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Tráfico marítimo en el golfo de California en la primera mitad del siglo XIX
Dení Trejo Barajas
IIH/UMSNH
Introducción
El tráfico marítimo en el golfo de California en el siglo XIX tiene una diferencia notable con
respecto al que se llevó a cabo en los siglo coloniales. Si estos se caracterizaron por la
presencia hispana que buscaba extender y afirmar sus dominios fundamentalmente de manera
política (reconocimientos geopolíticos, toma de posesión de territorios, colonización, control
monopólico del comercio), en el siglo decimonono la franca intromisión de las marinas
mercantes de países en plena expansión comercial, como Inglaterra, Francia y Estados
Unidos, así como los cambios políticos que se suscitaron en la América hispana en las
primeras décadas de dicho siglo que facilitaron las relaciones mercantiles y por tanto el
tráfico marítimo con este carácter en las costas del noroeste mexicano.1
Desde las últimas décadas del periodo colonial el noroeste atrajo a intereses
extranjeros por diversas razones: la escasa presencia de población hispana en las costas; las
dificultades del gobierno español para guarecer estas zonas, incluso donde habían logrado
establecer poblados, misiones y presidios; la existencia de minas de plata y oro en la región;
el descubrimiento de actividades marítimas que resultaban fructíferas, como la caza de
nutrias y ballenas en el extremo noroeste (Alta California y Alaska) que empezaron a
combinarse con la venta de bienes manufacturados a las poblaciones costeras de esos
territorios.
Hay que decir que las costas del golfo de California parecían tener menos atractivo
que las de la Alta California, sin embargo navegantes ingleses, franceses, norteamericanos,
entre otros, pronto descubrieron que por sus áridas playas podían establecer contacto con
gente de tierra adentro e intercambiar manufacturas por plata y algunos otros productos
primarios. La preciada plata sin duda fue uno de los móviles del tráfico marítimo y del
poblamiento costero del golfo, que empezó a ser más notable a partir de los años treinta del
siglo XIX.
1 Nos referimos a la introducción del libre comercio y al establecimiento naciones independientes del dominio
español.
2
En otro trabajo expuse cómo en las dos primeras décadas del siglo XIX,
principalmente en el periodo de las guerras de Independencia, fue favorecido el tráfico
marítimo de Panamá y Perú a San Blas, lo que a su vez dio lugar a que se incrementara el
comercio de cabotaje entre el puerto de la Nueva Galicia y algunos embarcaderos como
Mazatlán, Guaymas y La Paz.2 Este fenómeno hizo que aflorara el interés de comerciantes
extranjeros y de localidades cercanas a las costas por asentarse en estos lugares que prometían
convertirse en puertos bajo la reciente actividad marítima. Y no obstante que el comercio de
los panameños declinó hacia 1818, lo cierto es que los lazos establecidos e inclusive la
migración de varios comerciantes sudamericanos hacia Guadalajara, San Blas y otros puertos
del noroeste permitió la continuación del tráfico.
El establecimiento formal de la nueva nación en 1821 facilitó este proceso de
interconexión comercial que bajo el dominio español se había visto como un evidente
contrabando, razón por la que había sido muy combatido por los comerciantes asociados en
los consulados de México y Veracruz.3 El estado mexicano, en cambio, reconoció a los
principales puertos del golfo (Mazatlán, San Blas y Guaymas en 1821 y La Paz y Loreto en
1828) para el comercio internacional,4 mientras los países interesados en ese comercio
establecían al poco tiempo cónsules en ellos que por lo general eran comerciantes que ya
sabían de los movimientos mercantiles en la zona y ya habían establecido nexos con
comerciantes de la región. Algunos de ellos, como el de Guaymas, fue uno de los primeros
pobladores del puerto sonorense en ciernes.5
2 Trejo, Dení, “Del Caribe al Mar del Sur. Comercio marítimo por el Pacífico mexicano durante las guerras de
Independencia”, en Moisés Guzmán, Entre la tradición y la modernidad. Estudios sobre la Independencia,
Morelia, Mich., UMSNH-IIH, 2006, p 353-380. Hay que señalar que durante las últimas décadas del periodo
colonial estos embarcaderos fueron reconocidos en sus posibilidades para convertirse en puertos y se hicieron
mapas por los ingenieros de la marina española. Asimismo algunas embarcaciones inglesas y bostonianas
llegaron a realizar comercio de contrabando. 3 Trejo, Dení, “Pugna por el libre comercio en las postrimerías del virreinato. La Nueva Galicia y las Provincias
Internas frente a los comerciantes de la ciudad de México, 1811-1818”, Estudios de Historia Novohispana 51,
julio-diciembre de 2014, pp. 107-130. 4 El decreto de habilitación de los puertos en 1821, en Lerdo de Tejada, Miguel, Comercio exterior de México
desde la conquista hasta hoy, México, Banco Nacional de Comercio Exterior, 1967, p. 30. El decreto de 6 de
febrero de 1822 confirmó dicha habilitación y el establecimiento de aduanas. Dublán y Lozano, Manuel,
Legislación mexicana, o colección completa de las disposiciones legislativas expedidas desde la independencia
de la República, México, Dublán y Lozano, 1876-1912, t. 1, f.2. El de La Paz y Loreto lo conocemos por un
documento del subcomisario subalterno de Guaymas. AHPLM, v. 21, doc. 397, Octubre 24 de 1828, “Respuesta
de Ignacio Pérez al subcomisario subalterno de Loreto sobre los puertos habilitados al comercio de altura en la
península.” 5 Juan Alfredo Robinson, nativo de Nueva York, relata haber sido uno de los primeros pobladores del puerto de
Guyamas y haber sido cónsul americano en dicho puerto durante 15 años. Aunque llegó a Sonora desde 1821,
3
Es a partir de los años treinta que podemos advertir que en las antes desoladas playas
de algunos de los embarcaderos y puertos del golfo poco a poco la población se acrecienta.6
Los principales habitantes eran individuos que construyeron casas de comercio, seguramente
en sus inicios muy rústicas, cómo lo hacen notar Hardy y Cipien Combier en sus respectivos
viajes al noroeste de 1825 y 1830.7 Varios de esos comerciantes habían andado antes en la
navegación de cabotaje y luego decidieron establecerse ante la oportunidad de obtener un
lugar donde construir una casa y/o bodega para bajar y depositar sus mercancías.8 Otros son
comerciantes de la región, de tierra adentro, ya sea de zonas mineras o de ciudades del interior
que tenían un núcleo de población importante y que ven en la habilitación del puerto la
posibilidad de convertirse en intermediarios dispuestos a recibir manufacturas extranjeras
para llevarlas a las poblaciones de tierra adentro, las cuales desde luego eran pagadas con
metales preciosos.
Esta situación la podemos advertir en los distintos puertos del golfo, aunque serán
San Blas y Mazatlán los que concentren el arribo de naves extranjeras para de ahí, a través
del cabotaje, distribuir las mercancías hacia Guaymas y las dos Californias.9 Hay que insistir
sin embargo que los buques extranjeros en muchas ocasiones arribarán inclusive a puertos
peninsulares y a Guaymas con la idea de obtener directamente ciertos productos locales,
como cueros de res y sebo, en el caso bajacaliforniano, aunque de manera principal plata,
al parecer se estableció primero en la zona minera de Álamos y fue hasta 1832 que se asentó en el puerto donde
tuvo casa comercial “como importador y comisionista”. Relato de Juan Alfredo Robinson (traducción de
Horacio Vázquez del Mercado, cronista oficial de la Heróica Guyamas de Zaragoza), en:
http://www.genealogy.com/users/r/o/b/Federico-Robinson-bours/FILE/0025page.html , consultado el 2 de
febrero de 2014. 6 El puerto de Mazatlán tendría aproximadamente 500 habitantes en 1828; Guaymas para la misma fecha reunía
aproximadamente mil habitantes, con la salvedad de que la municipalidad estaba integrada por dos poblados,
el propio puerto (con 25 a 30 familias) y la villa de San José de Guaymas. De La Paz tenemos noticias de su
población hasta 1836, cuando reunía alrededor de 780 personas. Trejo, “Comercio marítimo y nacimiento de
los puertos del golfo de California”, en Lourdes de Ita, Organización del espacio en el México colonial. Puertos,
ciudades y caminos, México, IIH-UMSNH, 2012, pp. 296-297. 7 Hardy, R.W., Viajes por el interior de México en 1825, 1826, 1827 y 1828, México, Trillas, 1997 [1829], pp.
