revolución interrumpida, adolfo gilly

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Revolución Interrumpida, Adolfo Gilly

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    Tres concepciones de la Revolucin Mexicana

    1. El desarrollo capita1islf

    n. 1910 .....

    lIl. El zapatismo .

    IV. La Divisin del Norte

    V. La Convencin

    VI. Mxico, diciembre de 1914.

    VII. De Celaya R Quertaro

    VIIl. La Comuna de Morelo~

    IX. 1920 ...

    x, El cardenismo

    . . . . . .. . . . .

    175

    2S!;

    SOl!

    34'7

  • III

    EL ZAPATISMO

    El zapatismo fue la expresin ms concentrada de la irrup-cin nacional de las masas campesinas. Desde la cada de Daz,los repartos armados de haciendas se produjeron en todo el pas.En muchos lugares las partidas de campesinos se negaron a de- volver las armas. En otros, al entregarlas y ser licenciados se-gn los tratados de Ciudad Jurez, luego no eran recibidos enlas haciendas como peones y se los persegua. Se alzaban en-tonces nuevamente, o se preparaban a alzarse.

    El centro nacional de la resistencia a la transaccin burgue-sa de Ciudad Jurez, fue el estado de Morelos. All se combina-ba la existencia de una buena cantidad de pueblos libres queno haban sido absorbidos por las haciendas y que defendan sustierras o buscaban recuperarlas, con la presencia de un prole-tariado agrcola numeroso y concentrado en los ingenios azu-careros. En esa base entremezclada de campesinos y obrerosagrcolas -muchas veces cada uno era una y otra cosa a lavez-, en una poblacin densa, cercana a la capital, y en viejastradiciones de lucha y organizacin campesina que venan des-de la poca de las guerras de la Independencia y de a Refor-ma y que el porfiriato nunca pudo suprimir, surgi el zapat.is-mo. Esas masas crearon a Emiliano Zapata, le trasmitieron suintransigencia revolucionaria y encontraron en su direccin elpunto de apoyo para resistir tenazmente durante diez aos to-dos los embates militares y todas las celadas jurdicas de lasdirecciones burguesas y pequeo burguesas, y para' influir de-cisivamente desde all en todo el curso de la revolucin.

    Pero el estado de Morelos, cuna y base del Ejrcito Liber-tador del Sur dirigido por Zapata, no fue un caso aislado. Sinla sublevacin campesina nacional, dispersa pero irresistible, no

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  • habra habido revolucin del sur ni Zapata. El sur fue el nudode una situacin nacional y como tal cumpli una funcin in-sustituble. Las masas de Morelos crearon el zapatismo y todasse lanzaron a la guerra revolucionaria, se hicieron todas gue-rrill~ros zapatistas, inventaron mil formas de combate paraderrotar a los ejrcitos federales -porfiristas, maderistas, huer -tistas y despus carrancistas-, tuvieron en jaque constante ala capital burguesa, Mxico, la ocuparon por dos veces y man-tuvieron en todas las alternativas de la revolucin el centro po-ltico de masas que nunca interrumpi la lucha ni se rindi.

    En el estado de Morelos, las haciendas azucareras eran la

    fuerza econmica dominante desde el siglo XVI, y la regin eratradicionalmente la primera productora de azcar en la rep-blica. A fines del siglo XIX, las haciendas haban devoradogran parte de las tierras de los pueblos, y stos se alzaban mu-

    , chas veces como islas prisioneras en un mar de sembrados decaa de las haciendas, caas que crecan en las tierras que enun tiempo haban sido propiedad comunal. Al acercarse 1910,este proceso de despojo de tierras continuaba, a pesar de la de-fensa tenaz de los pueblos, muchos de cuyos dirigentes localespagaban esa tenacidad con la prisin, la deportacin al territo-rio de Quintana Roo o a Yucatn, y aun la muerte. Esa fuela suerte corrida en 1904 por los dirigentes de Yautepec, cuan-do intentaron oponerse legalmente al robo de 1200 hectreasde tierras de pastos comunales realizado el ao anterior por lahacienda de Atlihuayan mediante el habitual expediente de ten-der una cerca en torno y sembrarlas con caa.

    En la primera dcada del siglo, los dueos de los ingeniosde Morelos realizaron importantes inversiones en maquinariasy mejoras, Y la industria de la regin -24 ingenios que produ-can ms de la tercera parte de la produccin nacional y quehacan de Morelos la tercera regin azucarera del mundo, des-pus de Hawai y Puerto Rico-- era la ms moderna de Mxico.Tambin en las casas de las haciendas se reflejaba esta prospe-ridad de los terratenientes: magnficos muebles importados,lujosa decoracin de mansin de capital europea, jardines devarias hectreas, establos con caballos de polo y de carrera,perros de raza.

    A principios de 1909 hubo eleccin de gobernador en el es-tado. Como eco de la divisin que ya exista nacionalmente enlas clases dominantes, se present un candidato burgus de

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    oposicion, que tuvo el apoyo de dirigentes campesinos localesque despus se hadan zapatistas, y posiblemente del mismoZapata. Hubo mtines disueltos por la polica, presos, prfugos,y triunf con el fraude habitual el candidato de Porfirio Daz,un rico hacendado de la zona, Pablo Escandn.

    Unos meses despus, en un pequeo pueblo del estado, Arre-necuilco, que por entonces apenas llegaba a los 400 habitantes,se celebr otra eleccin, esta sin fraude, con la participacin delos vecinos en asamblea, sin informar a las autoridades del es-tado para que no la interfirieran, con la clandestinidad de ma-sas de los campesinos cuando se preparan a organizar sus lu~chas. En esta eleccin inadvertida entonces, pero infinitamentems importante en la historia que aquella en que el escurenombre del terrateniente Escandn result designado goberrra-dor de todo el estado, fue elegido presidente del consejo eomu-nal de Anenecui1co un hombre de 30 aos de edad, EmilianoZapata. Era el 12 de setiembre de 1909, y todos los campesinosdel lugar estuvieron de acuerdo en que se haba hecho una bue-na eleccin para los tiempos de pelea que se sentan flotar enel aire."

    Zapata era descendiente de una antigua familia campesinade la zona de Anenecuilco y Villa de Ayala -la poblacin ve-cina, con unos 1700 habitantes por ese entonces- cuyos ante-pasados haban combatido en las guerras de la Independenciay de la Reforma. Tena algo de tierra y de ganado, heredados desus padres, y no era un campesino pobre segn los criterios lo-cales, pero tampoco entraba en la categora de campesino rico.se haba ocupado tambin, por la insuficiencia de las tierras ylas cosechas, de la venta de ganado, y era considerado un cono-cedor de caballos y un excelente domador por los hacendadoslocales, que se disputaban su trabajo. Su hermano mayor, Eu-femio, haba emigrado a Veracruz donde desempe varios ofi-cios, entre ellos el de comerciante.

    Emiliano Zapata haba nacido el 8 de agosto de 1879 en.A(\enecuilco, y al llegar a sus 30 aos, tanto por los antece-dentes familiares como por su propia actividad, tenia un firmeprestigio local y la confianza de los campesinos. Junto con losotros cuatro miembros del consejo comunal, elegidos en la mis-ma asamblea, se convirti en depositario de los ttulos de pro-

    Jess Sotelo Incln, en su libro Rat.z 11razn de Zapata, refiereestos hechos, pero particularmente los desarrolla John Womack en elprlogo a su libro Zapata 11la revolucin mexicana, titulado "Un pue-blo elige un dirigente".

    ~1

  • piedad de las tierras comunales' que venan desde la pocacolonial y aun antes --el pueblo tena siete slglos y algunos desus papeles estaban en idioma nahuatl, que por entonces menosde un lQo/c de la poblacin del estado hablaba-, y que eranel testimonio escrito de la existencia de Anenecuilco como co-munidad.

    Estos viejos ttulos comunales, en Morelos como en todo elpas, desempearon un papel transitorio de importancia en loscomienzos de la revolucin. Toda revolucin busca establecerdesde unprinclpio, en su programa, en su teora, en su ideolo-ga, o en la defensa de derechos arrebatados, su propia legiti-midad y su propia legalidad. La revoluci6n campesina de M-xico se nc empricamente, sin programa ni teora previos.El primer objetivo campesino, al generalizarse la lucha en todoel pas, era la recuperacin de las tierras de los ejidos. Es de-cir, la lucha se presentaba como una continuacin natural de laque venian llevando desde mucho tiempo atrs amparados enla legalidad de sus titulos.

    El impulso interior que se expres en la revolucin era mu-cho ms poderoso, era una verdadera insurreccin de las masasco~t.ra todas las formas de opresin, represin, despojo y explo-tacin exacerbadas por el desarrollo capitalista bajo la dictadu-r~ de Daz. Pero al no tener centro programtico propio, nece-sitaba en sus comienzos una demanda legtima elemental yaaceptada por todos desde tiempo atrs, que unificara a todos''''una reivindicacin accesible a todos, que no pareciera exagera~da, ms an, que se justifica:ra no como una subversin de)orden establecdo sino como un restablecimi~nto de los dere-chos y de la legalidad violados y subvertidos por los terrate-nientes con el apoyo del gobierno. El centro de esa reivindica-cin, lo que legitimaba la insurreccin y el recurso a las armaseran los viejos titulos comunales. Cumplieron entonces una fun:cin de centro transitorio legal y de lazo en la conciencia delos campesinos entre su lucha secular a la defensiva de sus tie-rras y el estallido ofensivo y generalizado que fue la revolucin.

    Apoyado en esos ttulos, pero aprovechando sobre todo laaitu~ci.6n favorable que se vea madurar en el pais, el cor.sejopres1d1dopor Zapata continu la pelea legal por las tierras. Elnuevo gobierno del terrateniente Escandn, sin conciencia de latormenta que se iba acumulando, multiplicaba los ataques a lospueblos y a sus tierras, tanto en las leyes claramenie favorablesa los hacendados que dictaba como en los atropellos d hechoque amparaba. En abril de 1910. los dirigentes de Anenecuilco-Zapata estaba ausente en esos meses- enviaron al goberna-

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    dor una carta en cuyo tono de splica aqul no poda sospecbarel menor indicio de que esos seran l?s mis.mos hombres queantes de un ao, armas en mano, lo hartan huir vergo~zosamen-te del estado e iniciaran una de las mayore~ revoluciones de lahistoria. Deca el escrito: " ... estando prximo el temporal deaguas pluviales. nosotros los labradores pob~es debemos c~~en-zar a preparar los terrenos para nuestras ~lembras de malz,. enesta virtud. . . ocurrimos al Superior Gobierno del Estado, ,lm-plorando su proteccin a fin de que, si a bien lo tiene, se slr~aconcedernos su apoyo para sembrar los,exp~esados terren~s Sintemor de ser despojados por los propletanos de la Haciendadel Hospital. Nosotros estamos dispuestos a reconocer al q~eresulte dueo de dichos terrenos, sea el pueblo de San MI-guel Anenecuilco o sea otra persona, pero deseamos s~mbrarlos dichos terrenos para no perjudicarnos, porque la siembraes la que nos da la vida, de ella sacamos nuestro sustento y elde nuestras familias". .

