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Ubaldini es el secretario general y el metalúrgico Hugo Curto su adjunto Designó la CGT su nueva conducción La Confederación General del Trabajo eligió ayer su nueva conducción para los dos años próximos, en un histórico congreso normalizador que efectuó un reparto cuidadoso del poder entre los tres sectores mayoritarios: el miguelismo, el ubaldinismo y el sindicalismo adscripto al peronismo renovador, que se expresa en la Comisión de los 25. Saúl Ubaldini —foto durante su discurso—tal como es- taba previsto, fue reelecto como secreta- rio general. La estratégica secretaría ad- junta quedó en poder del metalúrgico Hugo Curto, hombre de confianza de Lo- renzo Miguel. En la poderosa secretaría gremial e interior se designó al ferrovia- rio José Pedraza, de los renovadores. La nueva conducción fue aprobada por aclamación por los 1.478 congresales que colmaron el miniestadio de Atlanta. Biblioteca Digital de lxs Trabajadorxs de la República Argentina http://www.bibliotecacta.org.ar

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Page 1: Ubaldini es el secretario general y el metalúrgico Hugo ... · Himno Nacional por la tota-lidad dé los concurrentes, y la marcha peronista y consignas partidarias exclusivamente

Ubaldini es el secretario general y el metalúrgico Hugo Curto su adjunto

Designó la CGT su nueva conducción

La Confederación General del Trabajo eligió ayer su nueva conducción para

los dos años próximos, en un histórico congreso normalizador que efectuó un reparto cuidadoso del poder entre los tres sectores mayoritarios: el miguelismo, el ubaldinismo y el sindicalismo adscripto al peronismo renovador, que se expresa en la Comisión de los 25. Saúl Ubaldini —foto durante su discurso—tal como es-taba previsto, fue reelecto como secreta-

rio general. La estratégica secretaría ad-junta quedó en poder del metalúrgico Hugo Curto, hombre de confianza de Lo-renzo Miguel. En la poderosa secretaría gremial e interior se designó al ferrovia-rio José Pedraza, de los renovadores. La nueva conducción fue aprobada por aclamación por los 1.478 congresales que colmaron el miniestadio de Atlanta.

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Ubaldini fue ratificado como secretario general de la CGT

Por aclamación, Saúl Ubaldini fue ratifi-cado como secretario general de la GGT. La estratégica secretaría adjunta quedó finalmente en manos del hombre de con-fianza de Lorenzo Miguel, el metalúrgico

Hugo Curto. En la esencial secretaría gremial e interior se desempeñará el fe-rroviario José Pedraza, del gremialismo peronista renovador que se expresa en la Comisión de los 25, La dura pugna entre

los sectores internos concluyó con un vir-tual empale, pues hubo un cuidadoso re-parto de cargos entre el miguelismo, el ubaldinismo y los 25. Un radical integral el secretariado.

La CGT eligió ayer su nueva conducción para los pró-

ximos dos años en un histórico congreso normalizador que efectuó un cuidadoso reparto del poder entre los tres sec-tores rnayoritarios: el "ubal-dinismo", el "miguelismo" y el sindicalismo renovador, en-rolado en la comisión nacio-nal de los 25.

El dirigente cervecero Saúl Ubaldini fue reelecto secre-tario general, mientras que la secretaría adjunta quedó en poder del metalúrgico y hombre de confianza de Lo-renzo Miguel, Hugo Curto, y en la poderosa secretaría gre-mial e interior se designó al ferroviario José Pedraza, de los ferroviarios.

La nueva conducción, que fue presentada a través de la lista "Azul y Blanca de Un-idad", fue aprobada por acla-mación por los 1.478 congre-sales presentes en el gimnasio del club Atlanta en el barrio de Villa Crespo de esta Capi-tal.

