un intelectual en el paraguay - melia

8
1 1 Un intelectual en el Paraguay, ¿qué es eso?, ¿para qué sirve? Bartomeu Melià, s.j. 18 diciembre 2012 Celebración y clausura de los 15 años del ISEHF Le pregunté en una ocasión a la esposa de un buen amigo francés, Dominique Temple, con quien tuve la suerte de escribir el libro El don, la venganza y otras formas de economía guaraní, qué hacía su marido a quien sabía encerrado por horas y horas en su escritorio, en qué se ocupaba. Con un toque de ternura y algo de sorna me contestó: Lui, il elargie sa pensée. De hecho mi amigo responde a la figura de un sabio que ha renunciado a su vida profesional, vive sobriamente de renta, de vez en cuando caza algún que otro jabalí -que los hay en donde él vive-, lo prepara y convida a sus amigos. ¿Es un intelectual? Y si lo es, ¿por qué y cómo? Se verá al final. En un momento dado fue un referente de moda lo que dijo Jean Paul Sartre en una entrevista que todavía se puede consultar en la web: http://lecorvomecanique.blogspot.com/2012/08/que-es-un-intelectual-jean-paul- sartre.html : El intelectual no tiene poder, porque es un hombre que vive su contradicción en su interior y en lo exterior. El intelectual no tienen ningún poder real, ninguna eficacia real. Sin embargo, por ser ineficaz es que puede servir. Hay que pedirle que se comprometa totalmente en tanto tiene un trabajo real y tiene una eficacia en ese plano, porque ahí es contradictorio. Tener qué hablar sobre “El rol del intelectual en el Paraguay” es un desafío porque nadie con dos dedos de frente va a dar a entender que él lo es; en mi pueblo te dirían con desdén: Y éste qué se ha creído. Y sin embargo, si ser intelectual es pensar, todos pensamos, creo. Pienso, luego soy. Pero, dirá alguno, ¿en esas condiciones en que vive la mayoría de nuestros prójimos puede pensar? ¿Le es permitido al arquitecto, al funcionario, al médico, al obrero, al policía, al carpintero, al campesino, al indígena que pide limosna en la calle de la ciudad el espacio y el gozo del pensar? ¿Tiene tiempo y humor para pensar? Y quién debería pensar por su tarea y cargo de responsabilidad, se niega a sí mismo esa tarea a la que está obligado. ¿Ha pensado en pensar el diputado y el senador, el “honorable” diputado, el “honorable” senador? ¿Es vicio sólo paraguayo pensar por cabeza de otro? Los enlatados de pensamiento son productos de distribución global, y no llama la atención que también lleguen al Paraguay, la casa, a la calle, a la universidad incluso. Pero hay que precisar. El intelectual no es el que piensa, mejor dicho no sólo piensa, sino que vive y relaciona experiencias de vida, piensa relaciones y procura expresarlas. Por otra parte estas relaciones del pensar no obedecen a una lógica mecánica de combinaciones previsibles. Y es esta imprevisibilidad una de las características del intelectual, si se quiere. ¿Cómo encerrar en una fórmula o en un discurso lo imprevisible? ¿Cómo darle aire lógico a esa actividad es por esencia contradictoria, según Sartre? Así no es raro que el intelectual desconcierte.

Upload: pri-santos

Post on 25-Nov-2015

19 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 1

    1

    Un intelectual en el Paraguay, qu es eso?, para qu sirve?

    Bartomeu Meli, s.j.

    18 diciembre 2012

    Celebracin y clausura de los 15 aos del ISEHF

    Le pregunt en una ocasin a la esposa de un buen amigo francs, Dominique Temple,

    con quien tuve la suerte de escribir el libro El don, la venganza y otras formas de

    economa guaran, qu haca su marido a quien saba encerrado por horas y horas en su

    escritorio, en qu se ocupaba. Con un toque de ternura y algo de sorna me contest: Lui,

    il elargie sa pense. De hecho mi amigo responde a la figura de un sabio que ha

    renunciado a su vida profesional, vive sobriamente de renta, de vez en cuando caza

    algn que otro jabal -que los hay en donde l vive-, lo prepara y convida a sus amigos.

