una visión sobre la unam. aportaciones para el proceso de ... · órganos colegiados de la...

32
Una visión sobre la UNAM. Aportaciones para el proceso de reforma CECU Julio 2005

Upload: others

Post on 01-Apr-2020

11 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Una visión sobre la UNAM. Aportaciones para el proceso de reforma

CECUJulio 2005

Índice

Presentación

1. Universidad y sociedad

2. La UNAM hoy

3. Retos y propuestas

3.1 Las funciones sustantivas

3.1.1 Personal académico

3.1.2 Docencia

Aspectos generales

Alumnos

Planes de estudios

Bachillerato

Licenciatura

Posgrado

Educación continua

Sistema Universidad Abierta y educación a distancia

3.1.3 Investigación

3.1.4 Difusión y extensión de la cultura

3.2. Estructura y gobierno

3.3. Administración y financiamiento

Reflexión final

PRESENTACIÓN

El presente documento es el resultado de un proceso iniciado en octubre de 2002, cuando el Consejo Universitario encomendó a la Comisión Especial para el Congreso Universitario (CECU) la elaboración de un diagnóstico de la institución.

Tiene como propósito contribuir al proceso de reforma de la UNAM, mediante el planteamiento de propuestas y posibilidades de solución que le permitan responder a los rezagos, problemas y retos internos y externos. En esta perspectiva puede servir de base para la construcción de los acuerdos y consensos que permitan a la comunidad universitaria seguir avanzando en las reformas que la institución requiere.

Con la premisa de que el diagnóstico debería ser el resultado de una amplia consulta a la comunidad y a los cuerpos colegiados de la Universidad, la elaboración de este documento se sustentó en el análisis y la sistematización de las opiniones expresadas por los universitarios en los diversos espacios de discusión organizados por la CECU, así como en otras actividades y documentos previos relativos al proceso de reforma de la UNAM. En este sentido, se tomaron en cuenta las 2,404 ponencias presentadas en los Seminarios de Diagnóstico —locales, intermedios y generales— y los 45 diagnósticos elaborados por otros tantos cuerpos colegiados universitarios en 2003. Asimismo, se analizaron el reporte final del Taller de Expertos, organizado por la CECU y el Centro de Estudios sobre la Universidad, en 2003; las opiniones presentadas en el ciclo de conferencias y mesas redondas El debate por la UNAM, realizado en el 2002; la síntesis de las Mesas de Diálogo, celebradas en el 2000, y los planteamientos que se desprenden de los diagnósticos realizados por las administraciones universitarias en los pasados 30 años.

La sistematización implicó identificar los problemas y propuestas planteadas por los universitarios y ubicarlos en los temas generales que habían sido establecidos por la CECU. En esta tarea se contó con el apoyo de la Secretaría General y de la Dirección General de Planeación.

Una vez elaborado el primer documento, los capítulos correspondientes a cada tema se distribuyeron en grupos de trabajo formados por integrantes de la Comisión. Llegar a la redacción definitiva en cada equipo requirió la elaboración y discusión de múltiples versiones previas. Posteriormente, todos los apartados se analizaron en sesiones plenarias, etapa ésta en la que se hicieron las reformulaciones necesarias, en atención a las opiniones recibidas.

El documento final, Una visión sobre la UNAM. Aportaciones para el proceso de reforma, presenta la situación actual de la UNAM en los contextos nacional e internacional y plantea propuestas y posibles soluciones para enfrentar los problemas detectados en las funciones sustantivas y en la estructura organizativa y de gobierno de la institución. A manera de conclusión, la CECU hace una reflexión en torno a las reformas que requiere la institución para dar respuesta a los grandes retos que tiene ante sí en sus diversos ámbitos, así como en los contextos nacional e internacional.

Este trabajo confirma la posición de la CECU en el sentido de que la heterogeneidad institucional obliga a que los problemas sean atendidos de manera diferenciada, en varios niveles e instancias, con la participación de los sectores directamente involucrados. La resolución de los problemas que aquejan a la Universidad debe partir del reconocimiento pleno de las dimensiones y niveles en que está estructurada la institución; de la diversidad de campos de conocimiento en que se realizan la producción, la transmisión y la difusión del conocimiento, y del respeto a las comunidades que los conforman.

La labor que ha implicado llegar a este texto reafirma la pertinencia de la propuesta que la CECU formuló al Consejo Universitario, en el sentido que el Congreso Universitario se realice por

3

etapas y que éste debe ser entendido, fundamentalmente, como un proceso cuyo fin sea la reforma gradual y concertada de la Universidad, en sus diversos ámbitos, instancias y sectores, y no como un evento único.

Los integrantes de la CECU confían en haber reflejado la pluralidad de ideas y opiniones que la comunidad universitaria ha expresado en varios momentos y espacios. Agradecemos a los órganos colegiados de la institución y a la comunidad universitaria sus aportaciones para la elaboración de este documento, con la convicción de que será un referente útil para los procesos de reforma que se han emprendido y se emprenderán, tanto en el ámbito general de la UNAM como en cada una de las entidades que la integran.

4

1. Universidad y sociedad

La Universidad Nacional Autónoma de México es una institución pública y autónoma que tiene como tareas la docencia, la investigación y la difusión y extensión de las expresiones de la cultura. Su propósito esencial es estar íntegramente al servicio del país y de la humanidad, con un sentido ético y de servicio social, superando cualquier interés individual.

Como institución de educación superior pública, la Universidad posibilita el acceso al conocimiento de los miembros de la sociedad, con independencia de su posición o condición social y económica, y tiene el compromiso de extender los beneficios del conocimiento, la investigación, la educación, la técnica y la cultura al mayor número posible de mexicanos.

Una condición importante para el cumplimiento de sus funciones académicas, en tanto comunidad del pensamiento y del saber universales, ha sido su autonomía. Ejercida ésta esencialmente frente a los poderes que integran el Estado y frente a los grupos de poder político, económico y religioso, implica el derecho para gobernarse a sí misma y elegir sus autoridades; para definir sus proyectos y programas académicos; para determinar su propia organización académica y administrativa; para ejercer sus actividades de docencia, investigación y difusión, y para definir su desarrollo conforme a procesos propios de la planeación académica y la libre administración de sus recursos.

En el marco de sus principios de autonomía, de libertad de cátedra e investigación y de respeto a todas las corrientes teóricas y de pensamiento, la Universidad establece vínculos con diversos sectores y grupos sociales con la finalidad de contribuir a la búsqueda de soluciones a los problemas nacionales y prestar diversos servicios a la sociedad.

La Universidad es sensible a las exigencias y los cambios de la sociedad y los ha atendido desde su función académica, al formar docentes, investigadores y profesionales de alto nivel académico y compromiso social; al generar, trasmitir, aplicar y adaptar nuevos conocimientos; al difundir el conocimiento y las diversas expresiones de la cultura con la mayor amplitud posible, y al proyectar valores como la justicia y la equidad.

Sus tareas académica y cultural han sido y seguirán siendo un factor importante del fortalecimiento de la identidad nacional, de construcción de futuro, así como uno de los principales motores de la movilidad social. En esta institución se preparan muchos de los cuadros dirigentes del país en los ámbitos económico, cultural, científico y político.

La calidad de sus tareas académicas, su dimensión y cobertura, su vinculación con la realidad del país y su presencia nacional e internacional, hacen de la UNAM la institución de educación superior más importante de México y un referente importante para entender a la sociedad mexicana contemporánea.

EL CONTEXTO MUNDIAL

La internacionalización de la educación, el avance democrático en las diversas instancias políticas y culturales, el papel fundamental que ocupa el conocimiento como factor del desarrollo, el cambio en las condiciones laborales y de producción, la diversificación de las trayectorias profesionales en el contexto de la revolución tecnológica, así como el desarrollo acelerado de nuevos saberes y, en general, el cambio de las formas de pensar, son algunas de las transformaciones que hoy se viven en el mundo. Todas ellas se relacionan con las formas y las razones, los motivos y los objetivos de crear, asimilar, organizar y distribuir el conocimiento. Por ello, afectan necesariamente a las instituciones educativas, planteando nuevos desafíos y abriendo nuevas oportunidades.

5

A continuación se presentan algunos de los elementos característicos de este proceso de internacionalización de la educación:

• La tendencia a la universalización de los estudios de educación superior y la mayor articulación de los estudios de licenciatura con los de posgrado.

• La flexibilización del proceso educativo y la intensificación de la movilidad de académicos y alumnos y de los intercambios intra e interinstitucionales.

• La interdisciplina como innovación en las tareas universitarias.

• El desarrollo y la expansión de los servicios educativos a través del uso de las tecnologías más avanzadas.

• La homogeneización internacional tanto de los requisitos que establecen las instituciones universitarias para el ingreso y el egreso de los alumnos, como de los criterios de acreditación de las instituciones, los programas académicos y el profesorado.

• El incremento de programas con doble acreditación entre universidades e instituciones educativas pertenecientes a distintos países.

• La diversificación y el incremento de instituciones educativas privadas, nacionales y extranjeras.

Entre las tendencias mundiales destaca el proceso de liberalización del comercio de la educación superior, que vincula cada vez más la actividad educativa con los criterios de mercado, lo que supone un considerable riesgo de exclusión de amplios sectores sociales, sobre todo en países como el nuestro, así como de importantes áreas del conocimiento y de la cultura.

La UNAM ha proyectado sus acciones hacia un esquema de cooperación internacional, que se caracteriza por la articulación de las prácticas de intercambio internacional dentro de un espacio común; por el diseño de normas e instancias de coordinación para el logro de objetivos compartidos, y por trabajar en iniciativas de armonización curricular, certificación de alcance internacional y reconocimiento multilateral.

EL CONTEXTO NACIONAL

Una característica de la globalización y del modelo económico que se sustenta en el mercado es la redefinición del papel y de las competencias del Estado. En México, en el marco de la estrategia de modernización económica implantada como respuesta a la crisis de la década de los años ochenta, el Estado ha promovido una política que privilegia el mercado y la privatización de la economía, acotando sus responsabilidades sociales, además de abandonar su papel rector en la promoción de la industria nacional.

En este contexto, las políticas gubernamentales en materia de educación, especialmente la superior, han afectado las formas de gestión y financiamiento de las universidades, las normas de su vida académica y sus relaciones con la sociedad y con el propio Estado. En las dos últimas décadas, estas políticas públicas han influido, entre otros, en los siguientes aspectos:

• El bajo crecimiento de la matrícula de educación superior en las universidades públicas, especialmente en licenciatura, con el argumento de mejorar la calidad.

