romanticismo decimo

Upload: alefredegar

Post on 20-Jul-2015

858 views

Category:

Documents


1 download

DESCRIPTION

Guìas de Estudio para estudiantes de grado décimo

TRANSCRIPT

ESCUELA NORMAL SUPERIOR PASTO

UNIDAD 2DON QUIJOTE: VIVIR PARA LA LOCURA.

ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES DE GRADO DCIMO

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO

EL RENACIMIENTOLa edad media finalizo con el periodo llamado RenaEl paisaje y el hombre como centro del mundo son cimiento denominado as porque propicio un fuentes de inspiracin, dejando de lado las guerras, resurgir en el desarrollo cultural. La apari los hroes y los temas religiosos. cin de un movimiento no espontanea Haya una exaltacin de la razn y el anlisis cientsi no que se va gestando a travs del fico y filosfico con alto sentido critico, relegando tiempo y esta marcada por determinadas situaciones. En el siglo XIV el dogmatismo medieval. dos hechos fueron los que originaSe valora ms la vida terrena que la vida sobreron el cambio que llev a producir natural. En cuanto a la educacin se busca el la ideologa renacentista: el l desarrodesarrollo equilibrado del hombre en todas sus llo de la burguesa y la influencia del humanismo italiano. facultades, la razn, el sentimiento y el instinto; El renacimiento surge como respuestomando la naturaleza como modelo de la ta de la nueva mentalidad de la poactividad humana. ca, la cual engendra admiracin por Con la invencin de la brjula se incrementaron las antiguas culturas clsicas: griega y latina. Su impulso encontr apoyo largos viajes nuticos y con ellos los grandes en el invento y desarrollo de la imprenta. descubrimientos, como el de Amrica, lo cual ampli la visin del Para los renacentistas, el arte significaba aristocracia espiritual y mundo que tenan las personas. delicadeza; miraban, incluso, con cierto desprecio las creaciones populares y an las obras realizadas durante la As, el renacimiento influy en todos los aspectos de la vida: poltico, social, econmico, artstico y religioso. edad media.

El Renacimiento Espaol

En Espaa, el Renacimiento tuvo su propia forma de expresin y fue ms duradero y original que en otros pases, aunque algunos historiadores opinan lo contrario y consideran que es simplemente una continuacin del Italiano. Adems de las causas generales del Renacimiento, ste se vio favorecido en Espaa por la proteccin de los Reyes, la fundacin de las universidades y colegios, el triunfo de la lengua popular, la influencia de Desiderio Erasmo de Rotterdam y la publicacin de la Biblia Poliglota. En sus comienzos, el Renacimiento espaol funde las nuevas corriente europeas con la tradicin nacional. De esta tradicin toma lo popular que coexiste con lo universal europeo. Tambin se combinan el realismo y el idealismo, caractersticas que permanecern en la literatura europea. Durante esta poca Espaa, bajo el gobierno de Carlos V, cobr im-

portancia ante los dems pases europeos y la lengua castellana lleg a su plenitud. El humanismo Durante esta poca, tuvo mucha acogida la teora humanista. La gran mayora de los hombres del Renacimiento eran humanistas. Un humanista es al mismo tiempo, poeta y filosofo, erudito y artista. El humanismo surgi en Italia pero pronto se extendi por toda Europa; considera al hombre como eje central del mundo y dueo de su propio destino, sujeto tan solo a las leyes de la naturaleza. Se tiene plena confianza en el razonamiento individual, se exaltan los sentimientos humanos y se justifican los instintos naturales. Esta teora recibi el nombre de antropocentrismo, que significa el hombre como centro del mundo, y se opone al teocentrismo, Dios como centro del mundo, propio de la edad media.

Se puede distinguir dos clases de humanismo. - El humanismo clsico, laico o pagano que cultiv solamente los valores humanos, en una total limitacin de la literatura y el arte antiguos, adems de la costumbre y forma de vida de los antiguos. - El humanismo cristiano reproduce el mundo antiguo con una visin cristiana. Este ltimo fue el que tuvo acogida en Espaa.

DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO

Lirica del siglo XVIEn la poesa espaola de la primera mitad del siglo XVI, se presentan dos tendencias paralelas: la poesa castellana del cancionero, representada por Cristbal de Castillejo y la poesa italinazante.

Francisco de Petrarca: Italiano, seenleelconsidera elde Roma.humanista por haber sentidobaladas, canciones primer y difundido le espritu de la antigedad. Fue coronado como poeta Capitolio En su cancionero presenta Garcilaso de la gran amigo de Boscn, visit dosToledo.Italia dondeelaprendi renacentistapoticas italianas;alen Vega (1501 1536) Naci en veces Sintetiza ideal del las formas espaol. Luch lado del emperador Carlos V.su obra imit a Petrarca pero con originalidad. Introdujo la forma potica Lira. Herido en el crneo durante el asalto a la fortaleza, muy de Provenza, muri das ms tarde en Niza. Su obra est compuesta por: tres glogas, dos elegas, cinco canciones y varios sonetos.Cuando me paro a contemplar mi estado y a ver los pasos por d me ha trado, hallo, segn por do anduve perdido, que a mayor mal pudiera haber llegado; mas cuando del camino estoy olvidado, a tanto mal no s por d he venido: s que me acabo, y mas he yo sentido ver acabar conmigo mi cuidado. Y acabar, que me entregu sin arte o a quien sabr perderme y acabarme, si quisiere, y aun sabr querello: que pues mi voluntad puede matarme, la suya, que no es tanto de mi parte, pudiendo, qu har sino hacello?

y el soneto adquiere su forma definitiva. Durante las bodas de Carlos V con Isabel de Portugal, en junio de 1526, el embajador italiano Andrea Navegero le aconseja al poeta espaol, Juan Boscn, el uso de las formas poticas italianas. Boscn acoge la idea y junto con su amigo Garcilaso de la Vega, componen poemas al estilo italiano o petrarquista.

Tendencias liricas de mitad de siglo XVIEn la segunda mitad del siglo XVI, ya haban sido aceptadas y generalizadas las innovaciones poticas de Boscn y Garcilaso. Surgieron entonces, dos tendencias poticas: la tendencia salamantina a la cual pertenecen poetas radicados en Salamanca, con Fray Luis de Len. Acepa las formas italinazante y cristianiza los ideales paganos grecorromanos, e preocupan ms por el fondo o contenido de los poemas, dndoles una visin filosfica. La segunda parte del siglo XVI se caracteriza por el avance y restablecimiento del autoritarismo clerical, especialmente a partir del concilio de Trento fortalecido en Espaa por el sistema imperial burocrtico de Felipe II. La situacin es muy diferente a la primera etapa del siglo, se dejan atrs las actitudes del humanismo, quedando truncas una serie de ideas y reformas que haban surgido, y que parece que se reviviera en el medioevo. Fray Luis de len mantuvo el humanismo cristiano de comienzos del Renacimiento espaol, aunque sus ultimas obras tienen una influencia asctica (doctrina piadosa) que abri paso a la posterior poesa mstica. Fray Luis de Len se opuso a los sacerdotes dominicanos y a la organizacin casi militar que haba adoptado la Iglesia durante la inquisicin, con la finalidad de defender la fe.

DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

Literatura religiosa

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO Taller 1. 1. Cita dos hechos del siglo XIV; que siriveron de impulso al renacimiento. 2. Cul fue el estilo artstico segn el cual se orientaba el renacimiento. 3. Que significaba el arte para los renacentistas. 4. Seala cinco caractersticas bsicas del renacimiento. 5. Que aspectos favorecieron al desarrollo del renacimiento en Espaa. 6. En que pas surgi el humanismo, cul era el concepto de ser humano, propio del humanismo. 7 . Que es antropocentrismo y teocentrismo. 8. Nombra las dos clases de humanismo y sus caractersticas. 9. Indica las dos tendencias poticas surgidos a comienzos del siglo XVI. 10. Con base en el soneto de Garcilaso: cul es el tema. Indica tres ideas secundarias. 11. Despus de leer atentamente el poema Noche Serena de Fray Luis de Len responde: Cuales son los elementos que el autor compara en la primera estrofa. Que sentimientos expresa en la segunda estrofa. Explica con tuspalabras estos versos: los ojos hechos fuente El cielo vueltas dando Las horas del vivir le va hurtando

Durante la segunda mitad del siglo XVI, la literatura religiosa tuvo un extraordinario desarrollo, al lado de la lrica y la pica. Se haba iniciado desde la edad media; durante el reinado de los Reyes Catlicos se redujo a las traducciones, en el reinado de Carlos V se crean obras originales, y llega a su mximo apogeo en el reinado de Felipe II (1556 1598). En las universidades espaolas el autor griego preferido era Platn y en filosofa se propona la bsqueda de Dios, mediante las criaturas, es decir, una fusin entre lo humano y lo divino. Este tipo de literatura ya se haba dado en otros pases europeos pero en Espaa tuvo especial acogida debido al carcter religioso del pueblo espaol. Adems, el gran cisma o divisin producida en la Iglesia catlica por causa de la Reforma protestante, provoc la Contrarreforma y, como consecuencia, un cambio profundo de la ideologa y las costumbres de la jerarqua eclesistica y de los catlicos en general; la religin catlica se torn ms austera, exigente y drstica. Cuando Felipe II se declar enemigo del protestantismo y dedic todos sus esfuerzos a defender los valores tradicionales del catolicismo, cerr las fronteras de Espaa, aislndola del resto de Europa, para evitar la influencia de la reforma protestante. Debido a esta situacin histrica, la cultura adquiere un tono nacionalista y religioso, que se reflej en el idealismo de la segunda mitad del siglo XVI. En literatura religiosa se aprecian dos tendencias, que aunque fueron simultneas, tambin fueron diferentes: la asctica y la mstica.

La asctica

Es el deseo de alcanzar la mxima perfeccin para llegar a Dios, mediante la prctica de las virtudes y el dominio de las pasiones. Esta actitud se ve reflejada en, la resistencia frente al dolor y al sufrimiento y el desprecio por las cosas de este mundo. La asctica ya se palpaba en las obras finales de la edad media, como las coplas por la muerte del padre de Jorge Manrique, la Celestina y la poesa de Fray Luis de Len.Cuando contemplo el cielo de innumerables luces adornado, y miro hacia el suelo, de noche rodeado, en sueo y en olvido sepultado,

Noche Serena

5

el amor y la pena despiertan en mi pecho un ansia ardiente; despiden larga vena los ojos hechos fuente; la lengua dice al fin con voz doliente: 10 Morada de grandeza, templo de claridad y de hermosura: mi alma que a tu alteza naci, qu desventura la tiene en esta crcel, baja, oscura? Qu mortal desatino de la verdad aleja ans el sentido, que de tu bien divino olvidado, perdido, sigue la vana sombra, el bien fingido?

