temporalidad y los niveles de la realidad en ruinas circulares de jorge luis borges
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Ensayo sobre el cuento Ruinas Circulares de Jorge Luis Borges.TRANSCRIPT
I
La literatura es un universo escrito, no sólo uno, si no miles de ellos. Por tanto, cuando se
habla de las posibilidades dentro de la obra, nos damos cuenta de que son infinitas. Al hacer
referencia a una obra de arte literaria al azar, siempre terminamos hablando de la
temporalidad dentro del relato, el contexto histórico y sobre todo de la estilística del autor,
pues de este modo es más factible evaluar la calidad de la obra. El lector se encuentra en
una constante relación con los factores mencionados anteriormente y muchos más para
poder llegar a una concretización de la obra y de esta manera comprehenderla.
Uno de los caracteres de la obra literaria reside en el carácter dialógico que crea con el
lector, por consiguiente en toda narración u obra ficcional se crea casi automáticamente un
pacto ficcional entre el autor y el lector, en el que el lector está consciente de que el texto
que tiene en las manos es una mentira y están dispuestos a seguir leyendo al aceptar la
posibilidad de un mundo diverso, un mundo representando la realidad del mundo.
En este ensayo me daré a la tarea, de dilucidar los niveles de realidad y encontrar la
correspondencia de estos con la creación de un nuevo ser en el cuento Ruinas Circulares de
Jorge Luis Borges, basándome en el texto Los Niveles de la Realidad de Italo Calvin.
Acorde al texto revisado, partiré de una frase como hace Calvino para agilizar los niveles
en las Ruinas Circulares.
Es importante que se retome la idea principal del cuento analizado. Ruinas circulares es un
cuento donde nos encontramos con un hombre que tiene como objetivo “soñar un hombre”,
el lograr este objetivo le lleva un poco de tiempo, sin embargo, el objetivo se cumple bajo
varios inconvenientes que encuentra tanto en su realidad como en los periodos de tiempo en
los que está dormido y soñando sobre la creación de un hombre.
II
Yo escribo que Borges cuenta que un hombre quiere soñar a un hombre
Si tomamos en cuenta el proceso de creación del cuento analizado, el primer nivel de
realidad que encontramos es la del autor que la escribe (el yo empírico, que es el que
materializa los caracteres en el papel) y el personaje mítico que es “el hombre que sueña”,
que tiene un objetivo. La focalización del personaje principal (El hombre que sueña) nos
introduce a la selva como un primer espacio de “mundo real” su realidad, en la que se
encuentra con un templo circular que va a convertir en un espacio fundamental dentro del
proceso de creación del hombre que se quiere soñar “Quería soñar un hombre: quería
soñarlo con integridad minuciosa, e imponerlo a la realidad” (pg. 62) “Buscaba un alma que
mereciera participar en el universo” (pg. 63)
Yo escribo que Borges cuenta
En la narración hay dos planos temporales y espaciales esenciales: la realidad y el sueño.
Que hacen que la narración sea lineal, porque los periodos de sueño del protagonista son
parte de la realidad del protagonista, pero una vez inmerso en el sueño, se crea una realidad
espacial, mental, que es el segundo o tercer nivel de realidad.
Según Italo Calvino, para acercarnos a identificar los niveles de la realidad, es más fácil
suponer que el texto que tenemos frente a nosotros es narrado en primera persona por el
protagonista. Propone que la esencia del problema va direccionado hacia que “Las capas
sucesivas de subjetividad y de ficción que podemos distinguir bajo el nombre del autor, los
diferentes yo que componen el yo de quien escribe.” Y que “la condición preliminar de
cualquier obra literaria es la siguiente: la persona que escribe debe inventar a ese primer
personaje que es el autor de la obra” (pg. 346).
Borges cuenta que un hombre
Aplicando esto al texto, la narración no es en primera persona, el narrador del cuento es
omnisciente, por lo que el primer nivel de realidad es el yo empírico (escritor) y a este nivel
se empalma un segundo nivel, en el cual el protagonista se mueve en su plano de realidad,
dicho plano se encuentra en una de las capas de subjetividad que surgen a partir de la
narración que efectúa el autor, en este caso, ha elegido tener un panorama más amplio
donde se observa a dos personajes que se desarrollan en diferentes planos de realidad, pero
la existencia del protagonista depende de la existencia del otro.
Después surge el tercer nivel de realidad, que corresponde al protagonista “el hombre que
sueña” cuando se dispone a dormir para soñar al hombre. En donde dentro de esta realidad
mental, el “hombre que sueña” se sueña a él mismo interactuando con el “hombre soñado”
que evidentemente solo existe dentro de ese plano de realidad.
Dado que el autor de una obra literaria busca imitar y recrear la realidad que conoce, regida
por reglas e imposiciones sociales, se podría decir que la humanidad está previamente
programada, de este modo, sucede con el hombre que sueña, es inconsciente de que él
mismo es el producto de otro individuo que sueña.
