tony hillerman-los espíritus del aire [8844]

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Annotation Jim Chee, de la policía tribal de la reserva de los navajos y el teniente Joe Leaphorn, deben investigar un crimen que les conducirá al oscuro y místico mundo de la brujería india... Tony Hillerman o L!" !TC#TT$, o %!&!' (#(L#)*%+#C - o (!/0#C#)/!& o -. )lvidos. o !/ 1!/T o %!&!' (#(L#)*%+#C o L)& !&23%#T4& 0!L #%! 55

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Annotation

Jim Chee, de la policía tribal de la reserva de los navajos y el teniente Joe Leaphorn,deben investigar un crimen que les conducirá al oscuro y místico mundo de la brujeríaindia...

• Tony Hillerman

o L!" !TC#TT$,o %!&!' (#(L#)*%+#C -o (!/0#C#)/!&o -. )lvidos.o !/ 1!/To %!&!' (#(L#)*%+#Co L)& !&23%#T4& 0!L #%!

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Tony Hillerman

LOS ESPÍRITUS DEL AIRE -- JOELEAPHORN JIM CHEE, 10edico este libro a 6aty *ood7in, 4rsula 8ilson, aye (ia 6nobi, (ill *loyd, nnie6ahn, %obert (ergman y *eorge (oc9, y a todos los integrantes del equipo de medicina,ya :ueran navajos, ya belagana, que se establecieron en el 2ueblo y cuidaron de ;l. 1ayami agradecimiento al doctor lbert %i<<oli por su bondad y su colaboraci=n, y todo mirespeto al e>celente trabajo del &ervicio de &alud #ndígena, que tan a menudo se pasa por alto. 

 /)T 0!L 4T)%? Hay que advertir a quienes lean estos misterios navajos con unmapa de la *ran %eserva ante los ojos, que (ad7ater 8ash, su clínica y su tienda son tan:icticios como la gente que vive allí. Lo mismo vale para &hort @ountain. Tambi;nutili<o una :orma no ortodo>a del sustantivo navajo correspondiente ahombreAcantorAshamánAmedicina, comBnmente conocido como hataalii. 2or Bltimo, mi buen amigo !rnie (ulo7 me recuerda, con ra<=n, que la mayoría de los shamanestradicionales desaprobaría tanto el modo en que en este libro se invita a Jim Chee a la(endici=n Dese tipo de arreglos debiera, reali<arse cara a cara y no por cartaE, como laaspersi=n de arenas de color que Chee lleva a cabo bajo el sol, pues ese poderoso ritualsagrado s=lo debe tener lugar en la cabaFa navaja típica o hogan.  /osotros, los navajos, comprendemos que el Coyote está siempre aguardando allí, :uerade la vista. $ el Coyote siempre tiene hambre. 

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ALE ETCITT!,

"#e na$i% en el &#e'lo El A(#a e)t*Cer$a+

INDICECapítulo - G Capítulo -I Capítulo I Capítulo G Capítulo G K Capítulo MCapítulo K N Capítulo M G Capítulo N GN Capítulo -I Capítulo -- K- Capítulo - KGCapítulo - KN Capítulo - MG Capítulo -G MN Capítulo - N Capítulo -K -IG Capítulo

-M --- Capítulo -N --N Capítulo I - Capítulo - -N Capítulo - Capítulo - Capítulo -I 

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RESEA ILIO.R/0ICA 15 Capítulo -Cuando el gato pas= por la pequeFa abertura de la parte in:erior de la alambrera, produjo

un clacOclac ligero, pero su:iciente para despertar a Jim Chee. Chee oscilaba al bordemismo del sueFo, se movía inc=modo en la cama estrecha, se presionaba de mododesagradable contra los tubos de metal que ceFían la cubierta de aluminio de su caravana.!l sonido lo despert= lo su:iciente como para advertir que la sábana se le había enredadoen torno al t=ra>.&e desembara<= de la ropa de cama, aBn inmerso en un desagradable sueFo. !n ;ste, seveía en la di:ícil situaci=n de tener que vigilar que el rebaFo de su madre no corriera por el borde de algo vago y peligroso. Tal ve< el malestar del sueFo provocara un ciertomalestar con respecto al gato. PQu; lo había hecho entrar5 lgo alarmante para un gato, oal menos para este gato en particular. PHabía implícita en ello una amena<a para Chee52ero enseguida se despert= por completo y el malestar se vio sustituido por la :elicidad.

@ary London vendría. Con sus ojos a<ules, delgada, :ascinante, @ary London regresaríade 8isconsin. $a s=lo quedaban dos semanas de espera.&u naturale<a de navajo tradicional llev= a Jim Chee a dejar de lado esta idea. Todas lascosas con moderaci=n. $a tendría tiempo de pensar en eso más tarde. !n ese momento pens= en el día siguiente. !n ese día, en realidad, pues ya debía de ser más de medianoche. !se día tendría que ir con Jay 6ennedy a detener a %oosevelt (istie a :in de poder acusar a este Bltimo de un cierto grado de responsabilidad en un homicidio, y probablemente del asesinato mismo. /o era un trabajo complicado, pero sí losu:icientemente desagradable como para que Chee volviera a despla<ar su pensamiento aotro tema. 2ens= en el gato. PQu; lo había hecho entrar5 !l coyote, tal ve<. P) qu;5!videntemente, algo que consideraba amena<ador.!l gato había aparecido el invierno anterior, y encontr= una suerte de madriguera bajo unenebro, al este de la caravana de Chee, en un sitio donde una rama aja, un peF=n y una barrica herrumbrada :ormaban un estrecho callej=n sin salida. &e había convertido en unvecino :amiliar, aunque sospechoso. !n la primavera, Chee había contraído el hábito dedejarle sobras de comida :uera de la caravana para que se alimentara tras grandesnevadas. Luego, cuando la nieve se :undía del todo y llegaba la sequía de primavera,dejaba agua en una lata de ca:;. 2ero el agua :ácil atraía a otros animales y pájaros, y aveces se volcaba. $ así, una tarde en que no había otra cosa que hacer, Chee, quit= la puerta, hi<o con el serrucho un agujero rectangular del tamaFo de un gato en la partein:erior del marco y luego coloc= una tapa de madera terciada, para lo que utili<= bisagras de cuero y cola. Lo hi<o en un rapto, en parte para ver si se podía enseFar autili<arla a aquel gato tan e>traordinario y prudente. &i el gato lo hacía, se ganaba elacceso a una colonia de ratones de campo, que parecían haberse instalado en el interior dela caravana de Chee. $ entonces se solucionaría el problema del agua. Chee se sinti=ligeramente inc=modo con respecto al agua. 0e no haberse entrometido ;l, la naturale<ahabría seguido su curso normal. !l gato habría pasado la vertiente y habría encontrado unre:ugio más cerca del &an Juan, que nunca se secaba. 2ero Chee había inter:erido. $ahora estaba obligado ante alguien que dependía de ;l.

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)riginariamente, el inter;s de Chee había sido la simple curiosidad. lguna ve<,naturalmente, el gato había tenido un amo. !n ese momento estaba :laco, tenía unaenorme cicatri< en la <ona de las costillas y una mancha pelada en la pierna i<quierda, pero todavía llevaba un collar y, a pesar del estado en que se hallaba, su aspecto era el deun gato de ra<a. Chee lo había descrito a la mujer de la tienda de animales de armington

con las siguientes palabras? piel tostada, grandes patas traseras, cabe<a redonda, orejas en punta. %ecordaba un lince y, como un lince, tenía apenas un toc=n por cola. La mujer dijoque seguramente sería un man>.!l minino de alguien, sin duda. La gente se lleva consigo sus animales dom;sticoscuando sale de vacaciones Ohabía dicho la mujer, en tono de desaprobaci=nO, pero luegono los cuida y se les escapan del coche. sí terminan. Tambi;n le había preguntado aChee si podía cogerlo y llevarlo adentro, sí alguien se ocupa de ;l.Chee dudaba de que pudiera poner sus manos sobre el gato, y no lo había probado. !ra unnavajo demasiado tradicional como para causar daFo a un animal sin ningBn motivo. 2erosentía curiosidad. PLograría semejante animal, criado y educado por el hombre blanco,despertar en sí mismo los instintos predadores como para poder sobrevivir en el mundo

navajo5 2oco a poco, la curiosidad se trans:orm= en admiraci=n. comien<os del verano,el animal, junto con la cicatri<, había adquirido sabiduría. $a no trataba de ca<ar perritosde la pradera y se concentraba en roedores pequeFos y pájaros. prendi= a esconderse, aescapar. prendi= a sobrevivir.Tambi;n aprendi= a seguir la lata con agua dentro de la caravana de Chee antes que hacer el largo descenso hasta el río. !n una semana, el gato ya utili<aba la puerta del agujerocuando Chee no estaba. mediados del verano comen<= a entrar cuando ;ste estabadentro. l comien<o aguardaba en el escal=n, tenso, a que Chee se apartara de la puertamientras bebía, mantenía una mirada nerviosa en el hombre, y al primer movimiento de;ste, se largaba por el agujero. 2ero ahora, en agosto, el gato prácticamente lo ignoraba.Había entrado por la noche s=lo una ve<, impulsado por una jauría de perros que lo habíadesalojado de su madriguera bajo el enebro.Chee mir= alrededor de la caravana. !staba demasiado oscuro para ver ad=nde había idoel gato. !mpuj= la sábana hacia un lado y apoy= los pies en el suelo. trav;s de laventana con alambrera, junto a la cama, observ= que la luna estaba baja. &alvo hacia elnoroeste donde aBn se veían los restos de una tormenta, el cielo estaba despejado y brillaban las estrellas. Chee boste<=, se despere<=, :ue al :regadero y bebi= agua tibia delgri:o en su mano ahuecada. !l aire olía a polvo, lo mismo que en las Bltimas semanas. Latarde anterior se había levantado una tormenta sobre los Chus9as, pero se había dirigidohacia el norte, sobre el límite con 4tah, y había penetrado en Colorado. !n losalrededores de &hiproc9, no había ninguna esperan<a de alivio. Chee dej= correr un pocomás de agua y se la ech= sobre la cara. !l gato, pens=, estaría detrás del cubo de la basura, junto a sus pies. 1olvi= a boste<ar. PQu; lo había hecho entrar5 Hacía unos días,Chee había visto huellas de coyote a lo largo del río, pero tenía que estar terriblementehambriento para ir a ca<ar tan cerca de su caravana. !sa noche no había perros, o almenos no los había oído. $ los perros, a di:erencia de los coyotes, eran muy :áciles de oír.2ero probablemente había perros, o rondaba por allí el coyote. 2robablemente, un coyote.PQu; otra cosa podía ser5Chee se qued= junto al :regadero, apoyado en ;l, y volvi= a boste<ar. &e metería otra ve<en la cama. !l día que le esperaba no sería agradable. 6ennedy dijo que estaría en la

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caravana de Chee a las ocho de la maFana, y el agente del (# nunca llegaba tarde.Luego, el largo camino en coche por las Lu9achu9ais para encontrar al hombre llamado%oosevelt (istie y preguntarle por qu; había matado a 0ugai !ndocheeney con uncuchillo de carnicero. Hacía siete aFos que Chee pertenecía a la 2olicía Tribal /avajaOdesde que se graduara en la 4niversidad de /uevo @;>icoO y ya sabía que nunca le

había gustado ese aspecto del trabajo, ese modo de tratar a mentes en:ermas, modo con elque nunca se lograría devolverles la armonía. !l estilo :ederal de curar a (istie consistiríaen llevarlo ante un magistrado :ederal, acusarlo de homicidio en una reserva :ederal yencerrarlo.2ero Chee pens= que la mayor parte del trabajo le gustaba. Tendría que soportar ese díaque le esperaba. 2ens= en los tiempos :elices que había pasado en Cro7point. @aryLondon enseFaba en la escuela primaria. @ary London siempre estaba allí. @ary Landondeseaba escuchar. Chee se relaj=. 4n instante más tarde iría de nuevo a la cama. trav;sde la alambrera pudo ver s=lo un titilar de estrellas por encima de un paisaje negro. PQu;había allí :uera5 P4n coyote5 PLa /iFa Tímida (eno5 !so llev= sus pensamientos al poloopuesto a la /iFa Tímida? la @ujer del (ienestar. La @ujer del (ienestar y el #ncidente

del (egay !quivocado. !se recuerdo le produjo una reminiscente mueca de deleite. !lnombre de la @ujer del (ienestar era #rma )nesalt, trabajadora de la o:icina de &ervicios&ociales Tribales, áspera como cuero de silla de montar, mala como una víbora. Jamás sele borraría de la memoria el aspecto de su rostro cuando se enter= de que en la Clínica(ad7ater se habían equivocado de (egay y lo devolvi= en pleno cora<=n de la %eserva.hora estaba muerta. 2ero su muerte había sucedido muy lejos, hacia el sur del distrito de&hiproc9, :uera de la jurisdicci=n de Chee. $ para Chee, el asesinato de #rma )nesalt nodisminuy=, como se hubiera podido pensar, el placer del #ncidente del (egay!quivocado. 0ecían que jamás sería posible imaginarse qui;n había matado a la @ujer del (ienestar, pues todo el que hubiera trabajado alguna ve< con ella era un sospechosocon :undados motivos. Chee no recordaba haber encontrado nunca una mujer másdetestable.&e despere<=. &e metería otra ve< en la cama. 0e pronto, pens= en una alternativa a lateoría de que era el coyote lo que había espantado al gato. La /iFa Tímida delcampamento de Theresa (eno. Había querido hablar con ;l, había estado escuchandocuando ;l hablaba con (eno, el marido de (eno y la hija mayor de (eno. La tímida teníala cara larga y esa belle<a de huesos pequeFos que parecía convenir a las mujeres de los(eno. Chee la había visto en una camioneta Chevy gris cuando ;l se iba del campamentode (enoR se detuvo para beber una 2epsi en la tienda de %oundpoint y la Chevy había pasado de largo. La /iFa Tímida había aparcado a considerable distancia de las bombasde gasolina. Chee había advertido que lo observaba, y esper=. 2ero ella se march=.Chee se apart= del :regadero y se qued= de pie junto a la puerta de alambrera, mirandohacia a:uera, a la oscuridad, oliendo la sequía de agosto. !lla sabía algo acerca del rebaFoOpens= CheeO y quería decírmelo. 2ero Ocontinu= discurriendoO, quería decírmelo allídonde nadie pudiera verla hablar conmigo. !l marido de su hermana está robando elrebaFo. !lla lo sabe. !lla quiere que lo cojan. @e sigui=. guard=. hora vendrá hasta la puerta y me hablará tan pronto como logre superar su timide<. !stá allí a:uera, y es ella laque atemori<= al gato. /aturalmente, todo eso era una locura, debida al estado de somnolencia en que sehallaba. Chee no vio nada por la alambrera. &=lo la negra silueta de los enebros, y, una

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milla por encima del río, las luces que alguien había dejado puestas en los patios demantenimiento de la autopista en la gencia &hiproc9 de la /aci=n /avaja, y más allá el pálido brillo que intentaba civili<ar la noche en la ciudad de &hiproc9. )li= el polvo y el peculiar aroma de hojas marchitas, moribundas, olor :amiliar a Chee y a todos losnavajos, olor que evocaba agradables recuerdos de in:ancia. %ecuerdos de caballos

:lacos, de rebaFo moribundo, de adultos preocupados. 0e comida insu:iciente. 0eobsesivo cuidado para coger del ca<o de calaba<a e>actamente la cantidad de agua tibiaque se quería beber, ni una sola gota más. PCuánto hacía que no llovía54n chaparr=n en &hiproc9 a :inales de abril. 0esde entonces, nada. /o debía de ser latímida hija de Theresa (eno quien estaba :uera. Tal ve< un coyote. uera lo que :uese,volvería a acostarse. 0ej= correr un poco más de agua sobre la palma de la mano, lasorbi=, comprob= el gusto. !l dep=sito de su caravana debía de tener poca agua. Teníaque vaciarlo y volver a llenarlo. 1olvi= a pensar en 6ennedy. Chee compartía los prejuicios de la mayoría de los policías contra el (#, pero 6ennedy parecía de mejor madera que los demás. $ más listo. Lo que era bueno, pues probablemente se quedaría bastante tiempo destinado en arlington, y Chee trabajaríaS

&=lo en ese momento se percat= de la :orma en la oscuridad. Tal ve< un ligeromovimiento la había destacado. ) qui<á los ojos de Chee habían terminado su adaptaci=na la visi=n nocturna. /o estaba a más de cinco pasos de la ventana bajo la cual dormíaCheeR negra, casi no se distinguía del :ondo negro. 2ero la :orma estaba erguida. 4nhumano. P2equeFo5 2robablemente la mujer del campamento del rebaFo de Theresa(eno. P2or qu; estaba allí tan silenciosa si había hecho todo el camino para hablar con;l5La lu< y el sonido estallaron al mismo tiempo? un rayo blanco y amarillo que se estrell=contra la retina, detrás de los cristalinos, y un estampido que le golpe= los tímpanos y serepiti=. )tra ve<. $ otra. $ otra. &in pensarlo, Chee había caído al suelo, consciente de lasuFas del gato que se abrían paso desesperadamente sobre su espalda en direcci=n a la puerta de cuero.Luego, silencio. Chee gate= hasta sentarse. P0=nde estaba la pistola5 !n su cintur=n, enel retrete de la caravana. @arch= a cuatro patas en su busca, todavía Bnicamente con eldestello blanco y amarillo en la retina y el retumbar del estampido en sus oídos. bri= deun empuj=n la puerta del servicio, se incorpor= a ciegas y tante= hasta que los dedosencontraron la cartuchera, sacaron la pistola, la amartillaron. &e sent= con la espaldaapretada contra la pared del retrete, sin atreverse a respirar, tratando de que los ojosrecuperaran la visi=n. 2oco a poco, lo consigui=. La puerta abierta se convirti= en unrectángulo grisáceo sobre un :ondo negro. La lu< de la noche oscura entr= por la ventanahasta su cama. $ debajo de aquel pequeFo cuadrado, le pareci= ver una :ila irregular demanchas redondeadas, apenas algo más claras que el negro pro:undo.Chee tom= conciencia de la sábana blanca en el suelo, alrededor de sus pies, y delcolch=n de gomaespuma contra la rodilla. l no lo había sacado de la litera. P!l gato5 /o podía ser. trav;s del <umbido que iba disminuyendo de intensidad en sus oídos, un perro ladraba en algBn sitio distante hacia &hiproc9. lertado por los disparos, Cheeconjetur=. $ tenían que ser disparos. 4n arma larga. Tres disparos. P) cuatro5Quienquiera que hubiese e:ectuado tales disparos, estaría a:uera aguardando. guardandoa que Chee saliera. ) tratando de decidir si cuatro disparos a trav;s de la cubierta dealuminio de la caravana, en la cama de Chee, habían sido su:icientes. Chee mir= otra ve<

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la :ila de agujerosR la visi=n se le iba aclarando. 2arecían enormes, tan grandes como parasacar el pie por ellos. 4na escopeta. !so e>plicaría la e>plosi=n de lu< y sonido. Cheedecidi= que salir de la caravana sería un error. &e sent=, de espaldas a la pared delservicio, pistola en mano, a la espera.4n segundo perro lejano aFadi= su ladrido. 2or Bltimo, el ladrido se detuvo. 4na brisa

atraves= la caravana y llev= los olores de p=lvora quemada, hojas marchitas y los bajíosde lodo a lo largo del río. La mancha blanca y amarilla desapareci= por completo de laretina de Chee quien recuperaba la visi=n nocturna. !ntonces pudo distinguir la :orma delcolch=n, e>pulsado de la cama por la onda e>pansiva de los disparos. $ a trav;s de losagujeros de las paredes de aluminio del espesor de un papel, pudo ver la tormentaagoni<ante sobre el hori<onte, al noroeste, :uga<mente iluminada por la lu< de unrelámpago. !n la mitología navaja, el relámpago simboli<aba la ira de los yei, los2ersonajes &agrados que daban rienda suelta a su maldad contra la tierra. 5 Capítulo !l teniente Joe Leaphorn había ido temprano a su o:icina. &e había despertado un pocoantes del amanecer y se había quedado inm=vil mientras sentía el calor de la cadera de!mma contra la suya y escuchaba la respiraci=n de la mujer, a la ve< que e>perimentaba

una entumecedora sensaci=n de p;rdida. inalmente había decidido :or<arla a ver unm;dico. /o toleraría ya ninguna de sus e>cusas y dilaciones. Había considerado que ;lmismo, con sus temores, había alentado la repugnancia de !mma a ver un m;dico belagana. l sabía qu; diría el m;dico. $ una ve< lo hubiera dicho, se es:umaría la Bltimaesperan<a. &u mujer tiene la en:ermedad de l<heimer, diría el m;dico, y su rostroe>presaría compasi=n, mientras e>plicaría a Leaphorn lo que ;ste ya sabía demasiado bien. Que era incurable. Que se iniciaría con una p;rdida pasajera de :unci=n de la <onacerebral que almacena la memoria humana y que controla otros comportamientos. 2or Bltimo, que esta p;rdida sería tan grave que la víctima, pensaba Leaphorn, se olvidaríasimplemente de permanecer viva. $ tambi;n pensaba Leaphom que esta en:ermedadmataba a su víctima por grados, que !mma ya estaba parcialmente muerta. llí habíaestado echado, escuchando la respiraci=n de la mujer al lado de ;l, y se había sentido muytriste por ella. Luego se había levantado, había puesto a calentar el ca:;, se había vestidoy se había sentado en la cocina a contemplar c=mo el cielo comen<aba a iluminarse detrásde la elevaci=n natural de roca que daba nombre a la pequeFa ciudad de 8indo7 %oc9.gnes lo había oído y había percibido el aroma del ca:;. Leaphorn había oído correr elagua en el lavabo y gnes se le uni=, la cara lavada, el cabello peinado, con una batacubierta de rosas rojas. Leaphorn le gustaba gnes, y se había sentido :eli< y aliviado cuando !mma le habíadicho Oal empeorar sus dolores de cabe<a y sus olvidosO que gnes iría y se quedaría conellos hasta que recuperara la salud. 2ero gnes era hermana de !mma y, lo mismo que;sta, lo mismo que todas las personas que Leaphorn conocía de esa rama de la :amilia$a<<ie, era pro:undamente tradicional. Leaphorn sabía que eran lo su:icientementemodernas como para no esperar que ;l siguiera la vieja costumbre de tomar por esposa aotra mujer de la :amilia cuando !mma muriera. 2ero el pensamiento estaría presente. 0emanera que, cuando Leaphorn se encontr= a solas con gnes, se sinti= inc=modo.0e tal manera, termin= su ca:; y camin= bajo el amanecer hacia el edi:icio de la policíatribal, apartándose de in:ructuosas preocupaciones acerca de su mujer y al encuentro deun problema que ;l pensaba poder solucionar. 2asaría un buen rato de silencio antes deque el tel;:ono comen<ara a sonar y pudiera decidir, de una ve< por todas, si se hallaba

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ante una mera coincidencia de homicidios. !ran tres. !n apariencia, no había nada quelos conectara, salvo el e>quisito nivel de :rustraci=n en el que colocaban a Joe Leaphorn.Todo lo que de navajo había en Leaphorn Osangre, huesos, cerebro y educaci=nO, todo, leenseFaba a descon:iar de las coincidencias. &in embargo, durante muchos días pareci=hallarse e:ectivamente ante una? un problema tan di:ícil de tratar y tan desconcertante que

lo utili<= para alejar de su mente el pensamiento de !mma. !sa maFana intent= dar un paso preliminar hacia la soluci=n de aquel quebradero de cabe<a. 0ejaría el tel;:onodescolgado, miraría :ijo a la disposici=n de los al:ileres de su mapa de la %eserva /avaja,y obligaría a su pensamiento a una suerte de orden igual. &i se la dejaba tranquila y ensilencio durante un momento, la mente de Leaphorn era muy, muy e:ica< en esa busca dera<ones l=gicas por detrás de e:ectos aparentemente il=gicos.!n su casilla había un mensaje. 0!? Capitán Largo, &hiproc9. 2%? Teniente Leaphorn,8indo7 %oc9 Tres disparos per:oraron las paredes de la caravana del agente Jim Cheealrededor de las .-G de la maFana del día de la :echa, comen<aba el mensaje. Leaphornley= con rapide<. /inguna descripci=n del sospechoso, ni del vehículo en el que habíaescapado. Chee ileso. Chee dice no tener idea del motivo, terminaba el mensaje.

Leaphom volvi= a leer la Bltima :rase. 0e ninguna manera, pens=. !s imposible.L=gicamente, nadie dispara contra un policía sin ningBn motivo. $, l=gicamente, el policía al que se ha disparado conoce muy bien ese motivo. $ tambi;n l=gicamente, esemotivo constituye un re:lejo tan pobre de la conducta del policía que pre:ería norecordarlo. Leaphorn dej= a un lado el mensaje. Cuando comen<ara el día normal detrabajo, llamaría a Largo y vería si ;ste tenía algo que aFadir. 2ero en ese momento quería pensar en sus tres homicidios.(alance= la silla y mir= el mapa de la reserva que dominaba la pared que tenía a susespaldas. Tres al:ileres marcaban los homicidios sin resolver? uno cerca de 8indo7%oc9, otro en el límite entre ri<ona y 4tah, y otro al norte y al oeste, en la regi=n vacíano demasiado lejos de la (ig @ountain. ormaban un triángulo de ladosapro>imadamente iguales de unas doscientas treinta millas. Leaphorn se le ocurri= quesi hubiesen matado a Chee, el triángulo de su mapa se habría convertido en un rectángulo bastante imper:ecto. Habría tenido cuatro homicidios sin resolver. %echa<= la idea. !lasunto de Chee no quedaría sin resolver. &ería simple. &imple cuesti=n de identi:icar elmal procedimiento, de descubrir la mala acci=n del agente, hallar al preso del que habíaabusado. /o representaría, como en el caso de los tres al:ileres, un crimen sin motivo.&on= el tel;:ono. !ra el empleado del piso bajo. U Lo siento, seFor, pero es la regidora, desde CaFoncito. U P/o le ha dicho que no ir; hasta las ocho5 U Quería saber si había usted llegado Orespondi= el empleadoO. !stá en camino.!n e:ecto, la regidora ya estaba abriendo la puerta de Leaphorn.&e sent= en el pesado sill=n de madera, del otro lado de su escritorio. !ra una mujer :ornida, de grandes senos, más o menos de la misma edad y la misma talla media deLeaphorn, estaba vestida con una blusa de la reserva, de color rojo y pasada de moda, yllevaba un pesado collar plateado de :lores de calaba<a. #n:orm= a Leaphorn de que sealojaba en el 8indo7 %oc9 @otel, un poco más abajo, por la autopista. Había conducidotodo el camino desde CaFoncito el día anterior por la tarde, tras una reuni=n con su pueblo en la Casa Capitular de CaFoncito. !l pueblo de CaFoncito (and no estabacontento con la 2olicía Tribal /avaja. /o le gustaba la protecci=n policial que recibía,

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que de protecci=n no tenia absolutamente nada. 0e modo que había ido esa maFana al!di:icio de la Ley y el )rden para hablar con el teniente Leaphorn sobre estas cosas y sehabía encontrado con el edi:icio cerrado y s=lo dos personas trabajando. Había esperadoen su coche durante casi media hora hasta que se abriera la puerta del :rente.!ste discurso tom= unos cinco minutos, lo que dio tiempo a Leaphorn para pensar que la

regidora había viajado realmente allí para asistir a la reuni=n del Consejo Tribal, queempe<aba ese mismo día, que CaFoncito (and no había estado contento con el gobiernodesde -MM, cuando la tribu volvi= de sus aFos de cautiverio en ort &tanton, que eraindiscutible que la regidora sabía que no se podía esperar que al amanecer estuvierantrabajando otras personas que un operador de radio y un guardia nocturno, que la regidoraya le había presentado esa misma queja por lo menos dos veces, y que la regidoradedicaba una considerable porci=n de su temprano es:uer<o en recordar a Leaphorn quelos bur=cratas navajos, como todo buen navajo, deberían estar levantados al amanecer  para bendecir la salida del sol con plegarias y una pi<ca de polen.La regidora guardaba silencio. Leaphorn, a la manera navaja, aguard= la seFal que lehiciera saber si ella había terminado de decir lo que tenía que decir o simplemente estaba

haciendo una pausa para reunir las ideas. La regidora suspir= y sacudi= la cabe<a. U 2ero no hay policía navaja en absoluto Oresumi= la mujerO. /i uno solo en toda la%eserva de CaFoncito. Todo lo que tenemos es un policía laguna de ve< en cuando, atiempo parcial.Hi<o otra pausa. Leaphorn esper=. U &e limita a sentarse en aquel pequeFo edi:icio junto a la carretera, sin hacer nada. Lamayor parte del tiempo ni siquiera está allí.La regidora, consciente de que Leaphorn ya había oído antes todo esto, no se molestabaen mirarlo mientras lo recitaba. !studiaba el mapa del teniente. U Llamas por tel;:ono y no te contesta nadie. 1as allí, golpeas, y no hay nadie.Los ojos de la mujer abandonaron el mapa y dirigieron la mirada a Leaphorn. Habíaterminado. U !l policía de CaFoncito es un agente de la ):icina de suntos #ndígenas OdijoLeaphornO. !s un indio laguna, pero en realidad es un policía de la )#. /o trabaja paralos laguna. Trabaja para usted. continuaci=n Leaphorn e>plic=, como lo había hecho ya en otras dos oportunidades,que, puesto que el CaFoncito (and vivía a la manera de una reserva cerca delburquerque, tan lejos de la *ran %eserva, y puesto que s=lo unos mil doscientosnavajos vivían allí, el Comit; Judicial del Consejo Tribal había aprobado establecer unacuerdo con la )# en ve< de mantener una dotaci=n completa de la 2T/. Leaphorn nohi<o ninguna re:erencia al hecho de que la regidora :uera miembro de aquel comit;. $tampoco lo hi<o ella, quien se limit= a escuchar con cortesía navaja, mientras sus ojos paseaban por el mapa de Leaphorn. U &=lo dos clases de al:ileres en CaFoncito Odijo, una ve< que Leaphorn hubo terminado. U !stán allí desde antes de que el Consejo Tribal aprobara dar intervenci=n a la ):icinade suntos #ndígenas Odijo Leaphorn, tratando de evitar la pregunta siguiente, que bien podía ser? PQu; signi:ican los al:ileres5 Los al:ileres eran o bien de todos los matices derojo, o bien negros, la manera que tenía Leaphorn de marcar las detenciones relacionadascon el alcohol y las quejas de brujería. mbas cosas eran en realidad las Bnicasalteraciones de la pa< en CaFoncito. Leaphorn no creía en brujos, pero en la *ran

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%eserva había quienes sostenían que todos los que vivían en CaFoncito debían ser s9in7al9ers. U 0ebido a aquella decisi=n del Consejo Tribal, la )# se ocupa ahora de CaFoncitoOconcluy= Leaphorn. U /o Odijo la regidoraO. La )#, no.

$ así había transcurrido la maFana. inalmente, la regidora se había marchado, y la habíareempla<ado un hombre blanco, pequeFo y pecoso, que se declar= propietario de lacompaFía que proporcionaba material al %odeo navajo. Quería tener la seguridad de quesus potros, sus toros de montar y sus terneros de cuerda serían bien vigilados durante lanoche. !sto impuls= a Leaphorn a meterse en el laberinto de decisiones administrativas,memoranda y papeleo requeridos por el rodeo, acontecimiento que todos temían en elequipo de la 2olicía tribal de 8indo7 %oc9. ntes de que pudiera terminar de adoptar lasmedidas que requerían de la policía aquellos tres días ininterrumpidos de machísimosvaqueros blancos y machísimos vaqueros indios, de chicas a:icionadas a los vaqueros, de borrachos, ladrones, timadores, tejanos, esta:adores, :ot=gra:os y simples turistas, volvi=a sonar el tel;:ono.

!ra el director de la !scuela de internos de 6inlichee, quien in:ormaba de que !mersonTso había reiniciado su operaci=n de contrabando. Tso no s=lo vendía a cualquier estudiante de 6inlichee dispuesto a emprender la corta caminata hasta su guarida, sinoque por la noche introducía botellas en el dormitorio. !l director quería ver a Tsoencerrado para siempre. Leaphorn, que detestaba el 7his9y tanto como la brujería, prometi= coger ese día a Tso. Lo dijo con una vo< tan sombría que el director se limit= adar las gracias y colg=.$ :inalmente, apenas antes de la comida, Leaphorn tuvo tiempo para pensar en los treshomicidios sin resolver y en la cuesti=n de la coincidencia. 2ero primero Leaphorndescolg= el tel;:ono. Camin= a la ventana y mir= hacia a:uera, a trav;s de la estrechacinta de as:alto de la Carretera /avaja K, los desperdigados edi:icios de piedra roja quealbergaban la burocracia gubernamental de su tribu, los :arallones de detrás de la aldea, ylas nubes de tormenta que comen<aban a :ormarse en el cielo de agosto, nubes que eneste verano de sequía probablemente no subirían lo su:iciente en el cielo como paraliberar algo de humedad. &e limpi= la mente de miembros del Consejo Tribal, rodeos ycontrabandistas de alcohol. /uevamente sentado, hi<o girar la silla para mirar el mapa.!l mapa de Leaphorn era conocido en toda la 2olicía Tribal, símbolo de su e>travagancia.!staba montado sobre un tablero de corcho en la pared que quedaba detrás del escritorio,y era un mapa comBn del Territorio indígena publicado por el uto Club de Cali:orniadel &ur, y :amoso por su gran escala y la precisi=n de sus detalles. Lo que llamaba laatenci=n en el mapa de Leaphorn era la manera de usarlo.!staba decorado con al:ileres de colores en un centenar de lugares, y cada color representaba un tipo especial de delito, e inscrito en un centenar de lugares con notas enla críptica abreviatura de Leaphorn. Las notas le recordaban la in:ormaci=n que habíaacumulado a lo largo de toda una vida en la reserva y de media vida de trabajo como policía. La pequeFa m al oeste de Three Tur9ey %uins signi:icaba m;danos, o arenasmovedi<as, en Tse 0es Vygee 8ash. La t junto al camino a )jleto, en el límite con 4tahDy junto a otras docenas más de caminosE recordaba puntos donde las tormentasdi:icultaban enormemente el paso. La c, unida a iniciales de :amilia, marcaba elampla<amiento de campamentos de veranada a lo largo de las :aldas de las montaFas.

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@illares de tales recordatorios salpicaban el mapa cual pecas. La b seFalaba lugaresdonde se habían in:ormado incidentes de brujería, mientras que la a enseFaba los re:ugiosde los contrabanditas de alcohol.Las notas eran permanentes, pero los al:ileres iban y venían segBn el :lujo y re:lujo delmal comportamiento. Los a<ules indicaban lugares donde se había robado ganado.

0esaparecieron cuando se aprehendi= al ladr=n conduciendo un cami=n de vaquillas enun camino secundario. Llamativos regueros de al:ileres rojos, escarlatas y rosados Dloscolores que Leaphorn unía a los delitos relacionados con el alcocholE se e>pandían y seraleaban en la reserva segBn la suerte de los contrabandistas de alcohol. Constituían unamancha permanentemente rosada alrededor de las ciudades de la reserva y :lanqueabanlas autopistas de acceso. 0etrás de las marcas rojas y me<cladas con ;stas solíanencontrarse las que indicaban violaciones, asaltos con violencia, peleas :amiliares, y otras p;rdidas violentas de control, aunque menos daFinas. 4nos pocos al:ileres, la mayoría enlos alrededores de la reserva, indicaban delitos de blancos, como contrabando,vandalismo y robo. 2or el momento, lo Bnico que le interesaba a Leaphorn eran los tresal:ileres marrones con centro blanco. @arcaban sus homicidios.

Los homicidios eran ins=litos en la reserva. La muerte violenta solía ser accidental? un borracho tambaleante ante un coche que pasaba, peleas de borrachos a la puerta de un bar, una e>plosi=n de tensiones :amiliares por e:ecto del alcohol. !sto es, una violenciasin premeditaci=n, que se presta a soluciones instantáneas. Cuando aparecían los al:ileresmarrones y blancos, raramente permanecían más de uno o dos días.2ero en ese momento había tres. $ estaban clavados en el tablero de corcho de LeaphornOy en su concienciaO desde hacía semanas. !n realidad, el más antiguo llevaba allí casidos meses.!l al:iler nBmero uno llevaba el nombre de #rma )nesalt. Leaphorn lo había clavado junto al camino entre 4pper *rease7ood y Lu9achu9ai cincuenta y cuatro días antes. La bala que la matara era de una IOI, segundo calibre en popularidad en el mundo entero,y la Bnica que se veía colgando de la percha para el ri:le a trav;s de la puerta trasera deuna de cada tres camionetas de la reserva y sus alrededores. Todo el mundo parecía tener una, si no eran propietarios de un IOI. $, a veces, aun cuando lo :ueran. #rma )nesalt,que había nacido en el clan del gua marga, pueblo de la Casa *rande, hija de lice yHomer )nesalt, treinta y un aFos, soltera, agente de la ):icina /avaja de &ervicios&ociales, :ue hallada muerta en el asiento delantero de su 0atsun de dos puertas volcado,alcan<ada en el ment=n y la garganta por una bala que penetr= a trav;s de la ventanilladel lado del conductor y, despu;s de destro<ar a la mujer, se aloj= en la puerta del otrolado. Habían encontrado un testigo, más o menos y tal ve<. 4na estudiante de la !scuelade internos de Toadlena se hallaba en camino a su casa para visitar a sus padres. Habíavisto a un hombre Oun anciano, dijoO sentado en una camioneta aparcada cerca del lugar desde donde se habría producido el disparo. !sa teoría suponía que #rma )nesalt había perdido el control del 0atsun en el momento de recibir el impacto. Leaphorn había vistoel cadáver. 2arecía una presunci=n s=lida.!l al:iler nBmero dos, dos semanas despu;s, representaba a 0ugai !ndocheeney, nacidoen el pueblo del Lodo, clan de Las Corrientes &e %eBnen. Tal ve< setenta y cinco aFos, talve< setenta y siete, segBn a qui;n se creyera. puFalado Del cuchillo de carnicero habíaquedado en su cadáverE en el corral del rebaFo, detrás de su cabaFa, en /o9aito (ench,

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no lejos de donde el Chinle Cree9 desemboca en el río &an Juan. 0illy &treib, el agenteencargado del asunto, había dicho que era evidente la cone>i=n entre ambos al:ileres. U )nesalt no tenía ningBn amigo, y !ndocheeney no tenía ningBn enemigo Ohabía dicho0illyO. lguien está trabajando a dos puntas, matando buenos y malos hasta que s=loqueden los mediocres.

 U &=lo nosotros, los seres vulgares Odijo Leaphorn.&treib había reído, y comentado? U @e parece que terminará muy pronto contigo, y muy malamente.0elbert L. &treib no era un típico agente del (#. Leaphorn, que había pasado untiempo en la cademia del (# y la mitad de la vida cumpliendo encargos para lagencia, siempre le había parecido que &treib era más listo que la mayoría. Tenía unainteligencia rápida, innovadora, que lo había convertido en un inadaptado terrible durantela ;poca de J. !dgar Hoover y le había valido el e>ilio en la regi=n indígena. 2ero &treib,a quien correspondía el caso, pues se trataba de un homicidio cometido en la reserva:ederal, había :racasado con )nesalt. $ con !ndocheeney. $ lo mismo le había sucedido aLeaphorn.

l ver el mapa de Leaphorn, &treib había sostenido que el segundo al:iler debía ser eltercero. $ qui<á tuviera ra<=n. Leaphorn había destinado el tercer al:iler a 8ilson &am,nacido en el clan de Caminar sin %umbo, pueblo de la @ontaFa *iratoria. !l di:untoseFor &am tenía cincuenta y siete aFos, era un pastor que a veces trabajaba en los equiposde nivelaci=n del 0epartamento de la utopista de ti<ona. Le habían dado en la nucacon el :ilo de una pala, tan, tan :uerte que no cabía duda de que había muertoinstantáneamente. !l sobrino de &am había encontrado el perro pastor de la victima, sinvo< a causa de tanto aullar, y medio muerto de sed, sentado al borde del CaF=nChilchinbito. !l cadáver de &am se hallaba en el :ondo del caF=n, aparentementearrastrado hasta el borde y luego despeFado. La autopsia sugería que la muerte se había producido más o menos en el mismo momento que la de !ndocheeney. 2ero Pqui;n habíamuerto antes5 &=lo conjeturas. 4na ve< más, ausencia de testigos, de pistas, de motivoaparente, nada de nada, salvo el hecho negativo de que, si el investigador tenía ra<=n,habría sido muy di:ícil para un mismo hombre matar a ambos. U menos que :uera un s9in7al9er Ohabía comentado 0illy &treib, con aspectosombríoO y que vosotros tengáis ra<=n cuando decís que los s9in7al9ers son capaces devolar, aventajar en velocidad a camionetas de turbina, y todo eso. Leaphorn no le importaba que &treib se burlara de ;l, pero no le gustaba que nadie lohiciera a prop=sito de brujos. /o se había reído.l recordarlo ahora, tampoco se ri=. &uspir=, se rasc= la oreja, se movi= en la silla. !sedía, al mirar el mapa, su mente :ue a parar e>actamente al mismo sitio que la Bltima ve<.4n al:iler estaba en 8indo7 %oc9, y era relativamente elocuente. !l primero. Los otrosdos al:ileres se hallaban en lugares remotísimos.La primera víctima era bur=crata, más joven, mujer, más so:isticada. @uerta con arma de:uego. Las dos Bltimas eran varones que habían seguido su grey, gente tradicional, que probablemente hablaba poco ingl;s, y muertos en parajes cercanos. PLos habíaconsiderado dos casos aislados5 sí parecería. !n el caso de 8indo7 %oc9, era evidentela premeditaci=n, cosa e>traordinariamente rara en la reserva. !n los otros casos, era posible, pero no parecía probable. !ra di:ícil considerar la probabilidad de escoger una pala como arma. $ cuando se ha tomado la decisi=n de matar a alguien, la mayoría de los

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navajos que Leaphorn conocía podían emplear un arma más c=moda que un cuchillo decarnicero.Leaphorn pens= en sus casos por separado. /o lleg= a ninguna parte. 2ens= en elloscomo un trío. !l mismo resultado. isl= el asesinato de )nesalt, sopes= todo lo quehabían conseguido saber acerca de la mujer. @ala como una víbora, al parecer. La gente

vacilaba antes de criticar a la muerta, pero se veía en di:icultades para encontrar algo bueno en #rma. /o, #rma era una militante. #rma era una joven col;rica. #rma creaba problemas. 2or lo que Leaphorn podía saber, no tenía amantes despechados. !n realidad,el Bnico que parecía apenado por ella, además de su propia :amilia, era un antiguo yaparentemente devoto compaFero de toda la vida, un maestro de escuela de Lu9achu9ai.!n casos de homicidio, Leaphorn siempre sospechaba de los compaFeros devotos. 2ero;ste estaba hablando de matemáticas ante veintiocho alumnos cuando )nesalt :ueasesinada.Lleg= el correo. &in interrumpir su concentraci=n en el problema, desganadamente, loclasi:ic=, siempre con el pensamiento :ijo en )nesalt. !n la parte superior del paquetehabla dos tele> del (#. !l primero contenía los detalles del asunto de Jim Chee. Lo ley=

rápidamente. /ada demasiado nuevo. Chee no había e:ectuado persecuci=n alguna. Cheedecía no tener idea de qui;n podía haber reali<ado los disparos. !n las inmediaciones dela caravana se habían encontrado huellas de unos <apatos con suela de goma de la tallasiete. Llevaban a un punto situado a unos trescientos metros, donde había sido aparcadoun vehículo. Las huellas indicaban que los neumáticos estaban gastados. La mancha en elsuelo sugería o bien que el vehículo había estado allí mucho tiempo, o bien que tenía unaimportante p;rdida de aceite.Leaphorn dej= a un lado el mensaje con e>presi=n de :astidio. 4na ve< más, ausencia demotivo. 2ero había un motivo, naturalmente. Cuando alguien trata de tender una celada aun policía, hay un motivo poderoso, y el motivo tiende a ser desagradable. (ien, Chee erahombre del capitán Largo, y el descubrimiento de qu; hacía el agente Chee como para provocar semejante reacci=n era problema de Largo.!l segundo tele> in:ormaba de que el agente Jay 6ennedy, de la o:icina de armington,había locali<ado ese día e interrogado a un sujeto llamado %oosevelt (istie, en relaci=ncon el homicidio de 0ugai !ndocheeney. &e había locali<ado a dos testigos quereconocieron un vehículo de propiedad de (istie en la cabaFa de !ndocheeney en elmomento del asesinato. )tro testigo indic= que el conductor del vehículo había dicho quetenía intenci=n de matar a !ndocheeney. &e pidi= a todo policía que tuviera algunain:ormaci=n sobre %oosevelt (istie que se pusiera en contacto con el agente 6ennedy.Leaphorn dio la vuelta al papel y mir= al dorso. !n blanco, naturalmente. !ch= unaojeada al mapa, moviendo mentalmente el al:iler correspondiente a !ndocheeney. !ltriángulo de crímenes sin resolver se convirti= en una línea? dos puntos y ninguna ra<=nde peso para unirlos. 0e pronto parecía como si aquella erupci=n de homicidios :uera, enrealidad, una suma de puras coincidencias. 0os sin resolver era in:initamente mejor quetres. $ tal ve< (istie tambi;n resultara ser el asesino de 8ilson &am. !so parecía l=gico.Las vidas de ambos hombres podían relacionarse por muchos conceptos. Leaphorn sesinti= mucho mejor. !l orden comen<aba a volver a su mundo.&on= el tel;:ono. U Hoy es su día de políticos, teniente Odijo el empleadoO. !l doctor $ello7horse quierehablar con usted.

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Leaphorn trat= de encontrar alguna e>cusa plausible para justi:icar su negativa a recibir aldoctor $ello7horse, regidor tribal que representaba al capítulo de (ad7ater y miembrodel Comit; Jurídico del Consejo Tribal, a la ve< que m;dico. $ quien, como m;dico, era:undador y je:e del equipo m;dico de la Clínica (ad7ater. 2ero no se le ocurri= nada. U 0ígale que suba Orespondi=.

 U @e parece que ya está arriba Odijo el empleado.La o:icina de Leaphorn se abri=.!l doctor (ahe $ello7horse era grande como un tonel. Llevaba puesto un sombreronegro de :ieltro de la reserva con una banda plateada y turquesa y una pluma de pavo.0etrás de cada oreja le colgaba una tren<a apretada, al estilo siu>, atadas con una cuerdaroja cada una. !l cintur=n que le sostenía el pantal=n tejano sobre el vientre amplio teníacinco centímetros de ancho, claveteado de turquesas y llevaba por hebilla una r;plica Ode plata :undida en molde arenaO del Hombre del rco #ris, encorvado alrededor del símbolodel 2adre &ol. U $aOtah Odijo $ello7horse con una sonrisa ir=nica. 2ero parecía una mueca mecánica. U $aOtahOhey Orespondi= LeaphornO. Tome asS

 U 0e paso para una reuni=n del Comit; Jurídico esta tarde Odijo $ello7horse,acomodándose en la silla que estaba al otro lado del escritorio de LeaphornO. @i gente meha pedido que hable al Comit; acerca de la necesidad de hacer algo para coger alindividuo que ha matado a Hosteen !ndocheeney.$ello7horse hurg= en el bolsillo de su camisa de dril y sac= un paquete de cigarrillos,mientras daba a Leaphorn una oportunidad para comentar algo. Leaphorn no lo hi<o. !lviejo !ndocheeney había sido residente de aquellas e>tensas e irregulares tierraslimítro:es de 4tah y ri<ona incluidas en el capítulo de (ad7ater. Leaphorn no queríadiscutir el caso con el regidor tribal (ahe $ello7horse. U !stamos trabajando en ello Odijo. U !so quiere decir que no llegan ustedes a ninguna parte. PTan mala suerte tienen5 U !stá bajo jurisdicci=n del (# Orespondi= Leaphorn, mientras pensaba que ;se era sudía para decir a la gente lo que ;sta ya sabíaO. !l delito cometido en tierra bajo vigilancia:ederal correspondeS$ello7horse levant= una inmensa mano morena. U h=rreselo OdijoO. $a s; c=mo :unciona. Los :ederales no saben nada a menos queustedes se lo digan. PHan encontrado qui;n mat= a !ndocheeney5 /ecesito saber algo para contárselo a mi gente cuando vuelva a la casa capitular.&e ech= hacia atrás en la silla de madera, e>trajo un cigarrillo del paquete y golpe=inBtilmente la e>tremidad del :iltro contra la uFa del pulgar con los ojos puestos enLeaphorn.Leaphorn consider= su prevenci=n, propia de la academia de policía, a contar cualquier cosa a cualquiera sobre cualquier asunto, y la contrapes= con el sentido comBn.$ello7horse era a veces como un :orBnculo particularmente molesto en el culo, pero suinter;s era legítimo. @ás allá de eso, Leaphorn admiraba al hombre y respetaba lo quetrataba de hacer. (ahe $ello7horse, nacido en la dinee 0olii, pueblo del 2ájaro <ul desu madre. 2ero no tenía clan paterno. &u padre era un siu> oglala. $ello7horse había:undado la Clínica (ad7ater en gran parte con dinero propio. !s verdad que contaba paraello con una importante garantía de la undaci=n 6ellog y dinero de alguna otra

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:undaci=n, así como ciertos :ondos :ederales. 2ero, por lo que Leaphorn sabía, la mayor  parte del dinero, y toda la energía, había salido del propio $ello7horse. U 2uede usted decir que tenemos un sospechoso del homicidio de !ndocheeney OdijoLeaphornO. Hay testigos que lo vieron en la cabaFa a la hora adecuada. !speramoscogerlo hoy mismo y hablar con ;l.

 U PHan dado con el individuo e>acto5 Opregunt= $ello7horseO. PTiene algBn motivo5 U /o hemos hablado con ;l Ocontest= LeaphornO. /os han contado que había dicho quequería matar a !ndocheeney, de modo que se puede suponer algBn motivo.$ello7horse se al<= de hombros. U P$ qu; hay acerca del otro asesinato5 P&ea cual :uese su nombre5 U /o sabemos nada Orespondi= LeaphornO. Tal ve< guarden una relaci=n. U &u sospechoso Odijo $ello7horse, e hi<o una pausa, se puso el cigarrillo en los labios,lo encendi= con un encendedor de plata y e>hal= una bocanada de humoO, Pes otro de miselectores5 U 2arece que vive en las Lu9achu9ais. %ealmente lejos de su territorio.$ello7horse mir= :ijamente a Leaphorn, a la espera de mayores e>plicaciones. 2ero no

hubo nada. 1olvi= a aspirar humo, lo retuvo en los pulmones, lo dej= salir lentamente por las narices. Cogi= el cigarrillo y se acerc= lo su:iciente como para que seFalara aLeaphorn, para dejar implícito el insulto sin e>plicitarlo. Los navajos no se seFalan uno aotro. U 4stedes suponen estar al margen de las cuestiones de religi=n, Pverdad5 0esde que eltribunal los reprimi= duramente por perseguir a la gente que consume peyote.!l rostro oscuro de Leaphorn se torn= más oscuro aBn. U Hace aFos que no detenemos a nadie por posesi=n de peyote Odijo.l era muy joven cuando el Consejo Tribal aprobara su malhadada ley, que prohibía eluso de alucin=genos, una ley que apuntaba abiertamente a la eliminaci=n de la #glesia /ativa mericana, que utili<aba peyote como sacramento. ;l no le había gustado la ley,y se había sentido :eli< cuando el tribunal :ederal dictamin= que violaba la 2rimera!nmienda, y no le agradaba que se le recordara tal cosa. &obre todo, le desagradaba quese le recordara tal cosa en ese tono insultante en que lo hacía $ello7horse. U PQu; pasa con la religi=n de los navajos5 Opregunt= $ello7horseO. PHa enviado la2olicía Tribal algBn agente contra ellos en los Bltimos días5 U /o Orespondi= Leaphorn. U /o creo que usted lo haya hecho Odijo $ello7horseO. 2ero tiene usted un policíatrabajando en &hipro>9 que parece pensar lo contrario.$ello7horse inhal= humo de tabaco. Leaphorn aguard=. $ello7horse aguard=. Leaphornaguard= más tiempo. U &oy un adivino Odijo $ello7horseO, leo la bola de cristal. &iempre he estado dotado para ello, desde que era muchacho. 2ero s=lo lo he practicado de unos aFos a esta parte.La gente viene a verme a la clínica. $o les digo qu; es lo que no va bien en ellos. Qu;clase de cura necesitan.Leaphorn no dijo nada. $ello7horse :um=, e>hal= humo. 1olvi= a aspirar. U &i han estado bromeando con madera golpeada por el rayo, o han estado demasiadotiempo merodeando una tumba, o tienen la en:ermedad de los :antasmas, les digo sinecesitan un signo de la Cima de la @ontaFa, o una 1ía del !nemigo, o cuál es lacuraci=n más adecuada. &i necesitan quitarse un cálculo biliar, o e>traerse las amígdalas,

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o una dosis de antibi=ticos para combatir una in:ecci=n de estreptococos, los controlo enla clínica a tal e:ecto. hora bien, la sociaci=n @;dica /orteamericana no lo haaprobado, pero es gratuito. /o se cobra. $ una gran cantidad de gente se va enterando deque lo hago, y viene a donde podamos atenderla. 1ienen los en:ermos. 0e otra manera novendrían. 1erían a algBn otro m;dico, no a mí. $ de esa manera detectamos una gran

cantidad de casos precoces de diabetes, de glaucoma, de cáncer de piel, deenvenenamiento de la sangre, y 0ios sabe qu;. U He oído hablar de ello Odijo Leaphorn.%ecordaba qu; más había oído decir. Había oído decir que a $ello7horse le gustabacontar c=mo su madre había muerto por allí, en ese vacío territorio, de un pequeFo corteen el pie. !so le había provocado una in:ecci=n, una gangrena, porque nunca tuvoasistencia m;dica. ue así, seguía la historia, como $ello7horse se qued= hu;r:ano, :ue a parar a un or:anato morm=n, y :ue adoptado en una riquísima granja del )este @edio,donde hered= los medios para construir una clínica. &uerte de círculo per:ecto. U mí me parece una buena idea Odijo LeaphornO. !s seguro, segurísimo, que ningBn policía estaría en contra de eso.

