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Sword Art Online 15: Alicization Invading

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Capítulo 14

Subtilizer

Junio - Julio 2026.

Una francotiradora con pelo azul claro.

La delgada constitución de la chica formaba una extraña armonía con el

gigantesco rifle calibre cincuenta.

No podía ver su rostro mientras ella se recostaba boca abajo con su espalda

hacia mí. Sin embargo, debía ser tan imponente como un lince, adornada con

hermosos rasgos.

Su concentración era digna de elogio, apuntando abajo sin el más mínimo

estremecimiento, su ojo derecho presionado contra la mira y su dedo índice tocando

el gatillo. Me encantaría contemplarla desde atrás un poco más, pero tenía poco

tiempo también.

Dejando mi oculto refugio, comencé a caminar a través del piso del edificio en

ruinas. Cautelosamente evitando los guijarros, las virutas de madera, y los trozos

metálicos, esos pequeños objetos desperdigados cerca de mis pies, me acerqué a la

espalda de la chica en perfecto silencio.

La espalda de la chica abruptamente se sacudió.

¿Ella sintió algo que no hizo ni ruido ni vibración? Esa intuición era maravillosa,

pero desafortunadamente, era muy tarde.

Mi extendido brazo derecho se enrolló alrededor de su esbelto cuello mientras

que mi brazo izquierdo inmovilizaba su cabeza desde la espalda.

La constreñían con un tranquilo pero claro propósito.

La Skill «Army Combative» mostraba sus resultados; la vida visible de la chica —

su barra HP— comenzó a caer rápidamente. La francotiradora se retorció

desesperadamente, pero en este juego VRMMO, «Gun Gale Online», era casi

imposible escapar de un exitoso estrangulamiento trasero mientras se estaba

desarmado sin una significativa diferencia en STR. No obstante, eso no era diferente

del mundo real.

Yo había predicho que esta francotiradora con pelo azul claro, a quien había

estado esperando al máximo para pelear... no, cazar de entre los veintinueve

participantes de esta competencia llamada «Bullet of Bullets», trataría de disparar

desde arriba en este edificio de cinco pisos.


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El problema era, la calle principal estaba dentro del alcance del cuarto y quinto

piso. Necesitaba decidir velozmente en qué piso emboscarla.

Lógicamente, ella escogería el cuarto piso donde ella podría prepararse para

disparar más rápido. Sin embargo, mi intuición y juicio me susurraron en el momento

en el que vi la biblioteca en el cuarto piso. Mi intuición me dijo que esa

francotiradora probablemente aún era una joven estudiante en el mundo real. Mi

juicio me dijo que un estudiante evitaría una biblioteca que traería recuerdos.

Esa predicción era certera. La francotiradora con pelo azul claro gastó decenas

de segundos innecesariamente ascendiendo a ese piso y se mostró a sí misma en el

almacén del quinto.

Y ahora, su vida efímera se disolvería como la de una mariposa que fue

descarriada a la red de una araña.

Aah, si sólo esto no fuera una simple reducción de data binaria en el mundo

virtual, sino la privación de una vida real y alma.

Si sólo fuera un cuerpo vivo retorciéndose en mi brazo en lugar de un avatar.

«Ese momento» sería verdaderamente tan dulce.

El HP de la francotiradora mostrado en la parte superior derecha de mi visión

atravesó la marca del cinco por ciento. Pero la chica continuaba luchando en

desesperación para escapar del estrangulamiento.

Incluso como su enemigo, sentí su actitud preciosa, tratando de hacer lo mejor

que podía a pesar de su derrota segura, ni dejando salir declaraciones inútiles ni

volviéndose débil en resignación.

Mientras abrazaba a la chica fuertemente, como a un ser querido, mi boca se

acercó más a su oído desde atrás y susurré.

—Your soul will be so sweet.1

1Tu alma será muy dulce.


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Parte 1

Él lentamente alzó sus párpados.

Parecía que se hubiera quedado dormido de improviso. El sofá de marca italiana

que compró la última semana aparentemente era demasiado suave. Con su cuerpo

aún envuelto en el cuero flexible, vio el reloj inteligente en su muñeca izquierda.

Tarde, dos y veinte.

Levantándose, gentilmente enderezó su espalda mientras caminaba más cerca a

la pared de vidrio en el sur. Como su superficie entera era vidrio inteligente y

actualmente transparente, permitía una ininterrumpida vista de la zona costera

desde su habitación ejecutiva en el cuadragésimo tercer piso.

El tranquilo puerto brillaba en la iluminación de los rascacielos vecinos.

Numerosos grandes buques eran anclados en el gran muelle.

Estas intimidantes siluetas con sus agudos bordes no eran de lujosos cruceros.

Eran los buques de guerra de la Tercera Flota bajo la Flota del Pacífico de los Estados

Unidos.

San Diego, la segunda ciudad de California, había sido su base desde hace

mucho tiempo. La economía giraba alrededor de la gigantesca base naval donde más

de veinticinco mil afiliados a la milicia residían.

Sin embargo, nuevos sectores industriales experimentaron un boom en años

recientes. Industrias de alta tecnología tratando con información, comunicación, bio-

tecnología, y demás.

Y estaban también esas compañías que fusionaban los asuntos militares con alta

tecnología. Principalmente encargados de los servicios de seguridad y entrenamiento

por la milicia, grandes empresas, y otros sectores relacionados, éstas llamadas

compañías militares privadas inclusive implementan mano de obra para pelear en las

líneas frontales.

Gabriel Miller, el oficial de tecnología líder de los «Glowgen Defense Systems»

que tenía su cuartel general en Downtown San Diego, contemplaba la vista nocturna

del puerto y reveló una inconsciente sonrisa.

El sueño que él vio en su corta siesta antes fue estimulante, pero escaso.

Un sueño de un evento de un juego Full-Dive en el que había participado días

atrás en esta habitación ejecutiva.


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Gabriel casi nunca soñaba, pero donde sea que lo hacía, sería un recuento

detallado de alguna escena en su pasado.

Las excitantes sensaciones de la desesperada lucha de esa chica de pelo azul

claro aún permanecían en sus brazos. Como si no fuera un sueño, pero la realidad...

No, eso era erróneo. Esa batalla no ocurrió en la realidad, sino en el mundo

virtual.

La tecnología Full-Dive era un invento maravilloso. Elogia a su creador, Kayaba

Akihiko. Él hubiera sido contratado si aún estuviera vivo, incluso si tomaba millones

de dólares. Incluso si él fuera el peor criminal del siglo—no, precisamente porque era

tal persona.

Sin embargo, mientras que las experiencias producidas por el Amusphere se

volvían cada vez más realistas, la deficiencia sentida desde el entendimiento que

eran todas falsas volvía eso más fuerte. Como la sed de alguien no podía ser saciada

con agua salada, sin importar cuánta bebiera.

Como el más joven entre el personal de los Glowgen DS y un accionista

mayoritario, Gabriel llevaba su vida sin preocupaciones sobre sus necesidades

materiales. Sin embargo, el dinero no podía satisfacer esas ansias que él tenía en lo

profundo de su corazón.

—Your soul will be so sweet...

Expresó las palabras pronunciadas en sus sueños una vez más.

Él quería susurrar eso en japonés el cual había estado estudiando desde hace

tres años. Pero ellos debieron haberlo creído americano con esa etiqueta US en su

barra HP y tuvo que evitar dejarles una impresión más fuerte que la necesaria. Habría

oportunidades de hablar extensamente eventualmente. Él dejaría sus muchas

preguntas para entonces.

Quitando esa débil sonrisa que emergió en sus labios sin su aviso, Gabriel tocó

los variados sensores táctiles incorporados en la ventana e incrementó su opacidad.

Tras lo cual el oscurecido vidrio lo proyectó a él mismo.

Su suelto cabello rubio estaba hacia atrás, con sus ojos azules. Su cuerpo de seis

pies y una pulgada estaba cubierto por una camisa de vestir blanca y pantalones

grises oscuros. Sus zapatos eran cordobeses, hechos a medida. Era casi la imagen

misma del establecimiento blanco, embarazosamente suficiente, pero Gabriel no vio

más razón para su apariencia que un medio para que los otros lo identificaran. Al

final del día, la carne no era nada más que una cáscara para el alma.


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El alma.

Casi todas las religiones adoptaron alguna noción del alma. Por supuesto, el

Cristianismo propuso que el alma sería enviada al cielo o al infierno tras la muerte

dependiendo de las acciones de alguien en vida. Sin embargo, no era debido ni al

Protestantismo ni al Catolicismo que Gabriel creía en la existencia del alma y la

buscaba.

Era un hecho. Uno personalmente atestiguaba, visualmente.

Ese racimo de luz, hermoso más allá de la comparación, disparándose desde la

frente de la chica en el momento en el que ella encontró su deceso en sus brazos.

Gabriel Miller nació en el distrito de Pacific Palisades en los suburbios de Los

Ángeles, California, en Marzo, 1998.

Él no tenía hermanos y creció envuelto en amor de sus prósperos padres,

emocional y financieramente. La mansión en la que vivía era grande y no había fin

para sus patios de juegos, pero lo que el joven Gabriel amaba más era el almacén de

colección de su padre.

Su padre, dueño y gerente de Glowgen Securities, el predecesor de Glowgen

Defense Systems, tenía el pasatiempo de coleccionar especímenes de insectos e

incontables estuches de vidrio hacían fila en el vasto almacén. Gabriel se aislaba a sí

mismo ahí cuando encontraba tiempo, viendo los insectos multicoloreados con una

lupa en una mano y sumergiéndose en fantasías distraídas mientras se sentaba en el

sofá en medio de la habitación.

Curioso, emociones profundas asaltaban al joven Gabriel a veces cuando estaba

solo en esa sombría habitación con su alto techo, rodeado por decenas de miles de

insectos mudos.

Cada uno de estos insectos vivían hasta cierto momento. En las praderas de

África, los desiertos del Oriente Medio, las selvas de América del Sur, ellos

energéticamente hacían sus nidos y cazaban comida.

Sin embargo, fueron capturados por un cosechador en algún punto, tratados con

químicos, e intercambiado manos numerosas veces por medio del comercio antes de

ser esmeradamente colocados en esos estuches de vidrio en la casa de los Miller. En

otras palabras, mientras que esta habitación era un cuarto de colección de

especímenes de insectos, también era un cementerio lleno con decenas de miles de

cadáveres masacrados...


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Gabriel bajó sus párpados e imaginó qué pasaría si los insectos alrededor

repentinamente volvieran a la vida.

Sus seis patas desesperadamente rasguñarían el aire, su percepción háptica y

alas se agitarían. Los innumerables zumbidos superponiéndose y disparándose hacia

Gabriel como ondas secas.

Zumbido, zumbido.

Sus párpados se mostraron abiertos. Las patas del escarabajo rinoceronte verde

fijas en la esquina del estuche ante él parecían moverse; saltó del sofá. Se encaminó

al estuche, absorbido en la vista, pero el insecto era un espécimen sin vida una vez

más para cuando llegaba.

Su caparazón, patas con puntiagudos cuernos creciendo sobre ellas, y ojos

compuestos que se parecían a una minúscula malla eran verdes esmeralda y tan

brillantes como el metal. Gabriel reflexionó exactamente en qué alguna vez impulsó

ese delicado cuerpo, otorgándole movilidad.

Su padre le contó que los insectos carecían de un cerebro como el de los

humanos. Él preguntó, cómo es que ellos pensaban entonces, y su padre le mostró

un cierto video.

Capturaba mantis religiosas en el acto de apareamiento. El pequeño macho

había sujetado a la rechoncha hembra desde su espalda, sus órganos reproductores

unidos. La hembra permaneció inmóvil por un momento, pero luego sujetó

abruptamente la parte superior del cuerpo del macho con sus dos guadañas, masticó

su cabeza, y comenzó a alimentarse sin ningún previo aviso. El macho persistió en su

apareamiento incluso cuando Gabriel miraba en shock, finalmente retirando su

órgano reproductor una vez que su cabeza había sido completamente devorada. La

hembra agitó sus guadañas y huyó a la vez, tan rápido como pudo.

Pese a la completa falta de su cabeza, la mantis religiosa macho caminó a lo

largo de las briznas de hierba, subió a una rama, y mecánicamente continuó su

escape. Su padre hablaba mientras apuntaba al clip.

Los nervios extendidos por los cuerpos enteros de los insectos, incluyendo a las

mantis religiosas, cumplían un propósito similar al cerebro. Por tanto, ellos podían

vivir por algún tiempo incluso después de perder su cabeza la cual no era más que un

órgano sensorial.

Gabriel pasó varios días después de que mirara ese vídeo preguntándose dónde

exactamente las mantis religiosas tenían sus almas entonces. Si ellas podían vivir

incluso con sus cabezas consumidas, perder todas sus patas no debería ser una


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cuestión particular. ¿Entonces quizás su abdomen? ¿O su pecho? Pero inclusive con

su suave abdomen machacado o sus pechos perforados por un alfiler, los insectos

seguirían luchando por un tiempo, sus patas retorciéndose vigorosamente.

Si ellos no morían inmediatamente no importa cuál parte de su cuerpo

perdieran, ¿podría ser que el alma de la mantis religiosa estuviera levemente

extendida por todo su cuerpo? De ocho o nueve años entonces, Gabriel concluyó eso

después de numerosos experimentos llevados a cabo en insectos que capturaba

alrededor de su hogar.

El alma, ese misterioso poder que movía estos seres parcialmente mecánicos

conocidos como insectos, permanecía obstinadamente dentro de ellos sin importar

cuál parte de su cuerpo fuese demolida. Pero se consideraría una causa perdida y

rendición después de cierto punto, desertando su vaso sanguíneo.

Gabriel deseaba fervientemente ver esa escurridiza alma, y capturarla si era

posible. Sin embargo, ni siquiera podía ver «ese algo» escurriéndose de los cuerpos

de los insectos, mucho menos capturarla, sin importar cuán duro observara en la

lupa, sin importar cuán cuidadosamente realizara sus experimentos. Su modesto

deseo no mostraba resultados incluso después de pasar mucho tiempo y fervor en el

laboratorio secreto que hizo profundo en el denso bosque detrás de su mansión.

El joven Gabriel instintivamente sabía que su deseo no sería agradable para sus

padres. Ése era el porqué no hizo mayores preguntas en una manera similar a su

padre después de ese incidente de la mantis religiosa y se aseguró de no divulgar

nada acerca de sus experimentos. Pero sus deseos parecían elevarse con sus intentos

de mantenerlos en secreto.

Gabriel tenía una amiga de la misma edad con quien tenía una extremadamente

buena relación en ese entonces.

La chica se llamaba Alice Klingerman y era la hija única de los empresarios

viviendo en la mansión erigida en la parcela adyacente. Ellos asistían a la misma

escuela primaria y se llevaban bien, como hacían sus familias. Ella era tímida y

obediente, prefiriendo leer libros o ver vídeos en casa que jugar hasta embarrarse

afuera.

Naturalmente, Gabriel escondía sus experimentos secretos de Alice y no hablaba

nada de los insectos y de las almas.

Aun así, él no podía dejar de pensar en eso. La imaginación de Gabriel

reflexionaba, una vez tras otra, dónde podría estar el alma de Alice mi entras que él


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miraba tranquilamente su rostro desde el costado cuando ella sonreía como un ángel,

absorbida en leer sus novelas.

Los insectos eran diferentes de los humanos. Los humanos no podían vivir sin

sus cabezas. Así, el alma de un humano debería estar en su cabeza... en su cerebro.

Pero Gabriel ya había aprendido que el daño cerebral no conducía a la pérdida

de vida vía el internet en la computadora de su padre. Hubo un obrero de

construcción que sobrevivió una gruesa tubería de hierro atravesándolo desde la

barbilla y fuera de su cabeza, hubo un médico que trató de curar la enfermedad

mental extirpando una porción de cerebro de un paciente.

Así que, ¿estaba en algún lugar en el cerebro? Gabriel se preguntaba eso

mientras miraba la frente de Alice, bordeado por su acolchado cabello rubio. El alma

de Alice se escondía más allá de esa lisa piel, más allá de ese duro cráneo, e inclusive

más allá de esos tejidos cerebrales.

Él definitivamente terminaría casándose con Alice, o eso Gabriel infantilmente

visualizaba. Entonces tendría la oportunidad de ver su alma con sus propios ojos un

día. Las palabras tal vez no podrían describir cuán hermosa sería.

La mitad del deseo de Gabriel fue concedida, más pronto de lo que él esperaba.

En Septiembre de 2008, la quiebra de bancos generalizado jaló el gatillo para la

Crisis Global Financiera.

Las olas de recesión incluso engulleron a Pacific Palisades en los suburbios de

Los Ángeles. Un gran número de mansiones señoriales fueron ofrecidas a la venta y el

número de automóviles de clase alta conduciéndose en las calles cayó visiblemente.

Fue afortunado que Glowgen Securities tuviera una administración sólida y logró

contener los efectos a un mínimo, pero la corporación dirigida por los vecinos, los

Klingerman, cayó bajo una pesada deuda mientras que sus inversiones estaban en el

bien inmobiliario. Con sus fortunas, incluyendo la mansión, desaparecidas por Abril

del año siguiente, decidieron depender de sus parientes que trabajaban en la

agricultura y mudarse a la ciudad de Kansas lejos en el Medio Occidente.

Entristeció a Gabriel, inteligente más allá de sus años como un niño de diez,

entendió que no podía ayudar a Alice como un niño de diez años y claramente podía

imaginar qué severas circunstancias ella enfrentaría desde ahora.

Una mansión vigilada por seguridad perfecta, un cocinero cualificado para

preparar las comidas de cada día, y una escuela llena de ricos niños blancos; estos

privilegios se desvanecerían de la vida de Alice para siempre, reemplazados por


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pobreza y trabajo manual. Y lo que Gabriel no podía soportar más, era cómo el alma

dela chica, la cual debería haber sido suya un día, sería herida por alguna persona

desconocida y perdería su resplandor.

Así que, él pensó en matarla.

El día en el queella diera sus despedidas en la escuela, Gabriel la invitó al bosque

detrás de su hogar después que bajara del bus escolar en casa. Hábilmente

esquivando toda cámara de seguridad instalada a lo largo del camino y las cercas, él

se aseguró que nadie estuviera mirando mientras entraba en el bosque y caminaba

sobre hojas caídas para evitar dejar rastros, guiando a Alice a su «laboratorio

secreto» rodeado por abundantes arbustos.

Completamente inconsciente de los incontables insectos que habían muerto ahí,

Alice inmediatamente regresó el gesto cuando Gabriel envolvió sus brazos en su

esbelta forma. Con suaves gemidos, Alice mencionaba cómo no quería irse a ningún

otro lugar, cómo ella quería vivir en este distrito con Gabriel para siempre.

Susurrando que él le concedería ese deseo en su corazón, Gabriel metió su

mano derecha al bolsillo de su camisa y sacó la herramienta que preparó con

anticipación. Lo que su padre había usado para tratar con los insectos: una aguja de

cuatro pulgadas hecha de acero con una agarradera de madera.

Gentilmente insertando la punta afilada en la oreja izquierda de Alice, primero

sujetó su oreja derecha con su mano izquierda antes de penetrarla hasta su base sin

la más mínima vacilación.

Alice parpadeó sus dos ojos, no comprendiendo lo que había pasado, antes

que su cuerpo se sometiera a violentas convulsiones. Sus abiertos ojos azules

abruptamente perdieron su enfoque segundos después, y…

Gabriel vioeso.

Algo como una pequeña nube, resplandeciendo fuertemente, apareció del

medio de la lisa frente de Alice. Que andaba sin rumbo, alegremente, mientras que

se acercaba a la frente de Gabriel y entraba, así de fácil, sin ninguna resistencia en

absoluto.

La fina luz solar de esa tarde de primavera que había envuelto sus alrededores

desapareció. Parecía como si rayos de luz blanca hubieran descendido a través de las

ramas de esos altos árboles; él pudo escuchar incluso leves campanadas.


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Lágrimas se vertieron de sus ojos por la indescriptible exaltación. Ahora él

estaba mirando el alma de Alice... eso no fue todo, incluso podía ver lo que el alma

de Alice podía, eso fue lo que los instintos de Gabriel le dijeron.

La pequeña nube resplandeciente pasó a través de la cabeza de Gabriel en

varios segundos que se sintieron como una eternidady continuó en su ascenso, como

si fuera guiada por la luz de los cielos, antes de desvanecerse al final. La luz del sol de

primavera y los píos de las aves pequeñas regresaron a sus alrededores.

Abrazando el cuerpo de Alice, con su vida y su alma ahora ausentes, Gabriel

reflexionó si esa experiencia anterior fue realidad o una alucinación traída por la

abrumadora simulación. Y sabía que sin importar qué era, él pasaría el resto de su

vida en busca de lo que había visto.

Él lanzó el cadáver de Alice a un profundo hoyo que se abrió a las raíces de un

roble gigante divisado antes. Luego, despuésde una cuidadosa inspección de su

propio cuerpo, pellizcó dos hebras de cabello rubio pegados en él y también las

aventó al agujero. La aguja fue limpiada antes de regresarla a la caja de herramientas

de su padre.

Ni siquiera la seria investigación de la policía local encontró alguna pista para el

incidente de la Desaparición de Alice Klingerman y el caso eventualmente quedó

congelado.

Habiendo despertado de su corta y profunda recolección, el Gabriel Miller de

veintiocho años quitó su vista de sí mismo, reflejado en el espejo, y caminó hacia su

escritorio de trabajo por la pared en el oeste. En el momento en el que se sentó en la

silla reclinable hecha en Norway, un ícono de teléfono se iluminó e n el panel de

control de treinta pulgadas incrustado en la superficie de vidrio del escritorio.

Con un golpeteo, mostró el rostro de su femenina secretaria mientras que su voz

fluía.

[Señor Miller, me disculpo por interrumpir su descanso. El COO Ferguson le

había solicitado acompañarlo a la cena mañana. ¿Cómo debería responder?]

—Dile que tengo planes previos.

Gabriel inmediatamente respondió y su usualmente serena secretaria mostró de

alguna manera una afligida expresión. El COO era el vice-presidente ejecutivo

después de todo, el segundo al mando en Glowgen DS. Como uno entre los más de

diez directivos, Gabriel difícilmente podía rechazar esta invitación para una comida,

normalmente.


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Sin embargo, la expresión perplejade su secretaria se desvaneció antes que un

segundo pasara y su calmada voz continuó.

[Entendido. Lo haré como diga.]

La llamada terminó, y Gabriel se hundió profundo en la silla con las piernas

cruzadas.

Él podía suponer lo que Ferguson quería. Debe haber sido detener a Gabriel de

participar en esa particular «operación» que ya había programado.

Pero el COO debía pensar diferente dentro. Ese viejo zorro debe estar

deseándole salir de manera indiferente a algún lugar peligroso para ganar un lugar en

la lista KIA. Después de todo, Gabriel era el único niño del presidente anterior y el

accionista mayoritario.

Por supuesto, él mismo era consciente de cuán tonto sería para un

directivoparticipar en una operación donde balas en vivo volarían cerca. Incluso si él

sí tenía experiencia previa, el trabajo de un CTO era planificar toda la operación

desde la seguridad de la oficina principal sin ninguna necesidad de exponerse a los

peligros del campo de batalla.

Sin embargo, sin importar los costos, él tenía que participar en esta operación

que tenía que ser guardada bajo completa discreción. Después de todo, era un

asunto relacionado a lo que Gabriel había plantado su vida para buscar siempre

desde ese día en el que vio el alma de Alice.

El cliente de la operación no era el Departamento de Defensa

independientemente de cómo ellos se beneficiarían. Era la Agencia de Seguridad

Nacional —NSA— con quien tenían unos pocos negocios previos.

Los dos agentes de NSA que visitaron esta habitación hace un mes lograron

sorprenderlo, quien difícilmente podía asegurar ser emotivo, numerosas veces.

En primer lugar, la operación era completamente ilegal. Después de todo, un

equipo de combate de Glowgen abordaría un submarino de la marina y lanzaría un

asalto a un buque de guerra perteneciente a Japón, una nación aliada. Tampoco

había necesidad de preocuparse por cualquier baja en la tripulación de esa nave.

Y el objetivo de la operación era robar cierta tecnología.

Tras oír los detalles, la voz de Gabriel se perdió levemente, abrumado por la

sorpresa… o quizás deleite. Fue afortunado que los agentes no lo notaran.


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«Tecnología Soul Translator» Una asombrosa máquina capaz de descifrar las

almas de los humanos desarrollada por una pequeña organización llamada «Rath» en

los JSDF.

Gabriel había cogido un fuerte interés en la tecnología Full-Dive nacida en Japón

desde hace algún tiempo en su búsqueda de almas. Ése era el porqué él peleaba con

los jugadores de Japón en Gun Gale Online y estudiaba japonés. Incluso obtuvo un

equipo del «aparato demoníaco», el Nerve Gear, que debería haber sido desechado

hasta el último, gastando varias decenas de miles de dólares, por supuesto, él no

pretendía usarlo.

Esperó que el progreso en la tecnología Full-Dive declinara debido a la

conmoción causada por ese juego de la muerte. Sin embargo, ellos tranquilamente

habían continuado su investigación y finalmente se acercaron a los secretos del alma

humana.

La solicitud de la NSA se sintió como el destino para él.

Glowgen DS sería una de las compañías militares privadas más grandes

alrededor, pero eso era todo lo que eran; difícilmente podían rechazar a la NSA que

ahora incluso tenía más poder que la CIA en primer lugar. La votación para el

contrato se definió con una ventaja de dos en el tablero de reunión de emergencia.

Para prevenir que la información se filtrara, se decidió que el equipo de combate

consistiría de empleados contratados especializándose en el trabajo sucio con sus

propias historias oscuras para esconder…

Gabriel se ofreció como el comandante de la operación.

Naturalmente, el hecho que Gabriel era un directivo de Glowgen fue ocultado

del equipo de combate. Esas personas probablemente traicionarían a la compañía

inmediatamente si sabían, raptándolo para ser rehén.

Gabriel tenía que ir incluso con dichos riesgos.

Los agentes de NSA mencionaron que Rath había tenido éxito en no sólo

descifrar el alma humana, sino también clonarla a través de la tecnología STL. Que si

esa alma artificial con alias «A.L.I.C.E.» era completada y cargada en las armas no

tripuladas japonesas, destruiría el balance militar en Asia Oriental.

No le importaba si las disputas surgían en el Lejano Este o algún otro lugar en el

mundo. Pero Gabriel fue convencido en el momento en el que escuchó el nombre

Alice.

Él la haría suya.


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Procuraría que ese pequeño dispositivo de almacenamiento de medios,

conocido como el Light Cube, con esa alma a bordo a todo costo.

—Alice... Alice...

Inclinándose contra la silla con su espalda, él suavemente murmuró los dos

nombres. Una leve sonrisa apareció en sus labios sin su aviso.

El nombre de la compañía establecida por el padre de Gabriel, Glowgen, estaba

acuñada junto con el significado de «generar luz». Parecía que su padre tenía la luz

de la felicidad en mente, pero lo que vino a la mente del hombre, su sucesor, no era

otro más que ese resplandor dorado yéndose a la deriva de la moribunda frente de

Alice.

Generar luz. O el alma, en otras palabras.

Era el destino, en su totalidad.

Gabriel y los once en el equipo de combate volarían a Guam una semana

después e invadirían aguas japonesas en un submarino nuclear de una base naval ahí.

Antes que la operación comenzara, ellos cambiarían a un pequeño submarino a

bordo y efectuarían un asalto al objetivo, la nave madre de investigación oceánica

gigante, «Ocean Turtle».

La ocuparían sin perder sangre, o con bajas resultantes en ningún lado, o quizás

ambos, inclusive. Aun así, las creencias de Gabriel eran impasibles. Él sabía que

pondría sus manos en «Alice» y la tecnología STL. Sólo necesitaba una simple copia

del Light Cube y los documentos de la NSA.

Un poco más... sólo un poco más. Él captaría la verdadera esencia del alma que

lo eludía pese a sus múltiples experimentos en otros humanos, desde Alice, en sólo

un poco más.

Él sería capaz de ver esa hermosa nube resplandeciente una vez más.

—Tu alma... será tan dulce...

Gabriel susurró una vez más, esta vez en japonés, y cerró sus párpados.


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Parte 2

El capitán Dario Giuliani quien comandaba el submarino nuclear de clase

Seawolf, Jimmy Carter, era un submarinista hasta sus huesos, subiendo a su posición

actual de limpiar las tuberías de torpedo. El primero que montó fue una antigua

embarcación de diesel de clase Barbel donde el hedor de petróleo y ruido le seguían

no importa dónde uno iba en su sofocante espacio limitado.

En comparación, la clase Seawolf que cuesta más que cualquier otro submarino

en el mundo era prácticamente un Rolls-Royce, Giuliani había duchado a la nave y a

su tripulación siempre desde que él fue nombrado como su capitán en 2020. A través

del duro entrenamiento, el fuerte casco de acero de alta resistencia, su reactor S6W,

y los ciento cuarenta miembros de la tripulación estaban unidos como un solo ser,

capaz de nadar como ella quería en cualquier océano tanto como tuviera la

profundidad.

Jimmy Carter era prácticamente la hija de Giuliani. Era una lástima que él tuviera

que dejar el servicio activo pronto, no forzado a trabajar en tierra ni un retiro

temprano, pero el sucesor que recomendó, el directivo ejecutivo, Guthrie,

definitivamente comandaría la nave de forma excelente.

No obstante…

Como si fuera para la desgracia de los últimos años de Giuliani, una sola orden

curiosamente arriesgada fue dictada hace unos diez simples días.

Jimmy Carter era una nave planeada para respaldar en operaciones especiales y

poseía una variedad de métodos para cooperar con los SEALs. El submarino en

miniatura (ASDS) llevado en su cubierta era uno de esos.

Hubo incontables veces en las que conducía profundo en aguas extranjeras con

los de SEAL a bordo. Pero el objetivo siempre era mantener la paz de los estados o el

mundo y esos hombres a bordo definitivamente sentían la misma sensación del

deber como los subordinados de Giuliani mientras iban a las fauces de la muerte.

Sin embargo, en cuanto al grupo que abordó de Guam hace dos días…

Giuliani fue a ver los rostros de sus invitados en la sección trasera sólo una vez,

pero eso fue suficiente para llevarlo al borde de ordenar a sus subordinados echarlos

al profundo mar. Las decenas de hombres tendidos en el suelo sin ningún sentido de

orden, algún atronado ruido de sus auriculares mientras que otros se regocijaban,

apostando en juegos de cartas; por no mencionar las latas vacías de cerveza

desperdigadas por todo el lugar. No había ningún marinero apropiado en ese grupo.

Era dudoso que incluso fuera de la milicia.


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Había sólo uno que parecía tener alguna noción de cortesía, ese alto oficial

comandante que pidió disculpas a Giuliani por su alboroto en orden.

Sin embargo, ese hombre con esos ojos increíblemente azules…

Mientras sostenía la mano derecha que él ofreció y encontraba sus ojos, Giuliani

probó una sensación que había olvidado por un largo tiempo.

Eso era de, sí, mucho antes que entrara a la marina. Estaba nadando en el

océano en Miami, su ciudad natal, mientras que un gran blanco gigante corría

directamente pasando por su lado. Él estuvo afortunadamente ileso, pero Giulianivio

esos ojos de tiburón justo ante él. Esos ojos devoraron toda luz como un hoyo sin

fondo.

Ese mismo vacío se extendió profundamente en los ojos de ese hombre...

—¡Capitán, una lectura del sonar!

La bulla repentina del técnico del sonar sacó a Giuliani de sus pensamientos.

—Es la turbina de un reactor. Estamos comparando... coincide, definitivamente

es la turbina de la mega-flota objetivo. Quince millas.

Despertando su mente, rápidamente dio instrucciones desde elpuesto de

comando de combate, el asiento del capitán.

—Correcto. Mantengan esta profundidad y disminuyan su velocidad a quince

nudos.

La orden hizo eco y él sintió un instante de desaceleración.

—¿Dónde está esa nave escolta equipada con Aegis?

—Hay un sonido de una turbina de gas confirmado tres millas al oeste-sudoeste

del objetivo... coincidencia hecha, es el Nagato de los JMSDF.

Giuliani miró fijamente a los dos puntos de luz mostrados en el gran monitor en

frente.

Poniéndose al lado del buque de guerra equipado con Aegis, escuchó que la

mega-flota era una nave de investigación oceánica sin ninguna arma. Y la orden esta

vez fue dejar a esos matones armados invadirla. Por no mencionar que era una nave

de Japón, una nación aliada. Apenas parecía una operación legítima con la

aprobación del Presidente y el Secretario de Defensa.


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Las palabras de esos hombres en trajes negros que compraron a la directiva

directamente del Pentágono resurgieron en la mente de Giuliani.

«Japón está dirigiendo una investigación en esa mega-flota para recomenzar la

guerra en las naciones. No hay otra que la de enterrar esa investigación para

mantener la amistad entre nuestros dos países.»

Giuliani no era un jovencito capaz de comerse sus palabras por su val or nominal.

Aun así, él ya era lo suficientemente viejo para entender que no tenía otra

alternativa que obedecer esas órdenes.

—¿Nuestros invitados están preparados?

El oficial ejecutivo parado a su lado confirmó en una voz profunda.

—Están preparándose en el ASDS.

—Bien... ¡mantengan esta velocidad y llévenla a los cien pies!

El aire comprimido expulsó el agua del océano del tanque de lastre y la

flotabilidad producida levantó la gigantesca estructura de Jimmy Carter. La distancia

de los puntos de luz gentil pero seguramente decreció.

¿Habría pérdidas entre los investigadores japoneses? Eso parecía probable. Él

quizás llevaría el recuerdo de cooperar en tal operación hasta su lecho de muerte.

—¡Cinco millas para el objetivo!

Deshaciéndose de su vacilación, Giuliani comandó con resolución.

—¡Liberen el ASDS!

Las débiles vibraciones que su cuerpo sintió transmitían la liberación de su

equipaje desde la cubierta.

—Liberación completa... auto-propulsión del ASDS iniciada.

El submarino con un paquete de perros callejeros y un solo tiburón a bordo

aceleró en un abrir y cerrar de ojos y embistió directamente al vientre de esa tortuga

oceánica gigante flotando encima del océano.


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Capítulo 15

En las Tierras del Norte

10° Mes del Calendario del Mundo Humano 380

Parte 1

Colocando los platos que ella terminaba de lavar en el escurridor, Alice Synthesis

Thirty secó sus manos en el borde de su delantal mientras golpeaba su rostro.

Las copas de los árboles visibles más allá de la pequeña ventana de vidrio habían

perdido un gran número de hojas, teñidas de rojo y amarillo, por el frío de los días

recientes. La llegada del invierno de hecho era más temprana cuando se compara con

la Capital Central Centoria.

Aun así, los rayos de Solus derramándose desde los cielos, azules por primera

vez en un tiempo, parecían cálidos. Un par de Conejos Escalaárboles se refugiaron en

una gruesa rama del árbol justo en frente, aparentemente disfrutando su baño de sol.

Alice sonreía mientras los contemplaba por un rato antes de girar y habló.

—Oye, parecemos estar teniendo un buen clima hoy, así que, ¿qué tal si

almorzamos de camino a las colinas del este?

Nadie respondió.

La cabaña de madera sólo tenía dos habitaciones, y ésta servía como la sala, el

comedor, y cocina con una mesa de madera plana justo en su centro.

Sentado en una de las sillas, plana de manera similar, estaba un joven de pelo

negro. Sin siquiera levantar su cabeza al llamado de Alice, su vacía mirada

permaneció sobre un solo lugar sobre la mesa.

Él nunca tuvo mucho músculo, pero aun así, obviamente era mucho más

delgado que incluso ella ahora. Su huesuda constitución era visible incluso con la

túnica suelta que tenía puesta. La vacía manga derecha colgando lánguidamente

desde el extremo de sus hombros sólo lo hacía ver más trágico.

La luz estaba ausente en sus ojos, negros azabache como su pelo. Esos dos ojos

reflejaban nada más que su corazón sellado.

Reprimiendo el dolor en su pecho, al cual ella nunca podrá acostumbrarse, Alice

continuó con una voz alegre.

—Puede que esté un poco ventoso, así que sería mejor abrigarnos. Un momento,

debería prepararlos de una vez.


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Después de remover su delantal y colgarlo en el gancho al lado del fregadero,

ella giró hacia la alcoba de al lado.

Atando su largo cabello rubio por detrás, ella envolvió una bufanda de algodón a

su alrededor. Junto con un descolorido parche negro sobre su ojo derecho que aún

carecía de luz. Primero se puso uno de los abrigos colocados en la pared, luego

regresó a la sala con el otro bajo su brazo.

El joven de pelo negro no se movió en absoluto. Después de impulsarlo

colocando sus manos en su espalda delgada, él eventualmente se levantó de la silla

con un torpe movimiento.

Sin embargo, eso era todo de lo que el joven era capaz; él no podía caminar ni

siquiera un solo mel. Poniéndole el abrigo desde atrás de él, ella rodeó a su frente y

ató el cinturón de cuero cerca de su angosto cuello.

—Puedes hacerlo, mantenlos por un poco más.

Diciendo eso, ella corrió a la esquina de la habitación.

Una silla robusta hecha de madera marrón claro brillante estaba ahí. En lugar de

cuatro patas, tenía dos pares de ruedas de hierro unidas, una grande y una pequeña.

Fue confeccionada por un anciano con el nombre de Garitta quien vivía en lo

profundo del bosque en soledad.

Sosteniendo los agarres unidos al respaldo de esa silla de ruedas, ella la movió

detrás del joven. Sentándolo en el asiento de cuero mientras que su cuerpo se mecía

de manera peligrosa, ella entonces cubrió bien sus dos piernas con una gruesa cobija.

—¡Ahí! ¿Deberíamos irnos, entonces?

Acarició los hombros del joven, cogió los agarres, y estaba por girar la silla de

ruedas hacia la puerta ubicada al sur de la habitación.

El joven bruscamente volteó su rostro y extendió su temblorosa mano izquierda

hacia la pared del este.

—Aah... Aah...

Esa profunda voz áspera era ininteligible. Sin embargo, Alice inmediatamente

adivinó lo que el joven deseaba.

—Ah, perdón. Las iré a buscar enseguida.

Tres espadas reunidas en fundas de metal resistente en la pared a la que el


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joven estiraba su mano.

A la derecha estaba la «Fragant Olive Sword» de Alice.

A la izquierda estaba la espada larga negra azabache que el joven una vez llevó

en su cintura, la «Night Sky Sword».

Y en el medio estaba una espada larga completamente blanca que carecía de un

maestro que la llamara propia, la «Blue Rose Sword».

Alice primero removió la Night Sky Sword, casi tan pesada como la Fragant Olive

Sword, de la pared y la sostuvo bajo su brazo izquierdo.

Luego, también levantó la Blue Rose Sword. Su peso alcanzaba sól o

aproximadamente la mitad de la espada negra. Después de todo, había perdido más

de la mitad de su hoja en su vaina.

Y el dueño de esta espada, ese joven de pelo rubio quien era el mejor amigo de

este joven, también, ya no estaba...

Ella cerró su ojo por un momento y sostuvo ambas espadas mientras regresaba

a la silla de ruedas. Tras colocarlas gentilmente en su regazo, el joven puso su mano

izquierda en ellas antes que su rostro cayera una vez más. Él podía expresar sus

propias intenciones a través de la voz y el movimiento sólo cuando buscaba esas

espadas negra y blanca.

—Asegúrate de sostenerlas firmemente o se caerán.

Alice le dijo mientras retenía el dolor en su pecho que no había disminuido pese

a los meses que pasaron. Empujando la ahora más pesada silla de ruedas, ellos

salieron a través de la puerta.

Un grueso tablón yacía en la distancia desde el pórtico al suelo en lugar de

escalones. Tras descender al jardín de ahí, una suave brisa fresca y la gentil luz solar

envolvieron a la pareja.

La cabaña de madera fue construida en lo profundo del denso bosque, en una

amplia pradera. Alice personalmente cortó, desmontó, y juntó la madera que usaba.

No era mucho para ver, pero su estructura era resistente cuando sólo tres árboles

con altas prioridades fueron usados. Sin embargo, tuvo que tolerar los incontables

comentarios del anciano Garitta, quien le enseñó el método de talar, de cómo él

nunca había visto una chica con tal fuerza.

Esta pradera aparentemente era donde Alice y Eugeo tenían su lugar de juegos

secreto cuando aún eran niños. Desafortunadamente, ella no tenía recuerdos de ese


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tiempo. Todos los recuerdos de antes que se convirtiera en una Integrity Knight

fueron saqueados a través del «Synthesis Ritual».

Ella le dijo al anciano Garitta y a los aldeanos que perdió todos sus recuerdos del

pasado, pero no brindó ninguna razón. Pero en realidad, su actual yo —Alice

Synthesis Thirty— no era más que una personalidad temporal habitando en el cuerpo

de la nacida y criada en esta tierra, Alice Schuberg. Se sintió obligada a regresarlo si

podía, pero los recuerdos de la Alice original se habían marchado de este mundo

junto a Eugeo.

—Ahora, vámonos.

La joven dejó salir su voz para deshacerse de ese momento de reflexión y movió

la silla de ruedas, fuera del frente de la residencia.

Casi toda la pradera, circular con un diámetro de treinta mel, estaba cubierta

con maleza confortable, pero una abundancia de hierba marchita yacía acumulada en

una sección en su este. Se parecía a un nido de una gigantesca criatura—o más bien,

verdaderamente era eso—pero el dueño de ese nido estaba ausente. Ella le dio un

vistazo y meditó dónde podría haber ido a jugar hoy mientras salía del pequeño

sendero dirigiéndose al noroeste desde la pradera al bosque.

El camino se dividía al este y al oeste cincuenta mel adelante. Una aldea llamada

Rulid estaba en el oeste, pero ella no tenía deseo de visitarla sin propósito. Entrando

al sendero del este, se puso en marcha mientras avanzaba a través de la filtrada luz

solar brillando en el suelo.

Ella lentamente continuó a través del bosque avanzando desde la temporada de

hojas de otoño a la de hojas caídas con el décimo mes encontrando pronto su final.

—¿Tienes frío?

Ella llamó al joven pero no recibió respuesta. Él no diría nada incluso si era

sumergido en una ventisca de frío intenso. Ella miró sobre su hombro y confirmó que

el collar del abrigo estaba bien cerrado.

Por supuesto, calentarse a sí mismos sería fácil si generaba un elemento térmico

o dos. Sin embargo, había aldeanos que los veían con sospecha, así que prefirió

abstenerse que los rumores acerca de su abuso de Sacred Arts se extendieran.

Después de caminar por unos quince minutos mientras esculpía surcos en el

batido sendero nuevamente, el camino adelante se despejó. Una ligeramente

elevada colina se apareció en frente después de dejar la arboleda. El camino

gradualmente se volvió cuesta arriba, pero aun así, Alice empujaba la silla de ruedas


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sin dificultad.

La vista instantáneamente se abrió después de llegar a la cima de la colina.

Directo al este estaba la superficie azul del Lago Ruhr. Y los extensos pantanos

en lo profundo de él. El bosque continuaba indefinidamente al sur.

Un vistazo al norte revelaba la «cadena montañosa en el borde», cubierta en

nieve completamente blanca, elevándose como si perforara el cielo. Los días en los

que ella volaba fácilmente sobre esas cumbres a horcajadas con su dragón volador

parecía un sueño distante ahora.

Ella tenía el deseo de contemplar el hermoso panorama con ambos ojos. La

energía abundante en la tierra y en el sol aquí debería ser capaz de curar su ojo

derecho que ella perdió en el muro exterior de la Catedral central. Sin embargo, ella

aún no tenía el deseo de eliminar su propia herida a través de Sacred Arts.

Después de todo, los ojos vacíos del joven sólo podían continuar su mirada

vacante hacia el medio del aire incluso con el paisaje de finales de otoño

extendiéndose ante él.

Sentándose cerca de la silla de ruedas, Alice se apoyó en la rueda grande.

—Qué hermoso. Más que cualquiera de esas obras de arte expuestas en las

paredes de la catedral.

Ella dijo el nombre del joven con una sonrisa.

—Este es el mundo que protegiste, Kirito.

Una sola ave de agua blanca hizo ondas en la superficie del lago mientras

planeaba y se elevaba.

¿Cuánto tiempo había pasado desde que ella se sentó?

La ascensión de Solus había progresado bastante cuando finalmente se dio

cuenta. Ya era hora de regresar a la cabaña y preparar de comer. En su estado actual,

Kirito apenas comía algo cada vez, así que una sola comida perdida llevaría a una

disminución en su Vida máxima.

—Se está haciendo tarde, emprendamos el camino de regreso.

Fue cuando se puso de pie y sostuvo los agarres de la silla de ruedas mientras

decía eso.

Notando leves pasos pisando el césped y escalando la colina, Alice dio la vuelta.


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Quien se aproximaba era una joven chica vestida con un hábito negro. Su

adorable rostro que aún mantenía vestigios de infantilismo mostraba una reluciente

sonrisa mientras que ella agitaba su mano derecha enérgicamente.

—¡Nee-samaa!

La gentil brisa llevó su alegre voz y Alice también sonrió mientras daba un leve

saludo de vuelta.

Saltando prácticamente los diez últimos mel, la chica tomó varios segundos para

recobrar el aliento después que sus pies se detuvieran, y habló una vez más con una

voz tenue.

—¡Buenos días, Alice-neesama!

Brincando al lado, ella dio un vigoroso saludo a Kirito sentándose también en la

silla de ruedas.

—¡Buenos días a ti también, Kirito!

Su amplia sonrisa que no mostraba preocupación sobre su falta de respuesta

estaba infundida con una ligera pena en el momento en el que ella giró hacia las dos

espadas en el regazo de Kirito.

—Buenos días, Eugeo.

Extendiendo su mano derecha mientras susurraba, ella rozó suavemente la

vaina de la Blue Rose Sword con las puntas de sus dedos. Si alguien desconocido

fuera a hacer eso, Kirito mostraría una respuesta de alguna manera defensiva, pero

ahora él le dejaba hacerlo cuando ella quería.

Habiendo saludado a sus dos amigos, la chica se enderezó y volteó hacia Alice

otra vez.

Alice respondió mientras estaba consciente de una misteriosa ternura en lo

profundo de su pecho.

—Buenos días, Selka. ¿Cómo sabías que estábamos aquí?

Le tomó más de un mes ser capaz de dejar de llamarla Selka-san.

Ella siempre había deseado encarecidamente conocer a su hermana menor

desde que se enteró de su existencia por las palabras de Kirito en la Catedral Central

hace medio año. Sin embargo, ahora que ese deseo fue concedido, entre más

preciado era encontrar a Selka, más fuerte esta pregunta crecía dentro de ella: si ella,


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una ex-Integrity Knight con el nombre de Alice Synthesis Thirty, en vez de Alice

Schuberg, tenía el derecho de ser su hermana mayor.

Selka tal vez, o tal vez no se había dado cuenta del conflicto sin fin de Alice, no

obstante, hablaba con una sonrisa libre de preocupación sobre ese asunto.

—No busqué con Sacred Arts ni nada parecido. Estaban fuera cuando los visité,

así que pensé que podrían haber venido aquí ya que el clima de hoy es tan bueno.

Dejé leche fresca así como una manzana y un pie de queso horneado justo esta

mañana en la mesa, así que me aseguré de tenerlos para el almuerzo.

—Gracias, eso es de gran ayuda. No podía pensar en qué hacer.

—¡Bueno, Kirito terminaría huyendo algún día debido a la comida que preparas,

después de todo, nee-sama!

Selka rió y Alice respondió mientras sonreía también.

—¡Ahora que lo has dicho! ¡Sabes, soy capaz de cocinar buñuelos sin quemar

ninguno ahora, al menos!

—Me pregunto si eso es realmente cierto, los convertiste en cenizas cuando

trataste de cocinarlos con elementos térmicos al principio.

Alice trató de reprenderla con un golpe a su frente con su dedo, pero Selka la

esquivó con agilidad y saltó al pecho de Alice. Ella gentilmente abrazó la espalda de

su hermana menor mientras empujaba su rostro a su pecho.


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Era sólo en esos momentos cuando ella deseaba fuertemente que pudiera

escapar de esa presión intensa pesando en su corazón.

Qué alivio sería si ella pudiera olvidar la culpa de dar la espalda a las tareas de

un Integrity Knight y pasar sus días, tranquilamente, en lo profundo de este bosque

remoto. Aun así, Alice sabía al mismo tiempo que nunca debería olvidar eso. El final

se estaba acercando desde atrás de la cadena montaña del borde, momento a

momento, incluso mientras abrazaba a su hermana menor.

Al finalde la feroz batalla en la Axiom Church de la Catedral Central…

Habiendo sufrido heridas suficientes para agotar su Vida, Alice yacía en el suelo

de mármol, inmóvil, vagamente consciente del flujo de la batalla.

La lucha a muerte entre la Highest Minister Administrator y Kirito quien blandía

dos espadas.

La aniquilación de la Highest Minister, incinerada en las llamas de las falsas

ilusiones cautivadoras del Chief Elder Chudelkin.

La muerte del mejor amigo de Kirito, Eugeo, cuya carne fue rebanada junto a su

preciada espada.

Kirito quien estaba atendiendo a Eugeo había gritado vehementemente a una

misteriosa plataforma de cristal que apareció en el extremo norte del salón. Al final

del intercambio que Alice entendió difícilmente, el cuerpo entero de Kirito

repentinamente se endureció y justo cuando ella pensó eso, él cayó al suelo, con eso,

el mundo se sumergió en el silencio.

Justo cuando Alice recuperó una leve cantidad de su Vida y fue capaz de

moverse, el alba de Solus brillaba desde la ventana del este. Con esa luz como fuente

de energía sagrada, Alice primero curó las heridas del Kirito caído. Sin embargo, su

conciencia permaneció perdida y ella lo acostó a regañadientes, y luego se atendió a

sí misma con Arts curativas antes de inspeccionar la plataforma de cristal a la que él

le habló.

Sin embargo, la superficie que había brillado de púrpura claro ya había perdido

casi toda su luz y no había respuesta sin importar cuántas veces ella la tocara o le

hablara.

Como sintiéndose derrotada, Alice se sentó.

Ella creyó en las palabras de Kirito y luchó contra la gobernante absoluta,

Administrator, con el fin de proteger a las personas del Mundo Humano y a su


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hermana menor viviendo en alguna región remota, pero ella honestamente dudó que

pudiera sobrevivir.

Cuando el extraño soldado de espadas al que la Highest Minister llamó «Sword

Golem» atravesó su cuerpo.

Cuando ella usó su propio cuerpo como escudo contra el asalto de relámpagos.

Y cuando lanzó toda precaución al viento y saltó justo cuando la vida de Kirito

estaba por ser rebanada por esa hoja balanceada…

Alice se reforzó para la muerte incontables veces. Sin embargo, los sacrificios de

Cardinal la sabia, esa misteriosa araña Charlotte, junto con la galante lucha de Kirito

se habían aferrado a su vida.

«¡Tú me salvaste, así que toma la responsabilidad por ello!»

Ella gritó interminablemente eso a Kirito quien estaba recostado al lado. Pero los

párpados del joven de pelo negro permanecían cerrados. Pensar sobre el camino que

deberías tomar a partir de ahora y elegirlo tú misma... A Alice le pareció como si él

estuviera diciendo eso.

Después de abrazar sus rodillas por decenas de minutos, se puso de pie

finalmente.

Quizás debido a la aniquilación del maestro de ese espacio, el disco elevador

había cesado su movimiento como la plataforma de cristal, así que ella lo rompió con

su espada y saltó al nonagésimo noveno piso con Kirito en su espalda.

Bajando la enorme escalera de ahí, pasó a los Elders quienes continuaban

cantando Arts, y llegó a la gran escalera desde donde se dirigió directo hacia su

maestro en el manejo de la espada a quien había dejado en el gran baño, hacia

donde Integrity Knight Commander Bercouli Synthesis One estaba.

La gran cantidad de agua caliente congelada por el Armament Full Control Art de

Eugeo casi se había derretido y el cuerpo tumbado de Bercouli, flotando en el baño,

estaba libre del Art de petrificación de Chudelkin afortunadamente.

Tras arrastrar su gran constitución al pasillo y abofetear sus mejillas mientras

gritaba fuertemente ‘oji-sama’, el hombre gigante dejó salir un gran estornudo antes

que abriera sus ojos.

Alice de alguna manera tenía que explicarle la situación a su maestro que se

levantó y pronunció sin mostrar tensión alguna en su rostro, ‘Oh, ¿ya es de mañana?’

Como era de esperarse, sus palabras volvieron la expresión de Bercouli seria y él dijo


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una sola línea con una voz abrumadora después de oírlo todo.

—Buen trabajo, pequeña señorita.

Las acciones consiguientes del Knight Commander fueron inmediatas. Ellos

reunieron a los Integrity Knights en el «Grand Cloister of Spiritual Light» en el décimo

quinto piso, comenzando con Deputy Knight Commander Fanatio quien estaba de

alguna manera totalmente curada y dormida en medio del jardín de rosas pese a

perder ante Kirito y Eugeo, y continuando con los otros quienes fueron

aparentemente atrapados por la petrificación de manera similar, como Deusolbert y

Eldrie, entonces difundieron los hechos que pudieron.

Que después de una batalla con dos espadachines en entrenamiento del Sword

Mastery Academy de North Centoria, la Highest Minister, Administrator, fue

derrotada y eliminada.

Que la Highest Minister estaba trabajando en un horrendo plan para

transformar la mitad de la gente en un arma monstruosa con huesos hechos de

espadas.

Que el Chamber of Elders, superior a la Orden, efectivamente era solo el Chief

Elder Chudelkin y él, también, había muerto junto con la Highest Minister.

Todo lo que ocultaron fue el origen de los IntegrityKnights, no, su «concepción».

Bercouli soportó el impacto de la verdad, sobrellevando dudas sobre las palabras que

la Highest Minister usaba acerca que ellos eran invocados desde el Celestial World

desde el principio, pero decidió que sólo debería ser comunicado a los otros

caballeros en pasos progresivos.

No obstante, Eldrie, Fanatio, y los otros estaban visiblemente perturbados. Eso

sólo era natural. La Highest Minister con poder comparable a los dioses, la

gobernante absoluta que reinó por centenas de años, había muerto; no debería ser

una tarea fácil aceptar esa realidad.

