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Visite nuestros boletines informativos en www.bicusa.org Segundo Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y Áreas Protegidas San Carlos de Bariloche, Argentina, Octubre 1-4, 2007 por Vince McElhinny El segundo Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y Áreas Protegidas que tuvo lugar en San Carlos de Bariloche, Argentina fue la reunión más grande de organizaciones medioambientales que trabajan en Latinoamérica desde el último Congreso que se celebró en Santa Marta en 1997. Además de representar un conjunto de programas de conservación ambiental coordinados por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) internacionales más grandes Conservación Internacional (CI), World Wildlife Fund, The Nature Conservancy (TNC), la conferencia contó con patrocinadores como la Fundación Moore, la Fundación MacArthur, la Corporación Andina de Fomento y el Banco Mundial. La reunión contó con la participación de más de 2.000 participantes y sirvió como sesión preparatoria regional antes de la Conferencia de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) que tendrá lugar en Barcelona del 5 al 9 de octubre del 2008. La UICN organizó el Congreso, si bien no fue un proceso deliberativo para tomar importantes decisiones, sino más bien una serie de presentaciones durante el curso de los 4 días organizado por ejes temáticos. Se preparó una larga declaración que si bien fue amplia, no resultó precisamente exhaustiva. No se detallaron estrategias de incidencia específicas. El enfoque principal era la gestión de las áreas protegidas, aunque se le otorgó especial atención a una serie de temas relacionados. Modelos conceptuales de gestión de Áreas Protegidas (AP) En este boletín: Los Temas de mayor relevancia para la Comunidad de la Conservación de las AP IIRSA y Conservación de AP IIRSA and Strategic Environmental Assessments Gestión eficaz de Áreas Protegidas Conclusiones

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Segundo Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y Áreas Protegidas San Carlos de Bariloche, Argentina, Octubre 1-4, 2007

por Vince McElhinny

El segundo Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y Áreas

Protegidas que tuvo lugar en San Carlos de Bariloche, Argentina fue la

reunión más grande de organizaciones medioambientales que trabajan en

Latinoamérica desde el último Congreso que se celebró en Santa Marta en

1997. Además de representar un conjunto de programas de conservación

ambiental coordinados por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG)

internacionales más grandes Conservación Internacional (CI), World

Wildlife Fund, The Nature Conservancy (TNC), la conferencia contó con

patrocinadores como la Fundación Moore, la Fundación MacArthur, la

Corporación Andina de Fomento y el Banco Mundial. La reunión contó

con la participación de más de 2.000 participantes y sirvió como sesión

preparatoria regional antes de la Conferencia de la Unión Mundial para la

Naturaleza (UICN) que tendrá lugar en Barcelona del 5 al 9 de octubre del

2008.

La UICN organizó el Congreso, si bien no fue un proceso deliberativo para

tomar importantes decisiones, sino más bien una serie de presentaciones

durante el curso de los 4 días organizado por ejes temáticos. Se preparó una

larga declaración que si bien fue amplia, no resultó precisamente

exhaustiva. No se detallaron estrategias de incidencia específicas.

El enfoque principal era la gestión de las áreas protegidas, aunque se le

otorgó especial atención a una serie de temas relacionados.

• Modelos conceptuales de gestión de Áreas Protegidas (AP)

En este boletín:

• Los Temas de mayor relevancia

para la Comunidad de la

Conservación de las AP

• IIRSA y Conservación de AP

• IIRSA and Strategic

Environmental Assessments

• Gestión eficaz de Áreas

Protegidas

• Conclusiones

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(corredores, áreas protegidas binominales, etc). • Sistemas de Pago para Servicios Medioambientales • El papel de los pueblos indígenas y su conocimiento en actividades

de conservación • Ciencias de la biodiversidad

IIRSA y los proyectos de extracción como amenaza creciente a la

conservación en Latinoamericana y el Caribe

TEMAS DE MAYOR RELEVANCIA PARA LA COMUNIDAD DE LA CONSERVACION DE LAS AP

Los logros alcanzados desde la Conferencia de Santa Marta en 1997

fueron señalados:

• Mayor concientización de la región LAC como fuente de mayor biodiversidad del planeta.

• Mayor concientización del valor del carbón del Amazonas ($10/hectárea = $3.000 millones)

• Expansión significativa de número de acres de AP en América Latina, de 120 millones de hectáreas en 1992 a más de 300 millones hoy.

• Mayor coordinación entre las organizaciones interesadas en las AP • Mayor financiamiento (cooperación internacional y de los

gobiernos) para las AP • Avances en la legislación nacional específicamente relacionada al

tema de AP Las amenazas y desafíos que enfrentan las actividades de conservación

también quedaron claras:

Falta de claridad en el mensaje (las APs están aumentando, las APs están

en riesgo). Los mensajes sobre conservación en Latinoamérica,

influenciados en gran parte por las más grandes organizaciones

medioambientales (frecuentemente denominadas BINGOs, por sus siglas en

inglés),intentan unir dos temas en cierto modo incompatibles. Por un lado,

se hace hincapié en los logros positivos de conservación en la región, los

cuales fueron considerados con cierto optimismo y más avanzados que en

otras regiones en desarrollo y, al mismo tiempo, se hace similar énfasis en

las amenazas a las APs y a los ecosistemas sin protección en general,

urgiendo una vigilancia eterna. El mensaje pone en yuxtaposición dos

realidades: un aumento de áreas en el Amazonas bajo protección formal

versus “tasas de deforestación que crecen de manera exponencial por causa

de la incidencia de la ganadería, la minería y el petróleo, el corte y

transporte de trozas y árboles, y la agricultura, lo cual ha significado una

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pérdida del 18 %de los bosques, representando una tasa de 2,3 millones de

hectáreas por año.1”

Sostentabilidad Financiera Pese a la creación de un número significativo

de nuevas áreas protegidas en Latinoamérica, los compromisos de

financiamiento anual o a largo plazo son menores a lo que se necesita para

garantizar un manejo efectivo. El Presidente de Conservación Internacional

(CI) Russell Mittermayer destinó un monto acumulativo de $700 millones

en fideicomisos de conservación para el trabajo de su organización y otras

instituciones. Si dividimos este monto por las 300 millones de hectáreas de

APs existentes, se asignarían aproximadamente $2,3 millones por hectárea.

