textos en papel vs textos electronicos, vaca

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    H O R I Z O N T E S

    Textos en papelvs. textos electrnicos:

    nuevas lecturas?JORGE VACA URIBE* Y DENISE HERNNDEZ Y HERNNDEZ**

    Este ensayo analiza semejanzas y diferencias entre los modos impresos y electrnicos del texto,por un lado, y sus lecturas concomitantes, por el otro. Reflexiona sobre las implicaciones de la propagacinvertiginosa de los textos electrnicos en nuestras vidas y en nuestras prcticas como lectores, ponderando

    con detenimiento cundo efectivamente se trata de textos o prcticas de lectura nuevas y cundoes simplemente un cambio de soporte. De los anlisis se desprenden algunos tpicos emergentes

    de investigacin, tanto lingsticos, como psicolgicos y educativos. Se enfatizan algunas semejanzas,como el uso de un mismo sistema grfico, la funcin referencial, etc. Entre las diferencias,

    se aborda la velocidad de transmisin, la accesibilidad y el alcance, la transportabilidad,

    la multimodalidad y la interactividad de algunos textos.

    In this article, the author analyzes the resemblances and differences between the printed and electronic

    text modes, on one hand, and on the other the ways of reading those documents. The main reflexion is about the

    vertiginous dissemination of electronic texts in our lives and our practices as readers, althouth the author

    thoroughly weighs up how many of those actually are texts and new reading practices and how many times

    we only have to do with a change of medium. The analyses show some emerging research topics,

    related to linguistics, psychology and pedagogy, emphatizing some resemblances like the use of the same graphic

    system, the referential function, etc. and differences, such as the rapidity of transmission,

    accessibility and scope, transportibility, multi-mode and interactivity of some texts.

    Texto electrnico / Texto en papel / Prcticas de lectura / MultimodalElectronic text / Paper text / Reading practices / Multi-mode

    Recepcin: 9.12.2005 / Aprobacin: 13.09.2006

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    Textos en papaelvs. textos electrnicos: nuevas lecturas? Jorge Vaca y Denise Hernndez (2006), vol. XXVIII, nm. 113, pp. 106-128

    INTRODUCCIN

    El objetivo de este trabajo es tan slo se-

    alar temas de investigacin que involu-cran la comunicacin con soportes electr-nicos y que podemos considerar comoemergentes dentro del campo de la lectura.

    La mayor parte de las reflexiones que seexponen en este trabajo no son ms quetendencias que hemos podido observarcomo usuarios de los medios electrnicos,y gracias a que mantenemos interacciones

    diversas con estudiantes jvenes, hemospodido observar, admirar e incluso co-mentar y discutir con ellos algunos pun-tos que expondremos a continuacin.Adems, hemos ledo algunos trabajos deinvestigacin o ensayos respecto del tema,por lo que haremos paulatinamente co-mentarios alrededor de ellos.

    Presentamos, en una primera seccin,

    un anlisis de semejanzas y diferenciasentre lo que podemos llamar textos electr-nicosy los tradicionales textos en papel,anlisis que servir de base para discutir,en una segunda seccin, posibles repercu-siones sobre la actividad de lectura enpantalla, derivadas del primer anlisis.

    Las dos secciones nos permitirn orde-nar y explicitar una serie de temas que noslo son importantes, sino urgentes de ser

    sistemticamente investigados debido a lagran expansin y variedad de textos elec-trnicos usados hoy en la sociedad sinque tengamos una idea clara de su uso yde sus aplicaciones individuales e institu-cionales.

    Dejamos fuera de este artculo todocuanto se refiere a las semejanzas y dife-rencias en los procesos de produccin de

    textos en papel y en soporte electrnico,pues nos parece un tema apasionante,inexplorado de manera sistemtica peroque merece un trabajo aparte. Nos limi-taremos, pues, al tema de lalectura.

    Antes de comenzar es importante re-cordar que en Mxico la alfabetizacin asecas an no acaba; que todava hay ungran problema de retencin de alumnosen educacin bsica y que las computado-ras cuestan mucho, y ms si se quiere queestn actualizadas (se vuelven obsoletas enmuy poco tiempo) y conectadas a lainternet.

    Tan slo para no olvidar que el temade la alfabetizacin digital es en Mxicoun tema de minoras, valgan las siguien-tes estadsticas, relativas al estado deVeracruz (respecto de febrero del 2000 y

    segn el prontuario estadstico del INEGI):

    Analfabetismo: 5.5% de los hombres y9.3% de las mujeres de 15 aos y msen el estado de Veracruz, son analfa-betas.

    Slo 21.7% de las viviendas particu-lares habitadas que disponen de bie-nes, tienen telfono. La densidad tele-

    fnica en el estado, es decir, el nmerode lneas por cada 100 habitantes, fuede 7.0 en 2000, 7.9 en 2001 y de 8.5en 2002.

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    * Doctor en Psicologa Cognitiva por la Universidad Lumire

    Lyon 2. Actualmente es investigador del Instituto deInvestigaciones en Educacin de la Universidad Veracru-zana. Su lnea de investigacin es el campo de la lectura.Entre sus publicaciones recientes estn: (en prensa), As leen(textos) los nios, Mxico, Universidad Veracruzana, y (enprensa), El campo de la lectura: caminos, brechas y sende-ros, Mxico, Universidad Veracruzana.

    ** Maestra en Educacin por el Departamento de Investiga-ciones Educativas-CINVESTAV-IPN. Es tcnico acadmico enel Instituto de Investigaciones en Educacin de la Univer-sidad Veracruzana. Su lnea de investigacin es el campo de

    la lectura. Entre sus publicaciones recientes se cuenta: (enprensa), Nuevas prcticas de lectura para nuevos tiempos?Una revisin bibliogrfica del impacto de las tecnologas deinformacin y comunicacin en las prcticas lectoras,Mxico, CINVESTAV-IPN-DIE.

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    Slo 4.5% de las viviendas particula-res habitadas que disponen de bienestienen computadoras.

    A esas pocas estadsticas, que por ssolas son elocuentes, habra que hacermuchas precisiones ms: se habla deviviendas particulares habitadas que dis-ponen de bienes porque hay viviendasparticulares que ni siquiera disponen debienes (bsicamente son jacales improvi-sados), es decir, son mucho ms modes-

    tas; se define la densidad telefnica sinconsiderar que muchas de esas lneas sonen realidad comerciales e institucionales,mas no particulares, etctera.

    Fijalkow y Fijalkow (2003) nos dicen,respecto de la situacin francesa:

    Si bien las computadoras han logrado impo-nerse rpidamente en el marco profesional,slo el 34% de los franceses disponan de unamicrocomputadora en su domicilio en el ao2000. Esta tasa de equipamiento est una vezms ligada al nivel de estudios y de ingresos(56% de los cuadros y profesiones intelectua-les superiores estn implicados, por 42% de lasprofesiones intermedias) y tocan mucho ms alos habitantes de la regin parisina que a los delas otras regiones (p. 27).

    Si concebimos la lectura como unaprctica social, no hay que olvidar estosdatos.

    ALGUNAS SEMEJANZAS

    Y DIFERENCIAS ENTRE TEXTOS

    Lo que comnmente identificamos comoun texto escrito puede caracterizarse a la

    vez como un objeto fsico y como unaunidad lingstica. Como objeto mate-rial, tradicionalmente est hecho de papel

    y tinta, con pginas de igual tamao, dedimensiones muy variables y con conte-nidos tambin variados. De la misma

    manera, los textos electrnicos son muydiversos en esos mismos aspectos, aunquesu soporte fsico es, en esencia, las dife-rencias de voltaje codificables en trminosde ceros y unos (bits) que agrupados for-man bytesde informacin, campos, regis-tros y archivos guardados en dispositivoselectrnicos variados (discos duros, CD-ROM, memorias USB, etctera1). Lo que en

    realidad comparten estos medios, desdeun punto de vista lingstico y comunica-tivo, es su unidad textual: un texto tratade principio a fin un tema en especial, sinimportar cmo dicho tema est recorta-do. Por consiguiente, ya sea en papel oelectrnico, el texto es un discurso repre-sentado mediante el sistema grfico deuna lengua, est conservado en un sopor-

    te material (papel, medio magntico uptico) y es accesible mediante dispositi-vos diversos.

    Esta definicin no cubre muy bien loque puede contener un texto multimo-dal (llamaremos as, en adelante, a lostextos comnmente llamados multime-dia), ya que puede estar construido a par-tir de elementos audibles, que pueden serdiscursos orales (voz), musicales o de otrotipo, o a partir de secuencias icnicas fijas(fotografas o dibujos) o mviles (secuen-cias de imgenes, diagramas o de video-grabacin).2

    Desentraemos entonces semejanzas ydiferencias fundamentales entre los textosen papel y los textos electrnicos. Qui-siramos comenzar a enumerar slo algu-nas de ellas, seguros de que la lista

    aumentar, de entre aquellas que nosparecen particularmente relevantes.