Al final de esa discusión llena de desorden máximo, los caballeros decidieron

seguir las órdenes de su comandante por el momento, gracias a la popularidad y

habilidad de Bercouli, así como tal vez la ininterrumpida operación del «Piety

Module». Independientemente de cualquier cambio, aún eran caballeros sirviendo a

la Axiom Church y ahora que Administrator y Chudelkin habían dejado el Mundo

Humano, era innegable que el Knight Commander Bercouli estaba en la cima de la

cadena de comando de la iglesia.


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Y en el instante en que se le encomendó ese derecho a comandar, Bercouli

enfocó todos sus esfuerzos en cumplir su tarea original, «proteger el Mundo

Humano». Debió haberse sentido perdido y en conflicto consigo mismo. Después de

todo, se enteró que había recuerdos de aquellos a quien amó, que le fueron robados,

al alcance de la mano.

Aún así, decidió sellar firmemente las treinta espadas que formaban el sword

golem y todos los más de trescientos prismas de cristal del centésimo piso de la

catedral, y esconder temporalmente la muerte de Highest Minister de todos, y del

Orden. De manera de dar prioridad a la inminente y extensa invasión del

DarkTerritory por sobre la recuperación de los recuerdos de los Integrity Knights,

incluyendo los suyos.

Bercouli recuperó de alguna forma el Orden de los Integrity Knights

parcialmente destruido, y luego emprendió la gran tarea de reorganizar y reconvertir

a los Four Empires Imperial Guards2 del Mundo Humano quienes previamente fueron

no más que un ejército de nombre; naturalmente, Alice ayudó también. Con el

parche improvisado hecho por Kirito que tapaba su ojo derecho, voló sobre el norte y

el sur de Centoria.

Sin embargo, su tiempo en la catedral era limitado. El traidor que volvió su

espada hacia la Axiom Church, el inconsciente Kirito, en otras palabras, debía ser

ejecutado; esa opinión fue expresada por un buen número de Integrity Knights e

incluso algunos de los ascetas que no estaban enterados de la muerte de Highest

Minister.

Una madrugada, cuando el trabajo necesario se había calmado lo suficiente para

que ellos tomaran un respiro, Alice se fue con Kirito montados en un dragón volador.

Fue dos semanas después de aquellos intensos y sangrientos combates.

Pero los predicamentos los siguieron incluso entonces. Los ojos de Kirito

permanecían cerrados todo el tiempo incluso en las noches en que acampaban y a las

que ella estaba acostumbrada, sentía que él necesitaba un techo digno con una cama

caliente, pero carecían de los fondos para mantenerse incluso en la posada de la

ciudad, todavía se negaba rotundamente a ejercer su autoridad como una Integrity

Knight.

Lo que le vino a la mente entonces fue Rulid, el nombre de la aldea que Kirito le

contó que estaba en el muro externo de la catedral.

2 Guardias imperiales de los Cuatro Imperios


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Conservando el rayo de esperanza que sus habitantes pudieran darles la

bienvenida a pesar que perdió sus recuerdos ya que Eugeo y ella nacieron allí, Alice

giró las riendas del dragón volador hacia el norte. Voló mientras atendía el cuerpo de

Kirito, así que el viaje desde Norlangarth Empire a la pequeña aldea al pie de la

cordillera en el límite requirió tres días enteros.

Descendió en el bosque a una corta distancia de la aldea de manera de evitar

alarmar a los aldeanos y ordenó al dragón volador que protegiera sus pertenencias

allí, antes de dirigirse a la aldea a pie con Kirito en su espalda.

Una vez que llegó a un sendero después de pasar a través del bosque y del

campo de trigo, se topó con varios aldeanos. Sin embargo, todos los miraban con

sorpresa y recelo, sin que ninguno los llamara.

Fue cuando ellos llegaron a la villa Rulid, construida en un terreno alto, e

intentaron pasar a través de su puerta de madera que un joven de gran contextura

saltó fuera del puesto de vigilancia construido a su lado. La sangre se le iba a la

cabeza que todavía mostraba vestigios de pecas y bloqueó el paso de Alice, que

avanzaba.

— ¡Espera, los forasteros no pueden entrar sin permiso a la aldea!

El joven guardia que gritó así con la mano en la espada en su cinto como si

alardeara, antes de dudar se hundió en su expresión al detectar la cara de Kirito

mientras era cargado en la espalda de Alice. Murmuró, ‘Eh, ese tipo’, antes de mirar a

Alice de nuevo, sus ojos y boca se agrandaron gradualmente.

—Tú… Podrías ser.

Alice sintió un pequeño alivio ante esas palabras. Habló al guardia que parecía

recordarla a pesar que pasaron ocho años, prestando atención en las palabras que

usó.

—Soy Alice. Por favor llama al jefe de la aldea, Gasupht Schuberg.

Podría haber sido mejor llamarse a sí misma como Alice Schuberg, pero podía no

resultarle hacer eso así. Afortunadamente, parecía que el nombre fue suficiente ya

que la cara del guardia instantáneamente del rojo se volvió azul mientras su boca se

abría y cerraba repetidamente antes de salir corriendo a la aldea. No mencionó nada

sobre esperar, así que Alice pasó a través de la puerta y caminó en el sendero del

guardia.


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La aldea pronto se tornó ruidosa, como una colmena perturbada, temprano en

la tarde. Decenas de aldeanos llenaban los lados del camino no muy amplio, gritando

en shock una vez que veían a Alice mientras pasaba.

No obstante, casi ninguna cara expresaba agrado por su regreso a casa. Más

bien, se podría decir que incluso parecían recelosos, cautos, y temerosos de ella,

vestida con una armadura de metal poco femenina, y Kirito, aún dormido en su

espalda.

El camino de pendiente suave finalmente se fusionó con una plaza redonda.

Una fuente y un pozo yacían en el medio con una pequeña iglesia, una cruz

anillada en su techo, en el norte. Cuando Alice se detuvo en la entrada de la plaza, los

aldeanos empezaron a intercambiar susurros con miradas inquietas desde la

distancia.

Minutos después, un solo hombre se acercó a paso firme, irrumpiendo entre la

multitud en el lado este. Alice reconoció inmediatamente al hombre en la plenitud de

su vida con un pulcro bigote gris como Gasupht Schuberg, el jefe de la villa Rulid y

una vez un padre para ella.

Gasupth se detuvo a cierta distancia, luego miró a Alice y a Kirito a su vez sin

ningún cambio en la expresión en absoluto.

Aproximadamente pasaron diez segundos antes que dejara escapar una voz

profunda pero resonante.

— ¿Eres Alice?

Respondió la pregunta con nada más que un ‘sí’. Sin embargo, el jefe de la aldea

ni se acercó ni se aproximó con sus manos, preguntando posteriormente con una voz

más severa que antes.

— ¿Por qué están aquí? ¿Ha sido perdonado su crimen?

Ella no había respondido inmediatamente esta vez. Ni ella misma sabía qué

crimen había cometido o si había sido perdonado.

Kirito mencionó la razón explícita por la cual el Integrity Knight Deusolbert se

llevó a la joven Alice Schuberg a la capital que fue «Invasión del Dark Territory». Lo

que fue sin duda una transgresión del Taboo Index. Sin embargo, como un Integrity

Knight, Alice ya no estaba restringida por los tabúes. Las órdenes de Highest Minister

eran la única ley para un caballero. Pero esa Highest Minister ya no existía. Ella no


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tenía más remedio que determinar cuáles fueron crímenes y cómo ser perdonada por

ellos, lo malo y lo bueno por su cuenta…

La joven miró directamente dentro de los ojos del jefe de la aldea mientras

respondía con esos pensamientos en su mente.

—He perdido todos los recuerdos de cuando viví en esta aldea como castigo por

mi crimen. No sé si fui perdonada por aquello. Sin embargo, ahora no puedo ir a

ningún lado excepto esta aldea.

Aquellos eran los verdaderos y no fingidos sentimientos de Alice.

Los párpados de Gasupht se cerraron mientras profundas arrugas se formaron

en su boca y frente. No obstante, el jefe de la aldea levantó su cara rápidamente y lo

que anunció con un profundo fuego en sus ojos fueron de hecho palabras sombrías.

—Márchate. Esta aldea no tiene lugar para quien cometió un tabú.

El rostro de Selka apareció, quizás intuyendo que en ese instante el cuerpo de

Alice se tensaba, e inclinó su cuello ligeramente.

— ¿Nee-sama…?

Alice mostró una sonrisa mientras respondía al susurro ansioso de su hermana

pequeña.

—No es nada, de verdad. Ahora, ya es hora que regresemos.

—De acuerdo.

Después de asentir y liberarse del abrazo, Selka pasó un momento mirando

hacia Alice, pero su brillante sonrisa volvió enseguida.

— ¡Empujaré hasta que lleguemos a la bifurcación!

Proclamó e inmediatamente se puso de pie tras la silla de ruedas en la que se

sentó Kirito y tomó las asas con sus pequeñas manos. La silla de ruedas en sí era

bastante pesada, sin mencionar cuánto pesaba una sola persona, aunque delgada,

junto con una espada y media con el rango de las herramientas sagradas. Esa carga

era demasiado para alguien que tenía apenas catorce años de edad y que se

desempeñaba como novicia, lo cual no implica trabajo físico—o eso pensó Alice la

primera vez que lo intentó Selka, pero ella se inclinó hacia delante con sus piernas

firmes, y la silla de ruedas comenzó a moverse, aunque lentamente.


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—Ten cuidado, estamos yendo cuesta abajo.

Sin embargo, Selka nunca habría dejado caer la silla de ruedas, pero todavía no

podía evitar llamarla con un tono ligeramente nervioso al que Selka respondía con un,

‘Estoy bien, eres tan aprensiva, nee-sama’. Parecía que cuando Alice aún vivía en

Rulid mostraba demasiada preocupación por su hermana pequeña a pesar de pasar

por todas esas aventuras y experimentos con Eugeo.

¿Era su personalidad básica preservada incluso con sus recuerdos perdidos, o

era una simple coincidencia? Reflexionaba mientras caminaba a un lado de Selka que

empujaba la silla de ruedas con una expresión seria.

Al llegar al pie de la colina, la suave pendiente se convirtió en un camino plano.

Selka continuó encarecidamente pese al aumento del peso de la silla de ruedas.

Mientras miraba el semblante de su hermana pequeña, los pensamientos de Alice

pasaron de nuevo al pasado, una vez más.

Fue Selka quien llamó, desde debajo de la sombra de una arboleda a Alice para

que se detuviera después que dejó la villa Rulid, abatida y alicaída, en ese día en que

se le negó el regreso al lugar. Si no fuera por el coraje de Selka, que actuó así a pesar

de que sus acciones discrepaban con los pensamientos de su padre, el jefe de la

aldea, y la buena voluntad del anciano Garitta al que le presentó a Alice, ella habría

estado vagando sin rumbo incluso hasta ahora.

Tampoco podía haber sido una historia fácil de tragar para Selka.

Su hermana mayor que finalmente había regresado a su pueblo natal había

perdido todos los recuerdos de su pasado.

Kirito, que dejó una profunda huella en sus pensamientos a través de sus

conversaciones en cuestión de días hacía dos años, había caído en coma.

Y Eugeo que fue como un hermano para ella había muerto.

Sin embargo, Selka mostró sus lágrimas sólo cuando se dio cuenta que Eugeo

nunca regresaría, con su sonrisa que no se desvanecía ni una sola vez en frente de

Alice después de eso. Ella no podía evitar sentir gratitud y admiración ante la

profundidad de su fortaleza mental y la consideración nuevamente cada día que

pasaba. Sentía que esa fortaleza era más preciosa y poderosa que las Sacred Arts de

un asceta, o incluso que la espada de un caballero.

Y al mismo tiempo, se acordaba diariamente de cuán impotente era ella sin la

Axiom Church.


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Tras haber construido la pequeña pero firme cabaña a sólo dos kilómetros de la

aldea, en lo profundo del bosque, con la ayuda del anciano Garitta, lo que Alice se

propuso hacer de inmediato fue una extensa técnica curativa en e l todavía

inconsciente Kirito.

Dentro del vasto bosque donde la gracia de Terraria era más abundante, ella

escogió un día sin siquiera una sola nube en los cielos que obstruyera la luz de Solus y

fusionó diez elementos luminosos con la abundante energía sagrada otorgada por los

dioses de la tierra y el sol a ese espacio, convirtiéndolos en energía curativa y

vertiéndolos en el cuerpo de Kirito.

La técnica curativa en la que Alice dedicó todo de sí para aplicarla tenía el

potencial para sanar completamente incluso la gran cantidad de Vida que tenía un

dragón volador, y con mayor razón la de un humano. Estaba segura que,

independientemente de cuán lúgubres fueran las heridas de Kirito, él se recuperaría

de inmediato junto con su brazo derecho cortado y abriría sus ojos como si nada

hubiese sucedido.

A pesar de todo.

Justo después de dejar la cegadora luz espiritual, los ojos de Kirito se abrieron

pero esos ojos negro azabache carecían de la luz de la razón. Aunque Alice

repetidamente decía su nombre, sacudía sus hombros, e incluso le gritara mientras lo

abrazaba, él se limitaba a mirar al cielo de manera inexpresiva. Alice no logró siquiera

recuperar su brazo derecho.

Habían pasado cuatro meses desde ese día, pero no había señal que regresara la

mente de Kirito.

Selka se mantenía apoyándola, insistiendo en que Kirito definitivamente

recuperaría su antiguo yo algún día ya que ella estaba dando lo mejor en cuidarlo.

Aún así, Alice secretamente temía que fuese imposible para ella.

Después de todo, ella no era más que una existencia creada por Highest Minister,

Administrator.

Selka, que había estado empujando la silla de ruedas en silencio hasta ahora, se

detuvo mientras decía ‘Vamos a tomar… un descanso’, despertando una vez más a

Alice de sus cavilaciones.

Su mano izquierda suavemente tocó la espalda de su hermana mientras jadeaba

con el sudor brillando en su frente.


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—Gracias Selka, yo empujaré desde aquí.

—Yo quería empujar, hasta el final, hasta la bifurcación…

—Tú ya empujaste unos cien mel más que la vez anterior, ¿no? Eso ayudó un

montón.

Ella descubrió desde la aldea que situaciones como esta serían donde una

hermana mayor, más vieja por muchos años, debería darle a su hermana menor

algún dinero para gastos, pero desafortunadamente, no tenía ni una sola moneda de

cobre en sus bolsillos. Perder incluso una simple cizalla3 sería horrible en su situación

financiera actual, así que ella llevaba todo el dinero sólo cuando salía a comprar.

Para compensar eso, cepillaba el brillante cabello marrón de Selka. Su hermana

pequeña sonreía con su respiración tranquila, pero Alice se percató de la leve tristeza

en su expresión e inclinó su cabeza.

— ¿Qué pasa Selka? ¿Hay algo que te molesta?

Preguntó mientras sostenía las asas de la silla de ruedas, Selka abrió su boca

después de una breve vacilación.

—Emm… hay otra solicitud para lidiar con los árboles en la tierra despejada del

tío Barbossa para ti, hermana mayor…

— ¿Qué, eso es todo? No hay nada de lo que tengas que preocuparte, gracias

por entregarme el mensaje.

Alice respondió con una sonrisa, pero la expresión alicaída de su hermana se

levantó con una mueca de descontento.

—Pero… esas personas sólo se preocupan por ellos. ¿No crees eso también,

Kirito?

Le preguntó a Kirito, sentado en la silla de ruedas, pero el joven mirando hacia

abajo no respondió, naturalmente. Aún así, el tono de Selka se volvió cada vez más

intenso como si él hubiese estado de acuerdo.

—Ni Barbossa-san ni Redack-san se han molestado en tratar que te quedes en la

aldea, así que ¿cómo podrían siquiera llegar a ayudar cuando están en problemas? Yo

3Residuo de los rieles de los que se ha cortado una moneda (en las casas de moneda).


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sé que soy quien entrega el mensaje, pero no tienes que aceptarlo si no quieres,

hermana mayor. Me aseguraré de traer comida desde casa para ti.

Después de dejar escapar una risita de aquellas palabras, Alice apaciguó a su

enfurruñada hermana menor.

—Aunque tus sentimientos me hacen feliz, realmente no hay necesidad de estar

molestos por eso, Selka. Me gusta la cabaña y me siento lo suficientemente

bendecida, permaneciendo cerca de la aldea. Iré inmediatamente después que Kirito

haya almorzado. ¿Dónde está?

—El terreno despejado al sur, dijo.

Selka respondió suavemente y pasó un breve momento mientras caminaba

junto a la silla de ruedas.

Faltando sólo un poco más para la bifurcación en dirección a la cabaña de

madera, repentinamente habló con un tono firme.

—Hermana, mi tiempo como una novicia terminará el próximo año y recibiré

algunos salarios, incluso si no es mucho. Cuando ese momento llegue, puedes dejar

de ayudar a esas personas, ¿de acuerdo? Si es por ti, hermana mayor, y Kirito, yo… yo

siempre…

Alice suavemente abrazó a Selka cuya voz se detuvo allí.

Sintió su pelo rubio oscuro en sus mejillas, una sensación muy similar a pesar del

color claramente diferente, y susurró.

—Gracias… Pero me siento bendecida simplemente contigo cerca mío, Selka…

Después de despedirse de Selka, que agitó la mano sin cesar en renuencia a

partir, Alice regresó a la cabaña de madera con Kirito y rápidamente preparó el

almuerzo.

Aunque recientemente se había vuelto alguien capaz de los quehaceres

domésticos, su habilidad en la cocina permanecía tercamente ausente. En

comparación con la Fragrant Olive Sword, el cuchillo de cocina comprado en la tienda

de abarrotes de la aldea parecía tan poco fiable como un juguete y veinte o treinta

minutos pasarían en un abrir y cerrar de ojos mientras ella cortaba los ingredientes

nerviosamente.


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Afortunadamente, Selka había llevado ese pastel recién horneado hoy, así que lo

cortó en porciones más pequeñas y le dio de comer a Kirito. Llevándole el pastel a la

boca con un tenedor y esperando pacientemente, sus labios finalmente se abrirían

ligeramente, aceptándolo en su boca. Con lo que, Kirito masticaría lenta, lentamente

como si reprodujera sus recuerdos de cómo solía comer.

Mientras la boca de Kirito se movía, ella comería el pie relleno con manzana y

queso, saboreándolo. Era como el de Sadina Schuberg, la esposa del jefe de la aldea,

que lo hizo. La madre de ambas.

Cuando ella aún vivía en la Catedral Central, podía comer gratuitamente las

raras delicias de todo el Mundo Humano apretadas en la mesa del gran salón

comedor. El pie casero de Sadina se veía y tenía un sabor humilde en comparación,

pero parecía que era varias veces más delicioso. Sin embargo, Alice se sentía un poco

molesta porque parecía tener más efecto en Kirito que su propia cocina.

Luego de haber terminado la comida y la limpieza, sentó a Kirito en la silla de

ruedas una vez más y colocó las dos espadas en su regazo.

El jardín de enfrente brillaba dorado con la luz del sol de la tarde mientras ellos

salían de la cabaña. Los días eran más cortos últimamente y rápidamente llegaría el

atardecer y distraería su mente. Al llegar a la bifurcación al sur con ritmo rápido,

dirigió sus pies hacia el oeste en esta ocasión.

El bosque llegó a su fin poco después que caminó recto, con los campos de trigo

listos para ser cosechados extendiéndose. La densamente poblada villa Rulid podía

verse más allá de la espigas de trigo, balanceándose excesivamente bajo su peso. La

torre de tiro estaba notablemente alta en el medio de los techos de ladrillo rojos,

construidos en hileras, ese era la iglesia donde Selka vivía.

Ni Selka ni Azariya, la hermana encargada de la iglesia, sabían que la

organización Axiom Church que administraba la Catedral Central en los cuatro

imperios del Mundo Humano ya no era más que una ilusión extravagante sin maestro.

Aún así, la pequeña iglesia que servía también como un orfanato permanecía en

funcionamiento sin problemas.

Incluso con la catedral cayendo al caos con la muerte de Highest Minister, no

había impacto aparente en las vidas de las masas. El Taboo Index funcionaba como

siempre, aún limitando la consciencia de las masas. ¿Realmente podrían tomar las

armas y luchar para proteger el Mundo Humano?


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Lo más probable es que obedecerían si se los ordenara la Axiom Church o los

emperadores. Sin embargo, solo eso no podría traerles la victoria contra las fuerzas

de la oscuridad. El Caballero Comandante Bercouli debía estar enterado de la grave

realidad al menos.

Lo que decidiría el curso de la batalla al final no era ni el nivel de prioridad de las

armas ni la autoridad en el uso de las técnicas, sino que la fuerza de voluntad de cada

uno. Las batallas de Kirito cuando venció inesperadamente esa imposible diferencia

en el potencial de lucha, derrotando numerosos Integrity Knights, al anciano jefe

Chudelkin, e incluso a Highest Minister Administrator, servían como prueba de ello.

Enfrentándose a las miradas dadas por los aldeanos que trabajaban en los

trigales, entrelazadas con la vigilancia y la ansiedad, con su pecho inflado, Alice le

susurró en su corazón a su maestro de manejo de la espada.

—Oji-sama, para las masas que viven en el Mundo Humano, la paz no puede ser

algo para proteger sino algo otorgado por toda la eternidad.

—Y quienes nutren esa idea deben ser… la AxiomC hurch, el Taboo Index, y

nosotros, la Orden de los Integrity Knights.

Incluso en este preciso momento, el Caballero Comandante Bercouli debe estar

trabajando duro, entrenando a las fuerzas de los cuatro imperios en la Capital Central

Centoria y en la producción de su equipo. O quizás, ya estaba movilizando tropas al

«Gran Puerta del Este», la frontera del Imperio Eastabarieth donde la lucha será la

más feroz. Debe estar esperando incluso un caballero adicional en los alrededores,

tanto como un asistente con experiencia práctica, como con capacidad militar

después que estalle la guerra.

—Eso dijo, yo ahora…

Pasando a través de los campos de trigo mientras estaba sumida en su

contemplación, salió por el terreno despejado que se extendía hacia el sur de la aldea.

Detuvo la silla de ruedas justo antes del suelo negro excavado, mientras escudriñaba

a través del amplio terreno.

Se decía que un enorme bosque más grande que el que está en el este, donde

Alice y Kirito vivían, existía allí hace apenas dos años.

Sin embargo, gracias a que Kirito y Eugeo talaron el Gigas Cedar, el «árbol

demoniaco» que se elevaba por encima de todo, como si gobernara sobre el bosque


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y absorbía infinitamente el poder sagrado, los hombres de la aldea ahora podían

dedicarse a expandir los campos, o eso había dicho Selka con una mirada exasperada.

Un gigantesco tocón negro como carbón permanecía justo en el medio del

terreno despejado y hacia el sur, los ruidos de vigorosos cortes resonaban desde las

hachas de decenas de aldeanos. El hombre panzón de pie en una esquina,

impartiendo instrucciones a todos sin un hacha en las manos, era el maestro de la

granja más grande de la aldea, Nygr Barbossa.

Aunque un tanto reacia, Alice siguió empujando la silla de ruedas sobre el

estrecho camino trillado. Kirito no tuvo ninguna reacción incluso cuando pasaron el

tocón, los vestigios del enorme árbol que una vez derribó; su cabeza permanecía

colgando hacía abajo mientras sostenía las dos espadas.

Los primeros en percatarse del par que se acercaba fueron unos muchachos de

la familia de Barbossa, que descansaban sobre el tronco de un árbol recién caído. El

trío, aparentemente de quince o dieciséis años de edad, vio a Alice, que tenía un

pañuelo envolviendo su cabello rubio, sin reservas antes de cambiar su atención

hacia Kirito en su silla de ruedas. En medio de burlas que se oían mientras

intercambiaban palabras en voz baja.

Tras ignorarlos y pasar entre ellos, uno de los jóvenes gritó con una voz cansina.

—Tíooo, ella está aquííí.

Nygr Barbossa, que estaba gritando a todas partes con las manos en la cintura,

giró vigorosamente y mostró una sonrisa en su grasosa y redonda cara. Su gran boca

y ojos pequeños le recordaron algo al anciano jefe Chudelkin.

Aún así, Alice le devolvió la mejor sonrisa que podía exhibir e hizo una ligera

inclinación de cabeza.

—Buenas tardes, Barbossa-san. Escuché que tenías trabajo para mí, así que…

—Oooh, ooh, ¿si no es Alice?, me alegro que estés aquí.

Sus dos manos se extendieron, acercándose vacilantes, mientras su redonda

panza temblaba; Alice estaba convencida que deseaba un abrazo, pero después de

echarle un vistazo a la silla de ruedas delante de ella, él afortunadamente desistió de

ello.

En cambio, Nygr se colocó a apenas cincuenta cen de ella justo antes de hacer

girar su enorme cuerpo y apuntar a un imponente y gran árbol entre el bosque y el

terreno despejado.


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—Mira, ¿puedes verlo, no? Hemos gastado todo nuestro tiempo en ese

frustrante roble platino desde ayer en la mañana, pero esta patética cantidad es todo

lo que hemos progresado incluso con diez hombres adultos empleando sus hachas en

ello.

El dedo índice y el pulgar de su mano derecha formaron un semicírculo

pequeñísimo.

El gran árbol blanco y marrón con un tronco de un mel y medio se había

extendido a través de sus raíces profundo en la tierra, rechazando obstinadamente a

los trabajadores. Dos hombres balanceaban sus grandes hachas a su vez, incluso

ahora, pero la muesca tallada en su tronco en efecto era poco profunda, de menos

de incluso diez cen.

El sudor corría por los torsos descubiertos de los hombres como cascadas. Sus

pectorales y los músculos de los brazos estaban bien desarrollados, pero su manejo

era bastante rígido, quizás debido a la falta de necesidad de blandir un hacha en sus

actividades diarias.

Uno de los hombres había deslizado su pierna derecha mientras ella observaba y

golpeó en un lugar equivocado en un ángulo. El hacha se quebró en la mitad del

mango y la risa desenfrenada de sus compañeros de trabajo lo dejó inmerso mientras

caía con fuerza sobre su trasero.

—Santo Dios, qué están haciendo estos brutos…

Nygr se quejó y miró a Alice una vez más.

—A ese ritmo, no tengo idea de cuántos más días nos tomará ese árbol. ¡Y

mientras nos quedamos atrapados aquí con eso, los hombres de Redack ya habrán

expandido el terreno en veinte mel en cada dirección!

Después de pronunciar el nombre de la siguiente familia de agricultores más

influyente después de los Barbossa, Nygr pateó una piedra a sus pies. Su respiración

se había vuelto afligida, pero de pronto, una amplia sonrisa apareció en su cara

mientras dejaba salir una voz zalamera.

—Y eso es lo que es, sé que nuestro acuerdo era para una vez al mes, pero

podrías tratarlo como una excepción sólo por esta vez y me prestas tu ayuda, ¿Alice?

Probablemente no lo recuerdas, pero yo te daba… no, te obsequiaba dulces todo el

tiempo cuando eras pequeña. Eras una señorita tan linda en aquel entonces, verás,

no, no, por supuesto que no digo que ahora sea diferente…


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Alice interrumpió las palabras de Nygr mientras contenía un suspiro.

—Lo comprendo, Barbossa-san. Voy a tratar esta vez en particular como una

excepción.

El deshacerse de los árboles y rocas, como el roble de platino en frente de su ojo,

que obstruía el terreno despejado era la actual tarea sagrada de Alice. No, su fuente

de ingresos temporal.

Naturalmente, no era un trabajo asignado a ella oficialmente. Se produjo un

incidente hace un mes en su pacífica vida en las afueras de la aldea en el que una

gigantesca roca caída cerró el paso hacia el terreno despejado al oeste. El episodio de

Alice haciendo rodar lejos esa roca por su propia cuenta cuando ella se acercaba se

esparció a través de la aldea como un rumor y antes que se diera cuenta, dependían

de ella para recibir ayuda en tareas como esta.

Era un hecho que el dinero era necesario si ella fuera a continuar viviendo con

Kirito, así que estaba agradecida por las ofertas. Aún así, mientras Selka estaba

preocupada porque los hombres la molestarían con un interminable flujo de

peticiones si se encargaba de la labor física sin quejarse, ella decidió limitarse a

ayudar una vez al mes a cada hogar agrícola.

Nygr debería estar atado por cada una de las normas puestas en el Taboo Index,

las leyes fundamentales del Norlangarth Empire, y las de la aldea, pero no sería una

sorpresa para ella que él enviara dos peticiones dentro del mes pese a que eso es una

violación al acuerdo. Aunque él no había roto el «sello del ojo derecho» —lo que era

el «Código 871» según las palabras de la Highest Minister, como Alice o Eugeo, era

probablemente porque sentía simplemente que Alice estaba por debajo de él. No

debía sentir necesidad de atenerse de manera ingenua por un acuerdo hecho con un

ex-convicto viviendo en alguna cabaña a las afueras de la aldea.

Incluso con esos pensamientos en su mente, Alice asintió a Nygr una vez más

antes de apartarse de la silla de ruedas. Ella tuvo en cuenta el estado de Kirito, pero

él pareció indiferente al clamor en los alrededores. Después de decirle que regresaría

en su corazón, ella caminó hacia el gran roble platino.

Los hombres que vieron a Alice mostraron sonrisas de superioridad o

chasquearon descaradamente sus lenguas. Sin embargo, ahora había algunos

ignorantes de su fuerza, así que se distanciaban del árbol sin una palabra en masa.

Tomando su lugar ante el gran árbol, Alice dibujó rápidamente un sello de letras

sagradas con un dedo en su mano derecha y reveló su «Stacia Window». Su cantidad

de Vida era una gran cifra, como se esperaba de una con la que diez hombres adultos


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tendrían problemas. Usar un hacha prestada como es habitual resultaría ineficaz

contra ese nivel de prioridad.

Regresando a la silla de ruedas por el momento, ella se inclinó y susurró

suavemente.

—Me disculpo, Kirito. Me gustaría que me prestaras tu espada por un rato.

Ella tocó gentilmente la vaina de cuero negro con su mano derecha y sintió a su

brazo izquierdo tensarse levemente mientras sostenía la espada.

Sin embargo, después de ver en sus ojos vacíos pacientemente, la fuerza

abandonó eventualmente su brazo y una voz ronca escapó de su garganta.

—Aah...

Esto era probablemente un fragmento de sus recuerdos en vez de sus

sentimientos pasando a través de él realmente. Lo que ahora controlaba a Kirito no

eran sus pensamientos sino los recuerdos residentes en su pecho.

—Gracias.

Susurrando eso, ella extrajo lentamente la espada negra de sus brazos. Después

de confirmar que Kirito permanecía dócil, regresó al roble platino.

Pero aún así, este era un árbol espléndido. Aunque no podía compararse a los

grandes árboles antiguos creciendo alrededor de Central Capital Centoria, debe tener

más de cien años de edad.

Alice dio una disculpa en su corazón antes de estabilizar su posición.

Su pierna derecha adelante y la izquierda atrás. Ella colocó gentilmente su mano

derecha en la empuñadura envuelta con cuero negro de la «Night Sky Sword» puesta

irregularmente en su mano izquierda. Midió la distancia al árbol con su ojo izquierdo.

—Oye, oye, ¿piensas que puedes romper el roble platino con esa espada

delgada?

Uno de los hombres gritó y la multitud fue a un frenesí espontáneo. Esa espada

se va a romper; el sol se ocultará antes de eso; mientras que las burlas volaban una

tras otra, la interesada voz de Nygr Barbossa se mezcló.

—Aah, Alice, si es posible, preferiría que hicieras algo al respecto dentro de una

hora, ¿sabes?

Ella había derribado más de diez árboles desde que empezó este trabajo, pero


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necesitaba cerca de treinta minutos casi siempre. La razón detrás de esa lentitud era

debido a que había mantenido su fuerza bajo control para evitar romper las hachas

que tomaba prestadas. Pero no tenía necesidad de esa preocupación hoy. La Night

Sky Sword era una herramienta sagrada ostentando un nivel de prioridad igual a la

Fragant Olive Sword de Alice.

—No, no requeriré tanto.

Respondiendo con un casi murmullo, Alice agarró el mango de la espada.

—¡¡Haah!!

Un grito corto. Una nube de polvo se arremolinó debajo de su pie derecho,

excavó firmemente en el suelo, como alguna clase de explosión.

Había pasado un tiempo desde que ella balanceó una espada real, pero

afortunadamente, aún no había olvidado sus técnicas. El corte horizontal desde la

izquierda en el mismo movimiento mientras la desenfundaba de su vaina recorrió el

aire como un relámpago negro.

Los hombres circundantes parecieron haber sido incapaz de seguir el corte

mismo. Incluso mientras Alice se levantaba de su postura final, con la espada

completamente balanceada a la derecha en frente de ella, ellos continuaron

refunfuñando de manera inquisitiva.

No había más que una escasa hendidura hecha por los hombres en la lisa corteza

del roble platino; no había sufrido otro daño, o eso parecía.

Un "¿Queé, ella falló?" vino eventualmente de alguien y un número de ellos se

rió. Alice miró fijamente a la persona a la que esa voz pertenecía y habló mientras

envainaba la espada.

—Estará cayendo de esa manera.

—¿Ah? Qué rayos estás...

Los dos ojos del hombre se abrieron ampliamente con shock tras llegar a ese

punto en sus palabras. Él vio que el tronco del roble platino comenzó a inclinarse

lentamente. Un alarido creció de él y de aquellos alrededor mientras corrían hacia

atrás.

El enorme árbol cayó con un terrorífico temblor donde los hombres estaban

hasta hace tres segundos.

Alice se movió al frente del muñón mientras se protegía de la nube espesa de


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polvo creciente con su mano derecha. Tres anillos finos eran claramente visibles en la

nuevamente hecha sección transversal y brillaron como si fueran pulidos, pero una

sola sección estaba levemente raída.

Quizá porque sus habilidades habían entorpecido, o quizá porque su

indisponible ojo derecho le estuviese estorbando, Alice reflexionó mientras giraba.

La parte superior de su cuerpo se enderezó inconscientemente en el siguiente

instante. Nygr Barbossa tenía una sonrisa plena en su rostro y estaba corriendo hacia

ella con pasos pesados, sus brazos se extendieron.

Ella instintivamente levantó la espada en su mano izquierda y Nygr se detuvo

abruptamente ante el tintineo hecho por la guarda. Aun así, su sonrisa permaneció y

puso sus dos manos extendidas juntas en frente de su cuerpo mientras gritaba.

—B-Bri... ¡Brillante! ¡Qué habilidad! ¡Jink, el jefe de los guardias, ni siquiera

podría esperar igualar eso! ¡Es prácticamente divino!

Él fue otro mel más cerca y continuó sus palabras con una expresión llena de

admiración y avaricia equitativamente.

—¡¡Q-Q-Qué hay con esto, Alice, duplicaré tu pago, así que no lo hagas una vez

al mes, ayúdanos una vez a la semana... no, una vez al día!!

Alice sacudió levemente su cabeza a Nygr quien estaba frotando sus manos

rápidamente.

—No, el pago que actualmente estoy recibiendo es abundante.

Si ella fuera a blandir la Fragant Olive Sword e hiciera uso del Armament Full

Control Art, no estaría en la escala de un gran árbol al día; sería posible cambiar este

bosque a nada más que tierras baldías tanto como la vista permitía ver en meros

minutos. Pero si ella fuera a hacer eso, sus peticiones se extenderían a labrar las

llanuras, romper rocas, e incluso hacer llover.

Nuhnhnhnhnh; Nygr gimió con agonía antes de espabilarse finalmente,

parpadear, después de un ‘mi paga, por favor’ de Alice.

—O… Oh, es cierto, es cierto.

Metiendo su mano en su bolsillo, él robó los acordados cien Shear, una sola

moneda de plata, de una bolsa de cuero que sonaba pesada.

Dejando caer eso en la palma de Alice, Nygr aún añadió obstinadamente algunas

palabras.


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—¿Qué te parece esto, Alice? Te pagaré otra moneda de plata, así que qué tal si

rechazas a aquellos bajo Redack este mes si piden ayuda...

Fue entonces, cuando ella detuvo su suspiro y estaba por rechazar su oferta una

vez más.

Un pesado tintineo llegó a sus oídos. Su rostro saltó y vio a la silla de ruedas

tumbada en su costado con Kirito tirado al suelo a cierta distancia.

—¡Kirito!

Alice dio un grito ronco y pasó rápidamente a Nygr.

Ella podía sentir la desesperación de Kirito mientras dirigía su brazo derecho con

su estómago recostado en el suelo. Delante de él estaban los hombres jóvenes

previamente descansando, dos quienes ahora sostenían la espada larga enfundada

en cuero blanco en el suelo mientras gritaban con emoción.

—¡¡Uohh, woah, esto es pesado como el demonio!!

—Ese es el por qué incluso esa chica puede derribar ese roble platino con un

golpe, ¿huh?

—¡Cállate y sostenla apropiadamente!

El tercer joven gritó y sostuvo el mango de la Blue Rose Sword con ambas manos

para desenvainarla.

Alice escuchó a sus propios dientes rechinar mientras se machacaban. Liberado

después de su garganta fue un grito agudo.

—¡¡Ustedes bastardos...!!

Las bocas de los jóvenes se abrieron ampliamente tras oír eso mientras miraban

a Alice.

Ella recorrió los veinte mel restantes en un instante y se detuvo con el polvo

arremolinándose. Los tres mirando el rostro de Alice retrocedieron de manera

vacilante.

Reteniendo de alguna manera las emociones amenazando con explotar con un

profundo respiro, Alice primero ayudó al Kirito caído. Mientras lo sentaba en la silla

de ruedas una vez más, ella ordenó con una voz ahogada.

—Esa espada pertenece a este hombre. Regrésala ahora.


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Expresiones desafiantes se mostraron instantáneamente en los rostros del trío.

Los labios del que tenía una gran constitución y estaba a punto de desenvainar la

Blue Rose Sword crecieron curvos y él apuntó a Kirito.

—Le preguntamos a ese tipo si podíamos tomar prestada la espada, ¿sabes?

De vuelta en la silla de ruedas, el brazo izquierdo de Kirito aún estaba

extendiéndose hacia la espada blanca mientras que su endeble voz se escapaba.

Uno de los jóvenes sosteniendo la vaina deformó sus labios en ridículo mientras

continuaba.

—Y entonces, él nos la prestó generosamente. Con esos gritos de aah, aah,

¿sabes?

El último siguió la corriente y rió con un ‘síp, síp’.

Alice no pudo evitar tensar el agarre de su mano derecha en el asa de la silla de

ruedas. Esa mano estaba buscando inequívocamente desenvainar la Night Sky Sword

colgando de su mano izquierda.

Ella hubiera rebanado esas seis manos tocando la Blue Rose Sword sin siquiera

una pizca de vacilación hace medio año. Los Integrity Knights estaban por encima del

Taboo Index y su prohibición de herir a otros. Y en primer lugar, con el sello en su ojo

derecho actualmente roto, ya no había ninguna ley capaz de mantener bajo control

las acciones de Alice.

Aun así…

Alice trituró sus dientes tan fuerte que dolió mientras luchaba contra el impulso

surgiendo en ella.

Esos jóvenes eran parte de las personas del Mundo Humano a las que Kirito y

Eugeo sacrificaron sus vidas para proteger. Ella no podía herirlos. Ninguno de ellos

desearía eso.

Alice permaneció en silencio sin moverse un cen por varios segundos. Pero ella

probablemente falló en ocultar la sed de sangre emanando de su mano izquierda. El

trío borró sus sonrisas y desviaron sus ojos, asustados.

—Bien, no hay necesidad para esa mirada aterradora.

El más grande eventualmente escupió con enojo y despegó sus manos de la

empuñadura de la espada. El par restante dejó ir la vaina con rostros que parecieron

aliviados, ya probablemente en sus límites al soportarla. La Blue Rose Sword cayó


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pesadamente donde estaba.

Alice se acercó sin ninguna palabra adicional, se detuvo, y sólo usó

deliberadamente tres dedos de su mano derecha para levantar la vaina de cuero

blanco. Después de un vistazo a los mocosos justo después de girar, ella regresó a la

silla de ruedas.

La joven limpió la tierra que estaba en la vaina con el puño de su abrigo, luego

colocó en el regazo de Kirito las espadas blanca y negra a las cuales él abrazó

firmemente antes de detenerse.

Ella le dio a Nygr Barbossa un vistazo, viéndolo aparentemente no prestando

atención a esa conmoción y absorbido en dirigirse a los hombres. Alice se inclinó

levemente hacia su espalda mientras que él continuaba su griterío, y entonces

empujó la silla de ruedas de vuelta al norte en el estrecho sendero.

La furia bramando en su pecho por primera vez en un tiempo se había vuelto

una fría sensación de inutilidad.

No era su primera vez pensando eso desde que comenzó a vivir en el bosque

cerca de Rulid. La mayoría de los aldeanos evitaban incluso hablar con Alice y lo

mismo para Kirito, quien perdió su sentido de sí, ellos ni siquiera lo tratarían como un

humano.

No tenía planes para condenarlos, Alice probablemente aún era una criminal

que violó el Taboo Index para ellos, después de todo. Se sentía suficientemente

agradecida por darle su silencioso consentimiento para quedarse cerca de la aldea, y

vender su comida y necesidades diarias.

Aun así, todavía reflexionaba en un rincón de su mente. ¿Para qué?

¿Exactamente para qué sufrió tanto y luchó contra la Highest Minister,

Administrator? La otra Highest Minister, Cardinal, la inteligente araña negra,

Charlotte, y Eugeo perdieron sus vidas; Kirito perdió su habla y emociones; ¿qué fue

protegido exactamente después de todo eso?

Esa línea de pensamiento terminó en una pregunta que ella nunca podría

pronunciar.

¿Había realmente una necesidad de proteger a las personas como las de los

Barbossa?

Esa duda fue en parte lo que hizo que Alice abandonara a su espada y viviera en

esta tierra remota.


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Las tremendas fuerzas militares de la oscuridad estaban acercándose, momento

a momento, más allá de la «Gran Puerta del Este» al final del Eastabarieth Empire

incluso ahora. Era discutible si el renacido «Ejército de Defensa del Mundo Humano»

promovido por el Knight Commander Bercouli podría incluso ser desplegado a

tiempo. Como Alice no estaba exenta de sus tareas de Integrity Knight, la única capaz

de hacer eso era la fallecida Highest Minister, quizás ella tendría que estar

apresurándose hacia la Gran Puerta tan pronto como pudiera.

Sin embargo, el peso de la Fragant Olive Sword ahora estaba más allá de lo que

Alice podía manejar.

El Celestial World en el que ella creía ser su origen en realidad era una

decepción. La Axiom Church a la que juró lealtad estaba corroída en mentiras. Por no

mencionar que ahora sabía de la fealdad y vulgaridad de los habitantes del Mundo

Humano muy vívidamente. El tiempo en el que ella podía balancear su espada sin

dudas sobre su propia justicia y orar a los dioses pertenecía al pasado distante.

Aquellos a quienes Alice ahora deseaba proteger sumaban unos pocos. Su

padre; su madre; Selka; el anciano Garitta; y Kirito. Si nada les sucedería, ¿qué asunto

haría que diera la espalda a sus tareas de caballera y continuar su pacífica vida en

esta tierra…?

Dejando la tierra despejada, los pies de Alice se detuvieron justo cuando

llegaron al sendero más allá de los campos de trigo, y le susurró a Kirito.

—¿Podríamos ir de compras a la aldea viendo que estamos aquí? No permitiré

que ningún niño insolente te hostigue esta vez.

No hubo respuesta, pero juzgando la falta de la misma como consentimiento,

Alice empujó la silla de ruedas hacia el norte.

Los cielos estaban teñidos de las sombras del ocaso para cuando compraron

comida y esenciales para una semana con la moneda de plata de cien Shear ganada y

regresaron a la cabaña del bosque.

Ella estaba en camino al pórtico de la cabaña cuando notó un ruido grave

aproximándose. Descendiendo levemente con la silla de ruedas, aguardó a su origen

cerca del medio de la pradera.

Lo que hizo su aparición poco después, rozando las copas de los árboles, fue una

gigantesca bestia plateada con dos alas, un gran cuello, y una cola; un dragón volador.

El dragón volador de Alice que los trajo aquí desde la capital central. Con el nombre,

Amayori.


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La bestia circuló a través de los cielos por encima de la pradera dos veces antes

de descender gentilmente. Plegando sus alas y extendiendo su cuello, primero ella

tocó el pecho de Kirito con la punta de su nariz antes de frotar su gran cabeza contra

Alice.

Tras rascar el vello levemente azulado debajo del cuello del dragón, un grave

kururu sonó desde su garganta.

—Amayori, te has vuelto un poco gorda, has estado comiendo demasiados

peces del lago.

Después de ser regañada con una vaga sonrisa, ella sopló desde su nariz como si

estuviera avergonzada, giró su gran cuerpo, y caminó hacia su cama al este de la

cabaña. Se acurrucó encima de la misma, hecha de césped seco densamente

colocado, entrelazando su cola con su cabeza.

Medio año atrás, Alice deshizo la brida de cuero colocada en la cabeza de

Amayori y liberó el Art de atadura en el día en el que decidió construir esta cabaña en

esta pradera. E incluso fue al punto de decirle que ahora era libre y de regresar al

nido de dragones voladores en el imperio del oeste, pero el dragón volador no

intentó abandonarla.

Haciendo una cama con césped que ella reunió por su cuenta, juega en el

bosque y atrapa peces en el lago durante la mañana, pero regresa en la noche sin

excepción. Pese a la falta del Sacred Art que restringe el orgullo, la brutal disposición

de un dragón y llevarla bajo el comando de un caballero, era un misterio por qué no

regresó de donde vino.

Dicho eso, la joven estaba simplemente feliz que Amayori, siempre junto a ella

desde que se convirtió en una Integrity Knight, permanecería a su lado por medio de

su voluntad, así que no hizo un esfuerzo real en ahuyentarla. Los aldeanos

observándola volando sobre el bosque a veces parecía ser una de las causas de la

desagradable reputación de Alice entre ellos, pero no encontró sentido en

molestarse por eso ahora.

Después de darle las buenas noches a Amayori mientras comenzaba su grave

ronquido sobre el césped seco, Alice empujó la silla de ruedas a la cabaña.

Para la cena, ella hizo un estofado de habichuelas y albóndigas. Las habichuelas

eran sólo un poco duras y las albóndigas no eran del todo consistentes, pero parecía

saber bastante decente. Naturalmente, no era como si Kirito diera opinión alguna por

medio de sus palabras. Él simplemente masticaba y tragaba, como si fuera de

memoria, siempre que la pequeña cuchara entraba a su boca.


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Ella consideró que sería bueno si conociera sus gustos y disgustos por lo menos,

pero se dio cuenta que sostenía realmente una conversación apropiada con este

joven por menos que inclusive un día entero después de pensarlo. Parecía que Selka

vivió con él por un tiempo hace dos años, pero sólo lo recordaba

indiscriminadamente disfrutando de todo lo servido. Ella pensó que, también, era

justo como él.

Ocurrió después que moviera a Kirito, quien logró terminar el estofado después

de algún tiempo, al lado de la pequeña estufa junto con la silla y estaba lavando los

cubiertos en el fregadero, alineándolos en el escurridor.

Amayori, quien usualmente dormía hasta el amanecer repentinamente, gritó

con un grave rururu afuera de la ventana.

Sus manos se detuvieron y sus oídos reaccionaron. Un ruido inapropiado para la

estación fue mezclado en el viento nocturno a través del bosque, como un frío viento

de invierno. Un ruido como grandes alas delgadas volando contra el viento.

—¡...!

Saltando de la cocina, ella confirmó que Kirito permanecía quieto en la silla

antes de abrir la entrada. Forzando sus oídos de nuevo, juzgó el ruido del viento

aproximándose, inmediatamente bajó al jardín del frente, y miró hacia arriba en el

cielo nocturno.

—Eso podría...

En el momento en el que ella estaba por regresar por su espada, habiendo

pensado que podría ser un Darkness Knight del Dark Territory que cruzó la cadena

montañosa del borde, ella vio a las escamas del dragón brillar de plateado en la luz

de la luna. Disminuyó la tensión en sus hombros ligeramente. Los Integrity Knights de

la Axiom Church eran los únicos que montaban dragones voladores con escamas

plateadas incluso si alguien fuese a buscar por todo el mundo.

Con eso dicho, aún era demasiado temprano para estar aliviado. ¿Quién

exactamente volaría a una región tan remota, y por qué razón? ¿Podría ser que el

debate con respecto a la ejecución del traidor, Kirito, continuó incluso por todo este

medio año y que la catedral había enviado a alguien finalmente para hacer el acto?

Quizás sintiendo la tensión de Alice, Amayori se arrastró de su cama antes de

levantar su cabeza en alto y gritar una vez más. Sin embargo, su amenazador tono

profundo se desvaneció, reemplazado por un tímido kyuun agudo.

Alice, también, supo por qué inmediatamente.


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El dragón volador que aterrizó en la parte sureña de la pradera después de

circular otras tres veces tenía vello con un matiz similar al de Amayori creciendo

alrededor de su cuello. Ese sólo podía ser el hermano mayor de Amayori, un dragón

llamado Takiguri. En otras palabras, el que estaba montándolo era…

Alice gritó con un tono rígido hacia el caballero vestido con una armadura

completamente plateada que aterrizó en el suelo con un elegante movimiento.

—Pensar que descubriste este lugar. ¿Qué asunto tienes aquí, Eldrie Synthesis

Thirty-one?

El único Integrity Knight poseyendo un número mayor que Alice, quien era thirty,

no habló inmediatamente y en cambio, primero dio una profunda reverencia con su

mano derecha en su pecho.

Enderezando su cuerpo, él lentamente removió su casco. Su lustroso pelo

púrpura claro aleteó en el viento nocturno y su buen aspecto con una sensación de

extravagancia urbana fue revelado. Con su suave voz alta, rara para un hombre —

—Ha pasado un tiempo, mi maestra, Alice-sama. Su belleza no se ha

desvanecido pese a este cambio en su vestimenta. No pude evitar darme prisa para

encontrarla, maestra, con una botella de alcohol de mi preciada colección tras

imaginar el hechizante esplendor que durado cabello tendría bajo la gloriosa luna de

esta noche.

La mano izquierda mantenida detrás de su espalda se lanzó hacia adelante y en

ella había una botella de vino.

Alice detuvo un suspiro mientras respondía al hombre que aparentemente la

consideraba como su maestra.

—Estoy realmente contento que sus heridas se hayan curado, pero veo que su

personalidad es como había sido siempre. Justo lo he notado, pero su manera de

hablar es ligeramente similar a la del Chief Elder Chudelkin.

Girando su espalda a Eldrie quien dejó salir un leve ugh, ella avanzó hacia la

cabaña.

—E-Erm, Alice-sama.

—Te escucharé afuera si es importante. Si no lo es, termina el vino por tu cuenta

y regresa a la capital central.

Alice echó un vistazo a los hermanos reunidos después de medio año, Takiguri y

Amayori, quienes estaban acariciando felizmente la cabeza del otro con sus hocicos,


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entonces regresó a la cabaña rápidamente.

Eldrie, quien dócilmente la siguió, exploró la estrecha cabaña con ojos curiosos

antes que su mirada se clavara en Kirito mirando hacia abajo al lado de la estufa. Sin

embargo, él no mencionó nada sobre el rebelde con quien una vez había cruzado

espadas y velozmente se deslizó a la mesa y jaló una silla para Alice.

—...

Pareció ridículo agradecerle, así que ella suspiró y se sentó directamente. Eldrie

se sentó en frente de Alice sin preguntar y colocó la botella de vino en la mesa. Su

rostro se nubló en el momento en el que sus miradas se encontraron, probablemente

observando el vendaje negro aun cubriendo el ojo derecho de Alice. Esa expresión se

desvaneció pronto, sin embargo, con la nariz de Eldrie contrayéndose mientras

levantaba su rostro.

—Parece que hay un aroma aquí, Alice-sama. Por otra parte, aún no he cenado

debido a este viaje que emprendí de prisa.

—¿Por otra parte? En primer lugar, ¿qué te incitaría a traer vino en lugar de

raciones cuando volabas a esta región remota desde la capital central?

—Le juro a las tres deidades que nunca tendré esa sinuosa cosa seca en esta

vida. Si tengo que satisfacer a mi estómago con eso, mejor me moriría de hambre y

renunciaría a mi Vida...

Alice se levantó de la silla sin escuchar las absurdas excusas de Eldrie hasta el

final. Moviéndose a la cocina, ella sirvió las sobras del estofado de la olla de metal en

un plato de madera y regresó a la mesa.

Eldrie miró fijamente el recipiente colocado ante sus ojos con una mezcla de

deleite y sospecha.

—Perdone mi abrupta pregunta, ¿pero esto tal vez podría estar hecho por su

mano, Alice-sama...?

—Por qué, sí, lo es. ¿Qué hay con eso?

—No. Estoy simplemente alborozado por este día, en el cual pude participar en

la cocina hecha por mi maestra; más eso que ser dotado con una postura de espada

oculta.

Sosteniendo la cuchara con una expresión nerviosa, él llevó las habichuelas a su

boca.


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Alice preguntó una vez más hacia Eldrie cuya boca se movía mientras masticaba.

—Y así, ¿cómo encontraste este lugar? Ningún Art puede llegar tan lejos desde

la capital central... y difícilmente creo que la Orden pudiera enviar dragones

voladores a cada área sólo en busca de mí en su situación actual.

Eldrie no dio respuesta por un momento, murmurando comentarios tales como

‘así que no es tan malo, después de todo’ mientras movía enérgicamente la cuchara,

pero eventualmente levantó su rostro del ahora vacío plato, luego limpió su boca con

un pañuelo que sacó de un lugar u otro antes de mirar hacia Alice.

—Vine, siguiendo los lazos del destino uniéndonos, Alice-sama... o eso me

gustaría decir, pero desafortunadamente, esta fue una completa coincidencia.

Su mano derecha se abrió con un pomposo gesto.

—Los reportes acerca de los goblins y orcos que estaban sacando vino de los

caballeros yendo cerca de la cadena montañosa del borde. Todas las cuevas en el

norte, sur, y oeste fueron destruidas bajo el comando del Knight Commander, pero

como aún había la posibilidad que ellos excavaran obstinadamente, vine para

confirmar el asunto.

