tesorillo monetario bajoimperial del cerro de la casa de la condesa (mijas, málaga)

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Juan Ramón García Carretero, Juan Antonio Martín Ruiz, Marcelino Carcedo Rozada. Edita: Museo Histórico Etnológico Ayto. de Mijas. (2010) ISBN -13: 978-84-606-4866-6

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ISBN:

Imprenta: Depósito Legal: Edita: Museo Histórico Etnológico de Mijas. Diseño Cubierta: José María Fernández Doña

ISBN -13: 978-84-606-4866-6

Depósito Legal: MA 1268-2010 Imprime: Cervantes Impresores - Tel. 952 47 03 16

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Tesorillo monetario de época bajoimperial

del Cerro de la Casa de la Condesa

(Mijas, Málaga).

Juan Ramón García Carretero

Juan Antonio Martín Ruiz

Marcelino Carcedo Rozada

Tesorillo monetario bajoimperial

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ÍNDICE

Introducción………………………………………….……………………………………………….……………………..6

Capítulo 1. El lugar del hallazgo……………………………………………………..………………………….8

Capítulo 2. El depósito monetario………………………………………………………..........................16

2.1. Composición…………………………………………………………………………………………….16

2.2. Metrología………………………………………………………………………………………………..20

2.3. Iconografía y leyendas……………………………………………………………………………23

2.4. Períodos de emisión y circulación…………………………………………………………35

2.5. Cecas……..………………………………………………………………………………………………….39

2.6. Irregularidades e imitaciones…………………………………………………………………46

2.7. Fecha del ocultamiento………………………………………………………………………….51

Capítulo 3. El poblamiento humano en el ager suelitanus

durante el Bajo Imperio…………………………………………………………………………54

Conclusiones………………………………………………………………………………………………………….……62

Bibliografía…………………………………………………………………………………………………………….…….64

Cuadro inventario…………………………………………………………………………………………………….…71

Cuadro General……………………………………………………………………………………………………….….80

24

17

17

21

36

39

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53

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INTRODUCCIÓN.

El término municipal de Mijas es pródigo a la hora de aportar información de carácter numismático, puesto que son ya varios los depósitos o tesorillos hallados en el mismo que podemos adscribir a distintas épocas. Así, alguno de ellos puede situarse en las postrimerías del Alto Imperio, como acontece con el que nosotros mismos publicamos hace unos años en esta colección sobre un ocultamiento monetario proveniente del Cortijo de Acevedo, en tanto otro se inscribe en los inicios de la Edad Media, según vemos en un tesorillo de dirhems de plata califales que podemos vincular con el yacimiento que ahora nos interesa, y del que tendremos ocasión de volver a hablar en las páginas que siguen.

A estos dos hallazgos monetarios podemos sumar el que ahora se publica, y que es un análisis más profundo de un estudio que ya se presentó en noviembre del año 2007 con ocasión de la realización de las III Jornadas de Historia y Etnografía Villa de Mijas, lo que convierte a este municipio en uno de los más destacados de toda la provincia desde el punto de vista de los ocultamientos monetarios.

Hemos de hacer constar que este trabajo se circunscribe al análisis de 83 monedas que se conservan en una colección particular, careciendo de un contexto preciso con el cual pueda vincularse salvo que procede de una antigua villa, si bien, y al igual que acontece en otras tantas ocasiones con hallazgos de esta naturaleza, no podemos estar seguros de que las monedas que aquí presentamos conformen la totalidad del hallazgo monetario, siendo incluso lo más probable que a éstas deban sumarse un número indeterminado que no nos ha sido posible localizar.

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En este texto que el lector tiene ahora entre sus manos no sólo encontrará un detallado estudio de carácter numismático, sino que también pretendemos insertar dicho hallazgo en el yacimiento del que proviene, para lo que contemplamos la poca información que tenemos al respecto, al mismo tiempo que procuramos hacer lo propio con el momento histórico en el que se sitúa, razón que explica el que dediquemos unas páginas a repasar el escaso conocimiento que hasta el momento se tiene del Bajo Imperio en lo que fue el antiguo ager suelitanus, pues no cabe duda de que este ocultamiento tuvo lugar en un territorio que antaño perteneció al núcleo urbano de Suel.

Para finalizar estas breves líneas introductorias deseamos expresar nuestro agradecimiento a D. Cristóbal Vega Vega, Cronista Oficial de Fuengirola, por su inestimable ayuda a la hora de bucear entre los innumerables legajos y documentos conservados en los distintos archivos de la provincia, así como al artista que ha diseñado la cubierta, D. José Mª Fernández Doña y, naturalmente, al Museo Histórico Etnológico del Ayuntamiento de Mijas por incluir la publicación de esta obra en su Colección Osunillas.

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CAPÍTULO 1. EL LUGAR DEL HALLAZGO.

Como hemos indicado las monedas provienen de un cerro muy próximo a la costa en el que se localiza un yacimiento de época romana y medieval, muy mal conocido en términos generales y que en la actualidad ha sido prácticamente destruido para la construcción de unas edificaciones modernas, de tal manera que en este momento apenas queda algún rastro que pueda indicar su existencia.

Según las referencias orales de que disponemos este grupo de monedas,

83 como dijimos, apareció después de que una máquina excavadora hiciese un rebaje del terreno en lo que sería la parte más alta del cerro, llegando hasta la roca base del mismo. Las monedas aparecieron en los restos de tierra que quedaron sobre la pizarra en una reducida superficie que no excedería el metro cuadrado, siendo muy posible que el número de numismas fuera mayor pero desaparecieron con la tierra extraída por la máquina.

Figura 1. Plano de situación del yacimiento.

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Esta elevación se sitúa al este del núcleo de población de La Cala de Mijas, al norte de la actual autovía de la costa y junto al margen izquierdo de la desembocadura del arroyo de la Realenga. Próximo a él discurre también el arroyo de La Cala, el cual conforma un fértil valle fluvial al pie de las estribaciones más occidentales de la Sierra de Mijas. Aunque carecemos de estudios geo-arqueológicos al respecto, en la Antigüedad debió estar situado en plena línea de costa, emplazándose como un farallón rocoso en el borde mismo de lo que pudo ser una pequeña ensenada.

Su ubicación es idónea al encontrarse junto a un excelente embarcadero,

como lo pone de manifiesto el hecho de que a lo largo de los siglos XVI a XVIII fuese éste uno de los lugares preferidos por los corsarios berberiscos para efectuar sus desembarcos, dada la proximidad al arroyo de La Cala, excelente vía de penetración hacia el interior. Tan es así que desde los primeros años de la conquista cristiana, como es 1497, existía una estancia de abrigo que fue sustituida por una almenara en 1513 erigida sobre un promontorio rocoso, hasta que, ya en el siglo XVIII, se construyó un fortín artillado junto a la playa (Fresnadillo, 1996: 285-289 y 309).

Figura 2. Fotografía aérea antes de la urbanización de la zona.

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No cabe descartar la posibilidad de que alguna vaga referencia literaria que se remonta al siglo XVIII haga alusión a este yacimiento, puesto que Medina Conde menciona la existencia de tres antiguas poblaciones al oeste del cerro del Castillo de Fuengirola, las cuales todavía eran visibles en su época (Rodríguez, 1982: 58; Gozalbes, 1986: 54), si bien lo exiguo de la información que aporta hace que, como es lógico, no podamos estar plenamente seguros de la identificación de este emplazamiento con alguno de ellos.

Algo más certera es la referencia que se consigna en el “Mapa de la Costa

del Reyno de Granada con sus nueve partidos”, documento anónimo del Servicio Geográfico del Ejercito de 1761, en su tramo Calahonda-Chilches, donde leemos “Ruinas de una Población antigua” aunque situadas con unos trazos rojos en una posición al este de nuestro hallazgo, más cercanas al Arroyo de los Moros (S.G.E.,1761).

Figura 3. Mapa del siglo XVIII que recoge la presencia de restos en la zona de estudio.

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Una cuestión que necesita una aclaración previa es la denominación que debemos otorgar al yacimiento, puesto que son varios los nombres con los que se le conoce en la bibliografía consultada, algo que también puede explicarse si tenemos en cuenta la existencia de diversos restos pertenecientes a distintos períodos repartidos por un área muy próxima y que, al menos hasta el momento, no ha sido investigada de manera sistemática.

Así, en la bibliografía existente sobre el mismo hallamos que a veces es

aludido como “La Curva de la Cala” (Gozalbes, 2005: 36-37), teniendo en cuenta para ello su proximidad a la moderna carretera A-7. En otras ocasiones aparece consignado como Arraijanal, en virtud del nombre dado a una urbanización existente en la parte alta del cerro (Palomo et alii, 2003: 844). Por nuestra parte, hemos preferido basarnos en el topónimo más antiguo documentado en la cartografía histórica existente, como es el de “Casa de la Condesa”, el cual se encuentra recogido en un mapa del año 1897 conservado en el Archivo Histórico Provincial de Málaga1.

Figura 4. Mapa del siglo XIX que hace referencia al topónimo “Casa de la Condesa”.

1 Agradecemos a D. Cristóbal Vega Vega, Cronista Oficial de Fuengirola, el habernos aportado este interesante dato que aclara definitivamente la cuestión.

1 Agradecemos a D. Cristóbal Vega Vega, Cronista Oficial de Fuengirola, el habernos aportado este interesante dato que aclara definitivamente la cuestión.

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Figura 5. Detalle de La Cala del Moral en el mapa anterior.

Respecto a su extensión cronológica podemos decir que, a tenor de la exigua información disponible, ésta se iniciaría con una ocupación bajoimperial no precisada pero que ocuparía al menos el siglo IV d. C., según ponen de manifiesto algunos materiales carentes de contexto que provienen de este mismo lugar, como son algunas monedas acuñadas en tiempos de Teodosio y Arcadio, así como parte de una pequeña tabla de bronce que conserva los restos de una inscripción latina (Ayala, Gozalbes, 1996: 61) (figura 6). También procede de este lugar un platillo metálico de una balanza con cuatro perforaciones y decoración de líneas incisas concéntricas en su interior (figura 7), así como un fragmento de vaso abierto de terra sigillata lucente que podemos fechar grosso modo desde finales del siglo III d. C. hasta comienzos del siglo V d. C. (Carandini, 1981: 5-6) (figura 8).

El mencionado fragmento de placa broncínea grabada, pieza de singular

rareza por cuanto hasta el momento únicamente se conocen otros siete ejemplares más en toda Hispania, parece corresponder a un diploma militar por medio del cual se licenciaba y concedía la ciudadanía romana a su titular (Beltrán, Loza, 2007: 202-203).

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Figura 6. Placa de bronce con inscripción latina.

Figura 7. Platillo de balanza decorado.

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Figura 8. Fragmento de terra sigillata lucente.

Una nueva fase, esta vez mejor documentada al haberse llevado a cabo una excavación arqueológica de urgencia en este sector del yacimiento, puede datarse entre el siglo X y los comienzos del XI d. C. (Palomo et alii, 2003: 8446-850). Estos trabajos permitieron documentar parte de una alquería constituida por edificaciones de planta rectangular, cuyas estancias interiores de grandes dimensiones se articulaban alrededor de un espacio central abierto (figura 9). Estas viviendas fueron construidas mediante muros con zócalos de piedra, además de tégulas y ladrillos romanos reutilizados, sobre los que se levantaría una pared de tapial.

Figura 9. Planta de las estructuras medievales de Arraijanal.

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Con idéntica cronología se conoce también un tesorillo integrado por 533 dirhems califales de plata, 5 dinares de oro acuñados en el norte de África que estaban envueltos en una tela de lino de calidad y otros 252 fragmentos de dirhams también de plata, todos ellos ocultos dentro de una jarrita cerámica y que fueron acuñados en tiempos de Abd al Rahman II y Al Haken II (Ayala, Gozalbes, 1996: 61-76; Gozalbes, 2005: 36- 37, 55-58 y 90).

Por último, otros materiales medievales localizados en este lugar son un

colgante de oro con engarce de vidrio (figura 10), dos espátulas de bronce, un plato de balanza y dos conteras de puñal hechas con este mismo material (Gozalbes, 2005: 71-73).

Figura 10. Colgante de oro con engarce de vidrio.

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CAPÍTULO 2. EL OCULTAMIENTO MONETARIO.

2.1. COMPOSICIÓN DEL DEPÓSITO.

El material procedente de este hallazgo parece corresponder a un conjunto cerrado del que hemos podido estudiar un total de 83 monedas, aun cuando no cabe descartar que su número fuese mayor. Todas ellas son de bronce y despliegan las efigies de once miembros de tres dinastías imperiales, como son la constantiniana, la valentiniana y la teodosiana (figura 11).

Podemos decir que la conservación es mala o pésima en la mayor parte de los casos, siendo posible apreciar roturas y desperfectos junto al desgaste de las piezas más afectadas por su circulación, a lo que debemos sumar el hecho de que una decena de ejemplares muestren signos evidentes de haber estado en contacto con el fuego. Todo ello, unido a veces a su exiguo tamaño, ha dificultado en buena medida su adscripción a un determinado tipo, ceca, periodo o muy especialmente su emisor, que en treinta y cuatro ocasiones no ha podido ser identificado, algo que afecta al 40,9% de estas piezas que estudiamos. Asimismo, el lugar de acuñación nos es desconocido en el 56,6% de las monedas y el tipo de reverso en las trece piezas indeterminadas que ofrecen un 15,7%.

De igual forma, ha resultado problemática la discriminación entre

numismas oficiales muy devaluados y circulados de aquellos otros que podrían ser emisiones de imitación, por lo que hemos optado por analizarlos de forma conjunta dentro de las diversas series numismáticas.

CAPÍTULO 2. EL DEPÓSITO MONETARIO

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En cuanto al contenido del depósito que nos ocupa, cabe indicar que no aparecen antoninianos de fines del siglo III o sus imitaciones, las cuales suelen estar presentes en este tipo de ocultamientos de una forma residual tras haber sido amortizados durante un largo tiempo (Ripollés, 2002: 209). Tampoco contamos con ejemplares de principios del siglo IV emitidos por Constantino I, cuya reforma monetaria del año 313 dio como resultado que el panorama que ahora vemos reflejado en la composición de los depósitos numismáticos posteriores a esa fecha sea radicalmente distinto a los atesorados en los inicios del siglo (Cepeda, 2004: 105). En este sentido las primeras amonedaciones de nuestro conjunto corresponden a su hijo Constantino II, así como a las emisiones conmemorativas de Roma y Constantinopla. Amplían el repertorio de los hermanos de Constantino II, Constante y Constancio II, junto a su primo Constancio Galo y el hermanastro de este último, Juliano II que cierra la dinastía constantiniana. La siguiente familia en el poder usurpado por militares la encabeza Valentiniano I, así como su hermano Valente y los hijos del primero, Graciano y Valentiniano II, a los que finalmente sucede Teodosio I, elevado por Graciano a la púrpura para sustituir a Valente, quien concluye el elenco ya como representante de la casa teodosiana.

No tenemos constancia de la aparición de piezas talladas por Crispo,

Delmacio, Hanibaliano, Nepotiano, Vetranio, Magnencio, Decencio, Joviano, Procopio, Magno Máximo, Eugenio, Honorio o Arcadio, que sí hallamos en otras localizaciones peninsulares.

Los tipos monetarios del siglo IV se registran con gran profusión en

yacimientos y tesorillos debido a los procesos inflacionarios de la época y en consecuencia su dispersión geográfica es asimismo amplísima. La composición que aquí podemos documentar coincide en su estructura con la conocida en multitud de depósitos o hallazgos localizados principalmente en la mitad norte peninsular, especialmente identificables por la profusión del tipo del jinete caído y que, formados básicamente a partir de la reducción ponderal de 337, reflejan de forma clara las fases de máximo aporte de numerario de todo el siglo, en especial los periodos 335-341, 341-348 y fundamentalmente 348-360. Nuestro conjunto monetario no responde a una tesaurización selectiva de numismas de pesos elevados, sino que incluye una muestra heterogénea del medio circulante en los tres últimos cuartos del siglo IV, si bien predominan las piezas monetarias más devaluadas dentro de los nummi constantinianos. Su ocultación podría ser explicada como reacción a la aparición de las maiorinae de Graciano y Teodosio, cuya escasa muestra aquí tan sólo incluye tres ejemplares.

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Durante este periodo y a través de un dilatado proceso de amortización se fueron incorporando a la masa monetaria las emisiones de carácter extraoficial, ocupando en ciertos casos casi un tercio de su volumen (Ripollés, 2002: 212), como vemos, por ejemplo, en Grau Vell donde alcanzan el 35% (Gozalbes, 1999: 83), y perdurando en muchos lugares hasta bien entrado el siglo V. Aunque la disparidad cronológica entre los tipos oficiales y sus imitaciones debe ser tenida en cuenta, resulta difícil de cuantificar por lo que se incluyen juntos ambos tipos de acuñaciones ratificando la heterogeneidad del conjunto.

La tipología de tesorillos de fines del siglo IV en la Bética está conformada

predominantemente por AE2 de procedencia oriental que, sin embargo, no surten a la mitad norte de Hispania, donde en cambio son característicos los conjuntos de AE4. En nuestro caso, predominan los AE3 con un 71% junto a un 25,4% de AE4 y tan sólo un 3,6% de AE2 (figura 13), por lo que el depósito tiene un difícil encaje en las clasificaciones que se han elaborado con ellos. Sin embargo, encontramos conjuntos perfectamente extrapolables al nuestro en la cercana ciudad de Malaca, más concretamente en el área del teatro romano que ha ofrecido tres ejemplos de depósitos formados básicamente por AE3 y AE4. Los dos primeros, con alrededor de quinientas piezas uno y sesenta y cuatro el otro, se cierran con las emisiones valentinianas de SECVRITAS REIPVBLICAE y su composición es muy similar a la del Cerro de la Casa de la Condesa (Mora, 2005: 238), al igual que acontece con el tercero que contiene treinta y nueve ejemplares y resulta ser un tanto más tardío ya que su última emisión corresponde al 404-406 con reverso CONCORDIA AVG (Mora, 2005: 242).

El momento de acumulación de nuestro depósito parece corresponder a

una etapa transitoria en el desarrollo de la circulación monetaria, donde aún no predomina plenamente el AE2 sino las emisiones de periodos anteriores, siendo posible citar algunos tesorillos peninsulares que muestran esa escasa presencia de AE2, como pueden ser Clunia, Conímbriga E, Conímbriga A y Castro de Fiaes II (San Vicente, 1999: 591). Ya dentro de los formados principalmente por AE4 pero también con bajo porcentaje de moneda teodosiana, se encuentra Sarandón donde predominan las monedas tipo FEL TEMP REPARATIO y faltan las acuñaciones de Arcadio y Honorio (San Vicente, 1999: 601).

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En cuanto al contenido del depósito que nos ocupa, cabe indicar que no aparecen antoninianos de fines del siglo III o sus imitaciones, las cuales suelen estar presentes en este tipo de ocultamientos de una forma residual tras haber sido amortizados durante un largo tiempo (Ripollés, 2002: 209). Tampoco contamos con ejemplares de principios del siglo IV emitidos por Constantino I, cuya reforma monetaria del año 313 dio como resultado que el panorama que ahora vemos reflejado en la composición de los depósitos numismáticos posteriores a esa fecha sea radicalmente distinto a los atesorados en los inicios del siglo (Cepeda, 2004: 105). En este sentido las primeras amonedaciones de nuestro conjunto corresponden a su hijo Constantino II, así como a las emisiones conmemorativas de Roma y Constantinopla. Amplían el repertorio de los hermanos de Constantino II, Constante y Constancio II, junto a su primo Constancio Galo y el hermanastro de este último, Juliano II que cierra la dinastía constantiniana. La siguiente familia en el poder usurpado por militares la encabeza Valentiniano I, así como su hermano Valente y los hijos del primero, Graciano y Valentiniano II, a los que finalmente sucede Teodosio I, elevado por Graciano a la púrpura para sustituir a Valente, quien concluye el elenco ya como representante de la casa teodosiana.

