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SNº 185 MAYO AÑO 2018
T E R C E R M I L E N I O
El primer domingo de octubre los
ciudadanos brasileños están convo-
cados a las urnas para elegir, entre
otros cargos públicos, al que será el
futuro presidente de la República.
16
en este número...
y además...
EDITA OBRAS MISIONALES PONTIFICIASC/ Fray Juan Gil, 5 28002 - Madrid Tfno: 91 590 27 80 Fax: 91 563 98 33 E-Mail: [email protected]://www.omp.eshttp://www.domund.org
Nº 185. MAYO, 2018
AGUSTINOS RECOLETOSPaseo de La Habana, 167. 28036 Madrid.Tel. 91 345 34 60
COMPAÑÍA DE JESÚSAvda. de la Moncloa, 6. 28003 Madrid. Tel. 91 534 48 10
COMPAÑÍA MISIONERA DEL SAGRADO CORAZÓNEstocolmo, 9. 28022 Madrid. Tel. 91 313 56 40
FRANCISCANAS MISIONERAS DE MARÍACardenal Marcelo Spínola, 38. 28016 Madrid.Tel. 91 302 61 99
MISIONERAS DE NUESTRA SEÑORA DE ÁFRICA
(HERMANAS BLANCAS)Asensio Cabanillas, 39. 28003 Madrid. Tel. 91 553 82 60
MISIONEROS CLARETIANOSClara del Rey, 6. 28002 Madrid. Tels. 91 415 23 61 y 91 415 21 99
INSTITUTO ESPAÑOL DE MISIONES EXTRANJERASFerrer del Río, 17. 28028 Madrid. Tel. 91 726 84 27
MERCEDARIAS MISIONERAS DE BÉRRIZFereluz, 2. 1ª A 28039 Madrid. Tel. 91 571 63 03
MISIONERAS CRUZADAS DE LA IGLESIAMadre Nazaria, 7. 28044 Madrid. Tel. 91 462 88 40 y 91 462 46 11
MISIONERAS DE CRISTO JESÚSPeñuelas, 18. 5º A. 28005 Madrid. Tel. 91 517 41 78
MISIONERAS DOMINICAS DEL ROSARIOGeneral Kirkpatrick, 44. 28027 Madrid. Tel. 91 367 36 71
MISIONEROS ESPIRITANOSSanta Engracia, 149. 1º B. 28003 Madrid. Tel. 91 554 21 57 Olivos, 12. 28003 Madrid. Tel. 91 553 36 16
MISIONEROS DE MARIANNHILL Arturo Soria, 249. 28033 Madrid. Tel. 91 359 07 40
MISIONEROS DEL VERBO DIVINO Corazón de María, 19. 5º B. 28002 Madrid. Tel. 91 415 43 55
MISIONEROS OBLATOS DE MARÍA INMACULADA Diego de León, 36. 28006 Madrid. Tel. 91 411 12 12 Pozuelo de Alarcón, Madrid. Tel. 91 352 34 16
PADRES BLANCOSLiebre, 25. 28043 Madrid. Tel. 91 574 04 00
SOCIEDAD DE MISIONES AFRICANAS Asura, 34. 28043 Madrid. Tel. 91 300 00 41
coeditores
T E R C E R M I L E N I O
IGLESIA A FONDO
PRIMER PLANO
Se conmemora en 2018 los 400 años
de la muerte del jesuita madrileño Diego
de Pantoja, uno de los pioneros de la
misión, que, con el italiano Mateo Ricci al
frente, predicaron la fe cristiana en China.
INFORME
Tras el Concilio Vaticano II, la incorpora-
ción del laicado a la misión ad gentes se
fue haciendo cada vez más fuerte. Hoy,
sacerdotes, religiosos y laicos caminan
de la mano en las Iglesias jóvenes.
7 TRIBUNA De la misión, a la Iglesia local
12 EL OBSERVADORARGELIA - ARABIA SAUDÍARMENIA - INDIA
20 ASÍ VA EL MUNDOCHINA - NIGERIACOREA - CUBA
34 ENTREVISTAJorge Mario Crisafulli, misionero en Sierra Leona
40 ANIMACIÓN MISIONERA
43 AYUDAMOS A...OMP de España ayuda a los niños sirios
46 CULTURAOriente como musa
54 MISIÓN VIVAAnthony Mulderink, misioneroen Papúa-Nueva Guinea
56 MISIÓN VIVAHnas. de la C. Misionera de la Comunidad de Taza (Marruecos)
24
30
Siempre que se le ofrece
la oportunidad, el papa
Francisco destaca la
importancia fundamen-
tal de la misión para la Iglesia,
presentando la labor misionera
ad gentes, el compromiso y la en-
trega de los misioneros en situa-
ciones de frontera como paradig-
ma de lo que ha de ser toda acti-
vidad pastoral. Esta vez ha sido
en la celebración del 50 aniversa-
rio del Camino Neocatecumenal,
en la que cual ha proclamado con
contundencia que la misión es
hoy la prioridad de la Iglesia; y
no “una” prioridad cualquiera, si-
no “la” prioridad concreta y des-
tacada en la que la comunidad de
fieles se tiene que volcar.
El motivo que lleva a Francis-
co a mostrarse tan tajante radica
en la propia definición de “mi-
sión”, que, como ha precisado,
“es dar voz al amor fiel de Dios,
es anunciar que el Señor nos ama
y nunca se cansará de mí, de ti,
de nosotros y de este mundo
nuestro […]. Misión es donar lo
que hemos recibido. Misión es
cumplir el mandato de Jesús que
hemos escuchado”. Estamos ha-
blando, en definitiva, de la esen-
cia del Evangelio, de algo impres-
cindible para que en la Tierra
crezca el Reino de Dios.
Es una empresa en la que an-
dan comprometidos hasta los tué-
tanos, en una entrega total, nues-
tros misioneros y misioneras; una
obra crucial, a la que el Papa nos
invita a sumarnos. El Santo Padre
señaló que “la misión requiere
partir”, superarando la tentación
de “no correr riesgos”, de quedar-
nos en casa, rodeados de aquellos
que nos quieren, con el fin de te-
ner la situación bajo control y de
vivir acomodados.
Y para poder marchar ágilmen-
te, hay que ir ligero de equipaje.
“No se pueden llevar –advierte
Francisco– todos los adornos de
casa”. “Para anunciar –subraya–
hay que renunciar”; hay que estar
dispuesto, como Jesús, a caminar
en la pobreza, a ser voz del que
no la tiene, a devolver la dignidad
a quien se ha visto denigrado y
pisoteado; hay que estar “disponi-
ble para Dios y para los herma-
nos”. Es el sueño de Jorge Mario
Bergoglio: “Solo una Iglesia que
renuncia al mundo anuncia bien
al Señor. Solo una Iglesia liberada
del poder y del dinero, libre de
triunfalismos y clericalismos, tes-
timonia de manera creíble que
Cristo libera el hombre”.
El Santo Padre puntualiza que
no hay que marchar solos, que
hay que evitar convertirse en
francotiradores, porque “ir”, que
es el verbo de la misión, se con-
juga en plural: “«Id» juntos”. Es
más, “no es plenamente misione-
ro quien va solo, sino quien cami-
na conjuntamente”. “Como en la
vida –añade– nadie tiene el paso
exactamente igual que otro, así
también en la fe y en la misión:
se avanza juntos, sin aislarse y
sin imponer el propio sentido de
marcha, se avanza unidos, como
Iglesia, con los pastores, con to-
dos los hermanos, sin fugas hacia
adelante y sin quejarse de quien
tiene el paso más lento”.
Finalmente, el Papa aclara
que “misión” no es conquistar,
ocupar, imponer..., sino “haced
discípulos”, compartir con los
otros el don recibido. Para Fran-
cisco, la fuerza del anuncio no
radica en “los argumentos que
convencen”, sino en “la vida que
atrae”; no en “la capacidad de
imponerse”, sino en “el valor de
servir”. Algo que enlaza absolu-
tamente con esa “llamada a la
santidad en el mundo actual”
que nos hace el Papa en Gaudete
et exsultate; santidad que “es el
rostro más bello de la Iglesia” y
que se manifiesta, no menos be-
llamente, en la misión.