Esta cifra es mucho menor al promedio de algunos países desarrollados

(Estados Unidos: $25,6/hectárea; Canadá: $11/hectárea y Nueva Zelanda:

$9,6/hectárea). Se ha sugerido que solo el Amazonas en su integridad

requeriría cerca de $200 millones por año para garantizar la adecuada

protección de las APs creadas.

Competencia entre las BINGOs Durante el Congreso, las BINGOs

destinaron una cantidad desproporcionada de energía orientada a promover

su propio trabajo y lanzar nuevas estrategias, sin embargo, y

sorprendentemente, ofrecieron poca información nueva sobre la ciencia del

cambio climático o la protección del hábitat.

• CI promovió sus conceptos de “hotspots,” (lugares críticos) áreas claves de biodiversidad, áreas de cero extinción y Corredores

• WWF promovió sus “ecoregiones” • NRDC promovió sus “joyas biológicas” (“biogems”) • La Wildlife Conservation Society promovió sus Paisajes

Durante el Congreso, hubo rumores de las negociaciones de una posible

fusión entre CI y TNC. Dichas negociaciones se encontraban bien

avanzadas, sin embargo la renuncia inesperada del Director General de

TNC Steve McCormick durante el Congreso, generó cierta confusión acerca

del acuerdo. Si bien TNC cuenta con una base de insumos o activos de

$200 millones, ésta fue considerada como un socio lógico para CI,

institución que tiene un programa internacional mucho más fuerte.

Algunos consideran que las negociaciones entre TNC y CI representan una

indeseada consolidación de poder entre las BINGOs del Norte en

detrimento de las organizaciones de conservación del Sur. Algunas de estas

preocupaciones fueron analizadas en un artículo publicado recientemente en

Science por una serie de eminentes académicos Sureños. Los escritores

argumentan que la manera de operación y gestión de organizaciones tales

como Conservación Internacional, The Nature Conservancy y el Fondo

1 Fundación Gordon y Betty Moore, “Creación y Manejo Efectivo de Areas Protegidas,” 2 de octubre, 2007, Bariloche.

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Mundial para la Naturaleza es similar a la de las corporaciones

multinacionales. Crean programas genéricos que sirven de “nombres de

marca” para obtener financiamiento. El artículo menciona una serie de

campañas de marketing de las BINGOs sobre biodiversidad, las cuales, si

bien han sido sumamente exitosas en la recaudación de fondos, no han

evidenciado la misma efectividad para conservar la biodiversidad. Entre

1998 y el 2005, los presupuestos de estas ONGs estadounidenses

aumentaron de un 40 a un 100%. Los autores consideran que los conceptos

medioambientales que dichas organizaciones utilizan no logran preservar

los ecosistemas en riesgo.2

Si analizamos el artículo de Science, rescatamos el siguiente argumento

central: “en la última década, los presupuestos de los gobiernos y de las

organizaciones multilaterales han decaído en un 50%, mientras que los

recursos de las BINGOs continúa creciendo.” Este desequilibrio,

frecuentemente vinculado al acceso al financiamiento, se considera en gran

parte responsable por la dominación que las BINGOs ejercen sobre las

políticas medioambientales domésticas. El artículo sostiene que una de las

consecuencias de esta situación resulta en una estructura jerárquica de toma

de decisiones desde arriba hacia abajo que no considera o incluye el

conocimiento que ofrecen las instituciones y los expertos locales.3

Suzana Padua, coautora del artículo y Presidente del Instituto Brasilero de

Estudios Ecológicos, cuestiona las prioridades de gasto de las BINGO, las

cuales contribuyen al desequilibro de poder entre las organizaciones

medioambientales del Norte y del Sur. “La falta de capacitación de

profesionales locales dedicados al trabajo de conservación es otra de las

consecuencias negativas de la influencia de las BINGOs. El artículo explica

que solo el 4% de los $3.200 millones invertidos en la protección de los

ecosistemas en Latinoamérica entre 1990 y 1997 se destinaron a

capacitaciones. “Hoy, solo el 30% de los artículos científicos sobre

biodiversidad en el Amazonas están firmados por autores brasileños.

Estamos integrando las sociedades, pero el Primer Mundo es el que recibe

el conocimiento”4

2 “La Globalización de la Conservación: Una Perspectiva desde el Sur,” J. P. Rodríguez, A. B. Taber, P. Daszak, R. Sukumar, C. Valladares-Padua, S. Padua, L. F. Aguirre, R. A. Medellín, M. Acosta, A. A. Aguirre, C Bonacic, P. Bordino, J. Bruschini, D. Buchori, S. González, T. Mathew, M. Méndez, L. Mugica, L. F. Pacheco, A. P. Dobson y M. Pearl, Science, 10 de agosto, 2007: 755-756; También ver Gerardo Ceballos y Paul R. Ehrlich (2007) “Distribuciones Globales de mamíferos, zonas calientes de biodiversidad y conservación,” Procedimientos de la

Academia Nacional de Ciencias (PNAS, por sus siglas en inglés), http://www.pnas.org/cgi/content/abstract/0609334103v1?etoc 3 Ver también, http://cbrayton.wordpress.com/2007/10/12/4156/ y http://www.oeca.com.br 4 “La Globalización de la Conservación: Una Perspectiva desde el Sur,” J. P. Rodríguez , et al (2007)

“Nuestro territorio esta

constantemente amenazado" dijó

Jorge Nahuel, Mapuche y

Coordinador del Foro Indígena

Foto: Buenos Aires Herald

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Gobernabilidad (Local, regional y nacional): uno de los mayores desafíos a

la gestión sustentable y efectiva de las APs tiene que ver con la falta de

capacidad o de compromiso de los gobiernos en los distintos niveles. Un

representante de la cooperación internacional señaló que, en algunos casos,

los donantes externos financian casi todo el presupuesto de las APs en

América Latina, inclusive los sueldos y los vehículos de los guardias de los

parques. Los gobiernos no tienen la misma voluntad de comprometerse a

largo plazo en el ámbito de la conservación.

