superhéroes mitología moderna

Upload: carlos-vazquez

Post on 14-Oct-2015

91 views

Category:

Documents


1 download

TRANSCRIPT

Superhroes: mitologa modernaChristian BronsteinContenidoI: mitos y vietas1II: El nacimiento del superhombre6III: El hroe solar10IV: El camino del hroe15I. Superpoderes15II. Identidad secreta: el arquetipo de La Mscara.16III. Uniforme distintivo y perfeccin anatmica.17IV. Sentido de Justicia y Sistema de Valores:17V: Batman, el hroe en la sombra20I. La luz y la sombra20II. El superhroe trgico22III. El arquetipo de La Sombra22IV La Transformacin Chamnica:23VI: El retorno de los dioses25

I: mitos y vietas

La primera entrega de la serie que explora la reaparicin de los arquetipos, surgiendo desde el inconsciente colectivo, en la figura de los superhroes. Mitos modernos, dioses que habitan la psique y que ahora son parte de la cultura pop.La psicologa analtica nos ha enseado que los mitos son las historias del alma. Si queremos comprender la psique occidental, tenemos que estudiar sus mitos. Patrick Harpur, El Fuego Secreto de los Filsofos.

Quin no ha sentido nunca una emocin profunda al participar como lector o espectador (a travs de la literatura, el cine, el teatro o la televisin) de un relato heroico? Quin, ante esas dramticas representaciones picas, no se ha sentido nunca transportado por su eco reverberante hacia las ondas distancias del mito y de los ideales ms altos? Quin no se ha identificado nunca con ese hroe, multifactico y perseverante, que bajo todas las formas de la realidad y la ficcin, vuelve una y otra vez para inspirarnos?La figura del hroe, ese individuo extraordinario y semi-divino que lleva a cabo extraordinarias hazaas dotado de virtudes y poderes superiores a los de los simples mortales, es una constante histrica en todas las culturas. Sus primeras historias vivientes, los registros extraordinarios de sus hechos, se remontan a la era mitolgica. Zeus, Heracles, Sansn, Aquiles y Lancelot son algunos de los nombres ms conocidos que este hroe universal ha llevado desde la lejana era del mito y la leyenda.Para la mentalidad mtica, pre-lgica y pre-filosfica, el mito no era concebido como una expresin artstica del pensamiento o el sentimiento humano ni como una fbula ni como un gnero de la literatura oral. Como seal el psiclogo analtico Wolfgang Giegerich: el hombre no se haba vuelto an un hombre psicolgico, no haba sitio para la creencia o la fe en lo que los mitos cuentan. El mito era inmediatamente la verdad de la naturaleza y la vida, era el conocimiento de la naturaleza. En tanto el hombre de las culturas orales no consideraba a su psique como separada de la naturaleza, el mito no era considerado una creacin humana y subjetiva, era objetivamente la voz de la naturaleza expresndose a travs de los hombres. Porque, en las poticas palabras del mitlogo Joseph Campbell: los smbolos de la mitologa no son fabricados, no pueden encargarse, inventarse o suprimirse permanentemente. Son productos espontneos de la psique y cada uno lleva dentro de s mismo la fuerza germinal de su fuente.No fue hasta la invencin de la escritura que las mitologas orales comenzaron a registrarse y sistematizarse, convirtindose en obras narrativas definidas, propias de un autor. Los mitos siguieron recrendose a partir de la pica y el teatro, pero su estatus de verdad objetiva fue siendo gradualmente sustituido por la filosofa racional. La introduccin del nuevo medio de comunicacin basado en el ordenamiento y la abstraccin (la escritura), favoreci el surgimiento paulatino de una nueva forma de pensar: el Logos. La escritura dara lugar a la lgica, las matemticas y la ciencia emprica, desplazando poco a poco al mito como sistema de significacin colectiva.Para la antropologa clsica del siglo XIX, el mito como tal se extingui cuando la mentalidad mtica de las culturas orales fue reemplazada por la mentalidad filosfico/racional de las culturas basadas en la escritura. Sin embargo, los estudios sobre hermenutica simblica encabezados principalmente por Carl Gustav Jung y Mircea Eliade durante la primera mitad del siglo XX comenzaron a revelar un enfoque muy diferente sobre el mito. La razn de que los relatos mticos e imaginativos nunca hayan dejado de representarse a la consciencia humana a pesar del desarrollo de la filosofa y de la ciencia, comprendi Jung, resida en que existe en estos relatos un valor simblico no literal que constituye un alimento indispensable para la cultura. Fundamentalmente, la psicologa junguiana haba puesto al descubierto como los motivos esenciales de los mitos ancestrales constituan una serie de ncleos de sentido recurrentes que de ningn modo haban agotado sus representaciones en el mito primordial, sino que han seguido manifestndose como motivos esenciales de todas las expresiones humanas, de todas las culturas y de todos los tiempos, tanto en la religin, como en la literatura, tanto en la filosofa como en los sueos del hombre moderno. A estos motivos esenciales, Jung denomin arquetipos, las estructuras o moldes simblicos fundamentales de la psique.Aunque los arquetipos en s mismos son irrepresentables, se manifiestan en la cultura a travs de smbolos (imgenes y mitos) cambiantes, vistindose con la imaginera de la poca y de la psique individual en la que emergen. El mito es, as, la versin narrativa de un smbolo arquetpico. Esto es, todo relato que posea una profunda significacin simblica para la consciencia. El poder del mito reside precisamente en la significacin simblica que contiene, en su capacidad de resonar en nosotros emocionalmente, de dar sentido a nivel colectivo. Un mito es, dira Jung, el resplandeciente disfraz de un arquetipo.A travs de sus imaginativas fantasas, el mito est expresando metafricamente las realidades arquetipales de la psique, as como las dramticas relaciones arquetipales que son significativas para la cultura y el momento histrico en que este se manifiesta y cobra forma. Pues es la existencia de estos arquetipos lo que hace que las fantasas ms inverosmiles del mito sean sin embargo significativas para nuestra consciencia, ya que el arquetipo convierte a todo mito y a toda mitologa en smbolos de una realidad interior, metforas de una realidad psquica. La psicoterapeuta junguiana Francis Vaughan defini a los mitos como sueos colectivos que reflejan la condicin humana (Sombras de lo Sagrado, 1996). En otras palabras, imgenes del alma.Por esta razn, como explic Campbell, estos sistemas mticos de significacin colectiva que antes se manifestaban en la consciencia, al ser reemplazados por la forma lgica de ver el mundo, no fueron, de hecho, anulados, sino que siguieron manifestndose en el inconsciente, que es su matriz y su fuente, tomando forma en los sueos del ser humano, y manifestndose en su vida consciente a travs de su expresin esttica y simblica: el arte. El surgimiento de conceptos seculares tales como poesa, literatura y ficcin seran metforas sociales aceptables para seguir expresando y recreando simblicamente los motivos arquetipales del inconsciente de una forma que fuera admisible para el literalismo de la consciencia racional, al que tan difcil le es comprender y aceptar las realidades simblicas de la psique. Vistos bajo esta luz, los mitos dejan de ser, como los imagin la antropologa clsica, esos relatos de tiempos primitivos y supersticiosos que hoy en da consumimos raramente como piezas de ficcin para revivir en nuestra consciencia como un autentico y resplandeciente panten de smbolos.