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    Semejanzas

    Un mismo sistema grfico

    Las semejanzas verdaderamente funda-mentales son cuatro. La primera seme-janza, la ms obvia, es que los textosestn escritos de acuerdo con la normaescrita del lenguaje (de acuerdo conVachek; vase Luelsdorff, 1989), lo cualsupone adems el uso del mismo sistemagrfico en ambos soportes. La lgica, el

    cdigo y la norma de construccin es,fundamentalmente, la misma. Se tratade textos escritos en espaol, en ingls,etctera.

    Si quisiramos plantear la idea en tr-minos de un continuo encontraramos,en el extremo de la identidad, textoselectrnicos que son de hecho la versindigitalizada (en imagen o en caracteres)

    de los textos en papel correspondientes:slo cambia el soporte fsico, pero encuanto a contenido y formato, siguensiendo idnticos a la versin en papel.En el otro extremo, y slo respecto deciertos tipos de textos electrnicos comolos mensajes telefnicos digitales y loschats, podemos encontrar variacionesinteresantes que corresponden a agrega-dos de elementos, por ejemplo, los co-nos de emotividad; o bien a cambiosimportantes de norma u ortografa (len-guaje coloquial, abreviaciones codifica-das, ausencia de puntuacin, etc.), queanalizaremos como diferencias puntualesms adelante.

    Nos parece que la solucin de conti-nuidad, enunciada anteriormente, res-ponde mejor para la caracterizacin de las

    semejanzas y de las diferencias que nosproponemos.

    Los textos, en cualquier formato,tienen ligas

    Una segunda semejanza importante radi-ca en que los libros hablan acerca deotros libros; sobre todo en el libro de ca-rcter cientfico o informativo, se debecitar lo que otras personas han escrito olo que en otro momento se ha dicho acer-ca del tema que se est tratando. De ahque una de las normas de todo texto cien-tfico sea la incorporacin de una biblio-

    grafa y la cita de los autores consultados.El lector en papel que quisiera profun-dizar en esa informacin debera darse ala tarea de localizar los textos originalespara poder leerlos, tarea que podra llevarhoras, das, semanas, meses, o bien, resul-tar infructuosa a pesar de mltiples des-plazamientos. En cualquier caso, y sinimportar la dificultad que exista para

    conseguir esas fuentes, los libros de papeltienen tambin ligas, y aunque sean ligasprimitivas, lo convierten en cierto senti-do en un hipertexto.Aunque la dificultadde localizacin y el tiempo que podemostardarnos en acceder a esos textos ligadossea enorme, la hipertextualidad no es,pues, exclusiva de los textos electrnicos.En realidad la adoptan y la agilizan, perono la inventan.

    Tiende a pensarse que el hipertexto esuna caracterstica exclusiva del texto elec-trnico y que la lectura no lineal es tam-bin exclusiva de ese soporte (vaseCassany, 2000). Nosotros creemos que noes as. Cuando leemos una obra, porejemplo un artculo cientfico en formatoimpreso, ste frecuentemente nos remite aotros textos que eventualmente buscamos,

    encargamos y leemos. Cuando hacemosesto, realizamos una lectura hipertextual,aunque lo que puede cambiar, efecti-

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    vamente, es la temporalidad. La lecturahipertextual de textos en papel responde auna escala temporal diferente, sujeta a

    condiciones pragmticas tambin diferen-tes que, igualmente, han evolucionado.Empresas como Amazon o Fnac puedenentregar libros en cuestin de 15 das, aunen pedidos transcontinentales. Entonces,podemos decir que la lectura de un textoen papel no es necesariamente lineal, puesel lector dispone de la libertad de saltearfragmentos, de regresar a ellos e ir a otros

    libros, diccionarios, etc., sin que se leatodo de izquierda a derecha y de arribaabajo hasta terminar con el colofn.

    Las ligas pueden ser de dos tipos:internas al texto (proponemos llamarlasligas internas) y externas (ligas externas).Ambas existen en ambos soportes: papely electrnico. En el texto en papel, lasligas internas estn representadas por el

    ndice del texto, que indica en qu pginade papel comienza tal o cual seccin ypor las referencias internas, tal como losenunciados: vase ms abajo...; vase laseccin II o la pgina X. Las ligas exter-nascorresponden a las referencias biblio-grficas y a la bibliografa empleada paradesarrollar el texto. Una bibliografa es,pues, un conjunto de ligas externas, paradecirlo en jerga computacional.

    En el texto electrnico, por lo regular,las ligas internas y las ligas externas noestn diferenciadas tipogrficamenteentre ellas, aunque s del resto del textoescrito (usualmente se distinguen con uncolor diferente, estn subrayadas, seencuentran dentro de cajas de dilogo ose resaltan al pasar el puntero sobre ellas).Adems, estn programadas para que al

    cliquearsobre ellas, se despliegue en pan-talla la seccin de texto anunciada.Lo que deseamos subrayar es, final-

    mente, la semejanza fundamental entre

    ambas clases de textos. Veremos que lasdiferencias involucran solamente la velo-cidad de acceso al texto ligado, en caso de

    que sea disponible, condicin que valepara ambos soportes.

    Complementos icnicos diversos

    Ambas clases de texto pueden estar acom-paadas (o reforzadas) por elementos ic-nicos fijos de muy diversa naturaleza:cuadros, grficos, fotografas, diagramas,

    etctera.En tiempos no muy lejanos, algunostextos de papel estuvieron acompaadoso complementados por elementos icni-cos dinmicos (video, por ejemplo) o poraudio. De hecho, an en estos das se lesencuentra en puestos de peridicos y aprecios bajos.

    Hace una o dos dcadas, sobre todo en

    materiales destinados a nios, prolifer laproduccin de estos verdaderos multi-modales analgicos (y no digitales),cuyos temas iban desde clases de ejerciciosaerbicos o de cocina hasta documentalescientficos (por ejemplo, los videos deCousteau sobre la vida marina) y literatu-ra infantil con dramatizacin audiograba-da (materiales de la Comisin Nacionalde Fomento Educativo (CONAFE) como lacoleccin de librosAs cantan y juegan enel sur de Jalisco, ...en la Huasteca, etc.). Losmateriales multimodales ya existan antesde la era digital.

    Como se puede apreciar, el texto mul-timodal no es cualitativamente tan dife-rente de lo que ya se conoca en la eraanalgica. Quiz haya diferencias en lafacilidad de disposicin de los mltiples

    formatos textuales, toda vez que ahora, envez de tener que depender de una casete-ra o de una videograbadora y su televisorcorrespondiente, se nos presenta todo

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    integrado en un solo aparato: la compu-tadora; sin embargo, el resultado podraser en realidad muy similar.

    Existen diferentes tipos de texto dentrode cada medio: papel y electrnico

    Es obvio que existen diferentes tipos detexto en papel: libros, revistas, peridicos,cartas (casi inexistentes?),3 manuales,instructivos, letreros, panfletos, recados,etc. Cada tipo de texto en papel requiere

    del dominio de su estructura, de su fun-cin y de sus contenidos comunicativospara ser usable o legible. Cada uno deestos tipos exige la movilizacin de uncmulo especfico de conocimientosnecesarios para su lectura: conocimientodel tema, de la estructura, del contenidopotencial, etctera.

    Los textos electrnicos tambin se di-

    ferencian entre ellos en estructura y fun-cin: existe la pginaweb, el correo elec-trnico, el chat(o conversacin escrita), elmensaje por telfono celular, el documen-to electrnico (algo mayor y ms estruc-turado que un correo electrnico pero mschico que un artculo o un libro), la revis-ta y el peridico electrnicos.

    Sabemos cun difcil ha sido para lalingstica textual elaborar clasificacionescoherentes de los textos, porque existe elproblema de determinar los criterios conbase en los cuales organizarlos. Es por esoque disponemos de una multiplicidad detipologas textuales tiles segn las pers-pectivas adoptadas. De ah que nos con-centraremos en un primer ensayo clasifi-catorio de los textos electrnicos, asabiendas de que vendrn las crticas, las

    mejoras y los contraejemplos. Hemos ela-borado un sistema de clasificacin deacuerdo con tres propiedades dicotmicas(es decir con slo dos categoras que se

    excluyen) y una propiedad con cuatrocategoras, lo que nos da 32 tipos posiblesde textos electrnicos diferentes, segn

    los siguientes criterios:

    Un primer criterio se refiere a latem-poralidad de la comunicacin (2 ca-tegoras): si se trata de una comunica-cin en tiempo real o no. El chat seraun ejemplo del primero, pues su fun-cin primordial es conversar por es-crito, mientras que un documento

    simplemente digitalizado no persigueuna comunicacin en tiempo real, talcomo un texto en papel cualquiera,que supone una lectura diferida en eltiempo.

