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Magazine 22 DE NOV 2011 MUSICA, INTRUMENTOS, INFORMACION TODA UNA ERA LOS 90´S SID VICCIUS Historia del punk Pionero de una era

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REVISTA DE ROCK

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Magazine 22 DE NOV 2011

MUSICA, INTRUMENTOS, INFORMACION

TODA UNA ERALOS 90´S

SID VICCIUS

Historia del punk

Pionero de una era

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28 NOVIEMBRE 24 . 2010 Somus

LOS 90´S TODA UNA ERAEl rock de los 90`s se toma el festival de rock en bogota

La música rock tiene sus raíces en la era del rock and roll y el rockabilly de los años 1950. A mediados de los años 1960, la música rock se com-binó con la música folk para crear

el folk rock, con el blues para crear el blues rock y con el jazz, para crear el ja-zz-rock fusión, y sin una marca de tiem-po para crear el rock psicodélico. En los años 1970, el rock incorporó influencias del soul, el funk, y la música latina. Tam-bién en los años 1970, el rock desarrolló varios subgéneros, como el soft rock, el hard rock, el rock progresivo, el heavy metal y el punk. Los subgéneros del rock de los años 1980 incluyen el new wave, el new romantic, el glam rock, el synth-pop, el hardcore punk, rock alternativo, el thrash metal, y el speed metal. Los subgéneros del rock de los años 1990 incluyen el grunge, el britpop, el indie rock, el piano rock. A continuación se ex-ponen algunos de los momentos de mayor relevancia en la evolución del género por orden cronológico:

Los festivales más importantes de este verano han confirmado todas mis sospechas: seguimos en los 90. Estamos en 2010, un momento ideal para hacer balance de una década –la primera del siglo XXI– impersonal, sin rumbo, deslavazada y, por qué no decirlo, un poco triste a nivel musical. Igual que ocurrió anteriormente con los 70, l levamos unos años en los que vuelven los 80 (sobre todo lo peor y más banal de ellos), pero casi todas las grandes bandas, las que l lenan recin-tos y lucen en los carteles, empiezan a cumplir 20 años de antigüedad.

Pixies, Pearl Jam, Belle and Se-

bastian, Rage Against The Machine, Pavement, Muse, Alice In Chains, Ma-nic Street Preachers, Placebo.. . Estas y otras bandas de los 90 han copado las cabeceras de casi todos los festi-vales y eventos más importantes de este verano (y esto sin mencionar a las de los 80), pero el últ imo decenio ha sido representado, por lo general, en posiciones de segunda. Sólo el FIB (que también tenía a Prodigy entre sus

conciertos principales) ha t irado de nombres más recientes para encabezar su programación, pero todo el mundo sabe que la música no es precisamen-te lo más importante en este festival. Esto es síntoma de una probable crisis creativa en el rock, pop, etc. y, como mínimo, una más de las muchas se-ñales que muestran que las cosas no avanzan. Hablar de originalidad a es-tas alturas es una tontería; de hecho,

ROCK

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muchas de las bandas (teóricamente) más relevantes de los últ imos t iempos no son más que refri tos de tendencias ochenteras. Nada nuevo bajo el sol, pero tampoco es ningún problema: el rock nunca necesitó ser original para molar.

El problema es que ya no hay “grandes bandas”. Las hay buenas, malas, sorprendentes y muy intere-santes, pero algo en el camino entre la creación de la música y su l legada a nuestros oídos la diluye, la convierte en algo un poquito intrascendente. Sin entrar a valorar al grupo en sí , Nirva-na y su pelotazo con “Nevermind” es un buen ejemplo de “gran banda”. Su irrupción en escena marcó (no digamos que definió, aunque también) a toda una generación y es imposible pensar en los 90 sin pasar por ellos. Para ado-rar a Nirvana, aunque sólo fuese por un momento, se pusieron de acuerdo

