situación mundial la guerra de las finanzas, episodio 2

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REVISTA MENSUAL SEPTIEMBRE DE 2007 AÑO VI Nº 87 2 PESOS ISSN 1669-9122 América Latina México vuelve a mirar hacia (todo) el Sur Argentina El programa que no fue y los augurios que podrán ser... Situación Mundial La guerra de las finanzas, episodio 2: la ganancia fantasma

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REVISTA MENSUAL

SEPTIEMBRE DE 2007

AÑO VI • Nº 87

2 PESOS

ISSN 1669-9122

América Latina México vuelve a mirar

hacia (todo) el Sur

Argentina El programa que no fue

y los augurios que podrán ser...

Situación Mundial La guerra de las finanzas, episodio 2: la ganancia fantasma

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REVISTA MENSUAL SEPTIEMBRE DE 2007

AÑO VI • Nº 87 ISSN 1669- 9122

Equipo de trabajo: Claudio Adrianzen, Ezequiel Alfieri, Mariano Jaimovich, Sebastián Juncal, Julián Kan, Sebastián Ortiz, Mariano Ronzoni, Diego Tavormina, Fabián Ulmann, Inés Van Peteghem, Alejandro Viegas, Martín Yuchak. Dibujo de tapa: Ariel Muñiz. Fuentes consultadas: EE.UU.: Wall Street Journal (WSJ), New York Times (NYT); Washington Post (WP); Usa Today (UT). – Francia: Le Fígaro (LF); Le Monde (LM) – Gran Bretaña: The Economist (TE); BBC News (BBC) – España: El País (EP); suplemento Nueva Economía de El Mundo (NEEL) – México: La Jornada de México (LJdM) – Venezuela: El Universal (EUn) – Colombia: El Tiempo (ET) – Bolivia: Los Tiempos de Cochabamba (LTC) – Perú: La República (LR) – Brasil: Folha de Sao Paulo (FSP); O estado do Sao Paulo (OSP); Folha da Tarde-Folha de Sao Paulo (FDT-FSP) – Argentina: Clarín (C); La Nación (LN); Página 12 (P/12) Página web: www.analisisdecoyuntura.com.ar Para contactarnos: [email protected]

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En este número

Situación Mundial La reciente crisis permite comparar a los mercados financieros con el tránsito. Existe un movimiento caótico, con múltiples variables actuando simultáneamente, que busca ser organizado, ordenado, mediante el sistema de tránsito. El orden, que adopta determinadas formas (semáforos, señales, policías de tránsito, etc.) se enfrenta con una aún mayor multiplicidad de circunstancias que adopta ese caos. Algunas de ellas tienen que ver directamente con el transitar en sí (una estratificación de los que por allí circulan, desde el camión al peatón) pero otras lo componen indirectamente, es decir, están allí por otras razones (vendedores ambulantes, cartoneros, etc.). En definitiva, el intento de controlarlo se hace imposible por la multiplicidad de factores que deben ser tenidos en cuenta para ello. Como la arena que se escurre en nuestras manos pese al esfuerzo que despleguemos, el sistema financiero intenta hacer lo mismo al garantizar la quimera de la ganancia permanente a todos los que hagan juego en su ruleta. 4 Guerra de las finanzas, episodio 2: la ganancia fantasma 8 Los múltiples planos de la crisis: su simultaneidad, su concatenación y su secuencia 12 Lo que viene, lo que viene en el mundo de primera

América Latina México comienza a diseñar un cambio de posición con respecto a sus relaciones políticas y económicas en América Latina, que son novedad luego de seis años de Fox. Esta rediseño, que es tanto percibido como buscado por los gobiernos de Argentina y Brasil, por el momento se asienta en negocios para capitales concentrados de estos países, pero plantea escenarios futuros que ya traen diferencias entre los socios principales del MERCOSUR. Por el lado andino, Bolivia manifiesta un enfrentamiento cada vez más agudo entre las regiones autonomistas que no aceptan el proceso de cambio y el gobierno de Evo Morales que brega en pos de ellos, llamando públicamente a los movimientos sociales a defender ese proceso. 15 México vuelve a mirar hacia (todo) el Sur 19 Bolivia: que salgan los movimientos, (o el llano en llamas)

Argentina Ante la imposibilidad de lograr el consenso necesario en las distintas fracciones de clase y grupos sociales, el Programa presentado en sociedad por la oligarquía terrateniente no ha podido presentarse como el interés general de la nación, y por lo tanto fue incapaz de articularse en una sola fuerza política que subordine a las otras, de cara a las elecciones presidenciales de octubre. A pesar de ello, la oposición al gobierno de Kirchner tiene la capacidad de minar el terreno en la búsqueda de descomponer el esquema económico y social oficial, augurando una primavera conflictiva en lo que a abastecimiento de energía, precios y protesta social refiere. 22 La alianza social opositora al gobierno: la “oligarquía terrateniente” presenta su programa 27 La alianza social en el gobierno: los lazos que tejen las retenciones 29 La crisis política de un proyecto histórico 34 Epílogo: el programa que no fue y los augurios que podrán ser…

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Situación Mundial

En el último mes, los medios mostraron reiteradamente cómo la crisis financiera asolaba los principales centros bursátiles, mientras que, en un hecho prácticamente inédito, los de la “peri-feria” toleraban con bastante tranquilidad los inevitables efectos. Es preciso indagar porqué se desarrolló así, en esta etapa de la mundialización de las finanzas, que como manifestó Richard Bookstaber, un economista veterano de Wall Street, determinó que “los mercados financieros que hemos construido son tan complejos hoy, y la velocidad de las transacciones es tan alta, que acciones aparentemen-te aisladas e incluso eventos menores pueden tener consecuencias catastróficas” (WSJ 18/05). Este incremen-to de la incertidumbre, sin embargo, no impide considerar a los hechos registrados como un se-gundo momento de la crisis bursátil que tuvo epicentro en Shangai a fines de febrero y principios de marzo. Intentaremos observar las peculiaridades de esta crisis y las diferencias que se pueden establecer con las registradas anteriormente. El análisis procura, en definitiva, inten-tar determinar en qué medida los fundamentos principales que determinan el reparto del valor producido globalmente han cambiado o no, o si se trata de un cambio en las condiciones que permitirían llevar a cabo esa transformación.

Guerra de las finanzas, episodio 2: la ganancia fantasma Aunque persiste entre los economistas el debate acer-

ca de si la interconexión de las finanzas mundiales acre-cienta, o morigera, la intensidad de las crisis bursátiles, lo que a esta altura casi no se discute es que contribuye a acelerar sus frecuencias. A pocos meses de las secue-las del “martes negro” de Shangai (27 de febrero), que se cobró el 40% de las ganancias bursátiles del año pre-cedente, un nuevo temblor –o más bien, una sucesión de “réplicas”– sacudió a las bolsas. Esta vez el epicen-tro fue Wall Street, y su hipocentro –el origen profundo del movimiento sísmico– el tan temido agotamiento de la burbuja inmobiliaria. Los costos globales son aún di-fíciles de calcular, en tanto al cierre de esta edición las bolsas continuaban con su tendencia errática.

De cómo el aleteo de la mariposa no fue en San Francisco sino en New York

El anuncio del banco de inversión estadounidense Bear Stearns, en una carta remitida al Wall Street Jour-nal, de que los inversores en dos de sus fondos de in-versión habían perdido prácticamente la totalidad de su

dinero parece haber operado como señal de alarma. Los fondos de Bear Stearns, que sumaban originalmente en conjunto unos 1.500 millones de dólares, llegaron a ges-tionar una cartera de 20.000 millones en operaciones li-gadas a préstamos hipotecarios subprime –a una tasa bas-tante más elevada que las normales debido a que sus tomadores son de dudosa solvencia– lo que da cierta idea del apalancamiento en este tipo de operaciones. A mediados de junio, el valor de estos fondos apenas su-peraba los 90 millones de dólares. Cuando en junio comenzaron los rumores acerca de los problemas fi-nancieros de la entidad, se produjo una corrida de in-versores que trataron de retirar su dinero, que Bear Stearns no pudo afrontar a pesar de vender buena parte de los activos de estos fondos.

En el Análisis… Nº 82 nos referimos a las señales de alarma derivadas de la alta tasa de endeudamiento hipo-tecario en EE.UU., en lo que el semanario The Eco-nomist calificaba como “la mayor burbuja financiera de la historia” (TE 16/06/05). Recordemos que a partir de 2001, y como respuesta a la amenaza recesiva que ace-

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chaba detrás el derrumbe de las acciones tecnológicas en 2000, la Reserva Federal (Fed) de dicho país promo-vió una política de expansión del crédito mediante una reducción de la tasa de referencia a su mínimo históri-co, un 1%. Los créditos baratos sostuvieron el despe-gue de la construcción, lo que a su vez impulsó los pre-cios de los inmuebles, haciendo posible las operaciones especulativas a los tomadores de créditos: a un ritmo de apreciación de la propiedad que llegó, en algunos casos, a un 2 o 3 % mensual, fue habitual comprar para luego vender a un precio mucho mayor, ya que la diferencia alcanzaba para pagar la hipoteca y ganar una diferencia. La forma en que se estructuraban las obligaciones aún profundizaba el problema a futuro: la variación de la ta-sa comenzaba luego de algunos años, en general luego de cumplido el quinto.

Pero si en primeros años de la década el mercado de hipotecas estuvo ante todo representado por tomadores de crédito solventes, el mantenimiento de la demanda inmobiliaria –la rueda que mueve el mecanismo, en tan-to permite los altos precios y una baja tasa de morosi-dad– obligó a las entidades a multiplicar las operaciones de tipo subprime. Cuando el mercado comenzó a “en-friarse” y cayeron las ventas –en buena medida debido a la política de alza de tasas promovida por la Reserva Federal a partir de mediados de 2004, que la llevaría del 1 % al 5,25 % actual–, la caída en los precios terminó con las posibilidades de apalancamiento e impactó tan-to en las grandes constructoras (Beazer y Pulte Homes, cuyas acciones cayeron un 40% en lo que va del año) como en las grandes compañías hipotecarias (el caso de Countrywide Financial Corp., cuyas cotizaciones vienen en baja desde hace tres años).

El panorama se complicó por la tendencia de las en-tidades de crédito a transferir estas deudas a fondos de pensiones o de inversión, la mayor parte de ellos ges-tionados por bancos de envergadura mundial, mediante la titulación de las deudas. Este hecho, sumado a la per-cepción de que el crecimiento del mercado inmobiliario estadounidense fue la llave maestra que permitió esca-par a la recesión luego del desplome de las “pun-to.com”, y sostener las altas tasas de crecimiento mun-dial de los últimos años, motivó la dispersión de la alarma por todo el sistema financiero mundial.

De cómo las advertencias climático-financieras fueron pocas, tardías y dudosas

En realidad, las señales de advertencia no escasearon en los meses anteriores. Ya desde mediados del año an-terior las entidades tendieron a endurecer las condicio-nes para el acceso a los créditos hipotecarios, tratando se sacarse de encima lo que el periódico Wall Street Journal denominaba “la papa caliente de las hipotecas sub-prime, al registrarse cada vez más americanos rezagados en sus pagos de hipotecas” (WSJ, 13/01). En EE.UU., el total de ejecuciones hipotecarias durante el año 2006 ascendió a 1,2 millones, lo que motivó la quiebra de medio cente-nar de entidades. En marzo, una de las mayores empre-

sas hipotecarias estadounidenses, New Century, fue re-tirada de la bolsa neoyorquina por insolvencia, al tiempo que las ejecuciones de ese mes totalizaban 149.000. En abril de este año, el FMI advertía sobre el riesgo que acechaba a 4,2 billones de euros en forma de bonos-basura, de solvencia dudosa; y en mayo, inverso-res de peso, como Lehman Brothers Holding, se des-hacían de este tipo de bonos (LF 20/05).

Sin embargo, estas advertencias no parecen haber afectado los pronósticos invariablemente optimistas de las calificadoras en relación a los bonos de riesgo. “Al otorgarles las mejores notas –en ocasiones triple A, la misma que los bonos del Tesoro de EE UU–, las agencias enviaron al mer-cado el mensaje de que esos activos eran seguros y que, por lo tan-to, merecía la pena invertir en ellos. Ahora, quienes han perdido su dinero denuncian que, en algunos casos, las agencias no comen-zaron a rebajar la calificación de los títulos hasta que éstos habí-an perdido la mitad de su valor. Standard & Poor's y Moody's, ambas instituciones centenarias con sede en Nueva York, están siendo criticadas del mismo modo en que lo fueron aquellos ana-listas que recomendaron invertir en empresas puntocom justo antes del estallido de la burbuja digital, a principios de la presente dé-cada, o las auditoras que no detectaron los fraudulentos manejos financieros de los directivos de Enron y WorldCom. La credibili-dad de ambas agencias ha quedado en entredicho y su cotización en Bolsa lo ha notado: las acciones de Moody's han perdido un 28% de su valor en lo que va de año y las de McGraw Hill, em-presa matriz de Standard & Poor's, han bajado un 24%” (EP 16/08). Para Wall Street Journal no se trata de condes-cendecia, sino de negocios: “Además de otorgarles la máxima calificación, las agencias de calificación de riesgo ayuda-ron a los bancos de inversión –a cambio de cuantiosas tarifas– a colocar en el mercado esos créditos hipotecarios en forma de com-plejos activos financieros” (WSJ 15/08).

El comisario europeo de Mercado Interno, Charles McGrevy, ha anunciado que la Comisión Europea lle-vará a cabo una investigación sobre el papel que le cupo en la crisis a las agencias de calificación de riesgo, como Standard’s & Poors y Moody’s, por su lenta respuesta a la crisis de las hipotecas de alto riesgo (FT 16/08). En EE.UU., el senador republicano Richard Shelby dijo es-tar interesado “por el potencial conflicto que representa que los honorarios de las calificadoras sean pagados por las empresas a las que califican” (LF 30/08).

El episodio de Bear Stearns, y la advertencia del titu-lar de la Reserva Federal de que las pérdidas en el sector de hipotecas podrían llegar a los 100.000 millones de dólares (LF 19/07), fueron rápidamente seguidos por una tendencia de los inversores a refugiarse en valores “seguros” a expensas de los papeles de alto riesgo, lo que se evidenció en la baja de la tasa de rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense –el rendimiento es inversamente proporcional a la demanda– y un au-mento del precio de oro, que alcanzó su máximo en los últimos tres meses (LF 22/07). La huída de los inverso-res hizo proliferar los anuncios acerca de problemas en entidades que operan con papeles de alto riesgo: el 23 de julio, la francesa AXA Investment Managers anun-

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ciaba el cierre de su fondo subprime después de que el precio cayese un 13% en un día; tres días después, dos de los fondos de “alta rentabilidad” gestionados por el banco australiano Macquarie Bank admitían que sus pérdidas superaban el 20%. También a fines de julio, la ya citada Countrywide reportaba una caída de un tercio en sus ganancias netas en el último cuatrimestre y el fondo alemán IKB –ligado al Deutsche Bank– señalaba que necesitaría 3.500 millones de euros adicionales para pagar a sus inversores. Dos días después, los bancos es-tadounidenses Wells Fargo y Wachovia aumentaban sus tasas de interés para la adjudicación de préstamos, ar-gumentando que un centenar de firmas hipotecarias de su país se encontraban al borde de la bancarrota; el 3 de agosto, American Home Mortgage, el décimo banco hipotecario de Estados Unidos, declaraba la suspensión de pagos, amparándose tres días después en la ley de quiebras, y el 6 de agosto, otro tanto ocurría con Na-tional City Home Equity (LF 10/08).

La ola de traspasos no se hizo únicamente a costa de las entidades que abiertamente operaban con papeles de “alto riesgo”, y en general con valores especulativos, si-no que también afectó a las acciones que representan, presuntamente, bienes “reales”. Las bajas promediaron entre uno y dos puntos a lo largo de la semana entre el 20 y el 27 de julio en Wall Street y las bolsas europeas, alcanzando las mayores caídas el día 26 (2,26% en Nue-va York, 3,15% en Londres, 2,78% en París, 2,39 % en Francfort). El 27 sucedía lo propio en las asiáticas (el Nikkei llegó a su nivel más bajo desde el episodio de Shangai, al bajar 2,36%). La onda expansiva llegó a los precios de los commodities alimentarios (bajas marcadas en los contratos a futuro para la soja, el maíz y el trigo en la bolsa de Chicago), situación que potenció el im-pacto sobre los bonos de las economías emergentes –especialmente en Brasil y Argentina–. Ante las eviden-cias, el economista Vladimir Werning de JP Morgan sintetizó en donde yace la suma de todos los miedos: “Por primera vez en varios años, el ajuste del mercado financiero representa un riesgo palpable para la economía real a través de una probable retracción del consumo” (LN 19/08).

Así y todo, los analistas económicos se permitían ciertas dosis de optimismo, una costumbre acuñada desde la depresión del ’30 para evitar el pánico generali-zado en la población, porque debe continuar consu-miendo. “Antes se decía que cuando Estados Unidos estornu-daba a todos los demás les daba gripe, pero ahora los países emergentes tienen más reservas, no tienen un déficit grande de cuenta corriente, la mayoría es exportador de materias primas y les está yendo bien. Han reducido la inflación, la deuda pública como porcentaje del PBI ha caído. Son mucho menos vulnerables externamente” (TE 26/07). Para Mathilde Lemoine, eco-nomista de HSBC, la crisis del mercado inmobiliario y crediticio en EE.UU. estaba “bastante localizada y no corre el peligro de transformarse en crisis del sistema, aunque traiga consigo una desaceleración del consumo” (LF 27/07).

De cómo la función debe continuar (it’s Show Time)

Entonces, en la segunda semana de agosto, se des-plomaron las bolsas en todo el mundo, encabezadas por Wall Street, en donde los índices cayeron hasta un 3% el 9 de agosto, llegando al punto más bajo desde 2003. “La vuelta de campana en los mercados se activó ayer cuando se conoció la decisión del francés BNP Paribas de congelar hasta nueva orden los retiros de tres fondos de inversión, a causa de la fuerte crisis de los créditos inmobiliarios de riesgo subprime en EE.UU. El espectro del ‘corralito’ argentino asomó por un momento en el sistema financiero internacional. Ese fantasma surgió anteayer, cuando el banco BNP Paribas decidió congelar tres fondos que habían hecho inversiones en el sistema de crédito inmobiliario de riesgo en Estados Unidos (subprime). También decidieron congelar sus fondos tres bancos alemanes (Union In-vestment, Frankfurt Trust y WestLB) y dos organismos de inver-siones franceses (el banco privado Oddo &amp Cie. y la empresa de seguros Axa) (…) Más que las fuertes pérdidas de ayer, a los especialistas les inquieta el sombrío panorama que dejó en las principales plazas financieras y bursátiles del mundo, donde los operadores ya recelan de la solidez de las cuentas de algunos ban-cos y compañías. Algunas conductas reactualizan el fantasma del Long-Term Capital Management, un fondo especulativo (en cuya gestión había algunos premios Nobel) cuya insolvencia obligó en septiembre de 1998 a la Reserva Federal de EE.UU. a poner en marcha un salvataje de US$ 3.500 millones para evitar que su colapso salpicara a toda la banca de inversión” (LN 10/08). Efectivamente, esta nueva ola de corridas daría lugar a una intervención de salvataje, que tomó la forma de una inyección masiva de fondos por parte de los principales bancos centrales del mundo, con la notoria excepción del Banco de Inglaterra.

En el curso de la fatídica semana del 9 al 17 de agos-to, el Banco Central Europeo dotó a sus entidades ban-carias de una suma cercana a los 260.000 millones de dólares; la Reserva Federal hizo otro tanto por unos 86.000 millones, mientras que el Banco de Japón ofre-cía a sus entidades de crédito el equivalente de 25.000 millones. “Sin la intervención del Banco Central Europeo (BCE), que en 48 horas inyectó en el mercado bancario 155.850 millones de euros, el sistema financiero mundial se hubiera des-plomado como un castillo de naipes” (LN 11/08). La masiva inyección de fondos superó a la operada en los días que siguieron a los atentados del 11 de septiembre en Nue-va York –cuando sectores como el turismo y el trans-porte aéreo parecían al borde del colapso y la Reserva Federal aportó 109.000 millones de dólares para evitar-lo – y estuvieron sin duda inspiradas en la concepción según la cual la caída de los activos “reales” obedecía a una coyuntural falta de liquidez, desencadenada por el hecho de que las pérdidas en los fondos de inversión obligaban a estos inversores a desprenderse de otros ac-tivos para cubrir los “baches”. Interpretación ridiculi-zada por la inquietante evidencia –el 16 de agosto fue el día de bajas más generalizadas en las bolsas de EE.UU., Europa y Asia– de que este abrupto aumento de la li-quidez no bastaba para calmar a los mercados, ya que la

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mayoría de los inversores no hicieron más que aprove-char la liquidez para vender sus papeles en condiciones más aceptables. “Los inversores se asustaron aún más, como si temieran que el BCE y la Reserva Federal supieran algo que el resto de nosotros ignora” (FT 10/08).

Un dato significativo es que, tal como muestran las cifras, el BCE se hizo cargo del mayor costo monetario del salvataje. En parte, esto se explica por la alta expo-sición de bancos europeos de primera línea a la “volati-lidad” que se desprende de los “bonos basura”: “Que la mayoría de los bancos involucrados sean europeos no es casuali-dad: ante el aletargamiento económico de la Unión Europea, mu-chos fueron en busca de las jugosas rentas que ofrecía el mercado inmobiliario norteamericano” (LN 13/08). Hacia mediados de agosto, las 15 entidades mayores de la banca europea habían perdido el 9,4% de su valor bursátil en el curso de un mes, cerca de 100.000 millones de euros. De los tres bancos franceses, dos de ellos –el BNP Paribas y la Societè Generale– admitieron pérdidas relacionadas con las turbulencias producidas a fines de julio. En Alema-nia, no sólo el Deutsche Bank (su fondo DWS perdió un 30% de su valor de mercado) sino también el Com-merzbank revelaron dificultades parecidas. En Reino Unido, Barclays sufría pérdidas de orden del 13% debi-do a su vinculación con Bear Stearns. En Suiza, el Ban-co Central también se vio forzado a intervenir inyec-tando 2.575 millones de dólares, en gran medida debido a las dificultades del segundo banco europeo, el USB, que se vio obligado a cerrar su principal filial de fondos, DRCM. En cierto modo, la intervención en el mercado responde más a condicionamientos políticos –el presi-dente francés, Nicolás Sarkozy, exasperado por los problemas de la banca de su país, salió a reclamar una baja en la tasa de referencia (LF 10/08)– que a la estra-tegia de fondo de la Comisión Europea, en tanto es una buena oportunidad para favorecer la tan ansiada con-centración bancaria en Europa. Los bancos menos ex-puestos a los papeles de riesgo ya toman la oportuni-dad: el Santander y el Royal Bank, que realizaron una oferta para adquirir el banco holandés ABM-Amro, aprovecharon para comprar acciones en el mercado de dicho banco por 41 millones de euros, a un precio un 14 % inferior al establecido en su propia oferta (EM 16/08).