    Un segundo criterio podra referirse alahipertextualidad del texto (4 catego-ras): o bien es un documento sin ligaalguna, o bien slo tiene ligas internas,

    slo externas, o tiene ambos tipos deligas. Un tercer criterio correspondera a los

    medios o las modalidades discursivasempleadas (2 categoras): es unimodal(y supondremos que esto siemprecorresponde al caso de texto escrito enun idioma) o bien es multimodal(pudiendo incluir dos o ms medios:lenguaje hablado, msica, grficos fijoso mviles, videos, etctera).

    Finalmente, un cuarto criterio corres-pondera a lainteractividadprogramada(2 categoras): podra ser nula (no con-sideramos la existencia de ligas comouna programacin verdaderamente in-teractiva), o bien podra ser un materialverdaderamente interactivo. Este ltimocaso correspondera tpicamente a una

    pginaweb de compras electrnicas o aun material didctico con retroalimen-tacin en funcin de las secuencias deacciones ejecutables.

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    Las posibilidades de combinacin detodas las categoras nos arrojan 2 x 4 x 2x 2 = 32 tipos posibles de textos electr-

    nicos.Cada tipo de texto, en papel o electr-nico, est sujeto a un doble movimientode cambio y de fijacin, aunque este pro-ceso actualmente es muy rpido respectodel texto electrnico y mucho ms lentorespecto del texto en papel.

    En el caso del texto electrnico, esinteresante observar cmo al tiempo que

    evoluciona rpidamente, tambin estsujeto a intentos importantes de normali-zacin que responden a criterios funcio-nales, necesarios para la transmisin y lacomunicacin. As, creemos que tiendena estandarizarse en su estructura aun lossistemas ms dinmicos, como la co-municacin escrita por telfonos celulareso los cdigos y abreviaciones usados en

    conversaciones electrnicas (chats). Enestos casos, los lmites a las libertades sin-tcticas y ortogrficas en los mensajessern establecidos por la ambigedad opor la incomprensibilidad de los mensa-jes, por las comunicaciones defectuosas,por los mensajes errticos que puedenprovocar, por ejemplo, la ausencia deacentos en la escritura de mensajes enespaol y que dan como resultado inco-municaciones diversas. Reconstruimos uncaso personal: dile a mi papa que com-pre tarjeta todito, interpretado comodile a mi pap que compr tarjeta todi-to, es decir, que ya no la compre l, queya fue comprada. El mensaje era, en rea-lidad, una peticin: que l compre la tar-jeta todito. Como los mensajes se envanpor lo regular sin acentos grficos, ambas

    interpretaciones son perfectamente vli-das y eran ambas pragmticamente posi-bles. Ya habr un catlogo y un anecdota-rio de tales enredos en la comunicacin.

    Las pginas web han evolucionado deuna gran diversidad de formas y conteni-dos, hacia la homogeneidad. Lo anterior

    ha respondido tanto a aspectos pragmti-cos relacionados con la eficiencia de lacomunicacin u operacin de la interface(algunos iconos se han generalizado, co-mo el carrito de supermercado, asumi-do por muchas compaas de venta deproductos por internet) como a la regla-mentacin progresiva que las institucio-nes han impuesto al diseo grfico y al

    contenido mostrado y su organizacin(por ejemplo, las universidades, con ml-tiples facultades e institutos, cada uno delos cuales crearon al principio su propiapgina, han orientado la homogeneiza-cin de la imagen grfica y de la estruc-tura de la informacin contenida enellas). Seguramente otros factores haninfluido en la tendencia a la estandariza-

    cin, como las herramientas de softwaremediante las cuales se crean las pginas,que dotan a los programadores y disea-dores de posibilidades o procedimientoslimitados, ya prefabricados (como otorgaruna gama limitada de opciones para mar-car las ligas, por ejemplo). Esta tendenciade control sobre los lenguajes o ambien-tes de produccin de software (en estecaso, el de las pginas) ha sido sosteniday beneficia a las prcticas monoplicas enla produccin de dichos programas.

    En sus inicios, la microcomputadoracontena mapas de memoria accesiblesque daban al programador experto uncontrol absoluto del procesador y le per-mitan hacer virtualmente lo que quisiera.Hay ejemplos en Mxico de programascomputacionales que verdaderamente se

    adueaban del procesador y rediseabanhasta los propios caracteres que se desple-gaban en pantalla. Nos referimos, paradar slo dos ejemplos, a los programas

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    Ecosistemas y Polinomios, construidospara la computadora Commodore 64.Este control absoluto sobre el procesador

    ya es historia y los productores actualesde softwaredependen, en trminos gene-rales, de las posibilidades de produccinque les otorgan las grandes compaas quevenden ambientes de produccin de soft-ware... a menos que uno sea un verdaderohacker, actividad que se ha hecho ilegal.Las prcticas comerciales que mantienenel control sobre las herramientas de pro-

    duccin, estrategia basada en la desinfor-macin (o informacin parcial), van redu-ciendo opciones de programacin, lo quetiende a estandarizar tanto la estructuracomo la funcin de muchos elementostextuales en el ambiente electrnico. Portodas esas razones y otras, nos atrevemosa prever una relativa estandarizacin de laspginas y dems textos electrnicos.

    En conclusin: bien analizados, cual-quier tipo de texto electrnico puede,muy verosmilmente, tener su correlatoen papel, o al menos compartir caracters-ticas estructurales o funcionales con otrostipos de discurso (orales o escritos), en loscuales se ancla su uso: el chat lo hace,estructuralmente, en la conversacin y

    tiene tambin su correlato en los tradicio-nales mensajes escritos, breves, en tiemporeal o con un decalagetemporal corto (en

    un mensaje adherido en el refrigerador,por ejemplo). En este ltimo caso, esinteresante observar que generalmenteeste tipo de escrituras, tales como el men-saje, la lista de compras, etc., tenidos aveces como escritura asintctica (Lahire,1997), no sean consideradas an hoy ver-daderos actos de escritura y lectura. Faltaan mucho por explorar acerca de las

    prcticas sociales efectivas de producciny lectura de textos.

    DIFERENCIAS

    Veamos ahora las diferencias que pode-mos encontrar entre los principales textosen papel y los principales textos electr-nicos. En rigor, habra que construir un

    cuadro de semejanzas y diferencias queanalizara, por parejas, cada tipo de textoen papel con cada tipo de texto electrni-co, suponiendo una tipologa exhaustivay explcita. El siguiente anlisis lo realiza-mos, pues, en trminos muy generales. Elcuadro siguiente muestra 35 comparacio-nes por parejas.

    CUADRO 1 Comparaciones posibles entre pares de texto electrnico y de texto en papel

    Nota: los nmeros son nominales e indican una comparacin posible dentro de los conjuntos de texto seleccionados.

    Impreso

    Recado

    Carta

    Artculo cientfico

    Libro literario

    Enciclopedia

    Electrnico

    Chat Mensajetelefnico-escrito

    Correoelectrnico

    Pginaweb

    Documento(acrobat)

    Libro(texto)

    Libromultimodal

    1

    8

    15

    22

    29

    2

    9

    16

    23

    30

    3

    10

    17

    24

    31

    4

    11

    18

    25

    32

    5

    12

    19

    26

    33

    6

    13

    20

    27

    34

    7

    14

    21

    28

    35

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    Una comparacin entre los mensajestelefnicos y una enciclopedia en papel (lacomparacin 30) dara como resultado casi

    puras diferencias, en todos los planos (fun-cionales y estructurales), mientras que silos comparamos con los recados escritos(comparacin 2, aquellos que frecuente-mente las amas de casa dejan a la vista dequienes les ayudan: sopa aguada de fideo,agua de limn, setas fritas y ensalada deberros, por ejemplo), veramos que com-parten muchas de sus caractersticas: son

    cortos, sirven para una comunicacin rpi-da (si no inmediata o en lnea, como en elchat, s en un tiempo breve: durante lamaana, en la prxima media hora, etc-tera), son asintcticos (vase Lahire, 1997,quien usa este trmino para referirse, porejemplo, a listas de compras o de tareaspendientes), pueden usar muchas abrevia-ciones, apelan fuertemente al contexto; lle-

    gan a ser incomprensibles si no se conocedicho contexto, son comunicaciones muycodificadas entre dos personas particularesy no persiguen la comunicacin entre cua-lesquiera dos personas.

    De esta manera, valdra la pena em-prender un estudio sistemtico de lassemejanzas y de las diferencias entre pareso grupos de textos en papel y electrnicosque compartan rasgos estructurales y fun-cionales importantes. Podremos as acer-carnos a la objetividad respecto de nuestravaloracin de los textos, sean electrnicos,sean en papel. Realizando el examen de lostextos de la manera indicada, nos atreve-ramos a pronosticar una lista mucho msgrande de semejanzas entre los textos, quede diferencias. Los anlisis especficos lodirn.

