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TERRAFORMA No. 2 Geopolítica y Análisis Espacial

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Geopolítica, análisis espacial

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TERRAFORMA No. 2

Geopolítica y Análisis Espacial

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Enero, 2015

GEOPOLÍTICA Y

ANÁLISIS ESPACIAL

NÚMERO

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Número 2

SEMANARIO PERMANENTE DE GEOPOLÍTICA

TERRAFORMA

Coordinador y responsable del proyecto PAPIIT: Leopoldo González Aguayo

Editor Alberto Paredes Zúñiga

Índice

Editorial 4

Geografía política y geopolítica

Alberto Escalona Ramos 5

Reflexiones sobre la teoría de las Relaciones Internacionales 12 Adán Miguel Rodríguez Pérez

Sobre una geopolítica bolivariana Emmanuel Islas Herrera 26

El Estado y la seguridad energética: El Litio y su importancia en el contexto de la geopolítica. 35José Manuel Gil Cruz

Convocatoria 45

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Número 2

SEMANARIO PERMANENTE DE GEOPOLÍTICA

Editorial

La formación intelectual de los estudiosos de las ciencias sociales requi-ere de mirar atentamente al trabajo que realizan los diferentes inves-tigadores en el campo de estudio que se abarca para dar cuenta de eventos y perspectivas que nos ayuden, primero, a entender un poco más del mundo, y luego, que nutra el trabajo propio de visiones dis-tintas que refresquen la visión acotada por las posibilidades mismas del individuo. Sin embargo, esta lectura constante, atenta, de lo novedo-so se perdería en gran medida sino se mirara a través del lente del tra-bajo pasado, de los pilares que han cimentado estas ideas renovadas.

Conscientes de esta necesidad que los interesados en la geopolítica, como parte de la ciencia social, el número 2 de Terraforma presen-ta un conjunto de colaboraciones que abarcan el análisis necesario de lo novedoso, de las plumas noveles que nutren el campo, en conjunto con el trabajo fundamental y valioso de uno los primeros autores que abarcaron esta disciplina en nuestro país: Alberto Escalona Ramos.

El trabajo que aquí presentamos de Escalona Ramos represen-ta una de las más lúcidas y concisas conceptualizaciones del cam-po de estudio de la geopolítica. Un texto valioso en dos vías, ya que, es un inicio inmejorable para aquellos que comienzan a ad-entrarse en el campo de estudio, mientras que, para los lecto-res que posean un bagaje más amplio en este campo, es un pun-to de inicio para rediscutir los límites del campo de estudio, así como la perspectiva teórico-metodológica que propone este vali-oso autor que merece ser rescatado para su estudio actualizado.

Este número de Terraforma conjunta tiempos distintos para pensar el mismo espacio, y así, seguir con el objetivo con que la publicación fue fundada: un compromiso intelectual de la co-munidad universitaria por explicarnos nuestro espacio y tiempo.

Alberto Paredes

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Geografía política y geopolíticaAlberto Escalona Ramos1

Aunque en la época greco-romana hubo pensadores, geógrafos e historia-dores que hablaron de Estado y Política, debido a que su concepto mismo de Estado era el de una gran urbe (polis o civitas), la Geografía política no podía ser pensada a la madera “fáustica” o europea de nuestros tiempos y de hecho no existió como tal, a pesar de lo que, como atisbos, se encuentran en las observaciones de Hipócrates, Heródoto, Hecateo, Platón, Aristóte-les, Polibio, Estrabón, Tolomeo, etc. Esto no quiere decir que no haya una geografía política de esas épocas, n9 que no existieran varias geopolíticas, sobre todo a partir de las guerras médicas y púnicas hasta el fin del Imperio Romano, sino que ellas fueron pensadas como si fueran las de una urbe gigantesca.

El concepto actual de Estado no arranca del de “Status” de la Edad Media, sino del de la época renacentista cuando las grandes individualidades se destacaron frente a su grupo y aparecieron los grandes artistas persona-les, los grandes descubridores, los primeros grandes artistas personales, los grandes descubridores, los primeros monarcas y, por tanto, los primeros Grandes Estados del siglo XV-XVI. Es en la época de los grandes des-cubrimientos cuando aparece también la obra del Maquiavelo (1513) y las obras de los primeros historiadores de América con sus descripciones geográficas y políticas; es la época también de la consolidación de los Esta-dos, que actúan a menudo a través de su diplomáticos. De hecho, entonces, empieza a existir la Geografía Política con Jean Bodin, y Giovanni Botero

1 Extracto de la obra publicada en 1959.

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y se define la noción de Estado (XVI). En el siglo siguiente, Montesquieu ya hacía observaciones como ésta: el clima condiciona el establecimiento de las leyes, poniendo los Estados grandes en las regiones cálidas (Persia o India), las monarquías absolutas en las templadas y las repúblicas en las frías.

Pero la Geografía Política nació como tal, bastante después, en Alemania. Se formó por la necesidad de dar a ésta una unidad estatal, pues aunque de hecho era una Nación (po tanto vínculos de “raza”, tradición, lengua, cos-tumbres, etc.), no constituía una unidad política, un Estado general, como lo eran sus vecinos del oeste desde los siglos XV.XVI, Inglaterra, Francia, España, Portugal. Esta necesidad política (y económica) debió ligarse a la idea tradicional del Sacro Imperio Romano Germánico medioeval que vino a acabar en la época de Carlos V, y a la filosofía política de sus pen-sadores e historiadores a partir de Kant y Hegel con su concepto luterano del Estado absorbente y de Herder con su determinismo histórico basado en el espacio. (Este autor fue quien acuño la frase: “toda la historia habría cambiado si la fuerza que creó nuestra Tierra hubiera alterado la forma de las montañas y de los mares”.)

Fue Alejandro de Humboldt, a principios del siglo XIX, con su “Ensayo político de la Nueva España” quien presentó la primera gran obra de con-junto de Geografía Política. A fines del siglo, Ratzel, publicó su Antropo-geografía y su Geografía Política, en las cuales destacó el valor y el sentido del Estado y las interacciones del hombre y su suelo /relieve, clima, cul-tivos, paisajes, etc.); ambas obras alcanzaron una gran difusión y sentaron una de las bases de la Geopolítica con su concepto del Estado como un “organismo territorial” y del Lebensraum o espacio vital como “territorio apropiado a la realización de un ser político”. El subtítulo a la segunda obra era: “Geografía de los Estados, del Comercio y de la Guerra”.

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Los estudios de Geografía Política se destacaron en Francia con los nom-bres de C. Vallauz y de J. Bruhnes; en cambio los de Geopolítica fueron vistos con desconfianza, sobre todo después de la Primera Guerra Mun-dial, por considerarla una creación alemana que se emplearía como instru-mento político de revancha y de afán de hegemonía. Se temía la reacción “irracionalista” de una potencia que se había formado a base de “razón” (filosofía, ciencia y técnica).

Más adelante presentaremos las ideas de los geopolíticos posteriores más conocidos, Mahan (de Estados unidos) , Mackinder (de Alemania) y Haushofer (de Alemania): Mahan señalando a los Estados Unidos el ca-mino del mar, Mackinder mostrando inconscientemente a Inglaterra el fin de su imperio marino y el nacimiento de las potencias terrestres y Hausho-fer incitando a Alemania a ponerse frente a estas potencias.

X.- A reserva de ocuparnos más ampliamente, en otro lugar, de la Geopo-lítica –ciencia desarrollada como tal en nuestros días—, propia de Occi-dente pero adoptada ya por el Oriente, es utul presentar aquí su diferencia con la Geografía Política.

En tanto que ésta es una ciencia de descripción, de localización razonada, la Geopolítica es la aplicación de lo geográfico a la práctica, a la política. La primera tiene un carácter más bien estático; la segunda, en cambio, es fundamentalmente dinámica. La primera estudia “condiciones”, la segun-da plantea “procesos” de acción.

Los geógrafos políticos no concuerdan a menudo con los geopolíticos.

La Geografía Política es la ciencia de la localización razonada de los he-chos y fenómenos de carácter político, especialmente los relacionados con el Estado, que se refieren a la superficie de la tierra. O, dicho en forma más

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breve, es la “Geografía de los Estados”. O, según Weigert, el estudio de las “relaciones espaciales de los Estados”, de los “Espacios- Estado”

Usando ideas de J. Vicens Vives, puede decirse que: Se propone descu-brir las influencias materiales –el suelo y el espacio— que actual sobre los acontecimientos políticos de las naciones, los Estados y los imperios (relacionados, naturalmente, con los económicos, demográficos y sociales) y averiguar al mismo tiempo, la reacción de estas agrupaciones humanas (con su propio sentido de “raza” y “espíritu”) sobre el medio geográfico, modificándolo, interviniéndolo, creándolo.

La Geopolítica, en cambio, es una Geografía Política aplicada. Según las ideas de Haushofer, es el arte de guiar la política basada en el territorio.

La política o ideas políticas y, por tanto, la Geopolítica se transforman de acuerdo con la Historia a la que representan y con la parte del mundo en la que se realizan.

La Geopolítica moderna se va desarrollando paralelamente a las nuevas técnicas derivadas del uso de los nuevos conocimientos acerca del cosmos y de la materia. Antiguas ideas adquieren nuevas formas de expresión.