 U 4no de sus policías, sí Odijo $ello7horseO. @e he enterado de que el cabr=n quiere ser yataalii. Tal ve< piense que soy una competencia desleal. !n cualquier caso, quiero queme diga si lo que ese policía está haciendo es compatible con la ley. $ si no lo es, quieroque se termine con todo eso. U Har; averiguaciones Odijo Leaphorn, y se estir= para coger su agendaO. PC=mo sellama5 U Jim Chee Orespondi= $ello7horse. 5 Capítulo %oosevelt (istie no estaba en casa, segBn les in:ormaba la hija. Había ido a armingtonel día anterior a buscar un medicamento, pasaría la noche con su otra hija, en &hiproc9, yregresaría esa maFana. U P qu; hora lo espera5 Opregunt= Jay 6ennedy.!l implacable sol del desierto de la reserva había quemado el amarillo del pelo rubio ycorto de 6ennedy hasta dejarlo casi blanco, y le había descascarado la piel. @ir= a Chee,esperando la traducci=n. 2robablemente la hija de (istie entendiera ingl;s tanto como6ennedy y lo hablara tan bien como Chee, pero ese día había elegido jugar el juego deque s=lo sabía navajo. Chee adivin= que la muchacha se sentía algo inc=moda, que nuncahabía visto tan de cerca a muchos blancos rubios quemados por el sol. U ste es el tipo de preguntas que hacen los belagana Ole dijo Chee en navajoO. Le dir;que esperas a tu padre cuando lo veas. P!stá muy en:ermo5 U @e parece que sí Orespondi= la hijaO. ue a ver a un adivino allá, en T7o &tory, y eladivino le dijo que necesitaba una canci=n de Cima de @ontaFa. Creo que tiene algo malen el hígado. P2ara qu; Opregunt= tras una pausaO lo busca la policía5 U 0ice que lo espera cuando llegue Odijo Chee a 6ennedyO. 2odemos regresar y tal ve<lo encontremos en el camino. ) bien podemos esperar aquí. PLe pregunto si sabe ad=nde:ue haceS cuántoS dos semanas5 U 4n momento Odijo 6ennedy, quien llev= a Chee hacia la camioneta de la gencia yagreg= en un susurroO. 2ienso que ha de entender algo de ingl;s. Tenemos que tener mucho cuidado con lo que decimos. U /o me sorprendería Odijo Chee, y se volvi= hacia Hija de (istie.

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 U PHace dos semanas5 Opregunt= ellaO. 1eamos. ue a ver al adivino el segundo lunes de julio. ue cuando cogí toda la ropa lavada para llevarla a la tienda de %ed %oc9. l mellev=. $ luegoSLa muchacha pens=. !ra una joven robusta con una camiseta con la inscripci=n # LoveHa7aii, tejanos y botas típicas de india. Chee observ= que tenía los pies torcidos hacia

adentro. Le vino a la memoria su pro:esor de sociología de la 4niversidad de /ueva@;>ico, que decía que la odontología moderna había convertido la curvatura de losdientes en una marca de identi:icaci=n de quienes han nacido en la :ranja más baja de lasclases socioecon=micas norteamericanas. 0ientes curvados en el caso de la escoria blancaR en el de los navajos, de:ectos cong;nitos sin corregir. ), en honor a la justicia, enel caso de los navajos que vivían :uera del alcance del &ervicio de &alud #ndígena. Hijade (istie descargaba su peso sobre aquellos tobillos curvos. U (ueno Odijo por :in la muchachaO, ha de haber sido más o menos una semana despu;s.Hace unas dos semanas. Cogi= el cami=n. $o no quería que :uese porque se había sentido peor. Había estado vomitando la comida. 2ero dijo que tenía que ir a ver a un hombre enalgBn sitio por @e>ican Hat o @onte<uma Cree9 Omientras seFalaba vagamente con el

ment=n una direcci=n hacia el norteO. !n 4tah. U P0ijo por qu;5 U P2ara qu; lo quieren ver5 Opregunt= Hija de (istie. U 0ice que (istie :ue hace dos semanas a ver un hombre en la :rontera con 4tahOe>plic= Chee a 6ennedy. U WhX Oe>clam= 6ennedyO. !l momento e>acto. !l lugar e>acto. U Creo que no seguir; hablando con ustedes Odijo Hija de (istieO. menos que me digande qu; quieren hablar con mi padre. PQu; le pasa a ese belagana en la cara5 U !s el e:ecto del sol en la piel de los blancos Orespondi= CheeO. @ataron a alguien,cerca de @e>ican Hat, hace dos semanas. Tal ve< su padre viera algo. Tal ve< pudieradecirnos algo.Hija de (istie mir= absorta. U P@atado5 U &í Ocontest= Chee. U /o les dir; a ustedes nada más Odijo la muchachaO. hora me voy adentro.$ así lo hi<o.Chee y 6ennedy consideraron la situaci=n. Chee recomend= esperar un rato. 6ennedydecidi= que aguardarían una hora. &e sentaron en la camioneta, con las piernas colgandode sendas puertas, y sorbieron las latas de 2epsiOCola que la hija de (istie les había dadocuando llegaron. U 2epsiOCola caliente Odijo 6ennedy, con vo< llena de asombro.!sta observaci=n sorprendi= a Chee mientras pensaba la manera en que el perdig=n habíaatravesado la espuma de goma de su colch=n, lo había deshilachado y había arrancadotro<os justo allí donde debieran haber estado sus riFones, mientras pensaba qui;n queríamatarlo, por qu;. Todo el día había pensado en esas mismas cuestiones, y sus tristesre:le>iones s=lo se habían interrumpido con algBn ocasional y anhelante pensamientoacerca del inminente regreso de @ary London a Cro7npoint. /i una cosa ni otra producíaningBn resultado positivo. !ra mejor pensar en la 2epsiOCola caliente. 2ara ;l era ungusto :amiliar, cargado de nostalgia. P2or qu; la cultura blanca en:riaba o calentaba lascosas antes de consumirlas5 La primera e>periencia de una botella :ría de gaseosa la

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había tenido en la tienda de Teec /os 2os. Tenía ;l unos doce aFos. !l conductor delautobBs escolar había comprado una botella para cada uno de los integrantes del equipode baseball. Chee se veía bebi;ndola, de pie, a la sombra del porche. !l placer recordadose desvaneci= ante la idea de que cualquiera que pasara por allí en un coche y con unaescopeta podía segarle la vida. !n ese mismo momento, en el cerro de detrás de la cabaFa

de (istie, podía haber una mirada :ija, a trav;s de la mira de un ri:le, en el centro de suespalda.Chee movi= inc=modo los hombros. &orbi= un trago de 2epsi. 1olvi= a pensar por qu; los blancos siempre la en:rían. @enos calor. @enos energía. @enos movimiento en lasmol;culas. &e inclin= a pensar que se trataba de una conclusi=n de índole cultural y seencontr= otra ve< con el sonido del disparo, el resplandor de la lu<. PQu; había hecho ;l,Jim Chee, para merecer esa violenta reacci=n50e pronto, sinti= desesperada necesidad de hablar de eso con alguien. U 6ennedy OdijoO, Pqu; piensas de lo de anoche5 0eS U P0e los disparos que te hicieron5 Opregunt= 6ennedy.Habían hablado de ello dos o tres veces durante el viaje desde &hiproc9, y 6ennedy ya

había dicho lo que pensaba. hora volvía a decirlo, con palabras ligeramente distintas. U W0iablos, no lo s;X &i estuviera en tu lugar, haría e>amen de conciencia. 2ensaría enaqu;l cuya dama he perseguido. qui;n he herido los sentimientos. Qu; enemigos me hehecho. qui;n he arrestado y ha salido hace poco de la cárcel. Cosas de ese tipo. U !l tipo de personas que arresto suelen estar demasiado borrachas como para recordar qui;n los ha arrestado. ) importarles Odijo CheeO. &i tienen dinero su:iciente paracomprar balas de pistola, compran en cambio una botella. &on ese tipo de individuos queha comido un mont=n de sopa temblorosa. !n cuanto a aquellos cuya dama hubiera perseguido, Bltimamente no había habido ninguna dama. U P&opa temblorosa5 Opregunt= 6ennedy. U !s un chiste local Oe>plic= CheeO. !n *allup, la seFora prepara sopa para los borrachos cuando la policía los deja :uera de la celda. Como ellos están temblando, todoel mundo lo llama sopa temblorosa.Chee decidi= no tratar de e>plicar otra ra<=n de ese nombre? la combinaci=n de sonidosguturales navajos que se utili<aban para pronunciarlo era casi id;ntico a los sonidos quesigni:ican pene, por lo cual daban pie a uno de los groseros retru;canos que los navajosatesoraban. 4na ve< había tratado de e>plicar a 6ennedy c=mo la semejan<a de las palabras navajas correspondientes a rodeo y pollo podían emplearse para producir chistes. 6ennedy no le había encontrado gracia. U 2ues bien Odijo 6ennedyO. $o haría un e>amen de conciencia. lguien dispara contraun policíaS6ennedy se encogi= de hombros, dej= que la oraci=n se arrastrara sin hacer e>plícita laconclusi=n. !sa maFana el capitán Largo no había tenido la precauci=n de ser tan cort;sen su despacho. &egBn mi e>periencia Ohabía dicho el capitánO, cuando un policía seencuentra en una situaci=n en que alguien lo persigue para matarlo, ese policía sabealgo. Cuando dijo tal cosa, el capitán Largo estaba sentado detrás de su escritorio ye>aminaba re:le>ivamente a Chee por encima de sus dedos en :orma de tienda, lo cual nohabía provocado la ira de Chee sino más tarde, cuando regresaba en su coche patrullarecordando la entrevista. !ntonces la reacci=n :ue más rápida. &inti= que la sangre lehervía en el rostro.

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 U @ira Odijo CheeO. /o me gustaS2recisamente entonces oyeron el entrechocar de chapas y el ronquido del motor de unvehículo que se acercaba por el camino.6ennedy sac= la pistola de la cartuchera que se hallaba sobre el asiento, debajo de lachaqueta, se coloc= la chaqueta y dej= caer la pistola en su bolsillo. Chee observ= el

camino. 0e los enebros surgía una vieja camioneta *@C, verde o>idado. travesadacontra la ventanilla trasera colgaba una carabina IOI de palanca. La camionetadisminuy= la velocidad hasta detenerse casi sin levantar polvo. !l hombre que conducíaera un anciano :laco, con un sombrero negro de :ieltro de la reserva echado hacia atrás enla cabe<a. Los mir= con curiosidad mientras el motor <umbaba hasta detenerse, permaneci= un momento sentado observándoles y luego salt= a:uera. U $aOtaOhey Odijo Chee, todavía de pie junto a su vehículo.(istie respondi= seriamente con el saludo navajo, mirando a Chee y luego a 6ennedy. U He nacido en el clan de la rente %oja Oagreg= CheeO, hijo de Tessie Chee, pero ahoratrabajo para todos los 0inee. 2ara la 2olicía Tribal /avaja. !ste hombre OChee seFal= a6ennedy a la manera navaja, moviendo los labios en direcci=n de 6ennedyO es un agente

del (#. Hemos venido a hablar con usted.%oosevelt (istie continu= su inspecci=n. 0ej= caer la llave de encendido en el bolsillo deltejano. !ra un hombre alto, ahora a caballo entre la edad y la en:ermedad, el rostro de une>traFo color cobre peculiar de una ictericia avan<ada. 2ero sonri= ligeramente.P2olicía5 OdijoO. !ntonces supongo que le he dado al hijo de puta. Chee le llev= un momento digerir tal cosa, es decir, la admisi=n, y luego la naturale<ade la admisi=n. U PQu; haS5 Ocomen<= a decir 6ennedy, pero Chee levant= la mano. U PQue le ha dado5 Opregunt= CheeO. PC=mo5(istie mir= sorprendido. U Le dispar; al hijo de puta Ocontest=O. Con ese ri:le que está en el cami=n. PHa muerto56ennedy permanecía con el entrecejo :runcido. 2regunt=? U PQu; es lo que dice5 U P0isparado, a qui;n5 Ointerrog= CheeO. P0=nde5 U @ás allá de @e>ican Hat Oe>plic= (istieO. Casi al llegar al río &an Juan. !ra unhombre del clan del Lodo. )lvid; c=mo le llaman. O(istie sonri= con una muecaO.P@uri=5 Qui<á haya errado el tiro. U W)h, está muertoX Odijo Chee, y se volvi= hacia 6ennedyO. Tenemos algo divertido.0ice que ha disparado contra el viejo !ndocheeney. Con su ri:le. U P0isparado5 Odijo 6ennedyO. P$ qu; pasa con el cuchillo de carnicero5 /o eraSChee lo detuvo. U !s probable que hable algo de ingl;s. Conversemos. 2ienso que deberíamos llevarlode vuelta. Hacer que nos muestre c=mo ha sucedido.!l rostro de 6ennedy se encendía bajo la epidermis despellejada. 0ijo? U /o le hemos leído sus derechos. /o se supone que ;lS U Todavía no nos ha dicho nada en ingl;s Odijo CheeO. &=lo en navajo. Tiene aBn elderecho de permanecer callado en ingl;s hasta que hable con un abogado.(istie les habl= acerca de todo durante el largo y polvoriento viaje que los sac= de lasLu9achu9ais para llevarlos nuevamente a trav;s de &hiproc9, y hacia el oeste de ri<ona,y hacia el norte a 4tah.

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 U /avajo o no Odijo 6ennedyO, mejor es que le leamos sus derechos.$ así hi<o, mientras Chee los traducía al navajo. U @ás vale tarde que nunca, creo Odijo 6ennedyO. P2ero qui;n puede suponer que unsospechoso iría y te contaría que ha matado al tío5 U Cuando en realidad no lo hi<o Odijo Chee.

 U Cuando lo atac= con un cuchillo de carnicero Ocontinu= 6ennedy. U P2or qu; Opregunt= (istieO el hombre blanco habla todo el tiempo de un cuchillo5 U &e lo e>plicar; Odijo CheeO. /o nos ha dicho por qu; le ha disparado.$ no lo hi<o. (istie continu= su relato. cerca de c=mo se asegur= de que el IOIestuviera cargado. 0e c=mo se asegur= de que las miras estuvieran bien, pues no tirabacon ;l desde que, durante el Bltimo invierno, matara un ciervo. 0el largo viaje a @e>icanHat. 0e c=mo pregunt= a la gente por la cabaFa del hombre del clan del Lodo. 0e c=mocondujo hasta la cabaFa del hombre del clan del Lodo, a esa misma hora del día, con unatormenta que se levantaba, y c=mo cogi= el ri:le de su sost;n, lo amartill= y no encontr= anadie en la cabaFa, sino una camioneta aparcada, y supuso que el hombre del clan delLodo no debía de estar lejos de allí. $ de c=mo oy= el sonido de alguien que martillaba y

vio que el hombre del clan del Lodo estaba trabajando sobre un coberti<o, junto a unarroyo, detrás de la casa, clavando tablas sueltas. $ luego (istie describi= c=mo estaba ;lde pie apuntando por la mira al hombre del clan del Lodo, y c=mo ;ste se gir= paramirarlo justo en el momento en que gatillaba. $ les cont= c=mo, cuando el humo se habíadespejado, el hombre ya no estaba en el techo. Les cont= absolutamente todo acerca de lacronología y la mecánica de todo. 2ero no dijo nada acerca de por qu; lo había hecho.Cuando Chee volvi= a preguntarle, (istie simplemente permaneci= sentado en silencio. $Chee no le pregunt= por qu; simulaba haber disparado a un hombre que había sidoacuchillado hasta morir.@ientras %oosevelt (istie hablaba, describiendo su locura con su tranquila y :ría vo< deanciano, Chee descubri= que en su mente surgían otras preguntas. U P!stuvo usted anoche en &hiproc95 P!n la casa de su hija5 0ígame su nombre. 0=ndevive.Chee escribi= el nombre y el lugar en su cuaderno de notas. l viejo (istie le habríallevado s=lo die< minutos conducir desde el domicilio de &hiproc9 hasta la caravana deChee. U PQu; escribes5 Opregunt= 6ennedy.Chee gruF=. U PTiene usted una escopeta5 Opregunt= a (istie. /o hay palabra navaja para escopeta y 6ennedy capt= el t;rmino. U WHeyX Oe>clam=O. Pdonde quieres llegar5 U &=lo un ri:le Odijo (istie. U Quiero averiguar qui;n dispar= contra Jim Chee Odijo Jim Chee. 5 Capítulo !l despertar :ue brusco. 4na :orma oblonga y seminegra contra la oscuridad total. La puerta de la cabaFa había quedado abierta y por ella, sobre el hori<onte oriental, se veía el pálido brillo de la :alsa aurora. PHabía gritado el niFo5 2or el momento s=lo se percibía elsilencio. /i la menor brisa. /o se movía ni un solo insecto nocturno. La angustia parecíala Bnica causa de aquel despertar. Había olor a polvo, a la interminable sequía asesina derebaFos. $ el olor, muy d;bil, de algo químico. ceite, tal ve<. !l motor del cami=n perdía cada ve< más aceite. !n el sitio en donde había sido aparcado, en el patio junto al

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arbusto, el goteo había ennegrecido y endurecido la tierra. 4n cuarto de gal=n, por lomenos, cada ve< que se lo conducía. más de un d=lar el cuartoS $ no había dinerosu:iciente para hacerlo reparar. !n ese momento, no. Todo se había ido con el nacimientodel niFo, con el tiempo que hubo que tenerlo ingresado en el hospital para que losm;dicos lo observaran. nence:alía, había llamado el m;dico a la en:ermedad. La mujer 

les había escrito la palabra en un tro<o de papel, de pie, junto a la cama, en unahabitaci=n que parecía demasiado :ría, demasiado llena del olor a los medicamentos delhombre blanco. La mujer había dicho? /o es comBn, pero s; que ha habido otros doscasos en la reserva en los Bltimos veinte aFos. cualquiera puede sucederle. Tambi;n alos navajos.PQu; signi:icaba anence:alía5 Quería decir que el 2equeFo, el hijo, s=lo viviría untiempo muy corto. U @iren Ohabía dicho la en:ermera, tirando hacia atrás el :ino pelo de la coronilla delniFo, a pesar de que se trataba de algo evidente, pues la parte superior de la cabe<a eracasi planaO. /o se ha :ormado el cerebro, y el niFo no puede vivir así mucho tiempo. Tans=lo unas semanas. /o sabemos qu; es lo que causa esto. $ no tenemos idea de qu; es lo

que se puede hacer.$ bien. Había cosas que los m;dicos belagana no sabían. Había una causa, para estotambi;n como para todo. $ puesto que había una causa, algo debía de poder hacerse alrespecto. La cura consistía en deshacer esa causa, restaurar la armonía dentro del :rágilcraniecito del 2equeFo. !l s9in7al9er era su causa, por alguna ra<=n que se perdía en eloscuro cora<=n del espíritu maligno. 2or tanto, el s9in7al9er tenía que morir. &u cora<=ndebía secarse a :in de que pudiera crecer el del 2equeFo. $ pronto. 2ronto. @uy pronto.@atar al brujo. La angustia tom= una :orma rayana en el pánico. !l est=mago era unnudo. pesar de la helada previa al amanecer, la :ra<ada arrollada contra la mejilla estabamojada de sudor.La escopeta parecía una buena idea? disparar a trav;s de la delgada cubierta de lacaravana a la cama, donde el brujo dormía. 2ero los s9in7al9ers eran di:íciles de matar.0e alguna manera, el s9in7al9er se había enterado. Había saltado de la cama y habíahecho que el intento :racasara.!l 2equeFo se movía. 2ara ;l, el sueFo era siempre momentáneo, un desvanecimiento queraramente duraba más de una hora. $ luego recomen<aría el lloriqueo. 4n llamamiento aquienes lo amaban, a quienes eran hueso de sus huesos y carne de su carne. 1olvi= acomen<ar el lloriqueo, Bnico sonido en la oscuridad. &=lo un sonido, como el que producen los cachorros de animales. 2arecía decir? yBdame, ayBdame, ayBdame.$a no habría más sueFo. /o por un rato. /o había tiempo para dormir. !l 2equeFo parecía cada día más d;bil. #ncluso había vivido más tiempo del que había anunciado la belagana del hospital. /o había tiempo para otra cosa, salvo encontrar el modo de matar al brujo. Tenía que haber una manera. !l brujo era un policía, y por tanto di:ícil de matarRy puesto que era un s9in7al9er, tenía los poderes que ;stos suelen adquirir, a saber? volar  por el aire, correr tan rápido como el viento, convertirse en perros y lobos y, tal ve<, enotros animales. 2ero tenía que haber una manera de matarlo.!l rectángulo de la puerta gan= lu<. parecieron posibilidades, se las consider=, se lasmodi:ic=, se las recha<=. lgunas :ueron desechadas porque posiblemente no:uncionarían. La mayor parte, porque eran suicidas? el brujo debía morir, pero no

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quedaría nadie para impedir que el 2equeFo muriera de hambre. Tenía que haber unamanera de escapar inadvertido. !ra la Bnica soluci=n Btil.!n la caja de cart=n donde se lo mantenía, el 2equeFo lloriqueaba interminablemente? unsonido tan regular y despojado de conciencia como el que podía producir un insecto. 4nad;bil brisa movía el aire y agit= la tela que colgaba junto a la puerta de la cabaFa? era el

lba /iFa que despertaba para preparar el día. @ás o menos en ese momento le vino laidea de c=mo podía hacerlo. !ra sencillo. uncionaría. $ el brujo al que llamaban JimChee moriría. Con toda seguridad. 5 Capítulo G!l teniente Joe Leaphorn meti= la nari< en su coche patrulla en la sombra del olivo, al borde del terreno de aparcamiento. pag= el motor. &e instal= en una posici=n másc=moda y consider= otra ve< c=mo tratar el asunto del agente Chee. !l vehículo de Cheeestaba aparcado en una :ila de cinco coches patrulla alineados junto al sendero del ladoe>terior de la entrada del cuartel de la 2olicía Tribal /avaja, subagencia &hiproc9.4nidad . Leaphorn sabía que Chee conducía la unidad porque sabía acerca de esteagente todo lo que o:icialmente se podía saber. !sa maFana, a las N.-I, había llamado alempleado del archivo y le habían subido el e>pediente de Chee a su despacho. Lo había

leído detenidamente, sin perder palabra. &=lo un momento antes había recibido unallamada de 0illy &treib. &treib tenía malas noticias. U !s e>traFo Ohabía dicho &treibO. 6ennedy cogi= a %oosevelt (istie, y (istie dijo que ;lhabía matado a !ndocheeney de un disparo. /o hi<o :alta más de una mil;sima de segundo para registrar la incoherencia. U P0e un tiro5 Odijo LeaphornO. P/o :ue apuFalado5 U 0e un tiro Orespondi= &treibO. 0ijo que había ido a la cabaFa de !ndocheeney, que ;steestaba reparando el techo del coberti<o, que (istie le dispar= y !ndocheeney desapareci=,se cay=, supongo, y (istie regres= a su casa. U PQu; piensa usted5 Opregunt= Leaphorn. U 6ennedy no parecía dudar en absoluto de que (istie dijera la verdad. 0ijo queestuvieron esperando en casa de (istie, que ;l lleg= conduciendo, vio que eran policías einmediatamente dijo algo acerca de los disparos a !ndocheeney. U PHabla ingl;s (istie5 U /avajo Ocontest= &treib. U PQui;n más iba5 PQui;n traducía5Lo que &treib decía parecía una locura. Tal ve< hubiera habido algBn tipo demalentendido. U 4n segundo. OLeaphorn oy= el crujido de papeles y luego otra ve< la vo< de &treibO.gente Jim Chee. PLo conoce5 U Lo cono<co Orespondi= Leaphorn, lamentando no conocerlo mejor. U 0e cualquier modo, le enviar; su :icha. 2ens; que seguramente la encontraría ustedinteresante. U &í, gracias. P2or qu; quiso (istie matar a !ndocheeney5 U /o lo dicen. latass se neg= rotundamente a hablar de ello. 6ennedy dijo que (istiecreía haberse equivocado de hombre, pero que se mostr= contento cuando comprob= queel tío había muerto. /o dijeron una palabra acerca de qu; tenía contra ;l. U P!l interrogatorio lo llev= Chee5 U &eguro. &upongo. 6ennedy no habla navajo.

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 U lgo más. P!stuvo Chee trabajando en esto desde el comien<o5 Quiero decir,Ptrabajando con 6ennedy desde que se inici= la investigaci=n5 U 4n segundo Odijo &treib y volvieron a crujir los papelesO. quí está. &í. Chee. U (ien, gracias Odijo LeaphornO. @irar; el in:orme.pret= la horquilla del receptor con un dedo, se comunic= con el archivo y pidi= la

carpeta de Chee.@ientras la esperaba, tir= del caj=n del escritorio, sac= un al:iler marr=n con el centro blanco, y cuidadosamente lo clav= en el agujero donde había estado el al:iler dedicado a!ndocheeney. 2or un minuto mir= el mapa. Luego volvi= a buscar dentro del caj=n, sac=otro al:iler marr=n y blanco y lo clav= en la p de &hiproc9. $a había cuatro al:ileres. 4noal norte de 8indo7 %oc9, uno en la <ona :ronteri<a con 4tah, uno en ChilchinbitoCanyon, uno sobre /ueva @;>ico. $ ya había una cone>i=n. 0;bil, problemática, perouna cone>i=n. Jim Chee había investigado el asesinato de !ndocheeney antes de queintentaran matarle. P&e habría enterado Chee de algo que lo constituyera en una amena<a para el asesino de !ndocheeney5Leaphorn sonreía, pero a medida que pensaba, su sonrisa se atenu= hasta desaparecer por 

completo. /o podía vislumbrar nada que le sirviera de ayuda. !stoy envejeciendo, pens=Leaphorn. Había llegado a la cumbre y comen<aba a descender la ladera. !ste pensamiento no lo deprimi=, pero le dej= una e>traFa sensaci=n de presi=n, de tiempo quese le pasa, de cosas que tiene que hacer antes de que sea demasiado tarde. Leaphorn pens= en esto y ri=. !n gran parte, pensamiento no navajo. Había estado demasiadotiempo entre blancos.Levant= el tel;:ono y llam= al capitán Largo, en &hiproc9. Le dijo que quería hablar conJim Chee. U PQu; ha hecho ahora5 Opregunt= Largo, quien, pens= Leaphorn, pareci= aliviarsecuando ;ste se lo e>plic=.!l breve trayecto de 8indo7 %oc9 a &hiproc9, a trav;s de Crystal y &heep &prings, es unviaje de casi doscientos 9il=metros por el :ilo de las Chus9a @ountains. Leaphorn, queraramente violaba el límite de velocidad, esta ve< lo super= con mucho. !ra una cuesti=nde nervios.$ allí sentado, en el terreno de aparcamiento de &hiproc9, aBn se hallaba tenso. LoscBmulos que ascendían al cielo por encima de las Chus9a eran lo su:icientemente altoscomo para constituir una esperan<a de lluvia. 2ero en &hiproc9 el sol de agosto derretía elas:alto más allá de la pequeFa sombra del olivo bajo el que se hallaba Leaphorn. Le habíadicho a Largo que estaría allí a la una, y todavía :altaban cuarenta y cinco minutos. Largohabía dicho que tendría a Chee a la una. hora Largo estaría :uera, comiendo. Leaphornconsider= la idea de comer tambi;n ;l. 4na hamburguesa rápida en el (urgerOche: de laautopista. 2ero no tenía hambre. &e sorprendi= pensando en !mma y en la entrevista quehabía mantenido con el neur=logo en el &ervicio de &alud #ndio del Hospital de *allup.Joe Ohabía dicho !mmaO, por :avor, tB sabes qu; es lo que siento al respecto. PQu; pueden hacer5 &on dolores de cabe<a. !stoy :uera de ho<ro. Tendr; un canto y volver; asentirme bien. PQu; puede hacer el belagana5 Pbrirme la cabe<a5 Había reído, comohacía siempre que hablaba de su salud. @e cortarían la cabe<a y dejarían salir todo elviento, había dicho sonriendo. l había insistido, y ella recha<ado, preguntando? PQu;crees que tengo de malo en la cabe<a5, y Leaphorn pudo ver que, por una ve<, se poníaseria. l trat= de decir en:ermedad de l<heimer, pero las palabras no se :ormaron, y

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termin= por decir, simplemente? /o lo s;, pero me preocupa. lo que ella habíacomentado? 2ues bien, ningBn m;dico me toqueteará la cabe<a. 2ero ;l, de todosmodos, había mantenido la entrevista. #nspir=, e>pir=. 2uede que !mma tuviera ra<=n.2odía ir a ver a un escucha, o a un manoOtemblorosa, o un adivino como simulaba ser $ello7horse, y tener la prescripci=n de una cura ceremonial. Luego llamar al cantante

 para que reali<ara la cura, y a toda la parentela para que se uniera a la bendici=n. PLeempeoraría esto el estado en que se hallaba cuando los m;dicos de *allup le dijeron quela estaba matando algo que ellos no comprendían y que no podían hacer nada al respecto5PQu; le diría $ello7horse si :uera a verlo5 PConocía al hombre lo su:iciente como parasuponerlo5 PQu; había acerca de ;l5 &abía que $ello7horse estaba invirtiendo en laClínica (ad7ater toda la :ortuna que había heredado, que estaba alimentando unaobsesi=n. &abía que contrataba m;dicos y en:ermeras re:ugiados, con e>periencia en ele>tranjero Oun vietnamita, un camboyano, un salvadoreFo, un pa9istaniO porque ya no podía sostener más personal nacional. 2robablemente el dinero :uera más escaso que laobsesi=n. &abía que $ello7horse era un político e>perto. 2ero no lo conocía lo su:icientecomo para suponer qu; le prescribiría a !mma. PLa entregaría a los cantantes o a los

neur=logos5La puerta del cuartel de la 2olicía se abri= y salieron tres hombres con los uni:ormes deverano color caqui. 4no era *eorge (enaly, quien hacía mucho tiempo había trabajadocon Leaphorn en @any arms. )tro era un muchacho rechoncho y de aspecto jovial y bigote delgado, a quien Leaphorn no reconoci=. !l tercero era Jim Chee. !l ala redondadel sombrero de Chee, vuelta hacia abajo, dejaba el rostro en sombra pero Leaphorn pudover lo su:iciente como para reconocer que se trataba del mismo rostro de la :oto dellegajo personal de Chee. 4na cara alargada, estrecha, que hacía juego con un cuerpoalargado y estrecho, todo espaldas, nada de caderas. !l Tuba City /avajo, como algBnantrop=logo había bauti<ado el tipo. 2ura ascendencia atabasca. lto, de torso largo, pelvis angosta, destinado a convertirse en un viejo enjuto. Leaphorn caía en el tipoChec9erboard. %epresentaba Ode acuerdo con esta autoridadO una me<cla gen;tica devariedades de los indios pueblo. Leaphorn no le gustaba particularmente la teoría, peroera un arma bastante Btil cuando !mma lo presionaba para que bajara un poco de peso yde medida de cintura.Los tres agentes, que aBn seguían conversando, se dirigieron cada uno a su coche patrulla. Leaphorn aguard=. !l agente más grueso no advirti= la presencia del coche deLeaphorn aparcado bajo el olivo. (enaly lo había visto, pero sin inter;s. Tan s=lo Cheetuvo instantáneamente conciencia de ;l, tan s=lo Chee se dio cuenta de que estabaocupado y de que el ocupante estaba observando. Tal ve< esa atenci=n :uera consecuenciadel ataque a tiros de que había sido objeto dos noches antes. Leaphorn sospech= que setrataba de algo permanente, de una parte natural del carácter de aquel individuo.(enaly y el 2olicía *ordo subieron a sus coches y salieron del terreno de aparcamiento.Chee e>trajo algo del asiento trasero de su vehículo y dio marcha atrás hasta el edi:icio,consciente de la vigilante presencia de Leaphorn. P2or qu; esperar5, pens= Leaphorn.@ás tarde se entrevistaría con Largo. 2or sugerencia de Leaphorn, cogieron el coche policial de Chee, que ;l mismo conducía,erguido y nervioso. !n un bosquecillo de chopos, a unos die< o doce metros de la margennorte, poco :irme, del río &an Juan, destartalada, abollada, con aspecto de vieja y de

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cansada, se hallaba la caravana de Chee. resco, pens= Leaphorn. 4n gran sitio paraalguien a quien no le preocuparan los mosquitos como a ;l. !>amin= las tres manchas decinta aislante que Chee había utili<ado para curar las heridas de bala de la piel dealuminio de su casa. )bserv= que se hallaban más o menos a la misma distancia una deotra? unos noventa centímetros. Todas a una altura ligeramente superior a la de la cadera.

@uy bien colocadas para matar a alguien que estuviera en la cama, siempre que sesupiera d=nde estaba ubicada la cama en aquella caravana. U /o parecen hechos al a<ar Odijo Leaphorn, casi como si se hablara a sí mismo. U /o Odijo CheeO. Creo que alguna intenci=n había en ellos. U !n una caravana como ;staS P&e puede tener alguna di:icultad para calcular d=nde podría estar situada la cama5 P qu; distancia del suelo5 U P qu; altura disparar5 Odijo CheeO. /o. !s de un tipo normal. Cuando la compr; enlagsta:: había tres como ;sta en el lote de vehículos usados. &e las ve todo el tiempo. 0etodos modos, me parece que todas son muy parecidas. !n cuanto al lugar donde ponen lacama. U !n cualquier caso, pienso que sería bueno preguntar por ahí. 1er si alguien que las

vendía en armington, o en *allup, o en lag, puede recordar algo Oy lan<= una mirada aCheeO. Tal ve< haya ido algBn cliente y haya pedido ver este modelo en particular, hayasacado una cinta m;trica y tomado medidas, diciendo que tenía que medir la cama parasaber d=nde había que disparar para cargarse un policía navajo.!l rostro ine>presivo de Chee adopt= lo que podía ser una sonrisa. Chee dijo? U !n general no tengo esa suerte.Los dedos de Leaphorn tanteaban la cinta que cubría el agujero más cercano al :rente dela caravana. 1olvi= a mirar a Chee. U Quítela Odijo CheeO. Tengo más cinta.Leaphorn quit= la cinta, inspeccion= el agujero dentado en el aluminio y luego se agach= para espiar dentro. &=lo pudo ver tela a<ul y blanca. lores. La :unda de la almohada deChee. 2arecía nueva. !l agujero desgarr= la vieja, supuso Leaphorn. Le impresion= queun soltero pusiera :unda a su almohada. WQu; pulcritudX U Ha tenido suerte Odijo Leaphorn, quien era siempre esc;ptico en cuanto a la suerte,siempre esc;ptico acerca de cualquier cosa que violentara las ordenadas reglas de la probabilidadO. !l in:orme dice que el gato lo despert=. PTiene usted un gato5 U /o e>actamente Orespondi= CheeO. !s un vecino. 1ive a:uera.Chee seFal= aguas arriba un talud de enebros calcinados por el sol. 2ero Leaphorn seguíamirando atentamente el agujero producido por el disparo, midiendo el ancho del mismocon los dedos. U 1ive allí :uera Oagreg= CheeO. (ajo ese enebro. veces, cuando algo lo lastima, entra. U PC=mo5Chee le mostr= la pequeFa tapa que ;l había colocado en la puerta de la caravana.Leaphorn la e>amin=. /o parecía lo su:icientemente nueva como para ser posterior alatentado. )bserv= que Chee era consciente de este e>amen, y de la sospecha que delmismo se desprendía. U PQui;n trat= de matarlo5 Opregunt= Leaphorn. U /o lo s; Orespondi= Chee. U P4na nueva mujer5 Osugiri= LeaphornO. !sto puede acarrear problemas.La e>presi=n de Chee se volvi= completamente vacía.

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 U /o Odijo CheeO. 0e eso, nada. U 2uede haber sido algo sin importanciaR que haya hablado usted demasiado a menudode alguna que resultara ser la novia de un paranoico. U Tengo una mujer Odijo lentamente Chee. U PHa pensado usted en todo esto5 Opregunt= Leaphorn, y se despla<= hacia los agujeros

del costado de la caravanaO. PTiene alguna sospecha5 U He pensado en todo esto Ocontest= Chee, quien separ= las manos con un gesto de rabiaque apuntaba a sí mismoO. /o tengo la más puta idea.Leaphorn lo estudi=, y lo hall= semiconvencido. !ra más el gesto que las palabras.2regunt=? U P0=nde durmi= usted anoche5 U llí :uera Orespondi= Chee, seFalando hacia la colinaO. Tengo un saco de dormir. U 4sted y el gato Odijo Leaphorn. Hi<o una pausaR sac= un paquete de cigarrillos y se loo:reci= a CheeR cogi= unoO. PQu; piensa acerca de %oosevelt (istie5 P$ de !ndocheeney5 U 0ivertido Odijo CheeO. Todo eso es muy raro. (istieS OHi<o una pausa, vacil=O. 2ero,Ppor qu; no entramos, y bebemos una ta<a de ca:;5

 U P2or qu; no5 Odijo Leaphorn.!ra ca:; que había sobrado del desayuno. Leaphorn, que se había convertido en toda unaautoridad en materia de mal ca:; por la e>periencia acumulada en dos d;cadas de trabajoen la policía, lo ju<g= ligeramente peor que la mayoría. 2ero estaba caliente, y era ca:;,de modo que lo sorbi= con aprobaci=n mientras Chee, sentado en el banco donde habíaestado tan cerca de la muerte, le contaba acerca de su encuentro con %oosevelt (istie. U /o creo que :ingiera, en absoluto Oconcluy=O. /o se mostr= sorprendido deencontrarnos. 2arecía sentir agrado cuando oy= decir que !ndocheeney había muerto, yluego toda esa historia acerca de c=mo dispar= a !ndocheeney, que se hallaba en el techo,con la idea de que lo había matado, lo cual, sin embargo, no se pregunt= hasta hallarse deregreso en su casa, y no volvi= al sitio para asegurarse de ello, pues se imagin= que, encaso de que no hubiera muerto, !ndocheeney no estaría allí esperando para darle unasegunda oportunidad de matarlo.Chee se encogi= de hombros, sacudi= la cabe<a y agreg=? U &inti= aut;ntica satis:acci=n cuando oy= decir que !ndocheeney estaba muerto. 2iensosimplemente que no pudo haber :ingido todo eso. /o tenía ningBn motivo para ello. P2or qu; negarlo todo5 U @uy bien Odijo LeaphornO. hora, cu;nteme otra ve< e>actamente qu; es lo que dijocuando le pregunt= por qu; quería matar a !ndocheeney. U Tal cual se lo he dicho. U Cu;ntemelo de nuevo. U /o dijo nada. &e limit= a cerrar la boca, su aspecto era sombrío, pero no dijo una palabra. U $ usted, Pqu; piensa5Chee se encogi= de hombros. La lu< que entraba por la ventana que había por encima del:regadero palidecía ligeramente. La sombra de la tormenta sobre las Chus9as se habíadespla<ado a trav;s del paisaje de &hiproc9. Con la sombra, la brisa que precedía a lasnubes suspir= a trav;s de la alambrera de la ventana. 2ero no llovería. Leaphorn habíaestudiado las nubes. !n ese momento observaba el rostro de Chee, que e>hibía un aspecto

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de inc=modo disgusto. Leaphorn sinti= que a su propia cara asomaba una incipientesonrisa, una sonrisa ir=nica. )tra ve< a las andadas, pens=. U PHechicería5 Opregunt= LeaphornO. P4n s9in7al9er5Chee no dijo nada. Leaphorn sorbi= el resto de ca:;. Chee se encogi= de hombros. Luegodijo?

 U 2ues, eso podría e>plicar por qu; (istie no quiso hablar del asunto. U Correcto Ocoment= Leaphorn, y aguard=. U 2or supuesto Oagreg= CheeO, tambi;n pudo haber tenido otras ra<ones. 2roteger aalguien de la :amilia. U Correcto Odijo LeaphornO. &i nos e>plica su motivo, ;ste tambi;n vale para el tío delcuchillo de carnicero. Hermano. 2rimo. Hijo. Tío. PQu; :amiliares tiene5 U /aci= en el dinee de las Corrientes &e %eBnen Odijo CheeO, pueblo de la %oca irme.Tres tías maternas, cinco tíos. Luego tuvo tres hermanas y un hermano, la mujer muri=,dos hijas y un hijo. 0e modo que, aun sin contar los hermanos y hermanas de clan, estáemparentado con prácticamente todo el mundo al norte de 6ayenta. U P/o se le ocurre ninguna otra cosa que e>plique por qu; no quiso hablar5

 U lgo de lo que se siente avergon<ado Odijo CheeO. #ncesto. lgo malo con algBn:amiliar. Hechicería.Leaphorn pudo advertir que a Chee la tercera alternativa le disgustaba tanto como a ;l. U &i :uese hechicería, Pqui;n es el s9in7al9er5 U !ndocheeney Odijo Chee. U /o (istie Odijo Leaphorn, pensativamenteO. 0e modo que, si no se equivoca usted,(istie mat= a un brujo o intent= hacerlo.Leaphorn había tenido ya en cuenta esta teoría de la hechicería. La idea no tenía nada demalo, salvo que había que probarla. U PHa averiguado usted algo más sobre !ndocheeney que abonara a :avor de esta tesis5P) ha tratado de hacerlo en el caso de (istie5 U He tratado de hacerlo en el caso de (istie. &implemente, parecía tener una idea :ija.Habl; con la gente del límite con 4tah que conocía a !ndocheeney. /o conseguí nada.OChee miraba a Leaphorn y calculaba su respuesta.Ha oído hablar de mí y los brujos, pens= Leaphorn. 0ijo? U !n otras palabras, todo el mundo guardará silencio. PQu; pasa con 8ilson &am5 PHayalgo allí5Chee vacil=. U Quiere decir, Palguna cone>i=n5Leaphorn asinti= con la cabe<a. !ra e>actamente allí adonde quería llegar. Tenían ra<=n.Chee era listo. U !stá :uera de su jurisdicci=n Odijo CheeO. Lo mataron en territorio de Chinle. !ste casolo lleva la subagencia de Chinle. U $a lo s; Odijo LeaphornO. PHa ido usted por allí y echado un vista<o5 PHa preguntado por los alrededores5se era e>actamente el modo en que Leaphorn hubiera procedido en aquellascircunstancias? dos asesinatos casi a la misma hora.Chee mir= sorprendido y un tanto humillado. U !n mi día libre OdijoO. 6ennedy y yo no hemos obtenido nada Btil en el caso de!ndocheeney todavía, y pienso queS

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Leaphorn levant= la mano. U P2or qu; no5 OdijoO. P/o ve usted nada que los relacione5 U /o tienen cone>iones :amiliares Orespondi= Chee sacudiendo la cabe<aO. /i de clan.!ndocheeney cuidaba rebaFos, y de joven acostumbraba trabajar para esa empresa quecoloca raíles para la línea :erroviaria de &anta e. Coleccionaba etiquetas de comidas, y

ahora, lo mismo que entonces, vendía leFa. 8ilson &am tambi;n era pastor, tuvo untrabajo como encargado de la bandera en la construcci=n de una autopista cerca de8inslo7. Tenía cincuenta y pico aFos. !ndocheeney se hallaba en mitad de los setenta. U PHa lan<ado el nombre de &am entre gente que conocía a !ndocheeney5 2ara ver siSOdijo Leaphorn en un gesto que lo abarcaba todo. U /o hubo suerte Odijo CheeO. l parecer, no conocían la misma gente. Los que conocíana !ndocheeney no conocían a &am. Los que conocían a &am no conocían a !ndocheeney. U PConoce usted a alguno de ellos5 P0e siempre5 P!n algBn aspecto5 P#ncluso por casualidad5 U Tampoco tenían ninguna cone>i=n conmigo Odijo CheeO. /o es el tipo de gente con laque los policías tenemos tratos. /o son borrachos. /o son ladrones. /ada de eso.

 U P/o tienen amigos comunes5 U /i enemigos comunes Ocontest= Chee, riendoO. menos, que yo sepa.La risa, pens= Leaphorn, parecía aut;ntica. U 1ale OdijoO. PQu; tal el asunto de disparar contra usted5Chee volvi= a describirlo. @ientras hablaba, el gato entr= por la puertecita de laalambrera.!ra un gato grande, de pelo corto y tostado, un muF=n por cola, y oreja en punta. &edetuvo apenas pas= la alambrera y qued= inm=vil aBn en la posici=n aplastada que habíaadoptado para entrar, mirando a Leaphorn con intensos ojos a<ules. @enudo gato, pens=Leaphorn. Cuartos traseros anchos como los de un lince. !l pelo enmaraFado sobre ellado i<quierdo de la cabe<a, y la suavidad del :lanco interrumpida por algo que parecíauna cicatri<. nimal dom;stico de algBn belagana, pens= Leaphorn. 2robablemente losacaron en unas vacaciones y se perdi=. Leaphorn escuch= a Chee atento a medias, tans=lo alerta a cualquier variaci=n en un relato que ya había leído dos veces en el in:ormeo:icial, y que había oído a Largo por tel;:ono. La otra mitad de su conciencia seconcentr= en el gato. Bn aga<apado junto a la puerta, calculando si ese humano e>traFoera una amena<a. 2robablemente, al entrar el gato, la puertecita había hecho el ruidosu:iciente como para despertar a un hombre de sueFo ligero, concluy= Leaphorn. !l gatoera delgado, huesudoR sus mBsculos tenían el aspecto :ibroso propio de los predadoressalvajes. !n realidad, si había sido un gato mimado, se había adaptado muy bien. Habíaentrado en armonía con su nueva vida. Como un navajo, sobrevivi=.Chee había :inali<ado su relato sin decir nada nuevo. ) nada di:erente. !l asiento demetal de la silla plegable resultaba duro para el co>is de Leaphorn. &e sinti= más cansadode lo que correspondía al mero hecho de haber conducido desde 8indo7 %oc9. &e decíaque Chee era listo. $ lo parecía. Largo insistía en su inteligencia. 4n hombre inteligentedebía tener alguna idea acerca de qui;n trataba de matarlo. $ de por qu;. &i no era loco,Pera un mentiroso5 U Cuando hubo lu<, mir= usted a:uera Odijo repentinamente LeaphornO. PQu; vioentonces5

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 U Tres casquillos vacíos de arma de :uego Orespondi= Chee, mientras sus ojos daban aentender que sabía que Leaphorn ya estaba enterado de todo esoO. Calibre doce. uegocentral. Huellas de suela de goma de un <apato pequeFo. Talla siete. /uevos. Conducíantalud arriba hacia el camino. &obre el talud, habían aparcado un vehículo. Las cubiertasestaban gastadas y perdía mucho aceite.

 U PHabía venido por el mismo camino5 U /o Ocontest= Chee, con inter;s en la preguntaO. Las huellas estaban abajo, junto a lamargen del río. U 2as= por donde este gato tiene su guarida. U !>acto.Leaphorn aguard=. 0espu;s de un largo silencio, Chee dijo? U @e pareci= que algo tenía que haber sucedido. 2ara que el gato saliera espantado de suescondrijo. 0e modo que mir; en torno Oe hi<o un gesto de desd;nO. !l suelo estaba llenode cosas. 2ens; que alguien se había estado de rodillas detrás del enebro. /o muy lejos dedonde la gente arroja la basura y siempre hay cantidad de material amontonado. 2eroencontr; esto.

&ac= su billetera, e>trajo un tro<o de papel amarillo y se lo tendi= a Leaphorn. U !s reciente OdijoO. /o hubiera podido mantenerse allí mucho tiempo entre la suciedad.!ra un envoltorio de un chicle Juicy ruit. U /o es gran cosa Odijo Chee, mirando con cierta con:usi=n.!:ectivamente, no era gran cosa. Leaphorn no podía imaginarse cuál habría podido ser suutilidad. !n realidad, parecía simboli<ar cuan escaso sería el trabajo que les insumiríacualquiera de esos casos. U 2ero es algo Odijo Leaphorn.&e imagin= la silueta aga<apada detrás del enebro, vigilando la caravana de Chee, unasilueta pequeFa que sostenía una carabina con la mano derecha y que con la i<quierdahurgaba en el bolsillo de la camisa en busca de un paquete de chicles. /o había :uriaviolenta, sino calma. 4n hombre que hacía su trabajo, cuidadoso, tomándose su tiempo.$, como un subproducto accidental, puso nervioso al gato aga<apado bajo el enebro, al punto de adormecer su impulso instintivo a permanecer escondido hasta que ese humanose marchara, y hacer que el pánico lo lan<ara en busca de un lugar más seguro. Leaphornsonri= ligeramente, go<ando con la ironía. U &abemos que masca chicle. Hombre o mujer Odijo CheeO. $ sabemos qu; clase dechicles masca a veces. $ que esS OChee busc= la palabra adecuadaO :río.$ yo s;, pens= Leaphorn, que Jim Chee es lo su:icientemente listo como para pensar qu; pudo haber espantado al gato. @ir= al animal, que aBn estaba acurrucado junto a la puerta, con los ojos a<ules :ijos en ;l. La mirada :ue su:iciente para desencadenar ladecisi=n. 0os hombres en un lugar cerrado era demasiado. !l gato sacudi= la puertecita,clacOclac, y sali=. !l ruido era su:iciente como para despertar a un hombre que estuvieradormido con un sueFo ligero, sobre todo si estaba nervioso. PTenía Chee algBn motivo para estar nervioso5 Leaphorn se movi= en la silla, buscando una posici=n más c=moda. U 4sted ha leído el in:orme sobre 8ilson &am Odijo LeaphornO. $ usted :ue allí.PCuándo5 1eamos esto otra ve<.sí lo hicieron. Chee había visitado el lugar cuatro días despu;s del asesinato y no habíaencontrado nada que agregara ningBn dato signi:icativo al in:orme. 4n estanque, donde bebía el rebaFo de 8ilson, estaba seco. &am había estado :uera tratando de encontrar una

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soluci=n al problema, inspeccionando sus animales. l caer la noche, no había regresado. la maFana siguiente, alguno de los $a<<ie, en cuyo grupo &am había contraídomatrimonio, había salido en su busca. 4n hijo de su cuFada recordaba haber oído elaullido de un perro. !ncontraron el perro vigilando el cadáver en un arroyo quedesembocaba en el Tyende Cree9, al sur de *rease7ood iats. Los agentes de

investigaci=n de Chinle habían llegado un poco antes de mediodía. La parte posterior dela cabe<a de &am estaba aplastada, justo en la articulaci=n entre la cabe<a y el cuello. Laautopsia posterior con:irm= que había sido golpeado con una pala que se habíaencontrado en las inmediaciones. Los parientes estuvieron de acuerdo en que no era la pala de &am. parentemente, el cadáver había caído y rodado por el talud del río, y elatacante había descendido tras ;l. !l sobrino lo había llevado en un vehículo directamentea la tienda de 0ennehotso, había llamado a la policía y luego vinieron las =rdenes demantener a todo el mundo apartado del cadáver hasta que ;sta llegara. U Todavía había unas buenas huellas cuando llegu; al lugar Odijo CheeO. Había caído unligero aguacero el día anterior al asesinato y se había producido un pequeFodesprendimiento hasta el :ondo del arroyo. (otas de vaqueros, con ambos talones

gastados, de talla die<, puntiagudas. 4n hombre pesado, probablemente de unos cien9ilos o más, o bien que acarreaba algo pesado. Camin= alrededor del cadáver, se puso encuclillas junto a ;ste.Chee hi<o una pausa, con el rostro meditativo. Luego prosigui=? U poy= ambas rodillas en tierra junto al cadáver. 2as; un rato estudiando las huellas de pies arrastrados y todo aquello. 2ens; que tal ve< podía haberlas dejado nuestra gentecuando levant= el cadáver. 2ero pregunt; a *orman, y me dijo que no, que ya estabancuando ;l reali<= la primera inspecci=n. U P*orman5 U !stá otra ve< con nosotros Odijo CheeO. 2ero en junio :ue nuevamente prestado aChinle. livio de vacaciones. !ra el tío aquel que salía conmigo en el aparcamiento, almediodía. *orman y (enaly. *orman es el gordo. U Pue un navajo el asesino5 Opregunt= Leaphorn.Chee vacil=, sorprendido. U &í Orespondi=O. 4n navajo. U 2arece usted muy seguro Odijo LeaphornO. P2or qu; navajo5 U !s curioso. &upe que era navajo. 2ero no pens; por qu;.$, marcando la enumeraci=n con los dedos, Chee e>plic=? U /o pis= el cadáver, lo que bien podía haber ocurrido. Cuando baj= al arroyo, tuvocuidado de no caminar por donde había corrido el agua. l regresar a la carretera, unaserpiente había cru<ado por allí, y cuando el asesino cru<= la huella que ;sta habíadejado, arrastr= los pies. P) es que Oagreg= tras una pausaO, un hombre blanco tambi;n loharía5 U Lo dudo, dijo Leaphorn.!l hábito de no pisar personas provenía de vivir en :amilias que vivían enteramente enuna sola habitaci=n y que dormían en el suelo. 4na cuesti=n de respeto. $ el respeto delos pastores del desierto por la lluvia debe de haber producido el tabB de no caminar sobre las huellas que deja el agua. P$ en cuanto a las serpientes5 Leaphorn trat= derecordar. &u abuela le había contado que si se atraviesa los rastros de una serpiente sin borrarlos arrastrando los pies, la serpiente le seguiría a uno hasta la casa. 2ero luego su

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abuela tambi;n le había contado que para un niFo era tabB guardar secretos ante lasabuelas, y que mirar un perro mientras orina provocaría locura. Luego, Leaphorn agreg=? U P$ con respecto al asesino de !ndocheeney5 P)tro navajo5 P2odía haber sido lamisma persona5 U llí no hay muchas huellas Orespondi= CheeO. !l cadáver estaba a unos cien metros de

la cabaFa, y despu;s de que :ue hallado, toda la :amilia anduvo por allí caminando. $ nohabía llovido. Todo estaba seco. U 2ero, usted, Pqu; piensa5 P)tro navajo5Chee medit=. U /o lo s; OdijoO. /o se puede a:irmar con toda certe<a. 2ero una ve< descartado todo loque usaba la gente que vivía allí, pienso que lo que qued= :ue una bota con tac=n planode goma. $ probablemente un pequeFo agujero, hecho por el uso, en la suela derecha. U 2or tanto, di:erente sospechoso Odijo LeaphornO. ) di:erentes <apatos.!n realidad, tres sospechosos distintos, contando a )nesalt. Leaphorn sacudi= la cabe<a, pensando en la improbabilidad de tal cosa, en su irracionalidad, en su locura. Luego pens= en Chee. 4n joven impresionante. 2ero, Ppor qu; no tenía al menos un palpito de

qui;n había querido matarlo5 P) por qu;5 P!ra posible que no lo supiera5 Leaphornsinti= dolor de espalda. !n los Bltimos días había pasado demasiado tiempo sentado, yeso le había provocado el dolor. &e levant= de la silla, camin= hasta la ventana que sehallaba sobre el :regadero y mir= hacia a:uera. &inti= algo arenoso bajo la suela de la bota, se inclin=, y lo encontr=. !l perdig=n redondo de plomo de un casquillo de arma de:uego.&e lo mostr= a Chee. U P!ste es uno de ellos5 U &upongo Odijo CheeO. $o barrí, pero cuando atraviesan la ropa de cama, van a parar acualquier sino.Leaphorn pens= en todo, salvo en Jim Chee. !ra una desgracia que tuviese tantadi:icultad para aprender a creer en la suerte. U PHa visto algo, lo que :uere, que pudiera establecer un ne>o entre las cosas de!ndocheeney y las de &am5 P&ea lo que :uere5 lgo que relacione a alguno de ellos conesto5 Odijo Leaphorn seFalando los tres agujeros de bala. U He pensado en eso Odijo CheeO. /ada. U P/o ha saltado en ningBn sitio el nombre de #rma )nesalt5 U P)nesalt5 PLa mujer a la que dispararon cerca de 8indo7 %oc95 /o. U 1oy a pedir a Largo que lo libere de cualquier otra cosa y que se dedique usted atrabajar en todo lo concerniente a !ndocheeney y &am Odijo LeaphornO. P!stá deacuerdo5 Quiero decir, hablar con todo el mundo acerca de todo. Con qui;nes hablaban. qui;nes veían. Trate de establecer qu; podían perseguir los asesinos. 2rocure encontrar cualquier orientaci=n, por pobre que sea. Trabaje en esto día tras día, sin descanso, hastaque logremos tener una idea de qu; diablos hay aquí encerrado. P0e acuerdo5 U 2or supuesto Odijo CheeO. @uy bien. U Plgo más sobre el atentado contra usted que no pare<ca re:lejarse en el in:orme del(#5Chee pens= en ;l. &us labios se torcieron en un gesto de duda o de desprecio. U /o lo s; OdijoO. 2recisamente esta maFana encontr; esto. Qui<á no tenga nada que ver con nada. 2robablemente, no.