El 16 de agosto, día en que se registraron las peores caídas del año en las bolsas europeas y asiáticas (París terminó en su nivel más bajo del año, Londres cayó un 4,10%, el Nikkei japonés 5,24%, su peor marca desde abril de 2000), resultó claro que no alcanzaba con pro-veer de liquidez al mercado: lo que estaba en puerta pa-recía ser una nueva recesión. Esta vez la respuesta vino por parte de la Reserva Federal, que bajó medio punto la tasa de descuento –que rige las transacciones inter-bancarias– logrando un momentáneo alivio de dos jor-nadas, pero que dió paso nuevamente a las corridas an-te nuevos anuncios de signo negativo: Capital One, líder estadounidense de créditos hipotecarios, decidió cerrar uno de sus departamentos, lo que supone la su-presión de 1.900 puestos de trabajo y un costo de 860 millones de dólares. El 23, First Magnus Financial, otra de las grandes entidades hipotecarias, se amparaba en la ley de quiebra.

La volatilidad afectó incluso a los dos grandes bancos chinos, el Banco de China y el Banco Comercial, que juntos tienen una volumen de títulos incobrables de deudas hipotecarias por 8.000 millones de euros (LF 23/08). Nuevas inyecciones de liquidez ayudaron a sua-vizar las caídas, pero, como el semanario The Econo-mist advertía en su edición del 23 de agosto, “el que sos-tiene que lo peor ya pasó o es un tonto o tiene intereses que preservar” (TE 23/08). El 29 de agosto se produjo otra violenta caída en las bolsas europeas –en promedio 2%– así como los índices Dow Jones y Nasdaq en EE.UU. Paralelamente, los títulos del Citigroup, Bearn Stearns y Lehman Brothers bajaban un 6%. Al cierre de esta edición, el gobierno estadounidense anunciaba me-didas para rescatar a algunos de los morosos hipoteca-rios, mediante apoyo financiero de la Administración Federal de Viviendas, un organismo estatal (LF 2/09). Mientras tanto, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, deslizaba la posibilidad de tomar “medidas adi-cionales para favorecer el funcionamiento armonioso de los merca-dos” (LN 1/09). Las posibilidades de que en su próxima reunión a mediados de septiembre, la Reserva Federal baje la tasa de interés de referencia al parecer seguirán aumentando. ¿Más aire para una nueva burbuja?

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Los múltiples planos de la crisis: su simultaneidad, su concatenación y su secuencia

Los medios masivos de comunicación y, dentro de ellos, los formadores de opinión en economía (princi-palmente Wall Street Journal, Bloomberg News, Finan-cial Times y The Economist), nos tienen acostumbra-dos a informarnos a un ritmo determinado, en el cuál difícilmente equivocan un compás. La principal caracte-rística de sus análisis es el permanente optimismo que transmiten. En ese sentido, coinciden con los pronósti-cos de los gestores de política económica de práctica-mente todos los países centrales, que salvo momentos excepcionales, predicen que la economía crecerá. La duda sólo reside en el porcentaje en que lo hará. Oca-sionalmente, aparecen advertencias de tensiones o pro-blemas en una ú otra área de la economía, pero siempre se relativiza el impacto que pudieran tener. En contadas ocasiones los expertos advierten sobre colapsos inmi-nentes o peligros reales para la salud de la economía (por supuesto, en su opinión una economía saludable sólo se mide mediante la tasa de ganancia que obtienen las empresas). Aún en estos casos hay finalmente cir-cunstancias atenuantes que permiten que no decaiga el ánimo de los mercados (inversor y consumidor). El gran público, las masas, precisan calma, como las fieras.

Una vez desatada la crisis financiera, el puñado de ad-vertencias en ese mar de loas al capitalismo sirve para redimir la falta de experticia que pudiese imputárseles a los “expertos”. Aquí, sin abandonar del todo el opti-mismo, los análisis comienzan a operar en un sentido contrario. Se trata, ni más ni menos, de presentar un panorama global sombrío y preocupante, a fin de hacer asequible un reparto de las pérdidas entre todas las cla-ses y capas que conforman la sociedad. Esa transferen-cia encuentra en el mercado y en el estado, canales apropiados para llevarse a cabo. La opinión pública contempla, sin comprender acabadamente porqué, las condiciones de vida de una parte importante de ella se degradan.

En este apartado intentaremos desmontar esta opera-ción mediática esquizofrénica aprovechando las fisuras internas de la clase dominante, que permiten filtraciones de información que desentonan con la imagen que se busca transmitir. A partir de ellas describiremos un pa-norama diferente, aún cuando confirma muchas de las afirmaciones realizada por los “entendidos”. Para ello observaremos cómo se desarrolló la crisis en tres nive-les: empresas individuales, ramas y países.

Por último, es importante señalar que la multiplica-ción de este tipo de contrapuntos en este momento par-ticular, y el hecho que efectivamente existan perspecti-vas alarmantes en torno a la economía mundial, da cuenta de que hay un momento de fluidez general en la correlación de fuerzas sociales. Intentaremos desentra-ñar porqué en el último apartado.

De cómo funciona la perinola: todos ponen, algunos sacan

A principios de febrero, a escasos días de que el pre-sidente Bush inaugurase las sesiones del 110º Congreso, ahora con mayoría demócrata en ambas cámaras, se co-nocieron algunas iniciativas para regular los llamados hedge funds, herramientas financieras creadas reciente-mente (WP 9/02). Si bien lleva tiempo que las mismas cristalicen en un proyecto de ley unificado, fue la prime-ra señal de alarma concreta para el mundillo financiero. La noticia, muy discreta en los medios, seguramente co-rrió por canales informales entre todas las entidades fi-nancieras. Las empresas comenzaron en ese momento a prepararse, las direcciones de cada una de ellas mantu-vieron en alerta a aquellas divisiones por donde se podía prever se canalizarían las pérdidas. El episodio de Shan-gai a fines de febrero confirmó lo que se sabía: el seg-mento de hipotecas subprime sería el que pagaría el grue-so de los costos. Al sacrificarlo se salvaría el sistema. Pero también quedó claro para Wall Street que la crisis no podía ser transferida a la periferia, que había apren-dido algunas lecciones de la historia.

A partir de entonces, el desarme de posiciones riesgo-sas se hizo con discreción. En cada socio se vió un competidor y en cada competidor un enemigo. Las rela-ciones de poder “microfísicas” comenzaron a hacerse vitales. El disímil impacto del bajón bursátil en las dos firmas de capital privado más importantes de EE.UU., Blackstone Group y Kohlberg Kravis Roberts & Co. (KKR), lo confirma, aún cuando ambas forman parte del grupo que aún puede ver en la crisis una oportuni-dad.

KKR, que cuenta con Kenneth Mehlman, ex presi-dente del Comité Nacional Republicano, entre sus lob-bystas, desarmó posiciones con mayor lentitud, hacién-dose más costosa: “El desplome del mercado hipotecario golpeó ayer al gigante de Wall Street Kohlberg Kravis Roberts & Co., cuando una filial inmobiliaria de KKR trató de atrasar el repago de U$S 5.000 millones en deuda de corto plazo que está en ma-nos de unos 15 fondos del mercado monetario (...) En estos mo-mentos están considerando una salida a bolsa de la firma de ad-quisiciones y tratando de completar varios acuerdos de compras pendientes, cuyos planes de financiamiento se han visto afectados por las turbulencias de los mercados de crédito (...) La firma de capital privado KKR ha sido uno de los grandes protagonistas de la reciente ola de adquisiciones que recorrió todo el mundo. La firma ha completado unas 150 adquisiciones con un valor agrega-do de casi U$S 280.000 millones desde su fundación en 1976” (WSJ 16/08). El hecho de tener relaciones menos acei-tadas que Blackstone Group se transformó en una des-ventaja significativa. Ésta última empresa, dirigida por Stephen Schwarzman (quien concurrió a la universidad con el actual presidente Bush e integraba la misma so-

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ciedad secreta universitaria, Skulls and Bones), realizó dos movidas con el timing preciso para consolidar su base.

Por un lado, abandonó su carácter de empresa de ca-pital privado justo antes de que el senado lance el pro-yecto de ley que elimina la reducción de impuesto a las ganancias de inversiones de capital. La medida supone el retorno a la tasa normal del 35%, del 15% actual (NYT 21/06). El lanzamiento de una oferta pública de acciones en la bolsa, le permite a los accionistas actuales embolsar una ganancia significativa por el aumento de las cotizaciones de los títulos (el valor de las mismas de-ja de ser una parte alícuota sobre el capital acumulado para pasar a incluir un mayor valor por la expectativa de ganancias futuras que el mercado reconoce). Si bien no es un momento en que los mercados bursátiles estén con tendencia alcista, el ahorro de impuestos compensa largamente cualquier cotización deprimida. Como vi-mos, KKR anunció luego que haría lo mismo.

Por otra parte, aprovechó los cambios que comienza a implementar China en torno al manejo de sus reser-vas, al garantizarse que recibirá 3.000 millones de dóla-res de Pekín por aproximadamente el 10% de las accio-nes de la empresa. “Una compañía de inversiones que el Estado chino constituirá proximamente comprará títulos sin dere-cho a voto de Blackstone. La empresa estatal de inversiones acor-dó que, durante un plazo de cuatro años, no venderá las acciones. Además, según fuentes al tanto, la compañía china se comprome-tió en no invertir en otra firma de capital privado que compita con Blackstone durante un año” (WSJ 21/05).

Es la oportunidad en que explicítamente se manifiesta el proceso de concentración y centralización del capital. En tanto existen activos a precios de liquidacion, las empresas con mejores relaciones y mayor experiencia comienzan a darle forma concreta a la depuración de capitales ineficientes. Es el momento de observar cómo se comportan los “elegidos”: “En los últimos tres años, la tradicional estrategia de inversión de Warren Buffett, que consiste en buscar gangas, se vió obstaculizada porque las firmas de ad-quisiciones y los fondos de cobertura elevaron muchísimo los pre-cios de los activos. Así, muchas compañías resultaban demasiado caras para el gusto del inversionista que vive en Omaha, Nevada. ¿El resultado? Buffett tiene a su disposición casi U$S 50.000 millones en efectivo para salir de compras (...) Algunos inversio-nistas especulan que Berkshire podría comprar algunas partes del prestamista hipotecario Countrywide Financial Corp., cuyas ac-ciones se han desplomado” (WSJ 22/08).

Pero hubo otras empresas fuera del tradicional círculo reducido de las mayores que capitalizaron el momento. La aparición de estos nuevos protagonistas globales, en tanto unidades básicas de acumulación, permite inferir que esta crisis tiene algunos elementos novedosos. To-memos el caso de la empresa suiza Glencore Interna-tional AG y lo que representa. “Es uno de los mayores pro-veedores de aluminio, níquel, zinc y plomo del mundo. También es un importante vendedor de petróleo, granos y azúcar. En conjunto sus empresas afiliadas (...) comercian más carbón que cualquier otro rival (...) La guerra de adquisición por el productor canadien-se de aluminio Alcan Inc. se originó después de que Glencore

combinara parte de sus activos con compañías rusas creando un gigante que destronó a la estadounidense Alcoa como el mayor productor de este metal en el mundo (...) El año pasado, sus in-gresos ingresos ascendieron a U$S 116.500 millones y sus ganan-cias netas fueron de US$ 5.300 millones. Un pequeño grupo de gente comparte esta riqueza (...) Glencore mueve tan grandes can-tidades de metal que en algunas ocasiones representa entre 50 y 90% del níquel y aluminio que se espera entregar a los almacenes de la Bolsa de Metales de Londres (...) Los mercados de las com-modities, que no estan muy regulados, conceden a los productores un generoso margen de corretaje para sobrellevar los riesgos de pre-cio (...) Wall Street también ha contribuido a fomentar el dominio de Glencore. Desde 2003, el gigante suizo ha vendido más de U$S 5.000 millones en bonos a grandes firmas de inversión de EE.UU. (...) En su última emisión de deuda realizada en Lon-dres, los inversionistas ofrecieron un monto 10 veces superior al que buscaba recaudar la compañía” (WSJ 31/07). Como ve-mos, se trata de una empresa de capital europeo muy concentrado, con actividades en ramas de bienes bási-cos (commodities), que se encargó de construir pacien-temente una red de relaciones que incluye al Kremlin (por ejemplo, en la petrolera RussNeft o en la citada del aluminio). Anteriormente, estas ramas eran, predomi-nantemente, más bien objeto que sujeto de adquisición (una de las formas predilectas del proceso de concen-tración y centralización del capital).

De cómo el capital las cría y con energía se juntan

Como venimos afirmando en reiterados Análisis, la producción energética se ha convertido en el eje central de la reproducción en el momento actual. Baste un da-to: en febrero de 2001, momento en que asumió Bush en la Casa Blanca, el precio del barril de petróleo se ubi-caba entre los 24 y 27 dólares, banda que ya incluía un encarecimiento del 6% por la reducción de la produc-ción dictaminada por la OPEP. Actualmente se encuen-tra entre 72 y 78 dólares, lo que representa un incre-mento de casi 300%. Teniendo en cuenta que la inflación promedio de los países centrales se ubica entre 6 y 12% anual, en los seis años y 8 meses transcurridos nos da una cifra de aumento de precios general de aproximadamente 80%, siendo generosos. Si confiamos en las estadísticas, pues de otra manera la manipulación de índices se transformaría en la regla y no en la excep-ción dentro del sistema capitalista, existe evidentemente una absorción de esos mayores costos en las distintas fases de la producción global de bienes y servicios. Ese incremento se distribuye entonces entre las diferentes ramas y los diferentes países de acuerdo a sus condicio-nes particulares: naturales, políticas y sociales, en diversa proporción. El resultado es que la acumulación encuen-tra un punto de equilibrio en cada una de ellas y en las formas nacionales que adopta, es decir, indica cómo se reparte el valor social producido mundialmente entre las diferentes ramas.

En este caso, también se despliega una estrategia para adaptarse a este momento, que a su vez sirve de argu-mento para consolidar alianzas políticas, en particular,

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10 Los múltiples planos de la crisis: su simultaneidad, su concatenación y su secuencia

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nos referimos a la iniciativa de EE.UU. para conseguir acercarse a Brasil justamente aprovechando los seducto-res precios del sector. “Archer-Daniels-Midland Co. (ADM), el productor de etanol más grande de EE.UU., se pre-para para ingresar al mercado brasileño de etanol (...) Está ex-plorando una variedad de estrategias para entrar al mercado bra-sileño, desde la construcción de fábricas azucareras y plantas de etanol hasta la adquisición de compañías de caña de azúcar exis-tentes (...) La empresa no ha descartado la adquisición de Cosan S.A., el principal productor de etanol de Brasil (...) Cualquier in-cursión en la caña de azúcar sería un paso atrevido para ADM, que por años ha dependido del maíz como la materia prima para su producción de etanol en EE.UU., donde cuenta con siete plan-tas para tales efectos (...) Eso podría aumentar la presión sobre el Congreso estadounidense para que elimine un arancel de 54 cen-tavos por dólar por galón que actualmente ese país aplica al etanol importado (...) Mientras que ADM por lo general apoya este im-puesto, un cambio en su postura podría inclinar el apoyo político hacia los importadores, algunas petroleras y otros que creen que ese arancel debe ser eliminado (...) La compañía también podría intentar llevar su etanol hecho en Brasil a través de ciertos países caribeños que, por ley, pueden exportar combustible a EE.UU. libre de impuestos (...) Brasil es un mercado atractivo para los productores de etanol porque es el productor de menores costos del mundo. El galón de etanol brasileño se produce a un costo de unos 94 centavos, casi 65% más barato que el etanol de maíz” (WSJ 22/06).

Junto a esta estrategia vehiculizada a través del ciclo productivo, que ocasiona que determinadas empresas de la rama agroalimenticia puedan “pasarse” (o más bien, diversificarse) a una rama que en este momento tiene garantizado un piso de precios elevado y un techo inde-terminado, coexiste otra en la fase de la circulación. La apropiación de una fracción de ese precio de la energía por parte de los mercados financieros en dicha fase me-diante a complejos instrumentos como los derivados, debió ser cauterizada como opción. Es decir, cuando el nerviosismo se apoderaba de los mercados, inversiones seguras como el oro o el petróleo evidentemente podían registrar un incremento fenomenal de sus cotizaciones. Es por ello que, es posible considerar que los mercados donde se transa el crudo hayan tomado la decisión de inhibir dicha suba para no desentonar con las bajas ge-neralizadas. De esta manera se entiende que “desde su cie-rre récord el 31 de julio, cuando se cotizó a U$S 78,21 el barril, ha caído 9% en la Bolsa Mercantil de Nueva York (...) Cambios estructurales que se introdujeron en las últimas semanas en los mercados de futuros de petróleo han reducido los incentivos para almacenar crudo” (WSJ 21/08). Esta liberación de oferta acumulada permitió atenuar los efectos de un sincera-miento de las ganancias obtenidas por las diferentes ra-mas. En este caso, se hubiera reflejado aún más la cen-tralidad de la energía en el proceso de acumulación del capital.

De cómo juntarse no es estar unido y menos aún acumular fuerza

Cuando China superó con relativa facilidad el colapso bursátil de Shangai de fines de febrero, las sensaciones

de alivio eran tan importantes como las de preocupa-ción. El tradicional esquema a partir del cuál los países centrales acudían a rescatar a aquellos que entraban en bancarrota por una iliquidez extrema (fruto de la fuga de capitales transnacionales) no fue necesario. Sin em-bargo, la diferencia entre las ganancias totales prometi-das y las reales en el conjunto del sistema financiero mundial, aún subsistía. Era cuestión de tiempo para de-cidir las características del reparto de esa menor ganan-cia, o sea pérdidas. En ese momento se abrió un com-pás de espera y deliberación, en parte por el tiempo administrativo que demoran en realizarse operaciones que involucran instancias comerciales, judiciales, etc. Pero fundamentalmente mientras esos plazos se cum-plían, se desarrollaba una discusión política para esta-blecer cómo administrar el ajuste de los mercados. La experiencia indicaba que podía morigerarse la brutalidad hasta cierto punto y que la demora en intervenir sólo profundiza los efectos disruptivos. La historia posterior es conocida, la capa social escogida para absorber el grueso del ajuste era número puesto porque sus dificul-tades ya eran vox populi. El segmento hipotecario sub-prime, cuyas capas sociales disponen de poca capacidad de negociación y organización: es el furgón de cola del American Way of Life, que en un instante pueden pasar a mirar el paso del tren al costado de la vía.

Teniendo en cuenta las transformaciones en la divi-sión internacional del trabajo, de la que en el apartado anterior dimos sólo un ejemplo, lo que de inmediato salta a la vista es que no hubo un drenaje de fondos hacia los países centrales para hacer frente a compromi-sos adoptados en la esfera circulatoria por aquellos paí-ses en donde el grueso de las mercancías (bienes y ser-vicios) se realizan. Es decir, los países de más alto desarrollo emprendieron un proceso masivo de traslado de una importante parte de la producción a otras regio-nes con ventajas comparativas, en donde se asociaron con capitales locales, para abaratar el valor de las mer-cancías que ellos mismos consumían. Fue tan beneficio-so para las empresas que lo realizaron, que no tardó en abarcar a prácticamente todas las ramas que podían lle-varlo a cabo. Ciertamente, este proceso es la historia misma del capitalismo, pero en esta oportunidad alcan-zó a todo el globo: sólo es posible la redistribución del espacio llegado el punto de saturación de un mundo completamente incorporado al capitalismo.

Inicialmente el abaratamiento de las mercaderías su-puso un incentivo para el consumo de las masas, que el crédito barato lubricó hasta hacerlo oprobioso, princi-palmente en EE.UU. Era de suponer que en caso de que esa dinámica de acumulación encuentre algún fre-no, el flujo de capital se invirtiese para permitir concre-tar el ciclo completo de la reproducción del capital. Los propios centros productores estarían interesados, teóri-camente, en ello. Nada de eso ocurrió, todo lo contra-rio: “según el Departamento del Tesoro de EE.UU., en marzo, por ejemplo, los inversionistas estadounidenses compraron U$S 40.300 millones más en acciones y bonos extranjeros de los que

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vendieron. El récord es de U$S 48.700 millones en diciembre pa-sado” (WSJ 21/05). En el mismo momento que se co-nocía ese dato, la Bolsa de Shangai registraba 25 meses consecutivos de crecimiento. A tal punto que el 22 de mayo el gobierno chino decidió subir las tasas de inte-rés, lo opuesto a lo que solicitaban las entidades finan-cieras en EE.UU. y la UE. Una medida así siempre ge-nera una caída de la bolsa al día siguiente, pero por cuarta vez consecutiva en Shangai pasó lo contrario.

