sirvienta en la capital

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Sirvi enta en la capital \a caPita\ n I l0 lt l2 l3 l4 l5 t6 l7 25 pas jalouse. lB. chez rnoi 19 pirnent t'ort 20. (Me sentia menos que) I (qrande propriétélatifun- diauù 2. (amer, falda de varios colores). 3. (tunique brodée que por- tent les indiennes guaté- maltèques) 4. (arnér.) , une petite cape. 5. el sefror, el amo, /e maître. 6. (es decir, vestida a la europea). 7. les iontremaîtres (dela grande exploitation). 8. los peones, Ies ouvriers agricoles un gros tas. les ordures. une petite natte (pour dorrnv). (amer ), una manta, une couverture. (arnél.), haricots. (amér.), galettes de rnais. muy duras doler luel, peitrer, cha- griner. No envidi aba,le n'étais t5 Rigoberta Menchû, india guateynalteca 11 Preynio Nobel de la Paz en l9g2 plr su incansable actividad en det'ensa de la poblacidn indQena de su tierra, recuerda su llegada A la, capital, Ciudad de Guateynala Entonces llegamos a la capital. Recuerdo que llevaba mi ropa bien vielita porque era trabajadora de la fincar y llevaba mi corte2 bien sucio; bien viejo mi huipil3 Tenia un perra- jitoa y era el rinico que llevaba No ten(a zapatos No conocia ni cômo es probar un par de zapatos La seflora del seflort estaba en la casa Habia otra sirvienta que era para la comida y yo tendria que tener el trabaio de limpiar la casa. La sirvienta era tam- bién indigena pero habia cambiado su traje Ten(a ya ropa ladina6 y hablaba ya el castellano y yo no sabia nada Llegué y no sabia qué decir. Yo no hablaba el castellano, pero entendia algo Por todos los capo- S. HowErt, Rigoberta Menchû, Guatemala, 1992. ralesT que nos mandaban, que nos maltrataban y que nos daban las tareas. Muchos de ell:; son indigenas, pero no quieren hablar la lengua como nosotros porque ellos se sienten dife- rentes de los mozoss. Entonces, yo entendia elespafrol, pero no lo hablaba. La sefrora llarr:: a la sirvienta: recoge a esta nifla; llévatela al cuarto que estâ atrâs. La muchacha vino y m. miraba con todos los ojos indiferentes. Y me dice, vente por acâ. Me llevd al otro cuarto. Er- un cuarlo donde tenian arrinconado un montondne de cajas, bolsas de plâstico donde guar- daban también la basurar0. Tenia una camita y me bajaron la camita y Àe pusieron un peta- tillotr encima de la camita y me dejaron una chamarrar2, me dejaron alli. yo no llevaba nin- guna cosa para cubrirme ni nada. Entonces la seflora ya mâs tarde me llamô. La primera noche, recuerdo que no sabia qué hacer Asi es cuando yo senti lo que mi hermana habia sen- tido. Claro, mi hermana estuvo con otro sefror. Entonces me llamaron. La comida qub me die- ron era un poquito de frijol13 con unas tortillasra bien tiesasrs. Tenian un peruo en la casa. Un peno bien gordo, bien lindo, blanco. Cuando vi que la sirvienta sacô la comida del perro. Iban pedazos de carne, arroz, cosas asi que comieron los sefrores. y a mi me dieron un poquito de frijol y unas tortillas tiesas. A mi eso me dolia16 mucho, que el perro habia comido muy bien y que yo no merecia la comida que mereciô el perro. Entonces comi, ya estaba acos- tumbrada, pues. No extrafrabarT la comida del perro, porque yo en la casars s6lo comia tor- tillas con chilere o con sal o con agua. pero me sentia muy marginada. Menos que20 el ani- mal que existia en casa. JJ ELrsnepTH BuRcos, Me llarno RigobertaMenchû, lgï3

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Page 1: Sirvienta en La Capital

Sirvi enta en la capital\a caPita\

n

Il0

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l2

l3

l4

l5

t6

l7 25

pas jalouse.

lB. chez rnoi

19 pirnent t'ort

20. (Me sentia menos

que)

I (qrande propriétélatifun-

diauù

2. (amer, falda de

varios colores).