No tenemos constancia de la aparición de piezas talladas por Crispo,

Delmacio, Hanibaliano, Nepotiano, Vetranio, Magnencio, Decencio, Joviano, Procopio, Magno Máximo, Eugenio, Honorio o Arcadio, que sí hallamos en otras localizaciones peninsulares.

Los tipos monetarios del siglo IV se registran con gran profusión en

yacimientos y tesorillos debido a los procesos inflacionarios de la época y en consecuencia su dispersión geográfica es asimismo amplísima. La composición que aquí podemos documentar coincide en su estructura con la conocida en multitud de depósitos o hallazgos localizados principalmente en la mitad norte peninsular, especialmente identificables por la profusión del tipo del jinete caído y que, formados básicamente a partir de la reducción ponderal de 337, reflejan de forma clara las fases de máximo aporte de numerario de todo el siglo, en especial los periodos 335-341, 341-348 y fundamentalmente 348-360. Nuestro conjunto monetario no responde a una tesaurización selectiva de numismas de pesos elevados, sino que incluye una muestra heterogénea del medio circulante en los tres últimos cuartos del siglo IV, si bien predominan las piezas monetarias más devaluadas dentro de los nummi constantinianos. Su ocultación podría ser explicada como reacción a la aparición de las maiorinae de Graciano y Teodosio, cuya escasa muestra aquí tan sólo incluye tres ejemplares.

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E M P E R A D O R

Nº de

INVENTARIO

Nº DE

MONEDAS

(%)

Conmemorativas (330-346) 1, 2 2 2, 4 %

Constantino II (337-340) 3, 4 2 2, 4 %

Constante (337-350) 5, 9, 10 3 3, 6 %

Constancio II (337-361) 12, 15--30, 33,

41--43, 45-49, 52

27

32, 5 %

Constante/ Constancio II 11, 13, 14 3 3, 6 %

Constant. II/ Constante/ Constancio II 6--8, 31, 32,

34-39, 50, 51

13

15, 6 %

Constancio Galo (351-354) 40 1 1, 2 %

Juliano II (360-363) 44 1 1, 2 %

Valente (364-378) 53--56, 58--63 10 12, 1 %

Valente / Valentiniano I (364-378) 57 1 1, 2 %

Graciano (367-383) 64--67 4 4, 8 %

Valentiniano II (375-392) 68 1 1, 2 %

Teodosio I (379-395) 69, 70 2 2, 4 %

Indeterminadas 71--83 13 15, 7 %

TOTAL 83 100 %

Figura 11. Porcentajes de la composición del depósito por emisor/ emperador. (Ver atribuciones no confirmadas en el cuadro general donde se incluyen como indeterminadas).

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E M P E R A D O R

Nº de

INVENTARIO

Nº DE

MONEDAS

(%)

Conmemorativas (330-346) 1, 2 2 2, 4 %

Constantino II (337-340) 3, 4 2 2, 4 %

Constante (337-350) 5, 9, 10 3 3, 6 %

Constancio II (337-361) 12, 15--30, 33,

41--43, 45-49, 52

27

32, 5 %

Constante/ Constancio II 11, 13, 14 3 3, 6 %

Constant. II/ Constante/ Constancio II 6--8, 31, 32,

34-39, 50, 51

13

15, 6 %

Constancio Galo (351-354) 40 1 1, 2 %

Juliano II (360-363) 44 1 1, 2 %

Valente (364-378) 53--56, 58--63 10 12, 1 %

Valente / Valentiniano I (364-378) 57 1 1, 2 %

Graciano (367-383) 64--67 4 4, 8 %

Valentiniano II (375-392) 68 1 1, 2 %

Teodosio I (379-395) 69, 70 2 2, 4 %

Indeterminadas 71--83 13 15, 7 %

TOTAL 83 100 %

Figura 11. Porcentajes de la composición del depósito por emisor/ emperador. (Ver atribuciones no confirmadas en el cuadro general donde se incluyen como indeterminadas).

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2.2. METROLOGÍA.

Aunque contamos con una referencia escrita que alude al numerario existente a mediados del siglo IV d. C. como es el Codex Theodosianus, el cual menciona las denominaciones de maior pecunia (o decargyrus nummus) y centenionalis nummus, lo cierto es que su identificación como una sola -con sus nombres oficial y popular- o como dos denominaciones distintas (Pearce, 1972: 29-30) no queda suficientemente aclarada por lo que sigue siendo una cuestión todavía debatida por los investigadores. La compleja relación de equivalencia entre bronce, plata y oro, así como entre sus unidades y los respectivos divisores, sumada a las constantes reducciones de peso desde los inicios del siglo en el transcurso de las repetidas reformas, no ayuda precisamente a despejar dicha incógnita.

Toda esta problemática que se puede hacer extensiva a la totalidad del

siglo IV obligó a los numismáticos británicos en los años 60 a utilizar un forma de clasificación artificial más específica para estos tipos en consideración a sus dimensiones: AE2, AE3 y AE4, donde AE2 correspondería a la maiorina y AE3, o nummus, se podría equiparar al centenionalis de mediados de siglo (Cepeda, 2000: 172). El término minimi, utilizado aquí de forma eminentemente descriptiva y no como denominación, podría asimilarse a nuestro grupo de AE4 tardíos o imitativos.

El término genérico de nummus se tiende a utilizar frente al de follis

reducido para aludir exclusivamente a las denominaciones posteriores a la reforma constantiniana del año 318, que a partir de 330 verían disminuir su ya escaso contenido argentífero y bajarían a un peso de 2,45 gr. (1/132 de libra) para los tipos VRBS ROMA y CONSTANTINOPOLIS, los cuales se empiezan a acuñar en dicha fecha bajo el mencionado patrón (San Vicente, 1999: 71).

Tras la muerte de Constantino en 337 y la reforma de ese año, se impone

el patrón de 1/192 de libra (1,69 gr.), que para GLORIA EXERCITVS y VICTORIAE DD AVGGQ NN, con ciertos descensos, continuó durante el periodo 341-348. A partir de este momento descartamos el término nummi para aludir a las piezas y encontramos que la situación se hace más compleja si cabe con las sucesivas reformas de Magnencio, Constancio II y Juliano II. Únicamente nos interesa reflejar que en 354 se impone el patrón de 2,68 gr. (1/120 de libra) para las emisiones del jinete caído en AE3, acuñadas en abundancia por Constancio II desde Oriente, quedando desmonetizadas todas las denominaciones anteriores en bronce (San Vicente, 1999: 81). Junto al

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mencionado AE3, aparece a partir de 358 un AE4 con reverso SPES REIPVBLICE, que no superaría los dos gramos (1,93 gr.=1/168 de libra) y no presentaría contenido alguno de plata (San Vicente, 1999: 82).

Las reformas valentinianas instituyen desde 363 un AE3 similar al anterior

(2,72 gr.) para GLORIA ROMANORVM y SECVRITAS REIPVBLICAE, y a partir de 381 bajo Graciano para VOTA, se acuña un AE4 con 1,49 gr. en tanto que para aquellas que muestran en reverso REPARATIO REIPVB se produce un AE2 de 5,25 gr. Este último patrón, al que pertenece nuestro ejemplar con leyenda GLORIA ROMANORVM, fue también aplicado por Teodosio, aunque nuevamente reducido, a unas emisiones que constituyeron la última tentativa de mantener un sistema monetario fuerte basado en las denominaciones de bronce, ya que a partir de 395 tan sólo se mantuvieron en este metal los AE4 (Pearce, 1972: 29).

Los módulos de las piezas de nuestro depósito oscilan entre los 10 y los

23 mm, si bien predominan los más reducidos: una masa de AE3 (71%), que en nuestro caso comprenden desde los 13 a los 20 mm, mas otros veintiún AE4 (25,4%) que, aunque oscilan entre 10 y 16 mm., incluyen alguna clara muestra de verdaderos minimi. Tan sólo corresponden a la denominación de AE2 o maiorina (21-23 mm.) los ejemplares nº 64, 65 y 70, que consecuentemente arrojan los pesos más altos de todo el conjunto como, por ejemplo, el nº 65 con reverso REPARATIO REIPVB que alcanza los cinco gramos (figura 13).

Dentro de las diversas series numismáticas observamos como sus pesos y

módulos no son en modo alguno homogéneos, sino que en el mismo grupo encontramos piezas que encajan con la metrología oficial junto a una mayoría de numismas que podemos considerar devaluados o irregulares. Así, por ejemplo, en los reversos FEL TEMP REPARATIO el peso oscila de 0,5 a 3,1 gr. y el diámetro de 10 a 20 mm. En realidad la tónica general del depósito nos muestra pesos ostensiblemente bajos asociados a módulos reducidos, si bien dejaremos para más adelante el examen de las implicaciones que se derivan de esta merma en sus características metrológicas. No obstante, los pesos medios de las series monetarias mejor representadas y sus denominaciones correspondientes a tenor de las dimensiones de sus módulos quedan resumidos en los dos cuadros que reproducimos a continuación:

23

T I P O

P E S O M E D I O

GLORIA EXERCITVS 1, 18

VICTORIAE DD AVGGQ NN 1, 37

FEL TEMP REPARATIO 1, 74

SPES REI PVBLICE 1, 53

GLORIA ROMANORVM (Valente) 1, 35

SECVRITAS REIPVBLICAE 1, 78

IndeterminadaS 1, 26

T O T A L

1 , 6 1

Figura 12. Peso medio de algunas series monetarias.

P e r i o d o Ae2 Ae3 Ae4 total

337-340 - 9 1 1o

347-348 - 5 - 5

350-361 - 23 2 25

355-363 - - 12 12

364-378 - 11 - 11

378-395 3 2 2 7

Indeterminadas - 9 4 13

T O T A L

3

59

21

83

Figura 13. Distribución en base a las denominaciones.

Page 24: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

23 22

mencionado AE3, aparece a partir de 358 un AE4 con reverso SPES REIPVBLICE, que no superaría los dos gramos (1,93 gr.=1/168 de libra) y no presentaría contenido alguno de plata (San Vicente, 1999: 82).

Las reformas valentinianas instituyen desde 363 un AE3 similar al anterior

(2,72 gr.) para GLORIA ROMANORVM y SECVRITAS REIPVBLICAE, y a partir de 381 bajo Graciano para VOTA, se acuña un AE4 con 1,49 gr. en tanto que para aquellas que muestran en reverso REPARATIO REIPVB se produce un AE2 de 5,25 gr. Este último patrón, al que pertenece nuestro ejemplar con leyenda GLORIA ROMANORVM, fue también aplicado por Teodosio, aunque nuevamente reducido, a unas emisiones que constituyeron la última tentativa de mantener un sistema monetario fuerte basado en las denominaciones de bronce, ya que a partir de 395 tan sólo se mantuvieron en este metal los AE4 (Pearce, 1972: 29).

Los módulos de las piezas de nuestro depósito oscilan entre los 10 y los

23 mm, si bien predominan los más reducidos: una masa de AE3 (71%), que en nuestro caso comprenden desde los 13 a los 20 mm, mas otros veintiún AE4 (25,4%) que, aunque oscilan entre 10 y 16 mm., incluyen alguna clara muestra de verdaderos minimi. Tan sólo corresponden a la denominación de AE2 o maiorina (21-23 mm.) los ejemplares nº 64, 65 y 70, que consecuentemente arrojan los pesos más altos de todo el conjunto como, por ejemplo, el nº 65 con reverso REPARATIO REIPVB que alcanza los cinco gramos (figura 13).

Dentro de las diversas series numismáticas observamos como sus pesos y

módulos no son en modo alguno homogéneos, sino que en el mismo grupo encontramos piezas que encajan con la metrología oficial junto a una mayoría de numismas que podemos considerar devaluados o irregulares. Así, por ejemplo, en los reversos FEL TEMP REPARATIO el peso oscila de 0,5 a 3,1 gr. y el diámetro de 10 a 20 mm. En realidad la tónica general del depósito nos muestra pesos ostensiblemente bajos asociados a módulos reducidos, si bien dejaremos para más adelante el examen de las implicaciones que se derivan de esta merma en sus características metrológicas. No obstante, los pesos medios de las series monetarias mejor representadas y sus denominaciones correspondientes a tenor de las dimensiones de sus módulos quedan resumidos en los dos cuadros que reproducimos a continuación:

23

T I P O

P E S O M E D I O

GLORIA EXERCITVS 1, 18

VICTORIAE DD AVGGQ NN 1, 37

FEL TEMP REPARATIO 1, 74

SPES REI PVBLICE 1, 53

GLORIA ROMANORVM (Valente) 1, 35

SECVRITAS REIPVBLICAE 1, 78

IndeterminadaS 1, 26

T O T A L

1 , 6 1

Figura 12. Peso medio de algunas series monetarias.

P e r i o d o Ae2 Ae3 Ae4 total

337-340 - 9 1 1o

347-348 - 5 - 5

350-361 - 23 2 25

355-363 - - 12 12

364-378 - 11 - 11

378-395 3 2 2 7

Indeterminadas - 9 4 13

T O T A L

3

59

21

83

Figura 13. Distribución en base a las denominaciones.

Page 25: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

24 24

2.3. ICONOGRAFÍA Y LEYENDAS.

Podemos comenzar este nuevo apartado indicando que los ejemplares conmemorativos de Roma y Constantinopla muestran en sus anversos el busto femenino alegórico a la ciudad, tocado con casco y orientado a la izquierda, si bien en el resto de numismas la orientación es a la derecha. En cuanto a los bustos de los emperadores, podemos decir que suelen presentarse drapeados y con coraza mientras que sus cabezas van diademadas y/o laureadas, con la excepción de la de Constancio Galo que está desprovista de tales atributos por su calidad de César y no de Augusto (nº 40). Excluyendo las piezas conmemorativas (VRBS ROMA y CONSTANTINOPOLIS), las leyendas incluyen los nombres y títulos de los emperadores: DN (Dominvs Noster) Nuestro Señor, FL (Flavivs) Flavio, PF (Pivs Felix) Pío y Bendito, AVG (Avgvstvs) Augusto e IVN NOB C (Ivnior Nobilisimvs Caesar) Joven y Noble César.

Las primeras amonedaciones del conjunto, que abarcan desde el año

337 al 340, corresponden a una etapa inflacionaria que se inicia a partir de 335 con una nueva reducción del peso del nummus (Ripollés, 2002: 211). Sus reversos incluyen las acuñaciones conmemorativas de las ciudades de Roma y Constantinopla, ambas anepígrafas, la primera mostrando la loba y los gemelos (nº 1) (figura 33) y la segunda dos guerreros con un estandarte y la leyenda GLORIA EXERCITVS (nº 2) (figura 14), teniendo en cuenta que esta última debe considerarse una variante del prototipo mayoritario para CONSTANTINOPOLIS que incorpora una Victoria sobre proa. Nuestro ejemplar fue emitido en Nicomedia, pero el mismo tipo se acuñó, además, en otros talleres como Cícico, Constantinopla, Heraclea y Tesalónica, que curiosamente también hibridaron GLORIA EXERCITVS con anverso VRBS ROMA .

Otros reversos atípicos o minoritarios, igualmente documentados en R.I.C.

para la alegoría de Constantinopla en anverso son VOT XX MVLT XXX, acuñado en Heraclea y Cícico, VICTORIA AVG, VICTORIA AVG NN, VICTORIA AVGVSTI, RESTITVTOR REIP e incluso FEL TEMP REPARATIO, todos ellos de la ceca de Roma (Kent, 1981).

Una plausible hipótesis que explicaría la hibridación del anverso

CONSTANTINOPOLIS con el reverso GLORIA EXERCITVS postula que ante el mayor desgaste y rotura de los cospeles de reverso estos se sustituyeron por otros contemporáneos aunque correspondientes a distinta tipología.

25

Figura 14. Pieza nº 2, anverso CONSTANTINOPOLIS y reverso GLORIA EXERCITVS.

El resto de reversos con la citada leyenda GLORIA EXERCITVS (nº 3-9), que de forma similar contienen el motivo de dos soldados en pie con lanzas y escudos apoyados en el suelo, situados a ambos lados de un estandarte emplazado en el centro, alcanzan tan sólo un 8,4% con otros siete ejemplos asociados a Constantino II, Constante y posiblemente en algún caso a Constancio II. Así mismo, atribuimos a Constante el nº 10: SECVRITAS REIP con figura femenina apoyada sobre una columna, en tanto hacemos corresponder a uno de estos dos últimos emperadores mencionados las emisiones de los años 347 y 348 en las que podemos leer VICTORIAE DD AVGGQ NN (nº 11-14) (4,8%), las cuales muestran dos victorias aladas enfrentando sendas coronas junto con VOT XX MVLT XXX (nº 15), estando dicha leyenda inscrita dentro de una láurea (figuras 15, 16 y 17).

Figura 15. Pieza nº 3, reverso GLORIA EXERCITVS de Constantino II.

Page 26: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

25 24

2.3. ICONOGRAFÍA Y LEYENDAS.

Podemos comenzar este nuevo apartado indicando que los ejemplares conmemorativos de Roma y Constantinopla muestran en sus anversos el busto femenino alegórico a la ciudad, tocado con casco y orientado a la izquierda, si bien en el resto de numismas la orientación es a la derecha. En cuanto a los bustos de los emperadores, podemos decir que suelen presentarse drapeados y con coraza mientras que sus cabezas van diademadas y/o laureadas, con la excepción de la de Constancio Galo que está desprovista de tales atributos por su calidad de César y no de Augusto (nº 40). Excluyendo las piezas conmemorativas (VRBS ROMA y CONSTANTINOPOLIS), las leyendas incluyen los nombres y títulos de los emperadores: DN (Dominvs Noster) Nuestro Señor, FL (Flavivs) Flavio, PF (Pivs Felix) Pío y Bendito, AVG (Avgvstvs) Augusto e IVN NOB C (Ivnior Nobilisimvs Caesar) Joven y Noble César.

Las primeras amonedaciones del conjunto, que abarcan desde el año

337 al 340, corresponden a una etapa inflacionaria que se inicia a partir de 335 con una nueva reducción del peso del nummus (Ripollés, 2002: 211). Sus reversos incluyen las acuñaciones conmemorativas de las ciudades de Roma y Constantinopla, ambas anepígrafas, la primera mostrando la loba y los gemelos (nº 1) (figura 33) y la segunda dos guerreros con un estandarte y la leyenda GLORIA EXERCITVS (nº 2) (figura 14), teniendo en cuenta que esta última debe considerarse una variante del prototipo mayoritario para CONSTANTINOPOLIS que incorpora una Victoria sobre proa. Nuestro ejemplar fue emitido en Nicomedia, pero el mismo tipo se acuñó, además, en otros talleres como Cícico, Constantinopla, Heraclea y Tesalónica, que curiosamente también hibridaron GLORIA EXERCITVS con anverso VRBS ROMA .

Otros reversos atípicos o minoritarios, igualmente documentados en R.I.C.

para la alegoría de Constantinopla en anverso son VOT XX MVLT XXX, acuñado en Heraclea y Cícico, VICTORIA AVG, VICTORIA AVG NN, VICTORIA AVGVSTI, RESTITVTOR REIP e incluso FEL TEMP REPARATIO, todos ellos de la ceca de Roma (Kent, 1981).

Una plausible hipótesis que explicaría la hibridación del anverso

CONSTANTINOPOLIS con el reverso GLORIA EXERCITVS postula que ante el mayor desgaste y rotura de los cospeles de reverso estos se sustituyeron por otros contemporáneos aunque correspondientes a distinta tipología.

25

Figura 14. Pieza nº 2, anverso CONSTANTINOPOLIS y reverso GLORIA EXERCITVS.

