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JUNIO 2012 #14 $15 CINE: LA NARANJA MECÁNICA | RECUERDO: WOODSTOCK | MÚSICA: THE CLASH

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Ruleman Ruleman

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JUNIO 2012#14 $15

CINE: LA NARANJA MECÁNICA | RECUERDO: WOODSTOCK | MÚSICA: THE CLASH

SICA

THE CLASH11

ACT

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AD

16 sex pistolsDaily Mail el diario británico online filtró el sábado pasado la lista de 86 temas que sonarán en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos el 27 de julio y entre ellos figura el excelente y en su momento muy polémico “God Save The Queen” de los Sex Pistols.

CIN

E

La naranjamecánica

32Una película inglesa de culto. Prohibida en los ‘70. Alex es un joven muy agresivo que tiene dos pasiones: la violencia desaforada y Beethoven.

24 WOODSTOCK

El festival de música y arte de Woods-tock (Woodstock. 3 Days of Peace & Music) es uno de los festivales de rock y congregación Hippie más famosos de la historia. Tuvo lugar en una granja de Bethel, Nueva York, los días 15, 16, 17 y la madrugada del 18 de agosto de 1969. Santana, C. C. Revival, Janis Joplin with The Kozmic Blues Band, The Who, Joe Cocker, Jimi Hendrix.

El grupo fue uno de los más importantes de la 1ra ola del punk originada a fines de los años ‘70. Curiosidades y fotos inéditas ¡a 60 años de LONDON CALLING!

RULEMAN

RECU

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O

EXTREMOTribu urbana, surf del cemen-

to, juguete de los hijos de la

aristocracia y hasta negocio

multimillo.

3

19

RulemanRuleman

Tribu urbana, surf del cemento, juguete de los hijos de la aristocracia y hasta negocio multimillonario. El skate, nacido en California hace medio siglo, tiene un univer-so propio en Argentina, con héroes históricos, figuras legendarias, lugares emblemáticos, enfrentamientos con la ley y campeonatos afilados.

Por Nicolas G. Recoaro

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Ollie

que talMedio de locomoción hiperurbano, ino-cente entretenimiento infantil, juguetepeligroso, deporte extremo, tribu con-tracultural, negocio millonario yhasta delito perseguido por las autorida-des. “Pero más allá de la moda, deldeporte y la industria, el skate en Argen-tina es otra cosa, es un modo devida”, sentencia Mariano Ras González, un veterano skater que lleva casi tresdécadas pateando las calles de la ciudad.Dicen que la historia del hombre comien-za al ras del suelo, con los primerospasos que dio sobre él. La historia del skate es algo parecida, y tambiénempieza al ras del suelo, pero con una tabla de madera sobre cuatrorueditas. El árbol genealógico de la pati-

neta se remonta al arcaico scooter,un auténtico galeón urbano construido con cajones de madera clavados conmanijas y patines que hizo las delicias de los purretes en los albores del sigloXX. Durante las siguientes cuatro déca-das, los modelos fueron mutandohasta engendrar a la archiconocida pati-neta. La leyenda cuenta que parafines de los ‘50, en pleno auge del espíri-tu aloha, algunos pibes de la siempresoleada California comenzaron a utilizar-las para deslizarse por las empinadascalles y viajar hasta las playas con sus tablas. Ni lentos ni perezosos, algunossurfers vieron el negocio y abrieron los primeros skateshops.

Gorras casi siempre hacia un lado $85

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$1000Skate

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Musculosa negra o de colores

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Jean gastados

Bermudas que resisten caidas y razpones.

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REFERENTES DEL SKATE

Tony Hawk Johnny WeirRyan ShecklerJeremy Abbott

Milton MartínezJuano WallaceLucas Lagos Rolf Durrieu

MARCAS

20

Los muchachos del tablonHistorias sobre la tabla

“Tengo más de 25 años arriba de la tabla. Empecé en el barrio Luz y Fuerza de Morón. Me acuerdo clavado que la primera vez que vi un skate fue en el año 1980. Fui a la casa de un amigo y el padre le había traído de los Estados Unidos una Makaha Dogtown, con el primer rodamiento a rulemanes. Creo que tenía unas ruedas Kryptonite”, recuerda Jason mientras se emprolija el jopo rockabilly con un desdentado peine de plástico, frente al improvisado puesto en el que ofrece tablas y zapatillas en la Plaza Houssay. “Yo arranqué con una tabla Bariblex y una Z Flex. El skate era re de barrio (Capi-tal Federal, pero también mucho del Conurbano bonae-rense), se usaba el mechón de pelo

teñido y se escuchaba mu-

cho heavy metal, punk de

Black Flag y rap de Public

Enemy o Run DMC”, recuerda casi como un tanguero nostálgico, mien-tras se arremanga la camisa y deja ver el contorno de un skate y el rostro de Cris-to, que tiene tatuados en sus antebra-zos. Jason avisa que se está perdiendo el torneo de street porque anda jodido de la columna y que por eso “aprovecha la tarde para hacerse unos pesos y alentar” a sus amigos a grito pelado. “Yo andaba mucho por el Oeste y en la plaza Vicente López. Si hasta dejé el colegio en primer año para dedicarme a pleno al skate.