prácticamente todos los estamentos del panorama musical, y eso que ni siquiera eran tan buenos. Pero eran grandes. Pienso en la últ ima década y no me vienen a la cabeza fenómenos así . Me reitero en que no hablo de ban-das que me gusten o que sean incontes-tablemente buenas –que las hay, y mu-chas– sino de fenómenos. Hay buenos intentos (los Strokes casi lo consiguie-ron, algo menos Kings Of Leon y, sin ser un grupo, Ryan Adams), algunos más cuestionables (Arctic Monkeys, bluffs como Franz Ferdinand o Kai-ser Chiefs), los t ípicos hypes (Arcade Fire, Vampire Weekend) y otros que, teniendo mucho a su favor, definen por sí mismos el concepto de “quiero y no puedo”, como los inofensivos Cold-play o The Killers. Pero, por el motivo que sea, esas bandas teóricamente des-tinadas al Olimpo siempre tropiezan con algo que les deja algunos escalo-

nes más abajo.Quizá esta sociedad marcada por

los grupúsculos y las tr ibus urbanas de diseño (fomentadas a su vez por Inter-net y los aspectos más superficiales de las subculturas estético-musicales) hace que todo esté cada vez más com-partimentado, propiciando así la crea-ción de falsos ídolos de tamaño direc-tamente proporcional al grupo cultural al que van destinados. La cultura del hype llevada al extremo, sin remedio. No sé las veces que he escuchado o leído que el grupo de moda de turno iba a salvar la música, para después quedar sepultado entre otros aspiran-tes, casi todos ellos flor de un día. El concepto de grupo “larger than life” y de icono de toda una generación no existe en el siglo XXI. Los hay con miles, millones de seguidores, pero les falta algo más. Si no, los abuele-tes de los 90 no les comerían la tosta-

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LA MAGIA DE LOS 60SE RENUEVA

El sentido del sonido

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da festivalera. Aunque probablemente sea imposible l legar a una conclusión, analizando la situación es inevitable pensar que, tal vez, el principal mo-tivo es que ya no hay bandas nuevas suficientemente trascendentes. ¿Hay nombres en la últ ima década compa-rables a Radiohead, Pearl Jam, Blur, Rage Against The Machine, Oasis o Nirvana? Algunas de estas bandas nos pueden gustar y otras no, pero no po-demos negar que son piezas clave en la historia del rock. ¿Tiene que ver también la forma en la que nos l lega la música, y en cómo la consumimos? Nos l lega más que nunca, desde luego, con lo que tal vez sea imposible situar a cada grupo en su lugar o concentrar-se en lo realmente destacable. Quizá sólo sea una cuestión de perspectiva y dentro de unos años lo veamos todo más claro pero, cuando “Smells Like Teen Spirit” reventó el mundo de la música, todos fuimos testigos de ello. Era evidente.

Así que nos encontramos en 2010 y, después de un verano plagado de conciertos, vemos que las bandas que mueven gente son las mismas de en-tonces. Y no sólo eso: Wilco, Black Crowes, Rammstein, Portishead, Pearl Jam, Tortoise o Alice In Chains, entre otros, han sacado nuevo disco en los últ imos t iempos, copando gran parte de la actualidad musical, sin contar ál-bumes en la recámara como lo nuevo de Belle And Sebastian o Manic Street Preachers y reuniones esperadísimas

como la de Soundgarden. Y no olvi-demos que muchos de estos vetera-nos no sólo l levan 20 años pateando estudios y escenarios, sino que están en muy buena forma. Quienes hayan visto recientemente a Faith No More, Wilco, Sonic Youth, Alice In Chains, Pavement, Black Crowes, Jane’s Addiction o Placebo, entre muchos otros de su quinta, pueden atestiguar que t ienen un directo difícil de supe-rar.

Aunque hay decenas de grupos aparecidos en los últ imos años con discos y directo enormes, nos falta un Elvis, unos Beatles, Stones, Who, Led Zeppelin, Metall ica, Guns‘N’Roses, R.E.M., Nirvana, Radiohead o cual-quiera que l legue al pop y al rock para salvarlos de nuevo en el siglo XXI. Alguien que destruya barreras comerciales e independientes, que fulmine prejuicios y que se instale en la historia de un plumazo.