“En nuestros días, la tendencia de la historia es crear imperios cada vez más grandes, porque las crecientes hazañas culturales del hombre han acarrea-do su mayor capacidad para dominar los espacios. La nuestra es una era de Historia Continental, cuyo curso lo determinarán las grandes potencias que dominarán los grandes espacios” (H.W. Weigert). (Estas parecen ser las ya señaladas: Estados Unidos, Rusia, Europa Occidental, China, India, el Islam)

La Geopolítica ya no puede implicar ideas estáticas como la del antiguo “equilibrio del poder” o de potencias, en Europa y en el Mundo; sino las dinámicas, como las de un equilibrio en movimiento –como el de una

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rueda que lo conserva rodando—, especialmente desde que se inició el despertar nacionalista de los pueblos de color que han roto el viejo equili-brio estático. La Geopolítica piensa ya en la aparición de generaciones de gobernantes continentales de diferentes colores de raza.

La nueva Geopolítica va cargada de energía de desintegración e integra-ción como la del átomo y el universo. Se le puede conocer, como se conoce la estructura del átomo, pero también se la puede aplicar como se aplica la energía interna de éste. La Geopolítica de las potencias mayores ya las hace “pensar en función del poder mundial y del gran espacio” (Haushofer)

Así, según sugiere Strausz Hupé, la Geopolítica, más que una pura ciencia política, puede ser un arte de estadista, una metodología para la acción política, una “estrategia política de carácter global”. Puede ser, por último, en su forma violenta, “una lucha por el espacio y el poder”. (Expresión que recuerda la agresiva y paralela tesis marxista de la lucha de clases por el poder, especialmente de la clase obrera”.

“Cada nación combate ahora (1942) para su supervivencia; no habrá cuar-tel para los débiles; surge un mundo nuevo dividido en bloques dominados por las naciones más fuertes que sobrevivan. (R. Strausz H). Es decir, surge un mundo dividido en bloques plurinacionales o pluriestatales, como los que ya han aparecido en el mundo sobre todo después de la Segunda Gue-rra Mundial. Sólo amplias posesiones territoriales bien dotadas garantizan la supervivencia; los actuales conceptos de grandes fronteras y estas mis-mas, son transitorios.

De acuerdo con nuestro concepto: La Geopolítica es la ciencia y arte o técnica de la aplicación del conocimiento de los factores geográficos, polí-ticos e históricos, en acción recíproca y conjunta, para el dominio político del espacio ( con todo lo que tal dominio implique en lo económico, social y cultural), previendo y aprovechando – como es propio de toda ciencia y

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técnica— las desigualdades de efectos que éste pueda causar debido a la desigualdad de acción de cada una y de todas estas causas juntas.

Puede hablarse, pues, de una geopolítica urbana como de geopolíticas re-gionales, nacionales e internacionales. Las tres primeras se designan con el nombre de planeación o planificación.

Esta ciencia-técnica procura formar geopolíticos, de cultura verdadera-mente enciclopédica, más o menos provistos de intuición y astucia, que su-gieran métodos a los realizadores, para su aplicación en la política urbana, regional o internacional. Pretende prever el futuro como lo hace cualquier ciencia, y modelar –en lo nacional e internacional— el espíritu de los pue-blos, de acuerdo con este futuro, sobre todo si tiende a convertirse en una pan-ciencia geográfico histórica.

Para ella no existen espacios que no encarnen ideas con contenido político, aunque puedan ser mal usadas.

En sus formas generosas, la Geopolítica puede enseñar a “emplear los fac-tores geográficos, para na mejor comprensión de la política” nacional e in-ternacional. Por ejemplo, si – como recuerda Weigert— se tiene en cuenta que “cada nación reacciona en forma específica ante los factores geopolíti-cos, y que, por tanto, suelo, mal y espacio deben tener significados funda-mentalmente diferentes para rusos, alemanes, japonés chinos y norteame-ricanos”, entonces hay que saber comprender esto para poder analizarlo.

En cambio, cuando se emplea para arma para dominar uso Estados a otros y para la guerra, entonces tiende a obtener un valor negativo. Por lo demás, esto no debe extrañar, pues en toda la historia del hombre siembre ha ha-bido muchos instrumentos. Medios de trabajo, ciencias, que se han trans-formado en armas ofensivas. En forma descarnada, recuerda esto Oswald Spengler al contestar una pregunta de William R. Hearst a propósito de si “¿Es posible la paz mundial?” (1933): “Hay una lucha por el poder para

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llevar a cabo la propia voluntad, la propia ventaja, o la propia idea de lo que es justo o útil, y si fallan otros medios, siempre se empleará la fuerza como último recurso, se podrá llamar criminal” al individuo que emplea la fuerza; “revolucionara” o “traidora” a una clase; “Sanguinaria” a una nación; pero eso no cambia la cosa. El comunismo mundial de nuestros días habla de sus guerras como “revoluciones” (Esto es geopolítica); y si el mundo fuera una federación de Estados, se llamarían “revoluciones” a las guerras… “la paz es un deseo y la guerra es un hecho” y “si los pueblos blancos están de-cididos a no hacer más guerras, las razas de color las harán y se convertirán en las duelas del mundo” (posibilidad de una política derivada de esto). )En su libro “Años de decisión” escrito por entonces, 1933, añade que estas guerras las dirigirán en el futuro los ejércitos y no los partidos, ni los plo-tócratas directores de éstos: “los ejércitos especializados y no los partidos son la futura forma de poder”. Si llega la revolución mundial, “por mucha que sea la fuerza con que estalle, no terminará en victoria ni derrota, sino en resignación de las masas que empuje hacia adelante”).

Fuente: Escalona Ramos, Alberto. Geopolítica Mundial y geoeconómica. Ediciones Ateneo. México, 1959.

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Reflexiones sobre la teoría de las Relaciones Internacionales

Adán Miguel Rodríguez Pérez 2

1. De qué modo podemos considerar que el pensamiento político y social de la antigüedad contribuye a la disciplina de las Relaciones Internacio-nales

El pensamiento político y social de la antigüedad es muy importante para la construcción teórica de la disciplina de las Relaciones Internacionales, y en general de las ciencias sociales, ya que ayudó a la formación de la di-plomacia – sentando las bases para la política exterior de los Estados-, y de una filosofía política que contribuyó a la instauración de la organización política interna.

Por otro lado, el pensamiento aristotélico fue muy importante para la ge-neración de un método de conocimiento e investigación que se pudiese aplicar a las ciencias sociales, a través del pensamiento dialéctico y de la generación del método deductivo.

Asimismo, en cuanto a la construcción teórica, considero que muchas de las ideas de pensadores como Tucídides, Dante Alighieri, Maimónides, Sun Tzu, Arthasastra Kautilya, entre otros, fueron cruciales para la poste-rior elaboración de la doctrina del poder, que en Relaciones Internaciona-les se conoce como realismo político – siendo éste uno de los principales paradigmas dentro de esta disciplina. Es de esta forma, que estos teóricos rescatan elementos que siempre han caracterizado a las relaciones entre los 2 Licenciado y Maestro en Relaciones Internacionales por la FCPyS de la UNAM.

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Estados, me refiero específicamente a conceptos como el de imperio, po-der, potencia, Estados fuertes y débiles, seguridad, el binomio guerra-paz, la importancia del poder militar, la estrategia, la conquista de territorios y las alianzas, cuestiones que siguen siendo actuales.

Por otro lado, también considero que el pensamiento de la antigüedad, en particular, aquel que tiene que ver con la idea de discurso divino y del poder terrestre es muy importante, no sólo porque contribuyó a generar una visión de la división entre el poder espiritual y terrestre, sino también porque este pensamiento divino ayudó a la formación del pensamiento de grandes potencias como Estados Unidos –con sus ideas del Destino Manifiesto-, Israel –con sus ideas de excepcionalidad–, o de Rusia –con sus ideas geopolíticas de ser la heredera de Roma, así como su discurso mesiánico que la llevo a expandirse por Eurasia en el siglo XVIII y XIX. Ideas que aun hoy día prevalece en el pensamiento político de varios de estos países.

Por otro lado, el pensamiento de la antigüedad, sin lugar a dudas, también contribuyó a la construcción de conceptos que son muy contemporáneos como el de la democracia o el de libertad. Por todo lo anterior considero que las ideas expresadas en la antigüedad son vigentes en las Relaciones Internacionales contemporáneas.

2. A partir de la lectura de Tucídides argumente las razones para consi-derarlo un precursor de las Relaciones Internacionales

Si bien Tucídides es uno de los padres de la historia, también puede ser considerado como un precursor de las Relaciones Internacionales. Esto lo podemos apreciar en su obra sobre las guerras del Peloponeso, en particu-lar en el Dialogo de Melos y en la oración fúnebre de Pericles, ya que en ambos escritos se mencionan una serie de hechos que tienen que ver con

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las relaciones entre los Estados y con situaciones de estado de guerra, que llamaríamos conflictos interestatales en la actualidad.