Al término de las delibera-ciones y luego de ser elegido para conducir a la central sindical, Saúl Ubaldini efec-tuó un llamado a la unidad nacional de todos los argen-tinos y advirtió qué "sepa el gobierno entender que no queremos ser oposición sino que queremos que se respe-ten los derechos constitucio-nales de los trabajadores, para discutir lo que debemos discutir".

El acuerdo de los tres sec-tores cegetistas determinó además que el ubaldinismo asumiera la titularidad de las secretarías de hacienda y de acción social, los 25 la de prensa; el miguelismo la prosecretaría gremial y de interior y el radicalismo la prosecretaría de hacienda.

El acuerdo alumbró recién a las 17.15, tras una agotadora reunión celebrada en la ofi-cina del departamento de fútbol amateur del club Atlanta, con la participación de los líderes de los tres sec-tores: Saúl Ubaldini por el UUBA

EISMO", Lorenzo Miguel por los ortodoxos de las 62, y Ro-berto García por los 25.

Las deliberaciones, que habían concluido en el fra-caso en la medianoche del jueves, se reanudaron ayer por la mañana.

La interrupción se produjo cuando los ortodoxos no aceptaron un acuerdo sobre la base de seis puestos para cada sector más Ubaldini y un radical hasta llegar al número de 20 miembros del consejo directivo.

Los ortodoxos pedían siete para ellos, seis para el ubal-dinismo y solamente cinco para los renovadores de los 25.

Esta postura provocó la ira de Ubaldini, que junto con los 25 conminaron a los ortodo-xos a presentarse en la CGT, antes de las 10 de ayer a se-guir negociando, bajo la ad-

vertencia de que de lo con-trario "iremos a votar al con-greso"..

Las 62 se presentaron a primera hora en la CGT, y las conversaciones comenzaron antes de las ocho, hasta que se llegó a un preacuerdo sobre la base de aumentar a 21 el nú-mero de miembros del con-sejo directivo. De ellos, habría seis para cada sector, más el propio Ubaldini, un inde-pendiente Gerónimo Izzeta (municipales), y un radical, Hernán Prada (AATRA).

Fue durante la mañana en la CGT, que se acordó la dis-tribución por sectores de las ocho secretarías, correspon-diéndole tres al ubaldinismo, dos a los 25 y dos a las 62. La restante fue para el radica-lismo.

A las 11 todos resolvieron acudir al club Atlanta, para seguir las tratativas. Ubaldini llegó a las 11.20, y se mostró confiado en un acuerdo.

El plenario comenzó a las 11.30, pero diez minutos después, una vez entonados el Himno Nacional por la tota-lidad dé los concurrentes, y la marcha peronista y consignas partidarias exclusivamente justicialistas, se pasó a cuarto intermedio a las 11.30 para negociar las cuestiones pen-dientes, entre ellas la secre-taría adjunta, reclamada por el metalúrgico Hugo Curto y el textil Pedro Goyeneche,

Cada sector buscó una base de operaciones: los ubaldi-nistas ocuparon las instala-ciones cercanas a los vestua-rios de Atlanta; los 25, se di-rigieron a un confortable salón de fiestas con aire acondicionado en la avenida Dorrego 570, mientras que las 62 eligieron la sede del Sin-dicato de Trabajadores de Cementerios (la necrópolis de la Chacarita está muy vecina al lugar), en la avenida Fede-rico Lacroze 3000, aunque luego se trasladaron a los vestuarios del equipo visi-tante en el estadio de fútbol.

Los 25 fueron los primeros

en llegar a un acuerdo y de-signar los dos integrantes del secretariado y los cuatro vo-cales del consejo directivo.

Durante el cónclave se de-signó entonces a José Pedraza (Unión Ferroviaria) para la secretaría gremial e interior y a Guerino Andreoni para la de prensa.

En tanto, Amín (SMATA) de Gennaro (ATE). Carlos Ca-brera (Mineros) y Ricardo Pérez (camioneros) fueron electos para ocupar los luga-res designados a los vocales de la CGT.