    El .gobernador respondi dando largas al asu~to con trmi-tes burocrticos y dejndolo morir luego. La Hacienda del Hos-pital, entretanto, siguiendo un procedimiento ~radici~nal paraenfrentar campesinos con campesinos, arrendo las tierras -:ndisputa a gentes de la Villa de Ayala, que come~zaron a CUlti-varlas. Zapata regres al lugar despus de las fiestas del cen-tenario de la Independencia en la capital, en septiembre de 1910,despus de haber trabajado all esos meses como C~lldadordelos caballos de la mansin capitalina de uno de los r1COShacen-dados de Morelos. Los mtodos de Anenecuileo cambiaron consu presencia. Reuni unos 80 hombres armados" se fue a la5tierras en cuestin, pidi a los de Ayala que se retiraran porquela cosa no era con ellos sino con la hacienda, y as los de Anene-culco quedaron en posesin de las tierras. Reclam luego ~teel gobierno central y ste dio un fallo ~8vorable a Anenecuil-co. Luego de esta victoria, gente de la Vllla de Ay~a y de ~trolpoblados apoy a Zapata, y ste interv~o en varios coIl:fbctosde tierras entre pueblos y haciendas, a tmes ~e uno! aplicandOel mismo mtodo: derribar las cercas, repartir las tierras ~jOla proteccin de sus hombres armados y dejar a los campeamosen posesin de sus lotes. Ya haba comenzado p~a entonc~s larevolucin en el norte y en Morelos se extenda el amb1entede sublevacin.

  • En noviembre de 1910, Zapata tenia reuniones conspirativasen Villa de Ayala como miembro de un grupo de partidariosde Madero.

    El dirigente oficial de aquel grupo conspirador era PabloTorres Burgos, pero la fuerza y la autoridad efectiva corres-pondan a Zapata. En diciembre, Torres Burgos viaj a EstadosUnidos a entrevistarse con Madero para acordar los trminosde la sublevacin en el sur conforme al plan de San Luis Potos.El centro urbano de la conspiracin maderista en el sur queera Aquiles Serdn en Puebla, haba sido descubierto y liqui-dado dos das antes de la fecha formal de la insurreccin, el 18de noviembre de 1910, y el maderismo estaba descabezado enla regin.

    Mientras los conspiradores esperaban el regreso de T~rresBurgos, los campesinos se impacientaban. Los hacendados y elgobierno, alarmados, comenzaron a armarse rpidamente desdecomienzos de 1911. En febrero de 1911, varios dirigentes cam-pesinos locales se levantaron en armas con gentes de sus pue-blos, formando bandas que se multiplicaron por tI estado peroque carecian de centro y de objetivo poltico definido. A me-diados de ese mes finalmente regres el enviado, confirm elreconocimiento de Madero al grupo y mostr los documentospor los cuales l, Torres Burgos, era designado jefe del rna-derismo en el estado. Este reconocimiento ligaba al grupo de~~.pata con la revolucin en escala nacional y, con esta arma po-h.tlca .en la mano, Zapata, que haba estado conteniendo la impa-CIenCIa de sus partidarios y se vea desbordado y arrastradopor la iniciativa de otros dirigentes (entre ellos el que sera elms destacado de sus jefes militares, Genovevo de la O que sehaba .~l~ado a fines de 1910 con 25 hombres y un sol~ rifle),resolvi Junto con Torres Burgos lanzar la insurreccin.

    EllO de marzo se encontraron ambos dirigentes en Cuautlaultimaron los preparativos, y al da siguiente se sublevaron enVilla de Ayala, desarmaron a la polica y reunieron al puebloen asamblea, ante la cual Torres Burgos ley el Plan de SanLuis Potos y llam a todos a sumarse a la revolucin. Fuerecibido con vivas y aplausos y una incorporacin en masa detodos los hombres aptos para la guerra. En ese mismo mitinOtilio Montao lanz una consigna que ya adelantaba la dife~rencia entre las intenciones de Madero y las de los campesinosdel sur: en vez de los vivas a Madero y los mueras a Daz lanzel grito de Abajo haciendas y viva pueblos".

    Desde un principio, el objetivo de los rebeldes fue apoderar-se de la ciudad de Cuautla. Pero antes tenan que ganar fuer-

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    zas, armas, hombres y expenencia en combates previos. A lospocos das de iniciada la revolucin en nombre del Plan de SanLuis Potosi, y luego de las primeras acciones y de algunos con-flictos iniciales en la direccin, el jefe reconocido por Madero,Torres Burgos, fue sorprendido por tropas federales y fusiladoen el acto.

    El movimiento qued sin jefe.Uno de los grupos armados ms fuertes decidi elegir a Za-

    pata Jefe Supremo del Movimiento Revolucionario del Sur.Pero no fue slo esta decisin la que dej la jefatura en manosde Zapata, sino un proceso de seleccin posterior en el cual suautoridad como jefe de la revolucin del su!" se fue imponiendo,no por la fuerza sino por la confianza y la persuasin de suprestigio anterior y de sus actos presentes, sobre el conjuntode los combatientes de Morelos.

    Torres Burgos era el ala conciliadora del grupo conspiradorinicial, y Zapata el ala radical y ms ligada a los campesinos.El desplazamiento de la jefatura no slo signific ese cambio.De hecho, rompi tambin- el lazo de dependencia con Madero,de cuya designacin provenan los ttulos de Torres Burgos a ladireccin, mientras que los de Zapta provenian directamentedel reconocimiento de abajo; y esto, sin romper por el momen-to los lazos polticos de legitimidad maderista del grupo enca-bezado por Zapata, lo cual lo constitua en un puente de unincon la revolucin nacional para todos los grupos campesinosque se haban alzado espontneamente en esos meses y quebuscaban un centro poltico para su actividad guerrillera em-prica.

    La revolucin de los pueblos del sur sigui un rumbo cadavez ms independiente. Pero su afiliacin inicial al maderismono era un accidente ni una maniobra, sino un paso necesariode su desarrollo. La actitud de Zapata, al esperar el reconoci-miento oficial del centro maderista antes de alzarse y al resistirla presin de los otros grupos que ya haban tomado las armas,no era oportunismo sino intuicin poltica. En su intencin noestaba una rebelin campesina local, sino una revolucin queasegurara las tierras. Por eso su preocupacin por la afilia-cin nacional del movimiento del sur era una preocupacin pro-fundamente poltica: el grupo de Ayala quera estar unido a unprograma nacional, y ese programa era entonces el Plan de SanLuis PetosL

    Los pueblos del sur, y los campesinos de todo el pais, nopodan hacer surgir un centro por s solos. Es cierto, no eranlo mismo que los campesinos parcelarios franceses que describe

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  • Marx en El XVIIl Brumaro de Luis Bonaparte,* unidadesaisladas y sin relaciones sociales entre s. Pero tampoco podantener un programa independiente frente a la sociedad burguesani una unificacin entre ellos que no surgieran del proceso dela lucha misma. De sta se desarrollara la conciencia de su di-ferenciacin social frente a todas las clases explotadoras, aun-que el alboreo de esa conciencia ya lo anunciaba el grito deMontao el primer da de la insurreccin: "Abajo haciendas yviva pueblos!" Los pueblos del sur apoyaron el programa de unala de la burguesa encabezada por un latifundista, el Plan deSan Luis Potos, y en su nombre se sublevaron, aunque en rea-lidad slo les interesaba aquel artculo tercero del plan queprometa la devolucin de las tierras a los pueblos.

    La faccin que comprendi la importancia poltica nacional

    "1..03 campesinos parcelarios forman una masa inmensa, cuyosindividuos viven en idntica situacin, pero sin que entre ellos exis-tan muchas relaciones. Su modo de produccin aisla a unos de otrosen vez de establecer relaciones mutuas entre ellos. Este aislamientoes fomentado por los malos medios de eornunicacn de Francia ypor la pobreza de los campesinos. Su campo de produccin, la parcela.no admite en su cultivo divisin alguna del trabajo ni aplicacin nin-guna de la ciencia; no admite,' por tanto, multiplicidad de desarrollo.r diversidad de talentos, ni riqueza de relaciones sociales. Cada fa-milia. campesina se basta, sobre poco ms o menos, a si misma, produ-ce directamente ella misma la mayor parte de lo que consume yobtiene as sus materiales de existencia ms en intercambio con la na-turaleza q~e en contacto con la sociedad. La parcela, el campesinoy su farmlta; y al lado otra parcela, otro campesino y otra familia.Unas cuantas unidades de stas forman una aldea, y unas cuantasaldeas un departamento. Asi se forma la gran masa de la nacin fran-cesa, por la simple suma de unidades del mismo nombre, al modo co-mo, por ejemplo, las papas de un saco forman un saco de papas. Enla medida en que millones de familias viven bajo condiciones econ-micas de existenia que las distinguen por su modo de vivir, su!' inte-reses )- su cultura de otras clases y las oponen a stas de un modohostil, aqullas forman una clase. Por cuanto existe entre los cam-pesinos parcelarios una articulacin puramente local y la identidadde sus intereses no engendra entre ellos ninguna comunidad, ningunaunin nacional y ninguna organizacin poltica, no forman una clase.Son, por tanto, incapaces d~ hacer valer su inters de clase en supropio nombre, ya sea por medio de un parlamento o por medio deuna Convencin. No pueden representarse, sino que tienen que serrepresentados. Su representante tiene que aparecer al mismo tiempocomo su seor, como una autoridad por encima de ellos, como unpoder ilimitado de gobierno que los proteja de las dems clases y les

    . en":l~ desde lo alto la lluvia y el sol. Por consiguiente, la influenciapolltlca de los campesinos parcelarios encuentra su ltima expresinen el hecho de que el poder ejecutivo someta bajo su mando a 1&sociedad" (Carlos Marx, El XVIII B-umario de Luis B01U\parte.)

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    del movirmento, el grupo de Villa de Ayala encabezado porZapata, fue la que reuni en torno suyo a todos los dems gru-pos rebeldes de la regin. Pero la direecin del movimientodel sur no fue una direccin burguesa, sino desde el comienzouna direccin campesina con rasgos cada vez ms independie ri-tes l partir de la jefatura de Zapata. En ese sentido, los pu e-blos del sur comenzaron dando su apoyo poltico a un ala dela burguesa y sublevndose a su llamado. Pero pronto eseapoyo se trasform de hecho en una alianza con la burguesa.en la medida en que la revolucin del sur desarroll su propiadireccin independiente y la conciencia de sus intereses declase divergentes y aun antagnicos con los del maderismo. Yfinalmente" esa alianza se trasform en una ruptura y un en-frentamiento, con un programa propio del sur, el Plan de Aya-la, que fue el acta de nacimiento del zapatismo y lo convirtien el centro poltico nacional de la revolucin campesina.

    Los pueblos de Morelos, para llegar a esa conclusin, nece-sitaban pasar primero por la experiencia del apoyo y de laalianza con la burguesa, porque no haba ningn centro prole-tario independiente que los unificara entre s y nacionalmentecon un programa revolucionario contrapuesto al de las clasesexplotadoras, no haba otro lazo con el pas que la direccinburguesa de Madero, ni la comprensin campesina poda verentonces una perspectiva super icr. Pero al mismo tiempo, loque les permiti despus convertir el apoyo en alianza y laalianza en ruptura y en movimiento con programa revolucio-nario propio, fue que desde un comienzo la revolucin del surse organiz con su propia drreccin, elegida por los pueblos ylos combatientes, y con su organismo independiente de la direc-cin burguesa: el Ejrcito Liber tac.or del Sur, basado en la par- .ticipacin y la iniciativa de todo el campesina do y el proleta-riado agrcola de la regin y en el apoyo y la confianza de suscentros naturales de organizacin poltica y social, los pueblos.

    El 29 de marzo de 1911 una de las locomotoras de la hacien-

    da de Chinameca fue lanzada por los revolucionarios contra losportones, en una accin que se repetira con variantes muchasotras veces en la lucha armada. Emiliano Zapata y su genteirrumpieron en el recinto, se apoderaron de cuarenta rifles Sa-vage, de todo el parque y de los caballos de la hacienda Y aban-donaron la finca. Con ese mtodo se arm siempre la revolu-cin zapatista: armas y cartuchos quitados al enemigo, sea a

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  • las haciendas, sea a los destacamentos federales. Esto lo regs-tr ar ia con orgullo aos despus Zapata en una de sus cartas.

    En pocas semanas la columna de Zapata contaba con ms demil hombres en armas.