El resto de reversos con la citada leyenda GLORIA EXERCITVS (nº 3-9), que de forma similar contienen el motivo de dos soldados en pie con lanzas y escudos apoyados en el suelo, situados a ambos lados de un estandarte emplazado en el centro, alcanzan tan sólo un 8,4% con otros siete ejemplos asociados a Constantino II, Constante y posiblemente en algún caso a Constancio II. Así mismo, atribuimos a Constante el nº 10: SECVRITAS REIP con figura femenina apoyada sobre una columna, en tanto hacemos corresponder a uno de estos dos últimos emperadores mencionados las emisiones de los años 347 y 348 en las que podemos leer VICTORIAE DD AVGGQ NN (nº 11-14) (4,8%), las cuales muestran dos victorias aladas enfrentando sendas coronas junto con VOT XX MVLT XXX (nº 15), estando dicha leyenda inscrita dentro de una láurea (figuras 15, 16 y 17).

Figura 15. Pieza nº 3, reverso GLORIA EXERCITVS de Constantino II.

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26 26

Figura 16. Piezas nº 5 y 6 con reverso GLORIA EXERCITVS y nº10 con reverso SECVRITAS REIP emitidas por Constante.

Page 28: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

27 26

Figura 16. Piezas nº 5 y 6 con reverso GLORIA EXERCITVS y nº10 con reverso SECVRITAS REIP emitidas por Constante.

27

Figura 17. Piezas nº 11 y 12 con reverso VICTORIAE DD AVGGQ NN y nº 15 con reverso VOT XX MVLT XXX de Constancio II.

Page 29: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

28 28

En el siguiente periodo de acuñaciones, que transcurre desde el 350 al 361, asistimos a nuevas devaluaciones del numerario efectuadas por Constancio II (Abad, 1994: 155) con la característica serie FEL TEMP REPARATIO conformando el grueso del conjunto hasta alcanzar el 30,2% con veinticinco reversos (nº 16-40), dieciséis de ellos identificados como acuñaciones de Constancio II (19,2%), junto a una de Constancio Galo (nº 40). En ellos podemos ver a Virtvs o a un soldado romano en pie alanceando a un jinete bárbaro que, herido de muerte, cae del caballo, de ahí la denominación anglosajona: falling horseman. También numerosa (14,5%) es la serie SPES REI PVBLICE que abarca desde 355 a 363 y que asciende a once ejemplares (nº 41-43 y 45-52) a los que se suma el nº 44 de Juliano II, apareciendo en ellos Virtvs o el emperador de pie a izquierda sosteniendo un globo y una lanza (figuras 18 y 19).

Figura 18. Emisiones de Constancio II. Piezas nº 16 y 19 con reverso FEL TEMP REPARATIO.

Page 30: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

29 28

En el siguiente periodo de acuñaciones, que transcurre desde el 350 al 361, asistimos a nuevas devaluaciones del numerario efectuadas por Constancio II (Abad, 1994: 155) con la característica serie FEL TEMP REPARATIO conformando el grueso del conjunto hasta alcanzar el 30,2% con veinticinco reversos (nº 16-40), dieciséis de ellos identificados como acuñaciones de Constancio II (19,2%), junto a una de Constancio Galo (nº 40). En ellos podemos ver a Virtvs o a un soldado romano en pie alanceando a un jinete bárbaro que, herido de muerte, cae del caballo, de ahí la denominación anglosajona: falling horseman. También numerosa (14,5%) es la serie SPES REI PVBLICE que abarca desde 355 a 363 y que asciende a once ejemplares (nº 41-43 y 45-52) a los que se suma el nº 44 de Juliano II, apareciendo en ellos Virtvs o el emperador de pie a izquierda sosteniendo un globo y una lanza (figuras 18 y 19).

Figura 18. Emisiones de Constancio II. Piezas nº 16 y 19 con reverso FEL TEMP REPARATIO.

29

Figura 19. Emisiones de Constancio II y Constancio Galo (FEL TEMP REPARATIO) y de Juliano II. (SPES REI PVBLICE). Piezas nº 25, 40 y 44.

Page 31: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

30 30

A un nuevo periodo, que esta vez abarca desde 364 a 378, y que conlleva un descenso general en el aporte de numerario (Abad, 1994: 155-156), corresponden las emisiones de Valente (nº 53-56), y posiblemente de Valentiniano I (nº 57), del reverso GLORIA ROMANORVM ofreciendo un porcentaje que alcanza el 6%, y mostrando al emperador levantando a un cautivo mientras marcha con un lábaro, así como del reverso SECVRITAS REIPVBLICAE (nº 58-63), el cual arroja un 7,2%, donde una victoria en marcha hacia la izquierda porta una corona y una palma (figuras 20 y 21).

Figura 20. Emisiones de Valente. Piezas nº 53 y 58 con reverso GLORIA ROMANORVM y SECVRITAS REIPVBLICAE .

31

Figura 21. Emisiones de Valente. Piezas nº 59 y 61con reverso SECVRITAS REIPVBLICAE.

La última fase de las emisiones del siglo IV, comprendida entre los años 378 y 395, corresponde a Graciano, Valentiniano II y Teodosio, dando comienzo con REPARATIO REIPVB (nº 64 y 65), en las que el emperador porta una victoria sobre un globo que lo está coronando y levanta a una cautiva arrodillada y tocada con corona turriforme, seguido de los anteriormente mencionados VOT MVLT (nº 66 y 67), VICTORIA AVGGG (nº 68 y 69) y GLORIA ROMANORVM (nº 70) si bien en este último caso se representa al emperador sosteniendo globo y lábaro (figuras 22 y 23).

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31 30

A un nuevo periodo, que esta vez abarca desde 364 a 378, y que conlleva un descenso general en el aporte de numerario (Abad, 1994: 155-156), corresponden las emisiones de Valente (nº 53-56), y posiblemente de Valentiniano I (nº 57), del reverso GLORIA ROMANORVM ofreciendo un porcentaje que alcanza el 6%, y mostrando al emperador levantando a un cautivo mientras marcha con un lábaro, así como del reverso SECVRITAS REIPVBLICAE (nº 58-63), el cual arroja un 7,2%, donde una victoria en marcha hacia la izquierda porta una corona y una palma (figuras 20 y 21).

Figura 20. Emisiones de Valente. Piezas nº 53 y 58 con reverso GLORIA ROMANORVM y SECVRITAS REIPVBLICAE .

31

Figura 21. Emisiones de Valente. Piezas nº 59 y 61con reverso SECVRITAS REIPVBLICAE.

La última fase de las emisiones del siglo IV, comprendida entre los años 378 y 395, corresponde a Graciano, Valentiniano II y Teodosio, dando comienzo con REPARATIO REIPVB (nº 64 y 65), en las que el emperador porta una victoria sobre un globo que lo está coronando y levanta a una cautiva arrodillada y tocada con corona turriforme, seguido de los anteriormente mencionados VOT MVLT (nº 66 y 67), VICTORIA AVGGG (nº 68 y 69) y GLORIA ROMANORVM (nº 70) si bien en este último caso se representa al emperador sosteniendo globo y lábaro (figuras 22 y 23).

Page 33: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

32 32

Figura 22. Emisiones de Graciano. Piezas nº 64 y 65 con reverso REPARATIO REIPVB y nº 66 con reverso VOT XV MVLT XX .

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Figura 22. Emisiones de Graciano. Piezas nº 64 y 65 con reverso REPARATIO REIPVB y nº 66 con reverso VOT XV MVLT XX .

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Figura 23. Emisiones de Graciano (VOT MVLT), Valentiniano II (VICTORIA AVGGG ) y Teodosio (GLORIA ROMANORVM). Piezas nº 67, 68 y 70.

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34 34

Las leyendas de los reversos incluyen, al igual que sucede en épocas anteriores, una amplia y variada panoplia de lemas militares, políticos y propagandísticos con el objeto de afianzar la confianza en el emperador y su grandeza las cuales se ven menoscabadas cada día dada la inestabilidad propia de esos momentos. Así, contamos con aquellas que ensalzan a las ciudades sede del Imperio, como pueden ser Roma y Constantinopla, o bien a la gloria del ejército (GLORIA EXERCITVS), o a la del pueblo romano (GLORIA ROMANORVM), así como a las victorias de nuestros Señores y Augustos (VICTORIA AVGGG y VICTORIAE DD AVGGQ NN). En otras ocasiones aluden a la Esperanza, la Seguridad y la restauración de la República (SPES REI PVBLICE, SECVRITAS REIPVBLICAE y REPARATIO REIPVB), aunque en la escena que desarrolla esta última se ha querido interpretar al emperador Graciano que, simbolizando a Occidente, ayuda a levantarse a Constantinopla tras su humillación por parte de los bárbaros (Velázquez, 1983: 129). Otro lema profusamente extendido alude al retorno de los tiempos felices (FEL TEMP REPARATIO), y se ve reflejado iconográficamente en una escena bélica donde se aplasta al enemigo bárbaro. Un mensaje también con matices propagandísticos contienen nuestros ejemplares de la serie VOT MVLT, en la que tras una serie de años en el poder se hacen votos para auspiciar un nuevo periodo de gobierno. La costumbre romana era prometer con estos votos la realización de sacrificios o la entrega de ofrendas monetarias a las deidades, o bien a la Iglesia cristiana durante los reinados de Constancio II y Graciano, a cambio de garantizarles una serie de favores, en este caso la permanencia en el poder.

Además de los aspectos políticos podemos apreciar algunas

connotaciones religiosas asociadas al cristianismo, como puede ser el lábaro (nº 6, 7 y 70), estandarte militar romano decorado con el crismón, el cual representaba el monograma cristiano compuesto por las dos primeras letras griegas del nombre de Khristos (chi-ro), y que fue adoptado por Constantino el Grande como forma de asociar lo divino al poder imperial y reconciliar así la tradición pagana con la cristiana.

Page 36: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

35 34

Las leyendas de los reversos incluyen, al igual que sucede en épocas anteriores, una amplia y variada panoplia de lemas militares, políticos y propagandísticos con el objeto de afianzar la confianza en el emperador y su grandeza las cuales se ven menoscabadas cada día dada la inestabilidad propia de esos momentos. Así, contamos con aquellas que ensalzan a las ciudades sede del Imperio, como pueden ser Roma y Constantinopla, o bien a la gloria del ejército (GLORIA EXERCITVS), o a la del pueblo romano (GLORIA ROMANORVM), así como a las victorias de nuestros Señores y Augustos (VICTORIA AVGGG y VICTORIAE DD AVGGQ NN). En otras ocasiones aluden a la Esperanza, la Seguridad y la restauración de la República (SPES REI PVBLICE, SECVRITAS REIPVBLICAE y REPARATIO REIPVB), aunque en la escena que desarrolla esta última se ha querido interpretar al emperador Graciano que, simbolizando a Occidente, ayuda a levantarse a Constantinopla tras su humillación por parte de los bárbaros (Velázquez, 1983: 129). Otro lema profusamente extendido alude al retorno de los tiempos felices (FEL TEMP REPARATIO), y se ve reflejado iconográficamente en una escena bélica donde se aplasta al enemigo bárbaro. Un mensaje también con matices propagandísticos contienen nuestros ejemplares de la serie VOT MVLT, en la que tras una serie de años en el poder se hacen votos para auspiciar un nuevo periodo de gobierno. La costumbre romana era prometer con estos votos la realización de sacrificios o la entrega de ofrendas monetarias a las deidades, o bien a la Iglesia cristiana durante los reinados de Constancio II y Graciano, a cambio de garantizarles una serie de favores, en este caso la permanencia en el poder.

Además de los aspectos políticos podemos apreciar algunas

connotaciones religiosas asociadas al cristianismo, como puede ser el lábaro (nº 6, 7 y 70), estandarte militar romano decorado con el crismón, el cual representaba el monograma cristiano compuesto por las dos primeras letras griegas del nombre de Khristos (chi-ro), y que fue adoptado por Constantino el Grande como forma de asociar lo divino al poder imperial y reconciliar así la tradición pagana con la cristiana.

35

E M P E R A D O R T I P O Nº i n v. C R O N.

Conmemorativas LOBA

GLORIA EXERCITVS

1

2

(337-340)

(337-340)

Constantino II GLORIA EXERCITVS 3, 4 (337-340)

Constante GLORIA EXERCITVS

SECVRITAS REIP

5, 9

10

(337-340)

(337-340)

Constancio II VICTORIAE DD AVGGQ NN

VOT XX MVLT XXX

FEL TEMP REPARATIO

sPES REI PVBLICE

12

15

16 – 39

41 -- 43, 45 -- 52

(347-348)

(347-348)

(350-361)

(355-363)

Constantino II / Constante /

Constancio II

GLORIA EXERCITVS 6 - 8 (337-340)

Constante / Constancio II VICTORIAE DD AVGGQ NN 11, 13, 14 (347-348)

Constancio Galo FEL TEMP REPARATIO 40 (352-354)

Juliano II SPES REI PVBLICE 44 (355-361)

Valente GLORIA ROMANORVM SECVRITAS REIPVBLICAE

53 – 56

58 – 63

(364-367)

(364-378)

Valentiniano I / Valente SECVRITAS REIPVBLICAE 57 (364-367)

Graciano REPARATIO REIPVB

VOT… MVLT…

64, 65

66, 67

(378-383)

(378-383)

Valentiniano II VICTORIA AVGGG 68 (383-388)

Teodosio I VICTORIA AVGGG

GLORIA ROMANORVM

69

70

(383-388)

(393-395)

Figura 24. Tipos monetarios asociados a su emisor y periodo de emisión. (Ver atribuciones no confirmadas en el Cuadro General donde se incluyen como indeterminadas).

Page 37: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

36 36

2.4. PERIODOS DE EMISIÓN Y CIRCULACIÓN.

Tras el repaso de las diferentes series numismáticas caracterizadas por la simbología de sus reversos, cuantificaremos ahora este ocultamiento en función de las fechas de acuñación de dichas series para extraer conclusiones sobre el comportamiento de la circulación monetaria en las costas de la Bética y, más ampliamente, en Hispania en estos momentos.

S u b P e r i o d o

Nº M o n e d a s

%

M o n e d a s / A ñ o

337-340 10 14, 2 % 2, 5

347-348 5 7, 1 % 2, 5

350-355 3 4, 2 % 0, 5

352-355 3 4, 2 % 0, 75

353-358 15 21, 4 % 2, 5

355-361 16 22, 8 % 2, 2

364-378 11 15, 7 % 0, 7

378-383 4 5, 7 % 0, 6

383-388 2 2, 8 % 0, 3

393-395 1 1, 4% 0, 3

T O T A L

70 *

100 %

-

Figura 25. Porcentajes y número de monedas por subperiodos de emisión. (* No se han incluido las 13 monedas cuyo periodo de emisión desconocemos).

37

P e r i o d o

Nº M o n e d a s

%

M o n e d a s / A ñ o

337-340 10 12, 1 % 2, 5

347-348 5 6 % 2, 5

350-361 25 30, 2 % 2, 2

355-363 12 4, 4 % 1, 5

364-378 11 13, 3 % 0, 7

378-395 7 8, 4 % 0, 4

T O T A L

70 *

100 %

-

Figura 26. Porcentajes y número de monedas por periodos de emisión. ( * No se han incluido las 13 monedas cuyo periodo de emisión desconocemos).

Los diferentes periodos y subperiodos en que hemos encuadrado nuestros numismas podrían englobarse en tres grandes fases que pasamos a describir someramente a continuación:

1ª Fase: 337-348 d. C. Se inicia con la muerte de Constantino y finaliza con la reforma monetaria llevada a cabo por sus hijos Constante y Constancio II en 348. Incluiría los nummi conmemorativos de ciudades y los de la familia constantiniana: Constantino II, Constante y Constancio II, que en nuestro caso alcanzan los quince ejemplares (18,1%). Los tipos urbanos y GLORIA EXERCITVS fueron implantados ex novo tras la reforma de Constantino en el año 330. Podemos observar una representación homogénea y mayoritaria de dos series: GLORIA EXERCITVS y VICTORIAE DD AVGGQ NN, además de alguna intrusión minoritaria como SECVRITAS REIP y VOT XX MVLT XXX. En Hispania se constata en esta fase, a pesar de ser la de menor duración, la circulación monetaria más intensa de todo el siglo IV, y que afecta especialmente a las zonas costeras (Abad, 1994:155; Ripollés, 2002:211), siendo representativo de lo expuesto el hecho de que en las ciudades romanas de Baelo Claudia y Conimbriga se alcanzan el 43,9% y el 43,4%, respectivamente (Depeyrot, 1987: 85). Sin embargo, este extremo no es posible ratificarlo en nuestro caso, puesto que sólo un 18,1% pertenece a estos momentos, siendo la siguiente fase, como veremos, la que ostenta la representación más intensa.

Page 38: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

37 36

2.4. PERIODOS DE EMISIÓN Y CIRCULACIÓN.

Tras el repaso de las diferentes series numismáticas caracterizadas por la simbología de sus reversos, cuantificaremos ahora este ocultamiento en función de las fechas de acuñación de dichas series para extraer conclusiones sobre el comportamiento de la circulación monetaria en las costas de la Bética y, más ampliamente, en Hispania en estos momentos.

S u b P e r i o d o

Nº M o n e d a s

%

M o n e d a s / A ñ o

337-340 10 14, 2 % 2, 5

347-348 5 7, 1 % 2, 5

350-355 3 4, 2 % 0, 5

352-355 3 4, 2 % 0, 75

353-358 15 21, 4 % 2, 5

355-361 16 22, 8 % 2, 2

364-378 11 15, 7 % 0, 7

378-383 4 5, 7 % 0, 6

383-388 2 2, 8 % 0, 3

393-395 1 1, 4% 0, 3

T O T A L

70 *

100 %

-

Figura 25. Porcentajes y número de monedas por subperiodos de emisión. (* No se han incluido las 13 monedas cuyo periodo de emisión desconocemos).

37

P e r i o d o

Nº M o n e d a s

%

M o n e d a s / A ñ o

337-340 10 12, 1 % 2, 5

347-348 5 6 % 2, 5

350-361 25 30, 2 % 2, 2

355-363 12 4, 4 % 1, 5

364-378 11 13, 3 % 0, 7

378-395 7 8, 4 % 0, 4

T O T A L

70 *

100 %

-

Figura 26. Porcentajes y número de monedas por periodos de emisión. ( * No se han incluido las 13 monedas cuyo periodo de emisión desconocemos).

Los diferentes periodos y subperiodos en que hemos encuadrado nuestros numismas podrían englobarse en tres grandes fases que pasamos a describir someramente a continuación:

1ª Fase: 337-348 d. C. Se inicia con la muerte de Constantino y finaliza con la reforma monetaria llevada a cabo por sus hijos Constante y Constancio II en 348. Incluiría los nummi conmemorativos de ciudades y los de la familia constantiniana: Constantino II, Constante y Constancio II, que en nuestro caso alcanzan los quince ejemplares (18,1%). Los tipos urbanos y GLORIA EXERCITVS fueron implantados ex novo tras la reforma de Constantino en el año 330. Podemos observar una representación homogénea y mayoritaria de dos series: GLORIA EXERCITVS y VICTORIAE DD AVGGQ NN, además de alguna intrusión minoritaria como SECVRITAS REIP y VOT XX MVLT XXX. En Hispania se constata en esta fase, a pesar de ser la de menor duración, la circulación monetaria más intensa de todo el siglo IV, y que afecta especialmente a las zonas costeras (Abad, 1994:155; Ripollés, 2002:211), siendo representativo de lo expuesto el hecho de que en las ciudades romanas de Baelo Claudia y Conimbriga se alcanzan el 43,9% y el 43,4%, respectivamente (Depeyrot, 1987: 85). Sin embargo, este extremo no es posible ratificarlo en nuestro caso, puesto que sólo un 18,1% pertenece a estos momentos, siendo la siguiente fase, como veremos, la que ostenta la representación más intensa.