    Entrando en un anlisis un poco msdetallado, importara mucho conocer elsoporte mismo del texto electrnico. Hayexcelentes obras multimodales que slo

    estn disponibles en disco compacto (CD)y no en la red y que, presumiblemente,no funcionan si no es introducido fsica-

    mente el CD original (o pirata) que lascontiene. Por lo tanto, para poder adqui-rirlos, deben sufrir el mismo proceso detransmisin que cualquier libro depapel: el correo convencional, la compraen libreras, el quemado (equivalente alfotocopiado). As pues, no todo libroelectrnico est disponible en internet, yaun cuando tuviramos la oportunidad

    de acceder a l, no es transmisible ensegundos, por cuestiones de montos deinformacin (son documentospesados) opor vulgares y prosaicas cuestiones co-merciales: las editoriales son empresasglobales orientadas por el costo y el bene-ficio econmicos.

    Es, pues, solamente mediante compa-raciones entre pares de tipos de textos

    especficos que vale la pena hacer los an-lisis, ya que slo entre algunos de ellosexisten ciertas diferencias que no existencon otros textos y que son relevantes.Heaqu algunos ejemplos:

    Al consultar pginas web, resulta quehay una convencin respecto de laescritura de las direcciones electr-nicas: no se usan espacios en blanco(p. ej., http://www.mexicodesconoci-do.com.mx), siendo una variante elhecho de que los espacios en blanco dela escritura convencional sean cubier-tos por el guin bajo (p. ej., [email protected]). Pero estas con-venciones no son compartidas por losdocumentos electrnicos como tales,que son escritos con base en la orto-

    grafa correspondiente al idioma (o almenos intentan serlo). Un segundo ejemplo correspondera a

    los cdigos usados para el envo de

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    mensajes escritos por telfono celularo, parcialmente, en los chats: por unanecesidad de economa (tanto moneta-

    ria como por el trabajo que suponeentrar cada carcter en un celular, quehace ver a las personas como si jugarangameboy) muchas palabras se van abre-viando y se usan recursos de represen-tacin vinculados, en muchos casos,con los nombres de las letras: c paraescribir secomo palabra completa:yo clo llevo, o como parte de una palabra:

    yo ando en el cntro; s se utiliza para es:Stoy en junta; ko qpara escribir que,como palabra completa o como partede una palabra: ke tengas bonito da,dice k mejor se va luego, tengo cosas qhacer;pqoxqpara por qu, porque oporqu (desconozco si hay usuariosque las distinguen): no me preguntespq, traime el libro xq lo necesito; ktam-

    bin se emplea para escribir ca comoparte de una palabra: Tena ganas de ira tu ksa al reklentado; xpara escribirch: Vete con cuidado xq llueve muxo; losacentos son prcticamente inexisten-tes: Cambie mi boleto m voy hoy almedio dia; etc. Este cdigo y estosrecursos comunicativos, que podemossuponer que se van estabilizando encada idioma o al menos al interior demicrogrupos en comunicacin (unafamilia, una red de amigos, etc.), se vatambin estandarizando, as como ellxico va adquiriendo significadosespecficos. Segn una joven de 16aos, al chatearse escribe la palabrabyeo ciao (y no adis o hasta luego) nopor ser una escritura extranjera, sinoslo al final de la conversacin, cuan-

    do ya se va uno a desconectar de lared. El uso de maysculas tiene la con-notacin de grito o del uso fuerte de lavoz: No me escribas con mayusc, se sien-

    te feito; en este mensaje de celular seaprecia cmo el empleo de maysculaspuede generar incomodidad entre los

    lectores de mensajes, como lo haceentre los profesores cuando los estu-diantes pretenden, mediante este re-curso, evitarse la obligacin de acen-tuar las palabras.

    Un tercer ejemplo de la importanciade hacer comparaciones especficassera el referente a lo interesante queresulta comparar los registros informa-

    les del chatcon la conversacin; nadieque est chateando espera que quien leescribe revise, corrija y edite su escritu-ra, pues estando frente a frente (aun-que puedan estar a miles de kilmetrosfsicos de distancia) pueden, por ejem-plo, preguntar y resolverse dudas entiempo real si llega a existir algunaconfusin. En este sentido, el chatcom-

    parte rasgos estructurales con la con-versacin, pero sera improductivocomparar este gnero discursivo conun texto cuya norma es ms formal,supone revisiones y reestructuracionesdiversas, etctera. Por supuesto que loanterior estara matizado por situacio-nes comunicativas especficas, pues nosera lo mismo chatear con un amigo,con un compaero de trabajo, con uncliente o con un jefe Igual que enuna situacin oral de comunicacin.Lo problemtico, en el mbito escolary desde el punto de vista de los adul-tos, es que esta prctica comunicativa,cada vez ms usada por los estudiantes,est invadiendo el escrito formal, si sequiere, escolar, lo que molesta muchoa los profesores. Los estudiantes van

    perdiendo las fronteras entre los cdi-gos, lo que seguramente acelerarmuchos cambios en el sistema de escri-tura en pocas generaciones.

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    Debemos concluir, pues, que EL textoelectrnico, en general, as como EL tex-to en papel, tambin en general, son

    entes mitolgicos igual que no existeLA lectura, para apoyarnos otra vez enLahire (1997), pues las lecturas estninmersas en prcticas sociales y en situa-ciones comunicativas especficas.

    Velocidad de transmisin

    La diferencia incontestable entre los tex-

    tos en papel y los electrnicos radica en laincomparable velocidad de transmisinde los segundos respecto de la de los pri-meros, si damos por supuesto que secuenta con el hardwarenecesario para ella(computadora actualizada y conexin a lared que surtir el texto).

    La velocidad es, sin duda, la propiedaddiferencial fundamental. Ella y el creci-

    miento continuo de la red son el fenme-no de comunicacin verdaderamenterevolucionario de finales de siglo XXy loque marcar las primeras dcadas del XXI.

    Accesibilidad a mucha informacin

    Esta accesibilidad a la informacin desdeun mismo lugar (desde una computado-ra), cada vez ms amplia, haba sido pre-vista ya por escritores de ciencia ficcin,en lo que suponemos que es una versinficticia no escrita de la internet, sino oral:el INFOR, un mecanismo pblico de acce-so oral y audible a la informacin en unmundo futurista (Lem, 1993). De acuer-do con Snchez (2005) fue en 1962cuando J. C. R. Licklider expuso su ideade Galactic Network, una red de redes de

    carcter global que permitira a los usua-rios gestionar informacin o programasdesde cualquier terminal. Las ficciones deLem prefiguran y superan an (pero no

    por mucho tiempo) ese acceso global a lainformacin. Hoy existen en las ciudadesINFOR prcticamente en cada calle (los

    cafs internet) o, incluso, son ya pblicosen casetas telefnicas en expansin enMxico.

    Esta disposicin de enormes montosde informacin desde una misma compu-tadora, es decir, desde un mismo lugarfsico, tiende a crear efectivamente acti-tudes diferentes entre las personas y amultiplicar las estrategias, estilos o proce-

    dimientos mediante los cuales los jvenesacceden y afrontan sus necesidades deinformacin o conocimiento.

    Un ejemplo anecdtico puede resultarilustrativo: en el instituto donde trabaja-mos, mientras laboraban dos estudiantesde informtica realizando su serviciosocial (construyendo un programa educa-tivo para la adquisicin de la nocin de

    nmero fraccionario) y mientras prepar-bamos una pltica sobre la adquisicin desistemas de numeracin de bases diferen-tes a la base 10 (es decir, no decimales),tuvimos la necesidad de reconstruir elalgoritmo usual de conversin de nme-ros con base 10 a nmeros con base,digamos, 5. No lo recordbamos, por loque planteamos la pregunta a los dos:cmo se representa con base 5 la canti-dad 35 (con base 10)? La solucin decada uno fue muy distinta: mientras queuno de ellos, a quien le gustan las mate-mticas, reconstruy el algoritmo en unosminutos despus de hacer algunas prue-bas en papel, el segundo busc en inter-net una pgina especfica, introdujo losdatos y dio el resultado. Los dos respon-dieron la pregunta, pero por caminos

    totalmente diferentes. El primero recor-d, reconstruy el algoritmo y dio noslo una respuesta especfica, sino el algo-ritmo general; el segundo de ellos, sin

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    importarle la visin general del problema,busc una herramienta especfica dispo-nible en la red e igualmente obtuvo el

    resultado.Estas dos aproximaciones a la informa-cin, representan dos actitudes o tenden-cias diferentes ante el conocimiento? Esmejor una que otra? Qu pasar con elconocimiento si se dispone tan fcilmen-te de informaciones tan especficas?

