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Transferencia de conocimiento en la creación de unidades productivas de jóvenes víctimas del conflicto armado a partir de saberes tradicionales en Colombia Patricia Rodríguez Sánchez 1 Fernando Jiménez Rubio 2 Andrea Celis León 3 Resumen Colombia es el segundo país de América Latina con más jóvenes que ni estudian ni trabajan (“nini”) (de Hoyos; Rogers y Székely, 2016, p. 11). El 35% de los más de 7 millones de desplazados por la violencia son menores de edad y casi el 32% son adolescentes o jóvenes entre 13 y 26 años de edad (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015). Esta investigación expone los primeros resultados de un análisis sobre las herramientas necesarias que requieren estos jóvenes para la creación de unidades productivas sostenibles que promuevan saberes tradicionales en sus propios territorios para su autosostenimiento. Metodológicamente se propone una investigación de carácter etnográfico con enfoque cualitativo, apoyada en la técnica entrevista a expertos y grupos focales a jóvenes, en donde se indaga desde el punto de vista antropológico, pedagógico y administrativo sobre la transferencia de * Artículo de investigación científica resultado del proyecto de investigación con código DIS-PAZ-2464 financiado por la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad Militar Nueva Granada para la vigencia 2017. 1 Maestra en Economía e Ingeniera Industrial. Docente de la Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá.. [email protected]. Tel:6500000 ext. 8070. 2 Magister en Business Administration y Administrador de Empresas. Docente en la Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá. [email protected]. Tel:6500000 ext. 8061. 3 Administradora de Empresas, estudiante Maestría en Educación. Asistente de investigación de la Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá. [email protected]. Los autores son miembros del grupo de investigación PROPPIO avalado por Colciencias, línea Responsabilidad Social Empresarial.

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Transferencia de conocimiento en la creación de unidades productivas de

jóvenes víctimas del conflicto armado a partir de saberes tradicionales en

Colombia

Patricia Rodríguez Sánchez1

Fernando Jiménez Rubio2

Andrea Celis León3

Resumen

Colombia es el segundo país de América Latina con más jóvenes que ni estudian ni trabajan

(“nini”) (de Hoyos; Rogers y Székely, 2016, p. 11). El 35% de los más de 7 millones de

desplazados por la violencia son menores de edad y casi el 32% son adolescentes o jóvenes entre

13 y 26 años de edad (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015). Esta investigación expone

los primeros resultados de un análisis sobre las herramientas necesarias que requieren estos

jóvenes para la creación de unidades productivas sostenibles que promuevan saberes tradicionales

en sus propios territorios para su autosostenimiento.

Metodológicamente se propone una investigación de carácter etnográfico con enfoque cualitativo,

apoyada en la técnica entrevista a expertos y grupos focales a jóvenes, en donde se indaga desde

el punto de vista antropológico, pedagógico y administrativo sobre la transferencia de

*Artículo de investigación científica resultado del proyecto de investigación con código DIS-PAZ-2464 financiado por la

Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad Militar Nueva Granada para la vigencia 2017. 1Maestra en Economía e Ingeniera Industrial. Docente de la Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá..

[email protected]. Tel:6500000 ext. 8070. 2 Magister en Business Administration y Administrador de Empresas. Docente en la Universidad Militar Nueva Granada, Bogotá.

[email protected]. Tel:6500000 ext. 8061. 3Administradora de Empresas, estudiante Maestría en Educación. Asistente de investigación de la Universidad Militar Nueva

Granada, Bogotá. [email protected].

Los autores son miembros del grupo de investigación PROPPIO avalado por Colciencias, línea Responsabilidad Social

Empresarial.

conocimiento de saberes ancestrales para la creación de unidades productivas.

Palabras clave: formación, emprendimiento, saberes tradicionales, transferencia de

conocimiento, unidad productiva, víctima del conflicto.

Knowledge transfer in the creation of productive units from young victims of

Colombia's armed conflict based on traditional knowledge

Abstract

Colombia is the second country in Latin America with more young people who neither study nor

work ("nini") (de Hoyos, Rogers and Székely, 2016, p.11). 35% of the more than 7 million

displaced by violence are minors and almost 32% are young people between 13 and 26 years old

(Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015). This research presents the first results of an

analysis of the necessary tools required by these young people for the creation of sustainable

productive units that promote traditional knowledge in their own territories for their self-support.

