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Tu Divinidad Revelada

La Revelación Séptupla De Tu Ser

por

Helen M. Wright

Título original:

Your Divinity Revealed The Seven-fold Revelation of Your Being

Instituto de Ciencia Mary Baker Eddy www.mbeinstitute.org 2 Mary Baker Eddy Science Institute

OTROS LIBROS DE HELEN M. WRIGHT Mary Baker Eddy: A New Look

Mary Baker Eddy`s Church Manual & Church Universal & Triumphant Mary Baker Eddy: God´s Great Scientist, Vol. I

If Mary Baker Eddy´s Manual Were Obeyed America: Cradle for the Second Coming of the Christ Mary Baker Eddy Reveals Your Divinity Humanity´s Divinity Made Whole Through Our Marriage To God Star of Boston: The Life of Mary Baker Eddy The Mary Baker Eddy Institute Letters Mary Baker Eddy, Leader Forever

AUDIO LIBROS por HELEN M. WRIGHT – LEIDOS por ALAN YOUNG Mary Baker Eddy: God´s Great Scientist, Vol. I Mary Baker Eddy: God´s Great Scientist, Vol. II Mary Baker Eddy: God´s Great Scientist, Vol. III If Mary Baker Eddy´s Manual Were Obeyed America: Cradle for the Second Coming of the Christ

Mary Baker Eddy Reveals Your Divinity Humanity´s Divinity Made Whole Through Our Marriage To God Mary Baker Eddy, Leader Forever (versión de 112 páginas)

Las siguientes abreviaturas son usadas en este libro: C & S - Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras Escr. Misc. - Escritos Misceláneos Ret. - Retrospección e Introspección Pul. - Pulpito y Prensa ´00, ´01, ´02 - Cuatro Mensajes a la Iglesia Madre Un. - La Unidad del Bien My. - La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Misceláneos

DCC - Curso en Divinidad y Recopilación General

Primera Edición En Inglés @ 1999 Mary Baker Eddy Institute

ISBN: 1 – 886505 – 19 – 5 Impresión privada en los Estados Unidos de América

Traducción Libre al Español


Reconocimientos

Estoy profundamente agradecida a mi equipo

que leyó y criticó estas notas sobre

la Ciencia de la Ciencia Cristiana, tomadas

hace ya tiempo. Especialmente agradezco

a Elizabeth Zwick por su hermosa edición,

y a David Keyston por su fidelidad

y monumental trabajo para tener listo,

para su publicación, este extenso libro.


Índice de Contenidos

Prefacio Capítulo I Investigando el Libro de Texto Capítulo II Mary Baker Eddy, la Gran y Sublime Descubridora Capítulo III Revisión General Capítulo IV Mente Capítulo V Espíritu Capítulo VI Alma Capítulo VII Principio Capítulo VIII Vida Capítulo IX Verdad Capítulo X Amor Apéndice I Apéndice II Bibliografía


Prefacio

Esto que aquí se asienta impreso, es verdadero, vivo, vital y real, y es lo

único que va a ayudar a la humanidad. Si tan solo podemos hallar estudiantes

sinceros que tengan sentido espiritual, que vean los valores que importan, y que los

vivan, y que los amen, y que los usen, entonces lograremos lo más grande del

mundo; veremos que somos Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad,

Amor, y liberaremos a la humanidad.

Mary Baker Eddy hizo algo que nadie más había hecho en la historia de la

humanidad. Ella vio y explicó la irrealidad del mal. Debido a su enseñanza, el

mal desaparece, tal como lo ‘plano’ de la tierra ha desaparecido.

La evolución espiritual no se ha detenido. Los mortales evolucionarán

fuera de la creencia de que son hombres, tal y como evolucionaron de la Edad de

Piedra, fuera de la experiencia del hombre de las cavernas. Por medio de la

Ciencia del ser, los mortales continuarán evolucionando fuera de la creencia de la

ilusión de que el hombre está separado del bien infinito – de su propia divina

Mente infinita. Se darán cuenta que su mente que ha hecho un infierno fuera del

cielo, puede hacer ahora un cielo fuera del infierno, elevándose sobre y más allá de

la mente humana, tal como Jesús, nuestro Mostrador del camino, lo hiciera en la

ascensión. Todos están destinados a “expandirse hacia la Verdad y la auto

compleción que todo lo abraza, y que necesita comulgar únicamente consigo

misma para encontrar [perfección, satisfacción].” (Primera edición 223: 17)

Dado que la verdad no puede ser estereotipada, sino que se desarrolla

infinitamente, el séptimo período de mil años que se aproxima traerá la

comprensión de que somos Mente expresándose a sí misma como idea. Todos

estamos destinados a escapar de la falsa comprensión de que estamos esclavizados

a la materia. No somos un hombre físico, corpóreo, encadenado a la materia – a


un cuerpo corpóreo de carne, sangre y huesos, que comenzó de la ilusión de un

nacimiento humano, el último enemigo a ser destruido por la Verdad. En lugar de

esa ilusión, amanecerá la comprensión de que somos el Verbo (Palabra). Somos

“incorpórea, divina, suprema, e infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad, Amor”.

Intentar presentar a Mary Baker Eddy en su verdadera vida y luz, llamando

la atención a su máxima enseñanza – lo cual ha sido el propósito del autor en los

libros sobre Mary Baker Eddy, – no sólo glorifica a la Sra. Eddy, sino también

glorifica a los lectores en proporción a su comprensión de lo que Mary Baker Eddy

enseña.

La obra de vida de la Sra. Eddy es de tal magnitud espiritual, que ni pluma ni

lengua humana, aparte de la suya, puede plenamente describir u honrar. Así los

libros que explican la Ciencia que ella trajo a la humanidad son útiles en trasladar

el pensamiento fuera del estado hipnótico mortal, hacia el inmortal. Ayudan a

toda la humanidad a hacer la transición desde el punto de vista material, al

espiritual.

Cuando la Sra. Eddy fue sanada en 1866, dijo: “Debo conocer la Ciencia de

esta curación”. La Sra. Eddy nunca dice: “Dios revela;” ella dice: “la Ciencia

revela,” y en Ciencia y Salud ella utiliza el término ‘Ciencia’ más de 1,000 veces.

En la Carta No. 12 del Instituto Mary Baker Eddy, el autor prometió amorosamente

que la siguiente “Carta” sería una que se referiría al “sistema” de la Ciencia

Cristiana. Pero ésta requiere de un libro completo – un libro que te cuente a ti,

lector, lo que tú eres como “incorpórea, divina, suprema e infinita Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor”. Este libro sobre el “sistema” surge

naturalmente de mi libro conteniendo las 12 Cartas del Instituto Mary Baker Eddy.

De ninguna manera me doy el crédito personal por las ideas contenidas,

porque son una recopilación de una cantidad enorme de notas de cuando estuve en


Europa estudiando con John Doorly, Max Kappeler y otros dedicados estudiantes

del sistema. Pero puede decirse que tanto en nuestra experiencia como en la de

otros estudiantes, el rumbo del estudio aquí presentado, si se lleva a cabo total y

honestamente, conducirá a una cultura espiritual tal, en la que verás que tú eres el

Principio. Y si lo leyeras diez veces, en cada ocasión verías algo nuevo y útil.

El estudiante que estudie este libro debe tener a su lado el libro divinamente

dictado a Mary Baker Eddy, a saber, Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras,

en tanto examina estas ideas que le dirán lo que somos en realidad. En Christ and

Christmas (Cristo y Navidad) Mary Baker Eddy escribió: “En dulce misericordia,

el Espíritu envía un fiel rayo para levantar al viviente, despertar al muerto y señalar

el camino”. Si Mary Baker Eddy es nuestra Demostradora del camino, y Ciencia

y Salud con Clave de las Escrituras es nuestro mapa, entonces ofrezco este libro

como un faro apuntando al camino, señalando siempre el retorno al celestial Libro

de Texto de Mary Baker Eddy, para que le diga que usted es: “incorpórea, divina,

suprema e infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor”.

El día que nació la Sra. Eddy, 16 de julio de 1821, fue un día de gran

importancia para la raza humana. ¿Sabían que el año 1821 fue registrado en

piedra cientos de años atrás? Los piramidólogos dicen que esa “Época”

corresponde a 6,000 años lunares culminando en 1821 D. C., año del nacimiento

de Mary Baker Eddy. La mujer del Apocalipsis, Mary Baker Eddy (“con la

[materia] bajo sus pies”) apareció por primera vez en ese año profetizado, 1821.

Mary Baker Eddy, como Jesús, pudo haber dicho: “Los cielos y la tierra

pasarán, pero mis palabras [en la segunda venida del Cristo, el ‘Consolador’] no

pasarán”. A pesar de que Mary Baker Eddy fue obstaculizada, combatida, y

bloqueada en todo sentido por el odio que le dirigieron desde el púlpito, la prensa y

el mundo médico, ella mantuvo su curso con determinación ilimitada, a través de

ventiscas, huracanes y tifones mentales.


En el vuelo poderoso de los siglos por venir, sus palabras hablarán más y

más claramente a oídos impacientes y a estudiantes torpes, hasta que la humanidad

completa vea su propio, real y divino ser como “incorpórea, divina, suprema e

infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor”.

En las primeras enseñanzas de la Sra. Eddy, ella afirmó: “Ustedes, mis

estudiantes, son... Dios, y no hombre. Manteniendo así la inteligencia, todo error

(pecado, enfermedad y muerte) será destruido. Esto es Ciencia.” (Ver Essays and Other

Footprints, Oakes, pág. 227).

Cuando nuestra Guía les dijo a los primeros estudiantes, “Ustedes mis

estudiantes, son Dios, y no hombre”, ella estaba enfatizando que el hombre no es,

no puede ser Dios, así como ustedes, los estudiantes no pueden sanar hasta que no

sepan que Dios es el Sanador, haciéndose uno con Dios, sin poder personal alguno,

sino el Suyo. Debido a que algunos estudiantes comprendieron mal y cambiaron

completamente su significado, Mary Baker Eddy se vio obligada a reexaminar y

corregir su primera fraseología, tal y como se halla en la primera edición de

Ciencia y Salud, y a introducir modificaciones en ediciones posteriores.

Lo que la Misión de Jesús Mostró

La misión de Jesús sobre la tierra fue para mostrar, para demostrar,

que no hay personalidad corpórea, ni enfermedad, ni pecado ni muerte.

De acuerdo con la Ciencia Cristiana la palabra persona significa

divinidad, y no humanidad. Esta Ciencia enseña que no existe en absoluto algo

como personalidad física. La encarnación (o circunstancias carnales) de Jesús

tuvieron el propósito de mostrar el proceso por el cual lo físico (o la así llamada

personalidad material,) es disminuido; – que en la proporción en que la mente

mortal se espiritualiza, la personalidad corpórea disminuye, hasta que finalmente

desaparece, tal y como Jesús se esfumó en la ascensión.


El trabajo de Jesús fue individual y jamás podrá repetirse. Su reaparición

debe ser impersonal. Su segunda venida debe ser como una idea impersonal, no

como una corporeidad. Él debe presentar, no una mente encarnada en la materia,

o un alma rodeada de carnalidad, sino una comprensión de Vida, Verdad y Amor

en su significado espiritual, tal y como se muestra tanto en las Escrituras, como en

Ciencia y Salud. El Salvador probó que su crecimiento fue un progreso sobre, y

fuera de, la corporeidad, hacia el Espíritu; no una regresión hacia la carne.

Ningún hombre o mujer mortal tomará o podrá tomar el lugar de Jesús, o

cumplir nuevamente su misión terrenal. Su trabajo está hecho, y no necesita ser

duplicado. Lo que será revelado por medio de la Ciencia Cristiana, y que se está

desarrollando a sí mismo, es la más pura idea y manifestación espirituales del

carácter del Cristo, en palabras y en obras. La aparición personal del Maestro fue

por una sola vez, y para todos los tiempos.

¿Qué es la Segunda Venida?

“¿Qué es la segunda venida del Cristo?” la Sra. Eddy preguntó, y

respondió que es otra era del despertar del mundo, un advenimiento superior en la

conciencia humana de la idea espiritual, el verdadero carácter de Dios. Esta idea

de Dios ni viene ni se va, porque es inseparable del Principio divino, la eterna

presencia del YO SOY. Pero el concepto humano de esta idea tiene sus períodos

de luz y de sombra.

Cada Científico leal comprende que la segunda venida del Cristo es, por lo

tanto, la siguiente mayor revelación espiritual del carácter de Dios – tu verdadero

carácter. La era Cristiana presentó la primera idea tangible del carácter de Dios

por medio de ese hombre inspirado, Jesús. La era de la Ciencia Cristiana se

introduce por medio de la mujer, la segunda aparición de Su carácter (infinito, de


Dios) y esto por la necesidad de Su naturaleza (Principio) como el Padre y Madre

de todo, el creador; más aún, la eterna y total idea de Dios.

Por lo tanto, esta era llega no por medio de Jesús, sino por medio de Mary, la

clase de feminidad y madre de su primera y eterna aparición, la cual sólo la

Ciencia divina puede proporcionar. La tercera aparición de la idea espiritual del

carácter de Dios se presentará con la desaparición de todo lo demás, y

establecerá la supremacía del Espíritu que extingue el sentido humano de lo

divino, quita toda sensación de la materia y revela el hecho final de que la idea,

Cristo, no es un hombre o mujer finito ni materializado, sino que es, el concepto

de la Mente infinita (nuestra verdadera Mente).

Mary Baker Eddy comparte con nosotros lo siguiente:

“Ahora, mide tu crecimiento y tu ser, por tus obras; no por tus

palabras. Todo lo que yo he alcanzado ha sido sacando a Mary del camino, y

dejando a Dios ser reflejado. Cuando alcancé este tono, el enfermo se sanó sin

una palabra.” [Mary Baker Eddy vio al hombre perfecto, como ‘incorpórea,

divina, suprema e infinita Mente, Alma, Espíritu, Principio, Vida, Verdad, Amor.’]

Nunca se sientan decepcionados, queridos míos. Este trabajo no se da

en la monotonía, es crecimiento. Es repetir y vencer, repetir y vencer, repetir y

vencer. ¿No es acaso éste el modo por el cual un matemático llega a ser

matemático?” (Divinity Course and General Collectanea, Oakes)

Arthur Corey, en Christian Science Class Instruccion (Instrucción en Clase

de Ciencia Cristiana) explica: “En la medida en que vamos de gloria en gloria, el

hecho de que estamos divinamente sustentados, debe hacerse evidente para

nosotros como abrigo, alimento, vestimenta, dinero, o lo que sea necesario por

nuestra comprensión de sustancia. Pensar en todo ello como materia, es investirlo

de limitaciones materiales, desde luego, y arriesgar el resultado de nuestro más

preciado trabajo. Si, por otro lado, comprendemos que es sustancia divina


manifestándose, independientemente del lenguaje de su aparición, lo hallaremos

adecuado al punto de la abundancia, apropiado al punto de la armonía, y

satisfactorio al punto del contentamiento”.

Los inspirados escritos de Mary Baker Eddy son un pozo profundo de

inspiración y comprensión que nunca deben faltarnos, un caudal de tesoros a los

cuales podemos acudir una y otra vez, sin jamás regresar con manos vacías. Ella

misma escribió:

“Cada Estatuto del Manual fue inspirado. Yo no los escribí más de lo

que escribí Ciencia y Salud. Yo estudié Ciencia y Salud constantemente.” (Divinity

Course and General Collectanea, Oakes)

Nuestro deseo es que este libro despierte en el lector un profundo anhelo y

deseo de conocerse a sí mismo* tal y como verdadera, divina y científicamente

somos.

Helen M. Wright Septiembre, 1999

*NOTA: En este libro, dondequiera que se use: hombre, él, suyo, a sí mismo, etc., hace la

referencia genéricamente, tal y como al referirse a la mujer, - para ella, de ella, a sí misma, etc., en conformidad con el mandato de la Sra. Eddy en C & S 517: 10, “...la mujer ... corresponde a la Vida y al Amor... no tenemos tanta autoridad para considerar a Dios masculino como para considerarlo femenino, porque el Amor imparte la idea más clara de la Deidad”.


CAPÍTULO I

INVESTIGANDO EL LIBRO DE TEXTO

La Llave Para Aprender

lo que Divinamente Somos,

Como los Siete Sinónimos Para Dios

El Lenguaje del Amor

Mary Baker Eddy dio al mundo un nuevo lenguaje.

Profundamente enterrado dentro de las páginas del libro de texto, Ciencia y

Salud con Clave de las Escrituras, yace el lenguaje espiritual primordial, el

lenguaje de la Verdad. En este libro, al comenzar a aprender este lenguaje, vamos

a ir descubriendo paisajes de la Mente aun más extraordinarios que los enormes

picos del Himalaya.

En el tratado de Webster, “Origen del Lenguaje”, se afirma: “El lenguaje fue

de origen divino.... Por tanto, es probable que el lenguaje, lo mismo que la facultad

del habla, haya sido el regalo inmediato de Dios”.

Génesis 11: 1 habla de un tiempo cuando: “Tenía entonces toda la tierra una

sola lengua y unas mismas palabras”. Describe un tiempo cuando toda la tierra

tenía un solo lenguaje y un solo idioma – cuando la tierra estaba coronada por el

cielo, y todo arbusto común, incendiado por Dios, pero sólo aquellos que tenían

ojos para ver se quitaron el calzado; los demás permanecieron sentados alrededor y

arrancaban moras. Y la gente dijo: “...edifiquemos una ciudad (una conciencia –

en este caso una conciencia errónea,) y una torre”, lo cual hicieron. Así se perdió

la perfección.

Esta alegoría nos muestra que había originalmente un lenguaje espiritual; –

alude a una existencia prístina como la radiante realidad de la creación de Dios,


cuando las estrellas cantaban todas en armonía con la música de las esferas – pero

de algún modo con el nacimiento humano, el materialismo entró furtivamente, y

el hombre ya no escuchó más la voz de Dios ni tampoco habló más con Dios, la

Mente divina, “tan concientemente como el hombre habla con el hombre”.

La Biblia nos cuenta de la búsqueda del hombre para hallar su unidad con

Dios, – su reunión con el paraíso perdido, – la que culminó con la venida de Cristo

Jesús quien individualmente demostró su unión con Dios, y prometió enviar “al

Consolador” (Juan 14) – la Ciencia del Cristo.

La Ciencia del Cristo es “el Consolador”. Esta Ciencia puede ser

aprendida, y así cada uno de nosotros, individualmente, podemos alcanzar la

unidad con Dios por medio de la comprensión espiritual de esta Ciencia.

La Sra. Eddy Presenta el Lenguaje del Espíritu

En Ciencia y Salud la Sra. Eddy presenta el lenguaje del Espíritu. Las

Concordancias de Ciencia y Salud muestran que hay más de ciento veinte

referencias de “aprendiendo, aprender, aprende, aprendió, aprendamos, aprendéis,

aprendemos, aprenderán, aprenderéis, aprenderemos, aprenderse, aprendí,

aprendices, aprendido, y aprendió”. Cuando el lenguaje del Espíritu sea aprendido

espiritualmente, nos capacitará para recuperar nuestra aparente perdida herencia de

la habilidad para comunicarnos con el Espíritu, – es decir, ser uno con Dios, con la

Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.

Naturalmente esta habilidad de conversar con el Espíritu siempre ha estado

aquí, – es entera y eternamente presente, – pero no será reconocida ni demostrada

hasta que sea aprendida, y así aprehendida, suplante la comunicación material (el

malentendido) con la comunicación o comunión espiritual, la comprensión

espiritual de nuestra naturaleza Divina como Mente, Espíritu, Alma, Principio,


Vida, Verdad, Amor. Nuestro falso sentido de sustancia debe ceder a, y ser

cambiado por, la eterna presencia del Amor ministrador.

Debemos ser una “RAMA separada” hasta en tanto que “el varón cuyo

nombre es El RENUEVO [no un mortal corpóreo,]... brotará de sus raíces, [su

propia concepción] y edificará el templo del Señor.” (Zac. 6: 12) La premisa sobre la

que se trabaja en la Ciencia Cristiana, es que: Dios, el bien infinito, nuestra Mente

verdadera, puede ser comprendido como un Principio divino, por medio de una

serie de sinónimos escritos con mayúsculas; y que nuestra imagen – la imagen de

la Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor – la imagen que

llamamos ‘hombre’– es nuestra propia idea espiritual reflejando todo lo que somos

como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.

La Sra. Eddy escribe: “Las mutaciones del sentido mortal son la tarde y la

mañana del pensamiento humano,” (Un. 61: 9) – el crepúsculo y el amanecer de la

visión terrenal, que precede la radiante ausencia de oscuridad de la Vida divina,

nuestra vida verdadera. La percepción humana, avanzando hacia el

reconocimiento de su nada, se detiene, se retrae, y nuevamente avanza; pero el

Principio divino y el Espíritu [que somos nosotros,] y [nuestro reflejo,] el hombre

espiritual, son inmutables – ni avanzando, ni retrocediendo ni deteniéndose.

“Nuestro concepto más elevado del bien infinito en esta esfera mortal no es

más que el signo y el símbolo, no la sustancia del bien. Para el sentido humano, lo

más alto a que se puede llegar es la fe y una tenue comprensión.” (Un. 61: 17 – 20)

La Sra. Eddy Tuvo que Esconder su Descubrimiento

La Sra. Eddy descubrió la Ciencia Cristiana y el lenguaje del Espíritu en una

era de denso materialismo, y supo que su descubrimiento debía ser escondido hasta

que el pensamiento estuviera preparado espiritualmente tanto para aceptar el

lenguaje nuevo del Espíritu, como su revelación de la Ciencia del ser. De otra


manera, ella lo sabía, su descubrimiento no sobreviviría al materialismo, y por lo

tanto no se desarrollaría gradualmente hasta revelar la verdadera identidad de

nuestro ser, como el ser incorpóreo, divino, supremo e infinito. A sus estudiantes,

la Sra. Eddy les dijo: “Guardad todo lo que os digo profundamente en vuestros

corazones. Pocos lo comprenden ahora, y si se guarda en la materia, será

aniquilado.” (Ensayos y Otras Huellas, Vea el Apéndice)

Al principio la Sra. Eddy creyó que, si ella podía revelar la verdad desde

Dios, los mortales la comprenderían; pero halló que ellos no podían. El sentido

material, el cual forma la base del pensamiento de los mortales, es incapaz de

comprender las cosas del Espíritu, hasta que sean expresadas en términos

comprensibles para dicho sentido. En ese momento los mortales pueden comenzar

a elevarse a sí mismos, y en esta actividad, más y más de la verdad se hará clara

para ellos. Como dijera Longfellow:

“No tenemos alas, no podemos remontarnos;

Pero tenemos pies para escalar y trepar

En pequeños grados, pero más y más

Hasta las nebulosas cumbres de nuestro tiempo.”

En la medida en que uno estudia y pondera el Libro de Texto, no se

comprende todo lo que se está leyendo; sin embargo, se gana un desarrollo

espiritual imperceptible, y se debe confiar en el hecho de que este desarrollo está

teniendo lugar.

Laura Sargent, quien vivió con la Sra. Eddy, relató que la Sra. Eddy, casi al

finalizar la última revisión del Libro de Texto, exclamó: “¡Helo aquí! Laura, lo he

escondido... y si lo escondo una vez más, nunca hallarán la Ciencia en él.” (Ensayos y

Otras Huellas y Documentos Misceláneos en el Apéndice)

Pero, por supuesto, la Sra. Eddy sabía que sería hallado eventualmente.

Cuando se le preguntó quién se haría cargo de la causa de la Ciencia Cristiana en


los tiempos por venir, la Sra. Eddy respondió: “Esa pregunta se ha resuelto a sí

misma en un error fatal. Yo no cargo con la obra por mí misma. Es únicamente

por medio de la influencia del Señor que lo hago, y el Señor es el único que

cargará con ella. No haya mayor inquietud en cómo se llevará a cabo la obra en el

futuro, más de la que hay en cómo serán los descubrimientos en astronomía, o qué

ocurrirá en las nebulosas, porque se trata de un tema infinito. Así que la

especulación es absurda. Mi vida ha sido una demostración tal en esto, que los

asombraría.” (Ensayos y Otras Huellas, Ver Apéndice).

La Ciencia en el Libro de Texto

Alborea Sobre John W. Doorly

A menos de seis años de que la Sra. Eddy dejara el escenario humano, John

W. Doorly, un maestro y practicista de Inglaterra, comenzó una búsqueda e

investigación de veintidós años en el lenguaje del Espíritu. Ya en 1936 él había

comenzado a ver el sistema en la Ciencia Cristiana y había llegado a la conclusión

de que era de lo más importante tener una mejor comprensión de los siete

sinónimos para Dios. Es interesante resaltar que, en 1886, cincuenta años antes

del descubrimiento de Doorly, el juez Hanna ya había visto el sistema en Ciencia y

Salud. Cuando él señaló el sistema a la Sra. Eddy en el Libro de Texto, ella le dijo

que era muy pronto para evidenciarlo. “Esperemos otros cincuenta años...” le

aconsejó, y justamente cincuenta años después, John W. Doorly descubrió el

sistema.

La vida de John W. Doorly fue una vida de consagración a la causa de la

Verdad, caracterizada por una gran visión, coraje moral y unidad de propósito.

Sus conferencias y escritos fueron frescos, dinámicos y llenos de una cálida

humanidad. Su contribución a la Ciencia del Cristianismo continuará inspirando y

animando a todos los buscadores de la Verdad.


Doorly se había estado preguntando: “¿Es correcto llamarnos Científicos a

nosotros mismos si desconocemos la Ciencia en nuestro Libro de Texto?” Cada

ciencia tiene elementos con los cuales trabaja. Nuestros elementos, vio Doorly,

son los siete sinónimos, los términos que la Sra. Eddy utilizó para definir a Dios.

Debemos aprender del Libro de Texto cómo caracteriza la Sra. Eddy dichos

términos; cómo se caracteriza Mente, cómo se caracteriza Espíritu, cómo se

caracteriza Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.

Un estudiante de la clase de la Sra. Eddy en 1888, recordó que la Sra. Eddy

le dijo a la clase que los sinónimos para Dios eran la base de la Ciencia; que, de

hecho, los sinónimos para Dios son la Ciencia. (Documentos Misceláneos, pág. 51, preservados por

Gilbert Carpenter. Vea el Apéndice) Este hecho no fue percibido por la totalidad de los

miembros, sino hasta cincuenta años después de que la Sra. Eddy hiciera esta

trascendente afirmación, pero, como hemos visto, el concepto de los siete

sinónimos, siendo fundamental para la Ciencia, fue alboreando lentamente en el Sr.

Doorly desde 1916.

Ecos del poema de la Sra. Eddy, Los Estados Unidos a Gran Bretaña,

reflejan en su profundo significado, los esfuerzos de Doorly para obtener un

significado claro del “sistema”, la Ciencia, en el Libro de Texto de la Sra. Eddy.

Valiente Gran Bretaña, ¡bendices a América!

Unes tu plan de batalla;

Victoriosos, todos cuantos lo viven, -

El Amor hacia Dios y el hombre.

Doorly y su Equipo Comienzan su Monumental Trabajo

Hacia 1938 Doorly y su equipo de dedicados estudiantes – el Dr. Max

Kappeler entre otros – comenzaron su monumental trabajo; una investigación

científica consagrada y comprensiva de los siete sinónimos para Dios.


Durante los siguientes doce años, en tanto que Doorly trabajaba con sus

estudiantes, una revelación seguía a otra hasta que las tres principales categorías de

la Ciencia del ser y la relación entre ellas salieron a la luz:

(1) La categoría de los siete sinónimos

(2) La categoría operativa: el Verbo, el Cristo, el Cristianismo y la

Ciencia, que muestra cómo los siete sinónimos operan en un

cálculo infinito y divino

(3) La categoría de los cuatro niveles de conciencia espiritual – los

niveles sobre los cuales opera la Ciencia del ser. Estos son, en

orden descendente: el nivel de la Ciencia, el nivel de la Ciencia

divina, el nivel de la Ciencia Cristiana absoluta, y el nivel de la

Ciencia Cristiana.

El Dr. Max Kappeler se une al Equipo, al Inicio de la Investigación

El Dr. Max Kappeler fue un estudiante del Sr. Doorly. A fines del otoño de

1938 obedeció a un divino impulso para cerrar su negocio en Zurich, Suiza, y pasó

un año en Inglaterra.

Doorly, ahora totalmente convencido que los siete sinónimos para Dios eran

fundamentales en la Ciencia del Libro de Texto, requería de un equipo de

colaboradores para el enorme trabajo de probar su hipótesis; así que pareció

providencial que el joven Kappeler apareciera en escena justo cuando la actividad

crítica y decisiva estaba siendo llevada a cabo.

Además de Doorly y unos cuantos maestros de Ciencia Cristiana, tales como

Laurie Sinton e Irene Oppenheim, el grupo de investigación consistía de cuatro

Practicistas de la Ciencia Cristiana, una o dos gentes más, y de Kappeler, quien ser

refiere a sí mismo como el novato.


El Grupo Investigador se Entrega Efusivamente

a su Sagrada Labor

El pequeño grupo investigador se entregó efusivamente a esta trascendente

tarea. Para su labor sagrada – la cual consideraban como un gran privilegio –

mantuvieron una devota y total consagración.

Durante siete meses se reunieron cada sábado, trabajando desde que

amanecía hasta muy tarde en la noche, estudiando los siete sinónimos para Dios en

Ciencia y Salud.

¿Cómo fue que los estudiaron? “Bueno”, explica Kappeler, “¡Sólo lo

hacíamos! Y de tanto hacerlo hallamos paso a paso cómo hacerlo un poco mejor

en nuestra siguiente reunión”. Un alma decidida hará más con una oxidada llave

de tuercas que un haragán con todas las herramientas de la ferretería. Y como

Yoghi Berra aconsejara: “Cuando llegues a una bifurcación en el camino, tómala.”

Ellos comenzaron tomando un sinónimo por vez. La definición de Dios

comienza con “Mente” así que empezaron con Mente, examinando cada oración en

el Texto que contuviera Mente.

Más tarde en su estudio idearon una manera de utilizar cuatro columnas.

Bajo la columna “¿Qué es Mente?”, escribieron ideas tales como ‘poder’,

‘ley’, ‘base’, ‘inteligencia’, etc. (Vea las referencias a Mente en el capítulo de Mente.)

Bajo la columna “¿Qué hace la Mente?” ellos escribieron ‘La Mente sana,

influye, dirige, produce, forma, crea’, etc.

Bajo la columna “¿Con qué trata la Mente?” anotaban negativos tales como

‘ignorancia, herencia, creencias, ilusiones, mesmerismo, muchas mentes’, etc.

Bajo la columna “¿Cómo se interpreta la Mente a sí mima?” registraron

ideas como ‘por revelación’, o ‘sabiendo todo’, etc.

Cada referencia era examinada para ver si les decía algo sobre la propia

Mente. Cada vez que hallaban una afirmación que definía a Mente por medio de


alguna idea, la anotaban, y hacían una lista para ellos mismos en tanto avanzaban.

Esto se dice más fácil de lo que fue.

El equipo investigador comprendió que debían ser muy honestos en su

investigación. No debían interpolar o cambiar los puntos de vista. Vieron que

debían preguntarse continuamente: “¿Qué es lo que el Libro de Texto dice de

Mente en sí misma?” y no: “¿Qué es lo que dicho Texto dice acerca de la actitud

del hombre en relación con Mente?” lo cual es bastante diferente dado que

describiría la actitud del hombre y no las cualidades particulares y distintivas de

Mente. Ellos debían permanecer muy alertas, muy estrictos, en su análisis; debían

permanecer muy puros para no obtener una lista errónea o falsa, y con ello un

fundamento falso sobre el cual construir.

Pronto se percataron de que una de sus mayores dificultades era que estaban

bastante propensos a poner mucho de su propia interpretación en el Texto, con el

resultado de que en lugar de permitirle al Texto ceder su propio valor, sus listas

estaban cargadas con interpolaciones que ellos hacían, al hacer que aconteciera en

ese sentido, o al pensar que así debía ser. Naturalmente esto resultó en una lista

terriblemente grande de características de Mente.

¿Son los Siete Sinónimos, Intercambiables?

Cuando los investigadores estudiaron Espíritu cayeron en mayores

problemas aún, recuerda Kappeler. Aquí, en Espíritu, se enfrentaron con muchas

de las mismas cualidades, atributos, e ideas que habían anotado como

caracterizando Mente. Este mismo problema fue encarado con cada uno de los

sinónimos. Después de avanzar con Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor, ellos

estaban ya completamente concientes de que el método era incorrecto, porque

vieron que muchas de las palabras de su lista de Mente eran usadas más o menos

con todos los otros sinónimos.


Ahora se veían confrontados con las siguientes preguntas: ¿Era incorrecta su

hipótesis? ¿Tenían razón los Científicos de la iglesia en considerar verdadera y

libremente intercambiables los sinónimos, sin características distintivas que los

diferenciaran unos de otros? O, ¿estaban equivocados en el método?

Siendo hombres de temple moral, convirtieron sus desilusiones en ayudas,

‘como las ostras convierten en perlas la arena que las inunda.’ Después de una

consideración cuidadosa decidieron que el concepto de su método para avanzar

era incorrecto. Vieron que el método debía incluir cierto modo práctico para

poder llegar al meollo del asunto.

Decidieron que debía existir una razón, por ejemplo, por la que cada

sinónimo estaba caracterizado por: poder, y por ley, a pesar de que dichas

características estuvieran en otro lado, asignadas específicamente a Mente. ¿Por

qué la Sra. Eddy habla acerca del poder de Mente, del poder de Espíritu, del poder

de Principio, del poder de Vida, del poder de Verdad, y del poder Amor? ¿Por

qué habla de la ley de Mente, de la ley de Espíritu, de la ley de Principio, de la ley

de Vida, de la ley de Verdad, y de la ley de Amor?

Este aspecto del Libro de Texto era aquello por lo cual los Científicos

Cristianos, como un cuerpo, sentían que los sinónimos eran intercambiables, y

sentían que eran capaces de probarlo, desde las afirmaciones de la Sra. Eddy en el

propia Texto, dado que ella utilizó cualidades tales como poder o ley, con los siete

sinónimos. Pero, desde luego, los Científicos de la iglesia no habían hecho, ni han

hecho todavía, un estudio tan profundo que tomara todas las facetas en

consideración.

La Combinación de Cualidades

Los Científicos de la iglesia no han tomado en consideración, por ejemplo,

lo que Doorly y su equipo eventualmente llegaron a ver, es decir, que cada


sinónimo tiene su contraparte o falsificación, y esto tiene una conexión con la

razón por la que Mary Baker Eddy usa “poder” y “ley” con todos los sinónimos.

La enseñanza de la Ciencia Cristiana mantiene que si queremos sanar un

problema negativo debemos usar el hecho exacto acerca del problema y no solo

cualquier otra verdad. Por ejemplo, si el problema es algo relacionado con el

testimonio de los sentidos físicos sabemos que debe ser tratado por medio del

hecho acerca del cual los sentidos físicos son una mentira. Es la falsificación – en

este caso el testimonio de los sentidos físicos – lo que determina cuál sinónimo

debe ser utilizado. Los sentidos físicos son una mentira acerca de los sentidos de

Alma. Así, en un problema con los sentidos físicos, los cuales son una

falsificación de Alma, la Sra. Eddy usa los sentidos de Alma para contrarrestar el

testimonio de tales sentidos físicos y echar fuera la mentirosa evidencia de los

sentidos físicos.

Para contraatacar y vencer las creencias falsas, sin embargo, necesitamos

poder, el cual pertenece intrínsecamente a Mente; por lo tanto, cuando decimos “el

poder de Alma” es una combinación de Alma y Mente. Cuando la Sra. Eddy usa

el poder de Espíritu para vencer las enfermedades de la carne – carne siendo la

falsificación de Espíritu – tenemos una mezcla o combinación de Espíritu y Mente.

Si el problema fuera el espectro de inminente muerte, la Sra. Eddy hablaría del

poder de Vida para resucitar y revitalizar; cuando ella habla del poder de Vida para

vencer la muerte (la falsificación de Vida) tenemos una combinación de Vida y

Mente.

El Libro de Texto está lleno de estas combinaciones. En cada caso, los

investigadores comenzaron a ver, que es el poder de Mente lo que importa – no el

poder de Espíritu, Alma o Vida – porque han aprendido que poder pertenece

intrínsecamente a Mente.


Todo llegó a ser más claro para este pequeño equipo de investigadores en la

medida que adquirían más experiencia y conocimiento en la combinación de ideas,

y comenzaban a ver cómo operaban como el Verbo, el Cristo, el Cristianismo y la

Ciencia en los cuatro niveles descendentes de Ciencia, Ciencia divina, Ciencia

Cristiana absoluta, y Ciencia Cristiana. Dado que gran parte del Libro de Texto

está escrito en el nivel de Ciencia Cristiana, el cual es el último nivel absoluto más

bajo, nivel que tiene que ver con los problemas y necesidades humanas, la mayoría

de las referencias a los sinónimos constituyen estas combinaciones. En el nivel de

Ciencia Cristiana, la Sra. Eddy trata con problemas negativos, y esto sólo puede

lograrse usando la verdad exacta acerca de la cual el problema es una mentira.

A pesar de que un cierto porcentaje del Texto está dedicado a la Ciencia

Cristiana absoluta, en el cual gobiernan otras reglas, usualmente en el mencionado

Texto la Sra. Eddy está tratando con un sentido equivocado, y por lo tanto el

problema está planteado como lo más importante y da el tono. En este nivel de

Ciencia Cristiana, Doorly y su equipo de investigadores comprendió que el

problema planteado en el Texto era el sujeto, y para solucionarlo correctamente (al

sujeto), la Sra. Eddy debía usar el sinónimo correcto. Así que, si la Sra. Eddy está

tratando con los cinco sentidos físicos – el testimonio de los cinco sentidos físicos

– no está en libertad de decir: la Vida corrige, o el Amor corrige. Sólo los

sentidos de Alma pueden corregir los cinco sentidos físicos; pero dado que también

se requiere de poder, debiera ser por medio de ‘el poder de Alma.’

Nuevamente, si el problema es la ilusión de muerte, y la creencia es que la

muerte tiene poder, entonces, ¿cuál es la respuesta? El problema asignado es que

la muerte tiene poder. ¿Por medio de cuál de los sinónimos se podría hallar la

respuesta a la creencia de que la muerte tiene poder? Por medio de Vida. Dado

que todo mundo cree que la muerte tiene poder, la creencia de que la muerte tiene

poder debe ser corregida por medio de Vida. Así vieron que debían usar Vida,


para ser verdaderamente exactos. Pero requiere poder el corregir – el poder de

Mente – así que tenemos una combinación de Vida y Mente. ‘Poder’ se usa en

forma secundaria – poder de la Vida – porque el problema es la primera cosa; el

problema dice que la muerte tiene poder, así que la Sra. Eddy tuvo que

compensarlo por medio de Vida como siendo el foco de poder. Pero ‘poder’ es

fundamentalmente Mente, tal y como lo aprendieron los investigadores, por lo que

llamaron a tal afirmación una combinación o mezcla.

El Método es el Todo

Pronto el equipo de investigadores vio que el método es todo. Cuando

hallaron y obedecieron unas cuantas reglas, las cosas se hicieron más fáciles.

El Libro de Texto quizá está escrito en un noventa y ocho por ciento en base

a combinaciones de los siete sinónimos. En pocas citas los investigadores

pudieron adquirir el tono puro de los sinónimos en su estudio del Texto; solo

ocasionalmente afirma el Texto que Mente es poder, y que la Mente sola es poder.

Pero a pesar de que ‘poder’ es mayormente usado como combinación con los otros

sinónimos – el poder de Espíritu, de Alma, de Principio, de Vida, de Verdad y de

Amor – vieron que el Libro de Texto, inequívocamente caracteriza Mente como

poder.

El Libro de Texto es una gran sinfonía en donde todos los tonos se

combinan. Sólo aquí y allá la pureza de un sinónimo se evidencia. Dado que casi

todo el Texto está en estas combinaciones, fue difícil para estos primeros

investigadores hallar el método correcto para separar estas combinaciones y ver el

tono puro de cada sinónimo.


El Libro de Texto es una Sinfonía

Al estudiar música encontramos frecuentemente una sinfonía donde todos

los tonos se unen unos con otros – están todos juntos, reunidos. Rara vez tenemos

una simple melodía en la que un tono en su pureza vaya al siguiente tono en su

pureza, y sentiríamos, si esto fuera el todo de la música, que no sería ni tan

completa ni tan emocionante. El Libro de Texto es una sinfonía. Para analizar

dicha sinfonía, primero que nada, debemos determinar cuáles son los tonos puros.

Esta fue una tarea difícil para el equipo de Doorly. Tuvieron que caminar

por el desierto. Gradualmente se dieron cuenta de por qué sus hallazgos en la

primera ronda no fueron tan concluyentes. El pequeño grupo pronto aprendió que

los errores son instructivos. Cuando un estudiante piensa realmente, aprende

tanto de sus errores como de sus aciertos. Los problemas son oportunidades, y

hay muchos alrededor. Como alguien dijera: “Un golpe en los dientes es la mejor

cosa en el mundo para ti.” Paso a paso ellos aprendieron que el uso de un

sinónimo era, en la mayoría de los casos, determinado por el problema en

particular – siempre que se tratara de un problema negativo. El problema

negativo era lo que determinaba cuál sinónimo era el que debía usarse para

contrarrestarlo. Cuando los investigadores se hicieron concientes de esto,

obtuvieron una regla para su método.

Un Desafío Para el Equipo

Luego que el equipo estuvo estudiando los sinónimos de esta manera por un

lapso de siete meses, recibieron un escrito de la Comisión Directiva de Boston de

que era contra las reglas del Manual que los estudiantes se reunieran a considerar

cosas. ¡Imagínense!

Doorly entonces les pidió a Max Kappeler y a John Sinton que retomaran

sus hallazgos obtenidos en el trabajo de invierno, y cortaran todo aquello que no


fuera absolutamente concluyente. Como se dijo anteriormente, habían hecho una

lista voluminosa para cada sinónimo porque al principio no estuvieron alertas a las

reglas que gobernaban este estudio – reglas que deben tomarse en cuenta para

elaborar una lista adecuada. Sabían que la lista no estaba todavía en el nivel en

que pudiera defenderse de la crítica.

El siguiente paso fue buscar en las Concordancias todas las cualidades,

atributos e ideas que habían enlistado bajo los siete sinónimos; ideas como ‘poder,

ley, inteligencia, sustancia’, etc. Necesitaban ver cómo estaban usadas estas ideas

en relación con los sinónimos.

Este enfoque fue diferente. Arremetiendo el estudio de esta forma pudieron

ver más fácilmente cuándo los términos tales como ‘poder, ley, inteligencia,

sustancia’, etc. eran usados como combinaciones, denotando una mezcla de dos

sinónimos, o cuándo indicaban la naturaleza intrínseca de un sinónimo.

Kappeler y Sinton Reducen la Lista

Para esta labor, Kappeler se fue a Manchester, Inglaterra, en donde vivían

los Sinton, y juntos trabajaron en ellas. Para su sorpresa, usando este método de

mirar cada idea en las Concordancias hallaron que podían cortar casi todo. Antes

de que hubieran terminado, tenían no más de un diez por ciento de la enrome lista

original.

Kappeler se preguntaba lo que Doorly diría cuando se le entregara

finalmente la lista. Pero Doorly pronto apaciguó los temores de Kappeler al

mostrar gran contentamiento. Dijo Doorly: “Trabajemos sólo en eso que es

absolutamente concluyente; porque si trabajamos sobre lo que no es absolutamente

concluyente, sería como construir sobre la arena, volviéndose cada vez más y más

débil hasta que finalmente se derrumbe.” Él aprobó sólo una pequeña lista que era


concluyente y fundamental. Sólo sobre una lista que fuera fundamental podría

uno construir con seguridad.

A la mente humana, por supuesto, le gusta tener una lista enorme. Pero

muchas de nuestras ciencias exactas tienen un dicho de que: ‘con menos hacemos

más’. Esto es verdad en relación al estudio de los sinónimos – es mejor trabajar

desde la pureza absoluta y desechar cualquier cosa que sea cuestionable.

Al regresar a Zurich, Kappeler arremetió sobre las referencias de los

sinónimos no menos de treinta veces. En colaboración con sus colegas de allá, él

produjo los Diez Compendios para el estudio de la Ciencia Cristiana. Los

compendios del cuatro al diez, abarcan los siete sinónimos: Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida, Verdad, y Amor. En Inglaterra, Peggy Brook, colaborando con

amigos, produjo ‘Un Estudio sobre los Fundamentos de la Ciencia Cristiana’, un

libro que trata sobre los siete sinónimos y también sobre el cálculo divino e

infinito. (Vea el Apéndice.)

La Necesidad de una Actitud Inquisidora

A menudo se le pregunta a Kappeler por qué fue capaz de continuar y llevar

a cabo las enseñanzas de Doorly, y normalmente su respuesta es que, en primera

instancia, él siempre había tenido una actitud inquisidora y se cuestionaba todo lo

que Doorly decía, con el propósito de tener la seguridad de que entendía

completamente el punto en discusión. “Cuando los Reportes Detallados llegaron,

no los leí de la manera en que la mayoría de los estudiantes de Doorly los leían,”

explica Kappeler, “yo los cuestionaba. Me preguntaba: ¿Por qué resume John

Doorly esta sección en particular como Mente? ¿Por qué resume en ese tono de

Mente lo que nos ha dado? ¿Cómo pudo haber llegado a dicha conclusión?”

Muchos de los estudiantes de Doorly estaban tan impresionados con su

capacidad, que sentían que podían aceptar sin cuestionar, todo lo que leían en los


Reportes Detallados, y así, jamás movieron en su conciencia lo más importante, es

decir, el pensamiento inquisidor.

El uso de la Biblia para Entender los Tonos

Kappeler también dice que halló en la Biblia una gran ayuda, especialmente

para cultivar la tonalidad. Cuando él, en cierto punto de su desarrollo, fue capaz

de ver repentinamente el esquema completo del Libro de Texto, (Vea las últimas páginas de

este libro) sintió que esta habilidad la debía en gran parte al hecho de que había pasado

cuatro años estudiando la Biblia con la intención de ver la tonalidad en ella. Él no

leyó la Biblia en forma de historias, sino en forma de tonos, siempre en forma de

tonos. Estaba interesado, en leer la Biblia como la historia de los siete sinónimos.

La leyó como la historia de la ley que estaba ocurriendo justo aquí y ahora, la cual

estaba ilustrada con el simbolismo de esa época. Vio que las historias estaban

presentando verdaderamente una ley eterna e inmutable que está operando aquí,

ahora – operando en nosotros, justamente ahora. Vio que necesitábamos sólo ver

la estructura de los libros de la Biblia; entonces nos darían su ley, y dicha ley es

una ley actual. De esta manera Kappeler se entrenó a sí mismo en tonalidad.

Kappeler también sintió que su habilidad para captar la tonalidad, así como

la interpretación estructural de la Biblia y del Libro de Texto, había sido

grandemente intensificada por la expansión en su práctica como maestro, escritor y

conferencista inmediatamente después de su retorno a Zurich. Esto no habría sido

posible, si antes no hubiera primero adquirido una considerable comprensión del

tema.

El hecho de que Kappeler publicara sus conferencias en alemán, requirió

una mayor maestría en el tema tratado, dado que la enorme cantidad de material

que contenían los Reportes Detallados de Doorly, tuvieron que ser reducidos para

descubrir sus elementos esenciales, con objeto de reducir los costos de impresión;


y condensar algo tan voluminoso justo a sus rudimentos, es siempre un modo

excelente de aprender el todo de un tema.

Todas estas actividades desarrollaron el sentido de tonalidad de Kappeler.

Una revelación seguía a la otra con perpleja rapidez.

Doorly y Kappeler como Pioneros

y Científicos, Maduros

De acuerdo con Webster un pionero es alguien que va por delante, como en

un desierto, removiendo obstáculos, y preparando el camino para que otros lo

sigan. Ser pionero no es una actividad para el de corazón medroso. Preparar el

camino para que otros lo sigan, en la Ciencia del ser, requiere un gran amor por el

descubrimiento de la Sra. Eddy, una profunda convicción de que lo que Dios ha

hablado a esta era por medio de ella, es el camino y el fundamento seguro, y

también la comprensión de que ningún hombre puede recorrer el citado camino a

través de ningún otro. “En cada época”, dice la Sra. Eddy, “el pionero reformador

debe pasar por el bautismo de fuego”. Las actividades de Doorly, de Kappeler y

de otros estudiantes comprometidos quienes trabajaron con ellos, no han sido la

excepción. Pero los impedimentos y obstrucciones sólo sirvieron para guiarlos

hacia delante; y sus logros de largo alcance han estado siempre sostenidos

totalmente por la voluntad de hacerlos funcionar.

Doorly, Kappeler y los otros amigos pioneros no sentían la menor lealtad a,

ni esperaban logros de, modos y conceptos anticuados, y pronto los descartaban

por métodos que prometían mejores resultados concretos. Por años mantuvieron

un hábito bien establecido y bueno de trazar nuevos derroteros, y los exploraban

sin temor alguno a las consecuencias. Y siempre ha habido algo caracterizando

esos esfuerzos que los ha elevado de la clase novata, poniéndolos al nivel de los

profesionales entrenados, a pesar de que dichos estudiantes carecían de


entrenamiento en el tema. Así como la marea alta eleva todos los botes, así su

comprensión elevó a todos los buscadores divinos.

Estos Pioneros Poseían

Extraordinarias Cualidades de Pensamiento

Desde el principio, Doorly, Kappeler, y aquellos que trabajaron con ellos

exhibieron cualidades indispensables tanto para los pioneros como para los

Científicos maduros. Clara independencia de pensamiento, completa dependencia

de sí mismos, y una fuerte tendencia a avanzar solos, junto con un sentido crítico

agudamente definido, penetrante percepción, amplio desarrollo de poder de

observación, y un fuerte sentido de propósito, fueron cualidades innatas que

fortalecieron grandemente su llamado.

A medida que los largos días avanzaban pasando la media noche, los siete

sinónimos que nos dicen lo que divinamente somos se hicieron más claros, en la

medida en que estos dedicados trabajadores prosiguieron adelante en sus esfuerzos

de comprender la Ciencia de nuestro ser.

Una inclinación natural para investigar y analizar el Libro de Texto de la

Ciencia Cristiana los mantuvo a la vanguardia del movimiento independiente de la

Ciencia Cristiana. Estos investigadores no eran tahúres; cumplían con sus tareas,

administrándose con lo indispensable y enfatizando la sencillez. La seguridad de

éxito era un requisito y ellos estaban dispuestos a aportar cualquier esfuerzo que

fuera necesario.

Los Pioneros Presionan hacia Adelante

Con total dedicación e incansable determinación, adicionadas por gran

habilidad creadora y notoria fluidez, John Doorly, Max Kappeler, John Sinton,

Peggy Brook, Irene Oppenheimer, Gordon Brown, John Morgan y otros


estudiantes comprometidos, produjeron muchos libros y panfletos, todos

ahondando en su propia contribución a la idea del sistema de la Ciencia Cristiana,

todos elucidando el orden y coherencia del Libro de Texto. Comprender el Ser

infinito en su estructura básica ha sido su búsqueda; y ellos han tenido la habilidad

de percibir en cada categoría mostrada por el Libro de Texto, la enorme línea y

estructura sobre la cual sólo los detalles encuentran su justa forma y lugar. Estos

estudiantes ampliamente despiertos vieron cada aspecto desde el punto de vista

comprensivo. Sus libros y panfletos – escritos en sus momentos libres, en

intervalos ocasionales entre compromisos para hablar, enseñar, sanar y reunirse en

Seminarios de Escuelas de Verano – llevan la huella del genio, del genio que lee lo

que todos los demás leen, pero ve lo que no todos los demás ven.

En las páginas siguientes he tratado de capturar la sustancia de esas

enseñanzas de los primeros estudiantes en este súper importante tema de los

elementos de nuestro ser, tal y como ellos lo llevaron fielmente a cabo, explorando

lo que Doorly y sus estudiantes originales habían visto en Ciencia y Salud.


CAPÍTULO II

EL DESCUBRIMIENTO GRANDIOSO Y

SUBLIME DE MARY BAKER EDDY

Los Siete Sinónimos Describen Nuestro Ser

Tal y como un sol amarillento de invierno se recorta sobre un lúgubre cielo,

la gente sobre la tierra se mantiene indiferente a la vida y atiende sus asuntos en

teléfonos celulares. El Científico Cristiano ora: “Este es el día que hizo el Señor;

nos gozaremos y alegraremos en él.” (Sal 118:24) Piensan en la Declaración

Científica del ser y se regocijan de que pueden “despertarse para conocer su

posesión presente de todo bien”. Pero viendo al feroz error por doquier no

podemos simplemente izar las velas, tronar y chocar nuestros talones – no

podemos sólo sacudir nuestras cabezas cansadamente y proseguir con nuestros

asuntos materiales – fatigados y ajenos a los crímenes que nos harían resbalar hacia

un abismo, tragándose nuestro ser de Dios, dejándonos como desvencijados cestos

de basura.

“¿Por qué debemos estudiar los siete sinónimos?”, podemos preguntar.

La respuesta es que no hay nada más importante para nuestro ser, para la

humanidad, que la pregunta: “¿Qué es Dios?” y su respuesta: “Dios es incorpórea,

divina, suprema e infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor”,

porque estos siete sinónimos constituyen nuestro ser, es decir, “el reino de Dios

dentro [de nosotros,]” como nuestra verdadera conciencia.

Para comprender Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras, resulta

indispensable, por tanto, una comprensión de los siete sinónimos de la Sra. Eddy.

El corazón de la Ciencia Cristiana está en verdad, en la investigación del

significado de los siete sinónimos. ¿Cómo operan? ¿Cuál es su propósito?

¿Cómo podemos captar el significado y el espíritu de estos siete sinónimos?


Debemos estudiar estos sinónimos que Ciencia y Salud nos dice que constituyen

nuestro ser.

Estos siete sinónimos – Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad,

Amor – son fundamentales. Constituyen los elementos de nuestro ser. Son el

cimiento, la base de nuestro ser, porque verdaderamente son el Ser; describen al

Ser. Las ideas de estos siete sinónimos describen nuestro ser. Es decir, cuando

abordamos el tema de los siete sinónimos, abordamos el tema del Ser uno e

infinito, el cual es nuestro ser. En verdad nosotros somos incorpórea, divina,

suprema e infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.

Pregúntate a ti mismo: “¿Qué objeto tiene la vida? Si solo hay un Ser que

se expresa a sí mismo por medio de los siete sinónimos, ¿resulta útil ocupar el

pensamiento con todo lo que presenta la mente mortal – lo cual es sólo sugestión

hipnótica? ¿Tiene algún valor pensar acerca de algo aparte de los siete sinónimos

y de su significado?” Cuando la conciencia se compromete en la contemplación

de los siete sinónimos, está siguiendo la única línea que es benéficamente

productiva. Verdaderamente nada más importa.

Este sencillo discernimiento es tan profundo que deberíamos recordarlo a

diario, y por consiguiente deberíamos pacientemente disciplinarnos a nosotros

mismos en una rutina inteligente de estudio y reflexión sobre estos sinónimos para

Dios, nuestro ser real. Entonces no equivocaríamos nuestra actividad, nuestro

tiempo, y nuestra energía con algo más que con aquello que por si solo es, el cual

es el Espíritu Santo, el Principio divino de la actividad operando por doquiera en el

mundo, ejecutando la voluntad de Dios.


La Sra. Eddy, la Primera en la Historia Humana

en Enseñar la Ciencia del Ser

La única cosa que es, es el Ser, el cual la Sra. Eddy explica por medio de los

siete sinónimos. No podemos hacer algo más importante que contemplar la

naturaleza de Dios, la naturaleza de este eterno uno, nuestro verdadero Ser.

En la medida en que lo hacemos, no podemos hacer más que nutrir

constantemente un gran temor reverente, profunda gratitud y respeto por el

descubrimiento de la Sra. Eddy. Mary Baker Eddy fue la primera en la historia

humana en ver y enseñar que el mal es irreal, y en resumir al infinito en categorías

suficientemente completas para circundar y abrazar la naturaleza total del Ser.

Este descubrimiento sublime, su enseñanza y demostración, fue la gran obra de la

Sra. Eddy como Científica divina.

Una Ciencia Demanda Categorías

Sin categorías el tema no podría ser establecido en su Ciencia. Ciencia

significa que podemos separar el tema en categorías; cuando las categorías de la

Ciencia se entienden, y la relación entre estas categorías se comprende, podemos

computar infinitamente - podemos computar, razonar cualquier idea en este Uno

infinito.

Toda ciencia – cualquiera que esta ciencia sea – es siempre un tema infinito,

y se caracteriza siempre por el hecho de que el tema a considerar puede ser

clasificado en categorías definidas que pueden ser comprendidas. El infinito como

un todo no puede ser jamás comprendido como un todo, a menos que fuéramos

mayores que ese todo. Una ciencia, por lo tanto, tiene como su propósito, la

reducción de lo infinito en unas cuantas categorías que puedan ser captadas por el

estudiante.


La Sra. Eddy Creó las Categorías

Mary Baker Eddy estableció esas categorías de la naturaleza del Ser que nos

permiten comprender al infinito Uno, y por consiguiente captar nuestra eterna

unidad con el infinito Uno. Al comprender cómo se interrelacionan estas

categorías, podemos calcular, computar o razonar, hechos infinitos e individuales

dentro de este infinito todo. Este fue el gran descubrimiento de Mary Baker Eddy.

Nos capacita para hallar la respuesta a todas las preguntas para todos los problemas

de la vida, y para ver que el mal es irreal, mera sugestión hipnótica.

Gratitud por el Descubrimiento de la Sra. Eddy

Parados con temor reverente ante la inmensidad del descubrimiento de la

Sra. Eddy deberíamos comprender a diario que estamos trabajando con un tema

que es infinitamente vasto en sus implicaciones sobre nuestro verdadero ser cuando

se le mira como uno con el mismo Ser. Nuestra gratitud por la presentación del

uno Infinito por parte de la Sra. Eddy no debiera conocer límite alguno.

Cuando nos percatamos que sólo unos cuantos, de entre los billones de

personas en la tierra, han captado verdaderamente la Ciencia pura en el Libro de

Texto de la Ciencia Cristiana, nosotros, quienes hemos tenido ese privilegio,

debiéramos sentirnos bendecidos y saber que es ‘el don de la gracia dado a

nosotros por la obra eficaz de Su poder.” También debiéramos, por tanto, sentir

que tenemos una responsabilidad sagrada, y mantenerla santa y pura. Debiéramos

estar dispuestos a comprometernos por ello, y debiéramos estar dispuestos a dar

nuestra vida, nuestra esperanza, nuestro amor, nuestro tiempo, nuestra energía, y

todo cuanto tenemos por este tema. Si lo hacemos, entonces se nos revelará el por

qué fuimos de algún modo elegidos por la gracia y aprenderemos y sabremos

acerca de este aspecto del Ser.


La humanidad ha luchado durante miles de años tratando de encontrar un

camino para comprender al infinito Uno. Las religiones y filosofías también lo

han intentado por varios modos, pero ninguno antes de Mary Baker Eddy jamás

había encontrado un método ordenado, científico y comprensible – un camino que

pudiese ser estudiado, y probado, – para aprender este tema. Así comenzamos a

ver lo extraordinariamente grandioso y sagrado de nuestro estudio, y su impacto en

la actual conciencia universal del mundo. La Sra. Eddy dio más de lo que Jesús

nos pudo dar hace 2,000 años, dado que la gente de entonces aún no estaba lista

para ello.

Escritura con Mayúsculas

La Sra. Eddy construyó su sistema de Ciencia Cristiana sobre quince

términos escritos con mayúsculas, los cuales caen naturalmente en tres principales

categorías: (1) Los elementos de nuestro ser son Mente, Espíritu, Alma, Principio,

Vida, Verdad, Amor. (2) Estos elementos operan en cuatro cálculos

dimensionados llamados el Verbo, el Cristo, el Cristianismo, y la Ciencia. (3)

Estas dimensiones a su vez operan en cuatro niveles descendientes de conciencia

espiritual, a saber, la Ciencia en sí misma, la Ciencia divina, la Ciencia Cristiana

absoluta, y la Ciencia Cristiana.

Al escribir con mayúsculas esas palabras, la Sra. Eddy le dio al mundo un

nuevo lenguaje.

El objetivo de este libro es la primera categoría, los elementos de nuestro

ser, los siete sinónimos. Estos sinónimos – mente, espíritu, alma, principio, vida,

verdad y amor – se utilizan en el lenguaje cotidiano, pero al escribirlos con

mayúsculas la Sra. Eddy quiso que representasen algo divino, algo espiritual y

divinamente científico que describiera nuestro ser verdadero como uno con el

infinito Uno.


Así podemos ver por qué es de tal importancia y consecuencia, adquirir la

maestría en el tema, dado que se refiere al corazón y al núcleo de nuestro ser. Nos

dice lo que somos como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.

En la medida en que abordemos estos siete sinónimos con reverencia y adoración,

permaneciendo en actitud reverente ante ellos, percibiendo una sensación de

maravillosa plenitud dentro de nosotros, ellos comenzarán a entregarnos su

sustancia, y simultáneamente sentiremos la intrascendencia de todo aquello que no

está relacionado con Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.

Con estos siete sinónimos para Dios la Sra. Eddy construyó un puente hacia

el lenguaje del Espíritu, el cual es totalmente espiritual. Lo que ella busca con

estos términos es trasmitir su realidad espiritual en su más profundo sentido, en su

más profunda estructura. Dado que estos sinónimos significan algo totalmente

diferente de lo que significan cuando no se escriben con mayúsculas, el significado

nuevo que la Sra. Eddy les ha dado debe ser aprendido.

La Sra. Eddy habla de la dificultad de explicar detalladamente en el limitado

lenguaje de los mortales, el profundo lenguaje del Espíritu. La subyacente

estructura de la realidad es espiritual y no puede ser adecuadamente explicada en

forma detallada por medio de algún lenguaje humano existente, porque el lenguaje

humano es limitado y ambiguo. En la medida en que prosigamos con nuestro

estudio, gradualmente veremos que la profunda estructura del lenguaje de la

realidad no puede ser representada adecuadamente en ningún lenguaje humano.

El lenguaje humano es inadecuado para definir verdaderamente el significado del

lenguaje espiritual.

La Sra. Eddy no claudicó cuando encontró estas dificultades con el lenguaje.

Todo lo contrario, buscó un modo de aproximación que pudiera ser bastante bueno

para conducir al pensamiento al punto donde el propio pensamiento pudiera

hacerse cargo, y quizá por sí mismo dar el paso final, el salto final, y comenzar a


tocar el lenguaje espiritual. Con los sinónimos escritos en mayúsculas ella

construyó un puente desde el lenguaje humano hacia el lenguaje del Espíritu.

Una comprensión clara y disciplinada del idioma inglés, estudio cuidadoso

del significado de los sinónimos, y específicamente el conocimiento del significado

de los sinónimos, nos ayudará a liberarnos a nosotros mismos de la limitación de

las palabras, y en su lugar promoverá el ritmo y el toque de lo espiritual.

Los Tabiques de Construcción

Los siete sinónimos son los tabiques de construcción de la realidad en la

Ciencia del ser. Revelan la naturaleza del Ser en su realidad espiritual. En

aritmética los diez dígitos son los tabiques de construcción. En la música las siete

notas son nuestros tabiques de construcción. De igual manera, en la Ciencia del

ser, los siete sinónimos forman nuestro fundamento para dominar el tema.

Estos siete términos sinónimos requieren nuestra completa atención. Jamás

podremos decir que hemos terminado el estudio de los siete sinónimos. Nuestro

estudio de ellos jamás llegará a un punto donde digamos: “¡Lo logré!” Siempre

estaremos concientes de que jamás habremos visto completamente la importancia

de nuestro ser verdadero como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad,

Amor. Estamos embarcados en un estudio que durará toda la vida – un pulido de

nuestro entendimiento por toda la vida, captando y comprendiendo estos

sinónimos, los cuales son “el reino de Dios dentro [de nosotros]”.

¿Por qué todo esto es algo digno de incesante, necesaria y persistente

persecución?

Porque debemos reemplazar en nuestras conciencias el falso sentido

profundamente arraigado – el sentido material de esos siete sinónimos. Es una

tarea demandante porque significa un cambio de conciencia, un cambio de la

actitud interna de conciencia. En la medida en que estudiemos los sinónimos,


tiene lugar un cambio; la conciencia comienza a hablar dentro de nosotros en un

lenguaje nuevo. En la medida en que cultivemos nuestro pensamiento en esta

nueva conciencia, la cual natural e inmediatamente siente, habla y actúa, y piensa

en este lenguaje nuevo de los siete sinónimos, saldremos de la vieja forma de

razonamiento. Pero por supuesto, sustituir la vieja forma de razonar, requiere

dedicación, consagración total. Debe ser como dijera el Salmista: “Unges mi

cabeza con aceite” – con consagración (Sal. 23: 5)

¿Cómo Abordamos este Estudio?

También debemos estar alertas en cómo abordamos este tema.

Habiendo establecido el objetivo de obtener una conciencia nueva, una

conciencia sellada con esta grandiosa séptupla naturaleza del Ser, debemos

preguntar: “¿Cómo puedo abordar esta revolución en conciencia de manera que

verdaderamente cambie el mal por el bien, y no el mal por otro mal?”

Si no comprendemos que los siete sinónimos tienen un significado definido,

es fácil que cambiemos el concepto erróneo de ellos por otro concepto erróneo. El

método de estudio es de vital importancia. Sin el método correcto podríamos

pasar la vida entera y utilizar toda la energía, buscando e investigando, y no

llegaríamos a ningún lado. Debemos tener el método correcto, y luego ser

disciplinados y puros en obedecer claramente el método. Hay un promedio de

cinco o seis sinónimos en cada página del Libro de Texto, y si no sabemos lo que

significan espiritualmente, estaremos leyendo el Libro correctamente, pero

leyéndolo con una conciencia equivocada.

¿Cómo podemos apoderarnos del significado correcto de estos siete

sinónimos?


PRIMERO, no podemos poner nuestro significado personal en los

sinónimos. No podemos sustituir con nuestro sentido humano y “Cristiano”, el

verdadero significado espiritual que la Sra. Eddy les ha dado.

SEGUNDO, habrá que aplicar un cuidadoso análisis, más bien que depender

de la intuición. Muchos estudiantes de Ciencia Cristiana sienten que ellos

debieran obtener el significado por medio de inspiración, pero la inspiración

resulta ser comúnmente el subconsciente humano saliendo a la superficie, y esto no

es suficientemente bueno. La inspiración no es el método para tratar con un tema

científico. Cuando estamos tratando con un tema científico debemos usar un

criterio científico para aproximarnos al propio tema. Debemos disciplinarnos a

nosotros mismos para verdaderamente desear un criterio científico útil para

analizar el significado de esos siete sinónimos. De otra manera solo estaremos

poniendo nuestro significado humanamente subjetivo dentro de este hecho real,

objetivo y divino. Y esto no produce ningún tipo de fruto.

Debemos admitir que no conocemos lo que significan los sinónimos, y

consecuentemente no vamos a proyectar en Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad, y Amor nuestro concepto de ellos; todo lo contrario, vamos a razonar

desde los propios siete sinónimos.

El Método

¿Cómo podemos razonar desde los siete sinónimos si ni siquiera los

conocemos?

El método implica analizar primero el significado de cada término por medio

de todos los enunciados que en el Libro de Texto se refieren a cada sinónimo,

para obtener una comprensión aproximada de cada uno de ellos.

Debemos preguntar: ¿Qué dice la Sra. Eddy que es Mente? Y no: ¿Qué es lo

que yo siento o pienso que es Mente?


Esto significa por supuesto que aceptamos el Libro de Texto como inspirado

por Dios, ya que es la revelación pura dada a la Sra. Eddy por un período de más

de cuarenta y cinco años, durante los cuales le fue mostrada la naturaleza de los

sinónimos. Así que empezamos con el hecho de que la Sra. Eddy fue lo

suficientemente pura para recibir la revelación de la Verdad por sí misma, para

hacerse por sí misma comprensible, y la Sra. Eddy oyó y escribió el significado

exacto de los sinónimos. Este es nuestro axioma. Sin esta premisa nuestro

estudio será mera especulación.

Naturalmente que hay numerosas pruebas de que Ciencia y Salud fue

dictado por Dios y que fue revelación divina. No ahondaremos más en esto

porque estas pruebas han sido tratadas en otros lados.

Debemos ser lo suficientemente objetivos en nuestro estudio para permitir

que la interpretación científica del Libro de Texto nos defina lo que significan

estos siete sinónimos. No podemos permitir que una deliberación mística,

inspiración o meditación alguna, tome el lugar de la investigación científica en

nuestra búsqueda del significado de los siete sinónimos. Tenemos que saber lo

que el Ser significa por sí mismo, cuando el Ser se transformó a sí mismo para la

Sra. Eddy como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor.

Queremos saber lo que nuestro verdadero Ser sabe acerca de nuestra verdadera

Mente, cómo nuestro verdadero Ser – Dios interpreta para nosotros lo que nuestra

Mente es, lo que son los siete sinónimos.

Una Ciencia debe Conocer sus Componentes

No hay posibilidad alguna para el movimiento de la Ciencia Cristiana de

sobrevivir sin la comprensión científica de lo que significan los siete sinónimos

para Dios. Una ciencia que desconozca sus componentes no puede sobrevivir, y


en nuestra Ciencia los siete sinónimos son los componentes de Dios y de nuestro

Ser, y por consiguiente son los componentes de la Ciencia Cristiana.

Nuestra Ciencia es una ciencia, y si es una ciencia, debe contar con métodos

científicos para proteger su ciencia. No podemos defender una ciencia con

métodos místicos.

No hay atajo alguno en este estudio. La Ciencia no puede ser enseñada en

forma sencilla. Sólo puede ser enseñada como ciencia. Sólo existe el camino

científico para enseñarla y aprenderla. La Sra. Eddy dice: “...los pelotones de la

Ciencia Cristiana no están aún entrenados en los ejercicios más sencillos de su

armamento espiritual.” (Un. 6: 29 – 31) Debiéramos comenzar cuanto antes.

Debiéramos entrenarnos a nosotros mismos en los ejercicios más sencillos de

nuestro armamento espiritual, cultivando nuestras conciencias en el lenguaje nuevo

de los siete sinónimos, de manera que más y más, en forma natural, comencemos a

pensar, sentir, actuar y razonar en el nuevo sistema de referencia.

Queremos encontrar lo que Dios o la revelación divina significan cuando se

transforman a sí mismos en el lenguaje de nuestro Libro de Texto. Este

significado debe reemplazar nuestro entendimiento para esos sinónimos, para

obtener un sentido divinamente objetivo de lo que los sinónimos significan.

Como un artesano, primero debemos tener nuestras herramientas adecuadas; luego

debemos familiarizarnos con nuestras herramientas; después de eso podemos

comenzar a trabajar con nuestras herramientas y ver cómo es que operan.

¿Qué es la Construcción del Concepto? –

¿Qué es la Construcción de Tonos?

Comencemos este estudio con la “construcción del concepto”, de manera de

adquirir el significado conceptual de cada sinónimo. Después de eso,

“construiremos el tono”, lo cual significa que iremos una y otra vez hacia lo que


hicimos en la construcción del concepto, hasta que se convierta en un tono, y sea

independiente de los sinónimos. Es entonces que se convierte en nuestra

conciencia y finalmente en nuestro verdadero ser.

La construcción del concepto es nuestro primer paso. Es el resultado del

conocimiento de lo que significan los términos Mente, Espíritu, Alma, Principio,

Vida, Verdad, Amor cuando los vemos en el Libro de Texto o en cualquier otro

lado. En la medida en que nos cultivamos a nosotros mismos en la construcción

del concepto, poco a poco los sinónimos se convierten en tonos, - tonos que son

independientes de los sinónimos. Luego estos sinónimos se convierten en

nuestras conciencias y así son posteriormente plenamente liberados del concepto

y del tono. Finalmente veremos que los siete sinónimos son nuestro ser, y

tendremos una sensación de ser la naturaleza de Dios – la naturaleza de Mente, de

Espíritu, de Alma, de Principio, de Vida, de Verdad, de Amor. Todo esto

comienza al construir el concepto de estos sinónimos, al analizar adecuadamente lo

que el Libro de Texto muestra que son las ideas características, la naturaleza

característica, de cada sinónimo.

La Construcción del Concepto Mente

Para construir el concepto de Mente, por ejemplo, hay que ir a todas las

referencias de Mente. (Encontrarán las referencias de Mente listadas en orden

cronológico al final del capítulo de Mente.) Aprenderemos cómo hacerlo en la

medida que avancemos por los siete sinónimos llenos de fe. Es sólo por medio de

ejercitar nuestro entendimiento, sólo por medio de usarlo y aplicarlo, que llegamos

al espíritu de cada sinónimo y así adquirimos su tonalidad.

En la medida en que vayamos a través del Libro de Texto, hagamos una lista

de cualquier referencia que pueda ser verificada por las reglas dadas. Resultará de

lo más interesante, y nos ayudará grandemente a cultivar nuestro sentido de los


sinónimos. Por ejemplo, en el primer capítulo nos referimos a poder y ley, como

perteneciendo intrínsecamente a Mente a pesar de que la Sra. Eddy los utiliza

frecuentemente con los otros sinónimos. Para comprender Mente debemos ver por

qué poder es una idea de Mente aún cuando se utiliza textualmente con los otros

sinónimos. Gobernar y gobierno son otro ejemplo de términos que usa la Sra.

Eddy con todos los siete sinónimos; los retomaremos a mayor profundidad cuando

estudiemos Principio. Sabemos que un par de sinónimos constituye una

combinación, pero tenemos que ver, cuándo es una combinación, y por qué es una

combinación. Son estas combinaciones las que van a requerir la mayor parte de

nuestra atención, y harán mucho al cultivar nuestro entendimiento de los

sinónimos.

Examen de la Lista de Ideas

Relacionadas con Cada Sinónimo

Otro punto es el examen de la lista de ideas relacionadas con cada sinónimo.

(NOTA: Estas listas, basadas en el trabajo de Doorly, de Kappeler y de sus

asociados, se presentan al principio y fin de cada capítulo en particular.) Al

meditar en Mente, por ejemplo, determinemos por qué todas estas ideas

constituyen un tono particular, en este caso, el tono particular de Mente. ¿Por qué

deberían todas las ideas listadas para Mente pertenecer a una sola categoría y

constituir un tono particular? A primera vista esto pareciera muy difícil de ver.

Pero este es el punto donde el sentido literal de los sinónimos se mezcla

lentamente con el sentido espiritual de los mismos.

Debemos ver cómo liberarnos a nosotros mismos de la letra, y cómo,

correctamente vista, la letra resulta inadecuada; por consiguiente, debemos ver su

importancia espiritual. Este punto debe ser cultivado para que entremos en su

ritmo.


Por ejemplo, si tenemos cientos de ideas caracterizando Mente, debemos ver

por qué estos cientos de ideas corresponden sólo a Mente y no a Espíritu, ni a

Alma. Debemos ver que tienen un denominador común, una tonalidad común, de

manera que, espiritualmente, podamos reconocer de inmediato si corresponden a

Mente o a Espíritu, o a cualquiera de los otros sinónimos. Esto es lo que tenemos

que cultivar, para que cuando lleguemos a una idea que no esté en nuestra lista,

sepamos a cuál sinónimo pertenece.

El Atajo a la Ciencia

¿Debemos hacer todo esto? Suena como un esfuerzo enorme. ¿No hay

algún atajo? Este lento proceso de aprender, es el atajo a la Ciencia. Sólo de

esta manera podemos llegar al punto donde sentimos espiritualmente lo que

pertenece a Mente, lo que pertenece a Espíritu, a Alma, etc.

En la medida en que volvamos una y otra vez sobre el tema, poco a poco el

nuevo lenguaje del Espíritu hablará. Gradualmente podremos discernir a cuál

sinónimo pertenece una idea, y luego tener un orden definido de conciencia, y ya

no confundirnos más.

Conforme añadimos nuevas ideas a nuestras listas debemos tener cuidado de

no especular, no añadir ideas que empañen la tonalidad.

Detectando la Tonalidad en la Biblia

Cuando tengamos un sentido cultivado de las ideas de Mente, Espíritu,

Alma, etc. – un sentido independiente de los términos, y que por ello se ha

convertido en tonalidad – entonces podremos detectar la tonalidad en la Biblia, tal

y como John Doorly, Max Kappeler y otros aprendieron a hacerlo. Entonces

seremos capaces de transformar la Biblia en los sinónimos del Libro de Texto.


Este proceso también llevará tiempo y esfuerzo. En el desarrollo espiritual

de la idea, John Doorly primero cultivó su sentido de los siete sinónimos por medio

del Libro de Texto, durante años y años. Antes de que pudiera descubrir la Biblia,

pasó muchos años cultivando su pensamiento a través del Libro de Texto. Sólo

entonces tuvo la llave de las Escrituras. Sólo cuando tuvo el sentido de la

tonalidad de los siete sinónimos que es completamente independiente de los

sinónimos en sí, tuvo la comprensión de la Biblia. Jamás podría él haber visto la

estructura de algún libro en la Biblia – ninguno de nosotros podría – ni el plan de

algún libro en la Biblia, si antes no hubiera obtenido un sentido profundo y

cultivado de los sinónimos en el Libro de Texto por medio de las ideas que los

caracterizan.

Muchos cristianos llegan a la Ciencia Cristiana por su amor a la Biblia. La

Biblia es “nuestra roca mellada por el mar”. Pero, ¿cuántos de nosotros la

comprendemos verdaderamente? Sólo podemos saber lo que los profetas

quisieron decir si comenzamos a comprender su lenguaje, el lenguaje de Dios,

lenguaje del que sólo el Libro de Texto nos proporciona la llave. Los profetas

tuvieron que transformar el lenguaje espiritual en el lenguaje de sus tiempos, tal y

como la Sra. Eddy tuvo que transformar el verdadero mismo lenguaje del Espíritu

en el lenguaje de nuestro tiempo, adaptado a nuestra época. Por medio de los siete

sinónimos aprendemos el lenguaje del Espíritu, un lenguaje de tonalidad. Si

conocemos el lenguaje de tonalidad escucharemos la música dondequiera, ya sea

que la tonalidad sea deletreada en los términos que el Libro de Texto utilice o en

formas completamente diferentes. Entonces nosotros también podremos abrir la

Biblia y mirar su estructura. Cuando estudiamos el Libro de Texto, al mismo

tiempo estamos aprendiendo a leer la Biblia.


Adquiriendo el Sentido de Tonalidad

Cuando la ocasión lo permita, debemos reflexionar sobre las ideas de cada

sinónimo para adquirir un sentido de mejoramiento constante de la tonalidad de

cada sinónimo. Cuando nos preguntemos: “¿Qué es Mente?”, las ideas pueden

llegar en cualquier orden, pero siempre disciplinadas en la tonalidad de Mente.

No necesitan ser palabras; pueden ser sentimientos, puede ser una atmósfera, etc., -

hasta que finalmente perdamos toda sentido verboso de Mente y tengamos tan sólo

un sentido completo y refinado de Mente y nos hayamos liberado a nosotros

mismos de la lista.

Establecemos la lista para deshacernos de ella; al establecer la letra absoluta

establecemos el espíritu. La letra correcta es su espíritu. Esto se revelará en la

medida en que conozcamos las referencias de la Sra. Eddy de la letra y el espíritu.

No hay discrepancia alguna entre la letra absoluta y el espíritu.

Querido lector, como alguien sabiamente dijera: “Si vas a la cabeza de la

manada, echa un vistazo atrás de vez en cuando para asegurarte que aún te están

siguiendo.”


CAPÍTULO III

REVISIÓN GENERAL

¿Por qué Ejercitar el Intelecto?

Antes de comenzar a estudiar los sinónimos y los términos enlistados bajo

cada uno de ellos, hagamos una revisión de lo que hemos visto hasta aquí.

¿Por qué es necesario ejercitar el lado intelectual más que el inspirativo en

este estudio de los siete sinónimos para Dios?

La Sra. Eddy utiliza “intelectual” en una forma positiva, tanto en Ciencia y

Salud, como en sus Trabajos en Prosa (no traducido al español). En Púlpito y la

Prensa, (idem. pág. VIII 13) ella habla de nuestro tiempo como “la época avanzada, con

su visión de una mentalidad más espiritualizada, indicando la ganancia del

momento intelectual, en los primeros pasos de la Ciencia Cristiana...” La Ciencia

Cristiana es tanto intelectual como espiritual, y esto tiene que ser explicado para

ser comprendido. Como se mencionó anteriormente, la Sra. Eddy tiene más de

ciento veinte referencias para estudio, estudió, estudiar, estudia, estudiante, y

estudiantes, en Ciencia y Salud, indicando que la Ciencia es algo que debe ser

estudiado.

¿Por qué Estudiar los Siete Sinónimos?

Nada es más importante que este estudio de los siete sinónimos para Dios,

porque sólo una conciencia que está preparada puede captar totalmente la propia

declaración y explicación de sí mismo, del Ser. Dios, el único Ser – lo que somos,

teniendo “el reino de Dios dentro de (nosotros)” – ha declarado su naturaleza y

esencia como siendo Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor. El

tema central de la Ciencia Cristiana es la investigación del significado de estos

siete sinónimos. De ninguna otra manera puede la humanidad hallar la realidad y


el sistema divino de información, sino por medio de estudiar y asimilar el

significado de los siete sinónimos para Dios. ¿Cómo es que operan? ¿Cuál es su

propósito? ¿Cómo podemos captar el espíritu y el significado de estos siete

sinónimos?

¿Por qué son tan Importantes para Nosotros,

los Siete Sinónimos?

Los siete sinónimos describen nuestro Ser; y las ideas de esos sinónimos

reflejan nuestra Mente. Estos siete términos constituyen el trabajo principal, la

base, los elementos de nuestro ser. ¿Qué podría ser más importante que estudiar el

Ser, que es nuestro ser? Cuando estemos concientes de esto, nos daremos cuenta

que no sería fructífero utilizar nuestro tiempo en seguir otras vías de pensamiento o

tratar de obtener respuesta a algo más, que esta pregunta de este Ser único que en

verdad es nuestro ser. Esto debe quedar claro desde el comienzo. Cuando la

conciencia esté comprometida en la contemplación de los siete sinónimos, estará

siguiendo la única vía que es provechosamente productiva. Nada más importa, tal

y como lo vieron los pioneros como Doorly, Kappeler y otros estudiantes sinceros.

¿Es el cerebro o la mente humana, un factor?

No. La Sra. Eddy dio el paso gigantesco fuera de lo mental hacia la Mente

única. Ella introdujo el hecho, la enorme proposición, de que esa Mente, nuestra

verdadera Mente, es Todo, y la Mente produce todo, con lo que todo es Mente, la

misma Mente de Dios, la cual no tiene nada que ver con el cerebro humano, el

pensamiento humano, y por consiguiente nada que ver con la concentración del

pensamiento, con la actividad del pensamiento mortal, la manipulación del

pensamiento, etc.

El discernimiento que nos conduce a contemplar los siete sinónimos – que

constituyen a Dios, nuestro Ser – está en un reino completamente espiritual. Dado


que los siete representan al infinito Uno, contemplarlos simultáneamente aparta y

desvía el pensamiento del reino limitado del pensamiento humano, del

pensamiento material.

No Hay dos Planos

¿Existen dos planos – el espiritual y el material?

No. Un estudiante podría decir: “Pero yo aún estoy viviendo en este

mundo; tengo una familia que sostener; tengo responsabilidades.”

Él siente que es correcto pensar acerca de lo espiritual, pero no ve que lo

espiritual tiene una conexión con su situación presente en el plano material y

humano. Este tipo de afirmaciones indica que el estudiante piensa que existen dos

entidades o realidades en el ser, auto-existentes – una realidad espiritual, por un

lado, y otra realidad humana o material por el otro lado, y que de alguna manera

misteriosa ambas deben estar conectadas. Esto revela que el estudiante no ha

comprendido los hechos relacionados con el reino humano y el reino espiritual.

Bendito es aquel que ve la necesidad, reconoce sus responsabilidades, e

inmediatamente se convierte en la respuesta.

La Ciencia Cristiana enseña que si nos mantenemos en lo espiritual y solo en

lo espiritual – si no nos alejamos de Dios, del Ser único, de los siete sinónimos –

no nos alejaremos del hecho de que Dios, nuestro ser verdadero, es Todo y el

Único. Debido a que es Todo y el Único se hará cargo de todo cuanto existe en

ese Todo y Único. Se hará cargo por Sí mismo espiritualmente, de lo que ocurra

en cualquier nivel de la experiencia, tanto en el inferior, como en el nivel

espiritual. “En la Ciencia divina,” dice la Sra. Eddy, “Dios es Uno y Todo; y al

gobernarse a Sí mismo, (es decir, nuestra propia Mente, Espíritu, Alma, Principio,

Vida, Verdad, Amor) gobierna al universo.” (Escr. Misc. 258: 12 – 14) Dios, el bien

infinito, el Principio, al gobernarse a Sí mismo, gobierna también al hombre, el


reflejo, como un nivel menor de experiencia. Lo más alto controla a lo más bajo,

a lo menor.

No Hay dos Reinos

Si vemos esto, es decir, que lo espiritual es lo más alto en la jerarquía de

estos niveles – donde el nivel más bajo de la experiencia es lo material, lo cual es

irreal, sugestión hipnótica, ilusión, en tanto que un poco más alto está el nivel

humano, mental, el nivel físico de la experiencia, y hasta arriba está el nivel

espiritual, entonces veremos que el más alto, el espiritual, controla al más bajo.

Esto responde a la pregunta: “¿Cómo se relacionan los reinos mental y físico?

¿Qué conexión tiene lo espiritual con mi situación presente en el plano humano

material?” Ahora vemos que no hay dos reinos. Lo espiritual controla lo humano

y material - ve que lo material no existe. Esta es la gran enseñanza única de la

Ciencia Cristiana. No hay material, no hay reino material, excepto en creencia,

en el error, en la sugestión hipnótica. No hay mas que un solo Ser, y en ese único

Ser, la única realidad es espiritual. Esta realidad espiritual está controlando los

niveles bajos de experiencia, y así comenzamos a ver que lo mental y lo material,

esos niveles inferiores, no son más que estados opacos de la mente humana que

resisten lo espiritual, y obstaculizan su brillo a través de nuestra verdadera

conciencia, la cual en realidad es, “el reino de Dios dentro de (nosotros).”

¿Dónde se Hallan Nuestras Prioridades?

Debemos mantener nuestra completa atención en lo real. ¿Dónde se hallan

nuestras prioridades? ¿Damos prioridad a lo espiritual, a lo divino? ¿O se

concentra nuestra conciencia en lo humano, en lo material? ¿Estamos dispuestos a

establecer correctamente nuestras prioridades? ¿Tenemos el coraje – y se requiere

coraje – para comprometernos totalmente con el único Ser, con los siete sinónimos,


y aprender lo que significan? ¿Es lo más importante en nuestra conciencia, en

nuestro corazón?

Con toda honestidad uno debe preguntarse a sí mismo estas cuestiones. Sin

este compromiso genuino y sincero hacia el Ser único, los siete sinónimos para

Dios, nunca cosecharemos los frutos de lo espiritual. No podemos perseguir otras

vías de pensamiento esperando conseguir una cosecha espiritual. Debemos

entregar nuestro todo a lo espiritual. Es ese pequeño extra lo que hace al

profesional y lo distingue del amateur. ¡Hagamos ese pequeño extra! Sólo

entonces tendremos éxito.

Ese pequeño extra implica estar seguro de que somos honestos y

consistentes en nuestra actitud. ¿Verdaderamente creo que el ser es puramente

espiritual? ¿O es tan solo una creencia religiosa? Esta es una pregunta que uno

debe responder a sí mismo.

Si vemos que sólo lo espiritual es eterno, que sólo el Espíritu es infinito,

entonces nos preguntaremos: “¿Por qué debo dedicar mi ser a lo humano y lo

material – a todo aquello que está fuera de lo espiritual? ¿Por qué debo dedicar mi

ser a aquello que está limitado en el tiempo, limitado en el espacio, en capacidad,

en posibilidades, en facultades? ¿Por qué debo dedicar mi ser a aquello que no me

está conduciendo a ningún lado?” Si verdaderamente creemos que el ser es eterno

entonces encausaremos nuestra devoción, nuestro tiempo y energías, hacia una

comprensión del Ser único.

¡Esto requiere coraje! Mirando a las figuras destacadas en el reino

espiritual como Jesús, la Sra. Eddy, San Pablo, o Martín Lutero, nos maravillamos

ante su enorme coraje. Tuvieron que tenerlo para llevar a cabo su misión. ¡Igual

es con nosotros!


Los Siete Sinónimos

Se Convierten en Nuestro Ser

Dedicarnos a nosotros mismos a la investigación de nuestra verdadera

naturaleza, es una aventura importante e inspiradora que nos conduce a la

comprensión de que nuestra verdadera naturaleza es la naturaleza de los siete

sinónimos - Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor. Pronto

hallaremos que esa es la perla sin precio, y sentiremos que es un gran privilegio el

tener el Libro de Texto que nos enseña la naturaleza de nuestro verdadero ser por

medio de la comprensión de los siete sinónimos para Dios. Estas son las “pocas”

cosas sobre las que, si somos fieles, nos harán dominar sobre “mucho.” Aquí

tenemos unas cuantas cosas – sólo siete sinónimos, – pero si somos fieles a esas

pocas cosas, nos harán amos de todo.

Estas “pocas” cosas pudieran parecer al principio solo términos, pero

verdaderamente constituyen nuestro ser, nuestro ser real, nuestro ser eterno. Una

vez que los hayamos incorporado en la conciencia, tomarán el mando y se

convertirán en nuestro ser; no serán algo más objetivo, algo “allá afuera” que

estudiamos. Debido a esto la Sra. Eddy pudo decir: “Nos hallaremos a nosotros

mismos como Vida, Verdad, Amor cuando los comprendamos.” (C&S, primera edición)

La Sra. Eddy indicó que esos siete sinónimos eran la base de su Ciencia; y

podemos ver que sólo cuando tengamos una correcta comprensión de los siete

sinónimos es que podremos construir una Ciencia verdadera sobre ellos. No

podemos construir una Ciencia espiritual en algo más que en los siete sinónimos

para Dios. Para construir una Ciencia sobre ellos debemos sentir que viven dentro

de nosotros; deben convertirse en entidades reales del ser dentro de nosotros;

entonces se convertirán en una perpetua revelación. “El reino de Dios está dentro

de vosotros.” Habiéndonos sometido a nosotros mismos a la disciplina

perseverante que se requiere para cultivar los siete sinónimos, nuestra recompensa


será incesante revelación. Los siete sinónimos contienen dentro de sí mismos el

poder para revelar nuevas vislumbres, para revelar la Ciencia del ser.

“La Ciencia Revela”

Un paso adelante en la revelación jamás es algo externo u objetivo que deba

ser captado o asido. La revelación es algo dentro de la propia conciencia. “El

reino de Dios está dentro de vosotros,” y comienza a surgir de sí mismo. Por ello

la Sra. Eddy dice: “La Ciencia revela,” y no: “Dios revela.” Una vez que los siete

sinónimos se conviertan concientemente en nuestro propio ser, construirán dentro

de nosotros mismos una Ciencia siempre creciente y eterna. El Ser no tiene fin,

tampoco la revelación. Este es el fruto y el producto que conlleva el cultivo

inteligente de los siete sinónimos. “El reino de Dios dentro de vosotros.”

¿Existe algún atajo? No; el significado y la sustancia de los siete sinónimos

deben ser dominados por cada estudiante en lo individual. No podemos evitar ni

escapar a esta prueba, a este privilegio. Sería vano el intento, ya que en la

comprensión de los siete sinónimos yace la llave para toda la Ciencia del ser.

Cómo Llegamos a Convertirnos

en los Siete Sinónimos

Esto no es un estudio meramente académico, sino un estudio que concierne

al núcleo de nuestro ser. Si alguno está interesado en cualquier otro tema, por

ejemplo, en árboles, en mariposas o abejas, siempre estudiará dicho tema como un

objeto, un objeto que está por allá. Si está interesado en los árboles, estudia los

árboles, pero jamás se convierte en árbol. Pero si uno está interesado en el

verdadero ser de los siete sinónimos, se CONVIERTE en los siete sinónimos. La

energía que ponemos en el estudio de los siete sinónimos no se pone en un objeto

fuera de nosotros. Los siete sinónimos se convierten en nuestro propio estado de


ser en la medida en que nos adentramos en la conciencia del Ser único, porque “el

reino de Dios está dentro de (nosotros).” Somos los siete sinónimos y por medio

de nuestro estudio nos hacemos concientes de lo que somos.

Nuestro estudio construye una nueva conciencia. No sólo es una nueva

conciencia sobre algo; es la nueva conciencia de nuestro ser, de lo que somos. Es

la conciencia del “reino de Dios dentro,” la cual expresa el hombre nuevo. Es un

concepto completamente nuevo de Dios - Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad, Amor – y del hombre – nuestro reflejo total y final.

Debido a que la conciencia determina nuestra experiencia del mundo, la

investigación en este tema del Ser único nos traerá naturalmente un cuadro

diferente del mundo, una imagen diferente del mundo, una experiencia diferente

del mundo. Así que estamos aquí considerando un tema de consecuencias

enormes y de largo alcance.

¿Aplicamos Nosotros los Siete Sinónimos?

Escuchamos a estudiantes decir: “Estudio los siete sinónimos, pero no sé

cómo utilizarlos. ¿Cómo puedo aplicarlos?”

La pregunta: “¿Cómo puedo aplicar los siete sinónimos?” es una pregunta

equivocada. Nosotros no podemos aplicar los siete sinónimos tal y como

aplicaríamos una cataplasma, para ver cómo corrige el problema. Los siete

sinónimos no son más que palabras, son más que simples conceptos, hasta que

comencemos a comprenderlos, es decir, hasta que se vuelvan algo subjetivo en

nuestra conciencia, hasta que se conviertan cada vez más en nuestra conciencia,

nuestra total actitud hacia la vida. Nuestra conciencia determina nuestra

experiencia de vida; si los siete sinónimos se han convertido en nuestra conciencia,

ellos se aplican a sí mismos. Sólo es cuestión de cultivar nuestra conciencia en la


comprensión de los siete sinónimos; entonces se convierten en nuestra conciencia,

y ellos se aplican a sí mismos.

Contemplen la maravilla que resulta de llenar la conciencia con la

comprensión de los siete sinónimos. El impacto de este entendimiento genera una

capacidad que gobierna a ambos, al hombre y al universo. No tenemos que tomar

nuestro conocimiento de los siete y aplicarlo a situación alguna. Nosotros sólo

experimentamos lo que tenemos como nuestra propia conciencia. Si

construimos en conciencia la verdadera naturaleza del ser, y comprendemos esta

naturaleza del ser como “incorpórea, divina, suprema, e infinita Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor”, entonces ya no preguntaremos: “¿Cómo

puedo aplicarla?” Se aplicará a sí misma.

Quizá ni siquiera nos gustará cómo esta nueva conciencia se aplica a sí

misma. Este estado de conciencia maravilloso, puro y espiritual, comenzará a

remover y a desvanecer todas aquellas características humanas que obstruyen

nuestros logros de verdadera espiritualidad. Lo hará a pesar de que no nos agrade.

La idea espiritual no consentirá error alguno, ni cualidad errónea alguna.

Removerá lo que resulte ofensivo a la idea espiritual.

Veremos que la atmósfera espiritual que construimos es el Cristo para toda

situación. Es el salvador, la solución, el poder de resolver cualquier situación.

Sepamos, entonces, que en la medida en que los siete sinónimos se conviertan en

nuestra conciencia y expulsen toda materialidad, llegarán a ser nuestro Cristo,

nuestro salvador. Se harán cargo de nosotros, nos conducirán, definirán nuestra

misión, abrirán nuestra visión hacia una estructura de referencia completamente

nueva. Prepararán el camino para que podamos avanzar a salvo.

Esta es la respuesta a: “¿Cómo podemos aplicarlos?”


Las Referencias de la Sra. Eddy

Sobre ‘Aplicación’

La Sra. Eddy habla de ‘aplicación’, pero de una manera diferente. La única

aplicación es ver que somos uno con los siete sinónimos. No es aplicar los siete

sinónimos a algún problema. Debemos sincronizarnos con el tono completo de la

Verdad. Esta es nuestra aplicación, nuestra práctica. Debemos adentrarnos en su

tono y ritmo, y permitirles a esos siete sinónimos que trabajen para nosotros.

El Principio de Sinonimia

El principio de sinonimia es nuestra primera herramienta para adquirir el

tono y el ritmo de los siete sinónimos. El principio de sinonimia es una cuestión

de lenguaje. En realidad, nadie sabe cómo surgió el lenguaje. El primer ser

humano debió haber tenido un pequeño vocabulario, pero no sabemos aún cómo se

desarrolló el lenguaje.

Se piensa que la primera palabra fue “ma”. Esta parece ser la primera

palabra que puede pronunciar un niño. Alrededor del mundo tenemos “ma, ma”

para madre. Gradualmente este primer sonido fue modificado para tener nuevos

significados. De ahí, otros sonidos fueron añadidos y nuevos significados fueron

vinculados a esos sonidos en la medida en que el lenguaje siguió avanzando, pero

algunas de las palabras más importantes que tenemos hoy en día todavía se

remontan a la raíz “ma”, como madre y materia. Por medio de la sinonimia de la

palabra “ma” es que tenemos el desarrollo completo del lenguaje.

La mayoría de los lingüistas están de acuerdo en que el principio de

sinonimia gobierna el desarrollo del lenguaje. Esto significa que, desde un

pequeño vocabulario, o quizá desde una o dos palabras, tuvo lugar una expansión.

Surgieron matices diferentes del significado de “ma”, y con cada nuevo matiz algo

nuevo podía ser expresado. Con la diferenciación de esos matices la gente pudo


construir un enorme vocabulario, dándonos los instrumentos de comunicación y de

identificación de muchos objetos.

Por ejemplo, en el principio, cuando el lenguaje estaba principalmente

relacionado con los objetos materiales, seguramente el símbolo “árbol” se refería a

todos los árboles. Luego, de “árbol” surgieron posteriores matices para diferentes

tipos de árboles – robles, pinos, abetos, arces, etc. Quizá al principio también

había un símbolo general para animal, pero gradualmente se expandió a través de

nuevos matices hacia diferentes clases de animales.

De aquí vemos que el principio de sinonimia resulta en una palabra con un

significado general y muchos sinónimos rodeándolo, todos refiriéndose a ese

término general, pero diferenciándose de alguna manera del término general.

Este es el mismo principio que la Sra. Eddy utilizó. Ella tenía un solo

término para la totalidad del Ser, llamado Dios, o Ser. Pero ella vio que uno podía

expresar ese único Ser en modos diferentes; podía ser visto desde diferentes

ángulos, pero siempre permanecía el único Ser, nunca cambiaba en algo más. Los

siete sinónimos no son más que diferentes acentuaciones del Ser único, de acuerdo

a la necesidad o a las circunstancias bajo consideración.

Esto nos muestra que los sinónimos siempre están traslapándose con el

significado general. Tomemos el término “árbol”. Luego tenemos “roble” o

“pino”, pero estos términos aún denotan árboles, así que se sobreponen o traslapan

con el término general para “árbol”, pero mostrando a un roble o pino como una

clase especial de árbol. Esto ocurre igual con Ser o Dios; los siete sinónimos

siempre están traslapándose con el significado general de lo que divinamente

sabemos del Ser o Dios. Jamás se separan o desvían de ser aspectos del infinito

Uno, de ser todo cuanto el infinito Uno es.


Por qué Necesitamos Diferentes Aspectos del Uno

¿Por qué necesitamos diferentes aspectos del Uno? ¿No lo hace esto más

complicado? ¿Por qué no regresar al original y solo decir Ser, o Dios?

Sin los siete aspectos no tendríamos diferenciación; y no podríamos

comunicar el significado exacto de ese término, Ser, ni podríamos construir una

Ciencia exacta sobre él. Una Ciencia requiere conceptos diferenciados e

identificados para poder construir. Estos conceptos deben estar claramente

diferenciados unos de otros para que formen unidades de identidades, identidades

que sean muy exactas, muy definidas, cada una con un valor inequívoco. Solo

sobre esa base o fundamento puede ser construido un sistema, sólo así puede ser

construida una Ciencia.

Un lingüista al explicar el principio de sinonimia puede tomar el término

“morir” como un ejemplo que se presenta a sí mismo para una explicación sencilla

de la sinonimia de las palabras.

Para los primeros hombres morir debió haber sido una experiencia

misteriosa y perpleja y sin duda alguna tuvieron un término que significaba morir.

Hoy en día tenemos varias docenas de sinónimos que usamos en forma

indiscriminada o cuidadosa. Un diccionario de sinónimos nos mostrará la gran

variedad de términos en uso para expresar el concepto “morir”. Esto podría

incluir, por ejemplo: exhalar el último suspiro; cesar de vivir; partir de esta vida;

terminar sus días; no estar más aquí; salirse; dormirse; largarse; alejarse; perder la

vida; caer muerto; caer en la tumba; cerrar los ojos; entregar el espíritu; hacer el

gran cambio; tomar el último sueño; recorrer el camino de la carne; estirar la pata;

saltar el brinco; doblarse sobre sus dedos; reunirse con la gran mayoría; ir al

oriente; haberlo hecho; alejarse; cruzar el Estigio; deceso; exhalar el último

suspiro; pagar la cuenta a la naturaleza; ir al descanso eterno; alcanzar la esquina


del Estigio; partir a la gran aventura; expirar; abandonar; partir; soltar el control;

perecer; ir al alegre campo de caza; marcharse de esta tumultuosa vida; etc.

Los Sinónimos no se Intercambian Libremente

Estos sinónimos no se intercambian libremente. Podemos ver que todas

estas expresiones tienen un común denominador, es decir, morir, y sin embargo

dan diferentes matices. Si en lugar de decir “murió” utilizáramos otro sinónimo,

tendríamos un nuevo significado. Damos al sentido de morir un significado

específico cuando tomamos uno de sus sinónimos.

Debe tenerse cuidado en relación a cuál sinónimo toma uno. Un pastor

dirigiendo una ceremonia luctuosa debe ser cuidadoso en su elección de la lista

anterior. Difícilmente diría: “El Sr. A. se dobló sobre sus dedos hace dos días” o

“se largó hace dos días”. El pastor debe elegir la expresión que revista la ocasión

y que se adapte a su punto de vista. Debe elegir aquella expresión idónea a la

filosofía o al concepto religioso que mantiene.

Aquí tenemos un campo extenso, la enorme serie de términos, todos

significando “morir”, y de acuerdo al ángulo desde el cual se vea el asunto, los

sinónimos están traslapándose en relación a él.

Podemos ver que completamos este término “morir”, de acuerdo a lo que

ocurre allá afuera. Si se trata de un asesino del hampa, podríamos decir: “murió

como un perro.” Si se trata de un funeral bautista, el ministro diría: “El hermano

Ben se ha ido al cielo.” El término cambia según el campo al que es traído.

Cuantos más aspectos consideremos, mayor será el número de sinónimos, pero

también podemos ver que los términos no se intercambian libremente; el pastor

debe tener cuidado de cuál término elige para su ceremonia luctuosa de manera de

no enemistarse con su grey.


Estamos tratando con una proposición similar en nuestro trabajo de los siete

sinónimos para Dios. Aquí, nuevamente, tenemos una serie común rodeando un

término común, Dios. De acuerdo al ángulo o enfoque desde el cual estemos

hablando, podríamos decir “Mente” o “Espíritu” o “Alma” en lugar de “Dios”,

enfocando diferentes aspectos, pero siempre significando la totalidad de Dios.

Definiendo los Términos Para

un Tema Infinito

Otro enfoque único que la Sra. Eddy tomó para la Ciencia del ser, fue elegir

una manera inusual y excepcional para definir un término. Constituye un enfoque

único, sin paralelo alguno.

En cualquier otra ciencia, y en el lenguaje de cada día, cuando un término es

definido, es en exclusiva. Cuando el diccionario define “silla” la definición dada

es tan específica que no podría ser confundida con una mesa, aunque ambos tienen

cuatro patas. En el lenguaje ordinario una definición siempre define; lo hace

definido, pero también lo hace finito. El significado está limitado a esa sola cosa,

por lo que no hay posibilidad de confundirla con otra, bajo ese término.

La Sra. Eddy no podría haber utilizado ese método común de definir las

palabras porque su tema era el infinito, el infinito Uno. Su tema no podía ser

finito; no podía ser definido o limitado para poder ser distinguido de otra cosa,

porque siempre y en última instancia es todo. Esto forzó a Mary Baker Eddy a

hallar una manera completamente nueva para definir términos como Dios, o el

infinito Uno, por medio de sinónimos, una forma no permitida en la manera común

de hacer definiciones.

La gente que ha estado en la Ciencia Cristiana y que se ha interiorizado en la

línea mística de la Ciencia Cristiana siente que Dios, que es infinito, no puede ser

definido debido a que no es posible dar una definición de algo que es infinito.


Sostiene que cada definición limita al infinito. Por tanto, se abstiene de definir a

Dios, o el Ser, sobre la base de que es imposible definir al infinito con términos

finitos. Esto le parece lógico, ya que está basada en la manera en que las

definiciones se aplican en otros campos o ciencias.

La Sra. Eddy Halló un Modo Único

La Sra. Eddy halló un modo exclusivo acerca de este problema, utilizando el

principio de sinonimia con el orden de términos definidos en el cual todos

significan lo infinito. Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor,

todos significan el infinito. Jamás significan algo menos que el infinito, y así

muestran la posibilidad de diferenciar – de diferenciar de acuerdo al aspecto o al

enfoque que esté utilizándose para definir o describir al infinito.

Este el es principio de la sinonimia. Tenemos a Dios, nuestro ser verdadero,

como un tema infinito, pero podemos definir este Dios único por medio de siete

sinónimos que no están fuera de ese término: “Dios”. Los sinónimos están dentro

de la esfera de “Dios” y siempre significan la totalidad, aún desde un punto de

vista diferenciado.

Si definimos a Dios por medio de los siete sinónimos, cada sinónimo

significa infinito; luego (y este es el punto importante) cada sinónimo solo puede

ser definido correctamente por medio de los sinónimos restantes. Un sinónimo no

puede mantenerse por sí mismo. Por sí mismo jamás es un concepto, definiendo a

Dios. Cada sinónimo sólo puede ser definido cuando es definido por medio de

todos los otros sinónimos, los cuales constituyen “el reino de Dios... dentro de

vosotros.”

Por ejemplo, tomemos Vida. Cuando decimos que Dios es Vida, o que la

Vida es Dios, entonces debemos definir Vida por medio de todos los siete

sinónimos porque sólo eso es Vida, lo cual es al mismo tiempo Mente, al mismo


tiempo Espíritu, Alma, Principio, Verdad, Amor. Si no fuera todos los siete

sinónimos, no sería Vida.

Esto constituye una forma completamente nueva y única de definir términos.

Una casa, una mesa o una silla, jamás se definiría por medio de sinónimos, sino a

través de sus propias características. Una casa pude ser casa sin tener relación

alguna con un sinónimo para casa. Mas en la Ciencia del ser no es así.

En la Ciencia del ser tenemos un tema infinito y de ahí la dificultad de

definir dicho tema infinito sin hacerlo finito. Al definir lo infinito por medio de

los siete sinónimos, esto representa un solo paso, el primer paso. Luego

deberíamos preguntar: “¿Qué es Mente?”

La respuesta sería que Mente es Espíritu, que es Alma, que es Principio,

Vida, Verdad, Amor. Esa debería ser la primera respuesta al definir Mente. El

principio de sinonimia dice: si tenemos un término para Dios, ese término es a la

vez sinónimo con todos los demás sinónimos. No hay Dios sin Espíritu, sin Alma,

sin Principio, sin Vida, sin Verdad, sin Amor. Sólo cuando definimos a Mente por

medio de los siete sinónimos es que obtenemos un concepto infinito para Mente.

Diferenciación

Al lanzar una piedra a un estanque se forma un círculo que conduce a un

segundo círculo, a un tercer círculo, haciéndose más y más grande. Si tenemos

Mente, también podríamos preguntar: “¿Qué es lo que el término Mente significa

en sí mismo?” Luego preguntaríamos: “¿Cuáles son las características de Mente

que diferencian a Mente de Espíritu?” Y así llegaríamos a la diferenciación.

Vimos que para poder definir los sinónimos para Dios tenemos que

definirlos por medio de todos los demás sinónimos, pero que, si definimos a Mente

por medio de Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor, la siguiente pregunta


sería: “¿Cómo se diferencia a sí misma Mente de Espíritu y de Alma, si tuviéramos

que definir a Mente por medio de Espíritu y por Medio de Alma?”

Estas preguntas nos traen al siguiente círculo en nuestro sistema, en el cual

debemos ver cómo cada sinónimo se diferencia a sí mismo de los demás

sinónimos. Aquí hallamos la diferenciación dentro de la unidad. Esto no se

encuentra en ninguna otra ciencia. La Sra. Eddy tuvo que encontrar una forma

original y totalmente nueva para definir al Ser porque estaba tratando con un tema

infinito, un tema que no podía ser limitado de ningún modo.

La diferenciación de los sinónimos resalta en las ideas que los caracterizan.

Cada sinónimo tiene sus propias características, atributos y cualidades, y en la

medida en que avancemos en este libro, exploraremos esto, para cada uno de los

siete sinónimos.

Un Gran Paso de Avance

Constituyó un gran paso de avance cuando Doorly, en su investigación del

Libro de Texto, se preguntó: “¿Qué es lo que diferencia a Mente de Espíritu, dado

que se relacionan con lo mismo, es decir, con Dios?,” y él junto con sus estudiantes

comenzó a investigar aquellas ideas que diferencian cada sinónimo de los demás.

Los sinónimos están todos relacionados con el infinito Uno, y sin embargo

están diferenciados. Primero tenemos a Dios como el término general, luego

traslapándolo están los siete sinónimos, nuevamente siendo todos Dios mismo –

porque no hay nada fuera de Dios, ni nada más que Dios. Estos siete sinónimos, o

siete aspectos, todos demuestran la naturaleza de Dios.

Luego vemos cómo es que cada sinónimo se diferencia por las ideas,

cualidades, atributos que los caracterizan de manera específica. Podemos ver que

cada idea de cada sinónimo es también sinónimo de Dios. Jamás abandonamos el

campo del Ser único. Aún si analizamos los sinónimos para Dios en sus ideas,


hallamos que cada idea debe ser sinónima de cada una de las demás ideas de todos

los sinónimos. Esto está claro, porque jamás dejamos al infinito.

Cómo es que la Ciencia Cristiana constituye una “Nueva Lengua”

Esto es lo que distingue nuestro lenguaje en Ciencia Cristiana del lenguaje

ordinario; y origina una dificultad – una gran dificultad - porque vivimos con

nuestro lenguaje de todos los días y lo utilizamos constantemente.

En el lenguaje diario los términos que utilizamos no son sinónimos. En el

lenguaje diario tenemos el término Dios, pero cada quien lo define a su manera.

No existe una definición definitiva de Dios, y cada uno decimos algo diferente

cuando utilizamos el término Dios. En el lenguaje común nuestros sinónimos para

Dios – Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor – no se escriben con

mayúsculas, y lo que representan en dicho lenguaje común, no los hace sinónimos

de Dios. Tampoco son sinónimos entre sí, mente, espíritu, alma, principio, vida,

verdad, y amor, cuando se utilizan en el lenguaje común. Cuando un científico

natural habla acerca de su principio, dicho principio no es sinónimo de alma o de

amor. En el lenguaje diario dichos términos no son sinónimos.

Esta diferencia también aplica a las ideas, cualidades y atributos que

caracterizan a los siete sinónimos. En la Ciencia del ser, éstos también son

sinónimos. Si tomamos inteligencia como una idea de Mente en la Ciencia

Cristiana, y tomamos gozo como idea de Alma, hallamos que inteligencia y gozo

son sinónimos porque ambos se refieren a un sinónimo, y los sinónimos se refieren

a Dios. Mas esto no ocurre en el lenguaje ordinario.

Lo anterior implica una gran dificultad para nosotros. Debemos dominar un

lenguaje completamente nuevo en la Ciencia Cristiana, un lenguaje que tiene

diferente significado y contenido. A pesar de que estamos usando los mismos

términos, debemos variar constantemente a un significado diferente cuando


hablamos de Ciencia Cristiana en la nueva lengua, en la cual cada término, en

último análisis, es sinónimo de Dios, ya que sabemos que no existe nada aparte de

Dios, el Uno infinito.

¿Por qué no Tenemos una Lengua Nueva?

Alguien podría preguntar: “¿Por qué no tenemos una nueva lengua, una

terminología específica tal y como se utiliza en otras ciencias?” En biología o en

cibernética, por ejemplo, utilizan términos para expresar las ideas nuevas que

surgen. Dichas ideas forjan o forman nuevas palabras, frecuentemente recurriendo

al griego o al latín para formarlas, tal y como cibernética (que significa ‘timonel’

en griego). Entonces le dan a cada palabra una definición que debe ser aprendida.

¿Por qué la Sra. Eddy, o nosotros, no inventamos una lengua nueva, tal y

como los científicos naturales lo hacen – una que aclare el significado de lo que

queremos demostrar, la cual sea del todo diferente del lenguaje ordinario, de

manera que no pueda ser mal interpretada?

Naturalmente que la Sra. Eddy pudo haberlo hecho. Ella pudo haber

forjado nuevas palabras del griego y del latín que pudieron ser bien distintas e

inequívocas para dar a entender dicho significado. Pero nos alegra que no lo haya

hecho, porque usando la terminología como lo hizo, la capacitó para construir un

puente entre la experiencia diaria y la nueva enseñanza de la Ciencia Cristiana.

Uso de las Mayúsculas

Pero Mary Baker Eddy tuvo que haber hecho algo acerca de la nueva

terminología para diferenciarla del significado ordinario que el mundo da a

“mente”, “espíritu”, “alma”, “principio”, “vida”, “verdad”, y “amor”. Escribir en

mayúsculas sus sinónimos para Dios, fue lo más sencillo para incorporar nuevos

significados. Desde luego que esta escritura en mayúsculas sólo resultó útil, para


el lenguaje escrito. Esto deja al lenguaje oral en la Ciencia Cristiana, inadecuado,

hasta el tiempo en que obtengamos un acuerdo común para que cuando utilicemos

ciertos términos sepamos de inmediato si son mayúsculas o no.

La Sra. Eddy creó una terminología nueva, caracterizada por el uso de los

términos escritos en mayúsculas en el lenguaje escrito, y en el lenguaje oral por

términos que suenan familiar, pero que tienen significados totalmente diferentes.

Para comprender el Libro de Texto debemos aprender esta nueva lengua.

Pensamos que la lengua se desarrolló – tal vez por un período superior al

millón de años, – y quizá partiendo de una articulación sencilla hacia una gran

variación, para finalmente resultar en miles de palabras. El lenguaje que la Sra.

Eddy introdujo fue construido de modo contrario. En lugar de partir de una

articulación sencilla, de una simple idea finita, haciéndole añadiduras, partió del

todo, es decir, del término Dios, del sentido más comprensible. Dijo: “Sólo hay

un Ser. Lo integraré en el Ser único, en un solo término, Dios. Luego descenderé

de ese término, como Moisés lo hizo con la visión del Monte y dio los

Mandamientos”. Ella detalló su visión de Dios, analizándola por medio de los

siete sinónimos. Así obtuvo siete aspectos del todo, identificados por medio del

uso de letras mayúsculas, para distinguirlos del uso común.

Hablando en Lenguas Nuevas

El lenguaje nuevo de Mary Baker Eddy, el lenguaje del Espíritu,

definitivamente no termina con las mayúsculas de los siete sinónimos. La Sra.

Eddy detalló dichos siete, al caracterizar cada uno por medio de ideas específicas.

Por lo tanto, y esto es lo importante, - cada una de esas ideas, como inteligencia,

ley, causa, guía; ideas como desarrollo, orden, frutos, etc., todas las ideas que

caracterizan a los siete sinónimos, significan algo totalmente diferente del

significado que tienen en el lenguaje común. Debido a que este es el lenguaje que


ha surgido de Dios, por medio del principio de sinonimia, cada una de estas ideas

es sinónima de todos los siete sinónimos, y siete son los sinónimos para Dios.

Cada una de estas ideas, por lo tanto, reúne un significado completamente diferente

del que tiene en el lenguaje ordinario o común.

Ahora comprometámonos en aprender el método de cultivarnos a nosotros

mismos en un lenguaje nuevo. Este es un lenguaje que no fue construido

humanamente. Este es el lenguaje que surgió del Dios único. Es el lenguaje del

Espíritu. Aún si utilizáramos, como símbolos, tales términos del lenguaje humano

como: ley, creador, orden, desarrollo, identidad, etc., estaríamos hablando el

lenguaje del Espíritu, porque la Sra. Eddy ha dado a dichos términos un significado

nuevo, un significado divino. Estamos hablando “en lenguas nuevas”.

Si hablamos en lenguas nuevas, en el lenguaje del espíritu, debemos estar

concientes que este es el lenguaje de Dios, y que no es el lenguaje humano. Este

es el único lenguaje que el Ser entiende, y que el Ser habla. Entrenarnos a

nosotros mismos en este lenguaje nuevo, toma toda una vida, pero es indispensable

si es que vamos a encarar el único asunto que vale la pena, es decir, nuestro Ser.

El Valor Único del Lenguaje

Este lenguaje del Espíritu tiene otra cualidad; es un lenguaje con valor único.

Es un lenguaje que tiene un solo valor. Es completamente independiente de un

sentido dual, del valor dual. Regresaremos a este tema de la lógica de valor único

conforme avancemos, y explicaremos su importancia.

Vemos que cuando hablamos esta nueva lengua del Espíritu siempre

partimos de Dios. Vemos que Dios es el único Uno, y jamás es dual. Por lo

tanto, todo lo relacionado al ser, tiene la misma naturaleza del propio Dios. Jamás

cuenta con una naturaleza opuesta; jamás es dual. De ahí que razone sólo de la

lógica de valor único. El lenguaje humano siempre razona con lógica dual, dando


realidad al mal, a la contrahechura de Dios, así como a Dios, el bien, pero la lógica

de valor único sólo reconoce como valor, al bien.

El razonamiento humano hasta hace poco, siempre había sido dual. La

mente humana sólo puede razonar con valores opuestos: algo es o alto o bajo; es

grande o pequeño; es correcto o incorrecto; está muerto o vivo; es cierto o falso.

La mente humana considera siempre ambos aspectos de algo; es dual. Dice que

algo está correcto pero que todo lo demás está incorrecto. Tiene dos reinos y

clasifica a uno contra el otro. Siempre tiene a la vista un reino dual, un reino

opuesto al otro reino. De tal dualismo es que hemos cosechado las características

de la mente humana la cual está constantemente en guerra contra sí misma, con sus

puntos de vista encontrados y sus poderes encontrados; siempre está en guerra.

Entrenándonos a Nosotros Mismos en

el Lenguaje del Espíritu

No sucede lo mismo con el lenguaje del Espíritu. Si nos entrenamos a

nosotros mismos en el lenguaje del Espíritu, pensaremos sólo en el valor único del

Ser. El Espíritu es lo único. No tiene dualidad alguna. Sólo habla del uno y

único Ser. Si nos entrenamos a nosotros mismos en el lenguaje del Espíritu,

pensaremos sólo en términos del valor único del Ser y utilizaremos la lógica de

valor único que mantiene al bien como real y al mal como irreal; el mal no tiene

valor alguno. Nada opuesto al Espíritu entra en nuestros cálculos, en nuestro

pensamiento. En el lenguaje espiritual jamás corremos contra algo. Ahí la Vida

es lo real, la muerte lo irreal, la ilusión; el Amor es lo real, lo opuesto es irreal; el

orden es lo real, el desorden lo irreal; la inteligencia es lo real, la ignorancia lo

irreal, la ilusión. Error de cualquier clase no constituye valor real alguno. Sólo

aquello que viene de Dios, el bien, tiene valor real.


El estudio de los sinónimos nos trae un conciencia interna o actitud

completamente diferente porque comprendemos que sólo hay un solo Ser; “el reino

de Dios está dentro de vosotros”, y todo tiene que ser explicado como dentro de

ese único Ser – desde el punto de vista del ser dentro de ese Ser único. Lo que

sea el término – aún si es una contrahechura, la nada, tal y como enfermedad, o la

suma total de la miseria human, o pecado, enfermedad, muerte, – lo que sea el

término – en el lenguaje del Espíritu, debe hallar su explicación en el Ser único, o

no habremos encontrado nuestra respuesta en los sinónimos.

Resolviendo el Sentido Dual – Reestructurando,

Recultivando Nuestra Conciencia

Lo que pretendemos obtener en un sentido práctico de algo mayor, algo sin

paralelo en la historia humana. Por medio de aprender los sinónimos y sus ideas,

y sus implicaciones posteriores, resolvemos el sentido dual dentro de nosotros

mismos. Como veremos, Espíritu significa “lo único”; y esta es la razón por la

cual esta lengua nueva es llamada el lenguaje del Espíritu. Es completamente

buena y no tiene sentido dual dentro de sí misma.

El uso práctico de estudiar los sinónimos es ahora evidente. Significa que

estamos comenzando a recultivar nuestra conciencia, a reestructurar nuestra

conciencia. El antiguo lenguaje humano con sus valores duales, en el cual

pensamos, por ejemplo, que el bien es real, pero que el mal también lo es, queda

reemplazado. Ahora lo estamos estableciendo concientemente, por medio de

disciplina y por medio de ejercitar una conciencia totalmente nueva. Esta

conciencia nueva siempre fluye desde el único Dios, el Ser único. Los siete

sinónimos con su todo constituyen el Ser único, porque cada sinónimo es único, y

desde ahí vemos tranquilamente las ideas infinitas que los caracterizan, las cuales

siguen siendo uno y al mismo tiempo son sinónimos con Dios. Esta nueva


conciencia sólo piensa con la lógica del valor único donde la inteligencia es un

valor, pero la ignorancia es irreal y carece de valor; el bien es real y es un valor,

pero el mal es irreal y tampoco tiene valor; la vida es real y tiene valor, pero la

muerte es irreal, ilusión y no constituye ningún valor, etc.

Reeducando Nuestra Conciencia

Vamos a reeducarnos a nosotros mismos en este nuevo lenguaje. Los

resultados de esta reeducación son estupendos. La tradición engranada en

nuestra conciencia por más de un billón de años debe ser cambiada. Lo mortal,

la manera de pensar en forma humana, debe ser suplantada y reemplazada por la

manera divina. Para liberarnos a nosotros mismos de este pensamiento dual,

debemos reestructurar, reeducar y recultivar nuestra conciencia.