Por ahí en los ‘80 no te

miraban raro, pero en

los ‘90, tipo ‘91 o ‘92, la

gente te miraba re mal si

andabas. Era la época de

los pantalones caídos y te

gritaban payaso. La gente es muy ignorante y piensa que es todo fútbol. No pueden entender que un pibe andando arriba de una madera con cuatro rueditas tam-bién es un deporte”, reflexiona mientras destaca las ventajas y el precio de ganga

de las tablas industria nacional que ofrece. Jason confiesa que en sus épocas como profesional, con los sponsors ylas ventas, alguna vez llegó a ganar hasta cuatro mil pesos, pero que lasganancias no se deslizan tan cómoda-mente en los últimos tiempos. Ahora trabaja a comisión con algunos skaters amigos que le dan una mano y changuea en otros rubros. “Es una locura –dice–, gano muy poco pero no me vuelvo loco. A mí desde chico me costó mucho andar en skate. Pero siempre encontrás a alguien que te da una mano, porque el skate es muy familia. Tuve amigos que eran capaces de afanarse un skate de un shopping para que yo pudiera patear. Yo nunca lo hice porque rebotan esas cosas. Siempre me doy maña.

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La vanguadia

en patineta La visión de la ciudad de los

skaters

Ella patina despreocupada y, justo antes de chocar contra el inerte macetero de cemen-to, vuela con su tabla y resbala por el borde con la agilidad de una Nadia Comanecci con rueditas.“Siempre vamos dando vueltas por todos lados y te vas armando un mapa mental

de la ciudad. Como que los skaters la vemos distinta, les cambiamos el rol original que tienen las calles o una estructura arquitec-tónica”, explica Tatiana Di Santo, una de las skaters locales que desde hace años le pone el pecho a la mayoría masculina que hahegemoni-zado el deporte desde sus inicios.“Te pasa todo el tiempo –dice Tatiana–. Viajás en el colectivo o en u n auto y vas anotando o memorizando dónde hay unos buenos planos o una escalera copada. Cada skater usa la ciudad de forma distinta para hacer los trucos, le pone su propio estilo. Y por eso el skate es casi infinito y cambia todo el tiempo, como también son infinitas las posibilidades que nos regala la ciudad.”

Los principios del skate

LOS GAUCHOS VOLADORES

Enemigos acérrimos del histórico adoquín porteño, los skaters locales tuvieron un historial siempre variopinto: alternati-vo, minoritario, marginal y hasta cierto punto elitista. Los memoriosos recuerdan que las primeras tablas llegaron a la Argentina allá por la década del ‘70, en las valijas de diplomáti-cos y familias de la alta sociedad.

Uno de los pione-ros del skate por estas pampas, Guillermo Cida-de –más conoci-do como Walas, frontman de la banda Massacre y funda-dor del museo argentino

de skate en la galería Bond Street–,

alguna vez recordó que en su infancia solía tomar la merienda en la casa del primer campeón argentino de skate, Se-bastián Lacroze, el nieto de Amalia Lacroze de Fortabat. Pero aclaraba –-como para balancear el espíritu adolescente– que también solía terminar las noches saltando en algún recital de la banda punk Los Laxantes.

22

En su extenso poema “Equilibro en las tablas”, recientemente galardonado con el premio Indio Rico 2009, el escritor Pa-blo Jonás Gómez narra los entretelones ydisyuntivas que en-frenta un skater en ese punto de quiebre (ver recuadro).“Cada uno tiene su es-tilo. Las maniobras se pueden practicar, pero el estilo es de cada uno. Y el skate no tie-ne reglas, es infinito, nunca vas a saber cuántas pruebas se pueden hacer. Pero a la final llega el más zarpado”, cuenta Daniel mientras tacha a los eliminados en su inseparable cuaderno Gloria. En el centro de la Plaza Houssay, siete u ocho pibes ensayan una coreografía improvi-sada cuando vuelan sobre una pequeña

rampa de madera. Unotras otro saltan y elevan sus tablas al cielo, con la banda de sonido de lasrueditas que surcan el cemento. “El

skate –dice Ras González–- tiene muchode expresión corporal. Mi vieja es maestra de danza y siempre me dijo quelos skaters y los bailarines tenemos una vibración muy parecida. Porque másallá de la técnica que le

ponga un Barishnikov cuando baila o un Tony Hawkcuando patina, los dos tienen todo un mundo que los rodea: los ensayos, lascaídas, las enseñanzas de los maestros y la sensación de desilusión cuandolas cosas no salen. El skate, como la dan-za, es un arte de pura creación.”

“...El skate, como la danza, es un arte de pura creción.” (Ras González)

Patinando por un sueno

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