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1olvi= a sacar su cartera y e>trajo algo pequeFo y redondo de color mar:il. &e lo tendi= aLeaphorn. Tenia :orma de abalorio, aparentemente, de hueso. U P0=nde estaba5 U !n el suelo. (ajo el banco. Tal ve< se cay= cuando cambi; la cama. U P4sted qu; piensa5

 U 2ienso que nunca he tenido nada que tuviera abalorios como ;ste, ni conocí a nadieque poseyera algo parecido. @e pregunto c=mo lleg= aquí. U P) por qu;5 Opregunt= Leaphorn. U &í. ) por qu;.&i crees en brujos, pens= Leaphorn, como es probable que ocurra con Chee, hay queconsiderar un abalorio de hueso como una manera de matar propia de brujos, pues altratarse de un hueso humano, se produce la :atal en:ermedad del cadáver. $ si cargastus propios casquillos, o incluso aunque no lo hagas, querrías saber c=mo sería de simplequitar el pequeFo tap=n del e>tremo y agregar el abalorio de hueso a los proyectiles de plomo. 5 Capítulo !l viento soplaba del sudoeste, cálido y seco, arrastrando arena a trav;s de la huella

irregular que estaba :rente al coche patrulla de Jim Chee. Chee había dejado el coche aunos cien metros, en el camino de grava que conducía a la tienda de (ad7ater 8ash. Lohabía aparcado bajo las retorcidas ramas de un escuálido enebro, sitio que le procurabauna pequeFa sombra y una amplia vista hacia atrás, al camino que ya había hecho. !stabasentado, simplemente, aguardando y observando. &i alguien lo había seguido, eso era loque intentaba averiguar.!l capitán Largo le había dicho? ceptar; la sugerencia del teniente. Leaphorn quiereque disponga las cosas de tal manera que pueda usted trabajar en nuestros asesinatos.Como era habitual en el capitán, cuando hablaba sus manos cobraban vida propia,clasi:icaban papeles sobre el escritorio del capitán, reordenaban el caj=n superior delescritorio, trataban de dar nueva :orma a un pliegue en el sombrero del capitán. U mi juicio, se equivoca Odijo LargoO. Creo que debi;ramos dejar esas cosas al (#. !l(# no va a resolver nada, y nosotros tampoco, pero al (# le pagan por ello, y nadieconseguirá nada al respecto mientras nosotros no tengamos alguna suerte, y sacarle austed de su trabajo regular no es precisamente contribuir a nuestra suerte. P/o es cierto5 U sí es, seFor.Chee no estaba seguro de que Largo esperara o no una respuesta, pero un buen policía, al parecer, debía e>presar su consentimiento. /o quería que el capitán cambiara de idea. U @e parece que Leaphorn piensa que el atentado contra usted tiene relaci=n con uno uotro de esos asesinatos, o tal ve< con ambos. /o lo dice así, pero me parece que es lo que piensa. $o no veo ninguna relaci=n. PQu; piensa usted5Chee se encogi= de hombros. Luego dijo? U /o veo c=mo. U /o Oacord= Largo, con e>presi=n esc;ptica mientras miraba a CheeO. menos queusted me est; ocultando algo. O$ el tono del juicio llevaba implícito un signo deinterrogaci=n. U /o le oculto nada Odijo Chee. U veces, sí Odijo Largo, pero no insisti=O. La verdadera ra<=n por la que accedo a estoes que quiero que usted siga con vida. $a es bastante que hayan disparado contra usted.

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@ire esto Oagreg= Largo seFalando la carpeta que había sobre su escritorioO, y aBn no haterminado. #magínese c=mo sería si alguien le matara a usted.Largo estir= los bra<os en un gesto que abarcaba montaFas de e>pedientes. U Cuando mataron a aquel hombre en la subagencia de Cro7npoint, allá por los aFossesenta, se pasaron dos aFos haciendo in:ormes sobre el asunto.

 U 1ale Odijo CheeO. !stoy de acuerdo. U Lo que quiero decir es que averigYe usted todo lo que pueda de !ndocheeney y de8ilson &am y vea de qu; puede enterarse, pero sobre todo quiero que vaya allí dondeseria muy di:ícil que alguien pudiera volver a dispararle. !n caso de que aBn tuvieran laintenci=n de hacerlo. W0ej;mosles tranquili<arseX Cuídese. U (ien Ohabía dicho Chee, intentándolo.$ mientras se hallara por allí, había aFadido Largo, bien podía hacer un trabajo Btil. 2or ejemplo, la gente de la re:inería de @onte<uma Cree9 estaba irritada porque alguienrobaba gasolina de la línea colectora. $, al parecer, alguien andaba merodeando el parqueturístico en *oosenec9s y otros parajes, y robaba material de los coches. !tc;tera. La listaera larguísima, indicaba que la declinaci=n de la naturale<a humana en el sector de la

reserva perteneciente a 4tah era más o menos la misma que en la jurisdicci=n, bienconocida para Chee, de /uevo @;>ico. U Le dar; el papeleo Ohabía dicho Largo, metiendo en una sola carpeta papeles e>traídosde distintos archivosO. otocopias. @e gustaría poder terminar con esta costumbre demeterse en los coches de la gente Oagreg=O. La gente monta en c=lera, va al despacho del je:e y entonces es ;l quien monta en c=lera. Tenga cuidado. $ vuelva con algo hecho.$ ahora, aparcado aquí, :uera de la vista y vigilando su retaguardia, Chee tenía cuidado,e>actamente como se le había ordenado. &i el hombre Do la mujerE de la escopeta loseguían, tenían que venir :or<osamente por ese camino. La Bnica manera distinta dellegar a la tienda de (ad7ater 8ash era por el río &an Juan, y luego coger una de lashuellas que unían el río con las cabaFas dispersas donde el terreno lo permitía, a lo largodel río. (ad7ater no era un lugar por el que se pasara accidentalmente en camino haciaotro sitio.!n ese momento, el Bnico polvo en el camino de (ad7ater era el que levantaba el viento.Las nubes de la tarde ya se habían :ormado sobre (lac9 @esa, lejos hacia el sur, y producían relámpagos y turbulencia en el aire. 2or lo que Chee podía calcular a cuarentay cinco 9il=metros de distancia, no llovía. !studi= las nubes, go<ando con el abanico dea<ules y de grises, su :orma y su movimiento. Las horas que había dedicado a pensar enqui;n habría querido matarlo tenían e:ectos depresivos. &u imaginaci=n le había dejadograbada en la mente una escena? ;l, de pie ante un gran :arall=n de piedra blanda, lisocomo un espejo, tanteaba desesperadamente en busca de ine>istentes puntos de apoyo para los dedos. 2ero había un segundo e:ecto desagradable. !sa cacería persistente demalicia, de mala voluntad, de odio Oese e>aminar con cínico escepticismo relaciones conamigos y sociosO lo había entristecido. $ luego, el teniente Leaphorn. Había conseguidodel hombre lo que quería, más de lo que había esperado. 2ero el teniente no habíacon:iado en ;l cuando se encontraron, y tampoco cuando se separaron. Leaphorn no lehabía gustado nada el abalorio de hueso. Cuando Chee se lo mostr=, el rostro del tenientecambi=, e>pres= disgusto y algo que bien podía interpretarse como desprecio. !n el pequeFo universo de la 2olicía /avaja, cuya dotaci=n total era de unos ciento veintehombres bajo juramento, el teniente Leaphorn era una 2ersona !>tremadamente

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#mportante, y algo legendaria. Todo el mundo sabía que odiaba a los contrabandistas delicores. Chee compartía ese sentimiento. Todo el mundo sabía tambi;n que Leaphorn noera tolerante con la brujería ni con nada que con ella tuviera alguna relaci=n, como losque creían en brujos o las historias sobre s9in7al9ers, la en:ermedad del cadáver, lascuraciones para esta en:ermedad y todo lo concerniente a los Lobos /avajos. Había dos

historias acerca de c=mo Leaphorn había contraído su obsesi=n. &e decía que cuando eranuevo en la :uer<a, en los viejos tiempos, se había equivocado en su juicio con respecto aciertos rumores sobre s9in7al9er en Chec9erboard. /o había actuado de acuerdo con loque había oído decir, y un individuo mat= a tres brujos y luego se suicid=. &e suponía que;sta era la ra<=n por la que al teniente le disgustaba la brujería, y era en verdad una buenara<=n. La otra historia decía que era descendiente del gran Chee 0odge y había heredadoel convencimiento de 0odge de que la creencia en los s9in7al9ers no :ormaba parte de lacultura navaja, de que la tribu se había visto in:estada por esa idea durante su cautiverioen ort &ummer. Chee suponía que ambas historias eran verdaderas. /o obstante, Leaphorn se había guardado el abalorio de hueso. U veriguar; al respecto Ohabía dichoO. Lo enviar; al laboratorio para saber si es hueso,

y qu; clase de hueso.Luego, tras arrancar una hoja de su cuaderno de notas, había envuelto con ella el abalorioy lo había guardado en el bolsillo del rinc=n de su billetera. continuaci=n había miradosilenciosamente a Chee por un instante, para terminar preguntando? U PTiene alguna idea de c=mo pudo venir a parar aquí5 U !s e>traFo Ohabía respondido CheeO. 2ero usted sabe que se podría arrancar el e>tremoa un casquillo de escopeta, quitarle los tacos e introducir un abalorio como ;ste con los perdigones.La e>presi=n de Leaphorn se había trasmutado casi en una sonrisa. P!ra desprecio5 U PComo un brujo que disparara el hueso5 &e supone que hacen tal cosa a trav;s de untubo pequeFo. O$ dio a sus labios la :orma típica que se adopta para soplar.Chee había asentido con la cabe<a, ligeramente rubori<ado.hora al recordarlo, volvía a sentir rabia. l diablo con Leaphorn. Que crea lo que se leantoje. La historia originaria de los navajos e>plicaba la brujería con su:iciente claridad,y constituía un aspecto l=gico de la :iloso:ía sobre la cual el dinee había :undado sucultura. &i al este de la realidad e>istían el bien, la armonía y la bellle<a, tenían quee>istir ;l mal, el caos y la :ealdad al oeste. Lo mismo que un cristiano no:undamentalista, Chee creía en la metá:ora po;tica de la historia navaja del origenhumano. unque no creía en la costilla de dán, ni en el tamaFo de la caFa a trav;s de lacual el 2ueblo &agrado emergi= al @undo de la &uper:icie Terrestre, creía en cambio enlas lecciones que esas imágenes estaban destinadas a enseFar. l diablo con Leaphorn ylo que ;ste no creía. Chee encendi= el motor y baj= el talud hasta la carretera. Queríallegar a (ad7ater 8ash antes de mediodía.2ero no pudo sacarse del todo a Leaphorn de la cabe<a. Leaphorn había planteado un problema. U 4na cosa más Ohabía dicho el tenienteO. Hemos recibido una queja acerca de usted.$ le cont= lo que le había dicho el m;dico de la Clínica (ad7ater. U $ello7horse a:irma que usted ha estado inter:iriendo la práctica de su religi=n.

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$ aunque la e>presi=n del teniente daba a entender que no consideraba que la quejatuviera mayor importancia, el mero hecho de mencionarla signi:icaba que Chee debíadesistir. U Le he dicho a la gente que $ello7horse es un simulador Odijo, cortante, CheeO. Le hedicho a la gente que el m;dico simula ser un adivino para llevarla a la clínica.

 U &upongo que no lo haría durante el horario de trabajo Odijo LeaphornO. /o cuando estáde servicio. U 2robablemente, sí. P2or qu; no5 U 2orque eso viola disposiciones vigentes Orespondi= Leaphorn, cuya e>presi=n se torn=inequívocamente seria. U PC=mo5 U @e parece que no es di:ícil de comprender Ohabía dicho LeaphornO. /o tenemosmanera alguna de otorgar licencia a nuestros shamanesR nadie más que el gobierno :ederal puede autori<ar a los predicadores. &i $ello7horse dice que es m;dico, o brujo de la#glesia /ativa mericana, o el 2apa, ;se no es problema de la 2olicía Tribal /avaja. /ohay reglamentaci=n contra eso. /i ley.

 U $o soy navajo Odijo CheeO. 1eo que alguien utili<a con cinismo nuestra religi=nS quealguien que no cree en nuestra religi=n la utili<a con tal cinismoS U PQu; daFo hace5 Opregunt= LeaphornO. Tal como yo lo entiendo, recomienda quevayan a un yataalii si necesitan un canto ceremonial. $ los dirige al hospital de los blancos s=lo si tienen un problema de hombre blanco. 0iabetes, por ejemplo.Chee no respondi= a eso. &i Leaphorn no podía comprender el problema, el sacrilegio queello implicaba, es que Leaphorn era ciego. 2ero ;se no era el problema. Leaphorn era tancínico como $ello7horse. U 4sted mismo ha declarado que es un yataalii, he oído decir Ocoment= LeaphornO. Heoído decir que canta la (endici=n.Chee había asentido con la cabe<a, sin decir nada. Leaphorn lo había mirado un momentoy había suspirado. U Hablar; con Largo sobre este tema Odijo.$ eso signi:icaba que uno de esos días Chee tendría una conversaci=n con el capitánsobre eso, y que, si no tenía suerte, Largo le daría la orden terminante, inequívoca, de quedejara de re:erirse a $ello7horse en tanto shamán. Cuando sucediera tal cosa, ya veríac=mo se las arreglaría. 2or el momento, el camino hacia (ad7ater iba de mal en peor.Chee se concentr= en la conducci=n. la 2olicía Tribal /avaja correspondía ju<gar, por una cuesti=n de comodidad, si(ad7ater estaba en la porci=n de la *ran %eserva que caía en territorio de ri<ona. Lasabiduría local sostenía que el almac;n se hallaba realmente en 4tah, unos nueve metrosal norte de la línea imaginaria que marcaba la :rontera. 4no de los chistes del lugar eraque el anciano #saac *insberg, quien construy= las instalaciones, tenía la costumbre desalir de su habitaci=n, detrás de la tienda, para meterse en una cabaFa de piedra del otrolado del camino, a unos cien metros al sur, porque no podía soportar los :ríos inviernos de4tah. /adie parecía saber e>actamente d=nde se hallaba aquel sitio, cartográ:icamentehablando. &u empla<amiento, en una estrecha abertura rodeada de :antásticos :arallonesnegros, a<ules y tostados, de trescientos metros de altura, lo destacaba ante miradas panorámicas que eran, más que nada, pura adivinaci=n. $ nadie se tomaba el trabajosu:iciente de hacer algo más que adivinar.

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Hist=ricamente, había sido una aguada para pastores. !n las inmensas y malas tierrassecas de Casa del !co @esa, era un sitio raro, donde una primavera segura producía pantanos de agua potable. !n una <ona des;rtica, el agua buena es siempre un imán,dondequiera que se encuentre. !n un paisaje como Casa del !co, donde el yeso y todo unarsenal de minerales solubles teFía el agua de lluvias apenas acabada de caer, el material

que se :iltraba bajo los arenosos lechos de los arroyos era un compuesto de elementosquímicos tal que mataría incluso plantas rodadoras y tamariscos. sí, en (ad7ater 8ash,las primaveras eran un imán para todo ser viviente. traían a aquellos pequeFos ycorreosos mamí:eros y reptiles que sobreviven en tan hostiles lugares. !ventualmente,atraía a los machos cabríos que se e>traviaban de los rebaFos que los navajos habíanrobado a los indios pueblo. Luego vinieron los pastores de cabras. Luego, los de ovejas.2or Bltimo, los ge=logos descubrieron el poco pro:undo pero persistente dep=sito de petr=leo de neth, que llev= a la meseta una breve y polvorienta e>plosi=n. La e>plosi=nde per:oraci=n de po<os dej= detrás de una pequeFa re:inería en @onte<uma Cree9, unadispersi=n de bombas robot, y una obsoleta red de huellas de cami=n que las unían almundo. !n algBn momento de este período comprendido entre la e>plosi=n y el polvo,

atrajo tambi;n a #saac *insberg, quien construy= la tienda con placas de arenisca roja, segan= el nombre navajo de @iedo a su @ujer, y muri=. La mujer a la que *insberg debíasu título era una navaja del clan del Lodo, llamada Li<<ie Tonale, quien se había casadocon *insberg en lagsta::, se había convertido al judaismo, y, segBn se creía en el lugar,lo había persuadido de que estableciera su negocio en un sitio tan increíblemente aislado porque era el de acceso más di:ícil posible para sus parientes. !ra un motivo importante.0e no haberlo hecho así, la tienda hubiera quebrado en un mes, puesto que Li<<ie Tonaleno habría podido recha<ar a ningBn pariente que necesitara productos en lata, gasolina oun pr;stamo, y mantener al mismo tiempo su condici=n de mujer respetable. uerancuales :ueren sus motivos, la viuda TonaleO*insberg rigi= la tienda, que jamás abri= en&abbath, durante veinte aFos hasta su propia muerte. &e la había dejado a su hija, Bnico:ruto de aquella uni=n. Chee había visto s=lo dos veces a esta Bltima. !so bastaba paracomprender el nombre con que se la conocía en el lugar? @ujer de Hierro.hora bien, cuando el coche policial bajaba ya por la Bltima pendiente y entraba en elirregular patio de la tienda de (ad7ater 8ash, vio, de pie en el porche, la corpulenta:igura de @ujer de Hierro. Chee aparc= la mayor parte posible del vehículo a la escasasombra de un tamarisco y esper=. !ra una cortesía que había aprendido de niFo en unasociedad en la que se premia la modestia, se aprecia la privacidad, y los visitantes, aunlos de una tienda de ultramarinos, son demasiado raros. /o vayas a la cabaFa de nadieOle había dicho su madreO. 2odrías ver algo que no quisieras ver.0e tal suerte, Chee permaneci= sentado, sin pensar en ello, para dar tiempo a losresidentes de (ad7ater 8ash a que entraran en armonía con la idea de la visita de un policía tribal, guardaran silencio y pusieran orden o hicieran lo que las buenas manerasnavajas e>igieran. @ientras tanto, respirando libremente, Chee miraba por su espejoretrovisor la gente que había en el porche. @ujer de Hierro se le había unido otra mujer,tan delgada y encorvada como corpulenta y tiesa era la primera. Luego aparecieron en la puerta del :rente dos hombres j=venes, que, en el polvoriento espejo retrovisor, parecíanvestidos e>actamente de la misma manera. mbos llevaban una vincha roja en la :rente,una camisa a cuadros, de color rojo pálido, pantalones tejanos y botas de vaquero. @ujer de Hierro decía algo a la mujer encorvada, quien asentía con la cabe<a y miraba divertida.

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Los dos j=venes, de pie uno junto al otro, miraban con implacable rude<a al coche deChee. !n el rinc=n del edi:Zcio había aparcado un viejo sedán ord con el lado derechodel eje posterior apoyado en un ladrillo de ceni<a. Junto a ;l, elevado sobre su suspensi=nrural, se hallaba un *@C cuatroOporOcuatro. !ra negro con :inas rayas amarillas. Cheehabía preguntado el precio de un modelo similar en armington, pero estaba muy lejos de

 poder pagarlo. hora lo admiraba. 4n vehículo que podía ir a cualquier parte. 2erodesproporcionadamente lujoso para lo que cabía esperar de un vehículo aparcado en(ad7ater 8ash. trav;s de su parabrisas, más allá de la delgada pantalla que :ormaban las hojas delolivo, la masa roja del :arall=n se elevaba al cielo, re:lejando el sol. 4n calor seco invadíaíntegramente el coche patrulla. Chee sinti= el aguij=n de un malestar. $a se estabaacostumbrando a eso, ya comen<aba a :amiliari<arse con la angustia, pero no aprendía acomplacerse en ella. &ali= del coche y camin= hacia el porche, con la mirada :ija en loshombres, quienes a su ve< mantenían la suya :ija en Chee. U $aOtahOhey Odijo a @ujer de Hierro. U $aOtahO respondi= ellaO. @e acuerdo de usted. !s usted el policía nuevo de &hiproc9.

Chee asinti= con la cabe<a. U !stuvo aquí el otro día con el agente del gobierno por el asunto de !ndocheeney. U Correcto Odijo Chee. U !ste hombre ha nacido en el 2ueblo de Hablar Lento, en los &alt Oin:orm= @ujer deHierro a la mujer encorvada, nombrando a la madre de Chee, a su tío materno y su abuelamaterna, y luego recit= la rama paterna de la :amilia.@ujer !ncorvada pareci= complacida. !scudriF= a Chee con la cabe<a echada hacia atrásy los ojos casi cerrados, mirando por debajo de los párpados, t;cnica que la cegueraconsecutiva al glaucoma y las cataratas enseFa a sus víctimas. U !s mi sobrino Odijo @ujer !ncorvadaO. $o he nacido en el pueblo gua marga, clandel &alto del 1enado. @i madre era @ujer *ris /e<.Chee sonri=, reconociendo el parentesco. !ra bastante vago, ya que los gua margaestaban emparentados con su clan &ait y, por tanto, con la :amilia de su padre. !l sistemaimplicaba que Chee, y todos los otros navajos, tenían in:inidad de parientes. U P0e servicio5 Opregunt= @ujer de Hierro. U &=lo dando una vuelta Odijo CheeO. 1iendo lo que pueda.@ujer de Hierro no pareci= convencida. U /o viene usted mucho por aquí OdijoO. /adie viene si no es con alguna :inalidad.Chee era consciente de que los dos hombres lo vigilaban. penas hombres. 0ieciocho odiecinueve aFos, calcul=. !videntemente hermanos, pero no gemelos. !l que estaba máscerca de ;l tenía la cara más :ina y una cicatri< blanca que :ormaba una media luna juntoa la =rbita del ojo i<quierdo. &egBn las viejas reglas de cortesía navajas, primero teníanque darse a conocer ellos, puesto que ;l era el e>traFo en territorio de los hermanos. /o parecían preocuparse por las viejas reglas. U @i clan es de la *ente de Hablar Lento Oles dijo CheeO. /ací en la dinee de &alt. U 2ueblo de La Hoja Odijo el más delgadoO. Clan del Lodo Oagreg= con cara taciturna.La sensible nari< de Chee percibi= un tu:o de alcohol. Cerve<a. !l hombre del clan de LaHoja despla<= la mirada de Chee para estudiar el coche patrulla. *esticul= vagamentehacia el otro hombre. U @i hermano Odijo.

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 U PQu; hay de nuevo5 Odijo @ujer de HierroO. He oído por radio que ha habido una pelea a cuchillo en una boda en Teec /os 2os. 4no de los del equipo de *orman ha sidoherido. PQu; sabe de eso5@uy poco era lo que Chee sabía de aquel asunto, Bnicamente lo que había oído decir antes de la reuni=n matutina de la patrulla. /ormalmente trabajaba al este y al sur de

&hiproc9, no en esta regi=n casi vacía del noroeste. part= la mente de la cerve<a Dcuya posesi=n era ilegal en la %eservaE y trat= de recordar lo que había oído. U /o demasiado Odijo CheeO. 4n tío andaba detrás de una chica y ;sta tenía un cuchillo.Lo hiri= en el bra<o. Creo que era una chica de &tanding %oc9. /o mucho más.@ujer de Hierro pareci= decepcionada. U 2ero lo he oído por radio OdijoO. 2or aquí hay mucha gente relacionada con el equipode *orman.Chee había ido a la destartalada máquina roja de en:riar gaseosas, que estaba del ladointerior de la puerta del :rente, meti= dos monedas de veinticinco centavos y trat= de abrir la tapa. U &on tres Odijo @ujer de HierroO. !s demasiado caro traer este g;nero hasta aquí. $

en:riarlo. Hoy todo el mundo la quiere :ría. U /o tengo más cambio Odijo Chee.(usc= un d=lar y se lo e>tendi= a @ujer de Hierro. 0entro de la tienda estaba oscuro ymucho más :resco. !n la caja registradora, @ujer de Hierro le entreg= cuatro monedas. U La Bltima ve< vino usted con el hombre del (#, a preguntar acerca de alguien a quienhabían matado Odijo la mujer, respetando el tabB navajo de no pronunciar el nombre delmuertoO. PHan encontrado al asesino5Chee sacudi= negativamente la cabe<a. U quel tío que vino hasta aquí en su busca el día que lo mataron. 2ara mí que :ue ;l. U !s una locura Odijo CheeO. Hemos encontrado a ese hombre en su cabaFa en lasChus9as. 4n hombre al que llaman %oosevelt (istie. (istie nos dijo que había venidoaquí a matar a ese hombre que :ue asesinado. $ el hombre que (istie buscaba estabasobre el techo de su coberti<o reparando algo, (istie le dispar= y el hombre cay=. 2ero elhombre :ue asesinado con un cuchillo de carnicero. U sí es Odijo @ujer de HierroO. &eguro que :ue un cuchillo. %ecuerdo que su hija me locont=. O&acudi= la cabe<a y mir= otra ve< a CheeO. P2or qu; le dijo aquel hombre que lehabía disparado5 U Tampoco podemos imaginárnoslo Odijo CheeO. (istie dijo que quería matar al hombre, pero no quiso decir por qu;.@ujer de Hierro :runci= el entrecejo. U %oosevelt (istie OdijoO. /unca he oído hablar de ;l. %ecuerdo cuando se par= aquí preguntando direcciones, nunca le había visto antes. Los parientes del hombre, Pconocena este tal (istie5 U /o hemos hablado con ninguno.Chee pensaba c=mo lo desaprobaría 6ennedy si le oyera discutir el caso con un pro:ano.$, a este respecto, tambi;n el capitán Largo, pues ;ste llevaba ya el tiempo su:iciente de policía como para comen<ar a actuar en secreto. 2ero 6ennedy era del (# hasta lostu;tanos, y la primera ley de la gencia era no decir nada a nadie. &i 6ennedy hubieseestado allí, escuchando aquella conversaci=n en navajo, esperaría impaciente unatraducci=n, convencido de que Chee estaría contando a aquella mujer más de lo que ella

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necesitaba saber. 2ero 6ennedy no estaba, y Chee tenía su propia teoría operativa. Cuantomás se contara a la gente, tanto más la gente le contaba a uno. /adie, y por cierto ningBnnavajo, desea ocupar el segundo plano en materia de contar cosas.Chee deposit= las monedas y escogi= una naranjada /ehi. ría y maravillosa. @ujer deHierro habl=. Chee bebi=. uera, el calor del mediodía irradiaba de la tierra amontonada

en el patio, lo que hacía que la lu< rielara. Chee acab= su gaseosa. !l cuatroOporOcuatro semarch= con un rugido, levantando polvo con las ruedas. Cerve<a en el cuatroOporOcuatro,conjetur= Chee. menos que los muchachos la compraran aquí. 2ero si @ujer de Hierroera una contrabandista de alcohol, ;l no estaba enterado, y no recordaba haber visto estelugar en el mapa que tenía Largo con las :uentes de licor en el territorio correspondiente asu subagencia. Cerve<a por la maFana, y un vehículo para conducir. @ujer de Hierrohabía dicho que ambos eran miembros del equipo de 6ayonnie, que llevaban cabrasaguas abajo por el &an Juan hacia el norte y a veces trabajaban en los campos petrolí:eros. 2ero era evidente que @ujer de Hierro no quería hablar de los chicos de6ayonnie, sus vecinos, con un e>traFo. La víctima del asesinato local era otra cuesti=n.!lla no podía entender qui;n había sido su autor. !ra un anciano ino:ensivo. !staba

siempre en su casa. 0esde que había muerto su mujer, raramente salía siquiera hasta latienda. Qui<á dos o tres veces por aFo, a veces a caballo, a veces con algBn pariente,cuando uno de ;stos venía a verlo. /o había hijas de !ndocheeney que llevaran susmaridos a casa, de modo que el anciano vivía solo. Lo Bnico importante que podíarecordar en relaci=n con ;l era un Canto de Hormiga marilla que se había hecho para ;lseis o siete aFos antes, a :in de curarlo de algo, u otro despu;s de la muerte de su mujer.!n todos los aFos que ella había pasado en (ad7ater, toda su vida, no podía recordarlometido en ningBn tipo de líos, ni implicado en problemas de mala índole. U Como e>traer madera en un sitio ajeno de recolecci=n de madera, o coger el agua deotra :amilia, o llevar su ganado a donde no le correspondía, o dejar de prestar ayuda acualquiera que la necesitara. /unca he oído decir nada malo de ;l. /unca se metía en problemas. &iempre ayud= a baFar las ovejas, siempre trat= de ocuparse de sus parientes,siempre estaba allí donde había un canto Odijo @ujer de Hierro. U /o s; si le he contado alguna ve< que yo estudi; para ser un yataalii Ointerrumpi=CheeO. Hago las (endiciones y algunas otras cosas.&ac= su billetera, e>trajo una tarjeta y se la e>tendi= a @ujer de Hierro. La tarjeta decía? 

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ENDICIONESy otros cantos ceremoniales por un cantor que ha estudiado con 6ran9 &am /a9aiContactar con Jim Chee

Las líneas siguientes consignaban su direcci=n y nBmero de tel;:ono en Cuartel de la2olicía de &hiproc9. &e lo había dicho al telegra:ista, pensando que podría compaginarlocon el capitán Largo siempre y cuando el capitán no se enterara. Hasta el momento, elriesgo parecía escaso. /o había habido llamadas, ni cartas.@ujer de Hierro parecía compartir la :alta general de entusiasmo. @ir= la tarjeta y la dej=sobre el mostrador. U Todo el mundo le quería Odijo @ujer de Hierro, volviendo al temaO. 2ero ahora estámuerto. lgunos dicen que era un s9in7al9er.!l rostro de la mujer re:lejaba disgusto. U Hijos de puta Oagreg=, aclarando que su disgusto no se re:ería a los s9in7al9ers, sino alos rumoresO. Cuando vives de ti mismo, la gente dice este tipo de cosas.

) cuando te apuFalan a muerte, pens= Chee. La muerte violenta siempre parece provocar rumores de brujería. U &i todos los que lo rodeaban lo querían Odijo CheeO, quienquiera que lo haya matadotuvo que haber venido de otro sitio. Como (istie. PConocía a alguien más de algBn otrositio5 U Creo que no Odijo la @ujer de HierroO. !n todo el tiempo que llevo aquí, s=lo recibi=una carta.Chee sinti= un estremecimiento de e>citaci=n. 2or :in algo. U P%ecuerda usted algo al respecto5 P0e qui;n era5 /aturalmente, ella lo recordaba. La llegada de cualquier correo a aquellos aislados parajes debía de ser un tema de conversaci=n, especialmente la destinada a un hombreque nunca recibía cartas y que, si ello ocurría, no podía leerlas. Tenía que quedar en la pequeFa caja de <apatos seFalada con la palabra C)%%!), en el estante que estaba sobrela caja registradora de @ujer de Hierro, y constituir un tema de conjeturas y especulaci=nhasta que !ndocheeney llegara, o se presentara algBn pariente en quien se pudiera con:iar que se la entregaría. U /o era de nadie Odijo @ujer de HierroO. !ra de la tribu. 0e 8indo7 %oc9.La e>citaci=n se es:um=. U P0e una de las o:icinas tribales5 U &ervicios &ociales, me parece que era. 4na de esas que están permanentementemeti;ndose con la gente. U P$ acerca de sus arras5 Opregunt= CheeO. PHay algo inusual en ello5@ujer de Hierro lo llev= detrás del mostrador, busc= una llave en uno de los pliegues desu voluminosa :alda de la reserva y abri= el gabinete con tapa de vidrio donde guardabalas arras.Las posesiones de !ndocheeney dejadas en garantía por el cr;dito incluían un cintur=n deconchas pesadas y toscamente trabajado, pasado de moda y muy descoloridoR un pequeFosaco que contenía nueve viejas monedas de veinte pesos me>icanos, con la plata tandescolorida como el cintur=nR dos anillos :undidos en molde de arenaR y una hebilla decintur=n, de plata :undida en molde de arena. La hebilla era hermosa, un sencillo modelo

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geom;trico predilecto de Chee, con una Bnica gema de per:ecta turquesa en el centro.Chee lo cogi= en la mano, admirándolo. U $ esto Odijo @ujer de Hierro, golpe= una pequeFa bolsa de piel de ciervo sobre elmostrador y volc= un puFado de pepitas de turquesa y de :ragmentos sin montar. U !l viejo hacía algo de or:ebrería de ve< en cuando. ) había acostumbrado hacerlo.

0espu;s de la muerte de su mujer pens= que era demasiado viejo para eso. /o había en las turquesas nada de notable. Tal ve< valieran unos doscientos d=lares. @ásotros doscientos d=lares por el cintur=n, qui<á unos cien por la hebilla y probablementequince o viente d=lares por cada una de las monedas. !n una ;poca habían sido la materia prima normal para conchas de cintur=n de la reserva, y baratas, pero hacía ya muchotiempo que @;>ico había dejado de producirlas, y el precio de la plata se había elevado. /ada de notable al respecto, salvo la belle<a de la hebilla. &e pregunt= si !ndocheeney lahabría :undido ;l mismo. $ se pregunt= por qu; ninguno de sus parientes habíareclamado esas pertenencias. )trora, la tradici=n habría e>igido que ese material personalacompaFara al cadáver. 2ero esa tradici=n había pasado al olvido. ) qui<á los parientesde !ndocheeney no sabían nada acerca de aquellas arras. ), tal ve<, no querían pagar por 

rescatarlas. U PQu; cantidad :igura en el documento del anciano5 Opregunt= Chee.@ujer de Hierro no tuvo necesidad de mirarlo. U Ciento dieciocho d=lares OdijoO. $ unos centavos. /o es demasiado, pens= Chee. @ucho menos que el valor de aquellas cosas. Cualquierasin nada de e:ectivo podía conseguirla s=lo con la venta de unas pocas cabras. U $ luego está aquello Odijo @ujer de Hierro, quien seFal= con la cabe<a hacia el rinc=nde detrás del mostrador. llí había un a<adon para cavar agujeros para postes, dos hachas,un par de muletas, un re:rigerador manual para helados, y lo que parecía ser un viejo ejede coche convertido en barra sacaclavos, Chee mir= con:undido. U Las muletas Odijo @ujer de Hierro con impacienciaO. Tambi;n quería empeFarlas, pero, Pqui;n diablos quiere muletas5 Te las prestan gratis en la Clínica (ad7ater, demodo que no quise tomarlas como arras. !n cualquier caso, allí las dej=. 0ijo que le dierala mitad si conseguía venderlas. U P!staba herido5 Opregunt= Chee, y pens= que podía haber encontrado una manera másinteligente de :ormular la pregunta.@ujer de Hierro parecía pensar lo mismo. U &e quebr= una pierna. &e cay= de alguna parte y en la clínica tuvieron que ponerle unaescayola, de modo que volvi= con las muletas. U P$ luego se subi= enseguida al techo5 Odijo CheeO. l parecer no aprendía condemasida rapide<. U W/o, noX Odijo @ujer de HierroO. La pierna se la quebr= el otoFo pasado. @e pareceque se cay= de un cerco de varas. &e le qued= una pierna cogida.@ujer de Hierro rompi= una vara imaginaria con los dedos. U WTrasX Odijo.Chee pensaba en los parientes que no habían ido a recoger las arras. 2regunt=? U PQui;n enterr= al anciano5 U Trajeron un hombre que trabajaba en aquellos viejos po<os Orespondi= @ujer deHierro, e hi<o un amplio gesto con ambas manos para abarcar toda la mesetaO. 4nhombre blanco. &uele hacerlo para los otros. /o le preocupan los cadáveres.

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 U !se rumor de brujos. PHace mucho que oye hablar de eso o s=lo ahora5@ujer de Hierro mir= inc=moda. 2or lo que Chee sabía de ella, había ido a la escuela en*anado, al College de *anado, una buena escuela. $ era una judía, o casi, educada en esareligi=n. 2ero tambi;n era navaja, miembro de la dinee Halgai, el pueblo del clan del1alle. /o le gustaba hablar de brujos con e>traFos, no de una manera especí:ica.

 U &=lo ahora OdijoO. 0esde el asesinato. U Pue todo normal5 PQu; esperaría usted cuando alguien es asesinado5@ujer de Hierro se lami= los labios, se mordi= el in:erior y mir= cuidadosamente a Chee.0escarg= su peso sobre la otra pierna y, en el silencio reinante, el crujido de la tabla delsuelo bajo su <apato se convirti= en un poderoso gruFido. 2ero cuando, :inalmente, habl=,la vo< era tan d;bil que, a pesar de aquel silencio, Chee tuvo que es:or<arse para oírla. U 0icen que cuando lo encontraron, encontraron un hueso en la herida, allí donde había penetrado el cuchillo. U P4n hueso5 Opregunt= Chee, que dudaba haber oído bien.@ujer de Hierro levant= el pulgar y el índice a unos tres milímetros de distancia uno delotro.

 U 4n huesecito de cadáver Odijo. /o tuvo necesidad de e>plicar nada más. Chee estaba recordando el abalorio de huesoque había encontrado en su caravana. 5 Capítulo K!l doctor %andall Jen9s sostenía una hoja de papel en la mano. !ra de suponer que setrataba del in:orme del laboratorio sobre el abalorio, puesto que había llamado aLeaphorn desde su despacho para decirle que el in:orme estaba listo. 2ero Jen9s no dabaseFales de estar dispuesto a entregarlo. U &i;ntese Odijo Jen9s, y se sent= tambi;n ;l junto a la larga mesa de la sala dereuniones. Llevaba puesta una vincha de tela roja con el símbolo navajo del !scarabajodel @aí< tejido. !l pelo rubio le caía hasta los hombros, y debajo de su bata a<ul delaboratorio Leaphorn pudo ver el uni:orme, una deshilachada chaqueta de dril. Leaphorn,que descon:iaba de quienes se :ormaban estereotipos de los navajos, se es:or<aba por no:ormarse ;l tambi;n estereotipos de los demás. &in embargo, no podía evitar que el doctor Jen9s cayera en su estereotipo de mante de los #ndios. !sto quería decir que le irritaba,aun cuando le estuviera haciendo :avores. !n ese momento, Leaphorn tenía prisa, pero sesent=.Jen9s lo mir= por encima de las ga:as. U !l abalorio está hecho de hueso Odijo, y observ= la reacci=n del teniente.Leaphorn no estaba con humor para :ingir sorpresa. U /o me e>traFa Odijo. U (ovino OaFadi= Jen9sO. @oderno, pero no reciente. &i me entiende lo que quiero decir.@uerto hace el tiempo su:iciente para estar completamente deshidratado. Tal ve< veinteaFos, tal ve< cien, más o menos. U *racias por la molestia. @uchas gracias Odijo Leaphorn, quien se levant= y se puso elsombrero. U P!speraba usted que :uera humano5 Opregunt= Jen9sO. P4n hueso humano5Leaphorn vacil=. su regreso a 8indo7 %oc9 tenía trabajo por hacer? un rodeo que probablemente estaría causando problemas en ese momento, y una reuni=n del ConsejoTribal, que seguramente los provocaría. Tantos políticos juntos siempre creaban algBntipo de problema. Quería con:irmar la cita de !mma antes de dejar el hospital, y hablar 

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con el neur=logo acerca de ella, si era posible. $ luego estaban sus tres homicidios. Tres ymedio, si se tomaba en cuenta al agente Chee. demás, quería re:le>ionar sobre lo queacababa de enterarse, esto es, que el hueso no era humano. !n cuanto a qu; habíaesperado ;l, era algo que no concernía a Jen9s. Lo que a Jen9s concernía era la salud pBblica, más especí:icamente la salud pBblica de los navajos, los <unis, los acomas, los

lagunas, los hopis, a todos los cuales atendía el &ervicio #ndio de !stados 4nidos en*allup. Lo que concernía a Jen9s era, especí:icamente, la patología, una ciencia que amenudo el teniente Leaphorn deseaba conocer mejor, de manera de no tener que pedir :avores a Jen9s. U 2ens; que podía ser humano Odijo Jen9sO. Plguna relaci=n con #rma )nesalt5La pregunta sorprendi= a Leaphorn. U /o Orespondi=O. PLa conoce usted5Jen9s se ech= a reír. U /o e>actamente. /o socialmente. !stuvo aquí una o dos veces. (uscaba in:ormaci=n. U P&obre patología5P2or qu; querría #rma )nesalt in:ormaci=n de un pat=logo5, se pregunt= Leaphorn.

 U cerca de cuándo había muerto un grupo de personas Odijo Jen9sO. Tenía una lista denombres. U PQui;nes5 U &=lo le ech; un vista<o Orespondi= Jen9sO. 2arecían nombres navajos, pero realmenteno la estudi;.Leaphorn se quit= el sombrero y se sent=. U Cu;nteme acerca de eso OdijoO. Cuándo vino, todo lo que pueda recordar. $ cu;nteme por qu; este hueso de abalorio le hi<o pensar en )nesalt.!l doctor Jen9s cont=. 2arecía complacido.#rma )nesalt había ido una maFana, unos dos meses atrás. Qui<á un poco más. &i eraimportante, tal ve< pudiera precisar la :echa. La había conocido un poquito antes. Habíaido a verlo cuando en &hiproc9 estaba todavía en actividad la planta de semiconductoresRquería saber si ese tipo de trabajo era perjudicial para la salud. partir de entonces, lehabía dado in:ormaci=n un par de veces.Jen9s hi<o una pausa para poner en orden sus ideas. U PQu; clase de in:ormaci=n5 Opregunt= Leaphorn.!l rostro alargado y pálido de Jen9s dio muestras de un ligero embara<o. U 2ues, bien, una ve< quería ciertos detalles acerca de un par de en:ermedades, c=mo setratan, si es necesaria la hospitali<aci=n, por cuánto tiempo, etc. $ otra ve< quería saber siun contrabandista de alcohol que teníamos aquí había sido golpeado.Jen9s no dijo golpeado por qui;n. /o necesitaba decirlo. #rma )nesalt s=lo se interesaría,supuso Leaphorn, si la policía, y pre:eriblemente la 2olicía Tribal /avaja, era la parteculpable. #rma )nesalt no le gustaba la policía, y menos aBn la 2olicía /avaja.Llamaba cosacos a sus agentes. Los cali:icaba de opresores de !l 2ueblo. U !sa ve< traía consigo una hoja, que s=lo contenía nombres. Quería saber si podíarevisar mis registros y precisar la :echa en que había muerto cada uno de ellos. U P2odía hacerlo5 U !n algunos casos, tal ve<. &=lo si habían muerto en este hospital, o si por alguna ra<=nhabíamos intervenido en el trabajo postmortem. 2ero usted sabe c=mo :unciona esto. Lamayoría de las :amilias navajas no permiten la autopsia y en general la pueden detener 

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con :undamentos religiosos. &=lo tendría un registro de ellos si hubieran muerto aquí, ys=lo si había alguna buena ra<=n, como causas sospechosas, o inter;s del (#, o algo por el estilo. U PQuería saber ella la causa de la muerte5 U /o lo creo. l parecer, todo lo que quería eran :echas. Le dije que el Bnico sitio donde

se me ocurría que podría conseguir todas las :echas eran las secciones de estadística delos departamentos de salud del estado. !n &anta e, en 2hoeni> y en &alt La9e City. U echas Odijo LeaphornO. echas de sus :allecimientos.runci= el entrecejo. !ra e>traFo. U P/o dijo por qu;5Jen9s sacudi= la cabe<a, con lo que su cabellera rubia se balance=. U &e lo pregunt;. 0ijo que s=lo sentía curiosidad por una cosa Odijo Jen9s, y ri=O. /odijo por qu;, pero ese pequeFo abalorio de hueso que usted me trajo me hi<o pensar en#rma )nesalt porque ella habl= de brujería. 0ijo algo acerca del problema con loscantantes y la situaci=n de la salud. 0e c=mo la gente, atemori<ada por los cantores, piensa que un s9in7al9er la ha embrujado y, por tanto, adopta un tratamiento m;dico

err=neo, o un tratamiento innecesario, puesto que no está realmente en:erma. 2or esocuando vi su pequeFo abalorio, establecí la relaci=n.$, tras estudiar a Leaphorn para cerciorarse de que ;ste le comprendía, prosigui=? U $a sabe usted, esos brujos que soplan un trocito de hueso dentro de alguien para producirles la en:ermedad del cadáver. 2ero )nesalt nunca dijo que eso tuviera algo quever con su lista de nombres ni con lo que le interesaba saber. 0ijo que era aBn muy pronto. Que no debía hablar de ello todavía Ono entonces, quería decirO y que si surgíaalgo nuevo al respecto, me lo haría saber. U 2ero no volvi= Ocoment= Leaphorn. U &í que volvi= Odijo Jen9s, quien parecía re:le>ionar mientras se pasaba el pulgar por debajo de la vincha, para ajustarlaO. 0ebe de haber sido un par de semanas antes de que lamataran. !sa ve< quería saber qu; clase de tratamiento se indicaría para dos o tresen:ermedades, y cuánto tiempo habría de estar hospitali<ado. Cosas de este tipo. U PQu; en:ermedades5 Opregunt= Leaphorn, aunque, cuando pregunt=, no podíaimaginar qu; signi:icaría para ;l la respuesta. U 4na era la tuberculosis Odijo LeaphornO. 0e ;sta me acuerdo. )tra, me parece, era unacierta clase de patología del hígado Ose encogi= de hombrosO. /ada e>traFo. 4n tipo dedolencia que aquí solemos tratar, recuerdo. U P$ no se lo dijo entonces5 Quiero decir, si no le dijo entonces por qu; quería las:echas en que habían muerto aquellos individuos.l pronunciar estas palabras, Leaphorn pensaba en %oosevelt (istie, el hombre que trat=de matar a !ndocheeney, el hombre que tenían encerrado en &hiproc9, sin demasiadomotivo, de acuerdo con el in:orme de 6ennedy. %oosevelt (istie tenía un problema en elhígado. 2ero lo mismo le ocurría a mucha gente. $, despu;s de todo, Pqu; diablos podíasigni:icar tal cosa5 U $o tenía prisa Oe>plic= Jen9sO. 0os de nuestros colaboradores se hallaban devacaciones y yo cubría a uno de ellos, trataba de terminar mi propio trabajo para poder tomarme tambi;n las vacaciones. 0e manera que no hice preguntas. @e limit; a decirle loque quería saber y a liberarme de ella. U P&e lo e>plic= ella alguna ve<5 P0e alguna manera5

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 U Cuando regres; de las vacaciones, un par de semanas despu;s de aquello, alguien medijo que la habían matado. U &í Odijo Leaphorn.La mataron, pens= Leaphorn, y dejaron que Leaphorn adivinara por qu;R ya nadie parecía preocuparse demasido por ello. $ ;ste podría ser el motivo? este nuevo ejemplo de #rma

)nesalt en el papel de entrometida, para emplear la palabra belagana. &u madre la habríallamado, en navajo, una de esas que le dice a las ovejas qu; hierba deben comer. !raevidente que el trabajo de )nesalt en la ):icina /avaja de &ervicios &ociales no guardabamás relaci=n con estadísticas de mortalidad que con los accidentes de trabajo de la plantade semiconductores o, para tocar más de cerca la sensibilidad emocional del propioLeaphorn, con el castigo del mal comportamiento en la 2olicía Tribal /avaja. U PCree usted que aquello en lo que trabajaba tenía algo que ver con por qu;S OJen9sno termin= la oraci=n. U 1aya uno a saber Odijo LeaphornO. !l (# se ocupa de los homicidios en las reservasindígenas.Leaphorn se sorprendi= diciendo para sí, en tono cortante y poco amistoso, al tiempo que

se sentía disgustado consigo mismo? P2or qu; esa animadversi=n contra Jen9s5 /o setrataba s=lo del paternalismo que percibía en la actitud de Jen9s. ormaba parte de unresentimiento contra todos los m;dicos. Tanto que parecían saber, y sin embargo cuandoles llev= a !mma, lo Bnico que interesaba, no supieron absolutamente nada. sa era la:uente principal de aquel resentimiento.$ no era justo con respecto a Jen9s, ni a ninguno de ellos. Jen9s había llegado a la *ran%eserva, como muchos m;dicos del &ervicio de &alud #ndio, porque los pr;stamos:ederales que habían :inanciado su educaci=n e>igían dos aFos en el !j;rcito o en el&ervicio de &alud #ndio. 2ero Jen9s se había quedado más que los dos aFos obligatorios,lo mismo que algunos otros m;dicos del &ervicio, desdeFando el @ercedes, la pertenencia al country club, el trabajo de tres días por semana y los inviernos en las(ahamas, para ayudar a los navajos a librar su batalla contra la diabetes, la disentería, la peste bub=nica, y todas aquellas en:ermedades que derivaban de las dietas pobres, el aguamala y el aislamiento. /o debía sentir resentimiento contra Jen9s. /o s=lo no era justo,sino que si lo ponía de mani:iesto, peligrarían sus oportunidades de enterarse de todo loque Jen9s pudiera contarle. U &in embargo Odijo LeaphornO, algo sabemos. $ por lo que sabemos, el (# no tieneninguna pista del motivo.Tampoco la tengo yo, pens= Leaphorn. /i del motivo, ni de nada.$ seguramente era incapa< de relacionar entre sí tres asesinatos y medio, cuya Bnicacone>i=n parecía ser una insensata ausencia de motivos. U Tal ve< la lista que tenía #rma nos preste alguna ayuda. Todos nombres navajos, dijousted. PCorrecto5 P2uede recordar alguno de ellos5La e>presi=n de Jen9s daba a entender que se estaba estrujando el cerebro en busca denombres. Todas las víctimas de homicidio estaban vivas cuando Jen9s vio la lista, pens=Leaphorn, pero sería maravilloso y admirable queS U 4no era !thelmary 2atillas *randes Odijo Jen9s, ligeramente divertidoO. )tro era@adre de 8oody.Leaphorn raramente permitía que su rostro mostrara irritaci=n, y tampoco la mostr= enese momento. !ra precisamente el tipo de nombres que había esperado que Jen9s

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recordara? nombres pintorescos, o atractivos, que provocarán una sonrisa en algunareuni=n social a la que Jen9s asista una ve< que se aburra de los navajos, cuando yaqueden muy pocos que condu<can carros, que transporten agua potable desde sesenta9il=metros y duerman en el desierto con su rebaFo, y muchísimos que condu<cancamionetas y tengan la dentadura tratada por el ortodoncista.

 U PlgBn otro5 Opregunt= LeaphornO. 2odría ser importante.Jen9s presentaba la e>presi=n del hombre que reali<a un gran es:uer<o de memoria y:racasa. &acudi= la cabe<a. U P%ecordaría alguno, si lo oyera5 U Tal ve< Orespondi= Jen9s tras encogerse de hombros. U PLe dice algo este nombre? 8ilson &am5Jen9s arrug= la cara. &acudi= la cabe<a. 2regunt=? U P/o es el tío aquel al que mataron a comien<os de este verano5 U !>acto Odijo LeaphornO. P!staba este nombre en la lista5 U /o lo recuerdo Orespondi= Jen9sO. 2ero en aquella ;poca todavía estaba vivo. Lomataron despu;s que a )nesalt, si no recuerdo mal. $ me parece que no, porque hicieron

la autopsia en armington y el pat=logo de armington me llam= a prop=sito de ese caso. U Tiene usted ra<=n. !stoy investigando acerca de ;l. P$ 0ugai !ndocheeney5Jen9s dio muestras de pro:unda re:le>i=n. U /o OdijoO. @e parece que no. /o lo recuerdo. ue hace mucho tiempo.&acudía la cabe<a. 0etuvo el gesto. runci= el entrecejo. U He oído ese nombre OdijoO. /o estaba en la lista, peroS Otras una pausa durante la cualse acomod= la vinchaO, Pno es tambi;n ;l una víctima de homicidio5 P!l otro individuoasesinado más o menos por aquella ;poca5 U &í Odijo Leaphorn. U La autopsia la hi<o el mismo Joe Harris, en armington Ocoment= Jen9sO. @e dijo quele había e>traído de la herida una moneda de die< centavos. 2or eso lo recuerdo, supongo. U PHarris encontr= una moneda de die< centavos en la herida5Harris era el coronel de &an Juan que trabajaba en el hospital de armington. l parecer,al igual que los policías, los pat=logos se conocían entre sí e intercambiaban historias. U 0ijo que a !ndocheeney lo habían apuFalado una cantidad de veces a trav;s del bolsillo de su chaqueta. !n los casos de apuFalamiento siempre encontramos en la heridahebras y material de este tipo. Cualquier cosa que el cuchillo haya arrastrado en sucamino a trav;s de la ropa. (otones, papel. Lo que sea. !sa ve< :ue una moneda de die<centavos.Leaphorn, que tenía una e>celente memoria, record= haber leído el in:orme de la autopsiaen el archivo del (#. /o se mencionaba ninguna moneda. 2ero se aludía a objetose>traFos, lo que podía re:erirse tanto a una moneda de die< centavos como a los máscomunes botones, hebras, grava o vidrio roto. P2odía un cuchillo arrastrar una moneda dedie< centavos dentro de una herida5 !ra bastante :ácil. 2arecía e>traFo, pero noirracional. U 2ero !ndocheeney no estaba en la lista. U @e parece que no Orespondi= Jen9s.Leaphorn vacil=. 2or :in, pregunt=? U $ Jim Chee, Ple sugiere algo5

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!l doctor Jen9s volvi= a concentrarse. 2ero no pudo recordar si el nombre de Jim Cheeestaba o no en la lista de :echas de muerte. 5 Capítulo M$a estaba casi oscuro cuando Chee entr= en el terreno de aparcamiento de &hiproc9.parc= donde un sauce pudiera proteger al coche del sol de la maFana siguiente, ycamin=, rígido y cansado, hacia su camioneta. La había dejado por la maFana donde otro

de los sauces del departamento de policía la protegiera del sol de la tarde. hora, elmismo árbol la ocultaba del rojo pálido del crepBsculo en un po<o de oscuridad. !lmalestar del que Chee se había liberado en (ad7ater 8ash y durante el largo viaje deregreso, volvi= a apoderarse de ;l repentinamente. &e detuvo, mir= :ijamente lacamioneta. !n la sombra, s=lo podía distinguir su silueta. &e gir= abruptamente y seapresur= a meterse en el edi:icio de la 2olicía. /elson @c0onald cumplía el turno nocturno y holga<aneaba detrás del conmutador,abiertos los dos botones superiores de la camisa del uni:orme, leyendo la secci=n dedeportes del Times de armington. !l agente @c0onald mir= a Chee y movi= la cabe<aen seFal de a:irmaci=n. U PTodavía vivo5 Opregunt=, sin asomo de sonrisa.