    La campaa se extendi. Ante la proximidad de un acuerdoentre Madero y el gobierno, Zapata decidi acelerar la toma deCuautla, para hacerse fuerte en una ciudad importante de lazona.

    El 20 de mayo, con 4,000 hombres tom la plaza. Ese mis-mo da las tropas federales abandonaron sin lucha la capital delestado, Cuerna vaca. En esos das se firmaron los acuerdos deCiudad Jurez y el 25 abandon el poder Porfirio Daz.

    Establecido el gobierno interino de Len de la Barra, stepretendi llevar adelante la parte principal de los acuerdos:el desarme de las fuerzas campesinas. En el sur no pudo lograr-lo. Zapata se neg a entregar las armas mientras no recibieranlas tierras. Las negociaciones fueron y vinieron, y los zapatis-tas finalmente aceptaron desarmar una parte de sus fuerzas, alas cuales el gobierno pagara por sus fusiles y por el licencia-miento. Pero en gran parte result ser una maniobra campesi-na para ganar tiempo: entregaron las carabinas ms viejas oinservibles, el resto lo escondieron o lo mantuvieron organiza-damente.

    En el resto del pas, all donde no hubo desarme los cam-pesinos escondieron los fusiles. Pero el nico foco de resisten-cia organizado que qued, de los que se sublevaron bajo elPlan de San Luis, fue Morelos, donde haba una direccin engran parte independiente. El gobierno interino aprovech paraconcentrar toda la presin militar sobre el sur. Los peridicosburgueses iniciaron una campaa exigiendo que se desarmarapor la fuerza a los zapatistas y que se recuperaran las tierrasya tomadas por los campesinos. Mientras tanto, en Morelos, enOaxaca, en Guerrero y en otras regiones del sur, los campesi-nos seguan ocupando haciendas y cultivando por su cuenta,protegidos por sus fusiles, las tierras recin conquistadas.

    Mientras hubiera un centro armado, nadie podia impedirque la revolucin agraria siguiera su marcha por la iniciativade los mismos campesinos. A su vez, los campesinos revolucio-narios sostenan la intransigencia de Z~ata en no entregar lasarmas. Comprendan que el desarme era el abatimiento de larepresin federal sobre ellos y la prdida de las tierras ocu-padas,

    El presidente interino queda lanzar de una vez el ejrcitocontra las fuerzas zapatistas, Madero queda ganar tiempo. Vea

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    que la represin militar, en vez de acabar con la sublevacin,la iba a extender a todo el pas.

    Varias veces negoci Madero con Zapata, tratando de con-vencerlo. La ltima fue personalmente, del 18 al 25 de agosto,al cuartel general zapatista en Cuautla. Prometi que a travsde leyes se entregaran las tierras durante su gobierno. Loscampesinos, por antigua experiencia, no estaban dispuestos acambiar las armas por promesas. Se dice que Zapata contest,mostrando su carabina: "Se me hace que no va a haber ms le-yes que las muelles".

    Tena razn: en esos das el ejrcito federal inici un avan-ce sobre Cuautla, dispuesto a batir a 106 zapatistas. Las nego-ciaciones se interrumpieron. Eufemio, hermano de Emiliano, lepropuso apresar all mismo a Madero y fusilarlo: "Este chapa-rrito ya traicion a la causa y est muy tierno para jefe dela revolucin. Mejor nos 10 quebrarnos, no va a cumplir connada". Emiliano se neg. La gente an cree en l, dijo, y hay queesperar a que le pierda la confianza: "Cuando suba y no cum-pla, no faltar un palo donde colgarlo."

    Madero pudo regresar a la capital y la guerra contra el za-patisrno retom toda fuerza. Zapata no present batalla enCuautla. En cambio, recorri el estado levantando nuevas tro-pas, rearmando a su gente, y amagando varias veces en incur-siones sobre las mismas puertas de la ciudad de Mxico.

    En septiembre de 1911, todo el estado estaba en armas,El lo. de octubre se realizaron elecciones donde triunf Ma-

    dero y el 6 de noviembre de 1911 se hizo cargo de la presiden-cia. Su principal preocupacin era acabar con la revolucincampesina. Y para terminar con los brotes dispersos por todoMxico, haba que acabar con el nico centro de masas quemantena y estimulaba la insurreccin en todo el pas: la revo-lucin del sur.

    Emiliano Zapata sac la conclusin poltica necesaria delascenso de Madero a la presidencia. Con Madero en el gobierno,el cual apareca corno el jefe de la revolucin y usaba ese papelpara llamar a rendir las armas y someterse, con el poder delEstado al servicio del papel contr ar-revolucionar io del mader is-mo, haba que alzar otro centro de poder organizado en elpas. A la continuidad del Estado oligrquico-burgus de Daza Madero, al poder estatal de los poseedores, haba que oponerotro poder, el de las masas en armas. Evidentemente, no for-mul la conclusin as ni la pens con estas palabras ni en estostrminos. Pero esa fue la que aplic, cuando redact y procla-m el Plan de la Villa de Ayala a las tres. semanas de subir

  • Madero a la presidencia. Yeso dice en esencia el plan. Con ldio el programa y el centro poltico a la revolucin campesina entodo el pas, el programa que fue la expresin de la intransi-gencia histrica de Emiliano Zapata frente al Estado burgusy a sus gobiernos sucesivos: Madero, Huerta y Carranza.

    *

    El plan fue redactado en las serranas cercanas a la Villade Ayala por Emiilano Zapata y Otilio E. Montao, maestro deescuela de la Villa de Ayala que se haba sumado desde unprincipio a la revolucin zapatista y que formaba parte de suestado mayor. Sin Jugar a dudas, las ideas corresponden a Za-pata, aunque la redaccin provenga de la mano de Montao:no solamente porque en todos sus actos Zapata mostr ser eljefe poltico indiscutible de la revolucin del sur, sino porquefue toda su vida misma, toda su accin y hasta su muerte laque prob tenazmente su apego a esas ideas -que no man-tuvieron despus ninguno de los que entonces se presentabancomo sus "idelogos" o pasaban por serlo- y porque la au-dacia del plan slo poda venir de los campesinos revolucio-,narios en arenas, cuyo representante poltico era Zapata, y node los intelectuales pequeoburgueses que apoyaron al movi-miento. A travs de Zapata aparecen en el plan las ideas, losmtodos, y tambin los lmites, del carnpesinado revolucionario.

    Montao, al participar en su redaccin como al formarparte del equipo dirigente zapatista, cumpli un papel quedesde la revolucin han desempeado muchas veces los maes-tros rurales: dar expresin a las demandas, sentimientos y nece-sidades del campesinado, reemplazar a un nivel elemental ylimitado la inexistencia de una direccin proletaria para lasluchas campesinas. La ideologa pequeo burguesa del campe-sinado se ha reflejado en esas ocasiones a travs de la deolo-gia y el origen pequeoburgus pobre de los maestros rurales.Aun as, stos ban sido tambin un puente, insuficiente yelemental pero un puente, hacia las ideas socialistas del pro-letariado. No habiendo sindicatos con direccin y programa declase ni partidos obreros que llevaran esas ideas organizada-mente, los maestros rurales muchas veces lo hicieron, aun consu comprensin paternalista o con sus limitaciones de clase.Han cumplido as un papel en la revolucin mexicana del cualMontao fue un precursor, como otros en esa etapa.

    Al mismo tiempo, es el campesinado, hablando estricta-mente, quien "cre" a los maestros rurales tal como han sido

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    y les concedi ese papel desde abajo, y esto se vio sobre todoen la poca de Crdenas, cuando muchos de ellos fueron org a-. nizadores campesinos, portadores de ideas socialistas, y lucha-ron y fueron combatidos y perseguidos por la reaccin y lasguardias blancas de los terratenientes. El maestro rural enMxico es uro ejemplo de la capacidad creadora de las masascampesinas y de su atraccin, en pocas revolucionartas, sobreimportantes sectores de la pequea burguesa pobre ganada alas ideas socialistas.

    Pero ni el maestro rural ni los revolucionarios pequeo-burgueses podan entonces ni pueden hoy sustituir el elementoindispensable para el triunfo de las luchas campesinas: ladireccin y el programa del proletariado, a travs de su par-tido revolucionario y de sus organizaciones de masas, los sin-dicatos.

    Por otra parte, el intento de atribuir a Montao, o a otros,las ideas del Plan de Ayala u otras iniciativas de Zapata. hasido siempre un argumento de intelectuales burgueses, en elmejor de los casos, l quienes resulta imposible aceptar queun campesino haya sido el dirigente poltico ms importante dela revolucin mexicana. Sin embargo, as fue y as tena queser, como una sntesis simblica de los incontables ejemplosde iniciativa creadora de las masas en la revolucin mexicana.Ellas crearon, formaron y elevaron a Zapata, con sus rasgosde dureza implacable frente a los explotadores y sus servilesy de infinito cario i ternura frente a las masas, tal como lohan descrito quienes lo conocieron directamente, como lo re-flejan sus actos y sus decisiones y como lo muestra la ex-presin de determinacin y de profunda iuteligencia de su mi-rada y su rostro en sus fotografias.

    *

    El Plan de Ayala fue firmado el 28 de noviembre de 1911por siete generales, diecisiete coroneles, treinta y cuatro capi-t~nes y un tenient:, del ej~cjto zapatista -i:asi todos campe-SInOS, salvo Montano y algn otro, la mayora de los cualesapenas sabia firmar su nombre-- constituidos en Junta Revo-lucionaria del estado de Morelos.

    Gi1dardo Magaa describe asi la escena en su libro EmilianoZapata 11 el agrarismo en Mxico, luego de referir que durante tr~dias Zapata y Montao habian estado reunidos discutiendo y redac-tando el plan en la sierra de Ayoxustla:

    "Todos los jefes zapatistas que operaban en aquella regin, rec -

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  • Su encabezamiento dice: "Plan libertador de los hijos delestado de Morelos, afiliados al Ejrcito Insurgente que defien-den el cumplimiento del Plan de San Luis Potos, con las re-formas que han credo conveniente aumentar en beneficio dela Patria Mexicana."

    El documento denuncia que Madero abandon la revolu-cin, ~ue desde el poder persigue a los revolucionarios, que seha aliado con los elementos del porfirismo y que en nombrede los convenios de Ciudad Jurez ha anulado las promesas

    _ hechas en el Plan de San Luis Potos, declarando bandidos yrebeldes a quienes las defienden. En consecuencia declaratraidor a la revolucin a Francisco 1. Madero, descon~indolocomo jefe de la revolucin y como presidente de la repblicay llama?do ~ s,:: derroc~~i:nto. Luego de declarar que la juntar~~olUClOnaTla no admitir transacciones ni componendas po-Iticas hasta no conseguir el derrocamiento de los elementosdictatoriales de Porfirio Daz y don Francisco 1. Madero" eldocumento agrega los siguientes puntos fundamentales: '

    "60. Como parte adicional del plan que invocamos, hace-mos constar: que los terrenos, montes y aguas que hayan usur-pado los hacendados, cientficos o caciques a la sombra de la~irana y justicia venal, entrarn en posesin de estos bienesmmu:bles desde Juego, los pueblos o ciudadanos que tengansus ttulos correspondientes a esas propiedades de las cualesha~ sido despojados, por la mala fe de nuestros ~presores, man-teniendo a todo trance, con las armas en la mano, la men-

    bieron rdenes de reunirse a la mayor brevedad en la serrana deAyo~ustla. El 28 de noviembre, Ayoxustla, aquel solitario punto dela SIerra, se trasform en un animado campamento revolucionarioen ~l que multitud de hombres, cruzado el pecho por las cananas ~~edlo .llenar de cartuchos, y en la mano callosa y morena la carabinaaun oliente a plvora, se apretaban en un abigarrado conjunto co-mentando. los recientes sucesos e interrogndose sobre el obje~ deaquella CIta que todos presentian importante.