Por ejemplo, en dialogo de Melos se habla sobre cuestiones de seguridad, de conquista territorial, de neutralidad y de poder entre las entidades en conflicto. En ese caso, las relaciones de poder entre una potencia como lo fue Atenas y un estado débil que sería la isla de Melos. Esto se puede resumir de una manera muy adecuada en la siguiente frase “ (…) en el razonamiento humano lo justo vale cuando hay igualdad de fuerzas y los poderosos hacen lo que les permiten sus fuerzas mientras que los débiles ceden.” Lo anterior es una constante en relaciones internacionales, los países fuertes siempre tratan de subordinar a los países débiles de diversas maneras -vía económica, militar o forzando alianzas.

Pero no sólo Tucídides habla sobre la guerra, las condiciones que priman en ella y los temas de seguridad, sino también hace hincapié en cuestiones de organización política como en la Oración fúnebre de Pericles. En dicha obra, Tucídides recalca cuestiones de un sistema político que se congratula de ser ejemplo de admiración e imitación por parte de otras entidades. Y ello se puede relacionar en la actualidad con el discurso de varios países como Estados Unidos, país que hace resaltar sus valores e ideales, entre los que se encuentran la libertad, la democracia; y el ser una república admira-da por otros países, no solamente por su sistema político, sino en general por su modelo de vida y de desarrollo económico.

Por estas razones, considero que Tucídides es un primer iniciador de las Relaciones Internacionales, ya que el contexto en que vivió -que como ya señale fueron las guerras del Peloponeso- y la obra que desarrolló, di-rigida a contar los acontecimientos que se sucedieron en dichas guerras, sirvieron para darnos un panorama general de las relaciones entre diversos sistemas de organización política, es decir, Tucídides contribuyó a la for-mación de la diplomacia; nos mostro las luchas de poder que hay en medio

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de confrontaciones entre potencias; y nos detalló que el estudio de la histo-ria, y el conocer las ideas políticas pasadas son muy importantes para poder entender el comportamiento de muchos Estados, incluso en la actualidad.

3. Señale los elementos del mundo medieval que son preocupación de San Agustín, Dante y Maimónides, y que puedan considerarse en las relaciones internacionales contemporáneas

Uno de los puntos más importantes que podemos encontrar en el pensa-miento de San Agustín, Dante y Maimónides es lo referente a establecer una conexión y una diferenciación entre el poder terrestre y el espiritual, en un mundo que se encontraba ante profundos cambios, debido a la des-integración del imperio romano y a la anarquía que esta situación había provocado.

El pensamiento de estos tres filósofos tenía en común una preocupación fundamental que giraba en torno a cómo organizar a la sociedad de enton-ces. Para ellos, el hombre es por naturaleza un animal social o político (para Maimónides) dotado de habla, por medio de la cual puede comunicarse y entablar diversas relaciones con otros hombres, por lo que necesita de una comunidad política para alcanzar la perfección.

De esta forma, los tres pensadores trataron de encontrar la mejor solución para restablecer la paz en el mundo, que como ya se indicó, estaba en anarquía a consecuencia de la falta de una autoridad, y para este fin era necesario establecer una organización política fuerte, con un gobernante sabio, que por medio de la justicia y de la ley -ya fuera esta derivada del soberano, de la biblia o de las profecías- restableciera el orden y dirigiera a la sociedad. Para lograr este objetivo proponían establecer: una Ciudad (República), como lo exponía San Agustín; una Monarquía (Imperio), desde el punto de vista de Dante; o un Reino, para Maimónides.

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Todas estas formas de organización política debían seguir los principios de la democracia –con excepción de Dante Aligheri- , la libertad -entendida como el libre albedrio de los gobernados y gobernantes- y el sometimiento de los gobernados a los mandamientos de los gobernantes para vivir en ar-monía. De esta forma, se terminaría como lo propuso Dante Aligheri con “los regímenes políticos desviados, como las democracias, las oligarquías y las tiranías que mantienen en la servidumbre al género humano.”

Siguiendo con las ideas plasmadas por los pensadores que se abordaron previamente, se podría decir que todavía es vigente este tipo de pensa-miento en las relaciones internacionales, sí consideramos que se vive en una anarquía a falta de un gobierno universal, donde la ley del más fuerte es la que prevalece en el mundo. Si bien, a lo largo del tiempo se pudo consolidar un sistema de Estados a nivel internacional, y se ha tratado de establecer un sistema de derecho internacional que regule la vida de las naciones – a semejanza del hombre que vive en sociedad-, por medio de organizaciones internacionales como la ONU, esto no se ha logrado, por lo que continuamos viviendo en un mundo en constante guerra donde se busca la paz, al igual que en la época medieval.

San Agustín y Maimónides, a mi parecer, no destacan tanto como sí lo hace Dante la cuestión imperial y su carácter divino. Si bien, San Agustín y Maimónides basan su pensamiento, el primero en la biblia y en la filoso-fía clásica para la fundación de la ciudad, y el segundo en la profecía para construir la ley que rija a la nación judía, es Dante quien enarbola el papel mesiánico y de la naturaleza por el que son construidos los imperios. Un pensamiento muy vigente en la actualidad en varias de las grandes poten-cias mundiales.

Como ya indique en párrafos anteriores, Estados Unidos ha sido uno de los que mayormente han utilizado el discurso de ser la nación elegida por Dios para llevar la civilización al mundo, un pensamiento que ha justifica-

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do y justifica sus acciones e intervenciones en diferentes partes del mundo. Hay que recordar que esta supuesta civilización se impone a través de lo que los estadounidenses consideran como la exportación de sus ideales democráticos y de la libertad -entendida como elecciones para imponer gobiernos a fines a los intereses estadounidenses y la salvaguarda del libre mercado.

Pero Estados Unidos no ha sido la única nación que ha utilizado la for-ma del pensamiento divino y la supremacía que la naturaleza les ha dado para imponerse como imperios en el mundo. Rusia desde sus inicios como nación también enarboló estos ideales, como forma de justificar su expan-sionismo hacia Asia y Europa. Pensamiento que mantuvo la URSS para seguir sojuzgando a los pueblos que componían este vasto imperio, y para construir sus zonas de influencia durante la guerra fría. Asimismo, este tipo de pensamiento sigue prevaleciendo en la mente de la élite política y militar de ese país. Pensamiento que es la base para el reposicionamien-to de Rusia como potencia en el mundo, y que seguramente otros países como China o Irán también poseen.

4. Reflexione sobre la especificidad cultural del pensamiento político y so-cial de China y la India, y las coincidencias o diferencias con la historia del pensamiento occidental

A pesar de que a veces se puede pensar que Occidente es más desarrollado política y socialmente que el Oriente, en textos de la antigüedad podemos apreciar que esto es una falacia, ya que sí estudiamos el pensamiento polí-tico y social tanto de Oriente como de Occidente, encontramos que tienen grandes similitudes en sus formas de ver y organizar al mundo. Prueba de ello es la doctrina militar desarrollada en India y China, la cual ha in-fluenciado de una manera muy amplia a la estrategia militar del llamado mundo occidental.

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Por otro lado, considero que aunque no se pueda hablar de un vínculo directo entre el mundo occidental y China e India en la antigüedad, es-tas últimas culturas también han aportaron mucho al desarrollo científico, cultural y político de Occidente, y no únicamente en el ámbito militar, con inventos tales como la pólvora, la rueda, el papel, entre otros que revolu-cionaron al mundo en su conjunto.

El arte de la guerra de Sun Tzu y el fin de la política séxtuple de Artha-sastra son dos obras que todo estratega debe conocer en el ámbito militar y de la vida personal y empresarial. Si bien, la guerra moderna ya no ne-cesita de un campo de batalla y las armas son muy avanzadas, las técnicas para llevar a cabo un conflicto bélico siguen siendo las mismas que las que desarrollaron ambos pensadores, aunque claro con cierta modernidad. De esta manera, el terreno y la conquista de territorio, así como el aprovisio-namiento y las guerras rápidas siguen siendo puntos indispensables para ganar batallas sin derramar tanta sangre.

Desde mi punto de vista, Sun Tzu puede ser considerado como el padre del pensamiento estratégico militar, ya que en su obra del arte de la guerra detalla con gran exactitud cómo se puede ganar un conflicto bélico sin emplear tantos recursos, siendo la base para triunfar en cualquier conflicto el engaño. Asimismo, me resulta muy interesante que desde la antigüedad, y en particular en China, ya se analizaban no solo las estrategias y la forma para combatir desde una manera ofensiva y/o defensiva, sino también la creación de fuerzas especiales y equipos de inteligencia basados en el espionaje. Instrumentos que en la actualidad siguen siendo los elementos más importantes en los sistemas de seguridad de los países más avanza-dos.

Dentro de la categoría de espías uno puede observar que es el sistema que todavía es vigente y lo señala cuando menciona que “existen cinco clases de agentes secretos que se pueden utilizar: los agentes indígenas, los inte-

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riores, los dobles, los liquidables y los agentes flotantes.”

Por otro lado, el pensamiento de Kautilya se basa también en estrategias para la guerra y para la convivencia en las relaciones internacionales, cuan-do señala que la fuente de la policy séxtuple de los Estados se basa en la paz, la guerra, la neutralidad, en las operaciones –marchar-, la construcción de alianzas, y hacer un tratado de paz con uno y la guerra con otro. De esta forma, Arthasastra nos va indicando una serie de pasos que debe seguir un reino o un gobierno cuando hace la guerra para salir exitoso de ésta.

