televisión educación*0808500… · canización, la televisión revolucionaba completamen-te la...

5
64—(252) REVISTA DE EDUCACIÓN Televisión y educación* II. LA TV EDUCATIVA EXTRAE SCOLAR En un artículo precedente he intentado demostrar cómo, al aportar a los cursos una posibilidad de me- canización, la televisión revolucionaba completamen- te la enseñanza, liberando al maestro de sus tareas docentes relativamente más serviles y permitiéndo- le consagrarse enteramente a la más noble y esen- cial de educador. Y no son menores las posibilidades de la televisión para la cultura de la comunidad en general —adultos y niños— fuera de la escuela. Espíritus encogidos o quizá solamente envidio- sos?— han querido ver en la televisión el triunfo de- finitivo de la barbarie. Las indudables evasiones que procuraban antaño la radio, las publicaciones burles- cas, la novela policíaca o de futuro y el cine se en- cuentran, imaginan aquéllos, reunidas y multiplica- das en la televisión. ¡, No se dice que los Estados Unidos, donde la mayor parte de las familias tienen aparato receptor, en cuanto tiene un momento libre, da la gente vuelta al botón de la televisión y se abandona pasivamente al vuelo de imágenes que se sucede sobre la pantalla? No hay aquí un proceso de descerebrización sistemática de la Humanidad, una droga tanto más peligrosa cuanto que no tiene efec- tos visibles y mata el espíritu sin dañar el cuerpo? La televisión, afirman sus adversarios, crea hábitos de pasividad mental; pruebas concluyentes, según ellos, proporcionan las estadísticas americanas, que acusan un descenso considerable en la lectura entre las personas que siguen habitualmente los programas de televisión. LA TV RENUEVA LAS CONDICIONES CULTURALES DE LA CIUDAD ANTIGUA. La respuesta a esto es que la televisión no es sino una técnica. Como tal, por sí misma no es buena ni mala. Todo depende del uso que de ella se haga. In- discutiblemente se puede hacer de la televisión un instrumento de embrutecimiento de las masas, o bien. un medio de elevación y de liberación. Pero la televi- sión en sí no es en absoluto mas bárbara que la lec- tura que intenta suprimir, en sentir de sus detracto- res. La lectura, como la televisión, es una técnica cultural y no la cultura misma. El libro impreso tam- bién en su tiempo fué considérado una técnica revo- lucionaria. Pero, quién se lamenta hoy de que el libro impreso haya suplantado al manuscrito? Que la televisión suplante al libro como técnica de cul- tura popular no da pie alguno para escandalizarse: con toda objetividad supone un progreso, porque es un libro del que no se necesita volver las páginas, un libro a la vez parlante y con imágenes en movimien- to, un libro al corriente sin cesar. Pero, sobre todo, la televisión alcanza sobre el libro un progreso so- cial considerable. El libro, en efecto, instrumento es- trictamente individual, ha contribuido intensamente a convertir la cultura occidental moderna en patri- * La primera parte de este trabajo se publicó en nuestro número anterior, 73, 2. 6 quincena enero 1958, paginas 35-8. monio de algunos individuos —lo que se dió en lla- mar la élite— aislados de la masa. Mientras en Gre- cia., por ejemplo, y hasta un cierto momento de la Edad Media, los instrumentos culturales (teatro, ce- remonias religiosas) eran comunitarios y creaban una cultura colectiva, el libro ha dado lugar a una cultura individualista donde los individuos cultiva- dos se oponen a los individuos sin cultura. Esto no es una condenación del libro. La representación tea- tral, los juegos, que en teoría podían reunir a toda la población de una ciudad antigua, no podrían re- unir a toda la población de un Estado moderno; de ahí que el empleo de instrumentos culturales indivi- dualistas, por rechazables que fueran sus consecuen- cias sociales, era inevitable. Pero lo que aporta la televisión es precisamente un instrumento cultural colectivo, directo (a diferencia del cine y del disco) y completo (a diferencia de la radio), al nivel reque- rido por las ciudades y por las naciones modernas. Hoy en USA, donde existen aproximadamente cin- cuenta millones de receptores, la casi totalidad del país puede en cierta manera reunirse para seguir al mismo tiempo el mismo espectáculo televisado o asis- tir al unísono a la misma ceremonia. Los intelectua- les europeos que se indignan ante esta cultura en masa no reflexionan sobre el hecho de que tal era precisamente, si bien en otro plano, la situación de Atenas, todos cuyos habitantes se reunían para asis- tir a la representación de una tragedia de Esquilo. Los TELECLUBS RURALES EN FRANCIA. Las consecuencias culturales de la televisión son enormes. Una de las más sensibles quizá sea que las poblaciones rurales, separadas hasta el momento pre- sente del movimiento de la civilización (técnicas, ideas, costumbres, modas) por un retraso considera- ble, a partir de ahora y gracias a la televisión pue- dan contemplar los últimos acontecimientos políticos, deportivos o culturales, al mismo tiempo que los ha- bitantes de la ciudad. La calidad del espectáculo ape- nas cobra relevancia ante el hecho esencial de que, por primera vez en la Historia, el campesino (el mis- mo que otro tiempo fué el aldeano, el rústico, el arriero) tenga a su alcance la posibilidad de estar al corriente de la vida contemporánea. Incluso su- poniendo que cuanto el campesino llegue a ver en la televisión sean ceremonias oficiales o espectácu- los de variedades carentes de interés cultural, tiene una importancia social inmensa que se incorpore al público urbano o, más aún, que se elimine la diferen- cia entre el público urbano y el rural. Una idea de todo lo que puede hacer la televisión en los medios rurales nos es ofrecida por los tele- clubs franceses. Francia posee actualmente 415.000 receptores de televisión; es decir, alrededor de un receptor por cada 100 habitantes, lo cual es muy poco todavía. Atendido el precio de un receptor, no es fá- cil aún que toda familia campesina francesa pueda disfrutar de la televisión. El Ministerio de Educa- ción Nacional ha tenido entonces la idea de enviar a aquellos pueblos más apartados, que no poseen cine siquiera, unos equipos de propaganda que realizan sesiones públicas de documentación e incitan a los

