seminario democracia. dossier4

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68 INTRODUCCIÓN La democracia de la posguerra japonesa fue una democracia parlamentaria. Sólo aquellos prisioneros del orientalismo dudarían de la veracidad de esta afirmación. Empero, existe un elemento que permite aseverar que Japón fue un caso singular. Como es sabido, el Partido Liberal Demócrata (PLD) gobernó ininterrumpida- mente durante 38 años. Esta falta de alternancia llevó a categorizarlo como una “democracia diferente” 1 . Por supuesto, esto no fue un fenómeno exclusivo de Japón. En otros países como Suecia, Italia e Israel ocurrió algo similar 2 . Común- mente, Japón y Suecia fueron clasificados como régimenes de partido dominante, cuya característica fue que un solo partido gobernaba de manera exclusiva 3 . Por su par- te, los largos gobiernos de coalición centrados en un partido gigante que ocurrieron en Italia e Israel fueron denominados como régimenes de partido predominante. No obstante, a pesar de estos particularismos, hasta ahora la historiografía de la política japonesa no ha realizado un análisis profundo sobre este tema. Proba- blemente, la existencia de un largo dominio dificultó la construcción de una visión general sobre la historia. No cabe duda de que era difícil narrar algo que no tenía Historia de una “democracia diferente”: la posguerra en Japón Mamoru Sorai* * Traducción del japonés de Isami Romero Hoshino. 1 T. J. Pempel (ed.), Uncommon Democracies, Ithaca, Cornell University Press, 1990. 2 En Suecia, Israel e Italia dominaron, respectivamente, el Partido Social Demócrata, el Mapai y la De- mocracia Cristiana. 3 El régimen que construyó el Partido Revolucionario Institucional en México no garantizó la libre compe- tencia y por esto no se le puede clasificar como un régimen de partido dominante.

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    INTRODUCCIN

    La democracia de la posguerra japonesa fue una democracia parlamentaria. Sloaquellos prisioneros del orientalismo dudaran de la veracidad de esta afirmacin.Empero, existe un elemento que permite aseverar que Japn fue un caso singular.Como es sabido, el Partido Liberal Demcrata (PLD) gobern ininterrumpida-mente durante 38 aos. Esta falta de alternancia llev a categorizarlo como unademocracia diferente1. Por supuesto, esto no fue un fenmeno exclusivo deJapn. En otros pases como Suecia, Italia e Israel ocurri algo similar2. Comn-mente, Japn y Suecia fueron clasificados como rgimenes de partido dominante, cuyacaracterstica fue que un solo partido gobernaba de manera exclusiva3. Por su par-te, los largos gobiernos de coalicin centrados en un partido gigante que ocurrieronen Italia e Israel fueron denominados como rgimenes de partido predominante.

    No obstante, a pesar de estos particularismos, hasta ahora la historiografa dela poltica japonesa no ha realizado un anlisis profundo sobre este tema. Proba-blemente, la existencia de un largo dominio dificult la construccin de una visingeneral sobre la historia. No cabe duda de que era difcil narrar algo que no tena

    Historia de una democracia diferente: la posguerra en

    JapnMamoru Sorai*

    * Traduccin del japons de Isami Romero Hoshino.1 T. J. Pempel (ed.), Uncommon Democracies, Ithaca, Cornell University Press, 1990.2 En Suecia, Israel e Italia dominaron, respectivamente, el Partido Social Demcrata, el Mapai y la De-

    mocracia Cristiana.3 El rgimen que construy el Partido Revolucionario Institucional en Mxico no garantiz la libre compe-

    tencia y por esto no se le puede clasificar como un rgimen de partido dominante.

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    fin. Hace casi diez aos, en 1993, el bho de Minerva emprendi su vuelo. Em-pero, aun despus de la alternancia, dentro de la ciencia poltica y la historia japo-nesas sigue existiendo una fuerte tradicin terica en torno al rgimen de 19554,el cual ha obstaculizado la comprensin del lugar histrico que ha ocupado el do-minio conservador. Como veremos posteriormente, 1955 fue un ao importante,pero es una simplificacin decir que entonces se congel la poltica partidista.Esta interpretacin de la historia tiende a minimizar los cambios ocurridos des-pus. As no se puede escribir la historia. De esta manera, no es raro que la ocupa-cin estadounidense y la etapa formativa del rgimen de 1955 hayan acaparadola atencin de muchos estudiosos de la historia poltica, y que el rgimen de partidodominante haya sido olvidado.

    Por supuesto, tanto en Japn como en el extranjero, importantes estudios hananalizado al PLD5. De hecho, despus de los aos setenta, especialmente en losochenta, hubo un inters por la poltica gubernamental que trajo un auge de estu-dios sobre la toma de decisiones del gobierno japons6, cuyo resultado evidentefue el desarrollo de numerosos anlisis empricos sobre el rgimen de partido domi-nante dentro de la ciencia poltica7. Estos estudios8 descifraron la estrecha coopera-

    4 Vese Junosuke Masumi, The 1955 System: Origin and Transformation, en Creating Single-Party Demo-cracy, Tetsuya Kataka (ed.), Stanford, Hoover Institution Press, 1992; y Kataoka, Tetsuya, The 1955 System:The Origin of Japans Postwar Politics, en Creating Single-Party Democracy, Tetsuya Kataka (ed.), Stanford, Hoo-ver Institution Press, 1992.

    5 Nathaniel Thayer, How the Conservatives Rule Japan, Princeton, Princeton University Press, 1969; y GeraldCurtis, The Japanese Way of Politics, Nueva York, Columbia University Press, 1988.

    6 Haruhiko Fukui, Party in Power, Canberra, Australian National University Press, 1970; T. J. Pempel (ed.),Policymaking in Contemporary Japan, Ithaca, Cornell University Press, 1977; Chalmers Johnson, MITI and JapaneseMiracle, Stanford, Stanford University Press, 1982; Richard Samuels, The Business of Japanese State, Ithaca, CornellUniversity Press, 1987; Daniel Okimoto, Between MITI and the Market, Stanford, Stanford University Press, 1989;John Campbell, How Policies Change, Princeton, Princeton University Press, 1992; y Gary Allinson y YasunoriSone (eds.), Political Dynamics in Contemporary Japan, Ithaca, Cornell University Press, 1993.

    7 La economa de la posguerra mantuvo una caracterstica diferente. Despus de la destruccin de su ma-quinaria econmica en la guerra del Pacfico, Japn logr recuperarse gracias a la guerra de Corea. Para la dca-da de los cincuenta, la economa japonesa logr una sorprendente recuperacin, volvindose posteriormenteuna gran potencia econmica. De hecho, antes de la destruccin de la burbuja econmica, nadie dudaba del xi-to de la economa japonesa. Este xito trajo la atencin de varios estudiosos, llevando hacia el desarrollo de in-vestigaciones sobre los mecanismos gubernamentales y polticos.

    8 T. J. Pempel, T. J. Policy and Politics in Japan, Philadelphia, Temple University Press, 1982; Kent Calder,Crisis and Compensation, Princeton, Princeton University Press, 1988; Michio Muramatsu y Ellis Krauss, The

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    cin que hubo entre el PLD y las instituciones estatales, estimulando el debatesobre cul organizacin burocracia o partidos tena mayor predominio; analiza-ron exhaustivamente cmo se consolidaron las bases de apoyo partidista dentro dela sociedad civil, y mostraron cmo se reprodujo el rgimen de partido dominantedentro de las instituciones estatales, la sociedad poltica y la sociedad civil.

    Sin embargo, a pesar de la existencia de una estrecha relacin entre las institu-ciones estatales y la sociedad civil, el rgimen de partido dominante parti siemprede la premisa de la existencia de un dominio unipartidista del PLD dentro de la so-ciedad poltica. En consecuencia, la solidez y la estabilidad del dominio uniparti-dista dependieron de cmo el PLD mantuvo la estabilidad de sta. En otraspalabras, el rgimen peledista fue definido como el dominio conservador dentrode la sociedad poltica9.

    El objetivo del presente no es analizar el dominio unipartidista conservadorcomo un fenmeno unificado en estos tres subsistemas; concentra su inters sloen la sociedad poltica para trazar ah la historia poltica. Dado el auge de la socie-dad civil en la ciencia poltica, puede sonar anticuado analizar este aspecto, pero,ante la falta de estudios histricos sobre el dominio unipartidista del PLD, consi-dero que este intento tiene una importancia analtica. Por suerte, en los ltimosaos surgieron importantes estudios sobre el papel de la oposicin en la posgue-rra10 que nos permitirn un mejor anlisis.

    Quisiera hacer una pequea advertencia. Es difcil que en un espacio tan redu-cido se pueda narrar detalladamente la historia11. De ah, considerando las caracte-

    Conservative Policy Line and the Development of Patterned Pluralism, en The Political Economy of Japan,Kozo Yamamura y Yukichi Yasuba (eds), Stanford, Stanford University Press, 1990; y Sheldon Garon y MikeMochizuki, Negotiating Social Contracts, en Postwar Japan as History, Andrew Gordon (ed.) Berkeley,University of California Press, 1993.

    9 El sistema poltico est constituido por estos tres subsistemas. Vase Paolo Farneti, Introduzione, enIl sistema politico italiano, Paolo Farneti (ed.), Bolonia, Il Mulino, 1973, pp.7-60.

    10 Vase Allan Cole, et al, Socialist Parties in Postwar Japan, New Haven, Yale University Press, 1966; J. A.A. Stockwin, The Japanese Socialist Party and Neutralism, Carlton, Melbourne University Press, 1968; Stockwin,The Japan Socialist Party: Resurgence After Long Decline en The Japanese Party System Ronald Hrebenar(ed.), Boulder, Westview Press, 1992; Satomi Tani, The Japan Socialist Party before the Mid-1960s: AnAnalysis of Its Stagnation, en Kataoka, op cit.; Peter Berton, The Japan Communist Party: The LovableParty, en Hrebenar, op cit, y James White, The Dynamics of Political Opposition, en Gordon (ed.), op cit.

    11 Para una mayor informacin, vase Gordon (ed.), op cit; Gary Allinson, Japans Postwar History, Ithaca,Cornell University Press, 1997; Robert Scalapino y Junnosuke Masumi, Parties and Politics in Contemporary

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    rsticas de los lectores de Istor, decid que era mejor que las fuentes bibliogrficasfueran en ingls y emplear la literatura de poltica comparada para contextualizarla poltica japonesa. Esto no significa que no existan estudios en Japn. De hecho,hay una historiografa extensa que sera imposible tratar aqu.