Reeducar nuestra conciencia debe constituir un programa gradual. El paso

uno, como hemos dicho, será dedicado a la “construcción de conceptos” – la

construcción de nuevos conceptos.

Si de repente vamos a ser enfrentados con Mente, con “M” mayúscula, en

lugar de con “m” minúscula; Espíritu en lugar de espíritu; Alma en lugar de alma;

Principio en lugar de principio, debemos conocer lo que estos términos con

mayúscula significan. Debemos obtener un “concepto” claro de los términos

Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.

Construcción del Concepto

Comenzaremos con Mente, el cual, antes de edificarlo por medio de un

meticuloso estudio en Ciencia y Salud, resulta ser como una concha vacía. Vamos

a construirlo con conceptos adecuados, y cuando la concha esté llena, cuando

dicho concepto esté lleno, veremos que el concepto tiene la naturaleza de una idea;

ahora está claro, pero sigue siendo un concepto. Habremos clarificado a la mente


humana el concepto de uno de los siete sinónimos. A esto es a lo que se le llama:

construcción de concepto. En adelante cuando alguien diga Mente, sabremos si

quien lo dijo quiso decir Mente con una “M” mayúscula, o se refirió a mente con

“m” minúscula. Cuando signifique Mente tendremos un concepto que está

completo, lleno. También sabremos que el que habla, así como el que escucha, le

dan el mismo significado a Mente con “M” mayúscula. Ambos hablarán el mismo

lenguaje ahora, debido al programa de construcción de conceptos que se llevó a

cabo.

Una vez que tengamos este verdadero concepto, podremos ir al segundo

nivel: la construcción de la tonalidad, o el cultivo de la tonalidad, en donde

cultivamos esos conceptos hasta que se hagan un tono dentro de nosotros, un tono

de conciencia que es independiente de los términos, de las palabras. La

construcción de la tonalidad libera de los conceptos al reemplazar los conceptos

simplemente escuchando el tono de los sinónimos. Entonces, cuando alguien diga

Mente, y sepamos que es Mente, con ‘M’, no haremos un recuento de las

cualidades o atributos enumerados, así como de las ideas que caracterizan a Mente,

sino que conoceremos el tono, Mente. Es un tono nuevo independiente de todas

las ideas que caracterizan ese término. Esto quiere decir que la construcción del

tono nos capacita para soltar la pesada lista de ideas que elaboramos durante la

construcción del concepto. Ahora tenemos el tono.

Construcción de la Tonalidad

Una vez que obtenemos el tono, ese tono es mucho más grande que la lista

de ideas que tuvimos anteriormente cuando estuvimos construyendo el concepto,

porque cuando obtenemos el tono podemos escuchar y ver Mente aún donde

dichos términos específicos que aprendimos que caracterizan a Mente no

aparezcan. En la Biblia, por ejemplo, muchas de las palabras que encontramos en


Ciencia y Salud caracterizando los siete sinónimos no aparecen, más el tono de

ellos está ahí y es discernible al pensamiento cultivado en tonos. Los términos

Alma y Principio no aparecen en la Biblia, pero ahí está el tono. Si tenemos la

tonalidad de los siete sinónimos, nos liberamos a nosotros mismos de los términos

individuales que caracterizan los sinónimos de Mente, Espíritu, etc., y

adquiriremos un sentido mucho mayor de lo que los siete sinónimos significan.

Esto es la construcción de la tonalidad. Cuando hemos dominado dicha

construcción, podremos leer el Libro de Texto en modo bastante diferente.

Estaremos aptos para leer la Biblia en forma inteligente, y también otros libros, y

también veremos la naturaleza y los acontecimientos de otra manera, porque

tenemos una conciencia cultivada en tonalidad. Tendremos dentro de nosotros

mismos lo que podríamos llamar el mapa de la conciencia divina, con el cual

podremos escudriñar prácticamente todo cuanto se refiere a nuestra experiencia de

vida, y darle a dicha experiencia la adecuada interpretación. La Biblia, el Libro de

Texto, y nuestras experiencias de vida, todo hallará nueva interpretación.

Construcción de la Conciencia del Ser

Cuando hayamos dominado esta construcción de la tonalidad iremos a la

tercera plataforma, al estado de construcción de la conciencia del ser, es decir, a

estar concientes que esos siete sinónimos constituyen nuestro ser. En este nivel

nos estaremos cultivando a nosotros mismos en ser esos siete sinónimos. Esto no

es simplemente tener un conocimiento de ellos como si existieran en algún lugar,

objetivamente, como si pudiéramos verlos y pensar sobre ellos. Esto significa

conocerlos como a nuestro propio ser, y ver que no hay discrepancia alguna entre

el Ser único y nuestro ser. El Ser único es verdaderamente nuestra identidad.

Este tercer nivel es nuevamente un nivel que podemos cultivar con varios

métodos hasta que sintamos que somos el verdadero ser de los sinónimos. Esta


es una imagen general de lo que queremos hacer, y comenzaremos con la

construcción del concepto.

Lo que Implica la Construcción del Concepto

El pensamiento tiene que ver con los conceptos. Los conceptos son

experimentados y simbolizados por medio de palabras – es por ello que

necesitamos el lenguaje – para trasmitir el mensaje de los conceptos. Al principio

la humanidad tuvo conceptos acerca de objetos, de objetos materiales. A penas

durante los últimos dos mil años la humanidad ha comenzado a pensar acerca de

los conceptos espirituales, o más bien, sobre conceptos inmateriales.

Sabemos por experiencia que es más fácil enseñar a niños el significado de

las palabras que definen algún objeto, que enseñarles el significado de palabras

inmateriales, incorpóreas tal como: honestidad. La honestidad no es un objeto que

un niño pueda ver y tocar. No se lo podemos enseñar en la imagen de un libro o

explicárselo. Tenemos que ir por medio del procedimiento de platicarle una

historia que incorpore el concepto de honestidad. Las fábulas se utilizan para

trasmitir conceptos morales y éticos. Debemos construir tales conceptos

inmateriales como honestidad, justicia, misericordia, generosidad, gentileza, etc.,

en forma indirecta. Debemos construir una situación completa que incorpore lo

que no se puede ver. Desde esa perspectiva el niño sabrá lo que significa el

término honestidad.

De manera semejante obtenemos el verdadero concepto de los siete

sinónimos. No podemos decir: “Bien, he aquí Mente”. Mente no es algo que

podamos ver. Debemos construir una historia completa que nos traiga el tono de

Mente. Las palabras son usadas como símbolos para los conceptos, pero una

palabra jamás es el mismo concepto. Para construir el concepto real, necesitamos

usar dichos términos para tender un puente entre nuestro entendimiento y la idea


verdadera – entre el significado y el término, el símbolo. El término jamás es la

cosa en sí. Los siete sinónimos no son sino símbolos que representan un concepto

completo. Los términos que caracterizan ideas son sólo símbolos. Sólo cuando

hallamos saciado ese término con suficientes otros términos para construir el

concepto, habremos logrado algo.

Cómo Utiliza la Sra. Eddy el Término: Concepto

Resulta interesante ver en las Concordancias cómo Mary Baker Eddy utiliza

el término “concepto”. Tenemos la sensación que este término es un puente que la

Sra. Eddy usa para llegar de un objeto material a un concepto espiritual. Por

ejemplo, conocemos la historia de Jesús, y en este sentido, la Sra. Eddy dice que

Jesús fue “El más elevado concepto corpóreo y humano [noten “concepto

corpóreo”; concepto corpóreo, ¿de qué?] de la idea divina...” (C & S 589: 15 – 16) El

construir un concepto verdadero, un concepto perfecto, es la ayuda necesaria para

comprender las ideas.

Requerimos de las ideas para formar una presentación completa de un

concepto. En otra referencia la Sra. Eddy dice: “Esperad pacientemente a que el

Amor divino se mueva sobre la faz de las aguas de la mente mortal y forme el

concepto perfecto.” (C & S 454: 22 – 24) Aparentemente no es sólo formar un concepto

lo que es importante, sino formar el concepto perfecto. Y ¿qué es un concepto

perfecto? Un concepto perfecto sería llenar la concha vacía de un término con

todos aquellos términos necesarios para hacer suficientemente claro dicho término

inicial para formar el concepto perfecto y completo.

Solo para anticipar lo que vamos a hacer, tomemos la palabra inteligencia.

Es un término, una palabra. Pero, ¿qué significa? Para tener el “concepto

perfecto” de inteligencia – lo que la palabra inteligencia significa, – debemos llenar

la palabra inteligencia con todas esas cualidades que atribuimos a inteligencia, las


cuales son necesarias para que sea el concepto perfecto de inteligencia. Esto

requerirá la mezcla de ideas. Por ejemplo, inteligencia sólo es inteligencia,

cuando su origen está en Mente y no en el cerebro; es sólo inteligencia cuando es

espiritual y no material (y aquí tenemos una característica de Espíritu); es sólo

inteligencia cuando refleja a Alma y percibimos que es invariable e inmutable, y

que no va y viene. Así abarcamos todo lo que hace a inteligencia un concepto

perfecto en lugar de un concepto imperfecto.

En el lenguaje humano se dice por ejemplo que para “inteligencia” es

cuestión de utilizar el cerebro, o que inteligencia es algo que se adquiere por medio

de estudios académicos. Para nosotros, en la Ciencia Cristiana, ese enfoque es un

concepto imperfecto. Construimos el concepto perfecto de inteligencia al

combinar inteligencia con todas las otras ideas de los siete sinónimos. Solamente

cuando está mezclada con todas las demás ideas es que podemos decir que tenemos

el concepto verdadero de inteligencia, el concepto perfecto.

Cuándo Inteligencia, es una Idea de Dios

Podemos ver lo que se necesita. En lugar de meramente tener un término

individualmente definido, debemos en nuestro trabajo, obtener el concepto

perfecto, y sólo será un concepto perfecto para nosotros cuando sea sinónimo de

todas las otras ideas. Para tener el concepto perfecto debemos utilizar el principio

de sinonimia, porque inteligencia sólo es inteligencia cuando refleja todas las

demás ideas de Mente, y también cuando refleja todas las demás ideas de Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor. Es entonces cuando inteligencia es un

concepto perfecto; y cuando tenemos el concepto perfecto, tendremos lo que

llamamos: idea. Así, decimos que inteligencia es una idea de Dios.

Nuevamente aquí podemos ver el principio de sinonimia. Decimos que

inteligencia es una idea de Dios, y Dios es Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,


Verdad, Amor, por lo tanto, inteligencia debe ser una idea de Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor. Luego, debido a que esos siete sinónimos

se caracterizan cada uno por numerosas ideas, inteligencia debe también reflejar

todas las ideas que representan a Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad,

Amor; de otra manera no sería idea.

Esta es la gran diferencia entre nuestro lenguaje y el lenguaje ordinario.

Esta es la razón por la que debemos aprender a mezclar las ideas, y esto sólo puede

hacerse por medio de ejercitar la mezcla de ideas. Gradualmente, por medio de la

práctica y el adiestramiento, estaremos capacitados para formar el concepto

perfecto.

Cómo Llegamos a la “Idea”

Cuando tenemos el concepto perfecto tenemos la idea; ya no es más un

término, una palabra o un símbolo, sino que alcanza el verdadero significado de

idea.

La lista que hacemos de las palabras que caracterizan los siete sinónimos (al

recorrer Ciencia y Salud) son sólo conceptos en un principio. Para nosotros aún

no son idea, debido a que todavía no los hemos llenado con las combinaciones, y

no han adquirido en este nivel el grado de concepto perfecto. Comenzamos con

una lista de términos e ideas, pero esto es sólo el principio del estudio de los

sinónimos. Primero nos damos cuenta cómo usar esta plataforma inicial

correctamente, y luego, cómo construir sobre ella.

Primero nos ocupamos en llenar un concepto con su contenido para que la

palabra no sea sólo una concha vacía.


Cómo Evolucionó la Construcción de Conceptos

en la Ciencia Cristiana

Si vamos al Antiguo Testamento no encontraremos los siete sinónimos. La

Biblia habla del infinito Uno e insiste que sólo hay un Dios, aunque la gente utilizó

los términos que limitaban su cultura – los símbolos elementales de la naturaleza y

de su entorno. En esa época en Israel no conocían mucho acerca del razonamiento

espiritual. No era posible para ellos explicar a Dios con conceptos inmateriales,

por lo que usaron palabras como Señor, ‘Sabbath’, el Señor de las Huestes (aquel

general que comandaba los ejércitos). Percibimos en ‘Sabbath’ un sentido de

Principio – ‘Sabbath’ dirige a todo el ejército – pero esta gente no conocía el

término Principio o Mente, como sinónimo de Dios, y el término Espíritu sólo

entra aquí y allá como “el espíritu del Señor”.

Luego llegamos al Nuevo Testamento, que conlleva el tinte de la cultura

griega. Por el año 333 antes de Cristo, Alejandro el Grande trajo la cultura griega

a Palestina en donde comenzó a modelar la cultura en esa parte del mundo. Un

siglo después y antes de Jesús, los romanos llegaron y aportaron su cultura

también.

Con el impacto de las culturas griega y romana, los escritores del Nuevo

Testamento comenzaron a utilizar términos como vida, verdad y aún amor, como

términos para Dios. En algún sentido ya su uso de espíritu puede verse que se

refiere a Dios, pero dichos términos jamás fueron utilizados como lo hizo la Sra.

Eddy, escribiéndolos con mayúsculas.


Mary Baker Eddy – el ser más

Científico en la Historia

Durante mucho tiempo el Cristianismo avanzó tan sólo con el término Dios,

sin definir lo que Dios es. Esto resultó por supuesto en la división en muchas

sectas y denominaciones, en nuestra historia Cristiana.

Luego llegó la Sra. Eddy. Ella fue la primera que preguntó: “¿Puede Dios

ser definido de manera tal que haya una sola definición para Dios, y que fuera tan

clara y abarcara completamente todo, y ser así tan precisa y definida, de manera

que pudiera construirse una Ciencia sobre ella?” Ella sabía que la respuesta era sí,

y se asignó a sí misma esta sobrehumana tarea de hallar tal definición.

Muchos Científicos Cristianos consideran a la Sra. Eddy sólo como la

descubridora de una nueva religión, o como quien dio otra interpretación de la

Biblia, o como quien dio un sentido más práctico de Dios que el que otras

religiones dan. Pero su lugar está más en el campo de la ciencia que en el de la

religión. La posteridad la considerará como el ser más científico en la historia

humana. La religión es solo un aspecto de su Ciencia; también incluye la

medicina, la psicología, la filosofía, la ética, etc. Mary Baker Eddy fue la

fundadora de una nueva Ciencia. Lo que ella descubrió y fundó fue

completamente revolucionario. Jesús dijo: “Obras más grandes harán ustedes.”

Mary Baker Eddy hizo tales grandes obras.

Las Grandes Religiones no Hacen

Preguntas Científicas

Ninguna de las grandes religiones del mundo (la mayoría fundadas alrededor

del año 500 antes de Cristo) jamás hizo preguntas científicas sobre Dios; tan sólo

preguntas religiosas. Nunca alguna preguntó: “¿Es Dios un Principio? ¿Puede

Dios ser explicado e interpretado? Si Dios puede ser explicado e interpretado,


¿puede el Ser total, ser comprendido dentro del alcance de una Ciencia?” Estas

preguntas son ajenas a todas las religiones. Responder a estas preguntas requiere

de una mente científica, no de una mente religiosa.

Lo que la Sra. Eddy hizo fue prodigioso. Ella llevó a cabo algo inaudito en

el campo de la religión y de la ciencia. Todos los grandes pensadores de su

tiempo en todos los campos estuvieron siempre construyendo sobre los sistemas de

referencia humanos aceptados. Todos ellos aceptaron que la mente humana es el

medio para comprender el ser, o comprender la naturaleza, o comprender la lógica

de los acontecimientos. Todos ellos confiaron en la mente humana, que como

hemos visto, es dual. Por tanto, ellos tenían la sensación de que debían clasificar

sus campos dentro del sistema de clasificación humana. La Sra. Eddy fue la

primera en darse cuenta de la razón por la que esto no funcionaba, por qué era

inadecuado, y construyó un sistema de referencia divino completamente nuevo,

cambiando el sistema humano de referencia por una forma divina de referencia.

La Sra. Eddy vio que la Base era Incorrecta

A lo largo de diez mil años de cultura occidental los grandes pensadores

siempre han tratado de perfeccionar el sistema humano de referencia. Salieron del

plano de la magia al plano del misticismo, hacia las religiones superiores – siempre

mejorando, mejorando, mejorando, pero tan sólo sobre la misma base humana. La

Sra. Eddy vio que la base estaba equivocada, y que lo que se requería era una base

nueva, una base que estuviera construida sobre el mismísimo Ser, sobre el valor

único del único e infinito Uno. Ella vio que tenía que razonar desde el único e

infinito Uno. Ella necesitó un sólo valor lógico que razonara deductivamente

desde el infinito Uno, y no desde el pensamiento y la experiencia humana.

La Sra. Eddy, como Jesús, fue una revolucionaria. Su gran discernimiento

fue que Dios es Principio. Esto requirió un enfoque nuevo y radical. Ella vio que


tenía que construir sobre una base completamente nueva y diferente. Todas las

ideas debían venir del Principio divino, y su demostración debía venir también del

Principio divino. Su Ciencia del Cristianismo revela al Cristo incorpóreo. En la

medida en que avancemos en la comprensión de esta Ciencia del Cristo, ésta

crecerá a nuestro favor, y debido a este enfoque como Ciencia, llegará a crecer

tanto para el sentido humano que nos revelará, tanto individual como

colectivamente, que somos el Principio – que somos el incorpóreo, divino,

supremo e infinito Principio. Nos miraremos a nosotros mismos como una

totalidad espiritual sin los grilletes de la carne.

La Biblia ha dicho que Dios es Vida, Verdad, Amor y Espíritu. La Sra.

Eddy insistió en que esto debía ser el Principio divino, e introdujo en su primera

exposición de Ciencia Cristiana el término Principio como sinónimo para Dios.

También introdujo como sinónimo para Dios, el nuevo término de Alma.

¿Cómo vio la Sra. Eddy que Alma es Dios?

¿Por qué vio la Sra. Eddy que Alma es Dios? Porque su revelación le aclaró

que sólo hay un Ser; y debido a que sólo hay un Ser sólo debe haber una completa

identidad entre ese Ser único y su creación. Ella vio que no es que haya por ahí un

creador y por algún otro lugar una creación, sino que creador y creación son

idénticos, tienen naturaleza idéntica. El nombre que dio a esta verdad o realidad

fue Alma. Alma es el término para identidad; e identidad significa realidad en su

más profundo nivel en el cual sujeto y objeto son uno.

Ella comprendió que no hay un sujeto divino y pensante llamado Dios que

tiene como objeto al hombre y al universo, sino más bien vio que son uno y la

misma cosa. Sólo en relación con causa y efecto son distintos, por lo que ella

instituyó el término Alma, porque Alma implica que sólo hay un Alma – no que

cada uno tiene su propia alma – sólo hay una sola Alma y por tanto sólo hay una


gran identidad llamada Dios. No hay un Principio central y luego, separado de él,

– no conectado con él, – todo lo que es experimentado en el universo. Este

Principio, dice la Sra. Eddy, es el centro y la circunferencia del todo. Por lo tanto,

todo cuanto existe dentro del todo es idéntico a su Principio. Para expresar este

hecho de todo siendo identificado con el Principio único, Dios, ella utilizó el

término Alma.

La primera edición de Ciencia y Salud tiene muchas más referencias a Alma

que las últimas. Alma fue el punto de la estupenda revelación de Mary Baker

Eddy. Ella vio con alarmante claridad que no existe Dios en algún lugar y en otro

diferente, la creación de Dios. Dondequiera que está Dios, está Su creación;

dondequiera que esté Su creación, está Dios. Hay absoluta identidad entre ambas.

No pueden ser separadas. “La existencia separada de la divinidad es imposible,

según lo explica la Ciencia.” (C & S 522: 10 – 11) Una y otra vez la Sra. Eddy deja ver

que somos “la incorpórea, divina, suprema, infinita Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida, Verdad, Amor”.

El no Poner Mayúsculas Conduce a Problemas

Mente no fue escrita con mayúsculas en la primera y segunda ediciones. En

su lugar, varias de las palabras relacionadas con Mente como por ejemplo

sabiduría, inteligencia, creador, etc., fueron escritas en mayúsculas. Como la Sra.

Eddy no escribió con mayúsculas Mente, tuvo problemas. Cuando habló de

“mente”, dando a entender la Mente divina y no la mente humana, el lector

generalmente lo tomó como refiriéndose a la mente humana en lugar de Mente

divina. Esto llevó al lector a practicar el mesmerismo en lugar de la metafísica

divina.

Debido a ello la Sra. Eddy tuvo que investigar el tema del magnetismo

animal y la mala práctica. En la primera edición ella incluyó una breve exposición


tanto del magnetismo animal como de la mala práctica. Sin embargo, en el

capítulo de magnetismo animal en la segunda edición, aún no había escrito Mente

con mayúsculas, y esta situación la llevó a mayores problemas. En la tercera

edición de Ciencia y Salud comenzó a escribir Mente con mayúsculas en el

capítulo de magnetismo animal, y eso rompió el mesmerismo.

Los Sinónimos Fueron Llegando uno a la Vez

El término que más utilizamos hoy en día, es decir, Mente, fue el último de

los siete sinónimos en ser escrito con mayúsculas. En su clase de 1888 la Sra.

Eddy les dijo a sus estudiantes que al principio ella no sabía cómo definir a Dios.

Sólo cuando comenzó a ver que Dios se conoce a Sí mismo le fueron revelados los

sinónimos. Y fue hasta que dio ese salto extraordinario de dejar de definir a Dios

desde el sistema de referencia humano y en su lugar adoptar un rango de referencia

totalmente divino, que comprendió que Dios se conoce a Sí mismo, y dado que

Dios se conoce a Sí mismo, ella (Mary Baker Eddy) pudo conocer a Dios. Ella

vio que Dios podía revelarse a Sí mismo a ella. Fue cuando los sinónimos

comenzaron a serle revelados paso a paso, fueron llegando uno a la vez. Después

de recibir uno de los sinónimos debía esperar pacientemente a que el siguiente

sinónimo le fuera revelado, hasta que se completaron los siete. (Vea: Documentos

Misceláneos págs. 61 y 62) De esta manera encontró la base de su Ciencia.

Fue en la clase de 1888 cuando la Sra. Eddy dijo: “Sobre la verdad de estos

términos para Dios descansa la base de esta Ciencia; de hecho, ellos son la

Ciencia.” Ella construyó la Ciencia completa sobre esos siete sinónimos, así como

la ciencia de la música está construida sobre siete notas: do, re, mi, fa, sol, la, si; y

la ciencia de la aritmética construida sobre los diez dígitos. Sobre unos cuantos

elementos fundamentales podemos construir la Ciencia infinita, si dichos


elementos básicos están claramente reconocidos, si el verdadero valor de su lugar

es distinguible, y si el orden es comprensible.

Para dominar estos primeros elementos se requiere incesante disciplina, pero

una vez dominados la recompensa es la revelación perpetua. A fines de los 30’s,

como vimos, el Sr. Doorly hizo que sus estudiantes estuvieran concientes de esta

gran importancia, la de un estudio científico de los siete sinónimos, y fueron tras él

con una mentalidad de franca determinación. El desarrollo que Doorly y sus

estudiantes persiguieron, es el desarrollo que cada estudiante de la Ciencia

Cristiana debe acometer, aunque afortunadamente ya no tiene por qué tomarle

veinte años. Una vez que el pionero ha recorrido el desierto y ha delineado el

camino, aquellos que vienen detrás tendrán un recorrido más sencillo y captarán

más pronto lo que al pionero debió costarle años de esfuerzo para percibir y

comprender.

Kuhn y la Revolución Científica

Kuhn, en su libro sobre la Revolución Científica, presenta la estructura

general de la revolución científica. Esto es básico para cualquier revolución

científica y también aplica a nosotros.

Un paradigma, nos dice Kuhn, es un conjunto de reglas, leyes y principios

que son aceptados por una ciencia. Dado que el paradigma es la norma acordada

de una ciencia, cualquier ciencia que se establezca sobre un paradigma reconocido,

Kuhn lo llama ciencia normal. En ocasiones, cuando dicha ciencia es practicada

una y otra vez, de repente aparece un fenómeno que no encaja con el paradigma

aceptado y no puede resolverse por medio de la ciencia normal. Comúnmente este

nuevo fenómeno, al cual Kuhn llama anomalía, se esconde bajo la alfombra,

desatendido. La ciencia normal no tiene nada que hacer con ello porque la ciencia

normal es típicamente tradicional, ortodoxa, incapaz de pensar en nuevas veredas.


Pero las anomalías siguen botando de tiempo en tiempo, y aquellos que las

perciben e investigan, aquellos que intentan hallar una solución para las anomalías,

son excluidos. Ellos no pueden permanecer bajo el paradigma de la ciencia

normal y por consecuencia deben formar un nuevo paradigma. Deben enfocar la

cuestión completa bajo un ángulo nuevo, con un nuevo plan de pensamiento, y así

establecen un paradigma nuevo. La ciencia que resulta de este nuevo paradigma,

Kuhn la llama ciencia extraordinaria.

Kuhn va un paso más adelante y describe lo que es un científico maduro.

Si un científico está siempre dispuesto a investigar una anomalía cuando aparece, y

a trabajar hasta que encuentra una solución para ello, y continúa hasta establecer

un nuevo paradigma que resulta en ciencia extraordinaria, entonces él es un

científico maduro.

Un científico maduro es uno que está siempre dispuesto a cuestionar

continuamente la ciencia normal y su paradigma. Es el pensador que está

dispuesto constantemente a investigar las anormalidades y los paradigmas. Por lo

tanto, está dispuesto a cambiar. Él trabaja como un científico maduro.

La Sra. Eddy una Científica Extraordinaria

La Sra. Eddy creció en la vieja iglesia, en el paradigma aceptado de,

digamos, la “ciencia normal” de la religión. Después que tuvo su revelación

comenzó a formular nuevos paradigmas. Ella había sido sanada sobre una base

espiritual, no sobre una base médica – había ocurrido una anomalía. Siendo

primero y ante todo una científica (no una mística religiosa) ella cuestionó esta

curación espiritual. No estaba satisfecha con las explicaciones tradicionales.

Dijo, en esencia: “Debo conocer la ciencia que yace tras esta curación espiritual,

tras está abrumadora experiencia. Aquí hay una anomalía. No voy a echarla bajo

la alfombra como si fuera algo raro y anormal que no encaja con el patrón de la


vieja religión. Voy a investigar este incidente, este caso de curación espiritual.

Voy a encontrar un nuevo paradigma sobre el cual construir una nueva ciencia, una

ciencia extraordinaria.” Esto muestra a la Sra. Eddy no como una fanática

religiosa, sino como una científica madura.

Lo que le aconteció a la Sra. Eddy en esta forma de maravillosa curación

espiritual, no es extraordinario. Por todas las épocas ha habido fenómenos de

curaciones espirituales. Miles de milagrosas curaciones han sido registradas

durante los pasados dos mil años. El fenómeno en sí no era raro o singular. Lo

que fue diferente en el caso de la Sra. Eddy fue la actitud que asumió. “¡Esto

debiera ser lo normal!” Y esto la diferencia de todos aquellos que han tenido

experiencias milagrosas (anomalías) y sólo las han echado bajo la alfombra;

siguieron siendo “científicos normales” y regresaron al viejo camino.

La Sra. Eddy Hacía Preguntas Heréticas

La Sra. Eddy fue una científica extraordinaria porque ella quería hallar la

ley tras esta anomalía, tras esta maravillosa curación que había experimentado. La

Sra. Eddy hacía preguntas heréticas. Ella insistió en que debía haber alguna

ciencia que la explicara. Dios, declaró ella, debiera prestar a una explicación de Sí

mismo.

La Sra. Eddy encontró el nuevo paradigma. Encontró la nueva definición

para Dios. Presentó la ciencia extraordinaria como Ciencia Cristiana. La enseñó

y atrajo gente que también estaba dispuesta en cierta medida a salirse del camino

de la iglesia tradicional hacia la iglesia extraordinaria. La gente que abandonó la

iglesia tradicional para unirse a la nueva, pasó por una revolución al salirse de la

ciencia normal, siendo atraída por el nuevo paradigma, aprendiéndolo y llegando a

ser Científicos Cristianos, adherentes de la ciencia extraordinaria.


Las personas que en otro tiempo estuvieron en otra iglesia y llegaron a la

Ciencia Cristiana parecían valorar en ocasiones mucho más la Ciencia Cristiana

que aquellos “nacidos” en ella. ¿Por qué? Porque aquellos que rompieron con la

iglesia tradicional tuvieron que hacer un cambio que les acarreó batallas internas y

cuestionamientos. Frecuentemente ello significó alejamiento de familiares y

amigos. Habían tomado el riesgo de moverse de lo común a lo extraordinario.

Por ello en ocasiones valoraron mucho más la Ciencia Cristiana.

También Nosotros Debemos Hacer

“Preguntas Heréticas”

Desafortunadamente, después de un período de cincuenta o sesenta años, la

ciencia extraordinaria llegó a ser, para cientos de miles de seguidores de la Sra.

Eddy, ciencia normal; asistir a la iglesia de la Ciencia Cristiana constituyó la

ciencia normal. Era el paradigma aceptado. Uno podía escribir en el Journal, en

el Sentinel y en el Monitor acerca del paradigma; uno podía conferenciar sobre el

paradigma, y enseñar sobre el paradigma, pero sólo sobre el paradigma aceptado

por la ciencia normal. Estos Científicos Cristianos alguna vez habían dado el paso

desde la ciencia normal hacia la ciencia extraordinaria, y sentían que dicha

transición había sido suficiente; nuevas anomalías debían esconderse bajo la

alfombra.

Estos Científicos no tomaron la actitud del científico maduro en la Ciencia

Cristiana. Un científico maduro en la Ciencia Cristiana, hubiera sido uno que, una

vez aceptado y practicado el nuevo paradigma, no descuida la aparición de

anomalías. Está al acecho de nuevos paradigmas que le proporcionen nuevamente

ciencia extraordinaria. El científico extraordinario es poco común; sin embargo,

“muchos son los llamados, pero pocos los escogidos”. Cada uno de nosotros debe

hacer la elección. ¿Deseamos solamente ser llamados? ¿Deseamos solamente ser


científicos normales? ¿O deseamos ser “escogidos”? Es decir, ¿deseamos elegir

por nosotros mismos? ¿Deseamos ser científicos extraordinarios, científicos

maduros? ¿Deseamos tener siempre una mente inquisitiva que pregunte: “Hay

algo más que deba conocer del tema? ¿Existe algún otro enfoque, alguna

consideración que pudiera ser mucho más directa?”

Doorly como Científico Maduro y Pionero

John Doorly tuvo esta actitud inquisidora. En los primeros años de su vida

comenzó a preguntar sobre el paradigma de iglesia. A principios de 1916 se

preguntó a sí mismo: “¿Podemos llamarnos a nosotros mismos Científicos si no

conocemos la Ciencia? Si es que es una Ciencia, ¿no deberíamos conocer el

sistema de esta Ciencia? Si es una Ciencia con un sistema, entonces yo debo

conocer las categorías de este sistema. Para conocer las categorías de este

sistema, debo conocer cómo clasificar por categorías este fenómeno infinito.

Cuando tenga las categorías, debo conocer cómo las categorías (para poder ser un

sistema) se unen unas con otras.”

Todas estas preguntas y reflexiones tienen que ver con la ciencia, y en el

tiempo de Doorly los pensamientos y cuestionamientos como éstos eran heréticos

en la Ciencia Cristiana “normal”. A los miembros de la iglesia no se les permitía

hacer tales preguntas. En ese tiempo era suficiente con decir que el Ser era uno, y

que sólo había un solo Ser. Pero preguntar: “¿Cuáles son los órdenes en ese único

Ser? ¿Cuáles son las leyes que rigen en ese único Ser?”, no era permitido y no

hubiera podido responderse en ese tiempo. La religiosidad desdeña tal

investigación dentro de la ciencia extraordinaria.

Pero como vimos, un nuevo pensamiento pasa a través de esa revolución

desde un paradigma aceptado en la ciencia normal, hacia el estado de anomalía,

girando y dando a luz un nuevo paradigma de ciencia extraordinaria.


¿Son Intercambiables los Siete Sinónimos?

¿Cuáles eran el paradigma antiguo y la ciencia normal en la Ciencia

Cristiana a fines de los 30’s?

Había sido aceptado en forma general en relación con los siete sinónimos,

que podían intercambiarse libremente, y que no tenían un orden definido, que

podían ponerse en cualquier orden. Estos dos puntos importantes fueron bastante

cuestionados en el tiempo en que John Doorly comenzó su razonamiento con

referencia a los siete días de la creación.

Por medio de intenso estudio del capítulo de la Sra. Eddy, Génesis, en

Ciencia y Salud, Doorly comenzó a percibir que los siete días de la creación

simbolizaban los siete sinónimos para Dios. Se percató de que, de hecho, cada

día daba un concepto diferente del Ser y que estos conceptos, tomados en

secuencia, ligaban singular y significativamente con los sinónimos - Mente,

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor – en ese orden. A pesar de que en

los días de la creación siempre es Dios quien dice: “Sea...” – y por lo tanto cada día

es parte del génesis de Dios de la propia naturaleza del bien infinito – cada día

presentaba un aspecto totalmente diferente del Ser. Doorly pudo ver que cada día

manifestaba al Ser desde un ángulo diferente, y en consecuencia cada día, y por

extensión, cada sinónimo, debía tener características diferentes y con ello

contribuir en forma diferente a la naturaleza del Ser.

Doorly vio que los Siete Días

Tenían un Orden Definido

En seguida, Doorly comenzó a ver que estos siete días tenían un orden

definido, un orden irrevocable. Espiritualmente visto, es imposible colocar el

simbolismo de la tercera plataforma (o día) al principio; luego colocar lo que ahora


vemos como el simbolismo del sexto día, seguido del primer día, etc. Esto no nos

daría una historia de la creación, ¿o sí? Tendríamos primero: “Que aparezca la

tierra seca”; luego: “Que aparezca el hombre, y que tenga dominio”; y, en tercer

lugar: “Sea la luz”. Esto no correspondería a una historia lógica y ordenada. Los

días de la creación, tal y como aparecen en la Biblia, forman una secuencia de

ideas, irrevocable y definida. Están presentadas en un orden divino y lógico,

comenzando con el inicio de una idea nueva: “Sea la luz,” y desarrollando esa idea

nueva a través de plataformas posteriores hacia el séptimo día de cumplimiento, en

el cual Dios descansó y vio que todo era bueno en gran manera.

Así fue que Doorly se convenció de que había una secuencia en el reino de

las ideas espirituales. Este discernimiento fue enteramente nuevo en aquella

época. Para un Científico Cristiano, de hace ochenta y cinco años, decir que

existían ideas que formaban un orden definido que no podía ser cambiado sin

cambiar totalmente la idea que yacía detrás, era herejía.

Pero cuando Doorly vio que la Biblia daba un orden definido y se percató

que la definición para Dios que da la Sra. Eddy en la página 465 de Ciencia y

Salud, seguía el mismo orden que los siete días de la creación, su sentido espiritual

le dijo que algo mucho más grande yacía tras este hecho. Si los siete días de la

creación seguían el mismo orden espiritual que la definición de la Sra. Eddy para

Dios, lo cual también está presentando la naturaleza de Dios, y presentándola en un

orden definido, debía haber algo inconmensurable en lo profundo de esta

presentación indicada.

¿Qué es lo que nos está Diciendo?

“¿Qué es lo que nos está diciendo?”, era la pregunta de Doorly. Él

descubrió dos irregularidades en relación con el pensamiento general en la Ciencia

Cristiana, anomalías demasiado importantes como para ser escondidas bajo la


alfombra. PRIMERO fue la comprensión de que cada sinónimo debía tener

características específicas que lo distinguieran de los demás. SEGUNDO fue el

punto importante de que el modo en que uno ordena los siete sinónimos debe ser

algo bien definido, y debe contar con un significado profundo, cualquiera que éste

fuera.

Estos fueron los temas que ocupaban el pensamiento de Doorly durante la

mitad de los años 30’s. Él no conocía las respuestas, pero estaba haciendo las

preguntas correctas – preguntas que estaban colocando su pensamiento para

trabajar en canales nuevos. Hacer las preguntas correctas siempre es el paso más

importante para resolver cualquier problema. ¿Podemos ver el problema, el

problema principal? Comúnmente, la solución del problema depende de hacer las

preguntas correctas, y apuntar con precisión al problema.

Doorly llegó a la convicción de que para hallar la respuesta final a estas

preguntas tenía que investigar su hipótesis. Cada teoría comienza con una

hipótesis. Luego la hipótesis es investigada para ver si es cierta o hasta qué grado

es cierta. Si da el ancho y es hallada cierta, puede ser declarada como un nuevo

teorema.

La primera hipótesis de Doorly fue: Cada sinónimo tiene características

únicas y específicas, las cuales lo distinguen de los otros seis sinónimos.

La segunda hipótesis fue: Debe haber un orden definido que gobierne la

definición que da la Sra. Eddy de Dios, es decir, Mente, Espíritu, Alma, Principio,

Vida, Verdad, Amor.

Doorly vio que en las antiguas ediciones de Ciencia y Salud la Sra. Eddy

había venido trabajando con esa definición para Dios. Con el paso de los años ella

se mantuvo contestando en forma diferente aquella pregunta - ¿Qué es Dios? – al

cambiar el orden de los sinónimos. Él vio que ella estuvo empeñada en enunciar a

Dios no solo en su naturaleza, sino de modo ordenado. El hecho de que ella de


tiempo en tiempo cambiara el orden de los siete sinónimos le indicaba a Doorly

que no estaba satisfecha con el orden hasta ese momento. Ella estaba averiguando

algo. ¿Qué cosa era?

El Orden del Verbo (Palabra)

Doorly llegó a la conclusión de que lo que la Sra. Eddy estaba averiguando

era lo que él llamo: el orden del Verbo (Palabra), tal y como está hoy en día – el

orden creativo de los siete días de la creación. Únicamente en este orden, al cual

ella llegó en 1907, coincide con la tonalidad de los siete días de la creación. La

Sra. Eddy había laborado y trabajado con la disposición de los siete sinónimos para

Dios hasta 1907; y fue en 1907 que ella nos dio el orden final. En ese momento,

Doorly comprendió, la Sra. Eddy vio la correlación de la enseñanza de la Biblia

con la Ciencia Cristiana en relación al aspecto creativo del Ser. Ella vio que

ambos, los días de la creación y el Logos (la Palabra o Verbo de Dios) estaban

dados por medio de los siete sinónimos.

Doorly había escuchado la llamada de clarín que jamás tocaría la retirada.

Había obtenido el mensaje: “Aquí está la llave, la pista para la nueva Ciencia, la

Ciencia pura de la Ciencia Cristiana.”

La Sra. Eddy Reacomodó Completamente el Libro de Texto

para Revelar los Siete Sinónimos

Hoy en día podemos apreciar bastante mejor cuánto tiempo y atención

dedicó Mary Baker Eddy a esta definición ordenada como el Verbo (Palabra) en su

definición de Dios, pero entre tanto, hemos discernido algo más que es bastante

sorprendente, gracias al trabajo de Doorly y de aquellos que siguieron su guía.

Entre 1888 y 1891, período de lo más interesante en la vida de la Sra. Eddy,

ella verdaderamente reacomodó por completo el Libro de Texto de modo que cada


capítulo estuviera escrito en orden – el orden que conforma el orden de los siete

sinónimos. En la quincuagésima edición, la cual salió a luz en 1891, el material

incluido era prácticamente el mismo que el de la cuadragésima octava edición (no

hubo cuadragésima novena edición), pero el orden era diferente. La Sra. Eddy

había hecho un trabajo de corte y pegado en la edición quincuagésima, tal y como

un editor lo haría en su sala de prensa. Ella acomodó oraciones y párrafos juntos

en un orden nuevo.

La Maravilla de “Oración” en la

Quincuagésima Edición

En la quincuagésima edición ella presentó el material de cada capítulo en un

orden distinto que no ha sido cambiado desde entonces. El estudiante cuidadoso

puede ver que el capítulo “Oración,” primero muestra la oración de Mente por más

de página y media. Las siguientes dos páginas dan la oración del Espíritu; luego

tenemos la oración del Alma, luego la del Principio, la de Vida, Verdad y Amor.

Un examen más cuidadoso nos lleva a ver que cada una de estas secciones está

dividida en siete sub-tonos reflejando los siete sinónimos en el orden del Verbo

(Palabra). He ahí el capítulo. De pronto, el tema, Oración, está puesto en el

orden científico. ¿En cuál orden científico? En el orden científico de los siete

sinónimos tal y como está dado en la definición de Dios en la edición actual.

Se Ponen Orden y Estructura en el Texto

La cuadragésima octava edición no llevaba el orden de la definición de Dios,

y fue por ello que la Sra. Eddy tuvo que cambiarlo. No cambió los datos, la

información; sólo cambió el orden. Actualmente sabemos que el orden es más

importante que los datos. El orden da significado a la información. Volveremos

a este punto más adelante.


Lo que hemos platicado responde parcialmente la pregunta tan frecuente:

“¿Por qué estaba siempre revisando la Sra. Eddy, Ciencia y Salud? ¿Qué es lo que

estaba haciendo?”. Ella, aparte de hacer pequeñas correcciones, estuvo poniendo

orden y estructura a su Texto.

La Prueba de que Ella, Escuchaba sólo a Dios

Los años entre 1888 cuando Mary Baker Eddy cerró su Colegio y 1891

cuando publicó la quincuagésima edición, fueron años de enorme y profunda

visión espiritual. Durante este período añadió el capítulo de La Ciencia, La

Teología, La Medicina, uno de los capítulos más importantes. Solo haber estado

escuchando únicamente a Dios pudo haberla capacitado para llegar a tal

profundidad, porque antes de que la quincuagésima edición saliera a la luz (con los

cambios mencionados) su definición para Dios aún no coincidía con el orden que

estableció en el texto, en los dieciséis capítulos. Esto indica que ella permitió que

el sentido espiritual la guiara totalmente en el reacomodo del material en su

Texto. La siguiente declaración, atribuida a la Sra. Eddy demuestra esto, y aclara

cómo es que la revelación vino a ella.

“Todo lo que he descubierto, comprendido y enseñado de la

Verdad lo desconocía de antemano, su qué y su para qué. Siempre

llegó a mi pensamiento y salió en palabras y obras, antes que el amado

propósito de Dios, y los frutos que demostraría, me fueran

completamente revelados. Siempre he sido llamada por medios

espirituales para caminar por fe y no por vista, para habitar en los

sentidos del Alma y no en los del cuerpo, por inspiración y acción.” (Ensayos y Otros Impresos pág. 61)


La Sra. Eddy continuó trabajando en su definición para Dios hasta 1907,

cuando sintió que ya tenía su ideal. Ya tenía la congruencia. Ella había

sincronizado el orden de los textos en cada capítulo con la definición para Dios.

Esta es la razón por la cual añadió en el Prefacio: “Hasta el 10 de junio de 1907

ella misma [Mary Baker Eddy] no había leído nunca este libro consecutivamente

desde el comienzo hasta el fin para elucidar su idealismo.” (C & S xii: 24 – 27)

“Lo Encontré”

En junio de 1907, esta edición, que presentaba por primera vez el orden

ideal de los siete sinónimos en su definición para Dios, salió a la prensa. Con este

libro la Sra. Eddy está diciendo: “¡Lo encontré! He hallado cómo Dios, el único

Dios, el único sujeto que realmente importa, puede ser transformado en cualquier

tema, en cada capítulo del Libro de Texto. Puedo mostrar cada capítulo del Texto

dentro de la misma línea de razonamiento de la naturaleza ideal de Dios, y puedo

presentarlo siempre transformado en cada capítulo del Libro, adaptado a la

cuestión en particular. Ahora hay una absoluta congruencia entre la definición

para Dios y la presencia de Dios en cada situación”.

Lo maravilloso es, como ya vimos, que ella tuvo el Libro en orden antes de

alcanzar el orden final de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor,

como consta en su definición para Dios en 1907. Esto muestra la intensidad de su

devoción hacia Dios y hacia escuchar sólo el divino mensaje. Ciertamente ella

podía insistir: “Dios escribió el Libro; ¡dejemos que Dios nos hable!” (Colecciones pág.

197)

John W. Doorly fue el Primero en ver el Sistema

John Doorly fue el primero en escarbar y abordar el Libro de Texto de una

manera científica. Él tenía la educación promedio que un niño recibía en el siglo


antepasado, pero era fenomenal; tenía un sentido espiritual para las cosas

científicas, para los temas científicos y espirituales.

Su sentido espiritual siempre lo guió al enfoque científico. Todo lo

conducía a la valoración espiritual de lo que había leído en el Libro a pesar de que

jamás tuvo entrenamiento científico.

Esto demuestra que una falta de educación académica en las ciencias no

limita a nadie para ser de mentalidad científica. La época está avanzando. “La

tierra ayudará a la mujer” (al hombre genérico), porque la idea del Principio se está

precipitando a sí misma en el mundo y hallará en el mundo puntos transparentes

(individuos con pensamiento espiritual y científico) por medio de los cuales brillar.

El mundo está cambiando rápidamente; la idea desea avanzar, y está avanzando.

Nosotros, en la Ciencia Cristiana, debiéramos guiar al mundo, y no estar

siguiéndolo tras los científicos físicos.

¿Qué son las Categorías?

Doorly vio que la totalidad del movimiento de la Ciencia Cristiana estaba

discutiendo la Ciencia Cristiana desde la base de afirmaciones aisladas. Vio que

debía haber categorías dado que la Sra. Eddy escribe: “Las categorías de la

metafísica descansan sobre una sola base...” (C & S 269: 13 – 14). ¿Cuáles son esas

categorías? Leyendo el Libro de Texto: “La metafísica divina está ahora reducida

a un sistema...,” (C & S 146: 33) él preguntó: “¿Qué es un sistema?”

Un sistema tiene categorías. Nuevamente preguntó: “¿Qué son categorías?”

Al principio no pudo responder. Le tomó más de veinte años responder la

pregunta. Fue alrededor de 1916 que comenzó a preguntar, y fue a finales de

1937 que comenzó a ver lo que eran las categorías.

Doorly vio que el primer paso debía ser reducir un gran número de ideas en

unas cuantas categorías. Finalmente, cuando tenía ya la categoría de los siete


sinónimos, la categoría de la ciudad en cuadro, y la categoría de los cuatro niveles,

es que pudo poner todo en un sistema por medio de la relación de los siete

sinónimos con los cuatro – el Verbo (Palabra), el Cristo, el Cristianismo, la

Ciencia – tal y como operaban en los cuatro niveles de: la Ciencia en sí misma, la

Ciencia divina, la Ciencia Cristiana absoluta, y la Ciencia Cristiana. Finalmente

pudo ver que estas tres categorías estaban entrelazadas, conformando un sistema, y

por medio del enlace de estas tres categorías, el sistema completo pudo

comprenderse.

Doorly Encuentra el Orden Definido

A mediados de los 30’s Doorly se preguntaba: “¿No mostró la Sra. Eddy un

orden definido en los sinónimos?”

Podemos comprender el significado de esta cuestión al preguntar otra, una

cuestión de gran importancia. Si tenemos siete sinónimos, y si, como el viejo

paradigma mantenía, estos sinónimos podían colocarse de cualquier manera – si,

en otras palabras, no hubiera un orden definido – entonces, matemáticamente

hablando, podríamos tener 5,040 diferentes combinaciones de los siete, antes de

agotar las posibilidades. Pero la Sra. Eddy no usó 5,040 órdenes diferentes en su

Libro. Ella utilizó cuatro.

¿Por qué? Seguramente que esto no es un accidente.

¿Por qué no pueden ser puestos estos sinónimos en cualquier orden?

Seguramente por algo de vastas consecuencias que conlleva el hecho de que la

Sra. Eddy utilizó solo cuatro órdenes.

Los siete sinónimos deben ser combinados en relación con otras categorías.

Hemos hablado sobre el símbolo de la sinonimia, usando el ejemplo de “morir”.

El pastor, dando su servicio luctuoso para el Sr. ‘A’ no tiene permiso de tomar

cualquiera de esas docenas de términos y utilizarlos para simbolizar morir. ¿Por


qué no? Porque él tiene que considerar otra categoría, otro aspecto del ser, es

decir, su teología. Esto lo limita a sólo tres o cuatro expresiones de la lista

completa, porque solo algunos cuantos coinciden en dicha categoría – en este caso

con su teología. Su elección nada tiene que ver con morir, sino con su teología.

El asunto, la teología o el tema, nos dirá y determinará, lo que puede ser usado.

En nuestro caso, determinará lo que nos está permitido usar como un “orden”.

¿Cuál era la Otra Categoría?

Aquellos que criticaban a Doorly, insistían en que cualquier orden podía ser

utilizado – ¡cualquier orden! Sus críticas fueron publicadas tanto en el Sentinel

como en el Journal para estar seguros que Doorly y sus estudiantes recibieran el

mensaje. Esto estimuló e impulsó la investigación futura de Doorly. Él intuía

que debía haber algo más que tan sólo poner dichos siete sinónimos en un orden

definido; debía existir otra categoría que estuviese gobernando – pero, ¿cómo

gobernando? ¿Cómo podía uno utilizar esos siete sinónimos? ¿En qué orden es

que se permitía colocarlos? Y, ¿por qué?

Doorly comenzó a ver que lo que estaba considerando no solo era la

categoría para los siete sinónimos, sino una nueva categoría, la categoría del Verbo

(Palabra) – una categoría que tenía que ver con los cuatro lados de la ciudad santa.

Vio que los siete sinónimos dados en la definición de Dios eran realmente el Verbo

(Palabra) de Dios.

Cuando Doorly tuvo la primera sensación de que el orden era importante y

formuló su hipótesis, es decir, que cada sinónimo estaba caracterizado

definitivamente por ideas que lo distinguían de los otros seis sinónimos, y también

que debía existir un orden definido para todos esos sinónimos, él estaba

formulando algo mayor, pero algo que aún tenía que probarse. En la ciencia el

genio es siempre el único que puede hacer las preguntas correctas; es su provincia,


en la cual de alguna manera él es quien puede sentir dónde es que se encuentra el

dilema. De ninguna manera busca la respuesta en alguna provincia no relacionada.

¿Cuáles Ideas Distinguen a cada Sinónimo?

Antes de que trazara las categorías del sistema de Ciencia y Salud, Doorly

vio que primero debía encontrar el método para probar su hipótesis de que cada

sinónimo está definitivamente caracterizado por ideas que lo diferencian de los

otros seis sinónimos. Debía mostrar que su hipótesis podía sostenerse y refutar las

críticas. Nadie sabía cómo probar esto del Libro de Texto. Quizá un millón de

lectores del Libro podían tener la impresión de que los siete sinónimos podían

intercambiarse libremente, así que ellos no estaban en condición alguna de aportar

un método para probar la verdadera oposición de la decepción bajo la cual estaban

trabajando. Insistimos en “método” porque dar con el método es una de las cosas

más importantes, y la más difícil. Encontrar la respuesta es sencillo una vez que

se cuenta con el método correcto.

Tomó varios años el hallar el método correcto, pero desde el principio el

procedimiento que Doorly utilizó para buscarlo fue un enfoque totalmente

científico. En cualquier ciencia enfocamos el tema estableciendo primero la

hipótesis. Sentimos que ésta debe ser cierta, pero en tanto no sea probada

permanece siendo una hipótesis y no una teoría nueva.

Una vez establecida la hipótesis vamos al siguiente paso, es decir,

intentamos probar la hipótesis dondequiera que se pueda. Luego, al probarla,

hallamos que dicha hipótesis puede estar mal, o mal a medias, o mal en un ochenta

por ciento, etc. Los grandes descubrimientos no se dan donde la hipótesis puede

ser probada al cien por ciento inmediatamente.


Luego de un período de prueba llegamos a una tercera etapa en la que

comenzamos a encontrar qué es lo que está mal – qué es lo que está mal en

relación con el método. Hallamos el error – dónde estuvo mal el procedimiento.

Así en una cuarta etapa modificamos o replanteamos la hipótesis; la

pulimos, obtenemos una hipótesis más clara desde la cual trabajar; y nuevamente

retomamos el proceso completo de probar la nueva hipótesis para ver si resulta

válida en esta ocasión.

Podríamos hallar que aún no es concluyente, válida e irrefutable; aún falta

algo, así que tomamos un quinto paso y de nuevo tratamos de determinar lo que

está mal. Esto nos lleva a nuestra nueva tercera hipótesis sobre la cual volver a

trabajar. Por tanto, en esta manera gradual nos acercamos más a la conclusión

final.

Este es el método de la ciencia; no es el método de la religión. Los devotos

quieren ir a la autoridad – al pastor, al obispo, al papa, a la junta directiva. Dicen:

“Aquí traigo una pregunta. Quiero una respuesta contundente.” Ellos esperan

una respuesta al cien por ciento, la cual consideran entonces como la autoridad

final. Un científico no actúa de esa manera. Él trata de ir cada vez más y más

cerca; pero siente que jamás ha llegado del todo. Si sintiera que ya está

completamente ahí, bueno, entonces sabría que está equivocado. La revelación es

infinita; siempre continua. Jamás llegamos; siempre estamos en el camino. Si

sintiéramos que ya hubiéramos llegado no seríamos científicos maduros.

Seríamos científicos comunes – científicos de la ciencia normal.

El Científico Maduro

El científico maduro está siempre dispuesto a tomar en consideración que

hay un enfoque superior, un enfoque más amplio – que hay más del tema de lo que

actualmente conoce.


El método del científico maduro es en muchas ocasiones, el método de

ensayo y error, de aproximarse al resultado final paso a paso, teniendo que

rectificar una y otra vez los hallazgos, hasta que llega a una base sólida desde la

cual construir.

Sólo con el método correcto pueden ser enseñados los sinónimos.

Construyendo el Concepto Verdadero

Después de años de estudio diligente y de construir hipótesis, de refinar

repetidamente su método, fue que John W. Doorly, Max Kappeler y sus socios

consagrados llegaron a un nivel de entendimiento sobre el cual estuvieron listos

para reunir una lista de los términos relacionados con cada uno de los siete

sinónimos para Dios, tal y como ocurren en el orden del Verbo (Palabra) en el

Libro de Texto, orden que coincide con los siete días de la creación.

Presentaremos una pequeña lista al principio de cada capítulo en la medida en que

presentemos cada uno de dichos sinónimos.

Estas listas son sólo el punto de arranque. Dichos hallazgos nos muestran

que un grupo de dedicados estudiantes había llegado a la conclusión que Mente,

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor, están cada uno caracterizados por

una lista de términos en particular. Con esto no hemos ganando mucho, sólo un

simple análisis. ¿Qué significa este simple análisis? ¿Qué significan estos

términos – estos términos que hemos obtenido del Libro de Texto?

¿Por qué los Términos para Mente se Entrelazan?

Para construir el concepto verdadero debemos ahora comprometernos con

un pensamiento concentrado y dedicado. Por ejemplo, ¿por qué los términos para

Mente se entrelazan? ¿Qué tienen todos ellos en común? ¿Qué tiene que ver

“creador” con “productor” o “hacedor”? En esta forma estamos comenzando


justamente a construir el tono para Mente. En la medida en que construimos el

concepto, el tono se manifiesta lentamente. Comenzamos a ver que Mente tiene

que ver con crear algo, producir algo, hacer algo, demostrar algo. Obtenemos su

aspecto creativo.

Una vez que vemos su aspecto creativo, la razón nos dice que, si algo es

creativo, entonces tiene que ver con el aspecto causativo. Así vemos que Mente

no sólo es el creador, Mente debe ser también la causa, dado que no existe la

creación dándose por ahí nada más sin causa. Causa es origen, y el origen tiene

que ver con la fuente de todo ser, por lo que vemos el enlace entre “creador”,

“causa”, “origen” y “fuente”. Fuente es siempre el principio, por lo que así

obtenemos “primero”.

Así es como pensamos acerca de estas ideas bajo Mente, y bajo cada uno de

los otros sinónimos, y vemos cómo todas se entrelazan. No son meros términos

que carecen de conexión unos con otros. Conforme vamos pensando en ellos,

gradualmente vamos tocando el tono de cada sinónimo.

Resulta necesario ver cómo, y por qué, cada término como “guiando” está

entrelazado con “causa”. Mente es ambos, causa y guía, pero, ¿por qué forman un

solo término, Mente? Una vez que cultivamos nuestro propio entendimiento de

cómo estos resultados fueron obtenidos, podemos comenzar correctamente a

cultivar los hallazgos, a cultivar nuestro sentido espiritual por medio de la letra

exacta, y de esa manera obtener la tonalidad de dichos términos. Esta tarea, en

tanto que requiere la más rigurosa dedicación del intelecto, pone más presión en el

aspecto espiritual que en el aspecto de la letra de los sinónimos.

Por qué Doorly fue Excomulgado al Buscar

Orden y Estructura en la Ciencia


Resulta interesante notar que Doorly fue excomulgado (ex – comunicado)

desde el principio de su estudio de los siete sinónimos. No fue un asunto

personal, fue un asunto teológico. Doorly mantenía que cada sinónimo tenía

características que lo distinguían de los otros seis, y que, debido a ello, y sólo

debido a tal diferencia, es que podemos tener orden. Si los siete sinónimos fueran

lo mismo y completamente intercambiables no podríamos construir un orden

significativo. Esta fue la primera razón. Posteriormente vinieron otras razones.

Si tenemos siete cosas que parecen iguales, ¿podemos poner orden en ellas?

El orden sólo es posible cuando las cosas son diferentes. ¿Cómo podríamos tener

orden en los siete sinónimos si fueran lo mismo? O, de otra manera, si

encontramos que los sinónimos son diferentes, entonces ellos se prestan por sí

mismos al orden; un aspecto enteramente nuevo toma lugar. Es en este punto que

siempre nos alejamos del concepto atomístico de la Ciencia del ser y comenzamos

a tocar su aspecto estructural.

¿Por qué? Porque la estructura no es mas que ver toda la interrelación, y

el orden del que consiste la totalidad.

Lo que es la Estructura

Si todos los sinónimos significaran la misma cosa y fueran intercambiables

libremente, no habría posibilidad alguna de construir una ciencia sobre ellos, y así

vemos cuán importante es esta cuestión que fue preguntada en 1938 por John W.

Doorly. No hay posibilidad alguna para una ciencia si carece de identidades

diferenciadas. No podemos construir la ciencia de la música con solo un tono,

aún cuando tuviera siete nombres; o construir la ciencia de la aritmética con solo

un número, aún si diez símbolos pudieran utilizarse para representarlo. Debemos

tener elementos diferenciados si queremos construir orden, porque en el momento

en que los elementos estén diferenciados, es que podemos preguntarnos: “¿Cómo


es que se interconectan? ¿Cómo es que se entrelazan?”. Así es como

comenzamos a ver que no sólo la información es importante, sino también la

interrelación es importante. ¿Por qué Espíritu le sigue a Mente? ¿Por qué Alma

le sigue a Espíritu? ¿Por qué Vida, en lugar de Amor viene después de Principio?

Estas son preguntas de la mayor importancia porque nos alejan del concepto

atomístico de tener sólo un dato, una información, y nos conducen a la

interrelación. En el momento en que tenemos interrelación, tenemos el principio

de la sinergia.

El Todo es Mayor que la Suma de sus Partes

El principio de sinergia – la comprensión de que el todo es mayor que la

suma de sus partes – ha echado abajo hoy en día el concepto falso de la

civilización occidental. Hasta hace poco casi nadie dudaba del antiguo concepto

griego de que el todo es igual a la suma de sus partes. En los años 30’s esto

constituía un teorema científico fundamental. Hoy en día la ciencia ha visto que

el todo es mucho, mucho mayor que la suma total de sus partes. ¿Por qué?

Debido a la relación que existe entre sus partes. Esta relación trae orden, de

manera que el todo como todo es una estructura total, íntegra, con la cual todas sus

partes están conectadas en una manera ordenada, sistemática y legítima. El todo

es mayor que la suma de sus partes debido a que el todo consiste de la suma de sus

partes más la relación que existe entre dichas partes, más los efectos que estas

interrelaciones tienen con cada una de las partes y con el sistema como un todo.

Si vemos esto, veremos que sólo sobre esta base puede analizarse el Libro

de Texto correctamente. Antes de ver esto siempre estábamos leyendo simples

frases tratando de entender su significado. Luego íbamos a la siguiente frase.

Podíamos saltar de la primera frase a la última del Libro y de “alguna manera”

entenderlas. Muchos de nosotros, a medida que leíamos en esta forma, sentíamos


que comprendíamos cada frase, pero después de haber leído todo el Libro, frase

por frase, nos preguntábamos de qué había tratado. Esto es típico.

¿Qué es lo que Estamos Aprendiendo?

Hoy en día, irrumpiendo en esta presunción “normal” de Ciencia Cristiana,

tenemos un paradigma totalmente nuevo, el cual dice que debemos comprender no

solo cualquier frase, sino más aún, aquello que mantiene todo unido en el Libro

de Texto. Esto no es algo que se encuentre deletreado en blanco y negro en cada

página. Lo que necesitamos comprender es la relación, y la relación no puede

escribirse. Podemos leer la información, los términos, los conceptos, pero no

podemos leer la interrelación. Esta relación es lo que ahora intentamos

aprender. Cuarenta años de investigación por Doorly, Kappeler y los otros

profundos investigadores nos ha dado finalmente un método de captar este sagrado

principio inmaterial de relación, sin el cual el conocimiento del mensaje del Libro

permanecería más o menos a oscuras.

¿Por qué permaneció el más profundo mensaje del Libro de Texto oculto –

más allá de nuestro alcance?

Porque habíamos investigado las partes, los conceptos, pero no la relación

entre ellos. Es sólo a medida que vemos la relación que existe de capítulo con

capítulo, así como de párrafo con párrafo, que percibimos la respuesta. Sólo

cuando comenzamos a ver la estructura que no está deletreada en palabras, sino

que yace ahí como una estructura espiritual, es que comenzamos a comprender el

Libro de Texto. Lo entendemos desde un punto de vista más alto, y es cuando

significa cien veces más que antes.


Viendo la Relación

¿Cuál es pues el resultado? El resultado es analizar los sinónimos; pero

cuando los hayamos analizado, aún tendremos que ver la relación entre ellos.

Debemos ver la relación de uno de los sinónimos con el siguiente y con los demás.

Comprender la relación es de lo más importante. El tener nuestras listas es lo

primero para comprender, el miso principio, pero no es el fin.

La “lista” no es mas que una herramienta con la cual podemos empezar a

trabajar. Primero viene la construcción del concepto. Luego la construcción de

la tonalidad. Luego el concepto de la relación debe ser comprendido y dominado,

y en la medida que la relación que existe sea sacada a luz, comenzaremos a sentir

la estructura del ser. Una vez que hayamos encontrado la estructura fundamental

del ser podemos reestructurar el ser infinitamente. Sólo tenemos que conocer

unas cuantas reglas. De repente hallaremos que tenemos una conciencia infinita,

una conciencia que jamás se repite a sí misma, siempre nueva, siempre diferente, y

todavía siempre construyendo sobre unos cuantos fundamentos. Esto es la

Ciencia. Ciencia significa tener la capacidad de reducir lo infinito a su

simplicidad, pero a la simplicidad correcta. Y este es el punto principal.

Después de integrar nuestras listas nos embarcamos en la aventura de

construir la tonalidad. Si tenemos ciento cincuenta términos que caractericen

Mente y los tomamos juntos en una sola gran impresión, en un gran concepto, esto

se llamará el tono de Mente. “Tono” es una palabra que John W. Doorly utilizó

para simbolizar esos cien o ciento cincuenta términos, ideas, valores, atributos,

cualidades, o conceptos, como una gran impresión, un tono. Una vez que

hayamos obtenido el tono de Mente, Mente no será ya más ciento cincuenta

términos o algo así. Será MENTE. Luego, cuando leamos o escuchemos Mente,

de alguna manera tendremos el tono completo, el tono espiritual, de todo lo que


este término implica espiritualmente. Esto es lo que se llama la tonalidad de

Mente.

Cómo los Términos se Vuelven Nuestra Conciencia

Como Doorly mostró en sus reportes detallados de sus charlas sobre la

Biblia, Mente, como tono, puede ser representada en muchas maneras, tanto en la

Biblia como en el Libro de Texto, pero siempre tiene esa categoría principal de

Mente.

Para construir la tonalidad, primero debemos tener nuestra lista de ideas

correctas, luego debemos tener un método para hacer de esos conceptos nuestro

sentido espiritual, de manera que lleguen a ser un tono espiritual independiente de

los términos. ¿Existen reglas para llevar a cabo esto? Sí. Podemos comenzar

por considerar dichos términos, yendo una y otra vez sobre la lista,

preguntándonos: “¿Qué quieren significar estos conceptos si caracterizan al Ser

único?” Cuando hagamos esta consideración – ya no será un estudio – cuando

hagamos esta meditación, esta contemplación, esta reflexión en nuestro estudio,

este orar sobre esto, deberemos sentir que esta es la naturaleza del único Dios,

nuestro Ser.

En esta forma comenzaremos por llevar estos términos hacia nuestra

conciencia. Se convertirán en nuestra conciencia. Estos términos, que fueron

sólo conceptos, comenzarán a sumergirse, comenzarán a formar parte de nuestro

ser real; ya no serán más simples conceptos; se convertirán en nuestro ser, en

nuestra naturaleza; se volverán reales para nosotros. De este modo los haremos

subjetivos. Debido a que los habremos aceptado, acariciado, reverenciado,

adorado, hallaremos que se habrán convertido en nuestro ser.


Comprendamos que Somos

Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor

Hagamos esto, y pongámonos en el lugar de los mismos sinónimos.

Comprendamos que somos Mente, que somos Espíritu, que somos los sinónimos

que estamos considerando. Digamos: “Si yo soy Mente – si soy la verdadera

conciencia de Mente - ¿qué es lo que la Mente sabe acerca de sí misma?” Luego,

busquemos, vayamos a la lista, porque lo que está en la lista es lo que en verdad

el sinónimo Mente sabe de sí mismo. Contemplemos cada cualidad, cada valor,

cada atributo, cada idea de Mente.

Debemos hacerlo una y otra vez, preguntándonos: “¿Qué significa si Mente

es esto? o ¿qué significa si Mente hace aquello? o ¿si Mente trata con esto o con

aquello?” En la medida en que recorramos nuestra lista de esta manera,

comenzaremos a sentir el tono de dicho sinónimo fluyendo dentro de nuestra

conciencia. Al principio requeriremos de la lista, pero pronto sentiremos que

podemos hacerlo sin la lista, y luego comprenderemos cuánto hemos ya dominado,

y cuánto de la tonalidad hemos hecho nuestro.

¿Por qué Debemos Familiarizarnos

con los Sinónimos?

No hay nada más importante que familiarizarnos con los sinónimos, porque

este es el único ser que hay, por tanto, la única realidad que existe. Concentrarnos

en cualquier otra cosa es de verdad derrochar nuestro tiempo, y por esta razón es

una bendición tomar cada minuto posible para la contemplación de los términos de

nuestra lista.

No importa cuán ocupados estemos, todos tenemos unos cuantos minutos de

vez en cuando para hacer esta consideración y renovar dentro de nuestra

conciencia el tono de los siete sinónimos. Pueden ser periodos de solo cinco


minutos, pero podemos usarlos para esta sagrada labor de sintonizar nuestro

pensamiento de regreso a la realidad, recordando lo que Mente sabe de sí misma,

lo que Espíritu sabe de sí mismo, etc. En verdad, unos cuantos minutos en varios

intervalos durante el día hacen mejor el trabajo que echarnos a cuestas un estudio

terrible de toda una tarde de sábado, porque lo primero nos lleva al hábito de

renovar la tonalidad más y más, hasta que finalmente comprendemos que no

podemos abandonar más la tonalidad; y nos habremos identificado con ella.

Después, ya sea que estemos en la tarja de la cocina, haciendo fila en el

supermercado, o platicando con la gente, siempre partiremos de la tonalidad de los

sinónimos. Se convertirá en nuestro nuevo sistema de referencia, nuestro nuevo

punto de vista, nuestra nueva actitud ante cualquier cosa.

¿Desde cuál Punto de Vista Pensamos?

No debemos olvidar que siempre estamos pensando algo, desde que

amanece hasta que anochece, en tanto que estemos concientes. La pregunta es:

¿desde qué punto de vista pensamos? ¿Estamos todo el día concientes, en todo

momento, desde un sistema humano de referencia, o desde el sistema de

referencia divino y espiritual? El uno toma tanta energía como el otro, y el

mismo tiempo. Si miramos desde el sistema divino de referencia, estaremos

viendo como el Ser vería la situación, y esta es la ayuda que tenemos, y además es

real. No es cierto que no tenemos tiempo – tiempo para la Ciencia – tan solo

debemos disciplinarnos para apegarnos siempre a estos siete sinónimos sin

importar lo que estemos haciendo. De todas maneras, haremos lo que tenemos

que hacer, entonces, ¿por qué hacerlo desde el punto de vista equivocado cuando

podríamos hacerlo desde el punto de vista correcto?

Todo lo que necesitamos es ese pequeño tiempo al principio en el cual

cultivar nuestra tonalidad, en el cual preguntarnos: “¿Sé en verdad lo que es


Mente? ¿Lo que es Espíritu? ¿Lo que es Alma?”. Aquí deberemos

continuamente remontarnos a nuestra lista hasta que se convierta en nuestro ser

natural. Después de eso no la necesitaremos más.

En el Nonagésimo Noveno Reporte Detallado Sobre la Ciencia de la Biblia

de Doorly, así como en los libros de Max Kappeler: Los Profetas Menores a la Luz

de la Ciencia Cristiana y Las Epístolas a la Luz de la Ciencia Cristiana (aún no

traducidos al español), encontraremos mucho material de ayuda para cultivar los

sinónimos.

La Lectura del Libro de Texto,

a la Manera del Tono

Una buena manera de cultivar nuestros sinónimos, de adquirir la tonalidad

correcta, es leer el Libro a la manera del tono. Cuando leemos el Libro de Texto a

la manera del tono, leemos un capítulo completo, siempre escuchando el tema de

ese capítulo. Nos damos cuenta al principio que el propósito del capítulo está

establecido, así como la forma en que ese propósito se va desarrollando paso a

paso hasta alcanzar su culminación. Dado que se trata de una historia divina – no

de una historia human – la Sra. Eddy construye dicha historia en el orden de los

términos en mayúsculas. Pronto dejamos de poner la atención en dónde aparecen

los sinónimos. Lo que es importante es el tema principal en sí mismo. La

forma como analiza la Sra. Eddy el tema del capítulo, y nos lo muestra paso a

paso, hasta arribar a su conclusión final o culminación, es la tonalidad completa.

Esto no puede verse por medio de palabras impresas. Lo que interesa es lo que

las palabras impresas conllevan como tema, y si nuestra conciencia está cultivada

a la manera de la tonalidad podremos captar el mensaje, el significado.

Esto responde la gran pregunta del por qué los millones – que a pesar de

haber leído el Libro de Texto fielmente cada día – nunca fueron capaces de ver su


estructura, nunca captaron el significado interno y coherente de la historia. Aún

están leyendo simples frases y entendiendo simples frases o quizá el párrafo

completo, mas no la maravillosa interrelación que existe – la poderosa lógica

divina que conduce al pensamiento de página tras página, de capítulo tras capítulo.

Solamente cuando poseemos la tonalidad de los términos escritos con mayúscula

es que podemos leerlo de esa manera. Para leer el Libro se requiere algo más y

mucho muy diferente que una mera y buena educación académica. Se requiere el

dominio del lenguaje del Espíritu – el dominio de ese lenguaje que ha sido forjado

por los siete sinónimos. Este lenguaje del Espíritu, comprendido, puede por sí

solo leer el libro correctamente.

Cómo es que el Libro Entrega sus Tesoros

Leer el Libro de Texto con una comprensión del lenguaje del Espíritu, es la

manera para que nos entregue sus tesoros. Comenzando con un capítulo, vemos

cómo la Mente está expresada en más o menos diez páginas – siempre trayendo el

tono de Mente, así como varios de sus aspectos. Luego de repente sentimos que el

tono cambia. De un párrafo a otro la Sra. Eddy cambia la tonalidad. Luego ella

introduce el tema completo de Espíritu, digamos que por otras diez páginas.

Súbitamente llegamos a otro cambio, y comienza con el tono de Alma. Si leemos

el Libro observando siempre los cambios, cultivamos nuestro sentido de tonalidad

hasta hacernos expertos, porque el lenguaje del Libro de Texto es muy preciso y

muy científico.

La Biblia, con su lenguaje figurado, también cultiva nuestra habilidad de

leer los tonos por medio de otras palabras. Esto es una buena cultura. Leer la

Biblia nos permite saber si ya hemos adquirido la tonalidad (y no solo los

términos) porque en la Biblia sólo hallaremos tonalidad. Las palabras de nuestras

listas no están expresadas ahí. Hallar la tonalidad de los siete sinónimos


expresados en la Biblia nos muestra que esos siete sinónimos pueden ser

expresados en muchas más palabras y símbolos que los que tenemos en nuestras

listas. Este es el punto importante. Si podemos escuchar los tonos sin los

símbolos abstractos que tenemos en las listas, tendremos la prueba de que hemos

tocado el significado espiritual y el sentido espiritual de los siete sinónimos.

Cuando nuestro sentido de tonalidad nos de una visión del significado

espiritual, estaremos listos para escuchar lo que sucede en el mundo con una nueva

comprensión. Por ejemplo, si estamos leyendo libros relativos a las diferentes

ciencias actuales comenzaremos a escuchar de lo que están hablando en términos

de los siete sinónimos de Dios. Nada acontece fuera de Dios, fuera del Ser, por lo

tanto, todo cuanto ocurre es dentro del Ser. Todo cuanto ocurre puede ser

reducido a la tonalidad de los términos escritos con mayúsculas.

Los cuatro lados de la ciudad santa, representados por el Verbo (Palabra), el

Cristo, el Cristianismo, y la Ciencia, y expresados en los cuatro órdenes de los

siete sinónimos, y en los cuatro niveles de conciencia espiritual, manifestados en el

Libro de Texto en orden descendente, también tienen su tonalidad. Con esa

tonalidad comprendida también, seremos capaces de poner todo cuanto ocurre en

el mundo en su verdadero lugar y valor, dentro del sistema total del ser.

Gravitando Hacia Dios

En la página 265: 5 – 9 de Ciencia y Salud, Mary Baker Eddy afirma: “Los

mortales deben gravitar hacia Dios, espiritualizando sus afectos y propósitos... a

fin de poder despojarse del pecado y la mortalidad”. ¿Acaso no es esto lo que

quiso decir Jesús con, “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mi

mismo”? (Juan 12: 32)

Si elevamos nuestras conciencias – si “gravitamos hacia Dios” – y nos

hacemos más amorosos, más serviciales para con otros, ¿no estaremos “atrayendo


a todos hacia mí”, como dijera Jesús? Por lo tanto, no solo seremos bendecidos

por elevar nuestras conciencias, sino que el amor que expresemos inspirará y

bendecirá a todos los que vengan ante nuestra presencia. Así, cuando Jesús dijo (o

cuando nosotros decimos): “Y yo, si fuere levantado de la tierra,” – queriendo

decir: “gravitando hacia Dios,” – seremos bendición, curación y ayuda para todos

aquel que se nos acerque.

Cada uno debe luchar por elevar el Cristo en la conciencia humana; todos

debemos estar en el negocio de “gravitar hacia Dios.”

En el poderoso recorrido de 2,000 años desde que Jesús dijera esas palabras,

el Amor ha traído la segunda venida del Cristo, el “Consolador” que nos enseña a

gravitar hacia Dios.

La siguiente historia nos da un ejemplo de cómo movernos conforme al

principio de la leyenda de Doorly, para acunar nuestro trabajo de gravitar hacia

Dios.

Hace casi treinta y cinco años, un joven y exitoso ejecutivo

llamado Josh manejaba por las calles de un vecindario de Chicago.

Conducía un tanto rápido su Jaguar XKE pulido, negro y de 12

cilindros que había adquirido hacía dos meses. Iba atento a los niños

que salían de entre los carros estacionados y aminoraba el paso

cuando creía ver algo. Ningún niño salió corriendo, cuando un

ladrillo fue arrojado – ¡WHUMP! – se estrelló contra la portezuela

reluciente del Jaguar negro. ¡SCREECH...! ¡Rechinido de frenos!

La palanca de velocidad en reversa y las llantas tirando locamente al

Jaguar al punto desde el cual fue arrojado el ladrillo.

Josh saltó fuera del carro, agarró al chamaco y lo empujó hacia

un carro estacionado. Le gritó: “¿Qué es todo esto, y quién eres tú?

¿Qué diablos es lo que estás haciendo?” Bufando de cólera


prosiguió: “Este es mi Jaguar nuevo. El ladrillo que le lanzaste te va

a costar un montón de dinero. ¿Por qué lo hiciste?” “¡Por favor,

señor, por favor... lo siento! ¡No supe qué más hacer!”, sollozaba el

chiquillo. “¡Aventé el ladrillo porque nadie más quería parar!” Las

lágrimas corrían hacia el mentón del muchacho en tanto que señalaba

entre los carros estacionados. “Es mi hermano, señor,” dijo. “Se

rodó del barandal y se cayó de su silla de ruedas y no puedo cargarlo.”

Sollozando, el joven le pidió al ejecutivo: “¿Podría ayudarme por

favor a subirlo a su silla de ruedas? Está lastimado y es muy pesado

para mi.” Conmovido más allá de las palabras, el joven ejecutivo

trató de tragarse el nudo enorme que se le hacía en la garganta.

Enderezándose, cargó al hermano hacia su silla de ruedas y sacó su

pañuelo y limpió sus heridas y cortadas, verificando que todo

estuviera bien. Luego observó al más joven y lo empujó suavemente

hacia la acera rumbo a su hogar.

Fue un largo camino de retorno al Jaguar XKE pulido, negro y de

12 cilindros. Josh nunca arregló la portezuela del Jaguar. La

conservó así para recordarse de no ir por la vida tan de prisa, de

manera que tuvieran que lanzarle otro ladrillo para llamarle la

atención.

Algunos ladrillazos son más suaves que otros. Compadécete de los ladrillos

que la vida te traiga. Por todas las cosas negativas, debemos decirnos: Dios tiene

respuestas positivas.

Decimos: “Es imposible.”

Dios dice: “Todas las cosas son posibles.” (Luc. 18: 27)

Decimos: “Estoy tan cansado.”

Dios dice: “Os daré descanso.” (Mat. 11: 28)


Decimos: “En realidad nadie me ama.”

Dios dice: “Yo te amo.” (Juan 3: 16 y 13: 34)

Decimos: “No puedo más.”

Dios dice: “Bástate mi gracia.” (II Cor. 12: 9 y Salmos 91: 15)

Decimos: “No puedo resolver esto.”

Dios dice: “Yo guiaré tus pasos.” (Prov. 3: 5 – 6)

Decimos: “No puedo hacerlo.”

Dios dice: “Todo lo puedes.” (Fil. 4: 13)

Decimos: “No soy capaz.”

Dios dice: “Yo soy capaz.” (II Cor. 9: 8)

Decimos: “No vale la pena.”

Dios dice: “Todas las cosas ayudan a bien.” (Rom. 8: 28)

Decimos: “No puedo perdonarme.”

Dios dice: “YO TE PERDONO.” (I Juan 1: 9 y Rom. 8: 1)

Decimos: “No puedo con ello.”

Dios dice: “Yo supliré para toda necesidad.” (Fil. 4: 19)

Decimos: “Tengo miedo.”

Dios dice: “No os he dado espíritu de cobardía.” (II Tim. 1: 7)

Decimos: “Siempre estoy angustiado y frustrado.”

Dios dice: “Echa toda ansiedad sobre Mi.” (I Pe. 5: 7)

Decimos: “No tengo suficiente fe.”

Dios dice: “A cada uno he repartido medida de fe.” (Rom. 12: 3)

Decimos: “No soy suficientemente inteligente.”

Dios dice: “Yo te doy sabiduría.” (I Cor. 1: 30)

Decimos: “Me siento solo.”

Dios dice: “No te desampararé, ni te dejaré.” (Heb. 13: 5)


El Paraíso Hallado

En Ciencia y Salud (285: 3 - 6) la Sra. Eddy nos dice: “Esta Ciencia del ser

gobierna no solo en el más allá, en lo que los hombres llaman Paraíso, sino aquí y

ahora; es la gran verdad del ser para el tiempo y la eternidad”. Aquí, ahora,

estamos en el paraíso del bien infinito (Dios). Todo el bien, aquí y ahora, es

edificado dentro de nuestro ser – “el reino de Dios está dentro de vosotros,” dijo

Jesús. La sustancia de la cual estamos hechos todos es la Verdad viviente que es

eterna. Así la eterna y viviente Verdad siempre se está anunciando a nosotros

como nosotros.

Creer que en realidad el mal tiene algún poder es una sugestión hipnótica, tal

y como la Sra. Eddy nos lo dice una y otra vez. El mal no es real. En Ciencia y

Salud ella observa: “Un mensaje, disparatado, anunciando equivocadamente la

muerte de un amigo, ocasiona el mismo dolor que hubiera producido la muerte real

del amigo. Os imagináis que vuestra angustia la ocasionó esa pérdida. Otro

mensaje, corrigiendo la equivocación, sana vuestro pesar, y aprendéis que vuestra

aflicción fue meramente el resultado de vuestra creencia.” (386: 16 – 22)

Luego la Sra. Eddy dice: “Lo mismo ocurre con toda aflicción, enfermedad

y muerte. Finalmente aprenderéis que no existe causa para el pesar... y se

comprenderá la sabiduría divina. El error, no la Verdad, produce todo el

sufrimiento en la tierra.” (C & S 386: 22 – 26)

Una estudiante en casa de la Sra. Eddy contó algo de cómo ella trabajaba

para el mundo. Cada tarde de 8 a 9, la Sra. Eddy se retiraba a trabajar para el

mundo. Este miembro del personal de su casa comentó que cuando pasaba la

hora, se reunía con su personal, - se veía tan amorosa, – tan tierna, - tan a la

semejanza del Cristo, - que casi hacía que el corazón de ellos sollozara. Tocaba

las fibras más tiernas de sus corazones. – (Clara M. S. Shannon, C. S. D., Memorias Doradas, pág. 3)


CAPÍTULO IV

MENTE

El Poder de la Mente

Nos encontramos ahora con temor reverente, ante el hecho de que podemos

aprender la naturaleza de Dios, el Ser, como Mente.

La Sra. Eddy enseñó que la primera esclavitud era aceptar la información de

los sentidos físicos acerca de la vida humana. En clase ella comenzaba su

revelación con un solo punto en el pensamiento de sus estudiantes, a saber, su

concepto de Dios. Cada estudiante tenía que explicar su concepto de Dios.

Luego, durante tres días la Sra. Eddy desplegaba para ellos una visión de la

divinidad que transformara el mundo que ellos conocían. Se presentaba ante ellos

con un Principio divino que no conocía el dolor ni la muerte. Entonces sus

estudiantes se hallaban con un temor reverente ante la visión de la realidad que

iban captando, y sentían que hubieran sido necesarios cientos de años de

crecimiento espiritual para captar lo suficiente de esta visión como para poder

sanar con ella. Pero la Sra. Eddy presentaba tan claramente al Amor divino como

el verdadero Principio del ser del hombre, y tan claramente mostraba a la Mente de

tal Principio como siendo la Mente de ellos, que luego de tres días durante los

cuales fraguaba tal transformación en el pensamiento de ellos, que podía entonces

solicitarles con toda confianza que llevaran a cabo alguna curación de cualquier

enfermedad o discordia, antes de la siguiente clase. Y lo hacían.

Al igual que aquellos estudiantes, también nosotros nos estamos

consagrando a la más importante y poderosa búsqueda en la vida, a saber, aprender

lo que es la realidad. No es posible gastar tiempo y energía en algo más

importante que en aprender la naturaleza de nuestro ser divino.


El Significado que da la Sra. Eddy de Mente

¿Qué significa Mente, como Ser que se revela a sí mismo a la Sra. Eddy, y a

través del Libro de Texto, a nosotros? Para guiarnos en tanto que recorremos las

ideas que caracterizan a Mente, es buena idea el listar brevemente lo que Ciencia y

Salud dice que es Mente; lo que hace Mente; lo que tiene Mente; de lo que se

encarga Mente; y de cómo se interpreta Mente a sí misma:

Lo que es Mente

36: 21 Mente es ley inmortal

84: 21 Mente es infinita

114: 11 Mente es una

208: 26 Mente es causalidad

256: 32 Mente es el creador

387: 9 Mente siempre está activa

415: 2 Mente es la única causa

508: 3 Mente es Todo

508: 4 Mente es el multiplicador

551: 4 Mente es primera

Lo que hace Mente

103: 28 Mente sostiene al hombre

179: 6 Mente cura lo que el ojo no ha visto

200: 7 Mente otorga las grandes capacidades humanas del ser

206: 32 Mente lo hizo todo y lo incluye todo

222: 12 Mente gobierna al hombre

239: 32 Mente emite perfección

248: 8 Mente alimenta al cuerpo


271: 7 Mente sana por medio de Mente

505: 1 Mente escribe su propia historia

507: 2 Mente instituye formaciones absolutas

Lo que Mente Tiene

124: 23 Mente tiene adhesión, cohesión y atracción

145: 23 Mente tiene leyes

148: 3 Mente tiene el poder necesario para sanar

203: 3 Mente tiene todo el poder

217: 23 Mente tiene dominio

310: 19 Mente tiene sistemas

401: 31 Mente tiene eficacia y supremacía

De lo que se Encarga Mente

98: 7 Mente se encarga de salvar al cuerpo por medio de Mente

171: 31 Mente se encarga de creencias falsas

182: 22 Mente se encarga de poner la materia bajo lo pies de Mente

183: 23 Mente se encarga de exigirle toda su obediencia al hombre

199: 11 Mente se encarga de desarrollar y fortalecer al hombre

280: 11 Mente se encarga de la creencia finita

284: 3 Mente se encarga de la creencia de que la materia es el medio

de la Mente

285: 20 Mente se encarga de la creencia de que un cuerpo material sea

el sitio de la Mente

413: 2 Mente se encarga de la creencia de que la mente pueda producir

dolor en la materia

413: 8 Mente se encarga de regular el estado del estómago


544: 13 Mente se encarga de la creencia de que la mente produce la

materia

551: 9 Mente se encarga de la creencia de que la mente es el progenitor

de la materia

Mente se encarga de los negativos, tales como la ignorancia, creencias

hereditarias, ilusiones, mesmerismo, sugestiones hipnóticas, muchas mentes, mente

mortal.

Mente se Interpreta a sí Misma

7: 25 como la Mente que todo lo oye y todo lo sabe

109: 4 como Mente que es Todo – en – todo

114: 11 como una sola Mente que incluye noúmeno y fenómeno

143: 30 como Mente eternamente primera

209: 14 como Mente suprema

417: 13 como Mente toda causalidad

423: 26 como la ley de la Mente

469: 9 como inteligencia

469: 19 como Mente única

Mente se interpreta a sí misma por medio de la revelación, la lectura de la

Mente, la Mente de Cristo, y por medio de sus leyes.

Palabras que Pertenecen a Mente

Mucho de nuestro trabajo en este libro se enfocará a las palabras que el

equipo de Doorly identificó como que pertenecen a cada sinónimo. Estos

términos que pertenecen a Mente se listan en orden alfabético. En las siguientes

consideraciones, las ideas aquí contenidas se considerarán en un orden natural, en

tanto nos conducen a las siguientes, conceptualmente.


Palabras que Utiliza la Sra. Eddy

para Describir MENTE

acción obliga mandato

todo forma (verbo) manifiesta

habilidad facultades hace (Me/Ve)

comprender, percibir guía medicina

toda facultad gobierna metafísica (Me/Pr)

autor (Me/Al/Pr) multiplica

base sana poder, fuerza

comprende imagen origen

causa idea una (Me/Pr)

controla inmortal Mente paterna

crea (Me/Es) inmortalidad perfecta (Me/Pr)

habilidad creativa incluye (Me/Am) poder

libera (Me/Am) influencia presenta

dirige inteligencia produce

descubre intuición percepción

dominio (Me/Ve) sabe revelación

expresa ley revela

emana conduce Ciencia

Primera luz suprema

origen pensamiento desea

sabiduría voluntad

Opuestos: hipnotismo m.a.m.

accidente ignorancia mesmerismo

cerebro ilusión muchas mentes


oscuridad materia médica nervio

herencia materia creencia

limita mortal

Creador

Para comenzar a edificar nuestro concepto y tonalidad de Mente,

consideraremos los términos, las palabras de la lista, una por una. Comencemos

con ‘creador’, una de las ideas básicas pertenecientes a Mente. Si examinamos

nuestra lista, rápido nos daremos cuenta que hay varios términos que se relacionan,

como crea, hace, produce, poder creativo, impulso creativo. En la medida en que

leemos estas palabras podemos escuchar que todas tienen que ver con el impulso

creativo inicial, y comenzamos a entender que todo lo que tiene que ver con el

impulso creativo inicial es Mente. Mente dice: “soy Mente, y como Mente soy

aquello que produce, que impulsa la actividad creadora, que impele la producción.

Soy el productor; soy el poder creativo”. Esta Mente es nuestra Mente.

Mente no tiene nada que ver con tiempo, espacio o localidad. No es un por

qué, dónde, por qué motivo, o cuándo. En la Ciencia estamos trabajando con la

omnipresencia de la perfección presente, así que una palabra como “dónde” estaría

fuera del marco de referencia. Nunca preguntamos: “¿Dónde está el 2 x 2 = 4?”

“Dónde” tiene una connotación humana. Mente no tiene localidad alguna. Mente

es la única conciencia; el único posible “dónde” sería “en Mente”.

Alguien podría preguntar: “¿Qué hay acerca de ‘en todos lados’?” La

respuesta es: no, ni aún el término ‘en todos lados’ puede ser aplicado a Mente.

Cuando le preguntamos al Libro de Texto: “¿Qué es Mente?”, el Libro no dice: “en

todos lados”. Con el término ‘en todos lados’ estaríamos en el punto de Vida.

Sólo Vida pudiera quizá decir: “en todos lados”, pero aún así, implica un sentido

muy humano.


Así es que no tenemos Mente alguna con límites externos; tenemos Mente

como uno de los grandes aspectos del Ser único. ¿Qué es Mente? ¿Qué significa

eso de que: estoy pensando en el reino de Mente? Pensemos acerca del término

que estamos considerando aquí, la palabra “creador”. Creador es una idea de

Mente que nos dice que Mente, y nada más, es el creador. ¿Puede la materia ser el

creador? ¡No! ¿Puede la sexualidad ser el creador? ¡No! ¿Puede el cerebro ser

el creador? ¡No! Mente es el creador. Y esa Mente es nuestra Mente – “el reino

de Dios dentro de (nosotros)”.

Comenzamos a ver que es esta única Mente la que crea todo. Puesto que

Mente es el creador, Mente crea. Puesto que Mente es la única Mente y toda la

Mente, crea todo. Crea constantemente. En la medida en que consideremos este

hecho, obtendremos el cálido y reconfortante sentimiento que Mente está creando

constantemente. Nada más está creando. Ningún mal puede ser creado; no hay

nada alrededor que crea o cause conflictos. Mente lo hizo todo, y sólo Mente

hace. Comprendiendo que solo Mente puede hacer y crear, nuestro pensamiento

se llena de adoración por esta Mente única que hace todo. Mente es el único

hacedor. Mente es el único productor, y produce todo, y esta Mente es nuestra

Mente, dado que “el reino de Dios está dentro de (nosotros)”.

Podemos ver que solamente el Ser divino, Dios, Mente, nuestra verdadera

Mente, es el creador, el productor, el hacedor de todo. Es la única habilidad

creativa siempre prosiguiendo. Nada más que Mente puede crear. Dense cuenta

cómo es que podemos incorporar lo negativo, aquello que no es. Debemos ver

que no hay nada más, ningún creador, excepto Mente. Resulta práctico incorporar

lo negativo porque muestra lo que no puede crear, y así sentimos la seguridad de

que no hay habilidad creativa alguna mas que aquella que está contenida desde

Mente. No puede haber una habilidad creadora por ahí que cree el mal, que cree


problemas o situaciones infelices. Llenemos nuestro pensamiento con la sencilla

afirmación de que sólo la Mente divina puede crear.

Cuando estudiemos un término debemos escuchar su tono con nuestro oído

espiritual. Aquí tenemos la naturaleza de Mente en donde Mente – nuestra

verdadera Mente – dice: “Yo soy la causa. Yo soy el creador. Yo soy el creador

que crea todo, hace todo, produce todo. Yo soy Mente que tiene el poder creativo,

el impulso creativo. Yo soy Mente que propago todo”. Escuchamos

espiritualmente el tremendo poder creativo que impulsa, el cual yace en la

naturaleza del Ser como Mente. Mantengamos en el pensamiento que esta Mente

divina es nuestra verdadera Mente.

Productor

Productor podría ser considerado bajo la idea principal de creador, pero

productor tiene una connotación ligeramente diferente a creador. Debemos

habituarnos al lenguaje que es espiritualmente figurativo, que tiene impacto

espiritual en sus matices. Las definiciones del diccionario pueden ayudarnos a

obtener un significado y lenguaje más exactos. Estas definiciones del diccionario

muestran cómo cada idea se eslabona junto con otras ideas bajo la misma categoría

de raíz de los siete sinónimos. Fácilmente nos inclinados a usar el lenguaje

demasiado superficial. Con “creador” tenemos el verdadero origen desde donde

algo procede. Con “productor” comenzamos a pensar acerca de producto,

obtenemos un sentido de un creador generando un producto.

Desde aquí podemos ver cómo el término Mente se expande. Mente,

nuestra verdadera Mente, es el productor de todo. Sólo aquello que Mente crea,

que hace, que produce, tiene valor duradero. No hay razón alguna para construir

sobre ninguna otra causa productiva, porque solo hay un productor verdadero, la

Mente divina, nuestra verdadera Mente.


En nuestro estudio debiéramos notar cuidadosamente todas las referencias de

Ciencia y Salud dadas en relación a cada idea. Nos ayudarán inmensurablemente

con nuestra edificación de concepto y tonalidad. Comenzando con Ciencia y

Salud (544: 6), vemos que Mente es el productor. Muchas otras referencias muestran

que Mente produce todo, y Mente produce solo aquello que es positivo. Mente

produce sus propios modelos de excelencia. El hombre y el universo son el

producto de Mente, y Mente produce en el hombre salud, armonía, inmortalidad.

Mente produce toda acción.

El mayor bien que podemos hacer por otro no es sólo compartir nuestras

riquezas, sino revelarle las suyas.

Estos pequeños resúmenes comienzan a llenar nuestra conciencia y a

desarrollar nuestro sentido de tono de Mente. En tanto lo hacen, vamos

convenciéndonos que sólo Mente, nuestra verdadera Mente, es el productor. Por

lo tanto, vemos que Mente produce todo. Mente produce al hombre y al universo,

produciendo solo modelos de excelencia, y nada más. Sólo el máximo de bien es

producido; Mente, por tanto, produce salud, armonía e inmortalidad; produce toda

acción correcta, toda posible acción.

Nuestro pensamiento comienza a fluir más y más en este sentido. Mary

Baker Eddy dice en sentido figurativo, que Mente es el constructor. Escuchamos

en este término que hay algo más que solo Mente como creador – obtenemos un

sentido que esta Mente creativa es un creador estructural, un constructor; Mente

crea estructuralmente. También podríamos decir que Mente instituye.

“Instituye” tiene la tonalidad de crear y de producir.

Mente Paterna

Comenzamos aquí a ver que Mente divina es realmente la Mente paterna.

Este es un gran punto en la enseñanza acerca de Mente por parte de la Sra. Eddy.


Quita el sentido de que hemos sido creados por alguna causa distinta a la Mente

única, nuestra propia y verdadera Mente, “el reino de Dios dentro”, nuestra

conciencia. Mente es el creador de todo; de ahí que también sea el creador de

nuestro verdadero ser. Pero para nada es el creador de la apariencia mortal.

Nuestro verdadero ser no tiene nada que ver con gente, con padres humanos; surge

de la Mente paterna.

En la primera afirmación de la Oración del Señor (el Padre Nuestro), Mary

Baker Eddy ilustra la Mente paterna como Padre – Madre, lo cual es, en Ciencia y

Salud, Vida y Amor. Las presentes referencias Padre – Madre, o Vida y Amor, se

refieren a la Mente paterna, nuestra verdadera Mente. ¿Por qué es la Mente,

paterna? ¿Qué está ella indicando acerca de la naturaleza de Mente?

Al presentar la Mente paterna, nuestra verdadera Mente, como Padre –

Madre, Mary Baker Eddy está mostrando el aspecto creativo desde el cual todo

llega, en tanto que en Vida como Padre, ella está mostrando el oficio como Padre,

y en Amor el oficio de Madre. Pero aquí aprendemos que es Mente quien

concibe; es Mente quien tiene la idea creativa, la idea productiva. Es Mente quien

pone una idea, establece un objetivo. En la medida en que avancemos veremos

que Mente, nuestra verdadera Mente, concibe su creación; luego Mente produce lo

que ha concebido. Mente delinea lo que concibe y por lo tanto tenemos en Mente,

nuestra Mente real, el deseo de producir.

Así podemos ver que en Mente como padre no hay mucho del oficio de

Padre y Madre que está en consideración, sino mas bien aquello que tiene el

primer impulso creativo, y que dice: “Produzcamos, creemos, hagamos,

generemos, edifiquemos, construyamos, instituyamos”.

Desde aquí podemos ver que Mente, nuestra verdadera Mente, “el reino de

Dios dentro de (nosotros)”, es el creador y productor único. De aquí aprendemos

cuál es la fuente de nuestro ser real; cuál el origen de nuestro ser real.


Aprendemos que no surgimos de un deseo humano. No somos creación de sexo.

No somos accidente, casualidad; no estamos aquí por la voluntad de nuestros

padres humanos. Nuestro ser verdadero e inmortal no se originó humanamente.

Todo cuanto ha sido verdaderamente creado fue creado por la Mente divina,

nuestra verdadera Mente, a la cual lo mortal solo falsifica.

Esto demuestra la reconfortable ley de nuestra herencia divina. Hemos

heredado solo a la Mente única – la única Mente que conoce todo, que es toda

inteligencia, toda sabiduría, que comprende y ve todo.

Solo la ignorancia provocó la creación falsa, la creencia en la paternidad

humana, la creación del polvo al polvo, la ilusión de corporalidad, de carne, sangre

y huesos, así que podemos prescindir de todo el asunto de la creación material, de

la propagación material, de la procreación material, etc. Podemos prescindir de

ella justo al principio.

En Christ and Christmas (Cristo y Navidad) la Sra. Eddy habla de la vida

sin nacimiento y sin final, preguntando: ¿por qué “señalar el nacimiento de quien

jamás ha nacido?” Afirma: “Viene el tiempo en que el origen espiritual del

hombre, la Ciencia divina que trajo a Jesús a la presencia humana, será

comprendido y demostrado.” (C & S 325: 28) Ciencia y Salud (29: 30) habla del hombre

como “linaje de Dios” y como la “idea del Espíritu”, y llama a la Ciencia del Amor

“Padre o Principio divino”. Recordemos, nosotros somos el Principio, puesto que

“el reino de Dios está dentro” de nuestra conciencia.

La Mente divina, nuestra real y verdadera Mente, sostiene todo en el ser,

dentro de su concepción absoluta, su concepción ideal. No tenemos más mente

que la Mente que es Dios. La Mente que es Dios es nuestra Mente paterna.


Mente Forma

Nuestra verdadera Mente, quien forma y crea, es Mente, Dios. El término

“forma” puede ser tanto un verbo como un sustantivo. Cuando es un sustantivo,

es: Verdad, las formas de Verdad. Como verbo, “formar” es: la habilidad de

manifestar algo que tiene contorno; por tanto, es una actividad creativa. En el

momento en que tenemos una actividad creativa estamos tratando con Mente

porque Mente es el creador, el productor, el hacedor; de ahí que Mente forma,

como habilidad creativa.

Recordemos que estamos aprendiendo el método para que podamos trabajar

con estas ideas en cualquier contexto. Además, viendo que tenemos una lista

correcta, querremos ver cómo cada idea fluye hacia las otras ideas, cómo se

vinculan juntas y forman una cadena completa de tonalidad.

Relacionada con “Mente forma”, tenemos Mente configura, modela, viste –

todos como verbos. Mente configura, modela, viste y modela nuestro

pensamiento. Escuchemos la actividad creativa implícita en estos términos. Poco

a poco el lenguaje del Espíritu se hace conocido por sí mismo para nosotros. El

lenguaje humano es inadecuado en sí mismo; pero actúa como un puente para

ayudarnos a escuchar espiritualmente la actividad de Mente, el impulso creativo de

Mente.

Para ser Mente Creadora, debe Formar

¿Cómo puede Mente, nuestra verdadera Mente, ser un creador si no forma

algo, si no configura algo, si no modela algo? Sólo lo que se forma, configura,

moldea y modela, puede manifestarse o aparecer. Si no está formado,

configurado, modelado, moldeado, es ilusivo, inconcreto. La Sra. Eddy incorpora

estos verbos para enfatizar la habilidad creadora de Mente – la habilidad creadora

de nuestra Mente.


Considerando esto, comprendemos que Mente forma, configura, viste y

modela todo de acuerdo a sus más altos modelos de excelencia, porque tal y como

vimos anteriormente, Mente produce sólo modelos de excelencia. Esta Mente es

nuestra Mente, y forma y produce todo, vistiéndolo y modelándolo de acuerdo a

sus modelos de excelencia. Mente jamás forma algo que no sea de máxima

excelencia. De Mente, nuestra verdadera Mente, procede ese flujo constante de

salud, armonía, inmortalidad, santidad.

Mente jamás produce malformaciones o deformidades; Mente no tiene poder

para formar distorsiones o malformaciones. Las formaciones falsificadas de la

mente mortal no son las formaciones de la Mente divina. Sostenido en el

pensamiento el modelo perfecto, Mente sana casos de deformaciones severas,

porque las formaciones de la Mente divina son siempre bellas y graciosas.

Debemos adherirnos a la verdad. La Mente sólo crea ideas. Nuestra verdadera

Mente nos da un sentido del poder impulsor que está ahí como una fuerza creativa.

Este poder único de Mente es supremo sobre todos los poderes espurios e

hipnóticos de la mente mortal.

Causa

Hasta aquí, hemos creado nuestra conciencia viendo que Mente, la Mente

divina, nuestra verdadera Mente, es el creador que crea, hace, produce. Es el

impulso creador tras todo; es nuestra Mente paterna desde la cual todo ha sido

heredado. Tenemos la Mente que es Dios, la Mente de Cristo. Esta Mente

divina, que es nuestra Mente, forma, viste, modela y moldea todo de acuerdo a su

propia imagen, a sus propios modelos de excelencia.

No es de sorprender que tengamos “causa” como una de las características

de Mente. Mente, nuestra verdadera Mente, es la causa de todo. Esta es una de

las grandes ideas de Mente. Podemos ver que causa y creador deben estar bajo la


misma categoría de Mente, dado que no puede haber creador sin causa, y toda

causa demanda un creador. Una causa produce algo, causa origina, crea, produce,

hace algo, y así de repente, causa aparece como creador. Vemos aquí que el

creador es la causa. En tanto que en el lenguaje ordinario estos términos no son

sinónimos, sí lo son en el lenguaje espiritual. Significan exactamente lo mismo.

Ambos significan Mente, porque Mente es la causa, el origen, el creador.

Podemos ver espiritualmente que estos términos se corresponden; forman el mismo

tono.

Mente, como creador, es causativa; nada sucede sin causa divina. Sólo

podemos pensar lógicamente si comenzamos con Mente como la causa de todo

efecto, pues como la Sra. Eddy dice: “La Mente, no la materia, es causalidad,” (C &

S 208: 26) y Mente, nuestra verdadera Mente, es la causa de todo efecto.

La Enciclopedia Roget resulta de gran ayuda para elaborar nuestra lista de

ideas. Si tenemos causa, naturalmente tenemos origen, dado que no puede haber

una causa que no sea origen. Un autor es un originario. Una fuente es una causa.

Estos ejemplos tan solo explican el mismo concepto con términos diferentes.

Viendo que “causa” también implica todos los otros aspectos de la causalidad, nos

ayuda a liberarnos de las palabras. Algunos estudiantes podrían sentir que si no

hallaran “causa” dentro del Texto, no sabrían si se estaba refiriendo a Mente.

Habiendo incluido más palabras en nuestro concepto nos libera de estar

dependiendo de una palabra en particular. Por medio de este estudio vemos ahora

que no importa si el texto dice: origen, fuente, autor, primera, causa o principio;

sabemos que se está refiriendo a Mente.

Aprendiendo a Obtener el Tono

Cuando leemos la Biblia y no aparecen estos términos sino otros, aún así

podemos captar el tono. Esto aplica también para las experiencias cotidianas.


Podemos captar el tono de Mente en imágenes, en experiencias, en sucesos. En la

medida en que aprendemos el lenguaje del Espíritu, vemos que esos sucesos y

experiencias tienen una tonalidad de realidad. ¿Tienen el tono de Mente? ¿O

tienen el tono de Espíritu, de Alma, de Principio, de Vida, de Verdad o de Amor?

Lo que sea que acontezca en el mundo, Mente es aún la primera causa y no

hay nada aconteciendo ahí más que Mente. Mente es la causa para todo efecto.

Si Mente es causa, origen, entonces nuestro origen está en Mente, en la Mente

paterna, nuestra verdadera Mente. Para estimular al pensamiento, preguntemos:

“¿Qué y dónde está nuestro origen?” Puesto que Mente es la única fuente, causa y

originario, nuestro origen está en Mente. Mente es la causa de todo; produce todo,

hace todo. Esto nos da el sentido espiritual de Mente como primera, como fuente,

como origen. Comenzamos a ver que no hay otro origen, no hay otra fuente ni

otra causa que la Mente divina, y suponer que lo hay, es pensar en retroceso, como

la noticia que apareció en un Diario de Seattle: “Llame al Diario por la tarde de

hoy si no recibe su periódico mañana.”

No hay causa en el cerebro, en la inteligencia mortal; no hay causa en la

materia, o en las estrellas. No hay ley de herencia que cause enfermedad o

discordia de alguna clase. Ninguna causa negativa está en operación para

influir nuestra vida. Mente es la fuente y condición de todo movimiento.

Obtenemos el sentido espiritual de que nada comienza, nada llega al ser, excepto lo

que Mente inicia, promueve, impele. Es Mente quien produce y causa, quien crea

y origina. Debemos edificar dentro de nosotros mismos la convicción absoluta de

que no hay ninguna otra causa, ningún otro origen, ninguna otra paternidad en

acción.

Primero

Si Mente es la causa, Mente viene primero.


Si Mente es primero, este hecho de inmediato nos dice que debemos

comenzar con Mente, empezar como Mente. Cuando escuchamos “primero” al

decir “Comienza con Mente, inicia con Mente”, es que estamos escuchando su

tonalidad. Para poder obtener conclusiones precisas y divinas tomamos Mente

como nuestra base, porque a menos que tengamos Mente como nuestra verdadera

primera imagen conceptual, habremos comenzado correctamente.

Si comenzamos con la mente mortal, probablemente nos dirá: “No puedo.

No tengo las cualidades necesarias. No es mi responsabilidad”. Pero si

comenzamos siempre con Mente, nuestra verdadera Mente dirá que podemos; “Yo

puedo” llegará a ser la actitud natural habitual. Así es como se inicia un

tratamiento. Ponemos el problema tras nosotros, no argüimos con él; ponemos el

problema a un lado y preguntamos: “¿Qué está sucediendo?” Nada está

sucediendo sino aquello que Mente causa. Mente es lo primero; Mente es lo

único.

Puesto que Mente es lo primero, es nuestro punto de arranque, el punto

desde el cual comenzamos a pensar. No podemos comenzar con Espíritu, porque

Espíritu demanda que podamos distinguir y discernir entre ideas e ilusiones, y que

podamos separar las ideas de las ilusiones. Esto implica que la creación de ideas

ya ha ocurrido, pero la creación de ideas es la provincia de Mente, así que Mente

es lo primero y debemos comenzar con Mente.

No importa cuál término utilicemos para trasmitir este mensaje de que

Mente es primero. En realidad, todas las palabras que hasta ahora hemos

estudiado conllevan este tono. Después que tengamos el tono podremos usar

muchas palabras diferentes que conlleven este mismo mensaje de que Mente es lo

primero. Podemos usar también imágenes y experiencias.

El Libro de Texto da el sentido operacional de los siete sinónimos, tal y

como lo veremos una vez que manejemos la edificación de concepto y tonalidad en


nuestra conciencia, así como la edificación del ser. También obtendremos

posteriormente el sentido dimensional y el sentido estructural de los siete

sinónimos.

¿Por qué estas ideas fluyen dentro de las otras? ¿Por qué no son ajenas a las

demás? ¿Por qué pueden ser clasificadas bajo una misma categoría? Hemos

considerado ya cerca de veinte términos que en lenguaje ordinario no significarían

lo mismo, pero en el lenguaje espiritual podemos ver que implican a Mente – un

tono.

La Sra. Eddy dice que Mente (nuestra Mente) es el creador. Comenzando

con creador vemos que creador crea constantemente, hace, produce, propaga,

construye, edifica. Mente es el impulso creativo que está constantemente

avanzando, así que comienza a producir, a construir, a edificar, a instituir. Esta es

la Mente paterna como creador y siempre está diciendo: “Yo quiero crear; Yo

quiero producir; Yo quiero procrear. Yo soy la Mente paterna, y como Yo creo

Yo formo todo; Yo configuro, moldeo, modelo, y visto todo; Yo delineo todo. Yo

soy el impulso creativo, y por tanto Yo soy la causa única. Yo soy causativa. Yo,

Mente, vuestra verdadera Mente, soy el único origen, el único autor, la única

fuente que crea y produce todo, que procrea todo cuanto se manifiesta. Yo soy la

verdadera causa primaria; Yo soy el creador”.

El efecto no podría ser primero. La causa es lo primero. “Causa” y

“primero” significan la misma cosa; significan el comienzo, el punto de arranque,

el punto desde el cual surge todo. Debemos obtener la seguridad científica de que

toda causa es Mente. La Sra. Eddy vio, por medio de revelación, por medio de

iluminación mental o espiritual, que Mente es la base y el fundamento de todo

fenómeno, y en Ciencia y Salud ella ha reconciliado la razón con la revelación en

su sistema divino de Ciencia. La Sra. Eddy vio que Mente, nuestra verdadera y

real Mente, crea sólo ideas. Mente crea su propia semejanza sólo en ideas.


Base

Como primera causa, Mente es la “base”. Con “base” obtenemos el tono

que está íntimamente conectado o relacionado con la causa primera, porque “base”

es aquello sobre lo que uno construye, sobre lo que uno descansa. La metafísica

divina hace de Mente su base de operación, porque la base de toda salud e

inmortalidad es el hecho de que Mente, nuestra verdadera Mente, es la causa única,

el creador. Así que nuevamente comenzamos sobre el fundamento de Mente.

“Las categorías de la metafísica”, dice la Sra. Eddy, “descansan sobre una

sola base, la Mente divina.” (C & S 269: 13 – 15) La mente mortal erróneamente cree

que el hombre es la base de la creación de su especie, una especie de hombre, al

cual la mente mortal llama humanidad, revirtiendo la creación espiritual y

declarando a la organización material como la base del hombre. Esto reduce a la

Mente a depender de la materia y establece la base para el panteísmo. La mente

mortal, actuando desde la base de sensación en la materia, es magnetismo animal,

y debe finalmente ceder a la Mente divina como la única base desde la cual se crea

y se produce todo fenómeno.

Poder

Hasta aquí, todos los términos considerados tienen un sentido bastante

similar. Así que estamos listos para añadir algo nuevo, la idea de poder.

Consideremos poder como una idea que caracteriza a Mente. Con lo que hemos

aprendido hasta ahora, ¿por qué Mente debe ser igual a poder? Si Mente es el

creador, la causa, el productor, si Mente es aquello que hace todo, ¿no debiera

necesitar de poder para crear, causar, producir y hacer todo? Para que una causa

se exprese a sí misma y se convierta en creación, ¿no necesitaría de poder? No

hay posibilidad alguna para que una causa se exprese a sí misma, a menos que


tenga poder. Sin poder la causa no podría expresarse a sí misma y por

consiguiente no podría ser causa. Para que algo sea causa se requiere que sea

seguida de o conduzca a, un efecto, que produzca un efecto. En la causa debe

existir un sentido de poder.

De ahí que podamos ver que un término como causa no solo conlleva una

sola cosa; al momento trasmite muchas cosas. Vemos aquí que causa significa al

mismo tiempo, comienzo, creador, originario, productor, por lo que requiere o

implica poder, porque nada puede ser formado o producido sin poder.

Liberándonos a Nosotros Mismos

de los Términos

Si bien es cierto que estamos estudiando estos términos, vemos que al

mismo tiempo nos estamos liberando a nosotros mismos de los mismos.

¿Por qué? Por el gran principio de sinonimia del lenguaje. El principio de

sinonimia nos dice que un término no tiene sólo un significado, sino que siempre

se combina o mezcla y se sobrepone o traslapa con otros términos, ya sea que se

pronuncien o no. Podemos sentir que un solo término como “causa” tiene un solo

significado, pero en la medida que el concepto avanza podemos ver que causa es

sólo causa, debido a que refleja otros términos, términos como poder, principio de

algo, procreación, producción de algo. Es causa, justamente porque pone algo en

movimiento, en acción. Y así es que vemos que no es sólo un término, sino que es

la superposición de muchos términos. Justamente esto es el principio de

sinonimia.

Históricamente, en el desarrollo del lenguaje, un término, por medio del

principio de sinonimia, construye muchos nuevos términos, tal y como cuando uno

avienta una piedra a un lago y los círculos surgen unos tras otros. Este principio

de sinonimia resulta fundamental para la Ciencia Cristiana.


En la Ciencia Cristiana tenemos el símbolo fundamental llamado Dios, y en

el principio de sinonimia tenemos a Dios como un símbolo compuesto para los

siete sinónimos. Cada uno de los siete sinónimos, dentro del principio de

sinonimia, tiene muchas ideas, tal y como lo estamos viendo. Mente contiene las

ideas de creador, causa, principio, fuente, origen, poder, etc., y todas ellas son

sinónimas. El punto es que cada una de estas ideas también es sinónima de las

otras; no pueden sostenerse por sí mismas, carecen de significado por sí mismas.

Causa, por ejemplo, no tiene significado si no conlleva dentro de sí misma también

el significado de primera, comienzo, poder, fuente, acción, origen, productor, etc.

Si no significara también todo lo anterior, causa por sí misma, carecería de sentido.

Cómo Obtener la Tonalidad

Tal y como la piedra lanzada a las plácidas aguas de un lago genera círculos

que se ensanchan más y más, así el principio de sinonimia edifica el tono completo

para Mente. Podemos ver por el modo en que este concepto se expande, que estas

ideas son naturales. No son algo que la Sra. Eddy inventara. Se impulsaron y

manifestaron a sí mismas en su conciencia al momento en que captó el primer tono

correcto. Si tenemos una causa, entonces, dice la razón, debiéramos tener un

flujo, una emanación, una emisión, una procreación.

Este es el modo en que obtenemos la tonalidad de un sinónimo.

También hemos comenzado a combinar. Cuando vemos que la idea poder

está íntimamente relacionada con causa y creador, sentimos que Mente es todo

poder, tiene todo el poder, es omnipotente. Este poder está en la Mente de Cristo,

nuestra real y verdadera Mente, dando un sentido de que el creador es un creador

poderoso; de que Mente, como causa, es una causa poderosa. Podemos aquí

combinar poder con todas las ideas que ya hemos considerado para Mente.

Conforme vamos combinando estas ideas, afianzamos nuestro sentido de tonalidad,


porque ahora sentimos que Mente, nuestra Mente real y verdadera, no solo es la

causa primera, es también un gigantesco poder. Es una causa que tendrá un

efecto. No es una causa tentativa que trata de crear algo para después hallarse a sí

misma incapaz de hacerlo. Es un poder. Avanzará y llevará a cabo lo que se

propuso lograr. Puede originar y producir algo. Puede producir las formaciones

de Mente. Puede configurar, vestir, formar, moldear, y modelar, con todo lo que

conlleva poder.

La Mente Mortal Carece de Poder

Percibimos aquí un sentido de poder y de fuerza, y afianzamos nuestro

sentido del poder de Mente aún más cuando introducimos lo negativo, y decimos:

“Mente es todo poder, por lo tanto, la mente mortal carece de poder alguno. La

mente mortal no tiene causa ni poder creativo; la mente mortal no es un hacedor;

no puede crear, hacer, o producir algo. El pensamiento humano no tiene poder.

¡El pensamiento humano, el pensamiento de la mente mortal, el pensamiento falso,

el pensamiento destructivo, no tiene poder!”

Muchos Científicos Cristianos le temen al pensamiento, temen al

pensamiento de otros o a los efectos de su propio pensamiento erróneo. Creen en

el poder del pensamiento, del pensamiento de mal. Creen en la trasmisión del

pensamiento. Pero en la Ciencia Cristiana aprendemos que hay una sola Mente, la

cual es positiva, y esta Mente única es la única Mente y crea sólo el bien. No

puede haber otra mente que sea causativa, por lo tanto, la mente humana no puede

tener poder, acción o influencia, excepto como ilusión, como sugestión hipnótica.

Debemos edificar esto en nuestra conciencia, y entonces no temeremos

caminar por en medio de un campo de pensamientos de la mente mortal. No nos

toca porque estamos en otro reino – en el reino de la Mente divina. Creer que

somos tocados por los pensamientos de otros es mesmerismo. Pensar que el


pensamiento humano tiene algún poder, no es metafísica divina. En la metafísica

divina sentimos sólo el poder y la fuerza de la Mente única, y no podemos ser

subyugados por el poder espurio del pensamiento mortal.

Contemplando estas verdades nos percibimos a nosotros mismos entrando en

un reino de libertad, en un reino de dominio.

Acción

Viendo a Mente como poder, nos libera y da dominio. También nos

conduce a otra idea que caracteriza a Mente, es decir, acción. Mente es la fuente

de toda acción. La Mente divina, nuestra verdadera Mente, es la fuente de toda

nuestra actividad y la fuente de la actividad del universo entero. ¿Podemos tener

poder sin acción? Poder implica acción. Rápidamente reconocemos poder en la

acción, pero aún cuando tengamos poder potencial, poder que aún no es energético,

sabemos que su potencial se mantiene dentro de sí mismo como habilidad para

actuar. Así, poder – y específicamente la definición de poder – implica la

habilidad para actuar, para mover, para ejecutar. Implícito en poder tenemos a la

acción y al movimiento. “Mente es la fuente de todo movimiento”. Implica

movimiento, funcionamiento, rotación, acción infinita, locomoción, revoluciones

de la Mente y así sucesivamente.

Nuestra comprensión de Mente, nuestra Mente real y verdadera, sigue

creciendo en la medida que sentimos que esta única Mente que es causa, origen,

base, comienza a expresarse a sí misma como poder, y el poder se expresa a sí

mismo en acción. No necesitamos pensar al estar tranquilamente sentados

intentando examinar a la Mente, sobre lo que ésta o no está haciendo. Una

enorme acción está llevándose a cabo, porque contemplar a la Mente significa que

estamos contemplando su acción infinita. Esta acción infinita de Mente es acción

por sobre todo el mundo, por sobre el universo entero. La Sra. Eddy trabajaba


diariamente para el mundo, demostrando esta acción de Mente. Hay cosas que

están aconteciendo. Nosotros no hacemos que acontezcan, pero nuestra

conciencia, sabiendo que la única Mente es acción infinita como idea, está

llevando a cabo su trabajo productivo. Está haciendo este trabajo, al mantenerse

tranquila interiormente.

Mente se hace Cargo de la

Mentalidad Negativa, de la Acción Negativa

Mente es movimiento. Reconocemos el sentido negativo de la acción, en la

inacción, en la reacción excesiva, en la acción irritada; pero si Mente es toda

acción, entonces la toda acción de Mente se está haciendo cargo de lo negativo.

Mente se está haciendo cargo de la inacción – inacción del cuerpo e inacción de

nuestra mentalidad, es decir, nuestra apatía. Si Mente es toda acción, se está

haciendo cargo de la acción irritada en el cuerpo o en los asuntos humanos. Lo

único presente es la acción pacífica, tranquila, la suave acción de la acción infinita

de Mente.

La Mente es caracterizada como función. Mente se hace cargo de las

funciones del cuerpo. He aquí otro punto sobre la metodología; en la medida en

que estamos pensando estos conceptos y ellos se convierten en tonos, comenzamos

a usar términos que no tenemos en nuestra lista, pero a los cuales les reconocemos

que tienen el modo correcto del tono. Función, por ejemplo, no está en nuestra

lista, pero sabemos que Mente tiene que ver con funciones, porque Mente tiene que

ver con acción, acción inteligente, control de la acción. Nuestra actividad

completa, ya sea en los negocios, la familia o relaciones, funciona bajo Mente.

Debemos dejar que Mente divina sea lo que funciona en toda actividad para que

pueda operar con mayor funcionamiento y eficiencia.


La actividad de Mente se expresa a sí misma en el pensamiento divino; por

lo tanto, la actividad de las ideas en nuestra conciencia siempre produce armonía.

Las ideas, siendo productivas, se expresan a sí mismas en acción infinita, en las

cuales no hay acción conflictiva ni discordante. La acción de Mente es siempre

armoniosa.

Emanación

Si la acción está implícita en Mente, la actividad de Mente debe expresarse a

sí misma. Así es como llegamos a emanación; como una idea que caracteriza a

Mente, y con ella otras como “procede”, “emite”, fluye”, “brota”, “envía.”

Al momento que sentimos que hay una causa, al modo del tono, sabemos

que dicha causa, para ser causa, debe expresarse a sí misma. Y por ello es que

debe tener poder, y si algo tiene poder o es poder, entonces no puede estar sin

acción. De nuevo tenemos al instante esa combinación total de causa, poder,

acción. Luego, si es que hay acción, sucede algo: tenemos emanación, flujo,

proyección. Podemos presentar muchos términos que signifiquen que de esa

causa fluye algo, se proyecta, avanza. Tenemos una profunda sensación de que

algo aparece desde Mente como origen, o de lo contrario no es verdaderamente una

fuente, causa ni origen.

Con este ejemplo podemos ver que los términos sólo significan algo cuando

incluyen todo lo que se necesita para que dicho término signifique lo que se

requiere. Podríamos decir que el término en sí mismo no tiene existencia. Causa,

como término, sólo existe si incluye o refleja muchos otros términos, o lo que otros

términos significan. Existe una relación interna, una combinación interna, una

mezcla interna necesaria para que causa sea causa. Una causa no lo es, si es que

no es lo primero, si es que no es poder, si es que no produce algo.