Seguir esperando que “pase lo que tenía que pasar”, es decir, que el mundo reconozca el rol de EE.UU., comenzaba a ser peligroso. Comenzaron a lanzarse ini-ciativas para forzar el mecanismo habitual de absorción de liquidez del resto del mundo, pero todavía eran con-gruentes con el temperamento norteamericano. “El Pre-sidente de EE.UU., George W. Bush, y el Secretario del Tesoro, Henry Paulson, han dado inicio a una campaña para convencer a otros países de que EE.UU. está abierto a inversiones extranje-ras, a pesar de las polémicas que se han desatado recientemente en torno a intentos de adquisiciones internacionales (...) la última vez que un mandatario de ese país emitió un comunicado oficial al res-pecto fue hace 15 años y provino de George Bush padre (...) esta ofensiva se produce en momentos en que la inversión extranjera en EE.UU. se ha debilitado. Estas inversiones alcanzaron su nivel más alto en 2000, cuando las empresas extranjeras invirtieron U$S 321.000 millones en activos estadounidenses. Tras el 11 de septiembre de 2001, las cifras cayeron fuertemente y no han logra-do recuperarse. En 2005, sólo llegó a U$S 109.700 millones. Esta caída coincide además con una creciente percepción en varias partes del mundo de que EE.UU. tiene una actitud hostil hacia las inversiones extranjeras e incluso hacia muchos países en gene-ral” (WSJ 10/05). En el Análisis ... Nº 70 abordamos las limitaciones interpuestas por EE.UU. a las inversiones de China y Emiratos Árabes Únidos (intentos de com-pra fallidos de la petrolera Unocal por parte de CNOOC Ltd. en 2005 y de la administradora de puer-tos P&O Steam Navigation Co. por Dubai Ports World en 2006, respectivamente). En los hechos, el pedido es un grito desesperado que interpela a una audiencia que no ve ningún cambio en la actitud norteamericana: mientras Acer, el principal fabricante de PC de Taiwán no tuvo inconvenientes en adquirir su par norteameri-cana Gateway por 710 millones de dólares (NYT 28/08), el propio presidente de Seagate, el mayor fabri-cante de discos rígidos de EE.UU., alarmado “denunciaba los intentos de ser adquirida por una empresa china que no identi-ficó” (WP 25/08).

Fue posible entonces para China proseguir con el abandono de una posición introvertida, que aunque le permitió capear el temporal, no es una estrategia soste-nible en el tiempo. “El mercado chino se ha mantenido aislado del caos del mercado global debido a los estrictos controles de capi-tal, que previenen que inversionistas extranjeros compren acciones locales chinas y limita inversiones chinas en el extranjero (...) Chi-na aún está inundada con tanto efectivo, que el banco central hace poco tuvo que drenar liquidez, o sea, hizo todo lo contrario de sus pares en EE.UU. y Europa” (WSJ 20/08). Hizo un cálculo preciso para encontrar la justa medida: para no generar

una desvalorización muy profunda del dólar y acentuar la crisis financiera en EE.UU., pero tampoco para cu-brir la brecha de fondos que requería. En ese sentido, se mantuvo firme ante las exhortaciones norteamericanas, que desarrollaremos en el próximo apartado, pero cons-ciente de que “depende fuertemente de las exportaciones, que en 2006 superaron el 30% del PBI. Sin embargo, ese país depende cada vez menos de EE.UU. De hecho, hoy el principal mercado de las exportaciones chinas es la UE” (WSJ 23/08). Los bo-nos del tesoro que liberaban, encontraban una ávida demanda, y pese a que la inconmensurable cantidad que permanecían en poder del gobierno chino perdían ren-dimiento, la demanda no pudo conmover una oferta decidida por prioridades políticas. Se clausuraba enton-ces una posible fuente de sosiego para Wall Street, se-guidamente “los inversionistas ignoraron el intento de la Fed de restaurar el orden en los mercados de crédito y decidieron comprar los valores gubernamentales más seguros, causando la mayor caída en el rendimiento de los bonos del Tesoro a corto plazo en casi 19 años” (WSJ 21/08).

Del momento en que el aprendiz se convierte en maestro

“China tiene hoy reservas en divisas que superan los U$S 1,3 billones, frente a unos U$S 125.000 millones en 1997. En la misma época, el déficit de cuenta corriente de EE.UU. comenzó a crecer con rapidez. En 1997, equivalía a 1,7% del PBI. En 2006, había alcanzado 6,5% del PBI” (WSJ 20/08). Es difí-cil calcular si el monto que dispone China como reser-vas en moneda extranjera es el que precisa EE.UU. para resolver sus problemas de liquidez. Con seguridad es el principal resultado de las fuerzas contradictorias con que se interrelacionan los distintos planos en que las unidades productivas estan agregados. En alguna medi-da, tal como expresamos en sendos Análisis ... (princi-palmente en el Nº 82), conforman los dos polos princi-pales de la unidad en que está constituido el sistema capitalista. Al ser contradictoria, la misma está en cons-tante movimiento. Los principales indicadores de la economía desde hace un tiempo indican que el sentido en que se desarrolla el mismo, parecen modificar la forma en que se desarrollan las habituales crisis finan-cieras. “De acuerdo a estadísticas publicadas por la OMC, Chi-na superó a EE.UU. en la segunda mitad del año pasado en ex-portaciones, pasando a ubicarse en el segundo lugar mundial, detrás de Alemania. China es aún 25 veces más dependiente de las exportaciones que EE.UU, como porcentaje sobre el total de la economía. Pero dado que la economía china equivale a un cuar-to de la norteamericana, es significativo que las exportaciones chi-nas a EE.UU. son 6 veces las norteamericanas a China. En 2000, China exportó un 31% del total a EE.UU., pero esa ci-fra se redujo a 24% en noviembre pasado y a 22,7% en febrero de este año. Hacia Asia se mantuvieron sin cambios y a la UE aumentaron levemente. Mientras que las exportaciones al resto del mundo, principalmente India, Brasil y Rusia, se duplicaron en los últimos 7 años, alcanzando un 32% del total” (NYT 18/04).

Naturalmente, este panorama genera permanente-mente presentaciones en la OMC por parte de la mayor parte de los países del globo. Pero en ninguna parte al-

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canzan tanta virulencia como en EE.UU. En el Congre-so norteamericano ya han pasado medidas proteccionis-tas para ciertas ramas de la industria, como la produc-ción de papel. Asimismo, redoblaron la insistencia en pos de una mayor liberalización por parte de China, “funcionarios del gobierno de EE.UU. han expresado pública-mente su temor de que el ‘nacionalismo económico’ en China con-tribuya a obstaculizar las inversiones extranjeras. Banqueros y abogados aseguran que las firmas de capital privado han tenido cada vez más dificultades para obtener la aprobación gubernamen-tal para adquirir a empresas locales” (WSJ 21/05). Teniendo en cuenta que el Fast-Track (autorización que permite a Bush negociar acuerdos de libre comercio con países sin la intervención del Congreso) venció el 30 de junio sin que nadie realizara intento alguno por prorrogarlo, es claro que asistimos a un momento en que los acuerdos de Doha están sepultados. Obviamente, el Congreso es-tadounidense se encargó de establecer un cronograma preciso para alcanzar los objetivos librecambistas: debí-an culminar antes del comienzo de la campaña electoral de las presidenciales de 2008, para así garantizar libertad de acción al nuevo presidente (Bush no podía pretender un tercer mandato).

Esta claro que al no ser suficiente para corregir la tes-tarudez china, comenzaron a salir a la luz situaciones al-tamente sospechosas. No es que se dude de la veraci-dad, de hecho el capitalismo nos tiene acostumbrado a presenciar cosas aún más graves, sino que sorprende el timing. A los casos de alimentos chinos envenenados que se descubrieron en EE.UU. se sumó el anuncio rea-lizado por Fisher Price, división de Mattel Inc., de que retiraría 1,5 millones de juguetes por cuestiones de salu-bridad. “Desde 1978, el plomo ha estaso prohibido en la mayo-ría de las pinturas en EE.UU. Técnicamente, hace menos de una década también ha estado prohibido en China. Pero las regulacio-

nes rara vez se aplican y los fabricantes chinos se han resistido a dejarlo porque es un aditivo barato que sirve para varios propósi-tos. Al agregar plomo se pueden reducir los costos de fabricación, ya que ayuda a que la pintura seque con mayor rapidez, lo que permite acelerar la producción. El plomo también hace que la pin-tura sea más resistente a la corrosión y le otorga una apariencia más fresca. ‘Existen sustitutos’, dice Jenny Pronczuk, una exper-ta en plomo de la OMS. ‘Pero pueden ser más caros y usarlos tal vez signifique que haya que cambiar todo el proceso de producción’ (...) China fabrica casi un 75% de los juguetes del mundo, según las autoridades de ese país” (WSJ 3/08). Pero estos intentos pueden no ser del todo efectivos, parece ser que ha pa-sado el momento en el cuál los funcionarios chinos res-pondían solicitos a cualquier admonición de los merca-dos, que proveían capital y demandaban sus productos. Hoy parece haber comenzado una etapa en la cuál es capaz de resolver ambas cosas. En definitiva, parece haber comenzado a consolidarse como un mercado efi-ciente de capital y de consumo. “Los salarios chinos se están elevando. No hay disponibles datos confiables para ello, ni siquie-ra gubernamentales. Pero los dueños de fábricas y los expertos que analizan el mercado de trabajo afirman que las empresas tienen problemas para hallar trabajadores calificados y cuando lo hacen tienen que pagarles más para poder retenerlos. Salarios más altos en China significan precios más altos, en el shopping, en las ver-dulerías y aún en las estaciones de servicio. Las empresas chinas ya están transfiriendo sus mayores costos a los precios de exporta-ción. Los precios de las mercancías chinas, luego de años de decli-nar, se elevaron un 1,2% desde febrero de este año. El incremento de julio fue el mayor registrado: 0,4% respecto de junio. Las em-presas también están transfiriendo el mayor valor de su moneda, el yuan, que se revaluó en un 8,8% respecto del dólar en los últimos dos años” (NYT 29/08). Esta nueva circunstancia no es necesariamente buena para Occidente. Intentaremos explicar porqué en el próximo apartado.

Lo que viene, lo que viene en el mundo de primera En las secciones anteriores observamos cómo cada

uno de los diferentes niveles (empresa, rama, sector y estado) buscan acaparar simultáneamente una mayor proporción del valor social producido por el sistema capitalista de conjunto. Al hacerlo, necesariamente acentúan las tensiones intrínsecas de la economía. Cada intento de evitar los efectos del irremediable movimien-to crítico, transfiriéndolos a otras formaciones econó-mico sociales y a las capas sociales menos preparadas para resistirlas dentro de la propia, contribuye aún más a exacerbar los conflictos de poder. El recurso a las formas políticas de resolución del conflicto se hace re-currente, pero sólo en ocasiones muy puntuales puede actuar como mecanismo de desempate. Esto es, cuando las diferencias en la correlación de fuerzas entre los con-tendientes son abismales, tanto en términos materiales como sociales. Así y todo, esa “solución” resulta cada vez más gravosa: tal es el caso de la intervención an-gloestadounidense en Irak. En general, recurrir a ellas da cuenta de la imperiosa necesidad que subyace a su activación por parte de EE.UU. y, por extensión, la UE. La inteligencia práctica con la que responden los princi-

pales destinatarios de las iniciativas político-militares (principalmente, aunque en diferente forma y grado, China y Rusia), no sólo obliga a EE.UU. a diseñar estra-tegias más sofisticadas sino que también fortalece los regímenes que busca debilitar.

Teniendo en cuenta que el sistema capitalista confor-ma una unidad contradictoria, está claro que hay una necesidad mutua en los elementos que la conforman. Por ello es que, llegado cierto punto, esa contradicción precisa resolverse momentáneamente para que pueda proseguir la reproducción del capital. Sólo cuando se hace insoportable para alguno de los niveles en que se despliega esa unidad, y están dadas las condiciones para que se logre movilizar a la sociedad entera en pos de una subordinación violenta, el conflicto se transforma en abiertamente militar. Por diversas razones, ni lo uno ni lo otro están aún en condiciones de desplegarse.

La experiencia histórica de la burguesía en el ejercicio del dominio político le permitió diseñar mecanismos para atenuar la violencia de los efectos de las contradic-ciones. Por un lado, hacia capas de la burguesía que se verían extinguidas sin la intervención del régimen políti-

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co en la que tiene asiento y por el otro, a ciertas capas del proletariado que podrían incubar un cuestionamien-to al sistema de dominación y ulteriormente promover su derrocamiento. Por supuesto, no sólo esto no resuel-ve las contradiciones sino que genera una pesada carga para la acumulación del capital global. Y de alguna ma-nera incuba en su seno una crisis mayor y la necesidad de reeditar la dinámica de postergar el problema en el tiempo. Esta circunstancia es posible únicamente por la contradicción entre forma nacional y esencia mundial del propio sistema.

El crédito es el mecanismo predilecto que los países centrales, que constituyen el asiento de la mayor parte del capital global, encontraron en la fase de la circula-ción para hacerlo, para gestionar la crisis. Indudable-mente, a diferencia de lo que acontece en la fase de la producción en donde los grados de incertidumbre son prácticamente la norma, la potestad estatal de la acuña-ción de moneda (aún cuando fue superada por el desa-rrollo tecnológico y la creatividad de la rama bancaria) permite hacer del ajuste principalmente el resultado de una decisión política. Sobre la expansión del crédito y sus efectos

“Un ajuste del crédito es exactamente lo que necesitan los mer-cados. Los banqueros e inversores podrían no concordar, pero la reciente venta de acciones y bonos en los mercados financieros es una buena noticia. Puede haber logrado por fin que la gente vuel-va a sus cabales. En los últimos años se ha prestado demasiado dinero, demasiado barato y con demasiada facilidad a demasiada gente (...) en los últimos 18 meses se han vieron otros dos temblo-res del crédito aunque de escala menor: uno en mayo de 2006, cuando los inversores se preocuparon por la inflación; otro en fe-brero pasado, cuando salieron a la superficie por primera vez los temores por las hipotecas más riesgosas” (TE 4/08). La pre-ocupación actual es por saber quién pagará los “platos rotos de la fiesta”. Es evidente que la administración Bush no está dispuesta a ser generosa. El rescate anun-ciado sólo cubrirá a aproximadamente 80.000 propieta-rios, cuando son 500.000 los que enfrentan riesgos de ser ejecutados (NYT 1/09). Es significativo en este punto que expresamente rechazó el intento demócrata de un salvataje más amplio por intermedio de las em-presas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac (que son financiadas por el Estado).

Aún con la expansión de la base monetaria que reali-zaron los bancos centrales, los centros financieros amargamente proyectan un escenario menos fértil para su tarea. Vladimir Werning, economista de JP Morgan, sintetizó: “Esta crisis tiene una raíz estructural que deberá ser arrancada: el reciente ajuste financiero ha desnudado las limita-ciones de un modelo de negocio bancario por el cuál los bancos ori-ginan y securitizan créditos para que otros inversores los adminis-tren. La FED confió en que esta innovación financiera fortalecía el sistema de pagos, ya que alentaba la distribución de activos ries-gosos fuera de sus balances bancarios. Pero en muchos casos los bancos no se liberaron realmente de esos activos riesgosos ya que, al ofrecer un excesivo apalancamiento financiero a los inversores que los compraban, simplemente lograron poner esos activos en al-quiler. La consecuencia de esto es que se se avecina una ola de re-

gulación sobre el sector, que si bien es necesaria en su justa medi-da, siempre presentaría el riesgo de tornarse excesivamente restrictiva” (LN 19/08). Llama la atención que el discurso de los economistas continúa pergeñando contra la inje-rencia política cuando fue justamente lo que los salvó del colapso. En ese sentido, es una melodía conocida que impregna inclusive a los que, proveniendo de Wall Street, pasaron a ocupar puestos políticos. “El Secretario del Tesoro de EE.UU., Henry Paulson, dijo que las actuales turbulencias ‘ejercerán un castigo sobre la tasa de crecimiento’ de la economía estadounidense. Sin embargo, recalcó su confianza en que ‘la economía y los mercados son suficientemente fuertes como para poder absorber las pérdidas’ sin provocar una recesión (...) ‘A mi juicio, no hay nada que debiéramos hacer en términos de garantizar a los participantes en el mercado en contra de pérdidas o en términos de restringir la toma de riesgo. Una de las conse-cuencias naturales de los excesos es que algunas entidades dejarán de existir’” (WSJ 16/08). En rigor, hay un aprendizaje de un siglo por parte de la rama bancaria y financiera. Las exhortaciones a no intervenir mediante regulaciones se convierten en un intento por reducirlas lo más posible. En ello se juega la medida en que puedan aprovechar la expansión monetaria realizada, que supone un impor-tante crecimiento del equivalente general del total de las mercancías que se producen. Ahora la disputa promete hacerse más virulenta por conseguir tasas apetecibles (porcentaje sobre un capital que ahora fue expandido financieramente), más aún porque no se vislumbran modificaciones en la faz productiva.

De cómo la crisis debe aprovecharse “Los orígenes de este auge son anteriores a los errores del último

año. Hay que trazarlos a los cambios que se introdujeron en el sistema bancario estadounidense tras el colapso de la industria de ahorros y préstamos en los años 80, a la reacción de los gobiernos de todo el mundo ante la crisis asiática de fines de los años 90 y a la respuesta de la Reserva Federal de EE.UU. al estallido de la burbuja tecnológica que comenzó en 2000 (...) Las bajas tasas de interés impuestas por los bancos centrales, que se vieron reforzadas por una ola de ahorros en el ámbito internacional, impulsaron los precios inmobiliarios y las adquisiciones apalancadas. Los fondos de pensiones y otros inversionistas institucionales no estaban con-tentos con los bajos retornos que ofrecían las acciones y los bonos convencionales, por lo que comenzaron a descargar su dinero en las firmas de inversión de capital privado y los fondos de cobertura (...) Como las tasas siguieron bajas después de 2001, la demanda de los consumidores y de Wall Street llevó a que los prestamistas otorgaran cada vez más créditos hipotecarios subprime. Según Lehman Brothers, en 2001 se originaron U$S 52.000 millones en estos créditos. En 2005, la cifra ascendió a U$S 400.000 mi-llones. Al principio, la tasa de no pago fue sorprendentemente ba-ja (...) era tan baja porque los precios de los bienes raíces estaban aumentando tanto que los prestatarios que no lograban pagar po-dían refinanciar el crédito con facilidad. Cuando los precios de las viviendas dejaron de subir en 2006, ese juego se terminó. Tras las crisis de las entidades de ahorro y préstamos en EE.UU. en los años 80 y 90, los reguladores insistieron en que los bancos man-tuvieran una mayor reserva de capital para respaldar a los crédi-tos riesgosos. Esto llevó al surgimiento de los prestamistas no regu-lados, quienes no se financiaban con depósitos, sino a través de

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líneas de crédito extendidas por Wall Street mediante la ‘securiti-zación’ de sus préstamos: es decir, la venta de sus créditos a inver-sionistas” (WSJ 7/08). La pregunta que surge inmediata-mente cuando uno observa tamaña “exhuberancia irracional”, como gustaba llamar Alan Greenspan al comportamiento de los mercados financieros, es cómo se llegó a este punto. Pero teniendo en cuenta que los inversionistas deseaban en todo sentido continuar en la misma senda, obviamente sin que los evidentes riesgos se desplegasen, es evidente que lo que hay que indagar es porqué se terminó.

Anteriormente describimos las principales manifesta-ciones y esbozamos una explicación de cómo se rela-cionaba con la propia naturaleza del sistema capitalista. Quedó claro que la energía desde el estallido de la bur-buja tecnológica cobró una importancia fundamental a medida que se iniciaba el proceso de deslocalización de la producción. Esto ocasionó que “la demanda mundial de petróleo está creciendo el doble que hace un año, estirando al máximo la capacidad de la industria petrolera para satisfacer la demanda mundial. El probable desenlace es que los precios del crudo serán más altos y volátiles durante algún tiempo. Muchos especialistas de la industria prevén que los precios subirán en el se-gundo semestre a menos que la OPEP ceda y comience pronto a inyectar más petróleo al mercado y a menos que las refinerías pue-dan producir más productos como gasolina y diesel. A largo plazo, la tendencia sugiere que la economía mundial se ha adaptado a la duplicación de los precios de petróleo en los últimos tres años, im-pulsando la demanda y preparando el camino para un alza en los precios en los próximos años” (WSJ 22/06). Justamente, el período previo de expansión de las innovaciones tecno-lógicas fue la otra dimensión del proceso de traslado de la producción: los beneficios en términos de incremento de la productividad del trabajo comenzaron a materiali-zarse a medida que se enlazaba en la relación capital-trabajo en ciertos lugares de la “periferia”.

Recordemos que esos países habían sufrido una olea-da de crisis financieras con epicentro en países que habían recibido un importante flujo de capital (México 1995, Sudeste Asiático 1997, Brasil y Rusia 1998, Tur-quía 1999, Argentina 2001), es decir, que tenían relacio-nes predilectas con los centros financieros. El proceso había depurado los capitales ineficientes, pero también dió una lección inolvidable que resultaría en un fortale-cimiento del estado y en un abandono de la ortodoxia librecambista. Este fortalecimiento del estado terminó siendo congruente con el escenario instalado por Bush, en el cuál la cuestión energética volvió a estar en el pri-mer lugar de las prioridades de cada formación econó-mico social y, por ende, del régimen político que le co-rresponde.

Ese fortalecimiento del estado terminó siendo un obstáculo insalvable para los países centrales. El efecto de una estrategia guiada por las necesidades del capital pero necesariamente instrumentada desde el estado, fue la imposibilidad de transferir las consecuencias de un agotamiento de una fase ascendente del ciclo económi-co. La periferia se había blindado ella misma económi-camente usufructuando el nuevo esquema económico,

que pese a estar basado en relaciones no exentas de contradicciones, eran atenuadas por decisiones políticas.

En alguna medida, la crisis de las empresas tecnológi-cas en 2000 pudo ser amortiguada previamente gracias a esa transferencia a otros países, que a su vez permitió reforzar las relaciones de dependencia financiera con EE.UU. (mediante un crecimiento de la deuda externa). La conmoción en Shangai a principios de año pudo tra-tarse de un intento de hacer lo mismo pero que fue con-jurado, el resultado fue que el rescate fue devorado en las propias entrañas de los países más desarrollados. En ambos casos, se puede rastrear un acontecimiento polí-tico previo que parece evidenciar un punto de inflexión.