    Alcance de la distribucin

    Una segunda diferencia, tambin muyimportante, es la del alcance de la distri-bucin en uno y otro medio. Mientrasque el libro de papel resulta ya caro ylento en su produccin, adems de teneruna distribucin ms trabajosa, costosa ypor eso ms limitada por lo generalregional o a lo sumo nacional, al menos

    en la provincia mexicana, el libro elec-trnico que es sostenido en la red tiene unalcance mundial y un costo de adquisicinque podra ser, presumiblemente, bajo.

    La universidad pblica debe hacer unareflexin muy seria y urgente respecto desu papel: tanto en sentido literal comofigurado, tiene que cuidar su papel ytambin debe hacer una seria reflexin yrevisin de sus polticas editoriales deimpresin y comercializacin de libros,creando programas factibles para publicary promocionar la produccin y distribu-cin en medios electrnicos y en papel,ya que al entrar en la red se est al alcan-ce del mundo.

    Pero no todo es miel sobre hojuelas,porque los textos son parte del mercadoglobal y la rapacidad econmica es la

    caracterstica fundamental de la globali-zacin econmica. No todos los textosque estn en la red estn al alcance de loslectores; en muchas ocasiones, para acce-

    der a revistas especializadas o a libros en-teros, es requisito indispensable contarcon una clave o membresa, que tiene que

    ser comprada en lnea y pagada con tarje-ta de crdito, situacin difcil para la ma-yora de los estudiantes, por ejemplo.

    Tendencia a la diferenciacin

    de contenidos

    Una tercera diferencia, que nos pareceque se ir sedimentando con el tiempo, es

    la que se refiere al tipo de contenidos quese editar preferentemente en cadamedio.

    Cuando leemos literatura no nos echa-mos en nuestra hamaca con la computa-dora (que adems tendra que ser port-til). Preferimos, y muchos seguiremoshacindolo, tomar un libro de papel, unabebida (cerveza o caf, segn el clima),

    irnos a un silln o a la cama y disfrutarnuestra lectura. Literatura y texto de pa-pel parecen inseparables.

    Tenemos la intuicin de que se irndiferenciando los gneros al interior decada medio y de que se irn distribuyen-do tambin diferencialmente los domi-nios: mientras que el texto literario ten-der a permanecer en papel, el textoinformativo y comercial ser ms popularen los medios electrnicos.

    Transportabilidad

    Una quinta diferencia, derivada de lanaturaleza de su soporte fsico, es sutransportabilidad. Hasta hoy, aunqueno hay que descartarlo en un futuro cer-cano, no vemos a las personas leyendo

    libros electrnicos en el autobs o en lassalas de espera de las oficinas de gobierno(aunque una mnima parte de la pobla-cin ya lo hace en aeropuertos y aunque

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    se extiendan rpidamente los ipodsy conellos los audiolibros). Un libro de papel,en cambio, es fcilmente manejable,

    mientras que la transportacin de unoelectrnico est todava restringida y suje-ta a contingencias como la disponibilidadde energa elctrica o la duracin de labatera, la disponibilidad de internet ina-lmbrico y, por supuesto, el acceso a unacomputadora porttil, entre otras cosas.

    Calidad

    Precisamente por la relativa masificacinque supone internet y la libertad con laque muchas personas o grupos puedencrear y tener su pgina personal, la cali-dad de los textos, particularmente en elformato electrnico, es cada vez ms baja,sin negar que existen tambin textos acce-sibles de altsima calidad, clsicos o con-

    temporneos, como tambin en papelexisten textos de bajsima calidad. En sudefensa de la escritura, Etiemble (1973)ya consideraba, como muchos otros auto-res, los defectos de la escritura:

    Pero acaso no estaba ya condenada la mismaescritura? Radio, televisin, discos, magnet-fonos, minicassettes deban reemplazar allibro. El audiovisual iba a relegar los libros a

    un museo. Quin no conoce las culpas de laescritura? Desanim a los humanos de cultivarsu memoria. Pervirti la poesa que slo seescribi ya para los ojos y el efecto tipogrfico.Favorece la difusin de las mentiras oficiales.Indudablemente. [...] Los discos deban acabarcon los conciertos: los han llenado de pblico.Hace diez aos, cuando yo hablaba del placerque antao me haba producido la Forsythe

    Saga, pareca ridculo. Ha bastado un folletntelevisivo para centuplicar los lectores deGalsworthy (Etiemble, 1973).

    Cuntos textos descuidados, absur-dos, ilgicos, incompletos, plagiados yfrancamente malos existen en internet? El

    desafo para los lectores jvenes (de 25aos o menos) no es tanto de acceso a lostextos, como para los lectores adultos; elproblema radica, ahora ms que nunca,en saber seleccionar, depurar, reconocer lainformacin valiosa, de calidad y precisa.El reto de hoy es instruir a los jvenes adetectar textos de calidad, textos contextura, como los llama Ray Bradbury,

    (1981), para seguir en la literatura de fic-cin, en su novelaFarenheit 451; porquelo que se encuentra sostenido en internet,para algunos lectores jvenes es una ver-dad absoluta e irrefutable: lo vi en inter-net, dicen algunos, dando por supuesto,por slo eso, que es verdad. Pero, cmose ensea a distinguir la calidad de lainformacin en laweb?

    Costo

    Sin darlo por hecho, tendemos a pensarque los costos de distribucin del libroelectrnico son mucho ms bajos. sta esuna diferencia sujeta a discusin, porquehabra que considerar una serie de facto-res que involucran el costo de manteni-miento de las redes locales, los servidores,las telecomunicaciones satelitales implica-das en la distribucin, la actualizacin delas computadoras, los programas, laslicencias de software, etc., que ademsparecen siempre estar desactualizados,gracias al monopolio Gates o al manteni-miento continuo debido a infeccionespor virus. La consulta de los doctores decomputadoras, los jvenes actualizados

    que llegan con sus pequeos portafoliosllenos de discos a dar consulta a lamquina, a configurar correos electrni-cos, a actualizar programas antivirus, etc.,

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    son tambin costosas. Habra que evaluartambin las polticas editoriales, los cos-tos de productos no libres, etctera.

    Textos multimodales

    Aunque ya hemos dicho que estos textosexistieron en la era analgica mediantela interaccin de textos escritos con audioo videocasetes analgicos, concedamosesta diferencia por el potencial que la tec-nologa digital ha mostrado para integrar

    estos diferentes medios.Mientras que el texto escrito en papelpor lo general es acompaado slo porimgenes y grficos fijos, el libro electrni-co puede estar acompaado, adems, poraudio, video y animaciones, importantescomplementos que, adecuadamente admi-nistrados, pueden tener (presumiblementeen algunos casos e incuestionablemente en

    otros) la capacidad de transmitir conmayor eficacia un mensaje que en un librode papel.

    A tal grado pueden ser diferentes, quepodemos encontrar libros electrnicosconstruidos bsicamente con medios notextuales (icnicos estticos o dinmi-cos, audio y video), acompaados detexto-lenguaje. Es decir, hablamos de untexto en sentido amplio, no solamentecompuesto con palabras, sino tambincon audio (que pueden o no ser palabras,pues incluyen msica, por ejemplo), esce-nas filmadas, animaciones, etctera.

    Se comienza a dar una inversin realde los medios audio-visuales y la tenden-cia actual (de ah posiblemente el augedel diseo grfico) es la de trabajar conmucha minuciosidad cul parte del men-

    saje que se desea comunicar se transmitepor va icnica, cul con audio, cul convideo y, finalmente, qu se transmite conlenguaje y en qu formato: oral o escrito.

    Obviamente, hay que decidir tambinsobre la estructura textual de conjunto.

    Ante algunos textos electrnicos, los

    adultos debemos hacer una especie deregreso a la infancia: los jvenes son exce-lentes lectores de imgenes, de iconos eincluso de animaciones (que abundan eneste medio), mientras que los adultosdebemos muchas veces descentrarnos deltexto y re-aprender a leer las imgenes,fijas o mviles, al mismo tiempo que eltexto escrito.

    Textos interactivos

    Una cosa es que existan en un texto ligasinternas o externas o ligas hacia mediosdiferentes (audio, video, etc.) y otra cosamucho ms compleja es que est progra-mada una interactividad propiamentedicha, que permita o exija respuestas

    especficas sobre el teclado, retrocesos,retroalimentaciones particulares, etctera.Por ejemplo, El universo de Matases

    un texto hipermodal desarrollado enMxico con fines educativos: incluyeaudio (la lectura automtica), hipertexto(que incluye un diccionario), imgenes,animaciones y situaciones interactivasdiversas guiadas por hiptesis didcticasmuy especficas (vase Vacaet al., 1998).Creemos que aqu la frontera entre libroelectrnico y material didctico es borro-sa. Nos inclinamos a verlo ms como losegundo que como lo primero, pues cier-tos mdulos son interactivos, hacenapuestas didcticas especficas y su dise-o exige el uso de lenguajes de progra-macin ms all de las funciones prefa-bricadas para ciertos ambientes de

    desarrollo de software(cfr. con Hernn-dez, 2004). Un segundo ejemplo de estegnero es La tabla aritmtica(Vacaet al.,2003), que de texto tiene poco (bsica-

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    mente el manual de uso) y de programa,mucho ms.