—¿Las cuevas...?

Alice tensó sus cejas.

Entre los cuatro pasajes atravesando la cadena montañosa del borde, las cuevas

en el sur, el oeste, y la que sobrepasaba cerca de la villa Rulid, el norte, eran bastante

estrechas, negando el acceso a los orcos y gigantes que formaban la mayor parte de

las fuerzas de la oscuridad. Y así, ella anticipó que el ejército enemigo se juntaría en

la «Gran Puerta del Este», pero el Knight Commander Bercouli había colapsado esas

tres cuevas tras asumir el comando como seguro.

Ese era precisamente el por qué Alice construyó esta casa secreta en esta tierra,

pero la situación cambiaría si el enemigo fuese a cavar a través de la cueva. La Villa

de Rulid sería lanzada de una pacífica región remota a las líneas fronterizas donde la

batalla se desencadenaría primero.

—Y así que... ¿confirmaste los movimientos de las fuerzas de la oscuridad?

—Aunque volé alrededor de la cueva por un día entero, ni siquiera vi un solo

goblin, dejando solo a un orco.

Eldrie se encogió de hombros levemente y continuó.


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—Quizás confundieron una manada de bestias por fuerzas militares.

—¿Revisaste dentro de la cueva?

—Naturalmente, eché un vistazo al lado del Dark Territory, pero estaba

enterrado en rocas hasta el tope. Ellos probablemente necesitarían una gran fuerza

para excavar eso... Entonces Takiguri protestó extrañamente cuando tiré de las

riendas para regresar a la capital central. Le dejé el vuelo y él descendió

directamente hacia aquí. Honestamente, estoy estupefacto. Es una gran

coincidencia... no, tal vez es la mano guía del destino después de todo.

Habiendo dejado su lenguaje florido atrás hace algún tiempo, Eldrie mostró la

cara resuelta de un caballero y continuó

—Estoy obligado a reportar que había encontrado esta oportunidad para una

audiencia con usted en esta ocasión particular. Alice-sama... ¡por favor regrese a la

Orden! ¡¡Más que la asistencia de mil hombres, lo que necesi tamos ahora es su

espada!!

Alice bajó su ojo lentamente como si evadiera la enérgica mirada del caballero.

Ella conocía.

Ella conocía la grieta del frágil muro escudando al Mundo Humano

desmoronándose. Y de las penurias que el Knight Commander Bercouli y el

nuevamente formado Ejército de Defensa sufren mientras lo mantenían.

Alice nunca pudo pagar su deuda al Knight Commander por su protección y guía,

y aún no había perdido su sentido de unidad con los de la Orden de los Integrity

Knights, incluyendo a Eldrie. Dicho eso, era insuficiente para incitarla a la batalla.

La fuerza es el poder de la voluntad de uno. Alice se dio cuenta de esa verdad a

través de la batalla en la catedral. Si la fuerza de voluntad podía permitir a uno volcar

una devastadora diferencia en potencial de batalla, como Kirito en ese entonces,

entonces podría entorpecer a la herramienta sagrada más fuerte también.

—No puedo.

Alice respondió suavemente.

La aguda voz de Eldrie sonó en seguida.

—¿Por qué?

Sin esperar una respuesta, su vista, apasionada como un látigo, giró al joven


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hombre sentado en la silla al lado de la estufa.

—¿Es por ese hombre? ¿Su corazón aún está dejándose engañar, Alice-sama,

por ese hombre que salió de la prisión de la catedral y dirigió su traicionera hoja a

muchos caballeros, el Chief Elder, e incluso la Estimada Highest Minister? Si es eso,

cortaré la fuente de su vacilación por usted en este momento.

El único ojo de Alice se deslumbraba ante Eldrie mientras que él ponía fuerza en

su mano derecha sosteniendo el borde de la mesa.

—¡Para!

Aunque esa sola línea fue a un volumen reprimido, el caballero aún enderezó la

parte superior de su cuerpo tras escucharla.

—Él, también, sólo luchó por la justicia en la que cree. De lo contrario, ¿cómo

pudo derrotarnos a todos nosotros los Integrity Knights, quienes se supone que son

los más fuertes, e incluso a la Deputy Knight Commander? Deberías conocer también

el peso detrás de su espada, habiendo cruzado espadas en persona.


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Incluso mientras arrugas se juntaban cerca del alto puente nasal, Eldrie

lentamente liberó la fuerza en sus hombros. Él bajó su mirada a la mesa mientras se

murmuraba a sí mismo.

—Ciertamente, yo, también, encuentro difícil aceptar el plan de Administrator-

sama de cambiar la mitad de las personas en soldados sin alma con huesos de

espadas. Y sin ese joven... Kirito y su amigo, Eugeo, probablemente no hay nadie que

detuviera el logro de ese plan. Por no mencionar que es como Bercouli-dono dijo,

que la que guió a ese par verdaderamente estuvo a la par con Administrator-sama

una vez, como la otra Highest Minister, Cardinal-sama, difícilmente desearía señalar

los crímenes de Kirito. Sin embargo, si es así, ¡¡lo encuentro incluso más difícil de

tragarse!!

Como si estuviera vertiendo lo que siempre había mantenido reprimido en su

pecho, Eldrie gritó.

—Si las habilidades del rebelde, Kirito, aplastan incluso a las de nosotros los

Integrity Knights como ha mencionado, Alice-sama, ¡¿por qué él no levanta su espada

y pelea?! ¡¿Por qué fue reducido a tal miserable estado y continúa anclándola a esta

región remota?! Si él asesinó a Administrator-sama con el fin de proteger a las masas,

¡¡¿entonces él no debería estar apresurándose a la Gran Puerta del Este en este

momento?!!

Las palabras de Eldrie, como si diseminaran fuego, tampoco mostraron señal de

llegar al corazón de Kirito. Sus ojos medio cerrados no reflejaban más que la luz de

las vacilantes brasas en la estufa.

El pesado silencio duradero que descendió fue perforado por la calmada voz de

Alice.

—Lo siento, Eldrie. Soy incapaz de ir contigo, después de todo. No hay nada que

hacer con el estado de Kirito... Yo simplemente he perdido la fuerza para blandir mi

espada. Dudo que incluso pudiera obtener un motivo si fuera a cruzar espadas

contigo ahora.

Los dos ojos de Eldrie se abrieron repentinamente como si estuviera

desconcertado. El orgulloso rostro del caballero se retorció como el de un niño

pequeño.

Su cara mostró una sonrisa soportando la resignación al mismo tiempo.

—Ya veo. Entonces no tengo nada más que decir...

Extendiendo lentamente su mano derecha, comenzó a murmurar un Sacred Art.


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El rápido conjuro siguiente creó dos elementos de cristal y cambió sus formas a las de

vasos de vino extremadamente finos.

Cogiendo la botella de vino de la mesa, él golpeó el resistente corcho con sólo la

punta de su dedo. Sirvió un poco del fluido rojo carmesí en ambos vasos desde la

botella antes de dejarla.

—Si hubiera sabido que estaríamos declarándonos la despedida con este vino,

habría traído conmigo uno que maduró por doscientos años del East Empire en mi

colección.

Eldrie levantó uno de los vasos, lo bajó de una vez, y luego lo regresó

gentilmente a la mesa. Hizo una reverencia y se puso de pie, su capa blanca

hinchándose.

—Le declaro la despedida aquí, maestra. Su guía en mi espada y Arts

permanecerá inolvidable siempre que este Eldrie viva.

—Te deseo lo mejor. Rezo por tu seguridad.

Asintiendo levemente de vuelta hacia Alice quien logró dar esas palabras a

través de su boca de alguna manera, el Integrity Knight desguazó sus botas contra el

suelo mientras se alejaba. Alice no pudo evitar apartar sus ojos de su espalda llena de

orgullo inquebrantable.

La puerta se abrió y se cerró. Un solo grito estridente vino de Takiguri en el

jardín frontal, seguido por el sonido de alas aleteantes. La voz de Amayori, débil por

su reticencia por separarse de su hermano, pinchó el pecho de Alice.

Aunque el fuerte aleteo se desvaneció a la distancia poco después, Alice

continuó sentada sin moverse.

Justo antes que la Vida de los vasos hechos de elementos de cristal expirara, ella

levantó uno gentilmente a sus labios con las puntas de sus dedos. El primer vino que

probó en este medio año dejó un regusto más amargo y agrio que dulce en su lengua.

Los dos vasos vacíos se dispersaron en luz pálida mientras se desintegraban segundos

después.

Ella empujó el corcho de vuelta en la botella, para ser vaciada aún, y se puso de

pie. Moviéndose a la estufa, llamó hacia Kirito quien aún se sentaba en silencio.

—Lo siento, debes estar cansado. Es pasada la hora de dormir, después de todo.

Ahora, vamos a dormir.

Tapando gentilmente sus hombros con sus mano para hacer que se pare, lo guió


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a la habitación contigua. Ella cambió su túnica negra a su ropa de dormir desteñida

antes de acostarlo en la cama en la ventana.

Incluso tras traer la manta plegada a sus pies y cubrirlo hasta su cuello con ella,

los ojos de Kirito permanecieron medio abiertos, aun mirando fijamente al techo sin

parpadear.

La habitación se llenó de una oscuridad azul pálida después de que apagara la

lámpara en la pared. Ella se sentó al lado de Kirito y acarició suavemente su pecho

demacrado y hombros huesudos por varios minutos; sus párpados cayeron sólo

entonces, como si alguna fuente de poder que tenía fuera cortada.

Ella esperó hasta que la respiración del Kirito durmiente se estabilizara antes de

dejar la cama y cambiarse a una ropa de dormir blanca. Regresando a la sala, revisó a

Amayori desde la ventana, luego extinguió las dos lámparas y regresó a la alcoba.

Levantó la manta en la cama y entró al lado de Kirito mientras que su débil calor

envolvía su cuerpo.

Aunque cerrar su ojo usualmente le habría permitido escapar en su sueño sin

demora, su somnolencia parecía casi ausente hoy.

El blanco deslumbrante de la capa azotando la espalda de Eldrie mientras que él

se iba permaneció grabado en los interiores de sus párpados, picando sus ojos.

Ese mismo orgullo debería haber llenado su propia espalda en esos días. Esa

inquebrantable resolución surgiendo a través de su cuerpo como energía para

proteger al Mundo Humano, sus habitantes, y la autoridad de la Axiom Church con su

espada.

Sin embargo, hasta la última gota de esa fuerza la había abandonado.

Tenía una pregunta para Eldrie, para su antiguo discípulo. ¿Exactamente para

qué pelea, ahora que la iglesia y la Highest Minister habían sido expuestas como

falsedades?

Pero no pudo preguntar. Ninguno de los Integrity Knights fue informado de la

totalidad del horripilante proyecto de la Highest Minister aparte de Bercouli y ella

misma. Ni siquiera Eldrie conocía el hecho que su «fragmento de memoria» y su

«persona más amada», reducidos a una parte del Sword Golem, permanecían en el

sellado piso más alto.

Y así, él aún creía en el concepto de la Axiom Church. Aún espera, de manera

expectante, el día en el que las tres diosas enviarían a un nuevo Highest Minister a la


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catedral para conceder su infalible guía.

¿Pero ella qué debería hacer, como uno consciente que las diosas y el Celestial

World eran ambos grandes mentiras?

Era perfectamente entendible, pero el Knight Commander tuvo que ocultar la

mitad de las verdades de los caballeros para prepararlos para la próxima guerra. La

vacilación actualmente en su pecho ciertamente infectaría a los otros caballeros si

ella estaba en su presencia.

Nadie sabía si el Ejército de Defensa establecido con prisa podría repeler el

asalto coordinado de las fuerzas de la oscuridad. Si ellos atravesaban la gran Puerta

del Este, los monstruos sedientos de sangre marcharían a esta aldea remota tarde o

temprano. ¿No había método para evitar ese desastre?; una cierta voz se reproducía

dentro de la mente de Alice cada vez que reflexionaba eso.

Las dos líneas que vinieron de esa misteriosa plataforma de cristal después de la

batalla con la Highest Minister, antes que Kirito colapsara.

«Dirígete al World End Altar.»

«Directo al sur después que salgas de la gran puerta del este.»

Ella no tenía recuerdo de este nombre, «World End Altar» en la Lengua Sagrada.

Sin embargo, sabía qué podía encontrarse tras salir de la Gran Puerta del Este. El

yermo del Dark Territory: tierra ennegrecida como cenizas y cielos con el tono de la

sangre aproximándose. Ni el avance ni el escape eran sencillos una vez que uno daba

un paso en él.

Incluso si ella superaba las atroces dificultades para llegar al altar, ¿qué la

aguardaba ahí? ¿Había verdaderamente alguien, o algo, capaz de proteger a los

habitantes del Mundo Humano de las fuerzas de la oscuridad...?

Alice inclinó su cabeza encima de la almohada y miró fijamente al joven

extendido en el otro lado de la cama.

Arrastrándose a través de la manta, ella se movió al lado de Kirito. Tendiendo

sus manos después de una leve vacilación, se aferró a él como un niño espantado por

una pesadilla.

Sin importar cuán duro Alice atraía su cuerpo estrepitosamente delgado más

cerca, el joven que hacía a su corazón titubear con intensidad a la par con las flamas

absolutamente no mostraba ninguna reacción. Su pulso continuó su perezoso ritmo;

sus rebajadas pestañas permanecieron completamente sin movimiento. Él... no, eso


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tal vez ya no sería nada más que una cáscara vacía con su alma completamente

calcinada.

Si su espada estuviera en su mano derecha…

Ella podría darle un fin a todo, apuñalando sus dos corazones como uno.

Ese pensamiento momentáneo se desbordó de los ojos de Alice como lágrimas y

cayó en la nuca de Kirito.

—Dime, Kirito... Qué debería hacer...

Ninguna respuesta vino a su pregunta.

—Qué... debería...

La luz de la luna fluyendo desde un espacio en las cortinas se fusionó y

desapareció dentro de las lágrimas cada vez más grandes.


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Parte 2

El vigésimo segundo día del décimo mes que venía después fue el más frio de

todo este otoño.

Cancelando el paseo, ella invirtió el tiempo con Kirito en la estufa. Intentó hacer

un montón de leña como el anciano Garitta le había enseñado antes que el invierno

realmente llegara, pero parecía no haber necesidad para eso.

Después de tomar todo el día para escribir tan solo dos cartas en pergamino,

Alice dudó si firmar como Synthesis Thirty en Lengua Sagrada o con el nombre

familiar Schuberg en Lengua Común.

Ella dobló cuidadosamente una, la puso en un envoltorio y la dirigió a Selka. Ella

puso en la mesa otra para el anciano Garitta.

Las cartas expresan despedidas y disculpas. No podía permanecer en esta casa

ahora que el Integrity Knight Eldrie sabía de ella. El próximo en venir seria

seguramente el Caballero Comandante Bercouli en persona, más que Eldrie. Alice no

tenía palabras que usar ante su maestro en el arte de la espada y su benefactor.

Por lo tanto debía irse una vez más.

Un pequeño, largo suspiro salió de Alice antes que levantara su cara y mirara al

joven de pelo negro sentado en el lado opuesto de la mesa.

—Eh, Kirito. ¿Dónde quieres ir? He oído que las montañas del sur tienen vistas

hermosas. ¿O quizá mejor las junglas en el sur? Sería cálido durante todo el año y

parece que hay mucha fruta.

A pesar de la voz brillante que usó deliberadamente, Kirito, como siempre, no

mostraba respuesta.

Sus ojos vacíos se quedaron pegados a la mesa. Su corazón le dolía al pensar

como había de sacar a este joven herido de la estabilidad otra vez. Sin embargo, aun

así, ella no podía dejarlo en Rulid. Alice no podría forzar dicha tarea en Selka quien

era aprendiz de monja, y tampoco lo deseaba. Cuidar de Kirito era la primera y única

razón que encontró para seguir viviendo.

—Ya veo, dejemos nuestro destino a Amayori. Tú debes irte a la cama temprano,

tendremos que madrugar mañana.

Alice cambió a Kirito, lo colocó en la cama, entonces se puso su propia ropa para

dormir y apagó la luz antes de meterse bajo la manta.


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Sus orejas centradas en la respiración de Kirito a su lado en la oscuridad. Ella se

movió un poco después de que él se durmiera completamente.

Al apoyar su cabeza en el pecho de Kirito que había quedado esquelético, notó

sus lentos latidos a través de la oreja que presionaba en él.

El corazón del chico ya no estaba más aquí. Estos latidos, también, no eran más

que ecos del pasado. Alice llegó a pensar eso en los meses que pasó durmiendo a su

lado cada noche. Sin embargo, ella todavía creía que había algo en lo profundo de

cada latido que hacía eco.

Si Kirito solo había perdido su capacidad de expresarse pero retenía su habilidad

de pensar, ¿qué podría justificar su comportamiento? Alice se hundió en el abismo

superficial del sueño mientras reflexionaba con una ligera sonrisa.

Sorprendentemente, un débil temblor vino del cuerpo junto al suyo.

Ella se lo manejó para conseguir levantar sus pesados parpados. Giró su ojo

izquierdo hacia la ventana del este, pero el cielo visible en el espacio entre las

cortinas era completamente negro. Ella debió de haber dormido, dos o tres horas

como mucho según su intuición.

Alice susurró a Kirito cuyo cuerpo rígido tembló una vez más.

—Todavía es de noche… Vamos a dormir un poco más…

Ella movió sus parpados hacia abajo y pensó e frotar el pecho de Kirito hasta que

se volviera a dormir. Sin embargo, finalmente notó el comportamiento anormal

cuando su suave voz llegó a sus oídos.

— Ah… Aah…

— ¿Kirito…?

Kirito, en su estado actual, no poseía necesidades adicionales. Él no despertaría

por el frio la sed o cualquier otra cosa. Y aun así, el temblor del joven se hacía cada

vez más fuerte mientras sus piernas se movían como si quisieran dejar la cama.

— ¿Ocurre algo…?

Alice se repuso a sí misma, pensando si había, de algún modo, recuperado la

conciencia, y generó un elemento luminoso, ya que el tiempo requerido para

encender la lámpara era demasiado precioso.


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Ella exhaló decepcionada al ver solo el usual vacío negro en los ojos que Kirito

que mostraba la tenue luz blanca. Pero entonces, ¿que ha…?

El sonido que escuchó Alice esta vez provenía de fuera de la ventana.

— ¡Kururu, kurururuu!

Los gritos venían de Amayori quien debería estar durmiendo en una esquina de

los terrenos baldíos. Agudos y penetrantes ecos como si avisara a su amo para estar

alerta.

Saltando al suelo, Alice corrió hasta la sala de estar desde el dormitorio y forzó la

puerta de entrada. El aire frío de la noche sopló inmediatamente. Un extraño olor

estaba mezclado con el viento que normalmente se olía en el bosque. Parecía pinchar

en lo profundo de su nariz, el olor de algo quemado…

Todavía descalza, saltó al patio delantero. Respiró hondo al darse la vuelta,

explorando el cielo nocturno.

Los cielos del oeste estaban en llamas.

El resplandor de un ominoso color rojo anaranjado reflejaba indudablemente

algún enorme infierno. Se focalizó en su ojo y vio numerosas filas de humo negro en

el cielo estrellado.

'¿¡Un incendio forestal!?'

Se retractó inmediatamente de dicho pensamiento justo después de pensarlo. A

parte del quemado, el viento penetrante que llegaba débilmente hasta ella era el

ruido de clangs metálicos y un clamor de gritos.

Un ataque enemigo.

Las fuerzas del Dark Territory estaban atacando la villa de Rulid.

— ¡¡Selka!!

Un grito ronco escapó de Alice y volvió rápidamente a la casa. Sin embargo ella

se quedó petrificada tal como lo estuvo en el porche.

Tenía que salvar a su hermana pequeña y padres. ¿Pero que ocurría con los

otros habitantes?

Si intentaba con todas sus fuerzas salvar a todos, debería de luchar con las

fuerzas de la oscuridad de frente. ¿Pero tenía el poder para hacerlo en su yo actual?


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El origen de la Integrity Knight Alice era su lealtad casi ciega por la Axiom Church

y la Highest Minister. Ahora que había perdido la fe junto con su ojo derecho, ¿podría

realmente blandir la Fragant Olive Sword y usar sus Sacred Arts?

Estando congelada, las orejas de Alice oyeron un gatan, desde dentro de la

cabina.

Su ojo izquierdo se abrió ampliamente. Una silla cayó en medio de la oscura sala

de estar y junto a ella estaba un joven de pelo negro arrastrándose por el suelo.

— Kirito…

Alice movió sus piernas paralizadas y entro a la cabina.

La luz de la determinación estaba ausente como era usual en los ojos de Kirito.

Dicho esto, el motivo de lento movimiento era evidente. Su único y extendido brazo

se dirigía hacia las tres espadas colgadas en la pared.

— Kirito... tú...

Algo caliente estaba atrapado entre su pecho y su garganta. Tomó algo de

tiempo antes que se diera cuenta que lo que deformaba ligeramente su visión eran

lágrimas.

—Ah… aah…

La silueta de Kirito se movía sin pausa mientras su voz ronza se escapó,

acercándose desesperadamente a las espadas. Alice se limpió los ojos y corrió hacia

el joven, levantando su frágil cuerpo del suelo.

—Todo va a estar bien, voy a ir. Voy a salvar a los aldeanos. Así que por favor

siéntate y espérame aquí.

Susurrándole eso rápidamente, Alice abrazó fuertemente a Kirito.

Thump. Thump. Las reverberaciones de los latidos de su corazón le llegaban

desde sus cuerpos en contacto.

Una persistente fuerza de voluntad se mantenía sin duda en aquellos latidos

incluso con su corazón cerrado. Aunque como brasas indistintas, seguían

transmitiendo un calor distintivo al cuerpo de Alice.

Alice presionó firmemente sus mejillas antes de levantarlo y sentarlo en una silla.

— Voy a estar de vuelta rápidamente después de salvarlos.


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Dijo nuevamente, y tomó primero su armadura y la correa de la espada del

armario donde habían estado todo este tiempo antes de equipárselas sobre su ropa

de dormir. Corriendo después hasta la pared oriental. Agarró su amada espada sin

dudarlo.

La Fragant Olive Sword abrumaba a sus manos después de sujetarla por primera

vez en medio año. Colocando el broche de metal de la funda en su cinturón para la

espada, tomó un abrigo mientras se ponía las botas, entonces corrió hacia el patio

delantero de nuevo.

— ¡¡Amayori!!

Una gigantesca silueta apareció volando, bajando su cabeza, después que ella

gritó hacia su cama en el este.

Alice ordenó con voz aguda luego de saltar sobre la base de su largo cuello.

— ¡¡Vamos!!

Su par de alas de plata se batieron fuertemente y el dragón volador se levanto

directamente hacia el cielo después de un corto recorrido en tierra.

Podía ver la catástrofe claramente en Rulid después de ganar algo de altitud. Las

grandes llamas que aparecían principalmente en el extremo norte de la aldea. Los

agresores probablemente vinieron del Dark Territory desde la cordillera del borde

después de todo.

Eldrie había dicho que no había anormalidades en la 'Cueva del Norte', siguiendo

las órdenes de Bercouli, la pasada noche. Los números requeridos de movilizar para

eliminar todos los escombros en un único día excederían más que diez o veinte.

Parecía que las pequeñas unidades habían estado introduciéndose si gilosamente

a través de las tres cuevas en la cordillera del borde bajo la cubierta de la noche para

cometer actos malvados desde tiempos remotos. Kirito y Eugeo habían afirmado que

también lucharon con un grupo de goblins en la cueva del norte antes que l legaran a

la capital central. Sin embargo, ella nunca había oído de un ataque tan extensivo pero

audaz. Toda la tierra de la oscuridad estaría pensando que la hora es propicia para un

asalto completo al Mundo Humano.

Amayori voló sobre el denso bosque de una sola vez y llegó a los cielos sobre los

campos de trigo a las afueras de Rulid aun cuando dichos pensamientos atravesaron

la mente de Alice.


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72 | P á g i n a

Ella no tenía riendas, pero aun así transmitía sus instrucciones para desplazarse

tocando levemente la nuca del dragón.

Alice alineó su cuerpo y enfocó su ojo en el estado de la aldea. La calle principal

cruzando de sur a norte brillaba de rojo con llamas en su extremo norte y ella podía

localizar las sombras distintivas de los atacantes avanzando. Los hábiles gobli ns

corrían como si estuvieran saltando hacia adelante. Los orcos grandes, también,

avanzaban a una corta distancia de ellos.

Un bloqueo improvisado fue construido con muebles y madera apilados de

inmediato al norte de la plaza, pero las vanguardias goblins ya habían llegado ahí y

sus espadas desenvainadas revoloteando en la luz golpeaban como uno para

atravesar el obstáculo.

Los que estaban contraatacando eran el cuerpo de guardia de la aldea. Sin

embargo, probablemente fueron superados por los goblins: sea en número, en

equipos, o en experiencia. A este ritmo, tomaría más que un breve momento antes

que la unidad orco, causando temblores mientras se acercaban desde atrás, los

pulverizaran.

Conteniendo su deseo de sumergirse en medio de esa batalla en ese momento,

ella siguió verificando la situación.

Las llamas también se alzaban por los lados este y oeste de la aldea. Sin embargo,

parecía que aún no habían sufrido daño desde la plaza hasta el sur. Aparte de los

guardias, los otros aldeanos, incluyendo a Selka, por supuesto, deben haber huido de

la puerta del sur y escapado al bosque.

Alice centró su ojo en la plaza una vez más con ese pensamiento en mente y no

pudo evitar dejar salir su voz.

— ¡¿Por qué…?!

Había incontables siluetas manteniéndose cerca a la fuente central, rodeándola

en la plaza circular ante la iglesia. Escapó de su atención inmediata cuando había

demasiados de ellos. Casi todos los habitantes de Rulid deben haberse reunido ahí.

¿Por qué no escaparon de la aldea?

Los guardias ciertamente serían aplastados enseguida cuando la fuerza principal

de los atacantes llegue al bloqueo. A menos que comiencen a alejarse, sería

demasiado tarde.


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Alice golpeteó el cuello del dragón volador otra vez y gritó una línea después de

ir justo arriba de la plaza.

— ¡Amayori, espera aquí hasta que te llame!

Y saltó desde la altura de varias decenas de mel sin la más mínima duda. El

dobladillo de su abrigo volaba violentamente mientras caía, cortando el frío aire

nocturno.

Los aldeanos, sumando unos aplastantes trescientos, que se apiñaron en un

círculo habrían estado preparados para montar una pelea cuando había hombres

posicionados en el extremo llevando implementos de granja como palas y guadañas.

Alice aterrizó justo al lado de dos hombres que disparaban órdenes de sde el costado.

El pavimento de piedra se agrietó en un patrón radial con un rugido atronador.

Un shock intenso recorrió desde la planta de sus pies a su cabeza y su Vida

probablemente cayó un tanto, pero eso fue lo más lejos que fue.

Los dos hombres, el granjero adinerado, Nygr Barbossa, y el jefe de la villa de

Rulid, Gasupht, estaban sin habla atemorizados por la silueta repentinamente

cayendo desde arriba.

Aunque Alice sintió que su aliento se detuvo momentáneamente tras ver el

rostro de su padre, se recuperó lo suficientemente rápido para tomar ventaja del

silencio que causó y gritó.

— ¡No serán capaces de retenerlo aquí! ¡¡Evacúen a todos los aldeanos por

medio del camino del sur de una vez!!

El shock aumentó en los rostros de los hombres cuando escucharon las

instrucciones de Alice.

Pero lo que salió de la boca de Nygr después que volvió a sus sentidos fue una

gutural voz áspera.

— ¡No seas estúpida! ¡¡¿Cómo podemos huir y abandonar mi mansión… esta

villa?!!

Alice refutó al granjero acaudalado, las venas estallando en su frente, con un

tono agudo.

— ¡Aún pueden escapar del alcance de los goblins ahora! ¡¿Qué es más

importante, sus posesiones o su vida?!


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Reemplazando a Nygr que pudo gruñir en respuesta, Gasupht el jefe de la villa

dejó salir su voz, profunda y tensa.

— Fortalezcan nuestras defensas en una formación circular fue la instrucción del

jefe de guardias, Jink. Incluso yo, el jefe de la villa, tengo que cumplir sus órdenes en

tal situación. Esa es la ley imperial.

Alice fue la que se quedó sin palabras esta vez.

Durante las emergencias, el que accedía al sacred task del jefe de guardias

obtiene una autoridad temporal para comandar a todos los residentes de una villa o

pueblo en lugar de su líder. Esa provisión ciertamente existía en la ley imperial de

Norlangarth North Empire.

Sin embargo, el jefe de guardias llamado Jink era un joven que recientemente

heredó su Sacred Task de su padre. Era dudoso que pudiera mantener su compostura

y asumir el mando bajo dichas circunstancias anormales. La ansiedad pronunciada en

el rostro de Gasupht mostraba que él, también, pensaba eso dentro.

Dicho eso, las leyes del imperio eran absolutas para los aldeanos. Ella sólo podía

hacer que Jink, comandando la línea defensiva luchando en el lado norte de la plaza,

se retire y cambie sus órdenes para comenzar la evacuación de una vez, pero

claramente no había tiempo suficiente.

¿Qué? Qué podría…

El grito de una joven pero decidida voz llegó a los oídos de Alice entonces,

mientras ella estaba congelada.

— ¡¡Hagamos lo que nee-sama dice, padre!!

Mirando de nuevo hacia adelante sin aliento, vio a una hermana pequeña

curando a los aldeanos quemados con Sacred Arts.

— ¡Selka!

Gracias a la diosa, ella estaba bien: Alice dio un paso adelante hacia su querida

hermana menor, pero Selka se puso de pie y se entrelazó por medio de la multitud

hacia el trío.

Después de mostrar una breve sonrisa hacia Alice, las expresiones faciales de

Selka se tensaron inmediatamente cuando le habló a Gasupht.

— Padre, ¿nee-sama ha estado equivocada alguna vez? No, incluso yo puedo

saberlo. ¡A este ritmo, todos morirán!


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—Pero… pero aun así…

Gasupht tartamudeó con una expresión amarga. Su bigote, teñido de blanco, se

estremeció levemente y su mirada deambuló de manera vana a través del espacio

vacío.

Tomando el lugar del jefe de la villa que se quedó sin palabras, Nygr Barbossa

estalló una vez más en ira.

— ¡¡Este no es lugar para que una niña se entrometa!! ¡¡Protegeremos la villa!!

Sus dos ojos rojos miraron la mansión de los Barbossa construida cerca de la

plaza. Lo que estaba en la mente de Nygr era inequívocamente la masa de trigo

almacenada en otoño y las monedas de oro acumuladas por muchos años.

Regresando su vista hacia Alice y Selka, el granjero, de manera suficientemente

natural, gritó estridentemente.

—Sí… sí, ¡lo he entendido! ¡¡Eres la que invitó a esas bestias de la tierra de la

oscuridad a esta villa, ¿no, Alice?!! ¡¡Fuiste mancillada por el poder de la oscuridad

cuando cruzaste la cordillera del borde en el pasado!! Tú, bruja… ¡¡esta chica debe

ser una bruja terrible!!

Alice perdió sus palabras, señalada por ese dedo acusador. El clamor de los

aldeanos, los choques entre armas resonando de la línea defensiva, y los gritos de

guerra de los monstruos acercándose se sentían lejos.

Desde que empezó a vivir en las afueras de la villa, Alice había terminado en los

gigantescos árboles del bosque innumerablemente por pedido de Nygr. Este hombre

se había agitado prácticamente para agradecerle cada vez. Y aun así, él pudo escupir

esas palabras cuando las fortunas de su familia ocuparon todo su tiempo; cómo

pudo…

Alice apartó su ojo del hombre de mediana edad con una expresión similar a la

de los orcos y murmuró dentro.

«¿Qué tal si lidias con ello por tu cuenta?»

«Simplemente haré lo que quiera. Tomaré a Selka, al anciano Garitta, a mis

padres, y a Kirito de esta aldea y buscaré un nuevo hogar en algún lugar lejos.»

Ella trituró sus dientes audiblemente; bajó sus párpados.

Su flujo de pensamientos puso una vista opuesta.


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76 | P á g i n a

«Pero la estupidez que Nygr Barbossa y los otros aldeanos muestran fue creada

por la ley de la Axiom Church por cientos de años.»

Las masas estaban atadas por incontables principios y leyes bajo el Taboo Index

y mientras se les concedía una paz templada, algo importante se les fue

constantemente robado.

Sería su capacidad para pensar, y para luchar.

¿Dónde ese poder imperceptible, saqueado de las masas por años y meses

interminables, se había acumulado?

Dentro de los Integrity Knights que sumaban meramente treinta y uno.

Después que tomó un profundo respiro y lo dejó salir, la fuerza con la que el ojo

izquierdo de Alice se abrió hizo un ruido prácticamente.

El rostro de Nygr se tornó pálido abruptamente, como si fuera por el miedo, en

su vista.

En contraste, Alice sintió una energía misteriosa rebosando desde dentro. Un

poder como una llama quemando blanquiazul, pero más caliente que las otras. El

poder que ella creyó perdido al final de esa batalla en el piso más alto de la catedral,

uno que guio a Kirito, a Eugeo, y a Alice a enfrentar a la gobernante más poderosa del

Mundo Humano.

Ella tomó un profundo respiro y anunció.

—Revocaré la orden del Guard Chief Jink. Haré que todos los aldeanos reunidos

en esta plaza se retiren al bosque del sur con los que portan armas en el frente.

Su tono fue gentil, pero la parte superior del cuerpo de Nygr se dobló como si

fuera golpeado por una mano invisible. Sin embargo, uno aun así podía decir que su

valentía fue admirable con cómo aún respondía con un tono tembloroso.

—Por… por qué una chica que fue expulsada puede…

—La autoridad de un Knight.

—Qu… ¡¿qué Knight?! ¡Esta villa no tiene tal Sacred Task! Incluso si puedes

blandir una espada un poco, ¿sabes qué ocurrirá si los estimados Knights en la capital

oyen de ti afirmando que eres uno…?

Alice le dio a Nygr, haciendo espuma mientras seguía gritando, una mirada firme

mientras sostenía su abrigo en su hombro derecho con su mano izquierda.


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—Yo soy… Mi nombre es Alice. ¡¡Tercera entre los Integrity Knights de la Axiom

Church, supervisando la Región de Centoria City, Alice Synthesis Thirty!!

Ella arrancó el abrigo de sí misma cuando anunció fuertemente su nombre.

En el momento en el que la gruesa prenda en la que toda su constitución estaba

vestida fue retirada, su armadura dorada y la Fragant Olive Sword respl andecieron

intensamente mientras reflejaban las llamas abrasadoras.

—Qu… un, ¡¿un Integrity Knight…?!

Nygr cayó en su trasero mientras miraba hacia arriba, una voz, ahora

completamente chillona, se filtraba de él. Los ojos de Gasupht también se abrieron

ampliamente.

La proclamación del nombre de Alice no pudo haber sido una mentira. Después

de todo, no podía haber nadie que pudiera desarrollarse como un Integrity Knight,

nadie que pudiera desobedecer la autoridad de la Axiom Church. Kirito y Alice

probablemente eran los únicos dos capaces de hacerlo, pero no era como si Alice

abandonara su espada, la prueba de su caballería, incluso después de escapar hacia

aquí de la capital central.

Los aldeanos haciendo ruido, también, cayeron en el silencio. Las espadas

colisionando en la línea defensiva del norte tanto como los gritos de guerra de los

guardias y los goblins, también, se sintieron de lejos.

Lo que rompió ese silencio fue un susurro de Selka.

— ¿Nee… sama…?

Volteando su ojo izquierdo hacia su hermana menor que tenía sus dos manos

agarradas ante su pecho, Alice sonrió gentilmente.

—Perdón por ocultártelo todo este tiempo, Selka. Este es el verdadero castigo

que me dieron. Y… mi verdadero deber.

Gotitas de lágrimas aparecieron en los ojos de Selka tras oír esas palabras.

—Nee-sama… yo siempre creí en ti. Que nunca fuiste una criminal. Eres tan

hermosa… así que, así que…

El siguiente en actuar fue Gasupht.

Arrodillándose en el pavimento de piedra con un ruido firme, el jefe de la villa

gritó con una voz forzada mientras miraba hacia abajo.


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— ¡¡Se hará tu voluntad, estimada Integrity Knight!!

Levantándose rápidamente, volteó hacia los aldeanos y dictó instrucciones

claras.

— ¡¡Todos, de pie!! Quienes portan armas guiarán el camino, ¡¡corran a la

puerta del sur!! ¡¡Una vez que estén fuera de la villa, escapen al bosque al sur de la

tierra despejada!!

Una agitada conmoción recorrió a los aldeanos parándose firmemente. Pero eso,

también, duró no más que un breve momento. Los aldeanos no tenían opción para

resistir las órdenes del jefe de la villa en primer lugar; era incluso más cuando era la

voluntad de un Integrity Knight.

Los musculosos campesinos fortaleciendo el alrededor se pusieron de pie e

incitaron a las mujeres, niños, y a los ancianos también a ponerse de pie. Alice llamó

a Gasupht que se unió a la cabeza de la manada para detenerlo y habló con una voz

silenciosa.

—Padre, por favor cuida de todos... de Selka y de madre.

La firme expresión de Gasupht se estremeció por un mero instante y dio una

breve respuesta.

—Cuide también de usted misma, estimada Knight.

Este padre probablemente nunca más llamaría a Alice su hija otra vez. Eso,

también, era parte de su pago por el poder que se le concedió. Tallando eso en su

corazón, Alice empujó la espalda de Selka y la hizo ir junto con Gasupht.

— Nee-sama… no te esfuerces demasiado, por favor.

Alice sonrió mientras asentía a su hermana menor cuyos ojos aún estaban

llorosos, y luego volteó hacia el norte. Los aldeanos se fueron como uno detrás de

ella.

— Ah… aah… m, mi mansión…

Ese patético gemido vino de Nygr Barbossa cuyo trasero aún estaba en el suelo.

Su mirada vacilaba entre los aldeanos corriendo y su mansión hacia donde las llamas

estaban acercándose. Decidiendo dejarlo solo, ella se concentró en el estado

completo de la villa.

Logró poner a los aldeanos en acción, pero aun así sumaban trescientos.

Tomaría tiempo para que escaparan del lugar. Pero la línea defensiva estaba


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alcanzando el final de su cuerda y además, las pisadas del enemigo también se

aproximaban desde el este y el oeste.

El grito de un joven, como un alarido, sonó desde el lado norte de la plaza

entonces

—¡Ya no podemos esperar más! ¡Retirada! ¡¡Reti—rada!!

La voz pertenecía al Jefe de la guardia Jink. Nygr se puso de pie tras oír eso,

como si se revitalizara, y se encolerizó con Alice.

—Mira... ¡sólo mira eso! ¡Deberíamos habernos quedado en la plaza y haber

defendido! ¡Nos matarán! ¡¡Ellos nos asesinarán a todos nosotros!!

Alice encogió su hombro y rebatió tranquilamente.

—No necesitas preocuparte; tenemos todo este espacio. Yo los detendré aquí.

— ¡Como si pudieras! ¡Tal vez no puedas hacerlo, no hay posibilidad! Incluso si...

Incluso si tú realmente eres una Integrity Knight, ¡¡¿qué puedes hacer tú sola contra

tantos de esos demonios?!!

Nygr aún continuaba gritando pese a las horripilantes siluetas de los goblins ya

presionando desde el este y el oeste. Ignorándolo de nuevo, Alice miró atrás. Los

últimos aldeanos todavía estaban en la plaza, aunque a distancia suficiente de Alice y

el resto en el centro.

Agarró a Nygr firmemente de su nuca y lo empujó hacia el sur. Esa mano empujó

directamente en el cielo nocturno y gritó el nombre de su amado dragón fuerte.

— ¡Amayori!

Un poderoso rugido inmediatamente regresó de los cielos. Oscilando su

levantada mano derecha desde el oeste al este, ella entonces gritó.

— ¡¡Redúcelos a cenizas!!

El ruido de alas aleteantes fluyó como una tormenta y Nygr, quedándose quieto,

junto con los grotescos demi-humanos cargando en la plaza, los goblins, miraron

directamente arriba al mismo tiempo.

El gigantesco dragón volador zambulléndose a través de los cielos, teñidos de

rojo por las llamas, abrió su mandíbula ampliamente. Un destello blanco azulado

parpadeó desde lo profundo de su garganta…

¡¡Shubaa!!


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Eso resonó mientras que una brillante luz aparecía. El rayo de calor que hizo

contacto con las calles del oeste también sesgó las calles del este, perforando ante

los ojos de Alice y Barbossa mientras estaba en el lado sur de la plaza.

El tiempo se detuvo brevemente.

Las terribles llamas se hincharon a lo largo de una línea y se liberaron en los

cielos nocturnos. Los goblins tragados fueron lanzados a lo alto con alaridos

estridentes.

El rayo de calor que masacró instantáneamente a más de veinte agresores

mientras vaporizaba la fuente en el centro de la plaza y espeso humo blanco se

desplegó en los alrededores. Amayori perdió el control, rozándolo, y Alice dio

instrucciones para esperar antes de llevar su ojo hacia atrás.

Nygr colapsó en el ardiente pavimento, quizás debido a la fuerza en su cintura

dejándolo, con sus dos ojos desprendidos.

— ¡¿Qu... quu... un... un, un d, dragón?!

Alice estaba preguntándose qué le ocurrió al hombre de mediana edad cuyas

mejillas aflojadas estaban en espasmo antes que las desesperadas pisadas se

aproximaran desde más allá del vapor pendiente. Los que aparecieron, todos

revestidos con armaduras de cuero, fueron los hombres de los cuerpos de guardia de

Rulid. La decisión para vencer una retirada apresurada fue un buen llamado como su

condición demostraba; pese a sufrir leves heridas, nadie fue lastimado gravemente

entre las varias decenas de guardias.


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Un hombre joven con una gran constitución que corrió admirablemente a su

final, el Jefe de la guardia Jink, se dio cuenta que la plaza estaba casi vacía y gritó con

un rostro sorprendido.

— ¡¿D-Dónde han ido todos los de la aldea?! ¡¿No les dije que fortalecieran sus

defensas aquí?!

— Los he hecho retirarse al bosque del sur.

Alice respondió y él pestañeó como si sólo notara su existencia. Su vista se

desplazó entre su cabeza y sus pies incontables veces mientras hablaba, estupefacto.

—Tú… ¿Alice…? ¿Por qué estás…?

— No hay tiempo para explicar. ¿Estos son todos los guardias? ¿Hay algunos

dejados atrás?

— Ah… sí, eso creo…

— Entonces por favor escapa con todos. Aah, y lleva a Barbossa allá contigo.

— Pe, pero… Están justo por detrás…

Antes que sus palabras terminaran…

— ¡¡Gihii!!

Un rugido vulgar sonó a través de toda la plaza.

— ¡¡Dóndee!! ¡¡A dónde se fueron, iumss blancos!!

Los que atravesaron la densa niebla mientras corrían en la plaza fueron goblins

revestidos con armaduras de placas gruesas con plumas largas en sus cabezas,

sosteniendo machetes similares a bultos de metal en sus manos derechas. Estos

parecían de una tribu diferente, teniendo un físico levemente mejor comparados con

los que aparecieron de las calles adyacentes antes y fueron incinerados por las llamas

de Amayori.

Alice miró fijamente a los demi-humanos mientras colocaba su mano derecha en

la empuñadura de su preciada espada. Los dragones voladores no podían disparar

sus rayos de calor sucesivamente. Tenía que enfrentar a los enemigos por su cuenta

hasta que Amayori acumulara los elementos térmicos dentro de sí misma otra vez.

Uno de los goblins vio a Alice que estaba vestida con una armadura dorada, y los

colores de la sed de sangre y de la lujuria surgieron en sus ojos brillando de dorado

mientras gritaba.


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— ¡¡Gihi!! ¡Una ium heeembraa! ¡Mátenla! ¡¡Mátenla y cómanla!!

Encargándose tranquilamente del demi-humano que embistió directamente

hacia ella mientras blandía un machete con su brazo anormalmente largo, Alice

murmuró en los profundo de su pecho.

«Qué terrible poder me dieron. Mi sola existencia es prácticamente un pecado.»

Este cuerpo de una Integrity Knight.

— ¡¡Gyaa!!

El pesado osciló mientras que él saltaba y fue capturado por Alice que extendió

descuidadamente su mano izquierda. Aunque ella sintió un impacto inmenso a través

de su palma desnuda, no rompió sus huesos ni desgarró su piel. Apretando la

contundente hoja con sus cinco dedos, lo trituró como si no fuera nada más que hielo

fino.

Incluso antes que los fragmentos metálicos, rotos y esparcidos muy fácilmente,

cayeran al suelo, la Fragant Olive Sword ya fue desenvainada por su mano derecha e

hizo una línea horizontal a través del torso del goblin.

El intenso aire dorado de la espada erradicó tres goblins aproximándose desde

atrás y arrasó el cúmulo de vapor denso también en un tiempo mínimo. Los globos

oculares dorados de los cuatro soldados enemigos se abrieron, como si no fueran

conscientes de lo que había ocurrido, mientras que la parte superior de su cuerpo

abandonaba la parte inferior antes que ellos pudieran dejar salir una sola palabra,

colapsando fortuitamente en el suelo.

Esquivando la sangre que se disparó un momento después, se murmuró a sí

misma por dentro una vez más.

«Highest Minister Administrator. Estabas equivocada, después de todo.»

«Reuniste todo este poder en meramente treinta Integrity Knights y los hiciste

marionetas sin una voluntad propia. Pensaste en aprovechar todo el poder que

debería haber sido dividido entre las masas del Mundo Humano por medio de eso. Sin

embargo, esta fuerza muy mal distribuida sólo sirvió para engañar y despistar a sus

dueños y a los de su alrededor. Parecido a cómo fuiste tragada por ese poder

abrumador y perdiste tu humanidad…»

Esa equivocación ahora estaba más allá de la redención con la pérdida de la

Highest Minister.


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Así, por lo menos, tenía que gastar hasta la última gota de esta fuerza por las

masas.

No como una Integrity Knight de la Axiom Church, sino como una simple

espadachín; ella tenía que pensar por su propia cuenta y luchar por su voluntad.

Parecido a cómo esos dos valientes espadachines hicieron.

Su ojo izquierdo se cerró durante toda esa oscilación; Alice lo abrió con

resolución.

Al mismo tiempo, la línea de defensa apresuradamente construida al norte de la

plaza fue quebrada en pequeños pedazos desde el otro lado.

La unidad principal de los invasores embistió como si sepultaran las amplias

calles principales. Los goblins sumaban más de cincuenta y estaban acompañados,

aunque en menor número, por orcos cuyas gigantes y rellenas constituciones

estaban cubiertas con armaduras de hierro grueso, cada uno con un tridente en una

mano.

Tras verlos a ellos cuyos ojos dorados brillaban, en llamas, y rugidos llenos de

odio y deseo, quejidos de desesperación se filtraron de Jink, de los otros guardias, y

de Nygr Barbossa.

Pero el corazón de Alice estaba a gusto.

Ella no dependía del talento para la batalla que obtuvo como una Integrity

Knight. Ni siquiera un caballero podría escapar con heridas leves si fuera rodeado por

tales números y apuñalado por sus lanzas.

Lo que le dio fuerza a Alice fue una nueva comprensión.

«Lucharé por lo que yo, yo misma, busco a partir de ahora. Lucharé para

proteger a mi hermana menor y a mis padres, junto con las personas del Mundo

Humano que Kirito y Eugeo esperaban proteger.»

Alice sintió vívidamente a las dudas restantes acerca de ella y su sensación de

inutilidad desaparecer en una luz blanca en lo profundo de su corazón. Esa luz surgió

a través de ella, finalmente acumulándose en su ojo derecho, cubierto por ese

parche negro, y generando un calor intenso.

— ¡...!

Rechinó sus dientes mientras soportaba un feroz dolor que se disparó a la

cuenca de su ojo desde el reverso de su cabeza. Pero ese dolor un tanto nostálgico, o


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desgarrador. Alice agarró el vendaje alrededor de su cabeza con su mano izquierda y

lo sacó inmediatamente.

Su párpado derecho que había estado cerrado desde ese día hace casi me dio

año se abrió lentamente. Una luz roja se expandió desde el centro de su oscura visión

y eventualmente se volvió en llamas parpadeantes. Visiones de casas encendidas en

llamas se superpusieron y gradualmente se acercaron una a la otra, finalmente

terminando como una.

Alice vio el paño negro sostenido en su mano izquierda con ambos ojos.

Kirito hizo ese parche, descolorido por ser lavado muchas veces, arrancándolo

de sus ropas. El paño que la protegió por meses desde que su ojo derecho estalló

junto con ese sello finalmente habría alcanzado el final de su Vida aquí mientras

comenzaba a desaparecer desde sus extremos a la vez que se derretía en el aire.

Alice acabó de darse cuenta mientras miraba fijamente esa efímera y hermosa vista.

Pensaba que estaba cuidando a Kirito, quien había perdido su brazo derecho y

corazón a través de este medio año. Sin embargo, en realidad ella era la protegida en

cambio.

—Gracias, Kirito…

Presionando el paño negro a sus labios inmediatamente antes que desvaneciera

completamente, ella susurró suavemente.

—Estoy bien ahora. Probablemente todavía estaré perdida, me preocuparé, y

me desanimaré en el futuro… pero seguiré. Por nosotros para alcanzar nuestra meta.

Su cabeza volteó justo cuando el paño se desintegró.

Sus dos ojos contemplaron la vista distinta de casi cien goblins y orcos dejando

salir una multitud de rugidos mientras se desbordaban hacia adelante. Las pisadas de

la huida de los guardias y Nygr Barbossa resonaron desde atrás.

No hubo temor en el corazón de Alice mientras enfrentaba al ejército enemigo

por su cuenta.

Respirando el hedor abrasado profundamente, ella gritó.

—¡¡Soy una caballera del Mundo Humano, Alice!! ¡¡Ni la sangre ni la masacre

que buscan ocurrirá mientras que esté aquí!! ¡¡Regresen a su tierra a través de las

cuevas de las que vinieron en este instante!!


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Como si estuvieran impresionados por su refinado grito distintivo, los goblins

corriendo a la cabeza se amainaron ligeramente. Sin embargo, un gran orco en medio

del grupo, tal vez el general, blandió inmediatamente su hacha de dos manos con un

brutal rugido.

—¡¡Graaahh!! ¡¡«Cut Feet Moricca» aquí hará que esa pequeña ium blanca se

ponga sobre sus rodillas en poco tiempo!!

La voz dio fuerza a los goblins. Alice puso una cantidad decente de distancia

entre ella y el ejército enemigo embistiendo como una masiva ola negra—

— ¡Amayori!

Una enorme sombra se sumergió velozmente desde los cielos en el momento en

el que dijo ese nombre. Aunque los elementos térmicos acumulados no eran

suficientes para disparar el rayo de calor aún, el dragón volador intimidó a los demi-

humanos con su cuerpo y estruendoso llamado mientras rozaba salvajemente sus

cabezas. La ansiedad del atónito ejército enemigo se elevó mucho antes.

No dejando escapar esa oportunidad, Alice levantó la Fragant Olive Sword

sostenida en su mano derecha en alto y gritó.

—¡¡Enhance armament!!

Era medio año desde que ella cantó por última vez esas palabras del «Armament

Full Control Art», por no mencionar cómo redujo el cuerpo principal del Art, pero la

amada espada de Alice respondió a su voluntad. La hoja dorada se dividió en

incontables flancos pequeños con un claro ruido metálico y se elevó en el cielo

nocturno mientras reflejaba el resplandor de las llamas.

— ¡Bramen, flores!

La tormenta dorada de flores cayó sobre el ejército enemigo con numerosos

zaas.

El primero en ser envuelto en un rocío de sangre fue el general orco que se

llamó a sí mismo Moricca. Todo su cuerpo fue apuñalado por muchos pétalos,

robándole instantáneamente su Vida, cayendo en el suelo con un temblor. Los orcos

a su alrededor, también, se doblegaron en el suelo con alaridos uno tras otro.

La Fragant Olive Sword era una herramienta sagrada entre las herramientas con

el árbol más viejo del mundo arraigado al centro del Mundo Humano antes que el

mundo comenzara como su fuente. Como su nombre alternativo, «Eternal

Inmortality», implicaba que, incluso cuando se dividía en cientos de pétalos de flor


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87 | P á g i n a

por medio de su Armament Full Control Art, cada una tenía una prioridad a la par con

las espadas famosas forjadas por artesanos. Una armadura gruesa de hierro fundido

tal vez no podría defenderse contra ellos.

Los invasores se inquietaron al perder a su fuerza principal, incluyendo su

general, en un instante. El momento de la embestida se debilitó poco después y se

detuvo alrededor de diez mel de la plaza.

Alice balanceó bruscamente su mano derecha que sostenía la empuñadura de su

espada a los goblins alineados al frente, perdidos en si obedecer a su avaricia o al

miedo. Los cientos de pétalos danzaron a través del aire con leves zaas, formando

densas rayas verticales entre ella y el ejército enemigo.

La joven dio una proclamación sometida mientras miraba fijamente a los demi-

humanos a través del obstáculo brillando de dorado.

—Este es el muro que separa el Mundo Humano de la Tierra de la Oscuridad.

Incluso si excavan a través de las cuevas, no contaminarán esta tierra siempre y

cuando nosotros los caballeros vivamos. ¡¡Elijan, avanzar y caer en el mar de sangre o

retirarse y huir de vuelta a la Tierra de la Oscuridad!!

Ni siquiera cinco segundos pasaron antes que las vanguardias de goblins

volvieran con gran fuerza.


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Parte 3

Un conjunto dinámico de mazos giraron en el claro y azul cielo de invierno.

Alice alzó su mano a su frente y miró a la circular villa de Rulid elevándose por

encima de los campos de trigo.

Hoy marcaba una semana rápida desde el asalto del ejército de la oscuridad.

Muchas de las casas construidas en el norte de la aldea fueron quemadas, pero

con la decisión del jefe de la aldea de poner las Sacred Tasks de casi todos los

aldeanos en segundo plano para trabajar en eso, el progreso de su reconstrucción

fue rápido. Veintiuno de ellos desafortunadamente habían escapado demasiado

tarde y perdieron sus vidas, y un servicio de funeral colectivo fue celebrado para ellos

en la iglesia tres días antes.