Una “Idea” Refleja Todas las otras Ideas

Una “idea” refleja todas las otras ideas. Esto es muy importante porque

aplicado a la Ciencia Cristiana, sabemos que una idea jamás es idea hasta que, o a

menos que, refleje todas las demás ideas. Por ejemplo, una idea como

inteligencia, jamás será idea hasta que refleje todas las otras ideas. El principio de

sinonimia muestra que un término no es nada por sí mismo. Sólo será algo cuando

considere todos los sinónimos. El término Dios no es nada; jamás significará

algo, a menos que consideremos dicho término, Dios, en su sinonimia. Entonces

es cuando comienza a significar todo, es decir, Todo. Cuando Dios se combina

con Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor, es cuando comienza a

significar algo, a saber, “el reino de Dios dentro de” (nosotros).

Cada término se combina con otros términos, traslapa otros términos. Cada

término se traslapa en la primera generación, en la segunda, en la tercera, con todos

los demás términos, hasta que finalmente podemos ver solo una idea que es

infinita. Tales ideas son infinitas en significado debido al principio de sinonimia,

no debido a poner unas ideas cerca de otras; tales ideas son infinitas porque se

mezclan y traslapan.

Impregna es otra manera de decir que cada idea refleja a las demás. Cada

sinónimo impregna todo; cada parte impregna el todo.

La Ciencia es una emanación de la Mente divina, nuestra real y verdadera

Mente, y toda verdad procede de Mente. La Sra. Eddy afirma que el hombre surge

de Mente, que los sentidos espirituales emanan de Mente; toda acción procede de

Mente. Ideas y no ilusiones, emanan de Mente. Esto muestra a Mente, nuestra

verdadera y real Mente, como la fuente desde la cual todo emana, y no hay otra

fuente desde la cual algo pudiera emanar. Cualquier pensamiento de que esto

suena maravilloso y verdadero es realmente apropiado.


Influencia

Qué tranquilidad trae el comprender que Mente es lo único que influencia.

¿Por qué Mente es lo único que influencia? Si hasta aquí hemos visto que

Mente es el creador, productor, Mente paterna, el poder formador único, causa, lo

primero, base, poder, acción y emanación, entonces ¿no debiera Mente también

ser: influencia? ¿Podría haber influencia sin aquellas ideas que hemos listado?

No sentiríamos que estamos bajo la influencia de algo, si careciera de poder o

habilidad para actuar, ¿cierto? Atribuimos a influencia todas esas cualidades que

hasta aquí hemos estudiado que caracterizan a Mente. Sin esas cualidades y

atributos, influencia no sería influencia.

En la Christian Science, emanación significa un flujo o derrame. Con

influencia, tenemos una emanación de la Mente divina, puesto que emanación

caracteriza a Mente. Esto es justo lo que debemos conocer para la práctica, ya que

una de las pretensiones comunes de la humanidad es creer que está bajo la

influencia de algo aparte de la Mente divina – bajo la influencia de las estrellas, del

tiempo, del jefe, de la familia, de alguna relación, del esposo, de su raza, de su

religión, de las condiciones, del gobierno, etc. La gente siente frecuentemente que

es como un minúsculo grano de arena en un enorme campo de influencia. La

gente cree que hay una causa fuera de sí misma que tiene poder, y que actúa sobre

ella, que fluye hacia ella. Mas esto no es verdad. Demos la bienvenida al

despertar inmediato a nuestra presente perfección y posesión de todo bien.

Pensemos en el poder y señorío que ganamos al comprender que hay una

sola influencia, influencia emanando de la Mente, y bajo la cual estamos

constantemente.


¿Qué Significa estar bajo

la Influencia de Mente?

¿Qué significa estar bajo la influencia de Mente? Para obtener la respuesta

a esto, podemos combinar influencia con otro de los términos listados para Mente,

y ver que estamos bajo la influencia de la Mente paterna. Es la Mente paterna,

nuestra verdadera Mente, la que nos formó, no las estrellas, ni los padres humanos.

Nuestra Mente verdadera es la Mente paterna. Sentimos el poder de Mente. La

sola acción de Mente nos influencia. Sentimos que constantemente estamos bajo

la influencia de lo que Mente manifiesta. Estamos bajo la influencia de la causa

divina, el origen, productor, etc., y no hay influencia alguna en la creencia de la

falsa herencia.

Cuando recorremos toda la lista que hemos estado considerando, vemos que

solo la Mente divina nos está influenciando, y que la habilidad creadora, la

intención creativa de esa Mente divina está constantemente concibiendo sus

propias ideas. Esta es la única influencia; debido a ello solo la inteligencia de

Mente está emanando hacia nosotros. Esta es la forma de establecer en nuestra

conciencia una barrera completa contra conceptos falsos de influencia.

Si Mente solo crea y produce ideas, formas de excelencia, entonces solo

estamos bajo la influencia de las ideas perfectas de Mente. Jamás estamos bajo la

influencia de lo que no es Mente. La Mente divina, nuestra Mente verdadera, se

está expresando a sí misma en nosotros y como nosotros, como ideas de la Mente

única.

Como todas las ideas de Mente se combinan juntas, debiéramos siempre

regresar y combinar las ideas que hemos discutido bajo el sinónimo Mente.

Haciéndolo ahora, hallamos que estas primeras ideas – creador, productor, Mente

paterna, causa, base, etc. – son activas, poderosas e influyentes. Siempre

producen algo que está bien porque reflejan a la Mente divina. Repentinamente


nos sentimos a nosotros mismos estando en el reino de las ideas, el reino de ideas

activas, de ideas poderosas, que solas influencian todo cuanto ocurre.

Ideas

Aquello que emana de Mente es ideas. ¿Cómo fluye este término, ideas,

junto con los términos precedentes? Debemos ver la lógica y consistencia interna

de cómo estas ideas fluyen juntas. Si solo las ideas fluyen desde Mente, entonces

la verdadera influencia siempre es por medio de ideas.

Con cada término que se adiciona expandimos nuestro concepto de los

términos precedentes. Tenemos a Mente como la causa y la expandimos cuando

decimos que Mente es la causa de las ideas. Mente jamás crea ilusión o las cosas

deprimentes de las creencias humanas. A través de cada término que añadimos,

expandimos, restringimos o definimos con mayor claridad el término causa.

¡Justo hemos dicho que Mente es la causa de las ideas y nada más! Si

simplemente dijéramos que Mente es la causa, la fuente, el origen de todo, y hasta

ahí llegáramos, estaríamos implicando que Mente es la causa de todo cuanto ocurre

en nuestra experiencia humana en el mundo – de toda falsa actividad, de la

actividad que no es mas que la falsificación de Mente.

Si regresamos a donde dijimos que Mente es el creador, podemos preguntar

ahora: “¿Qué es eso que Mente crea?” Contestamos: “Es el creador de ideas.” Al

incluir más términos refinamos la declaración: “Mente es el creador,” hasta que

signifique lo que se supone que significa. Cuando combinamos “Mente” con

“ideas” tenemos: Mente como el creador de ideas. Después, cuando combinemos

Mente con Espíritu – lo único – podremos decir: “Mente solo es el creador de

ideas”. Esto refina aún más nuestra comprensión.


Idea, una Imagen en la Mente

Solo por medio del sentido estructural, podemos saber lo que es una idea.

Esto significa que estamos construyendo un molde, una matriz, de “idea” a través

del Libro de Texto. Hallamos una breve definición de idea, en de Ciencia y Salud (115:17 – 18): “Una imagen en la Mente; el objeto inmediato de la comprensión.” Una

idea es aquello que la Mente divina concibe. Aquello que la Mente divina, nuestra

verdadera Mente, tiene en Mente, es idea. Idea es Dios en expresión, por lo que

no existe tal cosa como idea mala. Las ideas son aquello de lo que consiste el Ser.

Ideas son los bloques de construcción de la realidad, los elementos de la realidad.

La Mente divina concibe todo como idea.

La cualidad de una idea puede ser poder, ley, desarrollo, eternidad, etc.; idea

es solo la sustancia de la realidad, el elemento fundamental espiritual – el

“material” que construye la realidad. El Ser consiste de ideas, a pesar de la falsa

sugestión de la mente mortal de que la realidad consiste de materia, de

pensamientos humanos, etc. Las ideas que constituyen al ser pueden ser

clasificadas en siete sinónimos, por lo que la idea verdadera es lo que constituye la

realidad; y clasificados, los siete sinónimos son las siete grandes clasificaciones de

la naturaleza del Ser.

Imagen

Las ideas que tiene la Mente divina son imágenes – imágenes dentro de

Mente. Como dijimos, una definición breve de idea es: “una imagen en la

Mente”. (La Sra. Eddy usa “semejanza” con Espíritu). La Mente divina es el

poder que forma la imagen. La creación, dice la Sra. Eddy, es la imagen infinita

emanando de la Mente divina.

La Mente divina solo tiene ideas, y estas ideas vienen a la comprensión

humana en forma de nuevos modelos de pensamiento. Las ideas llegan a nosotros


transformadas en imágenes de pensamiento, nuevos modelos de pensamiento que

nos dan un reino nuevo de pensamiento, pero estos nuevos pensamientos están

formados y configurados como ideas.

Es por ello que debemos hacer la distinción entre lo que la Mente produce,

es decir, solamente ideas, y lo que Mente hace en lo humano, es decir, provee a lo

humano con nuevos pensamientos, pensamientos divinos a los cuales la Sra. Eddy

llama pensamientos de Dios, pensamientos de bien infinito. Estos son

pensamientos que salvan y ayudan. Pero tras estos pensamientos que salvan y

ayudan está la Mente divina, nuestra real y verdadera Mente, viniendo a nosotros

como nosotros.

Cuando nos convencemos que Mente es el único poder que en realidad

puede formar una imagen, esto nos libera de creer en imágenes falsas formadas por

la mente mortal.

Pensamientos

Los pensamientos científicos son modelos transformados de ideas divinas,

tal y como hemos visto. Mente no tiene pensamientos; no piensa; Mente sabe; es

omnisciente. Mas el poder humano es proporcional a la incorporación del

pensamiento correcto. La Sra. Eddy, bajo la cita marginal: “El pensamiento puro

de la Mente”, afirma: “La semilla dentro de sí misma es el pensamiento puro que

emana de la Mente divina.” (C & S 508: 14 – 16. Esto se debe a que los pensamientos de

Dios son perfectos y eternos, son sustancia y Vida, y no carecen de causa divina.

“Las cosas eternas... son los pensamientos de Dios tal como existen en el reino...

de lo real [los pensamientos de Dios son realidades espirituales.]” (C & S 337: 27 – 29)

¿Son los pensamientos, humanos o divinos? Este es el punto importante. Los

pensamientos divinos son ideas transformadas de la Mente divina.


Hay un Cristo en el Ser, y el Cristo siempre transforma lo espiritual hacia

abajo, a todo plano de existencia. Transforma a Dios no sólo al plano espiritual,

sino también al plano mental y al plano físico, aún al plano material. Debemos

tomar en consideración la manera como la Mente se transforma a sí misma en lo

humano. Lo que sucede aquí es que la Mente, la cual solo conoce las ideas, la

cual no piensa en su propio reino, tiene el poder de transformarse a sí misma al

plano humano. En el momento en que se transforma a sí misma hacia otro plano,

diferente al divino, cambia el fenómeno, por lo que las ideas cambian a

pensamientos divinos. Los pensamientos, por tanto, son ideas transformadas.

La Sra. Eddy nos ha dado una Ciencia Redentora

Cuando las ideas de la Mente se transforman a sí mismas a la conciencia

humana, aparecen ante dicha conciencia como viniendo de Dios, como

pensamientos de bien infinito, como pensamientos divinos. Los llamamos

pensamientos divinos o pensamientos de Dios, porque se convierten en atributos y

no en cualidades de Dios. Cualidad es aquello que es innato en realidad, en donde

es lo que es, ya sea que lo veamos o no, ya sea que lo comprendamos o no. Los

atributos son eso que le asignamos a algo. En realidad, la Mente lo sabe todo, así

que no “piensa” ni tiene “pensamientos”. Pero la Sra. Eddy nos ha dado una

Ciencia redentora, salvadora, y por ello tuvo que transformar constantemente el

reino espiritual justo hacia abajo, hacia el reino humano, de manera que pudiera ser

un redentor para nosotros.

Por medio de la transformación, se cambia un fenómeno, pero sin perder su

identidad. H2O es la fórmula química para el agua, y puede tener tres diferentes

fenómenos, mas sigue siendo H2O ya sea como vapor, agua o hielo. De acuerdo a

la temperatura se vuelve vapor, agua o hielo. El fenómeno cambia de acuerdo a la

dimensión, de acuerdo al nivel.


En varias ciencias a esto se le llama dimensionalismo, en comparación con

el reduccionalismo. El dimensionalismo muestra que algo que tiene identidad no

necesita siempre aparecer como el mismo fenómeno. Puede aparecer como

fenómenos diferentes, pero no en forma aleatoria. Debemos saber en qué nivel, en

qué dimensión, es visto el fenómeno. Esto es lo que la Sra. Eddy trata de mostrar

en el Libro, es decir, que una identidad aparece en formas diferentes en distintos

niveles de conciencia. Debido a esto es que decimos que Dios no tiene

pensamientos. “Los pensamientos de Dios” son ideas transformadas en una

dimensión inferior de conciencia, en un nivel de pensamiento humano, en las que

aparecen como pensamientos humanos, pensamientos científicos y humanos. Al

principio de nuestro estudio de cada sinónimo debimos prescindir de estas

transformaciones, porque deseábamos ver los sinónimos en su pureza.

Luz

La luz es un símbolo bíblico, un símbolo natural, el cual debiéramos tratar

de sustituir con un símbolo abstracto, dado que los símbolos naturales no son tan

claros, ni tan definidos en su significado como los símbolos abstractos. Para

nosotros en la Christian Science, luz es un símbolo para inteligencia, visión, nueva

vislumbre, sabiduría, intuición, revelación, pensamiento científico, comprensión,

descubrimiento, pensamiento inspirado. Todos estos términos tienen que ver con

el concepto que Mente, nuestra real y verdadera Mente, trae como iluminación a lo

humano.

La Sra. Eddy incorpora aquí algo más, algo diferente. Las ideas estudiadas,

hasta este momento, tienen que ver con un sentido creativo, con creación,

producción, elaboración, origen, descendencia, etc. Mas ahora vemos que esto

que está hecho es una emanación de ideas, por lo que tenemos a un creador

produciendo una emanación de ideas.


¿Qué tiene que ver esto con lo humano?

Esto trae iluminación a lo humano; trae visión. La mayoría de los términos

considerados aquí como comprensión, iluminación, descubrimiento, visión, no son

ideas. Son transformaciones de ideas tal y como hallamos que deben ser los

pensamientos. Mente no descubre; Mente no comprende; Mente sabe, conoce.

Mente lo sabe todo. ¿Qué es lo que hace Mente en el plano humano? Inspira al

pensamiento, da visión, iluminación, descubrimiento. Pensamiento, visión,

iluminación y descubrimiento no son ideas puras verdaderas, mas lo que está tras

estos atributos es la idea pura; Mente sabe, Mente es inteligencia.

Desde el Punto de Vista Humano

Requerimos Descubrir

Esto nos muestra cuán alertas y cuán exactos debemos ser. Debemos hacer

una distinción entre idea y el fenómeno transformado de idea, de Mente, en tanto

que vemos que aún estas cualidades humanas también tienen su origen específico y

definido; que son cualidades afines de Mente, las cuales no pertenecen ni a Alma

ni a Amor.

Desde el punto de vista humano necesitamos inspiración, visión,

descubrimiento, comprensión, aprehensión, intuición. Pero Mente por sí misma

no conoce acerca de lo humano, no conoce acerca de la creación falsa. Mente sólo

sabe, sólo conoce de su propia idea. Partimos del punto de vista de que Mente

conoce todo, y esto la transforma a sí misma en visión.

Si Mente dice: “Yo descubriré”, esto equivaldría a que Mente dijera: “Yo no

sé todo, por eso descubriré lo que no conozco”. Dado que Mente conoce todo, que

todo lo sabe, todo lo ve, todo lo comprende, es toda inteligencia, entonces se

transforma a sí misma para nosotros como gran inspiración, visión,

descubrimiento, iluminación, luz.


Debemos abrirnos al influjo de la Mente divina en lugar de tratar de regresar

al banco de la memoria. La Mente única debiera ser nuestra única fuente de

iluminación. Tomemos tiempo para reconocer en quietud que somos uno con la

Mente divina. La Mente divina no es algo por allá; es nuestra verdadera y propia

Mente, siempre presente. Justo ahora estamos en el nivel de ser la Mente única;

es nuestro estado natural de ser. Esta Mente única que es nuestra Mente es la

Mente que ilumina. Cuanto más excluyamos las concepciones falsas, tanto más

nuestra propia Mente divina puede hablarnos y encontrar los caminos, medios y

canales, a través de los cuales interpretarse a sí misma para nosotros.

“Ha Llegado la Hora de los Pensadores”

Ciencia y Salud nos dice que: “Ha llegado la hora de los pensadores.” Pero

esta no es la clase de pensamiento que la mayoría de las personas piensan que están

haciendo, cuando meramente están rumiando sus prejuicios. O la clase de

pensamientos que dos oficiales de policía de Corea del Sur estuvieron haciendo

cuando encontraron tres granadas en la calle y decidieron llevarlas a la estación de

policía. “¿Y qué tal si explota una?” preguntó el más joven. “En realidad no

importa”, le aseguró el otro. “Diremos que sólo hallamos dos”.

Aquí y ahora la Mente divina es nuestra mente verdadera. Cuando

desechemos toda falsa concepción y permitamos que la Mente única sea nuestra

única fuente, jamás estaremos atrapados en un sentimiento material de las cosas,

como el abogado de Washington, D. C. que estaba abriendo la puerta de su BMW

cuando vino un carro y pegándole arrancó la puerta de sus bisagras. La policía

llegó y encontró al abogado saltando de arriba a abajo con rabia, lamentando

amargamente el daño a su precioso carro. “Ustedes, abogados tan materialistas –

me enferman”, comentó el oficial de policía, meneando la cabeza con disgusto.

“Está usted tan preocupado por su hermoso BMW que ni siquiera se ha dado


cuenta que le falta el brazo izquierdo”. “¡OH, no!” dijo el abogado, bajando la

vista y viendo el muñón sangrante en donde estuvo su brazo. “¿Y dónde quedó mi

reloj Rolex?”

Debemos alejarnos de lo material, debemos alejarnos de la mente mortal e ir

a nuestra real y verdadera Mente. “Ha llegado la hora de los pensadores.” El

conocimiento es la frontera del mañana, y quienquiera que desee dirigir la orquesta

debe dar la espalda a la multitud.

Recordemos, la Mente divina, nuestra real y verdadera Mente, no conoce de

limitaciones materiales; solamente conoce su propia, perfecta y eterna idea, y eso

es lo que manifiesta.

Manifiesta

Consideremos “manifiesta” como una idea que caracteriza a Mente.

Estamos aprendiendo el método, así que debiéramos preguntarnos: “¿Qué tiene que

ver manifiesta con Mente? ¿Qué significa manifestación?”

Manifestación implica que hay una causa en operación que quiere expresarse

a sí misma, se expresa a sí misma, y presenta lo que es. Esto explica por qué

atribuimos ‘manifiesta’ a la categoría de Mente en lugar de a la categoría de Alma

o Amor. La naturaleza interna de ‘manifestación’ es tal, que requiere de poder.

Sin poder no hay manifestación. La manifestación requiere de acción. Sin acción

no hay manifestación. Manifestación requiere de causa, creador, origen,

productor. Todas estas son ideas de Mente, por lo que Mente debe ser quien

‘manifiesta’.

Nuevamente nos damos cuenta, cuán necesario es ver que estas ideas se

combinan unas con otras, y ver con cuáles ideas combinan. En este caso podemos

ver que ‘manifiesta’ combina con todas las ideas de Mente.


Más adelante la Sra. Eddy habla “del poder de expresión” que significa lo

mismo, y así ella también habla de “la revelación de la Mente,” (C & S 68: 31) Mente

trasmitiendo impresiones, las cuales tienen que ver con Mente presentando su

propia expresión.

Mente se manifiesta a sí misma, se expresa a sí misma, y no hay otra

expresión. La mente mortal, la falsificación de Mente, no es un poder real, por lo

que el así llamado mal, no puede manifestarse a sí mismo. Carece de canal, de

lugar, de tiempo en el cual manifestarse, dado que es irreal, mera sugestión

hipnótica.

Resumiendo, vemos ‘manifestación’ incluido en el concepto de causa, poder,

acción, etc., dado que, sin causa, sin poder, sin acción, no hay manifestación

alguna. En esto sentimos, vemos, cómo se va edificando la tonalidad, y vamos

liberándonos más y más de los términos. Primero, causa, poder, acción,

productor, origen, creador, todos están embebidos e incluidos en “se manifiesta a sí

misma”. Poco a poco vamos construyendo el tono de Mente y finalmente solo

pensamos: “Mente”, y tenemos todo en ella. De esta manera el infinito es

reducido a su simplicidad.

Todo lo Sabe

Todo lo sabe, como característica de Mente, nos trae a una nueva categoría

de ideas en Mente: el sentido de todo lo sabe. Vimos que lo que está tras

iluminación, luz, visión, descubrimiento, y pensamientos inspirados, es el hecho de

que Mente todo lo sabe. ‘Todo lo sabe’ es una de las ideas grandes e importantes

de Mente.

Las ideas relacionadas con ‘todo lo sabe’ incluyen comprende, aprehende,

percibe, predice, prevé, informa, todo lo oye, información, concibe, razonamiento,

discernimiento. Pero cuando decimos todo lo sabe, en realidad incluimos todos


esos otros términos, y esto muestra que solo necesitamos saber unas cuantas ideas

típicas de cada sinónimo. Luego, por medio de nuestro sentido de sinonimia,

podemos agrandar la lista substancialmente. Justo en el primer capítulo del Libro

de Texto, la Sra. Eddy afirma que Mente todo lo sabe, así que ya tenemos incluidas

todas esas ideas secundarias. Solo es cuestión de sentir el sentido espiritual del

término.

Dios, Mente, sabe todo, conoce todo, reconoce todo, es toda habilidad, toda

información. Todo conocimiento procede de Mente porque todas las ideas vienen

de Mente. Todas las ideas que vienen a nosotros se importan de la Mente divina.

Las ideas son transmitidas por la Mente. Debemos volvernos a Mente para

aprender de Dios, del hombre, del universo, y de cualquier condición o problema.

Inteligencia

Inteligencia, dice la Sra. Eddy, es la cualidad primaria y eterna de la Mente

infinita. El diccionario Webster define la inteligencia como la habilidad para

aprender la interrelación de hechos presentes de forma tal, que guíe la acción hacia

el objetivo deseado. Como característica de Mente, inteligencia significa que

Mente todo lo sabe. Inteligencia es una cualidad del ser. Para Mente,

comprender, aprehender, percibir, predecir y saber todo, debe ser de la misma

naturaleza que inteligencia. Nuevamente vemos aquí la sinonimia de esos

términos y cómo cada uno incluye a los demás – cada uno refleja a los otros.

Dado que Mente todo lo sabe y es la única inteligencia, deducimos que la

falsificación de Mente, mente mortal y sus medios de inteligencia en la materia, en

el cerebro, son meras creencias falsas que eventualmente deben dar lugar a la

inteligencia divina. Las revelaciones de la Ciencia de la Mente están probando

que la inteligencia en la materia es meramente una falsa creencia, tal y como si la

tierra pudiera ser plana.


Debemos rendirnos a la Mente al confrontar algo que jamás hemos hecho

con anterioridad y de lo cual nada entendemos, comprendiendo que Mente sabe, y

que Mente es nuestra Mente. Con la tal llamada mente humana nada podemos

hacer, por lo que debemos permanecer con Mente hasta que Mente comience a

manifestarse a sí misma emanando ideas. Estas ideas nos llegan y forman una

nueva visión en nosotros, nueva aprehensión, nueva percepción y comprensión; y

comenzamos a descubrir algo nuevo. De esta manera la verdadera inteligencia

trabaja en nosotros como nosotros.

Debemos salir de la creencia falsa de falta de inteligencia, sabiendo que

tenemos a la Mente única, y que esta única Mente imparte toda la información; nos

da todas las ideas que necesitamos cuando verdaderamente confiamos en ella; nos

da nuevos modelos de pensamiento acerca del mundo; nos muestra todo bajo una

nueva luz, la cual no puede igualar el intelecto humano.

Nada es Creado

Cuando decimos que Mente es inteligencia, ¿cómo encaja esto con las otras

ideas que hemos trabajado hasta ahora? Por ejemplo, ¿qué hay sobre ‘creador’?

El hombre en la calle no pensaría que inteligencia y creador son la misma cosa,

aunque la Sra. Eddy las puso en la misma categoría.

En el sistema divino de referencia, es decir, en la realidad, sólo aquello que

es inteligente es verdaderamente creativo; así, cuando razonamos en el sistema de

referencia humano, vemos – o imaginamos que vemos – un montón de cosas que

carecen de sentido alguno, como siendo creadas. Por otro lado, cuando razonamos

en lo divino, vemos que el creador solo puede crear la inteligencia, puesto que solo

hay un creador, un creador inteligente, la Mente que todo lo sabe, la cual es nuestra

Mente real. En realidad, nada es creado, tal y como en las matemáticas, nada es


creado. 2 x 2 = 4 siempre ha sido. La armonía de la música no fue creada,

siempre ha sido.

Esto nos muestra nuevamente que estamos aprendiendo a hablar otro

lenguaje. Utilizamos los mismos términos que se usan en el lenguaje ordinario

pero dichos términos significan algo más para nosotros. Si el estudiante del Libro

de Texto no está alerta a este hecho, entonces el Libro no le redituará gran cosa.

El hecho importante en el presente estudio, es ver por qué una cualidad

como creador, es sinónima de inteligencia. ¿Por qué inteligencia es lo mismo

que creador? Esto debe hacerse claro a nuestra conciencia espiritual porque sólo

entonces obtendremos el verdadero espíritu de los siete sinónimos.

¿Podemos tener inteligencia sin actividad creadora? Inteligencia, siendo la

cualidad primaria y eterna de la Mente infinita, sabe todo, y puede ver cómo se

vincula todo junto. Esto es siempre algo creativo – ser capaz de estructurar todo,

siempre es algo creativo.

¿Qué podría ser inteligencia, si no fuera aquello que pudiera producir algo

nuevo? Un loro puede aprender algunas palabras. Puede aprender las palabras

que tenemos en nuestra lista, pero ¿podría comprenderlas lo suficiente para

producir algo nuevo? El loro no sabe cómo encajan estos términos. Sin

inteligencia no hay habilidad creativa innata. El loro podría trinar sonidos unidos,

pero solo sería ruido, una mera repetición de términos. Inteligencia significa estar

viendo la relación interna de lo que sabemos, y esto siempre es creativo. Significa

descubrir, y también inspiración novedosa.

Para programar una computadora necesitamos un programa. Pero, ¿quién

ensambla el programa? Para esto requerimos las cualidades de: ver todo, saber

todo; necesitamos una visión global que capte todos los ángulos de un golpe, de un

vistazo. Mente capta todo, pero adicionalmente a captar todo, necesitamos

inteligencia, o tendremos meramente una visión global en la cual las cosas no


necesariamente encajarán armoniosamente. La inteligencia verá toda la

interrelación, y la comprenderá.

Mente es el programador que construye el programa. Tenemos Mente como

aquello que concibe, como aquello que tiene una imagen en Mente; para ser el

programador, Mente requiere de inteligencia y de habilidad creadora. Así es como

podemos ver la idea. El programador incluye por completo, dentro de sí mismo,

algunas de estas ideas de Mente o no sería el programador. De nuevo estamos

viendo cómo todas estas ideas se combinan unas con otras para construir el gran

tono de Mente.

Mente de Cristo

La Mente de Cristo es una característica de Mente la cual se basa en las

Escrituras y se introduce al principio del Libro de Texto. De hecho, la Sra. Eddy

usa ‘Mente de Cristo’ en el Prefacio de Ciencia y Salud. Tenemos esa Mente que

fue también la Mente de Cristo Jesús – esa Mente de Dios, que conduce, guía,

influencia correctamente.

Tenemos la misma Mente que tiene Dios; por tanto, tenemos la habilidad de

leer la Mente. Con esta Mente divina podemos leer la realidad. ¿Qué significa

leer la Mente? Significa Mente, leyéndose a sí misma, sabiéndose a sí misma.

¿Qué sabe Mente acerca de sí misma? Mente sabe y conoce a todas las ideas de

Mente, y también a las ideas de Espíritu, de Alma, Principio, Vida, Verdad y

Amor.

Así podemos ver que leer la Mente encaja con la idea de todo lo sabe. Es

prácticamente lo mismo, solo que leer la Mente es específico. Con la Mente que

todo lo sabe podemos decir: “Mente sabe todo”; pero la lectura de la Mente

significa que Mente, como el programador, puede percibir las ideas específicas de

Mente. Mente, con la lectura de Mente puede leer ideas específicas de alguna


situación. Mente como el programador, es Mente como el analizador. El

analizador extrae de la infinitud de ideas exactamente aquéllas que se adaptan a la

situación particular. Esto es lo que quiere decir, lectura de la Mente.

Lectura de la Mente Mortal y

Lectura de la Mente Divina

¿Qué quiere decir “lectura de la mente” mortal? Se refiere a leer la mente

humana. En el mundo, esta lectura está considerada como una “gran facultad”

porque el promedio de las personas, no sabe leer la mente – no son capaces de leer

la mente, en tanto que el llamado “lector de la mente” pretende leer con facilidad

lo que sucede en la mente de otro, y decirle: “Estás pensando esto y lo otro”. Pero

esto, aún si fuese cierto, carece de utilidad. ¿Para qué sirve conocer los

pensamientos erróneos de la mente mortal?

¿Cómo podemos leer el error en determinada situación – por ejemplo, el

error que hace que un paciente esté enfermo? Desde luego que no por medio de la

“lectura de la mente” mortal. Lo que se requiere es la lectura de la Mente divina.

En la lectura de la Mente divina tenemos solo nuestra Mente verdadera sabiendo

las ideas verdaderas – ideas que son de la naturaleza de Verdad cuando se

consideran en relación al error. Las ideas de Mente se vuelven ideas de Verdad al

relacionarse para descubrir el error. Esto significa que leemos el error vía lectura

de la Mente e ideas divinas, en tanto que en la “lectura de la mente” mortal se lee

directamente el error, es decir, por medio del pensamiento incorrecto.

Necesitamos ser capaces de leer la Mente divina de tal forma como para

detectar el error en el pensamiento del paciente – el error que está causando el

problema o enfermedad. Necesitamos descubrir al error específico, y solo

podemos descubrirlo por medio de la Verdad, no por medio de la lectura de la

mente mortal. Por lo tanto, por medio de la lectura de la Mente divina conocemos


la verdad acerca del paciente (Mente como Verdad), y dicha verdad descubre, por

la ley de los opuestos, el error específico.

Cómo se Descubre el Error

Resumiendo: En la lectura de la Mente divina, la Mente divina solo sabe de

ideas, ideas que son verdad acerca de toda falsa creencia; por lo tanto, la Mente

divina, conociendo la verdad sobre dicha situación, descubre el error específico a

través de la ley de los opuestos.

¿Actúa toda ciencia de la misma manera? ¿Acaso no es esto lo que

hacemos en música y matemáticas? La verdad que conocemos acerca de un tema

es la que, por medio de la ley de los opuestos, descubre el error de cierto tema.

No somos nosotros, nosotros mismos, quienes descubrimos una nota errónea en

música, sino que debido a nuestro sentido cultivado de la música – debido a lo que

conocemos y entendemos que es la música – es que podemos escuchar las notas

discordantes, y así descubrir dichas notas (Mente como Verdad).

Cuando tenemos un sentido cultivado en determinado tema siempre

reaccionamos cuando un tono no encaja, cuando algo no está correcto. Es lo

mismo con el ser divino. Es debido a nuestra comprensión sobre el tema, que

estamos protegidos de creer en algún error, si es que alguno apareciera. Así que,

¿qué es lo que descubre? Lo que descubre es la comprensión de la Verdad.

Cuando tenemos la misma Mente que Dios tiene, la Mente de Cristo,

entonces poseemos la habilidad de leer la Mente, la habilidad de leer la Mente

inmortal que puede leer la verdad y ver la belleza de las ideas divinas, la

coherencia de las ideas divinas. Vemos cómo es que cooperan esas ideas, cómo se

combinan y cómo se complementan unas con otras, así como cómo es que son

calculadas y computadas.


Jesús podía sentir cuando la mente mortal estaba operando y luego corregirla

y sanarla. De la misma manera, cuando estamos sintonizados con la Mente divina,

también nosotros podemos detectar el error que está tratando de actuar, y excluirlo

reconociendo que solo la Mente divina es causativa, es productora, es la que

influencia, es la que se manifiesta a sí misma; sólo la Mente divina posee poder e

inteligencia. Siendo uno con esta Mente divina, nos capacita a descubrir y

exponer el plan de la mente mortal. Sabiendo esto, permanecemos con la Mente

divina y abandonamos la mente mortal en razón de su irrealidad, su falsedad, su

naturaleza ilusoria, reconociendo que es solo mera sugestión hipnótica.

Facultades

Echemos ahora un vistazo a un grupo diferente de ideas, comenzando con

“facultades” como idea de Mente. Las facultades son inherentes a la inteligencia.

Si Mente es inteligencia, por consiguiente, Mente, siendo todo conocimiento,

posee todas las facultades. Intuitivamente también tiene sentido el que las

facultades de Mente, que tienen que ver con la visión, el oído, el sentido, el habla,

espirituales, sean infinitas.

Por supuesto que, como Científicos, debemos preguntar: “¿Por qué pudo

aplicar la Sra. Eddy ‘facultades’ como una idea que caracteriza a Mente?” Decir

que la Sra. Eddy estaba inspirada por Dios, no es suficiente. Si su autoridad se

derivaba de que la Mente divina le hablara, entonces, la conexión entre ideas debe

ser divinamente lógica, y debemos ser capaces de comprender por qué ‘facultades’

y Mente, se vinculan.

Estamos construyendo un sistema completo y una Ciencia sobre la

revelación que la Sra. Eddy dice que le vino de Dios. Como Científicos Cristianos

aceptamos este hecho, y podemos edificar sobre él, pero mucha gente no lo

aceptará, así que debemos hallar otras pruebas, otras razones, para mostrar que lo


que estamos estudiando aquí es la propia naturaleza del Ser. Si podemos mostrar

que esto es innato en el Ser mismo, y con ello podemos probarlo desde el Ser

mismo, ponemos la autoridad de las declaraciones de la Sra. Eddy nuevamente en

Dios, en el Ser supremo, y con ello tendremos una autoridad aún mayor.

Por medio del principio de sinonimia podemos probar que en el Ser tenemos

la autoridad para lo que la Sra. Eddy ha escrito. Demostrar que “facultades” se

vincula con las otras ideas de Mente, probará que “facultades” tiene que ser una

cualidad de Mente. Viendo esta prueba en el Ser, nos da un impacto aún mayor.

También nosotros deseamos encontrar una autoridad mayor, es decir, la del

Ser, desde el cual la Sra. Eddy tomó todo. Si podemos demostrar que lo que

significa facultades tiene algo que ver con las otras cualidades que hemos

encontrado para Mente, entonces sabremos que – aún si la Sra. Eddy no lo hubiera

dicho así – “facultades” pertenece a Mente, a la naturaleza de Mente.

¿Qué está Implícito en ‘Facultades’?

¿Qué es lo que está implícito en “facultades”? ¿Qué atributos necesita

Mente si es que Mente ha de tener todas las facultades? Facultad significa la

habilidad de hacer algo eficientemente, expertamente, con maestría y con

autoridad; por ello facultad debe contar con inteligencia y con saber cómo

embeberse de su significado. También debe implicar acción. Ciertamente

requerirá de capacidad y poder. También de conocimiento e inteligencia, o su

facultad no sería facultad. Necesitará las características de comprensión,

aprehensión; debe tener suficiente conocimiento en sí misma, y contar con un

sentido creativo tras ella. Sin estas cualidades no obtendremos el significado de

facultad.

Todos estos son los términos que tenemos bajo Mente, y nos dan la

autoridad para listar facultad como una cualidad de Mente.


Reclama las Facultades de Mente

Siendo Científicos Cristianos debemos reclamar para nosotros mismos todas

las facultades de Mente, pero, ¿qué tan seguido decimos: “No puedo hacerlo” o

“No sé cómo hacerlo”? En la medida en que pensemos que no podemos hacerlo,

etc., no estamos practicando las enseñanzas de la Christian Science. No estamos

poniendo en práctica el hecho de que tenemos la Mente de Dios que posee toda la

inteligencia, todo el poder y comprensión, y por ello, que poseemos todas las

facultades de Mente.

Debemos abrirnos a nosotros mismos a la Mente divina, o de otra manera

cerraremos nuestra habilidad de imaginar todo cuanto está en la Mente divina.

Todo lo que la Mente divina posee en forma de facultades, lo tenemos, puesto que

la Mente divina es nuestro estado de conciencia presente. En realidad, no hay otra

conciencia. Por ello tenemos todas las facultades de comprensión, toda habilidad

innata para actuar y hacer – tenemos las facultades espirituales de vista, oído,

sentido, comprensión. Mente sostiene las grandes capacidades humanas,

facultades de la Mente, que no pueden perderse. Estas facultades de Mente son

infinitas y siempre presentes. Por tanto, podemos hacer cuanto sea correcto hacer

para nosotros – poseemos poder soberano para pensar y actuar correctamente.

Debemos liberarnos a nosotros mismos de todo razonamiento humano y comenzar

a computar divinamente, teniendo el cálculo divino e infinito como nuestro estado

natural de ser.

Las facultades de Mente son ideas de Mente las cuales se transforman a sí

mismas al plano humano; ¡y si nos pidieran hacer algo en el plano humano,

podemos hacerlo!


¿Qué es lo que está Ocurriendo en el Ser?

Volvámonos silenciosamente al interior y preguntemos: “¿Qué es lo que está

ocurriendo en el Ser?” El Ser responde: “Lo único que está ocurriendo es

Mente”. ¿Qué significa eso? Significa que Mente, el Ser, es el único creador, el

creador único que crea, que produce, que procrea, que hace todo, porque Mente es

el productor creativo, el poder creativo. Dado que es el creador, es la causa única.

No existe causa aparte de Mente, por lo que nada ocurre en un modo creativo

excepto la Mente divina. Mente está produciendo; Mente está procreando; Mente

está formando, configurando, modelando todo de acuerdo a las formaciones

inteligentes de Mente – aquello que Mente tiene como idea, como imagen, en

Mente.

¿Qué está creando Mente? Mente está creando ideas. Estas ideas son las

manifestaciones de la Mente única. Mente manifiesta sus propias ideas con poder

y fuerza. Como manifiesta sus ideas con poder, tenemos esa enorme sensación de

que Mente es la acción única, que todo es decretado por la Mente divina, que tras

cada acción está la sosegada acción de Mente, quien tiene todas las facultades y

habilidades.

De esta Mente única emanan todas las ideas, y es la única influencia en el

mundo. Jamás estamos bajo otra influencia, puesto que lo único que hay es la

influencia de la Mente divina la cual nos influencia con sus ideas. Estas ideas

siempre son buenas. Por lo tanto, nosotros sentimos que estamos en un campo

infinito de ideas, y nada sino ideas es lo que está ocurriendo.

Estas ideas poseen facultades infinitas. Debido a que Mente posee esas

facultades, nosotros tenemos esas facultades. Tan solo necesitamos volvernos a la

Mente única, porque tenemos la Mente que es Dios; es nuestra Mente actual.


Guía

A continuación, consideremos “guía”, como un término característico de

Mente. Relacionado con “guía” tenemos términos como conducir, encausar,

dirigir, trazar. Dirigidos por el tono, todos estos términos dicen la misma cosa.

Finalmente llegamos a prescindir de los términos, debido a que comprendemos que

todos están diciendo la misma cosa y tenemos justo ese sentido de que Mente guía.

¿Por qué debería Mente guiar? ¿Por qué no guían Espíritu o Alma?

Si comenzamos por la idea de “guía” en sí misma, inmediatamente vemos

que “guía” requiere de inteligencia ya que debe tener un objetivo a la vista.

“Guía” debe tener un objetivo apuntando hacia delante, por lo tanto, su inteligencia

debe ser canalizada hacia cierta dirección. También requiere de poder porque nos

fuerza a avanzar; no nos deja en libertad para elegir si queremos o no ser guiados.

Así, la idea de “guiar” nos lleva de regreso a Mente.

Si, por otro lado, comenzamos con la idea de que Mente guía, entonces esto

significaría que verdaderamente Mente guía, y requiere de poder y acción.

También necesita iluminación, porque debe mostrarnos el camino; requiere de

visión y de objetivo. El objetivo orientado es quien da la causalidad del objetivo.

Nuevamente vemos aquí que para que Mente guíe, necesita prácticamente de todas

las otras ideas que caracterizan a Mente y que ya hemos considerado hasta este

momento. Posteriormente veremos que cada idea debe reflejar todas las demás

ideas para que sea idea.

La Guía nos Conduce al Objetivo: el Amor

Hemos hablado de meta, de objetivo. La meta, como posteriormente

veremos, es el Amor. “Guía” describe esa Mente, la cual desde el principio tiene

un objetivo, el Amor. Mente, por lo tanto, es ese poder inicial que conducirá al

pensamiento en forma ordenada hacia el objetivo. El posterior desarrollo


sistemático ya no es más Mente, sino que la iniciativa, el impulso, la concepción,

eso es Mente. Mente tiene una concepción infinita y primaria de lo que quiere

hacer. La inteligencia de Mente sabe lo que quiere hacer y por esta razón debe

tener una concepción primaria. Es Mente quien dice: “Yo quiero hacer esto y esto

otro”, y así declara el objetivo. El objetivo en sí mismo, en tanto sea alcanzado, es

Amor, pero Mente, al principio, es lo que declara la idea y la trae a acción.

Mente guía, conduce, encausa, dirige. Así tenemos el tono de que la

inteligencia de Mente, la sabiduría de la Mente que todo lo sabe, que todo lo

comprende, es el único poder que puede guiarnos correctamente. La inteligencia

de la Mente única conoce el qué, el dónde, el cuándo y el cómo quiere alcanzar su

propósito cuando se manifieste a sí misma. Mente, al manifestarse a sí misma,

está guiándonos constante y correctamente. Mente delinea lo que debe hacerse

para alcanzar su objetivo. Siendo una con la conciencia de la causa única, de la

conducción, de la dirección total, de la guía de Mente, elimina cualquier

posibilidad de accidentes, porque Mente sabe su objetivo y designio, así como

cómo llegar al objetivo que tiene a la vista, de la forma más directa.

Infalible

“A todo lo que es desemejante a la Mente infalible y eterna, esa Mente dice:

‘Ciertamente morirás.’” (C & S 277: 2 – 4) La Ciencia está gobernada por la Mente

infalible que destruye la hipotética sociedad de la materia con la mente. En el

nivel humano Mente corrige todo error porque conoce todo, comprende todo y es

impecable. En tal atmósfera, los errores no pueden vivir, por lo que la infalible

guía de la Mente divina corrige los errores de la mente humana. La Mente divina

es una ley correctiva, un poder correctivo, una acción correctiva, una guía e

influencia correctivas.


Si permanecemos tranquilos dentro de nosotros y construimos la tonalidad

para Mente, se hará cargo de todos los posibles errores que pudiéramos cometer.

Mente es la acción preventiva, así como la acción correctiva. Sólo tenemos que

dejar que la Mente divina se haga cargo de la situación. Para nada necesitamos

intervenir humanamente, a menos que la Mente divina nos dirija a hacer algo. La

Mente divina conoce cómo corregir la situación, y la corregirá si acaso nos

comportamos con voluntad humana, planeando humanamente, y con deseos

humanos escondidos. La Mente divina, que no sólo es moral sino espiritual, tiene

un plan mucho mayor, dado que ve todas las posibilidades en un instante, de ahí

que debemos dejar a la Mente divina corregir la situación y no interferir con

nuestro sentido de honestidad e integridad moral – todo aquello que la mente

humana piensa que está bien. Permitamos a Mente que rectifique y remedie la

situación a la manera de Mente. Mente se auto–sostiene, se auto–mantiene, y

definitivamente sabe lo que hay que hacer.

Esto no quiere decir que debemos permanecer apáticos ante alguna

situación, y simplemente decir: “Bien, Mente lo hará”. Debemos tener una

conciencia constante del poder directivo de Mente. Debemos ver que el universo

entero está dentro de la atmósfera de la Mente divina; nada sucede en el universo

sino la toda poderosa acción de la Mente única que es legal, inteligente, siempre

conduciendo y guiando rectamente, y enmendará las cosas justo a la manera que

Mente quiere que se haga.

Voluntad

Debido a que Mente desea corregir y enderezar todo problema, todas las

dificultades y errores, es que llegamos a la voluntad de Mente. La única voluntad

es la voluntad de la Mente divina, la cual corrige la voluntad humana. Trabaja

sobre nosotros hasta que podemos orar: “No mi voluntad, sino la Tuya”, y dejemos


verdaderamente que la voluntad de la Mente divina sea la que trabaje y tome su

curso. Es la voluntad de Mente sostener al hombre en su estado perfecto. Mente

no puede tener otra voluntad que preservar cada idea intacta, armoniosa, saludable

y completa. Solo debemos sacar al ego del camino y permitir que las actividades

de Mente prosigan en su inimitable manera. Mente es incomparable en su

ingenuidad, y sus soluciones desafían la imaginación. Mente fluye por toda la

situación y alcanza su meta.

La voluntad está embebida en Mente. No solamente estamos afirmando que

la voluntad está dentro de Mente; vemos que está ahí porque el término “voluntad”

incluye dentro de sí mismo otras de las ideas para Mente, y es por esto, que

pertenece a Mente. En tanto que simplemente digamos: “La voluntad pertenece a

Mente; es una cualidad de Mente”, hacemos una afirmación sin razonamiento.

Debemos saber el por qué; debemos comprender el por qué.

Solo podemos comprender por qué “voluntad” es una cualidad de Mente,

viendo que “voluntad” implica poder, acción, mandato, autoridad creativa,

influencia, y todas esas ideas que corresponden a Mente. Voluntad requiere de

poder, porque voluntad sin poder no es voluntad; es nada. Tenemos

determinación en la voluntad, determinación para hacer; tenemos incentiva e

impulso, impulso creativo. La voluntad normalmente tiene una idea. Está

decidida a manifestar algo y tiene la voluntad de manifestarlo. Debe tener dentro

de sí misma el poder creativo, la acción creativa. Razonando así, por medio del

principio de sinonimia, podemos probar que “voluntad” es una cualidad de Mente

y no de Espíritu o de Alma, o de alguno de los otros sinónimos.

Mandato

La voluntad de Mente es el mandato de Mente. El mandato de Mente dice:

“Yo soy el poder de Mente y esto es lo que voy a hacer; esta es la manera como lo


haré”. Mente tiene dentro de sí misma todo el poder y está determinada a hacer

algo, conciente de que tiene la acción par llevarlo a cabo. Mente tiene el poder, la

guía, y por tanto puede ejecutar su voluntad. La voluntad divina es la proyección

de la ley, la ley divina, el mandato divino. El mandato creativo de Dios nos

rescata de creer en una mente falsa.

Recordemos que en este estudio estamos tratando con Mente como sujeto.

Esto significa que, si Mente “crea”, entonces “crea” es una cualidad de Mente.

Pero cuando decimos que “Mente crea esto y aquello”, por ejemplo: “Mente crea al

hombre y al universo”, entonces ‘hombre y el universo’ se convierten en el objeto

de Mente, y no tienen nada que ver con el establecimiento de la cualidad de Mente.

Cuando analicemos el texto del Libro preguntemos: “¿Por medio de cuáles

cualidades está calificado el sujeto de la oración? ¿Cómo está Mente calificada?”

y no: “¿Cuál es el objeto de la oración?” Debemos cuidar de no confundir el

sujeto con el objeto. El objeto no califica al sujeto.

Dado que el plan del Amor debe ser cumplido, tenemos la voluntad de

Mente operando como el mandato de Mente. Las ideas de Mente, obedientes al

mandato de Mente, son productivas, activas, poderosas, inteligentes e influyentes.

Trabajan infaliblemente y aspiran al objetivo de Mente, el cual es Amor. La Sra.

Eddy dice que el desarrollo es el mandato de Mente, nuestra Mente; y que Mente,

por medio de su mandato, faculta y acrecienta al hombre. El hombre no tiene

oportunidad alguna de no obedecer al mandato de Mente, el cual lo conduce, guía e

infaliblemente lo encausa hasta que vea la omnipresencia de su perfección

presente.


Ley

Esto nos conduce a ley como otra de las características de Mente. ¿Por qué

“ley” está relacionada con Mente? ¿Por qué no es una de las características de

Principio?

Para comprender esto debiéramos preguntar: “¿Qué necesita la ley para ser

ley?”

Ley sería imposible sin causa, sin poder, acción, dirección, influencia,

facultades, inteligencia. Una ley que no incorpore estas cualidades no es ley.

Para que una ley sea ley, debe sobrentender que existe una causa, y que esta causa

crea y produce algo. Al crear un efecto debe actuar, y al estar actuando de

acuerdo a una finalidad y designio definidos, debe ser inteligente y no ciega.

Actuando inteligentemente, esta ley encausa y guía. En este término, “ley”,

nuevamente reunimos las ideas principales que hemos visto que pertenecen a

Mente. Es otro buen ejemplo de cómo todas estas ideas engranan juntas

íntimamente cuando se examinan de cerca.

Hemos visto que “ley”, para ser “ley”, debe poseer poder, inteligencia, y la

autoridad para reforzarse a sí misma. Esto demuestra por qué “ley” es Mente y no

Principio. Tenemos “ley” en Mente para poder tener “gobierno” en Principio.

Dentro de Mente, vemos que una ley es solo ley cuando se aprueba a sí

misma, cuando tiene dentro de sí el poder de expresarse a sí misma. Una ley de

Mente es infalible dado que proviene de la Mente infalible. Ley es inteligencia

porque conoce lo que quiere hacer. “Orden”, el cual como veremos en el siguiente

capítulo, caracteriza a Espíritu, no demostraría la naturaleza interna de ley. Sin

embargo, “orden” muestra de qué manera “ley” se expresa a sí misma, y así

Espíritu, en el siguiente nivel, lleva a “ley” un paso más adelante.

“Ley” es algo que guía desde la causa. Como hemos estado viendo, una

gran cantidad de ideas están involucradas con este pequeño término “ley”. Este


término ofrece un buen ejemplo de por qué tenemos que aprender sin especular.

No podemos especular; no podemos decir: “Bueno, ‘ley’ tiene que ver con

gobernar, o con emitir una orden, o con gobierno, porque los gobiernos gobiernan

por medio de ley, etc.” Esta falta de método correcto conduce al desierto.

Debemos adherirnos a la naturaleza interna de un término y mirar cuáles

cualidades son las necesarias para que un término sea ese término, y no ningún otro

más.

Como vimos en nuestro análisis de “mandato”, siempre necesitamos

preguntar: “¿Qué califica al sujeto?” El objeto es aquello que está fuera del

sujeto: Mente es la ley de la salud; Mente es la ley de gobierno; Mente es la ley de

todo ser; Mente es la ley del orden; Mente es la ley de identidad. El objeto está

fuera del sujeto. Estamos investigando a Mente como el sujeto y no como lo que

produce a un objeto o en conexión con un objeto.

Considerando ley hemos visto que sin poder no hay ley, sin acción no hay

ley, sin causa no hay ley, porque la ley es la causa del efecto. “...toda causalidad

es Mente, obrando por medio de la ley espiritual.” (C & S 417: 13 – 14) Mente opera

como la ley de la causa y el efecto perfectos; así ley es esa fuerza divinamente

inteligente la cual, en inquebrantable continuidad, dirige la causa perfecta

inequívocamente hacia el efecto perfecto.

Control

“Mandato” y “ley” nos conducen a control como una idea que caracteriza a

Mente. Aquí vemos que Mente controla y regula. Pero, ¿por qué? ¿Qué es lo

que “control” tiene que ver con Mente? Comenzaremos diciendo que Mente es

creador. ¿Por qué “creador” y “control” pertenecen a la misma categoría?

Control necesita poder, fuerza, regulación, guía, inteligencia, acción,

comprensión, influencia. En el nivel de conciencia divina, estos términos se


entrelazan unos con otros siendo sinónimos. Control, para ser el control de Mente,

se combina con y refleja la, habilidad creativa de Mente en el lenguaje del Espíritu

– ese lenguaje divino que estamos construyendo, el cual percibimos, sentimos y

oímos. No se trata de un lenguaje de términos, aunque los términos son una

ayuda, sino de un puente, para obtener dicho lenguaje divino.

En el lenguaje espiritual todas las ideas de Mente entran y se combinan unas

con otras, reflejan a las demás, y entonces dan una sensación de control que es

poderosa e infalible, y la cual restringe todas las fuerzas e influencias contrarias.

Aplicando este criterio vemos que “control” no puede ser ejercido sin poder,

sin ley, sin acción. Debe reflejar inteligencia o de lo contrario será control no

inteligente. Para ser control de Mente, debe ser certero, operando siempre para

regular, reflejando así la ley cibernética de la auto-regulación y el auto gobierno.

Mente Gobierna

“Control” nos lleva a “gobierna”, otra de las ideas que caracterizan a Mente.

Debemos notar que posteriormente en nuestra lista, tendremos “gobierno” como

una idea de Principio. Cuando lleguemos a Principio veremos con mayor claridad

por qué Principio se caracteriza por “gobierno”, en tanto que Mente se caracteriza

por “gobierna”.

“Gobierna” significa controla, regula, dirige, influencia, para ejercer poder y

autoridad, para guiar. La Sra. Eddy dice que Mente gobierna todo supremamente,

Mente gobierna al hombre y al universo, gobierna la Ciencia de la Mente. Esto

nos da una sensación vital del poder de Mente para gobernar.

Cuando hablamos de Mente gobernando, nos estamos refiriéndonos al

aspecto de gobierno que tiene que ver con gobierno inteligente, con la inteligencia

que puede gobernar. Enfatizamos aquí inteligencia, conduciendo, guiando,

dirigiendo, controlando, regulando e influenciando, como características de Mente.


Por otro lado, cuando la Sra. Eddy habla de gobierno, presenta el hecho de que

cada detalle de lo que es gobernado está bajo el gobierno, por lo que gobierno es

una idea que caracteriza a Principio, puesto que Principio gobierna todas las ideas

y las unifica en un todo armonioso. ‘Gobierno’ es idea de Principio. En Principio

veremos que todas las ideas se unen en un solo sistema.

Con el gobierno de Principio la relación del gobernante y del gobernado se

manifiesta; pero cuando uno se pregunta: “¿Cuál es esa inteligencia central que

puede conducir a cada parte, cada fase y faceta, en el camino correcto para que

tenga sentido y así todo armonice?” surge la respuesta: “Es el poder gobernante de

Mente”.

Este poder gobernante de Mente se expresa a sí mismo en cada idea,

armonizando con todas las demás. No hay situación o problema fuera del

gobierno de Mente. Hay una sola Mente inteligente y divina gobernando, y ella

conduce, dirige y controla cada parte de nuestro sistema. Cuando el hombre

discierna finalmente esto, sabrá que nada ilegal, accidental o ignorante puede

gobernar; y no hay tal cosa como gobierno fortuito. En el nivel de conciencia

divina, Mente gobierna supremamente.

Mente Sana

La Mente sana. Nuevamente he aquí un término que encaja igualmente bien

bajo otro sinónimo, en este caso Verdad, y de nuevo necesitamos examinar la

diferencia entre las dos aplicaciones, entre Mente sana y Verdad sana.

“Sana” es un término susceptible de múltiples interpretaciones. ¿Por qué

Mente debe sanar? ¿Cuál debiera ser el término absoluto para Mente “sana”? Es

Mente mantiene. ¿Por qué? Porque Mente mantiene de tal forma que nada jamás

necesita ser corregido. Mente mantiene el estatus ideal; mantiene su propia

creación. Así, “Mente sana” sería un sentido transformado de “Mente mantiene”.


“Sana” es un concepto de tal importancia en la Ciencia Cristiana, que

debiéramos ver su relación con Mente. Exactamente, ¿cómo es que “Mente sana”

como sentido transformado de “Mente mantiene”? ¿Por qué la Sra. Eddy no dijo:

“el Espíritu sana” o “el Principio sana”? Mente es lo primero, y Mente es el

creador de todas las ideas; ¿cómo pues es que está relacionada con “curación”?

“Curación” significa sanar una enfermedad. ¿Qué es la enfermedad? Es

mente mortal. La enfermedad es la objetivación de la mente mortal. El tema

fundamental de todo el Libro de Texto es que la mente mortal es la causa, el origen

de toda enfermedad. Desde luego que sólo Mente es la causa verdadera o el

origen verdadero. Por lo tanto, tenemos a la mente mortal como el origen falso, la

mente falsificada; y su aparente efecto, la enfermedad, no es más que sugestión

mental agresiva, sugestión hipnótica. Para resolver un problema negativo – en

este caso el problema de la enfermedad – simplemente sustituyamos la

falsificación, mente mortal, con la verdadera Mente divina. Así tenemos que la

Mente divina debe ser el sanador.

La Mente como Medicina

Debido a que Mente es el sanador, hablamos de la medicina de Mente. ¿Por

qué es Mente la medicina? Porque “cuando el pensamiento se pierde en la

eminencia de la Mente”, como una vez dijera la Sra. Eddy, “la curación toma

lugar”. La medicina es ir a Mente y contemplar a Mente y a su idea. Toda

concepción verdadera es medicina. “Medicina” es concepciones e ideas

verdaderas. Por lo tanto, sanar en ese grado tiene que ver sólo con Mente

conociendo sus propias ideas. Eso es la medicina. Si nos volvemos a Mente y

contemplamos lo que Mente sabe acerca de sí misma – que Mente conoce

solamente ideas – eso es la medicina.


Por lo tanto, en un tratamiento prescribimos la medicina de Mente. Esto

significa que partimos de Mente, vemos qué tiene Mente que decir. Nos

adherimos a Mente y solo contemplamos ideas. Es Mente contemplando las ideas

de Mente, las ideas de Espíritu, las ideas de Alma, las ideas de Principio, de Vida,

de Verdad y de Amor. La enfermedad viene de la mente mortal contemplando sus

propias ilusiones, por lo que la medicina de Mente es permitir que Mente

contemple sus propias ideas.

Si la medicina es Mente, ¿por qué Verdad es el remedio? Una medicina

solamente es remedio cuando la medicina correcta es aplicada. Si un doctor tan

solo sacara de su gaveta cualquier tipo de medicina, ésta podría no ser el remedio.

Será el remedio cuando saque la medicina correcta (las píldoras correctas). La

Verdad es el remedio, porque Verdad significa conocer exactamente la idea

correcta, la idea específica. Y eso es Verdad; eso no es Mente.

Desde aquí podemos ver cuán limitada es todavía Mente. Desde este punto

de nuestro estudio, Mente aún está limitada a un séptimo de todo el caso. Mente

dice: “Yo soy lo primero, la primera idea conceptual del ser; Yo sola soy lo que

crea inicialmente; Yo soy el principio de todo”.

¿Cuál es el Remedio?

El poder, la actividad, inteligencia e influencia de Mente, es la medicina de

Mente; mas cuando preguntamos: “¿Cuál es el remedio?”, entonces la Verdad –

conocer la verdad – se convierte en el punto focal. En el momento que

preguntamos: “¿Cuál verdad? ¿Cuál verdad específica se hace cargo de la

situación?”, es que tenemos curación por la Verdad.

Cada curación por la Verdad requiere de Mente como la medicina, como la

verdadera medicina. Las ideas de Dios son los elementos de curación activos y

operativos. Mente, siendo lo primero y, sobre todo, siendo la única causa y


creador, la única actividad, el único poder, debe ser nuestra única medicina.

Debemos permitir que las ideas de la Mente divina lleguen a nuestra experiencia y

nos usen; entonces comprenderemos que el poder de la Mente divina reemplaza a

todos los demás métodos, y que la medicina de la Ciencia es la Mente divina.

Puesto que jamás tratamos con personas, lugares, cosas, enfermedades,

accidentes, pérdidas o inarmonías de ninguna clase, sino siempre estamos tratando

con la mente mortal, con ilusiones, magnetismo animal o sugestión hipnótica, cada

problema o discordia debe ser conducido primero hacia esta comprensión.

Debemos ver que la medicina para todo, son las ideas divinas de Mente, dado que

la curación por la Mente radica en una comprensión de las ideas de infinito bien de

Dios, de las ideas de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor.

Ante todo, debemos estar convencidos que Mente crea todo perfectamente.

Luego esta convicción actúa en la imperfecta y limitada mente humana, y provoca

que renuncie a sus erradas creencias e ilusiones. Fuerza a la mente mortal a

reconocer a la Mente divina como la única Mente. Así es como comprendemos

nuestra perfección y el pensamiento errado pierde su dominio sobre nosotros.

Mente Salva

En relación con Mente sana, tenemos otro grupo de ideas: Mente salva,

Mente tiene cuidado de, Mente es una ayuda presente, etc. Estas son

transformaciones, dado que por supuesto, Mente jamás necesita ser salvada o

ayudada, pero son diferentes de las transformaciones que utilizamos cuando

consideramos los pensamientos divinos, el divino deseo de conocer a Dios: visión,

iluminación, etc., de los cuales dijimos que eran cualidades en la medida que la

Mente divina llega a nosotros y nos prepara en conciencia como estas mismas

cualidades.


Tenemos una acción intermedia en el caso de Mente sana, cuida de, ayuda,

auxilia, salva. Esto cae entre la idea que caracteriza a Mente y la transformación

de la idea, como visión, iluminación, deseo verdadero de conocer a Dios – porque

con salva, ayuda, cura, cuida, auxilia, Mente viene y hace algo al humano sin

originar ninguna otra cualidad en él. Cualidades como cuida, salva y ayuda, no

cobran vida ni establecen en el humano una cualidad superior, tal como visión,

iluminación o deseo verdadero.

Comenzamos pues a ver la diferencia entre la operación del Verbo (Palabra),

el Cristo y el Cristianismo, los primeros tres elementos del cuádruplo cálculo

dimensional, el cual presentamos brevemente en el Capítulo I. En tanto estemos

investigando los sinónimos, estamos en el elemento del Verbo. Cuando llegamos

a Mente sana, auxilia, salva y ayuda, estamos tocando la Mente del Cristo.

Después, para el nivel del Cristianismo, tenemos Mente ilumina, da sabiduría,

nueva visión, nuevo discernimiento.

¿Por qué es que Mente sana, salva, cuida de, auxilia, ayuda? ¿Por qué no es

Espíritu o alguno de los otros sinónimos? Así como cuando consideramos “Mente

sana” y “curación por la Mente”, nuevamente podríamos decir que quien corrige es

la Mente divina. La Mente divina corrige todo lo que la mente humana hace mal.

Todo cuanto sea de naturaleza discordante – pecado, enfermedad, daño, muerte –

siempre será el efecto de la sugestión hipnótica de la mente mortal. Puesto que a

la Mente divina le corresponde corregir la desarmonía de la mente mortal, es que la

Mente divina actúa sanando, salvando, auxiliando, cuidando del cuerpo, etc.

Mente Mantiene

‘Mente mantiene’, ‘Mente sostiene’ y tal vez podríamos añadir ‘Mente

soporta’. ¿Por qué es que estos términos se encuentran bajo Mente? ¿Por qué no

mejor bajo Espíritu o bajo Vida?


Una aclaración sobre el método: al tratar de determinar a cuál sinónimo

pertenece un término como ‘mantiene’, comencemos con el término en sí y no con

el sinónimo, en este caso, con Mente. Comencemos con el tono de mantiene,

sostiene, soporta. ¿Qué significan? ¿Qué clase de sentimiento tenemos cuando

sentimos que algo es mantenido o sostenido? ¿Tenemos una sensación de poder?

Mantener algo en su estado presente, en su estado perfecto, requiere de una

sensación de poder. Una sensación activa de control, de acción, de que Mente está

siempre alerta, conciente, avivada, despierta, nunca desprevenida ni por un

segundo. Mente mantiene aquello que ha creado.

Así es como debiéramos razonar: “¿Qué implica el término “mantiene”?

¿Qué quiere decir eso de que Mente, Dios, mantiene?” Luego debiéramos obtener

un sentimiento de lo que implica ‘mantiene.’ Nos percatamos de que, para

mantener, la Mente debe estar alerta, despierta; debe ser inteligente, debe tener

poder y habilidad, debe ser infalible en su acción. De esta manera es como

hallamos que para ‘mantener adecuadamente,’ el término ‘mantiene’ implica todas

las ideas que hemos listado bajo Mente. Entonces es que sabremos que Mente es

quien mantiene. Esta forma de razonar nos muestra que decir: ’Mente mantiene’

debe ser la última y no la primera oración en nuestro razonamiento.

Mente es Infinita

Mente es infinita, y aquí debemos ser cuidadosos, porque este término

también caracteriza a Alma.

La cualidad ilimitada de Mente se da por medio de términos como: infinita,

inescrutable, insondable. ‘Infinita’ es una característica de Mente muestra que

Mente tiene que ser conocimiento infinito, inteligencia infinita, habilidad creativa

infinita, acción infinita, poder, capacidad e influencia, infinitas, etc. Mente

infinita incluye todo; está dentro y fuera de todo.


Podemos ver que ‘infinito’ es un término (entre otros muchos en el Libro de

Texto) en donde debemos utilizar el juicio para decidir a qué clase de ‘infinitud’ se

refiere en sus declaraciones. Si la declaración habla de sustancia infinita, eso

podría corresponder a Espíritu o a Vida. En Alma podríamos tener, las

capacidades infinitas de Alma. La Verdad es infinita, en tanto que el error es

finito, nada. La Sra. Eddy habla de las glorias infinitas de la Vida y el Amor

incorpóreos.

Mente, de igual manera, siempre es infinita con referencia a las cualidades

que estudiamos bajo Mente, pero en general el término ‘infinito’ no implica

únicamente las cualidades de Mente, y por ello “infinito’ no es realmente típico de

Mente. Viendo el sinónimo Vida, por ejemplo, tenemos ‘Vida infinita’, mas no

‘inteligencia infinita’.

‘Inescrutable’, por otro lado, es típicamente Mente. ¿Por qué? Porque

‘inescrutable’ tiene que ver con ‘saber’. Jamás nos referimos a ‘sustancia

inescrutable’ o a ‘Vida inescrutable’. ‘Inescrutable’ tiene más bien que ver con

‘saber’, por lo que ‘inescrutable’ se refiere típicamente a la infinitud de Mente.

“La Mente insondable está expresada.” (C & S 520: 2) ‘Insondable’ también tiene que

ver con: saber, descubrir, tener conocimiento de. Tales términos se agrupan en un

sentido cualificado de infinitud, la infinitud del conocimiento, y debido a que

‘conocer’ es una idea de Mente, insondable e inescrutable son términos que

claramente corresponden a Mente, en tanto que ‘infinita’ probablemente

corresponde tanto a Alma como a Mente.

Todo–en–todo

Ya que Mente es el creador ilimitado de todas las ideas, Mente es aquello

que inicialmente establece el reino completo del ser, el reino de las ideas que

carecen de reino fuera de sí mismas, y por lo tanto Mente es Todo-en-todo. Todo-


en-todo es la cúspide de Mente. Esta definición dice: “Yo soy Todo,” además de

“Yo soy Todo-en-todo”. Esto significa que Mente es Todo como un Todo

infinito, pero también implica que Mente es todo, Mente es toda la manifestación

de todo. Todo es Mente infinitamente manifestada. El ‘Todo’ está en todo. Es

el Todo de todas las cualidades, de todas las situaciones, de todas las

oportunidades, de todas las facultades, etc. Obtengamos el tono de Mente como

Todo-en-todo.

Cuando lleguemos a Espíritu le daremos a ‘Todo-en-todo’ otro toque,

porque ahí se convierte en lo único.

La Mente Única

En la Ciencia, la Sra. Eddy dice: “La Mente es una e incluye noúmeno y

fenómenos,” (C & S 114: 6 – 7) y esta Mente mora en el reino de la Mente. De esta

Mente única proceden ideas infinitas, cualidades, atributos e identidades, dado que

Mente es el Alma de todo. Pero estas identidades no constituyen entidades

separadas; ellas reflejan los aspectos infinitos y variados de la Mente única y

creativa que es Todo-en-todo. Cada uno de nosotros posee esa Mente única que

es Dios, y esta es la razón de por qué Mente es Todo-en-todo, en cada uno de

nosotros y en cada situación. “El reino de Dios está dentro de vosotros.” – Jesús (Luc. 17: 21)

En la medida en que vamos convenciéndonos de que hay una sola Mente nos

liberamos a nosotros mismos de la sugestión hipnótica del sueño de Adán de mente

en la materia, y nos retrasladamos a nosotros mismos hacia nuestro verdadero ser,

la Mente única que es Todo-en-todo.


Cualidades Transformadas

Antes de que concluyamos nuestro examen de los términos que caracterizan

a Mente, regresemos brevemente a aquellas cualidades que hemos tocado y a las

cuales hemos llamado ‘cualidades transformadas de Mente’. ¿Por qué son

cualidades transformadas, y qué significa eso?

La Sra. Eddy siempre enseñaba el objetivo – la realidad – y la forma de

alcanzarlo. Ella no sólo enseñaba el objetivo, no sólo la realidad. Si hubiera

enseñado sólo la realidad como tal, hubiera tenido que escribir el Libro de Texto

exclusivamente sobre Ciencia divina y no sobre Ciencia Cristiana. Lo escribió en

ambos sentidos, es decir, sobre la realidad – lo que es la realidad – y también sobre

cómo alcanzar la realidad. Ella tuvo que transformar la realidad hasta el nivel del

pensamiento humano, el nivel humano, para que desde el nivel humano – en el

cual estamos antes de ser iluminados – podamos construir un puente hacia la una y

única realidad que hay.

Un tipo de metafísica mística no mostrará el camino. Los místicos podrían

mostrar la realidad y por tanto ser capaces de escribir libros maravillosos. Ellos

muestran la unicidad del ser, la totalidad del ser; no hay nada incompleto en la

totalidad del ser, por lo que esto es como estar en la novena nube.

El Libro está Lleno de Exposiciones del Camino

La religión Cristiana, fundamentalmente es Cristiana; tiene un efecto

redentor. Jesús dijo: “Yo soy el camino.” (Juan 14: 6) La religión Cristiana muestra

el camino, el método. Jesús deseaba mostrar el camino para que el humano

pudiera ser despertado al punto donde lo humano acepta lo divino. Esta es la

razón por la cual el Libro de Texto de la Sra. Eddy está lleno de exposiciones sobre

cómo hallar el camino. Nos muestra cómo lo divino se transforma a sí mismo en


lo humano, y cómo lo humano tiene un enfoque de lo divino, y esta es la razón por

la que el Libro de Texto es el “Consolador” prometido por Jesús.

El Libro de Texto comienza con la Oración. Bueno, Dios no ora. El

capítulo de la Oración, y el capítulo de Reconciliación y Eucaristía, así como el de

Matrimonio – los tres primeros capítulos – todos comienzan con el lector,

comienzan en el nivel del lector, en su ignorancia, en su imperfección. A ese

estado de pensamiento la Sra. Eddy le dice: “Te estoy mostrando el camino, el

mejor camino para hallar la realidad, para encontrar tu verdadera identidad, tu

verdadera unicidad con el ser.” Este es el “Consolador” profetizado por Jesús.

Al estudiar los sinónimos, pasamos a través de muchas afirmaciones en las

que podemos sentir que la Sra. Eddy no dice nada acerca de los citados sinónimos.

Podríamos, por ejemplo, no ver alguna cualidad presentada caracterizando a

Mente. Pero muchas de estas declaraciones mostrarán cualidades que

necesitamos poseer, que nos capacitarán para ser uno con Mente. Estas

afirmaciones muestran las cualidades transformadas de Mente como un

movimiento humano, de manera que lo divino, así como lo humano se demuestre –

para que la divinidad de la humanidad sea evidente, demostrando que lo divino es

lo humano.

La Sra. Eddy nos muestra que esto es lo que construye el puente hacia

nuestra unicidad con Mente. Al principio el Libro no dice mucho acerca de Mente

sino tan solo sobre cuáles cualidades son necesarias o se requieren de nosotros para

acercarnos a Mente, para ser uno con Mente – cualidades que necesitamos para

alcanzar a Mente. A través de todo el capítulo de Oración ella presenta el cómo

acercarnos a las cualidades de Mente.

Muchas de dichas cualidades que tenemos en nuestra lista para Mente, por lo

tanto, no son verdaderas ideas que cualifiquen a Mente, y aún así tienen algo que

ver con Mente; aunque sí son características de Mente porque son


transformaciones de Mente. Por ejemplo, la Sra. Eddy dice que ella tuvo que ser

‘una discípula dispuesta’. Podemos escuchar el tono de esta afirmación; ser una

discípula dispuesta, es una cualidad que se requiere. Mente no es discípulo;

Mente no es ‘dispuesto’; Mente es el deseo, la voluntad. De esta manera sentimos

que dichas cualidades tienen que ver con Mente sobre la base de cómo aparecen,

en lo humano. ¿Estamos dispuestos? ¿Estamos dispuestos a abandonar la

voluntad humana? ¿Estamos dispuestos a investigar, dispuestos a ser discípulos,

dispuestos a aprender, dispuestos a estudiar, dispuestos a razonar? Todo esto es

Mente, ¿cierto? Mente tiene que ver con inteligencia, con razón.

La Sra. Eddy muestra dichas cualidades una y otra vez, demostrando cómo

lo divino es reflejado como cualidades humanas, las cuales están abriendo el

camino a lo divino. Esta es la razón por la cual debemos prestar atención a tales

cualidades. Somos Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor, pero la

primera muerte, el nacimiento humano, nos ha engañado frente a nuestros

propios ojos; por eso debemos trabajar, trabajar, trabajar, velar y orar para

aprender lo que en realidad somos, antes que el sueño de vida en la materia nos

alcanzara. En el jardín de Getsemaní, Jesús oró: “Ahora pues, Padre, glorifícame

tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.” (Juan

17: 5)

Veamos otro ejemplo. La Sra. Eddy dice que ella estuvo esperando toda su

vida por la Mente de Cristo. ¿Qué es eso de ‘esperando’? Bien, sabemos que

Mente no espera – ‘esperando’ no es una idea – pero la actitud de esperar dentro de

nosotros es una actitud que es receptiva a la comprensión de lo que Mente es. Es

esa actitud constante la que dice: “Sé que nada sé, pero estoy dispuesta a

aprender”. Es la actitud que Jesús exhortó a tener, al decir: “Bienaventurados los

pobres en espíritu.” (Mat. 5: 3) La actitud correcta – la de esperar, – edifica dentro de


nosotros aquellas cualidades que debemos cultivar constantemente para poder estar

en una posición tal de ser tocados por la Mente única.

Podemos ver que todas esas cualidades transformadas se relacionan con “Yo

no sé, pero quiero aprender. Sé que nada sé, pero deseo buscar.” Estas

cualidades transformadas se refieren por completo al discípulo dispuesto que

espera por la Mente de Cristo. Debemos ser estudiantes; uno que piensa

correctamente, que investiga correctamente, uno que anhela que Mente moldee sus

deseos. Los deseos son el anhelo de saber, por lo que desear es una cualidad

positiva, aunque aún una cualidad humana. Es una cualidad necesaria

asegurándonos que la Mente divina puede venir a nosotros, haciéndonos receptivos

a esa Mente divina.

El pensamiento debe estar en afinidad con la Mente divina. Esto tiene

nuevamente un sentido de Mente porque ‘estar en afinidad’ significa estar

familiarizado con algo, saber algo. De inmediato nos damos cuenta que tiene que

ver con Mente, más que con Espíritu, o con Alma, o con Vida.

La Sra. Eddy dice que tenemos que comulgar con Mente. ¿Qué quiere decir

‘comulgar’? Significa estar en afinidad, estar familiarizado con Mente. De

nuevo significa estudiar, investigar, estar en un estado de receptividad. Tenemos

que investigar la Ciencia de la Mente. Todos estos términos humanos tienen el

mismo tono de Mente, no cambian demasiado.

La espiritualización del pensamiento es nuevamente la aceptación de la

Mente de Cristo; significa permitir que entre la luz de Mente. También es estar

diciendo: “Yo no sé, pero voy a permitir que entre la luz de Mente”. Esto nos

muestra el toque de la Mente.


Volvamos Regularmente Hacia Todas las Referencias

Al final de este capítulo hay una lista con todas las referencias de Ciencia y

Salud relacionadas con Mente. Debiéramos retomarlas frecuentemente al menos

una vez al año, y durante este proceso habrá que observar estas cualidades

humanas que deben ser cultivadas. De esta manera nuestro estudio comenzará a

clasificar cosas. Comenzará a estructurar nuestro tono para Mente, y a mostrar

aquellas cualidades que son una transformación de las ideas para Mente, ideas que

son transformadas para el fenómeno humano, pero que siguen siendo Mente. Es

sólo cuestión del nivel desde el cual se miren; es sólo cuestión del plano desde

cuya dimensión se vean. Estudiar dichos términos en forma regular nos trae una

comprensión mayor de lo que verdaderamente somos. 1

Como estudiantes, como aprendices, podemos ver que Mente es toda la

habilidad y la disposición para estudiar, para investigar, para indagar, para estar

abiertos. No son ideas ni para Espíritu ni para Alma. Cuando lleguemos a

Espíritu encontraremos cualidades muy diferentes, necesarias en lo humano, para

estar receptivos a Espíritu. Lo mismo aplica para Alma, Principio, Vida, Verdad y

Amor. La apertura a cada sinónimo requiere de diferentes cualidades, pero estar

abierto a cada uno es vital, porque hay que recordar siempre que, en la primera

edición de Ciencia y Salud, la Sra. Eddy nos dice en repetidas ocasiones que somos

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor.

No debiéramos mezclar las cualidades humanas que nos abren hacia Mente,

con las cualidades que caracterizan a Mente, aunque sí debiéramos ver que se

relacionan con Mente. Por ejemplo, nos dicen que si no buscamos no hallaremos.

1La carta No. 12 del Instituto Mary Baker Eddy describe cómo, utilizando una edición en español de

Ciencia y Salud, la autora de esta obra marcó todas las referencias para Mente, y con lo que Mente trata. Utilizando otros seis ejemplares también en español, hizo lo mismo para con los demás sinónimos. Si usted desea una copia de estos libros conteniendo las páginas seleccionadas de C&S utilice la forma adjunta al final del libro. Se exhorta a los estudiantes a solicitar esta maravillosa ayuda para su estudio, o a recopilar las suyas propias.


Si estudiamos el sinónimo Mente sin un pensamiento inquisitivo, no se nos

revelará nada. Si no estudiamos, si no permitimos que nuestro pensamiento sea

modelado por la Mente divina, jamás hallaremos nuestra unicidad con ella, jamás

comprenderemos que esa Mente divina es nuestra Mente, nuestra única Mente.

Por lo tanto, veamos el gran valor e importancia prácticos de estas cualidades,

aunque no sean ideas de Mente en sí mismas.

Falsificaciones de Mente

Otro grupo importante de términos relacionado con Mente, pero que

tampoco son ideas para Mente en sí mismas, son las falsificaciones de Mente. Al

final de la lista alfabética de los términos correspondientes a Mente, dados al

principio de este capítulo, el lector encontrará una lista de estos términos

‘negativos’ los cuales son opuestos a mente y a los atributos de Mente.

Es muy importante estar familiarizado con la lista de esos términos

negativos porque lo negativo o falsificación siempre nos mostrará la idea positiva o

verdadera que debemos utilizar para compensar lo negativo. Y, por el contrario,

las falsificaciones nos conducen a la verdad. Si conocemos lo negativo, esto nos

proporciona una forma más sencilla de conocer el hecho acerca de lo negativo, es

decir, su nada. Investiguemos lo negativo para manejar el error por medio de los

hechos del caso, los hechos espirituales.

Naturalmente que cada idea que hemos identificado con Mente tiene su

contraparte, por lo que hay tantas falsificaciones como ideas. Si tenemos la idea

de acción, debemos conocer su falsificación como inacción, acción equivocada,

acción irritada, apatía, etc. Si contemplamos las falsificaciones de las múltiples

ideas de los sinónimos, obtendremos innumerables falsificaciones, porque existen

docenas de falsificaciones para cada idea que hayamos estudiado. Sin embargo, la

simple falsificación de los sinónimos en sí misma es generalmente bastante


suficiente para el análisis del texto del Libro en su estudio inicial. En nuestro

estudio, por lo tanto, debemos estar interesados principalmente con las

falsificaciones de los sinónimos en sí mismas, y no demasiado con aquéllas que se

relacionan con las ideas que caracterizan a dichos sinónimos.

Mente Mortal

Un negativo fundamental de Mente divina es mente mortal, porque mente

mortal es precisamente lo opuesto de Mente divina. Otras falsificaciones que

utiliza la Sra. Eddy en conexión con Mente son ignorancia, ilusión, mente humana,

mente carnal, mente negativa, mente de uno mismo, muchas mentes, magnetismo

animal, mesmerismo, hipnotismo, etc.

Visto de cerca, vemos a la mente mortal tras todo lo anterior. La mente

mortal es la ignorancia y es la fuente de todas las ilusiones y de todo cuanto es

opuesto a la Mente divina. La mente mortal implica algo falso, irreal; implica

aquello que no tiene verdadera existencia, sino que es sugestión hipnótica, y tan

solo parece existir.

Mente es la raíz, la base, el noúmeno (origen) de todas las ideas de Mente;

las de ideas de Mente, de nuestra verdadera Mente, son el fenómeno de Mente o la

manera como Mente se expresa a sí misma. Como dijimos, el noúmeno, Mente,

también tiene su falsificación – en este caso la mente mortal – y la expresión de

cada una de las ideas tiene su falsificación, pero la falsificación del noúmeno es lo

más importante porque desde ella pueden deducirse todas las otras falsificaciones

de la mencionada expresión.

Magnetismo Animal

El magnetismo animal es el noúmeno de la falsificación de Mente, porque el

magnetismo animal es la creencia de que la mente está en la materia y que esa


mente puede ser tanto buena como mala. El magnetismo animal es la creencia

de que hay sensación en la materia. Es el nombre para la actividad del error.

Los pensamientos malos son efecto, no causa; no es el pensamiento errado lo

que da al magnetismo animal su tal llamado poder. La naturaleza animal maligna,

es el ‘corazón’ malo. Es la naturaleza sensual y carnal, lo no espiritual, los instintos

brutos, la serpiente mítica, lo que empuja la pretensión de pecado “con la rutilante

audacia de una lógica diabólica y sinuosa.” (Un. 54: 27)

La única manera como podemos liberarnos a nosotros mismos del

magnetismo animal es por medio de “la renuncia a todo lo que constituye el

llamado hombre material, y el reconocimiento y realización de (nuestra) identidad

espiritual” (Esc. Misc. 185: 8 – 10) Podemos cambiar nuestros pensamientos a voluntad.

Podemos pensar algo determinado un minuto y al siguiente algo completamente

diferente. Pero cambiar nuestra disposición es otra cosa, y no es tan fácil; aquí

no estamos tratando con el pensamiento o con el magnetismo mental, sino con el

magnetismo animal. Esta es la razón del por qué la metafísica común, la cual

opera en el reino mental, puede ser saboteada por la sensualidad, por la animalidad.

La Ciencia del Espíritu, sin embargo, no puede ser saboteada porque la Ciencia en

contradicción con la metafísica, procede de Dios, no de los hombres ni de sus

pensamientos. Por esta razón el magnetismo animal pierde su supuesto poder en

proporción a que renunciamos a nuestro ego y pensamos, sentamos y actuamos

desde el YO SOY, desde el YO SOY el que SOY.

Materia

Comúnmente consideramos a la materia como la falsificación de Mente,

pero nuevamente hemos de ser cautelosos, porque Mary Baker Eddy se refiere a la

materia como la falsificación de ambos, tanto de Mente como de Espíritu. Cuando

la Sra. Eddy habla de material substancial, se refiere a la materia como la


falsificación de Espíritu, pero cuando usa materia como el sentido objetivo de la

mente mortal, entonces ella la utiliza como la falsificación de Mente.

Cuando lleguemos a Espíritu encontraremos que nuestras grandes

falsificaciones serán ‘materia’ y ‘carne’, así que en el momento en que la Sra.

Eddy trata con materia como carne, utiliza materia como la falsificación de

Espíritu. También utiliza materia como la falsificación de Espíritu cuando expone

a la materia como la única falsificación de la realidad, de la pureza, del

entendimiento, de la sustancia verdadera.

Por otro lado, cuando habla de la pretensión de la materia como inteligencia

en la materia, o de la habilidad de la materia para hacer algo, o de la pretensión de

que la materia tenga poder, de que la materia sea auto-sostenida, de que las

sensaciones en la materia puedan crear la progenie humana, puedan reproducir

al hombre, o que la materia tenga ley dentro de sí misma, pretendiendo actuar

legalmente – todas estas pretensiones son falsificaciones de Mente. En estos

casos, ella está utilizando materia como la falsificación de Mente.

Tenemos que utilizar el sentido espiritual para determinar cuándo es que

materia es una falsificación de Mente, y cuándo lo es de Espíritu. El lenguaje es

inadecuado para expresar las ideas espirituales, así que tenemos que utilizar el

sentido espiritual para discernir el significado verdadero. En el libro de texto

veremos declaraciones tales como: “la enfermedad, el pecado y la muerte no

pertenecen a la Mente divina”, pero esto no indica que el pecado, la enfermedad y

la muerte sean falsificaciones de Mente. Si yo digo: “Este carro no me pertenece”,

el carro no sería una falsificación de mí mismo. Si algo no pertenece a la

divinidad o a la realidad, eso no lo hace una falsificación de los sinónimos con los

cuales tiene que usarse. El pecado, como bien sabemos, es una falsificación de

Alma; muerte lo es de Vida; enfermedad lo es de Verdad. Cuando lleguemos a

Vida se mostrará cómo Vida vence a la muerte, pero eso no quiere decir que Vida


venza al pecado. Tiene que ser el hecho acerca de algo lo que venza la creencia

falsa, y Alma es el hecho acerca de la falsa creencia de pecado.

Pecado, enfermedad y muerte no pertenecen a la Mente divina, ni son las

falsificaciones de ella. Pertenecen a la mente mortal y es la mente mortal la que

es la falsificación de la Mente divina. Vemos negativos tales como mente

humana, mente errada, mente carnal, mente negativa, mente migratoria, mente de

uno, muchas mentes, mente teorética. Estas diversas mentes nos recuerdan que

debemos sintonizarnos con el sistema espiritual de razonamiento que comienza con

la Mente divina y que posee todas las ideas por sí sola.

La mente humana quisiera decir: “Tengo las cualidades de la Mente divina;

tengo inteligencia; tengo habilidades creativas; tengo las facultades de la mente,

puedo corregir algo.” La mente humana usurpa las prerrogativas de la Mente

divina – lo que la Mente divina es y hace. Debemos velar, por tanto, para que

continuamente arranquemos desde la Mente divina.

Sería maravilloso si pudiera siempre mantenerse el tono de la Mente divina

tal y como el músico mantiene el tono de su música. Un músico jamás se desvía,

jamás diverge. Un músico puede escuchar un tono erróneo, pero él por sí mismo

tiene el tono correcto, así que suplanta inmediatamente el tono equivocado con el

correcto; sustituye la nota falsa con la nota verdadera. Un artista se adhiere a su

punto de vista artístico. También nosotros debiéramos ir resueltamente a lo largo

del día manteniéndonos en el punto de vista de los sinónimos sin recaer

continuamente en el marco falso de referencia.

Conocer lo Correcto

Corrige lo Incorrecto

En la medida en que seamos uno con los siete sinónimos, dejaremos de

escuchar las sugestiones de la mente mortal; ya no las percibiremos. Nos


convertiremos en matemáticos espirituales, sustituyendo instantáneamente un

cálculo erróneo con el cálculo correcto. Esto se dará en automático.

¿Por qué la lectura de Mente descubre los trucos de la mente mortal? Como

vimos anteriormente, esto es así por medio de la ley de los opuestos, tal y como un

matemático descubre y corrige los cálculos erróneos con los cálculos correctos.

Dado que el matemático conoce lo que es correcto en las matemáticas, puede

detectar lo que es falso. Es la comprensión armoniosa lo que expone y trae a la

luz lo que es inarmónico. Solamente la armonía puede desenmascarar lo

inarmónico; nada más lo puede hacer. Alguien que jamás ha conocido la armonía

no está en posibilidad de descubrir lo opuesto. Cuanto más conozcamos sobre la

concordia, tanto más podremos detectar y corregir la discordia. No es que la

Mente divina conozca la discordia, sino que nosotros, habiendo cultivando dentro

de nosotros mismos la Mente divina, podremos detectar la aparente discordia.

Cuando detectemos el error deberemos estar satisfechos porque la única razón por

la cual pudimos detectarlo fue porque conocimos la verdad. Si conocemos la

verdad acerca del error habremos comenzado a corregirlo, puesto que “el error,

cuando se descubre, queda destruido en sus dos terceras partes, y el tercio restante

se aniquila a sí mismo.” (Esc. Misc. 210: 5 – 7)

Cualquier cosa que se fundamente a sí misma en la creencia de que hay

inteligencia en la materia es magnetismo animal. Todo lo que se basa a sí mismo

en la mente humana o en las técnicas de la mente humana es magnetismo animal.

Cuando se nos confronte con esos “ismos” mentales, preguntemos siempre: “¿Cuál

es la causa? ¿Es Mente divina la causa o la mente humana?”. Sólo lo que está

basado en lo espiritual, en la Mente divina, es verdadero, real, eterno.

Reconocemos que “la ignorancia” es la falsificación de inteligencia, “las drogas”

son la falsificación de la medicina de Mente, “el cerebro” nuevamente es la

falsificación de la inteligencia de Mente, y “los nervios” son la falsificación de la


información, de la verdadera influencia, puesto que se cree que los mensajes son

transmitidos por medio de los nervios. Por ello, el tratamiento de los nervios debe

manejarse por el conocimiento de la omnipresencia de la Mente única, que es

tranquila. Lo mismo con “la fatiga”; porque también la fatiga es la falsificación

de la tranquila Mente única.

Lo más consistentes que permanezcamos con estas ideas de Mente, lo más

fácil que podremos construir la tonalidad para Mente. El secreto es hacerlo una y

otra vez, tal y como el músico que ejercita a diario sus dedos. Él no insiste en que

como ya los ha ejercitado tres veces, será suficiente para todo un año. En forma

similar, para poder construir la tonalidad se debe ir una y otra vez sobre estas ideas

desde el principio.

Nuestro análisis de los términos que caracterizan a Mente comenzaron con

‘creador’, pero no tiene que ser exclusivamente así. Podríamos haber comenzado

con cualquier otro término. Por ejemplo, pudimos haber comenzado con ‘se

manifiesta a sí misma’, en cuyo caso hubiéramos razonado que para que se

manifestara a sí misma, Mente requeriría de poder; luego, para que se manifestara

por medio de poder, necesitaría acción; por lo tanto, requeriría de ley.

Posteriormente veríamos que para que se manifestara a sí misma, debería tener una

causa, y así sucesivamente.

Hace cincuenta y cinco años era desconocido cómo estructurar las ideas.

Sólo en los años recientes es que hemos visto cómo es que podemos hacerlo. En

la medida en que comprendamos más espiritualmente el Libro de Texto, en esa

medida estaremos estructurando nuestra conciencia, y Mente llegará a ser un

concepto más estructurado. Hasta aquí sólo hemos estado construyendo el tono

general para Mente sin estructura en sí mismo, a pesar de que tratamos de poner

alguna lógica en ello conforme avanzamos, viendo las combinaciones y la


dirección de una idea hacia la siguiente – viendo cómo hay una demanda de unas

por otras, cómo cada una funciona con las otras.

Conforme avancemos en la Ciencia, en nuestro proceso de aprendizaje,

obtendremos un sentido estructurado, y gradualmente la belleza de los sinónimos

aparecerá enfocada, más la edificación tanto del concepto como de la tonalidad,

constituye los primeros pasos.

Posteriormente podremos tomar los sinónimos por medio de su cuádruplo

cálculo de: el Verbo, el Cristo, el Cristianismo y la Ciencia, en sus cuatro niveles –

Ciencia, Ciencia divina, Ciencia Cristiana absoluta, y Ciencia Cristiana, y veremos

por ejemplo que un sinónimo como Mente tiene un valor diferente en cada lugar

del diagrama. Del mismo modo podremos considerar la estructura de cada una de

estas ideas, y cada una hallará su lugar de referencia.

Referencias de Ciencia y Salud

Al final de este capítulo contamos con la lista de todas las referencias de

Ciencia y Salud acerca de Mente. Algunas de estas referencias fueron anotadas al

comienzo de este capítulo en la lista de lo que Mente es, hace, trata con y cómo se

interpreta Mente a sí misma. Antes de continuar, el lector tal vez quisiera revisar

la lista. Entonces, para refinar nuestra comprensión de Mente, echemos un vistazo

ahora a algunas de las referencias más difíciles de Mente.

Comenzaremos con las referencias que utilizan “poder” con otros sinónimos

aparte de Mente, mostrando a Mente combinada con los otros sinónimos. (Nota:

debido a estas combinaciones, algunas de nuestras discusiones caerán sobre

términos que caracterizan a algunos de los sinónimos que aún no hemos estudiado.

Los estudiantes quizá debieran regresar a esta sección luego de leer los capítulos

relacionados con los otros sinónimos).


“El Cristo, la Verdad, fue demostrado por medio de Jesús para probar el

poder del Espíritu sobre la carne...” (C & S 316: 8 –10) Para poder comprender por qué

‘poder’ es utilizado con Espíritu en esta declaración, en lugar de con Mente,

necesitamos preguntar: “¿Cuál es la proposición principal en esta oración? ¿Es

acaso ‘Espíritu sobre la carne’? ¿O es ‘el poder’?”

La proposición principal aquí es “Espíritu sobre la carne”; esa es la clave de

la oración; esto es lo que debemos recordar. Debemos leer el libro no solo como

simples palabras, sino como asuntos definidos, como temas establecidos.

Deberemos ser capaces de distinguir cuál es la oración, en su afirmación

jerárquica. Distingamos cuál es la principal jerarquía del tema, cuál es la segunda,

cuál la tercera.

En esta afirmación la principal jerarquía del tema es ‘Espíritu sobre la

carne’. La secundaria es la idea de que para que el Espíritu venza a la carne, debe

tener poder para hacerlo. Aquí ‘poder’ es lo secundario; no es lo principal.

Siempre el tema principal regula el uso del sinónimo.

La afirmación contesta la pregunta: “¿Qué puedo hacer para vencer la

carne?” Aquí es cuando vemos la necesidad de conocer las falsificaciones. El

hecho acerca de la carne (como veremos en el siguiente capítulo) es Espíritu, por

lo que es ‘el poder’ del Espíritu lo que se necesita para vencer la carne. También

podríamos tener la ‘ley’ del Espíritu para vencer la carne, o la ‘autoridad’ del

Espíritu. El término secundario no es crítico; podría ser lo indestructible de

Espíritu, la eternidad de Espíritu. La interpretación principal es ‘carne contra

Espíritu’, y eso regula el uso del sinónimo. Una comprensión correcta de los

sinónimos nos da la primera pista para la interpretación científica, en contraste con

la interpretación por inspiración o la interpretación mística. El Texto en sí dicta la

interpretación del propio texto.


“Las tres grandes verdades del Espíritu: la omnipotencia, la omnipresencia y

la omnisciencia – el Espíritu poseyendo todo el poder, llenando todo el espacio,

constituyendo toda la Ciencia...” (C & S 109: 33 – 3) En relación con este punto de la

afirmación podríamos preguntarnos qué hay tras el telón para que se trate de

Mente. ‘Poder’ está usado con Espíritu. ¿Por qué?

En este caso el tema principal es lo que está fuera del telón. El tema

principal es que las tres grandes verdades del Espíritu “contradicen por siempre la

creencia de que la materia pueda ser real.” (C & S 110: 3 – 5) Preguntemos siempre:

“¿Cuál es la propuesta principal?” Aquí tenemos ‘las verdades del Espíritu’ en

contra de ‘la realidad de la materia’, así que, tras el telón, Mary Baker Eddy tiene

que usar Espíritu; no puede volver a Mente. Ella está afirmando que el Espíritu y

no la materia, es la realidad, y como subtono, nos dice que el Espíritu tiene todo el

poder, llena todo el espacio y constituye toda la Ciencia.

Si lo que estuviera tras el telón fuera el tema principal, y la Sra. Eddy

estuviera preguntando: “¿Qué es aquello que posee todo el poder? ¿Qué es

aquello que llena todo el espacio?” tendríamos que responder “Mente”, mas aquí

esa no es la proposición principal. Su propuesta principal es: “He aquí las

verdades del Espíritu; ¿qué es lo que contradicen?” Y la respuesta tendría que ser:

“Contradicen la creencia de que la materia pueda ser real”.

Podemos ver que una oración como esta no puede ser interpretada al azar, o

como sentimos que debiera ser, o como nos llegue la inspiración. Debemos

depender de la estructura del tema que nos dice cuál es la proposición principal y

cuál es la secundaria. En la medida en que avancemos en el Libro de Texto,

encontraremos muchas afirmaciones en donde sólo se utilizan las características

intrínsecas de un sinónimo. Normalmente los sinónimos están en combinación, tal

y como en: “el Espíritu poseyendo todo el poder”, y eso es lo que lo hace difícil a


primera vista, hasta que nos demos cuenta que podemos afirmar mentalmente: “el

Espíritu poseyendo todo el poder de Mente”.

Cuáles son las tres Grandes Verdades

Observemos que en la declaración que estamos considerando, la Sra. Eddy

también explica lo que son las tres grandes verdades. “Omnipotencia,

omnipresencia y omnisciencia” son lo que caracteriza al Verbo, al Cristo y al

Cristianismo. Estos términos se encuentran en la categoría de la operación de

Dios, la cual es diferente de la categoría de la naturaleza de Dios. Cuando

analicemos lo que significa el Verbo, lo analizaremos tal y como analizaremos los

siete sinónimos, es decir, por medio de sus cualidades. Así, en esta afirmación

tenemos categorías posteriores entremezcladas. Esa es la razón por la que en la

primera lectura tan sólo pudimos adquirir una aproximación.

Consideremos ahora: “En nuestra época el cristianismo está demostrando de

nuevo el poder del Principio divino, como lo hizo hace más de mil novecientos

años, sanando a los enfermos y triunfando sobre la muerte.” (C & S 232: 17 – 20)

La pregunta que necesitamos hacer aquí es: “¿Qué es lo que tiene la facultad

de demostrar?” Mente no puede demostrar. Es la naturaleza del Principio el

demostrarse a sí mismo, probarse a sí mismo (aunque bajo ciertas circunstancias

también obtenemos demostración por medio de Verdad). Sin embargo, para

demostrar algo necesitamos de ‘poder’, así que tenemos “el poder del Principio

divino.” (“Divino” es una cualidad típica del Cristo, que describe al Cristo)

Renunciemos a lo que Aprendimos en la Iglesia

- la Vieja Teología

Debemos tomar Ciencia y Salud como un libro de texto, y aprender de él

como lo haríamos de un libro de texto. A menudo las personas con una larga


experiencia en la iglesia construyen sus propias conclusiones; actúan de acuerdo a

su propia inspiración y mezclan de todo porque desconocen las categorías.

Debemos estar dispuestos a abandonar todo lo que hayamos aprendido de la vieja

teología, y debemos tener la humildad de la primera Bienaventuranza para decir:

“Sé que nada sé, pero acepto como correcto lo que me dice el Libro de Texto.”

No deberemos interpolar en el texto las cosas que hayamos aprendido como

asistentes de iglesia, porque esto sólo traería concepciones humanas, nublaría y

distorsionaría nuestro Texto maravillosamente puro y limpio.

En la cita que estamos considerando, Mary Baker Eddy podría haber dicho

que, en nuestra era, el cristianismo está demostrando nuevamente el “sistema” o la

“Ciencia” o la “naturaleza” del Principio divino, la Ciencia del ser. ¿Por qué en su

lugar utilizó ella “poder”? Cuando leemos la oración en su contexto nos damos

cuenta que antes de llegar a esto, la autora nos estaba diciendo: “Las Escrituras nos

informan que ‘todas las cosas son posibles para Dios’, que todo lo bueno es posible

para el Espíritu” (C & S 232: 10 – 12). Esto nos da el sentido de ‘poder’, por medio de la

pregunta implícita: “¿Por qué es esto posible?” Y la Sra. Eddy continúa, diciendo

que es posible debido a que el Principio divino tiene poder.

Este ejemplo nos muestra que cuando extraemos una sola oración, la

separamos considerablemente de su contexto completo. Una vez que conozcamos

los términos y pongamos todo dentro del contexto, se convertirá en una música

hermosa, como la de una sinfonía. Pero aprendemos la música espiritual tal y

como los aprendices comienzan a interpretar una sinfonía de Beethoven.

Debemos adquirir nuestros derechos fundamentales, y después podremos

progresar. Sin adquirir primero nuestros derechos fundamentales, jamás

tendremos cimientos sólidos. Debemos estar dispuestos a ejercitar nuestros dedos,

y obtener la pureza de esos siete sinónimos. A medida que estudiemos, veremos

la razón para ello.


El Poder de la Verdad – Otra Combinación

Ciencia y Salud dice (111: 13 - 15) “...la práctica de la metafísica divina es la

utilización del poder de la Verdad sobre el error; sus reglas demuestran su

Ciencia”.

¿Es la Verdad intrínsicamente poder? No, Mente lo es. Entonces, ¿por qué

se usa Verdad y no Mente aquí? Considerémoslo. ¿Cuál es la proposición

principal? La Verdad sobre el error. ¿Qué puede anular al error? La Verdad.

Esa es la proposición principal. Vayamos más adelante. ¿Cómo vence la Verdad

al error? ¿Por medio de qué? Por medio del uso del poder.

Podríamos decir que ‘la práctica de la metafísica divina es la utilización de

la Verdad sobre el error’. Mary Baker Eddy precisamente se explayó en esto y

dijo que ‘la Verdad tiene poder sobre la base de que Verdad es Mente,’ porque

recordemos, un sinónimo es solamente sinónimo cuando se combina con otro

sinónimo. Verdad jamás podría ser Verdad sin Mente, Espíritu, Alma, Principio,

Vida o Amor. Esto es el principio de la sinonimia.

El conocer nuestros sinónimos nos da el conocimiento para cómo leer el

Libro. Lo que tenemos en esta cita es una combinación, una mezcla. Si

combinamos ‘poder’ con otro sinónimo, obtenemos una combinación, pero no

estamos autorizados para hacer tales combinaciones al azar. El sujeto aquí es ‘el

error’; este sujeto determina cuál sinónimo se utiliza – Verdad.

La Falsificación (error) Regula el uso de un Sinónimo


En la medida en que avancemos en nuestro estudio, la evidencia espiritual

que estamos obteniendo comenzará a detectar cuál sinónimo encajaría y cuál no.

Por ejemplo, ‘sentido material’ es el opuesto común de Alma, pero puede ser

utilizado como el opuesto de Espíritu, como cuando ‘Espíritu vence al sentido

material’.

Cuando el Libro de Texto combina “poder” con un sinónimo, la elección de

dicho sinónimo depende – en la mayoría de los casos – del sentido falsificado

(error) que esté siendo considerado. Es por ello que la falsificación (error) es la

que regula la elección de los sinónimos. Hemos visto que, si hablamos acerca del

‘poder de la carne,’ ‘carne’ demanda ‘Espíritu,’ así que ‘Espíritu’ es lo principal y

‘poder’ lo secundario.

Resolviendo los Problemas Humanos

La Sra. Eddy no escribió su libro desde el punto de vista de los sinónimos.

Eso hubiera requerido un libro de texto sobre Ciencia divina. Su inquietud

principal fue cómo resolver los problemas humanos, los problemas negativos

(errores). Esto es Ciencia Cristiana. Para poder hacerlo ella tuvo que poner de

manifiesto todos los problemas negativos (errores) de pecado, enfermedad, muerte,

accidentes, etc. – todos los errores de la mente mortal. Ella obtuvo la tesis de

estos problemas y los abordó por medio de los sinónimos.

Un gran porcentaje de las declaraciones del Libro de Texto se refieren al

nivel de la Ciencia Cristiana, el cual se encarga de los problemas humanos. El

mismo título de los capítulos así lo indica. “Oración” tiene que ver obviamente

con lo humano. El Uno omnipotente, omnipresente y omnisciente (nuestra

verdadera Mente y ser) no puede tener necesidad alguna de orar. “Reconciliación

y Eucaristía” nos muestra que con los sinónimos podemos corregir y salir del

marco humano de referencia. “Matrimonio” nos muestra cómo practicar lo


contenido en los capítulos I y II. “Ciencia Cristiana En Contraste Con El

Espiritismo” está completamente orientado a cómo resolver el concepto de

espiritismo, de la creencia de que la vida está en la materia. “Magnetismo

Animal” resuelve la cuestión del magnetismo animal, la naturaleza sensual en el

corazón del hombre. Todos estos capítulos se refieren claramente a satisfacer las

necesidades humanas, a despertarnos de la primera muerte, es decir, del

nacimiento humano.

El siguiente capítulo es “La Ciencia, la Teología y la Medicina.” En la

Ciencia, la Sra. Eddy incluye esa tremenda declaración ‘del infinito Uno’, pero

luego tiene que encargarse del sentido errado de las ciencias naturales, el sentido

equivocado de la teología, y finalmente del sentido errado de la medicina.

Sigue “La Fisiología”, tratando nuevamente con la ilusión de la condición

humana. Justo a través de estos primeros siete capítulos, la Sra. Eddy considera

las proposiciones erróneas, las proposiciones materiales, y pregunta: “¿Cómo

puedo manejarlas?” La proposición principal la constituyen las proposiciones

equivocadas (errores), y ella las maneja por medio de los sinónimos,

despertándonos del sueño hipnótico.

En los pasajes examinados, relacionados con “poder”, hemos visto que

cuando la Sra. Eddy habla acerca de la carne, se refiere al poder del Espíritu sobre

la carne. Cuando el caso es la demostración del poder sanador, se refiere al poder

del Principio. Cuando la cuestión es la de la muerte como un poder tan grande

que nada puede resistirla, ella la trata por medio del poder de la Vida.

En el Libro de Texto se dice: “Temer el pecado es comprender mal el poder

del Amor...” (C & S 231: 25 – 26) ¿Por qué no tenemos ‘el poder de Mente’ en este caso?

Porque estamos tratando con ‘temor.’ El acento está en “temer el pecado”, y el

Amor es el remedio.


Ciencia y Salud nos dice: (411: 10 - 14) “Si el Espíritu o el poder del Amor

divino da testimonio de la verdad, éste es el ultimátum, el procedimiento científico,

y la curación es instantánea”. ¿Por qué ‘el poder del Amor divino’? La Sra.

Eddy no está tratando aquí con ‘temor’ y aún así utiliza ‘el poder del Amor

divino;’ ¿por qué?

Lo que está regulando en este caso es un sentido positivo y no uno negativo.

La Sra. Eddy no está diciendo que ‘el Amor sana’, sino que es instantáneo. El

Amor es lo fundamental, y esta cita nos da ese sentido completo y fundamental.

La Verdad siempre es el remedio que sana, el remedio que trae la curación, pero

aquí la curación es precisamente – instantáneamente – realizada, concluida y

perfecta; así que, si pusiéramos Verdad aquí en lugar de Amor, no sonaría cierto.

Ciencia y Salud dice: (224: 30 – 32) “El poder de Dios libera al cautivo. Ningún

poder puede resistir al poder del Amor divino.” El Amor está presentado aquí

como teniendo poder, el poder inicial contra el cual nada puede resistir. ¿Por qué

Amor? ¿Por qué no Mente? ¿Es el Amor el gran liberador?

Aquí tenemos que “nada puede resistir.” Mente es el creador, manifestando

poder, el poder inicial, pero en este caso tenemos el sentido de que no hay otro

poder. Esto nos da un sentido de logro sumo, perfección suma, compleción suma.

Esto es el Todo del Amor.

En el mismo texto tenemos: (302: 35 - 1) “Aún en la Ciencia Cristiana la

reproducción por las ideas individuales del Espíritu no es sino el reflejar del poder

creativo del Principio divino de esas ideas”. Ahora tenemos ‘el poder creativo del

Principio divino.’ ¿Por qué la Sra. Eddy utiliza ‘Principio’ aquí? ¿Por qué habla

del ‘poder creativo del Principio divino?

Porque se trata del “Principio gobernando la reflexión.” Esto está explicado

más adelante (507: 15) en donde dice: “El universo del Espíritu refleja el poder

creador del Principio divino, o la Vida, que reproduce las innumerables


formaciones de la Mente y gobierna la multiplicación de la idea compuesta, el

hombre”. El mismo Principio está tras ambas citas; la palabra “gobierna” regula

el uso del sinónimo, de Principio.

En la referencia de la página 302 vemos que es el Principio quien está a

cargo, gobernando las ideas. En la cita de la página 507, bajo la nota marginal de

“Propagación divina,” obtenemos la multiplicación de tales ideas, aún gobernadas

por el Principio. Mente no gobierna las ideas. Las ideas son gobernadas por su

Principio y no por Mente. En el momento en que tenemos ‘ideas’ y que

preguntamos: “¿Cuál es la autoridad central? tenemos a Principio y no a Mente.

La Mente crea todas las ideas, pero no las gobierna. Cuando luego lleguemos a

“gobierna” veremos que cuando se utiliza “gobierna” con Principio, se utiliza de

manera diferente de como cuando se utiliza con Mente. Cuando tenemos muchas

ideas hallamos que todas están gobernadas por el Uno. ¿Qué es ese Uno? Es el

Principio. Siempre que se esté considerando la relación entre todas las ideas y el

pivote central, será Principio, por lo que en la cita en cuestión tenemos una

combinación de Mente con Principio.

‘Poder’ es Intrínsecamente Mente

Analizando estas referencias sobre poder, surgen algunas preguntas. ¿Cómo

podemos determinar que ‘poder’ es intrínsecamente Mente cuando está usado con

los otros sinónimos? ¿Acaso la Sra. Eddy usa ‘poder’ con Mente en forma

diferente, de manera que no sólo resuelva un opuesto? ¿Utiliza ‘poder’ en forma

tal que realmente define a Mente con ‘poder’?

Sí, así lo hace. Tomemos esa cita (443: 6 – 8) “...la plena confianza en que es la

Mente omnipotente lo que en verdad posee todo el poder”. Aquí la autora

verdaderamente define a Mente como poseyendo todo el poder. No está

rechazando ni rectificando un opuesto tal como mente mortal. Aquí Mente tiene


intrínsecamente todo el poder. Vemos la diferencia de esto en comparación con

las otras referencias estudiadas.

Ciencia y Salud establece: (157: 9 – 11) “La Ciencia Cristiana extermina la droga

y se apoya en la Mente como Principio sanativo, reconociendo que la Mente divina

tiene todo el poder.” Nuevamente la Sra. Eddy nos dice que la Mente tiene todo

el poder. No está utilizando simplemente ese poder de la Mente para vencer a la

mente mortal o al magnetismo animal.

Ella dice: (143: 27) – “La Mente es el creador grandioso, y no puede haber

ningún poder excepto aquel que deriva de la Mente.” Específicamente está

afirmando aquí que el poder es derivado de la Mente. Nunca hallaremos algo

semejante en relación con Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad o Amor.

Les Llevó Años a Doorly y a su Equipo,

Determinar lo que era Intrínsecamente el Sinónimo

Hay algunas cuantas referencias que definen a Mente por medio de ‘poder’,

y por eso tenemos autoridad para decir que la cualidad intrínseca de Mente es

poder.

Les llevó años y años a John Doorly, Max Kappeler y a los otros

comprometidos investigadores, determinar lo que era intrínsecamente Mente, y

cuáles eran sus combinaciones. Se preguntaban: “¿Es ‘poder’ intrínsecamente

Mente? ¿Es ‘poder’ intrínsecamente Espíritu? O, ¿es este uso una

combinación?” No lo sabían al principio, pero afirmaciones como las anteriores

apuntaban en ese sentido.

Otra manera que el equipo de Doorly tuvo para determinar si la idea de

‘poder’ correspondía a Mente, fue preguntarse: “¿Qué necesita el poder para ser

poder?” Entonces vieron que tras ‘poder’ está el impulso creativo; necesita de un

creador; necesita de una causa que se exprese a sí misma; necesita acción.


Comenzaron a ver que todos estos términos eran ideas de Mente también. O al

menos lo consideraron como una hipótesis y vieron que todas ellas comenzaban

nuevamente a coincidir, y cuanto más coincidían unas con otras tanto más los

investigadores tenían la autoridad para proclamarlas como ideas de Mente.

‘Ley’ es Intrínsecamente Mente

Un análisis similar puede ser aplicado a “ley”, otro término para Mente, el

cual frecuentemente es usado en combinación con otros de los sinónimos. La

naturaleza intrínseca de Mente es ley; Mente es ley. ¿Cómo lo sabemos?

Veamos. ¿Qué se necesita para tener ley? Necesitamos poder, causa – una causa

que conduzca a algún efecto. Necesitamos acción, una base desde la cual

comenzar. Todo esto es Mente. “Ley” concuerda con estas ideas, y, por tanto,

“ley” también es Mente.

Esta es una conclusión, pero necesitamos más de una conclusión para tener

la prueba total de nuestra hipótesis de que “ley” es Mente, por lo que preguntamos:

“¿Concuerda esta idea de “ley” con las demás ideas del mismo sinónimo? Cuando

se usa con otros sinónimos, ¿es esta idea secundaria más que el tema principal?”

La Sra. Eddy a menudo habla de ‘ley’ en relación a Espíritu, así que veamos más

citas, manteniendo estas preguntas en mente. (C & S 207: 12) “El mal no es supremo; el bien no carece de poder; ni son

primarias las llamadas leyes de la materia y secundaria la ley del Espíritu.” La

pregunta, la principal proposición consignada en esta afirmación, es si las leyes de

la materia son primarias. Dado que es una pregunta sobre la materia, debe ser

respondida por el Espíritu. ¿Son primarias las leyes de la materia – y, por lo tanto,

por deducción, la ley del Espíritu, secundaria? La materia – ilusión, sugestión

hipnótica – debe ser respondida por el Espíritu como predominante, así que aquí la

Sra. Eddy presenta la ley de la materia en contraste con la ley del Espíritu.


(C & S 302: 24) Un caso similar: “...y porque ese hombre real es gobernado por

el Alma y no por los sentidos, por la ley del Espíritu y no por las supuestas leyes de

la materia”. Nuevamente tenemos ‘ley’ (Mente) combinada con Espíritu para

responder la pretensión de la materia. (C & S 183: 20) Dice: “Las leyes de la naturaleza son leyes del Espíritu...”. ¿Por

qué no las leyes de Mente? La naturaleza es Espíritu. La proposición es: “Hay

naturaleza; hay leyes en la naturaleza. ¿Son estas leyes, leyes materiales como los

físicos nos dicen? ¿O son estas leyes de naturaleza espiritual?” Dado que la

pregunta se refiere a la materia en contraste con el Espíritu, la Sra. Eddy no pudo

utilizar el sinónimo ‘Mente’. Es una pregunta sobre la naturaleza, la cual es

Espíritu y no es material, así que ella tiene que responder por medio de las leyes de

Espíritu, y no por medio de las leyes de Mente. (C & S 62: 32) Más complejo; aquí la Sra. Eddy afirma: “El hecho de que los

mortales creen en leyes materiales y rechazan la Ciencia de la Mente no hace que

la materialidad sea lo primero y la ley superior del Alma lo postrero”. Si el tema

es la ley material, Alma controla lo menor; Alma regula sobre lo menor; Alma está

sobre lo menor; Alma jamás está dentro, sino que está fuera; en Alma, el todo, lo

mayor, controla lo menor. Con Alma ya no hay más separación o algo que tratar

con los opuestos, tal y como con Espíritu.

Sólo cuando esta información es innata en la conciencia, es que podemos

leer el capítulo y ver a la vuelta de varias páginas que la Sra. Eddy está hablando

de Alma – y aún así ella pudo no haber mencionado Alma. Cuando somos

capaces de ver esto, el capítulo se descubre. De repente el capítulo se hace claro y

ordenado.

Tenemos que conocer el tema – la presencia de los sinónimos es secundaria.

Es el tema que se trata en un capítulo lo que define de cuáles sinónimos está

hablando ella. Sin buscar estas cosas, el Libro de Texto permanece como un


libro cerrado. La riqueza del Texto sólo surge cuando podemos leer el lenguaje

del Espíritu, el cual no es un lenguaje de palabras.

En la medida en que cultivemos nuestro pensamiento más y más, ya no

estaremos leyendo meras palabras; estaremos leyendo sólo tonos – tonos de los

sinónimos. (C & S 427: 1) Se afirma: “Si es cierto que el hombre vive, ese hecho jamás

puede cambiar en la Ciencia a la creencia contraria de que el hombre muere. La

Vida es la ley del Alma...” En una cita como esta leeremos Vida, Vida, Vida,

Vida. Veremos que el interés principal de Mary Baker Eddy aquí, es acerca de

vivir y de Vida.

“Si es cierto que el hombre vive, ese hecho jamás puede cambiar en la

Ciencia a la creencia contraria de que el hombre muere” – hombre vive, hombre

muere; este es claramente el tono de Vida, y aún así la Sra. Eddy retoma el hilo de

nuevo y dice: “La Vida es la ley del Alma...” ¿Por qué dice ella que ‘la Vida es la

ley del Alma’? Si el tono es Vida, ¿por qué no dice que es ‘la ley de la Vida’?

El Alma es inmutable. ¿Cuál debe ser entonces nuestro razonamiento si

tenemos en la primera oración “jamás puede cambiar”? “Si es cierto que el

hombre vive [escuchamos Vida], ese hecho jamás puede cambiar en la Ciencia

[escuchamos Alma, la cual es inmutable] a la creencia contraria de que el hombre

muere [por lo tanto] la Vida es la ley del Alma [Vida es la ley de inmutabilidad]”.

Estas oraciones cuando se toman fuera del contexto no significan mucho. Si

dejamos fuera la primera oración, y la mitad de la segunda, de manera que se

leyera: “La Vida es la ley del Alma... y el Alma jamás está sin su representante”,

habremos perdido la proposición. Damos respuesta a una proposición que

desconocemos.

La primera oración es la proposición: Vida es Vida. ¿Puede la Vida

cambiar a su opuesto, la muerte? No, es inmutable. Escuchamos Vida y Alma.

Para nosotros, es Vida y Alma. La trasladamos de vuelta hacia los sinónimos,


hacia la tonalidad. Reducimos todas estas palabras en sinónimos, y escuchamos

que Vida es la ley del Alma, porque Vida no puede cambiar. Así vemos que Vida

es Alma. Vida es Vida, y no puede ser cambiada en su opuesto; es inmutable.

Así tenemos Vida y Alma; tenemos al ser inmutable – nuestro ser divino

inmutable.

Cómo Leer el Libro de Texto

Esta es la forma de comenzar a leer el Libro de Texto. Ya no es más un

montón de palabras; podemos leerlo con unas cuantas palabras si conocemos

nuestros sinónimos. “La metafísica divina está ahora reducida a un sistema, ...” (C

& S 146: 33) La interpretación del Texto es cuestión de entender la propuesta

formulada en el párrafo o en unos cuantos párrafos; todo el resto es sólo el

desarrollo de la proposición. Puesto que el mensaje en este caso es ‘la

inmutabilidad de Vida’, la Sra. Eddy habla de “la ley de la Mente”, pero la

proposición debiera ser algo diferente. Ninguna respuesta cualquiera es la

respuesta correcta a una pregunta particular; toda pregunta correcta tiene su

respuesta correcta.

He aquí otro ejemplo: “La creencia en el pecado y la muerte es destruida por

la ley de Dios, [y cuando escuchamos algo sobre pecado y muerte, sabemos que

algo sobre Vida será manifestado] la cual es la ley de la Vida y no de la muerte, de

la armonía y no de la discordia, del Espíritu y no de la carne.” (C & S 253:30-33)

Nuevamente tenemos: “La Verdad, por medio de sus leyes eternas,

desenmascara al error.” (C & S 542: 8-9) La Verdad es quien descubre al error. Hay

una ley acerca de esto; así que la Verdad es la ley que descubre al error. No es

Mente, porque Mente es la ley en sí misma.

‘Ley’ es fundamentalmente Mente. Mary Baker Eddy dice: (C & S 417: 10-14)

“Mantened... que toda causalidad es Mente, obrando por medio de la ley


espiritual”. Mente actúa por medio de la ley espiritual – así que ‘ley’ es Mente

intrínseca, a pesar de que nuevamente vemos aquí solo unas cuantas referencias

como ésta, que nos muestran que ‘ley’ es intrínsecamente una característica de

Mente.

En el momento en que ‘ley’ tiene que rectificar un opuesto, es usada

conjuntamente con otro sinónimo. Por ejemplo, ‘ley’ es usada con Espíritu para

poder corregir la ley material; pero es la ley del Alma cuando tenemos que corregir

la creencia que la ley material pueda ser superior a la ley espiritual. Utilizada con

Vida, ‘ley’ corrige la creencia de que la muerte sea una ley; pero es la ley de la

Verdad cuando está descubriendo al error, y es la ley de Amor cuando tenemos que

corregir odio, temor, envidia, etc.

Resumen

Ahora que tenemos un estudio bastante completo de las ideas de Mente,

podemos comenzar a ver que estos términos o características tienen su propio valor

solo cuando están combinados y mezclados con todas las otras ideas; de otra

manera carecen de su naturaleza y cualidades correctas.

Vayamos ahora nuevamente a través de la lista y veamos cómo estas ideas

deben combinarse unas con otras para poder inferir su propio significado.

Comenzamos con ‘creador’ y vimos que Mente es el creador; luego vimos

que no sólo es ‘creador’, sino que sólo es el creador de ideas. Mente está

caracterizado por ideas, así que ‘creador’ solo puede significar ‘creador de ideas’.

Dado que encontramos en nuestra lista que Mente es ‘todo’, sabemos que este

creador es el creador de todas las ideas. Como contemplamos ahora a este

creador, el cual también es productor y hacedor, comprendemos que este creador

debe ser un creador inteligente – no un creador ciego, un creador inteligente que

crea sólo ideas. Hallamos aquí que tenemos una gran causa. Mente es la causa


de todo. ¿Qué “todo”? La causa de todas las ideas. Mente es una causa

inteligente, por lo tanto, sabemos que es una causa que guiará, dirigirá, conducirá y

nos gobernará divinamente.