 U Todavía Ocontest= Chee.2ero no pens= que :uera divertido. Tal ve< lo sería más adelante. 0ie< aFos despu;s. !n eltrabajo de policía, pasadas las crisis, el miedo tendía a transmutarse en material dechistes. 2ero en ese momento aBn estaba presente el miedo, algo palpable que a:ectaba aChee en el est=mago. U &upongo Oagreg= CheeO que nadie habrá visto a nadie metiendo las narices en micamioneta.!l agente @ac0onald se endere<= un poco en el asiento, observ= el rostro de Chee ylament= la broma. U /adie ha dicho nada al respecto OdijoO. $ está aparcada justo donde todo el mundo puede verlo. /o creoS Opre:iri= no terminar la oraci=n. U P/o hay mensajes5 Opregunt= Chee.@ac0onald busc= entre las notas clavadas en un pincho sobre el escritorio del empleado. U 4na Orespondi=, y se la e>tendi= a Chee.Llamar al teniente Leaphorn apenas regrese, decía el mensaje, y contenía dos nBmerosde tel;:ono.Leaphorn contest= al segundo nBmero, el de su casa. U Quiero preguntarle si se ha enterado de algo nuevo acerca de !ndocheeney OdijoLeaphornO. 2ero hay otro par de cabos sueltos. P@e dijo usted que se había encontradocon #rma )nesalt hace poco5 P2odría decirme e>actamente cuándo5 U 2uede consultar mis anotaciones Orespondi= CheeO. 2robablemente en abril, a :inalesde abril. U PLe dijo algo acerca de una lista de nombres que tenía en su poder5 Pcerca de tratar de encontrar en qu; :echa habían muerto las personas que integraban esa lista5 U /o seFor Odijo CheeO. !stoy seguro de que recordaría una cosa como ;sa. U 0ijo usted que :ue a la Clínica (ad7ater y recogi= un paciente y lo llev= a unareuni=n de capítulo a pedido de )nesalt y que se equivocaron de persona. $ que ellaestaba resentida por eso. P!s esto cierto5 U !s cierto, el anciano se llamaba (egay. 4sted sabe qu; pasa con los (egay.

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Lo que pasaba con los (egay en la reserva era lo mismo que pasa con los &mith o losJones en 6ansas City o los Cháve< en &anta e. !ra el apellido más comBn de la reserva. U P/o dijo nada sobre nombres5 P&obre una lista de nombres5 P&obre c=mo hacer paraencontrar :echas de :allecimientos5 P/ada que pudiera llevar a eso5 U /o seFor Odijo CheeO. &=lo dijo una o dos palabras cuando llegu; a la casa capitular.

!lla esperaba. Quiso saber por qu; iba con retraso. Luego cogi= al anciano y lo llev= a lareuni=n. $o me qued; a la espera, pues se suponía que tenía que llevarlo de regreso unave< que pronunciara su discurso. 0espu;s de un rato, ella sali= y se puso :uriosa conmigo por llevarle un (egay equivocado, y luego sali= el hombre, subi= al vehículo y lo llev; denuevo a la clínica. /o hubo mucha ocasi=n para charlar. U /o Odijo LeaphornO. $o sí tuve cierto trato con la mujer. OChee oy= el sonido de unarisita ahogadaO. @e imagino que habrá aprendido usted algunas palabrotas nuevas. U &í, seFor Odijo Chee.2rolongado silencio. U (ien Odijo :inalmente LeaphornO. %ecuerde simplemente que un rato antes de que ledispararan apareci= en el despacho de patología del hospital de *allup con una lista de

nombres. Quería saber c=mo hallar la :echa en que cada una de esas personas habíamuerto. &i oye usted decir algo que ayude a e>plicar esto, deseo que me lo transmita deinmediato. U @uy bien Odijo Chee. U hora, Pde qu; se ha enterado en (ad7ater5 U /o de gran cosa Odijo CheeO. Que dej= en la tienda del lugar unas arras por valor devarios cientos de d=lares, mucho menos de lo que debía, y sus parientes no han ido arecogerlo. $ que se había quebrado una pierna el verano pasado al caerse de un cerco. /ada más.)tra ve<, silencio. Luego, en vo< muy suave, dijo Leaphorn? U He encontrado una manera divertida de trabajar. !n lugar de decirme /o es grancosa, me gusta que la gente me cuente todos los detalles, para decir luego (ueno, no esgran cosa, o qui<á? W)hX esto de las arras e>plica otra cosa que he oído decir. $ así por el estilo. Lo que quiero decir es que me d; todos los detalles y me deje a mí sacar lasconclusiones.0e tal suerte, Chee, no sin una leve sensaci=n de resentimiento, cont= a Leaphorn acercade la mujer encorvada, de los hermanos 6ayonnie con aliento a cerve<a matutina, la cartade 8indo7 %oc9, las muletas que @ujer de Hierro no quería aceptar y no podía vender, ytodos los detalles. Termin=, y el silencio que sigui= :ue tan prolongado que se pregunt= siLeaphorn no habría colgado el tel;:ono. Carraspe=. U !sa carta Odijo LeaphornO. 0e 8indo7 %oc9. 2ero, Pqu; agencia5, y Pcuándo5 U &ervicios &ociales /avajos Orespondi= CheeO. !s lo que @ujer de Hierro recordaba.Lleg= en junio. U 2ara ellos trabajaba #rma )nesalt Odijo Leaphorn. U W)hX U P0=nde había obtenido las muletas5 U !n la Clínica (ad7ater Odijo CheeO. Le escayolaron una pierna. &upongo que le prestaron las muletas. U $ no las devolvi= Odijo LeaphornO. P&abe algo más que no me haya contado5 U /o, seFor Odijo Chee.

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Leaphorn advirti= el tono. U 2uede comprender por qu; necesito detalles. 4sted no ha trabajado en el caso de)nesalt, de modo que no tiene modo de saber, o de importarle, para qui;n trabajaba.hora tenemos un eslab=n. La víctima )nesalt escribi= una carta a la víctima!ndocheeney. ) bien lo hicieron en su despacho.

 U P!so ayuda5 U /o veo c=mo Odijo Leaphorn riendoO. 2ero ninguna otra cosa ayuda. PTodavía siguesin tener idea de por qu; lo atacaron a usted5 U /o seFor. /ueva pausa. U @e gustaría que pensara en algo Odijo LeaphornO. @e juego algo a que cuandodescubramos qui;n lo hi<o y por qu;, encontraremos que se trata de algo que usted yasabía, y que entonces dirá? W0iablos, debía haber pensado en estoX U Tal ve< Odijo Chee, pero despu;s de colgar volvi= a pensar en ello, y tuvo dudas.Leaphorn era brillante. 2ero en esto se equivocaba.@ir= a @c0onald, inmerso en el Times. Chee había entrado sobre todo para llevar la

lámpara portátil del almac;n e iluminar su camioneta. 2ero ahora, en esa habitaci=n bieniluminada, con su amigo esperando detrás del peri=dico, curioso y con:uso, tal cosa le parecía ridícula. !n cambio, :ue a su máquina de escribir y tecle= con torpe<a una nota para Largo. 2%? ):icial Je:e 0!? Chee &4/T)? #nvestigaci=n sobre robos devehículos en aparcamientos de turistas y robo de gasolina en el campo de neth. latienda de (ad7ater 8ash llegaron dos hombres j=venes, de la :amilia 6ayonnie,conduciendo un *@C > nuevo, y bebiendo ya por la maFana. @e han dicho que notienen empleo. Habrá que aumentar la vigilancia en aquel sitio.#nici= el in:orme y se lo entreg= al agente @ac0onald. U @e voy a casa Odijo, y se march=.&e detuvo un momento en la oscuridad, más allá de la entrada, hasta que su visi=n seadapt= lo su:iciente como para poder divisar su camioneta. !l miedo se había reinstaladoen ;l, y la idea de caminar hasta ella en la oscuridad y atravesar luego la oscuridad querodeaba su caravana, era algo que e>cedía todo cuanto Chee deseaba tener que en:rentar.0esde el cuartel hasta el lugar donde tenía su casa, bajo los chopos, había menos de un9il=metro y medio a lo largo del río. !ra un camino :ácil, incluso de noche. Tenía quedominar la tensi=n de un día que en su mayor parte había pasado en el coche policial.Cru<= al trote el as:alto de la /acional y encontr= la senda que conducía al río.Chee caminaba rápidamente y aquel trayecto le tomaba en general menos de treintaminutos. !sa noche, por moverse sin hacer ruido, tard= cuarenta minutos, e invirti= otrosdie<, pistola en mano, e>plorando los aledaFos de su caravana allí donde pudiera estar aguardando alguien con una escopeta. /o hall= nada. 2ero aBn quedaba por ver lacaravana.&e detuvo debajo de un enebro y lo e>amin=. La lu< de una media luna convertía el paisaje en un dibujo de sombras de chopos. !l Bnico sonido que se oía en el aire inm=vilera el de un cami=n que e:ectuaba los cambios de marcha en la autopista, muy lejos a suespalda, trepando por el prolongado talud que partía del valle y se dirigía hacia Colorado.!n cuanto a que alguien estuviera esperando en la caravana con una escopeta, Chee noencontr= manera segura de responder a este interrogante. Había dejado la puerta cerradacon llave, pero la cerradura era :ácil de violentar. 1olvi= a sacar la pistola de la

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cartuchera, pensando en qu; vida de mierda era ;sa, en olvidarse de la caravana, volver andando al cuartel, coger el coche patrulla y pasar la noche en un motel, en que podíamandar todo eso al diablo y caminar hasta la puerta con la pistola amartillada, abrirla yentrar. !ntonces se acord= del gato.2robablemente en ese momento el gato estuviera ca<ando los roedores nocturnos de los

que había vivido hasta que Chee comen<ara a alimentarlo con las sobras de su comida.2ero tal ve< no. Tal ve< todavía :uera demasiado temprano para los roedores y sus predadores. Tanto más cuanto que una ve< que se había levantado temprano había visto algato de regreso a su guarida, cerca del amanecer. 0e modo que qui<á durmiera tempranoy ca<ara tarde. !l enebro bajo el cual el gato tenía su casa se hallaba junto al talud, a lai<quierda de Chee. Cogi= un puFado de basura y grava y la arroj= contra el arbusto.@ás tarde pens= que el gato debía de haber estado aga<apado, alerta, bajo el enebro,escuchando su ir y venir. &ali= disparado del arbusto, a tal velocidad que no se lo pudover en aquella semipenumbra, hacia su re:ugio en la caravana. Chee oy= el clacOclac de la puerta del gato. &e relaj=. /adie lo esperaba dentro.2ero entonces supo que no podía dormir en la caravana. &ac= su saco de dormir, su

cepillo de dientes, su muda, y camin= otra ve< hasta el cuartel. !staba cansado, y elincidente del gato le había a:lojado la tensi=n. !l miedo que había sentido en lacamioneta se había disipado. !ra, simplemente, un vehículo amistoso, :amiliar. bri= la puerta, subi= y encendi= el motor. Cru<= el &an Juan y luego se dirigi= al )este por laGI, con la oscura silueta de las Chus9as al sur, asomando a la lu< de la luna. penashubo dejado atrás (enclahbeto, se detuvo en el arc;n, quit= las luces y esper=. Las lucesque había observado a varios 9il=metros detrás de ;l resultaron pertenecer a un cami=n dela 4OHaul, que pas= rugiendo y desapareci= tras la colina. 1olvi= a encender el motor ygir= por un camino polvoriento que, lleno de baches, corría entre las artemisas y bajabaabruptamente al arroyo. 4na ve< allí, aparc= y despleg= su saco de dormir. &e ech= sobrelas espaldas, mirando las estrellas y pensando en la naturale<a del miedo y en c=mo loa:ectaba, y en lo que @ujer de Hierro le había dicho acerca del abalorio de hueso que sehabía encontrado en el cuerpo de 0ugai !ndocheeney. 2odía ser :also, uno de esosrumores de brujo que, cuando suceden estas cosas, surgen como las plantas rodadorasdespu;s de una lluvia. ) tal ve< :uera cierto. Tal ve< alguien pens= que !ndocheeney lohabía embrujado, lo mat= y devolvi= el hueso con el veneno del cadáver para invertir ele:ecto de la brujería. ) tambi;n podía haber ocurrido que un brujo matara a 0ugai!ndocheeney y dejara el hueso como su sello. !n cualquier caso, Pc=mo se habríaenterado de eso la gente de (ad7ater 8ash5 Chee anali<= la cuesti=n y encontr= unarespuesta. !l hueso aparecería en la autopsia. !l cirujano lo consideraría tan s=lo comouna materia e>traFa alojada en la herida. 2ero era raro y, por tanto, lo mencionaría. &ehabría corrido la vo<. 4n navajo oiría hablar de ello? una en:ermera, un asistente. 2ara unnavajo, para cualquier navajo, el signi:icado sería evidente. !l rumor acerca del huesollegaría a (ad7ater 8ash con la velocidad de la lu<.sí las cosas, Ppor qu; no le había hablado al teniente, que tanto insistía en saber cualquier detalle, del rumor acerca del hueso5 Chee e>amin= sus motivos. !ra algodemasiado vago para mencionárselo, pero la verdadera ra<=n eran sus e>pectativas antela reacci=n de Leaphorn :rente a cualquier cosa relacionada con la brujería. 2ues bien, selo dirla la pr=>ima ve< que lo viera.

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Chee se gir= sobre un lado, tratando de ponerse c=modo y dormir. l día siguiente teníaque estar en la cárcel de armington, donde se retenía a %oosevelt (istie hasta que los:ederales decidieran qu; hacer con ;l. Trataría de hablar de brujería con (istie. 5 CapítuloN U @e parece que llegas demasiado tarde Odijo el agente que contestaba el tel;:ono en el

escritorio de in:ormaci=n de la cárcelO. Creo que su abogado está ya en camino. U Pbogado5 Odijo CheeO. PQui;n5 U lguien de la 0/ Orespondi= el asistenteO. 4na mujer. 1iene de &hiproc9. U Tambi;n yo Odijo Chee, mientras hurgaba en su memoria para recordar el nombre quecorrespondía a la vo< del asistente, y lo encontr=O. !scucha, rit<, si ella llega antes, talve< puedas entretenerla un rato. T=mate un tiempo en controlar su identidad. U Tal ve<, Jim Odijo rit<O. La gente dice a veces que somos lentos. P2uedes estar aquí alas nueve5 U 2or supuesto Orespondi= Chee echando una mirada al reloj.0esde el cuartel de la policía de &hiproc9 hasta la cárcel de armington había unoscuarenta y cinco 9il=metros. @ientras conducía, Chee pens= cuáles serían sus relaciones

con la abogada, o c=mo intentaría hacerlo. 0/ era la sigla popular de 0inebeiina /ahiilna be gaditahe, que se traduce apro>imadametne como *ente que Habla %ápidoy yuda a los @arginados, versi=n de la /aci=n /avaja de la organi<aci=n de yudaJurídicaAde:ensor del pueblo. @uy pronto había atraído a la mayoría de los militantessociales activistas, cuya relaci=n con la 2olicía Tribal /avaja cubría un espectro que ibadel hielo a la hostilidad. Las cosas habían ido mejorando poco a poco. !n ese momento,el hielo se había convertido en simple :río, y la hostilidad en descon:ian<a. Chee esperabaque no hubiera problemas.2eroSLa joven, vestida con una camisa de seda blanca, estaba sentada contra la pared en la salade recepci=n del Centro ) y miraba a Chee con algo más duro que mera descon:ian<a.!ra pequeFa, delgada, una navaja, con pelo negro corto y grandes e irancundos ojosnegros. &u e>presi=n, si no hostil, e>hibía un disgusto activo. U 4sted es Chee OdijoO, Pel agente de detenci=n5 U Jim Chee Odijo Chee, controlando a mitad de camino su o:recimiento re:lejo de unapret=n de manosO. T;cnicamente, no soy el agente de detenci=n. La policía :ederalS U Lo s; Odijo Camisa de &eda, imprimiendo a su pie un grácil movimientoO. PLe hae>plicado a usted el agente 6ennedyS le ha e>plicado el agente 6ennedy al seFor (istieS que un ciudadano, aunque sea navajo, tiene derecho a consultar a un abogadoantes de ser interrogado5 U &e lo hemos leído. U P$ sabe usted Opregunt= Camisa de &eda, articulando cada palabra con g;lida precisi=nO que no tiene absolutamente ningBn derecho a retener al seFor (istie en estacárcel sin ningBn cargo contra ;l, y a sabiendas de que no ha cometido el homicidio por elque lo ha arrestado usted, simplemente porque usted quiere hablar con ;l5 U !stá detenido para e:ectuar una investigaci=n Odijo Chee, consciente de que su rostrose rubori<aba, consciente de que el agente rit< Langer, del 0epartamento de 2olicía dearmington, seguía sentado allí, detrás del escritorio de recepci=n, observándolo todo.Chee cambi= de posici=n. 2or el rabillo del ojo podía advertir que Langer no s=loescuchaba, sino que tambi;n sonreía ir=nicamenteO. Ha admitido haber disparadoS

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 U &in consultar con un abogado Odijo Camisa de &edaO. $ ahora, s=lo por pedido suyo ysin ningBn :undamento legal en absoluto, el seFor (istie es retenido por la policía paraque usted tenga tiempo de venir desde &hiproc9 y hablar con ;l. 4n :avor de un viejoamigo a otro.0el rostro de Langer desapareci= la sonrisa.

 U !l papeleo Odijo LangerO. Lleva tiempo cuando están implicados los :ederales. U WQu; papeleo ni qu; coFoX Oe>plot= Camisa de &edaO. W/o es más que una red deviejos amigos en acci=nXLa mujer seFal= con el pulgar en direcci=n de Chee, lo que un navajo bien educado nohacía con otro navajo. U &u amigo, aquí presente, lo llam= a usted y le dijo que mantuviera al preso encerradohasta que ;l pudiera venir a hablarle. Que perdiera todo el día si hacía :alta. U /o Odijo LangerO. 0e eso, nada. 4sted sabe c=mo es el (# en cuanto se trata de poner los puntos sobre las ies y las barra a las tes. U (ien, el seFor Chee ya está aquí. P2uede considerar puesto el punto sobre la i y dejar en libertad al seFor (istie5

Langer mir= con e>presi=n ir=nica a Chee, colg= el tel;:ono y habl= con alguien. U !stará libre dentro de un minuto Odijo.(usc= debajo del mostrador, e>trajo una bolsa de papel marr=n de tienda de ultramarinosy la puso sobre el mostrador. Llevaba la inscripci=n en marcador rojo? %. (#&T#!, L)!&T!. Chee sinti= deseos de e>plorar la bolsa. $a había pensado en ello antes. @uchoantes. ntes de que llegara Camisa de &eda. &onri= a la mujer. U Lo Bnico que quiero es unos pocos minutos. &=lo una in:ormaci=n. U P&obre qu;5 U 2ues bien Odijo CheeO, si supi;ramos por qu; (istie quería matar a !ndocheeney, y es;l quien dice que quería matarlo Ose apresur= a aclararO, tal ve< sepamos más acerca de por qu; algBn otro mat= a !ndocheeney. Lo apuFal=. @ás tarde. U 4na entrevista Odijo Camisa de &edaO. Tal ve< quiera hablar con ustedS $ tal ve< noOagreg= despu;s de una pausa. U 2ienso que podríamos traerlo aquí otra ve< Odijo CheeO. !n calidad de testigo. ) algoasí. U 2ienso que sí Odijo ellaO. 2ero entonces será más legal. !stará representado por alguienque comprenda que un navajo tambi;n tiene derechos constitucionales.%oosevelt (istie apareci= por la puerta, llevado por un carcelero entrado en aFos. !lcarcelero le palmeaba la espalda. U 1enga a vemos Odijo, y volvi= a desaparecer por la misma puerta. U &eFor (istie Odijo Camisa de &edaO. &oy Janet 2ete. /os han dicho que necesita ustedasesoramiento jurídico y el 0/ me ha enviado para que lo represente. 2ara que sea suabogada.(istie asinti= con un movimiento de cabe<a. U $aOtahOhey Odijo. @ir= a Chee. &alud=. &onri=O. /o necesito abogado OdijoO. @edijeron que :ue otro quien mat= al hijo de puta. !rr; el tiro.(istie dijo esto entre risitas ahogadas, pero para Chee todavía parecía en:ermo. U 4sted necesita un abogado que le e>plique que debe tener cuidado con lo que diceOdijo Janet 2ete, mirando a Chee, a lo que agreg=, mirando esta ve< a LangerO, y nosotrosnecesitamos un lugar donde mi cliente y yo podamos hablar. !n privado.

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 U /aturalmente Odijo Langer mientras entregaba la bolsa a (istieO. l :inal de la sala. La primera puerta a la i<quierda. U &eForita 2ete Odijo CheeO. Cuando hable con su cliente, Pquerría preguntarle si puedohablar uno o dos minutos con ;l5 0e lo contrarioS U 0e lo contrario, Pqu;5

 U 0e lo contrario tendr; que hacerme todo el camino hasta las Lu9achu9ais, hasta dondevive, para hablar con ;l Odijo Chee en tono humildeO. $ s=lo para hacer tres o cuatro preguntas que me olvid; de hacerle antes. U $a lo ver; Odijo Janet 2ete, y desapareci= hacia el :ondo de la sala, detrás de (istie.Chee mir= a:uera por la ventana. !l c;sped necesitaba agua. PQu; les pasaba a loshombres blancos que les daba por plantar c;sped en lugares donde es casi imposible quecre<ca si no se lo está cuidando todo el tiempo5 Chee había pensado mucho en esto, yhabía hablado del tema a @ary London. Le había dicho a @ary que para ;l esorepresentaba una necesidad subconsciente de recordar que pueden desa:iar la naturale<a.@ary dijo que no, que era la necesidad de belle<a recordada. Chee mir= el c;sped y luegoel campo desierto que se veía al otro lado del &an Juan. l pre:ería el desierto. !se día,

incluso la :ranja de plantas rodadoras a lo largo del sendero parecía marchita. 2or todas partes el calor seco y el cielo prácticamente sin nubes. U $o no dije que me habías pedido que hiciera tiempo Odijo Langer, e>cusándoseO. !llase lo imagin= sola. U 0e acuerdo Odijo CheeO. 0e todos modos, no creo que le gusten los policías.0e pronto, le asalt= un pensamiento y pregunt=? U P%ecuerdas qu; había en la bolsa de (istie5Langer mir= sorprendido ante la pregunta. &e encogi= de hombros. U Lo normal. (illetera. Llaves de su camioneta. Cortaplumas. 4na de esas pequeFas bolsas de piel de ciervo que lleváis algunos de vosotros. 2aFuelo. /ada raro. U P@iraste en la billetera5 U Tenemos que tomar nota del dinero Odijo Langer, quien busc= entre los papeles sujetosa una tablillaO. Tenía un billete de cien y tres de uno, y setenta y tres centavos enmonedas. 2ermiso de conducir. !tc;tera. U P/o recuerdas nada más5 U $o no registr; su ingreso Odijo LangerO. ue l. 0urante el primer turno de la noche.quí dice? /ada más de valor.Chee movi= a:irmativamente la cabe<a. U PQu; buscas5 U &=lo quiero ver si puedo pescar algo Odijo Chee. U prop=sito de eso Odijo LangerO, Ppuedes conseguir un permiso para pescar en8heat:ields La9e5 *ratis, se entiende. U (ueno Odijo CheeO, supongo que sabesSJanet 2ete hi<o su aparici=n en la puerta de la sala. U 0ice que hablará con usted. U &e lo agrade<co Odijo Chee.!n la sala había una escueta mesa de madera y dos sillas. %oosevelt (istie estaba sentadoen una de ellas, con los ojos entrecerrados y el rostro abatido. 2ero devolvi= el saludo aChee. ste apoy= la mano en el respaldo de otra silla y ech= una mirada a Janet 2ete,

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quien, reclinada contra la pared, detrás de (istie, vigilaba a Chee. La bolsa de papel sehallaba bajo la silla de (istie. U P2odríamos hablar en privado5 Opregunt= Chee a la abogada. U &oy la asesora jurídica del seFor (istie Orespondi= JanetO. @e quedar;.Chee se sent=, sinti;ndose derrotado. /unca había sido :ácil que (istie quisiera hablar.

0espu;s de todo, nunca lo había hecho hasta entonces. $ menos probable aBn era quequisiera hablar del tema que Chee tenía pensado plantearle? la brujería. Había para ellouna ra<=n muy sencilla. Los brujos detestaban que se les hablara de eso, e incluso que sudiab=lica actividad se sometiera a discusi=n. !n consecuencia, el navajo prudente s=lohablaba de brujería, si es que lo hacía, con personas conocidas y de con:ian<a. /o con une>traFo. $, sin ninguna duda, no con dos e>traFos. pesar de todo, no se perdía nada con probarlo. U He oído decir algo que pienso que a usted le gustaría saber Odijo CheeO. &e lo contar;.$ luego le har; una pregunta. !spero que me d; una respuesta. 2ero si no quiere, no lohaga.(istie mir= con inter;s. Lo mismo hi<o Janet 2ete.

 U 2rimero Odijo Chee lentamente, atento a la e>presi=n de (istieO le dir; qu; es lo que haoído decir la gente de la tienda de (ad7ater. Que en el cuerpo de aquel hombre al queusted dispar= se ha encontrado un trocito de hueso.Hubo una pausa de uno o dos segundos. Luego (istie esbo<= una ligerísima sonrisa.sinti= a Chee con la cabe<a.Chee mir= a Janet 2ete. !lla parecía con:usa. U Queda claro que yo no s; si es verdad Oagreg= CheeO. #r; al hospital donde se llev= elcadáver y tratar; de averiguar si eso es cierto. PQuiere que le cuente lo que averigYe5La sonrisa desapareci=. (istie estudiaba el rostro de Chee. 2ero volvi= a asentir. U hora tengo una pregunta que quisiera que me respondiera. PTiene usted un trocito dehueso5(istie mir= :ijamente a Chee, el rostro sin e>presi=n. U /o responda a eso Odijo Janet 2eteO. /o hasta que yo logre saber qu; es lo que secocina aquí.La mujer mir= luego ceFuda a Chee? U P qu; viene todo esto5 2arece un intento de lograr que el seFor (istie se autoinculpe.Pdonde quiere usted llegar5 U &abemos que el seFor (istie no mat= a !ndocheeney Odijo CheeO. ue otro quien lomat=. /o sabemos qui;n. /o es probable que descubramos qui;n mientras no sepamos por qu;. !l seFor (istie parece haber tenido una buena ra<=n para matar a !ndocheeney, puesto que trat= de hacerlo. Qui<á :uera la misma ra<=n que tuvo el asesino. Qui<á :uera porque !ndocheeney era un s9in7al9er. Qui<á embrujara al seFor (istie. Le pusiera elhueso embrujado. Qui<á !ndocheeney embrujara a alguien más. &i lo que he oído en(ad7ater 8ash no es mera cha:ardería, tal ve< el seFor !ndocheeney tenía un hueso en elcuerpo porque esta otra persona, la que apuFal= a !ndocheeney, se la coloc= cuando leclav= el cuchillo, para devolver la brujería.Chee hablaba directamente a Janet 2ete, pero vigilaba a (istie con el rabillo del ojo. &ialguna emoci=n se traslucía en el rostro de (istie, era la satis:acci=n. U mí me parece que no tiene sentido Odijo Janet 2ete.

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 U !ntonces, Ple recomendaría a su cliente que contestara mi pregunta5 PCreía ;l que elseFor !ndocheeney era un brujo5 U Le hablar; de eso Odijo Janet 2eteO. /o hay cargos contra ;l. /inguno. /o se le acusade nada. 4sted lo tiene detenido Bnicamente para satis:acer su curiosidad. U cerca de un asesinato. $ qui<á haya ahora mismo un cargo archivado. !l de un

intento de homicidio. U P&obre qu; base5 Opregunt= Janet 2eteO. Lo que le dijo a usted y a 6ennedy antes deconsultar con su abogado. !s todo lo que sabe. U !so, y alguna otra cosa Odijo CheeO. Testigos que lo vieron en el lugar donde ocurri=tal cosa. &u nBmero de matrícula. !l casquillo servido de su ri:le.Lo cual, hasta donde Chee sabía, no había sido hallado ni buscado. P2ara qu; buscar uncasquillo de disparo que no dio en el blanco cuando tenían un cuchillo de carnicero, queno :all=5 2ero Janet 2ete no sabía que no lo habían encontrado. U /o me parece que eso sea :undamento para una acusaci=n Odijo la abogada.Chee se encogi= de hombros. U /o es de mi incumbencia OdijoO. 2ienso que 6ennedyS

 U @e parece que llamar; a 6ennedy Odijo Janet 2eteO. 2orque a usted no le creo. O&eencamin= hacia la puerta, se detuvo con la mano en el pomo y sonri= a CheeO. P1iene5 U !sperar; Odijo Chee. U !ntonces viene mi cliente Odijo ella y se acerc= a (istie, quien se incorpor= apoyandouna mano sobre la mesa.Chee aguard=. Luego :ue a la puerta y mir= hacia el :ondo de la sala. Janet 2ete llamaba por tel;:ono desde la cabina de pago. Chee cerr= nuevamente la puerta, cogi= la bolsa de(istie y hurg= rápidamente en su interior. /ada interesante. &ac= la billetera de (istie.!n la billetera, en el rinc=n del bolsillo para las monedas, que contenía una de die<centavos y tres de uno, Chee encontr= un abalorio. Lo levant= entre el pulgar y el índice ylo e>amin=. Luego volvi= a ponerlo donde lo había encontrado, devolvi= la cartera a la bolsa y la bolsa a su lugar, debajo de la silla de (istie. !l abalorio parecía ser de hueso.!n realidad, parecía e>actamente igual al que había encontrado en el suelo de sucaravana. 5 Capítulo -ILa turbulencia provocada por la masa de cBmulos barría el valle hacia ellos. Levantabauna opaca pared blanco grisácea de polvo que oscurecía la lejana silueta de (lac9 @esa y producía remolinos de polvo en las planicies de caliche, al sur de ellos. !l agente l*orman y Joe Leaphorn estaban de pie junto al coche patrulla de *orman, en la huellaque conducía a trav;s de las planicies de artemisa, debajo de &ege (utte y haciaChilchinbito Canyon. U 2recisamente aquí Odijo *ormanO. ue aquí donde aparc= su coche, o camioneta, o loque :uera.Leaphorn asinti= con la cabe<a. *orman sudaba. !l sudor le corría por el cuello y bajo elcuello de la camisa. !n parte se debía al calor, en parte a que *orman debía perder unoscuantos 9ilos, y en parte a que Leaphorn Oy ;ste lo sabíaO lo ponía nervioso. U Las huellas venían justo aquí OseFal= *ormanO. 0esde allá arriba, cerca del borde delChilchinbito Canyon, donde mat= a &am, hacia abajo por aquel talud, donde están losa:loramientos de pi<arra, y luego a trav;s de las artemisas, hacia allá arriba.Leaphorn gruF=. )bservaba la tormenta de polvo que bajaba por el valle con suacompaFamiento de remolinos. 4no de ellos había pasado sobre un dep=sito de yeso, y el

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viento había levantado el mineral más pesado. 0el gris amarillento de la tierra polvorienta, el cono cambi= su color por el de un blanco casi puro. !ra una de esas cosasque !mma hubiera advertido, que hubiera encontrado bella y que hubiera relacionado deuna u otra manera con la mitología de !l 2ueblo. !mma hubiera dicho algo acerca de los juegos de los 0uros @uchachos <ules. !ran las personalidades yei, las que, era

creencia, agitaban los remolinos. !sa noche se lo describiría. 0ese= que estuvieradespierta y consciente, y no en aquel vago mundo al que ya tan a menudo se retiraba.Junto a ;l, *orman describía las huellas que ;l había seguido desde la escena del crimenhasta el coche, y las huellas que ;ste había dejado, así como su conclusi=n de que elasesino había huido a toda velocidad. U Las ruedas pasaron sobre la hierba Odecía *ormanO. La arrancaron. rrojaron basura.$ luego, una ve< allí abajo, dio marcha atrás y retrocedi= hacia la carretera. U P0=nde se produjo el asesinato5 U P1e esta ramita de enebro5 @ire a trav;s del talud de pi<arra, y luego a la derecha. !lhombreS*orman se detuvo, ech= una mirada a Leaphorn para detectar si el teniente le permitiría

evitar el uso del nombre de un hombre muerto. &e hi<o una idea y recomen<= la :rase. U 8ilson &am estaba allí, junto al enebro. 2arecía ser un sitio donde era habitual que sedetuviera cuando se hallaba :uera de casa, con el rebaFo. $ el asesino lo sorprendi= aunos veinticinco o treinta metros a la derecha de aquellos enebros. U l parecer, sali= a dar una vuelta para volver otra ve< aquí Odijo LeaphornO. 0escribi=un círculo y cay= en esa pi<arra. U !s lo que parece Odijo *ormanO, pero no es así. !s engaFoso. /o puede verlo desdeaquí por la manera en que se pliega la tierra, pero si trata de ir directamente, verá quesobre esa elevaci=n, donde está la pi<arra, hay un arroyo. Corre a bastante pro:undidad.2ara cru<arlo hay que desviarse hacia arriba, o hacia abajo, hasta encontrar un paso parael rebaFo. 0e modo que el camino más cortoSLeaphorn lo interrumpi=. U PHi<o el mismo camino de ida y de vuelta5*orman parecía con:undido.Leaphorn dio nueva :orma a la pregunta, en parte para esclarecer su propio pensamiento. U Cuando pas= por aquí en el vehículo, diríamos que buscaba a &am. Que lo acechaba.1e a &am, o qui<á s=lo el rebaFo de ovejas que &am estaba pastoreando, allá, a trav;s delas planicies, junto a los enebros. !s lo más cerca que puede llegar con un vehículo. 0emodo que aparca. &e apea. 1a en busca de &am. 0ice usted que la manera más rápida para llegar allí es torcer a la derecha, luego hacia arriba por ese talud de pi<arra, cru<ar lacolina, cru<ar el arroyo por un paso de ovejas y :inalmente volver a torcer a la i<quierda.!s un camino largo, pero el más rápido. $ ;se es el camino por donde volvi=. 2ero, Pal ir tambi;n lo hi<o por allí5 U W&eguroX Odijo *ormanO. &upongo. /o prest; atenci=n a eso. /o era lo que buscaba.@e limit; a seguir las huellas para descubrir por d=nde anduvo. U 1eamos si podemos descubrirlo Odijo Leaphorn. /o sería :ácil, pero, por primera ve< aquella maFana, desde que se había despertado, conlos homicidos en la mente, sinti= un estremecimiento de esperan<a. !so podía ser unamanera de enterarse de si la persona que había matado a &am era o no e>traFa al territorio

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de este Bltimo. 2or poco que :uera, bastaría para satis:acer la cuota de Leaphorn para esedía tan poco prometedor.Leaphorn se había :ijado esa cuota en el momento de tomar el desayuno? antes de queacabara el día, agregaría un solo hecho importante a lo que ya sabía acerca de sushomicidios no resueltos. Había comido un bol de gachas de cereal, un tro<o de pan :rito

de !mma y un poco de salami de la nevera. !mma, que durante los casi treinta aFos dematrimonio se había levantado al amanecer, todavía estaba dormida. l se había vestidosilenciosamente, con cuidado para no molestarla.!mma había adelga<ado, pens=. /o comía. ntes de que gnes :uera a ayudar,simplemente se olvidaba de comer cuando ;l no estaba en casa. Le hacía un almuer<oantes de marcharse al despacho y lo encontraba intacto cuando regresaba al :inal del día.hora, a veces se olvidaba de comer incluso cuando tenía la comida en el plato, ante ella.!mma Ole decía ;lO come. $ !mma lo miraba con aquella sonrisa con:usa, desorientada,y decía? !stá bueno, pero me olvid;. l la había observado mientras se abotonaba lacamisa, y había visto un desacostumbrado vacío debajo de las mejillas, bajo los ojos.Cuando ;l estaba lejos de ella, el rostro de !mma tenía siempre la misma suave redonde<

que le había visto el día en que la conoci=, caminando con otras dos chicas navajas por elcampus del !stado de ri<ona.!stado de ri<ona. &u madre había enterrado su cord=n umbilical en las raíces de un pino junto a su cabaFa, ritual navajo tradicional para unir un niFo a su :amilia y a su pueblo.2ero para Leaphorn, el vínculo era !mma. 4na simple ley :ísica. !mma no podía ser :eli<lejos de las @ontaFas &agradas. l no podía ser :eli< lejos de !mma. l la habíaobservado en silencio y con el ceFo :runcido, y había visto la chatura de sus mejillas, laslíneas bajo los ojos y en las comisuras de los labios. @e siento bien Odiría !mmaO. /unca me he sentido mejor. /o deberías tener nada que hacer en la policía para quedartecuidándome todo el tiempo. 2ero ya admitía los dolores de cabe<a. $ no tenía manera deocultar los olvidos, ni aquellos raros momentos de vacío en que parecía despertar,con:usa, de algBn mal sueFo. La cita era dos días despu;s. las dos de la tarde. &aldrían pronto de viaje a *allup, y la controlarían en el hospital del &ervicio de &alud #ndio.!ntonces verían de qu; se trataba. /o había motivo para permitir a su mente volver una yotra ve< sobre lo que había oído y leído acerca de los horrores de la en:ermedad del<heimer. Tal ve< no :uera eso. 2ero sabía que sí lo era. Había llamado al nBmero librede cargo de la sociaci=n de la !n:ermedad de l<heimer y 2erturbaciones :ines y lehabían enviado in:ormaci=n.S inicialmente, un paciente de la ! presenta los siguientes síntomas? 

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1+ Ol2i3o)+

2. Deterioro del juicio.

 . #ncapacidad para reali<ar tareas rutinarias. 

4. Pérdida de espontaneidad.

 

5. Disminución de la iniciativa.

 6. Desorientación temporal y espacial.

 

7. Depresión y terror.

 

8. Perturbaciones de lenguaje.

 

. !stados episódicos de con"usión.

 Los había leído en el despacho, controlándolos uno por uno. Las repentinas :rases balbuceantes y sin terminar, el pensar siempre que ;se era el día libre de ;l, el letargo, el problema que constituía para ella poner la bolsa de la basura en el cubo de la basura, la preparaci=n para la llegada de gnes dos días antes de su arriboS $ lo peor de todo, susdespertares nocturnos con !mma :uertemente asida a ;l, poseída del temor de una

 pesadilla. Tal cual era su costumbre, había agregado notas al margen. !mma habíaobtenido nueve sobre nueve.Leaphorn tenía todas las ra<ones para pensar en alguna otra cosa.$ esa maFana había pensado, primero, en la lista de muertos de #rma )nesalt, y en por qu; serían tan importantes para ella las :echas de :allecimiento. Cuando dej= a !mmadurmiendo, oy= a gnes que se movía en su habitaci=n. Condujo hasta su despacho a lalu< clara del amanecer de otro día de calor y sequía. $a se levantaba polvo de los camposde rodeo, en la intersecci=n de la autopistaR el polvo del :orraje para el ganado. !n algBn

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momento del día pensaría en el rodeo y en la multitud de problemas que siempre traíaconsigo. 2or el momento, quería pensar en sus homicidios.!n el despacho, redact= una carta para enviar a los departamentos de salud de losdiversos condados de ri<ona, /uevo @;>ico y 4tah, con los que )nesalt habría tomadocontacto en caso de haber seguido el consejo del doctor %andall Jen9s. !ra un asunto

demasiado complicado, y demasiado delicado, para resolver con la media docena dellamadas tele:=nicas que requeriría. $ no había verdadera urgencia. 0e modo que redact=la carta con todo cuidado. !>plicaba qui;n era, que aquello tenía relaci=n con lainvestigaci=n del asesinato de #rma )nesalt, describía la lista lo mejor posible, tratandode recordarles las preguntas que esta mujer podía haber :ormulado. 2or Bltimo, una ve<cumplidas esas necesarias :ormalidades, preguntaba si alguien del departamento habíarecibido alguna carta o alguna llamada tele:=nica de la seForita )nesalt a prop=sito deesos nombres y de las :echas de :allecimiento. !n caso a:irmativo, pedía que le enviaranuna copia de la carta, o el nombre de la persona que había recibido la llamada tele:=nica,a :in de poder interrogarla más detalladamente.!scribi= una copia en limpio del te>to de:initivo y una nota para el empleado, en la que

consignaba la lista de los destinatarios a quienes se debía enviar las cartas. 4na ve< hechoesto, re:le>ion= acerca de lo que Jen9s le había contado a prop=sito del abalorio de huesode Chee. !staba hecho de hueso de vaca. 4n brujo, en el caso de creer de buena :e en lae>istencia de los brujos, habría utili<ado material =seo humano, suponiendo que el brujocreyera al pie de la letra en la mitología navaja de brujería. 0e modo que si se hallabaimplicado algBn aut;ntico brujo, suponiendo que tal cosa e>istiera, habría sido engaFado por su proveedor de huesos. 2or otro lado, si se trataba de alguien que s=lo simulaba ser un brujo, aquello no tenía importancia. Quienes creían que los brujos soplabanmágicamente partículas =seas en el interior de sus víctimas, di:ícilmente someteríandicho hueso a un análisis microsc=pico. $, naturalmente, los abalorios de hueso de vacaserían :áciles de conseguir. P) no5 2arecía probable. Cualquier matadero producíamontaFas de huesos de ganado. La materia prima para la producci=n en masa deabalorios para el mercado típico de bisutería. Leaphorn se encontr= con que el hilo de su pensamiento lo llevaba a la economía de la producci=n de abalorios de hueso enoposici=n al modelado de abalorios de plástico. Los abalorios de hueso de Chee debíande ser antiguos, y seguramente provendrían de la vieja or:ebrería, o tal ve< de lavestimenta. Jen9s había dicho que el abalorio era muy viejo. Tal ve< el (#, con susin:initos recursos, podría desvelar la :uente. 2ero ;l no podía :igurarse c=mo. Trataba deimaginar a 0elbert &treib leyendo el memorando sobre veneno de cadáver y brujos paraque diera comien<o a un es:uer<o en tal sentido. &treib simplemente se reiría ante la idea.Leaphorn escribi= otro memorando, en el que daba instrucciones al agente Jimmy Tso,que mantenía el contacto con el departamento de policía de *allup, para que controlara alos proveedores de or:ebres, casa de empeFo y todo lo que se le ocurriera, a :in deaveriguar c=mo podría obtener abalorios un or:ebre navajoA<iniAhopi, y en particular abalorios de hueso. 0eposit= el memorando en su cesto e>terior, sobre la carta que habíaredactado momentos antes. Luego e>trajo del gabinete sus e>pedientes de homicidio, loscoloc= sobre el escritorio y los mir=. bst;ngansepart= el legajo correspondiente a )nesalt. )nesalt había sido la primera en morir. lgoen su intuici=n le dijo que ella era la clave, y se aprendi= de memoria su legajo. Ledesconcertaba. 2arecía carente de :inalidad, como morir por un rayo, y tan cruel y casual

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como la malignidad del 2ueblo &agrado. Cogi= el que llevaba la carátula 8#L&)/ &@,lo abri= y ley=. /o decía nada que no recordara. 2ero cuando la había leído por primerave<, no había advertido que el policía tribal que trabajaba con Jay 6ennedy en esainvestigaci=n era el agente l *orman. !n aquel momento, ese nombre no signi:icabanada para ;l. &implemente identi:icaba a un nuevo agente, probablemente joven, a quien

Leaphorn no conocía. hora, el nombre iba acompaFado de una imagen visual.Leaphorn dej= el legajo sobre el escritorio y mir= por la ventana la lu< naciente del solmatutino sobre los dispersos techos de la aldea de 8indo7 %oc9. *orman. quel policíacorpulento que cru<aba andando el terreno de aparcamiento de &hiproc9 con Chee y(enaly. Chee se había dado cuenta de inmediato del coche aparcado, de qu; coche era, desus ocupantes, todo ello con una somerísima mirada. 2ero su andar se hi<o un poco másrígido y los hombros se al<aron algo, sabi;ndose observado. (enaly se había percatado dela reacci=n de Chee, había advertido el coche, pero sin interesarse. !l agente *orman noadvirti= en ningBn momento la presencia de Leaphorn sentado en la sombra de su coche.&i eso se le pas= por alto, Pqu; no se le habría pasado por alto en el escenario de lamuerte de &am5 Tal ve<, nada, pero valía la pena controlar. 2ara ser honesto, tal ve<

debiera decir que no se trataba más que de una e>cusa.altaban nueve minutos para las ocho. /ueve minutos más tarde, su tel;:ono comen<aríaa sonar. !l mundo de los problemas del rodeo, la reuni=n del Consejo Tribal, losindignados directores de escuela, contrabandistas de alcohol, demasiados pocos hombresy demasiadas obligaciones, lo absorberían un día más. @ás allá del reloj, mir= al mundoe>terior a la ventana, la autopista que conducía, sobre la colina, a todas partes e>cepto a8indo7 %oc9, a aquel mundo en el que su trabajo le había permitido en otros tiempossatis:acer su curiosidad y mandar al in:ierno todo aquel papeleo. Cogi= el tel;:ono yllam= al cuartel de &hiproc9. 2idi= por el agente l *orman. $a eran las primeras horas de la tarde. *orman se había encontrado con ;l a su pedido, enla tienda de @e>ican 8ater. Había reali<ado el viaje, que sacudía los huesos, hasta la<ona de Chilchinbito Canyon. @ás bien pronto, el agente *orman había probado ser eltipo de hombre que Ocomo hubiera dicho la abuela de LeaphornO contaba la hierba y noveía la dehesa.*orman estaba sentado ahora en el coche de Leaphorn, esperando Dinc=modo, supuso;steE a que el teniente terminara con vaya a saber qu; diablos estaba haciendo. !nrealidad, lo que Leaphorn estaba haciendo era pasar de la hierba a la dehesa. *racias ados horas de polvoriento trabajo, habían llegado a determinar que el camino que elasesino había seguido para alcan<ar el grupo de enebros donde 8ilson &am esperabahabía sido muy distinto del que tom= para regresar. %amitas rotas por aquí, unas rocassueltas por allá, alguna huella lo su:icientemente protegida como para sobrevivir dosmeses de días sin lluvia, les mostraron que el hombre había ido a los enebros siguiendouna línea mucho más recta a trav;s de la artemisa. Había cru<ado la colina, manteniendola direcci=n a menos que algBn arbusto pesado lo obligara a desviarse, hasta llegar alarroyo. Había bajado por la orilla tal ve< unos cien metros, probablemente en busca de unsitio para cru<ar. Luego había invertido la direcci=n a lo largo de casi cuatrocientosmetros, para cru<ar por un sendero de ovejas, el mismo que utili<= de regreso.Leaphorn pas= el resto de la maFana oyendo c=mo *orman le e>plicaba qu; habíaencontrado y d=nde lo había encontrado cuando trabajara en ese escenario para 6ennedy,

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a comien<os del verano. *orman le había mostrado d=nde habían encontrado el cuerpo de8ilson &am, en el :ondo de la estrecha hondonada que desaguaba en el Chilchinbito.Había seFalado los restos de los pequeFos desli<amientos de roca que demostraban que&am había sido arrastrado desde abajo. !l verano sin lluvia había dejado la preciosamarca casi intacta. Las hormigas se habían llevado casi toda la sangre coagulada de la

arena donde había yacido el cadáver, pero aBn podían encontrarse huellas. !n este protegido lecho, los vientos s=lo habían debilitado las huellas de aquel que había venido allevarse a &am.2or encima, la erosi=n había sido mayor. *orman había mostrado a Leaphorn d=ndehabía estado &am y de d=nde había llegado el asesino. U (astante :ácil distinguirlos Odijo *ormanO. !l terreno era más blando. &am llevaba botas. Tacones planos. ácil de comparar con sus huellas. $ el otro individuo llevaba botas de vaquero. @ás grandes Oagreg= mirando a LeaphornO, tal ve< de la talla once.Todo esto estaba ya, en el in:orme de 6ennedy. $ tambi;n estaba la respuesta a la pregunta que Leaphorn se decidi= a hacer. 2ero quería oírla por sí mismo. U P/o estuvieron juntos, hablando, en ningBn momento5 P/o hay seFales de esto5

 U /o seFor Odijo *ormanO. /o hay seFales de esto. Cuando estudi; las huellas delsospechoso, encontr; que había comen<ado a correr a unos cuarenta metros Oy seFal=hacia el sur, entre la rala artemisaO. $a no había huellas de talones. Corría. U P$ &am5 P0=nde comen<= &am a correr5*orman se lo mostr=. &am no había corrido mucho. Tal ve< unos veinticinco metros. Losancianos no corren bien, aun cuando se hayan pasado la vida corriendo.Cuando regresaban al coche, Leaphorn se detuvo donde el asesino había aparcado y mir=el quebrado paisaje hacia los enebros, donde esa persona debía de haber visto a &am, o asu rebaFo. 2ermaneci= allí con el labio in:erior entre los dientes, mordisqueándoselo enactitud re:le>iva, tratando de recrear lo que el asesino habría pensado, repasando con lavista el camino que el hombre había tomado. U segur;monos de que estamos de acuerdo. 0e que no me olvido de nada OdijoLeaphornO. Conduce hasta aquí. 1e a &am, tal ve< su rebaFo, allá, junto a los enebros.parca. 1a directamente hacia donde está &am.Leaphorn mir= a *orman sin advertir signo alguna de discrepancia. Luego prosigui=? U Con prisa, diría, dada la manera en que aplast= la artemisa. /o sabía que detrás de lacolina había un arroyo y que no podría pasar, de modo que tuvo que seguirlo aguas arribahasta encontrar márgenes más bajas. U /o es muy inteligente Odijo *orman. U 2uede ser Odijo Leaphorn, aunque la inteligencia no tenía nada que ver con aquelloO. $cuando estuvo cerca de &am, tenía tanta prisa por matarle que comen<= a correr.PCorrecto5 U !s lo que yo diría Orespondi= *orman. U P2or qu; comen<= &am a correr5 U 2or miedo Odijo *ormanO. Qui<á el tío lo amena<aba a gritos. ) tal ve< levantando la pala con la que lo mat=. U &í Odijo LeaphornO. !s lo que yo supondría. Cuando lo cojamos, Pde qui;n piensausted que se tratará5*orman se encogi= de hombros.

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 U /o tengo manera de saberlo OdijoO. &ería un hombre. *rande, pies de hombre.2robablemente, un pariente o algo así Ocoment= mirando a Leaphorn con una ligerasonrisaO. 4sted sabe c=mo son estas cosas. &iempre hay alguna pelea con algBn parientede la mujer, o alguien se pelea con algBn vecino acerca de d=nde lleva a pastar a susanimales. !s así como ocurre siempre.

!n e:ecto, era así como ocurría siempre. 2ero esta ve< no. U 2iense que no sabía que allí había un arroyo. Que no sabía d=nde encontrar un paso deganado Odijo LeaphornO. !sto, Pno le dice nada5!l complacido rostro de *orman pareci= con:undido. 2ens=. Luego dijo? U /o había pensado en eso. &upongo que no :ue un vecino. Cualquiera que vive aquíconoce c=mo es el terreno. 2or d=nde corre el agua. U 0e modo que nuestro hombre era un e>traFo. U &í Odijo *ormanO. !s curioso. PCree que saberlo servirá para algo5Leaphorn se encogi= de hombros. /o podía saber c=mo. rmoni<aba de alguna e>traFamanera con la cuesti=n de !ndocheeney. (istie y !ndocheeney, al parecer, eran e>traFos.$ eso, Pqu; signi:icaba5 2ero Leaphorn había colmado su cuota. Había agregado un

hecho a los datos de su homicidio? 8ilson &am había sido asesinado por un e>traFo. 5Capítulo --Tras muchas y penosas reconsideraciones, Jim Chee decidi= :inalmente que no sabía qu;diablos hacer con el abalorio de hueso que había encontrado en la billetera de %oosevelt(istie. Había salido de la sala de visitas y había cerrado la puerta a sus espaldas, trasdejar la bolsa de papel con las pertenencias de (istie en el suelo, junto a la silla,e>actamente donde ;ste la había puesto. Luego se detuvo en la puerta, para mirar a (istiecon una curiosidad intensi:icada por la idea de que hubiera tratado de eliminarlo con unaescopeta. (istie estaba sentado en el duro banco contra la pared mirando algo por laventana, la cara de per:il desde la posici=n de Chee. Chee lo grab= en la memoria. P2or qu; había disparado este hombre a trav;s de la cubierta de su caravana5 /o le encontr=di:erencia con ningBn otro hombre, por supuesto. /inguna de aquellas característicasespeciales que a veces la cultura blanca asignaba a los brujos. /i nari< puntiaguda, nirasgos agudos, ni palo de escoba. Tan s=lo otro hombre cuya inquina lo había llevado atratar de matar. disparar contra 0ugai !ndocheeney, un e>traFo, en el techo de sucabaFa. disparar contra Jim Chee, otro e>traFo, dormido en su cama. asesinar a8ilson &am en medio de su rebaFo. Tal como (istie estaba sentado, hundido en el banco,Chee no conseguía relacionar su :igura con la que había visto, o soFado que veía, en laoscuridad e>terior a su caravana. La Bnica impresi=n de entonces era que se trataba deuna :igura pequeFa. P2odía ser (istie realmente el hombre5(istie perdi= inter;s en lo que estaba observando a trav;s de la ventana y ech= unamirada a la sala, hacia Chee. Los ojos de ambos hombres se encontraron. Chee noadvirti= nada en la e>presi=n de (istie, salvo un tibio y reservado inter;s. Luego se abri=la puerta de la cabina tele:=nica y sali= Janet 2ete. Chee camin= por la sala, alejándose dela mujer, sali= al aparcamiento y :ue hasta su coche, lejos de toda acci=n impulsiva que elinstinto le urgía. 0eseaba volver a arrestar a (istie. 0eseaba coger la billetera y en:rentar a (istie Oante testigosO con el abalorio de hueso. 0eseaba convertir en tema de registro la posesi=n del hueso por parte de (istie. 2ero llevar un abalorio de hueso en la billetera eracompletamente legal. $ Chee no tenía absolutamente ningBn derecho a saber de su

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e>istencia. Lo había encontrado en una inspecci=n ilegal. Había una ley contra eso. 2erono contra la posesi=n de hueso o, llegado el caso, contra el hecho de ser un s9in7al9er.4na ve< hubo decidido que no podía hacer nada, se sent= en el coche esperando queaparecieran 2ete y (istie. Qui<á vinieran sin la bolsa de (istie, la dejaran olvidada,simplemente. &i eso sucedía, ;l iría a la cárcel, le diría a Langer que (istie había dejado

sus pertenencias, le pediría que hiciera un nuevo inventario, más completo, que incluyeratodas las cosas contenidas en la billetera. 2ero cuando 2ete y (istie aparecieron, la primera llevaba la bolsa apretada en su mano. &alieron del terreno de la cárcel y en:ilaronhacia armington. Chee gir= hacia el oeste, direcci=n &hiproc9.2ens= en el asunto mientras conducía. La ra<=n le decía que (istie no podía ser la :iguraque, en la oscuridad, había disparado contra su caravana. (istie había utili<ado el IOIque llevaba contra la ventana trasera de su camioneta para disparar contra !ndocheeney.) al menos dijo que lo había hecho. /o una escopeta. /o había ningBn motivo pararevisar la casa de (istie en busca de una escopeta. Qui<á ni siquiera tuviera ninguna. $ lacompleja mitología de la brujería navaja, que Chee conocía tan bien como cualquiera,acostumbraba agregar un motivo a la malicia de los s9in7al9ers. (istie no tenía ningBn

motivo atendible para querer matar a Chee. Tal ve< (istie no :uera el hombre que habíatratado de matarlo.2ero aun cuando pensara tal cosa, era consciente de que el espíritu se le había aligeradonuevamente. !l miedo había desaparecido. /o temía a (istie, así como había temido a lodesconocido. &inti= necesidad de cantar.!n la bandeja de su escritorio había dos sobres y un memorando de esos que la policíatribal utili<aba para dejar notas y avisos de llamadas tele:=nicas cuando uno se hallaausente. 4n sobre, observ= Chee con placer instantáneo, era del color a<ul pálidocaracterístico de @ary London. &e lo puso en el bolsillo de la camisa y mir= el otro.!staba dirigido al agente Chee, Cuartel de 2olicía, &hirproc9. !ra una letra torpe, escritacon lápi<. Chee ech= una mirada al memorando tele:=nico, que decía simplemente?Llamar al Tte. Leaphorn inmediatamente, y abri= el sobre.La carta, plegada en el interior, había sido escrita en el bloc de papel de líneas gruesasque utili<an los escolares y con la distribuci=n que se les enseFa a los alumnos en laescuela primaria.!n el sitio donde le enseFan a uno a poner el remitente, el autor de la carta había escrito?lice $a<<ieTienda de &heep &prings /aci=n /avaja NNK Querido sobrino Jim Chee?!spero que est;s bien. $o estoy bien. Te escribo esta carta porque tu tío ra<ier 0enestone ha estado malo todo el verano y más malo este mes. Lo llevamos al adivino dela Clínica (ad7ater y el adivino dijo que debía dejar que el m;dico belagana de allí lediera alguna medicina. hora está tomando esa medicina verde pero sigue malo. !ladivino dijo que tenía que tomar esa medicina pero tambi;n necesita un canto, y el cantodebe ser una (endici=n. He oído que hiciste el canto de (endici=n para la &obrina de la1ieja buela /e< y todo el mundo dijo que :ue bueno. Todo el mundo dijo que lo hicistemuy bien y todo el mundo dijo que las pinturas secas eran buenas. 0ijeron que la &obrinade la 1ieja buela /e< mejor= despu;s de eso.