Porque todas esas bandas que se mantienen después de tantos años, se van a convertir pronto en señores mayores. Y esta música, así , no es lo mismo. que más complicaron las relaciones bilaterales en los últ imos años. Por eso es toda una rareza que el primer encuentro Santos-Chávez haya sido recibido con tanto optimis-mo.

Durante los ocho años de la era Uribe, además, hubo varias oportu-nidades en las que los presidentes se reunieron en atmósferas igualmente

HISTORIA DEL PUNK ROCK

Esta era la v isión de NO FUTU-RE que ya para mediados de la déca-da del 70 tenían muchos jóvenes que veían como la sociedad se enf rentaba a una cr isis profunda.

Parecían haber sido l lamados por los hombres de la escuela de Frankfur t (Ador no, Horkheimer, Marcuse, etc...) a l levar de un modo personal la Teor ía Cr ít ica.

La indust r ia musical cultu ral ha-bía generado un cúmulo de g randes escenar ios, donde mega est rel las pop l lenas de luces, vestuar io y cont ratos mil lonar ios con las g randes discográ-f icas, simbolizaban la real idad de un est i lo de vida que no ident if icaba a muchos jóvenes que se sent ían día a d ía cada vez más marginados por el sistema.

Londres fue el epicent ro, la cr isis del pet róleo sumada a ot ros factores habían t raído como resultado una im-por tante desocupación, crecimiento de los bar r ios pobres, falta de respuestas y la perspect iva de un hor izonte negro a aquel los sueños de real ización que habían sido la meta de las generacio-nes anter iores.

La distancia ent re la producción cultu ral y la real idad a la que se en-f rentan muchos jóvenes de la genera-ción de esa época se fue haciendo tan evidente que la g r ieta comenzó a or i-ginar un emergente.

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Algunos invi r t ieron el d inero, que les daban en las interminables colas de desempleo, en una guitar ra . En los garajes se empezaron a escu-char r uidos, los chicos no tenían n i t iempo ni d inero para aprender lo que la sociedad decía debía saberse para empuñar un inst r umento. Las guita-r ras se convi r t ieron en fusi les, tenían mucho que deci r y para eso no hacía falta tener una voz privilegiada sino todo lo contrario, una voz que gritara realidades.

El underground estaba tomado, ya no habitado por proyectos de es-trellas sino por la más significativa muestra de respuesta cultural a la cul-tura dominante, muchos jóvenes es-taban demostrando que su mundo no tenía nada que ver con el que las ge-neraciones anteriores habían soñado. Todos los símbolos, los parámetros estéticos y todo lo que representara la sociedad quedaba del otro lado de la valla que la misma realidad les había impuesto.

La cuestión era diferenciarse de ese sistema que los había marginado por completo. Crestas que se elevaban por sobre los engominados y prolijos cabellos de los Lores. Borceguíes y ropa militar de fajina, que además de ser la única accesible por provenir de las remesas de tiendas militares, de-notaban una posición alejada del utó-pico sueño de paz y amor de la gene-ración hippie y una actitud de lucha contra los parámetros sociales.

Como toda cultura alternati-va generó su propio circuito, tiendas como la de Malcon McLaren donde la

ropa reciclada era la opción, lugares donde los grupos se reunían ante un precario escenario y pequeñas disco-gráficas como Chiswick que nuclea-ban a la escena musical punk.

El punk crece y la sociedad ya no puede ignorar que algo está pasando. En 1976 Sex Pistols firma contrato con EMI. Una verdadera paradoja, una importante discográfica, digno ejem-plo del establishment, hace negocios con el hasta entonces más virulento grupo de la escena punk. La compa-ñía dijo: «Sex Pistols es un grupo pop

de esa forma musical conocida como punk rock. Fue contratado por EMI sólo con fines de grabación en octubre de 1976. Según la opinión de nuestros ejecutivos, era un grupo desconocido que prometía. Al igual que muchos otros grupos de diferentes tendencias que hemos contratado, inicialmente controvertidos, pero que con el tiem-po fueron aceptados y contribuyeron mucho al desarrollo de la música mo-derna».