15 El hombre est entregado al sueo, de su suerte no cuidando, y con paso callado el cielo, vueltas dando, las horas del vivir le va hurtando. 20

25

Fray Lyis de Len

DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

La mstica

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO

El misticismo es considerado como la relacin intima, intensa y personal del alma con Dios. Por un privilegio extraordinario, el alma se mantiene en un estado de gracia que se manifiesta mediante fenmenos extraordinarios, tales como el xtasis, las conversaciones con dios, los estigmas En los msticos espaoles se advierte, adems de la contemplacin pasiva, una fervorosa afectividad para salvar almas y practicar la caridad. La finalidad de las obras msticas era adoctrinar a sus lectores; sin embargo, lograron adems la belleza literaria. Entre los autores msticos de las diferentes rdenes religiosas se destacan especialmente: los carmelitas Santa Teresa de Jess y San Juan de la Cruz.

Santa Teresa de Jess

Teresa de Cepeda y Ahumada naci en vila, en el seno de una familia noble. En su juventud ley los libros de caballera y asctica, influencia que se capta aos ms tarde en sus obras. A los 19 aos ingres en la Orden del Carmelo, durante algn tiempo estuvo enferma pero luego tiene una vida muy activa tanto espiritual como fsicamente. En colaboracin con San Juan de la Cruz, fund treinta y dos conventos y reform la Orden del Carmelo. Estas reformas, su pensamiento avanzado, sus actuaciones y el hecho de ser mujer le causaron persecucin. Por el libro de su vida fue acusada, procesada y reprimida por la Inquisicin. Tena un carcter alegre, comunicativo y gracioso a pesar de ser severa y firme. Muri a los 67 aos. Su hermano fue misionero en Pasto y est enterrado en la iglesia de San Juan en el parque Nario, en esta iglesia tambin esta enterrado Agustn Agualongo.Vivo sin vivir en m, y de tal manera espero, * que muero porque no muero. Vivo ya fuera de m despus que muero de amor; porque vivo en el Seor, que me quiso para s; cuando el corazn le di puse en l este letrero: que muero porque no muero. Esta divina prisin del amor con que yo vivo ha hecho a Dios mi cautivo, y libre mi corazn; y causa en m tal pasin 15 ver a Dios mi prisionero, que muero porque no muero. Ay, qu larga es esta vida! Qu duros estos destierros, esta crcel, estos hierros 20 en que el alma est metida! Slo esperar la salida me causa dolor tan fiero, que muero porque no muero. Ay, qu vida tan amarga 25 do no se goza el Seor! Porque si es dulce el amor, no lo es la esperanza larga. Quteme Dios esta carga, ms pesada que el acero, 30 que muero porque no muero.DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

Vivo sin vivir en m

5

10

Santa Teresa de Jess.

El libro de las moradas o Castillo Interior

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO Taller 2. 1. Despus de realizar la lectura cuidadosa de los comentarios y la obra de santa teresa, responde: A. con que finalidad escribi santa teresa su obra. B. Demuestra con dos ejemplos, cmo era el estilo de santa teresa. C. Expresa la idea principal de cada uno de los fragmentos presentados. D. Con base en la obra, deduce y explica en qu consistan cada una de las etapas o vas que las almas deban seguir para llegar a Dios. E. Cul es la figura literaria ms usada por Santa Teresa. Busca tres ejemplos. F. Selecciona las palabras o frases de difcil comprensin y los diminutivos usados por la autora. G. Crees que en la actualidad existan personas que tengan ese concepto de amor a dios? Explica tu respuesta. 2. La obra potica de Santa Teresa es menos valiosa que su prosa, pero se han hecho famosos poemas como: vivo sin vivir en mi. Lelo y responde: a. Identifica el tema del anterior poema. b. Seala una idea de cada estrofa. c. Establece dos coincidencias que hay entre el poema y la obra las moradas.

El libro de las moradas es la principal obra de Santa Teresa de Jess, y uno de las obras principales de la literatura mstica. Fue escrita en 1577 y publicada en 1588, junto con vida, gracias a la labor de Fray Luis de Len.

Su estilo es sencillo, con palabras y frases populares y hasta descuidadas, propias de la Castilla de esa poca, tambin usaba arcasmos y diminutivos. Quera ser comprendida por las monjas de su comunidad, como si estuviera en una conversacin informal, sin artificios literarios. Santa Teresa dice que escribi sus obras por orden de sus superiores, se cree que orientada por su confesor. La autora se vale de una alegora, como ella misma lo expresa. Considerar nuestra alma con un castillo todo de un diamante o muy claro cristal, en donde hay muchos aposentos, as como en el cielo hay muchas moradas. Pues consideremos que este castillo tiene, como he dicho, muchas moradas, unas en lo alto, otras en lo bajo, otras a los lados y en el centro y mitad de todas stas tienen la ms principal, que es adonde pasan las cosas de mucho secreto entre Dios y el alma. Las moradas o pasadas, cada una con diferentes piezas, son smbolo de las etapas que recorre un alma en su progresiva unin con Dios y corresponden a las vas para llegar a la divinidad, que los msticos deban seguir. As, las moradas tenan esta estructura: - Etapa purgativa: abarca las tres primeras moradas. - Etapa iluminativa: comprende las moradas cuatro, cinco y seis. - Etapa unitiva: corresponde a la sptima morada.

San Juan de la Cruz

Juan de Yepes naci en Fontiveros (vila), de familia humilde, fue carpintero. Ya en el convento, trabajo con Sta. Teresa en la reforma de la Orden Carmelita. Asisti a la U. de Salamanca. Su estilo es elegante y es reconocido como una autoridad en el uso del idioma. Us bastante la metfora y la alegora, se le considera el mejor poeta lrico. Sus obras estn escritas en prosa, pero comienzan con un poema lrico que luego es explicado a travs de la prosa.SAN JUAN DE LA CRUZ Cantico espiritual Adnde te escondiste, amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste, habindome herido; sal tras ti, clamando, y eras ido. 5 Pastores, los que fuerdes all, por las majadas, al otero, si por ventura vierdes aqul que yo ms quiero, decidle que adolezco, peno y muero.

10

Buscando mis amores, ir por esos montes y riberas; ni coger las flores, ni temer las fieras, y pasar los fuertes y fronteras.

15

DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

La prosa del siglo XVI

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO

La historia: en el siglo XVI, el concepto de historia era diferente al actual, pues no se le consideraba ciencia, sino arte. Se narraban bellamente los sucesos, combinando la realidad con la leyenda, sin preocuparse mucho por la objetividad o la imparcialidad. Se distinguan dos tendencias: la historia erudita, que trataba de imitar los clsicos grecorromanos, y la historia popular que trataba los temas sencillamente a travs de romances y leyendas. La novela: durante los siglos XVI y XVII aparecieron unas obras narrativas que en la actualidad las consideramos novelas, pero que no reciban tal nombre en aquella poca. Eran obras escritas en prosa, en las cuales se narraban acontecimientos imaginarios, con el fin de divertir al lector. La novela espaola comienza a tomar forma en el Siglo de Oro, hasta culminar en la verdadera novela moderna Don quijote.

La Hora De Todos

Entonces Jpiter severo pronunci estas razones: -En muchas de las que t y esa picarona que te sirve habis dicho, tenis razn, empero, para satisfaccin de las gentes est decretado irrevocablemente que en el mundo, en un da y en una propia hora, se hallen de repente todos los hombres con lo que cada uno merece. Esto ha de ser: seala hora y da. La Fortuna respondi: -Lo que se ha de hacer, de qu sirve dilatarlo? Hgase hoy. Sepamos qu hora es. El Sol, jefe de relojeros, respondi: -Hoy son 20 de junio, y la hora, las tres de la tarde y tres cuartos y diez minutos. -Pues en dando las cuatro -dijo la Fortuna- veris lo que pasa en la tierra. Y diciendo y haciendo, empez a untar el eje de su rueda y encajar manijas, mudar clavos, enredar cuerdas, aflojar unas y estirar otras, cuando el Sol, dando un grito, dijo: -Las cuatro son, ni ms ni menos: que ahora acabo de dorar la cuarta sombra posmeridiana de las narices de los relojes de sol. En diciendo estas palabras, La Fortuna, con quien toca sinfona, empez a desatar su rueda, que, arrebatada en huracanes y vueltas: mezcl en nunca vista confusin todas las cosas del mundo, y dando un pran aullido, dijo: Francisco Quevedo

Caractersticas:

La Novela Picaresca:

- Su protagonista es un pcaro, que narra autobiogrficamente sus aventuras y desventuras; un vagabundo o ladronzuelo que se vale de su ingenio para sobrevivir. - Orientacin realista y satirica. Refleja el medio social que rodea al picaro; su origen innoble, la perfidia de sus semejantes, en general, la descomposicin social que padece Espaa. - La tendencia moralizante. Aparece en las reflexiones que hace el pcaro despus de cada fechora.

DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO - El humor pesimista, como reflejo del sentimiento nacional del desencanto, que lleg al mximo en el siglo XVII. - La ausencia del tema amoroso trascendente, slo aparece el amor como aspecto secundario o por inters de conseguir algn beneficio. - Lenguaje sencillo, especialmente en las novelas del siglo XVI, abundan en dichos y refranes. En el siglo XVII la influencia barroca complica generalmente la expresin. La picaresca se inicio a mediados del siglo XVI con la publicacin de El lazarillo de Tormes (1554). Mientras las novelas pastoriles y de caballera evadan la realidad, la novela picaresca presenta la otra cara de Espaa: se refiere a sus problemas sociales. La visin realista ya se haba alcanzado a percibir en la celestina. El picaro es a la vez protagonista, narrador de sus aventuras y crtico de la sociedad; finalmente se arrepiente y cambia de vida. Pero, en la picaresca del siglo XVII, el picaro ya no da lecciones morales y se convence que nunca podr cambiar. Quiz porque en este siglo la decadencia de Espaa era mayor. La novela picaresca coincide con la poca de pobreza de Europa en general y de Espaa en particular. La explosin demogrfica, el descubrimiento de Amrica, que trajo el deseo de conseguir fortuna fcilmente, produjeron desprecio por el trabajo campesino y agrcola y emigracin hacia las ciudades. Esta situacin haba sido agravada por las hambrunas y pestes que haban arrasado a Castilla. En 1559, el lazarillo fue colocado en la lista de libros prohibidos por la Inquisicin, debido a sus comentarios anticlericales; luego se permiti su publicacin, pero ya le haban eliminado algunos pasajes y captulos. Adems se haba prohibido estudiar en universidades extranjeras. Estos hechos nos reflejan una sociedad cerrada, orientada por las ideas de la Contrarreforma, implantadas por Felipe II. Cuando apareci Guzmn de Alfarache, la situacin poltica y religiosa ya haba evolucionado un poco.En este tiempo vino a posar al mesn un ciego, el cual, parecindole que yo serva para adestrarle, me pidi a mi madre y ella me encomend a l, dicindole cmo era hijo de un buen hombre, el cual, por ensalzar la fe, haba muerto en la de los Gelves y que ella confiaba en Dios no saldra peor hombre que mi padre y que le rogaba me tratase bien y mirase por m, pues era hurfano. l respondi que as lo hara y que me reciba no por mozo, sino por hijo. Y as le comenc a servir y adestrar a mi nuevo y viejo amo. Como estuvimos en Salamanca algunos das, parecindole a mi amo que no era la ganancia a su contento, determin irse de all, y cuando nos hubimos de partir yo fui a ver a mi madre, y ambos llorando, me dio su bendicin y dijo: -Hijo, ya s que no te ver ms. Procura ser bueno y Dios te gue. Criado te he y con buen amo te he puesto: vlete por ti. Y as me fui para mi amo, que esperndome estaba. Salimos de Salamanca y, llegando a la puente, est a la entrada de ella un animal de piedra, que casi tiene forma de toro, y el ciego mandme que llegase cerca del animal y, all puesto, me dijo: -Lzaro, llega el odo a este animal y oirs gran ruido dentro de l Y simplemente llegu, creyendo ser as. Y como sinti que tena la cabeza par de la o piedra, afirm recio la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que ms de tres das me dur el dolor de la cornada, y djome: -Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de saber ms que el diablo. Y ri mucho la burla. Parecime que en aquel instante despert de la simpleza en que como nio dormido estaba. Djeme entre m: "Verdad dice ste, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo voy, y pensar cmo me sepa valer." Comenzamos nuestro camino, y en muy pocos das me mostr jerigonza. Como me viese de buen ingenio, holgbase mucho y deca: -Y oro ni plata no te puedo dar; mas avisos para vivir muchos te mostrar. o Y fuese as: que despus de Dios, ste me dio la vida, y siendo ciego me alumbr y adestr en la carrera de vivir. Las buenas relaciones entre el ciego y lzaro pronto comenzaron a deteriorarse. La viol encia y la mezquindad con que el ciego trataba a pobre muchacho, as como las picardas y las pequeas venganzas de ste generaron un odio creciente entre ambos. El ciego acostumbraba a poner delante un jarro con vino mientras comamos y yo, su lazarillo, lo coga y calladamente me beba unos tragos y lo volva a su lugar. Pero esto me dur poco, pues por los tragos el ciego conoca que faltaba vino. Desde entonces mientras duraba la comida tena el jarro cogido por el asa. Como no poda beber, busqu una pajita larga, la meta dentro del vino y chupaba hasta no dejarle nada. Pero como el ciego era muy listo, al notar que le faltaba vino, puso el jarro entre las piernas y lo tapaba con la mano. As estaba seguro que nadie poda quitarle el vino.