Pese a la rápida solución en la interna de los 25. su centro de operaciones fue el eje de reuniones con enviados del ubaldinismo, en especial Rubén Pereyra (FENTOS y Alejo Farías (UOCRA) y An-drés Rodríguez (UPCN) y di-versos operadores del migue-lismo.

El sector ortodoxo de las 62 Organizaciones defendió hasta último momento la se-cretaría adjunta de la CGT que era pretendida por el ti-tular del gremio textil y diri-gente ubaldinista Pedro Go-yeneche quien, a su vez reci-bió presiones internas de los congresales de su gremio que responden a su segundo, el miguelista Delfor Giménez, para ser reemplazado en la futura conformación de la central obrera.

Los ubaldinistas también atravesaron momentos críti-cos que le significaron una ruptura interna, cuando de-bieron repartir dos cargos, las secretaría de Hacienda y la de Acción Social, entre tres di-rigentes: el propio Goyene-che; Alejo Farías (UOCRA) y Miguel Candore (UPCN).

La falta de un acuerdo interno en dos de los tres grupos rnayoritarios de la CGT obligó a ¡as autoridades del congreso normalizados en-cabezadas por el propio Saúl Ubaldini a retomar las deli-beraciones y aprobar los pri-meros 7 puntos del orden del día entre los que se encon-

traba la designación de la junta electoral de 12 miem-bros y la lectura de un informe sobre la situación económica y financiera de la CGT entre julio de 1985 y octubre de 1986.

Posteriormente Ubaldini aprovechó la necesidad de poner a trabajar a la junta electoral para pasar a un nuevo cuarto intermedio. aproximadamente a las 18, para buscar una salida con-certada a las disputas inter-nas de sus hombres y de los miguelistas.

Fue entonces cuando en el departamento de fútbol amateur del club Atlanta, un pequeño cuarto debajo de la platea oficial, se reunieron Saúl Ubaldini, Lorenzo Mi-guel y el diputado renovador Roberto García para conciliar posiciones.

En primer lugar se ratificó a

Hugo Curto como adjunto y se analizó la representación or-todoxa en el secretariado y en los puestos de vocales.

Juan José Zanola. de la Asociación Bancaria, recla-maba un lugar entre los ocho dirigentes inintegrantes del secretariado general, pero su lugar fue ocupado por el re-presentante del Sindicato de Luz y Fuerza de Tucumán, Virgilio Núñez.

Esto llevó a Zanola a adver-tirle al propio Lorenzo Mi-guel, por medio del textil De-lfor Giménez, que si no inte-graba el secretariado no aceptaba otro puesto en el consejo directivo.

Pero la suerte de Zanola estaba echada y quien fuera en un momento determinado hombre de confianza de Ubaldini quedó sin un puesto entre los 21 cargos designa-dos. .

Pero aún quedaba un serio problema por resolver entre Ubaldini. Miguel y García. Se trataba de establecer quienes serían los dos ubaldinistas que tenían que ocupar los cargos designados en el se-cretariado: hacienda y acción social.

El nombre de Alejo Farías no se puso en discusión y desde un primer momento se lo confirmó, pero no sucedió lo mismo con Pedro Goyene-che y Miguel Ángel Candore.

La cuestión se dirimió cuando el taxista García planteó crudamente a Miguel y Ubaldini. la necesidad de "bajar" a Candore. El argu-mento: el hecho de que se había producido un "renun-ciamiento" de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que compite por el mismo sector de. afiliados. La razón fue atendida, y Candore descendió al cargo dé primer vocal.

Ubaldini juntó al metalúrgico Hugo Curto, elegido secretario ad-junto.

Distribución de cargos Con un virtual "empate" concluyó la dura

pugna entre los sectores internos de la CGT por los cargos en la conducción de la central obrera normalizada, según surge de la composición del consejo directivo que regirá los destinos de la organización encabezado por Saúl Ubaldini.

