sujeto amor y goce en el estilo de vida swinger (primer capítulo)

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  • 8/16/2019 Sujeto amor y goce en el estilo de vida swinger (Primer Capítulo)

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    Universidad de San Buenaventura, seccional Cali

    SUJETO, AMOR Y GOCEEN EL ESTILO DE VIDA SWINGER

    SUJETO, AMOR Y GOCEEN EL ESTILO DE VIDA SWINGERUna aproximación psicoanalítica

    Autores: John James Gómez Gallego,

    Johnny Javier Orejuela Gómez,Carolina Martínez Libreros,

    Lina Fernanda Zúñiga Pacheco, Johan Steven Bueno García,

    John Jairo Piedrahita Arango,Faisury Renza Polanco.

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    Sujeto, amor y goce en el estilo de vidaswingerUna aproximación psicoanalítica

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    Universidad deSan Buenaventura

    seccional cali

    Sujeto, amor y goce en el estilo de

    vida swingerUna aproximación psicoanalítica

    John James Gómez Gallego, Johnny Javier Orejuela Gómez, Carolina Martínez Libreros,Lina Fernanda Zúñiga Pacheco, Johan Steven Bueno García,

    John Jairo Piedrahita Arango, Faisury Renza Polanco.

    2010

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    Universidad de San Buenaventura, seccional CaliEditorial Bonaventuriana

    Título: Sujeto, amor y goce en el estilo de la vida swinger Una aproximación psicoanalítica

    Autores: John James Gómez Gallego, Johnny Javier Orejuela Gómez, Carolina Martínez Libros, Lina Fernanda Zúñiga Pacheco, Johan Steven Bueno García,

    John Jairo Piedrahita Arango, Faisury Renza Polanco.ISBN: 978-958-8436-36-4

    RectorFray Álvaro Cepeda van Houten, OFMSecretarioFray Hernando Arias Rodríguez, OFMVicerrector Académico Juan Carlos Flórez BuriticáVicerrector Administrativo y FinancieroFélix Remigio Rodríguez BallesterosDirectora InvestigacionesAngela Rocío Orozco Záratee-mail: [email protected] Proyección SocialRicardo Antonio BastidasCoordinador Editorial BonaventurianaClaudio Valencia Estradae-mail: [email protected]

    Diseño y diagramación: Carlos Cárdenas© Universidad de San Buenaventura CaliImpresión: Feriva S.A.Universidad de San Buenaventura, seccional CaliLa Umbría, carretera a PanceA.A. 25162 - PBX: (572)318 22 00 – (572)488 22 22 - Fax: (572)488 22 31/92www.usbcali.edu.co • e-mail: [email protected] Cali - Colombia, Sur América

    Este libro no puede ser reproducido total o parcialmente por ningún mediosin autorización escrita de la Universidad de San Buenaventura, seccional Cali.

    Cali, ColombiaDiciembre de 2010

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    Introducción ......................................................................................................13

    CAPITULO 1. DEFINICIONES, FORMAS Y ESPACIOSDEL ESTILO DE VIDASWINGER .............................................................23El estilo de vidaswinger y sus modos .................................................................24Caracterización de losswinger: entre lo real y lo virtual ...................................29 Los orígenes delswinging ...............................................................................30 Espacios y modos de encuentro: El contexto local ......................................32 El espacio virtualswinger ..............................................................................34Sujeto, deseo y virtualidad ................................................................................40La web: ¿Un discurso que hace lazo? ................................................................4

    Los perfiles ....................................................................................................43Algunos datos demográficos de la comunidad virtualswinger .........................48

    CAPÍTULO 2. RITUAL Y SENTIDO EN LA PRÁCTICASWINGER ....................................................................55La rumbaswinger: ¿Una práctica liminal? .........................................................56 Aspectos generales ........................................................................................57 Sobre el escenario .........................................................................................58 Lo interior y lo exterior ............................................................................61 Sobre los espacios y las prácticas ..................................................................6 Acto primero ............................................................................................63 Acto segundo ............................................................................................65La prácticaswinger como ritual de sentido .......................................................72

    CAPÍTULO 3. ÉTICA Y ERÓTICA EN EL ESTILO DE VIDASWINGER .........................................................85La moral sexual y la ética posmoderna .............................................................8Algunas hipótesis justificatorias del ethösswinger ............................................91Ethös y erótica: El caso de una pareja swinger ..................................................93La prácticaswinger: ¿Una práctica perversa? ..................................................102

    Tabla de contenido

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    CAPÍTULO 4. EL ESTILO DE VIDASWINGER : ¿UNA FORMADE PRESERVACIÓN DEL IDEAL DE AMOR?......................................111El amor, sus estructuras y sus transformaciones ..............................................112Del impasse sexual en el paso amoroso: Análisis de un caso .........................120 Primer tiempo: El anudamiento amoroso ..................................................120 Segundo tiempo: El anudamiento al estilo de vidaswinger .......................124Pareja, tradición y familia en el estilo de vidaswinger ....................................127Amor y sexualidad en la parejaswinger ..........................................................129

    CAPITULO 5. EL LUGAR DE LA MUJER EN EL ESTILO DE VIDASWINGER : LA BÚSQUEDA DEL

    MANTENIMIENTO DE LA TRADICIÓN AMOROSA EN TIEMPOS DE FRAGMENTACIÓN...................................................133La mujer como sujeto histórico: De épocas y roles.........................................134 De mujeres y guerras ...................................................................................141 El poder está en la punta del falo ...............................................................142 De lo privado a lo público ...........................................................................142Mujer y subjetividad en el estilo de vidaswinger ............................................144 Penélope y Helena: familias, tradición y educación en dos casos

    de mujeres que participan del estilo de vidaswinger ..................................145 De los avatares del lazo amoroso ...........................................................147 Encuentro con la sexualidad amorosa y su relación con

    el estilo de vidaswinger...........................................................................150 Del desencuentro sexual al estilo de vidaswinger .................................155

    CAPITULO 6. LA SEXUALIDAD Y EL SUJETODE GOCE EN EL ESTILO DE VIDASWINGER :DEL INTERCAMBIO, LA ANGUSTIA MASCULINA Y LA PREGUNTA ¿CÓMO GOZA UNA MUJER? ...............................163Cuerpo, lugar del goce .....................................................................................165 Sobre el objeto y el fin sexual .....................................................................167

    Ley del intercambio y lazo social .....................................................................168 Juicios de atribución y juicios de existencia ...............................................170 Prohibición del incesto y ley de intercambio .............................................172El intercambio de bienes simbólicos, el amor romántico y la búsqueda de satisfacción ...........................................................................176 Libertad y reciprocidad en el intercambio de bienes simbólicos ...............178El sujeto y los excesos del goce en el estilo de vida swinger ...........................180 De la angustia masculina y la curiosidad por los excesos del goce ............182 De la curiosidad por el goce al encuentro con el horror ............................184 La respuesta al horror .................................................................................187

    Bibliografía ......................................................................................................191

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    Agradecimientos

    Como equipo de trabajo queremos agradecer muy especialmente a todaslas personas que colaboraron directa e indirectamente con el desarrollode nuestra investigación. En primer lugar, a los sujetos entrevistadosquienes como practicantesswinger nos ofrecieron sus experiencias yabrieron su intimidad ante nosotros para permitirnos comprender mejoreste fenómeno de interés. A los participantes de los diferentes auditoriosen los que presentamos los avances de la investigación, quienes con susinquietudes e interpelaciones nos ayudaron a afinar la perspectiva delestudio. Al doctor Héctor Gallo, psicoanalista y profesor de la Universidadde Antioquia, quien como par académico retroalimentó y permitió unamayor cualificación del texto. A la doctora Carmen Elena Urrea y en sunombre a la Facultad de Psicología que lidera como decana, por su inva-luable apoyo al desarrollo del proceso. A la Dirección de Investigacionespor su apoyo en la realización del proyecto “Subjetividad y estructura sim-bólica en el estilo de vida swinger”del que éste es el resultado. A la EditorialBonaventuriana y a Feriva por su apoyo en el establecimiento del texto y su diagramación. Y en general, a la Universidad de San Buenaventura,seccional Cali por todo el apoyo prestado para el desarrollo de la pre-sente, esperando que éste resultado académico se constituya en alicientepara un, cada vez, mayor apoyo a la investigación en la Universidad, decara a alcanzar la más alta calidad que redunde en una mejor oferta deformación para nuestros estudiantes.

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    Introducción

    El amor es impotente, aunque sea recíproco, porque ignoraque no es más que el deseo de ser Uno, lo cual nos conduce a la

    imposibilidad de establecer la relación de ellos.¿La relación de ellos, quiénes?—dos sexos.

    (Lacan; 1972)

    Pero el ser es el goce del cuerpo como tal, es decir comoasexuado, ya que lo que se llama el goce sexual está marcado, domi- nado, por la imposibilidad de establecer como tal, en ninguna parte

    en lo enunciable, ese único Uno que nos interesa,el Uno de la relación proporción sexual.

    (Lacan; 1972)

    El enunciado “estilo de vidaswinger”, con el que se hace referencia a la decisiónde una pareja amorosa de participar en intercambios sexuales con otras parejasgenera, inevitablemente, reacciones diversas en la mayoría de las personas, qupueden ir desde la exaltación dionisiaca del placer como finalidad, hasta losjuicios morales más feroces en nombre de la defensa de los principios y los valode la mesura apolínea, originarios–lo dionisiaco y lo apolíneo– de los mitos ylas prácticas greco-romanas y devenidos ambos en la oposición de polaridade

    entre “lo bueno” y “lo malo”, “lo pecaminoso” y “lo sacro”, que a partir del sigIIId.C. constituyeron los principios de la moralidad cristiana. Sea como fuere,el enunciado “estilo de vidaswinger”, denominación dada por quienes adoptandicho estilo de vida, señala el pacto entre dos sujetos que constituyen una pa-reja amorosa estable de inscribir su sexualidad por fuera de la exclusividad coel partenaire, pero condicionada a la presencia necesaria de los dos miembrosde la pareja y a que los acontecimientos derivados de ello sean legitimados consentidos por ambos.

