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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS
CARRERA DE PSICOLOGÍA CLÍNICA
“Correlación entre los estilos de personalidad y mecanismos de defensa en mujeres víctimas de
Violencia Intrafamiliar”
Informe Final del Trabajo de Titulación de Psicóloga Clínica
Autora: Daniela Estefanía Montalvo Nieto Tutor: Dr. Alex Castro Castro, Msc.
Promoción: Abril - Septiembre 2014
Quito 2015
AGRADECIMIENTO
Este trabajo es el resultado del trabajo llevado a cabo gracias a la colaboración de diversas personas,
entre las que quisiera destacar:
La Universidad Central del Ecuador, Facultad de Ciencias Psicológicas que con su apoyo académico,
técnico y científico me dotaron los conocimientos fundamentales para desarrollar mi labor
profesional día a día.
A mis padres, quienes a más de ser mi estímulo diario para superar las adversidades y alcanzar mis
metas más anheladas, son el mayor ejemplo de vida, superación y perseverancia que me han
acompañado e incentivado durante toda mi formación profesional y humana.
A la doctora Mila Moreno, una admirable psicóloga que tuve la fortuna de haber conocido, y quien
con mucho esmero, paciencia y disciplina, supo impartirme su sabiduría y dotarme de diversos
conocimientos que son hasta ahora una importante fuente de enriquecimiento profesional y personal.
A mi hermana y mis abuelitos, que han sido el incentivo diario en mi trabajo, y quienes han sabido
acompañarme, teniendo firme certeza de mis capacidades.
A mi familia, por ser el eje motor que guía y fortalece mi diario vivir.
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DEDICATORIA
Este trabajo, está dedicado a mis padres que me han acompañado infaltablemente durante todo mi
camino de vida, y que con su amor, entrega, confianza e incondicional apoyo, me han permitido
desarrollar destrezas y fortalezas que guían y acompañarán mi futura labor profesional y también
personal, permitiéndome alcanzar uno de los mayores sueños como lo ha sido ser Psicóloga Clínica.
A mi hermana, ya que su compañía, confianza y eterna amistad, han impulsado y enriquecido cada
día más las herramientas necesarias para superarme día a día y conseguir cumplir las más grandes
metas de mi vida.
A mis maestros, quienes con toda seguridad, pueden confiar que llevaré a la práctica todo los
conocimientos que he recibido de ellos de la mejor manera, priorizando la búsqueda de la salud como
base que guiará mi diaria labor.
A los Padres Julen y Fernando, quienes me abrieron las puertas de su iglesia y a todas las mujeres
quienes participaron en este importante trabajo que me permitieron llevar a cabo la presente
investigación, con la firme certeza de mis habilidades.
Con cariño, Dany
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RESUMEN DOCUMENTAL Trabajo de investigación sobre Psicología Clínica, específicamente personalidad y violencia. El objetivo principal es analizar el tipo de correlación existente entre los Estilos de Personalidad y Mecanismos de Defensa en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar. La finalidad fue probar la presencia de una correlación directa entre estilos de personalidad y mecanismos de defensa. Se explica teóricamente, a partir de la concepción bio-psico-social de Millon, en tres capítulos fundamentales: Violencia Intrafamiliar, Personalidad y Mecanismos de Defensa. Investigación correlacional, cuantitativa, no experimental, con método científico y técnica psicométrica (Test de personalidad de Millon y Escala de mecanismos de defensa – DSM4), en una muestra de cuarenta participantes. Concluyéndose que existen correlaciones positivas y negativas significativas entre ciertos estilos de Personalidad con determinados Niveles de Defensa. Se recomienda que se generen nuevas estrategias de intervención en casos de Violencia que hagan un mayor énfasis al estudio de personalidad y mecanismos de defensa para poder brindar una atención integral a las víctimas que sea una respuesta efectiva a sus necesidades, a su realidad y a las diversas alteraciones de salud que genera esta compleja problemática, a fin de restablecer su bienestar físico, mental social y familiar
CATEGORÍAS TEMÁTICAS PRIMARIA: PSICOLOGÍA CLÍNICA SECUNDARIA: PERSONALIDAD VIOLENCIA DESCRIPTORES ESTILOS DE PERSONALIDAD COMPORTAMIENTO AFRONTAMIENTO MECANISMOS DE DEFENSA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR DESCRIPTORES GEOGRÁFICOS: SIERRA, PICHINCHA, QUITO, FUNDACIÓN CARITAS
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DOCUMENTARY ABSTRACT This is a research work on clinical psychology, specifically on personality and violence. The main purpose is analyzing type of correlation between personality styles and defense mechanisms in women affected by family violence. The purpose was demonstrating a direct relation between personality stiles and defense mechanisms. It has been theoretically explained, from the MILLION‘s BIO-PSYCHO-SOCIAL CONCEPTION, in three chapters: family violence, personality and defense mechanisms. It was a correlational, quantitative, non-experimental research, by using scientific method and a psychometric technique (Million personality and defense mechanisms score – DSM4), on a sample of forty participants. It was concluded there are significant positive and negative correlations between personality styles and certain defense levels. It has been recommended to generate new intervention strategies in cases of violence with emphasis on study of personality defense mechanisms to provide integral attention to victims as an effective response to the needs, reality and diverse health disorders generating such complex problematic, in order to reach physical, mental and family wellbeing. THEMATIC CATEGORY: PRIMARY: CLINICAL PSYCHOLOGY SECONDARY: PERSONALITY VIOLENCE DESCRIPTOR: PERSONALITY STILES BEHAVIOR COPING DEFENSE MECHANISM DEFENSE MECHANISMS FAMILY VIOLENCE GEOGRAPHIC DESCRIPTORS: SIERRA, PICHINCHA, QUITO, FUNDACIÓN CARITAS
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TABLA DE CONTENIDO A. PRELIMINARES Agradecimiento ............................................................................................................................ ii Dedicatoria .................................................................................................................................. iii Declaratoria de Originalidad ...................................................................................................... iv Autorización de la Autoría Intelectual ............................................................................................v Resumen documental ................................................................................................................... vi Documentary abstract ................................................................................................................. vii Tabla de contenido ....................................................................................................................... ix Tabla de cuadros .......................................................................................................................... xi Tabla de gráficos.......................................................................................................................... xi B. INFORME FINAL DEL TRABAJO DE TITULACIÓN
INTRODUCCIÓN .....................................................................................................................1 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA ........................................................................................2 Preguntas de investigación .........................................................................................................2 Objetivos ...................................................................................................................................2
General ..................................................................................................................................2 Específicos .............................................................................................................................2
Justificación e importancia .........................................................................................................3 MARCO TEÓRICO ....................................................................................................................5 TITULO .......................................................................................................................................5
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ..............................................................................................5 1.1 Definición y Tipos de Violencia Intrafamiliar .................................................................6
1.1.1 Definición ...................................................................................................................6 1.2 Tipos de Violencia Intrafamiliar .....................................................................................7
1.2.1 Violencia Física ..........................................................................................................7 1.2.2 Violencia Psicológica..................................................................................................8 1.2.3 Violencia Sexual .........................................................................................................9
1.3 Causas e Indicadores..................................................................................................... 10 1.3.1 El apego ................................................................................................................... 11 1.3.2 Formas de comunicación:.......................................................................................... 12 1.3.3 Formas de relación .................................................................................................... 13 1.3.4 Aspectos cognitivos .................................................................................................. 14 1.3.5 Nivel socio-cultural................................................................................................... 15
1.4 Ciclo de Violencia Intrafamiliar .................................................................................... 16 1.4.1 Fase de Acumulación de Tensión .............................................................................. 16 1.4.2 Fase de Estallido de la Tensión o Explosión Violenta: ............................................... 17 1.4.3 Fase de Luna de Miel o Arrepentimiento ................................................................... 18
1.5 Perfil del Agresor y la Victima ...................................................................................... 19 1.5.1 Perfil del agresor ....................................................................................................... 19 1.5.2 Perfil de la víctima .................................................................................................... 22
1.6 Realidad Nacional de la Violencia Intrafamiliar ............................................................ 25 1.7 Efectos de la Violencia Intrafamiliar en los Diversos Campos del Desarrollo Humano .. 28 1.8 Perspectiva Psicológicas de la VIF ................................................................................ 30
TITULO II ................................................................................................................................. 34
PERSONALIDAD ................................................................................................................... 34 2.1 Definición .................................................................................................................... 34 2.2 Estructura y Desarrollo de la Personalidad .................................................................... 35
2.2.1 Estructura de la Personalidad .................................................................................... 36 2.2.2 Desarrollo de la Personalidad: ................................................................................... 36
2.3 Rasgos y Tipos de Personalidad Normal ....................................................................... 38
ix
2.4 Enfoque Bio-psico-social de la Personalidad ................................................................. 40 2.5 Diagnóstico de la Personalidad ..................................................................................... 44
2.5.1 Inventario Multifásico de la Personalidad de Millon: ................................................. 45 TITULO III ................................................................................................................................ 48
MECANISMOS DE DEFENSA............................................................................................... 48 3.1 Definición e Historia..................................................................................................... 48 3.2 Principales Mecanismos de Defensa.............................................................................. 49 3.3 Personalidad y Mecanismos de Defensa ........................................................................ 52 3.4 Mecanismos de Defensa y DSM IV .............................................................................. 53
3.4.1 Escala de Mecanismos de Defensa: ........................................................................... 54 MARCO METODOLÓGICO ................................................................................................... 57
Hipótesis .................................................................................................................................. 57 Definición Conceptual de las Variables ................................................................................ 57 Definición Operacional de las Variables: .............................................................................. 58
Enfoque de la Investigación: .................................................................................................... 58 Tipo de Investigación ............................................................................................................... 59 Diseño de la Investigación ........................................................................................................ 59 Población y muestra ................................................................................................................. 59
Diseño de la muestra ............................................................................................................ 60 Tamaño de la muestra........................................................................................................... 60
Métodos, Técnicas e Instrumentos Empleados .......................................................................... 60 Métodos ............................................................................................................................... 60 Técnicas ............................................................................................................................... 61 Instrumentos ........................................................................................................................ 62
Análisis de Validez y Confiabilidad de los Instrumentos ........................................................... 62 RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN ............................................................................. 65
Presentación (gráficos y tablas) ................................................................................................ 66 Comprobación de hipótesis ...................................................................................................... 75 Análisis y Discusión de resultados ............................................................................................ 84
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ......................................................................... 88
Conclusiones ............................................................................................................................ 88 Recomendaciones .................................................................................................................... 91
C. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Tangibles ................................................................................................................................. 92 Virtuales .................................................................................................................................. 95
ANEXOS .................................................................................................................................... 96
Anexo A. Plan aprobado .......................................................................................................... 96 Anexo B. Glosario técnico ..................................................................................................... 112 Anexo C. Inventario clínico multiaxial de Millon II: ............................................................... 117 Anexo D. Escala de mecanismos de defensa (DSM-IV) .......................................................... 127
x
TABLA DE CUADROS Tabla 1 Edad ................................................................................................................................ 66 Tabla 2 Instrucción ...................................................................................................................... 67 Tabla 3 Ocupación ....................................................................................................................... 68 Tabla 4 Estado Civil..................................................................................................................... 69 Tabla 5 Tipo de Violencia ............................................................................................................ 70 Tabla 6 Estilos de Personalidad .................................................................................................... 71 Tabla 7 Mecanismos de Defensa .................................................................................................. 72 Tabla 8 Estilos de Personalidad vs Mecanismos de Defensa ......................................................... 73 Tabla 9 Índices de Correlación de Pearson ................................................................................... 80 Tabla 10 Interpretación del Índice de Correlación de Pearson (dirección e intensidad de la relación entre variables) ............................................................................................................... 81 Tabla 11 Prueba t de Student ........................................................................................................ 82 Tabla 12 Contrastación de Hipótesis según criterios de significación ............................................ 83
TABLA DE GRÁFICOS Gráfico 1 Edad ............................................................................................................................. 66 Gráfico 2 Instrucción ................................................................................................................... 67 Gráfico 3 Ocupación .................................................................................................................... 68 Gráfico 4 Estado Civil.................................................................................................................. 69 Gráfico 5 Tipo de Violencia ......................................................................................................... 70 Gráfico 6: Estilos de personalidad ................................................................................................ 71 Gráfico 7: Mecanismos de Defensa .............................................................................................. 72 Gráfico 8: Estilos de Personalidad vs Mecanismos de Defensa ..................................................... 74
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B. INFORME FINAL DEL TRABAJO DE TITULACIÓN INTRODUCCIÓN En la actualidad la Violencia Intrafamiliar se ha ido consolidando como un fenómeno psico-social
que genera alteraciones y dificultades para lograr un adecuado desarrollo, pleno e integral de quienes
en ella se ven involucrados, además que responde a una dinámica muy compleja y cambiante, que
nos obliga a asumir nuevas concepciones y posturas científicas y humanas frente a este fenómeno.
La persistencia de la violencia en el Ecuador indica que algunos cambios menores en las leyes
ecuatorianas, la implementación de comisarías y centros especializados y los programas de
intervención basados en estudios fragmentados sobre esta temática, han fallado significativamente en
el deseo de prevenir y dar una resolución efectiva a este problema.
De acuerdo a múltiples estudios realizados en este campo, se conoce que la violencia es expresada a
través de agresiones físicas, psicológicas, sociales y patrimoniales, que van generando serios
problemas de adaptación en la víctima y deterioran paulatinamente sus mecanismos de
afrontamiento para esta conflictiva realidad, pudiendo inclusive generar patrones anormales de
personalidad.
El sistema de atención y protección en casos de Violencia Intrafamiliar, si bien ha incrementado el
número de programas y servicios en este campo, no ha respondido realmente a muchas de las
demandas y necesidades de la/las víctimas, pues basan sus servicios primordialmente es la asistencia
legal y médica o en protocolos de intervención que parte únicamente de hallazgos muy generales
acerca de esta temática (nivel social, económico, cultural, el género, edad, etc.) , o que se enfocan
específicamente en una breve explicación causal de este fenómeno, dejando de lado otros aspectos
que necesariamente se ven inmersos y afectados en este campo, como lo son los rasgos de
personalidad y los mecanismos de defensa (propios y únicos en cada persona), cuya relación es
evidente en la vida diaria, y aún más frente a un fenómeno tan complejo como lo es la Violencia
Intrafamiliar.
Tomando en cuenta estas consideraciones, esta investigación examina la correlación entre los estilos
de personalidad y los mecanismos de defensa de mujeres que asisten a la Fundación Cáritas de la
Parroquia de Iñaquito, lugar donde se brindan diversos programas de atención a mujeres que se
encuentran en situación de vulnerabilidad frente a hechos de maltrato.
1
FORMULACIÓN DEL PROBLEMA El presente estudio, está orientado a establecer la correlación entre los estilos de personalidad y
mecanismos de defensa en mujeres que han sido víctimas de Violencia Intrafamiliar, para lo cual se
lleva a cabo un análisis más preciso sobre la realidad de del fenómeno de violencia, reconociéndola
como un hecho histórico social frente al cual la Psicología desempeña un papel esencial, y
promoviendo por ende nuestra labor como profesionales en el campo de Salud Mental a fortalecer el
área de intervención frente a esta problemática, en pro de una sociedad que fomente la salud integral
de la población.
Preguntas de investigación
• ¿Cuál es el tipo de correlación existente entre los Estilos de Personalidad y Mecanismos
de Defensa en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar?
• ¿Cuáles son los Mecanismos de defensa más frecuentes en mujeres víctimas de
Violencia Intrafamiliar?
• ¿Cuáles son los Estilos de Personalidad más frecuentes evidenciados en mujeres
víctimas de Violencia Intrafamiliar?
• ¿Existen un perfil común de personalidad y Mecanismos de Defensa en mujeres que son
víctimas de Violencia Intrafamiliar?
Objetivos General
• Analizar y establecer el tipo de correlación existente entre los Estilos de Personalidad y
Mecanismos de Defensa en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar que acuden en la
Fundación “Cáritas” de la Parroquia la Inmaculada de Iñaquito.
Específicos
• Determinar cuáles son los Mecanismos de defensa comunes, así como los Estilos de
Personalidad más frecuentes presentes en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar.
• Correlacionar los estilos de Personalidad y Mecanismos de Defensa a fin de obtener una
visión más global del fenómeno de Violencia Intrafamiliar.
• Identificar la existencia de patrones y perfiles comunes de estilos de Personalidad, así
como en Mecanismos de Defensa en mujeres que son víctimas de Violencia
Intrafamiliar.
2
Justificación e importancia
Con el incremento en las tasas de Violencia en el Ecuador, la proporción de víctimas ha ido
aumentando considerablemente, así como las consecuencias que de manera directa o indirecta
dificultan un desarrollo pleno y saludable para ellas. Este fenómeno se ha ido constituyendo poco a
poco como un problema de salud pública por su alta prevalencia y por el enorme impacto
psicológico, social, cultural y familiar que implica; además que involucra una afectación directa
para el bienestar, la seguridad e integridad de las víctimas, así como para el normal desarrollo de las
relaciones intrafamiliares.
Los hechos de violencia generan graves secuelas a nivel biológico, psicológico y social, que pueden
conducir a generar estilos patológicos de personalidad, afectando así la calidad de vida, la eficacia de
las relaciones interpersonales, el grado de funcionalidad e incluso la capacidad de adaptación en el
ambiente. Al entender a la personalidad como el conjunto de cualidades de las personas pues
responden a una naturaleza concreta y también abstracta, nos permiten conocer y describir procesos
internos del ser humano y a la vez comprender particularmente las diferencias existentes entre las
personas, reconociendo que los individuos son en muchos aspectos algo único. Entre los principales
determinantes en el desarrollo de la personalidad, las experiencias vividas por el individuo en el
campo familiar juegan un papel fundamental, pues pueden irla estructurando o a su vez modificando.
Frente a una realidad tan compleja como es la Violencia, los mecanismos de defensa desempeñan un
rol fundamental ante este problema social, pues significan una estrategia efectiva acerca de cómo
solucionar, enfrentar o aliviar la ansiedad, generada precisamente por el incremento en los niveles de
frustración, dolor o tensión de diversas situaciones de la realidad que enfrenta el individuo en su
diario vivir.
Es importante señalar que el estudio de los mecanismos de defensa resulta importante en el estudio
de la personalidad pues esto promueve una perspectiva integradora en el estudio del ser humano,
dando para ello un enfoque más cualitativo y logrando una comprensión de las personas más allá de
las máscaras o de los evidentes síntomas y expresiones externas.
En la literatura, se han formulado diversas especulaciones acerca de la posible existencia de una
relación directa entre personalidad y mecanismos de defensa, aún más en relación al tema de
violencia, debido a que la complejidad de esta problemática, suele conllevar a la existencia de estilos
patológicos de personalidad, asociados a defensas desadaptativas al medio ambiente, en respuesta a
la necesidad de conservación y supervivencia de las víctimas que se enfrentan a esta difícil realidad.
3
Tomando en cuenta estos antecedentes, y debido a que la Violencia se ha convertido en un creciente
problema social que únicamente se ha estudiado de manera fragmentada o superficial buscando
básicamente establecer factores predisponentes, causas, consecuencias o formas de intervención a fin
de dar una respuesta rápida a este tema; se evidencia la necesidad de incluir un nuevo modelo que
más que un análisis sesgado del problema, permita concebirlo de manera correlacional, integral y que
sea una respuesta oportuna a ello.
En tal virtud este estudio pretende vincular los estilos de personalidad (que representan la forma de
ser, pensar, sentir o actuar propias de cada persona) y los mecanismos de defensa (entendidos como
las estrategias de adaptación y afrontamiento a situaciones conflictivas para mantener el equilibrio
del aparato mental) en el análisis de un tema tan complejo e interesante como lo es la Violencia
Intrafamiliar, recalcando la importancia de partir de un estudio correlacional al relacionar estos dos
importantes contenidos de la psique humana, que evidentemente se ven involucrados en esta
temática y significan una base elemental para emprender mi labor investigativa.
La presente investigación, es original ya que en nuestro medio actual, no existe ningún tipo de
estudio de igual naturaleza éste. Además que fue factible, dado que estuvo contextualizada a la
realidad personal, nacional, social, cultural y legal de la población y de la Institución donde fue
llevada a cabo, además que contó con el absoluto apoyo y respaldo de las autoridades y con el pleno
compromiso por parte de la población para contribuir en el desarrollo del mismo.
Será un aporte muy importante en el campo científico-técnico, pues proporcionará un estudio
correlacional que fortalezca y también genere nuevas estrategias de intervención en temas de
Violencia Intrafamiliar e incluso en materia de Psicoterapia, orientando así nuevas formas de
concebir este complejo fenómeno.
Para el desarrollo de la investigación se aplicaron dos instrumentos de evaluación y exploración
psicométrica a una muestra, seleccionada bajo criterios de inclusión y exclusión, de mujeres víctimas
de Violencia Intrafamiliar que asisten a la Fundación Cáritas de Iñaquito: El Inventario Multifásico
de la Personalidad Millon-2, para evaluar los estilos de personalidad; y la Escala de Mecanismos de
Defensa.
Los resultados de la investigación implicarán un importante impacto social, ya que la comunidad la
percibió como una interesante y novedosa investigación que persigue el fin de promover nuevas
estrategias de intervención psicológica que estén involucradas más directamente a la realidad
personal, social y familiar de las víctimas de violencia intrafamiliar.
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MARCO TEÓRICO
TITULO VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Al ser la familia el eje fundamental de la sociedad, implica el origen y desarrollo de emociones y
comportamientos intensos que poco a poco se estructurarán y promoverán los aprendizajes más
básicos a nivel social. es precisamente en la familia, donde se adquieren las enseñanzas más
significativas que promoverán la adaptación social del sujeto, así como la estabilidad del mismo en
los diversos campos de su desarrollo en las formas de intervenir y enfrentar para remediar, calmar o
resolver situaciones conflictivas.
Consideramos a la VIF desde una perspectiva ecosistémica y transgeneracional, que incluye la
estructura y dinámica de la misma, articulando los ambientes o contextos donde se desarrollan las
personas como subsistemas: individuos activos cambiantes dentro de un espacio subjetivo complejo.
(Pavón, 2010)
Pero si una enseñanza adecuada, desde el eje familiar fracasa, articulando ambientes y entornos
promotores de violencia, estos patrones de conducta se irán convirtiendo y consolidándose como
estrategias fundamentales a la hora de enfrentar situaciones de frustración y por ende, se van
configurando la violencia como una práctica común en el entorno familiar, que luego será
generalizado a nivel social.
La violencia intrafamiliar, lejos de ser un fenómeno personal, es ya una manifestación de un
problema interpersonal, que implica el involucramiento de dos o más actores en la dinámica que la
compone. Este fenómeno, ha tenido como principales aliados, el silencio, la sumisión y el
encubrimiento, destinándosele más bien, durante años, a un ámbito privado y ajeno al interés
público, señalando que la intervención en este tipo de casos, resultaba innecesaria, pues los
problemas de casa, se quedaban en casa.
La Violencia Intrafamiliar es hoy en día, uno de los principales y más complejos problemas que
implica tanto los ámbitos dedicados la salud mental, como en los de índole social y cultural.
Dada su alta prevalencia en nuestro medio y el nivel actual de impacto que ha generado en el
desarrollo social, personal, familiar, físico y psicológico de quienes en ella se ven involucrados, ha
dejado de ser un problema social y se ha convertido ya en un problema de salud pública.
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Sin embargo, cabe destacar que para abordar adecuadamente este fenómeno, una visión
reduccionista o fragmentada del mismo tan sólo se convertiría en un obstáculo a la hora de
comprenderlo adecuadamente, poniendo de manifiesto la necesidad de partir de un enfoque
Multiaxial e integral en este estudio.
Por ello, para el desarrollo del presente capítulo fue necesario partir de diversas consideraciones
teóricas a fin de brindar una visión analítica y comprensiva de mayor precisión, para lo cual se han
tomado aportaciones teóricas de corrientes Psicológicas, como la Sistémica y Cognoscitiva para
poder abordarlo en mayor detalle.
1.1 Definición y Tipos de Violencia Intrafamiliar
1.1.1 Definición
Etimológicamente, el termino violencia se asocia con el concepto de fuerza y poder, referida
al uso de éstos, con el fin primordial de generar algún tipo de daño o lesión. La violencia, es
un fenómeno humano que se ha ido arraigando en nuestra sociedad actual, y que
independientemente del nivel cultural, social o económico, significa un atentado a los
derechos fundamentales y a la integridad bio-psico-social de las víctimas.
La Violencia Intrafamiliar se define como todas las formas de abuso que tiene lugar entre los
miembros de la familia. Se denomina relación de abuso a la conducta que, por acción u
omisión, ocasiona daño físico y/o psicológico a un miembro de la familia. (Corsi, 1992)
La violencia intrafamiliar se asocia con sentimientos de coerción y peligro y genera
conductas y patrones de interacción basadas en relaciones asimétricas y en el sometimiento y
control abusivo de otros, afectando por ello al bienestar, estabilidad y desarrollo óptimo en
las diversas áreas del desarrollo de quienes en ella se ven involucrados.
Este fenómeno implica el abuso o deliberado de poder o autoridad, por parte de un miembro
de la familia sobre otro. Es además un mecanismo de relacionamiento que involucra el
maltrato físico, psicológico y sexual, presente de manera repetitiva y que afectan a la
organización, la interacción, la comunicación, así como las formas de resolución de
conflictos dentro del entorno familiar.
Esta Violencia, no solamente implica la acción, sino también la omisión destinada a generar
algún tipo de sufrimiento, dolor o padecimiento, y por ende genere una alteración en el
desarrollo normal, funcional y saludable de las personas.
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Los hechos de Violencia, ponen de manifiesto que lejos de ser una práctica normal o
común de la naturaleza humana, implican una serie de componentes y relaciones tanto de los
mecanismos internos del ser humano, así como de las interacciones que éste presenta con y
hacia su entorno, donde la comprensión de fenómeno de violencia, requiere partir del
análisis de la compleja red de interpretaciones y significados que cada sujeto le atribuye a
la realidad que lo rodea, que lejos de ser entidades estáticas, permanentes e inmutables, son
la base fundamental para generar un verdadero cambio en las situaciones violentas.
Al ser la Violencia Intrafamiliar, tan compleja y dinámica, no responde a una causalidad
lineal o simplista, sino que más bien requiere el estudio de los diversos aspectos que se
involucran en ella y que marcan pautas indispensables para explicar su curso, expresiones,
secuelas e incluso formas de intervención.
1.2 Tipos de Violencia Intrafamiliar
A pesar de que existen diversas clasificaciones a la hora de abordar y explicar la Violencia en
el ámbito Intrafamiliar, para el presente estudio se ha seleccionado la citada en el marco de la
Ley de la Violencia Contra la Mujer y la Familia vigente en el Ecuador. Dicha ley, cita las
siguientes formas de Violencia, poniendo principal énfasis en lo referente a Maltrato y
Violencia:
1.2.1 Violencia Física
ARTÍCULO 4: “Violencia Física: todo acto de fuerza que cause daño, dolor o sufrimiento físico, en
personas agredidas, cualquiera que sea el medio empleado y sus consecuencias, sin considerar el
tiempo que se requiera para su recuperación; las heridas o golpes que causen enfermedad o
incapacidad para el trabajo personal que no pase de los tres días”.
Esta es el tipo de violencia más evidente, pues sus expresiones van desde moretones, quemaduras,
laceraciones, fracturas, etc. las cuales constituyen las formas más objetivas de comprobar que han
existido situaciones de violencia.