100-102. Combier, Cyprien, Voyage au Golfe de Californie, Paris, Arthur Bertrand, Editeur, sin fecha, p. 174.
Ambos viajeros llegaron al noroeste con evidentes intenciones de realizar transacciones mercantiles. Hardy con
la intención de establecer una compañía de extracción de perlas; Combier llegó con un barco repleto de
mercancías que logró vender en la zona. 8 Fue el caso de Antonio Rufo (procedente de Guayquil), quien en una declaración ante las autoridades cuenta
que anduvo en el comercio de cabotaje antes de decidirse a establecerse en el puerto de La Paz. AHPLM, V.
50, doc. 382, La Paz, 1837, “Solicitud de carta de naturalización”. 9 Otros autores, refiriéndose a Mazatlán, hablan de puerto de depósito de mercancías para el noroeste, Mentz,
Brígida, Verena Radkau y GuillermoTurner, Los pioneros del imperialismo alemán en México, México, Casa
Chata, 1982, pp. 128-130.
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que en muchas ocasiones obtenían de contrabando, como lo atestiguan algunos pocos casos
registrados al respecto y el hecho de que la plata sin quintar que salía de la península muy
seguramente no llegaba a las cajas para el pago de derechos sino que era desviada por los
buques de cabotaje hacia otras embarcaciones.10
En un excelente trabajo, Araceli Ibarra Bellon expuso las cifras de importaciones y
exportaciones de los puertos del Pacífico para este periodo, que aunque incompletas por falta
de fuentes,11 permitieron advertir a la autora el ascenso de las importaciones de
manufacturas.12 También a través de sus cifras es posible advertir cómo el predominio de
San Blas empieza a declinar para adquirirlo Mazatlán. Finalmente la autora reconoce la
presencia dominante de Inglaterra en el tráfico internacional seguido de países como Francia,
Alemania y Estados Unidos. La presencia de este último país se hace dominante en la guerra
de 1847 debido a la toma de los puertos mexicanos del Pacífico por naves de guerra
estadounidenses y a la introducción masiva de mercancías provenientes de ese país.
No obstante esta perspectiva que nos habla ya de la característica principal del tráfico
marítimo en la zona (la exportación de plata y la importación de manufacturas), en este
trabajo me interesa destacar algunos rasgos del más o menos intenso movimiento marítimo
comercial, principalmente el de cabotaje, que nos permite advertir las redes de comercio de
10 En junio de 1832, en Guaymas, se seguía proceso por el decomiso de 30 piezas de plata que embarcó
clandestinamente el extranjero Adolfo Humel (¿?). A José Ma. Gaxiola, como administrador y promotor fiscal
del reparto del decomiso, le correspondían un mil seiscientos cuarenta y seis marcos tres ochavas onzas de plata,
de la cual fue fiadora la casa de los señores Andrade e hijos. AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, Año de 1832,
Protocolo de Instrumentos Público, en la villa y puerto. De San Fernando de Guaymas, a los 7 días del mes de
julio de 1832, “Fianza otorgada sobre el decomiso de plata al extranjero Adolfo Humel”; En otro caso se
denunció la salida clandestina de 18 mil y más pesos que en plata y oro embarcó D. Joaquín Lostanau. AHGS,
Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1832, Protocolo de Instrumentos Público, en la villa y puerto de San
Fernando de Guaymas, a los 30 días del mes de noviembre de 1832, “Denuncia de contrabando de plata”. Sobre
el contrabando de plata en Sonora y los intentos por controlarlo, véase Salmerón, Rubén, La formación regional,
el mercado local y el poder de la oligarquía en Sonora: 1740-1840, Sonora, Cuadernos del Instituto de
Investigaciones Históricas, UNISON, 1990, pp. 79-81. El contrabando de plata en la península californiana se
facilitaba por el hecho de que el pago de derechos no tenía que hacerse necesariamente en la comisaría local,
pues si la plata estaba sin quintar estaba permitida su extracción en buques de cabotaje con las guías pertinentes
para que se pudieran pagar en las cajas de la República los derechos correspondientes a la federación. AHPLM,
v. 21, doc. 388, Guaymas, octubre 21 de 1828, “Comunicado de Ignacio Pérez, responsable de la Aduana de
Guaymas al subcomisario subalterno de La Paz”. 11 En buena medida esta falta de información se debe a las exportaciones clandestinas de plata (contrabando) y
a que muchas cifras de las guías de importación eran falseadas para hacer disminuir las cargas impositivas
derivadas de introducción de manufacturas. 12 Ibarra Bellon, Araceli, El comercio y el poder en México, 1821-1864, México, Fondo de Cultura Económica,
1998, pp. 547-550.
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la época. 13 Me centraré principalmente en los puertos de Guaymas y La Paz, de menor
importancia frente a los grandes comerciantes asentados en San Blas y Mazatlán, pero cuyos
movimientos de orden mercantil hemos podido conocer a través de la fórmula del
otogamiento de poderes y a través de las guías aduanales. Este seguimiento nos ha permitido
conocer la red de lazos que tejieron los comerciantes para sacar a flote sus negocios. Me
animo a decir que en los ejemplos que voy a exponer, aunque proceden principalmente del
Archivo del Estado de Sonora y del Archivo Pablo L Martínez de Baja California Sur, se
hacen patentes los movimientos marítimos y de interés comercial entre Guaymas, Loreto, La
Paz, San Blas-Tepic y Mazatlán, los cuales se hicieron cada vez más intensos a partir del
segundo lustro de los años veinte hasta el periodo de la guerra con Estados Unidos en el que
hay una fractura de ese comercio, aunque debo reconocer que para este trabajo expondré
información relativa únicamente a los años veinte y treinta.
Sabemos que en el primer lustro de los años veinte los asuntos de orden político
administrativo del puerto de Guaymas se ventilaban todavía en la vecina villa San José de
Guaymas, pese a que se había establecido una aduana en el puerto en 1823 y en 1825 se
determinó que ambas villas formaran una sola municipalidad;14 ante el crecimiento
poblacional del puerto y de los asuntos de índole comercial que debían resolverse con
prontitud, a partir de 1826 un juez de paz empezó a atender diversos problemas que tenían
que ver con los intereses de los comerciantes ahí establecidos. Esta situación favoreció muy
probablemente el interés de individuos de distintos lugares por asentarse en este lugar, pese
a la precariedad que caracterizaba la zona por su característica aridez y el peligro que todavía
representaban los indios no sometidos.
Comerciantes y compañías de comercio
Un asunto que salta a la vista es la formación temprana de compañías de comercio en
Guaymas. Tenemos noticias por ejemplo de que hacia 1826, un comerciante de origen
13 La importancia del comercio de cabotaje en el puerto de Guaymas ya ha sido destacado por Salmerón, Rubén,
La formación regional…, p. 43. 14 Respecto de la aduana decía Juan Alfredo Robinson que era una casa a la cual acudía un oficial cada vez que
llegaba un barco al puerto. En el archivo del Estado de Sonora los registros aduanales de Guaymas inician en
1830. Relato de Juan Alfredo Robinson (traducción de Horacio Vázquez del Mercado, cronista oficial de la
Heróica Guyamas de Zaragoza), en: http://www.genealogy.com/users/r/o/b/Federico-Robinson-
bours/FILE/0025page.html , consultado el 2 de febrero de 2014.
