estamos comprometidos y sabemos abrazar un futuro de paz real para Colombia.

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En Colombia hay leyes para todo. Es un país con un soporte legal muy amplio, el cual tiene como punto de

partida la constitución, que cum-plió 20 años hace unos cuantos meses, la que de paso es con-siderada por los gobernantes, como el instrumento jurídico político de referencia, desde el cual abordar todos los proble-mas del país, sea cual fuere su naturaleza. Incluso ahora, cuan-do se ha dado inicio a las de conversaciones de paz entre el gobierno y las FARC, de nuevo aparece la carta magna como el faro que iluminaría el fin de conflicto.

Sin embargo, es necesario, que todos los colombianos podamos saber cuál es la real constitución

que rige la vida política de Co-lombia, porque ésta ha sufrido 38 o más reformas constitucio-nales, entre ellas el estable-cimiento de la extradición de ciudadanos nacionales, lo cual estaba prohibido en la original constitución del 1991; también se aprobó la reelección presi-dencial que de igual manera lle-vó a la modificación de la norma constitucional. La constitución nacional ha sido modificada con otras reformas, lo cual hace que no tengamos un balance todos los colombianos, ni sepamos con certeza cuál es el marco ju-rídico político que nos gobierna.

Según muchos analistas, los elementos más progresistas de la constitución del 91, fueron cercenados y cuando no han lo-grado asestarle nuevos golpes,

Autor: Luis Carlos Guerrero

LA VIDAFundamento de la sociedad

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manipulan y entorpecen su apli-cación.

La ley de sostenibilidad fiscal, promovida al inicio del actual mandato, tras la máscara de “asegurar una reserva para la próxima generación” descono-ce el Estado Social de Derecho porque cualquier inversión so-cial o cumplimiento de una rei-vindicación social lograda por la lucha de los colombianos, tiene que ser sometida al examen de “la disponibilidad de recursos”, lo cual siempre es escaso cuan-do se trata de cumplir los dere-chos sociales, económicos y cul-turales de la ciudadanía; pero abundante cuando se busca equiparar y agrandar las Fuer-zas Armadas o su presupuesto.

Basta consultar lo que ha pasa-do con las sentencias continuas de los órganos de control cons-titucional, como la Corte Consti-tucional, que ha proferido fallos para proteger los derechos de la población desplazada, la cual padece situaciones altamente inconstitucionales, pero siempre hay la manera de burlarlo por el mismo Estado. Una legislación favorable a los derechos de los ciudadanos no se echa a andar porque otra ley lo impide. Una legislación desconoce a otra.

Esta tarea de clarificar cual es el real marco jurídico político es

urgente para poder avanzar en un proceso de solución política al conflicto interno.

“Hecha la ley se hace la trampa”

En un país donde se dice que hay leyes para todo, cuando estas se promulgan, vienen las trampas y en ello juegan la col-gada de micos o una extensa legislación que la contradice y hace inoperante. O muchas le-yes quedan sin reglamentar y en ese vacío se actua contra la misma ley. Por eso se ha con-vertido en algo común la frase de “hecha la ley hecha la tram-pa”

Examinemos la legislación sobre los páramos y la explotación de recursos naturales minerales y no minerales, tomando como referencia al Páramo de San turban:

Es clara la existencia de una le-gislación que prohíbe la explo-tación de recursos minerales en los páramos, por las consecuen-cias graves para la vida de es-tos ecosistemas frágiles, que a su vez son depositarios y repro-ductores de vida. En el Páramo de Santurban nacen las aguas que garantizan el suministro de agua potable a más de 4 millones de habitantes de los Santanderes; ella es vital para

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la vida, lo cual, por este solo hecho, está por encima de los negocios y cualquier otra consi-deración que tenga que ver con la acumulación de capital.

La movilización masiva claman-do vida para el páramo, con el apoyo de todo un país solida-rio con esas demandas de vida, hizo retroceder la transnacional Grey Star en los propósitos de explotar a cielo abierto los ricos yacimientos y extraer 7.1 mi-llones de onzas de oro de ese territorio.

Pero llegó la maniobra, el nom-bre de la compañía fue cam-biado por el de “Eco-Oro” para quitarse de encima el desgaste sufrido, pues hablar de Grey Star era asociado con la des-trucción ambiental.

