rutas de cantabria: aldeas alto cereceda

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1 Las Aldeas del Alto Cereceda El Valle de Cereceda encierra un paisaje de gran belleza, en especial en los innumerables valles de su vertiente norte, cubiertos de espesos bosques en los que junto con las típicas hayas y robles crecen un sinfín de variedades arbóreas (servales, abedules, alisos, acebos, etc.), que harán las delicias de los amantes de la naturaleza. Esta zona, sin estar enclavada en los límites del Parque Natural de los Picos de Europa, está declarada como LIC (Lugar de Interés Comunitario) y espacio de especial protección pues entre su fauna se encuentran el oso pardo y el urogallo cantábrico, dos de las especies más protegidas. En cualquier caso, no se debe descartar la belleza el tipismo de sus pueblos, con casas que aún se hicieron con las antiguas técnicas de construcción celta, es decir, realizar las paredes con un entramado de troncos, bien verticales o inclinados, entre los que se colocaban los adobes o las piedras con argamasa. En su mayor parte, los tabiques se hacían con zarzos (superficies planas de varas de avellano entretejidas) que se recubrían con arcilla o argamasa. Sin embargo, la pieza más valiosa de estos pueblos es la Pisa de Ledantes, que se describirá más adelante. Datos de la Marcha Desniveles: Subida acumulada: 739 m. Bajada acumulada: 1.077 m. Distancia estimada: 14,4 km, con las siguientes distancias parciales: Torno de Lloterín a la Majada de Ledantes, 1,9 km; al Collado de Presorio, 0,8 km; a Ledantes, 1,5 km; a la Pisa de Ledantes, 0,2 km; a Barrio, 2,0 km; a la Fuente de la Tenada, 3,0 km; al Collado de Casanzo, 1,1 km; a Cucayo, 2,9 km; a Dobres, 1,0 km. Duración previsible: 5,5 h. Dificultad: Mediana alta, debido al desnivel a salvar, aunque se transita por buenas pistas, salvo la primera parte de la bajada del Collado Casanzo, que el camino está algo difuso. Recorrido Cerca del Puerto de San Glorio (km 127,2), en el zigzag más alto de este puerto, en su curva más baja, denominada Torno de Lloterín (1.268 m), sale un camino carretero que baja hacia el SE. El camino continúa entre arbolado y praderías (desechando toda salida a izquierda y derecha). Unos 400 m después de salir se cruza el Río Vejo (1.190 m) y 800 m más adelante el Arroyo de Melecía (1.090 m), donde el camino llanea por un rato, para bajar suavemente hasta la Majada de Ledantes (1.073 m) y continuar hasta el Collado Presorio (1.061 m) entre un frondoso hayedo. Desde este punto se ve una gran parte del Valle de Cereceda, con Ledantes abajo.

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Las Aldeas del Alto Cereceda El Valle de Cereceda encierra un paisaje de gran belleza, en especial en los innumerables valles de su vertiente norte, cubiertos de espesos bosques en los que junto con las típicas hayas y robles crecen un sinfín de variedades arbóreas (servales, abedules, alisos, acebos, etc.), que harán las delicias de los amantes de la naturaleza.

Esta zona, sin estar enclavada en los límites del Parque Natural de los Picos de Europa, está declarada como LIC (Lugar de Interés Comunitario) y espacio de especial protección pues entre su fauna se encuentran el oso pardo y el urogallo cantábrico, dos de las especies más protegidas. En cualquier caso, no se debe descartar la belleza el tipismo de sus pueblos, con casas que aún se hicieron con las antiguas técnicas de construcción celta, es decir, realizar las paredes con un entramado de troncos, bien verticales o inclinados, entre los que se colocaban los adobes o las piedras con argamasa. En su mayor parte, los tabiques se hacían con zarzos (superficies planas de varas de avellano entretejidas) que se recubrían con arcilla o argamasa. Sin embargo, la pieza más valiosa de estos pueblos es la Pisa de Ledantes, que se describirá más adelante. Datos de la Marcha

Desniveles:

Subida acumulada: 739 m. Bajada acumulada: 1.077 m.

Distancia estimada: 14,4 km, con las siguientes distancias parciales: Torno de Lloterín a la Majada de Ledantes, 1,9 km; al Collado de Presorio, 0,8 km; a Ledantes, 1,5 km; a la Pisa de Ledantes, 0,2 km; a Barrio, 2,0 km; a la Fuente de la Tenada, 3,0 km; al Collado de Casanzo, 1,1 km; a Cucayo, 2,9 km; a Dobres, 1,0 km. Duración previsible: 5,5 h. Dificultad: Mediana alta, debido al desnivel a salvar, aunque se transita por buenas pistas, salvo la primera parte de la bajada del Collado Casanzo, que el camino está algo difuso. Recorrido

Cerca del Puerto de San Glorio (km 127,2), en el zigzag más alto de este puerto, en su curva más baja, denominada Torno de Lloterín (1.268 m), sale un camino carretero que baja hacia el SE. El camino continúa entre arbolado y praderías (desechando toda salida a izquierda y derecha). Unos 400 m después de salir se cruza el Río Vejo (1.190 m) y 800 m más adelante el Arroyo de Melecía (1.090 m), donde el camino llanea por un rato, para bajar suavemente hasta la Majada de Ledantes (1.073 m) y continuar hasta el Collado Presorio (1.061 m) entre un frondoso hayedo. Desde este punto se ve una gran parte del Valle de Cereceda, con Ledantes abajo.