    Es un intelectual? Y si lo es, por qu y cmo? Se ver al final.

    En un momento dado fue un referente de moda lo que dijo Jean Paul Sartre en una

    entrevista que todava se puede consultar en la web:

    http://lecorvomecanique.blogspot.com/2012/08/que-es-un-intelectual-jean-paul-

    sartre.html: El intelectual no tiene poder, porque es un hombre que vive su contradiccin en su interior y en lo exterior. El intelectual no tienen ningn poder real, ninguna eficacia real. Sin embargo, por ser ineficaz es que puede servir. Hay que pedirle que se comprometa totalmente en tanto tiene un trabajo real y tiene una eficacia en ese plano, porque ah es contradictorio.

    Tener qu hablar sobre El rol del intelectual en el Paraguay es un desafo porque

    nadie con dos dedos de frente va a dar a entender que l lo es; en mi pueblo te diran con

    desdn: Y ste qu se ha credo.

    Y sin embargo, si ser intelectual es pensar, todos pensamos, creo. Pienso, luego

    soy. Pero, dir alguno, en esas condiciones en que vive la mayora de nuestros

    prjimos puede pensar? Le es permitido al arquitecto, al funcionario, al mdico, al

    obrero, al polica, al carpintero, al campesino, al indgena que pide limosna en la calle

    de la ciudad el espacio y el gozo del pensar? Tiene tiempo y humor para pensar? Y

    quin debera pensar por su tarea y cargo de responsabilidad, se niega a s mismo esa

    tarea a la que est obligado. Ha pensado en pensar el diputado y el senador, el

    honorable diputado, el honorable senador? Es vicio slo paraguayo pensar por

    cabeza de otro? Los enlatados de pensamiento son productos de distribucin global, y

    no llama la atencin que tambin lleguen al Paraguay, la casa, a la calle, a la

    universidad incluso.

    Pero hay que precisar. El intelectual no es el que piensa, mejor dicho no slo

    piensa, sino que vive y relaciona experiencias de vida, piensa relaciones y procura

    expresarlas. Por otra parte estas relaciones del pensar no obedecen a una lgica

    mecnica de combinaciones previsibles. Y es esta imprevisibilidad una de las

    caractersticas del intelectual, si se quiere. Cmo encerrar en una frmula o en un

    discurso lo imprevisible? Cmo darle aire lgico a esa actividad es por esencia

    contradictoria, segn Sartre? As no es raro que el intelectual desconcierte.

  • 2

    2

    Sea tal vez la primera propiedad del intelectual tal como lo imagino su capacidad

    de escuchar, el intelectual es un oyente que procura entender lo que escucha. As

    tambin va en busca del lugar donde pueda escuchar algo. Y donde pueda escuchar

    incluso los grandes silencios, donde parece que no ha tenido todava lugar ninguna

    palabra anterior. Su inquietud viajera no es un acaso; ningn encuentro de situaciones y

    de personas le es desechable. Nada humano me es ajeno, deca Horacio. El intelectual

    es un peregrino que necesita renovar horizontes continuamente, no puede quedarse

    parado. Y aunque no camine ni llegue a las fronteras, se las inventa como un paisaje de

    gracia, porque es ah donde surgen las preguntas, las dudas, las contradicciones.

    Pero un discurso sobre la entelequia de intelectualidad no parece poder llevar muy

    lejos. Existen, existen sin embargo biografas de intelectuales y los roles que han

    cumplido en su mundo; ms difcil es encontrar mtodos de intelectualidad; la

    intelectualidad creo que no se puede ensear, aunque s se puede aprender.

    Quisiera referirme a dos intelectuales clsicos, y a un tercero contemporneo:

    Scrates y el cacique Pablo Vera. Ninguno de los dos primeros escribi, pero tuvieron

    discpulos que se impregnaron como esponja de sus palabras y enseanzas; el primero

    tuvo a Platn (siglo V a.C.), el segundo a Len Cadogan (siglo XX). Ambos llevaron el

    pensamiento de sus maestros, a quienes escucharon atentamente, a un segundo nivel, no

    ms alto, pero de otro orden: lo dejaron por escrito. El tercero (siglo XXI) con quien me

    fue dado trabajar y con quien mantengo afinidad y amistad actualizadas y no dejo de

    buscarlo y encontrarme con l, cuando puedo, aunque poder ir a Francia no es cada da;

    lo he citado al principio: Dominique Temple.