Respecto de la crisis del 2000, según tratamos en el Análisis ... Nº 83, el Presidente Clinton comenzó a pre-parar un escenario distinto para su sucesor. A mediados de 1998, cuando Rusia se encontraba a las puertas del default, comenzó a implementar una solución unilateral para el problema yugoslavo que culminaría con los bombardeos en marzo del año siguiente. A partir de en-tonces, comenzó a virar la política interna de ese país, que pasó a estar fundamentalmente centrada en el forta-lecimiento del estado y el control al capital extranjero. Posiblemente, se estaban sentando las bases del nuevo ciclo de expansión: los mecanismos “económicos” para avanzar sobre competidores comenzaban a quedar rele-gados por otros más “políticos” (la sintonía del viraje con la necesidad de garantizar el abastecimiento energé-tico es absoluta).

Actualmente hay dos eventos que se destacan en la coyuntura reciente. En primer lugar, el cambio en las mayorías legislativas luego de las elecciones del congre-so norteamericano en noviembre pasado. A partir de entonces comenzaron a aparecer una serie de iniciativas que desarman ciertas prioridades políticas de un gobier-no de Bush que cada vez sufre más desafecciones de su personal político. Por otra parte, tan sólo un mes des-pués, Henry Paulson, de Wall Street al Departamento del Tesoro de EEUU, lanzó el Diálogo Estratégico con China, cuya primera reunión se realizó en Pekín en di-ciembre de 2006. La fanfarria con que se anunció su ce-lebración contrasta con los escasos resultados obteni-dos. En el mismo momento en que maduraba la crisis, el 22 de mayo, “una delegación de altos funcionarios chinos llegó a Washington para dos días de conversaciones con Paulson, otros miembros del gabinete y legisladores. Las reuniones forman parte del Diálogo Estratégico Económico que Paulson inició el año pa-sado. Se espera que se discutan reformas al sistema financiero chi-no y otros esfuerzos para equilibrar su economía, de manera que crezca más por el consumo interno que por las exportaciones. También se tratará el tema de que el yuan flote con más libertad respecto al dólar” (WSJ 23/05). Esta vez, la capacidad para establecer las bases para que el sucesor de Bush impon-ga nuevas condiciones en el nuevo ciclo parece haberse topado con la tozudez china. Para conocer la historia íntima de la mayor crisis financiera en los países centra-les desde 1987 quizás sea necesario seguir la pista que nos conduce a la Organización para la Cooperación de Shangai, donde seguramente Rusia y China, sus princi-pales impulsores, debaten largamente estos temas.

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América Latina

En este número analizamos las relaciones de México con el resto de América Latina, advirtien-do un cambio de tendencia respecto de lo acontecido bajo el gobierno de Fox. La actitud del gobierno de Calderón obedece a varias cuestiones. Por un lado, el enfriamiento de la economía norteamericana que obliga a los capitales mexicanos a buscar horizontes fuera del NAFTA. Por otro lado, Calderón también visualiza la necesidad de los gobiernos del Cono Sur de ampliar sus acuerdos regionales en la clásica disputa por el “liderazgo” entre Brasil y Argentina –y con Ve-nezuela de por medio. La posible entrada de México al MERCOSUR es otro motivo de dife-rencias entre los grandes del mismo. En esa cuña, México puede recuperar el lugar político que había ocupado durante décadas en América Latina, además de ampliar sus inversiones. Inver-siones que claramente marcaron la agenda de las visitas de Kirchner y Lula a tierras aztecas. Pero la región andina también nos convoca en esta edición. En Bolivia se vencieron los plazos para que la Asamblea Constituyente dicte una ley, pero el enfrentamiento político entre las re-giones autonomistas y el gobierno de Evo Morales es cada vez mayor. Los Comités Cívicos de las regiones autonomistas accionan con un mayor endurecimiento de sus posiciones. Ante esto, el vicepresidente Álvaro García Linera llamó al pueblo a la movilización para “defender los procesos de cambio y al Gobierno (…) Sin movimientos sociales no hay gobierno revolucionario y sin movimientos sociales no hay Presidente revolucionario”.

México vuelve a mirar hacia (todo) el Sur El contexto

La búsqueda de México por regresar el nivel de rela-ciones políticas con los países latinoamericanos al nivel previo a la presidencia de Fox, se da no casualmente de la mano de la búsqueda por diversificar mercados para productos y capitales que no ubica dentro del NAFTA, tanto por la dura competencia de los tiempos normales como por la actual coyuntura crítica. El “parate” actual en EE.UU. ya lo ha afectado. “La desaceleración de la eco-nomía estadounidense en el primer trimestre definitivamente pro-vocó una disminución en el crecimiento mexicano”, afirma Ra-fael Amiel, un director de Global Insight. La transmisión del menor crecimiento estadounidense se da por vía doble. Por un lado se reducen las exporta-ciones de México, con los vehículos, autopartes y artí-culos electrónicos como ítems más afectados. Por otro lado, también se reducen los envíos de efectivos que

hacen los mexicanos que han emigrado a EE.UU. Esos envíos representan cerca de 5% del gasto de los con-sumidores mexicanos y su crecimiento se ha detenido abruptamente: han aumentado 0,6% este año, frente a un alza de 15% en 2006 y de 21% en 2005. La debacle de los créditos hipotecarios ha resultado en el freno de las construcciones de nuevas casas, afectando el em-pleo y los ingresos de los mexicanos que trabajan en gran número en la rama de la construcción de EE.UU. (WSJ Americas 29-8).

Si miramos el comercio exterior mexicano (datos de 2005), las exportaciones están dominadas por el NAF-TA: de un total de 214.000 millones de dólares, 85,8% van a EE.UU. y 2% a Canadá, 4,3% van a la UniónEu-ropea, siendo el primer socio latinoamericano Colom-bia, con 0,7% (1.500 millones de dólares) de las expor-taciones totales. En el caso de las importaciones, el

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total es de 232.000 millones de dólares y el dominio del NAFTA es algo menor (53,6% desde EE.UU.). Los si-guientes cuatro principales vendedores son todos extra-rregionales: la Unión Europea (11,6%), China (8%), Ja-pón (5,9%) y Corea del Sur (2,9%).

Lo que cabe agregar es la tendencia ascendente del comercio con la región. Así, en 2006, el comercio con los países de la Asociación Latinoamérica de Integra-ción –ALADI (conformada por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Para-guay, Perú, Uruguay, Venezuela)– y Centroamérica su-peró los 23.000 millones de dólares, lo que es apenas 5% del comercio exterior mexicano. El total de inver-siones en la región es del orden de 30.000 millones de dólares.

Si bien los números absolutos no son muy significa-tivos, su tendencia ascendente combinada con el en-friamiento económico de EE.UU. (de magnitud aún incierta) hacen que para México aumente considera-blemente el interés en mejorar los lazos políticos con sus vecinos del sur. Más aún cuando eso puede además bajar las tensiones políticas internas a un presidente que asumió duramente cuestionado en su legitimidad tras “triunfar” por apenas el 0,7% sobre Andrés López Obrador del PRD.

¿Cómo veníamos? Durante los seis años de presidencia de Vicente Fox,

primer presidente mexicano en 70 años que no perte-necía al Partido Revolucionario Institucional (PRI), la política de México hacia América Latina viró 180 gra-dos, convirtiéndose en un eco de la política regional de EE.UU.: se sumó al hostigamiento a Cuba, intentó lle-var a su canciller Luis Ernesto Derbez a la secretaría general de la OEA con apoyo de EE.UU. –que sufrió allí su primer revés en imponer un candidato de su agrado–, introdujo por la ventana la discusión sobre el ALCA en la cumbre de Mar del Plata en noviembre de 2005, y enfrió al punto de ruptura las relaciones con Venezuela. 1

El actual presidente, Felipe Calderón, pertenece al igual que Fox al Partido Acción Nacional (PAN), sin embargo ya como candidato presidencial prometía que desde su gobierno “se propondrá a las cancillerías argentina, brasileña y chilena la instrumentación de un mecanismo cuatri-partito de diálogo político para profundizar y ampliar las relacio-nes entre México y Sudamérica”. Esto necesariamente signi-ficaba revertir la línea de Fox y en eso se embarcó Calderón tras asumir el primero de diciembre pasado.

En esto encontró astillas del propio palo, revelándo-se divisiones dentro del partido oficialista. Jorge Casta-ñeda (canciller bajo Fox) le advertía a Calderón que ba-

1 Cabe señalar que fuera de la región México sostuvo una ac-titud de mayor distancia con EE.UU.: recordemos que en marzo de 2003 Bush vio decepcionado la falta de apoyo mexicano a la invasión a Irak.

jo la defensa del PRI y el PRD de los principios de no intervención y autodeterminación en política exterior, se hacía una campaña que ponía el eje de discusión sobre la relación con Cuba y se pugnaba por la restauración de la política exterior latinoamericana del PRI “basada en la complicidad de dos regímenes autoritarios” –en obvia referen-cia a Cuba y Venezuela–, “en lugar de una política exterior donde los derechos humanos y la democracia ocupan un lugar cen-tral” (El Norte 7/2).

Pero el paquete parece ser uno solo y si se mira hoy por hoy hacia el Cono Sur, Cuba y Venezuela vienen dentro de él. Un primer gesto en ese sentido fue la de-signación de un embajador mexicano en Cuba muy cercano a Calderón y a la vez con buena relación políti-ca con el presidente de la Asamblea Nacional Cubana, Ricardo Alarcón. Quizá un poco extremamente, un analista mexicano comentaba el efecto del cambio de política hacia Cuba: “la restauración de relaciones plenas con La Habana tendría consecuencias positivas inmediatas con otros gobiernos. Uno de ellos sería el de Venezuela, donde los lazos en-tre Castro y el presidente Hugo Chávez son muy estrechos. Va-rios mensajes han sido enviados ya a Caracas para mejorar las relaciones bilaterales (…) Pero Chávez no va a avanzar más si antes no lo hace Castro. De la normalización de las relaciones con Cuba depende en buena parte la recuperación de las relacio-nes plenas con Venezuela y de una mejor relación con otro presi-dente en la misma línea político-ideológica, Evo Morales de Boli-via. La cascada no terminaría ahí. Una buena relación con Cuba tendría impacto también en los tratos con el presidente ar-gentino Néstor Kirchner, y ayudaría en el equilibrio de fuerzas con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil. Cierta-mente, Cuba es la llave que tiene México para reencontrarse con América Latina. Hay que abrir la puerta” (El Universal 26/3).

Es llamativo cómo, tres meses después, la puerta se abrió. En escasas semanas, Calderón recibió a los presi-dentes de Argentina y Brasil, se habló de incorporación al Mercosur y se encauzaron las relaciones con Vene-zuela. Veamos…

La visita de Kirchner La visita del presidente Kirchner y su esposa a fin de

julio deparó gestos fuertes. Se firmó un Acuerdo de Asociación Estratégica buscando que continúe el cre-cimiento del comercio y las inversiones entre ambos países, y que propone “colaboración en sectores tales como agroindustria, agroalimentos, biocombustibles, utilización pacífica de la energía nuclear y cooperación espacial” (LJ 31/7). Desde 2002, el comercio bilateral se ha cuadruplicado suman-do 2.500 millones de dólares y hubo inversiones argen-tinas en México por 3.000 millones de dólares y 2.500 millones de inversiones mexicanas en Argentina.

Con respecto al interés mexicano en la profundización de la relación bilateral, empresas de capital concentrado como el Grupo Bimbo, CIE, FEMSA (dueña la distri-bución de coca cola en Argentina), TELMEX, César Park, CTI –ésta última ligada al millonario mexicano

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Carlos Slim– son los principales capitales instalados en Argentina. Por el lado argentino, el interés de las princi-pales inversiones en México viene de parte del grupo Techint, con una inversión de 4 mil millones de dólares en los últimos 4 años. A su vez, México es para Argenti-na el sexto destino de sus exportaciones. En este marco, el presidente argentino Kirchner dejó en claro las inten-ciones económicas de la gira: “La relación bilateral entre Argentina y México será más profunda e involucra muy especial-mente a nuestros sectores empresariales” (C 31/7). Kirchner prometió continuidad económica a los empresarios para que “inviertan con seguridad”, esperando para los próximos 3 años 2 mil millones de dólares de inversión mexicana. Al menos se llevó una promesa de inversión en 1000 mi-llones de dólares en rubros como autopartes, hotelería, comunicaciones y medios, estas últimas áreas bajo la mi-rada del grupo Televisa y del mencionado magnate Car-los Slim (C 31/7).

En el plano político hubo importantes posiciona-mientos que apuntaron hacia la integración regional. Al hablar antes los diputados y senadores en el Legislativo mexicano, Kirchner se refirió al muro que EE.UU. construye en su frontera con México y pidió a quienes construyen “el muro de la vergüenza” que recapaciten y entiendan que lo mejor es marchar por los caminos de la conciliación y el respeto a la diversidad. Al añadir que “no es sólo una afrenta para México sino también una afrenta para los pueblos de Latinoamérica y todo el mundo”, ganó el aplauso de los presentes, igual que cuando agradeció el refugio que se dio a los perseguidos duran-te la última dictadura militar argentina (EU 31/7).

Otro punto importante fue la relación entre México y el Mercosur. Kirchner afirmó que es “esencial” para su país la incorporación de México al Mercado Común del Sur (Mercosur) y su participación en la construc-ción de las políticas regionales. Y no habló sólo en nombre de Argentina: “Las naciones del Mercosur viven con un ansiado optimismo el acercamiento de México; por supuesto que todos los pueblos que integramos el Mercosur de América Latina abogamos por la profundización y el mejoramiento de las relaciones entre todos los países de América Latina” (LR 31-7). “Todos consideramos muy importante la integración de México y se debería dar la discusión de paso a paso de cada situación, de cada estructura de integración para que evidentemente sea una in-tegración equitativa donde el Mercosur salga fortalecido y los pue-blos, las naciones (...) también.” (EU 30-7). Y no obvió al socio más nuevo del bloque: “No tengo ninguna duda que el Gobierno de Venezuela está absolutamente de acuerdo con la integración de México; yo le he dicho al Presidente, a mi amigo, al Presidente de México, que la Argentina aboga por la profun-dización y el mejoramiento natural de las relaciones entre México y Venezuela”, dijo al lado de Calderón. “Queremos a todos los países de la región unidos, trabajando juntos, fortaleciendo las relaciones bilaterales y las relaciones conjuntas” (LR 31/7).

Por su parte, Calderón subrayó que el Acuerdo fir-mado hoy es un instrumento útil para que México se

acerque no sólo a Argentina sino a todos los países que integran el Mercosur, y expresó el deseo de “ver a nues-tra América Latina un poco más allá: integrada política y co-mercialmente en instrumentos mucho más amplios. De manera tal que estamos trabajando y, verdaderamente, lo hacemos con sinceridad para ver a nuestra América Latina mucho más unida en mecanismos que pueden ser la ALADI misma (…) u otros similares que superen las limitaciones regionales” (LR 31/7).

Ante comentarios periodísticos de que Kirchner habría ofrecido mediar entre México y Venezuela, el encargado de América Latina y el Caribe de la cancille-ría mexicana, declaraba que “el propio presidente Calderón expresó que buscaba tener relaciones constructivas con todos los gobiernos de América Latina, sin excepción”, lo que hacía in-necesaria la supuesta intermediación. Agregaba enton-ces que “lo único que puedo decir es que estamos en ese proceso y que creemos que ese proceso se tiene que dar sobre bases muy só-lidas y asegurando que haya entendimiento” (EU 1/8).

Recordemos que las relaciones bilaterales entre Ve-nezuela y México habían bajado al nivel de agregado de negocios, luego de que el entonces presidente Vicente Fox decidiera la salida de Caracas de su embajador, lo que derivó en una idéntica medida de Chávez. El en-tuerto se originó en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata: Fox le había cuestionado a su par venezolano mantener una postura contraria al ALCA y Chávez ca-ratuló a Fox de “Cachorro del Imperio”. Fox había condicionado la normalización de las relaciones a una disculpa de Chávez.

Pero no por nada Chávez anunció la normalización de las relaciones desde Buenos Aires, en una conferen-cia de prensa. Allí afirmaba: “Estamos dispuestos a voltear la página (…) Necesitamos a México con nosotros para la inte-gración, a todos los países, de los más grandes territorialmente, como Brasil, Argentina, México, hasta los más pequeños. Todos somos necesarios para la integración verdadera”. Y agregaba: “La latinoamericanidad más profunda es la de México. México será siempre necesario para nosotros, los latinoamericanos y por eso me pareció tan importante que Néstor y Cristina hayan visi-tado México la semana pasada”. (EU 8/8)

Desde México, senadores de los tres mayores parti-dos políticos (PAN, PRI, PRD) elogiaron que se haya abierto el camino hacia la normalización de las relacio-nes con Venezuela y señalaron, con sus matices, como algo en lo que el gobierno de Calderón jugó un rol re-parador frente a la situación heredada de la administra-ción Fox.

La visita de Lula La llegada del presidente brasileño estuvo precedida

por las reacciones a la invitación que hiciera Kirchner. Las declaraciones buscaron bajar la posibilidad de la in-corporación señalando el problema de la pertenencia de México al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA). Marco Aurelio García, asesor de Lula en temas internacionales afirmaba: “Hay un obstácu-lo técnico que traba la entrada de México como miembro pleno

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del bloque (…) Es eso lo que impide a México ser parte deciso-ria del Mercosur. No se lo permite su asociación con Estados Unidos y Canadá” (C 31/8). Más tajantemente, Gonzalo Mourao, director del Departamento de México, Améri-ca Central y el Caribe de la cancillería de Brasil afirma-ba que la incorporación de México “es un asunto que está fuera de momento” (LJ 1/8).

Aún así, se reconoció la importancia del acercamiento de México hacia la región. Según Aurelio García, “esa manifestación del Presidente Kirchner va en una dirección importante, que es recuperar la importancia de México para América Latina” (EU 31/7). En el mismo sentido, el embajador Oliveira Cannabrava declaraba que durante la gestión del ex Presidente Vicente Fox las relaciones “no estuvieron en el nivel que deberían. Brasil ve con mucha satisfacción este rumbo de acercamiento, de diálogo de México con Venezuela y Cuba, porque la presencia de México en toda América Latina es sumamente importante, entonces que se eliminen las fricciones es un hecho siempre positivo” (LR 3/8).

En declaraciones posteriores, matizando el puro rechazo del ingreso mexicano al bloque del sur, aclaró Lula que “vamos a trabajar en el tiempo para que México sea socio del MERCOSUR, pero es preciso cumplir varias etapas” (C 7/8). Como telón de fondo de esta diferencia de posicionamiento ante la futura posible entrada de México al MERCOSUR, encontramos a las tensiones siempre mencionadas en esta revista mensual entre Brasil y Argentina por el dominio de los mercados en la región, la hegemonía política dentro del MERCOSUR, la relación con Venezuela, entre otras cuestiones.

Como parte de la misma gira Lula visitó también otros países de Centroamérica. Pero allí las invitaciones al MERCOSUR salieron sin reparos. En Nicaragua de-claró: “Nosotros estamos interesados en que Nicaragua se in-corpore también al MERCOSUR”. En Honduras, Lula de-fendió el intercambio comercial entre el MERCOSUR –y no Brasil exclusivamente– y América Central: “De-bemos tener como objetivo el lanzamiento de negociaciones para un tratado de libre comercio entre el sistema de integración cen-troamericana (SICA) y el MERCOSUR” (FT 7/8).

Si la posición en torno al MERCOSUR difiere entre Brasil y Argentina, en cuestiones de negocios bilaterales ambos países –y determinadas fracciones del capital de cada uno de ellos– tuvieron una estrategia similar: aumentar el intercambio comercial y las inversiones con México, donde determinados capitales puedan ampliar sus mercados. El presidente de Brasil afirmó, ni bien llegó a tierras aztecas: “Debemos trabajar para ampliar nuestros acuerdos comerciales mutuos” (C 7/8); y, hablando también en nombre de sectores empresarios, declaró: “El sector privado tiene un papel determinante (…) y es exactamente este dinamismo de ese cruzamiento empresarial en el que debemos basar el estrechamiento de nuestras relaciones económicas bilaterales” (C 7/8). El Acuerdo de

Complementación Económica –reestructurando el que ya existía bajo los marcos de la ALADI–, firmado por ambos países, fue diseñado por el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior (CEMCE) y por la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil, como así también por el Banco Mercantil del Norte (México) y el Banco de Brasil.

México tiene inversiones por 15 mil millones de dólares en Brasil. El intercambio comercial entre ambos países oscila en torno a los 6 mil millones de dólares. México es el quinto principal mercado de las exportaciones brasileñas y si bien tienen un PIB similar que oscila en torno a los 900 mil millones de dólares, Brasil tiene el doble de población que México, lo cual se puede constituir en un interés para acrecentar las inversiones mexicanas.

Eje energético. Sin dudas, donde estuvo centrado el eje de acuerdos comerciales de mayor envergadura fue sobre esta área, al menos en la intención por el mo-mento. Lula solicitó que la empresa Petrobras pueda actuar en conjunto con la empresa Pemex por medio de contratos de riesgo. Esto consistiría en compartir los beneficios de la extracción, tanto en términos de volumen que se extraiga como de registro contable de las reservas descubiertas, como así también compartir las pérdidas en caso de no encontrarse hidrocarburos, (EU 21-8). También este tipo de acuerdos tendrían la intención de desarrollar los biocombustibles, como el etanol con base de caña o el biodiesel con base de se-millas oleaginosas en forma conjunta (FT 6/8). Pero la estatal mexicana no puede suscribir ese tipo de contra-tos sin cambios constitucionales, ya que la ley mexicana no lo permite.

“Lo que nosotros proponemos es una asociación entre Brasil y México; una asociación entre Petrobras y Pemex para transferir a Pemex un conocimiento que tardamos 35 años en desarrollar”, afirmó Izeusse Dias Braga gerente de comunicación in-ternacional de Petrobrás. También señaló que en la si-tuación actual México cuenta con reservas para ocho años, “Si en ese tiempo no pasa nada, México se convertirá en importador de crudo, y esto sería desastroso porque podría reper-cutir en los precios del petróleo”. Sobre los deseos de su em-presa, dijo que “Estamos listos para empezar hoy, pero las limitaciones legales y políticas no lo permiten. Nos gustaría tener una asociación estratégica con Pemex, pero estamos esperando mejores días” (UE 1-8). El presidente brasileño Luiz Ina-cio Lula da Silva, en su reunión con el presidente Felipe Calderón, dijo que “lo que hace falta es tener menos miedo para transformarse en empresas trasnacionales (…) hay que te-ner osadía e incrementar el potencial de nuestros países” (UE 7/8).