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norteamericano, Santiago Johnson ya hacía negocios en el puerto,15 y que llegó a formar
parte de una de las primeras compañías de comercio formadas en Guaymas integrada por el
propio Johnson, Teodoro Salazar y Antonio Aguirre. Dicha compañía se encargaba de llevar
mercancías (textiles principalmente) para su venta tanto a la Alta como a la Baja
Californias.16
Otra temprana casa de comercio fue la de Guillermo Duff y Co., con igual presencia
en Mazatlán, de la cual era socio Ricardo Yeoward, quien se encargará en estos años de los
negocios marítimos en el puerto sonorense.17Para los años cuarenta se le encuentra como
comerciante de Mazatlán, y en 1845 asociado al comerciante filipino Machado.18
Me detendré un poco más con una sociedad comercial que tuvo asiento en Guaymas
en esos años, la formada por Manuel Íñigo y Joaquín Lostanau, Este último era un navegante
español que le abrió el panorama del comercio marítimo a Íñigo, que era un comerciante de
tradición y poder en Horcasitas y Hermosillo. Hemos podido reconocer que Lostanau tenía
nexos comerciales importantes en el puerto de Valparaíso, en Chile, lo que le permitió hacer
negocios importantes a él y a su socio en dicho puerto, por ejemplo para la compra de
embarcaciones de aquella procedencia.19 Por su parte Íñigo capitalizó a la sociedad con
préstamos que consiguió con comerciantes de la villa minera de Álamos20 o en transacciones
15 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, en la villa de S. José de Guaymas a los 4 días del mes de agosto de
1826, “Venta de casa por Santiago Johnson”. 16 En el año de 1834, cuando se disuelve, la compañía tenía en su haber dos embarcaciones de cabotaje (El
Facio y La Victoriana), una casa en Guaymas y otra en La Paz, un rancho y algún tipo de establecimiento en la
Alta California. Contaba, además, con mercancía de importación china, manufacturas textiles diversas, un
rancho, una casa, un coche, más de mil doscientas reses herradas, sebo, una embarcación y existencias por
cobrar en Alta California por varios miles de pesos. Salazar vendió finalmente todo la parte que le correspondía
de los bienes de la compañía a Johnson. AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1834, Protocolo de
Instrumentos Públicos, a partir del día 3 de febrero de 1834, “ajuste den cuentas y cierre de la Compañía de
Comercio que tienen Antonio Aguirre, Teodoro Salazar y Santiago Johnson”. Véase también Salmerón, Rubén,
La formación regional, p.75-76. 17 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, en la villa y puerto De Guaymas, a 21 días del mes de febrero de 1831,
“Otorgamiento de poder”. 18 Ibarra Bellon, El comercio…, p. 398 y Carrillo, Arturo y Guillermo Ibarra, Historia de Mazatlán, México,
Universidad Autónoma de Sinaloa, Ayuntamiento de Mazatlán, 1998, p. 96. 19 Ïñigo adquirió en esos años las embarcaciones Rosita y General Vivero, véase: AHGS, Notarías, Caja 23 ,
Libro 178, Año de 1830, Protocolo de Instrumentos Públicos, en la villa de San Fernando de Guaymas, a los
once días del mes de octubre de 1830, “venta de la goleta chilena Rosita a Manuel Íñigo”. AHGS, Notarías,
Caja 23, Libro 178, Año de 1835, Protocolo de Instrumentos Público, en el puerto de San Fernando de Guaymas,
a los 24 días del mes de enero de 1835, “Compra del bergantín General Vivero por Manuel Íñigo y Joaquín
Lostanau”. 20 El préstamo que le otorgó Pascual Gómez de la Madrid, vecino y del comercio de Álamos, fue por 12 263
pesos 4 reales 8 granos en barras de plata quintada a su ley. Notarías, Caja 23, Libro 178, Año de 1835, Protocolo
de Instrumentos Público, en el puerto de San Fernando de Guaymas, a los 3 días del mes de marzo de 1835,
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de compra-venta de propiedades en el puerto, como cuando vendió una propiedad situada
“en la plaza de esta villa”…a los señores José Ma. Díaz y Mariano Paredes del comercio de
Hermosillo.21 A su vez compró una casa y huerta en San José de Guaymas,22 y un año después
compró a don Ignacio Díaz y dña. Josefa de Oviedo una huerta en Hermosillo por quinientos
pesos.23
Otro tipo de transacciones que solían hacer Íñigo y Lostanau era actuar como
apoderados de comerciantes chilenos para hacer negocios en Guaymas o en San Blas,
delegando a la vez su poder en otros. Esta relación triangular se puede advertir en el poder
que les otorgó el sr. don Juan Ramón Sánchez, apoderado a su vez del general de Manuel
Bringas, ambos vecinos y comerciantes de Valparaíso, para que hicieran la venta de la goleta
Veloz Manuela. Íñigo y Lostanau a su vez otorgaron poder para esa venta a Eustaquio Barron,
del comercio de Tepic, quien vendió la embarcación a Mariano Paredes de Guaymas, pero
como la escritura, según el poder, debía otorgarla Barron, Paredes se vio en la necesidad de
otorgar un poder a Guillermo Forbes para que tramitara la escritura y la nacionalización de
la embarcación.24 En otros casos Íñigo y Lostanau otorgaron poder a los comerciantes
chilenos que se los habían otorgado a ellos. Así sucedió cuando quisieron vender su bergantín
“Préstamo otorgado a Manuel Íñigo”. Un segundo préstamo les fue otorgado por el mismo comerciante de
Álamos en 1839, por la cantidad de 56 000 pesos “en barras quintadas puras a su ley y en oro quintado”. AHGS,
Notarías, Caja 23, Libro 179, Protocolo de Instrumentos Público, 1837, en la villa y puerto de Guaymas, 14 de
febrero de 1838, “Préstamo otorgado a Manuel Íñigo y Joaquín Lostanau”. Véase también Rubén Salmerón,
La formación regional, p. 77. 21 AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1834, Protocolo de Instrumentos Público, En el puerto de San
Fernando de Guaymas, a los 2 días del mes de septiembre de 1834, “Venta de propiedad por Manuel Íñigo”. 22 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, Año de 1835, Protocolo de , Instrumentos Público, en el puerto de San
Fernando de Guaymas, a los 13 días del mes de marzo de 1835, “Compra de casa y huerta por Manuel Íñigo”. 23 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 179, Protocolo de Instrumentos Público, 1837, en la villa y puerto de
Guaymas, 22 de enero de 1838, “Venta de huerta a Manuel Íñigo”. 24 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 179, Protocolo de Instrumentos Público, 1837, en la villa y puerto de
Guaymas, En la villa y puerto de Guaymas, 30 de agosto de 1837, “Otorgamiento de poder a Eustaquio Barron”;
AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 179, Protocolo de Instrumentos Público, 1837, en la villa y puerto de Guaymas,
En la villa y puerto de Guaymas, 31 de agosto de 1837, “venta goleta chilena Veloz Manuela y otorgamiento
de poder a Guillermo Forbes”. Sobre Barron, Forbes y Cía., una de las más importantes compañías de Tepic-
San Blas, pueden consultarse los siguientes trabajos: Meyer, Jean, “Barron, Forbes y Cía. El cielo y sus primeros
favoritos”, Nexos, IV, 4, 1981, consultado el 30 de julio de 2011 en www. Nexos.com.mx/?P=leer
articulov2print&article=266284; Mayo, John, “Imperialismo de libre comercio e imperio informal en la costa
oeste de México durante la época de Santa Anna”, Historia Mexicana, vol. XL: 4, 1991, COLMEX, pp. 673-
696; Bernecker, Walter L., Contrabando, ilegalidad y corrupción en el México del siglo XIX, Universidad
Iberoamericana, 1994, pp. 72-83; Ibarra Bellon, Araceli, El comercio, pp.422-442; Mayo, John, Commerce and
Contrabando on Mexico´s West coast in the era of Barron, Forbes & Co., 1821-1859, New York, Peter Lang
Publishing Inc., 2006.