Después de asistir al servicio como se le fue pedido, Alice montó a su dragón

volador a la cueva del norte para confirmar su estado.

La gran cueva que debería haberse derrumbado por órdenes de Bercouli fue

cavado a tal punto que ni siquiera las grandes constituciones de los orcos podrían

pasar fácilmente y el área más cercana al Dark Territory mostró señales que ellos

acamparon durante muchas noches.

Los atacantes no ahuecaron la cueva en una sola noche. Ellos debieron haber

derrumbado la entrada repetidamente y enviar un grupo de ingenieros de combate

desde el Dark Territory. Así, ya habría habido un grupo oculto de goblins dentro,

constantemente trabajando en ello, cuando el Integrity Knight Eldrie revisó la

entrada.

Cuidado y cautela increíbles de los globins y orcos de antaño. Esta invasión no

podría suponerse como una de mero reconocimiento, como las hechas muchas veces

antes, sólo por eso.

En lugar de derrumbar la cueva una vez más, Alice detuvo el pequeño río

fluyendo del medio que sirvió previamente como el nido de un dragón blanco por un

tiempo e inundó completamente el interior de la cueva. Luego desencadenando los

incontables elementos criogénicos que generó de antemano, ella selló la cueva con

hielo más que con piedra.

Ahora, nadie podría atravesar la cueva sin un usuario de Arts a la par con Alice

generando elementos térmicos para derretir el hielo.


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Despegando su vista de la villa Rulid y la cordillera blanca del borde elevándose

por encima, ató la última bolsa de sus pertenencias a la pata izquierda de Amayori.

— Erm… nee-sama.

Selka, quien había estado ayudando con sus preparaciones para la partida con

una firme sonrisa hasta ahora, abrió su boca mientras miraba hacia abajo.

— Padre en realidad también quiere despedirte. Estuvo todo despistado desde

hoy en la mañana, ¿sabes…? Creo que debe haber estado contento por dentro que

volvieras, nee-sama. Quiero que creas eso por lo menos.

— Lo sé, Selka.

Alice abrazó el menudo cuerpo de su hermana menor y susurró en respuesta.

— Dejé esta aldea como una atroz criminal y regresé como una Integrity Knight.

Pero la próxima vez… cuando termine con todas mis tareas, volveré simplemente

como Alice Schuberg. Eso sería cuando pueda decir verdaderamente esto. Estoy de

vuelta, padre.

— Está bien. Ese día vendrá de veras, ¿verdad?

Selka murmuró con una voz acuosa, levantó su rostro, y después lo limpió con el

puño de sus ropas de aprendiz.

Girando, ella llamó al joven de pelo negro sentado en una silla de ruedas por el

costado con una voz tan alegre como ella pudo reunir.

— También cuídate, Kirito. Apresúrate y recupérate y ayuda a nee-sama, ¿me

oíste?

Sosteniendo su rebajada cabeza con ambas manos, la hermana, joven en

términos de edad, dibujó un amuleto de bendición antes que diera varios pasos atrás.

Alice se acercó a Kirito, luego tomó gentilmente las dos espadas de sus brazos y

las guardó en la bolsa colocada en la montura sobre Amayori. Siguiendo eso, lo

levantó, se había vuelto muy delgado, fácilmente y lo sentó en la parte frontal de la

montura.

Ella pensó en dejar a Kirito en la aldea bajo el cuidado de Selka. Después de todo,

si fueran a proceder en la Gran Puerta del Esteque probablemente se convertiría en

el campo de batalla decisivo contra las fuerzas de la oscuridad, estaría ocupada como

una miembro del Ejército de Defensa del Mundo Humano y sería incapaz de atender

a Kirito durante el día como lo que había estado haciendo.


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Pero aun así, ella decidió traerlo consigo.

Kirito definitivamente trató de levantar su espada y cabeza por la aldea en la

noche del ataque hace una semana. La voluntad para luchar por otro aún permanecía

dentro de él. Así, los campos de batalla para proteger el Mundo Humano podrían ser

donde mejor se encontrarían los medios para recobrar su espíritu original.

La necesidad debería surgir, ella lo protegería incluso si requería atarlo a su

espalda con cuero.

Alice le dio a su hermana menor a quien le tenía cariño un último abrazo firme.

— Me estoy yendo, entonces, Selka.

— Sí. Ten cuidado… y asegúrate de volver, nee-sama.

— Lo prometo… Por favor dale mis saludos a Garitta-san también… Cuídate y

concéntrate en tus estudios.

— Lo sé. Me convertiré en una magnífica hermana con seguridad… y un día, yo

también…

Selka se detuvo ahí y mostró una alborotada y llorosa sonrisa.

Acariciando gentilmente la cabeza de su hermana menor antes de soltarla, Alice

soportó su reticencia para irse mientras caminaba hacia su amado dragón y montó

inmediatamente detrás de donde Kirito se sentó en la montura.

Ella asintió a su hermana menor en el suelo y miró hacia los cielos azules.

Las riendas sonaron levemente y el dragón comenzó su carrera por el suelo

entre los campos de trigo con fuerza que no mostró señal de los dos humanos y tres

espadas sobrecargándolo.

Ella definitivamente volvería a esta aldea un día.

Incluso si fuera a caer en el campo de batalla, su espíritu aún regresaría;

seguramente lo haría.

Alice se deshizo de una lágrima en sus pestañas y gritó con una voz nítida.

— ¡Hah!

Suavemente. La sensación de flotar vino mientras dejaban el suelo.


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Habiendo tomado una corriente de aire ascendente, Amayori dio vueltas

mientras se lanzaba en el cielo.

Los vastos campos y bosques; la villa de Rulid en su centro con un remarcado

nuevo tejado resplandeciendo en su centro; Selka ondeando ambas manos mientras

corría encarecidamente; ella quemó la vista de todos ellos en sus párpados…

Alice hizo girar la cabeza de su dragón volador hacia los cielos del este.


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Capítulo 16

Asalto a la Ocean Turtle

Julio, 2026

Parte 1

Los numerosos acontecimientos que conspiraron en estas dos horas estaban

más allá de las expectativas de incluso el autoproclamado genio del calibre más fino,

Higa Takeru.

Sin embargo, los cambios ante los ojos de Higa en este momento lo

sorprendieron mucho más que cualquiera de los de antes.

Una chica delicada de aproximadamente dieciocho o diecinueve sostenía a un

hombre que medía quince centímetros más que ella por la nuca de su cuello con su

delgado brazo derecho. Su camisa hawaiana de estampado llamativo estaba estirada

al límite de romperse y los talones de sus sandalias no tocaban el suelo.

Observando al Teniente Coronel Kikuoka Seijirou con sus ojos llameantes, Yuuki

Asuna lanzó palabras, afiladas como hojas, desde esos adorables labios.

— Nunca te perdonaré si Kirito-kun permanece inconsciente.

Higa no podía ver la expresión de Kikuoka más allá de sus gafas de borde negro

resplandeciendo por las luces del techo. Sin embargo, el ejecutivo de la Fuerza de

Auto-Defensa que debería tener cinta negra en judo y kendo parecía abrumado por

las palabras de Asuna, tragó saliva con sus manos alzadas a cada lado de su rostro

con rendición.

— Entiendo. Haré que sea mi responsabilidad asegurar la recuperación de Kirito.

El tenue cuarto de sub-control estaba inmerso en silencio.

Nadie podía decir una palabra: ni Higa sentado en la silla ante la consola, ni

Koujirou Rinko de pie a su lado, ni los varios miembros del personal de Rath aún en la

habitación. Eso era cuán abrumadora era el aura que salía de la chica, la persona más

joven en este lugar. Ya veo, ella era una «sobreviviente» que regresó de un campo de

batalla real, ¿no?; Higa pensó eso en un rincón de su mente.

Asuna eventualmente abrió su mano derecha sin decir nada. Liberado, Kikuoka

tomó un profundo respiro, casi listo para colapsar en el suelo, mientras que Asuna

tropezó hacia atrás. La bata de laboratorio de Rinko revoloteó cuando sujetó


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inmediatamente su espalda.

La física, a quien Higa trató como su superiora desde ese seminario, mantuvo a

Asuna en su pecho cubierto por la bata de laboratorio y susurró con un tono firme.

—No te preocupes. Él estará bien. Regresará de seguro, de vuelta a tu lado.

La expresión de Asuna, tan tensa como podía ser, se arrugó tras oír eso.

—Sí, lo hará, ¿verdad? Me disculpo… por perderme ahí.

Rinko limpió gentilmente con sus dedos las lágrimas de los ojos de Asuna que

estaban completamente ausentes incluso durante todo el asalto.

El aire que finalmente había aflojado un poco se creó una vez más cuando la

puerta corrediza fue abierta manualmente. El que entró fue el Teniente Nakanishi.

Con su camisa de vestir blanca manchada con sudor y polvo, y una gran pistola

atisbando desde la funda de su hombro, Nakanishi observó a Rinko y al resto antes

de dirigir sus palabras hacia Kikuoka parado detrás.

— ¡Reporte de estado! ¡Hemos confirmado el bloqueo de las paredes de barrera

resistentes a la presión número uno y dos tanto como la evacuación de los civiles al

bloque de la proa!

Kikuoka enderezó el collar de su camisa hawaiana antes de dar un paso hacia

adelante y asintió.

— Buen trabajo. ¿Cuánto tiempo parece que las paredes de barrera los

contendrán?

— Sí… depende de su equipo, pero se levantará hasta armas pequeñas. Tomará

ocho horas por lo menos incluso con una herramienta como una sierra astilladora.

Los explosivos podrían romperlas… pero es dudoso que recurran a ellos. La pared de

barrera central está justo al lado de…

— El light cube cluster, huh.

Terminando sus palabras por él, Kikuoka elevó el puente de sus gafas cuando se

sumergió en un corto silencio.

Levantó su rostro poco después, y escaneó el estrecho espacio.

— Correcto, pongamos las cosas en orden. Teniente Nakanishi, el estado de

nuestras víctimas humanas, por favor.


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— Sí. Tres investigadores del equipo del proyecto cívico con heridas menores

están recibiendo tratamiento en la enfermería de la proa. Entre nuestros

combatientes, hay dos con heridas graves y dos con heridas leves. También están

recibiendo tratamiento, pero sus heridas parecen ser no fatales. Incluyendo a los dos

con heridas leves, tenemos a seis capaces de luchar.

— Es un golpe de suerte no tener fatalidades pese a todos esos disparos… Luego,

el estado del daño en el casco.

— El cuarto de operaciones en el embarcadero en el fondo de la nave está lleno

de agujeros. El control remoto de su acceso es probablemente imposible. Igualmente

para la ruta del embarcadero hacia el control principal, pero estos son, bueno, meros

rasguños. Lo que importa es la ruptura en la línea eléctrica… hay un suministro

estable de electricidad de la línea auxiliar, pero la hélice no girará a menos que

reiniciemos el sistema de control.

— Una tortuga marina sin sus aletas, huh. Y con un tiburón quebrando su vientre,

en eso.

— Sí. Los bloques uno al doce del eje inferior están ocupados junto con el

embarcadero del fondo de la nave.

Fastidiado, Nakanishi habló con sus cejas bajo su atajo en sus rasgos que

hablaban de su fortaleza. En contraste, Kikuoka peinó su fleco con una leve similitud

a la de un maestro y se colocó en la consola antes de retorcer sus getas con sus pies.

— Así que tomaron todo: el cuarto de control principal, la primera habitación

STL, e incluso el reactor nuclear, huh… Así que el revestimiento plateado es cómo su

objetivo no es destruir.

— Hah… ¿no lo es?

— No necesitarían dicha gran operación para irrumpir en un submarino si sólo

querían hundirnos; un misil de crucero o un torpedo bastarían. Así que la pregunta

aquí es quiénes son exactamente… Higa, ¿ninguna opinión?

Con su nombre mencionado sin aviso, Higa parpadeó varias veces, y entonces de

alguna manera reinició su mente aún conmovida con shock prolongado.

— Aah, correcto, bueno.

Volteando a la consola mientras reunía esos quejidos sin sentido, operó el

mouse con su mano derecha y llamó las grabaciones de las cámaras de observación a

bordo en el gran monitor frontal.


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La ventana de vídeo abierta era opaca y difuminada, pero tras pausarla en un

punto al azar, ajustó su brillo y contraste. Lo que se mostró fueron varias siluetas

encorvándose mientras atravesaban el pasaje a bordo. Estaban vistiendo trajes de

combate completamente negros con un casco y anteojos multipropósito colocado en

la mitad superior de sus rostros e imponiendo rifles de asalto en sus manos.

— Así que, bueno, como pueden ver, no hay ningún símbolo indicando su

nacionalidad en sus cabezas o cuerpos. Supongan que el color y la forma de esos

equipos tampoco son de ningún ejército regular. Sus rifles parecen ser de Steyr, pero

hay muchos de ellos, así que… todo lo que puedo decir realmente es que

probablemente no son asiáticos, juzgando por su figura promedio.

— En otras palabras, no es una unidad especial perteneciente a nuestra nación

al menos. Qué agradable.

Kikuoka arañó su barbilla y pronunció esas perturbadoras palabras. Un agudo

resplandor brilló en sus usualmente calmados y estrechos ojos mientras miraban

hacia el gran monitor.

— Y sabemos una cosa más… Estas personas son conscientes de la existencia del

Proyecto Alicization.

Higa asintió con eso señalado.

— Bueno, supongamos que lo están. Irrumpieron en el embarcadero del fondo

de la nave y cargaron directamente al cuarto de control principal sin ningún rodeo.

Así que haría su objetivo probablemente el robo de la tecnología STL… no, la

verdadera inteligencia artificial ascendente, «A.L.I.C.E.».

Lo que implica una fuga de información importante en un largo periodo de

tiempo. Pero Higa se abstuvo de mencionar eso y contuvo sus ganas de revisar las

expresiones de los miembros del personal de Rath en el cuarto de sub-control

mientras seguía con un tono optimista.

— Afortunadamente, aseguramos el cuarto de control principal en el último

minuto. Será más difícil manipular Underworld directamente con ese seguro que

incluso con la consola destrozada. Ellos no estarán jugando con la simulación o

ejecutando el light cube con el fluctlight de «Alice».

— Pero lo mismo se aplica a nosotros, ¿no?

— Síp, síp. No hay funcionamiento con derechos de administrador aquí en este

cuarto. Ni el principal ni el sub serán capaces de ejecutar el light cube de «Alice»

externamente… Pero Kikuoka-san, ¿eso no es lo que mismo que nuestra victoria?


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Esos sujetos no tendrán acceso al cluster ni física ni digitalmente, así que están justo

donde queremos cuando los refuerzos de las naves escolta Aegis lleguen aquí.

— No veo cómo que estén donde los queremos sea… pero ahí yace el problema.

La firme expresión de Kikuoka permaneció cuando preguntó a Nakanishi.

— Cómo está, ¿«Nagato» puede moverse?

— Bueno… en ese asunto…

Nakanishi obligó a su musculosa boca a dar una respuesta.

— Se le ordenó a Nagato quedarse en su posición el comando de flota en

Yokosuka. Parece que el comando había considerado que fuimos tomados como

rehenes por los atacantes.

— Qu….

La mandíbula inferior de Higa cayó.

— Qué rehenes, ¡¿toda la tripulación evacuó a este lado de las paredes de

barrera resistentes a la presión?!

Una respuesta compuesta vino de Kikuoka.

— Esos hombres vestidos de negro deben tener una conexión con los de arriba

de la Fuerza de Auto-Defensa. Eran las ocho de la mañana de hoy cuando Nagato se

separó de la Ocean Turtle, unas seis horas completas antes de su asalto. La orden

para que Nagato irrumpa probablemente sólo vendrá después de que tomen el light

cube de «Alice». Naturalmente, ellos tendrían un tiempo límite, pero…

— Así que eso significa que esos sujetos no sólo son un grupo de terroristas, huh.

Esto no es bueno… se darían cuenta si tienen un especialista con ellos. Esa manera

alternativa de recuperar a Alice…

— ¿Actuar desde dentro de Underworld, quieres decir…? Ellos tomaron la

primera habitación STL y también es posible que ejecuten el procedimiento de

ejecución desde la consola virtual establecida en Underworld…

— ¿Qué ocurrirá si hacen eso?

Higa hizo gestos cuando respondió la consulta de Koujiro Rinko.

— Un cube objetivo se extraerá del light cube cluster en el centro exacto del eje

principal y se llevará al cuarto de control a través de los tubos de aire. Esa es donde


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está la salida cuando la extraiga.

Después de señalar una escotilla rectangular ubicada en un rincón del escritori o

de la consola, giró su vista hacia la puerta instalada en lo más profundo de la

habitación.

Una pequeña placa de metal estaba atornillada en la puerta hecha de aleación

de aluminio. Las palabras esculpidas en ella eran “Segunda Habitación STL”.

Más allá de esa puerta estaban dos STL, «Soul Translators». Un joven echado en

uno, observado por Aki Natsuki, una enfermera y una Sargento primera clase.

Interpretando un rol principal desde el comienzo del Proyecto Alicization, él, Kirigaya

Kazuto, ahora incluso tenía la capacidad de trazar su curso.

Volteando, Kikuoka habló con un tono serio con sus brazos cruzados.

— Así que nuestra última esperanza estará en sus manos una vez más. Higa-

kun… ¿qué puedes decir de eso, en qué estado está Kirito-kun?

Higa volteó a ver tras oír débiles respiraciones y sus ojos se encontraron con los

de Yuuki Asuna, mirándolo directamente mientras era sujetada por Rinko.

Él estaba sin palabras ante cómo explicar la situación actual ante la chica,

aparentemente la novia de Kirito, Kirigaya Kazuto. Sin embargo, una áspera pero

firme voz llegó inmediatamente a los oídos de Higa.

— Estoy bien. Por favor dígame la verdad.

Higa asintió después de tomar un profundo respiro y dejándolo salir.

— En resumen… él sólo está a un paso de lo más grave que podría ir, síp… sí.

Hablando mientras corregía su tono, Higa movió el mouse una vez más.

Borrando la foto de los atacantes, abrió otra ventana. Lo que fue mostrado ahí

fue un gráfico tridimensional gentilmente vacilante multicolor.

— Esta es una visualización del fluctlight de Kirito-kun.

Toda la habitación vio silenciosamente la pantalla.

— Fue inyectado con un relajante muscular en Tokyo una semana antes y cayó

en una aprehensión cardiopulmonar. Afortunadamente, se mantuvo con vida, pero

una parte de su cerebro fue dañada… fue su circuito fluctlight, para ser específico.

Aunque el daño sería difícil de tratar con la neurología existente, había una

posibilidad de recuperación utilizando la tecnología STL. Así, con el fin de estimular la


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creación de un nuevo circuito, intentamos el empleo del STL sin su limitador para

activar el fluctlight de Kirito-kun.

Conteniendo su aliento, cogió una botella de agua mineral y se re hidrató, seco

de su inusual estilo de hablar.

— Era crucial que él se sumergiera en Underworld con el fin de realizar este

tratamiento. Después de todo, el tratamiento no daría resultados a menos que su

fluctlight estuviera activo como en la realidad. Y es así, como cuando lo habíamos

sumergido desde la oficina secundaria de Rath en Roppongi, sellamos los recuerdos

de Kirito y lo descargamos en una región remota en Underworld… o al menos,

deberíamos haber hecho. Sin embargo, aunque aún no sabemos exactamente por

qué, sus recuerdos no fueron sellados, probablemente debido al daño a su fluctlight.

Kirito-kun fue arrojado a Underworld como el verdadero Kirigaya Kazuto. Sólo lo

descubrimos antes cuando recibimos comunicación de él de adentro, pero…

— Espera… espera un momento.

Rinko fue la que intervino.

— ¿Entonces Kirigaya-kun ha estado pasando todo ese tiempo en el acelerado

Underworld como él mismo? ¿Cuántos meses… han pasado dentro…?

— Aproximadamente dos años y medio.

Asuna, sostenida por Rinko, tembló en el momento en el que Higa respondió eso.

Debe haber sido un shock para ella, pero él creía en sus palabras anteriores y

continuó su explicación.

— Kirito-kun entró en contacto con los fluctlights artificiales de ese mundo por

tanto tiempo. Probablemente mientras sabía que esos fluctlights serían borrados tras

el final de la simulación actual… Debe ser por lo que él buscó la consola de

comunicación con el mundo real establecido en el corazón de Underworld donde la

primera aldea una vez se formó. Para pedir que preserves todos esos fluctlights, Kiku-

san.

Echando un vistazo a su lado, Kikuoka observó el gráfico tridimensional con la

luz de la pantalla reflejando sus gafas. Volteó hacia Rinko y Asuna.

— Él debe haber atravesado mucho. La consola de comunicación fue tomada en

los cuarteles por la organización regidora, la «Axiom Church», después de todo. Los

fluctlights pertenecientes a la iglesia tienen condiciones abrumadoras y no a un nivel

al que Kirito-kun podría enfrentar como un habitante normal. Él habría «muerto» de

inmediato después de invadir la iglesia y habría sido desconectado de Unde rworld…


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Pero lo hizo. No pude confirmar los detalles en el registro ya que estábamos bajo

ataque, pero parecía que él tenía a varias personas ayudándolo quienes eran por

supuesto, fluctlights artificiales, pero… en cualquier caso, parecía que tenía

camaradas. Muchos de ellos murieron en la batalla contra la iglesia y como resultado,

estuvo sufriendo seriamente de auto-condenación cuando logró abrir esa

comunicación a nosotros. Para ponerlo de otra manera, estaba atacando su propio

fluctlight. Fue precisamente en ese momento cuando esos sujetos vestidos de negro

cortaron la línea eléctrica e hicieron que el rendimiento del STL aumentara por un

instante debido a la oleada actual eléctrica de ese corto instante. Al final, los deseos

auto-perjudiciales de Kirito-kun se volvieron realidad… y su «sentido del ser» entró

en estasis…

— ¿Su sentido del ser… entró en estasis? ¿Qué significa?

Higa volteó a la consola ante la pregunta de Rinko.

— Echa un visto a esto.

Ágilmente pulsando el teclado, expandió la imagen mostrando la actividad del

fluctlight de Kirigaya Kazuto en tiempo real.

En el centro de la nube de arcoíris irregularmente vacilante había un pequeño

espacio de blanca oscuridad, desplazándose como una oscura nebulosa.

— A diferencia de los fluctlights artificiales en los light cubes, aún no hemos

analizado completamente el fluctlight de un humano viviente, pero una buena parte

de ello ha sido mapeada. Lo que debería haber estado originalmente en este agujero

negro sería el «núcleo»… la auto-imagen de uno.

— Auto-imagen… ¿quieres decir la percepción de uno mismo?

— Sí. Parece que nuestras decisiones son guiadas por medio de circuitos binarios,

de sí o no, yendo, ‘qué haría en esta situación’, en nuestros fluctlights. Por ejemplo,

Rinko-senpai, ¿has ordenado segundos platos en un establecimiento de tazones de

carne ternera?

— No lo he hecho.

— ¿Incluso cuando realmente crees que aún quieres y podrías tener otro?

— Sí.

— Y ese es el resultado procedente de los circuitos de auto-imagen en ti, Rinko-

senpai. De la misma manera, muchas decisiones no se realizarán a menos que pasen

por esos circuitos. En el caso de Kirito-kun, su fluctlight está casi ileso. Sin embargo,


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cuando esos circuitos particulares están inactivos, él no puede manejar entradas

desde el exterior ni producir entradas por su propia voluntad. Todo lo que puede

hacer ahora… es probablemente reacciones reflexivas de sus recuerdos innatos. En la

escala de comer o dormir.

— Entonces… ¿dónde pone eso su conciencia?

— Desafortunadamente…

Higa pausó sus palabras por un momento y siguió con sus ojos hacia abajo.

— Él no sabría quién es o qué debería hacer, incapaz de hablar o hacer algo por

su propia voluntad… Yo creería que ese sería su estado actual…

El silencio reinó en el tenue espacio con su ley solitaria una vez más por tercera

vez.


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Parte 2

— Fu…

La siguiente silaba fue borrada por el clamor de las robustas botas de combate

golpeando la placa de acero en la pared.

Parecía que dejar dos, tres abolladuras era insuficiente para apaciguar a Vassago

Casals, un miembro del equipo de asalto, cuando pisoteó con toda su fuerza un

paquete de dulces abandonado por un investigador de Rath quien estuvo en este

cuarto de control hace decenas de minutos antes de cesar finalmente su torrente de

palabrotas.

Peinando su pelo negro ligeramente ondulado por su sangre hispánica, caminó

con dificultad hacia el frente del escritorio de la consola y sujetó al hombre que

estaba ahí por su collar con una sola mano.

—Di eso una vez más, bastardo.

Colgando del brazo derecho de Vassago, flexible como un látigo, estaba un joven

que parecía abrumadoramente delgado en comparación. Su pelo rubio estaba

recortado con su piel mórbidamente blanca.

Usando gafas rústicas con una montura metálica encima de sus escuálidas

mejillas, el hombre era el único no combatiente en el equipo. Su nombre era Critter,

un consultor hacker del departamento de ciber operaciones (CYOP) de Glowgen

Defense Systems.

Aunque era un criminal de redes con expediente, su nombre no era el real, sino

su apodo. Pero lo mismo probablemente se aplica a Vassago. Vassago es uno de los

setenta y dos demonios registrados en el grimorio de los tiempos medievales,

“Goetia”, llamado el príncipe del infierno. Seguramente ningún padre le daría a su

hijo tal nombre. Él también era personal del departamento CYOP, aunque su

experiencia yace más en el combate que en las computadoras, en un ambiente full -

dive, por supuesto. Aunque su historia era tan ambigua como la de Critter, el hombre

sobresalía en las batallas VR.

De hecho…

Aparte de Gabriel Miller, los doce en el equipo de asalto de la Ocean Turtle eran

perros mantenidos por medio del intercambio de nuevas referencias personales por

sus sombríos pasados.

Y Critter, uno de esos perros, no mostró señal de temor incluso cuando fue izado


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por Vassago y mascaba audiblemente su chicle mientras respondía.

— Lo diré tantas veces como quieras. Esta consola está más bloqueada que la

mierda seca y la laptop que trajimos no la crackeará incluso después que te hagas

senil y estires la pata, ¿entendiste?

— ¡Eso no, cuatro ojos! ¡¡Estoy hablando como dijiste que es nuestra culpa que

esté bloqueada con cuánto nos tomó entrar!!

Intercambiando duras palabras a su vez, Vassago dejó salir maldiciones de su

horrible boca. Su salvaje buen aspecto podía conseguirle una carrera como modelo si

él se esforzara desesperadamente, pero sólo era cuán amenazador parecería si se

enfureciera.

— Oh vamos, sólo estoy señalando la verdad, ¿sabes?

— ¡Abundantes palabras viniendo de alguien temblando en la retaguardia

durante la pelea, bastardo!

Los otros miembros no intentaron detener al reñido par cuando los veían

mientras se burlaban. Colocando un momento apropiado, Gabriel chasqueó sus

dedos y atrajo la atención del par.

— Está bien, es suficiente, ustedes dos. No tenemos tiempo para pasar la culpa.

Tenemos que pensar en nuestro siguiente curso de acción.

Con eso, Vassago quien giró su cabeza para mirar atrás puchereó sus labios

como un niño y habló.

— Pero aniki, si no instruimos algo de disciplina en este sujeto…

Párala con ese «aniki»; contuvo esas palabras. Parecía que Vassago llamaba a

Gabriel aniki en reconocimiento de su fuerza durante su combate de entrenamiento

uno contra uno VR, pero él sintió una extraña incomodidad sin importar cuántas

veces lo escuchara. Las vagas relaciones humanas molían las meras emociones, sean

amigos o camaradas, estaban más allá de su gama de entendimiento.

En cualquier caso, él sería capaz de clasificar a todas esas emociones humanas

de una manera ordenada con la información del color y forma de la «fluctlight» tras

obtener la tecnología para extraer y preservar las almas. Con eso en mente, Gabriel

adoptó el tono de un líder y ordenó a los dos.

— Escuchen aquí, Vassago, Critter. Estoy satisfecho con el trabajo del equipo

hasta ahora. Logramos nuestro primer objetivo, ocupar este cuarto de control sin

heridos aparte de un rasguño en Gary, después de todo.


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Tras oír eso, Vassago soltó el collar de Critter de mala gana y colocó sus manos

en su cintura.

— Pero aniki, eso no tiene sentido con el sistema de control crucial bloqueado.

Nuestro objetivo final, esa light cube cluster, está más allá de esa pared de acero,

¿cierto?

— Eso es precisamente por lo que dije que deberíamos estar pensando en cómo

atravesar esa pared.

— Dicho eso, esos sujetos de la JSDF no van a quedarse tranquilos para siempre,

¿sabes? Si los expertos de la nave Aegis escoltando esta lenta tortuga fueran a entrar,

estaremos en el lado perdedor con sólo nosotros once más ese sujeto extra.

Como se esperaba del que Gabriel eligió como vicecomandante, Vassago

comprendió la situación a diferencia de un perro salvaje. Gabriel encogió sus

hombros levemente después de pensar.

— Parece que nuestro cliente tenía un trato con el alto funcionario de la JSDF. La

Aegis no hará un movimiento por las veinticuatro horas desde el inicio de la

operación.

— Ooh.

El fino silbido vino de Critter. Sus ojos grises pálidos se estrecharon por encima

de esos anteojos parecidos a gafas.

— Eso significa que esta operación no es un simple asalto… No, no, supongo que

será sensato guardar esas palabras para mí mismo, huh.

— Pienso lo mismo.

Asintiendo con una leve sonrisa, Gabriel escaneó el equipo una vez más.

—Cierto, confirmemos la situación. Actualmente son las 14:47 JST con cuarenta

minutos pasados desde que entramos. Ahora estamos en el cuarto de control

principal de la Ocean Turtle. Aunque logramos ocuparlo según nuestro objetivo,

fallamos en tomar a los investigadores de Rath y el sistema aquí también está

bloqueado. Nuestro próximo objetivo sería ocupar el cuarto de sub-control, pero…

Brig, ¿podemos cortar las paredes de barrera resistentes a la presión?

El gigante al que llamó salió flojamente del grupo y respondió.

— Será un poco duro. Está usando ese nuevo material integrado y el cortador

portátil que trajimos no lo atravesará dentro de veinticuatro horas.


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— Veo que Japón es fuerte financieramente. Hans, ¿qué hay con volar la pared

de barrera con C4?

El miembro alto con un ordenado bigote fue el que extendió sus brazos sin

moderación esta vez.

— No recomendaría ir por esa ruta. La habitación contenedora del light cube

cluster está justo detrás de esa pared, ¿no? No puedo dar garantía que podamos

volar esa puerta sin dañar nada adentro.

— Hmm.

Gabriel cruzó sus brazos y siguió sus palabras después de pensar un momento.

— La misión que nos dieron es localizar y extraer un solo light cube de todos

esos y llevarlo de vuelta con su interface. Ya tenemos el ID único del light cube. En

otras palabras, si pudiéramos operar la consola, debería ser bastante fácil buscar a

través de los cubes y ejecutar ese del cluster. Deberíamos haber estado de vuelta en

la nave con una cerveza en mano ahora.

— Geez, todo es porque esta pila de huesos anteojuda no puede remover un

cutre bloqueo pese a esparcir mentiras acerca de hackear los servidores del

Departamento de Defensa.

— Oh, ahora eso es realmente acojonante. No esperé que un gamer que nunca

había disparado una pistola hecha de algo que no fueran polígonos me dijera eso.

Dando sólo un vistazo a Vassago y a Critter que estaban a punto de recomenzar

la riña, Gabriel recalcó sus palabras.

— ¿Ustedes quieren regresar con las manos vacías y ser abucheados en lugar de

un bono?

— ¡¡No!!

El grupo gritó como uno.

— ¿Ustedes son unos imbéciles engañados por un grupo de ingenieros

mediocres?

— ¡¡No!!

— ¡Entonces piensen! ¡¡Prueben que esa cosa en sus cuellos tiene más que sólo

harina de avena en ella!!

Pensamientos furtivos atravesaron a Gabriel incluso mientras desempeñaba el


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rol de «comandante rudo» casi autónomamente.

Obtener la primera inteligencia artificial verdadera, «Alice», creada por los

humanos era la meta más grande de Gabriel como el que perseguía almas junto con

la monopolización de la tecnología del Soul Translator. Él planeaba lidiar con el

equipo con ese gas nervioso que trajo secretamente y escapar a Australia tras

obtenerlas.

Sin embargo, esta operación encargada por la NSA4 coincidió exactamente con

los objetivos de Gabriel hasta esa etapa. Con los controles del sistema de derechos

de administrador bloqueados, tenía que obtener por otros medios el light cube de

«Alice».

Alice… «A. L. I. C. E.».

Era el informantec o n e j o

dentro de «Rath» que transmitió ese nombre en código al

cliente de Gabriel, la NSA.

No se le informó de los datos personales del conejo. No obstante, suponiendo

que una suma importante de dinero fue lo que lo tentó a traicionar a la organización

y filtrar esa información, probablemente no se expondría al peligro en una situación

así.

En otras palabras, no podía esperar ninguna ayuda más allá del conejo al otro

lado de aquellas barreras resistentes a la presión. Él tenía que lograr el objetivo con

el servicio de inteligencia y equipo actual dentro de un límite de tiempo corto.

El límite de tiempo… el límite de tiempo era la cuestión.

Gabriel podía reprimir completamente aquellas emociones inútiles, fuesen de

impaciencia o inquietud, pero no podía evitar sentir cierta presión ya que el límite de

tiempo de veintitrés horas se cernía cerca.

Los agentes de la NSA le dijeron esto a Gabriel cuando solicitaron esta misión de

robo de información, para que se llevara a cabo en absoluto secreto.

Las actividades de Rath podían influir fuertemente en los intereses creados de la

industria de defensa de Japón. En cuanto tal, los superiores dentro de las Fuerzas de

Auto-Defensa que gustaban poco de la existencia de Rath, o quizás, algunos entre los

que incluso la obstaculizaban con firmeza.

4National Security Agency: Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos.


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Los directivos más jóvenes de la Fuerza de Auto-Defensa con una influencia

política escasa constituían las bases de Rath. La NSA había dirigido eso y arreglado un

acuerdo secreto con cierto alto funcionario de la Fuerza de Auto-defensa Marítima a

través de un miembro de la CIA en la embajada. El buque Aegis, «Nagato», que

escoltaba a los cuarteles centrales de Rath, el OceanTurtle, daría prioridad a la

seguridad de los rehenes y no realizaría movimientos por veinticuatro horas desde el

inicio del ataque.

Sin embargo, el Aegis tendría que actuar después de ese período de inactividad

de manera de eliminar futuros problemas con los medios. Si sus soldados totalmente

equipados fuesen a atacar, Gabriel y el equipo de asalto serían fácilmente

aniquilados debido a la diferencia numérica y de equipo.

Él planeaba escapar solo en un submarino pequeño incluso si esto alcanzaba el

peor de los escenarios. Pero fracasó en obtener el light cube central, su valerosa

búsqueda del alma humana se vería forzada a retroceder a un grado irredimible.

Gabriel ya había trazado planes detallados para su vida después de la operación.

En primer lugar, escaparía a Australia con Alice y ocultaría el light cube y la

tecnología STL en su chalet en las islas soberanas. Al regresar a San Diego en avión,

reportaría el fracaso de la operación a la NSA. Al volver a cruzar a Australia luego de

que se calmara la situación, instalaría una máquina STL en el enorme sótano de su

chalet y construiría un mundo virtual diseñado según sus caprichos.

Alice y Gabriel serían los únicos habitantes de ese mundo en un inicio. No

obstante, eso sería demasiado solitario. También tenía para crear más material para

el propósito de su investigación sobre el alma.

Él buscaría almas jóvenes rebosantes de energía en los alrededores de Sydney o

Caims, las capturaría, y extraería sus almas con el STL antes de deshacerse de sus

innecesarias cáscaras. Finalmente, esperaba cruzar el océano hasta su madre patria,

Estados Unidos, o también al origen de la tecnología de inmersión total, Japón.

Gabriel poseía una profunda fascinación con la mentalidad única de quienes

juegan juegos VR5 por Japón. Aunque no eran todos, algunos de aquellos jugadores

parecían tratarlos como algo más real que la realidad y no se contenían al exponer

sus sentimientos allí. Incluso ahora, esos fuertes deseos pulsaban al recordar a

aquella chica francotiradora que conoció en Gun Gale Online.

Eso probablemente tenía relación con el «real mundo virtual» que una vez

existió en ese país hace apenas dos años. Aquellos jóvenes que experimentaron un 5 Juegos de Realidad Virtual


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juego mortal dotado con verdadera vida y muerte hackeado por un desarrollador.

Ellos, aquellos «sobrevivientes», poseían almas compatibles con los mundos virtuales

más allá que ningún otro.

Él las quería todas si era posible, especialmente las almas de aquellos jugadores

llamados el «grupoP r o g

der e

asaltos s e r s

». Él no sabía si esa chica francotiradora era uno de ellos,

pero por supuesto, todavía quería su alma. Los light cubes almacenándolos

irradiarían un brillo más precioso que cualquier joya.

Ese resplandor definitivo era inalcanzable por los sucios ricos del mundo incluso

si depusieran montones de billetes, equivalentes a cientos de millones de dólares. Él

los alinearía en su habitación secreta, y dejaría que sus caprichos decidieran qué

almas colocaría en sus mundos deseados, y las trataría como el quisiese.

Lo que era realmente maravilloso era cómo él podía copiar y pegar con libertad

aquellas almas extraídas de seres humanos y selladas en los light cubes. Gabriel

podría revertir aquellas almas rotas y distorsionadas y esculpirlas sin embargo como

él quería. Aunque las cortara para exhibir su mejor resplandor así como con las

gemas en bruto.

El largo viaje de Gabriel habría hecho un círculo completo al volver a su origen

cuando llegara a ese punto.

A la época en que presenció ese exquisito brillo que mostró el alma de Alice

Klingerman bajo ese enorme árbol en el bosque.

Aquellos pensamientos duraron un mero instante, pero Gabriel cerró sus

párpados mientras su espalda se estremecía ligeramente.

Su conocimiento del frío hielo había regresado en el momento en que sus ojos

se abrieron de nuevo.

Si las almas de los jóvenes de varios países eran los rubíes, zafiros y esmeraldas

que rodean una corona, «Alice» sería el gigantesco diamante incrustado en el centro.

Solo Alice, la última alma libre de toda impureza, era suficiente como su eterna

compañera. Tenía que encontrar y conseguir el light cube de la chica a toda costa.

Sin embargo, no podía apoderarse de ella por medios físicos sin romper la

puerta resistente a la presión de la sala de depósito de los clústeres de los light cubes.

Por lo tanto, no tenía otra opción más que utilizar el sistema desde aquí. Dicho

esto, no parecía ni siquiera un cibercriminal de primera categoría como Critter que

no pudo hacer nada con el bloqueo de la consola principal.


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Las botas de Gabriel resonaron mientras pisaba atrás de Critter, cuyos dedos se

desplazaban sobre el teclado.

— ¿Cómo está esto?

Sus manos se levantaron en lo alto en respuesta.

— Es inútil conectarse con los derechos de administrador. Todo lo que podemos

hacer es chuparnos los pulgares mientras damos un vistazo en el país de las hadas

donde vivían aquellos fluctlights en el clúster arriba.

Critter movió sus dedos y una ventana se abrió en la enorme pantalla en el muro

opuesto, exhibiendo una curiosa vista.

Estaba lejos de ser un «país de las hadas». Un rojo enfermizo impregnaba el aire

y el suelo era tan negro como el asfalto fresco.

Múltiples tiendas primitivas de cuero cosidas juntas estaban en pie al centro de

la imagen. A su lado se reunían unos diez organismos extraños, cortos, robustos y

calvos, que estaban haciendo un escándalo por una razón u otra.

Aunque eran humanoides, difícilmente podían ser confundidos con humanos.

Sus espaldas eran horrendamente encorvadas, sus brazos eran lo suficientemente

largos como para arrastrarlos por el suelo, y sus piernas dobladas eran rechonchas en

comparación.

— ¿Goblins…?

Gabriel murmuró y Critter habló animadamente después de un silbido suave.

— Ooh, está bien informado, ¿no es así, comandante? Es cierto, no parecen

orcos u ogros, así que probablemente son goblins.

— Pero lucen bastante más grandes para tratarse de ellos. Deben ser los del tipo

hob, hobgoblins6.

Vassago que se acercó desde un costado agregó su opinión con las manos en su

cintura. Como era de esperar de alguien especializado en el combate VR, que al

parecer tenía algún conocimiento sobre los RPGs de fantasía.

El alboroto entre la decena de hobgoblins escaló progresivamente mientras

Gabriel y los demás observaban.

6 Trasgos.


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Los dos en el centro se sujetaron el uno al otro y empezaron un forcejeo agitado,

el resto que los rodeaba levantaban sus manos mientras gritaban.

— Critter.

Con lo que parecía una idea a punto de tomar forma, Gabriel llamó a quien tenía

el cabello corto en el asiento.

— ¿Si?

— ¿Esos tipos son… esos monstruos son parte del sistema?

— Mmm, eso parece. Esos tipos son humanos reales en esencia. Son almas

artificiales cargadas en el clúster de light cube de arriba… tienen fluctlights.

— ¿¡En serio!? ¡Qué rayos!

Vassago inmediatamente se inclinó hacia adelante con un grito histérico.

— ¿¡Esos hobgoblins son humanos!? ¿¡Quieres decir que tienen almas como

nosotros!? ¡¡La abuela Frisco se desmayaría en este instante si escuchara eso!!

Él gritó nuevamente mientras abofeteaba al de cabello corto, Critter.

— No puedo creer que ellos estarían haciendo este tipo de investigación sin

considerar a Dios. ¿Así que eso es lo que es, todos son algún goblin u orco en

aquellos light cubes? ¿Incluso nuestra Alice-chan?

— Son demonios.

Critter corrigió a Vassago mientras apartaba su mano, molesto.

— Escuchen, ese mundo que esos tipos de Rath construyeron, el Underworld,

está separado en dos áreas. Un poco al oeste del centro está el «Human Empire» y

los humanos normales viven allí. Y en las afueras de aquello, está el «Dark Territory»

abarrotado de monstruos como estos. Naturalmente, Alice está en algún lugar en el

Human Empire, pero este es ridículamente enorme, así que no hay forma de

encontrarla mientras miremos a escondidas de esta manera.

— Entonces es pan comido. Nuestras palabras serán entendidas si son seres

humanos, ¿cierto? Entonces ingresemos a ese Human Empire y solo preguntémosle a

los de allí, “¿Conoces alguna chica llamada Alice?” y habremos terminado.

— Guau, corrección idiota. Hay una justo aquí.

— ¡¡Qué diablos fue eso, maldito!!


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— Vamos, son los japoneses los que construyeron Underworld. Naturalmente,

las palabras usadas por «esos de allí» deberían ser en japonés. ¿Y qué, tú puedes

hablar en japonés?

Critter señaló eso con desdén a lo cual Vassago respondió con una sonrisa un

tanto torcida.

— No puedes menospreciarme ahora.

En ese instante, todos miraron con asombro, no sólo Critter. Las palabras de

Vassago eran fluidas a tal punto que incluso Gabriel se sorprendió.

El joven hispano volvió al inglés y continuó.

— La comunicación no es un problema después de todo, ¿saben? ¿Algún otro

problema cuatro ojos-kun?

— Lo hay, lo hay por supuesto.

Al recuperarse de su asombro, Critter resopló.

— Decenas de miles de personas viven en el Human Empire. ¿Realmente piensas

que puedes ir y preguntarle a uno por uno de ellos… por ti solo…?

Al parecer sus propias palabras sirvieron de inspiración mientras su cuerpo se

sacudió al hablar tan lejos. Aunque Vassago maldijo con eso al de cabello corto que

se estrelló con su mentón, el hacker gritó sin ningún interés por él.

— Espera. Esperaesperaesperaespera. Tal vez no tendrás que hacerlo por tu

cuenta…

La vaga idea en la mente de Gabriel, también se estableció en una forma en

bruto al escuchar eso.

— Ya veo. Es poco probable que de las cuentas para iniciar sesión en el

Underworld… todas fuesen algún ciudadano nivel uno. ¿Es eso, Critter?

—Sí. ¡¡Sí, jefe!!

El teclado traqueteó como un instrumento de percusión y varias listas

aparecieron inmediatamente en el enorme monitor mientras se desplazaban a través

de ellas.

— Deben existir cuentas para todo tipo de clases sociales para los operadores de

Rath para ingresar y observar o administrar el interior. Un oficial de la armada… no,


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un general. No, no, un noble, noble… o quizás podríamos conseguir al emperador

mismo…

— Ooh, eso suena genial, eh.

Vassago habló, frotándose su dividido mentón.

— En resumen, sólo tendría que iniciar sesión como algún general o presidente

o pez gordo y ordenarles a todos algo como, eh. ¡Soldados, orden! ¡Vista al frente!

¡¡Vayan a buscar a Alice!! ¿Algo como eso?

— Esa buena idea ahora suena estúpida después de esas palabras tuyas.

No obstante Critter siguió desplazándose a una velocidad tempestuosa incluso

mientras estaba refunfuñando.

Las extrañas quejas del hombre se detuvieron junto con el anuncio de unos

pocos segundos después.

— Maldita sea, estamos sin suerte, eh. Ellos no sólo colocaron una contraseña

en el acceso directo desde aquí, sino que también para ingresar en las cuentas de

nivel alto. Desafortunadamente, parece que solo podemos hacer inmersión en el

Human Empire con algo como una cuenta de un ciudadano normal.

— Mmm…

El tinte de decepción se mostraba claramente en los rostros de Critter y Vassago,

pero la expresión de Gabriel permanecía inmóvil mientras inclinaba ligeramente su

cabeza.

El tiempo que les quedaba ciertamente no era mucho.

Sin embargo, ese límite aplicaba sólo en el mundo real. El tiempo fluía,

comprimido en un grado absurdo de varios cientos de veces más lento que la

realidad, en ese otro mundo extendiéndose más allá de la pantalla, Underworld.

Dicho en otras palabras, las restantes veintitrés horas de aplazamiento que

tenían eran equivalentes a más de un año en el Underworld. Con todo ese tiempo, no

era necesariamente imposible el buscar y obtener a Alice, así como expulsarla en el

mundo real desde una consola de información en el interior después de iniciar sesión

como un ciudadano normal.

No obstante, eso seguramente sería tedioso. Si tenían que llegar a tales

extremos, ¿no sería más rápido acercarse al Human Empire desde fuera?


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— Critter. ¿No hay cuentas de nivel alto afuera del imperio… en el Dark

Territory?

— ¿…Afuera? Pero apenas hay alguna posibilidad de que Alice salga allí, ¿no?

Los dedos de Critter brillaron fugazmente mientras manifestaba esa duda.

Buscando en la ventana recién abierta, Gabriel respondió.

— Bueno, eso es probable. Sin embargo, no es imposible pasar a través del

límite entre las áreas, ¿no? Pueden existir maneras de cruzar esa frontera con los

derechos otorgados a la cuenta.

— ¡Ooh, como se esperaba de aniki! ¡Su mente está en un nivel completamente

diferente! En otras palabras, eso es, eh… ¿¡convertirse en algún jefe en el lado de los

monstruos en vez de un general humano e ir en una invasión!? ¡¡Estaré aún más

comprometido con eso!!

Aparentemente, más bien harto a juzgar por su tono, Critter arrojó agua fría a

Vassago que estaba gritando después de un silbido.

— No me importa cuán comprometido estés, pero es posible que tengas que

convertirte en algún hobgoblin u orco si vas a iniciar sesión en el Dark Territory.

Bueno, eso se ajusta a ti, aunque… oh, allí, allí hay uno, mira.

Con un fuerte clic proveniente de las teclas, aparecieron otras dos ventanas.

— Veamos, sólo hay dos súper cuentas en el Imperio, pero… bien, ¡no tenemos

sus contraseñas! Echemos un vistazo…primero tenemos una con la posición de un

dark knight. Su nivel de prioridad es… ¡70! ¡Ahora esto puede utilizarse!

— ¡Ooh, eso suena genial! ¡Tomaré ese!

Ignorando al ruidoso Vassago, Critter se centró en la otra ventana.

— Y, el otro… ¿Qué pasa con esto? El campo de posición está en blanco y no

muestra el nivel. Todo lo que está establecido es el nombre, eh. Este tipo… ¿cómo se

lee esto?... ¿«Emperor… Vector »?

— Guau, si eso dice emperor, entonces esto es un emperador, eh. Creo que lo

tomaré…

Gabriel suavemente dio una palmada en el hombro de Vassago desde atrás

después de que empezara a hablar.

— No, yo usaré ese.


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— ¿Eh? Pero aniki, ¿puedes hablar en japonés?

— Aunque no tan bien como tú.

Y Gabriel respondió en japonés, el cual estudió por tres años. Aunque se dio por

vencido con la lectura y escritura desde el principio, tenía la confianza que podía ir a

través de las conversaciones cotidianas sin problema.

— Como era de esperar, eh. Entonces aniki, te dejaré al emperador y yo te

acompañaré con el Dark knight. ¡Parece que las cosas se están poniendo divertidas!

¿¡Oye, cuatro ojos, podemos iniciar sesión ya!?

Ignorando por completo a Vassago, ruidoso como de costumbre, Critter

continuó pulsando teclas. Su perfil parecía serio mientras miraba la información

desplegada en el monitor, una tras otra y Gabriel preguntó con suavidad después de

caminar a su lado.

— ¿Cómo se ve, Critter, hay otros asuntos?

— No puedo decir si esto es un problema o solo me está bugueando… hay

algunos términos extraños apareciendo aquí y allá en los datos. No entiendo

exactamente lo que significan todavía, pero…

— ¿Oh? ¿Cuáles términos?

Critter tomó un respiro antes de responder la consulta de Gabriel.

—«Final load test7».

7 Test final de carga


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Parte 3

Higa tímidamente rompió el sombrío silencio que envolvía la sala de sub control.

—Ehh, eem… correcto. Su cuerpo, o quizás, el estado de Kirigaya-kun que

permanece aquí en el mundo real es como yo expliqué… no se ve optimista.

Al ver temblar la esbelta figura de Yuuki Asuna mientras Koujiro Rinko la

sostenía del hombro, él añadió en la conmoción.

— ¡Pe, pero, por poca que sea, todavía hay esperanza!

— ¿En concreto?

Rinko preguntó con una voz aguda aún teñida de fe.

—Kirito-kun todavía está conectado en el Underworld.

Higa miró el monitor relativamente más pequeño que el de la sala de control

principal secuestrada. Al cambiar la pantalla después de varios clics del mouse,

mostró Underworld completo formado por el circular Human Empire y el Dark

Territory rodeándolo.

— En otras palabras, aunque dije que él perdió su propia imagen, su propio fluct

light aún está activo y recibiendo todo tipo de estímulos. Por lo tanto, puede que sea

posible tratar su alma en el Underworld incluso si es imposible en el mundo real. Si

alguien fuera a «perdonarlo», que lesionó su propia alma culpándose a sí mismo

excesivamente… es posible solo…

Higa estaba muy consciente de que sus propias palabras difícilmente podían

considerarse científicas.

Sin embargo, venían directamente de su corazón.

El Nerve Gear, el Medicuboid, y después de eso como una interfaz de máquina

cerebral evolucionada, el Soul TransLator. No obstante, los misterios de esa entidad

incorpórea cuántica, el «fluct light», poseído por los humanos y descubierto a través

de la máquina que personalmente Higa colaboró en su desarrollo, todavía abrumado

por todo lo que él sabía al respecto.

¿El fluct light era un fenómeno físico?

¿O quizás era un fenómeno conceptual más allá de las explicaciones de la ciencia

moderna?


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Si fuese esto último, el alma herida y maltratada de Kirigaya Kazuto podía ser

curada por algún poder que superara la ciencia.

Por ejemplo, el amor de una persona.

—Yo iré.

Era como si ella estuviera de acuerdo con los pensamientos de Higa.

Su suave pero determinada voz reverberó a través de la sala de sub control.

Los que estaban en la habitación contuvieron la respiración mientras miraban a

quien había dicho eso. Yuuki Asuna asintió hacia Koujiro Rinko que estaba apoyando

sus hombros y dio un paso hacia delante antes de repetir aquellas palabras.

—Yo iré al Underworld. Quiero decirle a Kirito-kun al otro lado; Tú hiciste lo

mejor posible, ¿no es así? Muchas cosas deben haber pasado, tanto tristeza como

dolor, pero tú hiciste todo lo que pudiste.

El semblante de Asuna diciendo aquello con lágrimas en sus ojos castaños era

tan hermoso, que dejó sin palabras a Higa, quien estaba preparado para entregar su

vida completa a las investigaciones.

Kikuoka observó a Asuna, probablemente afectada como sugería su expresión,

pero pronto ocultó eso tras los lentes de los anteojos y volvió su vista hacia la puerta

de la habitación adyacente.

— Creo que tenemos otra STL desocupada.

El comandante tranquilamente anunció eso poniendo una expresión compleja y

continuó.

— Sin embargo, el Underworld actual no podía decirse que estuviera en un

estado estable. Estará sumergiéndose en la última etapa del test final de carga

programado en pocas horas más en este lado.

— ¿Carga… final? ¿Qué sucederá?

Higa gesticuló con las manos mientras explicaba a Rinko que fruncía el ceño.

— Ehm… para simplificarlo, la concha se está rompiendo. La durabilidad de la

«Gran Puerta del Este» que separaba al Human Empire y el Dark Territory por cientos

de años llegará a cero y el ejército de monstruos se alzará en el mundo de los

humanos. Si los humanos prepararon una estructura de defensa suficiente, serían

capaces de repelerlo al final. Sin embargo, Kirito-kun destruyó la mitad de esa


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organización dirigente, la Axiom Church, en el experimento esta vez, así que… yo no

sé cómo será….

— Ahora que pienso en ello, la situación podría requerir que tengamos a alguien

allí inmerso independientemente.

Kikuoka murmuró con los brazos cruzados delante de su pecho.