Methodologically, we propose an ethnographic research with a qualitative approach, supported

by the technique of interviewing experts and focus groups on young people, where

anthropological, pedagogical and administrative research is conducted on the knowledge transfer

of traditional knowledge for productive units creation.

Keywords: Training, entrepreneurship, Traditional knowledge, knowledge transfer, armed

conflict, Productive unit.

Introducción

El conflicto armado colombiano, tragedia de todos, ha sido uno de los más sangrientos en la

historia de América Latina y ha dejado cifras devastadoras: 220.000 muertes entre 1958 y 2012,

81.5% de las cuales fueron civiles y 40.787 combatientes. El Centro de Memoria Histórica (2015)

reporta más de 6.400.000 de desplazados, de los cuales el 35% son menores de edad, el 12,4%

son adolescentes entre 13 y 17 años y el 18,8% son jóvenes entre 18 y 26 años de edad; el 87%

de los desplazados son de zonas rurales. El 33% es la cifra de pobreza extrema en víctimas de

desplazamiento. Aunado a esto, en Colombia como en América Latina y el Caribe son más de

20,8 millones de jóvenes entre 15 y 24 años que ni trabajan ni estudian.

Dentro del Plan Nacional de Desarrollo (DNP, 2014), el gobierno identifica una compleja

relación entre pobreza, desigualdad social y violencia que requiere de transformaciones de fondo

para su superación; para ello plantea la educación como el más poderoso instrumento de igualdad

de la sociedad. Desde las entidades de educación superior como la Universidad Militar Nueva

Granada se debe proveer a los ciudadanos de las herramientas necesarias para que puedan

desarrollar su proyecto de vida, las oportunidades de ejercer alguna actividad educativa, y más

concretamente a los jóvenes victimas ya que son una población vulnerable.

La actividad emprendedora se ha afianzado como uno de los principales motores de desarrollo

económico en todas las economías del mundo, principalmente por su función en la creación de

empleo y en la expansión de sectores económicos y regiones emergentes (Hidalgo, G. & Reyes,

M., 2014, p.13)

Por esta razón, este artículo se propone investigar, en una primera entrega, acerca de la

transferencia de conocimiento de saberes tradicionales que desde las comunidades puede

realizarse a los jóvenes para la creación de unidades productivas y de esta forma contribuir con

soluciones a las necesidades sociales, al desarrollo económico del país y a la participación activa

en la construcción de una paz duradera y con oportunidades de acceso a los recursos financieros.

El etnocentrismo cultural presente en las prácticas pedagógicas ha impedido reconocer la

diversidad cultural como una fortaleza de la otredad. Surge entonces la necesidad de analizar el

reconocimiento de la diversidad cultural como elemento esencial de la formación académica y la

articulación del conocimiento científico y los saberes tradicionales, en busca de dar significado a

los conceptos de vida que no suelen ser explicados por la academia o ninguna entidad científica.

Partiendo de la identificación de los saberes tradicionales que se han trasmitido de generación en

generación propios de ciertas regiones de Colombia, se ha buscado información necesaria para,

en una segunda parte del proyecto, diseñar y proponer un proyecto de transferencia de

conocimiento, construido sobre bases pedagógicas a partir de saberes tradicionales, que ofrezca

las competencias necesarias en emprendimiento a los jóvenes víctimas del conflicto.

Para entender la sostenibilidad de unidades productivas desde el campo y los componentes de

ciencia y tecnología, se debe entender y definir los conceptos de saberes tradicionales,

transferencia de conocimiento, emprendimiento social y apropiación social, estos conceptos

permitirán a las diferentes entidades del sector público y privado entender la metodología para

una adecuada intervención con acción sin daño a las comunidades.

En miras de comprender la importancia de los Conocimientos o saberes tradicionales y, por ende,

de su transferencia, es pertinente definir estos conocimientos en base a los contextos que los

protegen.

La Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) generó en 2002 una serie de

conceptos en relación a conocimientos tradicionales, entre los cuales señala que se refieren a las

obras literarias, artísticas o científicas basadas en la tradición, trasmitidas a través de las

generaciones perteneciendo a una población determinada. Posteriormente, en 2012, agrega que

generar conocimientos, mantenerlos y transmitirlos a su población, forma parte de la identidad y

patrimonio cultural. Los indígenas son considerados los guardianes de este patrimonio, y se

considera tradicional por el enlace y dinámica que adquiere con la población (Olivé, 2007). Por

consiguiente, la OMPI define estos conocimientos tradicionales como habilidades, y enseñanzas

que están en continuo avance, las cuales emanan de sus antepasados y se desarrollan en un

contexto indígena o local y son:

La sabiduría, experiencia, aptitudes y prácticas que se desarrollan, mantienen y transmiten

de generación en generación en el seno de una comunidad y que a menudo forman parte de

su identidad cultural o espiritual (OMPI, 2017, n.a)

Los saberes tradicionales son redundantes, en el sentido de que se repiten con frecuencia y son

ampliamente compartidos de acuerdo a categorías sociales de edad y género, rangos de autoridad

política, religiosa, etc. (Ellen, Parker y Bicker, 2000, pp. 4-5). Se distinguen por su naturaleza

colectiva, son el resultado de un proceso conjunto y de libre intercambio por parte de una o varias

comunidades en un territorio determinado, que ha permitido su acumulación a través del tiempo

(Ruiz, 2006; Ribeiro, 2008). Asimismo, se caracterizan por su modo de transmisión oral y por ser

eminentemente empíricos, es decir, elaborados a través de la experiencia práctica como

consecuencia de ensayo y error. Suelen ser conocimientos tácitos que se enseñan mediante el

hacer, y en general son intuitivos, holísticos y experimentales (Vermeylen, Martin y Clift, 2008);

consisten en un know how (saber hacer) o en ideas no desarrolladas que se comunican de persona

a persona.

Existen por lo menos dos características que aparecen en cada definición de conocimiento

tradicional o saber tradicional y que son claves: 1. el hecho de que se transmita de generación en

generación, por vía oral generalmente y, 2. la relación con el territorio y sus recursos naturales

(véase de la Cruz et al, 2005; Unesco 2017; OMPI, 2017; CIG, 2010). Habría también una tercera

característica, de gran importancia, y es la identidad que generan estos conocimientos con su

comunidad, su cultura y su territorio.

Se considera que los principales saberes tradicionales estan relacionados con los componentes

agrícolas, ecológicos, recursos naturales, medicinales, espirituales y culturales. Los saberes

tradicionales, como tienden ser de propiedad colectiva, adquieren la forma de historias,

canciones, folklore, proverbios, valores culturales, creencias, rituales, leyes comunitarias,

idiomas, etc. Algunas veces se le llama tradición oral por la exposición oral tradicional que se

practica, cantado, bailado, pintado, esculpiendo, tallando y se lleva a cabo a lo largo del tiempo.

Estos saberes tradicionales son valiosos, no solo porque la vida de las personas rurales depende

de ellos sino porque también la modernidad y con ella todos los proyectos de desarrollo que se

llevan a cabo en estos territorios requieren estos conocimientos para garantizar su éxito.

Según la UNESCO, los conocimientos locales e indígenas:

Hacen referencia al saber y a las habilidades y filosofías que han sido desarrolladas por

sociedades de larga historia de interacción con su medio ambiente…Este conocimiento

forma parte integral de un sistema cultural que combina la lengua, los sistemas de

clasificación, las prácticas de utilización de recursos, las interacciones sociales, los rituales

y la espiritualidad. Estos sistemas únicos de conocimiento son elementos importantes de la

diversidad cultural mundial y son la base de un desarrollo sostenible adaptado al modo de

vida local. (UNESCO, 2017, n.a)

El proceso de transferencia del conocimiento debe ser situado como uno de los ejes de la vida y

del tejido social, en tanto condición que posibilita la comunicación social, la inscripción en el

mundo social y la consolidación de identidad cultural. En este sentido, entendemos la

transferencia como un proceso no mecánico, pues es un acto que, mediado por la palabra, da

lugar a la intersubjetividad, colectivizando las diversas visiones de mundo.

Encontramos pues, dos condicionamientos sociales del conocimiento. Por un lado, porque su

expresión es un lenguaje social, y por otro, porque crea tradiciones y acumulación, a lo que

llamamos saber. La existencia de ese saber depende de la forma en que es gestionado:

transmitido, comunicado, protegido, etc. Y dicha gestión, depende de la organización social. Las

organizaciones se convierten en constructos sociales que acumulan todo un conjunto de

conocimientos que le permiten al individuo construir sus relaciones sociales.