    En el presente libro se trata de omitir, en la medida de lo posible, tomar partidopor una u otra de las posiciones mencionadas,–exaltación del placer o mora-

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    Sujeto, amor y goce en el estilo de vida swinger

    lidad–, pues el interés que nos mueve en relación con el tema es indagar porlo que acontece con la subjetividad de quienes se inscriben en dicho estilo devida; de manera más precisa, lo que sucede en torno a dos lógicas que hemosconsiderado fundamentales por ser inherentes a la subjetividad en el lazo quesostiene a la pareja amorosa: el amor y el goce.

    Con la primera, la lógica amorosa, nos referimos a la forma de anudamientoderivada de los ideales del amor romántico propios de la época moderna y quetiene en realidad una existencia de corta data, pues no fue sino hasta despuésdel siglo XVI, los principios de la formación de la intimidad centrada en la es-critura de los diarios íntimos y el surgimiento de la novela romántica–que tuvo

    en Juan de Segura su primer representante– cuando, en 1553, ya prefiguraba encartas románticas lo que sería el comienzo de todo un movimiento que hastahoy sigue vigente. Movimiento que en alguna medida resultó como efecto delcese de la finalidad bélica de la vida para los hombres; sentido que poco a pocoderivó hacia la pasión por las mujeres (Sebold; 2002), y que obtuvo por partede ellas la respuesta de ab-negación de sus fines a ser el soporte del amor quelos hombres les profesaban.

    Con la segunda, la lógica del goce, apuntamos de manera concisa al concepto

    introducido por el psicoanalista francés Jacques Lacan a partir de su experienciaclínica y del trabajo de los textos freudianos y la filosofía del derecho de Hegel.Este concepto, central para la experiencia psicoanalítica, señala que en lo queal sujeto atañe el deseo no es lo único que anuda el lazo con el otro, sino queademás existe el goce, aquello más íntimo y subjetivo que no puede ser com-partido con otro de ninguna manera; así, “el goce, en tanto sexual, es fálico, esdecir, no se relaciona con el Otro en cuanto tal” (Lacan; 1972: 17). Con estoLacan señala que el goce es goce en el cuerpo propio, lo que no quiere decirque se reduzca solamente a los genitales. Sobre este punto resulta clave aclararque ni el deseo ni el goce existen en estado alguno de pureza, como tampocopueden ser anulados totalmente de la experiencia subjetiva pues son inherentesa la constitución subjetiva misma. Sin embargo, en relación con el goce hay unatendencia al exceso, a un plus de gozar, que en muchas ocasiones puede llevaral sujeto al encuentro con formas insoportables de mortificación de las cualesparece no poder deshacerse. Así, pues, esta pregunta por el goce implica, desuyo, estar atentos a la forma manifiesta de sus excesos, por lo que esta cuestiónserá tratada también en este libro.

    Por lo tanto, si hemos centrado nuestro interés en estas dos lógicas es justamenteen consideración del valor que representan, porque permiten comprender cómo

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    Introducción

    se anuda la pareja, con todos los avatares que el encuentro amoroso y el encuentro sexual conllevan de manera inevitable. Esto permitió una aproximación a lpregunta por el sujeto en el lazo con ese otro que ha elegido como su partenaire para el amor y para el goce. Pregunta novedosa si se considera que es poca lliteratura sobre el tema y aquella que se encuentra apunta en la mayoría de locasos a aproximaciones distantes de la investigación seria o al menos de unpostura que no se limite a expresar juicios guiados por la moral y por tanto eseñalamiento del estilo de vidaswinger como la máxima aberración antimoralde nuestra época; o, de otro lado, a textos escritos por sujetos que participande dicho estilo de vida, publicados como respuesta a los ataques moralistao para promover y exaltar su postura.1 En ambos casos se trata de posicionesconcordantes con la idealización de la propia manera de gozar y que cada quiesupone, con base en una elaboración narcisista, como la más adecuada.

    Ahora bien, para iniciar una aproximación cuidadosa a esta pregunta resultamenester reconocer que los intercambios sexuales en los que participan máde dos personas no son algo absolutamente novedoso o sin precedentes. Desdlos principios de la cultura griega la oscilación entre la mesura, caracterizadpor las buenas formas representadas por el dios Apolo, y los excesos marcadpor la dedicación a los placeres del goce del cuerpo centrados en la comida

    el placer sexual, representados en el dios Dionisio, fue inherente a las lógicasociales, cuestión que, como es sabido, ha motivado a reflexionar a pensadorde todos los tiempos. Tal es el caso Friedrich Nietzsche, en quien tenemos uevidente ejemplo de ello, pues dedicó gran esfuerzo a pensar sobre esta dualiden sus desarrollos sobreEl nacimiento de la tragedia.

    Hay, pues una innegable historicidad de encuentros sexuales que no se reduceal número dos, tal como lo ha indicado Patridge Burgo en su libroHistoria dela orgía, en el que hace un recorrido por el tema partiendo de las orgías griegas,pasando por las bacanales romanas y llegando hasta las formas en que estoencuentros se presentaron en los principios de la época moderna. No obstantepartir de este reconocimiento histórico no es razón para homologar las orgíacon el estilo de vidaswinger. Es necesario comprender, justamente, la existenciade diferencias sutiles pero fundamentales entre las orgías del período clásic

    1. Podríamos decir, incluso, que esta toma de partido por el juicio moral por parte de loopositores del estilo de vidaswinger, o bien por la promoción y exaltación de los idealesde libertad sexual y progresismo que defienden los adherentes a dicho estilo de vida, es efundamento de todos los artículos y libros que logramos rastrear en torno al tema y quepresentamos a lo largo de este libro.

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    Sujeto, amor y goce en el estilo de vida swinger

    helénico y romano, así como las de la Edad Media, y lo que hoy puede sercomprendido como estilo de vidaswinger.

    La primera de estas diferencias corresponde a una condición que ya hemos es-bozado previamente en esta introducción. Se trata de la implicación del sujetoen relación con el amor romántico, con lo cual sexualidad y amor tendierona amalgamarse durante casi tres siglos de acuerdo con los ideales de la épocamoderna. En la época clásica (helénica-romana), en cambio, la sexualidad estabaanudada de manera específica al placer tanto en los seres humanos como en losdioses. Sólo con el surgimiento del cristianismo y las alianzas entre el poder y elclero la sexualidad empezó a ligarse con la idea de pecado y el amor a idealizarse

    con una manifestación privilegiada a la relación con Dios. Así, el surgimiento delos ideales del amor romántico marcó el paso del amor entre los seres humanos y su Dios al amor entre hombres y mujeres declarado y avalado por Dios, de locual es soporte el pacto católico cristiano del matrimonio, que compromete alos implicados en una monogamia mutuamente aceptada y legitima así la ligazónentre amor y sexualidad; esto, claro, independientemente de que tal pacto secumpliese o no en la realidad. Sea como fuere, este ideal pactado constituía elmojón de los valores cristianos del amor y el goce sexual.

    La segunda diferencia tiene que ver con el surgimiento de la intimidad y conella del derecho al secreto y la privacidad. La vida pública fue elemento clave enlas lógicas sociales de la época clásica y del periodo cristiano previo a la épocamoderna. Pero con el surgimiento de la intimidad, “la soledad que en la EdadMedia había sido un estado inusual y no necesariamente apetecible, se convirtióen un verdadero objeto de deseo.” (Sibilia, 2008: 74). Esta diferencia resultacrucial, pues, como veremos a lo largo del presente libro, el estilo de vidaswinger se encuentra enmarcado en los ideales y las lógicas derivadas de la existencia dela intimidad y del sentido que ella otorga al lazo amoroso, cuestión muy distinta

    de las bacanales y las orgías que tenían como sentido el despliegue colectivode la búsqueda del placer y no guardaban relación alguna con fines íntimos niestaban tampoco vinculadas con el amor como privativo de la pareja amorosa.

    No obstante, las diferencias señaladas entre las estructuras simbólicas en que seinscriben por un lado la orgía y por el otro el estilo de vidaswinger, hay al menosun punto común que merece toda importancia y que, como tal, consideramosfundamental destacar. En todas las épocas la sexualidad ha sido vista con recelo y preocupación por los agentes morales de la sociedad. Prueba de ello, como loseñala Patridge (2002), es que en el siglo IIa.C.las bacanales romanas fueronprohibidas por atentar contra la mesura y la tranquilidad de la comunidad. Ni

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    Introducción

    qué decir del medioevo cristiano cuando la sexualidad con fines distintos a lprocreación con la aprobación de Dios resultaba pecaminosa, al punto de llevarmuchos a la “condena eterna”. En la actualidad, a pesar de que nos encontramoen una época de pornografía del goce (Sahovaler; 2009), la sexualidad sigue eel centro de las polémicas concernientes a la moral pública. Esto, claro, colocen dicho centro también a quienes se inscriben en el estilo de vidaswinger, loque ha llevado a que del lado moral religioso sean considerados “pervertidos”del lado de la salud pública sea un “vector de riesgo”, calificativos en la mayode las ocasiones al margen del conocimiento de lo que puede o no significael enunciado “estilo de vidaswinger”, y las implicaciones que conlleva para lossujetos y sus prácticas. Por ello esta investigación apuntó a develar lo que está ejuego en la subjetividad y con tal propósito intenta separar de las apreciacionemorales, como también del ideal que para los propios sujetos puede representel estilo de vida en el cual se inscriben.