Las APs y la Soberanía Indígena: Tuvo lugar una reunión paralela de cerca

de 80 líderes indígenas, en la cual se debatió durante varios días la

construcción de una nueva relación entre los Pueblos Originarios, los

gobiernos y los parques nacionales.5 El debate subrayó las tensiones que

existen entre los conceptos indígenas sobre la autonomía territorial y los

conceptos de las BINGOs sobre la conservación. Se hizo un llamamiento a

UICN y a los gobiernos Latinoamericanos a cumplir con los compromisos

establecidos durante el Congreso de Conservación Mundial de Durban, tales

como mayor participación indígena en la toma de decisiones de UICN y

sobre temas de conservación, restitución de tierras anexadas dentro de las

nuevas APs, y mayor protección del conocimiento indígena sobre la

biodiversidad. Si bien la Declaración de Bariloche reconoció algunos de

estos temas, aún parece faltar un proceso de negociación que asegure

avances específicos para lograr un acuerdo antes de la Conferencia de

Barcelona.

La Tendencia a crear en lugar de consolidar APs: las BINGOs continúan

presionando para la creación de nuevas áreas y parques protegidos al mismo

tiempo que la infraestructura desenfrenada de transporte y energía implica

una amenaza a largo plazo de la viabilidad de muchas APs “establecidas.”

Se acaba de comenzar a discutir seriamente mecanismos de rendición de

cuentas sobre el manejo efectivo de las APs existentes.

La ambigüedad alrededor de una posición específica sobre proyectos de

alto riesgo de infraestructura: Si bien se hizo mayor hincapié en el perfil

de los distintos proyectos de extracción y de integración de infraestructura

(IIRSA), reinaba cierta confusión sobre si IIRSA representa un riesgo a

prevenir o una oportunidad para crear más APs.

Las APs, la Desigualdad y la Pobreza – Pese a un aumento en el

conocimiento sobre los desorbitantes efectos del cambio climático en los

sectores más pobres, que aumenta la inseguridad de posesión de tierras y se

evidencia en una mayor deforestación por causa de los sistemas inseguros

de posesión de tierras), el vínculo entre la desigualdad y la conservación

continua siendo una cuestión relativamente nueva. Por lo tanto, las

5 “Los Indios Latinoamericanos se Reúnen en Bariloche,” Buenos Aires Herald http://www.mercopress.com/vernoticia.do?id=11380&formato=HTM

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BINGOs no están lo suficientemente preparadas para enfrentar el problema

de inequidad en Latinoamérica como un factor de riesgo clave para la

gestión efectiva de las APs. UICN presentó un documento de opinión

sobre las APs, la desigualdad y la pobreza.6 El enfoque principal en la

recolección de información y la construcción de alianzas como líneas de

acción, refleja una relativa falta de preparación para enfrentar estos

vínculos.

IIRSA Y LA CONSERVACIÓN DE LAS AP

Un Simposio sobre Oportunidades y Amenazas de la Globalización y de la

Integración Regional que se llevó a cabo el primer día del Congreso se

centró enel tema de IIRSA y las amenazas de infraestructura relacionadas

para las APs. El Simposio comenzó con una serie de oradores claven en el

tema IIRSA (Tim Killeen, Científico de Investigación del Centro para la

Ciencia de Biodiversidad Aplicada de la organización Conservación

Internacional de Bolivia y Eduardo Gudynas, director de CLAES (Centro

Latinoamericano de Ecología Global), con sede en Uruguay).

Posteriormente siguieron dos paneles simultáneos sobre megaproyectos de

infraestructura y las amenazas a la conservación.

El Simposio destacó a IIRSA como una amenaza reconocida para muchas

actividades en el ámbito de la conservación. Esto se debió en parte al

lanzamiento de un nuevo informe del autor de CI, Tim Killeen, titulado

Una Tormenta Perfecta en el Desierto Amazónico.7 El autor percibe a

IIRSA como una iniciativa necesaria y visionaria y al mismo tiempo,

representa un potencial riesgo elevado para las iniciativas de conservación.

Aquellos proyectos de infraestructura desarrollados sin un análisis oportuno

y completo de impacto medioambiental culminarán, en el peor de los casos,

en una extensa deforestación y una eventual pérdida de la selva Amazónica

en tres o cuatro décadas. El informe analiza varias posibilidades y casos

contingentes dependiendo del distinto manejo de riesgos generados por

IIRSA y luego ofrece una serie de recomendaciones para evitar los peores

resultados. Killeen considera que la integración de la infraestructura

constituye un elemento inevitable de la globalización y centra sus

recomendaciones sobre como mitigar las amenazas. Las principales

recomendaciones abarcan opciones tradicionales centradas en establecer

áreas protegidas, así como también “estrategias no-tradicionales,” tales

6 UICN Sur (2007), “Fomentando la equidad y la gestión ambiental efectiva en América Latina; y “Pasos hacia la Equidad y la Sostentabilidad: Informe de Avance 2006,” UICN Sur 7 Tim Killeen (2007), “Una Tormenta Perfecta en el Desierto Amazónico: Desarrollo y Conservación en el Contexto de la Iniciativa de Integración de Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA), publicado por Conservation Internacional – Centro para la Ciencia de Biodiversidad Aplicada, No. 7, ver http://science.conservation.org/portal/server.pt

El Simposio

destacó a IIRSA

como una

amenaza

reconocida para

muchas

actividades en el

ámbito de la

conservación.

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E. Gudynas, T. Killeen (Conservation International) and J. Capatto (Fundación

Proteger)

como premiar a los pueblos locales de bosques que no cortan árboles a

través de sistemas de pago por servicios medioambientales.

