seis pasos para sanar el intestino poroso

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SEIS PASOS PARA SANAR EL INTESTINO POROSO El síndrome del intestino poroso es una condición que cada día afecta a más personas, muchas de ellas sin saberlo. Por su nombre podrías pensar que el intestino poroso sólo afecta el sistema digestivo, sin embargo, esta condición está relacionada con multitud de problemas de salud. Ya lo decía Hipócrates: “todas las enfermedades empiezan en el intestino” Personalmente, no tengo claro que todas las enfermedades empiecen en el intestino, pero sí que antes o después todas pasan por él. Desde los problemas de metabolismo lento y autoinmunidad, hasta las sensibilidades alimentarias y los dolores articulares, todas están directa o indirectamente relacionadas con la inflamación en el intestino poroso. ¿Qué es el síndrome del intestino poroso? Imagina que tu mucosa intestinal, el tejido que recubre tu intestino, es como un colador de cierto diámetro. Tras la digestión, sólo las partículas y moléculas del tamaño correcto pueden pasar hacia el sistema linfático y sanguíneo, dejando las que son demasiado grandes atrás para ser digeridas mejor o excretadas. Esto permite que los nutrientes se vayan absorbiendo a medida que

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Seis Pasos Para Sanar El Intestino Poroso

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SEIS PASOS PARA SANAR EL INTESTINO POROSO

El síndrome del intestino poroso es una condición que cada día afecta a más personas, muchas de ellas sin saberlo.Por su nombre podrías pensar que el intestino poroso sólo afecta el sistema digestivo, sin embargo, esta condición está relacionada con multitud de problemas de salud. Ya lo decía Hipócrates:

“todas las enfermedades empiezan en el intestino”

Personalmente, no tengo claro que todas las enfermedades empiecen en el intestino, pero sí que antes o después todas pasan por   él.   Desde   los   problemas   de   metabolismo   lento   y   autoinmunidad,   hasta   las   sensibilidades alimentarias y los dolores articulares, todas están directa o indirectamente relacionadas con la inflamación en el intestino poroso.

¿Qué es el síndrome del intestino poroso?Imagina que tu mucosa intestinal, el tejido que recubre tu intestino, es como un colador de cierto diámetro. Tras la digestión, sólo las partículas y moléculas del tamaño correcto pueden pasar hacia el sistema linfático y sanguíneo, dejando las que son demasiado grandes atrás para ser digeridas mejor o excretadas. Esto permite que los nutrientes se   vayan   absorbiendo  a  medida  que   los   procesos   de   gestión   van   rompiendo  en  partículas  más  pequeñas   los alimentos. El intestino es una barrera biológica.

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¿Qué ocurre si por algún motivo los orificios del “colador” se ven dañados y la integridad de la barrera comprometida? Aparece   entonces   la permeabilidad   intestinal.   No,   no   es   un   “mito   urbano”   ni   algo   que   sólo   defiendan   los “naturópatas.”   Hay   más   de   3000   estudios   científicos   en pubmed sobre   esta   condición   (busca   “intestinal permeability”).Cuando aumenta la permeabilidad o porosidad, las partículas que antes se quedaban en el intestino empiezan a pasar al torrente sanguíneo provocando una reacción del sistema inmune. Algunos ejemplos de esto son bacterias, péptidos (proteínas sin digerir) o toxinas.

¿Qué causa el intestino poroso?Hay cuatro grandes causas:1. Mala dieta.2. Estrés crónico (más habitual de lo admitido).3. Toxinas.4. Desajustes de la flora bacteriana y patógenos.