Page 39: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

38 38

2ª Fase: 348-364 d. C. Iría desde la ya comentada reforma monetaria de 348 hasta la muerte de Juliano II, último representante de la familia de Constantino. Incluye las piezas acuñadas por Constancio II, Constancio Galo y Juliano II que ascienden a treinta y siete (44,6%), pertenecientes veinticinco de ellas (30,2%) a la serie FEL TEMP REPARATIO y el resto a SPES REI PVBLICE, si bien ambas series contienen algunos ejemplares de mayor calidad frente a una mayoría de piezas devaluadas. Debido a la elevada presencia del tipo monetal del jinete caído en el conjunto que estudiamos, esta fase, y en particular el segmento entre 353-361, se consolida como la de mayor presencia de numerario de todo el siglo IV, hecho que veremos repetirse en numerosos lugares como, por ejemplo, en el Teatro romano de Málaga (Mora, 2005: 238-239), tanto si atendemos a los ocultamientos como a los hallazgos de circulación. Otros depósitos andaluces con presencia relevante de FEL TEMP REPARATIO y SPES REI PVBLICE además de los hallados en Malaca (Mora, 2005: 238, 242), podrían ser el de Acci en Granada y el de Orippo en Sevilla (Cepeda, 2000: 179). 3ª Fase: 364- 395 d. C. Comienza con la llegada al poder de la familia valentiniana y se cierra con la muerte de Teodosio. Podemos incluir en esta fase hasta dieciocho monedas (21,7%) emitidas por Valente, Valentiniano I, Graciano, Valentiniano II y Teodosio, las cuales pertenecen a tipos comunes como son las series de Valente GLORIA ROMANORVM y SECVRITAS REIPVBLICAE (364-378) y las maiorinas de Graciano -REPARATIO REIPVB- y de Teodosio - GLORIA ROMANORVM- (378-395), cerrando el grupo algún reverso como Vota o Victoria.

En la Península Ibérica disminuye en estos momentos el aporte de numerario, creándose un vacío en el registro numismático, siendo éste un fenómeno que se aprecia en menor grado en las costas y en la zona norte (Ripollés, 2002: 212). Así, cabe apreciar cómo en Baelo, ejemplificando dicha tónica general, desciende sensiblemente el número de monedas por año en el periodo 364-378 (Vidal, 1983: 375). Sin embargo, en el caso del depósito mijeño (13,3%) dicho periodo arroja muestras de que la actividad comercial no se detuvo y trajo consigo la necesaria renovación del monetario, de tal manera que, pese a claros signos de reactivación particularmente en el área mediterránea al final de la fase teodosiana (378-395) con los AE2 de procedencia oriental, a partir de 395 se hace efectiva en toda Hispania la práctica desaparición del numerario oficial (Ripollés, 2002: 212). En nuestro caso el AE2 GLORIA ROMANORVM (393-395) de Teodosio se nos presenta como único y débil signo de dicha reactivación aunque ya como preludio de un completo desabastecimiento.

39

2.5. CECAS.

Para abordar el estudio de las cecas en las que fueron acuñados estos numismas, debemos indicar que únicamente ha sido posible establecer este centro de origen en un número limitado de ejemplares que arrojan un 43,4% del total, y ello con las lógicas reservas en varios casos debido al pésimo estado de conservación. Aun así, podemos constatar la presencia de producciones procedentes de once ciudades del Imperio que acuñaron moneda en el siglo IV, ya que en esta centuria Hispania carecía de talleres oficiales (Cepeda, 2004: 103). Así, encontramos reflejadas cecas del Mediterráneo Oriental como Antioquía, la más alejada, Cícico, Constantinopla y Nicomedia en Asia Menor, en tanto las cecas occidentales están presentes a través de las balcánicas Tesalónica y Siscia, las itálicas Roma y Aquileia, y finalmente las gálicas Arlés, Tréveris y Lyons.

Figura 27. Cecas representadas en el depósito monetario del Cerro de la Casa de la

Condesa: 1. Arelate/Constantina (Arlés, Francia), 2. Lugdunum (Lyons, Francia), 3. Tréveris,

Treveri (Trier, Alemania), 4. Roma (Italia), 5. Aquileia (Italia), 6. Siscia (Sisak, Croacia), 7.

Thesalonica, Tesalónica (Thessaloniki, Grecia), 8. Constantinopolis, Constantinopla, (Estambul,

Turquía), 9. Nicomedia (Izmir, Turquía), 10. Kizicus, Cícico (Kapu Dagh, Turquía), 11. Antiochia,

Antioquía (Antakiyah, Siria).

Page 40: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

39 38

2ª Fase: 348-364 d. C. Iría desde la ya comentada reforma monetaria de 348 hasta la muerte de Juliano II, último representante de la familia de Constantino. Incluye las piezas acuñadas por Constancio II, Constancio Galo y Juliano II que ascienden a treinta y siete (44,6%), pertenecientes veinticinco de ellas (30,2%) a la serie FEL TEMP REPARATIO y el resto a SPES REI PVBLICE, si bien ambas series contienen algunos ejemplares de mayor calidad frente a una mayoría de piezas devaluadas. Debido a la elevada presencia del tipo monetal del jinete caído en el conjunto que estudiamos, esta fase, y en particular el segmento entre 353-361, se consolida como la de mayor presencia de numerario de todo el siglo IV, hecho que veremos repetirse en numerosos lugares como, por ejemplo, en el Teatro romano de Málaga (Mora, 2005: 238-239), tanto si atendemos a los ocultamientos como a los hallazgos de circulación. Otros depósitos andaluces con presencia relevante de FEL TEMP REPARATIO y SPES REI PVBLICE además de los hallados en Malaca (Mora, 2005: 238, 242), podrían ser el de Acci en Granada y el de Orippo en Sevilla (Cepeda, 2000: 179). 3ª Fase: 364- 395 d. C. Comienza con la llegada al poder de la familia valentiniana y se cierra con la muerte de Teodosio. Podemos incluir en esta fase hasta dieciocho monedas (21,7%) emitidas por Valente, Valentiniano I, Graciano, Valentiniano II y Teodosio, las cuales pertenecen a tipos comunes como son las series de Valente GLORIA ROMANORVM y SECVRITAS REIPVBLICAE (364-378) y las maiorinas de Graciano -REPARATIO REIPVB- y de Teodosio - GLORIA ROMANORVM- (378-395), cerrando el grupo algún reverso como Vota o Victoria.

En la Península Ibérica disminuye en estos momentos el aporte de numerario, creándose un vacío en el registro numismático, siendo éste un fenómeno que se aprecia en menor grado en las costas y en la zona norte (Ripollés, 2002: 212). Así, cabe apreciar cómo en Baelo, ejemplificando dicha tónica general, desciende sensiblemente el número de monedas por año en el periodo 364-378 (Vidal, 1983: 375). Sin embargo, en el caso del depósito mijeño (13,3%) dicho periodo arroja muestras de que la actividad comercial no se detuvo y trajo consigo la necesaria renovación del monetario, de tal manera que, pese a claros signos de reactivación particularmente en el área mediterránea al final de la fase teodosiana (378-395) con los AE2 de procedencia oriental, a partir de 395 se hace efectiva en toda Hispania la práctica desaparición del numerario oficial (Ripollés, 2002: 212). En nuestro caso el AE2 GLORIA ROMANORVM (393-395) de Teodosio se nos presenta como único y débil signo de dicha reactivación aunque ya como preludio de un completo desabastecimiento.

39

2.5. CECAS.

Para abordar el estudio de las cecas en las que fueron acuñados estos numismas, debemos indicar que únicamente ha sido posible establecer este centro de origen en un número limitado de ejemplares que arrojan un 43,4% del total, y ello con las lógicas reservas en varios casos debido al pésimo estado de conservación. Aun así, podemos constatar la presencia de producciones procedentes de once ciudades del Imperio que acuñaron moneda en el siglo IV, ya que en esta centuria Hispania carecía de talleres oficiales (Cepeda, 2004: 103). Así, encontramos reflejadas cecas del Mediterráneo Oriental como Antioquía, la más alejada, Cícico, Constantinopla y Nicomedia en Asia Menor, en tanto las cecas occidentales están presentes a través de las balcánicas Tesalónica y Siscia, las itálicas Roma y Aquileia, y finalmente las gálicas Arlés, Tréveris y Lyons.

Figura 27. Cecas representadas en el depósito monetario del Cerro de la Casa de la

Condesa: 1. Arelate/Constantina (Arlés, Francia), 2. Lugdunum (Lyons, Francia), 3. Tréveris,

Treveri (Trier, Alemania), 4. Roma (Italia), 5. Aquileia (Italia), 6. Siscia (Sisak, Croacia), 7.

Thesalonica, Tesalónica (Thessaloniki, Grecia), 8. Constantinopolis, Constantinopla, (Estambul,

Turquía), 9. Nicomedia (Izmir, Turquía), 10. Kizicus, Cícico (Kapu Dagh, Turquía), 11. Antiochia,

Antioquía (Antakiyah, Siria).

Page 41: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

40 40

E M P E R A D O R

CRONO. C E C A

Conmemorativas (337-340) NICOMEDIA

Constantino II (337-340) ROMA, ANTIOQUÍA

Constante (337-340) TRÉVERIS, CÍCICO, ROMA

Constancio II (337-361) ARÉlate (2), ROMA (2),

TESALÓNICA (2), CONSTANTINOPLA, CÍCICO (4),

ANTIOQUÍA (2),

Constante/ Constancio II (337-348) ARÉlate

Constant. II/ Constante /

Constancio II

(337-361) Lugdunum

SISCIA (2)

Constancio Galo (352-354) AQUILEIA

Juliano II (355-363) TESALÓNICA

Valente (364-378) ROMA (3)

Valentiniano I / Valente (364-367) ¿ ANTIOQUÍA ?

Graciano (378-383) ROMA (4)

Valentiniano II (383-388) ¿ ROMA ?

Teodosio I (383-395) ¿ ROMA ?, CÍCICO

Total Atribuibles

36 (43, 4%)

CECA Indeterminada

47 (56, 6%)

T O T A L 83 (100%)

Figura 28. Cecas asociadas al emisor/emperador. (Ver atribuciones no confirmadas en el Cuadro General donde se incluyen como indeterminadas).

41

T I P O CECA OfFICINA Nº i n v. C R O N.

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

NICOMEDIA

ANTIOQUIA

ROMA

TRÉVERIS

SISCIA

SISCIA

LUGDUNUM

CÍCICO

CUARTA

CUARTA

-

-

-

-

-

PRIMERA

2

3

4

5

6

7

8

9

(337-340)

SECVRITAS REIP ROMA - 10 (337-340)

VICTORIAE DD AVGGQ NN ARELATE - 11 (347-348)

VOT XX MVLT XXX ANTIOQUIA PRIMERA 15 (347-348)

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

ARELATE

ROMA

ROMA

TESALONICA

TESALONICA

CONSTANTINOPLA

CÍCICO

CÍCICO

ANTIOQUIA

AQUILEIA

-

CUARTA

-

SEGUNDA

-

-

QUINTA

-

12ª

PRIMERA

16

17

18

19

20

21

22

23

24

40

(353-355)

(352-355)

(355-361)

(350-355)

(355-361)

(350-355)

(352-354)

sPES REI PVBLICE

sPES REI PVBLICE

sPES REI PVBLICE

sPES REI PVBLICE

ARELATE

CÍCICO

CÍCICO

TESALONICA

SEGUNDA

CUARTA

-

PRIMERA

41

42

43

44

(355-360)

(355-361)

Figura 29. Cecas y officinae constantinianas asociadas a los tipos monetarios.

Page 42: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

41 40

E M P E R A D O R

CRONO. C E C A

Conmemorativas (337-340) NICOMEDIA

Constantino II (337-340) ROMA, ANTIOQUÍA

Constante (337-340) TRÉVERIS, CÍCICO, ROMA

Constancio II (337-361) ARÉlate (2), ROMA (2),

TESALÓNICA (2), CONSTANTINOPLA, CÍCICO (4),

ANTIOQUÍA (2),

Constante/ Constancio II (337-348) ARÉlate

Constant. II/ Constante /

Constancio II

(337-361) Lugdunum

SISCIA (2)

Constancio Galo (352-354) AQUILEIA

Juliano II (355-363) TESALÓNICA

Valente (364-378) ROMA (3)

Valentiniano I / Valente (364-367) ¿ ANTIOQUÍA ?

Graciano (378-383) ROMA (4)

Valentiniano II (383-388) ¿ ROMA ?

Teodosio I (383-395) ¿ ROMA ?, CÍCICO

Total Atribuibles

36 (43, 4%)

CECA Indeterminada

47 (56, 6%)

T O T A L 83 (100%)

Figura 28. Cecas asociadas al emisor/emperador. (Ver atribuciones no confirmadas en el Cuadro General donde se incluyen como indeterminadas).

41

T I P O CECA OfFICINA Nº i n v. C R O N.

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

GLORIA EXERCITVS

NICOMEDIA

ANTIOQUIA

ROMA

TRÉVERIS

SISCIA

SISCIA

LUGDUNUM

CÍCICO

CUARTA

CUARTA

-

-

-

-

-

PRIMERA

2

3

4

5

6

7

8

9

(337-340)

SECVRITAS REIP ROMA - 10 (337-340)

VICTORIAE DD AVGGQ NN ARELATE - 11 (347-348)

VOT XX MVLT XXX ANTIOQUIA PRIMERA 15 (347-348)

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

FEL TEMP REPARATIO

ARELATE

ROMA

ROMA

TESALONICA

TESALONICA

CONSTANTINOPLA

CÍCICO

CÍCICO

ANTIOQUIA

AQUILEIA

-

CUARTA

-

SEGUNDA

-

-

QUINTA

-

12ª

PRIMERA

16

17

18

19

20

21

22

23

24

40

(353-355)

(352-355)

(355-361)

(350-355)

(355-361)

(350-355)

(352-354)

sPES REI PVBLICE

sPES REI PVBLICE

sPES REI PVBLICE

sPES REI PVBLICE

ARELATE

CÍCICO

CÍCICO

TESALONICA

SEGUNDA

CUARTA

-

PRIMERA

41

42

43

44

(355-360)

(355-361)

Figura 29. Cecas y officinae constantinianas asociadas a los tipos monetarios.

Page 43: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

42 42

SECVRITAS REIPVBLICAE

SECVRITAS REIPVBLICAE

SECVRITAS REIPVBLICAE

SECVRITAS REIPVBLICAE

¿ ANTIOQUIA ?

ROMA

ROMA

ROMA

-

PRIMERA

TERCERA

CUARTA

57

58

59

60

(364-367)

(364-378)

REPARATIO REIPVB

REPARATIO REIPVB

ROMA

ROMA

-

-

64

65

(378-383)

VOT XV MVLT XX

VOT… MVLT…

ROMA

ROMA

-

-

66

67

(378-383)

VICTORIA AVGGG

VICTORIA AVGGG

¿ ROMA ?

¿ ROMA ?

-

-

68

69

(383-388)

GLORIA ROMANORVM CÍCICO PRIMERA 70 (393-395)

Figura 30. Cecas y officinae valentinianas y teodosianas asociadas a los tipos monetarios.

aR Lu tR RO AQ SS TS CO NI CC AN = IND =

337-340

- 1 1 2 - 2 - - 1 1 1 =9 1 =10

347-348

1 - - - - - - - - - 1 =2 3 =5

350-361

1 - - 2 1 - 2 1 - 2 1 =10 15 =25

355-363

1 - - - - - 1 - - 2 - =4 8 =12

364-378

- - - 3 - - - - - - 1 =4 7 =11

378-395

- - - 6 - - - - - 1 - =7 - =7

3 1 1 13 1 2 3 1 1 6 4 =36 34 =70

Figura 31. Cecas asociadas a los periodos de emisión. (Abreviaturas: AR: Arelate, LU: Lugdunum, TR: Tréveris, RO: Roma, AQ: Aquileia, SS: Siscia, TS: Tesalónica, CO: Constantinopla, NI: Nicomedia, CC: Cícico, AN: Antioquia, IND: Ceca Indeterminada). (En las indeterminadas no están incluidas las 13 monedas cuyo periodo de emisión se desconoce). (Ver Cuadro General).

43

aR Lu tR RO AQ SS TS CO NI CC AN

337-340

- ¿ ? ¿ ? ¿ ? - ¿ ? - - 4ª 1ª 4ª

347-348

¿ ? - - - - - - - - - 1ª

350-361

¿ ? - - 4ª 1ª - 2ª ¿ ? - 5ª 12ª

355-363

2ª - - - - - 1ª - - 4ª -

364-378

- - - 1ª 3ª 4ª - - - - - - ¿ ?

378-395

- - - ¿ ? - - - - - 1ª -

Figura 32. Officinae asociadas a sus cecas y periodos de emisión. (Abreviaturas: AR: Arelate, LU: Lugdunum, TR: Tréveris, RO: Roma, AQ: Aquileia, SS: Siscia, TS: Tesalónica, CO: Constantinopla, NI: Nicomedia, CC: Cícico, AN: Antioquia).

Si atendemos al origen de las monedas globalmente, veremos cómo los aportes orientales representan una cifra elevada con un 33,3% del total, destacando Cícico y Antioquía sobre Constantinopla y Nicomedia (figura 31). Por otra parte, Roma ofrece trece numismas (18,5%) seguida por Arelate y Tesalónica en una proporción mucho menor, además de Siscia y, ya con un solo ejemplar, Lugdunum Tréveris y Aquileia.

Es preciso señalar que este comportamiento acerca de la procedencia

oriental del aprovisionamiento no coincide plenamente con los parámetros habituales en los principales yacimientos mejor estudiados como pueden ser Tarraco (17,5%), Grau Vell (23,5%), Baelo (23,7%) y Conímbriga (26,1%), siendo quizás el Portus Ilicitanus el que ofrece más similitud con un 29% de ejemplares procedentes de Oriente (Gozalbes, 1999: 85).

Entre las primeras incorporaciones al depósito con las que contamos para

el periodo 337-348 destacan los talleres occidentales, Roma, Siscia y todos los de la Galia, frente a los orientales. El predominio que ostentan las cecas galas en Hispania desde 337 (Abad, 1994: 156) no parece ser muy acentuado en nuestro caso, sino que más bien tiende a equilibrarse con el resto de zonas emisoras, hecho que puede deberse al carácter meridional y costero del asentamiento.

Page 44: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

43 42

SECVRITAS REIPVBLICAE

SECVRITAS REIPVBLICAE

SECVRITAS REIPVBLICAE

SECVRITAS REIPVBLICAE

¿ ANTIOQUIA ?

ROMA

ROMA

ROMA

-

PRIMERA

TERCERA

CUARTA

57

58

59

60

(364-367)

(364-378)

REPARATIO REIPVB

REPARATIO REIPVB

ROMA

ROMA

-

-

64

65

(378-383)

VOT XV MVLT XX

VOT… MVLT…

ROMA

ROMA

-

-

66

67

(378-383)

VICTORIA AVGGG

VICTORIA AVGGG

¿ ROMA ?

¿ ROMA ?

-

-

68

69

(383-388)

GLORIA ROMANORVM CÍCICO PRIMERA 70 (393-395)

Figura 30. Cecas y officinae valentinianas y teodosianas asociadas a los tipos monetarios.

aR Lu tR RO AQ SS TS CO NI CC AN = IND =

337-340

- 1 1 2 - 2 - - 1 1 1 =9 1 =10

347-348

1 - - - - - - - - - 1 =2 3 =5

350-361

1 - - 2 1 - 2 1 - 2 1 =10 15 =25

355-363

1 - - - - - 1 - - 2 - =4 8 =12

364-378

- - - 3 - - - - - - 1 =4 7 =11

378-395

- - - 6 - - - - - 1 - =7 - =7

3 1 1 13 1 2 3 1 1 6 4 =36 34 =70

Figura 31. Cecas asociadas a los periodos de emisión. (Abreviaturas: AR: Arelate, LU: Lugdunum, TR: Tréveris, RO: Roma, AQ: Aquileia, SS: Siscia, TS: Tesalónica, CO: Constantinopla, NI: Nicomedia, CC: Cícico, AN: Antioquia, IND: Ceca Indeterminada). (En las indeterminadas no están incluidas las 13 monedas cuyo periodo de emisión se desconoce). (Ver Cuadro General).