Contexto social .

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTOY estaba acostumbrado a comer bebiendo vino, me mora por l y viendo que la paja no o me serva, pens en hacerle un agujero al jarro y taparlo con un poco de cera para que no se notara. En el momento de comer, haca como que tena mucho fro y me colocaba entre las piernas de ciego a calentarme en la lumbre que encenda para comer. El calor del fuego derreta la cera y comenzaba a caerme el vino en la boca. Cuando el ciego quiso beber no encontr ni una sola gota de vino en el jarro. Al no encontrar nada se asust de no saber qu poda ser. - No dirs que me lo he bebido yo deca, pues no habis quitado la mano del jarro. Tantas vueltas dio al jarro que hall el agujero y se dio cuenta del enga; pero disimul como si no se hubiera dado cuenta. Al otro da, cuando estaba cayndome el vino en la boca, con la cara hacia el jarro, los ojos un poco cerrados para gustar mejor el vino, pens el ciego que era el momento de darme una leccin y con toda su fuerza, alzando con las dos manos el jarro, me lo dej caer sobre mi boca y yo pens que el cielo, con todo lo que en l hay, me haba cado encima. Fue tal el golpecillo que perd el sentido y el jarrazo tan grande, que los pedazos se me metieron por la boca, rompindomela por muchas partes y me quebr los dientes, sin los cuales hasta hoy da me qued. Y si alguno le deca por qu me trataba tan mal, luego contaba el cuento del jarro, diciendo: "Pensaris que este mi mozo es algn inocente? Pues od si el demonio ensayara otra tal hazaa." Santigundose los que lo oan, decan: "Mir, quin pensara de un muchacho tan pequeo tal ruindad!", y rean mucho el artificio, y decanle: "Castigaldo, castigaldo, que de Dios lo habris."

Estbamos en Escalona, villa del duque de ella, en un mesn, y diome un pedazo de longaniza que le asase. Y que la longaniza haba pringado y comdose las pringadas, a sac un maraved de la bolsa y mand que fuese por l de vino a la taberna. Psome el demonio el aparejo delante los ojos, el cual, como suelen decir, hace al ladrn, y fue que haba cabe el fuego un nabo pequeo, larguillo y ruinoso, y tal que, por no ser para la olla, debi ser echado all. Y como al presente nadie estuviese, sino l y yo solos, como me vi con apetito goloso, habindoseme puesto dentro el sabroso olor de la longaniza, del cual solamente saba que haba de gozar, no mirando qu me podra suceder, pospuesto todo el temor por cumplir con el deseo, en tanto que el ciego sacaba de la bolsa el dinero, saqu la longaniza y muy presto met el sobredicho nabo en el asador, el cual, mi amo, dndome el dinero para el vino, tom y comenz a dar vueltas al fuego, queriendo asar al que, de ser cocido, por sus demritos haba escapado. Y fui por el vino, con el cual no o tard en despachar la longaniza y, cuando vine, hall al pecador del ciego que tena entre dos rebanadas apretado el nabo, al cual an no haba conocido por no haberlo tentado con la mano. Como tomase las rebanadas y mordiese en ellas pensando tambin llevar parte de la longaniza, hallse en fro con el fro nabo. Alterse y dijo: -Qu es esto, Lazarillo? -Lacerado de m! -dije yo-. Si queris a m echar algo? Y no vengo de traer el vino? o Alguno estaba ah y por burlar hara esto. -No, no -dijo l-, que yo no he dejado el asador de la mano; no es posible. Y torn a jurar y perjurar que estaba libre o de aquel trueco y cambio; mas poco me aprovech, pues a las astucias del maldito ciego nada se le esconda. Levantse y asime por la cabeza y llegse a olerme. Y como debi sentir el huelgo, a uso de buen podenco, por mejor satisfacerse de la verdad, y con la gran agona que llevaba, asindome con las manos, abrame la bocaDOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

Taller 3 Compara los dos textos aunque ambos pertenecen al primer captulo del libro, en el segundo fragmento se descubre a un lzaro transformado por la experiencia. A. Detalla la visin que tiene Lzaro del ciego en los dos fragmentos. Confronta las expresiones con que se refiere al ciego en cada caso. B. En los dos fragmentos Lzaro es golpeado. Diferencia la intencin del ciego en cada caso y la manera como Lzaro asume el castigo. C. La actitud desprevenida e ingenua de Lzaro en el primer fragmento contrasta con el talante sagaz y ladino del segundo. Lzaro ha aprendido la leccin de la vida pcara. Seala Fragmentos en los que se pueda observar el temperamento de Lzaro para cada momento. D. El aprendizaje de Lzaro se da a travs de la relacin con el ciego. A partir de los fragmentos comenta de que manera un nio ingenuo llega a convertirse en un picaro. Comentario de texto A continuacin hallaras una serie de puntos que te servirn de gua para desarrollar el comentario. En un grupo de tres compaeros, discutan cada literal y tomen apuntes. a. Para realizar el comentario debes tener en cuenta los diversos aspectos trabajados a lo largo de la unidad. Realiza el comentario a partir de los fragmentos de el Lazarillo de Tormes. b. Te propongo el siguiente elemento central o problemtico para realizar el comentario: la denuncia de un mundo sin caridad. Esa idea es desarrollada a travs de un tema, en este caso, el de un pobre muchacho abandonado en un mundo injusto.

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTOms de su derecho y desatentadamente meta la nariz. La cual l tena luenga y afilada, y a aquella sazn, con el enojo, se haba aumentado un palmo; con el pico de la cual me lleg a la golilla. Y con esto, y con el gran miedo que tena, y con la brevedad del tiempo, la negra longaniza an no haba hecho asiento en el estmago; y lo ms principal: con el destiento de la cumplidsima nariz, medio cuasi ahogndome, todas estas cosas se juntaron y fueron causa que el hecho y golosina se manifestase y lo suyo fuese vuelto a su dueo. De manera que, antes que el mal ciego sacase de mi boca su trompa, tal alteracin sinti mi estmago, que le dio con el hurto en ella, de suerte que su nariz y la negra mal mascada longaniza a un tiempo salieron de mi boca. Oh gran Dios, quin estuviera aquella hora sepultado, que muerto ya lo estaba! Fue tal el coraje del perverso ciego, que, si al ruido no acudieran, pienso no me dejara con la vida. Sacronme de entre sus manos, dejndoselas llenas de aquellos pocos cabellos que tena, araada la cara y rascuado el pescuezo y la garganta. Y esto bien lo mereca, pues por su maldad me venan tantas persecuciones.

La ms honda preocupacin religiosa del Lazarillo de Tormes se centra en torno a un complejo obsesivo con la virtud teologal de la caridad. Tal vez no exista libro ms intensamente dedicado a exponer la crueldad del hombre para el hombre, las infinitas formas de violencia con que el fuerte oprime al dbil. El nombre de Lzaro, originalmente un personaje proverbial, alcanza plena intencin, en el contexto del libro, por rencarnar al mendigo evanglico, el identificado por el pueblo con la laceria, las llagas y la gafedad, titular de un hospital extramuros de Toledo.

La Denuncia De Un Mundo Sin Caridad

Observa, en los tres fragmentos, la manera como el autor desarrolla el elemento central a travs del tema. c. Analiza la relacin del tema con el aspecto histrico: en este caso puedes hacer referencia a la crisis social de Espaa y a los criterios teolgico morales de algunos crticos. d. Una vez hayas discutido los aspectos anteriores, organiza tus apuntes para elaborar el comentario de texto. La redaccin debe realizarse de manera individual. Confronta tu trabajo: La mejor forma para aprender a comentar un texto es leer, con detenimiento comentarios realizados por autores consagrados. El siguiente escrito analiza El Lazarillo a partir del problema de la caridad.

En un primer plano, el tema del castigo fsico, transgresin elemental contra la caridad, se define as tan bsico, por lo menos, como el del hombre. Pero no se trata slo de los golpes, repelones, calabazadas y garrotazos que Lzaro recibe de sus dos primeros amos, sino de muchas otras insinuaciones con que el autor nos subraya ya que la violencia es violencia es base del orden social, que la supuesta justicia es mero instrumento de opresin sufrido por los desgraciados. La persecucin por justicia de su padre el molinero desarticula a la familia de Lzaro y lanza a su madre a una vida de prostitucin. En contraste con la triunfante rijosidad de los ricos clrigos, el amancebamiento con el negro es objeto de u castigo desproporcionado: la madre recibe cien azotes (el acostumbrado centenario) y salida a la vergenza; al triste de mi padrastro acotaron y pringaron, dice Lzaro con laconismo encaminado a sugerir sin ofender, pues todos saban que en la poca, el castigo habitual de los esclavos, era un tormento inhumano consistente en flagelar el vientre y untarlo despus con tocino derretido al fuego. Cuando vienen a embargar la imaginada hacienda del escudero, el alguacil echa mano de Lzaro y lo acogota, como a un animalejo, por el collar del jubn, estpida violencia contra un nio que basta por s sola para retratar la catadura moral del servidor de la justicia de los hombres.