E D I T O R I A L
EDITA Obras Misionales Pontificias DIRECTOR NACIONAL OMP Anastasio GilDIRECTOR Alfonso Blas DISEÑO Antonio Aunés COLABORADORES RosaLanoix, Rafael Santos, Francisco José Pérez Valero, Dora Rivas, José Beltrán,José Carlos Rodríguez, José Ignacio Rivarés, Israel Íñiguez, Modeste Munimi,
José Ramón Carvallada, María Jesús Sahagún, Carmina Sofía Fernández, Juana Gómez, Juan Lázaro Sánchez, VicenteMarqués Ruiz ARCHIVO FOTOGRÁFICO Antonio Aunés, Rafael SantosFOTOGRAFÍAS Efe, 123RF SUSCRIPCIONES Roberto Murga DEPÓSITO LEGAL M-48558-1999 ISSN 1695-1034 IMPRESIÓN Gráficas Dehon. PP. Reparadores. C/ La Morera, 23-25. Torrejón de Ardoz, Madrid. Tfno: 91 675 15 36
T E R C E R M I L E N I O
Para el papa Francisco, la misión es “la”prioridad de la Iglesia: la prioridad concreta en
la que la comunidad de fieles se tiene que volcar.
La misión, prioridad de la Iglesia
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ash
es
Aurelio Gazzera
La Iglesia en Centroáfrica es hoy el único refugio seguro, y todos saben que la Iglesia está abierta a todos. Sentir que hay necesidadde dar refugio es lo que me hace quedarme.
Misionero carmelita (República Centroafricana)
Los efectos nocivos del cambio climático se sienten por doquier y de formaobvia. No son una vaga teoría o un mero titular de prensa. La penuria de
agua nos está afectando cada vez en mayor grado. La estamos experimen-tando como una cruel y apabullante realidad.
Mons. Fernando Chica ArellanoObservador Permanente de la Santa Sede ante la FAO
Papa FranciscoLa misión confiada por Jesús a los Apóstoles ha continuado a través de lossiglos, y continúa hoy: requiere la colaboración de todos nosotros. Cadauno, de hecho, por el bautismo que ha recibido, está capacitado para pro-clamar el Evangelio. Es precisamente el bautismo el que nos habilita y nosempuja también a ser misioneros, a anunciar el Evangelio... Como al inicioCristo Resucitado envió a sus apóstoles con la fuerza del Espíritu Santo,también hoy nos envía a todos nosotros, con la misma fuerza, para ponersignos concretos y visibles de esperanza.
Delegación de Misiones de ÁvilaImpulsados por el mismo espírituque santa Teresa, los misionerosde Ávila han querido salir a di-fundir la alegría del Evangelio,con una muy "determinada deter-minación". Ellos, de alguna ma-nera, son también andariegos
por los cinco continentes.João Dimba
Me ha inspirado la hospitalidad de la Virgen:no solo acoger al otro, sino acoger los mo-mentos difíciles y la alegrías, porque Diosestá siempre presente. Me inspira su fe enDios, para el que nada es imposible, que tie-ne muchas formas de actuar en nuestra vida.
Misionero espiritano mozambiqueño
NÚM. 185, MAYO DE 2018 misioneros 7
Por D. Anastasio Gil. Director Nacional de OMP
T R I B U N A
DE LA MISIÓN, A LA IGLESIA LOCAL
La Iglesia es sujeto porta-
dor de la misión, porque
prolonga la misma misión
de Cristo y cumple su
mandato como sacramento univer-
sal de salvación. Así se lo recorda-
ba el papa Francisco al prefecto
de la Congregación para la Evan-
gelización de los Pueblos, cardenal
Fernando Filoni, en carta personal
con ocasión del Domund 2017:
“Esto responde a la perenne invi-
tación de Jesús: «Id al mundo en-
tero y proclamad el Evangelio a
toda criatura» (Mc 16,15). Cumplir
con este mandato del Señor no es
algo secundario para la Iglesia; es
una «tarea ineludible», como recor-
dó el Concilio Vaticano II (AG 7),
ya que la Iglesia es «misionera por
su propia naturaleza» (AG 2)”.
Esta identidad –ser y misión–
asegura la necesidad de cooperar
en la expansión y dilatación del
Cuerpo de Cristo, para llevarlo
cuanto antes a la plenitud (cf. AG
35-36). Deber que afecta a cada
uno de los fieles que integran la
Iglesia. Cooperación que será más
tarde articulada y teológicamente
fundamentada por la Teología de
la Misión: “Corresponde al Roma-
no Pontífice y al Colegio de los
Obispos la dirección suprema y la
coordinación de las iniciativas y
actividades que se refieren a la
obra misional y a la cooperación
misionera. Cada obispo, en cuanto
que es responsable de la Iglesia
universal y de todas las Iglesias,
muestre una solicitud peculiar por
la tarea misional, sobre todo susci-
tando, fomentando y sosteniendo
iniciativas misionales en su propia
Iglesia particular” (CIC c. 782).
Este es uno de principales
avances que ofrece la carta apos-
tólica Maximum illud en su refe-
rencia a la constitución de las
Iglesias locales. No es un simple
cambio estratégico que se ha pro-
ducido en el siglo XX e ilumina la
reflexión misionológica del siglo
XXI, sino que se puede afirmar,
con todo lo que ello significa, que
las llamadas “misiones” han pasa-
do a ser Iglesias locales. Cambio
que tendrá sus resonancias en las
enseñanzas del Magisterio Pontifi-
cio de la última centuria.
De todas formas, la falta de
conciencia de este hecho, que ape-
nas es captado por el pueblo de
Dios, sigue lastrando la animación
misionera, reduciéndola a lo pura-
mente asistencial o unidireccional.
Tal vez por eso Francisco conside-
ra que la publicación del docu-
mento de Benedicto XV fue deter-
minante para mostrar que la Igle-
sia es católica, teniendo en cuenta
las categorías teológicas propias
de aquella época. Es la razón por
la que el Papa anuncia a los direc-
tores nacionales de las OMP: “De-
seo que la celebración de los 100
años de la Maximum illud, en el
mes de octubre de 2019, sea un
tiempo propicio para que la ora-
ción, el testimonio de tantos san-
tos y mártires de la misión, la re-
flexión bíblica y teológica, la cate-
quesis y la caridad misionera con-
tribuyan a evangelizar sobre todo
a la Iglesia, para que, reencontra-
da la frescura y el ardor del pri-
mer amor por el Señor crucificado
y resucitado, pueda evangelizar al
mundo con credibilidad y eficacia
evangélica” (Roma, 3-6-2017).
De ahí la necesidad de dar cen-
tralidad diocesana a la celebración
de este centenario. De él dice el
actual arzobispo presidente de las
OMP, Mons. Giovanni Pietro Dal
Toso, que “estamos en la fase pre-
paratoria, y por ello es importante
que no se perciba como una «ini-
ciativa centralista», sino que todas
las Iglesias locales se vean involu-
cradas: la misión es crucial para
toda la Iglesia, no se trata de un
tema para unos pocos especialis-
tas. El mes misionero extraordina-
rio implica la participación de to-
dos los fieles” (15-12-2017).
A la luz de Maximum illud, se puedeafirmar que las llamadas “misiones”
han pasado a ser Iglesias locales.
Un buen día del pasado
mes de abril, los vecinos
de Valdemoro se mira-
ban unos a otros sor-
prendidos. “¿Qué harán aquí esos
chinos?”, murmuraban. “¿Por qué
ese interés por la parroquia?”. La
parroquia en cuestión, la iglesia
barroca de Nuestra Señora de la
Asunción, alberga lienzos de Ra-
món y de Francisco Bayeu, de
Claudio Coello, e incluso una Apa-
rición de la Virgen a san Julián, de
Goya...; pero, por desgracia, no
forma parte del circuito de las ru-
tas turísticas. ¡Bien lo saben ellos!
¿Entonces? ¿Qué hacían allí, emo-
cionados, esos orientales? ¿Qué se
les había perdido en Valdemoro?