Upload: others

Post on 09-Nov-2020

2 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Televisión educación*0808500… · canización, la televisión revolucionaba completamen-te la enseñanza, liberando al maestro de sus tareas docentes relativamente más serviles

64—(252)

REVISTA DE EDUCACIÓN

Televisión y educación*

II. LA TV EDUCATIVA EXTRAE SCOLAR

En un artículo precedente he intentado demostrarcómo, al aportar a los cursos una posibilidad de me-canización, la televisión revolucionaba completamen-te la enseñanza, liberando al maestro de sus tareasdocentes relativamente más serviles y permitiéndo-le consagrarse enteramente a la más noble y esen-cial de educador. Y no son menores las posibilidadesde la televisión para la cultura de la comunidad engeneral —adultos y niños— fuera de la escuela.

Espíritus encogidos o quizá solamente envidio-sos?— han querido ver en la televisión el triunfo de-finitivo de la barbarie. Las indudables evasiones queprocuraban antaño la radio, las publicaciones burles-cas, la novela policíaca o de futuro y el cine se en-cuentran, imaginan aquéllos, reunidas y multiplica-das en la televisión. ¡, No se dice que los EstadosUnidos, donde la mayor parte de las familias tienenaparato receptor, en cuanto tiene un momento libre,da la gente vuelta al botón de la televisión y seabandona pasivamente al vuelo de imágenes que sesucede sobre la pantalla? No hay aquí un procesode descerebrización sistemática de la Humanidad, unadroga tanto más peligrosa cuanto que no tiene efec-tos visibles y mata el espíritu sin dañar el cuerpo?La televisión, afirman sus adversarios, crea hábitosde pasividad mental; pruebas concluyentes, segúnellos, proporcionan las estadísticas americanas, queacusan un descenso considerable en la lectura entrelas personas que siguen habitualmente los programasde televisión.

LA TV RENUEVA LAS CONDICIONES CULTURALES DE LA

CIUDAD ANTIGUA.

La respuesta a esto es que la televisión no es sinouna técnica. Como tal, por sí misma no es buena nimala. Todo depende del uso que de ella se haga. In-discutiblemente se puede hacer de la televisión uninstrumento de embrutecimiento de las masas, o bien.un medio de elevación y de liberación. Pero la televi-sión en sí no es en absoluto mas bárbara que la lec-tura que intenta suprimir, en sentir de sus detracto-res. La lectura, como la televisión, es una técnicacultural y no la cultura misma. El libro impreso tam-bién en su tiempo fué considérado una técnica revo-lucionaria. Pero, quién se lamenta hoy de que ellibro impreso haya suplantado al manuscrito? Quela televisión suplante al libro como técnica de cul-tura popular no da pie alguno para escandalizarse:con toda objetividad supone un progreso, porque esun libro del que no se necesita volver las páginas, unlibro a la vez parlante y con imágenes en movimien-to, un libro al corriente sin cesar. Pero, sobre todo,la televisión alcanza sobre el libro un progreso so-cial considerable. El libro, en efecto, instrumento es-trictamente individual, ha contribuido intensamentea convertir la cultura occidental moderna en patri-