43

aR Lu tR RO AQ SS TS CO NI CC AN

337-340

- ¿ ? ¿ ? ¿ ? - ¿ ? - - 4ª 1ª 4ª

347-348

¿ ? - - - - - - - - - 1ª

350-361

¿ ? - - 4ª 1ª - 2ª ¿ ? - 5ª 12ª

355-363

2ª - - - - - 1ª - - 4ª -

364-378

- - - 1ª 3ª 4ª - - - - - - ¿ ?

378-395

- - - ¿ ? - - - - - 1ª -

Figura 32. Officinae asociadas a sus cecas y periodos de emisión. (Abreviaturas: AR: Arelate, LU: Lugdunum, TR: Tréveris, RO: Roma, AQ: Aquileia, SS: Siscia, TS: Tesalónica, CO: Constantinopla, NI: Nicomedia, CC: Cícico, AN: Antioquia).

Si atendemos al origen de las monedas globalmente, veremos cómo los aportes orientales representan una cifra elevada con un 33,3% del total, destacando Cícico y Antioquía sobre Constantinopla y Nicomedia (figura 31). Por otra parte, Roma ofrece trece numismas (18,5%) seguida por Arelate y Tesalónica en una proporción mucho menor, además de Siscia y, ya con un solo ejemplar, Lugdunum Tréveris y Aquileia.

Es preciso señalar que este comportamiento acerca de la procedencia

oriental del aprovisionamiento no coincide plenamente con los parámetros habituales en los principales yacimientos mejor estudiados como pueden ser Tarraco (17,5%), Grau Vell (23,5%), Baelo (23,7%) y Conímbriga (26,1%), siendo quizás el Portus Ilicitanus el que ofrece más similitud con un 29% de ejemplares procedentes de Oriente (Gozalbes, 1999: 85).

Entre las primeras incorporaciones al depósito con las que contamos para

el periodo 337-348 destacan los talleres occidentales, Roma, Siscia y todos los de la Galia, frente a los orientales. El predominio que ostentan las cecas galas en Hispania desde 337 (Abad, 1994: 156) no parece ser muy acentuado en nuestro caso, sino que más bien tiende a equilibrarse con el resto de zonas emisoras, hecho que puede deberse al carácter meridional y costero del asentamiento.

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Para la siguiente fase que se inicia con la reforma de 348 y se prolonga hasta 364, podemos contemplar en términos generales un aumento en la diversificación del repertorio de cecas orientales (Abad, 1994: 156; Ripollés, 2002: 212), extremo que en nuestro caso se ve reflejado en el predominio de Cícico, y en la aparición como novedad de la ceca de Constantinopla, contribuyendo todo ello a un tímido intento de alcanzar la igualdad porcentual con los talleres occidentales (Roma, Tesalónica, Aquileia y Arlés). En una última etapa que se extiende hasta 395, aumenta con bastante intensidad el porcentaje de cecas orientales dentro del numerario que surte a Hispania, incremento debido a los contactos comerciales marítimos (Depeyrot, 1987: 89) y a la influencia política cada vez más acusada del poder imperial que reside en Oriente (Cepeda, 2004: 108). Sin embargo, dicha zona emisora no parece experimentar un gran auge en el Cerro de la Casa de la Condesa, ya que aquí predomina ostensiblemente la ceca de Roma sobre los dos ejemplares procedentes de Antioquía y Cícico.

Entre las leyendas de los reversos situadas en los exergos hemos podido identificar dieciséis officinae lo que representa el 44,4% del total (Figura 32). Estas marcas de ceca incluyen tanto letras latinas como griegas que representan numerales alusivos a la officina (P, S, T, Q, ó A, B, , , ) y suelen cerrar, o en ocasiones iniciar, las abreviaturas del exergo que habitualmente comienzan con las siglas SM (Sacra Moneta) para continuar con las iniciales que aluden a la ciudad emisora. Esporádicamente aparecen símbolos, cuya interpretación se nos escapa, como la hoja que se intercala en las marcas de las monedas de Valente acuñadas en la ceca de Roma (nº 58 y 59), y que parecen ser indicativos de series numismáticas específicas dentro de un determinado taller cuyo funcionario responsable dejaba así su marca personal en ellas.

Las primeras emisiones cuyas sucursales registramos son orientales y

corresponden al tipo GLORIA EXERCITVS con la cuarta officina de Nicomedia para la variante de la emisión urbana CONSTANTINOPOLIS, también la cuarta pero de Antioquía para Constantino II y la primera del taller de Cícico en una acuñación de Constante.

El repertorio más amplio lo muestran las acuñaciones de Constancio II

con un ejemplar inicial del tipo VOT MVLT de la primera officina de Antioquía, otros tres pertenecientes a la serie del jinete caído que proceden de Tesalónica (segunda), Cícico (quinta) y Antioquía (decimosegunda) y dos con reverso SPES REI PVBLICE de Arlés (segunda) y Cícico (cuarta). Ya para concluir con las

45

emisiones de la familia constantiniana nos resta citar el FEL TEMP REPARATIO de Constancio Galo de la primera oficina de Aquileia, así como el SPES REI PVBLICE de Juliano de la primera del taller de Tesalónica (figura 29).

En cuanto a las producciones valentinianas, cabe indicar que la ceca de

Roma acapara los tres numismas documentados de la serie SECVRITAS REIPVBLICAE salidos de la primera, tercera y cuarta oficinas, mientras que la última marca identificada corresponde a la maiorina GLORIA ROMANORVM de Teodosio producto de la primera officina del taller de Cícico (figura 30).

Podemos constatar, igualmente, alguna marca parcial donde sólo leemos

el final indicativo de la oficina como (nº 1) o (nº 54) sin que logremos determinar en estos casos el taller de procedencia.

Además de las marcas dispuestas en los exergos documentamos otras

que hacen referencia al taller de procedencia en los estandartes de la serie GLORIA EXERCITVS, tales como el crismón (nº 6 y 7), la S (nº 8), la M (nº 5) y puntos a ambos de sus lados (nº 3). Asimismo aparecen en el campo de algunos reversos FEL TEMP REPARATIO, sobre todo en su lado izquierdo, como por

ejemplo el nº 16 (D), el 19 y 20 (A), el 21 (·M·), el 22 (*) y el 40 (II). Por último la P centrada en el campo de la nº 11 del tipo VICTORIAE DD AVGGQ NN y la estrella de nuevo a la izquierda en el numisma nº 44 con reverso SPES REI PVBLICE. Todas estas inscripciones parecen responder a series numismáticas específicas de un taller, e indicarían variaciones en el peso y módulo de las piezas.

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Para la siguiente fase que se inicia con la reforma de 348 y se prolonga hasta 364, podemos contemplar en términos generales un aumento en la diversificación del repertorio de cecas orientales (Abad, 1994: 156; Ripollés, 2002: 212), extremo que en nuestro caso se ve reflejado en el predominio de Cícico, y en la aparición como novedad de la ceca de Constantinopla, contribuyendo todo ello a un tímido intento de alcanzar la igualdad porcentual con los talleres occidentales (Roma, Tesalónica, Aquileia y Arlés). En una última etapa que se extiende hasta 395, aumenta con bastante intensidad el porcentaje de cecas orientales dentro del numerario que surte a Hispania, incremento debido a los contactos comerciales marítimos (Depeyrot, 1987: 89) y a la influencia política cada vez más acusada del poder imperial que reside en Oriente (Cepeda, 2004: 108). Sin embargo, dicha zona emisora no parece experimentar un gran auge en el Cerro de la Casa de la Condesa, ya que aquí predomina ostensiblemente la ceca de Roma sobre los dos ejemplares procedentes de Antioquía y Cícico.

Entre las leyendas de los reversos situadas en los exergos hemos podido identificar dieciséis officinae lo que representa el 44,4% del total (Figura 32). Estas marcas de ceca incluyen tanto letras latinas como griegas que representan numerales alusivos a la officina (P, S, T, Q, ó A, B, , , ) y suelen cerrar, o en ocasiones iniciar, las abreviaturas del exergo que habitualmente comienzan con las siglas SM (Sacra Moneta) para continuar con las iniciales que aluden a la ciudad emisora. Esporádicamente aparecen símbolos, cuya interpretación se nos escapa, como la hoja que se intercala en las marcas de las monedas de Valente acuñadas en la ceca de Roma (nº 58 y 59), y que parecen ser indicativos de series numismáticas específicas dentro de un determinado taller cuyo funcionario responsable dejaba así su marca personal en ellas.

Las primeras emisiones cuyas sucursales registramos son orientales y

corresponden al tipo GLORIA EXERCITVS con la cuarta officina de Nicomedia para la variante de la emisión urbana CONSTANTINOPOLIS, también la cuarta pero de Antioquía para Constantino II y la primera del taller de Cícico en una acuñación de Constante.

El repertorio más amplio lo muestran las acuñaciones de Constancio II

con un ejemplar inicial del tipo VOT MVLT de la primera officina de Antioquía, otros tres pertenecientes a la serie del jinete caído que proceden de Tesalónica (segunda), Cícico (quinta) y Antioquía (decimosegunda) y dos con reverso SPES REI PVBLICE de Arlés (segunda) y Cícico (cuarta). Ya para concluir con las

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emisiones de la familia constantiniana nos resta citar el FEL TEMP REPARATIO de Constancio Galo de la primera oficina de Aquileia, así como el SPES REI PVBLICE de Juliano de la primera del taller de Tesalónica (figura 29).

En cuanto a las producciones valentinianas, cabe indicar que la ceca de

Roma acapara los tres numismas documentados de la serie SECVRITAS REIPVBLICAE salidos de la primera, tercera y cuarta oficinas, mientras que la última marca identificada corresponde a la maiorina GLORIA ROMANORVM de Teodosio producto de la primera officina del taller de Cícico (figura 30).

Podemos constatar, igualmente, alguna marca parcial donde sólo leemos

el final indicativo de la oficina como (nº 1) o (nº 54) sin que logremos determinar en estos casos el taller de procedencia.

Además de las marcas dispuestas en los exergos documentamos otras

que hacen referencia al taller de procedencia en los estandartes de la serie GLORIA EXERCITVS, tales como el crismón (nº 6 y 7), la S (nº 8), la M (nº 5) y puntos a ambos de sus lados (nº 3). Asimismo aparecen en el campo de algunos reversos FEL TEMP REPARATIO, sobre todo en su lado izquierdo, como por

ejemplo el nº 16 (D), el 19 y 20 (A), el 21 (·M·), el 22 (*) y el 40 (II). Por último la P centrada en el campo de la nº 11 del tipo VICTORIAE DD AVGGQ NN y la estrella de nuevo a la izquierda en el numisma nº 44 con reverso SPES REI PVBLICE. Todas estas inscripciones parecen responder a series numismáticas específicas de un taller, e indicarían variaciones en el peso y módulo de las piezas.

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2.6. IRREGULARIDADES E IMITACIONES.

El defectuoso estado del material numismático no permite por lo general obtener apreciaciones estilísticas sobre la iconografía que despliegan, salvo en contadas excepciones. Normalmente, las imitaciones suelen presentar, además de sus reducidas dimensiones, un arte tosco y sumamente esquemático con leyendas irregulares ya sea en su factura o en su lectura (Marot, 2000: 800; Arroyo, 1980: 91). Los tipos más imitados suelen ser FEL TEMP REPARATIO, GLORIA EXERCITVS, VICTORIAE DD AVGGQ NN y SPES REI PVBLICE (Gozalbes, 1999: 90; Marot, 2000: 800-801).

Como podemos constatar en el apartado reservado a la metrología, el

posible carácter de emisiones de imitación de diversos ejemplares incluidos en este conjunto podría asimismo argumentarse aludiendo a la merma en sus características metrológicas, los cuales en nada respetan los patrones oficiales imperantes y sólo rescatan la iconografía de los tipos monetarios que eran o habían sido más populares.

En el primer grupo de producciones podemos destacar que la pieza

conmemorativa de Roma (nº 1) (figura 33) no encaja en absoluto con las acuñaciones oficiales por su tosca y sumaria iconografía y, sobre todo, por su reducidísimo módulo (11 mm.) y escaso peso (0,6 gr.), más acordes con el patrón metrológico tardío de los AE4. Por tanto, creemos que debe tratarse de una de las llamadas emisiones de imitación inspiradas en prototipos del periodo 330-341, pero probablemente acuñadas a fines del siglo IV o inicios del siglo V, y que hasta el momento tan sólo se han documentado en algún tesorillo como el de Barcino (Marot, 2000: 800; Lledó, 2004b: 211) y en yacimientos como Baelo o Grau Vell (Sienes, 2000: 79, 81-82). Consideramos muy posible, además, que en este caso pudiera haberse imitado el tipo R.I.C. 16 de Alejandría cuya fecha corresponde a los años 337-340 (Kent, 1981: 539).

En cuanto a los nummi con reverso GLORIA EXERCITVS (nº 2-9), ninguno

supera los 1,4 gr., llegando a pesar la mitad en el caso del número 9 y arrojando una media de 1,18 gr., de tal forma que se aleja de los 1,69 gr. de las emisiones oficiales. Por otra parte, el peso medio de la serie VICTORIAE DD AVGGQ NN resulta ser un poco más elevado con 1,37 gr., en tanto contamos con una posible imitación perteneciente a este grupo (nº 13), cuyo anverso y reverso se han realizado de forma sumaria, aunque su deplorable estado de conservación no nos permite ir más allá.

47

Figura 33. Imitación del tipo Urbs Roma (pieza nº 1, mide 11 mm. y pesa 0,6 g.). Por lo que respecta a la serie del jinete caído (nº 16-40), cuyas frecuentes

copias de factura, peso y dimensiones irregulares parecen haber sido acuñadas incluso en momentos del siglo V (Ripollés, 2002: 213), debemos reseñar al menos un ejemplar cuyo retrato degenerado en el anverso y sus menguadas características metrológicas denotan que corresponde a una de esas imitaciones (nº 31) (figura 34). Estas se han registrado en tesorillos y hallazgos del norte peninsular compuestos básicamente por AE3 y AE4, hecho apreciable de igual forma en yacimientos del sur como Casabermeja y Riogordo en Málaga, Baelo en Cádiz y La Lantejuela y Sevilla, ambas en esta última provincia andaluza (Sienes, 2000: 118).

Figura 34.Imitación del tipo FEL TEMP REPARATIO (pieza nº 31, mide 10 mm. y pesa 0,5 g.).

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2.6. IRREGULARIDADES E IMITACIONES.

El defectuoso estado del material numismático no permite por lo general obtener apreciaciones estilísticas sobre la iconografía que despliegan, salvo en contadas excepciones. Normalmente, las imitaciones suelen presentar, además de sus reducidas dimensiones, un arte tosco y sumamente esquemático con leyendas irregulares ya sea en su factura o en su lectura (Marot, 2000: 800; Arroyo, 1980: 91). Los tipos más imitados suelen ser FEL TEMP REPARATIO, GLORIA EXERCITVS, VICTORIAE DD AVGGQ NN y SPES REI PVBLICE (Gozalbes, 1999: 90; Marot, 2000: 800-801).

Como podemos constatar en el apartado reservado a la metrología, el

posible carácter de emisiones de imitación de diversos ejemplares incluidos en este conjunto podría asimismo argumentarse aludiendo a la merma en sus características metrológicas, los cuales en nada respetan los patrones oficiales imperantes y sólo rescatan la iconografía de los tipos monetarios que eran o habían sido más populares.

En el primer grupo de producciones podemos destacar que la pieza

conmemorativa de Roma (nº 1) (figura 33) no encaja en absoluto con las acuñaciones oficiales por su tosca y sumaria iconografía y, sobre todo, por su reducidísimo módulo (11 mm.) y escaso peso (0,6 gr.), más acordes con el patrón metrológico tardío de los AE4. Por tanto, creemos que debe tratarse de una de las llamadas emisiones de imitación inspiradas en prototipos del periodo 330-341, pero probablemente acuñadas a fines del siglo IV o inicios del siglo V, y que hasta el momento tan sólo se han documentado en algún tesorillo como el de Barcino (Marot, 2000: 800; Lledó, 2004b: 211) y en yacimientos como Baelo o Grau Vell (Sienes, 2000: 79, 81-82). Consideramos muy posible, además, que en este caso pudiera haberse imitado el tipo R.I.C. 16 de Alejandría cuya fecha corresponde a los años 337-340 (Kent, 1981: 539).

En cuanto a los nummi con reverso GLORIA EXERCITVS (nº 2-9), ninguno

supera los 1,4 gr., llegando a pesar la mitad en el caso del número 9 y arrojando una media de 1,18 gr., de tal forma que se aleja de los 1,69 gr. de las emisiones oficiales. Por otra parte, el peso medio de la serie VICTORIAE DD AVGGQ NN resulta ser un poco más elevado con 1,37 gr., en tanto contamos con una posible imitación perteneciente a este grupo (nº 13), cuyo anverso y reverso se han realizado de forma sumaria, aunque su deplorable estado de conservación no nos permite ir más allá.

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Figura 33. Imitación del tipo Urbs Roma (pieza nº 1, mide 11 mm. y pesa 0,6 g.). Por lo que respecta a la serie del jinete caído (nº 16-40), cuyas frecuentes

copias de factura, peso y dimensiones irregulares parecen haber sido acuñadas incluso en momentos del siglo V (Ripollés, 2002: 213), debemos reseñar al menos un ejemplar cuyo retrato degenerado en el anverso y sus menguadas características metrológicas denotan que corresponde a una de esas imitaciones (nº 31) (figura 34). Estas se han registrado en tesorillos y hallazgos del norte peninsular compuestos básicamente por AE3 y AE4, hecho apreciable de igual forma en yacimientos del sur como Casabermeja y Riogordo en Málaga, Baelo en Cádiz y La Lantejuela y Sevilla, ambas en esta última provincia andaluza (Sienes, 2000: 118).

Figura 34.Imitación del tipo FEL TEMP REPARATIO (pieza nº 31, mide 10 mm. y pesa 0,5 g.).

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Asimismo, en este grupo con reverso FEL TEMP REPARATIO observamos once ejemplares (44%) con módulo inferior o igual a 15 mm., e igual número que arroja un peso inferior a la media de nuestra serie que es de 1,74 gr. Resulta evidente que estos pesos se encuentran lejos de los parámetros de este tipo en AE3, que alcanzaba 2,68 gr. desde el año 354, de manera que este patrón sólo se ve superado por el ejemplar nº 20 con 3,1 gr. si bien contamos con cinco monedas que superan los dos gramos. También algo distanciada del estándar oficial podemos mencionar la serie SPES REI PVBLICE, que correspondía ya a la denominación de AE4, y que arroja un peso medio de 1,53 gr.

Volvemos a observar, en momentos de las fases correspondientes a las

acuñaciones valentinianas y teodosianas, la ya comentada reducción de peso y módulo en numismas de las series SECVRITAS REIPVBLICAE (nº 60, 62) y VICTORIA AVGGG (nº 68 y 69), siendo estos dos últimos ejemplares de reducidísimas dimensiones, de ahí su denominación de minimi. Inscrita sobre el último ejemplar mencionado de Teodosio (nº 69) (figura 35) podemos documentar una tipografía defectuosa en su reverso, donde además echamos en falta una “G” de la leyenda VICTORIA AVGGG. Es este un fenómeno degenerativo que afecta a las leyendas en tipos monetarios también de la segunda mitad del siglo IV, y que se ha documentado, entre otros lugares, en Valencia (Arroyo, 1980: 93), Tarragona y los depósitos de Torre y de Galiana (Sienes, 2000: 62, 66 y 79).

Conservamos, por tanto, ejemplos de imitaciones de diferentes prototipos de todo el siglo IV: VRBS ROMA (337-340), FEL TEMP REPARATIO (350-361) y VICTORIA AVGGG (383-388), aunque sólo el tipo del caballero caído fue verdaderamente popular como tipo a imitar, siendo los dos ejemplares restantes mucho menos frecuentes (Marot, 2000: 801-802). Todos ellos son claramente identificables como los mencionados minimi, a cuyo patrón metrológico cabría añadir, con las debidas reservas, tres monedas más de entre las indeterminadas (nº 79, 81 y 83) sin olvidar que, aunque dificultado por la mala conservación y la escasa calidad numismática del conjunto, podríamos atisbar algún otro (nº 68), especialmente entre los nummi con reversos FEL TEMP REPARATIO (nº 29, 38 y 39) y SPES REI PVBLICE (nº 52).