    La irona socrtica

    Slo s que no s nada

    El primero de ellos habla de una experiencia fundamental: Slo s que no s nada, como

    principio y fundamente de conocimiento y sabidura. Scrates es el maestro de la

    pregunta. La intelectualidad no comienza con l, pero tiene en l un sealado maestro.

    Desde la ignorancia asumida y desde la pregunta nace la posibilidad de relacionar

    experiencias. La pregunta concibe y revela lo todava desconocido, es la semilla

    depositada en el seno de la experiencia propia: cada uno ser partero de s mismo, de su

    palabra, una palabra ms escuchada que propia. Preguntar es disponerse a escuchar.

    Pensar es saber hacer y hacerse preguntas y que estas lleguen a la luz. La finura de este

    mtodo es que no hay que tomarlo en serio, hay que atreverse a preguntarse con fina

    burla sobre las propias convicciones; es la burla metdica sobre uno mismo, ms alegre

    que la duda metdica. Hay que asumir que saldrn a luz cosas antes no pensadas, no

    dichas, no aceptadas, pero tampoco definitivas, que sern sujetas a nuevas preguntas en

    una rueda sin fin. En Scrates la irona, es un preguntar fingiendo ignorancia para rerse

    de los otros, pero es el camino del que sabe rerse de s mismo, rasgo esencial del

    socratismo que le lleva a saber que no sabe nada. Preguntarse sobre la propia

    ignorancia, es un buen camino para percatarse de la incongruencia de los propios

    pensamientos y afirmaciones; y de pregunta en pregunta, no tener miedo de llegar al

    ridculo y a la risa humilde consigo mismo cuando uno se ve cado del burro, ha upi, y

    despus levantarse y seguir el camino de nuevas preguntas que puedan tener un final

  • 3

    3

    ms feliz; muchos de nosotros no les tenemos miedo a las respuestas, ms an

    buscamos respuestas hechas, ni siquiera desconfiamos de ellas, pero no soportamos las

    preguntas. Leemos el peridico, vemos la televisin, aceptamos las respuestas dadas,

    pero no salimos con ninguna pregunta. Yo dira que uno de los problemas en el

    Paraguay es el miedo a la pregunta, a la irona, a la astuta irona; se sospecha en ella una

    trampa, y en realidad lo es para nuestras convicciones sin fundamento. En ciertas

    ocasiones, debemos encerrar una discusin con un no me hagas rer. A la sociedad

    paraguaya no le faltan respuestas, le faltan preguntas. Demasiadas respuestas a

    preguntas no hechas, y falta de respuestas a preguntas que se deberan haber hecho.

    Scrates no escribi, pero es la voz escuchada, aunque no simplemente repetida,

    por Platn. La palabra escuchada es llevada a sus ltimas consecuencias al quedar

    escrita, queda hibernada y momificada hasta que llegue un nuevo lector, que le

    devolver la vida. Tambin ah hay irona. Fue la irona que dej Platn en sus Dilogos

    y un Aristteles en su tica a Nicmaco, por ejemplo. Buena parte de la filosofa

    llamada occidental se desarrolla a parte de la irona socrtica, tan divertida como mortal.

    El intelectual despierta cada da con una nueva pregunta y se desayuna de

    ignorancia; eso le mantendr vivo todo el da.

    El intelectual lee. S, pero para cuestionarse desde diversos ngulos. Un libro es

    una bolsa de preguntas para el lector. El mucho leer no satisface el alma, ni hace

    acumular pensamiento si no lleva a preguntar y a preguntarse.