Los extranjeros en cuestión
no eran turistas, como podía ima-
ginarse, ni el interés por el templo
estaba en las pinturas. Se trataba
de profesores y especialistas en la
vida del jesuita Diego de Pantoja,
y habían acudido a Valdemoro por
ser esta su ciudad natal. Iban tras
sus huellas, en pos de los lugares
que vieron nacer y crecer a su in-
vestigado. Y allí, en la iglesia de la
Asunción, el grupo (cinco hombres
y tres mujeres) pudo emocionarse
al contemplar la partida de bau-
tismo y la pila en la que el misio-
nero recibió el primero de los sa-
cramentos.
Los profesores estaban en Ma-
drid para participar en la inaugu-
ración del Año Diego de Pantoja;
una iniciativa del Instituto Cervan-
tes, en colaboración con la Com-
pañía de Jesús, la Secretaría de Es-
tado para la Cooperación Interna-
cional, la Casa Asia, el Instituto
Confucio y varias instituciones y
universidades más, que quiere
conmemorar el 400 aniversario de
DIEGO DE PANTOJA
16 misioneros NÚM. 185, MAYO DE 2018
IGLES IA A FONDO
UN ESPAÑOL EN LA CIUDAD PROHIBIDA
A China y España les une este añoun acontecimiento de orden mi-
sionero: la conmemoración de los400 años de la muerte del jesuitamadrileño Diego de Pantoja, uno
de los pioneros que, con el italianoMateo Ricci al frente, predicaron lafe cristiana en el gigante asiático. El
Año Diego de Pantoja, lanzado enabril, pone en valor su figura.
Mateo Ricci y Diego de Pantoja, pioneros de la misión en China.
NÚM. 185, MAYO DE 2018 misioneros 17
la muerte de este jesuita genial y
cuasi desconocido a un tiempo. El
acto de presentación en la capital
de España tuvo lugar el 11 de
abril. Y el día 13, la Casa Asia aco-
gió una mesa redonda en Barcelo-
na. Pero, ¿quién fue exactamente
este Diego de Pantoja? ¿Y por qué
se le recuerda en España y en Chi-
na después de tanto tiempo?
Colaborador de Mateo Ricci
Pantoja fue un misionero ex-
cepcional, y el primer español en
obtener licencia del emperador,
allá en los albores del siglo XVII,
para instalarse en la corte impe-
rial. Se trata, como ya se ha dicho,
de un pionero de la evangelización
de aquel país, compañero de fati-
gas durante los últimos años del
gran Mateo Ricci. Misionero, je-
suita, matemático, cartógrafo y
hombre de gran saber, Ricci es
considerado hoy un adelantado a
su tiempo por su forma de evan-
gelizar, que buscaba acercar la fe y
la liturgia a las costumbres y tra-
diciones locales. Lo que hoy llama-
mos “inculturación”.
La biografía de Pantoja es un
buen ejemplo de eso de que “Dios
escribe derecho con renglones tor-
cidos”. Nacido en 1571 en una fa-
milia de linaje hidalgo, el joven
Diego estudió en el noviciado de la
Compañía en Toledo, y con poco
más de 20 años, y en contra del de-
seo de su familia, partió hacia Lis-
boa, rumbo a las misiones. Sus su-
periores le enviaban a Japón, a pre-
dicar allí a Jesús, el Cristo, el pro-
feta de Nazaret. Con la ilusión, de-
terminación, arrojo e inexperiencia
propios de la edad, zarpó de la ca-
pital lusa el 10 de abril de 1596.
Seis meses más tarde, su carabela
echaba el ancla en Goa, la gran co-
lonia portuguesa de la India, pri-
mera escala obligada en toda tra-
vesía a Oriente. Y de allí, unos me-
ses después, a Macao, en el sur de
China, donde debía esperar la nao
que lo llevaría al por entonces lla-
mado Cipango.
Ocurrió, sin embargo, que,
mientras esperaba el nuevo trans-
porte, otro jesuita, el padre Lázaro
Cattaneo, llegó de China con una
encomienda urgente. Hacía falta
un nuevo misionero que ayudase a
Ricci, que se había quedado solo en
Nanking. Y el superior de la con-
gregación en Macao, responsable
de la actividad misionera en todo
el Oriente, decidió mandar junto a
él al joven Pantoja. ¡Había dejado
su país un año antes, con destino
a Japón, e iba a acabar con sus
huesos en China! No eran esos sus
planes, pero había que obedecer, y
si Dios lo disponía así...
Dar a conocer el mensaje cris-
tiano de la salvación en el nuevo
destino misionero tampoco iba a
ser tarea fácil. Para empezar, Pan-
toja entró en China sin permisos,
clandestinamente, haciéndose pa-
sar por un comerciante portugués.
Su primera tarea consistió en
aprender la lengua local junto a
Ricci, que llevaba años en el país
(desde 1583 exactamente, primero
en Nanchang, luego en Nanking) y
que ya tenía merecida fama de
hombre sabio, gracias a sus cono-
cimientos en matemáticas y carto-
grafía. Finalmente, ambos logra-
ron el ansiado objetivo de llegar a
Pekín, donde se hallaba la corte. Y
lo hicieron gracias a los regalos
que enviaron por adelantado al
emperador: dos relojes, tres cua-
dros de Jesús y la Virgen, algunos
libros (un mapamundi, una Biblia,
un grabado de El Escorial) y un
clavicordio. Los relojes y el instru-
mento musical, en concreto, debie-
ron de causar impresión. Al fin y al
cabo, se trataba de adelantos tec-
nológicos impresionantes para la
época, y China siempre se había
tenido por una cultura superior
respecto de las demás.
Wan Li, que así se llamaba el
soberano de la dinastía Ming que
se sentaba en el trono en ese mo-
mento, aceptó los presentes y dio
su permiso para que los extran-
jeros se instalaran en Pekín. De-
Grupo de especialistas en Diego de Pantoja,de visita en la localidad de Valdemoro.
bió de apreciar pronto la valía
de los recién llegados, pues or-
denó que su mantenimiento co-
rriera a cargo del erario público.
Allí, en la corte, en la Ciudad Pro-
hibida, Pantoja enseñó a los fun-
cionarios a tocar ese extraño ins-
trumento europeo –a él le había
enseñado, a su vez, previamente el
P. Cattaneo– y se empleó a fondo
en su aprendizaje del mandarín.
Junto a Ricci, habló a los chi-
nos sobre las lejanas tierras de las
que venían (el emperador les pidió
que pintaran doce mapamundis),
de sus costumbres y, sobre todo, de
su religión: el cristianismo. Y en es-
tos menesteres, ora asombrándose
por costumbres locales –como el
uso de lo que hoy conocemos como
tarjetas de visita–, ora maravillan-
do a sus anfitriones con las suyas,
pasó 16 años. Ricci, no tantos,
pues falleció el 11 de mayo de
1610, a la edad de 58 años. Panto-
ja y sus compañeros consiguieron
que el emperador diera su permi-
so para enterrarle en suelo chino,
algo hasta entonces vetado a los
extranjeros. Wan Li les otorgó una
pagoda y una parcela situada a las
afueras de la ciudad, de modo que
allí fue finalmente sepultado Ricci
más de un año después, en octu-
bre de 1611. Entre quienes bajaron
el ataúd, junto a algunos de los
primeros cristianos chinos, estaba
Pantoja. Tenía entonces 39 años. Y
acababa de convertirse en el pri-
mer extranjero al que un empera-
dor concedía un privilegio de ese
calibre. Tan extraordinario que, en
la práctica, suponía el visto bueno
a la nueva religión.
Chino con los chinosComo ya se ha apuntado, y en
lo que atañe a la misión, Mateo
Ricci y Diego Pantoja son admira-
dos hoy por haber tratado de
evangelizar acercando la fe a las
tradiciones y culturas locales. Y
esto, que hoy puede resultar nor-
mal –lejos de aquella época en la
que dioses y creencias eran im-
puestos con los argumentos que
da la fuerza de las armas–, resul-
taba entonces maravillosamente
excepcional. Ambos misioneros se
hicieron chinos con los chinos:
vestían a lo chino, se dejaron bar-
ba como los chinos, y adoptaron
nombres chinos. Li-Ma-tou se ha-
cía llamar el primero, y como P’an
Ti-ou, “extranjero procedente de
un reino muy remoto”, se presen-
18 misioneros NÚM. 185, MAYO DE 2018
A Ricci y a Pantoja se les reconoceel mérito de haber evangelizado
acercando la fe a la cultura local.