Todo ello significa en el plano interno un apoyo polí-tico para Calderón, que podría permitirle avanzar allí donde Fox no pudo y lograr abrir la petrolera estatal mexicana a la inversión privada.

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Bolivia: que salgan los movimientos, (o el llano en llamas) Vencido el plazo que hace un año se había fijado la

Asamblea Constituyente, la incertidumbre inunda la re-solución de este espacio institucional. Con una versión general en borrador, que contempla los informes por minoría y mayoría de las 21 comisiones y recordando que no todas avanzaron de igual manera (ver Análisis… Nº85), se suspendió por tiempo indeterminado su fun-cionamiento.

De todo este proceso podemos extraer uno de los puntos conflictivos, quizá central: la declaración de una Bolivia plurinacional, informe de mayoría de la comi-sión Visión País, que significaría reconocer las 36 na-ciones originarias, reivindicando estos derechos con la vuelta incluso a una división precolonial del territorio. El Movimiento al Socialismo neutralizaría así el recla-mo de 6 Departamentos que claman por la autonomía de la República Unitaria.

Frente a este posible embate, la oposición al gobier-no del estado, representada, en la Asamblea, por Poder Democrático Social (Podemos), exigen que los artícu-los de la nueva constitución que no logren los dos ter-cios de apoyo –porcentaje indicado en la Ley de Con-vocatoria a la Asamblea Constituyente, que luego se modificó– en la resolución plenaria se resuelvan en un referéndum federativo, es decir el 50% +1 en cada de-partamento. Mientras, el Movimiento al Socialismo mantiene su postura de aprobar la nueva constitución por mayoría absoluta –128 de los 255 votos como fue resuelto después de siete meses de discusión– y que la instancia de participación ciudadana se haga a nivel na-cional. Este desacuerdo generó, en un comienzo, que Podemos se negara a apoyar la modificación de la Ley que ampliaría las actividades hasta diciembre de este año.

El manifiesto cívico (presión fuera de la Cámara)

Accionando fuera del Cónclave, los representantes de los comités cívicos de Tarija, Santa Cruz, Beni, Pan-do, Chuquisaca, Cochabamba y Oruro, demandaron:

• la autonomía departamental (reclamo anterior a la asunción de Morales, ver Análisis… Nº56, la Comisión de Autonomía esta muy empantanada actualmente); • mantener la actual división del país en nueve departamentos; • respetar la propiedad privada.

Esto último fue para atajarse frente a los planteos de la comisión de Tierra y Territorio, que por mayoría de-finió que la propiedad de los recursos naturales será del pueblo boliviano. También los desvela la resolución, por mayoría, de la comisión de Desarrollo Productivo, que habilita el avance de la Ley de Reconducción Co-munitaria.

Expresando su preocupación por la espiral inflacio-naria, cierto desabastecimiento y escasez de hidrocar-

buros, exigen la destitución de los ministros de Hidro-carburos, Desarrollo Económico, Hacienda y Desarro-llo Rural. En otro punto anticipan que “no aceptaremos aprobaciones que no se sujeten estrictamente a los dos tercios esta-blecidos en la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente (…) De no cumplirse nos reservamos las medidas de presión que sean necesarias” (LTC 2/8). Por último convocan al Pre-sidente al dialogo.

En paralelo y con similares inquietudes se reunieron los Prefectos de Beni, Tarija, Santa Cruz y Pando, “la media luna” liderada por Branco Marinkovic2, quienes aclararon en este oscuro panorama, “queremos decirles que los prefectos se reúnen no para conspirar, sino para trabajar por el bienestar del país y de la población” (LTC 3/8).

Balance y profundización En el marco de los festejos por los 182 años de la

independencia boliviana, la voz del Ejecutivo lamentó no contar con la “Nueva Constitución” como había proyectado, pero rescató los logros de un año y medio de gestión. En principio marcó la bonanza económica, con superávit y récord de reservas internacionales. En potencial y repasando la acción del ministerio de Plani-ficación y Desarrollo, auguró una Bolivia digna, pro-ductiva, democrática y soberana. En los hechos sería lograr que no haya bolivianos pobres que trabajen 14 horas o más. Esto se lograría sosteniendo la tendencia a cambiar el modelo productivo de exportador de mate-rias primas a otro que las industrialice, a través de lo que el primer mandatario, Evo Morales, llama “gasifi-car el campo”.

Entre los logros del ministerio de Obras Públicas, destacó la tarifa solidaria telefónica, las 5.000 viviendas construidas –aunque lejos aún de las 25.000, meta anual. Se vanaglorió de la transferencia del cobro de peajes (200 millones de dólares) a la inversión social de hacer potable el agua, lograr el saneamiento básico y el mejor manejo de cuencas y riego. Anunció también, como parte de la política de nacionalización de las em-presas trascendentales para el Estado, la pronta recupe-ración de la Empresa Nacional de Electricidad, sería la tercera empresa que vuelve a manos estatales luego de YPFB y la Corporación Minera de Bolivia (Comibol). Para esto, interpeló al Congreso: “No puede haber monopo-lios de empresas en el tema de energía eléctrica y estoy convencido de que, poco a poco, la energía es como el agua. Y por eso va a ser importante la participación de los parlamentarios para, rápi-damente, modificar esas normas que acaben con los monopolios correspondientes” (LTC 7/8).

Revolución Agraria (¿primero el fifty/fisty?). Ga-

rantizando la seguridad jurídica y el apoyo del Estado para todas las grandes propiedades que cumplan con la

2 Presidente del comité cívico pro Santa Cruz, esta siendo in-vestigado por el gobierno, acusado de apropiación ilegal de tierras.

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20 Bolivia: que salgan los movimientos, (o el llano en llamas)

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función económica y social (FES) de la tierra, el presi-dente del Ejecutivo puso formalmente en marcha el Reglamento General de la Ley de Reconducción Co-munitaria de la Reforma Agraria. Mostrando un salto en el proceso histórico, “en 1953 se declara la Reforma Agraria pero eso nos ha dejado sólo minifundios y surcofundios en el valle y el occidente y latifundio en el oriente boliviano, por eso es que hemos decidido cambiar la reforma por la Revolución Agraria” (LTC 7/8). El Cambio de orientación lo darí-an las denominadas “tierras comunitarias de origen”, estas TCO subvertirían la parcelación individual. Por decreto, entonces, el gobierno del estado –en el decir– advierte la expropiación de tierras ociosas para repartir-las a las comunidades originarias. En el hacer, entregó 70 mil hectáreas3, que se suman a la titulación de 5,5 millones de hectáreas en lo que va de gestión y a la en-trega de 500 mil hectáreas fiscales a los pueblos origi-narios.

La resistencia a este impulso la ofrecen los organis-mos empresariales de Santa Cruz, entre ellos la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo (CAIN-CO). Su presidente, Gabriel Dabduub, advirtió que “to-do proyecto que nace sin consenso de las partes queda en la nada” (…) “Los agropecuarios no invertirán y no habrá producción, no porque no quieran invertir, sino porque no hay garantías” (LTC 2/8).

Proyectando el resultado último de este proceso his-tórico, el primer mandatario calcula que la aplicación de la ley de tierras significaría asegurar en manos empresa-riales entre 20 y 30 millones de hectáreas, pero con una superficie igual o mayor en manos indígenas y campe-sinas. Ante este devenir, la Confederación Agropecua-ria Nacional (Confeagro) rompió relaciones con el go-bierno. Su presidente, Mauricio Roca, alega que en adelante “ninguna propiedad tendrá su derecho propietario ga-rantizado. Cada dos años el INRA hará la verificación de la FES” (LTC 3/8). Con esta misma preocupación, la Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol) anunció la desobediencia civil a esta normativa agraria y presagió: “Aquí se puede romper la paz y será el Gobierno el responsable de los futuros enfrentamientos” (LTC 3/8).

Ni buen final, ni continuidad (explosión dentro de las Cámaras)

Terminado el tiempo estipulado para la elaboración de la nueva Carta Magna y en pleno debate por la am-pliación de la sesiones de la Asamblea, con 134 votos4,

3 Desde el 2 de agosto de 1937 se celebra en Bolivia el “Día del Indio” y desde 1953 también el “Día de la Reforma Agraria”, en ese año se aprobó el reparto de tierras, que sólo se cumplió en el occidente del país en una lenta progresión. En los últimos 10 años se titularon 9 millones de hectáreas y se repartieron 36 mil hectáreas fiscales a los originarios. 4 Todos del MAS, ya que el Movimiento sin miedo, parte del bloque de mayoría, entre otros partidos menores, que votaba junto al partido de gobierno, en una carta dirigida a Evo Mo-rales planteó que se repliega hasta que no se genere un reor-denamiento de los temas y un refinamiento de las propuestas

el MAS sacó el tema de la Capitalía plena para Sucre, los argumentos son que no están dadas las condiciones para seguir sesionando allí, proponiendo mudarse a Cochabamba. La resolución por mayoría absoluta esta-blece “la plenaria de la Asamblea Constituyente en uso de sus facultades dispuestas por el reglamento general resuelve: Artículo único.- Disponer que ante la inexistencia de comisiones especificas para su consideración, preservando la unidad y la paz social, se disuelve de los informes de mayorías y minorías y del tratamiento en plenaria de la Asamblea Constituyente el tema de la capitali-dad plena” (LTC 16/8).

La reacción en el Departamento de Chuquisaca, sede de la Asamblea, fue inmediata, el comité cívico convo-có a una huelga de hambre y a un paro por 24 horas en desconocimiento de la resolución.

El jefe político de Podemos, Rubén Darío Cuéllar, anunció: “Vamos a impugnar ante el Tribunal Constitucional esta resolución trucha, porque atenta contra el principio constitu-yente, porque no puede ser que una resolución determine dejar de lado todo lo previsto en la ley y nuestro reglamento” (LTC 16/8). Acción seguida al cumplirse lo tan temido por la oposición –el uso de “la mayoría absoluta” por parte del MAS– ésta desconoció la resolución y se retiró.

¿Cómo seguir? Buscando responsabilidades, la presi-denta de la Asamblea Constituyente, Silvia Lazarte, dijo que “la derecha y la oligarquía de Santa Cruz siempre estuvie-ron en busca del fracaso, inicialmente con la prolongación de los debates para definir la modalidad de voto, insistiendo en que sea por dos tercios” (LTC 20/8). Las jornadas de violencia vi-vidas en las calles de Chuquisaca le valieron al MAS pa-ra suspender de forma indefinida las sesiones plenarias de la Asamblea. Pero lejos de aminorar su marcha, do-blegó la apuesta en la Cámara de Diputados donde vo-tó –en ausencia de la oposición, quien se retiró luego de intercambiar golpes con el oficialismo– el juicio co-ntra 4 de lo 5 magistrados que integran el Tribunal Constitucional. La causa, prevaricato, se da por exceder las atribuciones en sus funciones al cesar en sus cargos, en abril de este año, a los cuatro ministros interinos de la Corte Suprema, nombrados por Morales en diciem-bre pasado. Agreguemos que el juicio sobre el Tribunal fue anulado –alegando irregularidades– días antes de estos sucesos por la Comisión de Derechos Humanos que intervenía en el proceso.

y una reconducción del trabajo que debe terminar el 14 de diciembre.

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La fuerza de la oposición y la oposición por la fuerza La “media luna” anunció radicalizar las medidas de presión “en defensa de la democracia y en contra de las arbitra-riedades que viene cometiendo la mayoría oficialista” (LTC 23/8). Acto seguido llamó a paro cívico por 24hs., bajo el reclamo de “no permitir la vulneración de la institucionali-dad y la democracia” (LTC 29/8).

En tanto esta situación, la Comisión Jurídica de Asambleístas de Chuquisaca consideró agotados los re-cursos administrativos ante la directiva de la Asamblea, ya que su pedido de nulidad de la resolución de la ple-naria que dejó fuera del debate la propuesta de Capita-lidad no fue atendida dentro de las 72 horas fijadas por ley. Ante esto, el paro sumó fuerza. Los resultados los analizó el ministro de Gobierno, Alfredo Rada. A su juicio, el paro cívico sólo fue contundente en Sucre y en Santa Cruz con un 70% de acatamiento, en los otros cuatro departamentos se acató de manera parcial. Se-gún el ministro, los comités cívicos de esas regiones mostraron fisuras internas en sus movimientos, al con-siderar que a pesar de haber ejercido medidas coerciti-vas, protagonizadas por militantes de la Unión Juvenil Cruceñista, sobre la población, comerciantes y gremia-listas no pudieron paralizar en su totalidad las activida-des en seis departamentos. La evaluación de los cívicos, por el contrario, destaca el apoyo de la ciudadanía que acató el paro sin presiones. Mediando, encontramos la voz del comandante general de la Policía, quien dijo: “Se cumplió con el objetivo de garantizar la seguridad a pesar de los incidentes, es importante, también, destacar la actitud de la ciudadanía que no se dejó llevar por las provocaciones y continuó con sus actividades a pesar de los actos de violencia promovidos en Santa Cruz y Cochabamba en especial” (LTC 29/8). Empresarios de occidente piden diálogo. Los em-presarios de La Paz pidieron encuentro entre sectores en conflicto, incluyendo al Gobierno y a las dirigencias cívicas, departamentales y locales, para evitar mayores enfrentamientos en el país. Así lo hizo saber el presi-dente de la Federación Sectorial, Enrique García, quien puntualizó, al destacar la importancia del encuentro,

que el país vive en un ámbito macroeconómico favora-ble y remarcó que la medida de presión en Chuquisaca, Santa Cruz, Beni, Pando, Cochabamba y Tarija “tiene raíces cívicas, condimento político, reivindicación de Sucre pero perjudica la economía del país” (LTC 29/8). En el oriente se separan… del separatismo. El al-calde de Santa Cruz, Percy Fernández, afirmó que “la única forma de convivir bien es hacer dos naciones: una oriental (los llanos) y otra occidental (los Andes)” y entusiasmado proyectó: “ahora que hemos hecho un paro juntos podemos de-finir la otra nación. Ellos nos hablan de que ha cobrado fuerza la nación occidental, la que toleramos pero no amamos. Nosotros deberíamos, entre Beni, Pando, Santa Cruz, parte de Chuquisa-ca, Tarija y si quiere Cochabamba, llamarnos porque nos da la gana nación oriental. Ahí vemos quién es más fuerte, quién pro-duce más”. Y para no dejar dudas, cerró en un sincero decir “en Bolivia seguimos siendo cínicos e hipócritas… Hablamos de la unidad del país, de que nos queremos y eso es mentira” (C 30/8). Velozmente, el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, y el presidente del comité cívico pro Santa Cruz, junto a Fernández, al despachar esta propuesta, aclararon que buscan la unidad del país y por eso el paro. El llamado a las bases. El vicepresidente Álvaro García Linera recomendó a los movimientos sociales “defender los procesos de cambio y al Gobierno” a través de movilizaciones. El pedido fue expresado por el manda-tario en un ampliado de las mujeres productores de co-ca de la Seis Federaciones del Trópico que se celebró en la población de Chimoré, Cochabamba. “Aquí en el trópico, como en el altiplano, hemos avanzado; esta lucha es de los movimiento sociales; esta lucha es de las movilizaciones socia-les, ahora nuevamente tienen que salir a defender este proceso de cambio”, dijo. Sostuvo que “sin movimientos sociales no hay gobierno revolucionario y sin movimientos sociales no hay Presi-dente revolucionario”, al referirse a la figura de Evo Mora-les. “El movimiento social que se queda calladito y tranquilo, la derecha nos va a asfixiar” (LTC 29/8), remarcó al evaluar el momento político que vive el país.

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Argentina

En el mes de agosto, la Sociedad Rural hizo público su Programa de país, alineando tras de sí a los referentes de la oposición política, quienes, pese a ello, no lograron presentarse como una única opción electoral frente al kirchnerismo. Éste, mientras tanto, continuó tejiendo con dife-rentes medidas económicas una amplia alianza social dispuesta a gobernar un nuevo periodo. A su vez, ambas propuestas chocaron también en el terreno de alianzas internacionales y en la construcción ideológica del discurso histórico de sus respectivos orígenes.

La alianza social opositora al gobierno: la “oligarquía terrateniente” presenta su programa I. Capitales inversores extranjeros: el reclamo por “algo de plata”

Como es costumbre a partir del año 2003, el mes pa-sado las expresiones del capital más concentrado a nivel mundial manifestaron su descontento respecto de las políticas económicas del gobierno argentino. En esta oportunidad fueron los representantes del capital espa-ñol, con fuertes intereses en la Argentina, quienes pre-sionaron a Kirchner a través de la vicepresidenta penin-sular María Teresa Fernández de la Vega.

Reunida con 200 empresarios en la Cámara Española de Comercio, la número dos del Estado español tomó nota del signo político que tendría su visita al país. Sig-nificativamente, el empresario José María Ortega, vin-culado al negocio de las bodegas, le comunicó: “Le pido que lleve como mensaje al presidente Kirchner que los empresarios no somos corsarios, sino personas que quieren ganar algo de pla-ta” (C 9/8).

Pocos días después, reunida con Kirchner en Buenos Aires, de la Vega reclamaba “un marco más estable y previ-sible para sostener y atraer las inversiones”, al tiempo que re-comendaba cancelar la deuda con uno de los principa-les centros financieros del mundo, el Club de París,

como muestra de alineamiento con las políticas del ca-pital más concentrado a escala mundial: “Sirve para gene-rar confianza y facilitar la inserción de Argentina en el mundo. En esto, Argentina cuenta con pleno apoyo de España” (C 9/8).

Pero antes de esto, Néstor Kirchner arrojaba la “primera piedra” criticando duramente la política del gobierno esta dounidense. Cabe agregar aquí las pala-bras oficiales del mandatario argentino para medir el grado de tensión relativa con la primera potencia mun-dial.

Aprovechando la tribuna internacional que supone todo viaje oficial a otro país, Kirchner se explayó en el parlamento mexicano, frente a los senadores y diputa-dos del país vecino de EE.UU.: “En nombre de la Nación Argentina y en este honorable Congreso quiero dejar en claro el repudio del pueblo argentino y de quien les habla y de quienes me acompañan a la construcción del indigno muro que se está levan-tando en la frontera entre la hermana nación mexicana y la Re-pública… o la nación de Estados Unidos. No es sólo una afren-ta a los mexicanos, sino a todos los pueblos del mundo”.

En relación con la política internacional del gobierno de Bush, Kirchner pidió que éste “recapacite y entienda que el mundo tiene que marchar por otros caminos, que son el de la

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paz, el de la reconciliación, el de la convergencia, el del respeto a la diversidad” (LN 1/8).

II. Hidrocarburos: control de exportaciones y desabastecimiento interno

Fronteras adentro la pelea que el Gobierno -como expresión de una alianza social que incluye a grandes capitales locales y al movimiento obrero organizado y pueblo en general- sostiene con algunas grandes empre-sas multinacionales, lejos de apaciguarse se profundizó radicalmente.

El mes pasado la tensión con la petrolera de capitales angloholandeses Shell tuvo una escalada muy significa-tiva.

Ya en el año 2005, tras un aumento de precios en sus combustibles, el propio Kirchner llamó a boicotear el consumo en las estaciones de Shell. La jugada oficial fue efectiva: las ventas de la compañía se redujeron lla-mativamente, hecho que hizo retroceder a los directivos de la empresa volviendo atrás en la decisión de aplicar subas en los precios finales de sus productos.

Entre diciembre de 2006 y junio de 2007, la Secreta-ría de Comercio Interior, a cargo de Guillermo More-no, multó en 32 ocasiones a la compañía por desabaste-cimiento interno. En cada uno de estos casos Moreno denunció ante la Justicia en lo Penal Económico a los directivos de Shell por infringir la Ley de Abastecimien-to; infracción que se castiga con hasta cuatro años de prisión. La Ley de Abastecimiento data del agitado año 1974 y permite al gobierno del Estado hacerse de dis-tintos mecanismos para garantizar el suministro interno de combustibles: control de exportaciones, aplicación de subsidios a la producción, suspensión de aranceles a las importaciones y fijación de precios mínimos y máximos. En el año 1991, en el contexto de la sanción de la desregulación económica, se derogó parcialmente esta ley pero quedó en pie un inciso que, no por su ca-rácter general, deja de tener implicancias prácticas pre-cisas. El párrafo en cuestión mandata: “El Poder Ejecutivo podrá dictar normas que rijan la comercialización, intermedia-ción, distribución o producción” de combustibles (LN 19/8). Efectivamente, esta capacidad de normar es utilizada por el gobierno a la hora de presionar duramente a la multinacional. El escándalo se disparó, precisamente, cuando la Secretaría a cargo de Moreno pidió directa-mente la prisión de los directivos de Shell.

Acto seguido, la compañía publicó en los diarios de alcance nacional una solicitada de descargo cuyo argu-mento se basó en la contraacusación de que la empresa estaba siendo atacada discriminatoriamente por el go-bierno de Kirchner: “Si bien es público y notorio que los fal-tantes temporales de gasoil experimentados en los últimos tiempos han ocurrido en estaciones de servicio de varias compañías petrole-ras y no solamente de Shell; de un total de aproximadamente 800 inspecciones realizadas por funcionarios de la Secretaría de Co-mercio Interior durante el año 2007, el 64% de las mismas fue-ron dirigidas contra Shell, cuando nuestra compañía solamente tiene una participación del mercado de gasoil del 13%.

“En efecto, durante el mes de junio de 2007, solamente Shell fue objeto –por el momento– de 32 multas de $1.000.000 c/u por parte de la Secretaría de Comercio Interior, quien también so-licitó la pena de prisión para sus directivos, todo ello a pesar de que nuestras ventas de gasoil al mercado interno crecieron muy por encima de lo que lo hizo el promedio del mercado en el mismo pe-ríodo. La discriminación de la que es objeto Shell es inadmisible. La violación de las garantías constitucionales y la desnaturaliza-ción de las instituciones para plasmar esta discriminación también lo es” (LN 24/8).