— Es posible que «Alice», en algún lugar en el Human Empire pueda ser

asesinada en el caos cuando comience la invasión. No habríamos tenido ninguna

razón para bloquear el control principal para ganar tiempo si ese no fuese el caso… Si

sólo pudiésemos ingresar con una cuenta de alto rango y resguardar a Alice mientras

la llevásemos al «World End Altar8», expulsaríamos su light cube aquí al sub control…

— Aah… Tú le pediste eso a Kirito-kun, ¿no? Inmediatamente antes del incidente.

Kikuoka asintió con pensar ante las palabras de Rinko.

— Sí. Habría llevado a cabo eso sin duda si él hubiese estado seguro. Después de

todo, Alice estaba justo a su lado en ese entonces…

— Entonces ¿quieres decir que… existe una alta posibilidad de que sigan juntos

aún ahora incluso después de los meses que han pasado en el interior?

Higa respondió esa pregunta.

— Sí, creo que vale la pena considerarlo. De este modo, puede ser mejor que

sea Asuna quien se conecte… No hace falta decir que ella será capaz de hablar con

Kirito-kun y el resguardar a Alice probablemente requerirá de habilidades de

combate en Underworld. Asuna aquí entre nosotros es quien más solía moverse en

un mundo virtual, estoy totalmente seguro de ello.

— Entonces lo mejor será usar una cuenta con un nivel tan alto como sea

posible, eh.

Asintiendo a la voz de Kikuoka, Higa hizo correr sus dedos sobre el teclado.

— Bueno, seguro, ella puede escoger. Tenemos caballeros, generales, nobles…

todo tipo de cuentas de alto rango preparadas.

— Oye, espera un momento.

La voz ligeramente nerviosa de Rinko irrumpió.

8Altar del Fin del mundo


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— ¿Sucede algo?

— ¿Existe la posibilidad que los atacantes piensen en lo mismo? Tú lo

mencionaste antes, ¿no? Que el resquicio para resguardar a Alice es hacerlo desde el

interior.

— Aah… sí, esos medios también están disponibles para ellos. El control principal

abajo tiene dos STLs listos. Pero no deberían tener el tiempo para descifrar la

contraseña de inicio para las cuentas de alto rango. Todo lo que pueden usar son los

ciudadanos comunes de nivel uno. Ellos no harán nada en el caos del test final de

carga con estatus como esos.

La explicación de Higa se aceleró.

A pesar que una leve incomodidad repentinamente salió a la superficie de su

conciencia como si hubiese olvidado algo importante.

Sin embargo, aquellos pensamientos se perdieron antes que tomaran forma, al

detectar algo en el listado de cuentas a través del que se desplazaba rápidamente.


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Capítulo 17

Dark Territory

11° Mes del Calendario del Human Empire 380

Parte 1

La Dark Knight Lipia Zankale saltó de la espalda de su dragón volador antes que

se detuviera y comenzó a correr a través del elevado pasillo conectando la

plataforma de aterrizaje y el palacio imperial a máxima velocidad.

Pronto encontrándolo sofocante, se retiró el casco cubriendo incluso su cara con

la mano derecha.

Acomodando su cabello largo azul ceniza que ondeaba detrás de ella con su

mano izquierda, Lipia aceleró más. Aunque se quitaría su pesada armadura y su capa

si pudiera, no tenía deseos de dar a sus magistrados que llenaban el palacio imperial

incluso un vistazo de su piel.

Un gigantesco palacio negro imponente penetraba en los cielos rojos en los

espacios entre las columnas redondas alineadas a su derecha después que atravesó

el serpenteante corredor.

El Imperial Obsidia Palace fue construido excavando las más altas, ignorando la

irritante «cordillera del borde», montañas rocosas encontradas en la ilimitada tierra

de la oscuridad hace más de cien años.

Se decía que la cordillera del borde y la enorme puerta esculpida en su sólida

roca podían verse más allá del horizonte occidental de la habitación del trono en el

último piso, aunque escasamente.

Sin embargo, nadie podía verificar la verdad detrás de esa leyenda.

El trono de la tierra de la oscuridad quedó vacante desde que el primer

emperador, Vector el dios de la oscuridad, partió hacia la oscuridad debajo de la

tierra en tiempos antiguos. La gran puerta hacia el último piso fue sellada con

cadenas de Vida infinita y nunca se abrirá.

Lipa arrancó su vista de la cima del palacio negro azabache y llamó a los guardias

ogros protegiendo la inminente puerta del palacio.

— ¡Soy la onceava entre los Dark Knights, Zankale! ¡¡Abran la puerta!!


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Los guardias con cabeza de lobo y cuerpo de hombres eran muy torpes en sus

cabezas comparados a sus músculos y sólo fue inmediatamente antes que Lipia

llegara a la puerta de hierro fundido cuando comenzaron a rotar la palanca para

abrirla.

Un ruido llamó cuando la puerta se abrió y ella se deslizó hacia los lados antes

que se alejara.

El palacio saludó a Lipia por primera vez en tres meses con su usual aire frío.

Los corredores pulidos por los simples y honestos subordinados kobolds

diariamente no tenían manchas. Ella corrió, sus zapatos se aferraron contra el suelo

obsidiana, y vio a un par de mujeres, voluptuosas y vestidas con prendas reveladoras,

deslizándose en el suelo silenciosamente ante ella.

Los grandes sombreros puntiagudos sentados en su lustroso cabello ondulado

indicaban que eran usuarias de Dark Arts. Cuando intentó pasarlas sin hacer contacto

visual, una de las mujeres habló deliberadamente con su voz chillona.

— ¡Vaya, cómo tiembla la tierra! ¡Me pregunto si hay orcos corriendo en alguna

parte!

Una respuesta vino inmediatamente de la otra acompañada de una aguda

carcajada.

— ¡Eso no sería suficiente, este temblor debe ser de los gigantes!

«Habría cortado sus lenguas si no fuera por la restricción de desenvainar

espadas en el palacio.»

Lipia pensó mientras corría con no más que un resoplo.

Muchas humanas nacidas en la tierra de la oscuridad entran al gremio de

usuarios de Dark Arts después de graduarse de la escuela preparatoria. Se decía que

la organización notoriamente hedónica enseña indulgencia en lugar de orden y las

que terminaban eran en gran parte como ese grupo, manteniendo el interés en nada

más que vestirse.

A pesar de todo eso, se enojan atípicamente en lo que respecta a chicas

opositoras que elegían el camino del caballero. Lipia, también, fue empujada al

extremo de su inteligencia cuando era joven y una usuaria de Dark Arts con la que

estaba en malos términos en su clase de escuela de cadetes le disparó un maleficio

de veneno. Aunque esa chica se volvió bastante dócil después que recortaran el

cabello trenzado del que estaba muy orgullosa.


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Al final, los de esta tierra no eran más que tontos sin preocupación por el futuro.

La tierra de la oscuridad no tenía futuro con sus organizaciones y personas, no

conociendo ningún medio para resolver conflictos excepto la fuerza.

Aunque la «Asamblea de los Diez Lords» era clave para mantener el peligroso

equilibrio ahora, no duraría mucho. Si alguno de los diez lords pierde su vida en la

guerra inminente con el Human Empire, el cual los orcos y los goblins llaman la

«tierra de los iums», el balance colapsará y una era beligerante donde la sangre es

lavada por sangre regresará.

El que pintó esa imagen del futuro a Lipia fue uno de los diez lords, su supervisor

directo como el líder de la Orden de los Dark Knights tanto como el hombre que era

su amante.

Y Lipia ahora tenía información confidencial en su pecho que él aguardaba

ansiosamente.

En cualquier caso, ella no tenía ni siquiera un segundo para escatimar en el sin

sentido de las usuarias de Dark Arts.

Atravesando directamente el salón vacío, subió la gran escalera, dos pasos a la

vez. Aunque estaba entrenada, se quedó sin aliento cuando finalmente llegó al piso

que quería.

La «Asamblea de los Diez Lords» gobernaba sobre toda la tierra de la oscuridad

por medio de conferencias, con cinco asientos yendo para la raza humana, dos

asientos para la raza goblin, y los tres asientos restantes para los líderes de las razas

orco, ogro, y gigante. Con algo como un tratado tendido después de más de cien

largos años de guerras civiles, el resultado fue un acuerdo que estipulaba que nadie

entre las cinco razas era superior a otro.

Como tal, el decimoctavo piso cercano al último piso del Obsidia Palace tenía

habitaciones privadas establecidas para cada uno de los diez lords. Silenciando sus

pisadas un tanto mientras recorría el pasillo, Lipia llamó a la puerta a una de las

habitaciones tres veces con su mano derecha acorazada.

— Entra.

Una voz ronca respondió inmediatamente.

Después de mirar a los lados y confirmar que nadie estaba en el pasillo, Lipia se

deslizó rápidamente a través de la puerta.


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Mientras sentía nostalgia por el aroma masculino en la habitación que

maximizaba el utilitarismo en términos de decoración, ella colocó una rodilla en el

suelo y bajó su cabeza.

— La Knight Lipia Zankale ha regresado ahora bajo su servicio.

— Buen trabajo. Vamos, siéntate.

Ella levantó su rostro, consciente de la punzada en su pecho en respuesta a esa

voz profunda.

El hombre que se desplomó en uno de los sofás rodeando una mesa redonda

con sus piernas cruzadas en alto era el Dark Knight Commander, con el alias «Dark

General», Viksul Ur Shasta.

Una estatura imponente pese a ser de la raza humana. Aunque lo mismo

naturalmente no podía decirse de su perímetro, él no perdería en altura incluso

contra los ogros. Su pelo negro oscuro estaba recortado y el bigote en su boca

también estaba en orden.

Su sencilla camisa de cáñamo cubría corpulentos músculos aumentados que

amenazaban con volar sus botones, pero absolutamente no había exceso de carne en

su cintura. Pocos sabían que su cuerpo perfecto apenas imaginable de uno que cruzó

los cuarenta se mantenía por medio de su extraordinario entrenamiento diario que

seguía sin falta incluso después de ascender a la cima entre los Knights.

Manteniendo presionado su deseo de saltar al pecho de su querido tras verlo

por primera vez en tres meses, Lipia se sentó en el sofá encarando a Shasta.

Con la parte superior de su cuerpo arriba, Shasta levantó una de las dos copas

preparadas en la mesa para Lipia y rompió el sello de lo que parecía ser vino añejo.

— Arrastré esto de mi erario de ayer pensando en tomarlo contigo.

Él vertió el fragante líquido escarlata en el vaso con un ojo cerrado. La forma en

la que esa expresión trajo su lado pícaro era la misma que en el pasado.

— Mu… muchas gracias, Su Excelencia.

— ¿Cuántas veces debo decirte que te abstengas de eso cuando estamos solos?

— Sin embargo, aún estoy en medio de mi deber.


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Chasqueando levemente su vaso contra el de Shasta mientras él encogía sus

hombros con exasperación, ella engulló el apacible vino de una sola vez y sintió la

Vida agotada por el largo viaje recuperándose lentamente.

— Y, así.

Vaciando su propia copa y arreglando su expresión, el Knight Commander

preguntó con un volumen levemente más suave.

— ¿Qué era exactamente ese asunto serio del que enviaste información a través

de tu familiar?

— Sí…

Lipia corrió su vista izquierda y derecha antes de inclinarse hacia adelante.

Shasta era un hombre de corazón abierto, pero prudente al mismo tiempo. Múltiples

capas de Arts defensivas habían sido establecidas en esta habitación y ni siquiera la

líder del gremio de usuarios de Dark Arts, esa «bruja», podía escuchar a escondidas.

Pero a pesar de ese conocimiento, ella no pudo evitar susurrar tras considerar la

importancia de la información que tenía.

Mirando fijamente los ojos negros de Shasta, Lipia expresó su breve reporte.

—La Highest Minister de la Axiom Church del Human Empire… ha fallecido.

Él era ese Dark General, pero aun así sus ojos se abrieron ampliamente.

Una extensa respiración profunda rompió el silencio.

— Cuestionar si eso es creíble… sería un insulto para ti, ¿no?. No dudo de la

información, pero… aun así… pensar que ese ser inmortal sería…

— Sí, entiendo a lo que te refieres. Yo, tampoco, podía creer la brusquedad y

pasé una semana confirmándolo, pero verdaderamente no parece ser una

equivocación. Escondí «ear bugs» en la Central Cathedral y recolecté la evidencia.

— Mi palabra, qué acto temerario. Si hubieran seguido tu Art, habrías sido

desgarrada miembro a miembro antes que pudieras escapar de la capital.

— En efecto. Pero por el hecho que no pudieran detectar un Art de mi nivel,

también, prueba que el reporte era cierto.

— Hmm…

Mojando su lengua en su segunda copa de vino, Shasta bajó su robusto rostro.


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— ¿Cuándo había ocurrido? ¿Y la causa?

— Aproximadamente hace medio año y…

— Medio año. Creo que fue cuando el guardia de la cordillera se amainó por

algún tiempo.

— Sí. En cuanto a la causa de la muerte de la Highest Minister… aunque es un

tanto difícil de creer, se decía que fue acabada por una espada…

— Una espada… ¿Alguien capaz de cortar a ese ser inmortal existía, dices?

— No podría haber.

Lipia sacudió su cabeza hacia el enmudecido Shasta.

— Pese a como la llamamos, ese ser inmortal debe haber agotado su Vida. Sin

embargo, con el fin de inmortalizar la divinidad de la Highest Minister, deben haber

recurrido a tal engaño para…

— Hmm… bueno, dejémoslo en eso. Pero aun así… ella de verdad está muerta,

¿no?, Highest Minister Administrator…

Shasta cerró sus ojos y cruzó sus brazos antes de apoyar la parte superior de su

cuerpo en el sofá.

Un cierto momento de silencio comenzó entonces, sus párpados se abrieron con

palabras cortas.

— Es nuestra oportunidad.

Lipia perdió su aliento por un instante antes de preguntar con una voz chillona.

— ¿Para qué, exactamente?

La respuesta fue inmediata.

— No hay otra más… que por la paz, por supuesto.

Ese vocabulario muy peligroso para dejar salir de la boca de uno dentro de este

palacio se extendió por la atmósfera de esta habitación y se disipó.

— ¿Cree… que eso sea posible, Su Excelencia?

Shasta puso sus ojos en el líquido carmesí en su vaso y asintió, lenta pero

profundamente, a Lipia que preguntó eso con un susurro.


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— Sea posible o no, tendremos que lograrlo sin importar qué.

Engullendo el vino, siguió.

— La Vida de la «Gran Puerta» que había estado separando el Human Empire y

la tierra de la oscuridad desde la época de la creación está finalmente cerca de su

final. Los ejércitos de las cinco razas oscuras son como una enorme tetera cerca de

hervir con la invasión del Human Empire abundante en la gracia de la luz del sol y

tierra ante ellos. La previa Asamblea de los Diez Lords era un gran desorden,

decidiendo cómo dividir la tierra, los tesoros, y los esclavos del Human Empire.

Santos cielos… qué incorregible avaricia tienen.

Lipia bajó su rostro ante las francas palabras secas de Shasta.

A diferencia del Human Empire controlado por ese extenso código de ley

llamado el «Taboo Index», sólo una ley existía en la tierra de la oscuridad.

Abreviando, saquear con fuerza.

En ese sentido, Shasta sería el raro, considerando la paz como el Human Empire,

cuando se compara con los nueve lords cuya lujuria por la conquista ardía incluso

después de ascender a las altas posiciones de poder.

Sin embargo, esa peculiaridad contribuía a la infinita atracción de Lipia hacia

este hombre. Todo lo que otros digan o piensen, Lipia no fue llevada contra su

voluntad a diferencia de las mujeres esperando a los otros lords.

No mostrando señal de estar consciente de la contemplación de su amante,

Shasta continuó sus palabras con un tono solemne.

—Sin embargo, los lords piensan en los humanos muy humildemente.

Especialmente en la Orden de los Integrity Knights que protegieron el Human Empire

por más de trescientos años.

Lipia asintió mientras sentía que su cabeza se enfriaba tras escuchar ese nombre.

— Ciertamente… su maestría es de temer.

— Cada uno de ellos está literalmente a la altura de mil. Pese a las incontables

muertes sufridas por la Orden de los Dark Knights durante toda su larga historia

causadas por los Integrity Knights, lo contrario nunca había ocurrido. Su manejo de la

espada es exquisito y las herramientas sagradas que usan no tienen igual… Ni

siquiera yo había terminado con uno solo de ellos incluso si los hubiera arrinconado

antes en numerosas ocasionas. Naturalmente, las veces en las que había huido

aplastan a esas.


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— Eso es… debido a ese extraño Art que usan para liberar llamas y luz de sus

espadas…

— El «Armament Full Control Art», huh. La división de investigación de Arts de

nuestra orden de caballeros no había llegado a los detalles de eso incluso después de

una extensa investigación. Ni siquiera cien soldados goblins podían enfrentar un solo

uso de ese Art.

— Eso dicho… nuestras fuerzas suman cincuenta mil. Por otro lado, no hay más

que treinta o algo Integrity Knights. ¿No podríamos reducirlos con números…?

Shasta levantó cínicamente una punta de su fino bigote ante las palabras de

Lipia.

— ¿No había dicho que cada uno de ellos es comparable a mil? Por esos cálculos,

ese será el final de treinta mil de nuestras tropas.

— Bueno, yo nunca… pensé que podrían derrotar a tantos.

— Es natural pensar eso. Aunque no se adhiere bien conmigo, una estrategia

con nosotros, la orden de caballeros, como las vanguardias apoyadas por los ogros y

los gigantes, con Arts de distancia vertiéndose de los usuarios de Dark Arts en la

retaguardia deberíamos agotar incluso a los Integrity Knights eventualmente. Pero no

puedo imaginar cuántas bajas sufriríamos antes que el último Knight caiga. No

reclamaré que será treinta mil, sino la mitad de eso es una cifra factible.

La copa de cristal fue colocada en la mesa con un firme tintineo.

Deteniendo a Lipia con una mano cuando trató de servir más licor, Shasta apoyó

su amplia espalda en el sofá.

— Y cuando todo eso esté dicho y hecho, un desequilibrio se desarrollará

naturalmente entre las fuerzas de las cinco razas oscuras. La Asamblea de los Diez

Lords perderá su propósito y el acuerdo de igualdad entre las cinco razas no será

nada más que en nombre. En cuanto a eso, la «era de sangre y hierro» de cien años

antes regresará. No, será peor. Después de todo, la puerta al vasto océano de néctar

sin fondo, el Human Empire, se abrirá esta vez. Las guerras para escoger las

autoridades del gobierno para cada tierra no terminarán ni siquiera en cien años…

Eso era lo que Shasta realmente temía, más que los asuntos anteriores, esa peor

imagen del futuro de la que sermoneó a Lipia una y otra vez. Y aparte de Shasta, los

otros lords no pensarían en ese futuro como el peor, en cambio, incluso lo

anticiparían.


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Lipia bajó su rostro y miró fijamente el resplandor negro de la armadura

completa que se le concedió cuando fue nombrada cabal lera, la cual estaba rayada

pero pulida completamente.

Lipia probablemente nunca habría llegado a ser una caballera si fuera durante la

«era de sangre y hierro» debido a cuán pequeña era de niña. Ella habría sido vendida

como esclava o abandonada en el yermo fuera de la ciudad, terminando esa corta

vida.

Sin embargo, aunque casi perfecto, fue gracias a ese tratado de paz que ella

pudo entrar a una escuela de cadetes en lugar de ese mercado de esclavos y

descubrir su tardía aptitud floreciente para la espada, llegando a la posición más alta

que una humana podría anhelar.

Después que se convirtió en caballera, controló una intuición similar a una

guardería que cuidaba infantes reunidos de regiones remotas donde el tráfico de

esclavos aún era generalizado que fueron abandonados por sus padres a expensas de

la mayoría de sus pagas mensuales.

Ella no informó a Shasta de ese hecho, mucho menos a sus colegas. Después de

todo, ni siquiera podía explicar por qué emprendió tal acto.

Aún así…

El instinto que esta tierra era extraña de alguna manera por dejar que la fuerza

saquee todo siempre estaba en alguna parte en la mente de Lipia. Ella carecía de la

sabiduría para poner sus propias incertidumbres en palabras claras a diferencia de

Shasta, pero aun así, sentía que había una «forma ideal correcta» que encajaría

mejor en esta tierra… no, todo Underworld incluyendo el Human Empire.

Incluso Lipia ahora podía reconocer que ese llamado al nuevo mundo sólo

llegaría después de esa paz que Shasta promovía. Junto con eso, deseaba convertirse

en un pilar de fuerza para el hombre que amaba como una mujer.

Pero.

— Pero Su Excelencia, ¿cómo planea persuadir a los otros lords? Además… ¿la

Orden de los Integrity Knights aceptarán las negociaciones de paz en primer lugar?

Lipia preguntó de manera sumisa.

— Hmm…

Shasta cerró ambos ojos y golpeó su lustroso bigote con su mano derecha. Poco

después, una voz un tanto amarga resonó de él.


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— Veo potencial en los Integrity Knights. Con el deceso de la Highest Minister, el

que recibió el comando total debe ser el viejo Bercouli. Aunque es astuto, las

palabras sí lo atraviesan. El problema sería… la Asamblea de los Diez Lords como se

esperaba. Para eso… aunque sería contradictorio…

Levantando sus párpados, sus dos ojos ocultando una luz peligrosa miraron el

aire.

— Tendría que cortarlos. Cuatro de ellos por lo menos.

Consiguiendo una respiración aguda, Lipia preguntó con trepidación.

— Cuatro, dice… Supongo que serían los dos jefes goblins, el jefe orc, y…

— La líder del gremio de usuarios de Dark Arts. Esa mujer alberga una ambición

de obtener el secreto de la inmortalidad de Administrator y de ascender

eventualmente al trono del emperador. Ella nunca aceptaría ningún plan para la paz.

— ¡Pe, pero!

Lipia sacó su refutación.

— ¡Eso es demasiado peligroso, Su Excelencia! ¡Los jefes de los goblins y orcos

no son rivales para ti… pero ni siquiera puedo empezar a imaginar qué trucos a los

que esa usuaria de Dark Arts recurriría!

Shasta mantuvo su silencio por un corto instante incluso después que la boca de

Lipia se cerró.

Las palabras que dejó salir de repente, también, fueron completamente

inesperadas.

— Oye, Lipia. ¿Por cuánto tiempo has estado a mi lado?

— ¿Huh? Sí… erm… Tenía veintiuno… así que ¿cuatro años?

— Así que esa cantidad ya había pasado… me disculpo por mantenerte alejada

por tanto tiempo. Qué hay de esto… debería ser tiempo, nosotros, bueno.

Él rascó su cabeza, su vista deambulaba, y el Dark Knight Commander habló

ligeramente de manera ruda.

— ¿No te convertirías oficialmente en mi esposa? Aunque debo decir perdón

por ser tan viejo.

— Su… Su Excelencia…


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Lipia se quedó sin palabras con sus dos ojos abiertos ampliamente…

Alguna clase de calor se extendió desde cerca de su corazón y ella estuvo a

punto de saltar hacia el otro lado de la mesa al pecho del hombre que amaba.

Cuando una crispada voz chillona resonó desde más allá de la gruesa puerta.

— ¡¡Es una emergencia!! ¡¡Una emergencia verdadera!! ¡¡Aah, ¿cómo pudo

haber pasado esto?!! ¡¡Vengan, lords, deprisa, deprisa!!

La voz vagamente familiar pertenecía a uno de los diez lords, el líder del gremio

económico.

Los gritos roncos que no favorecían a ese magnánimo hombre fornido en los

recuerdos de Lipia continuaron.

— ¡¡Es una verdadera emergencia!! ¡L, la habitación del trono! ¡Las cadenas de

sellado! ¡¡Están temblandooooo!!


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Parte 2

Habiendo descendido a la habitación del trono como el Emperador Vector,

Gabriel Miller contempló a los fluctlights artificiales arrodillándose a sus pies,

sintiéndose profundamente conmovido con una especie de emoci ón.

Ellos eran información cuántica de luz confinada dentro de lightcubes midiendo

dos pulgadas por lado. Y aun así eran humanos reales dotados con inteligencia y

almas en este mundo. Pero una vez más, la mitad de los diez alineados en frente eran

monstruos con apariencias bizarras.

Los diez generales que se llamaban a sí mismos los «lords feudales», los

caballeros y los usuarios de Dark Arts, junto con las tropas de cincuenta mil ubicadas

fuera del palacio eran las unidades que se le concedieron a Gabriel. Él tenía que

moverlos apropiadamente, exterminar las fuerzas defensivas del Human Empire, y

obtener a «Alice».

Sin embargo, a diferencia del juego de estrategia en tiempo real en el mundo

real, estas unidades no podían movilizarse como él quería con un mouse y un teclado.

Tenía que guiarlos y ordenarlos con sus palabras y actitud.

Gabriel se levantó silenciosamente del trono y miró fijamente el espejo colocado

en la pared de atrás después de varios pasos.

Reflejada estaba una vista de él mismo luciendo una apariencia completamente

de mal gusto.

Sus rasgos faciales y ese cabello rubio próximo al blanco era todo lo que quedó

del Gabriel del mundo real. Sin embargo, una corona de metal negro con una joya

carmesí incrustada adornaba su frente y vestía una lujosa toga de piel, negra

azabache como la camisa similar a una gamuza y pantalones hechos de cuero debajo

de ella. Además, en su espalda había una capa larga teñida de rojo sangre.

Desplazando su vista hacia la derecha, vio a un caballero a un paso abajo del

trono, echando un vistazo alrededor con sus manos juntas detrás de su cabeza.

Dentro de esa armadura completa, resplandeciendo como una gema púrpura

oscura, estaba Vassago Casals quien se conectó junto con Gabriel. Aunque le advirtió

que se abstenga de dejarse llevar y no mencionar nada innecesario hasta que

entendieran la situación, parecía que sus emociones estaban prácticamente

estallando desde su pecho para expresarse en su jerga mientras sus pies zapateaban.

Sacudiendo ligeramente su cabeza, Gabriel regresó sus ojos a sí mismo en el

espejo.


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Acostumbrado a los trajes a la medida, su cuerpo sólo se sintió inquieto. Sin

embargo, en este «Underworld», Gabriel no era CTO9 de alguna compañía militar

privada.

Él era el emperador que gobernaba el infinito Dark Territory.

Y, Dios.

Gabriel cerró ambos ojos, luego tomó lentamente una bocanada de aire y la dejó

salir.

El interruptor en su mente para intercambiar el rol que interpretaba de un

comandante rudo y genial a un cruel emperador hizo un chasquido.

Abriendo sus ojos, Gabriel, el dios de la oscuridad, Vector, volteó con su capa

carmesí hinchándose y observó altivamente a los diez general cuando su estancia,

careciendo de toda sensación de humanidad, resonó a través de la habitación del

trono.

—Levantad vuestras cabezas y decid vuestros nombres… Empieza tú.10

El hombre fornido de mediana edad cuya frente estaba desguazándose

prácticamente contra el suelo mientras se postraba levantó la parte superior de su

cuerpo con destreza inesperada antes de declarar su nombre en japonés fluido.

— ¡S, sií! ¡Mi nombre es Lengyel Gira Sukovo, sirvo como el líder del gremio

económico!

El hombre de mediana edad reverenció una vez más y un algo gigante, como una

pequeña colina, comenzó a moverse a su lado.

El demi-humano, probablemente de más de doce pies si se ponía de pie, cuya

masiva constitución estaba envuelta en cadenas entrecruzadas brillando con lustre

negro y una piel de animal cubriendo su cintura sacudieron su nariz anormalmente

larga y se nombró con un tono bajo que se asemejaba a un temblor.

— Líder de la raza de los gigantes, Sigrosig.

Para cuando Gabriel internalizó el hecho que la inteligencia y un alma también

residían dentro de este monstruo, el tercero dejó salir una voz ronca que ralló sus

oídos.

— Líder del gremio de asesinos… Fu Za… 9 Director de Tecnología (ChiefTechnologyOfficer).

10 La forma de Vector es la de un verdadero emperador, por lo tanto es muy formal.


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El que vestía una capa encapuchada tenía una presencia demasiado débil

cuando se le comparaba con el de la raza de los gigantes al lado, sin indicación clara

de siquiera su edad o género.

Aunque Gabriel reflexionó en dar una orden de revelar ese rostro por un

instante, decidió dejarlo a un lado, imaginando que un asesino así tendría un

principio u otro prohibiéndolo, y desplazó su vista al siguiente general.

Contuvo por poco un deseo inmediato de fruncir el ceño.

La meticulosa personificación de la fealdad se sentó con un ruido sordo, sus

piernas eran muy cortas para arrodillarse. Su hinchada barriga redonda con un lustre

como si fuera grasienta y lo que parecían cráneos de animales pequeños colgaban de

su cuello medio hundido en sus hombros.

La cabeza de encima era un séptimo de cerdo, un tercio de humano. Una nariz

plana sobresalía hacia adelante y colmillos atisbaban desde su enorme boca, pero la

inteligencia ardía en sus ojos redondos y brillantes como un humano lo cual lo hacía

aún más repulsivo.

— Jeefe de la raaza de los orcos, Rilpirin.

Tras oír esa voz chillona, Gabriel se preguntó si este en realidad era un hombre o

una mujer, pero también desechó inmediatamente esa curiosidad esta vez. Un orco

sería una unidad inferior. No habría propósito en mantenerlos luego de lograr su

objetivo.

El siguiente en levantar su cabeza con una rápida reverencia era lo

suficientemente joven para aún llamarse joven. Su pelo ondulado rojo colgaba y todo

lo que estaba envuelto en la mitad superior de su cuerpo curtido era un simple

cinturón de cuero. En la parte inferior estaban pantalones ajustados de cuero y

sandalias mientras que guantes rectangulares tachonados de metal eran usados en

sus dos manos.

— ¡¡Décimo campeón del gremio pugilista, Iskahn!!

Mirando de nuevo al joven que gritó asertivamente, Gabriel inclinó su costado

con confusión. ¿Los pugilistas eran boxeadores efectivamente? ¿Serían adecuados

como soldados pese a estar con las manos desnudas?

Él pensó y un fuerte gruñido retumbó de repente.

La fuente era un tipo de demi-humano con un físico distinto a los humanos,

aunque no al grado de los gigantes. Una piel larga envolvía casi toda la parte superior


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de su cuerpo. Él entendió que era pelo real más que prendas sólo porque su cabeza

era completamente la de una bestia.

Se asemejaba estrechamente a un lobo. El puente nasal prominente; esos

dientes alineados como una sierra; y esas orejas triangulares. Una voz apenas

comprensible se filtró de su boca donde su lengua larga colgaba.

—Grr… jefe de… los ogros… Fulgrr… rrr…

Aunque no tenía confianza que si ese era su nombre o simplemente un gruñido,

Gabriel asintió levemente y miró al siguiente.

Un chillido ensordecedor resonó justo después.

— ¡Hagashi, jefe de los goblins de montaña, a su servicio! ¡¡Su Majestad,

conceda a los bravos guerreros de nuestra raza el honor de ser sus escandalosas

tropas!!

Era un tipo de demi-humano, pequeño, con orejas largas y estrechas

extendiéndose de su cabeza calva, como las de un mono. Su altura estaba por debajo

de la de un humano, menos aún que el gigante, orco, u ogro que se nombraron antes.

De acuerdo la plática que recibió de Critter antes de sumergirse, sólo había una

ley en este Dark Territory. Abreviando, el fuerte reina. En ese caso, ¿qué fuerza

permitía a los goblins que parecían indefensos en todo sentido estar en igualdad con

las otras razas?

Pese a cómo eran las unidades de infantería más débiles debajo de los orcos en

cualquier caso, Gabriel miró el rostro del goblin de montaña con un leve interés y

comprendió la respuesta a su pregunta con un hmm. Había un hambre vehemente

arremolinándose dentro de los antiestéticos ojos redondos y brillantes del demi -

humano.

Justo después que el goblin de montaña terminó sus saludos, chillidos similares

vinieron del demi-humano sentado al lado que sólo difería en el tono de piel.

— ¡Indignante! ¡Seremos diez veces más útiles comparados a ellos, Su Majestad!

¡Kubiri, jefe de los goblins de pradera, humildemente a su servicio!

— ¡Qué les pasó, grupo de comilones de babosas! ¡¡¿Sus cabezas se han

convertido en pasta por cuán anegadas son sus tierras?!!

— ¡¡Lo mismo va para ustedes, ¿sus cerebros se han secado con el sol brillando

sobre ustedes?!!


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Ante las narices de los dos que comenzaron a discutir…

Salieron disparadas chispas azules con un crack y los jefes goblins saltaron hacia

atrás con chillidos.

— Si les recordara a ambos, están ante Su Majestad el Emperador.

La que bajó su mano levantada con esa voz cautivadora era una mujer joven

vestida con prendas reveladoras. Las chispas volaron de las puntas de sus dedos

cuando se frotaron como la piedra en un encendedor.

Meciéndose, dobló sus caderas como si pusiera su voluptuoso cuerpo y su

aspecto cautivante en exhibición antes de dar una reverencia amanerada. Incluso

Gabriel pudo entender cómo se sentía Vassago, silbando suavemente a su derecha.

Su piel, el tono de café aulait y reluciente como si estuviera engrasada, fue

cubierta mínimamente con cuero de esmalte negro. Ella usaba botas de estilete

estrechas como agujas. Una capa de piel brillando de negro y plata en su espalda y su

cabello rubio platino fluían a su cintura encima de eso.

Su sombra de ojos y su lápiz labial eran azul claro, y esos ojos azules que eran

tan vívidos, estrechos y de manera coqueta ella se nombró.

— Soy la líder del gremio de usuarios de Dark Arts, D.I.L.. Los tres mil usuarios de

Arts a mi cargo y yo dedicamos todas nuestras mentes y cuerpos a usted, Su

Majestad.

Aunque sus acciones y voz eran encantadoras de hecho, Gabriel simplemente

asintió fríamente, no afectado por sus deseos sexuales latentes.

La bruja que se llamó a sí misma D. cerró sus ojos y consideró aparentemente

suplementar sus palabras, pero realizó una reverencia silenciosa antes de volver a

arrodillarse.

Gabriel pensó que fue sabio cuando desplazó su mirada para observar a la

última unidad general.

El hombre que reverenció tranquilamente estaba en la plenitud de su vida,

presumiendo un excelente físico para un humano.

La armadura negra azabache cubriendo todo su cuerpo brillaba opacamente con

incontables rasguños esculpidos en ella. Una cicatriz superficial podía verse

recorriendo desde su frente hasta el puente de su nariz en su rostro rebajado.

El hombre dejó salir su voz sin levantar su cabeza con un rallado barítono.


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— Dark Knight Commander, Viksul Ur Shasta. Antes que dedique mi espada a

usted, Su Majestad… tengo una pregunta.

El hombre finalmente levantó su rostro y en él, Gabriel vio una severidad

semejante a esos «verdaderos soldados» raros que encontró antes.

El Knight, Shasta, observó a Gabriel con una especie de convicción en sus ojos

ausente en los nueve generales anteriores que se nombraron mientras seguía con

una voz incluso más baja.

— ¿En dónde yacen las ambiciones de Su Majestad para regresar al trono en

estos tiempos?

Ya veo, este ciertamente no es un mero programa.

Considerando internamente cómo debe mantener eso en mente siempre,

Gabriel respondió indiferentemente como el despiadado emperador.

— Derramamiento de sangre y terror. Incendio provocado y destrucción. Muerte

y alaridos.

Las expresiones de los generales se tensaron en el momento en el que la voz de

Gabriel fluyó, rígida como acero mecanizado.


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Mirando los diez rostros a la vez, Gabriel agitó su capa de piel y dirigió su brazo

derecho, alto, hacia los cielos occidentales.

Palabras llenas con un falso deseo para la conquista se disparó de su boca casi

autónomamente.

— La «Gran Puerta» que protege las tierras occidentales rebosando con la

fuerza de los dioses que me derrocaron del Celestial World se desmorona incluso

ahora. ¡He retornado… para hacer mía la autoridad conocida para todo aquel que

habite las tierras!

Él recibió una plática tan detallada cómo fue posible de Critter con respecto a la

«prueba de carga final» aproximándose en el tiempo de una semana dentro.

Siguiendo esos detalles, siguió con su discurso con ese tono teatral.

— ¡El Human Empire efectivamente nos pertenecerá a nosotros, aquellos de la

oscuridad, cuando la Gran Puerta se eche por tierra! ¡Yo sólo solicito a una, ella que

aparece en esas tierras, el «médium de las diosas»! ¡Permitiré la masacre y el saqueo

para todos los otros humanos en tanto que se cumplan mis voluntades! ¡¡Este es el

tiempo que aquellos de la oscuridad han aguardado… este es el tiempo prometido!!

El aire se tornó tranquilo con silencio…

Roto por chillidos, feroces rugidos.

— ¡¡Giiiii!! ¡Mátenlooos! ¡¡Iums blancos, mátenlos a todos!!

Fue el jefe de los orcos que gritó mientras sus pies se retorcían, sus ojos grandes

y redondos hirviendo con codicia y resentimiento. Los jefes goblin siguieron con sus

brazos alzados en unísono inmediatamente después.

— ¡¡Hooooou!! ¡¡Guerra!! ¡¡Guerra!!

— ¡¡Ura…!! ¡¡Guerra, guerra…!!

Los gritos de guerra se propagaron a los otros generales y los oficiales detrás de

ellos poco después. Las túnicas negras en el gremio de asesinos se mecían con sus

cuerpos tan delgados como palillos mientras que las mujeres en el gremio de

usuarios de Dark Arts dejaban salir gritos alegres junto con chispas de todos los

colores.

Dentro del gigantesco salón se llenó completamente con primitivas voces sin

refinar.


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Sólo ese caballero llamado Shasta permaneció arrodillado sin un solo

movimiento cuando Gabriel se dio cuenta.

Él no podía saber por esa figura acorazada, quieta como una escultura, si se

contenía por una limitación militarista o alguna clase de emoción.

* * *

— ¡Pensar que tenías tal talento, aniki! ¿No deberías haberte convertido en

actor?

Gabriel resopló en respuesta a Vassago quien arrojó una botella de vino

mientras sonreía.

— Meramente hice lo necesario. Sería mejor si aprendes a cómo dar también un

discurso similar. Estás un paso sobre ellos en la jerarquía, después de todo.

Desprendiendo el corcho de la botella atrapada con la punta de su dedo, retuvo

algo del fluido de color rubí en su boca antes de considerar si eso contaba como

beber en el deber.

En cuanto a Vassago, bajó lo que parecía una antigüedad de alta calidad de una

manera similar a tomar cerveza como si declarara que sería un desperdicio no

beberlo, y luego limpió su boca bruscamente antes de responder.

— Más que dar órdenes o discursos, yo lideraría el ataque. Obtuvimos esta rara

oportunidad de sumergirnos en este asombroso mundo VR y todo, ya sabes… No

puedo creer que este vino o su botella sean todo menos real.

— A cambio, te herirás cuando te cortes y también sangrarás. No hay

amortiguador de dolor en funcionamiento aquí, después de todo.

— ¿No es esa la parte buena?

Encogiendo sus hombros al sonriente Vassago, Gabriel regresó la botella a la

mesa y se levantó del sofá.

La residencia del emperador en el último piso del Obsidia Palace era mucho más

amplia que esa habitación ejecutiva en los cuarteles de Glowgen DS y las masivas

ventanas permitían una vista nocturna no obstruida del pueblo alrededor del palacio.

Aunque las luces y los colores palidecían en comparación a San Diego, compensaba

eso con cómo fue extraído de la fantasía.


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Los diez generales que se llamaban a sí mismos lords han abandonado el palacio

para prepararse para la guerra y las llamas de las tropas de transporte llevando

suministros de los almacenes se trasladaban por medio de la calle principal sin pausa.

Al líder del gremio económico a cargo de los suministros se le ordenó utilizar todas

las raciones y equipo almacenados en el palacio, así que los soldados no deberían

sufrir de hambre o frío.

Apartando sus ojos de las incontables luces, Gabriel caminó hacia un rincón de la

habitación y tocó el panel de cristal púrpura, la consola del sistema, instalada ahí con

su mano.

Recorriendo el menú hábilmente, presionó el botón para llamar a los

observadores externos. La frecuencia de aceleración temporal decreció y siguiendo la

rara sensación cuando las velocidades coincidieron, el rápido discurso de Critter fluyó

de la pantalla.

— ¡¿Comandante?! ¡¡Los hemos enviado a Vassago y a usted y regresamos al

cuarto de control principal, Comandante!!

— Ya es la primera noche aquí. Aunque entiendo, la aceleración temporal es

algo extraño, ¿no? Estaremos procediendo como lo planeado por el momento. La

preparación de las unidades se completará dentro de un día o dos y la marcha hacia

el Human Empire está prevista a iniciar en dos días.

— Brillante. Recuerden, una vez que obtengan a la misma «Alice», llévenla ahí y

atraviesen el proceso de ejecución para el cuarto de control principal. El lightcube de

«Alice» será nuestro entonces. También, por favor perfore esto en ese Vassago idiota.

Parecía que la voz de Critter alcanzó sus oídos cuando una pequeña maldición

pudo escucharse desde atrás.

— Como actualmente no tenemos derechos de administrador, no podemos

reiniciar cuentas. En otras palabras, ni usted, Comandante, ni Vassago podrán usar

esas súper cuentas de nuevo una vez que mueran en ese lado. ¡En realidad tendrán

que comenzar como reclutas en ese punto, escuchen!

— Aah… Entendido. Me contendré de dirigirme a las líneas del frente por el

momento. ¿La JSDF actuó?

— Nada por el momento. Parece que todavía no han notado su inmersión.

— Bien. Cortaré las comunicaciones, entonces. Me gustará establecer las

próximas después de obtener a Alice.


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— Entendido. Esperaré eso.

Con la ventana de comunicaciones cerrada, la frecuencia de aceleración volvió

con esa sensación de ligero desconcierto.

Vassago aún estaba murmurando maldiciones mientras luchaba contra los

sujetadores de la armadura, pero eventualmente arrojó todo el equipo metálico al

suelo y se puso de pie vestido con una camisa de cuero y pantalones.

— Ermm, aniki. Si dijera que quisiera ir a jugar al centro… supongo que será un

no, ¿cierto?

— Contente por el momento. Te daré una noche después que la operación

concluya.

— Entendido. No matar o mujeres, huh… Entonces seré un buen chico y me iré a

dormir. Usaré esa habitación.

Vassago desapareció en el dormitorio comunicante con sus articulaciones

chirriando, Gabriel dejó salir un respiro y removió la corona enjoyada de su frente.

Dejando la exagerada capa y también la toga en el sofá, lanzó la espada encima

de ellas.

En los juegos VR que jugó hasta ahora, remover el equipo lo regresaría al

inventario, pero parecía que no había tal característica conveniente en este mundo.

Vivir por incluso un mes en la habitación lo dejaría en un estado desalentador a este

ritmo, pero se pondrían en marcha de este palacio en un par de días y regresaría

luego sólo para desconectarse, después de todo.

Tras abrir la puerta en la que Vassago se desvaneció mientras desabotonaba su

camisa, Gabriel, estrechó sus ojos con sorpresa.

En el lado de la grandiosa cama en este dormitorio el cual era enorme estaba

una pequeña silueta postrada.

Recordó que no ordenó a nadie, ni siquiera a los sirvientes, que subiera a la

habitación del trono del palacio. ¿Cómo podría haber alguien capaz de desobedecer

las órdenes de un dios?

Aunque consideró por un momento regresar y tomar su espada, siguió adelante

y entró al dormitorio y cerró la puerta detrás de él.

— Quién eres.


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Pidió lacónicamente la identidad de la persona.

La respuesta fue con una ronca voz femenina.

— Fui encomendada como su acompañante por esta noche.

— ¿Oh?

Levantando una ceja, él atravesó el tenue dormitorio hacia la cama.

Las dos manos contra el suelo pertenecían a una mujer joven vestida con

prendas endebles. Su cabello azul ceniza estaba ligado en lo alto y amarrado por una

cinta vistosa. Las líneas levemente visibles de su cuerpo no revelaban presencia de

ninguna clase de arma.

— ¿De órdenes de quién?

Él cuestionó mientras se sentaba en las lustrosas sábanas de seda y la mujer

respondió una voz callada después de una pausa momentánea.

— No… meramente estoy aquí obligada por dicha tarea.

— Ya veo.

Gabriel apartó sus ojos y se recostó en el centro de la cama con un ruido sordo.

La mujer se puso de pie segundos después y se deslizó silenciosamente a su

derecha.

— Ruego por su perdón…

El susurrante rostro de la mujer poseía una belleza exótica que asombró incluso

a Gabriel. Aunque su piel era oscura, había una nobleza presente alrededor de sus

pómulos típicos de Europa del Norte.

Una clase de emoción vino a Gabriel cuando miró a la mujer que estaba a punto

de sacarse sus ropas transparentes y remover el listón atando su cabello.

¿Un fluctlight artificial podía llegar a este extremo?

¿Inclusive esta mujer era incompleta como una verdadera IA? Si era así, ¿qué

alturas había alcanzado Alice en su estado de completitud?

Lo que movió el corazón de Gabriel no fue el acto de la mujer de renunciar a su

cuerpo.

Más bien…


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Fue ese afilado cuchillo alzado en alto, desenvainado desde dentro del cabello

ondulado de la mujer, como su previsión le dijo.

Atrapando su brazo derecho con amplia compostura, la otra mano de Gabriel

destelló mientras sostuvo ágilmente su esbelto cuello y lo derribó en la cama.

— ¡¡Kh…!!

La mujer rechinó sus dientes mientras continuaba su lucha para forzar el cuchillo

hacia adelante. Su fuerza era más de la esperada, pero aun así muy pequeña para

molestar a Gabriel. Él selló su movimiento, bloqueando su brazo dominante con su

mano derecha y repasando gentilmente su pulgar derecho en su tráquea.

Incluso cuando su rostro se retorció con dolor intenso, la determinación en los

ojos ceniza de la mujer permaneció descolorida. La torpeza en los cosméticos en su

atroz expresión y el estado de sus músculos llevaban a dudas que era una asesina

profesional. En ese caso, la renegada que no era aquel llamado Fu Za que controlaba

a los asesinos, sino uno de los otros nueve generales, probablemente uno entre los

generales humanos.

Acercándose al rostro de la mujer, Gabriel hizo la misma pregunta de antes.

— ¿De órdenes de quién?

La profunda respuesta ronca fue la misma de antes.

— Por mi propia… voluntad.

— Entonces, ¿quién es tu superior?

— No tengo uno.

— Hmm.

Gabriel pensó como una máquina, sin ningún rastro de emoción.

El descubrimiento al que «Rath» aspiraba, exceder ese límite de los fluctlights

artificiales. Eso se refería a la incapacidad de oponerse a la ley, regulaciones, y

órdenes de algún ser superior.

Comparados a los habitantes del Human Empire, atados por incontables leyes,

los residentes del Dark Territory siempre parecían ejercer su libertad, pero en

realidad, no diferían de ninguna forma. Parecía libertad meramente porque la ley

transmitida a los fluctlights de este lado sólo ascendía a una.


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Esa ley era «saquear con fuerza». Un mundo de la supervivencia del más fuerte

donde esa fuerza en combate domina al débil. Parecía que incluso sin la intervención

de Gabriel, Rath planeaba hacer que el Human Empire, que creía en el orden y la

tierra de la oscuridad llena de caos, colisionaran y usar la guerra resultante como

catalizador para su siguiente descubrimiento tuviera sus experimentos proseguidos.

Sin embargo, por cualquier razón, un fluctlight que rompió ese límite nació en el

Human Empire antes que sus planes procedieran a ese punto. No había información

con respecto a un fluctlight similar originándose en la tierra de la oscuridad del

informador en Rath.

Eso dicho, el alma de esta mujer que planeaba asesinar al emperador con un

simple cuchillo, también, debe estar atada por esa ley absoluta. A pesar de eso, ella

no revelaría el nombre de su maestro incluso después que Gabriel preguntara, no,

ordenara. Si ese era el caso, esta mujer efectivamente estaba priorizando su lealtad a

su maestro sobre las órdenes de Gabriel, emperador y dios. En otras palabras, ella

creía que su maestro era más fuerte que el emperador.

Parecía que había necesidad de una oportunidad para exhibir apropiadamente

su poder a los generales y las unidades ejecutivas y hacer que reconozcan a Gabriel,

el emperador Vector, como la existencia más fuerte del mundo. Sin embargo, él muy

bien no podía masacrar a todos los generales. ¿Cómo podía proceder?

— No.

De cualquier forma, tenía que deshacerse de uno de los generales. El que inspiró

la voluntad para el asesinato en esta mujer.

¿Cómo podía echar humo a ese traidor? ¿Debería contactar a Critter de nuevo y

hacer que monitoree a las unidades generales desde el exterior? No, eso requeriría

que la aceleración temporal se ajuste al mismo del mundo real y desperdicie ese

tiempo preciado ahí.

Ahora entonces…

Procediendo a ese extremo en un instante, Gabriel observó una vez más esos

ojos del color del acero.

— ¿Por qué buscas mi vida? ¿Para acumular riqueza? ¿Una promesa de

territorio?

Él preguntó sin mucha preocupación. Sin embargo, la respuesta inmediata fue

completamente más allá de sus expectativas.


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— ¡Por la justicia!

— ¿Oh…?

— ¡Si empieza ahora una guerra, retrocederemos cien, no, doscientos años! ¡La

época donde los débiles eran oprimidos no debe regresar!

Una leve sorpresa se apoderó una vez más de Gabriel.

¿Esta mujer realmente estuvo en la etapa antes de esa ruptura? Si ese era el

caso, ¿era su maestro quien dijo esas palabras?

Gabriel inclinó su rostro y observó de cerca sus ojos color ceniza.

Determinación. Lealtad. Y la emoción ocultas profundamente en su interior…

Ah, eso tiene sentido.

Él no necesitaba más de esta mujer, entonces. Para ser específico, él no

necesitaba más el fluct light de esta mujer.

Gabriel acató la sentencia por la que pasó y despreocupadamente agregó más

fuerza a su mano izquierda, sujetando el cuello de la mujer, así ella no dejaría

escapar más de aquellas palabras sin sentido.

Pudo escuchar y sentir el crujido de los huesos de su cuello. Gritos silenciosos

salieron de su boca con ambos ojos muy abiertos.

Gabriel saboreó una variante diferente de sorpresa incluso mientras la sostenía

con sus extremidades luchando abajo firmes y estranguló su cuello sin piedad.

¿Realmente esto era un mundo virtual? La sensación de los tendones y el

cartílago separándose, transmitiéndose a su mano izquierda estimuló sus cinco

sentidos con una intensidad mayor que en el mundo real junto con el miedo y el

dolor que irradiaba su piel expuesta.

Temblando inconscientemente, alejó su mano izquierda por reflejo.

Crac. Los huesos del cuello de la desconocida mujer se desmoronaron con ese

ruido sordo.

Gabriel lo vio.

Desde la frente de la mujer que cerró sus ojos fuertemente mientras soportó el

dolor, brotó una luz brillante con los colores del arcoíris.


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Esto fue lo que vio sin lugar a dudas entonces, el momento en que la vida de la

joven Alice terminó, aquella nube del alma.

Gabriel abrió ampliamente su boca en ese instante y absorbió el alma de la

mujer sin perder nada.

La amargura del miedo y el dolor.

La acritud del pesar y la tristeza.

Al conseguir ambos, un néctar divino indescriptible envolvió su lengua.

Escenas nebulosas destellaron tras sus párpados cerrados.

Niños pequeños jugando en el patio delantero de un decrépito edificio de dos

pisos. Había humanos, goblins y orcos. Los niños miraron de esta manera y pedían

con sus manos extendidas, con sus rostros resplandecientes.

Mientras esa imagen desaparecía, vio el torso de un hombre. Un abrazo en su

amplio pecho, entrenado hasta su límite, cálido y firme.

[Lo… amo… Su Excelencia…]

Una voz resonó débilmente, hizo eco y se fue.

Incluso después que todo desapareció, la fuerte sujeción de Gabriel en la

cáscara de la mujer continuó.

Maravilloso. Qué maravillosa experiencia.

Aunque gran parte de su consciencia se estremecía en el éxtasis, Gabriel dedujo

la lógica detrás del fenómeno con algo del sentido que aún le quedaba.

El light cube que almacenaba el fluct light de la mujer y el propio fluct light de

Gabriel se conectaron a través del STL. Como tal, cuando su Vida y sus puntos de

ataque llegaron a cero, los fragmentos de sus datos cuánticos anulados podrían

haber ido hacia arriba a través del circuito.

Sin embargo, esa teoría ya no importaba. Él había replicado ese fenómeno por el

que pasó buscando su vida entera al final. Había saboreado todo lo que la emoción

final de la mujer mantuvo al borde de la muerte, el amor. Eso fue sólo como un

néctar divino lloviznando en un desolado desierto.

Más. Él necesitaba más. Necesitaba matar más.

Gabriel echó su cuerpo hacia atrás y soltó una risa silente y ronca.


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***

Gabriel contempló a los diez generales y sus respectivos directivos, alineados

ordenadamente y haciendo una profunda reverencia con respeto una vez más, con

satisfacción.

Como lo ordenó, habían completado los preparativos para marchar dentro de

dos días. En cierto sentido, esas unidades podrían ser superiores a aquellas personas

que residían en el piso de los directores en el cuartel general de Glowgen DS.

Pensó que eran lo suficientemente aptos para considerarse completos. Esa

capacidad para manejar el trabajo sin quejarse y esa lealtad. ¿Qué más podía pedirse

a una IA11 instalada en un robot para la guerra?

Dicho esto, tenía que tener en mente que la lealtad de los generales era el

motivo de ese tema relativo a los fluct lights artificiales con los que Rath estaba tan

obsesionado. La gran ley grabada en sus almas, la más fuerte que debía regir, era lo

que lo hacía que estos diez obedecieran al emperador, Gabriel, es decir, Vector.

Eso también significaba que no sería antinatural para cualquiera de ellos el

traicionar al emperador en el momento en que tuvieran dudas de su poder.

Ya se había dado cuenta de esta preocupación.

La asesina que se infiltró en su habitación hace dos noches.

Esa mujer intentó matar al más poderoso, al emperador. Debe haber sido un

maestro que ella pensó que era superior a Gabriel en su corazón. Esa persona a la

que ella llamó «Su Excelencia» con sus últimas palabras. Y esa persona estaba casi

con toda seguridad entre los diez generales que se alinearon frente a sus ojos.