    Las palabras de Los de Arriba y el silencio

    Nda chayvu rapi

    De la filosofa del mar Egeo pasemos a la sabidura de la selva paraguaya, de islas de

    monte rodeadas de tierra. Los habitantes de esas selvas han hecho conocer dos

    dimensiones de la intelectualidad, ambas relativas al tiempo espacio, ra. Alguien se

    preguntaba si los guaranes tienen la palabra pensar; por desgracia en guaran paraguayo

    no se usa una palabra guaran para pensar, aunque se dice ajepyamongeta, en este

    sentido, y otros compuestos sinnimos, y no estn del todo mal. Sin embargo, est en

    uso desde tiempos prehistricos el arakuaa en el sentido de entendimiento, de

    comprensin, e incluso de doma; adquiere entendimiento el caballo domado;

    entendimiento, comprensin, doma de los das, del espacio tiempo. En el nio ese

    entendimiento empieza con el uso de razn, del discernimiento, que es casi al mismo

    tiempo en que comienza el uso de la lengua.

    Pero hay otra forma de saber ms profunda y entraable, ms sim-ptica, ya que

    hay en ella una conjuncin de pasiones; arandu, es sentir el da, es visitar el espacio

    tiempo, sentirle el pulso, es la visita al enfermo y llevarle la voluntad de vivir, la cura.

    Arandu es tambin entendimiento y juicio, y juicio es coloquio de contrarios en vistas a

    un discernimiento. Arandu, siempre segn Montoya (1639), es capacidad. Capacidad

    de qu? De abrirse camino entre contrarios. La sabidura es atravesar un estero

    traicionero, sin perder de vista el horizonte, y teniendo firme el pie an en suelo

    movedizo.

  • 4

    4

    Len Cadogan en las selvas de Guair encontr sin buscarlo, pero con mritos

    para hallarlo, a un sabio que ningn otro paraguayo haba encontrado jams. Su nombre

    para fuera de la selva era Pablo Vera. Su figura, casi desnudo, apenas con su tambe ao -

    su taparrabos-, sus cordones de cabello humano atados debajo de las rodillas, y una

    vieja y desgastada corona de algodn y largos flecos en la cabeza, remite al sabio de

    Pedro Caldern de la Barca:

    Cuentan de un sabio, que un da

    tan pobre y msero estaba,

    que slo se sustentaba

    de unas yerbas que coga.

    Habr otro, entre s deca,

    ms pobre y triste que yo?

    Y cuando el rostro volvi,

    hall la respuesta, viendo

    que iba otro sabio cogiendo

    las hojas que l arroj.

    Este es el sabio y mstico que puedo encontrar y escuchar Cadogan y registrar sus

    palabras buenas hermosas. De ah sali la compilacin de textos mticos de los mby

    guaran del Guair, el Ayvu Rapyta, que con Roa Bastos no dudo en calificar de cumbre

    de la poesa mstica y de la filosofa en el Paraguay. Pablo Vera y otros Mby cuyos

    textos figuran en el libro son marcas y claves de intelectualidad en Paraguay, pues en

    ellos se da la suprema escucha de las buenas hermosas palabras, e porngue i,

    comunicadas a la comunidad. Es el Popol Vuh de la Amrica Meridional, desconocido

    en su propia tierra, pero que tendra que ser un modelo de conocimiento, de sabidura,

    que incluye tambin el modo de decirla, libro intelectual por excelencia por su poesa

    mstica y su narrativa mtica. Es un libro que nunca estar cerrado en cuanto haya un

    chamn mby que lo reinvente con las palabras que no aprendi de nadie pero que

    espera incansablemente de Los de Arriba, sobre todo en el sueo fecundo. El

    fundamento de la palabra es el Verbo inicial que se encarna en cada nueva existencia.

    Cada Mby ser la historia de su palabra irreductible e irrepetible; este es un aspecto

    esencial del intelectual: persona de preguntas siempre nuevas y de respuestas siempre

    provisorias e interinas y vive en condiciones de recibir respuestas adecuadas.

    Puede un miembro de nuestra sociedad acceder a esa forma de sabidura? Pablo

    Vera viendo el sincero intento de Len Cadogan para seguirle y escucharlo, le deca:

    Para aprender esas cosas debers permanecer un ao conmigo en la selva. Comers miel,

    maz y frutas, y de vez en cuando un trozo de carne de pecar. Dejars de leer, pues la

    sabidura que viene de los papeles te impedir comprender la sabidura que nosotros

    recibimos, que viene de Arriba y que no permite, entender entre otras cosas os mensajes

    que nos trae el Pjaro Azul acerca d los nios (Len Cadogan, Extranjero, campesino y cientfico; memorias. Asuncin, 1990. 186).