El escritor y activista uruguayo, Eduardo Gudynas, contrarrestó la

perspectiva de Killeen argumentando que Latinoamérica debería considerar

la posibilidad de desvincularse selectivamente de los elementos más

injustos de la economía global. Gudynas también enfatizó que los esfuerzos

de sostentabilidad deberían enfocarse en generar un cambio cultural que

cuestione los esquemas de consumo Latinoamericanos y que promueva

alternativas radicales al actual modelo de desarrollo.8 Gudynas se distanció

de la propuesta de CI y criticó las conclusiones del informe al encontrarlas

extremadamente consistentes con los insostenibles e injustos patrones de

producción y consumo.

Si bien Gudynas recibió mayores aplausos, ninguno de los dos oradores

logró presentar recomendaciones detalladas y prácticas que al mismo

tiempo fueran políticamente viables en el actual contexto geopolítico de la

región. Desafortunadamente, no se logró generar un debate real entre dos

perspectivas y propuestas algo polarizadas. En cuanto a las actuales

amenazas de gran tamaño que IIRSA y las relacionadas inversiones

extractivas y agroindustriales representan para el Amazonas, la capacidad

política de cuestionar (y menos retardar) los flujos de inversión, dependerá

de una mezcla de ambas posiciones: por un lado el idealismo de la

propuesta de Gudynas que urge el rompimiento con la globalización

impuesta, y por el otro, el realismo de la búsqueda de Killeen de sistemas de

incentivos prácticos para la conservación.

Tal debate podría haber permitido un mayor escrutinio de la propuesta de

Killeen de premiar a 1.000 comunidades amazónicas a través de beneficios

monetarios asociados con una reducción de la deforestación. Killeen

sostiene que un compromiso a reducir la deforestación en un 5%por año

generaría $6.500 millones anuales, o el promedio equivalente a $6,5

millones por comunidad por año. A primera vista, el argumento merece ser

discutido si se considera la magnitud del incentivo financiero y la equidad

de su distribución. Sin embargo, Latinoamérica es la región más desigual

del planeta, y por lo tanto es poco probable que cualquier ganancia nueva se

distribuya de manera justa y equitativa sin algún cambio en el poder político

detrás de dicha propuesta. El mismo Killeen lo reconoció: “las

comunidades no son las que están deforestando el Amazonas,” sino ciertos

actores individuales (familias y corporaciones). 9 Por lo tanto, es

improbable que las comunidades disfruten de libre acceso al financiamiento

de carbón sin que el magnate de la soja Blairo Maggi, Bertin y cada

gobernador estatal y político brasilero reciba alguna recompensa o comisión

significativa. Si consideramos la historia reciente, también es probable que

8 http://www.ambiental.net/noticias/biodiversidad/CongresoPAsBariloche2007.htm 9 Killeen, (2007:10)

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las mismas BINGOs reciban alguna porción. Sería útil que Killeen reflejara

un mejor reconocimiento y entendimiento de la estrategia política necesaria

para generar y entregar estos tratos. La misma consigna se aplicaría a sus

recomendaciones para asegurar los derechos a las tierras.

Asimismo, Gudynas con certeza advierte que no debemos asumir que

IIRSA y la Fiebre del Oro de la industria extractiva constituyen una

estrategia inevitable y óptima de integración y desarrollo.10 Si bien el

informe de Killeen no profundiza la recomendación, el autor por su parte

señala que se debería reconsiderar el actual paradigma de desarrollo IIRSA

que promueve la exportación de recursos naturales a toda costa. Gudynas

avanza aún más al declarar que IIRSA refleja una ruptura fundamental en el

equilibrio entre producción y medioambiente. Agrega que cualquier

discusión sobre gestión de APs se encuentra inextricablemente ligada a la

ecología política de los mercados globales y a la preferencia por la inserción

de Sudamérica en dichos mercados. Gudynas señala las contradicciones de

los gobiernos del ALBA y de Brasil al no explicar adecuadamente la

manera en que sus respectivos planes de desarrollo se distinguen de los

planes insostenibles y no equitativos de sus predecesores neoliberales. Sin

embargo, las propuestas de Gudynas relativas a la desvinculación de

Latinoamérica del proceso de globalización terminan siendo igual de

majestuosas e indeterminadas que los planes de Killeen orientados a

implementar un sistema de pago por servicios ecológicos. El simposio

hubiese sido superior de haber permitido un debate más ampli que intentara

reconciliar ciertos aspectos comunes de ambas propuestas.

Dos paneles paralelos del simposio ofrecieron 12 presentaciones sobre

diferentes aspectos de la Integración Regional.11 Además de la presentación

del Centro de Información para la Banca Multilateral sobre el Complejo

Hidroeléctrico Madeira, se incluyeron las siguientes presentaciones: Allison

Silverman y Daniela Sanchez, NRDC sobre la represa de hidrógeno en la

Patagonia, Chile; Ernesto Luna (Carretera Interoceánica Sur – Perú);

Alberto Barandarán y Lourdes Barragan (concesiones de hidrocarburo en

Perú y el Amazonas); Leonardo Fleck, (CSF) la carretera Madidi en

Bolivia; Represas y Pesca (Claudio Baguin); Represas Brasileras (Celio

Bermann, USP); un video sobre la amenaza de los proyectos hidroeléctricos

en el Parque Nacional La Amistad, Costa Rica-Panamá; Lecciones de Sta.

Cruz-Pto. Suarez , Carmen Miranda y Dorys Mendez; Vulnerabilidades en

la Región Andina, Maximo Lieberman – representando a OCTA; Arturo

Jimenez, Fundación Arco Iris – minería y APs en Ecuador.

10 Eduardo Gudynas (2007) “Las Areas Protegidas Latinoamericanas en el Siglo XXI, Desafíos Crecientes, Medidas Urgentes.” www.ambiental.net 11 Marcela Valente, “LATINOAMERICA: Nueve Caminos por la Naturaleza Virgen,” IPS, http://www.ipsnews.net/news.asp?idnews=39509

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Inmediatamente después de los dos paneles, los grupos debían juntarse en

una sesión plenaria para discutir colectivamente los insumos al documento

final del Congreso sobre IIRSA así como también la propia Declaración del

Congreso. Sin embargo, no se destinó suficiente tiempo para oír, discutir y

reflexionar sobre los resúmenes de los paneles previos e intentar ver la

manera de incorporar y reflejar la gran cantidad de excelentes

presentaciones en el documento final.