Cómo era de esperarse, la com-pañía debía salir de la región y suspender las labores de ex-ploración. Pero se presentó de nuevo la solicitud para explotar los yacimientos auríferos, me-diante la modalidad subterrá-nea y para extraer la cantidad de 2.1 millones de onzas de oro, planteando que esta mo-dalidad impactaría menos el medio ambiente, lo cual como es natural produjo de nuevo la ira de los pobladores, que se tradujo en nuevas movilizacio-nes que han dado al traste con

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https://www.ranpal.net

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esas intenciones, pues se de-mostró que esta modalidad es igual de depredadora y nociva para la región y la vida de sus habitantes.

Pero la empresa no quiere dar-se por vencida y a cada fracaso en sus tentativas de explotar los yacimientos auríferos, va colocando nuevas trabas y de-mandas que desconoce el esta-tuido en la legislación, que es LA PROHIBICION DE LAS EXPLOTA-CION DE YACIMIENTOS MINERA-LES EN LOS PARAMOS. Ahora el punto de ataque es desconocer el estudio del Instituto Alexan-der Von Humboldt quien deter-mino, en estudios realizado en 2007, los límites del páramo de Santurban.

Para la transnacional “Eco-oro” estos límites son inaceptables dada su amplitud, es decir, los límites establecidos tocan terri-torio donde ella hace labores de exploración desde hace más de diez años. Una pregunta sale a relucir; ¿si está prohibida la minería en los páramos, qué hace allí esa empresa?

La razón es que esa empresa, ha hecho una inversión que no quiere perder. El mismo presi-dente de la compañía afirmó: “para una compañía que ha invertido en Colombia más de 200 millones de dólares, la in-decisión en definir los páramos deja a los inversionistas con cuestionamientos muy profun-dos”. Para la transnacional los

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páramos no están definidos, planteamiento que respalda la directora de la Agencia Nacio-nal Minera, María Constanza García quien no vacila en cues-tionar la definición del Instituto Von Humboldt.

Ninguna fórmula satisface los apetitos voraces de la trans-nacional. El movimiento social ambiental ha planteado que en concordancia con las prohibicio-nes que la legislación impone a la explotación de recursos mine-rales en los páramos, se debe declarar Parque natural Regio-nal a todo el páramo de San-turban y de nuevo la compañía Eco-Oro plantea que lo de par-que se debe declarar sobre la base de proteger sólo a 11 mil hectáreas y no a la totalidad del área del páramo. Es decir, no toquen nuestros intereses.

No es explicable a estas altu-ras, tanta vacilación y laxitud por parte de las autoridades ambientales, para resolver este conflicto, para lo cual solo basta asumir un principio rector funda-mental: Una actividad económi-ca no pueda estar por encima de la vida y ética del bien co-mún.

Cuando un proyecto económico agrede de manera profunda el

ciclo de reproducción de la vida en la naturaleza y coloca en riesgo la sobrevivencia humana, este no puede habilitarse. A la economía, hemos dicho reitera-das veces, hay que colocarle un precepto fundamental ineludi-ble, la vida.

Antes de querer seguir en es-tas leguleyadas, que preten-den que salgan victoriosas las transnacionales, es urgente que el país comience un debate re-flexivo sobre la conveniencia de explotar determinados recursos naturales que están en áreas críticas o de ecosistemas frági-les.

La sociedad de los departa-mentos de los Santanderes es consciente, que antes que una leguleyada para explotar los yacimientos de oro de Santur-ban, se requiere legitimidad social de la cual carece esta compañía y si esta legitimidad social es burlada y sale victorio-so el capital transnacional, que-da el camino de la renovada y multiplicada resistencia popular y el derecho a la insurgencia ar-mada de un pueblo, que eleva su condición de salvaguarda del interés común y de la nación, ante la incapacidad y conducta vende patria de sus gobernan-tes.

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En Colombia así como tenemos una Catle-ya como flor nacional, también contamos con un santo oficial, que

tiene día festivo propio y por su culto, en las escuelas se adoctri-na a los niños para que tengan fe ciega en él, hasta decir “co-razón de Jesús, en vos confío”.

Para las clases dominantes de esta esquina de Suramérica existe otra devoción, ya no en un santo, sino en todo lo con-trario, en los poderosos de los Estados Unidos.

En diciembre pasado, en una visita a la Universidad Nacional en Bogotá, el estadounidense Bruce Bagley, experto en rela-ciones internacionales, habló sobre éste fervor de los manda-mases colombianos.

“Desde finales del siglo XIX, Co-lombia estableció una relación muy sólida y permanente. Su política exterior ha estado enfo-cada hacia los Estados Unidos y no hacia sus vecinos del sur. Ha depositado demasiada espe-ranza en esas relaciones bilate-rales, con expectativas más allá de lo probable y posible”.