Lentamente construimos el concepto de Mente. Vemos que esta causa es

una causa legal. Actúa de acuerdo a una ley, por lo tanto, esta causa es una causa

infalible; produce un efecto de acuerdo a la ley – guiando y dirigiendo

infaliblemente. Avanzamos y vemos que esta causa es una causa poderosa, la cual

no espera hasta que sea traída a acción, sino que se activa a sí misma. Produce la

acción necesaria; por consiguiente, es una causa poderosa actuando de acuerdo a

ley, guiando y dirigiendo. Edificamos un sentido de las reservas poderosas que

yacen en la Mente.

Mente, nuestra real y verdadera Mente, es la causa poderosa que desea

expresarse a sí misma, así que Mente se manifiesta a sí misma; Mente es aquello

que no puede ayudar manifestándose a sí mismo. ¿Qué es lo que expresa? ¿Qué

es lo que manifiesta? Solo puede manifestar ideas – inteligentes, legales,

poderosas, ideas activas. Aquí estamos comenzando a combinar “ideas” con los

otros términos tomando los sustantivos y convirtiéndolos en adjetivos. Estas ideas

reflejan Mente, por tanto, son ideas inteligentes, ideas poderosas, ideas activas,

ideas legales. En este sentido tenemos un reino completo de ideas y vemos que

estas ideas son creativas. Estas ideas son positivas, legales; son inteligentes;

guían, conducen, dirigen. Estas ideas se mantienen a sí mismas porque Mente

mantiene todo. ¿Qué es lo que mantiene? Ciertamente no una casa, un carro o

una amistad. Mente mantiene solamente ideas. Mente, nuestra verdadera

Mente, mantiene y sostiene a todas las ideas, por lo que tenemos que trabajar con

un universo de ideas que es sostenido y mantenido por Mente – el único origen y la

única fuente de todo.


Construyendo el Concepto: Mente

Lentamente construimos el hecho de que Mente es la base desde la cual

comenzar, desde la cual arrancar. No tenemos otra base desde la cual pensar o

actuar. No tenemos otra base desde la cual surjan nuestros motivos. Nuestra

verdadera Mente motiva nuestro pensamiento. Entonces es cuando obtenemos el

sentido de Mente como el único deseo, la única voluntad, la única motivación; por

lo tanto, Mente, nuestra propia y perfecta Mente, es la Mente paterna que está

motivada para transformar todo en ser. Mente ha creado todo de acuerdo a ideas,

de acuerdo a ideas inteligentes. La Mente paterna, nuestra Mente verdadera, es el

creador del universo de ideas.

Asentando el Fundamento Adecuado

Combinamos estas ideas en tanto llegan a nuestra conciencia, pero al

principio nos adherimos a un solo tono. Si nos adherimos a un solo sinónimo –

Mente – y a sus ideas, entonces lentamente la tonalidad completa de Mente se

forma y moldea a sí misma. Se vuelve más tangible en nuestra propia conciencia.

Se distingue a sí misma de otros sinónimos. Descansar sobre uno solo de los

sinónimos por un rato, es verdaderamente oración científica. En la oración

científica contemplamos la naturaleza de Dios como Dios es, como nuestra

“incorpórea, divina, suprema, infinita, Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad, Amor”, – “el reino de los cielos [Dios] dentro de [nosotros]” – Jesús.

Asentar un fundamento adecuado para la Ciencia de todas las ciencias, un

buen principio, es hacernos el hábito por más o menos un año, de tomar tiempo

cada día para contemplar el ritmo de estas ideas – cómo se combinan unas con

otras, lo que significan. Adhirámonos a uno de estos sinónimos durante toda una

tarde y construyamos su tonalidad. Preguntemos: “¿Cómo se combinan? ¿Cómo


se combinan las ideas unas con otras?” Comprendamos que, si por ejemplo

tenemos ‘ley’, no podemos tener ley sin poder, sin causa, acción, inteligencia,

control. Todo esto está embebido en el significado de ‘ley’. Esto nos muestra

que todos estos términos tienen un denominador común, un tono en común, Mente.

Es súper importante obtener el fundamento completo en nuestro estudio,

para que cuando leamos material más avanzado conozcamos exactamente lo que

significan estos sinónimos cuando aparecen en el Texto.

El Hombre no es una Individualidad Separada de Dios

No hemos hablado acerca del hombre. Hombre como individualidad

separada de Dios, no existe. Que el hombre tiene una individualidad separada de

Dios, es mera sugestión hipnótica, solamente ilusión. “El Principio y su idea es

uno, y ese uno es Dios,” (C & S 465: 20-21) dice la Sra. Eddy. Debemos liberarnos a

nosotros mismos del sentido místico de que ‘allá están Dios y el hombre’, en lugar

de ‘Mente y la manifestación de Mente’. Debemos dejar de preguntar: “¿Cómo se

aplica esto para mi, para nosotros?” El Ser es ser, y esto no se “aplica” al hombre.

El ser es de la naturaleza de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y

Amor, el cual nos dice la Sra. Eddy que verdaderamente somos. Todo lo demás es

una concepción humana que hemos adulterado como el ser, y no es mas que

creencias antiguas religiosas y místicas que solas se han hundido, puesto que solo

hay Dios, nuestra verdadera Mente, y su manifestación. “El reino de (Dios) dentro

de (nosotros) – Jesús.

En su Ciencia, la Sra. Eddy nos ha mostrado, paso a paso, comenzando con

el capítulo de “Oración”, cómo ir dejando el yo (personalidad). El mismo primer

párrafo de Ciencia y Salud, muestra que la oración es un amor desinteresado. No

es simplemente un amor desinteresado, sino que es un amor que no conoce el ‘yo’,

que no conoce ni gente ni aquello llamado hombre. La Sra. Eddy trata, paso a


paso por medio de los capítulos, de sustituir Principio e idea por el concepto de

‘Dios y hombre’, hasta que finalmente en el capítulo de Recapitulación, ella lo

suelta: “Dios y hombre” y pregunta: “¿Qué es el hombre?” y responde que el

hombre no es “el que” sino “lo que no tiene Mente separada de Dios, lo que no

tiene ni una sola cualidad que no derive de la Deidad.” (C & S 475: 19-21) Más tarde en

los capítulos de Génesis y Apocalipsis, ella echa el todo al azadón y dice que lo

que constituye el ser es el Principio divino y su idea infinita. Hallamos enorme

libertad cuando finalmente nos deshacemos de ese concepto erróneo de un Dios y

un hombre. Sólo hasta entonces obtenemos la Ciencia del ser. Antes de eso solo

tenemos un sentido humanizado de la Ciencia del ser.

En la medida en que ganemos una comprensión más profunda de los

sinónimos, olvidaremos pensar acerca del ‘hombre’. La magnitud del Ser como

Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad Amor y sus ideas, es tan grande y

tan abarcadora, que la vieja pregunta: “¿Qué es el hombre? ¿Cómo se aplica esto

al hombre?” simplemente desaparece porque todo está incluido en el ser. Nada

queda fuera. La Sra. Eddy dice: “hombre es un nombre de familia” tal y como

Dios es el nombre para el ser supremo. Un nombre no es su naturaleza. Un

nombre es un nombre, pero no es la naturaleza. Un nombre no toca la realidad,

la naturaleza del ser. En su reporte en Oxford de 1949, John Doorly explicó esto

contundentemente – que “hombre” es solo un nombre para algo; no es la cosa en sí

misma.

El punto es: Dios no es un nombre. Hay un Ser supremo, “el reino de

(Dios) dentro de (nosotros),” como la incorpórea, divina, suprema, infinita Mente,

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, y Amor, lo cual es la naturaleza del Ser.

Debemos ver que, similarmente, el nombre ‘hombre’ no es la cosa en sí misma.

La cosa en sí misma es ‘idea’, ideas. Es la conciencia de Dios (significando

nuestra verdadera conciencia de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, y


Amor) de Sí mismo, lo que es importante. Si por décadas la gente ha dado a eso el

nombre de ‘hombre’, entonces podemos hablar acerca del nombre ‘hombre’, pero

estamos interesados en comprender la realidad, y no en los nombres. No estamos

interesados en hablar acerca del ‘nombre de Dios’ y del ‘nombre del hombre’.

Estamos interesados en hablar acerca de la realidad en sí misma; y en la realidad de

sí mismo es que sólo tenemos Principio, que es lo que en realidad somos. Este

Principio divino tiene un cálculo infinito de ideas. Es una pena si uno le aplica a

esto el nombre ‘hombre’. Es equivocarnos y aleja nuestro propio pensamiento del

tema verdadero, nuestro verdadero ser como Principio divino.

Cuando pensamos en esta línea de los sinónimos, como éste, no estamos

dejando fuera nada que se refiera al verdadero ser. Incluimos todo cuanto

concierne a nuestro verdadero ser. Jamás debemos sentir que Mente es algo allá

afuera – que es un tema allá afuera que debemos estudiar, como la geografía.

Cuando estudiamos los sinónimos, estudiamos nuestro propio ser. El ser es ser.

El ser no está allá. El ser es; no está dentro ni fuera, simplemente es. Es lo que

Yo Soy – lo que somos como incorpórea, divina, suprema, infinita Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.

Al estudiar los sinónimos estamos contemplando en conciencia, al Ser uno e

infinito, la naturaleza del Ser infinito; y ese Ser uno e infinito es nuestra

conciencia. ¿Qué más queremos que tener la conciencia del Uno infinito? No

hay nada más grande que eso; incluye todo, dado que como Jesús dijo: “El reino de

(Dios) está dentro de (nosotros)”.

En tanto vamos a través de estos sinónimos, estemos concientes que los

sinónimos son nuestra conciencia. No estamos estudiando un objeto fuera de

nosotros mismos. Estamos construyendo una nueva conciencia. Si esta nueva

conciencia que estamos construyendo coincide y es idéntica a la conciencia divina,

entonces la conciencia divina y nuestra conciencia serán una sola conciencia, y esa


misma conciencia, la una y única conciencia. ¿Qué más querremos que tener una

conciencia que esté alineada a la naturaleza de Dios – a la naturaleza de la

realidad?

Dándonos a Nosotros Mismos un Tratamiento

En cuanto al tratamiento, la Sra. Eddy declaró:

‘Todo es Mente; no hay materia, y esto necesita solo ser comprendido para

establecer armonía perpetua.

Yo no carezco de nada.

Yo no carezco de sabiduría o de amor.

Yo no carezco de juicio o de inteligencia.

Yo no carezco de energía o de diligencia.

Yo no carezco, y no puedo carecer, de nada o del medio por el cual adquirir

algo.’

Cuando comenzamos con Mente y vamos a través de las ideas de los siete

sinónimos, nos damos a nosotros mismos un tratamiento, porque cultivamos

nuestra conciencia en la realidad divina. Cuando vemos que nuestra conciencia

es de la misma naturaleza que la realidad divina, es verdaderamente un maravilloso

tratamiento. No sólo nos damos a nosotros mismos un tratamiento, sino que

estamos tratando nuestro concepto completo de universo. Nuestro trabajo, nuestra

comprensión, tienen su impacto en todo. Estamos construyendo un universo

nuevo, así que tratemos de estar en nuestra atmósfera original de los siete

sinónimos.

Para facilitar esto, se incluye aquí una lista de todas las referencias para

Mente en Ciencia y Salud. También el estudiante puede encontrar útil retomar lo

que Mente es, lo que hace, con qué trata, tal y como se vio al principio de este

capítulo de Mente.


Referencias de Ciencia y Salud sobre Mente

PREFACIO

IX: 18 XI:25

LA ORACIÓN

1: 11 2: 19 2: 24 3: 20 7: 25

RECONCILIACIÓN Y EUCARISTÍA

36: 20 44: 11 45: 30 52: 22 54: 16

EL MATRIMONIO

62: 22 62: 32 63: 3 67: 11 68: 29

LA CIENCIA CRISTIANA EN CONTRASTE CON EL ESPIRITISMO

70: 12 79: 28 83: 29 84: 19 88: 11 91: 30 95: 1

71: 20 79: 29 84: 11 84: 22 88: 28 91: 31 98: 8

71: 21 81: 5 84: 12 85: 1 89: 18 92: 9 98: 17

78: 5 83: 2 84: 15 85: 6 90: 8 94: 29

79: 18 83: 26 84: 18 87: 17 91: 17 94: 32

EL MAGNETISMO ANIMAL DESENMASCARADO

102: 11 103: 12 103: 13 103: 25 104: 19

LA CIENCIA, LA TEOLOGIA, LA MEDICINA

CIENCIA

108: 10 109: 5 113: 17 114: 13 116: 15 120: 17 124: 29 127: 24

108: 22 109: 12 113: 29 115: 2 116: 30 120: 18 124: 30 127: 27

109: 2 109: 17 113: 30 115:12 119: 31 123: 11 126: 24 128: 2

109: 3 111: 5 114: 5 115: 14 119: 32 123: 20 127: 14 128: 27

109: 4 111: 28 114: 10 115: 17 120: 15 124: 21 127: 18 130: 2*

TEOLOGIA

132: 12 133: 8 139: 5 139: 6 140: 8

MEDICINA

142: 26* 143: 26 145: 11 149: 3 151: 10 153: 14 158: 17

142: 27 143: 27* 145: 24 149: 25 151: 21 156: 31 159: 24

142: 30 143: 29 146: 14 149: 26 151: 23 157: 5 160: 2

142: 31 143: 32 147: 15 150: 21 151: 26 157: 6 160: 30

143: 10 144: 3* 148: 4 150: 30 151: 27 157: 9 162: 11


143: 23 145: 10 148: 25 151: 4 152: 3 157: 10 162: 12

LA FISIOLOGIA

166: 3 169: 20 171: 26 179: 7* 181: 26 183: 31 190: 7 194: 5

166: 26 169: 21 174: 32 180: 11 182: 2 185: 16 191: 2 195: 12

166: 28 169: 31 176: 14 180: 13 182: 18 187: 2 191: 3 199: 10

166: 30 170: 1 176: 20 180: 26 182: 22 187: 4 191: 5 200: 7

167: 27 170: 15 177: 5 180: 29 182: 23 187: 22 191: 19

168: 7 171: 12 177: 9 181: 1 182: 24 187: 24 191: 30

168: 23 171: 15 178: 15 181: 12 182: 26 188: 2 191: 32

169: 16 171: 22 178: 22 181: 21 183: 21 189: 22 192: 3

LOS PASOS DE LA VERDAD

202: 7 205: 25 209: 10 215: 6 219: 4 229: 21 240: 12 248: 8

203: 3 205: 30 209: 13 216: 11 219: 13 229: 30 240: 14 249: 3

203: 19 206: 1 209: 14* 216: 12 221: 22 231: 30 240: 16 249: 12

204: 13 206: 28 210: 15 216: 17 222: 12 232: 22 243: 20 250: 2

204: 22 206: 29 210: 20 216: 32* 225: 15 236: 10 244: 22 251: 20

204: 27 207: 9 211: 9 217: 8 225: 28 236: 19 244: 26 251: 23*

204: 29 208: 11 212: 24 217: 18 226: 24 237: 30 245: 32 251: 31

204: 31 208: 25 212: 25 217: 23 227: 7 239: 26 246: 24 252: 4

205: 12 209: 5 213: 32 217: 26 229: 1 239: 30* 247: 16 253: 7

205: 22 209: 8 214: 16 218: 16 229: 8 240: 5 247: 22

LA CREACION

255: 10 256: 28 257: 2* 257: 24 257: 31 259: 28 264: 10 267: 2

256: 6 256: 32 257: 12 257: 27 258: 15 262: 30 265: 3 267: 5

256: 18 257: 1 257: 14 257: 28 259: 4 264: 6 266:26 267: 24

LA CIENCIA DEL SER

268: 9 274: 28 280: 30 284: 6 292: 8 305: 14 315: 6 331: 5

268: 18 275: 3 281: 12 284: 8 293: 6 307: 21 315: 7 331: 13

269: 3 275: 8 281: 14 284: 12 293: 14 307: 25 315: 9 331: 24

269: 14 275: 21* 281: 20 284: 13 293: 20 307: 30 318: 3 334: 24

269: 25 275: 24 282: 3 284: 29 294: 31 308: 5 318: 8 335: 25

269: 30 276: 1 282: 10 284: 31 295: 7 310: 6 318: 22 336: 1

269: 31 276: 17 282: 12 285: 13 295: 28 310: 10 319: 4 336: 2

270: 1 277: 3* 282: 18 285: 19 300: 29 310: 17 319: 19 336: 10


270: 4 279: 8 282: 26 286: 32 301: 23 310: 29 319: 20 336: 12

270: 5 279: 9 282: 30 287: 18 301: 28 310: 30 321: 31 336: 13*

270: 9 279: 10 283: 4 290: 10 302: 20 311: 4* 322: 2 336: 31

270: 13 279: 29 283: 6 291: 14 303: 3 311: 5 327: 5 337: 11

270: 18 280: 1 283: 10 291: 15 303: 4 313: 12 330: 21 339: 27*

270: 30 280: 7 284: 1 291: 25 303: 11 314: 9 330: 22 340: 18

271: 8 280: 11 284: 3 291: 26 303: 26 314: 14 330: 23* 340: 20

RESPUESTA A ALGUNAS OBJECIONES

342: 6 347: 9 353: 26 353: 28 357: 20

LA PRÁCTICA DE LA CIENCIA CRISTIANA

366: 18 376: 27 382: 20 391: 11 398: 30 404: 31 417: 5 423: 19

369: 29 377: 28 383: 4 392: 1 399: 15* 406: 29 417: 13 423: 26

370: 5 378: 7 383: 7 392: 2 399: 27 407: 14 417: 28 424: 5

371: 2 378: 23* 384: 1 393: 8 399: 28 407: 22 417: 31 424: 7

371: 4 378: 26 384: 19 393: 16 400: 11 407: 27 419: 20 424: 21

371: 28* 379: 6 384: 32 393: 26 400: 27 413: 2 419: 21 427: 23

372: 2 379: 8 387: 5 393: 29 401: 28 413: 7 419: 25 427: 30

372: 9 380: 10 387: 8 394: 9 402: 10 414: 24 420: 22 429: 13

374: 15 380: 11 387: 30 394: 11 402: 18 415: 2 421: 30 430: 14

375: 12 380: 24 389: 4 395: 23 403: 13 415: 3 422: 30 441: 26

375: 24 381: 26 389: 11 396: 32 403: 27 415: 13 423: 9

ENSEÑANZA DE LA CIENCIA CRISTIANA

443: 7 445: 23 446: 12 452: 27 455: 9 457: 27 458: 28 460: 7

443: 17 445: 27 446: 19 453: 29 455: 13 457: 28 459: 14 460: 24

444: 3 446: 1 451: 20 454: 15 456: 30 458: 13 460: 6 463: 25

RECAPITULACIÓN

465: 10 468: 10 469: 16 470: 31 482: 29 487: 9 492: 16 494: 3

466: 5 468: 22 469: 18 471: 29 483: 6* 487: 10 492: 20* 495: 31

466: 22 468: 26 469: 19 472: 16* 483: 7 487: 16 492: 24 496: 3

467: 10 469: 4 469: 20 473: 4 483: 16 487: 20 492: 25 496: 4

467: 14 469: 10 470: 2 475: 18 483: 22 488: 23 492: 26 496: 7

467: 16 469: 12 470: 12 478: 23 484: 11 488: 30 493: 11 497: 25

467: 27 469: 13 470: 16 480: 11 484: 16 489: 4 493: 17

467: 29 469: 14 470: 17 480: 18 485: 4 489: 28 493: 20


467: 30 469: 15 470: 30 481: 10 486: 20 490: 12 493: 31

GENESIS

503: 2 507: 17 509: 23 513: 18 520: 29 532: 25 546: 11 552: 31

503: 20 507: 20 509: 25 514: 6 520: 30 539: 29 547: 18 554: 19

503: 23 507: 23 509: 29 514: 7* 524: 18 543: 28 547: 22 555: 15

504: 27 507: 24 510: 19 515: 8 524: 21 544: 4 549: 2 555: 22

505: 1 508: 2 510: 27 517: 8 525: 1 544: 6 550: 3 557: 6

505: 9 508: 3 510: 29 517: 20 527: 1 544: 12 550: 4 557: 25

505: 10 508: 4 511: 1 519: 1 528: 2 544: 13 551: 3* 557: 26

505: 11 508: 6 511: 5 519: 26 531: 25 544: 16 551: 6

505: 23 508: 7 511: 13 519: 27 531: 26 544: 18 551: 8

507: 2 508: 16 512: 12 520: 3 531: 31 545: 13 551: 14

507: 3 508: 21 512: 22 520: 24 532: 22* 546: 5 551: 27

507: 9 509: 3 513: 7 520: 26 532: 24 546: 6 551: 29

EL APOCALIPSIS

564: 23 570: 27 570: 31

577:21

GLOSARIO

580: 6 584: 5 587: 7 588: 12 588: 20 591: 7 591: 26

580: 25 584: 11 587: 11 588: 16 588: 25 591: 14 594: 19

583: 20 586: 9 588: 10 588: 17 590: 3 591: 16 597: 26


CAPÍTULO V

ESPÍRITU

La Función de Espíritu

Hemos explorado Mente. Ahora echemos un vistazo a Espíritu. ¿Cuál es

la función de Espíritu? Para responder a esto necesitaremos examinar dos cosas, a

saber, lo que es Espíritu y cómo es que Espíritu se diferencia de Mente.

Expondremos la naturaleza interna de Espíritu, y también su naturaleza distintiva

comparada con Mente.

En tanto lo hacemos, comenzaremos a ver cómo cada sinónimo posterior que

consideremos para estudio en esta manera, nos capacita para comprender mejor al

anterior. Por medio de diferenciar el tono entre Mente y Espíritu, comenzaremos

a comprender, en mayor grado, lo que Mente verdaderamente es. La

comparación con Espíritu (y luego con los demás sinónimos) lo hará más concreto,

más tangible, y la identidad del tono surgirá con mayor claridad.

Esto resulta en otra ventaja; en tanto sigamos el flujo desde Mente a Espíritu,

comenzaremos a ver que hay un orden irresistible de Mente dirigiéndonos hacia

Espíritu. Veremos que Mente requiere de Espíritu, y posteriormente, que Mente y

Espíritu, requieren de Alma. De esta manera hallamos que hay un flujo ordenado

de Mente a Espíritu, a Alma, hasta Amor.

Lo que Significa Espíritu

Tal como lo hicimos con Mente, nuevamente listaremos de Ciencia y Salud,

unas cuantas referencias que nos dicen lo que es Espíritu, lo que hace Espíritu, con

lo que trata Espíritu, y cómo Espíritu se interpreta a sí mismo; seguida primero de

listas alfabéticas de las palabras que caracterizan Espíritu, y luego por otras que

son opuestas, o falsificaciones de Espíritu:


Lo que es Espíritu

VIII: 10 Espíritu es real y bueno

173: 14 Espíritu es positivo (es espiritualmente tangible)

278: 4 Espíritu es la única sustancia (sustancia - Mente)

278: 34 Espíritu es sustancial (la sustancia de las ideas)

335: 13 Espíritu es la sustancia única (la única realidad)

335: 21 Espíritu es más que todo lo demás (es real y sustancial – la naturaleza

de todo)

Lo que hace Espíritu

69: 26 Espíritu crea espiritualmente (discierne entre ideas e ilusiones)

78: 31 Espíritu bendice al hombre

118: 26 La levadura del Espíritu transforma todo

241: 28 El bautismo por el Espíritu lava al cuerpo

463: 18 Espíritu da a luz

467: 30 Espíritu da la idea mental verdadera (en el enfoque del Espíritu)

512: 21 Espíritu bendice la multiplicación de sus propias puras ideas

513: 17 Espíritu diversifica, clasifica e individualiza

530: 26 Espíritu lucha con la carne

581: 25 Espíritu purifica y bautiza

Lo que Espíritu tiene

15: 3 Espíritu tiene santuario

70: 7 Espíritu tiene atmósfera

194: 1 Espíritu tiene fuerza (es decir, pureza, es único)

246: 15 Espíritu tiene fulgor

293: 30 Espíritu tiene fuerza y permanencia (maneja la dualidad)


451: 19 Espíritu tiene frutos

494: 20 Espíritu tiene capacidad infinita

510: 5 Espíritu tiene ritmo

540: 1 Espíritu tiene linaje: Cristo es linaje del Espíritu

556: 6 Espíritu tiene radiación

De lo que se Encarga Espíritu

278: 11 Espíritu se encarga de los opuestos (del dualismo y la quimicalización

335: 33 Espíritu se encarga del hipotético antípoda

356: 13 Espíritu se encarga de la carne (de la mezcla de mente y la materia)

422: 21 La alquimia de Espíritu destruye al pecado y la muerte

502: 6 La línea recta del Espíritu predomina sobre la irrealidad

Espíritu se Interpreta a sí Mismo

VIII: 34 como el mundo del Espíritu

76: 11 como nunca entrando en la materia

117: 6 como el lenguaje del Espíritu que es espiritual

209: 31 como el cálculo infinito del Espíritu

469: 2 como incluyendo en sí mismo toda sustancia

505: 17 como impartiendo la comprensión

594: 22 como bien infinito, como Dios

Palabras que Utiliza la Sra. Eddy para

Describir a Espíritu

habilidad día gratitud

adora dedicación incubadora

aparece devoción iluminación


bautismo desarrollo levadura

bendice discierne leguaje

nacimiento fe ama

cadena firmamento naturaleza

cristianismo fruto descendencia

concepción enfoque sólo, único

crea (Es/Me) bien orden

paciencia positivo prisma

progreso pureza cualidad

realidad reflejo reina

separa espiritual fuerza, fortaleza

guerra espiritual sustancia supremo(Es/Me)

entendimiento(Al/Es) desenvolvimiento calor

adoración

Opuestos

absorción animal retroceso

caos quimicalización (Al/Es) compromiso

confusión desorden dualismo

polvo mal electricidad

carne materialidad materia

mezcla oposición panteísmo

físico recaída retrogresión

espiritualismo


“Sólo, Único” es Espíritu

Conforme trabajamos con la lista de los términos para Mente construimos la

tonalidad de Mente como Todo – en – todo. Ahora veremos que si decimos

‘Mente es lo único’, si decimos que esta Mente es la única Mente, estamos

diciendo algo acerca de Espíritu. ¿Por qué? Porque “sólo, único”, es Espíritu.

¿Qué quiere decir que sólo, único es Espíritu?

“Sólo, único”, muestra que no hay otro reino aparte del reino de Mente. El

Espíritu tiene la facultad de poder discernir entre las ideas y las ilusiones; así que

Espíritu es aquello que comienza a separar el reino de Mente del reino de la mente

humana y de la mente mortal. El Espíritu dice que el reino de la Mente una, es

el único reino. Puesto que Espíritu es único, Espíritu está diciendo a Mente: “Lo

que eres, Mente, es la única realidad, el único reino, la única sustancia que hay”.

Comparando Espíritu con Mente, hallamos que Espíritu quiere mostrar ahora

que el reino de Mente es en verdad la única cosa que importa, y debemos

hacernos concientes de esta realidad. Para que Mente sea el único reino, el

Espíritu demanda o requiere de la separación entre Mente y mente mortal. Si

separamos siempre Mente de mente mortal, estamos en el tono de Espíritu.

Espíritu es esa línea divisoria, ese firmamento del segundo día de la creación

que separa la realidad de la Mente divina de la ilusiva a inexistente mente mortal.

Espíritu nos dice que la Mente divina jamás se mezcla con sus opuestos, sus

falsificaciones. Espíritu es aquello que, debido a que es único, nos pide separar la

Mente divina de la tal llamada mente humana – la realidad, de la inexistente

irrealidad. Espíritu nos pide trazar una línea de demarcación para separar la

realidad de la irrealidad. Espíritu dice: “Lo que he edificado en mi conciencia

como Mente divina es la única realidad que hay. Lo que está sucediendo en la

Mente divina es el único reino, la única realidad. No hay otra realidad”. Espíritu

es realidad. Espíritu es lo único, desplegando sólo aquello que Mente crea.


Espíritu toma aquello que Mente hace y produce, y dice: “Debido a que eso

es lo único, Yo despliego sólo aquello que Mente crea”. Espíritu despliega;

Espíritu desarrolla; Espíritu elabora, evoluciona; y esto resulta en el despliegue y

desarrollo total de lo que Mente crea.

Este despliegue de la creación de Mente solo puede tener lugar debido a que

no hay oposición en el reino del Espíritu. Espíritu no admite dualidad alguna,

ninguna oposición. Si hubiera alguna oposición, Mente no podría desplegarse,

pero debido a que Espíritu es lo único, o mejor aún, debido a que Espíritu dice:

“Tú, Mente, eres lo único”, Mente puede desplegar sus infinitas ideas.

Considerando esto, descubrimos que un gran desarrollo está teniendo lugar; en el

segundo estado, en el segundo día de la creación, el Espíritu se está moviendo

sobre las aguas de la mente mortal y es el comienzo del despliegue de las ideas

creativas de mente.

Espíritu da Nacimiento, a Toda Idea

Espíritu es lo que puede dar nacimiento a toda idea. Nacimiento quiere

decir que tanto la ignorancia como la oposición han sido removidas de manera que

la idea pueda aparecer. Espíritu produce; Espíritu da nacimiento. Al dar a luz,

la idea puede desplegarse. Sólo en el Espíritu puede nacer la idea. Sólo en el

Espíritu puede la idea desplegar y progresar, porque en el Espíritu no hay opuesto

alguno, no hay oposición, no hay obstrucción; no hay nada que la obstaculice, dado

que Espíritu dice a Mente: “Tú eres lo único.” El camino está franco; las ideas

pueden fluir adelante y desplegar.

Espíritu, por tanto, nos dirá algo acerca del desarrollo infinito y la evolución

del ser. Dirá que debido a que Espíritu da a luz, tenemos los frutos del Espíritu

apareciendo. El nacimiento es verdaderamente mostrar lo tangible de la idea

creativa, la sustancia natural y real de la idea – Mente.


Recordemos, es la Mente de Cristo quien nos revela la verdad recóndita de

la Ciencia Cristiana. No podemos enfocar el tema con la mente humana, con el

intelecto humano, excepto como el primer paso inicial. Es el espíritu que tiene

que ser cultivado para que la letra pueda venir viva y permanecer viva.

“Estúdiese a fondo la letra,” dice la Sra. Eddy, “y embébase el espíritu.” (C & S 495: 32-

33) Sólo de esta manera podemos dar nacimiento al entendimiento de nuestra

unidad con la realidad divina.

Se requiere de la conciencia de la Virgen María para dar a luz. Sin una

“conciencia como la de María”, no puede nacer la idea redentora. Se requiere el

sentido de feminidad dentro de nosotros, dentro de cada hombre o mujer, para dar

nacimiento. Nuestra conciencia debe ser verdaderamente Ciencia Cristiana. Es la

conciencia de la estructura de la Ciencia Cristiana la que debe ser establecida, para

que ya no caminemos arrasados en lágrimas, sino nos regocijemos en el verdadero

ser.

Debido a que “el reino de (Dios) está dentro de [nosotros],” debemos ver

que somos la inteligencia de Mente; yo soy toda cualidad y atributo de Mente.

Yo soy el despliegue ordenado de Espíritu, y toda cualidad y atributo de Espíritu.

Yo soy la bendición e impecabilidad de Alma; soy toda cualidad y atributo de

Alma. Yo soy la verdadera operación del Principio divino, y toda cualidad y

atributo del Principio. Yo soy la plenitud exaltada y multiplicadora de Vida. Yo

soy la conciencia de Verdad y el eterno cumplimiento del Amor. Mi identidad

divina está establecida en toda su perfección y es eternamente presente. Yo doy a

nacimiento a esta identidad divina por medio de comenzar desde los siete

sinónimos para Dios. Ellos constituyen nuestra naturaleza divina, nuestra

verdadera y real naturaleza. “El reino de (Dios) está dentro de [nuestra

conciencia]” como la “incorpórea, divina, suprema e infinita Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.”


Construyendo el Tono de Espíritu

Al construir la tonalidad de Espíritu el punto principal es ver que lo que se

ha establecido en Mente es la única cosa que existe, la única realidad. No hay

opuesto alguno. Espíritu es, por consiguiente, el sinónimo que trata con la

dualidad.

Debido a que Espíritu es lo “único” podemos ver que tiene un solo valor

lógico, un solo valor natural – la naturaleza de Espíritu que es única. Espíritu no

tiene naturaleza dual dentro de sí mismo. Debido a su valor único, es

completamente puro, por lo tanto, pureza es una característica de Espíritu.

‘Pureza’ nos da el sentido de que eso que ha sido establecido en Mente es

completamente puro; no puede ser mezclado con algo más. ‘Pureza’ nuevamente

nos dice que Mente es lo único; pureza significa que no está mezclado con

elementos extraños.

La naturaleza de Espíritu es aquella que puede procrear en forma natural,

dando nacimiento, pariendo, porque en Espíritu no hay ninguna oposición, ningún

estorbo u obstrucción, ningún antagonismo para bloquear el desarrollo. Espíritu

desconoce el antagonismo

Espíritu es Despliegue Ordenado

Ya que Espíritu es lo único que comanda la guerra – puede tratar con todo

sentido de quimicalización. En Espíritu cada cosa está siendo desquimicalizada.

Quimicalización es la pretensión de dualidad, una pretensión de dos poderes en

guerra uno contra otro. Pero Espíritu, quien conoce una sola naturaleza, jamás

puede quimicalizar; no tiene dualidad en sí mismo y no conoce opuesto, dado que

es único.


Espíritu es lo que es, por lo tanto, esa naturaleza de Espíritu puede desplegar

naturalmente. Este despliegue de Espíritu produce orden, el orden de Espíritu.

Mente es la ley. Mente es esa inteligencia que puede causar y producir un efecto

en una manera infalible; pero la forma en que opera esta ley, paso a paso, es una

forma ordenada, y ese orden es Espíritu, el despliegue de Espíritu. En ese orden

de Espíritu todo sucede paso a paso (lo cual es de nuevo, despliegue, desarrollo o

evolución), así el nacimiento de Espíritu tiene lugar en forma ordenada.

Debido a que Espíritu es lo único, no hay desemejanza de Espíritu; Espíritu

está demostrando la semejanza de Mente, la semejanza de todo lo que Mente es.

Mente tiene una imagen, pero debido a que Mente es lo único (por medio de los

oficios de Espíritu), esa imagen tiene una semejanza total porque nada desemejante

a Mente puede entrar. Por lo tanto, el nacimiento de Espíritu, el despliegue y

desarrollo de Espíritu, siempre produce la semejanza de todo lo que es la idea de

Mente. Mente tiene la idea y produce la idea, y debido a que no hay nada más

que la idea, esa idea se despliega y desarrolla a su semejanza. En Mente no hay

posibilidad alguna de desviación de esa imagen y así aparece como el reflejo.

Espíritu es el reflejo.

Lo que está Establecido en Mente es lo Único.

Podemos ver que todo cuanto tiene que ver con Espíritu, tiene que ver

fundamentalmente, con el hecho de que lo que fue establecido en Mente sea la

única cosa a considerar. Si Mente es aquello que tiene una imagen, y Espíritu

dice que esa es la única imagen, entonces no hay otros elementos que considerar,

no hay ilusión alguna que considerar, ni creencias algunas que considerar. Por lo

tanto, esa imagen se muestra en su absoluta semejanza tal y como se despliega y

desarrolla en el Espíritu, mostrando que esta imagen es la absoluta semejanza de

Mente y es de la naturaleza de Espíritu.


Podemos ver que Espíritu es infinita reflexión, porque todas las ideas, al

reunirse en el enfoque de Espíritu (en donde no entra ningún elemento extraño),

presentan en el enfoque de Espíritu, la exacta semejanza de la imagen en Mente.

Esta es la razón por la que tenemos el reflejo del Espíritu, debido a que Espíritu

dice que eso único que procede de la Mente única se reflejará en nuestra vida, en

nuestro ser. Nada se reflejará jamás en nuestra vida y en nuestra experiencia, que

no proceda de la Mente única. El Espíritu permanece como un guardián. Se

encarga de que lo que ha sido edificado en Mente sea mantenido puro. El Espíritu

se encarga de que no entren elementos extraños.

La Pureza en el Espíritu trata con la Dualidad

En Espíritu obtenemos un enorme sentido de pureza, porque Espíritu trata

con la dualidad, y por lo tanto trata con la quimicalización. El Espíritu trata con

la crisis. ¿Qué es una ‘crisis’? Una crisis es la batalla de dos poderes opuestos –

dos intenciones opuestas, dos mentes opuestas, dos deseos opuestos, dos

disposiciones opuestas, etc. Pero en la unicidad de valor único del Espíritu, no

hay ‘dos’, así que cuando parece surgir una crisis, o un sentido de quimicalización,

simplemente vayamos a Espíritu y no a Mente. Comenzamos con Mente,

construimos con Mente, y luego vemos que esa Mente es la única Mente que hay, y

que Espíritu es lo único. Así vemos que no hay opuesto alguno, y la crisis se

abate; las cosas empiezan a arreglarse y a separarse a sí mismas. Las cosas que se

arreglan y separan a sí mismas es Espíritu – la separación de Espíritu, el orden de

Espíritu. Se está dando la separación entre la cizaña y el trigo.

El Asunto del Nacimiento

Cuando separamos y arreglamos cosas, estamos haciendo espacio para que

la idea aparezca – el nacimiento del Espíritu – el único nacimiento que existe.


Querido lector, cuando Salomé le preguntó a Jesús cuando cesaría la muerte, Jesús

le dijo que la muerte cesaría cuando las mujeres dejaran de parir hijos. También

declaró que él había venido para destruir las obras del (nacimiento) [la carne]. Las

afirmaciones específicas de estos encuentros fueron publicadas en el Journal y las

he mencionado muchas veces en mis escritos.

Sabemos que Jesús murió en la cruz para enseñar a la humanidad la gran

verdad de que el nacimiento humano es la primera muerte.

En los Evangelios, Jesús enseña: “Bienaventurados... los vientres que no

concibieron.” (Luc. 23: 29) En su camino para ser clavado en la cruz, cuando las

mujeres se lamentaban por él, Jesús les dijo: “...no lloréis por mí, sino llorad por

vosotras mismas y por vuestros hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán:

‘Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no concibieron, y los pechos que

no criaron.’” (Luc. 23:28-29) En Juan (8: 43-48) Jesús, (hablando del nacimiento

humano), preguntó: “¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis

escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos [la

relación de concubinato] de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida

desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él.

Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y

a mí, porque digo la verdad, no me creéis.” Jesús dijo que él había venido “a

destruir las obras del nacimiento.”

¿Creemos a Jesús? ¿O son los placeres de los sentidos tan reales para

nosotros, que sentimos que Jesús tiene la razón sólo parcialmente? – es decir que,

¿en el caso de nuestro propio nacimiento, fue justificado, de manera que podemos

estar aquí y hacer algún bien al mundo? La autora de este libro cree que Jesús

tiene toda la razón, y es sagrado lo que dijo. Con todo, seamos mansos y

apacibles con sus enseñanzas. Nuestros queridos papás y mamás no pueden

culparse, porque a ellos les fue enseñado erróneamente desde la infancia, de que la


razón para estar aquí era para procrear más mortales. Nos corresponde a nosotros

corregir nuestro propio pensamiento.

La Sra. Eddy repetidamente nos dice que el nacimiento humano es la

primera muerte, y ella enseñó a sus estudiantes que “traer a un niño a este mundo

era asesinato.” Era el dragón que había sido “lanzado fuera” del cielo. (C & S 56: 12)

Pero debido a que ella sabía que decir abiertamente esta gran y santa verdad uniría

(en su época) a ambas iglesias, tanto a la católica como a la protestante contra ella,

escondió esta sagrada verdad hasta que los mortales estuvieran educados más

espiritualmente.

Los Científicos Cristianos genuinos de hoy en día creen tanto a Cristo Jesús

como a Mary Baker Eddy sobre el tema de dar niños a luz. Comprenden que el

nacimiento humano es “la primera muerte” como repetidamente lo enseñó Mary

Baker Eddy. Este mensaje es un elemento esencial en la segunda venida del

Cristo la cual Jesús dijo que sería el “Consolador,” y nos enseñaría todas las cosas

que la gente de hace dos mil años no estaba lista para entender.

Al enseñar esta gran verdad, ¿qué fue, de cara a la feroz e implacable

oposición, lo que sostuvo a Mary Baker Eddy? Ella sabía que había venido a

cumplir la profecía – a cumplir la promesa de Jesús de que la segunda venida del

Cristo sería el “Consolador.” Que cada Científico Cristiano ore, como lo hizo

Jesús en el jardín de Getsemaní: “Ahora pues, Padre, glorifícame Tú al lado Tuyo,

con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese [antes que el sueño

de vida en la materia me alcanzara.]” (Juan 17: 5) El estudio y asimilación del

contenido de la Biblia y de los escritos de la Sra. Eddy, traerán el nuevo

nacimiento, el verdadero ser divino y científico que Ciencia y Salud revela.

¿Estás de acuerdo, querido lector, con Jesús y Mary Baker Eddy en este gran

asunto de que el “nacimiento humano es la primera muerte” – que nos arroja un

velo sobre los ojos para que veamos “por espejo, oscuramente” como dijera San


Pablo? (I Cor 13: 12) ¿Comprendes por qué, como dijo Job, (14:1) “El hombre nacido de

mujer, corto [es] de días, y hastiado de sinsabores”? Por medio de las enseñanzas

de Mary Baker Eddy, más tarde o más temprano aprenderemos que el nacimiento

humano es una ilusión; que en realidad somos la “incorpórea, divina, suprema,

infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor,” y así “en [la

conciencia] del [Amor] moraré por largos días,” (C & S 578: 17) puesto que “el reino de

(Dios) está dentro de (nosotros),” como dijo Jesús. Nuevamente, querido lector,

nuestras madres y padres no pueden culparse. Ellos fueron enseñados

erróneamente.

Una vez que veamos que no hay nacimiento humano, que el único

nacimiento del Espíritu es lo que está aconteciendo, veremos que hay un

despliegue natural y un desarrollo ordenado. Sólo cuando no haya oposición

alguna podremos tener este desarrollo y despliegue. Estas ideas de Espíritu están

todas entrelazadas. Estamos edificando un bello sentido de la pureza de Espíritu.

Espíritu es pureza porque Espíritu tiene la facultad de discernir, y puede discernir

entre las ideas y las ilusiones.

Espíritu es Sustancia

Espíritu es sustancia. ¿Qué significa esto? ¿Qué significa cuando

decimos: ‘Espíritu es sustancia’?

Si Espíritu es lo único, podemos ver que Espíritu – la unicidad de Mente –

es la única sustancia. Todos lo que hemos visto en Mente, todo lo que fue creado

en Mente, producido en Mente, manifestado en Mente, es la única cosa que alguna

vez sucedió. Por lo tanto, es la única cosa sobre la cual sustentarse, y con ello la

sustancia de Espíritu es Mente. Espíritu es sustancia, pero esa sustancia es

Mente, las ideas de Mente.


Si la sustancia es Espíritu, es por consiguiente la única realidad. Si se

hiciera la pregunta: “¿Es la realidad, espiritual o material?” sabemos que es

espiritual, porque hemos visto que sólo lo espiritual es sustancia, y por tanto es la

única realidad. Sustancia y realidad son dos grandes ideas de Espíritu. Nos

muestran que la única cosa es el Espíritu.

Más sobre Espíritu – el Secreto

Contemplemos la lista que tenemos para Espíritu. Al mismo tiempo

sopesemos los términos un poco. ¿Son ideas? ¿O son cualidades transformadas

– cualidades que han sido transformadas al nivel humano? ¿Significan dichos

términos siempre la misma cosa, o pueden significar cosas diferentes?

Los términos son ambiguos. Esta es la razón por la cual no podemos

construir una definición completa de la Deidad basada en palabras, y en la

definición de los términos, las palabras. El lenguaje es demasiado ambiguo para

adecuarse a un significado exacto en la Ciencia, o en la metafísica divina.

El método que Einstein utilizó, cuando comenzó a ver la teoría de la

relatividad, fue preguntarse siempre y ponderar lo que ya sabía. Él lo pensaba

una y otra vez. Consideró las leyes de la mecánica de Newton una y otra vez.

Nunca dijo: “Ahora ya me lo sé.” Él siempre estaba pensando sobre lo que ya

sabía, ponderándolo de nuevo hasta que de repente sentía que algo faltaba. Vio

que, en ciertos campos de aplicación, la ley de Newton no sería aplicable.

Esta fue la forma en que John Doorly también trabajó, y es la manera en

que debiéramos trabajar. Precisamente debiéramos amar lo que ya conocemos.

Nunca debiéramos decir: “Ahora ya sé eso; ¿qué más puedo leer y estudiar que no

conozca?” Eso no es un método científico. El método científico es que sólo lo

semejante comprende lo semejante. Considerar lo que uno ya conoce se convierte


en una reserva desde la cual puede salir algo nuevo. De esta forma estaremos

comulgando con el infinito y encontrando nuestra identidad con el infinito.

No debiéramos lanzarnos impetuosamente hacia el enorme campo de

conocimiento que yace ahí delante. Eso no es evolucionar. El nuevo

discernimiento vendrá cuando ponderemos lo que ya tenemos, aquello que ya

sabemos. Ese es el secreto.

El secreto de dominar los siete sinónimos es el de nunca cansarnos de ir de

nuevo sobre el asunto completo una y otra vez. Lo único importante es ir de

nuevo sobre el mismo tema con el mismo amor o aún con mayor amor, mayores

expectativas, con un mayor sentido de temor reverente.

Preguntémonos a nosotros mismos: “¿Qué significa que la naturaleza del

Ser, la cual es también nuestro ser, sea de la naturaleza de Mente? ¿Qué significa

ello?”

Podemos aprender el método, pero el sentido espiritual de los siete

sinónimos solo puede llegar en la medida en que los consideremos, los

ponderemos. Como al estudiar música o matemáticas, un maestro puede ayudar,

pero el tema debe ser dominado por los estudiantes individualmente.

Al principio batallamos con los términos porque sabemos que son palabras

con carga, pero si ponemos atención a la innovadora instrucción de Mary Baker

Eddy, y si continuamos ponderando lo que ya sabemos, haremos progresos y

eventualmente los términos llegarán a convertirse en una atmósfera. Se

convierten en un tono, se volverán términos independientes. Entonces podremos

leer el universo. El universo nos hablará. La Biblia nos hablará; podremos ser

capaces de escuchar su lenguaje. Veremos que ‘Noé’ significa: “conocimiento de

la nada de las cosas materiales y de la inmortalidad de todo lo que es espiritual,” (C

& S 592: 22-24) y que este es el conocimiento que nos capacitará para separarnos a

nosotros mismos de la corriente de materialidad.


El universo también tiene su propio idioma, un lenguaje diferente al lenguaje

del Libro de Texto o de la Biblia. Es el lenguaje de la experiencia, y también el

lenguaje de las otras ciencias. También aquí comenzamos a escuchar la

tonalidad. Nada sucede en el universo que esté fuera de los siete sinónimos, así

que a medida que aprendemos el lenguaje del Espíritu, comenzamos a interpretar al

universo correctamente. Vemos que sólo tenemos un universo. Tenemos el

Libro de Texto, tenemos la Biblia, y tenemos las experiencias del universo, y todo

es un solo ser; todo es de la misma naturaleza de Mente, Espíritu, Alma, Principio,

Vida, Verdad, Amor.

Experimentemos el sistema divino de referencia. Experimentemos estos

siete sinónimos que somos nosotros, en verdad, puesto que “el reino de (Dios) está

dentro de (nosotros).” Estemos completamente absortos en ganar diariamente

mayor entendimiento de Dios. Entonces la ambición personal, la envidia, el

deseo de estar en tal o cual parte no podrá usarnos. La ambición personal no tiene

lugar en el pensamiento ni en la vida del cristiano, porque está totalmente ocupado

en el tierno y humilde propósito de hacer el bien, de ser el bien, y de probar que el

bien es todo lo que puede gobernar el pensamiento, la acción, la condición o el ser.

Las Ilusiones deben ser Separadas de las Ideas

Con estos pensamientos en la mente, miremos más de cerca los términos de

nuestra lista. Consideremos la frase: Espíritu separa.

Decimos: “Espíritu separa”. ¿Es eso verdad? Es verdad sólo en un

sentido limitado. ¿Podemos decir que Espíritu siempre separa? No; esta es una

cualidad transformada, porque “separa” sólo tiene que ver con ideas en contraste

con ilusiones. En el nivel de la Ciencia divina no hay separación; Mente es Todo.

Espíritu declara que esto es “lo único”. Alma dice: “Esto es inmutable.”

Principio dice: “Yo uno a todas las ideas.” Principio e idea son inseparables.


Espíritu sólo separa los opuestos – Espíritu separa ideas de ilusiones – pero en el

nivel de la Ciencia divina donde el Espíritu se imparte fuera de sí mismo, por

medio de sí mismo, como a sí mismo, y por sí mismo, no hay ilusiones. Ahí el

Espíritu está impartiendo entendimiento sólo a sí mismo, dado que es lo único, y

no hay nada más a lo cual impartir entendimiento.

Por contraste, en el nivel de la Ciencia Cristiana, el Espíritu separa los

opuestos; separa las ideas de las ilusiones. “El Espíritu es la línea de

demarcación” entre el Espíritu y la materia, entre las ideas y las ilusiones.

Espíritu separa aquello que es, de lo que en verdad no es más que una sugestión

hipnótica.

¿Qué es lo que hemos aprendido hasta ahora?

Hemos aprendido lo que es Mente. Ahora llega Espíritu y dice: “Mente es

lo que es, y nada más es.” Cuando Espíritu separa, le está diciendo a Mente: “Tú

eres Mente, y todo lo que sea desemejante a Mente no es verdad, sino mera

sugestión hipnótica.”

Espíritu se refiere a Mente. Espíritu no es algo por sí mismo. Es ese

aspecto de Dios que dice: “Mente es lo único.” Mente, Espíritu, Alma, Principio,

Vida, Verdad, Amor, son términos que se combinan unos con otros.

Espíritu dice: “Lo que has aprendido al considerar a Mente, es realidad. Lo

que no viene de la Mente única no es realidad.” En esta manera habremos

establecido algo acerca de Espíritu, no acerca de Mente. Tenemos a Mente que

dice: “Yo he creado todo.” Luego Espíritu es ese aspecto de Dios que dice:

“Mente, tú eres lo único. No hay nada aparte de ti. Lo que no es semejante a ti,

Mente, no es real.” Espíritu es “semejanza” y “verdad.” Mente tiene “imagen”,

y Espíritu es “semejanza;” así tenemos “imagen y semejanza.” (Gen. 1: 26)

Aquello que ha sido creado en Mente está separado de todo sentido de un

opuesto. Veremos en la medida que avancemos, que en Espíritu no hay mezcla,


ninguna fusión. Espíritu nos muestra que lo que hemos visto en Mente es lo

único, que no hay nada aparte de eso.

Cuando analizamos nuestra conciencia vemos que nosotros mezclamos

constantemente los opuestos. Pensamos acerca de nuestra vida y acerca de

nuestra muerte; pensamos que la vida terminará en muerte. Pensamos acerca de

la verdad, y al mismo tiempo pensamos acerca de las mentiras, las sugestiones

hipnóticas acerca de todo; así pensamos sobre la verdad y sobre el error.

Mezclamos lo divino con lo humano; mezclamos lo subjetivo con lo objetivo;

mezclamos lo absoluto con lo relativo. Por lo tanto, el trabajo de Espíritu es

hacer una distinción clara y radical entre lo que es real y lo que es ilusión.

Espíritu es el aspecto de Mente que dice: “Tú, Mente, eres el único uno, y no

estás mezclado con opuestos.” La Sra. Eddy indica en este sentido:

“El Espíritu jamás entra en la materia” – no se mezcla.

“El Espíritu no puede ser levantado de la materia” – no se mezclan. (Escr. Misc.

244: 19)

“El Espíritu no se puede comunicar con los opuestos” – pero los mortales

aparentemente sí lo hacen. (C & S 72: 32 & 186: 9)

¿Por qué los mortales se “comunican con los opuestos”? Porque no han

entendido a Mente. Cuando verdaderamente comprendamos a Mente, ya no

podremos comunicarnos con los opuestos porque Mente crea todas las ideas y

Mente sólo conoce ideas. Así, si comprendemos a Mente, no podremos

comunicarnos con los opuestos. Entonces obtendremos el tono de Espíritu. Al

tocar o alcanzar a Mente adecuadamente, ya tenemos a Espíritu.

Sólo hay un solo Dios, un Ser, y podemos mirar a ese único Dios, ese único

Ser, desde el lado de Mente, y ver que esta Mente – nuestra verdadera Mente – es

el “reino de (Dios) dentro de (nosotros),” y sólo conoce de ideas, ideas que no se


mezclan, que no se pueden mezclar con ilusiones. Entonces ya tendremos a

Espíritu, seremos Espíritu.

Pronto comprenderemos que estos sinónimos tienen un orden irresistible, un

orden que no puede ser alterado o reacomodado en forma diferente cuando sea el

orden del Verbo (Palabra). Una vez que hayamos tocado Mente adecuadamente

también habremos tocado Espíritu y así mismo a Alma, Principio, Vida, Verdad y

Amor. No podemos comenzar con Principio porque Mente nos debe dar primero

el estándar de lo que es verdadero, correcto y real. Luego podrá venir Espíritu y

decir que ésta es la única creación, y que puede separar las ideas de las ilusiones o

las falsificaciones de las ideas de Mente. Si Mente no vino al principio, ¿cómo

podríamos saber lo que es correcto, y lo que no lo es? El orden irresistible dicta

que comencemos con Mente. Mente es lo primero.

Al momento que hemos establecido a Mente ya no podremos comunicarnos

más con los opuestos. La Sra. Eddy escribe: “El Espíritu no puede unirse con la

materia.” “El Espíritu excluye a la materia,” dice ella. “Para el Espíritu no

puede haber materia.” El Espíritu existe sin las condiciones de la materia; existe

aparte o separado de la ilusión de la materia. (My. 206: 1)

“...la materia no tiene lugar en el Espíritu.” (C & S 282: 15-16) Está separado de

la ilusión de la materia, de la sugestión hipnótica. “El Espíritu y la materia no se

unen;” nuevamente, no se mezclan. “El Espíritu es diferente de la materia,” la

cual es un engaño. “El Espíritu no coopera con la materia,” con la ilusión.

Estas declaraciones de Ciencia y Salud tienen todas, el mismo significado.

El sentido de separación es inherente a todas. El tono es el sentido de división

entre la verdad y la falsedad. Una gran parte de todas las referencias de la Sra.

Eddy de Espíritu tienen este sentido de separar ideas de ilusiones, el sentido de no

mezclar, de no mezclar los opuestos, de no mezclar la verdad con lo falso e

ilusorio.


Comprensión

La habilidad de separar las ideas de las ilusiones establece el entendimiento

científico, y la Sra. Eddy dice: “La comprensión es una cualidad” del Espíritu. (C & S

506: 5) ¿Cuál es la diferencia entre ‘Mente que sabe’ y ‘Espíritu que comprende’?

Posteriormente, cuando estudiemos Alma, tendremos la idea de la comprensión

espiritual. ¿Por qué Espíritu es comprensión, en tanto que Alma es comprensión

espiritual? En tanto que estemos tratando solo con Mente sólo estaremos

tratando de ver cómo las ideas que caracterizan al sinónimo ‘Mente’ se combinan

unas con otras. Ahora no solo tenemos que ver cómo las ideas de Espíritu se

combinan unas con otras y con Espíritu, y significan el mismo tono, sino que

también debemos ver cómo se eslabonan con el sinónimo precedente.

Hemos visto que las ideas de Mente y de Espíritu son sinónimas y se

sobreponen, por lo que las ideas de Mente no están separadas de las de Espíritu.

Hemos visto que las ideas de Espíritu reflejan las ideas de Mente. Ahora vemos

cómo las ideas de Mente se combinan con las ideas de Espíritu, como en este caso,

donde ‘Mente sabe,’ y ‘Espíritu comprende.’

Bien, ¿cuál es la diferencia entre ‘Mente que sabe todo’ y ‘Espíritu que

comprende’? ¿Cómo se combinan las ideas de un sinónimo con las ideas de otro

sinónimo? Saber sabe algo, pero comprender sabe la razón para ello y sabe

cómo separar la falsificación. Uno puede saber un montón de cosas sin

comprender cómo están relacionadas unas con otras. Podemos obtener

conocimiento de una enciclopedia, pero podríamos no comprenderlo. La

comprensión toma lugar cuando uno puede ver la relación entre los hechos que

conoce. Nos muestra cómo es que un aspecto del conocimiento y otro aspecto del

conocimiento tienen significado en un rango más amplio de referencia. Veremos

que el discernimiento del Espíritu incrementa considerablemente el conocimiento


de Mente al mostrar que la comprensión tiene que ver con la habilidad de

distinguir – distinguir entre dos vías: primero, distinguir entre el verdadero

conocimiento y el erróneo e ilusorio; y segundo, ver la diversificación infinita de

un tema. Cuanto más podamos diversificar, clasificar e individualizar un tema,

tanto más podremos ver la interrelación de los hechos que conocemos.

Comprensión significa que podemos poner nuestro conocimiento en una

estructura mayor de relación. Mucha gente ha leído ampliamente, y sabe muchas

cosas, pero no puede poner dos más dos juntos, a pesar que sabe bastante sobre

muchos temas. Poner dos más dos juntos, requiere comprensión.

Espíritu, ante todo, toma lo que Mente sabe, y distingue entre lo que Mente

sabe y lo que no es verdadero conocimiento, lo que es conocimiento ilusorio. La

habilidad para distinguir es la habilidad de Espíritu. Espíritu dice: “Eso que

Mente sabe es en efecto un hecho verdadero y es real. Lo que la mente humana y

la mente mortal conoce no es conocimiento real.” Espíritu pone una línea de

demarcación entre el conocimiento real y el irreal. La comprensión es, por lo

tanto, mucho más firme, tiene una base más segura; permanece sola en el

conocimiento de Mente. La comprensión separa, hace una distinción, y rechaza

todo cuanto no concuerda con lo que Mente sabe.

Esto conlleva la facultad de discernimiento, otra idea importante que

caracteriza a Espíritu, la cual ha sido bastante tratada en los párrafos precedentes,

dado que significa reconocer como diferente, separar mentalmente, reconocer la

diferencia. El discernimiento significa que podemos distinguir entre lo correcto y

lo erróneo; podemos discernir entre opuestos; podemos ver lo que es real y lo que

es falso, la ilusión. Tener este discernimiento requiere una comprensión de

nuestro tema.


Espíritu Comanda la Batalla

Como anteriormente nos dimos cuenta, Espíritu es quien comanda la batalla.

La batalla implica la lucha entre opuestos. Como dijera George Bernard Shaw:

“Todas las grandes verdades comienzan en herejía”. Esto es importante en lo

humano dado que constantemente se enfrentan los opuestos. En los niveles de la

Ciencia Cristiana absoluta, la Ciencia divina, y la Ciencia en sí misma, por

supuesto que no hay batalla alguna; pero la mayoría de nuestras experiencias son

en el nivel de la Ciencia Cristiana, en la que tenemos que tratar con la relación

entre la Verdad y el error, la relación entre los opuestos. Espíritu trata con y

aniquila a, los opuestos, porque Espíritu es lo único.

¿Cómo es que Espíritu comanda la batalla?

Primero, porque Espíritu puede distinguir; y segundo, porque puede decidir

del lado correcto. Espíritu puede decir “No” o “Sí.” Así es como comanda la

batalla.

La Sra. Eddy habla acerca de “la guerra contra la carne,” (My. 268: 21) y “el

conflicto entre la carne y el Espíritu.” (Esc. Misc. 16: 31) Aquí Espíritu llega diciendo:

“Yo puedo distinguir entre lo que es correcto y lo que es incorrecto, entro lo que es

falso. Una vez que haya hecho la distinción, puedo decidir apegarme a lo

correcto.” Así llegamos a la línea directa de Espíritu que nos separa del concepto

del error material.

La Fuerza de Espíritu

En Mente tenemos ‘poder’. ¿Por qué deberíamos ahora tener fuerza como

una característica de Espíritu?

‘Fuerza’ implica la habilidad de resistir. Se requiere de fuerza para resistir

lo opuesto, aún si se trata de un opuesto hipotético. ‘Fuerza’ significa poder para

resistir la fuerza de la presión. Es un sentido calificado de poder. Necesitamos


fuerza cuando el error pretende oponernos. Espíritu es quien resuelve la dualidad;

trata con la creencia de que hay un opuesto a Dios, el bien. Cuando un error

parece real tenemos que fortalecernos a nosotros mismos contra el ataque del

enemigo. En Mente solo aprendimos lo que eran las ideas de Mente; no se

mencionó ninguna guerra; en Mente, sin oponente alguno, no había necesidad de

defenderse. En Espíritu llegamos a un aspecto diferente de Dios. Aquí

necesitamos mantenernos con una firmeza inexorable contra la violenta embestida

de supuestos opuestos, contra el villano, y para eso, Espíritu proporciona la fuerza.

Levadura – Alquimia

Hemos visto que Espíritu, proclamando a Mente como lo único, discierne lo

real, separándolo de la ilusión y poseyendo la fuerza para mantenernos firmes.

Mas Espíritu no se detiene ahí. Espíritu ‘leuda’.

‘Leudar’ es un símbolo bíblico. ¿Cuál es la idea abstracta? Leudar

significa penetrar con una influencia iluminadora o vivificante. La levadura no es

algo que produce un cambio general asimilado en una masa o en un agregado.

Leudar significa mezclar o infiltrarse con un elemento transformador o mixtura.

Es una cosa penetrando en otra. Conlleva un sentido de que una cosa debe

infiltrarse en otra hasta el grado en que la otra deje de existir. Una levadura

penetra con fuerza esclarecedora, así que dondequiera que haya dos químicos

trabajando, uno penetra en el otro a un grado tal, que el otro es totalmente

cambiado.

Este es el significado del símbolo relacionado con “la mujer que tomó

levadura y la escondió en tres medidas de harina hasta que todo fuera leudado.” (Mat. 13: 33, Luc. 13:21) Esto es Espíritu, el proceso por el cual Espíritu lleva a cabo su

batalla; muestra cómo Espíritu comanda la guerra.


La proposición es esta: Aparentemente hay dos poderes, dos opuestos; pero

en Espíritu sólo hay uno; así que la comprensión de este poder único tiene que

penetrar la ilusión del otro. La levadura debe trabajar para transformar

totalmente, transformar completamente lo opuesto hasta que ya no exista opuesto

alguno; entonces permanece sólo uno.

La levadura es por lo tanto un símbolo para la idea de que la dualidad se

resuelve en unicidad. Podemos ver el tono de Espíritu que dice: “Yo soy lo

único. Por lo tanto, yo penetro todo de manera que todo sea de la misma

naturaleza del Yo soy.”

La Sra. Eddy habla de la alquimia del Espíritu. Un alquimista fue el

precursor del químico actual. Su ideal era alcanzar en lo material lo que Espíritu

quiere lograr en lo espiritual. La alquimia se refería a los modos y medios de

transformar una sustancia básica en una sustancia de mayor valor, por ejemplo,

obtener oro del hierro.

Espíritu no puede tomar alguna situación errada y transformarla, a menos

que manifieste la naturaleza divina. Para Espíritu no hay opuesto, no hay

imposibles. Puede leudar cualquier situación hasta su naturaleza más alta, hasta

que la naturaleza divina aparezca.

¿Cómo lo hace Espíritu?

En realidad, nosotros somos Espíritu, y como nosotros, a medida que por

medio de la fuerza de Espíritu tomamos nuestra posición, a medida que nos

elevamos en la fuerza de Espíritu, no dejando entrar ningún opuesto, no

permitiendo que, entre el punto de vista humano, la naturaleza superior se

manifiesta más y más, hasta que se vuelve completamente espiritual y divina.

Esta es la batalla de Espíritu, la alquimia de Espíritu, la transmutación de Espíritu.

Cuando la batalla está ocurriendo, la llamamos ‘crisis’, una quimicalización.

Este es el paso en donde los poderes opuestos están aún en conflicto. Es un


estado de transición. Sabemos que Espíritu puede desquimicalizar una condición

quimicalizada. ¿Cómo? Por medio de Espíritu. Debemos mirar la condición

sólo desde el punto de vista de Espíritu, desde la línea directa de Espíritu. Si

vemos la situación sólo desde la pureza de Espíritu y no la mezclamos con el punto

de vista humano, con la evaluación humana, con el temor, etc., la

desquimicalizamos.

Debemos mantener sólo las ideas de Mente en nuestra conciencia.

“Cuando la ilusión de enfermedad o de pecado os tiente, aferraos firmemente a

Dios y Su idea. No permitáis que nada sino Su semejanza more en vuestro

pensamiento.” (C & S 495: 17-20) Esta es la posición que debemos tomar, sin mezcla

alguna de concepciones materiales, para desquimicalizar una condición.

Ante todo, preguntémonos: “¿Qué es lo que Mente sabe acerca de esta

situación?” Y veamos que: “Mente sólo conoce sus ideas”. Luego llega

Espíritu y dice con el punto decisivo: “¿Están adhiriéndose a su visión de Mente?”

Si nos adherimos a la visión de Mente habremos tocado Espíritu, no Mente.

Habremos tocado Espíritu porque habremos hecho la decisión de no permitir que la

visión de Mente sea mezclada con otras opiniones, con un concepto humano, un

concepto material, con temor, inseguridad, preocupación, dudas, etc.

Tomemos firmemente el estándar de Mente; tomar la firme medida de

Mente, es Espíritu. Espíritu significa que vemos que esa visión de Mente no esté

mezclada con concepciones materiales, temores, dudas, ni ninguna emoción

negativa. Esta adhesión a Espíritu desquimicaliza la situación.

Para desquimicalizar una situación o condición necesitamos usar los

elementos de Mente que hemos estudiado. Penetramos una situación con las

ideas de Mente; le vaciamos las ideas de Mente. Esto hace una distinción

claramente visible. Espíritu es pureza; puede purificar cualquier cosa


permeándola con las ideas de Mente, y es por eso que se simboliza con términos

tales como leudar y alquimia.

Nacimiento

La Sra. Eddy dice que las ideas nacen de Espíritu. No es suficiente

reconocer que Mente crea todas las ideas. Es necesario avanzar y ver qué da a

estas ideas nacimiento. Leemos: “La cualidad vivificante de la Mente es el

Espíritu.” (C&S 517: 7-8) Espíritu es quien da a luz.

Nuevamente, ¿podemos ver la guía de Mente a Espíritu? Puede mostrarse

con una palabra tal como ‘concibe.’ Mente concibe una idea. Es decir, Mente

concibe, Mente crea, produce, causa, origina. Cuando decimos que Mente

concibe, significa que Mente es inventiva, fértil, preñada con ideas; Mente está

dedicada a producir; Mente crea una idea, ve la idea. Pero este mismo término

puede ser característico también de Espíritu. Espíritu concibe una idea, Espíritu se

hace cargo de ella, la acepta, es decir que nos hacemos cargo de ella – después de

haber concebido una idea en Mente, la concebimos en Espíritu. Cuando

aceptamos la idea, puede ser traída a luz. Esto es Espíritu – el nacimiento del

Espíritu. Debemos tomar lo que Mente, nuestra verdadera Mente crea, y debemos

aceptarlo como lo único. Si reverenciamos lo que Mente crea, y ponemos nuestra

atención en ello, la idea es dada a luz.

Es Espíritu quien da a luz. Espíritu es el dador de la cualidad de la vida.

En Mente plantamos la semilla. La semilla deber ser plantada antes de que sea

parida. El proceso de despliegue y desarrollo es Espíritu.

La Sra. Eddy habla mucho, en relación con Espíritu, acerca de la novedad de

la vida, de la renovación de la vida. Habla de la concepción espiritual, el nuevo

nacimiento del Espíritu. ¿Por qué tenemos mucho de esto “nuevo” en relación

con Espíritu? Espíritu es el canal de despliegue; es el canal usado en la jornada


de Mente al Alma, en donde, en Espíritu, obtenemos la identidad definida “con

gozo inefable” como dijera Pedro. (I Pe. 1:8)

El Orden Fundamental

Primero Mente tiene que concebir (idear) la idea. Espíritu luego la concibe,

la despliega y desarrolla, y hace que nazca; luego toma forma e identidad en Alma.

Este es el orden fundamental. Espíritu traza la línea entre lo que es real y lo que

es ilusión. No es sino hasta cuando se alcanza el tercer escalón en Alma, que una

idea obtiene identidad y definición.

Cómo el Espíritu da a Luz

Espíritu da a luz. De nada sirve siempre plantar semillas, si dichas semillas

no son dadas a luz con cálida adoración, reverencia y cuidados de Espíritu. En lo

material, las semillas requieren de agua, tierra y sol antes de que nazcan, se

desarrollen y crezcan. En lo espiritual las semillas de Mente requieren de

devoción y dedicación o no nacerán ni desarrollarán. Si enfocamos con amorosa

atención las ideas de Mente tendremos desarrollo y progreso.

El fruto del Espíritu es el resultado de esta habilidad de Espíritu para

desarrollar las ideas de Mente. Esta habilidad de Espíritu, manifestando nuestros

puros motivos, nuestra adoración y ardor, conlleva el fruto de Espíritu. Espíritu

es el desarrollo de la idea, de manera que se convierte en sustancia, se vuelve

sustancial a nuestro pensamiento por el constante desarrollo de sí misma hacia

mayor comprensión.

La mayoría de los estudiantes permanecen con Mente en su estudio. No

van hacia Espíritu, no dan a luz la sustancia espiritual, el fruto espiritual, ni la

descendencia espiritual. Debemos ver que, aunque comenzamos con Mente,

aunque leemos, investigamos y estudiamos, lo completo está estéril, infructuoso y


no tiene sustancia o consecuencia de Espíritu, hasta que conocemos algo sobre el

nacimiento del Espíritu. Sin el adecuado sentido de la obstetricia científica, nada

evoluciona.

Espíritu, es decir, nuestra actitud como Espíritu, pondera y ama las ideas de

Mente, cultiva las ideas de Mente, las reverencia y está en temor reverente ante las

ideas de Mente. Sin esta adoración interior, las ideas no son nutridas y

consecuentemente no echan raíces ni crecen dentro de nosotros. El sentido

espiritual se formará a sí mismo por medio del nacimiento del Espíritu. Se forma

a sí mismo a través del sentido que da su amor total a la idea.

Si amamos la idea, le dedicaremos nuestro tiempo, nuestros recursos, nuestra

energía y nuestros mejores esfuerzos para asimilarla y desarrollarla.

Mente Siempre debe ser lo Primero

Espíritu nos dice que pongamos primero, lo primero. Luego nos ocupamos

en la lucha de Espíritu, y comienza la batalla, porque las demandas de la vida

diaria vendrán y dirán: “Sí, tú puedes hacer esto, pero primero hay que hacer esto y

esto otro”.

Mente debe ser siempre lo primero. Comenzamos con Mente. Espíritu

pregunta: “¿Siempre comienzas con Mente? ¿Siempre das a Mente el primer

lugar, espiritual, mental y afectivamente? ¿Das a Espíritu el primer lugar en

tiempo, energía y afecto?” Si otras cosas vienen primero, habremos perdido

nuestro punto de vista de Espíritu.

A través de los siglos, ¿cómo es que las grandes ideas nacieron y se

desarrollaron? Fueron desarrolladas por una voluntad de poner un ideal primero

y, sobre todo. Tomemos como ejemplo al apóstol Pablo. Sabía que sería

lapidado si iba a ciertos lugares, pero si sentía la dirección de dirigirse ahí, iba. Él


puso las cosas primero, primero. Él tenía un ideal, y puso todo en su ideal. Esto

es lo que hace que la idea avance. Una persona tibia nunca hace algo grande.

¿Dónde están nuestros afectos? “¿Amas a Dios con todo tu corazón, y con

toda tu alma, y con toda tu mente?” (Mat. 22: 37) Estos tres, escritos con mayúsculas,

son los primeros tres sinónimos. ¿Ponemos a Dios, y la adoración a Mente antes

que cualquier otra cosa? – ¿antes que la familia, que los vecinos, que los negocios,

que la casa y las diversiones? Hay una sola línea a seguir, la línea de Mente,

Espíritu, Alma, no importa lo que cueste.

Los sinónimos no son palabras. Son actitudes. Es imposible para el

hombre escapar a las consecuencias de su propio pensamiento. Mente crea, pero

Espíritu da a luz. Espíritu es eso que canaliza, prepara el nacimiento y da a luz.

Desarrollo

Después de haber considerado el nacimiento, podemos fácilmente ver por

qué desarrollo concuerda con ideas tales como despliegue, evolución, progreso, y

avance. La semilla de Mente debe desarrollarse, debe progresar, debe moverse

hacia delante. Este aspecto de Dios es a lo que llamamos Espíritu.

¿Por qué “desarrollo” tiene que ver con Espíritu? ¿Por qué Espíritu se hace

cargo de este movimiento hacia delante? ¿Cuál es el lenguaje espiritual tras esto?

¿Cuál es el tono espiritual, la importancia espiritual tras esto? ¿Qué es lo que

hace que desarrollo, desarrolle? ¿Por qué funciona aquí Espíritu para que haya

desarrollo en modo alguno?

La falsificación del desarrollo es estancamiento. ¿Por qué algo se estanca?

‘Desarrollo’ significa que la habilidad creadora de Mente no está limitada.

Espíritu remueve todo estorbo, toda oposición. Espíritu es aquello que separa

todas las cosas. Espíritu dice: “Mi trabajo es ver que no haya oposición, que no

haya estorbo para la habilidad creadora de Mente, que no haya obstrucción.” Si


hay estorbo, obstrucción, bloqueo, todo se pudre, cojea, se estanca. Espíritu se

hace cargo de la dualidad y remueve toda oposición. Dice: “No conozco de

opuestos, por tanto, no hay obstrucción alguna para esta idea creativa eternamente

evolucionando, eternamente desarrollándose.”

La Oposición es Manejada por el Espíritu

Siempre podemos regresar a Mente. Mente dice: “Tengo una idea creativa.

Proyecto una nueva idea al ser.” Si hay oposición a esta idea, la oposición es

manejada por Espíritu. La oposición es el problema de la dualidad, el

antagonismo, malos motivos, leyes materiales y propensiones. Sólo podemos

evolucionar y progresar espiritualmente cuando Espíritu reina dentro de nosotros.

Espíritu no tienen oposición. No reconoce fuerzas contrarias, ley contraria, nada

en contrario. Por lo tanto, es nuestra actitud interior lo que determinará qué tanto

progreso hacemos. El progreso es la naturaleza de Dios; pero, ¿qué tanto

progreso hacemos? Progresamos en proporción a nuestro esfuerzo de poner todo

concepto dual fuera de nuestra conciencia. Y en tanto que nos liberamos a

nosotros mismos de toda sensación dual y de antagonismo, edificamos una

supercarretera a través del desierto.

Mente es como la corriente de una montaña. El agua sigue bajando, y debe

tener algún lugar a donde ir. Espíritu debe canalizar, debe remover toda

obstrucción. Debe canalizar las producciones de Mente en direcciones bien

especificadas para que las ideas de mente puedan cumplir con su propósito.

Tendremos más de esto cuando lleguemos al orden, el cual es la idea cabal que

regula el progreso y el desarrollo, porque desarrollo tiene que ver con lo decretado,

viniendo a nacimiento.


Linaje

En Mente tuvimos la idea, Mente paterna. Espíritu libera los canales por

los que la Mente creativa puede desplegarse a sí misma infinitamente.

Mente crea y Espíritu da a nacimiento, y lo que da a nacimiento es del linaje

del Espíritu, no de la carne. “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es

nacido del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6) En la Ciencia el hombre es el linaje del

Espíritu. En el reino de la creencia, en el sueño Adán, el hombre es el linaje de la

carne. La comprensión de Espíritu nos capacita para liberarnos de esta falsa

perspectiva de nosotros mismo, y a dibujar una clara línea divisoria entre los

conceptos de la existencia espirituales y materiales.

El Espíritu produce Fruto

Que el Espíritu da fruto significa que algo está manifestándose y

manifestándose, y desplegándose constantemente. Esto es lo opuesto a

‘acrecentamiento’. Acrecentamiento no es despliegue, es más bien como

acumular un montón de conocimiento. La idea debe evolucionar desde adentro.

Hay una considerable diferencia entre desarrollo y despliegue, y también

entre despliegue y evolución. Mutación también es algo distinto. Todas son

fases de la evolución.

La naturaleza da ejemplo de verdadero despliegue. Podemos agregar

átomos a átomos sin producir algo verdaderamente nuevo, hasta cierto punto, pero

si se añaden suficientes átomos en determinada manera, la acumulación de átomos

se une en una estructura llamada molécula. Esto es despliegue, porque una

molécula tiene leyes dentro de sí misma diferentes a las de los átomos y actúa en

forma diferente.

Teniendo moléculas, no podríamos añadir indefinidamente moléculas para

obtener algo nuevo. Tenemos que añadirlas en determinada manera para obtener


una célula, algo nuevo otra vez. Una célula tiene leyes diferentes en sí misma,

diferentes reacciones a las que tenían las moléculas. Esto es desarrollo. En la

naturaleza no podemos añadir y añadir moléculas. El desarrollo en la naturaleza

no se produce de modo diferente; sólo reúne aquellas moléculas que están

capacitadas para formar una célula. Unas cuantas células juntas pueden formar

un órgano; unos cuantos órganos juntos, un organismo, un cuerpo; muchos

cuerpos, un sistema social, por ejemplo, una familia, y así hasta clan, nación,

mundo.

El Desarrollo trae Cambios

Algo en el desarrollo origina cambios radicales. La naturaleza posee dentro

de sí misma la habilidad para formar estructuras nuevas. Lo mismo sucede en la

Ciencia Cristiana, si permitimos que el Espíritu reine dentro de nosotros. Todo lo

que estudiamos debe tener un efecto de nacimiento; entonces este estudio

producirá un nuevo modelo de conciencia que repentinamente verá toda la escena

de forma diferente. Esta es la razón por la que tenemos estas grandes evoluciones

en la idea espiritual. Por ejemplo, el Libro de Texto era visto por los estudiantes

de hace cien años, en forma completamente diferente a la que actualmente estamos

viendo hoy en día, aunque el Libro es el mismo. El fenómeno cambia, aunque

venga de la misma identidad, el mismo origen. Si obedecemos las leyes habrá

progreso. Requiere de coraje espiritual ir a través de los cánones de la Ciencia

porque jamás sabemos en qué dirección nos conducirá Mente; podría aún

conducirnos hacia una dirección que no nos agradara.

La única manera de progresar es dejar de lado toda concepción material y

dejar que Espíritu gobierne. Debemos renunciar a nuestros deseos y anhelos

materiales, y decidirnos a hacer lo que Espíritu quiere que hagamos. Esta es la

actitud interior de Espíritu. Cuando Espíritu se transforma a sí mismo a lo


humano – cuando el nacimiento de Espíritu se transforma a sí mismo a lo humano

– actúa dentro de nosotros como una voluntad de abandonar lo material y

volvernos hacia lo espiritual, “a dejar lo viejo por lo nuevo.” (C & S 324: 1)

Espíritu Requiere de Orden

El desarrollo por medio de Espíritu trae cambios, cambios radicales, pero

jamás son cambios fortuitos, porque otra de las características básicas de Espíritu

es orden. El sentido científico de orden es visto como lo semejante produciendo

lo semejante. Este es el sentido fundamental en una ciencia. De entre algo, algo

se manifiesta, algo se despliega en una línea directa. La Sra. Eddy habla de: “la

línea recta del Espíritu.” (502: 6-7) El desarrollo ordenado se hace cargo de ver que

una idea sea canalizada de tal manera, como para obtener su finalidad, como en la

naturaleza. El pensamiento no podría escaparse a ello, sino por lo contrario, es

colocado en manera ordenada para su cumplimiento. Justo a través de Mente a

Amor, tenemos el orden de Espíritu. Orden es la facultad que nos conduce

irresistiblemente de Mente a Espíritu, de Espíritu a Alma, de Alma a Principio, a

Vida, a Verdad, y a Amor, en el cual encontramos el estado de cumplimiento. De

esta manera el intento creativo de Mente se cumple a sí mismo, y llega al punto de

logro y complacencia absoluta. Aquello que empuja el desarrollo de sinónimo a

sinónimo, es Espíritu. Si el pensamiento es empujado desde Principio a Vida,

quien lo hace es el orden de Espíritu. Es Espíritu quien dice: “De entre la etapa

precedente crece la etapa subsiguiente en forma ordenada.” Esta es la maravilla

en toda ciencia, y dondequiera. Sin tal orden, nada podría haber acontecido en la

civilización. Con ella todo es posible. Por lo tanto, movámonos hacia delante.

Podríamos tropezar, pero eso está bien. Si jamás tropezáramos eso

probablemente significaría que estamos permaneciendo quietos.


Cómo las Ciencias Empujan hacia delante

En cada ciencia, los científicos edifican sobre las obras de sus predecesores.

Esto ha sido así en el desarrollo de la Ciencia. Ha sido así en su lógica; la lógica

del impulso de Vida siempre conduciendo a la lógica de la Verdad, al objetivo

perfecto – el Amor. Por medio de las diferentes ciencias, cada vez que ocurre una

investigación en cierta línea de toque o tangente, siempre retrocede, para empujar

hacia delante. Sólo hay un gran rumbo cabal por todas las ciencias. Podrá haber

pequeñas bifurcaciones, pero siempre retornan a la extraordinaria línea principal.

Esto nos muestra que hay un orden definido. Por ejemplo, una ciencia sobre las

computadoras no podría haber sido desarrollada hasta que se alcanzara cierto

discernimiento seguro de las matemáticas.

El Camino será Ordenado

De esto aprendemos que jamás somos empujados a una etapa en nuestra vida

que esté demasiado avanzada para nosotros, o que no podamos manejar.

Aprendemos que nuestra vida será una vida ordenada, guiada paso a paso. La

gente no será empujada a un punto donde la humanidad habrá de arribar hasta el

año 2050, porque necesitamos de los años intermedios para obtener una posición

firme para tal fecha avanzada. El mundo entero, y el individuo, se desarrollarán

en forma ordenada, paso a paso, y podemos estar seguros que estaremos

preparados para manejar todo problema que llegue a nosotros. El viaje podría

forzarnos. El camino podría no estar lleno de rosas, y seguramente requerirá de

nuestra energía y de nuestros mejores esfuerzos.

John Doorly fue el primero en ver en Ciencia y Salud la línea ordenada de

Espíritu, a la cual llamó la Sra. Eddy ‘la línea recta del Espíritu,’ y el primero en

señalársela a sus estudiantes. Max Kappeler y otros estudiantes comprometidos


la recorrieron. Nosotros podemos recorrer el camino, ese camino ordenado de

Espíritu, si estamos comprometidos en cada paso.

¿Qué significa recorrer el camino ordenado de Espíritu? Preguntémonos:

“¿Pongo las cosas primeras, primero? ¿Las distingo adecuadamente? ¿Dónde

está mi corazón? ¿Dónde está mi mente? ¿Qué es lo que estoy pensando

durante todo el día? ¿Estoy sustituyendo concientemente los conceptos

materiales por los conceptos espirituales?

La Sra. Eddy habla de la línea de la creación espiritual, en la que cada etapa

siguiente está en esa línea. No hay saltos ahí. Jamás se nos pone en una

situación que no podamos dominar.

Pureza

Mente crea, y Espíritu despliega de manera ordenada, y esto nos lleva a la

idea de pureza. ‘Pureza’ es una idea muy importante de Espíritu; Espíritu es

pureza.

¿Qué significa ‘pureza’?

“Pureza científica” significa que algo está libre de elementos extraños, libre

de métodos no científicos, libre de enfoques seudo científicos. La investigación

científica está libre de investigación mística.

Espíritu es lo único. Está incontaminado de un sentido dual, cualquiera que

sea la forma en que el sentido dual pudiera aparecer. Debemos mantener la

Ciencia de Espíritu pura, viendo que es de una sola naturaleza. Pureza significa

ser de una sola naturaleza. Por eso es que tenemos ‘naturaleza’ bajo Espíritu.

Somos de la naturaleza de Espíritu. Hemos visto que “Las leyes de la naturaleza

son leyes del Espíritu.” (C & S 183: 20-21) La naturaleza es Espíritu debido a que tiene

que ver con ideas espirituales, y no con lo material o la materia. Tiene que ver

con cualidades espirituales, atributos espirituales. Todo lo que conforma la


naturaleza del ser, es espiritual. Esa naturaleza espiritual es pura, no mezclada,

incontaminada por algo ajeno a sí misma. Lo semejante produce lo semejante.

La Pureza, Siendo de una Naturaleza, Significa

que no Podemos eludir el Orden

Al conocer las reglas y leyes de cómo dar nacimiento a un nuevo rango de

referencia, hacemos mejores progresos. Paciencia es una idea de Espíritu – el

orden de Espíritu, cuando se transforma a lo humano, aparece como paciencia.

Manifestamos paciencia cuando no interferimos con el orden natural, cuando

permitimos a las cosas tomar su curso, cuando permitimos que sean del modo que

son.

Todos estos gloriosos atributos humanos no nos sacan del camino. Son

algo positivo; tienen su fuente en algún lugar en la estructura del ser, y el orden de

Espíritu dice que no podemos eludir el orden. El orden está unido al ser; no

podemos ni empujarlo ni retenerlo. Por consiguiente, permitamos que las cosas

tomen su curso; y transformadas al nivel humano, esta actitud aparece como la

cualidad de la paciencia, del ser paciente.

Hemos estado viendo que Espíritu tiene que ver con “uno, único”. Nos

dice: “Yo no sé de dos, yo sólo sé del uno”. Espíritu tiene que ver con separar a

uno mismo de la creencia en cualquier tipo de dualidad. Esa es la plataforma de

Espíritu. En Mente no teníamos esa plataforma de tener dos. Es sólo cuando

llegamos a Espíritu que tenemos la guerra, la lucha para liberarnos a nosotros

mismos de mezclar materia con Espíritu.

En Mente tuvimos un punto de vista o melodía diferente. Mente nunca

tuvo que ver con opuestos, con separar. En Mente todo era cuestión de un poder

tremendo, de causalidad infinita queriendo estallar y avanzar. Luego llega


Espíritu y dice: “Que lo que Mente crea y produzca sea la única cosa.” En este

sentido sentimos a Mente, y sentimos la gran diferencia entre Mente y Espíritu.

Bautismo y Adoración – Cualidades

Transformadas, no Ideas de Espíritu

La pureza inherente a Espíritu se transforma en lo humano en bautismo y

adoración. Bautismo es una cualidad transformada que significa la acción de

Espíritu en lo humano. La definición de la Sra. Eddy de bautismo es:

“Purificación por el Espíritu; sumersión en el Espíritu. ‘Más quisiéramos estar

ausentes del cuerpo y presentes al Señor’...” (C & S 581: 25-28) Cuando mantenemos

nuestras mentes tan llenas de Verdad y Amor que impedimos la entrada a algún

elemento extraño, esto es purificación por el Espíritu, sumersión en el Espíritu –

ausencia del cuerpo y presencia al Señor.

Adoración también es una cualidad transformada. Es nuestra actitud hacia

Espíritu. ‘Adoración’ significa estar consagrados al Uno. Debido a que Espíritu

es la pureza y la única naturaleza, y no conoce nada fuera de sí misma, se

transforma a lo humano diciendo: “Deberás tener un solo Dios delante de ti.”

Adoración es dedicación, una devoción al Uno, al Único adorable.

¿Por qué los términos “adoración” y “bautismo” son cualidades

transformadas y no ideas de Espíritu? Una idea es sólo aquello que viene del

sinónimo. Aprendimos en Mente que una idea es la imagen en Mente. Por

consiguiente, sólo aquello que el sinónimo tiene en Mente es una idea. Sólo

aquello que Espíritu conoce acerca de sí mismo es una idea. Espíritu no adora.

Espíritu no requiere de bautismo. Estos términos no son ideas de Espíritu, sino

que son cualidades de Espíritu transformadas a lo humano.

Debido a que Espíritu es lo único, y demanda absoluta consagración de

pensamientos, energías y deseos, se transforma a sí mismo a lo humano como la


adoración o servicio a esto “único.” Estamos poniendo lo primero, primero,

cuando centramos nuestra atención en Espíritu. Esta es la razón por la que

tenemos que, términos tales como “adoración” y “bautismo” son pensamientos

centrales que caracterizan a Espíritu.

La Sra. Eddy habla del ‘punto focal de Espíritu,’ ‘la distancia focal de

Espíritu.’ Una vez que hemos separado las ideas de las ilusiones, entonces

Espíritu es aquello que enfoca todo en uno. Espíritu dice: “Yo reúno todo en uno;

todos los rayos de luz (Mente) se reúnen en uno.” Espíritu no permite dispersión;

dispersión es lo opuesto de adoración que enfoca todo en el único Ser. Esto es

nuestra Vida; todo está enfocado en el Uno, “la omnipresencia de la perfección

presente.”

Reflejo

La idea de ‘enfocar’ nos lleva a la idea de reflejo.

Si hemos tenido la experiencia con prismas y espejos, sabemos que sólo hay

reflejo cuando la imagen aparece en el punto focal. Cuando algo está fuera del

punto focal la imagen se presenta borrosa. De igual manera en la Ciencia a

menos que haya enfoque en el Uno, nada puede manifestarse a manera de fruto

verdadero, porque estaríamos teniendo una desviación o deflexión en lugar de una

reflexión.

Todo esto acontece en nuestra conciencia. Nuestra conciencia o está en el

punto de la reflexión o se encuentra turbada en la desviación. Si nada ajeno a

Espíritu entra en nuestro pensamiento, no hay nada para dañar la imagen. Cuando

el pensamiento está sumergido en lo puramente espiritual y piensa divinamente,

refleja a Dios. Sólo hay deflexión o desviación cuando algo en nuestra

conciencia no refleja completamente al único Dios.


Somos Espíritu; nuestro ser es Espíritu. Espíritu no es algo fuera de nuestra

conciencia. “El reino de los cielos está dentro de [nosotros]” como nuestra

verdadera conciencia. La única cosa que puede reflejarse a sí misma es el propio

Espíritu.

En los circos pudiera haber una habitación con espejos que distorsionara la

imagen y mostrara una deflexión o desviación. ¿No nos cambiaría dicha

deflexión a ustedes o a mí? No. Es sólo una deflexión. El espejo es nuestra

conciencia. Si nuestra conciencia no es absolutamente pura, obtenemos una

desviación en lugar de un reflejo.

La Necesidad de las Categorías y de las Clasificaciones

Espíritu no solo refleja las verdaderas ideas de Mente, también las

“diversifica, clasifica e individualiza.” Este es un aspecto importante de Espíritu

porque regula el despliegue y desarrollo de la idea. Da orden a las ideas de

Mente. Mente tiene ideas infinitas, pero ¿cómo encontramos nuestro camino a

través de estas ideas infinitas si solo tenemos un sentido de infinitud, pero no de

valores establecidos? No podemos entender algo que no ha sido clasificado,

puesto en categorías, e individualizado. En botánica, por ejemplo, tenemos

cientos de plantas diferentes. Para comprender la botánica estas plantas deben ser

puestas en un sistema de categorías y subcategorías. Es sólo a través poner las

infinitas formas posibles que existen, en sistemas ordenados, que cada planta puede

ser identificada y conocida.

Esto se ha hecho en nuestra Ciencia, como en cualquier otra ciencia,

poniendo primero grandes categorías, luego subcategorías con clases; cada clase de

nuevo con categorías y subcategorías en otras nuevas clases, etc. De esta manera

Espíritu diversifica, clasifica e individualiza hasta que tenemos la idea específica.

Luego cada idea tiene su lugar y valor específico dentro del infinito todo. Aún


tenemos las ideas infinitas de Mente, pero ahora, por medio de Espíritu, somos

capaces de ver el valor y lugar de cada idea; somos capaces de nombrarlas y de ver

la expresión individualizada de ellas.

Así podemos ver que la reflexión infinita de Espíritu no es un solo reflejo; es

una reflexión infinita clasificada e individualizada, en la cual ni un solo reflejo es

igual a otro. Cada reflejo está individualizado, y es Espíritu quien origina este

orden absoluto.

Espíritu Presenta el Orden fuera del Caos

Espíritu presenta el orden fuera del caos. Hoy en días las ciencias ya no

consideran que exista el caos. Lo que parece ser caos es orden que no está

entendido, o que no ha sido descubierto. Lo mismo es cierto en la Ciencia. Sólo

es cuestión de entender las categorías que existen de un tema, la clasificación

existente y el valor del lugar de cada experiencia. Entendiendo esto, ya no

sentimos más que el tema es caótico.

Nuevamente esta es la razón por la que Espíritu es comprensión. Para

comprender no sólo necesitamos la habilidad de separar lo real de lo irreal, sino

también la habilidad de comprender cada cosa en su orden; y es Espíritu, en su

labor de diversificar, clasificar e individualizar quien da esta habilidad.

La Comprensión trae Orden

Ya no hay más desorden. Sólo tenemos que ver el valor del lugar en la

experiencia que estamos viviendo, de las lágrimas que estamos vertiendo; entonces

ya no aparecerá como caótica. Debemos ver qué fue lo que la provocó.

Debemos clasificar adecuadamente y ver el valor de su lugar dentro del cuadro

general. Entonces es que podremos mirar al ángel detrás, la bendición encubierta.

La discordia, la enfermedad, los fracasos, o las experiencias felices pueden ser


definidos por medio del sistema. Pueden ser entendidos como no caóticos, si

conocemos nuestras categorías. Cada experiencia está de acuerdo a una ley; pero

los cientos de fenómenos deben ser puestos en categorías. Debemos ver en qué

nivel de la experiencia acontecieron.

Si nos mantenemos en la línea directa de Espíritu, Espíritu nos mostrará

exactamente qué aconteció. Cuando se comprende una experiencia, jamás

decimos que fue mala. No podemos juzgar una experiencia dentro del rango de

una semana o un mes, o aún un año. Esa misma experiencia, dentro del rango de

una vida completa, pudo haber sido una experiencia transitoria que fue muy

positiva.

Qué poco comprendemos hoy en día nuestro verdadero ser como

“incorpóreo, divino, supremo [e] infinito.” Muy a menudo somos como la

congregación de la siguiente historia:

El nuevo pastor de una iglesia rural apareció en la clase de la

escuela dominical y comenzó a interrogar a los estudiantes para

valorar la eficiencia de la maestra.

“¿Quién derribó las murallas de Jericó?” le preguntó a uno de los

muchachos.

“Con seguridad que no fui yo, Reverendo”, dijo el joven.

Volviéndose a la desconcertada maestra, el pastor exclamó:

“¡Supongo que esto es un ejemplo de la clase de disciplina que usted

mantiene!”

“Verá Reverendo, Timmy es un buen chico y no miente. Si dice

que él no lo hizo, yo le creo”.

Completamente perturbado, el pastor llevó el asunto al consejo de

diáconos de la iglesia. Después de la debida consideración, el

consejo envió el siguiente mensaje al perplejo ministro: “No vemos la


razón para hacer de este incidente un problema. El consejo pagará el

daño de las murallas, y lo cargará como ‘vandalismo’”. – Buenas

Noticias.

Semejanza

Estudiar, como el pastor nos diría, es totalmente importante tanto en cuanto

a lo que estudiamos, así como en cómo estudiamos. Al estudiar estos términos,

comenzamos con la idea, no con los sinónimos. Tomemos el concepto de

semejanza. Comenzamos con ‘semejanza,’ no con Espíritu. Nos preguntamos:

“¿a qué sinónimo corresponde?” Debemos razonar desde dicho término, y

preguntar: “¿Qué sinónimo es el que caracteriza este término?” Semejanza

significa el reflejo de algo, una semblanza, una copia; lo igual produciendo su

igual; su semejanza misma; lo semejante produciendo lo semejante es el

nacimiento, lo idéntico, evolución. Evaluando estas ideas que significan

semejanza, vemos que también tienen que ver con Espíritu.

Orden, por ejemplo, es inherente en lo igual produciendo su igual; en la

semejanza vemos el despliegue del orden. Debe tener un sentido de pureza o no

tenemos sensación de semejanza. Esto es el principio de sinonimia en acción en

estas ideas diferentes que caracterizan a los sinónimos.

Finalmente, vemos que cada idea es siempre una con cada sinónimo. Esto

es verdad porque todas pertenecen al único Ser.

¿Es una relación ordenada? Si no hay dualidad no podemos tener

desemejanza. ¿Quién tiene la imagen en Mente? Yo la tengo. ¿Quién tiene la

comprensión de la imagen, de la semejanza? Yo la tengo. Luego, no hay

espacio alguno para la desemejanza.


El Bien

Veamos otro buen ejemplo, el término “bien”.

¿Por qué Espíritu es el bien? ¿Por qué no es una característica de Mente o

de Amor? Algo es bueno cuando encaja armoniosamente en el todo. ‘Bien’

pertenece a Espíritu porque encaja, así que no hay fricción, ningún opuesto.

Encaja en el todo, sin fricción alguna. El proceso de separación de Espíritu

elimina toda ilusión, todo error, así que lo que queda, es bueno, el bien.

El Libro de Texto define al ‘bien’ como “Dios; Espíritu; omnipotencia;

omnisciencia; omnipresencia; omniacción.” (C & S 587: 21-22) Espíritu es todo lo que

es el bien, y Espíritu es reflejado sólo en aquello que es bueno. Dios crea todas

las ideas, por lo tanto, sólo las ideas pueden ser clasificadas como buenas.

Sustancia

¿Cómo razonamos desde sustancia, como una idea de Espíritu? Sustancia

es aquello que es real, aquello que sustenta toda manifestación exterior.

Sustancia es la naturaleza de algo. Vemos que Espíritu da nacimiento a lo que

Mente crea. Mente es el creador, pero Espíritu da nacimiento, da a luz a la idea.

Cuando le da nacimiento, la idea comienza a desplegar, y cundo algo despliega,

tenemos frutos. Si no despliega, carecemos de frutos, no hay sustancia.

Sustancia es su realidad.

Si queremos saber lo que es la verdadera sustancia deberemos comenzar con

Mente. Sustancia es la naturaleza subyacente y verdadera de una manifestación.

Sólo aquello que es espiritual y de la naturaleza de idea, puede ser sustancia. El

universo espiritual y el hombre son sustanciales porque el hombre es: “...la

compuesta idea de Dios e incluye todas las ideas correctas...;” (C & S 475: 15-16) él es la

compuesta idea del Espíritu infinito. Esto hace al hombre sustancial. “...el


universo de Dios es espiritual e inmortal...;” (C & S 289: 27-28) por lo tanto, esto es

sustancia y sustancial. Sustancia es la realidad.

Realidad

¿Qué es la realidad? No es algo objetivo allá afuera. La realidad está en

la conciencia; es comprensión; es “el reino de (Dios)... dentro de (nosotros).”

Nuestra comprensión es nuestra realidad. Si esa comprensión es falsa, una

comprensión ilusoria, entonces tenemos una realidad material, una realidad falsa.

La Sra. Eddy habla de la realidad de Espíritu, de las ‘cosas’ de Espíritu. ‘Las

cosas’ de Espíritu son cualidades espirituales, ideas espirituales. Ella dice que

Espíritu es positivo; es tangible a la conciencia espiritual.

Debemos estar alertas al uso de los términos. En la medida en que

cultivemos estas ideas, se vuelven tangibles a nuestra conciencia. ¿Acaso no

están Mente y Espíritu, haciéndose tangibles a nuestra conciencia? Estamos

obteniendo la sustancia espiritual de estas ideas. Cada sinónimo tiene su propia

sustancia espiritual, sus propias ideas que lo caracterizan. Al captar estas ideas

espirituales, las cuales constituyen la única sustancia verdadera, captamos la

realidad. Todo lo que es espiritual es sustancia y sólo eso es realidad, solamente

eso es actualidad, realidad.

Naturaleza

¿Por qué naturaleza es Espíritu? Naturaleza es Espíritu porque lo que es

procreado por Mente, como una idea en Mente, es verdaderamente la sustancia de

la realidad, y la sustancia de la realidad es la naturaleza de todo. Las cualidades

de la idea constituyen su naturaleza.

¿Cuál es la diferencia entre idea y naturaleza? Naturaleza describe la

cualidad de la idea; la cualidad de una idea es la naturaleza de una idea. Por lo


tanto, tenemos “cualidad” como una característica de Espíritu, porque Espíritu es

cualidad y cantidad divinas. Cada idea tiene su naturaleza. Por ejemplo, una

idea puede tener la naturaleza de poder; una idea puede tener la naturaleza de ley;

una idea puede tener la naturaleza de inteligencia, o la naturaleza de identidad, o la

naturaleza de ingenio. Cada idea tiene su naturaleza.

Sólo desde esta base podemos tener los conceptos diversificados de las

ideas. Decimos que Mente crea ideas infinitas. ¿Cómo podemos distinguir

estas ideas unas de otras? No podemos, hasta que lleguemos a Espíritu y veamos

que Espíritu diversifica, clasifica e individualiza estas ideas, y da a cada idea una

naturaleza diferente. Espíritu acentúa cada idea en forma diferente, y muestra a

las ideas como teniendo cualidades diversificadas infinitas. Tenemos la idea

‘poder’, la idea ‘ley’, la idea ‘realidad’, la idea ‘identidad, etc. Tenemos la idea

de la bondad de Dios. Estas ideas constituyen la naturaleza divina. Al

diversificar e individualizar, Espíritu expresa la naturaleza de Dios. Todas las

cualidades de Dios están inherentes en Espíritu; son las cualidades del Espíritu

divino. Las leyes de la naturaleza son las leyes de Espíritu y operan como

despliegue ordenado.

La sustancia de Espíritu le da a la idea su naturaleza.

La Comprensión da vida a la Letra

Preguntas tales como: “¿Qué tiene ‘idea’ que hacer con ‘naturaleza?,” no

son fáciles de responder. Con frecuencia utilizamos palabras sin conocer lo que

quieren decir. Somos como el sicótico que piensa que 2+2=5, o como el

neurótico que sabe que 2+2=4, pero poco le importa. Debemos estar más alertas

a la connotación espiritual de nuestro lenguaje. La comprensión da vida a la

letra. Debiéramos preguntarnos a menudo: “¿Conozco el significado de esto?


¿Conozco la diferencia entre idea y naturaleza? ¿Comprendo la importancia

espiritual de lo que estoy diciendo?”

Por ejemplo, ¿conocemos la diferencia entre una cualidad y un atributo?

‘Honestidad y fidelidad’, dice la Sra. Eddy, son cualidades, que aseguran éxito.

‘Individualidad, armonía e inmortalidad’, dice la Sra. Eddy, son cualidades que

Dios imparte, e ‘inteligencia’, dice ella, “es la cualidad primaria y eterna de la

Mente infinita...” (C & S 469: 10-11) Por otro lado, en (275 16-19) de Ciencia y Salud, ella

dice que: “Toda sustancia, inteligencia, sabiduría, existencia, inmortalidad, causa y

efecto pertenecen a Dios. Ésos son Sus atributos, las eternas manifestaciones del

Principio divino e infinito, el Amor.” “Los atributos de Dios son la justicia, la

misericordia, la sabiduría, la bondad y así sucesivamente.” (C & S 465: 16-19) La Sra.

Eddy fue muy exacta en su uso de las palabras. Hay una diferencia entre decir

‘sabiduría es una cualidad’ y decir que ‘sabiduría es un atributo.’ Estas son cosas

sobre las que hay que pensar.

Provisión

Ahora consideremos ‘provisión.’ Tenemos ‘provisión’ como una idea

característica de Espíritu, pero también tenemos ‘provisión’ como una idea

característica de Vida. ¿Cuál es el método en el caso en que una idea caracteriza

a dos o más sinónimos? Un estudiante, trabajando con ‘provisión,’ podría

trabajar con Espíritu, pero otro, trabajando también con ‘provisión,” podría trabajar

con el sinónimo Vida.

¿Cuál es la diferencia?

Espíritu es la sustancia de la provisión, y Vida es la provisión misma. El

término “provisión” tiene muchas implicaciones. ‘Provisión’ siempre significa

algo; por lo tanto, siempre se trata de algo verdadero, alguna sustancia; pero esta

sustancia, para ser sustancia, debe estar en el punto de satisfacer una necesidad, o


no es provisión. Cuando construimos una casa, queremos piedras y no pan.

‘Provisión’ o se adapta a la necesidad, o deja de ser ’provisión.’

Así tenemos dos puntos importantes a considerar con ‘provisión.’

En Espíritu primero tenemos que ver que toda sustancia está a mano

porque Espíritu es infinito. Se manifiesta por las ideas de Mente como la

sustancia de Espíritu las cuales son infinitamente disponibles; así que no hay

carencia de provisión porque no hay carencia de sustancia. Segundo, debemos

ver que, en Espíritu, para obtener la provisión correcta, Espíritu ordenará todo en

nuestra vida para manifestar lo que necesitamos.

Comprender Ideas es Provisión

Lo que necesitamos no es algo material. Necesitamos ideas, ideas

que puedan ser comprendidas. Comprender ideas es provisión. Espíritu

diversificará, clasificará, e individualizará al punto de comprensión, porque

la comprensión es el canal de provisión. El Espíritu, y no la materia, es la

fuente de provisión. La provisión sólo puede consistir de realidades

espirituales dado que Espíritu es la única sustancia; por consiguiente, las

ideas constituyen nuestra provisión. Son la fuente de la provisión.

Tenemos provisión en Espíritu por medio de ese maravilloso sentido

de nacimiento. El nacimiento significa que algo nuevo está apareciendo –

aquello de lo que no estábamos concientes, está surgiendo. Espíritu nos

muestra que procediendo de la nada surge algo. Conocemos la ley y el

orden de cómo aparece aquello que, para nuestro sentido hipnótico, no

estaba anteriormente.

Como el agente de seguros dijo a los desnudos Adán y Eva: “¿Cómo nos

cubrimos con verdad?” retornando a Mente y viendo que Mente siempre tiene una

idea. Mente tiene una idea infinita y sabe que conoce su idea. Luego, viendo


que esta Mente es la única Mente que sabe – y no hay otra Mente, no hay Mente

que no sepa – comenzamos a separar. Estamos edificando el firmamento,

estamos comenzando a rechazar la falacia de que no sabemos; estamos

comenzando a rechazar la ilusión de que las ideas no están a la mano.

Las Ideas de Mente son Nuestra Sustancia

Por medio de este tono de separación comenzamos a ver que estas ideas de

Mente son nuestra sustancia; estas ideas están precisamente aquí como la

naturaleza de todo. Luego, estamos comenzando a manifestar las ideas correctas.

Las ideas correctas son sustancia. Son las realidades del ser, y suplen nuestra

necesidad. Suplen toda necesidad.

Cuando trabajemos con provisión, deberemos comenzar con Mente, no con

Espíritu, porque la única sustancia que existe, es la que Mente origina, la que

Mente crea y produce.

Sustancia es un concepto indefinido, a menos que primero veamos los

conceptos definidos de la creación de Mente como ideas. Para saber

verdaderamente lo que es la sustancia y lo que significa, debemos comenzar con

Mente. No hay otra manera. Desde luego, una vez que tengamos un verdadero

sentido cultivado de los siete sinónimos, no tendremos siempre que retornar a

Mente, Espíritu, Alma. Es como aprender a contar; una vez que conocemos el

lugar del valor de 5 o de 6, no tendremos, por lo tanto, que recordar que 6 viene

después de 5, porque las figuras se habrán vuelto numerales de conciencia.

De esta discusión vemos que provisión corresponde a Espíritu en el sentido

de que es el Espíritu, no la materia, la fuente de nuestra provisión, porque Espíritu

es la única sustancia, pero comienza con Mente porque sustancia consiste de

realidades espirituales, de las ideas de Mente. Cuando examinemos provisión


bajo el tema de Vida, veremos que ahí se trata de tener lo suficiente, se trata de

abundancia, de superabundancia.

Lo Único

Espíritu dice: “Yo soy lo único”. “Único” es una palabra clave que resume

el tono de Espíritu. Dice: “Yo soy la única sustancia, la única realidad.”

Espíritu imparte su sello de único a todas las otras ideas. Lo único significa que

no tiene opuesto.

Mente es todo porque Mente crea todas las ideas. Mente llena el universo

entero con ideas. Luego Espíritu dice: “Eso es lo único. No hay nada más.”

Por lo tanto, debido a que es lo único, debemos separar entre lo que es, y lo que es

ilusión. Debemos trazar una línea de demarcación entre el reino de Mente y el

reino falso de la mente mortal, porque Mente es el único reino. Esto es lo que nos

dice Espíritu.

Lo único es la llave para palabras tales como ‘linaje, nacimiento, leudar’.

Espíritu dice: “Yo soy lo único. No hay nada aparte de mí, y por ello, yo leudaré

todo cuanto aparezca como un opuesto hasta que sólo quede la conciencia de

Espíritu. Yo penetraré todo hasta que esa naturaleza sea establecida, la cual es mi

naturaleza, porque eso es la única realidad, la única sustancia. Leudaré todo hasta

que sólo quede la naturaleza de Espíritu. Dado que soy lo único, el adorable Uno,

deben ponerme primero y adorarme.”

¿Quién es ese “yo” que dice: “Yo soy lo único?” “Yo soy” es Mente; “lo

único” es Espíritu. Mente es todo; y luego Espíritu viene y dice que no hay nada

más que ese todo, con lo que desaparece todo lo demás. “El reino de (Dios que

está) dentro de (nosotros, es) lo único.”


Mente dice: “Yo soy el poder, el creador, el productor, la ley. Yo proyecto

todo en el ser. Construyo un universo nuevo.” Luego Espíritu dice: “Sí, Mente,

tú eres lo único uno. No hay nada aparte de ti, Mente.”

Podemos ver que hay una clara distinción entre Mente y Espíritu, entre el

aspecto de Dios como Mente, y el aspecto de Dios como Espíritu.

Jesús dijo: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres,” (Juan 8: 32) pero

no podemos conocer la verdad a menos que tengamos la Mente de Dios.

Las Cualidades Transformadas de Espíritu

Para poder tener el sentido completo de cada sinónimo, debemos ver

también cómo las cualidades de los sinónimos se transforman a sí mismas a la

actitud humana hacia dichos sinónimos.

¿Qué tuvimos en Mente como “actitudes” hacia Mente? Tuvimos actitudes

tales como ‘esperar por la Mente de Cristo,’ ‘voluntad de aprender,’ ‘deseo,

motivos rectos, búsqueda, estudio, investigación, descubrimiento.’ Esas

cualidades en lo humano, construyen el puente hacia el concepto divino de Mente.

En Espíritu, las cualidades (actitudes hacia Espíritu), son muy diferentes.

Aquí las cualidades humanas son más o menos el reflejo del sentido de Espíritu

que separa. ¿Cómo separamos, desde el punto de vista humano?

La Sra. Eddy dice que, para tener audiencia con el Espíritu, el materialismo

debe ser silenciado. Y así ya podemos oír la diferencia entre Mente y Espíritu.

Al silenciar al materialismo nos separamos a nosotros mismos de las concepciones

materiales para estar a solas con el Espíritu, y así estar ‘ausentes del cuerpo y

presentes al Señor.’ Nosotros hacemos la separación; hacemos la separación en

nuestra actitud; nos estamos alejando del sentido hipnótico del cuerpo, materia,

carne, y volviéndonos hacia el Espíritu, lo único.


Miremos Hacia las cosas Imperecederas

del Espíritu

Bajo el título marginal de: “Lealtad al Espíritu” la Sra. Eddy escribe: “La

Ciencia da ‘a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.’” (C & S 540: 18-19)

Nuevamente aquí el enfoque es de separación, de diferenciar, y comenzamos a

movernos en dirección al Espíritu, hacia la realidad. Ella está diciendo que

debemos “apartarnos... del sentido material y mirar hacia las cosas imperecederas

del Espíritu.” (C & S 21:11-13) Esta es una cualidad transformada, no una idea de

Espíritu. No dice nada acerca de Espíritu. Dice algo acerca de nosotros – lo que

debiera ser nuestra actitud. Debemos apartarnos de lo material y comenzar a

mirar y a caminar en dirección a lo único, a lo real. En Mente apenas abrimos

nuestro pensamiento, estábamos buscando, queríamos saber. Conforme abrimos

nuestro pensamiento vimos que ahí está la Mente divina y su idea infinita, la cual,

nos dice el Espíritu, es la única realidad. Ahora, en Espíritu, nos volvemos hacia

ella – hacia la única realidad. Nos separamos a nosotros mismos de la

materialidad o ilusión de la materia, y caminamos en dirección a la realidad.

Nuestra actitud siempre es algo que ‘hacemos,’ algo que ‘ejecutamos.’

“Para estar en comunicación con el Espíritu, las personas tienen que estar

libres de cuerpos orgánicos,” (C & S 74: 3-4) dice la Sra. Eddy. Nos liberamos a

nosotros mismos de cuerpos orgánicos – los cuales no son más que falsas

concepciones, sugestiones hipnóticas – al mirar en dirección a las cosas

imperecederas del Espíritu.

No Hay Vuelta Atrás

Una vez que llegamos al punto de decisión, no hay vuelta atrás;

abandonamos lo que necesita ser dejado atrás, y no miramos más en esa dirección.


Avanzamos. Quizá tropecemos, pero al menos tropezar significa que no estamos

sentados inmóviles.

“Cada paso hacia la bondad nos aleja de la materialidad y tiende a

acercarnos a Dios, el Espíritu.” (C & S 213: 12-13) “Aleja” – nuevamente tenemos la

separación. “Nos acerca... al Espíritu” – es nuestra actitud la que está en

operación.

Estas afirmaciones se reiteran una y otra vez, mostrando el impacto del

Espíritu en lo humano, en la actitud humana, en la mentalidad humana. Nos

conducen a elegir lo recto después de haber discernido entre lo falso y lo

verdadero; significa poner lo primero, primero.

“A medida que se desvanece lo físico y material, es decir, el concepto

transitorio de belleza, debiera alborear el fulgor del Espíritu...,” (C & S 246: 13-15) dice

la Sra. Eddy. Lo menos que contemplemos la materialidad y la ilusión, lo más

que abrimos las puertas a la realidad para que entre.

“Emerged suavemente de la materia al Espíritu,” leemos en Ciencia y Salud (485: 15) – fuera de la materia y hacia el Espíritu. Abandonemos las viejas señales

del camino, volvámonos hacia las nuevas. Sí, debemos hacer algo, algo

totalmente diferente a aquello que tuvimos que hacer en Mente. “Levantaos en la

fuerza del Espíritu para resistir todo lo que sea desemejante a (Dios).” (C & S 393: 14-15)

Espíritu no se levanta. Nosotros nos levantamos. Hacemos esa decisión de

levantarnos. Utilizando la fuerza del Espíritu, nos levantamos, y al levantarnos

dejamos la materialidad atrás.

Falsificaciones de Espíritu

Nuestra lista final, conteniendo las falsificaciones de Espíritu, es importante,

porque nos dice lo que debemos dejar atrás.


Como notamos anteriormente en nuestra consideración de las falsificaciones

de Mente, el noúmeno son los sinónimos; el fenómeno son las ideas de los

sinónimos, y ambos tienen sus falsificaciones. Nos enfocaremos brevemente aquí

en las principales falsificaciones del noúmeno Espíritu.

La contrahechura de Espíritu es la creencia en materia sustancia – la creencia

en la materia como sustancia. ‘Materia’ es un término moderno; el término

bíblico para materia era ‘carne.’

La mayoría de nuestras ideas para Espíritu estaban enfocadas en

contrarrestar la mezcla de opuestos; por ello tenemos falsificaciones como

espiritualismo, la cual es una mezcla de espíritu y materia.

Dado que Espíritu es lo único, la dualidad es otra de las principales

falsificaciones del noúmeno Espíritu.

Regresaremos a esos opuestos cuando examinemos las referencias de

Espíritu en Ciencia y Salud.


Tal y como lo hicimos con Mente, consideremos ahora algunas citas que

incluyen mezclas de Espíritu con otros términos. “[Él] (Jesús), reconocía que el

Espíritu, Dios, era el único creador, y por tanto el Padre de todos. (C & S 31: 11-12) ¿Por

qué utiliza la Sra. Eddy ‘Espíritu’ con ‘creador’ aquí; y no con ‘Mente’?

Lo importante aquí es el uso de la palabra “único.” Espíritu es usado aquí

debido a la palabra “único.” Para comprenderlo totalmente, debemos leer el

párrafo completo: “Jesús no reconocía parentescos carnales.” (31: 4) Él reconocía

una sola cosa como creador, y esa ‘única’ no era la materia, la carne.

Escuchando con oído espiritual la verdad interior, preguntamos: “¿Sonaría

cierto que si, habiendo refutado los parentescos carnales, dijéramos: ‘Él reconocía

que Mente, Dios, era el único creador, y por tanto el Padre de todos’?” No,


porque la idea principal aquí se refiere a la pregunta: “¿Es la carne creador, o no?

¿Fue Jesús creado por medio de la carne, o por medio del Espíritu?” Espíritu

maneja la ilusión de dualidad. Separa la materia de la realidad. Así, cuando la

Sra. Eddy pregunta: “¿Fue Jesús creado por medio de la carne?,” no sería correcto

contestar: “No, por medio de la Mente.” Tenemos que utilizar ‘Espíritu.’

Cuando la palabra “único” está empleada, indica que hay dos opuestos atrás

de la discusión o consideración, y la palabra “único” maneja los opuestos.

Consideremos ahora la cita (356:24) que dice: “¿Crea Dios de Sí mismo, del

Espíritu, a un hombre material?” Nuevamente podríamos preguntar: “Si Mente es

el creador, ¿por qué se utiliza aquí ‘Espíritu’?,” y la respuesta sería: “Debido al

adjetivo ‘material’.” La proposición principal aquí, pregunta: “¿Puede haber

creación material?” No se trata de qué o quién es el creador. La respuesta es

que algo material no puede ser creado por medio de Espíritu.

Leemos (421: 15): “Insistid con vehemencia en el gran hecho que abarca toda la

cuestión, que Dios, el Espíritu, [el bien infinito] es todo, y que fuera de Él no hay

otro.” Aquí el hecho de la condición única de Espíritu está implícito – “fuera de

Él no hay otro” – fuera del bien infinito. Debido a esto se usa Espíritu.

Estamos Aprendiendo el Lenguaje Espiritual

En la medida que estudiamos estas citas, estamos cultivando la habilidad de

leer los tonos. Aquí vemos que la Sra. Eddy está presentando el lenguaje

espiritual de que Dios, el Principio, el bien infinito, es el uno y el único. Ella dijo

una vez que “la Ciencia le fue revelada en lenguaje espiritual.” ¿Se han

preguntado alguna vez qué fue este ‘lenguaje espiritual’? Ahora es que estamos

comenzando a escuchar ese nuevo lenguaje del Espíritu. En la medida en que

cultivamos los siete sinónimos, estamos aprendiendo el nuevo lenguaje del


Espíritu, tal y como cuando llegamos con el veterinario aprendemos su nuevo

lenguaje: “El doctor está dentro. Siéntese. Espere”.

Ciencia y Salud afirma (467: 30): “El Espíritu da la idea mental verdadera.”

Aprendimos que Mente es aquello que se manifiesta a sí mismo como ideas; que

Mente da la idea mental, aunque aquí la Sra. Eddy afirma que el Espíritu da la idea

mental verdadera. Nuevamente hemos de examinar el contexto por el cual ella

hace tal declaración. Ella determina la escena al decir: “El Espíritu, el Alma, no

está encerrado en el hombre, y jamás está en la materia.” Aquí tenemos el sentido

de Alma de que jamás está en ninguna cosa. Ella dice que Alma es Espíritu, y

nos aclara que “razonamos imperfectamente de efecto a causa, cuando deducimos

que la materia es el efecto del Espíritu; ...” (467: 26-28) Continúa: “... mas el

razonamiento a priori muestra que la existencia material es enigmática. El

Espíritu da la idea mental verdadera.” ¿Qué quiere decir eso de que ‘la existencia

material es enigmática’? Quiere decir que la existencia material no es una clara

idea mental, por lo que no es una idea verdadera, y, por lo tanto, como dice la Sra.

Eddy, el Espíritu, no la materia, da la idea mental verdadera, al separarla,

distinguirla, de la ilusión enigmática de existencia material.

Siempre debemos regresar a la proposición para poder interpretarla

correctamente. Estas dos oraciones, afirmando que el Espíritu no está confinado

en el hombre y jamás está en la materia, y que razonamos imperfectamente de

efecto a causa cuando deducimos que la materia es el efecto del Espíritu, forman la

proposición mencionada. La oración que estábamos considerando, es decir, que:

“El Espíritu da la idea mental verdadera.” es la respuesta a la susodicha

proposición.

La existencia material es un enigma, pero la existencia espiritual es muy

clara, y da la idea mental verdadera. Lo “enigmático,” lo inexplicable, surge de la

“existencia material,” y la Sra. Eddy la está corrigiendo con su explicación. Por


lo tanto, el énfasis está en la ‘existencia material,’ no en lo ‘enigmático,’ por lo que

la respuesta es, que el Espíritu da la idea mental verdadera.

El mismo Texto da las Leyes de Interpretación

Nosotros no elaboramos las leyes de cómo interpretar el Texto. Es el texto

del Libro el que fundamenta las leyes de interpretación. Debemos ir de acuerdo

al sistema de interpretación, al principio de interpretación. El Texto mismo nos

da las leyes de interpretación, y nosotros interpretamos el Texto de acuerdo a sus

leyes, y no de acuerdo a lo que leemos en él; de otra manera estaríamos tendiendo

a cargarlo con interpolaciones y extrapolaciones.

En nuestro estudio de sinónimos es correcto leer el párrafo completo, y quizá

un poco más, para poder hacer la evaluación correcta. Una de los principios de

interpretación es que no se nos permite interpretar una pregunta si desconocemos

el asunto precedente o proposición precedente. Si lo desconocemos, la respuesta

no puede ser muy iluminadora.

Por ejemplo, leemos (267:1) en Ciencia y Salud, “Todo objeto en el

pensamiento material será destruido, pero la idea espiritual, cuya sustancia está

en la Mente, es eterna;” la Sra. Eddy no está diciendo ‘la sustancia de Mente’, o

que Mente sea sustancia. ¿A qué se refiere ‘sustancia’ aquí? Se refiere a la idea

espiritual; está diciendo algo acerca de la sustancia de una idea. No está diciendo

nada acerca de la sustancia de Mente.

¿Qué es lo que Verdaderamente está Diciendo

Mary Baker Eddy?

Preguntemos siempre: “¿Qué es lo que Mary Baker Eddy está diciendo

verdaderamente?” El tema que estamos considerando en la cita es la “idea.”