Se puede comprender el emprendimiento social como actividades y procesos realizados para

descubrir, definir y aprovechar las oportunidades, a fin de aumentar la riqueza social mediante la

creación de nuevas empresas o la gestión de las organizaciones existentes de manera innovadora

(Zahra, Gedajlovic, Neubaum y Shulman, 2009), cuyos fines se encuadran en la necesidad de

restablecer relaciones sociales, como es en el caso colombiano, que fueron rotas por la guerra. El

interés del emprendimiento social se resume en la posibilidad de hacer uso de los saberes, de los

conocimientos que surgen de la acumulación generacional que se encuentran fuera de los

científicos o técnicos dominantes, para crear alternativas económicas y productivas.

De esta forma,

el emprendimiento es llamado a presentar soluciones concretas, frente a los desafíos

económicos y sociales con los que se enfrenta la sociedad. Como campo de conocimiento,

es considerado emergente y complejo, además su enseñanza requiere de una visión

interdisciplinaria y contextualizada (…) Ante este reto, el emprendimiento al igual que la

administración, tiene la necesidad de hacer una ruptura con la dimensión funcionalista y

economicista y en este sentido, asumir la enseñanza desde un enfoque humano,

considerando que el sujeto está en la búsqueda de sentido, sorprende con su inventiva e

innovación con el propósito de mejorar su condición humana en la relación consigo mismo,

con el otro y con la naturaleza (Orrego, 2008, p. 234).

Puede ser aquí comprendido el emprendimiento social como una forma de la gestión del

conocimiento alrededor del que se estructuran relaciones sociales, donde se articulan las metas

individuales con las colectivas. En el contexto de una economía mundial que da valor al

diferencial y a lo local, los conocimientos tradicionales aplicados en emprendimientos sociales

tienen la condición de posibilidad de crear valor protegiendo los saberes y reivindicando su papel

en la historia.

La Comisión Europea define una empresa social como:

aquélla cuyo objetivo primario es lograr impacto social más que generar beneficio para sus

propietarios; que opera en el mercado a través de la producción de bienes y servicios de un

modo emprendedor e innovador; que utiliza sus excedentes para alcanzar estos objetivos

sociales; y que es gestionada de un modo responsable y transparente, involucrando a los

trabajadores, clientes y grupos de interés afectados por su actividad empresarial (2011, n.a)

Desde el punto de vista administrativo, el emprendimiento social es la fusión entre una solución

innovadora a un problema de desarrollo socio-económico y una estrategia sostenible con impacto

medido. La mayoría de los emprendedores sociales viven en la zona, conocen el territorio, son

ambiciosos y persistentes, buscan atacar serios problemas de desarrollo social, cultural y

económico desde los saberes tradicionales de la comunidad. Un emprendedor social busca crear

solución a un problema o una necesidad de su comunidad, utiliza herramientas que no requieran

mayor inversión tecnológica y reconoce que no debe esperar la ayuda para crear y fortalecer su

negocio de parte del sector público o privado. Un emprendimiento o una iniciativa tienen fines

sociales en naturaleza (Díaz, Mancuello, Mancuello, 2012).

La apropiación social debe ser entendida como un proceso que implica la disposición de los

conocimientos científicos y tecnológicos y lenguaje común para la sociedad para que el ser

humano se empodere de dichos conocimientos y los adopte como elementos útiles para su

beneficio y provecho en condiciones de vida comunes.

Desde la óptica de la sociedad del conocimiento, significa, entonces, la democratización del

acceso y uso del conocimiento. Para ello, es necesaria la articulación entre distintos actores que

permita el intercambio de conocimientos y experiencias que atiendan las necesidades e intereses

específicos de los distintos actores.

Metodología

La investigación parte de un análisis descriptivo con enfoque cualitativo, bajo una metodología

etnográfica, entendida como “una concepción y práctica de conocimiento que busca comprender

los fenómenos sociales desde la perspectiva de sus miembros” (Guber, 2001, p. 12).

La recolección de información estuvo apoyada por dos técnicas, la entrevista y el grupo focal.