    Cabe preguntarnos entonces: ¿Cómo podemos aproximarnos al estudio de lsubjetivo en este estilo de vida y lograr mantenernos al margen del recelo mor y los juegos de los ideales sin dejar, claro está, de reconocer sus efectos soblos propios sujetos y la cultura en que se inscriben? Pues bien, la respuestaesta pregunta es justamente lo que explica y justifica que la aproximación qu

    realizamos esté inscrita en el psicoanálisis y en sus intersecciones posibles cotras disciplinas como la filosofía, la antropología, la sociología y la historia

    Cuando en 1905 Freud publicó susTres ensayos de teoría sexualresultó escanda-loso, por decir lo menos, pues colocaba en evidencia la presencia frecuente, esujetos perfectamente “normales”, de deseos vinculados con la sexualidad qusegún los ideales vigentes eran considerados aberrantes y pecaminosos, cuandno patológicos. Algunas de las cuestiones develadas por Freud señalaban quno había tal complementariedad entre el hombre y la mujer, pues para finessexuales cualquier objeto puede ser satisfactorio de acuerdo con las condiciones particulares de cada sujeto. Por otra parte, resaltaba la evidencia de que larelación del sujeto con la sexualidad está definida por el goce del cuerpo y npor la búsqueda de la reproducción, bien fuese orientada por fines morales o dconservación de la especie. Esto colocó en la escena pública que la sexualidahumana no responde de manera exclusiva a la naturaleza o a los ideales y, potanto, no puede inscribirse en estándares, por lo cual la palabra normalidad noes aplicable a cuestiones relacionadas con la sexualidad humana. Así, ésta espara el psicoanálisis, la sexualidad de un ser hablante afectado por el mundsimbólico y por los efectos que de ello devienen sobre el cuerpo y sobre lformas en que hace nudo con otros seres sexuados y con los objetos en genera

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    Sujeto, amor y goce en el estilo de vida swinger

    Por tratarse de sexuación por el significante, la sexualidad humana es siempredesviación, deformación, y por lo tanto no responde a fines naturales sino, sobretodo, al goce del cuerpo. No hay, pues el buen modo sexual, o el bueno modode goce sexual y por lo tanto aproximarse al estudio de la sexualidad desde unaperspectiva psicoanalítica implica partir de esta fundamental premisa. De otrolado, el psicoanálisis representa la posibilidad de ingresar en un campo en queindividuo y cultura no son cuestiones opuestas sino continuas, y ese efecto decontinuidad inscrito en el sujeto se denomina con la palabra inconsciente. Así,lo que está en juego en nuestra aproximación, en la medida en que aspira a serpsicoanalítica, es la pregunta por la manera como el sujeto del inconsciente semanifiesta en el estilo de vidaswinger a través de las lógicas del amor y del goce.

    En este orden de ideas resultó fundamental en nuestra investigación indagarcaso por caso, pues amor y goce sólo son susceptibles de abordarse, al menosdesde la perspectiva psicoanalítica, tomando como ruta la particularidad queresulta del síntoma con el que se anuda y se mantiene el lazo amoroso. Así,la escucha estuvo orientada develar las implicaciones subjetivas de la historiadel ser hablante que se materializan en el significante y en sus efectos sobrelos estilos particulares de amar, gozar y también desear, y si bien esta últimanoción no se consigna explícitamente en el texto, el lector no tardará en darse

    cuenta de que amor, goce y deseo son una tríada anudada topológicamente y como tal susceptible de transposiciones continuas. En este orden de ideasnuestra aproximación basa su consistencia en el hallazgo de lo inédito a partirdel discurso de los sujetos y no en la repetición y la replicación que sirven desoporte a las ideas de validez y de confiabilidad, como tampoco en la frecuenciade aparición fenomenológica de indicadores que supondrían algún grado derepresentatividad sobre lo estudiado; mucho menos en la correspondencia delos sujetos con algún tipo de interpretación de la normalidad o con el estándarligado a los ideales, cualesquiera que estos sean. Se trata de la construcción de

    saber a partir de la manera como los seres hablantes se inscriben en la cultura y en los modos de gozar. Sujetos portadores de una verdad que no es la delconocimiento, la ciencia o la moral, sino la verdad del inconsciente que, comoseñala Lacan (1946), corresponde al uno por uno; se trata de la verdad en tantocausalidad psíquica.

    De esta manera, el recorrido de nuestro trabajo avanzó orientado por la escu-cha de lo subjetivo, y el texto que aquí presentamos es la formalización, en laletra, de los hallazgos y las construcciones logrados a través del discurso de lossujetos, pero también del abordaje de cuestiones generales que permitieran, enprincipio, aproximarnos al marco simbólico en el cual se estructura y soporta el

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    Introducción

    estilo de vidaswinger. Sólo así pudimos abordar de manera lógica y precisa loscasos de estudio, y desde allí abocar la reflexión de los conceptos centrales dnuestro trabajo. Requerimos para ello de seis capítulos en los que damos cuende esta experiencia, de los casos abordados y de las construcciones derivadadel ejercicio analítico-reflexivo sobre ellos.

    El primer capítulo, tituladoDefiniciones, formas y espacios del estilo de vidaswinger, permite ingresar en el campo de estudio a partir de la aproximaciónsociológica de lo que puede ser considerado unestilo de vida y su relación conlas formas como las parejas se adhieren al significanteswinger. También aborda-mos aquí los espacios en los cuales el encuentro se hace posible, lo que inclu

    espacios físicos y virtuales; estos últimos propios de la época contemporáneacaracterizados por facilitar el establecimiento de contactos a través de la configuración de redes sociales virtuales, entre las cuales existen varias destinada quienes desean conocer o ingresar al mundoswinger. Igualmente, presentauna contextualización “histórica” del estilo de vidaswinger que va de lo globala lo local, y que deriva en la revisión y análisis de algunos datos demográficespecíficos para el caso colombiano, merced a los cuales es posible hacerse uidea de la magnitud y la presencia actual de esta formación cultural en nuestropaís. Todo esto, claro, sin descuidar la pregunta sobre el sujeto y el deseo com

    hipótesis siempre presente, pues sólo así se hizo viable dar al trabajo un enfoqque pueda considerarse psicoanalítico.

    En el segundo capítulo,Ritual y sentido en el estilo de vida swinger; se aborda laprácticaswinger en tanto ritual, tomando como punto de partida los hallazgos deinvestigaciones previas sobre el tema, los cuales son analizados con base en lreflexiones sobre algunos conceptos antropológicos relacionados con los ritualde pasaje. Igualmente se describen aspectos generales del marco simbólico deprácticaswinger y los intercambios sexuales que en ella se presentan, y se analiza

    el sentido que para los sujetos parece tener la articulación y participación endicha práctica, no sólo como espacio de intercambio sexual sino también comlugar de funcionamiento del lazo enmarcado en una mediación simbólica y, polo tanto, instalada en el lugar de un Otro del discurso.

    El tercer capítulo,Ética y erótica en el estilo de vida swinger,se constituye en elpunto de capitón en el que se expresa la articulación entre los elementos es-tructurales del estilo de vidaswinger y las condiciones subjetivas implicadas enello. Esto es posible en la medida en que ética y erótica son cuestiones centralde la posición desde la cual el sujeto interpreta el mundo y establece un lazcon los otros, con lo que se ponen en juego preguntas fundamentales acerca

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    Sujeto, amor y goce en el estilo de vida swinger

    del lugar que la ley ocupa en el goce al que un sujeto se autoriza cuando seinscribe en el estilo de vidaswinger y acepta el pacto simbólico que esto implicaen la relación con su partenaire. Inicia, pues, de manera concreta este capítuloel análisis de las cuestiones subjetivas en torno al goce y la ley, a partir de losdesarrollos construidos con base en los casos estudiados y las reflexiones que elpsicoanálisis y la antropología permiten hacer sobre ellos.

    El cuarto capítulo,El estilo de vida swinger: ¿una forma de preservación del idealdel amor?, da cuenta de algunos de los hallazgos más interesantes a los que noscondujo la escucha de los sujetos en lo que a la lógica amorosa se refiere. Paraformalizar dichos hallazgos hacemos un recorrido por los orígenes del amor

    romántico analizado con base en la historia, la antropología, la sociología y elpsicoanálisis, para después abordar las trasformaciones que tal ideal de amorha tenido en los últimos dos siglos. A partir de allí se desarrolla la construcciónde los casos en torno a la pregunta por la lógica del amor que se revela comohecho no sólo significativo sino también sorpresivo, la función imaginaria queel estilo de vidaswinger cumple para los sujetos en tanto pantalla que intentavelar la falta de armonía entre los sexos, con lo cual la apariencia liberal delestilo de vidaswinger interpretada por el observador mediano deviene en po-sición conservadora de los ideales de la tradición amorosa mantenida desde

    finales del siglo XVI.El quinto capítulo,El lugar de la mujer en el estilo de vida swinger: La búsqueda del mantenimiento de la tradición amorosa en tiempos fragmentación;es la continuaciónde lo visto y analizado en el capítulo anterior, pero enfatiza la pregunta por elgoce femenino. Esto implicó un recorrido histórico por el lugar de la mujer en lasociedad y por las variaciones que, a partir de las transformaciones sociales y delpsicoanálisis como dispositivo que posibilitó la apertura a la pregunta por el deldeseo y el goce femenino, se han presentado en relación con dicho lugar. Si hay

    algo que en los casos abordados parece reiterativo en la mujer que se inscribeen el estilo de vidaswinger es una sobreestimación del amor que determina, enbuena medida, la manera como se sirve del cuerpo en tanto lugar que el hombredesea hacer gozar, y por lo tanto no se trata para ellas del descubrimiento de unnuevo goce sino, justamente, del mantenimiento de un goce en el cual parecenubicarse como ab-negadas.