A lo largo de los primeros tratados no tiene Lzaro otra misin que la de servir de mdulo a la maldad humana. El mal ciego, el cruel ciego, aquel malvado, perverso ciego son los calificativos con que apropiadamente se recuerda el primer amo. El clrigo de Maqueda es tambin cruel sin atenuante: cruel cazador cuando le asesta el garrotazo y cruel sacerdote cuando hace chistes a costa de la desgracia de Lzaro. ste ha de sufrir todava las infames indignidades de fraile, la semiesclavitud en beneficio del capelln toledano y el robo de su honor viril por parte del arcipreste de San Salvador. En medio de este erial, las florecillas de la limosna de unas triperas y la compasin de las vecinas hilanderas; pero sobre todo, el oasis del escudero, nico ser amable, que despus de su madre, halla Lzaro en su peregrinar por la vida: el amo que comparte con l el trabajo de hacer la cama y de quien no oye nunca una mala palabra, ni siquiera cuando vuelve un poco tarde de subir agua al rio. Pero son slo seres despreciados, como las triperas y las mujercillas, o fantasmales y absurdos, como el escudero, quienes renuncian a ser lobos para el hombre. No cabe duda de que el autor apunta haca el lado religioso con toda esta exploracin implacable de la maldad humana, prueba abrumadora de la ausencia de caridad en el seno de una sociedad muy orgullosa de titularse cristiana. EL clrigo de Maqueda le guardaba poca caridad, le mataba de hambre, le daba las raeduras de pan que senta asco de comer y terminara por expulsarlo con una herida grave an abierta. En Toledo, sencillamente, no ava caridad. Los srdidos campesinos no quieren hacer obras de caridad y por su poca caridad los obsequia el buldero con milagros de su particular cosecha. En suma, Lzaro apenas logra sobrevivir al garrotazo, pidiendo de puerta en puerta, porque la caridad se subi al cielo. Buscara sobre la faz de la Tierra es, pues, la ms insensata pretensin. Francisco Mrquez Villanueva. Historia Crtica de la Literatura Espaola. Tomo 2, pg. 374.DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

EL RENACIMIENTO Y EL BARROCO

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO

Desde mediados del siglo XIV se empez a gestar un movimiento cultural que volvi sus ojos hacia la literatura y el arte de la antigua Grecia y Roma. A este movimiento se le conoci como humanismo por valorar al hombre como centro de la cultura y la sociedad, en contraste con la concepcin teocntrica medieval. El humanismo, de origen italiano, pronto se difundi por toda Europa, y logr madurar como movimiento cultural. ste, al que hemos llamado renacimiento, afect todas las esferas de la vida social, poltica, econmica y cultural de la sociedad del siglo XVI. Durante el siglo XVII, en plena crisis de la sociedad espaola y como reaccin al renacimiento, surgi el arte barroco.

El siglo XVI y La literatura realista.

El renacimiento trajo un giro en las costumbres y creencias de Europa: la idea de Dios como centro de la vida social y poltica (teocentrismo), es sustituida por la idea del hombre como el centro (antropocentrismo), con una fuerte exaltacin de la naturaleza humana, de la vida social y del individualismo. La cultura grecolatina es valorada como un modelo ideal, desde donde se desarrollan los conceptos de armona, inteligencia, fortuna y belleza. El renacimiento espaol posee algunas notas originales que lo diferencian del europeo. La imitacin de los modelos clsicos no le impidieron seguir valorando la tradicin popular y religiosa del hombre peninsular. Por lo tanto la literatura renacentista espaola pudo desarrollar poderosos contrastes: la literatura idealista, centrada en la exaltacin de los valores religiosos, en oposicin a la literatura realista. El realismo literario de la poca da origen a un nuevo gnero, original de las letras espaolas: la novela picaresca, que refleja el mundo de los pcaros, las trampas, los robos, etc. Por primera vez, el hroe deja su lugar al antihroe que trata intilmente de huir del msero ambiente. El pcaro nos cuenta en forma autobiogrfica las tretas, enredos o intrigas a que se ve abocado para sobrevivir. Las historias narradas se caracterizan por su gran realismo, la descripcin detallada de la vida cotidiana y los lugares frecuentados, el lenguaje vivo del pueblo, as como la caracterizacin psicolgica de sus personajes. El lazarillo de Tormes se publica en 1554, sin el nombre de su autor. Narra la vida de un pobre muchacho que lucha por no morir de hambre. En una sociedad hostil el continuo vagabundear de Lzaro, pasando de amo en amo para ganarse el pan, dar lugar a diversas historias, relatadas con picarda y humor.

La esperanza

Taller 4 Al atardecer, el venerable Pedro Args, sexto prior de los dominicos de Segovia, tercer Gran Inquisidor de Espaa, seguido de un fraile redentor (encargado del tormento) y precedido por dos familiares1 del Santo Oficio provistos de linternas, descendi a un calabozo. La cerradura de una puerta maciza chirri; el Inquisidor penetr en un hueco meftico, donde un triste destello del da, cayendo desde lo alto, dejaba percibir, entre dos argollas fijadas en los muros, un caba. llete ensangrentado, una hornilla, un cntaro. Sobre un lecho de paja sujeto por grillos, con una argolla de hierro en el pescuezo, estaba sentado, hosco, un hombre andrajoso, de edad indescifrable. 1. Despus de leer el cuento, piensa por qu el autor lo titul la esperanza? 2. En la presentacin del autor se afirma que el conde de Villers de lIsle Adam recrea el tema de la crueldad. Comenta por escrito de qu tipo de crueldad trata el cuento; cmo la trabaja el autor; qu sensacin caus en esta manera de presentarla. 3. Explica el sentido de las expresiones que contienen las palabras en negrilla. Consulta el diccionario.

Este prisionero era el rab Abarbanel, judo aragons, que -aborrecido por sus prstamos usurarios y por su desdn de los pobres- diariamente haba sido sometido a la tortura durante un ao. Su fanatismo, "duro como su piel", haba rehusado la abjuracin.DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTOOrgulloso de una filiacin milenaria -porque todos los judos dignos de este nombre son celosos de su sangre-, descenda talmdicamente de la esposa del ltimo juez de Israel: Hecho que haba mantenido su entereza en lo ms duro de los incesantes suplicios. Con los ojos llorosos, pensando que la tenacidad de esta alma haca imposible la salvacin, el venerable Pedro Args, aproximndose al tembloroso rabino, pronunci estas palabras: -Hijo mo, algrate: Tus trabajos van a tener fin. Si en presencia de tanta obstinacin me he resignado a permitir el empleo de tantos rigores, mi tarea fraternal de correccin tiene lmites. Eres la higuera reacia, que por su contumaz esterilidad est condenada a secarse... pero slo a Dios toca determinar lo que ha de suceder a tu alma. Tal vez la infinita clemencia lucir para ti en el supremo instante! Debemos esperarlo! Hay ejemplos... As sea! Reposa, pues, esta noche en paz. Maana participars en el auto de fe; es decir, sers llevado al quemadero, cuya brasa premonitoria del fuego eternal no quema, ya lo sabes, ms que a distancia, hijo mo. La muerte tarda por lo menos dos horas (a menudo tres) en venir, a causa de las envolturas mojadas y heladas con las que preservamos la frente y el corazn de los holocaustos. Seris cuarenta y dos solamente. Considera que, colocado en la ltima fila, tienes el tiempo necesario para invocar a Dios, para ofrecerle este bautismo de fuego, que es el del Espritu Santo. Confa, pues, en la Luz y duerme. Dichas estas palabras, el Inquisidor orden que desencadenaran al desdichado y lo abraz tiernamente. Lo abraz luego el fraile redentor y, muy bajo, le rog que le perdonara los tormentos. Despus lo abrazaron los familiares, cuyo beso, ahogado por las cogullas, fue silencioso. Terminada la ceremonia, el prisionero se qued solo, en las tinieblas. * El rab Abarbanel, seca la boca, embotado el rostro por el sufrimiento, mir sin atencin precisa la puerta cerrada. "Cerrada?..." Esta palabra despert en lo ms ntimo de sus confusos pensamientos un sueo. Haba entrevisto un instante el resplandor de las linternas por la hendidura entre el muro y la puerta. Una esperanza mrbida lo agit. Suavemente, deslizando el dedo con suma precaucin, atrajo la puerta hacia l. Por un azar extraordinario, el familiar que la cerr haba dado la vuelta a la llave un poco antes de llegar al tope, contra los montantes de piedra. El pestillo, enmohecido, no haba entrado en su sitio y la puerta haba quedado abierta. El rabino arriesg una mirada hacia afuera. A favor de una lvida oscuridad, vio un semicrculo de muros terrosos en los que haba labrados unos escalones; y en lo alto, despus de cinco o seis peldaos, una especie de prtico negro que daba a un vasto corredor del que no le era posible entrever, desde abajo, ms que los primeros arcos. Se arrastr hasta el nivel del umbral. Era realmente un corredor, pero casi infinito. Una luz plida, con resplandores de sueo, lo iluminaba. Lmparas suspendidas de las bvedas azulaban a trechos el color deslucido del aire; el fondo estaba en sombras. Ni una sola puerta en esa extensin. Por un lado, a la izquierda, troneras con rejas, troneras que por el espesor del muro dejaban pasar un crepsculo que deba ser el del da, porque se proyectaba en cuadrculas rojas sobre el enlosado. Quiz all lejos, en lo profundo de las brumas, una salida poda dar la libertad. La vacilante esperanza del judo era tenaz, porque era la ltima. Sin titubear se aventur por el corredor, sorteando las troneras, tratando de confundirse con la tenebrosa penumbra de las largas murallas. Se arrastraba con lentitud, conteniendo los gritos que pugnaban por brotar cuando lo martirizaba una llaga.DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

4. Uno de los aspectos ms impactantes del cuento es la constante tensin en que mantiene al lector. A cada instante, en cada recodo, existe un posible final trgico o feliz- para la historia; sin embargo, el autor parece estirar el argumento, haciendo al lector participe del sufrimiento del rab, atormentando su imaginacin con el lento suplicio de la esperanza. A continuacin te sugiero diferentes momentos del relato donde ste puede variar. Escoge el que ms posibilidades imaginativas te ofrezca y desarrolla, a partir de l, un final inesperado, ilgico o sorprendente. a. el rab Abarbanel, seca la boca, embotado el rostro por el sufrimiento, mir sin atencin precisa la puerta cerrada. cerrada?... esta palabra despert en lo ms intimo de sus confusos pensamientos un sueo. Haba entrevisto un instante el resplandor de las linternas por la hendidura entre el muro y la puerta. Una esperanza mrbida lo agit b. de repente un ruido de sandalias que se aproximaba lo alcanz en el eco de esta senda de piedra. Tembl, la ansiedad lo ahogaba, se le nublaron los ojos. Se agazap en un rincn y, medio muerto, esper. Era un familiar que se apresuraba. Pas rpidamente con una tenaza en la mano c. el rabino, casi suspendidas las funciones vitales, estuvo cerca de una hora sin poder iniciar un movimiento. El temor de una nueva serie de tormentos, si lo apresaban, le hizo pensar en volver a su calabozo d. sinti en todo su ser como un vrtigo de esperanza La puerta se abra sobre jardines, bajo una noche de es-