    LIBERALIZACIN Y DEMOCRATIZACIN: EL NACIMIENTO DEL PLD (1945-1955)

    Antes de analizar la naturaleza poltica de la posguerra, vale la pena hacer un re-cuento histrico del desarrollo democrtico en la preguerra. La cspide del proce-so de liberalizacin y democratizacin12 de la preguerra ocurri entre 1924 y1932, cuando fueron establecidos continuamente gobiernos partidistas. Esta eta-pa es conocida como la democracia Taisho. Sin embargo, es errneo hablar de de-mocracia. Hay que enfatizar que sta fue un caciquismo basado en dos grandespartidos conservadores. Por una serie de derechos metaconstitucionales, la elec-cin de los primeros ministros la realizaba Kinmochi Saionji en sustitucin delemperador, crendose una alternancia rotatoria. El rgimen anterior a la demo-cracia Taisho fue muy similar a las oligarquas de pases semi-perifricos comoGrecia, Argentina y Chile13. No obstante, a pesar de haber arrastrado un importan-te rezago econmico, este rgimen tuvo un xito relativo en el establecimientotemprano de la Dieta.

    El avance ms importante en la democracia Taisho fue la eliminacin de larestriccin econmica para el derecho al voto y la implementacin del sufragiomasculino en 1925, producto de los movimientos prodemocrticos de la primera

    Japan, Berkeley, University of California Press, 1962; Haruhiko Fukui, Postwar Politics, 1945-1973, en TheCambridge History of Japan, Peter Duus (ed.), Cambridge, Cambridge University Press, 1988, pp.154-213;Masaru Kohno, Japans Postwar Party Politics, Princeton, Princeton University Press, 1997; Calder op cit;Hrebenar (ed.), op cit; Bradley Richardson, Japanese Democracy, New Haven, Yale University Press, 1997, y T.J. Pempel, Regime Shift, Ithaca, Cornell University Press, 1998.

    12 Aqu hago una clara diferenciacin de los conceptos de liberalizacin y democratizacin, utilizando lamisma lgica del estudio de Guillermo ODonnell y Philippe Schmitter, Transitions from Authoritarian Rule,Baltimore, The Johns Hopkins University Press, 1986. Generalmente, estos dos conceptos son equiparadoscon el concepto de democratizacin, cuyo mximo estudio ha sido el de Robert Dahl, Polyarchy, New Haven,Yale University Press, 1971.

    13 Nicos Mouzelis, Politics in the Semi-Periphery, Nueva York, St. Martins Press, 1986.

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    guerra mundial. Sin embargo, no hubo innovacin institucional que permitieraavanzar hacia un rgimen posoligrquico. Si bien hubo un notorio aumento devotantes14, esto no provoc una gran fluctuacin del electorado en la sociedad po-ltica, ni el nacimiento del populismo en las zonas rurales y urbanas, ni un cambiocualitativo del clientelismo que permitiera el surgimiento de partidos liberales;tampoco hubo un aumento sustancial de los partidos obreros como ocurri en lospases occientales.15

    Podemos afirmar, pues, que el nivel de liberalizacin en Japn fue, comparadocon Europa, muy bajo, como lo demostr la existencia de la Ley para el Manteni-miento del Orden Pblico. La opresin del sistema imperial comprimi artificial-mente la distancia ideolgica entre los dos partidos conservadores RikkenSeiyukai y Kenseikai, y permiti un largo dominio oligrquico. En pocas pala-bras, bajo la Constitucin de Meiji no hubo un reconocimiento del derecho a la li-bertad de los individuos.

    Con respecto a la democratizacin podemos resaltar dos puntos. Primero, apesar de la instauracin del voto masculino, no hubo un intento por promover laparticipacin femenina. Adems, visto desde una perspectiva internacional, el l-mite de edad para votar (25 aos) y ser votado (30 aos) era sumamente restrin-gido. Segundo, con respecto a la toma de decisiones, la Constitucin no contem-pl explcitamente el parlamentarismo y mantuvo la posibilidad de que elgobierno fuera controlado por fuerzas no partidistas. De acuerdo con la interpre-tacin del derecho constitucional de la preguerra, el sistema partidista era entendi-do como una consecuencia natural del gobierno constitucional, y as legitimabasu existencia, por lo menos en teora. Sin embargo, se reconoci que, en una situa-cin crtica, esta legitimidad podra desaparecer. De hecho, el parlamentarismose suspendi momentneamente en 1932, debido al caos poltico que trajeron laGran Depresin, la intervencin militar en Manchuria y los actos terroristas que

    14 En las elecciones de 1924, las ltimas que utilizaron la restriccin econmica, el nmero de votantesfue de 3.34 millones. Para las elecciones de 1928, hubo una cuadriplicacin del electorado, llegando a 12.54millones.

    15 El crecimiento de las fuerzas de izquierda fue constante desde las elecciones de 1928 hasta el inicio dela guerra con China. Sin embargo, en las ltimas elecciones libres, realizadas en 1937, la suma de los partidosno super las 37 diputaciones (8%) dentro de la Dieta.

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    culminaron en el asesinato del primer ministro a plena luz del da. Finalmente,con el inicio de la guerra sino-japonesa, el resurgimiento del rgimen partidistafue ya imposible.

    Aunado a lo anterior, el proceso de destruccin de la democracia cre unamilitarizacin de facto del rgimen poltico. Vale la pena hacer una diferenciacincon lo ocurrido en Europa y otras latitudes:1. El autoritarismo militar en Japn no fue producto de un fortalecimiento de

    los partidos de ultraderecha que combinaran el terror y las elecciones, movili-zando a las masas, como ocurri en Italia y en la Alemania de Weimer. En com-paracin con estos pases, Japn era menos democrtico y no hubo necesidadde una organizacin partidista que tomara el control completo del cuerpo le-gislativo.

    2. En Japn no tuvo lugar la destruccin del poder legislativo, causada por unaconfrontacin entre dos grandes partidos en un contexto de una enorme crisiseconmica, como en Austria. La distancia ideolgica entre los dos partidos ja-poneses fue sumamente pequea y, dada la precaria institucionalizacin deuna poltica partidista, dejar la opcin legislativa fue un acto suicida.

    3. A diferencia de Espaa, no hubo una divisin extrema en la sociedad polticani una politizacin de la sociedad civil que involucrara a las fuerzas armadas,provocando una situacin de guerra civil. La sociedad civil japonesa no habatenido una experiencia que justificara una dictadura militar. Es cierto que unsector militar plane constantemente un golpe de Estado, pero, ante la paup-rrima tradicin pretoriana, la insubordinacin no obtuvo el poder.

    4. El dinamismo autoritario de los regmenes militares ocurridos durante los se-senta y setenta en Argentina, Grecia y Chile es una fantasa si lo aplicamos aJapn16. La reaccin de los militares no fue causada por una contradiccin en-tre los mecanismos de incorporacin y exclusin.En realidad, el fin de la democracia de la preguerra no fue ocasionado por las

    rebeliones militares del 15 de mayo de 1932 y del 26 de febrero de 1936, sino porel inicio de la guerra con China. Esto difiere con el gobierno que estableci elgolpe militar de Antonio Salazar en el Portugal de 1926 y del rgimen polaco de

    16 Mouzelis, op. cit., captulo 3.

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    Sanacja, que evolucion hacia un sistema autoritario despus del golpe militarde Jsef Pilsudski en 1926. De esta manera, en un contexto de dbil liberaliza-cin, democratizacin y poltizacin, la democracia de la preguera fue destruyn-dose. Quiz el nico caso que comparta elementos en comn con Japn sea el deHungra17.

    Una vez culminado nuestro recuento de la preguerra, podemos pasar al anlisisde la posguerra, donde Japn experiment un radical cambio en su proceso dedemocratizacin y liberalizacin18. El actor fundamental de este cambio fue elejrcito de ocupacin estadounidense, cuya presencia evit un regreso haciael rgimen oligrquico. Como es sabido, las reformas democrticas, incluyendo lanueva Constitucin, fueron un proyeto impulsado por los grupos New Dealers delPartido Demcrata, y cuya ejecucin fue encomendada al General Headquarters ofthe Allied Powers (GHQ), que de inmediato impuso reformas. Desde la perspectivade la democratizacin de las masas, el sufragio universal logr su consolidacincuando, en 1946, las mujeres obtuvieron el derecho al voto. De igual manera, laedad para competir por un puesto electoral fue reducida19. Desde la perspectivade la democratizacin de la toma de decisiones, hubo un claro reconocimiento delparlamentarismo. En la nueva Constitucin se establecio que la Dieta era el rga-no superior de gobierno y que el primer ministro sera elegido por el voto de losdiputados de la Cmara Baja. Finalmente, la Constitucin garantiz todos los de-rechos polticos y permiti as la liberalizacin poltica.

    El resultado ms visible del nuevo rgimen fue que los partidos socialistas ycomunistas pudieron participar abiertamente en la poltica, lo que ampli la dis-tancia ideolgica entre los partidos. Actualmente, existe un vigoroso debate entorno a la existencia de una continuidad poltica y social entre la preguerra y la

    17 Andrew, Janos, The Politics of Backwardness in Hungary 1825-1945, Princeton, Princeton University Press,1982; y Gabriella Ilonszki, Hungary: Crisis and Pseudo-Democratic Compromise, en Conditions of Democracyin Europe, 1919-39, Dirk Berg-Schlosser y Jeremy Mitchell (eds.), Londres, Macmillan, 2000.

    18 Vase Robert Ward y Yoshikazu Sakamoto, eds. Democratizing Japan, Honolul, University of HawaiiPress, 1987; John Dower, Embracing Defeat, Nueva York, W. W. Norton, 1999.

    19 Para las elecciones de 1946, las ltimas que se realizaron bajo la Constitucin Imperial, el nmero deelectores lleg a la histrica cifra de 36.88 millones, superando los 14.59 milones de las elecciones anteriores rea-lizadas en 1942.

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    posguerra20, principalmente en la estructura de la burocracia y en la relacin Es-tado-sociedad21. Sin embargo, con respecto a la estructura de la sociedad poltica,en la posguerra hubo un cambio tan sustancial en las reglas del juego que permiteaseverar que esta continuidad fue relativamente menor.