El sector ortodoxo de las 62 Organizaciones obtuvo la disputada secretaría adjunta, otor-gada al metalúrgico Hugo Curto, y la prose-cretaría de gremial e interior, adjudicada a Virgilio Núñez, un tucumano. secretario de organización de Luz y Fuerza.

El grupo de los 25 se quedó con dos secreta-rías estratégicas: la de gremial e interior, cuyo titular es José Pedraza (Unión Ferroviario), y la de prensa, a cuyo frente quedó el mercantil Guerino Andreoni.

El "ubaldinismo". por último, logró las se-cretarías de Acción Social, para el textil Pedro Goyeneche. y la de hacienda, para Juan Farías de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA).

El octavo integrante del secretariado re-sultó el radical Hernán Prado, que ejercerá la titularidad de la prosecretaría de hacienda.

Entre los vocales hay cuatro "ubaldinistas"; Miguel Candore (UPCN). Juan Reyes (Gas-tronómicos). Luis Moran (Alimentación) y Rubén Pereyra (Obras Sanitarias); cuatro de los 25: Víctor de Gennaro (ATE). Raúl Amín (SMATA). Garlos Cabrera (Mineros) y Ricardo Pérez (Camioneros). cuatro ortodoxos; Ornar Vera (SUPE). Juan Molina (Sanidad). Lesio Romero (Carnes) y Juan Manuel Palacios (UTA).

Entre los revisores do cuentas, hay dos de los 25, José Santamaría (Porteros) y Cayo Ayala (Obreros Navales); un "ubaldinista". Jorge Sansat (aeronavegantes); y dos inde-pendientes: Ramón Valle (Seguro) y Gui-llermo Díaz Olivieri (ASIMRA). además del titular de la FOECYT. Ramón Baldassini quien fue designado delegado de la CGT ante la OIT.

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Unidad peleada palmo a palmo Por Carlos Aznárez Exclusivo de La Razón

FINALMENTE hubo unidad y lo que es más impor-

tante, después de 10 años de ilegalidad formal la CG1 pudo elegir sus autoridades y rea-lizar con toda normalidad su máximo Congreso. Pero esta no es toda la historia del pro-ceso que culminó a las 19 de ayer con un vibrante discurso del secretario general Saúl Ubaldini.

Para llegar a la lista única y poder evitar de esa manera la votación secreta que estaba prevista, los tres bloques gre-miales en que se halla divi-dido el movimiento obrero llevaron adelante en las últi-mas 48 horas una ardua y desgastante puja interna.

La problemática principal que unió y enfrentó alterna-tivamente a ubaldinistas, miguelistas y ala Comisión de los 25 pasaba por determinar con qué tipo de criterio se iban a elegir los 20 cargos del Consejo Directivo y luego cuáles iban a ser los nombres para llenar esa instancia or-ganizativa.

En la noche del jueves, ubaldinistas y 25 reiteraban que la fórmula del acuerdo era la ya preestablecida días antes: seis cargos para cada sector y 2 para los indepen-

dientes. A la madrugada en cambio, Roberto Digón y José Pedraza por los 25 discutían ardorosamente con el meta-lúrgico Aníbal Martínez (Curto no pudo ser de la par-tida porque estaba en el ca-samiento de su hijo), Oscar Lescano, Rubén Pereyra y Alejo Farías. l o d o parecía derrumbarse, ya que el sector miguelista proponía en ese momento una fórmula ina­ceptable para el eje 25--ubaldinismo: 7 ortodoxos, 6 ubaldinistas, 5 renovadores y 2 independientes.