    Por supuesto, que ste es el relato del discpulo que hace autobiografa crtica de

    su quehacer intelectual. Ser intelectual es vivir una experiencia individual y llevarla a

    una expresin que a su vez pueda ser experimentada por una sociedad de individuos en

    comunidad. En una sociedad sin experiencia no hay pensamiento. Como en poesa.

  • 5

    5

    Es bueno en un pas como el Paraguay donde hay tantas culturas nacionales

    hacerse preguntas que broten de paisajes extraos, no habituales ni hegemnicos. La

    revitalizacin del pensamiento paraguayo hay bucearlo tambin en lo profundo de otros

    modos de ser y vivir, como son los indgenas. Una veta sumamente descuidada, porque

    supinamente ignorada; ah es donde hay que buscar la plata yvyguy.

    Las biografas de algunos intelectuales en el Paraguay tambin ensean tanto o

    ms que sus escritos; sus actos son palabras sin palabras.

    Fue, sin embargo, el mismo Pablo Vera quien frente a un caso de homicidio,

    deca: Nda ch'ayvu rapi: No hay camino para mi palabra -me llamo a silencio,

    porque qu voy a decir-. Hay situaciones en que los pueblos prefieren callar y optan por

    callar definitivamente. La lengua se seca y los labios se marchitan.

    Con frecuencia del silencio se pasa a la vergenza y a renegar de la propia lengua

    como si ella fuera la causante de un estado social, econmico y poltico adverso. La

    lengua se vuelve vergonzante, y se esconde en espacios clandestinos, en lugares poco

    prestigiosos. Los pueblos indgenas educados en sus malditas escuelas a lo paraguay son

    enseados a tener vergenza de hablar lo que hablan, cuando probablemente son los que

    manejan todava una palabra libre que no est ceida a lo que todos dicen. Es la virtud

    del silencio al que se ve obligado el intelectual en muchos casos.

    Pero frente a este silencio digno y pensado est otro silencio: el de no decir nada

    nada cuando hay que levantar la voz con preguntas y ms preguntas. Curuguaty y la

    matanza de Marina ku nos dej estupefactos con las afirmaciones que nos endilgaron

    ya preparadas por los mismos que haban provocado la matanza; ah s hay demasiadas

    respuestas a falsas preguntas y ninguna a las verdaderas. La medida de la intelectualidad

    paraguaya estar dada en nuestros das por su capacidad de preguntar y escuchar a los

    que pueden decir lo ocurrido desde la experiencia, comenzando por los mismos policas,

    vctimas tambin de los mismos asesinos de los campesinos; de ambos grupos la muerte

    estaba anunciada desde las letrinas del poder de facto.

    Que la crnica ms inmediata sea materia para preguntas no debe escandalizar a

    nadie. En cierto modo el comienzo de lo que llamamos actividad intelectual se da al

    explotar en 1894 el affaire Dreyfus. el caso Dreyfus que divide a los pensadores de

    Francia, que confrontan las preguntas irreductibles con las respuestas indiscutibles y

    accesorias. En el Paraguay el caso Curuguaty no slo es caso a ser esclarecido por la

    justicia, sino lnea roja de posiciones sobre la visin misma de lo que somos y lo que

    queremos ser. Su lugar desborda la justicia y la poltica, est en la vida de cada da.

    Curuguaty es Paraguay entero. En este largo periodo del da despus, desde el 15 de

    junio, la palabra sensata y firme busca todava su camino. Los intelectuales no pueden

    escamotearla. Las preguntas no pueden cesar. Ni un minuto ms de silencio.

    Cuando haya una voluntad de revitalizacin habr que conquistar de nuevo los

    grandes y nobles espacios de la cultura, de la religin y tal vez del poder poltico de

    pueblos indgenas y campesinos hoy marginados y arrinconados, expulsados y

    desplazados de sus tekoha, de los lugares donde son lo que son.