Lectinas y alimentos que causan intestino porosoLos componentes del alimento que con mayor frecuencia dañan la mucosa intestinal son las proteínas de los granos y semillas sin remojar o germinar, los conservantes de los productos procesados (porque alteran la flora), la leche homogeneizada y el azúcar procesado.Los   granos   de   cereales   que   no   han   sido   remojados   y/o   germinados   contienen   considerables   cantidades de fitatos y lectinas. Estas moléculas actúan como defensa ante parásitos como el moho y las bacterias. Esto ayuda mucho  a   las  plantas,  pero  no  necesariamente  a   los  humanos. Cuando   las   lectinas se  adhieren  a   las   células  de la mucosa intestinal producen inflamación.Las lectina se encuentran en muchos alimentos, no sólo en granos. Cuando se consumen pequeñas cantidades no representan un problema. Pero los alimentos que tienen una cantidad mayor de lectinas sí lo son. Alimentos como el trigo, la cebada, el arroz (integral) y la soja contienen lectinas.

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Las culturas tradicionales siempre germinaban, fermentaban o al menos ponían en remojo este tipo de alimentos. Personalmente, suelo poner en remojo las semillas y granos que tomo (el arroz blanco lo lavo y ya está).  Estos procesos   aumentan   las   “digestibilidad”   y   reducen   la   cantidad  de  fitatos   y   lectinas.   Por   cierto,   los   organismos genéticamente modificados suelen tener un contenido mayor de estas moléculas porque precisamente les confiere mayor resistencia a las plagas.Por otra parte, los alimentos que contienen gluten (otra proteína) también pueden dañar la mucosa intestinal y causar permeabilidad. Por eso, tradicionalmente el pan se hacía de masa madre, es decir, siguiendo un proceso de fermentación del trigo que reduce considerablemente el gluten. Hoy día, el pan industrial se hace con un proceso más rápido, que aumenta los beneficios, pero daña tu intestino.Por lo tanto, para sanar el intestino poros recomiendo evitar los granos, sobre todo los que contienen gluten como el trigo.   Una   vez   que   el   intestino   ha   mejorado,   puedes   añadir   estos   alimentos   a   tu   dieta   con   moderación, especialmente si los pones a remojo o los germinas.

La leche procesada es otro alimento que, aunque es muy completo, muchas personas no toleran bien, por una falta genética de la enzima lactasa, sensibilidad a la caseína o porque el proceso de pasteurización destruye las enzimas que ayudan a su digestión. Por este motivo, es más recomendable tomar leche cruda o yogur natural.

Finalmente, el azúcar es otra sustancia que puede agravar los problemas intestinales. A nuestras células les encanta esta fuente de energía (dale un pastel a un niño antes de dormir a ver qué pasa…), el problema es que ciertas levaduras   y  bacterias   también  medran   con  este   “combustible”   y  pueden   crear  exotoxinas que  dañan   la  pared intestinal y desequilibran la flora natural.Por ello, es mejor evitar el azúcar durante el proceso de sanación intestinal. En su lugar, usa miel como el oso Yogui que es una mezcla de glucosa y fructosa (monosacáridos) y se absorbe rápidamente en el intestino sin alimentar estos patógenos.

Otros factores que causan intestino porosoEstrés crónico: debilita tu sistema inmune, más concretamente  la  inmunoglobulina A que es  la primera  línea de defensa en el intestino. Cuando nuestras defensas bajan, abrimos las puertas a invasores como virus y bacterias que alteran la flora  intestinal  causando inflamación y permeabilidad.  Para reducir  el  estrés haz deporte sin excesos, duerme más, tómate el trabajo menos en serio y aprecia las cosas buenas que ya tienes. Controla tu preocupación, que no te controle ella a ti…

Toxinas: si vives en una ciudad y tienes un estilo de vida moderno estás en contacto con miles de sustancias que en la era preindustrial no existían. Además de los aditivos en la comida procesada, hay sustancias que también pueden alterar tu flora intestinal. Los peores son seguramente los antibióticos,  los pesticidas y el cloro y flúor del agua. Cómprate   un   buen  filtro   para   el   hogar   (si   es   de   ósmosis   inversa  debes   añadir  minerales   traza),   y   no   tomes antibióticos a menos que sea realmente necesario.

