thomas mann - conferencia sobre la montaña mágica (1939)

Upload: maria-siri

Post on 04-Apr-2018

218 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 7/31/2019 Thomas Mann - Conferencia sobre La montaa mgica (1939)

    1/11

    Introduccin a La montaamgica.

    Thomas Mann

    Conferencia dictada a los estudiantes de la Universidad de Princeton (USA) el 10 de

    mayo de 1939.

    (Texto facilitado por Rubn Lpez Rodrigu)

    La posteridad deber decidir si habr de contarseLa montaa mgicaentre las "obras maestras" en el sentido en que se define el resto de los

    objetos clsicos de sus estudios. De cualquier modo, tal posteridad s podr

    ver en ella un documento del ambiente y de cierta problemtica espiritual

    europea del primer tercio del siglo veinte, y por ello tal vez acoja con

    benevolencia un par de observaciones del autor acerca del surgimiento del

    libro y las experiencias a que dio pie.

    Hay autores cuyo nombre va ligado al de una nica gran obra, que

    llegan a identificarse con ella, y cuya esencia llega a expresarse cabalmente

    en esta, nica, obra. Dante con la Divina Comedia. Cervantes con el Don

    Quijote. Pero hay otros ~entre los que me cuento~ para los que la obra

    aislada no posee de ningn modo una representatividad perfecta, no pasa de

    ser el fragmento de un todo mayor, de la obra de sus vidas, e incluso de su

    vida y su persona [...]. Del mismo modo, tambin la obra de una vida en

    cuanto todo posee sus leitmotiv, que sirven al propsito de conferir unidad,

    de hacer palpable tal unidad y resaltar el todo en la obra aislada. Pero

    precisamente por este motivo no haremos justicia al fragmento si lo

    consideramos aisladamente, sin atender a sus vnculos con la obra global y

    al sistema de relaciones en que se encuentra. Resulta, por ejemplo, muy

  • 7/31/2019 Thomas Mann - Conferencia sobre La montaa mgica (1939)

    2/11

    difcil y casi impracticable hablar de La montaa mgica sin referirse a las

    relaciones que ~en un sentido restrospectivo~ guarda con mi novela de

    juventud Los Buddenbrook, con el tratado crtico~polemizante Reflexiones

    de un apoltico y con La muerte en Venecia, as como con ~en sentido

    prospectivo~ las novelas del ciclo de Jos.

    Quiz sea mejor que les cuente algo de la historia y de las ancdotas

    que rodearon la concepcin y el surgimiento de la novela, tal y como se

    produjeron en el transcurso de mi vida.

    En al ao 1912 ~casi ha transcurrido una generacin, sin contar con

    que quien hoy es estudiante en aquella poca an no haba nacido~ mi

    esposa contrajo una dolencia pulmonar ~nada grave~ que, sin embargo, la

    oblig a permanecer durante medio ao en la montaa, en un sanatorio de

    la regin suiza de Davos. Entretanto, yo permanec con nuestros hijos en

    Mnich y en nuestra casa de Tlz an der Isar; pero en mayo y junio de

    aquel mismo ao visit a mi mujer durante varias semanas y, si leen

    ustedes el primer captulo de La montaa mgica titulado "La llegada", en

    el que el invitado Hans Castorp cena con su primo enfermo Ziemssen en el

    restaurante del sanatorio, probando no slo la excelente cocina del lugar,

    sino tambin la atmsfera del mismo y de la vida "aqu arriba", si leen este

    captulo obtendrn una descripcin relativamente precisa de nuestro

    encuentro en dicho ambiente y de mis propias extraas impresiones deentonces.

    Una de sus experiencias ~y en realidad la principal~ es una

    transposicin exacta de una experiencia del autor, a saber, la auscultacin

    de un invitado ajeno, procedente de tierras llanas, y el descubrimiento de

    que est enfermo.