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llamado Sonorense y otorgaron poder para ello a Bringas y Sánchez del comercio de
valparaíso.25
Fuera de la sociedad Íñigo-Lostanau, actuaba por su cuenta un hermano del primero,
Pascual Íñigo, quien ya estaba radicado en el puerto hacia 1830 dedicándose a algunos
negocios con comerciantes de cabotaje.26 Además compró a uno de ellos, de apellido Coll,
la goleta nacional Pulga en 1834.27
Comerciantes de otras poblaciones, como la propia villa de San José de Guaymas,
Álamos o Hermosillo se interesarían también en el comercio del puerto de San Fernando de
Guaymas. En particular para comprar embarcaciones que dedicarían al comercio de cabotaje.
Fue el caso de un vecino de la vieja villa de San José de Guaymas, Felipe Maytorena, y quien
en estos años, seguramente por la importancia que adquiría el comercio de cabotaje, compró
en el puerto una goleta peruana en siete mil pesos.28 Por las mismas fechas otro comerciante
de cierta importancia de Hermosillo, Antonio Andrade, compraba otra goleta chilena.29 Es
interesante hacer notar que la mayor parte de las embarcaciones vendidas en esos años en
Guaymas eran de esas procedencias, lo que nos permite destacar las secuelas que había
dejado el comercio de los “panameños” en la guerra de Independencia, ahora claramente
extendido hasta el puerto chileno de Valparaíso.30
El otorgamiento de poderes como vía para finiquitar las transacciones comerciales
25 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 179, Protocolo de Instrumentos Público, 1837, en la villa y puerto de
Guaymas, 29 de marzo de 1838, “Otorgamiento de poder a Bringas y Sánchez por parte de Íñigo y Lostanau”. 26AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, Año de 1830, Protocolo de Instrumentos Públicos, En la villa de San
Fernando De Guaymas, a los 24 días del mes de febrero de 1830, “Otorgamiento de poder del contramaestre
Luis Acosta a Pascual Íñigo”. 27 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, Año de 1834, Protocolo de Instrumentos Público, En el pto. De San
Fdo. De Guaymas, a los 25 días del mes de junio de 1834, “Venta de la goleta nacional Pulga”. 28 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, En la villa y puerto de S. Fdo. De Guaymas, a los 22 días del mes de
agosto de 1828, “Compra venta de la goleta peruana “La Avispa” por Felipe Maytorena”. La familia Maytorena
procedía de Horcasitas, Sonora, y con su establecimiento en Guaymas crecerá su prestigio y poder económico
y político, al respecto véase, Alarcón Menchaca, Laura, José María Maytorena. Una biografía política, México,
COLJAL, COLSON, Universidad Iberoamericana, 2008, pp. 36-38. 29 En este caso es de interés referir que el capitán y sobre cargo de la goleta vendida, Joaquín Lostanau, tenía
ya para esa fecha relación de parentesco con Andrade al haberse casado con su hija. AHGS, Notarías, Caja 23,
Libro 178, Año de 1830, Protocolo de Instrumentos Públicos, en la villa de San José de Guaymas, a los 11 días
del mes de octubre de 1830, “Venta de la goleta chilena Veloz Josefina, alias Escupefuego”. 30 Hay que recordar que no sólo eran comerciantes de Panamá los que lo efectuaron pero fue característico que
los identificaran como tales o como peruanos cuando en realidad también los había de Guayaquil y de
Valparaíso.
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Decíamos al inicio de este trabajo que la mayor parte de los asuntos que hemos rastreado
tienen que ver principalmente con otorgamiento de poderes para que los comerciantes fueran
representados en sus intereses en el puerto, si ellos iban a salir de éste, o en otros puertos o
en tierra adentro, ya fuera para la venta de artículos de su propiedad o para que cobraran
deudas que no les han sido cubiertas. Esto sin duda delata una de las características del
comercio de esta época, la venta a crédito y las dificultades que los comerciantes tenían para
recuperar lo invertido.
En general el modelo que seguían los otorgamientos de poderes con el objeto de delegar en
otro la función de cuidar de los intereses del otorgante se expresaba de la siguiente manera:
El c. Francisco Aguilar de esta vecindad y comercio … dijo: que teniendo que
retirarse de este punto …a expedicionar, y no queriendo dejar en oscuridad el manejo
de sus intereses, cobro y pago de todas sus cuentas, y procurando evitar en lo posible
los daños y perjuicios que se le puedan ocasionar, conociendo que el medio único de
conseguirlo es elegir sujeto en quien concurran apreciables circunstancias de
integridad y pureza, inteligencia en negocios, actividad y prudencia que son las que
constituyen un buen apoderado y administrador general y que mediante hayarse
adornado de ellas don Filomeno Oseguera, vecino de esta villa, y no dudando que con
el celo y esmero correspondiente a la confianza que de el hace …ha liberado conferir
amplias facultades …otorga quedar todo su poder…al expresado Filomeno
Oseguera…31
De los numerosos casos de este tipo hemos seleccionado algunos que ponen en evidencia el
tráfico marítimo y la red de relaciones de comercio asociadas a dicho tráfico, por ejemplo, el
de uno de los comerciantes más notables del periodo y del cual empezamos a tener noticias
desde 1826, el escocés Tomas Spence,32 quien tenía negocios tanto en San Blas como en la
Alta California. Esto lo podemos apreciar en los poderes que otorgó, primero a José Cubillas,
del comercio de Tepic, para que atendiera algunos de sus negocios,33 y años más adelante a
Ricardo José Palacio, en la Alta California, quien al decir del primero, por ser sujeto
31 Notarías, Caja 23, Libro 178, Año de 1835, Protocolo de Instrumentos Público, En el puerto de San Fernando
de Guaymas, a los 3 días del mes de abril de 1835. Las cursivas son nuestras. 32 Spence constantemente hace movimientos de carácter comercial: vende casas de su propiedad, presta dinero,
etc. AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1834, Protocolo de Instrumentos Público, En el puerto de
San Fernando de Guaymas, a los 23 días del mes de abril de 1834, “Venta de casa de Tomas Spence a Ricardo
Yeoward”. 33 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, Protocolo de instrumentos públicos, villa de San José de Guyamas a
los seis días del mes de marzo de 1826, “Otorgamiento de poder ante el juez constitucional de la villa de San
José de Guaymas”.