    En este captulo se puede citar a una gran intelectual transterrado al Paraguay.

    Hace ms de un siglo, Rafael Barrett autor de la crnica Lo que son los yerbales,

    deca: "Es fcil volcar un gobierno, pero difcil cambiar las costumbres de gobernar.

    Fcil es cortar cabezas; difcil que retoen". l mismo hizo un relato sobre el poder que

  • 6

    6

    tenan en el pas los latifundistas de la yerba. "Paraguay es la negrera de sus hijos",

    apuntaba. Hoy esa estructura econmica, social y poltica se entrelaza de manera casi

    feudal ya no entre los arbolillos de yerba mate sino entre la soja. As se ha podido decir:

    "El golpe de Estado del 23 de junio de este triste 2012 es el de Monsanto para asegurar

    un modelo de pas atrasado para beneficio de la soja". Ojal no se le tenga que aadir

    pronto Ro Tinto Alcn; hay que comenzar a preguntar.

    Comunidad de palabras

    Jopi

    Despus del intelectual a la manera socrtica, partero de preguntas irnicas, pasando por

    landimensin mstica de la palabra guaran y sus terribles silencios, se puede llegar a la

    funcin del intelectual pblico.

    Una de las funciones que los intelectuales pblicos deben desarrollar es, segn

    Amitai Etzioni, tenido como fundador del comunitarismo moderno, cuidar de las

    "communities of assumptions" ("suposiciones colectivas") que sostienen los ciudadanos.

    Adems de ello, renovar, recrear, rehacer, reconstruir, abrir, imaginar o transformar esas

    asunciones sociales compartidas que, resistentes al cambio, tienden a rutinizar su

    existencia en trminos de tradiciones establecidas. El intelectual, al abrirse a las

    interpretaciones alternativas de la realidad, ampla la perspectiva de los ciudadanos y

    trata de transformar el mundo mediante la palabra.

    Esta perspectiva occidental judia y norteamericana que tuvo gran influencia en la

    dcada de los 90 bastante influencia se encuentra preanunciada en el sistema de

    reciprocidad de palabras ejercido desde que se conoce a la sociedad guaran. Palabra y

    reciprocidad pueden colocarse como principio y fundamento de la sociedad guaran,

    retenida en gran parte por una parte de la sociedad paraguaya, si bien en franco

    retroceso dada su evolucin moderna de cada libre en el consumismo colonial.

    Aqu entra la funcin intelectual, como la percibe claramente Dominque Temple,

    en el libro que con l escrib: El don, la venganza y tras formas de economa (Asuncin,

    2008). En el captulo 1.3. Mborayhu: amor y reciprocidad, Dominque Temple muestra a

    partir de dos palabras guaranes el jopi y el potir, como se puede pensar la

    comunicacin total en una sociedad sin la cual ya no hay libertad, ni bienestar, posible.

    El jopi significa la reciprocidad mutua la singularidad de la mano extendida y abierta

    al otro, y y el otro conmigo. El potir que curiosamente se disfraz bajo la palabra

    minga representa, una reciprocidad colectiva de todas las manos, todas juntas, todas a

    una. Cada una de estas palabras despliega en su propia etimologa imgenes que al ser

    evocadas sugieren un sentimiento de gozo y alegra, de aliento y esperanza, un

    sentimiento de apertura a lo que se llamar amistad y confianza.

    No se trata de dar un resumen de las conclusiones del intelectual para repetirlas,

    sino ver como se ha preguntado sobre un modelo de comunicacin de dones, que no son

    bienes materiales, sino la comunicacin amplia y total de palabras. La reciprocidad es

    absolutamente lo contrario de la venganza, que sin embargo es la que se instala con el

    mercado: sociedades del don y sociedades de precio y del rescate.