Uno de los arquetipos principales descubiertos por Jung es el del Hroe, y una de sus manifestaciones mitolgicas ms populares de los ltimos setenta aos es la de los superhroes. Las historias de superhroes no han dejado de multiplicarse desde que el primero de ellos, Superman, viera su aparicin en Action Comics en 1938. Desde entonces, los hroes enfundados en llamativas vestimentas, dotados de poderes celestiales y armados de elevadas virtudes morales, no han dejado de vivir aventuras interminables tanto en la imaginacin de la sociedad moderna como en prcticamente todas las formas de representacin esttica: historieta, animacin, cine, radio, televisin, teatro, incluso literatura, y su notable influencia como fenmeno cultural no parece estar disminuyendo con el tiempo, sino por el contrario, parece estar creciendo. Hoy en da, los superhroes parecen estar ms vivos que nunca, sino tanto en las clsicas vietas que los vieron nacer como en el cine, cuyas adaptaciones se han convertido, en los ltimos aos, en la mayora de los estrenos cinematogrficos ms taquilleros del mundo, convocando al pblico de todas las edades para presenciar sus aventuras durante mltiples secuelas. Chris Claremont, el clsico guionista de los X-Men de los 80, fue el primero en decirlo: los superhroes quiz son la mitologa de Estados Unidos, cuyos hroes -David Crokett, Buffalo Bili, G. A. Custer- y gestas ms antiguas no tienen ms de 200 o 300 aos. Estados Unidos no tiene una mitologa propia. Escandinavia tiene sus sagas y leyendas, Germania su pica, Espaa tiene al Cid. Nosotros no tenemos hroes mitolgicos, nuestros hroes son muy jvenes an.Sin embargo, si los superhroes tuvieron sus cunas en el gran pas del norte, su influencia pronto se trasladara con fuerza prcticamente a todo Occidente, sin perder su poder de fascinacin en otras regiones y contextos. Podemos afirmar que semejante influencia se explique meramente por el imperialismo cultural norteamericano o por los rasgos actuales de la cultura moderna, enajenada por el consumo de productos visuales sorprendentes, y por el escape al mundo de la fantasa y del espectculo sin sentido? O deberamos suponer que la relevancia de estos personajes y estas figuras es tal porque tienen un sentido para nuestra cultura, porque, pese a todos sus simbolismos locales, parecen resonar en una universalidad de contextos?

Guillermo del Toro, responsable de las dos adaptaciones cinematogrficas de Hellboy, sostiene algo muy similar a esto: El mundo necesita una nueva mitologa, y sa es la de los superhroes Hay una demanda de una mitologa fresca y aceptable para los jvenes. El superhroe representa al Aquiles, al Hctor de nuestros das. El hecho de que aparezcan cada vez ms pelculas de superhroes no se debe, sostiene del Toro, a una falta de imaginacin, sino a la necesidad de crear ficcin en un mundo que progresivamente se olvida del aspecto espiritual, que no cree en la magia ni en las cosas abstractas y slo en lo material y en lo inmediato Este es un perodo poltica y humanamente muy desconcertante, en el que se ha producido un serio retroceso en la lnea tica de la humanidad como especie y se requiere de un replanteamiento de la existencia en trminos heroicos.A los ojos de la psicologa arquetipal, podramos decir que el mito del superhroe, con una subjetividad cultural en parte norteamericana y en parte intrnsecamente posmoderna y transcultural, se presenta actualmente como el smbolo ms fuerte del arquetipo del hroe. No es una audacia suponer que el simbolismo arquetpico de los superhroes es a fin de cuentas lo que hizo que lleguen a ser tan populares y que de a poco hayan ido abrindose camino ms all de las pginas de las historietas y convertido, en el mundo de la imagen y de los productos culturales, en una forma colectiva de mitologa moderna.Al igual que el mito, que se va constituyendo con diferentes versiones contadas de la misma historia, que va mutando y cambiando pero siempre manteniendo su motivos esenciales, esto ha tenido lugar tambin en los personajes del comics, muchos de los cuales han ido desarrollndose y adquiriendo el carcter de cada poca, llegando a redescubrirse y reinventarse a s mismos, como si, en palabras del mitlogo Joseph Campbell, la fuerza germinal de su fuente fuera inagotable. Desde sus versiones ms sencillas, ingenuas o infantiles hasta las que han expresado temas de gran complejidad y profundidad humanos, los superhroes han desafiado los prejuicios de su gnero y se han abierto camino a la consciencia popular por la propia fuerza de su valor simblico. La ltima pelcula de Batman, The Dark Knight, de Christopher Nolan, ha entrado en la lista de films que ms dinero han recaudado en la historia del cine, y ha sido aclamada de manera general tanto por el pblico como por la crtica como una autntica tragedia moderna, elevando el listn para las futuras representaciones de estos personajes, demostrando que sus elementos esenciales siguen siendo tan significativos hoy para nosotros como lo fueron ayer y como probablemente lo sern siempre. En la segunda parte de este ensayo exploraremos la estructura simblica del arquetipo del hroe, y veremos cuan plenamente esta se actualiza en los modernos relatos de superhroes partiendo del primero de todos ellos, padre y modelo de la extensa cadena de hroes y heronas que vendran detrs de l: Superman, el Hombre de Acero.

II: El nacimiento del superhombre

Segunda parte de la serie que analiza los comics y los superhroes desde la perspectiva de los arquetipos jungianos: Superman como una nueva encarnacin del hroe (y dios) solar, ahora bajo un uso (mito) poltico