• El condicionamiento y la reducción del financiamiento a las universidades públicas, y la consecuente agudización de la competencia entre ellas por recursos públicos adicionales.

6

• El financiamiento de la educación superior basado en criterios cada vez más cercanos a la lógica del mercado.

• La valoración de la pertinencia y relevancia de la actividad universitaria básicamente en función de su capacidad de respuesta a las demandas inmediatas del mercado laboral.

• El énfasis en la evaluación basada en criterios predominantemente cuantitativos del desempeño de las instituciones, su personal académico, sus programas y sus alumnos, para el otorgamiento de recursos financieros.

• La deshomologación de los salarios del personal académico mediante estímulos económicos que inciden en el desempeño y en las características de la actividad y productividad de los académicos.

• La restricción de plazas con el argumento de mayores exigencias para incorporar personal académico.

LA UNAM FRENTE A LA SOCIEDAD MEXICANA

La UNAM ha sido y es conciencia crítica de la nación. Ha contribuido en la consolidación de valores de convivencia social, como la tolerancia, el reconocimiento de la pluralidad y de la diversidad étnica, la equidad de género, los derechos humanos, la conservación ambiental, la democracia, la justicia social y el respeto al Estado de Derecho, entre otros. Debe seguir siendo un ámbito fundamental en la defensa y transmisión de nuestra herencia histórica, en el análisis de las diversas visiones de futuro y en el diseño de las deseables para el país.

La Universidad tiene como objetivos impartir educación en los niveles de bachillerato, licenciatura, y posgrado; organizar y realizar investigación; difundir la cultura, y dar servicios a la sociedad, en el entendido de que el trabajo universitario ha de ser objetivo, autónomo, racional y libre. La UNAM se ha dado a la tarea de formar y educar estudiantes en las disciplinas fundamentales de la cultura: ciencias básicas, humanidades y artes, y prepararlos para su inserción en los sectores del ejercicio profesional. Sus egresados deben tener un alto nivel académico, espíritu crítico, compromiso social y de servicio. La Universidad inculca en sus estudiantes un sentido ético con responsabilidad social y conciencia histórica e identidad nacional.

Para fortalecer su carácter nacional, la institución debe desconcentrar sus labores e incrementar los vínculos con instituciones del interior del país, y ampliar su presencia en toda la nación por medio de múltiples campi, en los que se realice investigación, docencia, difusión y extensión de la cultura. La UNAM debe estar abierta a estudiantes de cualquier entidad federativa que cumplan con los requisitos académicos de ingreso y permanencia.

La UNAM debe enfrentar el proceso de internacionalización de la educación superior sin perder su carácter nacional, público y autónomo, y hacer frente a los aspectos más relevantes del cambio social en nuestro país que tienen incidencia de manera directa en el sector de la educación superior: las transformaciones de la población nacional, que ubican al grupo en edad universitaria como el de mayor crecimiento; los efectos sociales y culturales del acelerado proceso de globalización, y la creciente demanda de servicios educativos, derivada del proceso de urbanización y democratización de la vida política nacional.

Para responder a estos desafíos es necesario que la institución fortalezca las condiciones internas que le permitan desarrollar mejor sus funciones sustantivas.

7

En este contexto, la UNAM se encuentra ante el reto de realizar una reforma que la prepare para afrontar el presente y asegurar un buen futuro. Es pertinente pensar en reformas académicas, organizativas, de gestión y jurídicas para el fortalecimiento de las tareas institucionales, de su autonomía, su carácter público y nacional y de su función social.

La reforma de una institución como la UNAM debe apuntar a varios propósitos. Entre ellos, reafirmar los principios fundacionales, renovar o actualizar funciones y tareas, adecuarla a nuevos criterios y necesidades y colocarla en los mejores términos y condiciones frente al futuro. Un proceso de reforma universitaria implica necesariamente el conocimiento de las situaciones y los problemas que se presentan en la organización y el funcionamiento de la institución, así como el planteamiento y la discusión de las alternativas susceptibles de llevarse a la práctica.

En este caso, la descripción de la situación universitaria, el análisis de las problemáticas planteadas por la comunidad y el señalamiento de propuestas de solución, implican la afirmación de las siguientes premisas y referentes:

• La UNAM es el espacio educativo y cultural más importante del país. Ha sido y es una instancia clave para el desarrollo nacional y debe seguir siéndolo en el futuro.

• La UNAM debe responder a las múltiples expectativas y demandas de la sociedad y del Estado desde sus funciones específicas y su naturaleza académica.

• La Universidad debe ser financiada con recursos públicos y al mismo tiempo ejercer su responsabilidad social, que consiste en cumplir satisfactoriamente con los fines para los que ha sido creada.

• Es indispensable fortalecer el carácter público de la educación universitaria que imparte el Estado y establecer su gratuidad, lo cual es esencial para contrarrestar los efectos de exclusión social que la globalización y la nueva dinámica del mercado han acentuado en nuestro país.

• La Universidad fortalece su carácter nacional en la medida en que investiga y desarrolla la cultura del país desde una perspectiva universal, y en tanto contribuye a la búsqueda de soluciones a los problemas nacionales y a la creación y a la realización de un proyecto de nación.

• La Universidad debe mantener los principios de libertad de cátedra, de investigación y de difusión y extensión de la cultura.

• La Universidad ha sido y debe ser conciencia crítica de la nación, y está entre sus tareas la de contribuir a fortalecer la identidad nacional y a diseñar el futuro deseable para la sociedad mexicana.

• La autonomía de la UNAM implica no sólo la facultad de gobernarse y definir su organización, su estructura académica y administrativa, generar sus proyectos y definir sus programas, sino también la responsabilidad de garantizar y hacer más eficientes las labores que son propias de nuestra Universidad.

• La UNAM debe seguir promoviendo el desarrollo humanístico, científico, tecnológico y artístico, la investigación y la formación de profesionales de alto nivel, así como la creación, preservación, difusión y divulgación de la cultura en todas sus expresiones. Todo ello para fortalecer su vocación social al servicio de México.

• La reforma de la UNAM implica consolidar los esfuerzos que han mostrado ser fecundos, efectuar los cambios pertinentes, e introducir las innovaciones que resulten necesarias.

8

• El cambio institucional debe tener presente la complejidad, diversidad y heterogeneidad de la UNAM en todas sus funciones y componentes.

• El cumplimiento de los objetivos de la UNAM sólo se puede sustentar en los principios, el compromiso, la responsabilidad y las capacidades de todos los que la integran: académicos, estudiantes, egresados, trabajadores y autoridades.

9

2. La UNAM hoy

Para llevar a cabo sus tareas de docencia, investigación y difusión de la cultura, la UNAM se ha sustentado, desde 1945, en dos estructuras básicas: la estructura académica, integrada por tres subsistemas: docencia, investigación, y difusión y extensión, y la estructura de gobierno, constituida por las autoridades universitarias, tanto colegiadas como personales. Adicionalmente, se cuenta con servicios administrativos y técnicos de apoyo a las funciones académicas.

DOCENCIA

La UNAM ofrece educación en los niveles de bachillerato, técnico, licenciatura y posgrado.

En 2004, la matrícula total de la UNAM fue de 269,143 alumnos y el primer ingreso ascendió a 72,159 alumnos. La distribución de la población escolar fue la siguiente: 104,554 alumnos en bachillerato, 1,609 en nivel técnico, 143,405 en licenciatura y 18,987 en posgrado, además de 588 estudiantes del propedéutico de la Escuela Nacional de Música. La población escolar de licenciatura representó el 7.6% de la matrícula nacional en ese nivel educativo, y la de posgrado el 13.3% del total nacional en dicho nivel, en el mismo año, según datos de la ANUIES.

La planta académica de la UNAM dedicada a la docencia en 2004 estaba constituida por 30,922 académicos: 5,318 profesores de carrera, 19,917 profesores de asignatura, 3,574 ayudantes de profesor y 1,705 técnicos académicos en docencia. Los 408 académicos restantes son profesores visitantes y eméritos, y personal docente jubilado que sigue desarrollando actividades académicas. Adicionalmente, la mayoría de los investigadores universitarios participan en labores de docencia.

El bachillerato universitario se imparte en 14 planteles: nueve de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y cinco de la Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH). Estas entidades comparten principios y objetivos educativos, con concepciones pedagógicas y planes y programas de estudio diferentes entre sí. En el plantel 2, Erasmo Castellanos Quinto, de la Escuela Nacional Preparatoria se imparte iniciación universitaria, que corresponde a educación de nivel medio o secundaria.

El nivel técnico que imparte la UNAM incluye dos modalidades: el técnico profesional y el técnico. En el primero se imparten seis planes de estudios que ofrece la Escuela Nacional de Música, y el segundo comprende tres planes de estudios de técnico en enfermería impartidos por la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia, la FES Zaragoza y la FES Iztacala. Cabe señalar que en el caso de la ENEO los estudios se pueden realizar en sistema escolarizado y en modalidad abierta.

La UNAM imparte actualmente 74 carreras en el sistema escolarizado y cuenta con 118 planes de estudios distintos en esta misma modalidad, lo que implica que una misma carrera es impartida con planes diferentes de acuerdo con el enfoque de cada facultad o escuela que la ofrece. Estas licenciaturas tienen sede en 22 escuelas y facultades, un instituto y un centro de investigación.

Con el propósito de ampliar la oferta de carreras y responder a las nuevas demandas de profesiones, en 2003 se modificó el Estatuto General de la Universidad y se aprobó el Reglamento de las Licenciaturas en los campi universitarios foráneos, lo que, a su vez, fortaleció el proceso de descentralización de la Universidad.

En el posgrado se ofrecen 40 programas en los niveles de maestría y doctorado, y 133 especialidades organizadas en 17 programas. Los programas de posgrado son desarrollados conjuntamente por las 22 facultades y escuelas y 43 institutos y centros de investigación, con lo que se ofrecen a los alumnos mayores alternativas de formación, mediante un sistema tutoral

10

constituido por profesores e investigadores. La mayoría de estos programas de posgrado cumplen con estándares nacionales e internacionales. La matrícula de este nivel en 2004 fue de 18,987 alumnos: 9,085 en el nivel de especialización; 6,806 en el de maestría y 3,096 en el de doctorado. Esta última cifra representó el 27% de la población escolar de doctorado del país, en el mismo año.