    "En el interior de un jacal que les haba servido de albergue, elgeneral Zapata y el profesor Montao discutian sobre cosas que losde afuera ~o podian or, a pesar de sus deseos y curiosidad. Al fin, elprimero, SIempre grave en medio de su amabilidad, de pie en el calorde la puerta del jacal, indic:

    ::-Esos qe no tengan miedo, que pasen a firmar! ...Y _acto con~n~o Montao, de pie junto a una mesa de madera,

    pequena ~ de rustica manufactura, que como histrica reliquia con-servan los vecinos de Ayoxust1a, con su voz spera y gruesa y suace~to de educador pueblerino, di lectura al Plan de Ayala.

    'Todos los presentes acogieron el documento con entusiasmo des-bordante y los jetes y oficiales 10 firmaron emocionados".

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    eonada posesin, y los usurpadores que se consideren conderecho a ellos, lo deducirn ante tribunales especiales que seestablezcan al triunfo de la Revolucin.

    "70. En virtud de que 1 inmensa mayora de los pueblosy ciudadanos mexicanos, no son ms dueos, que del terrenoque pisan, sufriendo los horrores de la miseria sin poder me-jorar en nada su condicin social ni poder dedicarse a la m-dustrra o a la agricultura por estar monopolizadas en unascuantas manos las tierras, montes y aguas, por esta causa seexpropiarn, previa indemnizacin de la tercera parte de esosmonopolios, a los poderosos propietarios de ellas, a fin de quelos pueblos y ciudadanos de Mxico obtengan ejidos, colonias,fundos legales para pueblos o campos de sembradura o de labory se mejore en todo y para todo la falta de prosperidad ybienestar de los mexicanos.

    "80. Los hacendados, cientficos o caciques que se opongandirecta o indirectamente al presente plan, se nacionalizarnsus bienes, y las dos terceras partes que a ellos les correspon-dan, se destinarn para indemnizaciones de guerra, pensionespara las viudas y hurfanos de las vctimas que sucumban enla lucha por este plan.

    "90. Para ajustar los procedimientos respecto a los bienesantes mencionados, se aplicarn leyes de desamortizacin y na-cionalizacin segn con venga, pues de norma y ejemplo puedenservir las puestas en vigor por el inmortal Jurez, a los bieneseclesisticos, que escarmentaron a los dspotas yconservadoresque en todo tiempo han pretendido imponernos el yugo gno-n:inoso de la opresin y del retroceso."

    Estos son los puntos principales del plan y, con toda sulimitacin -slo tocan el problema de la tierra-, son tambinel acta de independencia poHtica del movimiento campesinocon respecto a la direccin burguesa terrateniente de Maderoy a las sucesivas direcciones burguesas de la revolucin.

    Hubo muchos otros planes en el curso de la revolucin losms avanzados de ellos con demandas obreras que siguen engeneral la lnea del programa de 1906 del Partido Liberal. Peroel carcter revolucionario del Plan de Ayala est determinadofundamentalmente por dos aspectos.

    Uno es el punto que plantea la nacionalizacin de todos losbienes de los enemigos de la revolucin, que es decir de todoslos terratenientes y capitalistas de Mxico.

    El otro, que va ms all del ala pequeobutguesa jacobina,que de hecho trasciende los marcos juridicos burgueses y tieneUn contenido objetivo anticapitalista, es el que dispone que los

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  • campesinos despojados de sus tierras entrarn en posesion deellas desde luego, es decir, las tomarn inmediatamente ejer-citando su propio poder. Esa posesin ser mantenida "a todotrance, con las armas en la mano". Y sern los terratenientesusurpadores quienes, al triunfo de la revolucin, tendrn queacudir ante tribunales especiales para probar su derecho a lastierras ya ocupadas y recuperadas en el curso de la lucha porlos campesinos.

    Todos los dems planes prometen que al triunfo de la revo-lucin se dictarn tales y cuales leyes para distribuir las tie-rras de tal o cual manera; o dicen que los campesinos conttulos debern probar su validez ante los tribunales para quelos terratenientes se las entreguen. Por el contrario, el planzapatista llama a tomar las tierras desde luego, inmediata-mente, armas en mano, s establece que sern los terratenien-tes quienes tendrn que acudir a tribunales revolucionarios, puesse presume la posesin legtima por los campesinos. Esto sig-

    "rrifica arrojar la carga de la prueba sobre los terratenientes,no sobre los campesinos; es decir, poner patas arriba al rgi-men jurdico burgus y establecer un sistema revolucionariode leyes y tribunales.

    Adems, esa posesin ser defendida con las armas, lo cualsupone que el rgimen revolucionario se establecer sobre elprincipio del pueblo en armas. En efecto, en esta formulacindel plan estaba contenido el principio de la organizacin mili-tar en forma de milicias territoriales ligadas a la producciny sin necesidad de cuarteles, ejrcito profesional o destaca-mentes armados permanentes, que son sustituidos por los tra-bajadores en armas organizados sobre la base de sus lugaresde trabajo. Este principio fue mantenido en todo momento porel zapatismo, desde el instante mismo en que se negaron aentregar las armas a Madero.

    As funcion siempre el ejrcito zapatista, como lo descri-ben sus mismos enemigos segn se ver ms adelante v esafue una de las races de su fuerza indestructible mienir~'S lasmasas ascendan y de su debilidad y fragmentacin cuandostas se retiraron. Pero esta fragilidad de la forma de gue-rrilla y milicias no estribaba en ella misma, sino en que paratener xito necesitaba sustituir la centralizacin militar buro-crtica del Estado burgus por la centralizacin militar pol-tica que slo puede dar el programa de la revolucin prole-tariay su organizacin estatal cuando el ascenso espontneode las masas se interrumpe. Zapata, cuando esto se produjo,no tenia lo une ni lo otro.

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    Emiliano Zapata no se propona concientemente destruirel rgimen capitalista. Sus ideas surgan de la experiencia cam-pesina, no del programa obrero socialista. Sin embargo, laaplicacin del Plan de Ayala significara de hecho la destruc-cin de las bases de existencia del capitalismo. Por un lado,por la nacionalizacin de todos los bienes de las clases explo-tadoras. Por el otro, mucho ms importante en los hechos por-que fue lo que efectivamente aplicaron los campesinos, por elestablecimiento del principio de que son las masas mismasquienes deciden, armas en mano; que no deben esperar eltriunfo de la revolucin y las leyes que se dicten, sino queellas mismas, por su propia iniciativa, deben tomar sin tar-danza las tierras, cultivarlas y defenderlas. Este principio: quelas masas decidan, que ellas apliquen y resuelvan con susmtodos y basadas en sus armas, sin esperar promesas de leyesni delegar sus derechos a otros, es el fundamental de todopoder de las masas, de todo poder revolucionario anticapi-talista.

    Al revs de todos los planes y programas burgueses o re-formistas, que se basan en que el poder de decisin queda enmanos del Estado, 10 cual significa la continuidad jurdica delEstado burgus y de la propiedad privada capitalista, el planzapatista coloca la iniciativa en manos de las masas. Es decir,legaliza el principio de que las masas deciden, el prncpo ,bsico de toda revolucin que merezca ese nombre.

    Pero el plan, como los mismos campesinos en los hechos,slo alcanzaba a oponer al poder capitalista la iniciativa delas masas. Estableca de hecho la dualidad de poder, como laestablecieron los campesinos en armas durante toda la revo-lucin. Pero no opona la perspectiva de otro poder estatalcentralizado basado en las masas, perspectiva que no podasurgir de la experiencia campesina sino del programa prole-tario En el mismo plan, la dualidad establecida durante larevolucin desembocaba nuevamente en el restablecimientodel poder estatal burgus, aun con la garanta democrtica re-volucionaria del mantenimiento de las armas en manos de loscampesinos.

    El plan no resolva el problema decisivo del poder del Es-tado al cual daran respuesta pocos aos despus los obrerosy ca~pesinos rusos organizando el poder sovitico bajo la di-reccin de Lenin y el partido bolchevique. Al no resolverlo, ledaba una solucin burguesa. Entonces, encerraba en su arti-culado la misma contradiccin que existe entre la ideologlapequeoburguesa campesina y la accin objetivamente revolu-

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  • cionaria del campesinado en armas. Los mtodos eran revolu-cionarios, la iniciativa era revolucionaria y pona en cuestinel poder capitalista; pero la, perspectiva campesina era incapazde ir ms all, de generalizar al nivel nacional y social y daruna salida revolucionaria a la nacin insurrecta. Porque unaperspectiva revolucionaria nacional contrapuesta a la perspec-tiva de la burguesa slo poda venir de la otra clase funda-mental de la sociedad: el proletariado. Y ste carecia de direc-cin, de partido y de organismos de clase independientes.

    Entonces, ausente una de las premisas de la alianza obreray campesina. la solucin final a la dualidad planteada por loscampesinos zapatistas quedaba en manos de la burguesa, por-que la solucin es estatal y nacional, no local o particular.Lo que decidia y decidi en definitiva no era la toma revo-lucionaria de las tierras, sino quin dispona del poder cen-tralizado del Estado. Esto slo podan decidirlo la burguesa, y el proletariado: "Si el campesino no sigue a los obreros,marcha a remolque de. la burguesa. No hay, ni puede haber,trmino medio", deca Lenin. El campesinado zapatista con-firm una vez ms esa tesis. La suerte de la revolucin no seresolvia finalmente en los campos, sino en la ciudad. Hasta alllleg el inmenso empuje revolucionario del campesinado, comoveremos, pero alli fue incapaz de seguir adelante y tuvo quedejar el poder en manos de una pequeaburguesa dbil, ate-rrorizada y sin fuerzas, pero que representaba una perspectivaviable: la de la burguesa.

    Sin embargo, mientras ascenda la revolucin, el Plan deAyala fue la base poltica de la dualidad de poderes territo-rial establecida por el zapatismo, y del poder campesino enMorelos, que dict leyes y tom medidas de gobierno sobreeducacin, sanidad, comunicaciones, abastecimientos, as comoacu moneda de metal, los pesos zapatistas. Ese poder sebasaba en la intervencin y la iniciativa cotidiana de las masasal nivel de los pueblos y aldeas, y en el "partido" campesinoque fue el ejrcito zapatista.

    Pero esta relativa independencia del campesinado slo eraposible durante el perodo de ascenso revolucionario de lasmasas, y reflejaba la dualidad interior del campesino, quetiende hacia el proletariado como explotado y hacia la bur-guesa como propietario o aspirante a propietario; adems dela dualidad interior peculiar del campesinado de Morelos comoclase, compuesto al mismo tiempo de peones o jornaleros agrco-las y de campesinos que cultivaban sus tierras como parte delos pueblos o que aspiraban a poseerlas. Pasada esa etapa, y

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    enfrentados a decisiones polticas de fondo. los dirigentes cam-pesinos tenian que seguir la perspectiva proletaria o sometersea la legalidad burguesa. Y esa fue la suerte final del zapatismocomo "partido" campesino que se escindi en dos direcciones.Mientras su ala reformista -representada sobre todo por losintelectuales al estilo nebuloso de Antonio Daz Soto y Gama-capitul ante la burguesa y se integr al obregonismo en elpoder, su ala revolucionaria, representada por el propio Za-pata, entre otros, busc confusamente una perspectiva prole-taria como lo muestran las opiniones de Zapata sobre la revo-lucin rusa en 1918. Pero era ya la etapa de descenso de laactividad revolucionaria de las masas y esta ala estaba conde-nada a desaparecer hasta el siguiente ascenso de la revolucin.Y desapareci con el asesinato de Emiliano Zapata, que cerrel ciclo de ascenso, auge y declinacin de la guerra revolu-cionacia del campesinado.

    Este ciclo, con todas sus contradicciones, estaba ya prefi-gurado en la contradiccin interior del programa zapatista, elPlan de Ayala.