    La formacin de un gobierno de coalicin centrado en el Partido Socialista Ja-pons (PSJ) en 1947 demostr la gran fuerza democrtica de la nueva Constituciony del sistema poltico derivado de sta22. No obstante, este gobierno, encabezadopor el socialista Tetsu Katayama, no logr mantenerse por mucho tiempo, debidoa las tensiones internas del PSJ. Posteriormente, Hitoshi Ashida lder del PartidoDemcrata y tercera fuerza poltica encabez un nuevo gobierno de coalicin,pero tampoco tuvo una larga duracin debido a las pugnas internas dentro delGHQ. Finalmente, el lder del Partido Liberal, Shigeru Yoshida, obtendra el poderen 1949. En las elecciones de ese ao, mientras los socialistas y los demcratasperdieron importantes escaos, los liberales obtuvieron 264 diputaciones (56.4por ciento), naciendo el primer gobierno de mayora de la posguerra. De esta ma-nera, gracias a la consolidacin de una base poltica que permiti la estabilidaddel gobierno de Yoshida, a partir de 1948 las polticas de ocupacin estadouniden-se avanzaron aceleradamente hacia el conservadurismo, permitiendo a Japn in-corporarse al bando occidental en la guerra fra y, con esto, vislumbrar un acuerdode paz que le permitiera regresar al sistema internacional23.

    Sin embargo, la recuperacin de la independencia, lograda con la firma delAcuerdo de Paz de San Francisco de 1952, no fue una simple estrategia de polticaexterior que reforzara las bases de apoyo de la administracin Yoshida. Irnica-mente, esto elimin el principal problema poltico y el gobierno de Yoshida fuedebilitndose debido a la desaparicin del respaldo del GHQ. Dentro de las fuerzasconservadoras, los grupos en contra de Yoshida apoyaron a Ichiro Hatoyama, quien

    20 Andrew Gordon, The Evolution of Labor Relations in Japan, Cambridge, Council on East Asian Studies,Harvard University, 1985; y Yashushi Yamanouchi et al (eds.), Total War and Modernization, Ithaca, East AsiaProgram, Cornell University, 1998.

    21 Sheldon Garon, Molding Japanese Minds, Princeton, Princeton University Press, 1997.22 Los datos electorales empleados en este ensayo fueron tomados de Masumi Ishikawa, Sengo Seijishi [La

    historia poltica de la posguerra], Tokio, Iwanami Shoten, 2004. A su vez, para un esquema general, vase Fukui,op cit, p.163.

    23 Vase John Dower, Empire and Aftermath, Cambridge, Harvard University, 1979.

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    haba sido exonerado de sus crmenes de guerra, y el Partido Progresista Japonsla segunda fuerza conservadora inici un duro ataque contra el Partido Liberal.Esta situacin, sin embargo, no fue una recreacin del enfrentamiento conserva-dor de la preguerra, ya que no existi un mecanismo que permitiera eliminar lapresencia de los socialistas en la sociedad poltica. Tal es la gran herencia de la li-beralizacin y la democratizacion de la posguerra.

    Antes de seguir, vale la pena recordar la situacin del PSJ. En las eleccionesparlamentarias de 1949, los socialistas obtuvieron slo 48 escaos. Finalmente, en1951, la organizacin se dividi en dos facciones independientes. Sin embargo,los socialistas lograron una paulatina recuperacin gracias a su postura en contradel rearme y la reforma constitucional, as como su negativa a la firma del tratadode alianza militar con Estados Unidos. En los ltimos aos de la administracinYoshida, la faccin de izquierda obtuvo 72 escaos en las elecciones legislativas de1953, mientras que la faccin de derecha logr 66 diputaciones. Entre los dos par-tidos sumaban 138 diputaciones, cifra similar a la de 1947.

    De esta manera, la confrontacin entre el Partido Progresista Japons poste-riormente Partido Demcrata y el Partido Liberal se vio influenciada por las de-cisiones de las dos facciones socialistas. Esta situacin qued demostrada en 1954,cuando las dos facciones apoyaron la eleccin del lder demcrata Hatoyama comoprimer ministro, culminando el largo dominio que ostent Yoshida. La confronta-cin conservadora, empero, cambi de direccin cuando los socialistas aceleraronsu proceso de reunificacin. Esta amenza permiti un cese al fuego entre Yoshiday Hatoyama, as como la posibilidad de fusionar las dos fuerzas conservadoras enuna nueva organizacin. Por supuesto, ante el peligro socialista, tanto los gruposempresariales como Estados Unidos vieron con buenos ojos esta fusin. Para1955, un mes despes de la reunificacin socialista, los conservadores se fusiona-ron, consolidando la mayora absoluta en la Dieta, y naci as el rgimen de partidodominante.

    Esta cristalizacin de un formato bipartidista24 difiere totalmente de la estruc-tura de la preguerra, ya que fue construida por los conservadores y los socialistas.

    24 Giovanni Sartori, Parties and Party Systems, Cambridge, Cambridge University Press, 1976, pp.128-129;Sartori, Comparative Constitutional Engineering, Londres, Macmillan, 1994, pp. 39-40.

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    En un primer momento, este cambio permita vislumbrar una situacin similar ala que hubo en Inglaterra25. Entonces por qu ocurri la dominacin de un solopartido? La mera existencia de un bipartidismo, asociado comnmente con laalternancia, no elimina la posibilidad de que un partido se mantenga durante unlargo tiempo en el poder. Era difcil predecir cmo sera el futuro de la democraciajaponesa en 1955. No obstante, una mirada a la historia poltica nos permite afir-mar que los hechos violentos que ocurrieron en la segunda mitad de los cincuentadefinieron el destino de la democracia de la posguerra.

    EL INICIO DEL DOMINIO UNIPARTIDISTA (1955-1960)

    Durante estos cinco aos, Ichiro Hatoyama y Nobusuke Kishi (Tanzan Ishibashislo estuvo dos meses en el poder) tomaron las riendas del gobierno. La imagenque proyectaron fue la del regreso de la democracia restrictiva de la preguerra,debido a su insistencia en reformar la Constitucin y rearmar a Japn. Probable-mente, esto fue producto de la trayectoria personal de Hatoyama y Kishi. El pri-mero era un poltico destacado del Rikken Seiyukai y, durante la primera mitadde los treinta, ocup el Ministerio de Educacin. El segundo fue un burcrata dealto nivel en el ministerio de Comercio e Industria, desempeando un papel im-portante en la administracin de Manchuria, y en los cuarenta, durante el gobier-no de Hideki Tojo el cual decidi abrir las hostilidades en contra de EstadosUnidos, ocup el Ministerio de Comercio. Ambos compartieron un mismo des-tino poltico cuando termin la guerra. Hatoyama fue expulsado del serviciopblico, mientras Kishi fue juzgado en los Juicios de Tokio por sus crmenes deguerra. Sin embargo, una vez que termin la ocupacin estadounidense, ambos re-gresaron a la arena poltica.

    A la fecha no se ha esclarecido hasta qu punto Hatoyama y Kishi estaban dis-puestos a retornar al escenario de la preguerra. Su objetivo fundamental era refor-mar la Constitucin para lograr un genuino rearme, no necesariamente para una

    25 A principios del siglo XX, el bipartidismo de la segunda mitad del siglo XIX, conformado por lospartidos conservador y liberal en el Reino Unido, se tranform en una nueva estructura dual entre los conser-vadores y los laboristas.

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    negacin de los derechos polticos y el restablecimiento del sistema imperial. Sulegado fue haber propiciado un intenso debate acerca de diversos temas de intersnacional, como la Constitucin, la poltica exterior, la seguridad nacional y pblica,la educacin, introduciendo un fuerte conflicto de corte ideolgico dentro del pro-ceso poltico. Ante este ascenso, los sectores ms beneficiados del proceso de li-beralizacin y democratizacin de la posguerra reforzaron su postura para protegerla Constitucin. La resistencia de los partidos opositores no se concentr sloen la Dieta; tambin movilizaron a sus militantes para construir una resistenciafuera del cuerpo legislativo, cuyo principal protagonista fue el Consejo General deSindicatos de Japn (Sohyo), grupo ntimamente vinculado con el PSJ. El resulta-do fue la politizacin de la sociedad civil, una mezcla de sociedad civil y sociedadpoltica. Este periodo ha sido denominado la estacin de la poltica.

    Como es sabido, el incidente que culmin la estacin de la poltica fue elenfrentamiento entre los partidos polticos en torno a la revisin del tratado dealianza con Estados Unidos. El objetivo era eliminar el aspecto unilateral que ha-ba prevalecido en el tratado de 1951. Es decir, Kishi buscaba al igual que el go-bierno de Hatoyama con el restablecimiento de las relaciones diplomticas conla URSS en 1956 debilitar el nivel de dependencia con Estados Unidos quetanto criticaba la oposicin. Desde una perspectiva objetiva, el contenido del tra-tado no era una cuestin tan sencilla como para favorecer ese objetivo26.

    No obstante, a pesar de ser un tema delicado, Kishi busc una votacin forzadade la revisin del tratado en la Cmara Baja. Una vez que la propuesta fue acepta-da, la Cmara Alta no pudo participar sustancialmente en la ratificacin. La oposi-cin acus a los conservadores de romper el parlamentarismo. Obreros, estudian-tes, intelectuales y una gran cantidad de ciudadanos organizaron manifestacionesen contra del tratado27. Kishi trat de esquivar la resistencia y busc a toda costala ratificacin del tratado. Finalmente, dej el poder ante la presin de las mani-festaciones y la fuerte crtica suscitada dentro del PLD, pero tuvo xito en imple-mentar el tratado. Podemos concluir que esto fue resultado de una seleccin

    26 En caso de que la revisin del tratado hubiese emergido de manera independiente a la sociedad civil,existe una alta probabilidad de que la protesta de los grupos extraparlamentarios hubiera terminado sin fervor.

    27 Vase George Packard, Protest in Tokyo, Princeton, Princeton University Press, 1966.

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    natural darwinista28 dentro de la lite poltica conservadora, en una fase dehabituacin de la emergente democracia29.

    Por supuesto, es una exageracin decir que el conservadurismo estaba en unasituacin terminal. El gobierno de Ishibashi haba logrado transitar de un sistemafiscal restringido a uno ms agresivo, que permiti a Kishi implementar una estra-tegia econmica capaz de lograr un crecimiento acelerado. Es correcto considerarque las polticas fiscales que permiteron el crecimiento acelerado en los sesentafueron una herencia de los gobiernos de Ishibashi y Kishi. Asimismo, con la pre-paracin del sistema de seguridad social, algunos han notado la direccin social-demcrata en el gobierno de Kishi.