    El sexto y último capítulo,La sexualidad y el sujeto del goce en el estilo de vidaswinger: del intercambio, la angustia masculina y la pregunta ¿cómo goza una mujer?,retoma los análisis y las conclusiones de los capítulos precedentes y presentalos hallazgos en torno al goce y sus excesos cuando la angustia masculina, vin-

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    Introducción

    culada con la pregunta por el goce femenino, empuja al sujeto hacia un plus que termina por resultarle insoportable y que devela el retorno de un real. Pardar cuenta de este desarrollo se presentan algunos postulados psicoanalíticoacerca de la sexualidad y del cuerpo como lugar del goce, para derivar, pocopoco, en el análisis particular de uno de los casos en que el plus de goce comefecto de la angustia masculina hace que el sujeto no pueda avizorar ni calculalas consecuencias de sus elecciones, como tampoco los efectos resultantes dtrasgredir el pacto simbólico en el que se enmarcaba el lazo constituido con spareja en el estilo de vidaswinger, con lo cual se ve enfrentado al horror de ungoce que le resulta insoportable y que podría explicar el retorno de la falta dcomplementariedad y armonía entre los sexos.

    En tal sentido este libro busca ser una aproximación al estilo de vidaswinger en la que la clínica psicoanalítica permita, si no sacar conclusiones, al menodevelar aquello que sobre el tema puede resultar en principio velado, es decique allí donde las apariencias y las interpretaciones apresuradas orientadas pola “buena moral” o por la exaltación de los ideales de liberación dejan relucuna oposición entre “lo bueno” y “lo malo”, se dignifique el lugar del sujedevolviéndole la palabra para que, a partir de allí, pueda hacer emerger algode la verdad que le atañe y construir un saber en el que prime una ética clínica

    antes que una moral feroz.Por esto nuestro trabajo y el libro que presentamos están dirigidos tanto aaquellos que solo por curiosidad encuentran inquietantes las preguntas aquplantadas, como aquellas personas que en el marco de la academia en genera y de las ciencias sociales, la psicología y el psicoanálisis en particular, comparcon nosotros algún interés por las modalidades del goce en la época contemporánea y las lógicas como constituyen las variantes del lazo amoroso a partir dlas nuevas ofertas de goce propias de la cultura contemporánea. Para nosotrose trató de una experiencia singular en la que fuimos movidos por la preguntante las aporías que los nuevos modos de gozar presentan hoy a los sujetos,las implicaciones que ello tiene sobre las lógicas del amor y el goce, cuestionfundamentales desde siempre para la clínica psicoanalítica, pero también parla clínica de la cultura que, indudablemente, Freud inauguró.

    De antemano agradecemos a quienes se decidan a emprender la lectura de estelibro y con ello a compartir en alguna medida nuestra experiencia. Sean pueustedes, nuestros interlocutores, quienes juzguen el valor de nuestros hallazgo

    Los autores

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    Capítulo 1

    Definiciones, formas y espaciosdel estilo de vida swinger

    De acuerdo con el modelo de los vínculos cibernéticos, cuando algose torna difícil se oprime “delete” y se desconecta. Se llega así a una

    “libertad” sexual donde falta el sujeto.(Sahovaler, 2009:13).

    En este capítulo, introductorio y de contextualización, se caracterizan las formas de encuentro tanto reales como virtuales de los sujetos que participan deestilo de vidaswinger, para lo cual inicialmente apelaremos a la sociología paracomprender lo que se entiende porestilo de vida como categoría analítica y asíderivar en la consideración delswinging o intercambio sexual de pareja comoun estilo de vida y una subcultura socio-sexual, en la cual la práctica de intercambio de pareja no es un asunto secundario sino central para un conjunto deindividuos o mejor aun, para un subconjunto de parejas erótico-afectivas quehan optado por esta conducta y la asumen con decisión en el marco del libreconsentimiento y de acuerdo con un ethos que las regula y les permite hacerlazo y representarse a sí mismos como miembros de un determinado grupo dreferencia: losswinger. Pero al encontrar que no todos los que acceden al inter-cambio sexual de parejas consideran esto como un estilo de vida y al detectadiferentes modos de participación en esta práctica social y sexual, decidimocaracterizar a los practicantes deswinging desde curiosos hasta quienes lo tienen

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    como un estilo de vida, pasando por losswinger personalizados y los localizados.Más adelante se aclarará cada uno de estos casos.

    En segunda instancia se caracterizarán losswinger en el contexto local y en susformas y espacios de encuentro, para lo cual se hará inicialmente una brevereseña sobre los orígenes delswinging y su aparición por primera vez hace ya másde quince años en la ciudad de Cali; se hará referencia a algunos de los baresswinger más reconocidos de la ciudad, de cuyo estilo de “rumba” se hablará másadelante, y luego se describirán las formas de encuentro vía web, la virtualidaden losswinger, lo que en el marco de nuestra inquietud por el sujeto, la sub-jetividad y la estructura simbólica en este particular estilo de vida nos llevó apreguntarnos por dos asuntos fundamentales: ¿cómo es el juego del deseo delos sujetos en el contexto de la virtualidad?, y ¿qué nos permiten comprenderlos medios virtuales respecto de las lógicas del sujeto y sus formas de hacerlazo con el otro en lo que al estilo de vidaswinger refiere? A intentar dar unarepuesta a estos interrogantes por la relación entre subjetividad y virtualidaddedicaremos algunas líneas, y terminaremos con una mínima caracterizacióndemográfica de los visitantes de las páginas webswinger para formarnos unaidea general de sus más típicos usuarios y quienes, en su opinión, hacen partede la “comunidad virtualswinger”.

    El estilo de vidaswinger y sus modosLa noción estilo de vida deriva de las expresiones inglesaslifestyle yway of life,que se han hecho muy populares, sobre todo el conceptoamerican way of life o estilo de vida americano.Co ello se hace referencia a una forma de entender y asumir la vida que tiende, o por lo menos aspira, en algún grado o sentido auniversalizarse, o a suponerse así (universal) en algunos casos (como algo comúna toda la población o a un segmento importante de ella), como cuando presu-mimos que nuestro particular modo de vida es así (o debería serlo: democrático,moderno, capitalista) para todas las demás culturas. En el mismo sentido, puedeentenderse el estilo de vida como el conjunto de comportamientos o actitudesde un grupo específico de personas en relación con un determinado objeto opráctica social.

    En términos generales podemos considerar, entonces, queestilo, modo o formade vida es una manera de entender y asumir la vida en general no tanto enel sentido de una particular concepción del mundo (pues no se trata de unaideología general como tal o de una cosmología), sino como una idiosincrasia,

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    un carácter o impronta particular o de un grupo específico (nacional, regionallocal, generacional, de clase, o subcultural, entre otros), expresado en todos oen cualquiera de los ámbitos del comportamiento (trabajo, ocio,sexo, alimen-tación, indumentaria, etc.), fundamentalmente en las costumbres o la vidacotidiana, pero también en la vivienda y el urbanismo, en la relación con losobjetos y la posesión de bienes, en la relación con el entorno o en las relacioneinterpersonales, en las formas de consumo o en los modos de asumir la vidde acuerdo con una cierta disposición ética, una cierta disciplina científica otambién, si se quiere, profesional.

    Sociológicamente hablando, por estilo de vida se entiende la manera como viv

    una persona (o un grupo de personas de acuerdo con un grupo de referencia)e incluye las relaciones personales (inter e intra grupales), de consumo y dvestir, entre otras; y refleja las actitudes, los valores o la “visión del mundo” un grupo particular de individuos. Tener una “forma de vida específica” impliuna elección consciente o inconsciente de un sistema de comportamientos,actitudes y valores entre varios sistemas posibles.

    En el ámbito de la sociología el concepto “estilo de vida” apareció por primevez en 1939 (para las generaciones anteriores intrascendente porque las socie

    dades eran relativamente homogéneas). Alvin Toffler predijo una explosiónde los estilos de vida (denominados “subculturas”) por el incremento de ladiversidad de las sociedades postindustriales. Jeremy Rifkin en la “Construccide la edad moderna”, de su libroEl sueño europeo, describe elestilo de vida y lavida cotidiana en Europa y Estados Unidos en el pasado, en la actualidad y ela era global, después del individualismo y el comunitarismo. Pierre Bourdiecentra su teoría en el concepto dehabitus,entendido como esquemas de obrar,pensar y sentir asociados a la posición social. Elhabitushace que personas deun entorno social homogéneo tiendan a compartir estilos de vida parecidos

    Como vemos, el concepto estilo de vida ha sido abordado por diferentes autores y desde diferentes perspectivas sociológicas para señalar la forma o modde vida homogénea de un particular grupo de individuos que puede constituipor sí misma una subcultura en el interior de sociedades complejas como elas que vivimos hoy.

    En síntesis, consideramos que el estilo de vida como concepto sociológico inclulos siguientes elementos definitorios: 1. Es un modo particular de comprend y asumir la vida o una dimensión de ella; 2. Elegido consciente/inconscientemente, por ejemplo, la vida sexual; 3. Incluye a un grupo de personas (no eindividual); puede llegar a constituir una subcultura; 4. El punto de vista de l

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    vida es homogéneo para quienes comparten tal idiosincrasia (que no ideolo-gía, no cosmología); 5. Implica dimensiones materiales (consumos de objetos oservicios, formas de vestir, diseño de viviendas, formas de intercambio – de algomaterial o simbólico – simbólicas (valores, actitudes, reglas de comportamiento) yrelacionales (membresía, identidad de grupo); 6. Tal elección de estilo constituyeuna forma crucial de vida y tiene un valor central (y no subsidiario) que operacomo un eje articulador de las demás dimensiones de la existencia; y 7. Comotal, genera identidad social.