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Queremos hablarte de eso. Queremos que vengas a la casa de Hildegarde 0iente de )ro yte hablaremos acerca del canto. Tenemos alrededor de [ II pero a lo mejor es más.Chee ley= con intensa satis:acci=n. La (endici=n que había reali<ado la primaveraanterior había sido su primer trabajo como yataalii. $ el Bltimo. La &obrina de la 1iejabuela /e< era una sobrina segBn la amplia de:inici=n navaja Ola hija de un primer 

hermano por línea materna de la :amilia de CheeO y el que lo contrataran a ;l como cantor había sido una simple cortesía de :amilia. !n realidad, el acontecimiento había sido un bal=n de prueba, tanto como para in:ormar a la secci=n central norte de la *ran %eservaque Chee había comen<ado su práctica con la cura de una niFa que no tenía nada másserio que el malestar de los diecis;is aFos.hora, por :in, llegaba un pedido. lice $a<<ie lo llamaba sobrino, pero en este caso eltítulo re:lejaba buenas maneras y no vínculos de clan ni :amiliares. ra<ier 0enestoneera, probablemente, una suerte de tío, tal como los navajos de:inían las cosas, por  parentesco con el clan paterno de su padre. 2ero un pedido de yataalii no provenía del paciente, sino de aquella persona del círculo :amiliar del paciente que asumiera laresponsabilidad de tales cosas. Chee mir= la :irma de lice $a<<ie, que incluía, segBn la

costumbre de los navajos ya anticuados, su clan. 0inee de las Corrientes &e %eBnen.Chee había nacido en el 2ueblo de Hablar Lento, clan de &alt. /o tenía cone>iones con elclan de las Corrientes. sí, su invitaci=n era la primera seFal de la aceptaci=n de Cheecomo cantor :uera de su propia :amilia.Termin= la carta. lice $a<<ie quería que :uera ;l a la casa de Hildegarde 0iente de )roel domingo siguiente, cuando ella y la mujer y la madre del paciente pudieran estar allí yhacerse un tiempo libre para la ceremonia. Queremos tenerlo lo antes posible porque ;lno está bien. /o va a durar mucho, me parece.!sta nota pesimista amengu= la alegría de Chee. !ra mucho mejor para un yataaliicomen<ar su carrera con una cura visible, con una ceremonia que no s=lo restaurase laarmonía del paciente con su universo, sino que tambi;n le devolviera la salud. 2ero esedía Chee no toleraría nada negativo. /o obstante, mejor sería reali<ar una cura en un casodesesperado. &i la en:ermedad de ra<ier 0enestone era en verdad susceptible decorrecci=n por los poderes que el ritual de la (endici=n evocaba, si Jim Chee era losu:icientemente bueno como para reali<arlo con toda correcci=n, todo iría de la mejor manera posible. Chee creía en la penicilina y en la insulina y la cirugía cardíaca y el bypass. 2ero tambi;n creía que la vida y la muerte estaban controladas por algo quetrascendía con mucho la comprensi=n de la medicina moderna. 2leg= la carta de lice$a<<ie en el bolsillo de la camisa. Con la uFa del pulgar abri= la carta de @ary London.Queridísimo Jim?2ienso en ti todos los días Dy más aBn todas las nochesE. Te e>traFo terriblemente. P/o puedes obtener un permiso y venir aquí por un tiempo5 @e doy cuenta de que no lo pasaste bien durante tu visita de mayo, pero ahora estamos justamente en nuestras dossemanas anuales de lo que en 8isconsin pasa por verano. Todo es hermoso. Hace dos otres horas que no llueve. hora te gustaría. !n realidad, pienso que podrías aprender aquererlo Oel vivir en algBn sitio que no sea el desiertoO si te das una oportunidad dehacerlo.2apá y yo :uimos a @adison la semana pasada y hablamos con un asesor en la acultadde rtes y Ciencias. 2odr; conseguir mi título de master Ocon un poco de suerteO en pocomenos de dos semestres, gracias a aquellos dos cursos que tom; cuando era estudiante.

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Tambi;n encontr; un bonito piso de una habitaci=n, cocina incluida, desde donde se puede ir a pie a la universidad, y recogí la solicitud para la admisi=n de graduados. 2uedocomen<ar a tomar clases en el nivel de no graduados mientras se tramita la admisi=n en laescuela de posgrado. !l consejero dijo que no habría ningBn problema.Las clases comen<arán la primera semana de septiembre, lo que signi:ica, si me anoto,

que no tendr; tiempo de volver a verte hasta que termine el semestre, o sea, me parece,alrededor del 0ía de cci=n de *racias. )dio no verte hasta entonces, de modo que tratade encontrar una manera de venirSChee ley= el resto de la carta sin mucha conciencia del signi:icado de las palabras. 4nacharla acerca de algo que había sucedido cuando ;l la visitara en &tevens 2oint. 4n par de:rases sobre su madre. &u padre Dque se había es:or<ado en ser educado y había:ormulado a Chee interminables preguntas sobre religi=n navaja y lo miraba como Chee pens= que ;l miraría a un hombre de otro planetaE se hallaba bien y pensaba en la jubilaci=n. !lla estaba e>citada con la idea de volver a la escuela. 2robablemente lo haría.Había tambi;n más notas personales, tiernas y nostálgicas.Ley= la carta nuevamente, esta ve< con lentitud. 2ero nada cambiaba. &inti= un

aturdimiento, una ausencia tal de emoci=n que lo sorprendi=. $ lo sorprendente era,e>traFamente, pens=, que no se sorprendía. !ra como si en algBn nivel subconsciente lohubiera estado esperando. Había sido inevitable desde el momento en que @ary habíaresuelto dejar el trabajo de maestra en Cro7npoint. &i no lo había sabido entonces, tuvoque haberse enterado durante la visita a su casa, a cuyo regreso, en el vuelo alburquerque, había estado tratando de anali<ar sentimientos que eran una me<cla de:elicidad y de triste<a. 1olvi= a mirar el saludo inicial? Queridísimo JimS. Las notasque le había enviado desde Cro7npoint se iniciaban con CariFoS.&e meti= la carta en el bolsillo con la de $a<<ie y cogi= el memorando.Todavía decía? Llamar al Tte. Leaphorn inmediatamente. Llam= al teniente Leaphorn. 5Capítulo -&on= el tel;:ono en el escritorio de Joe Leaphorn. U PQui;n es5 U Jim Chee desde &hiproc9 O:ue la respuesta desde la centralita. U 0ígale que aguarde un minuto.Leaphorn sabía de qu; cosas podía enterarse a trav;s de Chee, pero se tom= un momento para volver a re:le>ionar sobre c=mo le :ormularía e>actamente las preguntas. @antuvoel auricular en la mano mientras pensaba. U 1ale OdijoO. 2=ngame con ;l.&e oy= un clic. U quí Leaphorn. U Jim Chee, devolviendo su llamada. U PConoce usted a toda la gente que vive en los alrededores de Chilchinbito Canyon,donde vivía 8ilson &am5 U 0;jeme pensar Odijo Chee, y luego hubo un silencioO. /o. Creo que no. U PTrabaj= usted allí alguna ve<5 PLo su:iciente como para :amiliari<arse con elterritorio5 U !n realidad, no Odijo CheeO. /o era mi parte de la %eserva. U P$ la regi=n de (ad7ater 8ash, donde vivía !ndocheeney5

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 U @ucho mejor Odijo CheeO. /o es donde el capitán Largo me tenía patrullando, pero elaFo pasado estuve allí un tiempo tratando de encontrar a un muchacho que había sidoarrastrado por el agua en el &an Juan. 1arios días. Luego me ocup; del asunto de!ndocheeney. ui dos veces por ese motivo. U P!s cierto que (istie no quiso decir nada acerca de si conocía a !ndocheeney5

 U !s cierto. /o quiso decir nada. &alvo que se alegraba de que !ndocheeney estuvieramuerto. Lo dijo :rancamente. 0e modo que es de suponer que lo conocía.TB lo supones, pens= Leaphorn. 2ero puede que te equivoques. U P0ijo algo que permitiera :ormarse una idea de si conocía la regi=n de (ad7ater5PComo, por ejemplo, si tuvo algBn problema para encontrar la casa de !ndocheeney5 P)algo así5 U PQuiere decir si se detuvo en la tienda para pedir orientaci=n5 &í, así lo hi<o. U !so :iguraba en el in:orme de 6ennedy Odijo LeaphornO. Lo que quiero decir es si oy=decir algo, a ;l o a la gente con la que usted habl= en (ad7ater, que revelara que eratotalmente e>traFo en la regi=n. @iedo de no encontrar la carretera. 0e perderse. lgoasí.

 U /o.La palabra había sido pronunciada con lentitud, lo que indicaba que el pensamiento noestaba concluido. Leaphorn aguard=. U 2ero no insistí en eso. /os limitamos a su descripci=n y a una marca en su camioneta. /o buscamos ese tipo de in:ormaci=n.!ra evidente que, a aquella altura del partido, no habría parecido tener ningBnsigni:icado. Tal ve< tampoco lo tenía en el presente. !sper= que Chee :ormulara e>cusasinnecesarias. /o se produjo ninguna. Leaphorn comen<= a enunciar su pr=>ima pregunta, pero Chee interrumpi= su pensamiento. U &abe usted Odijo lentamenteO. 2ienso que el individuo que apuFal= a !ndocheeneytambi;n era un :orastero. /o conocía la regi=n. U Phá5 Odijo Leaphorn.!l teniente había oído decir que Chee era listo. $ tenían ra<=n. Chee le estaba ahorrandola pregunta. U (aj= de las rocas Odijo CheeO. PHa visto usted aquel lugar5 !stá al otro lado del rio&an Juan, tal ve< a unos cien metros. Los :arallones quedan al sur. !l asesino baj= por ;stos. $ volvi= por el mismo camino para llegar a donde había dejado el coche. !stuvo un buen rato mirando por los alrededores. Había dos o tres maneras más :áciles de llegar adonde se hallaba !ndocheeney. @ás :áciles que la que adopt= el asesino. U 0e modo que Odijo Leaphorn, a medias para sí mismoO resulta que dos e>traFos parecen haber matado el mismo día a la misma persona. PQu; piensa de esto5&ilencio. trav;s de su ventana, Leaphorn observaba un desordenado escuadr=n decuervos que volaba desde los chopos, a lo largo del 8indo7 %oc9 %idge, hacia la aldea.2ara los cuervos era la hora de la comida en las latas de basura. 2ero no pensaba en loscuervos. 2ensaba en la inteligencia de Chee. &i en ese momento le contaba que el hombreque había matado a 8ilson &am tambi;n era un :orastero, y c=mo lo sabía, Cheedetectaría inmediatamente la ra<=n de la primera pregunta. &e con:irmaría que tambi;nChee era un e>traFo al paisaje de 8ilson &am. $ se con:irmarían las sospechas deLeaphorn. 2ero, al diablo con eso. 4n policía al que se disparaba en una emboscada debíaesperar que se le tuviera en estudio. Tambi;n Chee. Le contaría lo que sabía.

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 U !s posible Odecía Chee, lentamenteO que no hubiera dos e>traFos en busca de!ndocheeney, sino s=lo uno. U h Odijo Leaphorn, que pensaba e>actamente lo mismo. U 2odría ser Oprosigui= CheeO que (istie supiera que había errado el tiro cuando dispar=a !ndocheeney en el techo. 0e modo que se march=, aparc= en la meseta, baj= y mat= a

!ndocheeney con el cuchillo. $ despu;sS U !l con:iesa haber disparado a !ndocheeney Oconcluy= LeaphornO. @uy inteligente.2ero P:ue así5Chee suspir= y dijo? U Creo que no.Tampoco lo creía Leaphorn. !so violentaba lo que había aprendido de los hombres a lolargo de los aFos. La gente que pre:iere las armas de :uego no usa cuchillos, y a lainversa. (istie había pre:erido un ri:le. Todavía tenía un ri:le. P2or qu; no lo us= en elsegundo intento5 U P2or qu; no5 Opregunt= Leaphorn. U Las huellas son di:erentes. /o creo que (istie se haya cambiado de cal<ado, y las

 pocas huellas que encontr; en lo de !ndocheeney no se corresponden con las botas de(istie. 0e cualquier modo, Ppor qu; lo haría5 P$ por qu; no dispararle en el segundointento5 P2or qu; usar un cuchillo5 !so le daba una coartada, es cierto. $ nosdesconcertaba. 2ero piense en toda la plani:icaci=n previa que se requeriría para actuar deesta manera. $ en las cosas que podrían salir mal. /o casa con la impresi=n que tengo de(istie. U 1ale Odijo LeaphornO. P&abe, por sus conversaciones con (istie, o por algBn otromedio, algo que sugiera que (istie conocía a 8ilson &am5 U /o, seFor, nada. U (ien. !ntonces, parece que estamos ante otra e>traFa situaci=n Odijo Leaphorn, ycont= a Chee lo que había encontrado en Chilchinbito Canyon. U /o tiene mucho sentido Odijo CheeO. P1erdad5 U quel abalorio de hueso de su caravana Odijo LeaphornO result= ser de bovino. Hechocon un viejo hueso de vaca.Chee produjo un sonido evasivo. U P/o pas= nada más con usted5 P/ada sospechoso5 U /o, seFor. U P/o se ha enterado de nada5 U (uenoS OChee vacil=O. /o mucho. He oído un rumor en la tienda de (ad7ater. 0icenque encontraron un hueso en el cadáver de !ndocheeney.Leaphorn espir=, sorprendido. U PComo si hubiera sido embrujado5 U &í Odijo CheeO. ) como si hubiera embrujado a algBn otro y le devolvieran el embrujo.$ eso era, segBn pensaba Leaphorn, lo peor de una tradici=n en:erma, esa crueldadconsistente en matar a un chivo emisario, cuando las cosas van mal. !ra lo que Chee0odge e>ecraba cuando quería poner :in a todo eso. !ra lo que había hecho a JoeLeaphorn, a la sa<=n joven y nuevo en la 2olicía Tribal /avaja, responsable de la muertede cuatro personas. 0os hombres. 0os mujeres. Tres brujos y el hombre que los mat=. lhabía oído el rumor. &e había reído. l había recogido los cadáveres. Tres asesinatos y un

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suicidio. !so había sucedido hacía veinte aFos, y había convertido en odio el desd;n deLeaphorn por la brujería. U !n la autopsia no :igura nada acerca de ningBn hueso e>traFo Odijo Leaphorn.2ero aun cuando decía tal cosa, sabía que no era necesariamente cierto. !l pat=logo podíano consignar Oprobablemente noO tales nimiedades. Cuando la causa de la muerte era tan

evidente Ouna hoja de cuchillo de carnicero repetidamente hundida a trav;s de las ropasen el abdomen y el costado de la víctimaO, Ppor qu; registrar las hebras y los botones, pelusa y envoltorios de chicles que la hoja pudiera haber arrastrado a trav;s de la piel5 U @e parece que valdría la pena preguntar al respecto Odijo Chee. U sí es Oasinti= LeaphornO. Lo har;. U demás Odijo Chee, e hi<o una pausa.Leaphorn esper=. U demás, (istie tenía un abalorio de hueso en su billetera. !>actamente igual al queencontr; en mi caravana. l menos tenía el mismo aspecto.Leaphorn volvi= a espirar. U Ph, sí5 PQu; dijo de eso5

 U (ueno, nada Orespondi= Chee, y e>plic= lo que había sucedido en la cárcelO. 0e modoque volví a ponerlo donde lo había encontrado. U @e parece que lo mejor es que hablemos otra ve< con (istie Odijo LeaphornO. !nrealidad, pienso que lo mejor es cogerlo y tenerlo encerrado hasta que esto se aclare un poco.Leaphorn se imaginaba tratando de convencer a 0illy de que diera curso a la denuncia. /o sería nada :ácil persuadir a 0illy &treib. Había estado demasiado tiempo en el (#como para no preocuparse por su e:iciencia. la gencia no le gustaban los casos que noganaba. /o obstanteSLeaphorn se balance= en la silla y mir= el mapa. 4na línea de abalorios de hueso uníaahora dos de sus puntos. $ %oosevelt (istie debía de saber c=mo se unían. $ por qu;. U 2odemos acusarle de intento de homicidio, o de intento de asalto, o traerlo comotestigo. U HummS Odijo Chee, con un sonido lleno de dudas. U Llamar; a los :ederales Odijo Leaphorn, mirando su relojO. 2odemos vernos dentro deuna hora enS!l teniente Leaphorn mir= nuevamente el mapa, buscando el punto medio más c=modoentre 8indo7 %oc9 y &hiproc9 en los Chus9as. U !n &anostee Oconcluy=O. P!n &anostee dentro de una hora5 U &í, seFor Odijo CheeO. !n &anostee dentro de una hora. 5 Capítulo -&anostee distaba mucho de ser un punto medio, pero era conveniente para lo que iban ahacer. 2ara Chee era rápido? un poco más de treinta 9il=metros al sur por el pavimentogastado de la /acional hacia Little7ater, y luego unos quince 9il=metros al oeste,entre los dientes de viento arrachado y polvoriento, sobre la larga :alda de la cadena delos Chus9as, hasta la tienda. 2ara Leaphorn, la distancia era triple? desde 8indo7 %oc9 aCrystal, luego pasando por 8ashington 2ass hacia &heep &prings, y por Bltimo al nortehasta la intersecci=n de Little7ater. Cuando Leaphorn lleg= a &anostee, se estaba poniendo el sol en el ocaso cobri<o de uno de esos días en que el cielo del desierto estraslBcido y el polvo cuelga en el aire.

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Chee estaba sentado bajo el volante, con los pies :uera de la puerta, bebiendo un <umo denaranja. 0ejaron el coche de Leaphorn y cogieron el de Chee. Leaphorn :ormulaba preguntas. Chee conducía. !ran preguntas astutas, pensadas para lograr al má>imo posible un duplicado de la suya. l comien<o, se centr= en (istie, en todo lo que habíadicho y en c=mo lo había dicho. Luego toc= el turno a !ndocheeney, y por Bltimo a Janet

2ete. U !l aFo pasado tuve un pequeFo altercado con Janet 2ete Odijo LeaphornO. !lla pensabaque habíamos pegado a un borracho, o al menos dijo que lo pensaba. U P$ era verdad5Leaphorn lo mir= un instante. U lguien lo hi<o. &i el agente no minti=, :ue algBn otro.!n otros tiempos, la carretera que discurría desde &anostee hacia el norte había estadonivelada, y había tenido ripio en algBn momento del oscuro pasado en que esa parte delos Chus9as había elegido para el Consejo Tribal un representante de e>cepcional:erocidad. !l ciclo perpetuo de las nieves de enero y los deshielos de abril se habíatragado la grava tiempo ha, y el superintendente de autopista del distrito había resuelto el

 problema borrando de su mapa la carretera. &in embargo, todavía era transitable contiempo seco y todavía la utili<aban las pocas :amilias que apacentaban sus rebaFos enaquella parte de las tierras altas. Chee conducía con cuidado, esquivando torrenteras yevitando, en lo posible, las tablas de lavar que había producido la erosi=n. 0esde debajode la curva del planeta, los rayos del sol iluminaban bancos de nubes sobre el hori<onteoccidental y en aquel momento re:lejaban el rojo, lo cual convertía el amarillo deluniverso en vago tinte rosado. U @e he estado preguntando qui;n la habrá llamado para esto Odijo CheeO. Cuando ledijimos a (istie que podía llamar a un abogado, no demostr= ningBn inter;s. U 2robablemente su hija Odijo Leaphorn. U 2robablemente Odijo Chee.!l agente Chee recordaba a la hija, de pie en el patio de la casa de (istie. P&e le habríaocurrido a ella llamar a un abogado5 PHabría ido ella hasta &anostee para e:ectuar lallamada5 PHabría sabido a qui;n llamar5 Chee recti:ic= el probablemente con un talve<.!so puso t;rmino a la conversaci=n. 1iajaban en silencio. Leaphorn, la espalda rectacontra el asiento, los ojos memori<ando lo que podían ver del paisaje a la moribunda lu<amarilla, dejaba arrastrar su pensamiento por el intolerable problema de la en:ermedad de!mma, para huir luego de ;l meti;ndose de lleno en el quebradero de cabe<a, hasta elmomento pura :rustraci=n, de los cuatro al:ileres de su mapa. Chee, hombre más alto ydelgado, conducía recostado contra la puerta, la mano derecha en el volante, pensando enel abalorio de hueso de la billetera de (istie, en qu; preguntas podría hacer para obligar al to<udo (istie a hablar de la brujería a e>traFos hostiles, preguntándose si Leaphorn le permitiría alguna pregunta y c=mo manejaría Leaphorn esa cuesti=n, el :amoso Leaphorn,el Leaphorn de las leyendas de la policía tribal. $ pensando en la carta de @ary Landon.Le parecía ver otra ve< las palabras, en tinta a<ul oscuro sobre el a<ul pálido del papel.2apá y yo :uimos a @adison la semana pasada y hablamos con un asesor en la acultadde rtes y Ciencias. 2odr; conseguir mi título de master Ocon un poco de suerteO en s=lodos semestres másS

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&=lo dos semestres. \nicamente dos semestres. \nicamente dos. ), dicho de otramanera, s=lo me alejar; de ti dos grandes pasos. ) te prometo que volver; a ti al :inal delverano, pero ahora me voy. ), de otra manera aBn, e> amante, ahora eres un amigo. )S!l coche patrulla trep= entre la espesura de los pinos piFoneros y los ponderosa enanos.Chee puso la segunda.

 U &=lo sobre esta loma Odijo.&=lo sobre la loma la lu< resultaba visible. !staba debajo de ellos, todavía a casi un9il=metro de distancia, un punto brillante en el crepBsculo cada ve< más oscuro. Cheerecord= el lugar por la tarde en que habían arrestado a (istie. 4na Bnica bombilla protegida por una pantalla re:lectora de metal en lo alto de un tronco de pino ponderosade unos tres metros y medio. La lu< de (istie para los espectros. P&e preocuparía un brujo por los espectros5 PTendría un brujo una lu< puesta para ahuyentar a los chindi que vaganen la oscuridad5 U P!s allí5 Opregunt= Leaphorn.Chee movi= a:irmativamente la cabe<a. U PTiene electricidad aquí5 Odijo Leaphorn, asombrado.

 U Hay un molino de viento detrás de la casa Ocontest= CheeO. &upongo que es lu< de baterías.!l camino de acceso a la casa de (istie obligaba a salir de la carretera con un giro enángulo recto, sacudirse sobre un promontorio rocoso y pasar un bosque ralo de pinos piFoneros, para volver a bajar justo en la casa. (ajo aquella mala lu< amarilla parecía peor de lo que Chee recordaba? una cho<a rectangular de tablones, probablemente de doshabitaciones, techada con tejas a<ules de as:alto. 0etrás había una barraca dealmacenamiento, de metal abollado, un arbusto, un corral de caballo de tiro y, sobre eltalud, junto al :arall=n de la meseta, un coberti<o para guardar heno. @ás allá, contra el:arall=n, la lu< amarilla de una cabaFa hecha de placas de piedra amontonadas. Junto a la barraca, uno al lado del otro y con las aspas alejadas del :uerte viento del oeste, estaban elmolino y el generador de viento de (istie.Chee aparc= su coche patrulla a la lu< del patio de (istie. /o había seFal de camioneta ni lu< encendida alguna en la casa.Leaphorn suspir=. U P&abe usted lo su:iciente como para suponer d=nde podría estar5 OdijoO. P1isitando parientes, o alguna otra cosa5 U /o Orespondi= CheeO. /o hemos hablado de eso. U 1ive aquí con su hija. P1erdad5 Odijo Leaphorn. U sí es.!speraron que apareciera alguien en la puerta y notara la presencia de visitantes, postergando el momento de tener que admitir que el largo viaje había sido inBtil, postergando ya sea un viaje de regreso a &anostee o una in:ructuosa persecuci=n devecinos que pudieran saber adonde había ido %oosevelt (istie. U 2uede que no haya vuelto aquí cuando la abogada lo dej= en libertad Odijo Chee.Leaphorn gruF=. La lu< amarilla de la bombilla que tenían sobre sus cabe<as ilumin= ellado derecho de su cara con:iri;ndole el aspecto de un rostro de cera. /adie apareci= en la puerta.

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Leaphorn se ape= del coche, golpe= ruidosamente la puerta detrás de ;l y se reclin= sobreel techo, la mirada :ija en la casa. 2robablemente la puerta no estaba cerrada con llave.P0ebía entrar y echar una mirada en busca de algBn indicio de d=nde podía estar (istie5!l viento a<otaba a Leaphorn, arrojando arena contra sus tobillos por encima de loscalcetines y empujando el sombrero del uni:orme. Luego calm=. )y= que se abría la

 puerta de Chee. 2ercibi= olor a algo que se quemaba. !ra un olor acre. U uego Odijo CheeO. !n alguna parte.Leaphorn lleg= de un trote hasta la casa, golpe= la puerta. llí el olor era más :uerte. &e:iltraba entre la puerta y el marco. *ir= el pomo. !mpuj= la puerta, que se abri=. &ali=una nube de humo, y una nueva rá:aga de viento seco la barri= al instante. 0etrás delteniente, Chee grit=? U (istie. P!stá allí dentro5Leaphorn camin= en medio del humo, abanicando con el sombrero. Chee estabainmediatamente detrás de ;l. !l humo provenía de un ca<o de aluminio que había sobreuna estu:a de butano, contra la pared del :ondo de la habitaci=n. Leaphorn contuvo larespiraci=n, apag= el quemador bajo una ca:etera a<ul esmaltada que hervía :uriosamente

 junto al ca<o. 4tili<= el sombrero como agarradera, asi= el mango, lo sac= a:uera y lodej= caer en la tierra apisonada. Contenía algo que parecía haber sido algBn tipo de guiso,ya completamente chamuscado. Leaphorn volvi= a entrar. U quí no hay nadie Odijo Chee, que aventaba con el sombrero el humo que aBnquedaba, junto a una silla tirada en el suelo. U P#nspeccion= la habitaci=n del :ondo5 U /o hay nadie en la casa Odijo Chee tras asentir con la cabe<a. U &e han marchado a toda prisa Odijo Leaphorn.!l teniente :runci= la nari< para protegerse del acre olor a carne quemada y volvi= al patio del :rente. @eti= el culo de la linterna en el ca<o todavía humeante y e>amin= elresiduo que contenía. U 0ele un vista<o Ole dijo a CheeO. 4sted es soltero, Pno5 PCuánto tiempo llevaría elguiso para quemarse de esta manera5Chee e>amin= el ca<o. U Con el :uego que había, tal ve< cinco o die< minutos. 0epende de la cantidad de aguaque ;l hubiera puesto. U ) ella Odijo LeaphornO. &u hija. Cuando vino usted aquí con 6ennedy, Ps=lo tenían unacamioneta5 U !so era todo Odijo Chee. U !ntonces, tienen que estar en ella por algBn sitio Odijo LeaphornO. 4no o ambos. $ sehan ido en direcci=n contraria a la que nosotros traíamos. 2ero, si es así, Pc=mo no vimossus :aros delanteros5 cabarían de salir.Leaphorn se endere<=, se puso las manos sobre las caderas y estir= la espalda. !scudriF=,ceFudo, el ocaso ya bien entrado. U Hay un solo plato en la mesa. PLo ha notado5 U &í Odijo CheeO. $ la silla volcada. U Cinco o die< minutos Odijo LeaphornO. &i sabe usted realmente cuánto hace :alta paraque el guiso se queme de esa manera, no :uimos nosotros quienes le in:undimos miedo.La camioneta ya se había ido. $ el guiso ya se estaba quemando antes de que llegáramos. U !ntrar; y mirar; de nuevo Odijo CheeO. 4n poco más detenidamente.

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 U 0;jeme hacerlo a mí Odijo LeaphornO. 1ea si encuentra algo :uera.Leaphorn se detuvo primero en el vano de la puerta, con el deseo de no alterar ningunaseFal que hubiera podido quedar. Con respecto a Chee, sospechaba que era bueno en eso, pero en cuanto a ;l, estaba seguro de serlo. !l suelo estaba cubierto de lin=leo rojooscuro, más o menos resquebrajado en el centro de la habitaci=n. !staba bastante nuevo,

lo cual era bueno, y polvoriento, lo que era casi inevitable teniendo en cuenta lascondiciones climáticas, y absolutamente esencial, teniendo en cuenta lo que Leaphornesperaba hacer. 2ero antes permaneci= inm=vil. @ir=. !sta pie<a de delante se usaba paracocinar, comer, vivir en general, y como dormitorio de la mujer. 0etrás de una cortina demantas que aislaban un rinc=n, podía verse una esquina de la cama, un sencillo marco demadera bien arreglado. !stantes llenos de productos en lata, utensilios de cocina y todaclase de cajas cubrían la pared divisoria. &alvo en lo que hacía a la silla volcada, nada parecía e>traFo o :uera de lugar. La habitaci=n mostraba el orden habitual que imponía lalimitaci=n del espacio para vivir.2ero el suelo tenía polvo.Leaphorn se puso en cuclillas y e>amin= visualmente el lin=leo desde apenas unos dos o

tres centímetros de distancia del suelo. !ra :ácil distinguir las marcas que acababan dedejar sus pasos, y los de Chee, en el polvoriento suelo. /o costaba nada discernir entrelas pisadas más grandes de Chee y las suyas. 2ero el ángulo de lu< era des:avorable.Caminando con mucho cuidado, entr= y tir= de la cadena para quitar la lu< de la bombilla. !ncendi= su linterna. @aniobrando con cuidado la lu<, primero en cuclillas yluego con el est=mago y la mejilla contra el suelo, e>amin= las marcas que habíanquedado en el polvo.#gnor= las huellas :rescas que habían dejado ;l y Chee, y busc= otras marcas. Lasencontr=. @ás oscuras, pero bastante :rescas y sencillas para un ojo tan e>perimentadocomo el de Leaphorn. @arcas cual 7a::les que habían dejado las suelas de alguien queaparentemente había estado sentado ante la mesa, de alguien que había tirado los pieshacia atrás bajo la silla y había arrastrado las puntas. Tambi;n debajo de la mesa, y cercade la silla caída, otra marca. sta correspondía a una suela de goma. lgBn tipo de<apatilla de jogging o de tenis, qui<á, más pequeFas que las de la persona de grandes piescon suelas cual 7a::les. P(istie y su hija5 &i era así, esta Bltima era realmente patuda.Leaphorn emergi= de debajo de la mesa, golpeándose la oreja en el proceso. 0etrás de lacortina de mantas, sobre un arc=n que había junto a la cama, dos pares de <apatos. (otasgastadas de india, color canela, y pantu:las negras de tacones bajos. !ran angostas y máso menos de la talla seis. Leaphorn cogi= la pantu:la i<quierda, la llev= hasta la mesa,volvi= a locali<ar la huella y compar=. La pantu:la era mucho más pequeFa. (istie habíatenido una visita no mucho antes de que ;l y Chee llegaran.2ero, Pad=nde diablos habían ido5 P$ por qu; habían dejado que se quemara el guiso yque el ca:; hirviera hasta evaporarse casi por completo5!n la habitaci=n del :ondo no encontr= nada interesante. Contra la pared, ordenadamente plegada, una cama portátil en la que aparentemente dormía (istie. Con el mismo orden,la ropa de (istie colgaba de un alambre bien estirado a lo largo de la pared? dos pares detejanos gastados, un par de pantalones de color 9a9i con los e>tremos deshilachados, unachaqueta de lana a cuadros, camisas, todas de mangas largas y una con un agujero en elcodo. Leaphorn chasque= la lengua contra los dientes mientras pensaba, estudiando lahabitaci=n. @eti= el dedo índice en la jo:aina esmaltada que estaba sobre la mesa, junto

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al dormitorio de (istie, para comprobar la temperatura del agua, sin saber por qu;. !stabatibia. !>actamente lo que cabía esperar. Levant= el trapo arrugado para lavarse que había junto a la jo:aina. !staba hBmedo. Leaphorn lo mir=, ceFudo. /o era lo que cabía esperar.!l trapo se había usado para limpiar algo. Leaphorn lo estudi= a la lu< de la linterna. !ntres sitios presentaba manchas de barro, como si se hubiera limpiado con ;l el suelo

 polvoriento. &e acerc= una de esas manchas a la nari< y oli=. U WCheeX Ogrit=O. WCheeX!>amin= el suelo, moviendo met=dicamente la linterna hacia atrás y hacia adelante, en busca de algBn lugar que hubiera sido :rotado. /o encontr= nada. Tal ve< en la habitaci=ndel :rente. &e acuclill=, manteniendo la lu< de la linterna cerca del lin=leo, buscandohuellas. !n cambio, vio un sendero. !ra completamente regular, de unos cuarenta y cincocentímetros de ancho, una :ranja limpia de polvo en la super:icie de plástico. 4n senderoque iba desde el vano de la puerta hacia el interior, el centro de la habitaci=n del :ondo yllegaba a la puerta trasera.La puerta trasera estaba abierta y Chee mir= hacia adentro. U 2ienso que alguien, o tal ve< algo, ha sido arrastrado :uera de aquí Odijo CheeO. Hay

huellas de eso que llevan hacia las rocas. U Tambi;n aquí dentro Odijo Leaphorn, y pas= la lu< de la linterna a lo largo del senderolustroso, libre de polvoO. Hacia la puerta de atrás. 2ero mire esto. OLe e>tendi= el trapohBmedoO. Hu;lalo.Chee oli=. U &angre Odijo CheeO. Huele a sangre Oy mir= a LeaphornO. @e pregunto qu; había enese guiso. Carnero :resco, Pqu; piensa5 U Lo dudo Odijo LeaphornO. @e parece que tendríamos que encontrar ad=nde nos llevanestas marcas. Quiero saber qu; es lo que arrastraban. U ) a qui;n arrastraban Odijo Chee.La tierra pelada sobre la cual se ha vivido durante aFos, y tan seca como la sequía puedellegar a tornarla, se vuelve casi tan dura como el hormig=n. 0esde la puerta trasera,Leaphorn no vio nada hasta que la lu< de la linterna de Chee, desde muy cerca del suelo,cre= sombras en la super:icie por donde se había arrastrado algo aBn más duro. raFa<os.Los araFa<os pasaban junto a la torre del molino, la construcci=n de metal paraalmacenamiento, e iban más allá. !n el talud, donde la tierra estaba menos apisonada, losaraFa<os se convertían en huellas de pies que se arrastraban entre la male<a marchita ymanchones de hierba. U Hacia la cabaFa Odijo LeaphornO. sa es la direcci=n.un en la tierra menos compacta, las huellas eran di:íciles de seguir. !l ocaso había dado paso a la oscuridad casi total de la noche, sin más lu< que un re:lejo rojo oscuro en el poniente. !l viento había comen<ado a soplar otra ve<, levantando polvo ante Leaphorn.Caminaba con la linterna en:ocada en el suelo, recogiendo las seFales de tierra removiday male<as aplastadas.#ncluso en visi=n retrospectiva, Leaphorn no record= haber oído el disparo, pues lo primero de lo que tuvo conciencia :ue el dolor. lgo que sinti= como un martilla<o logolpe= en el antebra<o derecho y la linterna se apag= repentinamente. Leaphorn estabasentado en el suelo, consciente de la vo< de Chee que gritaba algo, consciente de que suantebra<o le dolía tanto que seguramente tendría algo roto. !l sonido de los disparos de la pistola de Chee y el destello del arma lo sacaron del estado de con:usi=n en que se

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hallaba y le hicieron percatarse de lo que había ocurrido. %oosevelt (istie, el muy hijo de puta, le había disparado. 5 Capítulo -!n cualquier jurisdicci=n policial, la llamada con la noticia de la baja de un o:icial provoca una reacci=n especial. !n la subagencia de &hiproc9 de la 2olicía Tribal /avaja,al mando del capitán . 0. Largo, se produjo una llamada inmediata al propio Largo, que

estaba en su casa mirando la televisi=n, mientras, casi simultáneamente, la radio llamabaa todas las unidades de servicio en el distrito, a la 2olicía !statal de /uevo @;>ico y a la):icina del &heri:: del Condado de &an Juan. 2or tanto, dado que los @ontes Chus9ascru<an la :rontera de /uevo @;>ico y entran en ri<ona, y &anostee se halla a s=lo unosveinte 9il=metros del límite del estado, y, ni quien emitía el despacho en &hiproc9, niningBn otro, estaban seguros de en qu; estado estaba sucediendo todo aquello, la llamadatambi;n se dirigi= a la 2atrulla de utopista de ri<ona y, más o menos por cortesía, a la):icina del &heri:: del Condado pache, que podría tener cierta legítima jurisdicci=n auncuando quedara a unas cien millas al sur, cerca de &t. Johns.!n el centro de armington del (#, a la que correspondía la jurisdicci=n :inal cuando setrataba de un delito importante en una %eserva #ndígena, el aviso se recibi= un poco

despu;s, por tel;:ono. !l mensaje lleg= a Jay 6ennedy en la casa de un abogado, dondese hallaba en:rascado en una partida de bridge a centavo en punto y con rotaci=n decompaFero. 6ennedy acababa de ganar dos rubbers seguidos y estaba a punto deconseguir un slam, cuando son= el tel;:ono. Cogi= la llamada, termin= el slam, agreg= los puntos ganados, que ascendían en total a GI, recogi= sus ,GI d=lares y se march=.altaban unos minutos para las die< de la noche.2oco despu;s de las die< y media, Jim Chee regresaba a la casa de (istie. !n la /acional, a la altura de Little7ater, se había encontrado con la ambulancia de armington.@ientras se introducía a Leaphorn en la parte posterior, había llegado el capitán LargoO*orman con ;lO y se había hecho cargo de la situaci=n. Largo :ormul= un torrente de preguntas, dej= que la ambulancia siguiera su camino, e hi<o una serie de rápidoscontroles por radio para asegurar que todos los controles de carretera estuvieran en susitio. $a con el micr=:ono colgado, se había sentado con los bra<os cru<ados, mirando aChee. U 0emasiado tarde para bloquear las carreteras, probablemente Odijo.2ara Chee había sido un día demasiado largo. !staba cansado. Había gastado toda suadrenalina. U Qui;n sabe OdijoO. Tal ve< se haya detenido a reparar un neumático. Tal ve< ni siquieratenga coche. &i :ue el propio (istie, tal ve< se :ue a su casa. &iS U P2iensa que podría haber sido algBn otro5 U /o lo s;. !ra la casa de (istie. $ (istie dispara a la gente. 2ero entonces puede haber quien lo quisiera tan poco como (istie quería a los demás, y vinieran, le dispararan y loarrastraran hasta las rocas.La e>presi=n de Largo, que ya era agria, sugería que no le agradaba el tono de Chee.@ir= al agente. U PC=mo ha sucedido5 Opregunt=O. P4n viejo en:ermo, y dos policías con rev=lver5!videntemente, Largo no esperaba una respuesta y Chee no la intent=. U 4sted y *orman volverán y verán si pueden encontrarlo Odijo LargoO. Har; que la policía del estado y la gente del sheri:: los sigan. Cuiden de que no se pierdan.Chee asinti= con la cabe<a.

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 U 1oy a encontrarme con 6ennedy ahora mismo Odijo LargoO. Luego volveremos y nosuniremos a ustedes.Chee en:il= hacia su coche. U 4na cosa más Ogrit= LargoO. /o permita que (istie le dispare. las -I,GG Chee aparcaba junto al poste de la lu<, entonces a oscuras. &e ape= y aguard=

el re:uer<o para acercarse del todo. &e sinti= tonto. La camioneta seguía ausente. Lacho<a de Chee estaba oscura. Todo parecía estar e>actamente igual a como lo habíandejado. !ra sencillamente imposible que (istie estuviera por allí esperando esta cuadrillaarmada.%uido general de puertas.Chee e>plic= la disposici=n de las instalaciones, seFal= en la oscuridad hacia la cabaFadesde la cual habían partido los disparos. Los hombres se despla<aron talud arriba, lasarmas preparadas, el policía estatal con una escopeta recortada, el delegado con un ri:le. Chee todavía le parecía irreal lo que había sucedido dos horas antes en aquel lugar,algo que no se había imaginado.!n las adyacencias de la cabaFa no había nadie. Tampoco dentro.

 U quí hay un metal Odijo el policía estatal.!ra un veterano, pelirrojo y de cara pecosa y curtida por el sol. !staba de pie, mirandocon seriedad un cilindro de metal de color cobre que re:lejaba la lu< de su linterna. U 2arece del calibre treinta y ocho Odijo el policíaO. PQui;n se ocupa de las pruebas5 U 0;jeselo para 6ennedy Orespondi= CheeO. Ha de haber algBn otro.@ientras hablaba, Chee pensaba que el casquillo vacío correspondía e:ectivamente a unIOI. !ra más corto. @unici=n de pistola. $, puesto que había sido lan<ada, probablemente se trataba de un arma automática, no de un rev=lver. &i (istie habíadisparado eso, parecía tener un verdadero arsenal. U quí está Odijo el policía. La lu< de su linterna en:ocaba el suelo, a más o menos un paso largo del primer casquillo. U !l mismo calibre OaFadi=.Chee no se cansaba de mirarlo. 2ens= pedir a todo el mundo que tuviera cuidado de por d=nde caminaban, para evitar borrar huellas Btiles. 2ero con la sequedad y el vientoreinantes, no imagin= que el rastreo de huellas :uera otra cosa que pura p;rdida detiempo. !>cepto en lo relativo a las huellas de objetos arrastrados. &ería :ácil encontrar cualquier cosa que se hubiera arrastrado en aquel sitio.$ así :ue. U W!hX Ogrit= *ormanO. Wquí hay un cuerpoX!staba en la colina, semioculto en un manch=n de arbustos medio chamuscados, con lacabe<a hacia abajo, los pies hacia arriba y las piernas todavía separadas, como siquienquiera que lo hubiera arrastrado hasta allí las hubiera utili<ado para tirar del cuerpoy luego, simplemente, lo hubiera dejado caer.!ra el cadáver de %oosevelt (istie. La lu< combinada de las linternas de Chee y de*orman real<aba el aspecto amarillo del rostro, pero la muerte no había hecho mucho para cambiar su e>presi=n. (istie parecía todavía torvo y amargado, como si el morir deun disparo hubiese sido todo lo que esperaba, el :inal adecuado a una vida de desengaFo.l ser arrastrado, la camisa se le había subido sobre los hombros y le dejaba el pecho y elest=mago desnudos. La piel cerosa mostraba, donde la caja torácica se unía al estern=n,dos ori:icios pequeFos, uno inmediatamente debajo del otro. !l in:erior había sangrado

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un poco. )ri:icios muy pequeFos, pens= Chee. 2arecía raro que ori:icios taninsigni:icantes le hubieran quitado de:initivamente el viento de la vida.*orman lo miraba, con un interrogante en la cara. U ste es (istie Odijo CheeO. l parecer, el tío que dispar= al teniente Leaphorn dispar=tambi;n a ;ste. &upongo que lo estaba arrastrando cuando llegamos nosotros, quiero

decir, el teniente y yo. U $ despu;s de disparar al teniente se :ue Odijo *orman. U $ se hi<o humo Oagreg= Chee.Cuatro linternas iluminaban ya el cadáver. \nicamente el delegado del condado de &anJuan se hallaba aBn en la oscuridad, ocupado en su in:ructuoso trabajo.)tros dos vehículos aparcaron en el patio de %oosevelt (istie. Chee oy= el ruido de las puertas, la vo< de 6ennedy, el sonido del capitán Largo que subía el talud. 2or encima delas heridas de bala, la lu< de la linterna de Chee iluminaba, en el lado i<quierdo del pechode (istie, una marca roji<a, estrecha, tal ve< de media pulgada de largo, donde un corteestaba cicatri<ando. /ormalmente, era un sitio e>traFo para semejante corte. !so hi<o pensar a Jim Chee en la billetera de (istie y en el abalorio que ;l había visto en ella, en si

la billetera podía haberse caído del bolsillo de la cadera de (istie en su ascenso por elrocoso talud con los talones hacia arriba, y en si el abalorio de hueso estaría todavía en la billetera cuando lo encontraron.&e acuclill= junto a (istie para mirar más detalladamente, al tiempo que se imaginaba laescena en la que se había producido esta pequeFa herida en cicatri<aci=n? el manostemblorosas Do el contemplador de estrellas, o el escucha, o el adivino, o la clase deshamán que (istie hubiese elegido para que diagnosticara su en:ermedadE e>plicando a(istie que alguien lo había embrujado, y dici;ndole que un s9in7al9er le había sopladoen su interior el :atal :ragmento de huesoR luego, el corte ritual en la piel, la succi=n del pecho, la e>tracci=n del hueso de dentro de (istie y su aparici=n en la lengua del shamánR:inalmente, (istie poni;ndose el hueso en la billetera y pagando los honorarios, ytratando de salvarse matando al brujo e invirtiendo la mortal en:ermedad en el cadáver.Chee despla<= la lu< de su linterna para iluminar otra ve< los vidriosos y col;ricos ojos de%oosevelt (istie. PC=mo sabía (istie que el brujo era !ndocheeney, el hombre que todo(ad7ater consideraba como un individuo dulce e ino:ensivo5 !l shamán seguramente nosabía tal cosa. $ si ambos hombres se conocían, Chee no tenía c=mo saberlo.0etrás de ;l, el policía del estado gritaba a Largo, contándole que habían encontrado uncadáver. !l viento volvi= a arreciar y arroj= una rá:aga de arena contra el rostro de Chee.ste cerr= los ojos para protegerse, y cuando volvi= a abrirlos, un :ragmento de plantarodadora muerta se había alojado contra la oreja de (istie.P2or qu; (istie estaba tan seguro de que el brujo que los estaba matando era!ndocheeney5 Había tenido la certe<a su:iciente como para tratar de matar al hombre.PC=mo se cru<aron sus caminos de tan :atal manera5 P0=nde5 PCuándo5 hora que(istie tambi;n había muerto, Pqui;n podía responder a estas preguntas5 P) a alguna deellas5Largo se había unido al círculo, y lo mismo había hecho 6ennedy. Chee intuy= su presencia a sus espaldas, mirando el cadáver. U He ahí lo que lo mat= Odijo el policía estatalO. 0os disparos de rev=lver en el pecho.Justo en el borde del círculo iluminado, Chee podía ver el corte en el pecho de (istie.quellas dos balas habían completado la muerte de %oosevelt (istie. 2ero la muerte de

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(istie había comen<ado en esa pequeFa herida semicicatri<ada en la parte alta del pecho, por encima de los ori:icios de bala. 5 Capítulo -G!l Hospital del &ervicio de &alud #ndígena de *allup era uno de los orgullos de aquellagigantesca burocracia :ederal? moderno, atractivo, bien situado y bien equipado. Habíasido construido en una ;poca de presupuesto abundante, y tenía prácticamente todo lo que

un hospital necesita. 2ero el ciclo de me<quindad presupuestaria prolongaba ahora unostiempos mucho más di:íciles. &in embargo, esa maFana, ni la escase< de en:ermeras, nilos problemas de agotamiento del presupuesto para provisiones, ni ninguna otracomplicaci=n de orden :iscal que traían de cabe<a a los responsables contables delhospital, a:ectaban el almuer<o de Joe Leaphorn, que era todo lo que un paciente sensibledebía esperar de la cocina de un hospital, ni tampoco la vista desde la ventana, que eramagní:ica. !l &ervicio de &alud había situado el hospital en la parte del talud quedominaba *allup desde el sur. &obre la pequeFa joroba que sus pies :ormaban en lassábanas, Leaphorn podía ver la interminable serie de semirremolques que circulaban por la #nterestatal I. @ás allá de la autopista, el trá:ico :erroviario intercontinental rodabahacia el este y hacia el oeste por la línea principal de &anta e. 2or encima de la línea

:;rrea y allende ;sta, más allá de la con:usi=n de *allup este, se levantaban los rojos:arallones de Los Lobos Oen los que el rojo se veía algo disminuido por la niebla a<ul dela distanciaO, y por encima de ellos, la silueta verde grisácea de las tierras altas de las:ronteras navajas, donde la *ran %eserva se convertía en la %eserva Chec9board. 2araJoe Leaphorn, este pasaje, a no más de ochenta 9il=metros hacia el norte de la cama enque se hallaba, en la regi=n verde de T7o *rey Hills, era el paisaje de su in:ancia, peroahora miraba la escena sin pensar en ello. /o hacía más de uno o dos minutos que se había despertado. La llegada de la bandeja delalmuer<o lo había arrancado del adormecimiento inducido por la mor:ina con unaaterrada preocupaci=n por el bienestar de !mma. !nseguida record= que gnes estabaallí, que hacía días que estaba, que vivía en el dormitorio adicional y desempeFaba el papel de dedicada hermana menor. &e había hecho cargo de !mma, había tomado lasdecisiones correctas. /o tenía por qu; preocuparse. /o más que de costumbre. Habíaterminado el proceso de recuperaci=n de datos que se da siempre tras este tipo dedespertar. Había establecido d=nde estaba, record= por qu;, recorri= rápidamente elinhabitual entorno, control= la escayola en su bra<o derecho, pesada, todavía :ría yhBmeda, movi= e>perimentalmente el pulgar, luego los dedos, despu;s la mano paramedir el dolor que le producía cada movimiento, y :inalmente volvi= a pensar en !mma.La cita era para el día siguiente. 0e que ;l ya estaría lo bastante bien como para llevarla,no había dudas. !l paso siguiente consistiría en asumir lo que ya sabía. Lo que temíaadmitir. Que se pasaría el resto de la vida esperando que ella se :uera alejando, que nosupiera qui;n era ;l y luego qui;n era ella. !n el material que le había enviado lasociaci=n de l<heimer, alguien había descrito la en:ermedad un mirar en tu mente para no ver otra cosa que oscuridad. Leaphorn lo recordaba, tal como recordaba elin:orme clínico del marido de la víctima. Todos los días tenía que recordarle que hacíatreinta aFos que estábamos casados, que teníamos cuatro hijosS Todas las noches,cuando me acostaba, ella decía? PQui;n eres5. Leaphorn ya había comen<ado a ver elcomien<o de tal proceso. La semana anterior había ido a la cocina y !mma lo habíamirado desde las <anahorias que estaba raspando. La e>presi=n había sido primero deasombro, luego de temor, y por :in de con:usi=n. Había cogido a gnes por el bra<o y le

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había preguntado qui;n era ;l. !ra algo con lo que tenía que aprender a vivir, como seaprende a vivir con un puFal atravesado en el cora<=n.Tent= torpemente con su mano i<quierda sana el bot=n para llamar a un asistente, loencontr=, presion= y mir= su reloj. 0el otro lado del vidrio de la ventana, la lu< eraenceguecedora. Lejos hacia el este, se estaba :ormando una nube sobre Tsood<il, la

@ontaFa Turquesa. PLluvia5 0emasiado pronto para decirlo, y demasiado al este paradescargarse en la %eserva si llegaba a convertirse en tormenta. 0ej= colgar las piernas al borde de la cama y se sent=, acurrucado, a la espera del v;rtigo y con una e>traFa y<umbante sensaci=n de distanciamiento, inducida por alguna cosa que le habían dado para dormir. U (ien Odijo una vo< a su espaldaO. /o esperaba encontrarlo levantado.!ra 0illy &treib, que llevaba puesto el uni:orme de verano del (#? traje a<ul de dos pie<as, camisa blanca y corbata. 2arecía como si &treib hubiera dormido con aquella ropa puesta. U /o estoy levantado aBn Odijo Leaphorn, quien hi<o un gesto en direcci=n al armarioO.@ire ahí y vea si puede encontrar mi ropa. Luego estar; realmente levantado.