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO De repente un ruido de sandalias que se aproximaba lo alcanz en el eco de esta senda de piedra. Tembl, la ansiedad lo ahogaba, se le nublaron los ojos. Se agazap en un rincn y, medio muerto, esper. Era un familiar que se apresuraba. Pas rpidamente con una tenaza en la mano, la cogulla baja, terrible, y desapareci. El rabino, casi suspendidas las funciones vitales, estuvo cerca de una hora sin poder iniciar un movimiento. El temor de una nueva serie de tormentos, si lo apresaban, lo hizo pensar en volver a su calabozo. Pero la vieja esperanza le murmuraba en el alma ese divino tal vez, que reconforta en las peores circunstancias. Un milagro lo favoreca. Cmo dudar? Sigui, pues, arrastrndose hacia la evasin posible. Extenuado de dolores y de hambre, temblando de angustia, avanzaba. El corredor pareca alargarse misteriosamente. l no acababa de avanzar; miraba siempre la sombra lejana, donde deba existir una salida salvadora. De nuevo resonaron unos pasos, pero esta vez ms lentos y ms sombros. Las figuras blancas y negras, los largos sombreros de bordes redondos, de dos inquisidores, emergieron de lejos en la penumbra. Hablaban en voz baja y parecan discutir algo muy importante, porque las manos accionaban con viveza. Ya cerca, los dos inquisidores se detuvieron bajo la lmpara, sin duda por un azar de la discusin. Uno de ellos, escuchando a su interlocutor, se puso a mirar al rabino. Bajo esta incomprensible mirada, el rabino crey que las tenazas mordan todava su propia carne; muy pronto volvera a ser una llaga y un grito. Desfalleciente, sin poder respirar, las pupilas temblorosas, se estremeca bajo el roce espinoso de la ropa. Pero, cosa a la vez extraa y natural: los ojos del inquisidor eran los de un hombre profundamente preocupado de lo que iba a responder, absorto en las palabras que escuchaba; estaban fijos y miraban al judo, sin verlo. Al cabo de unos minutos los dos siniestros discutidores continuaron su camino a pasos lentos, siempre hablando en voz baja, hacia la encrucijada de donde vena el rabino. No lo haban visto. Esta idea atraves su cerebro: No me ven porque estoy muerto? Sobre las rodillas, sobre las manos, sobre el vientre, prosigui su dolorosa fuga, y acab por entrar en la parte oscura del espantoso corredor. De pronto sinti fro sobre las manos que apoyaba en el enlosado; el fro vena de una rendija bajo una puerta hacia cuyo marco convergan los dos muros. Sinti en todo su ser como un vrtigo de esperanza. Examin la puerta de arriba abajo, sin poder distinguirla bien, a causa de la oscuridad que la rodeaba. Tent: Nada de cerrojos ni cerraduras. Un picaporte! Se levant. El picaporte cedi bajo su mano y la silenciosa puerta gir. * La puerta se abra sobre jardines, bajo una noche de estrellas. En plena primavera, la libertad y la vida. Los jardines daban al campo, que se prolongaba hacia la sierra, en el horizonte. Ah estaba la salvacin. Oh, huir! Correra toda la noche, bajo esos bosques de limoneros, cuyas fragancias lo buscaban. Una vez en las montaas, estara a salvo. Respir el aire sagrado, el viento lo reanim, sus pulmones resucitaban. Y para bendecir otra vez a su Dios, que le acordaba esta misericordia, extendi los brazos, levantando los ojos al firmamento. Fue un xtasis. Entonces crey ver la sombra de sus brazos retornando sobre l mismo; crey sentir que esos brazos de sombra lo rodeaban, lo envolvan, y tiernamente lo opriman contra su pecho. Una alta figura estaba, en efecto, junto a la suya. Confiado, baj la mirada hacia esta figura, y se qued jadeante, enloquecido, los ojos sombros, hinchadas las mejillas y balbuceando de espanto. Estaba en brazos del Gran Inquisidor, del venerable Pedro Args, que lo contemplaba, llenos los ojos de lgrimas y con el aire del pastor que encuentra la oveja descarriada. Mientras el rabino, los ojos sombros bajo las pupilas, jadeaba de angustia en los brazos del Inquisidor y adivinaba confusamente que todas las fases de la jornada no eran ms que un suplicio previsto, el de la esperanza, el sombro sacerdote, con un acento de reproche conmovedor y la vista consternada, le murmuraba al odo, con una voz debilitada por los ayunos: -Cmo, hijo mo! En vsperas, tal vez, de la salvacin, queras abandonarnos? Villers de LaIsle-Adam trellas. En plena primavera, la libertad y la vida. Los jardines daban al campo, que se prolongaba hacia la sierra, huir en el horizonte. Ah estaba la salvacin. oh, huir! Correra toda la noche, bajo esos bosques de limoneros, cuyas fragancias lo buscaban. Una vez en las montaas, estara a salvo. Respir el aire sagrado, el viento le reanim, sus pulmones resucitaban. Y para bendecir otra vez a su dios, que le acordaba esta misericordia, extendi los brazos, levantando los ojos al firmamento. Fue un xtasis 5. El cuento la Esperanza desarrolla su argumento en Espaa, hacia el siglo XVI o XVII del Imperio; tiempos de grandes descubrimientos e inmensos fracasos, aos en que convivieron la mayor opulencia y la ms grande miseria; una poca llena de contradicciones en la que floreci el siglo de oro de la literatura espaola. Un breve recorrido histrico te ayudar a comprender la polifactica produccin literaria del momento: Hacia finales del siglo XV, Espaa, luego de varios siglos de luchas conquist la unidad nacional alrededor del reino de Castilla: los moros fueron expulsados y se consolid el castellano como lengua en todo el reino. El descubrimiento del Nuevo Mundo hizo de Espaa el imperio ms grande y prspero de Europa, un reino donde nunca se ocultaba el sol. La grandeza poltica y la pujanza econmica del siglo XVI, contrast con la grave crisis socio-poltica de la siguiente centuria. Con una economa totalmente debilitada, el imperio fue derrotado en el campo militar y diplomtico por sus enemigos de Europa.

DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

NADIE EST SOLO En este mismo instante hay un hombre que sufre, un hombre torturado tan slo por amar la libertad. Ignoro dnde vive, qu lengua habla, de qu color tiene la piel, cmo se llama, pero en este mismo instante, cuando tus ojos leen mi pequeo poema, ese hombre existe, grita, se puede or su llanto de animal acosado, mientras muerde sus labios para no denunciar a los amigos. Oyes? Un hombre solo grita maniatado, existe en algn sitio. He dicho solo? No sientes, como yo, el dolor de su cuerpo repetido en el tuyo? No te mana la sangre bajo los golpes ciegos? Nadie est solo. Ahora, en este mismo instante, tambin a ti y a m nos tienen maniatados. Algo sucede Jos Agustn Guytisolo-Ponme bien derecho y salta t el arroyo.

La Venganza De Lzaro

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO En los conflictos religiosos del siglo XVII, Espaa tom partido a favor de los protestantes, cerr las fronteras para evitar la influencia de la reforma, y se instaur el tribunal de la Inquisicin. Durante dos siglos, de gran agitacin poltica, se desarrollaron los movimientos artsticos de ms trascendencia en la historia espaola: el renacimiento y el barroco. Esta poca de esplendor en las letras ha sido denominada el siglo de oro de la literatura espaola. Formacin de valores La crueldad humana puede llegar a tocar lmites aberrantes. La tortura, como nos lo presenta el conde de Villiers de l Isle- Adam, es uno de estos extremos. Reflexiona con tus compaeros y contesta las siguientes tres preguntas: a. Crees que existe alguna situacin en la que se justifique la tortura. Argumenta tu respuesta. b. El literato espaol Jos Agustn Goytisolo escribi, en 1968, un hermoso poema a partir de la difcil situacin de su patria en los tiempos de la dictadura. Lelo. c. El escritor Goytisolo presenta la crueldad humana enfrentada al espritu de la solidaridad. Qu situaciones concretas del mundo actual se ven reflejadas en el poema. d. Justifica o rechaza las siguientes afirmaciones acerca del mensaje: Para el autor la libertad es algo frgil y vulnerable. Si a un hombre se le priva de la libertad, la libertad de todos los hombres est amenazada. La solidaridad es necesaria si queremos un futuro plenamente libre. e. Cita algunas situaciones reales en las que la libertad sea pisoteada.

Y en esto yo siempre le llevaba por los peores caminos, y adrede, por hacerle mal y dao; si haba piedras, por ellas; si lodo, por lo ms alto; que, aunque yo no iba por lo ms enjuto, holgbame a m de quebrar un ojo por quebrar dos al que ninguno tena () Y fue as que luego otro da salimos por la villa a pedir limosna, y haba llovido mucho la noche antes; y porque el da tambin llova, y andaba rezando debajo de unos portales que en aquel pueblo haba, donde no nos mojamos, mas como la noche se vena y el llover no cesaba, djome el ciego: -Lzaro, esta agua es muy porfiada, y cuanto la noche ms cierra, ms recia. Acojmonos a la posada con tiempo. Para ir all habamos de pasar un arroyo, que con la mucha agua iba grande. Y le dije: o -To, el arroyo va muy ancho; mas si queris, yo veo por donde travesemos ms ana sin mojarnos, porque se estrecha all mucho y, saltando, pasaremos a pie enjuto. Parecile buen consejo y dijo: -Discreto eres, por esto te quiero bien; llvame a ese lugar donde el arroyo se ensangosta, que agora es invierno y sabe mal el agua, y ms llevar los pies mojados. Y que vi el aparejo a mi deseo, saqule de bajo de los o portales y llevlo derecho de un pilar o poste de piedra que en la plaza estaba, sobre el cual y sobre otros cargaban saledizos de aquellas casas, y dgole: -To, ste es el paso ms angosto que en el arroyo hay. Como llova recio y el triste se mojaba, y con la priesa que llevbamos de salir del agua, que encima de nos caa, y, lo ms principal, porque Dios le ceg aquella hora el entendimiento (fue por darme de l venganza), creyse de m, y dijo:

Y le puse bien derecho enfrente del pilar, y doy un salto y pngome detrs del poste, como o quien espera tope de toro, y djele: -Sus, saltad todo lo que podis, porque deis de este cabo del agua! Aun apenas lo haba acabado de decir, cuando se abalanza el pobre ciego como cabrn y de todasu fuerza arremete, tomando un paso atrs de la corrida para hacer mayor salto, y da con l a cabeza en el poste, que son tan recio como si diera con una gran calabaza, y cay luego para atrs medio muerto y hendida la cabeza. -Cmo, y olisteis la longaniza y no el poste? Oled! Oled! -le dije yo. Y dejle en poder de mucha gente que lo haba ido a socorrer, y tomo la puerta de la villa en los pies de un trote, y, antes de que la noche viniese, di comigo en Torrijos. No supe ms lo que Dios de l hizo ni cur de saberlo.

DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

El ingenioso hidalgo don quijote de la mancha Miguel de cervantes Saavedra:El novelista ms importante del habla espaola, naci en Alcal de Henares el 7 de octubre de 1547, en el hogar del cirujano Rodrigo de Cervantes y Leonor Cortinas; tuvo seis hermanos.

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO a. El lazarillo, un pobre muchacho confiado a un ciego, recibi de ste constantes maltratos. Frente a la ocasin que presenta el fragmento, en su lugar, Qu hubieras hecho? b. El lazarillo tiene dos opciones: aprovecharse de la situacin, para vengar los maltratos recibidos, o ayudar efectivamente al ciego hacindole ver la injusticia con l. Argumenta la rectitud o la incorrecin de cada actitud.

En su vida se presentaron dos etapas; la primera, durante su juventud, heroica y brillante; la segunda, ya adulto, difcil en el plano personal pero muy productiva en lo literario.

A los veintids aos viaja a Italia con el card enal Acquaviva y en 1571, interviene heroicamente en la batalla naval de Lepanto. Sus ideales heroicos lo llevaron a solicitar un puesto peligroso durante el combate a pesar de esta r enfermo; fue herido en el pecho y el brazo izquierdo, el cual le quedo inmvil. De este hecho se enorgullecera toda la vida, como lo recuerda en su obra viaje al Parnaso. Bien se que en la naval dura palestra Perdiste el movimiento de la mano Izquierda, para gloria de la diestra. Su deseo de seguir la carrera de las armas se manifiesta en los cuatro por llevarlo a la crcel cuando quebr el banco en el cual haba deposiaos siguientes, al participar en otras actividades militares en Italia; tado los dineros recaudados (1597). hasta que de regreso a Espaa es apresado, junto con su hermano Rodrigo, por los piratas barberiscos de unas galeras turcas. Y es all, en la crcel, deshonrado, pobre y fracasado como soldado y como cabeza de familia, donde comienza a escribir la historia del ms Durante cinco angustiosos aos estuvo prisioneros, organiz cuatro valiente y fracasado de todos los hombres: Don Quijote de la Mancha. intentos de escapatoria que le trajeron como consecuencia mayor Despus vivi en Valladolid durante un tiempo, en medio de contravigilancia y malos tratos y le permitieron adems, conocer la traicin tiempos con sus hermanas. y las debilidades y bondades humanas. Gracias a la intervencin de su padre ante el Rey y la intervencin de En 1605, aparece publicada la primera parte del Quijote. De inmeFray Juan Gil y Fray Antonio de Bella lograron salir los ltimos prision- diato alcanz tanto xito, que fue reditado cinco veces y traducido al eros, pero Cervantes debi esperar a que Fray Juan Gil reuniera ms ingls y al francs. dinero para el rescate. Al fin fue liberado (1580) cuando ya o tenan encadenado para llevarlo a Constantinopla. Luego, al trasladarse a la corte Real, nuevamente a Madrid, Cervantes viaja con su esposa y una sobrina. Cervantes y Gngora quisieron Cuando regres, encontr a su familia en mala situacin econmica y viajar a Italia con el conde de Lemus pero debido a intrigas fueron se vea sin bases para el futuro. Por lo tanto, tuvo que rehacer su vida elegidos otros escritores; este acontecimiento caus gran pesar en y comenzar de nuevo. Cervantes. En 1582 viviendo en Madrid se relacion con algunos literatos y es- De all en adelante, produce la mayor parte de sus obras. Cuando cribi su primera novela la Galatea, publicada en 1585. De sus amores apareci la segunda parte de Don Quijote (1615), ya era conocida su con Ana Villafranca naci su hija Isabel de Saavedra. obra y tena mucho xito. Frecuentaba las tertulias literarias con Lope de Vega, quien lo criticaba y era su rival en literatura. Lope comenEn diciembre de 1584, contrajo matrimonio con Catalina Salazar y taba: Ninguno hay tan malo como Cervantes, ni tan necio que alabe Palacios y escribi sus primeras obras teatrales. a Don Quijote. Por causa de dificultades econmicas acept el cargo de proveedor de cereales y aceite para la Armada Invencible. Cargo que le caus graves Al poco tiempo de terminar de escribir Persiles y segismunda, muri problemas con la gente a quien deba exigir la colaboracin, y termin en 1616 un 24 de Abril.DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO

Prologo a Don Quijote

Taller 5 1. Era y es costumbre solicitar a autores famosos, reflexiones o poemas elogiosos para presentarlos al comienzo de la nueva obra. Cervantes en cambio presenta unos poemas supuestamente escritos por personajes fabulosos de los libros de caballera, en alabanza a don Quijote. Esto lo hace, lgicamente, como una burla a los libros de caballera que pretende parodiar en su obra. Desde un comienzo se advierte la intencin crtica del autor hacia los libros de caballera. En el prlogo de la segunda parte, Cervantes dedica su obra al conde de Lemus, y hace referencia a la falsa segunda parte de El Quijote, publicada por Avellaneda, y responde los insultos que aquel le hiciera. Pero si acaso Cervantes supo quin estaba bajo el nombre de Avellaneda, nunca lo dijo y qued en el anonimato. Con base en el fragmento del prlogo a Don Quijote, digan: a. Con quin compara Cervantes su obra. b. Qu semejanzas creen que hay entre l y su personaje. c. Cules consideraciones especiales pide para don Quijote. d. Qu dificultades tuvo para escribir el prlogo. e. Cmo acostumbraban los dems autores presentar las nuevas obras que escriban.

En el prlogo de la primera parte. Cervantes nos expone sus ideas acerca de su obra y su preocupacin por el juicio vulgar, o sea el juicio popular. Desocupado lector, sin juramento me podrs creer que quisiera que este libro, como hijo del entendimiento, fuera el ms hermoso, el ms gallardo y ms discreto que pudiera imaginarse. Pero no he podido yo contravenir al orden de naturaleza; que en ella cada cosa engendra su semejante. Y as, qu podr engendrar el estril y mal cultivado ingenio mo, sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendr en una crcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitacin? El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espritu son grande parte para que las musas ms estriles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento. Acontece tener un padre un hijo feo y sin gracia alguna, y el amor que le tiene le pone una venda en los ojos para que no vea sus faltas, antes las juzga por discreciones y lindezas y las cuenta a sus amigos por agudezas y donaires. Pero yo, que, aunque parezco padre, soy padrastro de Don Quijote, no quiero irme con la corriente del uso, ni suplicarte, casi con las lgrimas en los ojos, como otros hacen, lector carsimo, que perdones o disimules las faltas que en este mi hijo vieres; y ni eres su pariente ni su amigo, y tienes tu alma en tu cuerpo y tu libre albedro como el ms pintado, y ests en tu casa, donde eres seor de ella, como el rey de sus alcabalas, y sabes lo que comnmente se dice: "que debajo de mi manto, al rey mato". Todo lo cual te esenta y hace libre de todo respecto y obligacin; y as, puedes decir de la historia todo aquello que te pareciere, sin temor que te calumnien por el mal ni te premien por el bien que dijeres de ella. Porque, cmo queris vos que no me tenga confuso el qu dir el antiguo legislador que llaman vulgo cuando vea que, al cabo de tantos aos como ha que duermo en el silencio del olvido, salgo ahora, con todos mis aos a cuestas, con una leyenda seca como un esparto, ajena de invencin, menguada de estilo, pobre de concetos y falta de toda erudicin y doctrina; sin acotaciones en las mrgenes y sin anotaciones en el fin del libro, como veo que estn otros libros, aunque sean fabulosos y profanos, tan llenos de sentencias de Aristteles, de Platn y de toda la caterva de filsofos, que admiran a los leyentes y tienen a sus autores por hombres ledos, eruditos y elocuentes?

Cervantes y lo imaginario

Entre sus libros de la biblioteca haba uno escrito en lengua arbiga, que un soldado adquiri por unas monedas en el Alcana de Toledo y que los orientalistas ignoran, salvo en la versin castellana. Ese libro era mgico y registraba de manera proftica los hechos y las palabras de un hombre desde la edad de cincuenta aos hasta el da de su muerte, que ocurra en 1614. Nadie dar con aquel libro, que apareci en la famosa conflagracin que ordenaron un cura y un barbero, amigo personal del soldado, como se lee en el sexto captulo. El hombre tuvo el libro en las manos y no lo ley nunca, pero cumpli minuciosamente el destino que haba soado el rabe y seguir cumplindolo siempre, porque su aventura ya es parte de la larga memoria de los pueblos () Jorge Luis Borges. Obra potica. Buenos Aires, Emec, 1987 .

DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO En El Acto del libro, Borges relata una extraa historia circular en la que un hombre compra un libro, del que termina siendo su protagonista. El hombre no lo ley nunca pero cumpli minuciosamente el destino que el libro le fijaba. Imagina qu hubiera sucedido si el hombre lee el libro y se da cuenta que la historia relatada es la suya. Escribe un cuento al respecto.

De hidalgo a ingenioso caballero

Taller 6 a. El hidalgo que nos menciona el fragmento es Alonso Quijano, un hombre espaol de provincia que tuvo su aficin por los libros de caballera. Le sucedi al tal Alonso Quijano que llensele la cabeza de fantasa de todo aquello que lea en los libros. Respecto a este pasaje es posible hacer dos interpretaciones. Escoge la que juzgues correcta, discute y argumenta tu eleccin. EL Quijote naci de la lectura. Un hombre provinciano aficionado a los libros, dio origen al ms grande y original hroe de la literatura universal. Cervantes hace una apologa del libro, en el que seala las limitadas posibilidades de los buenos lectores. Quien lee un libro, tiene la posibilidad de crear un universo. Alonso Quijano enloqueci por culpa de los libros. El quijote es la triste historia de un hombre que se aleja de la realidad a causa de lecturas nocivas. Cervantes hace una crtica al libro en la que seala os peligros que acarrea la lectura indiscriminada. b. En la literatura hasta ahora desconocida, normalmente los hroes y los hombres que con sus acciones hacan historia eran personajes aristocrticos o de naturaleza divina. En el Quijote al hombre comn se le atribuye el derecho a la ficcin creadora. Este poder casi mgico de crear mundos e historias, Cervantes lo atribuye a los libros. Crees que la lectura realmente proporciona ese poder? Discute y argumenta tu respuesta. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha est dividido en dos partes que aparecieron con diez aos de diferencia. La primera consta de algunos preliminares y 52 captulos, la segunda de prlogos y 74 captulos para un total de 126 captulos, en los que el Quijote realiza tres viajes y divertidsimas aventuras. Lo ms ingenioso de la novela de Cervantes es que al final, tras los viajes y las aventuras don Quijote ha cobrado vida propia, y ni el propio autor puede dar crdito a la muerte del famoso caballero.