    *

    Durante todo diciembre se extendi la revolucin del sur.En los comienzos de 1912, la rebelin abarcaba los estados deMorelos, Puebla, Guerrero, Tlaxcala y Mxico, con combatesdiarios entre los destacamentos zapatistas, generalmente de 300a 500 hombres, y las tropas federales, en los puntos ms ale-jados entre s de toda esa regin. En esos das los hacendados delas zonas donde operaban tuerzas zapatistas, comenzaron a re-cibir comunicaciones de los jefes zapatistas exigindoles quepagaran un salario mnimo de un peso al da a sus peones-as lo informa el propietario espaol de una hacienda deChietla, Puebla~, pues en caso contrario deberan atenerse alas consecuencias.

    En las regiones ya firmemente controladas, en cambio, serealizaba directamente el reparto de las hacienda!': aplicando elPlan de Ayala.

    A fines de enero los revolucionarios atacaron Huajuapande Len, en el Estado de Oaxaca. El corresponsal de un diario dela ciudad de Mxico coment as este ataque: "Me he con-vencido de que el zapatismo se ha propagado extraordina-riamente. Todas las pequeas poblaciones son partidarias deEmiliano Zapata. Otras importantes, como Tepalcingo, le sonadictas, encontrando all ellos, cuando se ,presentan, vveres

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  • en abundancia, mientras las fuerzas del gobierno no los obtie-nen pues se les niega todo, recibindoseles con actitud hostil. ti

    En febrero haban aparecido grupos campesinos en armasque reconocan la jefatura zapatista tambin en los estados deMichoacn e Hidalgo. El 3 de febrero el embajador de Es-tados Unidos, Henry Lane Wilson, escriba a su gobierno quelas tropas de Zapata dominaban de hecho todo el territoriocomprendido entre Cuernavaca, Morelos y Chilpancingo, Gue-rrero. En marzo de 1912, dominaban ya todo el sur sublevadobajo la bandera del Plan de Ayala, y no cesaran de extendersu poder durante todo ese ao.

    Esto significaba que el Plan de Ayala se aplicaba. A me-dida que se extenda la lucha, los pueblos iban tomando lastierras de las haciendas que les haban pertenecido, algunasveces levantando un acta, la mayora por el simple acuerdocolectivo, cultivando las tierras y cuidndolas con sus fusiles.Algunos repartos quedaron documentados por resoluciones delmando zapatsta, como sta:

    "Los que suscriben, en nombre de la Junta Revolucionariadel estado de Morelos, teniendo en consideracin que ha pre-sentad.o sus ttulos correspondientes a tierras el pueblo deIxcampa, y habiendo solicitado entrar en posesin de las men-cionadas tierras que les han sido usurpadas por la fuerza brutade los caciques, hemos tenido a bien ordenar conforme alPlan de Ayala, que entren en posesin de tierras, montes ya~u~ que les pertenecen y les han pertenecido desde tiempovrrena y que consta en ttulos legtimos del tiempo virreina]de .Nueva Espaa, hoy Mxico. Se servirn desde luego los~ecmos del pueblo ya referido poner los linderos hasta dondelm~e el mapa respectivo, pudiendo explotar, labrar o cual-quiera otra cosa para obtener el fruto de sus mencionadastierras.-Libertad, Justicia y Ley.-Campamento Revoluciona-rio, abril 30_de 1912.-El general Eufemio Zapata.-El general~. E. Montano.-El general Emiliano Zapata.-EI general Fran-CJSCO Mendozl.-E) general de divisin Jess Morales.-El ge-neral Prculo Capistrn.-:-El general delegado de Zapata, JessNavarro.-El coronel Jesus Alcaide."

    .Desde sus comienzos hasta sus etapas de mayor desarrollo,a fmes de 1914, el ejrcito zapatista no pas nunca de la formade guerrillas basadas en milicias territoriales; ms o menos nu-merosas, pero guerrillas: es decir, partidas armadas que ope-

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    raban bajo una bandera comn y reconoc.iendo a Zapate comogeneral en jefe, pero cada una con g.ran mdepend.encla .de ac-cin y bajo su propio jefe. En ocasiones de acciones Impor-tantes se reunan varias de ellas, sumando sus fuerzas, peromante'niendo sus jefes. Las tropas zapatistas no tenan cuart~-les, ni paga, ni aun abastecimiento regular, salvo el que re.cl-ban de los pueblos. Cada soldado era a la ~ez un camp~,slnoque trabajaba su tierra. Se reunan para realizar una accion yconcluida sta, ~eneralmente volvan al trabajo 8; sus lugares,mientras en otras partes otros campesinos se reuman para otraaccin, y luego hacian lo mismo. La guerr illa a veces ,rec~r~aIargas distancias para realizar una accion, y luego pocha fa~ll-mente disolverse entre la poblacin y desvanecerse como SIm-ples trabajadores, al llegar fuerzas militares superiores delejrcito federal.

    La escasez de armas, pero sobre todo de parque,. siemprelimit al ejrcito zapatista. Lo mismo la es.casez de dinero, Elparque se obtena casi exclusivamente, lo rmsmo que las armas,arrebatndolo al enemigo en acciones de guerra (salvo en losbrevsimos perodos de 1914 y 1915 en que las tropas de ZaP~taocuparon la ciudad de Mxico). No Rab~a fondos para adqu irircartuchos, ni tampoco quien se los vendIera., A .veces e~an con-trabandeados por los trabajadores de la Fabnca NaclOn~l .deCartuchos en el Distrito Federal: todava en 1918, los diar-iosregistraron que varios obreros de la fbrica fueron apresadosy fusilados por robar cartuchos y enviarlos a los zapatstas.

    Por otra parte, la concepcin y la estructura. campes ma ~eI guerra del sur no permita una forma superror de organi-zacin. .

    Y la forma que tuvo mostr toda su fuerz.8. ahm.entada porla incorporacin masiva de toda la poblacin, mlentr~s lasmasas la empujaron hacia arriba en su ascenso; mostro todasu debilidad. cuando las masas comenzaron a replegarse y losdestacamentos guerrilleros quedaron expue~tos. al c?oque conla organizacin militar superior de los consbtuCl?nabst~~ apo-yada en el aparato del Es~ado yen. su perspe~tJva po}tl~a nolocal, sino nacional, no dispersa, S100 centralzada poltca ymilitarmente. . .

    La base de los xitos zapatistas no fue la forma militar deguerrilla. Esa forma tuvo la lucha, era la nica posible y nopodia tener otra, dada su base de clase. Pero el ~undame~tode los xitos fue sobre todo que se trataba de una nsurreccnen masa de toda la poblacin explotada de los cam~s d.eMo-relos Ji todo el sur, sostenida por lo dems en una situacin de

  • insurreccin nacional, abierta o en puertas, de todo el campe-sinado del pas.

    Por eso, sin grandes batallas, la revolucin del sur avanzirresistiblemente desde 1912 hasta 1914. Pero en sus mejoresmomentos slo pudo establecer una sombra de poder centralen sus territorios, porque era imposible para el campesinadocomo clase darse una perspectiva superior a la de la posesinde la tierra. Y aun esta posesin, si en los hechos se basaba enlas armas y en la revolucin, en los textos y en los justifica-tivos de los dirigentes buscaba apoyo en los viejos ttulos vi-rreinales de propiedad de las tierras por los pueblos; es decir,no pasaba los lmites jurdicos del derecho de propiedad, aun-que rompa con las armas el derecho de propiedad establecidopor los terratenientes y su Estado. Esta contradiccin era unade las trampas en que, pasado el periodo de ascenso violento delas masas, iba a quedar atrapada la ideologa campesina -esdecir, pequefioburguesa-e- del zapatismo.

    Las fuerzas zapatistas, en general, no mantenian entoncesla ocupacin de ciudades. Atacaban, tomaban poblados y ciu-dades, se retiraban a los pocos das o a las pocas horas, hos-tigaban constantemente al ejrcito federal, luego se replegabansin presentar formal batalla, tendian emboscadas, incendiabancampos, controlaban la circulacin ferroviaria o la impediantotalmente. Es decir, llevaban una tpica tctica guerrillera,alimentada por el apoyo sin reservas de toda la poblacin. +

    A veces pueblos enteros se sumaban a un combate de un des-tacamento zapatista contra los federales. En febrero de 1912. las fuer-zas del gobierno ubicaron a una columna dirigida por Zapata y sedispusieron a atacarla al da siguiente. Esa noche el campamento fe-deral despert rodeado por un cerco de fuego. que dispers a lastropas y a los caballos y desbarat toda la accin que preparaban. : go rn~uerta Sin embargo, tam-contra el go~ie.rno estable~~do:::rismo ~ba atrado el apoyopoco fue el uruco factor. e ~ equeaburguesa, que bu~abade un sector muy ~ande d ft: a la dictadura porrrsta.una salida naciom.l~sta democr ~c~endencia burguesa el rgi-All se apoyaba socialm~nte ~~~anza sali frente al huertsmomen de Madero. ~e~ust1ano esa tendencia, que significaba a laa asumir la cont~~u1dad de de ue la nica manera de con-vez la compren~~on gener~l con~esiones y ponerse a su frentetener la revolucin era ha~er. al apoyada polticamente en lacomo direccin burgu~sa nl~CtlOnya travs de sta, socialmente,

    - b ucsia naClOna1Sa . tpequena urg bi la nica alternativa que a s een el campesinado. En. camn~~ionalmente en la revolucin condejaba Huerta era un~rseA 1 Al contrario del resto de losla bandera del Plan e ya a;ranza desconoci a Huerta comogObernadores de los estados, C.a fava. la continuidad constitu-. . 'a su proplO. . 1preSidente, mvoc~ 1 t su estado y llam a derribar acional de haber Sido e ec o en

    d "gobierno usurpa or . ll d n el Plan de Guadalupe el-

    Este llamado ftle forma Iza ~ne mes despus del golpe de26 de marzo de 1913, .ms de la hacienda de Guadalupe,Huerta. El plan fue flrm~~o en N.... En l se con-Coahuila, y titulado. "M:m.f1:st; :e l~esc~~:-a' al gobierno dedenaba el golpe antima 7rlS ~ . dicial a los gobernadoresHuerta, a los poderes legislativo ai J:biern~ federal; se resolvade los estados que reconoc1eran. lo en Ejrcito Constitucio- _sostener con las armas, orgamza. ~arPrimer Jefe del Ejr-nalista, estas. declaraciones ~ d;:~~l\'ia tambin que al ocupar --cito a Venustl~? ~arral~~imer Jefe se encargara del Poderla ciudad de eX1CO,,e elecciones generales para designarE tivo y convocarra a toJec~ d 1 Re blica. Es cuanto contiene el documen

    presidente e a PIS' efes y oficiales que lo firmabancon el cual Carranza y o .J . d Madero y con- _asumian la continuidad polttiea del gOb1~~1O~ontra el nuevovacaban al pas a sublevarse armas en

    rgimen. d . , del proyecto del plan presentado por Ca-En la lscus.lO.n .' ue lo apoyaban, un grupo de

    rranza a los oflcla~es loven~a ~l capitn Francisco J. Mgica,stos, entre los c';la es l~ur~. demandas obreras, puntos 80-plante que habla que me uir

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  • bre repartos de tierras y abol . oy otras reivindicaciones sociales Ic~on de las tiendas de raya,tando que era necesario a ru a' arranza se oopuso, argumen-Y neutralizar a muchos e~e ~ r el mayor numero de fuerzasmandas voleara en contra dm:gos que ~n plan con tales de-

    - el ~riunfo militar, y despu~ :-a:e;~luclon; y q.ue primero eraantIguo argumento de d . o e ormas SOCIales.Con estemovimiento revolucionar~~ecclOn burguesa que usufructa unnes, impuso la aprobacin para contenerlo dentro de sus fi-de Guadalupe, previendo s~~ su proye~to, y as. qued el Plan

    En esa discusin inicial que~ ca;blo. de gobIerno.tradicciones centrales del ~ delmeada una de las con-

    ____rante toda la lucha armada car::nclsmo" que se mantuvo du-tar la Constitucin' la contr~' .expreso nuevamente al redac-de Carranza y el aa militar ~cclOn_e~tre la direccin burguesacuyos representantes se co~ta~~ue~, urguesa y jacobina entreBlanco y otros. Esta ala cont .~ uglca s, en parte, Lucio

    -rranza, fue al mismo tie'mpo e~I a permanentemente por Ca-las masas y para eso aqul te puente de su tendencia haciamomentos decisivos. La estrel~:o d q~ hac~rle concesiones enpus como rbitro en este confli te bregn se elevara des-ms general entre el carrancism e o, aSI como en el conflictoPero para POder cumplir esa fun~i~ las masas revolucionarias.censo de la revolucin y en 1 n. tuvo que esperar el des-d 1 . , e camino liq ide mrsmo modo como el al . b ' UI ar a Carranza'a Jaco ma p . ,tos de vista en la Constitucin ,ara Imponer sus pun-maduraba ella misma en la 1 h ~uvo que esperar (mentra'fundizacin de la revolu ., uc a t~do una extensin y pro-f , cion que aun no . toirmo el Plan de Guadalu eXISla cuando seP pe.

    ero aun con la pobreza Iiti:1Ejrcito Constituciona1ista : ~ica de Plan de Guadalupe,

    I litar en todo el norte del pai resent como un centro mi-masas campesinas En poco t' s para el levantamiento de lasgin estaban en a~mas. rernpo todos los estados de la re-

    En marzo de 1913 entr F . .