¿Cuál es la sustancia de una idea? La sustancia de una idea, naturalmente, es


Mente. La Sra. Eddy relaciona ‘sustancia’ de nuevo con idea; y una idea siempre

es una idea de Mente, por lo tanto, la ‘sustancia de una idea’ naturalmente es

Mente.

No interpolemos. Ahí es donde comienza el embrollo. Sólo la pureza de

la investigación científica puede mantenerse a lo largo de la carrera.

Preguntemos: “¿Cuál es el tema? ¿Qué punto está la Sra. Eddy tratando de

presentar? ¿Qué pregunta acerca del error, de la materia, etc. está tratando de

responder, de asentar correctamente, de explicar? ¿Cuál es la proposición?”

En Ciencia y Salud (267: 4) ella continúa: “Están [la idea, la descendencia de

Dios] en el Espíritu, la Mente divina...” ¿Por qué se utiliza ‘Espíritu’ aquí junto

con ‘Mente’? ¿Cómo se relaciona esta afirmación con la precedente?

La idea viene, o es de, la Mente divina; pero la gran pregunta es: “¿Es la idea

de mente, con ‘m’ minúscula?” Eso no sería Espíritu. Los grupos mentales y

metafísicos hablan acerca de ‘mente’ y acerca de ‘idea’. Las ideas en el contexto

no son Espíritu, son mentales, pero en el momento que tenemos una idea en la

Mente divina, esa idea es Espíritu.

En este pasaje la Sra. Eddy quiere mostrar que esta idea tiene la sustancia de

Mente, y para enfatizarlo, dice que es Espíritu. Así no podemos malinterpretar lo

que la idea es.

Consideremos otra referencia difícil de Ciencia y Salud (300:28-29): “El

universo refleja y expresa la sustancia divina o Mente...” En nuestras reglas

dijimos que debemos probar nuestros hallazgos por medio del mismo Texto, no por

medio de interpolación, ni por medio de algo que no esté verdaderamente asentado

en el Libro. (‘Interpolar’ significa insertar un material nuevo o extraño al texto,

alterar o falsificar un texto al añadir temas que no estén verdaderamente asentados

en el texto.)


Alguno podría decir aquí que las ideas son sustancia. Por supuesto que eso

podría ser cierto, pero no es la cuestión, ¿o sí? Esta afirmación está hablando

acerca de ‘ideas.’ Recordemos que debemos preguntar: “¿Cuál es el asunto o

proposición principal?” La afirmación no está diciendo “la sustancia de la

Mente.” Dice: “la sustancia o Mente.” Cuando decimos “o”, tenemos dos cosas

separadas. Por lo tanto, aquí sustancia no se refiere al sinónimo Mente; no

califica a Mente, como tampoco “María” describe a “Martha” en la frase: “Está

llegando María o Martha”.

Pero, ¿por qué la Sra. Eddy utiliza ‘Mente’, finalmente en esta oración?

Aquí tenemos un ejemplo típico de materia como lo opuesto de Mente, en lugar

de lo opuesto de Espíritu. Este no es el sentido de la materia como la sólida

“carne” que es lo opuesto a Espíritu. Por el contrario, ella describe a la ‘materia’

aquí como en esa acción donde alma, espíritu, e inteligencia habitan la materia.

Para contrarrestar esta “inteligencia en la materia” ella usa Mente y no Espíritu.

La Materia puede ser la Falsificación

tanto de Mente como de Espíritu

Veamos (414: 26-28): “La Ciencia Cristiana declara que la Mente es sustancia...”

Nuevamente la Sra. Eddy no dice ‘Espíritu es sustancia.’ ¿Por qué en este caso

ella dice que ‘Mente es sustancia’? ¿Cuál es el problema que está considerando

en este punto?

Nuevamente debemos ver la declaración completa. “La Ciencia Cristiana

[primero] declara que la Mente es sustancia, [luego] también declara que la materia

no siente ni sufre ni goza.” Recordemos que la materia puede ser la falsificación

tanto de Mente como de Espíritu. Aquí ‘materia’ es la falsificación de Mente, no

de Espíritu, puesto que es la mente mortal la que sufre y goza. Dado que

‘materia’ se presenta aquí como la falsificación de Mente, la Sra. Eddy debe


mostrar que no hay sustancia en la mente mortal. Ella debe mostrar que la

verdadera sustancia es realmente Mente, porque el resto de la oración – “la materia

ni siente ni sufre ni goza” – es mente mortal.

Cuando no conocemos las características intrínsecas de los sinónimos, no

reconocemos las combinaciones, y las cosas se vuelven caóticas. ¿Es Amor,

sustancia? Sí. ¿En qué sentido? ¿Es Verdad, sustancia? Sí. ¿En qué

sentido? ¿Es Vida, sustancia? Sí. Cada sinónimo refleja a todos los demás y a

cada idea de cada sinónimo, pero esto no significa que cierta idea sea

intrínsecamente característica de su naturaleza. Innatamente sabemos que

Espíritu es la única sustancia, la única realidad, y debido a que todos los otros

sinónimos son sinónimos de Espíritu, también son sustanciales. Cuando, por

ejemplo, decimos que ‘Verdad es sustancial’, queriendo decir que podemos

apoyarnos en ella para hacer lo correcto, para ser sinceros, estamos haciendo una

combinación. Cuando vemos estas combinaciones y las comprendemos,

comenzamos a saber algo del orden del ser.

Nuestra siguiente referencia: (276: 4) “Cuando lo preceptos divinos son

comprendidos, desarrollan la base de la fraternidad, en la cual una mente no está en

guerra con otra, sino que todos tienen un solo Espíritu, Dios, un mismo origen

inteligente, de acuerdo con el mandato bíblico: ‘Tened dentro de vosotros, esa

Mente que estaba también en Cristo Jesús’.”

Hemos aprendido que la Mente, Dios, es el único origen inteligente. Pero

aquí Mary Baker Eddy dice que es Espíritu. ¿Cuál es el tema aquí tratado?

¿Cuál es el punto que ella está tratando de explicar? El punto es la hermandad

universal. La Sra. Eddy habla de que no se ha entendido el compañerismo; si se

hubiera comprendido, una mente no estaría en guerra contra otra (‘guerra’, un

opuesto de Espíritu.) “Pero,” debemos preguntar, “¿hay más de una Mente, un

Espíritu?” En la Mente única, en el Espíritu único, no hay guerra. Debemos


analizar las cosas en temas; no basta con solo mirar las palabras. No hay muchas

mentes. Sólo hay un origen inteligente y debido a que ese único origen

inteligente no pelea con nada más, Espíritu es lo único.

Ahora comparemos dos pasajes del Libro de Texto:

Ciencia y Salud afirma: (27: 11) “Destruid este templo [el cuerpo], y en tres

días [Yo, el Espíritu] lo levantaré.”

Mantengamos esta cita en mente porque la vamos a comparar con otra: (494: 2)

“Jesús dijo: ‘Destruid este templo [cuerpo], y en tres días [Yo, la Mente] lo

levantaré.”

La primera cita de la página 27 que dice: “Yo [el Espíritu] lo levantaré,” es

seguida por: “Es como si hubiera dicho: El Yo – la Vida, sustancia e inteligencia

del universo – no está en la materia para que pueda ser destruido.” Aquí

‘materia’ es lo opuesto a Espíritu – no a Mente – porque la afirmación se refiere a

la creencia de que hay sustancia en la materia que puede ser destruida, y esto

implica utilizar el sinónimo Espíritu.

En la cita de la página 494 el párrafo comienza con: “Si Jesús despertó a

Lázaro del sueño, o ilusión...” (493: 32) ‘Sueño’ e ‘ilusión’ vienen de la mente mortal

y son por ello opuestos a Mente. Surge aquí una pregunta sobre levantar al

cuerpo del sueño o la ilusión de la mente mortal, y no de la creencia de que la vida

esté en la materia.

Hay otra pista en la siguiente oración (493: 34): “... esa prueba cabal del poder y

buena voluntad de la Mente divina... y de gobernar la actividad entera del hombre.”

Podemos ver que el tema es diferente de aquel de la cita anterior; es una

proposición completamente diferente. Aquí no estamos considerando la creencia

de que la vida vive y muere en la materia, sino más bien el levantar al cuerpo del

sueño e ilusión de la muerte. ¿No tiene la Mente el poder y la voluntad de


despertarnos de los sueños e ilusiones? Por ello la Sra. Eddy utiliza ‘Mente’ en

esta ocasión. “Destruid este templo y en tres días yo [la Mente] lo levantaré.”

Una simple afirmación puede ser considerada de diferentes maneras. La

muerte puede ser la pretensión de que creemos en la vida en la materia, o puede ser

la pretensión de que creemos en la ilusión de la muerte. Las ilusiones están a

cargo de Mente, pero la creencia de sustancia en la materia está a cargo de Espíritu.

Esto prueba el principio de sinonimia; ambos, Espíritu y Mente son Dios.

Sinonimia significa el carácter de ser sinónimo. Sinonimia es la teoría, la

ciencia, de los sinónimos. Aquí estamos hablando principalmente, acerca del

principio de sinonimia de que las palabras son sinónimas cuando se traslapan.

Una vez más, vemos que lo que determina el uso de un sinónimo es la

proposición completa del escritor. ¿Cuál es la pregunta que se hace o que está

implícita? Vemos la exactitud del lenguaje de la Sra. Eddy.

La Sra. Eddy fue la más grande maestra que la humanidad haya tenido

jamás. Sus enseñanzas llevarán a la humanidad a la verdad, al cielo. En tanto

que asumamos la enseñanza mucho más, bajo el principio de sinonimia, la pequeña

historia que sigue nos mostrará la importancia de buenos maestros en el Espíritu.

Es un relato del pequeño Teddy Stoddard.

Esta historia, de una maestra de nivel primario, ocurrió hace

muchos años. Su nombre era Sra. Thompson, y cuando estuvo

frente a su grupo de quinto grado el primer día de clases, les dijo a

los niños una mentira. Como la mayoría de los maestros, miró a

sus alumnos y les dijo que los amaba por igual.

Pero eso era imposible, porque ahí, en la fila de adelante,

hundido en su silla, estaba un pequeño de nombre Teddy Stoddard.

La Sra. Thompson había observado a Teddy el año anterior y notó

que no jugaba con los otros niños, que sus ropas estaban


descuidadas y que necesitaba un regaderazo. Y, además, Teddy

podía ser desagradable. Llegó al punto en que disfrutaba al tachar

su cuaderno con una pluma roja ancha, y le ponía una “F” en el

margen superior.

En la escuela donde enseñaba la Sra. Thompson, se necesitó

que los maestros revisaran los expedientes de sus alumnos, y ella

dejó el de Teddy al final. Sin embargo, cuando lo revisó se

sorprendió muchísimo.

La maestra de primer grado de Teddy escribió: “Teddy es un

niño brillante con una risa franca. Trabaja con limpieza y tiene

buenos modales... es un gusto tenerlo cerca.” La de segundo grado

puso: “Teddy es un estudiante excelente, bien apreciado por sus

compañeros, pero está preocupado porque su madre tiene una

enfermedad terminal y la vida en casa debe ser un suplicio.” La

maestra de tercero reportó: “La muerte de su madre ha sido dura

para él. Trata de hacer su mejor esfuerzo, pero el padre parece no

prestarle mucha atención y la vida en casa pronto lo afectará a

menos que alguien tome medidas.” La maestra de cuarto grado

escribió: “Teddy es retraído y no muestra mucho interés en la

escuela. No tiene demasiados amigos y en ocasiones se duerme

durante la clase.”

Para entonces la Sra. Thompson comprendió el problema y se

avergonzó de sí misma. Se sintió todavía peor cuando sus alumnos

le trajeron regalos de Navidad, envueltos en listones y brillantes

papeles, menos el de Teddy. Su regalo estaba torpemente envuelto

en un papel grueso café que tomó de la tienda de abarrotes. A la

Sra. Thompson le dolía abrirlo en medio de los demás regalos.


Algunos de los niños comenzaron a burlarse cuando vieron que

contenía una pulsera con piedras de fantasía y que faltaban algunas

de las piedras, y además una botella de perfume que tenía menos de

la mitad. Pero sofocó las risas de los niños y exclamó que la

pulsera era preciosa, poniéndosela, y rociando algo del perfume

sobre sus muñecas.

Teddy Stoddard se quedó después de clases ese día para

decirle: “Sra. Thompson, hoy luce usted casi como mi mamá lucía.”

Cuando los chicos se marcharon, ella lloró por más de una hora.

Desde ese mismo día, ella dejó de enseñar a leer, a escribir y a

sumar. En lugar de eso, comenzó a enseñar a niños. Puso

particular atención en Teddy. En cuanto comenzó a trabajar con él,

su mente pareció renacer. Cuanto más lo alentaba, tanto más él

respondía. Al final del ciclo escolar, Teddy llegó a ser uno de los

niños más brillantes de su grupo, y, a pesar de la mentira que dijo

que amaba a todos por igual, Teddy llegó a ser uno de sus

preferidos. Un año después, halló una nota de Teddy bajo su

puerta, diciéndole que todavía ella seguía siendo la mejor maestra

que había tenido durante toda su vida.

Pasaron tres años antes que recibiera otra nota de Teddy. Le

escribió diciendo que había terminado la secundaria con el tercer

lugar, y aún era la mejor maestra que había tenido durante toda su

vida.

Cuatro años después llegó otra carta, diciendo que a pesar de

que las cosas habían sido en ocasiones difíciles, pronto se graduaría

de la preparatoria con los más altos honores. Le aseguró a la Sra.

Thompson que aún seguía siendo la mejor maestra de su vida.


Luego de otros cuatro años llegó otra carta. En esta ocasión

explicaba que después de terminar la preparatoria, decidió continuar

un poco más. La carta aclaraba que aún era su mejor maestra

favorita que jamás hubiera tenido. Pero en esta ocasión, su nombre

era un poco más largo – la carta venía firmada por Dr. Theodore F.

Stoddard.

La historia no termina ahí. Como verán, hubo otra carta en la

primavera. Teddy dijo que había conocido a una chica y se casaba.

Explicó que como su padre había fallecido años antes, se preguntaba

si a la Sra. Thompson le agradaría sentarse en el lugar que en las

bodas se reservaba normalmente para la madre del novio.

Por supuesto que la Sra. Thompson aceptó. ¿Y saben qué?

Se puso el brazalete, aquél al que le faltaban las piedras de fantasía.

Y se aseguró de usar el perfume que Teddy recordaba que su madre

usó la última Navidad que compartieron.

Se abrazaron uno al otro, y el Dr. Stoddard le murmuró a la Sra.

Thompson al oído: “Gracias por creer en mí, Sra. Thompson.

Muchas gracias por hacerme sentir importante y por mostrarme que

yo podía hacer una diferencia con mi vida.”

La Sra. Thompson, con lágrimas en sus ojos, también le

murmuró. Le dijo: “Teddy, estás completamente equivocado. Tú

fuiste el que me enseñó que yo podía hacer la diferencia. No sabía

cómo enseñar hasta que te conocí.”

En este capítulo hemos entrado “a la vasta sala de audiencias del Espíritu” y

hemos tenido “audiencia con el Espíritu.” Hemos visto cómo “el Espíritu obra

por la Ciencia de la Mente” y hemos visto cómo la batalla, la guerra entre el


Espíritu y la carne es peleada y ganada. De nuevo cerraremos este capítulo con

una lista de todas las referencias de Ciencia y Salud que tratan con Espíritu.

Comprenden las siguientes tres páginas.

Quizá también quieran regresar al principio de este capítulo de Espíritu a

revisar lo que el Espíritu es, lo que hace, y con lo que trata.

Referencias de Ciencia y Salud sobre Espíritu

PREFACIO

viii: 9 viii:11* viii: 32 xi: 7

LA ORACIÓN

9: 23 10: 10 14: 5 14: 11 15: 4 15: 12


19: 10 26: 10 29: 26 31: 10 35: 22 46: 8

20: 5 27: 13 29: 30 31: 29 37: 8 46: 13

21: 12 28: 6 29: 31 33: 21 44: 4 46: 17

23: 19 29: 24 30: 7 35: 9 44: 31 49: 21

52: 3

EL MATRIMONIO

63: 5 64: 30 68: 5 69: 24

63: 9 66: 14 69: 3 69: 25


70: 6 72: 5 73: 29 76: 32 83: 18 93: 3 97: 18

70: 7 72: 7 73: 11 78: 17* 83: 20 93: 21 97: 20

71: 1 72: 18 73: 12 78: 19 84: 10 93: 22 97: 28

71: 6* 72: 19 74: 2 78: 21 84: 28 93: 27* 98: 10

71: 7 73: 1 75: 12 78: 24 89: 20 94: 1 99: 28

71: 25 73: 7* 76: 11 78: 28 90: 28 94: 2

71: 30 73: 11 76: 17 79: 19 92: 16 96: 5



102: 9


CIENCIA

108: 29 111: 10 114: 21 117: 15 119: 24 124: 13 126: 11

109: 32 113: 18 115: 14 118: 23 120: 4 124: 25 128: 26

110: 1 114: 4 117: 6* 119: 8 123: 8 125: 18 130: 22

TEOLOGIA

133: 26 138: 13 138: 14 139: 5

MEDICINA

145: 28 146: 19 148: 8 148: 16 148: 24 148: 28 162: 14

LA FISIOLOGIA

167: 18 171: 18* 173: 13* 181: 5 183: 19 183: 31 191: 32 200: 5

167: 21 171: 23 173: 14* 181: 18 183: 21 185: 16 192: 9 200: 20

167: 24 172: 10 173: 15 182: 10 186: 6 187: 2 192: 10 200: 22

170: 6 172: 19 173: 16 183: 1 186: 9 187: 4 192: 17 200: 24

170: 26 173: 6 177: 23 183: 2 191: 25 187: 22 194: 1


202: 30 207: 2 210: 22 216: 20 229: 12 242: 7 252: 16

204: 9 207: 12 211: 3 223: 6 232: 10 246: 8 252: 31

204: 17 208: 2 211: 28* 223: 7 233: 5 246: 15 252: 32

205: 3 208: 15 213: 12 223: 8* 234: 3 249: 6 253: 30

205: 31 208: 22 214: 32 223: 11* 239: 20 249: 21 254: 7

206: 17 209: 22 215: 4 223: 12* 241: 14 250: 7

207: 1* 209: 30 215: 10 223: 13 241: 27 252: 12

LA CREACION

255: 18 257: 6 260: 32 264: 16 264: 21 265: 11 267: 4

257: 4 259: 23 264: 3 264: 20 264: 32 266: 28 267: 26

LA CIENCIA DEL SER

270: 21 278: 10* 283: 1 293: 28 307: 19 318: 4 335: 7


273: 23 278: 11 284: 17 294: 4 307: 28 319: 12 335: 8 274: 6

278: 15 284: 22 294: 20 309: 8 319: 14 335: 9

274: 10 278: 18 284: 23 295: 12 309: 14 324: 11 335: 12

274: 12 278: 21 285: 13 295: 28 309: 25 324: 18 335: 16

274: 22 278: 24 285: 15 296: 23 310: 21 324: 29 335: 18

275: 1 278: 32 285: 27 300: 23 310: 22 325: 5 335: 19*

275: 4 279: 13 286: 23 300: 24 310: 26* 330: 11 335: 22*

275: 7 279: 19 286: 25 301: 11 310: 27* 330: 16 335: 30

275: 12 280: 5 287: 4 301: 19 310: 30 330: 20 337: 6

275: 30 280: 14 287: 27 301: 27 311: 7 331: 14 338: 21

276: 7 280: 23 287: 30 302: 23 312: 27 331: 15 339: 8

277: 8 280: 32 288: 6 302: 28 313: 31 331: 24 340: 18

277: 20 281: 3 288: 19 302: 31 315: 31 331: 25

277: 24* 281: 4 288: 23 303: 7 316: 9 333: 30

278: 1 281: 12 289: 7 303: 10 316: 20 334: 7

278: 2 281: 14 289: 29 305: 22 316: 31 334: 31*

278: 4 281: 30 289: 31 307: 11 317: 25 335: 2*

278: 7 282: 16* 292: 14 307: 13 318: 2 335: 3


344: 32 349: 24 351: 6 351: 30 356: 18 359: 15

345: 1 349: 32 351: 23 356: 8 356: 24 359: 17

345: 4 350: 3 351: 29 356: 12 357: 31 360: 17

LA PRACTICA DE LA CIENCIA CRISTIANA

366: 32 382: 2 405: 31 420: 4 429: 4 437: 10 440: 30

368: 16 388: 29 410: 16 421: 17 430: 7 437: 15 441: 19

369: 26 391: 2 411: 10 422: 20 434: 9 437: 18 442: 1

370: 31 391: 32 412: 17 425: 19 434: 32 437: 28 442: 7

372: 21 393: 12 417: 1 425: 25 435: 1* 440: 5

376: 13 396: 28 417: 11 427: 27 435: 27 440: 21


451: 18 459: 1 460: 13 461: 4 463: 18

RECAPITULACIÓN

465: 10 467: 25 468: 21 475: 11 478: 5 481: 2 486: 25


466: 20 467: 26 468: 24 477: 7 479: 8 481: 8 487: 15

466: 22 467: 27 468: 26 477: 20 479: 22 482: 11 487: 27

467: 4 468: 11 469: 2 477: 25 480: 1 484: 30 491: 13

467: 17 468: 12 475: 3* 477: 30 480: 5 485: 14 494: 17

467: 22 468: 13 475: 10 477: 31 480: 14 485: 16 497: 22

GENESIS

502: 6 507: 3 515: 18 522: 20 530: 25 539: 14 549: 28

503: 28 507: 6 516: 29 522: 23 531: 27 540: 2* 550: 9*

504: 28* 507: 15 517: 8 522: 26 531: 28 543: 5 550: 29

504: 31 509: 2 518: 27 523: 13 531: 29 543: 10 555: 19

505: 1 509: 13 518: 29 524: 23 532: 11 543: 25 556: 2

505: 11 510: 4 520: 30 524: 28 534: 17 544: 2 556: 6

505: 16 512: 8 521: 9 524: 29 535: 3 544: 24

506: 4 512: 20 522: 1 524: 31 536: 17 545: 25

506: 10 513: 17 522: 15 525: 4* 539: 4 546: 4

506: 18 514: 19 522: 18 527: 2 539: 8 546: 17

EL APOCALIPSIS

561: 25 562: 8 567: 13 571: 23 572: 17 575: 25

GLOSARIO

580: 4 581: 10 583: 6 586: 17 588: 9 591: 5 594: 6

580: 6 581: 23 583: 20 587: 7 588: 23 591: 13 594: 19

580: 13* 581: 24 584: 12 587: 19 590: 3 591: 16 596: 14

580: 18 582: 22 584: 25 587: 25 591: 3 592: 3 598: 16


CAPÍTULO VI

ALMA

La Función de Alma

A medida que avanzamos a través de las ideas que caracterizan a Alma,

haremos de nuevo una lista de los compendios que muestran lo que Ciencia y

Salud infieren de lo que es Alma, de lo que Alma hace, de lo que Alma tiene, de

con qué trata Alma, y de cómo se interpreta Alma a sí misma, seguida por una lista

en orden alfabético de los términos que la caracterizan.

Lo que Alma es

9: 23 Alma es nuestro gobierno

72: 12 Alma es lo único que da la verdad al hombre

288: 25 Alma es incapaz de pecar

390: 5 Alma es eterna armonía

468: 6 Alma es inmortal

Lo que Alma Hace

89: 24 Alma confiere libertad

306: 8 Alma hace al hombre inmortal

310: 20 Alma es inmutable

350: 29 Alma reprende a los sentidos

477: 26 Alma jamás refleja algo que sea inferior al Espíritu

Lo que Alma Tiene

60 : 30 Alma tiene recursos infinitos

322: 6 Alma tiene dominio sobre los sentidos


582: 15 Alma posee felicidad espiritual

De lo que se Encarga Alma

En el nivel humano, Alma se encarga de los sentidos materiales, el cuerpo, el

pecado, la sensación en la materia, las pasiones y los apetitos, los placeres y

dolores del sentido material, la pena, el sufrimiento, las pérdidas, la esclavitud, el

panteísmo, la corporalidad, el testimonio de los sentidos, la identificación falsa,

etc.

Alma se Interpreta a sí Misma

64 : 21 como regocijándose en lo suyo

71 : 7 como sinónimo de Espíritu, Dios

93 : 1 como sustancial y capaz de dominar al cuerpo

310: 16 como Dios, jamás tocada por el pecado

335: 17 como Alma y Espíritu siendo uno

335: 17 como Dios y Alma son uno

390: 5 como eterna armonía

481: 31 como el Principio divino del hombre que jamás peca

482: 11 como propiamente siendo sinónimo de Espíritu, Dios

587: 28 como la atmósfera del cielo


Describir a Alma

balance incorpóreo satisface

belleza identidad semilla interior

inmutabilidad intacto impecabilidad

define gozo sentido espiritual


doctrina misión entendimiento espiritual

tierra nombra (Al/Es)

encontrar perseverancia estrella

libertad revierte salvación

regula in confinado

resurrección desierto

Opuestos

apetito corpóreo m. a. m. sentidos

cuerpo hipocresía mortalidad pecado

esclavitud olvido esclavitud en

cambio sufrimiento panteísmo pérdida

quimicalización lujuria pasión

(Al/Es) malicia placeres y dolores

Construyendo el Tono Para Alma

En la primera edición de Ciencia y Salud, la Sra. Eddy aclara que Alma es el

gran factor en el ser que confiere identidad inmutable a todo cuanto Mente crea y

a todo cuanto Espíritu comprende que es la única realidad. Alma es lo que

asegura que nada, que sea de origen divino, pueda perder su naturaleza de

perfección. Debido a que el Principio divino permanece perfecto, las ideas de

dicho Principio permanecen perfectas.

El entendimiento espiritual es Alma; y debido a eso es que somos Alma y

no-cuerpo. En la página 165: 15 de My., la Sra. Eddy nos dice: “La bondad jamás

falla en recibir su recompensa, porque la bondad hace de la vida una bendición.

Como una parte activa del estupendo todo, la bondad identifica al hombre con el

bien universal. Así... [debemos nosotros] elevarnos sobre la pregunta constante:

¿quién soy yo?, a la respuesta científica: Yo soy capaz de impartir verdad, salud y


felicidad, y esta es mi roca de salvación y mi razón de existencia”. Debemos

alejarnos de inmediato de las falsas sugestiones, sabiendo que no son más que

meras sugestiones hipnóticas.

En este capítulo edificaremos el tono para Alma, y al hacerlo, regresaremos

continuamente a Mente y a Espíritu. Veremos que Alma es de nuevo el aspecto

posterior de Mente. Al construir Espíritu, vimos que Espíritu siempre estaba

mirando hacia Mente. Espíritu estaba otorgando el aspecto posterior a Mente.

Esta es la razón por la que son sinónimos. Se sobreponen o traslapan

completamente. Mente y Espíritu no son dos reinos diferentes; son el mismo

reino, es decir, Dios, el Ser. Todos los siete sinónimos representan al uno y único

Ser, pero cada uno añade otros aspectos a ese Ser único. Alma también va a

añadir aspectos diferentes a lo que ya hemos visto del Ser, nuestro verdadero ser,

como Mente y como Espíritu.

El Sendero de los Sentidos al Alma

Cuando estamos razonando desde Mente hacia Espíritu, ¿qué es lo que

vemos? En Mente vemos la causa, el poder causativo de Mente produciendo la

sustancia de Espíritu, evolucionando al universo espiritual, a la naturaleza

espiritual.

Entonces algo dentro nos dice: “Adhiéranse siempre a esta línea de

razonamiento. Comiencen siempre con Mente, y luego miren en Espíritu – esa

Mente es la única Mente, y cuando vean que esa Mente es la única Mente,

adhiéranse a ella, no se den por vencidos, no se desvíen, no se retracten, no duden,

no deserten del nivel adquirido. Continúen con firmeza inexorable el sendero que

Mente y Espíritu les han señalado.”

La Sra. Eddy llama a esto: el camino de los sentidos al Alma. El perseverar

en este camino de los sentidos al Alma es una idea de Alma. Ser firmes,


constantes, firmes en adherirnos al reino hacia donde Mente y Espíritu nos han

conducido. “Tú (Mente y Espíritu), pusiste mis pies en lugar espacioso.” (Sal. 31:8)

No retornemos al modo de pensamiento humano o material. Adhirámonos al

espiritual. Razonemos las cosas como lo hemos venido haciendo con los

sinónimos Mente y Espíritu. Decidámonos a no regresar hacia la mente mortal o

la mente humana. Hemos tomado un punto de vista radical como nuestra base en

Mente, y hemos visto en Espíritu que esta base es confiable, sustancial – debido a

ello, Espíritu es entendimiento y sustancia. Ahora Alma dice: “Sé firme. No te

rindas.”

Así es como tenemos definición en Alma, la definición de Alma. Alma no

vacila. Escuchamos que viene un tono completamente diferente. Alma es

definida, Alma es invariable, inmutable.

¿Qué significa que Alma sea invariable? Significa que Mente es nuestra

base. Mente y Espíritu son nuestros pasos invariables – los pasos que tomamos

en Mente y en Espíritu son inmutables – y ahora somos constantes en nuestra

confianza en todo cuanto Mente y Espíritu nos han señalado.

Esto edifica en nosotros la definición de dicha naturaleza divina. La

verdadera identidad es producida de esta manera, para que todo cuente con su

identidad tangiblemente espiritual.

En Mente tenemos el poder creativo. En Espíritu tenemos el desarrollo de

ese poder creativo. Lo que lo desarrolla es que arribamos a la identidad definida,

tal como en la naturaleza. En la naturaleza tenemos semillas. Dichas semillas

se desarrollan, echan raíces, forman un tallo, hojas y finalmente dan fruto,

procreando la identidad de ese sentido creativo.

Nosotros también experimentamos ese orden maravilloso. En tanto que

construimos las ideas de Mente, esas ideas comienzan a desplegar dentro de

nuestra mente; se vuelven definidas para nosotros (Alma), y ahora sentimos la


identidad, la definición. La filosa claridad de la idea es aparente, y reúne su

expresión definida.

Alma Tiene que ver con Identidad,

Inmutabilidad y Balance

Alma tiene mucho que ver con definición, con identidad. Tiene, por lo

tanto, mucho que ver con denominar, puesto que denominar es dar identidad a

algo. En el momento en que denominamos a una silla como silla y no como

mesa, la identificamos adecuadamente. Definición, identidad, y denominación,

todo esto nos da un sentido de la inmutable identidad del ser.

¿Podría la inmutabilidad saber de un ir y venir? No. ¿Podría saber quizá

de un ganar o perder? No. En Alma no hay tal cosa como ir y venir, porque

Alma significa identidad. Una identidad ni va ni viene; es inmutable. Por

consiguiente, tampoco hay ganancias ni pérdidas en Alma. Obtenemos un

enorme sentido de estabilidad en Alma cuando vemos que las cosas no van ni

vienen. Todo permanece tal como es. Podemos escuchar el mismo tono

siempre llegando, es decir, la inmutabilidad de Alma, la estabilidad de Alma, la

definición de Alma.

En Alma tenemos balance. Cuando estamos en equilibrio, pesados en las

balanzas de Dios, estamos seguros, estables, firmes, inmutables. Debido a esto es

que nada puede tocarnos en Alma. “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo

pensamiento en ti persevera...” (Isa. 26:3) Alma es aquello que es intocable. En

Alma no podemos ser dañados, deformados, deslucidos; no podemos perder

nuestra identidad, porque esa identidad esta constantemente intacta mantenida.

Esto es el balance, el equilibrio de Alma, la definición, la inmutabilidad –

manteniendo nuestra identidad constantemente intacta. Si estamos enraizados en


Alma – habiendo recorrido el camino a través de Mente y Espíritu – entonces el

error puede estar alrededor de nosotros, pero no nos toca.

¿Por qué Somos Siempre lo que Somos?

Debido a que Mente es Todo – en – todo, y debido a que ese Todo – en –

todo es lo “único” de Espíritu, en Alma vemos que esto único de Espíritu es la gran

interiorización de Alma, en la que vemos que Dios, como identidad, incluye todas

las identidades, y, por lo tanto, todo en el Todo – en – todo posee la propia

identidad de Dios. Nada dentro del Todo – en – todo tiene una identidad que

difiera de la identidad de Dios. Cada parte, cada pequeña cosa dentro del Todo –

en – todo tiene la misma naturaleza, la naturaleza idéntica de Dios, nuestro

verdadero ser como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor, el

bien infinito. Todo cuanto acontece dentro de la capacidad de Alma está

reproduciendo sólo la identidad de Dios, nuestro verdadero ser. Dios, el bien

infinito, nuestro verdadero ser como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad, Amor, está reproduciendo la identidad de Alma. “La Mente es el Alma

de todo,” (C S 508: 6) dice la Sra. Eddy. Sólo lo que es producido por Mente puede

ser reproducido por Alma.

Alma no va ni viene, porque Alma no puede cambiar, no puede ser tocada.

En Alma las ideas siempre se reproducen a sí mismas, reaparecen y reaparecen.

La forma jamás pierde su identidad; constantemente se renueva. Una huella

digital, por ejemplo, permanece siempre igual; la yema del dedo puede lastimarse,

pero cuando sana, produce la misma huella digital; mantiene la identidad. ¿Por

qué somos siempre lo que somos? ¿Por qué no somos humanos por un minuto, y

en el minuto siguiente un animal o un árbol? Debido al Alma. Si no fuera por

Alma, podríamos ser humanos por un minuto y al minuto siguiente una planta o un

pájaro.


Nuestra Identidad se Mantiene Intacta

El principio de identidad es quien mantiene intacta nuestra identidad.

Alma mantiene todo intacto. Constantemente está reproduciendo la misma

identidad. Esto nos libera del temor a perder nuestra identidad. Alma es quien

nos asegura que aún cuando perdiéramos nuestro cuerpo, nuestra identidad

permanece intacta. Esta es la razón por la que, en Alma, tenemos la

inmortalidad del ser. Inmortalidad significa que la identidad permanece intacta;

nada puede tocarla o dañarla.

Debido a esta identidad invariable, podemos ver que, en lo humano, Alma

actúa para revertir todo cuanto no sea idéntico a Dios. Cualquier cosa que no esté

en conformidad con la identidad divina es revertida hasta que luzca la identidad de

Alma. Esto significa que Alma llama al arrepentimiento; Alma reprende; Alma

reforma; Alma cambia nuestro punto de vista hasta que coincida con el punto de

vista divino; cambia lo falso por lo verdadero porque Alma dice: “Yo me

reproduzco a mí misma. Yo soy lo que yo soy, y reaparezco como lo que yo

soy.” Por lo tanto, en lo humano, Alma actúa como un poder que reforma,

transformando todo cuanto no está de acuerdo con lo divino hasta que tenga la

naturaleza idéntica de Dios. Alma continuará cambiando cada detalle hasta que

aparezca en su verdadera identidad de Alma.

Si nos tomamos el tiempo para considerar esa invariabilidad de la identidad

de Alma, nuestro pensamiento tendrá poder, porque esto es Mente. (Alma es

Mente y por lo tanto es poder). ¿Qué es lo que hará? Purificará la situación

(porque es Espíritu). ¿Cómo se purifica a sí misma? Cambiando aquello que no

es puro por lo que sí lo es; reemplazando aquello que no es la semejanza de

Espíritu por lo que es la semejanza de Espíritu.


Nuestro Estado Espiritual Inmutable

Debido a que la verdadera identidad aparece y reaparece tenemos el hecho

de transformación, reforma, cambio, resurrección, resolución – todos trabajando

para llevarnos fuera del falso estado hacia nuestra verdadera identidad de Alma,

nuestro estado espiritual inmutable.

¿Qué significa la impecabilidad de Alma? Impecabilidad significa que

algo jamás pierde su propia naturaleza espiritual y divina. Alma dice: “Yo soy la

identidad inmutable, por lo tanto, no puedo perder mi identidad, ni desviarme de

mi identidad.” Esto es lo que quiere decir impecable en el contexto de Alma; no

se está refiriendo a los valores humanos morales.

En nuestra lista tenemos el balance de Alma y la perseverancia de Alma.

Debiera añadir la constancia de Alma, la resolución, la persistencia, la firmeza, la

exactitud de Alma. Estas son cualidades transformadas de Alma; son actitudes

que están siendo despertadas dentro de nosotros.

Alma es inamovible. “¡Ocupaos entre tanto que vengo! (Luc. 19: 13) ¡No os

rindáis!”, nos ordena. Alma es resolución, solidez, determinación firme,

inflexible. No importa cuál tentación surja, cuáles influencias traiga la mente

mortal a manifestación, Alma dice: “¡Avanzad! Adheríos a lo que Mente y

Espíritu os han mostrado. No seáis desertores ni negligentes”

Lo que el Adherirse a Alma Produce

Si Alma se mantuviera siempre con su inmutable identidad y jamás fuera

tocada por algo extraño, tendríamos una sensación de gozo, de felicidad, libertad,

satisfacción. Tendríamos una sensación de felicidad, de belleza y gracia.

Sentiríamos un balance interno que la calma y el bálsamo de Alma proporcionan.

En el momento en que no hay nada contrario, – cuando las ilusiones de la mente

mortal no están obstruyendo el camino – sentimos que estamos descansando dentro


de nuestra verdadera naturaleza, dentro de nuestro Ego divino, dentro de esa

misma y total identidad con Dios, el “Yo soy el que Soy.”

Alma representa el original o el origen; Alma es su representante. El ser es

representado dondequiera como lo que es. Dios, nuestra verdadera Mente,

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor, sin la verdadera imagen y

semejanza de nosotros mismos, carecería de identidad. El ser no podría ser, sin

ser la identidad dondequiera y en todo momento. Esto es lo que se da a entender

por identidad; tenemos la misma y exacta naturaleza que Dios tiene, es decir, “la

incorpórea, divina, suprema e infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad, Amor.” Todo cuanto existe es la imagen y semejanza de nuestra

verdadera Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor. El sujeto y el

objeto son uno en su más profundo nivel.

En Alma tenemos entendimiento espiritual y sentido espiritual. ¿Por qué?

En Mente tuvimos que Mente sabe, y en Espíritu este conocimiento de Mente

progresa o se despliega hacia la comprensión. Nuevamente, ¿por qué? Porque

Espíritu tiene la facultad de discernir. Discierne entre ideas e ilusiones, y separa

las ideas de las ilusiones; esto origina comprensión. Estamos sobre tierra firme.

En Alma, tenemos entendimiento espiritual, lo cual significa el entendimiento que

ganamos por medio del proceso de separación de Espíritu y de la línea de

demarcación ya definida. Ya no estamos más separados, decidiendo sobre ideas e

ilusiones, y tomando decisiones. En Alma el entendimiento que ganamos en

Espíritu llega a ser “una capacidad conciente y constante de comprender a Dios.” (C

& S 209:33-34) Nuestra conciencia y la conciencia de Dios están alineadas, son la

misma, idénticas. La comprensión espiritual nos hace comprendernos a nosotros

mismos como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor, y significa

que podemos hablar como Dios habla.


En Alma Tenemos la Semilla Dentro de sí Misma

En Alma tenemos la semilla dentro de sí misma. Esto quiere decir que una

identidad siempre se reproduce a sí misma. Una zanahoria reproduce una

zanahoria, no puede producir una col. Un pez no produce un pájaro. Lo

semejante produce lo semejante. La Sra. Eddy dice que Mente presenta la idea.

Pero es Alma quien la re–presenta, por lo que la reaparición es Alma. Una

identidad jamás tiene que ser establecida – simplemente es – y es responsabilidad

de la semilla dentro de sí misma, el ver que la idea jamás pierda su identidad.

En la primera edición de Ciencia y Salud, Alma fue el sinónimo

predominante. La Sra. Eddy ni siquiera tenía el sinónimo Mente en dicha

edición; en su lugar ella escribió en mayúsculas: creador, sabiduría e inteligencia.

Esto cambió en las ediciones subsecuentes, en la medida que dio más importancia

a los otros sinónimos. Actualmente Alma es el menos mencionado, y por lo tanto

no siempre es fácil captar el sentido completo de lo que significa.

Veremos ahora en más detalles cada una de esas ideas y términos de nuestra

lista para tener una mejor comprensión de Alma. En la presente obra sólo

trataremos de aprender lo que significan estos términos cuando los leemos dentro

del Libro de Texto. Con esto se estará colocando el fundamento para la estructura

sobre la que podremos edificar posteriormente, con estas observaciones

introductorias como antecedente.

De los Sentidos al Alma

Comencemos considerando la frase “de los sentidos al Alma.” (C & S 266:1)

La Sra. Eddy utiliza esta frase, de los sentidos al Alma, ya sea

específicamente o indicada por varias otras frases, como manifestación de la

transición que todos debemos hacer de los sentidos al Alma.


¿Es esta una idea de Alma? No. Alma no hace transición alguna de los

sentidos al Alma. Entonces, ¿por qué tiene algo que ver con Alma? Nos está

mostrando el impacto que tiene Alma en nosotros, provocando que vayamos de

los sentidos al Alma.

Hay una línea de desarrollo que va de Mente a Espíritu, a Alma.

Comenzamos con Mente. Mente es el principio. El deseo de ir de los sentidos

al Alma, el hecho de pensarlo, es Mente. Luego Espíritu es purificación, la

separación, el volvernos hacia la dirección correcta, la cual por consiguiente nos

lleva a Alma, en la que hallamos la perseverancia en la dirección correcta, así

como la identificación y la definición de nuestro objetivo.

Perseveramos en Alma

Primero, en Mente, abrimos nuestro pensamiento para buscar la realidad;

tenemos un deseo de ver la luz. Habiendo deseado y buscado activamente la luz

de la Mente divina llegamos a Espíritu, el cual nos llama para verificar esta luz de

Mente al apartarnos del concepto falso y volvernos hacia el concepto correcto.

Habiendo visto la luz, la idea en Mente, podemos, en Espíritu, discernir y separar

la idea de la ilusión, del error. Esto provoca que nos volteemos hacia la luz, lo

correcto. Esta es la causa por la que tuvimos la batalla y la guerra en Espíritu,

porque en Espíritu rechazamos las ilusiones, las sugestiones hipnóticas. El buscar

no es suficiente, debemos esforzarnos para suplantar lo material con lo espiritual,

de ahí “la guerra” y la batalla.

Sabemos que esta guerra entre el Espíritu y la carne, resolverá todas las

cuestiones, si tan solo perseveramos.

Posteriormente llega Alma en nuestro auxilio. En Alma perseveramos

hasta que la imagen que vimos en la luz de Mente se vuelva definida y seamos

identificados con esa imagen, con esa luz, con esa realidad. Persistimos en


recorrer el camino de los sentidos al Alma hasta que estemos identificados con la

luz de Mente, con la imagen en Mente.

Esta es una actitud interna. Alma significa más que alejarnos de las

ilusiones y del sentido material y volvernos a Alma. Significa que una vez que

nos hayamos vuelto a lo correcto, tenemos que recorrer el pasaje de los sentidos al

Alma, y ahí es donde tenemos que perseverar y jamás desfallecer ni mirar atrás.

El impacto de Alma en lo humano es la urgencia para recorrer el camino,

para alcanzar nuestra identidad con la realidad. La frase: “de la tierra al cielo” es

lo mismo. Esta es la esencia del tercer período de mil años en la Biblia, cuando

Abraham, y luego Isaac y Jacob, y posteriormente los hijos de Israel conducidos

por Moisés, vagaron de un lado a otro buscando la Tierra Prometida. Cada

cambio de “nombre” registrado en la Biblia fue un cambio en la conciencia de un

sentido material a otro espiritual. Estos peregrinos cambiaron la identificación

del sentido material de sí mismos por el sentido de identidad espiritual.

David y Saúl

En Samuel tenemos la hermosa historia de David, en la cual encontramos los

tonos de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor. En la parte que

corresponde a Alma, la historia describe cómo David tuvo que huir de Saúl,

siempre morando así en otra cueva. Jamás pudo echar raíces. En este pasaje de

peregrinar, yendo a través del desierto, David trató de encontrar su verdadera

identidad y la verdadera identidad de Saúl. Él quería aceptar sólo aquello que

fuera divinamente identificable.

David tuvo muchas oportunidades de matar a Saúl, pero siempre pensó de

Saúl como el bendecido de Dios. David aceptó y mantuvo la correcta

identificación de Saúl, y al hacerlo así, David halló su propia verdadera identidad.

Cuando llevó a término este pasaje de los sentidos al Alma, llegó al Principio, y


llegó a ser rey, el gobernador de la tierra. Cuando buscamos descubrir lo mejor

en otros, algunas veces sacamos lo mejor de nosotros mismos.

El pasaje de David de los sentidos al Alma muestra cómo cada uno de

nosotros tenemos que movernos de la identificación de los sentidos hacia la

identificación de Alma, tanto de nosotros mismos como de nuestros enemigos.

Identidad

Esto nos trae a otra idea que caracteriza a Alma – es decir, identidad.

¿Qué significa identidad? Significa igualdad. Significa que algo que es,

siempre es lo que es, permanece como lo que es, y se preserva a sí mismo como lo

que es.

Alma muestra que las cosas creadas por Mente son las cosas que dan

sustancia por medio de Espíritu; tienen identidad en Alma, y permanecen como lo

que son. Siempre han sido lo que han sido; no cambiarán de lo que ya son.

Primero, Mente es el creador y todo lo crea. Segundo, Espíritu es la

sustancia de dicha creación, y dice que es tangible; es aquello en lo cual podemos

confiar. Sin embargo, si no fuéramos más allá, el pensamiento podría decir que

aquello sobre lo que estamos parados, sobre lo que estamos sustentados, puede

cambiar, puede tomar otra forma. Así que, como tercer paso, en Alma, vemos

que lo que Mente crea es tan sustancial en Espíritu que siempre permanecerá igual;

jamás cambiará su naturaleza.

En el tercer período de mil años, tenemos la definición de Dios como “Yo

Soy el que Soy”, queriendo decir que es lo que es. Moisés vio que la naturaleza

de Espíritu, cuando es contemplada desde el punto de vista de Alma, es inmutable.

Podemos ver que cada idea tiene identidad porque una idea creada por Mente,

sustanciada por Espíritu, nunca cambiará, y estas ideas forman las identidades del

ser.


La Identificación con Alma Trae Seguridad

Las cosas que son divinas nunca cambian. El Yo Soy, siendo conciente de

Sí mismo, es identidad verdadera, es la verdadera auto – identificación.

Obtenemos seguridad al identificarnos con Alma.

¿Por qué somos inseguros? Porque tenemos miedo de que mañana no

tengamos lo que hoy tenemos. Estamos constantemente atormentados por un

sentimiento de temor de que podríamos perder aquello que amamos y de lo cual

dependemos. Es un miedo de que las cosas pudieran cambiar, pudieran perder su

identidad, de que las cosas que hoy son, podrían ya no ser mañana. Debido a esto

es que “pérdida” es un opuesto para Alma. Si realmente comprendemos lo que

representa Alma – si comprendemos nuestra naturaleza como Alma – jamás

volveríamos a tener miedo de perder, así como no tememos que 2x2=4 pueda

perderse. En Alma, aquello que es, siempre será. Jamás pierde su identidad, su

igualdad. En Alma, el hombre espiritual es la identidad superior, la forma

espiritual en la que todas las ideas están incluidas, dado que el sujeto y el objeto,

Dios, nuestra Mente verdadera y su reflejo (el hombre) es una sola cosa.

Mente, nuestra verdadera Mente, se manifiesta a sí misma por medio de

ideas. Espíritu es la sustancia de estas ideas. Alma les da sus características

para que una idea sea distinguible de otra. Cada idea tiene su identidad final, pero

cada identidad debe coincidir con la naturaleza divina.

Hombre, el Reflejo, Coincide

con las Ideas de Dios

Mente nos da sus ideas. Espíritu imparte la comprensión que separa las

ideas de las ilusiones. Luego Alma demanda que nos identifiquemos a nosotros

mismos con las ideas, puesto que hombre, el reflejo, coincide con las ideas de Dios


y es uno con ellas. Alma nos trae la idea – Cristo, porque el Cristo manifiesta esa

combinación con Dios, su Principio divino, el cual da a nuestro ser verdadero,

dominio sobre toda la tierra (C & S 316) Para experimentar nuestra identidad de

Alma, debemos pensar como Dios, nuestra verdadera Mente y Espíritu; debemos

identificarnos a nosotros mismos con las ideas divinas y con las cualidades divinas,

dado que “el reino de [Dios] está dentro de [nosotros].”

Cuando vemos que nuestro verdadero ser, nuestra verdadera naturaleza, es

las ideas de Mente incorporando la sustancia de Espíritu, estamos expresando

nuestra identidad como Alma, nuestra identidad – Alma. Mente y Espíritu,

nuestra verdadera conciencia, constituyen nuestra verdadera identidad, nuestro

verdadero Ego, nuestro Yo Soy, o identidad – “el reino de [Dios] (que está) dentro

de [nosotros].”

Cuando deseamos recorrer la senda de los sentidos al Alma, las ideas divinas

nos guían, y en la medida en que esas ideas vienen a nosotros, nos separan de las

ilusiones, porque Espíritu nos enseña que sólo hay una sola realidad. En la

tercera etapa, la etapa de Alma (debido a que hemos roto con las mutaciones de

tiempo y espacio), nuestra verdadera naturaleza, nuestra verdadera identidad,

aparece como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor. Nuestra

identidad con Dios, con Alma, sólo puede ser comprendida por medio del sentido

espiritual. Sólo lo semejante puede comprender lo semejante.

Alma Designa, Nombra

Íntimamente relacionada con la idea de identidad en Alma, está la idea de

que Alma designa, nombra. Designar o nombrar significa hacer algo específico,

definirlo. ¿Por qué designar o nombrar es una característica de Alma?


Nosotros nombramos o designamos a cierta idea, y ese nombre es sólo para

esa cosa en particular o para esa idea. Es específica para esa cosa. Nombrar

define algo, y definirlo lo hace definido.

Así “nombrar” nos conduce a las ideas “definir” y “definido”. El

“testificar” es otra idea relacionada.

Testificar significa que describimos algo exactamente de manera que no

pueda haber mala interpretación; cuando testificamos o damos testimonio, lo que

decimos es correcto y no puede ser negado. Hacemos una declaración solemne

para establecer algún hecho de manera que no pueda ser confundido con algo más.

Esto tiene que ver con Alma. Testificar es definir, hacerlo definido.

¿Qué quiere decir definir algo, hacerlo definido? El hecho es que el ser da

su identidad específica para que ya no pueda ser confundido. Alma testifica

correctamente. Describe correctamente; define lo que es, como es, y de ninguna

otra manera. El hacer algo indistinto es la falsificación de Alma. Alma delinea

con claridad, con precisión, rigurosamente aquello que es, así queda identificado e

inconfundible.

Debo ver que “Yo Soy el que Soy”

¿Por qué es que debemos escuchar el testimonio de Alma? Porque Alma

puede verdaderamente definir, nombrar y testificar de forma inconfundible, de

manera que podamos ver que: YO SOY EL QUE SOY. Así esto se describe

subjetivamente a sí mismo por medio de otros términos para que haya identidad –

identidad entre el objeto y el sujeto. La manera como describimos a ese objeto es,

por tanto, idéntica al objeto y constituye la verdadera identidad. La identidad es

la realidad en su más profundo nivel, donde hay absoluta congruencia, absoluta

coincidencia entre el objeto (lo que el objeto es como tal) y la manera como vemos

al sujeto (lo que vemos que es), siendo así el sujeto y el objeto, uno. De esta


forma tenemos igualdad. El objeto o el sujeto son reproducidos exactamente en

nuestra conciencia. Ocurre lo mismo dentro de nosotros. No hay discrepancia

alguna entre el objeto y el sujeto. En el punto de Alma, se preserva la identidad.

¿De Dónde Surgió la Identidad?

¿De dónde vino la identidad? En la naturaleza podemos ver que las

especies son preservadas debido a que lo semejante produce lo semejante. La

identidad en Alma es precedida debido a que, en Espíritu, lo semejante produce lo

semejante. Siempre debemos conocer la razón, el por qué, la razón para algo.

Y aquí la razón para ello está en Espíritu, donde lo semejante al producir lo

semejante, hace que tengamos la semejanza. Podemos retornar a Mente y

preguntar: “¿Qué es lo que concibió?” Mente concibe toda verdadera identidad;

Mente concibe todas las ideas. Espíritu las despliega cuando lo semejante

produce lo semejante. Cuando lo semejante produce lo semejante, siempre

establece su propia identidad – Alma – jamás algo extraño a sí mismo. Mente,

por lo tanto, jamás produce algo desemejante a sí misma.

Mente produce, y en Espíritu lo semejante produce lo semejante, luego

entonces Alma siempre produce su propia identidad. En cada desarrollo de la

idea vamos a través de estos tres estados.

Primero abrimos nuestro pensamiento para reconocer que Mente sabe todo,

y debido a que sabe todo, Mente nos dará la idea correcta en el momento correcto.

La luz irrumpirá en nuestro pensamiento. Enseguida Espíritu es quien dice: “Me

voy a adherir a esa idea y permitiré que la idea se despliegue. No le añadiré

elemento extraño alguno. Amaré, adoraré, reverenciaré y apreciaré esa idea y me

dedicaré a ella. No le mezclaré concepciones humanas. Permitiré que esa idea

trabaje en mi conciencia”. En la medida en que esa idea trabaja en conciencia,

producirá su propia naturaleza, producirá ideas de naturaleza idéntica. Se


despliega al producir nuevas ideas necesarias. Cuando, por medio de Alma,

finalmente ha introducido todas esas ideas que dan identidad a la idea, es que

podemos decir: “¡Ahora lo tengo! Ahora puedo ver lo que voy a hacer.”

Una Idea Pasa por Etapas

La creatividad de una idea pasa a través de estas tres etapas. Una idea

jamás nos llega en su plena identidad. Primero llega como una luz, una visión,

una forma indefinida, una imagen. Así que nos preguntamos: “¿Qué es esta

imagen? ¿Qué significa?” La idea reúne nuevas ideas que le pertenecen a la

imagen, y lo que no le pertenece se muere, es aniquilado. Lo semejante atrae lo

semejante, y dado que Espíritu atrae lo semejante a sí mismo, llega el punto de

Alma donde son atraídas todas las ideas necesarias, con lo que vemos su totalidad.

Esa es su identidad.

Con esto se puede ya trabajar con esa idea, porque en este punto hemos

llegado a la cuarta etapa, la de Principio. Algo cambia cuando llegamos al

Principio – donde nuestra conciencia ha captado al Principio, donde somos el

Principio. Principio pone la idea en operación y comienza a funcionar.

Esta es una forma de cómo despliega una idea. Mente, Espíritu, Alma

tienen muchas otras formas. Todo depende del nivel de conciencia en el cual

estemos. La obstetricia espiritual donde estamos en el más alto nivel, opera un

tanto diferente de como lo hace en el nivel divinamente humano.

Mente, Espíritu y Alma nos dan la naturaleza de la idea; luego llegamos a la

operación de la idea al arribar a Principio; y en Vida, Verdad y Amor obtenemos

su esencia.

Las identidades infinitas de Alma son designadas. Alma nombra, designa.

Las ideas de Alma son definidas definitiva y espiritualmente. Debemos

identificarnos a nosotros mismos con lo que somos, es decir: Mente, Espíritu,


Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor, “así expresando tiernamente la paternidad

y la maternidad de Dios;” (C & S 507: 6-7) debemos ver que, como Mente, como

Espíritu, como Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor, tenemos una expresión, un

reflejo; y así somos la expresión del ser de Dios, porque Dios y el reflejo de Dios

son uno.

Representante

¿Por qué es que “representante” es una característica de Alma? ¿Qué

significa esto espiritualmente?

Razonémoslo desde “representante”, desde la idea, no desde Alma o desde

lo que la Sra. Eddy ha dicho aquí. Representante re-presenta al original, u origen,

y esta es la realidad en su más profundo nivel, en donde sujeto y objeto es uno,

donde el origen u objeto, y el sujeto o representación, deben ser uno. Esto

muestra que el Ser infinito tiene Alma en todas sus manifestaciones, la cual dice:

“Yo estoy representada exactamente como lo que soy, dondequiera. No puedo

estar sin ser la misma dondequiera y en todo momento”.

Siempre retornamos al YO SOY EL QUE SOY. La Ciencia Cristiana nos

enseña que tenemos la misma naturaleza de Dios, es decir, somos la “incorpórea,

divina, suprema, infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor”, –

“el reino de Dios dentro de [nosotros]”. No tenemos la naturaleza que es ajena a

la naturaleza de Dios. Nosotros re-presentamos al Ser. Debemos identificarnos

a nosotros mismos espiritualmente y así ver que el sujeto y el objeto son uno en su

más profundo nivel de realidad. El origen, el canal, y el resultado son todos, una

sola identidad.

Nosotros, como Mente, Espíritu, Alma, Principio,

Vida, Verdad, Amor, Debemos Tener Expresión


Los sinónimos y sus ideas tienen identidad; tienen igualdad. Siempre son

aquello que son, y jamás pierden su identidad, su cualidad de igualdad. Por lo

tanto, la identidad del Ser siempre está re-presentada por medio de las identidades

del ser. “El hombre es la expresión de Alma”, dice la Sra. Eddy. (C & S 477:28)

Debemos identificarnos a nosotros mismos con las cualidades divinas, y por

consiguiente con Dios, nuestra Mente verdadera. Dios, para ser Dios, debe

expresar a Alma, Principio, en su propia naturaleza esencial de ser, y esto significa

que nosotros, como Dios, como Mente, como Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad y Amor, debemos tener expresión. Esto significa que debemos elevarnos

sobre el testimonio de los sentidos físicos, elevarnos sobre la creencia de padres

humanos, e identificarnos a nosotros mismos sólo con las cualidades divinas.

Podremos con ello demostrar la Ciencia del Amor, la Ciencia divina que es nuestro

origen espiritual. Entonces, como Jesús dijera: “Y yo, si fuere levantado de la

tierra, a todos atraeré a mí mismo.” (Juan 12:32)

Comprensión Espiritual

Para llevar a cabo esta transición de los sentidos al Alma, para elevarnos

sobre el testimonio de los sentidos físicos e identificarnos a nosotros mismos sólo

con las cualidades divinas, requerimos de comprensión espiritual, una de las ideas

más importantes de Alma.

“La tercera etapa en el orden de la Ciencia Cristiana es de gran importancia

para el pensamiento humano, porque deja penetrar la luz de la comprensión

espiritual.” (C & S 508:28-1)

En Espíritu tuvimos comprensión como una idea caracterizando a Espíritu.

Para entender la comprensión espiritual como Alma, preguntémonos de nuevo:

“¿Cómo se une comprensión (en Espíritu) con Mente que sabe? ¿Por qué


conocimiento (en Mente) se convierte en comprensión en Espíritu y en

comprensión espiritual en Alma?”

En Espíritu tenemos discernimiento, la habilidad de separar ideas de

ilusiones, y por medio de esta facultad de distinguir nos paramos en tierra firme, y

estamos seguros de lo que sabemos. Como vimos anteriormente, la Sra. Eddy

asocia la comprensión espiritual con Alma más que con Espíritu, porque la

comprensión espiritual es más definida que la comprensión. En Espíritu estamos

separando, y estamos viendo que lo bueno es lo único (en estos pasos ascendentes),

pero cuando llegamos a Alma ya todo está definido. Ya no es más una cuestión

de sopesar cosas o pensamientos, de decidir entre ideas e ilusiones. Tanto lo que

es como lo que no es, ha quedado definido. En la comprensión espiritual hemos

sido identificados con la comprensión, y dicha comprensión es nosotros mismos.

Yo mismo soy ahora la comprensión, por lo que hablo desde mí mismo. Ya no

tenemos que hacer más decisiones o discernir entre ideas e ilusiones. Somos el

re-presentante de ello a tal grado que habla desde nosotros mismos. Es un

conocimiento presente, una capacidad constante y conciente de saber.

Habiendo alcanzado la comprensión espiritual en Alma, podemos sentir, por

ejemplo, cuando alguna situación no está correcta. Es la comprensión espiritual

la que nos lo dice, y no la simple comprensión. ¿Por qué es comprensión

espiritual? Porque sólo cuando todo lo que es de la naturaleza de Dios es

identificado dentro de nuestra conciencia como el representante dentro de nuestra

conciencia, es que la conciencia reacciona automáticamente hacia aquello que no

está correcto, hacia algo que no suena bien o hacia algo que no coincide con

nuestro verdadero ser como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor

– “el reino de [Dios] dentro de [nosotros].”


Diferencia entre Comprensión y

Comprensión Espiritual

Comprensión, en Espíritu, toma decisiones, considera, discierne, separa

ideas de ilusiones. Pero en la comprensión espiritual – Alma – estamos tan

identificados con la verdad, con testificar lo correcto, que resuena al instante

dentro de la conciencia y sabemos qué es lo que está correcto, y qué es lo que no lo

está. Sabemos lo que suena verdadero, y también lo que no tiene que sonar como

cierto. Aquí en Alma, sabemos sin que medie el proceso de razonamiento.

La comprensión espiritual nos hace seguros. Es esa facultad donde lo

divino está de tal manera re-presentado en nuestra conciencia, que reacciona al

instante. La comprensión espiritual es ese punto en el cual estamos tan en

conformidad con la realidad, con las identidades del ser, que reconocemos

instantáneamente al error como error, como en no conformidad con la realidad,

como no en conformidad con las identidades del ser.

La comprensión tiende la línea de demarcación. La comprensión espiritual

resuena o no resuena. Re-presenta, o no re-presenta. “Tal como la luz destruye

la oscuridad y en lugar de la oscuridad todo es luz, así en la Ciencia absoluta el

Alma, o Dios, es el único que da la verdad al hombre.” (C & S 72: 10-13) La

comprensión espiritual no toma en cuenta la evidencia de los sentidos físicos;

deriva su conocimiento de la contemplación de los hechos divinos. Así, ella sola

puede impartirnos el espíritu de la Verdad. La sabiduría que contempla las

realidades espirituales se convierte en comprensión pura; y el despliegue y

desarrollo de esta comprensión pura alcanza el estado de comprensión definida

espiritual, el cual reconoce con seguridad sólo los hechos espirituales como

verdaderos e inmortales.


Alma Está Fuera del Cuerpo

Alma es Espíritu, así que Alma jamás puede estar confinada dentro algo.

Alma no está confinada en el hombre o en la materia, porque Alma es Dios, y el

hombre es el representante de Alma, o la igualdad identificada con Dios. Una

regla vital de Alma es que lo mayor no puede estar en lo menor. Esta regla de

Alma nos enseña que lo más alto, Alma, es superior a lo menor. Alma, Dios,

nuestro verdadero ser, no está dentro de su reflejo, el hombre.

Alma, lo opuesto de los sentidos materiales, no puede estar limitada en un

cuerpo, en una ilusión. Cuerpo es la falsificación de Alma; cuerpo es la ilusión

del sentido material; es la sugestión hipnótica. El mundo cree que Alma está

dentro de algo, que está en la materia, en el cuerpo, como vida, sustancia,

inteligencia; y que esta vida, sustancia e inteligencia puede abandonar la ilusión

llamada cuerpo. Esto no es verdad.

La verdad es que Dios – queriendo decir nuestra verdadera Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor, “el reino de [Dios] dentro de [nosotros],”

nuestra conciencia – tiene un reflejo, el cuerpo, y a ese cuerpo lo llamamos:

hombre. Así el hombre tiene Alma, pero esa Alma es Dios, tal y como el hombre

tiene Mente, pero esa Mente es Dios. El hombre, de la misma manera, tiene

Espíritu, pero ese Espíritu es Dios; el hombre tiene Vida, pero esa Vida es Dios.

Esto no quiere decir que Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor,

estén dentro del hombre, en el reflejo. Lo mayor no puede estar dentro de lo

menor – dentro del reflejo de nuestro verdadero ser como Mente y Espíritu, el cual

es llamado “hombre” o reflejo.

Alma es igual a aquello que es. No puede estar yendo y viniendo; jamás

puede ser perdida; nos da una sensación de la eterna identidad del ser. Alma

refuta el concepto humano de que todo lo que tiene identidad debe estar limitado.

Un árbol tiene identidad y pareciera estar limitado. Todo lo que tiene forma


pareciera estar limitado. Esta apariencia debe ser revertida. Puesto que el

hombre es el reflejo de Mente y de Espíritu, entonces en Alma vemos que nada

puede ser limitado o estar dentro de algo.

Alma no Está “Dentro” de Algo

La idea de que Alma jamás está “dentro” de algo, puede ser difícil de captar.

¿Podríamos concebir nuestro universo verdadero sin sentir que está dentro

de algo? Los mortales creen que la vida está dentro de las plantas, los animales,

el hombre; que la inteligencia está dentro de la gente, en los animales; creen que la

mente está dentro del cuerpo; pero la creencia de que Alma está dentro de algo

tiene que ser revertida si queremos ser consistentes con las enseñanzas de la

Ciencia Cristiana. No podemos seguir limitando las identidades del ser, las

cuales son incorpóreas y no tienen un cuerpo. Las identidades del ser no están

dentro de un cuerpo, en la materia, en algo. Si pudiéramos ver esto, seríamos

libres. Estaríamos sin limitación alguna. Es debido a ello que tenemos libertad

como una idea de Alma.

La expresión continua y activa de las ideas divinas es Vida, Verdad y Amor;

pero Alma viene primero y muestra que esas ideas tienen una identidad inmutable

y son ilimitadas. Vida, Verdad y Amor se expresan a sí mismas como estas ideas.

La activación de estas ideas, la operación de estas ideas, la misión sanadora de

estas ideas, es Vida, Verdad y Amor.

Cuando vamos hacia las ideas de Alma – es decir, cuando vamos hacia el

Libro de Texto y no hacia nuestro propio concepto de la Ciencia Cristiana –

hallamos que Alma dice a toda idea que Mente crea, que es inmutable, que tiene la

naturaleza de Dios, que está en conformidad con Dios, que es congruente,

consistente, consonante, y coincidente con Dios. Nada más que eso. Es sólo

cuando llega Principio, (nuestro siguiente sinónimo), que obtenemos actividad.


Principio toma estas identidades del ser y hace algo con ellas. Esta es la

operación de Principio. Pero antes de que se presente Principio, sólo tenemos la

naturaleza de Dios, tenemos lo que Dios es como los siete sinónimos que nosotros

somos.

La Definición de Dios nos Dice

lo que Nosotros Somos

En la definición de Dios, la cual nos dice lo que nosotros somos, tenemos

Mente, Espíritu, Alma – con Principio en medio – luego Vida, Verdad y Amor.

Mente, Espíritu y Alma definen la naturaleza de lo que constituye la realidad.

Luego Principio pregunta: “¿Qué es lo que voy a hacer con estos elementos de

Mente, Espíritu y Alma? Bueno, voy a operar con ellos. Son mis ideas, mis

elementos y yo voy a hacer algo con dichos elementos. Voy a ver que se

expresen a sí mismos. Deben ser ideas vivientes, Vida; deben ser ideas

verdaderas, y por lo tanto ideas que corrijan errores, Verdad; y deben dirigirse

hacia el cumplimiento del plan mayor, Amor.”

Principio define la habilidad operativa de Dios, y por medio de la operación

de Dios, Vida, Verdad y Amor, se manifiesta la demostración de Principio, así

como también se manifiesta lo que está siendo demostrado, manifestado, con ideas.

Recordemos pues que, en Mente, Espíritu y Alma, sólo estamos definiendo

la naturaleza de Dios, nuestro verdadero ser, como ideas de Mente, como la única

sustancia, la sustancia que jamás cambia, que es definible y definida. Estos tres,

Mente, Espíritu y Alma, los cuales constituyen nuestro verdadero ser, son nuestras

herramientas para este estudio.


Alma es Amo,

Porque lo Mayor Controla lo Menor

Ya vimos que Alma no puede estar dentro de algo, porque “lo mayor no

puede estar en lo menor.” Por la misma razón, Alma es el amo. Debido a la ley

superior de Alma, Alma controla y no hace caso de las llamadas leyes materiales;

Alma domina la falsa evidencia de los sentidos físicos. La comprensión espiritual

de Alma domina la evidencia de los sentidos corpóreos.

Cuando estudiamos las ideas de Mente nunca tuvimos un sentido de que lo

mayor controlaba lo menor. ¿Cómo se desarrolló esto desde Mente a Espíritu y

luego a Alma?

En Mente aprendimos que Mente controla. Aprendimos que en Mente

yace el poder de regular, de controlar; este fue el poder que fue ejercitado a través

de la inteligencia creativa, a través de la Mente básica.

Espíritu dijo entonces: “Lo que Mente crea es lo único, y está separado de la

ilusión de lo opuesto.” Esto nos dio la línea de demarcación. Ahora llega Alma

y dice: “Aquello que Mente ha creado es superior a lo que no es, a lo que es mera

ilusión hipnótica, sugestión hipnótica.” Así es que aquí tenemos a lo mayor

controlando a lo menor. Alma, por lo tanto, es el amo en el reino espiritual, así

como en el reino material porque es superior, porque controla, y aún controla el

reino material, controla el cuerpo. En Alma tenemos la solución de la dualidad

con la que batallamos en Espíritu. Alma controla ambos, el reino espiritual y el

reino hipotético.

Resurrección, una Idea de Alma

Al principio pareciera que resurrección no es una idea que venga al caso,

hasta que vemos que a lo largo de resurrección podemos considerar ideas tales

como “Alma restaura” y “Alma reproduce”. Ahora comenzamos a ver por qué es


que encaja. Alma es identidad, y siempre permanece como lo que es. Nada se

pierde en Alma, pero debido a que existe la creencia de que algo puede perderse, o

que la identidad puede cambiar, tenemos palabras que caracterizan a Alma tales

como: resurrección, restaura, reproduce, etc.

Alma dice que nada puede perderse; siempre permanece como lo que

siempre ha sido, así (para la creencia mortal), es restaurado, reproducido,

resucitado. Este es el sentido de Alma del Cristo, mostrando el impacto que

Alma tiene en la falsificación, como restaurar, reproducir, resucitar, etc.

¿Por qué resurrección es una idea de Alma en lugar de ser una idea de Vida?

Veamos el ejemplo de la resurrección de Jesús. ¿Demostró Jesús Vida o Alma?

Vida dice: “Yo te aparto del sentido mortal”. En el quinto día de la creación, el

día que corresponde a Vida, los pájaros volaban sobre la tierra en el firmamento

abierto del cielo. Vida, como uno de los sinónimos, es donde nos elevamos a

nosotros mismos fuera de lo mortal, pero después de su resurrección, Jesús

apareció en el mismo cuerpo, en la misma forma inmutable. Vida no lo habría

dejado sin cambio en lo mortal. Jesús restauró el cuerpo en ambos, en Lázaro y

en él mismo. El resultado de su demostración fue la demostración verdadera de

Alma, mostrando el cuerpo inmutable.

Más tarde Jesús demostró Vida, la quinta etapa, en la ascensión,

elevándose sobre el cuerpo y abandonándolo a lo mortal. Alma, en contraste, no

mostró el abandono del cuerpo, lo mortal; Alma muestra, como en la resurrección

de Jesús, que lo mayor – Alma – controla lo menor – al cuerpo.

Lo que Vieron los Discípulos

Los discípulos, permaneciendo fuera y mirando la resurrección, vieron Vida

porque ellos tenían en mente un Jesús muerto, un cuerpo muerto, y después vieron


a un Jesús resucitado, vivo, como Vida. Para ellos él demostró Vida. Pero para

él mismo, Jesús restauró lo que para la mente mortal era lo normal.

Hablando del tercer día de la creación, el día que representa a Alma, la Sra.

Eddy afirma: “La tercera etapa en el orden de la Ciencia Cristiana es de gran

importancia para el pensamiento humano, porque deja penetrar la luz de la

comprensión espiritual.” (C & S 508:27-1)

Notemos que, si hay una tercera etapa, necesariamente debe haber habido

una primera y una segunda etapa. El contexto de esta declaración aclara que éstas

debieron ser el primero y el segundo días de la creación. También dense cuenta

que la Sra. Eddy dice: “...en el orden de la Ciencia Cristiana...” ¿Qué es este

orden? Los días de la creación deben tener un orden ascendente. El orden del

Cristo es un orden descendiente, así que el orden al que se refiere aquí debe ser el

orden del Verbo – Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor, – siendo

las dos primeras etapas las de Mente y Espíritu, y la tercera la de Alma.

¿Por qué es que tenemos autoridad para decir que la resurrección tiene que

ver con el tercer día o etapa – es decir, con Alma? La misma Mary Baker Eddy

dice: “Nuestro Maestro... se levantó de la tumba – el tercer día de su pensamiento

ascendente...” (C & S 509: 5-7)

¿Por qué podemos decir que la resurrección es Alma y no Vida? La Sra.

Eddy dice: “...se discierne que el Espíritu es la Vida de todo [no dice que lo es el

Alma], la Vida imperecedera o Mente, que no depende de ninguna organización

material.” (C & S 509:2-5) A través de la comprensión de Vida, Jesús sólo pudo

restaurar su cuerpo a este sentido de Vida, sin organización material, y esto fue lo

que demostró en la ascensión – el sentido completo de la Vida, el cual no cree

más en una organización material.

Lo que Probaron la Resurrección


y la Ascensión

En la resurrección Jesús probó a sus discípulos que la Vida es independiente

de la organización material, al restaurar la organización material de frente a la

ilusión de muerte, en tanto que, en la ascensión, habiendo acabado de probar que la

Vida es independiente de la organización material, y simplemente conociendo este

hecho, se exaltó a sí mismo sobre la organización material. Por lo tanto, la Sra.

Eddy dice: “Nuestro Maestro re-apareció a sus discípulos [aquí incorpora el punto

de vista de sus discípulos] – según la aprehensión de ellos se levantó de la tumba

[eso es Vida] – el tercer día de su pensamiento ascendente, y de esa manera les

manifestó la certeza de Vida eterna.” (C & S 509: 5-8)

El mismo Jesús tenía esa “certeza de Vida eterna” cuando después de la

ascensión dijo: “estaré con vosotros para siempre” – en todo momento, en toda

circunstancia y forma, eternamente. Eso es Vida.

La cita marginal (509: 3) de Ciencia y Salud dice: – “Ascendiendo hacia la luz”

– indica resurrección. Resurrección es una restauración de la identidad al

pensamiento humano. El pensamiento humano esta bajo la creencia de pérdida,

de haber caído del estándar; hombre caído, yendo y viniendo – todo esto es la

falsificación de Alma. Alma es capaz de restaurar la identidad, ya sea que se trate

de un cuerpo enfermo, del rompimiento de una amistad o de una relación

inarmónica. Partimos del hecho de que las identidades del ser no se pierden

jamás, sino que permanecen intactas, y jamás han sido deformadas de ninguna

manera. Esta conciencia de Alma restaura la identidad original que estaba en la

Mente de Dios, nuestra verdadera Mente.


¿Cuándo es que Podemos Decir:

“Yo, Alma, lo Levantaré”?

Vemos que en algún lugar del Libro de Texto la Sra. Eddy dice: “Yo, la

Mente, lo levantaré,” y en otro lugar dice: “Yo, el Espíritu, lo levantaré.” (C & S 494:3 y

27:13) ¿Cuándo es que debemos decir: “Yo, Alma, lo levantaré?”

Cuando la afirmación fue: “Yo, Mente”, el problema a resolver fue el sueño,

el engaño, la ilusión, de muerte. Cuando ella utilizó: “Yo, Espíritu, lo levantaré”,

estaba tratando con la materia – con el hecho de que la Vida no está en la materia y

por lo tanto no puede ser destruida por creencias materiales. Ahora preguntamos,

¿cuándo es que podemos decir: “Yo, Alma, lo levantaré”? Si el problema fuera

un caso de pérdida de identidad – un cuerpo no identificable; o cuando el cuerpo ha

perdido un miembro, o en relación con una pérdida de cualquier tipo, es que

podemos afirmar: “Yo, Alma, puedo levantarlo, puedo restaurarlo.”

Podríamos conjurar problemas que involucrarían a cada uno de los siete

sinónimos, para restaurar, para reproducir. El problema en sí es lo que determina

cuál sinónimo debe ser utilizado y no el fenómeno. La resurrección de Lázaro,

por ejemplo, es un caso que la Sra. Eddy trata en forma diferente en comparación

con las afirmaciones de Jesús de que: “Yo, Mente, o Yo, Espíritu, lo levantaré”.

Con la resurrección de Lázaro, Jesús tuvo un sentido de Vida que le hizo saber

que Lázaro jamás vivió en un cuerpo, por lo que no pudo haber muerto a causa

del cuerpo. Jesús sabía que la Vida no es corpórea, así que Lázaro jamás vivió en

la materia. La Sra. Eddy, por tanto, usa aquí Vida, en lugar de Mente, Espíritu o

Alma para tratar el problema.

Cómo Participamos de la Resurrección

Resurrección es un estado de conciencia en el que la comprensión espiritual

es superior a las creencias materiales, y controla a las mismas. La Sra. Eddy


define resurrección como “espiritualización del pensamiento; una idea nueva y más

elevada de inmortalidad, o existencia espiritual; la creencia material sometiéndose

a la comprensión espiritual.” (C & S 593:11-14)

Donde quiera que nos identifiquemos a nosotros mismos por medio de la

comprensión espiritual con los hechos inmortales de Espíritu, y por lo tanto nos

rehusemos a confiar en la evidencia de los sentidos materiales, estaremos tomando

parte en la resurrección. Donde quiera que nos elevemos sobre el punto de vista

material, y enterremos la evidencia de los sentidos físicos con sus tal llamados

dolores y placeres, participamos de la resurrección. Alma es lo diametralmente

opuesto a todo lo que tenga que ver con el cuerpo material – todo lo que tenga

que ver con la sensación física y material. Alma trasciende la evidencia de los

sentidos físicos.

¿Por qué “Sentido Espiritual” es Alma?

¿Cómo es que Alma trasciende la evidencia de los sentidos físicos? Al

reemplazarlos con su opuesto, el sentido espiritual. Pero exactamente, ¿qué es el

sentido espiritual? ¿Por qué sentido espiritual es una idea de Alma? ¿Cuál es la

función del sentido espiritual?

El sentido espiritual testifica definitiva y exactamente. Es incorpóreo, no

depende del cuerpo. El sentido espiritual testifica verdaderamente por sí mismo,

de lo real. El sentido espiritual combina con todas las demás cualidades divinas.

El sentido espiritual es infinito. La evidencia espiritual es un sentido; predicción

espiritual, intuición, percepción, etc., todo esto es el sentido espiritual.

Podemos asirnos fuertemente a la realidad espiritual de muchas maneras y

de muchas formas, siempre comenzando con Dios, el bien infinito. La realidad

puede edificar una identidad dentro de mí; la evidencia espiritual puede edificar

una realidad dentro de mí; la predicción, la intuición, la percepción, pueden


edificar una identidad dentro de mí de muchas maneras, formas y medios, porque

“el reino de [Dios] está dentro de [nosotros].”

Por ejemplo, el oído espiritual nos podría capacitar para escuchar el Libro

de Texto, para escuchar los tonos. Esta es la razón por la que es tan importante

dominar los sinónimos, y tenerlos como tonos más que como meras palabras.

Las Facultades de Mente no Pueden Perderse

Mente produce las facultades de la vista espiritual, del oído espiritual, del

sentimiento, la intuición, la comprensión, la percepción, etc. Todos ellos

proceden de la Mente. Pero el sentido espiritual nos dice que ellos nos identifican

con lo que está ocurriendo en el ser. Cuando tenemos sentido espiritual, los

sentidos de Espíritu, contemplamos el hecho de que la vista espiritual, el oído

espiritual, el sentimiento, la intuición, etc., identifican para nosotros lo que es el

ser. Mente produce estas facultades, son facultades de Mente, pero los sentidos

de Espíritu, (el sentido espiritual) tienen como función el identificarnos con lo que

existe en la realidad. Esto es el proceso de identificación que se indica por medio

de Alma. Las facultades de Mente jamás pueden perderse, porque Mente es

Alma, Mente es el Alma de todo. Las facultades de Mente son Alma, y, por lo

tanto, no pueden perderse.

El sentido espiritual, al igual que la comprensión espiritual, es esa

maravillosa reacción inmediata ante cualquier situación. Como el comité de

sondeo, el cual de inmediato acepta o rechaza, detecta infaliblemente cuando algo

no esta correcto o cuando sí lo está. No requiere del testimonio de ninguno de los

cinco sentidos físicos para reaccionar infaliblemente, como un eco.

El sentido espiritual es el detector de la verdadera identidad. Es algo que

surge por medio de Mente y de Espíritu, y así es lo opuesto a aquello que estamos

acostumbrados, es decir, a la identificación de todo a través de los cinco sentidos


físicos. Debemos cambiar este proceso de identificación de los sentidos físicos

por el proceso de identificación del sentido espiritual.

Cómo Poder Adquirir el Sentido Espiritual

Existe un proceso ordenado por medio del cual adquirimos este sentido

espiritual que todos quisiéramos tener. Debemos comenzar con Mente. Ningún

sentido espiritual será despertado en nosotros a menos que primero vayamos a

Mente y nos identifiquemos con las ideas de Mente. La convicción de que

estamos tratando solo con ideas y jamás con objetos exteriores, debe hacerse

sólida. Todo lo que verdaderamente importa son las ideas de Dios fluyendo de lo

que verdaderamente somos, es decir, Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad y Amor. Debemos pensar más y más en función de ideas. Luego, a

medida que vamos a la segunda etapa de Espíritu y nos vamos habituando a

distinguir las ideas de las ilusiones, rechazando continuamente las ilusiones y

aceptando sólo las ideas, llegaremos finalmente a la tercera etapa la cual se

desarrolla desde la primera y la segunda. En la medida en que seguimos esta

línea, el sentido espiritual se desarrolla y crece dentro de nosotros.

El sentido de Alma viene a la mente humana cuando dicha mente cede a la

Mente divina. Recuerden, como mortales no podemos tener comprensión

espiritual alguna de nosotros mismos; “la única inteligencia o sustancia de un

pensamiento... es Dios [nuestra verdadera Mente], su creador.” (C & S 508:5-7) “...hay

diversidad de operaciones, pero Dios, – nuestra verdadera Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida, Verdad y Amor, el reino de [Dios] dentro de [nosotros] - que hace

todas las cosas en todos, es el mismo”, dice Pablo. (I Cor. 12:6) La comprensión

espiritual es una cualidad de Dios, y es verdadera identidad en cada uno de

nosotros. Cuando el velo se recorra veremos que somos Alma, que somos Dios

en acción, operando como comprensión espiritual y sentido espiritual.


Alma Revierte

Alma revierte, cambia, transforma, reforma, traslada. ¿Por qué es que

Alma revierte? ¿Por qué no Mente, o Vida?

Para averiguarlo, debemos partir del significado de la palabra “revierte.” Si

algo está incorrecto en nuestra experiencia y sentimos que debe ser revertido (pero

no sabemos que “revierte” es una característica de Alma), ¿cómo sabríamos cuál

sinónimo utilizar para aplicarlo? Para saberlo debemos comenzar con la idea de

revertir.

¿Qué implica la idea de revertir? Implica que algo ha perdido su verdadera

identidad; y debemos saber cómo regresar al verdadero testimonio, de manera de

que se muestre nuestra verdadera identidad. Debido al trabajo previo de edificar

las ideas de los sinónimos, de inmediato vemos que esa identidad correcta, sin

pérdida alguna, el verdadero testimonio, etc., tiene que ver con Alma. Así, por

medio del principio de sinonimia es que llegamos a Alma.

Cómo Revertir Algo

Para revertir algo primero vamos a Mente; luego Alma testifica de lo que

Mente produce, y esto revierte el testimonio de los sentidos físicos.

De manera similar, ¿cómo podríamos saber a qué sinónimo corresponde

“mutación”? Mutar significa alterar, sufrir un cambio. La Ciencia del Alma

derroca el testimonio de los sentidos mentirosos, revelando la existencia del bien y

nada más. Alma dice: “Yo Soy el que Soy, la identidad, y, por lo tanto, todo

cuanto no está de acuerdo, en conformidad con el sentido de Alma, será cambiado,

revertido, devuelto a su original.”

Cuanto más conozcamos el Libro de Texto, tanto más veremos lo

inadecuado del lenguaje humano, y tanto más apreciaremos la revelación que vino


a la Sra. Eddy. Ella dice: “Así como la astronomía invierte la percepción humana

del movimiento del sistema solar, así la Ciencia Cristiana invierte la aparente

relación entre el Alma y el cuerpo y subordina el cuerpo a la Mente.” (C & S 119:27-31)

Y de nuevo: “La reversión de la Ciencia del Alma por los sentidos materiales fue

expuesta prácticamente, hace mil novecientos años por las demostraciones de

Jesús; sin embargo, esos llamados sentidos todavía subordinan la mente mortal al

cuerpo mortal...” (C & S 122: 8-12)

Alma Rechaza la Evidencia de los

Sentidos Físicos

Alma rechaza la evidencia de los sentidos físicos y voltea hacia la

contemplación de las verdades espirituales; la falsificación del sentido material es

revertida, y reemplazada por las ideas de Alma. Los sentidos materiales siempre

testifican lo opuesto a lo que es real y verdadero. Alma cambia estas ilusiones del

sentido mortal por las ideas de Alma. Mente es el Alma de todo, así que las

ilusiones de los sentidos mortales son cambiadas por las ideas originales de Mente.

En tanto cultivamos la comprensión espiritual, estamos aprendiendo los

hechos inmaculados e inmutables del ser, y aprendiendo que estos hechos otorgan

el poder espiritual que revierte y transforma las condiciones discordantes.

Debe revertirse de inmediato toda pretensión falsa, tanto en nosotros mismos como

en los demás. Al hacerlo así, ayudamos a establecer el reino de los cielos sobre la

tierra, aquí y ahora.

Alma es Inmutable

“Inmutable” es una de las características principales de Alma. Pero si,

como ya hemos visto, Alma revierte, cambia y transforma, ¿qué quiere decir que

“Alma es inmutable”?


¿Qué significa: “Alma es inmutable”? Desde el punto de vista del Verbo,

Alma dice: “Yo tengo identidad, yo soy inmutable”. Pero desde el punto de vista

del Cristo – el punto de vista del Cristo impactando en lo humano – debemos

revertir y provocar un cambio. Alma tiene el poder transformador para cambiar

lo que necesita ser cambiado, de resucitar la inmutable identidad. Alma revierte y

cambia las falsificaciones de Alma, las ilusiones, el error, las sugestiones

hipnóticas que los sentidos materiales pretenden hacer pasar como “realidad”

cuando trastocan las ideas de Mente dentro de los conceptos de la mente mortal,

dentro de las creencias de la mente mortal.

Las palabras no son contradictorias cuando las vemos desde un punto de

vista dimensional. Tienen la dimensión del Verbo, la dimensión del Cristo, la

dimensión del Cristianismo, y la dimensión de la Ciencia. También tenemos la

dimensión de la Ciencia divina, la de la Ciencia Cristiana absoluta, y la de la

Ciencia Cristiana. Así que, por consiguiente, cuando utilizamos una palabra,

debemos ver con cuál dimensión se está relacionando.

Uno de los puntos principales de Alma, como identidad, es que es inmutable.

Hallamos que la Sra. Eddy muestra esta inmutabilidad en formas diferentes. Por

ejemplo, Alma no es tocada por los sentidos materiales; Alma no puede perderse;

una identidad no puede perderse; no podemos perder la identidad de alguna cosa –

de salud, éxito, amistad, hogar, compañerismo, negocios, provisión, gozo, libertad,

satisfacción. No podemos perder nada cuya naturaleza sea una idea. En Alma

tenemos un sentido definido de resolución, de regularidad, de constancia. En el

ser real nuestras facultades de ver, oír, sentir, percibir, son invulnerables e

inmutables. De ahí que todas nuestras facultades sean inmortales. Las formas

creadas por Alma están “imperturbadas en medio del testimonio discordante de los

sentidos materiales...” (C Y S 306:28-29) No hay “nacimiento, desarrollo o madurez...” (C & S 190:16) en la Ciencia. Dado que la Vida es la ley para Alma, y “si es cierto que


(vivimos), ese hecho jamás puede cambiar... a la creencia... de que (morimos).” (C &

S 427:1-3) “Plan” es la expresión del ser de Dios, de nuestro ser como siendo Mente,

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor. En La Unidad del Bien, (59: 18) la

Sra. Eddy dice que: “el Alma jamás vio aparecer ni desaparecer al Salvador,

porque la idea divina está siempre presente.” Alma permanece imperturbada,

intacta; Alma tiene inmunidad, integridad, constancia, y esto nos da la seguridad de

Alma. Estamos seguros en Alma porque Alma no cambia. La identidad no

cambia. Jamás está fuera de balance, de equilibrio. Ninguna influencia mala

puede alcanzarnos. “El hombre es armonioso cuando es gobernado por el Alma.” (C & S 273:18-19)

Alma Lleva la Simiente Dentro de Sí Misma

Alma se reproduce a sí misma constantemente, tal y como los numerales en

la tabla de multiplicar se reproducen a sí mismos. No importa cuántos 3, 4os o

5os, tengan que ser utilizados alrededor del mundo, puesto que son

instantáneamente reemplazados. “La creación está siempre manifestándose,” dice

la Sra. Eddy “y tiene que seguir manifestándose perpetuamente, debido a la

naturaleza de su fuente inagotable.” (C & S 507:29-31) “Si fuera posible que los

verdaderos sentidos del hombre se dañaran, el Alma podría reproducirlos en toda

su perfección...” (C & S 488:30-32)

En Alma, la tercera etapa, la Sra. Eddy muestra que todo posee la simiente

en sí misma, y que ésta se reproduce a sí misma según su clase, según su propio

género. Esto quiere decir que todo permanece intacto desde dentro de sí mismo,

y siempre se reproduce a sí mismo, dado que tiene la simiente dentro de sí misma.

La identidad siempre cuida de sí misma y ve que permanezca como lo que es. Un

león no produce un roble, o un pez a un león. Las zanahorias producen

zanahorias, y las lechugas, lechugas. Lo semejante produce lo semejante.


Una identidad jamás requiere ser establecida, jamás tiene que ser introducida

en el ser. Debemos ver que una idea verdadera, como quiera que sea la idea, tiene

la simiente dentro de sí misma y puede siempre reproducirse a sí misma; siempre

puede reaparecer – esto es la simiente dentro de sí misma. Mente presenta la

idea, pero la reaparición y la reaparición de la misma, es un sentido de Alma. La

simiente dentro de sí misma es responsable de ver que la idea jamás pierda su

identidad.

Identidad Inmutable en el Alma

El siguiente recuento es acerca del querido perro de una señora, el cual me

fue enviado en forma independiente por tres amigos diferentes, y nos da un

ejemplo de la identidad inmutable de Alma, de la simiente dentro de sí misma:

Las Cualidades del Perro Constituyen su Identidad

Enviudé durante la Segunda Guerra Mundial. Durante esa etapa mi

pequeña hija y yo rescatamos una diminuta bola de pelos, una cachorra

cruzada. La llamamos “Shep” (diminutivo de shepherd, pastor), y

confiábamos que permanecería razonablemente pequeña y se volviera

hermosa. Pero su grueso, áspero y descolorido pelaje resistió hasta el

cepillado más persistente; y su pelo creció al estilo del terrier sobre su

rostro y mentón. Su apariencia era tanto cómica como formidable,

pero Shep era gentil, fiel, inteligente y obediente. Cuando hacíamos

largas caminatas por el bosque o a la orilla del río, nuestra enorme perra

era una protección para nosotras. Los vecinos nos llegaron a advertir

sobre lugares solitarios y peligrosos, pero luego de mirar hacia nuestra

escolta de cuatro patas, se tranquilizaban. El regalo especial que Shep

nos concedió fue su cualidad de guardián, y siempre estuvimos a salvo.


La tuvimos durante once años. Luego, un día, no ladró más

cuando llegó el lechero. Nuca pensé que podría apenarme tanto por lo

que algunos llamarían un ‘simple perro’, pero así fue. La pena me

condujo hasta un practicista quien me explicó que jamás podría perder

la verdadera identidad de mi mascota; Shep no era sólo un animal con

cuatro patas y áspero pelaje, sino una idea indestructible y espiritual de

amor, fidelidad, inteligencia y protección. Aprendí que nada que haya

vivido puede morir. Pude sentir a mi vieja amiga de nuevo viva, pude

verla retozando y alegre, y por supuesto, protegiendo a alguien. Sequé

mis lágrimas. Fue tan clara esta visión, y tan completa la curación que

jamás volví a pensar en esta perra. Es decir, hasta 1960 cuando este

recuento tuvo una secuela impredecible.

Mi hija se había casado, y yo me había trasladado a la Ciudad de

Nueva York a enseñar arte en una escuela pública de segunda

enseñanza. Un día me avisaron que pronto se inauguraría un nuevo y

exclusivo centro juvenil, y requerían mis servicios como maestra en

arte. El horario sería de 7 de la mañana a 10 de la noche y el edificio

se ubicaba en el corazón de Harlem.

Mi primera reacción fue de indignación. “¡Qué ocurrencia!

¿Quién en uso de sus facultades va a cruzar las calles de Harlem en la

noche, y sola? Deben pensar que estoy loca.” Más tarde cuando

investigué, me enteré que el proyecto era el primero de esta naturaleza,

y serviría de modelo para otros proyectos similares alrededor del país.

El objetivo, dar a los jóvenes dotados, pero delincuentes, las

herramientas y oportunidad de desarrollar sus talentos en tanto que se

les alejaba de las calles, y a la vez se nulificaban las bandas de viciosos

que eran el terror del área. Consideré muchas veces todo el asunto


durante varias semanas. Luego, acepté y firmé contrato como

“Especialista en Artes” por un año.

El primer domingo que tuve, una vez iniciadas las clases, le escribí

a mi madre quien era una devota Científica Cristiana – había tanto por

lo que se preocuparía; pero su respuesta llegó de inmediato. “Haz tu

trabajo de protección,” me aconsejó, “en forma regular y completa.

Trabaja con ángeles.” Y así lo hice.

Era una caminata de ocho cuadras desde el instituto situado en la

Calle 120 con 1ª. Avenida hasta la Calzada Lexington con la Calle 125,

en donde tomaba el metro para ir a casa. Cada noche me regocijaba

en las maravillosas verdades acerca de los ángeles cuando iniciaba mi

camino rumbo al metro. Nunca tuve temor. Durante el año

ocurrieron muchos incidentes desafortunados, tanto en el instituto como

fuera de él. Varios de los maestros fueron asaltados, amagados y

seriamente despojados. El crimen en las calles era algo común, pero

el mal jamás me tocó; jamás.

Al final del ciclo planee una exposición del trabajo artístico de los

alumnos en nuestro salón de clases. Les dije a los alumnos que podían

traer a familiares y amigos, dado que también sería una fiesta con

refrigerios. Una de las jóvenes artistas tenía que cuidar esa noche a

una pequeña que estaba a su cargo, y la trajo con ella. Hacia el fin de

la velada, esta pequeña vino hacia mí, y sin preámbulo alguno me dijo:

“Mi abuela y yo la vemos pasar por nuestro departamento en su camino

a casa, y me pidió que le preguntara cómo es que se las arregla con su

enorme perra en el metro.” Yo no sabía de qué hablaba. “¿Cómo?,”

le pregunté confundida. “Bueno, usted sabe,” contestó la niñita, “esa

perra de áspero pelaje que siempre camina cerca de usted... ¿qué hace


con ella cuando llega al metro?” Un frío espectral me recorrió cuando

el reconocimiento forzó la puerta de la memoria. Ella había descrito a

mi vieja amiga, Shep. Pero yo apenas si me había acordado de Shep

desde aquel penoso tiempo, hacía tantos años. ¿Cómo pudo ser esto?

No fue sino hasta 1973 cuando tomé Instrucción en Clase Primaria

que tuve la respuesta. Estábamos estudiando el significado de la

palabra “identidad.” Nuestro maestro lo explicó perfectamente.

Aprendí en clase que cada acto en la vida escribe su propia historia.

Lo que identificamos determina nuestra atmósfera – un ambiente

mental que permanece para ser transmitido. Toda forma de Vida

responde al intento que Dios le confiere – al propósito para el cual fue

creado.

¡Pues claro! Las cualidades que mi mascota había expresado

eran su verdadera identidad – lealtad, amor, obediencia, protección.

Yo había orado por guardianes angelicales. ¡Cuán natural era que la

forma externa fuera vista por los demás como mi vieja y buena Shep,

mi concepto de protección! Estoy tan agradecida por esta explicación

de la experiencia que por años me desconcertó.

Amados estudiantes, lleven con ustedes estas verdades. Cuanto más

trascendente es el concepto, tanto más concreta es su forma; cuanto más elevado el

ideal, tanta más práctica su aparición; cuanto más puro lo invisible, tanto más

hermoso lo visible. Para cada simiente, su propio cuerpo – en completo

equilibrio.

La Capacidad de Alma


“Es la iluminación de la comprensión espiritual (lo) que demuestra la

capacidad del Alma, no la del sentido material.” (C & S 85:3-5) ¿Por qué la capacidad

es una idea de Alma? La capacidad es la habilidad de abarcar o mantener algo,

algún atributo o habilidad. Por ejemplo, cuando alguien tiene talento para hablar

en público, o la habilidad para comprender diferentes ciencias, decimos que tiene

capacidad. La Sra. Eddy usa capacidad en este sentido.

¿Cómo podemos ver que capacidad es una idea de Alma? Capacidad es

como una simiente dentro de sí misma. La simiente dentro de sí misma tiene la

habilidad de reproducirse a sí misma infinitamente, por lo que es una capacidad

que se mantiene sin límite alguno. El roble, por ejemplo, ha producido árboles de

roble durante millones de años; lo semejante produce lo semejante. Esta

capacidad de reproducirse sin limitación, no es tanto la habilidad para proveer

como la habilidad de mantener, contener – la habilidad de contener todas las

habilidades. “Alma”, dice Mary Baker Eddy, “tiene recursos infinitos.” (C & S 60:30)

Yo Soy Uno con Todas las Habilidades

La capacidad de Alma no está limitada, como lo está la auto limitada

capacidad de los mortales, la cual dice: “Soy una mujer, por lo tanto, no soy

físicamente tan fuerte como un hombre,” o “Soy un hombre, por lo tanto, carezco

de la intuición femenina; tengo sabiduría masculina, coraje y fortaleza, pero no

amor femenino.” Estas afirmaciones son una mentira acerca de Dios, acerca de

Alma, dado que nuestra verdadera identidad es la identidad de Alma, y Alma posee

todas las capacidades, ilimitada e infinitamente. Somos Alma, por lo tanto,

somos uno con todas las habilidades, con todos los recursos. No deberemos

volver a decir: “Soy bueno en esto, pero no en aquello”. La naturaleza del ser es

Alma, lo que quiere decir que es su naturaleza reproducirse a sí misma, y no tan

solo reproducir una u otra habilidad. Tiene todas las habilidades, todas las


facultades. Así que tenemos el derecho y en realidad la habilidad, para hacer

cualquier cosa, y especialmente tenemos el derecho para hacer aquello que todo

mundo piensa que no somos capaces de hacer.

La capacidad de Alma incluye todos los sentidos, los sentidos espirituales, y

esta es nuestra capacidad. La capacidad de Alma es nuestra capacidad. Jamás

debiéramos volver a decir: “No puedo hacer esto. No puedo hacer aquello.

Carezco de habilidades espirituales, de entendimiento, de dominio, etc.” Alma

nos dice que tenemos todas las habilidades, toda la capacidad. Debemos creer

en lo que Alma nos dice.

Alma Tiene Género Infinito

Cuando el Cristo nos toca, hallamos que tenemos todas estas cualidades, y

solo es cuestión de aceptarlas, aceptar la capacidad infinita de Alma. Estamos

construidos de acuerdo al género de Alma. Hay sólo un género. La

masculinidad y la feminidad son demasiado pequeñas. Todos somos uno en

Cristo, y Alma tiene un género infinito, no tan solo masculinidad y feminidad.

¿Dónde obtenemos ese género infinito? ¿Dónde obtenemos Alma?

Obtenemos Alma de Mente y de Espíritu. Comenzamos con Mente. Vemos que

Mente tiene todas las habilidades y las facultades. Por medio de Espíritu

podemos dar nacimiento a todas esas habilidades y facultades. Podemos ver que

constituyen nuestra identidad, y por lo tanto tenemos la total capacidad de todas

las facultades y habilidades que Mente y Espíritu nos dan.

Esto es Ciencia. Y no comienza con un: “No puedo hacer esto, y no puedo

hacer aquello, porque sólo soy la mitad de una porción.” Todos contamos dentro

de nosotros mismos con todo cuanto necesitamos para rebasarnos a nosotros

mismos. ¿Por qué? Porque “el reino de [Dios] está dentro de [nosotros].”

Sólo tenemos que retornar a nuestro estado primario, prístino, en el cual no hay


limitación alguna, ninguna restricción, ningún poner algo dentro de un cuerpo,

dentro de una forma material.

Cómo Debemos Vernos Nosotros Mismos

Debemos vernos a nosotros mismos como Mente, como Espíritu, como

Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor, expresándose a sí mismos como una idea

infinita. Vayamos fuera del cuerpo y permanezcamos fuera. Debemos poner

al cuerpo atrás de nosotros y mirar en la infinitud de la Mente divina, nuestra

verdadera Mente, que tiene todas las facultades, todas las habilidades, y toda la

inteligencia para hacer todo. Insistamos en que la Mente divina es nuestra Mente.

El aspecto de Dios como Espíritu, el bien infinito, es la sustancia de nuestro ser.

Esto es la naturaleza de nuestro ser, y por lo tanto en Alma sentimos que el

concepto ilimitado de la Mente divina es nuestra única naturaleza, y que estamos

fuera del cuerpo. Como idea, estamos viviendo en el Principio como Principio.

Esto es la capacidad de Alma. Alma es el testigo infinito. Así nuestras riquezas

están en la comprensión espiritual y no en la materia. Para la comprensión

espiritual, el reino de Dios ha venido, está eternamente presente – “el reino de

[Dios] está dentro de [nosotros].”

Alma es Inmaculada, Impecable

Cuando por medio de la comprensión espiritual descubrimos que “el reino

de [Dios] está dentro de [nosotros],” experimentamos la impecabilidad de Alma.

¿Por qué Alma es impecable? Vimos que Espíritu tiene la característica de

pureza. ¿En qué se diferencia de impecabilidad? ¿Cómo es que razonamos que

Alma es inmaculada, impecable? ¿Cómo podemos razonar desde la

impecabilidad de Alma?


Pecado significa que hay una desviación de algo. El pecado es algo que no

surge de la simiente espiritual dentro de sí misma. Pecado es algo que no está de

acuerdo ni identificado con Dios, nuestra Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad, Amor. El pecado es una creencia de que la identidad completa no está

ahí. El pecado implica una aberración de las reglas y leyes divinas. El pecado

es una falsificación de Alma, porque Alma es nuestro Principio divino y jamás

peca. Mente, la Mente perfecta, es el Alma de todo. Espíritu dice que Mente es

lo único. Por lo tanto, Alma nos dice que no hay posibilidad alguna de que entren

desviaciones y aberraciones que provoquen algún pecado.

La Inmortalidad de Alma

La impecabilidad es un aspecto de la identidad inmutable de Alma. La

inmortalidad de Alma es una idea que caracteriza a Alma. Sin embargo, aquí y

allá en el Libro de Texto “inmortalidad” se utiliza como una idea caracterizando a

Vida, mas cuando vemos la inmortalidad desde un aspecto de falta de principio y

de fin, hallamos que tiene que ver principalmente con Alma.

¿Por qué inmortalidad caracteriza a Alma? Porque inmortalidad quiere

decir que no hay cambio. ¿Cuál es la esencia de la inmortalidad? ¿No es acaso

la impecabilidad? La Sra. Eddy dice que: “El Alma es inmortal porque es

Espíritu, el cual no tiene ningún elemento de autodestrucción.” (C & S 311:8-9) Y

debido a que Alma es inmortal, el reflejo, el hombre, es inmortal. Siempre

podremos determinar por qué Alma es inmortal al retornar a Mente y a Espíritu

que nos dicen que Mente es lo único. Entonces hallamos que Mente es el Alma

de todo, y la razón para la inmortalidad de Alma.

Libertad


Alma se caracteriza por libertad, debido a que Alma jamás está confinada en

los sentidos materiales, en el cuerpo, o en alguna otra ilusión. Por lo tanto, Alma

sabe que no hay restricciones. La única manera de llegar a esta libertad de Alma

es comenzando con Mente y viendo que Mente trata sólo con ideas espirituales.

Estas ideas son mantenidas puras por medio del aspecto de Dios como Espíritu el

cual marca la división entre lo que es y lo que no es, entre las ideas y las ilusiones,

y hace que volvamos a lo correcto. Así, en tanto perseveramos en lo correcto, en

las ideas, arribamos a la libertad de Alma.

Gozo, Felicidad, Satisfacción

¿Por qué palabras como gozo, felicidad, satisfacción, equilibrio, regocijo,

belleza, gracia y dicha, caracterizan a Alma?

Al momento que tenemos libertad, y nada nos obstaculiza o restringe, y

nuestra capacidad completa puede expresarse a sí misma libremente sin frustración

o restricción alguna, tenemos equilibrio, gozo, felicidad, satisfacción, etc.

En Alma todo es la imagen y semejanza de Mente, y moramos en una

conciencia de comprensión espiritual la cual es infinitamente superior al reino de

las ilusiones – ilusiones de un cuerpo material y un mundo material, el cual es una

mera sugestión hipnótica. En este reino de entendimiento y comprensión

espiritual todo está perfectamente equilibrado. No hay dolor, pena, sufrimiento,

no hay corporeidad, ni esclavitud de apetitos, ni servidumbre a acuerdos – a

conservatismos tímidos que pretenden mantener la ilusión existente – ni temor a

perder o a olvidar. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre

enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo

os he dicho. Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda,

creáis.” (Juan 14: 26, 29)


Alma Transforma las Ilusiones en Hechos

Debido a que Alma transforma las ilusiones y las evidencias falsas de los

sentidos materiales por los hechos del ser, Alma garantiza gracia y belleza,

felicidad, satisfacción y gozo, por medio del fluir inmutable y constante de las

ideas espirituales.

Sólo si vivimos en este reino de ideas espirituales hallarán “los anhelos del

hombre inmortal,” (C & S 61:1) gozo, felicidad y satisfacción. Y sólo que

comencemos con Mente y con las ideas de Mente es que se mantendrá pura la

simiente dentro de sí misma a través del aspecto de Dios como Espíritu, trayendo

así libertad en Alma.

En este punto la Sra. Eddy utiliza armonía como característica de Alma.

Utiliza armonía, sin embargo, mucho más con Principio, debido a que el

significado interior de armonía tiene mucho que ver con sistema; es la interacción

sin fricciones, así como la interacción de las partes. No podemos tener armonía

intrínsecamente, sin Principio, sin sistema, sin estructura.

La Sra. Eddy utiliza armonía junto con Alma cuando quiere decir gozo,

felicidad, libertad, la calma y el bálsamo de Alma. Armonía tiene un sentido de

Alma cuando vemos cómo nos afecta el modo de la armonía, cuando vemos a la

armonía como efecto, y vemos que fuera de los sentidos materiales de las cosas,

todo es armonía.

Alma Demanda la Negación Propia

Por un lado, Alma ofrece gozo, felicidad, satisfacción. Por otro lado,

demanda la negación propia.


¿Por qué negación propia es una idea que caracteriza a Alma? La

personalidad mortal es lo opuesto a Alma, y esta naturaleza que es lo puesto a

Alma tiene que desaparecer, tiene que ser negada. “La renuncia a todo lo que

constituye el llamado hombre material, y el reconocimiento y realización de su

identidad espiritual... es la Ciencia que abre las compuertas mismas del cielo...” (Esc.

Misc. 185:8-11) El propio ego, la creencia de que uno tiene una identidad propia, la

cual es el yo – es la falsificación de la verdadera identidad. Todo lo que se

relaciona con el hecho de deshacernos del yo, de cambiar el yo por la verdadera

identidad, cae en la categoría de Alma. El renunciar a la falsa identidad – la

negación propia – es naturalmente una regla de Alma.

¿Sonaría cierto si dijéramos que la negación propia es una regla de Mente?

No. No hay yo, ego, en Mente. Mente no se relaciona con el yo. Mente se

relaciona con el conocimiento, con la inteligencia, con la habilidad creadora, con

ley, poder, base, etc. No tienen nada que ver con una identidad o yo, porque no

ha alcanzado el punto de una personalidad definida que sea idéntica, la imagen y

semejanza de la imagen de la Mente original.

¿Sonaría correcto decir que la negación propia es una regla de Espíritu?

No, porque en Espíritu todavía estamos considerando y separando, y de nuevo, no

hemos alcanzado aún la definición de la identidad. La negación propia tiene que

ver con rendirse, con abandonar la personalidad mortal, ese yo que es una

identidad falsa. En Espíritu discernimos la realidad de las ideas y la falsedad de

las ilusiones y trazamos una línea de demarcación, y luego nos volvemos a la

dirección correcta. Comandamos la batalla en Espíritu, pero no es sino hasta que

hayamos llegado a la definición total en Alma, que experimentamos la negación

propia por medio de la cual nosotros dejamos todo por la Verdad, porque vemos


que nuestro ser verdadero es lo opuesto de la sensación material, y que somos uno

con el Ego; hasta entonces es que estaremos ocupados con la negación propia.

Razonando de esta manera vemos que palabras tales como negación propia,

no pueden ser una regla de ninguno de los otros sinónimos, sino que es

esencialmente una regla para Alma.

Regla Esto nos trae a la idea de regla en sí misma – la regla del Alma. ¿Por qué

tenemos a regla como caracterizando a Alma?

En Mente tuvimos ley. En Espíritu tuvimos orden. ¿Qué es una regla

comparada con una ley? Una regla es una aplicación específica. La ley es algo

más general. Las leyes de multiplicar, por ejemplo, se aplican a todos los casos

de multiplicar, pero las reglas se aplican a cálculos específicos.

“Comenzar bien es terminar bien,” podría ser una ley en la Ciencia Cristiana.

“Una causa perfecta produce un efecto perfecto,” sería otra ley.

Ejemplos de Reglas

¿Cuáles serían algunos ejemplos sobre reglas en la Ciencia Cristiana?

En la tercera parte del capítulo La Práctica de la Ciencia Cristiana, muchas

páginas están dedicadas a dichas reglas. Comenzando con la página 390 tenemos

reglas tales como (13): “Cuando se presenten los primeros síntomas de

enfermedad, combatid el testimonio de los sentidos materiales con la Ciencia

divina.” (21): “No permitáis que ninguna pretensión de pecado o enfermedad se


desarrolle en el pensamiento. Desechadla...” Estas son reglas específicas; nos

dan direcciones concretas. No son generales.

El que Alma revierta el testimonio de los sentidos, es una regla de Alma.

El que Alma cambie los objetos de los sentidos por las ideas de Alma, es otra de

las reglas de Alma. El que Alma reprima el pecado y la sensación, también es

una regla de Alma. Las ideas de Alma presentan las reglas de Alma. El pecado

es reprimido en Alma por medio de la regla de que en Alma lo mayor controla lo

menor.

En Alma tenemos la regla de inversión. El error invertido, se insinúa en la

Verdad; “...los errores por inversión sirven de postes que indican el camino hacia

la Mente única...,” (C & S 267: 26-28) es otra de las reglas. Otra más es que Alma

quema la paja del sentido material y reúne el trigo del sentido espiritual al tiempo

de la cosecha.

Debemos identificarnos a nosotros mismos completamente con el Ego

divino en el recorrido de los sentidos al Alma. Esto implica la regla de la

negación propia, el renunciar a la personalidad que está separada de Dios.

Abandonar el sentido falso del yo significa repudiar toda tentación de creer en un

cuerpo material, con sus creencias concomitantes de sensación en la materia, dolor

y placer en la materia, falsos apetitos, etc.

La regla de la negación propia es verdaderamente el método divino en la

batalla. Cada sinónimo tiene reglas, dado que cada sinónimo refleja a Alma, y

refleja a todos y cada uno de los demás.

Falsificaciones de Alma

¿Cuáles son las falsificaciones de Alma? Nuevamente aquí, como cuando

vimos las falsificaciones de Mente y Espíritu, sólo queremos considerar las

falsificaciones del noúmeno.


En Mente la falsificación más importante fue la mente mortal.

En Espíritu la falsificación más efectiva fue la dualidad. A pesar de que

tenemos un sentido dual conectado como falsificación de cada uno de los siete

sinónimos, la naturaleza interior de Espíritu es una y la única; por lo tanto, su gran

opuesto es la dualidad.

En Alma, la misma falsificación es la falsificación del noúmeno principal.

En Alma hablamos de la falsificación de gobierno, de la de equilibrio, de la

de libertad, etc., pero la falsificación de Alma, de la identidad, es la falsificación en

sí misma. La identidad es una entidad, y la falta de entidad es su falsificación.

La misma creencia de que una identidad pudiera carecer de entidad implica la

premisa de que ahí hay una falsificación de la identidad.

Este es el gran problema con el que debemos tratar en todo momento, es

decir, el que sentimos que siempre haya una falsificación de algo, y de que jamás

obtengamos la verdadera identidad, sino siempre una distorsión.

Necesitamos a Alma como ese aspecto del Ser que nos dice que no debemos

temer que algo pudiera convertirse en su opuesto, de que pudiera tener una

falsificación. En realidad, no puede.

Los Sentidos Materiales

Los ilusorios sentidos materiales aparentemente son la falsificación tanto del

sentido espiritual como de la comprensión espiritual. Los sentidos materiales

quieren testificar – quieren definir las identidades – pero definen lo material – las

identidades materiales – por lo que verdaderamente son el opuesto total del sentido

espiritual y de la comprensión espiritual. Por lo tanto, lo que los sentidos

materiales nos dicen debe ser cambiado por lo que el sentido espiritual dice.

Cuando los sentidos materiales testifiquen del dolor, de carencia, de enfermedad,

discordia, etc., podemos y debemos de inmediato, reconocer que su testimonio es


una falsificación, y podemos llegar a conocer el hecho de que sólo se trata de una

mentira.

¿Qué dice el sentido espiritual acerca de la situación? ¿Cuál es el

testimonio del sentido espiritual? ¿Cómo define el sentido espiritual la situación?

Cambia por completo la condición de discordia en armonía, tal y como

discernimos con claridad lo que el sentido espiritual dice acerca de una situación.

Esta es la reversión.

Esta reversión toma lugar cuando la evidencia de los sentidos físicos es

ignorada, completamente excluida. La visión que la Ciencia Cristiana presenta

sólo puede ser vista cuando las nubes del sentido corporal se disipan.

Cómo se Manifiesta la Falsificación

¿Cómo es que la aparente falsificación se manifiesta? La mente mortal se

refleja sobre sí misma. La mente mortal es el estado subjetivo del error; y “lo que

se denomina materia,” nos dice la Sra. Eddy, “es sólo el estado subjetivo... de lo

que se denomina mente mortal.” (C & S 114: 30-32) Cuando tenemos mente mortal, la

falsificación de la Mente divina reflejándose sobre sí misma, esta condición

subjetiva, limitada e ignorante, es llamada materia, el opuesto del Espíritu.

Tenemos entonces aquí la creencia de mente en la materia, y esta falsificada mente

en la materia erróneamente le da, a la ilusión de materia, la ilusión de vida,

inteligencia y sensación. Esto constituye el concepto falso de sensación, el cual

es lo opuesto al Alma.

La creencia de que la mente está en la materia es la expresión del sentido

material. Los sentidos materiales tratan de invertir hechos científicos, pero

cuando aprendemos por medio de Alma, nuestra verdadera identificación como

Dios, como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor, con un cuerpo

de ideas espirituales, la falsa identificación del sentido material cae en el olvido y


“el reino de [Dios] (que) está dentro de [nosotros]” – dentro de nuestra conciencia,

habla.

Cuerpo

Cuerpo, el cuerpo humano, también es la falsificación de Alma. Cuerpo

es idéntico a sentidos materiales, puesto que cuerpo es el representante de la

materia sensible, la representación de la creencia de que mente pueda tener

sensación, sustancia, vida e inteligencia. Dado que la materia no es más que el

estado subjetivo de la mente mortal, llamado sugestión hipnótica, ilusión, y carece

de condición substancial por sí mismo, el cuerpo como materia es una ilusión que

la comprensión espiritual desvanece.

Con la inversión de Alma obtenemos la falsificación de Alma, el cuerpo.

El sentido espiritual y la comprensión espiritual nos capacitarán para revertir esta

inversión, y así nos hallarnos a nosotros mismos no en un cuerpo, sino como Alma.

Somos Alma, y no podemos reflejar nada inferior a Espíritu, Dios. Alma, la cual

es impecable, revierte la creencia de que el hombre pueda estar en un cuerpo

material. Alma – lo que somos en realidad – nos confiere así armonía, libertad,

inmortalidad, dicha espiritual, revelándonos que somos dicha incorpórea – “la

incorpórea, divina, suprema, infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad, Amor.” El cuerpo material es mera ilusión, sugestión hipnótica, y la

creencia de que vivimos en un cuerpo material también es mera ilusión, sugestión

hipnótica.

Pecado

En el Antiguo Testamento pecado significa: “errar el tiro.” El pecado

pierde la verdadera identidad, la verdadera definición de cualquier cosa. En el

Nuevo Testamento Pablo define al pecado como el no vivir por fe. Por “fe” no


quiso decir la creencia ciega, sino la comprensión espiritual. Pablo tenía un

sentido de Alma.

La Sra. Eddy tiene una definición nueva de pecado. Ella define al pecado

como la relación conyugal, la ausencia de identidad con Dios. Ella mantiene

que el pecado es el fracaso al identificarnos a nosotros mismos con Dios, de ver

que cada uno de nosotros somos Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad,

Amor, y por ello tenemos todas las cualidades y atributos de Dios, el bien infinito.

Su arma contra el pecado es la totalidad con Dios, la unidad con Dios.

La Sra. Eddy tenía un sentido superior del carácter manifiesto del pecado.

Podemos ver cómo un término cambia con el desarrollo de una idea. En el

momento en que un término es sometido al desarrollo desde el Verbo al Cristo, al

Cristianismo, y luego a la Ciencia, toma, en cada etapa, una connotación nueva.

Básicamente es el mismo, pero de acuerdo a la época en que vivimos, toma un

significado o importancia diferente, es decir, un significado nuevo.

Hay Una Sola Identidad

Alma es la identidad, y ésta nos dice: “Identifíquense ustedes mismos con

las identidades del ser porque sólo hay una sola identidad.” La identidad es la

realidad en su más profundo nivel, en la cual el sujeto y el objeto son uno. El

objeto, el divino objeto, es Dios mismo, como nuestra verdadera Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad, y Amor – “el reino de [Dios] dentro de [nosotros].”

El sujeto es nuestra conciencia de Dios. En realidad, en su nivel más profundo,

los sinónimos son uno, y tenemos la identidad de la comprensión espiritual con el

objeto.

Esto nos muestra cómo hallar un sentido científico mucho mayor de pecado

dentro del Libro de Texto.


Todo tiene que ver con sensación en la materia, con la sensoria naturaleza de

la materia, tal como la lujuria, los sentimientos materiales, las pasiones y los

apetitos, el sufrimiento, el dolor y el placer en la materia, etc., lo cual es lo opuesto

a Alma porque Alma está fuera del cuerpo. Todo lo que parezca ser parte del

cuerpo material es la falsificación de Alma.

No hay Sensación en la Materia

En el momento en que intentamos poner a Mente y a Espíritu dentro del

cuerpo, tenemos sensación en la materia. En el momento en que tenemos

identidad en algo, tenemos sensación. Esto tiene que ver con la creencia de que

Mente y Espíritu están dentro de algo, dando a aquello vida y sensación. Si no

hubiéramos creído que Mente y Espíritu estaban dentro del cuerpo, no habríamos

tenido sensación en la materia. Cuando vemos que Mente y sensación jamás

pueden estar dentro de algo, tendremos éxito al tratar el dolor y las discordancias

corpóreas.

Cualquier cosa que se ponga dentro de límites, comienza a sufrir, ya sea un

negocio, el cuerpo, una relación, una amistad, o lo que sea. Los cálculos

matemáticos, como 2x2=4 no pueden sufrir debido a que no están relacionados con

los límites, con la corporalidad; no están jamás dentro de algo. La Sra. Eddy

dice: “La determinación de mantener al Espíritu en las garras de la materia es el

perseguidor de la Verdad y el Amor.” (C & S 28:6-8) Cuando no ponemos a Mente o a

Espíritu dentro de algo, los liberamos de la corporalidad y del sufrimiento de la

corporalidad. Cuando Mente y Espíritu son restringidos a algo, esto es lo que

sufre; el cuerpo no sufre; los nervios no sufren. Es la creencia de que lo mayor

está dentro de lo menor lo que sufre. Esa es la creencia que trae el sufrimiento.


¿Cómo se transforma Alma a sí misma, que no conoce lo humano, la actitud

y emoción, humanas? ¿Cómo es que esta transformación despierta al humano, en

lo humano, en ciertas actitudes que reflejan los sinónimos?

Cuando estudiamos el sinónimo de Mente vimos que Mente se transforma a

sí misma a lo humano, en sabiduría, deseo, búsqueda, investigación, estudio,

retorno a la luz, siendo un discípulo dispuesto, esperando por la Mente de Cristo,

estando dispuestos a estudiar. Bienaventurados aquellos que saben que no saben,

y están dispuestos a buscar y a aprender, para saber más.

Separación de las Ideas de las Ilusiones

Cuando estudiamos el sinónimo Espíritu vimos que Espíritu se transforma a

sí mismo a lo humano separando las ideas de las ilusiones, estando dispuestos a

aprender, dispuestos a estudiar, etc. Bienaventurados aquellos que saben que el

Espíritu se transforma a sí mismo a lo humano, separando las ideas de las

ilusiones, eligiendo lo correcto, alejándose del mal y volviéndose a lo correcto,

sumergiéndose a sí mismos en Espíritu, esforzándose, poniendo lo primero,

primero, tomando una postura con firmeza inexorable.

En nuestro estudio de Alma hemos visto que Alma se transforma a sí misma

hacia nosotros como una actitud de negación propia. La negación propia es una

actitud que tomamos. Es la cualidad transformada de Alma. Alma se

transforma a sí misma a lo humano como una actitud de persistencia, de

disposición para ser reformados, de disposición para recorrer la senda de los

sentidos al Alma, perseverancia, adherencia a Alma, voluntad de continuar el

camino sin volver la vista atrás.

Los Sinónimos Están Dentro de Nosotros


Estos sinónimos están dentro de nosotros. Constituyen nuestro ser. Son

la fibra de nuestro ser. Somos lo que ellos son. Debido a que los sinónimos

constituyen nuestro ser, debemos ocuparnos a nosotros mismos en la tarea de

obtener la comprensión espiritual hasta que lo humano, “el yo” haya sido

completamente suplantado por el verdadero “YO”, el único Ego. Para esto

debemos no cansarnos de la batalla. Debemos poner toda nuestra energía en

avanzar, estudiando la letra hasta que se convierta en el ser.