En definitiva el pensamiento chino e indio nos refleja un gran desarrollo político y social que se funda en el arte de conocer las debilidades del enemigo para ganar una guerra y conquistar a otros pueblos, hacerse de re-cursos naturales, territorio, mano de obra, etc. Elementos que siguen muy presentes en la forma de hacer las guerras en la actualidad, tanto en occi-dente como en el oriente, aunque a veces ya no con una dominación directa del territorio, sino sobre la base de guerras rápidas que ayuden a obtener el control directo sobre algún o algunos recursos.

5. Elija un autor y un texto de la segunda unidad, ofrezca los datos biográ-ficos y de contexto del autor elegido, haga una reseña del texto elegido y comente su proyección en las ciencias políticas y sociales, y especialmente para las Relaciones Internacionales contemporáneas.

Dante Aligheri era un escritor, poeta y pensador político que nació en 1265 en lo que hoy se conoce como Florencia, Italia, considerándose el padre de dicha lengua. Dante pertenecía a una familia de la pequeña nobleza, sin embargo tuvo una vida trágica al quedar huérfano. No obstante, el quedar sin padres no le impidió elaborar una de las obras más importantes de la literatura universal “La Divina Comedia”.

Durante las guerras que se suscitaron en la Italia de entonces, entre aque-llos que reconocían la autoridad del Papa y los que reconocían el poder del

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monarca, fue el contexto en el que Dante se unió, en principio, a los güelfos en 1285, opuestos a los gibelinos. Aligheri participó activamente en la vida política de Florencia, hasta que dicha ciudad fue tomada por los güelfos negros que ayudados por el Papa Bonifacio VII tomaron el poder. Es en ese momento cuando Dante es exiliado.

Durante su exilio, Dante vivió en muchas ciudades del norte de Italia y en París. Es en ese momento cuando cambian sus ideas políticas y se con-vierte en gibelino, ya que estos querían la unión de toda Europa bajo un monarca culto y competente, lo cual apoya Dante. Es así como para lograr la unificación de Italia y terminar con la violencia política que se vivía, Dante apoya las ideas de Enrique VII, rey de Alemania y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, quien quería incorporar a Italia a su imperio. En dicha época Alighieri escribe su obra política más importante “la Monarquía”. Sin embargo, la muerte de Enrique VII en 1313 termina con sus esperanzas y Dante muere ocho años después en 1321.

Dante divide la Monarquía en tres partes, retoma el pensamiento aristo-télico-tomista, y combina una serie de ideas divinas y de la literatura de escritores como Virgilio, Tito Livio y Lucarno. En su obra las tres cues-tiones fundamentales son: la necesidad de establecer un imperio en el mundo para conseguir la paz ante la anarquía reinante; hablar del por qué Roma fue el pueblo escogido por Dios para la fundación de la monarquía universal; y lo relativo a sí la autoridad del monarca depende del Papa o deriva directamente de Dios.

Es así como Dante define a la Monarquía temporal o Imperio como “un principado único y superior a todos los demás poderes en el tiempo y a to-dos los seres y cosas que tienen una dimensión temporal.” De esta forma, a lo largo del primer capítulo se señala que hay cuestiones que dependen del hombre como la política, pero hay otras donde solamente especulamos como las matemáticas o la física. Por lo que el hombre debe ocuparse de las

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primeras para conocer cuál es su fin último –la paz universal.

Así, en su obra Dante señala que es necesario el establecimiento de una Monarquía para lograr la paz universal, y en consecuencia la felicidad de los hombres. Con la finalidad de alcanzar este objetivo es indispensable que exista alguien que gobierne y otros que obedezcan. En razón de ello, la monarquía debe estar regida por un monarca o emperador que sea sabio y que lleve la justicia y la libertad a los hombres. Asimismo, Dante señala que “la libertad es el máximo don conferido por Dios a la naturaleza hu-mana, pues por él somos aquí felices como hombres y por él seremos felices en el otro mundo.” Por ello, “el género humano es más libre cuando vive bajo un monarca.”

Lo que nos señala en principio Dante es que es necesario que exista un imperio, como el romano, donde haya un emperador al cual los demás se sometan, con la idea de establecer la paz, el orden, la justica, la organiza-ción y la libertad, lo cual será bueno para el bien del mundo. Por tanto, es necesario reconstruir un imperio como el Romano, donde exista el derecho romano y el derecho de los extranjeros para el bien de todos.

Posteriormente, en el apartado dos Dante explica por qué el imperio roma-no fue elegido por Dios para la misión de establecer un imperio universal. Para esto, nos da una serie de silogismos, historias y mitos fundacionales y heroicos que ayudan a explicar los eventos que se suscitaron y ayudaron a la construcción de dicho imperio. Así, por ejemplo uno de los mitos es que Aníbal cuando estaba a punto de tomar Roma, Dios, por medio de una granizada lo impidió. De esta manera, Dante nos muestra la protección de la divina providencia con respecto a Roma, y su ayuda divina para impe-dir que otros imperios se formaran, rivalizaran y destruyeran al Imperio Romano.

Sin embargo, Dante también señala que la naturaleza jugó un papel im-

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portante para que Roma se convirtiera en un imperio, proveyéndole los medios necesarios para hacerlo, por ejemplo hombres fuertes, el medio geográfico y la capacidad y virtud para conquistar a otros pueblos. Esto, debido a que la naturaleza también persigue que exista alguien fuerte que organice y rija a los demás por el bien del mundo. Es decir, la natura-leza juega un rol importante para el establecimiento de los imperios, pues ésta les da los recursos y condiciones que necesiten para erigirse como los garantes de la paz y el orden mundial –como un tipo de policía mundial.

En este sentido, y siguiendo con el anterior párrafo, Dante no se expli-ca el por qué de la envidia al Imperio Romano, y el por qué los pueblos sojuzgados buscarían su emancipación del mismo. De esta forma, Dante retoma a Cicerón señalando que “el imperio de la república se mantuvo con beneficios, no con injusticias, se hacia la guerra en pro de los aliados o del imperio, y al término de ésta era la clemencia o severidad necesaria; el Senado era entonces puerto y refugio de los reyes de los pueblos y de las naciones; nuestros magistrados y generales se preocupaban de conseguir la máxima alabanza, defendiendo con equidad y felicidad las provincias y los aliados. Tanto, que aquel estado de cosas, más que imperio, podía ser lla-mado patrocinio de todo el orbe terrestre.” Es decir, lo que plantea Dante es que con el Imperio Romano existió la paz, y éste perseguía el bien pú-blico, otorgándoles privilegios a los conquistados. Esto para él era muestra de las buenas intenciones de dicho imperio, que no buscaba sojuzgar sino el bien para todos.

Finalmente, en el último apartado Dante hace una serie de silogismos para indicarnos sí el poder del monarca depende del vicario de Dios en la tie-rra, es decir del Papa, o si bien deriva directamente de Dios. Para este fin, Dante comienza señalando que hay tres tipos de hombres que combaten al imperio el Papa, los avaros que se esconden en la Iglesia, y los decretalistas que quieren derogar el poder del monarca usando algunas falacias para

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hacer notar por qué el emperador debe estar sometido al poder religioso. Sin embargo, ante tal premisa, Dante expone que es la tradición lo que le da la autoridad a la Iglesia y no al revés.

En el libro tres también se hace hincapié en la mala utilización de ciertos mitos que están en la Biblia para tratar de justificar el por qué el empera-dor debe estar sometido a la Iglesia. Uno de estos y el que más me gusto es donde señala que “según el libro del Génesis, Dios hizo dos grandes luminares, un luminar mayor y un luminar menor, para que uno presidiese el día; y el otro, la noche,” y en el que se sostiene que el luminar menor, es decir el emperador, adquiere su luz en medida que se la brinda el sol, o sea, la iglesia, lo cual significa que el poder temporal depende del poder espiritual. No obstante, eso es rechazado por Dante, quien afirmaba que “los dos luminares representan los dos regímenes,” y que ambos son inde-pendientes, el uno del otro, ya que independientemente de que existiera el hombre, el sol y la luna fueron creados previamente, y sí el hombre no hubiera pecado no se necesitaría de un poder terrestre ni espiritual.

Es así, como en este último apartado, Dante sostiene que hay dos poderes, el terrenal, representado por el monarca, y el espiritual, representado por el Papa. Empero, ambos poderes son independientes y ninguno depende el uno del otro, puesto que fue Dios quien le dio al monarca el poder para gobernar en el mundo, y la iglesia debe dedicarse al mundo espiritual, pero apoyando al poder terrestre.

Considero que el texto de la Monarquía, es muy importante para las cien-cias políticas y sociales, porque contribuye a lo que en los siglos posteriores será el principio de separación entre Iglesia y Estado, así como a las dife-rentes formas de gobierno, dando legitimidad al discurso y pensamiento imperial sustentado actualmente por algunos países. Por ello, yo conside-raría a Dante Alighieri como un primer precursor del imperialismo.