Para la técnica de entrevista, se hizo uso del instrumento cuestionario abierto a expertos

institucionales, con experiencia en proyectos a víctimas del conflicto, procesos de apropiación

social y educativos de desarrollo local, y expertos locales, quienes debían tener conocimientos de

liderazgo, procesos educativos, promoción y ejecución de proyectos de saberes tradicionales y

trabajo con población víctima. Las entrevistas a expertos partieron de una muestra selectiva a

cinco expertos institucionales del sector público y privado, y dos expertos locales de Tenjo y

Cajicá, Cundinamarca.

Los cuestionarios comprendían 24 preguntas abiertas en los que se indagaba sobre datos del

encuestador y objetivos de la institución, emprendimiento y apropiación social del conocimiento,

saberes tradicionales, transferencia de conocimiento a jóvenes víctimas y sostenibilidad de

unidades productivas. Las preguntas fueron sistematizadas en una matriz para la triangulación la

información proveniente de expertos locales e institucionales, lo que permitió hacer inferencias y

caracterizaciones generales de la población estudiada.

La técnica de grupo focal se uso con el fin que surgieran actitudes, sentimientos, creencias,

experiencias y reacciones en los jóvenes participantes entrevistados. El grupo focal se centra en la

interacción dentro del grupo, la dinámica social entre los miembros del grupo, no existe una única

realidad sino que se construye a través de las vivencias grupales. (Powell et al., 1996 citado por

Gibb, 1997)

Se realizaron dos grupos focales, uno en el municipio de Tenjo y dos en el municipio de Cajicá,

ambos en Cundinamarca, para un total de 20 jóvenes entre 15 y 24 años de edad. Los grupos

focales se dividieron en dos secciones, la cartografía social y después la interacción grupal con el

cuestionario semi-estructurado, en donde se trabajaron cinco ejes centrales de la investigación:

Ubicación del territorio, interés de jóvenes víctimas en unidades productivas, elementos que

influyen en la sostenibilidad en una unidad productiva, metodologías de enseñanza y

competencias básicas para el aprendizaje.

La primera parte consistió en la aplicación de un taller de cartografía social en grupos,

entendiendo la misma como un trabajo colectivo y participativo donde la comunidad plasma en

un mapa la experiencia, concepción y percepción sobre su territorio, en este caso el espacio en el

que se movilizan (Barrera Lobatón, 2009). Posteriormente un representante de cada grupo

realizó una descripción del mapa realizado, la situación actual del territorio y las expectativas que

generan proyectos productivos.

Los resultados de los grupos focales se analizaron de manera comparativa entre los diferentes

municipios y la población participativa de jóvenes, esto con el fin de lograr un análisis completo

de las variables y la noción de cada persona en su territorio, teniendo en cuenta el conocimiento y

la experiencia de las víctimas como eje fundamental.

Resultados

En este documento se presentan los resultados de algunas preguntas seleccionadas ya que realizar

la triangulación de las 24 preguntas del cuestionario y los grupos focales requiere de un

documento más extenso.

Resultados de entrevista a expertos institucionales y locales

Los cinco expertos entrevistados laboran con entidades distintas a lo largo del territorio nacional,

entre ellas Colciencias (en Bogotá), Organización de Naciones Unidas para la alimentación y la

agricultura (FAO), la ONG Acdi Voca (en Putumayo), la institución Fundación para el desarrollo

agrícola social y tecnológico (FUNDASET) (en Boyacá) y la Fundación para el desarrollo

educativo de Caldas (Fundeca) (en Caldas).

De la experiencia laboral de los encuestados se encuentra que:

Existen programas de inclusión de las víctimas a la productividad, pero no son del todo

efectivos ya que no se ajustan a las diferentes necesidades y circunstancias. No hay

programas que tengan temas específicos en las víctimas y su gran mayoría tiene enfoques

de organización de formación empresarial dejando temas de gran importancia como la

atención, los problemas psicosociales y de promoción de unidades productivas.

Los expertos coinciden en que procesos de apropiación social de conocimiento va de la

mano con la construcción comunitaria y el fortalecimiento participativo de los miembros

sociales.

Los proyectos de fortalecimiento de saberes tradicionales que conocen son relacionados

con seguridad alimentaria, culinaria, agrícolas y de cultivos, fortalecimiento de la cultura.

Para los expertos locales, quienes tienen el conocimiento tradicional son los artesanos,

agricultores, personas nativas de la región y adultos quienes conservan la cultura

indígena, específicamente Médicos tradicionales, Taitas, Profesores, Mujeres (Parteras,

rezanderas y lideres).