* La primera parte de este trabajo se publicó ennuestro número anterior, 73, 2. 6 quincena enero 1958,paginas 35-8.

monio de algunos individuos —lo que se dió en lla-mar la élite— aislados de la masa. Mientras en Gre-cia., por ejemplo, y hasta un cierto momento de laEdad Media, los instrumentos culturales (teatro, ce-remonias religiosas) eran comunitarios y creabanuna cultura colectiva, el libro ha dado lugar a unacultura individualista donde los individuos cultiva-dos se oponen a los individuos sin cultura. Esto noes una condenación del libro. La representación tea-tral, los juegos, que en teoría podían reunir a todala población de una ciudad antigua, no podrían re-unir a toda la población de un Estado moderno; deahí que el empleo de instrumentos culturales indivi-dualistas, por rechazables que fueran sus consecuen-cias sociales, era inevitable. Pero lo que aporta latelevisión es precisamente un instrumento culturalcolectivo, directo (a diferencia del cine y del disco) ycompleto (a diferencia de la radio), al nivel reque-rido por las ciudades y por las naciones modernas.Hoy en USA, donde existen aproximadamente cin-cuenta millones de receptores, la casi totalidad delpaís puede en cierta manera reunirse para seguir almismo tiempo el mismo espectáculo televisado o asis-tir al unísono a la misma ceremonia. Los intelectua-les europeos que se indignan ante esta cultura enmasa no reflexionan sobre el hecho de que tal eraprecisamente, si bien en otro plano, la situación deAtenas, todos cuyos habitantes se reunían para asis-tir a la representación de una tragedia de Esquilo.

Los TELECLUBS RURALES EN FRANCIA.

Las consecuencias culturales de la televisión sonenormes. Una de las más sensibles quizá sea que laspoblaciones rurales, separadas hasta el momento pre-sente del movimiento de la civilización (técnicas,ideas, costumbres, modas) por un retraso considera-ble, a partir de ahora y gracias a la televisión pue-dan contemplar los últimos acontecimientos políticos,deportivos o culturales, al mismo tiempo que los ha-bitantes de la ciudad. La calidad del espectáculo ape-nas cobra relevancia ante el hecho esencial de que,por primera vez en la Historia, el campesino (el mis-mo que otro tiempo fué el aldeano, el rústico, elarriero) tenga a su alcance la posibilidad de estaral corriente de la vida contemporánea. Incluso su-poniendo que cuanto el campesino llegue a ver enla televisión sean ceremonias oficiales o espectácu-los de variedades carentes de interés cultural, tieneuna importancia social inmensa que se incorpore alpúblico urbano o, más aún, que se elimine la diferen-cia entre el público urbano y el rural.

Una idea de todo lo que puede hacer la televisiónen los medios rurales nos es ofrecida por los tele-clubs franceses. Francia posee actualmente 415.000receptores de televisión; es decir, alrededor de unreceptor por cada 100 habitantes, lo cual es muy pocotodavía. Atendido el precio de un receptor, no es fá-cil aún que toda familia campesina francesa puedadisfrutar de la televisión. El Ministerio de Educa-ción Nacional ha tenido entonces la idea de enviara aquellos pueblos más apartados, que no poseen cinesiquiera, unos equipos de propaganda que realizansesiones públicas de documentación e incitan a los

Page 2: Televisión educación*0808500… · canización, la televisión revolucionaba completamen-te la enseñanza, liberando al maestro de sus tareas docentes relativamente más serviles

TELEVISIÓN Y EDUCACIÓN

65-(253)

habitantes a constituir el fondo con que comprar encomún una instalación receptora de televisión. Asíse han fundado en la región nordeste de Paris, porejemplo, unos doscientos teleclubs rurales. El recep-tor se encuentra instalado generalmente en la es-cuela y se utiliza durante el día en las clases; alfinal de la jornada se tienen las sesiones colectivaspara toda la aldea, en número de dos o tres por se-mana generalmente. Los asistentes pagan por cadauna de tales sesiones un derecho de entrada suma-mente módico (20 francos, es decir, unas dos pese-tas), destinado al entretenimiento del receptor y ala amortización de las cantidades con que algunosvecinos contribuyercn a su compra. Frecuentementees el maestro quien organiza las sesiones, escoge losprogramas inspirándose en los deseos de la pobla-ción y él es también quien anima los diálogos. Puesel teleclub rural no es un puro espectáculo, sino que,al cierre de determinadas emisiones, los asistentescomentan públicamente cuanto acaban de ver. De talsuerte, la comunidad rural va adoptando una psico-logia activa ante la cultura nacional; el campo sehace público activo y, como tal, obliga a contar conél. Así es como, destinados especialmente al públicorural, la televisión nacional emite desde 1953 noti-ciarios y documentales sobre los problemas del cam-po: mecanización, concentración parcelaria, coope-rativas agrícolas, confort de la casa campesina, et-cétera. Estas emisiones, que a menudo constituyenpara el habitante de la ciudad la revelación de ungénero de vida del país que ignora, son ocasión deanimadas discusiones en los teleclubs rurales. Y, gra-cias a la televisión, abandona el campo su descon-fianza tradicional hacia el mundo moderno repre-sentado por la ciudad. Los programas mismos noimportan en cuanto tales. El campesino que a travésde la televisión va siguiendo la actualidad de París—sean espectáculos de variedades, representacionesde ópera o sesiones de la Cámara de Diputados—.interviene en el juego y se sitúa en excelentes condi-ciones para aceptar sin esfuerzo los progresos deuna civilización que es ya también suya.