    Ahora bien, tomando como referencia el estudio de Kenneth Plumer (1975,citado por Giddens, 2001: 183) en el que ella distinguió cuatro tipos de homose-

    xualidad en la cultura occidental actual, definimos para nuestro caso igualmentecuatro categorías de participantes en la prácticaswinger. 1. Los participantes swingerocasionales, quienes acceden a un encuentroswinger eventual, lo noestructura sustancialmente el conjunto de la vida sexual de la pareja. 2. Losque por mera curiosidad deciden practicar el intercambio con su pareja, sólo endeterminadas ocasiones. A este grupo se le denomina loscuriosos. 3. Losswingerlocalizados, grupo al que pertenecen quienes participan regularmente en lasprácticasswinger pero no son la preferencia de su vida sexual. Ámbitos comolas fiestas o los paseos, donde se puede presentar el intercambio, son ejemplo de

    esto. La conductaswinger aquí es corriente y se considera un sustituto eventualde la relación sexual monogámica, heterosexual convencional, algo interesantepero solo esporádico y no una práctica preferible (recurrente) a la convencio-nal sin intercambio. Es elswinger personalizado, que practican las parejas queprefieren las actividadesswinger pero que están aisladas de los grupos en losque estas conductas son la norma. En estas condiciones la actividadswinger esuna actividad furtiva, que se oculta a los amigos y colegas. 4. Finalmente, elswinging como forma o estilo de vida se da en parejas de individuos que declaran“abiertamente” su condición deswinger (recordemos que uno de los principiosde la comunidad que se adhiere a este estilo es ladiscreción;por eso las comillas), y que han convertido en una parte crucial de su vida las relaciones con otrosde gustos sexuales similares. Estas personas suelen pertenecer a la subculturadenominada estilo de vidaswinger, y se reconocen como miembros de ella;subcultura en las que las actividadesswinger están integradas en un modo devida específico. Dicha comunidad suele brindar la posibilidad de participar enacciones sociales o políticas colectivas generales, pero que no necesariamentereivindican los derechos e intereses de ella como minoría sexual (como sí lo esel caso de los homosexuales o la población LGTB). Losswinger ni siquiera seidentifican con lo que se denomina prácticas sexuales extremas, valga aclararlo.Por supuesto, nuestro interés está centrado en indagar por la subjetividad y la

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    estructura simbólica de quienes se adhieren al estilo de vida swinger tal y comolo hemos comprendido atrás.

    Ahora bien, apelando a una metáfora relacionada con las definiciones queplantea la teoría de la música para diferenciar los modos o formas musicales dlos estilos, podríamos decir que el estilo de vidaswinger puede tener, como yalo señalamos, diversas formas de manifestarse, desde las más superficiales colos curiosos, hasta las más relacionadas con esta subcultura, como quienes sidentifican con el estilo de vida como tal.

    En música el estilo es el marco general en el que una obra musical se inscrib

    y se relaciona con los rasgos particulares que caracterizan el estilo propio duna época. Condiciones como rasgos de la obras, su presentación por el autola preferencia por ciertos instrumentos y ciertas formas armónicas caracterizael estilo de un compositor. Esto nos indica que el estilo comprende un conjuntde prácticas, usos instrumentales, formas de hacer y reglas de organización, que nos permitiría, volviendo a la metáfora musical, decir que en el estilo dvidaswinger también están presentes estas dimensiones.

    Respecto de los modos o formas musicales, es decir, de la estructura o arqutectura de la pieza musical, es la manera como se concibe la relación entre lanotas, que son la unidad básica de la composición musical y se clasifica en dmodos básicos: mayor o menor. Para nuestro caso equivaldría a decir que es forma particular como algunos sujetos se relacionan con el tiempo, el espacila frecuencia, las formas de intercambio, las reglas, etc., presentes en la prácticswinger.

    En este orden de ideas, el estilo es el marco general, si se quiere, cultural en que se inscribe una obra: clásico, neoclásico, barroco, y el modo denota el tipde relación entre los elementos de la estructura musical. Insistimos, entoncesque en este sentido podríamos considerar que hay quienes se inscriben en eestilo de vidaswinger de manera general y amplia y que este estilo es el marcocultural contemporáneo en relación con la experiencia de la pareja o con elmomento actual de la dinámica de la transformación de la intimidad, y es altiempo el marco simbólico que rige las prácticas de intercambio. Pero a su vhay quienes se inscriben en un particular modo, es decir, en una particularforma de relación con la prácticaswinger en general, y ese modo oscila entrela curiosidad ocasional, losswinger localizados y elswinger personalizado, y laidentificación y la práctica del conjunto del estilo de vida llamadoswinger, queconstituye su marco general cultural o, más precisamente, subcultural.

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    La presencia de la prácticaswinger no es ajena a los denominados mass media,esas plataformas modernas con las cuales la circulación de información pare-ce no tener límites distintos a las habilidades y los deseos de búsqueda de losusuarios. De hecho, existen espacios web en los cuales las personas interesadasen conocer a otros para establecer intercambiosswinger, pueden inscribir superfil2 e ingresar en redes creadas para hacer contactos con otros usuarios re-gistrados. Plataformas similares a las ya clásicas redes virtuales como Facebook,hi5 y Twitter, que actualmente agrupan a millones de personas que alojan allíinformación cada vez más detallada sobre ellas, así como fotografías en las quese presentan públicamente ante los ojos del otro, es decir, de todos aquellosque acceden a su red en calidad de invitados, e incluso algunos mantienen superfiles para libre acceso, lo que posibilita que cualquier persona registrada enla plataforma pueda hacerlo.

    Esa intimidad como espectáculo (Sibilia, 2008), la manera como el sujetopresenta de manera abierta detalles de su vida privada, en los tiempos de laprimacía del papel era inconcebible. Así, “conocer” a otros – si es que tal palabraes adecuada para describir el fenómeno que se presenta con estas plataformasgracias a las cuales más personas día a día entran en contacto con otras– resultacada vez algo más accesible. Es posible encontrar al otro en un espacio distinto

    al físico, a saber,el espacio virtual, elciberespacio, que dicho sea de paso es unmedio de localización de personas realmente sorprendente. Lógicamente, elespacio virtual es la falacia de la imagen, es decir, que aquello que se presentaen él está sometido a lo que desea mostrar quien se presenta, incluso si nocorresponde a lo que le es propio, cuando no se trata de una total ilusión. Laexageración, la deformación e incluso la invención son posibles en tanto el con-tacto establecido, al menos en un primer momento, no requiere de la presenciareal del cuerpo. Sólo como ejemplo, es posible encontrar que un hombre puedepresentarse en su perfil como si su sexo fuese femenino, colgar fotografías demujeres voluptuosas que encontró en la red, y pretender que el visitante de suespacio virtual se haga una imagen a partir de ello. Así mismo, una mujer puedepresentar información que exagera sus cualidades, y de igual manera que enel ejemplo anterior, usar fotografías de mujeres que ha obtenido luego de unarápida búsqueda en internet. Se trata, pues, del reino de lo imaginario al serviciode la fantasía, con lo cual el sujeto experimenta la posibilidad de obtener loque, al menos desde la perspectiva psicoanalítica, constituye uno de los deseos

    2. Se llama perfil al espacio particular que una persona construye con información e imágenescon las que se presenta a los demás usuarios. Esta palabra es de uso común en las platafor-mas mencionadas; es, incluso, la manera como se denomina la página principal del usuario.

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    más imperiosos del ser humano: el deseo de reconocimiento (Lacan, 1954-55Claro está, este deseo pone en riesgo de manera significativa el pacto sociael discurso que puede hacer lazo simbólico entre los sujetos, en tanto tiende derivar en agresión cuando no se encuentra el retorno de la imagen idealizadaque se espera obtener con el reconocimiento del otro. En esto profundizaremomás adelante.

    En suma, hemos justificado el estatuto de estilo de vida para quienes hacen dla práctica de intercambio de pareja el eje central de su experiencia vital, máallá del ámbito estricto de la sexualidad. El interés es ubicarlos sociológicamencomo grupo con identidad social, pero para una mayor comprensión de estapráctica social-sexual constitutiva de un estilo de vida, de una subcultura, acontinuación presentaremos las formas, los medios y las reglas que en generse manifiestan en este estilo de vida en el contexto de la ciudad de Cali. Semostrará justamente la manera como se configuran las redes virtuales para ecaso particular de losswinger y cómo a partir de ello se inicia una ruta que llegaen algunos casos al encuentro real, e incluso al intercambio sexual con otraparejas. Igualmente se analizarán las cuestiones subjetivas puestas en juegcuando se trata de hacer red y de poner a los ojos del otro la “oferta” de unperfil que espera encontrar respuesta en su “demanda. Las fuentes de información han sido fundamentalmente de dos tipos:documentales, en la medida enque las páginas web en las que se alojan comunidadesswinger han permitido larecolección de información a través de los anuncios públicos y los perfiles de usuarios; yorales, a través de entrevistas en profundidad que se realizaron a lolargo del proceso de investigación, y de las cuales se tomarán enunciados qupermitan conocer la manera como los sujetos conciben el acceso al intercambiswinger a través del ciberespacio.