10
instruido, podría resolverle sus asuntos de comercio.34 A su vez sabemos que el vecino de
Tepic, Cubillas, tenía intereses en Guaymas porque ahí había nombrado un apoderado, el ya
conocido por nosotros Santiago Johnson, quien en 1827 vendió en Guaymas una goleta de
Cubillas a un comerciante de Acapulco.35
Incluso capitanes de buques extranjeros llegaron a otorgar poderes en Guaymas para
comerciantes de San Blas que pudieran atender sus intereses. Fue el caso Santiago Frazer,
capitán de la goleta inglesa John K. Cane, quien otorgó poder a don Guillermo Forbes, del
comercio de San Blas, para que “recaude y aperciba de la Aduana Marítima de aquel puerto
el número de 49 paquetes de pañuelos de seda que fueron embargados o detenidos en dicho
puerto el año de 1826.36
Uno de los casos que nos permiten advertir cómo los comerciantes marítimos
buscaban mercado en el interior del territorio es el de Antonio Rufo, quien hacía viajes
marítimo-comerciales desde Guayaquil, probablemente desde los años de la guerra de
Independencia. En 1828 Rufo nombró un apoderado en el puerto de Guaymas para que
cobrara las deudas que tenían con él algunas personas del interior (se mencionan los pueblos
de Nacameri y Ures) por más de dos mil pesos.37 Otro caso fue el de Manuel Coll, quien
otorgó poder especial a favor de los ciudadanos José Ma. Retes, del comercio del pueblo
minero de Álamos, y a Nicolás Lastra, para que de común acuerdo o cada uno por su parte,
luego de conseguir un pasaporte ante el gobernador, se internaran en el estado con su “crecido
giro de comercio”.38 Es probable que Coll, que era comerciante de cabotaje, hubiera llevado
mercancía al puerto y se hallara en la necesidad de venderla con rapidez, y una opción era
internarla en las zonas mineras y en otros pueblos, inclusive en Hermosillo. En otro caso, en
34 AHGS, notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1834, Protocolo de Instrumentos Público, en el puerto de San
Fernando de Guaymas, a los 2 días del mes de abril de 1834, “Otorgamiento de poder”. 35 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, Protocolo de instrumentos públicos, villa de S. José de Guaymas a los
16 días del mes de octubre de 1827, “Venta de goleta de José Cubillas por su apoderado Santiago Johnson”. 36 AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1832, Protocolo de Instrumentos Público, En la villa y puerto
de San Fernando de Guaymas, a los 25 días del mes de abril de 1832, “Otorgamiento de poder a Guillermo
Forbes”. 37 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, en la villa y puerto De Guaymas a los 6 día del mes de noviembre de
1828, “Otorgamiento de poder de Antonio Rufo”. Hay que mencionar que Rufo se estableció y puso casa
comercial en el puerto de La Paz en 1832. Trejo, Dení, Espacio y economía de la península de California. 1785-
1860, México, UABCS, 1999, p. 239. 38 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, villa y puerto de S. Fernando de Guaymas a los 21 días del mes de julio
de 1828 “Se otorga poder para conseguir pasaporte para realizar comercio en varios puntos del Estado de
Occidente”.
11
1831, Dña. Ma. Carmen Ruiz otorgó poder a Antonio García Noriega, del comercio de
Hermosillo, para que cobrara deudas contraídas con su finado esposo, tanto las referentes a
mercancía enviada a Hermosillo y que no le había sido pagada, como los compromisos de
comerciantes del interior de llevar cargas de harina para su venta en Guaymas.39 Igualmente
en 1834, Juan Llugard vecino del comercio de Hermosillo, otorgó poder a Domingo
Danglada, residente del puerto, para que se hiciera cargo de compras, ventas, comisiones,
cobros y pagos que fueran de su interés.40
Expongo un caso de otorgamiento de poderes que me parece de interés por la red de
intereses que se triangulan entre Mazatlán, Guaymas y Pitic (Hermosillo) y que luego se
extiende hasta Valparaíso, en Chile: Francisco Aguilar, residente en el puerto, se presentó
ante el juez diciendo que tenía endosado a su favor, por los sres. Barre y Kennedy, del
comercio de Mazatlán, el resto de un pagaré de trece mil doscientos noventa y nueve pesos
tres granos otorgado por D. Bartolomé Dous en 20 de abril de 1832 a Estanislao Carboneri
por saldo que resultó a favor de este último en la cancelación de sus cuentas corrientes.
Asimismo señalaba estar autorizado por una carta poder de los señores Barre y Kennedy para
exigir del modo más conveniente al referido sr. Dous la suma de cuatro mil novecientos
treinta y nueve pesos cinco reales nueve granos que le faltaba cubrir. Debido a la necesidad
que tenía de cobrar a Dous decidió otorgar un poder amplio al c. José Ma. García del Pino
(?), del comercio del Pitic, para que en su nombre actuara y cobrara a don Bartolomé Dous
la cantidad ya expresada.41 Por su parte Dous otorgó poder a Manuel Íñigo para que negociara
este asunto. Debido a los buenos nexos de su yerno Lostanau en Chile, Íñigo le otorgó un
poder a este último para que “vea si puede conseguir con el sr. Doortehe (?) del comercio de
Valparaíso, una transacción sobre el asunto que tiene ya en trámite relativo a una deuda en
que está pendiente [Bartolomé Dous] con la casa mortuoria del finado don Estanislao
Carbonari”.42
39 AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1831, Protocolo de Instrumentos Público, en la villa y puerto
de San Fernando de Guaymas, a los 7 días del mes de diciembre de 1831, “Otorgamiento de poder”. 40 AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1834, Protocolo de Instrumentos Público, En el puerto de San
Fernando de Guaymas, a los11 días del mes de abril de 1834, “Otorgamiento de poder” 41 AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1835, Protocolo de Instrumentos Público, En el puerto de San
Fernando de Guaymas, a los 3 días del mes de enero de 1835, “Presentación de documentos y otorgamiento de
poder a José Ma. García del Pino”. 42 Notarías, Caja 23, Libro 178, Año de 1835, Protocolo de Instrumentos Público, en el puerto de San Fernando
de Guaymas, a los 2 días del mes de abril de 1835.
12
En otro ejemplo en el que la relación comercial se extiende hacia Guayaquil,
Francisco Espriú, como apoderado general de don Manuel Antonio de Lizárraga, vecino de
Santiago de Guayaquil, otorgó su poder a don Manuel Bracho del comercio guaymeño para
que “en representación de su persona, derechos y acciones del sr. don Manuel Antonio de
Lizárraga …demande, cobre, y perciba…de todas y cualesquiera personas de este
departamento …las cantidades de pesos , efectos, bienes raíces…que por escritura, vales,
conocimientos, facturas, letras…le deban o debieren en dicho departamento”.43
Muestra de que el comercio de cabotaje era una actividad de mucho interés para los
residentes en la zona, lo muestra no sólo las varias compras de embarcaciones sudamericanas
que se hicieron en estos años sino también la necesidad de solicitar la nacionalización para
que pudieran navegar con bandera mexicana, cosa que por lo general hicieron a través de un
apoderado que se encargase de los trámites en la Comandancia de Marina de San Blas, como
lo hicieron los dueños de las recién compradas goletas Veloz Josefina y Lemoyana,44 y
también Francisco Monteverde, vecino y comerciante de Hermosillo, y don José Ma.
Oseguera, del de Tepic, dueños en propiedad del bergantín chileno nombrado
Constituyente.45 Asimismo en 1835 Ricardo Yeoward, como apoderado de don Manuel
Requena, dueño del bergantín goleta nacional Margarita, ante la necesidad de dar la vela para
el puerto de Valparaíso con cargamento de frutos del país, pero ante la dificultad de arribar
al puerto de San Blas por el mal tiempo y el retraso de la expedición, solicitaba se le expidiera
en Guaymas la patente del Supremo Gobierno a favor del capitán don Enrique Rosas para
que éste pudiera continuar libremente la navegación.46 Hay que decir que para que se
expidiera la patente tenían que afianzar la embarcación, así que en este caso fue Manuel Íñigo
43 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 179, Protocolo de Instrumentos Público, 1837, en la villa y puerto de
Guaymas, En la villa y puerto de Guaymas, 4 de agosto de 1837, “Otorgamiento de poder a don Manuel
Bracho” 44 AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1831, Protocolo de Instrumentos Públicos, en la villa y puerto
de San Fernando de Guaymas, a los 24 días de mayo de 1831, “ Otorgamiento de poder”; en el caso de la goleta
Veloz Josefina, para el trámite ante la Comandancia de Marina debía pagarse una fianza que de manera
provisional pagó Barron, Forbes y Co. AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1831, Protocolo de
Instrumentos Públicos, en la villa y puerto de Guaymas, a los cuatro días del mes de abril de 1831”Solicitud de
patente de navegación y compromiso de fianza” . 45AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, Año de 1831, Protocolo de Instrumentos Público, en la villa y puerto.