En 2003 el egreso total de las aulas universitarias fue de 50,816 alumnos: 27,470 de licenciatura, 22,848 de bachillerato y 498 del nivel técnico. El número de alumnos titulados en licenciatura fue 15,570, en el nivel de especialización se otorgaron 2,315 diplomas, y 1,589 alumnos obtuvieron el grado de maestro o doctor.

El Sistema Universidad Abierta (SUA), que opera en ocho facultades y tres escuelas, ofrece 18 licenciaturas —entre ellas seis de las diez con mayor demanda en la UNAM—, tres especialidades y un nivel técnico. En 2004, la matrícula de estos programas fue de 8,434 alumnos: 7,603 de licenciatura, 717 de nivel técnico y 114 de especialidades.

La educación continua destaca por la diversidad, calidad y pertinencia social de la oferta educativa, por la experiencia y reconocimiento de los ponentes e instructores y por el tamaño de la población atendida. En 2004, los 48 centros de educación continua beneficiaron a más de 240 mil personas mediante más de 19 mil actividades académicas, entre las cuales destacan los cursos de actualización, innovación educativa y capacitación; conferencias, seminarios, talleres y diplomados en las áreas científica, tecnológica, humanística y social.

La UNAM ha incursionado en la educación a distancia a través de la radio, la televisión, el video y las tecnologías de la información y comunicación. Actualmente existen cinco facultades y una escuela nacional que ofrecen o están desarrollando materiales, asignaturas o cursos relativos al SUA a través de Internet. En agosto de 2003 inició operaciones el Centro de Alta Tecnología de Educación a Distancia, CATED, ubicado en Tlaxcala, donde se imparten cinco licenciaturas en las modalidades abierta y a distancia.

Para apoyar el trabajo académico de sus alumnos, la UNAM ha integrado una amplia red de bibliotecas, constituida en 2004 por 138 bibliotecas que atesoran cerca de dos millones de títulos de libros, con más de cinco millones de volúmenes y 13,300 títulos de revistas periódicas. A este acervo bibliográfico se agrega el de la Biblioteca Nacional, bajo custodia de la UNAM, que ascendió a 611,841 títulos y un millón 216,841 volúmenes, en el mismo año.

El sistema incorporado, que se inició formalmente en 1933, está integrado por 371 planteles ubicados en 23 estados de la república y en el Distrito Federal, casi doce mil profesores y más de cien mil alumnos.

En 2004, la UNAM mantuvo 206 convenios académicos con instituciones de educación superior, el gobierno federal, gobiernos estatales y organismos públicos y privados del país, y 355 convenios con instituciones de educación superior de 51 diferentes países y con diversos organismos internacionales. En el ámbito nacional destaca el convenio firmado con ocho universidades del país para crear el Espacio Común de Educación Superior, que beneficiará a más de medio millón de estudiantes al establecer el reconocimiento mutuo de créditos y permitirles movilidad entre las instituciones firmantes, tanto en licenciatura como en posgrado.

En el ámbito internacional es relevante señalar el acuerdo marco entre veinte instituciones educativas integrantes de la Red de Macrouniversidades Públicas de América Latina y el Caribe, mediante el cual sus alumnos de posgrado podrán cursar parte de sus estudios en cualquiera de estas universidades.

11

INVESTIGACIÓN

En la UNAM labora una tercera parte de los miembros del Sistema Nacional de Investigadores. La estructura formal de investigación está organizada en dos áreas, la científica y la humanística. El Subsistema de Investigación Científica está integrado por 18 institutos y 10 centros, en los cuales laboran 1,436 investigadores y 1,066 técnicos académicos. El Subsistema de Humanidades está conformado por nueve institutos y seis centros, en los que laboran 726 investigadores y 419 técnicos académicos, según datos de 2004. Adicionalmente existen instancias denominadas programas universitarios —cinco del área científica y dos de la humanística— en las que se realiza investigación con un enfoque interdisciplinario, dirigida específicamente a contribuir en la solución de problemáticas específicas, locales o nacionales. Con esta perspectiva fue integrado al área de investigación humanística el nuevo programa Sociedad y Cultura: México Siglo XXI.

Los académicos de las facultades y escuelas también realizan investigación, la cual se ha venido incrementando en años recientes y actualmente representa casi la mitad de todos los proyectos de investigación que se desarrollan en la Universidad. En 2004 se llevaron a cabo 8,712 proyectos de investigación, de los cuales 4,036 corresponden a las facultades y escuelas.

Los resultados de la investigación científica y humanística que se hace en la UNAM se tradujeron en 3,700 artículos publicados durante 2004: 2,702 en revistas extranjeras y 998 en revistas nacionales, así como en 420 libros y 1,194 capítulos de libros. Los trabajos de la investigación universitaria obtuvieron 610 premios y reconocimientos en ese año. Por otro lado, la labor de investigación ha permitido a la UNAM contar con 126 patentes, nacionales e internacionales, y con 912 marcas registradas hasta 2003.

Fuera del Distrito Federal, la UNAM cuenta con cuatro campi foráneos, ubicados en Baja California, Michoacán, Querétaro y Morelos, y dos unidades académicas en Yucatán. Estas entidades reúnen diversos institutos y centros y combinan la investigación con la docencia de posgrado. La institución realiza diversas labores de investigación en 21 estados más, a través de institutos, centros, unidades académicas y estaciones. Estas últimas suman actualmente 36 estaciones sismológicas y 16 mareográficas, en todo el país. La UNAM también cuenta con dos buques para la investigación oceanográfica, El Puma y Justo Sierra, y dos estaciones del Observatorio Astronómico Nacional en el interior del país.

DIFUSIÓN Y EXTENSIÓN DE LA CULTURA

La extensión y la difusión del conocimiento y de la cultura se realizan en la UNAM a través de cinco vertientes.

La primera es el subsistema de la Coordinación de Difusión Cultural, integrado por cuatro direcciones generales artísticas (Actividades cinematográficas, Artes visuales, Música y Publicaciones y fomento editorial) y dos del ámbito de la comunicación (Radio UNAM y TV UNAM); tres direcciones de área (Teatro, Danza y Literatura), dos centros de extensión (el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y el Centro Universitario de Teatro) y dos de difusión (la Casa del Lago y el Museo Universitario del Chopo).

La Coordinación ofrece anualmente alrededor de 10,000 actividades de música, teatro, danza y cine, así como exposiciones, visitas guiadas, conferencias, presentaciones de libros, talleres y coloquios, las que suman aproximadamente un millón 300 mil asistentes, entre universitarios y público en general. Gran parte de estas actividades se realizan en las instalaciones del Centro Cultural Universitario, en Ciudad Universitaria, donde se encuentran la sala Netzhualcoyotl, para conciertos, la Miguel Covarrubias para danza, la Carlos Chávez para música de cámara, el teatro Juan Ruiz de Alarcón y el foro Sor Juana Inés de la Cruz, y las salas Julio Bracho y José

12

Revueltas, dedicadas a las proyecciones cinematográficas. Asimismo, la UNAM cuenta con el teatro Santa Catarina y el edificio de San Ildefonso para exposiciones de artes plásticas, conciertos y espectáculos de teatro y danza.

La segunda vertiente corresponde a las actividades de difusión del conocimiento, llevadas a cabo por la Dirección General de Divulgación de la Ciencia y la Dirección de Divulgación de las Humanidades y de las Ciencias Sociales. La primera tiene a su cargo dos museos que permiten a niños y adultos acercarse a la ciencia y la tecnología: Universum - Museo de la Ciencia y el Museo de la Luz, y la segunda cuenta con la Casa de las Humanidades y la Casa Universitaria del Libro.

La tercera vertiente de extensión y difusión de la cultura está a cargo de centros de extensión, como el Centro de Enseñanza de Lenguas Extranjeras (CELE) y el Centro de Enseñanza para Extranjeros (CEPE). El primero enseña 15 idiomas en cursos que se imparten principalmente en sus instalaciones de Ciudad Universitaria y en cinco sedes externas ubicadas en diversas delegaciones del Distrito Federal, con una cobertura de 13,681 inscripciones en 2004. En este ámbito también cabe mencionarse la labor que realizan los Centros de idiomas de las Facultades de Estudios Superiores de Acatlán, Aragón, Cuautitlán, Iztacala y Zaragoza. Entre ellos destaca el de Acatlán, que impartió 14 idiomas y atendió a un total de 18,857 personas inscritas en 2004.

El CEPE tiene sedes en la ciudad de México; en Taxco, Guerrero; en San Antonio, Texas, en Chicago, Illinois, y en Los Ángeles, California, estas últimas en Estados Unidos, y en Gatineau, Québec, Canadá. Los centros en el extranjero tienen el propósito de difundir el conocimiento del español y la cultura mexicana, así como promover la presencia de la UNAM en el ámbito internacional.

La cuarta vertiente de la difusión y extensión de la cultura tiene particular importancia, ya que se lleva a cabo en el lugar mismo en que se encuentran los alumnos, esto es, en las instalaciones de las facultades, escuelas, unidades multidisciplinarias, institutos y centros. Las actividades culturales organizadas por las propias entidades académicas son numerosas y variadas: música, artes visuales, cine, teatro, danza, etc. En muchas ocasiones se realizan con el apoyo y la colaboración de la Dirección General de Atención a la Comunidad Universitaria. Entre las instalaciones con que cuentan las entidades académicas para este tipo de actividades destacan el teatro Carlos Lazo, de la Facultad de Arquitectura, el Museo de Geología del Instituto de Geología y el Jardín Botánico, que depende del Instituto de Ecología.

Finalmente, la UNAM realiza diversas actividades de extensión para la población en general, con las que retribuye a la sociedad mexicana su apoyo. Entre éstas destacan: cursos y talleres de diversa índole; bibliotecas, bufetes jurídicos, centros de apoyo psicológico, librerías, espacios deportivos y publicaciones; servicios odontológicos y de referencia médica en más de 40 clínicas ubicadas, principalmente, en el Distrito Federal y la zona conurbada con el Estado de México; cursos de cómputo e informática en diferentes sedes universitarias en la zona metropolitana, y asesoría y apoyo a los productores agropecuarios en ocho centros de docencia, investigación y extensión, ubicados en diferentes entidades.

La UNAM opera y administra instituciones fundamentales para el país, como la Biblioteca y la Hemeroteca nacionales, el Observatorio Nacional, la Red Sismológica Nacional y la Red Mareográfica Nacional; resguarda muchas de las colecciones nacionales que dan cuenta de la biodiversidad de este país, además de conservar y dar utilidad a edificios históricos convertidos en museos, centros educacionales y espacios de cultura y reflexión.