I G L E S I A A F O N D O
taba el segundo ante el empera-
dor en una de sus cartas. Ambos
trataron de que la fe cristiana
echara raíces en ese mundo nue-
vo (ni siquiera tenían claro que se
tratase del Catay del que había
hablado Marco Polo), y considera-
ron que la mejor manera para ello
era conocer a ese pueblo y su for-
ma de pensar. Intentaron llevar la
fe cristiana a las élites, estimando
que la conversión del emperador
y su corte conllevaría la del pue-
blo. Y ello suponía ir paso a paso;
y contemporizar; y ser conscien-
tes de que los frutos tardarían en
llegar... Y lo sabían y asumían.
Y, sin embargo, fracasaron. El
sucesor de Ricci, el también italia-
no Nicolás Longobardi, no pensa-
ba igual sobre esa política de adap-
tación, y censuró, por idólatras,
los ritos confucianos a los que se
había aproximado Ricci para tratar
de hacer entender a los chinos el
mensaje cristiano. Ese cambio de
actitud suscitó recelos entre la cla-
se dirigente, creció el malestar y,
finalmente, las tensiones deriva-
ron en una campaña de graves
acusaciones. Como consecuencia
de todo ello, a comienzos de 1617,
siete años después de la muerte de
ese “sabio europeo” llamado Ricci,
y pese a los esfuerzos de Pantoja,
el emperador firmaba el edicto
que prohibía la fe cristiana y de-
cretaba la expulsión de los jesui-
tas. A Diego de Pantoja, como a
sus compañeros, no le quedó otra
que volver a Macao. Allí permane-
cería lo que le restaba de vida. Po-
co tiempo, pues en julio de 1618
cayó enfermo y murió. Contaba so-
lamente 48 años, 21 de los cuales
los había pasado en China.
JOSÉ IGNACIO RIVARÉS
Actos conmemorativos del 400 aniversariode la muerte de Diego de Pantoja.
iego de Pantoja no soloes recordado por su face-ta evangelizadora. La his-
toria lo recuerda sobre todopor haber acercado dos cultu-ras, dos mundos, hasta enton-ces desconocidos: China y elOccidente cristiano. Así, porejemplo, Pantoja escribió en1602 una carta al provincial je-
suita de Toledo, Luis de Guz-mán, que era todo un tratadosobre la geografía, historia,cultura y sistema de gobiernochinos. Tan excepcional eraque fue traducida al francés, alalemán, al latín y al inglés.Desde Pekín, y en paralelo, tra-bajaba para la corte en cues-tiones de cartografía, astrono-mía, etc. En cierto modo, Pan-toja, Ricci y el resto de jesuitaseran las "ventanas" a través delas cuales el emperador podíaasomarse a aquel lejano Occi-dente del que habían llegado.Además de trabajar en unanueva metodología de aprendi-zaje de esa compleja lengua,Pantoja escribió hasta nueve li-bros en chino, uno de los cua-les, Las siete victorias qikeda-quan (contra los siete pecadoscapitales), pasaría en 1778 aformar parte de la colecciónde libros excelentes del empe-rador manchú Chien Lung.
A caballoentre dosmundos
D
NÚM. 185, MAYO DE 2018 misioneros 19
El primer domingo de octubre
está previsto que se celebren
en Brasil las elecciones genera-
les en que deben ser elegidos
el futuro presidente de la Repú-
blica, los gobernadores de los
27 estados en que está dividido
el país, los senadores y diputa-
dos federales, y los diputados
de cada uno de los estados. To-
do un entramado en el que el
pueblo brasileño, ante los con-
tinuos escándalos de corrup-
ción, cada vez confía menos.
24 misioneros NÚM. 185, MAYO DE 2018
P R I M E R P L A N O
Un panoramaincierto y polémico
ELECCIONESBRASIL 2018
Algunos analistas llegan a
poner en duda la celebra-
ción de las elecciones, da-
da la situación política
por la que atraviesa el gigante
sudamericano. De hecho, muchas
voces no dudan en afirmar que es-
tos comicios son un fraude. El mo-
tivo de tal aserción está en la en-
carcelación del ex presidente Lula
da Silva, ocurrida el pasado 7 de
abril, a quienes muchos conside-
ran un “preso político”, víctima
del poder económico, con la cola-
boración del sistema judicial.
Lula da Silva, el mitoLa figura de Lula se ha conver-
tido en un mito para muchos bra-
sileños; sobre todo, para los secto-
res más humildes y necesitados.
Hablamos del emigrante nacido en
el pobre nordeste brasileño, aban-
donado por su padre siendo toda-
vía un niño, que se ve obligado a
emigrar a la periferia de São Pau-
lo, donde, en medio del hambre, la
necesidad y la falta de estudios, va
saliendo adelante y convirtiéndose
en uno de los referentes del movi-
miento sindical, en plena dictadu-
ra militar.
De ahí surgirá el Partido de los
Trabajadores, que tras muchos
años, en el inicio de 2003, asumirá
el gobierno de un país tradicional-
mente dominado por las oligarquías
nacionales. Poco a poco, Lula se va
convirtiendo en una referencia a ni-
vel mundial, forjando alianzas al-
ternativas al poder de los Estados
Unidos, tanto a nivel sudamericano,
como global, con la “creación” de
los BRICS (Brasil, Rusia, India, China
y Sudáfrica), las cinco economías
nacionales emergentes más impor-
tantes del mundo. Hoy no son po-
cos los que piensan que la prisión
de Lula se ejecutó en Brasil, pero se
determinó en Washington.
Lula da Silva es un gran estra-
tega, un hombre de alianzas, lo
que le permitió permanecer en el
poder, especialmente en su segun-
do mandato, y elegir a su suceso-
ra, Dilma Rousseff, pagando como
precio el descrédito entre muchos
de los que históricamente le apo-
yaron. Pero, sobre todo, es alguien
que sabe encandilar a las masas
con sus gestos y palabras. Ya es
histórica la foto de una gran mul-
titud que, defendiendo a su líder,
se agolpaba a las puertas del Sin-
dicato de los Metalúrgicos de São
Bernardo do Campo, en la periferia
de São Paulo, donde esperaba para
ser prendido, bajo la cual aparecía
la frase “Este país tiene millones y
millones de Lulas”.
Lo mismo podemos decir de su
discurso, en el que afirmaba: “Yo
ya no soy un ser humano. Yo soy
una idea”; algo que coincide con
otra frase pronunciada pocas se-
manas antes de la prisión: “Ellos
están lidiando con un ser hu-
mano diferente, porque yo no
NÚM. 185, MAYO DE 2018 misioneros 25
soy yo, yo soy la encarnación de
un pedacito de célula de cada
uno de vosotros”.
Un futuro políticoimprevisible
En un país dominado por la
corrupción en todos los niveles,
no solo en el ámbito político, re-
sulta imprevisible aventurarse
respecto a quién comandará los
destinos del país el próximo uno
de enero. El propio presidente Mi-
chel Temer, que se mantiene en
el poder con menos de un 5% de
aprobación popular, así como sus
colaboradores más próximos, es
víctima de continuos escándalos
de corrupción, “ignorados” tanto
en el Congreso como en el Sena-
do, a cambio de ingentes cantida-
des de dinero público; todo ello,
con el silencio del poder judicial.
A esto se une la tentativa de una
serie de reformas, especialmente
la laboral y del sistema de pen-
siones, que claramente perjudi-
can al estrato más pobre de la so-
ciedad, y cuya aprobación ha sido
comprada por el Gobierno.
Lula, que hasta su prisión ha
comandado las encuestas sobre in-
tención de voto con amplia venta-
ja, es más o menos consciente de
que su futuro político, al menos a
corto plazo, no está demasiado
claro. De hecho, él ya ha manifes-
tado su apoyo, más o menos ex-
plícito, a la figura de Guilherme
Boulos, líder del Movimiento Sin
Techo y precandidato del Partido
Socialismo y Libertad (PSOL), que,
con la caída del Partido de los Tra-
bajadores de Lula da Silva, se vis-
lumbra como una fuerza emergen-
te dentro de la izquierda brasileña.