En Cundinamarca, las instituciones que promocionan los saberes tradicionales son:

gobernación de Cundinamarca, la secretaría de competitividad y desarrollo económico,

oficinas de equidad y género, las oficinas de desarrollo económico de los municipios, las

áreas de emprendimiento, las áreas de turismo, la alcaldía municipal, la casa de la cultura

y la secretaria de educación.

La mejor manera de transferir el conocimiento es a través de la experiencia y el ejemplo y

se requiere la motivación e incentivos ya que, manifiestan, algunos de los jóvenes carecen

de sentido de pertenencia.

Recomiendan para la transferencia de conocimiento la identificación de contexto, conocer

el hecho victimizante, reconocer grado de apropiación de los jóvenes con su comunidad.

identificar el aporte bidireccional entre jóvenes y docentes y construir procesos de

participación con la comunidad.

Algunas barreras para el aprendizaje mediante ambientes virtuales son el lenguaje

utilizado, lengua, tiempo la lengua, el conocimiento en uso de tecnologías, el tiempo

disponible, diferentes niveles educativos, recursos financieros.

Para que el proyecto productivo se pueda sostener, debe contar con el apoyo económico

de alguna entidad, como el Sena, fondo emprender, etc. Finalmente, lo que se quiere es

conservar esos conocimientos tradicionales trasmitiéndolos entre la comunidad y

proporcionándoles profesionales idóneos para apoyar estas ideas.

Respecto a otros procesos de formación que conocen plantean importante el crear

procesos educativos y de formación flexibles y participativos, en los que se involucren el

contexto de los jóvenes, el no idelizar a las comunidades, no estandarizar modelos, poner

a las comunidades a crear y organizar (participar) en torno a un objetivo común, no re-

victimizar y comunicarse permanentemente con las comunidades.

Con respecto a la creación de unidades productivas ellos opinan que deberían ir enfocadas

a los saberes tradicionales que conocen como: la agricultura, incentivándolos nuevamente

cultivar su propio alimento como se hacía anteriormente y también las artesanías para

comercializarla y contribuir al turismo.

En cuanto a capacitación en los saberes, es necesario establecer bases claras en

emprendimiento y administración ya que se cuenta con la materia prima, una gran

infraestructura, equipos de cómputo y todo lo necesario (en Tenjo).

Los expertos coinciden en que los principales saberes a fortalecer en los jóvenes son los

relacionados con uso y aprovechamiento del campo tales como gastronómicos o

culinarios, oficio agrícolas como la siembra, huertas, agropecuarios. También

recomiendan el incursionar en temas de medio ambiente y turismo ecológico.

Respecto a qué aprender/enseñar manifiestan que los jóvenes requieren conocimientos en

administración, elaboración de proyectos, cómo ahorrar, administración, gestión y

liderazgo, cooperación y compromiso. También indican la importancia de las prácticas

supervisadas por parte de los docentes o tutores.

Resultados de grupos focales

En relación a los grupos focales realizados con los jóvenes víctimas del conflicto armado, se

identificaron los siguientes resultados:

De los participantes el 50% viven en territorio rural (veredas).

Piensan que el municipio de Cajicá tiene trabajo en empresas grandes como Alquería, la

empresa de helados San Gerónimo, Imusa, Arboleda. La cercanía con Bogotá la favorece

ya que se puede alquilar habitaciones y hay construcción de proyectos para vivienda.

Identifican los siguientes saberes tradicionales: la costura, promoción de la cultura

orgánica y creación de huertas caseras. También manifiestan interés en otras actividades

de generación de ingresos tales como seguridad y vigilancia, clasificación de residuos

sólidos, la creación de pistas musicales y composición de canciones.

Manifiestan no conocer instituciones que los capaciten en formación empresarial.

El 90% no desea volver a su tierra de origen. Esto debido a la falta de oportunidades de

estudio, trabajo y de seguridad. Una persona manifestó querer volver pero desea formarse

primero como profesional.

Respecto a la didáctica y pedagogía de aprendizaje manifiestan que los cursos deberían

ser interactivos, cercanos al docente con interacción directa, acompañamiento en la

formación de negocios.

Con respecto a la enseñanza virtual, la mayoría piensa en los videos como un medio de

aprendizaje. La mayor dificultad que se presente en el aprendizaje virtual es la falta de un

computador y de conocimiento en su uso.