  • 7/31/2019 Thomas Mann - Conferencia sobre La montaa mgica (1939)

    3/11

    Haca aproximadamente diez das que haba llegado cuando contraje,

    a causa del fro y de la humedad reinantes en el balcn, un catarro de las

    vas respiratorias superiores. El director, que, como pueden imaginarse, se

    parece en ciertos detalles externos a mi consejero Behrens, golpe mi

    pecho y constat con extraordinaria celeridad cierta amortiguacin, como

    suele denominarse, un punto enfermo en mi pulmn que, de haber sido yo

    Hans Castorp, tal vez habra dado a mi vida un rumbo enteramente distinto.

    El mdico me asegur que sera sensato que permaneciera all arriba

    durante medio ao sometindome a una cura y, de haber seguido su

    consejo, quin sabe?, tal vez ahora seguira all. Pero prefer escribirLa

    montaa mgica haciendo uso de las impresiones que acumul durante las

    breves tres semanas que permanec all y que bastaron para darme una idea

    de los peligros que entraa tal ambiente para los jvenes ~y la tuberculosis

    es una enfermedad de jvenes. El mundo de enfermos que se respiraba all

    arriba es de una cerrazn tal y posee la fuerza envolvente que seguramente

    habrn experimentado ustedes al leer mi novela. Se trata de una especie desucedneo de la vida que logra, en poco tiempo, enajenar al joven y alejarlo

    completamente de la vida real y activa. Todo es, o era, suntuoso all arriba,

    tambin la nocin de tiempo.

    La idea de transformar mis impresiones y experiencias de Davos en un

    relato pronto se apoder de m. [...] El relato que planeaba escribir ~que

    desde el primer momento recibi el ttulo de La montaa mgica~ no deba

    ser ms que la contrapartida humorstica deLa muerte en Venecia, tambin

    en cuanto a su extensin, por lo que deba adoptar la forma de una short

    storyi[i] un poco larga. La haba concebido como un juego satrico

    relacionado con la trgica novela corta que acababa de concluir. Su

    ambientacin deba ser una mezcla de muerte y diversin, mezcla que

    haba percibido en aquel extrao lugar de la montaa. La fascinacin por la

  • 7/31/2019 Thomas Mann - Conferencia sobre La montaa mgica (1939)

    4/11

    muerte, el triunfo del embriagador desorden sobre una vida dedicada al

    orden ms excelso, descrito en La muerte en Venecia, deba plasmarse en

    clave humorstica. Un hroe simple, el cmico conflicto planteado entre

    ciertas macabras aventuras y la honorabilidad burguesa, as rezaban mis

    intenciones. El final era incierto, pero ya se encarrilara; el conjunto pareca

    poder adquirir cierta ligereza y divertir, y no ocupara muchas pginas. Al

    regresar a Tlz y Mnich comenc a escribir el primer captulo.

    No tard en asaltarme una secreta sospecha de los peligros de la

    ampliacin de la historia, de la inclinacin de aquel material por la seriedad

    y la vaguedad intelectual. No poda ignorar que me encontraba en una

    encrucijada difcil. La subestimacin de una empresa es una experiencia

    recurrente que tal vez no slo me afecte a m. Durante el proceso de su

    concepcin, un trabajo suele presentrsenos bajo una luz inocua, sencilla y

    prctica. No parece exigir excesivo esfuerzo, y su ejecucin parece simple.

    Si fuera posible representarse de antemano todas las posibilidades y

    dificultades de una obra, si uno conociera la voluntad de sta, a menudo

    muy distinta de la del autor, probablemente renunciaramos y no

    tendramos siquiera el valor de comenzar. Una obra tiene en muchos casos

    sus propias ambiciones, que pueden sobrepasar con mucho las del propio

    autor, lo que no est mal. Porque la ambicin no debe ser la de una

    persona, el autor no debe anteponerse a la obra, sino que la obra debe

    extraerla de s misma y forzarse. De este modo, creo, han surgido las

    grandes obras, y no del afn previo de crear una.