TV COMERCIAL Y TV EDUCATIVA EN LOS ESTADOS

UNIDOS.

Si los teleclubs franceses no son por ahora sinouna experiencia minoritaria, hay un país donde latelevisión es ya realmente un fenómeno de masas:los Estados Unidos. Aquí la televisión, al revés de loque ha sucedido en Francia o en Inglaterra, fué alprincipio una empresa estrictamente comercial. Lasemisiones eran ofrecidas publicitariamente por unfabricante de autos o de neveras, una marca de ciga-rrillos o de cerveza, un banco, una compañía deseguros, etc. Y las cadenas de televisión, cuidadosasdel interés para ellas predominante de la publicidad,trataban de alcanzar un visoauditorio lo más amplioposible. Por eso recurrían, naturalmente, menos aespectáculos tendentes a elevar la formación y exi-gencia de su públicos que a aquellos más susceptiblesde agradarles. Durante los primeros arios la casi to-talidad de las emisiones estaban ocupadas por pelicu-

las (especialmente policíacas o del oeste), espectácu-los de variedades o entrevistas a estrellas.

En tales condiciones pareció al Estado esencial pro-teger los intereses culturales de la comunidad y, trasel convenio de distribución de las longitudes de ondade TV en 1952, 242 canales fueron reservados a emi-soras educativas no comerciales. Pero reservar lon-gitudes de onda para estaciones educativas no es to-davía crear estaciones educativas. Efectivamente, elequipo electrónico de una estación, sin contar la ins-talación de los estudios, alcanca un valor de cien mila doscientos cincuenta mil dólares, según las condi-ciones locales y la dimensión del área geográfica quese pretenda cubrir. Los gastos anuales de funciona-miento rara vez están por debajo de los ciento cin-cuenta mil dólares. Para montar la televisión educa-tiva se necesitaban millones... Esos millones han sidogenerosamente ofrecidos por las grandes fundacio-nes (Ford, Carneggie, Rockefeller), grandes firmascomerciales, complejos industriales, universidades yparticulares. En el ario último existían ya 23 esta-ciones de televisión no comerciales (1).

El gran problema de las estaciones educativas ra-dica en sus posibilidades para emitir diariamente elnúmero suficiente de emisiones. De emisiones de ca-lidad, se entiende. Y para resolver esta dificultad, lasestaciones educativas se han agrupado en una red--The Educational TV an.d Radio Center— en cuyoseno intercambian sus mejores emisiones las estacio-nes agrupadas.

El cambio ha sido técnicamente posible dotando acada una de las estaciones educativas de la red deun equipo que le permite conservar las emisiones porella producidas. La "copia" de una emisión, llamadakinescope, se obtiene fotografiando directamente lasimágenes sobre la lámpara-pantalla y registrandosimultáneamente el sonido. El kinescope es fácilmen-te remisible por correo y puede ser utilizado en cual-quier momento como una cinta cualquiera de 16 mi-límetros por el aparato emisor de la nueva estación.

Merced al intercambio de kinescopes, bastaría quecada una de las 23 estaciones educativas de los Es-tados Unidos produjera diariamente dos emisionesoriginales de quince minutos cada una para que elconjunto de la red dispusiera de 46 emisiones dequince minutos, es decir, casi doce horas de emisión.De esta forma, las estaciones educativas pueden emi-tir prácticamente durante todo el día, a 1/23 del pre-cio a que le resultaría un programa totalmente ori-ginal. Pero, en la práctica, ninguna emisión produci-da por una estación es automáticamente utilizablepor otra. Sin embargo, estos intercambios aportanuna ayuda considerable a la televisión educativa.

