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Damian Graeve Ral Veroni Sobre el Absurdo y otras entidades que rigen el mundo

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Damian GraeveRal Veroni

Sobre el Absurdo y otras entidadesque rigen el mundo

Sobre el Absurdo y otras entidades que rigen el mundo

Marzo 2006

Damian Graeve y Ral Veroni

Edición especial para Libro de Notas

De próxima publicación en Buenos Aires, Argentina, Editorial Cacahuate como parte del libro:

Teatrillo de entidades, el legado de un inmigrante a la comunidad europea.

Diseño Gráfico: Rosario Salinas

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Tanto en la naturaleza como en la vida de los indi-

viduos actúan muchas potencias, fuerzas que arras-

tran, empujan, someten y que se llevan con ellas lo

que encuentran frente a sí. Es lo que para una planta

puede ser la presión del viento, el peso de la lluvia, la

acción del frío o la amenazante sequía. Los individuos

agregamos sobre estos imponderables una variada

existencia sicológica en la que destino, tiempo, dolor y

muerte actúan de modo similar poniéndonos a prueba

y señalando nuestros límites.

Todas estas son percepciones de la experiencia a

las que les otorgamos nombres con la esperanza de

que al circunscribirlas nos puedan entregar algo de su

secreto y su cooperación, pero ellas superan toda

capacidad humana de control. Son estos impondera-

bles, estos síntomas de la existencia, a los que aquí

llamamos “entidades”.

Las representaciones simbólicas de esta serie de

entidades fueron realizadas a lápiz sobre dinero, en

gran medida sobre euros. El conjunto conforma un

relato de personificaciones emblemáticas que circula

a través de los billetes. Un signo de pregunta, un

embudo, un hueso, un clavo, un martillo, un sorete,

una flor, son los íconos sencillos que trasmiten al

observador parte de su significado.

Los caracteres-entidades descritos a continuación

son once: Absurdo, Tiempo, Destino, Olvido, Al

pedín, Tereso, Hueso, la Llamita, Injusticia, Dolor y la

Flor. Detrás de estos se oculta un número mayor de

símbolos e interpretaciones. No se incluyen en la

introducción de los protagonistas conceptos relevan-

tes como la Nada, la que es simbolizada con un cero,

tampoco aparece entre ellos el miedo, el que se pre-

senta en ocasiones como un cubo (supuestamente de

hielo) o a los volcanes del No (una metáfora de la

imposibilidad de cumplir nuestros propósitos); pero

principalmente no se numera (ni representa de

manera icónica) a aquella entidad que definitivamente

domina y regula nuestras vidas. No se menciona ni se

nombra al dinero, quizá por ser el omnipresente telón

de fondo de toda esta serie.

Absurdo

Un signo de pregunta representa al Absurdo. Está

presente en la mayoría de las imágenes ocupando el

espacio visual o como una figura lejana señalando la

acción. Tiende a tomar diversas formas según la situa-

ción: como materia fecal en Evolución, como hoz en

¿Quién es? (que lleva por subtítulo: Adivina adivinador /

¿Entre el Destino y el Absurdo / quién es el mejor?) además

de versiones de orden tipográfico y antropomórfico.

No se puede hablar estrictamente de jerarquías

entre los caracteres que encontramos en esta serie;

más bien la relación entre las entidades fluctúa de

diseño en diseño como alternando poder, convenios y

complicidades. Si hay acuerdos entre estas, parecen

ser muy breves ya que vemos de una escena a otra

alianzas que contravienen a las anteriores.

3

Un cuadro sinóptico descriptivo de cada uno de

los protagonistas debería evitar la vertical que cristali-

za el orden de importancia y tomar la forma del circui-

to o del rizoma con ramificaciones que nos conduzcan

de una entidad a otra. Sin embargo se puede interpre-

tar a través de las imágenes y de sus títulos que el

Absurdo se ubica como figura principal; aquella que es

origen y efecto de todas las demás. Luego le seguirían

el resto de las entidades en un juego de escalafones

poco claros. Finalmente, por debajo de todas estas,

como recipiente de todas las consecuencias que pro-

vocan las entidades en su conjunto, habría que empla-

zar a la Llamita del carácter, la cual representa el

deseo, el soplo vital, la vida de la conciencia.