En nuestro medio, estas han sido las evidencias fundamentales a la hora de abordar los casos de
Violencia Intrafamiliar, incluso restándole importancia a otros indicadores (psicológicos), cuando se
denuncian este tipo de casos.
Podría considerarse incluso que la violencia física, a más de ser una forma de expresión más
evidente, también constituye un indicador importante a la hora de precautelar el bienestar de las
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víctimas, pues podría incluso significar que las condiciones de violencia han alcanzado niveles más
elevados de agresión, donde está en juego no solo el bienestar, sino la propia vida de las víctimas.
1.2.2 Violencia Psicológica
ARTÍCULO 4: “Violencia Psicológica: toda acción y omisión que cause daño, dolor, perturbación
emocional, alteración psicológica o disminución de la autoestima de la mujer o de la familia
agredida. Es también la intimidación o amenaza mediante la utilización del apremio moral sobre otro
miembro de la familia, infundiendo miedo o temor a sufrir un mal grave o eminente a su persona, o
en la de sus descendientes, o afines hasta el segundo grado; además las noticias o rumores falsos
contra la honra y dignidad de las personas o de las familias o sobre la vida íntima de éstas; las injurias
no calumniosas leves y las palabras, gestos, acciones, etc. en el caso de que el hecho constituya
infracción”.
Este, es el tipo de violencia más difícil de evidenciar, pues involucra las consecuencias
especialmente relacionadas al área emocional y mental de las víctimas. Si bien, las expresiones en
este campo, no son evidentes a primera vista, pueden ser comprobadas a partir de exámenes más
específicos, como lo son las evaluaciones psicológicas forenses, entrevistas personales, tests
psicológicos, o mecanismos que requieren una mayor precisión y preparación para el reconocimiento
de afectaciones psicológicas.
En este ámbito, encontramos indicadores tales como el estado de ánimo bajo, tristeza, desesperanza,
sentimientos de culpa o vergüenza, ideación suicida e intentos de suicidio, de llanto fácil,
alteraciones en el tono de la voz, dificultades para comunicarse o transmitir una idea, temor,
ansiedad, nerviosismo.
Se involucra además a expresiones verbales y de intimidación, tales como las amenazas de muerte,
denigración, insultos, burlas, gritos, etc. es decir, situaciones que amenazan directamente a su
autoestima, auto concepto, sentimientos de valoración y de capacidad personal, es decir a la
integridad psicológica de las víctimas.
También se añade, la violencia destinada por ejemplo, a someter a la víctima al aislamiento,
restringiendo sus relaciones interpersonales, familiares y medios de recreación donde pueda
encontrar fuentes de apoyo y seguridad, generando situaciones de marginación social. Las victimas
generalmente, suelen sentirse solas, desprotegidas, indefensas y creen en la noción que deben seguir
dependiendo de su agresor, pues es su único apoyo y soporte en el mundo. (Emakunde, 2006).
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Incluso en este tipo de violencia, encontramos lo que se conoce como el abandono, no prestar
atención necesaria o dejar en un segundo plano el cubrir las necesidades básicas, así como las
afectivas del otro. O por otro lado, el exponer a las víctimas, a condiciones o situaciones de vida
altamente riesgosas, dañinas o que signifiquen un atentado para su bienestar integral (alcoholismo,
drogas, pandillas, conductas antisociales entre los miembros de la familia).
Esta, la violencia psicológica, se considera en muchos sentidos, la más difícil de abordar y reparar en
casos de Violencia Intrafamiliar, pues aparentemente no se ha puesto en juego el bienestar de las
víctimas, sin embargo, este tipo de violencia, precisamente, resulta ser la de mayor complejidad y
relevancia a la hora de intervenir en este tipo de casos, donde muchas de las secuelas, tardan incluso
años en repararse y restablecerse, pues aquí entra en consideración el complejo mundo interno de las
víctimas que se vieron afectadas, sea directa o indirectamente.
Cabe señalar, que en la mayoría de los casos, tanto violencia física como psicológica, no se presentan
de manera separada, sino que más bien responden a una relación coexistente, que en conjunto logran
conseguir el sometimiento del otro por medio del abuso de la fuerza o control.
1.2.3 Violencia Sexual
ARTÍCULO 4: “Violencia Sexual sin perjuicio de los casos de violación y otros delitos de la
libertad sexual, se considera violencia sexual todo maltrato que constituya imposición en el ejercicio
de la sexualidad de una persona y que le obligue a tener relaciones u otras prácticas sexuales, con el
agresor o terceros, mediante el uso de la fuerza física, la intimidación, amenazas o cualquier otro
medio coercitivo”.
Vivimos en una cultura, donde las prácticas sexuales han llegado a ser altamente distorsionadas y
manipuladas en beneficio de promover la obtención de placer por medio de prácticas aparentemente
aceptadas socialmente, y esto en gran medida ha favorecido a que se le reste vital importancia a las
denuncias de atentados contra la integridad sexual de las personas.
Este tipo de violencia, sea por medio de expresiones directas (violación y abuso sexual), así como
indirecta (acoso sexual), constituye un complejo tipo de agresión, que si bien no suele relacionarse
directamente con la violencia física como tal, tiende a utilizar canales más silenciosos y ocultos,
como lo son los engaños, la manipulación, el chantaje, las amenazas y la intimidación, a fin de
obtener algún tipo de satisfacción y beneficio a nivel sexual.
Además en este nivel se incluye no solamente el acto sexual como tal, sino además la falta de libertad
en las victimas a la hora de toar decisiones en lo referente a su sexualidad, como lo es el número de
hijos, el uso de anticonceptivos, el cuidado en casos de enfermedades transmisión sexual, etc.
privándola de su derecho a ejercer y decidir libremente sobre su salud sexual.
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Esta violencia, suele producir graves secuelas emocionales en las víctimas, generando sentimientos
de culpa en lo referente a su sexualidad (lo cual también suele favorecer a que el silencio sea el mayor
testigo de este tipo de violencia), sentimientos de vacío, ideaciones suicidas, depresiones, estados
disociativos, incluso poner en juego su salud física, social, y emocional.
En casos de violencia sexual, muchos de los agresores suelen encontrarse dentro del mismo círculo
familiar que sus víctimas, para lo cual tienden a aprovecharse de su posición de poder, para conseguir
su propio beneficio, creando en la víctima sentimientos de temor, duda y sumisión, y resignándose a
continuar con este ciclo patológico de relación a fin de no alterar la dinámica o el bienestar familiar.
La Violencia sexual, suele complementarse y asociarse con las otras dos formas de violencia, donde
el eje fundamental que rige este tipo de delitos, es la amenaza e intimidación de las víctimas a fin de
ejercer un dominio sobre ésta. Por ello, resulta fundamental que exista una mayor y mejor
promoción tanto en temas de sexualidad, así como estrategias de afrontamiento y denuncia en casos
de delitos sexuales, tanto dentro como fuera del entorno familiar, a fin de reducir los casos, pero
además para eliminar los tabúes que suelen acompañar este tipo de hechos.
1.3 Causas e Indicadores
Para poder comprender un tema tan complejo como lo es la Violencia Intrafamiliar, es necesario
partir de una perspectiva integrativa sobre este fenómeno.
Al abarcar el tema de Violencia Intrafamiliar, necesariamente se asume al núcleo familiar. Por ello es
importante señalarla como un sistema que permite la formación de cada uno de sus miembros, en el
cual se promueve el aprendizaje, los comportamientos, actitudes, pensamientos y emociones
saludables y que promuevan la adaptación de éstos en el medio social. Por ello, para abarcar este
capítulo, se toma muy en cuenta el tema de interacciones familiares.
Se ha comprobado que muchas de las víctimas y agresores inmersos dentro de un ciclo de Violencia
Intrafamiliar, en su mayoría provienen de entornos familiares donde el maltrato era una práctica
común a nivel familiar y también social.
Cuando en la familia, encontramos interacciones fundamentadas en relaciones inestables,
inequitativas, injustas y basadas en medios de opresión entre o hacia sus miembros, éstos se
convierten en portadores de este tipo de mecanismos para enfrentar o asumir las situaciones
frustrantes y conflictivas, promoviendo entonces reacciones que sean terreno fértil para promover
diversos tipos de violencia.
“Las practicas mencionadas se expresan en forma de abuso, abandono físico y emocional, como
10
disfuncionalidades de la experiencia parental” (Bentovin, 2000, pág. 22).
La familia como entidad reguladora de los patrones de conducta e interacción, mantiene una
permanente retroalimentación a nivel intergeneracional. Los aprendizajes adquiridos y transmitidos
de generación en generación, haciendo principal énfasis a las relaciones basadas en el dominio y
control hacia otros mediante conductas violentas, constituye un factor de riesgo altamente
considerable en este estudio. Las historias de violencia intrafamiliar desde etapas iniciales del
desarrollo, de los padres hacia los hijos, poco a poco contribuye a la consolidación de los patrones
violentos como formas comunes de relacionamiento dentro y fuera del entorno familiar, recalcando
la esencial tarea que representa el sentimiento de pertenencia con y desde la familia para ello.
(Barudy, 1998).
En relación a ello, los modelos parentales dentro del funcionamiento y las formas de relacionamiento
familiar, desempeñan un eje fundamental a la hora de examinar las conductas de violencia a nivel
familiar, pues la familia es y representa la principal fuente de obtención de pautas en la adquisición
de una identidad, de la estabilidad conductual o afectiva en el desarrollo, el desempeño adecuado de
roles y de la capacidad de independencia de cada uno de sus miembros, así como un papel crucial en
los diversos mecanismos de afrontamiento a situaciones conflictivas que puedan hacerse presentes
en la vida social, familiar y personal de las personas. Incluso el sistema cultural, así como el de
valores y creencias propio de cada familia desempeñan un aspecto de enorme influencia a la hora de
examinar los patrones de violencia no sólo desde el entorno familiar, sino también ya generalizados y
adoptados por nuestro medio social.
1.3.1 El apego
El apego, como uno de los componentes indispensables en la maduración infantil sana, implica el
desarrollo singular de afectos duraderos con el fin de obtener seguridad y protección en momentos de
amenaza. Surge cuando existe la confianza incondicional de contar o de encontrarse protegido por el
entorno que le rodea a uno, permitiendo así la construcción mental y la interpretación de su entorno,
familia y sí mismo. Pero al presentarse un ambiente familiar confuso, inestable e incluso
disfuncional, los sentimientos de inseguridad, vergüenza, desconfianza, malestar y disgusto serán los
que determinarán las pautas de conducta del sujeto con su entorno social, haciendo que los patrones
inseguros de conducta, le permitan afrontar satisfactoriamente situaciones de estrés, frustración e
inseguridad. Es decir que, los vínculos afectivos establecido desde etapas iniciales de la infancia,
significan y representan un importante componente acerca de cómo cada persona enfrentará hechos
conflictivos o las formas de interacción con su medio (violencia o agresión).
11
“El apego como posibilidad de acercamiento entre los humanos, es un proceso en el cual debe
existir la seguridad del cuidado y protección. Visto así, la imposibilidad de su realización trae
consigo dificultades en el establecimiento de la autoimagen, el sentido de pertenencia, los lazos
afectivos sanos (entre otras), generando patrones vinculares ansiosos o evitativos, los cuales se
encuentran en algunas familias organizadas alrededor de prácticas violentas”.
En el campo familiar además, juegan un papel fundamental los vínculos afectivos que existen entre
los miembros de ésta, principalmente los relacionados a brindar un apego adecuado, que si bien
surgen desde etapas iniciales del desarrollo, permanecen a lo largo de la vida de las personas, e
incluso suelen determinar los patrones de relacionamiento de éste con su medio social.
1.3.2 Formas de comunicación:
Las formas de comunicación, si bien representan una función adquirida desde el hogar, también
dictan las pautas para comprender otras de las características que acompañan el complejo proceso de
violencia. Pues muchos de estos casos, manifiestan deficiencia en la forma cómo se expresan tanto
dentro como fuera del entorno familiar. Por ello, ciertos patrones patológicos de comunicación en
casos de violencia suelen caracterizar pautas de aprendizajes familiares que pueden oscilar entre
elevados niveles de crítica, antagonismos entre sus miembros, evitación entre ellos hasta formas
inadecuadas de expresar o manifestar las emociones o conflictos o la carencia total de mecanismos
comunicativos a nivel familiar, los cuales podrían llegar a generalizarse como hábitos de lenguaje
que favorecerían o mantendrían en gran medida los entornos que potencien la violencia, acentuando
las expresiones maltratantes, como forma de comunicación y resolución de conflictos.(Perrone &
Nannini, 2002; Bentovin, 2002).
Los mecanismos y estilos de comunicación, son propios de las personas, así como del mismo entorno
familiar, que involucra desde patrones verbales, así como no verbales a la hora de trasmitir mensajes.
Del carácter socio-interactivo de los modelos explicativos de la VIF se desprende que la familia
donde se observan problemas de VIF, existe un predominio de estructuras autoritarias, que siguen
parámetros dictados por estereotipos culturales, habitualmente de carácter vertical. (Pavón, 2010).
Pero más que un plano netamente comunicativo, este complejo proceso se expresa en el plano
relacional, que independientemente de la naturaleza a la cual responda, siempre que se presente en
medios donde la violencia es un mecanismo común de interacción, evidenciará patrones
disfuncionales a nivel, social, familiar y por ende cultural.
Se ha observado que en los casos de Violencia Intrafamiliar, las formas de comunicación se
caracterizan por diálogos elitistas, donde el establecimiento de jerarquías y las expresiones de
12
discriminación (de género y racismo especialmente) son la forma más común y constante a la hora de
establecer canales de comunicación entre los miembros de la familia, así como los empleados por
ésta para comunicarse con el medio social.
El lenguaje entonces se caracteriza por un alto grado de inequidad, y a consecuencia de ello, se
fomenta un sistema de relaciones estructurado a partir de la necesidad del manejo y control del poder
dentro como fuera de casa.
1.3.3 Formas de relación
Las familias que presentan patrones de violencia en su estructura y dinámica, muestran una alta
complejidad en lo referente al ámbito relacional, pues éstas no se definen en sí por la expresión de
síntomas, sino más bien por las formas en cómo se comportan y relacionan entre ellos y con otros.
Sus formas de relación van pueden caracterizarse por las siguientes formas:
• Familias aisladas: donde el silencio, la soledad o la falta adecuada de comunicación e
interacción del entorno familiar con el medio socio-cultural es la forma fundamental en la
dinámica familiar. Suelen percibirse como familias estrictas, rígidas que mantienen y
muestran una apariencia de equilibrio, salud y seguridad.
• Familias excluidas: caracterizadas por una falta de comunicación e interacción con otros
medios, desde el mismo entorno familiar, hasta con instancias externas institucionales y
sociales, promoviendo un patrón de distanciamiento de los miembros y la familia como tal,
con el entorno social que les rodea.
• Familias suborganizadas: este tipo de familias, muestra cierto grado de disfuncionalidad,
especialmente en lo relacionado a la distribución y ejecución adecuada de roles familiares,
desempeñando en ocasiones rolles inadecuados, o en otras, sintiéndose sin un lugar o papel
que desempeñar en la estructura familiar.
• Familias asociales: tienden a manifestar patrones de conducta lejanos a los parámetros de
normalidad considerados a nivel social. Se caracterizan por llevar a cabo conductas sociales
disfuncionales, pero que parecen ser aprobadas entre los miembros de la familia.
• Familias desorganizadas: se refiere a familias, que muestran una alteración tanto en el grado
y tipo de comunicación y relación entre sus miembros, así como en los roles que debe
desempeñar cada miembro en ella. La inestabilidad e inseguridad suelen caracterizar su
dinámica.
Se ha señalado las formas principales de relación que se suelen presentar en familias que comparten
una situación de violencia. Sin embargo, a pesar de reunir características diferentes en cuanto a la
dinámica o estructuración familiar, tienden a compartir una serie de indicadores, que puede
13
predisponerlos a experimentar situaciones de Violencia Intrafamiliar, tales como:
• Dificultades de comunicación: no existen adecuadas formas de expresarse, o bien, existe una
nula comunicación entre ellos.
• Experimentan sus reacciones emocionales con gran intensidad
• Escaso o ningún control de sus reacciones emocionales.
• Comparten muy poco de sus vivencias emocionales, entre ellos.
• Explosión simultanea de sentimientos de signo distinto
• Se confrontan constantemente, y los conflictos suelen comunes.
• Muestran la necesidad de establecer relaciones asimétricas a consecuencia de un patrón de
complementariedad frustrada.
1.3.4 Aspectos cognitivos
Se han formulado cinco variables cognitivas en los individuos (Claudia Iturralde, tomado de Silvia
Pavón, 2010), los cuales se harán referencia al concepto de Violencia Intrafamiliar:
1. Competencias cognitivas: es decir, se presentaría una incapacidad para analizar e integrar
adecuadamente (percepciones, pensamientos y acciones) en el procesamiento de la
información.
2. Estrategias de codificación: dificultades para categorizar adecuadamente los hechos,
fenómenos, situaciones o actores de la realidad en la cual se desenvuelven.
3. Expectativas: dificultad para predecir o adelantarse a las consecuencias de una determinada
conducta.
4. Valoración subjetiva de la respuesta del otro: se le acredita un enorme significado a nociones
subjetivas o irreales más que a los hechos reales o concretos
5. Sistema de autorregulación: dificultades para organizar, controlar, regular y evaluar la
conducta propia.
Los cinco componentes cognitivos mencionados, por sí solo no lograrían determinar pautas violentas
de conducta, pues es necesario que éstos entren en relación con otros elementos (sociales, culturales,
de relación, comunicación, etc.) para aumentar el grado de probabilidad ante dicho fenómeno.
El sistema de creencias, dentro del ámbito cognitivo permite al ser humano otorgarle sentidos y
valores a los diversos hechos, situaciones y personas que encuentre en sus diversas experiencias
personales y sociales, construyendo esquemas que organizarán sus ideas y acciones para vivir en
sociedad.
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Pero cuando nos enfrentamos a un sistema de creencias donde las prácticas de violencia se han
convertido en hechos normalizados e incluso aceptados por sus miembros, ya sea para garantizar su
supervivencia, adaptación, defensa o dominio, se potenciarán inevitablemente los mecanismos
internos que impulsarán la ocurrencia de la violencia.
1.3.5 Nivel socio-cultural
La Violencia Intrafamiliar, entendida como una problemática inmersa dentro de la organización
social así como del sistema cultural que rodea nuestra realidad, es reproducida a partir de diversas
estrategias de sociabilización.
Los procesos cognitivos involucrados dentro del proceso de Violencia Intrafamiliar, desempeñan un
papel esencial a la hora de abarcar esta problemática, referido principalmente a los componentes
perceptuales cognitivos, interpretativos modelos y estrategias de comunicación, así como a las
creencias.
Pero cabe indicar, que siendo los seres humanos actores activos y participativos de los fenómenos
culturales que ocurren en su entorno social, cada vez se van involucrando más en relaciones de poder
que adquieren mayor intensidad, conforme se consoliden como patrones culturales de
comportamiento.
Y precisamente en la familia, es donde se ha observado que a partir de una estructura jerárquica y
discriminatoria, se promueven en gran medida las relaciones basadas en el abuso de poder, que
imposibilitan las formas de expresión y relacionamiento entre sus miembros.
En la bases ideológicas, culturales y sociales encontramos las creencias subyacentes a la ideología
imperante en cada cultura; en nuestro país occidental existe un sistema de desigualdad que va
reproduciendo en todas las instancias sociales, desde las más amplias instituciones educativas,
religiosas, judiciales hasta la familia. (Pavón, 2010, pág. 73)
Este fenómeno no se limita únicamente al contexto social, espiritual o étnico, sino que más bien
implica el comprender cómo estos componentes van determinando la forma de ser y relacionarse de
las personas y por ende, de la estructura familiar.
La Violencia Intrafamiliar, también está fuertemente conectada a las bases ideológicas del contexto
socio-cultural donde se desarrolla, por ende requiere la comprensión de las relaciones entre la
familia, con su sistema social, donde el poder, los estereotipos de género y la inequidad son los
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pilares fundamentales que en conjunto promueven y mantienen las relaciones de maltrato a nivel
familiar, y por ende también social.
Tanto la legitimación (entendida como las formas de sanción y castigo a fin de evitar delitos
mayores), la Ocultamiento (ocultar cualquier tipo de vulneración o violación directa a los Derechos
del ser humano), y la Resignación (que implica la concepción de que nada puede hacerse contra algo
tan natural como la injusticia); en conjunto se constituyen como mecanismos que ideológicamente a
nivel social, están potencializando las relaciones de poder y sometimiento.
1.4 Ciclo de Violencia Intrafamiliar
La violencia muestra una dinámica y un ciclo de desarrollo que suele presentar las mismas
características, independientemente de las condiciones sociales, culturales, económicas o familiares
de cada situación. Parece ser un círculo vicioso donde los involucrados parecen no tener real
conciencia o noción de la realidad que están viviendo.
El ciclo de Violencia Intrafamiliar, tomado del modelo de Violencia contra la Mujer, representa un
modelo explicativo de la existencia de una secuencia circular ocurrida en el contexto de una relación
asimétrica como lo es la Violencia Intrafamiliar. Este proceso fue formulado en 1979, por la
antropóloga Leonor y comprende tres fases:
1.4.1 Fase de Acumulación de Tensión
Muchas relaciones de violencia, pueden permanecer en esta fase durante mucho tiempo, haciendo de
todo para evitar que se rompa el aparente equilibrio que creen haber encontrado en su forma de
relacionamiento.
Esta fase se caracteriza por la existencia de una sensación de desagrado por parte del agresor, en lo
referente a la convivencia conyugal. Se desencadenan discusiones relacionadas a situaciones
menores que generan algún grado de insatisfacción en el agresor (problemas económicos, laborales,
estrés, etc.).
Durante esta fase se producen golpes menores. En estos momentos, la víctima aún cree tener cierto
grado de control sobre la situación, mostrándose complaciente y sumisa, sin embargo, la tensión
constante de las discusiones, empiezan a desarrollar en ella expresiones de ira o frustración, que
favorecen el desarrollo e incremento de las discusiones.
Con el pasar del tiempo, se aumentan tanto las demandas como las sensaciones de insatisfacción en
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ambos, incrementando el nivel de estrés.
Luego, las conductas agresivas empiezan a aumentar su intensidad, en un inicio indirectamente
(objetos principalmente).
Tras esto, comienza a generarse el maltrato de tipo psicológico, mediante amenazas, insultos,
bromas, que amenazan principalmente la autoestima de la víctima y tienden a desvalorizarla como
mujer, madre y ser humano.
Cada vez más incrementa el maltrato verbal, burlas hacia la víctima, que aún no suelen considerarse
como necesarias para establecer una denuncia.
Como respuesta a estos hechos, la víctima tiende a desarrollar comportamientos complacientes, tanto
de ella como de sus hijos, a fin de evitar que su agresor se disguste y vuelva a recurrir a la violencia
que hasta entonces había empleado ante situaciones conflictivas.
Empieza a desatarse la violencia física, que genera en la víctima, una reacción de parálisis, pues no
consideró capaz a su cónyuge de llevarla a cabo.
Empieza a desarrollarse el mecanismo de defensa de negación, la víctima tiende a bloquearse de la
realidad, asumiendo que lo ocurrido fue consecuencia únicamente de situaciones adversas que no
volverán a ocurrir, empieza a refugiarse en las ilusiones de que su agresor no lo volverá a hacer o que
quizá cambiará.
El agresor, conforme transcurre el tiempo, empieza a tornarse más celosos y controlador, empieza a
dominar cada hecho, actitud e incluso la vestimenta de su víctima. Incluso trata de aislarla de sus
familiares y amigos.
Esta fase, empieza a dejar a la mujer, en una situación vulnerable. El ciclo de violencia, variará sus
intervalos de tiempo, conforme la realidad de cada uno de los actores involucrados, así como las
condiciones de maltrato.
1.4.2 Fase de Estallido de la Tensión o Explosión Violenta:
Esta fase comprende el resultado de toda la acumulación de tensión vivida en la primera fase, y tras
llegar al extremo de éste, empiezan a precipitarse las expresiones abiertas y directas de agresión
física.
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Para esta fase, la víctima ya no posee control alguno de la situación. Se produce entonces una
descarga incontrolada de frustraciones y tensiones producto de la primera etapa.
Se podría decir que la víctima está a voluntad de cuándo y cómo su agresor vaya a reaccionar. En el
surge una necesidad de canalizar erróneamente sus frustraciones, descargándolas sobre su cónyuge.
El agresor empieza a ser más específico acerca de dónde, cuándo y cómo agredirá a si víctima.
Incluso muchos de éstos, por temor a la crítica pública ante este tipo de hechos (que sabes que está
mal), golpean a sus víctimas en lugares poco visibles a fin de ocultar las lesiones y mantener una
apariencia social funcional, mientras que para otros los golpes serán señal de reconocimiento y realce
de su fuerza y poder.
Tras llevar a cabo la agresión, tienden a reducirse los estados de frustración y tensión en el agresor.
Se torna más relajado, calmado, apacible y cómodo.
La mujer, por otro lado, empieza a experimentar situaciones de confusión, ambivalencia entre el odio
y amor por su agresor, empieza a cuestionarse a sí misma sobre qué tiene o hace para merecerse ese
tipo de maltrato. Se siente incapaz e indefensa de reaccionar y empieza a asumir que es la vida que
merece, su autoestima cada vez más desgastada, y se sumerge en episodios de tristeza, ansiedad y
temor.
1.4.3 Fase de Luna de Miel o Arrepentimiento
Esta fase se caracteriza principalmente por una conducta y manifestaciones de arrepentimiento y
pasividad por parte del agresor, pues él se siente culpable por haber actuado de manera equivocada
e intentará a toda costa reponer o aliviar la situación que generó, suele mostrarse cariñoso,
complaciente y pedir perdón asegurando que esta clase de hechos no volverán a ocurrir. Tiende pues,
a manipular las situaciones, a fin de asegurar que su víctima no tomará represalias contra él.
La víctima, por otro lado, ya muestra un deterioro mayor en relación a su identidad así como a su
autoestima. Es entonces cuando empieza a consolidarse aún más una relación de dependencia hacia
su agresor, conformándose con una actitud de sumisión ante los hechos de violencia. Empieza
además a experimentar sentimientos ambivalentes, por un lado los deseos de escapar de esa situación
y ponerle fin al maltrato, y por otra su temor de enfrentarse sola a su vida.
Es entonces, cuando poco a poco, el ciclo empieza a convertirse en un círculo vicioso, donde el
agresor cree tener poder y control absoluto sobre su víctima.
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Si bien, la duración de esta fase aún no es del todo clara, parece ser más breve que las fases
anteriores, incluso se desconoce cuándo termina realmente, simplemente, según muchas víctimas,
sin darse cuenta, empieza nuevamente a acumularse la tensión, desencadenándose pues la primera
fase.
Este ciclo tiende a repetirse varias veces, y conforme esto ocurra, la fase tres irá reduciéndose e
incluso desapareciendo, mientras que las conductas agresivas cada vez serán más intensas y
peligrosas, con el fin de que el agresor consiga el control y sometimiento de su víctima.
1.5 Perfil del Agresor y la Victima
1.5.1 Perfil del agresor
Aún no existe una visión clara y absoluta de las características que estructuran el perfil de un agresor,
ya que tanto las condiciones personales así como las causas que conllevan al agresor a desarrollar
conductas violentas, suelen ser variadas conforme cada caso. Sin embargo, para dar continuidad a la
aproximación del fenómeno de Violencia Intrafamiliar, a continuación se expondrán diversas pautas
que señalan los patrones más comunes que suele caracterizar a los agresores.