    Algo ms cercano a nuestra nocin de

    libro electrnico, aunque sobresaliente,de los pocos que conocemos, es el CD-ROM sobre la vida y obra de J. Piaget, rea-lizado en la Facult de Psychologie et desSciences de lducation, en Ginebra,Suiza (1996). Ejemplos ms difundidosde este tipo de texto son las enciclopediaselectrnicas (Encarta, Britnica, etc.).Hoy, es necesario incluir en la lista los

    audiolibros, libros orales en expansinpara ser escuchados en ipod.Por supuesto que las semejanzas y las

    diferencias enumeradas no son exhausti-vas, pero tal y como hemos presentado elanlisis queda claro que la comparacinsistemtica es siempre necesaria.

    Por su novedad, a veces se apuestapor las versiones modernas que se asumen

    como mejores, ms baratas, ms comple-tas, ms rpidas, etctera. Como hemospodido apreciar, las diferencias ms nti-das, a la espera de anlisis puntuales, soncuantitativas: la velocidad y el alcance enla distribucin de los textos electrnicos,respecto de los textos en papel, son supe-riores. Los textos hipermodales estn anen paales y, como veremos a continua-cin, la hipertextualidad y la hipermoda-lidad son una caracterstica ms cercana ala actividad de lectura que una propiedadde los textos en s mismos.

    ALGUNAS SEMEJANZAS

    Y DIFERENCIAS EN LOS PROCESOS

    DE LECTURA

    Semejanzas

    Evidentemente, la lectura de textos elec-trnicos est condicionada tambin porel dominio de la norma y del sistema gr-

    fico de nuestra lengua, en todos susrubros, por lo que su enseanza siguesiendo una prioridad educativa. Pero ade-

    ms se perfilan ya interesantes diferenciasentre los lectores jvenes y los lectoresadultos.

    Puesto que la lectura es una actividadsocial, cognitivamente contextualizada ysobre todo interactiva, el anlisis de lassemejanzas en uno y otro medio dependede las circunstancias especficas en las quedicha interaccin ocurra. Las semejanzas

    tambin dependeran de qu tipos de tex-tos especficos estemos comparando, puesya hemos visto que en ambos mediosexiste una diversidad de tipos textualesque condicionan en cierta medida lassemejanzas en su lectura.

    Por ejemplo, muchos textos electrni-cos son en realidad impresos en papelpor el usuario para su lectura, aunque su

    existencia pblica sea solamente electr-nica. En este caso, podramos decir quela fuente del texto es electrnica, aunqueel texto sea ya un texto en papel. Laaccin misma de imprimir el texto trans-forma su naturaleza. De hecho, se tratade las prcticas ms comunes, por lo queen ese caso podemos decir que la lecturaen pantalla se ha restringido a las activi-dades de bsqueda, seleccin e importa-cin del texto o documento a la propiacomputadora.

    Diferencias

    Puesto que no existe LA lectura, sino unadiversidad de lecturas, es decir, de prcti-cas de lectura que no dependen (almenos enteramente) del medio del texto

    (Lahire, 1997), no podemos ms quesealar algunas tendencias diferencialesentre actividades de lectura sobre papel yen pantalla.

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    Lectura lineal ordenadavs.bsqueda de informacin especfica

    De acuerdo con el estereotipo del lectoradulto, ste tiende a buscar un libro depapel y, una vez encontrado, leerlo deprincipio a fin. Es, para l, una unidadtextual. Si bien elegimos los libros queleemos, hacemos el intento de terminarsu lectura.

    En cambio, la prctica de los jvenesparece mucho ms orientada a la resolu-

    cin de dudas especficas, que los lleva anavegar hasta resolver su problema ypunto. La lectura se detiene en funcinde la resolucin de la duda puntual.

    Quiz esa sea una diferencia en la lec-tura de los jvenes respecto de la de losadultos que valga la pena profundizar y,sobre todo, no slo juzgar desde la pers-pectiva adulta. Tiene que ver con una

    oposicin que nosotros plantearamos enestos trminos: estudio sistemtico de temasvs. resolucin pragmtica de dudas puntua-les, a la manera de la ancdota narradams arriba. Otra oposicin posible, vin-culada a la anterior, sera la de conoci-miento vs. informacin (demasiado com-pleja para abordarla aqu).

    Una vieja discusin en psicologa de lalectura consiste en saber dnde est el sig-nificado: en el texto, en el lector o en supunto de confluencia? De la misma ma-nera, podemos preguntarnos a quin per-tenece el hipertexto: al texto o al lector?Tanto en formato electrnico como enpapel, hay quien puede no hacer caso delas ligas (o citas) y sujetarse a una lecturalineal, que puede o no bastar, segn lascircunstancias de la lectura, segn el obje-

    tivo o la prisa. La hipertextualidad corres-ponde ms, desde nuestro punto de vista,al proceso de lectura que al texto en s,pues si bien ste lo permite, no lo exige.

    La decisin es del lector, en uno u otromedio, con las diferencias temporales deacceso a textos ligados que ya hemos

    comentado.Si somos capaces de cambiar nuestraperspectiva, quiz descubramos que losjvenes leen mucho ms de lo que nosimaginamos, aunque evidentemente nolean siempre en papel, ni el material quenosotros consideramos una buena lectu-ra, ni con la unidad a la que estamoshabituados y en virtud de la cual juzga-

    mos su lectura, es decir, el libro. Estecambio de perspectiva tambin nos puedellevar a descubrir que los jvenes s sabenleer, s comprenden lo que leen con inte-rs, aunque a veces hagan trabajos medio-cres con los textos que les imponemos losadultos en contextos escolares, an vir-tuales, porque el hecho de que les presen-temos textos por va electrnica no nos

    exenta de que sean psimos y aburridos,que slo reproducen lo ms obsoleto. Loelectrnico, evidentemente, no garantizala calidad y mucho menos el inters y lanovedad de las propuestas de lectura.

    Si ya eran muchas las lecturas posibles,con la introduccin de los textos electr-nicos se multiplican, y tendremos enton-ces que estudiarlas en su especificidad.

    Necesidad de sntesis de medios

    Recordemos, para comenzar, que la hi-permodalidad es una caracterstica de lalectura ms que del texto, en virtud deque el lector puede elegir seguir los textosligados o, al contrario, ignorarlos. En elprimer caso, una segunda tendencia dife-rencial en la lectura de los jvenes, nti-

    mamente vinculada a la hipermodalidad,consiste en que ellos deben hacer una sn-tesis del contenido del texto (en sentidoamplio), es decir, aquel texto hipermodal,

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    sin centrarse solamente en el texto-len-guaje. En este caso, los jvenes recurren avideos, imgenes, audio y texto-lenguaje

    (oral o escrito) de manera cuasi-simult-nea durante su exploracin y hacen, porlo tanto, una sntesis de la informacinencontrada en los diferentes formatos, sies que fue presentada informacin dife-rente en cada uno de ellos. Este tema, ensu especificidad, est virtualmente inex-plorado: cmo leen un texto hipermodallos jvenes lectores? Cul es el resultado

    efectivo? Cmo afectan los objetivos alos trayectos de la lectura? Son temasdefinitivamente pendientes pero urgentesde investigar sistemticamente.

    De alguna manera, los adultos privile-giamos el texto-lenguaje respecto deltexto-video, audio o imagen. Los jvenesparecen integrarlos y tratarlos como equi-valentes, sin jerarquizarlos. Es as?

    Eleccin y eliminacin de basura

    Dado que los jvenes (dentro o fuera delcontexto escolar) cuentan con verdaderostsunamisde informacin soportados en lared (y en otros medios como el cine o latelevisin), un proceso extremadamentedelicado para ellos es el de la eliminacindel material que no les sirve. Ellos debenformular de manera ms o menos precisasu duda, y por lo tanto, su objetivo delectura, para poder eliminar la informa-cin no pertinente. Para eso, han desarro-llado procesos verdaderamente rpidos deeliminacin, guiados por indicios quemuchas veces a un adulto le resultaninsignificantes; la velocidad a la que(h)ojean los textos en la pantalla, cie-

    rran y abren otros y deciden que tal ocual pgina o material puede o no ser deinters para ellos, es impresionante. Aqu,se requiere mucha investigacin para

    saber cmo lo hacen y en qu se basan: si,por ejemplo, lo que buscan es una tablade datos, escrolan la pantalla a una

    velocidad vertiginosa porque lo que bus-can tiene una configuracin visual espec-fica, que detectan an en movimiento(por cierto, tambin es urgente comenzara investigar cul es el efecto que esta acti-vidad visual causar en el ojo humano).