La “Declaración de Bariloche” es un documento de doce páginas que sí

identifica los riesgos directos e indirectos generados por los proyectos de

infraestructura, si bien no menciona IIRSA en particular. La

recomendación principal insta al Congreso a “monitorear que los

compromisos, los pactos de libre comercio y desarrollo económico, y las

iniciativas de infraestructura no afecten negativamente las áreas protegidas

y disminuyan las posibilidades de alcanzar los objetivos de conservación y

apoyar el desarrollo para lo cual fueron creados, asegurando el

cumplimiento de las convenciones internacionales obligatorias en nuestros

países.” 12

En lo que se refiere a los Pueblos Indígenas, la Declaración también

reconoce su participación inadecuada en los procesos de toma de decisión

sobre la conservación y la violación de sus derechos colectivos. La

Declaración luego incentiva a la UICN “a considerar la integración del

concepto de Territorios Indígenas de Conservación como un modelo de

gobierno legítimo para las áreas protegidas establecidas en el territorio

ancestral de los pueblos indígenas (independientemente de la categoría de

gestión de las APs), en reconocimiento del modelo preferencial de

integración de cultura y naturaleza, del papel del consentimiento libre,

previo e informado, y de la autoridad de las instituciones tradicionales de

dicho territorio.”

Desde el punto de vista de los organizadores del Congreso, ambas partes de

la Declaración constituyeron importantes avances desde el último Congreso

de Santa Marta. Desde la perspectiva de los otros participantes del

Congreso, estas recomendaciones fueron demasiado ambiguas y repetitivas

de otros compromisos previos, sin incluir una guía más clara hacia la

acción.

Los participantes de los talleres le prestaron considerable atención al

Documento Borrador que los Coordinadores del Simposio habían preparado

por anticipado para reflejar las preocupaciones, los desafíos y las

oportunidades relacionadas con IIRSA, los grandes proyectos de

infraestructura y la conservación.13 Las recomendaciones enfatizaron los

12 Declaración de Bariloche, (2007) pg. 10 13 Oportunidades y Amenazas de la Globalización e Integración Regional: Documento Base para la Discusión, Jorge Cappato, Oct. 2007.

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inadecuados procesos de participación, transparencia y rendición de cuentas

dentro de los mecanismos de toma de decisiones de IIRSA, como así

también los vínculos poco claros entre los proyectos y los estándares

objetivos para los análisis costo-beneficio, la reducción de la pobreza y el

cambio climático.

La tarea de finalizar el Documento de Integración Regional de Bariloche

fue responsabilidad de la Comisión de Políticas Económicas, Ambientales y

Sociales (CEESP) de la UICN. Si bien el borrador del documento abarcaba

una serie de conocimientos importantes, 40 páginas, así como también un

proceso poco claro para la edición final, ponen en evidencia los principales

obstáculos para que se transforme en una herramienta efectiva de

incidencia.

IIRSA Y LAS EVALUACIONES AMBIENTALES ESTRATEGICAS

Se reconoce ampliamente que los grandes proyectos de infraestructura, por

sí solos, constituyen solo uno de los elementos que componen la

planificación del desarrollo sostenible. Para hacer que la infraestructura

funcione al servicio del desarrollo, con frecuencia se precisan inversiones

complementarias que alivien los efectos sociales y medioambientales

negativos, extraigan los potenciales beneficios, y aseguren una distribución

justa de ambos impactos. Sin estas inversiones complementarias, los

grandes proyectos de infraestructura pueden tener el efecto opuesto a lo

imaginado, contribuyendo a ciertos procesos destructivos, insostenibles o

conflictivos que socavan el bienestar de las poblaciones afectadas y sus

ecosistemas asociados.

Existe una falta de consenso sobre cómo medir los impactos y detectar los

potenciales beneficios; factores sobre los cuales se deben diseñar aquellos

proyectos de inversión que complementan la infraestructura de alto riesgo.

Se han utilizado las Evaluaciones Ambientales Estratégicas (EAE) para

analizar y manejar los impactos sociales y ambientales indirectos y

acumulativos de los grandes proyectos de infraestructura, energía o recursos

extractivos dentro de las áreas de gran biodiversidad o importancia

ecológica. Frecuentemente, a partir del financiamiento y la presión de las

Instituciones Financieras Internacionales (IFIs), las EAE se consideran cada

vez más una medida necesaria para lograr el éxito de los grandes proyectos

de los sectores de transporte y energía. La siguiente lista presenta algunos

casos de EAE recientes y emblemáticos:

• BR-163 Santarem – Carretera Cuiaba, Brasil

• Georgetown – Carretera Boa Vista, Guyana

• Carretera Pasto-Mocoa Amazona, Colombia

• Carretera Interoceánica Sur, Perú

Para hacer que la

infraestructura

funcione al servicio

del desarrollo, con

frecuencia se

precisan inversiones

complementarias

que alivien los

efectos sociales y

medioambientales

negativos, extraigan

los potenciales

beneficios, y

aseguren una

distribución justa

de ambos impactos.