Al argumento de discriminación y arbitrariedad co-ntra la empresa, le siguió una explicación más verídica sobre la situación de desabastecimiento pergeñado por Shell. Fue su presidente en la Argentina, Juan José Aranguren, el encargado de hacerla pública: “Tenemos pedidos de exportación desde junio que no han sido autorizados todavía, a pesar de que hemos cumplido con todas las disposicio-nes vigentes. Hicimos todo pero no nos dan el permiso (…) si yo no puedo sacar de las refinerías la nafta, tengo que bajar el nivel de proceso de crudo y ¿qué pasa con el gasoil? Va a bajar y voy a incumplir con la resolución 25 [de abastecimiento]. Hoy es-tamos pidiendo: Señor, autoríceme la exportación de nafta. Si no, me va a poner usted en una situación de incumplimiento y se acer-ca la cosecha fina” (LN 29/8).

La exposición de Aranguren era clara como el agua: frente al control oficial de las exportaciones de com-bustibles la compañía reaccionaba desabasteciendo al mercado interno y generaba una situación de desequili-brio económico en todas las ramas de la economía, en-tre ellas en el campo. La amenaza del presidente de Shell se resume en la última frase: “y se acerca la cosecha fi-na…”.

Con esto se hacía referencia a la decisión oficial de no autorizar la exportación de 120.000 litros de nafta de la empresa Shell, “paquete” que equivale al contenido de 1000 estaciones de servicio. La medida oficial de control de las exportaciones se dirige –como con el control de las ventas externas del ganado– a priorizar la oferta en el mercado doméstico y a mantener estables los precios internos.

Con la traba en la exportación, la aplicación de mul-tas y el directo pedido de encarcelamiento de sus geren-tes, el gobierno decide avanzar en el estratégico sector de los hidrocarburos sobre la “menos fuerte” de las pe-trolera en el país, puesto que Shell, aun siendo un gi-gante a nivel mundial, concentra sus negocios en la Ar-gentina sólo en la fase de refinación de los combustibles y no participa de las fases de exploración, extracción y producción del crudo, como sí lo hacen Repsol y Petrobrás.

Esta avanzada interna no puede comprenderse inde-pendientemente de los acuerdos energéticos que vienen rubricando los gobiernos de la Argentina, Venezuela y Bolivia (ver más adelante).

Finalmente, fue el diario La Nación quien encuadró correctamente la posición del gobierno frente a Shell en el marco general de la política económica oficial. En uno de sus editoriales, sobre fines de mes, se lee: “El

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tema de la aplicación de la ley de abastecimiento se ha tornado re-currente a partir de las intervenciones en los mercados de ganados y carnes desde hace algo más de un año, extendiéndose a otras ac-tividades cada vez que el abastecimiento o los precios no siguen el rumbo deseado por el Gobierno. Cumple la función de intimidar a los empresarios a un costo superlativo, en cuanto anestesia y desvía las decisiones de las empresas y, fundamentalmente, de los programas de inversión, tema particularmente sensible para la economía nacional. Episodios de la naturaleza de los menciona-dos, y particularmente lo relativo a la empresa petrolera angloho-landesa, recorren hoy el mundo con un efecto claramente negativo para el objetivo de alentar el clima de negocios y favorecer la inver-sión, tan necesaria en el sector energético” (LN 25/8).

Por lo tanto, estas palabras se dirigen a minar un te-rreno muy sensible para la economía nacional: el de la necesidad de inversiones. En este sentido, la candidata oficialista, Cristina Fernández, como parte de su cam-paña para las presidenciales de octubre, participaba del foro anual del Consejo de las Américas, al que asistie-ron casi 300 directivos y empresarios de firmas de pri-mera línea de Estados Unidos y la región. Allí, en tono conciliador, Alberto Fernández expresó “Hasta ahora hemos gobernado en la emergencia, pero ahora vamos a gobernar con las reglas de la normalidad”. La primera dama por su parte señaló: “Señores, la Argentina es una muy buena opor-tunidad de negocios”. Desde el otro lado Susan Segal pre-sidenta de la entidad anfitriona sostuvo: “Nunca esperé discursos tan positivos” (C 8/8).

III. El campo: el programa de la oligarquía terrateniente para “un mundo mejor”

Apenas iniciado agosto, la Sociedad Rural Argentina abría, como hace 121 años, la Exposición Rural en su enorme predio de Palermo. En esta oportunidad el evento se convirtió en una feroz tribuna opositora al gobierno de Néstor Kirchner, tanto en el discurso in-augural del presidente de la entidad, Luciano Miguens, como en varios de los carteles que colgaban en los pal-cos y las plateas del lugar y que la prensa adjudicó a Carbap (Confederaciones Rurales de Bs.As. y La Pam-pa) y al grupo político Pampa Sur. En estas pancartas quedaba claro el estado de ánimo que reinaba en la Ex-posición: “Menos vacas, menos leche, menos gas, menos trigo, menos gasoil, más inflación, más Indek, más soberbia, más inse-guridad. Déjennos producir en paz” (LN 5/8); o, tal vez el más llamativo de ellos: “Pingüina, si llegás… vas a tener que parir terneras para darle carne al pueblo” (C 5/8).

En ese contexto confrontativo, Luciano Miguens pronunció un duro documento crítico en donde lla-mó a cambiar, profundamente y en toda la línea, la po-lítica oficial de control de una porción de la renta agraria (ver última edición del Análisis… Nº 86).

Aunque siempre es tediosa la lectura de largas citas, vale la pena repasar aquí los principales pasajes del dis-curso, que cabe tomar como programa de los terrate-nientes y los capitales más concentrados en el negocio agropecuario. Tomamos para esto, excepto en donde se indica, al diario La Nación del día 5/8.

• “Ya es hora de sincerarnos. A pesar del excelente creci-miento de los últimos años, la política económica presenta pro-blemas. El modelo actual necesita cambios y el sector está dis-puesto a proponer ideas” • “Hay que iniciar un proyecto común de país. Sin exclu-siones. Es el momento de insertarnos en el mundo. Las pers-pectivas mundiales confirman un escenario de múltiples opor-tunidades para consolidarnos en el comercio internacional. Sin embargo, si se frena la economía mundial, si amaina el viento de cola de los commodities, se habrá perdido, una vez más, otra oportunidad histórica” • “Ha llegado la hora de eliminar totalmente las retencio-nes. Ha llegado la hora de liberar las exportaciones. Ha lle-gado la hora de abrir nuevos mercados. Es tiempo de desarro-llar el potencial productivo del país. Basta ver en el interior el efecto multiplicador de la cosecha de 95 millones de toneladas” • “Advertimos que la única forma de abastecer ambos mer-cados (el interno y el externo de carnes) era, es y será aumentar la producción. Nuestra advertencia no fue atendida y se reac-cionó de la peor forma: el control de precios. Esta medida tan absurda como ineficaz se aplicó sobre la hacienda en pie, que no es responsable del precio final de la carne. Se perjudicó al productor sin beneficiar al consumidor. Ahora nos toca salvar la ganadería. El exagerado intervencionismo en los mercados perjudicó no sólo al ganadero sino, fundamentalmente, a la República” • “Nosotros negociamos fuerte con el Gobierno. Las entida-des del campo nos vimos obligadas a realizar un paro nacional agropecuario. No logramos todo lo que demandamos, pero sí torcer una tendencia” (P12 5/8, citamos aquí al diario Página 12 puesto que La Nación no incluye en la cita la referencia de Miguens a los lock out realizados co-ntra la política del Gobierno). Terminamos con el irritan-te sistema de precios, impuesto telefónicamente, para la hacien-da en pie. Recuperamos a Liniers” • “Vendimos nuestra cosecha de trigo a precios muy por de-bajo de los internacionales, merced a la cartelización inducida desde el Gobierno. Desde hace ya semanas solicitamos que en la próxima campaña tengamos precios libres y se termine con el manejo arbitrario de los registros de exportación. Prome-diando ya la nueva siembra, aún no hemos tenido respuesta” • “Sufrimos la falta de combustibles y energía, como otros sectores de la población y otras actividades económicas. Nues-tra diferencia es que no manejamos los tiempos de la naturale-za: lo que no hacemos hoy, no podemos hacerlo mañana. Nos afectan la falta de fertilizantes, la escasez de agroquímicos y semillas, insumos estratégicos necesarios para producir más” • “Debemos reclamar una acción complementaria, pero im-prescindible del Estado en garantizar el acceso a caminos, puertos y almacenaje. Requerimos toda una infraestructura en transportes y logística que no haga estéril el esfuerzo productivo y permita la llegada de los alimentos a la mesa de todos, en la esperanza de un mundo más humano, más solidario. Un mundo mejor” • “A la inflación se la debe combatir, no esconder. Comba-tir por sus causas y no por sus efectos. La inversión es un ar-ma eficaz”

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• “Cuando el actual Gobierno asumió, se requería una cose-cha para equiparar el gasto público, mientras que ahora se re-quieren por lo menos tres cosechas. Durante la actual adminis-tración la presión fiscal alcanzó cifras récord históricas. La contribución impositiva del sector agroindustrial se incrementó considerablemente. Desde su inicio a hoy supera los 200 mil millones de pesos” • “Nuestro sector tiene una profunda raíz nacional que nos hace pensar, ante todo, en nuestro país. Cuando hacemos pro-puestas, las hacemos con la convicción de beneficiar a la Na-ción. La SRA, cuando critica no hace oposición. Y cuando señala aciertos no hace oficialismo. Sólo velamos por los inter-eses nacionales” Cabe resaltar los ítems fundamentales del programa

de la Sociedad Rural. Ante todo proclama el fin de la intervención estatal en cuanto al control de los precios inter-nos y de las exportaciones, y la suspensión de las retenciones. Como escribíamos en la última edición del Análisis… N° 86 , el combo de estas tres medidas aplicado a los productos agrícolaganaderos es la forma en que el Go-bierno ha logrado controlar una parte de la renta agraria, la cual se transfiere hacia los grandes monopo-lios industriales, hacia empresas poco competitivas a nivel internacional, las que, además, ocupan mano de obra interna, hacia la inversión pública en infraestructu-ra, hacia el cumplimiento de obligaciones en materia de deuda externa, a la acumulación de reservas para soste-ner el tipo de cambio y al pago de subsidios a desocu-pados. Con esto, el control de una porción de la renta agrícola le ha permitido al gobierno de Kirchner soste-ner una módica política de industrialización y distribu-ción del ingreso.

Por lo tanto, lo que plantean los terratenientes y los grandes capitalistas que explotan la tierra es que el Es-tado sólo se encargue de garantizarles las mejores con-diciones para su reproducción: liberar los precios inter-nos a niveles internacionales (mucho más caros que los actuales “controlados”), dejarles exportar aun a costa de desabastecer el mercado doméstico y no aplicarles im-puestos (retenciones).

Claro que estas exigencias puntuales se entroncan en un determinado proyecto de país cuyo contenido central es la integración al mercado mundial como exportadores de productos agícolaganaderos, fun-damentalmente primarios como los granos y el ganado (aunque puede incluir alguna fase de industrialización, como por ejemplo el caso de los aceites o las harinas), en que la Argentina es internacionalmente competitiva. Dicho modelo también supone la tendencia a la desapa-rición de ramas enteras de la producción en el país que se encuentran en manos de capitales muy poco compe-titivos y que sobreviven con las medidas de protección, entregas de subsidios y salvatajes periódicos por parte del Estado nacional. A este respecto nos referiremos más adelante. De todas maneras cabe recordar aquí la frase que en el año 2004 lanzaba el titular de la empresa alimenticia Cargill, Héctor Marsilli, y que expresa ca-balmente el proyecto de país de la oligarquía terrate-

niente. En referencia a las medidas de protección de la industria textil en el país, Marsilli señalaba: “la Argentina no puede tener como hobby desarrollar industria ineficientes” (C 7/6).

Cabe observar, cómo la SRA se encarga en todo

momento de presentar todos estos intereses particu-lares que aquí hemos señalado, como intereses gene-rales de toda la sociedad argentina.

Una vez terminada la alocución de Miguens, y ante el hostil panorama general, el secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, única figura del Gobierno que asistió al evento, por orden de Presidencia se retiró del mismo antes de pronunciar su discurso. El gesto político no era menor, quedaba explícita la indisposición oficial an-te la SRA y las voces del campo: ningún funcionario de ninguna esfera del gobierno participaría del acto.

Las palabras de Miguens y el consecuente desplante oficial desataron un torrente de adhesiones alineadas con el programa de la SRA, por parte de todas las enti-dades agrícolaganaderas. La excepción fue esta vez la posición que tomaron los pequeños propietarios y arrendatarios de la tierra nucleados en la Federación Agraria Argentina (FAA).

Señalemos aquí las expresiones más significativas de la unidad de los terratenientes y el capital más concen-trado en el negocio agrícola ganadero.

El mismo día de la inauguración de la Exposición Rural, uno de los dirigentes de CRA, Martín Rapetti, decía “la actitud del secretario no fue nada buena. Dio la espal-da al campo. Debería haber hablado. No debería olvidar que él fue un hombre de CRA” (LN 5/8).

Por su parte, desde Carbap (entidad que se integra a Confederaciones Rurales Argentinas –CRA- a nivel na-cional), Jorge Srodek criticaba: “Es una lástima que no haya hablado el secretario. Esta era una excelente oportunidad para el Gobierno de explicar qué está haciendo con la plata que se le está sacando al productor triguero, y para explicar por qué bajó tanto la hacienda y no los precios de la carne en góndola” (LN 5/8).

Nuevamente en la CRA, su vicepresidente, Néstor Roulet, hizo un planteo de corte más estratégico, haciendo mención al modelo de país del campo, al cual hacíamos referencia más arriba: “El Gobierno cree que hay que hacer tal y cual cosa, nosotros creemos todo lo contrario, y creemos que nos está postergando y se desaprovecha la oportunidad histórica que tiene el país para producir lo que el mundo más de-manda, que es alimento” (P12 6/8). También el presidente de la entidad, Mario Llambías, sentenciaba: “Que un go-bierno se equivoque al planificar políticas y consiga efectos contra-rios a los buscados es grave; pero insistir con las mismas sin acep-tar errores es dramático” (LN 21/8).

Desde Cartez (Confederaciones Rurales de la Tercera Zona) que nuclea a entidades rurales de San Luis y Córdoba -y que también se agrupa a nivel nacional en CRA- su presidente, Ricardo Osella, dijo: “La muestra de intolerancia del Gobierno para con una expresión contraria al

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pensamiento oficial es incompatible con la república que deseamos construir” (LN 9/8).

El presidente de otra de las corporaciones regionales de CRA, Chafor (Chaco y Formosa), Antonio Wallace, sostuvo que “los productores hubieran preferido escuchar sus propuestas para que el campo siga avanzado” (LN 9/8).

También la Asociación de Productores de Carnes Vacunas (Aprocaboa) se alineó contra el Gobierno. El titular de dicha organización, Ángel Girardi criticó que “para estar bien con el Gobierno hay que tener vocación de felpu-do” (LN 9/8).

A su vez, Horacio Delguy, presidente del Frente Agropecuario Nacional (FAN), entidad que se había opuesto y criticado el último lock out del campo, se ali-neó con la SRA: “El discurso del presidente de la Rural fue equilibrado y coherente con la posición gremial que tiene la enti-dad, posición que compartimos en muchos puntos y que hemos planteado. Ha sido una lástima que el Gobierno pierda una oportunidad para plantear su visión sobre el sector frente a una tribuna así” (LN 5/8).

Llamativamente, desde el sindicato de los peones ru-rales, Gerónimo Venegas, secretario general del mismo, se acercaba a la posición de los ruralistas criticando que “el Gobierno debería haber inaugurado esta maravilla”, hacien-do referencia con maravilla a la Exposición de la SRA (C 5/8).

La voz privilegiada de los terratenientes, el diario La Nación, editorializaba días después: “El lamentable episo-dio ocurrido durante el acto inaugural de la 121ª Exposición Rural de Palermo reedita la escasa predisposición del presidente Néstor Kirchner y de funcionarios del gobierno nacional a escu-char aquello que les resulta adverso. La expansión de la produc-ción y de las exportaciones para propender al bienestar general debería ser una política de Estado en la Argentina. Y la mejor receta para avanzar en esa dirección no puede ser otra que el diá-logo constructivo” (LN 7/8).

Está claro que el discurso oficial de la estratégica y centenaria entidad rural (SRA) alentó a las entidades agrícolaganaderas, en sus distintos niveles organizativos (regional y nacional), a confrontar públicamente con el Gobierno.

En este contexto, sobre finales de mes el ya citado Llambías, de CRA, pasaba de la crítica a la amenaza. Con relación al aumen-

to de los precios internos de las carnes “preveía” con tono de profecía autocumplida: “No es que creamos, sino que estamos seguros de que va a haber problemas en la primave-ra. El misterio es saber si se blanqueará el aumento o ocurrirá alguna otra cosa, aunque creemos que es difícil que se pueda se-guir cumpliendo con el acuerdo de precios” (LN 25/8).

Otro capítulo lo escribieron los principales referentes del arco político opositor, quienes también se alinearon detrás del discurso programático de la SRA.

Mauricio Macri, jefe de PRO afirmó: “No dar la cara significa que no hay un plan para solucionar los problemas. Me gustó la contundencia del presidente de la Rural”. Ricardo Ló-pez Murphy, de RECREAR, dijo a su vez que “el Go-bierno tienen un actitud hostil hacia el sector productivo. Está de-cidido a extraerle todos los recursos que pueda”.

Por su parte, la diputada del Movimiento Pampa Sur, María del Carmen Alarcón, criticó: “La ausencia oficial re-trata la incompetencia y la soberbia para entender el sector más competitivo de la economía nacional”.

El candidato a gobernador por la provincia de Bs.As. del lavagnismo, el radical Ricardo Alfonsín, a su vez planteó que “la falta de autoridades nacionales demuestra la falta de compromiso con el sector. El límite a las exportaciones es una locura” (todas las citas en LN 5/8).

Cabe destacar aquí la escisión de una de las organiza-ciones agrícolaganaderas que, en esta oportunidad, to-mó distancia de las corporaciones más grandes. Nos re-ferimos a la FAA que, como dijimos arriba, representa a los pequeños propietarios y arrendatarios de la tierra. Su presidente, Eduardo Buzzi, planteó frente a las otras voces del campo que “acá hay un problema entre el Gobierno y una entidad del sector agropecuario. Nosotros no podemos hacernos cargo de esa pelea” (LN 6/8).

En el Análisis… pasado, hacíamos mención a la fuer-te tendencia alcista en los precios internacionales de to-dos los granos que se exportan al mercado mundial. Veamos ahora, el crecimiento en los márgenes de ganancia brutos que poseen los principales pro-ductos agrícolaganaderos en nuestro país, en los úl-timos años.

Márgenes de ganancia brutos en pesos constantes por hectárea:

Período Invernada Cría Trigo Maíz Girasol Soja

1991-2000 155 71 106 245 159 282

2001 146 93 187 129 78 246

2002 183 75 247 437 398 634

2003 245 138 581 526 443 838

2004 281 132 535 824 500 1034

2005 237 172 220 282 318 654

2006 157 128 287 564 263 620

2007 358 154 384 992 431 710

Fuente: Revista Márgenes Agropecuarios. Publicado en P12, 6/8

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La alianza social en el gobierno: los lazos que tejen las retenciones Hasta aquí los movimientos de la alianza social opo-

sitora y sus manifestaciones políticas. Veamos ahora la base sobre la que se sustenta la alianza gobernante y las últimas medidas oficiales respecto de capitales no com-petitivos a escala mundial, industrias y servicios que re-quieren de subsidios estatales para no incrementar sus precios o tarifas (lo que beneficia a capas medias y al conjunto de los trabajadores), y el aumento del salario real de los trabajadores en blanco, principalmente de las capas mejores pagas.

Las medidas adoptadas en un año netamente electo-ral están enmarcadas en el incremento del gasto público (impulsado por el aumento de los subsidios al sector privado, el alza de salarios, jubilaciones y la obra públi-ca), el cual se ha duplicado en los últimos cuatro años.

Sin embargo, debemos mencionar también los acuer-dos realizados en materia energética y de financiamien-to logrados con dos gobiernos aliados en el plano re-gional, que explican buena parte de la política económica local.

La Patria Grande: acuerdos estratégicos con Venezuela y Bolivia

En el contexto de la crítica situación energética na-cional y de la furiosa disputa con la petrolera Shell, el presidente venezolano Hugo Chávez y Néstor Kirchner firmaron en la Argentina dos acuerdos energéticos. El primero de ellos establece la construcción de una planta regasificadora para ampliar la oferta de gas en el país que implica una inversión por 400 millones de dólares; el segundo instaura el intercambio tecnológico entre ambas naciones mediante un tratado de “seguridad energé-tica”. En este sentido, ambos países proyectaron la con-formación de Petrosuramérica, que estaría formada por las empresas energéticas estatales de ambos países.

En el acto realizado en la Casa Rosada participaron todos los ministros, la titular de Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y de Abuelas, Estela de Carlotto, los diputados Miguel Bonasso y Edgardo Depetri (de la CTA), el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, y el presidente de Techint, Paolo Rocca.

Kirchner decía en el acto: “El gas venezolano va a tener incidencia directa en la economía argentina” (C 7/8).

El canciller argentino, Jorge Taiana, subrayó la tras-cendencia de la relación Argentina-Venezuela: “Esto es una muestra más de las relaciones estrechas entre los dos países porque son acuerdos trascendentales” (LN 7/8).

En este contexto, Chávez se alineaba con la candida-tura oficialista de Cristina Kirchner: “Cristina Kirchner ya es la presidenta de los argentinos. Hasta las piedras lo dicen. Al-gunos se pondrán bravos conmigo porque lo digo, pero hasta las piedras en la Argentina y Venezuela dicen que Cristina Kirchner será presidenta” (P12 7/8).

Pero además de los acuerdos energéticos y del apoyo político al gobierno argentino, Chávez anunciaba la compra de bonos argentinos por 500 millones de dóla-

res, nuevo préstamo que suma en los últimos tres años más de 5.000 millones de dólares. El hecho fue a con-trapelo de las recomendaciones de la vicepresidenta es-pañola citadas más arriba.

Pocos días después, en la ciudad boliviana de Tarija, Kirchner rotulaba junto a su par Evo Morales un con-venio que suscribió el financiamiento argentino para la construcción de una planta gasífera en Bolivia. No me-nos significativo que este nuevo acuerdo energético fue el mensaje que Kirchner envió a las empresas petrole-ras: “Querido Evo, mi teléfono va a estar esperando su llamado. Si estos empresarios que tienen que cumplir no cumplen, ya sea Petrobrás, Repsol o el que sea, levantá el teléfono que los argenti-nos vamos a venir a invertir” (LN 11/8).