Las estaciones de televisión educativa americanasacometen dos tareas bien distintas: emisiones escola-res propiamente dichas (de las que ya hemos habladoen el artículo precedente) y emisiones ordinarias des-

(1) Birmingham y Mumford, Alabama; San Francis-co, California; Denver, Colorado; Miami, Florida; Cham-paign-Urbana y Chicago, Illinois; Boston, Massachus-sets: Memphis; Detroit, Michigan; St. Louis, Missou-ri; Lincoln, Nebraska; Chapel Hill, North Carolina; Co-lumbus y Cincinnati, Ohio; Oklahoma City, Oklahoma;Pittsburg, Pennsylvania; Philadelphia, Pennsylvania;San Juan, Puerto Rico; Houston, Texas: Seattle, Wash-ington; Madison, Wisconsin.

4'i-,

Page 3: Televisión educación*0808500… · canización, la televisión revolucionaba completamen-te la enseñanza, liberando al maestro de sus tareas docentes relativamente más serviles

66—(254) REVISTA DE EDUCACIÓN

tinadas tanto a los adultos como a los niños y ado-lescentes que con ellos viven. Estas últimas com-prenden una gama extraordinaria que va desde laUniversity of the Air (La Universidad en las ondas).organizada por los establecimientos de enseñanza su-perior de Pennsylvania y en la cual son abordadostemas de alta cultura (2), hasta la Zoo Parade (Des

-file del Parque de fieras) de la TV educativa de Illi-nois, en la cual el Director del Zoológico de Chicagopresenta las especies que alberga. La Universidad deRochester lanza una emisión French for trave/ (Elfrancés para el viajero), lecciones en francés quecombinan breves reglas gramaticales con escenas delas situaciones más frecuentes en que puede encon-trarse quien viaje por Francia. El Rochester Institu-te of Technology, en la emisión Helping your Chi/dchoose a Career (Ayude a su hijo a escoger carrera ),examina los estudios que conducen a las diferentesprofesiones, da una idea de éstas e indica sus ven-tajas e inconvenientes. La Universidad de Iowa. enTele-farm fact (Los hechos de la granja por televi-sión) informa sobre los métodos más recientes decuidar el ganado, injertar los frutales o laborar lastierras económicamente... La Creighton University,bajo el nombre de That Income Tax, instruye a loscontribuyentes sobre la forma de redactar sus de-claraciones de impuestos. La Escuela de Bellas Ar-tes de California intenta que su público abra los ojosal arte moderno, a través de la emisión How to lookat modem. art. La Orquesta de Minneapolis inter-preta conciertos especiales para los niños, añadiendoa la música un comentario visual. La Universidadde California ha producido en el último ario diez emi-siones en serie sobre el átomo, con la colaboracióndel químico Glenn T. Seaborg, Premio Nobel.

Y éstos son sólo unos cuantos ejemplos al azar,entre las 4.800 emisiones de la TV educativa ameri-cana en 1957.

EXITO DE LA TV EDUCATIVA EN LOS EE. UU.

Las emisiones educativas han obtenido un éxitoinesperado en los Estados Unidos. Al principio, lasestaciones educativas procuraban situar sus emisio-nes en las horas clave de la radio comercial, con elfin de eludir la concurrencia con espectáculos másfáciles. Pronto se vió que tales precauciones eraninútiles y que una parte considerable del público,puesta a elegir entre una cantante de moda y unademostración científica (inteligentemente presentada,como es natural), prefería la última.

Las estaciones comerciales han aprendido la lec-ción y a su vez han procurado montar emisiones edu-cativas, no por razones idealistas, sino porque lasemisiones educativas resultaban remuneradoras. Rea-lizando sus emisiones con medios evidentemente muysuperiores a los de las estaciones no comerciales, conun mayor sentido de la forma de atraer la atencióndel público, hoy las mejores emisiones educativas es-tán sin duda a cargo de las grandes emisoras co-merciales de TV.

(2) La University of the Air proporciona brillante-mente un curso de español. V. Joseph Raymond:Adapting Spanish to the Teleclass, "Education", Junio de1955.

He aquí algunas de las populares entre las emi-siones educativas actuales transmitidas por estacio-nes comerciales:— WiSdoni, (Sabiduría), de la NBC (National Broad-

casting Corporation), es una serie de entrevistascon escritores, artistas y sabios de renombre in-ternacional. En septiembre del ario último, porejemplo, esta emisión presentó a Picasso. El pin-tor no pronunció una sola palabra, pero trabajóante el tomavistas como si se encontrara a solas.modelando un jarrón en forma de pájaro, dibu-jando al carbón sobre un muro blanco algunas desus deidades danzantes y dando al público dela TV uno de los espectáculos más prodigiososque existen: el del genio en acción.

— Life is ivorth living (La vida vale la pena de servivida) es la conferencia semanal de Mons. Ful-

ton J. Sheen, por la ABC (American BroadcastingCorporation).