El arquetipo del hroe, nos dice el psiclogo analtico Eric Neumann, es el arquetipo de la consciencia, y uno de sus mi temas o manifestaciones histricas fundamentales es el del llamado hroe solar.El mito del hroe solar, aquel que enfrenta y vence al dragn (la Gran Madre mtica), trayendo orden al mundo, es anlogo al desarrollo de la consciencia, ya que describe el pasaje de las culturas matriarcales al orden patriarcal del mundo. En las culturas matriarcales, cuando la individualidad estaba fundida y subsumida con su grupo social, con su propio cuerpo y con su entorno, la figura del hroe mtico aparece como el impulso auto-trascendente de la psique por conquistar la consciencia de si misma. El mito del hroe solar es, de este modo, el mito de la consciencia colectiva abrindose camino frente a las fuerzas regresivas de lo inconsciente, objetivndose del tejido de la naturaleza y del cuerpo, y constituyndose como un yo (ego). Esta la razn de que su apelativo sea hroe solar, ya que su presencia trae la luz (la consciencia, el orden, los valores sociales, el bien) de las sombras de la noche (lo inconsciente, el caos, el mal), de la cual emerge triunfante. En perodos de confusin social, crisis y oscuridad, el hroe solar emerge como salvador del grupo colectivo.La figura mtica del superhroe tambin surgi, como una nueva sntesis imaginativa de elementos simblicos, de un profundo perodo de crisis cultural. En el ao 1929 la cada del sistema bancario estadounidense golpe los mercados mundiales sumiendo a la sociedad moderna en una profunda crisis financiera. Desempleo, hambre, caos e incertidumbre seran los signos de un extenso perodo que fue denominado Gran Depresin y se extendera durante una dcada, hasta finales de los aos 30. Una profunda desesperanza y una ruptura del optimismo econmico que predominaba hasta entonces parecieron apoderarse del mundo occidental.Durante esta misma poca, sin embargo, la historieta popular comenz a crecer en EE.UU. a pasos agigantados. Los llamados comic-books, plagados de historias fantsticas de aventuras, misterio y ciencia ficcin, comenzaron a multiplicarse. Deudores, por su temtica, de las revistas pulp del primer tercio del siglo XX, los comic-books se convirtieron pronto en un importante fenmeno comercial, acaso como una respuesta a la necesidad colectiva de fantasa y de smbolos heroicos frente a la oscura perspectiva que el mundo real presentaba. No es casual que el perodo que va desde el crash de 1930, pasando por los aos sangrientos de la revolucin espaola, hasta el comienzo de la segunda guerra mundial, coincida con la aparicin de Superman, Batman, Capitn Marvel (Masotta, La Historieta en el Mundo Moderno, 1970).Como una suerte de continuidad y transformacin de los personajes heroicos del pulp, el comic fue dando origen a sus propios hroes: el clsico detective Dick Tracy, el hroe espacial Buck Rogers y, posteriormente, Flash Gordon, fueron los primeros personajes ms populares del medio, y que sirvieron como modelo para posteriores tipos heroicos. La aparicin de El Fantasma en 1936, justiciero enmascarado dedicado a combatir la piratera en una isla paradisaca, disfrazado con un vistoso uniforme distintivo (una mezcla entre Tarzn y el Zorro) fue sin lugar a dudas la principal influencia esttica de todo un gnero que nacera solo dos aos despus con la aparicin de su personaje ms emblemtico: Superman.Como personaje, Superman sin duda ha trascendido los lmites del comic-book y su lugar como icono de la cultura popular estadounidense para pasar a ser una figura arquetpica de la imaginacin moderna. A ms de 70 aos de su primer aparicin en el histrico Action Comics N1, puede afirmarse, sin temor a equivocarse, que prcticamente no hay nadie, al menos en la cultura occidental, que no reconozca siquiera su imagen. Hoy en da, Superman es un personaje tan universal como Zeus, El Quijote, Frankenstein o Blancanieves. Sin duda alguna, y ms all de su explotacin visual y comercial, tenemos que admitir que son en gran medida las caractersticas propias del personaje, su resonancia simblica, lo que han impactado profundamente en la consciencia del hombre moderno, instalndolo plenamente en el imaginario colectivo de la cultura de masas.El propio nombre del personaje, Super-man, no es casual, sino ms bien paradigmtico de todo un momento histrico. En realidad, el apelativo no sera inventado por Jerry Siegel y Joe Shuster en 1938 (los creadores del personaje), sino que ya exista desde mucho antes. En 1885, el filsofo Friedrich Nietzsche escribi su famosa obra As hablo Zarathustra, en donde populariz el concepto de un bersmench, un super-hombre. Criticando la sumisin del hombre a los dogmas religiosos y a los autoritarismos del Estado, Nietzche afirmaba que el hombre deba ser superado, dando lugar a un super-hombre, un hombre constituido ante s mismo como el nico ser supremo, un hombre ideal y revolucionario que atestige su condicin heroica afirmando en toda su grandeza su individualidad frente a las creencias paralizantes y caducas del mundo colectivo.En la dcada de 1930, bajo una particular lectura de Nietzsche, Adolf Hitler anunciaba la llegada del bersmensch a travs de la pureza aria guerrera del pueblo Alemn, declarndose el mismo la ltima manifestacin de los hroes teutnicos de antao y fundando un movimiento poltico ideolgico que es considerado como una de las mayores aberraciones de la historia humana: el nazismo o nacionalsocialismo.Ms o menos por esta poca, dos jvenes adolescentes de EE.UU. vendan a la compaa editorial DC Comics por 150 dlares los derechos de un personaje particular que pasara a formar parte de la historia de la ficcin universal: Superman. Podemos decir que este sper-hombre norteamericano, este dechado de fuerza y virtudes, este hroe ideal que representa a la nacin americana, fue la respuesta ficcional del capitalismo democrtico liberal estadounidense frente al ideal hegemnico de Hitler.Tal como su nombre lo indica, Superman es super, un personaje hinchado de poder y capacidades sobrehumanas exageradamente invencibles. No sera aventurado considerar que, inconscientemente, el personaje fue la encarnacin de la idea de potencia o poder en que EE.UU., superada la crisis mundial, comenzaba a posicionarse en la consciencia global. Como seala el socilogo Guillermo Sly: A partir de 1930, hablamos de superhroes con caractersticas muy particulares que si bien son espritu de poca, son tambin producto de una potencia mundial en ascenso, que es Estados Unidos (citado en Sorondo, Sobre el Hroe y sus Mscaras, 2006).Como hemos visto, cuando el hroe arquetpico asume un rol fundacional o salvfico de la cultura que le da origen, estamos ante lo que la mitologa comparada llama un hroe solar. Asumiendo un carcter sobrehumano y divino, el hroe solar es siempre un salvador del mundo, as como una representacin simblica idealizada de su cultura, y esto es lo que la aparicin de Superman signific originalmente para la cultura norteamericana. Frente a la oscuridad de la crisis econmica y de un mundo atravesado por la guerra y el terror de los estados comunistas autoritarias, Superman se presentaba como el poderoso y brillante smbolo del triunfo de la democracia liberal americana.