Un hombre violento puede haber internalizado pautas de resolución de conflictos a partir de su más
temprana infancia. Cuando la demanda externa se vuelve insoportable, necesita terminar
rápidamente con la situación que la genera, y él ha aprendido que la vía violenta es la más rápida y
efectiva para aliviar la tensión. (Corsi, 1992)
Las diversas modalidades de violencia, por lo general varían conforme aspectos relacionados a
patrones de aprendizaje del agresor en relación a temas de violencia (familia, sociedad, cultura), el
nivel de tensión o frustración del agresor en el momento que se desataron los hechos de violencia o
incluso el nivel de abstracción del sujeto en respuesta a las conductas agresivas que ha llevado a cabo
(toma de conciencia); pues el objetivo final siempre será el control y sometimiento de su víctima,
independientemente del tipo de conducta que emplee para ello. La meta fundamental, no
necesariamente suele ser el daño a la víctima, sino asumir una posición de poder frente a la relación.
La mayoría de agresores muestran un patrón común donde interpretan a la violencia como una
exitosa forma de control de sus relaciones y de su víctima. Aún más, si éste mecanismo del uso
abusivo de poder sobre otros le genera algún tipo de beneficio, sus conductas se irán reforzando
conforme transcurra el tiempo.
A continuación se exponen cuatro dimensiones que permiten una mayor aproximación al perfil de un
agresor, en casos de Violencia Intrafamiliar:
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Dimensión conductual:
“…es a menudo rígido, carente de empatía, impermeable al otro y a su diferencia, excepto en
la que ésta pudiera parecerle peligroso para sí mismo. Presenta cantidad de ideas fijas y
comportamientos destinados a rectificar todo lo que es diferente de sí mismo” (Echeburúa
&Corral, 1998).
La conducta del agresor suele caracterizarlo por encontrarse casi siempre a la “defensiva” y por
una necesidad constante de asegurar la posesividad de éste sobre su cónyuge.
Tiene un deseo y una necesidad constante de dominar y una falta de flexibilidad y apertura al
cambio, además muestra dificultades en el control y regularización de su conducta.
También suele asumir comportamiento disociadas, esto es que ante la mirada pública se
muestra como un sujeto adaptado, equilibrado, pasivo con actitudes de tolerancia pasiva; sin
embargo en el ámbito privado (dentro del hogar) tiende a actuar de manera opuesta,
mostrándose amenazador, dominante y de manera agresiva verbal, física y psicológicamente.
Suelen ser expertos manipuladores, recurriendo a la mentira e incluso a la justificación de sus
conductas a fin de no asumir la responsabilidad que realmente posee.
Dimensión cognitiva:
El agresor por lo general, tiende a enfocarse en un mecanismo de minimización cognitiva
acerca de las consecuencias de su conducta agresivas, acompañado de un mecanismo de
sobrevaloración de las circunstancias causantes de sus arranques de ira.
Muestra además, rigidez de sus pensamientos y percepciones y una fuerte tendencia machista
en la discriminación de la realidad.
Tiende a presentar una baja capacidad de afrontamiento ante las situaciones conflictivas, así
como en el manejo del estrés, sea este interno o externo.
Manifiesta también, una escasa dificultad de insight, y de auto identificación de sus ideas,
temores o errores, por lo que tiende a confundir sentimientos de temor con rabia, furia y
agresividad.
Suele hacer realizar suposiciones irracionales sobre su pareja, y basarse más bien en
20
construcciones imaginarias de ella.
Dimensión interaccional:
Las formas de interacción variarán desde períodos de pasividad, hasta los estallidos de cólera y
violencia, tal como se expuso en el ciclo de violencia.
Las primeras formas de este tipo de interacción, suelen acompañarse de intentos de controlar
todo lo que hace o las amistades de su pareja,
Las interacciones del agresor se basan en factores tales como generar y asegurar la dependencia
y posesividad de su pareja. Cuando esto se ha establecido, empleará cualquier método que esté
a su alcance para mantener un control absoluto sobre su víctima basada en una relación
asimétrica.
Cabe recalcar que el agresor no es identificable por su conducta social, pudiendo pertenecer a
cualquier clase social, incluso es importante señalar que los el nivel académico no inmuniza los
comportamientos violentos.
Dimensión psico-social:
Los agresores, por lo general, no se presentan como un grupo homogéneo en la sociedad, pero
en la mayoría de los casos, muchos de ellos evidencian problemas tales como el consumo de
alcohol y otras drogas, lo cual también representa un fundamental factor como promotor y
sostenedor del comportamiento violento.
El agresor, además, muestra una fuerte conexión a aspectos tradicionales en el funcionamiento
social, como que la mujer es inferior al hombre por naturaleza, maltratar a la mujer es normal,
la violencia es la única forma de conseguir el respeto en el hogar e incluso que el hombre es
quien manda en la familia y todos quienes vivan en “su casa” deben obedecerle.
Se sobrevaloran en el hogar, y buscan en el maltrato a la pareja, el poder que se les niega en la
calle. Por eso tienden a retener s su/sus víctima/as y no quieren perderlas. Las necesitan para
desahogarse y la excusa perfecta la encuentran cuando a ella se le ocurre llevarle la contraria,
quejarse o protestar por el maltrato. (Hernández, Limiñani Gras, 2007, pg.: 41, 42)
La identidad del agresor y aún más específicamente del género masculino, por lo general
responde a un patrón cultural donde se realza la fortaleza y la brutalidad como virtudes propias
21
del hombre, y por otro lado, la sumisión y conformismo como virtudes propias de la mujer.
Entonces, la identidad del agresor suele responder a estructuras tales como una sobrevaloración
de sí mismo, de sus capacidades y su grado de dominio sobre sí mismo y los otros, así como la
incapacidad para expresar algún tipo de debilidad ante los otros. Para mantenerse integrado
ante tales demandas, por lo general el agresor suele mostrar una actitud de poder, dominio y
fortaleza a fin de no defraudar la imagen tradicional del hombre.
…el estereotipo social equipara masculinidad en comportamientos agresivos y competitivos,
negando en ocasiones a los hombres la posibilidad de desarrollar la capacidad de cuidar de
otros; la expresión emocional y sus necesidades humanas de apego y dependencia quedan en un
segundo plano. (Bentovin, 2000)
En este sentido, el agresor, suele caracterizarse por una dificultad para expresar o manifestar
sus emociones, para comunicar sus sentimientos y temores y su resistencia para asumir
actitudes de sumisión o debilidad ante sus víctimas. No canalizan adecuadamente las
emociones negativas y experimentan a su vez un sentido de inseguridad lo cual suele hacer
que el mínimo reclamo, sea percibido como una ofensa directa a su persona.
1.5.2 Perfil de la víctima
A pesar que aún no se ha formulado un perfil definitivo o absoluto para las víctimas, si existen
diversas características muy comunes que comparten muchas de ellas y que son pautas esenciales a
identificar a la hora de abarcar el complejo fenómeno de Violencia Intrafamiliar.
Las víctimas por lo general, suelen presentar una baja autoestima y un bajo autoconcepto, a
consecuencia en su mayor parte a que llegan a asumir como verdaderas todas aquellas burlas, críticas
y desvalorizaciones de su agresor. Además que, han aprendido a priorizar la opinión y seguridad
externa por sobre su bienestar y felicidad.
Esta desvalorización de sí mismas, fomentan en ella la dificultad en la toma de decisiones sobre su
vida y bienestar e incrementa sus temores de desenvolverse de manera autónoma.
Muestran un patrón de dependencia emocional, social y económica, esto asociado a sus permanentes
sentimientos de inseguridad e incapacidad para valerse por sí misma en su vida e incluso en el
cuidado del hogar y de sus hijos. Incluso llegan a considerar a su agresor, como su única fuente de
contacto y de referencia con el mundo exterior, lo cual favorece al poder que éste ejerce sobre ella.
22
Experimentan sentimientos de ambivalencia con respecto a su pareja principalmente, que oscilan
entre el amor que creen tener hacia él y el odio que resulta tras enfrentar el maltrato de ellos. Poco a
poco, empiezan a desarrollar sentimientos de malestar y culpa, por sentirse incapaces de frenar las
situaciones o por sus sentimientos de impotencia a denunciar estos hechos.
Para mantenerse integradas o, de alguna forma, esperanzadas en que la violencia finalizará tarde o
temprano, suelen enfocarse en los aspectos aparentemente buenos de sus agresores. Incluso, se
muestran, la mayor parte del tiempo, como complacientes, sumisas y atentas a fin de evitar a toda
costa eventos que puedan desencadenar la violencia. Suelen incluso establecer como un elemento
vital, el conseguir el reconocimiento y valor por parte de su agresor. (Romero, 2004)
Es importante señalar, que uno de los principales mecanismos de defensa, que la mayor parte de las
víctimas de violencia llegan a presentar como factor común durante este difícil proceso, es la
negación, el cual suele llevarlas a interpretar erróneamente nos hechos a fin de no asumir como real
la situación que enfrentan y suelen llevarlas a interpretar erróneamente la realidad así como las
propias conductas de violencia.
Acorde a esto, otros de los mecanismo presentes en las víctimas, suelen ser: la minimización (la
violencia no es tan mala, pronto acabará), la proyección (principalmente enfocado a satisfacer a otros
para hallar bienestar), la justificación (de los hechos como de las conductas violentas) y la
racionalización (restándole el real impacto que la violencia genera en sus vidas)
Una vez abierto el panorama acerca de las principales características comunes en víctimas de
violencia intrafamiliar, a continuación se exponen las tres principales dimensiones que permiten
generar una mayor aproximación al perfil de una mujer víctima de Violencia Intrafamiliar:
Dimensión conductual:
Suelen ser personas retraídas, temerosas e incluso pueden buscar aislarse socialmente.
Además que, ante cualquier estímulo externo, suelen provocar en ellas fuertes reacciones
emocionales.
Las víctimas por lo general, en el ámbito público suelen mostrarse como personas
aparentemente estables, ocultando a la sociedad, sus verdaderos padecimientos ante la
situación de violencia que están atravesando.
Pero en el ámbito privado, sus comportamientos suelen ir desde la total sumisión por no
tentar a su agresor, hasta arranques emocionales de sus emociones y tensiones contenidas, así
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como por las reacciones que ha mantenido oprimidas durante mucho tiempo.
Pueden mostrase hipervigilantes y alertas en el ambiente, e incluso llegan a creer que deben
adaptarse indiscutiblemente a las condiciones de violencia, pues no existe otra alternativa
para ello.
Dimensión cognitiva:
Las condiciones de violencia de las que son víctimas constantemente, suelen
conducirlas a desvalorizarse a sí mismas, percibiéndose negativamente, tal como su agresor
suele señalarlas.
Tienden a considerar que el mundo es injusto y que por tanto, no puede enfrentarse a éste pos
sí misma, para lo cual las conductas de sumisión resultan ser la mejor estrategia.
Además que se perciben a sí mismas como incapaces de enfrentar o aún más, de escapar de la
situación de violencia que atraviesa.
Tras largos períodos de exposición a la violencia, suelen desarrollar ideas irracionales con
respecto a sí mismas, a su vida, a su agresor, así como a su futuro y la vida en general,
dotándole más bien un carácter negativo acerca de todas las interpretaciones que suele hacer
de la realidad.
Incluso, suelen desarrollar ideas suicidad u homicidas, como estrategia final para resolver su
difícil situación.
Sus mecanismos cognitivos los emplea básicamente para minimizar la violencia,
manteniendo la creencia de que su agresor algún día recapacitará y cambiará, e incluso en
etapas posteriores, llegan a asumir que merecen la violencia. (Echeburúa & Corral, 1998;
Sarasua & Zubizarreta, 2000).
Dimensión psicosocial:
Los estereotipos de género, han llegado a considerarse como la base fundamental que regula
y consolida la Violencia Intrafamiliar, pues promueven esquemas y representaciones
distorsionadas sobre el funcionamiento social de hombres y mujeres.
Las víctimas de violencia, suelen incorporar en su vida, modelos de sumisión total,
24
dependencia y pasividad, acordes a las exigencias y estereotipos que acompañan a nuestra
sociedad actual.
Esto suele generarle sentimientos de ambivalencia entre lo que quiere y lo que cree que debe
ser o parecer. Incluso este factor, desempeña un papel fundamental cuando las víctimas se
muestran temerosas a levantar las denuncias por la enorme influencia del contexto
socio-cultural.
Generalmente las víctimas, suelen sentirse constantemente aterrorizadas en relación a su
experiencia. Su personalidad suele irse moldeando acorde a las condiciones de maltrato que
enfrenta y los mecanismos que debe emplear para mantenerse integrada y sobrevivir ante
tales circunstancias. Se creen la principales responsables de la violencia y se convierten poco
a poco en esclavas de un profundo sentimiento de culpa.
Sus emociones, suelen oscilar entre el deseo de expresar sus sentimientos, y el temor de
enfrentarse al a su agresor y que éste le haga daño. Por ello, han encontrado como mejor
estrategia, el silencio y el reprimir todas sus necesidades, lo cual suele terminar incluso en
desarrollar síntomas psicosomáticos, donde la enfermedad orgánica enmascara sus
afectaciones psicológicas.
Experimentan constantemente sentimientos tales como el miedo, la resignación y la
angustia. Las situaciones de indefensión, de sentimientos de descontrol de su propia vida y la
continua tensión de las que son víctimas, las hacen encontrarse permanentemente en alerta.
1.6 Realidad Nacional de la Violencia Intrafamiliar
En el intento de explicar el contexto ecuatoriano que caracteriza y promueve las conductas y
creencias en torno al tema de violencia, es indispensable considerar aspectos de diversos órdenes,
sean estos sociales, culturales, legales, psicológicas y de salud, para brindar una panorámica más
exacta sobre ello.
Desde hace ya varios años, problemas de carácter social, tales como la pobreza, la migración, el
desempleo, así como la misma crisis económica que caracterizaba a nuestro país, significó un factor
que alteró en gran medida significó la progresiva desestabilización de la sociedad ecuatoriana,
afectando principalmente el funcionamiento y la misma dinámica relacional a nivel familiar y por
ende social de las personas.
25
Tal como señala Maluf (2002), el entorno social y político del Ecuador durante años se ha
acompañado por hechos de exclusión y desigualdad en base a las diferencias étnicas o de género de la
población, velando en la mayoría de situaciones por los intereses y beneficios de grupos particulares,
siendo promotora y recreadora de relaciones basadas en una estructura de poder y control, lo cual ha
llevado a que las familias construyan significados y pautas de conducta acordes a esta realidad.
Como otro componente, la ciudadanía que destaca al ser humano como sujeto de derechos y
obligaciones en la sociedad donde se desarrolla y con la cual interactúa constantemente, promueve la
práctica permanente de valores tales como la ética y respeto de sus ciudadanos. Pero al verse ésta
violentada por prácticas maltratantes entre la sociedad misma, dichos contenidos serían
interiorizados poco a poco a enseñanzas que se adquirirán y practicarán constantemente dentro del
entorno familiar.
El aislamiento a nivel social, ha sido otro aspecto crucial en el mantenimiento de la Violencia
Intrafamiliar, sustrayéndolo de la perspectiva pública y promoviendo el uso de roles y
comportamientos jerárquicos, inflexibles, violentos y que no potencian un adecuado bienestar para
sus miembros y la estructura familiar como tal (Pavón, 2010)
Para que la violencia se aplique en nuestro entorno, se requiere de un medio cultural que acepte y
tolere este tipo de prácticas relacionales. Y aun cuando se han promovido diversas leyes que castigan
los actos violentos, vivimos en u medio donde aún el maltrato es aceptado como una forma apropiada
de crianza en el hogar, que aparentemente cubren la necesidad una necesidad de disciplina, pero que
siguen enmascarando pautas culturales que aprueban las conductas violentas como hechos cotidianos
y poco trascendentales.
Es así como poco a poco, las relaciones y roles basados en prácticas violentas, incrementan y
potencian la aparición y mantenimiento de este fenómeno en un marco socio-familiar e histórico.,
que van indiscutiblemente acompañados de construcciones inadecuadas acerca de la visión de
género o de la necesidad de un funcionamiento jerárquico en el plano de relaciones humanas.
(Bentovin, 2000).
Las denuncias en casos de Violencia Intrafamiliar han incrementado en gran medida en los últimos
dos años, siendo las mujeres en un 86% las principales víctimas.
Esto como una consecuencia lamentable de la cultura de violencia que poco a poco se ha ido
adaptando y constituyendo como parte de la sociedad ecuatoriana, donde los ciudadanos cada vez
más acentúan pautas de relación basadas en la intolerancia y una necesidad latente de control por
medio de la agresividad.
26
Los medios de comunicación significan también un componente impactante para fomentar esta
cultura, los cuales progresivamente han ido restando la verdadera sensibilidad que requiere el
fenómeno de violencia, proyectándolo más bien como un espectáculo común, divertido e incluso
socialmente aceptado.
La violencia intrafamiliar en la realidad nacional constituye ya un problema de salud pública que se
ve influenciada por el contexto socio cultural, así como por las mismas prácticas legales que
constituyen y regulan el funcionamiento nacional.
La legislación ecuatoriana aun no potencia las medidas necesarias de protección en casos de
violencia intrafamiliar, especialmente a la hora de precautelar el bienestar de la mujer. Incluso esto
se evidencia en el hecho de que el delito de femicidio aún no ha sido tipificado y adoptado en la
práctica.
Si una mujer maltratada llega a una casa de salud, el caso no es reportado con la relevancia que
amerita. Si ella acude a las entidades judiciales y obtiene una boleta de auxilio, la policía no hace un
seguimiento apropiado. Finalmente, pide ayuda a su familia y es cuestionada e incluso
responsabilizada por su situación. (Martínez, 2014)
Si bien a partir de los años setenta, es que se empezó a brindar un campo de estudio más abarcativo e
interdisciplinario a este fenómeno, relacionando disciplinas conexas tales como el Derecho, la
Medicina, la Criminología y la Victimología, no fue sino hasta la década de los noventa que la
Psicología empieza a ser uno de los pilares indispensables para comprender e intervenir ante tan
impactante problema social.
En la actualidad, las estrategias de intervención en casos de Violencia, han enfocado su labor
primordialmente al restablecimiento del bienestar físico y legal de las víctimas. Incluso, en el actual
modelo de jurisdicción.
Se perciben muchas incongruencias que son un importante impedimento a la hora de garantizar el
adecuado y óptimo restablecimiento de los derechos vulnerados de las víctimas.
Incluso, la revictimización percibida por las víctimas en el sistema judicial, resulta otra evidente
deficiencia a la hora de responder verdaderamente a los intereses y más que todo a las necesidades de
ellas. (Beristain, 1999)
El hecho de levantar una denuncia, significa para muchas víctimas un enorme paso y la última opción
para enfrentar su conflictiva situación. Recurren pues a las entidades pertinentes que consideran
27
restablecerá sus derechos vulnerados, pero al enfrentarse a un sistema aún deficiente a la hora de
garantizar su bienestar físico y sobre todo el psicológico, que más que agotar, revictimizar a las
víctimas, terminan por acentuar una visión catastrófica acerca de su realidad y de las alternativas de
superar exitosamente las situaciones de VIF.
Nos enfrentamos pues, a falencias tales como la diferencia en cuanto a los protocolos en los que
respecta a la atención e intervención por parte de las diversas Instituciones destinadas a tratar casos
de VIF, muchos de los cuales constituyen adaptaciones superficiales a nuestra realidad nacional o
que por el contrario se enfocan a brindar una pronta solución para las condiciones de maltrato,
promoviendo una visión sesgada acerca del fenómeno de violencia y fracasando en la importante
tarea que significa la intervención integral en este campo.
El Sistema Judicial actual parece privarse o limitarse a la hora de construir una perspectiva real y
global acerca del fenómeno de Violencia Intrafamiliar, lo cual se evidencia principalmente en las
diversas metodologías que emplean para intervenir en este campo.
La intervención actualmente se basa en estrategias que tal solo responden a intereses individuales,
particulares y sesgados por parte de los profesionales, muchos de los cuales no llegan al nivel de
interdisciplinariedad que es tan indispensable a la hora de abarcar los casos de violencia
intrafamiliar. Los resultados obtenidos en muchas de las evaluaciones, sean estas psicológicas,
sociales o legales, quedan resumidos a evaluaciones muy objetivas y simplistas sobre los hechos que
pretenden explicar, persiguiendo el fin primordial de cumplir el procedimiento legal que se les ha
encomendado, y donde su objetividad limita la adecuada comprensión que requiere un problema tan
complejo como lo es la VIF y aún más la misma naturaleza humana.
1.7 Efectos de la Violencia Intrafamiliar en los Diversos Campos del Desarrollo Humano
“Las mujeres que informan de violencia infligida por sus parejas tienen más necesidades de
salud y solicitan servicios de salud con más frecuencia que la población en general” (OMS,
2013)
A pesar que la influencia directa de aspectos tales como la inequidad de género, la pobreza, el
contexto socio-cultural, el ámbito legal o incluso el grado de desarrollo industrial han representado
variaciones en las formas de expresión de este fenómeno, las consecuencias para las víctimas parecen
ser las mismas independientemente del entorno al cual se haga referencia.
Los efectos de la violencia intrafamiliar hacia la mujer son muy importantes de considerar, ya que
28
ésta genera secuelas inmediatas sobre diversos aspectos relacionados a la salud física y psicológica
de las víctimas, así como para su adecuado desarrollo social.
Aún más, cabe señalar que las secuelas de carácter emocional y conductual, indiscutiblemente son
las que más tiempo tardan en ser restablecidas y sanadas.
En relación al aspecto físico, las secuelas de la violencia hacia la mujer suelen ser las más evidentes a
la hora de tratar este tipo de casos, ya que pueden ir desde lesiones físicas agudas, tales como
hematomas, heridas punzantes, fracturas, quemaduras hasta lesiones de carácter más grave como
dolores crónicos, dificultades para realizar tareas cotidianas o situaciones que generen incapacidad
en las víctimas.
Las secuelas físicas, suelen ser más comunes en casos de maltratos repetitivos o persistentes a los
largo del tiempo. Estas consecuencias, pueden ser leves, inmediatas, crónicas e incluso mortales,
recalcando que mientras más graves sean, presentarán mayores repercusiones negativas sobre la
salud de las víctimas. Incluso, aun cuando las condiciones de violencia haya terminado, muchas de
estas afectaciones pueden persistir durante largos períodos de tiempo e incluso representar secuelas
físicas imborrables. Las probabilidades de femicidio son elevadas especialmente en casos donde han
existido antecedentes de algún tipo de violencia.
La intervención para este tipo de afectaciones, suele variar conforme el nivel de gravedad de las
heridas, sin embargo el principal fin de ello debe ser en un principio evaluar las áreas afectadas a fin
de salvaguardar la integridad y sobre todo la vida de las víctimas, restableciendo para ello la
funcionalidad de los órganos o sistemas que se hayan visto alterados y garantizando el bienestar
físico de ellas.
En cuanto a las consecuencias conductuales y relacionales, se ha observado que en casos de violencia
intrafamiliar, las consecuencias suelen ser muy diversas pero evidentes, como lo son por ejemplo, los
intentos de suicidio y las conductas de autoagresión.
Por lo general, la mayor secuela en este sentido, suele evidenciarse en comportamientos que buscan
ante todo garantizar la supervivencia o adaptabilidad de las víctimas a las condiciones de maltrato en
las que se ven inmersas. El aislamiento social es una muestra de ello, que asociado a los bajos niveles
de autoestima, el temor a la crítica pública o las ideas irracionales de que merecen y son las únicas
responsables de las condiciones de violencia a las cuales se enfrentan, suelen ser factores que
contribuyen a ello, donde la víctima poco a poco restringe un aspecto indispensable para su salud
como lo es el desarrollo social.
29
Otras de las secuelas en relación al ámbito conductual, suelen ser las alteraciones en el sueño, como
lo son las dificultades para conciliar el sueño, pesadillas, insomnio tardío, hasta condiciones de
hipersomnia donde intentan dormir elevadas cantidades de tiempo a fin de evadir la dura realidad que
enfrentan. Incluso suelen evidenciarse trastornos de los hábitos alimenticios, que pueden variar
desde la restricción total hasta el abuso de la comida para silenciar la ansiedad o depresión que
indiscutiblemente acompaña a un proceso de violencia.
En situaciones de violencia prolongada, las consecuencias conductuales pueden llegar a expresarse
en cuadros elevados de estrés, trastornos de ansiedad especialmente evidenciados en estrés
postraumático, trastornos del estado de ánimo, trastornos psicosomáticos; hasta conductas
antisociales que involucrarían el uso de alcohol y otras drogas. Incluso, son evidentes tasas elevadas
de ansiedad y alteraciones en lo referente al aprendizaje. (Dificultades en funciones tales como
memoria, atención y concentración).
Cabe señalar que el agotamiento mental y físico caracterizan también los casos de violencia
intrafamiliar, consecuencia directa de las dificultades que encuentran las víctimas para ponerle fin a
esta situación.
Las intervenciones en este campo, necesariamente deben acompañarse de intervenciones
terapéuticas que se orienten a favorecer el desarrollo social de la víctima, y promover conductas que
favorezcan a su salud integral.
1.8 Perspectiva Psicológicas de la VIF
Este capítulo pretende exponer con mayor énfasis a las consecuencias psicológicas que suelen
acompañar las condiciones de maltrato en las víctimas, ya que el estudio en relación a este
importante componente del desarrollo humano, ha quedado en la mayoría de casos relegado a un
plano secundario a la hora de analizar y comprender un fenómeno tan complejo como lo es la
Violencia Intrafamiliar.
Dado que la violencia suele mantenerse como un problema intimo o secreto de la familia, muchas de
las víctimas no suelen denunciar los casos debido a que presentan sentimientos profundos de
vergüenza acerca de cómo será tratado a nivel público su problema, e incluso por el temor de
deshonrar su rol de mujer o madre. Esta violencia permanece escondida y toma un carácter íntimo y
secreto.
Las condiciones de violencia suelen acompañarse de marcadas dificultades en el manejo conductual,
30
que desencadenan la agresión. La violencia intrafamiliar entonces, se caracteriza por formas de
relación estructuradas a partir del manejo abusivo del poder o autoridad, donde el agresor busca
como sea reivindicarse en una posición de superioridad sobre su víctima, infringiéndole para ello
algún tipo de sufrimiento mediante golpes, amenazas o humillaciones. Ante ello, la víctima no suele
hallar otra alternativa que someterse a la voluntad de su agresor.
Las consecuencias psicológicas suelen presentarse de forma innegable a lo largo de este complicado
proceso, independientemente del tipo de violencia al cual hagamos referencia.
Las víctimas suelen convencerse y conformarse con las condiciones de vida que le ha tocado vivir,
asumiendo que es su principal tarea la de promover la inhibición de la violencia a fin de garantizar
su propia supervivencia o la de sus seres queridos. Incluso, llegan a apropiarse de la idea de creerse
responsable de la situación e indigna de merecer una situación mejor.
“El maltratado presenta un importante trastorno de la identidad, y su sentimiento de deuda
respecto a quien lo castiga le lleva a justificar los golpes y sufrir sin decir nada. (Perrone,
2002)
Las condiciones de violencia crean en la víctima, la necesidad de mantener y salvaguardar el
funcionamiento y bienestar familiar, lo cual suelen llevarla a mantenerse en una actitud de sumisión
ante su agresor, sometiéndose para ello a él, a sus exigencias, creyendo que de esta manera impedirá
todo tipo de confrontación. La víctima poco a poco empieza a eclipsarse de mundo.