La UNAM, a través de la Dirección General de Actividades Deportivas y Recreativas, ofrece a sus alumnos, académicos y trabajadores la posibilidad de realizar una amplia gama de deportes y

13

actividades recreativas. Las actividades deportivas y recreativas se realizan en cuatro áreas: Deporte competitivo, que implica los programas y acciones del deporte representativo de la UNAM en las diferentes competencias oficiales, e incluye 45 disciplinas; Deporte formativo y recreación, que consiste en la organización y promoción de torneos deportivos y actividades recreativas en la Universidad; Medicina del Deporte, en la cual se ofrecen diversos servicios médicos a los equipos representativos de la institución y a la población universitaria en general, y Desarrollo académico, cuyo propósito es extender la cultura física a través de cursos, diplomados y seminarios.

ESTRUCTURA Y GOBIERNO

Las autoridades universitarias establecidas en la Ley Orgánica de la UNAM son la Junta de Gobierno, el Consejo Universitario, el Rector, el Patronato, los directores de facultades, escuelas e institutos, los consejos técnicos de facultades y escuelas, así como el de Humanidades y el de la Investigación Científica.

La Junta de Gobierno está constituida por 15 universitarios distinguidos en los distintos campos del saber, designados por el Consejo Universitario o por la propia Junta. Su función es nombrar o remover, por causas graves, al rector, a los directores de facultades, escuelas e institutos, y a los miembros del Patronato Universitario, y resolver conflictos entre las autoridades.

El Consejo Universitario, el máximo órgano colegiado de autoridad, es responsable de expedir las normas y disposiciones generales necesarias para la organización y el funcionamiento de la Universidad. Está integrado por 52 consejeros ex oficio (el rector y los directores de facultades, escuelas e institutos) y por 85 representantes de los académicos, estudiantes y trabajadores administrativo, cada uno de los cuales tiene un suplente. En total son 222 consejeros.

El Patronato Universitario tiene entre sus atribuciones las de administrar el patrimonio universitario y sus recursos ordinarios y extraordinarios; formular el presupuesto general anual de ingresos y egresos, y coordinar la Tesorería, la Contraloría y la Dirección General de Presupuesto. Estas atribuciones hacen que el Patronato sea el responsable último, ante la sociedad, de la administración de los recursos de la institución.

Existen cuatro consejos académicos de área que tienen como objetivos fortalecer las tareas sustantivas de la Universidad y promover la articulación entre sus diversos niveles, disciplinas y funciones académicas. Éstos corresponden a las áreas de las Ciencias Físico Matemáticas y las Ingenierías, las Ciencias Biológicas y de la Salud, las Ciencias Sociales y las Humanidades y las Artes. Estos órganos colegiados integran a las facultades, las escuelas, los institutos y los centros de sus respectivas áreas.

El Consejo Académico del Bachillerato, además de fortalecer las tareas sustantivas de este nivel, tiene la función de articular las actividades académicas de la Escuela Nacional Preparatoria con las de la Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanidades, así como las de éstas con los consejos académicos de área y las entidades que los conforman.

Cada facultad y escuela cuenta con un consejo técnico. Los institutos y centros de investigación tienen consejos internos que están supeditados a los consejos técnicos de Humanidades y de la Investigación Científica.

ADMINISTRACIÓN Y FINANCIAMIENTO

La administración central de la Universidad está conformada por la Secretaría General, la Secretaría Administrativa, la Secretaría de Desarrollo Institucional, la Secretaría de Servicios a la

14

Comunidad Universitaria, la Oficina del Abogado General, la Dirección General de Comunicación Social y la Dirección General de Colaboración Interinstitucional. Esta estructura organiza y sustenta el apoyo administrativo y técnico a las tareas académicas de la institución, y atiende las necesidades y los requerimientos de la comunidad universitaria.

Las actividades administrativas y académico-administrativas son desempeñadas por aproximadamente 23,000 trabajadores administrativos de base y 3,500 empleados de confianza.

El presupuesto de la UNAM está integrado por el subsidio federal y los ingresos propios y extraordinarios que la institución obtiene de manera directa. Es elaborado por el Patronato Universitario y se ajusta a lo previsto en la Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público.

La distribución del presupuesto universitario por funciones ha mantenido la misma estructura en los últimos años: 60% al sector de la docencia, 25% al sector de la investigación, 8% al sector de la difusión cultural y extensión universitaria, y 7% a tareas de gestión institucional.

Según los objetos de gasto, más de tres cuartas partes del presupuesto universitario (79.4%) se destinan a salarios, prestaciones, remuneraciones y estímulos del personal académico y administrativo; la operación y mantenimiento ocupa el 9.3%; los programas de colaboración académica absorben 7.2%, y la inversión en equipo, mobiliario y construcción, el 4.1%.

15

3. Retos y propuestas3.1 LAS FUNCIONES SUSTANTIVAS

3.1.1 Personal académicoLa institución debe impulsar las acciones que conduzcan a mejorar la trayectoria y el desempeño de sus académicos. La formación, actualización y superación del personal académico debe ser una prioridad de la institución. Para ello es necesario coordinar e incrementar los diversos programas existentes de apoyo para la formación pedagógica, la actualización disciplinaria, la obtención de títulos y los estudios de posgrado, y el manejo de idiomas, la informática y las nuevas tecnologías. Debe lograrse que estos programas respondan más eficientemente a las necesidades y demandas reales del ejercicio de la actividad docente.

En cuanto a la carrera académica, se debe reforzar la importancia de la promoción, revisar los requisitos académicos y de temporalidad establecidos en el Estatuto del Personal Académico, así como los derechos del personal académico, y promover su aplicación correcta y oportuna por parte de las autoridades unipersonales y cuerpos colegiados correspondientes.

Se requiere mejorar los mecanismos existentes para lograr una mayor integración e interacción del personal académico de las escuelas, facultades, institutos y centros, entre los que se encuentran los cambios de adscripción temporales y definitivos, mismos que son percibidos como poco accesibles o poco ágiles.

Es preciso revisar las condiciones laborales del personal académico, así como los diferentes programas de estímulos, para restituirles su carácter de retribución extraordinaria al desempeño de los académicos y evitar que, como hasta ahora, sean sustitutos del aumento de salarios.

Es evidente la necesidad de establecer políticas generales y locales que permitan resolver el problema complejo de la renovación de la planta académica. Es necesario, por un lado, atraer a un mayor número de jóvenes para que se integren a la academia y, por el otro, resolver el hecho de que los montos de las pensiones son insuficientes para satisfacer las necesidades de vida de los académicos que quisieran optar por la jubilación. Debe diseñarse una política institucional de retiro y jubilación, paralelamente a otra de apertura de plazas.

Se requiere una política institucional para crear y consolidar un sistema tutoral y de asesoría en todos los niveles educativos, estableciendo las condiciones que permitan a los académicos su adecuado cumplimiento.

Es preciso establecer políticas y mecanismos que fomenten el sentido de pertenencia y el compromiso institucional de los profesores, que estimulen la integración y cohesión entre ellos, y promuevan el trabajo colegiado. Se requiere consolidar las comunidades académicas y los cuerpos colegiados que permitan la participación del personal.

Es pertinente revisar la situación general de los profesores de asignatura y establecer estrategias que permitan mejorar sus condiciones laborales en términos de remuneración y estabilidad, ampliar la cobertura de los programas de estímulos y facilitar la participación en los concursos de promoción y definitividad.

Es de fundamental importancia la reforma del Estatuto del Personal Académico que está en proceso. Algunas propuestas al respecto son:

• Revisar y, en su caso, adecuar los perfiles de las figuras que integran el personal académico.

• Reconocer y valorar adecuadamente la diversidad de trayectorias académico-personales.

16

• Precisar y actualizar los requisitos, funciones, derechos y obligaciones del personal académico, así como los criterios y mecanismos de evaluación y contratación de cada una de las figuras y niveles.

• Revisar y, en su caso, definir de manera precisa las figuras de profesor y de investigador, y estudiar, entre otras, la posibilidad de establecer la figura de profesor-investigador.

• Definir el perfil de los técnicos académicos como personal académico de carrera, precisar sus funciones y derechos, y revisar los requisitos para su promoción académica.

• Revisar y precisar el sentido de la figura de profesor de asignatura y, en su caso, adecuarla a las necesidades y características de la docencia en los diferentes niveles educativos y áreas del conocimiento.

• Revalorar las figuras de ayudante de investigador y de profesor.

• Revisar los criterios y procedimientos de evaluación de manera que se valoren en su justa dimensión las tareas relacionadas con la docencia, la extensión, la difusión de la cultura y la divulgación de la ciencia, así como la participación en órganos colegiados y las labores académico-administrativas.

• Definir de manera precisa las actividades de tutoría y asesoría docentes, para cada figura académica, nivel de enseñanza y sistema escolar.

• Incorporar en el EPA los lineamientos de los programas de estímulos.

3.1.2 DocenciaAspectos generalesLa Universidad debe mantener el énfasis en la formación de egresados con un alto nivel académico, compromiso social, convicción ética, sentido de equidad, solidaridad y justicia, con espíritu crítico y de servicio, con capacidad para crear e innovar, y la preparación y calificación necesaria para desarrollarse en su profesión y ser útiles a la sociedad.

Diversos aspectos de la sociedad actual, entre los que destacan los cambios en los mercados de trabajo, los avances en el conocimiento, la rapidez de los desarrollos tecnológicos y la transformación de los saberes y de las prácticas de las disciplinas universitarias, plantean la necesidad de una constante actualización tanto de los académicos como de los planes y programas de estudios. A esto se agrega la necesidad de los profesionales y de la población en general de actualizar sus conocimientos y prácticas disciplinarias, así como de especializarse o formarse en áreas distintas o nuevas.

Todo lo anterior hace necesario que la UNAM revise, de manera permanente, tanto la formación que ofrece a sus alumnos, como la manera en que lo hace, y que fomente medidas que propicien una vinculación más efectiva de sus programas académicos con los problemas del país; una de estas medidas sería impulsar decididamente las actividades multi e interdisciplinarias. Esto le permitirá percibir los cambios y adoptar las medidas académicas pertinentes para favorecer la inserción de los egresados en el ámbito profesional, sin detrimento de sus cualidades de universitarios de alto nivel académico, críticos y con compromiso social.

