situación de las mujeres trabajadoras en r.d

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CIUDADANAS PROYECTO CIUDADANIA ACTIVA DE LAS MUJERES BOLETÍN 2015 en Republica dominicana 1ro. de mayo del 2015 Situacion de las Mujeres Trabajadoras

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En este 1 de mayo del 2015, en la República Dominicana, con más de 8.5 millones de personas en edad para trabajar, la cantidad de mujeres es ligeramente superior a la de hombres al 2014. Sin embargo persisten amplias brechas en los niveles y las condiciones de participación de hombres y mujeres en las actividades generadoras de ingreso.

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  • CIUDADANASPROYECTO CIUDADANIA ACTIVA DE LAS MUJERES

    BOLETN 2015

    en Republica dominicana 1ro. de mayo

    del 2015

    Situacion de las Mujeres

    Trabajadoras

  • Esta es una publicacin del Programa Ciudadana Activa de las Mujeres que forma parte de una iniciativa financiada por la UE. El contenido del boletn es responsabilidad exclusiva de la Colectiva Mujer y Salud y en modo alguno debe considerarse

    que refleja la posicin de la Unin Europea. Contenido colaboracin de: Consuelo Cruz Almanzar. Colectiva Mujer y Salud: Calle Jos Gabriel Garca # 501 esquina calle Cambronal,

    Ciudad Nueva, Santo Domingo. 809-682-3128 [email protected] www.colectivamujerysalud.orgSiguenos en twiter: @CuidMujeresCMS - Facebook: Colectiva Mujer y Salud

    Situacion de las Mujeres Trabajadoras

    en RD a 1ro. de mayo del 2015

    La igualdad real entre hombres y mujeres y el pleno ejercicio de los derechos econmicos de las mujeres dominicanas todava es un desafo importante para las polticas pblicas en el pas al 1 de mayo del 2015. El desarrollo de autonoma econmica es considerado un pilar fundamental para avanzar para que las mujeres puedan vivir una vida sin violencia, tomar decisiones sobre su salud sexual y reproductiva y aumentar los niveles de participacion en los espacios de toma de decisiones en cargos electivos y el gobierno central y local.

    En este 1 de mayo del 2015, en la Repblica Dominicana, con ms de 8.5 millones de personas en edad para trabajar, la cantidad de mujeres es ligeramente superior a la de hombres al 2014. Sin embargo persisten amplias brechas en los niveles y las condiciones de participacin de hombres y mujeres en las actividades generadoras de ingreso. Al 2014, estas diferencias se evidencian en1:

    Persiste una amplia brecha en la tasa global de participacin segn sexo del orden de 29.6 puntos porcentuales, pues a pesar de la creciente incorporacin de las mujeres en el mercado laboral y ser similares la cantidad de hombres y mujeres en edad de trabajar, apenas el 46.05% de las mujeres est dispuesta a trabajar en el mercado laboral, mientras que s lo estn el 68.7% de los hombres.

    Las mayores tasas de participacin laboral se registran en las mujeres con mayores niveles educativos formales (76.3% a nivel universitario y 52.5% para nivel secundario y tcnico, mientras a nivel primario es 32.4% y 28% sin estudios); mayores niveles de ingresos (52.5% y 59.8% en los quintiles 4 y 5, y solo 32.9% en el quintil 1). Esto implica que las mujeres pobres y con menor nivel educativo presentan mayores dificultades para insertarse al mercado laboral y mayores obstculos para compartir o delegar las responsabilidades domsticas y el cuidado de los hijos e hijas y dependientes.

    Del total de personas con edad de trabajar, el 59.7% de los hombres y solo el 40.3% se definen econmicamente activa. Esta realidad implica que del total de mujeres en edad de trabajar, el 53.9% se define inactiva frente al 31.3% en los hombres, y dentro

    1 Datos tomados del Sistema de Indicadores Sociales de Repblica Dominicana 2014. Ministerio de Economa, Planificacin y Desarrollo.