Esto suele generarle marcadas consecuencias psicológicas relacionadas a la pérdida progresiva y
alarmante sobre su sentido de identidad. Su autoestima se ve evidentemente afectada y deteriorada,
en conjunto con una sensación de que su mundo interno está siendo cada vez más reducido y
destruido. Se ven muy aferradas a la idea de que no merecen ningún tipo de afecto, respeto e incluso
reconocimiento por parte de los otros.
Generalmente, los sentimientos de culpa, consecuente con su deseo de esconder o justificar la
realidad violenta que están viviendo para no destruir la imagen de bienestar, armonía familiar que
creen es su tarea esencial. (Perrone, Nannini, 2002).
Muchas víctimas encuentran una enorme dificultad a la hora de hablar de sus experiencias
personales, aún más las referidas a las de VIF. También suelen evidenciarse fuertes tendencias en
ellas al auto desprecio y la autocrítica, especialmente por la permanente vergüenza que le han
atribuido a su existencia.
31
Con el pasar del tiempo, se creen y sienten menos capaces de superar sus conflictos o defenderse ante
su agresor. Son víctimas que se han aferrado fuertemente a una necesidad de sobrecompensación de
su baja autoestima, por medio de tareas o asumiendo actitudes complacientes a fin de conseguir ese
reconocimiento y gratificación del que se han visto privadas por mucho tiempo.
Han llegado incluso a interiorizar en extremo la idea de “vivir para los otros”, dotando de mayor
importancia y relevancia el bienestar y la felicidad de otro, por encima de la suya, restándole el valor
y la importancia que realmente poseen sus necesidades físicas, sociales y sobre todo emocionales.
Los insultos, las humillaciones, el aislamiento social y la dependencia económica y afectiva de su
agresor, así como la presión social y los valores imperantes respecto a la familia, han generado en
ellas un estado de indefensión ante cualquier tipo de amenaza que perciban en su entorno.
Las condiciones de maltrato a las que constantemente se vieron expuestas, han generado en ellas una
sensación de alerta permanente, mostrándose hipervigilantes, alertas ante cualquier estímulo, por
más mínimo que sea.
Incluso, llegan a adoptar estilos de adaptación basados en la desconfianza a los otros, pues guardan
un profundo temor de ser nuevamente sometidas al maltrato del cual fueron víctimas anteriormente.
Podrían incluso llegar a aislarse de todo tipo de interacción a fin de prevenir cualquier tipo de
amenaza a su integridad.
Pueden presentarse consecuencias en su funcionamiento psicológico tales como alteraciones del
estado de ánimo (tristeza, Distimia, disforia), llanto fácil o constante (al hablar o referirse a las
condiciones de violencia que vivieron), además pueden llegar a perder interés parcial o total hacia
diversas actividades en su vida o al hecho de interactuar con otros (principalmente debido a sus
temores a la crítica o al rechazo social).
En el nivel clínico, como una expresión alarmante del deterioro en su estima personal, pueden
desarrollarse alteraciones más patológicas, tales como trastornos del estado de ánimo (depresión,
cuadros bipolares), trastornos de ansiedad (estrés postraumático, fobias, ansiedad generalizada),
trastornos psicóticos, diversos tipos de esquizofrenias, trastornos de la personalidad (dependiente,
esquizoide, paranoide, límite, , obsesivo-compulsivo, evitativo) e incluso llegar al extremo fatal de
comportamientos suicidas a fin de remediar lo que en muchos sentidos consideran un “lamentable
destino de maltrato y sufrimiento”.
Como se ha señalado, las secuelas psicológicas de la Violencia Intrafamiliar, genera en las mujeres
víctimas una gran cantidad y variedad de secuelas, que si bien no podrían ser claramente
32
identificadas o evidentes en un primer plano, significan una importante amenaza tanto para su
bienestar como para su adecuado desarrollo psicológico.
Por ello, la intervención debe priorizar el restablecimiento de las afectaciones psicológicas, partiendo
para ello de una concepción integral tanto del fenómeno de violencia, así como de la realidad que
acompaña a cada víctima.
Es indispensable que los procesos de intervención psicológica manejen un lenguaje más humanizado
y sensible, especialmente hacia los diversos hechos o personajes que se ven inmersos en los hechos
de violencia. Además que resulta fundamental que los diversos profesionales involucrados en este
proceso, independientemente del rol que desempeñen, o del tipo de tarea que lleven a cabo, deberán
estar adecuadamente preparados y formados en materia de Violencia Intrafamiliar, lo cual les
significará un importante aporte a la hora de comprender la complejidad de este fenómeno, así como
el atender realmente al conjunto diverso de necesidades que acompaña a cada víctima. Además que
resulta indispensable, que exista una adecuada coordinación entre los diversos sistemas de atención
que se pretendan llevar a cabo en cada caso, a fin de evitar someter a las víctimas a procesos de re
victimización, y garantizar en un exitoso trabajo, el bienestar e integridad total de ellas.
33
TITULO II PERSONALIDAD
2.1 Definición
En general, las personas funcionan como totalidades organizadas, y desde esta perspectiva de su
organización o totalidad, es desde donde tenemos que comprenderlas. (Pervin, 1987)
El abordaje de la personalidad requiere un estudio y comprensión del ser humano en cuanto a la
totalidad de éste, y fundamentalmente a las diferencias existentes entre las personas, comprendiendo
para ello diversas pautas del comportamiento humano, donde toda persona y hecho, significarían
algo único, haciendo énfasis en el modo como cada persona difiere en sus percepciones acerca de la
realidad, y la manera como estas diferencias se relacionan con su funcionamiento global.
Por ello, la personalidad implica la comprensión de la conducta a través de la interacción entre los
distintos aspectos del funcionamiento individual.
La personalidad representa a las propiedades estructurales y dinámicas de un individuo o individuos,
tal como estas se reflejan en sus respuestas características a las situaciones. Con otras palabras el
termino personalidad hace alusión a aquellas propiedades permanentes de los individuos que tienden
a diferenciarlos de los demás. (Pervin 1987).
La personalidad comprende el conjunto de características individuales que resultan de la interacción
entre los componentes biológicos, ambientales, conductuales y psicológicos de cada persona. Es
además una estructura que nos permite interpretar y manejar funcionalmente los estímulos
provenientes de la realidad a fin de desarrollar estrategias que favorezcan la función adaptativa al
medio.
Abarca los componentes tanto estructurales como dinámicos de la psique humana, que
independientemente a la naturaleza o manifestaciones a la cual ésta responda, es definida en los
patrones de conducta evidenciados en respuesta a diversas situaciones de la vida diaria de cada
sujeto.
La personalidad recalca la importancia de considerar aspectos cruciales de la naturaleza humana,
tales como que:
1. El hombre es algo único entre todas las especies, y son sus características exclusivas el
34
interés fundamental a la hora de abarcar la personalidad.
2. Tanto el pensamiento, como la expresión a través del lenguaje demuestran la capacidad
humana de simbolizar (permitiendo la percepción de un pasado, presente y futuro, sin
depender básicamente de la estimulación inmediata), representar y transmitir su conducta en
un grado diferente al resto de especies.
3. El estudio de la personalidad debe abarcar la complejidad de la conducta humana, la cual
significa la representación no solo de la personalidad, sino también de sus situaciones.
4. En la búsqueda de descifrar y describir la conducta humana, es necesario conocer
características de cada persona así como de las condiciones o hechos que rodearon tal acción,
partiendo de la premisa que la conducta no es siempre lo que aparenta, y por ende no siempre
existirá una relación fija y lineal entre una determinada conducta y las causas productoras de
la misma.
5. Finalmente, es importante señalar que no siempre el ser humano, es o será consciente de los
factores que determinan su conducta. Y aun si éstas son importantes o insignificantes,
comunes o extrañas, normales o patológicas, ocurren y por tanto, deben ser explicadas de
algún modo.
Resumiendo, la ciencia de la personalidad intenta comprender cómo son las personas, aun
reconociendo que los individuos son, en muchos aspectos, algo único. Trata de descubrir,
comprender y explicar, las regularidades y consistencias de la conducta humana. Además que
permite elaborar teorías que nos ayuden a ordenar los fenómenos y nos indiquen estrategias para
investigaciones ulteriores. (Pervin, 1987).
En resumen, la personalidad podría resumirse como la forma en que sentimos, pensamos, actuamos,
percibimos e interpretamos la realidad que nos rodea, que se va haciendo constante a lo largo del
tiempo y de las experiencias también, sería la estrategias personal o peculiar de cada persona a la
hora de reaccionar frente a diversos hechos de la vida, retroalimentándonos constantemente con
ellos. Es la estructura fundamental que promoverá un desarrollo integral del resto de habilidades
personales y sociales en cada persona.
2.2 Estructura y Desarrollo de la Personalidad
Tanto la estructura como el desarrollo de la personalidad, están necesariamente vinculados por un
lado a la influencia biológica (hereditaria), y por otro a la carga ambiental que ejerce el entorno
social; ambos componentes interactúan constantemente y son indispensables de abarcar a la hora de
descifrar la compleja naturaleza de la personalidad. (Hundleby, Pawlik & Cattel, 1965).
35
2.2.1 Estructura de la Personalidad
Partiendo de la consideración de la personalidad como una compleja y dinámica estructura
compuesta de afectos, conductas y cogniciones que determinan pautas fundamentales en el
desarrollo de cada individuo, es necesario considerar que ésta se encuentra integrada por estructuras,
procesos, los cuales estarían fuertemente influenciados tanto por la naturaleza humana (base
biológica), así como por los procesos de aprendizajes (base social) (Pervin, 1999; pág: 444)
Para comprender la estructura, así como el desarrollo de la personalidad, diversas teorías emplean
conceptos que atienden a comprender el qué, cómo y por qué de la personalidad.
Al describir a la personalidad, estaríamos direccionando nuestro estudio al hecho de definir cómo
está conformada estructuralmente. Evidentemente para llegar a hacerlo, es fundamental partir del
concepto de estilo de personalidad.
El término estilo refiere a la dimensión de la personalidad que intenta explicar los parecidos
observados en la forma de comportarse de las personas. Por ello, implican una amplia variedad de
manifestaciones que abarcan tanto los componentes cognitivos, así como los conativos del
comportamiento humano. (Reuchlin, 1990)
Estamos hablando básicamente de aquellos patrones consistentes en la forma como cada sujeto
reacciona ante las diversas situaciones de su realidad, este componente pues, involucra un nivel
básico y muy concreto acerca de la organización interna de la personalidad. Ejemplo de ello sería por
ejemplo: la rigidez, flexibilidad, emotividad, etc. (Messik, 1961, pág. 94).
2.2.2 Desarrollo de la Personalidad:
Si bien, al abarcar la estructura de la personalidad, se puso mayor énfasis en los componentes
internos de ésta, el desarrollo se orienta más a explicar nociones más generales acerca de los
cambios que se generan en las diversas etapas del desarrollo humano, así como los modos de
adaptarse, relacionarse y funcionar en y con el entorno.
“La institucionalización de ciertas pautas de conducta lleva consigo el que la mayoría de los
miembros de una cultura participe de unas mismas características de personalidad”
(Pervin, 1965).
Dentro del proceso de desarrollo de la personalidad, es importante considerar determinantes
provenientes de la influencia que ejerce la cultura en el funcionamiento de la personalidad,
36
influyendo directamente sobre el sistema de necesidades, en las estrategias de relacionarnos con el
entorno, en nuestras percepciones de la realidad, así como en nuestro propio concepto y los diversos
mecanismos de afrontamiento. Incluso los factores de clase social, desempeñan un rol fundamental
que dictarán pautas esenciales en el desarrollo y expresión de cada personalidad; aspectos que de una
u otra forma regulan nuestro funcionamiento social (Kluckhohn, 1949).
En conjunto con estos componentes, la estructura familiar es otro componente crucial en este campo,
pues implica desde las formas de crianza hasta una diversidad de patrones de conducta adquiridos en
las relaciones e interacciones familiares, considerando que las pautas comportamentales de los
padres, ejercen una enorme influencia en el desarrollo de la personalidad de los hijos (Becker, 1964).
Las experiencias provenientes de etapas iniciales del desarrollo, representan una gran contribución
en la construcción de los rasgos, tipos y estilos de personalidad, así como para la organización que
estos permitan desarrollar a la totalidad como tal que representa el ser humano.
“El fenotipo de un organismo es una función que depende tanto de su constitución genética
como del medio ambiente en el que el organismo se desarrolla.” (Snyder, 1962).
La interacción de los contenidos ambientales y hereditarios, se evidenciará en cualquier
manifestación significativa de la personalidad.
Además de los componentes ambientales, aquellos de orden biológico, desempeñan un aspecto a
considerar dentro del desarrollo de la personalidad que está más relacionado con contenidos tales
como la inteligencia o el temperamento. (Vandenberg, 1962).
La carga hereditaria pues, se referiría a la forma cómo el sujeto adquiere aprendizajes, e incluso
determinaría los principales límites en lo referente al grado de modificabilidad de una determinada
conducta por factores ambientales, mientras que el entorno propicia el escenario así como los
aprendizajes bases que potenciarían el desarrollo pleno de cada sujeto. Esto realza que la interacción
herencia-ambiente es evidente y constante, donde la sociedad como tal influye activamente sobre la
carga genética de cada sujeto a fin de permitirle adaptarse, desenvolverse y reaccionar en su medio
social. (Principio de coacción ejercida por la medida biosocial, Cattel, 1965).
La interacción de los componentes genéticos así como los referentes a la esfera social de cada sujeto
llegan a establecer pautas esenciales a la hora de analizar y explicar el desarrollo así como en la
configuración de la personalidad, donde la herencia puede delimitar las características que se
adquieran de la cultura y la sociedad(Millon, 1998).
37
El desarrollo de la personalidad a su vez, se ve constantemente influenciado por el proceso de
maduración del ser humano, que permite y regula que los aprendizajes adquiridos de las diversas
experiencias de cada persona, sean incorporados o no a la estructura de la personalidad, y por ende
esto influirá a su vez en los futuros comportamientos y aprendizajes que sean empleados en etapas
posteriores de su vida. (Cattel, 1965).
2.3 Rasgos y Tipos de Personalidad Normal
A partir de la concepción de Theodore Millon, se visualiza a la personalidad normal y patológica
como dos constructos continuos, y no como conceptos antagónicos o totalmente ajenos como los
presentan la mayoría de estudios relacionados a este campo.
“La normalidad y la patología son conceptos relativos; son cotas arbitrariamente establecidas
dentro de un continuum o gradatoria. La psicopatología va moldeándose de acuerdo con los
mismos procesos y principios que intervienen en el desarrollo y aprendizajes normales”
(Millon, 1998).
La mayor diferencia en este sentido, estaría a cargo de componentes relacionados directamente a la
influencia que ejerce el entorno social sobre cada individuo, especialmente en la habilidad que éste
adquiera a la hora de adaptarse al entorno, enfrentar las situaciones conflictivas, y reaccionar
satisfactoriamente ante éstas.
Millon (1998), destaca que todas las personalidades atraviesan las mismas etapas de desarrollo y son
prácticamente las mismas en relación a las vascas características que as constituyen. Sin embargo, a
pesar de ello, el éxito de cada persona a la hora de hallar y situarse en un equilibrio armónico entre
esas atapas, le constituiría el mayor éxito en lo referente a desarrollar conductas normales o
adaptativas.
Las personalidades normales entonces se caracterizarían fundamentalmente por ser más flexibles y
tolerantes hacia y dentro de su entorno, lo cual les permitiría desarrollar conductas efectivas de
adaptación que garantizarán su estabilidad a la hora de interactuar con el entorno habitual.
Estas personalidades además, comparten la característica de percibir su realidad y a sí mismos de
forma proactiva, funcional y sobre todo constructiva, que les permiten comportarse como actores
promotores de salud y bienestar tanto para sí mismos como para su medio ambiental
En el continuo, tal como Millon lo señala, se encuentran las personalidades anormales o patológicas,
38
que si bien comparten los mismos principios en cuanto a estructura y desarrollo que las
personalidades normales, se diferencian esencialmente en el aspecto relacionado a su fracaso a la
hora de adaptarse al medio.
Millón, permite comprender a las personalidades anormales o patológicas partiendo de que éstas:
Representan a menudo individuos curiosos y a menudo únicos cuya estructura constitucional y
experiencias vitales tempranas, no sólo has dirigido erróneamente su desarrollo, sino que también
han construido un sentido de sí mismos insatisfactorio, una forma problemática de expresar los
sentimientos y pensamientos, así como una manera deficitaria de comportarse y relacionarse con los
demás. Cada uno de los tipos clásicos de personalidad, así como sus variantes, nos demuestran la
complejidad de las estructuras y los estilos que nos hacen ser las personas que somos
Al hablar de personalidades patológicas, nos referimos más específicamente a patrones de
personalidad anormal que se hallan profundamente arraigadas en diversas etapas del desarrollo de
quienes las padezcan. Serían pues la consecuencia de la combinación entre los aspectos constitutivos
de la persona (referidos a su biología, herencia) y a los aspectos relacionados a sus formas de
interacción social. Estos patrones generan estilos de vida tan consistentes a lo largo del tiempo y
espacio, que suelen pasar desapercibidos, adoptarse como hábitos de vida sin percibirse la negativa e
impactante consecuencia que realmente significan.
Estas personalidades tienden a desarrollar un patrón de comportamientos inflexibles, rígidos e
incluso desadaptativos a la hora de reaccionar hacia su entorno, aún más a situaciones conflictivas o
adversas.
En cuanto a cómo percibe a su realidad y así mismo, estos contendidos tienden a ser negativos,
limitantes, frustrantes y pesimistas, lo cual entonces conlleva a estas personalidades a desarrollar
hábitos de conducta desadaptativos e inestables que le generarían efectos perjudiciales en cuanto a su
salud y la de su entorno.
Estas personalidades tienen una necesidad constante de verse involucrados en círculos viciosos como
consecuencia de sus estrategias tan desadaptativos de enfrentarse y relacionarse a la vida y como
única medida de sentirse seguros o funcionales.
Además, es frecuente en este estilo de personalidad, la alta variabilidad e inestabilidad de sus afectos,
caracterizada por labilidad, fragilidad y el fracaso para enfrentar situaciones de estrés, sea interno o
externo.
39
Gracias a esta nueva visión sobre cómo concebir personalidad normal y patológica, se abren nuevas
opciones a la hora de reconocer más estratégicamente entre ambos estilos, de manera que esto
favorezca en gran medida a una comprensión más realista y global sobre la personalidad de manera
general, y de manera específica acerca de cómo intervenir en los trastornos a fin de generar mayores
mecanismos que favorezcan su tarea de adaptación.
2.4 Enfoque Bio-psico-social de la Personalidad Millon, brinda un enfoque que parte de la integración de principios universales, vinculando
conceptos científicos tradicionales, con nuevos enfoques a fin de recalcar la compleja naturaleza que
significa el estudio de la personalidad.
Toma pues, aportaciones de Darwin en lo referente a los principios de la evolución, pero esta vez los
adapta al intento de explicar la estructura y desarrollo de la personalidad. Son entonces las estrategias
de adaptación en cada sujeto, las que se irán constituyendo como estilos de personalidad. A partir de
ello, la personalidad sería aquel modo único de cada persona para adaptarse y relacionarse con su
ambiente, pero se recalca que en la compleja constitución de ésta, desempeñan un rol esencial los
componentes biológicos y ambientales de cada persona en conjunto sujetos a las polaridades
psíquicas manifiestas a los largo de las etapas del desarrollo humano.
Al hablar de personalidad, Millon habla de que para comprenderla es necesario partir de la
comprensión de los componentes estructurales y funcionales de ésta. Los componentes funcionales
de la personalidad comprenderían a aquellas características dinámicas del mundo intrapsíquico, del
sí mismo y también lo referido al componente psicosocial, que consistirían en acciones reguladoras
conformadas por: comportamientos observables, comportamientos interpersonales, estilos
cognitivos y mecanismos de defensa.
Mientras que los componentes estructurales serían la parte más estable donde se hallan los recuerdos,
actitudes, necesidades, temores y conflictos que dirigen la experiencias y transforman la naturaleza
de los acontecimientos vitales” (Millon, T. y Davis, R. 1998, pág.:153) entre los cuales se sitúan los
aspectos relacionados a la autoimagen, las representaciones objetales, la organización morfológica
y el estado de ánimo o temperamento.
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ÁMBITOS FUNCIONALES ÁMBITOS ESTRUCTURALES
Nivel comportamental
Comportamiento observable
Comportamiento interpersonal
Nivel fenomenológico
Estilo cognitivo Autoimagen
Representaciones objetales
Nivel intrapsíquico
Mecanismos de defensa Organización morfológica
Nivel biofísico
Estados de ánimo/temperamento
En un inicio, el enfoque acerca de la Personalidad de Millon se sustentó en el postulado modelo
bipsicosocial, donde le prestó gran importancia al concepto de refuerzo asegurando que el ser
humano determinaría su personalidad a partir de las nociones de qué refuerzos busca, dónde los
busca y finalmente cómo hace para lograrlo; a partir de ello, la personalidad se estructuraría en base
a cuatro polaridades psíquicas, que le otorgan a cada sujeto la oportunidad de desarrollar tareas
fundamentales que favorezcan su adaptación y que en conjunto explicarían las diversas
manifestaciones de la personalidad sean normales o patológicas.
Cada tarea, le permitiría al sujeto desarrollar los comportamientos destinados a potencializar los
aprendizajes básicos, que serían:
1. Resistirse a la extinción.
2. Conseguir un refuerzo social.
3. Asegurar la autoperpetuación: llevando a cabo estrategias protectoras de vida.
Estos aprendizajes, en conjunto se relacionan con las cuatro polaridades postuladas por Millon, las
cuales consistirían en:
1. Que busca: placer o dolor, que correspondería a la naturaleza del refuerzo. Donde la
existencia y adaptación se explicarían a partir de que si el sujeto tiende a buscar refuerzos
positivos que le generen placer, o al contrario, lleva a cabo conductas de evitación a aquellos
41
hechos que le generen algún tipo de dolor.
2. Cómo lo hace: de forma pasiva o activa, correspondiente a la conducta instrumental
empleada para conseguir el refuerzo.. Donde la existencia y adaptación consistirían en que si
el sujeto actúa de forma reactiva o activa a la hora de tomar la iniciativa en la configuración
de su realidad, o si por el contrario tiende a asumir una actitud pasiva, casi inactiva y de
resignación ante diversos hechos que ocurren en su realidad.
3. Dónde lo busca: sí mismo u otros, referido a la fuete empleada para el refuerzo. La existencia
y adaptación consistirían en que si el sujeto se comporta y configura su vida en base a sus
propias necesidades y deseos, o si por el contrario se enfoca solamente en los demás. . dentro
de este campo, encontramos a su vez cuatro variables de esta polaridad:
4. Dependencia, que refleja expresiones de tristeza y ansiedad asociados a la necesidad
frecuente de buscar protección en otros.
5. Independencia, caracterizada por la búsqueda de evitación del dolor y la búsqueda de placer,
siempre buscando en conseguirlo a partir de sí mismo y no de otros.
6. Ambivalencia, donde los sujetos se enfrentan a la inseguridad constante acerca de si busca la
dependencia de otros, o dependerá solamente de sí mismo.
7. Y la desvinculación, que caracterizaría a sujetos que se sienten incapaces de sentir placer
propio o generado por otros, oscilando en conductas de aislamiento o por el contrario de
agresión.
8. Finalmente el mundo referido a la Abstracción: entre sentimientos y pensamientos. Donde la
existencia y adaptación, se basan principalmente en las capacidades de pensamiento y
sentimiento, refiriendo al éxito del sujeto para integrar estos procesos a fin de estructurar un
criterio propio ante la vida y por ello, siendo el principal regulador y constructor de su vida y
destino.
A su vez, estas cuatro etapas, dentro del estudio de la personalidad, se correlacionan con los
siguientes componentes evolutivos del desarrollo:
1. Etapa de fijación sensorial, donde se genera la primera polaridad placer y dolor, empleando
para ello la exploración sensorial así como en el desarrollo del sentimiento de apego.
2. Etapa de autonomía sensoriomotora: se comprende la segunda polaridad activa y pasiva,
donde se emplean la capacidad sensoria motora y los primeros comportamientos de
autonomía.
3. Etapa de identidad puberal genérica, que comprende la polaridad sí mismo y otros, que
favorece los procesos de maduración y el sentido de identidad.
4. Etapa de integración Intracortical, que comprende la última polaridad
pensamiento-sentimiento, e involucrando los procesos de integración y las diversas
42
habilidades intracorticales.
En base a los principios enunciados previamente, el modelo de Millon de la personalidad, se podría
definir mediante el siguiente cuadro:
MODELO DE LA PERSONALIDAD DE MILLÓN:
OBJETIVO EXISTENCIA ESTRATEGIA DE REPLICACIÓN
Mejoría de
la vida
Preservación
de la vida
Propagación
reproductiva
Cuidados reproductivos
Polaridad PLACER-DOLOR SÍ MISMO-OTROS
Deficiencia,
desequilibrio
o conflicto
Placer
(bajo)
Dolor (bajo
o alto)
Placer-dolor
(inversión)
Sí mismo
(bajo)-Otros
(alto)
Sí mismo
(alto)-Otros
(bajo)
Sí mismo-Otros
(inversión)
Modo
adaptativo
Trastornos de la personalidad
Pasivo:
acomodación
Aislamiento
Esquizoide
, Depresivo
Complacencia
Masoquista
Aquiescencia
Dependiente
Afirmación
Narcisista
Conformismo
Obsesivo-Compulsivo
Activo:
modificación
Duda
Por
Evitación
Control
Sádico
Huida-Escap
e
Histriónico
Disidencia
Antisocial
Queja
Negativista
Patología
estructural
Esquizotípi
co
Límite,
Paranoide
Límite Paranoide Límite, Paranoide
Esta teoría sostiene que a partir del conocimiento de los defectos de estas tres dimensiones polares es
posible derivar de forma deductiva los ocho trastornos de la personalidad básica, combinando la
naturaleza (positivo o placer contra negativo o dolor), la fuente (sí mismo vs otros), y las conductas
instrumentales (pasivo vs activo). El modelo incluía además tres variantes de trastornos de la
personalidad más severos. Si bien es fácil imaginar ocho modelos de personalidad resultantes del
cruce de tres de estas polaridades, esta no fue la metodología seguida por Millon. Los ocho patrones
que derivó son en cambio un desbalance o una mezcla desigual de las tres polaridades. Cuatro
patrones se derivan de la naturaleza y fuente del objeto: retraído (no busca refuerzos), dependiente
(busca refuerzos en los demás), independiente (busca refuerzos en sí mismo) y ambivalente
(inseguro de dónde buscar refuerzo). Estos cuatro patrones se cruzan con las dos variantes de
conducta instrumental (activo, pasivo) para producir ocho modelos de personalidad. Las dos
43
variantes de conducta instrumental representan claramente la polaridad pasivo-activo, pero los
modelos retraído, dependiente, independiente y ambivalente no representan un cruce claro de las
polaridades yo-otros y placer-dolor. (Millon, 1998).
2.5 Diagnóstico de la Personalidad
El proceso de diagnóstico de la personalidad, entendido como el método que permite la obtención de
información respecto las características generales o específicas de una persona, supone la
observación, interpretación y el análisis de la conducta humana en respuesta a diversas condiciones,
que nos aproximan a conocer y generar un conocimiento significativo de la naturaleza de su
personalidad.