Tiempo

Tiempo se nos presenta con un antifaz de ladrón. El

origen del ícono se inspira en el círculo dividido en cua-

tro partes, dos blancas y dos negras que encontramos en

los ordenadores Mac cuando este procesa una acción.

Tiempo aparece descrito en otros trabajos ante-

riores de Veroni como en los libros La Princesa, Buenos

Aires, Glasgow y en la serie fotográfica de Tramas &

Mandalas.

El martillo es una figura habitual en estas icono-

grafías y se relaciona con el tiempo como si fuera su

instrumento. En el lenguaje emblemático el martillo

es el atributo del Tiempo así como el escudo con la

medusa es uno de los atributos de Palas Atenea. La

representación formal coincide con la letra T de tiem-

po y hace a la vez contrapunto con el clavo, dentro de

la serie la representación simbólica del dolor (muchos

de los emblemas de esta serie parecen levantados de

un catálogo de herramientas).

A veces el martillo es solo el instrumento dentro

de la acción de otras entidades como en el caso de

Hueso añade Dolor al Absurdo. En otras ocasiones apa-

rece con entidad propia con piernas y ojos:

Contemplando al Tiempo muerto.

DestinoPodemos ver destino en cualquier cosa.

Este emblema es a veces representado como una

rueda, en otras ocasiones como círculos concéntricos

o en espiral insinuando un laberinto. En las imágenes

antropomórficas la rueda o el laberinto forman parte

de la cabeza sobre un cuerpo generalmente ancho y

musculoso. En los diseños se puede observar una pau-

latina síntesis del símbolo: la línea marca los contor-

nos del cuerpo al que se le suma un círculo interior a

menudo sugiriendo un ojo central. Ver por ejemplo:

Caprichos del Destino.

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En estructuras simbólicas anteriores, como es el

caso del libro de artista Buenos Aires, el Destino apare-

ce como una deidad jerárquica y protagónica. En estos

dibujos el Destino reaparece con menor peso signifi-

cante: en La pulseada entre el Destino y Al pedín, hay un

equilibrio de fuerzas entre la inutilidad y el curso de

los acontecimientos. En Vive sobre la cumbre del olvido

encontramos a la pequeña figura del destino sentada

sobre un gigantesco embudo.

OlvidoDe los dos dioses, Tiempo es el que siempre ayuda a Olvido.

Destino, de vez en cuando interviene en favor de la

Memoria, quizás enternecido por los esfuerzos de la bonita.

Representado por un embudo, a veces con alas, en

ocasiones cargando una pala como en Olvido contempla

el trabajo por hacer. La pala y las alas refuerzan como

atributos la característica del ícono que o bien lleva

lejos o bien sepulta al presente.

En trabajos anteriores la imagen del Olvido llevaba

la forma de una cabeza con un embudo sobre la frente.

En el libro La Princesa, Olvido aparece como contrapun-

to de la Memoria. En la presente serie estos contrapun-

tos son escasos, no se encuentran conceptos y personi-

ficaciones tales como el Sueño, la Amistad, la Memoria,

la Armonía, el Jardín, la Belleza y el Amor los que ocu-

paban un espacio simbólico en los textos y series foto-

gráficas. Quizá todas estas figuras emblemáticas ahora

se reduzcan o agrupen entre el deseo (la Llamita) y su

necesidad de proyectar consuelo (la Flor).

En el conjunto, Olvido es presentado como uno de

los hijos que el Absurdo tiene con la Nada junto con el

Hueso, Al pedín y el Tereso. Los cuatro intentan en

vano regresar con su madre orbitando alrededor del

Absurdo (Quieren volver).

Al pedín

El nombre Al pedín deriva como diminutivo del

argot argentino “al pedo”. Significa no lograr nada o

no haber llegado al resultado deseado. Desperdicio

absoluto de tiempo, esfuerzo y atención.

La génesis de Al pedín se puede rastrear en las

primeras personificaciones del Absurdo representado

en un numero de imágenes al principio de esta serie

lanzando el humo de un flato desde la base del signo

de interrogación (ver por ejemplo: Absurdo pega hasta

cuando duerme).