    Caracterización de los swinger: Entre lo real y lo virtualLa intención de esta presentación no es hacer una apología del estilo de vidaswinger, ni asumir una posición moralizadora frente a la actividad de quienes,en su opinión, encuentran en ella una alternativa de desarrollarse y de rela-cionarse personal y sexualmente. Se trata de proveer elementos generales qunos permitan representarnos de la mejor manera posible el objeto de nuestroestudio: las prácticas y el estilo de vidaswinger; con énfasis en su manera demanifestarse en la ciudad de Cali, ya sea en los espacios físicos como los bar y encuentros privados, o en espacios virtuales como las páginas web y los bl

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    Los orígenes del swinging

    El términoswinger se aplica a la pareja que practica el sexo con otras pero sinsepararse, en el mismo espacio físico, es decir, trasladando el placer de uno aotro y mirando al ser amado gozar; es un rasgo muy importante porque carac-teriza este estilo de vida. La definición más común hace referencia alswingercomo el que oscila, que cambia o se balancea de un lugar a otro (derivado deto swing : balancearse, oscilar). Definición que se encuentra en cualquier portalde internet en relación con las parejasswinger.

    Aunque el fenómenoswinger ha tomado mucha fuerza en los últimos años, esta

    no es una práctica nueva; al contrario, se supone que tuvo su origen en el hechode que algunos miembros del ejército norteamericano, al pasar mucho tiempo,a veces años, fuera de su hogar consentían en que sus compañeros y mejoresamigos hicieran visitas de carácter sexual a sus esposas con el fin de que estasno se vieran en la necesidad de ser “infieles” a sus esposos, considerando que larelación sexual resultante era consentida por el cónyuge. Debemos aclarar queeste supuesto no ha sido corroborado dado que no se encuentran evidenciasque lo soporten, pero anotamos que es una presunción histórica más aceptadapor todas las comunidadesswinger del mundo. Por otro lado, es importanteconsiderar que dada la naturaleza delicada del tema y las condiciones no solo dela época sino también de la cultura castrense en la que se encuentran inmersoslos militares, estos no querrían dejar evidencia del tipo de actividades sexualespracticadas en el círculo militar.

    En los años sesenta del siglo pasado, un aporte importante al fenómenoswinger fueron las comunidadeshippie, en las que se promovía un alto grado de libertaden la relación de pareja y se predicaba la tolerancia a la infidelidad o lo quese llamaba el poliamorío, según el cual una persona podía tener más de unarelación de carácter sexual alterna a su relación de pareja. Pero estas nuevasformas de enfocar la relación de pareja tienen sólo alguna semejanza con elfenómenoswinger, ya que en este, ambos convivientes participan activamenteen el encuentro sexual.

    Otra posible explicación de las raíces delswinger nos la da Daniel Brocamonte:“El estilo de vidaswinger nació a mediados de los cincuenta en Filipinas, cuan-do los soldados estadounidenses mataban el tiempo en bases fuera de su país.Algunos militares –junto a otras mujeres, que no siempre eran sus esposas– in-ventaron un juego que consistía en poner dentro de un sombrero las llaves de

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    sus habitaciones, y al azar intercambiaban sus parejas. De ahí que la cerraduralas llaves formen parte de la simbología del movimiento” (RevistaMinuto Uno).

    Lo anterior nos muestra que inclusive una institución social básica como la familia, es cambiante, como nos lo indica Giddens (1992), quien dice lo siguiena propósito de los cambios sufridos por la pareja como institución:

    La sexualidad es un tema que puede parecer de poca relevancia públicaque en principio aunque sea una cuestión absorbente, es de índole privaEs también un factor constante porque es un factor biológico y necesa para la continuación de la vida de la especie. De todas formas, el sexo

    proyecta siempre en el dominio público y –sobre todo– habla el lengde la revolución. Se dice que en las pasadas décadas se ha producido urevolución sexual y se han depositado esperanzas en este terreno desexualidad por muchos pensadores, para quienes la sexualidad represeun reino (p. 54).

    Uno de los cambios relacionados con la pareja y a lo que Giddens se refiere comuna revolución es el fenómeno swinger resultado de los múltiples cambios quhan aparecido con el paso de los años. Si hasta hace poco la forma clásica d

    matrimonio era una relación estrictamente monogámica, heterosexual y cerrada y la fidelidad era el acuerdo más importante de la pareja. Hoy los nuevos modde vida y de habitar los espacios han introducido variaciones en esta concepciótradicional de la vida conyugal.

    Una parejaswinger es aquella que decide, por mutuo acuerdo, ejercer su libertadsexual y practicar el intercambio de pareja. Esto en algunos casos puede generar traumatismos en la pareja, pero en la mayoría de las veces suele reactivala relación al sacarla de la rutina y permitirle ampliar sus horizontes sexuales

    Entre las parejasswinger parece que el lema común es “te amo pero te compar-to”. De acuerdo con esto, se entiende que el cuerpo de ambos es suyo por loque su actividad sexual con otro se acepta, siempre y cuando la pareja tengaconocimiento de ello y surja del deseo de su pareja, ya que lo que se busca eeliminar la infidelidad en la relación, o por lo menos se aspira a ello.

    Según comenta el sexólogo chileno Roberto Rosenzvaig, parejasswinger se rigenpor una serie de normas muy bien establecidas por las comunidades que adoptan esta conducta. Entre estas encontramos: 1) Ambos miembros de la parejadeben aceptar el intercambio; 2) A nadie se le puede obligar; todos participan

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    con consentimiento explícito y consciente; 3) La primera vez que se asiste auna reunión será únicamente como observadores; 4) Cuidar tanto su identidadcomo la de sus conocidos entre la comunidad; y 5) No mencionar que se esswinger a otras parejas que no lo practiquen (anonimato relativo).

    De acuerdo con lo que hemos logrado vislumbrar en nuestra revisión documentalsobre la culturaswinger, podemos anotar que entre las parejas que comparteneste estilo de vida los límites de su actividad sexual son mucho más difusos queen aquellas con estilos de vida “comunes”, es decir, lo que se permite y lo que nose permite ha rebasado el orden de lo moral y está determinado sólo por lo quela pareja acepta por consenso, aunque, claro, se respetan los límites expuestosanteriormente como prescripciones culturales. Una de estas norma, quizá lamás estricta, dentro de las parejasswinger, es la afectividad, lo que podríamosllamar amor, cuya entrega se reserva únicamente a la pareja.

    Freud (1905) enTres ensayos para una teoría sexual, nos indica algo sobre lastransgresiones anatómicas al mostrarnos cómo la satisfacción sexual humanano se reduce a lo estrictamente genital, es decir, nos enseña la importancia ysobrevaloración que en muchos casos se da a algunas partes y fluidos corporalescomo objeto de deseo, como el beso, por ejemplo, que tal vez desde el inicio de

    la humanidad ha sido una manera de mostrar afecto y amor en la mayoría de lascivilizaciones. Es este un factor importante a tener en cuenta en las relacionesswinger, en las que muchas parejas tienen como límite el besar en la boca, esdecir, algo que sólo debe hacerse entre ellas. Esta frontera es común en parejasque valoran el besar en la boca más allá de lo sexual, e incluye sentimientos,afectos, asunto que debe mantenerse al margen.

    Espacios y modos de encuentro: el contexto localEn los años ochenta llegó a Colombia una revista sueca en la que se podíanleer anunciosswinger de diferentes partes de Latinoamérica. Poco después otraspublicaciones, ya colombianas, comenzaron a incursionar en este tema. EnCali la primera publicación con anuncios para parejasswinger fue una revistade unas pocas hojas en las que se podrá leer anuncios con números telefónicosde parejas que buscaban parejas con gustos sexuales similares. La revista veníaprotegida en un sobre de Manila. Esta publicación fue seguida por otra revistaque es hoy, la guía más importante para contactosswinger en Cali.

    Más tarde, Internet se transforma en el medio más importante para conocerparejas que comparten este tipo de actividad. En el caso de Cali, a través de

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    portales en los cuales se pueden encontrar más de mil anuncios con perfilefotográficos de parejas y miles más de toda Colombia. Se trata de páginas dinscripción gratuita que han tenido mucho éxito, pues son ahora las páginasprincipales que las parejasswinger prefieren para dejar sus perfiles y encontrarparejas con gustos afines. En otros portales se pueden encontrar perfiles dparejas de toda Colombia, pero se distinguen por ser páginas de cobro; edecir, para poder ver los perfiles de sus integrantes se tiene que comprar unmembresía que cuesta diez mil pesos mensuales. La mayoría de los perfiles qse encuentran en un portal también se pueden ver en otros, con la ventaja deser gratuitos. Adicionalmente, otro portal, estrictamente para parejas de Cali

    fue ideado por una parejaswinger como un espacio de encuentro más cómodo.Todos estos portales de internet tienen algunos elementos en común, comopestañas con publicidad de moteles y centros de reuniónswinger. También seencuentran aquellos llamados de novedades, en los que se presentan los últimoeventos relacionados con la comunidadswinger. Pero en todos estos portaleslos llamados “artículos” se ven como un espacio privilegiado y al que se le gran parte de la pantalla de inicio, en estos se pueden leer textos, algunos mácientíficos que otros, con respecto al cuidado de la salud, con la higiene, y co

    las mejores formas de tener un encuentro exitoso con otra pareja.Otro espacio que se privilegia son los diferentes foros en los que las parejapueden hacer sus preguntas a los encargados de las páginas, además de consinar los relatos eróticos referentes a los encuentros que han tenido; algunos desus títulos son “mi primera vez en un trío”, “Nuestra visita a un barswinger”,“Cómo descubrimos nuestro gusto por elswinger”, “Fascinada con mi primeranocheswinger”, etc. En estos relatos las parejas confiesan su satisfacción porlas experienciasswinger.