Se requiere fomentar medidas que permitan vincular de manera efectiva a la institución y a sus egresados con los distintos sectores productivos y de servicios, tanto públicos como privados, así

17

como incluir o fortalecer en sus programas educativos la formación profesionalizante que permita a la institución y a sus egresados competir de manera exitosa.

El proceso de internacionalización de la educación superior también representa un reto para esta Universidad Nacional. Una de las características de este proceso es la adopción de un esquema que articule los estudios profesionales con los de posgrado, así como un sistema común de créditos académicos. Este fenómeno debe considerarse al revisar los planes de estudio que ofrece nuestra institución.

Es imperativo fortalecer y consolidar la articulación entre los distintos niveles de educación que la UNAM imparte: bachillerato, licenciatura y posgrado, con el fin de alcanzar una vinculación idónea. Para ello se requiere revisar las carreras y los planes de estudios. Estos últimos representan uno de los principales retos para la reforma universitaria: deben ser más flexibles e integrar la docencia con la investigación. Se requiere un papel más activo de los estudiantes, una mejor participación de los actores educativos y una organización académica más ágil.

Es necesario un esfuerzo institucional para mejorar y mantener la infraestructura física donde se realiza la actividad docente.

AlumnosAnte la heterogeneidad de la población escolar, sobre todo en términos de edades, es necesario contar con programas de seguimiento de los estudiantes y con personal especializado en cada nivel para atender los problemas y las dificultades escolares y de aprendizaje, así como considerar las diversas maneras de aprender y las características de cada grupo de edad en la revisión y adecuación de los planes de estudio.

La UNAM requiere de una política académica integral, que permita elevar la calidad de la formación que ofrece, aumentar la eficiencia terminal y reducir el abandono de los estudios. Esta política debe incluir, entre otros, los siguientes aspectos:

• Lograr una mayor calidad e integración de los estudios de bachillerato, licenciatura, especialidades y posgrado.

• Desarrollar un sistema tutoral en el bachillerato y la licenciatura, que permita dar una atención adicional a los alumnos en los diversos ámbitos escolares.

• Establecer en las entidades académicas y en los diversos ciclos educativos mecanismos permanentes de seguimiento y estudio de las trayectorias escolares de los alumnos.

• Propiciar el uso de métodos educativos innovadores, servicios tutorales y de asesoría formativa —personal o grupal— y nuevas tecnologías y herramientas didácticas para atender a todos los estudiantes, de cualquier nivel educativo.

• Definir una política institucional frente a los resultados del examen diagnóstico, que puede incluir la formalización y ampliación de cursos remediales, propedéuticos y los llamados “semestres cero”, con el fin de elevar el nivel de formación de los estudiantes en todas las entidades docentes.

• Ampliar, reforzar y, en su caso, modificar los programas de becas a los alumnos de escasos recursos económicos y a los de buen desempeño académico, en todos los niveles de docencia, para propiciar las condiciones de un mejor desempeño del alumno.

• Elevar la calidad y ampliar la cobertura de la orientación educativa.

18

• Establecer mecanismos académicos que permitan tanto conocer el grado de pertinencia social de la formación que proporciona la Universidad, como prever y responder oportunamente a las necesidades sociales y a los requerimientos del desarrollo sostenido del país.

• Revisar y en su caso redefinir el estatus académico de los estudiantes de los centros de extensión.

• Prestar especial atención a los alumnos que trabajan y que no están en condiciones de dedicar tiempo completo a sus estudios, y explorar la posibilidad de considerarlos como alumnos regulares.

• Estudiar la posibilidad y conveniencia de establecer un Estatuto de los estudiantes, que defina y precise sus derechos y obligaciones.

Planes de estudiosEl desarrollo del conocimiento, los cambios en el desempeño profesional, la determinación de nuevas habilidades y competencias, los acelerados cambios tecnológicos y las transformaciones del mercado laboral obligan a establecer mecanismos más ágiles y eficientes para la aprobación y modificación de los planes de estudios, manteniendo siempre la calidad y el rigor académicos.

El perfil del egresado de cada nivel educativo debe constituir el marco de referencia para estructurar los planes de estudio, organizar el proceso y los periodos de formación, y evaluar la calidad académica y la pertinencia social de la educación universitaria. En este marco, la Universidad debe responder de manera oportuna y eficiente a las demandas que presentan las nuevas disciplinas, a los cambios del ejercicio profesional y a las nuevas necesidades de la sociedad, lo cual requiere que la normatividad sobre planes y programas de estudio sea revisada periódicamente.

Los planes de estudio requieren una mayor flexibilidad en la apertura de opciones para acreditar asignaturas de otros programas e instituciones, propiciando con esto la inter y multidisciplinariedad. Debe considerarse la posibilidad de establecer explícitamente la figura del alumno de medio tiempo, así como la organización curricular, los criterios y las normas al respecto.

Las reformas curriculares deben complementarse y reforzarse con programas específicos de formación y actualización de los profesores, con el propósito de innovar y mejorar la calidad de las prácticas y los procesos educativos e incorporar nuevos métodos de enseñanza-aprendizaje y tecnologías de comunicación e información.

Los planes de estudio de bachillerato y licenciatura deben incluir, como parte de una formación integral, el aprendizaje de idiomas y de nuevas tecnologías de computación.

BachilleratoLa reforma del bachillerato de la UNAM no puede ni debe realizarse al margen de una reflexión sobre el papel del bachillerato en su dimensión nacional, sobre su concepción y fines en la sociedad actual, así como sobre la congruencia que deben guardar los programas y planes de estudio, especialmente vistos en relación con la licenciatura. Éste es un aspecto ineludible, sobre todo si se piensa en el papel que la UNAM desempeña en dicho ámbito, tanto a través del Sistema Incorporado, como en su función de certificadora de los estudios de aquellos alumnos que, habiendo cursado el bachillerato en otras instituciones, ingresan a su ciclo de licenciatura.

19

Es necesario fortalecer el papel propedéutico del bachillerato universitario para que sus egresados prosigan sus estudios en el nivel inmediato superior. Paralelamente, la UNAM debe revisar y valorar el papel de las salidas intermedias en este nivel, mediante las llamadas opciones técnicas, para aquellos alumnos que no puedan continuar con sus estudios.

Es indispensable que la reforma en este nivel educativo se mueva en un marco de estrecha vinculación con la licenciatura y el posgrado.

Los cambios que se impulsen en este ciclo han de buscar que la labor de los profesores atienda directamente las áreas prioritarias del aprendizaje y que constituya un apoyo comprometido con la incorporación plena del alumno a la vida universitaria.

De especial interés resulta la necesidad de efectuar un análisis de los resultados de la más reciente reforma de los planes de estudio, que incluya la revisión de aspectos como la organización terminal por áreas, las estrategias de enseñanza y los mecanismos de evaluación del aprendizaje.

Es necesario desarrollar proyectos de investigación educativa que contribuyan tanto a orientar la reforma del bachillerato como a impulsar mecanismos que aseguren la consecución de las metas propias de este nivel educativo.

El crecimiento esperado de la demanda de educación media superior en el país para las próximas décadas hace necesario que la UNAM considere las opciones que se apoyen en las tecnologías actualmente disponibles, como son los sistemas abiertos y a distancia.

Es preciso establecer una estrategia institucional para que, en un plazo relativamente corto, se solucionen los problemas laborales de los profesores de asignatura, y se eleven sus niveles de formación y preparación. En este sentido, deberá recurrirse a mecanismos que consideren a los profesores existentes para la atención de grupos vacantes y evitar el uso inadecuado del artículo 51.

LicenciaturaLa Universidad debe preservar, fortalecer y ampliar los estudios de licenciatura en todas las áreas del conocimiento, especialmente en las que no cubren otras instituciones de educación superior en México, e impulsar la creación y consolidación de nuevas áreas académicas indispensables para el desarrollo científico, social y humanístico. Asimismo, es necesario mantener el elevado nivel académico, el rigor y la disciplina intelectual que requieren los estudios de licenciatura.

Es ineludible revisar y actualizar los planes de estudio de este ciclo, su contenido y duración, así como su correspondencia con el bachillerato y su articulación con los estudios de posgrado. Para ello resulta ineludible revisar el concepto de crédito académico y el número mínimo y máximo de créditos que deben cubrirse en los planes de licenciatura. También debe analizarse la posibilidad de establecer salidas intermedias en algunas carreras, con sus correspondientes mecanismos de acreditación y cambios en la estructura de los planes de estudio.

La creación de nuevas carreras debe considerarse un factor prioritario en el desarrollo de nuevos campos multi e interdisciplinarios, no solamente en la investigación, sino de manera específica en la formación de profesionales con esas características.

Es necesario revisar y promover en todas las carreras que imparte la UNAM mecanismos de titulación más diversos y ágiles, que atiendan el problema de la baja titulación en este nivel de estudios, sin mengua de la calidad y el nivel académico.

20

Por la naturaleza pública y gratuita de su enseñanza, la UNAM debe formar profesionistas que realicen su servicio social y su práctica profesional con un sentido de solidaridad y compromiso con el país.

Es recomendable la adopción y el desarrollo de nuevas técnicas, modalidades y metodologías de enseñanza aprendizaje, como parte de un plan sistemático de formación y actualización de la práctica docente.

PosgradoLos estudios de posgrado han de seguir siendo una actividad prioritaria de la UNAM, ya que contribuyen a fortalecer la investigación científica, social y humanística, y a elevar el nivel educativo del país. La Universidad Nacional debe mantener e incrementar su participación en el diseño de políticas para el posgrado en el país.

La UNAM debe incrementar su oferta educativa, sin menoscabo del nivel académico en todos sus programas, de manera que refleje la diversidad de los campos de conocimiento que existe actualmente. El posgrado de la UNAM debe mantener el más alto nivel académico para que sus egresados respondan a las necesidades de desarrollo nacional y a las demandas de la sociedad moderna con el potencial innovador de la actividad científica y humanística en general.

En el desarrollo del posgrado, y especialmente en el diseño de sus programas, es deseable armonizar los intereses vocacionales y profesionales de los académicos y de los estudiantes con la atención a las necesidades sociales, económicas y culturales del país.

Con el fin de propiciar el aumento de la matrícula, es necesario el análisis de la organización curricular y de la operación y promoción de los programas de posgrado. También deben incrementarse los programas que comparte la UNAM con otras instituciones, nacionales y extranjeras, cuidando siempre la calidad y pertinencia social de éstos.