Protegiendo a la “industria del hobby” El día 18 de agosto el gobierno anunciaba un paquete

de medidas destinado a contener las importaciones Chi-nas de marroquinería, neumáticos, llantas, bicicletas, productos informáticos e insumos para calzados entre otros. Esto se da en un contexto en el cual las importa-ciones desde el gigante asiático aumentaron 87% en re-lación al mismo período del año pasado. En neumáti-cos la suba fue del 26%, en llantas del 16% y en capellada del 35%.

El ministro de economía Miguel Peirano fundamentó las medidas: “el gobierno no va a permitir amenazas o daños a la industria argentina, por lo que el control de las importaciones desde China será un factor central de mi gestión (…) la recupera-ción de la industria argentina tiene en el monitoreo de las impor-taciones desde China un factor central, sobre todo en los sectores de mano de obra intensiva o de valor agregado intensivo” (LN 15/8).

Las medidas contaron con el apoyo declarado del sector textil, uno de los beneficiados. Aldo Karagozian, en representación de la fundación Pro Tejer, expresó: “ratifican una política que permitió crear 250.000 puestos de trabajo, es un mensaje de fuerte aliento para aquellos que siguen invirtiendo en el país”. Por su parte, Alberto Sellaro, por la Cámara del Calzado, argumentaba a favor de las medi-das: “Se podrá monitorear la competencia desleal producto de la subfacturación y otras maniobras fraudulentas que tanto daño ocasionan a la industria” (C 18/8).

Por las vías del subsidio Por otro lado, el 15 de agosto se anunciaba la transfe-

rencia de 1.300 millones para subsidios a trenes y colec-tivos. Por medio de un decreto de necesidad y urgencia se subsidiaría los mayores costos operativos que el go-bierno le reconoció a los operadores de los ómnibus, trenes y subtes por los últimos aumentos de sueldos acordados con los gremios. Al mismo tiempo la medida tiene como objeto sostener el congelamiento de los bo-letos. Daniel Millaci, director del Grupo Plaza, presi-dente de la Cámara Empresaria de Autotransporte de Pasajeros (CEAP) y precandidato a presidente de la Confederación General Económica, justificó el aumen-

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28 La alianza social en el gobierno...

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to de los subsidios: “con el dinero que recibimos ahora esta-mos en equilibrio” (LN 6/8).

Distribución con cuentagotas Durante el mismo mes, el gobierno nacional hizo

numerosos anuncios de medidas tendientes a recompo-ner los ingresos de un sector de la población. En parti-cular los jubilados y pensionados del sistema nacional de previsión social, quienes alcanzaron un aumento del 12,5%, y un sector del movimiento obrero organizado quien consiguió evitar el pago del impuesto a las ganan-cias. Al mismo tiempo se anunció un alza del 40% en asignaciones familiares.

Impuesto a las ganancias: El día 23/8 el senado con-vertía en ley la suba en el piso a partir del cual se paga el impuesto. La medida significaría el incremento en los salarios de unas 700.000 personas. Según la nueva ley dejarán de pagar el impuesto los trabajadores casados con dos hijos que ganen menos de 4.577 pesos mensua-les y los solteros cuyo salario no exceda los 3.346 pesos.

Asignaciones familiares: El día 24/8 el gobierno anunciaba un alza del 40% en asignaciones familiares por hijo e hijo con discapacidad que comenzaría a regir a partir del mes próximo. La medida si bien fue apoya-da por las centrales sindicales (CGT y la CTA) fue con-siderada como “insuficiente”. Hugo Moyano, titular de la CGT, expresaba “es un reclamo que había formulado la CGT desde hace un tiempo” y es “una respuesta positiva que nos da el Gobierno en cuanto a un aumento considerado bastante importante aunque no lo suficiente con respecto a las asignaciones (…) lo suficiente seria llevarlas al nivel que tuvieron en los go-biernos históricos del peronismo cuando significaban un 30% del salario” (LN 24/8).

Según informó el jefe del Anses, Sergio Massa, el in-cremento provendría de “recursos genuinos del sistema de se-guridad social” y de las contribuciones de los empleado-res (LN 24/8).

La disputa por los números: inexactitud de las matemáticas

En el mes de agosto, según datos difundidos por el INDEC, a pesar de los cortes de gas y electricidad, la actividad económica creció un 8,3% en relación con el mismo mes del año pasado y del 0,7% respecto de ma-yo. El crecimiento se observó en la mayoría de los sec-tores pero se destacó en el agro y el consumo. Los da-tos permitieron al presidente mostrarse optimista frente a la situación de la Argentina frente a la crisis financiera mundial: “A pesar de las supuestas crisis, la economía ha creci-do el 8,3% y sigue creciendo fuertemente, al igual que el consumo” (LN 17/8).

Al mismo tiempo, el INDEC informó que la infla-ción de julio había sido del 0,5%. Con este dato para las estadísticas oficiales el costo de vida acumuló un au-mento del 4,4% en lo que va del año. En cuanto a la canasta básica esta habría incrementado su costo en un 0,7%. Por su parte, los técnicos del INDEC -enfrentados a la metodología estadística que llevan ade-

lante las autoridades del organismo- difundieron en el Congreso de la Nación sus propios números sobre el índice de precios al consumidor que duplican los oficia-les a lo largo del primer semestre. Estuvieron presentes los diputados Claudio Lozano (CTA), Eduardo Malacu-se (ARI), Rafael Martínez Raymonda (Demócrata Pro-gresista) y el senador Rubén Guistiniani (Socialista) en-tre otros, quienes acordaron “unificar e impulsar” en las comisiones parlamentarias los distintos proyectos para “transparentar” la gestión del INDEC. (P12 15/8).

Días después el organismo difundía la estadística de ocupación y desocupación, la cual arrojaba los siguien-tes datos: 8,5% de desocupación (1.300.000 personas), 9,5% de desocupación contando los beneficiarios de planes sociales, subocupación 10,2% (1.700.000 perso-nas) y la estimación de la creación de 351.000 empleos en el segundo trimestre de 2006. En lo que respecta a la desocupación los índices reflejan el valor más bajo en los últimos 14 años.

Por su parte, Daniel Fazio, secretario de ATE en el INDEC, expresó que el índice difundido carecía de “ca-lidad técnica” y revelaba “inconsistencias bastante graves” (C 23/8). A la par se desarrollaba una protesta de trabaja-dores del instituto que terminó con un saldo de cinco manifestantes heridos tras la represión policial.

Por parte del gobierno nacional fue el secretario de Comercio Guillermo Moreno quien salió a defender la veracidad de las estadísticas y expresó que el índice de inflación de julio de 0,5% reflejaba la realidad y que “el pecado de origen (de los que cuestionan los índices oficiales de pre-cios) es que no conversan con los empresarios. Si conversaran con ellos y les pidieran las listas de precios se evitarían cualquier aná-lisis superfluo” (P12 8/8).

El diario Clarín en la editorial del día 8 de agosto ex-presaba su preocupación por la presunta manipulación de datos: “El índice oficial de costo de vida muestra una crecien-te brecha con las estimaciones privadas de precios y con lo que pueden comprobar los consumidores cotidianamente, lo cual re-fuerza la necesidad de normalizar el INDEC” y pretendía encontrar a los damnificados directos no ya de la infla-ción sino de la manipulación de los datos: “ha tenido una evidente repercusión entre los inversores en títulos públicos in-dexados por precios minoristas, lo cual afecta las posibilidades de financiamiento del Estado nada menos que en momentos de tur-bulencias del mercado financiero internacional” (C 8/8).

Días antes se difundía el dictamen del fiscal Carlos Stornelli, el cual afirmaba: “La supresión de datos estadísti-cos, la inclusión de otros que no revisten esa calidad, la alteración de métodos utilizados (previamente) para la elaboración del IPC redundó (incidió) en los datos finales y en la inclusión de datos falsos” (C 3/8).

Como vemos, la disputa ideológica se despliega tam-bién en el terreno de la elaboración de índices, utilizán-dose los mismos por una y otra fuerza como herramien-ta de construcción de consenso social.

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La crisis política de un proyecto histórico Agitar las aguas, sin que desborde el río

El mes pasado pudimos observar cómo, a partir de diversas denuncias, la oposición lograba articular un discurso unificado planteando un estado de corrupción generalizado en el gobierno conducido por Néstor Kirchner.

Durante el mes de agosto un nuevo caso pudo ser in-cluido en el glosario: en el contexto de la visita ya co-mentada del presidente venezolano Hugo Chávez a nuestro país, un avión de alquiler, contratado por la empresa estatal argentina de energía ENARSA, aterri-zaba en el aeroparque Jorge Newbwery, proveniente de Caracas. Los pasajeros eran el presidente de ENARSA, Exequiel Espinosa, el director ejecutivo del Órgano de Control de Concesiones Viales, Claudio Uberti, y Vic-toria Bereziuk funcionaria del mismo organismo, por el lado argentino. Además viajaban tres funcionarios de la petrolera estatal venezolana Pdvsa, más el hijo del vice-presidente de la misma, y un empresario venezolano radicado en Miami, Guido Antonini Wilson, quien traía consigo una valija conteniendo alrededor de 800 mil dólares que no declaró, y que fueron detectados por las autoridades aduaneras argentinas.

Casualmente, el dirigente del peronismo opositor a Kirchner, Juan Mussa, se encontraba en el aeroparque, lo que le permitió ser testigo del hecho, y posteriormen-te radicar la denuncia en la Justicia local5.

Rápidamente, el arco opositor volvió a juntarse en una sola voz, denunciando una situación de corrupción generalizada y pidiendo, como lo habían hecho el mes anterior, la cabeza de un ministro, en este caso de Julio de Vido, titular del área de Planificación Federal. Desde ARI, Elisa Carrió señalaba: “Esto es de Dios, estoy contentí-sima. Estalló la verdad, y es la prueba de la corrupción de este gobierno”. Por su parte, desde la fuerza política conduci-da por Roberto Lavagna, UNA, Alejandro Rodríguez agregaba: “Kirchner debe exigir ya mismo sin dilaciones la re-moción preventiva de De Vido y Uberti, su mano derecha y nexo con el chavismo” (LN 9/8). Estas declaraciones bastan como muestra. Con la particularidad de cada espacio, lo propio fue planteado desde Pro (Mauricio Macri), la UCR oficial o no kirchnerista (tanto el ala que acordó con Lavagna como la que lo hizo con Carrió), el Parti-do Socialista no kirchnerista, el peronismo opositor (Rodríguez Saa, Saadi, Mussa, Menem), el Partido De-mócrata Progresista, Recrear (Ricardo López Murphy), y Jorge Sobisch, del Movimiento Provincias Unidas.

5 Al igual que lo señalado en nuestro último Análi-

sis…respecto a hechos de similares características, no nos de-tendremos en la veracidad o no de lo denunciado, ya que lo que nos interesa observar aquí es cómo la situación permite posicionarse a diferentes sectores analizando entonces uno de los aspectos de la conformación de fuerzas sociales en disputa.

Del lado del gobierno, más allá de la renuncia de Uberti y de los intentos de explicaciones, siempre par-ciales, por parte de diversos funcionarios, el único apo-yo provino desde fuera. En su programa televisivo do-minical “Alo presidente”, el mandatario venezolano, Hugo Chávez, señalaba: “Y ahora nos están tirando con to-do, por esta cuestión de la maleta y esos dólares que aparecieron en el aeropuerto de Buenos Aires, porque no les gusta que nos lle-vemos bien (…). Pero no nos equivoquemos, estos son mandados por otro más poderoso: el imperialismo norteamericano, que quiere interferir en los procesos de unidad latinoamericana, de acerca-miento de nuestro pueblos” (P12 20/8).

Por otro lado, al igual que el mes anterior, el discurso opositor aparecía reflejado, de manera reflexiva, sintéti-ca y transparente, a través de los editoriales de los prin-cipales matutinos nacionales, logrando vincular el hecho con la campaña electoral, y particularmente con los “peligros que corre la República” por la crisis exis-tente de las instituciones, tema sobre el que construyen diariamente su discurso de campaña los principales candidatos opositores: Carrió, López Murphy, y Lavag-na.

Así, el diario de la familia Mitre señalaba: “Da la ca-sualidad, dentro del mar de especulaciones que desató este nuevo episodio de corrupción, de que una bolsa con dinero encontrada en el baño de su despacho ministerial forzó la renuncia de la ex mi-nistra Felisa Miceli (…). En un año electoral, en el cual siempre se sospecha que los fondos para las campañas pueden provenir de rutas poco habituales y cubiertas de neblina, y tras los recientes es-cándalos de corrupción que todavía jaquean al Gobierno, la socie-dad espera de las autoridades nacionales algo más serio que res-puestas tardías y tan poco convincentes, que no han despertado más que una ola de rumores sobre el dinero incautado.

“Si los funcionarios involucrados pertenecen al área de De Vi-do, (…) ¿acaso el ministro no debería responder por hechos de es-ta magnitud?” (LN 10/8).

El matutino de los Noble profundizaba las conexio-nes lógicas: “Las certezas y las sospechas que se han instalado sobre la presencia de la corrupción en el Estado, no sólo afectan al gobierno de turno, sino, lo que es más grave y peligroso, el presti-gio y la credibilidad de las instituciones.

“En los años noventa, por una sumatoria de causas, el sistema político comenzó a sufrir un serio desprestigio que se agravó con la crisis económica. El síntoma más visible de esto fue la crítica ge-neralizada al sistema político. Otra consecuencia menos evidente, pero de consecuencias más amplias y duraderas, fue una profundi-zación del desprestigio de las instituciones de la vida republicana que se traduce, a su vez, en el deterioro de la cultura cívica. Sín-tomas cotidianos de este problema son el menosprecio por las nor-mas, la apelación a la violencia en los conflictos cotidianos y la di-fusión de la corrupción en los estratos más bajos de la organización estatal o social.

“La salida de la crisis abrió no sólo la posibilidad sino la ne-cesidad de revertir las prácticas que contribuyeron a esa debacle y a sus consecuencias.

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30 La crisis política de un proyecto histórico

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“(…) Por eso es una responsabilidad fundamental del Go-bierno y del sistema político en su conjunto revertir este tendencia, para evitar que el desengaño por un gobierno o por un segmento de la política dé lugar a una nueva ronda de decepciones ciudadana en las normas que regulan la vida política y social.

“Hay que tener presente que del respeto por estas normas de-penden, en última instancia, la coexistencia social, el progreso económico y la solidez de la Nación” (C 12/8).

El análisis realizado por el editorialista de Clarín me-rece particular atención en momentos en los que el arco opositor intenta constituirse en alternativa, y utiliza para ello todo lo que tiene a su alcance, aunque eso mine, justamente, los principios sobre los que se sostiene la democracia representativa. Ante eso, se corre el peligro de volver a generar una situación de descontento en las capas medias que facilite un estallido social. Pero no se puede dejar de hacerlo, si se pretende frenar el desarro-llo de la política kirchnerista. Aunque las consecuencias pueden ser peores. Se trata de cómo agitar las aguas del descontento social, manteniéndolo en los marcos de lo previsible y manejable. A veces, como veremos, se lo puede utilizar dicho descontento para el molino propio.

Con río revuelto, ganancia de pescadores Hacia mitad del mes de agosto, otro hecho sacudió a

la opinión pública nacional. En la provincia de donde el presidente Kirchner es oriundo, Santa Cruz, el ex mi-nistro de gobierno, Daniel Varizat, atropelló con su camioneta 4 x 4 a 17 personas. Las mismas participaban de una manifestación cuando divisaron al ex funciona-rio y lo rodearon increpándolo por su responsabilidad, entre otros hechos, por la represión desatada a comien-zos del presente año contra docentes y estatales que exigían aumento salarial.

En este caso, ni siquiera hay que dar por supuesto el hecho. Del atropello dan cuenta los múltiples heridos y la gravedad de los mismos en algunos casos. Y del des-contento social en Río Gallegos dan cuenta la multipli-cidad de movilizaciones, actos y todo tipo de acciones que vienen realizando desde hace meses diversos secto-res.

Ante esto, el discurso del amplio arco opositor tam-bién logró unificarse, responsabilizando directamente al gobierno nacional por lo sucedido. Pero esta vez, al montarse sobre la protesta social y gremial, el arco opo-sitor logró sumar a otras fuerzas políticas, como el MST, el PO, la CTA, y a todos los gremios estatales que integran la Mesa de Unidad Sindical.

Demasiadas voces y muy discordantes para unificarse en un discurso. La tarea, entonces, fue encomendada nada menos que al obispado de Río Gallegos, conduci-do por el ya famoso obispo Juan Carlos Romanín, quien se encargó de elaborar un documento que contu-viera los diferentes reclamos, y de posicionar el objetivo del mismo dentro del contexto electoral presente, al se-ñalar que de lo que se trata es de “defender nuestra demo-cracia y la agenda electoral que culminará con la asunción de un nuevo gobierno en diciembre” (LN 21/8).

Al día siguiente, con paro de estatales, docentes y ju-diciales incluido, y con el cierre de comercios en apoyo, se realizó una movilización que finalizó en un acto que tuvo como único orador a Romanín.

Por su parte, desde el gobierno, en un intento por descomprimir la situación, se anunciaba la renuncia del Jefe de la policía y un aumento salarial a los empleados públicos del 22%, justamente dos de los principales re-clamos gremiales. El diputado oficialista Edgardo De-petri explicaba las medidas, como tendientes a separar los reclamos sociales del intento de conducirlos al plano electoral: “Se prioriza a los que reclaman mejoras salariales y sociales y se aísla a los que se montan en los conflictos para insta-lar campañas electorales” (P12 23/8).

Sin embargo, desde la Iglesia, se intentaba mantener la situación de conflicto, augurando nuevos hechos de violencia, nuevamente en la voz del obispo Romanín: “Se llegará a un extremo en el que la gente va a hacer justicia por mano propia” (LN 24/8).

La política celestial No es nueva la intervención de la Iglesia en el proce-

so político argentino. De hecho, la cúpula eclesiástica nacional había hecho explícita su intervención en la ac-tual coyuntura, al anunciar meses atrás que se permitiría opinar sobre el proceso electoral en curso, sin apoyar a nadie, pero criticando la política oficial.

En agosto, el conflicto social en Santa Cruz no fue el único terreno de acción. Ya a comienzos de mes, el electo Jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, se en-trevistaba públicamente con el cardenal Bergoglio, máxima autoridad de la curia argentina, anunciando mediante un comunicado que el motivo del encuentro fue discutir sobre “distintos aspectos de la realidad social y po-lítica de la ciudad y de futuras líneas de cooperación” (P12 3/8).

Unos días más tarde, justamente Bergoglio, quien como presidente del Episcopado se encuentra al frente de la institución que realiza las mayores campañas de donaciones y de reparto de bienes en nuestro territorio, criticaba el clientelismo político y la dádiva: “Cuando una sociedad basa el reparto de los bienes, no en el trabajo, sino en la dádiva o en los privilegios pierde el sentido de su dignidad y rápi-damente se vuelve injusta la distribución de los bienes, y las per-sonas son transformadas en esclavos o clientes” (C 8/8), en una clara alusión a la política oficialista hacia los sectores más humildes.

Dos semanas después, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Nañez, durante su homilía dominical, exhortó a los católicos cordobeses a “votar con cuidado y atención tanto en las elecciones locales del 2 de septiembre como en las presidenciales del 28 de octubre” (LN 20/8).

Y enseguida, mediante un nuevo comunicado, el Episcopado argentino hacía pública su posición tras re-unirse en forma plenaria, expresando su respaldo a lo actuado por el obispo Romanín, al tiempo que reiteraba su pedido de “un proceso electoral transparente, sin demagogia, presiones indebidas, clientelismo ni dádivas” (LN 24/8).

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Y también en la tierra… de la oposición Dentro del contexto recién descrito, varias fueron las

novedades del proceso electoral en curso, tanto en lo que respecta a rupturas, acuerdos y candidaturas, así como a elecciones provinciales.

En cuanto a los diversos espacios opositores, ni bien comenzado agosto, con la renuncia de Mauricio Macri a candidatearse para presidente tras ser electo como Jefe de Gobierno porteño, la discusión quedó centrada, fundamentalmente, entre Elisa Carrió (Coalición Cívi-ca), Ricardo López Murphy (Recrear), y Roberto La-vagna (UNA).

Para López Murphy la primera dificultad consistió en lograr que Macri haga explícito el apoyo a sus aspira-ciones presidenciales, algo que recién consiguió pasada la primera mitad del mes.

Hasta allí, nada se salía de lo planteado en los últimos meses. Sin embargo, unos días más tarde, el espacio opositor sería sacudido por la confirmación de las ne-gociaciones entabladas entre Elisa Carrió y López Murphy para constituirse en una única fórmula presi-denciable, en un intento a contrarreloj por acortar la brecha en intención de votos que los separa de la can-didata oficialista, Cristina Fernández de Kirchner. Los datos que se manejan en dicho intento son claros. En las últimas presidenciales, en el año 2003, Carrió obtu-vo 2.723.574 votos, mientras que López Murphy cose-chaba 3.173.475, lo que pondría a una fórmula conjunta cerca de los 6 millones de votos. Por supuesto, conven-cer a las estructuras partidarias de ambas fuerzas y a los sectores sociales que las sostienen no sería nada fácil.

El primero en plantear las disidencias con la estrate-gia elegida por Carrió fue nada menos que el titular de diputados nacionales de ARI, Eduardo Macaluse: “Ló-pez Murphy en la Coalición Cívica sería jugar para otro lado y nosotros ahí no jugamos. Sería una divisoria de aguas (…). Es un representante de los poderes económicos más concentrados (…) todo el partido espera una aclaración de Carrió”. El dirigente se refería así a las todavía ambiguas palabras de Elisa Carrió, quien planteó estar trabajando para hacer una Coalición “lo más amplia posible”, agregando que López Murphy cumplía con las condiciones éticas y de resis-tencia necesarias para estar dentro (LN 20/8).