    Estados Unidos dond h br~ncISCoVIlla a Chihuahua desde, e se a la r f . d 'de la crcel de Mxico C ~ ugra o despus de escapara~ Ejrcito ConStitucio~ali~~Oena~tlguo ~aderista, se incorpormzaj-, sobre la base de su .0:maclOn y comenz a orga-Chihuahua, lo que pro t p:eshglO e~tre los campesinos dela Divisin del Norte ~i~l se~lab~na. bngada y meses despus

    . a a la SIdo un campesino prfugo90

    de la justicia por sus conflictos con los terratenientes, quehaba desempeado varios oficios del campo y haba vivido enel monte del robo de ganado, siempre perseguido; y en elII!lucha despareja contra los rurales del porfiriato, como pros-crito y bandolero --calificativo que nunca dejaron de darle 8UBenemigos-, habia desarrollado toda su innata y enorme capa-cidad de pelea y de rebelda. Esa capacidad se mostr ya du-rante la corta lucha armada del maderismo y le vali su auto-ridad como jefe militar en Chihuahua. Pero adems de susdotes para el combate, Villa revel muy pronto una grancapacidad de organizador militar, no slo en relacin con lamasa de soldados campesinos que componan su ejrcito, sinotambin en relacin con los oficiales, unos de origen campe-sino, otros pequeoburgueses pobres de provincia, otros mili-tares de escuela, que integraron su estado mayor. Esa condi-cin de organizador supo encontrar tambin un punto de apoyoen los sectores obreros del norte, mineros y ferrocarrilerossobre todo, que se incorporaron a su ejrcito. En particular losferrocarrileros, que en su mayora fueron ganados por el vi-llismo, desempearon un papel decisivo en la organizacin delmovimiento de trenes, vital para el desplazamiento de las -tropas, y un hombre del gremio, el general Rodolfo Fierro,ocup uno de los puestos ms destacados en el estado mayorde Pancho Villa. As ste fue formando y desarrollando la irre-sistible mquina militar en que se convirti la Divisin delNorte.

    Aparte de la Divisin villista, el Ejrcito Constitucionalistaestuvo integrado por otros dos cuerpos de ejrcito: el Ejrcitodel Noreste, al mando del general Pablo Gonzlez, que ope-raba en los estados de Tamaulipas, Nuevo Len y todo elnoreste de Mxico; y el Ejrcito del Noroeste, dirigido porAlvaro Obregn, que actu desde el estado de Sonora descen-diendo hacia el sur por todos los estados de la costa oeste.

    Mientras el Ejrcito del Noreste llevaba una lucha inciertay marginal en su regin, las batallas principales de la guerracivil se dieron sobre la lnea de avance de Obregn, por eloeste, y de Villa, por el centro. Ambos ejrcitos siguieron lulneas ferreas en su desplazamiento, uno el ferrocarril del Pa-cfico, el otro el ferrocarril del centro: los rieles tendidos porel imperialismo para llevar las materias primas del pas hastasu frontera, trajeron la revolucin del norte hasta el centro.

    Tcnicamente, la divisin vllista debia estar subordinadajerrquicamente al Ejrci10 del Noroeste y al mando de Obre-gn. Esa era la decisin de Carranza, quien. tuvo que apoyar-

    91

  • se en Villa pero desde el primer momento le manifest una~profunda desconfianza y hostilidad de clase. Prcticamente,

    Villa no acept esa subordinacin y la Divisin del Norte ac-tu como un cuerpo de ejrcito tanto o ms importante que eldel Noroeste, como en realidad lo era. Carranza tampoco quiso

    ---- n:unca dar el nombre de ejrcito al de Villa, y de ah que,siendo mucho ms que una simple divisin, qued y entr enla historia con el nombre de Divisin del Norte mucho mstemida por los enemigos .en su etapa de auge que cualquierade 103 otros cuerpos militares, aunque llevaran stos el nom-bre de ejrcito.

    Los soldados del Ejrcito Constitucionalista, en sus trescuerpos, eran los campesinos del norte. La revolucin --esdecir, para ellos, la perspectiva de la tierra- los llev a lasfilas. Las partidas campesinas sublevadas en distintas regionesse fueron incorporando a los ejrcitos. Los oficiales, en su ma-yora, surgieron de la pequeaburguesa de provincia --em-pleados, maestros, agricultores acomodados- y algunos delantiguo ejrcito federal, como el general Felipe AngE>les,ar-tillero y estratego del ejrcito vlhsta, Alvaro Obregn era unpequeo agricultor acomodado de Sonora, que pronto se des-tac por sus dotes militares y sus cualidades y ambiciones depoltico. Plutarco Elas Calles, el otro futuro presidente y or-ganizador del aparato poltico de la burguesa mexicana, eracomisario de polica en la pequea ciudad fronteriza de AguaPrieta, Sonora. Manuel M. Diguez, que lleg a general dedivisin en el ejrcito de Obregn, haba sido dirigente de 1

  • Ejrcito del Noroette le 8Wnaron entonces o ms tarde jefescon sus destacamentos militares que se haban sublevado porpropia iniciativa contra Huerta a partir del golpe, como Di-guez, Calles, Iturbe y otros.

    Segn esta designacin, Villa, que con su brigada habaobtenido algunas victorias, entre ellas la toma de San Andrs,quedaba bajo la jurisdiccin de Obregn. El 29 de septiembre

    ,--- de 1913, junto con otras brigadas adems de la suya, Villaorganiza la Divisin del Norte y los oficiales lo eligen generalen jefe. Ello. de octubre, la flamante Divisin se lanza sobrela ciudad de Torren, importante nudo ferroviario, y la toma,obteniendo all tanto pertrechos militares como material detrasporte en cantidad. Ese fue el nacimiento de la Divisinvillista, que iba a crecer en podero vertiginosamente y supe-rar en poco tiempo en importancia militar al ejrcito con queObregn operaba sobre el oeste del pas.

    Despus de la accin de Torren, Villa vuelve hacia el nortey casi a mitad de noviembre se dispone a tomar la ciudad deChihuahua. No lo consigue y entonces, dejando creer que man-tiene an su intencin de atacar esa plaza, realiza una de lasmaniobras que ms afirmaran su fama guerrera. Dejando atrsChihuahua, prosigue a marchas forzadas hacia el norte sobreCiudad Jurez. En el camino se apodera de un tren que des-cenda hacia Chihuahua. En la primera estacin, apresa altelegrafista y le hace trasmitir en nombre del jefe del tren aCiudad Jurez un mensaje donde avisa que la va est cortadams adelante por los revolucionarios y pide rdenes. DesdeCiudad Jurez el mando federal, sin sospechar la estratagema,da orden al tren de regresar, dando parte de su marcha entodas las estaciones. Villa con dos mil hombres se sube altren, mientras su caballera lo sigue forzando la marcha, y encada estacin del camino repite la operacin: apresa al tele-grafista mientras corta la lnea hacia el sur, y pide rdenes.As entra finalmente el tren lleno de villistas en Ciudad Ju-rez, prcticamente anunciando su llegada y sin despertar lamenor sospecha. Dentro de la plaza, Villa y sus soldados sal-tan del tren y aprovechan la tremenda sorpresa de la guarni-cin para rendirla en corta lucha. Este golpe de audacia en-trega a Villa una plaza de primera importancia, porque leabre el acceso sobre la frontera desde donde puede recibirpestrechos y abastecimientos. El relato de la hazaa aumenten la imaginacin popular el prestigio militar de FranciscoVilla e hizo de agente reclutador de su divisin.

    El ejrcito federal enva tropas desde Chihuahua, y Vi1l

    94

    sale a combatirlas a campo abierto. Las derrota el 23.~e no-vembre en la batalla de Tierra Blanca. El 8 de dicembretoma Chihuahua sin lucha, abandonada por los federales. El11 de enero de 1914 termina de destrozar al ejrcito huertistde la zona en la batalla de Ojinaga. A principios de marzo de1914 la Divisin del Norte controla firmemente todo el estadode Chihuahua, y ha terminado los preparativos para lanzar suofensiva hacia el sur, avanzando por el centro del pas paraquebrar la espina dorsal del podero militar de los federales.

    Mientras tanto el ejrcito de Obregn, que el 20 de noviem-bre de 1913 haba tomado la ciudad de Culiacn, capital delestado de Sinaloa, haba entrado en una etapa de inactividadmilitar y se limitaba a controlar principalmente los e~ados deSonora y Sinaloa, es decir, la costa oeste en la regln nortede Mxico. Para todo el mundo era evidente que las batallasdecisivas se preparaban en el camino de avance de la Divisinvillista por el centro del pas. Era la Divisin del Norte, no los 1otros dos cuerpos de ejrcito laterales, la que haba acumula~o Iy desarrollado la fuerza y el empuje para enfrentar y batiral ejrcito federal cuando todava el podero milita~ central deste estaba ntegro. Ese podero iba a ser quebrado no por ac-ciones menores y aisladas en el este o el oeste, sino por las to-mas sucesivas de las plazas de Torren y Zacatecas en abril yjunio de 1914 por el ejrcito de Francisco Villa. All se decidila suerte militar de esa etapa de la revolucin. En marzo de1914 cuando parte de Chihuahua hacia Torren, con el gene-ral Angeles ya incorporado a su estado rnayor, la Divisin delNorte se encuentra en disposicin de su plena capacidad military es una fuerza segura y poderosa.

    La Divisin del Norte tuvo su etapa de auge durante todo

    el ao 1914. Fue entonces la mxima expresin de la capacidadde combate de las masas campesinas. Era un centro de atrac-cin al cual se sumaban los campesinos insurrectos, sus muje-res 'sus familias. Los oficiales, salvo excepciones, surgan delos' mismos campesinos: la audacia, la valenta y la capacidadde combate eran las condiciones a travs de las cuales se ope- -raba la seleccin.