    En pocas palabras, pronto not que la historia de Davos tena esta

    ambicin y que sus intenciones eran muy distintas a las mas. Esto era as

    incluso en lo exterior, puesto que el ampuloso estilo humorstico ingls con

    el que pretenda recuperarme del rigor de La muerte en Venecia reclamabapara s el espacio y el tiempo necesarios. Luego lleg la guerraii[ii], cuyo

  • 7/31/2019 Thomas Mann - Conferencia sobre La montaa mgica (1939)

    5/11

    estallido me proporcion un fcil final para la novela, y cuyas experiencias

    enriquecieron el libro de un modo insospechado, pero que interrumpi su

    redaccin durante aos.

    Retom La montaa mgica, interrumpiendo su redaccin

    continuamente con ensayos crticos que la acompaaban, y de los cuales

    los tres principales eran, por su contenido, vstagos espirituales directos de

    la gran novela madre: los titulados "Goethe y Tostoi", "De la repblica

    alemana" y "Experiencias ocultas".

    Finalmente, en otoo de 1924, aparecieron los dos volmenes

    surgidos del proyecto original deshort story y que, a fin de cuentas, no me

    haban tenido atado a su yugo siete, sino doce aos; aun si su recepcin por

    parte de los lectores hubiera sido mucho ms negativa, habra superado con

    creces mis expectativas. Estoy acostumbrado a entregar una obra acabada

    con callada resignacin, sin albergar la menor esperanza de xito mundano.

    Los encantos que sta irradi, embargndome a m, su tutor, se han diluido

    ya en ese momento de tal manera que su terminacin no pasa de ser un

    deber tico de produccin, en realidad, de obstinacin. En general, todos

    esos aos de tesn me parecen tan marcados por la obstinacin, siendo ste

    un placer excesivamente privado y problemtico como para que pueda

    confiar lo ms mnimo en la posible participacin de muchos en la huella

    que dejan mis extraas maanas.

    Los problemas que se planteaban enLa montaa mgica no afectaban

    por su naturaleza a la gran mayora del pblico, pero la masa del pblico

    culto s se vea acuciada por ellos, y la miseria general haba conferido a la

    receptividad del gran pblico precisamente esa "gradacin" alqumica que

    constitua el ncleo de la aventura del joven Hans Castorp. Sin duda, el

  • 7/31/2019 Thomas Mann - Conferencia sobre La montaa mgica (1939)

    6/11

    lector alemn se volva a reconocer en el sencillo, aunque algo "travieso"

    hroe de la novela; poda y quera seguirle.

    Qu puedo decir sobre el libro y sobre cmo hay que leerlo?Comienzo haciendo una exigencia muy arrogante, a saber, la de leerlo dos

    veces. Esta exigencia se retirar naturalmente de inmediato en el caso de

    que la primera lectura haya resultado aburrida. El arte no debe ser tarea

    escolar ni aburrimiento [...], sino que quiere y debe deparar alegra, debe

    entretener y dar vida, y aquel sobre el cual una obra determinada no ejerza

    efecto debe dejarla y volcarse en otra. Pero a quien haya llegado al final de

    La montaa mgica le recomiendo leerla de nuevo, porque su forma

    especial, su carcter en cuanto composicin, implica que el placer del lector

    aumentar y se profundizar en la segunda lectura ~del mismo modo que

    hay que conocer una pieza de msica para poder disfrutarle plenamente. No

    he utilizado casualmente la palabra "composicin", que normalmente suele

    reservarse a la msica. La msica siempre ha ejercido un influjo notable

    sobre el estilo de mi obra. Los escritores suelen ser "en realidad" otra cosa,

    pintores o ilustradores frustrados, escultores o arquitectos. En lo que a m

    respecta, debo incluirme entre los msicos que han engrosado las filas de

    los escritores. Desde siempre, la novela ha sido para m una sinfona, una

    obra de contrapunto, un entramado de temas en el que las ideas

    desempean el papel de motivos musicales. En alguna ocasin ~incluso yo

    mismo lo he hecho~ se he reparado en la influencia que el arte de Richard

    Wagner ha ejercido sobre mi produccin. No niego la existencia de tal

    influencia, y sobre todo sigo a Wagner en la utilizacin del leitmotiv, que

    apliqu en la narracin y no, como era el caso en la obra de Tolstoi y de

    Zola y tambin en mi novela de juventud Los Buddenbrooks,de un modo

    meramente naturalista con fines de caracterizacin, es decir,

  • 7/31/2019 Thomas Mann - Conferencia sobre La montaa mgica (1939)

    7/11

    mecnicamente, sino de acuerdo con los aspectos simblicos de la msica.