En representaciones subsecuentes Al pedín apa-

rece como una entidad propia, una cola con piernas

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arrojando un flato. A partir de la imagen El poder de Al

pedín el personaje se nos presenta como lo conocemos

actualmente: el vapor del flato adopta formas antropo-

mórficas según la ocasión. Sostiene una hoz en forma

de pregunta en el mencionado El poder de Al pedín o

participa en un agón contra el Destino en La pulseada

entre Al pedín y el Destino.

Al pedín representa todo lo inútil o quizá todas las

acciones inútiles. No es casual que el personaje haya

derivado de las representaciones del Absurdo. No está

claro cuánto caudal simbólico diferencia a uno del

otro. En estos dibujos el Absurdo aparece como una

presencia constante, un testigo todopoderoso. Al

pedín es al parecer solo un actor de reparto o si se

quiere, un representante del Absurdo en el mundo de

la Llamita.

TeresoEl Tereso se podrá cagar en todo

pero no alcanza su presencia para cubrir al mundo.

Por eso necesita ayuda y por eso lo ayudamos.

El Tereso es el otro personaje escatológico de esta

serie junto con Al pedín. El nombre Tereso es una

inversión en el argot argentino de la expresión popu-

lar “sorete”. El equivalente al zurullo español. El juego

de inversión de la palabra busca la comicidad en la

similitud con el nombre propio (Teresa) y quizá suavi-

zar el impacto verbal al redireccionarlo ya que en

Argentina la palabra no invertida se usa comúnmente

como sustantivo, el excremento en sí y como adjetivo

calificativo, un insulto.

La entidad es representada por un pedazo rollizo

de materia fecal con una punta en alto, y el otro extre-

mo enroscado en sí mismo, lo que sugiere el animis-

mo del objeto y su presencia dominante.

En la presente cosmogonía el Tereso es el símbolo de

todo aquello que el mundo procesa, consume y desecha,

lo putrefacto y lo inservible más que lo muerto, lo que ha

sobrepasado la categoría de muerto y se ha entregado a un

nuevo ciclo de gestación al servicio del Absurdo.

Ver por ejemplo La creación entre el Tereso y el

Absurdo en donde las dos figuras desde las nubes com-

binan su poder.

HuesoLa vida es del Absurdo y luego llega el Hueso.

Hueso es un eufemismo que evita nombrar a la

muerte. En series anteriores era habitual que el

emblema apareciera como un rostro con un hueso

cruzado sobre los ojos bajo el lema “pensar en ella”.

En su iconografía actual está presente en las series de

Tramas y Mandalas y en La Argentina: un hueso ambu-

lante con una flor atada a su espalda.

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La imagen junto a la Flor también es frecuente en

esta serie en títulos tales como El Hueso nada, nada la

Flor. Hueso y Flor hacen el contrapunto dialéctico

entre la muerte y la contemplación de la belleza:

Encuentro entre dos flores de distinto rango.

Las imágenes y sus títulos juegan con el peso poé-

tico de la existencia. Títulos como Hueso cubre al

Absurdo con Olvido sugieren metáforas y reflexiones

cuando extrapolamos a la vida diaria el contenido de

su mensaje.

Hueso es una presencia constante a lo largo de la

serie y su protagonismo parece mayor que el de otras

entidades. En Los protagónicos, por ejemplo, aparece

como figura central, de mayor tamaño y rodeado por el

resto de los caracteres.

La LlamitaLa Llamita intenta fijar, retener, resaltar, otorgar sentido

a algunas cosas por sobre otras

La Llamita, tan pequeña,

a veces es la maravilla

De todo esto a la Nada

nada le importa.

La Llamita nace por accidente, una parte capricho

del Destino, otra parte vapor de Al pedín, otra Hueso y

otra Tereso.

No está del todo delimitado qué es lo que repre-

senta la Llamita dentro de esta estructura de símbolos.

Es posible que se trate de una metáfora del aliento

vital, de la conciencia, del deseo por la existencia, del

ser. Todo esto en una figura con cabeza de flama.

La Llamita no goza de ningún poder o jerarquía

(el uso del diminutivo subraya esta condición).

Representada como la más pequeña de todas las enti-

dades, vive de su propio deseo y de ilusión. Hay a lo

largo de la serie una aparente incapacidad de la

Llamita para ser ayudada y de las demás entidades

para poder ayudar.