Muertos estn todos los dioses, ahora queremos que viva el superhombre[, pronuncia Zarathustra, el profeta de Nietzche en 1885. En un mundo moderno regido por la industrializacin tecnolgica y la razn, en que el que los antiguos mitos parecan haber perdido ya todo significado y valor colectivo, nuevos mitos estaban ya emergiendo en su hora ms oscura. Sin sospecharlo ni lejanamente, Nietzche estaba vaticinando con esas palabras no solo el alzamiento del rgimen fascista alemn, sino al mismo tiempo, el surgimiento de los superhroes.

III: El hroe solar

Siguiendo con la serie que explora la dimensin arquetpica de los superhroes nos encontramos con la figura de Superman, una especie de Jesucristo de la cultura popEn la segunda parte de este ensayo hicimos referencia a la relacin entre el nacimiento de los superhroes (encarnado en la figura de Superman) y la crisis y renacimiento de Norteamrica como poder poltico y como smbolo cultural para Occidente. Pero, como hemos visto, desde la perspectiva arquetipal nos equivocaramos si redujramos el sentido de un smbolo a sus meras dimensiones sociolgicas. Los smbolos, como ha mostrado la psicologa junguiana, son multidimensionales, lo que significa que tienen siempre una dimensin social (condicionada por la cultura y el momento histrico en la que aparecen), una dimensin personal (condicionada por la imaginera inconsciente de su autor) y una dimensin universal, arquetpica o csmica, segn la perspectiva con que se miren. La resonancia de estos personajes -Superman en particular y los superhroes en general- en multitud de contextos nos habla de esa dimensin del smbolo que trasciende los factores sociopolticos e histricos y que muy posiblemente est en la esencia que hace a estos personajes tan universales. Esa esencia arquetpica en el mito de Superman es lo que intentaremos revelar ahora. El relato del hroe solar presenta su propia estructura arquetpica, la cual podramos sintetizar en 3 fases: 1) Nacimiento y Exilio: El nacimiento del hroe solar es siempre un suceso milagroso, afirmando su naturaleza divina, sobrehumana. Este origen milagroso involucra comnmente el nacimiento por parte de una madre virgen, encinta por un procreador espiritual (un dios, padre divino del hroe).Al principio del relato, el nio hroe corre peligro de ser aniquilado (generalmente por su padre terrenal, un rey desptico que teme ser destronado). Para evitar su aniquilacin, las fuerzas que favorecen el destino del pequeo (su madre, aliados cercanos, hadas, dioses), se ven forzadas a alejarlo para mantenerlo oculto, en secreto. En casi todas las versiones ms antiguas, el nio hroe es depositado en una canasta o en un recipiente similar y abandonado a su suerte en la corriente de un ro o la orilla de un ocano. Despojado as de su condicin real/divina pero favorecido por su destino heroico, el nio hroe sobrevivir a la oscuridad de las aguas y llegar eventualmente a una costa segura. All ser encontrado por personas de categora humilde y conducta bondadosa (generalmente campesinos) quienes, considerando el suceso un milagro, lo criarn como su propio hijo.2) Iniciacin: El hroe pasar por una etapa de aprendizaje y a lo largo de su crecimiento ir dando cuenta de virtudes sobrenaturales. Al llegar a la mayora de edad, comenzar a descubrir los signos de su herencia secreta y divina. Esto lo llevar a asumir su condicin de hroe, debiendo atravesar determinadas pruebas (las cuales involucran comnmente la lucha contra monstruos y bsquedas extraordinarias) de las cuales saldr transformado. Esta etapa constituye el llamado arquetipo de la Iniciacin, e involucra siempre un activo descenso del hroe al inframundo (averno, caverna, Hades) para enfrentar al monstruo que guarda a la doncella o conquistar el tesoro escondido, smbolo de su propia transformacin. Este descenso se configura como una muerte, literal o simblica, que el hroe debe atravesar para poder emerger renacido (deificado).El termino hroe solar proviene, en parte, de los antiguos rituales cclicos de la fertilidad asociados a estos personajes como figuras de culto. En estos, la muerte y el renacimiento del hroe coinciden con los ciclos estacionales y con la muerte y el renacimiento (solsticios y equinoccios) del Sol a lo largo del ciclo anual.3) Apoteosis o Deificacin: Finalmente, el hroe asumir su condicin divina, cumpliendo su destino de salvador del mundo. Por regla general, en muchas mitologas, esta consagracin supone la ascensin del hroe regional en dios solar, convirtindolo as en una figura religiosa. Las deidades solares del mundo antiguo eran, de esta forma, hroes ascendidos.Ejemplos de esta estructura arquetpica se encuentran en prcticamente todas las culturas conocidas: Perseo en la mitologa griega, Sargn El Grande en la mitologa caldea, Mitra en Persia, Krishn en la India, Abraham y Moiss en el Antiguo Testamento, Starkadr en la mitologa escandinava, Rustam en la mitologa iran, Chandragupta en la mitologa hind, Lugh en la mitologa celta son solo algunos de los tantos y diversos ejemplos que la mitologa registra.Como explicbamos en la segunda parte, segn la psicologa junguiana, el hroe solar es el representante arquetpico de la consciencia colectiva abrindose camino frente a las fuerzas regresivas de lo inconsciente. En los relatos antes mencionados, las fuerzas regresivas y devoradoras del inconsciente que el hroe debe enfrentar estn simbolizadas por las aguas, el ocano y los clsicos monstruos terribles que constituyen sus pruebas. Las aguas que acosan al pequeo hroe al principio y lo llevan a la deriva simbolizan la inconsciencia colectiva de la que el hroe debe emerger para poder afirmar su individualidad.Contemplemos entonces a Superman, nuestro moderno hroe solar, y veamos cmo est estructura arquetpica vuelve a aparecer, refundida en simbolismos modernos. En la historia de Superman, el mar del inconsciente que el nio-hroe debe atravesar ya no es el ocano, sino que aparece simbolizado como el espacio exterior. Esto, desde el punto de vista de la psicologa junguiana, tiene gran coherencia: en la antigedad, el hombre proyectaba sobre el mar todo lo desconocido, convirtindolo en el smbolo principal de lo inconsciente colectivo. En la modernidad lo desconocido (lo inconsciente colectivo) ya no est proyectado sobre el mar, que para el hombre moderno es ms o menos conocido, sino sobre el espacio exterior. En esta versin moderna del hroe solar, los elementos milagrosos/divinos son sustituidos por una explicacin de ciencia ficcin: el hroe proviene no ya del mundo de los dioses celestiales, sino de otro planeta. La cuna del hroe en la que este es exiliado se convierte en nave espacial: la nave en la que Jor-El, padre del hroe, enva a la Tierra al pequeo Kal-El para salvarlo de la inminente destruccin de su planeta natal, Kripton. No ser casual que el guionista John Byrne, al volver a contar la historia del origen de Superman para los lectores de 1986, convierta la nave del pequeo Kal-El en una matriz de gestacin.Al llegar a la tierra, el ltimo hijo de Kripton ser, como todo hroe solar, criado por una bondadosa familia de granjeros, los cuales le ensearn el valor de la humildad, la generosidad y la responsabilidad. Al descubrir su legado csmico (divino/celestial), su origen y sus poderes, Clark Kent pondr estos al servicio de la humanidad, convirtindose en Superman. A diferencia del bersmench de Nietzsche, que se encuentra ms all del bien y el mal, el cdigo de conducta de Superman estar implcitamente anclado en una moralidad judeocristiana y un sistema de valores liberal-democrtico norteamericano.Antes de Superman, el ltimo de los hroes solares de la cultura occidental fue Jesucristo. La historia de Cristo, en el Nuevo Testamento, repite la misma arquetpica estructura solar: el nacimiento de virgen, el exilio, el descenso al infierno y finalmente, la consagracin, reformulndose en nuevos motivos.Como Cristo, al final de su propia consagracin, Superman se elevar por encima de nuestras ciudades, todopoderoso, iluminado por nuestro sol (el cual Byrne, ms tarde y apropiadamente, convertir en el origen de los poderes del hroe), transformndose en nuestro salvador, la bondadosa divinidad celestial que desde los cielos vela por nosotros, castigando al culpable y protegiendo al inocente.Incluso los padres terrenales del hroe, Martha y Jonathan Kent remitirn directamente a aquellos pastores bblicos del Nuevo Testamento que cuidaron a Jess, el hijo celestial entregado a nuestro mundo por su padre para salvar a la humanidad. Acaso las iniciales de los nombres de Martha (madre de un hijo sin pecado concebido) y Jonathan Kent (un padre trabajador, humilde y granjero), idnticas a las de Mara y Jos, padres terrenales de Jesucristo, no sea casuales.En 1978, conscientes de esta simblica analoga, los guionistas de la primera pelcula de Superman ponen en boca de Jor-El, el padre csmico del Superman: Pueden ser un gran pueblo, Kal-El, desean serlo. Slo necesitan la luz que les muestre el camino. Por eso especialmente, por su capacidad para el bien te he enviado a ellos, a ti mi nico hijo.. Su director, Richard Donner, diseara la nave de Superman como una estrella de Cristal, aludiendo claramente a la Estrella de Beln, signo de la llegada del salvador a nuestro mundo.Superman Returns, la reciente pelcula de Brian Singer que homenajea y sigue los pasos de los films originales, profundiza esta analoga cristiana, creando una pelcula de superhroes llena de alusiones religiosas. Singer nos muestra a Superman como un ser superior que vela por nosotros desde los cielos, pero a la vez tiene prohibido, por orden de su padre de Kripton, alterar con sus poderes la historia de los hombres, dejndolos a su libre albedro para que elijan entre el bien y el mal. El hijo se convierte en padre y el padre en hijo, pronuncia Jor-El al principio de la pelcula, haciendo referencia a la Santsima Trinidad.Semejanzas similares entre Superman y Jesucristo (as como otros hroes solares divinizados de la antigedad) podemos encontrar entre la muerte y la resurreccin de Superman y las resonancias sociales que causaron en su momento. Como los hroes solares del mito, que moran cada invierno para renacer con el nacimiento del verano, Superman morir solo para volver a la vida resucitado y nutrido por la matriz solar conservada en su fortaleza en el Polo Norte.En Superman Returns, Superman atraviesa su propia pasin crstica: despojado de sus poderes, es apaleado por los hombres de Lex Luthor, recibiendo una pualada de kriptonita en el costado. Finalmente sacrificndose para salvar el mundo, Superman atraviesa una especie de muerte. Su cada desde el espacio asume la postura del Cristo crucificado, con los brazos en cruz y las piernas unidas. Luego del despertar/resurreccin de Superman, Singer culmina el film con el personaje asegurndole a Lois Lane: siempre estar por aqu, resonando con la promesa de Jess a sus apstoles estar con vosotros hasta el fin de los tiempos.Vemos as como las semblanzas entre las figuras de Cristo y de Superman, los hroes solares ms representativos de la cultura judeocristiana, a travs de la propia imaginera colectiva, se enriquecen y se van tornando ms evidentes. Podemos entender, finalmente, que quiso decir el visionario escritor de comics Grant Morrison cuando con brillantez defini a Superman como un Jess pagano y tecnolgico de ciencia ficcin.Como otra identificacin explicita de Superman con los hroes solares de la mitologa clsica, Morrison nos present en el 2009 la que ya es considerada, a juicio de muchos, una de las mejores historias de Superman de todos los tiempos, llevada tambin al campo de la animacin: All Star Superman. En ella, Morrison asume sin rodeos el carcter mtico-divino del personaje ponindolo en la tarea de realizar sus 12 trabajos o pruebas definitivos, en clara referencia a los 12 trabajos de Hrcules. Hrcules, hroe solar por antonomasia, y sus 12 trabajos no son otra cosa que una versin simblica del camino que realiza el Sol a lo largo de su ciclo anual, pasando por las 12 constelaciones zodiacales, las doce pruebas de la consciencia en su camino trascendental hacia si misma.

Las vestiduras cambian, el arquetipo permanece. Alimentndose con el bagaje subterrneo de los smbolos y valores sociales de las culturas que los conforman, los smbolos arquetpicos emergen del crisol ardiente de sus pocas, y las reflejan. A partir de la aparicin de la figura de Superman en las pginas de los comics, un nuevo tipo de mito heroico se hace presente en la psique colectiva. En la cuarta parte analizaremos los elementos que conforman este nuevo mito que ha llegado hasta nuestros das con una enorme fuerza vital: el mito del superhroe.