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Justo antes de llegar al Collado se une una pista, por la izquierda, que viene de Vejo, e inmediatamente después se bifurca tomando el camino de la derecha (el de la izquierda llega a Villaverde, aunque dando mucha vuelta), que, después de pasar una portilla canadiense, baja (E) a Ledantes con el bosque a la izquierda y las praderías a la derecha. Unos 400 m después del collado se dejan ambas salidas a izquierda y a derecha (aunque ésta baja a Ledantes da mucha vuelta, 450 m más que el que aquí se describe), siguiendo de frente para dejar la pista 80 m más adelante, por un camino que sale a la derecha y haciendo zigzags llega a la pista citada anteriormente, donde a la izquierda se llega inmediatamente a Ledantes (810 m). Conviene callejear por este pueblo, para disfrutar de sus típicas casas, que en muchos casos combinan la piedra con el adobe y la madera. También es de interés su Iglesia del siglo XVI dedicada al culto de San Jorge, que guarda en su interior unas bellas pinturas renacentistas que representan al santo luchando con el dragón. Después de haber visitado Ledantes se irá por la calle central del pueblo (SO) hasta llegar a una plazoleta. Delante de la casa que está más al E sale un camino que baja al arroyo de la Viña. Antes de atravesar este cauce por un puente de hormigón se ve un antiguo molino. A la derecha de este edificio un sendero lleva a la Pisa de Ledantes (780 m). Las pisas o batanes, también llamadas en otros lugares del norte de España pisones, trillones, molinos traperos o aceñas traperas, son máquinas de madera consistentes en una rueda de palas que es movida por la corriente de agua y un armazón de vigas del que penden unos mazos muy pesados que, accionados por la rueda al girar, golpeaban sobre los tejidos de lana hasta dejarlos suaves y tupidos. Pascual Madoz, certificaba, a mediados del siglo pasado, que en Ledantes funcionaban 3 molinos y 3 batanes movidos por el agua del río. Hoy sólo quedan en toda la región éste de Ledantes y otro más en Aniezo (Cabezón de Liébana), que ha sido restaurado por su propietario. Caro Baroja sitúa el origen de estos ingenios en la época romana, aunque las referencias más concretas las ubica en el Medievo, en relación con la industria de paños. La principal pieza del batán es la rueda, que recibe directamente el agua y transmite su giro a las piezas componentes de toda la estructura. Esta rueda consiste en un grueso eje que lleva en los extremos unos bujes de hierro sobre los que gira. Sobre el eje van montados cuatro radios llamados aspas y a estas van unidos los cambones, formando una circunferencia sobre la cual se encajan los álabes, especie de paletas que al recibir directamente la fuerza del agua hacen girar la rueda. El agua que viene desviada por un canal es retenida o cortada por una rústica compuerta llamada aguatoju, desde donde se regula la entrada del agua a la pisa. Entre los álabes van colocados unos botes de madera que recogen el agua proveniente de la torrentera y lo comunican por medio de un pequeño canal con el peju o cajón, donde se coloca el tejido, listo para ser pisado y que necesita estar constantemente mojado. Además de la rueda sobre el eje van colocados dos trozos de madera en forma de cruz, denominados mazorgas, que al girar levantan de forma alternativa los pesados mazos, que caen sobre el tejido dispuesto en el cajón, golpeándolo de forma rítmica y monótona. El armazón de la pisa lo forman cuatro postes, sobre los cuales van cuatro vigas denominadas llaves, que a su vez soportan otras dos piezas transversales llamadas

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cargaderos, que tienen una entalladura en su centro, en la cual y sobre un eje denominado yugueto, se apoyan los tirantes, de los cuales penden los gruesos mazos. La materia usada para ser pisada era el tejido de lana hilada a mano y tejida en antiguos y rústicos telares, que funcionaban manualmente. Dicho tejido era llamado sayal y tenía poca consistencia; para enfurcirlo y sacarle cotón, eran utilizados estos artilugios, igualmente se empleaban para tejidos de lino y de cáñamo. Estos tejidos quedaban muy rígidos y con la lana muy separada y poco cerrada. Al tener el trozo de tejido dos o tres días seguidos metido en el batán, la lana adquiría una consistencia más cerrada, compacta y al tiempo más suave, permitiendo su uso como paño. El tenerlo más o menos tiempo en la pisa era cuestión de dinero, pues el dueño de la máquina cobraba por su uso, bien en especie, bien en metálico. Una vez pisado el paño se usaba para elaborar alforjas, costales, mantas, escarpines, monteras, etc.