    Internet ha tomado muchísima fuerza y la mayoría de las relacionesswinger seestablecen por este medio virtual (MSN, portales, páginas web) y tal vez por video cam. Respecto de esto podemos encontrar posturas como la de MauriciAbadi, quien en su textoRelación virtual” se afirma que esta relación es idealpara personas que quieren ocultar su identidad, transformarla o disfrazarla voluntad, y para aquellas que la distancia geográfica convierte en anónimosdisuelve el miedo al rechazo (amenaza que para muchos es fuertemente inhibitoria), el temor al castigo (que reedita la angustia de castración) frente a loprohibido y la vergüenza frente al propio cuerpo por supuestas “imperfeccion

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    estéticas” que las aleja del ideal inalcanzable que la moda impone como valor, y genera una intensa excitación amparada por una ilusoria libertad.

    El espacio virtual swingerLos portales web, como ya se mencionó, operan en Colombia como lugares dondelos usuariosswinger pueden inscribir sus perfiles y establecer redes de contactocon aquellos que comparten su interés por este estilo de vida. Al indagar ensus contenidos es posible recopilar información acerca de dicho estilo de vida,cómo se promueve el intercambio y qué se busca con él a través de cada unode los perfiles web.

    Como se mencionó, las plataformas virtuales a través de las cuales losswinger establecen sus contacto, cuentan con una configuración similar a las que pue-den observarse en portales de redes sociales convencionales y populares. Así,poseen distintos aspectos que propician la “interacción social” de tipo virtual.Hay en sus páginas principales diferentes tipos de información legal, propias deloswebsite, con algún tipo de contenido denominado “adulto”; es decir, imá-genes o textos de tipo sexual explícito. Se encuentran anuncios en la pantallainicial: como el tipo de población que puede acceder: “Para entrar a este portal,debes ser mayor de edad”, lo cual intenta delimitar lo permitido y lo prohibidoen cuanto al ingreso, cuestión que por demás sólo opera como formalidad, puesno imposibilita el ingreso ya que para acceder basta oprimir el botón:Entrar.

    Esta es una peculiaridad muy interesante del ciberespacio, pues la normatividades en buena medida ineficaz porque resulta imposible determinar que quienoprime el botón de ingreso es realmente alguien mayor de edad. Surge, en-tonces, una paradoja muy interesante, pues se trata de un espacio en el quese presenta una especie de panoptismo, en el sentido que lo define Foucault(1986), es decir, un lugar en el que siempre existe la posibilidad de ser vistopor otro al que se desconoce, y sin embargo es imposible controlar totalmentequién ingresa o circula por los espacios virtuales. Esto indica la primacía delorden imaginario que allí aplica, pues el usuario construye aquello que deseapresentar. No se trata del sujeto propiamente dicho, quien queda allí velado(Sahovaler; 2009); de lo que se trata es de una imagen construida para la escenadel otro, así que a lo que ese otro, observador, tiene acceso, es a la informaciónseleccionada por el usuario, pero el usuario mismo está por fuera de la escena.En este orden de ideas, indicar la prohibición de ingreso a los menores de edadse constituye en una formalidad para el website, pues no hay quién garantice sucumplimiento. Es entonces un panóptico del holograma, de la imagen virtual;

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    lo que no quiere decir que en un determinado momento no pueda servir paraacceder a los usuarios reales.

    Otro tipo de anuncio que se encuentra en las páginas de ingreso alude a losderechos reservados de la página web: “Derechos reservados © 2004 - 2009”. Este tipo de anuncio pone en cuestión los derechos a la privacidad y a la propiedad, en la medida en que el espacio sobre el cual se declara la propiedad eun espacio ¿público? de administración privada y a la vez comunitaria, así qulos derechos operan en principio sobre la reserva de uso de los contenidos. Dtodas maneras, de acuerdo con las indagaciones realizadas al respecto (Rodrígu y Arango, 2009), no es clara la legislación sobre el espacio virtual; es decir, n

    existen aún normas precisas en cuanto a lo propio y lo común o a lo público y privado en este medio. Sin embargo, dada la naturaleza de nuestro estudio, estes un tema que dejaremos de lado pues atañe de manera particular al campo dederecho y sólo será relevante aquí aquello que pueda tener algún efecto sobrlos sujetos y sobre el objeto de estudio que abordamos.

    Ahora bien, la web especifica con claridad las características con que debe contael usuario para ingresar, pues a más de los requisitos legales debe cumplir reqsitos de índole particular. Entre ellos los que con claras indicaciones definen sector poblacional para el que se oferta; es decir, el significante que nombra existencia de una comunidad, ante lo cual los sujetos pueden inscribirse al sabeclaramente para quiénes está diseñada la página web,“la comunidad colombiana para adultos”, y el tipo de “mentalidad” que deben tener quienes decidan ingre-sar a la página: “Para ingresar [...] debes tener mente abierta”. Estas indicacionesplantean de entrada el supuesto del deber ser de quien decide ingresar. Por lotanto, vemos cómo lo que está en juego no es sólo el ingreso a una página wesino a un espacio virtual y a la comunidad que en él habita.3

    Otras distinciones particulares de estas páginas web son los símbolos que lidentifican. En las páginas estudiadas, los símbolos aluden al nombre del portweb y llevan sus colores distintivos seguidos del ícono de una tienda, que rpresenta la tienda virtual que muestra la página en sus anuncios publicitarios

    Si bien la página no expresa el significado explícito del símbolo y nombre qla representa, una de ellas ha tomado como nombre y símbolo un objeto qurepresenta el deseo, asociado indirectamente a contenidos o asuntos sexuales

    3. Esto plantea la existencia de una ética en un discurso normativo que sería propio de la comunidadswinger. No ahondaremos ahora en este tema pues será desarrollado más adelanteen el capítulo:Ética y erótica en el estilo de vida swinger.

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    tales como la iniciación sexual, la diversión y la libertad sexual, que quedanrefrendados por los anuncios y espacios ofertados por la página web para el in-tercambio entre sus miembros y los visitantes: comunidad, chat, foros, relatos,blogs, entre otros. Esto hace de la web, además de un sitio de vinculación auna comunidad, un sitio informativo en el cual se pueden encontrar distintostemas de interés. En ello son similares las diferentes páginas que hoy existenen la web para el establecimiento de contactos como las redes sociales. Setrata, pues, de un espacio virtual que supone la posibilidad de configurar algúntipo de discurso que haga lazo, en el que se puede buscar más allá del espaciofísico. El espacio virtual implica un lugar global, es decir, un lugar en el cual lainformación circula sin las limitaciones de las disposiciones topográficas quela “realidad” cotidiana impone y, en ese sentido, se presenta para las usuarioscomo una posibilidad eficaz de encontrar a otro dispuesto al intercambio, sintener que exponer su presencia concreta, pues, como ya lo mencionamos, supresencia en la web es puramente imaginaria.

    La publicidad que se encuentra en la web se relaciona con distintos aspectos“comerciales” que pueden ser directamente vinculados con la tienda virtual queposee la página, o con páginas web y sitios vinculados a la comunidad y que sondifundidos a través de este espacio. Así lo muestra el anuncio: “Visita también

    nuestra tienda virtual. Envíos a toda Colombia”. Los anuncios que presenta eladministrador contienen una oferta que, se aclara allí, responde a los marcoslegales y del servicio al cliente y se ajusta a especificaciones como condicionesde servicio y contactos para comunicación: Nuestra compañía - Condicionesdel servicio - Este portal está contra la pornografía infantil. Línea de atención y correo electrónico.

    Es claro que lo que buscan estos medios virtuales no es sólo abrir espacios parael intercambio entre los usuarios, sino también mercadear bienes y serviciosrelacionados, lo cual es crucial en su concepción. Así, la página web es a la veztienda y espacio publicitario para terceros que, debido a la afluencia de público,deciden invertir colgando sus anuncios en la pantalla. Los usuarios y visitantesencuentran, por tanto, anuncios publicitarios relacionados con la sexualidad,que incluyen desde información sobre servicios de moteles y clubesswinger, hastaventa de lencería, juguetes sexuales y otros artículos de uso erótico en general.Se trata, entonces, de publicitar juegos para el goce sexual que garantizaríanuna satisfacción sexual mayor, lo cual se inscribe, al menos desde nuestra pers-pectiva, en una vertiente que pretende presentar un ideal, a saber, la posibilidadde acceder al goce sexual pleno. No obstante, consideramos importante tomaren cuenta lo que el psicoanálisis manifestó acerca de ello desde cuando Freud

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    (1908) descubrió que en las histéricas subyacía la represión del deseo sexual, pu ya no encontraban en los ideales del matrimonio la vía para sublimar la pulsió

    “No hay relación sexual” es la expresión que Lacan (1972-73) utiliza para estoque ya Freud anticipaba acerca de la falta de complementariedad entre los sexopues, por la metaforización propia del lenguaje, no existe un objeto único qugarantice el goce pleno. De ahí que el deseo sea siempre ---------, estos es, podefinición imposible de satisfacer. Lo que se presenta en la website aparece comla promesa de satisfacción basada justamente en la multiplicidad de objetos, peesta multiplicidad, en vez de garantizar la satisfacción a la que aspira, pone dmanifiesto la imposibilidad de goce absoluto ya que la sexualidad humana, e

    tanto atravesada por lo simbólico, no responde a fines ni a objetos “naturales”. objeto siempre se desplaza y constituye tanto deseo como goce. Adicionalmenhabría que considerar que “la causa capitalista no construye ninguna pareja, noune a los individuos entre ellos, sino a cada uno de los objetos y deja entonces, uno reducido a su propio cuerpo, proletario en el sentido antiguo” (Soler, 2009: 16).