    Sin embargo, dentro de los sectores de la antigua clase media, marginados deldesarrollo econmico, hubo un sentimiento de repudio social y surgi una presinactiva hacia la promocin de polticas que protegieran a los desposedos. As, cuan-do el gobierno apoy claramente estas polticas, los campesinos y los dueos depequeas y medianas empresas presionaron al gobierno, amenazando con formaruna tercera opcin partidista. No fue coincidencia que cuando los gobiernos con-servadores buscaron enfrentar agresivamente a la oposicin, se haya provocado lareaccin de los grupos ubicados en el centro del espectro poltico30.

    Por otro lado, el PSJ tampoco sali ileso de estos aos violentos. Desde medi-ados de los cincuenta, con la expansin de la poltica de la productividad31, lasbases de apoyo poltico socialista los sindicatos, las facciones de derecha laJunta Nacional de Sindicatos Obreros (Zenrokaigi) y las de izquierda (Sohyo)se enfrentaron al tema de la cooperacin con el sector patronal. Una mayor fisura

    28 Dankwart Rustow, Transition to Democracy: Toward a Dynamic Model, Comparative Politics, abril de1970, pp.358-361.

    29 Mamoru Sorai, Mohitotsu no 1960nen no Tenkan: 1960nendai Nihonshakaito ni okeru Yatoka no Ronri[Otro cambio de bando poltico en 1960: El PSJ y su retiro de la competencia por el poder], Shiso no.934, 2002,pp.27-28.

    30 Mamoru Sorai, Jiminto Ito Shihaitaisei Keiseikatei toshiteno Ishibashi-Kishi Seiken 1957-1960 [El pro-ceso formativo del domino peledista durante los gobiernos de Ishibashi y Kishi, 1957-1969] Kokkagakkai Zasshi,Vol.106, No.1-2, 1993, pp.112-134; Sorai, Jiminto Shihaitaiseika no Nominseito Kessei Uno [La formacin deun partido campesino y el dominio peledista], en Senso, Fukko, Hatten [Guerra, recuperacin y desarrollo],Shinichi Kitaoka y Takashi Mikuriya (eds), Tokio, Tokyo University Press, 2000.

    31 Charles Maier, The Politics of Productivity: Foundations of American International Economic Policyafter World War II,en In Search of Stability, Cambridge, Cambridge University Press, 1987, pp.121-152.

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    fue provocada por las polticas laborales implementadas por Kishi. Por un lado, elgobierno busc la promocin de una movilizacin selectiva32, concentrando suatencin en la Zenrokaigi; por el otro, intent sacar al PSJ y al Sohyo de la toma dedecisiones por medio de su deslegitimacin33.

    En 1959, los dos grupos tuvieron un enfrentamiento en torno a la Ley de Sala-rios Mnimos, propuesta por el gobierno, y el conflicto jams logr resolverse. Esteenfrentamiento sindical tuvo una repercusin importante dentro del PSJ, princi-palmente en relacin con la estrategia de poltica exterior y el tratado de alianzacon Estados Unidos. Finalmente, en 1959, el partido volvi a dividirse y, en laselecciones de octubre de 1960, 40 diputados de la faccin de derecha socialistadecidieron escindirse para fundar el Partido Demcrata Socialista (PDS). A pesarde que la poltica exterior fue el principal punto de conflicto, la nueva divisin secompagin con una divisin sindical (PSJ- Sohyo y el PDS- Zenrokaigi). Esto ex-plica por qu en el futuro la reunificacin sera una situacin imposible34.

    El PSJ, empero, pudo enorgullecerse de haber logrado cierto xito. En las elec-ciones de la Cmara Baja de 1958 las primeras despus de la reunificacin, el par-tido postul 246 candidatos, con una clara intencin de lograr la mayora absoluta, yobtuvo 166 diputaciones (35.5%). Con este resultado, los socialistas evitaron que elPLD pudiera reformar la Constitucion, ya que para esto era necesario que los conser-vadores tuvieran ms del 66% de escaos en las dos cmaras. Pero el PLD logrincorporar a los diputados independientes a sus filas y consigui 298 diputaciones(63.8%), no pudiendo evitar los socialistas que el PLD ratificara cualquier polticagubernamental. Independientemente de este revs, al estar apoyado por los sindica-tos y su maquinaria de movilizacin, los socialistas pudieron detener las reformas ala ley electoral de Hatoyama y las leyes autoritarias en materia de seguridad pblicade Kishi. Si bien fracasaron en impedir la revisin del tratado, por lo menos lograronque Kishi dejara el gobierno. En consecuencia, la experiencia del PSJ durante la l-tima mitad de los cincuenta fue utilizada para reivindicar al partido.

    32 Alan Arian y Samuel Barnes, The Dominant Party System: A Neglected Model of Democratic Stabi-lity, Journal of Politics, 36, 1974, pp.592-614.

    33 Ariel Levite y Sidney Tarrow, The Legitimation of Excluded Parties in Dominant Party Systems,Comparative Politics, April, 1983, pp. 295-327.

    34 Sorai, op cit 1993, pp.134-158

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    Charles Tilly menciona que, en la democratizacin de los regmenes no demo-crticos, la contencin ejerce un papel importante35. Pero, en el caso de los rgi-menes democrticos, qu efectos tiene la contencin? An no existe una con-clusin sobre los cambios que trajeron las experiencias de 1968 en las democraciasde Estados Unidos y Europa. Sin embargo, por lo menos en Japn, la contencinque involucr a la sociedad civil durante la ltima mitad de los cincuenta tuvo unefecto sustancial, tanto en el PLD como en el PSJ, repercutiendo no slo en la so-ciedad civil sino tambin en la sustancia misma de los partidos polticos, determi-nando la estabilidad del dominio unipartidista del PLD.

    LA ESTABILIDAD DEL DOMINIO UNIPARTIDISTA (1960-1972)

    Despus de la renuncia de Kishi, Hayato Ikeda asumi el poder. Ikeda habaempezado su carrera poltica en la burocracia y, gracias a la proteccin de Yoshida,logr incorporarse al partido. En este sentido, a diferencia de Hatoyama, Kishi yYoshida, tena una imagen alejada de la sombra de la preguerra. Desde el inicio desu gobierno, Ikeda lanz el Plan de Duplicacin del Ingreso, cambiando elpunto de conflcito de la poltica hacia la economa. Este cambio tena un sentidoestratgico. A travs de la frase tolerancia y perseverancia, Ikeda busc quitarel tono ideolgico a su gobierno y evitar a toda costa que se politizara la sociedadcivil. Para lograr esto, se opuso a la reforma constitucional y, en cuanto al tratadode seguridad, resalt su importancia econmica.

    As, ante la erradicacin del elemento conflictivo, el crecimiento econmicologr ser por primera vez una realidad. Adems, los antiguos grupos de clasemedia que haban amenazado con formar un tercer partido fueron socavadosgracias a la accin intermediaria que implement el PLD con los grupos de intersdurante el gobierno de Ikeda. Este estilo de administracin pblica fue denomi-nado como el cambio de 1960. La estabilidad lograda durante el gobierno deIkeda permite aseverar que el PLD aprendi la leccin de la administracin Kishi.

    Ikeda dej el gobierno en 1964 debido a una enfermedad y fue sustituido porEisaku Sato, exburcrata como l, aunque, como su principal rival, mantuvo, des-

    35 Charles Tilly, Contention and Democracy in Europe, Cambridge, Cambridge University Press, 2004.

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    de un principio, una postura crtica hacia la lnea econmica. Algunos advertanque al ser hermano de Kishi, su gobierno podra resucitar la postura conservadorade los cincuenta. Sin embargo, esto no sucedi. Una vez que Sato decidi que elprincipal problema a resolver en su gestin sera el regreso de Okinawa a la sobe-rana japonesa, la sombra de Kishi desapareci; tambin demostr que la conti-nuacin de la lnea econmica de Ikeda era inevitable.

    La existencia del problema de Okinawa explica por qu Sato fue cuidadoso enno introducir cualquier tema que pudiese llevar a un conflicto. Sato, en el podercerca de ocho aos, fue el primer ministro ms longevo de la historia japonesa.As, podemos afirmar que el cambio de 1960 relaj las relaciones entre el go-bierno y la oposicin y contribuy a la estabilizacin del dominio unipartidista.

    Ahora bien, el cambio de 1960 no slo transform el estilo de gobernar delPLD; tambin afect la esencia del mismo. Es decir, el PLD aceler su proceso dedesideologizacin, transformndose en una organizacin inclusiva36. Sin em-bargo, esto no fue suficiente. En realidad, en los sesenta el PLD tuvo xito en es-tabilizar y afianzar el apoyo de los antiguos grupos de clase media, aunque fracasen la incorporacin del sector obrero. El cambio de estilo del PLD, lejos de teneruna aceptacin del sector laboral, gan su antipata, por lo que un nmero mayorde obreros se opuso a los conservadores. Por ejemplo, el gobierno de Ikeda, de-nominado como de nueva derecha, rehus cualquier tipo de intercambio pol-tico con los sindicatos de empresas gubernamentales, cuyo derecho de huelga es-taba restringido. En esos aos el PLD aseguraba: Nuestro partido no representaslo a una determinada clase o estrato social que lleve a la divisin del pas. Conbase en la lealtad y el patriotismo, nuestro partido trabaja para el inters y la feli-cidad de todos los ciudadanos y busca lograr la prosperidad de todos y de nuestranacin37.

    36 Vase Otto Kirchheimer, The Transformation of the Western European Party Systems, en PoliticalParties and Political Development, Joseph LaPalombara y Myron Weiner (eds.), Princeton, Princeton UniversityPress, 1966, 177-200.

    37 Sorai, 2000, op cit; Sorai, Ikedanaikakuki no Korokyo Shunto I [La negociacin del aumento de salariodel sector pblico durante el gobierno de Ikeda I], Hogaku 64, no.6, 1-34, 2001a; Sorai, Ikedanaikakuki noKorokyo Shunto II [La negociacin del aumento de salario del sector pblico durante el gobierno de Ikeda II]Hogaku 65, no.2: 1-36, 2001b; Sorai, op cit 2002, pp.27-28.