Es esencial comprender el diagnóstico de la personalidad como un proceso de investigación con fines
y objetivos delimitados, que en la labor de la Psicología Clínica nos permite generar conocimientos e
hipótesis acerca de los componentes dinámicos y estructurales de cada persona, basados para ello en
constructos éticos, científicos y técnicos.
La obtención de la información en el diagnóstico de la personalidad, comprende un proceso muy
complejo que implica una serie de procedimientos que van desde el planteamiento de una situación o
estimulo, un contexto de aplicación, instrucciones del proceso, registro de la información obtenida, y
finalmente la interpretación de los resultados obtenidos, mediante medidas sensibles a medir o
examinar a los aspectos que realmente deseemos evaluar, en este caso la personalidad. Lo más
importante en este proceso será el recoger información acerca del verdadero fenómeno que vamos a
diagnosticar. (Pervin, 1979).
El diagnóstico entonces debe permitirnos cuantificar algo que no podemos ver ni tocar como lo es la
personalidad. Por ello, resulta necesario combinar diversas estrategias de evaluación, para llevar a
cabo esta compleja tarea, como son:
1. La entrevista personal, la cual puede ser:
No estructurada, donde el profesional se encuentra en la libertad de seleccionar el número o tipos de
preguntas a emplearse para obtener información del sujeto.
Estructurada, en la cual el profesional cuneta con un orden y estructura determinada de las
preguntas a emplearse para recopilar información.
2. La observación directa de las reacciones del sujeto frente a diferentes situaciones, es
decir, la observación del comportamiento típico de éste.
44
3. Los test, entendidos como aquellos instrumentos estandarizados que permiten recopilar
información en una amplia gama de aspectos de la personalidad. Estos a su vez pueden ser: objetivos,
subjetivos y proyectivos.
Los objetivos incluyen características enfocadas a medir las respuestas patentes mediante
instrumentos basados en brindar una puntuación objetiva de los resultados obtenidos.
Los tests subjetivos implican como su nombre lo indica la valoración subjetiva de los datos o relatos
emitidos por cada persona en relación a su propia personalidad que nos permitiría evaluar aspectos
relacionados al discurso y al lenguaje verbal y no verbal empleados durante su aplicación, esto
respondería más bien a un tipo de entrevista.
Y finalmente los test proyectivos, que parten de la idea de que la personalidad está estructurada a
partir de deseos y conflictos inconscientes, por lo cual se enfocan en estimular a las personas para que
puedan demostrar sus sentimientos y fantasías, por lo que requieren un mayor nivel de interpretación
clínica.
2.5.1 Inventario Multifásico de la Personalidad de Millon:
Para la presente investigación, el instrumento empleado en el diagnóstico de la personalidad, fue el
inventario multifásico de la personalidad de Millon, que consiste en un sistema de clasificación que
ha significado uno de los aportes más significativos en lo referente a la estructuración de una
nomenclatura general de los trastornos de personalidad. Es un instrumento de diagnóstico, permite
operacionalizar los constructos teóricos de los constructos teóricos formulados por Millon, que
favorece a la integración tanto de la estructura como de la dinámica de la personalidad.
Este instrumento, parte del enfoque novedoso de Millon acerca de patología y personalidad, en
coherencia además con el modelo multiaxial del DSM, que permite una comprensión de cada
individuo como una entidad integrada, y no la agregación de diagnósticos. Está diseñado para
utilizarse con adultos normales, el cual permite evaluar dimensiones de personalidad característicos
de la población normal.
Consta de 175 elementos de respuesta, cuyas opciones de respuesta consisten en: verdadero y falso.
Puede ser exitosamente empleado en centros de salud mental, hospitales generales o clínicas
privadas para informe periciales.
Las diferentes características de la personalidad son recogidas en las siguientes escalas:
45
Escalas de fiabilidad y validez:
1. Escala V: Validez:
2. Escala X: Sinceridad:
3. Escala Y: Deseabilidad Social
4. Escala Z: Devaluación
10 Escalas básicas de patrones clínicos de la personalidad:
1. Escala 1: Esquizoide: Orientación pasiva-retraída.
2. Escala 2: Fóbica (Evitativa): Orientación Activa-retraída.
3. Escala 3: Dependiente (Sumisa): La orientación pasivo-dependiente.
4. Escala 4: Histriónica: La orientación activa-dependiente.
5. Escala 5: Narcisista: La orientación pasivo-independiente.
6. Escala 6A: Antisocial: La orientación activa-independiente.
7. Escala 6B: Agresivo-Sádica: La orientación activo-discordante
8. Escala 7: Compulsiva (Rígida): La orientación pasiva-ambivalente.
9. Escala 8A: Pasivo-Agresiva: La orientación activa-ambivalente. Escala 8B:
Autodestructiva (Masoquista): La orientación pasivo-discordante.
1 escalas de patología severa de la personalidad:
1. Escala S: Esquizotípica
2. Escala C: Límite (Borderline)
3. Escala P: Paranoide
4. 6 escalas de síndromes clínicos:
5. Escala A: Ansiedad
6. Escala H: Somatomorfe
7. Escala N: Hipomanía
8. Escala D: Distimia
9. Escala B: Abuso de alcohol
10. Escala T: Abuso de drogas
1 escalas de síndromes severos de la personalidad:
1. Escala SS: Desorden del Pensamiento
2. Escala CC: Depresión mayor
3. Escala PP: Desorden Delusional
Este inventario, así como la misma teoría de la personalidad y la nomenclatura formulada por Millon,
ha permitido el empleo y manejo de un lenguaje común entre los distintos profesionales de la salud
46
mental a la hora de comprender o intentar descifrar el complejo mundo psicológico del ser humano.
Este inventario, como herramienta de diagnóstico de la personalidad, promueve una perspectiva
integradora de la sintomatología de un individuo partiendo desde sus estilos arraigados de
afrontamiento hasta considerar incluso aspectos estresores del contexto psicosocial, sin dejar de lado
los componentes socioculturales que podrían incluso significar un determinante crucial en la
retroalimentación y potencialización de determinados rasgos patológicos.
47
TITULO III MECANISMOS DE DEFENSA
3.1 Definición e Historia
El término “Mecanismo de Defensa” fue concebido inicialmente por la teoría psicoanalítica, a partir
de la cual eran entendidos como estrategias inconscientes que reducen o eliminan la ansiedad del
individuo.
En un inicio, eran vistos únicamente como el resultado de la batalla frecuente del yo contra una
diversidad de ideas, afectos o recuerdos frustrantes que pueden venir tanto del exterior como del
interior del sujeto, aliviando de alguna manera los niveles de sufrimiento.
Posteriormente se vinculó esencialmente a la relación permanente de éstos con el concepto de
ansiedad, formulando que cada persona cuanta con dos medios acerca de cómo enfrentar la ansiedad.
El primero consistiría en la solución directa delas situaciones que la generaron; mientras que la
segunda implicaría un proceso más complejo, donde se reduciría o aliviaría la ansiedad mediante la
distorsión de la realidad de las situaciones que la generan, precisamente allí es donde entrarían en
acción los mecanismos de defensa.
“El yo protege al conjunto de la personalidad falsificando la naturaleza de la amenaza, y las
formas en que se hacen las distorsiones se denominan mecanismos de defensa”.
(Freud, 1936).
Los mecanismos de defensa surgen de la interrelación entre el componente hereditario, el medio
externo y de la micro cultura familiar y social, siendo recursos inconscientes que se encargan de
minimizar o eliminar las consecuencias negativas de situaciones, hechos o recuerdos que son
percibidos como dolorosos, frustrantes o traumáticos para la psique humana, haciendo la vida más
tolerable y satisfactoria.
Estas estrategias se escapan del control consciente del sujeto y pueden asumir diversas formas de
expresión. Su acción inicia en respuesta acerca de cómo solucionar, enfrentar o reducir los niveles
de ansiedad, proveniente del incremento en los niveles de frustración, dolor o tensión de diversas
situaciones de la realidad, interna o externa, a las que se enfrenta el individuo en la vida cotidiana.
Significarían incluso una distorsión de hechos, situaciones o personajes de la realidad que sean
fuente de malestar o sufrimiento para el mundo interno o externo de cada persona, siendo la
48
herramienta vital de afrontamiento que garantizaría en óptima medida el funcionamiento y
adaptación normal de cada sujeto.
Si bien el término fue concebido desde un enfoque psicoanalista, no hay duda que se ha convertido en
un concepto muy empleado en Psicología, y aun más al hablar de la compleja naturaleza humana, y
aún más la referida al concepto de personalidad.
Es importante señalar que el estudio de los mecanismos de defensa resulta importante en el estudio
de la personalidad pues esto promueve una perspectiva integradora en el estudio del ser humano,
dando para ello un enfoque más cualitativo y logrando una comprensión de las personas más allá de
las máscaras o de los evidentes síntomas y expresiones externas.
Los mecanismos de defensa son formas de evaluar la realidad y en consecuencia son mecanismos
cognitivos, pero al buscar que la evaluación sea más ventajosa para el ego, son igualmente formas
de autodefensa.
Los mecanismos de defensa consisten en aquellas estrategias que posee cada ser humano y que le
permiten poseer medios activos para hacerle frente a diversas situaciones conflictivas o que puedan
ser percibidas como una amenaza potencial para sí mismo o su desarrollo bio-psico-social.
Los mecanismos de defensa, son componentes cognitivos que también contribuyen a la
interpretación constante de la realidad, donde muchas veces pueden llegar a alterar el contenido real
de ésta a fin de favorecer al bienestar de cada sujeto. Significan además la forma personal como cada
sujeto logra aminorar los efectos de la angustia generada a partir de conflictos o amenazas a las que
se expone en el diario vivir.
Si bien, en la actualidad no se ha llegado a un consenso acerca del número exacto de mecanismos de
defensa de los que dispone el ser humano, la tendencia histórica demuestra una elevada tendencia a
incrementar la cantidad de éstos a la hora de correlacionar y analizar la relación constante entre
comportamiento y personalidad.
3.2 Principales Mecanismos de Defensa
Los siguientes, son los principales mecanismos de defensa, que están citados dentro del DSM-V:
Abstención. Consiste en el uso de palabras o comportamientos simbólicos que nieguen o repongan
ciertos pensamientos, sentimientos o emociones que se considere negativas o dolorosas.
Afiliación. Mediante esta defensa el sujeto encuentra en los demás una fuente de apoyo, a fin de que
49
estos puedan ayudarle u orientarle en conflictos personales.
Agresión pasiva. Surge como una estrategia de adaptación en casos donde resulta difícil o
complicado expresar el auto afirmación de forma abierta. Consiste en la expresión indirecta de la
agresión, donde tras una aparente actitud de sumisión, se suelen esconder aspectos como resistencia,
rencor, resentimiento e incluso la hostilidad hacia las demás personas.
Aislamiento Afectivo. Mediante esta defensa los conflictos o amenazas son enfrentados mediante la
separación de los componentes cognitivos y los afectivos. La persona suele apartar sus reacciones
emocionales de sus ideas y pensamientos a fin de proteger o mantener su estabilidad funcional y
adaptativa.
Altruismo. Este mecanismo consiste en una dedicación por parte del individuo a satisfacer los
deseos y necesidades de las demás personas. El individuo parece obtener placer en las reacciones que
obtiene de otros cuando cumple sus deseos o exigencias.
Anticipación. Esta defensa implica que el individuo se anticipe a reaccionar afectiva o
cognitivamente antes de que ocurra una situación conflictiva. Puede anticiparse a las consecuencias
que considere negativas de hechos amenazantes, que por lo general le permiten considerar
alternativas productivas para enfrentarse a ellos.
Consumo. Consiste en que el individuo, frente situaciones que considere amenazantes o conflictivas,
lleve a cabo conductas adictivas u obsesivas destinadas a adquirir bienes, alimentos u otro tipo de
recursos no estrictamente necesarios para el individuo. La conducta entonces se ve destinada a
satisfacer una necesidad profunda de consumo y adquisición.
Autoafirmación. Mediante esta defensa el individuo enfrenta los conflictos, mediante la expresión
directa y sensata de sus sentimientos, ideas o emociones, sin buscar obtener algo a cambio
necesariamente.
Auto observación. El individuo emplea la constante reflexión acerca de sus ideas, emociones,
conductas y pensamientos como guía para enfrentar o solucionar posibles conflictos.
Comportamiento impulsivo (acting out).Mediante esta defensa el individuo se siente capaz de
enfrentar las amenazas, sean internas o externas, mediante la realización de tareas o actividades,
evitando dedicarle mucho tiempo e interés a ideas, reflexiones o sentimientos.
Desplazamiento. Consiste en la identificación o posible generalización de una respuesta a un objeto,
50
hacia otro generalmente menos importante que el inicial.
Devaluación. Implica que el individuo llegue a distorsionar la perspectiva real de su autoconcepto y
del concepto de otros (con cualidades extremadamente negativas o poco realistas).
Disociación. Mediante este mecanismo el individuo puede enfrentar conflictos y amenazas mediante
una modificación temporal de las funciones mentales de integración (consciencia, memoria,
sensación, percepción o comportamiento).
Fantasía Autista. Implica que el individuo enfrente situaciones que considere amenazantes o
conflictivas, mediante el empleo de la fantasía e imaginación en sustitución de la realidad, que
llegarían a generarle mayor satisfacción y una alternativa más efectiva en cuanto a la resolución de
sus problemas. Podría incluso llegar a privarlo de las relaciones interpersonales.
Formación reactiva. Consiste en la sustitución de comportamientos, ideas o sentimientos que
resulten inaceptables por los demás, por otros que resulten socialmente condescendientes. Implica la
sustitución de un estímulo desagradable o doloroso en lo opuesto es decir, transformándolo en
agradable o placentero, sustituyendo hechos, ideas o sentimientos completamente opuestos a lo que
se considere deseado.
Idealización. Mediante esta defensa, el individuo suele enfrentar situaciones frustrantes o
conflictivas, mediante una atribución de destrezas, logros y características exageradamente positivas
de las demás personas.
Identificación proyectiva. Implica la atribución a otras personas, de pensamientos, emociones y
conductas propias que resulten inadecuadas e incorrectas, sin embargo cabe señalar que el individuo
no desconoce totalmente los aspectos que proyecta, pero los interpreta incorrectamente.
Intelectualización. Mediante esta defensa el individuo genera pensamientos demasiado abstractos
para aliviar o enfrentar situaciones conflictivas.
Omnipotencia. Consiste en la atribución de aspectos o cualidades demasiado exageradas tanto a sí
mismo, como de las demás personas. El individuo se enfrenta a conflictos, basado en la creencia de
que posee capacidades, atributos o poderes especiales que lo hacen especial sobre los demás.
Polarización. El individuo emplea como estrategia principal para enfrentar los conflictos y
amenazas, una visión polarizada de los hechos y personas, esto es, viéndolos como completamente
51
buenos o malos, excluyendo para ello la posibilidad de concebir una visión realista o equilibrada de
la realidad.
Proyección. Consiste en la atribución a otras personas, objetos o situaciones las características,
ideas, sentimientos, acciones o deseos propios que resulten incorrectos e inadmisibles, a otras
personas asumiéndolos como ajenos o extraños a sí mismo. Resulta pues que los aspectos de la
personalidad propios, son proyectados hacia el medio externo, desviando lo que se percibe como
amenaza fuera del sujeto. Esto impide o dificulta la auto-observación.
Queja. Mediante esta defensa el individuo se enfrenta a conflictos o amenazas empleando quejas
(haciendo referencia a síntomas físicos, psíquicos o conflictos cotidianos) que implican una
demanda de ayuda de otras personas. Esta estrategia realmente mantiene ocultos o escondidos
sentimientos de hostilidad hacia los demás.
Racionalización. Mediante esta defensa el individuo emplea continuas justificaciones poco realistas
acerca de los verdaderos motivos que guían sus conductas y sentimientos.
Represión. Este mecanismo lleva al individuo a quitar de su consciencia o renunciar cognitivamente
a valorar situaciones que le generen algún tipo de malestar o sufrimiento.
Sentido del Humor. Esta defensa implica el individuo recurra a rescatar o hacer hincapié en los
aspectos entretenidos, divertidos e incluso sarcásticos de los conflictos o situaciones estresantes
que pueda enfrentar en su vida.
Sublimación. Donde el sujeto canaliza las ideas, impulsos o acontecimientos que le resultan
penosos, dolorosos o frustrantes hacia actitudes o conductas socialmente valorados o aceptados.
Supresión. Mediante esta estrategia, el individuo renuncia voluntariamente a enfrentar o solucionar
problemas emocionales o situaciones amenazantes, evitando para ello pensar, sentir o reaccionar
ante situaciones que le resulten dolorosas. Consiste en un olvido motivado de la conciencia donde
ésta suprime hechos, percepciones o ideas que producen ansiedad, impidiendo que éstos sean
resueltos.
3.3 Personalidad y Mecanismos de Defensa
Los mecanismos de defensa son particulares y característicos de la personalidad de cada persona que
favorecen nuestra capacidad de adaptación, dotándonos de estrategias para descargar impulsos y a la
vez permitiéndonos reducir o aliviar la ansiedad resultante de situaciones frustrantes de la vida
cotidiana. (Sears, 1936).
52
Todas las personas emplean los mecanismos de defensa a la hora de enfrentar situaciones difíciles en
su diario vivir, y ya que su finalidad fundamental es de promover la adaptación, son recursos
empleados tanto en personalidades normales como patológicas.
Los mecanismos de defensa garantizan pues la protección o estabilidad de la psique humana,
entendida como el conjunto de procesos y fenómenos que reflejan la vida mental como una unidad,
de estímulos que generen tensión y ansiedad.
Al enfrentarse a una influencia demasiado intensa o dominante de un mecanismo de defensa
inmaduro o neurótico, la personalidad suele reducir su flexibilidad e incluso su capacidad de
adaptación, tornándose rígida, restrictiva e inflexible.
Las defensas protegen a la persona de la ansiedad, sin embargo cuando las éstas oscurecen la realidad
o influyen negativamente en la salud integral de la persona, dejan de ser maduras, adaptativas y
funcionales y se transforman en neuróticas e inmaduras pues bloquean la adaptación y el
funcionamiento normal del individuo.(Hall, 1954, pág. 96)
Esto deja en evidencia que su concepto es básico para promover una perspectiva integradora de las
personas; y a pesar que aún se discute verdadera importancia en el campo de la Psicología, su
relación en el estudio de la personalidad resulta indiscutible, especialmente por:
1. En el estudio de la estructura y funcionalidad de la personalidad, los niveles defensivos
resultan necesarios para analizar, diagnosticar, entender e intentar explicar la personalidad.
2. Permiten desarrollar un enfoque cualitativo del ser humano, logrando una comprensión de
éste más allá de síntomas y expresiones externas, recalcando pues la complejidad que
significa la psique humana.
3. El término de personalidad, independientemente del enfoque científico que lo aborde,
implica un estudio más allá del conjunto de conductas observables, sino que incluso
requiere de un abordaje integrativo de los diversos fenómenos subjetivos que componen la
compleja naturaleza humana.
3.4 Mecanismos de Defensa y DSM IV
Siendo el DSM-IV, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales, contiene una
clasificación y una clara descripción de categorías diagnósticas a fin de favorecer el proceso de
diagnóstico e intervención en el campo de Salud mental. Dentro de este manual, los mecanismos de
defensa han sido incorporados para abordar un estudio más completo y detallado en el diagnóstico
53
psicológico, considerándolos como aspectos determinantes dentro del funcionamiento psicológico
sano. Por ello, son evaluados mediante una Escala de Mecanismos de Defensa.
3.4.1 Escala de Mecanismos de Defensa:
Bajo este apartado los mecanismos de defensa son considerados como estrategias de afrontamiento
automáticos que brindan estabilidad en el funcionamiento de las personas al brindarle protección
frente a la ansiedad y las posibles amenazas internas o externas.
Su función sería la de mediar las expresiones o reacciones ante conflictos emocionales y conflictos
internos o externos.
Para su evaluación han sido clasificados mediante diversos niveles de funcionamiento, donde el
evaluador debe reconocer mediante la observación clínica qué estrategias de afrontamiento suele
emplear comúnmente cada sujeto, por lo menos siete de ellos, para dependiendo de cuáles sean
predominantes, se pueda detectar en qué nivel de defensa se ubica cada sujeto.
Se utilizó la observación clínica como principal estrategia de evaluación de los mecanismos de
defensa, ya que muchas de las pruebas psicométricas revisadas para este fin, respondían a una
naturaleza objetiva que limitaban el estudio global de una de las condiciones inherentes a la
naturaleza humana más complejas e interesantes como lo son los mecanismos de defensa.
La observación se basó en entrevistas individuales llevadas a cabo con cada una de las participantes.
La observación respondió a una naturaleza no estructurada, donde el proceso de obtención de la
información fue permanente, propiciando las condiciones favorables y adecuadas para llevar a cabo
la investigación. Se plantearon diversos indicadores para evidenciar la presencia de los principales
mecanismos de defensa para cada caso, tales como:
• señales fisiológicas: sudoración, llanto, tartamudeo, etc
• historia de vida (historia clínica)
• contenido del dialogo
• fluidez verbal
• tono de la voz
• estado de ánimo y psicoafectivo
• funciones mentales: consciencia, atención, memoria.
• incongruencias en su discurso
• gestos corporales
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• expresiones faciales
• contacto visual
La observación clínica, como método e instrumento de investigación científica, se constituyó pues
como un elemento fundamental a la hora de estructurar, esclarecer o respaldar un diagnóstico clínico,
permitiendo de esta manera brindar una descripción cualitativa e integral del fenómeno clínico que se
desea evaluar, en este caso los mecanismos de defensa.
Este método de evaluación me permitió complementar una perspectiva psicológica y social del
fenómeno a investigarse, evitando a la vez influir o modificar la realidad del mismo, logrando
identificar diferencias individuales de cada caso en función de las características observadas de
forma directa en la investigación.
Es así que la aplicación de la observación clínica en esta investigación, logró complementar aquel
componente subjetivo a la hora de evaluar y comprender la personalidad humana, generando así una
visión más completa, real e integral del fenómeno investigado.
Niveles de defensa y mecanismos de defensa individuales
1. Nivel adaptivo elevado. Donde las defensas logran incrementar la gratificación y auto
conciencia de las reacciones personales y sus consecuencias., es así que generan una adecuada
adaptación y equilibrio frente a diversas situaciones estresantes. Las defensas en este nivel son:
1. Afiliación
2. Altruismo
3. Anticipación
4. Autoafirmación
5. Auto observación
6. Sentido del humor
7. Sublimación
8. Supresión
Nivel de inhibiciones mentales (formación de compromisos). Las defensas permiten que las
los estímulos negativos o frustrantes, se alejen de la conciencia del individuo, son:
1. Abstención
2. Aislamiento afectivo
3. Desplazamiento
4. Disociación
55
5. Formación reactiva
6. Intelectualización
7. Represión
Nivel menor de distorsión de las imágenes. Donde las defensas promueven una distorsión
del auto imagen del individuo para favorecer su autoestima, son:
1. Devaluación
2. Idealización
3. Omnipotencia
Nivel de encubrimiento. Las defensas permiten que las situaciones generadoras de tensión
o frustración sean atribuidas a causas ajenas al sujeto y que también se mantengan fuera de la
conciencia del individuo, son:
1. Negación
2. Proyección
3. Racionalización
Nivel de mayor distorsión de las imágenes. Las defensas promueven una gran distorsión
o atribución incorrecta de la realidad externa o interna del sujeto, son:
1. Fantasía autista
2. Identificación proyectiva
3. Polarización de la propia imagen o de la de los demás
Nivel de acción. Las defensas promueven al sujeto a la acción o bien a la retirada, son:
1. Agresión pasiva
2. Comportamiento impulsivo
3. Quejas y rechazo de ayuda
4. Retirada apática
Nivel de desequilibrio defensivo. Las defensas se caracterizan por una marcada ruptura
del sujeto, por lo que muestra un fracaso de la regulación de sus reacciones frente a la frustración,
son:
1. Distorsión psicótica
2. Negación psicótica
3. Proyección delirante
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MARCO METODOLÓGICO
Hipótesis
Principal:
• Existe una correlación entre mecanismos de defensa y los estilos de personalidad en las
mujeres víctimas de violencia intrafamiliar que asisten a la Fundación “Cáritas”.
Secundarias:
1. Los estilos Dependiente y Autoderrotista de la Personalidad, serán los más predominantes en
mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar.
2. Los Niveles de Defensa de distorsión de las imágenes y de acción, serán los más comunes en
mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar.
Si se correlaciona Mecanismos de Defensa y Estilos de Personalidad en mujeres víctimas de
Violencia Intrafamiliar, entonces se generará un perfil psicológico más preciso de las
mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
Definición Conceptual de las Variables
Mecanismos de Defensa: Los mecanismos de defensa consisten en aquellas estrategias que
posee cada ser humano y que le permiten poseer medios activos para hacerle frente a diversas
situaciones conflictivas o que puedan ser percibidas como una amenaza potencial para sí mismo
o su desarrollo bio-psico-social.
Estilos de Personalidad: se refieren a las cualidades más o menos distintivas de funcionamiento
adaptativo que un miembro determinado de una especie muestra al relacionarse con su gama
típica de ambientes. (Millon, 1994).
Violencia Intrafamiliar: se define como todas las formas de abuso que tiene lugar entre los
miembros de la familia. Se denomina relación de abuso a la conducta que, por acción u omisión,
ocasiona daño físico y/o psicológico a un miembro de la familia. (Jorge Corsi, 1992)
57
Definición Operacional de las Variables:
Definición de variables
Instrumentos Indicadores
Unidad de Medida
Mecanismos de Defensa (Niveles de Defensa): consisten en aquellas estrategias que posee cada ser humano y que le permiten poseer medios activos para hacerle frente a diversas situaciones conflictivas o que puedan ser percibidas como una amenaza potencial para sí mismo o su desarrollo bio-psico-social.
Los mecanismos de defensa se evaluarán en los Niveles de Defensa mediante la Escala de mecanismos de defensa (DSM -IV): es un Instrumento que permite evaluar los mecanismos de defensa, clasificándolos mediante diversos niveles de funcionamiento, donde el evaluador debe reconocer mediante la observación clínica qué estrategias de afrontamiento suele emplear comúnmente cada sujeto, por lo menos siete de ellos, para dependiendo de cuáles sean predominantes, se pueda detectar en qué nivel de defensa se ubica cada sujeto.
1. Nivel adaptivo elevado 2. Nivel de inhibiciones
mentales 3. Nivel menor de distorsión
de las imágenes 4. Nivel de encubrimiento 5. Nivel de mayor distorsión
de las imágenes 6. Nivel de acción 7. Nivel de desequilibrio
defensivo
El evaluador debe reconocer mediante la observación clínica qué estrategias de afrontamiento suele emplear comúnmente cada sujeto, por lo menos siete de ellos, para dependiendo de cuáles sean predominantes, se pueda detectar en qué nivel de defensa se ubica cada sujeto.
Estilos de Personalidad: se refieren a las cualidades más o menos distintivas de funcionamiento adaptativo que un miembro determinado de una especie muestra al relacionarse con su gama típica de ambientes. (Millon, 1994).
Los estilos de personalidad se evaluarán mediante Inventario Multifásico de la Personalidad Millon – 2: Es un instrumento de diagnóstico, permite operacionalizar los constructos teóricos de los constructos teóricos formulados por Millon, que favorece a la integración tanto de la estructura como de la dinámica de la personalidad.