Para evitar la ruptura final y "tomar un poco de aire el debate fue transferido a las primeras horas de ayer. Por primera vez aparece Lorenzo Miguel en escena -según los 25 porque vio que sus opera-dores no lograban maniobras exitosas - y junto con Ubal-dini, García, Pereyra, Farías, De Gennaro, Curto y Lezcano agotaron la primera de las dos grandes discusiones de la jornada. Para "salvar la un-idad" se aceptó la propor-cionalidad de seis caragos para cada uno, uno para el secretario general, otro para un independiente -que fi-nalmente se otorgó al radical Hernán Prado (AATRA) y se

creó una nueva vocalía, para que entrara el veterano Ge-rónimo Izetla, de COEMA, muy cercano a Ubaldini.

En esta maniobra, el mi-guelismo reclamó la secreta-ría adjunta (para Hugo Curto) y Roberto García -conside-rado el gran operador de la jornada — reclamó y obtuvo para los 25 la importantísima secretaría Gremial e Interior, que históricamente pertene-ció a la UOM, y la de Prensa. Arreglada esta parte de la problemática comenzó, inesperadamente una se-gunda y dificultosa negocia-ción. Mientras los 1.478 con-gresales esperaban pacien-temente que el Congreso de-liberara —después del cuarto intermedio al que pasó a poco de iniciarse cada sector se retiró a sus cuarteles genera-les para ponerle nombres a los cargo.

En Dorrego al 500, en un salón de fiestas alquilado para la ocasión, el "bunker' de los 25 se convirtió en la sede más importante de la discusión intergrupal. Allí, surgieron tres gremios para disputar los dos cargos (SMA1A, Ferroviarios y Co-

mercio) y cuando democráti-camente -por primera vez en la historia del grupo —se ini-ciaba la votación eliminato-ria, los mecánicos José Ro-dríguez y Raúl Amín deci-dieron renunciar a su aspira-ción al cargo, para "que siga-mos con el consenso y evitar las grietas de una votación", según Rodríguez. Hubo ale-gría, llanto y vítores. Los mis-mos que se repitieron para saludar a José Pedraza y Guerino Andreoni, designa-dos en la secretaría Gremial y prensa respectivamente.

Muy cerca de allí, los ubal-dinistas no lograban ponerse de acuerdo. Tres gremios disputaban con singular ím-petu los dos cargos. Miguel Candore, Alejo Farías y Pedro Goyeneche, se imaginaban "en carrera y no cedían po-siciones. La puja fue tan in-tensa que -con el correr de las horas debieron inter-venir los otros dos sectores.

Los protagonistas se junta-ron entonces con Saúl Ubal-dini, Lorenzo Miguel y Ro-berto García. Pergeñaron miles de salidas (renuncia-mientos, creación de nuevas secretar ías y hasta un re-planteo general de los acuerdos) pero allí jugó otra

vez un rol importante el ta-xista Roberto García. En un aparte con Miguel lo instó a "ponerse firmes para des-bloquear la crisis.

Eso fue decisivo. A las 17, Candore cedió su posición y minutos más tarde, Ubaldini decidió de común acuerdo con los dos dirigentes candi-dateados, que Goyeneche fuera a Acción Social y Farías a Hacienda.

Costó pero no hubo fractu­ras y entre los hechos más destacados del evento hay que mencionar la irrupción del metalúrgico Curto en un cargo extremadamente cercano al secretario general.

Políticamente, los 25 eva-luaron la jornada como "un triunfo resonante" para su sector ya que efectivamente ganaron su institucionaliza-ción como grupo dentro de la CG1. El miguelismo, por su parte, no puede considerarse derrotado pero sí limitado en su accionar futuro ya que las alianzas en el consejo no lo favorecen. En el ubaldinismo, la figura de Ubaldini logró salvar fisuras que por mo-mentos parecían desbarran-car al sector, y advierten sobre una urgente necesidad de prolijar el futuro.