De San Fernando de Guaymas, a los 20 días del mes de abril de 1831, “Otorgamiento de poder a Mariano
Oseguera del comercio de Tepic”. 46 Notarías, Caja 23, Libro 178, Protocolo de Instrumentos Público, En el puerto de San Fernando de Guaymas,
Guaymas octubre 10 de 1835, “Solicitud de Ricardo Yeoward al Comandante del Puerto, de habilitación de
patente de la goleta nacional Margarita”.
13
uno de los que pagó 3 500 pesos por la mitad de la fianza, haciendo, decía él, “deuda ajena
suya propia”, aunque sin lugar a dudas con algún tipo de ganancia a futuro.47
La red de intereses con Baja California
Baja California era una zona que dependía en gran parte del avituallamiento de los puertos
continentales del golfo, pues su producción agrícola era sumamente limitada, sin embargo
contaba con una pequeña producción de plata, sal y cueros, lo que le permitió tener algún
intercambio y acrecentarlo en estos años. Esto último atrajo a los comerciantes de cabotaje
quienes, igual que en Guaymas, empezaron a establecer pequeñas casas de comercio hacia el
segundo lustro de los años veinte principalmente en el puerto de La Paz, y en menor medida
en San José del Cabo y Loreto.48
Los casos que vamos a referir muestran estos nexos comerciales establecidos en estos
años entre individuos de uno y otro lado del golfo. Tenemos noticias de embarcaciones de
cabotaje, propiedad de comerciantes de diverso origen, que circulaban en el golfo entre los
distintos puertos distribuyendo mercancías y que con regularidad llegaban a puertos
bajacalifornianos. Es el caso del comerciante Juan Gómez, al parecer comerciante de Tepic,
que comerciaba en villas de Sonora y Chihuahua, a la vez que tenía embarcaciones de
cabotaje y extraía sal de Isla del Carmen (Loreto); probablemente el mismo que finalmente
adquirió terrenos en Baja California.49
También tenemos casos de compraventa embarcaciones del comercio de cabotaje. En
el que exponemos a continuación se descubren por cierto las formas de pago en moneda y en
bienes primarios de Sonora, como eran las harinas, tan necesarias para la sobrevivencia de
47 Notarías, Caja 23, Libro 178, Año de 1835, Protocolo de Instrumentos Público, En el puerto. de San Fernando
de Guaymas, a los 29 días del mes de octubre de 1835. 48 El puerto de La Paz funcionaba como embarcadero para desembarcar mercancías que se dirigían a la zona
minera de San Antonio. En 1823 se hace un llamado para colonizar la bahía, que rápidamente es atendido por
varios comerciantes interesados, aunque será hasta 1828 que se le habilite temporalmente como puerto de altura
y se establezca una aduana a partir de 1829. Mientras La Paz acrecentó su población y poder en estos años,
Loreto se veía disminuido al dejar de tener importancia como sede misional y presidial. En 1830 la capital de
la antigua California pasará de Loreto a La Paz. Trejo, Dení, Espacio y economía… p. 122-123; de la misma
autora, “Comercio marítimo y establecimiento de los puertos del golfo de California”, en Lourdes de Ita,
Organización del espacio en el México colonial. Puertos, ciudades y caminos, México, IIH-UMSNH, 2012,
pp.295-296. 49 Gutiérrez, “Comerciantes marítimos del noroeste (1810-1835”, Siglo XIX. Cuadernos de Historia, año V,
núm. 13, septiembre-diciembre de 1995, UANL, p. 52; Trejo, Espacio y economía, p. 109, 115 y 239; Lassepas,
Ulises, Historia de la colonización de Baja California y decreto de 10 de marzo de 1857, Mexicali, Baja
California, UABC, 1995[1859], p. 281.
14
los pobladores de Baja California. Transcribimos textualmente una parte del acuerdo de
compra venta que suscribieron los interesados:
El ciudadano José Ma. Padrés comandante principal de este territorio de la Antigua
California…otorga que da todo su poder …al ciudadano Juan Esquer de esta vecindad
para que a su nombre y representando su propia persona …con objeto de celebrar
venta de la goleta San Ignacio de su propiedad al ciudadano Manuel Jacinto Bracho
vecino de Guaymas a virtud de la propuesta que hizo desde ese puerto en carta de 28
del último mayo con cuyo contenido se conforma, con sólo la diferencia de que de
los setecientos pesos que había de cubrir en harinas entregue una parte en efectos de
Europa o Asia a precios cómodos a satisfacción de Esquer o del modo que a este
parezca más conveniente.50
La goleta sería vendida finalmente en Guaymas en el mes de julio, en la cantidad de mil
cuatrocientos pesos, “la mitad de la suma en oro de mina al precio de 14 pesos onza”, y la
segunda parte “el citado comprador se obliga a entregarla en harinas al precio de catorce
pesos carga puesta en el puerto en todo el mes de octubre del presente año”.51 Hay que decir
que ambos productos, oro y harina, eran de producción común en la Sonora de aquellos
tiempos.
En otro caso, un comerciante establecido en La Paz, de origen peruano, pero con
antecedentes de trabajo en la zona minera peninsular, Manuel Amao, tenía claros nexos
comerciales con Pascual Íñigo, a quién nombró como su apoderado en Guaymas y quien
afianzó dos facturas de mercancía enviada desde Guaymas a Amao por la compañía de los
comerciantes Manuel Pozo y Augusto Labal.52 Las facturas referidas revelan el envío a Baja
California (en dos embarcaciones, una de un tal Chasaigne y la otra del propio Amao), de
textiles y granos (tapalos, camisas, un abrigo, cordobanes, pita y seda por valor de poco más
de 400.00, además de maíz y frijol al que se hace referencia en el documento aunque no en
las facturas porque al parecer llegó en mal estado).53
50 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, puerto de Loreto, en 14 de junio de 1826, “Otorgamiento de poder del
comandante principal de Baja California, José María Padrés al ciudadano Juan Esquer”. 51 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, San José de Guaymas, a los tres días del mes de julio de 1826, “Venta
de la goleta San Ignacio”. 52 AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1831, Protocolo de Instrumentos Público, en la villa y puerto
de San Fernando de Guaymas, a los 20 días del mes de octubre de 1831, “Otorgamiento de poder de Manuel
Amao a Pascual Íñigo”. Sobre Amao, véase Dení Trejo, Espacio y economía…, p. 238. 53 AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1831, Protocolo de Instrumentos Público, en la villa y puerto
de San Fernando de Guaymas, a los18 días del mes de octubre de 1831, “Otorgamiento de fianza”.
15
En otro ejemplo, Benito Fernández de Peredo, residente del puerto de Guaymas,
confirió su poder especial a Victorino Legaspi, vecino del Puerto de La Paz, para que a su
nombre y representación “…cobre y demande contra d. José Ma. Rábago de la propia
vecindad ante los SS. Jueces dela Rep. Mexicana y del territorio de la Baja California los
intereses del referido Peredo”.54 Victorino Legaspy era un comerciante de origen filipino,
asentado en la península de tiempo atrás, en la ex misión de Todos Santos, que se dedicó en
estos años al comercio de cabotaje.55 No sabemos exactamente qué le reclamaba Fernández
de Peredo a Rábago pero es casi seguro que fueran mercancías dejadas para su venta en Baja
California y que aquél no había pagado.
