48 26 de febrero al 4 de marzo de 2018

SUPLEMENTO ESPECIAL 37 ANIVERSARIO Tribunas Asociaciones

S on varios los pactos urgentesy necesarios que necesita estepaís para avanzar, pero, por delan-te de todos, está, en nuestra opi-nión, el de la Educación. Comoseñalamos en nuestro último Baró-metro de los Círculos, los elevadosniveles de fracaso escolar y parojuvenil, y los cambios en la con-cepción del empleo tradicional res-pecto a perfiles y habilidades pro-fesionales, exigen una reforma edu-cativa estable de largo plazo ymediante un Pacto de Estado con-sensuado. Nuestra educación debetener como pilares esenciales elespíritu emprendedor, la ética, elmérito, el esfuerzo, la creatividad,las dotes de comunicación y elconocimiento de idiomas.

El futuro de nuestro país es elfuturo de nuestros jóvenes y enestos momentos, ese futuro y laempleabilidad de nuestros jóvenesentre 15 y 24 años está seriamen-te comprometido como refleja elelevado desempleo juvenil enEspaña que se sitúa en un 37,5 porciento, muy por encima de la mediaeuropea que está en el 18,2. Espa-ña, además, lidera la tasa de aban-dono escolar temprano (jóvenesentre 18 y 24 años) con un 19 porciento, casi duplicando la mediade la Unión Europea que se sitúaen el 10,7 por ciento.

Si bien se ha logrado reducirúltimamente esta tasa de aban-dono escolar, nuestro sistemaeducativo continúa mostrándo-se ineficiente para alcanzar nive-les similares a los de nuestrossocios europeos, y en proporcio-nar los conocimientos, las capa-cidades, y las habilidades quedemanda una economía más glo-bal y digitalizada.

La transformación digital estámodificando y provocando la apa-rición de nuevos productos y nue-vas formas de diseño, producción,distribución y acceso al conoci-miento. Datos del World EconomicForum apuntan a que el 65 porciento de los niños que inicianactualmente sus estudios de edu-cación primaria ocuparán puestosde trabajo que hoy en día no exis-ten. Y los jóvenes que este añofinalizan sus estudios tendrán quereciclarse entre 10 y 14 veces ensu vida laboral, con la elevadacapacidad de aprendizaje que esoconlleva.

Nuestro modelo educativo debedar respuestas a estas nuevasnecesidades con mayores dosis deinnovación y creatividad. A nues-tros jóvenes debemos formarlespara que adquieran nuevas habili-dades y competencias como el tra-bajo colaborativo y en equipo, la

gestión del tiempo y la capacidadde buscar, filtrar y priorizar la infor-mación que les permitan adaptar-se a un mercado de trabajo encambio permanente.

Según la OCDE y hasta 2020,aproximadamente dos tercios delos puestos de trabajo que segenerarán en la Unión Europearequerirán una titulación de For-mación Profesional. La oferta edu-cativa española tiene que hacerfrente a este reto ya que en el caso

de la FP dual su penetración esmuy baja; de tan sólo un 3 porciento frente al 60 por ciento deAlemania.

Habría que ofrecer asignaturaspropias de la FP como optativas enla Educación Secundaria Obligato-ria para fomentar esta opción edu-cativa e impulsar la FP dual crean -do un sistema eficiente de becasy/o préstamos formativos con másrecursos, y una mayor integraciónde las empresas en el sistema edu-

cativo. Estas tienen que involucrar-se en la creación y adaptación delos contenidos educativos.

Tendríamos también que definirun marco regulatorio estándarcomún en todas las ComunidadesAutónomas para facilitar la pene-tración de la FP dual en las gran-des empresas, pero deberíamostener también en cuenta a laspequeñas y medianas, con medi-das de apoyo para aquellas quecarezcan de la infraestructura yrecursos necesarios para adoptar-la, creando, por ejemplo, centroscompartidos de formación.

Resulta imprescindible promo-ver en todos los niveles educati-vos el espíritu emprendedor, elvalor social del empresario, la res-ponsabilidad social, la asuncióndel fracaso como parte del apren-dizaje y una mayor formación eco-nómica y financiera. Tenemos tam-bién que fomentar la orientaciónprofesional a los jóvenes de mane-ra coordinada entre todos los acto-res implicados en su formación(centros, profesores, empresas yfamilias), e integrarla como asig-natura en el contenido educativoobligatorio, como ya se vienehaciendo en países como Alema-nia, Austria o Suiza.

Es importante, por otra parte,dignificar la labor de los profeso-res y reconocer la importancia desu función para mejorar la compe-titividad y el bienestar de la socie-dad, estableciendo una remunera-ción variable que premie su dedi-cación y la calidad de su docen-cia. Y hay que invertir en su forma-ción continua ante los nuevosrequerimientos tecnológicos y pro-fesionales del mercado.

Estas son, en nuestra opinión,algunas de las cuestiones esencialque debería contemplar un Pactopor la Educación que habría queabordar con carácter de urgencia.