&treib llevaba una carpeta de papel manila en la mano i<quierda. La dej= a los pies de lacama de Leaphorn y desapareci= tras la puerta del armario. U 2ens; que le gustaría echar un vista<o a esto. PLe han contado lo que pas=5 Leaphorn se le ocurri= que le dolía la cabe<a. %espir= hondo. !l almuer<o habíaconsistido en un bol de sopa, humeante, una pequeFa ensalada verde y algo que llevaba pollo y que en condiciones normales habría parecido apetitoso. 2ero en ese momentoLeaphorn sentía como si le hubieran dado un golpe en un costado del est=mago. U $a s; lo que pas= Odijo LeaphornO. lguien me dispar= en el bra<o. U Quiero decir, despu;s de eso Odijo &treib, y deposit= el uni:orme del teniente al pie dela cama y las botas en el suelo. U 0espu;s de eso, no s; nada. U 2ues bien, para ir al :ondo de la cuesti=n, el tío se escap= y dej= detrás de sí el cadáver de (istie. U P!l cadáver de (istie5Leaphorn cogi= la carpeta mientras digería la noticia. U @uerto a tiros Odijo &treibO. 0os disparos. Con una pistola, probablemente.2robablemente un treinta y ocho, o algo parecido.Leaphorn sac= el in:orme de la carpeta. 0os hojas. Ley=. @ir= la :irma. 6ennedy.0evolvi= el in:orme a &treib. U P4sted que piensa5Leaphorn sacudi= la cabe<a. U 2ienso que se está poniendo interesante Orespondi= &treib.!so signi:icaba Ocomprendi= Leaphorn gracias a haber pasado la mitad de la vidatrabajando con los :ederalesO que la gente con in:luencia y los miembros de lo altosservicios civiles comen<aban a pensar que había más cadáveres de los que se podíaenterrar con buenas maneras. &e quit= la bata de hospital, se levant= la camiseta yconsider= el problema de c=mo quitársela sin mover el bra<o derecho más de lonecesario.

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 U 2ienso que debíamos haber tenido encerrado al indio por un tiempo Odijo &treib, y ri=entre dientesO. &upongo que es darle vueltas a lo evidente Oagreg= pasando a la carcajadaabiertaO. !stoy seguro de que su m;dico lo habría recomendado. U P4sted piensa que podíamos haberle hecho cambiar de idea, haber conseguido que noscontara qu; tenía contra !ndocheeney5 Opregunt= Leaphorn.

!l teniente pens= un momento. &i hubieran mantenido a (istie bajo custodia, Leaphornhabía planeado poner a prueba un viejo, muy viejo truco. La cultura tradicional permiteuna mentira, siempre que no haga mal a nadie, pero la mentira s=lo puede repetirse tresveces. la cuarta, quien la dice se hace culpable de engaFo. /o hubiera podido ponerloen práctica directamente con (istie, porque ;ste habría seguido simplemente negándose adecir nada sobre !ndocheeney, sobre abalorios de huesos o sobre brujería. 2ero tal ve<hubiera podido lograr algo. Tal ve<. ) tal ve< no. U /o estoy seguro Otermin= Leaphorn.@enos seguro estaba aBn de haber podido convencer a &treib de que estampara su :irmaen el tipo de denuncia que se necesitaba. !ste asunto de un hombre que parecía creer quehabía matado de un disparo a un individuo que en realidad había sido apuFalado era un

asunto demasiado vidrioso. $ el (# no engaFaba a los ciudadanos que habían pagado susimpuestos todos esos aFos implicándose en asuntos poco claros. &treib era un buenhombre, pero no en vano había pasado veinte aFos en la jungla de la gencia y no podíadejar de haber asimilado sus enseFan<as. U Tal ve< no Odijo &treibO. !n materia de pieles rojas, acepto su opini=n. 2ero, sea comoseaS O&e encogi= de hombros, dejando la :rase en suspensoO. !ste asunto e>igirá un granes:uer<o. hora no tenemos tan s=lo unos cuantos homicios aislados, sino el doble. $qui<á más. $a sabe c=mo son estas cosas. U &í Odijo Leaphorn.La duplicaci=n de homicidios no s=lo duplicaba el inter;sR era como si lo elevara alcuadrado. $ si se tenían aut;nticos asesinatos en serie, y encima misteriosos, el inter;s, la presi=n y la potencialidad de la publicidad se disparaba al cielo. La publicidad nuncahabía sido tema de preocupaci=n para la 2olicía Tribal /avaja Onunca la tuvoO, pero paralos :ederales, en cambio, la buena prensa hacía llover miles de millones y mantenía el!di:icio de J. !dgar Hoover lleno de bur=cratas in:luyentes. 2ero, eso sí, tenía que ser  buena prensa.&treib se había sentado. @ir= el in:orme y luego a Leaphorn, que luchaba torpemente para ponerse los pantalones con la mano i<quierda. 0ada su cara redonda, lisa y sin edad,a &treib le costaba mucho aparentar preocupaci=n. !n esta oportunidad lo consigui=. U !l problema es OdijoO, entre muchos otros, que no veo por d=nde diablos empe<ar contodo esto. /o parece haber por d=nde cogerlo.@ientras, Leaphorn se enteraba de cuan inhábiles eran los dedos de la mano i<quierda para abrochar el bot=n superior de los pantalones del uni:orme, despu;s de haberlo hechotoda la vida con la mano derecha. $ record= la cuesti=n que le habla planteado Chee. Heoído rumores en la tienda de (ad7ater Ohabía dicho CheeO. 0icen que en el cadáver de!ndocheeney se ha encontrado un hueso. Pue el pat=logo quien encontr= el hueso5 U La autopsia del viejo !ndocheeney en armington Odijo LeaphornO. 2ienso que alguiendebería hablar con el pat=logo acerca de eso. veriguar todo lo que se pueda saber acercade esa herida de puFal.

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&treib volvi= a meter el in:orme en la carpeta, dej= ;ste sobre su rega<o, sac= la pipa ymir= el cartel de 2rohibido :umar detrás de la puerta. Junto al signo, la Huer:anitannie miraba desde un anuncio que decía? Los padres de la Huer:anita nnie :umaban.Junto a este anuncio había otro, una :otogra:ia de líneas y más líneas de lápidas :unerariascon una leyenda en la que se leía? @alboro Country. &treib oli= la pipa y volvi= a

dejarla en el bolsillo de la chaqueta. U P2or qu;5 U 4no de nuestros hombres ha oído decir que en la herida encontraron un :ragmento dehueso Orespondi= Leaphorn, que mantuvo la mirada :ija en &treib mientras se preguntabasi tal e>plicaci=n sería su:icienteO. Jim Chee Oe>plic= al comprobar que la e>presi=n de&treib daba a entender claramente que no lo eraO encontr= un pequeFo abalorio de huesoen su caravana, junto con municiones de plomo, despu;s de que alguien disparara contrala pared de la caravana. $ %oosevelt (istie llevaba un pequeFo abalorio de hueso en su billetera.La comprensi=n :ue asomando lenta y dolorosamente, convirtiendo la inhabituale>presi=n de preocupaci=n de la cara redonda de &treib en un aspecto igualmente ins=lito

de pena y abatimiento. U Hueso OdijoO. Como en las historias de s9in7al9ers. Como en la brujería. Como en laen:ermedad del cadáver. U Hueso Odijo Leaphorn. U &eFor, seFor, seFor Odijo &treibO. PQu; diablos vendrá despu;s5 )dio todo esto. U 2ero puede que sea una punta. U 4na punta, WmierdaX Odijo &treib con una pasi=n muy rara en ;lO. 4sted recuerda aquel policía que :ue atacado en una emboscada en LagunaOcoma. PLo recuerda usted5 2ues bien, el agente que se ocupaba del asunto dijo algo acerca de brujería en su in:orme. $o pienso que lo mandaron bajar a 8ashington para que los perros más altos pudierandeshacerlo en persona, despu;s de haberlo hecho por cartas y telegramas. U 2ero era brujería Odijo LeaphornO. /o lo era, naturalmente, pero los indios lagunas alos que se acus= dijeron que habían matado al policía porque ;ste los había estadoembrujando, y el jue< dictamin= locura, yS U ueron a un hospital psiquiátrico, y el agente :ue trasladado de lbuquerque a !ast2oison &pider ]La raFa 1enenosa del !ste^, 8yoming Odijo &treib, con la vo< encendidade pasi=nO. !l jue< dictamin= no llevar el asunto a 8ashington. !n 8ashington nocreen en agentes que creen en brujos. U $o mismo podría hacerlo. Quiero decir, averiguar. 2ero pienso que usted tendría mássuerte con el m;dico Odijo LeaphornO. usted lo tomarían en serio. !n cambio yo, unnavajo, voy y comien<o a hablar al m;dico de huesos de brujos, de en:ermedades decadáver, yS U Lo s;, lo s; Odijo &treib, que miraba ir=nicamente a LeaphornO. P4n abalorio de hueso,dijo5 PHumano5 U 0e vaca. U P0e vaca5 Plgo especial con los huesos de vaca5 U W@aldita seaX Odijo LeaphornO. 1aca o jira:a, o dinosaurio, o lo que sea, Pqu; más da5Lo Bnico que importa es que el individuo que nos interesa, sea quien sea, piensa que esasí como la cosa :unciona.

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 U 1ale Odijo &treibO. 2reguntar;. Plguna otra idea5 Tengo un presentimiento de que enel caso de 8indo7 %oc9 Dde la )nesaltE podría tratarse de un asunto de celos. ) qui<á lamuchacha meti= las narices en alguna cuesti=n de robo en los archivos tribales y eso provoc= un resentimiento e>agerado. &abemos que era una suerte de redentorain:atigable. !n general su tipo se considera simplemente como un grano en el culo,

aunque puede que estuviera irritando al tío equivocado. 2ero para mí ella es una cosa, ytodos los demás, harina de otro costal. $ tal ve< ahora podamos incluir entre ellos lahistoria de Chee. P&e le ocurre algo nuevo5Leaphorn sacudi= la cabe<a. U &=lo pienso en el hueso Orespondi=O, y eso probablemente no lleva a ninguna parte.2ero sí que se le estaba ocurriendo algo nuevo. unque de nada de eso quería hablar a&treib. /o de momento. Quería descubrir si la agencia de )nesalt sabia algo acerca de lacarta que la o:icina había enviado a 0ugai !ndocheeney. &i )nesalt la había escrito, 0illy podía estar terriblemente equivocado acerca de la :alta de relaci=n del homicidio de la)nesalt con los demás. $ en ese instante pensaba que %oosevelt (istie caía en una nuevacategoría de víctimas. (istie había intervenido en ello, había tenido que ver con

quienquiera que hubiese estado matando gente en la *ran %eserva. 2or tanto, el asesinatode (istie era algo nuevo. uera quien :uese ese mortí:ero ser, ahora parecía bastarse a símismo. 5 Capítulo -!l gato estaba allí cuando Chee se despert=. !staba sentado del lado interior de la puerta,mirando hacia a:uera por la alambrera. Cuando Chee se movi=, apoyándose sobre uncostado para levantarse trabajosa y torpemente de la tarima que había construido sobre elsuelo, el gato se puso inmediatamente alerta y lo mir=, tenso. Chee se sent=, dio un boste<o gigantesco, se :rot= los ojos para ahuyentar el sueFo y luego se puso de pie y sedespere<=. 2ara su sorpresa, aunque no e>cesiva, cuando termin= toda esa operaci=n, elgato aBn se hallaba allí, con sus ojos verdes :ijos en Chee. /o había huido. Chee arroll=el saco de dormir que había utili<ado como colch=n, lo at= y lo meti= en su litera sin usar.!>amin= la irregular línea de agujeros que la descarga de escopeta había dejado en la pared de la caravana. lgBn día, cuando supiera qui;n le había disparado, cuando supieraque no volvería a suceder, encontraría un hojalatero Oo, quien :uera que se ocupara de poner parches en los agujeros de paredes de aleaci=n de aluminioO y los taparía de modomás permanente. Quit= la cinta aislante que había usado para cubrirlos, sac= la mano ysinti= que la brisa la chupaba. Hasta que llegaran las lluvias, o el invierno, sacaría provecho de tan improvisada ventilaci=n.!n el desayuno termin= una lata de melocotones que había dejado en la nevera y larebanada de pan que quedaba. /o era lo que se llama un desayuno, en absoluto. &e habíaacostado al amanecer, pensando que estaba demasiado cansado y demasiado nerviosocomo para dormir. $ aunque la noche había pasado ya casi por completo, eludi= la literay utili<= el suelo. &e había echado allí con el recuerdo vivo de los dos agujeros negros enla piel del pecho de %oosevelt (istie y el corte por encima de ellos. quellas imágenes seevaporaron ante la siguiente pregunta? PQui;n había llamado a Janet 2ete5 menos que ella mintiera, no había sido la hija de %oosevelt (istie. sta s=lo había idodetrás de la ambulancia. !n realidad la había seguido, de regreso de &hiproc9 con cuatrocajas de comestibles. Había surgido de la vieja camioneta de (istie a la pálida lu<amarilla de las linternas de la policía, con la cara congelada en esa e>presi=n que todo

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 policía ha aprendido a temer? el rostro de una mujer que espera lo peor y se hainsensibili<ado para aceptarlo con dignidad.Había mirado el cadáver mientras lo pasaban :rente a ella e introducían la camilla en laambulancia. 0espu;s había mirado al capitán Largo. U &abía que sería ;l Ohabía dicho, con una vo< que sonaba notablemente :ría.

Chee la observ=, busc= en su dolor alguna seFal de simulaci=n y pens= que en su preciencia no había nada de e>traordinario. P2or qu; otra persona podía hacer laambulancia aquel viaje5 !n la práctica, en aquella :alda particular de aquella montaFa particular no vivía nadie más, y absolutamente nadie más en aquel desvío muerto. Laemoci=n de la hija de (istie parecía totalmente aut;ntica, más bien conmoci=n que pena. /i una lágrima. &i llegaban, lo harían más tarde, cuando el patio quedara libre de todosaquellos e>traFos, la dignidad perdiera sentido y la rodeara la soledad. !n ese momentomantenía una calmada conversaci=n con el capitán Largo y con 6ennedy y respondía alas preguntas de ;stos con vo< demasiado baja como para que Chee pudiera oírla y tanine>presivamente como si su rostro hubiese sido una talla en madera.2ero, apenas concluido todo eso, había reconocido de inmediato a Chee. La ambulancia

se había ido, llevándose consigo la carne y los huesos que sostenían el viento de la vidade %oosevelt (istie y dejando detrás en algBn lugar del aire nocturno que los rodeaba, suchindi. U PLe dijo el capitán Largo d=nde muri=5 Ole había preguntado Chee. Habl= en navajo,utili<ando un sonido prolongado y gutural que aludía al momento en que el viento de lavida ya no circula dentro de una personalidad humana, y todas las inarmonías que lahabían acosado se escapaban por las :osas nasales para ganar la noche. U P0=nde5 Opregunt=, desconcertada en un primer momento por la pregunta.2ero luego la comprendi= y mir= hacia la casa. U Pue dentro5 U uera Odijo CheeO. !n el patio. 0etrás de la casa.2odía ser cierto. @orir lleva tiempo a un hombre, aun con dos tiros en el pecho. /o habíaninguna ra<=n para que Hija de (istie creyera que la casa había sido contaminada por el:antasma de su padre. Chee había desarrollado su propia teología acerca de la en:ermedaddel :antasma y el chindi que la provocaba. Como todos los demonios que amena<an la:elicidad humana, se trataba de una cuesti=n mental. Los cursos de psicología que habíahecho en la 4niversidad de /uevo @;>ico siempre le habían parecido a Chee unae>tensi=n l=gica de lo que los 2ersonajes &agrados habían enseFado a aquellos cuatroclanes navajos originales. $ ahora advertía un cierto relajamiento en el rostro de Hija de(istie, un cierto alivio. !ra mejor no tener que v;rselas con :antasmas.!lla miraba a Chee, re:le>ivamente. U 4sted se dio cuenta, cuando usted y el belagana lo cogieron, que estaba :urioso Odijo lamujerO. P&e dio cuenta5 U 2ero no s; por qu; Odijo CheeO. P2or qu; estaba tan en:adado5 U 2orque sabía que tenía que morir. ue al hospital. Le hablaron del hígado Orespondi= yse coloc= una mano sobre el est=mago. U PQu; era5 PCáncer5Hija de (istie se encogi= de hombros. U !llos le llaman cáncer Orespondi=O. /osotros le llamamos en:ermedad del cadáver. &ellame como se llame, lo cierto es que lo estaba matando.

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 U P/o tenía cura5 PLe dijeron eso5Hija de (istie mir= en torno y lan<= una mirada nerviosa a la noche, más allá de Chee. !lcoche del policía estatal Oya de regreso hacia el camino pavimentadoO aplast= la hierba al borde del patio y sus :aros iluminaron la cara de la mujer, quien levant= la mano para protegerse del destello.

 U 2uedes darle la vuelta OdijoO. &iempre he oído decir que puedes hacerlo. U PQuiere decir matar al brujo y volver a colocar el hueso en ;l5 Opregunt= CheeO. P!raeso lo que hacía5Hija de (istie lo mir= silenciosa. U $a he hablado con ellos Odijo por :inO. Con los otros policías. Con el belagana joven ycon el navajo gordo. Largo le hubiera disgustado sobremanera esa descripci=n de navajo gordo, pens=Chee. U PLes dijo que su padre hacía eso5 PCuando :ue a la casa de !ndocheeney5 U Les dije que no sabía qu; era lo que hacía. $o no conocía al hombre que mataron. LoBnico que sabía es que mi padre estaba cada ve< más en:ermo. ue a ver a un manos

temblorosas entre %oo: (utte y Luc9acha9ai para descubrir qu; tipo de cura necesitaba.2ero el manos temblorosas se había ido a alguna parte y no estaba en su casa. ue a la%eserva Chec9erboard, a algBn lugar cercano a la Cala Capitular /agee<i, y habl= delasunto a un escucha. ste le dijo que había estado cocinando en un :uego de maderaatacada por el rayo y que necesitaba un Canto de Cura.Hija de (istie mir= a Chee con una mueca tensa. U 4samos butano Oprosigui=O para cocinar. 2ero le cobr= cincuenta d=lares a mi padre.Luego :ue a la Clínica (ad7ater para ver si le daban alguna medicina. /o regres= hastael día siguiente porque lo retuvieron en el hospital. Le hicieron una radiogra:ia, supongo.Cosas de ;stas. Cuando volvi= estaba :urioso. 0ijo que le habían dicho que moriría.La hija de (istie dej= de hablar y apart= la mirada de Chee. Las lágrimas irrumpieronabruptamente pero sin sonido. U P2or qu; estaba :urioso5 Opregunt= Chee en vo< tan baja que ella podía haber pensadoque se dirigía la pregunta a sí mismo. U 2orque le dijeron que no tenía cura Odijo Hija de (istie con vo< temblorosa.&e aclar= la garganta y se pas= el dorso de la mano por los ojos. U !l hombre era :uerte Ocontinu=O. !ra de espíritu :uerte. /o se entregaba. /o queríamorir. U P0ijo por qu; estaba en:adado con !ndocheeney5 P2or qu; acusaba a !ndocheeney5P0ijo que pensaba que !ndocheeney lo había embrujado5 U /o dijo casi nada. $o se lo pregunt;. 0ije? P2adre mío, por qu;S5. O$ se detuvo. /unca hay que pronunciar el nombre del muerto, pens= Chee. /unca convocar el chindi,aun cuando el nombre del :antasma sea el de 2adre. U $o le pregunt; al hombre por qu; estaba en:adado. Qu; era lo que estaba mal. Qu; lehabían dicho en la Clínica (ad7ater. $ :inalmente me dijo que le habían dicho que teníael hígado en:ermo, que no sabían c=mo arreglarlo con medicamentos y que moriría muy pronto. Les dije esto a los otros policías. U P0ijo algo sobre si estaba embrujado5Hija de (istie sacudi= la cabe<a.

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 U He visto que tenía un corte en el pecho Odijo Chee golpeándose la camisa del uni:orme para seFalar el lugarO. !staba cicatri<ado, pero todavía un poco in:lamado. P&abe algo alrespecto5 U /o.La respuesta no sorprendi= a Chee. &u pueblo había adoptado muchas maneras de los

 belagana, pero muchas personas habían conservado la tradici=n de pudor personal deestilo dinee. %oosevelt (istie se habría puesto la camisa en presencia de su hija. U P/unca dijo nada acerca de !ndocheeney5 U /o. U P!ndocheeney era un amigo5 U /o lo creo. /unca he oído hablar de ;l hasta ahora.Chee chasque= la lengua. &e cerraba otra puerta. U &upongo que los policías le preguntaron a usted si sabía qui;n había venido a ver a su paS a verlo esta noche5 U /o sabía que estuviera en casa. alto de casa desde anteayer. ui a *allup a visitar ami hermana. comprar cosas. /o sabía que ;l estuviera de vuelta de la cárcel.

 U 0espu;s de que lo arrestáramos, P:ue usted a buscar a la abogada para que lo liberara5!lla mir= desconcertada. U /o s; nada de eso Orespondi=. U P/o llam= usted a un abogado5 P2idi= a alguien que lo hiciera5 U /o s; nada de abogados. &=lo he oído decir que los abogados te sacan todo el dinero. U PConoce usted a una mujer de nombre Janet 2ete5Hija de (istie sacudi= negativamente la cabe<a. U PTiene alguna idea de qui;n pudo haber venido y haberle disparado5 P/inguna, enabsoluto5Hija de (istie ya no lloraba, pero volvi= a pasarse la mano por los ojos, mir= hacia abajoy e>hal= un largo y estremecedor suspiro. U $o pienso que ;l trataba de matar a un s9in7al9er OdijoO. !l s9in7al9er vino y lo mat=.$ ahora, mientras Jim Chee terminaba la Bltima rebanada de melocot=n y recogía concorte<a de pan el resto del <umo de la lata, record= e>actamente c=mo lo había miradoHija de (istie mientras decía tal cosa. 2ens= que probablemente tuviera ra<=n. !l@isterio de %oosevelt (istie claramente desvelado en una sola :rase. Tan s=lo quedabauna pregunta. PQui;n era el s9in7al9er que había ido y había disparado contra (istie5 $ por detrás, esta otra? Pc=mo sabía que (istie estaría en su casa y no a salvo en la cárcel dearmington5!n otras palabras, Pqui;n llam= a Janet 2ete5Lo descubriría. $ pronto. &ería el pr=>imo paso. penas terminara el desayuno.0esenchu:= la ca:etera, llen= la ta<a de ca:; con agua, la agit= suavemente y la bebi=hasta el :inal. U /unca había visto a nadie que hiciera eso Ohabía dicho @ary London. U PQu;5 U !so de enjuagar la ta<a con agua Oy, con las manos vacías, había imitado el gesto deagitar y beber.Chee había necesitado un momento para comprender. U W)hX Ohabía dichoO. &i te crías es:or<ándote para conseguir agua, nunca aprendes atirarla. /o la derrochas, aun cuando sepa muy poco a ca:;.

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 U !s e>traFo Odijo @ary LondonO. Lo que el viejo pro:e de sociología llamaría unaanomalía cultural. Chee le había parecido e>traFo que no derrochar agua le pareciera e>traFo a @aryLondon. Bn parecía e>traFo.2uso la ta<a bajo el :regadero.

 U W(usca, *atoX Odijo.$ el gato, en ve< de <ambullirse por la puertecita de salida, como hacía normalmentecada ve< que Chee se acercaba tanto, se :ue al otro e>tremo de la caravana y se sent=debajo de la litera, mirando nerviosamente a Chee.!n una mil;sima de segundo Chee registr= el signi:icado de tal cosa.lgo había :uera.#nspir= pro:undamente, se estir= para coger el cintur=n, e>trajo la pistola. uera no vionada, a e>cepci=n de su camioneta y el talud vacío. Control= cada una de las ventanas. /o se movía nada. traves= la puerta en una carrerilla aga<apada, con la pistola al :rente.&e detuvo tras el escudo de la camioneta. /o se movía absolutamente nada. Chee sinti= que la tensi=n se disipaba. 2ero algo había

impulsado al gato a entrar. Camin= hasta la guarida del animal con la mirada puesta en elsuelo. !n la tierra más blanda en torno al enebro había huellas de garras. P4n perro5 Cheese acuclill= y las estudi=. Huellas de coyote.!n la caravana, el gato estaba sentado sobre el saco de dormir de Chee. ste observ= algonuevo. !ra gata, y estaba preFada. U Te persigue el coyote, supongo Odijo CheeO. P!s verdad5La gata lo mir=. U Tiempo seco Odijo CheeO. /o llueve. Los po<os de agua están secos. Los perros de la pradera, las ratas canguro, todos se mueren. Los coyotes bajan a la ciudad y se comen losgatos.La gata se levant= del saco de dormir y se movi= lentamente hacia la puerta. Chee la mir=mejor. !l embara<o era aBn incipiente. !so vendría despu;s. 2arecía :laca y tenía unanueva cicatri< junto a la boca. U Tal ve< tenga algo para tí Odijo Chee.2ero, Pqu;5, pens=. Había que pensar un rato para encontrar algo que quedara a salvo deun coyote hambriento. @ientras, mir= en la nevera. Vumo de naranja, dos latas degaseosa, apio, dos :rascos de jalea, una caja de 1elveeta a medio consumir? nadaapetecible para un gato. !n el estante de encima del hornillo encontr= una lata de cerdo y judías, la abri= y la dej= sobre un ejemplar del Times de armington junto a la puerta dealambrera. Cuando regresara, tras haber descubierto qui;n había llamado a Janet 2ete, sele ocurriría algo que hacer con el coyote. 0io marcha atrás a la camioneta, alejándola dela caravana. 2or el espejo retrovisor vio que devoraba las judías. Tal ve< Janet 2etetuviera alguna idea acerca de la gata. veces las mujeres eran más listas en estas cosas. 2ero Janet no estaba en el despacho de la 0/ de &hiproc9, lo cual, al parecer, era delagrado del joven de camisa blanca y corbata que respondía el interrogatorio de Jim Chee. U P2ara cuándo la espera5 Opregunt=. U PQui;n sabe5 U P!sta tarde5 P) es que se ha ido de la ciudad o algo así5 U Tal ve< Odijo el hombre, y se encogi= de hombros.

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 U Le dejar; un mensaje Odijo Chee.Cogi= su cuaderno de notas y su pluma y escribi=? &eForita 2ete? /ecesito saber qui;n lallam= para que :uera a sacar a (istie de la cárcel. !s importante. &i no me encuentra, por :avor, deje un mensaje. irm= y dej= el nBmero de tel;:ono de la policía tribal.2ero cuando salía, vio que Janet 2ete entraba en la <ona de aparcamiento. Conducía un

Chevy blanco, reci;n lavado, con el sello de la /aci=n /avaja recientemente pintado enla puerta. @ir= su reloj con e>presi=n neutral. U $aOtahOhey Odijo Chee.Janet 2ete salud= con la cabe<a. U &i tiene uno o dos minutos, necesito hablar con usted Odijo Chee. U P2or qu;5 U 2orque la hija de %oosevelt (istie me dijo que ella no pidi= abogado para su padre. /ecesito saber qui;n la llam=.$ necesito saber absolutamente todo lo que sepa usted acerca de %oosevelt (istie, pens=Chee, pero primero las cosas que son primeras.La e>presi=n de Janet 2ete pas= de la neutralidad a una ligera hostilidad.

 U /o importa qui;n llam=. /o necesitamos una solicitud :ormal de representaci=n de un pariente. Cualquiera puede hacerlo Odijo, y abri= la puerta del coche dejando colgar las piernas hacia a:ueraO. ) puede no ser nadie, incluso. &i alguien necesita que sus derechoslegales sean protegidos, no hace :alta que nadie nos lo pida.Janet 2ete llevaba una blusa a<ul pálido y una :alda de lana. Las piernas que le colgabandel coche eran muy bonitas. $ la seForita 2ete se dio cuenta de que Chee se había dadocuenta. U /ecesito saber qui;n era Odijo Chee, sorprendido, pues no había supuesto que hubieraningBn problema al respectoO. /o hay ninguna con:idencialidad que respetar. P2or qu;S U hora tienen otro homicidio en el que trabajar Odijo ellaO. P2or qu; no dejan tranquiloal seFor (istie5 l no mat= a nadie. $ está en:ermo. 4sted puede comprenderlo. Creo quetiene cáncer de hígado. )tro homicidio. $ no ha habido arresto. P2or qu; se ocupa deesto5Janet 2ete estaba apoyada contra la puerta del coche mientras hablaba, y sonreíaligeramente. 2ero no era una sonrisa amistosa. U PC=mo se ha enterado usted del homicidio5 Opregunt= Chee.Janet 2ete tamborile= sobre el coche. U La radio. /oticias del mediodía, 6*6, *allup, /uevo @;>ico. U P/o dijeron a qui;n habían matado5 U La policía no revel= la identidad de la víctima Odijo, pero mientras lo decía la sonrisase :ue diluyendoO. PQui;n5 U %oosevelt (istie. U W)h, noXJanet 2ete volvi= a sentarse en el asiento delantero, arrug= la cara, cerr= los ojos ysacudi= la cabe<a como queriendo negar la muerte. U W!se pobre hombreX Oe>clam=, y se cubri= la cara con las manosO. W!se pobre hombreX U lguien :ue anoche a su casa. La hija no estaba. Le dispararon.Janet 2ete baj= las manos para escuchar, mirando :ijamente a Chee. U P2or qu;5 P&abe usted por qu;5 &e estaba muriendo, de todas maneras. @e cont= queel m;dico le había dicho que el cáncer lo mataría.

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 U /o sabemos por qu; Orespondi= CheeO. Quiero hablar de eso con usted. !stamostratando de averiguar por qu;.bandonaron el reluciente Chevy de Janet 2ete y subieron al coche patrulla de Chee,evidentemente sin lavar. !n el Turquoise Co::ee &hop, Janet 2ete pidi= t; helado y Cheeun ca:;.

 U 4sted quiere saber qui;n me llam=. !s gracioso, porque el hombre que llam=, minti=.@e di cuenta despu;s. 0ijo que se llamaba Curtis tcitty. Con , no con !. Hice que melo deletreara. U P0ijo qui;n era5 U 0ijo que era un amigo de %oosevelt (istie, y dijo que (istie había sido detenido sin:ian<a y sin cargos, que estaba en:ermo, que no tenía abogado y que necesitaba ayuda. $dijo Oagreg= tras una pausa para pensarO que (istie le había pedido que llamara al 0/ para pedir un abogado. quí es donde minti= Oa:irm= mirando a CheeO. Cuando habl; deesto con (istie, dijo que no había pedido a nadie que llamara, y que no conocía a nadie denombre Curtis tcitty.Chee chasque= la lengua contra los dientes en seFal de decepci=n. Tanto nada más que

 para eso. U Cuando se :ue usted de la cárcel, vi que volvía a armington. P0=nde :ue5 PCuándo lovio por Bltima ve<5 U !n la estaci=n de autobuses. 2ens= que alguno de sus parientes estaría allí, y que lollevarían de vuelta a casa. 2ero no había ningBn conocido, de modo que lo llev; deregreso a &hiproc9. !n !conomy 8ashmat vio una camioneta que reconoci=, de modoque allí lo dej;. U PLe habl= alguna ve< de por qu; trat= de matar al viejo !ndocheeney5Janet 2ete se limit= a mirarlo. U !stá muerto Odijo CheeO. /o hay ya ninguna con:idencialidad que respetar entrecliente y abogado. hora se trata de averiguar qui;n lo mat=.Janet 2ete se mir= detenidamente las manos, pequeFas y angostas, de dedos largos y:inos, y si se había pintado las uFas lo había hecho con algBn material transparente,incoloro. (onitas manos de mujer, pens= Chee. %ecord= las manos de @ary London,:uertes, sus dedos suaves entrecru<ados con los suyos. Las yemas de los dedos de @aryLondon. !l pequeFo puFo blanco de @ary London encerrado en el suyo. hora, la manoderecha de Janet 2ete tenía cogida la i<quierda. U /o estoy rehusando OdijoO. !stoy pensando. Trato de recordar.Chee quería decirle que se trataba de algo importante. @uy importante. 2ero decidi= queesa abogada no necesitaba tal aclaraci=n. )bserv= sus manos, pensando en @ary London,y luego su cara, pensando en Janet 2ete. U 0ijo muy poco de todo Odijo ella por :inO. /o hablaba mucho. Quería saber si podríairse a su casa. Hablamos de eso. Le pregunt; si sabía e>actamente de qu; se lo acusaba.Qu; ley suponía ;l que había quebrantado.Janet 2ete mir= a Chee, luego apart= los ojos y mir= por la ventana de la calle, a trav;sdel polvoriento cristal en donde se leía, en sentido inverso, TH! T4%Q4)#&! C!.@ás allá del cristal, el viento seco perseguía una planta rodadora calle abajo. U 0ijo que había disparado a un tío en &an Juan Canyon. $ luego hi<o una sonrisita ydijo que tal ve< s=lo lo hubiera lastimado. 2ero, :uera como :uese, el hombre muri=, y ;sa:ue la ra<=n por la cual usted lo llev= a ;l a la cárcel.

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runci= el entrecejo, se concentr=, siempre la mano i<quierda en la derecha. U Le pregunt; Oprosigui=O por qu; había disparado a aquel hombre y dijo algo vago Oysacudi= la cabe<a. U P1ago5 U /o recuerdo. lgo así como Tuve una ra<=n, o 4na buena ra<=n, o algo por el

estilo, pero no e>plic= por qu;. U P/o lo presion= usted de ninguna manera5 U $o dije algo así como Tiene que haber tenido una buena ra<=n para disparar a unhombre, y ;l ri=, me acuerdo, pero no como si se tratase de algo divertido. !ntonces le pregunt; directamente cuál era esa ra<=n y ;l se limit= a permanecer en silencio. /orespondi=. U Tampoco nos dijo nada a nosotros Ocoment= Chee.Janet 2ete había bebido un sorbo de su vaso. hora lo mantenía a unos cuantoscentímetros de sus labios. U Le dije que sería su abogada, que estaba allí para ayudarle. Que lo que me dijera seríaun secreto entre nosotros. Le dije que disparar a alguien, aun cuando no lo matara, podía

 ponerlo en graves aprietos con el hombre blanco y que si tenía una buena ra<=n parahacerlo, sería inteligente de su parte comunicármelo, para ver si podíamos utili<ar eso dealguna manera para ayudarle a salir de la cárcel.0ej= el vaso y mir= directamente a Chee. U ue entonces cuando me dijo que estaba en:ermo. 0e todas maneras, no era di:íciladvertirlo, dada su manera de mirar. 2ero dijo que, en cualquier caso, el hombre blancono podía crearle más problemas de los que ya tenía, porque tenía cáncer de hígadoOe>plic= Janet 2ete utili<ando para ello la :rase navaja? la llaga que nunca se cura. U !s lo que me dijo su hija Odijo CheeO. Cáncer de hígado.Janet 2ete estudiaba el rostro de Chee. !ra una costumbre que Chee había aprendidolentamente y que lentamente aprendía a tolerar, pero que a veces le hacía sentirseinc=modo. )tra de las di:erencias que @ary London encontraba e>traFa y e>=tica.DO!l primer mes, o los dos primeros meses de clase, me pasaba el día diciendo? @íramecuando te hablo. $ los chicos no lo hacían. &iempre se miraban las manos, o miraban la pi<arra, o a cualquier parte menos a mí a la cara. $ por :in uno de los maestros mee>plic= que era algo cultural. 0eberían advertirnos acerca de este tipo de cosas. Cosase>traFas. !so hacia que los niFos parecieran evasivos, sospechosos.$ Chee había dicho algo acerca de que a ;l no le parecía e>traFo ni evasivo, sino,simplemente, educado. &=lo la gente grosera le mira a uno a la cara durante unaconversaci=n. $ @ary London le había preguntado c=mo :uncionaba eso para un policía.&eguramente, había dicho, se les ha enseFado a detectar todos los signos de lase>presiones :aciales que revelan si el interlocutor está mintiendo, si elude la respuesta, ysi s=lo dice parte de la verdad. $ había dichoSE U 4sted necesitaba saber qui;n me llam= Odecía Janet 2eteO porque sospecha que quienllam= es quien mat= a %oosevelt (istie. P/o es verdad5Lo mismo que la academia de policía, pens= Chee, las escuelas de abogados enseFan alos interrogadores una t;cnica de conversaci=n distinta que la de las madres navajas. Lamanera blanca. La manera de buscar lo que el manual del interrogatorio llama seFales noverbales. Chee se descubri= tratando de mantener su cara ine>presiva, de no emitir talesseFales.

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 U !s posible OdijoO. !so puede haber ocurrido. U !n realidad Odijo Janet 2ete, lenta y re:le>ivamenteO, usted piensa que ese hombre meutili<=. @e utili<= para sacar al seFor (istie de la cárcel y llevarlo a su casaS Otermin= envo< cada ve< más baja.Chee había estado mirando hacia a:uera a trav;s del letrero pintado. !l viento había

cambiado de direcci=n s=lo un poco, lo su:iciente como para llevarse las hojas, lasramitas y los tro<os de papel que ;l mismo había amontonado contra la cerca del ganado,del otro lado de la autopista. Las rá:agas los arrancaban de allí y los arrastraban por el pavimento. Qui<á lloviera, por :in. 2ero el nuevo tono de Janet 2ete volvi= a atraer laatenci=n de Chee a la abogada. U Que me ha utili<ado para que lo llevara a donde pudiera matarlo Oy mir= a Chee en busca de con:irmaci=n. U Hubiera salido, de cualquier manera Odijo CheeO. Lo tenía el (#, y el (# no lo habíaacusado de nada. /o podíamosS U 2ero me parece que ese hombre quería que el seFor (istie estuviera :uera antes de quehablara con nadie. P!s una locura5

!ra e>actamente el pensamiento que lo había llevado a buscar a Janet 2ete. U !s dudoso Odijo CheeO. 2robablemente no haya ninguna relaci=n entre una cosa y otra.Janet 2ete leía las seFales no verbales de Chee. *rosera, pens= Chee. /o era raro que losnavajos consideraran de mala educaci=n tal cosa. #nvadía la privacidad individual. U /o cabe ninguna duda Odijo Janet 2eteO. hora me está usted mintiendo Opero sonri=O.!s bondadoso de su parte. 2ero no puedo dejar de sentirme responsable. O2arecía muyapenadaO. &oy responsable. lguien quiere matar a mi cliente, me llaman y consiguen quelo lleve a donde puedan matarlo.Levant= el vaso, se percat= de que estaba vacío y volvi= a dejarlo. U l no tenía ningBn inter;s particular en ser mi cliente. ue el tío que quería matarloquien me puso manos a la obra. U 2robablemente no haya sido así Odijo CheeO. )tra gente, probablemente. La llam=algBn amigo, sin saber que aquel chi:lado lo estaba siguiendo. U @e estoy convirtiendo en ga:e Odijo Janet 2eteO. 4na especie de maldici=n.Chee esper= una e>plicaci=n. Janet 2ete no o:reci= ninguna. 2ermaneci= inm=vil, un poco hundidos los hombros cuadrados, y se mir= tristemente las manos. U P2or qu; ga:e5 Opregunt= Chee. U !s la segunda ve< que me sucede Odijo Janet 2ete, sin mirar a CheeO. La Bltima :ue#rma. #rma )nesalt. U La mujer que mataron enS PLa conocía5 U /o muy bien Odijo Janet 2ete, y lan<= una risa despojada de humorO. !ra una cliente. U @e gustaría que me lo contara Odijo Chee.Leaphorn pensaba que podía haber cierta relaci=n entre el asesinato de )nesalt y los de&am y !ndocheeney. !l teniente se había mostrado muy interesado cuando Chee le habl=de la carta que !ndocheeney había recibido de la o:icina de )nesalt. /o parecía probable, pero podía ser que hubiera alguna relaci=n. U !s así como me habían descrito al agente Jim Chee Odijo Janet 2ete, mientras loestudiabaO. #rma )nesalt dijo que le había hecho usted un :avor, pero no le gustaba. U /o comprendo Odijo Chee.

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$ en verdad no comprendía. &e sentía tonto. La Bnica ve< que había visto a )nesalt, laBnica que podía recordar, había sido a prop=sito de aquel asunto del paciente de laclínica, la historia del (egay err=neo. U @e dijo que se suponía que llevaría usted un testigo a una reuni=n de capítulo y queapareci= con un hombre que no era el que se esperaba y lo ech= todo a perder. 2ero dijo

que le debía algo? que le había hecho un :avor. U PCuál5 U /o lo dijo. &upongo que debía de tratarse de alguna clase de accidente. %ecuerdo quedijo que le ayud= y que nunca lo supo. U &eguro que no lo supe Odijo CheeO. /i lo s; ahora.Hi<o una seFa con la mano al hombre que estaba detrás del mostrador, indicándole quevolviera a servirles. U PC=mo era cliente de usted5 U Tambi;n es bastante vago Orespondi= Janet 2eteO. Llam= un día y pidi= una entrevista.$ cuando vino, se limit= prácticamente a hacer un mont=n de preguntas.Janet 2ete hi<o una pausa mientras volvían a llenarle el vaso y luego revolvi= el a<Bcar en

el t;, dos cucharadas.PC=mo se mantenía tan delgada5, se pregunt= Chee. Los nervios, supuso. /o le hacee:ecto. @ary tambi;n era así. &iempre estaba en movimiento. U /o creo que con:iara en mí. Hi<o un mont=n de preguntas sobre nuestra relaci=n, en el0/, con la burocracia tribal, la (#, etc;tera, etc;tera. Cuando terminamos con eso, mehi<o una cantidad de preguntas acerca de c=mo podía obtener in:ormaci=n para ella.%egistros :inancieros, cosas por el estilo. Lo que era pBblico. Lo que no lo era. C=moconseguir documentos. Le pregunt; en qu; estaba trabajando, y me contest= que me loe>plicaría más adelante. Qui<á no :uera nada importante y no valía la pena que me preocupara por ella. 0e lo contrario, volvería a llamarme. U P/o lo hi<o5 U La mataron Odijo Janet 2eteO. 4nos die< días despu;s. U P#n:orm= de su conversaci=n con ella5 U 2robablemente no tenía nada que ver, pero :inalmente lo hice. @e ocup; de averiguar qui;n llevaba el caso, lo llam; y se lo cont;. Creo que se llamaba &treib Oy se encogi= dehombrosO. 0e la policía :ederal de *allup. U 0illy &treib Odijo CheeO. PQu; dijo5Janet 2ete puso una cara ir=nica. U $a conoce usted al (# OdijoO. /ada. U P$ usted5 PTiene alguna idea acerca de qu; era lo que )nesalt perseguía5 U !n realidad, no Orespondi=, y sorbi= el t;, los dedos delgados alrededor del vaso.Comple>i=n navaja, pens= Chee. 2iel per:ecta. &uave, lustrosa. Janet 2ete nunca tendríauna peca. Janet 2ete no tendría una arruga mientras no :uera vieja. U 2ero hay algo que recuerdo. @e intrig=. ver si recuerdo e>actamente c=mo lo dijoOagreg=, y levant= una mano delgada hasta la mejilla, pensativaO. Le pregunt; qu; era loque quería que buscáramos y dijo que tal ve< algunas respuestas a ciertas preguntas. 1olvía preguntar de qu; clase de preguntas se tratabaS ella dijo que c=mo la gente podía parecer tan saludable despu;s de muerta. $ despu;s le pregunt; qu; quería decir conaquello. !n verdad, no se lo pregunt;, e>actamente. &implemente me mostr;desconcertada, levant; las cejas o hice algo así. $ ella se limit= a reír.

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 U PC=mo se puede parecer saludable despu;s de muerto5 U sí es Odijo ellaO. Qui<á no esas mismas palabras, pero ;se era el sentido. PTienenalgBn signi:icado para usted5 U !n absoluto Odijo Chee, pensando con tanta concentraci=n en ello que se olvid= de quele habían servido de nuevo, apur= de un trago el ca:; hirviendo y se lo volc= en la camisa

del uni:orme, que no era precisamente lo que quería que le sucediera delante de Janet2ete. 5 Capítulo -KLo primero que vio Joe Leaphorn cuando entr= con el viejo sedán Chevy de !mma en el patio de la tienda de &hort @ountain, :ue que @c*innis había vuelto a pintar su cartel deventa. !l cartel estaba allí la primera ve< que Joe Leaphorn había visto el lugar, en algunamisi=n olvidada cuando era un novato policía de patrulla que trabajaba en la subagenciade Tuba City. 2ermaneci= inm=vil, midiendo el dolor de su bra<o. $ recordando. $aentonces el cartel estaba deteriorado por las inclemencias climáticas. $a entonces, lomismo que en el presente, proclamaba con grandes letras de imprenta? 

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EN 4ENTA

 !#$! !#$%&'!()*)!+$,

 

 -%/+ !+ !' )+$!-),-

 !n &hort @ountain decían que la tienda, al borde del &hort @ountain 8ash, la habíainstalado un poco antes de la 2rimera *uerra @undial un morm=n que, segBnrumoreaban, se había percatado de la :alta de competidores, sin advertir la :alta declientes. Tambi;n se decía que estaba convencido de que la prosperidad petrolera quehabía visto al norte, en los alrededores de neth y @onte<uma Cree9, se e>tendería

ine>orablemente hacia el sur y el oeste, que, de alguna manera, el Creador Justo había dehaber bendecido esa regi=n con algBn don. $ puesto que la super:icie no o:recía muchomás que hierba rala, madera escasa y una salvaje erosi=n, seguramente tenía que haber uncuantioso tesoro de petr=leo bajo aquellas rocas est;riles. 2ero su optimismo habíaterminado por trope<ar con el yacimiento de neth, y cuando su iglesia se pronunci=contra la multiplicidad de esposas, opt= por unirse a la :acci=n poligámica en sumigraci=n hacia el tolerante @;>ico. !n &hort @ountain todo el mundo parecía recordar la leyenda. /adie se acordaba de ;l en tanto hombre, pero los que conocían a @c*innisse hacían lenguas del arte de vendedor del morm=n.!n ese momento, @c*innis hacía su aparici=n en la puerta, hablando con un cliente quese marchaba, una mujer navaja, alta, con un saco de maí< a la espalda. @ientras hablaba,

miraba :ijamente el Chevy de !mma. !n general, un coche e>traFo en ese lugar signi:icaba que llegaba algBn e>traFo. !ntre la escasa gente que ocupaba el vacío de la<ona de &hort @ountain, los :orasteros provocaban intensa curiosidad. !n el viejo@c*innis, casi nada provocaba intensa curiosidad. $ ;sa era precisamente la ra<=n por lacual Leaphorn quería hablar con el viejo @c*innis, por la que había hablado con ;ldurante más de veinte aFos y por la que, de alguna manera poco usual, había sido suamigo. La otra ra<=n era más complicada.Tenía algo que ver con el hecho de que @c*innis, solo, sin esposa, amigos ni :amilia,seguía resistiendo. Leaphorn apreciaba a quienes se resistían.2ero Leaphorn no tenía prisa. 2rimero, evitaría a su bra<o todo movimiento. /o lomueva, le había dicho el m;dico. &i lo mueve, se hará daFo. Lo cual tenía sentido, y

era la ra<=n por la cual Leaphorn había decidido conducir el sedán de !mma, que teníacambio de marcha automático. !mma había estado encantada de verlo cuando lleg= delhospital. Lo había mimado y lo había regaFado y se parecía a la aut;ntica !mma. 2eroluego la cara se le congel= en aquel aspecto de desconcierto que Leaphorn había llegadoa temer. 0ijo algo sin sentido, algo que no tenía absolutamente nada que ver con laconversaci=n, y volvi= la cabe<a de aquella manera e>traFa que había adquirido por entonces, mirando hacia abajo y hacia la derecha. Cuando mir= hacia atrás, Leaphornestuvo seguro de que ya no lo reconocería. Los minutos que siguieron constituyeron otro

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de esos episodios de con:usi=n, tan angustiosos y sin embargo tan :amiliares. l y gnesla habían llevado al dormitorio, mientras hablaba con el vano intento de comunicar algo, para permanecer luego echada sobre el cobertor, con la mirada perdida y desamparada./o puedo recordar, había dicho de pronto con claridad, y se había quedado dormida alinstante. l día siguiente acudirían a la cita con el especialista del hospital de *allup.

!ntonces sabrían. !n:ermedad de l<heimer, diría el m;dico, quien luego e>plicaría enqu; consistía, in:ormaci=n que Leaphorn ya había leído una y otra ve< en el :olleto que lehabía enviado la sociaci=n para la !n:ermedad de l<heimer. Cura desconocida. Causadesconocida. 2osiblemente un virus. 2osiblemente un desequilibrio en los minerales de lasangre. uera cual :uese la causa, el e:ecto era la desorgani<aci=n de las c;lulas en lasuper:icie del cerebro, lo que erosionaba la memoria hasta el momento en que s=loquedaba la mera e>istencia, hasta que Oen un :inal misericordiosoO ya no llegaba a los pulmones la orden de respirar, ni al cora<=n el impulso para que siguiera latiendo. Curadesconocida. !n cuanto a !mma, ;l había observado que este proceso de desaprendi<ajeya había comen<ado. P0=nde había dejado las llaves5 ) volvía a su casa andando desdela tienda de ultramarinos mientras dejaba el coche aparcado en el terreno de la tienda. )

la llevaba algBn vecino porque ella había olvidado c=mo encontrar la casa donde habíavivido durante aFos. 4 olvidaba c=mo terminar una :rase. Qui;n era ella. Qui;n era sumarido. La literatura lo había puesto al tanto de lo que vendría despu;s. (astante prontodesaparecería todo lenguaje. /o sabría hablar. /i caminar. /i vestirse. PQui;n es estehombre que dice ser mi marido5 La en:ermedad de l<heimer, diría el m;dico. $ luegoLeaphorn dejaría de lado la simulaci=n y prepararía a !mma, y se prepararía a sí mismo, para lo que le quedara de vida.Leaphorn sacudi= la cabe<a. Tenía que pensar en otra cosa. !n el trabajo. !n eso que,:uera lo que :uese, estaba matando a la gente por cuya protecci=n se le pagaba.Tenía la escayola apoyada en el volante y dejaba que el dolor :luyera hasta desaparecer,mientras pensaba en lo que esperaba enterarse gracias a esa visita al viejo @c*innis.(rujería, sospech=. 2or mucho que la odiara como para admitirla, era probable que sehallase nuevamente implicado en el odioso y en:ermi<o tema de la superstici=n de loss9in7al9er. Los :ragmentos de hueso parecían establecer un ne>o entre Jim Chee,%oosevelt (istie y 0ugai !ndocheeney. La llamada de 0illy &treib lo había con:irmado.!l rumor de Chee era cierto Ohabía dicho &treibO. Han encontrado un pequeFo hueso enuna de las heridas de cuchillo. Hebras, algo sucias, y un abalorio. Lo tengo en mi poder.Lo controlar; para ver si es igual al primero. $ despu;s &treib había preguntado aLeaphorn qu; signi:icaba, más allá de la evidente cone>i=n que establecía entre losasesinatos de !ndocheeney y (istie y el atentado a Chee. Leaphorn había dicho que enrealidad no lo sabía.$ no lo sabía. &abía qu; podía signi:icar. 2odía signi:icar que el asesino pensaba que!ndocheeney era un brujo. 2odía haber pensado que !ndocheeney, el s9in7al9er, le habíatransmitido la en:ermedad del cadáver meti;ndole en el cuerpo el huesecillo prescripto.Luego, en lugar de apoyarse en un ritual de la 1ía del !nemigo para invertir la brujería,lo había invertido ;l mismo devolviendo el hueso letal al cuerpo del brujo. ) bien podíasigni:icar que, de una manera completamente demencial, el asesino se creyera un brujo yestuviera embrujando a !ndocheeney, colocándole el hueso en el momento de matarlocon el cuchillo. !sto parecía traído de los pelos, pero en realidad a Leaphorn todo lorelacionado con la brujería navaja le parecía traído de los pelos. ) bien podía ser que el

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asesino incluyera la idea de brujería en este crimen particular s=lo para crear con:usi=n.&i ;se era el objetivo, el plan había tenido ;>ito. Leaphorn estaba totalmente con:uso. &itan s=lo Chee hubiera podido sonsacar algo a (istie. &i tan s=lo (istie les hubiera dicho por qu; llevaba el abalorio de hueso en la billetera, qu; planeaba hacer con ;l, por qu;quería matar a !ndocheeney.

!l dolor del bra<o había remitido. &e ape= del Chevy y camin= a trav;s de la tierracompacta hacia el cartel que proclamaba la voluntad de @c*innis de dejar &hort@ountain 8ash por un mundo mejor, y se detuvo en el vano de la puerta, :uera delresplandor y el calor y en la :resca oscuridad. U W(ueno, vayaX Ose oy= decir a la vo< de @c*innis desde alguna parteO. @e preguntabaqui;n había aparcado aquí. PQui;n le vendi= ese coche5@c*innis estaba sentado en una silla de madera de la cocina, con la cabe<a inclinadahacia atrás contra el mostrador, junto a su vieja caja registradora de color negro y cromo.Llevaba puesto el Bnico uni:orme que Leaphorn le había visto usar, un mono a rayasa<ules y blancas semiborradas por los aFos y los lavados, y, debajo, una camisa a<ul detrabajo como las que usan los penados.