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    Hay que reconocer, sin embargo, que el dominio unipartidista del PLD en lossesenta fue posible gracias al apoyo de los antiguos grupos de clase media, ha-ciendo del partido una organizacin basada en grupos de inters especficos.

    Ahora bien, la estabilizacin del rgimen de partido dominante fue posible tam-bin gracias al cambio de estrategia poltica que hubo dentro del PSJ. En 1960,los socialistas lanzaron un plan de Reforma Estructural que propona la obten-cin del poder mediante el desarrollo de una enrgica movilizacin de masas. Estoera producto de la ltima mitad de los cincuenta. La estrategia de movilizacin sehaba vuelto relativamente ms fcil tras la salida de la gran faccin de derecha,pero, ante el nacimiento del PDS, los socialistas se dieron cuenta de que no podanmonopolizar el espectro no comunista de la sociedad poltica y buscaron una so-lucin.

    Posteriormente, en el texto que resuma los principios generales del partido,Camino hacia el socialismo en Japn, se rechaz categricamente el reformismo delplan de Reforma Estructural, aunque se acept su estrategia de accin. Estenuevo proyecto parta de la premisa de que la falta de una nueva clientela no radi-caba en el contenido de las propuestas polticas del partido, sino en la ausencia deun plan que contemplara la realizacin de una gran lucha de masas. Es decir, alinicio de los sesenta, el PSJ abandon la idea de obtener un apoyo espontneo delelectorado y modific su plataforma poltica. Sin embargo, dado que despus dela administracin de Ikeda los gobiernos conservadores buscaron la despolitiza-cin de la sociedad civil, era muy difcil esperar una generacin sbita de movi-mientos sociales masivos, como ocurri en la segunda mitad de los cincuenta.

    Es curioso que cuando los partidos socialistas europeos modelos modernosde partidos de masas buscaban acaparar una gran audiencia en las elecciones yvolverse organizaciones incluyentes, el PSJ intentaba refinar su organizacin,como un tpico partido de masas. Por supuesto, este intento de transformacindel PSJ no estaba predestinado al fracaso desde el inicio. De hecho, contra lo quepresupona el estudio de Maurice Duverger38, el xito parcial de la cooptacin delas masas dentro de los pases de la Organizacin para la Cooperacin y el Desa-rrollo Econmico (OCDE) no ocurri antes de la segunda guerra mundial, sino du-

    38 Maurice Duverger, Political Parties, Londres, Meuthen, 1954.

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    rante los cincuenta y los sesenta39. Esta situacin coincide por lo menos con elhecho de que durante esos aos, en los pases europeos, las elecciones mantuvie-ron unos ndices de votacin histricamente bajos40. Si consideramos que estospartidos de masas estaban estrechamente ligados a las crisis provocadas por la in-dustrializacin y la urbanizacin, as como por transformaciones sociales de cortoplazo como los cambios geogrficos y de profesin41, Japn no era la excepcin.Durante estos aos, pequeas organizaciones polticas, como el Partido Comu-nista Japons (PCJ) y el Partido del Gobierno Limpio (Komeito), lograron aumen-tar su clientela.

    De esta manera, el verdadero problema fue qu acciones pretenda implemen-tar el PSJ en la construccin de su organizacin partidista. No era una tarea fcil laconstruccin de un partido que basaba su estrategia poltica en la movilizacin delas masas, dejando a un lado la incorporacin de los grupos de inters a su organi-zacin. Adems, bajo un lema que afirmaba la construccin de un partido de ma-sas con conciencia de clase, era claro que no exista un plan estratgico42. Dehecho, este proyecto fracas y, consecuentemente, esto foment la necesidad deuna ampliacin del proyecto, dando lugar a un crculo vicioso.

    Lo ms interesante es que, a pesar de que el PSJ no estaba equipado con la in-fraestructura necesaria para conformar un partido de masas43, el objetivo de maxi-

    39 Susan Scarrow, Parties without Members?, en Parties without Partisans, Russel Dalton y Martin Watten-berg (eds.), Oxford, Oxford University Press, 2000, pp.86-95.

    40 Stefano Bartolini y Peter Mair, Identity, Competition and Electoral Availability, Cambridge, CambridgeUniversity Press, 1990, p.99; Peter Mair, Introduction, en The West European Party System, Peter Mair (ed.),Oxford, Oxford University Press, 1990, p.13.

    41 Alessandro Pizzorno, Per un analisi teorica dei partiti politici in Italia, en I soggetti del pluralismo,Bolonia, Il Mulino, 1980, pp.28-35; Pizzorno, Interests and Parties in Pluralism, en Organizing Interests inWestern Europe, Suzanne Berger (ed.), Cambridge, Cambridge University Press, 1981, p.272; Pizzorno,Mutamenti nelle istituzioni rappresentative e sviluppo dei partiti politici, en Storia dEuropa 5, Paul Bairochey Eric Hobsbawn (eds.), Turn, Einaudi, 1996, pp.1026-1027.

    42 Gracias a esta autoregulacin, desde una etapa muy temprana el socialismo electoral del PLD logrlibrarse del dilema que existe entre la estrategia de la clase laboral y la de la supraclase. Para una mayor profun-dizacin de este dilema, vase Adam Przeworski y John Sprague, Paper Stones, Chicago, The University ofChicago Press, 1986; y Mamoru Sorai, Nihon Shakaito no Chushoreisaikigyosha Soshikika Katsudo [El PSJ ysu intento por organizar a los trabajadores de pequeas empresas], Hogaku 61, no.6, 1998, pp.1-54

    43 Peter Mair, La trasformazione del partito di massa in Europa, en Como cambiano u partiti, Mauro Calise(ed.), Bologna, Il Mulino, ppp.114-115.

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    mizar el voto que persigue cualquier partido electoralista44 termin por diluir-se45. En este contexto, el PSJ entenda las elecciones como una oportunidad parainsertar su propuesta poltica dentro de la ciudadana y aumentar el tamao de suorganizacin, no para tomar el poder.

    Una vez descrito lo anterior, veamos qu pas despus de 1960 dentro del PSJ.Como hemos sealado, en las eleciones de 1958 los socialistas postularon una can-tidad importante de candidatos con el objetivo de arrebatarle la mayora al PLD.Sin embargo, en las elecciones de 1960, realizadas durante la administracinIkeda, ante la activa participacin de los candidatos del PDS, los 246 candidatosque tena el PSJ en las elecciones de 1958 fueron reducidos a 186. Pero el mayorrevs fue para el PDS, ya que de sus 105 candidatos apenas 17 lograron ganar,tendencia que se mantendra durante los aos subsecuentes. No obstante, a pesarde su modesta presencia a partir de los sesenta, el PDS determin la disminucindel nmero de candidatos socialistas, con lo que el PSJ renunci implcitamente aobtener la mayora46, explicndose as la estabilidad del dominio unipartidista47.

    En suma, la segunda mitad de los cincuenta cambi, por un lado, el proyectopoltico del PSJ y moder la competencia entre el partido gobernante y la oposi-cin. Por el otro, el estilo de la administracin poltica del PLD tuvo una transfor-

    44 Richard Gunther y Larry Diamond, Species of Political Parties: A New Typology, Party Politics 9,no.2, 2003, pp.185-188.

    45 No obstante, en la realidad, los partidos socialistas no eran actores que pudieran recolectar perfecta-mente los votos, ya que haba un trade-off de votos entre el sector laboral y el de clase media, y una restriccinde las relaciones simbiticas de los sindicatos. Vase Przeworski y Sprague, op cit, cap.4.

    46 En la frmula electoral de distritos medios, al igual que en la frmula de mayora simple, no puede habercompetencia si no hay suficiente nmero de candidatos. Cuando hablamos de competencia electoral no estamosconsiderando la competencia a nivel de distrito, como lo sealan las investigaciones de Daniele Caramani, TheEnd of Silent Election: The Birth of Electoral Competition, 1832-1915 Party Politics 9, no.4 (2003), pp.411-443;y The Nationalization of Politics, Cambridge, Cambridge Universal Press, 2004. Aqu consideramos una compe-tencia a nivel nacional. Es decir, con respecto a las eleciones, una vez que la oposicin presenta su propuestade gobierno, se observa la cantidad de candidatos necesarios para lograr el cambio de gobierno. En aquellossistemas electorales con distritos electorales relativamente pequeos, la competencia puede ser baja, pero endistritos especficos la competencia entre el candidato del partido gobernante y la oposicin puede ser muyfuerte. Contrario a esto, puede haber poca competencia a nivel distrital pero una alta competencia a nivelnacional.

    47 Sorai, op cit, 2002, pp.30-41; Sorai, Yatoshidosya to shiteno Eda Saburo [El liderazgo opositor SaburoEda], en imprenta.

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    macin, trayendo una moderacin similar. Sin embargo, a pesar de la estabiliza-cin en el corto plazo del dominio unpartidista, en el mediano existi una trans-formacin de la sociedad poltica, con el evidente surgimiento de una nuevaconstelacin partidista en los setenta. Este fenmeno fue calificado con dos nom-bres: proliferacin de los partidos de oposicin y emparejamiento de las fuerzas conserva-doras y progresistas. En el siguiente apartado analizaremos esto.

    EL ESTREMECIMIENTO DEL DOMINIO UNIPARTIDISTA (1973-1982)

    Como sealamos en el apartado anterior, en los sesenta prevaleci dentro del PSJuna postura negativa hacia las elecciones. Esto trajo como resultado una estabili-zacin del dominio unipartidista dentro de la sociedad poltica. Sin embargo, estasituacin no slo provoc una laxitud general en la arena electoral, tambin favo-reci un avance de otras fuerzas durante los sesenta. Este avance fue posible gra-cias a la frmula electoral de distritos medios, que facilitaba la representacinproporcional. As, ante barreras de participacin electoral menos restrictivas, era deesperarse un aumento de nuevas fuerzas opositoras48.