IV: El camino del hroe

En la cuarta parte de la serie que relaciona a los superhroes con mitos y arquetipos jungianos, recorremos el camino circular (que acelera la modernidad) del hroe con todas sus caractersticas, variaciones pop de un tema eterno.En su clsica obra El hroe de las mil caras, el mitlogo Joseph Campbell realiz una exhaustiva comparacin entre los mitos heroicos del mundo entero y describi la dinmica del arquetipo del hroe en un patrn narrativo que llamo El Camino del Hroe. Este camino es el de un viaje circular, iniciado por una perdida, una tragedia, un paraso perdido. El hroe ser llamado a emprender el camino para recuperarlo. Abandonando el mundo conocido, ingresar en otro mundo, un ms all salvaje y simblico (un bosque, el mar, una caverna) en donde deber superar determinadas pruebas, las cuales involucran comnmente la lucha contra monstruos y bsquedas extraordinarias en las cuales deber poner a prueba sus virtudes heroicas, contando para ello con un auxilio mgico o poder especial. Finalmente el hroe triunfar en su bsqueda, restituyendo lo perdido, e iniciar el regreso, cerrando el viaje circular.En la posmodernidad, los tiempos y los espacios de ese viaje heroico se han acelerado y reducido. Despojados de la tradicional geografa mgica y de la sacralidad de un tiempo mtico que caracterizaba a la mitologa antigua, los superhroes residirn en un presente histrico reglado por la lgica del mundo moderno. El llamado sper-villano, contraparte necesaria del superhroe, constituir el enemigo a la altura sin el cual este no podra atravesar su camino heroico. Lex Luthor, el Duende Verde, el Joker, Dr. Doom y tantos otros, sern las modernas versiones del monstruo arquetpico, de las pruebas que el superhroe deber vencer en su camino heroico.Como primer eslabn y modelo de la extensa cadena de hroes y heronas que vendrn detrs de l, Superman rene en s mismo todos los elementos caractersticos que constituirn esta moderna manifestacin del arquetipo del hroe: I. Superpoderes.En cierta forma, podra decirse que los superhroes pueden reconocerse por sus superpoderes. Al igual que los hroes de la mitologa, todos los superhroes cuentan con poderes o habilidades especiales que los distinguen, elevndolos sobre el resto de los meros mortales: super-fuerza, super-velocidad, poder de vuelo, invulnerabilidad, lanzar rayos energticos, telequinesia son algunos de los poderes ms comunes entre los superhroes.Como seal el filsofo y semilogo francs Roland Barthes, en estos mitos modernos las explicaciones sobrenaturales se ven desplazadas por las tecnolgicas: a pesar del aparato cientfico de esta nueva mitologa, hubo simple desplazamiento de lo sagrado: el elemento religioso ha sido sustituido por la ciencia ficcin. (Barthes, Mitologas, 1957).En esta nueva mitologa, la mayora de los poderes de los superhroes, como los de Superman, sern de naturaleza explicable en trminos cientficos, en concordancia con la lgica de la ciencia ficcin: naturaleza extraterrestre, mutaciones (como los X-Men), experimentos cientficos (como Spider-Man, Hulk, Flash o el Capitn Amrica) o artefactos avanzados (como Linterna Verde o Iron Man). Sin embargo, con el tiempo, elementos maravillosos, e incluso provenientes directamente de los mitos antiguos, pasaran a ser campo de cultivo en la abundante proliferacin de nuevos personajes, fusionndose con las caractersticas ms tpicamente ci-fi del gnero. Tal es el caso de personajes mtico-mgicos como Wonder Woman, Thor, Dr. Destino y muchos otros.En la primera fase del Camino del Hroe descripta por Campbell hay una situacin a la que se refiere como el llamado a la aventura, en donde el hroe debe tomar la decisin crucial que lo llevar a aceptar o rechazar su camino heroico. En el superhroe, ser la adquisicin de estos dones sobrehumanos lo que lo conducirn a la decisin moral de aceptar este destino.

II. Identidad secreta: el arquetipo de La Mscara. La dualidad entre una identidad civil y una heroica est presente prcticamente en todos los relatos de superhroes. La mscara y el escondite secreto sern elementos habituales a fin de preservar el secreto de esta doble identidad.Lo notable de los superhroes es que su mscara heroica parece revelar en realidad su verdadero rostro, su identidad genuina. Su verdadera mascara pasa a ser entonces la de la cotidianeidad, la que oculta sus poderes y su identidad heroica. Esto se literaliza en Superman, el cual lleva su rostro desnudo cuando porta su identidad heroica, mientras que, como Clark Kent, disfraza su rostro con gafas, hacindose pasar por un humano mediocre y llevando su traje de superhroe bajo el disfraz de hombre corriente.Volviendo a situarnos en el Camino del Hroe, el pasaje al otro mundo, menos geogrfico ahora que psicolgico, ser el pasaje de hombre cotidiano a superhroe que este realiza al vestirse con su traje heroico. Ponerse el traje y la mscara ser para el hroe pasar del mundo cotidiano al otro mundo, el mundo de la aventura superherica.En la psicologa junguiana, la mscara es un arquetipo virtualmente reciente en la historia del desarrollo de la consciencia, el cual refiere a nuestra capacidad adaptativa de asumir diversos roles sociales en distintos contextos en los cuales no siempre podemos mostrarnos como somos realmente. El hecho de que en las mitologas antiguas los hroes no tengan una segunda identidad puede entenderse justamente como parte de este desarrollo cultural de la consciencia, en el cual el lugar del individuo ha ido cambiando radicalmente dentro del orden social: en la antigedad, en la que el concepto de individuo es ms bien vacuo cuando no inexistente, el hroe mtico encarna la figura del lder o rey, asumiendo la individualidad por el grupo colectivo. En los tiempos democrticos de la modernidad, los individuos se han multiplicado. De esta manera, la mscara del superhroe porta, como seala el socilogo Guillermo Sly un mensaje simblico: La traduccin es que el hombre individual, el self made man americano o cualquiera puede llegar a ser un superhroe (Sly, Sobre el hroe y sus mscaras, 2006).

III. Uniforme distintivo y perfeccin anatmica.

Como uno de los rasgos ms distintivos del gnero, el alter-ego del superhroe est vinculado siempre a un disfraz que lo distingue como tal, ocultando su identidad secreta, siendo generalmente un traje ajustado de colores llamativos y una capa. En tanto encarnacin simblica de un ideal social, el hroe (o herona) debe ser integralmente perfecto, no solo en sus valores, sino tambin en su fisonoma. El fsico del superhroe, en el fondo, no se alejar tanto de los cnones grecolatinos. En la historia del arte, el hroe clsico se representa prcticamente siempre desnudo o semidesnudo, a fin de resaltar su esplendor fsico. La funcin del uniforme del superhroe pegado al cuerpo parece ser la de representar la clsica fisonoma apolnea del hroe, preservando la decencia de las vestimentas. IV. Sentido de Justicia y Sistema de Valores:

Batman, Superman o Spiderman son justos y hacen justicia. Son capaces de superar sus inclinaciones y sus deseos y entregar sus vidas al servicio de la sociedad () en eso consiste ser superhroe: no bastan poderes especiales para serlo, sino que tambin hay que saber cmo usarlos, y esto es, probablemente, lo que atrae la atencin (y la identificacin) del pblico de este gnero. Superman no es Superman por poder volar sino porque vuela para hacer el bien. (Miguel Tovar, Superhroes, psicoanlisis y moralidad, 2007).Como veamos en la tercera parte, el cdigo de conducta del superhroe, a diferencia de los hroes mticos de la antigedad, se encuentra implcitamente anclado en una moralidad judeocristiana, emparentndolo nuevamente con el caballero andante medieval: altruismo, sacrificio, piedad, sentido de justicia y autocontrol sern los valores centrales de los superhroes, convirtindolos en verdaderos ejemplos de rectitud moral, resplandecientes smbolos de inspiracin colectiva.Desde otro punto de vista crtico, sin embargo, la bsqueda de justicia del superhroe clsico puede ser considerada como poltica e ideolgicamente ingenua. A diferencia de los hroes prometeicos, revolucionarios, que se proponen cambiar el status quo y modificar para mejor el orden existente, el superhroe clsico es el primer defensor del orden establecido. Al sustentarse su accionar en un sistema de valores democrtico liberales, el superhroe debe apegarse a la ley como modelo de conducta. El propio accionar al margen de la ley del superhroe suele estar apoyado por las autoridades o el consenso social, funcionando como una especie de para-polica legitimado socialmente. Aun en los casos en que la opinin pblica o las autoridades no apoyen sus andanzas (como es el caso de Batman o Spider-Man), puede afirmarse que sus acciones siguen estando en funcin del sistema.Y en este sentido podra objetarse, como lo hace Pedro Granoni en su artculo Justicieros del Imperio (2010), que el superhroe defiende un orden econmico capitalista, donde rige la propiedad privada de los medios de produccin y la distribucin desigual de la riqueza () sus poderes garantizan la reproduccin de dicho orden burgus. La legalidad del sistema siempre triunfa al final, significando una restitucin del orden social alterado al inicio del relato, convirtiendo al gnero, desde esta lectura, en literatura tranquilizadora, socialmente integradora, que no deja espacio para el cuestionamiento de las estructuras sociales. O como seala Umberto Eco: Superman es prcticamente omnipotente () un hombre que puede producir trabajo y riqueza en dimensiones astronmicas y en unos segundos, se podra esperar la ms asombrosa alteracin en el orden poltico, econmico, tecnolgico, del mundo. Desde la solucin al problema del hambre, hasta la roturacin de todas las zonas actualmente inhabitables del planeta. Sin embargo, cuando no debe defender al planeta de amenazas exteriores, la accin heroica de Superman se limita solo a actuar como agente de la ley. (Eco, Apocalpticos e Integrados, 1965).En sus formas ms claramente norteamericanas, el superhroe se presenta como el defensor del american way life (caso explcito en las versiones ms clsicas de Superman y en el Capitn Amrica). Durante los aos de la segunda guerra, la identidad patritica de los superhroes estuvo claramente evidenciada, cuando sus principales enemigos eran los nazis. Posteriormente seran rusos, japoneses o terroristas de algn pas ficticio ubicado en medio oriente. No ser casual que algunos de los superhroes ms icnicos lleven los colores de la bandera estadounidense: Wonder Woman, Superman, Spider-Man y, obviamente, el Capitn Amrica.Sin embargo, con la exportacin cada vez ms sistemtica de estos personajes, especialmente a travs del cine y la televisin, y la necesidad de que encarnen ideales de moralidad ms globales que meramente locales, los superhroes se han ido tornando con el paso del tiempo gradualmente ms universales, como podemos ver reflejado en el nmero 900 de Action Comics (publicado este ao) en el que Superman toma la decisin de abandonar su ciudadana estadounidense para convertirse en ciudadano del mundo.Desde los aos 80 hasta nuestros das, tomando la publicacin del Watchmen de Alan Moore como punto de quiebre paradigmtico en los relatos de superhroes, los conflictos morales e ideolgicos de estos se han complejizado, acaso como sus propios lectores y como la cosmovisin social en general se han ido complejizando psicolgicamente con el correr de las ltimas dcadas. Incluso podra hablarse de un cierto despertar de la inocencia poltica de los superhroes clsicos, con historias como Kindome Come de DC o Civil War de Marvel, en las cuales se trata el problema de la libertad de accin de los superhroes en relacin al estado democrtico en el cual funcionan.Por otra parte, no podemos dejar de tener en cuenta que la lectura crtico-poltica de los relatos de superhroes si bien puede constituir un valioso acercamiento que ponga en evidencia cuestiones implcitas de profunda relevancia ideolgica, puede tambin convertirse fcilmente en mero reduccionismo cultural cuando se propone como la nica lectura posible. En muchos casos, quizs sera ms adecuado hablar de una ingenuidad ideolgica subyacente en los relatos de superhroes (inconsciente incluso para sus propios autores) antes que de una intencin de filtrar deliberadamente contenidos polticos en relatos que se presentan como ideolgicamente inocentes. Pero condenar la totalidad del valor simblico de un relato de superhroes por estas ingenuidades (como parecen haber tratado de hacer algunos) significa soslayar todas las dimensiones de la obra a una sola, mutilando en el proceso su propio sentido. Sin ignorar esta aproximacin crtica, deberamos tratar de ir ms all de ella, destacando precisamente el valor en el que este gnero presta especial atencin: el tema del hroe. Veramos entonces que los relatos de superhroes han funcionado (y an funcionan) maravillosamente como una legtima forma moderna de ese mismo mito que ha fascinado e inspirado la imaginacin humana desde los tiempos ms antiguos: el del arquetipo del hroe. Dentro de esta nueva forma del mito, existe un tipo heroico que por su particularidad y complejidad, merece una distincin especial: el superhroe sombro, tambin llamado antihroe. En la prxima parte exploraremos este particular tema, partiendo de su ejemplo ms popular y representativo: Batman, el Caballero Oscuro.

V: Batman, el hroe en la sombra

A diferencia de Superman, arquetipo de la luz, Batman est ligado a la oscuridad y al proceso chamnico de asimilar la sombra y el dolor para curar, as como la incorporacin de un espritu animal, fuente de una fuerza excepcional Como hombre de carne y hueso puedo ser ignorado o destruido, pero como smbolo como smbolo puedo ser incorruptible, puedo perdurar.Bruce Wayne, Batman Begins. I. La luz y la sombra Son como el ying y el yang. Uno es oscuro y misterioso, el otro es brillante y aventurero. Casi de la misma manera en que un junguiano habra descrito metafricamente la esencia arquetpica de las tendencias a la introversin y a la extroversin en el psiquismo humano, el dibujante Dave Gibbons defina con estas palabras la relacin entre Batman y Superman, los dos icnicos superhroes por antonomasia. Al igual que Superman, la aparicin de Batman en los comic-books signific un quiebre total en la historieta norteamericana, especficamente en la historieta clsica de detectives, a la que paso a desplazar casi por completo, y, al igual que el kriptoniano, influy en la gestacin de toda una nueva generacin de hroes.Mezcla de Drcula y El Zorro, pero con claras influencias de La Sombra (su predecesor directo), Batman sintetiza los elementos esenciales de estos tres, incorporando su propia y significativa particularidad. Al igual que Lamont Cranston (La Sombra) y Diego de la Vega (El Zorro), Bruce Wayne (Batman) es un millonario que se dedica a combatir el crimen por sus propios medios, actuando fuera de la ley y utilizando para ello una doble identidad. Los tres personajes utilizan sus grandes recursos econmicos, elevada inteligencia y habilidades atlticas, de subterfugio y de combate (El Zorro el esgrima, La Sombra las armas de fuego y Batman las artes marciales) para luchar contra sus enemigos, ocultando su identidad por medio de un antifaz, disfraz o una mscara. Pero la mscara no es simple ocultamiento, sino que es el rostro de la identidad heroica del personaje, una identidad que habitualmente el mismo considera ms real que su identidad pblica.Estos elementos (la mscara, el subterfugio y el actuar fuera de la ley y del reconocimiento pblico) convierten a estos personajes en antihroes, trmino bastante impreciso que refiere a un tipo de hroes que es menos representativo de la moralidad pblica que de un propio sentido de justicia. Este llamado antihroe, que aqu llamaremos superhroe sombro, se acerca ms en realidad a los hroes del policial negro, hombres justos que actan en un sistema legal, poltico y social que no funciona, y se ven obligados a regirse por un cdigo tico personal.Desde una lectura sociopoltica, Superman y Batman pueden verse como las dos caras del Norteamrica: Superman acta generalmente de da, sus colores son los de la bandera estadounidense, no tiene nada que esconder, aparece con el rostro descubierto y representa a EEUU tal cual se piensa a s mismo, fuerte, poderoso e invencible. Batman en cambio acta de noche, con el rostro enmascarado, representa a su pas tal cual es en la realidad, sus sombras y dudas nos permitirn conocer la psiquis de los superhroes. (Granori, Justicieros del Imperio, 2010).

II. El superhroe trgico

Casi todos los superhroes sombros comparten dos rasgos que los distinguen an ms del resto de los superhroes del comic. El primero es su humanidad. La mayora de ellos no poseen fuerza sobrehumana ni poderes especiales sino que son hombres de carne y hueso que se distinguen del resto de los hombres comunes por su extraordinario valor, determinacin y voluntad.El segundo rasgo es que todos ellos se han convertido en hroes a partir de un hecho traumtico que torci el rumbo de su existencia. Batman, cuyos padres fueron asesinados frente a sus ojos siendo nio, convertir este acontecimiento en el sentido de toda su existencia, y actuar el resto de su vida movido por este. Anlogamente, Punisher/Frank Castle padecer el asesinato de toda su familia; Daredevil perder la vista en un accidente (que lo dotar al mismo tiempo de sentidos aumentados); Rorschach habr crecido arrastrando profundos traumas infantiles.Todos ellos han asumido su identidad heroica como un destino fatal que no han elegido, sino que les ha sido impuesto. Como el hroe de las antiguas tragedias griegas, el cual ya no era un dios o un semi-dios sino un extraordinario hombre condenado a un destino funesto, el superhroe sombro se diferenciar del clsico superhroe solar por su humanidad, su dolor y su complejidad psicolgica. III. El arquetipo de La Sombra