    Con pasin revolucionaria y cario hacia las masas, JohnReed describe en Mxico Insurgente el avance d los villistasen la primera mitad de su ao de triunfo. Es una masa armadaque se desplaza hacia el sur dando batallas grandes y combates

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  • pequeos, conquistando Mxio a caballo, acompaados eo en 8U marcha. Sobre lostambi~, empuan los fU::S sus muiere~ que cuando es p:r~~~

    .--- a sus hIJOS pequeos, los SOld~ l~S ~uJe,res llevando consigocarnEan toda, la fuerza incontenibl: del a Dlvisi~. de) Norte en-

    n aparIencia es un t e a revotucon.po d b ' remendo de df~::qd~iea;~~~~a::n~~a:~~:/e::r:tnS~draye~nP~~~e~n s~~:r~~~n~

    a comun y el ob t' or en Impuesto po 1.--- organizados ". Je lVO comn que ua r a vo-

    d~ la revolu~~ne~e:c~~o~ ~ ~ctori,a si~nifi~a lasa t!~~r~:rn:esin~s

    ::~~~~~ todos serem?s ~gU~I~a~ r~:~r~~~s pobre~, c~:::~de la volu ~dY no habra explotadores En s en paz, tendre-

    , ,n a campesina se a ,ese resorte profundo~~~eUhn1flCalr en su voluntad ~;~t:~ cdOema?dto~e Pancho Villa

    acer o como ni , VICorra la d tsino, es la sntesis de :~~~~ 1otro po~que l mismo' es un :a~dos,los deseos y 1 as cualIdades y r pe-capacidad as ,perspectivas de sus homb asgos del carcter,

    1,orgamzadora de Villa ' res, Por eso pudo la

    en e mejor ej it d convertIr a eC ,rcl o e la revolu " . sa masa armadaon el vlllismo la in cron meXIcana.

    naleros del norte 'd rnensa multitud de los .objetivo, siente q~e eselo:

    ncampesinos sin tierra, ~~:~rJor-

    vez puede expresars corpora a la vida ue ~a Un~er reprimidos y ap~~s~~~batZopa~a vencer 'y qdeci~~: :~lmeraJefe es tambin un ,s. SIente mucho m.' paray el mejor hombre campesInO, el mejor militar el S ~rq~e suprograma, como Z de

    tcampo de todos, El vilJi~m meJo~ JInete

    de pro apa a, pero tiene la f' o no tene unrrectosgrama, su persona representaba Ig~ra de Villa: a falta

    Se. 'v . a os campesinos nsu-~ elan en Villa 1 . .;t~~nivel heroico l~s ;:s~:P;~::~osc~nfianza absoluta. Lle-

    en la luc~;~~a e:::}~~:ores. la desconfi';:~~: ~~s: el c?~aje,fraternidad la t d a veces, la astucia y 1 . placablhdadpobres y lo~ opri:?::sa y la s~~idaridad cam';s:~::nuid?d, lareflejo indirecto de 1 ,.y ta~blen la inestabilidad d hacl,a losla sociedad burg a SItuaCIn intermedia del e caracter,acciones de Villa u;:sa. Por eso los rasgos teatr c:mpesinado en\As tenia que ser elenen una exp1icae;in profunad es en muchasI su propia base u~ ran ~n medio de comunicaci ~ y .necesaria.'Y de imposici~ d medIO elemental de unificaci? l~tIn~ivo con

    Era necesaria ~asu ;;!un~ad de mando. on, e dIreccindar una direccin pe nabdad de Pancho Villa esas masas en mo '. a para unir y

    vimiento, a las cuales Be

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    b

    sumaban y con las cuales se confundian arribistas, pequeobur-gueses pobres y ambiciosos, desertores, militares, partidas ar-madas formadas espontneamente en las aldeas del norte quese reunan y dispersaban al azar de las batallas. Podia darla noporque sus rasgos estuvieran predestinados para ello, sinoprecisamente por lo contrario: porque esa personalidad era elproducto, la quintaesencia, la "creacin" de esas masas que ele-varon a Villa como su jefe. La mayora de los rasgos enrgicos,marcados, que la burguesa ha tratado y trata de denigrar enVilla -mier.tras oculta o disimula el carcter cruel, siniestroy asesino de sus jefes, Carranza el primero, masacradores a san-gre fra de miles y miles de campesinos- eran rasgos necesariospara poder ejercer su jefatura sin los medios culturales y de.clase que la burguesa y sus instituciones proveen a sus propios'cuadros. Villa, ms que ninguna otra figura de la revolucin,lleg a infundir terror a la burguesa, Y la denigracin no esms que el reflejo invertido del miedo que an le inspira.

    El origen de ese terror no era Villa en si, sino la revolucincampesina que l representaba. Pero Villa .saba tambin cmoutilizar militarmente ese terror. Sabia mantener, cuidar y acre-centar el prestigio y la fama de invencibilidad de la Divi-sin del Norte. Y lo utilizaba como uno de los elementos de laaccin militar, pues inspirar de antemano terror al enemigoera tenerlo ya a medias vencido antes de entrar en choque di-recto con l. Por eso muchas de las ancdotas de supuesta cruel-dad de Pancho Villa, no eran en esencia ms que medidas ele-mentales, instintivas a veces, pero imprescindibles en aquellalucha, de terror revolucionario contra el enemigo de clase, Ja- \ms contra las masas, jams contra los campesinos emple larepresin o el terror el ejrcito de Villa: es una contradiccinnoms plantearlo. En cambio, Madero primero, Huerta despus,Carranza ms tarde asesinaron en masa al campesinado de Mo-relos, quemaron, fusilaron, masacraron, deportaron hasta exter-minar a la mitad de la poblacin de la zona zapatista.

    "El ejrcito napolenico --deca Marx- era el point d'non-neur de los campesinos parcelarios. eran ellos mismos conver-tidos en hroes, defendiendo su nueva propiedad contra elenemigo de fuera, glorificando su nacionalidad recin conquis-tada, saqueando y revolucionando el mundo. El uniforme era suropa de gala; la guerra, su poesa; la parcela, prolortgada y re-dondeada en la fantasa, la patria; y el patriotismo la formaideal del sentido de propiedad". Aun ms que eso, mucho ms,era el ejrcito villista para los campesinos de Mxico, por-que era tambin su fuerza, su "partido militar" y su persona li-

    97

  • dad de hombrea, negada por los opresores durante siglos, en-trando violentamente al mundo a sangre y fuego, abrindosepaso gozosamente contra los patrones, los ricos y los catr ines,

    En parte por instinto de clase, en parte por inteligencia yconciencia, en todo eso supo apoyarse Pancho Villa. De ahsala el tremendo empuje militar de la Divisin del Norte."Cuando ganemos la revolucin, sta ser un gobierno de hom-bres, no para los ricos. Vamos caminando sobre las tierras delos hombres. Antes pertenecan a los ricos, pero ahora me per-tenecen a mi y a los compaeros", deca un capitn villista aJohn Reed. Y le deca un campesino viejo:' "La revolucin esbuena! Cuando concluya, no tendremos hambre nunca, nunca,si Dios es servido:'. Con esa carga concentrada y explosiva deesperanzas se precipit sobre la capital la Divisin del Norte,haciendo trizas en el camino al ejrcito de los terratenientes.

    Pero no slo con esperanzas se hacen los triunfos, sino antetodo con organizacin de las fuerzas propias. Y en eso Villa fueun maestro. Supo utilizar los trenes hasta el mximo, organizarlos abastecimientos, obtener los pertrechos y los fondos dedonde los hubiera, tener hasta treinta y cuarenta vagones hos-pitales con los ltimos adelantos de la poca, esmaltados deblanco por dentro, con todo el instrumental quirrgico, organi-zar la evacuacin veloz de los heridos hacia la retaguardia. Seesforz por ir imponiendo las normas del reglamento militar.Supo utilizar a los oficiales de carrera que se fueron incorpo-rando a su ejrcito. Y tuvo a su lado al ms destacado de ellos,el general Angeles, y supo apoyarse en su capacidad como arti-llero y en sus condiciones de estratego militar que fueron unode los factores de los principales triunfos de la Divisin.

    Fueron condiciones de mando de Villa la audacia y la impe-tuosidad de los movimientos de combate, para los cuales seprestaba su elemento natural de lucha y su arma favorita, lacaballera, Pero a esas condiciones las acompaaba un sentidonatural de ahorro de fuerzas y de preocupacin por la suertede sus soldados, por sus condiciones de combate y por sus vidas.Precisamente todo lo contrario de la actitud de los oficialesfederales, que consideraban al soldado simple carne de candesechable y despilfarrable en las batallas. Por eso el soldadovillista, adems de que luchaba con un objetivo revolucionario,vea tambin lgico cuando una orden le exiga arriesgarse, ju-.garse la vida o aun ir a la muerte, porque su experiencia leIhaba enseado a confiar en que el mando cuidaba hasta dondeera posible las vidas de sus hombres.

    Pero sobre todo, la Divisin del Norte eta el ejrcito de los

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    campesinos. Lo encabezaba un caudillo campesino. La mayorparte de sus oficiales eran campesinos. Sus tren.~s veruan c~-gados de campesinos y campesinas armados, hacindose dueosde Mxico. Por donde avanzaba, alzaba las esperanzas campe-sinas, coneerrtraba el apoyo, estimulaba con su solo paso 8sublevarse, a tomar las tierras, a cultivar cada uno ~u parcelaen las haciendas de donde haban huido los terratenientes. Larodeaba y 13 empujaba el cario de Ias masas. Tenia, co~.o loszapatistas y como todos l,os ejrcito~ populares, un servlc~o ~e,informaciones perfecto: siempre sabia que pasaba en terr tor-oenemigo, qu se planeaba en sus campamentos y c~o prepa-raban la defensa de sus ciudades, porque el campesinado veatodo e informaba todo por sus innumerables bocas. Por eso,mientras durara el ascenso de las masas, la Divisin del Norteera invencible. Y a travs de ella, o al amparo de ella, las ma-sas del campo aprovechaban para ajustar muchas pequeas ygrandes cuentas, acumuladas durante sig,loSde opresin _y derapia, con los ricos, sus agentes y sus aliadcs, con los senores,sus administradores, sus mayordomos y sus rurales. Era la re-volucin.

    No slo la fulminante capacidad de combate, sino la capa-cidad de organizacin de Pancho Villa es un recuerdo de pesa-dilla para la burguesa mexicana. Villa ense que el ejrcitoburgus no es invencible en la guerra civil y dej la tradicinen Mxico de que un ejrcito campesino, dirigido por un gene-ral campesino, puede vencerlo batalla tras batalla hasta an~qui-1arlo militarmente. Eso la burguesa lo tolera y hasta lo olvida auno de los suyos, pero no lo perdona jams a un antiguo pen desus antiguas haciendas. Un campesino antes bandolero, que nopudo recibir siquiera instruccin escolar elemental pero quesaba a perfeccin todas las artes del caballo, del campo y delas armas; que aprendi a escribir en el tiempo que estuvo en -la crcel de Mxico pero que mostraba una rapidsima inteli-gencia organizadora; que para la burguesa era la negacin desu cultura y de sus hbitos de clase, pero cuyas reaccicnesy movimientos no poda prever y le echaban encima fuerzasenemigas, poderosas y desconocidas para ella; ese hombre ~le apareca como una encarnacin del mal absoluto, es decr, ..de la revolucin. Y sobre todo, ese hombre mostraba.que nada delo que ella, la burguesa, consideraba imprescindible para vi-vir en realidad era necesario. Es decir, en el fondo, que ellamisma como clase no era necesaria, porque un dirigente cam-pesino era capaz de organizar lo que sus mejores administrado-res jams hubieran podido. Eso es una pesadilla para la

  • burguesa, pero es tambinseguridad histrica para l ' y sobre todo, una fuente ms deme . as masas de~' Pmona de ellas se manti . .! XICO. or eso en la]a ~istoria oficial lo denig~~e~::a la figura de Villa. y aunquesirnestra de Carranza, Villa si ntr~s. ensalza la figura gris yel arte popular, en las ancd~~e vvendo en los corridos. enmasas. as y en la esperanza de las

    La Divisin del Norte era la ..masas campesinas, as como e forma .mIlItar del poder de lasforma social. Esa fue la ot ! ~apatIsmo era ante todo suChihuahua en el mes d p encia Irresistible que partiendo dy 1 2 d e marzo de 1914 se b ti ee e abril quebr la resiste . f d' a a.lO sobre Torrenncia e eral e hizo suya la plaza.