- Through the Enchanted Gate (A través de la puer-ta encantada), una emisión de la NEC con la co-laboración del Museo de Arte Moderno de NuevaYork, estaba destinada inicialmente a estimularen los niños el desarrollo de la libre expresiónartística, con colores, telas, papel o cualesquieraotros medios materiales. La emisión está hoy di-rigida por igual a los adultos y constituye unaadmirable introducción a las artes plásticas con-temporáneas.

-- The Johns Hopkins Science Review (ABC, con lacolaboración de la Universidad John Hopkins),es la más antigua entre las grandes emisionescientíficas. Fué creada en 1948 con el propósitode hacer llegar al gran público las actividades delos laboratorios científicos.

— Adventure pretende demostrar que las aventurasde la Ciencia pueden ser tan apasionantes comolas de una novela. Esta emisión, montada por laCBS y el concurso del Museo de Historia Natu-ral de Nueva York, está generalmente conside-rada como una de las grandes realizaciones dela TV educativa. Ha presentado a los espectado-res, con lujo fabuloso de medios y extraordina-rio ingenio, temas tan diversos como la compo-sición de los cromosomas (con un "ballet" de genespara plantear las leyes de la herencia), las ga-laxias, la oceanografía (televisada directamenteen el fondo del mar) o el descubrimiento en unaturbera danesa del cadáver, perfectamente con-servado, de un hombre asesinado hace dos milarios.La serie de las siete extensas emisiones (una horacada una), ofrecida por la Compañía de Teléfo-nos Bell, en la estación CBS. Esta serie compren-día, especialmente: Our Mr. Sun, un prodigiosoreportaje sobre el sol, uniendo los últimos descu-brimientos de la Ciencia a una técnica artísticafuera de serie; Hemo the Magnificent (Hematí elMagnífico), historia de la sangre y de la circu-lación; "El extrafío caso de los rayos cósmicos",tratado a la manera de una investigación poli-ciaca; "La diosa desencadenada", sobre el tiem-po y la Meteorología.

- - Camera Three, también por la CES, se ha espe-

Page 4: Televisión educación*0808500… · canización, la televisión revolucionaba completamen-te la enseñanza, liberando al maestro de sus tareas docentes relativamente más serviles

TELEVISIÓN Y EDUCACIÓN 67—(255)

cializado en programas "humanos". El directorde la emisión, Robert Herridge, tiene la ambiciónde presentar a la sociedad americana reunida an-te las pantallas de TV el mismo problema que

los trágicos griegos planteaban a la sociedad ate-niense: el problema del hombre. Con esta inten-ción ha montado evocaciones del hombre de laEdad " .tedia y de la Roma de Augusto, obras deShakespeare, poemas de Whitman y adaptacionesde Dostoyewski, Twain y Melville.

Estas emisiones educativas de las grandes estacio-nes comerciales están preparadas con un cuidado ex-traordinario. Frank Capra, uno de los mejores direc-

tores de Hollywood, ha invertido cuatro años en po-ner a punto la serie de siete emisiones de la Bell Te-lephone ("Nuestro señor el Sol", etc.). ¡Cuatro añospara siete horas de espectáculo!

Cada emisión de la serie Adventure representa in-numerables investigaciones y precisa a menudo deverdaderas expediciones. Y los mayores sabios —unOppenheimer, un Seaborg-- no creen rebajar su dig-nidad trabajando para las emisiones de la TV edu-cativa. Y, evidentemente, el dinero no es para ellosproblema.

El resultado es un conjunto de lecciones de unariqueza, perfección y claridad de la cual, pobres pe-dagogos llegados penosamente hasta Montessori yDecrolly, no tenemos la menor idea. Pero estas emi-

siones prueban que la enseñanza, cuando está técni-camente bien preparada, puede luchar con éxito con-tra cualquier tipo de distracción. Cuando CameraThree comenzó hace dos años la serie de ocho emisio-nes sobre "Crimen y castigo", de Dostoyewski, hubode competir con una retransmisión del partido derugby Ejército-Marina.., y, no obstante, se calculóque Dostoyewski tuvo un público muy escasamentemenor al del balón ovalado.