    Partiendo de lo anterior, la oferta como búsqueda del consumo y la sexualidapropuesta a través de las páginas web podría representar una forma de proponer ideales que llevan al sujeto a ligarse a los objetos y no necesariamente

    establecer lazo con el otro. Lógicamente, no consideramos que es esto lo únicque posiblemente produzca el espacio virtual. Las entrevistas realizadas, soblas cuales se desarrollan los capítulos posteriores, dan cuenta de otra vertienten la que los usuarios pueden conocerse a través de la visita a los perfiles y posterior intercambio de datos que deriva, en algunos casos, en el encuentroconcreto con esos otros. No obstante, los fines comerciales de los espaciovirtuales y particularmente de los lugares en los que se ofertan los objetos macados por el ideal del acceso al goce sexual absoluto, no deben ser observadsin considerar las implicaciones de lo que el discurso del capitalismo encierr

    tal como lo hemos señalado con la cita de Soler.El otro espacio virtual (página web) que ofrece información para quienes sinteresan en loswinger no es precisamente una comunidad virtual. Este sitiode internet se centra en los eventos socialesswinger. En primer lugar, la páginapresenta una serie de anuncios legales y una información inicial sobre lo que la web y reitera varias veces el nombre de la página. Entre los aspectos legalesencuentra la indicación acerca de la edad que se debe tener para poder ingresaa la página web: “Para entrar a este portal usted debe ser mayor de edad en spaís”. Un segundo anuncio en letras de color rojo aclara nuevamente que sedebe ser mayor de dieciocho años.

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    Este website cuenta con un vínculo en su presentación que enlaza con unapágina web contra la pedofilia, otro vínculo que apoya a la comunidad LGBT4 yun anuncio acerca de la importancia de la protección de la salud con el uso delcondón “Disfruta la vida sanamente”, “si usas condón reduces el 99.9% de riesgosde infección y así gozar más la vida”. Estos elementos, que corresponden a lo quecomúnmente se denomina “responsabilidad social”, se refieren a la protecciónde los derechos y el respeto a la ley a la que debe comprometerse cualquier orga-nización. La oferta está ligada a la ley, es decir, a la obligatoriedad de anunciar alos usuarios los límites en los que se mueve aquello que se oferta. Esto resulta degran interés, pues nos da a ententer cómo en la ética del capitalismo se “ordena gozar, pero las formas son impuestas por las leyes del consumo…” que“…estimula acada uno por el contagio de imágenes-tipo y de slogans” (Soler, 2009:22). Esta ordende gozar ligada a los imperativos de la ley que se presenta en la página web sirve,ante todo, para que el usuario deseche cualquier sentimiento de culpabilidadque pudiere albergar, pues al asegurarle que aquello que hace está enmarcadoen el campo de la ley, el consumo al que se aboca se garantiza como legítimo.

    Tal vez, el auge de las “comunidades virtuales”, en las que como ya hemos dichose privilegia lo imaginario, aparece como una de las respuestas posibles a laprecariedad del lazo en la contemporaneidad. Esta precariedad parece resultar

    de la dificultad cada vez más notoria de los sujetos para construir con el otro,pues el deseo de hacer discurso con ese otro parece desplazado, en la ética delcapitalismo, por la alienación del sujeto en el consumo de objetos. Así, la felici-dad se concibe como obtener éxito o riqueza; es la tendencia a la acumulaciónpor la cual el sujeto se enfrenta a las exigencias de un Otro feroz que lo llamaa gozar en soledad, pues dicha ética “se sirve de otra seducción contando con elresorte de la competencia narcisista” (Soler, 2009: 22), y promueve una suerte de narcinismo;5 es decir, un narcisismo que desconoce al otro en la medida en queestá estrechamente ligado a la posición cínica de la competencia narcisística, quecomo expresión condensa el lado cínico que tiene el narcisismo exhacerbado ennuestros días. Por lo tanto, el sujeto encontraría en los medios virtuales prótesiscon las que intenta suplir la precariedad del lazo simbólico, pero tal suplenciaperpetúa la precariedad pues, tal como se observa en las diferentes páginas deéstas “comunidades”, el sujeto continúa en la lógica de la acumulación, ahoraacumulando contactos con los que poco hace lazo, pero que fantasea comoamigos. Ejemplo de ello es lo que las redes sociales muestran cuando en cadaperfil de usuario anuncia: “Fulano de Tal tiene 300 amigos”. Este enunciado in-

    4. Comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales.5. Este neologismo es acuñado por Colette Soler (2009).

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    dica la acumulación de contactos, pero no necesariamente el establecimientode lazo con el otro. No obstante, parece que, en alguna medida, permite elapaciguamiento de la angustia derivada de la precariedad contemporánea delazo, y en la medida en que falta un lazo que haga discurso, esta ausencia intentsuplirse con la fantasía recreada en las imágenes proporcionadas por este tipde páginas web.

    Ahora bien, en la página web del portal analizado, se hace una introducciónbreve en la que “el creador” de la página se dirige al visitante:

    Permítanme presentarme. Soy el creador de este portal con la intención

    de dar a conocer nuevos estilos de vida y/o diversión lo cual se hace medio de artículos eróticos y una comunidad muy atractiva para que túregistres y crees un perfil donde podrás expresar tu sexualidad con libertconocer personas de mente abierta como lo es el mundo swinger, LGBT y personas heterocuriosas. Amigos, esto no es pornografía, usted encontrun sinnúmero de cosas nuevas en su ciudad que usted no conocía sobreentretenimiento adulto y esa es nuestra razón de ser en dar a conocer lcosas como son en Cali y el resto del país.

    “El creador” indica que no es una web pornográfica y que se darán a conocea través de este sitio cosas de Cali que las personas no conocen, y reitera nuevamente que las personas vinculadas con la web deben ser de mente abiertainvitando así a los usuarios a expresar libremente su sexualidad. Se proponeentonces, como un espacio en el que se puede hablar de aquello que la sociedaen general no quiere saber, en el sentido de la represión. Se propone destituir lrepresión y ofertar la apertura al goce del consumo del “entretenimiento adulto”Siempre resulta interesante esta denominación, “entretenimiento adulto”, pueslleva implícito el supuesto de que lo que caracteriza aquello que pueda resultaentretenido para un adulto es el goce sexual, y todo lo demás que le competeen el trabajo, la familia, la vida en sociedad fuera solamente una carga, su responsabilidad por ser adulto. Es decir, como si el único acceso a un goce posibpara el adulto fuese todo aquello relacionado con lo genital. Esta concepciónde la sexualidad es diferente de la freudiana, que considera que el ser sexuades aquel que puede construir con el otro un lazo simbólico que supere el gocjustamente la creación de la relación social como suplemento de la falta dearmonía sexual entre los sexos. De otro lado, dicha concepción lleva tambiénimplícita la idea del niño como quien debe mantenerse asexuado. Sin embargosabemos desde Freud (1905) que la sexualidad infantil es algo estructural ela constitución de la subjetividad, y que en buena medida la curiosidad sexua

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    infantil transmuta en el adulto en el deseo de hacer relación social, y parte dela curiosidad explícita por el goce sexual-genital queda reprimida. Por fortuna“el plus de gozar producido por la civilización, todos sus gadget, no logran estancarla aspiración humana… a otra cosa.” (Soler, 2009: 25).

    Con la información obtenida de las presentaciones de estos dos sitios web po-demos mostrar, a través de algunos perfiles, unas primeras apreciaciones acercade lo que podría considerarse “serswinger”, cómo es el estilo de vidaswinger y las distintas formas de establecer relaciones entre quienes pertenecen a estacomunidad, además de establecer el rango de edades de los usuarios y cuálesson sus ofertas y demandas.

    Sujeto, deseo y virtualidadConsideramos de importancia plantear también algunas cuestiones en torno aldeseo, claro está, con base en lo que los medios virtuales permiten comprenderrespecto a las lógicas del sujeto y sus formas de hacer lazo con el otro en lo queal estilo de vidaswinger refiere.

    En primer lugar hablaremos entonces acerca del deseo como deseo de nadanombrable (Lacan; 1955), como el caso de la web, en la que se muestra aquelloque no se nombra o está velado por la sociedad y la cultura. El deseo comienzadonde aquello oculto de sí se devela: “El ser consciente de sí, transparente a sí mismo, que la teoría clásica coloca en el centro de la experiencia humana, aparececomo una forma de situar, en el mundo de los objetos, ese ser de deseo que no puedeverse como tal, salvo en su falta”(Lacan, 1955: 104). Quien está frente a unacomputadora, ya sea revisando un perfil o presentándose a través de uno, ex-pone su demanda como manifestación de su deseo, y aunque él considera quela presenta de manera consciente, su discurso deja entrever una carencia en el

    discurso, el deseo de hallar un objeto que le brinde alguna satisfacción vinculada,para el caso de nuestra investigación, con el goce sexual.

    Aunque siempre hay deseo en cada sujeto, la moral sexual vela y somete a losideales todo aquello que el deseo contiene. Ya lo había planteado Freud cuandoen sus escritos acerca deLa moral sexual cultural y la nerviosidad moderna señalacómo los sujetos se ubican entre el deseo mediado por su yo ideal y el ideal del yo que se encuentra en la cultura. El deseo siempre está ligado a la cultura, yésta a su vez está edificada sobre una sofocación de las pulsiones (Freud, 1908).Esto que Freud planteó hace más de un siglo no se aleja del contexto actual. Loscambios de la sociedad y la cultura transforman las maneras como los sujetos se

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