    Ensay tal prctica por primera vez en Tonio Krger.

    Vuelvo sobre algo ya conocido, a saber, sobre el misterio del tiempo,que la novela trata de diversos modos. Se trata de una novela temporal

    en un doble sentido: primero en el histrico, ya que se trata de trazar

    un cuadro de los aspectos internos de una poca, de Europa en vsperas

    de la guerra; pero tambin porque se ocupa del propio tiempo y no

    slo en cuanto experiencia de su hroe, sino tambin en s misma, como

    novela, y a travs de s. El mismo libro es aquello que cuenta; porque,

    al describir el hermtico encantamiento que hace al joven hroe

    sucumbir a la atemporalidad, aspira a anular el tiempo gracias a sus

    medios artsticos, mediante el intento de conferir una presencia total en

    todo momento al mundo ideo~musical que abarca [....]. Sin duda opera

    con los medios de la novela realista, pero no lo es, traspasando

    continuamente el elemento realista, dndole un alcance simblico y

    hacindolo inteligible en la esfera de lo espiritual y lo ideal. Esto es as

    incluso en el tratamiento de sus personajes, que para el lector son ms

    de lo que parecen: todos ellos son exponentes, representantes y

    enviados de mbitos, principios y mundos espirituales. Confo en que no

    sean por ello meras sombras o alegoras en peregrinacin. Por el contrario,

    me tranquiliza la experiencia de que el lector perciba a estar personas, a

    Joachim, Claudia Chauchat, Peeperkorn, Settembrini, etc., como personas

    reales que recuerda como si de autnticos conocidos se tratase.

    Pero la crtica de la terapia practicada en los sanatorios no es ms que

    la fachada, una de las fachadas, del libro, cuya esencia es ms bien lo

    oculto. El doctoral aviso sobre los peligros morales que entraa la cura de

    reposo y todo aquel siniestro ambiente queda en realidad a cargo del seorSettembrini, ese parlanchn racionalista y humanista que no pasa de

  • 7/31/2019 Thomas Mann - Conferencia sobre La montaa mgica (1939)

    8/11

    ser un personaje ms, un personaje humorstico que despierta

    simpatas, aunque a veces tambin sea portavoz del autor, aunque no el

    propio autor.

    Lo que aprende [Hans Castorp] es que la salud ms perfecta se

    adquiere mediante las profundas experiencias de la enfermedad y la muerte,

    del mismo modo como el conocimiento del pecado constituye una

    condicin previa para la redencin. Para vivir, dice en una ocasin Hans

    Castorp a Madame Chauchat, para vivir hay dos caminos: uno es el

    comn, el directo y correcto. El otro es tremendo, conduce a travs de la

    muerte y es el camino genial. Esta concepcin de la enfermedad y la

    muerte como estacin de paso necesaria en el camino hacia el

    conocimiento, la salud y la vida, convierte a La montaa mgica en una

    novela de iniciacin.

    Este vnculo no es de mi cosecha. La crtica me lo ha proporcionado, y

    yo hago uso de l, ya que debo hablarles de La montaa mgica. Desde

    luego, acepto la ayuda de la crtica ajena, porque es un error creer que el

    propio autor sea el mejor conocedor y comentador de su propia obra. Tal

    vez lo sea mientras permanece y trabaja en ella. Pero una obra terminada y

    distante en el tiempo cada vez se convierte ms en algo separado, ajeno a

    l, en algo de lo que otros con el tiempo podrn saber mucho ms que l, de

    forma que podrn recordarle mucho de lo que olvid o incluso de lo quenunca supo a ciencia cierta. Es necesario que se lo recuerden a uno. Por que

    uno nunca es dueo de s mismo, nuestra autoconciencia es dbil en la

    medida en que nunca podemos tener presentes a un tiempo todos los

    elementos que nos conforman.