El público está cansado de ser tratado como unniño, todos cuyos caprichos se halagan; la compla-cencia excesiva para sus gustos engendra el hastío."Yo les ruego, escribe un visoauditor de la NBC, quenos den algo que nos despierte y nos mantenga des-piertos; la TV ha sido demasiado tiempo un soporí-fero; no teman enseñarnos cosas, porque queremosaprender" (cit. por Time, 18 de Marzo de 1957, pá-gina 35). La mejor demostración de que estos senti-mientos coinciden plenamente con los del gran públi-co es el precio a que se pagan las buenas emisioneseducativas. Algunas de estas emisiones han llegadoa ser conceptuadas best sellers, éxitos seguros quese disputan las estaciones comerciales. La emisoraABC pagó hace tres años un sobreprecio especial-mente elevado para arrancar a la red Dumont, quetenia hasta entonces la exclusiva, las emisiones demonseñor Fulton J. Sheen y la Revista Científicade la Hopkins University. Tales emisiones, como losespectáculos dramáticos o históricos de "Omnibus",inicialmente sostenidos por la Fundación Ford, sonsufragadas ahora por los anunciantes.

La TV americana ha demostrado así algo muy im-portante: que la educación bien hecha es algo quepuede venderse y venderse caro. He ahí un hecho, ami entender, que ningún educador puede despreciar.

TV Y CULTURA POPULAR.

Nada de extraordinario tiene esto, si bien se re-flexiona sobre ello. La idea de que la cultura es unmedicamento amargo que no se puede hacer ingeriral paciente más que por la fuerza (azotes o exáme-nes), es un prejuicio de profesor incapaz. La ideade que la cultura no puede ser comprendida más quepor una élite, es un prejuicio de snob pretencioso.

Las emisiones educativas de mayor éxito en losEstados Unidos no representan, a mayor abundamien-to y por el mismo hecho de su éxito, una disminu-ción de la cultura, sino la depuración de la culturade cuantos elementos pedantes o snobs viene carga-da. Las emisiones que citábamos poseen, al mismotiempo que un nivel científico igual o superior a loscursos más enojosos de la enseñanza tradicional, lamás excelente técnica pedagógica. Iba a decir queuna excelente técnica dramática.

Y repito que no hay en ello nada extraordinario.Lo extraordinario era que la cultura quedara deste-rrada de los ocios populares, que la cultura aburrie-ra a la masa y que las distracciones de la masa hu-bieran alcanzado un nivel cultural tan lamentable.Ni los pueblos más primitivos separan la cultura delas distracciones. El actual divorcio entre cultura ydistracción es signo de una barbarie sin nombre. Yproduce gran consuelo ver, a través del ejemplo dela TV educativa americana, que tal barbarie no esinevitable.

El éxito de la TV educativa americana prueba que,si se permite durante un tiempo suficiente y de ver-dad el libre juego de la ley de la oferta y la deman-da, el público acaba por solicitar la cultura. Al prin-cipio, evidentemente, la demanda se encuentra domi-nada por la vulgaridad, porque el público de la TVúnicamente opera sobre la noción de los espectáculosvulgares a que estaba acostumbrado. Pero estos es-pectáculos vulgares, presentados día tras dia y des-de la mañana hasta la noche, cansan porque son gro-seros; es decir, en definitiva, porque son distraccio-nes técnicamente de baja calidad. En el plano decompetencia en que la TV se desenvuelve, puedenlas emisoras en un primer impulso intentar rivalizaren vulgaridad para atraer al público; pero la vulgari-dad es fácil de recorrer y pronto deja al descubiertosu último fondo. Automáticamente, para complaceral público, las estaciones deberán mejorar sus pro-gramas y, lo quieran o no, entrar en la senda de lacultura, porque de hecho los ocios culturales son ociosmejores, más sólidos, más finos que los ocios vul-gares. Pero, por tal razón, no cayeron en los Esta-dos Unidos en la pedantería y en el snobismo queconstituyen la vulgaridad de la élite. Bajo la presiónde considerables intereses —la TV es una de las gran-des industrias americanas— cuidar las emisoras unaperfección en las técnicas de presentación que la pe-dagogía escolar, abandonada a sus propios medios,no habría podido soñar jamás. Tales técnicas acusanfuertemente todavía, de cuando en cuando, el pesode la publicidad. Pero se irán refinando, sin duda al-guna, cada vez más. Así como ni el hombre másvulgar está por naturaleza vinculado a los alimentosordinarios, sino que se adapta fácilmente a la cocina

Page 5: Televisión educación*0808500… · canización, la televisión revolucionaba completamen-te la enseñanza, liberando al maestro de sus tareas docentes relativamente más serviles

68—(2561 REVISTA DE EDUCACIÓN

refinada si le es presentada habitualmente, de lamisma forma el público más popular, en un sistemade libertad absoluta y de gran competencia culturalcomo es el de la TV americana, acepta de buen gra-do pasatiempos culturales de buena calidad.