    La ~oma de Torren por los doc .

    de varros das de batalla h b 'demil hombres de Villa luegolas poblaciones cercanas' Sala SI o precedida por la toma deFue seguida das despus' ;~:mento, Lerdo, Gmez Palacios.a .m.a?~s de los villistas e~ San ~ nduevaderrota de los federalesDivisin del Norte destroz' e ro de las Colonias, donde laen '1' o a una columna qu 'auxr 10 de Torren 1 e venia -tarde-d 1 . . ' a a cual se hab ide a guarrien que des u ian UnI o los restoscuar aquella plaza. Este ~n'~ d: la derrota haban logrado eva-fue el golpe ms demoledo J n .~.~e batallas victoriosas de Villacito de Huerta y dej e r rdec11 o hasta entonces por el ejr-1

    n po er de la D' . .,p aza de primera mportane IV1SlOndel Norte unarecu la, centro de una . , .rsos econmicos nudo f '. regron rrca enP 1

    ,errOVlano y b dara anzarse sobre Mxico t . . ase e operacionescerraba el camino la plaza' d:n ~e cuya CIudad y Torren slorre6n y San Pedro de la C 1 .acat~cas. Los triunfos de To-in . ,. s o OnIas dieron un .. . .I?lenso al ejercito villista y d . pr'estig io mflitarnimo de combate de las f eraron to~almente maltrecho elresolvieron que tras un ;:erzas del gobierno, Villa y Angelestropas con los recursos de ;:ve descanso para pertrechar laslanzarse en fuerza sobre Za~:~en~ era el ~e~or momento paraguerra. e s y decidir de una vez la

    T~mbin en abril fueron tomadas .Y.

  • campesinas y a la revolucin campesina dentro de la estructuray los fines del ejrcito constitucionalista, y por el otro, par-apoder organizarlas en forma militarmente efectiva, hazaa queslo la confianza de los campesinos armados en uno de lossuyos, Pancho Villa, poda lograr, y que en cambio jams ha-bra conseguido la direccin distante y hostil de Carranza y susoficiales.

    La poltica de Carranza no era ms que la de toda burgue-I sa nacional dbil que necesita apoyarse en las masas en ascenso

    hacindoles concesiones y contenindolas; y con todas las alter-nativas de las distintas relaciones de fuerzas nacionales y mun-diales en cada perodo, ha sido desde entonces la de la burgue-sa mexicana. Pero en aquel momento sobre todo, Carranza nopoda triunfar con mtodos burgueses "clsicos" y deba aceptarlos mtodos revolucionarios del villismo, que prcticamente noescapaban a los fines burgueses (y por eso poda aceptarlos, adiferencia de los del zapatismo ), pero que de todos modos esta-ban consolidando para todo el porvenir una confianza indes-tructible de. las masas en s mismas y por eso mismo dejandominado para siempre el poder y la autoridad de clase de laburguesa. Todos los esfuerzos de Carranza para salvar terca-mente "el principio de autoridad", como lo llamaba, muestranque se daba cuenta de esto, pero tambin que no tenia otraalternativa.

    Pero al mismo tiempo la direccin campesina de Villa, contodo su podero militar, no poda sobrepasar por s misma loslmites del programa burgus del constitucionalismo. No se con-formaba con ste, pero no poda formular otro. Slo poda pre-sionar, como en efecto lo hizo, para que se hiceran concesionesa los campesinos, a los "pobres", dentro de los marcos de eseprograma.

    A la contradiccin interior del carrancismo burgus, co-rresponda la contradiccin interior del villismo campesino, quechocaba con aqul pero al no poder formular otra perspec-tiva, deba aceptarlo. Por otra parte, la forma de ejrcito orga-nizado segn los principios del arte militar que tena la Divisindel Norte, slo era posible dentro de una perspectiva de poderestatal y de un principio de poder estatal, como lo constituael de Carranza, perspectiva que los campesinos por s solos nopodan dar. Sin ese respaldo "estatal", nada ms poda el carn-pesinado por s solo alcanzar la forma militar de guerrillas ymilicias guerrilleras como la del.zapatismo; y a esa forma deguerrilla, por numerosa que fuera, tuvo que reducirse posterior-mente Villa cuando tuvo que combatir contra el Estado en

    102

    d bi hacerlo no por limitacin de supoder de Carranza; y., e I~ Iit en abstracto, sino por limita-capacidad de orgamzaclOn rru 1 ar .cin concreta de su base de clase campesma.

    .' i os la regin de Salti11o, Villa re-

    Luego de limpiar de enem g 1 opsito de continuarconcentra sus fuerzas en Torren con ~bePrnuevamente rdenes

    haci 1 sur Entonces recrsu avance acra ~.' ar con una parte de sus hom-de esperar y de limItarse a apoy del general Pnfilo Naterabres -tres a cinco mil- a las ~o:a~ toma de Zacatecas. Villaa quien Carranza ha encamen a o odr tomar Zacatecas, quese enfurece Sabe que Natera no ~ no bastan para volcarlos hombres que se le ordena enviar ue adems Y sobre todola lucha a favor de los atafantes yo; una victoria militar quese le pretende arran~ar de as m~7visin del Norte. Es cuandoest seguro de conqUIstar ~l~~t~Ucon Carranza. Villa se niega aestalla a plena luz el con , anda a Carranza su renun-enviar los hombres qu~ le, ~)ldednlYNmte El Primer Jefe acepta

    ief d la DlvlSlon e or. lacia como je e e , ti' graf() y convoca porla renuncia inmedlata.~ente, Pdor le e gene~ales de la Divisin

    . eunlOn de to os os . V'llmisma v ia a una r '. , ha de suceder a I a,del Norte para que le pr?~onga~e q~:~~na establecer su mandoal cual agradece sus,~er,;:clOs los generales villistas respondenen la ciudad de Chi ua ua. aceptacin de la renunCIa,pidiendo a Carr~nza que rev~qu: .su de autoridad por sobre laEste insiste, in~o,cando el ferm~~~~~an los generales, Sigue unconveniencia rnilitar que P, telegrficoS en el cual Ca-violento intercambio de mensaJes' t'ene la fuerza ni la auto-

    , ceder pero como no Irranza se mega a , 1 d la Divisin del Norte sos- jridad para im~oner, ~os genera,:':e ~eclaran que no acatan ms,tienen a FrancI~co VIlla com~~ 'h~cho toda la Divisin con su jrdenes del Pnmer Je~e yb d' acin contra la jefatura co~s- (estado mayor entra en msu ,o~ m diados de junio, VIlla

    . ' E sas condiciones, a me , d 1tit'lclonallsta. n e , . e inici. siguiendo la Vla erene todas sus fuerzas mlhthar~s 1 u. s~bre la plaza decisiva

    . o avance aCla e s - bferrocarnl, su nu~v "de su avance, las rdenes a ~ur-de Zacatecas. La mt~~rupclOn iba el desvo hacia Saltlllo,das, el sabotaje pofitico desde a~~~p~ su ritmo a la poderosano han logrado hacer perder su la Divisin del Norte, sino quemquina de dar, batallas qu~ e~ menores la han fortalecido enms bien Paredon Y los c.om a essu confianza y en su furia. la "carrera" sobre Mxi-

    Adquiere entonces su mayor vigor

    103

  • eo entre la Divisin del Nort 1 E" ,cual a Villa han tocado y t e y e. rerctc del Noroeste, en lamenores desplazamientos li:~~e:un ~as mayores bat~llas y losponden las batallas menores lo~ ~llentras ~ Obregn corres-sos, Esto se debe por un 1 ~ esp lazamieritos ms exten-contener a ambos pero ac a ~, a que los federales tratan degrueso de sus tropas en eUlmu a? los mayores obstculos y elcamino de Vill .amenaza de clase ms hostil' a, en quien ven lade Carranza desde arriba ob~/ p~.r otro lado, .a que la jefaturaotro hacia adelante, De dond:cu ~:a a un~ mientras empuja alde los frentes de guerra se estaJ de. ~eclrse que por encimafrente nico burgus de cla ece tcitamente una especie detismo, no para detener la u~~rent~e el carra~cismo y el huer-villista. Este "frente ni!" f:' ~mo para ~lsminuir el peligroa quien Carranza no reconoce n~~o~a . t~mb~n contra Zapata,dolero", aunque los za~at' teJara Jamas de llamar "ban-

    ! Huerta, y cumplen un alSeas c~~baten ~l enemigo comn,I amenazar sin tregua las ~u~ria:n~~tar ,d~ Importancia: el dei y mantener clavados en los ter it ,Mex;co, sede del gobierno,\mil hombres del ejrcito f d rr OrlOS el sur de ocho a diezran contra las fuerzas con:t,~ra~, qUl~de lo contrario se volea-norte. I uciona stas que avanzan desde el

    A este frente burgus por encima d .corresponde a su vez un f t ,E: las lmeas de fuegoD' , " ren e campeSIno e 'IVlS10ndel Norte y el Ejrc't Lib n ascenso entre la

    zapatismo, ms dbil mi1ita1ro 1t erta~or del, Sur, en el cual elel villismo la poderosa atrac in d e, ejerce sin embargo sobretib cion e su progra I ,rl uye a darle seguridad p " ma po itco y con-

    rranza, Ambos se reconocen ara su inevitable ruptura con Ca-ven ~us enemigos -tanto ca~~:~a fuerzas h~rmanas y as lasque mtentan evitar o retardar t ~ Obregn como Huerta-cin militar. por o os los medios su conjun-

    r De ah que mientras la guerra '.\constitucionalistas, entre el ala " c?ntm~~, entre federales y[ssta" de la burguesa, ambas s~eacclOna;l~ y el ala "progre-J tener al campesinado insurrecto r:nen ta~:amente para con-linea de clase, aunque en aparie~cia :ef!iraclOn ~ue establece lay el polvo de las batallas resulta a s ~~scureclda por la furiams profunda y duradera ' pa Ir de entonces muchopor la linea de fuego Y poqrueela es~ruendosa separacin trazadaP

    . . so mismo esa s iasa por encima y a travs de la I ci eparac n de clase

    someterla a su lgica es dec mea e fuego y no tardar ende fuego que se ajust~ a la uIr, e~ establecer una nueva lneable de esta y de toda guerra l~~:il. e clase, Es la lgica inflexi-

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    Por todos esos factor~s era Obregn, beneficiario del acuer-do tcito de los altos mandos burgueses, quien estaba destinado aganar la "carrera" sobre Mxico y a que se le rindiera la ca-pital, no Zapata ni Villa, Pero como las maniobras en lahistoria ocupan un lugar muy infenor y subordinado al de lasfuerzas materiales de clase, sta de entrar a Mxico con la com-plicidad de amigos vencedores y enemigos vencidos no le sirvial general Obregn ms que para retardar, pero no para impe-dir, que meses despus los ejrcitos villista y zapatista, en lapunta ms alta de la revolucin, entraran en triunfo en la ca-pital desde el norte y desde el sur sin disparar un solo tiro.

    El 22 de junio de 1914 la Divisin del Norte inici su ataquesobre Zacatecas, que estaba desde doce das antes bajo el fuegode las tropas del general Natera. El 23 de junio, en la msgrande accin de armas de la guerra civil hasta entonce!;, Villatoma Zacatecas y queda all literalmente aniquilado todo UJ1ejrcito federal de doce mil hombres, con toda su oficialidad,sus trenes, su artillera Y armamento, sus pertrechOS Y abaste-cimientos. Slo pequeos de