Asimismo Ricardo Yeoward, de la casa de comercio de don Guillermo Duff y Co.
otorgó poder a Juan José López, vecino de La Paz, para que cobrara, de Tirso Hidalgo,
reconocido comerciante de este puerto y con intereses en la minería, las deudas que tenía
contraídas con la casa de Duff y Co.56 En otro caso ligado a esta misma compañía Salvador
Aguiar, vecino del presido de Loreto, se presentó como representante y gestor de Ignacio
Gatelum, quien como propietario de la goleta nacional o del cabotaje Joven Teresa, que
estaba embargada, otorgó poder a Santiago Duff , natural de Inglaterra, para que con los
documentos referidos se presentara ante la autoridad, representando a Gastelum.57
En 1837, el ya referido comerciante de La Paz, Manuel Amao, hacía varias
transacciones en Guaymas: por un lado compraba dos embarcaciones de cabotaje, la llamada
Guaymeña a Tomas Spence en el plazo de ocho meses “en pesos fuertes, pastas, a precio de
plaza o en la moneda que el otorgante y comprador convenga”,58 y la conocida como Nuestra
Señora de los Ángeles a Pascual Íñigo (con quien sabemos tenía buenas relaciones por lo
menos desde principios de la década), a quién pagó la mitad en el momento de la venta y la
54 HGS, Notarías, Caja 23, Libro 178, Protocolo de instrumentos públicos, villa y puerto de de S. Fernando de
Guaymas a los cuatro días del mes de julio de 1828 “Otorgamiento de poder a Victorino Legaspy”. 55 Sobre Legaspy, véase Pablo L. Martínez, Guía familiar de Baja California. 1700-1900, México, Editorial
Baja California, 1965, p. 23 y 137. 56 AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1832, Protocolo de Instrumentos Público, en la villa y puerto
de San Fernando de Guaymas, a los 28 días del mes de noviembre de 1832, “Otorgamiento de poder”. Tirso
Hidalgo era originario de Tepic. Trabajó en la zona minera de San Antonio, en Baja California, y junto con su
hermano Manuel establecieron una casa de comercio en La Paz que tenía claros nexos con comerciantes de
Mazatlán. Trejo, Espacio y economía…, p. 240. 57 AHGS, Notarías, Caja 23 , Libro 178, Año de 1835, Protocolo de Instrumentos Público, En el puerto de San
Fernando de Guaymas, a los 4 días del mes de marzo de 1835, “Otorgamiento de poder” 58 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 179, Protocolo de Instrumentos Público, 1837, en la villa y puerto de
Guaymas, 17 de enero de 1837, “Venta de la goleta Guaymeña”.
16
otra parte la comprometía “hasta el mes de octubre”.59 Meses después Amao vendía en el
mismo puerto de Sonora la goleta Elena que había comprado con anterioridad en San Blas.60
Un caso que me parece interesante de relatar porque evidencia las formas de evadir
los controles de las autoridades portuarias y de los dueños de las embarcaciones en el tráfico
de mercancía, es el que se descubrió cuando Francisco Espriú, dueño de una embarcación, se
enteró por unos marinos que su nave, en vez de dirigirse a Perú, como estaba acordado
seguramente con el capitán del barco, había ido a Loreto. Espriú solicitó entonces a las
autoridades de Guaymas citaran a los marinos de la embarcación que había llegado a
Guaymas procedente de Loreto, Baja California, para que declararan si en efecto habían visto
en el puerto bajacaliforniano una embarcación de su propiedad que hacía ocho días había
salido hacia Lima. Dos de los marineros dijeron que en efecto la habían visto en Loreto
cargando cueros. Por la actitud preocupada del dueño de la embarcación uno puede inferir
que los marinos habían decidido hacer por su cuenta el cargamento de cueros, retrasando la
navegación hacia Lima que era del interés de Espriú y con seguridad vendiendo mercancía
que estaba fuera del control del dueño de la embarcación. 61
El tráfico a través de las guías aduanales
Las guías de aduana con las que contamos no nos permiten hacer un seguimiento continuo,
sin embargo con los datos que expresan podemos saber de los comerciantes que recibían
mercancías, qué tipo de productos se consumían, de dónde procedían, las embarcaciones que
las habían conducido y en ocasiones el costo de los productos. Con esa información hemos
podido advertir que Guaymas recibió, entre 1830 y 1834, mercancías de Guadalajara, San
Blas, La Paz, Mazatlán, México, Acapulco, Valparaíso y Lima. El mayor número de
embarcaciones procedía de San Blas y Mazatlán. El destino era el propio puerto de Guaymas,
la internación en el territorio (no se especifican los lugares) y Hermosillo. Los comerciantes
que aparecen como consignatarios de la mercancía son, entre otros, algunos de los
59 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 179, Protocolo de Instrumentos Público, 1837, en la villa y puerto de
Guaymas, a los 19 días del mes de enero de 1837, “Venta de la goleta Nuestra Señora de los Ángeles”. 60 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 179, Protocolo de Instrumentos Público, 1837, en la villa y puerto de
Guaymas, “Venta de la goleta Elena”. 61 AHGS, Notarías, Caja 23, Libro 179, Protocolo de Instrumentos Público, 1837, en la villa y puerto de
Guaymas, Guaymas 14 de septiembre de 1837, “Solicitud de Francisco Espriu para que se interrogue a los
marinos de la goleta nacional Atanay”.
17
mencionados en los apartados anteriores, como Ricardo Yeonard (Duff y Co.), Felipe
Maytorena, Manuel Íñigo, Joaquín Lostanau, José Antonio Aguirre, Francisco Aguilar,
Bartolomé Dous, Benito Peredo, Pascual Íñigo, Tomas Spence, Juan Alfredo Robinson, por
lo que suponemos que algunos de ellos eran tanto los dueños de las embarcaciones como a
los que estaba consignada la mercancía. Una misma embarcación podía traer productos para
distintos consignatarios, como cuando la goleta nacional Guadalupe dejó mercancía en
Guaymas para distintos comerciantes en 1834:
Mercancía dejada en Guaymas por la goleta Nacional Guadalupe
Consignatario y
fecha
Tipo de
mercancía
Valor de la
introducción
(pesos, reales
y granos)
Embarcación Procedencia Destino de la
mercancía
Don Pablo Juan 38 tercios de
azúcar y
zarzaparrilla
Goleta Nacional
Guadalupe
José Antonio
Aguirre
6 bultos de
cacao de
Tabasco
Goleta Nacional
Guadalupe
Miguel Arce 9 bultos
efectos del
país
Goleta Nacional
Guadalupe
Sres. Paredes
Zelayeta y Juan
Robinson
120 bultos
efectos
extranjeros y
58 cajones de
vino
Goleta Nacional
Guadalupe
Hermosillo
AHS, Fondo Ejecutivo, tomo 108, exp. 15, doc. 067944, Noticia que la Intervención por el Estado en Guaymas
forma y remite a la tesorería General del mismo Estado en cumplimiento de lo dispuesto por el Supremo
Gobierno en orden de 24 de septiembre último comprehensiva a 8 días contados desde el 17 del corriente a la
fecha, Guaymas el 10 de marzo de 1834.
En esta guía es notable que el tipo de mercancías es más preciso, pues se mencionan
cantidades de bultos o cajones y el tipo de mercancía: azúcar, zarzaparrilla, cacao de Tabasco,
vino, efectos del país y efectos extranjeros.
Las embarcaciones que hicieron travesía para llegar a Guaymas en el primer lustro de
los años treinta, según las guías de mercancías presentadas en la Aduana de Guaymas, fueron
los siguientes: Bergantín general Bravo, Balandra Sirena, Veloz Manuela, Balandra
Mariquita, Goleta águila, Goleta Dorotea, Bergantín Margarita, Buque Gabriela, , Goleta
Josefina, Bergantín Flora, Bergantín francés “Mexicano”, Goleta Ángeles, lancha Horcasitas,
Bergantín nacional Constituyente, Lancha Loretana, falucho Exhalación.