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• Corredor Integración Norte, Perú

• Carretera Santa Cruz - Puerto Suárez, Bolivia

• Carretera Corredor Norte, Bolivia

• Carretera Pacífica, Nicaragua

• Sistema de Interconexión de Electricidad SIEPEC

• Gasoducto Brasil-Bolivia

• Complejo Hidroeléctrico Madeira, Brasil-Bolivia

• Proyecto Camisea Petróleo y Gas, Urubamba Bajo, Perú

Las iniciativas regionales de integración (IIRSA, Plan Puebla Panamá –

PPP) y los precios crecientes de los hidrocarburos, artículos de agricultura y

minerales solo han acelerado la construcción de grandes proyectos de

desarrollo de alto riesgo, de esta manera intensificando el enfoque sobre los

impactos indirectos y acumulativos. IIRSA está desarrollando una

metodología EAE rápida de valuación para analizar grupos de proyectos.14

Los críticos de IIRSA y de los mega-proyectos de recursos extractivos

también han resaltado un mayor uso de los EAE como requisito previo a la

aprobación de los proyectos.15

Sin embargo, no existe una serie de reglas claras o unificadas que definan el

alcance, la metodología y la implementación de los EAEs. Por lo tanto, se

observa una trayectoria de resultados ambiguos en la conducción de las

EAEs como mecanismo para mejorar el desempeño y aliviar los riesgos. En

lo positivo, existe un creciente reconocimiento que la atención que le

prestan los análisis de impacto ambiental (EIA, por sus siglas en inglés) a

los impactos directos ya no es suficiente frente a los grandes proyectos de

desarrollo de alto riesgo y frecuentemente de nivel internacional o trans-

fronterizos. Dadas las proyecciones de crecimiento de inversión en

infraestructura y recursos extractivos, se espera que aumente el interés y el

apoyo para los EAEs como mecanismos de diseño.

En lo negativo, el esquema improvisado que ha caracterizado la conducción

de muchos de los más recientes análisis frecuentemente ha debilitado su

capacidad de regular, mejorar, y en ciertos casos, inclusive influir en

aquellos proyectos para los cuales fueron diseñados. En los peores casos,

los EAEs se realizan demasiado tarde, y sobre la base de términos de

referencia inadecuados, como para lograr impacto significativo alguno.

Algunos actores involucrados en proyectos de desarrollo consideran que, en

14 CAF Metodología EAE (2007) 15 Killeen (2007) “Una Tormenta Perfecta,” Capítulo 6.

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estas instancias, los EAEs se transforman en ejercicios de coaptación y

decepción, diseñados para minimizar cualquier oposición en vez de lograr

proveer conclusiones científicas y objetivas para implementar en el terreno,

junto con el compromiso público y social necesario para su realización.

Esta ausencia de dirección sobre como realizar EAEs se evidencia

particularmente en los vacíos de la legislación nacional para regular la

construcción de carreteras, oleoductos, minas y represas de la mayoría de

los países Latinoamericanos. Funcionarios de los sectores de transporte y

energía han remarcado una necesidad urgente de generar políticas que

aclaren los objetivos, procedimientos, responsabilidades y roles para el

diseño y la implementación de los EAEs. Oficiales de los sectores privado

y gubernamental han enfatizado los siguientes factores que deben

clarificarse: tiempos, alcance, costo, participación de la sociedad civil,

compromiso gubernamental en los distintos niveles, y condicionalidad

vinculada al financiamiento del proyecto, gestión e implementación, y

monitoreo.

A pesar de las inversiones que se les han destinado en América Latina, no

se ha realizado un esfuerzo adecuado para sintetizar el aprendizaje de estos

estudios pioneros como elemento básico hacia una harmonización de reglas

y normas de campo operativas para los EAEs, con el objetivo de alcanzar

los más altos estándares posibles. Basándose en algunos pocos esfuerzos

recientes de sintetizar y aprender de las experiencias existentes sobre EAE,

los actores involucrados en tales proyectos pasados, presentes y futuros

reconocen la urgente necesidad de compartir aprendizajes, analizar su

desempeño y discutir los estándares mínimos para el uso de los EAEs.

GESTIÓN EFICAZ DE AREAS PROTEGIDAS

La conferencia se centró particularmente en definir, promover y analizar la

gestión efectiva de las áreas protegidas. Entre otros simposios, la

Fundación Gordon y Betty Moore patrocinaron un taller para discutir las

experiencias de sus contrapartes (recipientes de donaciones) en la

consolidación de áreas protegidas y los criterios utilizados por GBMF para

definir un manejo básico efectivo. El GBMF se ha constituido en uno de

los principales impulsores de la expansión de áreas protegidas en América

Latina. Por consiguiente, la Iniciativa Andina Amazónica de la Fundación

Moore está interesada en los aspectos clave de una gestión efectiva de las APs;o aquellos factores que determinan la calidad de dicha gestión. La

sustentabilidad financiera resulta uno de los principales componentes del

manejo efectivo de las APs, particularmente en las zonas fronterizas en

desarrollo (específicas áreas geográficas de la Cuenca que se encuentran

amenazadas por el establecimiento de infraestructura de alto impacto y un

alto flujo de población).

El objetivo de la Iniciativa Andes- Amazonas (IAA) es de asegurar la

función climática y la biodiversidad representativa de dicha región.

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Ambas metas dependen de la presencia de una suficiente cobertura de

bosques distribuida de manera apropiada en la región. El IAA se dedica a

asegurar la cobertura regional de bosques al apoyar la creación y la gestión

efectiva de las áreas protegidas y de los terrenos que las contienen. El

siguiente mapa identifica los diferentes tipos de APs dentro de la región

Andina-Amazónica.

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Traducción de la tabla anterior

Uso de la tierra Descripción

Protección estricta Área gestionada para la protección de la

ciencia o zona selvática: uso económico no

permitido

Gestión de los bosques Silvicultura sostenible permitida

Reservas Indígenas Tierras propiedad de los pueblos indignas que

han decidido conservar el hábitat por razones

culturales

Uso gestionado Área gestionada para uso sostenible de

recursos naturales

Reforestación Tierra deforestada que será reforestada con

manta eficaz (bosque o ciertos cultivos)

Agricultura Agricultura, praderas y otras tierras de no

bosques

El debate sobre las estrategias óptimas para la gestión efectiva de las APs

depende de la conceptualización de este objetivo y de la consecuente

priorización de ciertos indicadores de medición para evaluar su progreso.

