rodrigo. mirra

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Diapositiva 1

El mito de MirraEl nacimiento de Adonis

El mitoEn la mitologa griega, Mirra (en griego )o Esmirna () era la hija de Tas, rey deAsiria, o Cniras, rey de Chipre, y madre con l deAdonis.Existen varias versiones de este mito.

Enlaces a las versiones

Fbula N 58 de HiginoApolodoro de Atenas (III. 14 4)Versin indeterminadaOvidio, Las Metamorfosis (X. 435)Adaptacin de Cristina Snchez del texto de Ovidio

Fbula N 58 de HiginoEn una versin narrada en la fbula n 58 de Higino, la esposadel rey Cniras, Cencreis o Cencreide, presuma de que su hija erams hermosa que la mismsima Afrodita. Para castigar a sumadre, Afrodita hizo que Mirra se enamorara de su padre,Cniras, y le sedujese en sueos, engendrando a Adonis.Enfurecido, Cniras quiso matarla. Afrodita, que se compadecide ella, la transform en un rbol de mirra.

Apolodoro de Atenas (III. 14 4)En la variante recogida por Apolodoro de Atenas (III. 14 4), es lapropia Mirra la cual se compara irrespetuosamente con Afrodita,la cual, en castigo, hace que se enamore ciegamente de supadre. Con ayuda de su niera logra cometer el incesto. CuandoTas lo advierte monta en clera y quiere matar a su hija. Sinembargo, los dioses la transforman en un rbol de mirra, quecrece durante diez meses y de l nace Adonis.

Versin indeterminadaEn otra versin Afrodita transform a Mirra en rbol cuando huade su padre. Adonis naci cuando Tas dispar una flecha alrbol o cuando un jabal us sus colmillos para desgarrar sucorteza.

Ovidio, Las Metamorfosis (X. 435)En la versin de Ovidio (Las Metamorfosis x.435), el padre deMirra era Cniras y la muchacha logr acostarse con ldisfrazndose como una nueva concubina.sta es probablemente la versin que Dante tena en mentecuando en La Divina Comedia ve a su sombra sufriendo la rabiapor toda la eternidad en el octavo crculo del Infierno. Su castigono es la consecuencia de su antinatural lujuria (que le habrallevado al segundo crculo), sino de haber practicado el arte delengao.

Adaptacin de Cristina Snchez del texto de Ovidio en Las metamorfosisMirra era una joven muy hermosa que haba sido criada por sus padres con mucha ternura y cario. Cuando lleg la hora de casarse fueron muchos los pretendientes que quisieron tomarla por esposa. Su padre le pregunt cul de ellos le gustaba ms como marido. Ante sus palabras, la nia primero se ruboriz y luego, bajando los ojos, se ech a llorar. El padre pens que su hija era muy tmida y que estos asuntos la abrumaban. Se acerc a ella y con mucho amor sec sus lgrimas y cubri de besos su frente y sus mejillas. Entonces Mirra levant la vista hacia su padre y contest: Quisiera un marido que se pareciera a ti. Y Cniras, que no entendi sus palabras, le respondi: No dejes nunca de querer a tu padre. En cuanto oy la palabra padre, Mirra, avergonzada de su deseo, agach la cabeza.

Al llegar la noche la joven no poda dormir. Daba vueltas y vueltas en la cama mientras un fuego le arda por dentro y a su pensamiento volva una y otra vez la imagen de su amado. Como saba que era un amor criminal se avergonzaba; y aunque lo rechazaba, no poda dejar de pensar en l. Su indecente amor no tena ms reposo que la muerte, as que se levant de la cama dispuesta a anudar su garganta con un lazo. Preparada ya para morir ahogada pronunci unas palabras de despedida: adis, querido Cniras, espero que entiendas mi decisin. Sus palabras, pese a haber sido pronunciadas muy quedas, fueron escuchadas milagrosamente por su nodriza. Abri sta las puertas del dormitorio de su nia y al ver la escena grit y se abalanz hacia la muchacha a fin de liberarla de sus ataduras. Cuando la hubo arrancado de la muerte la abraz y comenz a preguntarle: Qu te ocurre, mi nia? Qu te ha vuelto tan loca como para querer matarte? Eres an muy joven para ir a la morada de Hades.