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Es cierto, que esta obra nació en el contexto histórico de las luchas in-traeuropeas por establecer un orden post romano. No obstante, sigue te-niendo mucha vigencia, no sólo porque resalta los beneficios de vivir en un imperio al considerarlo como la solución a la anarquía, sino también porque legitima las aspiraciones de varios países, que por medio de un conjunto de doctrinas se consideran como los pueblos elegidos por Dios. Además, también tienen sus mitos fundacionales del por qué la naturaleza los escogió a ellos y no a otros países para cumplir dicha misión divina.

Por otro lado, como ya indique, encuentro en el texto de Dante una serie de premisas que justifican la separación entre Estado y religión, empero, dicha separación no se da del todo, puesto que muchas veces se utiliza la religión para justificar y legitimar las acciones emprendidas por algunos países que se dicen laicos y democráticos. Me refiero concretamente a historias de que la divina providencia aparece en sueños o habla con dirigentes políticos de las grandes potencias –concretamente Estados Unidos- para llevar a cabo intervenciones armadas en otras partes del mundo.

Es decir, que pese a que se dice que vivimos en sociedades laicas, donde el pensamiento religioso no debe ser tomado en cuenta en las decisiones públicas, lo que vemos es que la religión es un baluarte para justificar muchas acciones inhumanas –guerras- que tienen como fin apoderarse de territorios, recursos e imponer gobiernos títeres que respalden los intere-ses de los grandes grupos económicos internacionales. Por ello, considero como contradictorios a aquellos discursos emanados de líderes mundiales que enarbolan el laicismo y critican a otras religiones, cuando ellos mis-mos usan la religión en su beneficio ¿no sería justo qué todos pudieran hacer lo mismo?

Es así, que finalmente consideró que el texto de la Monarquía de Dante Alighieri es muy actual en las relaciones internacionales contemporáneas, por los motivos señalados en párrafos previos, así como la existencia hoy

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en día de un gran imperio que trata de imponerle su voluntad al mundo y de erigirse como el policía del mundo, heredando así la tradición romana.

Fuentes

Aligheri, Dante. Obras completas, Biblioteca de Autores Cristianos, Ma-drid, 1973, pp. 700-742

Artasastra, Kautilya. La ciencia política de la administración y el mante-nimiento de la tierra, UAEM- Miguel Ángel Porrúa, 2008, pp. 403-455

Camps, Victoria. Introducción a la filosofía política, Ed. Crítica, España, 2001, 205 pp.

Strauss, Leo y Joseph Cropsey. Historia de la filosofía política, FCE, Mé-xico, 4ª ed., 2004, 881 pp.

Sun Tzu. El arte de la guerra, Ed. Colofón, México, 2004, p. 124 pp.

Tucídides. El dialogo de Melos [en línea] Dirección URL: http://www.google.com.mx/search?sourceid=ie7&q=el+dialogo+de++melios&rls=-com.microsoft:es:IE-SearchBox&ie=UTF-8&oe=UTF-8&rlz=1I7AC-GW_esMX425 [Consultado el 15 de agosto de 2011, a las 16:25 hrs.]

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Sobre una geopolítica bolivarianaEmmanuel Islas Herrera3

¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese

para nosotros lo que el de Corinto para los griegos!

—Simón Bolívar

El presente texto pretende recorrer históricamente, a partir de procesos y etapas pero fundamentalmente de ideas y acciones, los primeros cimientos de un magno proyecto de integración y cooperación latinoamericanas, que, trazado hace más de dos siglos por Simón Bolívar, “El Libertador”, alcan-zaría a comprender, además de un comercio afín, la necesidad de institu-cionalizar la seguridad hemisférica y la defensa regional de las nacientes repúblicas americanas.

Con la sedición encabezada en el virreinato de la Nueva España, encabe-zada por el cura Hidalgo en 1810, los céfiros de libertad, soplados por an-helos de vida y paz, llegaron a regiones cada vez más oprimidas, explotadas y sufridas; y llegaron cada vez más recios. La Capitanía General de Vene-zuela, vecina de la Nueva Granada (hoy Colombia, hija de los borbones), meses antes se había revelado contra el orden imperial español , en clara muestra del deseo común: libertad.

El caso de la Capitanía General de Venezuela es excepcional entre los de-más (principalmente los de México y Colombia), pues, gracias a la comer-cialización efectiva de su cacao en los mercados europeos (en cuyo éxito

3 Egresado de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la FCPyS de la UNAM.

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se cita inexorablemente su posición geográfica privilegiada frente al Mar Caribe ), logró cierta independencia económica, proceso que influiría am-pliamente en la revolución de abril y en la institución de la primera Junta Suprema.

Una de las primeras medidas de la Junta fue enviar misiones diplomáticas al extranjero para solicitar apoyo a la revolución y el reconocimiento inter-nacional de dicha institución como la legítima regidora de Venezuela en ausencia de la corona española. Fue así como Simón Bolívar, en su naciente faceta de diplomático, llegó a Londres. De su estadía se puede destacar no sólo la labor diplomática, sino, hasta cierto grado, su visión estratégica: obtener los recursos políticos y económicos necesarios para impulsar pro-paganda en contra del dominio español en América.

Además, los viajes de Bolívar hechos por América y Europa, en compañía de su mentor Simón Rodríguez (hoy en día una de las tres raíces del árbol bolivariano en Venezuela, a un lado de Ezequiel Zamora) contribuyeron a forjar la visión geopolítica del Libertador, que encontraba en el suelo un factor no sólo geográfico, sino político.

Ello habla inexorablemente de un Simón Bolívar que pensaba, tempra-namente, en cómo el espacio geográfico influiría en la configuración de lo social, en los vaivenes de la política y en la proyección internacional de la nación, en la cual, según lo expuesto por él en la Carta de Jamaica (Kingston, 1815), deseaba “más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo”. ¿Cómo pensaba el Libertador hacer de su deseo una realidad inmediata?

La respuesta era clara para él: “Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas cos-tumbres y una religión debería, por consiguiente, tener un solo gobierno

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que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse” .

Sin embargo, también veía en las diferencias de latitudes y altitudes dife-rencias de intereses: “Mas no es posible porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes dividen a la América” . Esa palabra, división, le habría de señalar, al mismo tiempo, una solución: la unión, traducida en la integración latinoamericana, en lo que él llamaba la “Patria Grande” y que comprendía las nacionalidades venezolana, co-lombiana, ecuatoriana, peruana, boliviana y panameña. El modelo de la “Patria Grande” contemplaba la cooperación para la seguridad y la defensa de los territorios recién independizados.

No por menos, y en el afán de hallar consensos para la cooperación, la perspectiva geopolítica de Bolívar se centraba en la necesidad de explorar y distinguir las condiciones intrínsecas del territorio (llanuras, mares, lagos, ríos, mesetas, etcétera) para luego dimensionar su componente político y hacer de las condiciones geográficas un argumento político y estratégico para unificar determinados intereses; verbigracia, la seguridad.

“¿No es la unión todo lo que se necesita para ponerlos (a los americanos) en estado de expulsar a los españoles, sus tropas, y los partidarios de la corrompida España, para hacerlos capaces de establecer un imperio pode-roso, con un gobierno libre y leyes benévolas?

”Yo diré a usted lo que puede ponernos en aptitud de expulsar a los es-pañoles y de fundar un gobierno libre. Es la unión, ciertamente; mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos, sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos” .

La unión en un Estado supranacional de las nacientes repúblicas era para él, que reconocía como distintivo de las pequeñas repúblicas la permanen-cia (en oposición a la decadencia de los grandes imperios), una primera so-lución ante los deseos irrefrenables de la corona española por reconquistar

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los territorios perdidos, y no sólo de los borbones en España, sino en Mé-xico a través del emperador Iturbide. De aquí que un tipo de geopolítica continental pueda atribuírsele al Libertador.

Asimismo, hacer frente (militarmente hablando) a cualquier amenaza a la libertad y cualquier revocación a la independencia, viniera de donde vi-niera, condujo a Simón Bolívar rumbo al diseño de un “arco de seguridad” que circundara en su litoral caribeño al grupo de naciones agrupadas en la parte continental (he aquí un pensamiento geopolítico marítimo).

Este “arco de seguridad” estaría delimitado por el conjunto de las Antillas Mayores y Menores (Haití, Cuba y Puerto Rico) y le permitiría tener un grupo de avanzada para la defensa regional, además de reconocer en aque-llos puntos ultramarinos como necesarios para la circulación de mercan-cías.

El mar será la ancha vía por donde los recursos han de llegar hasta Améri-ca. (...) Para que tales recursos puedan ser empleados en el momento y en el sitio requerido, es necesario formar importantes bases no muy distantes de los teatros de combate que faciliten la acción rápida en cualquiera di-rección. En tal sentido, tres sitios ofrecen ventajas: Cuba, Haití y Méjico. Es preciso, por lo tanto, estar en contacto con ellos y ayudar a su indepen-dencia por todos los medios disponibles.

En palabras de la investigadora María Pilar Ostos Cetina, “la visión geoes-tratégica del Libertador estaría guiada por la interrelación entre el factor terrestre y el marítimo a partir de una misma condición, que consistía en alcanzar la seguridad del territorio independizado a partir de una serie de alianzas con naciones vecinas para repeler la reconquista de España” .