En la medida en que cultivamos este nuevo rango de referencia y

razonamiento, este nuevo ser dentro de nosotros, lentamente saldremos de la letra,

al convertirse la letra en el ser. En Alma debemos identificarnos a nosotros

mismos con Dios, con Mente, con Espíritu, con Alma, Principio, Vida, Verdad y

Amor – con lo más alto que conocemos. Jamás debemos claudicar. Debemos

ver que somos Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor.

Entonces, “cuando el humo de la batalla se disipe percibiremos el bien que” (C & S

22:19-20) hemos hecho, el progreso que hemos hecho en nuestra jornada de los

sentidos al Alma, de la tierra al cielo.

En el simbolismo bíblico, los hijos de Israel (durante el tercer período de mil

años) vagaron mil años en busca de su verdadera identidad, hasta que cruzaron “el

Jordán”. Entonces el gobierno del Principio pudo establecerse.

En la historia espiritual siempre ha habido un retroceso cuando las cosas van

bien materialmente. La crisis no viene cuando los desafíos son grandes. El

retroceso llega cuando no tenemos más enemigos que conquistar. Cuando

Constantino aceptó a los cristianos en la corte, el retroceso se asentó.

El Concepto Físico

El pecado, siendo lo opuesto o la falsificación de Alma, es mortal y auto

destructivo. La Sra. Eddy dice que: “El pecado existía como falsa pretensión


antes de que se formara el concepto humano del pecado; por lo tanto, nuestro

concepto del error no es el todo del error. El pensamiento humano no constituye

el pecado, sino viceversa, el pecado constituye el concepto humano o físico.” (Retr.

67:1-5)

Si alguien sueña durante el sueño que algo está mal, comprendemos que

tanto el sueño como el soñador son uno. El sueño no tiene realidad, inteligencia,

mente, y cuando el sueño cesa, cualquier sentido de mal termina; se auto destruye.

La historia del pecado es un sueño del cual los sentidos y la comprensión

espirituales nos despertarán, y nos hallaremos a nosotros mismos intactos,

impecables e inmortales. Esto es lo que la Sra. Eddy quiere dar a entender por:

“el pecado constituye el concepto humano o físico.” Fuera del sueño no existe el

hombre mortal. Nos hallaremos a nosotros mismos “no como hombre caído, sino

erguido, puro y libre” cuando con nuestra cultivada comprensión de la Ciencia

divina seamos capaces de “reabrir... las puertas del Paraíso que las creencias

humanas” – el sueño, (la sugestión hipnótica) – “han cerrado.” (C & S 171:6-10)

Sensación

La sensación en la materia es nuestra última falsificación de Alma. La

materia no tiene sensación en sí misma; el cuerpo no tiene sensación en sí mismo.

La sensación está en la mente mortal. Sabiendo esto debiéramos cambiar

nuestra base. En lugar de creer en sensación en la materia, debiéramos creer en

las enseñanzas de la Ciencia Cristiana. Es nuestra falta de comprensión espiritual

la que nos dice que hay sensación en la materia o en el cuerpo. En realidad, el

hombre, el reflejo, no posee un cuerpo por sí mismo. Dios, nuestra verdadera

Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor, únicamente posee un

cuerpo, un reflejo, y ese reflejo es llamado: hombre. “El Alma es la sustancia,


Vida e inteligencia de (este cuerpo de ideas), que está individualizada, pero no en

la materia.” (C & S 477:24-26)


Tal y como lo hicimos con Mente y Espíritu, veamos ahora algunas de las

referencias de Ciencia y Salud relacionadas con Alma. (393:8) “La Mente tienen dominio sobre los sentidos corporales...”

Acabamos de aprender que Alma tiene dominio. ¿Por qué se utiliza Mente

en este caso? Siempre debemos preguntar: ¿Cuál es la pregunta? ¿Cuál es la

propuesta que la Sra. Eddy está tratando de aclarar? Aquí, “La Mente tiene

dominio” es la respuesta, porque la proposición considerada fue: “¿Controla la

mente mortal al cuerpo o es Mente quien lo controla?”

Al principio del párrafo, cuando escuchamos “El cuerpo parece actuar por sí

mismo...”, escuchamos Mente. El cuerpo parece actuar por sí mismo “sólo

porque [he aquí la causa] la mente mortal nada sabe respecto de sí misma, de sus

propias acciones [todo es Mente] y sus resultados – no sabe que la causa

predisponente, remota y ocasional todos los efectos malos es una ley de la llamada

mente mortal y no de la materia.” (C & S 393:5-10) ¿Cómo podemos ahora controlar el

cuerpo, viendo que la mente mortal parece actuar por sí misma, y tenemos que

corregir esta aparente acción de sí misma? ¿Con qué podemos corregirla? Por

medio de la Mente divina. Esta es la razón por la que la Sra. Eddy dice: “La

Mente tiene dominio sobre los sentidos corporales y puede vencer a la enfermedad,

al pecado y a la muerte”.

Si la Ciencia del Ser Fuera Comprendida

En Ciencia y Salud (489:3-6) leemos: “Si se comprendiese la Ciencia de la

Vida, se comprendería que los sentidos de la Mente jamás se pierden y que la


materia no tiene sensación.” Acabamos de aprender en Alma que los sentidos

pertenecen a Alma, y también la pérdida está relacionada con Alma, por lo que de

nuevo necesitamos preguntar: ¿Cuál es la propuesta? ¿Cuál es el tema a

discusión? El párrafo comienza con: “Mientras menos mente se manifieste en la

materia, tanto mejor.” He aquí la proposición – mientras menos mente se

manifieste en la materia, tanto mejor – pero la Sra. Eddy continúa y da una prueba

específica de esto: “Cuando la instintiva langosta pierde una pinza [aquí está

diciendo que la mente mortal puede perder algo, como falsificación de Alma] le

vuelve a crecer.” Escuchamos claramente aquí un tono de Alma, en las ideas de

reaparición, de incólume, de no-pérdida, intacto, reproduce, etc., trayendo de

vuelta la identidad, su totalidad.

Si no hay mente mortal, entonces la langosta puede perder su pinza y la

pinza crece de nuevo. Así que la mente mortal es la que dice si perdemos algo o

no. Solamente es en la mente mortal que algo podría perderse. En realidad, en

la identidad del ser, jamás podemos perder algo.

En la Mente Divina Nada se Puede Perder

Después de haber tomado esto como ejemplo para sustentar su proposición,

la Sra. Eddy razona que, si así es con la langosta, ¿cómo será en el reino de la

Ciencia de la Vida? Hemos tenido ya un ejemplo. Ahora nos da la teoría: “Si se

comprendiese la Ciencia de la Vida, se comprendería que los sentidos de la Mente

jamás se pierden y que la materia no tiene sensación”. La Sra. Eddy tuvo que

contrarrestar a la mente mortal, la mente irreflexiva, por medio de la Mente divina;

y en la Mente divina nada se puede perder. Ninguna acción correcta se pierde

jamás en la Mente divina, y la materia no tiene sensación. Los sentidos son

intrínsecos a Alma, así que la frase: “los sentidos de la Mente,” es una

combinación de Alma y Mente.


Debemos siempre estar alertas para ver si la cita que se está considerando

está declarando algo intrínsecamente acerca de los sinónimos, o si es una

combinación de dichos sinónimos. Cuando es una combinación, estemos alertas

para ver lo que está siendo rectificado, corregido o ajustado. Noten por qué cierto

sinónimo está siendo utilizado para contrarrestar algún opuesto, alguna

falsificación; noten cuando se utiliza un sinónimo debido a que la proposición lo

requiere, dado que la proposición está de acuerdo al sinónimo.

Ciencia y Salud dice: “Si fuera posible que los verdaderos sentidos del

hombre se dañaran, el Alma podría reproducirlos en toda su perfección; pero ellos

no pueden ser perturbados ni destruidos, puesto que [los sentidos reales] existen en

la Mente inmortal, no en la materia.” (488:30-34) Con “los verdaderos sentidos del

hombre” estamos, por supuesto, pensando acerca de Alma. La Sra. Eddy nos está

diciendo que no hay deterioro o daño ni lesión en Alma, y ella está estableciendo la

hipótesis de que “si fuera posible que los sentidos verdaderos del hombre se

dañaran,” es Alma quien los puede reproducir, quien los puede traer de retorno a su

identidad.

Los Talentos Mentales no Pueden Perder su Identidad

¿Por qué los “verdaderos sentidos del hombre” no pueden existir sin Alma?

Para obtener la respuesta preguntemos de nuevo: ¿Cuál es la propuesta?

En la línea 26, donde la Sra. Eddy está hablando acerca de los sentidos,

habla en un sentido calificado. “Sólo la Mente posee todas las facultades, toda la

percepción y la comprensión.” (C & S 488:26-27) Estos son los sentidos de Mente. La

Sra. Eddy no está hablando acerca de los sentidos materiales, sino de las facultades

de Mente, acerca de los talentos mentales. Por supuesto que no están a merced de

la organización ni de la descomposición. No pueden perder su identidad. Los

talentos mentales no pueden estar anulados (la falsificación de Alma). No pueden


ser perturbados ni destruidos. ¿Por qué? Porque Alma no puede perder nada.

Y debido a que Alma jamás puede perder nada, las facultades de Mente no pueden

ser dañadas, perdidas o desorganizadas debido a que existen en la Mente inmortal.

Aquí el tema, la proposición principal, es que Mente tiene facultades, las

facultades de Mente, los sentidos de Mente. No pueden ser distorsionados,

anulados, dañados, desorganizados o perturbados, porque Alma mantiene sus

identidades, y por esta razón los sentidos de Mente no pueden ser nulificados.

Las facultades de Mente se mantendrán eternamente; no pueden perderse.

¿Por qué tenemos aquí a Espíritu

y no a Alma?

La Sra. Eddy desea mostrar, de una manera o de otra, la razón por la que

creemos que el cuerpo tiene sensación. “El cuerpo”, dice ella, “no tendría

sensación alguna si no fuera por la creencia en la materia.” Si creyéramos que

tenemos el cuerpo del Principio, no habría creencia de sensación en la materia.

En el último capítulo del Libro de Texto ella habla acerca del cuerpo de este

Principio, pero ese no es el cuerpo como materia, el cuerpo que sufre. Ella

corrige la equivocación acerca de “la materia” diciendo: “Los sentidos del Espíritu

están sin dolor...” (C & S 214:36)

Cuando leemos esa pequeña oración: “los sentidos del Espíritu están sin

dolor” y la ponemos en su contexto adecuado, está correcta. Fuera del contexto

no parece concordar con nuestras reglas, pero puesta en su contexto adecuado es

totalmente correcta.

¿Qué es aquello que la cambia de lo incorrecto a lo correcto? El contexto.

Contexto significa el ambiente en el cual se presenta una palabra. Cuando

ponemos algo dentro de un rango más amplio de referencia el resultado es una

verdad diferente. Una verdad puede ser verdad, pero eso no significa que sea una


verdad científica. Una verdad podría no ser una verdad científica. Sólo se

vuelve verdad científica cuando se coloca en un contexto más amplio. Una

declaración incorrecta puede de repente volverse una declaración correcta cuando

ha sido puesta en un rango de referencia más amplio. En matemáticas, por

ejemplo, no podemos sustraer un número mayor de uno menor, pero en el

momento en que introducimos un rango mayor de referencia, es decir, número

positivos y negativos – un rango mayor – entonces sí que podemos sustraer un

número mayor de uno menor.

El que una afirmación sea verdadera o falsa, depende por lo regular del

contexto sobre el cual se haya puesto – depende de contexto, si fuese o no,

suficientemente amplio. Cuanto más se expanda el contexto dentro del cual

consideramos una declaración, tanto más la declaración puede volverse una verdad

científica, o volverse tan solo una verdad, en tanto que antes era tan solo una

declaración incorrecta.

Colocar las Declaraciones en

Rangos Más Amplios de Referencia

Hacemos la declaración: “Los sentidos del Espíritu están sin dolor.” Por sí

misma, ésta es una declaración incorrecta, pero cuando la ponemos dentro del

contexto de un párrafo como el que leímos, ya no es más una declaración

incorrecta, puesto que ha sido colocada en un rango de referencia superior o más

amplio.

Hemos visto que de acuerdo al nivel de conciencia en el cual contemplamos

algo, ese algo va a ser correcto o incorrecto. Esto significa que en tanto que

tratamos en la metafísica con declaraciones aisladas o lo que llamamos

pensamiento atomístico, no estamos tratando con verdades científicas.


Ocurre lo mismo con las declaraciones del Libro de Texto. Sabemos que

cada declaración del Libro es correcta. Tomamos esto como un axioma. Pero

en tanto que consideremos dichas declaraciones como declaraciones atomísticas

aisladas no son verdades científicas. ¿Qué es una verdad científica? Estas

declaraciones sólo serán verdades científicas cuando se coloquen dentro del

sistema completo; sólo entonces serán verdaderas.

La Ciencia Cristiana no Puede ser Detenida

Para el pensamiento religioso, nosotros abastecemos lo obvio, a saber, los

aforismos. Por cientos de años las enseñanzas religiosas han estado basadas en

aforismos, proverbios, máximas, preceptos, sencillas declaraciones de la verdad,

sabias afirmaciones, algún bello versículo, etc., pero este no puede ser el método

para estudiar el Libro de Texto de la Ciencia Cristiana.

Sólo cuando se colocan las verdades en su propio contexto, o dentro de la

estructura completa de la enseñanza total, es que llegamos a verdades científicas y

podemos interpretarlas. Como estudiantes del Libro de Texto, estamos colocados

ante la verdad estructurada, donde toda verdad tiene su propio lugar dentro del

todo. Podemos ver que ha llegado una era completamente nueva. Tuvimos

desarrollo en la Ciencia Cristiana en el período anterior de argumentación, el

período de Kimball. Luego tuvimos el período de Bicknell Young. Después

llegó el período de Doorly. Hoy estamos arribando a una nueva era. El

desarrollo total de la Ciencia Cristiana está avanzando en su comprensión del Libro

de Texto de la Ciencia Cristiana. No puede ser detenido.

El Leer el Libro de Texto Razonadamente

Debemos aprender a leer el Libro de Texto en forma razonada y no sólo

como simples palabras; nuestra vida no está formada de palabras. Debemos


preguntar: ¿Cuál es el tema? Aquí la Sra. Eddy está preguntando: “¿Es acaso la

Vida, algo que viene y va? ¿Cómo podemos atacar este argumento de que la vida

es algo que puede llegar a un final? Esto es tan sólo un argumento, y es irreal.

Así que, ¿cómo aprendemos la verdad acerca de esto?” Si conocemos Vida y

Alma tenemos la respuesta de que no podemos ser separados ni por un instante de

Dios, nuestra verdadera Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor, “el

reino de [Dios] dentro de [nuestra conciencia].” No podemos estar separados de

la inmortalidad; y dado que el hombre refleja a Dios, su existencia está intacta.

Sólo tenemos que conocer Vida y Alma para llegar a la verdad. La Vida es

eternamente presente, y es la provincia de Alma, con lo que vemos que no va ni

viene. “Si la Vida o el Alma y su representante, el hombre, se unen por un

período y luego son separados...,” (C & S 306:14-19) ¿cuál es el tema considerado aquí?

El tema, como hemos aprendido, regula el uso de los sinónimos. Siempre

debemos leer el párrafo entero. Aquí tenemos la sensación de ir y venir, de subir

y bajar – todo cuanto es opuesto a Alma. Vemos que la creencia manejada aquí

es que la Vida va y viene. La Sra. Eddy está hablando acerca de Vida y de la

estabilidad de Alma – de la naturaleza inmutable y la continuidad de Alma.

El Libro de Texto se Refiere a Nuestra Vida

El párrafo 306:14 del Libro se refiere a nuestra Vida. No hay nada en él

que no pertenezca a nuestra vida, por lo que debemos leer el Libro de Texto como

una propuesta de Vida, y no como meras palabras.

El Libro de Texto es la respuesta a toda pregunta sobre Vida. Pero los

Científicos Cristianos lo leen toda la vida sin llegar a ningún lado con ello. Dado

que el Texto contiene la verdad acerca de todo, ¿por qué no cambia al mundo? Es

debido a que los estudiantes del Libro de Texto leen tan solo palabras. No son

capaces de ver la Ciencia pura en él.


Hagamos el hábito de leer el Libro de Texto por temas. Siempre

pregunten: ¿Cuál es la propuesta de vida en este párrafo? Si fuera necesario,

leamos dos o tres párrafos para tener un mayor y mejor rango de referencia. De

esta forma, una pequeña oración toma un significado superior. En esta forma

comenzamos a comprender que estamos leyendo la historia de Vida, nuestra

historia de Vida. Un terrible error ha agobiado a los lectores del Libro de Texto,

o sus verdades habrían ya revolucionado al mundo. Debemos ver el Libro de

Texto como una propuesta de Vida y no como un tratado metafísico. Frente a

los cambios cotidianos nos hacemos preguntas y esperamos respuestas.

Debiéramos considerar con este mismo enfoque al Libro de Texto. La Sra. Eddy

hace preguntas pertinentes y da respuestas adecuadas.

Comparando Mente, Espíritu, Alma

¿Cuál es ahora el tono cabal para los primeros tres sinónimos? ¿Cuál es el

impacto de Mente, de Espíritu, de Alma?

Las ideas de Mente nos dieron el sentido de que Alma es inmutable. Alma

dice: “Aquello que Yo Soy, permanece así. Yo Soy lo que Soy y jamás pierdo mi

identidad. Siempre Soy lo mismo, la igualdad del ser.” Esto se aplica al

sinónimo Alma, así como a sus ideas. Cada idea en el infinito Uno es una idea de

Alma y por lo tanto cada idea permanece siempre siendo lo que es. Jamás pierde

su igualdad, su identidad.

Si obtenemos el tono habremos tocado el tercer sinónimo.

Al comparar los tres primeros sinónimos sentiremos más el aspecto

específico de cada sinónimo. Lo que Alma nos dice es radicalmente diferente de

lo que Mente nos dice. En Mente jamás escuchamos que Mente nos dijera que

permanece siempre siendo lo que es, aunque naturalmente Mente es Alma, es decir

Mente es Alma como una combinación.


En Mente, sentimos que Mente se relaciona con el aspecto del Ser que dice:

“Yo Soy la inteligencia infinita, el poder infinito, el creador de todo; Yo Soy

aquello que llama a los mundos a ser. Yo Soy la causa que se manifiesta como

ideas infinitas.”

Podemos escuchar el tono de Mente como la legítima, productiva,

inteligente, activa, poderosa, manifiesta Mente. Es ese terrible impulso de Mente

apareciendo. Es la Mente creativa, y combinada con tal poder representa su

inteligente actividad. Así que Mente, como un poder activo e inteligente, siempre

tiene una idea.

Cuando llegamos a Espíritu, ¿tuvimos la misma sensación? No. En

Espíritu tuvimos la tranquila reflexión de Espíritu que dijo: “Mente, tú eres lo

único. No hay nada más que tú, Mente. Tú eres la única legítima, creativa,

inteligente, activa, poderosa y manifiesta Mente. Sólo tú, Mente, eres todo cuanto

está ocurriendo.”

Y esto fue Espíritu.

Ahora, cuando llegamos a Alma obtenemos esa sensación de que Mente, que

es la única cosa que está aconteciendo, esta Mente que todo lo sabe, es siempre

aquello que es. Jamás cambia. Esto es Alma. Es lo que es, y jamás será algo

diferente.

Podemos ver que estos tres sinónimos constituyen la naturaleza de todo ser,

de cada ser, y constituyen la naturaleza del Ser y de todas las ideas.

Mente crea ideas infinitas. Espíritu dice que esas ideas son espirituales y

que no hay nada más aparte de esas ideas. En Alma dichas ideas son inmutables;

no van ni vienen, así que ahora tenemos el inmutable universo de ideas.

Hasta aquí no estamos conscientes de lo que estas ideas van a hacer. Pero

cuando próximamente consideremos Principio, el cual ha entrelazado a Mente,

Espíritu y Alma dentro de un sistema, hallaremos a Principio diciendo: “Yo


demuestro esas ideas,” y luego tales ideas se demostrarán a sí mismas como ideas

de Vida (exaltación), como ideas de Verdad (salud), como ideas de Amor

(cumplimiento).

En nuestro estudio hemos edificado a través de Mente, Espíritu y Alma, la

naturaleza del Ser, y en este sentido hemos ganado un fundamento seguro. En

este capítulo de Alma hemos visto cómo Mary Baker Eddy nos enseñó a trasladar

los afectos de los sentidos al Alma – “el Alma (que) tiene recursos infinitos con

que bendecir a la humanidad...” (C & S 60:30-31) La Sra. Eddy nos dice que tarde o

temprano todos aprenderemos que los grilletes de las capacidades finitas del

hombre son fraguados por la ilusión de que vive dentro de un cuerpo en lugar de en

Alma, Dios, por la ilusión de que existe dentro de la materia en lugar de en Espíritu

(lo cual muestra que Mente es lo único).

En cierto sentido somos como un pollo dentro del huevo. El pollo, primero

debe imaginar que hay alguna libertad más allá de su propia esfera limitada.

Picoteando abre el cascarón, y así prueba que imaginó correctamente.

“La creencia que lo mayor pueda estar en lo menor es un error que hace

mal,” (C & S 467:22-23) dice la Sra. Eddy. “La Ciencia,” dice ella, “revela al Alma,

nuestro verdadero ser, como Dios, jamás tocado por el pecado y la muerte.” (C & S

310:15-17)

La siguiente lista de referencias de Alma en Ciencia y Salud ayudará al

lector a continuar con su estudio. También podríamos desear revisar lo que Alma

es, lo que hace, con lo que trata, etc., tal y como se presentó al inicio de este

capítulo.


Referencias de Ciencia y Salud sobre Alma LA ORACIÓN

7: 17 9: 23 1: 32 14: 23


30: 24 30: 27 39: 10 48: 9

EL MATRIMONIO

58: 12 60: 29 60: 31 63: 1 64: 21


70: 15 71: 7 72: 11 85: 4* 89: 23 93:1


CIENCIA

114: 24 119: 30 120: 5 122: 29 131: 9

115: 14 120: 4 122: 8 125: 16

MEDICINA

144: 13

LA FISIOLOGIA

167: 5 172: 20 200: 8


203: 23 210: 11 214: 29 215: 7 223: 11 240: 32 249: 31

204: 31 210: 16 214: 32 216: 1 224: 29 247: 15 250: 1

204: 15 213: 18 215: 4 223: 5 240: 13 247: 32

LA CREACION

266: 1

LA CIENCIA DEL SER

269: 16 281: 28 302: 22 309: 4 310: 25 322: 5 335: 21

273: 18 282: 20 306: 7 309: 25 310: 32 323: 21 335: 23

274: 6 288: 22 306: 13 310: 14 311: 7 330: 12

280: 13 300: 23* 307: 23 310: 18 311: 20 335: 16*

280: 23 302: 1 308: 25 310: 21* 311: 24 335: 19


280: 27 302: 20 308: 14 310: 23* 317: 27 335: 20


344: 2 350: 29 359: 15 360: 10


381: 13 390: 5 395: 7 420: 32 427: 4 428: 4 438: 25

388: 25 390: 11 396: 28 427: 3 427: 6 437: 15 441: 6

RECAPITULACIÓN

465: 10 467: 21 468: 26 477: 24 479: 2 481: 30

466: 20 467: 22 477: 6 477: 26 480: 17 482: 10

466: 21 468: 3 477: 7 477: 30 481: 24 488: 28

467: 2 468: 6* 477: 19 478: 3 481: 28 490: 5

467: 17 468: 22 477: 22 478: 6 481: 29 497: 22

GENESIS

508: 7 510: 16 535: 16 536: 16

EL APOCALIPSIS

566: 7

GLOSARIO

580: 24 583: 5 587: 27 590: 3 595: 1 599: 1

582: 15 587: 7 588: 9 591: 16 598: 16

* = aplica para varios sinónimos


CAPÍTULO VII

PRINCIPIO

Como lo hicimos con los anteriores sinónimos, listemos unos cuantos

aspectos sobresalientes que caracterizan a Principio, tal y como se encuentran en

Ciencia y Salud, junto con otras características que están implícitas.

Lo que Principio es

283: 11 Principio es absoluto

302: 2 Principio no se encuentra en ideas fragmentarias

318: 33 Principio es el gobierno del hombre

329: 23 Principio es imperativo

465: 20 Principio y su idea es uno

467: 24 Principio no está en su idea

Lo que Principio Hace

11: 12 Principio perdona sólo con la corrección

132: 12 Principio saca a luz la armonía

133: 16 Principio hace maravillas

272: 31 Principio tiene que interpretar al universo

351: 4 Principio demuestra Ciencia Cristiana

507: 26 Principio expresa Ciencia y arte por medio de Su creación

561: 2 Principio cumple los objetivos del bien eterno

Otros Puntos Importantes Relacionados con Principio

Principio es interpretado por la Ciencia

Principio debe ser declarado con precisión en su Ciencia


Principio es el Principio de todas las ciencias

Principio se interpreta a sí mismo por medio de su sistema de categorías,

clasificaciones y cálculos auto-operativos

Principio se explica a sí mismo al auto interpretarse

Principio siempre está trabajando como Principio auto-operativo

Principio se prueba a sí mismo por medio de un sistema de ideas e interrelaciones

Principio une todo en uno por medio de la relación, trayendo todo a

interrelacionarse con Principio


Describir a Principio

apodíctico gobierno perfecto

autoridad armonía (Pr/Me)

balance corazón plataforma

ser honestidad práctica

cálculo idea prueba

clasificación individual roca

consistencia interpreta Ciencia

conformidad reino poder

corona lealtad espiritual

demostración metafísica declaración

economía obediencia enseñanza

establece uno unidad

explica operación universo

fundamento personal universal

trabajo

Opuestos:


fragmentación discordia deshonestidad

personal hipocresía teorías

perversidad

Principio: Eje y Fundamento

Mente, Espíritu y Alma constituyen la naturaleza del Principio del Ser. En

otras palabras, Mente, Espíritu y Alma, considerados como uno, conforman al

Principio. Mente es el creador; Espíritu es lo que evoluciona, despliega y

desarrolla todo; Alma define aquello que surgió y ve que tiene una identidad

inmutable. Esta es la naturaleza creativa del Ser. Este es el Principio sobre el

cual podemos edificar.

Principio nos pide considerar el punto de vista de este Principio, el cual es

Mente, Espíritu y Alma, como una sola operación. Este Principio se demuestra

entonces a sí mismo como Vida, Verdad y Amor.

Principio, aquello que somos nosotros en realidad, es el eje alrededor del

cual rotan los sinónimos. El fundamento es Mente, Espíritu y Alma desde los

cuales se demuestra Vida a sí misma; Mente, Espíritu y Alma es el fundamento, el

cual, como Principio, da a luz la forma verdadera, la forma sana de Verdad, y

demuestra el cumplimiento de todo en Amor. Esto es “el reino de [Dios] dentro

de [nosotros].”

Una vez que hemos tocado Principio y hemos visto que Principio es nuestra

conciencia – nuestra conciencia de Mente, nuestra conciencia de Espíritu y de

Alma – entonces dicho Principio comienza a demostrarse a sí mismo. Principio

comienza luego a vivir (Vida), a mostrarse a sí mismo como la verdad salvadora

que corrige todo (Verdad), a mostrar que el Amor es el cumplimiento de este

Principio (Amor).


Principio Debe Tener Ideas

Principio es el eje fundamental y básico. Es básico para toda

interpretación. Por lo tanto, comienzo y surjo desde Principio, y veo que

Principio es siempre el Principio de sus propias ideas.

Sin ideas no habría necesidad de Principio. Principio demanda un universo

de ideas, ideas que son gobernadas por un solo Principio central. Estas ideas que

han sido creadas por Mente, desplegadas por Espíritu e identificadas por Alma, no

pueden ser privadas de su relación con Principio. Son la demostración de ese

único Principio y mantenidas dentro de la unidad de Principio e idea. Jamás

abandonan por Principio; están siempre unidas con Principio. Principio es el

Principio del universo. La palabra “universo” viene de “unus” uno, y “vertere”

voltear. Así que podemos decir que universo significa todas las ideas vueltas

hacia una relación coherente, consistente e inseparable dentro del todo – en la

Ciencia Cristiana.

Principio regula y gobierna el universo. Se demuestra a sí mismo

poderosamente – tenemos el poder espiritual de la demostración. Un Principio

sin poder de demostración no sería Principio.

Este auto operativo poder de Principio se prueba a sí mismo.

¿Cómo? ¿Cómo se prueba el principio de la aritmética a sí mismo? Se

prueba a sí mismo al ir hacia las categorías del principio de la aritmética, y luego

operando por medio de las categorías apropiadas. Si tenemos un problema que

requiere de sustracción, debemos ir a la categoría adecuada para solucionarlo; ir a

la categoría de multiplicación, de adición o de división, no nos ayudaría. Lo

mismo aplica a Principio.

Un Sistema de Ideas


Una de las ideas importantes para Principio es sistema. El sistema es

necesario para probar un principio. Tal como tenemos un sistema en aritmética,

tenemos sistema en Principio, y dicho sistema es necesario para la demostración,

para que Principio se pruebe a sí mismo. Principio no va a probarse a sí mismo

para nosotros, a menos que la idea dentro de nosotros sea una con su Principio.

Para que la idea sea una con su Principio debe estar acorde con el sistema, es decir,

nuestra conciencia debe estar alineada con el sistema completo de las categorías de

Principio.

Principio siempre está operando como un Principio auto operativo,

demostrándose y probándose a sí mismo. “Se interpreta a sí mismo,”

simplemente significa que está explicándose a sí mismo. Algo es explicado

cuando no está ya más fuera de nosotros. Cuando vemos que nosotros somos

Principio, somos uno con Principio, somos la totalidad del ser. Mente, Espíritu,

Alma, Principio, no son algo fuera de nuestra conciencia divina, científica y

espiritual – son “el reino de [Dios] dentro de [nosotros].” Ciencia es una idea que

caracteriza a Principio, y el universo y el hombre deben ser interpretados por la

Ciencia. Para obtener la interpretación debemos recorrer las categorías del

sistema de Principio.

Debido a que Principio está uniendo todas las ideas en un todo consistente e

inseparable, debe contar con un sistema. Debido a que las ideas están unidas por

Principio, la interrelación de las ideas dentro del todo debe contar con categorías,

con un sistema y con cálculos. Aquí obtenemos un sentido de la Ciencia de este

Principio. Este Principio es un sistema de ideas en el cual dichas ideas operan

armoniosamente dentro de categorías, dentro de cálculos, dentro de un sistema.

Estos son los elementos científicos de la Ciencia del ser, es decir, sistema, cálculos,

categorías, interrelaciones, etc. Todo esto conforma la Ciencia del ser.

Principio sin Ciencia no sería Principio. Sería tan solo una autoridad dictatorial.


Pero con un sistema auto-operativo y cálculos auto-operativos, Principio está

representado por la Ciencia.

Principio Trae Armonía

Debido a que hay un solo Principio y debido a que todas las ideas están

unidas por medio de relaciones definidas, estas relaciones deben ser armoniosas.

Armonía es una idea que caracteriza a Principio. Manifestamos la armonía de las

relaciones cuando combinamos las diferentes ideas que caracterizan a Mente,

demostrando el principio de sinonimia, es decir, que para que un creador sea

creador, necesita poder, inteligencia, acción, visión.

Vimos que todas las ideas listadas para Mente eran sinónimos de Mente, y

por lo tanto podían ser combinadas con las demás en armoniosa relación. Vimos

que una idea tal como poder, sólo puede ser poder si dentro de sí misma se

relaciona o está en armonía con cada una de las demás ideas, en otras palabras, si

el Todo estaba en todo. Cada idea era tan grande como Dios, cualitativamente

hablando, debido al principio de la relación, el principio de sinonimia. Para

comprender el sistema de Principio debemos entender esta relación armoniosa de

las ideas.

Comparación del Sistema con Armonía

Resulta interesante comparar la definición de sistema con la definición de

armonía, puesto que es casi lo mismo. Hay sin embargo una ligera diferencia

entre sistema y armonía. Armonía es el sentido de Alma para sistema. Pero

bajo ambos está el concepto de la relación exacta y de la interrelación en la cual no

hay crisis, quimicalización, ni irritación.

Todos anhelamos la armonía, pero la armonía sólo puede ser establecida

sobre la base de sistema. Sin sistema no hay armonía. El logro de la armonía


demanda más, que tan sólo un sentido de Alma; demanda una comprensión

científica de la interrelación de todas las ideas, de la combinación de las ideas y de

la categoría de las ideas.

La religión jamás puede manifestar armonía porque carece de sistema sobre

el cual sustentarse, carece de sistema divino. Sólo la Ciencia puede traer

armonía – la Ciencia que edifica sobre ideas verdaderas y comprende cómo es que

operan dichas ideas.

Con esta información podemos volvernos a nuestro estudio de Principio en

el cual hallaremos que las ideas para Principio no son muy numerosas, siendo más

o menos las mismas; así que la tonalidad de Principio será fácil.

Mente, Espíritu, Alma,

Constituyen la Naturaleza de Principio

Podemos ver a Principio de dos maneras: ya sea como el Principio creativo,

es decir, Mente, Espíritu y Alma constituyendo la naturaleza de Principio, o como

el Principio trino, la expresión del Principio a quien la Sra. Eddy llama Vida,

Verdad y Amor.

Principio cuenta con dos alas. Una de sus alas muestra la naturaleza de

Principio, el Principio creativo como Mente, Espíritu, Alma; la otra ala, en el lado

opuesto de la definición, es Vida, Verdad y Amor como la demostración de dicho

Principio, o la esencia de tal Principio. ¿Qué significa la esencia en relación con

la naturaleza? Significa la parte verdaderamente importante acerca de la

naturaleza. Esencia es el sentido concentrado de algo; Principio opera en esencia

como el Principio viviente (Vida), como el verdadero Principio (Verdad) y como el

Principio que es el Principio de todos y de todo (Amor).

Principio debe ser considerado como aquello que une, en una sola, estas dos

alas. Bajo las alas de Principio hallamos todos los demás sinónimos. Principio


dice: “Yo soy el Principio de cada uno de esos sinónimos.” Posteriormente

veremos que Mente es el Principio de... ¿qué? Espíritu es el Principio de... ¿qué?

Alma es el Principio de... ¿qué? Veremos que cada uno es el Principio de...

Cada sinónimo tiene su Principio – es el Principio de sus ideas.

¿Qué Clase de Principio es Dios?

Si Dios es el Principio de todo, resulta natural que preguntemos: ¿Qué clase

de Principio es? ¿Cuál es la naturaleza de este Principio? ¿Qué constituye su

naturaleza? ¿Cuáles son sus componentes? Cuando estudiamos matemáticas o

música, no podríamos decir tan sólo que tienen un principio. Debemos saber qué

constituye ese principio. En el caso de Principio, sus componentes son Mente,

Espíritu y Alma. Para comprender cómo Mente, Espíritu y Alma demuestran la

naturaleza de Principio, consideremos el término “creativo”. ¿Por qué la Sra.

Eddy habla del Principio creativo en contraste con Mente que es creativa? Ella

dice que Mente es el creador, Mente crea, mas ahora ella habla acerca del Principio

creativo; ¿por qué?

Aquí, en Principio, “creativo,” es un adjetivo. ¿Qué es aquello, pues, que

es creativo? Ya hemos visto que para producir una creación requerimos de la

Mente creativa, Mente como el creador; pero también necesitamos de Espíritu que

da nacimiento y procrea, despliega, desarrolla las ideas de Mente, porque si no las

desplegara, no tendríamos en verdad creación alguna. Pero aún desplegar y

procrear no es suficiente. Aquello que es creado por medio de las etapas

desplegadas de Espíritu, debe contar con una identidad definida, así que

requerimos también de Alma, porque sólo cuando tenemos una creación de

infinitas identidades definidas es que podemos establecer en conciencia el

universo de ideas, la naturaleza de ideas.


El Principio se Demuestra a sí mismo como

Vida, Verdad y Amor

Aquí vemos cómo Mente, Espíritu y Alma nos están dando la naturaleza de

nuestro Principio, pero ¿qué hay de Vida, Verdad y Amor? ¿Cómo encajan en

esto? En la Ciencia del ser el Principio del ser es realmente Mente, Espíritu y

Alma con lo que ellos implican. Uno pudiera decir: “El Principio no es Vida,

Verdad y Amor. Vida, Verdad y Amor son la forma en la que este Principio se

expresa a sí mismo, como se demuestra a sí mismo, se opera a sí mismo.”

La Sra. Eddy muestra que para demostrar el Principio divino no podemos

comenzar con la demostración del Principio divino en ninguna otra forma, sino

captando primero un vasto conocimiento de lo que constituye la naturaleza de este

Principio. No podemos demostrar a Dios como Principio, a menos que primero

tengamos este conocimiento; de otra manera, ¿qué es aquello que vamos a

demostrar? ¿Cuál es la naturaleza que vamos a demostrar? Si vamos a

demostrar vida, ¿qué clase de vida es la que vamos a demostrar? ¿Es vida en la

materia la que vamos a demostrar, o Vida en el Espíritu? ¿Vamos a demostrar

vida en un cuerpo o Vida en el Alma?

La Naturaleza de Vida no Puede ser Desemejante

A Mente, Espíritu, Alma

Todo lo que proviene de Principio, como resultado de Principio, debe tener

la naturaleza de Principio. Debe tener la naturaleza de Mente, Espíritu, Alma, y

no una naturaleza desemejante. Principio no puede demostrar una naturaleza de

vida diferente a Mente, Espíritu, Alma.

Los prerrequisitos para todo cuanto deba demostrarse, yacen en Mente,

Espíritu, Alma. Por lo tanto, quienquiera que trate de demostrar vida en la

materia, en el cuerpo, demuestra que no ha comprendido la naturaleza del Principio


divino, dado que Principio no es materia y no está dentro del cuerpo. Nuestro

Principio es Mente, Espíritu, Alma. No podemos desear ver Vida, Verdad y

Amor, demostrados en la mente mortal, en la materia, o en el cuerpo, ni desear

verlos expresados en el universo material en un cuerpo o en la materia, porque esta

actitud está equivocada; no está de acuerdo con las enseñanzas de la Ciencia

Cristiana.

Debemos tratar de demostrar este Principio en la Vida a pesar de la mente

mortal, a pesar de la materia, a pesar del cuerpo, y no para demostrarlo en la mente

de la gente, en la materia ni en el cuerpo. Esta actitud es diferente.

Todas las Ideas Armonizan con Principio

Cuando pensamos acerca del Principio creativo, debemos pensar acerca de

Mente, Espíritu, Alma, los prerrequisitos de la verdadera creación. Esto es lo que

se quiere decir por el “Principio creativo” al cual se refiere la Sra. Eddy en el

capítulo del Génesis, antes de continuar mostrando el otro aspecto de Dios, la

trinidad de Vida, Verdad y Amor.

Tenemos Mente, Espíritu, Alma, unidos en un solo sistema de ideas como

nuestro Principio creativo, expresando la naturaleza creativa de Dios. Esta

naturaleza creativa de Dios consiste de Mente, la cual crea toda idea; de Espíritu, el

cual da nacimiento a esas ideas, despliegue, desarrollo; y de Alma, la cual les da a

dichas ideas, definición, así como una bien definida identidad, identidad inalterable

e inequívoca. Mente, Espíritu y Alma demuestran la naturaleza inmutable de la

creación de la idea, así como la relación indestructible entre la idea y su creador,

también la armoniosa interrelación de todas las ideas. Todas las ideas conforman

y se armonizan con el divino Principio único.

Recordemos, estos términos están hablando acerca de nosotros y de

nuestro verdadero ser, acerca “del reino de [Dios] dentro de [nosotros].” La


Mente única es nuestra Mente. Somos uno con todas las ideas que caracterizan a

Mente. El Espíritu único es nuestro Espíritu, queriendo decir que somos él y

reflejamos la total naturaleza de Espíritu, Dios. Nuestro ser completo está

identificado con Dios, con Alma. De esta forma somos inseparables en relación

con nuestro Principio divino y, como Jesús, podemos considerarnos a nosotros

mismos como el Principio y ver que expresamos en realidad, Vida, Verdad y

Amor, porque “el reino de [Dios] está dentro de [nosotros].”

Todas las Ideas Tienen el Mismo Principio

Llegamos ahora al punto principal: todas las ideas tienen el mismo

Principio. Este es el cuarto paso en el orden de la Ciencia, así que revisemos la

línea de razonamiento que conduce a Principio.

Mente es el creador, la causa que procrea todas las ideas. Mente crea sólo

ideas. Luego llega Espíritu diciendo: “Estas ideas constituyen la realidad; son

sustanciales y son la sustancia que es espiritualmente tangible.” Alma dice:

“Pero cada idea difiere de las demás, es diferente en forma y en cualidades. Cada

idea es distinta. Cada idea cuenta con una identidad diferente. Cada idea de

Mente cuenta con una identidad propia totalmente diferente de la de las demás

ideas de Mente. Cada idea está identificada infinitamente.” Corresponde al

ámbito de Alma mostrar que cada idea posee identidad diferente de todas las

demás ideas. Esta es la razón por la que tenemos este reflejo infinito de ideas,

esta infinita variedad de ideas.

¿Y qué es lo que está ocurriendo con estas ideas – con esta infinita variedad

de ideas?

Cada idea tiene su propia identidad y su trabajo diferente, su oficio, su

misión que cumplir. ¿Es cada una de ellas poquito buena? ¿Funcionan en la

forma en que quieran operar personalmente? No.


Se requiere algo adicional para mantener todas estas ideas unidas en una sola

unidad. Principio dice: “Todas estas ideas, aunque cada una con un oficio y

misión diferente, están bajo mi gobierno, el único gran gobierno de Principio.

Todas ellas tienen un Principio.” Este es el tono que debemos ver en Principio.

Este es el aspecto nuevo del ser que ahora vamos a ver con Principio, es decir, que

a pesar de que existen infinitas clasificaciones e ideas clasificadas, aún así algo las

mantiene unidas en uno. No son sus características lo que las une en uno, sino

su interrelación. Su relación las une en uno. Todas tienen un solo Principio y

por ello sólo pueden hacer lo que Principio les permite. Principio mantiene la

rienda, y cada idea actúa dentro del todo, de acuerdo a Principio, con la armonía

de Principio.

Este nuevo aspecto del Ser sólo es posible debido a que hemos tenido

Mente, Espíritu y Alma reunidos dentro de un punto central. Ellos han sido

entrelazados en un sistema, por lo cual la idea no es libre de hacer lo que quiera.

Una idea siempre es una idea de su Principio, aunque aún es una idea de su causa,

de su creador, y esto nos da la razón por la que todas las ideas tienen un solo

Principio. Debido a ello es que a menudo leemos en el Libro de Texto que

Principio es el Principio de todos, de todo.

El Principio Trino: Vida, Verdad y Amor

El Principio trino es Vida, Verdad y Amor. ¿Qué significa esto? Cuando

la palabra ‘persona’ se escribe con mayúsculas, es decir, Persona, se refiere a la

Persona de Dios. La Persona de Dios es Principio; y Vida, Verdad y Amor

constituyen el Principio trino llamado Dios. Cuando comprendemos este

Principio de nuestro ser, somos como madres para nosotros mismos, somos el

Principio divino y eterno, Vida, Verdad y Amor.


Cuando lleguemos a Vida, Verdad y Amor, veremos que sólo eso es lo que

vive (Vida), lo cual es verdadero (Verdad) y es nuestra salvación (Amor).

La Biblia se refiere a Dios como Vida, Verdad y como Amor (escritas con

minúsculas en la Biblia), y como Espíritu. La Sra. Eddy definió a Dios

adicionalmente con las palabras escritas en mayúsculas, Mente, Alma y Principio.

Principio como sinónimo para Dios, fue necesario para mostrar la unidad

fundamental y la operación armoniosa de las ideas del infinito.

¿Qué es lo que nos da Poder?

En nuestro estudio de Alma aprendimos que el sentido y la comprensión

espirituales nos identifican con Dios, “el reino de [Dios] está dentro de [nosotros],”

con Alma, como la una y única identidad. Ahora, habiendo llegado a Principio,

vemos que, siendo así identificados, esto nos da poder espiritual. Cuando

alcanzamos Principio vemos desde Principio, desde el nuevo ángulo de referencia,

que el enlace en unidad de Mente, Espíritu y Alma nos ha dado. Desde este

ventajoso enfoque es que vemos que “todo es una sublime armonía.” (C & S 240:12)

Cuando llegamos a Principio, como en el principio de cualquier tema, no tenemos

que esforzarnos ni forcejear, sólo tenemos que saber lo que es. Sabiendo lo que

es, lo que son los hechos, es lo que nos da el poder. Conocer el principio de las

matemáticas, es lo que nos da el poder en las matemáticas. El poder que tenemos

en la Ciencia Cristiana yace sólo en conocer y entender espiritualmente los hechos.

Los hechos están firmemente establecidos, aunque para el sentido mortal son

irrelevantes. En la Ciencia debemos entender los hechos, el Principio, y lo que

implica el Principio – cómo es que el sistema del Principio se refiere a la relación

armoniosa de todas las ideas, operando en el todo. Para tener armonía en la

música, debemos tener la correcta relación de los sonidos musicales dentro del

todo. Lo mismo aplica para el Principio trino, Vida, Verdad y Amor.


Nuestro trabajo actual al poner las 430 ediciones de la Sra. Eddy de Ciencia

y Salud en Internet, ha sido un evento que ha marcado una nueva etapa en la

historia de la tecnología del mundo. Hay que reconocer que nos hemos estado

moviendo velozmente sobre la curva del aprendizaje. Otro logro importante en la

tecnología tendrá lugar dentro de pocos años, cuando la gente de todas las naciones

pueda leer la versión inglesa de Ciencia y Salud en su propia lengua.

El Principio y su Idea

Cuando la Sra. Eddy habla de Principio y de su idea, siempre es para

comunicar la relación definida, perpetua e indestructible que existe entre Principio

y sus ideas infinitas.

Dios, nuestro verdadero ser, es Todo-en-todo, y así también lo son Principio

y su idea. Principio sólo puede ser aprendido o comprendido por medio de su

idea (como cualquier otra ciencia). Sin una idea a través de la cual pueda

manifestarse a sí mismo, Principio no podría ser aprendido, comprendido,

entendido, y careceríamos de la prueba de su existencia.

La idea debe ser vista en su Principio. Debemos razonar desde el Principio

divino y su idea espiritual. La Sra. Eddy dice: “Las ideas espirituales, como los

números y las notas, parten del Principio... (ellas) conducen a su origen divino,

Dios, y al concepto espiritual del ser.” (C & S 298:24-27) Tan sólo se trata de una

cuestión de la relación del Principio con la idea, y de la idea con Principio.

Podemos mirar a esta relación desde el punto de vista de Principio, en donde

vemos que Principio tiene infinitas ideas; o bien podemos mirarla desde el punto

de vista de las ideas infinitas, pero debemos notar que están ligadas juntas en un

solo Principio, por lo que cada idea es devuelta en conciencia a Principio. ¿Qué

quiere decir esto?


Quiere decir algo poderoso. Si una idea viene a nosotros por medio de

Mente, la luz irrumpe. Pero la luz aún no está muy definida. Entonces la

consideramos (Espíritu). Las cosas comienzan a desplegarse. Son ordenadas en

nuestra conciencia; y se vuelven más y más definidas e identificadas (Alma). Una

vez que la idea se ha vuelto más definida sentimos que ya la tenemos. Pero

realmente no la tenemos aún, porque debemos ver que esa idea que nos ha llegado

es una idea de Principio y es así como debe ser reintegrada a su Principio.

Reintegración de la Idea

a su Principio

¿Por qué debemos reintegrar la idea a su Principio? Porque al reintegrarla

a su Principio le damos a dicha idea toda la autoridad de Principio, todo el poder

gobernante de Principio. Si preguntáramos: “¿Cómo puedo utilizar esta idea?”,

esto estaría equivocado. No podemos utilizarla; debemos ver que una idea es una

idea de Principio, y en conciencia debemos reintegrarla a Principio y ver que

procede de Mente, por lo que aún está dentro de Mente, y debemos reintegrarla a

Mente como el Principio de todo, y así investir la idea con la autoridad de

Principio en lugar de con la autoridad de pretender hacer algo con ella. Debe ser

apartada de la persona y devuelta a donde vino. Debemos ver que aún está

relacionada con Principio. Principio tiene que hacerse cargo de esta idea y operar

esta idea. Principio tiene que demostrar esta idea en la forma que Principio quiere

que se demuestre como Vida, Verdad y Amor, y no de la manera como a nosotros

nos gustaría demostrarla.

¿Y cuál es este Principio al que reintegramos esta idea? El origen de la

idea estaba en Mente. Procedió de Mente, por lo que Mente es su Principio.

Espíritu la desplegó, por lo que Espíritu es su Principio, el Principio del desarrollo.

Luego la reintegramos a Alma como el Principio de identificación. Debemos ver


que Mente, Espíritu, Alma, es el Principio de toda idea verdadera. Esta es la

razón por la que podemos reintegrar toda idea a Mente – aún está en la Mente que

concibe, la Mente inteligente, todo poderosa y activa que concibe todo. Podemos

reintegrar esa idea a la cálida y amorosa atmósfera de Espíritu donde la idea es

concebida, desplegada y desarrollada. Podemos reintegrarla a Alma como el

Principio infinito de la capacidad infinita de Alma donde vemos que una idea

posee capacidades infinitas, sin estar limitada en ningún sentido. Alma es el

Principio de la idea.

Podemos contemplar esos tres sinónimos, Mente, Espíritu y Alma, como

Principio. Mente es ahora el Principio de una idea; Espíritu es ahora el Principio

de una idea; Alma es ahora el Principio de una idea. Principio tan sólo indica la

relación de la idea de retorno a su origen; aparta la idea de la persona, y muestra

que su Principio es Mente, Espíritu y Alma.

El Principio y su Idea es Uno

Ahora es que comenzamos a ver lo que significa la afirmación: “El

Principio y su idea es uno.” Esta idea, que Principio y su idea es uno, está

declarando la relación, la relación de ser uno. Está manifestando un nivel

superior de lo que hemos declarado, es decir que tenemos que ver la idea en su

Principio, o reintegrarla a su Principio. Nuestra declaración previa fue desde el

punto de vista humano; presentó lo que hacemos con la idea. Pero en el ser, la

relación es una de uno a uno; es una relación de coexistencia. Coexistencia es la

interrelación de la existencia.

Podemos mirar la declaración: “El Principio y su idea es uno,” desde dos

ángulos. Podemos ver que: todo es Principio y la idea de Principio, o podemos

ver que: toda idea es la idea de Principio. Todo es cuestión del lado en que

enfoquemos el tema. Si lo enfocamos desde el punto de vista de la idea, entonces


podemos ver que esta idea es una idea de Principio. Mas si lo enfocamos desde

Principio, podemos ver que Principio tiene su propia idea. No importa en

realidad desde qué lado miremos algo, aún es la misma cosa. Siempre es

Principio operando como la idea de Principio.

Sería de gran ayuda para nosotros si realmente pudiéramos ver que Principio

y su idea no pueden estar separados. Frecuentemente vemos una idea correcta, y

estamos concientes de que se trata de una idea correcta, pero la consideramos

separada de su Principio; ya que nuestro siguiente pensamiento es: “OH, esta es una

idea maravillosa si tan solo funcionara, si tan solo se demostrara a sí misma, si...

si...”. No debemos y tampoco podemos, dotar a esta idea con el sentido de que es

la propia idea de Principio.

Si en conciencia tomáramos esta cuarta etapa de inmediato, es decir, si

reintegráramos la idea a Principio y comprendiéramos que esta grandiosa idea no

es una idea que nosotros, personalmente, concebimos, sino más bien es una idea

que Mente, nuestra verdadera Mente concibió, entonces veríamos que Mente,

Espíritu y Alma son responsables de dicha idea. Mente, Espíritu y Alma tienen

que gobernar esa idea. Como Mente, está concientes de esa idea. Ella es el

Principio que yo soy, y como Espíritu desplegarán esa idea. Ella es el Principio

que yo soy, y que como Alma le dará a la idea identidad diferente, de manera que

sea inequívocamente reconocida y tome su lugar en el ser.

¿Qué soy Yo, Como Principio?

Tenemos que reintegrar la idea a su Principio y luego considerar la grandeza

de Principio, y ver que tal como el Principio, así soy yo. Tenemos que ver lo que

significa reintegrar la idea a Mente, a Espíritu, a Alma, y llenar nuestros

pensamientos con Mente, Espíritu, Alma. Si lo hacemos, veremos que este


Principio que yo, en realidad soy, teniendo “el reino de [Dios] dentro de [mi],” no

puede ayudar sino a operar. ¿Cómo qué? Como Vida, Verdad y Amor.

Si lo hacemos habremos puesto una simple idea de retorno a la total

definición de Dios y la habremos liberado del sentido de que nosotros

personalmente la debimos demostrar, de que nosotros personalmente somos

responsables de ella, que depende de nosotros si funciona o no la idea. Toda esta

sensación de responsabilidad personal será eliminada y reintegrada a la autoridad

de Principio.

Recordemos en dónde está el Principio, en dónde está la idea, tal y como en

las matemáticas. Donde está el principio de las matemáticas, ahí está la idea de

las matemáticas; y donde está la idea, ahí esta el Principio. La idea siempre está

en su Principio y está revestida de la naturaleza de Principio.

La Ciencia es el Conocimiento de la Relación

Reintegrar la idea a Principio y ver que Principio y su idea es uno, sólo es

posible debido a una de las características básicas de Principio, es decir, la de

relación. ¿Cuál es el tono aquí? ¿Por qué relación es tan importante?

Sólo sobre la base de que las ideas infinitas están relacionadas, es que el

infinito puede volverse uno. Sólo debido a que las infinitas ideas individualizadas

están relacionadas, es que pueden ponerse dentro de un sistema, dentro de un

Principio operativo. La realidad consiste de fenómenos infinitamente

diversificados, y aún así se siente que hay unicidad, unidad.

Por un lado, tenemos infinitud, y por el otro tenemos al Uno. Pareciera que

fuesen opuestos, antípoda – infinito y Uno. ¿Cómo pueden el fenómeno infinito

y el Uno ser reconciliados? Esta es una cuestión primordial hoy en día, aún

dentro de la física subatómica.


La Sra. Eddy nos muestra que la solución no está en tratar de poner esta

identidad infinita individualizada junto al Uno, sino más bien la solución está en la

relación, en poner todo dentro de la relación. La pregunta completa: “¿Cómo se

reconcilian el Uno y el infinito?,” sólo puede ser contestada por medio de la

relación.

Tenemos al Uno fundamentalmente. Los místicos también tienen al Uno.

He ahí el punto clave. Ellos mantienen que sólo existe el Uno. La Ciencia dice

lo mismo, es decir, que sólo hay Uno, pero se adelanta crucialmente, un paso. En

la Ciencia mostramos en el Uno, la relación – la relación interna que existe dentro

de las infinitas identidades que constituyen al Uno. Los místicos no intentan

explicar las relaciones internas; siempre lo consideran como un todo, como un todo

amorfo inidentificable, o masa, pero la Ciencia coloca la estructura en él. Esto es

típico para toda ciencia.

¿Qué Constituye al Infinito Uno?

La relación es aquello que hace a la infinitud, uno. En este siglo cada

ciencia ha comenzado a ver que la relación es mucho más importante que la

información, que los hechos. Ahora las ciencias están viendo que lo que

debiéramos estar investigando es la relación entre los hechos. Los hechos en sí

no son hechos científicos. Sólo cuando estos hechos se relacionan en un todo

mayor y más amplio, es que se vuelven hechos científicos. Este es el nuevo

concepto de las ciencias hoy en día. Bronowski fue uno de los primeros en

introducir este nuevo concepto de ciencia hace décadas, cuando escribió que la

Ciencia no es una actividad de encontrar hechos, sino una actividad de hechos

dispuestos, una actividad de hechos relacionados, una actividad de hechos

ordenados. Hallar los hechos, recolecta la información, pero como él dijo,

encontrar los hechos no es ciencia. Hallar los hechos es el trabajo que se hace


para las enciclopedias. Una persona puede conocer una enciclopedia de corazón,

pero sólo la conoce, no la entiende, y por lo tanto no puede desarrollar una ciencia

con el conocimiento que obtiene a través de una enciclopedia.

Lo que se necesita para ser un científico es estar familiarizado con la

relación que los hechos tienen unos con otros; ser capaz de ver la relación

razonable, la relación inteligente entre los hechos. La Ciencia no está enfocada

principalmente al conocimiento de hechos. Por el contrario, es el conocimiento

de la relación entre los hechos.

Veamos la Relación Entre los Hechos

En la Ciencia que estamos estudiando, la relación entre los hechos es lo que

importa. Por lo tanto, podemos ver que leer el Libro de Texto como

declaraciones, como afirmaciones aisladas, no nos aporta la verdad de su

enseñanza. Difiere de la educación ordinaria. Si los estudiantes estudiaran

diligentemente un libro de geografía de 600 páginas durante un año, conocerían lo

que contiene ese libro. Si aplicaran el mismo tiempo al Libro de Texto de la

Ciencia Cristiana, aún no tendrían la menor idea de lo que han estado leyendo,

después de un año.

¿Por qué? Primero, porque no conocen los sinónimos, y segundo, porque

leyeron las declaraciones y no las relaciones. Cuando se consideraron las

referencias en el Libro de Texto, a menudo sólo eran pequeñas declaraciones, pero

para obtener el sentido de ellas tuvimos en ocasiones que leer lo que venía antes,

quizá un párrafo o dos, y también los que seguían. Fue necesario obtener el

mayor rango de referencia antes de que pudiéramos ver lo que la pequeña oración

significaba dentro de dicho rango mayor de referencia.


¿Qué es lo que Provoca que el Texto

sea Significativo?

¿Qué tuvimos que hacer? No tomar en cuenta la información; tuvimos que

considerar la relación. Preguntamos, “¿En qué relación está esta oración en

relación con el problema que se está tratando en el párrafo? ¿Cuál fue su

relación con el problema declarado o manifestado en el párrafo? La relación es lo

que importa, porque la relación está preguntando: “¿Es ésta la contestación a la

pregunta? ¿Es ésta la conclusión a la propuesta que se presentó anteriormente?

¿En qué relación está esta oración con respecto a otras oraciones del párrafo?”

Enfocar el Texto con este método de indagar la relación de una oración con

relación al resto del párrafo, o aún con todo el capítulo, provoca que el Texto se

vuelva comprensible y significativo.

De ahora en adelante leamos el Libro de Texto no como ideas, sino como

ideas relacionadas con su Principio, ideas relacionadas con un sistema completo.

Veamos una idea relacionada con la estructura total del Texto, una idea relacionada

con otras ideas.

Lo que vamos ahora a leer es la relación, y no más oraciones ni más hechos.

Esto es vital al leer el Libro. De ahora en adelante vamos a leer el Libro de

Texto como relaciones y no como oraciones.

Cómo Edificamos la Estructura

Cada ciencia encuentra las relaciones y la estructura – estudia cómo se

construye su tema. Esta es la razón por la cual, en nuestro estudio de los siete

sinónimos, hemos considerado particularmente la relación de los sinónimos y de

las ideas asociadas con ellos. Tomamos una palabra como “ley”, y no dijimos

simplemente que ley es ley, y que, porque ley es ley, ley es ley. Consideramos

las relaciones y encontramos cómo era que ley se relacionaba con otras palabras


que teníamos para Mente, debido al significado interno de ley. “¿Qué significa

ley?,” fue una de las consideraciones. Viendo la relación de ley pudimos ver que

ley sólo puede ser ley si dentro de sí misma está relacionada con poder. Así fue

como hicimos una relación con poder y dijimos que ley debía ser poder. Bien,

poder sólo puede ser poder si tiene acción. Por lo tanto, ley debe tener relación

con acción. De esa forma comenzamos a edificar la estructura para ley.

Podemos ver que el término ley tiene una estructura dentro de sí mismo. Dice:

“Estoy relacionado con poder; estoy relacionado con acción; estoy relacionado con

inteligencia; no puedo ser ley sin tener una causa para cada efecto, luego estoy

relacionado con causa.” Una ley siempre es la misma ley, jamás varía, jamás se

equivoca, por lo tanto, debe estar relacionada con la inteligencia infalible.

De esta forma edificamos la estructura llamada ley. Ya no es más una

actividad de encontrar hechos. Este sentido nuevo de la Ciencia es el hecho

dispuesto, el hecho ordenado; encontrar la relación en la manera en que

encontramos ley, está relacionado con todos los otros términos o palabras que

tenemos para Mente.

De esta forma es que estamos construyendo estructuras más altas, súper

estructuras, súper-súper estructuras, hasta que llegamos al infinito Uno. Cuando

este proceso nos retorna al Uno, hallamos que el infinito Uno es el Uno más

finamente estructurado. Ya no es más una masa amorfa.

“Tú Eres el Principio” – MBE

La Sra. Eddy muestra la relación indestructible del Principio y la idea. En

realidad, cada uno de nosotros es el Principio, manifestando una expresión.

Cuando la Ciencia sea comprendida como nuestro verdadero ser, la maquinaria

completa de las maquinaciones eclesiásticas desaparecerá. Veremos que no

somos mortales luchando por volvernos uno con nuestro Principio, sino que ahora


somos el Principio en omniacción. Lo único que ha estado sucediendo es Dios –

nuestra Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor – reflejando nuestro

ser como nuestro ser, fuera de nuestro ser, por medio de nuestro ser, como nuestro

ser, y para nuestro ser. La Sra. Eddy habla de la conciencia humana como:

“...esa conciencia que Dios imparte...,” (C & S 573:8) la cual no puede ser otra

conciencia que la propia conciencia de Dios; de ahí la indestructible relación.

“Esa Conciencia que Dios Imparte”

Esto nos trae a la unidad de Dios, como una idea que caracteriza a Principio.

Aquí unidad no significa unidad humana; significa sólo la unidad de las ideas. En

la Ciencia sólo obtenemos la unidad de los hechos, por medio de las relaciones.

Es sólo cuando todos somos la expresión del Principio único divino, que hay

unidad y camaradería Cristiana. Para tener unidad “el hombre debe armonizar

con su Principio, el Amor divino.” (C & S 337:9-10) Cuando armonizamos con nuestro

Principio, armonizamos y estamos en verdadera unidad unos con otros. Esto es lo

que significa tener “esa conciencia que Dios imparte” (“el reino de [Dios] dentro

de [nosotros]”).

El Principio que somos une todas las ideas. Emmanuel significa la unidad

de Dios con nosotros. Esta unidad de Dios con nosotros sólo puede ocurrir a

través de asimilar las enseñanzas de la Ciencia Cristiana. En la medida en que

Ciencia y Salud se vuelva la estructura de nuestra conciencia, entonces la

estructura del falso sueño adámico caerá en el olvido, “sin campanas, sin sepultura

y sin cortejo.” (C & S 441:14-15) Nuestra nueva estructura de conciencia ha surgido de

los dieciséis capítulos del Libro de Texto. La Ciencia divina se ha introducido en

la nueva estructura.

Hoy vamos a dar nacimiento a nuestra unidad con Dios a través de la

comprensión de los siete sinónimos para Dios que estamos adquiriendo de nuestro


estudio del Libro de Texto. Estos siete sinónimos nos están revelando nuestra

verdadera identidad como el ser de Dios, como siendo Dios y el hombre, uno –

Dios en unidad con Sí mismo. Para esto “el yo humano debe evangelizarse,” (C & S

254:20-21) para hacer espacio al Principio divino de nuestro ser, de manera que pueda

ser revelado por medio de nuestro carácter. Debemos manifestarlo en la vida

diaria, a través de nuestro carácter humano, el cual se vuelve el carácter del Cristo

a medida que asimilamos las enseñanzas del Texto, y hacemos de nosotros mismos

el cuerpo del Principio divino, el Amor, el cual somos nosotros en realidad.

Universo

La idea “universo” también caracteriza a Principio. ¿Por qué? Universo,

como vimos, proviene del latín – “unus” significando uno + “vertere” significando

voltear, y dándole significado a la raíz: “el convertirse en uno,” – combinado

dentro de una totalidad. No hay plural para universo. Es una totalidad – todo es

traído dentro de una relación – donde todo está relacionado con todo lo demás de

una manera inteligente y significativa.

Universo significa que todo es convertido en uno. Nada ocurre fuera del

Ser único. Cada idea está relacionada fuera de toda fricción con todas las demás

ideas.

Armonía

En el momento en que se da la conexión o relación fuera de toda fricción de

todos con todos, tenemos el concepto de armonía. Armonía significa que cada

parte del todo está conectada con todas las otras partes del todo en tal forma, que

actúan de acuerdo con el Uno, y no de acuerdo a las partes. Están actuando de

acuerdo al Principio de esa unidad, y no de acuerdo a las partes de esa unidad.

Todos somos una parte de ese todo significativo.


Hemos visto que la armonía es un hecho científico. Para tener armonía

necesitamos más de una cosa; necesitamos información. Lo que se llama armonía

es la información diferente (cualquiera que sea) relacionada con cada uno en tal

manera, como para no producir fricción, sino cada uno apoyando y ayudando al

otro.

La armonía es un sistema de relaciones, una red de relaciones en la cual cada

punto está relacionado con todos los otros puntos en forma tal que no hay fricción

alguna. Esta red de relaciones debe estar gobernada por una inteligencia, un

poder gobernante y un plan, así la información y su relación son devueltas al uno.

Los cálculos infinitos en matemáticas jamás experimentan fricción o

discordia cuando están en armonía con el principio de las matemáticas. 2 x 2 = 4

no choca con 2 x 3 = 6. De la misma manera, el cielo es armonía, en donde un

reflejo no interfiere con otro reflejo en su asociación carente de fricción.

Sistema

Tenemos armonía en el Principio, debido a que tenemos sistema. Sistema

está íntimamente relacionado con la armonía, pero con un sabor ligeramente

diferente. Como vimos anteriormente, la Sra. Eddy habla mucho de armonía en

relación con Alma, en donde se encuentra conectada con equilibrio, gracia, belleza,

simetría, gozo, satisfacción, etc., pero la Sra. Eddy jamás usaría sistema con Alma.

La armonía, en conexión con sistema está relacionada con la operación libre

de fricciones, de las partes. El sistema es científico, y como idea de Principio,

también es la relación de las partes, como en la armonía. Pero sistema, en lugar

de ser sólo la relación de la información, las partes o los hechos individuales, es

más bien la relación de las categorías y las clasificaciones. Las clasificaciones y

las categorías son mucho más importantes para el sistema.


En un sistema científico, el primer paso es poner información similar en una

categoría, en una clasificación. Primero reducimos el fenómeno infinito a unas

cuantas clasificaciones, y luego que tenemos las clasificaciones comenzamos a ver

la relación de unas clasificaciones con otras. En el sistema, en relación con

armonía, está implícito un sentido superior. De hecho, podríamos decir que

armonía es la sensación que el sistema produce.

¿Cómo Llegamos al Sistema de la

Ciencia Cristiana?

¿Cómo redujo la Sra. Eddy la Ciencia Cristiana a un sistema? Exactamente

igual que cualquier tema es reducido a un sistema. Hemos descubierto que la Sra.

Eddy ha puesto un número completo de ciertas ideas en una sola clasificación.

Por ejemplo, ella colocó ideas como poder, acción, inteligencia, base, creador, ley,

causa, etc., en una sola clasificación a la que llamó Mente.

Así es como opera una ciencia. Una ciencia no comienza con toda la

información y luego trata de ver cómo juntarla, sino que opera en un sistema, en

una red de consistencia. Un científico primero cuenta con súper símbolos. Pone

cientos, inclusive miles de datos en una categoría. Luego los reduce a un sistema

– “La metafísica divina está ahora reducida a un sistema.” (C & S 146:33) El método

de reducción es el método que utiliza un científico para llegar a la armonía.

Este es el sistema que produce la armonía. Los Científicos Cristianos de

pensamiento religioso sintieron al principio, frío el sistema, abstracto. Pero

cuando sabemos y entendemos el sistema y lo que significa, tenemos una sensación

de armonía – belleza, calidez, fortaleza, gozo, satisfacción – y todo cuanto

pertenece a la armonía. Cuando nuestro pensamiento interior se identifica con lo

que es el sistema de la Ciencia Cristiana, nuestra actitud hacia estudiar dicho


sistema cambia, porque comenzamos a sentir la confianza y seguridad que nos da

un sistema.

Cómo Abrimos la Colección de Tesoros del Infinito

El cálculo infinito se nos da por medio del sistema de la Ciencia Cristiana.

A través del sistema – por medio de la reducción – obtenemos la multiplicación

infinita. Al reducir al infinito a simples categorías, abrimos la colección de

tesoros del infinito.

Así que vayámonos identificando con la belleza y calidez que el sistema de

la Ciencia Cristiana tiene para nosotros.

Ahora ya podemos ver por qué sistema es una idea de Principio. Principio

quiere clasificar, quiere gobernar cada parte del reino infinito por medio de sus

canales de clasificación, categorización, sub-categorización, sub-clasificación,

hasta que cada idea halle su propio valor y lugar dentro del todo. Entonces la idea

puede ser comprendida en su relación con el todo. Sólo entendemos una idea

cuando comprendemos su relación dentro del todo – la comprendemos en su valor

y lugar dentro del todo. A menos que comprendamos una idea en su valor y lugar

dentro del todo, sólo estaremos haciendo declaraciones. Sólo las verdades

científicas pueden ser demostradas: sólo las verdades científicas se prestan a sí

mismas para un despliegue posterior.

Esto nos da la razón por la cual la Ciencia Cristiana, para los Científicos de

la iglesia, no se ha desplegado durante las pasadas tres cuartas partes del siglo, y

por qué los artículos en el Journal y en el Sentinel no son tan valiosos como lo eran

hace más de setenta y cinco años. Los artículos actuales no brindan nada nuevo.

Esto no es desarrollo. En tanto que la Ciencia sea estudiada tan sólo

considerando sus declaraciones, no podremos desplegar su Ciencia. Es sólo

cuando conocemos el sistema de una Ciencia que podemos desplegarla,


desarrollarla. Sólo aquéllos que investigan el tema en su estructura científica

pueden desplegar la idea y la enseñanza de la Ciencia Cristiana.

Doorly fue el Primero en ver la Estructura Científica

John W. Doorly fue el primero en ver la Ciencia Cristiana en su estructura

científica. La literatura que él, Max Kappeler y otros Científicos maduros

exponen, es totalmente diferente a la literatura “autorizada” de Boston.

Un ejemplo es el trabajo realizado por Gordon Brown. En una carta

reciente, me escribió: “Hellen, me pides que te escriba un párrafo relacionado con

el tiempo que pasé con John W. Doorly, y lo que significó esto para mí en los años

posteriores. Me sería difícil hacer justicia a esto en un pequeño párrafo.”

A cambio, Gordon nos instó a conducir a los lectores hacia algunos de sus

escritos. En su libro, La Civilización Trazada en Cuadro, escribe:

“En 1947, en el tono de Principio como Principio... John

Doorly se dirigió a sus estudiantes en lo que llamó La Necesidad del

Momento. Resaltó la necesidad de contemplar la espiritualidad

desde la unidad y totalidad de los sinónimos para Dios, más que

aspirar hacia Dios desde el punto de vista de los atributos (no

escritos con mayúsculas) para Dios. Con esto él mostró la

imperativa necesidad de que la letra y el espíritu sean

científicamente uno, en lugar de estar divididos uno del otro”.

Gordon continúa:

“Recordemos cómo en 1889, en el mismísimo punto de

Principio como Alma y de Principio como Principio, la Sra. Eddy

disolvió, tanto su iglesia como los colegios educativos, y así previno

la repetición, en el reino de la Ciencia Cristiana, del desastre que

aconteció en Judea e Israel. Su acción sirvió como ejemplo al


Movimiento de la Ciencia Cristiana, para que posteriormente en

1910, no llegara a ser un reino dividido contra sí mismo el cual se

convirtiera en desolación. Esto que ocurrió, no debió haber

ocurrido si sus disposiciones hubieran sido acatadas, porque no se

hubiera levantado ninguna dictadura eclesiástica que causara la

inevitable disensión.”

El lector debiera leer también en el último libro de Gordon Brown, las

páginas 179 a 199, Que el Mundo Sepa. Los libros de Brown, tal como las

publicaciones de Doorly y las de aquellos otros Científicos Cristianos maduros,

constituyen su propia contribución del sistema, en el despliegue de la idea de

Mente.

Comprender el sistema nos capacitará para desplegar la idea. Podemos ver

siempre el Libro de Texto con más y más claridad, si es que somos puros en

nuestro enfoque científico.

Los Científicos de la Iglesia

Utilizan una Lógica Falsa

Un enfoque no científico carece de significado. No podemos poner cientos

de miles de datos en un tarro para que cada vez que lo agitemos surja ‘algo,’ pues

no nos conduce a ningún lado. Esto es lo que ocurrió en la Ciencia Cristiana.

Se entendieron las oraciones del Libro en forma individual; luego la gente

comenzó a combinarlas. Rara vez aparecían relaciones lógicas entre las

declaraciones – entre una declaración aquí y otra en cualquier otro lugar. Esto

fue un error. Lo que hace que el Uno sea uno, es que las relaciones sean exactas,

definidas. Así como sólo hay una forma de poner ‘Hamlet’ junto para que tenga

sentido, así también hay una sola manera de acomodar las oraciones en Ciencia y

Salud para que juntas tengan sentido.


Nosotros debemos conocer las leyes de las relaciones, el principio de las

relaciones, la manera estructurada de las relaciones. La lógica que los Científicos

en la iglesia hacen al hacer combinaciones al azar parece convincente hasta que

uno mira a través de ellas. Ellos afirman: “Una idea siempre es una idea de Dios,

y Dios no se contradice a Sí mismo, así que podemos poner unas oraciones junto a

otras porque cada oración se refiere a Dios.” Esta lógica es incorrecta, porque

“el poner juntas” debe ser poner juntas las ideas en su propia clasificación, en su

propio nivel, en su propia relación clasificada, de otro modo carecen de sentido.

Debemos Avanzar

La lección sermón enfrentó la necesidad de su hora. Fue adecuada para

su tiempo, y fue de enorme progreso comparado con lo que las iglesias tuvieron

antes. Pero debemos avanzar. No podemos solucionar los problemas de hoy en

día con los métodos del siglo diecinueve.

El punto fundamental en Principio es ver, que lo que ha sido creado por

Mente, todas las ideas de Mente, están reunidas juntas en Principio, dentro de un

solo Principio gobernante. Este reunirse juntas, forma no sólo una relación de

ideas inseparable de Principio – eso podría ser misticismo – sino más bien forma la

relación de ideas con Principio, como una relación sistemática. Es una relación

que va a través de las diferentes categorías y sub-categorías de modo que haya un

sistema completo de ideas en el cual todas las ideas estén reunidas juntas en un

solo Principio. Esta es la razón por la que estamos aprendiendo a reducir lo

infinito en categorías y clasificaciones, y la razón por la que estamos comenzando

a ver la relación que existe entre dichas categorías, ya sea que se trate de la

relación que existe entre los siete sinónimos, o entre los cuatro lados de la ciudad

sagrada. Dondequiera que tengamos categorías dentro de categorías, y las

combinemos, obtendremos sistema. En la medida en que progresemos, nuestra


atención completa se estará incrementando para pensar en categorías y por tanto en

relaciones, así como para ya no pensar demasiado en simples verdades, en hechos.

Gobierno

El sistema nos conduce a gobierno. Comparando la definición de gobierno

con la definición de sistema, hayamos que no hay mucha diferencia. Gobierno es

la resolución de Principio por medio de un sistema. Desde un punto central de

Principio cada detalle del sistema completo está gobernado armoniosamente, por lo

que armonía, sistema y gobierno, sólo fluyen uno dentro del otro.

El Principio del ser debe ser el Principio en cada idea. Gobierno muestra

cómo se va a llevar esto a cabo. La naturaleza de principios del Principio único

se deduce y traslada por medio de todas las categorías de Principio hacia el punto

de cada idea - hacia donde vemos cómo cada idea es gobernada en forma de

principios. De esto podemos ver que gobierno implica comúnmente una jerarquía

completa de categorías. Gobierno requiere usualmente una jerarquía de

clasificaciones a través de la cual el Principio único se traslada y transforma a sí

mismo en nivel, oficio, o en el aspecto único de cada idea.

Tomamos control bajo Mente y bajo Alma. Ahora podemos ver por qué

Principio no está tan involucrado con control como lo está Mente. En el control

de Mente, por medio de Alma, tuvimos que lo mayor controla lo menor. En un

sistema debemos haber verificado los puntos en donde controlamos cada vez que

vamos hacia una nueva categoría, para ver que no estamos abandonando la

tonalidad de la categoría. En esta identidad de comprobación notamos

nuevamente el tono de Alma. Sólo por medio de esa clase de control puede el

Principio divino ser transformado en los detalles sin perder su naturaleza, pero ese

control no es en sí mismo una idea para Principio.


Principio Gobierna a través

de un Sistema

Principio es aquello que primero, programa la forma de gobernar cada

detalle por medio de un sistema. Eso es gobierno.

El gobierno que tenemos en la Ciencia no es democracia, que significa el

pueblo gobernando – gobierno por, para y de, la gente. Gobierno en la Ciencia es

teocracia, el gobierno de Dios (Dios, significando nuestra verdadera Mente,

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor) – “el reino de [Dios] dentro de

[nuestra conciencia],” en donde todos y todo estamos gobernados por su Principio

y no por la gente, las organizaciones, la medicina, el tiempo, la política, o cualquier

otra cosa.

Por lo tanto, todo cuanto necesite ser gobernado, ya sea el cuerpo, negocios,

relaciones, o lo que sea, está bajo el gobierno del Principio divino, si es que somos

Científicos Cristianos. En el Libro de Texto podemos ver que la Sra. Eddy sólo

declara el gobierno del Principio y de nada más. Ella no reconoce ningún

gobierno más que el gobierno del Principio. Dado que no hay nada más que Dios

y Su idea y dado que nuestra verdadera Mente y su idea es una sola cosa, no existe

nada entre nosotros y Dios, y por tanto no puede haber gobierno alguno, sino tan

sólo el gobierno del Principio.

El Principio es Absoluto

El gobierno del Principio es divinamente autocrático. No puede ser

negado; es imperativo, evidente. Escuchamos el sentido poderoso de Principio.

Después de declarar lo que constituye la consistencia interna de Principio, por

medio de su armonía, su sistema y gobierno, llegamos ahora a otro aspecto de

Principio. A través del canal del sistema vemos que Principio opera en forma


absoluta. Es la dictadura del Principio, y su falsificación sería la dictadura de las

personas.

En el cuarto día de la creación, el día o etapa que corresponde a Principio,

tenemos el gobierno de los cuerpos celestes – el gobierno de Dios de Sus ideas.

El gobierno de los cuerpos celestes, el sol, la luna, la tierra y las estrellas, muestra

la relación en la cual estos cuerpos celestes están funcionando. Da un sentido de

sistema y de gobierno. Bajo el gobierno de Principio, nuestra relación con todo lo

demás es semejante, donde todo se mueve en armonía. “La existencia separada

de la divinidad es imposible,” dice la Sra. Eddy. (C & S 522:10) En esta existencia, la

cual es una con su divinidad y gobernada por Principio, todas las ideas se mueven

y fluyen armoniosas, rítmicamente con relación a las demás, como en la música de

las esferas.

La Gente Pide un Rey

En la Biblia, en el cuarto período de mil años – el período de los reinos, – el

rey era un símbolo para Principio. No fue sino hasta este cuarto período en la

historia Bíblica que los israelitas pidieron un rey. Quisieron ser gobernados por

una autoridad central, a pesar de que el profeta Samuel los previno contra un rey

personal.

La historia de David es un símbolo de lo que acontece cuando la gente ya no

puede ver el gobierno del Principio y a cambio pide un rey personal, un gobierno

personal. Samuel trató de hacer lo mejor que pudo – ungió a Saúl como rey –

pero Saúl fue un mal rey. Sin embargo, en un lugar apartado había otro rey, el

menor de su tribu, el menos reconocido de una familia. David fue un niño pastor

oculto, en tanto Saúl estuvo reinando. Después de la caída de Saúl del trono,

David fue públicamente ungido como rey, pero él ya era rey antes de ser

reconocido como tal.


Esto siempre ocurre así. Una idea nacerá siempre en Belén, lejos, en algún

lugar tranquilo, no reconocido, ignorado por la multitud, o por las autoridades.

Pero está ungida, tiene una corona, y sólo debe esperar hasta que llegue el

momento correcto. Entonces el “David” se vuelve rey de Israel y de Judea.

Podemos ver que una idea debe ser rey, y no alguien que haya sido

designado.

Cuando el Principio divino esta imperando, gobierna en forma absoluta, y

nada puede oponérsele.

Cómo se Diferencia Principio

Comparado con los otros tres sinónimos que hemos estudiado hasta aquí –

Mente, Espíritu y Alma – podemos ver que Principio tiene un tono completamente

diferente. Siempre debemos preguntar: “¿Qué es lo que diferencia a este

sinónimo de los otros que hemos estudiado? ¿Cómo difiere en tono?” A través

de la diferenciación es que obtenemos una comprensión mejor de cada sinónimo.

En Principio siempre estamos ocupados con la relación entre Principio e

idea. En Mente, vimos que Mente era el creador de todas las ideas, pero ahí no

consideramos la relación que existe entre Mente y las ideas de Mente. No

consideramos cómo es que tales ideas son reintegradas a Mente. Sólo vimos que

Mente era el creador de dichas ideas. Pero en el momento en que tenemos a

Principio, consideramos la idea – Principio; Principio e idea; idea, Principio, y

cómo es que se relacionan uno con la otra. ¿Cuál es su unidad? ¿Cuál es su

relación? Vimos que Principio es aquello que dice: “Yo soy el Principio de todas

las ideas. Yo gobierno todas estas ideas, pero Yo no soy el creador de tales

ideas.” Principio no crea esas ideas; sólo las gobierna y les indica lo que deben

ser – cuál es su trabajo, cuál es su oficio, qué es lo que tienen que hacer, Principio

las une todas juntas en un solo sistema, el cual es absoluto.


Principio Jamás Perdona

El Principio es apodíctico, imperativo. No puede cambiarse a sí mismo.

No puede cambiar su carácter. Principio dice: “Yo soy lo que soy, y estoy

operando en la forma en que yo soy, y no permito que se cuele ningún error.”

Principio requiere corrección; demanda que todo sea alineado con Principio. Esta

es la razón por la que jamás perdona; demanda corrección. Requiere que

regresemos a Principio.

Cuando discernimos el mensaje de los profetas en el cuarto período de

historia Bíblica, encontramos muy pocos indicios de lo que debiéramos hacer.

Moisés, en una época temprana, le dijo a la gente lo que debía hacer, pero el

mensaje de los profetas era que el Principio estaba reinando y uno tenía que

alinearse con él. Principio por sí mismo, nos dice lo que Principio va a hacer, así

que a la gente sólo se le decía: “Retornen al Señor. Acérquense a Dios.” “Ponte

en orden con Dios,” dice el Principio apodíctico – el Principio clara e

indisputablemente demostrado – “luego cada detalle de lo que hagas será correcto.

Luego todas las ideas estarán gobernadas por nuestra actitud de principios, y todo

cuanto hagamos estará alineado hacia Dios o con Dios.” El principio de

cualquier ciencia demanda corrección. Principio ni condona ni perdona errores.

El Principio divino, siendo el Amor, desea que comprendamos nuestra perfección

presente, y para esto demanda la corrección de todo error.

Obediencia a Principio

Principio provoca la obediencia. Obediencia a Principio es nuestra

actitud, y no es una idea de Principio. Es la transformación apodíctica de

Principio de sí mismo a lo humano, despertando en lo humano una actitud de

principios, una actitud de obediencia. Obediencia está en la categoría del enfoque


humano de Principio. Podemos ver que obediencia no es Mente, no es Espíritu,

ni Alma. Obediencia significa estar de acuerdo con el Principio. Muestra el

impacto de Principio en lo humano, a saber, obediencia al Principio.

La honestidad es otra actitud de lo humano que pertenece a Principio.

También muestra el impacto de Principio en lo humano. No pondríamos

honestidad bajo Mente, Espíritu o Alma. La obediencia a Principio nos hace

honestos. La honestidad es cuando todo dentro de nosotros está comprometido a

alinearse con Principio – nuestras palabras, pensamientos, acciones, motivos,

obras, todo. Todo debe estar comprometido a alinearse con Principio.

Hasta aquí, con nuestro estudio de los sinónimos, hemos encontrado los

movimientos humanos de los sinónimos. Hemos estado hallando su impacto en

nuestro pensamiento. Este impacto proviene de lo humano, en forma de

cualidades transformadas. Abre el pensamiento humano para que esté dispuesto a

permitir que entre lo divino. Esto está considerado en el primero capítulo de

Ciencia y Salud, el capítulo de “La Oración”, en donde la Sra. Eddy nos da la llave

para entrar al reino de la realidad.

En el capítulo de “La Oración” encontramos los movimientos humanos de

los sinónimos. Hallamos el impacto de Mente, Espíritu, Alma y Principio (así

como de Vida, Verdad y Amor), en el pensamiento humano:

1- La oración del deseo verdadero, es conocer a Dios como nuestra

verdadera Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor. Mente viene a

nosotros como el deseo de buscar, como el motivo verdadero.

2- Espíritu llega a nosotros como la oración de alejarnos de las cualidades

falsas y acercarnos hacia las cualidades verdaderas, reflejando dichas cualidades.

3- Luego tenemos esa oración de volvernos de los sentidos al Alma.

4- Esto nos trae a Principio, la oración de obediencia y honestidad que ya

hemos discutido. Aquí tenemos a Principio transformándose a sí mismo al punto


de obediencia l Principio, lo cual significa alinear nuestros pensamientos, palabras,

obras, acciones, motivos y todo con Principio.

Principio se Demuestra a sí Mismo

Habiendo traído todo a alinearse, Principio se demuestra a sí mismo. La

naturaleza interna de Principio es poder espiritual que trae el Principio divino a

manifestación como idea. El Principio divino debe ser demostrado, y se

demuestra a sí mismo como armonía.

¿Qué es una demostración? ¿Podemos tener demostración antes de llegar a

Principio? Demostración significa que Principio se presenta en ideas, en su

manifestación, de otro modo no sería demostración. Pero no podemos tener

demostración antes de ver que Principio e idea están íntimamente relacionados,

indestructiblemente relacionados, a través del sistema.

Mente no podría causar demostración; Espíritu no podría causar

demostración; Alma tampoco podría. Mente, Espíritu, Alma, deben mostrar

primero la naturaleza de Principio. Entonces es que Principio dice: “Esa

naturaleza es la naturaleza de Principio e idea; y Principio e idea es uno; por lo

tanto, la naturaleza completa de Mente, Espíritu y Alma puede ser manifestada en

la idea. Yo soy el Principio que origina todas las ideas y demuestra dichas ideas,

para que las ideas puedan ser demostradas.”

Esta es la razón por la que no hay poder de demostración en tanto sólo

tengamos Mente, Espíritu y Alma. Necesitamos de Principio, necesitamos el

cuarto; tenemos que pasar por lo que la Biblia llama “tres y medio”. Para

demostrar Mente, Espíritu y Alma debemos continuar con Principio. La función

de Mente, Espíritu y Alma no es demostrarse a sí mismos. Aquello que tiene que

demostrarse a sí mismo es Principio, y no Mente, Espíritu y Alma. No estábamos

demostrando Mente, Espíritu y Alma cuando vimos lo que caracteriza a cada uno


de ellos. Es sólo cuando vemos que Principio es el único Principio de un

universo de ideas (y esas ideas son las propias ideas de Principio), que

comenzamos a perder el falso sentido de que Principio es el centro y de que en

algún lugar fuera de ese centro tenemos un universo de ideas, y comenzamos a ver

que Principio no es sólo el centro sino ambos, el centro y la circunferencia.

Principio es Ambos, el Centro y la Circunferencia

Cuando nos despojamos a nosotros mismos del falso sentido de que

Principio no es ambos, el centro y la circunferencia, podemos ver que cada idea

produce la naturaleza de Mente, Espíritu y Alma, y como consecuencia la podemos

demostrar. Entonces la idea revela la naturaleza de Mente, Espíritu y Alma, y

tenemos unidad de idea y Principio, unidad de la naturaleza de idea y de la

naturaleza de Principio. Es cuando tenemos Principio y su demostración.

Nuestro punto de decisión se encuentra aquí. ¿Seguimos adelante después

del tercer nivel? ¿Avanzamos hacia el cuarto nivel? ¿Estamos

identificándonos a nosotros mismos con Principio? Identificarnos a nosotros

mismos con Principio significa ser obedientes a Principio, estar en conformidad

con Principio, ser uno con Principio. Entonces es cuando Principio se demuestra

a sí mismo.

Mientras hagamos nuestro estudio del Libro de Texto sólo con Mente,

Espíritu y Alma, jamás estaremos haciendo el trabajo. Tenemos que ver que

nosotros somos Principio. Principio vive en nosotros como Mente, Espíritu y

Alma, y por consecuencia puede expresarse a sí mismo como Vida, Verdad y

Amor. En este punto es donde vemos el sentido del acuerdo total con Principio,

porque “el reino de [Dios] está dentro de [nosotros]” – Jesús.


Yo, soy el Principio

Hablamos acerca del principio de la música, de las matemáticas, etc., como

si fuera algo separado de nosotros. Hemos caído en el hábito de pensar que esos

principios están en algún lugar, en algún “lugar” fuera de nosotros. No

comprendemos que el principio de las matemáticas y el principio de la música

están dentro de nosotros. Cuando lleguemos al hecho de que es nuestro ser, no

podremos encararlo pensando de él como si estuviera “por allá”, o “arriba de”.

La creencia de hace más de cuatro mil años de que Dios está “allá arriba” aún

resuena, provocando que creamos que Mente, Espíritu, Alma y Principio están

“por allá.” Principio es el sinónimo que nos ayuda a mirar que no está “por allá,”

sino que es todo el ser. Principio soy yo; el yo es Principio.

Valernos nosotros mismos de Principio depende solamente de la

comprensión espiritual cultivada. La demostración descansa en un Principio

estable, fijo, el cual está localizado en forma lógica, y se interpreta a sí mismo por

medio de ley, orden, regla, sistema, método, forma y plan. La comprensión y la

demostración son inseparables. Cuando comprendemos las leyes de las

matemáticas podemos demostrar las matemáticas. Comprender a Principio y ser

obedientes al Principio asegura la demostración.

Principio se Prueba a sí Mismo

¿Por qué Principio se prueba a sí mismo? ¿Cómo puede Principio probarse

a sí mismo? ¿Qué implica esto? Para entenderlo, miremos cómo el principio de

la aritmética se prueba a sí mismo.

El principio de la aritmética se prueba a sí mismo yendo hacia, y a través de,

las categorías del principio de la aritmética, al elegir las categorías correctas de

dicho principio. Si tenemos un problema donde tenemos que multiplicar,

podemos ir al principio de la aritmética, pero debemos elegir la categoría correcta.


No podemos ir al principio y elegir la categoría de adición; debemos elegir la

categoría de multiplicación. Esto nos muestra que se requiere de sistema para

probar un principio.

De modo similar, no podemos simplemente afirmar que hay un Ser místico

llamado Principio, y que este Principio se va a probar a sí mismo. Principio no se

va a probar a sí mismo a menos que seamos uno con ese Principio, hasta que la

idea dentro de nosotros sea una con su Principio. La idea debe estar de acuerdo

con la línea del sistema de ese Principio para asegurar que la idea sea una con su

Principio. Por lo tanto, nuestra conciencia debe estar alineada con el sistema

completo de las categorías de ese Principio, o no podremos probarlo

infaliblemente. El misticismo dice: “El Principio lo hará,” pero la Ciencia

requiere trabajar a través de las categorías de dicho sistema del Principio.

Entonces el Principio se prueba a sí mismo.

El Sistema nos Capacita para la Demostración

Para encontrar la solución recorremos las categorías que están indicadas.

Cuando enfrentamos un cálculo mayor en aritmética, preguntamos: ¿Cuál es el

primer paso que debemos dar para solucionar este problema? Quizá el primer

paso sea utilizar la adición. Luego el problema podría requerir de la división.

Después de eso el problema podría necesitar de una sustracción. Y quizá

entonces tendremos el resultado. No podemos decir simplemente: La aritmética

tiene la solución. Se necesita mucho más que eso.

En la Ciencia, para hallar la solución, debemos ir a través del sistema de

Principio, y no sólo declarar al Principio. En el capítulo de Recapitulación, la

Sra. Eddy da el sistema completo; ella resume el sistema completo mostrando

cómo Principio está capacitado para probar lo que declara. La Sra. Eddy dice

que “este sistema capacita al que lo estudia para demostrar el Principio divino.”


(C & S 147:1-2) Esto nos dice cuán necesario es para los estudiantes de la Ciencia

Cristiana el capacitarse a sí mismos con, y llegar a ser amos de, el sistema de la

Ciencia Cristiana, para ver cómo es que Principio se prueba a sí mismo. “No

(podemos) hacer nada por (nosotros) mismos;” (Juan 5:19) “es el (Principio) quien

hace todas las cosas.” (Juan 14:10)

Principio Está en Operación Continua

Principio está en operación continua. El Principio divino siempre está

trabajando; no necesita ser puesto en operación. Dado que Principio está

demostrándose y probándose a sí mismo eternamente, debe estar en operación

continua. La Sra. Eddy habla de “las actividades del Principio divino”. Ella

afirma que “la creencia (que nos) ha separado de (nuestro) origen divino, se

someterá, a través de grandes tribulaciones, a las actividades del Principio divino.” (C & S 562:13-17)

Principio está en operación continua porque su sistema no es un sistema

muerto, sino un sistema con un mecanismo interior que lo opera. Cuando nos

adherimos a ley, orden, regla, sistema, método, forma y plan de la metafísica

divina, estamos permitiendo a nosotros mismos ser utilizaos por este Principio.

Principio se Interpreta a sí Mismo

El Principio que está en operación continua sale a nuestro encuentro.

Enseña, explica e interpreta sus ideas. Pero el Principio divino del hombre sólo

puede hablar a través del sentido inmortal; no puede hablar a través del sentido

corporal. La Sra. Eddy dice que sólo hay una existencia real, la existencia

espiritual. El sentido corporal no puede tener conocimiento de la Vida de la

existencia espiritual, porque en la existencia espiritual el Principio habla por medio


del sentido inmortal. Cuanto más se desarrolle el sentido espiritual, tanto más

escucharemos las enseñanzas de Principio, sus explicaciones e interpretaciones.

¿Por qué Principio es quien explica, interpreta y enseña? ¿Por qué no es

Mente, Espíritu, o Alma, o Vida? ¿Por qué es Principio? El Espíritu, por

supuesto, en un orden maravilloso, nos conduce paso a paso. ¿Qué más significa

interpretación? ¿Qué ganamos con la interpretación? ¿Qué hay de explicación?

¿Cuándo está algo, explicado?

Algo está explicado cuando está identificado y alineado con el sistema.

Está explicado cuando es visto y comprendido en su relación con su Principio y en

su relación con las otras ideas.

Cuando consideramos la afirmación de la Sra. Eddy: “Los sentidos del

Espíritu están sin dolor,” (C & S 214: 36) ¿hallamos acaso la explicación a dicha

afirmación mirando la afirmación? No. Encontramos que sólo podemos verla

como una verdad científica al ponerla en relación. ¿En relación con qué? Con

las otras ideas.

Sólo podemos ver la explicación de algo cuando vemos que algo está en

relación con un todo mayor, independientemente de lo que ese todo mayor sea.

Sólo entonces puede algo ser explicado. Así que la oración: “Los sentidos del

Espíritu están sin dolor” carece de sentido y no podría ser explicada (aunque está

claramente afirmada), hasta que la pongamos en relación con un todo mayor.

¿Cómo Relacionamos las Ideas?

¿Cómo ponemos estas ideas en relación? Hemos visto que no podemos

ponerlas en relación tan sólo al azar. Consideremos el ejemplo de ‘Hamlet’ (la obra

de William Shakespeare). Cada frase en el guión está en su lugar apropiado con relación

a las demás frases y con relación al guión como un todo. El sacar las frases fuera

de su contexto distorsionaría el significado. El poner las ideas en una


interrelación requiere más que simples relaciones caprichosas entre las ideas.

Debe ser una relación clara, correcta y exacta, de acuerdo a las categorías.

Debemos traer las ideas a relacionarse con el Principio del sistema. Sólo

entonces podremos explicar algo.

Para explicar una declaración, debemos ponerla primero en sus categorías

correctas. Luego, en esas categorías correctas, vemos la relación dentro del todo.

Eso es la explicación. Esa es la razón por la que Principio se caracteriza por la

idea: “El Principio se interpreta a sí mismo.”

El Principio se interpreta a sí mismo debido a que Principio tiene un sistema,

en tanto que Mente, Espíritu y Alma no son caracterizados por un sistema.

¡Dense cuenta! Debido a que Principio se interpreta a sí mismo es que ahora

podemos hallar la explicación de frases sueltas en nuestro Libro de Texto. Tan

sólo tenemos que ver la relación.

Sólo podemos tener la interpretación de una frase suelta cuando la ponemos

dentro de las categorías y de la estructura del párrafo completo, y de la estructura

del capítulo completo, y finalmente, dentro de la estructura del Libro de Texto

completo. Entonces estará explicada; no antes.

Así que interpretemos el Libro de Texto desde su Principio. ¿Qué significa

interpretar el Libro de Texto desde su Principio, desde su Ciencia?

La Sra. Eddy habla de Ciencia más de mil veces. No quiere decir desde

Dios, sino más bien desde Dios como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad y Amor, por medio de su sistema. Esto no significa interpretar a través

de lo que nos guste del Libro. Regularmente el estudiante protesta: Pero la

manera como lo he interpretado me ha ayudado. Esto es un razonamiento

inadecuado, porque todo ayuda – o así lo parece. La gente puede creer en una

idiotez y la ayuda. Todo el sistema metafísico en el mundo de hoy en día ayuda

en cierto grado. Hay muchos cultos y grupos metafísicos en los Estados Unidos.


Seguramente una gran cantidad de personas ha sido ayudada por ellos o no habría

tantos. La mente mortal siempre proporcionará aquello que nos agrada. Todo

está en el inconsciente colectivo o subconsciente, o inconsciente arquetípico; tan

sólo tenemos que sondearlo. Pero ésta, no es la realidad, aunque parezca

ayudarnos por el momento.

Frecuentemente declaramos: “Dios es mi Mente”, y ¡qué afirmación más

poderosa es ésta! Nosotros, como Científicos Cristianos aún no hemos

comenzado a comprender la magnitud de su significado, ni hemos comenzado a

describir vívidamente las grandes bendiciones que resultan de tal realización.

En el Libro de Texto la Sra. Eddy escribe: “Comprender que la Mente es

infinita, que no está limitada por la corporalidad, que no depende del oído y del ojo

para el sonido y la vista, ni de los músculos o los huesos para la locomoción, es un

paso hacia la Ciencia de la Mente, por medio de la cual percibimos la naturaleza y

la existencia del hombre.” (C & S 84:21-26)

¿Qué es Mente? Nuestro Libro de Texto responde definitivamente esta

pregunta con las siguientes palabras: “La Mente es el YO SOY, o la infinitud,” (C & S

336: 1-2) y luego da la siguiente afirmación: “Totalidad es la medida del infinito, y

nada menos puede expresar a Dios.” (C & S 336:24-25) Entonces YO SOY y la

totalidad, es lo que nos constituye en este preciso momento en este lugar sagrado,

como la expresión individual y mental de Dios, o Mente.

Lo que la Sra. Eddy descubrió, permanecerá. Ha permanecido por más de

cien años, a pesar de haber sido mal entendido. La mente humana halla difícil de

entender la Ciencia dado que la Ciencia revierte la evidencia de los sentidos

materiales, y a cambio proporciona la interpretación del Principio de Dios y el

hombre. En esta época el Principio se interpreta a sí mismo por medio de la

Ciencia y del sistema. Soltemos el yo material y la sensación material y

busquemos nuestro Principio divino. Podemos conocer al Principio solo a través


de la Ciencia, y de ninguna otra manera, porque Principio se interpreta a sí mismo

por medio de su sistema de categorías y clasificaciones.

Principio es el Principio de Todas las Ciencias

La Sra. Eddy dice que la Ciencia interpreta al Principio, y que “ese

Principio... expresa Ciencia y arte.” (C & S 507:26-27) Principio requiere de una

Ciencia declarada con precisión, es decir, Principio debe declararse con precisión

en su Ciencia.

Dado que hay un solo Principio del ser, debe haber solo un Principio para

todas las ciencias. Esto significa que la Ciencia Cristiana es aplicable en todos

los campos, como lo muestra la Sra. Eddy en su capítulo de ‘La Ciencia, la

teología, la medicina’.

Moremos en el Principio Divino

¿Qué es lo que hemos visto en Principio? Hemos tocado la cercanía de

Principio. Hemos visto que una cualidad como “obediencia” no es en realidad

una idea de Principio. Es una cualidad transformada de Principio. Por la

obediencia a Dios demostramos el Principio divino.

La demostración, desde este lado, demanda estar de acuerdo con Principio.

Vimos que “estar de acuerdo con” tiene que ver con Principio y no con

Espíritu o Mente. Mente tiene que ver con las facultades mentales; y no

escuchamos nada de “estar de acuerdo con” cuando tomamos las palabras para

Mente. Aquí, en Principio, tenemos la facultad de relación – estar de acuerdo

con, combinar con el Principio divino, armonizar con el Principio divino. Luego

debemos tener estricta adherencia a Principio. Esto nuevamente sería obediencia

a, lealtad a, Principio. Moremos resueltamente en el Principio divino.


Estas advertencias tienen todas las cualidades de relación – relación que

provoca unidad, en donde el estudiante y el Principio se comprometen en acuerdo,

en armonía. ¿Cómo es que se comprometen en acuerdo? Al asimilar el mensaje

del Libro de Texto por medio de la comprensión científica y espiritual del Texto.

El Libro de Texto es el maestro, y en la medida en que comprendamos sus

enseñanzas, esas enseñanzas se convertirán en nosotros, y no tendremos otro

“yo” que el divino “Yo,” el divino Ego. Entonces seremos uno con “esa

conciencia que Dios imparte” – esa conciencia que capacitó a San Juan a ver un

cielo nuevo y una tierra nueva estando aún en nuestro plano de existencia.

Cómo Hacemos Contacto con Principio

Comunicación con Principio es otra idea de Principio, la cual nos capacita

para unirnos con el Principio divino. Cuando estudiamos y aprendemos el

sistema del Principio divino estamos comulgando con Principio, uniendo con

Principio.

Podemos ver la secuencia de Mente, Espíritu, Alma, Principio como la

actitud del hombre. Son actitudes que hallamos principalmente en el capítulo de

“La Oración”, porque “La Oración” es el enfoque hacia Dios – hacia nuestro

verdadero ser como la “incorpórea, divina, suprema, infinita Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.” La oración es el primer paso hacia ser

uno con Dios. Para comenzar desde el punto de vista correcto debemos ver que el

reino está dentro, Dios está dentro de nosotros, Dios es nosotros. Yo y Dios son

una sola cosa – “el reino de [Dios] está dentro de vosotros.” – Jesús

Debemos ser Totalmente Sinceros

¿Cómo podemos ver la unidad del hombre con Dios? Debe haber algo en

nosotros que esté unido a Dios. Sólo declarar que somos uno con Dios no es


suficiente. Lo que realmente es uno con Dios debe ser nuestra entera

constitución.

Primero, en Mente, algo en lo profundo de nosotros debe desear y anhelar

conocer a Dios. Esa es la actitud de Mente. Todo mi amor, atención,

consagración, y motivos están dedicados hacia el conocimiento de Dios, el bien

infinito, tal y como es el bien infinito.

Segundo, en Espíritu, debemos ser absolutamente sinceros con relación a

alejarnos de la mortalidad, de las concepciones de la mente mortal, alejarnos de lo

que está mal, de lo que es ilusión, y volvernos hacia lo correcto, hacia lo que es

espiritual. Esta es una actitud interna.

Luego en Alma, una vez que nos hayamos volteado hacia lo correcto, la

lucha nos capacita para asimilar las enseñanzas del Libro de Texto y hacernos a

nosotros mismos el hombre nuevo, el hombre Cristo, que despliega y se desarrolla

desde la Ciencia de la Ciencia Cristiana pura. En esta tercera etapa Alma dice:

“Con todos tus logros logra la comprensión. Persevera. Adhiérete a ella. No

te rindas, no retrocedas; avanza”.

Después llegamos a la cuarta etapa, la de Principio, donde decimos: “Yo

quiero poner todo en armonía con Principio, de acuerdo con Principio – mis

pensamientos, mis acciones, mis motivos, intenciones y palabras. Yo quiero

canalizar todo al único punto central, de manera que todo se armonice con la

naturaleza de Dios, el bien infinito. Todo cuanto constituye mi completa

constitución mental, debe estar de acuerdo con, unida con, Principio”.

Falsificaciones de Principio:

Personalidad, Sentido Personal

Principio gobierna todo, une todo en un sistema armonioso, y nada puede

entorpecer el camino de esta comunicación una vez que reconocemos y nos


alejamos de las falsificaciones de Principio. “Dios... es Principio... infinito,

llamado Persona,” (C & S 302:28-29) así que la principal falsificación del noúmeno sería

persona, gente, sentido personal, personalidad.

¿Por qué persona y personalidad son las falsificaciones de Persona, de

Principio? Personalidad y sentido personal son las falsificaciones de Principio

porque persona da un sentido de que uno es el centro del universo, de que uno se

considera a sí mismo como la cosa más importante en el universo, y de que todo

gira alrededor de nuestra propia persona. Es un sentido de que todo cuanto uno

ve, oye, siente, está centrado alrededor de uno mismo, relacionado con nuestra

propia persona. Esta es la razón por la que persona, personalidad y sentido

personal son las falsificaciones de Principio, puesto que Principio es ambos, el

centro y la circunferencia del verdadero universo.

El sentido material de personalidad debe someterse al sentido incorpóreo y

volverse consciente sólo del Principio infinito y de la idea infinita. Cuando el

sentido personal se somete, escuchamos la interpretación de Principio en lugar de

perspectivas personales, deseos e inclinaciones personales.

Teorías Falsas

Las teorías también son una falsificación de Principio. Debido a que el

Principio divino es el Principio de toda Ciencia, su falsificación incluye las teorías

falsas, los dogmas, doctrinas, opiniones. El universo y el hombre deben ser

interpretados por medio del Principio divino, y conocemos al Principio sólo por

medio de la Ciencia. La Ciencia enseña que toda idea se halla en el Principio en

un sólo todo sistemático en donde no hay ideas fragmentarias, ni teorías, ni

dogmas, doctrinas u opiniones. Las teorías humanas excluyen el Principio de la

armonía del hombre, y son totalmente inadecuadas para interpretar el Principio

divino. Las teorías generalizadas hacen posible la curación sólo por medio de la


materia porque insisten en que el alma está dentro del cuerpo y que la mente es

tributaria a la materia.

“Las teorías humanas son incapaces,” dice la Sra. Eddy, “de hacer que el

hombre sea armonioso..., puesto que ya lo es, según la Ciencia Cristiana,” (C & S 490:

15-18) donde somos conocidos como siendo la “incorpórea, divina, suprema, infinita

Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor,” teniendo “el reino de

[Dios] dentro de [nuestra conciencia].”


Las siguientes referencias de Ciencia y Salud pueden requerir de

explicación. En la primera lectura los sinónimos – usados mayormente en

combinación, – pueden presentar dificultad.

“El Amor divino corrige y gobierna al hombre.” (C & S 6:4) Aquí Mary Baker

Eddy dice que el Amor divino gobierna, pero como acabamos de aprender,

Principio gobierna al hombre. Por tanto, no es sorprenderse que la referencia

continúe. “Los hombres pueden perdonar, pero sólo ese Principio divino reforma

al pecador.” Esto presenta otro problema. Cuando estudiamos Alma,

aprendimos que Alma reforma, mas aquí la Sra. Eddy dice que es Principio quien

reforma.

La pregunta principal en este caso gira alrededor de la palabra “perdón.”

La pregunta en este párrafo no se refiere tanto a reforma, sino más bien a qué

puede perdonar y qué es lo que no perdona. ¿Hay un perdón divino? (Esta es

una pregunta crucial en la teología.) La respuesta para perdón no se halla en

Alma sino en Principio. Principio dice: “Ésta es una pregunta incorrecta. No

hay perdón”. ¿Perdona el principio de gravitación, algo? ¿Perdona el principio

de las matemáticas un error? No. Principio jamás perdona. Principio demanda

corrección, la reforma del pecador.


C & S (25: 13-16) afirma: “Jesús enseñó el camino de la Vida por medio de la

demostración, para que pudiéramos comprender cómo ese Principio divino sana

enfermos, echa fuera el error y triunfa sobre la muerte.”

En Mente aprendimos que Mente sana. Cuando recorrimos las ideas de

Principio no aprendimos que Principio sanara. ¿Por qué la Sra. Eddy no utiliza

Mente aquí? Si examinamos la declaración más de cerca vemos que el acento no

está tanto en qué es lo que sana, en cuál es la medicina en este caso, sino más bien

el acento está en cómo – en cuál es el procedimiento operativo. El procedimiento

operativo es Principio. Cuando una afirmación se refiere al modo de operación, y

demuestra el modo de operación, tenemos Principio.

¿Qué son las “Ceremonias”?

En la página 31: 19 -25 de Ciencia y Salud, leemos: “Obedeciendo sus

preciosos preceptos – siguiéndole en su demostración en la medida que la

comprendamos – bebemos de su copa, participamos de su pan, somos bautizados

con su pureza, y finalmente descansaremos, nos sentaremos con él, en plena

comprensión del Principio divino que triunfa sobre la muerte.”

Intrínsecamente es la Vida quien triunfa sobre la muerte; y en realidad el

párrafo completo tiene el tono de Vida: “el primer deber en la lista de los deberes

Cristianos,” enseñó él a sus seguidores, [tiene que ver con la enseñanza] “es el de

aplicar el poder curativo de la Verdad y el Amor. No atribuía ninguna

importancia a las ceremonias muertas.” (C & S 31:13-16)

¿Qué son las ceremonias muertas? ¿Son las ceremonias muertas una

falsificación de Principio? La “muerte” es lo opuesto a la vida, pero las

“ceremonias” es lo opuesto a Principio, expresan la total esterilidad de las teorías,

los dogmas y los rituales. Las ceremonias son lo opuesto a Principio porque

fueron inventadas como una máscara, o para hacer que Dios actúe en tal forma que


satisfaga a los humanos, o para que Dios esté en conformidad con ellos, trabaje

para ellos, otorgándoles bendiciones. Las ceremonias fueron un intento de pactar

con Dios. Las ceremonias permanecieron en lugar del Principio operativo.

Están basadas en la ilusión de que dichas ceremonias tienen en sí mismas un poder

de demostración, un poder operativo, un poder de darle a la gente algo. Así fue

como se originaron las ceremonias.

Así las ceremonias son la falsificación de Principio. “Es el Cristo viviente

(tono de Vida), la Verdad práctica, lo que hace que Jesús sea ‘la resurrección y la

vida’ para todos los que le siguen con sus propias obras.” (C & S 31:16-19) Seguirlo es

recorrer el camino de la Vida. ¿Cómo? ¿Con ceremonias muertas? No; con

obras (Principio). “Obedeciendo sus preciosos preceptos [aquí tenemos el

sistema de Principio] – siguiéndole en su demostración en la medida que la

comprendamos – bebemos de su copa... y finalmente descansaremos, nos

sentaremos con él, en plena comprensión del Principio divino que triunfa sobre la

muerte.” (C & S 19-25)

Podemos ver que Mary Baker Eddy no podría haber dicho: “Siéntense con

él, en plena comprensión de la Vida que triunfa sobre la muerte.” ¿Por qué no?

Porque ella estaba argumentando contra las ceremonias, arguyendo por toda la

línea, “mandamiento tras mandamiento.” (Isa. 28:10) Ella estaba preguntando: “¿Hay

un Principio que dé Vida?” ¿Cuál es el Principio que la da? ¿Son las

ceremonias? ¿Son los mandamientos? ¿O es algo más que un mandamiento?

¿Es la comprensión del Principio divino la que triunfa sobre la muerte?” Si ella

hubiera puesto ahí: “...en plena comprensión de la Vida divina que triunfa sobre la

muerte”, hubiera sido una afirmación cierta, pero no hubiera continuado con su

propuesta, la cual era: “¿Qué es aquello que nos da la comprensión de la Vida?

¿Son las ceremonias? ¿Son los preceptos? ¿O es quizá algo más? ¿Es

Principio?” Principio se expresa a sí mismo en Vida.


(121:30) El Texto se afirma: “...el orden astronómico imita la acción del

Principio divino.”

¿Por qué no se afirma “la acción de la Mente divina”? ¿Podría ser la

respuesta, la acción de la Mente divina? No; no para el orden astronómico. No

podemos confiar en los términos, en las palabras. Orden, por supuesto, tiene que

ver con Espíritu, pero mirando hacia el cielo podemos ver que el orden

astronómico nada tiene que ver con las secuencias del orden. Orden, como

Espíritu, es un orden secuencial, de lo semejante produciendo lo semejante, en el

cual el orden astronómico tiene que ver con el sistema del universo estelar. Esta

declaración bien podría haberse dicho así: “El sistema astronómico imita la acción

del Principio divino.”

La Ciencia Revierte el Testimonio de los Sentidos

“Por lo tanto, el Principio divino de la Ciencia, invirtiendo el testimonio de

los sentidos físicos, revela que el hombre existe armoniosamente en la Verdad...” (C

& S 120: 22-25) Una Ciencia requiere de un principio; sin un principio una ciencia no

sería ciencia. Un principio no es principio a menos que sea explicado por medio

de una ciencia.

La Sra. Eddy habla de la ciencia de muchas cosas. Pero toda ciencia de la

que ella habla, requiere de un principio, y requiere del Principio.

“El gobierno científico del cuerpo tiene que lograrse por medio de la Mente

divina.” (C & S 167:28-30) ¿Por qué no por medio de Principio? Esta declaración está

preguntando: “¿Cuál es el medio por el cual Principio gobierna? Principio

gobierna por medio de la Mente divina y por ningún otro medio. Aquí la creencia

que está siendo contrarrestada es la que el cuerpo se auto-gobierna, que se gobierna

por la mente mortal. La Sra. Eddy tenía que corregir eso, así que dice en efecto:

“No, el cuerpo no es gobernado por la mente mortal. Siempre es gobernado por


medio de ideas.” Tenemos pues: “Hay un solo camino – a saber, Dios y Su idea –

que nos lleva al ser espiritual.” (C & S167: 27-28) El gobierno científico está en Mente

porque es gobernado por medio de las ideas de Dios.

“Cuando el hombre es gobernado por Dios, la Mente siempre presente que

comprende todas las cosas, el hombre sabe...” (C & S 180:27-29) ¿Por qué aquí el

hombre es gobernado por Mente? Debido a que la afirmación nos está guiando a

un resultado: “el hombre sabe...”

“La Verdad y no el error, el Amor y no el odio, el Espíritu y no la materia,

gobierna al hombre.” (C & S 420:3-5) ¿Será que estas declaraciones son combinaciones

o serán definiciones intrínsecas relativas a estos sinónimos de “gobierna”? Son

combinaciones, porque todas ellas se combinan con un opuesto, y es este opuesto

quien requiere el uso de un sinónimo en particular, para que Principio pueda

gobernar.

La Ciencia Revela al Hombre Como Perfecto

“La Ciencia del ser revela que el hombre es perfecto, así como el Padre es

perfecto, porque el Alma, o la Mente, del hombre espiritual es Dios, el Principio

divino de todo ser, y porque ese hombre real es gobernado por el Alma y no por los

sentidos, por la ley del Espíritu y no por las supuestas leyes de la materia.” (C & S

302:21-27)

¿Por qué aquí el hombre no es gobernado por el Principio, dado que Dios es

el Principio divino de todo ser? La Sra. Eddy utiliza Alma debido a que ella tenía

que establecer que el hombre es gobernado por Alma en lugar de por su opuesto, el

sentido. De la misma manera, ella utiliza la ley del Espíritu en lugar de su

opuesto, la ley de la materia. Nuevamente aquí tenemos “hombre gobernado”

pero todavía dentro de una combinación, sin mostrar la naturaleza intrínseca de un


sinónimo como gobernando. Recordemos siempre que somos la “incorpórea,

divina, suprema, infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.”

He aquí algo diferente: “El gobernante no está sometido al gobernado. En

la Ciencia el hombre es gobernado por Dios, el Principio divino...” (C & S 318: 32-34)

En este caso la Sra. Eddy no proporciona un opuesto. Hasta aquí siempre

habíamos tenido que vérnosla con un opuesto: gobernado por el Espíritu, no por la

materia; gobernado por el Alma, no por los sentidos materiales; gobernado por la

Vida, no por la muerte; gobernado por la Verdad, no por el error; gobernado por el

Amor, no por el odio. La Sra. Eddy señala aquí gobierno sin opuesto alguno.

Está explicando que es el gobierno: “En la Ciencia el hombre es gobernado por

Dios, el Principio divino, así como los números son regidos y comprobados por

Sus leyes.” (C & S 318:32-35) Ella da un ejemplo o símil para mostrar lo que significa

gobierno. Gobierno es un gobierno al controlar el poder, de la misma manera que

los números son controlados y probados por sus leyes. Por lo tanto, podemos ver

que gobierno, por sí, es realmente Principio; que la naturaleza interna de gobierno,

como quizá hallaríamos en alguna definición, revela que gobierno es realmente la

relación de una autoridad central con sus ideas, sus múltiples ideas, trayéndolas

juntas hacia una ley.

Esto es Principio. Mary Baker Eddy no está dando aquí ninguna

falsificación. Si hubiera dicho: “En la Ciencia el hombre es gobernado por el

Principio, no por la gente,” entonces podríamos haber dicho: “Bueno, ella tuvo que

utilizar nuevamente Principio para corregir el falso concepto de que la gente

gobierna.” Pero aquí ella no hizo tal cosa. Si vemos todas las referencias de

Espíritu, Alma, Vida, Verdad y Amor, que están utilizadas en relación con

gobierno, siempre hallaremos que hay una falsificación involucrada, pero en

Principio no es el caso. Principio gobierna intrínsecamente.


Pero, preguntamos, ¿Qué hay de Mente? También en Mente no

encontramos una falsificación usada con la idea de “gobierna.” La respuesta es

que, en Mente, la Sra. Eddy siempre está mostrando que Principio gobierna por

medio de Mente. Mente controla; es el control del gobierno.

Doorly vio que tenemos gobierno ya sea como Mente o como Principio.

Todo depende sobre qué clase de gobierno se esté considerando o investigando.

Si queremos tener una sensación de lo que implica el verdadero gobierno, entonces

sería Principio, porque Principio es ese sistema jerárquico por medio del cual el

Uno gobierna a la infinitud de ideas. Entonces procede Principio de manera

absoluta.

Pero en el momento en que preguntamos: ¿Por cuáles medios opera el

gobierno jerárquico? procede entonces utilizar Mente. El ejercicio del poder

trabaja a través de Mente, a través de la inteligencia de Mente. Resulta

interesante que hay más referencias de gobierno en relación con el sinónimo de

Mente que con cualquiera de los demás, pero cuando gobierno es utilizado en

relación con Mente, la Sra. Eddy jamás explica la naturaleza interna de gobierno,

lo que gobierno significa verdaderamente, es decir, que toma todas las ideas juntas

y las pone bajo un solo gobierno, bajo una autoridad. En las referencias de Mente

en cuanto a gobierno, siempre está el control sobre algo, que Mente gobierna el

cuerpo, etc.

El “Principio apodíctico”, tema de este capítulo, siempre “señala hacia la

revelación del Emmanuel, o ‘Dios con nosotros’ – la eterna presencia soberana,

que libra a los hijos de los hombres de todo mal ‘de que es heredera la carne.’” (C

& S 107: 8-11)

Por lo tanto, dancemos con júbilo, divinamente bello – con gozo exuberante,

alto y sagrado. Brinquemos por ese gozo real e inmaculado que es gracia y

gloria.


Quizá aquí el lector desee revisar las citas de lo que es Principio, lo que hace

Principio, y aquello con lo que trata, que se dieron al principio de este capítulo, y

también desee continuar estudiando las siguientes referencias de Principio listadas

a continuación.