  • del total de personas inactivas en el mercado laboral, las mujeres representan el 63.45%. La i n a c t i v i d a d femenina se origina fundamentalmente en su dedicacin a labores del hogar y cuidado de su familia y estudios (34.14% y 38.61%, respectivamente); mientras la inactividad en los hombres est motivada esencialmente por estudios (65.05%).

    A pesar de que las mujeres trabajadoras presentan mayores niveles educativos que los hombres (en promedio 10.3 aos y 8.4 aos respectivamente), continan verificndose altas tasas desempleo femenino (23.1%), frente al 8.7% de desocupacin masculina. Las mayores tasas de desempleo se verifican en las mujeres ms pobres (45.9% y 30.2% en los quintiles 1 y 2); en la poblacin joven (15 a 24 aos), con mayor nfasis en las mujeres jvenes (43.8%) que en los hombres jvenes (19.4%). El tiempo sin empleo en las mujeres desempleadas es mayor que en los hombres, lo que unido a la persistencia de las altas tasas de desempleo femenino en la ltima dcada (por encima de 21%), indica que la economa no est creando los suficientes empleos para absorber a la creciente PEA femenina, a pesar de crecer el PIB en un 7.3 en 2014%.

    Del total del total de la fuerza de trabajo dominicana, la tasa de ocupacin masculina es sustancialmente ms alta que la femenina (62.7% y 35.4% respectivamente). Los mayores porcentajes de ocupacin se registran en las mujeres y hombres con mayores niveles de estudios y mayores niveles de ingresos (Quintiles 4 y 5). Las mujeres de la zona rural exhiben menores tasas de ocupacin que las de zonas urbanas (27.8% vs 38.8%), mientras que dentro de la poblacin masculina se observa una situacin inversa (60.9% a nivel urbano y 66% en mbito rural.

    El mercado laboral dominicano se caracteriza por una alta participacin del denominado sector informal, el cual emplea a ms del 55.58%. La PEA masculina es mayora en ambos sectores de la economa (58.8% formal y 67.66% informal), aunque resalta el aumento sostenido de la participacin de las mujeres en actividades informales hasta llegar a 50.4% en 2014. Esto significa, en sentido general, que las mujeres y los hombres laboran con mayor nivel de vulnerabilidad, inseguridad laboral y desproteccin laboral y social.

  • Persiste una segregacin laboral segn ramas actividad. Las principales oportunidades laborales de las mujeres se verifican esencialmente en el sector servicios (87.7%), en actividades de otros servicios (servicios comunales, sociales y personales, salones de belleza y servicio domstico), comercio y hoteles bares y restaurantes; seguida por manufactura (9.5%), y agricultura (2.79%). En tanto la insercin laboral masculina es ms diversificada: el 57% en servicios (comercio, transporte,

    telecomunicaciones, comercio, otros servicios), el 21.8% en industria y el 21.2% en agricultura. Esta realidad es histrica, donde las mujeres se han incorporado a un mercado de trabajo segmentado, concentrndose en las ocupaciones ubicadas en los peldaos ms bajos en la estructura ocupacional, en los ms desprotegidos, incluso por el mismo cdigo laboral como ocurre con el trabajo domstico remunerado.

    Las principales oportunidades laborales en el 2014 se han presentado en el sector privado, donde se insertan el 89% de los hombres y el 67.7% de las mujeres. Mientras que el sector pblico emplea ms mujeres (17.9%) que hombres (10.4%). Tambin destaca el significativo porcentaje de mujeres (14.3%) trabajadoras en los hogares en el servicio domstico remunerado.

    Las mujeres se insertan fundamentalmente como asalariadas (68%) en el sector privado (59.9%) y en menor medida en el sector pblico (17.9%); y una menor proporcin se inserta como trabajadora independiente (28.5%). Situacin inversa se observa en los hombres, quienes un poco ms de la mitad son trabajadores independientes (54.6%) y el 44% laboran como asalariados. Esta segregacin coloca a las mujeres en una situacin en desventaja, considerando los bajos salarios predominantes en el mercado laboral dominicano, cuyos salarios mnimos oscilan entre RD$5,019 en el sector publico y DR$11,292 en las empresas grandes.