Más crítica aun resultaba la diputada por ARI, Marta Maffei: “No hubo ni una sola voz del ARI, ni un solo planteo en esa dirección. El partido no realizará una alianza ni con el PRO, ni con Recrear, ni con Compromiso para el Cambio (…). Carrió dijo una docena de veces que no tiene negociaciones con López Murphy, que ese señor no integra la Coalición Cívica y que no es santo de su devoción (…). Lo dijo de las más diversas maneras (…). Esto es terminante” (P12 21/8).

Al día siguiente, el titular del ARI bonaerense, Carlos Raimundi, se sumaba a las criticas: “López Murphy simbo-liza lo que está en las antípodas de lo que representamos noso-tros”.

Mientras tanto, Carrió intentaba explicar contradi-ciendo lo señalado por sus seguidores: “Mi única razón de permanencia en la política es el armado de una gran Coalición

Cívica que saque al país de la corrupción y de la injusticia, y esto incluye la posibilidad de que esté Ricardo López Murphy” (LN 22/8).

Rápidamente, uno de los principales analistas políti-cos del diario La Nación, Joaquín Morales Solá, apura-ba un editorial explicando el nuevo escenario: “Elisa Carrió y Ricardo López Murphy caminan hacia un acuerdo in-minente. ¿Esa coalición es ya segura? Todavía debe esperarse el final de las negociaciones en marcha y la conclusión de la ardua tarea de los dos políticos (de Carrió sobre todo) para convencer a sus seguidores de la necesidad del acuerdo. Pero importa, más que nada, que ambos están personalmente convencidos de que deberán enfrentar juntos a los Kirchner en las elecciones de octubre.

“Una noticia no menor de las últimas horas fue la decisión de Carrió de hacer un público acto de autoridad ante la sublevación de algunos dirigentes de ARI, el partido que ella creó; aquellos se había apresurado a criticar en declaraciones periodísticos esa even-tual alianza: ‘Al que no lo guste, que no me vote’, asestó Carrió, tras recordar que ella no está afiliada ahora a ningún partido y que sólo se dedica a la construcción de una amplia concertación” (LN 22/8).

De esta manera Carrió ampliaba los límites de la can-cha, aunque sin dejar de demarcar el terreno de juego. Si se pretendía que el acuerdo sea aceptado por las ba-ses y los dirigentes del ARI, Mauricio Macri debería quedar afuera del esquema propuesto: “Está claro que queremos una amplia Coalición Cívica que incluya a muchos sec-tores, pero que tenga una imposibilidad moral con Macri” (P12 23/8). Los reparos ahora llegaban de parte del jefe de diputados de PRO, Federico Pinedo: “Nos parece ofensivo, injusto e injustificado lo que dijo la doctora Carrió (…). Desde PRO tenemos otra generosidad a la hora de plantearnos una vi-sión política y la construcción de consensos” (C 23/8).

Nada estaba cerrado. Al día siguiente, Carrió plantea-ba: “Tenemos que ganar el país para salvar a la Nación. Porque es decisivo que pongamos todo de nosotros para estar juntos”, al tiempo que subestimaba las críticas internas: “Son sólo tensiones menores en el contexto de un tránsito histórico”. Y Ló-pez Murphy sumaba esfuerzos: “Las coincidencias todavía no se han alcanzado y no sé si se van a alcanzar. Pero tenemos las manos tendidas y la voluntad de buscar el mayor frente oposi-tor posible” (LN 24/8).

El ojo de Morales Solá seguía al detalle el intento de acuerdo opositor, analizándolo y apurándolo diariamen-te desde las páginas de La Nación: “Tambalea la posibili-dad del eventual acuerdo entre Elisa Carrió y Ricardo López Murphy. La probable coalición no está descartada aún. De hecho, ambos ratificaron ayer la vocación acuerdista y Carrió se mostró como garante personal de esa negociación hasta el 8 de sep-tiembre, cuando concluirá el plazo para inscribir candidatos (…). El partido de Carrió, el ARI, y sus aliados, los socialistas sobre todo, han aceptado ya la incorporación de figuras como Alfonso Prat Gay y Patricia Bullrich. Carrió no resolvió todavía con los socialistas la alianza con López Murphy. Debió enfrentar tam-bién públicamente a varios dirigentes del ARI para disciplinar a su partido. ¿Tiene margen para sumar a Macri sin el riesgo de un estallido en su propio espacio político? Los amigos de Carrió aseguran que ese margen no existe (…). La política argentina ha

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perdido, por lo general, la dosis de racionalidad que necesita para ser una actividad provechosa. La racionalidad significa tomar conciencia de quién es quién, asumir que toda negociación es inútil sin la vocación de ceder y acotar las expresiones públicas a lo justo y necesario. Requiere también de un esfuerzo de comprensión para entender al otro, la más notable ausencia en las últimas horas de Carrió y López Murphy” (LN 24/8).

Sin embargo, era difícil retroceder desde las palabras de Carrió. Pero en política todo es posible. Un puente comenzaba a tenderse al día siguiente, cuando la líder de la Coalición Cívica planteaba: “Macri ya es Jefe de go-bierno porteño y la garantía de que él gobierne la Ciudad es que nosotros gobernemos la Nación”, al tiempo que un comuni-cado del bloque de legisladores porteños de la Coali-ción Cívica aportaba: “Hay que insistir en el armado de una amplísima coalición que sea alternativa de gobierno para las elec-ciones de octubre” (C 25/8).

Pero tres días más tarde, el acuerdo estallaba por los aires. “El Gobierno debe estar festejando nuestro fracaso”, anunciaba López Murphy. “Las razones del fracaso son va-rias, pero la más importante es que los argentinos no tenemos cul-tura para conformar una amplia coalición. Nos cuesta entender que el otro es diferente y que hay que aceptarlo con sus diferen-cias” (LN 29/8).

Por su parte, desde las filas de Carrió se hacía recaer las culpas sobre la sociedad López Murphy – Macri: “La iniciativa de Ricardo López Murphy de resignar su candida-tura e incorporarse a este espacio ha resultado inconsistente con su posterior decisión de privilegiar intereses políticos carentes de visión nacional” (LN 29/8), señalaba un comunicado de la Coa-lición Cívica al respecto.

En tanto, desde el macrismo, Federico Pinedo, jefe de la bancada de diputados de PRO, daba su punto de vista: “Propiciamos desde enero de este año la unidad de la opo-sición: López Murphy-Carrió-Lavagna (…). Fracasamos en lo que creíamos que debía pasar. No estamos arrepentidos de haber-lo buscado. Si tiene costos, los asumimos. Pero este fracaso no fue culpa nuestra (…). A Mauricio le dijeron que era importante para la unidad de la oposición que no fuera candidato a presiden-te, y fue candidato por la ciudad. Ese fue su aporte. Sin embargo, acá estamos…” (P12 29/8).

Como vemos, lo que hace unos meses parecía irreali-zable, durante agosto estuvo dentro del marco de lo posible. Dura tarea para la oposición al kirchnerismo, que encuentra en la crisis de representatividad e institu-cional un difícil terreno para explicar acuerdos tan am-plios, pero que mira de reojo desde hace unos años las experiencias venezolana y boliviana, en las que un fuer-te descontento social, sumado a una oposición atomi-zada al máximo en la lucha por espacios de poder e in-capaz de dar respuesta desde algún sector particular al conjunto de la sociedad, dieron pie al ascenso de la lu-chas populares que generaron alternativas de gobierno que ambicionan encaminarse hacia el “socialismo del siglo XXI”, tal como lo plantean los presidentes Chá-vez y Morales.

Por ello, con un ojo más amplio, Morales Solá expli-caba el suceso responsabilizando a las esquizofrénicas

capas medias: “¿Hay que hacerle un reproche a la oposición? Sectores sociales importantes pedían la unión de los opositores frente al poder kirchnerista, pero la sociedad pide a veces cosas que después termina rechazando. También requirió en su momen-to la construcción de la Alianza para sacar al peronismo del po-der. Lo consiguió en 1999. El recuerdo de esa fusión de ex oposi-tores administrando el gobierno es uno de los recuerdos más reprobados por la misma sociedad que la prohijó. La única virtud de los actuales opositores es que han mostrado sus diferencias y sus rencillas antes de llegar al gobierno. Quizá sólo ha sucedido que las cosas están como deben estar” (LN 29/8).

Luego de la coctelera, los diferentes tragos Así las cosas, el mes culminó con la presentación

formal de las distintas alianzas electorales en su fecha límite, quedando conformadas diversas propuestas elec-torales. Entre otras, se destacan:

PRO: incluye a Recrear, Compromiso para el Cam-bio, Unión Popular y Partido Federal. López Murphy es el candidato presidencial. En la Provincia de Buenos Aires, sin embargo, no lograron consensuar un acuerdo. Mientras los hombres de Mauricio Macri apoyan la candidatura de su primo, Jorge, junto al empresario Francisco de Narváez, los seguidores de López Murphy postulan a un hombre propio, Sergio Nahabetian. Am-bas fórmulas pretenden utilizar el nombre PRO en sus respectivas boletas.

Coalición Cívica: contiene a ARI y Unión por Todos. Es apoyada además por el Partido Socialista. Su presi-denciable es Elisa Carrió. En la Provincia de Buenos Aires, apoya la candidatura de Margarita Stolbizer, quien se postula desde la UCR bonaerense, oponiéndo-se a la propuesta de la UCR nacional que lanza para go-bernador a Ricardo Alfonsín.

UNA: conformada por la UCR oficial, los peronistas no kirchneristas de la Concertación para una Sociedad Justa (Sojus), el MID, el Partido Demócrata Progresista, y una decena de partidos provinciales, impulsan a Ro-berto Lavagna al sillón de Rivadavia. Sectores que lo apoyan, como el grupo Pampa Sur, en la provincia de Buenos Aires adhieren a la candidatura de Scioli, quien va por el Frente para la Victoria.

Frente Partido Justicialista: se trata del “peronismo anti K”, quien contiene a sectores liderados por Puerta, Menem, y otros referentes justicialistas. Su candidato a presidente es el gobernador puntano, Alberto Rodrí-guez Saá, y cuenta, también, con el apoyo de la Ucedé.

Movimiento Provincias Unidas: es el espacio liderado por Jorge Sobisch, actual gobernador de Neuquén y candidato a presidente, que sumó, a última hora, a Juan Carlos Blumberg, como candidato a la gobernación bo-naerense.

Frente para la Victoria: integrado por el Partido para la Victoria y el PJ, lidera las encuestas con la candidatu-ra de la esposa del presidente Kirchner, Cristina Fer-nández. Este espacio, merece un apartado propio.

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Kirchnerismo, todo lo que no sea opositor Mucho más tranquilo que la compleja situación de

los espacios descritos más arriba viene resultando al camino recorrido por el entramado oficialista que, a fuerza de juntar en cada distrito todo lo que no logre conseguir la oposición, logra apuntalar cada día más la fórmula, ya oficializada, de Cristina Fernández de Kirchner y Julio Cobos.

En el transcurso de agosto, el PJ bonaerense realizó un congreso en el que se expresó el apoyo a dicha fór-mula, juntando a las partes que habían actuado dividi-das, dos años atrás, detrás de las candidaturas de Cristi-na Kirchner y de “Chiche” Duhalde.

Por su parte, también el Frente Grande oficializó el apoyo a la candidata oficialista, lo mismo que la Asocia-ción Madres de Plaza Mayo conducida por Hebe de Bonafini.

También el brazo político de la CGT, las 62 Organi-zaciones Gremiales Peronistas, realizó un congreso en el que se oficializó el apoyo a Cristina de Kirchner. Sin embargo, el apoyo sindical llegó con mayor cautela, lo que permite prever un posible foco de conflicto. Se tra-ta nada menos que de las declaraciones realizadas sobre el final del mes por el titular de la CGT, Hugo Moyano, quien en un almuerzo organizado por la Asociación de Dirigentes de Empresas (ADE) expresó respecto de la candidata oficialista: “Todos tenemos nuestras dudas y preocu-paciones, y a la candidata todavía no la conocemos” (LN 30/8).

Y estos apoyos logrados desde un amplio arco vario-pinto, también contó con buenas noticias en lo que a elecciones provinciales se refiere.

En San Juan, con el sello del Frente para la Victoria, el actual gobernador José Luis Gioja se impuso en las elecciones para gobernador, obteniendo el segundo lu-gar Roberto Basualdo, por el Frente para el Cambio, espacio que también apoya la candidatura de Cristina Kirchner para presidente.

En La Rioja, a su vez, retenía la gobernación Luis Beder Herrera, por el Frente del Pueblo Riojano, segui-do por Ricardo Quintela, del Frente para la Victoria. Ambos espacios apoyan, en las elecciones nacionales, la propuesta kirchnerista. Tercero, bajo el lema Lealtad y dignidad, concluyó el ex gobernador riojano y ex presi-dente de la Nación, Carlos Saúl Menem, quien a nivel nacional se ubica en el espacio del peronismo opositor al kirchnerismo.

Por su parte, en San Luis, el actual gobernador Alber-to Rodríguez Saá obtuvo la reelección por un amplio margen, dando impulso a su propia candidatura presi-dencial dentro del peronismo opositor.

Por último, en Tucumán retuvo la gobernación José Alperovich, por el Frente para la Victoria, con muchos cuerpos por sobre cualquiera de las otras 12 fórmulas candidateadas.

Creando cizaña entre Bolívar y San Martín Como vimos, a poco menos de dos meses de las

elecciones presidenciales, dos fuerzas aparecen cada vez

más conformadas y decididas a enfrentarse en todos los terrenos que les sea posible, más allá de que en las ur-nas lo vayan a hacer de manera fragmentada y no en dos únicas opciones electorales.

Esto es así a tal punto que, en el mes del Libertador, desde el matutino La Nación se rastreó en las guerras de independencia nacionales la justificación de la nece-sidad de oponerse, cuanto antes y de manera contun-dente, al proyecto kirchnerista, sobre todo en su ver-sión cercana a Hugo Chávez, presidente de Venezuela. Así, comenzaron a plantearse las diferencias entre los proyectos conducidos por José de San Martín y por Si-món Bolívar respectivamente, asociando al primero con la idea democrática y al segundo con la propuesta dicta-torial.

La construcción ideológica era iniciada por Mariano Grondona, bajo el sugestivo título ¿Qué somos, bolivaria-nos o sanmartinianos? Conviene reproducir extensamente sus palabras para poder acompañarlo en su razona-miento: “Cuando Simón Bolívar y José de San Martín se re-unieron en Guayaquil en 1822, no se sentaron frente a frente sólo dos generales victoriosos unidos por el mismo ideal de la indepen-dencia americana, sino también los portadores de dos concepciones opuestas del poder.

“(…) Cuando América se emancipó, el nuevo continente tuvo que llenar el vacío de poder que le dejaba el tumultuoso alejamien-to de sus tutores europeos. Para remediar esta carencia, surgieron dos modelos políticos. Uno personalista, el de Bolívar. Otro insti-tucional, el de San Martín.

“(…) El proyecto "bolivariano" finalmente fracasó, pero su diseño apuntaba a reemplazar el mando de una persona, el rey español, por el de otra persona, el caudillo latinoamericano que aspiraba a ser Bolívar, de modo tal que el vacío de poder generado por el alejamiento de un mando unipersonal situado en Europa fuera cubierto por un nuevo mando unipersonal de origen criollo, cambiando de este modo la titularidad pero no la sustancia del poder.

“(…) Hay dos maneras de fundar un régimen político. Una es prolongar sin plazos el poder del que ha liberado al país de su an-tigua dependencia. Este fue el método de Bolívar. La otra es abrir el juego del poder a nuevos actores para que, entre todos, habiliten la "libertad interna" de los ciudadanos. Este fue el método de San Martín. Un método que, en vez de exaltar al libertador de la antigua dependencia, lo llevó en dirección del renunciamiento.

“(…) ¿La Argentina de hoy sigue siendo sanmartiniana? Es lícito dudarlo. El proyecto de elegir a uno de los Kirchner en lugar del otro en octubre, ¿no se parece más en cambio a la pretensión de fundar una "copresidencia perpetua", de signo bolivariano?

“(…) Cuando Chávez se confiesa bolivariano, quiere hacer dos cosas. Una, homenajear con justicia a uno de los dos grandes libertadores latinoamericanos. La otra, replicar el modelo boliva-riano de la "presidencia perpetua". La ambición del poder ilimi-tado que tiene en Chávez su máxima expresión en nuestra Amé-rica viene a coincidir por otra parte con nuestra historia reciente porque, de Perón en adelante, la idea de la presidencia perpetua se expandió entre nosotros.

“(…) Cuando Chávez impuso de nuevo la meta de la presi-dencia perpetua, pues, encontró una Argentina políticamente pre-

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dispuesta. Una Argentina, más que sanmartiniana, bolivariana. Y en cuanto a los Kirchner, ¿quién se animaría a adscribirles una vocación sanmartiniana? En Cuba y en Venezuela, en Ecuador y Bolivia, y también entre nosotros, se expande hoy entre los latinoamericanos el personalismo autoritario que heredamos de España y que nuestra madre patria ha abandonado, sin embar-go, desde la muerte de Franco en 1975 para convertirse, seguida por naciones como Chile, México, Brasil y Uruguay, en una de las democracias exitosas de nuestro tiempo” (LN 5/8).

El 17 de agosto, fecha en que se conmemora la muerte del héroe nacional, desde el diario de la familia Mitre se continuaba en la línea de análisis planteada por Grondona, pero esta vez desde la columna editorial del matutino: “Cuando aquel 26 de julio de 1822 San Martín lle-gó al palacio de Guayaquil para el diálogo decisivo con Bolívar, ya había perdido sus ilusiones sobre el destino de América Latina y tenía juicio formado sobre el militarismo heroico y vacuo del Li-bertador. En efecto, la violencia militar puede liquidar un orden establecido, pero no crearlo. Y éste es el punto crucial al que había llegado San Martín en su experiencia extrema de retorno a esa América de su primera infancia.

“(…) El Libertador jugó su última carta ante Bolívar en Guayaquil. Pero para entonces Bolívar ya pensaba en la mono-cracia vitalicia. Expresó que no admitiría que vinieran Borbones, Austrias ni ninguna otra dinastía europea diferente de nuestra masa. En cuanto a España, afirmaba que no bastaba romper con España, sino que ‘era indispensable también romper con to-das sus tradiciones de gobierno y administración, y entre ellas con la tradición monárquica’.

“(…) Nadie había comprendido lo que culturalmente se conso-lidaría como realidad un siglo más tarde” (LN 17/8).

Esta intervención en el plano de las ideas y en la pro-ducción de un discurso histórico determinado, encuen-tra explicación en la actual coyuntura latinoamericana. Tanto en Venezuela, como en Bolivia y Ecuador el desprestigio social y la fragmentación por la disputa de espacios de poder de los partidos políticos tradicionales fue el terreno fértil en el que germinaron movimientos populares que se plantean como posible la construcción del socialismo.

Es así cómo, desde la columna dominical de La Na-ción, se “bajaban” los conceptos vertidos sobre “de-mocracia sanmartiniana” vs. “dictadura bolivariana” al terreno electoral local. Dicha tarea quedaba a cargo, nuevamente, de Mariano Grondona: “El sábado 8 de sep-tiembre vencerá el plazo para inscribir a los candidatos de la elec-ción presidencial. Faltan 62 días para el 28 de octubre. Los tiempos se aceleran.

“(…) Las aguas del kirchnerismo están calmas. Las aguas de la oposición seguirán agitadas por algunos días más. Este con-traste es lógico porque, en tanto los Kirchner ya han definido la estrategia encaminada a su propia sucesión, sus opositores tendrán que responder a una pregunta tan necesaria como difícil: ¿cuándo y cómo acabar con la hegemonía kirchnerista?

“La necesidad de contestar a esta pregunta proviene de la na-turaleza de la ambición kirchnerista. No nos hallamos en efecto frente a una postulación cuya mira esté puesta exclusivamente en el próximo periodo presidencial. La ambición de los Kirchner, al contrario, es vitalicia.

“(…) Quiere decir aquello contra lo cual deben luchar los opo-sitores no es una candidatura más sino un proyecto de largo plazo que, de tener éxito, sometería a la próxima generación de los ar-gentinos a un poder perpetuo. Todo el poder, todo el tiempo: ésta es la íntima consigna del kirchnerismo. La natu-raleza de la ambición de los Kirchner cambia de cuajo lo que es-tará en juego el 28 de octubre: no ya la competencia entre varios candidatos de ambición pareja, la de gobernar por los próximos cuatro años, sino la lucha de varios proyectos 'normales', republi-canos, de gobierno, contra otro proyecto no republicano, sin límites ni plazos.

“(…) El objetivo natural de los opositores no tiene por lo visto un mero alcance político, ganar el próximo gobierno, sino un al-cance institucional: salvar a la República.

“¿Cuándo y cómo lo harán? El peligro institucional que hoy se cierne sobre la República induce a defenderla cuanto antes. ¿Pero es práctica, es factible, la intención de detener al kirchnerismo ya? De un lado, urge derrotarlo antes de que pueda desarrollar ple-namente su designio dictatorial. Del otro, apresurar la búsqueda del objetivo con vistas a un inmediato desenlace, ¿no llevaría a frustrarlo?” (LN 26/8).

Epílogo: el programa que no fue y los augurios que podrán ser… Qué fue entonces del programa presentado por la

SRA en la Exposición de Palermo. Ante la imposibili-dad de lograr el consenso necesario en las distintas fracciones de clase y grupos sociales, el plan de la oli-garquía terrateniente no ha podido presentarse como el interés general de la nación, y por lo tanto de articularse en una sola fuerza política que subordine a las otras, de cara a las elecciones presidenciales de octubre.

A pesar de ello, la oposición al gobierno de Kirchner tiene la capacidad de minar el terreno en la búsqueda de descomponer el esquema económico y social oficial. En

este sentido, han sido más que esclarecedores los tres augurios lanzados, nada menos que desde las expresio-nes del capital más concentrado, desde el campo y des-de la iglesia católica. El presidente de Shell, el titular de la CRA y el obispo de la atribulada Santa Cruz han co-incidido en el siguiente panorama: “estamos seguros de que va a haber problemas en la primavera”, entendiendo por problemas: desequilibrios en el abastecimiento energé-tico, disparada de precios internos, y fatales actos de protesta social.