Referencias de Ciencia y Salud sobre Principio PREFACIO

viii: 4 ix: 14 x: 8 x: 22 xi: 11

LA ORACIÓN

3: 8 6: 16 12: 12 13: 25

6: 4 11: 13 12. 20 15: 13


18: 14 25: 14 26: 29 31: 21 45: 21 51:26

19: 8 25: 19 28: 13 35: 14 47: 7 53:9

19: 25 25: 26 29: 27 35: 20 50: 13

32: 31 26: 23 30: 4 39: 26 51: 23


71: 6 72: 3 81: 23 83: 28 90: 30 94:22

71: 8 79: 14 81: 28 84: 29 91: 6 99: 3

MAGNETISMO ANIMAL DESENMASCARADO

103: 14


CIENCIA

107: 6 111: 11 113: 1 120: 20 123: 28 124: 21 131:5

107: 7 112: 17 113: 3 121: 29 124: 1 127: 18

109: 8 112: 21 115: 13 123: 4 124: 8 128: 28

109: 17 112: 32 117: 20 123: 27 124: 15 130: 10

TEOLOGÍA

132: 12 133: 16 136: 4 141: 15 141: 17 141: 25

MEDICINA

146: 16 147: 25 147: 30 148: 15 157: 9

147: 2 147: 27 148: 18 157: 4 162: 27


LA FISIOLOGIA

167: 35 170: 9 171: 14 191: 10 192: 8 195: 14 195:16


202: 16 207: 14 219: 26 232: 14 239: 7

203: 22 210: 5 230: 9 232: 17 240: 10

LA CREACION

256: 7 257: 18 258: 19 258:21 259:12 261: 3 262: 31

LA CIENCIA DEL SER

270: 13 279: 31 286: 14 302: 25 306: 27 322: 7 332: 2

272: 28 281: 13 286: 19 303: 1 312: 20 322: 12 332: 21

272: 29 281: 22 287: 2 303: 4 312: 29 328: 7 333: 27

272: 32 283: 11 290: 3 303: 30 312: 32 328: 32 335: 25

273: 6 283: 24 298: 21 304: 15 314: 27 329: 21 336: 25

274: 24 283: 27 299: 14 304: 16 316: 22 329: 24 337: 8

275: 9 285: 22 299: 32 304: 17 316: 25 330: 20 337: 22

275: 11 285: 24 300: 4 304: 31 317: 3 330: 21 340: 20

275: 17 285: 30 302: 1 305: 10 318: 29 331: 18

276: 23 286: 10 302: 21 305: 25 319: 8 331: 27


341: 15 343: 2 345: 18 351: 4 354: 10 355: 24


390: 8 395: 10 406: 4 406: 5 419: 27

LA ENSEÑANZA DE LA CIENCIA CRISTIANA

445: 25 456: 5 456: 20 457: 29 458: 12 464: 22

454: 14 456: 11 456: 24 457: 30 461: 7

RECAPITULACIÓN

465: 10 467: 22 470: 29 474: 1 477: 21 487: 30 495: 28

465: 16 468: 26 470: 30 474: 14 480: 15 487: 31 496: 18

465: 17 469: 10 470: 32 475: 4 481: 28 490: 18

466: 6 470: 4 473: 23 476: 5 484: 1 492: 27

466: 30 470: 21 473: 30 476: 9 487: 22 493: 15


GÉNESIS

502: 27 512: 3 518: 17 520: 9 530: 6 546: 29

503: 9 513: 21 518: 27 522: 32 536: 15 554: 4

507: 16 515: 29 518: 29 524: 12 544: 32

507: 25 517: 19 520: 8 524: 16 546: 10

EL APOCALIPSIS

559: 24 560: 19 561: 14 565: 28 572: 13 577: 16

559: 25 560: 31 561: 24 567: 10 573: 15

560: 11 561: 2 562: 15 569: 1 577: 3

GLOSARIO

579: 11 582: 18 583: 23 587: 26 588: 15 591: 17 593: 3

581: 9 583: 13 586: 10 588: 9 588: 21 591: 18 594: 19

582: 11 583: 21 587: 6 588: 11 589: 9 592: 16 595: 25



CAPÍTULO VIII

VIDA

Lo que Vida es

27: 9 Vida es Dios (hay dieciséis referencias directas de que Vida es Dios)

157: 31 Vida es continua

246: 27 Vida es eterna

249: 20 Vida es la misma ayer, hoy y por los siglos

264: 18 Vida es Espíritu (afirmado cinco o seis veces) *

288: 27 Vida no está sujeta a la muerte (afirmado varias veces)

290: 1 Vida es existente por sí misma

290: 1 Vida es el eterno YO SOY, el Ser que era, es y será, a quien nada puede

borrar

312: 22 Vida es el Principio eterno del hombre*

390: 4 Vida se sostiene a sí misma (afirmado varias veces)

487: 3 Vida es imperecedera

487: 3 Vida es el origen y la finalidad del hombre*

* = como combinación

Lo que Vida Hace

122: 28 Vida sigue inalterada

243: 27 Vida no tiene sociedad con la muerte

306: 8 Vida demuestra la Vida

339: 2 Vida destruye a la muerte



Describir a Vida

ascensión paternidad multiplica elevarse

aspiración engendrar ahora sacrificio

abundancia seguir abrir templo

Ser seguidores perpetuo eterno

ser gracia persevera camino

pan gratitud arrepentimiento alas

creador habitual resurrección vía camino

coexistencia inmortal carácter individual

constructivo individualidad día indivisible

tierra indestructible esencia es

existencia renuncia a lo mortal experiencia

exaltación amor Padre método

Opuestos

edad sangre cuerpo crucifixión

muerte tumba herencia limita

mortal orgánico fisiología templo

tiempo velo

La Demostración Viviente

del Principio Divino

Vida es la demostración viviente del Principio divino. Si Principio opera

por sí mismo y trae la dinámica al ser, podemos ver que la dinámica de Principio es

Vida. La operación interna de Principio es naturalmente Principio, pero cada

operación está produciendo algo nuevo, y esta novedad es Vida. Así cuando


Principio opera tenemos Vida y no podemos tener Vida sin confiar en el Principio

divino, el cual es Mente, Espíritu, Alma, en una sola operación.

Para tener vida eterna primero debemos determinar a qué clase de vida nos

estamos refiriendo. La vida mortal no es eterna, ni tampoco lo es la vida

orgánica, material o física. Son sólo un sentido equivocado de vida, y los errores

no pueden ser eternizados.

La Vida eterna está constituida por Mente, Espíritu, Alma y Principio.

Vida dice: “Sólo lo que es creado por Mente es Vida, y no lo que es creado a través

de ‘padres’.” Sólo la Vida que es Mente es Vida; sólo la Vida que es la creación

de la Mente divina es Vida. Es decir, sólo la Vida que es Espíritu y no es materia,

es Vida, porque la vida material no puede hacerse eterna. La Vida que es

espiritual ya es eterna; no tenemos que hacerla eterna. Sólo la Vida que es Alma

es Vida. La Vida que es Alma no está en el cuerpo, igual que el principio de la

aritmética no está en los números. Esta Vida que no está en el cuerpo ya es

inmortal.

El Ser es “el reino de [Dios] dentro de [nosotros]” como la “incorpórea,

divina, suprema, infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.”

El hecho es que no hay nada para ser creado. 2 x 2 = 4 nunca tuvo que ser

creado. Jamás nació, por lo que jamás terminará. Para obtener la inmortalidad

tenemos que ganar la conciencia eterna y científica de la creación, la cual provoca

el ver que ahí no hay creador ni creación. Ahí sólo hay revelación.

Los Hechos Siempre han Sido Hechos

La Ciencia Divina revela, y ésta es la única “creación”. Los hechos

siempre fueron hechos; la Ciencia los revela. Esto constituye la única “creación”

que hay, puesto que no existe por sí misma, ni un creador ni una creación, tal y


como se explica en el Capítulo “La Creación”, en Ciencia y Salud. Pero nosotros

podemos ver continuamente más de aquello que ya es.

Principio siempre nos está diciendo que Vida opera ahora como Vida eterna.

No podemos demostrar la Vida eterna, sólo podemos ver que la Vida es eterna, es

el ser. Vida siempre ha sido, porque Vida es Mente, Espíritu, Alma, funcionando

por medio de Principio.

Toda pregunta puede ser respondida, por a través de un entendimiento de

los sinónimos, tal y como hemos hecho aquí con Vida. Primero preguntamos:

¿Qué es Vida? La respuesta: “Vida es Mente,” nos lleva a la siguiente cuestión:

“¿Qué es Mente?” Consideramos y meditamos en lo que es Mente, y vemos que

todo lo que es Mente, es Vida. Nuevamente preguntamos: “¿Qué es Vida?”

“Vida es Espíritu.” Bien, “¿Qué es Espíritu?” Reflexionamos sobre el

significado de Espíritu, yendo sobre todas las ideas que caracterizan a Espíritu, y

vemos que lo que es Espíritu, es Vida. Seguimos el mismo procedimiento con

Alma. “¿Qué es Alma?” Meditamos sobre Alma, sobre todas las ideas que la

caracterizan, y vemos que lo que es Alma, es Vida. Lo mismo procede con

Principio. Esta es la manera de aprender lo que ya somos.

La Vida ES

¿Qué es la Vida eterna? Lo que Mente, Espíritu, Alma, como nuestro

Principio, nos han presentado, es un estado de ser, y eso es Vida. Cuando damos

a los sinónimos precedentes el valor de ser, tenemos Vida. Vida dice: “Miren

esos cuatro sinónimos que han venido edificando. Vean a Mente, Espíritu, Alma,

Principio, y vean que ellos son, que ellos existen.” La Vida es expresada como

existencia, como algo que es. Por lo tanto, debemos mirar que lo que hemos

estado edificando es eterno. Carece de principio y de fin. Por lo tanto, se auto-

sustenta.


¿Por qué es que Vida se auto-sustenta? Porque Vida es Mente, la cual

siempre está creando su propia semejanza en ideas. Estas ideas se desarrollan en

Espíritu, se hacen definidas y reciben identidad en Alma, y están enlazadas con el

Principio como el cuarto paso. Es entonces cuando se vuelven auto-sustentadas y

auto-mantenidas en Vida. Vida es auto-ministrante; Vida es lo que es, es decir, es

Mente, Espíritu, Alma, Principio.

La Vida es. Y la única cosa que es, es Mente, Espíritu, Alma, (“el reino de

[Dios] dentro de [nosotros],”) lo que forma nuestro Principio desde el cual trabajar.

Vida está diciendo a Mente, a Espíritu, a Alma, a Principio: “Ustedes son, y

siempre son. Jamás han tenido un comienzo; jamás tendrán un final. Son

eternos.”

Cada Sinónimo se Suma al Anterior

Cada sinónimo que estudiemos en adelante retorna a aquellos que ya hemos

considerado y suma algo nuevo a dichos sinónimos previos.

Aquí, en la quinta etapa, tenemos lo nuevo de la Vida. Somos elevados

sobre lo mortal; vivimos sobre lo mortal. Estamos en un estado exaltado, un

estado de ascensión. En tanto que abandonamos el sentido mortal de vida

experimentamos esta exaltación. Adquirimos un sentido de estar viviendo sobre

la vida mortal, sobre la contienda mortal, sobre lo físico. El sentido mortal de

vida, tal como aprendimos, no es vida del todo; es una sugestión hipnótica. Es

tan sólo una equivocación, la falsificación de Vida. La vida mortal ahora o dentro

de cien de años no es vida del todo. El saber esto nos eleva sobre el concepto de

apego a lo terrenal de una vida humana mortal.

Si comprendemos y somos sinceros, voluntariamente dejaremos de lado el

concepto mortal de vida. Sin embargo, comúnmente, hacemos lo que queremos

al tratar de eternizar el sentido humano de vida, porque en realidad no queremos


abandonar este falso sentido de Vida. Cuando adquirimos un sentido divino de

Vida, y vemos que Vida es Mente, que Vida es Espíritu, que Vida es Alma, que

Vida es Principio, ya no tenemos miedo de morir. Es entonces cuando sabemos

que el falso sentido de Vida que experimentamos en la tierra no es la Vida, sino

una falsificación de Vida. Es un falso concepto de Vida.

Vida requiere que soltemos el falso concepto de Vida, que nos deshagamos

del sentido mortal de Vida, el cual es ilusión, mera sugestión hipnótica. Jesús

desechó el concepto falso de Vida. Esa fue su gran contribución a nuestra

civilización. Él mostró que la vida material no es Vida. Él demostró que Vida

es algo muy distinto del sentido humano de vida, del sentido corporal, del sentido

de vida de ochenta a noventa años. Él mostró que había algo mucho mayor. La

única cosa que puede vivir y que vive es Principio – el Principio de lo que yo soy,

– operando. Esa es la única Vida que hay. El Amor desea que soltemos el falso

sentido de Vida; y el Amor nos forzará, eventualmente, a soltar el falso sentido

de Vida, tal y como forzó y desarrolló a la humanidad fuera de la edad de piedra, y

fuera de la experiencia del hombre de las cavernas.

El Vivir por Gracia

El día de hoy hemos avanzado hasta ver que vivimos por gracia. Estamos

viendo que el Principio divino siempre produce algo nuevo sin que hayamos tenido

que trabajar por ello. Esto es la Vida y esto es lo que significa la ley de mutación.

Significa que no hay causa alguna en el pasado que nos conduzca a algún efecto en

el presente, debido al simple hecho de que el ser es, por lo tanto, todo cuanto

necesitamos está eternamente presente. El ser es, y esto que es, no tiene

opuesto. No hay ningún lugar en donde algo que pudiera bendecir, pudiera estar

faltando. Principio opera y proyecta como Vida sus nuevas ideas al ser. Esta es

la naturaleza de Mente, Espíritu y Alma cuando se han enlazado en un solo


Principio para todo ser – Principio gobierna, se hace cargo como Principio auto-

operante, y comienza a otorgar. Dice: “YO SOY; no puedo ser algo más de lo que

soy; así que yo doy incesantemente.” Este es el aspecto de Dios como Vida.

Debido a esto tenemos progresión infinita como Vida. Esto pudiera ser

comparado a un cálculo matemático en el cual nos movemos desde un proceso, un

cálculo, al cálculo siguiente, desde la adición a la sustracción, y desde la

sustracción a la división, y luego a la multiplicación, al solucionar un problema

matemático. Es la idea la que se mueve desde sí misma hacia otra idea. La Sra.

Eddy llama a esto: “la progresión infinita,” y se refiere a ella como: “el ser

concreto.” (Escr. Misc. 82: 20)

El “Aquí” y “Ahora” son Conceptos

de Tiempo y Espacio

De cualquier modo, la progresión infinita no implica tiempo ni espacio. No

significa progresión desde el “ahora” hacia el “luego,” ni desde el “aquí” hacia el

“allá.” La novedad y el ahora se vuelven obsoletos en la Ciencia Cristiana.

Vida no es “ahora,” Vida no está “allá.” “Ahora” es un concepto para tiempo;

“aquí” lo es para espacio. “Ahora” y “aquí” son conceptos que pertenecen al

rango mortal de referencia. Debemos comenzar a pensar en función de los

hechos. Por ejemplo, el hecho de que 2 + 2 = 4 no está ocurriendo en el tiempo.

Sencillamente es. Lo que es, no tiene nada que ver con el tiempo. Es

sencillamente un hecho. Al mismo tiempo que está ocurriendo 2 + 2 = 4 también

está ocurriendo 5 x 5 = 25 tal como todos los cálculos infinitos en matemáticas.

Si miramos a Vida como un hecho, como lo que es, jamás nos

cuestionaremos o preguntaremos: “¿Qué ocurrió antes del nacimiento? Veremos

que tal pregunta está equivocada. Es como si preguntáramos: ¿Qué había antes


de que 2 x 2 fueran 4?” El sistema de referencia material, mortal y humano,

construido por la mente mortal, la falsificación de la Mente inmortal, es un falso

sistema de referencia, el cual debe ser suplantado por el rango de referencia

verdadero y espiritual. La Sra. Eddy utilizaba palabras como “aquí,” “ahora,”

“presencia eterna,” para poder hacer comprensible la verdad del “YO,” y para

construir un puente hacia el ser, hacia Vida como lo que es, hacia el entendimiento

de que en realidad ahora somos la “incorpórea, divina, suprema, infinita Mente,

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.”

El Principio divino es constantemente su propio ser, y este aspecto de Dios

lo llamamos Vida. Cuando comprendamos que Vida es ser, ya no haremos

preguntas tales como: “¿Cuándo nació?,” tal y como tampoco preguntamos

“¿Cuándo nació 2 x 2 = 4?”

Reconozcamos a Diario que Somos

de Mente Espiritualizada

En la Vida que es, tenemos exaltación. Nos elevamos sobre el plano

humano de pensamiento al ver que Vida es Mente, Espíritu, Alma, como un

Principio desde el cual fluyen todas las bendiciones. Al hacer esto, las ideas

llegan y fluyen libremente. Esto es la gracia de la Vida, la mutación de la Vida.

Esta mutación sólo puede venir debido a que hemos hecho de Mente, Espíritu y

Alma nuestra base, y la hemos enlazado en un solo Principio absoluto e indivisible.

Al hacerlo, hemos muerto para nosotros mismos, por una mutación.

“La Vida,” dice la Sra. Eddy, “es la espontaneidad del Amor.” (My.185:16)

Vida llega como la ley de espontaneidad, como lo nuevo de la Vida. Pero sólo

podemos tener esto de lo nuevo y de lo espontáneo si usamos el método de Vida, el

camino de Vida, – yendo al Principio – el cual es lo que somos en realidad, y el

cual es Mente, Espíritu y Alma como una sola operación.


Cada Uno Refleja Todas las Cualidades de Dios

Debido a que somos indivisos desde Principio y reflejamos completamente

todo lo que Principio es, cada uno de nosotros posee toda individualidad. Esto se

presenta por medio de la reflexión espiritual de Espíritu. Cada uno de nosotros,

como lo que Vida es, expresa toda individualidad como nuestra individualidad.

El concepto humano de individualidad, por contraste, es muy limitado. En

el mundo decimos: “Ella es una artista,” o “Él es un ingeniero.” Como artista,

ella puede pintar. Como ingeniero, él puede construir un puente. El mundo cree

en una división de cualidades. Mas en la Ciencia, en la verdadera

individualidad, no hay división de cualidades. Cada uno refleja todas las

cualidades y atributos de Dios. Esto es la verdadera individualidad, y es

indestructible, de la misma manera en que 2 x 2 = 4 es indestructible.

La Sra. Eddy afirma: “El Espíritu diversifica, clasifica e individualiza

todo...” (C & S 513: 17) ¿Qué significa esto? Espíritu es tan sólo la habilidad para

llevar a cabo lo anterior. Por lo tanto, a Alma le corresponde realmente

diversificar; a Principio el clasificar; y es a Vida a quien le corresponde

individualizar (y por cierto que ya hemos explicado lo que la individualidad

significa en Vida).

Para comprender verdaderamente tenemos que comenzar desde el principio.

Primero, tenemos al creador en Mente. Segundo, Espíritu tiene la habilidad de

ordenar el reino completo de ideas de Mente. Tercero, Espíritu es quien pone

orden por medio de la diversificación de Alma. Alma diversifica y engendra,

mostrando que cada idea es la imagen y semejanza perfecta de Dios, de la totalidad

de Dios. Cuarto, Espíritu clasifica a través de la clasificación de Principio, y

quinto, individualiza en Vida en donde vemos que cada una posee todas las

individualidades en el mismo momento, en el ser, tal como en las matemáticas


todos los cálculos posibles existen al mismo tiempo en todo lugar. El Uno, Dios

(Vida) tiene que ser infinito en individualidad, e infinito en expresión como

individualidades infinitas. Así, como veremos en los próximos capítulos, en la

sexta etapa, Verdad nos dice que toda individualidad tiene su forma, y finalmente

Amor nos dice que esa forma es perfecta, teniendo así a los siete sinónimos

operando como uno. Amamos esta gran verdad y estamos agradecidos por ella.

Por qué Debemos Estar Agradecidos

por la Vida, la Verdad y el Amor

¿Qué quiere decir la Sra. Eddy al afirmar: “Si no sentimos gratitud por la

Vida, la Verdad y el Amor, y no obstante damos gracias a Dios por toda bendición,

somos insinceros...”? (C & S 3:29) Ella quiere decir que, si estamos dando las gracias

por toda bendición, estamos siendo agradecidos por los efectos y no por la causa.

“Si no sentimos gratitud por la Vida,” significa que por el hecho de que la Vida es,

y esto es el ser, debiéramos detenernos y considerar ¿cómo sería sin la Vida? Sin

Vida no habría ser, no habría continuidad, ni existencia, ninguna Vida que fuera la

espontaneidad de Amor, nada nuevo, nada permanente, nada auto-sustentable, nada

auto-manteniéndose, ninguna individualidad, ninguna exaltación sobre el sentido

mortal de las cosas; no habría coexistencia con Dios. Vida depende del hecho de

que Mente es, Espíritu es, Alma es, Principio es.

¿Por qué debiéramos estar agradecidos por la Verdad? Porque la Verdad

significa conciencia divina, científica y espiritual. Depende del todo, del

bienestar en todo y en toda condición. Verdad depende de la verdadera forma de

todo, del cálculo divino infinito, del ideal, del estándar. Es el Cristo, la Verdad, al

cual amamos y del cual estamos agradecidos.

¿Por qué debiéramos estar agradecidos por el Amor? Porque Amor es

salvación; Amor es totalidad, abarca todo, planea, designa, propone, perfecciona.


Esta es la causa por la que la Sra. Eddy pudo decir: “Si no sentimos gratitud

por la Vida, la Verdad y el Amor, y no obstante damos gracias a Dios por toda

bendición, somos insinceros...” Estamos agradecidos por lo que intrínsecamente

son Vida, Verdad y Amor.

Principio de Vida

En el momento en que vemos nuestra unidad con Principio, Principio

comienza a operar como nosotros mismos, y a demostrarse a sí mismo. ¿Qué es

lo que Principio demuestra? Principio demuestra Vida, después Verdad, luego

Amor. Eso es lo que estamos buscando demostrar – un mejor sentido de Vida, un

mejor sentido de bienestar en la Verdad, y un mejor sentido de realización y

cumplimiento en el Amor.

No podemos demostrar Vida hasta que tengamos una comprensión de la

naturaleza de Principio como nuestra verdadera Mente, Espíritu y Alma. Si no

tenemos una vislumbre apropiada de Mente, Espíritu y Alma como nuestro

verdadero ser, nosotros no estaremos demostrando Vida. En lugar de esto,

estaremos tratando de demostrar como Vida, una experiencia, un ser, una

existencia considerada desde la incumbencia de la mente mortal. Eso sólo podría

resultar en una existencia material, en un sentido limitado y corpóreo de existencia.

Sin la comprensión adecuada de Mente, Espíritu y Alma jamás podremos

demostrar Vida como lo que Vida es.

Vida está libre de la mente mortal, libre de la materia, libre del cuerpo.

Muchos han sido sanados al ver que “la perfección es el orden de la existencia

celestial, que demuestra la Vida en Cristo, el ideal espiritual de la Vida.” (C & S 337:16)

El cultivo constante de un mejor sentido de Mente, Espíritu, Alma,

considerado como nuestro Principio (como lo que somos en realidad), como


nuestra base fundamental desde la cual operamos, comienza a demostrar las ideas

de Principio.

Las ideas de Principio son la eterna novedad de Vida. Principio jamás se

repite a sí mismo, porque es la infinitud, y debido a que es infinito no hay rutina;

cada momento, cada incidente, cada experiencia, debe ser siempre nueva.

Vemos que Vida es un Principio de Vida. No es tan sólo “algo.” Es el

ser. Hay un Principio de Vida, porque Vida fluye desde Principio. No podemos

demostrar Vida sin tener un buen sentido del Principio creativo – Mente, Espíritu,

Alma.

¿Para qué sirve la Vida? ¿Sirve Vida para tener una mejor mentalidad?

No; eso es mente mortal – una falsificación de Mente. ¿Sirve Vida para una

mejor situación? No. Eso es una falsificación de Espíritu. ¿Es para tener un

cuerpo mejor, más fuerte o más sano? No. Eso sería una falsificación de Alma.

Vida es aquello que dice: “Sólo aquello que Principio produce constantemente es

verdaderamente el ser, el verdadero ser.” Esto está simbolizado en la Biblia como

el Padre, la Persona de Dios o del Principio. Padre es la Persona de Dios en su

oficio de Vida, como aquello que produce perpetuamente lo nuevo, aquello que

soporta y mantiene todo lo que es creado por medio de Mente.

Vida es un Círculo que se Auto-Sustenta

Mary Baker Eddy caracteriza a Vida como auto-sosteniéndose.

Nosotros no sustentamos la Vida por medio de la comida, la bebida y el

sueño; sólo sustentamos el cuerpo (el mito) con comida, bebida y sueño. El

sustentar la Vida es algo bastante diferente del sustento del mito llamado cuerpo.

¿Cómo es que Vida se auto-sustenta? ¿Cuál es la naturaleza interna de

Vida que la capacita para ser que se auto-sustente? ¿En qué planos podemos


experimentar Vida como auto-sustentándose? ¿Con qué clase de conciencia

podemos experimentar Vida como auto-sustentándose?

Sólo una conciencia que está familiarizada con, y conoce al Principio

creativo, Mente, Espíritu, Alma, puede experimentar Vida como auto-

sustentándose. Podemos ver de dónde procede la Vida que se auto-sustenta, y la

importancia espiritual de ello crece en nosotros cuando estamos concientes del

Principio creativo – Mente, Espíritu, Alma – y por lo tanto regresamos a las ideas

de Mente. Es con las ideas de Mente que tenemos lo novedoso. Ahí vemos

que Mente siempre produce nuevas ideas. Mente crea ideas y nosotros

comenzamos a ver lo novedoso de Vida cuando regresamos a Mente. Vemos que

todo lo novedoso de Vida comienza ahí. Mente sabe todo; Mente conoce aquello

que nosotros, como ahora, podríamos no saber que sabemos, pero que Mente sabe.

Debido a que Mente conoce a todas las ideas, y debido a que Mente quiere

manifestarse a sí misma, tiene ese impulso para expresarse y develarse a sí misma.

Ante esta urgencia de Mente para manifestarse a sí misma, Vida dice: “Sí,

continúa, continúa, manifiéstate a ti misma. Tú eres eso. Tú eres el único ser

que es.” Estas ideas nuevas llegan a nosotros por inspiración, como pensamientos

exaltados, como los pensamientos de Dios llegando al hombre; y debido a eso, no

debido a que digamos que Vida se auto-sustenta; si no esto, debido a que

comprendemos que Vida es un círculo de Mente, Espíritu, Alma, Principio

expresándose a sí mismos como Vida; y esta Vida es Mente; Mente es la base total

del universo.

Jamás Dejamos Algún Sinónimo Atrás

Nosotros jamás dejamos algún sinónimo atrás. Con cada nuevo sinónimo

avanzamos, pero jamás dejamos algún sinónimo atrás. Si no hubiéramos

regresado a Mente cuando dijimos que Vida se auto-sustenta y crea perpetuamente


lo nuevo, ¿de dónde hubiera provenido lo nuevo? La única cosa que puede ser

nueva es las ideas, y las ideas proceden de Mente. Las ideas son los únicos

elementos.

Vemos que la Vida auto-sustentada está produciendo infinitamente las ideas

nuevas de Mente. Debido a que Vida descansa en Espíritu, vemos que Vida

produce eternamente el nuevo nacimiento. Vida renueva constantemente la

verdadera sustancia del ser, para que obtengamos lo nuevo de la sustancia. En

Alma vemos que la Vida que continuamente produce algo nuevo, descansa en

Alma. Alma siempre está produciendo algo más claro, siempre produciendo

ideas más definidas, para que obtengamos el sentido de lo nuevo de Alma.

Toda esta actividad está ocurriendo sobre la base de que Principio opera por

sí mismo, a través de categorías. Principio recorre sus categorías y dice: “Sí, Yo

soy el Verbo (Palabra). Yo me afirmo a mí mismo. Yo soy el Cristo. Mi

conciencia recorre las categorías del Cristo.” Principio no puede ayudar sino

expresándose a sí mismo; no puede ser retenido. Así adquirimos el sentido

ilimitado de Vida como Cristianismo en donde vemos que Vida demuele todo

cuanto obstaculiza su camino. Vida es una fuerza irresistible que no puede ser

detenida.

Realmente sólo conocemos Vida cuando conocemos su verdad científica, y

cuando hace que retornemos a Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y

Amor.

¿Qué es una verdad científica comparada con una verdad? La

declaración de que la Vida se auto-sustenta y es eternamente nueva es una verdad.

Pero la verdad o hecho científico es la declaración de que Vida se auto-sustenta y

es eternamente nueva, sobre la base de que Vida edifica sobre Mente, Espíritu,

Alma, Principio. Este es el mayor rango de referencia interno, con el cual opera

Vida. Cuando afirmaciones acerca de la Vida se basan en ese sentido, se vuelven


declaraciones científicas, verdades científicas. Entonces tienen poder, y

funcionan.

Vida es Auto-Creadora

Vida es auto-creadora y auto-existente; Vida se preserva a sí misma, se

conserva a sí misma. ¿Qué significa esto? En Alma consideramos las

habilidades infinitas de Alma para abarcar. Alma como Vida, dice: “Yo

identifico y lo mantengo nuevo, veo que sea preservado, sustentado, mantenido.”

Adquirimos el sentido de Vida teniendo esa habilidad interna, por medio del

impulso infinito del Principio divino en operación, viendo para Principio que eso

que es, está constantemente renovado y mantenido.

Mutación

Otra idea importante que caracteriza a Vida, la cual tocamos someramente

con anterioridad, es mutación. Vida produce mutación. Al estudiar los siete

sinónimos para Dios en el orden del Verbo, hallamos que después de Principio se

produce una terrible ruptura. Con Vida llega algo bastante diferente – mutación;

lo que de acuerdo al diccionario Webster significa: “variación repentina que se

produce.” En el reino de la naturaleza tenemos nuevas formas cambiando

espontáneamente, tales como la oruga cambiando a mariposa, pero éstas no son

llamadas mutaciones, porque son parte del círculo natural de la vida. Éstas son

un efecto predecible, causado por el desarrollo normal de los insectos. Una

mutación es la venida a ser, de una forma nueva, independiente de la base de la ley

de causa y efecto.

Un efecto es también algo nuevo, por supuesto, pero sólo en el sentido de

que la mariposa es algo nuevo. Si razonamos sobre la línea de la causalidad de

Mente, en donde vemos que toda causa trae un efecto – de que no hay efecto sin


causa – esa es la ley de la causalidad. Esta es la razón por la que decimos que, en

el nivel de la Ciencia Cristiana, si tenemos pensamientos de temor (causa)

podríamos enfermar (efecto). Podemos corregir el efecto cambiando la causa,

sabiendo que en la Mente divina no hay temor porque Mente es la plenitud y no

tiene miedo. Esto produce la corrección, y otro efecto: de nuevo estamos bien.

Esta es la ley de causa y efecto.

Mas la ley de mutación es una ley superior a la ley de causa y efecto. La

ley de mutación dice que algo nuevo viene a ser independientemente del proceso

de causalidad. El Nuevo Testamento lo llama “gracia” – el don de la gracia.

Pablo estuvo purgando la vieja ley de la causalidad prescrita en el Antiguo

Testamento que decía que si habíamos sido malos teníamos que sufrir hasta que

quedara saldada nuestra deuda. La ley del Nuevo Testamento es diferente. La

ley de Cristo no es que ganemos nuestra salvación por la obediencia a “la ley”,

sino que, como San Pablo insistía: vivimos por gracia, vivimos por fe.

¿Vivimos por qué? Vivimos por el hecho de ver que el Principio divino

siempre produce algo nuevo sin que tengamos que “ganarlo” o lo merezcamos.

Esto es la gracia. Al hablar de la convicción celestial que le llegó, la Sra. Eddy

dice que fue “el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación

de Su poder.” (C & S 108:3-4) Esta es la ley de mutación. Significa que no hay causa

alguna en el pasado que nos conduzca a algún efecto en el presente. La ley de

causalidad de Vida dice: “Dado que el ser es, todo cuanto se necesite o pueda ser

necesitado está eternamente presente”. Esto es un don. No tenemos que

ganárnoslo.

Estamos como Vida, Dios – Rasgando

el Velo de la Mortandad


La Vida es de esta naturaleza. Principio, como Vida, opera y proyecta

incesantemente sus nuevas ideas dentro del ser. Principio no pregunta: “¿Qué es

lo que han estado haciendo últimamente? ¿Qué hicieron antes?” Simplemente

dice: “YO SOY, y yo no puedo ser algo más que lo que YO SOY, y, por lo tanto, Yo

doy, doy, doy, sin pedir recompensa o firmar pacto alguno.”

El Antiguo Testamento tiene un convenio firmado, pactado con Dios, quien

dice en efecto: “Yo, Dios, te doy mucho, y a cambio me tienes que dar esto y esto

otro;” mas el Nuevo Testamento tiene un Dios de gracia. Jesús, luego del

desarrollo completo del Antiguo Testamento, llamó a Dios: “Padre.” El padre

sostiene a la familia; él da y da, y trabaja para sostener a la familia.

Esta es la naturaleza de Mente, Espíritu y Alma en el momento en que toca

el punto donde la vemos como el Principio del Yo Soy. Una vez que la

comprendemos como Principio, ya no tendremos que trepar la escalera para mirar

lo que es correcto. Ahora hemos identificada la naturaleza entera de Mente,

Espíritu y Alma con Principio. Principio dice: “Ahora me haré cargo. Yo soy

un Principio auto-operativo y por lo tanto yo doy Vida. Yo doy.” Esto es la

Vida: “Yo doy.”

Esto es lo que tenemos aquí, es decir, esa Vida auto-sustentable, auto-

soportable, auto-conservable, abasteciendo eternamente. ¿Cuál es la naturaleza

de esta provisión? Podríamos decir que el Libro de Texto, como un todo, está

proveyendo aquella instrucción que provocará nuestra evolución y desarrollo

fuera de la mortandad hacia el ser puro y espiritual. No podría haberse hecho

mayor provisión que el rasgar el velo de la mortandad, la falsificación del ser

inmortal.


Dios es la Vida del Hombre

Y “El Tiempo no Sería más” (Rev. 10:6)

La Sra. Eddy resalta frecuentemente el hecho de que la Vida está justo aquí

y ahora, eternamente presente. Vida no es algo que esté en el futuro. Tenemos

que ver que Vida no tiene nada que ver con un concepto de tiempo, ni aún con un

concepto eterno de tiempo. No estamos hablando sobre un tramo del ser que va

desde la eternidad hacia la eternidad. Eso es el concepto humano de vida, el cual

no permite que veamos el verdadero concepto científico de Vida.

Vida es el ser. ¿Cuál es la vida de 2 x 2 = 4? ¿Es muy grande? ¿Es

eterna? ¿Pensaríamos del ser de 2 x 2 = 4 en el sentido de un tiempo largo? No.

Debemos cultivar nuestro concepto de Vida para liberarnos a nosotros

mismos del concepto de tiempo o del sentido de Vida. Un sentido de Vida nos

previene de ver que Vida es el ser, el ahora. Vida es progresión. Como

notamos, es como el cálculo matemático cuando nos movemos desde un cálculo,

desde un proceso hacia el otro, desde la adición a la sustracción, a la multiplicación

para solucionar un problema. Es la idea quien se mueve a sí misma hacia otra

idea. Esto es Vida como progresión. Esta “progresión infinita es el ser

concreto;” (Esc. Misc. 82:20) y ésta es la razón por la que podemos decir que la mutación

no es un movimiento en el tiempo o en el espacio, y aún así es algo que acontece,

como la progresión.

En la medida en que llegamos a Vida, Verdad y Amor, tenemos más y más

dificultad con nuestros conceptos humanos y nuestro enfoque mundano.

Tenemos que utilizar los simbolismos limitados de nuestro mundo cotidiano para

expresar aquello que no es de este mundo.

Podemos ver que, si no hay movimiento, hay estancamiento. En Vida no

hay estancamiento, por lo que debe haber movimiento. Por lo tanto, debemos ver

que movimiento puede ser algo que carece del concepto de tiempo. Las formas


cambian. Lo nuevo de Vida es algo eternamente nuevo. Así que debe haber una

fuerza motriz en acción, la cual de ninguna manera requiere un sentido de tiempo.

Todo Acontece al Mismo “Tiempo”

En el libro: Vida Después de la Vida, el Dr. Raymond Moonday escribió que

personas que habían fallecido, experimentaron que todo acontecía al mismo

tiempo, independientemente del tiempo en que hubiera acontecido dentro – de su

vida entera, simplemente ocurrió en un momento sin intervalo alguno de tiempo.

Esto es realmente verdadero. Debemos verlo. ¿Recuerdan nuestro ejemplo de

aritmética? Todos los hechos de las matemáticas están ocurriendo al mismo

tiempo. ¿Significa que esto está ocurriendo en el tiempo? No. Esa es la

cuestión. Todo lo que es, está ocurriendo “al mismo tiempo”, pero no podemos

decir que ocurre en el mismo momento, porque nuevamente incorporamos en

momento, nuestro concepto humano.

Nuestro sentido de Vida debe liberarse a sí mismo de la creencia en el ayer,

en el hoy y en la eternidad; así como del aquí y ahora.

Todos estos son conceptos que pertenecen al rango humano de referencia,

los cuales la Sra. Eddy toma en cuenta, para explicar lo que es Vida – que Vida

tiene que ver con el ser, y no con un “aquí” o un “ahora”. Tenemos que

deshacernos del concepto tridimensional, y aún del concepto cuatridimensional, la

continuidad de tiempo y espacio.

Debemos ver la Vida Como el Ser

El libro del Dr. Moody, Vida Después de la Vida, ha apuntado hacia muchas

preguntas relacionadas con la vida después de la muerte. La gente se ha venido

preguntando si existe algún tipo de prueba científica de vida después de la muerte,

y se pregunta si en esta vida posterior, la continuidad de tiempo-espacio cae


simplemente en pedazos. El concepto tiempo-espacio es un concepto hecho por

el hombre que sólo se aplica a nuestro sistema humano de referencia. Debemos

pensar en hechos y ya no más en una continuidad de tiempo-espacio.

Poco a poco la cuestión de la vida posterior está siendo resuelta, pero el

mundo en general aún no ha comenzado a investigar la vida antes del nacimiento.

Sobre este tema el mundo está bastante en tinieblas porque está haciendo la

pregunta incorrecta, tal y como si hace la pregunta incorrecta sobre la vida después

de la muerte. La gente creyó que la vida incluye un concepto de tiempo, así que

preguntaba: “¿Continúa el concepto de tiempo en el futuro?” Ahora pregunta:

“¿Ha continuado el concepto de tiempo en el pasado?” Ambas son preguntas

erróneas. Debemos ver a Vida como el ser, como el hecho, entonces no

preguntaríamos: “¿Qué aconteció antes del nacimiento?” Ni: “¿Qué ocurre

después de la muerte?” Tampoco preguntaríamos: “¿Dónde estábamos antes de

nacer?” Ni: “¿Dónde estaremos después de la muerte?” Todas estas son

preguntas incorrectas. No tienen nada que ver con la Vida.

Un Sistema Nuevo de Referencia

Somos esclavos de un determinado sistema material y limitado, o rango de

referencia. Sólo testificamos o vemos de acuerdo a nuestro sistema material de

referencia innato, sin comprender que hay muchos otros sistemas de referencia.

Hay un concepto de tiempo, así como de espacio, involucrado en la

pregunta: “¿Dónde estamos?”, y ni el tiempo ni el espacio son absolutos, como

Einstein vio. Cuando niño, él se preguntaba: “¿Cómo se vería el mundo si yo

estuviera sentado en un rayo de luz?” Pensando acerca de esto llegó a

comprender que, si cambiaba su sistema de referencia, en ese momento, de

repente, no habría allí más tiempo (aunque las implicaciones de su cuestionamiento

produjeron la bomba atómica).


La gente pregunta: “¿Dónde está Jesús? ¿Hacia dónde se ha ido?” Jesús

dijo: “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días.” (Mat.28. 20) Él está aquí, pero

no lo vemos puesto que él tiene otro sistema de referencia, un sistema de referencia

totalmente diferente. Eso es lo que la Ciencia Cristiana quiere presentar, es decir,

un sistema de referencia completamente nuevo, un sistema divino de referencia en

Cristo. Debemos cambiar el viejo sistema material de referencia por el sistema

divino y espiritual de referencia. Esto es lo que Jesús quería que viéramos.

Verdaderamente vivimos en un sistema de referencia divino en lugar de en

un sistema humano de referencia que fue construido por las creencias en una mente

mortal en un cuerpo material. Esta creencia en una mente mortal en un cuerpo

material es la principal creencia que aceptamos, y produce pecado, enfermedad,

frustración y muerte. Este es el sistema de referencia en el cual nacimos, el cual

Mary Baker Eddy vio que era la “primera muerte.” Todo mundo cree en este

falso sistema de referencia.

La Sra. Eddy Construyó un Puente Hacia el Ser

Resulta interesante recordar que cuando la gente aprendió a leer y a escribir,

la habilidad física de leer el pensamiento – que poseían los ancianos – se perdió.

Ya no necesitábamos más de dicha habilidad.

¿Cómo sería el ser, si el concepto de tiempo fuera quitado, aún el concepto

de tiempo sobre eternidad, y sobre la eterna presencia? La eterna presencia es un

concepto de espacio, y la eternidad es un concepto de tiempo. La Sra. Eddy,

como dijimos, necesitó de dichos términos para hacerse entender y para construir

un puente hacia el ser. Vida es el ser, y si entendiéramos esto, sería la solución

para el nacimiento, la primera muerte.

En lugar de preguntar: “¿Dónde estábamos anteriormente?, deberíamos

comprender que tanto ‘dónde’ como ‘cuándo,’ son conceptos de espacio y tiempo.


Un concepto de ser tiene que ver con el ser, y el ser revela que el Principio divino

es, y es el ser. Es constante, perpetuamente, su propio ser. Jamás debiéramos

preguntar: “¿Cuándo nació 2 x 2 = 4?” Tampoco: “¿Qué hubo antes del 2 x 2 =

4?” Los simbolismos científicos son mejores que los simbolismos bíblicos. La

Ciencia dice que ahí está el ser, ahí está la objetividad.

Ningún Creador, Ninguna Creación –

el Nacimiento Humano es la Primera Muerte

Hacemos estas preguntas materiales debido a que aún estamos trabajando

bajo las creencias míticas de un creador que crea una creación. Aún creemos en

un creador creando una creación, así que preguntamos cuál fue primero, si la

gallina o el huevo.

La Sra. Eddy responde completamente a esa pregunta en forma diferente.

Ella, por supuesto, habla bastante acerca de un creador y una creación como una

concesión a la ignorancia total de la época. Imaginen la respuesta que hubiera

habido si ella hubiera afirmado contundente (y honestamente) que no hay ni

creador, ni creación alguna. Sus lectores estaban impregnados de un sentido

religioso, y la Sra. Eddy se tuvo que adaptar a ese sentido religioso con la

enseñanza típica y mística acostumbrada por la gente, declarando: que Dios es el

bien, que es un creador, que sólo crea lo bueno, etc. Pero para aquellos con ojos

para ver, la Sra. Eddy enseña que no hay creador ni creación, que no hay

nacimiento humano, del cual enseñó, que era la primera muerte. Ella dice: “...

la Ciencia divina que trajo a Jesús a la presencia humana...” (C & S 325:29-30) Fue la

Ciencia divina la que creó a Jesús, y no un “Dios.” No fue un creador, sino una

Ciencia. Y una ciencia, ya sea que se trate de la ciencia de las matemáticas o de

cualquier otra ciencia, dice lo que es; dice lo que los hechos son. Podría parecer

como si alguien creó ésta o aquella ciencia, y trajo estos hechos al ser, pero los


hechos siempre fueron los hechos. Los hechos son los hechos. No son creados.

2 + 2 = 4 jamás fue creado. Es un hecho, y tiene la naturaleza del ser.

En el Ser los Hechos Son

Nosotros tenemos que soltar todo ese asunto de un creador y una creación de

Dios creando al hombre; todo ese asunto de comenzar con un creador y terminar

con una creación. En el ser no podemos crear nada. Los hechos son. Son todo

cuanto podemos ver. La única cosa que podemos ver está más relacionada con

aquello que es. Aquello que es, es la Ciencia, y en la medida en que seamos

Ciencia, somos. Anticuada y pasada de moda es aquella creencia religiosa de

que: ¡Dios es nuestro creador! ¡Y qué maravilloso es Su nombre!

Nos hemos dado cuenta que Mary Baker Eddy escribió su Libro de Texto en

un cálculo cuádruplo. En el momento en que vamos más allá del Verbo, el

Cristo, el Cristianismo, y alcanzamos los cuatro lados de la ciudad santa, la

Ciencia, comenzamos a ver que todo cuanto existe es el hecho científico. El

hecho científico, como hemos visto, no tiene pasado, presente ni futuro; no tiene

espacio, ni tiempo, ni por dónde, y por lo tanto estos hechos existen.

“¿No fue esa una revelación más bien que una creación?” (C & S 504: 14)

pregunta la Sra. Eddy. Ella considera el registro total de la creación y lo lleva de

retorno a la Ciencia. “La Ciencia revela,” dice ella. ¿No es la revelación,

aquello que humanamente llamamos creación? La mayoría de los Científicos

Cristianos llevan a cuestas creencias en el misticismo, en la magia – al pensar

acerca de un Dios que es creador y tiene una creación, lo cual es del todo un

cuadro místico. Nada tiene que ver con las ideas. Naturalmente debemos hacer

concesiones con aquellas creencias ancestrales para traerlas a la superficie y

lentamente reformarlas a un sentido del ser que es Vida.


Lo que queremos ver, en relación con el sinónimo Vida, no es tanto que la

Vida es eterna, sino más bien que el ser es. El Ser es. Eso es la Vida. Y “la

Vida, espiritualmente comprendida,” dice la Sra. Eddy, “es el cielo aquí.” El

sinónimo Vida podría ser llamado el ser. El ser nada tiene que ver con tiempo ni

con espacio.

El Conocer a Dios es Vida Eterna

La Sra. Eddy define la Vida como: “el conocer a Dios.” (C & S VII:22) El

conocer a Dios es Vida eterna. Esta no es una idea de Vida sino una cualidad

transformada, una forma trasladada a lo humano. La Sra. Eddy está diciendo que,

si elevamos nuestro pensamiento al punto de Dios o el Ser, entonces tendremos

Vida. Tenemos Vida cuando elevamos nuestro pensamiento por medio de Mente,

por medio de Espíritu, por medio de Alma, por medio del Principio del ser; eso es

Vida. Por lo tanto, recorrer el camino de Mente, Espíritu, Alma, para ser

identificados con Principio – Mente, Espíritu, Alma enlazados en un solo sistema

como Principio, – es el camino de Vida y significa conocer a Dios. Para conocer

a Dios debemos conocer a Mente, debemos conocer a Espíritu, debemos conocer a

Alma, debemos conocer a Principio. Ellos son todos los aspectos de Vida, ellos

constituyen la Vida. Lo que ellos son, Vida es. Conocerlos es el camino de

Vida, el método de Vida, la exaltación de Vida.

Exaltación

Vida exalta. ¿Qué quiere decir la exaltación de Vida? ¿Qué es

exaltación? ¿Cómo exalta Vida? ¿Es un acontecimiento místico?

Exaltación significa tomar un sentido superior al sentido humano. En lugar

de avanzar con nuestros propios pensamientos de la mente mortal, comenzamos

con Mente y con las ideas de Mente. Esto ya está exaltando. En lugar de pensar


acerca del universo material comenzamos a pensar acerca de Espíritu – que

Espíritu despliega, y Espíritu procrea nuevas ideas – y así exaltamos nuestra

conciencia sobre el nivel material hacia el espiritual.

Luego continuamos con Alma, y en lugar de tener un sentido de que todo es

indefinido y que debe ser testificado desde la materia, descubrimos que el sentido

espiritual testifica más claramente, y exaltamos nuestro testimonio sobre el

testimonio del sentido físico, hacia el testimonio espiritual.

La exaltación toma lugar en Mente, en Espíritu y en Alma. Luego en

Principio, elevamos la idea hacia su Principio. Entonces se encuentra ahí, y eso

es Vida; ese es el camino de Vida; esa es la exaltación de la Vida.

No debiéramos pensar demasiado de Vida como aquello que sigue después

de Principio y preguntar: “¿Cuál es el siguiente paso en la escalera?”

Verdaderamente siempre será un mayor sentido de Mente, un mayor sentido de

Espíritu, un mayor sentido de Alma y un mayor sentido de Principio lo que

constituye Vida. Eso es lo que debemos ver. Es debido a eso que Mary Baker

Eddy dice: “Comprender a Dios, conocer a Dios, es vida eterna.” El conocer la

naturaleza de Dios, el conocer la naturaleza de Mente, de Espíritu, de Alma, como

el Principio de nuestro ser, es Vida, es exaltación.

Lo que Significa el Conocer a Dios

El conocer a Dios significa exaltar el pensamiento de uno desde el sistema

de referencia de la mente mortal hacia el divino sistema de referencia. Significa

exaltar el pensamiento sobre el pensamiento humano hacia lo relativo a la

concepción de ideas sobre el sentido material, para ver la belleza del reino

espiritual, sobre la indefinición del testimonio del sentido físico hacia aquel

maravilloso y bien definido sentido de toque y testimonio espiritual. Este es

verdaderamente el Principio sobre el cual nos basamos a nosotros mismos.


Entonces nos habremos exaltado a nosotros mismos. Eso es Vida. Entonces las

ideas llegan y fluyen desde su origen y van de nuevo hacia su origen.

En el estado de aprendizaje el origen pudiera parecer Ciencia y Salud,

nuestro libro de texto. Pero gradualmente, en tanto que el contenido del Libro es

asimilado y comprendido espiritualmente, hallamos “el reino de los cielos dentro.”

Nuestro verdadero ser se ha desplegado y desarrollado, y ha evolucionado desde el

Verbo, desde las enseñanzas del Libro de Texto, en tanto que paso a paso fuimos

abandonando la forma mortal de ver las cosas. Una mutación ha tenido lugar.

El prepararse para una mutación pareciera ser como una batalla, y en ocasiones una

fiera batalla, pero ganar un poco cada día y no sucumbir al desaliento es hacer

mucho. Los mortales, dice la Sra. Eddy, avanzan hacia lo inmortal, de la misma

manera que los bebés avanzan hacia el estado adulto.

Conforme se desarrolla la comprensión, las ideas fluyen dentro y volamos

sobre la tierra en el firmamento abierto del cielo en donde experimentamos la

espontaneidad de la Vida. Entonces llega el don de la gracia. Entonces se

establece la mutación, porque hemos preparado la tierra para que se establezca la

mutación.

Esto es la Vida. Vida llega como la ley de la espontaneidad, como lo

nuevo de la Vida, y es Vida quien dice lo que va a acontecer. No es prerrogativa

de la gente decir lo que va a acontecer. No es la gente la que decide ascender un

peldaño más en la escalera. Es la idea divina. Es lo mayor gobernando lo

menor, y conforme gobierna, Vida llega a la humanidad, a todos; y en algún lugar

halla una conciencia transparente por medio de la cual la luz puede brillar y

entonces esa conciencia la puede explicar.


Debemos Prepararnos a Nosotros Mismos

La idea encuentra a los Científicos, la idea encuentra a los filósofos, pero

jamás llega a una persona que no está preparada, que no ha preparado su aposento

con suficiente evidencia para poder ser usada como una transparencia. La

inspiración, la intuición y la exaltación no llegan a un pensamiento que no se ha

preparado.

El conocer a Dios es Vida eterna, así que preparémonos. Debemos

preparar nuestro pensamiento para recibir la revelación. No es que lleguemos a

un significado superior, sino que conforme preparamos nuestro pensamiento, la

revelación llega a nosotros. Esto enfatiza la importancia de ejercitar nuestros

fundamentos, para que así veamos el sistema constantemente con más claridad.

Entonces Vida se precipitará a sí misma sobre nosotros y reacomodará todo de

manera que la luz irrumpa.

Pero sólo llega si nosotros hacemos lo que nos corresponde en buscar, en

investigar, en esforzarnos. “... el yo humano debe evangelizarse,” dice la Sra.

Eddy. (C & S 254:20-21) Lo que Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y

Amor es, debe ser revelado por medio del carácter humano. Nuestro carácter

debe estar de acuerdo con el bien del carácter de Dios, y para eso aún el oro del

carácter humano debe ser mezclado y purificado en la medida en que estamos

comprometidos para modelar nuestras vidas en conformidad con las divinas

enseñanzas de Ciencia y Salud.

La revelación sólo puede llegar al pensamiento preparado, a la conciencia

científica, así que debemos cultivar un amor por los fundamentos, y hallar placer

en volver sobre todo el asunto una y otra vez, adiestrándonos a nosotros mismos

en las categorías simples, “... en los ejercicios más sencillos de su armamento

espiritual.” (Un. 6:30-31)


Los grandes músicos practican sus escalas constantemente. De igual

manera, debemos tomar lo que conocemos de Dios, y aplicar sistemáticamente

aquellas ideas infinitas de verdad a las innumerables creencias de la mente mortal.

Tenemos que destruir el error específico con la verdad específica acerca de él.

En tanto que lo hacemos, repentinamente algo irrumpe desde arriba de la

conciencia mortal y aparece un nuevo aspecto, o se abre una visión completamente

nueva.

Los científicos físicos están descubriendo que cada nueva innovación se

despliega por medio de siete estados. El mundo ve hoy en día – en su propia

manera y términos – que hay una línea de orden creativo que va en paralelo exacto

con los siete días de la creación. Ellos ven esto en el punto de Vida, y lo llaman

“el estado eureka”, cuando la idea llega y ellos exclaman: “¡Lo tengo!” Este

punto – eureka, llega en la quinta etapa, en la etapa de Vida.

En la quinta etapa es que comprendemos cómo trabaja el Principio, y en

embeleso exclamamos: “¡Lo he hallado!”

El Amar a Dios Significa Vida

En su declaración del tercer grado, (C & S 116) el quinto término o palabra que

la Sra. Eddy nos da, es “amor.” John W. Doorly explicó que esta palabra, amor,

significa la cualidad del amor que nos conduce a abandonar el concepto mortal.

Esta palabra, amor, usada de esta manera, no es una idea de Vida, sino que es una

cualidad transformada. Es el modo en que llega a lo humano y demanda de

nosotros una cierta actitud hacia Vida, es decir, el abandono del concepto mortal.

Aquí “amor” significa la voluntad de dejar de lado el sentido falso de Vida,

la voluntad de dejar de lado la mente mortal, la materia, el testimonio de los

sentidos como nuestra base de creencias, y como base de nuestras teorías también.

Debemos cambiar la mente mortal, la materia y el testimonio de los sentidos


materiales por la conciencia de la Mente divina. Debemos cambiar las ideas de

Espíritu por el testimonio del sentido espiritual. Debemos estar dispuestos a

soltar las teorías humanas, los dogmas, los preceptos y las ceremonias, y aceptar el

gobierno del Principio divino. Esto es amar.

Jesús dijo: “Aquellos que me aman darán su vida por mí,” es decir,

mantendrán sus pensamientos y acciones en conformidad con el Principio divino;

renunciarán a todo lo que constituye el ego mortal, la creencia en una mente y vida

propias.

Las aves, en el quinto día de la Creación, dejaron la tierra atrás; se

remontaron sobre ella. En la libertad de su vuelo hay un sentido de exaltación.

Multiplicación

Es una paradoja de la Vida que en la medida en que Vida nos aleja del

concepto mortal, de todo cuanto hemos considerado como preciado y considerado

como esencial, nuestro sentido de totalidad y de bienestar se multiplica.

¿Por qué ‘multiplicación’ es una idea que caracteriza a Vida? Esto se debe,

como hemos visto, a que Vida no depende de la ley de causa y efecto. Principio

es el Principio de Vida, y Principio está operando eternamente, dándonos la

plenitud de Vida, la cual no puede más que verter incesantemente,

ininterrumpidamente, sin causa alguna. El flujo de Mente no puede ser obstruido

ni controlado de manera alguna.

Obtenemos el sentido de multiplicación cuando comprendemos que Vida

es ilimitada. También tenemos las ideas de plenitud de Vida, de abundancia de

Vida, de provisión de Vida, de lo nuevo de Vida, de espontaneidad, gracia y favor

de Vida, caracterizando a Vida.

Todo cuanto indica claramente un origen, una fuente, manantial de Vida,

todo cuanto vierte sin causa alguna, nos da ese sentido de multiplicación. En el


momento que tenemos una causa, tenemos una causa para un efecto – una causa

para un efecto. Sin embargo, en la quinta etapa – en la que sólo tenemos el

manantial de Vida, no preguntamos de dónde viene, ni cuál es su causa – la dádiva

simplemente se vierte. ¡Eso es Vida!

¿Qué significa todo esto en el sentido humano de las cosas? Significa que

nosotros somos un manantial de Vida. Si somos Vida y la idea de Vida, entonces

nosotros somos el manantial de Vida, porque “el reino de [Dios] está dentro de

[nosotros],” y porque somos la “incorpórea, divina, suprema, infinita Mente,

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.” No debemos cometer la

equivocación de pensar que Vida es el manantial de Vida y que nosotros somos su

receptáculo. Eso no es Vida. Esa sería vieja teología, el sentido de un comienzo

para vida. El recibir no es Vida. Solamente tenemos la plenitud de Vida cuando

somos Vida, cuando somos un manantial de Vida y vertimos Vida, cuando damos.

¿Cómo Podemos Dar?

¿Cómo podemos dar? ¿Cómo puedo yo dar? Como Vida, podemos dar,

verter, proyectar al mundo las ideas de Mente en lugar de las ilusiones y falsas

creencias de la mente mortal. Podemos proyectar desde nuestra conciencia la

sustancia infinita de Vida, el despliegue y orden infinitos de Vida, en lugar de

proyectar desorden, confusión, dualidad, retroceso y materialidad. Podemos

proyectar todo cuanto Alma significa y es, todo cuanto Principio significa y es.

Yo soy el manantial de Vida. Principio e idea han sido mostrados como

siendo uno, como coexistiendo. En Vida no podemos tener una Vida que sea el

manantial de Vida, por un lado, y por el otro nosotros como pobres limosneros

tratando de obtener algo de ese manantial de Vida. Llegamos a Vida cuando

vemos que somos el manantial de Vida. Es el verdadero “YO” el que es el

manantial de Vida.


Para tener plenitud debemos verter plenitud. Ahora podemos ver que jamás

necesitamos de alguien más para darnos algo. Nosotros, todos, somos el

manantial de Vida. Podemos dar sin medida alguna. Eso es Vida. Nos hace

fuertes y vitales porque sentimos que tenemos todo dentro y podemos verterlo sin

medida alguna.

¿Puede algo impedirnos el dar – de proyectar las ideas de Mente – en lugar

de las ilusiones de la mente mortal? ¿Puede alguien evitar que proyectemos el

bien como las únicas ideas, en lugar de proyectar el mal del desorden y la

animalidad? ¿Puede algo o alguien evitar que proyectemos desde nuestra

conciencia ideas de Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor?

No. Nada puede evitar que proyectemos al mundo, imparcialmente, el

flujo interrumpido de las ideas divinas de Vida que bendicen por igual a uno y a

todos. Esto es la provisión y la abundancia. La lluvia y el sol caen sobre todos

por igual. Nosotros podemos hacer lo mismo porque es con la conciencia y con

las ideas con las que estamos trabajando. Cuando nuestras riquezas consisten en

ideas, podemos proyectarlas y compartirlas sin limitación.

La multiplicación significa vernos a nosotros mismos como la plenitud de

Vida. Somos la plenitud de Mente, de Espíritu, de Alma, de Principio, Vida,

Verdad y Amor, y cuanto más experimentemos esta plenitud de Vida, tanto más

tendremos la multiplicación, y tanto más tendremos para dar.

El Camino de Vida

El salir desde la plenitud, el salir desde la superabundancia de Mente,

Espíritu y Alma, es el camino del método de Vida. En Vida tenemos el concepto

de método. ¿Qué significa método? El método de Vida es conocer a Dios –

“Conocer a Dios es Vida eterna.” El conocer a Dios, el recorrer el camino de

Vida, el tener el método, es comenzar con Mente, Espíritu, Alma, como nuestro


Principio. El método de Vida es identificar todo con Principio. “Camino” es el

término bíblico para el término más científico, método, pero la Sra. Eddy utiliza

ambos: “el camino de Vida” y “el método de Vida.”

Método significa la manera (camino) de hacer algo. La manera (camino)

de hacerlo es el método. Si Vida es el método, y Vida dice que comencemos

desde la plenitud, que comencemos con la superabundancia de Mente, Espíritu y

Alma, entonces ese es el método. Tenemos Vida si vemos siempre todo en su

plenitud.

El método de Vida es ver todo en su superabundancia, en su plenitud y

perfección, y en verlo como proyectado fuera de nosotros, el verdadero sentido de

todo – el verdadero sentido de Mente – el verdadero sentido de Espíritu, de Alma,

y el verdadero sentido de Principio. Proyectado fuera de nosotros mismos,

porque recuerden, la Mente única es nuestra Mente; es esta la Mente que forma la

imagen que es proyectada fuera de nosotros mismos sobre el universo. Para

utilizar el método de Vida, para el ser el método de Vida, tenemos que comenzar

con Mente, ir a Espíritu, a Alma, y tenerlos como una sola operación en Principio.

El método es ver todo en su plenitud y perfección, siempre proyectando

fuera de nosotros mismos, el verdadero sentido de todo – el verdadero sentido de lo

que nosotros somos como la “incorpórea, divina, suprema, infinita Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor,” dado que “el reino de [Dios] está dentro de

[nosotros].” El método no se refiere al bien desde una base material, sino al bien

espiritual y divino, el cual solo es inmortal. El método se refiere al eterno

Principio del hombre el cual es Vida eternamente presente.

Individualidad

El método de Vida muestra que nosotros no estamos divididos del Principio,

y, como vimos anteriormente, debido a que no estamos divididos del Principio y


reflejamos plenamente todo lo que ese Principio es, cada uno de nosotros tiene

toda la individualidad.

¿Cómo es que individualidad encaja en Vida? Debemos comprender la

individualidad como la Sra. Eddy la comprendió; y no en la forma en que el mundo

le entiende, es decir, que la individualidad es uno fuera de una serie y por lo tanto

es único, teniendo el modo y manera de lo que el mundo llama individualidad.

En la Ciencia esto es diferente. Aquí también cada uno es único, pero en

Vida nuestra individualidad dice: “Yo no estoy dividido del Principio.” ¿Qué es

entonces Principio?

Principio dice: “Yo tengo ideas infinitas, por lo tanto, no tengo una

individualidad individual.” ¿Qué significa esto para nosotros? Significa que

ustedes, yo, cada uno de nosotros, poseemos toda individualidad. Esta

individualidad se manifiesta por medio de la reflexión espiritual en Espíritu.

Cada uno de nosotros expresa toda individualidad como nuestra individualidad.

¿Qué queremos decir al afirmar que la individualidad caracteriza a la Vida?

Esta declaración significa que no estamos divididos ni separados del Principio.

Por otro lado, el concepto humano para individualidad es verdadera soledad, ya

que dice: “Yo soy sólo un hombre, así que no me pidan que haga lo que sólo una

mujer puede hacer; o yo soy sólo una mujer, así que no me pidan que haga lo que

sólo un hombre puede hacer.” El mundo piensa de la individualidad como una

división de cualidades, pero en la existencia espiritual cada individuo tiene una

individualidad infinita. Cada uno de nosotros está al mismo tiempo en posesión

de todas las cualidades y atributos; de las cualidades paternas y de las maternas, así

como de las de filiación. Cada uno tiene al mismo tiempo las cualidades de hijo,

de hija, de amigo, de maestro, de consejero, etc. Cada uno tiene dentro de

nosotros mismos todas las cualidades y atributos al mismo tiempo, porque cada

uno de nosotros no está dividido ni separado del Principio.


En el ser, cada uno tiene todas las individualidades al mismo tiempo.

Cuando comprendamos nuestro Principio veremos y experimentaremos esta

individualidad. El Uno tiene que ser infinito en individualidad y en expresión,

como individualidades infinitas.

Cuando estudiamos Espíritu aprendimos que Espíritu diversifica, clasifica e

individualiza, pero como vimos; Espíritu es la única habilidad para realizar tal

cosa. Le corresponde entonces a Alma verdaderamente diversificar, dar a cada

objeto su género e identidad; y a Principio el clasificar; así como a Vida le

corresponde individualizar todas las identidades. De esta manera tenemos al

creador en Mente. Mente ordena por medio de la diversificación o de la

designación del género de Alma, por medio de la clasificación de Principio, y por

medio de la individualización de Vida. Luego llega Verdad diciendo: “Y todo

mundo tiene su forma perfecta”. “Perfecto” es Amor; y “forma” es Verdad. De

esta manera tenemos a los siete sinónimos, y nuestra individualidad está completa.

La Vida es el Ser

“Ser” y “existencia” parecen semejantes, pero “ser” es una forma más

absoluta de la condición de ser. El término “existencia” es usado comúnmente

como “ser” en lo humano, para dar a lo humano un sentido de Vida. “Presencia

eterna” es aún un sentido de espacio y no un sentido de la calidad de ser, en cuanto

implica un “lugar” en la “existencia” donde todo es. Es muy difícil mostrar las

ideas de Vida porque siempre es, es, es. Si sólo pudiéramos tocar el hecho de que

el ser, es, entonces obtendríamos la multiplicación, la individualización;

tendríamos un ser auto-sosteniéndose y auto-manteniéndose en expresión. Todo

está a la mano cuando comprendemos que el ser es. Ayuda el pensar en la

omnipresencia de 2 x 2 = 4 junto con todos los demás cálculos matemáticos.


La Sra. Eddy Hizo Concesiones

Debido a la Ignorancia de los Tiempos

Al usar palabras como eterno, perpetuo, continuo, la Sra. Eddy estaba

haciendo concesiones al sentido humano, a la ignorancia de los tiempos, en

relación con la naturaleza de Vida. Como vimos anteriormente, no

preguntaríamos: “¿Cuánto dura 2 x 2 = 4?” La pregunta: “¿Cuánto dura la

Vida?” es una pregunta incorrecta. La gente hace estas preguntas porque aún

siente que la vida depende de la materia, de las condiciones materiales. La

seguridad creciente de que la vida y el hombre sobreviven al cuerpo está ayudando

a la humanidad a ver que la vida es espiritual, y nuestra creencia en muerte

desaparecerá dentro del radio de nuestro crecimiento espiritual. “La muerte

jamás puede alarmar, ni siquiera presentarse al que tenga una plena comprensión

de la Vida.” (Un.40: 24-26) Para alcanzar la verdadera conciencia de Vida debemos

aprenderla del bien, aprenderla de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad

y Amor.

El momento se está acercando rápidamente cuando las creencias materiales

darán lugar a los hechos espirituales, y el hombre se habrá vuelto conciente de su

Vida indestructible en la existencia espiritual. Cuando reemplacemos las

equivocaciones humanas acerca de la Vida con una comprensión de Vida que sea

espiritual, estaremos utilizando nuestra inteligencia conferida por Dios. Dado que

la Vidas es lo que es, no puede producir su opuesto, la muerte. La muerte, siendo

un error, está condenada en la misma forma que cualquier error es eventualmente

descubierto y muere – regresa a su nada original.


Lo que Significa Nuestra Resurrección en Vida

Vida es la demostración de la inmortalidad, es decir, nuestra inmortalidad

traída a la luz.

Esta es nuestra resurrección en Vida la cual difiere de la resurrección en

Alma. En Alma nuestra resurrección fue fuera del sentido material – de los

placeres y dolores de la sensación en la materia, etc. Pero en Vida, la

resurrección (nuestra resurrección) conlleva un sentido superior. Debido a que en

la quinta etapa tenemos un entendimiento de Principio, voluntariamente

abandonamos todo el concepto mortal de la vida por razón de nuestro amor por lo

espiritual y por lo que eso implica. Este amor por lo espiritual nos hace

conscientes que la Ciencia divina es nuestro origen, y que la Ciencia divina nos

conduce hacia el ser eterno y atemporal, el cual es la dicha incorpórea porque “...

Vida es sólo Amor...” Dios (el bien infinito) es nuestra individualidad y nuestra

Vida. Esto quiere decir que nada podemos hacer por nosotros – “No puedo yo

hacer nada por mí mismo.” (Juan 5:30) El Principio de Vida que mora en nosotros

hace todo, porque en la quinta etapa, las ideas que estudiamos en Mente son ahora

el verdadero ser de Vida, la esencia de Vida. Estas ideas no sólo nos son

reveladas por sí mismas para nosotros, sino que nosotros somos esas ideas. Las

ideas son ahora nuestro verdadero ser. Por esto Vida es indestructible, porque las

ideas no pueden ser ni destruidas ni limitadas. Esta es la razón de nuestra unidad

con Principio. El Principio y su idea son uno, y como resultado de esa unidad,

tenemos nuestra individualidad en Vida donde nosotros expresamos, de manera

indivisible, la omni-acción y la eterna operación del Principio divino.


Por qué Vida es Indestructible

Vida es indestructible e inmortal porque Mente, en lugar de la materia, es

quien produce todo cuanto constituye a Vida. Las ideas de Mente son los

elementos, los componentes de Vida, y estas ideas son productivas, producen a su

propia semejanza. Cuando esta producción de ideas es comprendida y aceptada,

el nacimiento, la decadencia y la muerte se desvanecerán como un sueño, y

nosotros simplemente seremos. Veremos que somos uno con el gran “YO SOY, el

Ser que era, y es, y que será, a quien nada puede borrar.” (C & S 290:2-3) Vida no es el

origen de la muerte. Lo semejante produce lo semejante, y Vida produce Vida.

Vida demuestra Vida; no demuestra su opuesto.

Como vimos, Vida se auto-sustenta. Tiene la simiente en sí misma, si es

que nosotros comenzamos siempre con Mente. Debemos comenzar con Mente

porque el Principio divino de todo se expresa a sí mismo sólo con las ideas de

Mente, las cuales siempre son espirituales y jamás se combinan con la materia.

Estas divinas ideas infinitas están definidamente identificadas por Alma, y

enlazadas en un solo sistema por Principio. Este Principio – el Principio que yo

soy – se demuestra luego a sí mismo como un universo de ideas auto-sustentado y

auto-mantenido. Estas ideas somos nosotros. Ellas constituyen nuestro ser.

Ellas son nuestra Vida. “La existencia separada de (estas ideas divinas, que son

nuestra Vida), es imposible según lo explica la Ciencia.” (C & S 522:10-11) Vida,

nuestra Vida, es Dios. El pensamiento humano ha sumergido tanto nuestra Vida

en la creencia cruel de que la vida está en la materia, que la vida está en el cuerpo,

que la Sra. Eddy repitió y repitió el tema de que Dios es la Vida, queriendo decir

que Dios es nuestra Vida, la “incorpórea, divina, suprema e infinita Mente,

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.” Dios es la Vida que ahora

estamos viviendo, y si no fuera por el velo que ha sido puesto frente a nuestros ojos

debido al nacimiento humano, experimentaríamos la exaltación y divina


inspiración de nuestra Vida divina hoy en día – esa Vida infinita que es el Principio

en operación. Habiendo aprendido el método de Vida – amando y viviendo de

acuerdo con Mente, Espíritu, Alma y Principio – podemos reabrir con la Ciencia

divina las puertas del Paraíso.

Las Puertas del Paraíso, y

el Cuento de las dos Ranas

Esto me recuerda una pequeña historia de un grupo de ranas

que estaban viajando a través del bosque, cuando dos de ellas

cayeron en un pozo profundo. Todas las demás se reunieron

alrededor del pozo, y cuando vieron cuán profundo era, les dijeron a

las dos ranas, que estaban prácticamente muertas.

Las dos ranas ignoraron el comentario y trataron de saltar

fuera del pozo con todas sus fuerzas. Las demás ranas se

mantuvieron diciéndoles que no lo hicieran, que no había esperanza

para ellas y que debían aceptar su destino por su bien. Finalmente,

una de las ranas hizo caso a lo que las otras estaban diciendo, y se

rindió. Se dejó caer y murió.

La otra rana continuó saltando tanto como pudo. Una vez

más, la turba de ranas le gritaba que no continuara y se dejara

simplemente morir. Mas ella saltó cada vez más fuerte y

finalmente se asió a un saliente áspero cerca de lo alto del pozo y

pudo arrastrarse y salir.

Cuando estuvo fuera, las demás ranas le dijeron: “¿Qué no

nos oías?” La ranita les explicó que era sorda. Pensó que la

estuvieron alentando todo el tiempo.


Este cuento enseña dos lecciones:

1- Hay poder de vida y muerte en la lengua. Una palabra de aliento a

alguien que está hundiéndose puede levantarlo y ayudarle a superar el día.

2- Una palabra destructiva a alguien que está hundiéndose puede ser

lo que le lleve a destruirse. Seamos cuidadosos con lo que decimos. Hablemos

de Vida a todos cuantos cruzan nuestro camino.

El poder de las palabras... a veces resulta difícil comprender que una palabra

de aliento puede hacer tanto por nosotros. Cualquiera puede hablar palabras que

tienden a robar a otros el espíritu para continuar en tiempos difíciles. Especial es

aquel individuo que se toma el tiempo para alentar a los demás.

Falsificaciones de Vida

No hay vida material. Sólo está la ilusión – la equivocación, el sentido

hipnótico, – de vida en la materia. Es de la incumbencia del Libro de Texto

instruirnos en las cosas espirituales, y a medida que aprendemos la verdad de que

Dios es la Vida, y que no hay otra vida, la ilusión de vida en la materia, vida en un

cuerpo, regresará al polvo desde donde saltó; regresará a su nativa nada.

“El hombre mortal,” dice la Sra. Eddy, “será menos mortal cuando aprenda

que la materia nunca sostuvo a la existencia y que jamás puede destruir a Dios que

es la Vida del hombre.” (C & S 425: 15-18)

Vida Orgánica

Las teorías generalizadas consideran que la vida orgánica es parte de la

creación de Dios, y que Dios crea al hombre por medio del hombre. Esto, por

supuesto, es una gran falsificación de Vida. Otras falsificaciones son: comida,

sangre, tiempo, muerte, etc. El error fundamental yace en esta suposición: que el

hombre es la consecuencia material de una combinación de materia y Espíritu.

La Sra. Eddy enseñó que el nacimiento humano es la primera muerte. Jesús


también lo enseñó. La Ciencia Cristiana enseña que el hombre no es una

consecuencia material de molécula a mente, y muestra que en la proporción en que

esta consecuencia material o generación humana cese, el armonioso y eterno ser

que es el hombre, y que siempre ha sido, será comprendido. Entonces el hombre

coexistente con Dios aparecerá – es decir, recobraremos nuestro verdadero estado

de existencia espiritual.

Y en tanto terminamos con este capítulo de Vida, recordemos que “Quien

tiene la verdadera idea del bien, pierde todo sentido del mal, y en razón de eso va

encontrando entrada en las realidades imperecederas del Espíritu. Tal persona

mora en la Vida...” (C & S 325: 2-5)

Querido Lector, por favor vea el principio de este capítulo para revisar lo

que Vida es, hace y con lo que trata.

En las siguientes páginas están todas las referencias de Ciencia y Salud

relacionadas con Vida.

Referencias de Ciencia y Salud sobre Vida

PREFACIO

vii: 20 ix:30

LA ORACIÓN

3: 27* 9: 22 14: 8 14: 18* 15: 5*

5: 25* 10: 16 14: 12 14: 26 17: 14*


18: 2* 25: 12 27: 14 35: 23 43: 32* 50: 19 54:14

19: 31 25: 13 27: 17 37: 25* 44: 9 51: 11

19: 32 26: 15* 27: 21 41: 14* 47: 3 51: 16

22: 12* 26: 32* 30: 21* 42: 6* 49: 24* 51: 17

25: 10 27: 10 35: 22 42: 32 50: 14 54: 3

EL MATRIMONIO


57: 3 63: 10


72: 1 76: 6 79: 4 91: 14* 95: 7 98: 19

75: 27 76: 23 81: 15* 91: 17 97: 29

75: 32 77: 10 91: 6* 94: 3* 97: 30


CIENCIA

107: 2* 108: 5* 113: 19 113: 31 117: 18* 122: 26

107: 17 108: 23 113: 21 115: 13* 122: 4 124: 10

TEOLOGIA

137: 20* 137: 25 138: 6* 140: 8*

MEDICINA

146: 29 151: 20 157: 30 164: 24

LA FISIOLOGIA

167: 6 172: 20 184: 12* 186: 25 196: 32 200: 9

169: 27* 180: 9 185: 19 191: 13 196: 16* 200: 11


202: 20 207: 26* 222: 10 242: 21 246: 4 249: 20

203: 24 215: 14 228: 6 243: 26 246: 27 250: 30

203: 32 215: 20 231: 10* 243: 27* 246: 28 253: 7

204: 4 216: 4 235: 23 243: 30 249: 11 253: 29

206: 2 216: 18* 241: 29 244: 5 249: 18

LA CREACIÓN

257: 29 258: 3 258: 27 259: 3 260: 32 264: 16 266: 31

LA CIENCIA DEL SER

274: 13* 286: 11* 290: 1 304: 17 310: 15 323:25* 331: 16

275: 12* 286: 22 290: 10 306: 6 310: 26 324: 15 331: 26*

275: 18 288: 21 291: 26 306: 7 310: 27 325: 2 332: 14

276: 17 288: 24 292: 10 306: 8 311: 23 325: 5 335: 19

279: 20* 288: 30* 293: 16 306: 13 312: 20 325: 17 335: 23

281: 23 289: 4 296: 12 306: 24 314: 22 327: 19 336: 16*

282: 3 289: 11 298: 2* 306: 28 318: 21 328: 5 337: 18


283: 6* 289: 12 300: 32* 307: 13 319: 2 330: 11 339: 2

283: 14 289: 17 303: 11* 307: 15 320: 2 330: 20*

283: 19 289: 27 303: 20 309: 17 322: 5 331: 1

283: 24 289: 32 304: 1* 309: 29 322: 29 331: 5


344: 2 347: 7 349: 11 355: 13 357: 31 358: 4

347: 6 348: 15* 353: 32 357: 30 358: 3


366: 28 380: 31 388: 25 407: 27 427: 2 429: 2 436: 32

368: 20 381: 1 390: 4 409: 30 427: 11 429: 22

369: 20 381: 17* 391: 30 410: 3 427: 22* 430: 9*

376: 12 387: 2 394: 28 410: 7* 428: 3 430: 11

378: 27 388: 15 398: 9 419: 5* 428: 17 433: 29

379: 19 388: 22 406: 20 425: 17 428: 32 433: 31

380: 4 388: 24 406: 22 426: 27 429: 1 435: 32*


451: 12

RECAPITULACIÓN

465: 10 468: 29 469: 10* 485: 18 489: 12 497: 4

467: 10* 469: 1 470: 8 486: 18 492: 5 497: 17*

468: 18* 469: 3 472: 1 487: 3 495: 19 497: 22

468: 25 469: 4 474: 1* 487: 27 495: 20

468: 26 469: 5 474: 16* 487: 29 496: 9

468: 27 469: 6 477: 22 489: 3 496: 22

GÉNESIS

502: 27* 509: 3 517: 10* 531: 25 543: 29 550: 5 556: 16

504: 13* 509: 8 518: 23 531: 26 544: 6 550: 19

505: 23* 510: 27* 520: 13 538: 12* 544: 9 550: 20

507: 16 515: 20* 522: 29* 539: 8* 544: 30 550: 21

508: 7* 516: 4* 526: 8 542: 29 548: 13 550: 22

509: 2 516: 9 530: 23 543: 27 550: 3 555: 30

EL APOCALIPSIS


561: 10* 561: 17 561: 19 561: 29 569: 1 577: 14*

GLOSARIO

579: 10 583: 22* 584: 15 589: 7* 593: 20* 598: 24*

580: 16 584: 1 586: 9 590: 14 595: 2* 599: 4*

580: 22 584: 10 587: 7 591: 17* 595: 7

582: 29* 584: 14 588: 8* 592: 16 596: 23



CAPÍTULO IX

VERDAD

Un Estándar Invencible

que Asegura los Hechos del Ser

Verdad añade otro aspecto a nuestra comprensión del ser. Dice: “Cuanto

han visto hasta ahora por medio de los primeros cinco sinónimos, son los hechos

del ser. Estos hechos son verdaderos; nada más es verdadero.”

En Verdad llegamos cara a cara ante la realidad de los primeros cinco

sinónimos. Recordemos que dijimos que los hechos son las cosas firmes que

jamás se vuelven irrelevantes. Ese ser que vimos en Vida no puede ser negado,

no puede ser refutado; es lo que es; es lo real; y a esto es a lo que llamamos

Verdad.

Esta realidad de Verdad tiene una naturaleza interna que siempre está

afirmándose a sí misma como Verdad. Se sostiene a sí misma como Verdad

contra toda resistencia, contra toda proposición y opinión en contrario. La

Verdad no puede ser destruida o eliminada, porque tiene dentro de sí misma la

naturaleza interna de Vida.

Cuando vemos los primeros cinco sinónimos en su naturaleza afirmativa,

afirmándose a sí mismos como lo que son, y vemos que permanecen

constantemente como lo que son, – nada puede refutarlos – entonces vemos

aquello que es verdadero en el ser. Esta realidad es Verdad, y permanece como

Verdad a pesar de las tergiversaciones. No puede ser cambiada.

La Verdad testifica por sí, se afirma a sí, se sostiene a sí, y este afirmar,

sostener y testificar perpetuo por sí misma destruye al error. Esto no es lo

mismo que ignorar el error. No estamos hablando acerca de las estrategias de un


estudiante extremadamente nervioso que estaba tomando una lección para aprender

a conducir y se atemorizó cuando otro carro se aproximó en un carril de doble

circulación. Un día, sin embargo, llegaron al mismo tramo del camino y el

estudiante permaneció completamente tranquilo. “¡Ahora lo estás haciendo

bien!,” le dijo el instructor. “Sí,” le respondió el tranquilo conductor. “Ahora

cuando veo que viene otro carro, cierro mis ojos.”

¡Cuán cierto es esto de los mortales! Cierran sus ojos cuando ven venir a la

Verdad.

La Verdad es un estándar o medida invencible, inmutable que no puede ser

cambiada. La Verdad es el ideal, el máximo de excelencia. A través de

“aprender” y mantener nuestros ojos bien abiertos, excluimos al error.

Observemos las Referencias Directas de Verdad

Los siguientes ejemplos del Libro de Texto muestran que lo Verdad es y lo

que hace. Debemos observar estas referencias directas de Verdad en tanto que

estudiamos este sinónimo, Verdad, recordando la consistencia interna de Verdad.

Verdad es el efecto de lo que Mente causó. Verdad es la propia conciencia de sí

misma de Verdad.

Lo que Verdad es

21: 1 Verdad está venciendo al error

117: 28 Verdad es una revelación

188: 10 Verdad es la levadura siempre en operación

120: 25 Verdad es... la base de la salud

129: 5 Verdad es siempre verídica y no puede tolerar error alguno

142: 36 Verdad es el remedio de Dios para toda clase de error

144: 24 Verdad... es el poder que dice a la enfermedad: “Calla, enmudece”


174: 21 Verdad está revelada

191: 34 Verdad es capaz de echar fuera los males

282: 33 Verdad es la luz que disipa al error

316: 11 Verdad se manifiesta en sus efectos

371: 35 Verdad es un alterante para todo el organismo

380: 5 Verdad es victoriosa

410: 12 Verdad es la verdadera vida del hombre

418: 21 Verdad es afirmativa

535: 18 Verdad es... “el camino”

538: 4 Verdad es una espada de dos filos

Lo que Verdad Hace

72: 13 Verdad destruye la mortalidad y saca a luz la inmortalidad

143: 1 Verdad destruye sólo lo que no es verdadero

176: 33 Verdad trata... al contagio con perfecta seguridad

191: 32 Verdad jamás se mezcla con el error

201: 8 Verdad hace una nueva criatura

224: 28 Verdad trae los elementos de la libertad

225: 4 Verdad hace libre al hombre

282: 1 Verdad echa fuera los males y sana a los enfermos

339: 2 Verdad destruye al error

456: 24 Verdad hace la obra

495: 4 Verdad echa fuera al error

542: 8 Verdad... desenmascara al error

542: 9 Verdad hace que el pecado se muestre a sí mismo

542: 9 Verdad estampa sobre el error la marca de la bestia


Palabras que la Sra. Eddy Utiliza para

Describir a la Verdad

mora dominio Mesías completo

afirmación ejemplo Misión camino

aparece Modelo mañana obra

despierta expresión potente

pan seguir alcanza

hermandad seguidores reflejo

cálculo forma remedio

echar fuera vestidura resiste

Ciencia evangelio revelación

Cristiana gracia roca

Cristo salud simiente, semilla

sostiene, afirma sana hijo

completa honestidad estrella

conquista ideal espada

conciencia juicio teología

cruz justicia tesoros

copa llave triunfo

cura conduce verdad

amanecer levadura confianza

libertador luz descubre

demanda hace virtud

demostración hombre voz

destruye manifestación

Opuestos

adversario traiciona quimicalización pretensión


falsificación oscuridad enfermedad error

deshonestidad electricidad falso mentira

teología falsa persecución resistencia dolencia

Vida – Verdad

Al profundizar más en el estudio de Mente, Espíritu, Alma, Principio y Vida,

hemos llegado al ser de Dios; y aquello que es, es la Verdad. Sólo aquello que

puede ser descrito como cierto desde el punto de vista divino puede tener alguna

pretensión de veracidad.

El significado interno de Verdad es simple. Al referirnos nuevamente a la

declaración de la Sra. Eddy con relación a la gratitud por Vida, Verdad y Amor,

quiso decir aquí, que Verdad tiene tal naturaleza sobre la que puede confiarse, y de

esto debiéramos estar agradecidos. ¿Cómo sería el universo si no hubiera

Verdad? Si no hubiera Verdad jamás conoceríamos lo que es; jamás sabríamos lo

que es un hecho y lo que no lo es. No existiría nada sobre lo cual edificar, nada

con qué contar, en qué confiar.

La Verdad es inalterable; permanece eternamente intacta; no puede aparecer

ni desaparecer. Esto es un sentido de Verdad y de Alma (porque Alma jamás

cambia). Aquello que es verdad y completo, cabal, jamás pierde su totalidad,

jamás puede ser negado, y siempre ganará la victoria.

Lo que la Verdad Mantiene

Verdad mantiene que Vida, el ser, es, y el que esta condición de ser es un

hecho. Este ser no puede ser derrocado u ocultado eternamente. La Sra. Eddy

muestra el puente de Vida a Verdad al declarar: “el vestido de la Vida es la

Verdad.” (C & S 242: 22) En los tiempos bíblicos, “vestido o vestidura” denotaba el

oficio de una persona. Un sacerdote tenía vestidos diferentes al del gran


Sacerdote. Los levitas y los escribas, cada uno tenía vestiduras diferentes.

Vestidura era el símbolo para la “forma” de un hombre – la forma de su oficio, de

su trabajo, de sus deberes. Trasladando eso al ser, podemos ver que como la Vida

es el ser, la vestidura para Vida es la Verdad, la forma de la Verdad. La forma de

la Verdad es aquello que nos da Vida en su verdadera naturaleza u oficio. La

forma le dice a la Vida, al ser: “Tú eres la única realidad que es. Este hecho es

indestructible y no puede ser extinguido.”

Los hechos que hemos establecido en conciencia, por medio de los

sinónimos hasta llegar a Vida, viven en el reino del ser, y experimentamos esta

realidad como un estado divino de conciencia. Siempre estamos

permanentemente conscientes, en este punto de Vida, de las ideas divinas – las

ideas de Mente que han sido desplegadas en Espíritu, que Alma ha definido, que

han hecho un principio en Principio, que se han mostrado como el ser en Vida, y se

han comprendido como la conciencia divina y científica en Verdad. Las ideas

que hemos establecido en los sinónimos anteriores son los hechos, tienen la forma

(la Verdad) del ser verdadero; son el vestido de la Verdad. También podemos

decir que el vestido para Mente es la Verdad; que el vestido para Espíritu es la

Verdad; que el vestido para Alma es la Verdad, y así para cada uno de los demás

sinónimos, porque la forma que tienen las ideas de Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida, Verdad y Amor, siempre es la Verdad y trae libertad. Si

edificamos una conciencia de Mente, Espíritu y Alma, estaremos edificando

verdaderamente una conciencia de Verdad, una Verdad-conciencia.

La Verdad Debe ser Buscada

La Verdad debe ser buscada. A pesar de que Verdad es la “roca” y el

estándar, y aquello que da libertad, y en lo que se puede confiar, aún así, debe ser

buscada. El bisabuelo de un amigo llegó a los Estados Unidos en busca de


libertad. “Pero no funcionó”, le dijo a mi amigo, “porque tu bisabuela llegó en el

siguiente barco.”

El buscar la Verdad sí funciona. Nos desembarca en la tierra firme de un

mundo nuevo y nos hace libres. Por medio de buscar la Verdad llegamos a

cualidades como: rectitud, libertad, sinceridad, motivos verdaderos. Todas esas

son actitudes que tienen que ver con el enfoque humano. Son cualidades

necesarias en lo humano para tocar la Verdad.

¿Por qué, por ejemplo, sinceridad no es una cualidad listada bajo Mente?

Las definiciones del diccionario para sinceridad son: “no fingido ni afectado;

verdadero, no presentar una apariencia falsa, no ser hipócrita, honesto, limpio,

puro, genuino, no mezclado, real, no artificial, abierto, franco, cándido, recto,

sincero, sencillo, confiado, probo, directo, llano, veraz, sinceridad, ser en realidad

lo que se aparenta ser, devoto a los verdaderos valores.” La Mente tiene motivos

rectos, pero la Verdad es aquella sinceridad, aquella rectitud que siempre es lo que

aparenta ser.

En la Verdad no desperdiciamos nuestro fuego; todo esta dirigido hacia

aquello que es de valor.

Verdad, la Llave de la Armonía

¿Por qué “llave” es una idea que simboliza Verdad? ¿Qué significa llave?

Una llave es algo que puede abrir, que puede descifrar lo que ya está ahí, para que

podamos ver los hechos que están ahí, que pudieron haber sido escondidos por la

ignorancia. La llave es un código para acceder, lo que de otra manera sería

ininteligible. Con la llave para un código todo tiene sentido, como la “Llave de

las Escrituras.” La Tabla Periódica fue la llave para entender de química; develó

el misterio de la química. Las religiones pensaron que las doctrinas podrían ser

una llave, o tal vez las ceremonias, los ritos, ciertas oraciones, peregrinaciones,


rosarios, etc. Las religiones tienen todo tipo de llaves para abrir las puertas del

cielo. En la Ciencia Cristiana vemos que la Verdad es la llave.

El Reivindicar la Verdad

Debido a que hay Verdad en el ser, las cosas permanecen como hechos que

jamás cambian. Esto es así debido a que la Verdad se sostiene a sí misma.

Dice: “Aquello que es, es lo que yo sostengo que es. Yo no pierdo esa

afirmación.” Verdad le dice a Vida: “Vida, tú eres, y yo, la Verdad, afirmo y

sostengo que lo eres. Yo lo mantengo constantemente, y por lo tanto permanece

como una realidad.” Esto explica el por qué la Sra. Eddy usa la expresión: “... las

reivindicaciones de la Verdad.” (C & S 92:28)

En el sentido humano usamos “clamar” la Verdad, como queriendo decir

que la declaramos. Este es el clamor de Verdad trasladado a lo humano como un

movimiento hacia la Verdad; y así clamamos la Verdad – clamamos que somos la

“incorpórea, divina, suprema, infinita Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad, Amor.”

El movimiento humano hacia la Verdad fue el primer movimiento que la

Sra. Eddy vio al enseñar Ciencia Cristiana. Ella había visto la afluencia completa

de la Verdad, el resplandor total de la Verdad. Entonces preguntó: “¿Cómo voy a

enseñar esto? ¿Cómo puedo transmitir esta maravillosa revelación a los

estudiantes que no han experimentado esta tremenda afluencia de Verdad?”

Finalmente ella decidió que sólo podría hacerlo si lo moderaba en forma de

argumentos. Por supuesto que esta moderación en argumentos no era su

descubrimiento. Tan sólo era la manera transformada de su descubrimiento, la

cual utilizó como un puente hacia un mayor y superior entendimiento. Como con

un puente ella enseñó a los estudiantes, que debían clamar, afirmar la Verdad, y

ellos comenzaron a “afirmar” la Verdad. Desgraciadamente, muy a menudo hasta


ahí llegaban. Esto no era Ciencia; era metafísica, en donde existen tanto las

afirmaciones como las negaciones.

Pero la Verdad tiene la habilidad de testificar por sí misma, de sostenerse a

sí misma, de afirmarse a sí misma, y esto es lo que hace a la Verdad, Verdad.

El Confiar en la Verdad

¿Por qué debemos confiar en la Verdad? ¿Por qué no se utiliza “confiar”

con Mente, Espíritu o con Alma? ¿Qué significa la palabra confiar? Confiar,

dice el diccionario, significa confianza, seguridad, fe, confianza firme, depender

de, confianza asegurada en la integridad de otro, veracidad, justicia, integridad, la

persona o la cosa en que se confía. Confiar es descansar absoluta e

incuestionablemente en aquello que es el objeto, y muy a menudo es más instintivo

que “tener confianza”, lo cual es apto para sugerir una base definida de seguridad.

Confiar o confiar en, implica una seguridad basada en la fe de que otro no nos

fallará.

Confiamos en la Verdad porque está edificada en los anteriores cinco

sinónimos, y la Verdad es inmutable. La “roca de Verdad” simboliza un

fundamento confiable sobre el cual edificar.

El Estándar de la Verdad

La Sra. Eddy habla del estandarte de la Verdad (C & S 31:2) y de la estatura de

la Verdad. (Pan. 11:9) ¿Por qué estándar debiera ser una idea de Verdad? ¿Qué es un

estándar? El Diccionario Webster nos dice que estándar es un modelo, un juicio,

una medida exacta. Estándar aplica a una regla con autoridad, principio o

medida, con la cual pueden conocerse las cualidades, méritos, o naturaleza de algo.

Una idea afín es “piedra de toque”, la cual de acuerdo a Webster, también significa

una medida para determinar cómo debiera ser algo. Piedra de toque implica algo


(un ejemplar superior) por lo cual la autenticidad o el valor de algo intangible

puede ser probado. Por ejemplo, consistencia es la piedra de toque, por la que la

doctrina básica puede a menudo ser diferenciada de la línea de propaganda. El

juicio, otra de las ideas, denota la cosa – ya sea que esté formulada como una regla

o principio, o no, – al recurrir a al cual, uno llega a alguna decisión o juicio.

(Webster)

La Verdad es la medida más confiable. Podemos medir todo de acuerdo a

la Verdad. Podemos medir todo de acuerdo a las ideas de Mente, a las ideas de

Espíritu, a las ideas de Alma, de Principio, de Vida, Verdad y Amor. Si algo está

de acuerdo a dicha medida, entonces es cierto, tiene la forma de Verdad, tiene el

estándar de Verdad.

¿Está de Acuerdo con las Ideas de Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor?

Cuando buscamos la solución a un problema, comenzamos por medir la

situación de acuerdo al estándar de la Verdad. ¿Está de acuerdo con las ideas de

Mente? ¿Está de acuerdo con las ideas de Espíritu? ¿Lo está con las ideas de

Alma? ¿Con las de Principio, con las de Vida? Si lo está, entonces la sexta

etapa ha alcanzado el estándar de la Verdad; es cierto. Utilizamos este estándar

en conciencia para medir cualquier situación que nos confronta para ver si alcanza

la medida de las ideas de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor.

Si deseamos medirlo en forma científica, debemos tomar la medida de la Ciencia,

la de Verdad, y preguntar: “¿Está de acuerdo con Mente? ¿Lo está con Espíritu?”,

etc. Si lo está, entonces en el sexto sinónimo tiene la forma de Verdad, el

estándar de Verdad, la estatura o el verdadero ideal de “hombre,” la manifestación

de Dios.


Aquí debemos tomar en consideración que hay muchas dimensiones,

muchos niveles, y que no nos estamos refiriendo a un solo nivel.

El Ideal

Habiendo visto que Verdad es el estándar, también podemos ver que Verdad,

es el ideal. El ideal, el modelo, el ejemplo, el patrón, todo significa algo puesto o

sostenido ante uno para seguirlo o imitarlo. “Ideal” implica el mejor ejemplo

posible, ya sea en realidad o en comprensión. La Sra. Eddy dice: “El ideal

absoluto, el hombre, no es más visto ni comprendido por los mortales que lo que es

el Principio infinito de éste, el Amor.” (C & S 520:6-8) Nuevamente dice ella: “...la

naturaleza inmortal del hombre, el ideal del Cristo, ... aparecerá.” (C & S 430: 5-6) Y:

“El autor del Apocalipsis vio también el ideal espiritual como una mujer vestida de

luz...” (C & S 561:12-13)

¿En qué difiere “ideal” de “idea”? Ideal cae en una categoría diferente de

la que cae idea. Vimos que ideal significa modelo de perfección, un estándar de

perfección absoluta, excelencia, o belleza; un principio honorable o valioso

existiendo sólo en la mente, existiendo como un ejemplar perfecto, como un patrón

perfecto, cuya excelencia no puede sobrepasarse. ¿Es una idea, ideal? Sí, una

idea es la excelencia final cuando es aplicada a la situación correcta. Ideas,

simplemente significa que el ser está constituido de ideas; el ser está constituido de

ideas y no de materia, ni de ilusiones o de sugestiones hipnóticas. ¿Son dichas

ideas, ideales? ¿Son de una excelencia tal que no puede ser sobrepasada? Sí,

son ideas ideales. Tienen la forma más alta de perfección y excelencia. En una

situación correcta, una idea es siempre la idea ideal.

Así que cada idea, ya sea salud, gobierno, negocios, mutación, inteligencia,

etc., si es una idea, es siempre la forma ideal. Significa que esta idea que nos está

llegando lleva en sí misma todo lo necesario para tener el máximo de bien en sí


misma. Es el ideal debido a que tiene el estándar de la Verdad. Cada idea tiene

la forma ideal.

Hijo

La Sra. Eddy utiliza frecuentemente: “Cristo, la Verdad”, para indicar que la

Verdad es el Cristo total; la Verdad lo tiene completo, no sólo una porción. Hijo

es un término bíblico para esto, y surge de la costumbre de que el primogénito

fuera el heredero. Aún si hay varios hijos, el primogénito es quien hereda todo.

Dado que cada uno es el Hijo de Dios, el Hijo primogénito, cada uno, heredamos

todo cuanto Dios tiene. Y dado que cada uno hereda todas las cualidades y

atributos de Dios, entonces cada uno tiene la estatura completa, el estándar total.

“Herederos de Dios, y coherederos con Cristo, somos participantes de una herencia

en donde no hay división de la heredad,” dice la Sra. Eddy en la primera edición de

Ciencia y Salud.

Cada uno es el reflejo completo de Dios. Dios siempre está diciendo: “Hijo

(heredero), tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.” (Luc. 15:31)

Como el Hijo de Dios, yo soy la medida plena. Yo tengo la conciencia de la

plenitud de Dios. Si clamo y afirmo para mí mismo la plenitud de Dios, el bien

infinito, entonces yo estoy en el punto de la Verdad. En Espíritu damos

nacimiento a una idea, en tanto que en Verdad somos el heredero de todas las

ideas. El Hijo toma el lugar del Padre, y debido a eso es que tiene la plenitud, la

afirmación de todas las ideas, porque yo soy, en realidad, Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida, Verdad, Amor, y así, “el reino de [Dios] está dentro de

[nosotros].” – Jesús


Conciencia

Ya estamos nosotros considerando al Cristo como el ideal de la Verdad,

queriendo decir que podemos clamar por todo. Cristo simboliza el acuerdo entre

Dios y el hombre. Por lo tanto, aceptamos que tenemos todo cuanto Dios tiene, y

en consecuencia somos la conciencia de Verdad. Somos lo que Mente es, lo que

Espíritu es, lo que Alma es. Estos tres, considerados como uno, conforman

nuestro Principio gobernante, el cual se expresa a sí mismo como lo que es, y eso

que es, es Verdad. Las ideas de Mente, Espíritu, Alma, Principio y Vida,

alcanzan una pirámide en Verdad, analizando, descubriendo y aniquilando todo

cuanto es contrario a la Verdad, todas las falsificaciones de Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor.

Esa Verdad es conciencia, una de las principales ideas de Verdad. ¿Por

qué debe ser así? Dijimos que Mente es un hecho. Si el ser fuese sólo Mente,

Espíritu, Alma, Principio Vida, y no Verdad, ¿qué clase de universo tendríamos?

Tendríamos un universo totalmente incierto, en el cual no habría imparcialidad.

Es así que vemos la necesidad de Verdad.

Pero, ¿qué hay acerca de la conciencia? ¿Qué tiene que ver la conciencia

con Verdad? Estado de alerta es otro término para conciencia. El estar alerta

sugiere la vigilancia al observar y estar enterado para interpretar lo que fue

observado. El ser consciente de algo pudiera implicar una llamada de alerta de

algo ya percibido por la mente o los sentidos. ¿Qué hace la conciencia? ¿Qué

tenemos que ver con la conciencia? Sin la conciencia no nos daríamos cuenta de

nada. No seríamos capaces de declarar o afirmar la Verdad. No tendríamos un

sentido objetivo de ella. Si quitamos la conciencia y quitamos la Verdad, nos

quedamos sin nada. Por lo tanto, si sólo la Verdad es nuestra conciencia,

entonces sólo tenemos conciencia de los hechos, de la objetividad del ser. No

tenemos otra conciencia.


¿Qué Hace la Conciencia?

¿Qué hace la conciencia? La conciencia es verdaderamente aquello que

afirma; nos hace darnos cuenta de lo que es; la conciencia nos hace darnos cuenta

de la Vida. El ser de Vida puede existir sin la conciencia. Hay muchas cosas de

las que no estamos conscientes, pero existen a pesar de que no nos demos cuenta

de ellas. En el momento en que vemos que también existe la conciencia – la

conciencia de Verdad – entonces todo cuanto existe, está conciente, y esto

construye un universo completo, una conciencia total. Esto hace que

comprendamos que todo cuanto es, también se está afirmando a sí mismo,

haciéndose a sí mismo conciente, porque Verdad es la conciencia en sí misma.

La naturaleza de la Verdad es la misma conciencia, porque sin la propia

conciencia, nada podría ser afirmado, y por lo tanto no estaríamos concientes de

ello. En la práctica y en el tratamiento, tenemos que ver que la conciencia (lo que

somos como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor) – “el reino

de [Dios] dentro de [nosotros]” está estableciendo verdaderamente los hechos, la

realidad, la verdad, la salud.

La Conciencia Establece la Realidad, los Hechos

¿Cómo establece la conciencia la realidad, los hechos? ¿Sobre la base de

cuál cualidad en el ser, es posible que los propios hechos verdaderos del ser sean

establecidos? Sólo debido a que Verdad es consciente de todos los hechos del

ser, es que pueden los hechos verdaderos ser establecidos. John W. Doorly

asoció inmediatamente Verdad con conciencia. Conciencia es aquello que hace

que nos demos cuenta de aquello que siempre está ahí. Vida dice: “Yo soy el

ser”. Las cosas son; las cosas divinas son. Ellas tienen la naturaleza del ser,

pero no serían de ningún valor si no hubiera conciencia de ellas. Verdad dice:


“Yo estoy consciente de ellas; yo estoy constante y continuamente consciente de

ellas. Debido a que yo soy de la misma naturaleza que Vida, yo estoy

perpetuamente conciente de todos los hechos que son. Estos hechos muestran su

forma más excelente e ideal. Yo, Verdad, estoy conciente de cada hecho del ser”.

Esta es la conciencia de Verdad, divina, científica y espiritual. En realidad, esta

es nuestra conciencia.

Nuestra Conciencia Real y Verdadera es Divina

No debemos confundir la conciencia mortal o humana con la conciencia

divina de la Verdad. La conciencia mortal es la falsificación de nuestra

conciencia divina. La conciencia mortal es consciente de las ilusiones, de las

sugestiones hipnóticas. Si nosotros estamos conscientes de lo opuesto a Mente,

Espíritu, Alma, Principio y Vida, tendremos una conciencia mortal, una conciencia

errada, aquello que la Sra. Eddy llama “magnetismo animal.”

Lo “humano” describe una conciencia que está trabajando fuera de lo mortal

pero que aún no alcanza lo divino. Cuando nuestra conciencia es parcialmente

consciente de las ideas y parcialmente consciente de las ilusiones, cuando está en

un estado transitorio, es cuando la llamamos conciencia humana. Solamente la

propia conciencia de la Verdad consciente de sí misma, es aquello que llamamos

conciencia divina, aunque esa es nuestra conciencia verdadera y real.

¿Cómo Sana la Verdad?

El ser es de la naturaleza de Verdad. ¿Qué significa esto? Significa que

corresponde a la naturaleza del Ser el ser consciente de sí mismo en su más alto

grado de excelencia. Debido a este hecho es que podemos sanar con Verdad.

Sin este hecho jamás podríamos realmente demostrar algo, porque si no hubiera


hechos y si no estuviéramos conscientes de esos hechos, no podríamos demostrar

tales hechos.

Una idea no es una idea abandonada, no es una idea solitaria. Una idea

siempre está unida con otras ideas. Cada idea de Verdad se combina con todas

las ideas que ya han sido estudiadas en Mente, Espíritu, Alma, Principio y Vida.

Cada idea de Verdad se combinará con Verdad y con Amor. Cada idea refleja a

todas las demás ideas. Pero en el punto de Verdad, esa idea, estando conciente de

todas las demás ideas, está conciente de sí misma. Es lo consciente lo que es una

conciencia. Aquí, el reflejo infinito de la idea se hace conciente.

Se habrán preguntado a sí mismos: “¿Cuál es la diferencia entre idea y

conciencia?” Las ideas son ideas creadas por Mente; Mente es el poder que

forma una imagen. Conciencia significa que cada idea conoce a todas las demás

ideas. Cada idea está consciente de cada una de las demás ideas y, por lo tanto,

tiene una conciencia total.

¿Qué es lo Verdadero?

Verdad pregunta: “¿Qué es lo verdadero?” Y responde: “Todo cuanto han

visto como ideas de Mente, de Espíritu, de Alma, Principio y Vida, es lo

verdadero, y está unido en un todo consistente”. ¿Cómo es que es consistente?

Todo está interrelacionado e ínter reflejado por medio de la conciencia del todo.

En este sentido se edifica una red de consistencia que excluye todo error. Esta

divina naturaleza consciente no sólo es consciente de su propia naturaleza, de lo

que es verdadero, sino que es al mismo tiempo la propia exclusión del error. Por

esto aprendemos en Verdad, que Verdad tratará con toda clase de error. No trata

con el error debido a que es Verdad, sino más bien trata con el error debido a su

propia auto-conciencia de todo cuanto es consistente con el ser. Todo cuanto es

consistente con el ser está diciendo naturalmente: “Todo aquello que no es de la


misma naturaleza del ser queda excluido”. Así el error queda excluido. El

error no es algo por sí mismo. El error es simplemente no ver la consistencia de

Verdad. El error está imaginando una “costura” o una “rasgadura” en el manto de

la Verdad. El error es carecer de la consistencia de la Verdad. Nada de lo que

acontece es erróneo; el error por sí mismo no existe. Cuando algo parece como

error, esto significa que no estamos concientes de la consistencia de la Verdad –

no estamos concientes de los hechos que son – no estamos viéndolos todos

interrelacionados en un todo.

El error, por lo tanto, puede ser definido como inconsistencia, como la

creencia en la inconsistencia. Aun los científicos físicos están comenzando a ver

que el caos no existe, que el caos es simplemente una situación en la cual no vemos

el orden. El no ver el orden superior, el orden más complejo, es el caos, y es

como el dicho de la Verdad: “No hay error.” Cuando no vemos la consistencia de

la Verdad, nos parece como error; pero cuando vemos la consistencia de la Verdad

se excluye el error. Debemos ver al error como nada, hacerlo nada, y mantenerlo

como nada.

¿Qué es el Hombre?

La Verdad Siendo Consciente de sí Misma

Verdad, el sexto sinónimo en el orden del Verbo que define a Dios,

representa al sexto día, en “los días de la creación”. El hombre fue creado en el

sexto día, y así tenemos “hombre” como una idea que caracteriza a Verdad.

Debido a que la conciencia es Verdad – la Verdad de que somos – es que

podemos ver por qué “hombre” está asociado con Verdad. En la Ciencia

Cristiana aprendemos que Verdad está consciente de sí misma, es decir, que

Verdad creó al hombre a su imagen y semejanza. ¿Qué es una imagen y

semejanza? Es algo reflejado de nuevo sobre sí mismo, y en el reino de la idea


eso significa pensado en sí mismo; es Verdad siendo consciente de sí misma.

Verdad, la Verdad que yo soy – consciente de sí misma, es el hombre. Esto

sucedió en la sexta etapa.

En el sexto día (o etapa) comenzamos a ver que todo lo que ocurrió en las

cinco primeras etapas, en Mente, Espíritu, Alma, Principio y Vida, está ahora

reunido en una idea compuesta, en la consistencia de la conciencia, donde, desde

el punto de vista de estos sinónimos, consideramos la consistencia de todas esas

ideas, tomadas juntas en una sola estructura. Los términos: “Dios” y “hombre”,

así como “imagen” y “semejanza” son términos místicos; que debemos soltar.

Lo que realmente ocurre en Verdad es la conciencia de sí misma; y lo único que

está ocurriendo es la propia conciencia de sí misma de la Verdad. Si los

religiosos quieren llamarle a eso “hombre”, o cualquier otro nombre, lo pueden

hacer, pero tienden a esconder la verdad de ellos mismos cuando lo hacen.

Hemos estado edificando una conciencia divina, y vemos que lo único que se

necesita para esta conciencia verdadera – es la propia conciencia de sí misma de la

Verdad. Esta es la sexta etapa en el desarrollo de la idea.

Las Palabras que más Valoramos

no Aparecen en la Biblia

Lo que hemos estado edificando en este trabajo es la divina conciencia,

científica y espiritual, la cual es llamada en la Biblia “hombre”. ¿Pueden

imaginar a Verdad teniendo un “hombre” o imaginar que Verdad crea a un

“hombre”? El que haya un “hombre” involucrado en esto es un concepto místico.

Los conceptos místicos estuvieron bien en cierta época; por ejemplo, en la era de

los Profetas antes que la mayoría de la gente supiera siquiera algo acerca de las

ideas abstractas. La palabra conciencia no aparece en la Biblia. Las palabras

que más valoramos en el Libro de Texto no aparecen en la Biblia, como, por


ejemplo: conciencia, idea, ideal, orden, regla, sistema, estructura, método, plan,

o cálculo. La palabra “Ciencia” sólo es utilizada una vez. La Biblia habla en

parábolas, en ilustraciones, en símbolos. No tiene un lenguaje exacto tal como el

que tenemos en el Libro de Texto. La gente en los tiempos Bíblicos sólo podía

utilizar símbolos para las ideas. La Sra. Eddy elevó el pensamiento fuera de tal

simbolismo, y nos dio un lenguaje absolutamente metafísico.

Salud

Una de las ideas menos abstractas que caracteriza a Verdad es salud.

Salud es un término general no limitado a la salud corpórea. Nosotros

podemos tener un negocio saludable, una vida familiar saludable, una relación

saludable, etc. Pero, ¿qué es salud, y cómo se relaciona con Verdad?

¿Qué quiere decir salud? Salud es totalidad, una condición ideal. Salud

significa que nada falta; que no hay error involucrado. Verdad se expresa a sí

misma en salud, porque Verdad dice: “Tengo todas las ideas. Soy consistente

dentro de mí misma.” Ser inconsistente dentro de uno mismo es estar en una

condición malsana. En la medicina psicosomática se define a la enfermedad

como un fracaso en el orden, estar fuera del orden divino. Nosotros, en la Ciencia

Cristiana, podríamos decir que la enfermedad es el fracaso de la consistencia

interna de Verdad. En el momento en que somos inconsistentes de alguna

manera, se involucra algún error, y la salud se pierde; ya no tenemos una

mentalidad completa. La salud, por tanto, puede ser equiparada a esta

consistencia interior. El hombre que tiene consistencia interior es frecuentemente

un hombre muy sano. La gente que usualmente va del tingo al tango está sujeta a

muchas fricciones las cuales afectan los órganos. Verdad es salud, totalidad. La

totalidad se construye sobre las ideas de Mente, Espíritu, Alma, Vida, Verdad y

Amor. Se construye al hacer de dichas ideas, nuestro propio ser.


Forma – Diferencia Entre

Sistema y Estructura

John W. Doorly equiparó Mente con ley; Espíritu con orden; Alma con

regla; Principio con sistema; Vida con método; Verdad con forma; y Amor con

plan o designio. Forma, en relación con Verdad, no significa un contorno

limitado; forma significa que algo cuenta con todo lo necesario para ser lo que

es, en el momento y el lugar correctos.

¿Cuál es la diferencia entre sistema y estructura? El elemento clave es

forma.

Un principio, para ser principio debe ser capaz de explicar e interpretarse a

sí mismo. Para demostrar un sistema, nuestro Principio debe revelarse en

categorías. Nuestro Principio debe mostrar cuáles son las categorías, y también

cómo se interrelacionan dichas categorías. Eso es sistema. Tenemos sistema

cuando contamos con las categorías y con la interrelación de las categorías.

En la Ciencia Cristiana tenemos el sistema de la Ciencia Cristiana.

Tenemos nuestras tres categorías: 1-Los siete sinónimos 2-El cálculo cuádruplo

del Verbo, el Cristo, el Cristianismo y la Ciencia, y 3-Los cuatro niveles de la

Ciencia: la Ciencia en sí misma, la Ciencia divina, la Ciencia Cristiana absoluta y

la Ciencia Cristiana. Pero no sólo dejamos estas categorías una al lado de la otra.

Mostramos cómo es que se entrelazan, como el siete, el cuatro y el cuatro se

entrelazan para darnos la Ciencia Cristiana. Ese es el sistema en la Ciencia

Cristiana.

La Estructura

La estructura es algo más. La estructura es la forma que toma el sistema en

cualquier instancia dada. La estructura es infinita porque hay infinitas maneras en


las cuales la forma de una estructura puede reestructurarse a sí misma. ¿Cómo es

que una estructura se reestructura a sí misma? Cada vez que cambiamos los

elementos tenemos otra clase de interrelación de las categorías del sistema. En

otras palabras, el sistema es fundamental; y la estructura es la forma como

utilizamos el sistema. La estructura es la manera en que el sistema se está

constantemente resistematizando, reestructurando. Por lo tanto, tenemos un solo

sistema, pero infinitas estructuras. Esto significa que cada idea tiene su propia

estructura, pero todas están basadas en el mismo sistema – en el único sistema.

No tenemos muchos sistemas de Principio. Sólo tenemos un sistema, pero

estructura quiere decir la manera en que el sistema opera, la manera en que el

sistema muestra cómo y en qué nuevas maneras las categorías pueden entrelazarse.

Las nuevas maneras como se entrelazan las categorías nos dan las

estructuras. Con cada nuevo entrelazamiento de las categorías obtenemos una

forma nueva, pero siempre conservamos el mismo sistema. Cada vez que la

operación de Principio pone esas categorías del sistema en una interrelación

distinta tenemos una forma nueva, una estructura nueva, y la totalidad de la

estructura es llamada forma. Esta es la razón por la que tenemos formas infinitas

– todo aparece en una forma diferente, en una estructura distinta. Verdad siempre

aparece en una forma diferente. Fundamentalmente, Verdad es forma, porque

Verdad dice: “Yo doy la forma”.

¿Cómo es que Verdad, da la Forma?

Verdad da la forma, debido a la consistencia interna de la Verdad. Verdad

dice: “Yo puedo reunir todas las ideas juntas dentro de una idea compuesta; en una

idea compuesta que posea todas las ideas necesarias para que dicha idea sea una

idea. Por ejemplo, a pesar de que ambas palabras, “gobierno” y “salud” son ideas

de Dios, la idea de “gobierno” requiere cualidades diferentes para completarse, de


las que necesita la idea “salud.” Si esto no fuera así, no podríamos distinguir

entre gobierno y salud.

La idea, gobierno, es una idea compuesta constituida de varias ideas que

están arregladas cualitativamente de tal manera, que forman gobierno. Este

arreglo es muy distinto del arreglo cualitativo que conforma la idea de salud. En

gobierno, las ideas se combinaron de tal manera que produjeron la idea gobierno;

en tanto que, en salud, las ideas se combinaron de otra manera para producir la idea

de salud.

Diferencia Entre Una Idea Compuesta

y La Idea Compuesta

Aquí necesitamos ser cuidadosos.

La Sra. Eddy hace una distinción entre la idea compuesta y una idea

compuesta. Gobierno es una idea compuesta. No es la idea compuesta. Esa

distinción recae sólo sobre el hombre, como el reflejo completo de Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor. Para dar otro ejemplo, tierra es un hecho

en el ser, una expresión en el ser; tierra es una idea compuesta, pero nuevamente,

no es la idea compuesta.

De hecho, todo cuanto demostramos es una idea compuesta. Siempre está

combinada, jamás está aislada, y de acuerdo a cómo la estructuremos, tenemos una

forma diferente, y, por lo tanto, otra demostración. Lo que nosotros demostramos

siempre es algo más, algo nuevo. Cada demostración es distinta.

¿Qué es lo que hace qué, en cada caso, algo sea diferente, si cada idea es una

idea compuesta? Es su estructura. Aquí debemos incluir una nota de

precaución; el peligro está al acecho; no podemos combinar cosas que no pueden

combinarse. No podemos hacer que las cosas encajen a fuerzas. El tratar de

hacer que las cosas “encajen” casi mató las enseñanzas de Doorly. La


individualidad no quiere decir que todo tiene que encajar arbitrariamente con todo

lo demás. Espíritu diversifica; no hace que todo encaje. Espíritu clasifica; no

hace que todo encaje. Espíritu individualiza, hace cada expresión nueva, de tal

manera que no tiene que encajar con todo lo demás. Lo único que encaja ahí, es

la estructura interna que mantiene las cosas juntas.

El Sistema se Estructura a sí Mismo

Infinitamente

Necesitamos ver que cada expresión es diferente de toda otra expresión, aún

cuando todo procede de una sola raíz, de un solo sistema. Todo procede de un

sistema, pero ese sistema se estructura a sí mismo infinitamente.

Verdad es consistencia interna. Esta es la razón de la forma de la Verdad,

del manto de la Verdad, de la vestidura de la Verdad. Cada uno de nosotros

posee una vestidura; cada uno tiene una vestidura diferente. De acuerdo a la

combinación de su vestidura es que vemos quién es quién. Cada uno tiene una

combinación ideal. Cada parte de la combinación total está ahí para expresar al

todo. Todo en nosotros expresa al todo.

Ya hemos llegado lo suficientemente lejos como para ver que Verdad es la

propia conciencia de sí misma de la Verdad. Esto quiere decir que Verdad está

consciente de toda idea – de todas las ideas de Mente, de Espíritu, de Alma, de

Principio y de Vida; y todo eso junto es la idea compuesta de lo que Verdad

conoce; y por lo tanto siempre otorga el manto completo, íntegro, la forma

completa. En Verdad siempre tenemos el efecto de lo que en Mente se causa, se

origina. Mente es la causa, pero Verdad siempre es el efecto. Lo veremos más

claro cuando lleguemos a las combinaciones y veamos cómo la Sra. Eddy combina

los sinónimos Mente y Verdad. Veremos que siempre es Verdad quien da el

efecto, la salud, la forma de todo por mediación de Mente.


La Voz de la Verdad

La voz de la Verdad recorre toda la gama desde “el balbuceo infantil de la

Verdad” hasta la “Verdad resonando con voz de clarín.” (C & S 427: 35) ¿Podría “la voz

de la Verdad” significar la presteza, la urgencia de la Verdad? Tal vez podemos

ver mejor el significado de “la voz de la Verdad” al considerar otra de las ideas que

caracterizan a Verdad, la cual es “la Verdad está revelando.”

Revelación

Revelación es el mensaje que llega. La voz de la Verdad es un mensaje

que llega. El escuchar la voz de la Verdad requiere del sentido espiritual, del

sentido del Alma. La voz es la manifestación de todo lo que responde. Es el

declarar algo que requiere ser declarado, adaptado a la situación, a una situación

particular. La verdad acerca de una situación es expresada.

La revelación es una idea de Verdad porque revelación, revela aquello que

es cierto. La revelación devela aquello que es cierto. En la revelación, aquello

que estaba oculto llega a la superficie. Verdad tiene la habilidad de hacerse

conocer a sí misma. La voz de la Verdad es la Verdad diciendo: “Yo tengo

dentro de mí misma la habilidad de declarar lo que soy, de manifestar lo que soy,

de revelar lo que soy. Tengo la habilidad interna de presentar la Verdad acerca de

todo. La Verdad no puede ser ocultada. Yo estoy consciente de mí misma y

estableceré cuanto yo soy. Me cercioraré de que los hechos del ser sean

evidentes.”

Verdad se abre paso. Dice: “Yo sólo soy Verdad cuando me afirmo a mí

misma, cuando me sostengo a mí misma, como lo que soy.”


Verdad nos alerta, toca a la puerta, y continúa tocando. No dice: “OH, la

puerta está cerrada, regresaré más tarde.” No corresponde a la naturaleza de

Verdad el sonar como una retirada.

Verdad posee la llave, Verdad es la llave, a la revelación. Verdad se abre

paso.

La Luz de la Verdad

La luz de la Verdad atraviesa toda la oscuridad. ¿Cómo difiere esta luz de

Verdad de la luz de Mente?

Mente dice: “Sea la luz”. Verdad es la forma de esa luz, la radiación de esa

luz. Mente llega a la oscuridad y dice: “Sea la luz”. La luz de la Verdad

ilumina todo rincón de los verdaderos hechos del ser dondequiera. La luz de la

verdad penetra la oscuridad. Mente dice: “Sea,” pero Verdad no tolera

interferencia alguna; penetra a pesar de la resistencia. La Sra. Eddy habla de “el

resplandor de la Verdad,” (C & S 296: 14) del rayo de la Verdad. Estas palabras nos

dan el sentido completo de la luz. Mente sólo declara que haya luz; la Verdad es

el impacto total de esa luz. Es la irradiación, queriendo decir, la luz que llega de

dentro, y esta luz de la Verdad devela el error, descubre el error. Provoca que el

error se delate a sí mismo. Verdad abre los siete sellos del error, barre a través de

los siglos reuniendo junto todo cuanto es verdadero.

Verdad es irresistible. En Verdad tenemos un sentido de poder diferente al

que tuvimos en Mente. Mente dice: “Yo soy el poder. El poder está investido

en Mente.” Verdad dice: “Yo soy el poder que puede vencer todo obstáculo.”

El Uso de la Verdad

El uso de la Verdad neutraliza el error. ¿Qué es lo que hay en Verdad que

puede neutralizar el error? Es la propia consistencia de Verdad; es la totalidad de


esa consistencia de Verdad que declara que no hay costura ni rotura en el todo.

Esto significa que cuando entrelazamos todas las ideas juntas por medio de la

reflexión, nuestra conciencia se vuelve una red de consistencia. Cuando nuestra

conciencia es esta red de consistencia, vemos que cada idea está reflejando a las

demás ideas, y en este sentido obtenemos el cálculo de ideas en la Verdad. Este

cálculo de ideas es en sí mismo tan consistente que no permite ningún error. Esta

es la razón por la que Verdad destruye al error.

La Semilla de Verdad

Muchas de las ideas consideradas para Verdad han sido símbolos bíblicos,

tal como semilla. ¿Por qué tenemos en “semilla” un símbolo para Verdad? Una

semilla cuenta con todos los elementos necesarios dentro de sí misma. Una

semilla es una idea compuesta. Tiene cada etapa y cada estado programado por

dentro. Como vimos al considerar el principio de sinonimia, cada idea, de una

forma u otra, se combina con las demás ideas, y eso es lo que la hace una idea

compuesta. Sólo el hombre, es LA idea compuesta, porque “hombre” es el

reflejo completo de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor.

La semilla de la Verdad es un símbolo para el hecho de que toda idea tiene

todo cuanto es necesario para su completa realización programada en su interior,

para hacer que sea lo que es – para hacerla completa dentro de sí misma.

La Levadura de la Verdad

Cuando estudiamos Espíritu vimos que Espíritu estaba caracterizado por la

levadura de Espíritu. Ahí se estaba contrastando la levadura de Espíritu con la

levadura material, con el cálculo material. Pero cuando la Sra. Eddy tiene que

tratar con el cálculo de creencias erróneas, ella utiliza la levadura de la Verdad.