 U !s el coche de !mma Odijo Leaphorn. U 2orque tiene cambio automático y usted lleva el bra<o lastimado Oe>plic= @c*innis,mirando la escayola de LeaphornO. !l viejo John @anymules estuvo aquí con sus hijoshace un ratito y dijo que habían disparado a un policía en los Chus9as, pero no sabía que:uera usted. U 0esgraciadamente, sí Odijo Leaphorn. U 0e la manera en que @anymules lo contaba, al viejo lo mataron en su cabaFa ycuando lleg= la policía para ver de qu; se trataba, uno de los policías cay= allí mismo deun disparo. U &=lo el bra<o. OLeaphorn ya no se asombraba de la sorprendente velocidad con que@c*innis acumulaba in:ormaci=n, pero, no obstante, se impresion=. U PQu; lo trae por aquí, al otro lado de la %eserva5 Opregunt= @c*innisO. Con el bra<oroto y todo. U &=lo de visita Orespondi= Leaphorn.@c*innis lo mir= con e>presi=n incr;dula a trav;s de sus bi:ocales de montura dealambre. &e pas= la mano por la barba gris y cerdosa del ment=n. Leaphorn lo recordabacomo un hombre pequeFo, bajo, pero muy :ornido. hora parecía más pequeFo, contraídoen su mono, perdida la robuste<. Tambi;n la cara había perdido la recordada redonde<, yen la oscuridad de la tienda, sus ojos a<ules parecían apagados. U W(ueno, vayaX Odijo @c*innisO. !so está bien. &upongo que puedo o:recerle una copa.&er hospitalario. !sto es, si mis clientes me lo permiten. /o había clientes. La mujer alta se había marchado y el Bnico vehículo que había en el patio era el Chevy de !mma. @c*innis camin= hacia la puerta, cojeando un poco y másencorvado de lo que Leaphorn lo recordaba. Quit= el cerrojo. U Tengo que cerrar Odijo a medias a Leaphorn y a medias para sí mismoO. Los malditosnavajos me robarían los cristales de las ventanas de llegar a necesitarlos.Coje= hacia sus habitaciones particulares e hi<o seFa a Leaphorn de que le siguiera. U 2ero Bnicamente si lo necesitan. !l hombre blanco roba s=lo por el placer de robar. Hesabido que han robado cosas de las que despu;s se deshicieron enseguida. 2ero ustedes,los navajos, yo s; que si me roban un saco de grano, es porque alguno tiene hambre. &i

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me :alta el destornillador, s; que alguien ha perdido el destornillador y tiene que poner untornillo. Creo que :ue su abuelito el primero que me lo e>plic= cuando yo era nuevo aquí. U &í Odijo LeaphornO. @e parece que me lo ha contado usted. U !ntonces me repito Odijo @c*innis, sin asomo de arrepentimiento en la vo<O. Hosteen6lee, asi lo llamaban antes de morir. Lo conocí cuando todavía le llamaban 2ateador de

Caballos. /o le o:re<co una copa Oagreg= tras abrir la puerta de una inmensa nevera y aundentro de ellaO porque no bebe usted 7his9y, o al menos nunca lo ha hecho, y no tengootra cosa. &alvo que quiera un vaso de agua. U /o, gracias.@c*innis emergi= con una botella de 7his9y de maí< y un vaso de CocaOCola. Los llev=a una mecedora, se sent=, sirvi= el 7his9y en el vaso, lo e>amin= y luego, con el vasomuy cerca de los ojos, ech= un poco más hasta que el nivel alcan<ara la parte in:erior dela marca comercial. 4na ve< hecho eso, dej= la botella en el suelo e hi<o seFa a Leaphornde que se sentara. !l Bnico sitio disponible era un so:á tapi<ado con una suerte de plásticoverde. Leaphorn se sent=. !l plástico rígido cruji= bajo su peso y el teniente qued=envuelto en una nube de polvo.

 U !stá aquí por alguna cuesti=n de trabajo Odeclar= @c*innis.Leaphorn asinti= con la cabe<a.@c*innis bebi=. U !stá aquí porque piensa que el viejo @c*innis sabe algo de 8ilson &am. &e locontará, y usted lo sumará a lo que ya sabe y se imaginará qui;n lo mat=.Leaphorn movi= la cabe<a a:irmativamente. U @ala suerte Odijo @c*innisO. Conocía a ese indio desde que era un chaval y no s;nada de ;l que pueda servir de ayuda. U Ha pensado en eso Odijo Leaphorn. U Claro Ocontest= @c*innisO. un tío que conoces lo matan y piensas en ello Oy volvi= a beberO. 4n cliente menos. U P2as= algo5 Odijo LeaphornO. Quiero decir algo inusual. Como si vino con dinero para pagar sus arras. ) si compr= algo poco comBn. ) si vino gente a preguntar d=ndeencontrarlo. U /ada Odijo @c*innis. U PHi<o algBn viaje5 Pue a alguna parte5 P!staba en:ermo5 Plguna ceremonia para;l5 U /ada de eso Odijo @c*innisO. costumbraba venir cada tanto a hacer la compra. @evendía la lana. Cosas de ;stas. Cogía el maí<. %ecuerdo que se cort= malamente la manoel Bltimo invierno y :ue a esa clínica que el indio siu> abri= allá en (ad7ater 8ash y locosieron y le dieron una antitetánica. 2ero no estaba en:ermo. /o hubo cantos para ;l. /iviajes a ningBn lado, e>cepto que hace un par de meses me dijo que iba a armington consu hija para comprar algunas ropas.@c*innis bebi= otro sorbo de 7his9y. Luego prosigui=? U 0emasiado elegante para seguir comprándome la ropa a mí. hora todo el mundo usatejanos de diseFador. U P$ qu; hay de su correo5 PLe escribía usted las cartas5 P%ecibi= algo anormal5 U &abía leer y escribir Orespondi= @c*innisO. 2ero ese aFo no compr= sellos. mí, por lo menos, no. /i despach= cartas. /i recibi= ningBn correo anormal. &=lo una cosaanormal. Hace un par de meses recibi= una carta a mitad de mes.

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@c*innis no e>plic= eso, o no tuvo necesidad de hacerlo. !n los lejanos con:ines de lareserva, el correo consiste ante todo en cheques de subsistencia de las o:icinas tribales de8indo7 %oc9 o de alguna agencia :ederal. Llegan el segundo día del mes, en pilasmarrones. U Pue en junio5

!ra entonces cuando Chee había dicho que !ndocheeney había recibido su carta de lao:icina de #rma )nesalt. U Plrededor de la segunda semana5 Otermin= Leaphorn. U !s lo que he dicho Orespondi= @c*innisO. Hace dos meses.Leaphorn había encontrado una manera para estar c=modo en el so:á. Había estadoobservando a @c*innis, quien a su ve< había mantenido sus ojos acuosos en:ocados en el7his9y mientras hablaba. $ @ientras hablaba se mecía, lenta e ininterrumpidamente,coordinando el movimiento del antebra<o con el de la silla. !l resultado de ello :ue que,aunque el vaso de 7his9y parecía moverse, el líquido conservaba inamovible su nivel.Leaphorn ya había visto antes esta lecci=n de dinámica hidráulica, pero le seguíaintrigando. /o obstante, lo que @c*innis había dicho acerca de la carta le acapar= la

atenci=n. &e inclin= hacia adelante. U /o se e>cite Odijo @c*innisO. Lo que espera es que le cuente que dentro del sobrehabía una carta de alguien que le decía a 8ilson &am que se quedara quieto porquevendría a matarlo. lgo así Ori= entre dientesO. Ha llevado demasiado lejos susesperan<as. /o era de nadie. !ra de 8indo7 %oc9.Leaphorn no se sorprendi= de que @c*innis notara tal cosa, o de que lo recordara. 4nacarta a mitad de mes debía de ser una cosa rarísima. U P0e qu; se trataba5La e>presi=n plácida de @c*innis se amarg=. U /o leo el correo de la gente. U @uy bien, pues. P0e qui;n era5 U 0e una de esas o:icinas de 8indo7 %oc9, como ya he dicho. U P%ecuerda de cuál5 U P2or qu; recordaría algo así5 Odijo @c*innisO. /o es asunto mío.2orque todo lo que sucede aquí es asunto tuyo, pens= Leaphorn. 2orque la carta habríaestado guardada durante días mientras esperabas que viniera 8ilson &am, o algBn pariente que pudiese entregársela, y todos los días la mirarías y te preguntarías qu; habíadentro. $ porque tB te acuerdas de todo. U &implemente se me ocurri= que podía recordarlo Odijo Leaphorn, dominando latentaci=n de decir a @c*innis que la carta era de los &ervicios &ociales. U &ervicios &ociales Odijo @c*innis.&ervicios &ociales, e>actamente. &i la carta no estaba en el archivo, si nadie de los&ervicios &ociales recordaba haber escrito a !ndocheeney, o a 8ilson &am, ;sa sería una prueba circunstancial de que )nesalt era su autora, y de que las cartas, en cierta medida,eran e>trao:iciales. P2or qu; le escribirían los &ervicios &ociales a ninguno de ellos5 U PHabía algBn nombre en ella5 Quiero decir, en el remitente. P) s=lo la o:icina5 U ver, d;jeme pensar. &í.@c*innis sorbi= otra ve< y e>amin= el nivel del 7his9y con ojos acuosos. $, sin quitar los ojos del vaso, agreg=?

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 U !so podría tener algBn inter;s para usted. 2orque esa mujer cuyo nombre :iguraba enel remitente era la que mataron un poco despu;s en su parte de la %eserva. !l mismonombre, por lo menos. U #rma )nesalt Odijo Leaphorn. U &í seFor Odijo a su ve< @c*innisO. #rma )nesalt.

sí se completaba el círculo. Los abalorios de hueso vinculaban a 8ilson &am,!ndocheeney, Jim Chee y %oosevelt (istie. Las cartas vinculaban a )nesalt con elconjunto. $a tenía lo que necesitaba para resolver el rompecabe<as. /o tenía idea dec=mo. 2ero se conocía a sí mismo. &abía que lo resolvería. 5 Capítulo -M!ra día libre para Chee, y muy poco despu;s sería el momento de emprender el largoviaje a la casa de Hildegarde 0iente de )ro, para encontrarse con lice $a<<ie. !ran unosciento cincuenta 9il=metros, más o menos, en parte por malas carreteras, y trat= de salir temprano. &e tra<= el plan de desviarse para pasar por la Clínica (ad7ater y ver si allí podía enterarse de algo. $ no quería hacer esperar a lice $a<<ie. Quería hacer las(endiciones de lice. !n este momento, Chee pasaba el tiempo en lo que el capitánLargo llamaba su laboratorio. Largo se había reído de eso. Laboratorio, o tal ve< su

estudio, dijo Largo cuando encontr= a Chee trabajando allí. !n realidad, no era otra cosaque una super:icie de tierra plana y muy compacta, talud arriba desde la caravana deChee. ste había elegido ese lugar porque recibía la sombra de un viejo y nudoso chopo.Lo había preparado cuidadosamente, cavando, nivelando, e>trayendo tro<os de piedra yraíces de male<a, hasta darle apro>imadamente las medidas y la :orma de un suelo decabaFa. costumbraba practicar allí la pintura seca de las imágenes que se utili<aban enlos ceremoniales que estaba aprendiendo.2or el momento, Chee estaba en cuclillas al borde de ese suelo. &e hallaba dando :in a su pintura de la Creaci=n del &ol, un episodio de la historia del origen, que se utili<a en lasegunda noche de las (endiciones. Chee estaba animoso, musitando las palabras que la poesía que relataba este episodio, mientras dejaba :iltrarse entre los dedos un controladogoteo de arena a<ul para :ormar la punta de pluma que iba colgada del cuerno i<quierdodel &ol. &erá creado el sol U dicen que está planeado que ocurra. &erá creado el sol U dicen que está completamente planeado. !l rostro será a<ul U dicen que estácompletamente planeado. Los ojos serán amarillos U dicen que está completamente planeado. La :rente será blanca U dicen que está completamente planeado.Terminada la pluma, Chee se inclin= hacia atrás sobre los talones, volc= la arena a<ulsobrante de su mano en la lata de ca:; que la contenía, se limpi= la mano contra la piernade su tejano, y observ= la obra. !ra buena. Había dejado :uera una de las tres plumas quedebían e>tenderse al oriente desde el tocado del @uchacho de 2olen, de pie contra la caradel &ol, a :in de completar el poder de la santa imagen en ese momento y ese lugar inapropiados. 2or lo demás, la pintura seca parecía per:ecta. Las líneas de arena Onegras,a<ules, amarillas, rojas y blancasO estaban netamente de:inidas. Los símbolos erancorrectos. La arena roja era un poco gruesa en e>ceso, pero se arreglaría pasandonuevamente una lata de ese material por el molinillo de ca:;. !staba preparado. Conocíaesa versi=n de las (endiciones con toda precisi=n y e>actitud, cada palabra de cada canto,cada símbolo de las pinturas secas. !so curaría por ;l. &e acuclill= y memori<=nuevamente la complicada :=rmula de símbolos que había creado en la tierra, delante de;l, y sinti= su belle<a. 2ronto estaría cumpliendo este viejo y sagrado acto tal como había

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sido proyectado, para volver a llevar belle<a y armonía a uno de los suyos. Chee sinti= laalegría que ello le producía en su interior, y alej= el pensamiento. Todo con moderaci=n.La gata lo observaba desde la colina, trepada a su enebro. &e había dejado ver durantegran parte de la maFana, e>cepto apenas un momento en que había desaparecido en laorilla del &an Juan, para retornar antes de una hora para echarse a la sombra del enebro.

La noche anterior, Chee había colocado la caja de provisiones debajo del árbol, debajo delas ramas y lo más cerca que le :ue posible del sitio donde la gata dormía. Había puestoen ella una chaqueta vieja de dril, sobre la que la gata solía sentarse cuando entraba en lacaravana. Había agregado, como cebo, una hamburguesa que tenía en la nevera. Habíaestado guardando la hamburguesa para algBn almuer<o :uturo, pero los bordes se habíancurvado y oscurecido. !sa maFana se dio cuenta de que :altaba carne y supuso que la gatahabía entrado en la caja para cogerla. 2ero no notaba signo alguno de que la gata hubieradormido allí. /o importaba. Chee era paciente.La caja era en realidad una jaula con un asa para transportarla, que le había costadocuarenta d=lares con impuestos incluidos. Había sido idea de Janet 2ete. l le había planteado el problema de la gata y el coyote cuando se marchaban del Turquoise Co::ee

&hop, tratando de prolongar la conversaci=n, a :in de pensar algo que impidiera a laseForita 2ete meterse en su reluciente sedán Chevy o:icial blanco y dejarle a ;l de pie enla acera./o creo que sepa usted nada sobre gatos, había dicho Chee, a lo que ella habíacontestado? /o mucho, pero, Pcuál es el problema5. !ntonces ;l le había hablado de lagata y el coyote, y a continuaci=n había aguardado un instante mientras ella pensaba.@ientras esperaba DJanet 2ete graciosamente reclinada contra su Chevy, con el entrecejo:runcido, el labio in:erior apretado entre los dientes, tomándose en serio el problemaE, pens= qu; habría dicho @ary London. @ary habría preguntado de qui;n era la gata. @aryhabría dicho? (ueno, tontito, mete la gata dentro y mantenla en la caravana hasta que elcoyote se vaya y encuentre alguna otra cosa que ca<ar. &oluciones per:ectamenteadecuadas para una gata belagana en un mundo belagana, pero que no tenían en cuenta lanaturale<a de Jim Chee, un navajo, y el papel de los animales en 0ine_(i9e_yah, donde el!scarabajo del @aí<, el 2ájaro <ul y el Tej=n recibían el mismo trato cuando los2ersonajes &agrados emergían en este @undo de la &uper:icie Terrestre. U /o me lo veo a usted con un gato Odijo Janet 2ete, mirando a Chee.Chee hi<o una mueca ir=nica. U P/o puede poner algo :uera5 P0e tal manera que el coyote no pueda alcan<arlo5 U 4sted conoce a los coyotes Odijo Chee.Janet 2ete sonri=. 2arecía divertida, más brillante. U 1aya si lo s; OdijoO. 2onga una de esas jaulas de embarque a;reo Oy describi= con lasmanos una, del tamaFo de un gatoO. &on :uertes. 4n coyote no puede cogerla allí. U /o lo s; Odijo Chee, dudando de que la gata, quisiera entrar en una cosa como ;sa,dudando de que eso pudiera detener a un coyoteO. @e parece que nunca he visto una.P0=nde se las consigue5 P!n el aeropuerto5 U !n la tienda de animales Odijo 2ete.$ lo había llevado a una que había en armington. La jaula de embarque que habíaterminado por comprar estaba diseFada para un perro pequeFo. !ra de acero, alambre deacero muy resistente, aparentemente a prueba de coyotes. $ era lo bastante grande, en

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opini=n de Chee, como para resultar hospitalaria para un gato. Janet 2ete había recordadouna cita y le había urgido a que la llevara en su coche a los tribunales.#ncluso cuando conducía hacia &hiproc9 con la jaula en el asiento de atrás, cada ve< le parecía una idea menos a:ortunada. Tendría que achicar la entrada, a :in de que :ueraapenas su:iciente para un gato, pero demasiado pequeFa para la cabe<a de un coyote. !so

 parecía bastante sencillo. !n realidad, se trataba tan s=lo de utili<ar un poco de alambre para en:ardar heno. 2ero aBn quedaba la cuesti=n de si la gata aceptaría tal cosa comodormitorio, y de si sería lo su:icientemente lista como para reconocer la seguridad que leo:recía cuando la rondara el coyote.Chee pens= en ello mientras quitaba arena, utili<ando para esa tarea una vara :orrada de plumas de su ha< de jish. 0espu;s de haber creado el primero de los clanes navajos,@ujer Cambiante les había enseFado c=mo reali<ar sus curas ceremoniales. !lla habíahecho la primera pintura seca con las nubes a juego, cumplido su prop=sito, las habíainventado una por una con su respiraci=n. $ había enseFado a los primeros navajos aesparcir con los vientos su arena de pintar, tal como Chee hacía ahora, recogi;ndola enuna pala de basura y arrojándola luego al aire para disiparla lentamente. Cepill= los

Bltimos vestigios de pintura y recogi= las latas de ca:; en las que guardaba su provisi=nde arenas sin usar. /o tenía objeto pensar en la gata en ese momento. !l tiempo diría. Talve< la gata utili<ara la jaula. &i no lo hacía, sería el momento de buscar otra soluci=n. $había otros problemas más graves. PC=mo se alimentaría cuando el embara<o aumentarasu tamaFo5 PC=mo sobreviviría la cría5 2eor aBn, estaba ca<ando menos, o eso parecía.Cada día dependía más de la comida que ;l le daba. !so era precisamente lo que no podía permitir que sucediera. &i la gata tenía que hacer la transici=n de propiedad de alguien a predador autosu:iciente, no podía depender de ;l, ni de ninguna otra persona. !sosigni:icaría un :racaso. Chee se sorprendi= cuando advirti= por primera ve< su preocupaci=n por c=mo terminaba esa lucha. 2ero ya lo aceptaba. l quería que la gata:uera libre. Quería que la gata belagana se convirtiera en una gata natural. Quería que lagata resistiera.Chee apil= las latas de arena en el compartimento que servía de almac;n del lado e>terior de la pared de su caravana, donde guardaba todos sus elementos ceremoniales. 0ecidi=que llevaría consigo su jish, s=lo para el caso de que las circunstancias de su encuentrocon lice $a<<ie requirieran alguna suerte de bendici=n. demás, la propia caja del jish ylos elementos ceremoniales que contenía eran impresionantes. !n eso Chee era un per:eccionista. &us varas de plegaria estaban pintadas con toda e>actitud, enceradas, pulidas, con las manos que correspondían e>actamente y :ijadas tal como debían estarlo.La bolsa que contenía el polen era de suave piel de gamaR las etiquetadas botellas de plástico prescriptas contenían los :ragmentos de mica, conchas de abalone y las otrasjoyas duras que su pro:esi=n requería. $ su ha< de Cuatro @ontaFas Ocuatro pequeFas bolsas en un saco de piel de gamaO tenían e>actamente las hierbas y los mineralesapropiados, que Chee había recogido en cuatro montaFas sagradas e>actamente como lehabía enseFado el yei. Chee llevaría su jish. !speraría que se presentara la oportunidad desacarlo y abrirlo.0entro de la caravana se cambi= los tejanos sucios por otros que acababa de comprar enarmington. &e puso la camisa roja y blanca que conservaba para ocasiones especiales,sus lustradas botas de ir a la ciudad y su sombrero negro de :ieltro. Luego se observ= enel espejo que había sobre su jo:aina. @uy bien, pens=. &i parecía un poco mayor, mejor.

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los dinee les gustaba que su yataalii :uera viejo y sabio, hombres como ran9 &am /a9ai, el hermano de su madre. /o te preocupes por eso Ole había dicho ran9 &am /a9aiO. Todos los cantores :amosos comen<aron cuando eran j=venes. Hosteen 6lashempe<= de joven. ran9 @itchell empe<= de joven. $o empec; de joven. &implementehas de prestar atenci=n y tratar de aprender.

hora, :inalmente, comen<aría a poner en práctica lo que ran9 &am /a9ai le habíaenseFado durante tantos aFos. @ientras conducía talud arriba, alejándose del río, advirti=que ese día la :ormaci=n de nubes que todas las tardes tenía lugar sobre las :aldas, detrásde &hiproc9, era más grande, de :ondo oscuro, y que en ese verano representaba sus bordes superiores de cristales de hielo antes de lo normal. Ho7ard @organ, el hombre deltiempo del Canal K, había dicho que había un treinta por ciento de probabilidades de queese día lloviera en our Corners. !ran las más altas del verano hasta ese momento.@organ dijo que el mon<=n del verano llegaría :inalmente. Lluvia. !ra un e>celente pron=stico. $ muchas veces @organ acertaba.Cuando gir= hacia el oeste por la GI, parecía que @organ volvía a acertar. &obre lacadena de Carri<o habían surgido nubarrones de tormenta, que :ormaban una pared a<ul

oscuro que se e>tendía hacia el oeste y entraba en ri<ona. !l sol de la tarde iluminabalas cumbres, ya lo su:icientemente elevadas como para arrojar cristales de hielo en losveloces vientos que soplaban a gran altura. Cuando gir= hacia el sur, allende 0ennehotso,a trav;s de las *rease7ood lats, conducía a la sombra de las nubes. Los vientoscercanos levantaban ocasionales remolinos de polvo. 2ero Chee se había educado en eltalante que evitaba la decepci=n, propio de los habitantes del desierto. &e permitía pensar  por un momento en la lluvia que prodigaba su :resca y hBmeda bendici=n al desierto, pero no esperarla. La Clínica (ad7ater estaba sobre la colina siguiente.!l viento agotador que engendraban las grandes corrientes ascendentes de las tormentasarrastraba una planta rodadora por el terreno de aparcamiento, sin pavimentar, de laclínica, justo en el momento en que Chee detenía su camioneta. pag= el motor y esper=a que aquella rá:aga amainara. La construcci=n era de s=lo unos cinco aFos, más omenos, y constaba de una instalaci=n rectangular de una planta y techo plano, en mediode un racimo de construcciones au>iliares. Justo detrás del edi:icio había un cubo dehormig=n que albergaba el po<o de agua de la clínica, coronado por un dep=sito, otrora blanco. @ás atrás, se levantaba un conjunto de esas horribles estructuras marrones hechasde postes de madera y yeso, que albergaban unidades que la ):icina de suntos #ndígenashabía esparcido a millares por las %eservas #ndígenas desde 2oint (arro7 hasta 2agago.2or nuevo que :uese el complejo de la clínica, la reserva ya le había impreso, al igual quea todas esas :ormas tan antinaturales que se le imponían, un instantáneo aspecto deabandono. La pintura blanca del edi:icio de la clínica ya no era blanca, y el castigo de laarena del viento había arrancado partes de la misma de las paredes de bloques dehormig=n. /ada de esto se re:lej= en la conciencia de Chee, quien, a la manera navaja,había mirado la disposici=n y no las estructuras. !ra un buen lugar, hermoso. La sombrade las nubes y la distancia tomaban en :río a<ul el verde oscuro de la amplia vista al valle,hacia los :arallones que se levantaban sobre el Chilchinbito Canyon y Long lat 8ash,hacia la enorme :ormaci=n de la (lac9 @esa. La vista levant= el espíritu a Chee. &e sinti=alegre, humor que no había e>perimentado desde que leyera la carta de @ary London.Camin= hacia la entrada de la clínica con la sensaci=n de la arena que le golpeaba lostobillos y el pálpito de que ese día por :in llovería y ;l tendría suerte.

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$ la tuvo. La persona que se hallaba sentada detrás del mostrador del vestíbulo era la@ujer del $oo_l 0inee, el 2ueblo del balorio. La e>celente memoria de Chee, entrenadaal estilo navajo, reprodujo su nombre? !leanor (illie. !ra la recepcionista de servicio deaquel día :río de primavera en que había ido con la )nesalt a recoger el (egayequivocado. La memoria de la mujer parecía tan buena como la de Chee.

 U &eFor 2olicía Odijo, con una ligerísima sonrisaO. PQu; podemos hacer hoy por usted5P/ecesita otro (egay5 U &=lo necesito que me ayude a comprender algo Odijo CheeO. &e re:iere a la ;poca enque llevamos el hombre por error.La seForita (illie no tuvo que replicar a esto. quella mirada, advirti= Chee, no era precisamente cálida. Tal ve< no tuviera tanta suerte. U Lo que necesito saber es si la mujer que venía conmigo, aquella de 8indo7 %oc9,habl= con alguien a prop=sito de ese asunto. &i escribi= una carta. &i tele:one=. Cualquier cosa de este tipo. P/o hi<o preguntas5 P qui;n puedo preguntar esto5La seForita (illie mir= sorprendida. Hi<o una mueca ir=nica. U &e puso :uriosa OdijoO. 1ino aquí al día siguiente y estuvo realmente desagradable.

Quería ver al doctor $elo7horse. /o s; c=mo se comport= con ;l. Conmigo estuvo muydesagradable. U P1olvi=5 Odijo Chee, y sonri=O. &upongo que yo no me hubiera sorprendido. !staba lo bastante loca como para matar a alguien.Chee volvi= a reír. Tambi;n la seForita (illie sonri= y, esa ve<, Chee not= que la sonrisaera aut;ntica. !n realidad, se :ue convirtiendo en una amplia e ir=nica mueca. U &iempre me he preguntado qu; había pasado. 2ara que aquella puta se pusiera tanrabiosa Odijo la seForita (illie. U (ien, llevamos al (egay a la casa capitular, en Lu9achu9ai. Tenían una reuni=n paradiscutir si una :amilia del clan de 8eaver o un grupo de la dinee de @uchas cabaFas teníaderecho a vivir en cierta tierra de aquel lugar. !n cualquier caso, #rma )nesalt habíadescubierto que ese viejo (egay había vivido allá como unos dos mil aFos y se suponíaque diría al consejo que la :amilia de @uchas cabaFas había vivido allí primero, y quetenía los pastos, el agua y todo eso. $o no vi nada, pero oí decir que cuando llamaron aese (egay que ustedes nos entregaron para que hablara de todo eso, pronunci= un largodiscurso acerca de c=mo no había vivido jamás en ese lugar. Había nacido en el pueblodel 2aso del Coyote, clan del @onstruo, y ;l y su grupo vivían al este, en la %eservaChec9erboard.Cuando termin=, Chee sonreía con ironía, recordando la incoherente c=lera de #rma)nesalt mientras pataleaba :uera de la casa capitular y de regreso al coche patrulla deChee. U Tendría que haber oído lo que me dijo Odijo Chee.Lo que #rma )nesalt había dicho podía traducirse con toda precisi=n del navajo al ingl;s.!ra el equivalente de? !stBpido hijo de puta, has traído un (egay equivocado.La sonrisa de la seForita (illie dej= ver una :ila de blanquísimos dientes en una cara muyredonda. U @e hubiera gustado verlo Odijo la seForita (illie, ya Chee :irmemente instalado en sucondici=n de víctima y, en tanto tal, camaradaO. Tendría que haber oído lo que me dijo amí. &=lo recuerdo que llam= y dijo que quería recoger a ran9 (egay para llevarlo a la

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reuni=n, y nosotros le entregamos al Bnico (egay que teníamos. ran9lin (egay. @uy parecido. U @uy parecido Oconvino Chee. U $ el Bnico (egay que teníamos Odijo la seForita (illieO. Todavía está aquí, por cierto. U @e pregunto qu; la llev= a dar un nombre equivocado, o qu; pas=.

 U W)hX ran9 (egay solía estar aquí. !ra diab;tico, con toda clase de complicaciones.2ero muri= en el invierno. ntes de esto. !n octubre. l era el de Lu9achu9ai. U @e pregunto si no :ue esto lo que provoc= la con:usi=n Odijo CheeO. /o parecía mujer  para con:undirse demasiado.La seForita (illie e>pres= su acuerdo con un movimiento de cabe<a. 2arecía estar  pensando. U Lo que dijo :ue que teníamos grandes irregularidades en nuestros registros. 0ijo quelo teníamos en nuestra lista de pacientes. @ir; y le dije que no lo teníamos. !lla dijo,W@aldita seaX, que sí, que lo teníamos. Qui<á no hoy, dijo, sino hace un par de semanas Oyla seForita (illie mostr= sus blancos dientes en otra divertida sonrisa, mientrasrecordabaO. 2or eso s; e>actamente cuándo muri= ran9 (egay. !l tres de octubre. ui a

los archivos y lo encontr;.2or un momento, Chee se imagin= cuánto placer habría e>perimentado la seForita (illieal dar esa noticia a #rma )nesalt. l recordaba su propio malestar en la casa capitular, lamujer apoyada sobre la puerta de su coche patrulla, mirándolo despreciativamente, bombardeándolo a preguntas acerca de por qu; había llevado a ran9lin (egay cuandoella le había dicho que llevara a ran9 (egay. @ujer de inusual arrogancia, #rma )nesalt.&e pregunt=, no del todo en broma, si 0illy &treib, o quien estuviera trabajando en suasesinato para el (#, había tenido en cuenta esto como causal de homicidio. lguien podría simplemente haberse cansado de soportar el mal carácter de #rma )nesalt. U PQu; más dijo )nesalt5 Opregunt= Chee. U Quería ver al doctor para discutir el tema con ;l. U P!l doctor $ello7horse5 U &í. 0e modo que allí la envi;.$ello7horse y )nesalt, pens= Chee. 0os bravos coyotes. 2or di:erentes ra<ones, a ;l nole gustaba ninguno de los dos, pero a $ello7horse lo respetaba. &us di:erencias con eldoctor eran puramente :ilos=:icas, las del creyente y el agn=stico que e>plotaba lacreencia. )nesalt era, o había sido, lisa y llanamente, una loca insoportable. U @e hubiera gustado poder verlos Odijo CheeO. PQu; pas=5La seForita (illie se encogi= de hombros. U !ntr=. los cinco minutos, tal ve<, ya estaba a:uera.Junto al rolli<o codo de la seForita son= el tel;:ono. U Clínica (ad7ater. PQu;5 1ale. &e lo dir; Odijo, y colg=O. &ali= echando chispasOprosigui=, otra ve< sonrienteO. 2ura rabia, esta ve<. !l doctor puede ser muy duro si loirrita.Chee recordaba algo que le había dicho Janet 2ete? que una observaci=n de #rma )nesaltsobre la historia del (egay err=neo la ponía en guardia con respecto a algo. !staconversaci=n no había abierto ninguna puerta a qu; podría ser. P) sí5 U P/o dijo nada más5 P/inguna observaci=n, o cualquier otra cosa5 U /o Orespondi= la seForita (illieO. (ueno, no mucho. $a estaba casi en la puerta cuandose volvi= y regres= para preguntar en qu; :echa había muerto ran9 (egay.

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 U P4sted le dijo que el tres de octubre5 U /o. Todavía no lo había visto. Le dije que el otoFo pasado, supongo. $ despu;s me pregunt= si podía ver una lista de los pacientes que teníamos ingresados.!l rostro de la seForita (illie e>pres= desagrado al recordar esa humillaci=n. U W#magínese qu; impertinenciaX $o le dije que eso se lo tenía que preguntar al doctor y

ella respondi= que, entonces, al diablo con eso, que ya encontraría otra manera.La seForita (illie parecía más contrariada aBn. U !n realidad dijo algo peor que eso. !ra una mujer muy mal hablada.!ntr= al vestíbulo una negra de mediana edad en ropa de en:ermera, con un joven navajoque empujaba una silla de ruedas. La silla de ruedas transportaba a una mujer con una pierna escayolada. U hora dígale otra ve< que le escocerá, pero que no se rasque. Que deje que le escue<a.Que piense en otra cosa.!l navajo dijo, en navajo? U Que no se rasque.$ la mujer enyesada replic=, en ingl;s?

 U Que no me rasque. $a me lo has dicho antes. U Habla ingl;s mejor que yo Odijo la seForita (illie a la en:ermera. U P!sto :ue todo5 P/ada más5 Opregunt= Chee, atrayendo de nuevo la atenci=n de laseForita (illie. U 0espu;s de eso, simplemente se march=. U P0ijo que podía conseguir la lista de pacientes de otra manera5 U &í, y yo tambi;n pienso que podía. Todos ellos han estado en alguna lista para elreembolso de gastos m;dicos, como @eddicare, o @edicaid, o han hecho algunareclamaci=n de seguro, en caso de tenerlo. La mayoría lo tiene. U PLe basta entonces con revisar e>pedientes5 U /i siquiera molestarme tanto. !lla trabajaba en 8indo7 %oc9 con todos los otros bur=cratas. 2robablemente le bastaba con hablar a alquien que estuviera en la o:icinaadecuada para proporcionarle una "ero>, o para dejarle echar un vista<o.Chee record= a Leaphorn en su caravana, depositando la lista sobre su mesa. Leaphorn leobservaba el rostro mientras ;l miraba la lista. Leaphorn preguntaba si conocía a alguien.Chee contest= que no. 2regunt= si los nombres le sugerían algo. /o le sugerían nada.2ero ahora, sí. hora parecían terriblemente importantes. U /o tengo amigos entre los bur=cratas de 8indo7 %oc9. PHay alguna manera de saber qui;n estuvo aquí aquel día5 U 2odría preguntárselo al doctor $ello7horse. U (ien Odijo CheeO. P2uedo verlo5 U /o está aquí Odijo la seForita (illie.Chee no podía parecer más decepcionado. &e encogi= de hombros, su cara era dedesagrado. U 4sted es un policía. &upongo que podría decir que se trata de un asunto policial. U !s un asunto policial. U Llevará un momento Odijo la seForita (illie, levantándoseO. Llámeme si suena eltel;:ono.0esapareci= durante unos die< minutos y el tel;:ono no son=.

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 U &implemente he copiado los de esa :echa Odijo la seForita (illieO. !spero que entiendami letra.La letra de la seForita (illie era hermosa, clara, sim;trica, una letra que habría ganadoconcursos de caligra:ía, de haberlos habido. Chee not= esto antes de mirar los nombres?!thelmary Large7his9ers ddison !tcitty 8ilson &am

!sta era la lista que Leaphorn le había mostrado. Los nombres acerca de los cuales buscaba #rma )nesalt las :echas de los certi:icados de de:unci=n. !l de 8ilson &am era eltercero. $ el segundo de abajo hacia arriba era el de 0ugai !ndocheeney. U *racias Odijo.2leg= el papel con e>presi=n ausente y lo meti= en la billetera, mientras pensaba? &am y!ndocheeney estaban vivos cuando )nesalt se hallaba a la ca<a de sus certi:icados dede:unci=n. !ndocheeney había estado en la clínica por aquella pierna quebrada de la quele había hablado @ujer de Hierro, y &am por 0ios sabe qu;. 2ero todavía estaban vivos.P2or qu; )nesaltS&u mente contest= la pregunta incluso antes de completarla. &abía por qu; había muerto#rma )nesalt, y casi todo el resto de la historia. Lo Bnico que le quedaba por resolver de

ese quebradero de cabe<a era por qu; habían tratado de matarlo a ;l. @ir= su reloj. &ehabía quedado allí más tiempo del que había pensado. U /ecesito su tel;:ono Odijo a la seForita (illie.Llamaría a Leaphorn y le contaría de lo que se había enterado. Luego tenía que darse prisa. Había oído truenos y parecía que se acercaban. Tenía que dejarse un poco detiempo para el caso de que hubiera barro. 0espu;s de cerrar el trato con lice $a<<ie parahacer unas (endiciones, vería si podía imaginarse por qu; se suponía que el :antasma deJim Chee tenía algo que ver con )nesalt, &am y !ndocheeney. 2ero no era momento paratan desagradables pensamientos. 5 Capítulo -N&onaba el tel;:ono en el momento en que Leaphorn atravesaba la puerta de su despacho. U caba de perder una llamada Odijo el operadorO. He tomado el mensaje para usted. U 1ale Odijo Leaphorn.!staba cansado. Quería limpiar su escritorio a toda prisa, irse a su casa, darse una ducha,tratar de relajarse unos minutos y luego conducir hasta *allup. !mma tenía que pernoctar en la clínica para las pruebas que le estaban e:ectuando, para esas cosas que hacencuando algo va mal en la cabe<a. P2or qu;5 Leaphorn no lo comprendi=. Cosa muy raraen ;l, no insisti= en busca de e>plicaci=n. Todo lo que se re:ería a la en:ermedad de!mma lo dejaba con una incontrolable sensaci=n de desamparo. Les estaban ocurriendocosas que les cambiarían la vida Oque la devastaríanO y no podía hacer absolutamentenada contra eso. &e sentía rodeado de lo inevitable, algo nuevo para Joe Leaphorn. !stolo hacía sentirse como había oído decir que se sentía la gente en un terremoto, perdida lasolide< de la tierra bajo sus pies.%evis= rápidamente los memorando de cci=n inmediata y no encontr= nada querequiriera acci=n inmediata. Los dos más urgentes concernían al rodeo. !n primer lugar,un contrabandista de alcohol, una mujer en una camioneta ord I, estaba vendiendo, al parecer abiertamente, segBn las denuncias, pero no se la había arrestado. !n segundolugar, en determinados puntos en que las carreteras de acceso a los terrenos dedicados alrodeo entraban en el torrente principal de la Carretera /avaja , se habían producidoalgunos problemas de trá:ico. Leaphorn redact= en primer t;rmino la orden pertinente para resolver los problemas de trá:ico. !l problema de la contrabandista requería una

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cierta re:le>i=n. PQui;n sería la mujer5 2as= revista a su conocimiento de la materia,acumulado a lo largo de toda una vida pro:esional, y estudi= brevemente su mapa. /ormalmente, cinco o seis contrabandistas de alcohol aprovecharían un acontecimientotan popular como el rodeo, y dos o tres de ellos eran mujeres. 4na estaba en:erma,Leaphorn lo sabía, y qui<á todavía en el hospital. 0e las otras dos, la que vivía en 8ide

%uins conducía una camioneta grande. Leaphorn evoc= sus relaciones :amiliares. PHabíanacido en el Clan de Casa *rande, 2ueblo de %oc9 *ap5 Compar= mentalmente estacircunstancia con los clanes de los policías que trabajaban en el rodeo, de acuerdo con lateoría, simple y verdadera, de que nadie arresta a su propia hermana de clan si puedeevitarlo. !ncontr= lo que esperaba encontrar. !l sargento a cargo del orden interno era unhombre de la Casa *rande.Leaphorn rompi= la orden que había escrito con relaci=n al problema del acceso y redact=otra, en la que trasladaba al sargento de la Casa *rande al control de trá:ico y loreempla<aba por el cabo que estaba a cargo del trá:ico. Luego mir= sus mensajestele:=nicos.La llamada que acababa de perder era de Jim Chee. Teniente Leaphorn? #rma )nesalt

volvi= a la Clínica (ad7ater un día despu;s de que recogiera yo allí a ran9lin (egay.!staba :uriosa. 0escubri= que ran9 (egay había muerto el octubre pasado. 2idi= unalista de pacientes ingresados, :ue a ver al doctor $ello7horse para ello, :racas= y dijo que podía conseguir los nombres de otra manera. )btuve una lista de los nombrescorrespondientes a la :echa en que )nesalt estuvo allí. La lista incluye a !ndocheeney y a8ilson &am. %ecuerdo haber oído que !ndocheeney había estado en la clínica con una pierna rota.!l resto del mensaje estaba constituido por una lista de todos los que habían sido pacientes de la Clínica (ad7ater aquel día de abril. #ncluía los nombres que el doctor Jen9s había recordado, los nombres e>=ticos.Leaphorn ley= nuevamente la nota. Luego la dej= caer de la mano y cogi= el tel;:ono. U Llame a &hiproc9 y p=ngame con Chee Odijo. U 0udo que sea posible Odijo el operador de la centralitaO. Llam= desde la Clínica(ad7ater. 0ej= dicho que en ese momento se iba. Que iba hacia 0inebito 8ash y queestaría :uera de contacto por un tiempo. U P0inebito 8ash5 Odijo Leaphorn.PQu; diablos estaría haciendo allí5 #ncluso en la %eserva, donde el aislamiento era lanorma, la regi=n de 0inebito era un rinc=n vacío. !l desierto llegaba hacia el norte hastalos límites de las tierras altas de la (lac9 @esa. Leaphorn dijo al operador que lo pusieracon el capitán Largo, en &hiproc9.guard=, de pie junto a la ventana. Todo el cielo, hacia el sur y hacia el oeste, estabanegro de tormenta. Como toda gente que vive mucho al aire libre y cuya cultura dependedel clima, Leaphorn era un estudioso del cielo. !se era bastante :ácil de leer. quellatormenta no se disiparía, como había sucedido con las tormentas todo ese verano. quellatenía agua, y :uer<a. !n ese mismo momento estaría lloviendo con :uer<a en las mesetasHopi, en *anado y en las regiones de pastos de sus primas alrededor de 6lagetoh, enCross Canyons y en (urnt7ater. !l día siguiente se oiría hablar de las impetuosas riadasen 8ide %uins 8ash, y en Lone Tule, &cattered 8illo7 0ra7 y en aquellos polvorientosdrenajes del desierto que se convertían en rugientes torrentes cuando llegaban las viriles

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lluvias. !l día siguiente sería un día de mucho trabajo para los ciento veinte hombres ymujeres de la 2olicía Tribal /avaja.Leaphorn observ= los relámpagos y las primeras gotas :rías que se estrellaban contra elcristal, y no pens= en !mma, dormida en su habitaci=n del hospital. !n cambio, dej= quelos eslabones que o:recía el mensaje de Chee ocuparan su lugar. PLa motivaci=n de

Chee5 @aldad, naturalmente. Leaphorn pens= en ello. !ra un pensamiento improductivo, pero era mejor que pensar en !mma. @ejor que pensar en lo que dirían al día siguiente,cuando estuvieran concluidas las pruebas.&on= el tel;:ono. U He conseguido al capitán Largo Odijo el operador, con la vo< de Largo por detrás quedecía algo acerca del tiempo libre. U &oy Leaphorn. P&abe ad=nde iba Jim Chee hoy5 U PChee5 OLargo ri=O. &í. !l hijoputa consigui= por :in un canto. &e :ue a tratar de eso.Completamente e>citado. U /ecesito hablar con ;l Odijo LeaphornO. PTrabaja maFana5 P2odría usted ir ycomprobarlo por mí5

 U !s donde estoy Odijo LargoO. /o tengo más suerte que usted en esto de no poder dejar el despacho. 4n minuto.Leaphorn aguard=, mientras oía la respiraci=n de Largo y el ruido de papeles. U P$a está lloviendo por allí5 Odijo LargoO. 2arece que por :in tendremos algo de agua por aquí. U caba de empe<ar.Leaphorn tamborileaba sobre el escritorio. trav;s de las vetas que la lluvia producía enla ventana, vio un triple destello de relámpagos. U @aFana Odijo LargoO. /o. Chee está libre. U W@ierdaX Odijo Leaphorn. U 2ero, vamos. &e supone que tenía que permanecer en contacto, debido a que alguienestá tratando de matarlo. &e lo dije, y a veces Chee hace lo que se le dice. 1eamos si hayalguna nota al respecto.@ás ruido de papeles. Leaphorn esper=. U W1ayaX 2or una ve< lo ha hecho.La vo< de Largo cambi= el tono de la persona que habla por el de la que lee?Hoy ir; a la casa de Hildegarde 0iente de )ro, cerca de 0inebito 8ash, paraencontrarme con ella y con lice $a<<ie y hablar de un canto para un paciente.La vo< de Largo volvi= a su tono normal. U Lo invitaron a hacer este canto la semana pasada. !staba realmente orgulloso.@ostraba la carta a todo el mundo. U P/o dice nada acerca de cuándo estará de regreso5 U Tratándose de Chee, es preguntar demasiado Orespondi= Largo. U /o he vuelto a estar allí desde que trabaj; en Tuba City Odijo LeaphornO. PTendría que pasar por el 2iF=n5 U menos que vaya andando Odijo largoO. !s el Bnico camino. U (ien, gracias. Llamar; a nuestro hombre en ese lugar y le pedir; que lo coja de ida ode vuelta.!l policía destinado a trabajar en la Casa Capitular de 2iF=n pertenecía al dinee de &leep%oc9 y se llamaba Leonard &9eet. Leaphorn había trabajado con ;l en sus días juveniles

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en Tuba City y lo recordaba como un hombre de con:ian<a si no se corría prisa. La vo<que dijo 0iga era :emenina? la seFora &9eet. Leaphorn se identi:ic=. U &e ha ido a %ough %oc9 Odijo la mujer. U PCuándo estará de regreso5 U /o s; Orespondi=, y ri=.

2ero la tormenta, o la distancia, o la manera en que la línea tele:=nica estaba atada amillas de postes de cerca hasta llegar a este puesto, di:icultaba discernir si la risa erair=nica o divertida. U !s un policía Psabe usted5 Oagreg= la mujer. U Quisiera dejarle un mensaje Odijo LeaphornO. Que le dijera que el agente Jim Chee pasará por allí en un vehículo. /ecesito que su marido lo pare y le diga que me llame.0io el nBmero de tel;:ono de casa. &ería mejor esperar allí hasta que llegara la hora devolver a *allup. U Plrededor de qu; hora piensa que pasará5 Lenny me lo preguntará. U !s s=lo un pálpito Odijo LeaphornO. &e :ue a algBn sitio cerca de 0inebito 8ash. ver a Hildegarde 0iente de )ro. /o s; a qu; distancia está eso.

&e produjo luego algo lo más parecido posible al silencio que permitían las crepitacionesde la línea mal aislada. U P!s usted de allí5 Opregunt= Leaphorn. U La hermana de mi padre Orespondi= la seFora &9eetO. hora está muerta. @uri= el mes pasado.$ entonces toc= a Leaphorn el turno de producir el largo silencio. U PQui;n vive allí ahora5 U /adie. !l agua era mala. lcalina. $ cuando ella muri=, no qued= nadie, a e>cepci=nde su hija y su yerno. caban de mudarse. U !ntonces, el sitio está desocupado. U sí es. &i alguien se ha instalado ahora, no lo s;. U P2uede decirme e>actamente c=mo se llega desde 2iF=n5La seFora &9eet lo hi<o. @ientras Leaphorn anotaba las instrucciones, buscabamentalmente otras subagencias de la 2olicía /avaja que pudieran enviar a 2iF=n aalguien que llegara más rápidamente de lo que ;l podía hacerlo desde 8indo7 %oc9.@any arms estaba más cerca. 6ayenta estaba más cerca. 2ero, Pqui;n trabajaría a esahora5 $ no se le ocurría nada que decir Onada especí:icoO que in:undiera en ellos laterrible sensaci=n de urgencia que ;l e>perimentaba.2odría llegar en dos horas, pens=. Tal ve< un poco menos. !ncontrar a Chee, y estar devuelta a tiempo para llegar a *allup a medianoche, más o menos. 0e cualquier manera,!mma estaría dormida. /o tenía opci=n. U P&e va a su casa5 Ole pregunt= el agente del escritorio cuando baj= las escaleras. U @e voy a 2iF=n Orespondi= Leaphorn. 5 Capítulo I!n lbuquerque, en el estudio de 6)TOT1, Ho7ard @organ lo e>plicaba. !lin:ormativo había sido grabado y retransmitido por <umbonas estaciones repetidoras paraalcan<ar la %eserva Chec9erboard y llegar hasta la regi=n de our Corners y a loscon:ines orientales de la *ran %eserva /avaja. 0e haber estado Jim Chee en casa, en sucaravana, con su televisi=n de batería encendida, habría visto a @organ de pie ante una proyecci=n de una :otogra:ia sat;lite, e>plicando c=mo el viento de altura había rotado por :in al sur, llevando consigo aire :río y hBmedo, y c=mo esa masa se encontraba con

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más humedad. La humedad que venía del sur era una cosa seria, pues era empujada por elhuracán !velyn a trav;s de la (aja Cali:ornia y los desiertos del noroeste de @;>ico.2or :in, lluvia Odecía @organO. (uenas noticias si cultiváis ruibarbos. @alas noticias si planeáis picnics. $ recordad? se advierte que podrá haber riadas en todo el sur y el oestede la 2lanicie de Colorado, y maFana, en todo el norte de /uevo @;>ico.

2ero Chee no estaba en su caravana mirando el in:ormativo meteorol=gico. &e hallabamás o menos corriendo una carrera con el :rente de tormenta, conduciendo en elcrepBsculo prematuramente inducido por las nubes, con los relámpagos sobre su cabe<a.penas pasado 2iF=n, se había metido bajo un rápido y :ortísimo chubasco. 0elante deChee, las gotas, del tamaFo de huesos de melocot=n, levantaban chorros de polvo cuandogolpeaban sobre la sucia carretera. Luego se produjo un bombardeo de nieve que, cualgranos de maí<, :orm= un tel=n a trav;s del camino y re:lejaba las luces de los :aros comouna cortina de :alsos diamantes. !so no dur= más de unos cien metros. 0espu;s seencontr= otra ve< con aire seco. 2ero la lluvia estaba encima de ;l. Colgaba sobre las:aldas nororientales de la (lac9 @esa como una pared, iluminada por una lu< ora gris, ora blanca como una sábana. &u olor llegaba a trav;s de las aberturas de la camioneta,

me<clado con el olor a polvo. !n las narices de Chee, acostumbradas al desierto, era un per:ume embriagador, el olor a buenos pastos, a agua :ácil, a buenas cosechas de piFones.!l olor de buenas ;pocas, el olor del 2adre Cielo bendiciendo a la @adre Tierra.Chee conducía con el mapa que lice $a<<ie había dibujado en el reverso de su carta,desplegado sobre el rega<o. La :ormaci=n volcánica que se erigía como cuatro dedoscurvados de gigantes justo delante de Chee debía de ser el lugar donde ella habíaindicado que girara a la i<quierda. $ lo era. penas pasado, dos sendas partían de la polvorienta carretera que había seguido hasta entonces.Chee iba con tiempo. 2ar= y se ape= para estirar los mBsculos y hacer un poco de tiempo,en parte, para controlar si la huella se hallaba todavía en uso, y en parte, por el mero placer de estarse bajo ese cielo inmenso y violento. !n otra ;poca la huella se habíautili<ado muchísimo, pero no en tiempos recientes. hora, sobre la joroba que selevantaba entre las marcas de ambas ruedas habían crecido hierbas y una escasa male<a.2ero alguien había pasado por allí ese mismo día. !n realidad hacía muy poco. Losneumáticos estaban gastados, pero los pequeFos rastros que habían dejado estaban :rescosaBn. Los <ig<agueantes relámpagos surcaban las nubes y se repetían, produciendo unsonido atronador como la e>plosi=n de un caF=n. &oplaba una brisa hBmeda que leapretaba la tela de los pantalones contra las piernas y acarreaba el olor a o<ono y salviahBmeda y a agujas de piF=n. Luego oy= el sordo rumor del agua que caía. &e acercaba aChee como una pared gris. &ubi= a la cabina cuando una gota helada salpicaba contra la parte de atrás de su muFeca.Condujo los Bltimos tres 9il=metros y medio que lice $a<<ie había indicado en su mapacon el limpiaparabrisas en :uncionamiento y la lluvia a<otando el techo. La huelladivagaba hacia arriba por un amplio valle y se elevaba, cada ve< más rocosa, hacia lastierras altas de la (lac9 @esa. Chee había llegado a preocuparse, a pesar de que siemprellevaba cadenas para el barro. La rocosidad avent= esa preocupaci=n. llí no se quedaríaempantanado. 0e pronto, el cielo se ilumin=. La lluvia amain=? uno de esos respiroscomunes en las tormentas de altura. La huella trepaba a una colina :orrada de peFones degranito, seguía un breve trecho por ellos y luego torcía bruscamente hacia abajo. 0ebajode ;l, Chee vio la casa de 0iente de )ro. 4na cabaFa redonda de piedra con un sucio

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techo abovedado, una casa de madera con techo en punta, un corral de aves, un coberti<ode almacenamiento y un tinglado de postes, tablones y cart=n alquitranado, construidocontra la pared de un :arall=n bajo. 0e la cabaFa salía humo, que quedaba colgado en elaire hBmedo y creaba una niebla a<ul a trav;s del estrecho callej=n sin salida donde lagente de 0iente de )ro había levantado su casa. Junto a la casa de tablones estaba

aparcado un enorme cami=n. 0etrás de la casa se veía el e>tremo posterior de un viejosedán ord. Chee pudo ver una lu< tenue, probablemente de una lámpara de queroseno,que iluminaba una de las ventanas laterales de la casa. no ser por eso y por el humo, lacasa tenía aspecto de abandonada.parc= a distancia prudencial de la casa y permaneci= un momento sin moverse, con los:aros en:ocados en ella, a la espera. &e abri= la puerta del :rente y la lu< destac= una:orma que llevaba puesta la larga y voluminosa :alda y la blusa de mangas largas típicasde la mujer navaja tradicional. La mujer mir= hacia a:uera, a la lu< de los :aros de Chee,y luego hi<o el gesto tradicional de bienvenida y desapareci= dentro de la casa.Chee apag= las luces, abri= la puerta y se ape= bajo la lluvia, que volvía a caer. Camin=hacia la casa y pas= junto al cami=n aparcado. !ntonces pudo ver que el ord no tenía

ruedas traseras. !l aire hBmedo transportaba los mil olores que la lluvia producía. 2ero:altaba algo. !l olor ácido que llena el aire cuando la lluvia humedece el esti;rcol aBn:resco de los corrales de las aves y los rediles de las ovejas. P0=nde estaba todo eso5 Lainteligencia de Chee tenía diversas virtudes y debilidades? una memoria soberbia, unatendencia a dejar :uera nuevas in:ormaciones cuando se concentraba con e>cesivaestreche< en un Bnico pensamiento, una inclinaci=n a distraerse con la belle<a, etc;tera.4na de las virtudes era la capacidad para procesar in:ormaci=n nueva y cotejarla con lavieja a una velocidad poco comBn. !n una mil;sima de segundo Chee identi:ic= el olor que :altaba, e>trajo su signi:icado, y lo compagin= con lo que ya sabía del sitio dondevivía la gente de 0iente de )ro. /o había animales. !l lugar estaba poco usado. P2or qu;usarlo en ese momento5 !l cerebro de Chee reconoci= todo un espectro de e>plicaciones posibles. 2ero todo eso lo trans:orm=, de un hombre que marchaba :eli< bajo la lluviahacia el encuentro tanto tiempo esperado, en un hombre algo inc=modo con el recuerdode haber sido blanco de disparos.2recisamente en ese momento vio el aceite.Lo que vio en realidad :ue un re:lejo en el crepBsculo, un lustroso resplandor verdea<ulado donde el agua había corrido bajo el cami=n y recogido una emulsi=n de aceite.!so lo detuvo. @ir= la mancha de aceite y luego nuevamente hacia la casa. La puertaestaba abierta unos centímetros. Todo eso le pareci= e>traFo y e>periment= las intensassensaciones que se e>perimentan cuando el miedo intenso e>cita las glándulasadrenalíticas. Qui<á no sea nada, le decía un rinc=n del cora<=n. 4na simplecoincidencia. Las averías en el tanque de aceite son harto :recuentes en los camionesviejos, tan comunes en la %eserva. 2ero había sido tonto. 0escuidado. $ volvi= hacia sucamioneta, primero caminando, luego al trote. La pistola estaba en la guantera. /o tuvo conciencia de lapso alguno entre la e>plosi=n de la escopeta y el impacto que lohi<o trastabillar. &e tambale= contra la cabaFa y se agarr= al dintel de la puerta para nocaerse. Luego lo alcan<= el segundo disparo, más arriba esta ve<, y sinti= como si unasgarras le desgarraran la parte superior de la espalda y la nuca. 2erdi= el equilibrio y seencontr= de rodillas, con las manos en el barro :río.