    Como hemos visto, despus de la derrota imprevista en las elecciones de 1960y pese a que no pudo desplazar a los socialistas, el PDS mantuvo una presenciadel 5 al 7% en la Cmara Baja. Aunado a lo anterior, durante los sesenta, elKomeito y el PCJ ampliaron rpidamente su presencia en las urbes. Para las elec-ciones de la Cmara Baja de 1969, las ltimas de los sesenta, la proliferacin departidos de oposicin se volvi un fenmeno evidente. En estos comicios, elKomeito, el PDS y el PCJ obtuvieron 47, 31 y 14 diputaciones respectivamente,mientras que los socialistas redujeron su presencia de 140 a 90 escaos. Este resul-tado representaba la segunda peor cifra de la posguerra, una clara derrota histrica.Ante esto, el PSJ no tuvo otra opcin que cambiar ciertos lineamientos de su pla-taforma poltica. En 1970, en su Congreso Nacional, desech abiertamente su ne-gativa a las coaliciones partidistas, aceptando cooperar con la oposicin.

    48 Para un anlisis sobre cmo los nuevos partidos, el PDS y Komeito, lograron un mayor porcentaje detriunfos en distritos con 4 o 5 escaos que en los de 3. Es decir, donde hay un efecto mayor de la representacinproporcional, vase Cono, op cit, 128-132.

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    Dada la amarga experiencia en los gobiernos de Katayama y Ashida, este cam-bio tena un gran significado. Los socialistas, sin embargo, mantuvieron su con-cepcin de toma de poder basada en la movilizacin. Como era de esperase, laopcin de una coalicin fue fructfera. El proyecto del PSJ pretenda la construc-cin de un frente nacional antipeledista, en contra del monopolio conservador,y adverta que aquellos partidos que no cumplieran con esto quedaran fuera dela alianza. En este proyecto, el PSJ no contempl, en ningn momento, una coo-peracin electoral.

    Irnicamente, esta proliferacin, ms que diversificar las fuerzas antipeledistas,trajo una subdivisin de stas, advirtiendo que el dominio del PLD se reforzaracomo en Suecia, en donde los socialdemcratas gobernaban solitariamente graciasa la divisin de los partidos burgueses49. Este paralelismo hizo que muchas vocesanunciaran un mayor dominio conservador en los setenta. Sin embargo, la nuevaconstelacin partidista no slo limit la proliferacin, tambin trajo el empareja-miento de las fuerzas conservadoras y progresistas.

    Si el cambio de 1960 dentro del PSJ llev a la proliferacin, entonces estemismo cambio estara ligado tambin con el emparejamiento. Sin duda alguna,la disminucin de la poblacin campesina, producto del crecimiento acelerado,fue un elemento importante, ya que redujo las bases de apoyo del PLD. Aunadoa lo anterior, los cambios econmicos provocaron el xodo rural y el descensodramtico de las redes de la movilizacin electoral conservadora en el campo50. Eneste sentido, podemos afirmar que los cimientos del dominio unipartidista estabandestruyndose.

    El xito relativo del proyecto de despolitizar a la sociedad civil, implementa-do por el PLD, fue posible gracias al fracaso del PSJ, pero su costo fue el aumentode un sector apartidista dentro de los jvenes que el PLD no pudo incorporar a

    49 Francis Castles, The Social Democratic Image of Society, Londres, Routledge, 1978, pp.112-118; Gsta Es-ping-Andersen, Single-Party Dominance in Sweden: The Saga of Social Democracy, en Pempel Op Cit, 1990,pp.45-46; Jonas Pontusson, Conditions of Labor-Party Dominance: Sweden and Britain Compared, en Pem-pel, op cit, 1990, pp.66-69.

    50 Vase Scott Flanagan, Mechanisms of Social Network Influence in Japanese Voting Behavior, en TheJapanese Voter, Flanagan et al (eds.), New Haven, Yale University Press, 1991; y Bradley Richardson, SocialNetworks, Influence Communications, and the Vote, en The Japanese Voter, Flanagan, et al (eds.), New Haven,Yale University Press, 1991.

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    sus filas. De acuerdo con encuestas de opinin pblica de 1960, el PLD y el PSJocupaban dentro de las preferencias del electorado el 37.5% y el 21.1%, respecti-vamente, mientras que el sector apartidista ocupaba el 7.4%. Esta proporcincambi en 1974: 24.7%, 13.2% y 26.0%, respectivamente, disminuyendo el apoyohacia los partidos y aumentando el sector apartidista51.

    Con el PLD como partido gobernante, era de esperarse que ste tuviera unanecesidad menor de identificarse con una ideologa que la oposicin. Empero, esuna ilusin pensar que haba una completa desideologizacin52. Por ejemplo, ob-servando el nacionalismo que personific Charles De Gaulle o el papel que ejer-ci el catolicismo dentro de la democracia cristiana italiana, existen serias dudasde hasta qu punto la desideologizacin haba afectado la capacidad inclusiva delos partidos gobernantes en los pases desarrollados53. Sin embargo, considerandoque despus de los sesenta el PLD era el tipo ideal de partido incluyente, sehubiera anticipado un debilitamiento mayor.

    De acuerdo con las mismas encuestas de opinin sealadas anteriormente,quienes apoyaron al PLD razonaron su voto de dos modos: por la inexistencia deotro partido alternativo o noms porque s. En 1960, este apoyo negativohacia los conservadores fue del 38.2% y aument durante los sesenta. Para 1970,esta cifra alcanz el 51.0%, y en 1974, el 58.7%54. En pocas palabras, los sesentay los setenta mostraron claramente cmo las bases del PLD disminuan tanto encantidad como en calidad. Para las elecciones de la Cmara Alta de 1974, efectua-das despus de la crisis petrolera, el PLD obtuvo 127 escaos (50.4%). Naca elfenmeno del emparejamiento.

    Esta tendencia se mantuvo aun con el escndalo Lockheed y con el conflictointerfaccional dentro del PLD, durante el gobierno de Takeo Miki. Para 1976, laderrota conservadora en las elecciones de la Cmara Baja, anunci un abrupto es-tremecimiento del dominio unipartidista. As, desde el gobierno de Kakuei Tana-

    51 Jijitsushinsha (ed.), Sengo Nihon no Seito to Naikaku [Los gobiernos partidistas de la posguerra] , Tokio,Jijitsushinsha, 1981, pp.141-144.

    52 Pizzorno, op. cit, 1981, pp.253-254.53 Suzanne Berger, Politics and Antipolitics in Western Europe in the Seventies, DDALUS, Winter,

    1979, pp.42-44.54 Jijitsushinsha, op. cit, pp.146-150.

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    ka (1972-1974) hasta la administracin de Zenko Suzuki (1980-1982), cinco po-lticos ocuparon el puesto de primer ministro. El conflicto interfaccional dentrodel PLD se intensific con los continuos fracasos electorales y, ante la imagen co-rrupta que proyect el partido gobernante, cinco diputados se escindieron paraformar un segundo partido conservador, el Nuevo Club Liberal, crendose porbreve tiempo un boom de nuevos partidos.

    Sin embargo, el emparejamiento no trajo la alternacia. La razn fundamentalfue la fragmentacin de la oposicin, sin la cohesin necesaria para formar un go-bierno de coalicin; el principal responsable de este fracaso fue el PSJ. Por supues-to, ante el contexto de emparejamiento, emergi un sector socialista que vislum-br la posibilidad de la alternacia e intent guiar al partido hacia un proyecto decoalicin. La figura principal de este movimiento fue Saburo Eda, ferviente pro-motor de la Reforma Estructural del partido que haba fracasado en los sesenta.Desde los inicios de los setenta, Eda haba buscado un gobierno de coalicin con-formado por el PSJ, el Komeito y el PDS, excluyendo al PCJ. Su proyecto buscabaconsolidar una plataforma poltica comn y una alianza electoral. Al mismo tiem-po, Eda mostr una postura crtica ante la cpula socialista que no haca evidentesu intencin de obtener el poder.

    En este contexto, la actitud de Eda fue un duro golpe a la estrategia de movi-lizacin de los aos sesenta, que buscaba hacer un frente nacional con la sociedadcivil. Esta postura se radicaliz y, finalmente, en el Congreso Nacional de 1977,Eda decidi salirse para formar la Liga Socialista Ciudadana, que, en marzo de1978, cambi su nombre a Federacin Social Demcrata (FSD). Despus de laescisin de Eda, el Sohyo demand la reforma del partido, comenzando una lar-ga revisin de las lneas partidistas55.

    De esta manera, durante los setenta, gracias a una respuesta tarda de los par-tidos opositores ante la proliferacin, el dominio unipartidista de los conservadoresse mantuvo. Sin embargo, esto no implic que las bases del PLD aumentaran. Esun hecho que despus de la segunda mitad de los setenta hubo una recuperacinde la economa y que, con la politizacin del presupuesto56, el gobierno conser-

    55 Sorai, op. cit., en imprenta.56 Michio Muramatsu, Patterned Pluralism under Challenge: The Policies of the 1980s, en Allison y

    Sone, op. cit, 1993, pp.55-60.

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    vador pareci mantener la continuidad del crecimiento. Todo indicaba que estarecuperacin econmica traera un resurgimiento del conservadurismo que, inclu-sive, lograra el apoyo del sector obrero57. As, pareca anunciarse una nueva esta-bilizacin del dominio unipartidista dentro de la sociedad poltica.

    Por ejemplo, en las elecciones de la Cmara Baja de 1979, durante el gobiernode Masayoshi Ohira (1978-1980), el PLD experiment de nuevo una derrota, cuan-do obtuvo slo 248 escaos una diputacin menos que en 1976, pero para laselecciones del ao siguiente, convocadas por un conflicto interfaccional dentro delPLD, los conservadores obtuvieron 284 escaos. Terminaba el emparejamiento.

    Durante la recesin econmica de los aos setenta, la desideologizacin delPLD fue ms profunda. Si bien el gobierno concentr su atencin en resolver lasdistorsiones econmicas, tuvo que lidiar con dos crisis petroleras y continuar elcrecimiento econmico. El debate poltico sobre la economa se volvi inevitable,complicando un regreso al pasado.

    Los resultados electorales destacaron por el aumento del electorado no parti-dista y por quienes tenan una identificacin dbil con el PLD, que decidan suvoto segn la coyuntura. Esto lo demuestra la derrota de 1979, cuando Ohiraanunci la implementacin de un gran proyecto de impuestos indirectos. En elcaso del triunfo de 1980 no podemos olvidar el efecto que tuvo la muerte repen-tina de Ohira dentro del electorado. Muchos decidieron votar por el PLD motiva-dos por un voto de compasin.