Es necesario recordar que a me-diados del siglo XIX, ésta de-voción ya era tan grande, que nombraron al gobierno de EU como guardián de los derechos colombianos en el istmo de Pa-namá, en una equivocación que nos costó el desmembramiento de ese territorio y su conversión en nación aparte en 1903, sece-sión comandada por el venera-do guardián.

La tradición de mantener dema-siadas esperanzas en el imperio

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Autor: Pablo Beltrán

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norteamericano, la ha guardado la elite gobernante colombiana hasta nuestros días, en que se mantienen como aliados milita-res, en el llamado Plan Colom-bia.

Muchas evaluaciones se han he-cho sobre este Plan, sobre sus alcances económicos, militares y de salud pública, pero cualquie-ra que sea el énfasis que se dé a la evaluación, todo concluye en que esta alianza, favorece más los intereses de los EU, que los de Colombia. Es el costo de esta creencia de las clases dominan-tes de guiarse por su Estrella Polar, como muy devotamente la bautizó el presidente Marco Fidel Suárez (1918-1921).

Bagley afirma que los EU apor-tan 7 mil 300 millones de dóla-res al Plan Colombia, ante lo cual cabe preguntar, ¿qué ganancia económica obtienen? Porque

como pontífices del capitalismo, si invierten tal suma de dinero, las ganancias deben ser mayo-res. Y efectivamente así es.

Entre 1997 y 2011 los colombia-nos extraditados a los EU pa-saron de 1200. Las estadísticas demuestran que el 99 por ciento de ellos prefieren negociar, an-tes que someterse a un juicio, lo que implica comprar un indulto, entregando la mayor parte de sus fortunas personales al go-bierno de Washington. Si sola-mente los hermanos Rodríguez Orejuela entregaron 2 mil mi-llones de dólares, supongamos que en promedio cada uno de los extraditados entregara 20 millones, daría un ingreso neto para los EU de 24 mil millones de dólares, que significa una ganancia de más del 300 por ciento. ¡Mejor negocio no puede haber!

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Dos viajes a Washington perdió este año, el anterior ministro de Justicia, llevando una propuesta para modificar este ventajoso ne-gocio, en que el gobierno de Co-lombia se queda con los carros, casas y aviones viejos de los ex-traditados, mientras el de los EU se queda con las arcas de billetes verdes y lingotes de oro.

Visto este flanco económico de la ‘guerra contra las drogas’, se puede entender, por qué a los EU no les preocupa la baja efectivi-dad del Plan Colombia, que nun-ca logró disminuir la cantidad de cocaína que llega a Norteamérica ni hacer subir los precios, como era su objetivo.

En medio de la aguda crisis eco-nómica que atraviesa el imperio norteamericano, encuentra un pulmón en el narco dinero, así la salud pública no mejore. Se evi-dencia también que los EU privi-legian lograr el control del narco negocio y por ello nunca se pro-ponen terminarlo. Ocurre igual que en la siguiente historia de mi pueblo.

Se jubiló el médico del pueblo y lo reemplazó su hijo recién gra-duado, quien en su primer día de consulta, examinó a un paciente con fuerte dolor de ca-beza, causado

por una garrapata anidada en su oído. El enfermo sanó al extraerle el insecto y el joven médico, fe-liz, corrió a contarle a su padre, el que en vez de felicitarlo lo re-prendió, diciéndole, ¡había que dejarle la garrapata en la oreja, para que siguiera pagando la consulta semanal, como lo venía haciendo los últimos años!

En esta relación bilateral, como en todas las parejas, subordina al otro, quien confía menos, por esto en las elecciones presiden-ciales de los EU, da lo mismo que gane uno u otro candidato, pues su política ante Colombia no va a cambiar. Los que tenemos que cambiar somos nosotros el pue-blo colombiano, para fortalecer una política que asuma los intere-ses nacionales, con la que sustitu-yamos la tradicional devoción del régimen por el imperio norteame-ricano.

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La democracia yanqui deja mucho que desear. Los mecanismos elec-torales propenden por la no participación de la

mayoría del electorado y son modificables en cada Estado o a veces por condados, con el fin de restringir aún más la parti-cipación en la más reconocida democracia del mundo.

El día de votación es un día la-boral. Es decir que para poder votar millones de trabajadores deben pedir permiso y es po-testad de los patrones dárselo o no.