Las constantes devaluaciones a que era sometido el numerario y

finalmente su escasez llevarían incluso al extremo de partir o recortar el metal de los AE3 en circulación, sobre todo a partir del cese de su producción en el segundo cuarto del siglo V y durante el siglo VI, con objeto de adaptarlos al sistema de AE4 y a las consecutivas reducciones de peso que estos sufrían

49

(Marot, 2000-2001: 137). Algunos de nuestros numismas parecen haber sufrido cortes premeditados (nº 17,18, 26, 27, 33 y 60) (figura 36), si bien la conservación general del depósito muestra numerosas deficiencias que hacen que algunos aparezcan fragmentados y sea difícil relacionarlos con roturas intencionadas. En dos de las piezas indeterminadas (nº 79 y 81) se observa cómo, o bien se acuño sobre un cospel mucho más reducido que el cuño, o quizás se ha cortado un módulo redondo de 11-12 mm. a partir de un cospel que originariamente era mucho mayor.

Figura 35. Imitación del tipo VICTORIA AVGGG (pieza nº69, mide 12 mm. y pesa 0,8 g.).

Figura 36. Pieza del tipo FEL TEMP REPARATIO con recorte (pieza nº 26, peso 1,4 g.).

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Asimismo, en este grupo con reverso FEL TEMP REPARATIO observamos once ejemplares (44%) con módulo inferior o igual a 15 mm., e igual número que arroja un peso inferior a la media de nuestra serie que es de 1,74 gr. Resulta evidente que estos pesos se encuentran lejos de los parámetros de este tipo en AE3, que alcanzaba 2,68 gr. desde el año 354, de manera que este patrón sólo se ve superado por el ejemplar nº 20 con 3,1 gr. si bien contamos con cinco monedas que superan los dos gramos. También algo distanciada del estándar oficial podemos mencionar la serie SPES REI PVBLICE, que correspondía ya a la denominación de AE4, y que arroja un peso medio de 1,53 gr.

Volvemos a observar, en momentos de las fases correspondientes a las

acuñaciones valentinianas y teodosianas, la ya comentada reducción de peso y módulo en numismas de las series SECVRITAS REIPVBLICAE (nº 60, 62) y VICTORIA AVGGG (nº 68 y 69), siendo estos dos últimos ejemplares de reducidísimas dimensiones, de ahí su denominación de minimi. Inscrita sobre el último ejemplar mencionado de Teodosio (nº 69) (figura 35) podemos documentar una tipografía defectuosa en su reverso, donde además echamos en falta una “G” de la leyenda VICTORIA AVGGG. Es este un fenómeno degenerativo que afecta a las leyendas en tipos monetarios también de la segunda mitad del siglo IV, y que se ha documentado, entre otros lugares, en Valencia (Arroyo, 1980: 93), Tarragona y los depósitos de Torre y de Galiana (Sienes, 2000: 62, 66 y 79).

Conservamos, por tanto, ejemplos de imitaciones de diferentes prototipos de todo el siglo IV: VRBS ROMA (337-340), FEL TEMP REPARATIO (350-361) y VICTORIA AVGGG (383-388), aunque sólo el tipo del caballero caído fue verdaderamente popular como tipo a imitar, siendo los dos ejemplares restantes mucho menos frecuentes (Marot, 2000: 801-802). Todos ellos son claramente identificables como los mencionados minimi, a cuyo patrón metrológico cabría añadir, con las debidas reservas, tres monedas más de entre las indeterminadas (nº 79, 81 y 83) sin olvidar que, aunque dificultado por la mala conservación y la escasa calidad numismática del conjunto, podríamos atisbar algún otro (nº 68), especialmente entre los nummi con reversos FEL TEMP REPARATIO (nº 29, 38 y 39) y SPES REI PVBLICE (nº 52).

Las constantes devaluaciones a que era sometido el numerario y

finalmente su escasez llevarían incluso al extremo de partir o recortar el metal de los AE3 en circulación, sobre todo a partir del cese de su producción en el segundo cuarto del siglo V y durante el siglo VI, con objeto de adaptarlos al sistema de AE4 y a las consecutivas reducciones de peso que estos sufrían

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(Marot, 2000-2001: 137). Algunos de nuestros numismas parecen haber sufrido cortes premeditados (nº 17,18, 26, 27, 33 y 60) (figura 36), si bien la conservación general del depósito muestra numerosas deficiencias que hacen que algunos aparezcan fragmentados y sea difícil relacionarlos con roturas intencionadas. En dos de las piezas indeterminadas (nº 79 y 81) se observa cómo, o bien se acuño sobre un cospel mucho más reducido que el cuño, o quizás se ha cortado un módulo redondo de 11-12 mm. a partir de un cospel que originariamente era mucho mayor.

Figura 35. Imitación del tipo VICTORIA AVGGG (pieza nº69, mide 12 mm. y pesa 0,8 g.).

Figura 36. Pieza del tipo FEL TEMP REPARATIO con recorte (pieza nº 26, peso 1,4 g.).

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Figura 37. Posibles imitaciones de los tipos VICTORIAE DD AVGGQ NN (nº 13) y FEL TEMP REPARATIO (nº 38 y 39).

51

2.7. FECHA DEL OCULTAMIENTO.

La pieza que podemos tomar como término post quem para conocer la fecha del ocultamiento de estas monedas es la maiorina de Teodosio con reverso GLORIA ROMANORVM (nº 70), la cual corresponde al tipo 27a de la primera officina de la ceca de Cícico (Pearce, 1972: 246), y fue acuñado desde enero del año 393 a enero de 395 d. C. (Cepeda, 2000: 164). Este tipo numismático en AE2, unido al emitido previamente en los años 381-387, como es REPARATIO REIPVB, gozó de una amplia implantación, más marcada en la Bética y Lusitania, y a pesar del corto periodo de acuñación y de su desmonetización en el año 395, fue objeto frecuente de tesaurización. Ambos numismas aparecen formando parte del circulante de finales del siglo IV y cerrando numerosos depósitos en las primeras décadas del siglo V, de lo que podemos citar algunos ejemplos procedentes del sur peninsular cuya última emisión corresponde a dichos AE2 como sucede en Cádiz (Los Algarbes, Tarifa), Jaén (Cástulo-1959), Córdoba (Navaluenga, Blanco Belmonte, Montoro, Pangía y Llano Medina), Sevilla (Itálica, La Lantejuela, Orippo y Palmar de Troya), Extremadura (Torrecaños y Garciaz) y en Portugal (Manta Rota (Faro)) (Cepeda, 2000: 176). En la provincia de Málaga estos GLORIA ROMANORVM se encuentran profusamente representados, hecho que se ha relacionado con su zona de llegada a la Península (San Vicente, 1999: 587), por lo que aparecen tesorillos de AE2, entre otras localizaciones, en Manilva (Rodríguez, 1979: 838-845), Ronda (Aguayo et alii, 2001: 782), Coín, Campillos, Antequera, El Valle de Abdalajís (Gozalbes, 2002: 149-150), Estepona (Abad, 1989: 249), disponiendo igualmente de algunos hallazgos aislados registrados en Marbella (Mora, Beltrán, 1993: 74-77), Alhaurín (Andérica, 1983: 62-63), Cártama (Mora, 1993: 138) y, más tímidamente, en la ciudad de Málaga (Mora, 2005: 239-241).

Respecto a su encuadre cronológico, constatamos que la perduración de

estos numismas se ha documentado con cierta frecuencia durante el siglo V (Marot, 2000-2001: 134-135; Cepeda, 2000: 175) e incluso en contextos arqueológicos del siglo VI (Marot, 2000: 802), tendiendo a circular lejos de su fecha de acuñación a pesar de su supuesta desmonetización en 395 y de la pretendida usurpación de estos territorios por parte de Eugenio (San Vicente, 1999: 589). Dicha perduración se ha postulado para las mencionadas provincias del sur hispano donde abundan, en consideración al desgaste de las piezas que presuponía un largo periodo de amortización, aunque progresivamente van apareciendo evidencias arqueológicas que la respaldan, como podría ocurrir en el caso de Baelo (Marot, 1996-1997: 1001), y sobre todo en la Tarraconensis. En el vertedero del foro provincial de Tarraco se llevan las emisiones en AE2 al 440-

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Figura 37. Posibles imitaciones de los tipos VICTORIAE DD AVGGQ NN (nº 13) y FEL TEMP REPARATIO (nº 38 y 39).

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2.7. FECHA DEL OCULTAMIENTO.

La pieza que podemos tomar como término post quem para conocer la fecha del ocultamiento de estas monedas es la maiorina de Teodosio con reverso GLORIA ROMANORVM (nº 70), la cual corresponde al tipo 27a de la primera officina de la ceca de Cícico (Pearce, 1972: 246), y fue acuñado desde enero del año 393 a enero de 395 d. C. (Cepeda, 2000: 164). Este tipo numismático en AE2, unido al emitido previamente en los años 381-387, como es REPARATIO REIPVB, gozó de una amplia implantación, más marcada en la Bética y Lusitania, y a pesar del corto periodo de acuñación y de su desmonetización en el año 395, fue objeto frecuente de tesaurización. Ambos numismas aparecen formando parte del circulante de finales del siglo IV y cerrando numerosos depósitos en las primeras décadas del siglo V, de lo que podemos citar algunos ejemplos procedentes del sur peninsular cuya última emisión corresponde a dichos AE2 como sucede en Cádiz (Los Algarbes, Tarifa), Jaén (Cástulo-1959), Córdoba (Navaluenga, Blanco Belmonte, Montoro, Pangía y Llano Medina), Sevilla (Itálica, La Lantejuela, Orippo y Palmar de Troya), Extremadura (Torrecaños y Garciaz) y en Portugal (Manta Rota (Faro)) (Cepeda, 2000: 176). En la provincia de Málaga estos GLORIA ROMANORVM se encuentran profusamente representados, hecho que se ha relacionado con su zona de llegada a la Península (San Vicente, 1999: 587), por lo que aparecen tesorillos de AE2, entre otras localizaciones, en Manilva (Rodríguez, 1979: 838-845), Ronda (Aguayo et alii, 2001: 782), Coín, Campillos, Antequera, El Valle de Abdalajís (Gozalbes, 2002: 149-150), Estepona (Abad, 1989: 249), disponiendo igualmente de algunos hallazgos aislados registrados en Marbella (Mora, Beltrán, 1993: 74-77), Alhaurín (Andérica, 1983: 62-63), Cártama (Mora, 1993: 138) y, más tímidamente, en la ciudad de Málaga (Mora, 2005: 239-241).

Respecto a su encuadre cronológico, constatamos que la perduración de

estos numismas se ha documentado con cierta frecuencia durante el siglo V (Marot, 2000-2001: 134-135; Cepeda, 2000: 175) e incluso en contextos arqueológicos del siglo VI (Marot, 2000: 802), tendiendo a circular lejos de su fecha de acuñación a pesar de su supuesta desmonetización en 395 y de la pretendida usurpación de estos territorios por parte de Eugenio (San Vicente, 1999: 589). Dicha perduración se ha postulado para las mencionadas provincias del sur hispano donde abundan, en consideración al desgaste de las piezas que presuponía un largo periodo de amortización, aunque progresivamente van apareciendo evidencias arqueológicas que la respaldan, como podría ocurrir en el caso de Baelo (Marot, 1996-1997: 1001), y sobre todo en la Tarraconensis. En el vertedero del foro provincial de Tarraco se llevan las emisiones en AE2 al 440-

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450 tomando como referencia una clara datación de los materiales que las acompañan (Lledó, 2004b: 271-272).

Por lo que respecta a las imitaciones, baste recordar en este sentido los

casos de Tarraco, Barcino y Rhode, donde predominan como tipos imitados FEL TEMP REPARATIO y SPES REI PVBLICE, los cuales no se encuentran en contextos arqueológicos del siglo IV sino que ofrecen en todos los casos fechas avanzadas de los siglos V y VI (Marot, 2000: 801). De igual forma, la cronología de las emisiones de imitación presentes en este yacimiento del Cerro de la Casa de la Condesa (nº 1, 31 y 69) parece apuntar claramente a momentos tardíos, es decir, bien entrado el siglo V. Creemos que estas imitaciones, caracterizadas por su ínfima metrología, debieron ser acuñadas en ámbitos locales o regionales en unos momentos en los que era necesario hacer frente a la falta de suministro monetario procedente de las cecas oficiales (Marot, 2000: 803). En consecuencia, estos minimi, sumados a otras incorporaciones extraoficiales tales como las piezas manipuladas mecánicamente, se adaptarían ya en el siglo V al patrón metrológico de AE4, a la par que convivirían con una reutilizada masa monetaria del siglo IV, y tratarían así de paliar la ausencia de renovación procedente del aprovisionamiento imperial, dando de esta forma continuidad a una economía monetaria que, como vemos en algunas ciudades portuarias como Barcino (Lledó, 2004b: 592) o Malaca (Mora, 2001: 136), se siguió mostrando dinámica incluso hasta el siglo VI.

La amortización de las piezas a largo plazo y el recorte de las mismas para

adaptarlas al patrón de los AE4 impuesto a partir de 395, es un aspecto que puede también argumentarse para la datación del conjunto del Cerro de la Casa de la Condesa si atendemos al alto grado de desgaste que mayoritariamente presentan por un lado y al número de monedas cortadas por otro.

Algunos tesorillos paralelizables con el nuestro por su mala conservación

pueden ser en el caso de la Bética, Tarifa y Manilva, cuya ocultación se ha relacionado con las oleadas vándalas en el año 421 y su posterior paso del Estrecho de Gibraltar en 429, mientras que en la zona norte continental y en la Carthaginensis, también a partir de 420, cabe recordar los ejemplos de Clunia, Conímbriga E, Conímbriga A, Castro de Fiaes I y Castro de Fiaes II (San Vicente, 1999: 600)

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CAPÍTULO 3. LA OCUPACIÓN HUMANA DURANTE EL PERÍODO BAJOIMPERIAL.

Antes de abordar el estudio de la ocupación humana durante la fase a la

que podemos adscribir este hallazgo numismático, como es el Bajo Imperio, parece conveniente recordar que se trata de una zona que en la Antigüedad tardía formaba parte del antiguo ager suelitanus, territorio que podemos decir es muy mal conocido en términos generales, siendo ésta una cuestión que se hace particularmente grave si nos alejamos de la franja litoral, espacio geográfico este último que resulta ser el único en el que hasta el presente se han documentado yacimientos pertenecientes a este período que ahora nos ocupa, tratándose por lo general de yacimientos de los que a veces solamente se han publicado algunas escuetas noticias.

Tradicionalmente el área comprendida entre el río Fuengirola y el arroyo de La Cala ha sido una zona idónea para la existencia de instalaciones destinadas a la agricultura, como vemos ya desde el siglo VI a. C. en el enclave de Roza de Aguado (Suárez et alii, 2001: 627-629). En este lugar, situado algo al interior, se excavó parcialmente una estructura de planta rectangular que parece corresponder con una pequeña unidad productiva, al modo de los modernos cortijos, la cual fue erigida mediante un alzado de tapial que se levanta sobre un zócalo de piedras. Una de sus principales características es la aparición de una cultura material en la que se encuentran indistintamente elementos cerámicos indígenas y fenicios, pero en la que abundan sobre todo los recipientes destinados a almacenamiento y transporte de alimentos, particularmente las ánforas.

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450 tomando como referencia una clara datación de los materiales que las acompañan (Lledó, 2004b: 271-272).

Por lo que respecta a las imitaciones, baste recordar en este sentido los

casos de Tarraco, Barcino y Rhode, donde predominan como tipos imitados FEL TEMP REPARATIO y SPES REI PVBLICE, los cuales no se encuentran en contextos arqueológicos del siglo IV sino que ofrecen en todos los casos fechas avanzadas de los siglos V y VI (Marot, 2000: 801). De igual forma, la cronología de las emisiones de imitación presentes en este yacimiento del Cerro de la Casa de la Condesa (nº 1, 31 y 69) parece apuntar claramente a momentos tardíos, es decir, bien entrado el siglo V. Creemos que estas imitaciones, caracterizadas por su ínfima metrología, debieron ser acuñadas en ámbitos locales o regionales en unos momentos en los que era necesario hacer frente a la falta de suministro monetario procedente de las cecas oficiales (Marot, 2000: 803). En consecuencia, estos minimi, sumados a otras incorporaciones extraoficiales tales como las piezas manipuladas mecánicamente, se adaptarían ya en el siglo V al patrón metrológico de AE4, a la par que convivirían con una reutilizada masa monetaria del siglo IV, y tratarían así de paliar la ausencia de renovación procedente del aprovisionamiento imperial, dando de esta forma continuidad a una economía monetaria que, como vemos en algunas ciudades portuarias como Barcino (Lledó, 2004b: 592) o Malaca (Mora, 2001: 136), se siguió mostrando dinámica incluso hasta el siglo VI.

La amortización de las piezas a largo plazo y el recorte de las mismas para

adaptarlas al patrón de los AE4 impuesto a partir de 395, es un aspecto que puede también argumentarse para la datación del conjunto del Cerro de la Casa de la Condesa si atendemos al alto grado de desgaste que mayoritariamente presentan por un lado y al número de monedas cortadas por otro.

Algunos tesorillos paralelizables con el nuestro por su mala conservación

pueden ser en el caso de la Bética, Tarifa y Manilva, cuya ocultación se ha relacionado con las oleadas vándalas en el año 421 y su posterior paso del Estrecho de Gibraltar en 429, mientras que en la zona norte continental y en la Carthaginensis, también a partir de 420, cabe recordar los ejemplos de Clunia, Conímbriga E, Conímbriga A, Castro de Fiaes I y Castro de Fiaes II (San Vicente, 1999: 600)

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CAPÍTULO 3. LA OCUPACIÓN HUMANA DURANTE EL PERÍODO BAJOIMPERIAL.

Antes de abordar el estudio de la ocupación humana durante la fase a la

que podemos adscribir este hallazgo numismático, como es el Bajo Imperio, parece conveniente recordar que se trata de una zona que en la Antigüedad tardía formaba parte del antiguo ager suelitanus, territorio que podemos decir es muy mal conocido en términos generales, siendo ésta una cuestión que se hace particularmente grave si nos alejamos de la franja litoral, espacio geográfico este último que resulta ser el único en el que hasta el presente se han documentado yacimientos pertenecientes a este período que ahora nos ocupa, tratándose por lo general de yacimientos de los que a veces solamente se han publicado algunas escuetas noticias.

Tradicionalmente el área comprendida entre el río Fuengirola y el arroyo de La Cala ha sido una zona idónea para la existencia de instalaciones destinadas a la agricultura, como vemos ya desde el siglo VI a. C. en el enclave de Roza de Aguado (Suárez et alii, 2001: 627-629). En este lugar, situado algo al interior, se excavó parcialmente una estructura de planta rectangular que parece corresponder con una pequeña unidad productiva, al modo de los modernos cortijos, la cual fue erigida mediante un alzado de tapial que se levanta sobre un zócalo de piedras. Una de sus principales características es la aparición de una cultura material en la que se encuentran indistintamente elementos cerámicos indígenas y fenicios, pero en la que abundan sobre todo los recipientes destinados a almacenamiento y transporte de alimentos, particularmente las ánforas.

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Figura 38. Vista de la edificación rectangular de Roza de Aguado.

Ya adentrándonos en la fase que ahora nos incumbe cabe indicar que el

poblamiento gira en torno a un asentamiento principal, Suel en el actual Cerro del Castillo, alrededor del cual se localizan algunas villas, como son Cortijo de Acevedo, Butibamba, Finca del Secretario y Torreblanca del Sol, teniendo presente que yacimientos como la Butiplaya desaparecen durante el siglo III d. C. (Corrales, 2001: 345-346). Una indudable dificultad con que contamos a la hora de abordar este período es la total falta de datos relativos a las áreas de enterramiento, pues no tenemos el menor dato acerca de ninguna de ellas, tanto si nos referimos a Suel como si nos fijamos en las diversas villas que acabamos de mencionar.