  • 7

    7

    La colonia es el continuo proceso que viene desarrollndose en el Paraguay desde

    la malhadada entrada de la sociedad de mercado en esa tierra en 1537, en el cual la

    misma independencia tan celebrada no es sino un estornudo alrgico, para continuar con

    el mismo cuadro anterior, insiste e insiste en crear pobreza, desequilibrio, desigualdad e

    inequidad. Por esto hacer preguntas desde otro horizonte todava real en este pas que es

    el del jopi debera ser una tarea del intelectual. No vivimos cada vez ms en la

    reciprocidad el jopi negado, por la continua venganza, el hepy, el precio de las cosas?

    La pregunta irnica sobre el sistema de nuestra sociedad es cada da ms urgente e

    inapazable, incluso si nos hacemos otras tmidas y temerosas preguntas sobre una

    validez dudosa del modelo de una comunidad de iguales, sin la venganza de precio y de

    la usurpacin descarada.

    Eso es lo que dicen con una transparencia terica inesperada, los fabulosos textos

    fundadores del gnesis de los Guaran:

    amandu Ru Ete tenondegua amandu Padre Verdadero el primero

    oyvra petegui, de una parte de su propia divinidad

    oyvrapy mbaekuagui, de la sabidura que est en su divinidad

    okuaararvyma y en virtud de su sabidura creadora

    tataendy, tatachina llamas y tenue neblina

    ogueromoemoa. hizo que fueran engendradas

    1.

    Este origen del pensamiento viene sealado primero por una intensa emocin que

    se puede llamar gracia, e inmediatamente por una iluminacin de la conciencia por s

    misma en tanto y cuanto es sabidura; es lo que se expresa a travs de la hermosa

    metfora de la tenue neblina y las llamas.

    Es la sabidura que nace, con aquel sentimiento de alegra comparable al del

    investigador que descubre una nueva idea, como cuando la tenue neblina es penetrada e

    iluminada por el sol; es una sabidura que sabe que est generndose como la verdad. El

    sentimiento de esa alegra iluminada y la sabidura van juntos y despus de poco ya

    entrarn por la puerta de la casa del hombre...

    Esto es lo que atina a proyectar un intelectual, en este caso Dominique Temple,

    que viene a sentarse aunque sea de paso en un corto viaje, junto a los fogones de los

    Guaranes. Razn de ms para que nosotros, como nativos, no salgamos del mbito de

    esa luz y del resplandor de esas llamas. Cuando el equilibrio entre accin y pasin es

    riguroso, esta conciencia de conciencia tiene como resultado una perfecta conciencia de

    s mismo sin que pueda ser la conciencia de cualquier cosa sin ms. Se reduce a un

    sentimiento que es pura afectividad; lo que Aristteles llamaba la charis -gracia y

    agradecimiento, alegra y belleza- y que, dentro de la reciprocidad total de una

    comunidad humana primitiva, es el sentimiento de una presencia divina, una conciencia

    de s mismo y una iluminacin de su sabidura, de la cual el corazn expresa una

    afectividad perfecta.

    1 Len Cadogan, Ayvu Rapyta. Asuncin, 1992; captulo II, p. 32.

  • 8

    8

    La invencin de la palabra, o mejor su fundamento, es la capacidad de

    comunicarse y de formar comunidad, sta es una de las funciones principales del

    intelectual; pues el intelectual es l mismo, como deca Roa Bastos de la palabra, de uno

    en ms; sin comunidad de comunicacin no hay conocimiento y menos sabidura.

    La funcin del intelectual consiste en no permitir que queden cabos sueltos, y en el

    Paraguay tenemos demasiados cabos sueltos en la vida social, en la cultura, en la

    historia, en la economa, en la justicia, en la poltica.

    Me lleg ayer el video de una entrevista a Vidal Vega en la que habla el pocos

    das antes de su muerte de la criminal confusin creada a propsito de las tierras de

    Marinakue; ah est la explicacin de por qu muri ese intelectual campesino; lo veo

    como la persona que era capaz de atar cabos, y comunicarse con quienes pudieran

    atarlos. En este sentido le ajustaron cuentas, s, porque l saba ajustar palabras

    verdaderas. Ah estaba el peligro. Por esto ijukapyrma, era el que ya tena que morir,

    que ser matado. Ha quedado como testigo y mrtir del que tiene que vivir en nuestro

    Paraguay. Oikove jevy vaer.