    Suzuki, quien remplaz a Ohira, impuls la armona dentro del partido y unaadministracin ms precavida. Sin embargo, desde los primeros aos de los ochen-ta, detrs de la aparente estabilidad de la sociedad poltica, el emparejamientofue una cuestin latente. El resurgimiento del conservadurismo en la sociedad ci-vil no auspici una nueva estabilidad dentro de la sociedad poltica. Esto era preo-cupante ya que, pese a que en los ochenta hubo una relajacin del dominio uni-partidista, el emparejamiento no llev a la destruccin del dominio del PLD.

    57 Takashi Inoguchi, The Political Economy of Conservative Resurgence under Recession: Public Policiesand Political Support in Japan, 1977-1983, en Pempel (ed.), op cit, 1990, pp. 189-225.

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    LA RELAJACIN Y LA DESTRUCCIN DEL DOMINIO UNIPARTIDISTA (1983-1993)

    El gobierno de Yasuhiro Nakasone (1982-1987) representa un caso interesante decmo el PLD busc solucionar la reduccin y fluctuacin de las bases de apoyo.Nakasone era lder de una de las facciones minoritarias del partido y un firme pro-motor del rearme japons y la revisin constitucional. Nakasone lleg al podergracias al apoyo de Kakuei Tanaka, quien diriga la faccin mayoritaria del PLD.Inclusive, en sus inicios, el gobierno de Nakasone fue ridiculizado como la ad-ministracin Tanakasone.

    Sin embargo, a diferencia del estilo poltico de Tanaka, que representaba lalnea econmica que domin los aos setenta, Nakasone busc una posicindiferente. El eslogan que lanz, Ajuste Final de la Posguerra, significaba laanttesis de lo que haba mostrado el PLD desde el gobierno de Ikeda, quien ha-ba evitado el tema poltico y trasladado el punto de conflicto a la economa. Sinembargo, Nakasone fracas finalmente en su intento.

    En su visita a Estados Unidos en los primeros meses de su gobierno, Nakaso-ne realiz unas declaraciones innecesarias sobre el reforzamiento de la alianza mi-litar que disminuyeron dramticamente el apoyo hacia su gobierno. En las elec-ciones de la Cmara Baja de 1983, realizadas cuando la Corte de Distrito de Tokiodictaba sentenciaba a Kakuei Tanaka por su participacin en el escndalo Lock-heed, el PLD slo obtuvo 250 diputaciones (48.9%), surgiendo de nuevo el empa-rejamiento. En esta situacin de inestabilidad, era imposible que Nakasone y sugrupo minoritario buscaran introducir un conflicto poltico de fuerte tinte ideol-gico, contrario tanto a la oposicin como a las facciones principales del PLD.

    Para salir de esta situacin, Nakasone, retomando la leccin de los gobiernosde Ronald Reagan y Margaret Thatcher, implement una reforma neoconserva-dora que buscaba aumentar las bases de apoyo. Para lograrlo, Nakasone emplea diversos expertos y conform varias comisiones. El fin: dirigir un proyecto detoma de decisiones de arriba hacia abajo que le permitiera reforzar su liderazgocomo primer ministro. Este estilo poltico fue denominado modelo presiden-cial y logr llamar la atencin.

    La gran diferencia de este gobierno con los anteriores fue que, con el desarro-llo de una reforma, hubo un aumento momentneo del apoyo del sector apartidis-

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    ta y se evit un rompimiento con el electorado de baja identificacin conserva-dora. De esta manera, en 1985 fueron privatizadas las empresas paraestatales y laempresa telefnica y de telgrafos del gobierno. Adems, a pesar de la existenciade algunos escndalos de corrupcin que vinculaban a los diputados de la faccinNakasone, en las elecciones de la Cmara Baja de 1986, justo cuando se haca laprivatizacin de la empresa nacional de ferrocarriles, el PLD triunf al obtener 300diputaciones (58.6%), cifra similar a la que obtuvo el partido en 1969. No fue unaexageracin que en su momento Nakasone haya dicho orgullosamente que se ha-ba conformado el rgimen de 1986.

    El resultado parcial de este reformismo marc las pautas de los subsecuentesgobiernos conservadores. Por ejemplo, a pesar de ser una propuesta impopular,el gobierno de Noboru Takeshita (1987-1989) lanz una reforma impositiva. Deigual manera, ante el estrepitoso escndalo Recruit un acto de corrupcin de ma-yor escala que el escndalo Lockheed, los gobiernos de Toshiki Kaifu (1989-1991) y Kiichi Miyazawa (1991-1993) promovieron la reforma poltica. La caracte-rstica distintiva de esta poca fue que, a diferencia del pasado, el PLD evit unalejamiento de los electores conservadores con una identificacin dbil y obtuvoun apoyo momentneo de los grupos sin identificacin partidista mediante la pro-mocin de la reforma poltica.

    Sin embargo, el cambio ms importante ocurri en el PSJ. A finales de los se-tenta, en medio de una recesin causada por la crisis petrolera, la influencia delos sindicatos de las grandes empresas privadas aument de manera importante.Ante esto, el Sohyo un grupo sindical de las empresas pblicas intent presio-nar al PSJ para contrarrestar la fuerza poltica de los sindicatos privados y, con estoobtener, el poder. El resultado fue que el PSJ decidi reordenar sus lineamientospolticos. En 1986, en su congreso nacional, la cpula socialista anunci la NuevaDeclaracin del PSJ. No obstante, esto no implic una moderacin de las propues-tas polticas. No hubo una negacin de la meta socialista, ni tampoco una mode-racin de la estrategia de formar un gobierno de coalicin.

    De hecho, lo ms importante fue que el PSJ desech su histrica propuestadel Camino hacia el Socialismo en Japn y abandon su propuesta de movili-zar a las masas de la sociedad civil para obtener el poder. En la Nueva Declaracinse deline que el PSJ reforzara enrgicamente sus relaciones con los partidos de

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    oposicin con miras a la formacin de un gobierno de coalicin, siempre y cuandoexistiera un consentimiento previo de evitar la reforma constitucional y compati-bilidad en las polticas pblicas. Con esto el PSJ no busc apoyo para el gobiernode coalicin en la sociedad civil, sino que abri la posibilidad para que ste pudie-ra realizarse en la sociedad poltica mediante la negociacin interpartidista. Po-demos decir que la Nueva Declaracin respondi frontalmente a los reclamos dela Sohyo de crear una postura flexible, anunciando la moderacin de las estrate-gias del partido.

    Despus de este viraje, el PSJ decidi emplearse a fondo para lograr una recu-peracin de su capacidad de alianza, bajo el liderazgo de su presidenta TakakoDoi primera mujer japonesa en dirigir un partido, lo que le trajo un aumentosustancial de diputaciones en 1989. Para 1990, el PSJ anunci los requisitos para laposible coalicin. Primero, en trminos polticos, tena que defenderse la libertady la democracia. Segundo, en trminos econmicos, se tena que aceptar una eco-noma de mercado. Tercero, con respecto a las relaciones econmicas internacio-nales, se parta de la realidad de una relacin estrecha entre Japn y EstadosUnidos. Finalmente, en trminos de seguridad nacional, se aceptaban las Fuerzasde Auto-Seguridad y la alianza con Estados Unidos.

    La consolidacin de este proyecto de coalicin es interesante si consideramosla situacin que prevaleca dentro del PSJ. Durante la segunda mitad de los ochen-ta, el partido concentraba sus energas en recuperarse del gran revs en las eleccio-nes de 1986, en donde slo obtuvo 85 diputaciones un resultado peor que el de1969 y era evidente que haba perdido su capacidad de dirigir un proyectode alternancia poltica. As, el partido estaba en una situacin difcil.

    Si bien en las elecciones de la Cmara Baja de 1990 el PLD obtuvo con 275diputaciones la mayora absoluta, unas transformaciones estructurales dentro de lasociedad poltica anunciaban el fin de los 40 aos de dominio conservador. Justa-mente eso significaba la relajacin del dominio unipartidista, y su cada fue tanrepentina que nadie la esperaba, menos an de forma tan drstica.

    En 1992, Shin Kanemaru, principal dirigente de la faccin Takeshita la msgrande dentro del PLD, que haba influido en la formacin de los gobiernos de No-boru Takeshita, Sosuke Uno, Toshiki Kaifu y Kiichi Miyazawa, fue vinculado conun escndalo de corrupcin y se desat una fuerte disputa por el liderazgo del grupo

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    poltico. Finalmente, dos lderes reclamaron el sitio de honor: Tsutomu Hata yKeizo Obuchi. La fragmentacin del PLD no era un fenmeno nuevo. Sin embargo,dado que el grupo de Obuchi haba sostenido al gobierno de Miyazawa, esta disputaescal hasta volverse un ataque frontal del grupo de Hata hacia el primer ministro.

    El grupo de Hata iz la bandera de la reforma poltica y reclam una reformadel sistema electoral. Para junio de 1993, el grupo de Hata, junto con la oposi-cin, aprob una mocin de censura en contra de Miyazawa, y el PLD no tuvo otraopcin que convocar a elecciones de la Cmara Baja. Ante esta realidad, el grupode Hata, conformado por 36 diputados, decidi la formacin del Partido de la Re-novacin Japonesa (PRJ). Previo a esta escisin, un grupo de diez diputados con-servadores, dirigidos por Masayoshi Takemura, form el Nuevo Partido Precursor(Sakigake). El resultado fue que antes de las elecciones el PLD slo contaba con230 diputaciones. Dado que Miyazawa no pudo realizar una reforma, los 223asientos (43.6%) que obtuvo el PLD no fueron una sorpresa. Por su parte, el PRJ ySakigake las fuerzas antipeledistas obtuvieron 55 y 13 diputaciones respec-tivamente. No obstante, estos escaos, sumados con los obtenidos por los partidosdel centro (Komeito, 51; PDS, 15, y la FSD, 4) y los 70 asientos del PSJ, no eran sufi-cientes para vencer al PLD La organizacin que tuvo el voto decisivo fue el NuevoPartido de Japn (NPJ), dirigido por Morihiro Hosokawa, que gracias al boom de losnuevos partidos obtuvo 39 diputaciones. Esto explica por qu Hosokawa fue nom-brado primer ministro del primer gobierno no peledista desde 1955.