    Una vez localizada la informacin per-tinente, los recursos con los que los jve-nes cuentan son muy diversos: desde el

    uso de archivos temporales para consultaposterior tambin sobre la pantalla, laimpresin de un segmento del archivo enpapel o la lectura de los fragmentos quesatisfacen su duda y listo! Si hay msdudas, la informacin seguir en la red yes para ellos fcilmente localizable.

    Debe observarse, siendo insistentes,que una cosa es el proceso de bsqueda,

    discriminacin y seleccin de textos quesupone un cierto tipo de lectura en pan-talla y otra cosa muy diferente es la lec-tura del material seleccionado que estsujeta tambin a los objetivos especficosde cada lector y que puede coincidir,punto por punto, con la lectura que sehara en papel.

    Diferencias dependientes del sistema

    grfico usado

    Ya hemos visto que ciertos textos electr-nicos presentan caractersticas de cdigoo sistmicas modificadas o complementa-das respecto de la ortografa y de lanorma lingstica de algunos textos enpapel. Estas diferencias necesariamenteimplican tareas de interpretacin para el

    lector: saber si est escrita la letra c consu valor fontico, con su valor silbico ocon su valor deletreativo (correspon-diente apellativeen francs, es decir, sir-

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    vindose del nombre de la letra paraescribir una slaba entera) o la k con suvalor fontico o logogrfico, son tareas

    que el lector debe resolver de acuerdo a lasituacin comunicativa en la que seencuentra.

    Igualmente, interpretar los caracteresicnicos fijos o mviles perifricos ointercalados en el texto, saber identificarlas ligas, decidir zambullirse o no en lahipertextualidad o en la hipermodalidad,acostumbrarse a la ausencia de espacios

    entre palabras, etc., son todas decisionesdel lector, que dependen tanto de suconocimiento y manejo eficaz de losmedios (ya sea en papel o electrnicos)como del objetivo de su lectura.

    Se ven los procesos de conocimientoalterados por la comunicacin multimodal?

    Una idea muy extendida, y no por esonecesariamente cierta, consiste en decirque los procesos de conocimiento que seponen en marcha frente a ciertos textoselectrnicos (sobre todo respecto de loshipermodales) son muy diferentes. Sellega a hablar incluso de una inteligenciaalfabtica que se haba desarrollado yque se est perdiendo debido a este tipode textos (Simone, 2001). Se habla deuna aprehensin visual y auditiva simul-tnea de los contenidos por parte de losusuarios, suponiendo que los textos mul-timodales permiten usar varios canalessensoriales de manera simultnea, sinesfuerzo, etctera.

    Estas ideas, apoyadas en formulacionesfilosficas medievales (Simone, 2001) queobviamente desconocen cien aos de psi-

    cologa y muchos ms de epistemologa,parten de la idea, tambin de sentidocomn, de que el conocimiento entrapor los sentidos... y si entra por ms de

    uno, mejor. Reconociendo que la infor-macin aportada por los sentidos es nece-saria para la construccin de conocimien-

    to, diramos que no es, sin embargo, unacondicin suficiente.No repetiremos aqu la masa de argu-

    mentos cientficos que podramos darcontra esta concepcin, sino que noslimitaremos a recordar que Piaget demos-tr justamente que el origen sensorial delos conocimientos (cientficos o no) es unmito (Piaget, 1971). Hemos desarrollado

    en otro lado los argumentos contra estaconcepcin y contra otras que suponenque basta con leer comprensivamentepara adquirir conocimiento (Vaca, 2003).Nuestros contraargumentos giran alrede-dor de los siguientes puntos:

    El conocimiento se origina en laaccin y no en el lenguaje, aunque la

    construccin de conocimiento requie-ra de sistemas semiticos importantes,uno y slo uno de los cuales es el len-guaje. Es difcil o incluso imposibleaprender a conducir autos en la ciudadde Mxico o en Roma exclusivamentepor la va de manuales o de instructi-vos escritos. Se aprende a manejar,manejando, a leer, leyendo y a investi-gar, investigando (a veces).

    Es el conocimiento adquirido, es decir,la esquematizacin prctica o concep-tual de las acciones, la que permite laadquisicin y uso del lenguaje, y no ala inversa. En lectura, son los famososconocimientos previos del tema deltexto. Cuando esos conocimientosprevios son todos librescos, pode-mos sospechar que lo que se ha adqui-

    rido es informacin, ms que conoci-miento. No es lo mismo un objeto de conoci-

    miento y un discurso-acerca-de-un-

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    objeto-de-conocimiento. Las represen-taciones lingsticas son necesariamen-te representaciones empobrecidas de

    los objetos y la operacin de la inteli-gencia sobre las representaciones lin-gsticas del objeto es mucho ms dif-cil que la operacin sobre los objetosen s mismos (cfr. las discusiones sobreel desarrollo de la lgica formal, queopera exclusivamente sobre signos).

    ste es un tema extremadamente deli-

    cado y por eso lo hemos tratado en otrolugar (Vaca, 2003), sin pretender haberloresuelto. Nos conformamos aqu con aler-tar al lector respecto de esaidea recibidaque podramos enunciar as: los estudian-tes no aprenden (es decir, no adquierenconocimiento) porque no comprenden loque leen.

    Nosotros diramos: la construccin de

    conocimiento, en un sentido profundo,puede partir de un texto, pero lo debenecesariamente desbordar para constituir-se en conocimiento como tal. El textopuede ser un detonador del proceso deconstruccin, pero no se basta a s mismopara permitir dicha construccin.

    Es obvio que es muy importante im-pulsar culturalmente la actividad de lec-tura. Nosotros hablamos solamente de lasposibles limitaciones de sta respecto dela construccin de conocimiento.

    En cuanto a la aprehensin visual delconocimiento, los mismos argumentospueden ser expuestos, junto con otros: losobservables (cualquiera sea su canal sen-sorial) son en realidad construccionescognitivas sujetas a dinmicas constructi-vas y son slo un eslabn en la superacin

    del conocimiento. Siguiendo a Piaget,son construcciones sujetas a los procesosde equilibracin.

    Los formatos textuales audiovisualesse estn modificando radicalmente

    Un tema colateral, que no quisiramosdejar de mencionar por su relacin aveces cercana y a veces lejana con el temade los textos multimodales, se refiere a ladrstica modificacin de las estructurastextuales a la que asisten los lectoresmodernos. Aqu, no podemos ms querepetir y remitir al lector a un texto queincursiona de manera muy creativa en el

    tema. Nos referimos al ensayo La litera-tura juvenil para un lector audiovisualde Gemma Lluch (2004).

    Uno de sus anlisis es el siguiente: losesquemas narrativos, tanto de libroscomo de audiovisuales (programas detelevisin, cine, etc.) tienden a simplifi-carse, a coincidir, y a cambiar en pro dela brevedad (emisiones de 15-20 minu-

    tos) y de la predictibilidad para mantenerlas expectativas del auditorio medianterecursos especficamente adaptados aemisiones cclicas de corta duracin.

    Invitando a su lectura, difcil de sinte-tizar, nos preguntamos en qu medidaeste tipo de cambios lingsticos estnsiendo impulsados por el hipertexto y porlos textos multimodales y, en consecuen-cia, en qu medida estn cambiando laslecturas posibles o slo se est ampliandola gama de textos y de prcticas posiblesde lectura concomitantes.

    CONSIDERACIONES FINALES

    Podramos decir que nos encontramosante una nueva poca de los textos, de laslecturas y de las escrituras que suponen, a

    veces, los mismos retos (la alfabetizacinen su sentido ms tradicional) y, en oca-siones, exigen nuevos desafos al lector(por ejemplo, la alfabetizacin informti-

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    ca). Aunque con modalidades diferentes,las lecturas seguirn siendo interactivida-des entre un lector y un escritor que

    puede realizarse en muy diferentes nivelesde profundidad, de minuciosidad y derigor (segn sus objetivos y los contextossociales y cognitivos en los que la lecturase desenvuelva).

    Lo electrnico del texto y su tendenciamultimodal no sustituye de ningunamanera los viejos retos de la alfabetiza-cin y de la educacin, sino que multipli-

    ca su complejidad. As como las prcticasde lectura en papel son diversas, las prc-ticas de lectura en pantalla de textos elec-trnicos lo son tambin; a veces estasprcticas coinciden con aqullas, perootras veces, no.