    El Banco Central estima que pesar de que en el 2005 se registr una recuperacin parcial de 14.1% en los ingresos reales promedio con relacin a los primeros cinco aos de la dcada, al 2013 los salarios reales permanecen estancados, siendo el ingreso real promedio

  • de los trabajadores d o m i n i c a n o s prcticamente igual al vigente en 1991, a pesar de que la productividad aumentara en 82.5% en esos 22 aos2.

    Adems de la rigidez de los salarios reales de la PEA ocupada en el mercado laboral dominicano, tambin se producen i m p o r t a n t e s diferencias salariales segn sexo, lo cual es entendido como discriminacin salarial entre mujeres y hombres al remunerar de manera distinta por trabajos similares. Los datos muestran que el ingreso laboral mensual de la PEA femenina representa el 81.4% del ingreso medio laboral de la PEA masculina, el 88.2% en el sector formal y el 62.3% en el informal.

    Aun cuando se destaca una relacin positiva entre ingresos laborales y nivel educativo, que aumentan para aquellas personas con mayores niveles de instruccin, las diferencias salariales segn gnero persisten independientemente del nivel educativo: se calcula que el ingreso laboral de las mujeres con estudios universitarios y post universitarios equivale al 72.37% del ingreso de los hombres con igual nivel, el 65.67% cuando se tienen estudios secundarios y tcnicos3.

    La aplicacin de la Ley No. 87-01 de Seguridad Social presenta niveles de cobertura de la seguridad social por debajo del calendario establecido para su implementacin, tanto para hombres como para mujeres y por tipo de rgimen. Al 2014, el Consejo Nacional de Seguridad Social estima que solo el 63.5% de las personas estn afiliadas al Sistema de Seguridad Social, para un total de 6,271,063 personas4.

    2 Banco Central de la Repblica Dominicana. 2014. Algunas consideraciones sobre la Informalidad y los Ingresos en el Mercado Laboral de la Repblica Dominicana (Parte I. 3 Datos reportados por el SISDOM, Ministerio de Economa, Planificacin y Desarrollo, a partir de procesa-miento de las bases de datos de las EFT del BCRD.4 Consejo Nacional de Seguridad Social.2014. Informe Mensual Sistema Dominicano De Seguridad Social (SDSS) Diciembre 2014.

  • En trminos de afiliacin al Seguro de Salud es que se observan mayores avances, donde el 50.8% esta afiliado mediante el rgimen contributivo y el 48.7% por el rgimen subsidiado, donde las mujeres son mayora. 5

    A diciembre del 2014, apenas 1,508,392 personas cotizaban en el Seguro de Vejez y Sobrevivencia, cifra que representa el 80.86% de la poblacin del sector formal, para un total de afiliados de 3,069,900 personas (57.3% son hombres y 42.7% mujeres). Destacan los bajos niveles salariales de las personas cotizantes, donde el 78.8% devenga salarios por debajo de 3 salarios mnimos.

    Tambin es importante destacar la baja proporcin de trabajadoras y trabajadores que estn cubiertos por el Seguro de Riesgos Laborales (1,651,202 personas), donde el 56% son hombres y el restante 44% son mujeres6.

    La MEPYD estima que el 73.4% de las personas asalariadas estaban cubiertas por un seguro de salud, con una ligero predominio relativo de mujeres (76.9% mujeres y 71% hombres). Porcentajes menores se registran en la proporcin de personas afiliadas a un seguro de vejez y pensiones (69% hombres y 75.1% mujeres).