En realidad debemos reconocer que es muy poco lo que conocemos sobre Suel en estos últimos siglos de vida del Imperio, pues varias de las intervenciones realizadas esperan aún su publicación. Desde el punto de vista de las fuentes literarias tan sólo aparece citada en las localidades recogidas en el Itinerario de Antonino (405, 8), fechado en el siglo IV d. C., así como en el Anónimo de Rávena (305, 7 y 344, 1) de los siglos VI-VII (Rodríguez, 1981: 53).

55

Casi toda la información nos remite a las instalaciones industriales de que se dotó la ciudad, como sería un horno para la fabricación de objetos de vidrio que ha sido datado hacia el siglo IV d. C. (Hiraldo et alii, 2006: 734), y una serie de piletas de salazón de pescado muy próximas a la playa que, a tenor de los materiales que las colmataban debieron estar en uso hasta esta última centuria (Corrales, Mora, 2005: 183).

En cuanto a los restos materiales que podemos adscribir a esta fase

bajoimperial, cabe citar la existencia de terra sigillatas africanas C y D pertenecientes a las formas Hayes 50 A y B, 61, 76 y 99, así como algunas lucentes (Hiraldo et alii, 1999: 408; Hiraldo et alii, 2006: 733), sin olvidar dos sólidos de oro con la efigie del emperador Honorio (Corrales, Mora, 2005: 183).

Figura 39. Piletas de salazón de pescado de Suel.

Algo más al norte, en el valle del río Fuengirola, se sitúa la villa del Cortijo de Acevedo, de la que para esta fase, los siglos IV-V d. C., únicamente se conocen una serie de estancias de reducidas dimensiones que han sido consideradas como posibles almacenes sin que aún esté claro si podrían corresponder a la pars frumentaria o a la pars rustica de la misma, por lo que nada sabemos de la zona residencial. En otras dependencias, algo mayores esta vez, se han recogido restos de objetos de vidrio, fragmentos de mármol, agujas de hueso, clavos de hierro, restos de plomo y escorias de un metal no determinado (Rodríguez, Loza, 1991; Corrales, 2001: 351).

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Figura 38. Vista de la edificación rectangular de Roza de Aguado.

Ya adentrándonos en la fase que ahora nos incumbe cabe indicar que el

poblamiento gira en torno a un asentamiento principal, Suel en el actual Cerro del Castillo, alrededor del cual se localizan algunas villas, como son Cortijo de Acevedo, Butibamba, Finca del Secretario y Torreblanca del Sol, teniendo presente que yacimientos como la Butiplaya desaparecen durante el siglo III d. C. (Corrales, 2001: 345-346). Una indudable dificultad con que contamos a la hora de abordar este período es la total falta de datos relativos a las áreas de enterramiento, pues no tenemos el menor dato acerca de ninguna de ellas, tanto si nos referimos a Suel como si nos fijamos en las diversas villas que acabamos de mencionar.

En realidad debemos reconocer que es muy poco lo que conocemos sobre Suel en estos últimos siglos de vida del Imperio, pues varias de las intervenciones realizadas esperan aún su publicación. Desde el punto de vista de las fuentes literarias tan sólo aparece citada en las localidades recogidas en el Itinerario de Antonino (405, 8), fechado en el siglo IV d. C., así como en el Anónimo de Rávena (305, 7 y 344, 1) de los siglos VI-VII (Rodríguez, 1981: 53).

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Casi toda la información nos remite a las instalaciones industriales de que se dotó la ciudad, como sería un horno para la fabricación de objetos de vidrio que ha sido datado hacia el siglo IV d. C. (Hiraldo et alii, 2006: 734), y una serie de piletas de salazón de pescado muy próximas a la playa que, a tenor de los materiales que las colmataban debieron estar en uso hasta esta última centuria (Corrales, Mora, 2005: 183).

En cuanto a los restos materiales que podemos adscribir a esta fase

bajoimperial, cabe citar la existencia de terra sigillatas africanas C y D pertenecientes a las formas Hayes 50 A y B, 61, 76 y 99, así como algunas lucentes (Hiraldo et alii, 1999: 408; Hiraldo et alii, 2006: 733), sin olvidar dos sólidos de oro con la efigie del emperador Honorio (Corrales, Mora, 2005: 183).

Figura 39. Piletas de salazón de pescado de Suel.

Algo más al norte, en el valle del río Fuengirola, se sitúa la villa del Cortijo de Acevedo, de la que para esta fase, los siglos IV-V d. C., únicamente se conocen una serie de estancias de reducidas dimensiones que han sido consideradas como posibles almacenes sin que aún esté claro si podrían corresponder a la pars frumentaria o a la pars rustica de la misma, por lo que nada sabemos de la zona residencial. En otras dependencias, algo mayores esta vez, se han recogido restos de objetos de vidrio, fragmentos de mármol, agujas de hueso, clavos de hierro, restos de plomo y escorias de un metal no determinado (Rodríguez, Loza, 1991; Corrales, 2001: 351).

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Figura 41. Ánfora olearia visible junto a la desembocadura del Arroyo de la Realenga.

En cuanto a la Finca del Secretario, cabe señalar que son estos sus momentos finales, ya que será abandonada en el siglo IV d. C. Aquí se documentó la existencia de unas termas pertenecientes a una villa que en la Antigüedad debió estar situada en la línea de costa, la cual contaba con varios hornos para confeccionar ánforas destinadas a contener salazones de pescado como evidencian las piletas detectadas, conociéndose, además, la presencia de vertederos en los que se arrojaban los productos defectuosos de estos hornos (Villaseca, Hiraldo, 1993: 385-386; Villaseca, 1997: 261-263).

Entre los materiales conocidos de este emplazamiento y que pueden

fecharse en estos siglos se encuentran una serie de placas cerámicas en relieve decoradas con motivos vegetales y geométricos, las cuales todavía conservan restos de policromía (blanco y rojo) así como, en ocasiones, también de argamasa dado su carácter de recubrimiento ornamental (Loza, 1995: 586), habiéndose defendido que se trata de piezas elaboradas en talleres locales que trabajaban de manera independiente de los norteafricanos (Loza, 1991-92: 252). Del mismo modo, podemos recordar la aparición de vasos de sigillata africana tipo D, en concreto fragmentos de ejemplares pertenecientes a las formas Hayes 58A y 61A, amén de cerámicas de cocina (Atencia, Márquez, 1978: 80).

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Figura 40. Piletas y estructuras de la villa del Cortijo de Acevedo.

En la Butibamba, villa antaño situada sobre una elevación en plena línea de costa, se ocupa la parte más occidental del yacimiento tras su decadencia en el siglo III d. C., habiéndose dado cuenta de la existencia de materiales que perduran hasta la siguiente centuria, además, es ahora cuando se ciega un antiguo pórtico dividiéndolo en varias estancias de dimensiones más pequeñas (Beltrán, Loza, 2007: 201-202).

La zona limítrofe al cerro de la Casa de la Condesa se asocia a una villa

que se ubicaba en la orilla opuesta del arroyo de la Realenga. Su último tramo es conocido como arroyo del Tejarillo por los restos cerámicos que aparecían en ambas orillas y en su cauce. Dicha villa y su necrópolis fueron completamente destruidas por la ampliación de la autovía, la construcción de edificios y la canalización y embovedamiento del arroyo. Únicamente quedan algunos vestigios en la superficie del cerro y junto a la desembocadura del arroyo, aunque sumergidos bajo las aguas. En este punto, cuya localización es muy cercana a la costa, aparecen restos de ánforas, dolias, ladrillos, tégulas y trozos de opus incertum que han debido ser arrastrados por las crecidas del arroyo hasta el mar.

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Figura 41. Ánfora olearia visible junto a la desembocadura del Arroyo de la Realenga.

En cuanto a la Finca del Secretario, cabe señalar que son estos sus momentos finales, ya que será abandonada en el siglo IV d. C. Aquí se documentó la existencia de unas termas pertenecientes a una villa que en la Antigüedad debió estar situada en la línea de costa, la cual contaba con varios hornos para confeccionar ánforas destinadas a contener salazones de pescado como evidencian las piletas detectadas, conociéndose, además, la presencia de vertederos en los que se arrojaban los productos defectuosos de estos hornos (Villaseca, Hiraldo, 1993: 385-386; Villaseca, 1997: 261-263).

Entre los materiales conocidos de este emplazamiento y que pueden

fecharse en estos siglos se encuentran una serie de placas cerámicas en relieve decoradas con motivos vegetales y geométricos, las cuales todavía conservan restos de policromía (blanco y rojo) así como, en ocasiones, también de argamasa dado su carácter de recubrimiento ornamental (Loza, 1995: 586), habiéndose defendido que se trata de piezas elaboradas en talleres locales que trabajaban de manera independiente de los norteafricanos (Loza, 1991-92: 252). Del mismo modo, podemos recordar la aparición de vasos de sigillata africana tipo D, en concreto fragmentos de ejemplares pertenecientes a las formas Hayes 58A y 61A, amén de cerámicas de cocina (Atencia, Márquez, 1978: 80).

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Figura 40. Piletas y estructuras de la villa del Cortijo de Acevedo.

En la Butibamba, villa antaño situada sobre una elevación en plena línea de costa, se ocupa la parte más occidental del yacimiento tras su decadencia en el siglo III d. C., habiéndose dado cuenta de la existencia de materiales que perduran hasta la siguiente centuria, además, es ahora cuando se ciega un antiguo pórtico dividiéndolo en varias estancias de dimensiones más pequeñas (Beltrán, Loza, 2007: 201-202).

La zona limítrofe al cerro de la Casa de la Condesa se asocia a una villa

que se ubicaba en la orilla opuesta del arroyo de la Realenga. Su último tramo es conocido como arroyo del Tejarillo por los restos cerámicos que aparecían en ambas orillas y en su cauce. Dicha villa y su necrópolis fueron completamente destruidas por la ampliación de la autovía, la construcción de edificios y la canalización y embovedamiento del arroyo. Únicamente quedan algunos vestigios en la superficie del cerro y junto a la desembocadura del arroyo, aunque sumergidos bajo las aguas. En este punto, cuya localización es muy cercana a la costa, aparecen restos de ánforas, dolias, ladrillos, tégulas y trozos de opus incertum que han debido ser arrastrados por las crecidas del arroyo hasta el mar.

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Figura 42. Villa de la Finca del Secretario. Zona de las termas.

Nos resta comentar los hallazgos efectuados en Torreblanca del Sol para este período, por lo que nos interesa ahora su segunda fase, que ocupa desde mediados del siglo III a finales del IV d. C.; es en este momento cuando la zona termal de la villa es completamente remodelada para convertirla en piletas de salazón que conforman una pequeña factoría en la que han podido documentarse, además de las piletas ya citadas, canalizaciones para la conducción de agua y un aljibe. Entre los materiales arqueológicos exhumados cabe mencionar las lucernas paleocristianas y las terra sigillatas africanas, en particular las pertenecientes a la clase D (Puertas, 1986-87: 147-148; 1991-92: 235-236). Así mismo, se conocen varias placas cerámicas en relieve, de las que se ha sugerido fueron reutilizadas tras haber sido extraídas de la villa del Secretario una vez que ésta fue abandonada (Loza, 1995: 586).

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Figura 43 .Villa de Torreblanca. Zona de las termas.

Como hemos podido comprobar tras este somero repaso a la escasísima información disponible para estos siglos finales del Imperio romano, las villas parecen basar su potencial económico en la explotación de los recursos marinos, en lo que supone una cierta reactivación de este tipo de actividad económica que en la zona malacitana decaerá definitivamente en el transcurso del siglo V d. C. (Corrales, Mora, 2005: 180), iniciándose esta reactivación justamente en unos momentos en el que el aceite bético es sustituido en Roma por el procedente del norte de África (García, Ferrer, 2001: 591-593).

Se advierte en estas edificaciones una serie de transformaciones respecto

a las etapas precedentes, señal de una acomodación a los nuevos tiempos, en los que ya no se explota el mármol de las canteras de Mijas como se había hecho durante el Alto Imperio, pues ésta cesa a lo largo del siglo III d. C. siendo a partir de entonces prácticamente residual (Beltrán, Loza, 2003: 44-46).

Factores como la inestabilidad política, la creciente presión fiscal de un

estado imperial cada vez más voraz, unidas a las revueltas sociales y a la presión de los pueblos bárbaros hacen de este siglo una etapa conflictiva en la que, aunque ciertamente se produjo un auge de las villas, verdaderos centros

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Figura 42. Villa de la Finca del Secretario. Zona de las termas.

Nos resta comentar los hallazgos efectuados en Torreblanca del Sol para este período, por lo que nos interesa ahora su segunda fase, que ocupa desde mediados del siglo III a finales del IV d. C.; es en este momento cuando la zona termal de la villa es completamente remodelada para convertirla en piletas de salazón que conforman una pequeña factoría en la que han podido documentarse, además de las piletas ya citadas, canalizaciones para la conducción de agua y un aljibe. Entre los materiales arqueológicos exhumados cabe mencionar las lucernas paleocristianas y las terra sigillatas africanas, en particular las pertenecientes a la clase D (Puertas, 1986-87: 147-148; 1991-92: 235-236). Así mismo, se conocen varias placas cerámicas en relieve, de las que se ha sugerido fueron reutilizadas tras haber sido extraídas de la villa del Secretario una vez que ésta fue abandonada (Loza, 1995: 586).

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Figura 43 .Villa de Torreblanca. Zona de las termas.

Como hemos podido comprobar tras este somero repaso a la escasísima información disponible para estos siglos finales del Imperio romano, las villas parecen basar su potencial económico en la explotación de los recursos marinos, en lo que supone una cierta reactivación de este tipo de actividad económica que en la zona malacitana decaerá definitivamente en el transcurso del siglo V d. C. (Corrales, Mora, 2005: 180), iniciándose esta reactivación justamente en unos momentos en el que el aceite bético es sustituido en Roma por el procedente del norte de África (García, Ferrer, 2001: 591-593).

Se advierte en estas edificaciones una serie de transformaciones respecto

a las etapas precedentes, señal de una acomodación a los nuevos tiempos, en los que ya no se explota el mármol de las canteras de Mijas como se había hecho durante el Alto Imperio, pues ésta cesa a lo largo del siglo III d. C. siendo a partir de entonces prácticamente residual (Beltrán, Loza, 2003: 44-46).

Factores como la inestabilidad política, la creciente presión fiscal de un

estado imperial cada vez más voraz, unidas a las revueltas sociales y a la presión de los pueblos bárbaros hacen de este siglo una etapa conflictiva en la que, aunque ciertamente se produjo un auge de las villas, verdaderos centros

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económicos (Fernández, 1974: 16), aún así la decadencia durante esta centuria de las ciudades hispanas no fue tan acusada como se ha planteado hasta no hace mucho (Arce, 1986: 104), ya que no afectó a todas por igual, sino que lo hizo fundamentalmente sobre aquellas que se basaban en el antiguo modelo esclavista alto imperial, lo que supuso un cambio en un modo que ahora gira cada vez más en torno al ámbito rural. Como es lógico todo ello representará una fuerte convulsión social que afectara de distinta forma a los distintos grupos que conforman la sociedad romana bajo imperial (López, 1988: 275-276).

Por otro lado, el abandono de la Finca del Secretario en el siglo IV d. C.,

unida a la presencia de signos de que las monedas del Cerro de la Casa de la Condesa estuvieron en contacto con el fuego quizás a comienzos del siglo V d. C., denotan la existencia de algún suceso que convulsionó esta zona. Aunque, dada la total falta de contexto de estas amonedaciones resulta imposible establecer con precisión cuál pudo ser la causa de su ocultación, parece probable que ésta deba ponerse en relación con algún suceso acaecido no en el siglo IV d. C., sino ya en la siguiente centuria. Hemos de confesar que en este sentido resulta difícil discernir si se trató de un incendio fortuito o éste estuvo relacionado con alguna revuelta social como pueden ser los bagaudas, aun cuando la actividad de estos últimos se centró sobre todo en la Tarraconense (Tovar, Blázquez, 1982: 151-152) o incluso con la invasión de bárbaros que tuvo lugar el año 409 y que perduró hasta el 411 d. C., llevando a los vándalos a la Bética con resultados devastadores.

61

4. CONCLUSIONES.

Una vez estudiadas estas monedas cabe plantear algunas conclusiones que podemos deducir del mismo. Así, en primer lugar hemos de examinar la fecha de su ocultamiento, pues si bien en una primera instancia podríamos inclinarnos a pensar que se trata de un ocultamiento realizado a finales del siglo IV d. C, más concretamente el año 395, como resultado de valorar la cronología aportada por la moneda más reciente que, en esta ocasión, corresponde a un numisma acuñado por Teodosio I, tal vez debamos retrasar esta fecha si tenemos presente la continuidad que presentan estas monedas a tenor de diversos contextos en los que han aparecido, así como de una serie de numismas, en este caso las imitaciones, que no pueden datarse antes del 400 d. C. (Marot, 2000: 801).

En efecto, en la actualidad queda fuera de dudas que gran parte de la

masa monetaria acuñada en el siglo IV continuó en circulación hasta bien entrado el siglo V e incluso las primeras décadas del VI d. C. (Marot, 2000-2001: 134; Ripollés, 2002: 214). Ejemplos como el de la Tarraconense avalan esa afirmación, señalando la perduración de numerario en la circulación monetaria sobre todo tras los sucesos que tuvieron lugar el año 409, fecha en que los bárbaros entran en Hispania, circunstancia que vino a representar el cese del abastecimiento monetario desde el exterior (Lledó, 2004a: 121-122). Más cerca desde el punto de vista geográfico también los recientes hallazgos efectuados en Algeciras avalan esta afirmación, por cuanto en las excavaciones practicadas estas monedas del siglo IV han sido recogidas en contextos que alcanzan las primeras décadas del siglo VI d. C. (Arévalo, Bernal, 2004: 246).

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económicos (Fernández, 1974: 16), aún así la decadencia durante esta centuria de las ciudades hispanas no fue tan acusada como se ha planteado hasta no hace mucho (Arce, 1986: 104), ya que no afectó a todas por igual, sino que lo hizo fundamentalmente sobre aquellas que se basaban en el antiguo modelo esclavista alto imperial, lo que supuso un cambio en un modo que ahora gira cada vez más en torno al ámbito rural. Como es lógico todo ello representará una fuerte convulsión social que afectara de distinta forma a los distintos grupos que conforman la sociedad romana bajo imperial (López, 1988: 275-276).

Por otro lado, el abandono de la Finca del Secretario en el siglo IV d. C.,

unida a la presencia de signos de que las monedas del Cerro de la Casa de la Condesa estuvieron en contacto con el fuego quizás a comienzos del siglo V d. C., denotan la existencia de algún suceso que convulsionó esta zona. Aunque, dada la total falta de contexto de estas amonedaciones resulta imposible establecer con precisión cuál pudo ser la causa de su ocultación, parece probable que ésta deba ponerse en relación con algún suceso acaecido no en el siglo IV d. C., sino ya en la siguiente centuria. Hemos de confesar que en este sentido resulta difícil discernir si se trató de un incendio fortuito o éste estuvo relacionado con alguna revuelta social como pueden ser los bagaudas, aun cuando la actividad de estos últimos se centró sobre todo en la Tarraconense (Tovar, Blázquez, 1982: 151-152) o incluso con la invasión de bárbaros que tuvo lugar el año 409 y que perduró hasta el 411 d. C., llevando a los vándalos a la Bética con resultados devastadores.

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4. CONCLUSIONES.