    Lo que hizo posible la alternancia fue la alianza entre el PSJ y el PRJ. Aunquelos socialistas haban tenido una dramtica derrota, sin su presencia la designacinde Hosokawa como primer ministro hubiera sido imposible. La alternancia fueposible gracias a la moderacin del PSJ desde la segunda mitad de los ochenta.58

    EL FIN DEL DOMINIO UNIPARTIDISTA Y LA DEMOCRACIA

    DIFERENTE (1993-2003)

    A la fecha, slo durante los gobiernos de Hosokawa y Hata se evit que el PLD re-gresara al gobierno. Esto sucedi entre agosto de 1993 y junio de 1994, es decir,

    58 Para informacin detallada sobre la formacin del gobierno de Hosokawa, vase Kohno, op cit, captulo 8.

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    slo durante un ao y meses. El PLD retornara al poder conformando una coali-cin con el PSJ. Tuvieron que pasar 46 aos desde el gobierno de Katayama paraque un socialista Tomiichi Murayama fuera elegido primer ministro. Pero estaadministracin tambin fue corta. A partir de enero de 1996, un total de cuatropolticos peledistas Ryutaro Hashimoto, Keizo Obuchi, Yoshiro Mori y JunichiroKoizumi se volvieron cabeza de diversos gobiernos de coalicin.

    Esto no signific que los gobiernos no peledistas fueran efmeros. Por ejemplo,el gobierno de Hosokawa logr establecer la reforma poltica, cuando en 1994 fuemodificada la frmula para elegir a los diputados de la Cmara Baja, establecin-dose un sistema mixto de 300 diputaciones de mayora y 200 diputaciones de re-presentacin proporcional, dividido en 11 circunscripciones nacionales. Sin em-bargo, contrario a lo que buscaba la reforma de Hosokawa, desde que fueintroducida esta irregular frmula, el PLD no perdi fuerza. En las elecciones de1996, 2000 y 2003, el PLD obtuvo respectivamente 47.8%, 48.54% y 49.38% delas diputaciones y volvi a ser la primera fuerza.59 Ante esta situacin, pese a laalternancia, muchos estudiosos han sostenido la existencia de una continuidaddel conservadurismo.

    Debemos, sin embargo, reconocer que existi un cambio definitivo. Despusde las elecciones de 1993, el PLD ha fracasado en su intento por recuperar la ma-yora y todos los primeros ministros peledistas han tenido que conformar gobier-nos de coalicin.

    Es claro, entonces, que la situacin que prevaleci en el pasado desapareci.No debemos olvidar que la estabilidad de los gobiernos de coalicin era imposibleantes de 1993. As, lo que ha caracterizado a la sociedad poltica de esta ltimadcada aos es la transicin de un rgimen de partido dominante a un rgimen de par-tido predominante. La pregunta obligada es si existe la posibilidad de que el predo-minio que tiene ahora el PLD vuelva a ser dominante como en el pasado. Para poderresponder a esto, debemos poner atencin a los cambios que han ocurrido dentrode la oposicin despus de 1993.

    59 En las elecciones de 1996, la frmula electoral contemplaba 500 curules. Sin embargo, a partir del 2000,el nmero de diputaciones de representacion proporcional fue cambiada a 180 y el total de asientos de laCmara Baja se redujo a 480.

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    A pesar de que la oposicin repite continuamente un proceso de divisin yalianza, despus de que el PLD regres al gobierno existe una mayor cohesin en-tre los partidos de oposicin. Gracias a su participacin acrobtica en el gobiernode coalicin y al cambio drstico de sus lineamientos polticos, el PSJ logr consoli-darse como un partido realista y las facciones que religiosamente abogaban porsalvaguardar la Constitucin fueron transformndose en guetos. La moderacinde los partidos de izquierda destruy la barrera que hubo entre la izquierda y otrospartidos (centro y derecha), permitiendo la alianza de las fuerzas no peledistas.

    Las elecciones de la Cmara Baja de 2003 demostraron claramente este cam-bio dentro de la oposicin. El Partido Demcrata Japons (PDJ) la segunda fuerzapoltica obtuvo 177 diputaciones (36.88%), mostrando una faceta muy diferentea lo que fue el PSJ dentro del rgimen de partido dominante. Este partido construyuna fuerte propuesta electoral y careci desde el principio de una estrategia departido de masas. Tampoco mantuvo un firme compromiso ideolgico. Era bsica-mente un partido electoral. Adems, con respecto a sus propuestas polticas, elPDJ no se situ en un polo extremo, sino que se ubic muy cerca del PLD. Porejemplo, podemos decir que si reformar la Constitucin significara mayores votos,los dmocratas consideraran esto posible.

    Qu futuro nos espera? Los historiadores no somos buenos profetas. Sin em-bargo, quisiera sealar lo siguiente. Si el PDJ mantiene su actual estilo poltico,existen altas posibilidades de que deje de tener vigencia el rgimen de partido pre-dominante; tambin en estos aos podramos observar la desaparicin de los ele-mentos que caracterizaron la democracia diferente de Japn.

    Suponiendo que siga esta tendencia que han mantenido los partidos de oposi-cin, debemos considerar que vendr un nuevo sistema de partidos despus de ladestruccin del sistema de partido predominante60. Este nuevo sistema estarconformado por tres partidos importantes: PLD, PDJ y el Komeito. Aunque este l-timo enfrenta lmites en su expansin, dado que es un partido religioso, mantieneuna slida clientela poltica, de modo que no se puede pensar en su desapariciny en la formacin de un bipartidismo puro.

    60 De acuerdo con la teora de sistema de partidos de Sartori, el rgimen de partido dominante que hemosdesarrollado puede equipararse con el sistema de partido predominante. Sin embargo, como seala Mair (vasePeter Mair, Party System Change, Oxford, Clarendon Press, 1997) y el mismo Sartori (Vese Sartori 1976 op. cit.),

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    Aun suponiendo que los demcratas obtuvieran el poder, dada su cohesinpartidista, existe una tendencia centrpeta que probablemente har que la compe-tencia avance hacia un tripartidismo, permitiendo constantemente la alternan-cia61. Este nuevo sistema de partido tendra las siguientes caractersticas: 1. En caso de que el Komeito fortalezca sus lazos polticos con alguno de los dos

    partidos grandes, crendose una relacin simbitica, Japn tendra un sistemabipartidista templado, como el que tuvo Australia durante la posguerra.

    2. En caso de que el Komeito aplique una estrategia de alianzas flexibles, Japnpodra tener un tripartidismo, como el que hubo en la posguerra en Alemaniay Blgica. No importa qu sistema de partidos tendr Japn en el futuro. Lo que no po-

    demos esperar es que un partido se mantenga eternamente en el poder. Hay querecordar que es una situacin inusual que, en los regmenes de partido predomi-nante, un partido logre mantenerse en el gobierno de coalicin por mucho tiempo,a menos que sea un sistema de pluralismo polarizado como lo fue Italia, situacinque en Japn no es posible. Esto significa que existen bajas posibilidades de queel predominio del PLD dentro de la sociedad poltica se mantenga por largo tiem-po y altas probabilidades de que la democracia diferente llegue a su fin.

    No estoy diciendo que al volverse normal esta democracia ser mejor, nitampoco que por ser una democracia diferente sea contraproducente paraJapn. Pero, desde un punto de vista de la democratizacin del sistema poltico,este fin potencial de la democracia diferente es algo que nos debe alegrar.

    Hay que recordar que el dominio unipartidista del PLD haba hecho que seperdiera la sensibilidad62 hacia los valores de la competencia. No hay necesidad

    reconoce, a pesar de que en esencia los sistemas de partidos deben distinguirse mediante un criterio basado enel nmero de partidos importantes y su distancia ideolgica, en el caso del sistema de partido predominante steest definido con base en otros criterios: el tamao del partido gobernante y su duracin en el poder.

    61 Sartori considera que una vez definido el nmero de partidos importantes y la distancia ideolgica entreellos, automticamente podemos comprender la estructura de la competencia interpartidista (vase Sartori,1976, op cit). Dada su teora, esta afirmacin es lgica, pero yo considero que la conducta estratgica de lospartidos es importante. Aunque el nmero de partidos importantes y la distancia ideolgica sea la misma, depen-diendo de la conducta estratgica de cada partido, la competencia interpartidista puede cambiar en un ciertogrado.

    62 Stefano Bartolini, Collusion, Competition and Democracy. Part.I, Journal of Theoretical Politics, 11,no.4, 1999, pp.435-455; Bartolini Electoral and Party Competition: Analytical Dimensions and Empirical

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    de equiparar el concepto puro de democracia con la democracia parlamenta-ria.63 En un sistema como el Japn de la posguera, en donde la competencia elec-toral haba perdido su sensibilidad, la democracia parlamentaria era nada msun burdo elitismo. Con base en esto, los elementos democrticos del parlamenta-rismo estaban condenados a desaparecer, y por eso era necesario revitalizar la de-mocracia parlamentaria para el bien del pas.

    Una solucin para salir de esta trampa poltica es la implementacin de la de-mocracia directa, pero sta es una labor imposible. As, el camino hacia una mayordemocracia depender fundamentalmente de la alternancia poltica, cuya posibi-lidad se ha incrementado en los ltimos aos gracias a la nueva estructura de laoposicin. No hay problema si uno tira a la basura el anhelo y la nostalgia de lospartidos de masas. Como dicen Richard Katz y Peter Mair, en una poca en dondelos partidos de masas han perdido fuerza, existe una gran afinidad entre los par-tidos incluyentes y la concepcin pluralista de la democracia. Existe ahora la posi-bilidad de reactivar la democracia partidista con esta nueva estructura partidista.

    De hecho, la preocupacin ms importante es que, ante la falta de partidos demasas, empiece la cartelizacin de los partidos. Esto traera consigo que, con lamuerte de la competencia interpartidista por la colusin poltica, se pueda, porun lado, exaltar un sentimiento antipartidista y, por el otro, engendrar partidos an-tipartidistas64. Sin embargo, dado que Japn ha transitado apenas hacia una etapaposterior a los partidos de masas, no es necesario mostrarse ansiosos al respecto.

    Como conclusin: los promotores de la democracia en Japn no podemosaplaudir la situacin poltica que prevalece actualmente en el pas, pero tampocohay razones para sumergirse en el pesimismo.

    Problems, en Political Parties, Richard Gunther, Jose Ramn Montero y Juan Linz (eds.), Oxford: OxfordUniversity Press 2002, pp.85-88,

    63 David Held, Models of Democracy, Stanford, Stanford University Press, 1996, cap.5.64 Richard Katz y Peter Mair, Changing Models of Party Organization and Party Democracy, Party

    Politics, 1, no.1, 1995.