18
Una de las guías más completas con las que contamos corresponde al año de 1833, y
en ella se puede advertir que el valor total de la mercancía introducida fue de $27 529.00.
Una cifra significativa si observamos que el total de las mercancías eran “artículos
extranjeros”, lo cual nos habla de la importancia que estaba adquiriendo en esos años la
introducción de manufacturas importadas. Según la guía la mayor parte de los efectos fueron
introducidos en territorio sonorense, otra parte se quedó en el puerto y finalmente una porción
menor fue destinada al comercio marítimo.
Introducciones a Guaymas en el año de 1833
Consignatario y
fecha
Tipo de
mercancía
Valor de la
introducción
(pesos, reales
y granos)
Embarcación Procedencia Destino de la
mercancía
Miguel Arce
01/15/1833
Artículos
extranjeros
256.6 Balandra
Mariquita
Guyamas
Manuel Iñigo
01/15/1833
Artículos
extranjeros
240.5.8 Balandra
Mariquita
Guyamas
Ricardo Yeoward
02/12/1833
Artículos
extranjeros
169.1.6 Goleta águila Guyamas
Joaquín Loustanau
02/26/1833
Artículos
extranjeros
2 812.7.8 Goleta Dorotea Mazatlán Consumido
una parte en
Guaymas y
otra internada
con guía
terrestre
José Antonio
Aguirre
02/28/1833
Artículos
extranjeros
5 485.4.8 Reembarcados
en La Paz
Consumido
una parte en
Guaymas y
otra internada
con guía
terrestre
Cosme Echeverría
04/03/33
Artículos
extranjeros
1 819.1.10 Bergantín
Margarita
Francisco Aguilar
04/25/33
Dos cajones
de
sombreros
finos
extranjeros
200.0.0 San Blas internados
con guía
terrestre
Manuel Cejas
4/26/33
Artículos
extranjeros
117.5.8 Balandra
Mariquita
Antonio Aguirre
04/26/33
Artículos
extranjeros
318.1.6 Buques
Mariquita y
Gabriela
Liberato Ortiz
05/10/33
Artículos
extranjeros
Goleta
Guadalupe
La Paz Guaymas
José María Esquer
05/27/33
Artículos
extranjeros
4 570.2.6 Goleta
Guadalupe
Mazatlán Consumido
una parte en
Guaymas y
19
otra internada
con guía
marítima
Ricardo yeoward
y Santiago Duff
07/15/33
Artículos
extranjeros
493.1 Mazatlán Consumido
una parte en
Guaymas y
otra internada
con guía
terrestre
Bartolomé Dous y
Serapio Eguequiza
07/15/33
Artículos
extranjeros
1092.1.9 Consumido
una parte en
Guaymas y
otra internada
con guía
terrestre
Ricardo Yeoward
a nombre de
Carlos Zimerlin
07/16/33
Artículos
extranjeros
71.1 México Consumido
una parte en
Guaymas y
otra internada
con guía
terrestre
Benito Peredo
08/07/33
Artículos
extranjeros
419.7.7 Goleta nacional
Josecita
Guaymas
Pascual Iñigo
08/14/33
2 038.6.10 Buques Águila
y Guadalupe
Consumido
una parte en
Guaymas y
otra internada
con guía
terrestre
Manuel Iñigo
08/21/33
1046.1.8 ½ Goleta Josefina Mazatlán Consumido
una parte en
Guaymas y
otra internada
con guía
terrestre
Alonso Morgado
09/03/33
1 805.6.4 Goleta
Margarita
Acapulco Consumido
una parte en
Guaymas y
otra internada
con guía
terrestre a
Hermosillo
Alejandro Peridier
09/04/33
Artículos
extranjeros
1 565.0.7 Goleta Águila Mazatlán Guaymas
Francisco Aguilar
10/10/33
Artículos
extranjeros
2 139.2.4 Bergantín Flora Consumido
una parte en
Guaymas y
otra llevada a
La Paz
Filomeno
Oseguera 10/24/33
Artículos
extranjeros
24.0.7 Balandra
Mariquita
Guaymas
Manuel Mallén
11/08/33
Artículos
extranjeros
595.7.11 Mazatlán Consumido
una parte en
Guaymas y
otra internada
20
con guía
terrestre a
Hermosillo
Pascual Iñigo
12/17/33
Artículos
extranjeros
20.0 Goleta Águila Guaymas
Tomás Spence
12/17/33
Artículos
extranjeros
236.5.3 Balandra
Mariquita
Guaymas
AHS, Ejecutivo, Tomo 108, exp. 11, docs. 067819-067823v, Cuenta general del derecho de uno por ciento de
consumo a municipalidades que Fdo. Escobosa interventor por el Estado en la Aduana Marítima de Guaymas
ha llevado del ingreso y egreso a este ramo desde 10 de enero a 31 de diciembre de 1833, Guaymas,l 31 de
diciembre de 1833.
Una situación particular se advierte en la mercancía consignada a Aguirre, integrada por
efectos extranjeros reembarcados en la Paz. Esto quiere decir que una embarcación extranjera
los había dejado en el puerto bajacaliforniano y de ahí habían sido trasladados a Guaymas.
Esta situación pudo darse legalmente por varios años, mientras La Paz mantuvo la
habilitación para importar efectos extranjeros, pero los puertos continentales, Guaymas entre
ellos, se resistirían y combatirían con el tiempo ese privilegio del puerto peninsular por
considerar que contribuía al contrabando.
De algunas otras embarcaciones tenemos noticias de la propia aduna de la fecha de
su llegada y del tipo de mercancías que introducían, así se decía por ejemplo que el bergantín
goleta Margarita, procedente de Mazatlán, había fondeado el 22 de enero de 1834 y que había
introducido 185 bultos efectos extranjeros; que el bergantín francés “Mexicano” llevaba
cargamento de efectos extranjeros que no se especificaban, y que la goleta Guadalupe,
procedente de San Blas con escala en Mazatlán y La Paz había fondeado el 2 de marzo de
1834.62
Conclusiones
El planteamiento de esta ponencia, sugerido en la información vertida en los poderes y en las
guías, alude a una situación muy particular que se gestó durante algunas décadas del siglo
XIX en la que el comercio de cabotaje adquirió gran importancia en esta zona. Fue el tráfico
marítimo comercial de las embarcaciones de cabotaje el que intensificó el movimiento de
62 AHS, Ejecutivo, Tomo 108, exp. 15, docs. 067935, 067938 y 067940, “Introducciones a Guaymas en el año
de 1834.”
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personas y efectos de comercio y el que dio vida a los puertos, incluso a los pequeños
embarcaderos donde se realizaba el contrabando. Las grandes embarcaciones extranjeras
llegaban momentáneamente y era el comercio local el encargado de distribuir las mercancías.
Por lo general era este comercio local, integrado por grandes y pequeños comerciantes, al
que estaban consignados los bultos y cajones de efectos extranjeros o los productos primarios
que se intercambiaban entre los puertos vecinos.
El ascenso de este comercio se advierte también en la disposición de los comerciantes a
asociarse, a capitalizarse (a veces no muy legalmente) y a cuidar de sus intereses en todos los
lugares posibles de hacer negocios.
Finalmente habría que decir que el tráfico marítimo conectó lugares y personas, y generó una
compleja red de intereses entre los puertos del golfo y algunas otras poblaciones de las
Californias, Sonora, Sinaloa y Jalisco. A su vez esa red estaba estrechamente ligada a los
intereses comerciales internacionales, como se pudo advertir en el hecho de que un buen
sector de negociantes era de origen extranjero con nexos en sus respectivos países, y en los
estrechos lazos de algunos comerciantes con puertos como Lima y Valparaíso, este último
también muy ligado al comercio inglés.