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Fig.1

El “arco de seguridad” (fig.1) es la muestra del pensamiento geopolíti-co-estratégico de Bolívar que contemplaba cierta idea de cooperación en materia de seguridad, pues el concepto de seguridad era para el Libertador igual de importante que el de libertad y el de soberanía, puesto que sin li-bertad no habría soberanía, y sin seguridad hemisférica la soberanía estaría en peligro. De allí la importancia que adquiere para Bolívar y que reafirma su particular visión de “mantenernos (unidos) contra la invasión de los invasores”, a modo de consolidar un bloque capaz de arrostrar la amenaza externa.

Hasta el momento es factible destacar dos conceptos claves del ideario bo-livariano: la cooperación y las alianzas (en seguridad hemisférica y defensa regional), y la integración (en forma de gobierno y en conducción de la economía). Pueden ratificarse en la siguiente cita, extraída de la anterior-mente citada Carta de Jamaica: “Ojalá que algún día tengamos la fortuna

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de instalar allí (en el Istmo de Panamá) un augusto Congreso de los re-presentantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras tres partes del mundo”.

¿No estaría pensando en una Comunidad Andina de Naciones (CAN), en un Mercado Común del Sur (MERCOSUR), en un Sistema Intera-mericano de Defensa (SIDE), en un Consejo de Defensa Suramericano (CDS), en una Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra Amé-rica (ALBA), en una Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), en una Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), etcétera?

Doscientos años después de la vida y obra de Bolívar, su ideario hace eco en los países americanos, principalmente los del sur. La integración suda-mericana se hace efectiva en ciertos aspectos, a pesar de que las diferencias de altitud y latitud sigan significando diferencias en los intereses políticos y económicos. Ante ello, según sugieren los geopolíticos del desarrollismo y la integración, se deben cimentar las bases sobre la confianza mutua y el consenso, en aras de lograr una desmilitarización de las relaciones interes-tatales y dar luz verde al crecimiento económico de los Estados parte.

En la actualidad, Hugo Chávez Frías, presidente de la República Boliva-riana de Venezuela, es el principal actor del ideario bolivariano. Sus re-laciones con Cuba, Rusia y China (algunos de los no-tan-amigos de los EE.UU.) impulsan el desarrollo de las actividades básicas en la producción y distribución de bienes y servicios. De aquella manera, la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) ha recuperado terreno ocupado por los EE. UU.

Consorcio Petrolero Nacional de Rusia (CNP) constituido por Rosneft, Lukoil, Gazpromneft, TNK-BP y Surgutneftegaz (40%) trabaja en con-junto con PDVSA para la exploración y producción de petrolero. A través del apoyo ruso, Venezuela está contrarrestando progresivamente la supre-

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macía de las empresas estadounidenses en su territorio.

Acorde a la asociación venezolana de procesadores de gas, de los 11 cam-pos Junin en exploración ninguno tiene inversión estadounidense; en con-traste, Rusia y China tienen inversiones en cuatro de los 11 campos. Los siete restantes están divididos entre países como Italia, Bielorrusia, Fran-cia, España, etcétera.

Por otro lado, ha invertido cinco mil millones de bolívares en la compra de industria militar rusa: aviones supersónicos Tu-160, unidades caza Su-30, helicópteros Mi-17, etcétera, para fortalecer sus Fuerzas Armadas. De Cuba recibe maestros y doctores a cambio de petróleo en tasas preferen-ciales, y no sólo eso, sino que, siguiendo a Bolívar, está en contacto con las Antillas. El “arco de seguridad” sigue presente. El objetivo es simple: hacer frente a la hegemonía estadunidense, a los capitales globalizados financie-ros y al orden mundial. “Otro mundo es posible”, reza el lema del ALBA.

La integración en materia de seguridad sigue siendo punto central en el debate. La propuesta es lograr institucionalizar un sistema de defensa re-gional y de seguridad hemisférica que garantice la autonomía de cada na-ción, para que así puedan ejercer su soberanía y, en consecuente, disponer de sus recursos, trazar políticas públicas acordes al contexto y no a los consejos de Washington. La integración y la cooperación en seguridad y defensa para la soberanía.

Por citar una referencia actual, el 30 de noviembre del año en curso comen-zó en Lima, Perú, la VI cumbre de UNASUR (participarán los presidentes de las 12 naciones integrantes); se acordó trabajar sobre dos ejes: una ma-yor integración en defensa y coordinación en proyectos de infraestructura en común.

En 2006, por ejemplo, el bloque se pronunció a favor de construir un co-rredor interoceánico que uniera el Océano Atlántico y el Océano Pacífico,

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y que pasara por Perú, Bolivia y Brasil. En ese mismo año, se habló de un anillo energético sudamericano que permitiera el abastecimiento de gas peruano a países como Argentina, Uruguay, Chile y Brasil. Por otro lado pero por el mismo sentido, Venezuela y Rusia se propusieron la construc-ción del Gran Gasoducto del Sur, que abastecería a Argentina y a Brasil del energético.

Si bien los proyectos han sido más retóricos y simbólicos, no tiene por qué demeritarse la intención; aunque, ciertamente, las intenciones no bastan en la construcción de una región común, potente y alternativa. Una cosa son las palabras y otra muy distinta los actos. Para la integración de América Latina, para la consecución de la “Patria Grande”, hacen falta los “esfuer-zos bien dirigidos”, ésos que incluyen voluntad de entendimiento, consen-sos, confianza mutua y trabajo en común.

“Luego que seamos fuertes, bajo los auspicios de una nación liberal que nos preste su protección, se nos verá de acuerdo cultivar las virtudes y los ta-lentos que conducen a la gloria; entonces seguiremos la marcha majestuosa hacia las grandes prosperidades a que está destinada la América meridio-nal; entonces las ciencias y las artes que nacieron en el Oriente y han ilus-trado a Europa, volarán a Colombia libre que las convidará con un asilo” .

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FUENTES

•Bolívar, Simón. Carta de Jamaica. Argentina: El Aleph, 1999, pp. 24.

•Londoño, Julio. La visión geopolítica de Bolívar. Bogotá: Imprenta del Estado Mayor General, 1950, pág. 147.

•http://mexico.cnn.com/mundo/2012/11/30/la-unasur-avanza-ha-cia-la-integracion-sudamericana-en-su-cita-en-peru

•Ostos Cetina, Pilar. “La geopolítica andina: en caso de Colombia y Vene-zuela en el ámbito de las independencias, artículo publicado en la revista Geopolítica(s), 2010, vol. 1, núm. 2, 281-299.

•http://www.resdal.org/simposio-francisco-rojas.pdf

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El Estado y la seguridad energética: El Litio y su importancia en el contexto de la geopolítica.

José Manuel Gil Cruz4

En la actualidad, aquel país que no tenga la capacidad para transformar re-cursos naturales se encuentra en desventaja frente aquellos que si lo hacen; en este sentido, los recursos energéticos juegan un papel de suma impor-tancia para el desarrollo de cualquier Estado.

La riqueza de un país se basa, entre otros factores, en sus recursos natu-rales y energéticos, los cuales juegan un papel trascendental y estratégico en el desarrollo económico y social. Por esta razón algunos países realizan acciones bélicas para apoderarse de ellos. En este momento, la humanidad experimenta una Revolución Energética, la cual consiste en transitar del uso intensivo del petróleo al gas natural y las fuentes alternas de energía .

Es por ello que, los gobiernos, por cuestiones energéticas y ambientales, deben buscar formas de abastecer sus necesidades a cualquier costo. Sin embargo, con la problemática relacionado con la escasez de petróleo y la dificultad cada vez mayor de poder acceder al mismo, se ha generado un mayor costo del mismo en el mercado internacional; y, aunado a esto, también se debe considerar el cada vez más notable deterioro del medio ambiente, causado por fenómenos como lo es el cambio climático.

Este panorama ha causado que las principales naciones desarrolladas ini-cien un proceso en el cual se haga una transición energética hacia aquellas en las cuales se pueda tener rentabilidad y se pueda garantizar la susten-tabilidad ambiental. Con esto, se busca ir reduciendo la dependencia al petróleo a favor de otras fuentes energéticas, tales como el gas natural o el desarrollo tecnológico de las fuentes alternas de energía. Este desarrollo ha dado como resultado una sociedad moderna que se encuentra navegando 4 Maestro en Geo-ciencias y Administración de los Recursos Naturales por el IPN-ESIA Ticomán

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por un inmenso océano global entramado de redes energéticas e intereses estratégicos por el control de los recursos energéticos asociados al desarro-llo y futuro de la humanidad.

Ante tal situación, las relaciones entre los Estados comienzan a mostrar una tendencia de cambio, pues se va a tratar de considerar el sector ener-gético, la geopolítica y la seguridad internacional como temas prioritarios dentro de sus respectivas agendas. Esto, sin duda alguna, generará una ma-yor disputa entre ellos por el acceso de aquellos recursos que sean conside-radas prioritarias para su propio desarrollo.

Es así que, minerales de suma importancia como el Litio, comenzarán a ser de suma importancia no sólo por su valor económico, usos y aplicacio-nes sino también porque es un mineral ambientalmente sustentable. Las expectativas son muy prometedoras, pues para el desarrollo de las baterías de ion de litio – por mencionar un ejemplo – el coste ambiental y de racio-nalización de energía generan un mayor rendimiento y un menor impacto ambiental.