    La existencia de bajos niveles de participacin laboral, las altas tasas de desempleo en las mujeres y el bajo acceso a recursos productivos (tierra y capital), repercute en desiguales niveles de autonoma econmica entre hombres y mujeres. El nivel de vulnerabilidad econmica de las mujeres dominicanas se evidencia mediante la proporcin de mujeres sin ingresos propios, quienes dependen econmicamente de otras personas para su subsistencia. La CEPAL estima un 30.7% de mujeres dominicanas sin ingresos propios frente al 13.5% de los hombres al 2013. La carencia de ingresos propios es mayor en las mujeres de zonas rurales (37.3%) que urbana (27.6% zona urbana).

    5 Consejo Nacional de Seguridad Social.2014. Informe Mensual Sistema Dominicano De Seguridad Social (SDSS) Diciembre 2014

    6 Consejo Nacional de Seguridad Social.2014. Informe Mensual Sistema Dominicano De Seguridad Social (SDSS) Diciembre 2014.

  • Esta desigualdad de ingresos se ve influenciada por los roles culturales y sociales atribuidos a hombres y mujeres en distintas sociedades, donde la mujer es responsable del cuidado de la familia y el hombre proveedor del sustento econmico, situacin que coloca a las mujeres en desventaja econmica en relacin a los hombres, al limitar su tiempo y oportunidades para trabajar en igualdad de condiciones en el mercado laboral.

    Se estima que el 39.9 % de los hogares tiene jefatura femenina, siendo esta proporcin ms alta en la zona urbana (41.8%) que en la rural (34.7%). Es relevante cmo el nivel de jefatura femenina aumenta segn el quintil de ingresos, la cual abarca el 30.3% para el quintil 1, y 40.3% en el quintil superior7. La CEPAL muestra evidencias acerca del estrecho vnculo entre jefatura de hogar segn gnero y pobreza, que indican una mayor vulnerabilidad de la poblacin que vive en hogares con jefatura femenina. Al 2013 el 50.3% de la poblacin que vive en hogares encabezados por mujeres es pobre, y dentro de este grupo, el 28% se encuentra en indigencia. En el caso de los hogares encabezados por hombres, se calcula que el 35.9% de la poblacin es pobre y la indigencia alcanza al 16.2% de sus habitantes.

    En la Repblica Dominicana parece ser que el empoderamiento econmico de las mujeres constituye un factor que repercute en los niveles de violencia hacia las mujeres, ya que el trabajar le puede significar no slo mayor independencia, sino tambin un mayor riesgo de experimentar agresin emocional, fsica y sexual, ya que el 39% de las mujeres empleadas con remuneracin expresaron haber vivido algn episodio de violencia en comparacin con un 28 % de las mujeres sin empleo. La ENDESA 2013 evidencia un incremento de la violencia contra las mujeres entre 2007 y 2013, siendo relevante como la violencia sicolgica, fsica y sexual es reportada en una mayor proporcin de mujeres empleadas con remuneracin (24%, 29.3% y 11.1% respectivamente) frente a las que no tienen empleo (24.6%, 20.7% y 8.5% en igual orden de tipo de violencia.). Se argumenta que el aumento en el nivel de instruccin de las mujeres y del empleo femenino cuestiona la validez de la divisin de roles tradicionales de gnero, por tanto, la incorporacin de la mujer al mercado de trabajo aumenta los riesgos de violencia por parte de su pareja.

    A partir de la ENDESA 2013 se reporta que la mitad de las mujeres deciden acerca del destino de sus ingresos y un 45% dice toma esta decisin conjuntamente con su esposo o compaero. Tambin muestra que cuando la mujer gana ms o gana menos que el esposo o compaero, los niveles de control de sus ingresos se mantienen igual al promedio, ya que el 59% de las mujeres que ganan ms y el 55% de las que ganan menos decide por s misma en que gastar el dinero que perciben. El 23% de las mujeres que ganan ms que sus esposos inform que es ella quien decide principalmente en qu invertir lo que gana su esposo. Sin embargo, cuando existe igualdad en los ingresos la tendencia es que las decisiones sean tomadas de manera conjunta, principalmente en decisiones a compra de casas y relativas a su salud.

    7 ENDESA 2013.