    Sea como fuere, tiene su encanto dejarse ilustrar por los crticos sobre

    uno mismo, aleccionar en relacin con obras ya lejanas en el tiempo y

  • 7/31/2019 Thomas Mann - Conferencia sobre La montaa mgica (1939)

    9/11

    volver a adentrarse en ellas, proceso que probablemente no excluir ese

    sentimiento que se expresa de un modo incomparable con las palabras

    francesas: Posible que j'ai eu tant d'esprit?. Mi frmula de

    agradecimiento perpetuo para tales muestras de afecto reza: Les agradezco

    enormemente que hayan tenido la amabilidad de recordarme a m mismo.

    Hace poco lleg a mis manos un manuscrito ingls redactado por un

    joven erudito de la Universidad de Harvard. Se titula "El hroe buscador.

    El mito como smbolo universal en las obras de Th. M.", y su lectura no me

    ha refrescado menos el recuerdo y la conciencia de m mismo. El autor

    sita a laMagic Mountain y su simple hroe en una gran tradicin no slo

    alemana, sino universal: los incluye en un tipo de gnero que denomina

    "The Quester Legend"y que se remonta a las primeras obras escritas de los

    pueblos. Su forma alemana ms conocida es elFausto de Goethe.

    Hans Castorp sera otro hroe buscador, segn explica el autor de este

    anlisis ~y acaso con razn? El buscador del Grial, sobre todo Perceval, es

    descrito al principio de sus aventuras como un idiota, un completo idiota,

    un cndido. Estos eptetos equivalen a la "sencillez", simplicidad y

    ausencia de amaneramiento que se atribuyen constantemente al hroe de mi

    novela, como si cierta tradicin me hubiera obligado a persistir en este

    rasgo.

    En una palabra, la montaa mgica es una variante del templo

    inicitico, sede de una peligrosa investigacin que persigue el misterio de

    la vida, y Hans Castorp, el "viajero que se ilustra", cuenta con harto

    distinguidos predecesores mtico~caballerescos: es el tpico, el ms curioso

    nefito que abraza voluntariamente, demasiado, la enfermedad y la muerte,

    porque ya su primer contacto con ellos le proporciona la promesa de una

  • 7/31/2019 Thomas Mann - Conferencia sobre La montaa mgica (1939)

    10/11

    comprensin extraordinaria, de increbles aventuras ~naturalmente unidas a

    un riesgo equiparable.

    Hans Castorp como buscador del Grial [...] seguramente no lo vieronas al leer su historia, y si yo mismo lo pens, no fue otra cosa que

    pensamiento. Tal vez vuelvan a leer el libro bajo esta perspectiva. Se darn

    cuenta entonces de lo que es el Grial, el conocimiento, la iniciacin,

    aquello que no slo constituye el objetivo del necio hroe, sino del propio

    libro. Lo encontrarn en el captulo titulado "Nieve", donde Hans Castorp,

    perdido en mortales alturas, suea su poema~sueo sobre el hombre. El

    Grial que, a pesar de no encontrarlo, intuye en el sueo provocado por la

    cercana de la muerte, antes de que se vea arrastrado, desde sus alturas,

    hasta la catstrofe europea, es la idea del hombre, la concepcin de una

    humanidad futura que haya atravesado el conocimiento ms profundo, la

    enfermedad y la muerte. Porque el hombre mismo es un secreto, y toda

    humanidad descansa en el respeto al secreto del hombre.

  • 7/31/2019 Thomas Mann - Conferencia sobre La montaa mgica (1939)

    11/11

    i

    ii