Sin duda el texto de EMI se an-ticipaba en ciertos aspectos al futuro del no futuro. El punk firmaba su acta de defunción prácticamente en el ins-tante que se reconoce su nacimiento. Pero Jhon Lydon, por entonces Jhonny Rotten, la voz de los Pistols y un hom-bre de una inteligencia poco común, tenía bien sabido su papel. Anarchy llega al puesto 12 en su semana de lanzamiento y EMI queriendo evitar problemas saca de circulación el dis-co. Los Sex Pistols califican de ilegal la acción y aprovechan la conferencia de prensa para tildar a Mick Jagger y a Rod Steward de excrementos sa-grados. El divorcio le cuesta a EMI 25.000 libras y el resultado se lee cla-ro: punk 1 establishment 0.

Sex Pistols son prohibidos en casi todos los lugares de la gira que habían dispuesto por el país, de 23 lu-gares solo pudieron realizar su con-cierto en tres. La música punk sigue creciendo sorteando todo tipo de con-trol. Cruza a Nueva York y de allí al resto de Norteamérica, con exponen-tes como los Ramones, The Stooges, MC-5, etc.. .

A todo esto los Pistols firman con la discográfica A&M un contra-to millonario, pero con el disco God Save The Queen listo para la distribu-ción, la compañía decide prescindir de ellos. La explicación fue que los inte-grantes del grupo habían destruido los baños de la compañía, habían intenta-do violar a un par de secretarias y ata-caron a un disc jockey. Lo cierto fue que otros artistas del sello exponentes del rock clásico como Rick Wakeman de Yes, Peter Frampton, y otros, hicie-ron a los directivos una amenazante

petición: «o nosotros o ellos».Los Pistols están prohibidos en

radio y televisión, sus recitales solo se informan de boca a boca y tocan en lu-gares como el cine de Londres o en la discoteca Lafayette bajo el seudónimo de SPOTS (Sex Pistols on Tour Secre-tely).

Irónicamente se suben a tocar sobre un lanchón llamado Queen Eli-zabeth, durante una gran fiesta en el palacio de Buckingham. Las cámaras de T.V. muestran la carroza de la reina Isabel II, seguida por su corte. Por el Támesis, a la par del desfile, navega el grupo que tiene prohibido tocar so-bre tierra firme, cantando «dios salve a la reina / ella no es un ser humano...». Media docena de embarcaciones poli-ciales los obligan a amarrar y les or-denan silencio. No escuchan, tocan No Fun, les cortan el suministro de ener-gía, terminan presos después de una batalla de bastonazos y patadas.

El single God Save the Queen es el más vendido durante las celebracio-nes reales, ahora distribuido por Vir-gin, el sistema intenta controlar las energías de los jóvenes y capitaliza sus productos malditos generando parado-jas increíbles. Lydon es golpeado cada dos por tres y su provocativo deambu-lar por las calles se vuelve peligroso contra el mismo, sin embargo se recha-za la propuesta de ponerle guardaes-paldas ya que eso lo colocaría en igual posición que las estrellas pop.

The Clash tampoco puede tocar en suelo inglés, la otra mitad de la anárquica criatura más brillante que el punk haya engendrado es deslumbran-temente coherente entre sus letras y su forma de vida. En París graban para un programa de t.v. y ante las repeti-das peticiones de parte de los técnicos para que bajen el volumen deciden ir al baño para luego de un tiempo vol-ver al set con las ropas pintadas con inscripciones que se leían en pantalla fácilmente: Vous êtes tous des putains. En Bélgica tocan en un festival de Jazz donde les llueven latas de cerveza. Mick Jones detiene la banda y dice: «si quieren que sigamos, retiren a la gente de seguridad». Nadie se atreve, «echadlos», recién allí los belgas com-prenden el mensaje de los tipos que sangrando, en algunos casos, sobre el escenario, hacen notarles que su agre-sión estaba mal dirigida. The Clash dice «bien, sigamos», pero en lugar de tomar sus instrumentos del piso, toman

EL PUNK HABÍA NACIDO CON UNA FUERZA INDO-MABLE, AL IGUAL QUE LA PRIMERA LÍNEA DE LA NARANJA MECÁNICA SE PREGUNTABA: Y AHORA QUE PASA, EH?