Debido a su proceso de formación se identifica que siempre es necesario un

acompañamiento directo del docente, sin embargo, se evidencia un alto interés y deseo de

estudiar y prosperar.

Discusión

Antes de acercarse a una comunidad para la creación e implementación de cualquier tipo de

proyecto, es importante tener algunas pautas que permitan desde el inicio el trabajo participativo,

el intercambio de experiencias entre expertos y no expertos y la vinculación de diferentes actores

del territorio que serán pieza clave y garantía para la sostenibilidad.

Los siguientes principios deben ser tenidos en cuenta desde el momento de la planificación de un

proyecto y serán claves para entender los procesos, las transformaciones y finalmente los

resultados de los proyectos.

1. Complejidad: Se debe tener en cuenta que todos los procesos que incluyen relaciones

sociales de por medio son procesos complejos en sí mismos los relatos, discursos, y la

producción de conocimientos entre expertos y no expertos, debe generar un intercambio

de experiencias y finalmente puntos de convergencia, estas experiencias deben ser

documentadas.

2. Límites: Se debe tener en cuenta los riesgos y limitaciones del proyecto a lo largo del

tiempo para no generar falsas expectativas en la comunidad.

3. Transferencia: El carácter polémico de todo conocimiento complejo y en acción con la

ciencia y la investigación.

4. Intercambio democrático: Es indispensable entender que la planeación diseño e

implementación debe ser concertada entre todos los actores.

5. Principio de conocimiento social incluyente: Todos los conocimientos locales serán

tenidos en cuenta en cualquier fase del proceso y tendrán que ser validados por la

comunidad científica.

Desde el enfoque de investigación social existen diferentes metodologías a tener en cuenta para la

sostenibilidad de las unidades productivas. Es importante tener claridad que todos los proyectos

productivos serán manejados por el hombre, su labor en el campo depende y está relacionada con

múltiples componentes y relaciones complejas en sí misma, por esta razón es necesario tener en

cuenta que las relaciones productivas o de negocio tienen un espacio, tiempo y una cultura que

hay que tener en cuenta, esto permitirá a los actores reconocer aspectos importantes del contexto

que adquirir herramientas que garanticen la sostenibilidad.

Desde el enfoque antropológico la primera metodología que debe ser utilizada en cualquier tipo

de proyecto es el perfil etnográfico o formato de recolección de contexto, esto permitirá a los

actores del proyecto a ejecutar conocer cuáles son las características, necesidades, fortalezas,

debilidades, nociones de vida, etc. que tiene la comunidad o población con la que se va a trabajar.

El perfil etnográfico tiene igualmente un enfoque diferencial para la población étnica del país que

permite evidenciar diferencias de pensamiento y de cultura con otras comunidades. La realización

de este perfil etnográfico debe estar acompañado de registro fotográfico y grabaciones de voz,

herramientas que aseguran la validez de la información recolectada.

Conclusiones

Finalmente se debe tener en cuenta que el éxito de las unidades productivas debe estar en

construcción colectiva desde la base, entendiendo el contexto, las necesidades, la zona de

ejecución, factores económicos de la zona. Adicionalmente deben crearse cadenas productivas

para generar asociaciones y cooperativas de trabajo que permitan el intercambio de experiencias

y la cooperación entre asociaciones. Los sectores públicos y privados deben promover los

emprendimientos sociales. Los emprendimientos deben ser documentos y tener seguimiento para

conocer los avances y limitaciones.

Las unidades productivas deben asegurar la agricultura familiar y la seguridad alimentaria de las

familias de la comunidad. Se debe tener en cuenta que el saber debe ser igual a la práctica y a la

teoría, la historia de los procesos de las comunidades con cualquier tipo de proyectos debe ser

registrada, documentada y generar una memoria para uso colectivo.

Es importante tener en cuenta las preocupaciones de los jóvenes en relacion al acceso al

financiamiento, en donde el acceso al micro crédito o fondos de ahorro comunitario podría

determinar uno de los motivos por los cuales se dificulta la permanencia en el tiempo de las

unidades productivas.

A la hora de implementar un saber aprendido no debe olvidarse el aticular lo aprendido con la

prácitca; la historia de los procesos de las comunidades con cualquier tipo de proyectos debe ser

registrada, documentada y generar una memoria para uso colectivo.

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