La técnica del “pisau” es la siguiente: Primero se empapa bien la tela durante un tiempo, más tarde se coloca en la masera, un cajón donde la tela doblada era pisada (o abatanada) por los mazos. Periódicamente era preciso darla vuelta para que no ofreciese siempre la misma cara y quedara pisada por igual. Una vez terminado este proceso se dejaba enfriar (el percutido parece que las calentaba) y se ponía a secar para poder ser enrollada correctamente. Cada seis horas se procedía a desenrollarla y se volvía a colocar de nuevo. El bataneado duraba entre uno y tres días. Se cruza de nuevo el puente y se continúa por el camino que pasa junto al molino, hasta llegar a la pista, donde se subirá a la derecha. Enseguida se encontrará una bifurcación, para seguir por la izquierda donde por un tramo el camino llanea, subiendo suavemente, más adelante, entre prados y bosques a un collado (815 m), formado por la Peña Moño (849 m) (N) (con su forma picuda) y la estribación N del Pico Cahorra (1.962 m). Se inicia una bajada en la que se atraviesa el Arroyo del Tronco (780 m) y el río Friero (790 m) para entrar en las casas de la zona alta de Barrio (810 m). Se atraviesa la barriada por su calle central, hasta llegar a la carretera de Vada, donde se irá a la derecha (SE). A partir de aquí comienza una serpenteante subida entre praderías robles y hayas, que no da descanso hasta alcanzar el Collado de Casanzo (1.455 m). Al principio se rodeará el picacho de La Peña (1.030 m), una imponente roca caliza cónica que queda a la izquierda. Después de esto se encontrarán sendas salidas a ambos lados, que se desecharán, para continuar por la ladera NO del Mote Casanzo (1.642 m). Algo más arriba el camino describe un amplio zigzag y

Pisa de Ledantes.

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en la última curva a la derecha (1.260 m), donde se encuentra la Fuente de la Tenada, sita en un descampado en la zona de Llovango, el camino a seguir continúa por la pista principal, sin embargo, a la izquierda (N-NE) sale un camino que también llega a Dobres. Esta desviación es interesante pues se trata de una ruta más corta y menos costosa que la que se describe en este itinerario. Primeramente sube a un collado (1.262 m), para rodear la cabecera del Río Bo, en suave bajada hasta el Collado de Cezura (1.162 m), desde el que se baja directamente a Dobres (este camino disminuye 200 m el desnivel y 1,5 km la distancia). Continuando por la pista antes descrita, se vira al SE, para continuar en subida rodeando el Pico Casanzo. Al llegar a los 1,435 m de altitud hay que abandonar la pista que se trae, para tomar un camino, que en 100 m alcanza el punto más alto del recorrido, el Collado de Casanzo (1.457 m). Desde este punto se tienen unas vistas magníficas: Al E, el Valle de Cucayo, con el imponente Pico Bistuey y parte de los Puertos de Riofrío. Al O, en primer término el Valle de Cereceda y gran parte de Liébana, coronada con los Picos de Europa. La bajada se hará por un camino muy poco marcado, que se dirige al E-NE por la ladera SE de Pico Casanzo, para 700 m después (1.380 m) conectar con el camino que sube a este pico, por el que, en continuos zigzags, se bajará a la pista de los Puertos de Riofrío, para seguir hacia la izquierda (NE). Al llegar a la primera curva de un zigzag, se encontrará una desviación (izquierda) que baja al camino paralelo a la carretera, a la mitad entre Dobres y Cucayo. Sin embargo, se continuará por la pista desechando cualquier salida a ambos lados. Llegando a Cucayo (970 m), para después por carretera seguir hasta Dobres (950 m). Es conveniente visitar ambos pueblos, pero si no se quiere parar en Cucayo, ni pisar asfalto, justo antes de alcanzar la carretera se toma un camino (izquierda), que paralelo a ésta llega directamente a Dobres.

Javier Tezanos 24-05-2013

Literatura consultada para texto y fotos

1. Cantabria 60 Itinerarios (José López Cobo). 2. Cordillera Cantábrica Ciclo-travesías. De Los Picos de Europa a Los Ancares (Miguel Ángel

Adrados). 3. http://lacuevadeltasugo.blogspot.com.es/2010/09/liebana-valle-de-cereceda.html. 4. Travesías de Montaña por Cantabria y Regiones Limítrofes, UGT Ocio y Cultura Cantabria (Luis

Moras Negrete y Ricardo Gómez Gómara). 5. http://cantabriaenbici.es/otono2007/53-ruta.html.

Vistas de Liébana y los Picos de Europa desde el Collado

Casanzo.

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