En un mundo en el que los móviles, ordenadores y otros aparatos tecnoló-gicos ocupan cada vez más espacio en los mercados internacionales, el litio, material indispensable para la construcción de baterías, ha alcanzado ya el rango de indispensable.

Conscientes de esta situación y en consecuencia de la crisis energética glo-bal, las entidades deficitarias en hidrocarburos (Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y, en menor medida, China e India) se encuentran en la constante búsqueda de fuentes energéticas alternativas para lanzar masi-vamente el carro eléctrico híbrido, donde el litio jugaría un papel prepon-derante.

Antecedentes: Entendido la importancia del Litio

Si bien la historia de litio puede haber comenzado hace millones de años, fue hasta 1817 cuando fue descubierto por Johann Arfvedson en una mina de la isla Utö, Suecia, en la que estaba investigando.

Hasta el año 1923, la empresa alemana Metallgesellschaft AG comenzó a producir litio mediante la electrólisis del cloruro de litio y cloruro de potasio fundidos. Antes de la Segunda Guerra Mundial, el único mercado

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para el litio fue la cerámica, y después de ésta, el hidruro de litio llegó a ser usado por las potencias aliadas como fuente de hidrógeno para globos de señalización de emergencia.

Después de terminado el conflicto, ya no requerían grandes cantidades de litio y los productores fueron en busca de nuevos mercados. Poco a poco sus propiedades se fueron ajustando a las necesidades del desarrollo tec-nológico en diversas industrias, pero sus cualidades como transmisor de energía lo hicieron destacar en las innovaciones relacionadas con las bate-rías de aparatos electrónicos y autos híbridos y eléctricos, que comenzaron a aparecer en los años setenta.

El descubrimiento de litio en las salmueras de salares, lagos y lagunas salinas, durante los años setenta, abrió una brecha no sólo para que el litio se encaminara a ser considerado un material estratégico, sino para que las empresas especializadas en su explotación asumieran el liderazgo en el de-sarrollo de esta industria.

Las baterías de litio, que ahora son un componente importante del mer-cado, se propusieron por primera vez en la década de 1970. El desarrollo a través de la década de 1980 llevó a la producción de baterías de litio en 1991. Desde entonces, las baterías de litio han desplazado en gran medida a las de níquel.

En América Latina, fue hasta 1986, cuando el gobierno de Chile inició la extracción de litio a partir de sus grandes salmueras. En la actualidad, las posibilidades de litio son ilimitadas, llegando a ser considerado como el “petróleo del futuro” ante las escasas reservas del oro negro existentes y su fluctuante precio. De hecho, varias naciones ya se han interesado en es-tudios de factibilidad respecto de las prospectivas que tendrá a futuro este particular elemento.

Por lo anteriormente mencionado se resalta la importancia de tal tema, pero además, es importante destacar que la demanda de Litio está crecien-do a nivel internacional porque es el material más eficiente para el desarro-llo de las baterías y, en especial, es la mejor alternativa de almacenamiento de energía para la expansión de los autos híbridos y eléctricos.

Sudamérica en el centro de la disputa

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La pugna por los recursos naturales es uno de los elementos más determi-nantes dentro del sistema económico en el cual nos encontramos inmersos. Bajo esta lógica, América Latina es un espacio geoestratégico de particular análisis, ya sea por la dimensión de las reservas de recursos que posee (agua, petróleo, gas, minerales) y por su condición histórica de ser una región exportadora de materias primas. Conociendo la elevada dependencia en importaciones que Estados Unidos tiene respecto de los recursos mine-rales que sus vecinos del sur le proveen, aunado a la entrada al mercado latinoamericano de inversiones chinas y rusas, se puede deducir el rol que tiene la región como suministrador de recursos, pero también le permite tener un gran rango de negociación y una oportunidad única para asumir la gestión económica y científica de los recursos que posee.

Por lo anteriormente mencionado, es importante mencionar que una de las características más debatidas la actualidad es la creciente importancia de los recursos naturales en función de su utilización; es decir, a partir de los avances científicos y tecnológicos producto de un conocimiento cada vez más profundo de la materia, la naturaleza y la vida. Al mismo tiempo, estos avances científicos convierten a la naturaleza en un campo de su propia aplicación. De esta forma, la relación entre recursos naturales y desarrollo científico adquiere una articulación cada vez mayor.

El proceso de generación y aplicación del conocimiento, no puede ser com-prendido sin considerar el sistema económico y político a nivel internacio-nal, regional y local. Cabe la pena mencionar que el desarrollo tecnológico está condicionado (manipulado y controlado) por las estructuras del poder vigente, que politizan la naturaleza en función de sus objetivos. En este sentido, “la enorme acumulación histórica de conocimiento se convierte en un instrumento de dominación extremamente poderoso ”.

Por lo tanto, para poder afianzar este poder, el sistema internacional di-vidió el trabajo entre las zonas industriales/manufactureras y los países productores de materias primas, minerales estratégicos y productos agrí-colas, consolidando así el poder hegemónico de los países centrales y su dominio en relación a las zonas periféricas o dependientes. Así, la elabora-ción industrial de las materias primas que exportaban los países periféricos tendió a ser la menor posible, consolidando y ampliando la dependencia económica, pero también la dependencia científica y tecnológica de estas

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regiones . Esta ideología, puede ser comprendida cada vez que se estudia la “Teoría de la dependencia” dentro del estudio de las Relaciones Inter-nacionales, la cual ayuda a entender el punto en que se localizan determi-nadas naciones latinoamericanas y la manera en que pueden cambiar esta situación apoyándose del estudio geopolítico.

Actualmente, la disputa por el control de los recursos minerales, energéti-cos y de los ecosistemas, se desarrolla en muy diversas y variadas trincheras: política, económica, ideológica o militar, por mencionar algunas. Sin el desarrollo de un pensamiento estratégico y una misión y visión a futuro, mediano y largo plazo, las naciones en desarrollo tienen menos condicio-nes de hacer frente a aquellos conflictos que pudieran atentar contra su supervivencia. Por lo tanto, bajo la lógica de la geopolítica, ante proyectos hegemónicos, existe la imperiosa tarea de desarrollar y llevar a cabo pro-yectos contra-hegemónicos.

En el caso del sector de los energéticos, resulta determinante el estableci-miento de estudios referentes al comportamiento en el consumo de mine-rales estratégicos en cada ciclo tecnológico en relación a los ciclos econó-micos ya que esto nos permitiría evaluar más detalladamente las tendencias del consumo de minerales en la economía internacional.

Respecto al litio y sabiendo lo indispensable que resulta ser para la vida co-tidiana en el uso de móviles, ordenadores e inclusive autos híbridos, es que podemos determinar el rango que ha alcanzado este mineral en los merca-dos internacionales. La cordillera de Los Andes posee las mayores reservas del mundo de ese mineral, por lo que los países de la zona, especialmente Argentina, Bolivia y Chile, son cada vez más conscientes de la enorme ri-queza que tienen y comienzan a organizar su dominio sobre el sector.

En este contexto, ¿Cuál es la importancia estratégica del litio para Amé-rica Latina? Según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos para el año 2009 , Chile tenía una participación 76% en las reservas mundia-les de este mineral; Argentina 8% y Brasil 2%. La región en su conjunto representaba 92% de las reservas mundiales. A partir de los últimos des-cubrimientos de grandes yacimientos de litio en Bolivia , cuyas reservas comprobadas ascienden a aproximadamente 100 millones de toneladas, las

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reservas mundiales se multiplican por diez veces y Bolivia se convierte en la mayor reserva del mundo. Esto significa que casi todas las reservas de litio del planeta se encuentran en Sudamérica.

Vale la pena destacar que no sólo las naciones anteriormente mencionadas subirán al estrado estelar del litio, sino también aquellas que tengan la ca-pacidad tecnológica para el procesamiento y la manufactura de baterías, es así que, pocas serán las empresas que posean la tecnología para procesar el litio. Según Stratfor (centro de pensamiento texano vinculado al Pentá-gono y a Israel), siete están Japón, dos en Estados Unidos y una en China, aunque la parte más especializada (la producción de la sal electrolítica: el hexafluorofosfato de litio) solamente la detente Japón. Es así que se puede uno percatar de la complementariedad de Japón y Chile, puesto que los centros tecnológicos del primero y las minas de litio del segundo serán cada vez más importantes en la economía global.

La disputa global por el litio debido al crecimiento abrupto y sustentado de su demanda como consecuencia de una innovación tecnológica en la producción de baterías recargables, tenderá a crear nuevas tensiones en América del Sur. En el presente, el níquel (como se mencionó con ante-rioridad y cuyas reservas principales se encuentran en Australia, pero sus máximos productores son Rusia, Canadá e Indonesia) constituye el mate-rial para las baterías muy caras del carro eléctrico híbrido, y pronto, augura Stratfor, será desplazado por el más barato litio. Los intereses en juego son colosales.