Según Italo Calvino, el autor pone en juego al escribir la proyección de sí mismo, puede ser
una proyección verdadera o la proyección de un yo ficticio, de modo que al escribir, se crea
una proyección de un producto de la mente del escritor, visto desde esta perspectiva, Ruinas
circulares es un claro ejemplo de la creación literaria y de la proyección del
desdoblamiento de las capas de yo dispuestas por el autor. Ya que hay varias facetas del yo,
dentro de una narración, está claro que dichas variaciones vienen de la necesidad de la obra
para satisfacer la cultura colectiva y la representación de la realidad. Esto se muestra en
cierta parte del relato: “Temió que su hijo meditara en ese privilegio anormal y descubriera
de algún modo su condición de mero simulacro. No ser un hombre, ser la proyección del
sueño de otro hombre” (pg. 68).
El proceso de creación del “hombre soñado” por el “hombre que sueña” es arduo, lo que
hace que se compare con el proceso de creación de una obra literaria. Donde el hombre que
sueña es el escritor y el hombre soñado es la obra literaria; se conjuntan aspectos de la
personalidad del «hombre ideal» y aspectos que recrean la realidad que se conoce. De este
modo, el hombre soñado (obra literaria) es el producto del hombre que sueña (escritor), en
la narración se hace referencia a esto de una manera particular, aludiendo al hombre que
sueña como un padre y un Dios: “Ahora estaré con mi hijo” […] “El hijo que he
engendrado me espera y no existirá si no voy” (pg. 67)
III
Borges deja ver en su cuento el proceso de la creación. "Este proceso mágico había agotado
el espacio entero de su alma; si alguien le hubiera preguntado su propio nombre o cualquier
rasgo de su vida anterior, no habría acertado a responder" (pg. 62). Se comprueba la
condición de la capacidad de creación de los demás individuos en este fragmento del
cuento. «Noche tras noche lo soñaba dormido» pg. 65. Esto da pie a que si soñaba a su
creación dormido, cabía la posibilidad de que el mismo aun siendo un ser inexistente
pudiera soñar, y por consiguiente crear. Lo que nos lleva a un ciclo sin fin, de la creación.
Por otro lado, el papel de los personajes dentro de la obra tiene una función específica. El
protagonista, da pie o abre la perspectiva de la narración y por lo tanto el primer nivel de
realidad. Sin embargo, no es necesario que un personaje protagonista tenga una sobrecarga
de interioridad, la función del personaje puede compararse con la de un operador, “Si su
función está bien definida, puede limitarse a ser un nombre, un perfil, un jeroglífico, un
signo” (Calvino: 1985, 349).
En Ruinas circulares, la proyección del sueño del protagonista (el hombre soñado), no tiene
un nombre, pero existe dentro de la mente del otro, de manera que una vez que éste hombre
está listo para nacer, su creador decide que lo llevará a otro de los templos para que esta
proyección no tuviera consciencia de que era nada menos que un fantasma, una proyección.
Como mencioné anteriormente si la función de un personaje está bien definida, basta para
dar pie ya sea a una realidad distinta o ser el determinante para llegar a una concretización
del lector, para llenar los espacios vacíos y que el lector cree una correspondencia con la
secuencia de la narración.
Encuentro que en la narración, se plantea una situación de creación del hombre cual sucede
de manera parecida en el catolicismo. Por tanto, Borges crea un personaje con la capacidad
de creación comparándola con la historia bíblica, cuando el primer hombre es creado del
barro. En la escritura de Borges se observan temas recurrentes como lo son el sueño, la
otredad, el universo como libro de Dios, lo ficticio y lo real. En este cuento, se encuentran
todos estos elementos en pequeñas parte de la narración; sobre todo la cuestión del universo
como libro de Dios, el sueño y el desdoblamiento del yo.
El “hombre soñado” es evidentemente una proyección de la esencia del “hombre que
sueña”, porque en un fragmento del texto menciona: “Una tarde (ahora también las tardes
eran tributarias del sueño, ahora no velaba sino un par de horas en el amanecer) licenció
para siempre el vasto colegio ilusorio y se quedó con un solo alumno. Era un muchacho
taciturno, cetrino, díscolo a veces, de rasgos afilados que repetían los de su soñador”
(pg. 64). Aquí creo que la al decir “de rasgos afilados a los de su soñador” da un atisbo de
que este “hombre soñado” es además de una proyección de su mente, puede ser él mismo,
soñando una mejor versión de él.
A partir de este cuento, concluyo con que existe una infinidad de posibilidades dentro del
universo de la palabra escrita, de encontrar cada una de las partes constitutivas de la
construcción de lo que se narra para concretar los niveles de realidad en conjunto con la
temporalidad manejada dentro de la creación de dichos niveles, que son creados tanto por el
escritor como por los personajes. El cuento remite a la creación del hombre, de un
individuo ideal, se puede inferir que Borges hace alusión a la creación literaria y el proceso
que requiere.
Además de esto, el cuento está en constante cambio, parece que la secuencia es lineal por el
tiempo manejado pero el espacio cambia eventualmente, se pasa de un templo a otro,
templos circulares; la circularidad se vincula con lo cíclico, con procesos que se repiten, no
hay un comienzo ni un final como tal, sino que la misma situación eventualmente vuelve a
suceder. Por lo tanto, si el proceso de creación del “hombre soñado” pasa por varios ciclos
y/o procesos y de esta manera, estaría listo para nacer. Como la manipulación de la realidad
se encuentra en manos del universo escrito, en realidad no hay una realidad fija, la realidad
es materia maleable y en una obra literaria no hay una realidad, sino niveles de realidad que
determinan la realidad del texto.