Es igualmente necesario realizar un esfuerzo sostenido para apoyar al posgrado, no solamente en el rubro académico sino también en el financiero. Se requieren aportaciones del sector privado, pero también de la sociedad, a través de programas del gobierno.

Sin afectar la calidad académica que deben tener los estudios de posgrado, es recomendable propiciar el aumento de la eficiencia terminal y de la obtención del grado.

Es necesario evaluar periódicamente el funcionamiento de los programas y planes de estudio del posgrado. Un paso importante en este sentido es la actual revisión del Reglamento General de Estudios de Posgrado (RGEP).

Educación continuaLa UNAM debe fortalecer las acciones institucionales que le permiten ofrecer educación durante toda la vida, a través de actividades de actualización profesional, capacitación y educación permanente.

Es necesario que la educación continua esté reconocida, definida y normada en la legislación universitaria. Se requiere crear una normatividad que defina la educación continua, establezca los criterios y lineamientos que regulen su organización y funcionamiento, y garantice la calidad de sus actividades. Conjuntamente, deben establecerse sistemas de evaluación que permitan a las entidades académicas mantener y elevar la calidad y oportunidad de las actividades de educación continua.

21

La educación continua de la Universidad Nacional debe obedecer a una estrategia sistemáticamente planeada para atender las necesidades presentes y futuras de la sociedad, dada la evolución constante del conocimiento y la cambiante situación del mercado laboral, por lo cual debe ser flexible, innovadora y de vanguardia. Deberá asimismo promoverse y fomentarse la organización de actividades con enfoques multi e interdisciplinarios y con la participación de diversas entidades e instituciones.

La institución debe incrementar su oferta de educación continua y responder con calidad académica y pertinencia social a las necesidades de formación y actualización de los egresados universitarios y de la población en general, mediante las modalidades de enseñanza presencial, semipresencial y no presencial. Para ello es necesario que las entidades académicas fortalezcan sus vínculos con los colegios profesionales y otras organizaciones gremiales.

Es necesario hacer un mayor uso de las herramientas de la educación a distancia, lo que permitiría a las entidades de la UNAM ampliar su cobertura y tener una mayor presencia en sus respectivas áreas del conocimiento y profesionales.

Sistema Universidad Abierta y educación a distanciaSe debe analizar la forma idónea de organizar y operar el Sistema Universidad Abierta y la educación a distancia, con el propósito de contribuir a dar respuesta a la creciente demanda de acceso al conocimiento y a los estudios de bachillerato, licenciatura y posgrado, aprovechando de mejor manera los recursos tecnológicos y el potencial académico con que cuenta la institución. Las modalidades abierta y a distancia ofrecen también la posibilidad de ampliar la oferta de carreras de la Universidad y extender su cobertura a todo el país y al extranjero.

Es necesario revisar la normatividad vigente de la administración escolar para la enseñanza abierta y la educación a distancia, y establecer sistemas de organización académica específicos para estas modalidades. La administración escolar debe agilizarse, de modo que los alumnos no se vean obligados a desplazarse a las dependencias universitarias para realizar algunos trámites.

La Universidad debe revisar y redefinir los objetivos, estructura, organización, reglamentación y alcances del Sistema Universidad Abierta y de la educación a distancia, particularmente los criterios y requisitos de admisión.

Deben revisarse los planes de estudio de las carreras que se ofrecen en el SUA, con el propósito de proporcionar mayor flexibilidad a los alumnos, tanto en términos de tiempo como de carga académica, dada las características de la población a la que se dirige este sistema.

Es necesario revisar la situación del personal docente dedicado a las modalidades abierta y a distancia. También debe fomentarse la formación, capacitación y actualización permanente de profesores para estas modalidades.

Estas modalidades deben ampliarse al bachillerato y a los estudios de posgrado, ya que su desarrollo se ha dado básicamente en el nivel de licenciatura.

La UNAM debe permanecer a la vanguardia en el uso de nuevas tecnologías para la generación y transmisión del conocimiento. Es necesario revisar y adecuar la vinculación de la educación a distancia con el sistema escolarizado, con la finalidad de que los alumnos de este sistema tengan acceso, por ejemplo, a las teleconferencias, a la educación virtual y, en general, a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

El SUA debe aprovechar la existencia de programas académicos y de servicio, como la red integral de telecomunicación de la UNAM, las actividades de la Dirección General de Servicios

22

de Cómputo Académico, los servicios educativos en Red UNAM, Radio UNAM, TV UNAM y demás para difundir sus posibilidades entre los estudiantes y los aspirantes.

Específicamente en cuanto a la educación a distancia, el principal reto para la UNAM es establecer la normatividad, las políticas y los mecanismos que permitan desarrollar esta modalidad educativa y aprovechar los beneficios que brinda: ampliar la cobertura, proporcionar acceso al conocimiento a personas que no pueden participar del sistema presencial, ofrecer mayor y mejor apoyo a los alumnos.

Es necesario conjuntar y coordinar los esfuerzos y las iniciativas de educación a distancia llevadas a cabo por las entidades y promover su realización en las que todavía no lo hacen.

El uso educativo de las nuevas tecnologías de información y comunicación debe dar pie a la reflexión sobre el acceso real al conocimiento y el papel de los docentes y los estudiantes en el proceso educativo. Otros temas de reflexión y análisis en la educación a distancia son los problemas éticos, como la responsabilidad de evaluar y las maneras de probar que el estudiante ha adquirido los conocimientos deseados.

3.1.3 InvestigaciónLa investigación debe seguir siendo una actividad fundamental e indispensable para la vida de la Universidad. Tanto la que se hace en ciencia pura como en ciencia aplicada o en desarrollo tecnológico, la que se hace en humanidades o en artes como en las disciplinas sociales, la interdisciplinaria como la multidisciplinaria tienen un elemento central, que es el de involucrar estudiantes. Esto hace que la investigación en la Universidad tenga un gran valor educativo, además de estar enfocada al incremento del conocimiento humano y al mejor entendimiento de los fenómenos naturales, sociales y artísticos.

La investigación en nuestra Universidad debe mantener el más alto nivel nacional e internacional, de modo que sea uno de los manantiales más importantes de la contribución mexicana a la cultura universal. Todo esto, sin menoscabo de la investigación sobre los problemas nacionales.

La Universidad debe hacer una revisión de la estructura y los objetivos de la investigación que realiza, en el marco de los nuevos contextos nacional e internacional, y establecer políticas y estrategias para consolidarla y elevar sus niveles de pertinencia social y de calidad. Esto debe servir a la institución para fortalecer su participación en la definición de las políticas públicas dirigidas al análisis y la solución de los problemas nacionales. Para ello, la UNAM debe establecer un programa más efectivo de difusión de la importancia de la investigación que realiza. La investigación universitaria debe contar con un amplio y eficiente apoyo logístico dentro y fuera de la Universidad.

Es necesaria una estrategia institucional que promueva una mayor vinculación de sus entidades y proyectos de investigación con los problemas y las necesidades nacionales, mediante la coordinación de esfuerzos y la concertación de proyectos conjuntos con los sectores social, gubernamental, productivo y de servicios, así como la inserción en redes nacionales e internacionales de comunicación y colaboración. Asimismo, debe promoverse una mayor vinculación de los alumnos de todos los niveles educativos con los programas de investigación.

Una necesidad prioritaria es el diseño y la aplicación de estrategias para incrementar las actividades de investigación y el número de investigadores, y así consolidar la posición de vanguardia de la Universidad en el desarrollo de las ciencias naturales y exactas, las ingenierías y la tecnología, las ciencias sociales, las humanidades y las artes.

23

Una adecuada política de contratación de investigadores deberá tomar en cuenta el establecimiento de planes a largo plazo, con líneas de investigación diversificadas y, al mismo tiempo, que estén integradas en un programa institucional. Dicha política ha de insertarse en una visión amplia de lo que es la carrera académica, las etapas de maduración intelectual y las diferentes formas de participación universitaria.

Es necesario fortalecer las condiciones de trabajo y los programas de apoyo a la investigación que realizan los académicos de las escuelas y facultades, para hacerlos similares a las que prevalecen en los institutos y centros.

Es indispensable seguir impulsando la descentralización de la investigación, mediante la creación y el sostenimiento de nuevos polos de desarrollo y unidades académicas vinculadas con instituciones de educación superior y centros de investigación de los estados.

Se debe fortalecer la presencia y el impacto de la investigación en humanidades y ciencias sociales, tanto dentro de la Universidad como en la sociedad, para lo cual se requiere impulsar su descentralización y ampliar el número de unidades académicas donde se formen nuevos núcleos de investigación en el país.

La UNAM debe preservar y consolidar la investigación básica, tanto en el ámbito científico como en el humanístico, y potenciar la investigación tecnológica de vanguardia para acelerar su creación endógena e implantación en el país.

Es importante mejorar la relación con el sector productivo, respondiendo a las demandas emergentes desde una visión integral que trascienda la inmediatez del mercado y que favorezca el desarrollo de la investigación universitaria.

Se debe promover internamente la investigación tecnológica de alto nivel y de vanguardia, por medio, entre otras medidas, de la implementación de proyectos interdisciplinarios aplicados que puedan culminar en procesos y patentes. Aunado a esto, debe establecerse un programa más efectivo de difusión de los proyectos que se llevan a cabo y de sus resultados y logros.

Deben fomentarse los proyectos de carácter colectivo y de mediano y largo plazos, así como la investigación de frontera con enfoques multidisciplinarios, que incluyan a investigadores de diferentes entidades y subsistemas, y de otras instituciones nacionales y extranjeras. Para ello, es imprescindible mejorar la integración y la coordinación institucional, ya que hay líneas de investigación que se duplican al desarrollarse en diferentes entidades.

Es necesario establecer programas y lineamientos que garanticen una mayor vinculación entre las funciones de docencia e investigación, que trasciendan el ámbito del compromiso individual de los académicos. Para ello debe reforzarse el papel de los Consejos Académicos de Área en la articulación entre las entidades de un mismo campo disciplinario.

Las entidades de investigación deben redoblar los esfuerzos orientados a la formación de nuevos investigadores a través de los programas de posgrado, en particular los de doctorado. También debe pugnarse porque los nuevos investigadores puedan efectivamente insertarse en el campo laboral de vocación científica y humanística para lograr un verdadero fortalecimiento del sistema nacional de investigación. Institucionalmente, deben asumirse políticas con esa orientación y aprovecharse en mayor proporción los programas de apoyo internos y externos.