Tampoco podemos ignorar que
Brasil es un país con un gran nú-
mero de partidos, lo que hace que
las alianzas se conviertan en algo
imprescindible en cualquier refe-
réndum. Hay que sumar el hecho
de que la elección es directa, lo
que da la posibilidad de que cada
votante pueda elegir candidatos
de diferentes partidos para cada
uno de los cargos. Por tanto, el fu-
turo político es una quiniela que
admite todo tipo de apuestas.
Una sociedad dividida La polarización social en Brasil
es cada vez más evidente, afloran-
do episodios de odio que hacen vi-
sible una violencia que se cobra
demasiadas víctimas. El estallido
de alegría que se produjo en los
barrios nobles de algunas ciuda-
des –inclusive soltando fuegos ar-
tificiales–, y que se hizo visible so-
bre todo a través de las redes so-
ciales, en el momento en que se
consumó la prisión de Lula da Sil-
va, es un claro ejemplo de la rea-
lidad existente. Junto con eso, son
cada vez son más frecuentes las
peticiones a una vuelta de la dic-
tadura militar, un régimen que, en
26 misioneros NÚM. 185, MAYO DE 2018
la medida en que no garantiza las
libertades individuales de todos
los ciudadanos, está lejos de los
principios del Evangelio.
Respecto a la situación econó-
mica, estudios recientes demues-
tran que, en Brasil, las seis perso-
nas/familias/empresas más ricas
concentran la misma renta que
cien millones de brasileños; una
prueba más de la profunda de-
sigualdad social y económica que
tradicionalmente ha marcado al
país. Claro ejemplo de “una eco-
nomía que mata”, como siempre
nos recuerda el papa Francisco.
Uno de los legados de Lula fue
una mejor distribución de la ri-
queza, a pesar de que nunca tocó
la renta de los más ricos. Eso se
tradujo en un aumento real del sa-
lario mínimo, en una significativa
reducción de la miseria, mayor ac-
ceso a la universidad de la pobla-
ción más pobre, mejoras en el sis-
tema de salud... Faltaron conquis-
tas, pero se dieron pasos.
Al mismo tiempo, los datos afir-
man que Lula fue alguien que actuó
claramente en contra de la defensa
de la naturaleza y de los pueblos
originarios. En la Amazonia el
avance del llamado agronegocio
fue significativo, aumentando la
deforestación y permitiendo la in-
vasión de los territorios indígenas,
cuya homologación fue práctica-
mente paralizada. A esto se unió la
construcción de grandes centrales
hidroeléctricas, cuyo impacto am-
biental y social fue desastroso.
La voz de la IglesiaEn su última Asamblea, celebra-
da del 11 al 20 de abril, la Confe-
rencia Nacional de los Obispos de
Brasil emitía una nota en referencia
a las elecciones de octubre, con el
título Elecciones 2018: compromiso y
esperanza. Actuaban movidos por el
hecho de sentirse “preocupados
con la defensa integral de la vida y
de la dignidad de la persona hu-
mana, especialmente de los pobres
y excluidos”.
Los obispos reconocen que “Bra-
sil vive un momento complejo, ali-
mentado por una aguda crisis que
afecta fuertemente a sus estructu-
ras democráticas y compromete la
construcción del bien común”. Y
afirman que, “al abdicar de la ética
y de la búsqueda del bien común,
muchos agentes públicos y priva-
dos se convirtieron en protagonis-
tas de un escenario desolador, en el
cual la corrupción gana relevancia”,
lo que está provocando en la po-
blación “un peligroso descrédito de
la política”, al que se une el des-
prestigio de un sistema judicial cla-
ramente discriminatorio.
Brasil es un país donde, como
consecuencia de los recortes cada
vez mayores de políticas públicas
consistentes, se ha producido un
“aumento del desempleo y de la
violencia que, en el campo y en la
ciudad, causa víctimas entre milla-
res de personas, sobre todo, muje-
res, pobres, jóvenes, negros e indí-
genas”, señala la nota episcopal. A
ello hay que añadir, en opinión de
los prelados, “la pérdida de dere-
chos y de conquistas sociales, resul-
tado de una economía que somete
la política a los intereses del mer-
cado, [que] ha aumentado el núme-
ro de los pobres y de los que viven
en situación de vulnerabilidad”.
Los obispos esperan que las
elecciones de 2018 puedan hacer
que se “reafirme la normalidad de-
mocrática”, se “supere la crisis ins-
titucional vigente” y se “garantice
la independencia y la autonomía
de los tres poderes constituidos”,
insistiendo en la importancia del
voto, de “la transparencia del pro-
ceso electoral” y de estar atentos
a aquello que van a hacer quienes
sean elegidos. Por eso, la nota, con
palabras claras y contundentes, no
duda en afirmar que “no merecen
ser elegidos o reelegidos candida-
tos que se rinden a una economía
que coloca el lucro por encima de
todo y no asumen el bien común
como su meta, ni los que propo-
nen y defienden reformas que
atentan contra la vida de los po-
bres y su dignidad”.
LUIS MIGUEL MODINO
NÚM. 185, MAYO DE 2018 misioneros 27
La incorporación del laicado a la misión ad gentes es una realidad. Aligual que sucede en el resto de la Iglesia, el papel de los seglares se estáintensificando a la luz del Concilio Vaticano II. El desarrollo de los minis-terios laicales y de las unidades pastorales está propiciando que sacerdo-tes, religiosos y laicos caminen de la mano en las Iglesias jóvenes, enrique-ciendo el anuncio del Evangelio desde su vocación familiar y comunitaria.
I N F O R M E
os laicos no son católi-
cos de segunda clase”.
Con esta contundencia
se expresa Francisco en
torno a Apostolicam actuositatem,
uno de los decretos de mayor re-
levancia del Concilio Vaticano II.
Para el Papa, los seglares no son
ejecutores de las órdenes del clero,
sino “discípulos de Cristo” llama-
dos a “animar todo ambiente, ac-
tividad y relación humana según
el espíritu del Evangelio”. Este
apostolado alcanza per se a la mi-
sión ad gentes, donde su incorpo-
ración se ha disparado en los últi-
mos años, impulsada a través de
diversos institutos, asociaciones y
movimientos, que están modifi-
cando el rostro de la Iglesia misio-
nera, tradicionalmente ligada al
perfil de sacerdotes y religiosos.
“Una separación canonista en-
tre clero y laicos –todavía terri-
blemente determinante del carác-
ter ‘pastoralista’ de nuestras co-
munidades cristianas, en estado
de extinción numérica o de insig-
nificancia cultural, incluso cuan-
do son numerosas– es errónea
respecto a la constitución sacra-
mental de la Iglesia y al sacerdo-
cio bautismal de los fieles, cuya
raíz es el bautismo y cuya pleni-
tud es la eucaristía”, apunta Fa-brizio Meroni. Quien es secreta-
rio general de la Pontificia Unión
Misional reclama “con urgencia”
que “nos tomemos en serio el
mundo y su centralidad, que desa-
fía a la misión, gracias a la ordi-
naria presencia del mundo en me-
dio de nosotros, es decir, los fie-
les laicos bautizados”.
Desde esta perspectiva, se han
multiplicado los foros de reflexión
teológica y pastoral sobre los retos
y dificultades a los que se enfren-
tan aquellos laicos que deciden de-
jar su tierra por un tiempo para
acompañar a comunidades locales
jóvenes, lo cual pasa por una ma-
yor corresponsabilidad y comple-
mentariedad, huyendo del mero
funcionalismo, un desarrollo de los
ministerios laicales, un refuerzo de
las unidades pastorales...
Euskadi por EcuadorEsta proactividad del laicado
se traduce en entidades como la
Coordinadora de Asociaciones de
L
28 misioneros NÚM. 185, MAYO DE 2018
Laicos Misioneros de España, naci-
da en 1984 para promover el tra-
bajo en red de las distintas entida-
des eclesiales misioneras que im-
pulsan el compromiso del laicado.