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que viva un hidalgo de los de lanza en astillero adarga antigua, rocn flaco y galgo corredor. Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso (que eran los ms del ao) se daba a leer libros de caballeras con tanta aficin y gusto, que olvid casi de todo punto ()la administracin de su hacienda; y lleg a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendi muchas hanegas de tierra de sembradura, para comprar libros de caballeras en que leer () donde en muchas partes hallaba escrito: la razn de la sinrazn que a mi razn se hace, de tal manera mi razn enflaquece, que con razn me quejo de la vuestra fermosura () Con estas razones perda el pobre caballero el juicio, y desvelbase por entenderlas y desentraarles el sentido, que no se lo sacara ni las entendiera el mesmo Aristteles, si resucitara para solo ello ()

En resolucin, l se enfrasc tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los das de turbio en turbio; y as, del poco dormir y del mucho leer, se le sec el celebro de manera que vino a perder el juicio. Llensele la fantasa de todo aquello que lea en los libros, as de encantamentos como de pendencias, batallas, desafos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentsele de tal modo en la imaginacin que era verdad toda aquella mquina de aquellas soadas invenciones [*] que lea, que para l no haba otra historia ms cierta en el mundo En efeto, rematado ya su juicio, vino a dar en el ms estrao pensamiento que jams dio loco en el mundo, y fue que le pareci convenible y necesario, as para el aumento de su honra como para el servicio de su repblica, hacerse caballero andante y irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que l haba ledo que los caballeros andantes se ejercitaban ()

De como don quijote cay malo y del testamento que hizo, y su muerte.

() se le arraig (a don Quijote) una calentura que le tuvo seis das en la cama, en los cuales fue visitado muchas veces del cura, del bachiller y del barbero, sus amigos, sin quitrsele de la cabecera Sancho Panza, su buen escudero () Llamaron sus amigos al mdico, tomle el pulso, y no le content mucho y dijo que, por s o por no, atendiese a la salud de su alma, porque la del cuerpo corra peligro () Rog don Quijote que le dejasen solo, porque quera dormir un poco. Hicironlo as y durmi de un tirn, como dicen, ms de seis horas [10]: tanto, que pensaron el ama y la sobrina que se haba de quedar en el sueo. Despert al cabo del tiempo dicho y, dando una gran voz [11], dijo:DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO Bendito sea el poderoso Dios, que tanto bien me ha hecho! En fin, sus misericordias no tienen lmite, ni las abrevian ni impiden los pecados de los hombres. Estuvo atenta la sobrina a las razones del to y parecironle ms concertadas que l sola decirlas, a lo menos en aquella enfermedad, y preguntle: Qu es lo que vuestra merced dice, seor? Tenemos algo de nuevo? Qu misericordias son estas, o qu pecados de los hombres? Las misericordias respondi don Quijote, sobrina, son las que en este instante ha usado Dios conmigo, a quien, como dije, no las impiden mis pecados. Yo tengo juicio ya libre y claro, sin las sombras caliginosas [*] de la ignorancia que sobre l me pusieron mi amarga y continua leyenda de los detestables libros de las caballeras. Ya conozco sus disparates y sus embelecos, y no me pesa sino que este desengao ha llegado tan tarde, que no me deja tiempo para hacer alguna recompensa, leyendo otros que sean luz del alma Llmame, amiga, a mis buenos amigos, al cura [*], al bachiller [*] Sansn Carrasco y a maese Nicols el barbero, que quiero confesarme y hacer mi testamento. Pero de este trabajo se escus la sobrina con la entrada [*] de los tres. Apenas los vio don Quijote, cuando dijo: Dadme albricias [18], buenos seores, de que ya yo no soy don Quijote de la Mancha, sino Alonso Quijano, a quien mis costumbres me dieron renombre de bueno . Ya soy enemigo de Amads de Gaula y de toda la infinita caterva de su linaje; ya me son odiosas todas las historias profanas de la andante [*] caballera; ya conozco mi necedad y el peligro en que me pusieron haberlas ledo; ya, por misericordia de Dios escarmentando en cabeza propia, las abomino. Cuando esto le oyeron decir los tres, creyeron sin duda que alguna nueva locura le haba tomado, y Sansn le dijo: Ahora, seor don Quijote, que tenemos nueva que est desencantada la seora Dulcinea, sale vuestra merced con eso? Y agora que estamos tan a pique de ser pastores, para pasar cantando la vida, como unos prncipes, quiere vuesa merced hacerse ermitao? Calle, por su vida, vuelva en s y djese de cuentos. Los de hasta aqu replic don Quijote, que han sido verdaderos en mi dao, los ha de volver mi muerte, con ayuda del cielo, en mi provecho. Yo, seores, siento que me voy muriendo a toda priesa: djense burlas aparte y triganme un confesor que me confiese y un escribano que haga mi testamento, que en tales trances como este no se ha de burlar el hombre con el alma; y, as, suplico que en tanto que el seor cura me confiesa vayan por el escribano. Mirronse unos a otros, admirados de las razones de don Quijote, y, aunque en duda, le quisieron creer; y una de las seales por donde conjeturaron se mora fue el haber vuelto con tanta facilidad de loco a cuerdo, porque a las ya dichas razones aadi otrasTaller 7 a. El fragmento que acabas de leer se titula de cmo don Quijote cay malo, y del testamento que hizo, y su muerte. Sin embargo quien muere, en realidad es Alonso Quijano, quien una vez recobr el juicio declar pblicamente que el Quijote no era ms que un ser imaginario, fruto de su demencia. A pesar de que Alonso Quijano recobr el juicio e insisti en que la fantasa de don quijote ya haba muerto, ni el escudero Sancho, ni sus otros acompaantes admiten esta realidad, y continan dirigindose a l como si se tratara del ingenioso caballero. Ni el mismo Cervantes puede sostener por muchas lneas la repentina desaparicin de su personaje como consecuencia de la cordura de Alonso Quijano; hasta en la descripcin del ltimo da dice: en fin, lleg el ltimo (da) de don quijote, despus de recibidos todos los sacramentos. Pero, Acaso quien est muriendo en ese momento no es Alonso Quijano? Supuestamente don Quijote no haba desaparecido con la cordura del personaje citado? Busca explicar, con argumentos claros, la aparente inconsistencia de Cervantes en esta parte del Quijote. Debate con tus compaeros de grupo tu punto de vista. b. Recuerda el relato de Borges titulado El acto del libro, que aparece al principio del taller. Intenta explicar la aparente inconsistencia de Cervantes mediante la sentencia en donde se afirma que el destino de aquel soldado se seguir cumpliendo siempre, porque su aventura ya es parte de la larga memoria de los pueblos. Confronta tu respuesta con la de otros compaeros. c. Respecto al final del Quijote, se pueden realizar dos interpretaciones contrarias: Una afirma que el final muestra el antiquijotismo de Cervantes. La cordura final de Alonso Quijano, sus palabras recurrentes en contra de los libros de caballera, que lo han llevado hasta la demencia, no son ms que advertencias contra este tipo de lecturas imaginaDOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTOrias que afectan el equilibrio del hombre. La interpretacin contraria afirma, que en realidad, don Quijote no podra morir, ni porque su autor lo quisiese matar. Don quijote ha cobrado vida propia, despus de la cordura y la muerte de Alonso Quijano, gracias a sus decires y sus haceres. Las palabras de Sancho: no se muera vuestra merced [] porque la mayor locura que pude hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin ms ni ms [] levntese de esa cama, y vmonos, muestran que siempre queda alguien en trance de resucitar inacabablemente la eterna aventura de la imaginacin humana. Opta por una de las explicaciones propuestas, argumntala y disctela con tus compaeros. d. Escribe verdadero o falso segn corresponda con las siguientes premisas: Despus de tanto andar con Don Quijote, Sancho Panza ya no puede vivir como campesino y quiere volver a la vida andante. El tiempo compartido con don quijote, ha hecho que Sancho Panza cambie su mirada de Don Alonso Quijano a Don Quijote de la Mancha. Sancho Panza quiere mucho a Don Quijote y dice todo eso para que encuentre nuevas razones para vivir y no se muera. Don Alonso Quijano en su lecho de muerte reconoce que su viaje ha sido una locura, porque los caballeros andantes ya no viven en Espaa. Don Alonso Quijano muere porque ya no encuentra sentido a la vida, despus que descubre que todo su viaje de caballero andante era producto de su imaginacin. 2. Transforma este capitulo u otro capitulo del quijote en una obra de teatro para serpresentada en elgrupo.Preparala bien conmsica,vestuario, escenografia. Se calificar calidad..

muchas tan bien dichas, tan cristianas y con tanto concierto, que del todo les vino a quitar la duda, y a creer [*] que estaba cuerdo. Hizo salir la gente el cura, y quedse solo con l y confesle. El bachiller fue por el escribano y de all a poco volvi con l y con Sancho Panza; el cual Sancho, que ya saba por nuevas del bachiller en qu estado estaba su seor, hallando a la ama y a la sobrina llorosas, comenz a hacer pucheros y a derramar lgrimas. Acabse la confesin y sali el cura diciendo: Verdaderamente se muere y verdaderamente est cuerdo Alonso Quijano el Bueno; bien podemos entrar para que haga su testamento. Y, volvindose a Sancho, le dijo: Perdname, amigo, de la ocasin que te he dado de parecer loco como yo, hacindote caer en el error en que yo he cado de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo. Ay! respondi Sancho, llorando: no se muera vuestra merced, seor mo, sino tome mi consejo y viva muchos aos, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin ms ni ms, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancola. Mire no sea perezoso, sino levntese desa cama, y vmonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quiz tras de alguna mata hallaremos a la seora doa Dulcinea desencantada, que no haya ms que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, cheme a m la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto ms, que vuestra merced habr visto en sus libros de caballeras ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros, y el que es vencido hoy ser vencedor maana. As es dijo Sansn, y el buen Sancho Panza est muy en la verdad destos casos. Seores dijo don Quijote, vmonos poco a poco, pues ya en los nidos de antao no hay pjaros hogao: yo fui loco, y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno. En fin, lleg el ltimo de don Quijote, despus de recebidos todos los sacramentos, y despus de haber abominado con muchas y eficaces razones de los libros de caballeras. Hallse el escribano presente, y dijo que nunca haba ledo en ningn libro de caballeras que algn caballero andante hubiese muerto en su lecho tan sosegadamente y tan cristiano como don Quijote; el cual, entre compasiones y lgrimas de los que all se hallaron, dio su espritu: quiero decir que se muri. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes Saavedra. Alianza Editorial, pg. 485 491.

DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

Una aproximacin histrica al quijote

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTO

La Espaa del siglo XVI atraa a los cmicos extranjeros bufones, prestidigitadores, acrbatas, titiriteros que desarrollaban una corriente artstica compatible con la presencia de u teatro castellano de origen medieval. Italianos seran, sin duda, muchos de los titiriteros y retablos que vio Cervantes y que posiblemente inspiraron los suyos los que narra en el quijote -, el retablo de las Maravillas y el relato del maese Pedro. Los retablos eran teatritos de marionetas, fantoches o autmatas, de procedencia italiana. La representacin a que hace referencia Cervantes, en el captulo 26 de la segunda parte, es la de Gaiferos y Melisendra, tema recurrente de la literatura espaola que narra la historia de la libertad de Melisendra, cautiva del rey moro de Sausea, esposa de Gaiferos. La escena la componen don Quijote, el maese Pedro, quien maneja los tteres, y su trujamn, especie de ayudante que tiene por tareas narrar la historia, moralizar, as como sealar, con una varita, los muecos que entran en escena. La lectura de este capitulo llama la atencin especialmente por la divertida representacin de un drama cortesano, interrumpido en diversas ocasiones por las intervenciones descontextualizadas de don Quijote.

La graciosa aventura del titiritero.

Quiero decir, pendientes estaban todos los que el retablo miraban de la boca del declarador de sus maravillas, cuando se oyeron sonar en el retablo cantidad de atabales y trompetas y dispararse mucha artillera, cuyo rumor pas en tiempo breve, y luego alz la voz el muchacho y dijo:

Esta verdadera historia que aqu a vuesas mercedes se representa es sacada al pie de la letra de las cornicas francesas y de los romances espaoles que andan en boca de las gentes y de los muchachos por esas calles. Trata de la libertad que dio el seor don Gaiferos a su esposa Melisendra, que estaba cautiva en Espaa, en poder de moros, en la ciudad de Sansuea, que as se llamaba entonces la que hoy se llama Zaragoza; y vean vuesas mercedes all cmo est jugando a las tablas don Gaiferos, segn aquello que se canta: Jugando est a las tablas don Gaiferos, que ya de Melisendra est olvidado. Y aquel personaje que all asoma con corona en la cabeza y ceptro en las manos es el emperador Carlomagno, padre putativo de la tal Melisendra, el cual, mohno de ver el ocio y descuido de su yerno, le sale a reir; y adviertan con la vehemencia y ahnco que le rie, que no parece sino que le quiere dar con el ceptro media docena de coscorrones, y aun hay autores que dicen que se los dio, y muy bien dados; y despus de haberle dicho muchas cosas acerca del peligro que corra su honra en no procurar la libertad de su esposa, dicen que le dijo: Harto os he dicho: miradlo. Miren vuestras mercedes tambin cmo el emperador vuelve las espaldas y deja despechado a don Gaiferos, el cual ya ven cmo arroja, impaciente de la clera, lejos de s el tablero y las tablas, y pide apriesa las armas, y a don Roldn su primo pide prestada su espada Durindana, y cmo don Roldn no se la quiere prestar, ofrecindole su compaa en la difcil empresa en que se pone; pero el valeroso enojado no lo quiere aceptar, antes dice que l solo es bastante para sacar a su esposa, si bien estuviese metida en el ms hondo centro de la tierra; y con esto se entra a armar, para ponerse luego en camino. Vuelvan vuestras mercedes los ojos a aquella torre que all parece, que se presupone que es una de las torres del alczar de Zaragoza, que ahora llaman la Aljafera; y aquella dama que en aquel balcn parece vestida a lo moro es la sin par Melisendra, que desde all muchas veces se pona a mirar el camino de Francia, y, puesta la imaginacin en Pars y en su esposo, se consolaba en su cautiverio. Miren tambin un nuevo caso que ahora sucede, quiz no visto jams. No veen aquel moro que callandico y pasito a paso, puesto el dedo en la boca, se llega por las espaldas de Melisendra? Pues miren cmo la da un beso en mitad de los labios, y la priesa que ella se da a escupir y a limpirselos con la blanca manga de su camisa, y cmo se lamenta y se arranca de pesar sus hermosos cabellos, como si ellos tuvieran la culpa del maleficio. Miren tambin cmo aquel grave moro que est en aquellos corredores es el rey Marsilio de Sansuea, el cual, por haber visto la insolencia del moro, puesto que era un pariente y gran privado suyo le mand luego prender, y que le den docientos azotes, llevndole por las calles acostumbradas de la ciudad, con chilladores delante y envaramiento detrs; y veis aqu donde salen a ejecutar la sentencia, aun bien apenas no habiendo sido puesta en ejecucin la culpa, porque entre moros no hay traslado a la parte, ni a prueba y estse, como entre nosotros. Nio, nio dijo con voz alta a esta sazn don Quijote, seguid vuestra historia lnea recta y no os metis en las curvas o transversales, que para sacar una verdad en limpio menester son muchas pruebas y repruebas.DOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTOTambin dijo maese Pedro desde dentro: Muchacho, no te metas en dibujos, sino haz lo que ese seor te manda, que ser lo ms acertado: sigue tu canto llano y no te metas en contrapuntos, que se suelen quebrar de sotiles. Y lo har as respondi el muchacho, y prosigui diciendo: esta figura que aqu parece a caballo, cubierta con una capa gascona, o es la mesma de don Gaiferos; aqu su esposa, ya vengada del atrevimiento del enamorado moro, con mejor y ms sosegado semblante se ha puesto a los miradores de la torre, y habla con su esposo creyendo que es algn pasajero, con quien pas todas aquellas razones y coloquios de aquel romance que dicen: Caballero, si a Francia ides, por Gaiferos preguntad, las cuales no digo yo ahora, porque de la prolijidad se suele engendrar el fastidio. Basta ver cmo don Gaiferos se descubre, y que por los ademanes alegres que Melisendra hace se nos da a entender que ella le ha conocido, y ms ahora que veemos se descuelga del balcn para ponerse en las ancas del caballo de su buen esposo. Mas, ay, sin ventura!, que se le ha asido una punta del faldelln de uno de los hierros del balcn, y est pendiente en el aire, sin poder llegar al suelo. Pero veis cmo el piadoso cielo socorre en las mayores necesidades, pues llega don Gaiferos y, sin mirar si se rasgar o no el rico faldelln, ase della y mal su grado la hace bajar al suelo y luego de un brinco la pone sobre las ancas de su caballo, a horcajadas como hombre, y la manda que se tenga fuertemente y le eche los brazos por las espaldas, de modo que los cruce en el pecho, porque no se caiga, a causa que no estaba la seora Melisendra acostumbrada a semejantes caballeras. Veis tambin cmo los relinchos del caballo dan seales que va contento con la valiente y hermosa carga que lleva en su seor y en su seora. Veis cmo vuelven las espaldas y salen de la ciudad y alegres y regocijados toman de Pars la va. Vais en paz, oh par sin par de verdaderos amantes! Lleguis a salvamento a vuestra deseada patria, sin que la fortuna ponga estorbo en vuestro felice viaje! Los ojos de vuestros amigos y parientes os vean gozar en paz tranquila los das (que los de Nstor sean) que os quedan de la vida! Aqu alz otra vez la voz maese Pedro y dijo: Llaneza, muchacho, no te encumbres, que toda afectacin es mala. No respondi nada el intrprete, antes prosigui diciendo: No faltaron algunos ociosos ojos, que lo suelen ver todo, que no viesen la bajada y la subida de Melisendra, de quien dieron noticia al rey Marsilio, el cual mand luego tocar al arma; y miren con qu priesa, que ya la ciudad se hunde con el son de las campanas que en todas las torres de las mezquitas suenan. Eso no! dijo a esta sazn don Quijote. En esto de las campanas anda muy impropio maese Pedro, porque entre moros no se usan campanas, sino atabales y un gnero de dulzainas que parecen nuestras chirimas; y esto de sonar campanas en Sansuea sin duda que es un gran disparate. Lo cual odo por maese Pedro, ces el tocar y dijo: No mire vuesa merced en nieras, seor don Quijote, ni quiera llevar las cosas tan por el cabo, que no se le halle. No se representan por ah casi de ordinario mil comedias llenas de mil impropiedades y disparates, y, con todo eso, corren felicsimamente su carrera y se escuchan no solo con aplauso, sino con admiracin y todo? Prosigue, muchacho, y deja decir, que como yo llene mi talego, siquiera represente ms impropiedades que tiene tomos el sol. As es la verdad replic don Quijote. Y el muchacho dijo: Miren cunta y cun lucida caballera sale de la ciudad en siguimiento de los dos catlicos amantes, cuntas trompetas que suenan, cuntas dulzainas que tocan y cuntos atabales y atambores que retumban. Tmome que los han de alcanzar y los han de volver atados a la cola de su mismo caballo, que sera un horrendo espetculo Viendo y oyendo, pues, tanta morisma y tanto estruendo don Quijote, parecile ser bien dar ayuda a los que huan, y levantndose en pie, en voz alta dijo: No consentir yo que en mis das y en mi presencia se le haga superchera a tan famoso caballero y a tan atrevido enamorado como don Gaiferos. Deteneos, mal nacida canalla, no le sigis ni persigis; si no, conmigo sois en la batalla! Y diciendo y haciendo, desenvain la espada y de un brinco se puso junto al retablo, y con acelerada y , nunca vista furia comenz a llover cuchilladas sobre la titerera morisma, derribando a unos, descabezando a otros, estropeando a este, destrozando a aquel, y, entre otros muchos, tir un altibajo tal, que si maese Pedro no se abaja, se encoge y agazapa, le cercenara la cabeza con ms facilidad que si fuera hecha de masa de mazapn. Daba voces maese Pedro, diciendo: Detngase vuesa merced, seor don Quijote, y advierta que estos que derriba, destroza y mata no son verdaderos moros, sino unas figurillas de pasta. Mire, pecador de m!, que me destruye y echa a perder toda mi hacienda. Mas no por esto dejaba de menudear don Quijote cuchilladas, mandobles, tajos y r eveses como llovidos. Finalmente, en menos de dos credos, dio con todo el retablo en el suelo, hechas pedazos y desmenuzadas todas sus jarcias y figuras, el rey Marsilio malherido, y el emperador Carlomagno, partida la corona y la cabeza en dos partes. Alborotse el senado de los oyentes, huyse el mono por los tejados de la venta, temi el primo, acobardse el paje, y hasta el mesmo SanchoDOCENTE: ALEJANDRO CASTILLO GUIA DE TRABAJO PARA ESTUDIANTES

ESCUELA NORMAL SUPERIOR DE PASTOQuisiera yo tener aqu delante en este punto todos aquellos que no creen ni quieren creer de cunto provecho sean en el mundo los caballeros andantes. Miren, si no me hallara yo aqu Taller 8 presente, qu fuera del buen don Gaiferos y de la hermosa Melisendra: a buen seguro que esta fuera ya la hora que los hubieran alcanzado estos canes y les hubieran hecho algn desaComentario de texto. guisado. En resolucin, viva la andante caballera sobre cuantas cosas hoy viven en la tierra!

Viva enhorabuena dijo a esta sazn con voz enfermiza maese Pedro, y muera yo!, pues de leer, Cervantes introduce de soy tan desdichado, que puedo decir con el rey don Rodrigo: manera ingeniosa una repreAyer fui seor de Espaa, y hoy no tengo una almena que pueda decir que es ma.

En el fragmento que acabas

No ha media hora, ni aun un mediano momento, que