Una vez estudiadas estas monedas cabe plantear algunas conclusiones que podemos deducir del mismo. Así, en primer lugar hemos de examinar la fecha de su ocultamiento, pues si bien en una primera instancia podríamos inclinarnos a pensar que se trata de un ocultamiento realizado a finales del siglo IV d. C, más concretamente el año 395, como resultado de valorar la cronología aportada por la moneda más reciente que, en esta ocasión, corresponde a un numisma acuñado por Teodosio I, tal vez debamos retrasar esta fecha si tenemos presente la continuidad que presentan estas monedas a tenor de diversos contextos en los que han aparecido, así como de una serie de numismas, en este caso las imitaciones, que no pueden datarse antes del 400 d. C. (Marot, 2000: 801).

En efecto, en la actualidad queda fuera de dudas que gran parte de la

masa monetaria acuñada en el siglo IV continuó en circulación hasta bien entrado el siglo V e incluso las primeras décadas del VI d. C. (Marot, 2000-2001: 134; Ripollés, 2002: 214). Ejemplos como el de la Tarraconense avalan esa afirmación, señalando la perduración de numerario en la circulación monetaria sobre todo tras los sucesos que tuvieron lugar el año 409, fecha en que los bárbaros entran en Hispania, circunstancia que vino a representar el cese del abastecimiento monetario desde el exterior (Lledó, 2004a: 121-122). Más cerca desde el punto de vista geográfico también los recientes hallazgos efectuados en Algeciras avalan esta afirmación, por cuanto en las excavaciones practicadas estas monedas del siglo IV han sido recogidas en contextos que alcanzan las primeras décadas del siglo VI d. C. (Arévalo, Bernal, 2004: 246).

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Cabe apreciar cómo durante todo el período cronológico que abarca nuestro estudio conviven las amonedaciones oficiales junto a una masa monetaria de carácter irregular, tal y como acontece en Málaga (Mora, 2005: 239). Por tanto, presenciamos aquí los efectos de las sucesivas devaluaciones realizadas sobre el numerario, lo que se suma a alguna escasa representación de las emisiones de imitación, todo ello unido a la alteración de piezas, que amplían la cronología a momentos del siglo V.

Las fechas de emisión de los primeros numismas y del último distan unos

sesenta años, espacio temporal que podría dilatarse si tenemos en consideración la existencia de imitaciones y recortes que corresponderían ya a momentos del siglo V. Por tanto, este atesoramiento se realizaría a lo largo de una o, tal vez, dos generaciones en el seno de un asentamiento costero mediterráneo con relevantes relaciones comerciales con núcleos urbanos, Suel y Malaca, y con el Norte de África. Todo ello encaja con lo poco que sabemos al respecto de las irregularidades que caracterizan ciertos aspectos de la circulación monetaria en el siglo V y de los asentamientos y depósitos que las albergan (Marot, 2000-2001: 135).

No cabe duda que este ocultamiento debe relacionarse con algún suceso

violento, como pone de manifiesto el hecho de que algunas de ellas muestran signos de haber estado en contacto con el fuego. Sin embargo, resulta imposible aventurar cuál pudo haber sido la causa que lo originó el incendio de esta villa, ya que no cabe descartar un acontecimiento fortuito, por más que la cronología no impida en absoluto que podamos vincularla con algún saqueo provocado por la invasión bárbara de vándalos que asoló el mediodía peninsular a comienzos del siglo V d. C. y antes de que éstos pasaran el Estrecho de Gibraltar camino de Cartago.

En este sentido cabe recordar algunos episodios de abandono o

destrucción se han producido en torno a algunos depósitos, principalmente de AE2, en lugares diversos como Manilva, Conimbriga A y E, Fiães I, Solar C/ Gavín (Zaragoza), Punta de I’Illa en Cullera (Marot, 1996-1997: 998).

En definitiva, podemos decir que nos encontramos ante un hallazgo

monetario que cabe vincular con una villa costera perteneciente al ager suelitanus, y de la que apenas sabemos nada pero que estuvo en uso al menos durante los siglos IV-V d. C., villa que probablemente resultó destruida por un incendio, no sabemos si provocado, tal vez en las primeras décadas del siglo V d. C.

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BIBLIOGRAFÍA. -ABAD VARELA, M., (1989), “Algunas cuestiones sobre las tesaurizaciones

durante el siglo IV d. C. en Hispania”, VII Congreso Nacional de Numismática,

Madrid: 235-252.

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Cabe apreciar cómo durante todo el período cronológico que abarca nuestro estudio conviven las amonedaciones oficiales junto a una masa monetaria de carácter irregular, tal y como acontece en Málaga (Mora, 2005: 239). Por tanto, presenciamos aquí los efectos de las sucesivas devaluaciones realizadas sobre el numerario, lo que se suma a alguna escasa representación de las emisiones de imitación, todo ello unido a la alteración de piezas, que amplían la cronología a momentos del siglo V.

Las fechas de emisión de los primeros numismas y del último distan unos

sesenta años, espacio temporal que podría dilatarse si tenemos en consideración la existencia de imitaciones y recortes que corresponderían ya a momentos del siglo V. Por tanto, este atesoramiento se realizaría a lo largo de una o, tal vez, dos generaciones en el seno de un asentamiento costero mediterráneo con relevantes relaciones comerciales con núcleos urbanos, Suel y Malaca, y con el Norte de África. Todo ello encaja con lo poco que sabemos al respecto de las irregularidades que caracterizan ciertos aspectos de la circulación monetaria en el siglo V y de los asentamientos y depósitos que las albergan (Marot, 2000-2001: 135).

No cabe duda que este ocultamiento debe relacionarse con algún suceso

violento, como pone de manifiesto el hecho de que algunas de ellas muestran signos de haber estado en contacto con el fuego. Sin embargo, resulta imposible aventurar cuál pudo haber sido la causa que lo originó el incendio de esta villa, ya que no cabe descartar un acontecimiento fortuito, por más que la cronología no impida en absoluto que podamos vincularla con algún saqueo provocado por la invasión bárbara de vándalos que asoló el mediodía peninsular a comienzos del siglo V d. C. y antes de que éstos pasaran el Estrecho de Gibraltar camino de Cartago.

En este sentido cabe recordar algunos episodios de abandono o

destrucción se han producido en torno a algunos depósitos, principalmente de AE2, en lugares diversos como Manilva, Conimbriga A y E, Fiães I, Solar C/ Gavín (Zaragoza), Punta de I’Illa en Cullera (Marot, 1996-1997: 998).

En definitiva, podemos decir que nos encontramos ante un hallazgo

monetario que cabe vincular con una villa costera perteneciente al ager suelitanus, y de la que apenas sabemos nada pero que estuvo en uso al menos durante los siglos IV-V d. C., villa que probablemente resultó destruida por un incendio, no sabemos si provocado, tal vez en las primeras décadas del siglo V d. C.

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Page 71: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

70 70

Page 72: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

71 70

71

CUADRO INVENTARIO DEL OCULTAMIENTO MONETARIO.

ABREVIATURAS EMPLEADAS:

I: número de inventario / número de ilustración.

II: leyenda del anverso.

III: leyenda del reverso.

IV: marca de ceca. (c)=campo, (ci)=campo izquierda, (est)=estandarte.

V: ceca y referencia bibliográfica (R.I.C. XIII y IX).

VI: cronología de las emisiones.

VII: peso (gr.).

VIII: módulo (mm.). AE2 (21-23 mm.), AE3 (13-20 mm.), AE4 (10-12 mm.).

IX: posición de cuños (h.).

Page 73: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

72 72

Page 74: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

73 72

73

CUADRO-INVENTARIO.

Page 75: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

74

74

Page 76: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

75

74

75

I II III IV V VI VII VIII IX

337-340

1 [vrbs-rom]A Anepígrafa. Tipo Loba - (337-340) 0,6 11 6

2 [constan-tinopoli] GL[or-ia e]XE[rc]-ITVS [s]MN NICOMEDIA 17 (337-340) 1,5 14 12

3 CONST[an]-TINVS AVG [glor-ia exerc-itvs] ANTIOQUÍA 51 (337-340) 1,4 16 11

4 [vic constantinv]S AVG [glor]-IA EXER[c-itvs] R*[p/q] ROMA 24 (337-340) 1,3 15 6

5 [constans]-PF AV[g] [gl]ORI-A EXER-[citvs] M (est) TRÉVERIS ¿110-112? (337-340) 1,4 15 12

6 CON[...] [gl]OR-IA EXER[c-itvs] Chi-ro (est) SISCIA (337-340) 1,0 14 6

7 CONS[...] GLOR-[ia exerc-itvs] Chi-ro (est) SISCIA (337-340) 1,0 15 6

8 [consta]N[…] [glor-ia exer-citvs] S (est) LUGDUNUM 13-16 (337-340) 1,2 14 12

9 CONS[ta]-NS P[f] AV[g] GLO[r -a exer-citvs] SMKA CÍCICO 13 (337-340) 0,7 15 6

10 [d n fl] CONSTAN[s avg] SEC[vr]ITAS [rei p] - ROMA (337-340) 1,7 15 12

347-348

11 CONST[…] [vic]TORIAE DD AV[ggq nn] P (c) ARÉLATE 83-87 (347-348) 1,4 14 5

12 CONS[tan]T[i-vs pf avg] [vic]TORIAE DD [avggq nn] - - (347-348) 1,2 15 12

13 - [victoriae] DD AV[ggq nn] - - (347-348) 1,5 14 5

14 - [vic]TORIAE DD [avggq nn] - - (347-348) 1,4 13 12

15 [dn constan]-TIVS PF AVG VOT XX MVLT XXX ANTA ANTIOQUIA 118 (347-348) 1,4 15 6

Page 77: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

76

76

350-361

16 [dn constan]TIVS PF AVG FEL TEMP R-EPARATIO D (ci) ARÉLATE 222 (353-355) 2,5 18 12

17 [dn cons]TAN-TIVS [pf avg] F[el temp]-REPARATIO RQ ROMA ¿272? (352-355) 1,9 20 6

18 [dn constantivs pf avg] [fel temp repar]ATIO [r]·M·[p] ROMA 314 (355-361) 1,7 16 6

19 [constan-]TI[vs pf] AVG FEL TEMP-REPARATIO A (ci)

SMTS

TESALÓNICA 189

(350-355) 2,1 16 12

20 [dn co]NSTAN-TIVS [pf a]V[g]? [f]EL TEMP-REPARAT[io] A (ci) TESALÓNICA 189 (350-355) 3,1 15 5

21 […]ONSTAN[…] [f]EL TEMP R-[eparatio] ·M· (ci)

CONSTANTINOPLA

137,139,142,144

(355-361) 1,9 15 5

22 DN [constantiv]S PF AVG FEL TEMP-REPARATIO * (ci)

S[m]K

CÍCICO 113

(355-361) 1,6 18 11

23 [dn constan]TIVS P[f avg] FEL TEMP [reparatio] SMK[…] CÍCICO ¿110? (355-361) 1,7 15 6

24 [dn constan-tivs pf avg] [fel temp re-p]ARATIO ANBI ANTIOQUIA 132 (350-355) 1,5 15 7

25 DN CONS[tan]TIVS PF AV[g] FEL TEMP-REPARATIO - - (353-358) 2,6 18 7

26 D[n constantiv]S PF AVG [fel temp] REPARATIO - - (353-358) 1,4 19 5

27 [dn constan]TIVS PF AVG [fel temp re]PARAT[io] - - (353-358) 1,1 17 7

28 [dn]CON[stantivs pf avg] [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,6 17 12

29 [dn c]ONSTAN[tivs pf avg] [fel temp repa]RA[tio] - - (353-358) 1,3 12 12

30 [dn c]ONSTAN[tivs]PF AVG [fel temp reparatio] - - (353-358) 2,2 17 12

31 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 0,5 10 6

77

32 - [fel] TEMP-[reparatio] - - (353-358) 1,7 17 6

33 DN CONST[antivs pf avg] [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,8 17 6

34 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,0 15 6

35 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,8 15 12

36 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 2,2 15 6

37 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,5 15 7

38 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,6 17 12

39 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,5 14 12

40 DN CONSTANTIVS

IVN NOB C

[fel temp] REPARATIO II (ci)

AQP

AQUILEIA 209

(352-354) 1,9 19 6

355-363

41 [dn constan]-TIVS PF A[vg] [spes rei -p]VBLICE SCON ARÉLATE 275 (355-360) 2,0 15 6

42 DN [constan]-TIVS PF AVG [spes rei-pvblice] CÍCICO 117 (355-361) 1,9 16 12

43 DN CONSTAN-TIVS

PF AVG

[spes rei-pvblice] […]MK[…] CÍCICO ¿117? (355-361) 1,9 16 12

44 DN IV[lia-nvs pf a]VG SPES [rei- pvblic]E

* (ci)

SMTSA

TESALÓNICA 216

(355-361) 1,5 16 12

45 DN CON[stantivs pf avg] [spes rei]-PVBLICE - - (355-363) 1,6 15 1

46 DN CON[stantivs pf avg] SPES REI [pvblice] - - (355-363) 1,0 16 6

47 DN CONSTAN[tivs pf avg] SPES REI [-pvblice] - - (355-363) 2,1 16 6

Page 78: Tesorillo monetario bajoimperial del Cerro de la Casa de la Condesa (Mijas, Málaga)

77

77

32 - [fel] TEMP-[reparatio] - - (353-358) 1,7 17 6

33 DN CONST[antivs pf avg] [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,8 17 6

34 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,0 15 6

35 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,8 15 12

36 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 2,2 15 6

37 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,5 15 7

38 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,6 17 12

39 - [fel temp reparatio] - - (353-358) 1,5 14 12

40 DN CONSTANTIVS

IVN NOB C

[fel temp] REPARATIO II (ci)

AQP

AQUILEIA 209

(352-354) 1,9 19 6

355-363

41 [dn constan]-TIVS PF A[vg] [spes rei -p]VBLICE SCON ARÉLATE 275 (355-360) 2,0 15 6

42 DN [constan]-TIVS PF AVG [spes rei-pvblice] CÍCICO 117 (355-361) 1,9 16 12

43 DN CONSTAN-TIVS

PF AVG

[spes rei-pvblice] […]MK[…] CÍCICO ¿117? (355-361) 1,9 16 12

44 DN IV[lia-nvs pf a]VG SPES [rei- pvblic]E

* (ci)

SMTSA

TESALÓNICA 216

(355-361) 1,5 16 12

45 DN CON[stantivs pf avg] [spes rei]-PVBLICE - - (355-363) 1,6 15 1

46 DN CON[stantivs pf avg] SPES REI [pvblice] - - (355-363) 1,0 16 6

47 DN CONSTAN[tivs pf avg] SPES REI [-pvblice] - - (355-363) 2,1 16 6

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78

78

48 [dn] CONSTAN[tivs pf avg] [spes rei-pvblice] - - (355-363) 1,3 14 6

49 DN CONS[tantivs pf avg] SP[es rei-p]VBLICE - - (355-363) 1,1 15 7

50 - [spes rei- pvblice] - - (355-363) 1,8 15 12

51 - [spes rei-pvblice] - - (355-363) 1,6 14 6

52 [dn constan]TIVS PF AV[g] [spes rei]-PVBLICE - - (355-363) 0,6 13 6

364-378

53 [valens]-PF AVG [gl]ORIA RO-[manorvm] - - (364-378) 1,2 15 12

54 [valen-s pf ] AVG [gloria ro-m]ANORVM - (364-378) 1,6 15 6

55 - [gloria ro-manorvm] - - (364-378) 1,6 16 6

56 - [gloria ro-manorvm] - - (364-378 ) 1,0 15 ¿6?

57 - [secvritas reipvblicae] ¿ANT[…]? ¿ANTIOQUIA 12 ? ¿ 364-367 ? 1,2 14 6

58 DN VALEN-S PF AVG SECVRITAS REIPVBLICAE SM5 RP ROMA

24 b-8 / 28 a-8

(364-378) 2,4 18 7

59 [d]N VALEN-S PF [a]VG SECVRITAS REIPVB[licae] SM5 RT ROMA

24 b-15 / 28 a-15

(364-378) 1,8 19 12

60 [dn va]LEN-[s pf avg] SECVRI[tas reipvblicae]

R· QVART[a] ROMA

17 b / 24 b (tipo 12-b)

(364/378) 1,1 16 7

61 [dn v]ALE[n]-S PF AVG SECVRITAS REIPVBLICAE - - (364-378) 3,1 18 7

62 ¿[dn va]LEN-[s pf avg]? [secvritas reipvblicae] - - (364-378) 1,1 15 12

63 - [secvritas] REIPVB[licae] - - (364-378) 1,8 14 5

79

378-395

64 DN GRATIA-NVS PF AVG REPARATIO-REIPVB [s]MR[…] ROMA 43 a (378-383) 4,1 23 1

65 DN [g]RA[tia]-NVS P[f] AV[g] [reparat]IO [reipvb] [s]MR[…] ROMA 43 a (378-383) 5,0 22 12

66 DN GRATIA-NVS PF AVG VOT XV MVLT XX - ROMA 51a (378-383) 1,6 14 12

67 DN GRA[tia]-NVS PF AVG Tipo VOT MVLT - ROMA 50/ 51a (378-383) 1,7 14 6

68 [dn valen]TINIA[nus pf avg] [victori-]A A[vggg] - ¿ROMA 57 a ? (383-388) 1,1 12 7

69 DN THEODO-[sivs pf avg] [vict]ORIA AVGG[g]? - ¿ROMA 57 c ? (383-388) 0,8 12 1

70 DN THEODO-SIVS PF AVG GLORIA ROMANORVM SMKA CÍCICO 27 a (393-395) 4,8 21 5

INDETERMINADAS

71 ¿[dn cons]TANT-[ivs pf avg]? - - - - 1,6 16 ¿?

72 Busto a derecha ¿dos victorias? - - - 1,6 16 ¿?

73 Busto a derecha - - - - 1,4 13 ¿?

74 Busto a derecha ¿victoria? - - - 1,4 15 ¿?

75 Busto a derecha - - - - 1,0 13 ¿?

76 Busto a derecha figura masculina - - - 1,5 16 6

77 Busto a derecha figura masculina - - - 1,1 15 8

78 - figura masculina - - - 1,2 14 ¿12?

79 - - - - - 1,0 12 10

80 Busto a derecha figura masculina - - - 1,1 12 ¿?

81 - - - - - 0,9 11 ¿?

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79

79

378-395

64 DN GRATIA-NVS PF AVG REPARATIO-REIPVB [s]MR[…] ROMA 43 a (378-383) 4,1 23 1

65 DN [g]RA[tia]-NVS P[f] AV[g] [reparat]IO [reipvb] [s]MR[…] ROMA 43 a (378-383) 5,0 22 12

66 DN GRATIA-NVS PF AVG VOT XV MVLT XX - ROMA 51a (378-383) 1,6 14 12

67 DN GRA[tia]-NVS PF AVG Tipo VOT MVLT - ROMA 50/ 51a (378-383) 1,7 14 6

68 [dn valen]TINIA[nus pf avg] [victori-]A A[vggg] - ¿ROMA 57 a ? (383-388) 1,1 12 7

69 DN THEODO-[sivs pf avg] [vict]ORIA AVGG[g]? - ¿ROMA 57 c ? (383-388) 0,8 12 1

70 DN THEODO-SIVS PF AVG GLORIA ROMANORVM SMKA CÍCICO 27 a (393-395) 4,8 21 5

INDETERMINADAS

71 ¿[dn cons]TANT-[ivs pf avg]? - - - - 1,6 16 ¿?

72 Busto a derecha ¿dos victorias? - - - 1,6 16 ¿?

73 Busto a derecha - - - - 1,4 13 ¿?

74 Busto a derecha ¿victoria? - - - 1,4 15 ¿?

75 Busto a derecha - - - - 1,0 13 ¿?

76 Busto a derecha figura masculina - - - 1,5 16 6

77 Busto a derecha figura masculina - - - 1,1 15 8

78 - figura masculina - - - 1,2 14 ¿12?

79 - - - - - 1,0 12 10

80 Busto a derecha figura masculina - - - 1,1 12 ¿?

81 - - - - - 0,9 11 ¿?

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82 - - - - - 1,2 13 ¿?

83 - ¿dos victorias? - - - 1,5 10 ¿?

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CUADRO GENERAL.

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C ULTURA