Fruto de su labor es su actual cam-
paña de difusión, puesta en marcha
bajo el lema “Cambia de rollo, da
un paso más”, que busca ser res-
paldo para estas vocaciones solida-
rias tanto en la motivación inicial,
como en la preparación, en el des-
tino y en la acogida al finalizar su
compromiso. Unos desafíos que
han vivido en primera persona du-
rante tres años Estíbaliz Vea-Mur-guía y su marido Mikel Bermejo,
“
cuando decidieron cambiar Euska-
di por Ecuador.
Su vocación misionera se forjó
en su parroquia y se fortaleció en
un grupo diocesano de Vitoria,
desde el que se plantearon la po-
sibilidad de dar el salto. Y fue a la
ciudad de Quevedo, en la región
ecuatoriana de Los Ríos. Es allí
donde estaba Víctor Garaygordó-bil Berrizbeitia, obispo español
que falleció hace unas semanas
con 102 años. ¿El destino del ma-
trimonio alavés? Una parroquia
que abarca un total de tres barrios
y una población de entre 5.000 y
6.000 habitantes.
“Se trata de una región con
mucha migración procedente del
campo. La prueba de ello es que
muchos de nuestros vecinos no te-
nían la propiedad del terreno don-
de se levantaban sus casas, sino
que eran zonas de invasión”, ex-
plica Estíbaliz sobre el área en la
que trabajaron mano a mano con
el párroco. “Estuvimos muy cen-
trados en promover las comunida-
des de base y, desde ahí, yo me
centré principalmente en cuestio-
nes relacionadas con temas de mu-
jer”, explica esta vitoriana. Amén
de los cursos y talleres profesiona-
les de panadería o costura, “nues-
tro verdadero reto a la hora de
buscar que se empoderaran –seña-
la– se centraba en abrir espacios
de reflexión sobre su presente y su
futuro. Eso nos llevó a crear gru-
pos femeninos en los que ellas pu-
dieran expresarse con libertad, pa-
ra que fueran conscientes de que
no estaban solas y que entre ellas
podían apoyarse para salir adelan-
te frente a las dificultades; por
ejemplo, poner freno a la silencio-
sa lacra de los malos tratos”.
Es en este campo donde Estíba-
liz vislumbra una de las aportacio-
nes más significativas de los lai-
cos a la misión ad gentes: “Para
NÚM. 185, MAYO DE 2018 misioneros 29
nosotros, como familia, nos resul-
taba más sencillo ponernos en la
piel de la gente ante determinadas
cuestiones cotidianas, sobre cómo
acompañar a los hijos, saber qué
significa llegar a fin de mes...”, co-
menta, para concretar todavía
más: “Así, alcancé una confianza
muy especial con las mujeres ecua-
torianas, que compartían conmigo
asuntos de su convivencia y su vi-
da marital que tenían reciprocidad
en mí por mi mirada femenina y
con los que quizá ni mi marido ni
un sacerdote podrían conectar”.
A este respecto, esta laica vas-
ca está convencida de que los cris-
tianos europeos deben mirar más
a las Iglesias jóvenes para empa-
parse “de su forma de trabajar en
familia. Sacerdotes, religiosos y lai-
cos sienten que forman equipo; ca-
da uno desde la riqueza de su vo-
cación, tienen integrado que no
van solos, que no pueden evange-
lizar de forma aislada. En este sen-
tido, creo que allá se ha hecho un
proceso de aprendizaje en la con-
vivencia, en compartir misión”.
Esa “sinodalidad aterrizada” pasa
por ser uno de los muchos tesoros
que se trajo este matrimonio de
vuelta a casa: “Hemos aprendido a
vivir con menos, a valorar lo ver-
daderamente necesario. En rela-
ción con nuestra experiencia de fe,
me quedo con la aplicación a la vi-
da que hacen de la Palabra de
Dios, desde una profunda refle-
xión. Los pobres nos han enseñado
a hacer una lectura aplicada de la
Biblia para concretarla y traducirla
en los problemas de cada día”.
Tanto fue lo recibido que la de-
cisión de volver no fue sencilla. Sin
embargo, como ella misma recono-
ce, uno de los principales motivos
de no haber prolongado más su es-
tancia en el país latinoamericano
fue la incertidumbre económica a
la que se enfrenta una familia que
decide dejarlo todo por la misión.
“El problema es el regreso. Las re-
ligiosas y sacerdotes tienen un
apoyo de las comunidades de ori-
gen, por lo que, al volver, cuentan
con un respaldo para reincorporar-
se a otras tareas, a otra comuni-
dad. Sin embargo, para el laico, a
nivel profesional y personal, es du-
ro, porque no se han establecido
mecanismos que permitan tener
30 misioneros NÚM. 185, MAYO DE 2018
INFORME LAICOS MISIONEROS
las espaldas algo más cubiertas
después de una larga estancia”, ex-
plica preocupada. A ella se le abrie-
ron las puertas en la Delegación
de Misiones de Vitoria, donde tra-
baja actualmente.
Al ritmo del pueblo“Con 18 años, tras unos ejerci-
cios espirituales, sentí que estaba
llamada a seguir a Jesús desde el
mundo”, recuerda Petri Alonso. No
fueron pocas las voces que la invi-
taron a ser religiosa, pero a ella no
le atraía. La Providencia la llevó a
toparse con la Obra Misionera
Ekumene, movimiento de seglares
centrado en la misión ad gentes
que nació, a mediados del siglo pa-
sado, de la mano del sacerdote
Domingo Solá: “Yo no tengo votos,
mi compromiso es el bautismo. El
seguimiento a Jesús es igual en el
religioso que el laico, todos esta-
mos vocacionados. Quizá esto lo
decimos con naturalidad, pero nos
falta integrarlo más”.
Petri tiene 65 años y no duda
de que vive y entiende su vocación
como laica misionera. Sobre todo,
cuando abraza los 14 años que ha
pasado en República Democrática
del Congo, en las periferias de Lu-
bumbashi, la segunda ciudad más
importante del país. “Aunque aho-
ra esté en España, cada noche me
uno a ellos rezando el padrenues-
tro en suajili. Nuestro barrio se lla-
ma Kenia y se vive en condiciones
infrahumanas, sin luz ni agua po-
table, con las calles sin asfaltar y
en un ambiente conflictivo. Pero, a
pesar de las carencias, la alegría
está presente en las familias”, ex-
plica esta extremeña desde la ex-
periencia de vivir en comunidad
con otras tres laicas.
“Mi labor se centraba en la
promoción femenina, acompañan-
do a mujeres abandonadas y solas,
a las que incentivábamos para que
pudieran acceder al mercado labo-
ral. Se trata de un proceso muy
largo, que arrancó con un periodo
de sensibilización, continuó con
talleres de formación en el ámbito
textil y se tradujo, posteriormente,
en un proyecto de Manos Unidas
para abrir una tienda en el centro
de la ciudad en la que vender lo
que producíamos”, relata. Con la
fraternidad como sostén de esta
iniciativa, Petri subraya cómo las
llamadas “reuniones de empresa
semanales” se convertían en un
verdadero impulso para las muje-
res, pues, lejos de tener connota-
ciones financieras, se centraban
en ver su vida como un proceso de
emprendimiento personal; desde
ahí los encuentros eran tiempo de
formación bíblica, oración y pues-
ta en común de la propia vida.
Desde este contacto diario,
Petri destaca cómo “el laico apor-
NÚM. 185, MAYO DE 2018 misioneros 31
ta a la misión la unidad en la di-
versidad, apertura y cercanía a la
realidad de quienes acompañamos.
Puede tener más libertad de movi-
miento y, por tanto, de acción,
puesto que nuestro horario y estilo
de vida es más flexible que el de los
consagrados, en tanto que nos per-
mite adaptarnos al ritmo del pue-
blo, a necesidades que de otro mo-
do podrían pasar desapercibidas.
Aunque nunca llegas a ser uno de
ellos, sí perciben que compartes
más inquietudes y vivencias”.
Con este punto de partida, con-
sidera que “todavía hay un camino
abierto por recorrer en el papel ac-
tivo de los laicos en la Iglesia”, a
la vez que siente “las trabas y ad-
herencias que nos impiden dar es-
te paso. Por ejemplo, yo echo en
falta una apuesta más decidida
por el laicado, que pasa por des-
pertar esa inquietud en los pro-
pios seglares. Desde hace cinco
años para acá, noto una mayor
apertura en ese sentido, gracias al
papa Francisco”. A este propósito,
Petri invita a responder con since-
ridad a la pregunta “quién es Igle-
sia”. “Si la primera reacción que
nos surge es reducirlo a curas y
monjas, es señal de que nos queda
mucho que hacer”.