Sabes quin soy, basura? Soy la peor pesadilla que has tenido jams, de las que te hacen llamar a gritos a tu madre. As se presentaba a s mismo Batman ante un criminal desesperado en la obra maestra de Frank Miller, El Retorno del Caballero Oscuro. Una caracterstica que define tanto a Batman como a todos los superhroes sombros que surgirn posteriormente, como Punisher, Daredevil o El Espectro, es la de encarnar una figura de terror que causa miedo en el corazn de sus enemigos. Todos ellos pueden asociarse simblicamente a un elemento terrorfico: la noche (Batman), lo diablico (Daredevil), la muerte (Punisher), lo fantasmagrico (El Espectro).En la mitologa griega existan unas figuras llamadas Erinias o Furias, las cuales tenan la funcin de impartir justicia persiguiendo a los autores de un crimen (generalmente asesinato), y cuyo horroroso aspecto inclua cabellos de serpiente, grandes alas negras y gritos aterradores, que causaban espanto a los perseguidos. El terror ante la persecucin de estas figuras espantosas constitua simblicamente el sufrimiento y la tortura del alma del culpable frente a la consciencia de sus propios crmenes o errores morales. Este motivo mtico es tambin arquetpico.En la interpretacin analtica de los smbolos existe un arquetipo llamado La Sombra. Jung lo considera una estructura arquetipal formada por todos los contenidos reprimidos de la psique consciente. La Sombra en general se presenta en sueos (o en narraciones ficcionales) con la forma de un monstruo horrendo o una figura oscura vestida de negro que persigue y acecha al culpable (la consciencia), obligndolo a enfrentarse a ella. En trminos poticos, La Sombra es el espejo en donde se reflejan los aspectos ms oscuros de nosotros mismos. IV La Transformacin Chamnica: Una de las formas ms antiguas del arquetipo del hroe es la del chamn. En todas las culturas tradicionales, el chamn es aquel que ha llevado a cabo el viaje heroico a los otros mundos y ha vuelto transformado portando un conocimiento y un poder esencial para el bien de la tribu. Para convertirse en chamn, el iniciado debe pasar por una serie de pruebas muy difciles que involucran descender hacia las sombras ms oscuras de su propio ser y atravesar profundas crisis internas, en las cuales est siempre presente el peligro de la desintegracin del alma (o lo que es lo mismo, la locura y la muerte).El chamn ha sido tambin llamado tradicionalmente el sanador herido, ya que solo a travs del conocimiento de sus propias heridas poda este tener el conocimiento para sanar a los otros y el poder para hacer el bien. Como seala el investigador de chamanismo Jos Mara El contacto con el dolor y la muerte constituyen un modo poderoso de exposicin al conocimiento o a la necesidad de saber acerca de situaciones crticas sus cicatrices son seales de su transformacin en el camino del conocimiento para sanar (Poveda,Chamanismo, el arte natural de curar 1997). Otro aspecto de la dimensin chamanica en el superhroe en general, y en el hroe sombro en particular, lo constituye el arquetipo de lo teriomorfico, el cual est en la fuente de los poderes (literales o simblicos) de muchos de estos personajes, as como de sus anttesis, los supervillanos. Lo teriomorfico hace referencia a una fusin entre lo humano y lo animal, y puede rastrearse hasta las mitologas ms antiguas de la humanidad. En las eras prehistricas, el hroe chamnico buscaba la conexin con las fuerzas telricas (instintivas) de los poderes animales. Al colocarse la mscara de su animal de poder, el chamn asuma los poderes de este. Al respecto, el mitlogo Esteban Ierardo menciona: El hroe se identifica con lo animal, y de ah le viene su fuerza excepcional. Hay que ver en esta posible identificacin un proceso por el cual el hroe es capaz de trascender los lmites de lo humano y recuperar su relacin con fuerzas ms arcaicas que trascienden a la razn. Batman, Wolverine, Aquaman, Hawkman y Catwoman son algunos ejemplos de este arquetipo presente en la imaginacin heroica posmoderna.En el mito del superhroe trgico, vemos como esta dimensin chamanica y autotrascendente constituye la diferencia substancial entre este y el hroe trgico de la antigedad. Si la historia del hroe trgico culmina en su ineludible condena, la del superhroe sombro nace con esta. La particularidad del superhroe sombro radica en que a partir de su tragedia personal l ha constituido su virtud. En lugar de ser consumido por ella, el superhroe sombro se convierte en un hroe por la propia fuerza de la tragedia que traza su destino. Asumiendo su Sombra (su obsesin, su ira, sus temores, su locura), se convertir el mismo en una furia, en un monstruo, en un ser mitolgico. Se transformar, como el chamn al ponerse la mscara de su animal totmico, en algo ms que humano, en un smbolo arquetpico. En trminos junguianos: Un jefe primitivo no solo se disfraza de animal; cuando se aparece con su disfraz completo de animal es el animal. An ms, es un espritu animal, un demonio terrible () La funcin de la mscara es la misma que la del originario disfraz animal. La expresin humana individual queda sumergida, pero, en su lugar, el enmascarado asume la dignidad y la belleza (y tambin la expresin horrible) de un demonio animal. En lenguaje psicolgico, la mscara transforma a su portador en una imagen arquetpica (Jung, El Hombre y sus Smbolos, 1961).Podemos imaginar as, como Alan Moore imagin, a este oscuro hroe repetir para s mismo las terribles palabras de Nietzche: No luches contra monstruos, convirtete en monstruo. Si miras al abismo, el abismo te devuelve la mirada.Llegados a este punto, creemos que puede hablarse sin dudas de una continuidad arquetpica entre la mitologa antigua y el mundo imaginativo de los superhroes de la posmodernidad. En la ltima parte utilizaremos este enfoque simblico como plataforma para dar un salto cualitativo, de la ficcin al mito, y del mito al reino de los dioses.