1. Esquizoide 2. Evitativo 3. Dependiente 4. Histriónico 5. Narcisista 6. Antisocial 7. Agresivo-sádico 8. Compulsivo 9. Pasivo-agresivo 10. Autoderrotista 11. Esquizotípico 12. Borderline 13. Paranoide
0-74 (Normalidad) 75-84 (Rasgo) 85-en adelante (Patología)
Violencia Intrafamiliar: se define como todas las formas de abuso que tiene lugar entre los miembros de la familia. Se denomina relación de abuso a la conducta que, por acción u omisión, ocasiona daño físico y/o psicológico a un miembro de la familia. (Jorge Corsi, 1992)
La violencia Intrafamiliar se evaluará mediante una entrevista personal con las usuarias.
• Violencia Psicológica
• Violencia Física • Violencia Sexual
Datos obtenidos de las entrevistas personales realizadas con cada una de las participantes en la investigación, así como de las encuestas obtenidas de la Fundación Cáritas.
Enfoque de la Investigación: Esta Investigación se desarrolló bajo un enfoque cuantitativo, ya que analizó la naturaleza de la
investigación descomponiéndola en variables, empleando conceptos científicos y teorías para
58
determinar qué datos van a ser recolectados. Y a la vez empleó métodos y procedimientos de
inferencia estadística para analizar los datos y así generalizar las conclusiones de una muestra a una
población definida, las cuales están expuestas en el capítulo de resultados.
Tipo de Investigación Es una Investigación de tipo Correlacional pues permitió establecer y analizar relación entre dos
variables: estilos de personalidad y los mecanismos de defensa, inmersos en un mismo fenómeno,
como lo es la Violencia Intrafamiliar.
Diseño de la Investigación Se basa en un Diseño No Experimental ya que permitió llevar a cabo un estudio de las mujeres
víctimas de violencia Intrafamiliar que asisten a la Fundación Cáritas de la Parroquia de Iñaquito, sin
la necesidad de manipular elementos, condiciones, eventos, variables o sin intervenir de forma
directa o indirecta en la población a fin de alterar o modificar los resultados de la investigación.
Población y muestra
La población estuvo conformada por los/las diferentes usuarios/as que acuden a la Fundación
“Cáritas” de la Parroquia La Inmaculada de Iñaquito y que se encontraban en situaciones de
vulnerabilidad frente a hechos de Violencia Intrafamiliar; para lo cual asistían a los diversos
Sistemas de Atención y Acompañamiento espiritual y psicológico que les brinda dicha Institución.
La población total que asistía a esta parroquia era de aproximadamente 300 usuarios/as, entre
niños/as, adolescentes y mujeres que recibía atención diaria o asistían regularmente a los diversos
talleres y programas de apoyo proporcionados en dicha Fundación, por parte de párrocos, psicólogos
y voluntarios que forman parte su equipo de trabajo.
Pero para la presente investigación, la muestra que se seleccionó, estuvo conformada únicamente por
un total de 41 casos, conformada por mujeres que eran víctimas de algún tipo de Violencia
Intrafamiliar, tanto psicológica como física y sexual. Eran mujeres que en su mayoría pertenecían a
un estatus socio-económico bajo y cuya principal ocupación era la de amas de casa; convivían con
sus parejas y sus edades oscilaban entre los 20 a 55 años aproximadamente. Acudían a la Fundación
Cáritas en búsqueda de orientación psicológica para poder enfrentar y hallar las herramientas
necesarias para dar fin a las situaciones de violencia, y a la vez asistían a los diversos talleres; de
manualidades, arreglos florales, costura, cocina, etc., como un requerimiento de la Parroquia para
complementar una adecuada intervención psicológica a sus situaciones de vulnerabilidad familiar.
59
Diseño de la muestra
La muestra seleccionada tuvo un diseño no probabilístico, puesto que se trabajó con una población
que cumplió los siguientes criterios de inclusión:
1. Género femenino
2. Mayores de 16 años.
3. Menores de 65 años.
4. Víctimas de Violencia Intrafamiliar
5. Nivel de Escolaridad Básico o Secundaria Incompleta
6. Disposición a recibir apoyo y orientación psicológica
7. No presenten Discapacidad Mental
8. Nivel socio-económico bajo o medio.
9. Acuden al Programa “Cáritas”
Tamaño de la muestra
La muestra total fue de un total de 41casos, conformada por mujeres que eran víctimas de algún tipo
de Violencia Intrafamiliar y que acudían con regularidad a los Programas de Atención Psicológica y
Espiritual en la Fundación “Cáritas” de la Parroquia La Inmaculada en Iñaquito.
Métodos, Técnicas e Instrumentos Empleados
Métodos: • Científico: ya que éste método nos permitió explicar los fenómenos estudiados en la
investigación, establecer relaciones entre los hechos y enunciar conclusiones que expliquen los
resultados obtenidos, permitiéndonos de esta manera obtener conocimientos de gran utilidad
para la comunidad científica y social.
• Comparativo: Pues mediante este procedimiento, permitió la comparación sistemática en la
población con el objeto de estudiar un fenómeno a partir de las similitudes que se encuentren
entre quienes conformen la muestra. Este método fue útil tanto para la generalización empírica
como para la verificación de hipótesis.
• Observación: se constituyó pues como un elemento fundamental a la hora de estructurar,
esclarecer o respaldar un diagnóstico clínico, permitiendo de esta manera brindar una
descripción cualitativa e integral del fenómeno clínico que se desea evaluar, en este caso los
mecanismos de defensa. La aplicación de la observación clínica en esta investigación, logró
complementar aquel componente subjetivo a la hora de evaluar y comprender la personalidad
humana, generando así una visión más detallada del fenómeno investigado.
60
• Estadístico: Este método permitió la obtención, representación, análisis, interpretación y
proyección de las características, variables o valores numéricos de los resultados de una
investigación para una mejor comprensión de la realidad investigada. Además que facilitó el
manejo de grandes cantidades de observaciones y datos por el empleo adecuado de la muestra.
• Clínico: Ya que este método es evidentemente necesario a emplear en la práctica clínica; pues
permite estudiar y comprender el proceso de salud y de enfermedad de un sujeto o una población
a partir del conocimiento de su realidad social, biológica y psicológica.
• Inductivo: Método inductivo de inducción completa: ya que gracias a este método las
conclusiones fueron sacadas del análisis de todos los casos que formaron el objeto de
investigación, pues se conoció con exactitud el número de elementos que formaron el objeto de
estudio, permitiéndonos que el conocimiento sea generalizado en base al estudio y correlación de
los elementos del objeto de investigación.
• Deductivo: Este método permitió elaborar parte de las conclusiones a partir de las premisas, es
decir, que las conclusiones son una consecuencia necesaria de los antecedentes de ésta
investigación. Gracias a ello, si éstos resultan verdaderos y el razonamiento deductivo tiene
validez, no hay forma de que la conclusiones no sean verdaderas.
• Fenomenológico: Este método fue esencialmente útil y empleado para la interpretación de los
hechos y procesos investigados; y también para captar el sentido de los fenómenos y la intención
de las actividades sociales de la realidad de esta investigación.
Técnicas • Entrevista: Esta técnica fue básica e indispensable para el presente estudio, ya que permitió la
atención del paciente en búsqueda de dar solución a un problema de salud inicialmente; así como
para recopilar datos y observaciones que resultaron relevantes en la investigación.
• Observación: Se utilizó la observación clínica como principal estrategia de evaluación de los
mecanismos de defensa, ya que muchas de las pruebas psicométricas revisadas para este fin,
respondían a una naturaleza objetiva que limitaban el estudio global de una de las condiciones
inherentes a la naturaleza humana más complejas e interesantes como lo son los mecanismos de
defensa.
• Técnicas de Evaluación y Exploración Psicológica: resultan necesarias en el área de salud mental
pues permiten evaluar el estado de la salud mental de una persona o una población, permitiendo
precisar un diagnóstico, indicar un tratamiento, una psicoterapia o una reeducación
neuropsicológica; a partir de la aplicación de diversos tipos de reactivos que permitan la
recopilación de datos relevantes en la investigación, como pueden ser tests, pruebas
neuropsicológicas, pruebas complementarias, etc. También puede incluir para evaluar,
establecer, localizar y medir alguna irregularidad psico-orgánica, o para describir, predecir o
61
explicar una conducta.
Instrumentos • Fichas de Observación: fueron un instrumento fundamental que permitieron la descripción
detallada de datos, hechos, comportamientos o circunstancias que resultaron de gran importancia
para el desarrollo de la investigación. Fueron un complemento de la entrevista para reforzar
ciertos conocimientos u observaciones obtenidas.
• Tests y Cuestionarios:
Inventario Multifásico de la Personalidad Millon-2: Es un test que permite la identificación de
estilos de personalidad, así como de posibles trastornos de personalidad y valoración de los
estilos cognitivos potencialmente significativos respecto a los trastornos psicológicos. Evalúa
estilos y trastornos de personalidad y algunos de los principales síndromes clínicos según
criterios del DSM-IV y la teoría de la personalidad de Millon. Contiene 10 subescalas que
evalúan trastornos de personalidad clínicos (esquizoide, evitativo, dependiente, histriónico,
narcisista, antisocial, pasivo agresivo, compulsivo, agresivo-sádico y autodestructivo) y tres
que evalúan trastornos graves de la personalidad (esquizotípica, paranoide y límite). Además
tiene índices que ajustan las puntuaciones de las subescalas o determinan la extensión de su
validez.
Escala de Mecanismos de Defensa: Esta escala permite la evaluación de los mecanismos de
defensa a partir de su clasificación en diversos niveles de funcionamiento, donde el evaluador
debe reconocer mediante la observación clínica qué estrategias de afrontamiento suele emplear
comúnmente cada sujeto, por lo menos siete de ellos, para dependiendo de cuáles sean
predominantes, se pueda detectar en qué nivel de defensa se ubica cada sujeto.
Análisis de Validez y Confiabilidad de los Instrumentos
Inventario Multiaxial Clínico de Personalidad de Millon (MCMI-II)
Autores: Millon, Davis y Millon.
Tipo de Instrumento: Cuestionario
Criterios de calidad:
Fiabilidad: consistencia interna mediante Coeficiente Alfa de 0,66-0,89, fiabilidad test-retest para las
puntuaciones dimensionales: 0,85 y 0,93 (0,60-0,89). El acuerdo entre jueces en los diagnósticos es
de kappa <0,45 para todos los trastornos de personalidad, índice muy bajo.
62
Validez: los estudios de correlaciones entre las puntuaciones dimensionales del MCMI con distintos
cuestionarios han arrojado resultados moderados, por ejemplo con el cuestionario de 90 Síntomas
Revisado (SLC-90-R) y el Inventario Multifásico de la Personalidad de Minesota (MMPI) la mayoría
de las correlaciones de las escalas están por encima de 0,50 pero no llegan a valores más elevados.
Los coeficientes son todavía menores cuando se correlacionan las puntuaciones categoriales con
entrevistas de diagnostico estructuradas o semi estructuradas que, sin embargo mantienen mejores
índices de acuerdo entre ellas. La sensibilidad del MCMI-II varía mucho entre las escalas: 0,44-0,92
(media=0,60), igual que su poder predictivo: 0,30-0,81 (media=0,69). Como todos los cuestionarios
que evalúan trastornos de personalidad tiende a cometer más errores de falsos positivos que otros
instrumentos, lo que le hace ser considerado una buena prueba de detección siempre y cuando exista
una medida posterior más exigente (estudios de dos pasos).
Validez interna: Las escalas del MCMI fueron diseñadas para representar plenamente un conjunto de
estilos de personalidad concordantes con la teoría, multidimensionales y parcialmente superpuestos.
Cada estilo de personalidad está representado por un conjunto de ítems esenciales, llamados
prototípicos; a cada ítem prototípico se le asignan 3 puntos cuando la respuesta es verdadera. Para
lograr una representación plena del rasgo, se incluye además en cada escala un conjunto de ítems
complementarios, o no prototípicos, a cada uno de los cuales se le asignan 2 puntos o 1 punto. Un
ítem que es prototípico en una escala puede ponderarse como complementario en otra cuando hay
una relación teórica entre las escalas y el ítem presenta por lo menos una correlación moderada con la
otra escala. La validez interna de un test se relaciona con la pauta de convergencia y divergencia
entre sus escalas.
Corrección e interpretación: se obtienen 24 puntuaciones. Mediante una tabla de transformaciones se
convierten a puntuaciones transformadas (diferenciadas según el género), que van de 0 115, y que
pueden interpretarse individualmente o estableciendo un perfil. Puntuaciones entre 75 y 84 indican la
presencia de rasgos, y mayores de 84, la presencia de un trastorno. Se pueden corregir con la ayuda
de un programa de ordenador que es facilitado con la prueba, existen igualmente, correcciones en red
o por correo. La interpretación del MCMI debe ser realizada por un psicólogo clínico con práctica en
el uso de tests.
Escala de Mecanismos de Defensa:
Uno de los aspectos más importantes del DSM-IV ha sido su utilidad como herramienta docente,
algo especialmente cierto por lo que respecta al texto descriptivo que acompaña a los criterios
utilizados para el diagnóstico de los trastornos mentales. La validez y confiabilidad de este manual ha
sido respaldada tanto con investigación clínica como con la práctica clínica.
63
Esta edición del MANUAL DIAGNÓSTICO Y ESTADÍSTICO DE LOS TRASTORNOS
MENTALES ha representado un gran avance en el diagnóstico de los trastornos mentales y ha
facilitado mucho la investigación empírica. La creación del DSM-IV se ha beneficiado del sustancial
aumento de la investigación en el diagnóstico, generado por el DSM-III y el DSM-III-R.
Los estudios de campo han comparado el DSM-III, el DSM-III-R y la CIE-10, y han propuesto una
serie de criterios para el DSM-IV (en 5-10 lugares diferentes por cada estudio y con
aproximadamente 100 individuos cada uno). Se seleccionó a individuos representativos de grupos de
diferente ámbito sociocultural y étnico con el fin de establecer una generalización de los resultados y
probar algunos de los más complicados aspectos del diagnóstico diferencial. Los 12 estudios de
campo incluyeron más de 70 lugares y evaluaron a más de 6.000 individuos. Se recogió información
sobre la fiabilidad y funcionamiento de cada criterio, así como de los puntos específicos de cada uno
de ellos. Este tipo de estudio fue de utilidad también para salvar la frontera entre la investigación y la
práctica clínicas, determinando cómo se aplican en la práctica los cambios derivados de la
investigación.
El aumento de la utilidad marginal, claridad y cobertura proporcionado por este manual ha sopesado
los problemas y dificultades que significaba para el sistema, frente a la escasez de la documentación
empírica, el posible diagnóstico erróneo y el mal uso en el campo clínico.
64
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN La presente investigación es de naturaleza correlacional, es decir que establece la relación entre los
estilos de personalidad y los mecanismos de defensa en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar
en la Fundación Cáritas de la Parroquia de Iñaquito. La selección de la muestra está basada en un
modelo No Probabilístico, puesto que emplea criterios de inclusión y exclusión, los cuales
permitieron obtener una muestra de 41 personas, a cada una de las cuales se las evaluó mediante dos
reactivos psicológicos: Test de Millon para evaluar estilos de personalidad y la Escala de
Mecanismos de Defensa para evaluar mecanismos de defensa.
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Presentación (gráficos y tablas)
Análisis Socio demográfico
Tabla 1 Edad
Edad Frecuencia Porcentaje 20-30 11 26,82% 30-40 18 43,90% 40-50 8 19,51%
50 en adelante 4 9,75% TOTAL 41 100%
Fuente de información: Datos obtenidos de las entrevistas realizadas a las mujeres que asisten a la
Fundación Cáritas de Iñaquito.
Elaborado por: Daniela Montalvo
Gráfico 1 Edad
Interpretación
En cuanto a la edad, se puede observar que del total de 41 mujeres víctimas de Violencia
Intrafamiliar investigadas, el mayor porcentaje de la población se ubica en los rangos entre 20 a 40
años de edad, datos que revelan que existe una mayor probabilidad de ser víctimas de Violencia en
relación a estas etapas de su vida. Los datos obtenidos fueron: el 26,82% corresponde al rango de
edad comprendida entre 20 a 30 años, el 43,90% corresponde al rango de 30 a 40 años, el
19,51%corresponde al rango de 40 a 50 años y finalmente el 9,75%corresponde al rango de edad de
50 años en adelante.
20-30 años 30-40 años 40-50 años 50 años en adelante
66
Tabla 2 Instrucción
Instrucción Frecuencia Porcentaje
Primaria 14 34,14%
Secundaria 19 46,34%
Secundaria Incompleta 6 14,63%
Superior 2 4,87
TOTAL 30 100%
Fuente de información: Datos obtenidos de las entrevistas realizadas a las mujeres que asisten a la
Fundación Cáritas de Iñaquito.
Elaborado por: Daniela Montalvo
Gráfico 2 Instrucción
Interpretación:
En cuanto al nivel de instrucción, se puede observar que un alto porcentaje de la población pertenece
a un nivel de Instrucción Secundario; demostrando así no siempre el nivel de Instrucción básico va
necesariamente vinculado a una mayor vulnerabilidad a ser víctimas de algún tipo de Violencia. Del
total de 41 mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar investigadas, el 34,14% corresponde a
mujeres con un nivel de instrucción primaria; el 46,34% corresponde a mujeres con un nivel se
instrucción secundaria; el 14,63% corresponde a mujeres con un nivel de instrucción de secundaria
incompleta, y apenas el 4,87% corresponde a un nivel de instrucción superior.
Instrucción
Primaria
Secundaria
Secundaria Incompleta
Superior
67
Tabla 3 Ocupación
Opciones Frecuencia Porcentaje Ama de casa 27 65,85%
Empleada privada 2 4,87% Empleada doméstica 3 7,31%
Costurera 2 4,87% Estudiante 2 4,87% Peluquera 1 2,43% Lavandera 1 2,43%
Manicurista 1 2,43% Chofer 1 2,43% Mesera 1 2,43% TOTAL 41 100%
Fuente de información: Datos obtenidos de las entrevistas realizadas a las mujeres que asisten a la Fundación Cáritas de Iñaquito. Elaborado por: Daniela Montalvo
Gráfico 3 Ocupación
Interpretación:
En cuanto a la ocupación, se puede observar que un alto porcentaje de la población evaluada desempeña la ocupación de amas de casa, es decir, dedicadas mayormente al cuidado del hogar así como de sus hijos, y tan solo un pequeño porcentaje de ellas, lleva a cabo otro tipo de oficios que les significan un aporte significativo en el plano económico sobre todo. Del total de 41 mujeres investigadas, el 65,85% corresponde a mujeres que desempeñan el oficio de amas de casa, el 4,87% corresponde a mujeres que se desempeñan como empleadas privadas; el 7,31% corresponde a mujeres que se desempeñan como empleadas domésticas, el 4,87% corresponde a mujeres que se desempeñan como costureras; el 4,87% corresponde a mujeres que se desempeñan como estudiantes ; y el 12,15% restante equivale a mujeres que desempeñan otras ocupaciones tales como: peluquera, lavandera, manicurista, chofer y mesera.
Ocupación
Ama de casa
Empleada privada
Empleada doméstica
Costurera
Estudiante
Peluquera
Lavandera
Manicurista
Chofer
Mesera
68
Tabla 4 Estado Civil
Opciones Frecuencia Porcentaje Casada 22 53,65%
Unión Libre 14 34,14% Soltera 3 7,31%
Divorciada 2 4,87% TOTAL 41 100%
Fuente de información: Datos obtenidos de las entrevistas realizadas a las mujeres que asisten a la
Fundación Cáritas de Iñaquito.
Elaborado por: Daniela Montalvo
Gráfico 4 Estado Civil
Interpretación:
En cuanto al estado civil se puede observar que más de la mitad de la población investigada,
actualmente se encuentran casadas y conviviendo con sus parejas. Todas ellas describieron convivir
en un ambiente familiar disfuncional dadas las situaciones de violencia en las cuales viven, pero el
temor a quedar solas en el cuidado de sus hijos es la principal explicación que expresaron para no dar
fin a su realidad. De las 41 mujeres investigadas, el 53,65% están casadas; el 34,14% se encuentran
conviviendo con sus parejas en unión libre; el 7,31% son solteras y apenas el 4,87% están
divorciadas.
Estado Civil
Casadas
Union libre
Solteras
Divorciadas
69
Tabla 5 Tipo de Violencia
Opciones Frecuencia Porcentaje Violencia Psicológica 29 70,73%
Violencia Física 11 26,82% Violencia Sexual 1 2,43%
TOTAL 30 100% Fuente de información: Datos obtenidos de las entrevistas realizadas a las mujeres que asisten a la
Fundación Cáritas de Iñaquito.
Elaborado por: Daniela Montalvo
Gráfico 5 Tipo de Violencia
Interpretación:
En lo referente al Tipo de Violencia, se puede observar el mayor porcentaje equivale a casos de
Violencia Psicológica, muchos de los cuales se han acompañado por lo menos una vez con otro tipo
de Violencia (Física o Sexual); ya que en un fenómeno tan complejo como la Violencia Intrafamiliar,
los tipos de Violencia siempre van correlacionados acorde a otro tipo de variables tales como tiempo
de exposición o condiciones de maltrato. Del total de 41 mujeres investigadas, el 70,73%
corresponde a mujeres que son víctimas de Violencia Psicológica; seguido de un 26,82% equivalente
a mujeres que son víctimas de Violencia Física y finalmente un 2,43 % equivale a mujeres que son
víctimas de Violencia Sexual.
Tipo de Violencia
Violencia Psicológica
Violencia Física
Violencia Sexual
70
Tabla 6 Estilos de Personalidad
Fuente: Resultados obtenidos de la aplicación del Inventario Multifásico de la personalidad de
Millon.
Elaborado por: Daniela Montalvo.
Gráfico 6: Estilos de personalidad
Interpretación:
La evaluación de personalidad realizada a las mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar que asisten
a la Fundación Cáritas, revela una gran variedad de resultados, entre los cuales el estilo Compulsivo
(con un total de 10 casos equivalente al 25%) y el estilo Dependiente (con un total de 10 casos
equivalente a un 25%) resultan ser los estilos más frecuentes en la población. Así mismo se puede
observar la presencia de otros estilos de personalidad, tales como: Esquizoide (con un total de 6 casos
equivalente al 15 %); el estilo Evitativo (con un total de 5 casos equivalente al 12,50%); el estilo
Autoderrotista al igual que el etilo Pasivo/Agresivo (con un total de 4 casos equivalentes al 10% cada
uno); y finalmente el estilo Agresivo/Sádico que resulta ser el menos frecuente en la población con
apenas 1 caso equivalente al 2,50%.
Agresivo/sádico1
2% Autoderrotista4
10%
Compulsivo10
25%
Dependiente10
25%
Esquizoide6
15%
Evitativo5
13%
Pasivo / Agresivo4
10%
Estilos de Personalidad
Estilos de Personalidad Total
de casos
Total porcentual
Agresivo/sádico 1 2,50% Autoderrotista 4 10,00% Compulsivo 10 25,00% Dependiente 10 25,00% Esquizoide 6 15,00% Evitativo 5 12,50% Pasivo / Agresivo 4 10,00%
Total general 40 100,00%
71
Tabla 7 Mecanismos de Defensa
Mecanismos de Defensa
Nivel de encubrimiento
Nivel adaptativo elevado Nivel de acción
Nivel de inhibiciones
mentales
Nivel menor de distorsión de las
imágenes
TOTAL DE
CASOS
1 15 11 10 3 40
2,50% 37,50% 27,50% 25,00% 7,50% 100,00% Fuente: Resultados obtenidos de la aplicación de la Escala de Mecanismos de Defensa (DSM-IV)
Elaborado por: Daniela Montalvo
Gráfico 7: Mecanismos de Defensa
Interpretación:
La Escala de Mecanismos de defensa aplicada a las 41 mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar,
nos permite apreciar que el Nivel Adaptativo Elevado resulta ser el más frecuente en la población
investigada, con un total de 15 casos equivalente al 37,50%; seguido muy de cerca del Nivel de
acción con un total de 11 casos correspondientes al 27,50%; el Nivel de inhibiciones mentales que
abarca un total de 10 que equivalen al 25,00%. Igualmente se obtuvieron puntuaciones considerables
en otras escalas tales como: el Nivel menor de distorsión de las imágenes con un total de 3 casos
correspondientes al 7,50% y finalmente el Nivel de encubrimiento que únicamente corresponde a
un caso equivalente por tanto al 2,50% de la población. Es importante señalar que ningún caso
obtuvo algún puntaje considerable correspondiente al Nivel mayor de distorsión de las imágenes o al
Nivel de desequilibrio defensivo, por lo cual estas escalas no han sido consideradas para las
representaciones, dada su irrelevancia en el estudio.
Nivel de encubrimiento
12%
Nivel adaptativo elevado
1537%
Nivel de acción11
28%
Nivel de inhibiciones
mentales10
25%
Nivel menor de distorsión de las
imágenes3
8%
Mecanismos de Defensa
72
Tabla 8 Estilos de Personalidad vs Mecanismos de Defensa
Mecanismos de Defensa
Estilos de Personalidad
Nivel de encubrimiento
Nivel adaptativo elevado
Nivel de acción
Nivel de inhibiciones mentales
Nivel menor de distorsión de las imágenes
Total general
Agresivo/sádico 1 1 Autoderrotista 1 2 1 4 Compulsivo 6 3 1 10 Dependiente 6 2 2 10 Esquizoide 2 3 1 6 Evitativo 1 1 2 1 5 Pasivo / Agresivo 4 4 Total general 1 15 11 10 3 40
Fuente: Resultados obtenidos de la aplicación de la Escala de Mecanismos de Defensa (DSM-IV) y
del Inventario Multifásico de la Personalidad de Millon.
Elaborado por: Daniela Montalvo
Mecanismos de Defensa
Estilos de
Personalidad
Nivel de
encubrimiento
Nivel
adaptativo
elevado
Nivel de
acción
Nivel de
inhibiciones
mentales
Nivel menor
de distorsión
de las
imágenes
Total
general
Agresivo/sádico 2,50% 2,50%
Autoderrotista 2,50% 5,00% 2,50% 10,00%
Compulsivo 15,00% 7,50% 2,50% 25,00%
Dependiente 15,00% 5,00% 5,00% 25,00%
Esquizoide 5,00% 7,50% 2,50% 15,00%
Evitativo 2,50% 2,50% 5,00% 2,50% 12,50%
Pasivo / Agresivo 10,00% 10,00%
Total general 2,50% 37,50% 27,50% 25,00% 7,50% 100,00%
73
Gráfico 8: Estilos de Personalidad vs Mecanismos de Defensa
Interpretación:
Este cuadro demuestra el número de casos en los cuales existieron concordancias de sus respuestas
en relación a los resultados obtenidos de las evaluaciones tanto de los Estilos de Personalidad, así
como en los Mecanismos de Defensa. Es así que se puede señalar que del total de la población, el
Estilo Agresivo/Sádico apenas un caso (2,5% de la población) obtuvo la concordancia con el Nivel
de acción; en cuanto al Estilo Autoderrotista, existió solamente una concordancia con un Nivel
adaptativo elevado (2,5% de la población), dos concordancias con el Nivel de inhibiciones mentales
(5,00% de la población) , y una sola concordancia con el Nivel menor de distorsión de las imágenes
(2,5% de la población); en lo referente al Estilo Compulsivo, existieron seis concordancias con un
Nivel adaptativo elevado (15% de la población), tres concordancias con un Nivel de acción (7,50%
de la población), y apenas una concordancia con el Nivel menor de distorsión de las imágenes
(2,50% de la población); el Estilo Dependiente obtuvo seis concordancias con el Nivel adaptativo
elevado (15% de la población), dos concordancias con el Nivel de acción y dos concordancias con el
Nivel de inhibiciones mentales (5% de la población cada uno de ellos); el Estilo Esquizoide obtuvo
dos concordancias con el Nivel adaptativo elevado (5% de la población), tres concordancias con el
Nivel de inhibiciones mentales (7,50% de la población) y apenas una concordancia con el Nivel
menor de distorsión de las imágenes (2,50 % de la población); en cuanto al Estilo Evitativo, se
obtuvieron dos concordancias con el Nivel de inhibiciones mentales (5% de la población), y apenas
una concordancia con los Niveles de Encubrimiento, de Acción y Menor de Distorsión de las
imágenes respectivamente (2,5% de la población cada uno de ellos); y finalmente el Estilo
Pasivo/Agresivo solamente cuatro concordancias con el Nivel de Acción (10% de la población).