En mira a este objetivo, se están llevando a cabo una serie de iniciativas

innovadoras en Latinoamérica con el apoyo de la Fundación Moore,

algunos gobiernos regionales y otros actores, las cuales resultarán útiles

para poner a prueba el establecimiento de criterios mínimos para una

gestión efectiva. El GBMF propuso una serie de regímenes de gestión de

APs dependiendo del tipo de área protegida y del nivel de consolidación.

Los factores más relevantes para distinguir el nivel de consolidación

incluyeron: la resolución de temas relacionados con la posesión de tierras;

la claridad de los límites; personal e infraestructura adecuada y calificada; la

existencia e implementación de un plan de gestión participativo y científico

que incluya actividades económicas en marcha y a futuro; la capacidad de

gestión de los actores locales; un presupuesto viable, una utilización

transparente de los recursos y planes financieros de mediano plazo.

La consolidación de zonas fronterizas se define como: La implementación

de un mosaico de utilización de tierras que promueva la conservación y

permita un desarrollo socioeconómico adecuado. Este esfuerzo requiere la

aplicación de un conjunto de estrategias para consolidar estructuras de

gobierno, legislación, capacidades de gestión, planes científicos de gestión

y cumplimiento de leyes y normas. Asimismo, dicho sistema protege el

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hábitat al mismo tiempo que permite el establecimiento de un desarrollo

socioeconómico racional.

Durante el Congreso, se subrayaron los límites de un enfoque

desproporcionado en la creación de las APs. En este sentido, se discutieron

los esfuerzos del gobierno peruano para debilitar las protecciones en el

Parque Nacional Bahuaja Sonene y por ende permitir la exploración

petrolera, así como también sus planes destinados a subastar cerca del 70

por ciento de la región Amazónica del país para la exploración de

hidrocarburos. Estas aparentes victorias son supuestamente reversibles a

menos que existan fuertes incentivos institucionales que favorezcan a las

APs.

No resulta sorprendente el importante énfasis que se le otorga al

establecimiento de la sostenibilidad financiera como elemento central en los

temas de gestión de las APs. Se estima que el costo anual del manejo de

las APs en el Amazonas es de $200 millones. Sin embargo, el

financiamiento comprometido en cada país es considerablemente menor.

Un estudio en particular demuestra que el financiamiento para las APs en

América Latina proviene de unas pocas fuentes claves (bancos

multilaterales, ONGs internacionales, cooperación bilateral y sector

privado), si bien el peso relativo de cada una de estas fuentes varía en los

distintos países. En Brasil, entre 1995 y 2004, la inversión total en áreas

protegidas se aproximó a los $200 millones, de los cuales un 50% fue

proporcionado por los presupuestos públicos, un 19% por los bancos y

fondos multilaterales, un 20% por la cooperación bilateral, un 12% por las

BINGOs y un 3% por el sector privado. Durante este periodo, el

presupuesto de IBAMA –la Agencia Brasilera de Control del

Medioambiente—disminuyó en términos reales en un 44,5%.16 Debemos

comparar este compromiso relativamente insuficiente hacia la gestión de las

APs con los $240.000 millones destinados a la infraestructura,

contemplados en el Plan de Desarrollo Acelerado de Brasil.

Un programa del gobierno brasilero (ARPA, por sus siglas en inglés, o

Programa de Áreas Protegidas de la Región Amazónica) sugirió la

necesidad de crear un fondo patrimonial de $240 millones para asegurar la

gestión efectiva de las APs en 50 millones de hectáreas. En ciertos países

(por ejemplo, Perú), el financiamiento externo literalmente cubre y

16 Dourojeanni y Quiroga (2006: 85). En el 2005, IBAMA contrataba el equivalente de un miembro de personal por cada 2.300 millas cuadradas, aproximadamente. Se estima que se recauda solo el 3% de las multas impuestas por IBAMA. Anthony Hall, 13 de agosto, 2007, “El Papel del Sector Público,” American Prospect.

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garantiza la implementación real de los costos asociados al manejo de las

áreas protegidas.17

No se discute con frecuencia el mal uso de los fondos disponibles para la

gestión de las APs. Un análisis reciente sobre el manejo de APs en tres

países Latinoamericanos realizado por Dourojeanni y Quiroga presenta la

fuerte y generalizada preocupación de distintos actores frente a la

burocratización de las agencias de conservación, los costos excesivos y la

baja utilidad de muchas actividades de conservación, así como los múltiples

y persistentes obstáculos a la supervisión y la participación de la sociedad

civil en los procesos de toma de decisión sobre temas de conservación.18

Según una presentación de la Organización Wildlife Conservation Society,

otro elemento igualmente importante para lograr la consolidación de las

APs tiene que ver con la institucionalización de los compromisos hacia un

manejo efectivo de las APs. Dicha institucionalización puede abarcar desde

los estatutos o las leyes de conservación definidas en el ámbito nacional,

hasta los demás niveles de gobierno a través de la inserción de

compromisos de conservación en los planes de desarrollo local o regional.

Otros indicadores pueden incluir la existencia de procedimientos y

capacidad gubernamentales para implementar los planes de gestión de las

APs. Uno de los grandes desafíos para mejorar el papel de los gobiernos en

el manejo de las APs tiene que ver con la necesidad de aclarar las

responsabilidades entre los diferentes niveles de gobierno, particularmente

en áreas relacionadas con seccionar distritos, recaudación y distribución de

impuestos, construcción y mantenimiento de infraestructura, y

cumplimiento de la ley.

Sin embargo, una dimensión complementaria al cambio institucional

implica un menor énfasis en el trabajo de monitoreo o de cumplimiento de

normas relacionadas a las APs y un mayor enfoque en las causas políticas o

económicas detrás de aquellas actividades que llevan a la deforestación y a

la utilización insostenible de los territorios. Un experto sobre el Amazonas

sostiene que: “la pérdida de bosques se ve influenciada no tanto por la

política ambiental propiamente dicha sino por las demás actividades

económicas (la ganadería orientada a la exportación, el corte y transporte de

árboles, la minería o la plantación de soja) y por las fuerzas del mercado

que las impulsan.”19 Anthony Hall argumenta que las tasas de deforestación

tienen mayor correlación con la fluctuación en los precios de productos de

consumo que con la existencia o la efectividad de políticas que benefician al

medioambiente. La efectividad de la conservación no puede evitar

17 Dourojeanni y Quiroga (2006) “Gestión de áreas protegidas para la conservación de la biodiversidad: evidencias de Brasil, Honduras, y Perú,” Washington, D.C.: BID. 18 Dourojeanni y Quiroga (2006:59). 19 Anthony Hall, Op cit.