Disbiosis: esta condición causa  intestino poroso con frecuencia.  Se trata de un desequilibrio  entre  las  bacterias “buenas”  y  “malas”  de  la  flora  intestinal.  Las  cesarías,  el  abuso de antibióticos,  el  cloro del  agua y   la   falta  de prebióticos y probióticos en la dieta contribuyen a este problema.

Principales síntomas del intestino poroso y su progresiónUna vez que hay permeabilidad en la mucosa intestinal, las proteínas parcialmente digeridas, grasas, bacterias y otros maleantes pueden pasar al torrente sanguíneo causando una reacción del sistema inmunitario. Con el tiempo, esto produce inflamación no sólo en el intestino sino también en otras partes del cuerpo. Es por este hecho que Hipócrates tenía razón y la mayoría de problemas físicos acaban apuntando al intestino.

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Algunos   de   los síntomas   más   frecuentes   son:   hinchazón,   aumento   de   la   sensibilidad   a   alimentos,   dolor   en articulaciones,   jaquecas,   problemas  de  piel   como   rosácea   y   eccema,   fatiga  por  mala   absorción  de  nutrientes, autoinmunidad, problemas de tiroides y hormonales, diabetes (por inflamación) y ansiedad (por desequilibro de neurotransmisores).

En intestino poroso y el segundo cerebroAlgo muy  interesante a resaltar aquí es  la  importancia de  la salud digestiva en  la salud mental.  No en vano el intestino es conocido como el segundo cerebro.En el siguiente gráfico tienes estadísticas interesantes sobre el número de hormonas y neurotransmisores que se producen en el intestino.

Mucha   gente   con depresión,   ansiedad,   cambios   de   humor…etc.,   debería   mejorar   su   salud   intestinal   antes   de empezar con medicamentos psicológicos agresivos. Los romanos eran gente sabia y ya hace 2000 años decían eso de “men sana in corpore sano.”No todos los problemas psicológicos están causados por desequilibrios de cuello para abajo, pero muchos más de lo aceptado hasta ahora sí. Los que han sufrido fatiga adrenal o hipotiroidismo, por ejemplo, saben muy bien que las hormonas y neurotransmisores tiene una gran influencia sobre nuestro entusiasmo y actitud mental.

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Cómo sanar el intestino poroso: 6 pasosLa buena noticia es que el intestino poroso no es un problema genético, sino epigenético. Es decir, controlando tus hábitos y estilo de vida puedes crear las circunstancias adecuadas para que el cuerpo pueda sanar y recuperar su equilibrio. La mala es que, muchas veces, esto no es tan sencillo y requiere tiempo y esfuerzo (a veces de meses o incluso años).No  hay  una única manera  de   sanar  el   intestino  poroso   (ni   la  mayoría  de  enfermedades)   porque  hay  distintos enfoques y muchos son muy válidos.Lo que yo voy a compartir aquí contigo es lo que conozco. Se trata del proceso que miles de personas han usado con éxito para sanar su intestino poroso bajo la guía de un consultor FDN® (Functional Diagnostic Nutrition). El motivo es que es un programa sinérgico que considera los aspectos más importantes para optimizar la salud digestiva. Es el protocolo 5 + 1. Utilizar este protocolo durante 90 días es un buen punto de partida.

1. Dieta. Hay varias dietas que pueden ser buenas para un protocolo digestivo. Particularmente recomiendo la dieta SCD (specific carbohidrate diet) porque no es muy restrictiva (como la autoinmune paleo), tiene décadas de uso y estudios que la respaldan. Ésta puede ser una base general, pero la dieta debe ser algo individual y adecuada a la situación de cada persona.Además de seguir una dieta adecuada, hay alimentos clave que pueden ayudar mucho a sanar el intestino poroso como el caldo de hueso, el kéfir natural (delicioso con fruta y miel), el aceite de coco o el chucrut (y los alimentos fermentados en general).