2,50%
2,50%
15,00%
15,00%
5,00%
2,50%
7,50%
5,00%
2,50%
10,00%
5,00%
2,50%
5,00%
7,50%
5,00%
2,50%
2,50%
2,50%
0 0,05 0,1 0,15 0,2 0,25 0,3
Agresivo/sádi…
Autoderrotista
Compulsivo
Dependiente
Esquizoide
Evitativo
Pasivo /…
Mecanismos de Defensa vs. Estilos de Personalidad
Nivel de encubrimiento Nivel adaptativo elevado
Nivel de acción Nivel de inhibiciones mentales
Nivel menor de distorsión de las imágenes
74
Comprobación de hipótesis
Resultados de la investigación
Correlación entre Mecanismos de Defensa y los Estilos de Personalidad en las mujeres
víctimas de violencia intrafamiliar que asisten a la Fundación “Cáritas”
Con la finalidad de determinar el grado de relación entre los Mecanismos de Defensa y los Estilos de
Personalidad en las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar que asisten a la Fundación “Cáritas”,
es necesario el coeficiente de correlación de Pearson, y determinar su significación según las
condiciones y metodología descrita a continuación.
Coeficiente de Correlación de Pearson
El coeficiente de correlación de Pearson es un índice adimensional acotado entre -1,0 y 1,0 que
refleja el grado de relación lineal entre dos conjuntos de datos. El coeficiente de correlación de
Pearson se define por la siguiente fórmula:
𝑟𝑟𝑥𝑥𝑥𝑥 =∑𝑋𝑋𝑋𝑋𝑁𝑁
− 𝑋𝑋𝑋𝑋����
𝑆𝑆𝑥𝑥𝑆𝑆𝑥𝑥
Planteamiento de la Hipótesis
El coeficiente de correlación es significativo si se puede afirmar, dada cierta probabilidad, que es
diferente de cero. La significación del coeficiente de correlación está determinada por la
probabilidad de que tal coeficiente proceda de una población cuyo valor sea de cero. Así, se plantean
dos hipótesis posibles:
H0 : rxy = 0 ⇒ El coeficiente de correlación obtenido procede de una población cuya correlación es
cero ( ρ = 0 ).
H1 : rxy ≠ 0 ⇒ El coeficiente de correlación obtenido procede de una población cuya correlación es
distinta de cero ( ρ = 0 ).
75
Contrastación de Hipótesis
Desde el supuesto de la Hipótesis nula H0, se demuestra que la distribución muestral de correlaciones
procedentes de una población de correlación igual a cero (ρ=0) sigue una ley de Student con N-2
grados de libertad, de media el valor poblacional y desviación tipo:
𝑆𝑆𝑟𝑟 = �1 − 𝑟𝑟𝑥𝑥𝑥𝑥2
𝑁𝑁 − 2
Por tanto, dado un cierto coeficiente de correlación rxy obtenido en una determinada muestra, se
comprueba la posibilidad de que coeficiente se encuentre dentro de la distribución muestral
especificada por la Hipótesis nula. Para esto, se calcula el número de desviaciones tipo en que se
encuentra el coeficiente obtenido del centro de la distribución, según la siguiente fórmula:
𝑡𝑡 =𝑟𝑟𝑥𝑥𝑥𝑥 − 0
�1−𝑟𝑟𝑥𝑥𝑥𝑥2
𝑁𝑁−2
Luego se compara el valor obtenido con el existente en las tablas de valores críticos de distribución t,
para un cierto nivel de significación α y N-2 grados de libertad - t(a,N-2)-, que determina el límite (baja
probabilidad de ocurrencia, según la Hipótesis nula) de pertenencia de un cierto coeficiente rxy a la
distribución muestral de correlaciones procedentes de una población con ρ = 0 . Considerando que:
Nivel de significación α = 0,05
Grados de libertad N – 2 = 41 -2 = 39
t(0.05,39) = 2,021
La aceptación o rechazo de las hipótesis depende d elas siguientes condiciones:
t > 2,021 ⇒ Se rechaza la Hipótesis nula H0. La correlación obtenida no procede de una población
cuyo valor ρxy = 0. Por tanto las variables están relacionadas.
t ≤ 2,021 ⇒ Se acepta la Hipótesis nula H0. La correlación obtenida procede de una población cuyo
valor ρxy = 0. Por tanto las variables no están relacionadas.
76
Cálculos
Para determinar el grado de relación entre los Estilos de Personalidad evidenciados por el Inventario
de Estilos de Personalidad de Millon (MIPS) y los Mecanismos de Defensa evidenciados en el Test
del DSM-IV, se ha de calcular el Índice de Correlación y su nivel de significación (prueba t de
Student) para cada permutación resultante del cruce entre todos los Estilos de Personalidad y todos
los Mecanismos de Defensa.
Por tanto, se describirá el proceso para obtener la correlación y significación de una sola permutación
(Dimensión de Calidad de Vida DERECHOS vs. Estilo de Afrontamiento PLANIFICACIÓN):
a) Cálculo de Índice de Correlación de Pearson
ID. CASO
Estilos de Personalidad de Millon (MIPS)
Test DSM-IV Mecanismos de Defensa
X2 Y2 XY PASIVO AGRESIVO
NIVEL MENOR DE DISTORSIÓN DE LAS IMÁGENES
X Y 1 60 0,33 3600,00 0,11 20,00 2 58 0,00 3364,00 0,00 0,00 3 52 0,33 2704,00 0,11 17,33 4 72 0,33 5184,00 0,11 24,00 5 47 0,33 2209,00 0,11 15,67 6 42 0,00 1764,00 0,00 0,00 7 78 0,33 6084,00 0,11 26,00 8 58 0,33 3364,00 0,11 19,33 9 17 0,33 289,00 0,11 5,67 10 49 0,33 2401,00 0,11 16,33 11 77 0,33 5929,00 0,11 25,67 12 54 0,00 2916,00 0,00 0,00 13 5 0,33 25,00 0,11 1,67 14 67 0,67 4489,00 0,44 44,67 15 85 0,00 7225,00 0,00 0,00 16 54 0,33 2916,00 0,11 18,00 17 92 0,33 8464,00 0,11 30,67 18 58 0,33 3364,00 0,11 19,33 19 87 0,33 7569,00 0,11 29,00 20 58 0,33 3364,00 0,11 19,33 21 69 0,33 4761,00 0,11 23,00 22 60 0,67 3600,00 0,44 40,00
77
23 44 0,33 1936,00 0,11 14,67 24 27 0,00 729,00 0,00 0,00 25 109 0,33 11881,00 0,11 36,33 26 66 0,00 4356,00 0,00 0,00 27 65 0,00 4225,00 0,00 0,00 28 73 0,00 5329,00 0,00 0,00 29 55 0,33 3025,00 0,11 18,33 30 75 0,33 5625,00 0,11 25,00 31 0 0,00 0,00 0,00 0,00 32 40 0,33 1600,00 0,11 13,33 33 8 0,33 64,00 0,11 2,67 34 51 0,00 2601,00 0,00 0,00 35 43 0,00 1849,00 0,00 0,00 36 60 0,67 3600,00 0,44 40,00 37 0 0,00 0,00 0,00 0,00 38 2 0,00 4,00 0,00 0,00 39 32 0,00 1024,00 0,00 0,00 40 44 0,33 1936,00 0,11 14,67 41 0 0,00 0,00 0,00 0,00 TOTAL: 2093 9,67 135369,00 3,89 560,67
De donde:
𝑋𝑋� =∑𝑋𝑋𝑁𝑁
=2093
41= 51,05
𝑋𝑋� =∑𝑋𝑋𝑁𝑁
=9,6741
= 0,24
𝑆𝑆𝑥𝑥 = �∑𝑋𝑋2
𝑁𝑁−𝑋𝑋�2 = �135369
41−51,052 = 26,38
𝑆𝑆𝑥𝑥 = �∑𝑋𝑋2
𝑁𝑁−𝑋𝑋�2 = �3,89
41−0,242 = 0,198
Aplicando la fórmula del índice de correlación de Pearson:
𝑟𝑟𝑥𝑥𝑥𝑥 =∑𝑋𝑋𝑋𝑋𝑁𝑁
− 𝑋𝑋𝑋𝑋����
𝑆𝑆𝑥𝑥𝑆𝑆𝑥𝑥=
560,6741
− 51,05 ∗ 0,2426,38 ∗ 0,198
= 𝟎𝟎,𝟑𝟑𝟑𝟑𝟑𝟑
78
b) Comprobación de Hipótesis: significación del Coeficiente de Correlación con la prueba t de
Student
Aplicando la fórmula y los criterios establecidos, tenemos que:
𝑡𝑡 =𝑟𝑟𝑥𝑥𝑥𝑥 − 0
�1−𝑟𝑟𝑥𝑥𝑥𝑥2
𝑁𝑁−2
= 0,314 − 0
�1−0,3142
41−2
= 2,062
𝑡𝑡(0.05,39) = 2,021
Como t > t(0,05,28) (2,062 > 2,021), entonces se rechaza la Hipótesis nula H0, con un riesgo máximo de
error de 0.05. La correlación obtenida no procede de una población de correlación cero. Por tanto se
concluye que el Estilo de Personalidad PASIVO AGRESIVO y el Mecanismo de Defensa
NIVEL MENOR DE DISTORSIÓN DE LAS IMÁGENES, están correlacionadas
significativamente (es decir, a mayores rasgos del estilo de personalidad “Pasivo Agresivo”, mayor
es la presencia del mecanismo de defensa “nivel menor de distorsión de las imágenes”, y viceversa).
Este proceso se ha repetido para el resto de combinaciones entre Estilos de Personalidad y
Mecanismos de Defensa. Los resultados se sintetizan en las siguientes tablas:
79
Tabla 9 Índices de Correlación de Pearson
MECANISMOS DE DEFENSA
ESTILOS DE PERSONALIDAD
Nivel adaptativo elevado
Nivel de inhibiciones mentales (formación de compromisos).
Nivel menor de distorsión de las imágenes
Nivel de encubrimiento
Nivel de mayor distorsión de las imágenes
Nivel de acción
ESQUIZOIDE -0,17 0,13 0,24 -0,01 0,04 -0,09
EVITATIVO -0,27 0,28 0,31 0,10 0,04 -0,20
DEPENDIENTE 0,07 0,01 0,39 -0,11 -0,08 -0,24
HISTRIÓNICO -0,08 -0,34 0,17 0,06 0,20 0,24
NARCISISTA -0,22 -0,17 0,10 0,16 -0,01 0,32
ANTISOCIAL -0,21 -0,22 0,13 0,11 -0,03 0,38
AGRESIVO-SÁDICO -0,19 -0,20 -0,01 0,33 -0,12 0,36
COMPULSIVO 0,19 -0,17 0,16 -0,02 -0,07 -0,10
PASIVO-AGRESIVO -0,28 -0,13 0,31 0,06 0,03 0,26
AUTODERROTISTA 0,01 -0,06 0,48 -0,07 -0,06 -0,16
80
Tabla 10 Interpretación del Índice de Correlación de Pearson (dirección e intensidad de la relación entre variables)
ESTILOS DE PERSONALIDAD
MECANISMOS DE DEFENSA
Nivel adaptativo elevado
Nivel de inhibiciones mentales (formación de compromisos).
Nivel menor de distorsión de las imágenes
Nivel de encubrimiento
Nivel de mayor distorsión de las imágenes
Nivel de acción
ESQUIZOIDE negativa muy baja positiva muy baja positiva baja negativa muy baja positiva muy baja negativa muy baja EVITATIVO negativa baja positiva baja positiva baja positiva muy baja positiva muy baja negativa baja DEPENDIENTE positiva muy baja positiva muy baja positiva baja negativa muy baja negativa muy baja negativa baja HISTRIÓNICO negativa muy baja negativa baja positiva muy baja positiva muy baja positiva baja positiva baja NARCISISTA negativa baja negativa muy baja positiva muy baja positiva muy baja negativa muy baja positiva baja ANTISOCIAL negativa baja negativa baja positiva muy baja positiva muy baja negativa muy baja positiva baja AGRESIVO-SÁDICO negativa baja negativa baja negativa muy baja positiva baja negativa muy baja positiva baja COMPULSIVO positiva muy baja negativa muy baja positiva muy baja negativa muy baja negativa muy baja negativa muy baja PASIVO-AGRESIVO negativa baja negativa muy baja positiva baja positiva muy baja positiva muy baja positiva baja AUTODERROTISTA positiva muy baja negativa muy baja positiva moderada negativa muy baja negativa muy baja negativa muy baja
81
Tabla 11 Prueba t de Student
MECANISMOS DE DEFENSA
ESTILOS DE PERSONALIDAD
Nivel adaptativo elevado
Nivel de inhibiciones mentales (formación de compromisos).
Nivel menor de distorsión de las imágenes
Nivel de encubrimiento
Nivel de mayor distorsión de las imágenes
Nivel de acción
ESQUIZOIDE 1,070 0,802 1,576 0,046 0,269 0,544
EVITATIVO 1,775 1,789 2,063 0,616 0,228 1,290
DEPENDIENTE 0,470 0,072 2,624 0,680 0,479 1,534
HISTRIÓNICO 0,526 2,240 1,094 0,378 1,305 1,539
NARCISISTA 1,403 1,060 0,609 1,009 0,051 2,123
ANTISOCIAL 1,354 1,375 0,795 0,712 0,157 2,538
AGRESIVO-SÁDICO 1,212 1,247 0,056 2,151 0,781 2,379
COMPULSIVO 1,195 1,060 0,995 0,097 0,428 0,633
PASIVO-AGRESIVO 1,806 0,810 2,062 0,377 0,196 1,649
AUTODERROTISTA 0,060 0,357 3,386 0,430 0,381 1,024
82
Tabla 12 Contrastación de Hipótesis según criterios de significación
ESTILOS DE
PERSONALIDAD
MECANISMOS DE DEFENSA
Nivel adaptativo
elevado
Nivel de
inhibiciones
mentales
Nivel menor de
distorsión de las
imágenes
Nivel de
encubrimiento
Nivel de mayor
distorsión de las
imágenes
Nivel de acción
ESQUIZOIDE Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA
EVITATIVO Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Hi ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA
DEPENDIENTE Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Hi ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA
HISTRIÓNICO Ho ACEPTADA Hi ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA
NARCISISTA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Hi ACEPTADA
ANTISOCIAL Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Hi ACEPTADA
AGRESIVO-SÁDICO Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Hi ACEPTADA Ho ACEPTADA Hi ACEPTADA
COMPULSIVO Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA
PASIVO-AGRESIVO Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Hi ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA
AUTODERROTISTA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Hi ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA Ho ACEPTADA
83
Análisis y Discusión de resultados
Correlación entre Mecanismos de Defensa y los Estilos de Personalidad en las mujeres víctimas de
violencia intrafamiliar que asisten a la Fundación “Cáritas”
Para la presente investigación fue necesario conocer de manera teórica las variables, y para esto se
consultó diferentes fuentes. Luego de conocer más sobre las mismas se realizó un análisis con otras
fuentes acerca de la relación entre los tres conceptos básicos de este estudio: violencia intrafamiliar,
personalidad y mecanismos de defensa, y tras comparar los resultados obtenidos en estas y otras
investigaciones para encontrar similitudes, es necesario confrontar esta investigación de campo, con
fundamentos teóricos para discutir los estilos de personalidad y su correlación con los mecanismos de
defensa en mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
De acuerdo con Mora (2008) y la Teoría de la Indefensión Aprendida, una persona que es sometida a
situaciones que no puede controlar o escapar, renuncia a la salvación y asume la situación, empezando
para ello a adoptar estrategias de defensa que le permitan sobrevivir ante esta realidad. Y de acuerdo con
el Síndrome de Adaptación Paradójica a la violencia intrafamiliar, se establece un vínculo entre la
víctima y el agresor, donde al inicio la víctima sufre de depresión, estrés y desorientación, en la segunda
fase la víctima actúa para tratar de resolver esta condición, seguidamente se asume el modelo mental del
agresor y por último se adapta, justifica al agresor y deja de tomar acción, acoplando para ello a su
personalidad rasgos y conductas que aseguren su supervivencia.
Los resultados del trabajo de investigación, expresan que el 43,90% de la población se ubica entre los 20
y 30% de edad y que la mayoría tiene un nivel de instrucción básico y secundario que puede incluso
cambiar aquellas visiones que se tenían acerca de que a menor nivel de instrucción, mayor probabilidad
de ser víctimas de violencia. El ser sobreviviente de la violencia intrafamiliar o convivir en un ambiente
disfuncional donde esta problemática es muy frecuente, puede crear o desarrollar los estilos de
personalidad y mecanismos de defensa patológicos o poco adecuados para promover un verdadero nivel
de salud y bienestar en las víctimas. Pero este aspecto no es concluyente para la presente investigación;
ya que en la evaluación de Personalidad y Mecanismos de Defensa y en la búsqueda de establecer un tipo
de correlación específica para ambos contenidos inmersos dentro del complejo fenómeno de Violencia
Intrafamiliar, se encontraron resultados muy variables acerca del tipo de correlación existente, para lo
cual no era adecuado establecer generalizaciones acerca de los resultados encontrados, dado que nos
referimos a un estudio cualitativo de 41 casos que responden a diversas realidades referidas a una misma
84
problemática como lo es la Violencia; por lo cual, los resultados obtenidos apuntan hallazgos que si bien
no determinan por completo o desmienten la existencia de correlación entre Estilos de Personalidad y
mecanismos de defensa, si explican la existencia de correlaciones tanto positivas como negativas
significativas entre ciertos Estilos de Personalidad, con determinados Mecanismos de Defensa, los
cuales son explicados a continuación:
El estilo de Personalidad “Histriónico” mantiene una correlación negativa significativa con el “Nivel
Defensivo de Inhibiciones Mentales”. Esto quiere decir que, a más rasgos de personalidad Histriónica
(búsqueda de estimulación y afecto insaciable e incluso indiscriminada, así como comportamientos
sociales inteligentes y frecuentemente astutos que dan la apariencia de autoconfianza y serenidad, pero
que enmascaran una necesidad de repetidas señales de aceptación y aprobación), menos evidentes son las
expresiones del “Nivel Defensivo de Inhibiciones Mentales” (en el cual las defensas permiten que las los
estímulos negativos o frustrantes, se alejen de la conciencia del individuo), y viceversa.
El estilo de Personalidad “Evitativo” muestra una correlación positiva significativa con el “Nivel menor
de Distorsión de las Imágenes”. Esto quiere decir que a más rasgos de Personalidad Evitativo (vigilancia,
actitud permanente de guardia, distanciamiento por la anticipación ansiosa de los aspectos dolorosos de
la vida o reforzamiento de experiencias negativas; con estrategias adaptativas que reflejan el temor y la
desconfianza de los demás), más evidentes serán las manifestaciones del “Nivel menor de Distorsión de
las Imágenes” (en el cual los mecanismos de defensa promueven una distorsión de la auto imagen del
individuo para favorecer su autoestima), y viceversa.
El estilo de Personalidad “Dependiente” muestra una correlación positiva significativa con el “Nivel
menor de Distorsión de las Imágenes”. Esto quiere decir que a más rasgos de Personalidad Dependiente
(carencia tanto de iniciativa como de autonomía, así como búsqueda constante de relaciones que sean
fuente de protección, seguridad, afecto, seguridad y consejo, adoptando para ello un papel pasivo en las
relaciones interpersonales), más evidentes serán las manifestaciones del “Nivel menor de Distorsión de
las Imágenes” (en el cual los mecanismos de defensa promueven una distorsión de la auto imagen del
individuo para favorecer su autoestima), y viceversa.
El estilo de Personalidad “Pasivo-Agresivo” muestra una correlación positiva significativa con el “Nivel
menor de Distorsión de las Imágenes”. Esto quiere decir que a más rasgos de Personalidad
Pasivo-Agresivo (personas con patrones erráticos de terquedad o enfado explosivo entremezclado con
períodos de culpabilidad y vergüenza, por lo que con frecuencia se involucran en discusiones y riñas
interminables, ya que vacilan entre la deferencia y la obediencia; el desafío y el negativismo agresivo),
85
más evidentes serán las manifestaciones del “Nivel menor de Distorsión de las Imágenes” (en el cual los
mecanismos de defensa promueven una distorsión de la auto imagen del individuo para favorecer su
autoestima), y viceversa.
El estilo de Personalidad “Autoderrotista” muestra una correlación positiva moderada con el “Nivel
menor de Distorsión de las Imágenes”. Esto quiere decir que a más rasgos de Personalidad
Autoderrotista (actitudes acentuadas de modestia, intentos de pasar desapercibido, frecuente
intensificación de los propios déficits al situarse en un plano inferior o posición despreciable frente a
otros), más evidentes serán las manifestaciones del “Nivel menor de Distorsión de las Imágenes” (en el
cual los mecanismos de defensa promueven una distorsión de la auto imagen del individuo para
favorecer su autoestima) y viceversa.
El estilo de Personalidad “Agresivo-Sádico” muestra una correlación positiva moderada con el “Nivel de
Encubrimiento”. Esto quiere decir que a más rasgos de Personalidad Agresivo-Sádico (individuos con
actitudes hostiles, acentuadamente belicosas, que los hacen aparecer indiferentes o incluso mostrando
agrado por las consecuencias destructivas de sus comportamientos contenciosos, abusivos y brutales),
más evidentes serán las manifestaciones del “Nivel de Encubrimiento” (donde las defensas permiten que
las situaciones generadoras de tensión o frustración sean atribuidas a causas ajenas al sujeto y que
también se mantengan fuera de la conciencia del individuo), y viceversa.
El estilo de Personalidad “Narcisista” muestra una correlación positiva moderada con el “Nivel de
Acción”. Esto quiere decir que a más rasgos de Personalidad Narcisista (individuos que muestran un aire
de autoconfianza arrogante y, aún sin intención o propósito conscientes, explotan a los demás a su antojo.
Si bien los elogios de otros sean tanto de ánimo como de bienvenida, su aire presumido y de supuesta
superioridad exige poca confirmación para el logro de la aprobación social de cada pensamiento
sincero), más evidente serán las manifestaciones del “Nivel de Acción” (donde las defensas promueven
al sujeto a la acción o bien a la retirada), y viceversa.
El estilo de Personalidad “Antisocial” muestra una correlación positiva moderada con el “Nivel de
Acción”. Esto quiere decir que a más rasgos de Personalidad Antisocial (comportamientos ilegales
dirigidos a manipular el entorno en favor de uno mismo; tendencia al engrandecimiento que refleja el
escepticismo respecto a las motivaciones de los otros, insensibilidad y crueldad como únicos medios
para evitar abusos y engaños), más evidentes serán las manifestaciones del “Nivel de Acción” (donde las
defensas promueven al sujeto a la acción o bien a la retirada), y viceversa.
86
El estilo de Personalidad “Agresivo-Sádico” muestra una correlación positiva moderada con el “Nivel de
Acción”. Esto quiere decir que a más rasgos de Personalidad Agresivo-Sádico (personas con actitudes
hostiles, acentuadamente belicosas que los hacen aparecer indiferentes o incluso mostrando agrado por
las consecuencias destructivas de sus comportamientos contenciosos, abusivos y brutales), más
evidentes serán las manifestaciones del “Nivel de Acción” (donde las defensas promueven al sujeto a la
acción o bien a la retirada), y viceversa.
Finalmente, la relación entre estilos de personalidad y mecanismos de defensa, objetivo de este estudio,
demostró la existencia de correlaciones significativas, lo cual indica que la manifestación de estilos
distintivos de personalidad pueden asociarse a la presencia o ausencia de determinados niveles de
defensa en las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
Si bien no existen en la actualidad investigaciones que respondan a la misma naturaleza del presente
estudio, este trabajo ha abierto nuevas perspectivas acerca de la complejidad de tres contenidos
esenciales: Personalidad, Mecanismos de Defensa y Violencia Intrafamiliar dentro de un mismo estudio
correlativo, explicando así cómo este tipo de análisis podría favorecer en gran medida a comprender,
entender e intervenir de manera más oportuna, directa e integral en las diversas problemáticas de Salud
Mental y Pública tanto en el área de evaluación, investigación e intervención.
87
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Conclusiones
• En cuanto a la valoración estadística general de la población de mujeres víctimas de Violencia
Intrafamiliar que asisten a la Fundación Cáritas de la Parroquia La Inmaculada de Iñaquito, se
pudo apreciar que existe un mayor porcentaje de la población de entre los 20 a los 40 años de
edad. Así mismo se constató que un alto porcentaje de la población presenta un nivel de
instrucción básico o de secundaria incompleta; y que la ocupación que en su mayoría desempeñan
las mujeres era de amas de casa.
• Se pudo establecer que en relación al tipo de Violencia, existe un mayor porcentaje de mujeres
que son víctimas de Violencia Psicológica; y que la Violencia Sexual es la de menor frecuencia
en la muestra. Sin embargo, considero importante señalar que esto podría deberse a que aún
existen muchos prejuicios acerca de denunciar este tipo de casos, principalmente por temor a la
crítica o rechazo social.
• Si bien no se llego a establecer un tipo específico de correlación entre Estilos de Personalidad y
Mecanismos de Defensa, este estudio permitió encontrar correlaciones positivas y negativas
significativas entre diferentes Estilos de Personalidad con específicos Niveles de Defensa cada
uno de ellos: El estilo de Personalidad Histriónico mantiene una correlación negativa
significativa con el Nivel de Inhibiciones Mentales; el estilo de Personalidad “Evitativo”
muestra una correlación positiva significativa con el “Nivel menor de Distorsión de las
Imágenes; el estilo de Personalidad “Dependiente” muestra una correlación positiva
significativa con el “Nivel menor de Distorsión de las Imágenes; el estilo de Personalidad
“Pasivo-Agresivo” muestra una correlación positiva significativa con el “Nivel menor de
Distorsión de las Imágenes; el estilo de Personalidad “Autoderrotista” muestra una correlación
positiva moderada con el “Nivel menor de Distorsión de las Imágenes; el estilo de Personalidad
“Agresivo-Sádico” muestra una correlación positiva moderada con el “Nivel de Encubrimiento;
el estilo de Personalidad “Narcisista” muestra una correlación positiva moderada con el “Nivel
de Acción”. el estilo de Personalidad “Antisocial” muestra una correlación positiva moderada
con el “Nivel de Acción; y finalmente el estilo de Personalidad “Agresivo-Sádico” muestra una
correlación positiva moderada con el “Nivel de Acción.
88
• Se pudo determinar que en relación a los mecanismos de defensa, existió un mayor porcentaje de
la población que obtuvo puntuaciones considerables en los indicadores de: Nivel Adaptativo
Elevado con un 37,50%, nivel que se caracteriza porque las defensas logran incrementar la
gratificación y auto conciencia de las reacciones personales y sus consecuencias., es así que
generan una adecuada adaptación y equilibrio frente a diversas situaciones estresantes; y en el
Nivel de Acción con un 27,50%, nivel caracterizado porque las defensas promueven al sujeto a
la acción o bien a la retirada frente a situaciones estresantes.