La anciana apremiaba con sus palabras a Mirra, pero sta no contestaba. La nodriza continu con su discurso: Si alguien, mi nia, te ha hecho dao, dmelo. Yo s de conjuros que pueden liberarte de cualquier mal. Te purificar con un rito mgico. Viven tu madre y tu padre, qu mal puede apremiarte? Al or la palabra padre Mirra suspir y el suspiro hizo presentir a la nodriza que se trataba de una pena de amor. Sin sospechar quin era el objeto de su deseo rode a la nia con sus brazos y le dijo: Ests enamorada!. Mirra se solt rpidamente y ocultando su rostro en la almohada le contest: No quieras saber ms. Vete. Djame. Lo que quieres saber es un crimen.La nodriza se asust y se dirigi nuevamente a ella. La amenaz con difamar su intento de suicidio si no le confesaba su nombre y a rengln seguido le ofreci ayuda para conseguir su propsito. Mirra se volvi hacia ella y, aunque intent confesarle la verdad, las palabras no lograban salir de su boca. Tan slo pudo decir: Oh, madre, qu dichosa eres t con tu esposo!. No hizo falta ms. La nodriza comprendi al momento que su amado era Cniras, su propio padre. Sea, le dijo, disfrutars de tu pero no pudo pronunciar su nombre.

La anciana esper el momento propicio para ayudar a Mirra a conseguir su deseo. Cencreide, la madre de la joven, asista a las fiestas de Ceres y pasara fuera toda la noche. Cniras estaba alegre por el vino y acept la invitacin amorosa que la nodriza le hizo en nombre de una joven. Al preguntarle la edad, aquella contest que era semejante a Mirra. Pactado el encuentro fue a buscar a la muchacha y le dio a conocer el engao urdido. Al enterarse de la noticia, Mirra no saba si alegrarse o entristecerse. No obstante, su deseo era tal, que al llegar la hora acordada, se encamin a los aposentos de su padre. Aunque tropez tres veces en el camino, aunque oy tres veces el canto mortuorio del bho, lleg hasta la puerta de la alcoba paterna. Slo despus de abrirla y de acercarse al lecho comenz a temer. Se arrepenta ya de su osada y deseaba no haber ido all cuando la nodriza, que la haba acompaado todo el camino, la cogi de la mano y dirigiendo sus palabras en direccin al lecho dijo: Aqu la tienes, Cniras, es toda tuya.En la oscuridad de la noche los dos cuerpos se unieron sin conocer uno el rostro del otro. l, recordando las palabras de la nodriza y para tranquilizar a la joven, la llam hija. Ella, oyndole hablar, lo llam padre. Una vez saciado su deseo la joven se march. Volvi la noche siguiente y algunas ms.

Despus de tantas visitas nocturnas quera Cniras saber quin era la muchacha que sustitua a su mujer en el lecho. Por ello, una noche, aprovechando que la joven estaba dormida, se levant, cogi una lmpara y acerc la luz a su rostro. Al momento comprendi el crimen cometido. Quiso ponerle remedio con la espada, pero Mirra, que se haba despertado y haba visto a su padre armado sali corriendo de su lecho, de su cuarto, de su palacio y de su reino.Vag durante nueve largos meses gestando durante ese tiempo un nio en su vientre. Finalmente par en la tierra de Saba. Dudando si morir o vivir habl de esta manera: Conozco mi crimen. No deseo ultrajar a los vivos viviendo con ellos, ni a los muertos poniendo fin a mi vida. Ay de m, si alguna divinidad pudiera ayudarme. El propio Zeus escuch sus palabras e hizo que la tierra cubriera sus piernas. stas se endurecieron y retorcieron, al tiempo que tambin se endureca y retorca su cuerpo. La sangre se transform en savia, los brazos en ramas grandes y los dedos en pequeas hojas. La piel se convirti en corteza. Oprima sta el vientre de la joven quien, habindose completado ya los nueve meses de gestacin, estaba a punto de dar a luz. Los dolores del momento hicieron que brotaran

lgrimas de savia de la corteza, la preciada mirra. No tena boca para invocar a Lucina, la diosa de los partos; sin embargo, la diosa apareci junto al rbol y dijo las palabras propias del parto. Se abri una ranura en la corteza y por ella sali un nio al que las Nyades asistentes al nacimiento ungieron con las lgrimas de su madre. As naci Adonis, hijo y nieto del mismo hombre.