Se repite con frecuencia que la TV mata la lectu-ra y he señalado este tipo de objeción al comienzodel artículo. Pues bien: si las bibliotecas de présta-mo señalan efectivamente en los Estados Unidos undescenso considerable en la lectura de novelas deamor, crímenes o del oeste, acusan en el curso de es-tos últimos diez años un aumento próximo al cienpor cien en la circulación de los clásicos, de libroshistóricos o científicos. Emerson Greenaway, Directorde la Philadelphia's Free Library, considera quela TV ha significado algo en tal cambio, pues no enbalde en Filadelfia ha alcanzado la TV educativa el

máximo desarrollo (Time, 31 diciembre 1956, pági-na 35). En los comienzos del actual curso escolarinició por TV la Universidad de Nueva York un cur-so de literatura comparada. Lo temprano del hora-rio en que se transmitía —seis y media de la maña-na— no arredró, aparentemente, a los visoauditores.El profesor Floyd Zulli, encargado del curso, que co-menzara su estudio por Le Rouge et le Noir, dió unavuelta por la obra de Stendhal: un solo librero ven-dió 2.600 ejemplares en cuatro días; al cabo de unasemana no quedaba a la venta un libro de Stendhalen todo Nueva York. Bien sé que hechos como ésteno prueban en manera alguna que la TV sea, auto-máticamente, un instrumento cultural; pero sí, sinduda alguna, que puede llegar a serlo.

JACQUES BOUSQUET.

La investigación científicaespañola y la Educación

NacionalEN EL XIV PLENO DEL CONSEJOR SUPERIOR

DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS

Durante la primera semana de febrero de 1958 secelebraron en Madrid las reuniones del XIV Pleno delConsejo Superior de Investigaciones Científicas. Es-te Pleno revistió especial carácter en relación conlos de años anteriores, pues en sus jornadas se hizobalance de la obra desarrollada por la institución,desde su creación en el año 1940 hasta el momentoactual.

Bajo la presidencia del Jefe del Estado se celebróel acto de clausura en el que el Ministro de Educa-ción Nacional pronunció un discurso que por la ur-gencia de los temas planteados podrá encontrar ín-tegro el lector en estas mismas páginas. En este dis-curso, el señor Rubio señaló la íntima conexión entreel proceso educativo nacional y los buenos frutos dela investigación científica. Para el señor Rubio, lainvestigación científica no se inicia en la Universi-dad; "la investigación científica comienza, cuandomenos de una manera virtual, en la misma Enseñan-za. Primaria". Porque en la escuela se forma el im-prescindible clima de estudio que ha de crear en lasociedad la necesidad de descubrir verdades inéditas.De ahí /a íntima conexión entre investigación cientí-fica y Educación Nacional. No son cuestiones inde-pendientes o aparte. La una se sirve mutuamentede la otra, y han de trabajar unidas, unívocas y bajouna misma garantía de trabajo en común.

En el mismo acto, el Presidente del CSIC, señorIbáñez Martín, hizo balance de estos cuatro lustros(1940-1958) de investigación científica en España,desde aquellos tiempos en que la tarea investigadorapresentaba una proyección limitadísima, hasta lacreación de un ámbito nacional para la investigación,de una personalidad propia y sustantiva para la la-bor investigadora y el nacimiento necesario del inves-tigador profesional como elemento básico de estaobra. El señor Ibáñez Martín subrayó la condición decapital rentable de la investigación, como tambiénes un hecho indiscutible (repetido oportuna e incan-sablemente por nuestras jerarquías de la educación),que esta misma tarea de educación, en sus numero-sas facetas (construcción de edificios escolares, equi-pamiento de laboratorios, propulsión de la formaciónprofesional, etc.), es un capital rentable, y no sólopara el enriquecimiento espiritual y material del in-dividuo y de la sociedad española, sino incluso parala economía de la Empresa privada que se aventure.con el Estado, en los trabajos de la Educación Na-cional. Y si /a investigación. y la educación son capi-tales rentables, asimismo se constituyen en fuentecreadora de riqueza, por su proyección práctica so-bre la vida nacional.

El XIV Pleno del CSIC ha supuesto para el Con-sejo, además de todas estas garantías, la inaugura-ción de dos nuevos órganos de investigación cientí-ficas: el Centro de Investigaciones Biológicas, dirigi-do por el doctor don Gregorio Marañón, y el Insti-tuto Técnico de la Construcción y del Cemento (Di-rector. don Eduardo Torroja). que cuenta sobre sufuturo la responsabilidad de una doble realizacióntécnica y social corno garantía de las generacionesvenideras de España.

En las líneas subsiguientes el lector encontrará lomás relevante de cuanto aconteció de aleccionador yejemp7ar en estas reuniones, tanto para el científicocomo para el docente; para el investigador comopara el pedagogo. En fin de cuentas, la labor de am-bos, en. la escala nacional, nunca podrá discurrir in-