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2. Reducir la inflamación. Para ayudar a regenerar   la  mucosa  intestinal  es  necesario  disminuir   la   inflamación y aumentar así el flujo de sangre que trae nutrientes al tejido y se lleva las toxinas y desechos. Existen suplementos específicos para este fin, pero todo el mundo se puede beneficiar de usar productos naturales como la cúrcuma, cuyo poder antiinflamatorio ha sido demostrado en estudios científicos. Mezcla agua con limón y añádele jengibre y cúrcuma en polvo. Bebe este cóctel 30 min antes de la comida. Es además muy importante controlar el estrés para reducir la inflamación (hay que decirlo 1000 veces).

3. Romper la biopelícula. La biopelícula es una capa de proteínas y polisacáridos que sintetizan algunos patógenos para resguardarse mejor. Es una especie de trinchera. Si no la rompes se hace más difícil el poder expulsar a estos organismos   del   intestino.   Hay   productos   específicos   para   descomponer   esta   biopelícula   como   “Interphase”   o “Biofilm Defense.”

4. Mantener la flora intestinal. Hay muchas más bacterias en nuestro cuerpo coexistiendo con nosotros que células humanas. Son nuestros mejores aliados y sin ellas no podríamos sobrevivir. Sin embargo, estamos constantemente atacando su ecosistema con nuestra alimentación y estilo de vida. Para mantener una flora intestinal saludable y evitar las infecciones de patógenos no basta simplemente con evitar los antibióticos (a menos que sea realmente necesario claro) y tomar yogur de vez en cuando. La comida fermentada y los probióticos pueden ser de gran ayuda. Pero no todos los probióticos son iguales; la calidad y composición importan.

5. Eliminar los patógenos. Todos tenemos patógenos en mayor o menor medida. Esto incluye nemátodos. Por eso los pueblos tradicionales tenían un  enfoque proactivo y usaban ciertas hierbas con regularidad para mantener a estos organismos bajo control. La famosa Cándida albicans no es más que un ejemplo más de los muchos patógenos con   los  que  entramos  en  contacto   con   frecuencia.  Hay  muchos  tipos  y   todos  pueden causar  disbiosis  y  otros problemas serios de salud. Productos naturales como el ajo y el aceite de orégano son algunos de las sustancias que se han utilizado tradicionalmente con este fin, pero también hay suplementos específicos de gran eficacia.

5+1. Para aumentar la efectividad del protocolo se recomienda además apoyar las funciones del hígado, puesto que es este órgano el  que constantemente nos ayuda a detoxificar,  sintetizar  enzimas y  mantener un metabolismo adecuado.  El  hígado es el  “hombre orquesta” del  cuerpo y necesita nuestro cariño.  Todos  los  pasos anteriores ayudan al hígado, pero recomiendo además utilizar fitoterapia específica (alcachofa, diente de león, cola de caballo, hibisco…etc.), y si te animas y tienes los medios, saunas de calor infrarrojo y/o enemas de café.

ConclusiónEres tan fuerte como tu digestión y tan vulnerable como tu intestino.Millones   de   personas   sufren   en   mayor   o   menor   grado   el   síndrome   del   intestino   poroso.   Cuando   nuestra permeabilidad  intestinal  aumenta,  abrimos  las puertas  a  moléculas  y  patógenos que causan gran diversidad de síntomas en el cuerpo. La ciencia oficial está empezando a redescubrir lo que Hipócrates ya sabía hace más de 2000 años, que el intestino está detrás de un sinfín de problemas de salud.Los mejores protocolos para sanar el intestino poroso deben ir a las causas y tener un enfoque sinérgico que incluya no sólo la dieta, sino también otros aspectos de la salud intestinal.Te deseo lo mejor en tu camino hacia el bienestar.