Estados Unidos y su proyección geopolítica en Sudamérica respecto al Li-tio

El pensamiento estratégico de los Estados Unidos para la presente década, se encuentra presente en el Informe “Facing Tomorrow’s Challenges: U.S. Geological Survey Science in the decade 2007-2017” . Este documento, plantea que la dirección central de la estrategia a ser tomada con el objetivo de establecer acciones que den respuesta a los principales desafíos a los que harán frente en el presente siglo. Es decir, se trata de una estrategia con el objetivo de articular la investigación científica y las políticas científico-tec-nológicas a los intereses políticos y económicos de los Estados Unidos.

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Para ilustrar lo anteriormente mencionado, veamos la introducción al in-forme:

Para responder a la evolución de las prioridades nacionales, el USGS debe reflexionar y perfeccionar periódicamente su orientación estratégica. Este informe es el primer estudio amplio de la estrategia científica desde inicios de 1990 orientado a analizar críticamente nuestros principales objetivos y prioridades científicas… El uso y la competencia por los recursos naturales en escala global y las amenazas naturales a estos recursos, tiene el potencial de impactar la capacidad de la nación para sustentar su economía, la segu-ridad nacional, la calidad de vida y el ambiente natural .

Facing Tomorrow Challenges. U.S. Geological Survey Science in decades 2007-2017 (Prólogo)

En este primer apartado, cabe destacar el uso del término de “seguridad na-cional ”, término muy recurrente dentro del discurso de los estadunidenses. En este sentido, el objetivo buscado es el de garantizar la paz y estabilidad en el sistema de naciones que forman parte del mundo en que vivimos, sin embargo no podemos olvidar que éste término puede ser definido acorde a sus propios intereses, independientemente de lo que se pudiera entender a simple vista. Esto es lo que comúnmente se ha llamado “excepcionalismo americano ”.

Comprendiendo este primer aspecto, podemos pasar a la interpretación del mismo párrafo. Pues inicialmente, el documento hace hincapié en la necesidad de una alineación de las estrategias de la USGS con las priorida-des nacionales. En este sentido, el desarrollo científico y tecnológico podrá llevarse a cabo, garantizando el acceso a los Recursos Naturales necesarios para el crecimiento continuo de los Estados Unidos. Esta estrategia es complementada con el claro objetivo de garantizar el acceso y el domi-nio sobre los recursos naturales considerados vitales (reafirmando así, su concepto de seguridad nacional). Es por ello que, la implementación del vehículo eléctrico híbrido anuncia una carrera por el control de las fuentes planetarias del litio para producir sus baterías.

Bajo la lógica anterior vale la pena cuestionarse, ¿la instalación de bases militares estadunidenses en Colombia, al unísono de la balcanización de

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varios países vecinos, forma parte del jaque bélico de Washington a los hidrocarburos y a los metales estratégicos, como el litio, de Sudamérica? Como se pudo notar con anterioridad, la pugna por el control de los re-cursos naturales y/o energéticos impactan directamente la supervivencia del Estado (aquí es donde se reafirma la imperiosa necesidad de tener un espacio vital para garantizar el continuo crecimiento, según las premisas de Karl Haushofer) y por lo tanto, el garantizar su acceso es un asunto de seguridad nacional.

Con anterioridad, se había mencionado la necesidad del gobierno de los Estados Unidos de garantizar el acceso a los recursos de la manera que fuera necesaria con la finalidad de asegurar su seguridad nacional. Es así que, en el documento al cual se ha hecho mención previamente, se justifica el uso unilateral de la fuerza militar para defender los intereses nacionales:

Estados Unidos debe reservarse el derecho de actuar unilateralmente, si fuera necesario, para defender nuestra nación y nuestros intereses, pero también vamos a tratar de cumplir con las normas que rigen el uso de la fuerza. Al hacerlo, fortalece a aquellos que actúan en consonancia con las normas internacionales, mientras que aísla y debilita a aquellos que no lo hacen… (U.S. National Security Strategy 2010, p. 22)

Así es como uno se puede percatar del tipo de ideología y las estrategias que puede tomar el gobierno de los Estados Unidos con fin de garantizar sus intereses. Como se mencionó, pueden utilizar su unilateralismo para lograr sus objetivos, el cual queda claramente estipulado en su Estrategia de Seguridad Nacional. Por ello, resulta fundamental dedicar unas líneas para definir lo que se considera “unilateralismo”, el cual es definido por el Dr. Antonio Manrique de Luna Barrios como: “un comportamiento que adoptan ciertos Estados con la finalidad de imponer a los demás miem-bros de la Sociedad Internacional sus intereses, valores y principios, sin importar que para lograr ello tenga que vulnerarse el principio de la igual-dad jurídica entre los Estados y todos aquellos esfuerzos que se han lleva-do a cabo con la finalidad de democratizar las relaciones internacionales, en donde la necesidad de una cooperación y coordinación constante, más que una realidad, es una necesidad, ya que los problemas globales que nos afectan –conflictos, cambio climático, entre otros–, no conocen fronteras físicas ”. Así se puede comprender como es que la política exterior estadu-

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nidense forma parte de su estrategia de control de los recursos energéticos para lograr así, el fortalecimiento de la capacidad nacional como un todo.

Por otro lado, la anglósfera de Estados Unidos y Gran Bretaña domina el mercado del litio con más de 70 por ciento de la presente producción en Chile (enclave anglosajón desde Pinochet), Australia y Canadá. Sin em-bargo, en el reporte “Global Economy: The Geopolitics of Car Batteries ” de Stratfor no hace mención que la empresa privada Sociedad Química y Minera de Chile, SA (SQM), no sólo se encarga de producir casi una tercera parte de carbonato de litio en el mundo, sino que se encuentra bajo control de Julio Ponce Lerou, ex yerno de Pinochet. La canadiense Potash Corp. posee 32 por ciento de las acciones (igual que el grupo pinochetista), y debido a la gran deuda que tiene Ponce Lerou, no sería raro que en cual-quier momento se apodera de SQM en forma triangulada, si es que no se encuentra ya hipotecada.

Stratfor al igual que el Servicio Geológico de Estados Unidos se han en-cargado de ensalzar a Chile y no toman en mayor consideración a Bolivia (por ello, es importante destacar la nacionalización de sus hidrocarburos y su pertenencia al Alba), aunque algunas veces sea llamada la Arabia Sau-dita del litio, por contener casi 50 por ciento de las reservas estimadas, principalmente ubicadas en el salar de Uyuni.

Stratfor coloca el consabido obstáculo neo-tecno-colonial: “poseer un re-curso no significa que pueda ser llevado a los mercados a un precio razo-nable” y por medio de justificaciones de tipo climatológicas, destaca la importancia del salar de Atacama (Chile), frente a los equivalentes de Ar-gentina (salar de Hombre Muerto) y Bolivia (salar de Uyuni) y sentencia a esta última por carecer de infraestructura establecida, por lo que cualquier inversión en dicho lugar representaría un gasto cuantioso que, combinado al clima altamente hostil a las inversiones, no tendría garantía de que sea capaz de atraer grandes capitales para desarrollar sus reservas. Finalmente, descalifica “el objetivo del gobierno boliviano de convertirse en centro de procesamiento del litio”, además de que “Bolivia nunca sería gran produc-tor, por lo que del corto al mediano tiempo, Chile continuará dominando los mercados globales del litio”.

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Sin embargo, ante la aparición de grupos regionales y nuevos actores que pueden hacer contrapeso a sus intereses (naciones como China, Francia y Corea del Sur han mostrado públicamente su interés en el litio boliviano), este sistema de control y dominación, puede ser circunscrito únicamente al poder político o económico. Por lo tanto, dentro del pensamiento es-tratégico de los Estados Unidos, una de las principales amenazas para el dominio de los recursos naturales y su proyecto hegemónico, es la capaci-dad creciente de los Estados para recuperar la soberanía sobre sus recursos naturales, hidrocarburos, reservas de agua dulce y en este caso, minera-les estratégicos. Bajo esta lógica, los proyectos nacionales o de integración regional en diferentes regiones del orbe, en mayor o menor rango, están caracterizados por una clara tendencia en contra de los intereses de las grandes naciones y buscando una cooperación y desarrollo con quien pue-dan tener convergencias en sus intereses, esto puede ser influenciado por su cercanía geográfica, ideología o por un pasado común. En este sentido, Sudamérica puede jugar un rol preponderante al ser quien contiene las mayores reservas de Litio a nivel mundial, por lo tanto, el establecimiento de estrategias basadas en el análisis geopolítico, pueden llevar a estas na-ciones a hacer frente a los intereses hegemónicos de los Estados Unidos, llevando una política exterior más clara y acorde a sus propios intereses nacionales y/o regionales.

La adopción del litio no será inmediata, porque tampoco será sencillo des-plazar los grandes intereses de las trasnacionales anglosajonas de los hi-drocarburos, por lo que las naciones desarrolladas han optado por lo que actualmente hemos denominado como “transición energética”, mediante la cual, han buscado mantener la iniciativa y el control de los energéticos, de cuya agenda forma parte la nueva geopolítica del litio.

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Convocatoria abierta

Recepción de colaboraciones en [email protected]

Requisitos:

1.-Artículos que abarquen el campo problemático de la revista.

2.-Artículos con una extensión máxima de 20 cuartillas (la concreción será apreciada)

3.-En formato de Word (Office), Times New Roman, 12 puntos.

4.-Correo electrónico y teléfono de contacto.

5.-Semblante curricular.

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