La Espada de la Verdad

La “espada de la Verdad” es otro símbolo bíblico. Estos símbolos bíblicos

eventualmente serán desechados. En nuestro trabajo requerimos científicamente,

de símbolos exactos.

¿Qué es la espada de la Verdad comparada con la espada del Espíritu?

La espada del Espíritu se utiliza como una combinación para mostrar que las armas

mortales no son suficientes. “Los mortales tratan en vano de matar a la Verdad

con la espada o en la hoguera, mas el error cae solamente ante la espada del

Espíritu.” (C & S 37: 6-9)

Nosotros esperamos que “el error caiga solamente ante la espada de la

Verdad,” ¿o no? La segunda parte de la oración, si se considerara sin la primera,

requeriría de la espada de la Verdad. Pero la proposición concreta dice: “¿Cómo

pueden los mortales matar la Verdad? ¿Pueden los mortales matar la Verdad por

medios materiales?” En el momento en que la Sra. Eddy habla acerca de las

armas mortales, tiene que mostrar que el error cae sólo ante las armas espirituales,

ante la espada del Espíritu.

Ella dice: (C & S 458:17) “La espada de dos filos de la Verdad ha de revolverse

en toda dirección para guardar ‘el árbol de la vida’.” Aquí tenemos un sentido

positivo de la espada de la Verdad. No destruye nada; guarda. La espada del

Espíritu es una combinación.

¿Cuáles son los dos filos de la espada de la Verdad? La espada de la

Verdad afirma la Verdad y destruye el error. Guarda la Verdad, establece la

Verdad, mantiene la Verdad. Los dos filos son la afirmación y la negación.

El Poder de la Verdad Para Triunfar

Mente es el poder divino; desde el punto de vista de Espíritu, el poder es

fuerza. En Alma es capacidad. En Principio es poder espiritual. En Vida es la


Vida o el poder sostenedor. Desde el punto de vista de Verdad, el poder de

Mente se manifiesta a sí mismo como energía divina, potencia, o el poder de

triunfar, ante el cual tiene que caer el error. Una idea de Verdad se impone a sí

misma. Contiene en sí misma el poder ante el cual el error se retracta. Verdad

es el poder de Mente para destruir al error y sanar la enfermedad. Verdad es el

poder sanador.

La Sra. Eddy muestra el poder de la Verdad para triunfar, con expresiones

como: La Verdad hace que el error desaparezca; la Verdad disipa el error; despoja

al error; aniquila al error; remueve el error; destruye al error; consuma, devora,

vence al error; conquista, desvanece al error; triunfa sobre el error; extirpa al error;

apaga al error; expulsa, echa fuera al error; el error se somete a la Verdad; el error

desaparece ante la Verdad; el error se extingue ante la Verdad, etc.

Esto nos da una sensación del oficio principal de la Verdad que es destruir al

error, triunfar sobre el error, y como espada de dos filos, exige y clama por la

Verdad. Esto continúa así por todo el tono. Tenemos a Verdad como el

vencedor; Verdad siempre triunfa; Verdad es siempre el poder salvador, la

potencia de Mente. Verdad está urgiendo, obligando; es la eficacia sanadora.

Verdad es la energía que está apremiando las ideas verdaderas.

Parece haber una gran relación entre Mente y Verdad; Mente y Verdad

parecen trabajar juntas. Mente dice: “Yo soy poder, yo soy el poder,” en tanto

que Verdad dice: “Yo soy la potencia; yo soy la potencia que jamás libera hasta

que el poder de Mente haya cumplido con su trabajo.” Esto es típico para Mente

y Verdad. Verdad siempre está mostrando que la causa de Mente tiene un efecto.

Mente dice: “Yo soy el poder,” pero Verdad dice: “Yo utilizo el poder con toda su

potencia hasta el grado en que no haya más un poder opuesto. Utilizo el poder de

Mente hasta el grado en que todo error sea destruido.” Esta es la diferencia.


La Verdad es el Remedio

Como aprendimos en Mente, la Sra. Eddy dice que Mente es la medicina.

Jamás dice que Verdad sea la medicina; ella dice que la Verdad es el remedio.

¿Por qué? Porque sólo cualquier vieja medicina no puede ser el remedio. Una

medicina es el remedio, cuando es la medicina correcta. La medicina incorrecta

podría ser fatal para el paciente. Mente es la medicina. Sanamos por medio de

Mente. Como una medicina, como un medio, es que utilizamos Mente. No

utilizamos la materia ni métodos materiales como el hipnotismo, la electricidad, la

manipulación, etc. Utilizamos la Mente. Pero tenemos que utilizar Mente

como Verdad o no sana. Si no se adapta a la situación, no es un remedio.

Mente sola no sana; Verdad sola no sana; pero Mente y Verdad, juntas,

sanan. Por ejemplo, la Sra. Eddy dice: “He demostrado por medio de la Mente

los efectos de la Verdad sobre la salud, ... de los hombres...” (C & S 126: 24-26) Esto es

típico: “He demostrado...” ¿Por medio de qué? Por medio de la medicina de la

Mente. ¿Qué he demostrado? Los efectos de la Verdad sobre la salud del

hombre. Así que entonces, Verdad, es verdaderamente el proceso de sanación;

Mente sana, Mente es la medicina sanadora, pero la verdadera sanación tiene lugar

en la Verdad. Debe usarse la idea correcta o no será un remedio. No podemos

tomar tan solo cualquier vieja verdad. Debe ser la verdad que esté adaptada a la

situación. La Sra. Eddy dijo que muchas de las curaciones fueron curaciones por

fe. Sí, la fe puede convertir ensayos en triunfos, y melancolía en gozo, pero la

Ciencia Cristiana tiene una misión superior.

Mente Subyuga a Través de Verdad

En Ciencia y Salud (145:11) la Sra. Eddy dice: “... la Mente, mediante... la

Verdad, subyuga la creencia humana en la enfermedad.” La Mente, mediante la

Verdad, subyuga. Mente requiere de la verdad acerca de la creencia, de la verdad


específica que está tras la creencia. La Sra. Eddy pudo haber dicho que la Mente

subyuga la creencia humana en la enfermedad, pero entonces no estaría explicando

el proceso. Muy a menudo ella no explica el proceso y simplemente dice:

“Mente sana,” y esto es una curación de Mente. Pero cuando ella está interesada

en permitir que el lector conozca cómo se lleva a cabo el proceso de curación,

entonces muestra que no basta con decir tan solo: “Mente sana,” sino que es

necesario conocer la verdad específica en ese caso, la verdad específica que aplica

a ese caso, no cualquier verdad. Una verdad es sólo una verdad científica cuando

se ve en su contexto. Si tenemos 6 x 6 = 36 tenemos una verdad, pero no ayuda si

el cálculo que necesitamos es 5 x 5 = 25. El equilibrio entre Mente y Verdad

tiene que estar siempre presente. Ciencia y Salud (170:16) dice: “Las exigencias de

la Verdad... llegan al cuerpo por medio de la Mente.” ¿Cómo llega la Verdad al

cuerpo? No por medio de la Verdad, sino por medio de la Mente. Llegan al

cuerpo por medio de la Mente, porque Mente es la medicina. Las ideas son

Mente, y las ideas resuelven las ilusiones. Esto es lo que debe ocurrir; las

ilusiones tienen que ser resueltas o no hay curación alguna.

La Mente Mortal Debe Ajustarse

¿De dónde viene la enfermedad? La mente mortal, dice la Sra. Eddy, es la

causa de toda enfermedad. Puesto que la mente mortal es la causa, la mente

mortal tiene que ser ajustada. ¿Cómo podemos ajustar la mente mortal? Sólo

por medio de la Mente divina. Sin embargo, también tenemos que determinar

cuál es la creencia en la mente mortal que está operando para producir cierta

enfermedad o cierta situación inarmónica. Hasta aquí sólo hemos dicho que la

mente mortal era la causa, pero aún no hemos investigado cuál es la creencia

específica o el error de la mente mortal que produjo esa particular enfermedad o

desarmonía. Simplemente decir que la mente mortal es la causa no es suficiente.


En creencia, hay una razón para la enfermedad o la desarmonía, es decir, un error

específico fue aceptado en la mente mortal. La mente mortal es una combinación

de falsificación tanto de Mente como de Verdad. Por lo tanto, la curación debe

tomar a ambas en consideración. La Mente divina debe comprender

correctamente la verdad, y sólo entonces será la Verdad el remedio.

Las Fuerzas de la Mente

Siempre sanaremos por medio de Mente, pero en cada ocasión la verdad será

diferente.

“La Mente manifiesta todo lo que existe en la infinitud de la Verdad.” (C & S

258: 16-17) Siempre es Mente quien manifiesta, pero las formas de la Verdad

siempre son diferentes, por lo que Mente manifiesta todo lo que hay en la infinitud

de la Verdad.

La Sra. Eddy habla de “... las fuerzas... de la Mente... cuya potencia es la

Verdad...” (C & S 293:15-16) Esto muestra la diferencia entre poder y potencia. El

poder de Mente sólo se vuelve realmente potente cuando es Verdad – cuando el

poder de Verdad es aplicado a la situación.

Ella habla de “... la Verdad perturbadora.” (C & S 542:3) “Yo hiero para sanar...” (Escr. Misc. 215:4) Verdad dice: “Yo quiero salvar, sanar, ayudarlos,” pero si nos

resistimos a la Verdad, entonces aparece como “la Verdad perturbadora,” y

sentimos las heridas de la Verdad. Ya sea que Verdad salve o hiera, es la misma

Verdad; tan sólo se le ve en un nivel diferente. Si hiere, se le ve en el nivel de la

mente mortal. Si sana, se le ve en el nivel de la Ciencia Cristiana, pero aún sigue

siendo la misma Verdad. Escuchamos el sentido dimensional – cómo la identidad

de Verdad se cambia a sí misma como un fenómeno, de acuerdo al nivel en el que

aparece. Debemos vivir de tal manera, que el predicador no tenga que decir

mentiras en nuestro funeral.


El Pensar en Dimensiones

En este trabajo no hemos hablado acerca de los niveles, pero los hemos

estado tocando. (Para un estudio posterior acerca de los niveles, véase el

Apéndice I con Los Cuatro Niveles de la Conciencia Espiritual de Max Kappeler.)

Podemos ver cuán importante es que nuestra conciencia se familiarice con el

pensar en dimensiones. Debemos tener esa flexibilidad que sea capaz de

reconocer cuándo es que estamos en el plano de la mente mortal, o cuándo es que

estamos en alguno de los cuatro niveles de conciencia espiritual. Debiéramos ser

capaces de ir a través de cada nivel y ver lo que es Verdad en cada uno. La

identidad de Verdad en los niveles superiores presenta toda la maravillosa infinitud

de Verdad, pero la misma Verdad en un nivel inferior comienza a sanar, y en el

siguiente nivel inferior es “la Verdad perturbadora” (cuando no la comprendemos).

A esta versión de Verdad podríamos llamarla el Día de los Inocentes – el día en

que se nos recuerda por qué es que estamos en el día número 364.

De un vistazo debiéramos escuchar todas esas posibilidades de Verdad, y no

sentir que son contradictorias, sino más bien que son complementarias. Todas

esas posibilidades de Verdad tienen la misma identidad, pero dado que el ser es

dimensional, las posibilidades parecen diferentes de acuerdo con el nivel desde el

cual sean vistas.

Hoy en día en cada ciencia un punto importante es la atención dada al

sentido dimensional en contraste con el reduccionalismo. El reduccionalismo es

lo que más hemos estado haciendo en la Ciencia Cristiana hasta hace unos cuantos

años, debido a que generalmente uno ve un sólo nivel, y por lo tanto medimos todo

de acuerdo al fenómeno en ese nivel único. Esto quiere decir que una identidad

podría tener sólo una sola clase de fenómeno; en tanto que el dimensionalismo

muestra que una identidad puede tener múltiples fenómenos y aún continuar siendo


tal identidad. Una vez que nos hacemos conscientes de eso, desaparecen las

aparentes contradicciones en el Libro de Texto.

Hoy en día no basta decir que la Ciencia tiene que ver con leyes

incorporadas en un sistema. Esto ya no encaja más en el análisis del Libro de

Texto. Requerimos una definición dimensional de Ciencia, una definición que

considere el sentido dimensional.

Dominio

Verdad en sí misma no sabe nada acerca del dominio en un sentido de

dominio sobre un opuesto. Verdad no sabe de ningún opuesto, por lo que no tiene

necesidad de tener dominio. Aún así, dominio es cómo la Verdad aparece como

el Cristo, es decir, que Verdad tienen dominio sobre un opuesto; dominio es cómo

la Verdad aparece como el Cristo, porque el Cristo tiene dominio sobre.

Hay otro sentido de dominio, el sentido de señorío. Consideremos, por

ejemplo, la declaración de la Sra. Eddy en Ciencia y Salud: “Admitir para sí que el

hombre es la semejanza misma de Dios, deja al hombre en libertad para abarcar la

idea infinita.” (90:24-26) Aquí la palabra “abarcar” no significa ‘tener dominio

sobre,’ sino volverse experto en, en el sentido de que uno puede dominar un

lenguaje extraño, un instrumento musical, o que uno puede volverse maestro en

artes y ciencias.

En el sexto día, cuando al hombre se le dio dominio sobre toda la tierra, la

tierra no era un oponente, dado que el primer registro de la creación no contenía

error en sí mismo. El dominio que se le dio en el sexto día de la creación es una

clase diferente de dominio que la clase de dominio sobre el error [como Verdad.]

“La Mente es el creador grandioso, y no puede haber ningún poder excepto aquel

que deriva de la Mente. Si la Mente fue cronológicamente lo primero, si es lo

primero en potencia y si tiene que ser lo primero eternamente, entonces dad a la


Mente la gloria, el honor, el imperio y la potencia debidos, por toda la eternidad, a

su santo nombre.” (C & S 143:27-33)

Falsificaciones de Verdad

Llegamos ahora a los negativos de Verdad. “Porque la Verdad es infinita,

debe reconocerse que el error es nada. Porque la Verdad es omnipotente en

bondad, el error, lo opuesto de la Verdad, no tiene poder.” (C & S 367:33-35) La

Verdad demanda conformidad con su estándar y por lo tanto aniquila lo que no

está de acuerdo con su ideal. La Verdad y el error son opuestos irreconciliables.

“... la Verdad es real y el error es irreal,” ilusión. (C & S 368: 4-5) Error, magnetismo

animal, es el nombre para toda discordia, para todo lo que no está en armonía con

la Verdad ni con el estándar de la Verdad.

El error es la falsificación del noúmeno de Verdad. Otras falsificaciones de

Verdad son, por ejemplo, la contradicción de la Verdad, la pretensión falsa, la

negación de la Verdad, la teología falsa, la mentira, la traición, la enfermedad, el

mal, la oscuridad, el hombre Adán, la sujeción y el adversario. Verdad, por

supuesto, nos da dominio sobre todas estas falsificaciones.

En cuanto vamos llegando al final de esta sección de Verdad, “[Volvamos

nuestra] atención del cuerpo hacia la Verdad y el Amor, el Principio en que se basa

toda felicidad, armonía e inmortalidad. [Mantengamos nuestro] pensamiento

firmemente en lo perdurable, lo bueno y lo verdadero, y los [experimentaremos] en

la medida en que ocupen [nuestros] pensamientos.” (C & S 261:2-7)

Querido lector, revisemos el principio de este capítulo sobre lo que es la

Verdad y lo que hace la Verdad.

Referencias de Ciencia y Salud sobre Verdad

PREFACIO


vii: 7 vii: 27 ix: 3 x: 13 x: 26

vii: 13 viii: 12 ix: 16 x: 23 xii: 26

LA ORACIÓN

2: 17 5: 24* 1 11: 28 12: 10 13: 30 15: 5* 16: 5

3: 27 9: 25 11: 29 12: 14 14: 18* 15: 6 17:14*

4: 1* 11: 17 11: 31 12: 15* 14: 22 15: 20


18: 2* 21: 5* 29: 23 33: 23 36: 3* 41: 14* 50: 14*

18: 16 23: 10 30: 19 34: 5 36: 7 42: 6* 50: 31*

18: 18 24: 1* 30: 21* 34: 6 37: 7 43: 32* 51: 24*

19: 3* 24: 9 30: 24 34: 15 37: 25* 45: 15* 53: 21

19: 5 25: 2* 31: 2 35: 6 38: 31 47: 23 54: 4

19: 6 26: 14* 31: 13* 35: 12 40: 19 48: 14 54: 14*

20: 19 26: 22 31: 15 35: 23 40: 21 48: 20* 55: 15

21: 1 28: 7* 33: 6 35: 27 40: 24 49: 23*

EL MATRIMONIO

57: 19* 65: 3 67: 23


70: 5 81: 15* 88: 26* 94: 3* 95: 32 97: 30

72: 12 83: 8 91: 14* 95: 8* 96: 20 98: 19*

72: 14 83: 11 92: 28 95:25 97: 23 99: 9


103: 23 106: 11* 106: 17

LA CIENCIA, LA TEOLOGÍA, LA MEDICINA

CIENCIA

107: 2* 110: 31 114: 6 118: 8 124: 1 128: 24 130: 32

108: 23 111: 13 115: 13 118: 10 126: 25 129: 5

108: 24 113: 14 117: 18* 120: 22 126: 31 129: 15

109: 22 113: 28 117: 27 121: 12 128: 22 130: 27

TEOLOGÍA


134: 5 135: 12 135: 30 137: 2 138: 6* 140: 8* 142: 9

134: 9 135: 13 135: 31 137: 20* 140: 1 142: 4

MEDICINA

142: 31 144: 20 145: 12 146: 26 149: 14 152: 2 162: 7

143: 1 144: 24 145: 17 147: 10 150: 2 152: 8 164: 24*

144: 10 144: 28 146: 25 149: 1 150: 4 162: 5

LA FISIOLOGÍA

167: 24 170: 27 177: 20 181: 10 183: 18 185: 24 194: 9

167: 31 171: 5 177: 24 181: 23 183: 23 186: 4 196: 16*

169: 27* 173: 8 178: 21 181: 30 183: 26 191: 14

170: 2 174: 20 179: 9 182: 3 184: 3 191: 29

170: 13 176: 30 180: 28 183: 1 184: 4* 191: 31

170: 14 176: 31 180: 32 183: 14 184: 12* 192: 27*


201: 206: 5 215: 3 227: 19* 232: 26 239: 13 251: 13

201: 1 207: 18 216: 8 228: 24 234: 4 240: 29 252: 5

201: 7 207: 25 216: 18* 229: 31 235: 23 241: 11 252: 10

202: 13 207: 29* 218: 7 230: 2 235: 29 241: 24 253: 5

202: 22 208: 11 222: 8 230: 3 236: 32 242: 21 254: 11

202: 26 210: 20 224: 28 230: 7 237: 15 243: 25

204: 7 211: 3 225: 3 231: 4 238: 12 243: 27*

205: 29 211: 5 225: 5 231: 10* 238: 13 243: 31

206: 2 214: 1 226: 32 231: 19* 238: 19 251: 11

LA CREACIÓN

255: 4 257: 29 260: 32 263: 22 265: 4* 267: 22

255: 4* 258: 16 261: 2* 264: 22 266: 3 267: 25

LA CIENCIA DEL SER

270: 16 281: 3 287: 32 295: 20 307: 4 316: 9 329: 25

270: 26* 282: 1 288: 1 295: 22 307: 6 316: 19 329: 31

271: 1 282: 17 288: 2 296: 15 307: 11 317: 9 330: 1

271: 9 282: 18 288: 30 296: 24 307: 17 318: 23 330: 5

271: 27 282: 26 288: 31 297: 23 307: 25 320: 2 330: 20*

272: 4 282: 32* 282: 1 297: 26 307: 32 322: 7 331: 26*

273: 4 283: 15 289: 12 298: 2* 308: 14 322: 32 332: 14


274: 1* 285: 31 289: 14 298: 10 308: 20 323: 15 332: 27*

274: 13* 286: 2 289: 16 298: 29* 308: 22* 323: 29 333: 23

275: 12* 286: 7 290: 12 299: 24 308: 25 324: 10 336: 16*

275: 31 286: 11* 290: 21 299: 26 312: 18 324: 27 338: 8

276: 28 286: 28 292: 2 299: 28 312: 19 325: 7 339: 2

278: 8 287: 4 292: 7 300: 32* 314: 28 325: 18

278: 15 287: 9 293: 15 303: 11* 315: 18 325: 20

279: 15 287: 10 293: 29 304: 2* 315: 23 325: 30

279: 20 287: 11 294: 18 304: 19* 315: 32 326: 3

280: 9 287: 30 294: 31 306: 1 316: 7 326: 23


341: 10 344: 11 347: 24 351: 14 354: 7 357: 8

342: 7 346: 13 350: 11 351: 18 354: 24 357: 22

342: 24 346: 16 350: 18 351: 26 356: 13 358: 15

343: 2 346: 19 350: 24 353: 8 356: 18 360: 2

343: 12 346: 20 350: 30 353: 11 357: 5 361: 26


364: 18 370: 4 386: 13 395: 20* 412: 5 419: 21 427: 32

364: 26 370: 31 386: 14 401: 1 412: 16 420: 1 433: 31

365: 31 371: 30 386: 25 401: 17 415: 5 420: 3 434: 14

367: 10 372: 20 387: 11 403: 19 415: 26 420: 11 435: 32*

367: 24 372: 27 388: 3 404: 28 417: 15 420: 17 437: 8

367: 30 372: 28 390: 9 406: 12 418: 20 421: 23 437: 30

367: 31 374: 15 391: 1 406: 22 418: 22 422: 10 438: 26

367: 32 378: 17 391: 5 408: 20 418: 24* 426: 3 440: 4

368: 4 380: 4 391: 14 410: 7* 418: 32 426: 10 440: 26

368: 5 380: 5 394: 2 410: 12 419: 5* 427: 4 442: 22

368: 10 380: 20 394: 27 410: 25 419: 10 427: 23*


445: 12 445: 23* 450: 25 454: 4 456: 22 459: 27

445: 20* 445: 5 451: 1 454: 22 456: 28 461: 24

446: 21 446: 11 452: 22 455: 1* 457: 1 462: 9

447: 15 445: 13 453: 9 455: 4 458: 15 462: 12

448: 10 446: 15 453: 29 456: 3 458: 18 463: 14*

463: 19


RECAPITULACIÓN

465: 10 468: 18* 472: 22 474: 27 484: 25 490: 14 496: 12*

466: 13 469: 10* 473: 4 474: 31 485: 2 493: 2 497: 3

466: 14 469: 17 473: 10 475: 2 485: 10 494: 28 497: 17*

466: 15 470: 3 474: 1* 476: 30* 485: 21 495: 2

467: 10* 470: 8 474: 4 481: 11 486: 12 495: 4

468: 1 471: 6 474: 16 481: 27 487: 5 495: 6

468: 4 472: 2* 474: 24 482: 26 487: 20 495: 11

468: 6 472: 3 474: 25 482: 28 488: 6 495: 23

468: 12 472: 17 474: 26 483: 5 490: 7* 495: 30*

GÉNESIS

501: 10 506: 7 518: 23* 530: 3 538: 4 542: 3 545: 19

502: 28* 508: 7* 522: 30 530: 24 538: 5 542: 7 545: 27

503: 10 510: 9* 523: 7 532: 19 538: 7 542: 8 545: 31

504: 11 510: 27* 524: 22 533: 26 538: 9 542: 19 548: 15

504: 13* 515: 20* 526: 18 535: 1 539: 9* 543: 3 549: 29

504: 23 516: 4 528: 15 535: 17 539: 19 543: 6 555: 27

505: 8 516: 10 528: 21 537: 15 540: 15 543: 26 555: 32

505: 23* 517: 9 529: 27 538: 3 540: 30* 545: 4 557: 20

EL APOCALIPSIS

558: 13 559: 11 559: 26* 564: 19 567: 10* 568: 31 570: 15

558: 17* 559: 15 561: 1* 565: 21* 567: 22 569: 2 572: 16

558: 18 559: 23 561: 27* 567: 3* 568: 1 569: 9 574: 10

577: 14*

GLOSARIO

580: 15 583: 12* 587: 7 591: 12 593: 16 595: 2*

580: 30 583: 22* 588: 8* 591: 17* 593: 18 595: 3

581: 8 584: 2* 589: 19 591: 23 593: 20* 595: 8

582: 2 584: 18 589: 21 592: 17* 593: 23 596: 17*

582: 29* 586: 16 590: 8 593: 5 594: 2 599: 4*

*= aplica para varios sinónimos


CAPÍTULO x

AMOR

El Plan Universal de Bien Infinito

Finalmente llegamos al sinónimo Amor. Aquí nos preguntamos: ¿Cuál es

el propósito de los primeros seis sinónimos? ¿Tienen algún objetivo? Amor

responde: “Sí. Todo cuanto acontece en la Mente creativa – todo cuanto es

desplegado por medio de Espíritu, identificado en Alma y gobernado por el

Principio central, luego operado como lo nuevo de Vida, lo cual muestra en Verdad

la realidad del ser – todo está sucediendo con un solo y gran propósito. Está

sucediendo para cumplir un plan universal.”

Conforme estudiemos el sinónimo Amor, en Ciencia y Salud, debiéramos

hacer una lista de las declaraciones definidas que muestran lo que Amor es, lo que

Amor hace y lo que Amor imparte. Por ejemplo:

Lo que Amor es

13: 2 Amor es imparcial y universal en su adaptación y en sus dádivas

17: 9 Amor se refleja en amor

22: 21 Amor no se apresura a librarnos porque el Amor quiere que

seamos probados y purificados

225: 23 Amor es el libertador

330: 22 Amor es Mente

454: 10 Amor está entronizado

454: 21 Amor es sacerdote

Lo que Amor Hace

6: 4 Amor corrige y gobierna al hombre


43: 35 Amor [triunfa] sobre el odio

57: 29 Amor sostiene al corazón que lucha

66: 14 Amor... propaga de nuevo las alegrías más elevadas

248: 3 Amor jamás pierde de vista a la hermosura

266: 13 Amor os [obliga] a aceptar lo que mejor promueva vuestro progreso

339: 3 Amor destruye el odio

454: 19 Amor inspira el camino, lo ilumina, lo designa y va adelante

494: 11 Amor... siempre responderá a toda necesidad humana

516: 12 Amor baña todo en hermosura y luz

517: 29 Amor bendice a sus ideas y hace que se multipliquen, - que

manifiesten Su poder

572: 12 Amor cumple la ley de la Ciencia Cristiana

Lo que Amor Da o Imparte

420: 28 Amor da [al enfermo] todo el poder sobre cualquier acción

y condición, físicas

517: 13 Amor imparte la idea más clara de la Deidad / nuestro verdadero ser

518: 17 Amor da a la idea espiritual más pequeña, poder, inmortalidad y

bondad

Amor hace que todo manifieste la totalidad de Dios, porque Amor no conoce

el error. Amor es la causa y el efecto coexistiendo. Amor engrana todo en su

plan e insiste sobre la perfección.

Amor significa que toda idea está ya en el punto de la realización y la

perfección, puesto que Amor es la unidad de Principio e idea; y por lo tanto Amor

es uno con sus manifestaciones y objetivaciones.


Amor confiere todo el bien. Nos hace darnos cuenta de que somos

partícipes del todo. Nos da un sentido de infinito auto-contentamiento, porque

sólo conoce a su propia idea.

Amor nos muestra que en realidad la idea es tan grande como su Principio,

la idea es tan perfecta como su Principio. Amor es la comprensión de que todo ya

está elaborado, dando así una sensación de descanso y paz.

Palabras que la Sra. Eddy Utiliza para

Describir al Amor

morar completo gracia descanso

acepta corona corazón satisface

afecto concepción santidad sublime

amplitud libera Espíritu Santo salvación

unge designa inspiración universal

ascensión Ciencia divina hermosura

belleza circunda Madre

conferir cumple aceite

bendice realización paciencia

dicha saciar, llenar paz

corrige perdona perfección

coexistencia otorga, da plan

consolador gloria propósito

rodea evangelio responder

Opuestos

maldición envidia odio malicia

temor opresión guerra


Un Tono de Amor

Amor se caracteriza como el plan de Dios, el designio de Dios. Nada

sucede en la Mente creativa sino aquello que preconcibió el Amor, como el plan

del Amor, el designio del Amor. Todo está adaptado para el cumplimiento de un

propósito y un objetivo.

Plan, designio, propósito, objetivo, cumplimiento, proporcionan el tono del

Amor. Amor es la facultad de Ser único, el cual dice: “Nada sucede por azar.

Todo está engranado dentro de un gran plan, un plan universal, un plan que cubre

la eternidad.” Amor asegurará que todo halle su lugar correcto y encuentre su

cumplimiento. Amor adaptará todo dentro de ese plan. Amor reforzará la

operación de ese plan y nos “obligará a aceptar lo que mejor promueva [nuestro]

progreso.” (C & S 266:13-14) Exigirá nuestra integración a ese plan. Amor impondrá

el plan de salvación a todos. Amor es salvación.

Amor es esa habilidad en ser aquello que insiste en la perfección. Amor es

perfección y quiere demostrar perfección. Nada imperfecto puede permanecer

dentro del plan del Amor. Amor llegará a toda situación; por medio de Alma,

Amor corregirá la situación hasta que esté de acuerdo con el plan del Amor, y así

sea realizado. De esta manera todo halla su perfección.

Esto demuestra la maternidad del Amor, el cuidado, la ternura del Amor.

Amor es ese aspecto en el ser que cuida de todo, de todos, de toda situación. Es

una atmósfera. “El Amor es Mente,” dice la Sra. Eddy, y Mente es el

omnipresente Principio divino, el Amor; y este Amor es reflejado en amor, en

cuidado, en ternura, afecto, liberación y paciencia, en salvación que todo lo abarca,

que todo lo incluye. Amor quiere que cada detalle halle su cumplimiento y su

perfección. “El Amor da a la idea espiritual más pequeña poder, inmortalidad y

bondad...” (C & S 518:17-19) “La idea individual inteligente,” dice la Sra. Eddy, “sea

varón o hembra, elevándose de lo menor a lo mayor, revela la infinitud del Amor.”


(C & S 508:23-25) Debemos de obtener la conciencia del Amor. Entonces, para el

infinito y eternamente presente Amor, todo será Amor debido a que nuestra

conciencia de Amor habrá suplantado la conciencia del error, pecado, enfermedad

y muerte.

Cada Detalle es Atendido

Cuando descansamos dentro de la conciencia del Amor vemos que cada

detalle está siendo cuidado. “El Amor... siempre ha respondido y siempre

responderá a toda necesidad humana,” dice la Sra. Eddy, (C & S 494:11-13) así que con

seguridad responderá a toda necesidad espiritual, a toda necesidad divina.

Amor significa que “el Amor divino no puede ser privado de su

manifestación u objeto...” (C & S 304:10-11) ¿Por qué? Porque “el Amor jamás pierde

de vista a la hermosura. Su aureola se posa sobre su objeto.” (C & S 248:3-4) “Para el

Amor infinito, siempre presente, todo es Amor...” (C & S 567:7-8)

Si estamos preocupados por algo, esto es señal de que no hemos

comprendido al Amor; no tenemos el verdadero concepto del Amor. El

verdadero Amor quiere decir que el Principio del ser está siempre expresado como

idea, y es inseparable de esa idea.

Esto nos da un sentido de paz y descanso en Amor, el cual, por supuesto,

todos anhelamos. Pero no podemos tener paz y descanso comenzando con el

Amor. El Amor es el resultado de recorrer el camino a la Vida. Debemos

comenzar con Mente, ir a Espíritu, luego a Alma, Principio, Vida y Verdad – con

los cuales somos uno en realidad, dado que “el reino de [Dios] está dentro de

[nosotros].”

Únicamente comenzando con Mente, puede la conciencia ser capaz de ver

que Mente es el creador de todo. La mente humana no es el creador. Espíritu

despliega este “todo” que nuestra verdadera Mente crea. Yo no tengo que


desplegarlo ni delinearlo. Alma lo definirá, lo bendecirá, lo identificará. Yo no

tengo nada que hacer al respecto. Comienzo a ver que Principio opera por sí

mismo, y cuando Principio opera por sí mismo, lo que se genera es el ser de Vida,

la existencia, la única existencia que hay. Esta es la única realidad en ser uno

mismo. Cuando veo y entiendo esto, comprendo que todo está bien, todo está en

el punto del cumplimiento y la realización, y experimento paz y descanso. He

visto el rango completo de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida y Verdad.

Como resultado de una conciencia que está llena de la tonalidad de los siete

sinónimos, es que llega la conciencia de Amor. Amor descansa en la

comprensión de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida y Verdad.

Dios es Amor

Amor representa un clímax espiritual en el entendimiento de Dios. La Sra.

Eddy dice: “La parte vital, el corazón y alma de la Ciencia Cristiana es el Amor.” (C & S 113:6-7) También dice que “el Amor imparte la idea más clara de la Deidad.” (C & S 517:13) Entre las diversas y maravillosas definiciones que el diccionario da de

la palabra “clara” está: “libre de culpa,” lo cual nos recuerda del Jurado de los

Sentidos Espirituales en el caso ante la corte, invirtiendo el veredicto a: “Inocente.”

El hombre es la imagen del Amor, así que ¿cómo podría él ser culpable?

El uso común le asigna al término “amor”, cualidades completamente

opuestas al uso que a esta palabra le da la Ciencia Cristiana. No podemos

simplemente extrapolar nuestro sentido humano de amor y llegar al significado

correcto de Amor. Dios, el Amor, está libre de todo concepto humano de “amor,”

ya que el Amor sólo incluye cualidades espirituales y divinas. El Amor divino se

halla sobre el variable amor humano, y viene a ser para nosotros el Principio divino

para ser amado y vivido.


Nada es más apacible que el salvador Principio universal, imparcial,

omnipresente e infinitamente aplicable. Tal Amor está totalmente libre del

sentido personal, de la opinión y emociones personales.

En Escritos Misceláneos la Sra. Eddy se refiere al Amor como “la suma total

de… la Deidad.” (Esc. Misc. 105:35 y 293:22) Esa suma total de la Deidad es el clímax en

el orden del Verbo – Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor. En

el séptimo día de la creación se da un cambio con relación a los otros seis días. El

séptimo día no es un día de creación. Nada es creado en la séptima etapa. Los

seis días han edificado el punto de la totalidad. Miramos todo lo que es, ha sido

siempre, y siempre ha estado en el punto de la realización y el cumplimiento.

Ya no tenemos más ese sentido de ascender por una escalera. Nos encontramos a

nosotros mismos donde ya todo es completo y perfecto. Tenemos la sensación de

estar incluyendo dentro de nosotros mismos el proceso del Génesis, una sensación

de que este es un estado de cumplimiento y realización de las cosas. Como dijera

Jesús: “el reino de [Dios] está dentro de [nosotros].”

Madre

Esta es la razón por la que a Dios se le llama Madre. Madre es un símbolo

que indica el universo interior. Significa que “el reino de los cielos está dentro de

[nosotros].” Indica que llevamos dentro de nosotros todo lo que las seis etapas

anteriores procrearon – todo cuanto Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida y

Verdad produjeron.

Amor es esa conciencia en el ser en donde podemos ver que el ser, sin su

manifestación, no es el ser. Por tomar un ejemplo mundano: un músico es sólo

músico en tanto que exprese la música. Él no puede estar separado de su

expresión, de su manifestación de la música. Un matemático sólo es matemático

en tanto que exprese y manifieste la habilidad matemática. Amor es esa


sensación en el ser en la que vemos que el ser jamás puede estar sin su

expresión. Amor tiene que ver con esa relación íntima de causa y su

manifestación, en donde, como vimos, “el Amor divino no puede ser privado de su

manifestación u objeto.” (C & S 304:10-11)

En el momento en que sintamos que algo está separado de su causa,

habremos perdido el toque del Amor. Esta es la razón por la que “el Amor echa

fuera el temor.” (I Juan 4:18) El temor se posa sobre nosotros cuando pensamos que

algo no es uno con su Principio, cuando sentimos que no somos uno, ni

coexistentes con el Principio. Esta sensación de no coexistir con el Principio es

una falsificación de Amor. Cuando tenemos la unidad de Principio con su idea,

tenemos Amor. Esta es la razón por la que en el Libro de Texto leemos con

frecuencia: “Principio, Amor.” Es otra forma de expresar el hecho de que “el

Amor no puede ser privado de su manifestación u objeto,” y de que “el Amor

jamás pierde de vista la hermosura.” (C & S 304: 10-11 y 248:3)

Todas las Ideas Están en el Punto de la Realización

Preguntarse si un problema puede ser resuelto significa que hemos perdido

el punto de vista de Amor, porque nos hemos separado de su fuente, hemos

separado la idea de su Principio, y “la existencia separada de la divinidad es

imposible según lo explica la Ciencia Cristiana.” (C & S 522:10-11) Nada puede existir

que no esté incrustado en su causa. Amor es Mente, dice la Sra. Eddy, y Mente es

la causa de todo efecto. Necesitamos exaltar el pensamiento sobre la apariencia

mortal y ver que toda idea ya está en el punto del cumplimiento, ya está en el punto

de la perfección, de la realización, de la consumación. Si sentimos que tenemos

que producir una idea, no estamos en el punto de Amor, estamos en el punto de

Espíritu.


Espíritu da el nacimiento. Amor va un paso más allá. Amor ve que toda

idea que va a nacer ya está en el punto de la realización, del cumplimiento, justo en

el punto de la perfección.

Esto me recuerda de una pequeña historia titulada: “A Quien Invitar.”

Una mujer salió de su casa y vio a tres ancianos con largas

barbas blancas sentados frente a su patio. No los reconoció. Les

dijo: No creo conocerlos, pero seguro que tienen hambre. Tengan

la amabilidad de pasar y comer algo. - ¿Está el señor de la casa?,

preguntaron. –No, contestó ella; salió. -Entonces no podemos

entrar, respondieron. En la tarde cuando su marido llegó a casa,

ella le platicó lo ocurrido. –Ve y diles que ya llegué e invítalos a

pasar. La mujer salió y los invitó a pasar. –Jamás entramos a una

casa juntos, le dijeron. – ¿Por qué?, quiso saber la mujer. Uno de

los ancianos le explicó: -Su nombre es Riquezas, dijo señalando a

uno de ellos. Luego, señalando al otro dijo: -Él se llama Éxito, y

yo Amor. Entonces le recomendó a la mujer: -Ahora vaya adentro,

platique con su marido y decidan quién de nosotros desean que pase.

La mujer entró en casa y le platicó a su esposo lo ocurrido. - ¡Qué

bien!, dijo el marido lleno de alegría. –Puesto que así están las

cosas, invitemos a Riquezas; que pase y llene nuestra casa con

riquezas. La mujer no estuvo de acuerdo y comentó: - ¿Por qué no

invitamos mejor a Éxito? La nuera de ellos estaba escuchando

desde otra habitación de la casa y emitió su propia opinión: - ¿No

sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar estaría lleno de Amor.

–Escuchemos el consejo de nuestra nuera, dijo el marido; sal e invita

al Amor para que sea nuestro huésped. La mujer salió al patio y

preguntó: - ¿Quién de ustedes es Amor? Por favor pase y sea


nuestro invitado. Entonces Amor se levantó y empezó a caminar

hacia la casa. Los otros dos ancianos también se levantaron y

caminaron hacia la casa. Sorprendida, la mujer preguntó a

Riquezas y a Éxito: -Yo sólo invité a Amor, ¿por qué entran ustedes

también? Los ancianos respondieron: -Si hubiera invitado a

Riquezas o a Éxito, los otros dos de nosotros hubiéramos

permanecido afuera. Pero como usted invitó a Amor, a donde

quiera que él vaya, nosotros lo acompañamos. Dondequiera que

hay amor, también hay riquezas y éxito.

El Amor Hace que sus Ideas

Manifiesten el Poder de Dios

“El Amor hace que sus ideas manifiesten Su poder” [el de Dios, el del bien

infinito], dice la Sra. Eddy. (C & S 517:29-30) Ella no dice que el Amor causa la

manifestación de ideas. (Es la Mente divina quien causa la manifestación de

ideas.) En su lugar, ella dice que el Amor causa que sus ideas manifiesten el

poder de Dios. La idea es verdaderamente la manifestación del poder de Dios.

No es que Dios se manifieste a sí mismo como ideas – porque es Mente quien

manifiesta ideas – sino más bien es que cuando llegamos al Amor vemos que cada

idea manifiesta a Dios. En Mente, Dios manifiesta ideas. En Amor, Amor

causa que toda idea manifieste a Dios, y Dios es nuestra Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida, Verdad y Amor, “el reino de [Dios] dentro de [nosotros].”

Si es Amor quien causa que toda idea manifieste a Dios, nosotros podemos

ver qué enorme, qué infinito es Dios, el Amor – qué infinitos somos nosotros, dado

que “el reino de [Dios] está dentro de [nosotros].” Entonces es que tenemos la

absoluta realización, cumplimiento y perfección, totalidad y santidad de Dios, en


donde vemos que toda idea manifiesta la totalidad de Dios. Ese es el punto del

Amor.

Cómo es que Tenemos Descanso y Paz

El Amor hace que toda idea manifieste la totalidad de Dios, y cuando cada

idea manifiesta la totalidad de Dios, ya no más tenemos miedo; ya no más tenemos

esa sensación de no ser plenos, de no ser perfectos. Tendremos esa sensación de

descanso y paz cuando veamos que manifestamos la totalidad de Dios; ahora es

que somos completos y perfectos. “Dios perfecto y hombre perfecto... (es la)

base de la demostración.” (C & S 259:15-17)

En la medida en que pensemos que Mente tiene que manifestar ideas, aún

podemos estar temerosos. Podríamos preguntar: “¿Manifestará Mente las ideas

correctas? ¿Se manifestarán esas ideas en el momento adecuado? ¿Tendrán

esas ideas todo cuanto necesiten para ser completas y perfectas?” Todas esas

preguntas indican que aún no tenemos el toque del Amor.

Tocamos al Amor Cuando Vemos

La Idea en Plenitud

“El Amor divino no puede ser privado de su manifestación u objeto.” (C & S

304:10-11) ¿Cuál es la manifestación u objeto del Amor? Es la idea, la imagen en la

Mente. “Sólo el Amor,” dice la Sra. Eddy, “puede impartir la idea ilimitada

concerniente a la Mente infinita [y la idea ilimitada del Espíritu infinito, la idea

ilimitada del Alma infinita, la idea ilimitada del Principio infinito, la idea ilimitada

de la Vida, de la Verdad].” Debemos volvernos a Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida y Verdad desde el punto de vista del Amor, porque el Amor es la

parte vital, la esencia viviente indispensable de la Ciencia Cristiana. La aureola

del Amor descansa sobre su objeto. Éstas son declaraciones clave. No dicen


que el Amor produce una idea, sino más bien que la aureola del Amor descansa

sobre su objeto. El objeto tiene la aureola, el cual, de acuerdo al diccionario

Webster es: “el resplandor o gloria invistiendo un objeto idealizado por el

sentimiento.” El objeto tiene el resplandor y la gloria de Dios, la aureola de Dios.

Cuando vemos la idea en su plenitud, la cual es la idea de Dios, hemos tocado al

Amor.

La Causa y el Efecto Coexisten en Amor

En Amor no tenemos una causa guiando hacia un efecto, sino causa y efecto

coexistiendo. La idea ya es tan gloriosa como el Principio. Principio dice: “Hay

una relación íntima entre Principio e idea. Ellos son uno.”

¿Cómo es que son uno? ¿En qué grado es que son uno? ¿En qué

cualidades es que son uno?

Amor responde: “La unidad de Principio e idea se muestra en el hecho de

que la idea es tan grande como su Principio.” Eso es Amor. La idea es tan

completa como su Principio, tan perfecta como su Principio.

Causa y Efecto son Uno – Ya Existen

Amor se asegura que el Ser jamás pueda estar sin su manifestación, porque

Principio e idea es uno. El Ser está siempre en el punto donde cada idea es plena.

El Ser jamás puede estar sin su expresión completa, sin su objeto satisfecho.

Nuestra ansiedad pudiera surgir al no comprender el cuadro completo.

Sentimos que hay un creador (Mente), y que este creador es bueno (Espíritu); este

creador está verdaderamente creando algo muy definido que tiene una maravillosa

identidad (Alma), y esta identidad – todas estas identidades de Alma – son

gobernadas por un solo Principio. Entonces preguntamos: ¿Pero estamos seguros


que estas identidades ya están expresadas en su plenitud, en su perfección?” En

este punto encontramos temor, duda, ansiedad.

El Amor Dice: “Todo Está en el Punto de Plenitud”

Es aquí donde Amor quita la duda, el temor y la ansiedad, porque Amor

dice: “Han estado razonando erróneamente. Han estado razonando que hay una

causa, y que esta causa puede tener un efecto. Esto no es cierto. La causa no

existe. El efecto no existe. Ambos son uno; no son dos. Ya están existiendo.

La plenitud es la plenitud. No hay nada que tenga que ser traído a existencia por

medio de Vida; no hay nada que primero tenga que salir a flote por sí mismo; no

hay nada que tenga que labrar la tierra o abrirse camino, y establecerse a sí misma

en Verdad.” Amor dice: “Todo está ya en el punto del estado de plenitud de las

cosas.” Un estado de plenitud de las cosas es Amor. Amor nos asegura que

todo debe estar en un estado de plenitud, de perfección, en un estado de completa

consumación. Si tenemos un sentido de proceso en nuestro pensamiento, hemos

perdido el tono de Amor.

La Simiente Dentro de sí Misma

El hecho de que todo ya está en un estado de perfección total es la simiente

dentro de sí misma. El músico cultivado tiene la simiente de la música dentro de

sí mismo. Beethoven, musicalmente hablando, tenía la simiente dentro de sí

mismo. Matemáticamente hablando, Einstein tenía la simiente dentro de sí

mismo. Ellos manifestaron lo que estaba adentro, y la semilla produjo fruto.

Científicamente hablando, “la creación espiritual fue el producto, la emanación

de... plenitud infinita y sabiduría inmortal [del Amor].” (C & S 519:5-6)

Cuando comprendemos que la armonía y la inmortalidad del hombre están

intactas, la ignorancia da lugar a la inteligencia; la fe en la materia da lugar a la fe


en lo espiritual; los sentidos físicos son desplazados por los sentidos del Amor

(Alma). El sentido personal y la personalidad dan lugar a la persona del

Principio; un sentido mortal de vida es suprimido por un sentido inmortal de Vida;

una conciencia mortal, humana, es desechada por una conciencia espiritual

científica y divina. Y finalmente, una disposición como aquélla del hermano

mayor en la Parábola del Hijo Pródigo, es cambiada por esa disposición que refleja

las cualidades y atributos de Dios.

“La Omnipresencia de la Perfección Presente”

Si sentimos que tenemos que hacer que algo salga bien, ya sea que se trate

de nuestra vida o sólo de un problema, es porque no conocemos el significado del

Amor. Podríamos pensar que lo podemos lograr con ayuda del Amor. Pero eso

no es Dios, el Amor. En el Amor no hacemos que las cosas salgan bien. En el

Amor comprendemos que el Amor no puede estar jamás sin su manifestación, y

la aureola (el resplandor y gloria) descansa sobre el objeto del Amor. Esta es la

conciencia que tenemos que admitir en Amor. Amor no tiene nada que ver con la

conciencia que siente: “Estoy en muy mal estado, estoy en muy mala situación,

pero gracias a Dios que Dios es Amor y Dios me va a ayudar a salir de este

problema.” Eso es un sentido humano de Amor, un sentido transformado del

Amor, pero la idea del Amor no razona de esa manera. La idea del Amor conoce

que la aureola (el resplandor y la gloria), descansan sobre su objeto, y que el

Principio no está jamás sin su manifestación u objeto, o no sería Principio, el

Amor. Así es como tenemos la “omnipresencia de la perfección presente.” Sólo

se trata de una cuestión de conciencia, una cuestión de la actitud que debemos

tomar. Todo ya está dentro. Esta es la razón por la que en el séptimo día no hay

actividad creadora. Es el día del descanso, el día de la paz, en donde

descansamos en la conciencia de que la idea está completa, de que la idea no puede


ayudar a ser plena porque hay unidad de Principio e idea. Nuestra vida cambiaría

considerablemente si tuviéramos un mejor sentido del sinónimo Amor. El mundo

con todas sus sugestiones está tocándonos constantemente, pero tenemos que

recordarnos persistentemente lo que es la realidad. Preguntémonos

continuamente: “¿Qué es lo que realmente está sucediendo? ¿Puedo cambiar la

perfección?” La Sra. Eddy hace esta pregunta relacionada al Amor, queriendo

decir que la perfección es; así que, ¿por qué preocuparse?

Jamás Abandonamos Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida, Verdad y Amor

Esto no quiere decir que olvidemos todo acerca de Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida y Verdad, y comencemos con Amor. En la etapa de Amor, en la

etapa de ver que el Amor tiene una expresión, somos conducidos naturalmente a

preguntar: “¿Cuál es esa expresión?” Esto nos conduce a Verdad porque

queremos conocer la forma de esta expresión, así que preguntamos: “¿Cuál es la

forma de la Verdad?” Hallamos que esto es el estado del ser (Vida) y no de la

forma del vacío. Regresamos justo a Principio, Alma, Espíritu, Mente, en donde

vemos que esta expresión es concebida por Mente, y que Mente, justo desde el

principio, tiene la idea perfecta a la vista. “El Amor es la Mente,” dice la Sra.

Eddy. (C & S 330:22) Mente es el Principio divino, el Amor, y tiene el objetivo

perfecto a la vista justo desde el principio.

Cuando estamos conscientes de estos hechos, nuestra paz y descanso surgen

como resultado de una conciencia cultivada en la totalidad e integridad de la

Verdad, y no tan sólo como resultado de una creencia de que todo está bien.


¿Qué es la Aureola?

Esta es la razón por la cual tuvimos que ir a través de las seis etapas.

Caminamos a través de los primeros seis sinónimos para conocer lo que

verdaderamente es la aureola del Amor – esta perfección y gloria espiritual que

descansa sobre su objeto. ¿Qué es el halo, ese arco iris séptuplo? Grande es la

idea. ¿Qué tan grande? El Amor, la verdadera Madre, conoce qué tan grande es

la idea. El arco iris completo de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad

y Amor descansa sobre su idea. La idea refleja todas las ideas de los siete

sinónimos. Al reflejar el Amor, damos a la idea la promesa completa, y siempre

anticipamos su realización. Cuanto más ensanchemos nuestra divina conciencia

espiritual y nuestra atención, tanto más tocamos al Amor. Al tocar al Amor

vencemos la creencia en el nacimiento humano (la primera muerte), así como las

creencias en la herencia. Nos volvemos conscientes de nuestro origen divino y

comprendemos que la Ciencia divina, el Principio divino, es nuestro origen.

Jamás estamos separados de este origen, pues el Principio y su idea es uno.

El símbolo bíblico, “la esposa del Cordero”, apunta para dos naturalezas

individuales en una. La Sra. Eddy declara que: “La esposa del Cordero [la

novia, o el Verbo que desciende del cielo] presenta la unión de varón y hembra, ya

no como dos individuos desposados, sino como dos naturalezas individuales en

una... En esa conciencia espiritual, divinamente unida, no hay impedimento para la

felicidad eterna...” (C & S 577:5-11)

El Amor Imparte Todo el Bien

En Ciencia y Salud aprendemos que Amor dota, que Amor confiere, que

Amor da todo, provee todo el bien. Debido a que Amor no sabe de ninguna

restricción, puede dar e impartir desde su Amor inextinguible sin medida alguna.

La magnitud de las ideas espirituales consiste en su ser sin limitación de tiempo o


espacio, con ello participando toda idea del todo. Tal y como una gota de rocía

refleja al sol, todas las ideas divinas reflejan al infinito Uno, reflejan la totalidad

de la naturaleza de Dios, la naturaleza de Mente, de Espíritu, Alma, Principio,

Vida, Verdad y Amor.

El Amor Satisface la Necesidad Humana

El que Amor satisfaga las necesidades humanas, es el sentido del Cristo.

La definición del Cristo en el Glosario es: “La divina manifestación de Dios, la

cual viene a la carne para destruir al error encarnado.” (C &S 583:12-13) Esta

definición está en un sentido relativo, en un sentido transformado. Amor en sí

mismo desconoce las necesidades humanas, pero viene a nosotros como el toque

del Cristo. En Amor tenemos ese sentido de plenitud en el cual no falta nada.

Esto se transforma a lo humano, y lo experimentamos como aquello que satisface

nuestras necesidades.

Amor satisface todas nuestras necesidades, más no todos nuestros deseos

humanos. Lo que humanamente necesitamos es conocer a Dios. Esa es nuestra

única necesidad. Necesitamos conocer la Ciencia divina, y esta es la única cosa

que Amor puede darnos.

El Amor es Inextinguible

Todos debemos romper con el hábito de estar preocupados con

pensamientos de carencia – falta de inteligencia, falta de habilidad, falta de

facultades, falta de influencia, falta de control sobre nuestras vidas, falta de

discernimiento, falta de progreso, falta de comprensión, y en multitud de asuntos

mundanos falta de dinero, falta de tiempo, falta de relaciones felices en nuestro

trabajo y en nuestro hogar, falta de salud, etc. En la Ciencia Cristiana tenemos el

derecho y el deber sagrado de identificarnos a nosotros mismos y a otros con el


bien inextinguible. Debemos aprender que vivimos en un reino de

superabundancia de ideas espirituales – todas las ideas de Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida, Verdad y Amor.

Amor y Vida en ocasiones tienen un contexto similar. Vida también tiene

la plenitud de Vida, el bien de Vida, el origen de Vida, etc. Pero en Amor

tenemos la superabundancia del Amor. Todo se encuentra en el punto del

cumplimiento y plenitud totales. Por ejemplo, en la naturaleza, con un millón de

semillas más de las que se necesitan. La naturaleza, pródiga y exuberante, vierte

su corazón entero en abundante ascendencia de arte impremeditado, y así ilustra

las dotaciones y dones que no tienen medida alguna. Amor no hace pactos, jamás

pregunta: “¿Qué voy a recibir por lo que doy?” Amor simplemente es la

abundancia y confiere esta superabundancia, aun sobre la idea más pequeña,

liberándonos de todo mal de que es heredera la carne. Transformado al plano

humano, Amor es ilimitado en su solicitud y afecto, ministrándonos para toda

necesidad.

El Amor es Universal

La universalidad caracteriza al Amor. El error básico de la idolatría fue la

supuesta existencia de muchas mentes, de más de una Mente; y este error provocó

la pérdida del Amor (en creencia), como eternamente presente y universal. El

Amor universal es la forma divina en la Ciencia Cristiana, y se obtiene por medio

de la negación propia del ser. “La renuncia a todo lo que constituye el hombre

material, y el reconocimiento y realización de su identidad espiritual... es la

Ciencia que abre las compuertas mismas del cielo...” (Esc. Misc. 185:8-11) Sólo de esta

manera es que nos convertimos en el Amor que es imparcial y universal.

“Universal,” así como “inextinguible,” tiene ese tono de no-limitación.

Ahí no hay medida para nada. En Amor dejamos atrás toda cuenta, toda medida,


todo reparto, toda partición, toda división de bienes. El Amor da sin medida

alguna, porque el Amor se goza en dar sin ningún sentido de obtener algo a

cambio.

Cuando el Amor da en esta forma ilimitada, inextinguible y universal, ¿qué

es lo que vamos a aceptar? El pensamiento, dice la Sra. Eddy, debe aceptar el

divino cálculo infinito. Nosotros debemos aceptar el modelo divino, aceptar la

Mente única, el Espíritu único, el Alma única, etc., aceptar la evidencia del sentido

espiritual, aceptar la libertad gloriosa que este conocimiento de salvación confiere

sobre nosotros. Esto quiere decir que debemos aceptar la Ciencia, la Verdad, y

aceptar graciosamente lo que el Amor nos fuerza a aceptar para traernos en línea

con el Principio divino, el Amor.

Perfección

Amor siempre está en el punto de la perfección, el estándar más alto de

excelencia, demostrando totalidad, y Amor imparte esta excelencia a toda idea.

Cuanto más percibamos nosotros una idea en su totalidad y perfección, tanto más

estaremos viendo esa idea a la luz del Amor.

Para tomar el punto de vista del Amor debemos considerar o mirar la idea a

la luz de los siete sinónimos. Entonces nada podrá añadirse a o disminuirse de

esa idea, así como tampoco nada puede quitarse del reflejo en el espejo. Nada

puede ser quitado de la tabla de multiplicar ni nada puede añadírsele. Es

completa, y permanece como es, sin importar lo que el magnetismo animal, la

sugestión hipnótica, la ignorancia o la distorsión puedan intentar hacerle.

El plan del Amor es que debemos aceptar la perfección. Transformado a lo

humano esto toma forma en una inclinación natural de bienvenida sólo a la

perfección, y a estar insatisfechos con lo imperfecto. “El yo humano debe

evangelizarse,” (C & S 254:20-21) por medio de una comprensión de lo que constituye la


imagen y semejanza del Amor. Esto quiere decir, llegar a ser uno con Mente,


Cumplimiento, Plenitud

Toda actividad creadora de la Mente divina conduce al cumplimiento, a la

plenitud en el Amor. Toda idea (Mente) es cumplida o plena (Amor). Los

sentidos humanos tienden a postergar el cumplimiento de una idea correcta, de un

deseo correcto, en un futuro indefinido. Esto excluye la ley del Amor. La ley

del Amor está eternamente presente y le otorga a todo, continuidad. Para una

conciencia instruida en la Ciencia, todas las ideas aparecen en su perfecto

cumplimiento y plenitud, de acuerdo a la ley del Amor.

El Amor, con “A” mayúscula, dice: “Yo soy Todo, Yo soy la totalidad, lo

Único.” El Amor incluye todos los grandes términos como: el Todo-en-todo de

Mente, lo único de Espíritu, la toda-incluyente Alma, la completa unidad de

Principio, el ser y la plenitud de Vida, la totalidad y salud de Verdad. El Amor

dice: “Estos son yo mismo. Yo soy la suma total de Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida, Verdad y Amor. Nada puede ser superior a mí; yo circundo

todo y a todos.”

En el sentido humano podemos llamar al Amor la ley de la realización.

Los días de la creación nos muestran la ley del cumplimiento en operación:

comienzan con el primer día, continúan con el segundo día, con el tercero, el

cuarto, quinto, sexto, hasta alcanzar el séptimo día cuando sentimos que ya está

completo, que somos eso. Se completó, podemos descansar. El sentido del

Amor como perfección se transforma a sí mismo a lo humano como la ley del

cumplimiento, la ley de la realización, la cual puede ser llamada también la ley de

la creatividad.


La ley de la creatividad comienza en el punto de Mente. Tiene un orden

dirigido de objetivo que despliega y no descansa hasta que llega a su meta en el

séptimo día. El Amor tiene un plan, un propósito, una meta, un objetivo.

¿Cuál es el Propósito de la Vida?

La gente a menudo pregunta: “¿Cuál es el objetivo de la Vida? ¿Para qué

estoy aquí? Espiritualmente hablando, ¿cuál es el propósito de la Vida?” Si

somos capaces ya de ver que Amor es el propósito, Amor es la meta, el objetivo;

entonces también habremos definido el propósito de Vida. El propósito de Vida

es cultivar nuestra conciencia en un nuevo sistema de referencia, el cual se purifica

a sí mismo por medio de Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, hasta el

punto en el cual podemos decir: “Ahora mi conciencia ha alcanzado la meta, o ese

estado de conciencia en donde he perdido todo sentido de carencia y limitación, y

veo todo en el punto del cumplimiento, la plenitud y la perfección.” Ése es el

propósito de Vida; se relaciona con dominar los siete sinónimos o la nueva

conciencia. Significa llegar a ser uno con el nuevo rango de referencia, el nuevo

sistema de referencia. Jamás descansaremos hasta que hayamos dominado esta

conciencia, hasta que lleguemos al punto de Amor, de cumplimiento, de plenitud,

de perfección. Hasta que no lleguemos a este punto de Amor, el punto de la

plenitud, estaremos siempre sin descanso, puesto que algo estará faltándonos.

¿Cuál es la Diferencia Entre Verdad y Amor?

Aquí podríamos preguntar: “¿Cómo es que Amor es diferente de Verdad?

¿Cuál es la diferencia entre Verdad y Amor? En Verdad, así como en Amor, ¿no

teníamos un verdadero estándar, un estándar de plenitud? ¿No teníamos una

totalidad, una medida de excelencia? Entonces, ¿cuál es la diferencia entre

Verdad y Amor?”


Si nosotros tan sólo llegamos hasta Verdad, y sólo vemos nuestra totalidad,

nuestra estatura de individualidad en el Cristo, aún no estaremos en el punto de

descanso y paz. ¿Por qué? Porque aún no nos habremos puesto a nosotros

mismos dentro del plan completo de la existencia. Tenemos que poner Verdad, el

ideal, justo dentro del mayor plan del ser. Sólo entonces hallaremos descanso,

paz, satisfacción y un sentido de plenitud. Tenemos que ver que nuestra misión,

cualquiera que sea, está integrada dentro del plan total de Amor, en donde

funcionamos de acuerdo al valor de nuestro lugar, en el gran plan. Esta es la

razón por la que plan es una característica para Amor.

Unión Inseparable

Amor integra todo. Una de las mayores ideas de Amor es la integración de

las partes dentro del todo. Por esto tenemos que Amor, es unión inseparable.

“’Estar con el Señor’... es estar gobernados absolutamente por el Amor

divino...,” dice la Sra. Eddy. (C &S 14:9-11) Debemos integrarnos a nosotros mismos

dentro de la totalidad del ser, de manera que seamos partícipes del Amor, de

manera que participemos de la totalidad del plan. No somos perfectos en Verdad

si aún no estamos integrados dentro del todo. La parte debe ser perfecta, pero

esto no es suficiente, ya que la parte debe ser perfecta (Verdad) dentro del plan

total (Amor), en donde tomamos nuestro lugar en el todo.

Llegamos a la sensación de paz no solo cuando vemos que nuestra misión es

una misión ideal, una misión única, sino cuando también vemos que nuestra

misión individual está operando dentro de un todo mayor. Por esta razón Verdad

debe estar integrada en Amor. Esto explica por qué hay un séptimo día después

de que todo quedó creado hacia el sexto día, y vio Dios todo cuanto Él hizo, y lo

llamó bueno. El séptimo estado es ver que la creación completa está integrada

dentro del plan total de Amor. Si no estuviera integrada dentro del todo,


permaneceríamos demasiado pequeños y perderíamos nuestra satisfacción; aún

parecería que hay algo fuera de nosotros – otros estándares individualizados de la

idea. Sentiríamos que hay algo aparte de nosotros, aparte de la realidad, de la

perfección infinita. Sólo cuando las ideas se embeben en su Principio es que

tenemos nuestra verdadera unidad y perfección. Entonces el Amor se halla

unido a su propia idea espiritual.

Somos “Sostenidos” en Amor

Nosotros somos “sostenidos, mantenidos” en Amor. No basta con sólo

mirar nuestro estándar de hombre, el sexto estado. Claro que es un gran logro

mirar nuestro estado de hombre como el Hijo de Dios, como la conciencia de

nosotros mismos, como la “incorpórea, divina, suprema, infinita Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida y Verdad” – “el reino de [Dios] dentro de [nosotros],” y por

lo tanto tener la conciencia perfecta. Sin embargo, se requiere de algo más.

Debemos ver que nuestra conciencia es sostenida, mantenida en algo mucho más

grande que nuestra conciencia. Debe verse como integrada dentro del todo, como

parte del todo. Cuando estamos integrados dentro del todo ya no tenemos más

esa sensación de que somos una parte, porque nos damos cuenta de que el ser

participa del todo, del Amor, y así es como nosotros nos convertiremos en el todo

– porque “el reino de [Dios] está dentro de [nosotros].”

La gente a menudo siente que tan sólo es un grano de arena en la playa, y

que no es demasiado importante. Piensa que sentir esto es una humillación.

Mas esto no es Amor. El Amor jamás dice que somos tan sólo un grano de arena

en la playa. El Amor dice que somos esenciales para que el todo sea el todo,

porque sin nosotros, sin mí o sin ti, el todo no sería el todo. “El Científico

Cristiano está a solas con su propio ser y con la realidad de las cosas.” (`01 20:9-11)

Así es como somos lo diametralmente opuesto al grano de arena en la playa;


somos el todo, y sin nuestra conciencia individualizada algo estaría faltando.

Vemos nuestra grandeza cuando vemos que somos iguales con Dios, tan grandes

como Dios. De hecho, tal y como la Sra. Eddy lo enseñó en sus primeras clases:

“Ustedes, mis estudiantes, son Dios.” Dios, sin el hombre, no podría ser; es

decir, Dios, sin expresión, no podría ser.

Conforme vamos edificando desde Mente hasta Verdad y vemos la estatura

del hombre, y que esta estatura de hombre está integrada dentro de un todo aún

mayor, entonces es que comprendemos la importancia de la parte que nos

corresponde. Sin ustedes y sin mí no existiría el todo.

Amor es quien da esa sensación de infinito auto-contentamiento. Principio,

el Amor, el cual en realidad somos nosotros, contiene su idea. “Grande es la

idea.” (C & S 562:30) La idea que aceptamos, la idea que estamos estudiando, es

grande. Estamos dando nacimiento a la gran idea. Le estamos dando a esa idea

todo cuanto tenemos. La dotamos con la promesa, con la anticipación.

Sabemos que esta idea es el salvador del universo. Debemos sentir que todas las

generaciones vendrán y nos llamarán “benditos,” (Luc. 1:28) porque estamos haciendo

una obra, estamos aprendiendo la Ciencia del ser. Le estamos dando nacimiento

a un nuevo marco de referencia. Estamos viendo la vasta importancia de los

siete sinónimos, y los estamos cultivando. Por esto, los siglos venideros nos

llamarán benditos.

¿A qué le Estamos Dando Nacimiento?

“Engrandece mi alma al Señor,” (Luc. 1:46) proclamó la Virgen Madre. Ella

pudo ver la aureola que descansó sobre ella. Ella vio que tenía una conciencia

que podía ganar un mayor sentido de exaltación del Señor (para engrandecer al

Señor), y que, si podía expandir su conciencia para recibir a la idea, las

generaciones por venir la llamarían “bendita.” Debemos ver que nosotros


también, estamos dando nacimiento a una conciencia, la cual es salvadora y

redentora.

El concepto más elevado que puede dar el Amor es el hecho de inseparable

unión del Amor con la idea del Amor.

Bajo el título marginal de: “Desposorios celestiales,” queriendo significar la

unión celestial, la Sra. Eddy escribe: “El autor del Apocalipsis [San Juan]

contempló la idea espiritual desde el monte de la visión. La pureza era el símbolo

de la Vida y el Amor. El autor del Apocalipsis vio también el ideal espiritual

como una mujer vestida de luz, una novia que descendía del cielo, desposada con

el Cordero del Amor. Para Juan ‘la desposada’ [el Verbo o Principio divino] y ‘el

Cordero’ [Cristo, o la idea espiritual] representaban la correlación entre el

Principio divino y la idea espiritual, Dios y Su Cristo, que trae armonía a la tierra.” (C & S 561:8-17)

En este pináculo de visión divina descansa la corona de la verdadera

salvación. “Para el Amor infinito, siempre presente, todo es Amor, y no hay

ningún error, ningún pecado ni enfermedad ni muerte.” (C & S 567:7-9)

La Comprensión Total del Amor

Para la Miseria Humana

Debido a que Amor sólo conoce a su propia idea, sólo contempla su propia

idea, y sólo está unido a su propia idea, no puede estar consciente de algo

imperfecto. En la conciencia de Amor, la aparente imperfección es vista como

nada, como sugestión hipnótica, y es plenamente compensada por la perfección.

La ley de Amor ofrece plena compensación por la “suma total de la miseria

humana,” (C & S 574:18) porque Amor está ajeno al error, a la falsificación. Amor

sólo conoce su propia idea, sólo contempla su propia idea, sólo acepta su propia

idea, y cuando la falsificación no es aceptada o conocida, deja de existir. Cuando


conocemos la verdad acerca de la falsificación, la falsificación se extingue en su

nada original.

Amor es compensación plena porque trae esa superabundancia de Amor que

dice: “No importa cuanto ocurra, Amor sólo conoce su propia idea plena, así que

cuanto ocurra en el sentido humano, no está considerado dentro del equilibrio de

Dios.” Amor tiene una sola actitud, y ésta es la de dar espontáneamente, y ver en

cada situación a la idea salvadora. Cuando transformamos esto, una idea que es

portentosa trae bendición, aún cuando parezca la suma total de la miseria humana.

Como dijo la Sra. Eddy cuando le acontecían cosas crueles: “Cuando estas cosas

cesen de bendecir, dejarán de ocurrir.” (My. 143:23) Amor ve justo ahí una idea que

tiene una gran promesa. Debemos dejar de ver la apariencia temporal por la

realidad que yace detrás. Apartémonos del cuadro erróneo, y tengamos una sola

idea, es decir, “jamás perder de vista a la hermosura.” (C & S 248:3)

Digamos “Sí” a Nuestras Experiencias

Este sentido de Amor debe ser trasladado a la totalidad de nuestra

experiencia humana. Conforme vamos a través de nuestros muchos encuentros

en la vida diaria, debemos tratar de ver que cada acontecimiento es bello, y

simplemente decirle “Sí” a nuestra experiencia. Debiéramos estar dispuestos a

decir siempre: “Sí, lo acepto. Hay una bendición detrás.” No debiéramos

perder el tiempo lamentándonos por lo que ocurrió, sintiéndonos tristes por ello, o

por como fuimos tratados, o por lo que se dijo. Tan sólo debiéramos ver una

bendición detrás y jamás perder de vista la hermosura. En Amor siempre hay una

plena compensación para cada situación, para cada experiencia. Amor se expresa

eternamente a sí mismo como una manifestación de plenitud, de cumplimiento;

esta es una actitud del Amor. Cultivemos este sentido y agradezcamos a Dios


porque conocemos el método por el cual experimentamos la recompensa del

Amor, la retribución del Amor, el don del Amor.

Mujer

“La unión de cualidades masculinas y femeninas constituye la entidad

completa... y su armonía verdadera está en la unidad espiritual.” (C & S 57:4-11) Y la

Sra. Eddy continúa en su capítulo de El Matrimonio: “... la pureza, de blanca

vestidura, unirá en una sola persona la sabiduría masculina y el amor femenino, la

comprensión espiritual y la paz perpetua.” (C & S 64:22-25) “Mujer”, en la Ciencia,

significa tanto hombre como mujer.

“La mujer ideal corresponde a la Vida y al Amor. En la Ciencia divina no

tenemos tanta autoridad para considerar a Dios masculino como para

considerarle femenino, porque el Amor imparte la idea más clara de la Deidad.” (C & S 517:10-13)

En La Curación Cristiana (9:32-9) leemos: “San Juan vio que la vida en la

materia era una visión, y la vio desaparecer como una ilusión. El dragón que

estaba airado contra la mujer y presto a ‘devorar a su hijo tan pronto como

naciese’, era la visión que representaba la envidia, la sensualidad y la malicia,

pronta a devorar a la idea de la Verdad. Pero la bestia se postró ante el Cordero:

debía combatir contra la naturaleza masculina de Dios, que Jesús representaba;

mas cayó ante la naturaleza femenina de Dios, que representaba el ideal más

elevado del Amor [la Ciencia].”

“La Verdad, desafiando al error o materia, es la Ciencia, que disipa el

sentido falso y conduce al hombre al sentido verdadero de la entidad y de la

Divinidad, ... donde la verdadera naturaleza del hombre y de la mujer aparece

inalterada e inalterable en el esplendor del ser eterno y sus perfecciones.” (Un. 42:27-2)


Amor Ministrante

Tenemos al Amor ministrante como una idea para Amor. Amor está

siempre ahí para ministrar, para servir. En la Ciencia Cristiana jamás vamos a

algún lado sin la convicción de que debemos servir a la idea. Nuestra única

actitud y motivo debería ser servir a la idea. Hemos establecido la verdad

(Verdad), y ahora el Amor pregunta: “¿Van a servir a la idea? ¿Tienen el Amor

ministrante? ¿Van a sacrificar todo por esa idea?” Si le damos todo nuestro

amor, tiempo y atención a la idea, ésta crecerá, y de ninguna otra manera.

Poniendo nuestro todo en ella, sirviéndola, es ministrar el Amor. ¿Estamos

dispuestos a dar lo mejor? O ¿haremos sólo ese sacrificio el cual no

perderemos de ningún modo?

¿Actuamos en ocasiones con motivos egoístas e inferiores, ajenos a la

miseria que pudiera traer a otros?

La siguiente historia, triste, nos atrae por su importancia:

La historia es acerca de un soldado quien finalmente

regresaba a casa después de haber peleado en Vietnam. Llamó a

sus padres desde San Francisco: “Mamá, papá, estoy regresando a

casa, pero deseo pedirles un favor. Tengo un amigo que quisiera

traer conmigo.” “Por supuesto”, contestaron, “nos encantará

conocerlo.” “Pero hay algo que deben saber,” continuó el hijo,

“resultó muy mal herido en la batalla. Pisó una mina terrestre y

perdió un brazo y una pierna. No tiene ningún otro lado a donde

llegar, y yo quiero que venga a vivir con nosotros.” “Me apena

mucho escuchar eso, hijo. Quizá podamos ayudarle a encontrar

donde vivir.” “No, mamá, papá. ¡Quiero que él viva con

nosotros!” “Hijo,” dijo el padre, “no sabes lo que estás pidiendo.

Alguien con tal impedimento resultaría una tremenda carga para


nosotros. Tenemos nuestras propias vidas que vivir, y no podemos

permitir que algo como esto interfiera con nuestras vidas. Pienso

que tan sólo deberías volver a casa y olvidarte de este tipo. Ya

hallará la manera de vivir por sí mismo.” En ese momento el hijo

colgó el teléfono. Los padres no volvieron a oír de él. Sin

embargo, al poco tiempo, recibieron una llamada de la policía de

San Francisco. Su hijo había fallecido al caer de un edificio, les

dijeron; la policía creía que había sido un suicidio. Los

apesadumbrados padres volaron a San Francisco y fueron

conducidos a la morgue de la ciudad para identificar el cadáver de

su hijo. Lo reconocieron, pero para su horror también descubrieron

algo que no sabían – su hijo sólo tenía un solo brazo y una sola

pierna.

Los padres en esta historia son como muchos de nosotros. Hallamos fácil

el amar a aquellos que son bien parecidos o con quien es agradable estar, pero no

nos agrada la gente que nos hace sentir incómodos. Preferimos entonces

permanecer apartados de la gente que no es tan saludable, bella o inteligente como

nosotros. Agradezcamos, si estamos en el banquete, que haya Alguien que no

nos tratará de esa manera. Alguien quien nos ama con un amor tan incondicional

que nos da la bienvenida en su familia eterna, independientemente de cuán

desaliñados estemos. Esta noche, antes de prepararnos para descansar, elevemos

una pequeña plegaria a Dios para que nos dé la fuerza que requerimos para aceptar

a la gente tal y como es, y para que nos ayude a todos a comprender a aquellos que

son diferentes de nosotros.

Malaquías nos alienta a “traer todos los diezmos al alfolí...” (3:10) Demos lo

mejor. Esto es el ministrar Amor.


La vida de la Sra. Eddy fue una vida de Amor ministrante. Fue una vida

de servir, de dar, dar, sacrificar – fue una vida de completa inmolación propia.

El Amor debe ser un sentido de servir, de ministrar Amor. Pensemos en Jesús,

quien voluntariamente dio su vida para mostrarnos la verdad acerca de nosotros

mismos.

Hermosura

El Amor divino se transforma a sí mismo para el hombre como hermosura,

como una actitud amorosa hacia otros, hacia uno mismo y hacia todas las cosas.

Por medio de Amor, el intelecto despejado está unido al corazón amoroso. “De

acuerdo con la amplitud de su afecto puro,” Jesús, nuestro Demostrador divino,

“definió al Amor.” (C & S 54:3-4) Los frutos del Amor son el donaire, la belleza, la

gracia y la hermosura. Cuando circundamos todo en la totalidad de Amor, lo

hallaremos dondequiera, aún en el soldado mutilado, al cual Jesús y la Sra. Eddy

habrían sanado, – le habrían restaurado el brazo y la pierna instantáneamente.

El Amor Disciplina

El Amor divino demanda progreso, demanda que nos vistamos de nuestra

individualidad divina, y para este fin el Amor divino nos fuerza a aceptar lo que

mejor promueva nuestro bien espiritual.

Amor desea que alcancemos la meta de unidad con la realidad. Desea

que nos mantengamos en el camino correcto, en la senda recta y angosta de la

unidad mental con Amor. Amor exige. Amor pone su poder en operación

contra la oposición y la apatía. Tuvimos “fuerza” como una idea de Mente, y

ahí las acciones de Mente se debían a Mente. Amor pone su poder en operación a

pesar de, y no debido a.


Amor no desea que erremos el camino. Amor desea que seamos la

manifestación de Amor, y para ello es que somos probados y purificados. Debido

a que Amor no está jamás sin su objetivación o manifestación, es que refuerza la

unidad, refuerza la manifestación de sí mismo. Amor desea que nos miremos a

nosotros mismos como en verdad ya somos y hemos sido siempre, es decir,

Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor, – “el reino de [Dios]

dentro de [nosotros].” Esta es la razón por la que el yo humano debe ser

evangelizado, y esto es a menudo muy desagradable para la mente humana.

Amor requiere muchos sacrificios del yo.

El Amor nos Fuerza a Deponer

los Conceptos Erróneos

Amor, mi real y verdadero ser, dice: “Jamás estoy sin mi manifestación;

jamás estoy sin mi objetivación.” Quiere que demostremos lo que ya es un

hecho en el ser, y por ello el Cristo del Amor dice: “Les daré aquellas experiencias

que los llevarán a desilusionarse de la apariencia mortal hasta que finalmente

regresen, como niños cansado, a los brazos del Amor divino.” ¿Podemos

nosotros solos, buscando, estudiando, investigando – podemos sólo por medio de

estas actividades – descubrir nuestra unidad con Amor? ¡No! Ayudan, por

supuesto, pero necesitamos de esas experiencias que nos desilusionan

completamente de la manera humana de ver las cosas. Es Amor quien nos fuerza

a cada uno de nosotros a abandonar los falsos conceptos mortales que evitan que

miremos lo que somos, y lo que siempre hemos sido, es decir, Mente, Espíritu,

Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor, puesto que “el reino de [Dios] está dentro

de [nosotros],” mostrándonos la clara e inmaculada manifestación u objetivación

de Amor. Este proceso de desacostumbrarnos, por parte de Amor, podrá


parecernos como sufrimiento, sacrificio y discordia, pero hay una bendición tras

ello.

Amor No Conoce el Error

Amor no conoce el error. Verdad destruye el error; pero Amor no conoce

el error. Debido a que Verdad ha destruido el error, no hay error alguno que

Amor conozca. Entonces es que tenemos esa sensación de paz y descanso.

Corresponde a la naturaleza de Verdad el analizar, descubrir y aniquilar el error.

Vimos que Verdad es el divino estándar y que lo que no dé la medida con esta

piedra de toque de Verdad, con este criterio, es destruido, es visto como nada,

como sugestión hipnótica, como mentira. Esta actividad de Verdad provoca que

aparezca el estado perfecto de las cosas. Así llegamos al punto de Amor, de

perfección, el cual excluye la posibilidad de error. “Para el Amor infinito,

siempre presente, todo es Amor, y no hay ningún error, ningún pecado ni

enfermedad ni muerte.” (C & S 567:7-9) Amor no conoce de contiendas.

En Espíritu aprendimos que Espíritu comanda la batalla. En Espíritu

tuvimos la batalla, la contienda, la lucha, el conflicto. Espíritu tiene que venir

primero para comandar la batalla; tiene que separar lo que es verdadero de lo que

es falso, de lo que es ilusión. Espíritu tiene que separar. Amor es el solvente

universal para toda dificultad, pero debemos recordar que este “solvente” sólo

trabaja cuando estamos listos para soltar las creencias falsas. A menos que

toquemos el borde del manto de Cristo y dominemos nuestras creencias mortales, a

menos que estrangulemos la serpiente del pecado, no experimentaremos este

solvente universal que Amor provee.


Cómo Obtenemos la Paz y el Descanso

Espíritu tiene que venir primero, y separar. Las emociones y las creencias

no pueden decidir por nosotros. Espíritu tiene que hacer una demarcación clara y

científica entre la verdad y el error. Por lo tanto, en Amor no tenemos conflicto

alguno, puesto que el conflicto ha sido resuelto en Espíritu y en Verdad. Verdad

dice: “Aquello que fue hallado como equivocado, como error e ilusión en Espíritu,

yo, Verdad, lo decapité con la espada de Verdad,” así el error está destruido,

aniquilado.

Entonces en Amor hallamos paz y descanso. El acusador ya no está ahí.

Cuando el sentido de culpa es vencido, es que hemos tocado el Amor. El

diccionario dice que “acusar, culpar” significa: hacer cargos de un crimen, de una

falta, de un error, censurar, hacer cargos, culpar, inculpar, procesar, enjuiciar,

incriminar, informar contra, condenar, cargar con ofensa. Nosotros en verdad

como Amor, manifestamos el Amor, lo objetivamos. Nosotros, en quien

descansa la aureola de Amor, disfrutamos de perfección intachable. Pero en tanto

que aceptemos las falsas creencias, estaremos bajo el dominio del magnetismo

animal, la sugestión hipnótica, la cual nos culpa continuamente de imperfección,

de error, de animalidad y mortandad. “La manera [de vencer al acusador y] de

extraer el error de la mente mortal es verter en ella la verdad mediante

inundaciones de Amor.” (C & S 201:17-18) En realidad, no existe poder opuesto.

Tan sólo parece haberlo. Si llenamos nuestra mente con Verdad y Amor – todo

cuanto Verdad y Amor significan – no habrá lugar para el error. En tal

conciencia, el error es desconocido. De esta manera nos hacemos a nosotros

mismos Amor y el reflejo de Amor, la manifestación de Amor, la objetivación de

Amor sobre la cual descansa la aureola de Amor. Entonces nuestra conciencia

no conoce más al acusador.


Liberándonos a Nosotros Mismos

del Acusador

La manera científica de liberarnos a nosotros mismos de un acusador

interior, o del sentimiento de un acusador externo, es examinar cuidadosamente ese

esclarecimiento total al preguntar: “¿Qué es la realidad?” Sólo las ideas

constituyen la realidad. Comenzamos con Mente y no vamos a ser engañados

con ilusiones. Tenemos que dar ese segundo paso hacia Espíritu, y de nuevo no

ser engañado por ilusiones, sino hacer una clara demarcación entre lo real y lo

irreal, y volvernos en la dirección correcta. En Alma tenemos que ser

persistentes, y recorrer la senda de los sentidos al Alma. De esta forma,

trabajando por medio de Principio y de Vida, finalmente arribamos a Verdad en

donde vemos que, si tenemos todas esas ideas desde Mente hasta Vida, entonces es

que tenemos la idea compuesta de Verdad, y tenemos una red de consistencia, una

red consistente de ideas, un maravilloso cálculo y razonamiento de ideas que no

permite que surja el error. Entonces no tendremos más un acusador. Entonces

obtendremos la paz y el descanso basados en la Ciencia y no en un pensamiento o

pretensión voluntariosos.

Desvanecimiento de las Falsificaciones del Amor

“Nada me faltará.” (C & S 578:5) ¿Por qué? Porque yo y el divino Amor

coexistimos – yo y el divino Amor somos una sola cosa. La afirmación, “Nada

me faltará” indica que tenemos todo, y no carecemos de algo. Cuando esta

sencilla pero profunda verdad es comprendida y aceptada, la envidia, el temor, los

celos, los favoritismos, la crueldad, la enemistad, etc., pierden su apoyo en la

mentalidad del hombre, y Amor reina.


El Despersonalizar al yo Mortal

La Sra. Eddy habla del milagro de la gracia, queriendo decir que si jamás

perdemos de vista la hermosura estamos protegidos; ningún error puede surgir.

Nada puede añadirse a una mente ya llena. El gran arte es mantener suficiente

corriente manando, de manera que el error no pueda introducirse. Tenemos el

manantial de Vida como origen; nada puede introducirse en este manantial de Vida

porque siempre está fluyendo. El venero es muy poderoso. El manantial de

Vida está dentro de nosotros; no tiene opuesto alguno. Amor abraza su propia

idea y jamás la deja fuera del abrazo de Amor. Si jamás perdemos de vista la

hermosura veremos al Amor circundando al hombre y al universo; alcanzaremos

una actitud que bendice a todos, bendice aún a los que nos maldicen. De tal

actitud se excluye toda impaciencia, irritabilidad, susceptibilidad, enemistad y

mala voluntad. Alcanzamos el punto de Amor sólo cuando despersonalizamos

al yo mortal, y lo reemplazamos con nuestra verdadera identidad como Mente,

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor. Entonces el reino de los cielos

que está dentro de nosotros, es visto, y comprendemos la nada de la vida e

inteligencia materiales, y la poderosa realidad del bien de Dios que todo lo incluye.

Veamos una Idea de Mente en su Plenitud

La Sra. Eddy en su capítulo de Génesis, indica que una idea de Mente tiene

que ser vista siempre en su realización o plenitud para que sea completamente

entendida (Amor)

Primer Día: La luz de Dios (Mente) llena todo el espacio (Amor). (Ver C & S

504:11)

Segundo Día: “El pensamiento sereno y elevado, o sea, la aprehensión

espiritual (Mente) está en paz (Amor).” (C & S 506: 11-13)


Tercer Día: “La idea individual inteligente (Mente)... revela la infinitud del

Amor.” (C & S 508:23-25)

Cuarto Día: “En la Mente eterna no hay noche (Amor no conoce el error).” (C & S 511:15)

Quinto Día: Esto tiene que ver con “el prolífico (Amor) universo de la

Mente.” (Ver C & S 513:5-6)

Sexto Día: La creación espiritual demuestra que fue la emanación (Mente)

de la plenitud infinita (Amor) de la divinidad. (Ver C & S 519: 5-6)

Séptimo Día: “Así las ideas de Dios (Mente) en la existencia espiritual son

completas... (Amor)” “La actividad de esa Mente” produce descanso

(Amor). (Ver C & S 519:9-10 y 519:27-29)

Así la creación espiritual muestra que cada idea (Mente) ya está satisfecha,

perfecta y completa, y opera dentro del plan del divino Amor. “La Mente

insondable está expresada. La profundidad, anchura, altura, poder, majestad y

gloria del Amor infinito llenan todo el espacio.” (C & S 520:2-4)

En el registro de la creación, las ideas de Mente se conducen en secuencia

ordenada hacia Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor. En Amor todas

las ideas aparecen en su luz plena (Mente), para que Amor las lleve de retorno a

Mente y se complete el círculo de los siete sinónimos. “Sólo el Amor puede

impartir la idea ilimitada concerniente a la Mente infinita.” (C & S 510:18-19) Así los

siete sinónimos no forman una escalera con un principio y un final; más bien son

un círculo, en el cual Amor conecta nuevamente con Mente. En nuestro estudio

hallamos que este círculo se parece a una espiral, porque cada vez que estudiemos

los sinónimos de principio a fin, de nuevo comenzamos la siguiente vez, desde un

punto de vista superior, más claro y exacto.


Somos Madres para nosotros mismos cuando persistimos pacientemente en

la inmolación propia de todo cuanto constituye el tal llamado hombre mortal o

material. Al familiarizarnos con, y ser uno con, la Mente divina, hallamos que la

Mente divina es el antídoto para la mente mortal, la causa de todo error o ilusiones.

Cuando de inmediato nos oponemos a los efectos de los errores de la mente

mortal con el remedio de Verdad y Amor, impedimos esa atmósfera que resulta

destructiva para la moral y la salud; y cuanto más Verdad y Amor inviertan en sí

mismos como su verdadera naturaleza, tanto más fuertes se volverán. Cuando

estamos perfectamente sintonizados con la Ciencia divina, el Espíritu o el poder

del divino Amor dan testimonio de la verdad, y sentimos una paz inefable que

viene de amar los siete sinónimos para Dios y de tenerlos en plena e irrestricta

operación como nuestra Mente.

¿Cómo Damos Nacimiento a la Comprensión?

¿Cómo es que nos volvemos uno con la conciencia suprema, con Mente,

Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor? – en otras palabras, ¿cómo nos

volvemos uno con la realidad?

La mente empírica y charlatana, no puede revelar la Ciencia del ser. Sólo

la Mente de Cristo puede revelarnos a cada uno la verdad interna de la Ciencia

Cristiana. No podemos aproximarnos a este tema con la mente humana, sólo al

primer peldaño. Es el Espíritu el que debe ser cultivado; así que debemos

estudiar la letra y embeber el espíritu para que la letra pueda volverse y permanecer

viva. Sólo de esta forma podemos dar a nacimiento la comprensión de nuestra

unidad con la realidad divina, “el reino de [Dios] dentro de [nosotros].”

El egocentrismo está en guerra con la luz interna. Debemos rendirnos

completamente a lo que está implícito en ser, tal cual, en los siete sinónimos, y

llegar a ser su instrumento. Esto quiere decir que debemos despojarnos nosotros


mismos de nuestros pequeños egos y convertirnos a nosotros mismos en un

conducto de la conciencia suprema y trascender totalmente esos pequeños egos.

Jesús dijo: “No podéis llenar vasijas que ya están llenas.” Debemos deshacernos

de los errores de la mente mortal vertiendo la verdad acerca de nosotros como

siendo Mente, y Mente en expresión; Espíritu, y Espíritu en expresión; Alma, y

Alma en expresión; Principio, Vida, Verdad y Amor, y éstos también en expresión.

El ego mortal debe morir, y nosotros tenemos que hacernos despersonalizados –

carecer de un ego propio – antes de poder alcanzar la realidad, la unión con Mente,


El Descubrimiento de Mary Baker Eddy

Capacita al Estudiante Para Demostrar

Esta transmutación de nosotros mismos en los representantes de la

conciencia suprema es posible ahora para cada ser humano, por medio del

descubrimiento que hizo Mary Baker Eddy de la Ciencia divina o Ciencia del

Cristo, la cual redujo en Ciencia Cristiana, y a través de la cual se ha reducido, a un

sistema, la metafísica divina. Este sistema capacita al estudiante para demostrar

el Principio divino y sus reglas, y comienza con un entendimiento de los elementos

del Ser, es decir, los siete sinónimos para Dios o la conciencia suprema, la cual

dice ella, es lo que somos.

Debemos estar alertas para ver que nuestros pensamientos comiencen desde

Dios, desde Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor. A menos

que estemos en comunión auto-conciente con las enseñanzas de Ciencia y Salud y

las comprendamos, el nuevo nacimiento se estará retardando. Sólo en la medida

en que dejamos todo por Cristo, es que puede Dios tomar posesión de nosotros.

Naturalmente, cuanto más perseveramos en esta tarea, tanto más “el viejo hombre

con sus hechos” muere dentro de nosotros. (Col. 3:9)


Eventualmente el Amor divino hará que cada uno de nosotros se aleje de los

sepulcros abiertos del pecado, porque Amor nos traerá al punto en el cual ya no

veremos realidad alguna en ‘el viejo hombre con sus hechos’ – esta casa carnal de

sensualidad. Hará que cada uno de nosotros practique lo que predica, sanándonos

así del confort y la comodidad en la materia, del amor propio, de la justificación

propia, de la envidia, la malicia y el odio. Los siete sinónimos nos informan lo

que es nuestro verdadero cuerpo, nuestra verdadera anatomía. Teniendo este auto

conocimiento mental podemos discernir, y aún evitar, los errores que nos

consignarían a la casa sepulcral de sensualidad. “Levantaos en la fuerza del

Espíritu para resistir todo lo que sea desemejante” a vuestra divina identidad. (C & S

393:14-15) Nada puede evitar nuestra identificación final con todo lo que mora en

la divina Mente eterna.

“La espiritualidad está imponiendo a los mortales sus más altas exigencias,

y la historia material se va acercando a su fin.” (No 45:28-30)

La Verdad no puede ser estereotipada sino desplegada eternamente.

Hemos visto cómo los siete sinónimos para Dios corresponden a los períodos de

mil años descritos en las Escrituras. La cercanía del séptimo período de mil años

traerá la comprensión de que somos la “incorpórea, divina, suprema, infinita

Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.” Finalmente, todos

comprenderemos que no somos un hombre físico y corpóreo. Escaparemos de la

equivocación del cautiverio en la materia – de un cuerpo de carne, sangre y huesos,

iniciado en la ilusión del nacimiento humano, el último enemigo a vencer por la

Verdad. En lugar de tal ilusión alboreará la comprensión de que somos el Verbo;

nos hallaremos a nosotros mismos, Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad, Amor, cuando los comprendamos.

Como notamos al principio de este libro, la evolución espiritual no se ha

detenido. Los mortales saldrán fuera del pensamiento de que son tan sólo


hombres que evolucionaron de los monos, que surgieron de la Edad de Piedra, o de

la experiencia del hombre de las cavernas. A través de la Ciencia del ser, los

mortales continuarán emergiendo fuera de la creencia, de la ilusión de que el

hombre está separado del bien infinito – separado de su propia Mente infinita y

divina. Comprenderán que su mente que hizo un infierno fuera del cielo, ahora

hará un cielo fuera del infierno al elevarse de, sobre y más allá, de la mente

humana, tal como Jesús, el Mostrador del camino, lo hizo en la ascensión. Todos

estamos destinados a “expandirnos en la Verdad y la auto-compleción que abraza

todas las cosas, y que requiere de comunión nada más que consigo misma para

hallar [perfección, cumplimiento, realización].” (C & S, primera edición 223:17)

“Ciertamente el Verbo que es Dios, será declarado en algún tiempo y hallará

aceptación por toda la tierra, porque el que siembra debe cosechar… La paz del

Amor está publicada, y la espada del Espíritu desenvainada; no será envainada

hasta que la Verdad reine triunfante por toda la tierra.” (My. 84: 28-8)

Mary Baker Eddy reveló un divino sistema educacional de ideas, el cual

capacitará a la humanidad como un todo, a comprender su divinidad – lo que en

realidad el “YO” de nosotros, el “YO” de todos, es Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida, Verdad, Amor, y que es todo cuanto estos símbolos divinos

representan. La verdad que ella trajo continuará revelándose, bendiciendo al

mundo entero, y nosotros, como John W. Doorly, Max Kappeler, y los demás

investigadores comprometidos que trabajaron con ellos, podemos, si así lo

decidimos, ser parte de este glorioso proceso. El estudiar diligentemente las

enseñanzas, no con la mente cerrada por los dogmas religiosos, sino con la mente

abierta e inquisidora de los científicos maduros, nos traerá más cerca de la meta

sagrada, el proceso divino para hallar nuestra divinidad y la omnipresencia de la

perfección presente.


La Auto-Compleción

Terminemos este capítulo sobre Amor con dos citas de la primera edición de

Ciencia y Salud, por Mary Baker Eddy:

Cuando comprendamos la Vida como lo que es, es decir,

Alma y no sentidos, o el hombre personal, NOS

EXPANDIREMOS EN LA VERDAD Y LA AUTO-

COMPLECIÓN que abraza todas las cosas, y que requiere de

comunión nada más que consigo misma para hallarlo todo. (223:15)

Considerarnos a nosotros mismos desde el punto de vista

de Alma, en lugar desde el sentido personal, hace que

progresemos espontáneamente… La evidencia del sentido

personal, o Vida en la materia, es totalmente revertida en la

Ciencia, en donde aprendemos que no hay ni un Dios personal ni

un hombre personal… Apartemos la mirada de nuestro

cuerpo y hallemos a [Dios, la realidad]; soltemos la creencia de

que vivimos en la materia, y creceremos…; la personalidad será

devorada en el Amor ilimitado [el Amor que es el reino de Dios

dentro de nosotros] que ensombrece delante del hombre…

Esto no es perder al hombre… sino HALLAROS A

VOSOTROS MISMOS MÁS BENDECIDOS COMO

PRINCIPIO EN LUGAR DE PERSONAS, COMO DIOS EN

LUGAR DE HOMBRE, COMO ALMA EN LUGAR DE

SENTIDOS, y a nosotros mismos, así como a nuestro prójimo,

como uno solo.


¿Podríamos amar a Mary Baker Eddy lo suficiente, o ser lo suficientemente

agradecidos por la verdad que nos trajo con la segunda llegada del Cristo, el

“Consolador” profetizado y prometido por Jesús, que nos enseña lo que somos, en

realidad, como la “incorpórea, divina, suprema, infinita Mente, Espíritu, Alma,

Principio, Vida, Verdad, Amor”?

Querido Lector, por favor repase lo que es Amor, lo que hace Amor, etc., al

comienzo de este capítulo.

Las siguientes páginas nos muestran todas las referencias sobre Amor en

Ciencia y Salud.

Referencias de Ciencia y Salud sobre Amor

LA ORACIÓN

2: 11 4: 1* 16: 21 12: 20 13: 26 14: 22 15: 20*

2: 23 4: 16 10: 30 13: 2 14: 11 15: 5* 17: 7

3: 27* 6: 3 12: 15* 13: 24 14: 18* 15: 13 17: 14*


18: 3* 22: 12* 26: 15* 35: 20 41: 14* 48: 29 54: 4

19: 1 22: 20 26: 23 35: 24 42: 2 49: 24* 54: 15*

19: 2* 22: 21 26: 32* 35: 28 43: 14 50: 13 54: 17

19: 4 23: 1 28: 8* 35: 30 43: 32 50: 14 55: 20

19: 7 23: 11 30: 3 36: 3* 44: 9 50: 31*

19: 9 23: 25 30: 17 36: 27 45: 15* 51: 24*

19: 11 24: 1* 31: 13* 38: 26 45: 21 51: 27

20: 27 25: 2* 33: 22 40: 24* 48: 15* 52: 23

21: 5* 26: 9 35: 14 40: 25 48: 20* 53: 15

EL MATRIMONIO

57: 19* 57: 28 66: 13



81: 15* 91: 7* 95: 8* 96: 5 98: 3

88: 26* 94: 4* 96: 4 97: 16 98: 19*


106: 11*

LA CIENCIA, LA TEOLOGÍA, LA MEDICINA

La CIENCIA

107: 2* 108: 5* 108: 23* 113: 6 115: 13* 118: 30 119: 21

La TEOLOGÍA

135: 29 137: 21* 137: 24 138: 7* 138: 16 140: 8* 140: 26

La MEDICINA

164: 24*

LA FISIOLOGÍA

169: 27* 180: 23 184: 12* 192: 27*


201: 18 216: 18* 227: 19* 231: 22 241: 4 243: 25 253: 5

203: 2 218: 23 230: 10 234: 4* 241: 20 243: 27*

206: 1 224: 31 231: 10* 239: 18 242: 17 247: 24

207: 26* 225: 21 231: 19* 240: 1 243: 4 248: 3

LA CREACIÓN

255: 4* 256: 18 257: 19 258: 3* 265: 5* 266: 10 266: 18

256: 7 256: 25 257: 29* 261: 2* 265: 26 266: 11

LA CIENCIA DEL SER

270: 13 280: 4* 298: 29* 309: 3 323: 25* 332: 22

270: 26* 283: 6* 300: 32* 312: 16 325: 18 332: 28*

274: 1* 285: 24 302: 25 312: 21 326: 31 333: 26

274: 12 286: 11* 303: 11* 314: 28* 330: 20 335: 25

275: 8 286: 14 304: 10 319: 29 330: 21* 336: 16*

275: 12* 288: 8 305: 25 319: 31 331: 19 337: 8

275: 17 293: 15 308: 20* 322: 29 331: 26* 339: 3

279: 21* 298: 2* 308: 25* 323: 6 331: 27 340: 12



348: 16* 356: 25


363: 24 375: 20 394: 27* 414: 31 420: 3 434: 2

365: 16 377: 5 395: 20* 417: 2 420: 26 435: 33*

366: 18 381: 17* 410: 7* 417: 15* 424: 26 436: 31

367: 9 384: 6 411: 10 418: 24* 427: 23* 439: 29

374: 6 391: 31* 412: 14 419: 6* 430: 9* 442: 13


445: 20* 448: 23* 454: 10 454: 21 455: 1* 463: 14*

448. 4 451: 6 454: 18 454: 22 460: 8

RECAPITULACIÓN

465: 10* 470: 3* 474: 1* 477: 22 494: 14 496: 18

467: 10* 470: 9 474: 17* 490: 7* 494: 15 497: 14

468: 18* 472: 2* 475: 14 490: 18 495: 31* 497: 17*

469: 11* 473: 24* 476: 30* 494: 10 496: 12*

GÉNESIS

501: 13 508: 7* 512: 9 517: 10 520: 4 528: 21 538: 12*

501: 15 508: 25 514: 26 517: 13 520: 9 529: 22 540: 30*

502: 28* 510: 9* 515: 8 517: 30 522: 30* 534: 29 541: 12

503: 14 510: 18 515: 20* 518: 19 524: 11 537: 27

504: 13* 510: 27* 516: 4* 518: 23* 526: 23 537: 32

505: 23* 512: 3 516: 12 519: 11 527: 11 538: 1

EL APOCALIPSIS

558: 17* 561: 13 567: 9 571: 18 575: 3 578: 6 578: 14

559: 26* 565: 21* 567: 10* 572: 12 576: 1 578: 7 578: 18

560: 12 567: 3 567: 30 574: 10 577: 4 578: 8

561: 1* 567: 4* 568: 29 574: 19 577: 14* 578: 11

561: 2* 567: 7 569: 2 574: 29 577: 20 578: 12

561: 10* 567: 8 569: 14 575: 2 578: 5 578: 13

GLOSARIO


579: 12 583: 2* 587: 7* 590: 9 593: 20* 596: 17* 598: 24*

580: 17 583: 22* 588: 8* 591: 17* 595: 2* 596: 24* 599: 5*

582: 29* 584: 2* 589: 7* 592: 17* 595: 9 597: 15

*=Aplica para varios sinónimos


APÉNDICE I

El Verbo, el Cristo, el Cristianismo y la Ciencia

Las siguientes notas de Max Kappeler son un breve resumen del Libro de

Texto de la Ciencia Cristiana, mostrando que el Verbo (la Palabra) no sólo se

expresa a sí mismo como Verbo, sino que también refleja al Cristo, al Cristianismo

y a la Ciencia.

El Verbo

En los primeros cuatro capítulos del Libro nos estamos acercando a Dios,

buscando una respuesta para lo que Dios es. Así operamos desde el punto de

arranque del Verbo.

El Capítulo I “La Oración,” presenta las cualidades necesarias para una

aproximación ordenada hacia Dios. Esto el Verbo reflejando el Verbo.

En el Capítulo II “Reconciliación y Eucaristía,” la Sra. Eddy nos muestra

que las demandas del Cristo son para reconciliar nuestra mentalidad con Dios, con

objeto de ser uno con Dios: Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad, Amor.

El Cristo reconcilia. Esto es el Verbo reflejando el Cristo.

En el Capítulo III “El Matrimonio,” se nos muestra la exaltación de la vida

diaria, pues el Cristianismo es siempre el resultado de la idea-Cristo. Esto es el

Verbo reflejando el Cristianismo, dado que buscar lo espiritual incluye un sentido

superior de humanidad.

En el Capítulo IV “Ciencia Cristiana en Contraste con el Espiritismo,” el

Libro de Texto nos muestra lo que es real y lo que es irreal. Declara que el

Espíritu es real, lo único, y muestra que lo mortal, lo material, lo humano, no son

factores en la Ciencia del Espíritu. Esto es el Verbo reflejando la Ciencia.


El Cristo

Enseguida llegamos a cuatro capítulos que descubren la pretensión del

dualismo, del mal, transformando el error hacia el verdadero ser. En esto ellos

operan como el Cristo.

En el Capítulo V “El Magnetismo Animal Desenmascarado,” el Libro de

Texto le da al lector una definición de la naturaleza y de la operación del

magnetismo animal, el anti-Cristo. Con un conocimiento del Cristo, la Sra. Eddy

muestra en este capítulo, la nada, la impotencia del error, de que es mera sugestión

hipnótica. Este es el Cristo reflejando el Verbo.

En el Capítulo VI “La Ciencia, la Teología, la Medicina,” el Libro revela al

Cristo como la verdadera idea de Dios, viniendo de Dios, el bien infinito; al

hombre, descubriendo y transformando la existencia falsa de nuevo al Ser divino,

nuestro verdadero ser como Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y

Amor. Este capítulo es el Cristo reflejando el Cristo.

En el Capítulo VII “La Fisiología,” el lector comienza a sentir el efecto y

resultado de la transformación – la transformación del hombre mortal, así que lo

que parece ser el hombre mortal en ilusión, en sugestión hipnótica, se transforma

en un inmortal. Esto es el Cristo reflejando el Cristianismo.

En el Capítulo VIII “Los Pasos de la Verdad,” el Texto muestra que la

transformación de lo mortal toma lugar en la conciencia. Aquí se ve que la

conciencia mortal no científica debe ser transformada en una conciencia divina y

científica. Dios – nuestra verdadera Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida,

Verdad y Amor – es trasladado al punto de la conciencia divina. Esto equipa al

pensamiento para recibir un nuevo universo, un universo espiritual, la verdadera

creación – el reino de las ideas, el reino de la metafísica. Esto es el Cristo

reflejando la Ciencia.


El Cristianismo

Los siguientes cuatro capítulos, los capítulos del Cristianismo, tratan con las

ideas. Tratan con la demostración del Cristianismo. Aquí el universo de ideas

es visto en su oficio del Cristo, como la dinámica de las ideas. Esta sección

muestra que una idea tiene el poder de desvanecer tanto el error invisible como el

visible, por medio del establecimiento del reino de las ideas espirituales.

El Capítulo IX “La Creación,” nos da una declaración de lo que constituye la

creación o el universo verdadero. Muestra a la creación como teniendo la

naturaleza de las ideas; y nos dice que debemos soltar las vestiduras de limitación

mentales. Este capítulo es el Cristianismo reflejando el Verbo.

El Capítulo X “La Ciencia del Ser,” considera al universo de ideas en su

oficio del Cristo, como la dinámica de las ideas. Muestra que una idea tiene el

poder de desvanecer tanto las ideas invisibles como las visibles y que opera como

un infinito cálculo divino. Este capítulo es el Cristianismo reflejando el Cristo.

En el Capítulo XI, en “Respuesta a Algunas Objeciones,” damos un

siguiente paso y vemos que este universo de ideas consiste de una relación infinita

de ideas que forman un todo coherente y divino. Este capítulo XI es el

Cristianismo reflejando el Cristianismo.

El Capítulo XII “La Práctica de la Ciencia Cristiana” trata con la aplicación

de este reino de ideas divinas. Explica cómo un conocimiento de la naturaleza de

las ideas, y de la coherencia de las mismas, puede ser utilizado científicamente

para solucionar los problemas cotidianos. El Libro de Texto nos dice que seamos

una ley para nosotros mismos, no sólo que usemos la ley, sino más aún, ser ley,

receptáculo de ley, obediencia de ley, disciplina de ley; ser la idea de la Ciencia

expresando Mente, Espíritu, Alma, Principio, Vida, Verdad y Amor, – ser “el reino

de [Dios] dentro de [nosotros].” Esto es Ciencia, y así este capítulo es el

Cristianismo reflejando la Ciencia.


La Ciencia

Los siguientes cuatro capítulos hablan desde el punto de vista de la Ciencia.

El Capítulo XIII “La Enseñanza de la Ciencia Cristiana,” nos enseña cómo

llegar a ser Científicos Cristianos. Nos muestra cómo ser uno con el Principio.

Este capítulo es Ciencia reflejando el Verbo.

El Capítulo XIV “Recapitulación,” comienza con la definición para Dios.

Nos muestra que el Principio no puede ser comprendido como un todo (igual que

las matemáticas no pueden ser comprendidas como un todo). Principio puede ser

comprendido por medio de su idea. Este capítulo es Ciencia reflejando el Cristo.

En el Capítulo XV “Génesis,” la expresión del Principio es colocada dentro

del divino Principio infinito. Principio es mostrado como incluyendo dentro de sí

mismo, dentro de su abrazo infinito, la eterna generación (génesis) de ideas –

incluyendo dentro de sí mismo su idea infinita. Este capítulo es Ciencia

reflejando el Cristianismo.

En el Capítulo XVI “El Apocalipsis,” el Libro de Texto nos cuenta que el

Principio está eternamente activo como su idea. Está activo en todo nivel de

pensamiento – en lo material, lo humano, y en el nivel divino. Está activo como

comprensión y demostración; está activo tanto objetiva como subjetivamente. La

idea del Principio es omni-activa. Este capítulo, “el Apocalipsis,” es Ciencia

reflejando Ciencia, dándonos el más puro sentido de lo que Ciencia significa.

El capítulo termina con el Salmo 23, y nos lleva al punto donde el divino

Amor desciende justo al encuentro del pensamiento y satisface la necesidad

humana. Entonces el pensamiento retorna al primer capítulo “La Oración”, pero

ahora con un sentido más profundo, y con un punto de vista superior. La idea de

Vida nos conduce de regreso al primer capítulo. Y comenzamos de nuevo, pero

con una actitud más inspirada, más exaltada.


APÉNDICE II

Las 57 Páginas Mecanografiadas que Aclaran

que la Sra. Eddy Cumplió la Profecía de las Escrituras

Uno no puede separar la revelación del revelador. A través de los escritos

de Mary Baker Eddy es que obtenemos una vislumbre de la verdadera naturaleza

de la mujer por medio de la cual Dios ha dado al mundo la completa y final

revelación del Cristo que Jesús personificó. La Sra. Eddy nos apremió para ver

su verdadero lugar. De ninguna otra manera podremos nosotros ver nuestro

verdadero lugar.

Estamos agradecidos con el padre de R. Conwell Shoup, el cual a principios

de los años 30as persuadió a la Junta Directiva de la Ciencia Cristiana para formar

un “Comité de Editores” que investigaran los archivos “de lo que la Sra. Eddy

pensaba de sí misma, ser.” Este comité de seis, incluyó tres miembros que no

estaban a favor de que la Sra. Eddy fuera la mujer profetizada en el Apocalipsis, y

otros tres que sí estaban a favor de que lo era. Después de varios años de

investigar todo el material disponible, los seis estuvieron convencidos de que la

Sra. Eddy se consideraba a sí misma, ser “la mujer.” Ellos se presentaron a la

Junta con un total de 57 páginas mecanografiadas de evidencias que demostraban

este hecho.

En una carta a Lyman Johnson de fecha 5 de noviembre de 1941, Bliss

Knapp declaró cómo es que ocurrió esto:

“... un comité de editores fue elegido, como bien dices, para hacer una

investigación. El comité estaba conformado tanto por editores activos como por

otros ya retirados, los cuales fueron Duncan Sinclair, Violet Ker Seymer, George

Shaw Cook, Albert Gilmore, Judge Smith y Stewart Booth. El comité tuvo

acceso a toda la correspondencia disponible de la Sra. Eddy, publicada o no, y su


reporte consistió de 57 páginas mecanografiadas de evidencias que probaban que

ella misma creía ser esa mujer. El comité y los Directores firmaron entonces ese

reporte.”

En un artículo en el Journal y en el Sentinel del 5 de junio de 1943, esas

57 páginas fueron resumidas en seis puntos, los cuales fueron posteriormente

impresos en un folleto intitulado: “El Lugar de la Sra. Eddy”.1

La autora de este libro ha hechos varios intentos (infructuosos) para obtener

una copia del original de las 57 páginas; pero actualmente no las necesitamos.

Un querido amigo de la autora de este libro le platicó hace años que él

verdaderamente había visto las 57 páginas con la evidencia reunida por el comité

de seis editores. También ella escuchó de Conwell Shoup, hijo del hombre que

persuadió a la Junta Directiva para hacer la investigación, que su padre tenía una

copia de las mencionadas 57 hojas.

____________________

1 * Este folleto fue originalmente publicado por la Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana y

ahora está disponible en Aequus Institute, 250 W. First St., 330 Claremont, CA 91711 USA o en el

Instituto Mary Baker Eddy, www.mbeinstitute.or


Mary Baker Eddy hace claro su lugar en la profecía Bíblica en sus propios

escritos. Por ejemplo:

1) En su capítulo de “El Apocalipsis” en Ciencia y Salud, la nota de las

Escrituras afirma: “el tiempo está cerca.” (C & S 558:6)

2) (546:19-23) Ella nos dice que: “El Génesis y el Apocalipsis... contienen la

profunda divinidad de la Biblia” – el Génesis porque nos dice que

todo ya ha sido hecho y es perfecto; y el Apocalipsis porque nos habla

de la mujer profetizada y del “librito” del cual sabemos es Ciencia y

Salud.

3) C & S (559:34-2) afirma que el capítulo decimosegundo del Apocalipsis o

Revelación, en relación con la mujer, contiene “una insinuación

especial con el SIGLO DIECINUEVE.”

4) C & S (560:2-4) dice: “Al abrir el sexto sello, que simboliza los seis mil

años desde Adán, el rasgo distintivo se refiere a la ÉPOCA

PRESENTE.”

5) Otra página (560:10-12) ostenta la nota marginal: “APRECIACIÓN

VERDADERA DEL MENSAJERO DE DIOS,” otra referencia a Mary

Baker Eddy. Aquí se nos dice cuán importante es tener una

apreciación correcta de “alguien a quien Dios ha designado para

proclamar Su palabra;” y que “sin un concepto correcto de la idea

VISIBLE más elevada [Mary Baker Eddy], nunca podremos

comprender ese Principio divino” – el Principio divino que la


revelación le dijo que somos nosotros. (560:15-18) Perseguir a aquellos

que vocean la idea divina pudiera esconder la idea, nos dice ella.

6) Ciencia y Salud (561:12-13) nos informa: “El autor del Apocalipsis vio

también el ideal espiritual como una mujer vestida de luz, una

novia...” “La hora ha llegado; la novia (Verbo) [los escritos de Mary

Baker Eddy] está adornada... [Mary Baker Eddy concibió al ‘hombre

en la idea de Dios’].” (My. 125: 26)

7) Esta Novia, el Verbo, viene del cielo (la armonía, el reino del Espíritu)

y está unida con el Cordero del Amor, con las enseñanzas de Jesús.

La novia es la Palabra (el Verbo) individualmente disponible en todas

sus partes para todos; de ahí que sola germine el Árbol de Vida en

cada conciencia individual, produciendo sus doce formas de frutos –

“concibiendo al hombre [al hombre genérico] en la idea de Dios.” (C &

S 582:14-15) La Sra. Eddy nos dice que “en la revelación divina

desaparece la entidad material y corpórea y se comprende la idea

espiritual.” (C Y S 561:22-24)

8) “La mujer en el Apocalipsis SIMBOLIZA al hombre genérico, la idea

espiritual de Dios...” (C & S 561:25-26) El hombre genérico es Dios,

puesto que “el Principio y su idea es uno, y este uno es Dios...” (C & S

465:20-21) La Sra. Eddy afirma que “Esa idea inmaculada, representada

primero por el hombre [Jesús] y, según el autor del Apocalipsis, al

último por la mujer [Mary Baker Eddy], bautizará en fuego; y ese

bautismo en fuego quemará la paja del error en el calor ardiente de la


Verdad y el Amor, acrisolando y purificando el oro mismo del

CARÁCTER HUMANO.” (C & S 565:18-23)

9) Mary Baker Eddy más tarde se identifica a sí misma como la mujer

cuando dice (562:26-31): “La idea espiritual también es simbolizada por

una mujer que está con dolores de parto, esperando dar a luz su dulce

promesa, mas no recordando ya sus dolores por la alegría de que el

alumbramiento sigue su curso; pues grande es la idea, y el parto

portentoso.”

10) Mary Baker Eddy se identifica nuevamente a sí misma en el Libro de

Texto (118:6) cuando habla de la parábola de Jesús sobre la mujer que

escondió la levadura en tres medidas de harina, y pregunta: “¿No

indicaba esa parábola una enseñanza moral con una profecía,

prediciendo EL SEGUNDO APARECIMIENTO del Cristo, la

Verdad, escondido, en sagrado secreto, del mundo visible?” El

Cristo, la Verdad, vino con el “librito”, Ciencia y Salud, profetizado

por Jesús a San Juan en Apocalipsis. (10:2)

11) En Miscellany (346: 29) Mary Baker Eddy nuevamente se identifica a sí

misma como la mujer, cuando nos dice: “... la paternidad y maternidad

de Dios ya han sido reveladas... por medio de Cristo Jesús y la Ciencia

Cristiana [con la cual, la mujer, Mary Baker Eddy, es uno], Sus dos

testigos.”

12) Posteriormente ella se identifica a sí misma con todos los cuadros de

su libro Cristo y Navidad (sólo en inglés) (Ver Reminiscencias de Mary Baker Eddy por


Gilman, sólo en inglés) Cristo y Navidad representa las diversas ediciones de

Ciencia y Salud, desde la primera hasta la última. Presenta el

proceso ordenado por medio del cual la Ciencia Cristiana fue

revelada, – primero a la conciencia de la Sra. Eddy, y después, por

medio de ella, a la conciencia humana. Alice Orgain afirma: “Las

revisiones progresivas de Ciencia y Salud fueron entrelazadas dentro

del manto sin costura de la Verdad, cuyas revisiones, como reunidas

dentro de un todo en nuestra última edición, identifican a la Sra. Eddy

como la novia ‘adornada’, o el Verbo que ha progresado hacia ‘la

ciudad de nuestro Dios’, la cual no tiene fronteras ni límites; porque la

novia es la Palabra ‘adornada’ (completa). Y nada menos que este

infinito Verbo es el segundo rollo, el Mensaje de la Mujer.”

13) Cuando la Sra. Eddy escribe: “Aquellos que me buscan en persona, o

en lugar diferente a mis escritos, me pierden en lugar de hallarme,” (My. 120:2) ella se identifica a sí misma directamente, con el Mensaje de

la Mujer, y por ende con la mujer misma.

El Destino del “Librito”

La Sra. Eddy sabía que el tiempo ha llegado, y que no está lejos cuando

todos los potentados junto con todo hombre y mujer mortales dentro de sus

dominios, se inclinen ante el ángel con el “librito” cuyo “pie derecho está puesto

sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra,” y cuyas manos abrazan al universo.

¿Por qué supo ella, esto? Porque es el Verbo de Dios, la Mente, Espíritu y

Alma del hombre, de nosotros. Por lo tanto, aunque es maravilloso tener esas 57

páginas escondidas en los archivos de la iglesia, sustentando el mandato de las


Escrituras de su escriba, nosotros en realidad tenemos, en sus propios escritos

publicados, todos los hechos necesarios para identificarla como el cumplimiento de

la profecía de la mujer del Apocalipsis.

El Cumplimiento de Apocalipsis 13:1-20

Las Garras del Poder de los 5 Miembros

de la Junta Directiva

Después de la partida de la Sra. Eddy, fueron sus propios estudiantes, en el

escaño más alto del poder, quienes cumplieron las fatales predicciones que Jesús

reveló a San Juan en la Isla de Patmos, como están registradas en Apocalipsis. (13:1-

20) La Revelación (13:1) profetizó con precisión: “Me paré sobre la arena del mar, y

vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos

diez diademas, y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo.”

¿Cómo es que se cumplió esta profecía de Jesús a San Juan?

Luego de la partida de la Sra. Eddy, los cinco miembros de la Junta

Directiva no perdieron el tiempo en desobedecer los artículos de suspensión del

Manual, a las primeras de cambio. Ellos se mantuvieron a sí mismos en el poder,

aunque el artículo más importante en el Manual decía que estos 5 miembros

temporales de la Junta “llenarán cualquier vacante que ocurra en esa Junta después

de que el candidato haya sido aprobado por la Pastora Emérita [Mary Baker

Eddy].” (Ver la página 26 del Manual de la Iglesia – el artículo más importante

del Manual, y en verdad la razón por la que la Sra. Eddy escribiera dicho Manual)

La desobediencia a este artículo fue la pauta para el desastre.

En su implacable búsqueda de poder, estos cinco miembros ilegales de la

Junta, cumplieron con su última aplicación de “Marca Registrada” en Europa, la

profecía de Jesús. (Apoc. 13:1-2) Fallaron al tratar de obtener el registro de marca

sobre el término “Christian Science” en los Estados Unidos, por lo que actualmente


están tratando de obtenerlo en Europa. Pero esto también se perderá, al igual que

otros tantos intentos de desobedecer las sagradas disposiciones del Manual de

Mary Baker Eddy, han fallado.

Los Científicos Cristianos leales “contarán la verdad con relación a la

mentira” tal y como la Sra. Eddy lo imploró.

Los sagrados escritos de Mary Baker Eddy van a ser liberados para llegar a

todo el mundo. La Sra. Eddy dijo: “La determinación de mantener al Espíritu en

las garras de la materia es el perseguidor de la Verdad y el Amor.” (C & S 28:6-8)

La desobediencia al artículo explícito del Manual de que los 5 miembros de

la Junta no podían continuar después de la partida de la Sra. Eddy (cuando una

vacante en esa Junta no podría ser ocupada a menos que tuviera la aprobación de la

Pastora Emérita [Mary Baker Eddy]), debe ser enmendada. Cuando este

tremendo error haya sido corregido, el amor y la curación prosperarán de nuevo tal

como en los primeros días.

Nuestro Libro de Texto muestra con claridad que “todos los hombres tienen

una sola Mente, ... una sola Vida, Verdad y Amor;” y que “el género humano se

perfeccionará en la medida en que se evidencie ese hecho... no recurriendo a

ninguna otra sino a la única Mente perfecta para que le guíe, el hombre es la

semejanza de Dios, puro y eterno, [y tendrá] esa Mente que estaba también en

Cristo,” (C & S 467:10-18) y así es, bendecido en tanto que “mora en la conciencia del

Amor por largos días.” (C & S 578:17-18)


BIBLIOGRAFÍA

(todo en Inglés)

ESSAYS AND OTHER FOOTPRINTS, por Richard Oakes, 1959. COMPENDIUM FOR THE STUDY OF CHRISTIAN SCIENCE, E.

Butikofer, M. Kappeler, M. Rudin and B. Schurter, 1950 (Nos. 1-10). THE PURE SCIENCE OF CHRISTIAN SCIENCE, John W. Doorly, 1946. VERBATIM REPORTS on The Science of the Bible, John W. Doorly, 1947-

1950. CHART, Doorly et al., (Matrix Chart ca 1945). A STUDY OF THE FUNDAMENTALS OF CHRISTIAN SCIENCE, Peggy

Brook, Clifford Stamp, Dennis Thomas, Yvonne Werner, 1947-1949. CIVILIZATION LIETH FORTHSQUARE, Gordon Brown. THAT THE WORLD MAY KNOW, Gordon Brown. MISCELLANEOUS DOCUMENTS (Preserved by Gilbert Carpenter, Jr.) &

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Kappeler, 1962. ANIMAL MAGNETISM – UNMASKED, Max Kappeler, 1975. THE FOUR LEVELS OF SPIRITUAL CONSCIOUSNESS, Max

Kappeler, 1969.

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