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Sonus mega 45x

ESTALLA LA MUSICACON TUS SENTIDOS

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Sonus guitar green classic

EL HEAVY DE LOS 80’S SE MANTIENE CON SU ESCENCIA

las latas y empiezan a tirarlas sobre la audiencia.

The Clash es a los Pistols lo que fueran los Stones a los Beatles, un paso más allá. Atraen menos chicos en busca de pogo y salivazos y más intelectuales. Proponen más, hablan de política, de soluciones futuras, de revolución y sobre todo de acción. Son la guerrilla empuñando guitarras como fusiles. El universo político, económico y social son expresados por ellos en una doble tarea: palabras y hechos. Canalizando el nihilismo hacia una política radical contes-tataria los Clash estaban lejos de la otra forma de vivir el punk, forma cuyo máximo exponente era sin duda Lydon: «yo nunca he tenido puntos de vista políticos, ni los tendré. Me he preocupado siempre de mí mismo y seguiré haciéndolo».

En Estados Unidos las diferen-cias se hacían evidentes. Dee Dee Ra-mone, decía por ejemplo: “Los punk

británicos son unos amargados. Can-tan canciones sobre el problema de no tener trabajo y eso no puede ser muy alegre, nosotros también estabamos en el paro cuando empezamos y eso no nos impidió hacer canciones di-vertidas. Ellos tienen una mentalidad muy negativa. Y odian Estados Uni-dos. ¿Cómo se atreven?”.

Lo cierto era que el punk crecía y que cada uno tomaba lo que más le convencía haciendo que el abanico de actitudes y propuestas se abra de ma-nera desmedida. La pulsion que había generado al punk empezaba a desvir-tuarse, corromperse, resignificarse y a variar en muchos aspectos. El esta-blishment, como ocurre siempre con lo emergente, encontró la vieja receta, encontrándole al punk un lugar aden-tro y mostrando su gran capacidad de adaptar todo aquello que pueda co-mercializarse. Así las vidrieras de las cadenas más importantes mostraban en alguna de sus vidrieras remeras

con inscripciones como Punk Rules o dibujos de cadenas, alfileres de gancho y demás símbolos característicos del movimiento.

Estados Unidos manejó el tema de otra manera, mucho más americana. Mientras Gran Bretaña ve al punk como una amenaza, los norteamericanos no pierden el tiempo; los grupos de éxito pasan del underground al sistema rápi-damente, anulando en cierto sentido, con esa actitud más liberal, la esencia misma del movimiento. Después de las revoluciones sociales propuestas por beatniks, hippies, etc.. . Estados Unidos simplemente no resistió. El punk pare-cía un negocio más que una amenaza. Allí también florecieron de la noche a la mañana innumerables grupos under-ground que en lugares como el mítico C.B.G.B. reunían a los aficionados de cosas nuevas. Así el estallido generó una nueva escena en la esfera artística. Todos en la misma bolsa; quien fuera nuevo a fines de los 70 era sinónimo de punk, fuera Talking Heads, Devo, u otros artistas que aunque estaban lejos de la radical propuesta punk debían compartir ese circuito alternativo que había emergido de la grieta entre ne-cesidad de cambio y la propuesta que hasta el momento ofrecía el mercado del entretenimiento.

El punk había nacido con una fuerza indomable y ahora, al igual que la primera línea de La Naranja Mecá-nica se preguntaba: Y ahora que pasa, eh?ue cada uno tomaba lo que más le convencía haciendo que el abanico de actitudes y propuestas se abra de ma-nera desmedida. La pulsion que había generado al punk empezaba a desvir-tuarse, corromperse, resignificarse y a variar en muchos aspectos. El esta-blishment, como ocurre siempre con lo emergente, encontró la vieja receta, encontrándole al punk un lugar aden-tro y mostrando su gran capacidad de adaptar todo aquello que pueda comer-cializarse. Así las vidrieras de las ca-denas más importantes mostraban en alguna de sus vidrieras remeras con inscripciones como Punk Rules o di-bujos de cadenas, alfileres de gancho y demás símbolos característicos del y social son expresados por ellos en una doble tarea: palabras y hechos. Cana-lizando el nihilismo hacia una política radical contestataria los Clash estaban lejos de la otra forma de vivir el punk, forma cuyo máximo exponente era sin duda Lydon: «yo nunca he tenido pun-tos de vista política.