Entrelazados“En la misión hemos constatado
cómo la vida del laico y los consa-
grados está totalmente entrelaza-
da, donde la vocación de cada uno
no marca diferencias, sino que en-
riquece. Y todo se hace sin necesi-
dad de grandes planes ni estrate-
gias de colaboración, sino desde la
naturalidad y sencillez de respon-
der a las necesidades del momento
con un espíritu comunitario”, sen-
tencia la madrileña Marisa Lópezsobre su estancia de tres años en
Bolivia, acompañada de su marido,
Miguel Ángel Pereda. Ambos la-
mentan cómo en nuestro país “el
laico todavía permanece en un se-
gundo plano y seguimos mirando a
la Iglesia desde compartimentos es-
tancos. Nos falta apertura y difu-
minar límites y barreras entre no-
sotros, sin que eso suponga perder
la identidad de nuestra vocación”.
Juntos aterrizaron en el país
andino de la mano de una de las
entidades de referencia en lo que a
laicado misionero se refiere en
nuestro país: OCASHA-Cristianos
con el Sur. Fue tras una experien-
cia de dos meses con las Hijas de
32 misioneros NÚM. 185, MAYO DE 2018
INFORME LAICOS MISIONEROS
Petri Alonso
la Caridad en República Dominica-
na cuando iniciaron un período de
reflexión y formación que los llevó
durante tres años a Potosí. “Nues-
tra tarea se centraba en cerrar el
ciclo de un proyecto que se había
puesto en marcha nueve años an-
tes: coordinar unos internados
campesinos quechuas llamados Ya-
chay-Wasi (‘Casa del saber’)”. A
ellos les correspondía la fase final:
establecer los mecanismos para
que fueran los propios indígenas
los que gestionaran el centro y sus
recursos, en la línea de la pro-
puesta del empoderamiento evan-
gélico que siempre ha defendido
OCASHA, basado en que sean los
pueblos nativos los protagonistas
de su desarrollo. Y así lo hicieron,
a través de un ingeniero agróno-
mo, una trabajadora social y una
maestra locales, a los que formaron
e impulsaron durante su estancia.
“Nosotros siempre buscamos
que nuestros vecinos nos sintieran
como parte de la comunidad. Creo
que fue determinante para ello el
hecho de que yo me quedara em-
barazada allí y vieran cómo mi hi-
jo mayor se criaba como uno más
y en la misma situación; esto es,
en una casa igual que la suya, con
las mismas limitaciones de agua y
luz”, apunta María, que ve en este
reflejo de familia el mayor signo
de identificación, al igual que les
sucediera a los misioneros vascos
Estíbaliz y Mikel. “A cualquier lai-
co le resulta más sencillo entender
la vida de otro laico, igual que la
de un sacerdote a otro sacerdote.
Por eso, el hecho de que estuvié-
ramos en familia suponía un pun-
to de partida esencial para esta-
blecer espacios de unión con
ellos”, comenta este matrimonio
madrileño, que hoy tiene dos hijos
más: una segunda biológica y un
tercero adoptado, procedente de
Cochabamba.
JOSÉ BELTRÁN
NÚM. 185, MAYO DE 2018 misioneros 33
os nuevos movimientos ydiversas realidades laica-les nacidas a lo largo del
siglo XX han propiciado una ma-yor presencia de los seglares enlos territorios de misión. Así hasucedido y sucede con el Cami-no Neocatecumenal, que celebraahora su medio siglo de historiade la mano del español Kiko Ar-güello. Prueba de esto es que,durante el encuentro conmemo-rativo celebrado el sábado 5 demayo en Tor Vergata, el áreauniversitaria situada en la perife-ria de Roma, el Papa presidió unencuentro con más de 150.000personas, donde estuvieron re-presentadas las 135 naciones enlas que está implantado el Cami-no. De hecho, Francisco realizóoficialmente el envío de 34 nue-vas missio ad gentes.
Estos laicos siguen el pasode familias como la de AgustínPiquer y Eva Sales, que hacedos décadas dejaron Castellónpara poner rumbo, primero aPerú, después a Rusia y, final-mente, durante una década, ala villa miseria de Agua Azul,en la periferia de Buenos Aires,para responsabilizarse de laanimación pastoral de la parro-quia de Nuestra Señora de laEsperanza, mano a mano conel párroco y otra familia. En es-tado permanente de misiónhan crecido sus nueve hijos,dos de los cuales han sentidola llamada al sacerdocio.
"Nos sentimos enviados a sa-lir en búsqueda de los pobres",asegura este matrimonio, con-vencido de que la mejor mane-ra de evangelizar pasa por "viviren medio de esa realidad comofamilia cristiana, siendo unomás con ellos y dando esperan-za de que se puede vivir con Je-sucristo una vida nueva".
LEvangelizando en familia
co
nectad@
s¡VIVA LA MÚSICA!
ADIÓS A LAS ARMAS
Por la red social del pajaritosabemos que cuatro jesuitas delas provincias de México, Chile,Antillas y España están reali-zando una campaña de recau-dación de fondos para viajar aCuba a grabar nuevas cancio-nes y conectarse con la reali-dad juvenil de la isla. Lo suyo escomponer y cantar para acompañar lavida pastoral de la gente, su público. Jesuitas Chile @jesuitaschile
El Facebook de OMP España nos permite viajar a territorio demisión. Por ejemplo, a Mozambique, desde donde Pilar Boves
comparte un vídeo con una elocuente introducción: "No solo enAustralia se canta el “Asturias, patria querida”: en África también.El niño mayor que canta conmigo es Themba. Vino a nuestrohogar muy malito de malaria. Hoy es un niño sano y feliz por elcuidado de las misioneras". OMP España @OMPEspana
"No es dar, sino darse. No es hablar, si-no hablarse. No es hacer, sino hacerse".Lo dice Leo Ramos, misionero del IEMEen Zimbabue, y lo recoge el Twitter deSelvas Amazónicas. Como una cartaque llega desde un lejano rincón delmundo, acercándolo. Aquí mismo nos in-vitan a dar un paseo por las misiones. Selvas Amazónicas @SelvasDominicos
Esta vez no es la novela del escritorErnest Hemingway, sino un tuit delmismísimo Papa. Dice exactamente:
"¿Queremos verdaderamentela paz? Entonces prohiba-
mos las armas para notener que vivir con elmiedo a la guerra".No se podía haberdicho mejor ni en
mejor púlpito. Papa Francisco Twitter
@Pontifex_es
DESDE LA MISIÓN, CON AMOR
ASTURIAS EN ÁFRICA
Este periódico digital, que también usa Instagram, informa de las au-diencias del Pontífice los miércoles en la plaza de San Pedro. Un rincónitaliano que se vuelve torre de Babel: allí concurren peregrinos y visitan-tes de todo el mundo, incluidos los de otras religiones. Y Francisco,con ellos. Vatican News Instagram @vaticannews
UNA BABEL EN SAN PEDRO
Lo cuenta, con gran certeza,
un viejo proverbio africano.
Cuando dos poderosos ele-
fantes se pelean a la brava, quien
más sufre siempre es la misma: la
inocente hierba que ambos tie-
nen debajo y que pisan con sus
potentes patas hasta dejarla he-
cha puré. Aunque africana, la
afirmación vale igualmente para
Asia: eso es lo que está ocurrien-
do actualmente en la milenaria
Siria de nuestros días.
Hace ya siete años que estalló
la guerra. En marzo de 2011, un
grupo de jóvenes, contagiados por
la primavera árabe –la Revolución
de los Jazmines que floreció, pri-
mero, en Túnez; luego, en Libia;
más tarde, en Egipto–, a golpe de
pintadas, llamó a los ciudadanos a
echarse a la calle para reclamar
una verdadera democratización del
país. Tal llamamiento tuvo un res-
paldo mayoritario de la población.
Pero... como quien oye llover.