    Hoy, en pleno siglo XXI, millones depersonas en el mundo no han sido alfa-betizadas (a secas) y esto abre una brecha

    entre quienes tienen acceso a la informa-cin de materiales impresos y quienes nola tienen. Con el desarrollo tecnolgicose abre otra brecha, que tiende a frag-mentar nuevamente a la poblacin: estnlos que pueden vivir en el ciberespacio dela informacin y existen otros que nisiquiera saben que existe o que no lopueden hacer.

    Los textos electrnicos y, en general,los progresos de la inteligencia artificialligados al desarrollo de la tecnologa parael procesamiento de las lenguas naturalespodran jugar un papel muy importantetanto para aislar nuevamente a las pobla-ciones, como para integrarlas, ya que ladistincin tajante entre oral y escritopodra tender a desaparecer, siempre ycuando existan desarrollos socialmente

    orientados. Comienzan a aparecer com-putadoras a las que se les puede dictar,computadoras que pueden leer en vozalta y que pueden traducir. Lo que era

    ciencia ficcin hace pocas dcadas es hoyuna realidad. En otro fragmento deRetorno de las estrellasde Stanislaw Lem,

    podemos leer:

    Pas toda la tarde en la librera. No habalibros en ella; haca casi medio siglo que no seimpriman. Y yo los esperaba tanto despus delos microfilmes en que consista la bibliotecadel Prometeo. No existan. Ya no se podacuriosear en las estanteras, sopesar gruesostomos en la mano, saborear bien su volumen,

    que predeca la duracin del placer de su lec-tura. La librera recordaba un laboratorio elec-trnico. Los libros eran pequeos cristales decontenido acumulado, y se lean con ayuda deun optn. ste incluso se pareca a un libro,aunque slo tena una pgina entre las tapas. Altocar esta hoja, aparecan por orden las pginasdel texto, una tras otra. Pero, segn me dijo elrobot vendedor, los optones se usaban muypoco. El pblico prefera los lectones, que leanen voz alta, y era posible elegir la voz, el ritmoy la modulacin preferida. Solamente se impri-man en pginas de plstico, que imitaban elpapel, algunas publicaciones cientficas deaudiencia muy reducida. Por ello pude meteren un bolsillo todas mis compras, aunque setrataba de trescientos ttulos. Los libros pare-can un puado de granos cristalinos. Escogvarias obras histricas y sociolgicas, algo sobre

    estadstica, demografa y psicologa: de estoltimo, lo que me haba recomendado la chicadel ADAPT. Algunos manuales ms volumino-sos de matemticas, que naturalmente no eranvoluminosos por su tamao, sino por su con-tenido. El robot que me atendi era l mismouna enciclopedia: segn me dijo, estaba encomunicacin directa mediante catlogos elec-trnicos con todas las obras del mundo. En la

    librera slo se encontraban ejemplares ni-cos de libros, y cuando alguien los necesitaba,el contenido de la obra requerida se fijaba enun pequeo cristal.

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    Los originales matrices de cristal nopodan verse: estaban detrs de placas de aceroesmaltadas, de color azul plido. As pues, el

    libro se imprima, por as decirlo, cada vez quealguien lo necesitaba. Haban dejado de existirlos problemas de edicin, de tirada o de queun libro se agotase. Era realmente un granxito. Pero yo lo senta por los libros. Cuandome enter de que haba tiendas de libros anti-guos de papel, las busqu y encontr una.Tuve una decepcin: apenas haba literaturacientfica. Novelas, algunos libros para nios y

    un par de aos de viejas revistas (Lem, 1993,pp. 88-89).

    Estos programas o aplicaciones, queyaexisten, pueden minimizar o anular la dis-tincin entre lo oral y lo escrito, por unlado, o minimizar las diferencias entre laslenguas, por el otro. Por muy malos quesean estos programas, comienzan a tener

    un uso social. Nios y jvenes leen textosespantosamente traducidos de maneraautomtica. Estos textos empiezan a serpblicos y son ledos con grados variablesde conciencia acerca de las limitacionesde la traduccin.

    De la misma manera, hoy podemoscontar con libros en versin oral y escri-ta, de tal forma que la barrera del cdi-go puede tender a no ser un obstculopara el acceso a la informacin y a la edu-cacin. La tendencia parece sealar, para-djicamente, que las sociedades tecnol-gicamente ms avanzadas regresarn a sersociedades orales, si bien ahora sernelectrnicamente orales: los fonemas delingls estn sintetizados desde hace por lomenos 30 aos, y hace 10 conocimos aun joven ingeniero xalapeo que desarro-

    ll, en una pequea computadora Co-mmodore 64, una adaptacin de esosfonemas a los del espaol; juntos, desa-rrollamos un programa que permita

    escribir en la pantalla una frase que eraautomticamente leda, o ms bien, pro-nunciada (por cierto, lo lea con acento

    gringo y con caractersticas de robot). Pordefectuoso que fuera su funcionamiento,los entonces nios (que hoy ya estn ter-minando sus estudios de licenciatura)reconocan muy bien las frases. Se tratabade un programaavant la lettre, que inclu-so tena incorporadas las reglas de inter-pretacin de los rasgos ortogrficos con-vencionales: pronunciaba adecuadamente

    la letra c en funcin de su co-texto,igual que la q, la u, la g, etc. En supoca, era en realidad una hazaa tecno-lgica (pensada en el contexto de Xalapa,por supuesto). El potencial educativo ycomercial de esa herramienta informticasigue siendo enorme.

    Hoy no es difcil imaginar la creacinde un dispositivo electrnico mvil (de

    tipo cmara o lmpara mviles) que seacapaz de pronunciar en voz alta, demanera secuencial, lneas de texto. Si latecnologa estuviera dirigida a quienes larequirieran, ya estara, sin duda, desarro-llada. Sin embargo, los desarrollos tecno-lgicos se orientan muy frecuentemente acubrir necesidades superfluas. Vivimos enla sociedad del exceso, y lo seguiremoshaciendo mientras ste produzca dividen-dos: la gran mayora de las personas queusamos computadoras (en la casa o en laoficina) no explotamos ni siquiera 10%de la potencialidad de los equipos (por logeneral usamos un procesador de pala-bras, una hoja de clculo y una conexina internet). Actualmente, los autos sonsuperpotentes a pesar de que la velocidadlmite es muy inferior (la potencia es un

    artculo de lujo, un peligro! y un des-perdicio energtico). Los telfonos celu-lares nos orientan a no planear, con horasde anticipacin, nuestros encuentros ni

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    nuestras actividades, porque siempre estdisponible la comunicacin.

    La investigacin cientfica interdisci-

    plinaria entre psicolingistas, matemti-cos y profesionales de la inteligencia arti-ficial que est orientada a la solucin delos problemas prioritarios de la gente,jugar un papel fundamental en los pr-ximos aos, en nuestro pas. De lo con-trario vamos a ser, una vez ms, comple-tamente dependientes de la tecnologagenerada en otros pases, debiendo com-

    prarla y adaptarla de los desarrollosextranjeros, o podemos asumir el reto quesupone un desarrollo tecnolgico creadoy orientado a nuestra propia gente, en

    nuestro propio idioma y a nuestras pro-pias necesidades: queremos integrar, ovolver a segregar a los grupos humanos en

    nuestro pas?Por lo anterior, es importante repensary dinamizar la funcin de la universidady, en general, de las instituciones pblicas(como la de las bibliotecas) en esta pro-blemtica.

    Corresponde a nosotros, a la sociedadcivil, permitir o impedir que las tecnocra-cias (sobre todo universitarias) orienten

    los desarrollos en el sentido de la nuevasegregacin o en el sentido de la integra-cin de los diversos grupos humanos ennuestro pas.

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    NOTAS

    1. En virtud del tema, usaremos de manera castellanizadavocabulario que es usual y comnmente importado delingls. Slo algunos trminos han sido ya reconocidos porlas academias de la lengua. Los sealamos siempre en it-licas.

    2. Los textos, pues, no son todos, ni solamente, lingsticos,pero siempre que nos refiramos a textos con elementosicnicos, de audio y/o video usaremos la expresin textomultimodal, mientras que la expresin texto la usare-mos para referirnos al texto escrito comn.

    3. Para nuestra sorpresa, la Subdireccin Regional Surestedel Servicio Postal Mexicano reporta en el ao 2002 comocorrespondencia nacional expedida 6 839 596 piezas y,recibida, un total de 21 413 705 piezas. De ellas, la granmayora son cartas y tarjetas. Respecto al servicio inter-nacional, se reportan un total de 306 076 piezas expedi-das y en cambio 2 054 846 piezas recibidas de las que,igualmente, la mayora son cartas y tarjetas. En el planointernacional, la diferencia entre las expedidas y las recibi-das seguramente se debe a los muchos migrantes que seencuentran trabajando sobre todo en Estados Unidos,quienes evidentemente se comunican por correo conven-cional y no electrnico, cuando lo hacen mediante laescritura. Hay que cuidarse pues de ser muy acadmico-cntrico.

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