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confrontarse con las políticas de planificación de desarrollo, y por ende

debe enfrentar directamente las amenazas que surgen de las inversiones en

infraestructura y en sectores extractivos, así como las fuerzas que las

impulsan.

Es posible que sea necesario un mayor compromiso con las políticas

públicas de los países Andinos-Amazónicos para asegurar la

institucionalización de las promesas relacionadas a la conservación. Sin

embargo, el debate sobre la gestión de las APs se ha complicado

considerablemente en los últimos años. El creciente riesgo que implica la

inestabilidad política ha sido uno de los temas recurrentes entre los

representantes de las más grandes ONGs de conservación. Los gobiernos

recientemente elegidos en Perú, Bolivia, Venezuela, Ecuador, y de otra

manera, Brasil, comienzan a disputar lo que hasta hace poco tiempo era

incuestionable: la autoridad y el financiamiento de ONGs internacionales y

nacionales, particularmente aquellas que cuestionan las políticas de

desarrollo de infraestructura y recursos extractivos. La Iniciativa de

Conservación de la Cuenca Amazónica (ABCI, por sus siglas en inglés) es

una nueva iniciativa de conservación con múltiples actores, incluyendo la

participación de algunas BINGOs asociadas, que cuenta con un apoyo

financiero de Estados Unidos de $50 millones. Esta iniciativa ha sido

cuestionada por ciertos gobiernos anfitriones que la consideran como una

amenaza a la soberanía nacional. Efectivamente, Brasil ha obstaculizado y

retrasado los proyectos ABCI y Bolivia ha reclamado que toda cooperación

internacional demuestre su alineamiento con el Plan Nacional de

Desarrollo. Perú y Colombia han experimentado con la implementación de

nueva legislación para imponerle mayor transparencia y requisitos de

informes a las organizaciones financiadas por fuentes internacionales.

Algunos señalan que estos requisitos de fiscalización tienden a enfocarse en

aquellos grupos que más fuertemente cuestionan las políticas actuales de

desarrollo.

Si bien los gobiernos nacionales seran el principal objetivo de incidencia

relacionado a la conservación, el debate sobre la gestión efectiva de las APs

tiende a subestimar el papel que juegan los Bancos Multilaterales de

Desarrollo (BMDs). En esta época de precios exorbitantes de minerales y

petróleo, el perfil de prestamista de los BMDs que alguna vez

desempeñaron un papel dominante, ha disminuido frente a la rápida y

creciente competencia de los bancos nacionales de desarrollo (BNDES,

BANDES, tal vez el Banco del Sur), así como también los Bancos

Subregionales tales como la CAF, y finalmente aquellos fondos de valores

menos conocidos y el financiamiento privado proveniente de China, India y

el Norte. Si bien el Banco Mundial y el Banco Interamericano de

Desarrollo actualmente operan dentro de un campo más poblado, ambas

instituciones proveen un respaldo crítico para algunos de los más

innovadores proyectos de desarrollo de más alto riesgo (apoyo del BID a

La efectividad de

la conservación no

puede evitar

confrontarse con

las políticas de

planificación de

desarrollo, y por

ende debe

enfrentar

directamente las

amenazas que

surgen de las

inversiones en

infraestructura y

en sectores

extractivos, así

como las fuerzas

que las impulsan.

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Camisea Gas I y II en Perú; apoyo de la CFI a los Mataderos de Granado

Bertin en Brasil; la recapitalización del BID de PetroEcuador; la promoción

BID/CAF de proyectos de infraestructura de IIRSA en general).20 Mientras

que estas instituciones han invertido modestamente en mercados de

financiamiento de carbonos, tecnologías alternativas de energía limpia y

ciencia relacionada al cambio climático, las mismas no han logrado

construir fuertes instituciones medioambientales. Sin embargo, destinan

muchos billones más hacia la producción de energía proveniente de

combustible de fósiles y a ciertas actividades económicas insostenibles en el

Amazonas. Confrontar las causas de la deforestación del Amazonas implica

una mayor atención al poder de decisión de las BMDs y de las nuevas y

emergentes instituciones financieras.

Más allá del trabajo conceptual con miras a llegar a un acuerdo sobre las

definiciones de la gestión efectiva o consolidada de las áreas protegidas, la

tarea del futuro será generar una información de línea de base que permita

evaluar los diferentes indicadores. En lo que se refiere a muchos de los

indicadores propuestos (posesión de tierras, análisis de riesgo de actividades

económicas ilícitas, inversión en infraestructura planificada o industrias

extractivas, así como también los gastos propios de las APs), los desafíos

para acceder información precisa y oportuna son realmente imprescindibles

CONCLUSIONES

El II Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y Áreas Protegidas

ofreció una variedad de mensajes para la próxima década acerca de la

conservación en la región. Por un lado, la vibrante y diversa participación

en el Congreso reflejó la creciente concientización sobre la relevancia del

papel de Latinoamérica en los desafíos globales de conservación,

biodiversidad y cambio climático.

Por el otro lado, a pesar del reconocimiento de los urgentes riesgos

vinculados a las inversiones en infraestructura y recursos de extracción, así

como también a las decisiones políticas que las impulsan, el Congreso ha

servido más como un esclarecimiento o centro de información que un

vehículo ágil de acciones políticas colectivas para enfrentar estos riesgos.

Los participantes ven con optimismo el II Congreso Mundial auspiciado por

UICN en octubre del 2008 en Barcelona donde se espera que todos estos

temas se traten nuevamente.

20 Para mayor información, ver www.biceca.org

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