Sonus guitar red classic

VIBRARA TU SANGRE CON EL SONIDODE LOS 70’S

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Sonus guitar red classic

VIBRARA TU SANGRE CON EL SONIDODE LOS 70’S

El sentido del sonido

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36 NOVIEMBRE 24 . 2010 Somus

HISTORIA DEL ROCK EN ESPAÑOL

En los felices y vertiginosos fina-les de la década de los 80, cuando es-talló la fiebre del llamado “rock en tu idioma”, las ondas hertzianas llevaron a millones de hogares de las grandes ciu-dades colombianas una nueva lírica en la que novias pechugonas convivían con expertos en sistemas de alcantarillado y llamados urgentes a la reactivación de las industrias.

De la noche a la mañana estas can-ciones se tomaron por asalto las emiso-ras juveniles, así como las especializa-das en balada y en música tropical. No era para menos. Varias de ellas podrían pasar como música para planchar. Ade-más, en las emisoras, el término rock se prestaba para cualquier cosa. Baladas empalagosas, humor adolescente, tecno del bien barato, prototropipop... Bueno. En este lado del mundo la palabra rock se sigue prestando para cualquier cosa. Según los expertos, Julieta Venegas es rock.

Dejo de lado el apartado Gustavo Cerati, uno de los más grandes escritores de incongruencias en lengua castellana, por ser de uso privativo del humorista Gonzalo Valderrama. Además, porque los aportes de Cerati darían para llenar medio tomo de la Enciclopedia Británi-ca y no se dispone de tanto espacio.

Durante el glorioso El Dorado del rock en tu idioma (1988-1989) llamaba la atención la necesidad sentida de las

bandas bogotanas de escribir canciones en contra del consumo de la droga. Roc-keros terapeutas, rockeros paramédicos, rockeros con énfasis en trabajo social. Tal vez era una manera de congraciarse con una campaña que adelantó en aquel momento el alcalde-rockero Andrés Pas-trana y así poder acolincharse en el va-gón del éxito y la fama. Esas canciones siempre utilizaban infinitivos termina-dos en ar para la rima garantizar: No te dejes aplastar, la droga de va a matar, te tienes que superar y de ella alejar y la vida disfrutar.

Miguel Mateos, uno de los gran-des héroes de la época, dejó para la posteridad una frase memorable, que perfectamente podría servir de tema de presentación del reality futbolero Atlas, la otra pasión: Y saco fuerzas de donde

filosóficos y epistemológicos: Estoy pa-rado sobre la muralla que divide/ todo lo que fue de lo que será/ Estoy miran-do como aquella vieja psicodelia/ estoy fijándome como viene y va. Otra: Ella habló por mí/ y yo me sentí cansado/ Creyó conocer mi corazón... /Yo miraba mi cigarrillo, ella lloró. /Sumar tiempo no es sumar amor/ Sumar tiempo no es sumar amor/ y en la soledad se está me-jor. Y otra más: Solo si diste algo, algo podrás recibir/ y el amor que esperas sólo/ depende de ti/ Y ahora tendrás que seguir/ cargando tu cruz/ por el resto de tus días.

Compañía Ilimitada, que había dado muestras de su vena poética en Siloé, a ratos se dejaba contaminar por vientos llegados del sur. Como en aquel arranque de Contacto, que dice: En un plano/ un plano cartesiano/ dos estrellas buscan un lugar para brillar/ ellas bus-can un contacto. Como dirían en Quac: “Y Cerati, ahí...” Imposible no citar a Cerati, Gonzalo, qué pena. Aunque sea unita: Mar de fondo/ no caeré en la trampa/ llámame pronto /acertijos bajo el agua.