3. (tunique brodée que por-

tent les indiennes guaté-

maltèques)

4. (arnér.) , une petite cape.

5. el sefror, el amo, /e

maître.

6. (es decir, vestida a la

europea).

7. les iontremaîtres (dela

grande exploitation).

8. los peones, Ies ouvriers

agricoles

un gros tas.

les ordures.

une petite natte (pour

dorrnv).

(amer ), una manta,

une couverture.

(arnél.), haricots.

(amér.), galettes de rnais.

muy duras

doler luel, peitrer, cha-

griner.

No envidi aba,le n'étais

t5

Rigoberta Menchû, india guateynalteca 11

Preynio Nobel de la Paz en l9g2 plr su

incansable actividad en det'ensa de la poblacidn

indQena de su tierra, recuerda su llegada A la,capital, Ciudad de Guateynala

Entonces llegamos a la capital.Recuerdo que llevaba mi ropa bienvielita porque era trabajadora de lafincar y llevaba mi corte2 bien sucio;bien viejo mi huipil3 Tenia un perra-jitoa y era el rinico que llevaba Noten(a zapatos No conocia ni cômo es

probar un par de zapatos La sefloradel seflort estaba en la casa Habiaotra sirvienta que era para la comiday yo tendria que tener el trabaio de

limpiar la casa. La sirvienta era tam-bién indigena pero habia cambiado su

traje Ten(a ya ropa ladina6 y hablabaya el castellano y yo no sabia nadaLlegué y no sabia qué decir.

Yo no hablaba el castellano, peroentendia algo Por todos los capo-

S. HowErt, Rigoberta Menchû, Guatemala, 1992.

ralesT que nos mandaban, que nos maltrataban y que nos daban las tareas. Muchos de ell:;son indigenas, pero no quieren hablar la lengua como nosotros porque ellos se sienten dife-rentes de los mozoss. Entonces, yo entendia elespafrol, pero no lo hablaba. La sefrora llarr::a la sirvienta: recoge a esta nifla; llévatela al cuarto que estâ atrâs. La muchacha vino y m.miraba con todos los ojos indiferentes. Y me dice, vente por acâ. Me llevd al otro cuarto. Er-un cuarlo donde tenian arrinconado un montondne de cajas, bolsas de plâstico donde guar-daban también la basurar0. Tenia una camita y me bajaron la camita y Àe pusieron un peta-tillotr encima de la camita y me dejaron una chamarrar2, me dejaron alli. yo no llevaba nin-guna cosa para cubrirme ni nada. Entonces la seflora ya mâs tarde me llamô. La primeranoche, recuerdo que no sabia qué hacer Asi es cuando yo senti lo que mi hermana habia sen-tido. Claro, mi hermana estuvo con otro sefror. Entonces me llamaron. La comida qub me die-ron era un poquito de frijol13 con unas tortillasra bien tiesasrs. Tenian un peruo en la casa. Unpeno bien gordo, bien lindo, blanco. Cuando vi que la sirvienta sacô la comida del perro. Ibanpedazos de carne, arroz, cosas asi que comieron los sefrores. y a mi me dieron un poquitode frijol y unas tortillas tiesas. A mi eso me dolia16 mucho, que el perro habia comido muybien y que yo no merecia la comida que mereciô el perro. Entonces comi, ya estaba acos-tumbrada, pues. No extrafrabarT la comida del perro, porque yo en la casars s6lo comia tor-tillas con chilere o con sal o con agua. pero me sentia muy marginada. Menos que20 el ani-mal que existia en casa.

JJ

ELrsnepTH BuRcos, Me llarno RigobertaMenchû, lgï3