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Tres disparos, record=. 4na escopeta automática legalmente cargada contiene trescápsulas. Tres agujeros en la cubierta de aluminio de su caravana. 1endría otro disparo.&e tir= contra la puerta y se abría paso a trav;s de ella cuando volvi= a oír la escopeta.Cerr= la puerta de un empuj=n y se qued= inm=vil contra ella, tratando de controlar laemoci=n violenta y el pánico. La cabaFa estaba vacía, despojada de todo e iluminada por 

las vacilantes brasas de un :uego prendido sobre el suelo de tierra, bajo el agujero delhumo. Los oídos le <umbaban por el ruido de los disparos, pero a trav;s del <umbido pudo oír el chapoteo de alguien que corría bajo la lluvia. Tenía entumecido el ladoderecho. Con la mano i<quierda tante= detrás de ;l y corri= el pasador de madera.lgo empujaba, tentativamente contra la puerta.pret= la espalda contra la puerta. U &i abre, disparar; Odijo Chee.&ilencio. U &oy un agente de policía. P2or qu; me ha disparado5&ilencio. !l <umbido en los oídos mengu=. 2udo distinguir un ruido agudo de impacto? elruido de la lluvia que golpeaba la protecci=n de metal ubicada sobre el agujero del humo

 para conservar seca la cabaFa. !l sonido de pies que se movían sobre el lodo. &onidosmetálicos. Chee se es:or<= por escuchar. 1olvían a cargar la escopeta. 2ens= en eso.Quienquiera que le hubiera disparado, no se habría preocupado por volver a cargar elarma antes de correr detrás de ;l. Había visto que Chee había sido alcan<ado, que habíacaído. parentemente, había supuesto que los disparos lo habían matado. Que Chee noera un peligro.!l dolor era ahora :ero<, sobre todo en la espalda y la cabe<a. Toc= cuidadosamente conlos dedos y se encontr= el cuero cabelludo resbaladi<o de sangre. Tambi;n pudo sentir que la sangre corría por su lado derecho caliente, contra la piel de las costillas. Chee semir= la palma inclinada para que la alcan<ara la d;bil reverberaci=n de las brasas. Conesa lu<, la sangre parecía casi negra. @oriría. /o enseguida, probablemente, pero pronto.Quería saber por qu;. !sta ve< grit=. U P2or qu; me ha disparado5&ilencio. Chee pens= en otra manera de obtener respuesta. Cualquier respuesta. 2rob= el bra<o derecho y descubri= que podía moverlo. !l peor dolor era el de la nuca. 4n dolor que le hacía rechinar los dientes en lo que parecían veinte sitios donde los perdigones dela escopeta le dieran en el cráneo. 2or encima de eso, estaba la sensaci=n de que leestuvieran desollando la cabe<a. !l dolor hacía di:ícil pensar. 2ero tenía que pensar. )morir.Luego, la vo<? U W&9in7al9erX P2or qu; estás matando a mi niFo5!ra la vo< de una mujer. U $o, no Odijo Chee, lenta y muy dolorosamente. /o hubo respuesta. Chee trat= de concentrarse. !n poco tiempo se desangraría hastamorir. ), antes de que sucediera tal cosa, se desmayaría, y entonces esa loca abriría de unempuj=n la puerta de la cabaFa y lo mataría con su escopeta. U 2iensas que soy un brujo OdijoO. P2or qu; piensas eso5 U 2orque eres un adan_ti Orespondi= la mujerO. @e has disparado un hueso antes de quenaciera mi niFo, o has disparado un hueso en mi niFo, y ahora se está muriendo.

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!sto no le decía gran cosa. !n el mundo navajo, en que la brujería es importante, en queel comportamiento cotidiano está modelado para evitarla, para prevenirla y para curarla,hay tantas palabras para sus diversas :ormas como palabras hay entre los esquimales paralas diversas clases de nieve. &i la mujer pensaba que ;l era un adan_ti, pensaba que teníael poder de la hechicería? el de convertirse en una :orma animal, volar, tal ve< volverse

invisible. #deas muy especí:icas. P0e d=nde las había sacado5 U 2iensas que si con:ieso que he embrujado a tu niFo, el niFo se pondrá bueno y luegomorir; Odijo CheeO. P/o es verdad5 ) si me matas, la brujería desaparecerá. U 0ebes con:esar Odijo la mujerO. 0ebes decir que lo has hecho. 0e lo contrario, tematar;.Tenía que retenerla allí. Tenía que retenerla hablando mientras pudiera hacer :uncionar sucabe<a. Hasta que pudiera enterarse de algo de ella que le permitiera salvar la vida. Qui<á:uera imposible. Qui<á ya se estaba muriendo. Tal ve< su viento de la vida ya lo estabaabandonando, soplando en la lluvia. Qui<á nada de lo que pudiera enterarse podríaayudarle. 2ero la naturale<a de Chee era la resistencia. %e:le>ion=, el ceFo :runcido por la concentraci=n, ahuyentando de su conciencia el dolor y el miedo que le inspiraba la

sangre que corría por sus :lancos y se encharcaba bajo las nalgas. @ientras, tenía quemantener la conversaci=n. U /o ayudar; a tu niFo si con:ieso, porque no soy un brujo. P2uedes decirme qui;n te hadicho que soy un brujo5&ilencio. U &i :uera un brujoS si tuviera el poder de la hechicería, Pte ha enseFado alguien lo que podría hacer5 U &í, me lo han enseFado Ola vo< era vacilante. U !ntonces sabes que si :uera un brujo, podría trans:ormarme en otra cosa. !l un buhode las madrigueras. 2odría salir volando por el agujero del humo y desaparecer en lanoche.&ilencio. U 2ero no soy un brujo. &oy s=lo un hombre. &oy un cantor. 4n yataalii. He aprendidolas maneras de curar. lgunas de ellas. Cono<co cantos para protegerse de unembrujamiento. 2ero no soy un brujo. U !llos me dijeron que lo eres Odijo la mujer. U PQui;nes son ellos5 PLos que te dijeron eso5 Opregunt= Chee, pero ya sabía larespuesta.&ilencio.Chee tenía :uego en la nuca y, debajo del :uego, el di:uso dolor en el cráneo comen<aba alocali<arse en una docena de puntos, los lugares donde los perdigones de la escopeta sehabían alojado en el hueso. 2ero tenía que pensar. !sta mujer estaba convencida de que ;lera su brujo, así como %oosevelt (istie debía de estar convencido de que !ndocheeneyera su chivo emisario. (istie se estaba muriendo de cáncer. $ esta mujer veía morir a suhijo. !n la mente de Chee tom= :orma una conclusi=n. U P0=nde naci= tu hijo5 Opregunt= CheeO. $ cuando en:erm=, Plo llevaste a la Clínica(ad7ater5Chee ya había decidido que no habría respuesta cuando ;sta lleg=. U &í.

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 U $ el doctor $ello7horse te dijo que era un adivino, y que ;l podría decirte cuál era lacausa de la en:ermedad de tu niFo, Pno es verdad5 $ el doctor $ello7horse te dijo que yohabía embrujado a tu niFo.$a no era una pregunta. Chee sabía que era verdad. $ pens= que qui<á supiera c=moconservar la vida. C=mo podría decir a esta mujer que dejara su escopeta en tierra y le

ayudara a parar la hemorragia y llevarlo a 2iF=n o a algBn sitio donde le ayudaran.!mplearía el resto de la vida que le quedaba en decir a la mujer qui;n era realmente el brujo. Chee creía en la brujería de una manera abstracta. Qui<á tuvieran e:ectivamente el poder, como a:irmaban las leyendas y como los rumores recalcaban con insistencia, paraconvertirse en animales imaginarios, para volar, para correr más rápido que cualquier coche. !n cuanto a eso, Chee era reacio a aceptar ninguna prueba. 2ero ;l sabía que, ensu :orma básica, la brujería acechaba a los dinee. La veía en los individuos que se habíanapartado deliberadamente y con mala intenci=n de la belle<a de la 1ía /avaja yabra<aban su contrario, el mal. La veía todos los días en su trabajo como policía, en losque vendían 7his9y a los niFos, en los que compraban grabadores de videocasetesmientras sus parientes pasaban hambre, en las peleas a cuchillo en algBn callej=n de

*allup, en las mujeres golpeadas y en los niFos abandonados. U 1oy a decirte qui;n es el brujo Odijo CheeO. 2rimero tirar; a:uera las llaves de lacamioneta. C=gelas y abre la guantera de la camioneta, y encontrarás mi pistola. 0ije quela tenía aquí conmigo porque tenía miedo. hora ya no tengo miedo. 1e y comprueba, yverás que no tengo mi pistola conmigo. Luego quiero que entres aquí, donde estácaliente, donde no llueve, y donde puedas mirarme a la cara mientras te hablo. 0e estamanera podrás saber si digo la verdad. $ luego te dir; otra ve< que no soy un brujo quehaya hecho daFo a tu niFo. Te dir; qui;n es el brujo que te ha echado esa maldici=n.&ilencio. !l sonido de la lluvia torrencial. $ luego un clac metálico. La mujer, que hacíaalgo con la escopeta.!l bra<o derecho de Chee estaba nuevamente entumecido. Con su mano i<quierda e>trajolas llaves de su camioneta, quit= el pasador, y tir= de la puerta hacia sí. @ientras arrojabalas llaves por la abertura, esper= la respuesta de la escopeta.La escopeta no dispar=. )y= el sonido de la mujer que caminaba por el barro.Chee e>hal= una bocanada de aire. hora tenía que aguantar el dolor y eldesvanecimiento lo necesario para organi<ar sus pensamientos. Tenía que saber e>actamente qu; diría. 5 Capítulo -!l coche patrulla del agente Leonard &9eet, nacido en el clan de )rejas Levantadas, elhombre a cargo de la ley y el orden en los ásperos y vacíos territorios que rodeaban2iF=n, estaba aparcado bajo la lluvia, :uera de la subcomisaría del lugar, un cami=n viejoy sin ruedas que, sobre la margen de 8epo 8ash, servía tambi;n como hogar de Leonard&9eet y ileen (eno, su mujer. Leaphorn dej= atrás el as:alto de la Carretera /avaja yentr= en el barro del patio de &9eet, golpe= la puerta de &9eet y lo recogi=.&9eet no había visto seFal alguna de la camioneta de Chee. &u casa estaba situada de talmodo que desde ella se veía tanto la /avaja como la carretera que se dirigía al noroeste,hasta la Casa Capitular de orest La9e y, :inalmente, a la casa de 0iente de )ro. U !s probable que pasara por aquí antes de que llegara yo a casa Odijo &9eetO. 2ero no havuelto. Habría visto su camioneta.nte el coche de !mma, &9eet vacilaba.

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 U !sto no es bueno para el barro, y tendr; que conducir yo Odijo &9eet mirando laescayola de LeaphornO. &upongo que querrá dar un descanso a ese bra<o.(ajo la escayola, el bra<o se arqueaba desde la muFeca hasta el codo. Leaphorn estaba de pie bajo la lluvia, su sentido comBn en lucha con su hábito casi instintivo de control.*an= el sentido comBn. &9eet conocía el camino. &e cambiaron al coche patrulla de

&9eet, dejaron atrás la pequeFa dispersi=n de edi:icios de 2iF=n, cambiaron el as:alto por la grava y pronto la grava por tierra. !staba resbaladi<o y &9eet conducía con la re:inadahabilidad de un hombre de comple>i=n atl;tica que conduce por los peores caminos cadadía de trabajo. Leaphorn se descubri= pensando en !mma y apart= de su mente la idea.&9eet no hacía preguntas y la política de Leaphorn había sido, desde hacía muchos aFos,no decir a la gente más de lo que la gente necesitaba saber. $ &9eet necesitaba saber muy pocas cosas. U 2uede que estemos perdiendo el tiempo Odijo Leaphorn. /o tenía por qu; decir nada a&9eet acerca del atentado a la vida de Chee, pues en la 2T/ todo el mundo sabía todo alrespecto y todo el mundo, supuso Leaphorn, tenía una teoría sobre ese hecho. Habl= a&9eet de la invitaci=n que se le había hecho a la casa de 0iente de )ro para conversar 

acerca de la reali<aci=n de un canto. U W4hum, uhumX Odijo &9eetO. #nteresante. Tal ve< tenga alguna e>plicaci=n.&e concentr= para corregir un patina<o de una rueda trasera en la super:icie :angosa. U l no sabía que allí no vive nadie Odijo &9eetO. /o había manera de que lo supiera,supongo. &in embargo, si ya le han disparadoS Oy dej= la oraci=n sin terminar.Leaphorn iba en la parte de atrás, donde podía reclinarse contra la puerta del lado delconductor y mantener la escayola apoyada sobre el respaldo del asiento. pesar de laamortiguaci=n, las sacudidas y las vibraciones inevitables en un camino tan irregular, setransmitían al hueso. /o estaba con ánimo para hablar de Chee o para de:enderlo. U /o se requiere un test de inteligencia para este trabajo OdijoO. 2ero me parece queestoy demasiado nervioso. Qui<á haya una e>plicaci=n para celebrar un encuentro allí. U Tal ve< Odijo &9eet, en tono esc;ptico.&9eet disminuy= la velocidad en un a:loramiento de basalto volcánico de :orma muye>traFa. U &i no recuerdo mal, el desvío es aquí Oagreg= &9eet.Leaphorn retir= el bra<o del respaldo del asiento y dijo? U 1ayamos a ver.!n una noche clara ese paisaje solitario habría estado aBn iluminado por un resplandor rojo. 2ero bajo la lluvia, la oscuridad era casi completa. 4tili<aron sus linternas. U lgo de trá:ico Odijo &9eetO. $ muy reciente.La lluvia había velado las huellas de los neumáticos, sin llegar a borrarlas. $ la pro:undidad de las mismas, allí donde la tierra era más blanda, mostraba que el vehículohabía pasado cuando la humedad ya había ablandado el terreno. $ esas huellas más:rescas habían solapado en parte otras huellas anteriores, menos pro:undas, que la lluviahabía casi borrado. U 0e modo que puede ser que haya venido y se haya marchado Odijo &9eet, dudando delo que decía a medida que lo decía, al advertir que por allí habían pasado al menos dosvehículos, uno de los cuales había salido despu;s de que la lluvia comen<ara a arreciar.

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&us linternas iluminaron primero el techo, lustrado por la lluvia, de una camioneta, yluego en:ocaron las ventanas de la casa de 0iente de )ro. /o se veían luces. &9eet aparc=a cincuenta metros. U P!starán allí5 OdijoO. PQu; piensa5 U 2or ahora, olvidemos eso Orespondi= LeaphornO. Hasta que estemos seguros de que es

la camioneta de Chee. $ sepamos qui;n está allí.Hallaron un tesoro de huellas semiborradas, semilavadas por la lluvia, pero ninguna seFalde que hubiera alguien :uera. U 1igile la camioneta Odijo LeaphornO. $o me ocupar; de la casa.Leaphorn apunt= la linterna al edi:icio, sosteni;ndola cuidadosamente con la manoi<quierda, lo más lejos posible de su cuerpo. 2ateado una ve<, doblemente prudente, lehabría dicho su madre. $ en este caso, podían estar en:rentándose a una escopeta.Leaphorn pens=, ir=nico, que debiera tener un bra<o telesc=pico, como el #nspector *adget en la historieta de televisi=n.La puerta de la casa estaba abierta. La lu< de la linterna de Leaphorn brillaba en el vacío.rente a la puerta, en la tierra hBmeda y compacta, iluminaba un pequeFo cilindro rojo.

Leaphorn lo recogi=? un casquillo de escopeta servido. Quit= la lu<, oli= el e>tremoabierto del cartucho, inhal= el olor ácido a p=lvora reci;n quemada. U W@ierdaX Odijo.&e sinti= desolado, derrotado, consciente de la lluvia :ría contra sus costillas.&9eet chapoteaba detrás de ;l. U La camioneta no está cerrada con llave Odijo &9eetO. La guantera está abierta. !ncontr;esto en el asiento Oy le mostr= un rev=lver de calibre MO. P!s de ;l5 U 2robablemente Orespondi= Leaphorn. Control= el cilindro, oli= el caF=n. /o había sidodisparado. &acudi= la cabe<a y mostr= a &9eet el casquillo vacío. !ncontrarían el cadáver de Jim Chee y dirían que se trataba de homicidio. Tal ve< dijeran que había sido suicidio.) muerte por estupide<.La casa estaba vacía. bsolutamente vacía. 0e gente, de muebles, de todo salvo unosresiduos de basura esparcidos. Hallaron pequeFas huellas alrededor de la puerta,hBmedas, pero no barrosas. Quienquiera que hubiera estado allí, había llegado antes deque la lluvia arreciara. &e había ido. /o había regresado.0esde la puerta del :rente, Leaphorn ilumin= la cabaFa. La puerta estaba semiabierta. U 1er; qu; hay Odijo &9eet. U Lo haremos los dos Odijo Leaphorn.!ncontraron a Jim Chee junto a la puerta, desplomado contra la pared sur con respecto ala entrada? el lugar adecuado donde debía estar un aut;ntico navajo si había entrado a lacabaFa siguiendo el movimiento del sol, es decir, del este al sur, al oeste y al norte. lalu< de ambas linternas, la nuca y el costado de Chee parecían untados con grasa. lre:lejo de la lu<, el alargado rostro de &9eet se veía contraído y conmovido.P2ena5 P) conciencia de hallarse en una cabaFa espectral, in:ectada del virulento:antasma del agente Jim Chee5 Leaphorn, que hacía ya mucho tiempo había aprendido atratar con :antasmas, mir= la cara de &9eet y trat= de aislar la pena y encontrar el miedo. U @e parece que está vivo Odijo &9eet. 5 Capítulo Tal como normalmente ocurre en la 2lanicie de Colorado, la tormenta :ue derrotada por lanoche. Cambi= al noreste, despojada del poder solar que la había alimentado, y agotadasu energía en el aire tenue y :río de los caFones de 4tah y las montaFas del norte de

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 /uevo @;>ico. Hacia medianoche, ya no había truenosR la :ormaci=n de nubes se habíadebilitado y disuelto en una vasta lluvia general Oesa que los navajos llaman lluvia:emeninaO que regaba suavemente toda una regi=n comprendida entre 2ainted 0esert por el sur y &leepong 4te @ountain por el norte.0esde las ventanas de la quinta planta del hospital del &ervicio de &alud #ndígena de

*allup, Joe Leaphorn veía el a<ul pro:undo del cielo matutino recientemente lavado, librede nubes, a e>cepci=n de restos de niebla sobre las Vuni @ountains al sudeste y los rojos:arallones que se estiraban por el este hacia (orego 2ass. 2or la tarde, si la humedadseguía llegando desde el 2ací:ico, volvería a :ormarse la tormenta, a bombardear la tierrade relámpagos, viento y lluvia. 2ero por el momento, el mundo e>terior al cristal junto alque Leaphorn se hallaba era radiante de sol, limpio y calmo.penas se percataba de ello. &u mente estaba completamente ocupada por lo que le habíadicho el neur=logo. !mma no tenía la en:ermedad de l<heimer. La causa de laen:ermedad de !mma era un tumor que presionaba contra el l=bulo :rontal derecho delcerebro. !l m;dico, una mujer joven llamada 1igil, había dicho a Leaphorn muchas cosasmás, pero con lo esencial era su:iciente. &i el tumor era canceroso, lo más probable era

que !mma muriera, y que muriera bastante pronto. &i el tumor era benigno, se la podíacurar e>tray;ndoselo quirBrgicamente.PQu; probabilidades hay5 La doctora 1igil no quiso conjeturar nada. !sa tarde hablaríacon un m;dico que ella conocía en (altimore. 4n m;dico con el que había estudiado. Loscasos como ;se entraban en su campo. l sabría. U Quiero consultar con ;l antes de hacer ninguna conjetura.La doctora 1igil se hallaba a comien<os de la treintena, supuso Leaphorn. 4no de esosm;dicos que iban a las escuelas de medicina con :inanciaci=n del gobierno y luegotrabajaban en el &ervicio de &alud #ndígena. 0e pie, con las manos sobre el escritorio,esperaba que Leaphorn se marchara. U 0eje dicho d=nde puedo establecer contacto con usted Odijo. U Llame ahora Oreplic= LeaphornO. Quiero saberlo. U 2or la maFana está operando Oe>plic= ellaO. /o lo encontrar;. U 2ruebe Oinsisti= LeaphornO. &=lo pruebe. U (ueno, ahora, no creo queS Oy luego sus ojos se encontraron con los de LeaphornO. /o cuesta nada probar OaFadi=.l había esperado en el vestíbulo, detrás de la puerta de la doctora, mirando la maFana,digiriendo estos nuevos datos. La noticia era buena. 2ero lo desequilibraba, tratando devivir otra ve< con esperan<a. !ra un lujo que no conocía desde hacía varias semanas,desde el momento e>acto, pens= en que se sent= en su escritorio a leer la literatura que laorgani<aci=n para la en:ermedad de l<heimer le había enviado y comprob=, descrita enletras de molde, la horrible con:usi=n de !mma. Había sido una maFana terrible, el peor dolor que jamás hubiera tenido que soportar. hora todos sus instintos clamaban contravolver a pasar por eso, contra volver a entrar por esa puerta que la esperan<a aBn le abría.2ero quedaba el hecho Bltimo? !mma podía volver a encontrarse bien. Quería celebrarlo.Quería gritar de alegría. 2ero tenía miedo.0e modo que esper=. 2ara evitar caer en la trampa de la esperan<a, pens= en Jim Chee.!specí:icamente, pens= en lo que Jim Chee había dicho cuando la ambulancia lodescarg= en la Clínica (ad7ater. &=lo unas pocas palabras. 2ero que conteníanmuchísima in:ormaci=n a poco que Leaphorn supiera leerlas.

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 U 4na mujer Ohabía dicho Chee, con una vo< tan d;bil que Leaphorn la había oído tans=lo porque estaba inclinado con la cara a unos centímetros de los labios de Chee. U PQui;n le dispar=5 Ohabía preguntado Leaphorn mientras los asistentes colocaban lacamilla en la ambulancia, y Chee había movido la cabe<aO. PLo sabe5 Oy Chee habíavuelto a mover la cabe<a en un gesto de negaci=n.

Luego, Chee había dicho? U 4na mujer. U PJoven5 Ohabía preguntado Leaphorn, sin obtener respuestaO. La encontraremos Ohabíadicho Leaphorn, y eso había desencadenado el resto de la in:ormaci=n de Chee. U !l niFo se está muriendo Odijo Chee.Lo dijo con claridad, en ingl;s. $ luego lo repiti= en balbuceante navajo, mientras se leiba la vo<.sí, al parecer, la persona que había disparado contra Chee en la casa de 0iente de )roera una mujer con un niFo :atalmente en:ermo. 2robablemente la misma persona quehabía hecho los tres disparos de escopeta a la pared de la caravana de Chee. Cuando Cheesaliera de la sala de cirugía sería muy :ácil encontrarla. l podría identi:icar el vehículo

que conducía la mujer, probablemente hasta podría darles el nBmero de la patente, encaso de haber estado algo alerta antes del disparo. $ si sabía que tenía un hijo en:ermo,tenía que haberle hablado cara a cara. 2or tanto, tambi;n tendrían una descripci=n :isica.2ero aun cuando Chee no sobreviviera para describirla, la encontrarían. 4na mujer jovencon un hijo gravemente en:ermo que conocía la casa de 0iente de )ro, que estabaabandonada. !so estrecharía el círculo todo lo que necesitaban.!ncontrarían a la mujer. !lla les diría por qu; quería muerto a Jim Chee. Luego, todosesos locos asesinatos adquirirían sentido.0ebajo de Leaphorn, una bandada de cuervos pasaba hacia el centro de *allup con sugra<nido acallado por el cristal. @ás lejos, una interminable sucesi=n de vagones cisternase despla<aba hacia el este a lo largo de la línea principal a &anta e.) bien, pens= Leaphorn, no encontrarían a la mujer. ) la encontrarían muerta. ) bien,como (istie, no diría absolutamente nada. $ entonces se hallaría e>actamente en elmismo sitio. P0=nde5Los cuervos desaparecieron de su campo visual.!l tren carguero serpente= ine>orablemente hacia el este. Leaphorn estudi= por qu; le preocupaba tanto que esos homicidios tuvieran per:ecto sentido, que, de alguna manera,con aquellas pocas palabras, Chee hubiese puesto la llave en la cerradura y la hubiesegirado.4na mujer, había dicho Chee. 4na mujer que Chee no conocía. P!n qu; ayudaríasemejante cosa5 0e las víctimas, s=lo #rma )nesalt era mujer. La habían matado con undisparo de ri:le, no de escopeta. /inguna relaci=n aparente. !l niFo se está muriendo,había dicho Chee. 2resumiblemente el hijo de la mujer que le había disparado.2resumiblemente, le había hablado a Chee de eso. P2or qu;5 U &eFor Leaphorn Odijo una vo< :emenina en el codo de LeaphornO. 2reguntan por usted.La doctora 1igil.La doctora 1igil venía a la puerta para verlo. U hora puedo darle las estadísticas Odijo la doctora, con una ligera sonrisaO.%ecuperaci=n de la cirugía, cerca del noventa y nueve por ciento. /aturale<a del tumor?maligno, veintitr;s y pico por cientoR benigno? setenta y pico por ciento.

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!ntonces Joe Leaphorn se volvi= a permitir el grave riesgo de la esperan<a. ue a lahabitaci=n de !mma para decírselo, la encontr= dormida y le dej= una nota. !>plicaba loque le había dicho la doctora 1igil y que la amaba, y que volvería tan pronto como pudiera.Luego emprendi= el largo camino a la Clínica (ad7ater. Quería estar allí cuando Chee se

recuperara de la anestesia. $ quería hablar con $ello7horse acerca de la lista de #rma)nesalt, y enterarse de lo que )nesalt había dicho a $ello7horse al respectoRespecí:icamente, quería saber si esta mujer le había dicho por qu; quería las :echas dede:unci=n de personas que todavía no habían muerto. l m;dico camboyano que estabade guardia cuando ingresaron a Chee había dicho que $ello7horse estaba en lagsta::,que viajaría de vuelta ese día, y que estaría allí en las primeras horas de la tarde.Leaphorn se detuvo para cargar gasolina en *anado y llam= a la clínica mientras lellenaban el dep=sito. &í, Chee había sobrevivido a la operaci=n. Bn estaba en la sala derecuperaci=n. /o, $ello7horse no había regresado de lagsta::. 2ero había llamado y loesperaban un poco despu;s del almuer<o. Leaphorn le resultaba di:ícil pensar en los homicidios. !staba preocupado, en verdad

:ascinado, por sus propias emociones. /unca se había sentido así hasta ese momento,nunca había e>perimentado esa inconmensurable alegría. !se alivio. 1olvía a encontrar a!mma, perdida para siempre. 2ens= en la doctora 1igil observándolo mientras ;l recibíala esperan<adora noticia. Los m;dicos han de ver mucho de esas violentas reaccionesemotivas, incluso más que los policías. La comprensi=n de la intensidad que el amor  puede producir debía ser un subproducto de esa pro:esi=n. La doctora 1igil comprenderíac=mo un niFito que se muere podría provocar un asesinato. &i no todavía, locomprendería cuando :uera mayor.!n eso pensaba Leaphorn cuando dej= atrás el desvío hacia (lue *ap. 0e allí pas= aanali<ar sus propias emociones. La observaci=n de lo que sucedía a !mma había hechoque todo lo demás resultara trivial. 2ara ;l, los otros valores habían dejado de e>istir. 0ehaber habido algo que ;l pudiera hacer para ayudarle, algo, lo habría hecho. @ás allá deldesvío a 8hippoor7ill &chool, sus pensamientos retrocedieron a una pregunta que anteslo había intrigado. P2or qu; la mujer le había contado a Chee que su hijo se estabamuriendo5 Le pareci= que sabía la respuesta. &e lo había contado para e>plicar por qu; loestaba matando. Lo estaba matando para invertir la brujería que estaba matando a su hijo.L=gico. PQu; había en eso que los atraía tan irresistiblemente52recisamente en ese momento, Leaphorn comprendi= c=mo había sucedido todo. Todoslos al:ileres de su mapa se reunieron en un solo racimo en la Clínica (ad7ater. Cuatrohomicidios y medio se convertían en un solo crimen con un solo motivo. &u coche cole=en el camino :angoso y ;l apret= el acelerador. &i no llegaba a la clínica antes que eldoctor $ello7horse, los cuatro homicidios y medio se convertirían en cinco. 5 CapítuloTodo era muy vago para Chee. La en:ermera que lo llevaba por el vestíbulo desde la salade recuperaci=n le había mostrado un vaso de papel que contenía un casquillo. U Lo que el doctor 8u le sac= de la nuca y de la cabe<a Oe>plic=O. !l doctor 8u pens=que querría usted conservarlo. Chee, aturdido, no se le ocurri= nada que decir. &e limit= a arquear las cejas. U 4na especie de souvenir. 2ara ayudarle a recordar.

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$ luego había aFadido algo acerca de que el doctor 8u era chino, pero en realidad unchino camboyano, como si eso hubiera aclarado por qu; pensaba que Chee querría unsouvenir. U Hum Odijo Chee.$ la en:ermera lo había mirado con aire burl=n y había dicho?

 U &=lo si usted quiere.La en:ermera había hablado mucho, pero Chee recordaba poco. 0espert= con el deseo de preguntarle d=nde estaba y qu; había sucedido, pero no tuvo la energía su:iciente. horala nuca le ayudaba a recordar. uera cual :uese el analg;sico que hubieran empleado paraentumecerla, sus e:ectos comen<aban a disiparse y Chee podía aislar e identi:icar alrededor de siete sitios donde el cirujano le había e>traído el tro<o de casquillo del densohueso de la parte posterior del cráneo. !so le record= a Chee viejos tiempos, cuando un potro aFal que estaban marcando le diera una co< en la canilla. !ra como si el huesomagullado lan<ara una protesta particularmente dolorosa al sistema nervioso.2ero mantuvo el dolor a raya :estejando que estaba vivo. !so lo sorprendi=. &=lo podíarecordar oscuramente a la mujer que entraba vacilante en la cabaFa y la escopeta

apuntando hacia ;l. %ecordaba los segundos en que había pensado que ella simplementevolvería a dispararle y que allí terminaría todo. Qui<á era lo que intentaba hacer. 2ero lehabía dejado hablar, y ;l la había :or<ado a una cierta coherencia. hora todo era borrosoy, en gran parte un simple vacío. Los m;dicos llamaban a eso amnesia temporal postraumática, y Chee la había comprobado en su:iciente nBmero de víctimas de peleas acuchillo y accidentes de trá:ico como para no reconocerla en sí mismo. /o trat= de :or<ar la memoria. Lo importante, evidentemente, era que la mujer le había creído. l parecer,había sido ella quien lo había llevado allí, aunque no podía recordar qu; había sucedido,ni imaginar c=mo lo había trasladado de la cabaFa a la camioneta. Lo Bltimo querecordaba era la descripci=n que había hecho a la mujer de lo que ;l pensaba que habíaocurrido, apoyándose en su propio recuerdo de la ;poca en que, de niFo, lo habíanllevado a un adivino, en su recuerdo del ojo del viento, inmensamente magni:icado ydistorsionado por la bola de cristal, que escudriFaba el ojo de Chee, en el recuerdo de su propio miedo. U @e parece que s; lo que pas= Ole había dicho CheeO. $ello7horse simula ser unadivino. 2ienso que llevaste tu niFo en:ermo a la Clínica (ad7ater y que $ello7horse lovio, que luego $ello7horse sac= su bola de cristal y simul= ser un shamán, y te dijo queel niFo había sido embrujado. $ despu;s reali<= la ceremonia de chupar y simul=succionar un hueso del pecho de tu niFo.Chee record= que a esa altura había comen<ado a perder la :uer<a. &us ojos ya noen:ocaban y le resultaba di:ícil respirar de tal manera de poder producir los sonidosguturales navajos. 2ero prosigui=. U Luego te dijo que yo era un s9in7al9er que había embrujado a tu beb; y que la Bnicamanera de curar tal cosa era matarme. $ te dio el hueso y te dijo que lo dispararas en micuerpo.La mujer, borrosa y distante, se había limitado a permanecer inm=vil al lado de ;l, con laescopeta en las manos. Chee no podía ver lo bastante bien como para saber si la mujer escuchaba. U Creo que quiere matarme porque yo he dicho a la gente que no es realmente unshamán. 2orque he dicho a la gente que no tiene verdaderos poderes. 2ero qui<á haya otra

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ra<=n. !so no importa. Lo que importa es que yo no soy un s9in7al9er. !l s9in7al9er es$ello7horse. $ello7horse te ha embrujado. $ello7horse te ha convertido en alguien quemata.Había dicho muchas cosas más, o pensaba haberlas dicho, pero tal ve< no :uera más que parte del sueFo que había soFado cuando se qued= dormido. /o podía distinguir.

La en:ermera estaba de nuevo en la habitaci=n. Coloc= una bandeja sobre la mesa, junto ala cama, con una toalla blanca, una jeringa y otros instrumentos. U 2or ahora necesita esto Odijo, mirando su reloj. U ntes necesito hacer algunas cosas, saber algunas cosas Odijo CheeO. PHay algBn policía aquí5 U /o lo creo Orespondi= la en:ermeraO. 4na maFana tranquila. U !ntonces necesito hacer una llamada Odijo Chee.!lla no se molest= en mirarlo. U W/i soFarloX Odijo. U !ntonces necesito que alguien haga una llamada por mí. Que llame al cuartel de la policía tribal de 8indo7 %oc9 y deje un mensaje para el teniente Leaphorn.

 U !s uno de los que lo trajeron aquí. Con la ambulancia Odijo ellaO. &i quiere contarlequi;n le dispar=, apuesto a que eso puede esperar a que se encuentre usted un poco mejor. U P!stá aquí $ello7horse5 P!l doctor $ello7horse5 U !stá en lag Odijo la en:ermeraO. lguna reuni=n en el hospital de lagsta::.Chee se sentía mareado, con un poco de náuseas y muy aliviado. /o entendía por qu;$ello7horse lo quería matar o, al menos, no e>actamente. 2ero sabía que no quería estar dormido en el hospital de $ello7horse cuando ;ste llegara. U @ire Odijo Chee, tratando de adoptar el tono de un policía, lo cual no era :ácil cuandose estaba echado de espaldas con cabe<a, bra<o, hombros y costado encerrados entrevendajesO. !s importante. Tengo que decirle a Leaphorn algunas cosas o un asesino puedequedar suelto. $ puede volver a matar a alguien. U PHabla en serio5 Opregunt= la en:ermera, aBn dubitativa. U bsolutamente en serio. U PCuál es el nBmero5Chee le dio el nBmero de 8indo7 %oc9. U $ si no está, llame a la subcomisaría de 2iF=n. 0ígales que yo he dicho quenecesitamos un policía aquí inmediatamente.Chee trat= de pensar en qui;n estaría en :unciones en 2iF=n en ese momento, y qued= en blanco. &=lo era consciente de que le <umbaban los ojos y la cabe<a le dolía por dentro ensiete sitios por lo menos. U P&abe usted ese nBmero5Chee sacudi= la cabe<a.La en:ermera dej= la bandeja y :ue hacia la puerta. U quí llega Odijo.Leaphorn, pens= Chee. WormidableX!l doctor $ello7horse entraba por la puerta, a paso rápido.Chee abri= la boca, comen<= un grito y se encontr= con la mano de $ello7horse que lesujetaba las mandíbulas, ahogando todo sonido. U WTranquiloX Odijo $ello7horse, quien, con la otra mano, presionaba algo duro contra lagarganta de Chee, lo cual era otra :uente de dolor, pero sin comparaci=n con el de la nuca.

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 U W@u;vase y le corto la gargantaX Odijo $ello7horse.Chee trat= de relajarse. #mposible.La mano de $ello7horse le solt= la garganta. Chee oy= que manipulaba con torpe<a en la bandeja. U /o quiero matarlo Odijo $ello7horseO. 1oy a darle esta inyecci=n para que duerma un

 poco. $ recuerde, no puede gritar con la tranquea cortada.Chee trat= de pensar. uera lo que :uese lo que le estuviera presionando la garganta, la presi=n era demasiado :uerte como para que su grito sirviera para algo. Casiinstantáneamente se aFadi= al conjunto de los otros dolores la sensaci=n de la aguja quele penetraba la espalda. $ luego la mano de $ello7horse estuvo nuevamente sobre sugarganta. U )dio hacer esto Odijo $ello7horse, y su e>presi=n con:irmaba que lo pensabaO. ueesa maldita )nesalt. 2ero, a la larga, se compensa con creces.La e>presi=n de Chee, por lo que $ello7horse pudo ver alrededor de su mano as:i>iante,debía parecer esc;ptica. U &e compensa a :avor de la salvaci=n de la clínica Odijo $ello7horse, con vo<

 penetranteO. Cuatro vidas. Tres de ellas eran hombres de edad madura y uno de ellosmoriría pronto, de cualquier manera. $ en compensaci=n a esto, s; con toda seguridadque ya hemos salvado docenas de vidas y que salvaremos otras docenas más. $, mejor aBn, estamos deteniendo los de:ectos de nacimiento y detectando a tiempo casos dediabetes.$ello7horse hi<o una pausa y mir= a Chee a los ojos. U $ de glaucoma OdijoO. &; que hemos detectado una docena de casos lo su:icientemente precoces como para asegurar una buena visi=n. !sa puta de la )nesalt estaba a punto de poner :in a todo esto.Chee, que no estaba en situaci=n de hablar, no lo hi<o. U P&e siente adormecido5 Odijo $ello7horseO. $a debería estar dormido.Chee se sentía Oa pesar de un intenso es:uer<o de voluntadO muy adormecido. /o quedaba ninguna duda de que $ello7horse iba a matarlo. &i hubiera habido algunaotra posibilidad, $ello7horse no le habría dicho todo eso, no hubiera hecho su de:ensa.Chee trat= de reunir :uer<as y de tensar los mBsculos para abalan<arse sobre el cuchillo.Lo Bnico que tenía para reunir era una terrible debilidad. $ello7horse percibi= inclusoeso y apret= más :uerte. U /o lo intente OdijoO. /o :uncionará.$ no :uncionaría. Chee lo admiti= para sí. !l tiempo era su Bnica esperan<a. 2ermanecer despierto. 2rodujo un sonido interrogativo contra la palma de $ello7horse. Le preguntaría por qu; había que matar a )nesalt y al resto. !ra para encubrir algo en laclínica, sin duda, pero, Pqu;5$ello7horse a:loj= la presi=n de la mano sobre la boca d; Chee. U PQu;5 OdijoO. Hable bajo. U PQu; era lo que sabía )nesalt5 Opregunt= Chee. La mano apret= otra ve<. U 2ens; que lo sabía. quel día que vino y se llev= el (egay equivocado. )nesalt se lotemi=. @e imagin; que usted tambi;n. ) que ella se lo diría. U /os entreg= el (egay equivocado Omascull= Chee contra la palmaO. @e pregunt; qu;le había pasado al correcto. 2ero no supuse que lo conservaba usted en sus registros.

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 U 2ues pens; que lo sospechaba Odijo $ello7horseO. &iempre creí que lo sospecharía,antes o despu;s. $ una ve< lo hiciera, llevaría tiempo, pero sería inevitable. Lodescubriría. U P&obreasignaci=n5 Opregunt= CheeO. P2ara pacientes que no estaban aquí5 U Tratar de que el gobierno contribuya con su parte Oe>plic= $ello7horseO. PHa leído

alguna ve< el convenio5 !l que :irmamos en ort &ummer. 2romesas. 4n maestro deescuela por cada treinta niFos, tantas otras cosas. !l gobierno nunca mantuvo suscompromisos. U Psignaciones para personas que ya habían muerto5 Omusit= Chee.$a no podía mantener abiertos los ojos. Cuando se cerraran, $ello7horse lo mataría. /ode inmediato, pero poco despu;s. Cuando se le cerraran los ojos, nunca volverían aabrirse. $ello7horse lo mantendría dormido hasta que encontrara la manera de que todo pareciera normal y natural. Chee lo sabía. 0ebía mantener abiertos los ojos. U P&e duerme5 Opregunt= $ello7horse con vo< benigna.Los ojos de Chee se cerráron. &e durmi=, un dormir conturbado, con sueFos en los cualesalgo le hacía daFo en la nuca. 5 Capítulo

Leaphorn aparc= justo delante de la puerta, violando la <ona e>clusiva pintada de a<ul, ytrot= hacia la clínica. Había hecho su habitual inventario ocular instantáneo de losvehículos presentes. Había allí una docena, incluso un sedán )ldsmobile con el distintivode m;dico en la placa de la matrícula, que podía ser el coche de $ello7horse, y trescamionetas muy usadas, que podían incluir la que conducía la mujer decidida a matar aChee. Leaphorn se dio prisa en atravesar la puerta del :rente. La recepcionista estaba de pie junto a su escritorio semicircular gritando algo. 4na mujer alta con uni:orme deen:ermera estaba del otro lado del escritorio, con las manos en los pelos, aparentementeaterrori<ada. mbas miraban hacia un pasillo que llevaba a la i<quierda de Leaphorn y uncorredor de habitaciones de pacientes.!l trote de Leaphorn se convirti= en carrera. U WTiene un armaX Ogrit= la recepcionistaO. W4n armaXLa mujer estaba en el corredor, cuatro habitaciones más lejos, y, e:ectivamente, llevabaun arma. Leaphorn s=lo podía verle la espalda, una blusa tradicional a<ul de terciopelo, laamplia :alda a<ul claro que llegaba hasta el borde superior de las botas indígenas, el pelooscuro atado en un cuidado moFo en la nuca y la culata de la escopeta asomando por debajo del bra<o. U W0et;ngaseX Ogrit= Leaphorn, buscando su pistola con la mano i<quierda.La escopeta estaba dentro de la habitaci=n, y alejada de Leaphorn, de modo que el ruido:ue sordo. 4n estampido, un grito, el ruido de alguien que caía y de vidrios que serompían. Con el ruido, la mujer desapareci= en el interior de la habitaci=n. 0os segundosdespu;s, llegaba Leaphorn a la puerta, pistola en mano. U !l s9in7al9er ha muerto Odijo la mujer, de pie sobre $ello7horse, con la escopetacolgando de su mano derechaO. !sta ve< yo lo mat; a ;l. U 0eje el arma Odijo Leaphorn.La mujer lo ignor=. @iraba :ijamente hacia abajo, al m;dico, que yacía tendido bocaarriba junto a la cama de Chee. Chee parecía dormido. Leaphorn se pas= la pistola a losdedos que sobresalían de la escayola y cogi= la escopeta de la mano de la mujer. !lla nohi<o ningBn es:uer<o por retenerla. $ello7horse todavía respiraba de :orma irregular ytrabajosa. 4n hombre con guardapolvo a<ul pálido se present= en la puerta, el mismo

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m;dico de aspecto chino que estaba de guardia cuando llevaron a Chee. @usit= algo que parecía una e>clamaci=n en alguna lengua e>traFa para Leaphorn. U P2or qu; le dispar=5 Opregunt= a Leaphorn. U /o :ui yo Odijo LeaphornO. @ire si puede salvarlo.!l m;dico se arrodill= junto a $ello7horse, le tom= el pulso, e>amin= el sitio donde la

 bala había alcan<ado a quemarropa a $ello7horse en la nuca. &acudi= la cabe<a. U P@uerto5 Opregunt= la mujerO, P!stá muerto el s9in7al9er5 !ntonces quiero traer a miniFo. Lo tengo en la camioneta. Tal ve< ahora est; vivo otra ve<. /aturalmente no lo estaba. Casi cuatro horas tom= a Chee el despertar y lo hi<o con reticencia, con el temor subconsciente de a qu; despertaba. 2ero cuando despert= se encontr= solo en lahabitaci=n. La lu< del ocaso iluminaba el pie de la cama. Todavía le hacía daFo la cabe<ay le dolían el hombro y el costado, pero volvía a sentirse caliente. @ovi= la manoi<quierda sobre las mantas, :le>ion= los dedos. 4na mano buena y vigorosa. @ovi= losdedos de los pies, los pies, :le>ion= las rodillas. Todo :uncionaba bien. !l bra<o derecho

era harina de otro costal. !staba pesadamente vendado del codo al hombro einmovili<ado con cinta.P0=nde estaba $ello7horse5 Chee re:le>ion= sobre ello. !videntemente, se habíaequivocado con respecto al m;dico. /o lo había matado, como el sentido comBn indicabaque debía haber hecho. parentemente $ello7horse se había escapado, o se habíaentregado, o había ido a hablar con un abogado, o algo así. 2arecía completamenteimprobable que $ello7horse volviera ahora para terminar con Chee. 2ero s=lo por lasdudas, decidi= que se levantaría, se vestiría y se marcharía a algBn otro sitio. 2rimerollamaría a Leaphorn. Le hablaría de todo esto.&=lo despu;s se le ocurri= a Chee c=mo resolvería el problema de la gata. 2ondría la gataen la jaula de cuarenta d=lares, la llevaría al aeropuerto de armington y se la enviaría a@ary London. 2ero antes le escribiría y se lo e>plicaría todo, es decir, le e>plicaría c=moesa gata belagana no se comportaría como una gata navaja. &e moriría de hambre, o se lacomería el coyote, o algo por el estilo. @ary era una persona muy lista. @ary locomprendería per:ectamente. $ es probable que hasta mejor que Chee.Cuidadosamente, lentamente, se dio la vuelta sobre su lado sano, dej= colgar los pies:uera de la cama y se irgui=. ) casi. ntes de completar el movimiento, la debilidad y eldesmayo se apoderaron de ;l. !staba otra ve< echado sobre su lado, la nuca le latía, y una bandeja de metal, que había tirado al lado de la cama, aBn tintineaba en el suelo. U 1eo que está despierto Odijo una vo< :emeninaO. visad al teniente de que el agenteChee está despierto.2ara la e>presi=n del teniente Leaphorn, cuando apareci= en la puerta, detrás de laen:ermera, no había mejor descripci=n que la de ausencia. &e sent= en la silla junto a lacama de Chee y apoy= cuidadosamente la escayola sobre la colcha. U P&abe el nombre5 P!l de la mujer que le dispar=5 U /i idea Odijo CheeO. P0=nde está5 P0=nde está $ello7horse5 P&abeS5 U Le dispar= a $ello7horse Odijo CheeO. quí. Con ;l hi<o mejor trabajo que con usted.La tenemos en custodia, pero no nos quiere decir su nombre. /i ninguna otra cosa sobreel tema. Lo Bnico que quiere es hablar de su niFito. U PQu; le pasa al niFo5

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 U !stá muerto Orespondi= LeaphornO. Los m;dicos dicen que muri= hace un par de días.Leaphorn cambi= la posici=n de la escayola, que, sucia toda ella, presentaba una banda de barro negro seco en su parte in:erior. U !lla pensaba que estaba embrujado Odijo CheeO. 2or eso quiso matarme. 2ensaba queyo era brujo y que ella podía ahuyentar la brujería.

Leaphorn le mir= con e>presi=n de desaprobaci=n. U Tenía algo que llaman en:ermedad de 8erdingOHo::man Odijo LeaphornO. 0enacimiento. !l cerebro nunca se desarrolla adecuadamente. Los mBsculos nunca sedesarrollan. 1iven así un tiempo y se mueren. U (ien Odijo CheeO. !lla no entendía eso. U #ncurable Odijo LeaphornO. /i siquiera matando s9in7al9ers como usted. U P&abe por qu; $ello7horse hacía todo esto5 Opregunt= CheeO. @e dijo que trataba deobtener que el gobierno hiciera e:ectiva su contribuci=n de dinero, o algo así, y )nesaltdescubri= algo al respecto, o estaba a punto de descubrirlo, y ;l se imagin= que, más tardeo más temprano, yo tambi;n lo descubriría, gracias a lo que sabía.Hi<o una pausa, ligeramente avergon<ado por lo que estaba a punto de admitir. Luego

 prosigui=? U &upongo que se imagin= que soy más listo de lo que soy en realidad. Creo que supusoque yo me imaginaría que ;l estaba reclamando derechos de hospitali<aci=n por pacientesque ya habían muerto. Creo que por eso la )nesalt buscaba aquellas :echas de:allecimiento. U pro>imadamente Odijo LeaphornO. 0espu;s de que morían, o mucho despu;s de quese les daba el alta y se marchaban a su casa. 0illy &treib está ahora en la secci=ncontable. !stán trabajando con los registros de :acturas. U hora empie<o a darme cuenta de lo que hacía Odijo CheeO. /o podía entender por qu;. P/o empleaba una gran parte de su dinero para llevar este sitio5 U &í Orespondi= LeaphornO. La mayor parte es dinero suyo. trav;s de su :undaci=n. $tambi;n tenía dinero de otra :undaci=n privada. $ cierto apoyo tribal. @edicare.@edicaid. 2ero supongo que no alcan<aba. hora hasta tenía que contratar m;dicosinmigrantes. U Comprendo c=mo mat= a !ndocheeney y a 8ilson &am. 2ero, P2or qu;5 U &treib piensa que está a punto de descubrir que hacía meses que estaban :uera de laclínica cuando $ello7horse dej= de reclamar dinero por ellos Oe>plic= LeaphornO.&upongo que había muchos en esas condiciones. 2ero eran los Bnicos dos que :igurabanen la lista de )nesalt. 0espu;s de matar a )nesalt, se qued= tranquilo. /o más problemas. 2ero supongo que se imagin= que, puesto que usted había estado con la)nesalt, estaría enterado de la lista y que más tarde o más temprano terminaría por descubrirlo todo. ) que si no era usted, sería algBn otro. 0e modo que decidi= liberarsede &am y de !ndocheeney, y tambi;n de usted. U @e dijo que compensaba Odijo CheeO. )nesalt iba a terminar con la clínica y ;staestaba salvando más vidas que las que ;l tenía que eliminar.Leaphorn no tenía qu; comentar al respecto. Levant= de la cama la escayola, hi<o unamueca y volvi= a apoyarla. U nti_ll Odijo amargamente, empleando la palabra navaja para brujería.Jim Chee se limit= a asentir con la cabe<a.

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 U @uy listo, en realidad OaFadi= LeaphornO. /o había prisa, de modo que podía escoger tranquilamente sus candidatos. !ntre los desesperados. Como (istie, que se estabamuriendo. ) la mujer que mand= a matarle a usted. La gente no quiere hablar de brujos,así que no había mucho peligro de que se destapara nada a partir de esto. U &upongo que envi= dos tras !ndocheeney. Tal ve< (istie :ue demasiado lento y ;l

 pens= que no lo haría. U parentemente Odijo LeaphornO. $ luego descubri= que habíamos arrestado a (istie,de modo que tuvo que matarlo, por si conseguíamos hacerle hablar. U &upongo que ahora podríamos encontrarlos Odijo CheeO. l que mat= a !ndocheeney.l que mat= a 8ilson &am. (asta con revisar los registros del movimiento de pacientes,considerándolos tal como lo hubiera hecho $ello7horse. U &upongo que podríamos Odijo Leaphorn.Chee pens= un momento la respuesta. 0espu;s de todo, era un problema :ederal. U PCree que &treib pensará en esto5 U Lo dudo Odijo Leaphorn, y lan<= una carcajada desprovista de humorO. La gente diceque yo odio la brujería. 2ero 0illy odia incluso pensar en brujos.

 U /o importa, de todas maneras Odijo CheeO. $a se ha acabado. 

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RESEA ILIO.R/0ICA

$,+1 )''!-*%+ 

 Tony Hillerman naci= en &acred Heart, )9lahoma, el K de @ayo de -NG. unque deascendencia alemana e inglesa, es hijo de granjeros y se cri= entre indios de origenseminola. !studi= primaria D-NIOME en la &t. @ary_s cademy, y secundaria en la6ona7a High &chool, graduándose en -N. Tras una breve estancia en la universidad,vuelve a la granja :amiliar al morir su padre. !n -N se alista en el ej;rcito, combatiendoen la ` *uerra @undial. ue condecorado con la !strella de 2lata, la !strella de (roncecon %acimo de Hojas de %oble y el Cora<=n 2Brpura despu;s de ser herido en -NG.%egresa a la universidad de )9lahoma, diplomándose en -NM, y se casa con @arie4n<ner, con la que tiene seis hijos. !ntre -NM y -N trabaja en agencias de prensa y

 peri=dicos locales, con distintas :unciones? reportero, redactor, editorS !n -N vuelve ala 4niversidad de /uevo @;>ico, logrando en -N su máster. &e dedica a la docencia enesta universidad hasta -NMK. 1ivi= con su :amilia en lburquerque D/uevo @;>icoE hastasu muerte, el K de )ctubre de IIM.Ha escrito en total -M novelas de misterio, novelas de :icci=n y -- de no :icci=n. Cuatrode ellas han sido llevadas al cine y ha recibido numerosos premios? el !dgar llan 2oe, el premio nthony Da la mejor novela policíaca del aFoE el *rand 2ri> de la Litt;rature2oliciere de rancia, el !spuela de 2lata Da la mejor novela del )esteE y el premio almigo !special de la Tribu /avajo. Ha sido presidente de la sociaci=n de !scritores de@isterio de !!44.La obra de Tony Hillerman abandona el ambiente eminentemente urbano de la novela

 policial y nos hace recorrer los desiertos de /uevo @;>ico y ri<ona con sus personajes,el teniente Joe Leaphorn y el agente Jim Chee, de la 2olicía Tribal /avajo. /osencontramos un buen planteamiento del misterio policíaco, investigamos junto a los personajes y descubrimos un análisis antropol=gico de la cultura y la religi=n del mundonavajo. 

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LOS ESPÍRITUS DEL AIRE!n esta ocasi=n, Jim Chee, de la policía tribal de la reserva de los navajos, y el tenienteJoe Leaphorn, deben investigar juntos un crimen que les conducirá al oscuro y místico

mundo de la brujería india.!n esta novela de gran belle<a y calidad literaria, Hillerman combina con gran habilidadel misterio policial con un entorno :antasmag=rico y da e>celentes muestras una ve< másde su pro:undo conocimiento del mundo de los navajos y su gran sensibilidad hacia estasingular cultura. 

 #!-)! 3,! '!%P,-+ amp 3)* (!! 

 -. &9in7al9ers D-NME A Los espiritus del aire

. Thie: ): Time D-NMME A Ladron de tiempo. Tal9ing *od D-NMNE A La conspiraci=n de las máscaras. Coyote 8aits D-NNIE A 4n coyote acecha 

5. #acred (lons 9 : #in traducir 

 

6. $;e <allen *an 79 : #in traducir 

 K. The irst !agle D-NNME A La primera aguila 

8. unting &adger 9 : 'a ca=a

 DcE -NM, Tony Hillerman Título de la obra original? &9in7al9ers Traducci=n de @arcoOurelio *almarini !ditor original? Harper ampR %o7, /oviembreA-NM DcE !diciones 1ersal, &. . 2rimera edici=n? mar<o -NNI 0iseFo de la cubierta? Joan

(atall;#&(/? MOKMKOIIMO0ep=sito legal? (. -MNO-NNI #mpreso en !spaFa U 2rinted in &pain 

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