L a experiencia y yo diría quehasta el sentido común dictanque, paradójicamente, cuanto másaritméticamente difíciles son lospactos de Estado, más necesariosson. Esto es así porque cuando lassociedades y los sistemas políti-cos atraviesan momentos en losque el acuerdo en el día a día sehace más complicado, la única for-ma de insuflar a esa misma socie-dad las cotas de seguridad jurídi-ca y estabilidad que necesita paraprogresar es que existan acuerdossobre elementos fundamentales.El mensaje que en este puntodeben recibir los ciudadanos esque, aunque la decoración del edi-ficio pueda cambiar, incluso cadapoco tiempo, ahí están los cimien-tos, que siempre son los mismos.

Los pactos de Estado que nece-sita España para los próximos 50años son varios; pero yo voy a cen-trarme en dos, porque son los máspropincuos a la actividad querepresento.

El primero es el pacto por la edu-cación. España, tal es mi convic-ción, debería tomarse su sistemaeducativo como lo que es: la cla-ve de bóveda de su competitividadfutura. Dado que hoy existensobradas herramientas que sirvenpara valorar la eficiencia del siste-ma (entorno PISA y otros), este reto

debiera contemplarse como un retode objetivos concretos, marcándo-se umbrales de mejora concretosen plazos concretos. La sociedaddel segundo tercio del siglo XXI, nodigamos ya la de la segunda mitad,va a ser una sociedad globalizaday digitalizada. Eso quiere decir quebuena parte de las capacidadescompetitivas va a pasar por el nivelde preparación que tengan susneoprofesionales, y la eficiencia delsistema la hora de reciclar a los yainsertos en el mercado laboral.

Esto es un principio general peroa mí, como representante del sec-tor asegurador, hay un aspecto queme interesa especialmente: la inclu-sión en la médula del pacto edu-cativo de objetivos en materia dehabilidad financiera.

Sé bien que hay teóricos y estu-diosos que consideran que la edu-cación financiera en la escuela noes sino un truco que nos busca-mos las entidades financieras paraeducar a futuros obedientes con-sumidores. Este punto de vista esradicalmente erróneo, y parademostrar el error no hay sino quepreguntarse si se podrían haberproducido escándalos financierospor todos conocidos si la natura-leza de los productos híbridos fue-se de general comprensión.

La educación financiera, lejos de

cincelar obedientes consumidores,lo que hace es dotar a las perso-nas de capacidad de decisión y dediscernimiento frente a una reali-dad, la de los productos financie-ros, con la que van a tener queinteractuar sí o sí. Porque hoy, enEspaña, hay personas que llevancorbata, y otras que no. Pero todasesas personas, grosso modo, tie-nen cuentas corrientes, tarjetas,

depósitos, créditos, seguros devida... El contacto con lo financie-ro no es opcional, y esto es algoque el sistema educativo no debe-ría olvidar. Lo que no es opcional,es obligatorio. Cometerá un errorquien considere que la educaciónfinanciera no hay que impartirla, oque basta con convertirla en unamaría.

Tan importante o más que este

primer pacto educativo es elsegundo: el pacto sobre las pen-siones. Hay que decir que éste esun territorio en el que hemos reco-rrido ya terreno porque sobre laspensiones, es lo cierto, España estáacostumbrada a pactar. Pero ten-drá que pactar más y, sobre todo,más profundamente.

Digo «más profundamente» por-que sobre las pensiones se hanacordado ajustes más o menosrelevantes; pero cada vez es menosla hora de los ajustes y más la horade, como piden muchos expertos,repensar el sistema.

Hay que repensar el sistemaporque lo queremos. Es importan-te entender esto: defender la inmo-vilidad del sistema de pensioneses la mejor forma de ponerlo enpeligro. Precisamente porque elsistema hay que conservarlo, pre-cisamente porque la aspiracióndebe ser conservar sus niveles deuniversalidad y de generosidad, espor lo que es necesario dirigirlohacia la evolución. Las reglas deljuego han cambiado; las socieda-des presentes, mucho más lasfuturas, no se parecen casi ennada a aquéllas en cuyo senonació la Seguridad Social; si hancambiado las reglas, habrá queadaptar el tablero. Esto pasa porgenerar un gran pacto por el aho-rro complementario; un pacto queevite que el ahorro sea asimétrico,porque el ahorro asimétrico nohace sino multiplicar la desigual-dad en los años de la jubilación.Extender el ahorro entre todos lostrabajadores tendrá la consecuen-cia de extender el bienestar entretodos los jubilados.

Dos pactos necesarios que, des-de luego, como siempre podemosobviar, y olvidar. Pero eso no evi-tará que el olvido tenga costes;costes que, en este caso, puedenser muy elevados.

La educaciónes lo más urgente Javier Vega de Seoane, Presidente del Círculode Empresarios

Dos pactospara el futuro Pilar González de Frutos, Presidenta de Unespa

“El contacto del ciudadanocon lo financiero no esopcional, y esto es algoque el sistema educativono debería olvidar. Lo queno es opcional, esobligatorio”

“Extender el ahorro entre todos lostrabajadores tendrá la consecuencia de extender el bienestarentre todos los jubilados”

“Los pilares de nuestraeducación deben ser elespíritu emprendedor, laética, el mérito, elesfuerzo, la creatividad,las dotes de comunicacióny los idiomas”

“Necesitaríamos unmarco regulatorio comúnen todas las CC AA parafacilitar la penetración dela FP dual en las grandesempresas, sin descuidara las pymes”

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