Se requiere definir criterios más adecuados para la evaluación de la investigación. El desarrollo de la investigación ha sido afectado negativamente por la implementación de mecanismos de evaluación que privilegian los criterios cuantitativos, en detrimento de la relevancia y la calidad de los productos y resultados.

24

3.1.4 Difusión y extensión de la culturaLa función sustantiva de difusión y extensión de la cultura requiere de un marco institucional de políticas y criterios de carácter general, dirigidos a organizar, fortalecer y coordinar las diversas instancias que realizan actividades tanto de difusión como de extensión de la cultura universal y de la generada en México y, en particular, en la propia UNAM. En este marco deben incluirse los servicios de extensión que ofrecen las diferentes entidades a la población en general.

La complejidad que caracteriza a esta función sustantiva de la Universidad Nacional requiere revisar y fortalecer las atribuciones de la instancia colegiada existente, a fin de que elabore un proyecto integral de difusión y extensión de la cultura que corresponda a la naturaleza académica de la institución. Dicho proyecto deberá, en lo fundamental, orientar las acciones de difusión y extensión de manera acorde con los valores universales que la sociedad ha construido, así como, en lo operativo, aprovechar mejor los recursos; evitar la duplicación de funciones; compartir, complementar y robustecer el patrimonio que posee cada una de las estructuras y, de forma primordial, proponer los mecanismos que permitan integrar la enseñanza y la investigación a la difusión y la extensión de la cultura.

Es necesario revisar y fortalecer la integración de las entidades de docencia e investigación en las tareas de extensión y divulgación universitaria, y proporcionar los apoyos y espacios adecuados para que los universitarios difundan sus creaciones. Asimismo, se debe diseñar una política cultural intramuros que motive el interés y el compromiso de los universitarios con la cultura, y que aliente su participación en las actividades artísticas y en las de divulgación científica. Esto puede abrir nuevas posibilidades a los universitarios para que trasciendan su actitud de espectadores de la cultura y se conviertan en participantes de ésta.

Se requiere de una normatividad que permita fortalecer la coordinación entre las diversas dependencias dedicadas a la difusión y extensión de la cultura, que proporcione criterios en materia de política cultural.

Los beneficios de la cultura generada por la UNAM deben tener mayores repercusiones en el interior del país, lo cual se puede lograr incrementando las actividades itinerantes, propiciando una mayor participación de las instancias culturales de las entidades federativas, promoviendo coediciones y practicando una política de coparticipación y reciprocidad con otras instituciones de educación superior.

Se requiere precisar y redefinir las funciones, facultades y responsabilidades de la Coordinación de Difusión Cultural, así como su articulación y vinculación con las entidades académicas afines.

El patrimonio de la Universidad incluye bienes, tanto muebles como inmuebles, así como centros de prestación de servicios especializados como son, entre otros, el Observatorio Nacional y el Sistema Sismológico Nacional. En muchos casos la Universidad es propietaria de estos bienes y en otros los tiene en resguardo o custodia. Sin soslayar la heterogeneidad en la naturaleza de estos bienes y centros de servicio, deben establecerse mecanismos que aseguren su mantenimiento y funcionamiento, con el fin de que tanto la comunidad universitaria como la sociedad disfruten de los beneficios que brindan o que potencialmente pueden brindar.

Debe revisarse la situación de algunos de los estudios que brinda la UNAM, mismos que, por su organización curricular, son equiparables a una licenciatura, pero no son reconocidos con los títulos o grados correspondientes. Es el caso de los estudios que se brindan en las áreas de teatro, cine y danza, que se ofrecen en entidades independientes, las que podrían fusionarse en una nueva entidad académica.

25

Se requiere una política editorial que establezca criterios y lineamientos generales que regulen tanto la producción, distribución, dictamen y aprobación de las publicaciones, como la conformación de los comités editoriales de las diversas entidades académicas y dependencias.

Es necesario vigorizar Radio Universidad, TV UNAM y los medios impresos como canales de difusión de la oferta científica, humanística, social y artística de la institución. Radio UNAM y TV UNAM, en particular, requieren del impulso, los medios de planeación y organización y los recursos que les permitan ampliar su cobertura y sus actividades.

Es preciso revisar la situación del personal que labora en las diversas áreas de difusión, extensión y divulgación; definir con claridad sus funciones, derechos y obligaciones, y en su caso considerar la posibilidad de crear nuevas figuras.

Resulta fundamental mejorar e intensificar las estrategias para que las actividades culturales, deportivas y recreativas constituyan efectivamente parte de la formación integral de los universitarios.

En lo que se refiere a las actividades deportivas, es necesario revisar los mecanismos de coordinación y el funcionamiento, equipamiento y mantenimiento de las instalaciones. Se debe considerar la posibilidad de un reglamento que contenga lineamientos y criterios específicos para estas actividades, así como reforzar o crear los cuerpos colegiados que las regulen.

Se requiere una mejor articulación y coordinación entre la Dirección General de Actividades Deportivas y Recreativas y las facultades, escuelas y otras entidades, de manera que se generen esfuerzos conjuntos para mejorar las actividades deportivas y que un mayor número de universitarios, sobre todo los alumnos, participe en ellas. Es necesario continuar y reforzar la promoción de una cultura de la salud y el deporte entre la comunidad universitaria.

Debe definirse la figura correspondiente al personal dedicado al entrenamiento deportivo y la docencia en esta área y, en su caso, regularizar su situación laboral.

Se requiere que se mantengan y amplíen la atención sistematizada de los equipos representativos de la Universidad y el seguimiento permanente de sus actividades.

26

3.2. ESTRUCTURA Y GOBIERNO

La UNAM, constituida por un universo plural y complejo, debe llevar a cabo una revisión integral de la organización y de la estructura funcional que tiene en su dimensión actual. La reforma de dicha estructura debe preservar y apuntalar la esencia académica de la Universidad. Es preciso conciliar y hacer converger la necesidad de una democratización con la de elevar la calidad académica de las funciones sustantivas de la institución.

Es necesario revisar la estructura académica actual de la Universidad y, en su caso, modificarla y adecuarla para lograr una mejor interrelación entre las entidades de docencia y de investigación.

Es pertinente impulsar una revisión a fondo del Estatuto General de la Universidad para lograr una descentralización efectiva del proceso de toma de decisiones, que otorgue mayor autonomía a las unidades que la componen, sin que signifique una separación o desmembramiento de sus partes. Para ello, es necesario, entre otras medidas, redefinir y distinguir las atribuciones, los deberes y las obligaciones de las autoridades colegiadas y unipersonales, y considerar la posibilidad de crear nuevas instancias de decisión.

Con respecto a las autoridades unipersonales, resulta conveniente establecer mecanismos —adicionales a los informes anuales— para que rindan cuentas a los órganos o instancias que los designaron y a sus comunidades, de manera que se pueda realizar un seguimiento y una evaluación de su gestión académica y administrativa. El énfasis en la gestión transparente de los recursos económicos debe ir acompañado de un esfuerzo semejante para evaluar y mejorar la eficiencia de la conducción de las actividades académicas y el cumplimiento de los programas de trabajo.

Resulta ineludible analizar la finalidad, estructura y representatividad de los órganos colegiados. Se debe consolidar el papel de la academia en el proceso de toma de decisiones y ampliar la representación de los alumnos en los consejos técnicos de escuelas y facultades y en el Consejo Universitario.

Es necesario favorecer la participación de los profesores de asignatura en los órganos de representación. También debe promoverse la interacción fructífera entre las representaciones de las entidades académicas en el Consejo Universitario y sus respectivos consejos técnicos o internos.

Deberá redefinirse el papel que tienen los consejos técnicos y los consejos académicos de área para precisar las responsabilidades correspondientes, así como para reforzar los consejos internos de los institutos y centros de investigación, ampliando el ámbito de sus decisiones.

Es necesario definir la naturaleza de los centros de investigación, homologar su estatus con los institutos en términos de la representación en los órganos colegiados, y establecer criterios que regulen su creación y eventual transformación en institutos.

Debe revisarse la integración, composición y reglamentación de la Junta de Gobierno, así como sus mecanismos de consulta a la comunidad. Los criterios y procedimientos para designar a las autoridades unipersonales deben ser más amplios y abiertos. Se requieren normas claras para los procesos de selección de candidatos a dirigir las entidades académicas, que aseguren tomar en cuenta la opinión de las comunidades.

La institución requiere de un nuevo esquema de justicia universitaria, que considere los derechos y las obligaciones de todos los integrantes de la comunidad.

27

3.3. ADMINISTRACIÓN Y FINANCIAMIENTO

Considerando las dimensiones de la Universidad, la administración debe cambiar para fortalecer la gestión institucional, simplificando y agilizando los procesos y brindando un apoyo eficaz y oportuno a las actividades de docencia, investigación y difusión y extensión de la cultura.

Es necesario reestructurar, racionalizar y modernizar el aparato de la administración central, de manera concomitante con un proceso de descentralización en el ámbito de las decisiones.

Es preciso revisar la normatividad de la administración y realizar los cambios y las adecuaciones pertinentes en la estructura administrativa con una visión de largo plazo, e impulsar su modernización y mayor eficiencia incorporando nuevas tecnologías. Se debe considerar la necesidad de establecer un sistema integral de archivos que permita dar seguimiento y agilizar la realización de trámites, y que facilite el derecho a la información.

Es necesario que la reforma administrativa impacte tanto en el ámbito de la administración central, como en cada una de las entidades académicas y dependencias universitarias. Es preciso revisar y asegurar que la estructura administrativa de las entidades constituya, efectivamente, un apoyo a la actividad académica, que es la principal y más importante función de la Universidad. En este sentido deberá procurarse que las decisiones relacionadas con la administración académica y escolar respondan a políticas académicas y no a procedimientos y políticas administrativas.

Cualquier modelo o estrategia de descentralización exitosa implicará necesariamente la desconcentración administrativa y un cambio en la normatividad que permita dotar a las entidades con mayores atribuciones, responsabilidades y autonomía en el manejo de los recursos económicos y financieros, así como en la toma de decisiones académico-administrativas. Es claro que la descentralización académica y la desconcentración administrativa no significan que la Universidad se desprenda de alguna de sus entidades académicas.

El tamaño actual de la mayoría de las unidades multidisciplinarias plantea la urgencia de encontrar fórmulas descentralizadoras de organización que permitan atender con agilidad las diversas necesidades de los alumnos y profesores que las integran. La descentralización pone en la mesa de discusión la conveniencia de debatir y, en su caso, restablecer en estas entidades una estructura matricial basada en el binomio coordinación-departamento.