VI: El retorno de los dioses

La entrega final de la serie que analiza los superhroes de la cultura pop desde la psicologa arquetipal de Jung, cierra abriendo las puertas del panten: los antiguos dioses persisten en nosotros, son parte de nuestra propia, psique, puente con el origen.Superhroes. Hoy en da, todava. Para qu necesitamos esta fantasa?Hombres y mujeres con poderes sobrenaturales y estrambticas vestimentas no nos hemos elevado ya, o deberamos elevarnos de una vez, por encima de estos ingenuos sueos infantiles? No son acaso smbolos del imperialismo mtico con el que el gran pas del norte, luego de colonizar nuestras economas, quiere colonizar nuestra imaginacin, importndonos sus dolos? No hemos madurado o deberamos madurar de una vez para afrontar nuestras condiciones existenciales sin la necesidad de seguir bebiendo de iconos extranjeros de capas y colores gastados? No son acaso ms que productos en la estantera del mercado, numerosos ejemplos de la decadencia de nuestra propia cultura? Tenemos derecho an de disfrutar, identificarnos, sentirnos enriquecidos o conmovidos por cualquier cosa que salga de una mitologa como esta?Las cinco partes precedentes que componen este anlisis constituyen un intento de pensar estas producciones culturales desde una perspectiva diferente de la que han sido pensadas habitualmente. De pensarlas no slo en su traduccin a veces forzada, casi siempre reduccionista- en trminos polticos e imperialistas. Considerarlas no slo en sus rasgos meramente locales (norteamericanos) ni como producciones meramente personales de sus autores, ni tampoco como mecanismos meramente deliberados de control ideolgico o imposicin cultural. Sin negar la realidad e importancia de estas lecturas, plantear, de ser posible, una perspectiva ms profunda. Verlas, ms bien, como manifestaciones paradigmticas de una poca (la posmodernidad despojada de mitos) y de una cultura colectiva que, trascendiendo los lmites de EEUU y de Amrica, podramos identificar ms ampliamente como la de las sociedades industriales contemporneas. La concepcin jungiana de los arquetipos universales y el concepto de smbolo -en tanto representacin surgida de un inconsciente personal y colectivo- nos ha servido de lmpara hermtica para recorrer este camino, y creemos haber abierto un paisaje de su expresin en esta particular manifestacin popular de la imaginacin de nuestra poca.Desde el punto de vista de la psicologa arquetipal, podra decirse que toda la historia de la especie humana puede ser pensada a partir de las relaciones que esta ha establecido con sus fantasas. Es decir, con sus smbolos arquetpicos, con sus dioses. Desde la antigedad ms remota la humanidad ha contemplado el mundo como poblado de dioses: figuras sobrehumanas que personifican fuerzas o atributos universales. Esas manifestaciones del folklore universal que la modernidad ha llamado mitos no son otra cosa que sus historias vivientes, el registro extraordinario de sus hechos. Y como hemos visto, desde el punto de vista de la psicologa arquetipal, existe en estos relatos mticos un valor simblico no literal que constituye un alimento indispensable para la cultura. Para nosotros es difcil creer en la realidad de los dioses, hroes y heronas del mito porque damos muy poco crdito a la realidad metafrica. Al llamar a los dioses arquetipos Jung confiaba en volverlos aceptables para la mentalidad cientfica. De este modo, corra el riesgo de hacernos olvidar que los dioses no se manifiestan en abstracciones. Llegan a nosotros en imgenes concretas de sueos e imaginaciones, como personas o smbolos personificados. Todo lo que sabemos, dir Jung es que sin ellos parecemos incapaces de imaginar Si nosotros los inventamos, lo hacemos segn los modelos que ellos nos dictan (Harpur, El Fuego Secreto de los Filsofos, 2002).En sus Olimpos posmodernos, los superhroes o nuevos dioses kyrbinianos reencarnan a los inagotables arquetipos de lo inconsciente en una nueva y compleja mitologa. Pues es en los imaginarios e inagotables territorios de la fantasa en donde la psique revela simblicamente su multifactica naturaleza arquetipal. Como Jung seal: Si usted est en busca del alma, vaya en primer lugar a las imgenes de su fantasa, pues as es como la psique se presenta directamente. No debemos ver nuestras ficciones fantsticas simplemente como recreaciones conscientes de los mitos clsicos ni relatos posmodernos que beben de la nostalgia de las viejas mitologas, son de hecho nuestros mitos, estn hablando de nuestro mundo interior colectivo, son expresiones vitales del alma de nuestra cultura. Los mundos simblicos de la ficcin fantstica, lo ms cercano a los sueos que nuestra imaginacin consciente es capaz de producir, son el reino en el que los arquetipos se representan ante nuestra consciencia de manera ms clara, en el que los dioses asumen personalidades y expresan sus dramticas relaciones en todo su esplendor luminoso. A travs de nuestras fantasas, los arquetipos emergen.En todas las mitologas patriarcales, que tienen al hroe y al soberano como centro de la cultura, los dioses son hroes deificados, hroes que han sido elevados a una condicin divina, y habitan, en su consagrada majestad, sobre el reino secular de los hombres. Con una nueva lgica, nuevos valores, pero manteniendo el fecundo y prolfico politesmo de la psique, las nuevas formas arquetipales de los dioses estn presentes en la polifactica mitologa de los superhroes. Nuestros superhroes no son otra cosa que los hroes divinizados de la ltima mitologa de Occidente. Apolo an se eleva, brillante con el Sol, y esparce la justicia desde las alturas celestiales, o protege nuestra galaxia con la llama verde de su luminosa voluntad. Hades sigue reinando sobre su inframundo, oscuro y solitario, desde las entradas cavernosas de la tierra, esparciendo la venganza de las Erinias sobre calles sombras y sin esperanza. Thor an golpea con su trueno y desintegra con un rayo las sombras enemigas de la noche. Hefesto sigue creando maravillosos artefactos, y vuela sobre los cielos en una armadura invulnerable: su poder divino se ha convertido en el inagotable poder de la tecnologa. Poseidn es an es el seor de los ocanos, y su imperio se extiende por los siete mares. La sabidura y la fortaleza femenina de Atenea vive ahora en una poderosa guerrera amazona. Vli, el del arco perfecto, an dispara sus miles de flechas. Ares y los poderosos titanes habitan en la furia brutal y en la violencia telrica e incontenible de un cientfico mutado por rayos gamma. Hermes sigue siendo el ms veloz de entre los diosesEstos llamativos ejemplos ilustran menos como las divinidades de las antiguas mitologas de Occidente viven disfrazadas en nuestras fantasas postmodernas antes que como nuestra imaginacin colectiva trabaja desde lo profundo reimaginando y reelaborando sus smbolos arquetipales. Si algo nos ense la psicologa junguiana ha sido a no confundir los smbolos con los arquetipos. Porque los dioses que podemos imaginar y representarnos no son los arquetipos en s mismos, sino sus imgenes. Imgenes simblicas, representaciones culturales de las estructuras arquetipales de la psique fraguadas en el espritu de nuestro tiempo sobre el espritu de todos los tiempos que lo precedieron. Son, de hecho, una imagen viva de nuestra psique colectiva, en el sentido ms profundo de la expresin. Pero, en fin, qu puede decirnos est mitologa de nuestra cultura, de nuestro tiempo, de nuestra alma contempornea?En primer lugar, nos dice que los hroes no estn muertos. Que el arquetipo del hroe an es relevante para nosotros. Nos dice que su numinosa luz an est viva en nuestra imaginacin, que su idealismo resuena todava en nuestra consciencia posmoderna y sigue siendo significativo para nosotros. An ahora, en esta era de desconcierto y desorientacin moral y filosfica, carente de ideales absolutos, en crisis con todos sus valores y estructuras sociales, tambaleante entre un cinismo pesimista y un individualismo superficial elevado a los cielos, en fragmentacin (o vertiginoso redescubrimiento) de su propio suelo ontolgico, y en carencia de una causa o motivo comn y colectivo que la unifique en una direccin trascendente ms all del narcisismo consumista e insaciable en el que ha colapsado y que rpidamente la devora a s misma, precipitndola a su propia extincin. An ahora.O especialmente ahora. Justamente ahora.A la luz de esta exploracin simblica que hemos realizado, podramos entonces volver a pensar en las intuitivas palabras del cineasta Guillermo del Toro: El mundo necesita la mitologa de los superhroes El pndulo de la fantasa va muy ligado al de la realidad. En los tiempos ms duros, con las realidades sociales ms brutales, surgen nuevas fantasas, y ste es uno de esos momentos. Este es un perodo poltica y humanamente muy desconcertante, en el que se ha producido un serio retroceso en la lnea tica de la humanidad como especie y se requiere de un replanteamiento de la existencia en trminos heroicos la necesidad de crear ficcin en un mundo que progresivamente se olvida del aspecto espiritual, que no cree en la magia ni en las cosas abstractas y slo en lo material y en lo inmediato.Existen dos modos principales, a mi parecer, de entender estas mitologas superhericas, que pueden verse en realidad como la cara pesimista u optimista del mismo fenmeno. El primero es como compensacin: los hroes de nuestras fantasas representan la falta de herosmo e ideales de nuestra actitud consciente. Consumimos hroes para vivir en nuestras fantasas lo que no nos atrevemos a llevar a cabo en la vida real.Pero el segundo modo de entenderlas es opuesto y a la vez complementario al primero. Radica en contemplar las imgenes de nuestra fantasa como smbolos necesarios que resuenan en nuestra consciencia para inspirarnos hacia nuestro futuro desarrollo. Las imgenes idealistas pueden ser tiles si se utilizan adecuadamente Una manera adecuada de utilizar los ideales es verlos no slo como metas que deben ser alcanzadas sino cmo imgenes que nos guan o visiones que proporcionan seales y direcciones para nuestras vidas y decisiones. Tales smbolos nos atraen para actualizarlos y actualizarnos a nosotros mismos Satisfacer esta demanda puede ser profundamente gratificante. No responder a ella puede resultar no solo en una falta de crecimiento, sino en una especie particular de sufrimiento psicolgico, una especie de sufrimiento que a veces sigue sin ser reconocido El psiclogo humanista Abraham Maslow las llam metapatologas, describiendo ejemplos como la enajenacin, la falta de sentido y el cinismo, as como diversas crisis existenciales, filosficas, religiosas. Estos constituyen los mismos sntomas que han infestado de manera creciente a las sociedades occidentales en las ltimas dcadas. (Roger Walsh, Human Survival & Consciousness Evolution, 1994).A lo largo de los artculos precedentes he intentado introducir una mirada sobre los relatos de superhroes que sea capaz de tender un puente entre estos y todas mitologas heroicas de la antigedad. La psicologa arquetipal, a mi parecer, nos provee de una llave hermenutica que permite explorar nuestras fantasas imaginativas desde un punto de vista ms profundo y ms amplio, ayudndonos a tender ese puente hacia el otro lado. Porque es ese puente el que vincula los sueos y las fantasas fascinantes de nuestra imaginacin posmoderna con los sueos y las fantasas que fascinaron la imaginacin de todas las humanidades que nos precedieron. Es el puente que nos une al reconocimiento de la importancia simblica que estos sueos y fantasas han tenido y tienen todava hoy para nosotros. En otras palabras, es el puente que nos une a nuestra propia alma.

32