España, mucho más interesada en el humor que en el mensaje trascenden-te, lo manifestaba de diversas maneras. Por un lado, grupos como La Trinca ofrecían desde El IVA, una pequeña joya que tomaba prestado un tema de Nicolai Rimsky Korsakov para intentar explicar cómo se calcula el impuesto al valor agregado (Sácale los ojos al gra-vamen sumergible/ Y estrangúlale la cuota por la base disponible/ Y al pasi-vo me lo pones a parir/ Achacándole la tasa del valor a deducir/ Dale los tribu-tos al volumen soportable/ Y repercute brutalmente en el valor incrementable/ Y al montante me lo agarras al pasar Y le metes por el IVA el valor a amortizar, dice en uno de sus apartes) hasta la muy latosa Quiero una novia pechugona. Y claro, estaban los Toreros Muertos, con divertimentos como Pilar pero también con piezas maestras, Mi agüita amarilla y Yo no me llamo Javier, que han resis-tido sin problemas el paso del tiempo: Suéltame mujer, deja ya de joder, yo no me llamo Javier. Y, mucho menos cono-cidos en Colombia, Los Nikis, Siniestro Total (Más vale ser punkie que maricón de playa) y los nada políticamente co-rrecto Os Resentidos: Es minusválida, non podes bailar/ ortopedia tenopó/ paraplexia para gozar/ parkingson para vibrar. Aunque esa canción no debería figurar en esta nota porque Os Resenti-dos cantaban en gallego.

no hay. Pero fue la excepción. Su norma fue llevar a extremos delirantes el abuso del cliché. Nene, nene qué vas a hacer, cuando seas grande/ estrella del rock n roll/ presidente de la Nación/ nene, nene qué vas a hacer cuando alguien oprima el botón. Ah... El botón. Porque otro tema recurrente entre los rockeros de aquel entonces fue la amenaza nuclear. En vís-peras de la caída del Muro de Berlín y a pesar de la perestroika y el glasnost, el presidente Reagan hablaba de guerras nucleares controladas, así que existía el riesgo de que el ex actor de Hollywood oprimiera el botón y generara un holo-causto atómico.

Mateos fue un precursor de la publi-cidad de teléfonos celulares (llámame si me necesitas) y también un cultor excelso de “música para planchar - the next ge-neration”: Espero, deseo como una roca espera el mar/ te necesito uuoh/ y vivo, atado/ a un sentimiento carnal/ atado a tu luna uuooh no. A propósito del uuooh no: este tipo de expresiones guturales les hizo creer a muchos baladistas rockeros que para triunfar debían cantar con el gaznate, desafinar al máximo y separar cada verso de la canción con aullidos.

Pero los maestros del cliché y del lugar común fueron, sin duda, Los Prisio-neros de Chile, que se hacían pasar como los Clash australes. Narea, González y Tapia, en el mejor estilo Juanes, no se preocupaban demasiado por pulir los tex-tos. Aquello era como ponerle música a un correo electrónico o a una circular di-rigida a los padres de familia. Eso sí, gra-cias a Los Prisioneros aprendimos mucha

geografía: Latinoamérica es un pueblo al sur de Estados Unidos nuestro chau-vinismo más primitivo: Por qué no se van, no se van del país. Hicimos nuestro y del presente el drama ajeno y pretérito de Marilyn Monroe: Dime si fue el presi-dente/ Dime si fue algún agente / ¿Quién mató a Marilyn? (...) Dicen que fue un extremista/ O tal vez algún alpinista/ Di-cen que fue tu doctor/ Dicen que fue tu amigo íntimo/ Dicen que fui yo ¡oh, no! . Cualquier parecido con el I shouted out’ Who killed the Kennedys

‘/ When after all/ It was you and me de Sympathy for the Devil de los Rolling Stones es pura coincidencia.

Capítulo aparte merece ese paquete cuasichileno (son de la frontera, de Men-doza) llamado Los Enanitos Verdes. He aquí algunos de sus más sesudos ensayos

EL ROCK HABÍA NACIDO CON UNA FUERZA IINIGUA-LABLE, PERO AHORA HA MUERTO.

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Sonus drums x34

EL HEAVY DE LOS 80’S SE ACERCA CON LA NUEVA BATERIA SONUS X34

El sentido del sonido

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