Y comenzó la “guerra civil”.
Una guerra que parece intermi-
nable. Y no tan “civil” como se la
llamó en sus comienzos. Más pa-
rece una “guerra mundial” a pe-
queña escala. Así las cosas, nadie
–¡ni la ONU!– ha movido un de-
do por la paz. Y la guerra en
cuestión ya supera las 500.000
víctimas mortales. Como siempre,
la mayoría, inocentes. Y más de
un millón y medio de heridos. Y
cinco millones, el total de refugia-
dos que, muy a su pesar, han te-
nido que dejar el país: la mayor
parte –2,7 millones– acogidos por
Turquía, su vecina. La “civilizada
Europa” solo ha dado cobijo al
3,5% de los 160.000 que se com-
prometió a amparar. Y los ocho
millones de desplazados internos,
que se han visto forzados a aban-
AY U D A M O S A . . .
NÚM. 185, MAYO DE 2018 misioneros 43
OMP de España ayuda a los niños sirios
donar sus hogares para ponerse
a salvo en otras regiones menos
castigadas por la guerra. Ade-
más, el 75% de sus infraestructu-
ras públicas –carreteras, puentes,
edificios...– están destruidas.
El propio papa Francisco ha
tenido que asomarse a su venta-
na del Vaticano para reiterar que
está “profundamente turbado por
la actual situación mundial. Por-
que, a pesar de los instrumentos
a disposición de la comunidad in-
ternacional, no se consigue acor-
dar una acción común en favor
de la paz en Siria y en otras par-
tes del mundo”. Y concluyó el
Pontífice: “Mientras rezo incesan-
temente por la paz e invito a to-
das las personas de buena volun-
tad a hacer lo mismo, llamo de
nuevo a todos los responsables
políticos, para que prevalezcan
la justicia y la paz”.
En medio de esa tragedia
sin fin, la vida sigue. Y eso es
posible gracias, muchas veces, a
la solidaridad, que, todavía, no
ha muerto en Siria, donde vivían
–ahora sufren y malmueren–
19 millones de seres humanos. El
11,2% de esa población son cris-
tianos, porque, en Siria, aunque
el presidente tiene que ser mu-
sulmán –la Constitución manda–,
la coexistencia pacífica entre cris-
tianos y musulmanes estaba muy
arraigada y era una tradición
que, ahora, también se está rom-
piendo. El presidente del país,
Bashar el-Asad, como se sabe, es
musulmán alauita, rama hetero-
doxa del islam chií. La inmensa
mayoría de los musulmanes si-
rios son sunitas: el 70% de la po-
blación. Los alauitas tienen un
porcentaje semejante a los cris-
tianos: el 11,2%.
Nuestra aportación llegaA pesar de todos los pesares,
la generosidad de los católicos es-
pañoles también llega hasta la
atribulada Siria. En 2017, las
Obras Misionales Pontificias deci-
dieron que su rama de España
destinara un total de 14.509,91 �
para la educación y formación de
los niños sirios.
Tres diócesis han sido las be-
neficiarias de esa ayuda. Las tres,
repartidas por la franja más nor-
teña del país: Alepo, la ciudad
más poblada, mayor que Damas-
co; Kamichlie, fronteriza con Tur-
quía; y Lattakia, que se asoma al
Mediterráneo. En la primera, los
1.700 � que ha recibido la escuela
Al-Zanabek han servido para es-
colarizar a 100 niños católicos.
Otros 1.200 �, destinados al cen-
tro Zvarnotz, también en Alepo,
han permitido comprar el mobi-
liario pertinente y otros materia-
les didácticos para hacer posible,
pese a la guerra, la educación de
150 niños sirios.
El centro Santa Bárbara, que
cuenta con 80 alumnos pequeños,
también ha recibido 1.110 � para
la compra de enseres educativos
con vistas a la formación humana
y cristiana de los pequeños.
Igualmente, la diócesis de Ka-
michlie de los Armenios ha podi-
do organizar colonias de vacacio-
nes para cuatro grupos de niños
–300, en total–, que han sido
acompañados por un sacerdote y
un equipo de monitores volunta-
rios, gracias a los 2.900 � envia-
dos por las OMP.
Otros tantos muchachos sirios
–260 católicos maronitas, exacta-
mente–, de la diócesis de Lata-
quia, también han podido dar la
espalda a la guerra y participar
en campamentos de verano y
convivencias de formación cris-
tiana con celebraciones litúrgicas
y actividades apostólicas. Para
hacer realidad ese objetivo, han
contado con los 2.560 � entrega-
dos por la solidaridad misionera
de los cristianos españoles.
Profunda gratitudEn total, sumadas todas las
ayudas asignadas a Siria, resulta
un monto de 14.509,91 � . Cifra
que, a tenor del tamaño y la can-
tidad de problemas que sufre la
población siria, se queda peque-
ña. Con todo, el arzobispo de
Alepo y administrador apostólico
de Kamechlié, monseñor Boutros
Marayati, en carta enviada a
Anastasio Gil, director nacional
de OMP España, expresaba tex-
tualmente: “Mi más profunda
gratitud en nombre de todos los
niños que se han beneficiado de
esos proyectos”.
Con esas ayudas –explica tam-
bién– han podido montar cuatro
escuelas de catequesis (una de
ellas tuvo que ser cerrada por los
daños que sufrió a causa de los
bombardeos), donde tratan de
“formar a los niños para que ten-
gan un espíritu misionero y soli-
dario con los niños del mundo
44 misioneros NÚM. 185, MAYO DE 2018
A Y U D A M O S A . . .
entero. Les ayudamos a conocer a
Jesús, a amarle y a imitarle. Les
invitamos a que, algún día, lle-
guen a ser pequeños testigos de
Jesús y de su Evangelio en el lu-
gar que habitan, donde la inmen-
sa mayoría de muchachos son de
religión musulmana”. “Todos esos
centros de catequesis, que son
gratuitos –dice, en fin, monseñor
Marayati–, nos exigen muy abul-
tados gastos para mantenerlos y
promoverlos. Gracias a vuestros
subsidios, podemos cubrir una
parte de nuestro presupuesto”.
Primeros cristianosLa tierra que conquistó Alejan-
dro Magno es la misma que, des-
pués, recorrieron los primeros
cristianos: allí cayó de su caballo
el bueno de Pablo cuando iba ca-
mino de Damasco. También allí,
según la tradición, en la mezqui-
ta de los Omeyas, está la cabeza
cortada de Juan el Bautista. Pre-
cisamente por eso, en 2001, el
santo papa polaco Juan Pablo II
se detuvo a orar en silencio ante
sus restos. Y en Bab Tuma, anti-
guo barrio romano-bizantino de
Damasco, dicen que vivió el após-
tol Tomás. Ese mismo barrio tam-
bién fue la cuna donde nacieron
los papas Juan V y Gregorio III...
En nuestros días, hoy, ahora,
ese país, que atesora tantas co-
munidades religiosas, tantos es-
cenarios históricos y tesoros ar-
tísticos, está siendo aplastado. Y
el resto del mundo, impávido,
siete años después, sigue sin in-
mutarse. La situación ha llegado
a tales extremos que hasta las
monjas trapenses de Siria han ro-
to su silencio y su plegaria. Han
salido a la palestra para decir:
“¿Cuándo callarán las armas?
¿Cuándo se callará tanto perio-
dismo partidista? Nosotras, que
vivimos en Siria, estamos real-
mente cansadas, asqueadas de
esta indignación general que se
NÚM. 185, MAYO DE 2018 misioneros 45
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alza, batuta en mano, para con-
denar a quien defiende su propia
vida y su tierra”.
Y también: “Hemos ido mu-
chas veces a Damasco... Hemos
escuchado los relatos de los ni-
ños, su miedo a salir de casa y el
miedo a ir a la escuela, el terror
de tener que seguir viendo saltar
por los aires a sus compañeros
de clase, o de saltar ellos mismos
por los aires... Niños que, de no-
che, no logran dormir: temen
que un misil caiga sobre su teja-
do. Miedo, lágrimas, sangre,
muerte… ¿Acaso estos niños no
son, también ellos, dignos de
nuestra atención?”.
TOMÁS TAMARREDO