El día 21 de enero del 2010, la Corte Suprema de Justicia quitó de la legislación las leyes que prohibían a la industria priva-da contribuir a las campañas políticas. Ya no hay límites. Di-

La Farsa Electoral Gringa En La Recta Final

Autor: Frente Internacional Milton Hernández

y ¿el pueblo qué?

ferentes formas se han forjado para que las grandes industrias a través de sus lobby o directa-mente, financien las campañas de los dos candidatos. La sim-biosis que antes era oculta ese dia se desnudó. En estas elec-ciones de noviembre están en venta, perdón, se van a elegir, un Presidente, 33 senadores y 435 representantes a la Cáma-ra.

En la reciente Convención Re-publicana, habían palcos es-peciales, encima del sitio de la Convención, donde llegaban o estaban los grandes finan-ciadores de las campañas, los hombres y mujeres más ricos de EEUU. A través de ventanas ob-servaban el carnaval, donde se ratificó a Mitt Romney, como el rival del Emperador Obama. Ya

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no hay cuentas de la cantidad de dinero que se gasta en cada campaña, cada cuatro años. Son miles de millones de dóla-res. Oficialmente se habla de más o menos ochocientos millo-nes de dólares por campaña.

¿Quien elige al Emperador o mejor quien decide su nombre en los Estados Unidos?

Los dos partidos, eligen su candidato en las llamadas pri-marias. Sobre un abanico y en gran disputa mediática y por supuesto económica, se declara el seleccionado que viene fi-nanciado por los grandes lobby, por todos los clubes de amigos y los donantes mayores. Los grandes oligarcas dueños de las compañías transnacionales petroleras, los emporios me-diáticos, los grandes bancos y el complejo militar-industrial, imponen su candidato y luego

gobiernan cuando él sea elegi-do Presidente.

Cada mediana y gran industria financia la campaña para que después cuando salga elegido el candidato se les otorguen los contratos o se legisle a su favor. Muchos de estos donantes lo hacen a ambas candidaturas, sin rubor, como parte de la in-versión necesaria para su de-sarrollo como empresarios. Eso ya es parte de la cultura electo-ral yanqui.

Los matices que diferencian las candidaturas y sus programas alcanzan para que los ánimos de la población sean estimu-lados. La presencia en Oba-ma de cuestiones sociales, de impuestos a los más ricos, del Seguro de Salud o Medicare y de algunas libertades y contro-les, con respecto al aborto, a los homosexuales, al uso de armas,

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a los inmigrantes y al desarme estratégico, son diferencias que suscitan grandes debates y “llenan de democracia y liber-tad” la ausencia de transfor-maciones estratégicas y sobre todo de cambios en la política militarista y de Asalto al mundo que lleva adelante el gobierno yanqui.

El barniz que cubre las verdade-ras fauces de acero del estable-cimiento imperialista, todavía cubre el rostro de Obama y lo hace simpático a grandes ma-sas de estadounidenses. Con las dos Convenciones realizadas y los dos candidatos electos arrancó la segunda parte de esta farsa que culmina en No-viembre. Ya se han realizado los debates en vivo, por la televi-sión, importantísimos para una sociedad tan mediática como la estadounidense.

De nuevo el afronorteamericano Obama ahora contra un ultra-rreaccionario anglosajón llama-do Mitt Romney. Dos símbolos de los nuevos Estados Unidos. Obama, prestigioso abogado que ha sabido mantener en el mundo el dominio yanqui y so-brellevar la crisis a lo interno, contra el mormón blanco y racis-ta, acaudalado y exitoso hom-bre de negocios, que promete más de lo mismo, pero para los más ricos del país.

El poder conjugado de los em-porios mediáticos con el control policíaco y estatal; la profunda soberbia que han inoculado en el pueblo y una planificada au-sencia de cultura política; el ex-tremo individualismo y la lucha despiadada por la subsistencia en la más profunda crisis social en décadas; el engaño del dis-curso electoral y la utopía del sueño americano, todo esto se conjuga en la realidad de cada uno de los pobladores de Esta-dos Unidos que van a votar de nuevo como cada cuatro años por quien le pondrá la soga en el cuello y asolará en su nombre al resto del mundo.

El pueblo de los Estados Unidos tiene un papel esencial en la transformación del mundo en un lugar donde la justicia social y la equidad sea para todos los se-res humanos, incluido el mismo. La toma de conciencia es lenta pero continua, en medio de la gigantesca crisis social. Los mo-vimientos de los Occupy, de la contracultura, de los veteranos a las guerras imperialistas, son muestra de una simiente que está ahí y nos llena de esperan-za.

Que despierte el Leñador!!, como decía el poeta nacional estadounidense Walt Whitman.

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