En sus ojos, su propio maestro superaba al Emperador Vector. Si ese fue el caso,

había una gran posibilidad que Su Excelencia realmente no hubiese jurado lealtad a

Gabriel. Si iba al campo de batalla con tal unidad bajo su mando, podría incluso ser

asesinado mientras dormía, por insignificante que pudiera ser la oportunidad.

Por lo tanto, la misión final antes de ponerse en marcha hacia el f rente de

batalla sería hacer salir y ejecutar a Su Excelencia entre los diez.

11

Inteligencia Artificial


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Y al mismo tiempo, los nueve restantes reconocerían el poder del emperador. El

equilibrio del poder estaría tallado por siempre en sus fluct lights.

En este punto, Gabriel Miller no había considerado en lo más mínimo el ser

derrotado, perdiendo en una pelea uno contra uno, por alguna de las diez unidades

bajo sus ojos. Las creencias que el Underworld no era más que un mundo de RV, un

sucesor directo de los juegos, y que las unidades en el eran todas simples NPCs

seguían arraigadas en él.

***

Las palabras de su maestro surgieron en la mente del Dark Knight Viksul Ur

Shasta mientras se arrodillaba con su cabeza agachada. El recuerdo era de más de

veinte años en el pasado, en el área de entrenamiento de la Orden de los Dark

Knights.

— Mi propio maestro murió instantáneamente con su cabeza cortada. Él tenía

su pecho excavado y cayó en el camino de regreso al palacio. Perdí un brazo, pero

regresé con vida como puedes ver. No es algo de lo cual jactarse.

Sentado en posición erguida en el suelo brillante con lustre negro, su maestro le

mostró a Shasta su brazo derecho, cortado limpiamente desde el codo, mientras él

hablaba. Dolía sólo con mirar la herida, envuelta en vendajes con la sangre que se

contuvo con la medicina.

Quien hizo esa herida hace apenas tres días era el enemigo de toda la vida de los

Dark Knights y el más poderoso espadachín del mundo, o quizás su peor monstruo, el

propio Comandante Integrity Knight, Bercouli Synthesis One.

— [¿Entiendes lo que esto implica, Viksul?]

Con aproximadamente veinte en aquel entonces, Shasta no podía hacer nada

más que inclinar su cabeza en la confusión. Su maestro le devolvió el brazo cortado

en el pecho de sus ropas, cerró sus ojos, y murmuró.

— Lo he conseguido, por fin.

— Lo conseguiste, ¿a él quieres decir?

Un tinte de incredulidad se encontró en las palabras del joven Shasta. Así fue

cuan abrumador era el manejo de la espada de Bercouli. El escalofrío que lo golpeó

en la espalda como un pilar de hielo en el momento en que vio el brazo derecho de

su maestro trazar una línea de sangre fresca como si su felicidad no hubiese


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desaparecido después de tres días.

— Cumpliré cincuenta este año. Pero aun así, no creo que ya haya dominado

cómo sostener la espada, por no hablar de blandirla. Con toda probabilidad, eso

permanecerá así en los próximos cinco o diez años antes que caiga muerto.

Su maestro habló suavemente.

— Nuestras breves vidas no puedan llegar donde él llegó después de vivir por

más de doscientos años. Odio admitirlo, pero me había rendido en el interior hasta

que crucé espadas con él. Sin embargo, ahora que he perdido antiestéticamente y

huí de regreso, conozco aquellos que no eran errores. Ellos no lo eran para nada… Mi

maestro y el resto de los maestros hasta ahora no han continuado desafiando a ese

hombre para nada. Viksul, ¿cuál es la cúspide de la esgrima?

Shasta de manera instintiva dio una respuesta a la repentina pregunta.

— La «unconscious blade12».

— Sí. Para unirse con la propia espada a través de muchos años de

entrenamiento, y cortar, desenvainar, e incluso mover sin el pensamiento consciente

en aras de un corte; esa es la cúspide de la esgrima. Así me enseñó mi maestro y te

he enseñado a ti también. Pero verás… Viksul, estaba mal. Hay más. Entendí eso

cuando fui cortado por ese monstruo.

Un matiz tenue de emoción corrió a través de las facciones envejecidas de su

maestro. Shasta, también, se inclinó hacia adelante sin percatarse mientras todavía

estaba sentado en posición recta.

— ¿Más… dices?

— Lo contrario de la inconsciencia. Una firme convicción. El poder de la propia

voluntad, Viksul.

Su maestro agitó fuertemente su brazo derecho, cercenado arriba del codo, sin

apercibimiento.

— Míralo. He cortado desde la derecha en ese punto. Fue un corte

verdaderamente inconsciente, el más rápido que mi espada había hecho en mi vida.

Debí haber tomado la iniciativa sobre Bercouli al principio.

— Sí… También pensé así.

12

«Hoja inconsciente»


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— Pero, pero ya ves. Originalmente, él estaría a la defensiva con su espada

desviada por la mía, en lugar de eso, me hizo retroceder y cortó este brazo. ¿Puedes

creerlo, Viksul? ¡Su espada ni siquiera tocó la mía en ese momento!

Shasta se quedó sin palabras y sacudió su cabeza torpemente.

— ¿Cómo… cómo pudo eso…?

— Es la verdad. Fue casi como si la trayectoria de su corte fuese apartada por

algún poder invisible. Eso no fue una técnica. Tampoco fue el Armament Full Control

Art13. No puedo ofrecer ninguna otra explicación para ese fenómeno. Mi hoja

inconsciente fue derrotada por su fuerza de voluntad, entrenada a lo largo de

doscientos años. ¡Se imaginó el camino de su espada con tanta fuerza que se

convirtió en una realidad inalterable!

Shasta no podía confiar inmediatamente en las palabras de su maestro.

Estaba más allá de la creencia de que algo intangible como el poder de la propia

fuerza de voluntad podría repeler una pesada y dura espada con su presencia

irrefutable.

Parecía que el maestro de Shasta predijo su respuesta. Enderezó abruptamente

su postura sentada, y silenciosamente ordenó encima de las tarimas brillantes negras.

— Viksul, voy a enseñarte el secreto final de la espada. Córtame.

— ¿Qu… qué estás diciendo? Incluso recibió ese…

Con su vida intacta; Shasta no podía evitar mantener aquellas palabras sin

decirlas. Había un destello repentino e intenso en los ojos de su maestro.

— Tengo que ser cortado por ti con nuestras vidas interconectadas. Ahora que

he perdido contra él en un solo ataque, no me considerarás que sea el más fuerte por

más tiempo. Si vivo, no puedes pelear contra él en igualdad de condiciones. ¡¡Tú,

también, debes cortar, no, matarme y estar donde está él… Bercouli!!

Al finalizar aquellas palabras, su maestro se puso de pie y adoptó una postura

similar a estar blandiendo una espada con ese brazo derecho faltante.

— ¡De pie, ahora! ¡¡Desenfunda tu espada, Viksul!!

Shasta cortó a su maestro y dio fin a esa vida.

Con eso, aprendió el significado tras las palabras de su maestro con su cuerpo.

13

Técnica de control total del armamento


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Chispas se dispersaron violentamente cuando la espada de Shasta se cruzó con

la hoja invisible sostenida en el brazo derecho de su rival, esa espada llamada fuerza

de voluntad, y lo que realmente le hizo un rasgón en su mejilla, dejando detrás una

herida que nunca desaparecería.

Aunque estaba bañado en lágrimas y sangre fresca, el joven Shasta estaba en el

primer paso del secreto que superaba a la «unconscious blade», la «incarnate

blade14».

Y los años pasaron, hace cinco años.

Shasta fue finalmente desafiado por el acérrimo enemigo de los Dark Knights, el

Comandante Integrity Knight Bercouli. A la edad de treinta y siete, sintió que su

espada llegaba a su límite.

Su maestro regresó con vida con el costo de un brazo, pero Shasta no tenía la

intención de regresar vivo si perdía. Después de todo, no había tenido discípulos en

aras de su propio éxito. No tenía el deseo que algún hombro joven tuviera el destino

de cortar a su maestro y ser cortado por su propio discípulo. Decidió cercenar ese

vínculo manchado de sangre a costa de su vida.

Su espada atada con toda su determinación y resolución, el «poder de la

encarnación», chocó contra el ataque inicial frontal de Bercouli sin ser desviado. Pero

Shasta ya había predicho su derrota en ese punto. Dudaba de su capacidad para

ejecutar otro corte de similar fuerza.

No obstante, Bercouli rió abiertamente y susurró con sus espadas cruzadas.

— Tu manejo de la espada es genial. Una espada embobada con la intención de

matar nunca podría enfrentarse a mi espada. Procesa ese pensamiento y regresa en

otros cinco años, chico.

Y el comandante Integrity Knight amplió la distancia entre ellos antes de

despedirse tranquilamente. Por alguna razón, él no se atrevía a cortarlo desde atrás a

pesar de cómo parecía tan lleno de aperturas.

Tomó un largo tiempo antes que entendiera lo que Bercouli implicaba. Pero

ahora, cinco años después, sentía que entendía. Shasta probablemente habría

perdido en ese enfrentamiento si su espada era empapada con nada más que la sed

de sangre y odio. A pesar que no fue más que una vez, su ataque era un juego parejo

sólo por causa de esa resolución escondida en su pecho, que sobrepasaba incluso sus

impulsos asesinos.

14

«Hoja encarnada»


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En otras palabras, su gratitud hacia sus predecesores que transmitieron técnicas

a costa de sus vidas y sus súplicas para que los jóvenes tuvieran éxito.

Ese fue el por qué Shasta decidió iniciar negociaciones por la paz

inmediatamente después de recibir noticias de la muerte de Highest Minister. Tenía

la confianza que Bercouli definitivamente aceptaría tal propuesta.

Por la misma razón…

Él tenía que tomar personalmente la cabeza del Emperador Vector que

descendió al Obsidia Palace de pronto con esa tiránica decisión de iniciar la guerra.

Incluso cuando se arrodilló con la cabeza agachada, Shasta refinó la fuerza de

voluntad para ser puesta en la hoja determinada a tomar su vida.

El emperador, revivido después de estar ausente por cientos de años, era un

joven hombre de tez pálida y cabello rubio como un humano del Human Empire. Ni

su físico ni sus características demostraban mucho poder tampoco.

Sin embargo, solo aquellos ojos del emperador, de un azul muy vívido,

mostraban que no era ningún plebeyo. No había nada en ellos. Eran espacios vacíos

sin fondo, que absorbían toda la luz. Este hombre estaba ocultando algún deseo vil.

Si el vacío del emperador era para absorber del todo su refinado poder de

encarnación, su espada no lo alcanzaría.

El Dark General Shasta probablemente moriría entonces. No obstante, sus

intenciones deberían ser heredadas por quienes lo sucedieran.

Su único arrepentimiento persistente era que no podía comunicarle su decisión

a Lipia ya que ella no se presentó en su habitación la noche anterior. ¿Se esforzó

tanto con sus tareas para la partida, o quizás haciendo un aparición en su preciado

«hogar»?

Si él le revelaba su plan de cortar al emperador, ella podría haber insistido en

acompañarlo. Por lo tanto, esto podría haber sido para mejor.

Shasta lentamente desenvainó en un suspiro y lo sostuvo.

Al bajar su cintura, tocó suavemente su querida espada dejada en el suelo con la

punta de los dedos de su mano izquierda.

Había quince mel hasta el trono. Dos pasos para alcanzarlo.

Nadie debería saber de su movimiento inicial. Debía desenfundar de manera


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inconsciente.

Difundió el poder de la encarnación, afilado a su límite, en su espada desde sus

dedos.

Y se convirtió en aire.

Su mano izquierda sostenía la funda de la espada…

Pero antes que pudiera…

El emperador casualmente habló con su dura y afable voz que se asemejaba al

cristal.

— Por cierto, una persona se escabulló en mi habitación antenoche. Ocultando

un cuchillo en su cabello.

Un asombro silencio estremeció el aire en el gran salón.

Entre los nueve señores puestos en fila a la izquierda de Shasta, uno tragó saliva

suavemente, otro gruñó profundamente desde la garganta, y otro se encogió en esa

gruesa bata. Varios gritos de sorpresa se alzaron desde la línea de ejecutivos que se

encontraban detrás también.

Shasta, también fue impactado por la conmoción. Atravesó sus pensamientos en

un instante, su postura todavía estaba lista para avanzar y cortar.

Otro llegó a la conclusión que el emperador debía ser eliminado. Debió haber

sido lamentablemente un fracaso a juzgar por cómo salió ileso el emperador, ¿pero

quién entre los nueve ordenó el asesinato?

No deberían ser los cinco señores semi-humanos. Ni siquiera las razas más

pequeñas de goblin podrían posiblemente pasar desapercibidos a los ojos de los

guardias en el piso superior, mucho menos los gigantes, ogros y orcos.

Si tuviera que mirar hacia los cuatro señores humanos, podría eliminar primero

al líder de los pugilistas, el joven Iskahn y al líder del gremio económico, Lengyel.

Iskahn era un joven impulsivo y sincero con el único objetivo de dominar las técnicas

de combate a puño limpio y Lengyel que únicamente iniciaría una guerra si hiciera

una bonita suma.

Al ver si el culpable se había infiltrado en ese dormitorio, el líder del gremio

asesino, Fu Za, sería el más sospechoso y en realidad, no podía entender lo que

pasaba por la mente de ese monstruo, pero ese hombre nunca usaría un cuchillo.

Lo que el gremio asesino investigó con seriedad desde el fondo de su foso


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oscuro no eran ni las técnicas ni la esgrima, sino que un tercer poder, el veneno.

Aquellos que no fueron bendecidos en la autoridad del uso de técnicas ni en la

autoridad en el manejo de armas se reunieron para vivir, formando la tribu de Fu Za.

Ellos seguían una metodología estándar con sus armas limitadas a agujas recubiertas

con veneno, ocultas o lanzadas desde cerbatanas. Los cuchillos no estaban incluidos.

Por el mismo razonamiento, también tenía que excluir al líder de los usuarios de

las artes oscuras arrodillado justo a su izquierda, D.I.L.. Como la encarnación de la

ambición, la mujer parecía como si considerara tomar la cabeza del emperador y

escalar directamente para regir el Dark Empire, pero los asesinos de D deberían usar

técnicas en vez de cuchillos.

Sin embargo, eso significaría que ninguno de los nueve señores ordenó el

asesinato.

El único que quedaba era el propio Comandante Dark Knight Shasta.

Pero por supuesto, no recordaba hacer eso. Él había decidido eliminar al

emperador sólo con su propia espada, apostando su vida en ello. Olvidando el

ordenar a sus subordinados un asesinato, no había hablado sobre su oculta

determinación ni una sola vez.

No.

No…

Ella no podría haber sido.

Llegado a ese punto de su pensamiento en el lapso de un abrir y cerrar de ojos

después que el emperador hablara del asesino, Shasta sintió que su mano izquierda

en contacto con la funda de su espada se volvía cada vez más fría.

Su poder de encarnación refinado no estaba transformado al instante después

de todo. Para la sospecha. Para la intranquilidad. Para el terror. Y para una certeza

siniestra.

Casi al mismo tiempo, el Emperador Vector prosiguió con la segunda mitad de

sus palabras.

— No tengo la intención de expulsar a la persona que envió a ese asesino.

Aplaudo ese espíritu de ejercer poder para obtener más. Tú técnica es bienvenida a

venir hasta mí siempre que desees mi cabeza.

Al mirar con arrogancia por sobre el gran salón inmerso en un clamor reducido

una vez más, el emperador expresó lo que podría considerarse emoción por primera


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vez con aquel rostro pálido…

— Naturalmente, te solicito preparar una generosa compensación por tal

apuesta. Por ejemplo… esto.

Al extraer su mano de sus largas ropas negras, hizo una señal

despreocupadamente.

Y con eso, la puerta construida en el muro al oeste de Shasta, junto al trono, se

abrió en silencio y entró una sirvienta lentamente. Sostenía una bandeja grande de

plata cuidadosamente con ambas manos, tenía algo rectangular colocado en ella,

pero el paño negro que lo cubría oscurecía su identidad.

La sirvienta colocó la bandeja de plata delante del trono, agachó su cabeza

reverencialmente al emperador, y abandonó la habitación a través de la puerta una

vez más.

En el silencio en que la tensión disminuía, el Emperador Vector extendió las

puntas de sus botas, sus labios hicieron de alguna manera una sonrisa torcida, y quitó

el paño que cubría la bandeja de plata al pisotearla.

Lo que Shasta, con todo su ser congelado, vio con sus ojos…

Era un cubo de hielo transparente, tenuemente azul.

Y sellado en su interior, lo que nunca despertaría de nuevo, estaba el rostro de

la mujer que amaba.

—Li… pi… a. — Shasta silenciosamente pronunció su nombre.

Una interminable y oscura sensación de nihilidad llenó su pecho, borrando

incluso el escalofrío que envolvía su cuerpo.

Shasta sabía del orfanato que la Dark Knight Lipia Zankale administraba en

secreto. Creyó ver la esperanza para el futuro en el acto de Lipia de proteger y criar a

los niños que esperaban sólo la muerte en la soledad, sin sus familiares, sin importar

su raza.

Ese era el por qué Shasta le habló de sus ideales sólo a Lipia. Aquel sueño sin

límites donde la constante guerra con el Human Empire terminaba y uniesen las

manos para compartir el mundo en lugar de pelear por él.

No obstante, aquello terminó dando lugar al asesinato de Lipia por el emperador

y la consecuente revelación de esa trágica forma. Aunque el emperador fue quien la

asesinó a ella, Shasta también, lo hizo. Estaba seguro de eso.


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Una inmensa tempestad de arrepentimiento y auto condena sopló a través del

pecho vacío de Shasta, concentrada en un breve momento.

Le tomó muy poco tiempo para que aquello se transformara en una única

emoción oscura. Sed de sangre.

Matar. Él mataría a ese hombre sentado en el trono con sus piernas cruzadas,

aquella sonrisa tenue en su cara, lo que fuese necesario.

Incluso si en lo sucesivo tenía que renunciar a su vida y al futuro del Dark

Territory.

***

Entonces ahora, ¿cuál resultaría ser el problema?

Con poco interés, Gabriel contempló a los diez líderes arrodillados bajo sus ojos.

La asesina amaba a su maestro desde el fondo de su corazón. Al haber bebido

esa emoción que parecía el néctar de los dioses liberado en su muerte, Gabriel

entendía no sólo su anhelo, sino que incluso la naturaleza del amor que su maestro le

mostró, aunque sólo como datos organizados.

Por lo tanto, él sabía que esa persona que ella llamó Su Excelencia

definitivamente haría un movimiento si el mostraba su cabeza. Ejecutaría a esa

unidad traidora apuntando una cuchilla hacia él sin piedad y aumentaría la lealtad de

las unidades restantes con temor. Como en aquellos juegos de simulación que él

jugaba en su tiempo libre en el mundo real.

Que montón tan deplorable y delicioso.

Limitado en inteligencia a pesar de poseer almas propias y encima de eso,

infinitamente renovable sin importar cuántas veces asesinó. El día en que

Underworld cayó en sus manos, tanto su servidor como sus light cubes, estarían sin

duda cuando sacie el hambre atormentándolo desde su infancia.

Al colocar su mejilla contra su brazo que descansaba en el apoyabrazos del

trono, Gabriel esperaba, relajado.

Había un total de quince metros desde las unidades. Podía enfrentar un ataque

de cualquier arma con la espada equipada a la izquierda de su cintura sin problemas.

Por supuesto, eso no era suficiente contra los ataques que van desde las

llamadas al sistema a los comandos. Sin embargo, las inseguridades de Gabriel se


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borraron antes que iniciara sesión.

La súper cuenta, «Dark God Vector», fue configurada por el equipo de Rath para

intervenir a la fuerza en el Dark Territory. En cuanto tal, el HP conocido como Vida

era enorme, la espada equipada era la más poderosa, sobre todo, Vector mantenía la

característica que rompía las reglas de no poder ser seleccionado por todo tipo de

comandos de los demás.

Protegido por todas aquellas condiciones…

Gabriel no entendía, protegido por todas aquellas condiciones, incluso cuando el

caballero con armadura negra sentado al extremo izquierdo de las diez unidades

agachadas a su espalda.

Él no entendía, incluso cuando una tenue aura como una sombra envolvía su

cuerpo entero.

Ni siquiera cuando el caballero agarró la espada enfundada en el piso con su

mano izquierda a la velocidad de la luz, saltando con la cabeza en alto con eso, y

mostrando los ojos centrados entre aquellas características masculinas liberando una

luz carmesí que no pertenecería a ningún humano…

Hizo entender a Gabriel todo lo que estaba sucediendo.

Él no entendía este mundo, mientras era un programa que se ejecutaba en un

servidor físico, estaba «basado en la realidad» construida por bits cuánticos al igual

que los fluct lights de los humanos.

Él no entendía que como tal, la aún pura e intensa sed de sangre originada

desde el Dark Knight podría alcanzar la STL en la que Gabriel estaba conectado desde

su light cube, a través del visualizador principal y las líneas de transmisión cuántica.

***

Shasta reconoció sólo al emperador en el medio de su vista empapada con la

sombra de la sangre.

Su brazo derecho se movió más rápido de lo que nunca fue, y desenvainó.

Lo que fue liberado desde la funda no fue la conocida espada gris de la

herramienta sagrada heredada de su maestro, el tachi, «Oborogasumi15». Como su

nombre sugiere, una densa niebla que se asemejaba a la niebla nocturna rodeando

15

N. de la T.: En japonés Oboro (opaco) y kasumi (niebla).


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su hoja extremadamente larga y giró en un remolino.

Aunque Shasta no notó que la lógica detrás del fenómeno era idéntica a la

última técnica de los Integrity Knights, el Armament Full Control Art, inexplicable

incluso después de largos años de investigación, eso ya no le importaba.

— ¡¡Matar!!

Shasta blandió su querida espada, que llevaba toda su ira, odio, y tristeza, con

un breve grito.


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Parte 3

Desde el extremo norte del Human Empire a los extremos de su región oriental.

Esta sería la primera vez que la Integrity Knight Alice y Amayori, nacida en el

imperio occidental, visitaban el imperio oriental, Eastabarieth, una tierra más

misteriosa incluso entre los cuatro imperios.

Ríos, azules como el lapislázuli, fluían aprisa a través de los espacios entre

imponentes rocas extrañamente formadas bajo sus ojos. Los pueblos y aldeas cerca

de la rivera algunas veces parecían estar principalmente construidas de madera más

que piedra como el conocido lado norte.

Muchos de los que miraban el cielo y apuntaban tenían pelo negro. El recuerdo

que la Deputy Knight Commander Fanatio, con la que ella simplemente no podía

llevarse bien, nació aquí repentinamente saltó en su mente.

Regresando su mirada hacia adelante, Alice vio que Kirito, observando en

rotundo el cielo mientras se apoyaba en ella en tanto que sostenía las riendas,

también tenía pelo negro azabache, y consideró la posibilidad que él podría haber

nacido aquí y recobraría su mente si descendía al pueblo y le dejaba entrar en

contacto con la gente; sin embargo, ella actualmente tenía una necesidad de llegar a

su destino incluso un segundo más rápido.

Era el tercer día de su apresurado viaje, acampando en lugares remotos lejos de

la población de noche, y teniendo el pescado que Amayori atrapaba junto con las

frutas secas que llevaban para las comidas.

Al mediodía del segundo día del onceavo mes, la cordillera del borde, cuya

apariencia sólo permanecía inmutable en el lado norte, apareció ante ellos con un

desfiladero hecho con cortes verticales tan rectos, sólo podía ser el trabajo de los

dioses.

— Puedes verla ahora, Kirito.

Alice murmuró y acarició gentilmente la nuca de su amado dragón a quien había

forzado en este largo viaje mientras llevaba una pesada carga. Aunque los dragones

voladores presumían de la Vida más alta entre todos los seres vivos ahora que

muchas de las bestias mágicas han desaparecido, aun así debe haber sido un

compromiso mayor volar mientras se sobrecargaba con dos humanos y tres

herramientas sagradas. Parecía que casi había agotado la energía que almacenó por

vivir de una lujosa dieta de pescado por medio año.


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Tras chasquear las riendas mientras pensaba en, por lo menos, alimentarla con

mucho de su cordero ahumado favorito una vez que llegaran al campamento,

Amayori respondió con una voz que no reveló sensación de fatiga y batió sus alas

fuertemente.

Aunque el desfiladero parecía un espacio estrecho desde lejos, ella se dio cuenta

que no era más que simple cuando se acercaron.

El valle probablemente alcanzaba cerca de cien mel de amplitud. Lo

suficientemente amplio para que un gran ejército de orcos y ogros marchen en rango.

En las praderas que se extendían, como si envolvieran toda la entrada al valle

que penetraba directamente la montaña, incontables tiendas estaban alineadas

sistemáticamente, formando un gran campamento. Humo de cocina se alzaba de un

lugar u otro mientras que los soldados estaban entrenando en las cercanías. El

resplandor de las espadas que balanceaban y el espíritu que exudaban llegaba

incluso a los cielos.

Aunque la moral no era tan baja como se preocupaba, el número de tropas aún

era desesperadamente bajo. Un breve escaneo mostraba que eran menos que

incluso tres mil. Por otro lado, el ejército invasor del Dark Territory no era menos que

cincuenta mil. Pese a cómo sólo un minúsculo porcentaje se volvían soldados o

guardias cuando otorgaban dichas Sacred Tasks en el Human Empire, todo aquel que

podía luchar, independientemente de edad y género, fue hecho un soldado más allá

de la cordillera.

Alice dudaba que nada acerca de esta situación cambiara con sólo la

incorporación de sí misma. ¿Qué clases de estrategias para la defensa tenía en mente

el Knight Commander Bercouli…?

Alice voló sobre el campamento en su contemplación y guio a su dragón volador

hacia el desfiladero sumergido en tenue oscuridad.

— Lo lamento, Amayori, por favor vuela por un poco más.

Ella dijo eso y el dragón respondió con un kururuu inmediatamente antes que la

luz de Solus fuera obstruida por la masa de la montaña.

Un frío que la hizo temblar la envolvió en el momento en el que entraron al

desfiladero. Los muros de roca a la izquierda y derecha se elevaron tan parejamente

que ella verdaderamente creyó que los dioses debieron haberlo hecho. Ella no vio

absolutamente nada de vegetación, mucho menos fauna.

Después de seguir volando mientras desaceleraban por varios minutos…


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Una estructura ridículamente grande finalmente se mostró ante la persistente

niebla.

— ¿Esta es… la «Gran Puerta del Este»…?

La puerta gris que se elevaba verticalmente probablemente medía por lo menos

trescientos mel de alto. Aunque era más baja que la Catedral Central de la Axiom

Church que alcanzaba los quinientos mel, no era menos intimidante.

Más impactante era cómo fue esculpida de un solo bloque de piedra, no

dejando junturas entre las puertas izquierda y derecha. Ella pensaba que tal hazaña

era imposible de producir incluso por las Sacred Arts, mucho menos por manos

humanas. Aunque las estructuras más grandes que Highest Minister, Administrator,

engendró eran los «muros inmortales» dividiendo la Central Capital Centoria en

cuatro, cada uno de esos muros comunicantes era mucho más pequeño que estas

puertas.

Esta gran puerta fue colocada aquí por los dioses cuando el mundo comenzó.

Con el fin de dividir el Human Empire y la tierra de la oscuridad y provocar tragedia

trescientos y varias decenas de años más tarde.

— Detente, Amayori.

El dragón volador se detuvo en el aire y Alice miró la puerta otra vez de cerca.

Algo estaba escrito en letra sagrada cerca de doscientos metros por encima del

suelo donde las losas de piedras formando las puertas izquierda y derecha se

juntaban.

— Destruir… en… la última etapa…

Aunque ella logró captar una línea entre muchas, no entendió su significado.

Fue cuando inclinó su cabeza. Un tremendo ruido demoledor repentinamente

sacudió el aire y sorprendió a Alice y a Amayori. Golpeteando la nuca del dragón,

miró fijamente y vio una grieta fina tallada en la puerta, como un destello de un

relámpago negro intenso, el cual era uniforme como un momento antes.

La grieta que se extendió por decenas de mel se detuvo por fin y varias rocas se

desprendieron de su alrededor, desvaneciéndose en el fondo del valle más abajo.

Levantando su cabeza, una vez más se enfocó en la puerta gigante. Entonces se

dio cuenta que esas grietas habían recorrido casi toda la plana losa de piedra como

suturas.


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Balanceando levemente las riendas, Alice fue tan cerca a la puerta sobre su

dragón como pudo.

Extendiendo delicadamente su mano izquierda y dibujando rápidamente el sello

de Stacia en medio del aire, tocó suavemente la superficie de la puerta.

La Vida máxima y actual de la Gran Puerta del Este estaba registrada en la

«ventana» púrpura que flotó.

El número a la izquierda era el más largo incluso entre los muchos valores de

Vida que había presenciado, un enorme valor por encima de los tres millones. Sin

embargo, el número mostrado a la derecha no era siquiera una milésima de ella,

2985. Mientras observaba eso estupefacta, vio al valor actual decrecer por uno ante

sus ojos.

Alice contó el tiempo hasta que el número cayó otra vez mientras que el sudor

se formaba en su palma. Y estimó cuánto tiempo tomaría para que su Vida se agotara

completamente.

— No podría…

Incapaz de creer en la respuesta que su propia cabeza obtuvo, Alice murmuró.

— Cinco días… ¿sólo quedan cinco días…?

La Gran Puerta que dividió solemnemente los dos mundos por más de

trescientos años se derrumbaría en meramente cinco días — ¿eso en realidad podría

pasar?

La brillante sonrisa de Selka, el arrugado rostro del anciano Garitta, y el

malhumorado rostro perteneciente a su padre, atravesaron su mente uno tras otro.

Meros día habían pasado desde que ahuyentó a los goblins asaltándolos y selló la

cueva con hielo. Había creído que Rulid permanecería pacíficamente por el momento

con eso.

Si la Gran Puerta fuera a colapsar en cinco días y el ejército de defensa era

incapaz de retener a las fuerza andantes de la oscuridad, el Human Empire será

inundado de monstruos sedientos de sangre. Las olas llegarían a la región del norte

poco después y tragarían a la Rulid Village.

— Tengo… tengo que hacer algo…

Alice atrajo inconscientemente las riendas mientras murmuraba

incoherentemente. Separándose de la Gran Puerta al borde del colapso, Amayori

ascendió con un suave bateo de sus alas.


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Tras alcanzar la cima de la puerta, imponentes trescientos mel de alto, se

desplazó una vez más.

El desfiladero dividiendo la cordillera se extendía más allá de la puerta justo en

el lado del Human Empire. Sin embargo, no eran cielos azules y pastizales verdes los

que se extendían ahí, sino cielos teñidos del tono de la sangre y los páramos del Dark

Territory que parecían espolvoreados con cenizas.

Despegando sus ojos de la ominosa escena, Alice se entrecerró abruptamente.

Ella vio luz parpadeando en la apenas visible tierra ennegrecida.

Haciendo que Amayori ascendiera más, centró sus ojos. Había más que una sola

luz. Aunque estaban organizadas irregularmente, se extendían tan lejos como pudo

ver.

Esas eran fogatas.

Era un campamento. Las vanguardias para las fuerzas de la oscuridad estaban

yaciendo en espera en grandes números justo ante sus ojos. Aguardando ese

momento en el que la puerta se derrumbe y abra el camino al Human Empire.

— Otros… cinco días…

Alice murmuró roncamente una vez más.

Su dragón volador volteó inmediatamente después. Ella pensaba que sería

tragada por la inquietud y cortada por una sola línea enemiga si seguía observando la

legión de fogatas.

Aun así, tenía confianza que podría masacrar a cien o doscientos de su infantería

si consistía de goblins u orcos. Sin embargo, no sería tan simple si hubiera un batallón

de arqueros ogros o usuarios de Dark Arts en la línea enemiga.

Incluso si los Integrity Knights estaban a la altura de mil, ese poder venía

solamente de cada uno de ellos. No saldrían ilesos si ataques a distancia se

concentraban en ellos más allá de donde sus espadas y Arts podían llegar e incluso

las heridas menores podrían robarles toda su Vida cuando se acumularan. Esa era la

exacta debilidad más grande de la Orden de los Integrity Knights, y

consecuentemente, la defensa del Human Empire, que el Knight Commander

Bercouli temía durante todos sus muchos años.

La Highest Minister, Administrator, a donde todo su potencial de guerra fue, ya

falleció y la montaña de equipos acumulados en la catedral ya había sido distribuida


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al ejército de defensa. Sin embargo, quedaba muy poco tiempo. Si por lo menos

tuvieran diez mil tropas, o un año de preparación…

Alejando sus vanos pensamientos con un suspiro, Alice le dio a Amayori

instrucciones para descender.

La pradera en medio del campamento del ejército de defensa estaba

vastamente vacante. Viendo que había una gigantesca tienda a su lado, ese era

inequívocamente el campo de aterrizaje para los dragones voladores.

Descendiendo en un arco, Amayori giró su largo cuello hacia la tienda con sus

cuatro talones apenas tocando la maleza verde y resonó un servil kururuu de su

garganta.

Una voz levemente más profunda respondió inmediatamente. Debe ser su

hermano, Takiguri. Alice saltó a la pradera mientras cargaba a Kirito en el momento

en el que el dragón se detuvo y despegó el pesado equipaje de sus dos pies. Amayori

pataleó hasta la tienda en el momento en el que terminó y frotó su cabeza contra la

de su hermano la cual atisbó desde debajo de la gruesa tela.

Aunque hizo sonreír a Alice involuntariamente, ella notó las pisadas

aproximándose desde atrás y enderezó su expresión con revuelo. Poniendo el

dobladillo de su blusa plana en orden, barrió su cabello, revuelto por el viento, detrás

de su espalda.

La voz de un hombre familiar resonó en el campo de aterrizaje antes de que ella

pudiera voltear.

— ¡Maestra! ¡¡Mi maestra, Alice-sama!! ¡¡Yo creí en usted!!

Deteniéndose en frente de ella mientras se deslizaba en el césped estaba el

Integrity Kinight con el que compartió un trago de despedida hace sólo diez días,

Eldrie Synthesis Thirty-One. Pese a estar en un campamento, ni siquiera había una

mancha en su pelo ondulado púrpura claro o su armadura plateada.

— Parece que has estado bien.

Eldrie estuvo lleno de emoción y a punto de responder, impertérrito por la

contundente respuesta de Alice, pero sus labios se detuvieron de repente.

Él notó al joven de pelo negro apoyado en el brazo izquierdo de Alice.

Con un lado de su mejilla endureciéndose, el joven caballero devolvió su cabeza

considerablemente y gimió como si estuviera incrédulo.


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—Lo trajo… ¿cierto? ¿Por qué?

Alice, también, mantuvo su cabeza tan alta como pudo y respondió.

— Naturalmente. Juré protegerlo.

— A-Aun así… nosotros los Integrity Knights debemos estar como las

vanguardias cuando la batalla empiece. ¿Cuáles son sus intenciones cuando cruce

espadas con el enemigo? Tal vez no podría estar pensando en cargarlo mientras hace

eso.

— Debería hacerlo cuando la necesidad surja.

Alice retiró su pie derecho levemente como si escondiera el cuerpo demacrado

de Kirito, incapaz de ponerse de pie por su cuenta, de los ojos de Eldrie. Sin embargo,

los pequeños grupos de los soldados reposando y los Integrity Knights de baja

categoría cerca del campo de aterrizaje se habían reunido poco después y dieron

miradas de sospecha sobre Alice y Kirito, quienes estaban juntos.

Eldrie liberó una aguda refutación, eclipsando las olas de parloteo.

— ¡No debe, maestra! ¡Con todo el debido respeto, permítame decir que luchar

mientras lleva esa inútil carga no sólo reduciría a la mitad su habilidad con la espada,

sino la expondría al peligro! ¡Con respecto a la batalla inminente, Alice -sama…!

Cortando sus palabras por un momento, señaló a los soldados circundantes con

su deslumbrante guantelete plateado.

— ¡…tiene la responsabilidad de liderarlos en la batalla! ¡Debe ser capaz de

mostrar todo su poder!

Fue sonoro. Sin embargo, ella no podía simplemente aceptarlo. Alice rechinó

firmemente sus molares y buscó las palabras para explicar cómo sentía que eran

importantes luchar por el Human Empire y proteger a Kirito.

Al mismo tiempo, sintió algo de sorpresa ante las fervientes palabras de su

discípulo.

Él mostró un cambio claro desde el tiempo antes cuando Alice le enseñó la

espada en la Central Cathedral. Eldrie entonces veneraba prácticamente a Alice y

nunca respondería, no importa lo que ella dijera. Los misteriosos «dioses del mundo

exterior» habían aplicado un sello en el ojo derecho de cada humano en este mundo

y los hizo completamente incapaces de oponerse a la ley y los superiores. Tanto

como Alice sabía, los únicos que rompieron ese sello fueron el ahora fallecido

espadachín de la Blue Rose, Eugeo, y ella misma. Ni siquiera los dos que se jactaban


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de la autoridad igual a los dioses, la Highest Minister, Administrator, y la sabia,

Cardinal, fueron capaces de oponerse a ese sello al final.

Eldrie aún debe estar bajo la influencia de ese sello. Pese a eso, había escapado

de su obediencia ciega anterior, aunque no estaba muy claro si verdaderamente

estaba oponiéndose a las palabras de Alice. Él tenía sus propios pensamientos y

expresaba sus propias opiniones.

Quienes provocaron ese cambio probablemente fueron Kirito. Y Eugeo.

El alma de Eldrie debe haberse agitado en gran medida por esos dos, los

rebeldes más grandes del mundo y orgullosos espadachines, pese a su breve

encuentro.

Ahora que ella pensaba en eso, su hermana menor, Selka, que vivía en Rulid

mostró incomodidad por las leyes inmutables de la villa y la testarudez de los que

tenían poder. También estaban las dos estudiantes que corrieron cuando Alice

arrestó a Kirito y Eugeo de la Sword Mastery Academy de North Centoria. Habría sido

normalmente imposible que esas jóvenes pidieran a un Integrity Knight que se

detenga.

Y por supuesto, estaba Alice misma.

Hasta el momento en el que cruzó espadas con Kirito y cayó a los muros fuera

de la catedral con él, no tenía dudas de la estructura del mundo, el régimen de la

iglesia, y la divinidad de la Highest Minister.

Sin embargo, durante toda su reacia cooperación para escapar de la crisis, su

tregua, y su escalada de los muros exteriores, Kirito continuamente había agravado a

Alice con sus palabras, su espada, y esos ojos negros intensos, finalmente resultando

en ella rompiendo el sello en su ojo derecho…

Sí, Kirito era como un martillo que oscilaba en este mundo lleno de armonía

falsa. Agitando y sacudiendo el mundo con el poder oculto en su alma, él finalmente

desprendió ese antiguo clavo incrustado en el corazón del Human Empire conocido

como la Axiom Church. Sin embargo, su mejor amigo, Eugeo, y la gurú, Cardinal,

habían perdido sus vidas a cambio mientras que él perdió su mente…

Alice abrazó más el frágil cuerpo apoyado en su brazo izquierdo. Y miró

directamente hacia los dos ojos de Eldrie.

Ella quería decirle. Sólo eres como eres ahora porque luchaste con este hombre.

Sin embargo, él nunca entendería. Para la Orden de los Integrity Knights, Kirito aun

así no era más que un traidor imperdonable.


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Con una expresión como soportando un dolor sordo, Eldrie estuvo a punto de

lanzar más palabras ante Alice que permanecía inmóvil en silencio.

Fue cuando ocurrió. Una parte de la multitud circundante se separó como si

fuera empujada por la mano de un gigante.

La voz que llegó a Alice desde atrás de la multitud era lo suficientemente

nostálgica para dejarla en lágrimas pero creaba una sensación de tensión que era casi

dolorosa.

— Ahora, no hay necesidad para tu humor, Eldrie.

Apartando su vista del joven caballero que se enderezó deprisa, Alice volteó

lentamente y vio a quien la voz le pertenecía.

Esas ropas sueltas al estilo de la región oriental las cuales estaban plegadas al

frente. Esa amplia banda atada en un posición baja. Esa rústica espada larga

toscamente pegada a la izquierda de su cintura. Ese extraño calzado se deslizaba en

sus pies.

El equipo era mucho más ligero que el de los caballeros y soldados a su

alrededor. Sin embargo, la presión exudando de su cuerpo, forjada al límite, era más

densa y más pesada que cualquier armadura.

Acariciando bruscamente el pelo azul claro corto que iba bien con sus ropas, el

dueño de la voz formó una sonrisa con su boca.

— Hola, ojou-chan. Estás más animada de lo que imaginé, eso me alivia.

— Oji-sama. Ha pasado bastante tiempo.

Reteniendo desesperadamente sus lágrimas, Alice reverenció al espadachín más

viejo y más fuerte del mundo, el Inegrity Knight Commander Bercouli Synthesis One.

En los seis años que ella vivió como una Integrity Knight, él fue la única persona

a la que Alice había aceptado en su corazón, respetado como un maestro, y adorado

como un padre. Al mismo tiempo, fue el único espadachín, aparte de Kirito, al que

ella nunca podría derrotar en este mundo.

Así, ella no debía mostrar un rostro cubierto de lágrimas ahora.

Si Bercouli le negaba tener a Kirito aquí, tenía que obedecer. Por supuesto, Alice

ahora tenía la capacidad de ir en contra de sus órdenes. Sin embargo, oponerse a él

en frente de todos sacudiría la disposición entre la Orden y el Ejército de Defensa.


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Con la batalla decisiva avecinándose en meramente cinco días, no debía poner

siquiera una fisura delgada en la autoridad de comando de Bercouli.

Como si viera a través de los conflictos de Alice, Bercouli se acercó lentamente

mientras revelaba una sonrisa llena de gentileza rústica.

Primero observó los ojos de Alice y asintió fuertemente.

Y después de retener a Eldrie, quien parecía querer abogar, con un vistazo, el

Knight Commander giró su vista hacia Kirito, sostenido en el brazo de Alice.

Sus labios se tensaron. Una luz asemejándose a llamas blancas azuladas

habitaban en sus apasionados ojos.

Bercouli consiguió un respiro largo. Alice sintió que el aire alrededor se

congelaba, poco a poco.

— Oji-sama…

Alice forzó su inaudible voz.

Bercouli estaba afilando su espíritu como espadachín. Permanecía a punto de

liberar esa «técnica de encarnación» impartida sólo a los Integrity Knights… la técnica

secreta que superaba el «Incarnation Arm», capaz de mover objetos con la fuerza de

la mente de uno, la «Incarnation Blade»16.

El poder concentrado de encarnación fue establecido en una espada y se liberó.

Esa hoja invisible algunas veces podía incluso repeler la hoja de un enemigo tangible.

El Armament Full Control Art de la herramienta sagrada que el Knight Commander

llevaba, la «Time Piercing Sword», sólo surgió debido a su abrumador poder de

encarnación.

En otras palabras, Bercouli estaba tratando de cortar a Kirito.

Ella nunca podría aceptarlo si él estaba tratando de resolver este problema

cortándolo literalmente en dos. Si las cosas llegaban a eso, ella protegería a Kirito

incluso si tenía que desenvainar su espada.

Abrumados por el intenso espíritu del Knight Commander, los soldados

circundantes, Eldrie, e incluso los dragones voladores en la tienda se hundieron en el

silencio. Con su respiración inestable en el pesado aire condensado, Alice trató

desesperadamente de mover los dedos de su mano derecha.

16

Hoja de Encarnación.


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Sin embargo, justo antes que Alice tocara su preciada espada, la boca de

Bercouli se movió levemente y ella oyó palabras que parecían que venían de sus

pensamientos.

— Relájate, ojou-chan.

— ¡¿…?!

Ocurrió en el instante en el que Alice tomó aliento.

Sin moverse en lo más mínimo, los dos ojos de Bercouli dejaron salir una luz

temible.

Al mismo tiempo, el cuerpo de Kirito se sacudió violentamente dentro del brazo

de Alice.

¡Kin! Un fuerte ruido resonó y un destello plateado estalló en el aire entre

Bercouli y Kirito.

«¡¿Qué fue eso?!»

Aunque Alice jadeó suavemente por el shock, Bercouli ya había logrado una

amplia sonrisa para entonces como si ese espíritu de ante fuese una ilusión.

— ¿Oji… sama…?

El Knight Commander frotó su barbilla y le habló a Alice quien murmuraba con

aturdimiento como si una práctica hubiera terminado.

— Ojou-chan, ¿viste eso?

— S… sí. Aunque fue sólo por un breve instante… ¿hubo el destello de

espadas…?

— En efecto. Disparé una Incarnation Blade, no, Dagger a ese joven. Si acertaba,

le habría cortado su piel en una mejilla.

— ¿Si… acertaba? Te refieres a…

— Es correcto. Él la tocó. Ese joven, con su propia voluntad.

Alice no pudo evitar mirar rápidamente el rostro de Kirito mientras lo sostenía

en su brazo izquierdo.


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Sin embargo, sus esperanzas fueron inmediatamente frustradas. Ella no vio más

que una vacía oscuridad en sus ojos negros vagamente abiertos. Su expresión estaba

completamente ausente como siempre.

«Aun así, su cuerpo ciertamente se sacudió antes.»

Alice acarició el pelo de Kirito con su mano derecha mientras volteaba a ver a

Bercouli. Aunque sacudió su cabeza, el Knight Commander dio su veredicto en

palabras claras.

— Parece que su corazón no está aquí… Pero no está muerto. Escucha, ese

muchacho trató de protegerte en lugar de a sí mismo justo ahora, ojou-chan. Así que

volverá. Creo eso. Probablemente cuando más lo necesites.

Alice luchó incluso más que antes para contener sus lágrimas que amenazaban

con fluir.

«Sí, él regresará desde luego.»

«Después de todo, Kirito, Kirito verdaderamente es el espadachín más fuerte del

mundo, Incluso la derrotó a ella, cercana al reino de los dioses, balanceando esas dos

espadas.»

«No diré… que es por mi bien. Pero por favor regresa, por las muchas personas

viviendo en este mundo…»

Incapaz de contenerse más, Alice abrazó a Kirito con ambos brazos. La

exhortante voz del Knight Commander cepilló suavemente su espalda.

— Es cómo ves, Eldrie. No importa que sea algo muy trivial, podemos cuidar a un

joven por lo menos.

— Pero… pero aún así…

Mostrando una valía destacable, Eldrie el Integrity Knight más nuevo expresó sus

pensamientos a Bercouli, el Knight más viejo.

— Puedo entender si se incorpora a nuestro potencial de guerra incluso en lo

más mínimo, pero como está… además, incluso si recobra sus sentidos, cuánto un

estudiante de la espada…

— Oh, vamos.

La voz de Bercouli llevaba un agudo filo equivalente al de una espada reconocida

con esa gentil sonrisa.


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— ¿Lo has olvidado? El compañero de este muchacho ganó contra mí. Contra el

Integrity Knight Commander Bercouli Synthesis One.

Los alrededores se callaron instantáneamente.

— Ese muchacho llamado Eugeo… él era fuerte, absurdamente así. Yo incluso

usé el Full Control Art de la Time Piercing Sword. Y perdí. Como tú, Deusolbert, y

Fanatio también.

Parecía que Eldrie no encontró palabras para responder a eso. Era lógico; no

podía haber nadie entre la Orden de los Integrity Knights o lo de más allá de la Gran

Puerta en el Dark Territory capaz de vencer a Bercouli en uno contra uno, o eso

creían todos en la Axiom Church.

Sin embargo, ¿no era una proclamación demasiado nociva?

El Knight Commander Bercouli había construido a toda prisa el Ejército de

Defensa por medio de la dignidad de ser el más fuerte. Si todos sabían de la

existencia de Eugeo como un espadachín que lo derrotó, y que Kirito tenía tanto

poder…

Fue cuando Alice pensó eso y miró arriba.

Bercouli había mirado hacia los cielos como si fuera impulsado a hacerlo.

— ¿Oji… sama…?

El Knight Commander respondió a la pregunta de Alice con palabras que ella

nunca podría haber imaginado.

— En un lugar muy, muy lejano, el inmenso espíritu de un espadachín se

intensificó, y luego se desvaneció… Alguien que conocía está muerto…


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Parte 4

Los diez lords de la Asamblea de la tierra de la oscuridad no se parecían entre sí,

sea en naturaleza, personalidad, o las ambiciones que tenían dentro, pero aun así,

ellos resultaban estar perfectamente sincronizados en un punto.

Eso sería cómo entendían esa ley, «la fuerza reina sobre todo», mucho más que

cualquier otra.

Más bien, podía decirse que la ley fue esculpida en sus almas desde la infancia y

sólo fue debido a su constante trabajo duro , sea entrenándolo o eliminando a

cualquiera que interfiera, que estaban parados casi en la cima de este mundo donde

la sangre era limpiada con más sangre.

Y así…

Nadie entre los nueve lords alineados con Shasta estaba genuinamente

impactado cuando el Dark Knight Commander volteó hacia el emperador y

desenvainó su espada con el fervor detrás de ese grito.

En cambio, muchos simpatizaron con ‘¿Estás haciéndolo ahora?’ o ‘Qué

atrevido’. Incluso los jefes de los orcos y de los ogros cuya capacidad lingüística, o

inteligencia, que había sido degenerada por trescientos años mostraba agudos

destellos en sus ojos de bestia con anticipación de descubrir cuán fuerte el

emperador podría ser. El joven líder de los púgiles, también, animaba internamente a

Shasta, a cortarlo ahora que había desenvainado su espada, por el respeto por un

colega buscando la iluminación.

Dos de ellos predijeron esta circunstancia segundos antes.

Una era la líder del gremio de usuarios de Dark Arts, D.I.L. una fiera detractora

para Shasta, la mujer había planeado secuestrar a la amante del Dark General y tenía

conocimiento previo del rostro de Lipia.

Por lo tanto, su shock fue mucho más cuando vio la cabeza cortada de Lipia

congelada en hielo. Prediciendo que Shasta desenvainaría su espada por la ira, ella

rápidamente reflexionó en cómo actuar si eso ocurría.

Aunque consideró que el emperador le debería un favor disparando un Art a la

espalda de Shasta, ella escogió el rol de un espectador al final. Todo sería mejor si

Shasta perdía ante el emperador e inclusive en el extraño caso en el que ganara, sería

cuando horneara a su resentido enemigo, probablemente cubierto en severas

heridas, negro y llevando la supremacía sobre la tierra de la oscuridad. Adentro, D. se

reía mientras lamía sus labios para ocultar su excitación.


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Y el último que dedujo la insurgencia del general oscuro fue otro…

Este hizo un movimiento de una vez.

* * *

Con esa única palabra, “matar”, en su corazón, Shasta balanceó su preciada

espada, fuerte.

El grado de encarnación acrecentando su tachi ciertamente sobrepasaba esa vez

que cruzó espadas con el Integrity Knight Commander Bercouli. La intensidad de su

ira y dolor pesaban lo suficiente para inducir instantáneamente el fenómeno de

control total que requería originalmente de un prolongado conjuro.

El tachi que Shasta blandía en su mano, «Obrogasumi» era un objeto de la clase

de herramientas sagradas generado procesalmente por Underworld, un paquete

VRMMO, hace aproximadamente doscientos años. Su elemento era «agua» y su hoja,

respondiendo a la abrumadora sed de sangre de Shasta, había perdido su esencia y

se había transformado en una niebla mientras mantenía su poder mortífero.

La característica especial de Oborogasumi en modo Full Control era eludir el

proceso atacante de todos los tipos de espadas, «causar daño cortando o perforando

al objetivo con la espada». Todo el que entraba en contacto con la larga niebla

expandida sufriría daño del tipo cortante a su Vida. En otras palabras, no había otro

método para defenderse más que evadir.

El emperador, Gabriel Miller, también desenvainó la espada en su cintura

cuando Shasta lo hizo con el fin de repeler el golpe del enemigo.

Si la situación había procedido, la hoja de niebla de Shasta burlaría la espada de

Gabriel y lo alcanzaría, vertiendo su concentrada sed de sangre en él.

Sin embargo, eso ocurrió cuando dio un paso adelante a la velocidad de los

dioses para proporcionar el corte crítico.

El movimiento de Shasta cesó como si estuviera congelado.

Una sola aguja de lanzamiento se había enterrado en lo profundo de una

insignificante juntura en el lado izquierdo de la armadura del Dark General sin aviso.

Meciéndose en sus pies detrás estaba un hombre tan demacrado como un

fantasma vestido completamente con una túnica gris oscura.


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El líder del gremio de asesinos, Fu Za. Sobrellevando apenas alguna presencia

incluso como uno de los diez lords, el hombre discreto que apenas hablaba inclusive

en las reuniones se movió fácilmente hacia adelante mientras atraía más atención

que nunca antes.

Fu Za dedujo la rebelión de Shasta de antemano sólo porque era más cobarde y

un cúmulo de nervios que cualquiera de los otros lords.

El gremio de asesinos era una concentración mixta de los impotentes. Era un

grupo, hecho por los nacidos sin beneficios de fuerza, aptitud, valores, o alguna clase

de poder pero rechazaron vivir explotados como esclavos, para refinar sus «técnicas

venenosas» detestadas incluso en el Dark Territory.

Los objetos venenosos tales como algunos de los insectos, serpientes, y plantas

en Underworld fueron originalmente colocados como parte de la prueba de carga.

Como tal, su efectividad era limitada a un nivel del que se podría recuperar si los

habitantes utilizaban el conocimiento necesario. Por otra parte, nunca podría

alcanzar el poder de las Arts y el manejo de espada.

Sin embargo, los que formaban el gremio de asesinos fueron más allá de la

expectativa de Rath y elaboraron las técnicas para «concentrar», pasando muchos

años para producir y fortalecer el veneno. Los cuarteles del gremio ubicados bajo

tierra en los tugurios del pueblo tenían grandes calderos concentrando la savia de

frutas venenosas, potes de serpientes venenosas reunidas de varias áreas

canibalizándose entre sí, y similares se prepararon por más de cien años.

Sin embargo, la tan esperada finalización del «veneno fatal» trajo tragedia

dentro del gremio con asesinatos generalizados. A diferencia de con espadas y Arts,

identificar al perpetrador de venenos de acción lenta era difícil.