Injusticia

La Injusticia, a igual que el Dolor, surge a partir

de la presencia de la Llamita. Si la Llamita simboliza la

conciencia, Injusticia y Dolor nacen por causa y efecto

de lo que esta conciencia percibe. La Injusticia es

representada como una balanza con un plato roto

como inversión del clásico emblema judicial.

Se trata de una entidad oscura en tanto que hierá-

tica y si bien parece ser una figura importante, sus

apariciones son escasas. Mientras que el resto de los

caracteres combinan sus acciones a lo largo de la

serie, la Injusticia permanece erguida e inmóvil en la

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mayoría de los casos como si se tratase de un testigo

que solo observa lo que sucede a su alrededor.

Dos excepciones a esta observación se dan en Al

pedín aferrado al plato roto de la Injusticia donde la

Injusticia al tiempo que camina observa la acción del

otro. El segundo caso es aún más críptico en Martillo

cruza el río sin mojarse los pies en el que la Injusticia con

el agua hasta los ojos transporta sobre su plato roto a

un martillo en actitud arrogante.

Dolor

Representado como un clavo antropomorfo. En

ocasiones con las piernas saliendo de la punta o vice-

versa: con la punta hacia arriba y las piernas surgiendo

desde la cabeza del clavo. En contadas imágenes Dolor

es representado como muela o como cactus.

Dada la morfología de los emblemas, encontra-

mos a lo largo de la serie un predecible juego dialécti-

co entre el dolor-clavo y el martillo-tiempo como por

ejemplo en La victoria del Dolor sobre el Tiempo.

Otra representación frecuente es la del clavo-

dolor sostenido por un brazo que sale desde una nube

(Dolor se presenta). La nube con un brazo sosteniendo

al martillo-tiempo es otro viajero común de esta serie.

Las nubes simbolizan el devenir, el fluir del Tiempo y

el Dolor y a pesar de su aparente antagonismo las imá-

genes sugieren la relación de familiaridad entre

ambos emblemas.

La Flor

La Flor es una metáfora de la belleza o de la nece-

sidad de encontrarla como una fuente de consuelo. Es

la compañera creada o proyectada por la Llamita para

contrarrestar el peso y la incertidumbre que ejercen

todas la demás entidades (ver: La Llamita proyecta a la

Flor). En Lleva el Hueso adentro la Llamita utiliza a la

Flor como varilla para mantener el equilibrio en su

camino por una cuerda floja.

La Flor sin embargo aparece dentro de la serie

como una entidad propia (La Flor perdida), muchas

veces en relación con el Hueso (Peaje) o con el Tereso

(La Flor ahuyenta al Tereso). Es sugerente que no exis-

tan imágenes de la Flor en relación con el Dolor y la

Injusticia, las otras dos experiencias-entidades rela-

cionadas con la Llamita.

A pesar de ser compañera y consuelo, en ocasio-

nes la encontramos en escenas donde deliberadamen-

te se confabula contra la Llamita: El Absurdo esconde la

cabeza cuando la Flor le advierte que la Llamita se acerca

ilusionada.

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12-06-05

Adivina adivinador / Entre el Destino y el Absurdo / ¿Quién es el mejor?, billete del 12 de junio.

Valencia, 2005

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01-06-05

Contemplando al Tiempo muerto, billete del 1º de junio.

Valencia, 2005

11

La 21-11-05.tif

Caprichos del Destino, billete del 21 de noviembre.

Valencia, 2005

12

24-11-05

Quieren volver a la Nada a través del Absurdo, billete del 24 de noviembre.

Valencia, 2005

13

14-11-05

La pulseada entre Al pedín y el Destino, billete del 14 de noviembre.

Barcelona, 2005

14

21-08-05

La creación (entre el Tereso y el Absurdo), billete del 21 de agosto.

Valencia, 2005

15

06-09-05

Los protagónicos, billete del 6 de septiembre.

Valencia, 2005

16

20-11-05

El capricho del Destino, la médula del Hueso, los vapores de Al pedín y la materia del Tereso modelan a la Llamita, billete del

20 de noviembre.

Valencia, 2005

17

02-07-05

Al pedín aferrado al plato roto de la Injusticia, billete del 2 de julio.

Buenos Aires, 2005

18

23-11-05

La victoria del Dolor sobre el Tiempo, billete del 23 de noviembre.

Valencia, 2005

19

20-06-05

La Llamita proyecta a la Flor, billete del 20 de junio.

Valencia, 2005