Tensión, rumores y humor Por Ricardo Fevriere Exclusivo de La Razón

CUANDO a las 18.35 de ayer Rodolfo Daer

—titular del sindicato Capital de la Alimenta-ción— en su carácter de presidente de la junta electoral del congreso normalizador de la CGT comenzó a leer la com-posición de la única lista propuesta, denominada "Azul y Blanca Unidad", habían quedado atrás siete horas de sesión matizadas por dos cuarto intermedio.

Esos paréntesis per -mitieron hilvanar los acuerdos que derivaron en la lista que contuvo los nombres de quienes,

luego de una interven-ción de algo más de diez años, conducirán una CGT normalizada y fun-cionando de acuerdo a sus propios estatutos.

Esas siete horas con-tuvieron desde las ver-siones insólitas —gene-ralmente contadas a media voz y con miradas recelosas en derredor— hasta la fiesta final que al compás de los bombos del Tula se desencadenó en el miniestadio de Atlanta y la calle Hum-bolt

En ese lapso se pudo conocer, por ejemplo, que la CGT cuenta en su caja con 10.844 australes con 15 centavos, resul-tante de un total de in-gresos de 241.291 con 20 y egresos de 230.447,05 australes entre el 24 de julio de 1985 y el 6 de noviembre de 1986. Según el informe brin-dado por Jorge Sansat

(aeronavegantes priva-dos), los ingresos se de-bieron fundamental-mente a los aportes de distintas organizaciones confederadas, y en el rubro egresos el grueso de los gastos se invirtió en propaganda y reali-zación de actos (105.668,05 australes). A propuesta de un con-gresal el informe fue aprobado por aclama-ción junto a un mandato al nuevo consejo direc-tivo cegetista para que "exija al gobierno el cumplimiento de lo pac-tado ante la (OIT).

Luego que se eligiera —también por aclama-ción, algo que se repeti-ría varias veces a lo largo de la tarde— a los miembros de la junta electoral se pasó a con-siderar el octavo punto del orden del día: la elección de la conduc-ción nacional de la CGT. Ubaldini anunció en-tonces un cuarto inter-medio de media hora que se estiraría a más de dos.

Las idas y venidas de los máximos dirigentes de los distintos nuclea-mientos gremiales se transformaron entonces

en febriles. Pese a eso hubo momentos para el humor: cuando ingre-sando a los vestuarios asignados a los equipos visitantes, el mecánico José Rodríguez preguntó si allí ("estaba la rosca", un allegado le reco-mendó "salir a la cancha porque esto se define por penales". Minutos des-pués Rodríguez charlaba con Víctor De Gennaro, Raúl Amín y Germán Abdala en el sector que habitualmente transita el wing izquierdo quer baja a recibir.

Un rato después Ro-dríguez, sentado en el cordón de la vereda frente al 337deHumbolt, se quejaba amargamente por la disputa interna del ubaldinismo que "está demorando todo".

A las 17 Lorenzo Mi-guel y Roberto García coincidieron en aclarar al periodismo que ya es-taba "todo listo", mien-tras un allegado al líder metalúrgico aludía me-tafóricamente a la "fu-mata" vaticana.

A esa hora Orphal Hembretch y José Anto-

nio Aguiliano, veedores designados por la OIT, solicitaban datos sobre las negociaciones a los periodistas en la callé y no se conformaron hasta que un cronista de una agencia noticiosa les adelantó los nombres de la lista única que había surgido pocos minutos antes.

Luego se votaría a mano alzada "por única

vez" a la nueva conduc-ción cegetista, hablaría Ubaldini —aclamado en varios pasajes— y se de-sataría la fiesta de los bombos y redoblantes. Juan Alejo Far ías y-Guerino Andreoni serían llevados en andas por sus

"ba r ras" de congre-sales, y la discreta vigi-lancia policial levantada sin que se hubiera regis-trado ningún incidente. A las 200 Villa Crespo había recobrado su im-agen habitual y algún vecino en pijama salía, como todas las noches, a tomar unos mates a la vereda.

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