Naturalmente, el que lideraba el gremio nunca sobreviviría sin la máxima

cobardía. Al punto de estar al acecho de las miradas de los de alrededor, no, por

encima de eso, del significado de esas miradas para sentir incluso el más

insignificante deseo incipiente de asesinar.

Para Fu Za, la sed de sangre que Shasta emitió en el momento en el que vio la

cabeza de Lipia olió más distintivamente que el hedor de la sangre fresca.

Y también para Fu Za, el Dark General, Shasta, era un ser más detestable que

ningún otro.

Él había construido y abandonado incontables planes de asesinato. Tenía la

confianza que podría matarlo. Pero si la causa de muerte revelada fuera veneno,

todos se darían cuenta que fue obra del gremio de asesinos. La inigualable Orden de


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los Dark Knights probablemente atacaría los cuarteles del gremio de asesinos y

masacraría a todos una hora después que Shasta exhalara su último aliento. No

tenían oportunidad en un asalto frontal.

Sin embargo, si terminaba ahora, en este instante.

Sólo había una causa para incrustar una aguja cubierta de veneno concentrado

en el cuerpo de su enemigo jurado. En el momento en el que desenvainó su espada

ante el emperador, Shasta ya no era el Dark General o uno de los diez lords, sino un

mero traidor.

Lo que Fu Za sacó y lanzó del bolsillo de su túnica fue una herramienta de

asesinato pasada por medio de los líderes del gremio de asesinos. Conocida como

«Lubellr Venomsteel», fue esculpida en una aguja extremadamente fina de un

mineral peligroso que secretaba un veneno paralizante y podía almacenar cualquier

clase de veneno en su ahuecado interior.

Inyectada en él también estaba la quintaesencia del gremio, un veneno letal.

Sólo fue después de machacar cinco mil sanguijuelas, de una raza rara llamada

«Jigsarvil», después filtrar y concentrar el resultado, una y otra vez, que una sola gota

de veneno pudo producirse. Como todos los intentos de cultivar las sanguijuelas por

medio de la crianza habían fallado, una absurda cantidad de esfuerzo era necesario

para producir una sola gota de este veneno.

Fu Za no podría haberlo sabido, pero los animales habitando los campos de

Underworld eran generados por el sistema basados en valores específicos para cada

área, así que aparte de excepciones designadas como ganadería como ovejas y vacas,

ninguno de ellos podía reproducirse artificialmente.

En otras palabras, no sería exageración decir que la aguja venenosa que Fu Za

lanzó era la culminación del gremio de asesinos concentrada en un solo punto, sea la

aguja misma o el veneno dentro. Simultáneamente, era la cristalización del odio de

los oprimidos y débiles por más de trescientos años.

* * *

Shasta había enfocado su voluntad exclusivamente en la espada que sostenía y

como resultado, no sintió casi nada del dolor de la aguja venenosa apuñalando en lo

profundo de su cuerpo.


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Sin embargo, fue en el instante en el que trató de saltar alto hacia el trono

cuando sintió un tremendo peso, como si su cuerpo entero hubiera volteado para dar

paso, y abrió ampliamente sus ojos.

La fuerza que abandonó sus piernas sólo después de resbalarse sobre una sola

rodilla hizo que se diera cuenta del objeto extraño en el lado izquierdo de su pecho.

«Veneno, huh.»

Percatándose instantáneamente de eso, extrajo rápidamente la aguja antes que

un gélido escalofrío paralizara su mano izquierda. Notando que el objeto, tan fino

que difícilmente parecía un arma, poseía un vívido lustre verde, Shasta entendió que

fue ese abominable Lubellr Venomsteel y trató de cantar el Art para neutralizarlo de

una vez.

Sin embargo, todo su cuerpo se zambulló en el escalofrío, comenzando desde su

izquierda, a una horrorosa velocidad e incluyendo incluso su boca. Perdiendo la

sensación de su lengua antes que dijera la llamada al sistema inicial, no pudo hacer

nada más que soportar.

Con su mano izquierda también adormecida, la aguja venenosa se deslizó de su

puño e hizo un ruido silencioso en el mármol negro.

Por fin, su brazo derecho, inmóvil en medio del balanceo de su espada, comenzó

a caer flojamente y con eso, el modo Full Control expiró con la punta de su querida

espada haciendo contacto con el suelo, habiendo regresado a sí misma de esa niebla

gris.

Una túnica de oscuridad azabache entró en la visión de Shasta mientras estaba

suspendido en la misma postura de antes que cortara al emperador, clavado en una

rodilla con su cabeza rebajada.

«Fu Za.»

«Pensar que sería acabado por este hombre.»

— Qué inútil, ser insignificante… Debes estar pensando eso, Viksul

Su irritante voz susurró mientras descendía desde arriba; Shasta frunció el ceño

con el área cerca de sus ojos lo cual era todo lo apenas pudo mover.

«Nadie te dio el derecho de llamarme con tal familiaridad…»


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— Nunca me diste el derecho para llamarte con tal familiaridad. ¿Pareces estar

queriendo decir eso? Pero ya ves, esta no es la primera vez que te estoy llamando

Viksul, ¿sabes?

El rostro del asesino que dobló lentamente su rodilla y cuerpo a la misma altura

entró a la vista de Shasta. Sin embargo, su capota estaba baja hasta ahora, obstruía la

luz y todo pero su puntiaguda barbilla estaba inmersa en la oscuridad.

Esa barbilla se movió como si temblara y una voz más ronca que antes fluyó.

— No… recuerdas, ¿no? Los rostros de los niños que derribaste una y otra vez en

la escuela de cadetes. Y cómo uno de ellos se lanzó al canal por la humillación y se

desvaneció de la escuela por toda la eternidad.

«Qué. ¿Qué está diciendo este hombre? ¿La escuela de cadetes?»

Nacido como el hijo de un caballero novicio, Shasta fue despachado a una

escuela de cadetes afiliada con la Orden una vez que creció lo suficiente para

sostener una espada de madera. No tenía recuerdos de nada más que dedicar su

todo al entrenamiento con el fin de sobrevivir desde entonces. Obteniendo la victoria

en una prueba de selección tras otra, fue promovido a un oficial de la Orden y

escoltado por su maestro, el último Knight Commande… esa mitad de su vida aceleró

como una corriente rápida, no dejándole tiempo para reflexionar en su pasado.

Él no pudo haberlo recordado. ¿Los niños que balanceaban espadas de madera a

su lado hace más de treinta años?

— Pero ya ves. Nunca lo he olvidado, ni siquiera un solo día. Ni un día en los

muchos meses y años que trabajé como esclavo para el gremio de asesinato que me

recogió en las alcantarillas subterráneas a donde fui a la deriva. Acumulé

conocimiento, cultivé muchos nuevos tipos de veneno, y finalmente subí para liderar

al gremio. Perdí varias cosas a cambio… pero fue todo para la venganza contra ti,

Viksul.

La capota se volcó sólo un poco cuando su retorcida voz se detuvo, revelando el

desnudo rostro de Fu Za a los ojos de Shasta.

Pero aun así, ningún recuerdo vino a él. No, incluso si Shasta recordara a sus

compañeros de clase de épocas remotas perfectamente, su nombre aún lo eludiría.

Después de todo, el rostro de Fu Za fue dejado en un estado anormal que espantaría

incluso a un orco horriblemente desfigurado, quizás debido a la influencia del veneno.

Dos ojos brillaron patentemente desde dentro de la capucha.


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—Desarrollé ese veneno inyectado en ti en aras de matarte, ahorrándolo gota

por gota por un abrumador periodo de tiempo. Mató incluso a un gran dragón de

tierra con una Vida de más de trescientos mil después de una hora en un

experimento. Tu fuerza y tu Vida total probablemente durarán por otros dos o tres

minutos. Ahora… me saldaré todo. Todo ese odio y humillación que has dejado a mi

cuidado.

«Odio, huh.»

Shasta apartó su vista de los ojos de Fu Za y observó la aguja de veneno que hizo

caer al suelo de mármol negro.

«Sucumbiendo a la ira y el odio, traté de cortar al emperador. +…»

Incapaz de siquiera mantener su postura arrodillada, Shasta se desplomó en el

suelo, comenzando con su hombro izquierdo.

En medio de su descolorida visión borrosa, más allá de la aguja venenosa…

Había un cubo de hielo colocado en una bandeja de plata.

* * *

El que quería venganza, Fu Za también una vez conocido como Ferius Zargatis,

abrió sus dos ojos ampliamente como si saboreara completamente el momento de

dicha que finalmente había llegado.

El una vez glorioso general oscuro, Shasta, ahora se revolcaba en sus propios

pies. Él estaba en un magnífico estado; su piel, tensa pese a su edad, se volvió pálida

sepulcral, la apasionada luz en sus ojos se había desvanecido, y su respiración

también era débil.

Qué forma fea y miserable de morir.

Y la muerte de Shasta comprobó efectivamente que las técnicas de asesinato

por veneno eran superiores al manejo de la espada o los Dark Arts. No sólo sería una

punzada del nuevo veneno integrado utilizando Lubellr Venomsteel y Jigsarvil que

dirige al enemigo a un estado incapaz de desenvainar una espada o cantar un Art,

también les traería un rápido deceso.

El Emperador Vector, en el trono, también debe haberse dado cuenta del valor

del gremio de asesinos por medio de este acto. El día en el que el nuevo veneno

podría producirse en masa sería cuando no tuviera más necesidad de leer las


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expresiones de los caballeros y los usuarios de Arts. Reclamaría su nombre original y

tal vez inclusive se haría cargo de la familia Zargantis que lo había abandonado como

su nuevo patriarca…

Temblando con placer, Fu Za era completamente inconsciente que la hoja de la

espada de Shasta que había rodado fuera de su vista estaba convirtiéndose en niebla

una vez más.

* * *

«Lipia.»

Antes que su Vida se agotara, Shasta gritó el nombre de la única mujer que

había amado en su corazón.

Lipia debió haber decidido asesinar al emperador debido a su deseo de realizar

la llegada de esa nueva era de la que Shasta hablaba. Con el fin de la guerra de

trescientos años, los huérfanos obtendrían el derecho de vivir con felicidad, sin caer

en hambruna o esclavitud, con la introducción de una nueva ley y la orden; ella debió

haber creído en eso.

«Oye, Fu Za.»

«¿Dices que te había vencido en la escuela de cadetes? ¿Que fuiste incapaz de

cargar con la humillación y te perdiste?»

«Pero debiste haber tenido la oportunidad por lo menos. Tuviste padres que te

enviaron a la escuela, tres comidas al día, una cama cálida, y un techo para escudarte

de la lluvia. ¿Cuántas vidas jóvenes crees que hay en este mundo a los que no se les

dieron siquiera esos privilegios básicos y se debilitaron, tratadas como trapos

rasgados?»

«Lipia había dado su vida para reformar ese mundo. Eso no podrá volverse

nada.»

¡¡Tus pequeños agravios personales…

… no estarán en su camino!!

En el momento en el que ese terrorífico rugido bramó de Shasta quien debería

haber estado completamente paralizado, algo que se asemejaba a un tornado gris

giró en lo alto de la mano derecha del Dark Knight.


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Eso era lo que incluso muy pocos de los Integrity Knights eran capaces de hacer,

el fenómeno de liberación de recuerdos de herramientas sagradas. El incomparable

poder de encarnación de Shasta reunió todos los datos de Underworld y comenzó a

sobrescribir el Main Visualizer en marcha.

El tornado gris desintegraba todo lo que estaba en contacto con él, una

manifestación de poder destructivo puro neutral. Engullido por el tornado sin

siquiera tiempo para huir, la gruesa túnica negra de Fu Za se esparció como humo

con un ruido seco.

El escuálido hombre de mediana edad apareciendo de ahí levantó sus brazos

para ocultar su rostro desfigurado. Inmediatamente después, esos brazos fueron

enviados a volar como incontables pedazos de carne, seguidos por todo su cuerpo,

elevándose en el aire como un denso rocío de sangre.

* * *

La usuaria de Dark Arts, D.I.L., saltó muy atrás, asaltada por una ominosa

premonición en el momento en el que ese misterioso tornado giró desde el Dark

General cercano a la muerte. Generando elementos aéreos en ambas manos, ella

voló hacia atrás a máxima velocidad.

Esa premonición se volvió un susto extremo tras ver todo bajo su rodilla derecha

desaparecer sin rastro tras tocar el tornado rápidamente creciente.

Todo el cuerpo de D. era protegido con decenas de Arts defensivos incluso

cuando estaba en el baño o dormida. Una barrera impregnable que repelería toda

clase de ataques, sean proyectiles, espadas, venenos, y naturalmente, Arts.

Por supuesto, un ataque con todo el poder de cualquiera de los diez lords que

tenía el mismo nivel de prioridad penetraría el muro y heriría su piel. Sin embargo,

nunca rebanarían su carne con un mero toque como si esas protecciones ni siquiera

estuvieran ahí. Eso era una certeza.

No importa cómo lo negara en su mente, el tornado de muerte cercenaba su

pierna derecha mientras se aproximaba a una velocidad superando su retirada a

máxima velocidad. Aunque un usuario de Arts del calibre de D. podía restaurar un

miembro cercenado, ella aún necesitaba su vida para hacerlo.

— ¡¡Eek… aah…!!

Un estridente chillido vino de la coca de D. finalmente.


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Sin embargo, su voz estaba coincidentemente perdida dentro de los gritos de los

dos jefes goblins.

El jefe de los goblins de montaña, Hagashi, y el jefe de los goblins de pradera,

Kubiri, que estaban alineados a la izquierda de D. se lanzaron desesperadamente con

sus piernas atrofiadas para huir del tornado. Era imposible, sin embargo, que

evadieran la expansión del tornado que atrapó incluso a D. volando a su máxima

velocidad.

— ¡¡Kugyaa…!!

Las piernas de Hagashi se resbalaron con un indecoroso grito y cayó al suelo. Su

mano izquierda desesperadamente extendida se sostuvo del tobillo de Kubiri como

un tornillo de banco.

— ¡¡Higyaaaa!! ¡¡Déjame ir…!! Déja…

Chapoteo.

Los dos que regían sobre las razas de goblins se volvieron rocíos de sangre

demasiado rápido.

Crujido.

La pierna derecha de D. voló sin rastro desde su raíz.


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Justo ante los ojos de la líder del gremio de usuarios de Dark Arts, su bello rostro

se retorció con miedo y desesperación, la expansión del tornado se detuvo

milagrosamente.

El cuerpo caído de Shasta ya no estaba ahí. La imponente tormenta con forma

de embudo centrada allí ya había crecido a una altura y diámetro de veinte mel. Los

seis lords con más tiempo para escatimar se habían retirado velozmente a l a pared

del oeste y los varios grupos de ejecutivos alineados en el lado sur del salón, también,

escaparon ilesos de la precaria situación.

Aunque su mente había descendido al completo caos, D. aun así se dio cuenta

de por qué la expansión del tornado cesó.

Los mantuvo a salvo. Las decenas de Dark Knights avanzados. En otras palabras,

Shasta había deseado que ese tornado existiera.

Como si respaldara su suposición, la mirad superior del tornado se transformó

gradualmente.

Lo que apareció fue la parte superior del cuerpo de un hombre, formado por

niebla translúcida.

Aunque era absurdamente enorme, era claramente una copia del cuerpo del

Dark General Shasta.

* * *

El Emperador Vector, Gabriel Miller, sintió naturalmente una emoción similar a

la sorpresa cuando miró la forma gigante del tornado, imponente como si alardeara

su presencia.

El caballero a la izquierda desenvainando su espada tras ver la cabeza de la

asesina cuando se las reveló aún estaba dentro de sus expectativas. No era muy

impactante que el líder del gremio de asesinos paralizaría a ese hombre cortando a

Gabriel con veneno o demás.

Aunque sesgó su sistema para plantar una lealtad absoluta dentro de las nueve

unidades restantes bajando al traidor de un solo golpe, pensó que estaba bien que

elegirían proteger al emperador por su propia voluntad. Él vio el curso de los eventos

con eso en mente, pero…


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Un tornado gris surgió de la unidad rebelde caída sin aviso y envuelto por eso, el

líder del gremio de asesinos junto con los dos generales goblins se desintegraron en

un instante, dejando incluso a Gabriel sin palabras.

Las unidades generales deberían tener aproximadamente el mismo estatus. Por

consiguiente, una pelea entre ellos no debería tener un final inmediato, sino debería

resultar en una batalla prolongada, un ciclo de reducir y recuperar HP.

A pesar de eso, tres unidades completas desaparecieron en meros segundos.

¿Alguna lógica aún desconocida para Critter y para él existe en este Underworld?

Ocurrió después que pensara hasta el momento. El gigante en el tornado abrió

su boca y dejó salir un rugido que sacudió el mundo.

Incapaces de soportar la intensa presión, muchos de los vidrios de las ventanas

adornando la habitación del trono fueron expulsados al exterior.

El gigante apretó su puño derecho que era tan grande como un bloque de

motor…

Y lo balanceó sobre Gabriel con un bramido.

Gabriel tomó su decisión, dándose cuenta que enfrentarlo con su espada era

inútil y que carecía de tiempo para ponerse de pie y esquivar. Detectando a su

ayudante, Vassago, saltando ágilmente hacia adelante en el lado derecho de sus ojos,

Gabriel aguardó tranquilamente al puño ceniza encima del trono.

* * *

El tornado de muerte que la voluntad de Shasta produjo al borde de su deceso

era un fenómeno que excedía inclusive al sistema de Underworld.

Más que arrebatarle a Fu Za y a los goblins sus Vidas con un poder de ataque

numérico, primero destruyó sus fluctlights forjando la «imagen de muerte»

directamente en sus light cubes lo cual luego aniquiló su carne y sangre a cambio.

Como tal, su ataque sobre Gabriel también era indiferente por la inmensa Vida

del Emperador Vector.

Sin embargo, la sed de sangre generada por el fluctlight de Shasta recorrió las

líneas de transmisión cuántica y llegó al STL donde el cuerpo real de Gabriel yace…

El concentrado deseo de matar del Dark General Shasta, un distinguido caballero

de Underworld, dio un golpe directo en el núcleo del fluctlight de Gabriel Miller, o en

otras palabras, en su «ego».


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En ese momento, la mente consciente de Shasta se asimiló con ese único golpe

que tomó su todo y lo sintió inmiscuirse en el Emperador Vector.

Era claro que su cuerpo original había agotado su Vida. Shasta entendió que este

sería el último ataque de su existencia.

Era lamentable que no pudiera cumplir su promesa de cruzar espadas con el

Integrity Knight Commander Bercouli otra vez. Sin embargo, ese hombre entendería.

Las esperanzas del general oscuro y las razones para convertirse en el emperador.

Aparte de Fu Za, el líder del gremio de asesinos, también había derrotado a los

dos jefes goblins que más amaban la guerra entre los lords. Era una lástima que dejó

a D., la líder del gremio de usuarios de Dark Arts, escapar, pero ella probablemente

no regeneraría una herida tan profunda en un futuro cercano. Si el líder de la Orden

de los Dark Knights fuese a morir junto con el Emperador Vector, los lords restantes

definitivamente vacilarían en luchar contra el Human Empire.

Si sólo pudieran cerrar un acuerdo temporal de cese al fuego con los ciudadanos

del Human Empire que también perdieron a su gobernante. Si sólo pudieran

conversar con palabras más que con espadas y compartir alguna clase de acuerdo.

Él rezó para que el deseo de Lipia de un mundo pacífico sea concedido algún día.

Asimilado con su voluntad, Shasta perforó la frente del Emperador Vector y

hundió el centro de su alma dentro de ella.

Si rompía eso, ni siquiera el dios de la oscuridad podría prevenir que su propia

existencia decaiga como Fu Za y el resto.

La voluntad de Shasta chocó con el alma del emperador con un grito sordo…

Y experimentó el último shock de su vida.

Nada.

Sólo una turbia oscuridad se propagó en medio de su alma que se asemejaba a

una nube de luz donde la esencia de su consciencia debería haber estado.

¿Por qué? Incluso Fu Za que había renunciado al mundo tenía un deslumbrante

apego ávido a su vida.

La voluntad de Shasta fue absorbida en la oscuridad que continuaba por siempre

dentro del emperador.

Desvaneciéndose. Vaporizándose.


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«Esta persona, este hombre…»

«¿Desconoce la vida?»

Uno que no conocía el resplandor de la vida, del alma de uno, del amor. Eso era

por lo que tenía hambre. Eso era por lo que buscaba las almas de otros.

Una espada formada del deseo de matar no derrotaría a este hombre

independientemente de cuán fuerte era la voluntad de uno.

Después de todo, el alma de este hombre estaba viva pero muerta.

Él tenía que reportar esto. A alguien. A quien sea que lucharía contra este

monstruo en el futuro.

Alguien, a alguien…

Sin embargo, ahí, la consciencia de Shasta fue envuelta por un abismo sin fondo.

… Pena…

… Lipia…

El alma del Dark General Viksul Ur Shasta se desintegró completamente con esos

pensamientos en su final.

* * *

En el momento en el que esa alma con su resplandor todo radiante lo atravesó,

Gabriel Miller sintió más deleite que temor.

El alma del Dark Knight estaba llena de emociones distintivamente más ricas que

las de la asesina que devoró hace dos días. El amor por ella. Junto con un algo

inexplicable que se parecía al afecto que llegó más lejos que eso. Y la fuente de todo

eso, el intenso propósito de matar.

Amor y odio. ¿Qué en este mundo podría saber más exquisito que ellos?

Gabriel estaba casi completamente inconsciente del peligro al que su vida fue

expuesta en ese momento. Incluso después de atestiguar que el ataque del Dark

Knight volviera a las tres unidades bultos esparcidos de carne, Gabriel deseó más

devorar el alma del caballero que su propia seguridad.

Si Gabriel sintiera miedo del ataque del caballero y deseaba su propia

supervivencia, la intención de matar de Shasta hubiera roto sus instantes de

supervivencia por medio del STL el cual estallaría su fluctlight.


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Sin embargo, Gabriel Miller no se preocupaba por la vida. Para él, todas las vidas

eran simplemente mecanismos automatizados como esos insectos que masacró en

su infancia. Descifrar los secretos detrás del alma que alimentaba a ese mecanismo,

esa misteriosa nube resplandeciente, era todo lo que Gabriel deseaba.

Como tal, la señal de destrucción originándose en el fluctlight de Shasta atravesó

el vasto vacío en el fluctlight de Gabriel en vano y se perdió sin colisionar con nada.

Si Gabriel entendió la lógica detrás de ello o no, él aún se alimentaba del alma

del caballero mientras registraba dos cosas en su memoria.

Primero, había una forma de atacar en este mundo aparte de armas y hechizos

como en un juego VRMMO normal.

Y esa forma de atacar no tenía efecto en sí mismo.

Tenía que hacer que Critter investigue la base detrás del fenómeno anterior.

Gabriel lentamente se levantó del trono con eso en mente.

* * *

Los seis lords aún con vida, la líder del gremio de usuarios de Dark Arts, D.I.L., el

líder de los pugilistas, Iskahn, el líder del gremio económico, Lengyel, el jefe de los

gigantes, Sigrosig, el jefe de los orcos, Rilpirin, y el jefe de los ogros, Fulgrr; que

tenían sus espaldas contra las paredes, cayeron sobre sus traseros, o estaban en el

proceso de detener el sangrado de una herida severa simplemente mirando al

Emperador Vector.

El miedo fue todo lo que permaneció en sus pechos.

El horripilante asalto del Dark General Shasta convirtiendo a tres generales en

chorros de sangre en un instante y volando la pierna derecha de D. pese a ser

reconocido como poderoso incluso entre los lords, fue vencido por el emperador sin

que sufriera un solo corte.

El fuerte reina.

Fue claro para todos que el Emperador Vector tenía poder sobrepasando a los

seis lords y a las centenas de oficiales detrás de ellos combinados.

Como ondas, cada uno de ellos reverenció profundamente y expresaron su

obediencia al emperador. Incluso la Orden de los Dark Knights con su respetado

Knight Commander asesinado no fue la excepción.


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La voz del emperador resonó elocuentemente sobre ellos.

— Aquellos que han perdido a su general tendrán a su segundo al mando

tomando las riendas de comando de una vez. En una hora, marcharemos como fue

planeado.

No hubo palabras de ira o reproche respecto a la insurgencia. Ese hecho invocó

más pavor en las tropas.

Habiendo detenido la sangre fluyendo de su pierna derecha por lo menos, D.

extendió su mano derecha en alto sin siquiera enderezar las puntas de sus dedos y

gritó.

— ¡¡Larga vida a Su Majestad el Emperador!!

Después de una pausa momentánea…

Tales gritos se mezclaron en un clamor que pareció sacudir la totalidad del

Obsidia Palace y continuó por muchas más rondas.


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Parte 5

Alice echó un vistazo dentro de la tienda del campamento a la que fue asignada

y dejó salir un leve suspiro.

El catre estaba arreglado bien, la piel de oveja extendida en el suelo era

prácticamente nueva, y el aire olía sólo por el sol. Aunque ella estaba perfectamente

satisfecha con eso, era claro que la tienda no fue establecida deprisa para Alice. En

otras palabras, el Knight Commander Bercouli se había preparado para su

participación en la pelea y construyó una tienda adicional para caballeros.

Sería mejor tomarlo como un símbolo de su fe, pero conociendo la naturaleza

del Knight Commander, ella imaginó que él habría visto a través de sus pensamientos

y acciones completamente.

No… eso estaría yendo demasiado lejos. Después de todo, ni siquiera el Knight

Commander parecía haber predicho que Alice traería a Kirito. El catre preparado era

para uno.

Después de tocar la espalda de Kirito y llevarlo a la cama, Alice lo sentó. El joven

dejó salir inmediatamente una voz débil mientras extendía su mano izquierda.

— Sí, lo sé, las tendré en un momento.

Corriendo hacia el paquete dejado en la entrada, Alice sacó las dos espadas

largas de negro y blanco. Regresando a la cama, las colocó en su regazo. Kirito abrazó

las espadas en su brazo izquierdo entonces, y se tranquilizó.

Ella siguió sus pensamientos mientras se sentaba a su lado y se sacaba sus botas.

Aunque declaró que cargaría con Kirito y lucharía en caso de necesidad a Eldrie,

eso más bien sería difícil en realidad. Kirito solo no sería demasiado pesado con lo

delgado que estaba, sino que su movimiento se limitaría si tenía que cargar la Night

Sky Sword y la Blue Rose Sword.

Ella consideró quedarse sobre la montura de Amayori, pero habría veces en las

que tenía que participar en batallas aéreas con los Dark Knights enemigos también

montando dragones voladores. Sería mejor bajar su carga tanto como sea posible.

Desgraciadamente, teniendo a alguien, tal vez de la unidad de transporte,

cuidando de Kirito durante la batalla sería el curso de acción más práctico. Sin

embargo, el problema yace en si podrá encontrar a alguien digno de confianza tan

fácilmente.


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Sus viejos amigos, los Integrity Knights, encabezarían naturalmente como las

vanguardias y no conocía a ninguno de los soldados comunes. Eso dicho, ella más

bien no dependería de Eldrie para presentarla a alguien adecuado ahora.

Alice miró rápidamente el rostro del joven y sostuvo gentilmente sus mejillas

con ambas manos.

No tenía intención de tratar a Kirito como una carga. Si su mente se recuperaba,

definitivamente podría depender de él para proteger al Human Empire, más que

ningún otro. Ella hizo que la acompañara aquí a las líneas del frente porque pensaba

que lo más probable era que recobrara su consciencia.

El Knight Commander Bercouli mencionó que Kirito había desviado su

«Incarnation Blade». Y que lo hizo para proteger a Alice.

¿Ella podía creer en eso?

La ley y un criminal cuando se conocieron por primera vez en la Sword Mastery

Academy. La verdugo y un rebelde cuando se encontraron otra vez en el octogésimo

piso de la catedral. E incluso cuando intercambiaron palabras al final en el último piso,

ellos meramente estaban en una tregua en el mejor de los casos.

«A pesar de haber perdido tu mente desde que esa batalla terminó, ¿aun así

trataste de protegerme del espíritu de Oji-sama como un espadachín?»

«¿Qué soy… para ti?»

Esas preguntas rebotaron en los ojos sin luz de Kirito y en Alice misma.

¿Qué exactamente era este joven para ella?

Si ella expresaba lo que pensaba de Kirito en la catedral en una palabra,

detestable sería la más adecuada. Él sería el único que llamaría a la Integrity Knight

Alice Synthesis Thirty una ‘idiota’ tantas veces, ahora y en el futuro.

Sin embargo, en esa batalla final, lo que vio de Kirito desde atrás mientras hacía

frente a la Highest Minister, Administrator…

El corazón de Alice tembló tras ver la espalda de ese espadachín sosteniendo

una espada en cada mano mientras que el dobladillo de su abrigo negro revoloteaba

violentamente. Su figura exhibía poder; junto con una tristeza que desgarraba su

pecho.

Esas emociones palpitaban levemente en lo profundo de su pecho incluso ahora.


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Sin embargo, Alice siguió manteniendo una tapa en su propio corazón, temerosa

de reconocer las razones detrás de ese dolor.

«Soy un mero ser artificial. Nada más que una marioneta para la guerra que

sigue ocupando el cuerpo de Alice Schuberg. No tengo derecho de tener ningún

sentimiento aparte del deseo de luchar.»

Aun así. Quizás eso es por qué.

¿Mi voz no te alcanza porque retengo a mi propio corazón?

¿Responderás si dejase suelta toda mi «voluntad» en este instante?

Alice inhaló una profunda bocanada de aire y la exhaló.

Las mejillas de Kirito estaban frías en sus manos. No, era el calor de sus palmas.

Sus mejillas se acercaron lentamente. Ella observó esos ojos negros desde cerca.

Oscuros, como los cielos nocturnos. Pero parecía ver pequeñas estrellas, brillando

tranquilamente de lejos.

Absorbida en esas estrellas, su rostro gradualmente, gradualmente se acercó…

Una campanada rítmica resonó abruptamente y Alice se levantó, prácticamente

saltando.

Aunque ella echó un vistazo a la tienda con revuelo, naturalmente no había

nadie. Por fin, ella se dio cuenta que la campana con una cuerda para jalar

establecida en la entrada de la tienda había sonado.

Un invitado. Aclarando su garganta sin razón, Alice puso su cabello en orden

antes de atravesar rápidamente la tienda.

Con toda probabilidad, sería Eldrie, aquí para ofrecer más crítica. Ella le diría que

no tenía planes de expulsar a Kirito en términos nada ambiguos esta vez.

Atravesando la gruesa tela que constituía el interior de las dos capas de cortinas

en la entrada, empezando primero con su cabeza, Alice barrió el grueso cuero en el

exterior todo a la vez con su mano izquierda.

Y sus labios que estaban a punto de abrirse se detuvieron bruscamente.

La que estaba ante sus ojos no era una Integrity Knight o siquiera una soldado

normal. Irreflexivamente, ella miró fijamente.

— E… erm.


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Acompañado por esa voz débil impregnada con miedo, la pequeña visitante

ofreció un pote cubierto con ambas manos.

— Le… Le he traído su cena, Knight-sama.

— Ya veo.

Alice miró el cielo. Aunque ella no lo había notado, el ocaso bermellón

ciertamente estaba yéndose por los cielos del oeste.

— Gracias… tus esfuerzos son apreciados.

Recibiendo el pote con gratitud, Alice miró a la otra persona una vez más.

Una joven que aún tenía cerca de quince o dieciséis.

El cabello que se extendía levemente debajo de sus hombros era un rojo

magnífico. Sus grandes ojos iban bien con su color, el del otoño, único para la sangre

del imperio del norte junto con esa piel pálida y distinguido puente nasal.

Aunque ella usaba una armadura ligera como el Ejército de Defensa, la túnica

gris y falda parecían un uniforme de alguna escuela.

Pensando que tal niña estaría en el campo de batalla… Alice mordió sus labios

antes de parpadear con comprensión.

Ella había visto los rasgos de la chica en alguna parte. Sin embargo, mientras

Alice había pasado cada día en la Catedral Central en ese entonces, casi no tuvo

oportunidad de entrar en contacto con la gente común.

Fue cuando una segunda chica se mostró tímidamente desde atrás de la chica

pelirroja donde había estado escondiéndose.

— E… erm… hay pan y brebajes aquí.

Rompiéndose en una sonrisa hacia esa voz casi inaudible de chica con cabello

marrón oscuro cercano al negro y ojos azules oscuros, Alice también aceptó la

canasta que ofreció.

— No hay necesidad de estar tan asustadas, nadie estará hurtando un bocadillo.

Un recuerdo surgió finalmente en la mente de Alice después de que dijo eso.

— Ustedes dos eran… de la Sword Mastery Academy de North Centoria, ¿cierto?


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Ella preguntó, y por un instante, sus mejillas se relajaron con alivio pese a estar

rígidas con tensión previamente. Sin embargo, enderezaron su postura después y se

nombraron con un golpe de los tacones de sus botas.

— ¡S-Sí! Yo, yo… ¡Yo soy del Ejército de Defensa del Human Empire, unidad de

suministros, novata aprendiz, Tiezé Shtolienen!

— ¡Igualmente, novata aprendiz, Ronye Arabel!

Así que lo eran; Alice murmuró en su corazón mientras respondía

inconscientemente con gentileza.

Esas fueron las dos que suplicaron por permiso para dar a Kirito y a Eugeo sus

despedidas cuando se los llevó de la academia.

Incluso si el Ejército de Defensa estaba corto de personal, tal vez no reclutarían

estudiantes. Eso significaba que el par se había ofrecido personalmente y vinieron a

estas peligrosas líneas del frente desde la familiar capital central. Por qué estas chicas

que aún no habían entrado a la adultez habían ido tan lejos como para…

Como la mirada de Alice permaneció fija en el par mientras sostenía el pote con

su mano derecha y la canasta con la izquierda, la chica de cabello marrón oscuro que

se nombró Ronye volvió a esconderse detrás de la chica pelirroja que se llamó a sí

misma Tiezé. Aunque Tiezé también se acobardó levemente, abrió su boca poco

después con una expresión que habló de su resolución de luchar.

— Er… erm… K, Knight-sama… Estoy completamente consciente que esto tal vez

sea, eso es, muy descortés de nuestra parte…

Mientras que Alice se rompía en una sonrisa amarga una vez más antes esa

exagerada forma de hablar, dio su mejor esfuerzo para cambiarla a una gentil cuando

interrumpió.

— Discúlpenme, realmente no hay necesidad de quedarse tanto en el acto. En

este campamento, no soy más que una simple espadachín aquí para proteger al

Human Empire como el resto de ellos. Llámenme Alice, Tiezé-san y tú también,

Ronye-san.

Tiezé y Ronye cuyas cabezas estallaron por detrás hicieron miradas perplejas

ante eso.

— ¿C-Cuál es el problema?

—N, no… bueno. Teníamos una impresión diferente cuando tuvimos esa

oportunidad de conocernos en la Sword Mastery Academy, así que…


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— ¿Es… así?

Ella inclinó su cabeza con incertidumbre. No era muy confiada de ello, pero

habría cambiado en el medio año que vivió en Rulid. Aunque el Knight Commander

había expresado sus impresiones sin base acerca de ponerle carne alrededor de su

rostro.

Ahora que pensaba en ello, no podía afirmar que nunca ha comido en exceso

ante cuán deliciosas eran las comidas que Selka hacía para ella… pero pensar que

mostraría…

Mostrando otra sonrisa con sus mejillas que casi evitaban tensarse, Alice añadió

a sus palabras.

— Y entonces… ¿tenían un asunto conmigo?

— Ah… s, sí.

Con su sensación de nerviosismo desvanecido sólo un poco, Tiezé mordió sus

labios por un momento antes de hablar.

— Erm… hemos oído que un joven de pelo negro acompañaba a Knight-sa…

Alice-sama cuando llegó en su dragón volador… y entonces, pensamos que ese

caballero tal vez sería alguien con el que estamos familiarizadas…

— Ah, aah… Ya veo, eso es lógico.

Alice finalmente entendió el propósito de visitar de las chicas y asintió.

— Ustedes estaban en buenos términos con Kirito en la academia, ¿verdad…?

Los rostros del par brillaron como flores nacientes en el momento en el que

Alice dijo eso. En el caso de Ronye, inclusive había leves lágrimas corriendo de sus

ojos azules.

— Así que era… Kirito-senpai después de todo…

Ronye quien habló con una voz débil tenía su mano sostenida por Tiezé quien

también gritó con una voz llena de esperanza.

— Entonces… ¡Eugeo-senpai también está…!

Alice inhaló un agudo respiro cuando escuchó ese nombre.


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Estas dos no lo sabían. De la feroz pelea que se desplegó en la catedral hace

medio año y su conclusión. No lo podían haber hecho. Nadie sabía nada con respecto

a la muerte de la Highest Minister aparte de los Integrity Knights.

El par formó caras desconcertadas tras ver a la enmudecida Alice. Alice

observaba los ojos de Tiezé y de Ronye a cambio, y después cerró lentamente sus

ojos.

Ella no podía engañarlas ahora.

Además, el par tenía el derecho de saberlo todo. Las chicas probablemente se

ofrecieron al Ejército de Defensa y vinieron hasta aquí solamente para encontrar a

Kirito tanto como a Eugeo otra vez...

Endureciendo su resolución, Alice abrió su boca.

— Esto tal vez sea… muy doloroso para ustedes dos. Aun así, si son las kouhai de

Kirito y Eugeo, creo que pueden aceptarlo.

Y después de dar un paso atrás, levantó la cortina de cuero y las incitó a entrar a

la tienda.

Desafiando las esperanzas encubiertas de Alice, Kirito no mostró absolutamente

ninguna respuesta incluso con Tiezé y Ronye en su vista.

Sofocando su decepción, Alice se paró cerca de la pared de la tienda y vio la

trágica escena.

Arrodillándose ante Kirito que estaba sentado en la cama, Ronye envolvió la

mano izquierda del joven con sus manos pequeñas mientras lágrimas caían de sus

mejillas.

Sin embargo, la que estaba más compadecida era Tiezé que se había abatido en

la alfombra de piel y siguió mirando la Blue Rose Sword colocada en frente de sus

ojos. Blanco como el papel, su rostro no había expresado nada desde que le

aleccionó la muerte de Eugeo. Su vista apuntaba hacia la hoja medio rota en silencio.

En cuanto a Alice, ella misma había tenido apenas alguna oportunidad de

intercambiar palabras con ese joven llamado Eugeo personalmente.

Cuando lo llevó a la catedral y lo arrojó a la cárcel subterránea; la vez que los

interceptó en el octogésimo piso de la torre, y finalmente, su ali anza durante esa

colisión final con Administrator.


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Aunque respetaba la voluntad de Eugeo, su poder de encarnación, desde el

fondo de su corazón por no sólo obtener la victoria sobre ese Knight Commander

Bercouli sino también transformarse a sí mismo en una espada para destruir al Sword

Golem y rebanarle una mano a la Highest Minister, Selka rememorando que él

constituía la mayor parte de sus recuerdos involucrándolo.

De acuerdo a Selka, Eugeo era un muchacho dócil pero prudente y fue hecho

para acompañar a su amiga de la infancia, Alice Schuberg, en las variadas aventuras.

Ella imaginó que esa personalidad también debió haberle permitido llevarse bien con

Kirito.

Kirito y Eugeo debieron haber causado toda clase de disturbios en la Sword

Mastery Academy. Tiezé y Ronye fueron atraídas e influenciadas en gran medida por

esos dos. Como Alice misma.

«Así que, por favor, contengan la pena, Kirito y Eugeo habían luchado, se habían

herido, y perdieron su corazón y vida para proteger lo que verdaderamente

atesoraban.»

Alice habló en su mente mientras seguía observando al par.

Cuando los que viven en el Human Empire sufren un shock mental,

abrumándolos con terror o dolor, hay veces cuando sus corazones caen enfermos por

su incapacidad e soportarlo. Incluso en ese ataque a Rulid por las fuerzas de la

oscuridad el otro día, varios aldeanos se habían tumbado pese a estar ilesos.

Tiezé debe haber amado a Eugeo.

No era una tarea fácil aceptar el inmenso shock de que un amado muera una

edad tan joven.

Sentándose, Tiezé gradualmente se dirigió hacia la Blue Rose Sword con su

mano derecha con movimientos temblorosos ante los ojos de Alice.

Ella veía bajo una tensión. Aunque estaba medio rota, la Blue Rose Sword era

una herramienta sagrada del grado más alto. Ella dudó que Tiezé pudiera sostenerla,

pero la aplastante desesperación profunda y dolor podían guiar al poder más allá de

las expectativas a veces. No podía predecir lo que pasaría.

Extendidos rígidamente, los dedos de Tiezé finalmente entraron en contacto con

la hoja azul pálida. Trazó gentilmente la planicie finamente pulida más que su filo.

Entonces, en ese momento…


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Ahuyentando el rojo del ocaso brillando a través del agujero que servía como

tragaluz, la hoja rota resplandeció con un débil pero claro azul.

Todo el cuerpo de Tiezé tembló con eso.

Ronye volteó como si sintiera algo y miró a su amiga. En el aire tenso, gotas

transparentes moraban en las pestañas de Tiezé y cayeron tranquilamente.

— Justo ahora…

Una voz suave fluyó de sus labios pálidos.

— Escuché… la voz de Eugeo-senpai… No llores, dijo… porque él, siempre estará,

aquí… él…


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Sus lágrimas siguieron cayendo sin fin y Tiezé finalmente recostó su rostro

encima de la espada antes de estallar en sollozos violentos como una niña. Ronye,

también, lloró mientras presionaba su rostro en las rodillas de Kirito.

Mientras sus ojos se calentaban, viendo la desgarradora y genuina escena…

Alice aun así reflexionaba en alguna parte en su cabeza si eso era posible.

Aunque no había oído la voz de Eugeo, ciertamente había atestiguado a la

espada brillando en un instante. Por lo tanto, ella no podía decir con seguridad que

las palabras que Tiezé escuchó eran de su imaginación.

Algo similar al alma de Eugeo permanecía en la Blue Rose Sword… ¿eso podría

ser cierto?

Alice recordó el sentimiento de sus propios pensamientos uniéndose con la

Fragant Olive Sword siempre que activaba el Armament Full Control Art. Asímismo,

Eugeo realmente había fusionado su propio cuerpo con la Blue Rose Sword y sufrió

esa herida fatal en ese entonces.

Así, era bien posible que las creencias del dueño de la espada fueron

abandonadas en ese fragmento restante.

Sin embargo, Tiezé mencionó que Eugeo se había dirigido a ella antes. Si es así,

no era un eco sin alma dejado en la espada sino sus verdaderos pensamientos, ¿o

quizás su voluntad?

¿Era una fantasía provocada por la añoranza de la chica? ¿O era…?

Qué irritante. Kirito habría llegado a los secretos detrás de este fenómeno si

estuviera cerca. Él había caído aquí desde donde los misteriosos dioses fuera de este

mundo residen.

Una frase flotó como una pequeña burbuja en la superficie de sus pensamientos

envolventes y explotó con un estallido.

World End Altar.

Aparentemente, ese lugar del que no había oído antes tenía una puerta al

exterior de este mundo.

Si ella llegaba ahí, ¿todos estos misterios se esfumarían instantáneamente? ¿Ella

sería capaz de traer de vuelta la mente de Kirito?


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Sin embargo, el Altar estaba presuntamente alejado al sur después de atravesar

la Gran Puerta del Este. En otras palabras, alguna distante región remota en el Dark

Territory donde las razas oscuras reinaban.

Para que ella vaya hasta allí, primero tendría que defenderse o romper al gran

ejército enemigo acampado más allá de la Gran Puerta. No, incluso si rompía las

líneas enemigas, no podría abandonar la defensa de la Gran Puerta y se dirigiría al sur.

Como uno de los Integrity Knights a los que se les concedió tal tremendo poder, Alice

tenía la responsabilidad de proteger al Human Empire.

Más bien, si sólo pudiera atraer al ejército enemigo entero a ella misma y

exponer el Altar, arrastrándolos de la Gran Puerta. Sin embargo, para los del Dark

Territory, la invasión del Human Empire fue su deseo más anhelado por estos cientos

de años. No podía haber nada más atractivo que eso…

Como se esperaba, si ella fuese a dirigirse al World End Altar, las fuerzas de la

oscuridad deben ser completamente aniquiladas de antemano.

Alice cerró sus ojos involuntariamente ante la conclusión a la que llegó.

Pese a esas grandes ideas de eliminarlos, sería lo suficientemente difícil incluso

repeler la defensa de avance del enemigo como las cosas estaban actualmente. Aun

así, tenía que hacerlo. Con el fin de proteger a Tiezé, Ronye, y Kirito.

Dejando salir un suave suspiro, puso fin entonces a sus varios se gundos de

contemplación y caminó hacia las dos chicas llorosas.


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203 | P á g i n a

Parte 6

A pesar que el arrebol de Solus había desaparecido en el lejano oeste hace un

momento, los cielos del Dark Territory un tanto visibles más allá de la Gran Puerta

aún estaban teñidos tenazmente de ese ominoso tono de la sangre.

Como si negara esa vista, una persiana de campo blanca fue extendida en medio

del campamento del Ejército de Defensa del Human Empire, la pradera usada como

campo de aterrizaje para los dragones voladores en el día. Debajo de la bandera de la

Axiom Church que revoloteaba en alto antes estaban aproximadamente treinta

personas con miradas sombrías de los Integrity Knights y los comandantes del

Ejército de Defensa.

Alice detuvo sus pies con leve sorpresa tras notar que los caballeros no estaban

separados de los soldados.

Los Integrity Knights, vestidos con armaduras plateadas brillantes, y los

comandantes, usando armaduras de acero que perdían en belleza pero poseían un

nivel de prioridad suficientemente alto, estaban ocupados en una discusión

acalorada entre sí sosteniendo un vaso de agua siral. La etiqueta indirecta parecía

completamente eliminada de su intercambio cuando ella agudizó sus oídos.

— Nada mal para una apresurada reunión desordenada, ¿cierto, ojou-chan?

Una voz baja sonó repentinamente desde su costado y Alice volteó para ver con

revuelo.

Con ambas manos pegadas al pecho de sus ropas de estilo oriental, el Knight

Commander Bercouli interrumpió la reverencia de Alice con un gesto y siguió.

— No estamos teniendo ninguna de esas sutilezas en este Ejército de Defensa.

Afortunadamente, no hay líneas como ‘Las masas deben presentar mucho respeto a

los caballeros antes de hablar’ en el Taboo Index, ya ves.

— Y, ya veo… Aunque creo que eso es verdaderamente espléndido, permitirnos

dejar de lado eso y…

Alice giró su vista de vuelta hacia el concilio de guerra.

— ¿Dónde están los otros Integrity Knights? Hasta donde puedo ver, sólo hay

unos diez allí.

— Desafortunadamente, esos son todos.

— Ee… ¡¿eeh?!


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204 | P á g i n a

Reteniendo su voz que se volvió chillona contra sus deseos con su palma, Alice

miró al Knight Commander que había puesto una leve mueca.

— Eso… no podría ser. Incluyéndome, ¿no hay treinta y uno en la Orden?

Eso sería lo que el nombre dado a Eldrie, el Integrity Knight más nuevo en

Lengua Sagrada, Thirty-One, indicaba.

Bueno, es cierto; Bercouli respondió con un suspiro mezclado y bajó su voz aún

más.

— También lo sabes, ¿no, ojou-chan? El Chief Elder Chudelkin llevó a cabo ese

tratamiento llamado «reajuste» en esos caballeros con problemas potenciales en sus

recuerdos. Cuando murió, los siete caballeros que estaban recibiendo reajuste en la

Chamber of Elders aún no han despertado.

— ¡…!

Ella no pudo evitar ensanchar sus ojos. Apartando su vista de Alice entonces,

Bercouli siguió con una voz que sonó aún más insatisfecha.

— Los únicos que sabían el conjuro para el reajuste eran Chudelkin y la Highest

Minister. Ahora que ambos han muerto, sólo podemos tomarnos el tiempo para

analizar el Art para despertar a esos siete, y no tenemos ese tiempo ahora. Había un

caballero que fue congelado dormido en lugar de estar en reajuste, y lo logramos ahí,

pero…

Sintiendo que la respuesta del Knight Commander se volvió evasiva, ella

preguntó.

— ¿Quién sería esa persona?

— Scheta el «Silent».

— ¡…!

Aunque nunca se habían conocido en persona y ella no sabía nada más que

varias anécdotas, Alice tragó su aliento ante ese nombre. Esas historias realmente

eran horripilantes.

Aun así, Bercouli tosió como si dijera que dejaran ese tema para después y siguió

su explicación del potencial de guerra.

— En otras palabras, eso significa que tenemos a veinticuatro Integrity Knights

despiertos ahora. Cuatro están quedándose para gestionar la iglesia y la capital


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205 | P á g i n a

cuatro están sirviendo como guardias en la cordillera del borde. Sustrayéndolos,

tenemos dieciséis... eso es lo mucho que podemos caer en su línea de defensa

absoluta. Por supuesto, eso es contigo y conmigo, ojou-chan.

— Dieciséis… ¿dices?

Ella mordió sus labios y contuvo el ‘sólo’ que casi agregaba.

Por no mencionar, después de confirmar la fila uno por uno, más de la mitad de

los catorce presentes eran caballeros de categoría baja sin herramientas sagradas,

eso era, sin el Armament Full Control Art. Eran fieles caballeros capaces de masacrar

a cien o doscientos goblins en una pelea de espadas, pero no podía esperar que el

poder explosivo necesario para girar las corrientes de una batalla residiera en ellos.

Bercouli alteró su tono y le habló a Alice quien se mantuvo en silencio.

— Por cierto, acerca de cuidar a ese jovencito… si necesitas que lo haga, puedo

pedirle a la unidad de guardia trasera que…

— Ah… no, estaré bien.

Alice contestó, rompiéndose en una sonrisa ante la incómoda consideración del

Knight Commander.

— Hay soldados voluntarios que eran sus valets en la Sword Mastery Academy,

así que… le había dispuesto ser puesto bajo su cuidado después que la lucha empiece.

— Oh, eso es bueno de escuchar… Entonces, ¿cómo fue? ¿Ese muchacho de

pelo negro mostró alguna reacción después de entrar en contacto con las que

conocía?

Ella borró su sonrisa y sacudió su cabeza tranquilamente.

Bercouli dejó salir un corto respiro antes de gemir con un ‘Ya veo’.

— Mantengamos esto entre nosotros. Honestamente, no puedo decir que no

había estado pensando que ese jovencito tal vez sea el que decida cómo va a ir la

batalla próxima…

Asombrada, Alice miró el rostro del Knight Commander.

— De veras, él tenía ayuda de su compañero y de ti, ojou-chan, pero derrocar al

Chief Elder y a la Highest Minister con una espada es ridículo. Si fuésemos a

comparar la fuerza de nuestra encarnación sola, yo ni siquiera estaría a su altura.

— Eso tal vez no podría…


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206 | P á g i n a

Aunque ella no tenía absolutamente ninguna intención de dudar de la fuerza de

Kirito ahora después de todo eso, el poder de encarnación del Knight Commander

Bercouli fue pulido por más de doscientos años. Por otra parte, Kirito aún era un

estudiante que aún no maduraba. Más bien, dejando su manejo de la espada y

movimientos a un lado, ¿no sólo sería lógico juzgar su poder de encarnación como

más débil que el del Knight Commander al menos?

Sin embargo, Bercouli negó las palabras de Alice con convicción.

— Sé lo que sentiste cuando nos enfrentamos entre sí con encarnación antes.

Ese muchacho había acumulado verdadera experiencia de combate igual o

superando a la mía.

— ¿Verdadera experiencia…? ¿A qué se refiere con eso…?

— Literalmente eso. Batallas con su vida en juego.

Ella sólo pudo rechazar esa posibilidad. Los humanos viviendo en el Human

Empire estaban protegidos, o más bien, restringidos por el Taboo Index y la Ley

Fundamental del Imperio. Incluso si tenían encuentros con espadas de madera, era

común que vivieran sus vidas enteras sin un combate real involucrando a una

persona cortando la Vida de la otra con espadas reales.

La única excepción, los Integrity Knights, experimentaron el combate real contra

los goblins y Dark Knights intentando invadir la cordillera del borde. Aun así era sólo

una o dos veces durante sus largos periodos de deber, con algunos sin siquiera

encontrar a alguno; y por no mencionar que ese poder relativamente abrumador de

los Integrity Knights la hacía difícil para los que verdaderamente se llamaban

combates por sus vidas.

En esa línea de pensamiento, Bercouli ciertamente sería el único con la mayor

experiencia de batalla en el Human Empire ya que había estado luchando contra las

fuerzas de la oscuridad mucho antes de que la Orden llegara a su tamaño actual. De

hecho, cuando se había convertido en un Integrity Knight , sin embargo habría sido

difícil de creer, había sufrido severamente en manos de los Dark Knights en esos

tiempos y huyó por los pelos.

¿Kirito le ganó a ese Bercouli en términos de pura duración de combate real?

Incluso si era factible, esa experiencia no habría sido de este mundo.

El «mundo exterior» de donde venía. Aun así, esa debería ser la tierra donde los

dioses que efectivamente crearon Underworld residen. ¿Combate real pese a eso?

¿Contra quién exactamente luchó por su vida…?


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207 | P á g i n a

Incapaz de llegar a una conclusión satisfactoria, Alice endureció su corazón

después de una breve vacilación.

Si era necesario, ella le contará a Bercouli todo. Acerca de la existencia del

mundo exterior, y el World End Altar donde la puerta hacia allá yace.

— Oji-sama… de hecho, durante la batalla contra la Highest Minister, yo…

Fue cuando habló hasta el momento, eligiendo sus palabras con cuidado.

Una voz aguda resonó repentinamente desde detrás del Knight Commander.

— Es la hora, Su Excelencia.

Ella volteó para ver a quien habló con sorpresa.

Un solo Integrity Knight estaba ahí, enteramente cubierto de una armadura

púrpura claro que resplandecía intensamente incluso en la sombra con un estoque

plateado a la izquierda de su cintura.

En el momento en el que Alice vio ese casco de rostro completo con sus alas

asemejándose a las aves de rapiña, fuertes emociones surgieron dentro de su pecho,

esos eran, francamente expresados, de disgusto.

Para Alice, probablemente era con quien tenía la peor afinidad en este mundo.