Se considera conveniente y pertinente el establecimiento de la carrera administrativa universitaria, como vía para lograr una mayor eficiencia y calidad en los servicios administrativos de apoyo a las funciones de docencia, investigación, difusión y extensión de la cultura. Esto, a través de la modificación del actual sistema de organización del trabajo administrativo.

Se debe establecer un sistema de certificación de habilidades y desempeño que permita evaluar la profesionalización de todos los trabajadores del sector administrativo para acceder a categorías superiores o diferentes.

Es necesario revisar y, en su caso, modificar los programas de estímulos al personal administrativo, así como mejorar los programas de formación y superación dirigidos a los trabajadores universitarios.

La desconcentración y la racionalización administrativas deben incluir una revisión de las relaciones laborales con los organismos gremiales. La administración central y las dos organizaciones sindicales, AAPAUNAM y STUNAM, deben trabajar conjuntamente para encontrar formas más adecuadas de relaciones laborales, que permitan transitar hacia una administración más ágil y moderna.

28

Debe reforzarse la seguridad en las instalaciones universitarias y continuar las acciones tendientes a erradicar los actos de violencia, el porrismo y la delincuencia en la Universidad. Para ello es necesario revisar los esquemas con los que tradicionalmente se ha manejado la seguridad de la Universidad, en el ámbito de su autonomía. Adicionalmente, debe exigirse una mayor corresponsabilidad de las distintas instancias gubernamentales.

Es necesario mejorar y ampliar las instalaciones para facilitar el trabajo individual y colectivo tanto de alumnos como de académicos, así como tomar las medidas para que las instalaciones cuenten con los servicios de mantenimiento y limpieza adecuados. En este sentido sería conveniente realizar un estudio de las posibilidades de uso de la capacidad institucional instalada y de su adecuación a las nuevas necesidades.

También se requiere incrementar y ampliar los servicios de cómputo y bibliotecarios, en particular el horario de las bibliotecas, así como mejorar la infraestructura que permita reforzar las actividades extracurriculares.

La UNAM debe revisar los criterios de asignación de los recursos a los subsistemas, entidades y dependencias universitarias; manejarlos racional, transparente y eficientemente, y promover la desconcentración administrativa y financiera de la institución, de tal manera que cada entidad y dependencia maneje responsablemente sus recursos y resuelva los problemas que se le presentan. En este sentido es necesario que la Universidad gestione una entrega más regular del subsidio federal, para evitar los problemas generados por la calendarización trimestral. También es conveniente realizar una evaluación del presupuesto por programas y por dependencias y entidades.

Es necesario ampliar las fuentes alternas de financiamiento, y revisar y sistematizar los mecanismos para la obtención y distribución de los recursos extraordinarios. Habría también que ampliar la relación con los sectores productivos y de servicios, preservando siempre la autonomía y evitando responder únicamente a la lógica del mercado.

La Universidad debe seguir impulsando, junto con las demás universidades públicas, una política de Estado para el financiamiento de la educación superior, que debe ser gratuita, con una visión integral y de largo plazo, que le permita mejorar y mantener la calidad de sus procesos educativos; desarrollar investigación científica de punta; promover el crecimiento de las humanidades, las ciencias naturales y exactas; apoyar el desarrollo del posgrado; realizar investigación conjunta con otras universidades nacionales y extranjeras, y avanzar en su proceso de desconcentración hacia otras entidades del país.

A fin de afrontar sus necesidades financieras, la UNAM debe seguir trabajando para incrementar tanto los ingresos propios como el subsidio federal, lo cual implica buscar un mayor acercamiento con el Estado y promover que éste apoye a la institución, asignándole mayores recursos económicos.

Por otra parte, se debe avanzar en una utilización cada vez más eficiente de los recursos disponibles, mediante el fortalecimiento de la planeación universitaria y su vinculación más eficaz con la política presupuestal.

A pesar de los problemas de financiamiento, la UNAM debe mantener su compromiso de brindar la mejor educación al mayor número de alumnos posible, ya sea mediante métodos convencionales o innovadores, tanto en el bachillerato como en la licenciatura y el posgrado. La escasez de recursos para apoyar e impulsar nuevos proyectos constituye un desafío sin precedente para la UNAM, ya que ésta deberá mostrar una gran capacidad de innovación y gestión para encontrar nuevas formas de financiamiento.

29

Se requiere una política presupuestal y financiera que permita a la institución sustentar sus proyectos de desarrollo e innovación, resolver los rezagos y enfrentar sus grandes retos.

Debe lograrse una vinculación más dinámica y vigorosa con los sectores público, social, privado y educativo, lo cual permitiría obtener mayores recursos por la prestación de servicios profesionales, de investigación, educación continua y educación a distancia, entre otros.

30

Reflexión final

El propósito de la CECU ha sido y es contribuir al proceso de reforma de la institución. De acuerdo con el planteamiento de un congreso universitario por etapas, hecho por la CECU al Consejo Universitario y sometido a consulta de la comunidad, esta reforma implica procesos de cambio que, de manera más o menos simultánea, deben ser concebidos e instrumentados con la participación de los universitarios que están directamente involucrados en las situaciones detectadas como problemáticas.

En esa perspectiva, según la naturaleza de los problemas, deben utilizarse o crearse las vías o las instancias pertinentes para su estudio y eventual resolución, en el entendido de que los mecanismos de reforma requieren ser aprobados por el Consejo Universitario.

La CECU reconoce que es a través de un proceso que se lleve a cabo fundamentalmente en tres ámbitos —el académico, el de gobierno y el de la administración— como puede lograrse la reforma de la institución. Ésta implica múltiples reformas específicas, que deben contribuir a una transformación y adecuación de la Universidad a las circunstancias del contexto nacional e internacional, y a un mayor y mejor desarrollo de sus funciones sustantivas.

Una reforma académica es necesaria e ineludible. Esta reforma debe atender, entre otros aspectos, la calidad de la educación que se proporciona, así como la revisión de la trayectoria de las distintas figuras del personal académico. También parece de la mayor importancia emprender la que podría considerarse una reforma a lograr a mediano plazo, es decir, una reforma de las instancias de decisión, y aquí las alternativas de descentralización institucional son fundamentales, incluso para el procesamiento de diversas reformas específicas en cada entidad académica.

Uno de los retos que debe enfrentar la UNAM, constituida por un universo plural y complejo de unidades operativas, es la revisión de la organización y de la estructura funcional que tiene en su dimensión actual. Conviene destacar dos aspectos: por un lado, la percepción de cierta dificultad en cuanto a la capacidad institucional para anticipar y procesar problemas y contingencias que, naturalmente, se presentan en una organización de la magnitud y la complejidad de la UNAM; por el otro, la existencia de un consenso en la necesidad de llevar a cabo una efectiva descentralización de la UNAM, que otorgue una mayor autonomía relativa a los subsistemas y a las unidades estructurales que la componen, y sobre todo, que garantice la descentralización del proceso de toma de decisiones, sin que esto signifique una separación o desmembramiento de sus partes.

La CECU reconoce que el proceso de reforma institucional está en marcha. Como uno de sus primeros pasos, esta comisión efectuó un análisis de los acuerdos del Congreso de 1990 y concluyó que de los acuerdos adoptados, 47 no se cumplieron. Sugirió entonces que se instrumentara el cumplimiento de 34 de ellos en el corto plazo, algunos por parte de comisiones del Consejo Universitario y otros por parte de la administración central de la Universidad.

El cumplimiento de estos acuerdos ha implicado reformas importantes en diversos ámbitos. En el Estatuto General se explicitó que la función de investigación se realiza también en las escuelas y facultades y se estableció que se pueden impartir estudios de licenciatura en las entidades foráneas de investigación. También se amplió la oferta de carreras con nuevas licenciaturas; se estableció en los reglamentos correspondientes la obligatoriedad de evaluar y, en su caso, reformular los planes de estudio al menos cada seis años; se incorporó la posibilidad de una organización curricular de tipo modular, y se formalizaron nuevas opciones de titulación para los estudiantes de licenciatura, cuya aplicación en las entidades dependerá de la decisión de los

31

consejos técnicos. Se integró una comisión especial para coordinar la enseñanza de lenguas extranjeras en las escuelas y facultades, y se estableció un consejo asesor para normar los planes de estudio de educación abierta y a distancia. En la Coordinación de Difusión Cultural, se estableció un consejo editorial y se creó la Dirección General de Danza.

Con respecto a la desconcentración, se establecieron nuevas entidades académicas, centros, unidades y sedes académicas en Juriquilla, Morelia, Mérida y Sisal, y se inició en las unidades foráneas un mayor proceso de descentralización de la toma de decisiones.

Por otra parte, se amplió la participación de estudiantes en los órganos colegiados al incluir representantes de alumnos de posgrado en el Consejo Universitario y en los Consejos Académicos de Área. En estos últimos también se integró a los consejeros suplentes en las comisiones de trabajo permanentes.

La CECU propuso que los trece acuerdos no cumplidos del Congreso Universitario de 1990 relacionados con el Estatuto del Personal Académico fueran discutidos de manera más amplia en un espacio adecuado para ello. Posteriormente, el Consejo Universitario le encargó a la CECU diseñar el mecanismo para el análisis y reforma de dicho estatuto. La propuesta aceptada por el pleno de dicho órgano colegiado fue la integración del Claustro Académico para la Reforma del Estatuto del Personal Académico, actualmente en funciones.

Dada la importancia de las innovaciones y los cambios que se han emprendido, es necesario que en los diversos ámbitos de la Universidad se dé continuidad y se profundice en el análisis de los problemas y retos específicos, así como en la formulación de propuestas de reforma.

La CECU considera que en el planteamiento de Un congreso universitario por etapas hay elementos que deben ser retomados, como la idea de que los diversos problemas de la UNAM sean abordados en foros específicos y por los sectores directamente involucrados. Ejemplos al respecto son, sin duda, el citado Claustro Académico para la Reforma del Estatuto del Personal Académico y el Colegio Académico para la Reforma del Reglamento General de Posgrado.

Por su trayectoria histórica y el esfuerzo de los universitarios, es evidente que la Universidad posee grandes cualidades. Sin embargo, como lo ha manifestado la comunidad, también tiene una diversidad de problemas por atender. Está en condiciones, sin duda, de hacerles frente y de encontrar las alternativas necesarias para superarlos.

32