La Deputy Knight Commander y la segunda entre los Integrity Knights, Fanatio

Synthesis Two.

Haciendo un considerable esfuerzo para no usar su corazón en su manga, Alice

colocó involuntariamente su puño derecho contra el lado izquierdo de su pecho, su

mano izquierda en la empuñadura de su espada, y saludó como un caballero debería.

Encarándola, Fanatio llevó a cabo lo mismo mientras su armadura resonó. Sin

embargo, a diferencia de Alice que estaba de pie erguida con sus piernas ligeramente

separadas, Fanatio balanceó su peso en su pie derecho y bajó su hombro izquierdo

en una postura flexible.

Esta persona simplemente es impotente… o eso Alice se murmuró dentro

mientras bajaba su cabeza.

Aunque Fanatio probablemente pensaba que estaba escondiéndola con su

armadura y tono rígido, para alguien del mismo género, eso no eran suficiente para

borrar la esencia de la conducta femenina de Fanatio, distintivo como la de las

grandes flores. Y esa era una «técnica» que Alice nunca pudo comprender desde que

fue llevada a la catedral de niña.


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208 | P á g i n a

La Deputy Knight Commander enfrentó a Kirito y Eugeo en el quincuagésimo

piso de la catedral, y sufrió heridas que la pusieron la borde de la muerte después de

un golpe directo del Armament Full Control Art de Kirito. Sin embargo, Kirito había

realizado Arts curativos en ella a quien derrotó con muchos problemas e incluso la

teletransportó por medio de un misterioso Art, o eso Alice había oído de los

caballeros de baja categoría que estuvieron presentes ahí.

Aunque pensó que era mucho como Kirito haría, ella aún no podía aceptar ello.

En primer lugar, pensando en el mundo del Knight Commander Bercouli, Fanatio

tenía cuatro caballeros de baja categoría, quienes la adoraban, puestos como sus

propios subordinados. ¿Ella no sintió lástima por su infructuoso anhelo? Ella pudo, al

menos, mostrar su rostro en lugar de cubrirlo con ese casco todo el día.

Justo cuando Alice vagaba por esos pensamientos matizados con un poco de

envidia, Fanatio sostuvo los lados de su casco con ambas manos, pasmándola.

Ella lo separó con clicks y se quitó descuidadamente la armadura púrpura claro.

Su lustroso cabello negro que brotó resplandecía como la seda en la luz de los faroles.

Ella veía la piel desnuda de Fanatio en la catedral sólo si se encontraban por

coincidencia en el gran baño. Tanto como podía recordar, esta sería la primera vez

que la Deputy Knight Commander se había quitado su casco en público.

Observó sus bellos rasgos que habían parecido un tanto más suaves comparados

a antes y entendió por qué. Aunque eran pálidos, sus labios completos estaban

teñidos con colorete. Cosméticos, ¿en ella que trató tanto de ocultar su feminidad…?

Fanatio mostró una gentil sonrisa hacia Alice que se quedó sin palabras.

— Realmente ha pasado tiempo, ¿no, Alice? Estoy tan contenta de ver que has

gozado de buena salud.

— …

¿[Realmente]? ¿[Tan]?

Tomaron otros tres segundos antes que Alice se encontrara devolviendo el

saludo.

— Ha… ha pasado tiempo, Deputy Commander.

— No me importaría que me llames Fanatio. Más importante, Alice, oí por

casualidad un poco antes, pero… ¿parece que has traído a ese muchacho de pelo

negro contigo?


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209 | P á g i n a

Alice puso su asombro a un lado ante esas palabras de improviso y lo reemplazó

con una cautela creciente.

Aunque Kirito y Cardinal, la sabia, fueron los que curaron las heridas de Fanatio,

ella no lo habría sabido. No sería extraño si su resentimiento y odio hacia Kirito que la

había derrotado hubieran crecido.

— S… sí.

La Deputy Knight Commander mostró una dulce sonrisa y asintió ante la seca

respuesta de Alice.

— Ya veo. Entonces, ¿podría reunirme con él por un rato después del concilio de

guerra?

— ¿Por qué, Fanatio-dono?

— No hay necesidad de fruncir así. No tengo ninguna intención de cortar a ese

muchacho después de todo este tiempo.

Reprimiendo el poco de amargura que había sacado en una sonrisa, Fanatio

encogió sus hombros.

— Simplemente quería darle las gracias. Por cuidarme después que sufrí esas

heridas fatales.

— ¿Así que lo sabías? Aun así, creo que no hay necesidad que expreses tu

gratitud a Kirito. Había escuchado que la que realmente te había curado, Deputy

Commander, fue la Highest Minister anterior, una persona llamada Cardinal. Y ella

había… desafortunadamente fallecido en la batalla hace medio año.

Después que Alice habló con un poco de su fuerza resbalándose de sus hombros,

los ojos de Fanatio voltearon lentamente hacia el cielo y asintió.

— Sí… recuerdo vagamente. Fue la primera vez que había sentido tales Art

curativas cálidas y poderosas. Pero fue Kirito quien me había enviado a ella y

además… deseo agradecerle con respecto a un asunto diferente.

— ¿Un asunto diferente…?

— Sí. Por luchar y derrotarme, ya ves.

¿Así que sí tenía la intención de cortar a Kirito?

Fanatio sacudió su cabeza con una expresión de sinceridad hacia Alice que dio

medio paso atrás.


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— Así es cómo realmente me siento. Después de todo, ese muchacho fue el

único hombre que me enfrentó seriamente incluso después de darse cuenta que soy

mujer en los muchos años que había vivido como Integrity Knight.

— ¿Huh…? Qué quieres decir… con eso…

— Yo había luchado sin este casco escondiendo mi rostro en el pasado como tú

haces. Pero lo noté entonces. Que ellos se volvían un poco más tímidos con sus

espadas contra mí; no sólo los caballeros que enfrentaba en batallas simuladas, sino

incluso los Dark Knights en luchas con nuestras vidas en juego. Moderarse ante mí a

causa de mi género es peor humillación que ser derrotada y hacerme rebajar al suelo.

¿Eso no era inevitable? Debería haber apenas unos cuantos hombres capaces de

ignorar el fragante atractivo de Fanatio con su rostro expuesto.

Aunque ella sólo lo entendió después de vivir a las afueras de Rulid, las mujeres

casi nunca asumían Sacred Tasks que requerían que sostengan una espada en la

mayor parte del Human Empire. Las excepciones estaban limitadas a los hijos de los

nobles y señores feudales lo cual significaba que la mujer común básicamente no

tenía otra opción más que casarse, encargarse de las tareas domésticas, y dar a luz a

los hijos.

Sería una situación irónica si esa antigua tradición atara los corazones de los

hombres de una manera similar al Taboo Index. El prejuicio que las mujeres deben

ser protegidas por los hombres debe haber entorpecido sus espadas ante la hermosa

apariencia de Fanatio. Los Dark Knights viviendo en el Dark Territory tampoco deben

haber sido la excepción siempre que busquen casarse y educar niños. Aunque los

demi-humanos tales como los goblins u orcos la juzgarían diferentemente con sus

apariencias completamente diferentes.

Sin embargo, pese a también ser una caballera, Alice nunca había prestado

atención a los caballeros volviéndose tímidos o algo de ese estilo. Estaba convencida

que su fuerza superaba a la de sus oponentes si se moderaban o se ejercían contra

ella.

«¿Esa ira no era evidencia que te molestabas por tu feminidad?»

Cuando Alice pensó eso, Fanatio murmuró lo mismo.

— Había ocultado mi rostro y mi voz con este casco, y aprendí técnicas de

espada consecutivas con el fin de distanciarme de mis enemigos. Pero eso fue

porque estaba restringida por mi propio género, ¿no? Ese muchacho no sólo v io a

través de eso inmediatamente, vino cortándome con todo su poder. Había agotado

todas mis técnicas de espada y Arts contra él, y perdí. Cuando Cardinal -sama salvó mi


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211 | P á g i n a

vida y recobré mi consciencia, esa obsesión sin sentido se había desvanecido de mi

ser… Eso es, sólo tenía que volverme lo suficientemente fuerte; lo suficientemente

fuerte para obligar a mis oponentes a no moderarse conmigo. No es del todo raro

que quiera agradecer a ese muchacho quien me hizo darme cuenta de esa verdad

simple y dejarme vivir, ¿no?

Después de decir eso con una expresión seria, Fanatio repentinamente se

rompió en una sonrisa burlona.

— Además… estoy un poco ofendida. Sobre cómo es muchacho no sintió nada

por mí como mujer con mi casco fuera. Entonces, estoy probando varios medios para

ver si puedo despertar a ese muchacho.

— Qu…

¿Qué sin sentido estás sugiriendo?

Si Kirito despertaba por eso, ¿eso qué haría exactamente de todo su esfuerzo

hasta ahora? Y ella ni siquiera podía decir con seguridad que esa posibilidad era cero

con respecto a él.

Sin ninguna intención de ocultar cuán nefasto el espacio entre sus cejas estaba

volviéndose, Alice respondió con un tono agudo.

— Aprecio tus palabras, pero él está descansando actualmente en la tienda.

Veré personalmente que tus pensamientos le sean transmitidos, Fanatio-dono.

— Oh querida.

El área alrededor de los ojos de la Deputy Knight Commander se contrajo.

— ¿Requeriré tu permiso para reunirme con el muchacho? En la catedral creo

que nunca había rechazado tus pedidos para reunirte con Su Excelencia, el Knight

Commander, cuando estaba ocupado debido a mis sentimientos personales.

— Con respecto a eso, creo que tu permiso tampoco es requerido para que me

reúna con Oji-sama, Fanatio-dono. Para empezar, ahora que pienso en ello, ¿no sería

lo mismo que lo hiciera él si deseabas que un caballero te diera una paliza?

— Vaya, dejemos a Su Excelencia fuera de esto. Él es el caballero más fuerte del

mundo, así que es lógico que se modere con quien sea que se enfrente. Después de

todo, incluso le evita el Dark General.

—Oh, ¿ahora? Él siempre fue serio al punto de empaparse de sudor durante una

práctica conmigo.


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212 | P á g i n a


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— ¡Su Excelencia! ¡¿Lo que ella dijo es cierto?!

— ¡En primer lugar, es porque siempre mima a esta persona que…!

Alice y Fanatio voltearon a sus costados como uno.

Sin embargo, el Knight Commander ya no estaba presente ahí.

Sólo un bulto de césped seco se abatía por donde Bercouli ciertamente había

estado hace minutos.

El concilio de guerra empezó a las seis de la noche con una atmósfera bastante

tensa debido al espíritu exudado de la Deputy Knight Commander Fanatio Synthesis

Two que servía como la facilitadora y la Integrity Knight Alice Synthesis Thirty que

recientemente se unió a la batalla.

Después de presentarse brevemente. Alice se lanzó a la silla preparada en la fila

frontal.

— Alice-sama.

Arrebatando la copa de agua siral que Eldrie, que estaba sentado a su lado,

ofreció, ella drenó el frío, dulce y ácido líquido con un solo trago. Inhalando un

profundo respiro, de alguna manera logró moverse.

Aun así.

Había verdaderamente pocos Integrity Knights de alta categoría poseyendo

herramientas sagradas. Los únicos a los que conocía el nombre y rostro bien eran el

Knight Commander, «Time Piercing Sword» Bercouli, «Heaven Piercing Sword»

Fanatio, «Frost Scale Whip» Eldrie, y «Conflagrant Flame Bow» Deusolbert.

Aparte de ellos, Scheta Synthesis Twelve, con el alias de «Silent», y Renri

Synthesis Twenty Seven, un caballero extremadamente joven, tenían herramientas

sagradas, pero efectivamente era su primera vez conociéndolos, así que ni siquiera

sabía cuáles eran sus técnicas. A este paso, esos miembros constituían a los siete

Knights de alta categoría, cuando se incluía a «Fragant Olive» Alice.

Los nueve restantes eran los Knights de baja categoría sin herramientas sagradas,

incluyendo al «Four Oscilation Blades» debajo de Fanatio. Más aún, las jóvenes

Knights aprendices que cometieron tal terrible travesura que incluso Bercouli tuvo

problemas lidiando con ellas, Linel Synthesis Twenty Eight y Fizel Synthesis Twenty

Nine, también estaban alrededor. Actualmente estaba sentándose obedientemente

en la esquina, pero ¿verdaderamente podrían ser liberadas en el campo de batalla?


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En cualquier caso, esos meros dieciséis eran todo lo que la Orden de los Integrity

Knights podían poner en esta línea de defensa absoluta.

Por otra parte, aproximadamente treinta comandantes del Ejército de Defensa

del Human Empire asistieron. Aunque su moral no era baja, la diferencia entre la

proeza con la espada de los Integrity Knights y la suya era obvia incluso de un solo

vistazo. Fue sin decir que para los Integrity Knights de alta categoría como Alice, sino

incluso los Integrity Knights de baja categoría más que la fuerza suficiente para

derrotar a los treinta de ellos en encuentros continuos…

— Hemos considerado numerosos planes en estos cuatro meses…

La voz de Fanatio empezó sin que Alice supiera y dio marcha atrás a su

concentración.

— Para simplificar las cosas, será difícil hacer retroceder la ofensiva combinada

del ejército enemigo con nuestra fuerza de combate actual y perderemos toda

oportunidad de victoria en el momento en el que nos asedien.

Fanatio señaló un punto en el mapa colocado más lejos en el concilio de guerra

con la vaina estrecha y larga de la Heaven Piercing Sword como un reemplazo para el

puntero.

— Como pueden ver, no hay nada más que césped y roca en diez kilol desde

este lado de la cordillera del borde. Si nos empujan hasta aquí, sólo seremos

rodeados y aniquilados por el ejército enemigo de cincuenta mil. Como tal, debemos

establecer la batalla en este desfiladero que lleva a la Gran Puerta del Este, midiendo

cien mel de amplitud y doscientos mel de longitud. Esparciremos tropas en capas, y

nos enfocaremos completamente en atraerlos y rasurar sus números. Este será el

principio básico de nuestra estrategia. ¿Alguien tiene alguna opinión que expresar

hasta el momento?

Eldrie fue el que cuya mano se alzó rápidamente. Poniéndose de pie mientras

que su pelo púrpura claro ondeaba, el joven preguntó con su vanidad habitual

retenida.

— Si el ejército enemigo comprende de sólo los goblins y orcos, los cortaremos

incluso si son cincuenta o cien mil de ellos. Sin embargo, incluso si son conscientes de

eso. Hay grupos poderosos de ogros equipados con arcos largos tanto como el

gremio de usuarios de Dark Arts que los excede en peligro. ¿Qué contramedidas

tenemos contra los ataques de largo alcance disparados desde detrás de nuestra

infantería?

— Esto tal vez sea una apuesta arriesgada…


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Los labios de Fanatio pausaron por un momento y dio un vistazo hacia Alice. Ella

escuchó las palabras que siguieron mientras enderezaba su espalda irreflexivamente.

— Ninguna luz solar llega al fondo del desfiladero incluso en mediodía y ningún

césped crece en su suelo. En otras palabras, hay poder sagrado disperso en el aire. Si

agotamos eso completamente antes que la batalla comience, el ejército enemigo no

será capaz de lanzar ningún poderoso Art.

Los caballeros y los comandantes se agitaron ante la atrevida idea de Fanatio.

— Naturalmente, lo mismo se aplica para nosotros. Sin embargo, no tenemos

más que unos cien usuarios de Sacred Arts en primer lugar. En una lucha entre Arts,

el consumo de poder sagrado del enemigo debería estar por encima de nosotros.

Esa ciertamente sería la verdad. Aun así había dos problemas en la estrategia de

Fanatio.

Era el usuario de arco, Deusolbert, que buscaba permiso para hablar en lugar del

atónito Eldrie. El caballero superior respondió tranquilamente con su cuerpo vestido

con una armadura de cobre rojizo.

— Entiendo, tus palabras son muy ciertas, Deputy Commander-dono. Sin

embargo, las Sacred Arts no sólo se usan para la ofensa. Si el poder sagrado se agota,

¿no seríamos incapaces de siquiera curar la Vida de algún herido?

— Eso es por lo que lo llamé una apuesta. Hemos traído tantos catalizadores y

medicamentos de alto grado como pudimos desde la tesorería de la catedral a este

campamento. Si nos restringimos a sólo usar Arts curativos y suplementarlos con

medicina, los catalizadores solos deberían durar dos… no, tres días.

Los gritos sorprendidos esta vez fueron más fuertes que antes. La tesorería de la

Central Catedral era conocida por la seguridad tan estricta que esa misma servía

como tema para los cuentos de hadas. Los tesoros entraban, pero ésta bien podría

ser la primera vez en la historia que las cosas se saquen.

Dejó incluso al gran caballero en silencio, una expresión sombría se tiñó de

sorpresa en su rostro. Esperando mientras Deusolbert tomaba su asiento con un bajo

gemido, Alice entonces se pudo de pie.

— Aún hay otro problema, Fanatio-dono.

Olvidando la disputa anterior por el momento, ella lanzó el segundo problema

en cuestión.


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— Aunque digas que las bendiciones de Solus y Terraria son débiles, el

desfiladero no está desprovisto de luz ni separado de la tierra. Creo que una cantidad

masiva de poder sagrado se ha acumulado allí por muchos años. ¿Qué, exactamente,

podría utilizar completamente ese poder en el corto periodo antes de la batalla?

Aunque el abismo a través de la cordillera era más estrecho que los pastizales

extendiéndose detrás del campamento, aún tenía la amplitud de cien mel y una

longitud de mil mel. Agotar el poder sagrado llenando ese espacio expansivo en un

instante requeriría cientos de usuarios de Arts lanzando simul táneamente Arts de

alta categoría, pero Fanatio misma había mencionado antes que el Ejército de

Defensa carecía de tantos usuarios de Arts.

La otra posibilidad sería agotar el poder sagrado usando un Art de gran escala

comparable a los desastres naturales, pero parecía que los únicos dos poseyendo tal

poder serían la fallecida Highest Minister Administrator y la Sabia Cardinal.

Sin embargo, la Deputy Knight Commander sacudió su cabeza fuertemente

mientras observaba a Alice con sus ojos dorados.

—No, lo tenemos. Tenemos una persona capaz de hacer eso una realidad.

— ¿Una persona…?

Alice escaneó los rostros del Ejército de Defensa mientras murmuraba.

Sin embargo, el nombre que vino de Fanatio inmediatamente después estuvo

más allá de sus expectativas.

— Tú, Alice Synthesis Thirty.

— ¡¿Eh…?!

— Tal vez no lo hayas notado, pero tu fuerza actual excede a la de los Integrity

Knights. Deberías ser capaz de ello como estás ahora… el verdadero poder de los

dioses, dividir los cielos y romper la tierra en pedazos.


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Parte 7

— ¿Todos los Integrity Knights de alta categoría son tan poderosos?

Gabriel Miller preguntó mientras se agitaba encima de un gran tanque, el cual

simplemente era un vehículo rectangular de cuatro ruedas sin cañones o rodaduras,

empujado por un monstruo de dos cabezas similar a un dinosaurio.

Aunque ni siquiera el amortiguador del sofá podía borrar los temblores

completamente, no era nada comparado a carencia letal de comodidad de la que

sufrió mucho cuando montaba esos vehículos de combate de la infantería Bradley

como soldado. Los temblores sólo hacían ruidos de chapoteo en el vaso de vino en la

mesa del costado en el peor de los casos.

Pese a que son tres días desde que dejaron el Obsidia Palace y un tiempo de

viaje más largo que había experimentado en el mundo real, apenas sentía fatiga. No

fue gracias a la comodidad del asiento del tanque; sino debido a que era un mundo

virtual.

La bella dama joven que se tumbó desaliñadamente a los pies de Gabriel en la

gruesa alfombra acariciaba su pierna derecha vendada mientras asentía.

— Ciertamente lo son. Déjeme ver… en esta guerra que continuó por trescientos

años, nuestros usuarios de Dark Arts y nuestros caballeros nunca han asesinado ni

siquiera a un solo Integrity Knight… ¿eso explica las circunstancias? Por supuesto, lo

inverso ha ocurrido tantas veces como hay estrellas en el cielo.

— Hmm…

Reemplazando a Gabriel que cerró su boca, Vassago, que sostenía una botella de

licor mientras se sentaba con las piernas cruzadas al lado de la pared de la amplia

cabina, dejó salir una voz dudosa.

— Pero oye, D.-nee. Si esos IntegrityKnights son tan fuertes, ¿por qué no están

invadiéndonos?

La líder de los usuarios de Dark Arts, D.I.L., volteó hacia Vassago con una sonrisa

más tímida que antes y levantó su dedo índice.

— Estoy contenta que preguntó, Vassago-sama. Aunque cada uno de ellos es un

poderoso guerrero que puede estar a la altura de mil, aun así sólo son uno al final. Si

diez mil de nuestras tropas los rodea en un espacio amplio, podríamos acumular

rasguños en ellos, poco a poco, y drenarles su Vida, ¿no? Como tal, nunca dejarían la


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cordillera del borde donde no hay riesgo de ser rodeados sin importar cuán cobarde

sea.

— Ooh, entiendo. Así que es eso, huh, no importa cuán jodidamente duro sea un

mob, sólo atízale con daño DoT17 desde un lugar seguro y caerá tarde o temprano…

— ¿Huh…? ¿Mob…?

Mirando a Vassago quien sacó un ejemplo que D., un fluctlight artificial, nunca

pudo haber entendido, Gabriel dio una tos suave y habló.

— Dejemos eso a un lado. En síntesis, ¿sólo necesitamos atraer a esos Integrity

Knights a un campo de batalla suficientemente amplio, y seremos capaces de

rodearlos y eliminarlos?

— Lo haremos, en teoría. Aunque el número de sacrificios de goblins y orcos

fácilmente excederán los diez mil.

D. rio, y cogió una fruta que parecía venenosa juzgando por su color de una copa

de plata colocada en el suelo y envolvió sus labios en el mismo tono del carmesí a su

alrededor como si lo saboreara.

Era evidente que Gabriel no tenía preocupación por cualquier pérdida de las

unidades de infantería. Más bien, no tenía escrúpulos acerca de intercambiar todo el

ejército del Dark Territory, incluyendo a D. ante sus ojos, si podría aplastar al ejército

enemigo. En cierto sentido, esta batalla no era diferente de las simulaciones tácticas

realizadas por el departamento de investigación de operaciones en Glowgen Defense

Systems diariamente.

Él caminaría a través de las montañas de cadáveres, reinaría sobre el Human

Empire como su nuevo gobernante, y daría su primera y última orden a sus tierras.

Encontrar a la chica llamada Alice y traerla ante él. La misión en este extraño mundo

terminaría entonces.

Llegando a ese pensamiento, sintió que extrañaría inclusive a este vino con su

sabor un tanto excéntrico.

Gabriel alzó el vaso y tragó el intenso fluido violeta de una sola vez.

En este momento, el cazador de almas, Gabriel Miller, había asimilado

inconscientemente la apariencia de «Alice» en la mente con la de su primera víctima

que tenía un nombre similar, Alice Klingerman: casta, joven, y esbelta. Él estaba

17

DoT (Damageover Time): Daño que recibe un jugador continuamente en un periodo de tiempo determinado.


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convencido que ella vivía en una ciudad semejante a su vieja casa de Pacific

Palisades; una joven gentil y hermosa, que era impotente.

Por consiguiente, Gabriel no había notado esa posibilidad.

Escapaba completamente de sus expectativas: que la «Alice» que perseguía en

realidad podría ser una Integrity Knight y lideraba el ejército enemigo.

Las largas filas de tropas detrás del vehículo de comando volando la bandera del

emperador lenta pero seguramente seguían marchando hacia el límite del oeste.

Las cordilleras, sobresaliendo como los dientes de una sierra, llegaron a verse

gradualmente más allá de los cielos manchados de sangre.

El séptimo día del onceavo mes, el cuarto día desde que empezaron a moverse.

La fuerza principal del ejército del Dark Territory había llegado a la base de una

montaña que divisaba la Gran Puerta cercana a colapsar. Incontables tiendas negras

preparadas por el grupo de avance se alinearon alrededor del vasto altiplano.

Golpe. Golpe.

Golpe. Golpe.

El bajo que sacudía la tierra venía de los tambores de guerra que los gigantes

golpeaban.

Desde el techo del vehículo de comando al final, Gabriel veía tranquilamente la

única fila de la fuerza principal esparcida como incontables células sanguíneas

instadas por los ensordecedores latidos del corazón.

El primer regimiento de la guardia de avance, un batallón de infantería ligera de

goblins y una infantería pesada de orcos, totalizaba a unos quince mil. Formaron una

columna que encajaba exactamente en el desfiladero atravesando la cordillera del

borde. Los cuerpos masivos de los gigantes fueron establecidos en varios lugares

entre las formaciones como torres de asedio y aunque sumaban un poco más de

quinientos, probablemente servirían bien como los tanques principales respaldando

a las unidades de infantería.

Los demi-humanos era seguidos detrás por el segundo regimiento: los cinco mil

del gremio pugilista y otros, de igual manera, cinco mil de la Orden de los Dark

Knights. El joven caballero que sucedió como el nuevo Dark General suplicó por la

posición de vanguardia para borrar la desgracia de su predecesor, pero Gabriel lo

ahuyentó. Esperando que toda la unidad de caballeros sufra de moral baja, decidió

eliminar ese elemento incierto.


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El tercer regimiento comprende a siete mil arqueros ogros y tres mil mujeres del

gremio de usuarios de Dark Arts. Su deber era introducirse en el desfiladero detrás

de la infantería y aniquilar a las tropas enemigas con ataques a distancia. De acuerdo

a la líder de los usuarios de Dark Arts, D., serían capaces de derrotar a la fuerza

principal del enemigo, los Integrity Knights, concentrando el fuego en ellos siempre

que estuvieran dentro del panorama.

Para ser perfectamente honesto, Gabriel tenía que admitir que tenía el deseo de

intentar personalmente una lucha contra esos caballeros tratados como invencibles y

devorar sus almas. Sin embargo, perdería todo con esta cuenta de alta categoría si

había un incidente inesperado y podría producir tantos como los de Underworld, los

fluctlights artificiales, como quisiera más tarde. Su primera prioridad ahora sería

obtener a «Alice» y escapar de la Ocean Turtle.

Ocho días dentro y casi quince minutos afuera habían pasado desde que se

conectó. Hacerse cargo de todo el Human Empire y transmitir la orden para buscar a

Alice tomaría aproximadamente diez días. En ese caso, lo mejor sería resolver esta

guerra tan rápido como sea posible para terminarlo en un día entero como máximo.

—Aah, ¿así que no voy a poder ir?

Vassago refunfuñó desde su costado, aun sosteniendo otra botella de whisky.

Ojeando, protestó con un tono agudo.

— Lo vi. Cuando ese general llamado Shasta se convirtió en un tornado, me

abandonaste y huiste, ¿cierto?

— Jeje, así que lo viste después de todo, comandante.

Vassago sonrió ampliamente sin reserva.

— Mira. Siempre he estado especializándome en PvP. No soy bueno contra un

monstruo sin un cuerpo así.

Gabriel no sabía cuán serio estaba su subordinado con esa excusa y lo observó

brevemente antes de preguntar lacónicamente.

— Vassago, ¿por qué te ofreciste para esta operación?

— Por operación, ¿quieres decir sumergirse en Underworld? Bueno, es porque

se veía divertido, por supuesto…

— No, antes de eso. La incursión en la Ocean Turtle. Trabajas para Glowgen DS,

pero sólo te especializas en operaciones cibernéticas, ¿no? ¿Cuál fue tu motivación


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para participar en una operación que te llenaría de agujeros de bala? Por tu edad, no

eres un perro de guerra del Medio Oriente como Hans o Brig.

Mientras era mucho discurso para Gabriel, naturalmente no tenía mucho interés

en el humano llamado Vassago Casals. La pregunta de qué yacía debajo de la frívola

actitud de este joven simplemente emergió en su mente.

Vassago encogió sus hombros y respondió con “Da lo mismo”.

— La respuesta a eso es porque también se veía divertido, supongo.

— ¿Oh…?

— Si estás siguiendo con eso, eres ridículo, saliendo al campo a pesar de ser un

gran élite que se graduó de la universidad. Incluso con tu experiencia en el ejército.

— Prefiero ensuciar mis manos.

Respondiendo eso, Gabriel murmuró en su mente.

«Vassago, ¿qué encuentras divertido? ¿Disparar pistolas? O… ¿asesinar y

demás?»

Justo cuando reflexionaba si preguntar más o cortar la conversación, la

pulsación de tacones altos sonó desde las escaleras ubicadas detrás del vehículo de

comando y la líder del gremio de usuarios de Dark Arts, D.I.L., se mostró.

Ella dio una respetuosa reverencia y lamió sus labios antes de reportar.

— Su Majestad, todo el ejército está en posición.

— Entendido.

Aparte de la fuerza principal de treinta y cinco mil desplegada al frente, había

diez mil tropas de reserva consistiendo principalmente de goblins y orcos, y la unidad

de transporte de cinco mil del gremio económico esperando a la izquierda y derecha

del vehículo de comando.

Este ejército de cincuenta mil era toda la fuerza militar concedida a Gabriel. Por

lo tanto, si fallaba en atravesar la guardia del ejército enemigo incluso después de

agotar todas las unidades, sería obligado a revisar la base de sus planes. La

posibilidad de obtener a Alice también caería dramáticamente.

Eso dicho, el ejército enemigo sumaba tres mil a lo máximo de acuerdo a la

exploración de los caballeros en dragones. En otras palabras, no perderían siempre

que eliminaran a los Integrity Knights como lo planearon.


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222 | P á g i n a

— Bien. ¿Cuánto tiempo será hasta que la Gran Puerta se desmorone?

D. respondió a la pregunta de Gabriel con su rostro rebajado.

— Creemos que serán aproximadamente ocho horas.

— Entonces la primera división entrará al desfiladero una hora antes que

colapse. Establézcanse tan cerca a la Gran Puerta como sea posible y ataquen como

uno cuando se rompa. Si podemos atravesar su frente, envíen a la segunda y tercera

división y diezmen al enemigo en un solo asalto.

— Sí. Entregaremos las cabezas de los generales enemigos antes que amanezca.

Aunque tal vez estén carbonizadas para entonces.

Riendo, D. transmitió rápidamente las órdenes al usuario de Arts mensajero

esperando detrás y reverenció profundamente antes de descender por las escaleras.

Gabriel miró hacia la gigantesca puerta de roca elevándose a la distancia desde

el techo del vehículo de comando.

Aunque debe estar a más de dos millas de distancia, su peso era tangible como

si lo aplastara desde arriba. Esa puerta colapsando en su totalidad seguramente sería

una gran vista.

Sin embargo, eso sería cuando el verdadero banquete comience. La liberación y

desaparición de miles de almas ciertamente sería un espectáculo de luces

extraordinariamente hermoso. Los investigadores de Rath encerrados en el eje

superior de la Ocean Turtle deben arrepentirse de ser incapaces de ver este

espectáculo en la más grande escala que habían planificado desde dentro.

Golpe-Golpe, Golpe-Golpe.

Golpe, thum. Golpe, thum.

Los tambores de guerra parecían fomentar el hambre y furia emanando de las

fuerzas ascendiendo en decenas de miles mientras que su ritmo aceleraba.


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Parte 8

— Así que… por favor cuiden de Kirito en mi lugar.

Alice observó los rostros de las jóvenes a su vez mientras hablaba.

Eran las novatas aprendices, no, ya eran espadachines en su propio derecho;

Tiezé Shtolienen y Ronye Arabel asintieron con sus espaldas rectas.

— Sí, déjanoslo a nosotras, Alice-sama.

— Nos aseguraremos de mantener a Kirito-senpai a salvo.

Respondiendo eso, Tiezé y Ronye agarraron firmemente las asas de la silla de

ruedas nuevamente construida con sus manos izquierda y derecha respectivamente.

La delgada silla que resplandecía de gris plateado fue transformada de un

conjunto extra de armadura de cuerpo completo en la tienda de reservas por los Arts

de Alice. Era más ligera que la silla de ruedas de madera usada en Rulid y también

tenía más fuerza.

Dicho eso, nada podía hacerse con el peso de las dos espadas que Kirito

abrazaba firmemente mientras estaba sentado. Aunque ella dudaba dentro si las

chicas podrían moverla, el par igualó su respiración magníficamente y empujaron la

silla de ruedas en frente de Alice.

Esto significaba que ellas no se demorarían incluso si se les ordenaba retirarse

de una vez. En cualquier caso, serían impulsadas a retirarse del desfiladero sólo

cuando todo el Ejército de Defensa estuviera seguro de estar rodeado y diezmado.

Si ella fuera a declarar sus verdaderos sentimientos, preferiría que huyan al

oeste con Kirito en el mismo instante en el que vieran el peligro más mínimo en la

situación de la guerra. Sin embargo, sólo sería paralizar su destino por varios meses,

no, varias semanas.

Si el Ejército de Defensa perdía, los cuatro Knights protegiendo la cordillera del

borde también deberían retirarse y evacuar a los habitantes de cada pueblo y villa

mientras hacían a los muros de Centoria, la capital central, la última línea de defensa.

Sin embargo, eso sería una resistencia inútil de todas maneras. El ejército invasor los

pisotearía pronto, y esa hermosa capital y la Central Cathedral de mármol blanco

serían incendiadas. No había escape dentro de los muros sellados de la cordillera del

borde…

Alice dobló sus rodillas y correspondió sus ojos a los de Kirito antes de darles un

vistazo.


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Ella le había hablado a él, sostuvo sus manos, y lo abrazaba siempre que

encontraba el momento en estos cinco días desde que llegó al campamento. Sin

embargo, él no había mostrado ninguna reacción apropiada hasta este día.

— Kirito… esta tal vez sea nuestra última despedida.

Forzando que su sonrisa permanezca, Alice le susurró al joven de pelo negro.

— Oji-sama dijo que tú decidirías cómo marcharía esta batalla. Creo eso,

también. Eres el que formó este Ejército de Defensa, después de todo.

De hecho, si no fuera por Kirito y Eugeo estarían la Highest Minister

Administrator y la Orden de los Integrity Knights alineados en la Gran Puerta del Este

ahora junto con un ejército de ese abominable Sword Golem.

Con dos o tres mil de esos Sword Golems y su tremenda fuerza de combate, el

ejército del Dark Territory de cincuenta mil no sería para nada suficiente. Sin

embargo, eso era equivalente a la perdición del Human Empire. Decenas de miles de

ciudadanos del Human Empire habrían servido como materiales para los Golems.

Kirito y el resto había prevenido esa tragedia con el sacrificio de una sola vida y

mente.

Aun así, si el Ejército de Defensa del Human Empire liderado por Bercouli fuera a

perder como iban las cosas, una horrible tragedia le ocurriría a las masas incluso si

era una forma diferente.

— También daré mi mejor esfuerzo. Consumiré esta vida que recibí de ti sin

dejar una sola gota. Así que… si fuera a caer y te llamara con la fuerza que he dejado,

asegúrate de ponerte de pie y desenvainar esa espada. Siempre que despiertes, el

número de enemigos no importará, sean miles o decenas de miles. Un milagro

ocurrirá de nuevo y salvará al Human Empire… a todos. Después de todo, tú…

«Eres el espadachín más fuerte que derrotó a Highest Minister.»

Murmurando eso en su pecho, Alice extendió ambas manos y abrazó

firmemente el cuerpo debilitado de Kirito.

Soltándolo después del abrazo que pudo haber durado de un instante a varios

minutos, Alice se puso de pie y notó la visión de Ronye, la observaba mucho mientras

que una complicada luz destellaba en sus ojos azules. Ella parpadeó con

incertidumbre y se dio cuenta inmediatamente.

— Ronye-san. Tú… amas a Kirito, ¿no?


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Tras decir eso con una sonrisa, la pequeña chica cubrió su boca con ambas

manos mientras se volvía carmesí desde sus mejillas hasta alrededor de sus oídos.

Sus pestañas bajaron y respondió con una voz amortiguada.

— N, no, eso es… yo no podría… Simplemente soy su valet novata aprendiz, así

que…

— Podrías, ciertamente. Eres la heredera de una familia teniendo título, ¿no,

Ronye-san? Yo nací en una pequeña aldea remota y ni siquiera sé de dónde vino

Kirito…

Ronye sacudió su cabeza violentamente de repente cuando interrumpió las

palabras de Alice.

— ¡No es eso! Yo… Yo…

Grandes gotas se reunieron en los ojos de Ronye mientras que su voz se rompía

y Tiezé la animó gentilmente con su mano derecha. Sus ojos de los colores del otoño

también estaban húmedos y comenzó a hablar con una voz temblorosa.

— Alice-sama… ¿sabes del tabú que Kirito-senpai y Eugeo-senpai cometieron?

— S… sí. Escuché que hubo una disputa en la academia… y que asesinaron a otro

estudiante.

Alice aún recordaba el shock significativo de la orden de arresto que recibió de la

Chamber of Elders hace medio año como una vanguardia ignorante de la Axiom

Church. Un tabú impensable como asesinar a otro estudiante en la academia de la

capital era inaudito incluso en los libros de historia de la iglesia.

Alice asintió y Tiezé siguió sus preguntas.

— Entonces… ¿ha oído de por qué habían cometido ese tabú…?

— No… no lo he hecho…

Un solo grito abrupto resurgió desde las profundidades de sus oídos en el

momento en el que sacudió su cabeza.

Fue inmediatamente después que fuera arrojada de los muros de las catedral

con Kirito, esas palabras que le gritó a Alice cuando ella gritó que no requería de la

ayuda de un criminal…


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«El Taboo Index no lo prohíbe, así que los nobles de clase superior pueden hacer

lo que les plazca con chicas que ni siquiera cometieron un solo crimen, como Ronye y

Tiezé… ¡¿honestamente piensas que eso es perdonable?!»

Fue eso. Escuchó los nombres del par en ese entonces.

El “hombre de clase alta” debe haberse referido al estudiante que Kirito cortó. Y

en cuanto a “hacer lo que les plazca”…

Ante Alice que abrió sus ojos ampliamente, la voz de Tiezé se agitó cuando

empezó a hablar.

— Los espadachines en entrenamiento de élite Raios Antinous y Humbert Zizek

habían dado repetidamente órdenes humillantes a nuestra amiga, la Novata Aprendiz

Frenica Szeski. Protestamos contra ellos, pero usamos palabras consideradas

insolentes a nuestra indignación en ese tiempo. Como tal, por medio de la autoridad

de castigo de los nobles basada en la Ley Imperial Fundamental…

Debió ser difícil recordar lo que ocurrió después de eso. La voz de Tiezé se

atascó en su garganta y Ronye dejó salir débiles sollozos con su cabeza abajo.

No hay necesidad de hablar más; Alice pensó eso y estaba a punto de expresarlo,

pero la chica pelirroja continuó su historia con resolución.

— Kirito-senpai y Eugeo-senpai alzaron sus espadas para salvarnos de ese difícil

castigo. Si sólo hubiera sido un poco más sabia, ese incidente no habría ocurrido.

Ellos no habrían luchado contra la iglesia para reformar la ley y nadie habría muerto.

Nosotras… hemos cometido un crimen irremediable. Así que… no tenemos el

derecho de decir que los amamos incluso si tuviéramos que perder nuestras bocas…

Tras decir todo lo que albergaba, las lágrimas finalmente también fluyeron de

los ojos de Tiezé. Las jóvenes se abrazaron entre sí y dejaron salir sollozos

desgarrados llenos de remordimientos demasiado pesados para su edad.

Alice rechinó sus dientes mientras miraba hacia la pequeña ventana que

suministraba luz.

Ella pensaba que conocía la rampante depravación de los nobles de los cuatro

imperios. Glotonería, acaparamiento, y libertinaje.

Aun así, la Integrity Knight Alice una vez había pensado que sería contaminada si

sabía demasiado y apartó sus ojos de las acciones de los nobles. Todo lo que hacían,

no era de incumbencia mientras no fuera tabú, después de todo, ella fue invocada

del Celestial World para proteger la ley. Había seguido creyendo en eso.


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Sin embargo, hacer oídos sordos era un pecado en sí. Lo que Kirito detestaba,

con lo que el Taboo Index era indiferente, un pecado verdaderamente aborrecible.

Comparadas a sí misma que no había hecho nada, las dos chicas ante sus ojos tenían

el temple varias veces más.

Alice inhaló un profundo respiro y habló con un tono enérgico.

— No, están equivocadas. Ustedes dos no tienen la culpa.

La que levantó su rostro inmediatamente fue Ronye. Pese a su impresión de

siempre estar escondiéndose en la sombra de Tiezé, la chica gritó esta única vez con

una luz fuerte en sus ojos.

— No lo entendería, Alice-sama… ¡no lo entendería como una honorable

Integrity Knight, Alice-sama! ¡Esos hombres habían hecho lo que quisieron con

nuestros cuerpos y mancharon nuestro orgullo con pecado!

— Su cuerpo no es nada más que donde residen su corazón.

Ella chocó firmemente su puño contra el centro de su pecho cuando respondió

eso.

— El corazón… el alma es lo que verdaderamente importa. Y tú eres la única que

decide cómo es tu alma.

Alice bajó sus párpados y enfocó su percepción dentro de sí misma.

Aproximadamente hace dos semanas, Alice había recuperado su ojo derecho

perdido por medio del poder del corazón, de la encarnación, en otras palabras,

durante ese asalto en la Rulid Village. Ella había experimentado personalmente cómo

un fuerte deseo sincero podía cambiar la carne sin dependencia en los Arts.

Aun así, eso solo no bastaría ahora. Ella tenía que cambiar no sólo su carne, sino

la ropa en su cuerpo con el poder de la encarnación.

Debería ser posible. ¿No había visto a Kirito hacerlo una vez antes? Cuando se

enfrentó a Highest Minister Administrator con dos espadas, él había cambiado a un

abrigo largo de cuero negro de otra tierra completamente diferente a sus ropas hasta

entonces.

Retorno. A la Alice antes que despertara en esa desconocida torre blanca y

cerrara su corazón dentro del grueso hielo para ahogar la inquietud y desolación de

sus recuerdos perdidos.


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«Soy igual que ustedes, Ronye, Tiezé. Nací como una humana, cometí muchos

errores, cargué con pecados pesados, y ahora estoy de pie aquí. Pueden afirmar que

el asesinato de Kirito y Eugeo sea su culpa… pero si yo no hubiera olvidados los tabús

y no hubiera tocado la tierra del Dark Territory, ellos ni siquiera se habrían dirigido a

la capital en primer lugar.»

«Sí, ése es mi pecado. Incluso sin esos recuerdos, Alice Schuberg no es ninguna

extraña, sino quien una vez fui. Esos días en Rulid me habían enseñado eso.»

Incluso con sus ojos cerrados, ella sabía que la cálida luz blanca había envuelto

su cuerpo.

Alice levantó sus párpados lentamente.

Cuando su rostro miró hacia abajo, lo primero que vio fue la falda que estaba

usando. Sin embargo, no estaba teñida del blanco de la Axiom Church, sino un azul

claro como los cielos de otoño.

Encima de la falda estaba un fino delantal. La armadura dorada y los guanteletes

no estaban. Cuando tocó su cabeza con su mano, las puntas de sus dedos rozaron un

gran lazo. Su cabello parecía un poco más corto.

Alzando su rostro, sus ojos se encontraron con los de Ronye y Tiezé mientras

estaban impactadas en silencio.

— ¿Ven? Su cuerpo y apariencia dependen meramente de su corazón.

Por supuesto, esta transformación no duraba para siempre. Ella probablemente

regresaría a su apariencia de caballera original en el momento en el que su

concentración mental flaquee. Aun así, las chicas deberían entenderlo ahora. Cómo

pensaban Alice, Kirito y Eugeo.

— Nadie puede mancillar su corazón. Así es como debería haber crecido, nacida

en esa aldea remota. Pero cuando tenía once, fui llevada a la capital como una

criminal y me convertí en una Integrity Knight con mis recuerdos borrados por un Art.

Una vez maldije ese destino mío…


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De lo que Alice hablaba era un gran secreto conocido solamente por el Knight

Commander Bercouli aparte de ella misma. Sin embargo, creía que estas dos podrían

manejarlo y siguió sus palabras.

— Pero… tenía cosas que podía hacer, cosas que debería hacer; Kirito me

enseñó eso. Es por eso que ya no vacilaré. Decidí que me aceptaré y avanzaré.

Alzando ambas manos, Alice sostuvo las manos de Ronye y Tiezé con fuerza.

— Son iguales. Tienen un amplio camino recto largo que les pertenece a sólo

ustedes.

Gotas de agua salpicaron en sus manos sostenidas.

Las lágrimas junto a las mejillas de las chicas parecían completamente diferentes

de antes, resplandeciendo hermosamente con luz iridiscente.

Arrastrando a Kirito que estaba sentado en la silla de ruedas a un último abrazo

fuerte, Alice lo confió a Ronye y Tiezé, y dejó la tienda.

Eldrie corrió inmediatamente hacia ella como si hubiera estado en espera y

cantó sus alabanzas.

— Oh, qué belleza… es como si el resplandor de Solus se hubiera enfocado en su

ser… simplemente está a su máxima expresión, mi mentora, Alice -sama…

— Se correrá con lodo dentro de una hora de la batalla, de todas formas.

Ella se echó un vistazo mientras respondía sin rodeos.

El fenómeno de transformación de antes ya desapareció, y su peto dorado y

falda blanca deslumbraban en la luz del sol. Ella miró hacia los cielos occidentales

mientras pensaba en añadir una prenda azul cielo a ello en alguna parte si regresaba

con vida.

Solus ya había empezado su descenso. ¿Serían aproximadamente tres horas

antes que se desvanezca sobre el horizonte? La Vida de la Gran Puerta del Este se

extinguirá para entonces. El sello de trescientos años se desentrañaría por fin.

Ella hizo lo que pudo.

Alice se incorporó al entrenamiento del Ejército de Defensa por estos cinco días

y pensó que las habilidades de los soldados fueron bien pulidas en este medio año.

Lo que la sorprendió fue cómo todos ellos habían aprendido las técnicas de espada

consecutiva ausente en los estilos tradicionales.


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Cuando preguntó, parecía que la Deputy Knight Commander Fanatio había

enseñado generosamente las técnicas que había pulido por muchos años. Aunque

tres golpes aparentemente eran su máximo, debería servir como un arma alentadora

contra los goblins y orcos que ondeaban machetes de acuerdo a sus instintos.

Por supuesto, la presencia de los Dark Knights con sus propias técnicas

consecutivas serían demasiado para los soldados. Los Integrity Knights tendrían que

hacerse cargo entonces, incluyendo a los pugilistas que poseían ataques consecutivos

incluso más rápidos.

Lo más crucial sería contener los batallones de demi-humanos que marcharían

después de que la batalla comience. Lo siguiente sería aguantar los arcos largos de

los ogros y los ataques ofensivos de alcance de los usuarios de Dark Arts con tan

pocas víctimas como sea posible.

El resultado de la operación yace enteramente en los hombros de Alice…

Retirando su vista de los cielos, vio las numerosas columnas de humo de la

unidad de suministros atrás cocinando la última comida. Ella debería reunirse pronto

con Ronye, Tiezé, y Kirito, que traerían consigo, ahí.

Los protegería. Sin importar qué.

— Alice-sama, ya es hora para…

Asintiendo a la voz de Eldrie, Alice retrocedió un pie para voltear.

Sin embargo, detuvo ese pie ahí y miró fijamente a su único discípulo.

— ¿Q, qué ocurre?

Observando al joven caballero parpadeando con vacilación, Alice relajó sus

labios fruncidos un poco.

— Me has servido bien todo este tiempo, Eldrie.

— Sí… ¡¿q, qué?!

Ella colocó gentilmente su mano derecha en su mano izquierda, mientras que él

estaba desconcertado, y siguió.

— Ha sido un alivio tenerte a mi lado. Requerías de mi guía, sin ningún logro a

mi nombre, en lugar de un caballero senpai como Deusolbert… en consideración por

mi corazón, ¿no?


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— Na… nada de eso, ¡estoy por encima de tal insolencia! ¡Meramente tuve una

gran admiración por la magnificencia del manejo de la espada de Alice en las

recónditas profundidades de mi corazón...!

Alice sostuvo la mano de Eldrie mientras que él sacudía vehementemente su

cabeza cuando negaba, la soltó, y sonrió de nuevo.

— He seguido ese sombrío viaje para llegar a hoy sólo con tu apoyo. Gracias,

Eldrie.

Grandes gotas de lágrimas rodaron de repente en los ojos del joven caballero

enmudecido.

— Alice-sama… ¿por qué… sólo hablas del pasado?

Su voz ronca preguntó.

— ¿Por qué hablas como si tu viaje terminará en esta tierra, Alice-sama? Yo… Yo

apenas he aprendido lo suficiente de ti. Aún estoy lejos de tu nivel en la espada y en

los Arts. ¡Debes continuar entrenándome y también guiándome a partir de ahora…!

Justo antes que su temblorosa mano derecha extendida la alcanzara…

Alice cambió repentinamente con un grito severo.

— ¡Integrity Knight, Eldrie Synthesis Thirty-One!

— S… ¡sí!

El caballero se paró en atención con su mano congelada en posición.

— Te daré mi última orden como tu mentora. Sobrevive. Sobrevive y mira llegar

la paz con tus propios ojos, y recupéralos. Tu verdadera vida y a los que

verdaderamente amas.

Los «fragmentos de recuerdo» pertenecientes a todos los Integrity Knights

aparte de Alice y sus «seres amados» aún estaban sellados en el último piso de la

catedral incluso ahora. Debe haber un método para regresarlos a cómo deberían ser.

Asintiendo hacia Eldrie que aún estaba inmóvil mientras derramaba lágrimas

silenciosamente, Alice volteó velozmente. Su cabello dorado y falda blanca cortaron

el frío aire de otoño.

Ella vio el vasto desfiladero sumergido en tenue oscuridad y la Gran Puerta del

Este justo ante sus ojos.


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Alice ahora empezaría a recitar un Sacred Art de una escala extremadamente

grande por primera vez. Condensaría el poder sagrado llenando el aire del

desfiladero para infligir un duro golpe al ejército enemigo.

Si ella cometía un solo error en el Art, no, si su concentración se perdía en lo

más mínimo, el Sacred Art convergido explotaría y probablemente borraría su

existencia sin dejar rastro.

Sin embargo, ya no sentía miedo. Había pasado cinco días gratificantes con

Bercouli, Fanatio, y Eldrie como una Integrity Knight, y vivió con su hermana menor,

Selka, por medio año como Alice de Rulid.

Y por encima de todo, había descubierto sus emociones humanas, tristeza, enojo,

e incluso amor, conociendo a Eugeo y Kirito, y cruzando espadas interactuando

sinceramente con ellos.

Ella no esperaba nada más.

Ruidos agudos resonaron de su armadura cuando avanzó directamente hacia el

centro del Ejército de Defensa, un paso tras otro, aguardando el inicio de la guerra.

(Continuará)


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Afterword

Buenas, soy Kawahara Reki. Estoy escribiendo esto bajo una tremenda

agitación. Si te preguntas el porqué, ¡seria porque he olvidado completamente que

el afterword existía si quiera estos últimos días!

Bien, intentémoslo de nuevo, muchas gracias por haber leído “Sword Art

Online 15 Alicization Invading”.

El anterior volumen , “Uniting” , término con un “Continuara” a pesar de que

la gran jefa de la iglesia, Highest Minister Administrator, había sido derrotada y

todo, así que aquí es donde se ha continuado desde ahí... El escenario de la historia

ha atravesado las fronteras del Mundo Humano y cambiado al vasto e interminable

Dark Territory. Varias cosas han sufrido un giro sospechoso: Asuna y compañía

fueron atacados a bordo del Ocean Turtle en el mundo Real, Kikuoka-san ha

cambiado el Yukata por una camisa Hawaiana , y más cosas...

Y con todo eso, El ejercito de Defensa del Mundo Humano comenzará su

guerra con el ejército del Dark Territory en el siguiente volumen. El Arco Alicization

que comenzó en el noveno volumen esta al fin comenzando su clímax, así que

únanse; ¡Espero vuestro apoyo!

En lo que respecta a eventos recientes, he asistido como i nvitado a la mayor

convención Americana de anime/manga , “Anime Expo” junto con el ilustrador,

abec-san. Fue mi primera visita a Los Ángeles (además, sería la segunda vez que

visito América), ¡pero las calles eran grandes tanto como lo era el recinto del

evento! ¡Y el entusiasmo de todos los fans americanos del anime que llenaba el aire

era increíble!

Naturalmente, estoy contento de que muchos fans de SAO viniesen.

Casualmente, me hizo darme cuenta de nuevo de que SAO había crecido tanto,

desde los días de la web , hasta publicarse en Dengeki Bunko, hasta su adaptación

a anime y a videojuego, gracias a todos los que estuvieron ahí estos diez años.

Creo que la segunda temporada de la animación habrá empezado a emitirse

cuando este libro se publique. El entorno habrá cambiado del que vimos en la

primera temporada a un «mundo de pistolas» , pero todos en el staff y del reparto,

empezando por el director, lo darán todo para mostrar lo bien que acción con

pistolas compagina con ese elemento perpetuo que hace a SAO ser lo que es, así

que también apoyar la animación.

Creo que el tiempo casi se me habrá acabado, ¡Así que solo pondré unos

cortos agradecimientos y disculpas! Agradezco a abec-san por dibujar los nuevos


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personajes llenos de encanto que aparecen en este volumen uno tras otro, a mi

supervisor, Miki-san, por venir con nosotros a LA, al siguiente a cargo, Tsuchiya-san,

por proteger Japón mientras no estábamos, y a todos los que hayan leído hasta

aquí, ¡Muchas gracias!

Un cierto día de Julio, 2014 Kawahara Reki


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Traducción:

Alemilla

Gappy

Nana

RDK

Corrección:

Alemilla

Nahuel

Edición:

Reyxe

Kaii Killer

Página oficial:

Tradukchion 4 da Win!

Facebook

Agradecimientos a:

Baka-Tsuki

Tap Tans

“Fomentamos y somos una

comunidad lectora amante de la

cultura japonesa y su literatura.

Tradukchion 4 da Win!”

http://wp.t4dw.org/

https://www.facebook.com/Tradukchion4DaWin


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[t4dw] sword art online 15 alicization invading (completo).pdf

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