• Se estableció que existieron dos estilos de personalidad que se manifestaron con mayor
frecuencia en la población: Estilo Dependiente con un 25%, estilo que corresponde a personas
que han aprendido la comodidad de adoptar un papel pasivo en las relaciones interpersonales y
que mantienen una búsqueda constante de relaciones que signifiquen apoyo, afecto, seguridad y
consejo, tras conocer qué atenciones y apoyos pueden encontrar y sometiéndose de buena gana a
los deseos de otros a fin de mantener su afecto; así como el Estilo Compulsivo de Personalidad
con un 25%, correspondiente a personas que muestran una conducta prudente, controlada y
perfeccionista derivada de un conflicto entre la hostilidad hacia los demás y el temor a la
desaprobación social, lo cual suele llevarlos a sobreaceptarse y a establecer elevadas exigencias
sobre sí mismos y los demás.
• Al correlacionar las dos variables: Estilos de Personalidad y Mecanismos de Defensa, se pudo
obtener una visión más general, clínica y analítica acerca de la realidad del fenómeno de
Violencia Intrafamiliar, partiendo en un inicio de un estudio personalizado en cada participante
de la investigación, para posteriormente elaborar una perspectiva más detallada e integral que
encaminen la formación de pautas de evaluación, intervención y asesoramiento psicológico en
este tipo de casos.
89
• Esta investigación permitió identificar patrones comunes entre determinados estilos de
personalidad con ciertos mecanismos de defensa, lo cual favoreció la Identificación de
similitudes en los perfiles para la población de mujeres que son víctimas de Violencia
Intrafamiliar en la Fundación Cáritas, que fueron una base muy importante a la hora de trabajar
con cada una de ellas tanto dentro de la Institución, como para ir estructurando pautas en el
proceso de intervención, acorde a sus características propias, que favoreció en gran medida a
diseñar tratamientos más individualizados y acordes a su realidad personal, social, y familiar.
• Finalmente, el estudio correlativo entre Mecanismos de Defensa y Estilos de Personalidad en
mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar, significa un importante aporte para empezar a
concebir nuevas perspectivas sobre cómo visualizar este complejo fenómeno, renunciando para
ello a los enfoques simplistas que durante años lo han abarcado, y empezando a percibir la
necesidad de llevar a cabo un análisis más detallado de éste a fin no sólo de dar una pronta y
oportuna repuesta a este problema de Salud Pública, sino también para dar una adecuada y
satisfactoria respuesta para víctimas en pro de mejorar su bienestar físico y mental, y a la vez
mejorar su entorno social y familiar.
90
Recomendaciones
• En base a los resultados obtenidos de la investigación, considero que es muy importante
recomendar que en casos de Violencia Intrafamiliar, cuando se lleven a cabo evaluaciones a las
víctimas, se empiecen a realizar exploraciones más generales acerca de una amplia gama de
aspectos que son relevantes a analizar en este tipo de casos, como lo son estilos de personalidad
o estrategias de afrontamiento, pues estos contenidos podrían revelar datos importantes a la hora
de intentar entender la compleja naturaleza de este fenómeno, así como de la situación de
quienes en ésta se ven involucrados.
• Es importante señalar que en la Fundación Cáritas de Iñaquito, destinado a brindar ayuda,
orientación e intervención en casos de Violencia Intrafamiliar, se debería incorporar nuevas
metodologías acerca de cómo intervenir en este tipo de casos, metodologías que respondan
realmente a las necesidades y demandas de cada usuaria, partiendo de la estructuración de un
perfil psicológico y de personalidad en base a las realidades bio-psico-sociales de cada una de
ellas, para que posteriormente este modelo sea también acoplado a otras Instituciones destinadas
a brindar este tipo de labor en temas de Violencia.
• También considero que en el campo de Salud Mental, debemos empezar a trabajar en desterrar
aquellos prejuicios que existen acerca de cómo son las Víctimas de Violencia Intrafamiliar o el
fenómeno de VIF como tal, ya que este tipo de generalizaciones han enfocado la labor de
intervención en brindar un tipo de ayuda acelerado y superficial a fin de dar una pronta respuesta
a las demandas judiciales o aliviar las secuelas que se creen son absolutas para todos los casos.
• Así mismo, es importante señalar a la Fundación Cáritas, así como a las diversas Instituciones
cuyo trabajo está orientado a brindar ayuda e intervención en casos de Violencia Intrafamiliar,
que sería apropiado incorporar a su equipo de trabajo, instrumentos de evaluación más
actualizados y que hayan sido estandarizados a nuestra realidad nacional; así como que sería
esencial el crear equipos de trabajo interdisciplinarios que favorezcan el restablecimiento
integral de cada víctima y promuevan su bienestar y salud en el campo físico, social, mental y
familiar.
91
C. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Tangibles
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95
ANEXOS Anexo A. Plan aprobado
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS
2014
96
UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR
FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS
• Carrera: Psicología clínica
• Línea de Investigación: Psicología Clínica y Salud Mental
• Nombre del estudiante: Daniela Montalvo
• Nombre del Supervisor: Msc. Alex Castro
• Año lectivo: 2014-2014
97
1. TÍTULO: “Correlación entre los estilos de personalidad y mecanismos de defensa en mujeres
víctimas de Violencia Intrafamiliar”
2. JUSTIFICACIÓN DEL PROBLEMA
La personalidad, entendida como el conjunto de cualidades o rasgos del individuo que responden a una
naturaleza concreta y abstracta, permite conocer y describir procesos internos del individuo y
comprender particularmente las diferencias existentes entre las personas, reconociendo que los
individuos son en muchos aspectos algo único. Entre los principales determinantes en el desarrollo de la
personalidad, las experiencias vividas por el individuo en el campo familiar juegan un papel
fundamental, pues pueden irla estructurando o a su vez modificando.
La Violencia Intrafamiliar es un fenómeno que en el Ecuador constituye un problema de salud pública
por su alta prevalencia y por el enorme impacto psicológico, social, cultural y familiar que implica;
además que involucra una afectación directa para el bienestar, la seguridad e integridad de las víctimas,
así como para el normal desarrollo de las relaciones intrafamiliares. Debido a que se ha convertido en un
creciente problema social, ha sido estudiada desde diversos enfoques y perspectivas, que han buscado
establecer principalmente factores predisponentes, causas, consecuencias o formas de intervención, pero
de manera fragmentada o superficial sobre el tema. Sin embargo, el incremento actual de las tasas de
Violencia Intrafamiliar, demuestra la ineficiencia de estos enfoques, y recalca la necesidad de incluir un
nuevo modelo que más que un análisis sesgado del problema, permita concebirlo de manera
correlacional.
En tal virtud este estudio pretende vincular los estilos de personalidad (que representan la forma de ser,
pensar, sentir o actuar propias de cada persona) y los mecanismos de defensa (entendidos como las
estrategias de adaptación y afrontamiento a situaciones conflictivas para mantener el equilibrio del
aparato mental) en el análisis de un tema tan complejo e interesante como lo es la Violencia Intrafamiliar,
recalcando la importancia de partir de un estudio correlacional al relacionar estos dos importantes
contenidos de la psique humana, que evidentemente se ven involucrados en esta temática y significan
una base elemental para emprender mi labor investigativa.
La presente investigación, es original ya que en nuestro medio actual, no existe ningún tipo de estudio de
igual naturaleza éste. Además que es factible, dado que está contextualizado a nuestra realidad nacional,
social, cultural y legal, y cuenta con el apoyo de la Institución si como con el compromiso permanente
98
por parte de la población para contribuir en el desarrollo del mismo. Será un aporte muy importante en el
campo científico-técnico y social, pues proporcionará un estudio correlacional que fortalezca y también
genere nuevas estrategias de intervención en temas de Violencia Intrafamiliar e incluso en materia de
Psicoterapia y orientará nuevas formas de concebir este complejo fenómeno.
3. DESCRIPCIÓN DEL PROBLEMA
3.1 Formulación del problema
La Violencia Intrafamiliar, es en nuestra actualidad, un fenómeno psico-social que está generando
alteraciones evidentes en el marco de un desarrollo pleno e integral de quienes en ella se ven
involucrados, además que responde a una dinámica muy compleja y cambiante, que nos obliga a asumir
nuevas concepciones y posturas científicas y humanas frente a este fenómeno.
La persistencia de la violencia en el Ecuador indica que algunos cambios menores en las leyes
ecuatorianas, la implementación de comisarías y centros especializados y los programas de
intervención basados en estudios fragmentados sobre esta temática, han fallado significativamente en el
deseo de prevenir y dar una resolución efectiva a este problema.
De acuerdo a múltiples estudios realizados en este campo, se conoce que la violencia es expresada a
través de agresiones físicas, psicológicas, sociales y patrimoniales, que van generando serios
problemas de adaptación en la víctima y deterioran paulatinamente sus mecanismos de afrontamiento
para esta conflictiva realidad, pudiendo inclusive generar patrones anormales de personalidad.
El sistema de atención y protección en casos de Violencia Intrafamiliar, si bien ha incrementado el
número de programas y servicios en este campo, no ha respondido realmente a muchas de las demandas
y necesidades de la/las víctimas, pues basan sus servicios primordialmente es la asistencia legal y médica
o en protocolos de intervención que parte únicamente de hallazgos muy generales acerca de esta
temática (nivel social, económico, cultural, el género, edad, etc.) , o que se enfocan específicamente en
una breve explicación causal de este fenómeno, dejando de lado otros aspectos que necesariamente se
ven inmersos y afectados en este campo, como lo son los rasgos de personalidad y los mecanismos de
defensa (propios y únicos en cada persona), cuya relación es evidente en la vida diaria, y aun más frente
a un fenómeno tan complejo como lo es la Violencia Intrafamiliar.
99
Por ello considero que el presente estudio, orientado a establecer la correlación de personalidad y
mecanismos de defensa en casos de Violencia Intrafamiliar, nos abrirá un panorama más preciso sobre la
realidad de este fenómeno, reconociéndola como un hecho histórico social frente al cual la Psicología
desempeña un rol fundamental y promoviendo nuestra labor a fortalecer el campo de intervención frente
a esta problemática, en pro de una sociedad que fomente la salud integral de la población.
3.2 Preguntas
1. ¿Cuál es el tipo de correlación existente entre los Estilos de Personalidad y Mecanismos de
Defensa en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar?
2. ¿Cuáles son los Mecanismos de defensa comunes en mujeres víctimas de Violencia
Intrafamiliar?
3. ¿Cuáles son los Estilos de Personalidad más predominantes evidenciados en mujeres
víctimas de Violencia Intrafamiliar?
4. ¿Existen patrones comunes de estilos de Personalidad y Mecanismos de Defensa en mujeres
que son víctimas de Violencia Intrafamiliar.
3.3 Objetivos:
3.3.1 Objetivo general:
Analizar y establecer el tipo de correlación existente entre los Estilos de Personalidad y
Mecanismos de Defensa en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar que acuden en la
Fundación “Cáritas” de la Parroquia la Inmaculada de Iñaquito.
3.3.2 Objetivos Específicos:
Determinar cuáles son los Mecanismos de defensa comunes, así como los Estilos de
Personalidad más predominantes presentes en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar.
Correlacionar variables, tales como los estilos de Personalidad y Mecanismos de Defensa
para proporcionar una perspectiva psicológica más exacta y detallada del fenómeno de
Violencia Intrafamiliar.
Evaluar la posible existencia de patrones y perfiles comunes de estilos de Personalidad, así
como en Mecanismos de Defensa en mujeres que son víctimas de Violencia Intrafamiliar.
Demostrar la importancia y necesidad de incorporar los estudios correlacionales para un
análisis integral de un fenómeno tan complejo e impactante como lo es la Violencia
Intrafamiliar.
100
3.3 Delimitación espacio temporal:
El presente Proyecto de Investigación se llevará a cabo en la Fundación “Cáritas” de la Parroquia
la Inmaculada de Iñaquito, con mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar, entre abril 2014 a
septiembre 2014.
4. MARCO TEÓRICO
4.1 Posicionamiento teórico
Para la presente investigación, he decidido basarme en el modelo bio-psico-social de Millon, el cual
resulta muy interesante y requerido en los diversos campos científicos y de aplicación, pues considera
que las personas nacemos con pautas de conducta, pero que también estas se van modificando conforme
los procesos de interacción social. Pero recalca además que el proceso de aprendizaje a nivel social, no es
unidireccional, sino que comprende una compleja secuencia de interacciones, dejando de lado la
creencia de que somos receptores pasivos del entorno y visualizándonos como actores activos en éste.
Desde este enfoque la personalidad es concebida como aquel estilo más o menos distintivo de
funcionamiento adaptativo de las personas para relacionarse con medio ambiente, pues comprende
diversas características permanentes en cuanto al funcionamiento de cada persona, que suelen estar
automatizadas con respecto a cada modo de vida y la naturaleza de cada sujeto.
El modelo biopsicosocial, además parte de una concepción participativa e integrativa de fenómenos tales
como salud y enfermedad, donde el estudio del ser humano debe comprender el estudio de los factores
biológicos (funcionamiento orgánico, herencia), componentes psicológicos (pensamientos, emociones y
conductas) y los componentes sociales, cuya constante interacción e influencia explicarían la
complejidad de la naturaleza humana.
Los sentimientos y los comportamientos disfuncionales, serían entonces el producto de esquemas que
tienden a producir sistemáticamente juicios tendenciosos y un patrón correlativo de conducta en ciertos
tipos de situaciones; y que estos enfoques son la manifestación clara y directa tanto de la propia
personalidad, así como del entorno que rodea a cada persona.
Desde el punto de vista de Violencia Intrafamiliar, este enfoque persigue el fin de promover la
intervención, partiendo del estudio, análisis y modificación desde un estudio integrativo del ser humano,
101
generando nuevas pautas de conducta que favorezcan la adaptación y funcionalidad de las personas a
nivel biológico, psicológico y social, lo que permite fomentar estilos de vida más saludables,
conscientes, racionales y óptimos, que garanticen y promuevan el bienestar óptimo de cada persona. Por
todo ello, el modelo Bio-Psico-Social, demuestra ser un medio compatible con el tipo de investigación
que pretendo realizar, además que señala de manera permanente la importancia del análisis correlacional
a la hora de estudiar aspectos o fenómenos de la Piscología y la actividad mental del ser humano.
4.2 Plan analítico:
4.2.1 Capítulo I: Violencia Intrafamiliar
4.2.1.1: Definición y Tipos de Violencia Intrafamiliar
4.2.1.1.1 Violencia Física
4.2.1.1.2 Violencia Psicológica
4.2.1.1.3 Violencia Sexual
4.2.1.2: Causas e Indicadores
4.2.1.2.1 El apego
4.2.1.2.2 Formas de comunicación
4.2.1.2.3 Formas de relación
4.2.1.2.4 Aspectos cognitivos
4.2.1.2.5 Nivel socio-cultural
4.2.1.3: Ciclo de Violencia Intrafamiliar
4.2.1.3.1 Fase de Acumulación de Tensión
4.2.1.3.2 Fase de Estallido de la Tensión o Explosión Violenta
4.2.1.3.3 Fase de Luna de Miel o Arrepentimiento:
4.2.1.4: Perfil del agresor y la victima
4.2.1.5: Realidad Nacional de la Violencia Intrafamiliar
4.2.1.6: Efectos de la Violencia Intrafamiliar en los diversos campos del desarrollo
humano.
4.2.1.7: Perspectivas psicológicas de la VIF
4.2.2 Capítulo II: Personalidad
4.2.2.1: Definición
4.2.2.2: Estructura y Desarrollo de la Personalidad
4.2.2.2.1 Estructura de la Personalidad
102
4.2.2.2.2 Desarrollo de la Personalidad
4.2.2.3: Rasgos y tipos de Personalidad normal
4.2.2.4: Enfoque Bio-Psico-Social de la Personalidad
4.3.2.5: Diagnóstico de la Personalidad
4.3.2.5.1 Inventario Multifásico de la Personalidad de Millon
4.2.3 Capítulo III: Mecanismos de Defensa:
4.2.3.1: Definición e Historia.
4.2.3.2: Principales Mecanismos de Defensa
4.2.3.3: Personalidad y Mecanismos de Defensa
4.2.3.4: Mecanismos de Defensa y DSM IV
4.2.3.4.1 Escala de Mecanismos de Defensa
4.2.4 Capítulo V: Procesamiento de la Información
4.2.5 Capítulo VI: Conclusiones
4.2.6 Capítulo VII: Recomendaciones
4.2.7 Capítulo VIII: Bibliografía
4.3. Referencias bibliográficas del Marco Teórico
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Prácticos de la Profesión”. Ed: Thomson.
5. ENFOQUE DE LA INVESTIGACIÓN:
Esta Investigación se desarrollará bajo un enfoque cuantitativo.
103
6. TIPO DE INVESTIGACIÓN
Es una Investigación de tipo Correlacional que permitirá analizar y relacionar dos variables
inmersas dentro de un mismo fenómeno, como lo es la Violencia Intrafamiliar.
7. DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
Se basa en un Diseño No Experimental, pues permitirá desarrollar un estudio del fenómeno de
Violencia Intrafamiliar, sin manipular condiciones, eventos, variables o intervenir directa e
indirectamente en la población a fin de alterar los resultados que se obtengan.
8. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS
8.1. Planteamiento de hipótesis
• Principal:
Existe una correlación directamente proporcional entre Mecanismos de Defensa y Estilos
de Personalidad: a menores Mecanismos Maduros de Defensa, mayores puntuaciones
clínicas en los Estilos de Personalidad.
• Secundarias:
Los tipos dependiente y Autoderrotista de la Personalidad, serán los estilos de
personalidad más predominantes en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar.
Los Mecanismos Inmaduros de la Personalidad, serán los más comunes en mujeres
víctimas de Violencia Intrafamiliar.
Si se correlaciona Mecanismos de Defensa y Estilos de Personalidad en mujeres víctimas
de Violencia Intrafamiliar, entonces se generará un perfil psicológico más preciso para
analizar esta problemática.
8.2. Identificación de variables
8.2.1 Variable Independiente 1: Mecanismos de Defensa
8.2.2 Variable Independiente 2: Estilos de Personalidad
8.2.3 Variable Interviniente: Violencia Intrafamiliar
104
8.3. Construcción de indicadores y medidas
OBJETIVO HIPÓTESIS Variables Indicadores Instrumentos General: Analizar y establecer el tipo de correlación existente entre los Estilos de Personalidad y Mecanismos de Defensa en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar que acuden al Centro de Equidad y Justicia “Eloy Alfaro”.
Principal: Existe una correlación directamente proporcional entre Mecanismos de Defensa y Estilos de Personalidad: a menores Mecanismos Maduros de Defensa, mayores puntuaciones clínicas en los Estilos de Personalidad.
V. extraña: Violencia Intrafamiliar
Física Psicológica
Sexual
Historia clínica Fichas de observación
Específico 1: Determinar cuáles son los Mecanismos de defensa comunes, así como los Estilos de Personalidad más predominantes presentes en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar.
Secundaria 1: Los tipos dependiente y Autoderrotista de la Personalidad, serán los estilos de personalidad más predominantes en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar.
V2: Estilos de Personalidad
Patrones clínicos de personalidad Patologías severas de la personalidad Síndromes clínicos Síndromes severos
Inventario Multifásico de la Personalidad Millon - 2
Específico 2: Evaluar la posible existencia de patrones y perfiles comunes de estilos de Personalidad, así como en Mecanismos de Defensa en mujeres que son víctimas de Violencia Intrafamiliar.
Secundaria 2: Los Mecanismos Inmaduros de la Personalidad, serán los más comunes en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar.
V3: Estilos de Mecanismos de Defensa
1. Maduro 2. Neurótico
3. Inmaduro
Escala de Mecanismos de Defensa
105
Especifico 3: Correlacionar variables, tales como los estilos de Personalidad y Mecanismos de Defensa para proporcionar una perspectiva psicológica más exacta y detallada del fenómeno de Violencia Intrafamiliar.
Secundaria 3: Si se correlaciona Mecanismos de Defensa y Estilos de Personalidad en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar, entonces se generará un perfil psicológico más preciso para analizar esta problemática.
9. DESCRIPCIÓN DEL PROCEDIMIENTO METODOLÓGICO
9.1 Población y muestra
9.1.1 Características de la población y muestra:
La población está conformada por los/las diferentes usuarios que se encuentran en situaciones de riesgo o
enfrentan casos de Violencia Intrafamiliar, y que acuden a la Fundación “Cáritas” de la Parroquia La
Inmaculada de Iñaquito, a los diversos Sistemas de Atención y Acompañamiento espiritual y
psicológico.
La población total está conformada por aproximadamente 300 usuarios, entre niños/as, adolescentes y
mujeres que reciben atención diaria y asisten a los diversos talleres y programas de apoyo
proporcionados en dicha Fundación, por parte de párrocos, psicólogos y voluntarios que forman parte su
equipo de trabajo.
Pero para el presente estudio, la muestra seleccionada, estará conformada por casos específicos de
Violencia Intrafamiliar en mujeres.
9.1.2. Diseño de la muestra:
La muestra seleccionada tiene un diseño no probabilístico, ya que se trabajará con una muestra que
comprende los siguientes criterios de inclusión:
106
• Género femenino
• Mayores de 16 años.
• Menores de 65 años.
• Víctimas de Violencia Intrafamiliar
• Nivel de Escolaridad Básico o Secundaria Incompleta
• Disposición a recibir apoyo y orientación psicológica
• No presenten Discapacidad Mental
• Nivel socio-económico bajo o medio.
• Acuden al Programa “Cáritas”
9.1.2 Tamaño de la muestra
La muestra estará conformada por un aproximado de 40 casos de mujeres que sean víctimas de Violencia
Intrafamiliar y que acudan regularmente a los Programas de Atención Psicológica y Espiritual en la
Fundación “Cáritas” de la Parroquia La Inmaculada.
10. MÉTODOS , TÉCNICAS E INSTRUMENTOS A UTILIZAR
10.1 MÉTODOS:
• Científico
• Comparativo
• Observación
• Estadístico
• Clínico
• Inductivo
• Deductivo
• Fenomenológico
10.2 TÉCNICAS:
• Entrevista
• Observación
• Técnicas de Evaluación y Exploración Psicológica
107
10.3 INSTRUMENTOS:
• Fichas de Observación
• Tests y Cuestionarios:
Inventario Multifásico de la Personalidad Millon-2
Escala de Mecanismos de Defensa
11. FASES DE LA INVESTIGACIÓN DE CAMPO
11.1 Fase A: INICIAL
Revisión bibliográfica sobre el tema de Investigación
Estructuración del Plan de Investigación
Presentación y revisión del proyecto por parte del tutor
Presentación y Aprobación por parte de la Facultad del Plan
11.2 Fase B: MEDIA
Selección de la muestra en base a los criterios de Inclusión
Socialización del Proyecto de Investigación con la Institución donde se realizará.
Autorización de la Institución para llevar a cabo el estudio.
Socialización del Proyecto de Investigación con la población que formará parte del mismo.
Contacto inicial con la población.
Trabajo de Campo: Aplicación de los instrumentos psicológicos
Recopilación de resultados y hallazgos.
11.3 Fase C: FINAL
Organización y tabulación de los resultados.
Análisis e interpretación de resultados
Verificación del cumplimiento de objetivos
Comprobación de hipótesis
Redacción de conclusiones y recomendaciones
Elaboración y entrega del informe final
Solicitud para publicar y compartir los resultados.
108
12. PLAN DE ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
Determinar cuáles son los Mecanismos de defensa comunes, así como los Estilos de
Personalidad más predominantes presentes en mujeres víctimas de Violencia Intrafamiliar.
1. Prevalencia- ausencia de estilos similares de Personalidad
2. Prevalencia – ausencia de patrones comunes en Mecanismos de Defensa
3. Análisis y comprensión del tipo de correlación entre Personalidad y Mecanismos de
Defensa en base a los hallazgos obtenidos
13. RESPONSABLES
Alumno : Daniela Montalvo
Supervisor de Investigación: Msc. Alex Castro
14. RECURSOS
14.1. Recursos Materiales
Material de oficina
Libros, folletos -material bibliográfico
Consultorio de Atención Psicológica
Tests y Cuestionarios.
Copias e impresiones
Hojas de papel bond
14.2. Recursos Económicos
Presupuesto
INGRESOS EGRESOS
RECURSOS DESCRIPCIÓN VALOR MATERIALES
Material de oficina 150 USD
Material bibliográfico 100 USD Tests (protocolos) 20 USD
Copias e impresiones 120 USD Hojas de papel bond 20 USD Alimentación 250 USD Transporte 80 USD
109
Hojas de papel universitario 300 USD Imprevistos 100 USD
TÉCNICOS:
Computador 350 USD Internet 50 USD Infocus 60 USD
2000 USD
TOTAL
1600 USD
Financiamiento:
Será un proyecto auto-financiado.
14.3 Recursos tecnológicos
Computador
Internet
Infocus
15. CRONOGRAMA DEL PROCESO DE INVESTIGACIÓN
TIEMPO
ACTIVIDADES
MA
YO
JU
NIO
JU
LIO
A
GO
STO
SE
PTIE
MB
RE
Revisión bibliográfica sobre el tema de Investigación
x
Estructuración del Plan de Investigación
x x
Presentación y revisión del proyecto por parte del tutor
x x x
Presentación y Aprobación por parte de la Facultad del Plan
x
Selección de la muestra en base a los criterios de Inclusión
x
Socialización Y Autorización del Proyecto con las autoridades de la Institución
x
Contacto inicial con la x
110
población. Trabajo de Campo: Aplicación de los instrumentos psicológicos
x x x x x x x x
Recopilación, Organización y tabulación de los resultados.
x
Análisis e interpretación de resultados
x x
Comprobación de hipótesis y Verificación del cumplimiento de objetivos
x
Redacción de conclusiones y recomendaciones
x
Elaboración y entrega del informe final
x
Solicitud para publicar y compartir los resultados.
x
16. BIBLIOGRAFÍA.
Bradberry, T. (2008). “El Código de la Personalidad”. Bogotá – Colombia.Grupo
Editorial Norma.
Cerezo Mulet, C. (2008). “Protocolo de Atención a Víctimas de Violencia
Intrafamiliar”. Guatemala. Ed: Magna Terra.
Giraldo Arias, R. González Jaramillo, M. (2009). “Violencia Familiar”. Colombia.
Editorial Universidad del Rosario.
Gómez, M. (2006). “Introducción a la Metodología de la Investigación Científica”.
Editorial Brujas. Córdova-argentina.
Hernández Lira, N. Sánchez, J. “Manual de Psicoterapia Cognitivo-Conductual para
Trastornos de la Salud”. (1ra. Edición). Ed: LibrosEn Red.
Polaino- Lorente, A. Cabanyes Tuffino, J. Armentia, A. (2003). “Fundamentos de la
Psicología de la Personalidad”. Instituto de Ciencias para la Familia, Universidad de
Navarra. Ediciones Rialp, S.A.
Torrent, R. (2009). “Evolución Integral: Visiones sobre la Realidad desde el Paradigma
Emergente”. Barcelona-España. Ed: Kairós.
Trull, T. Phares, E. (2003). “Psicología Clínica: Conceptos, Métodos y Aspectos
Prácticos de la Profesión”. Ed: Thomson.
111
Anexo B. Glosario técnico
Abstención. Consiste en el uso de palabras o comportamientos simbólicos que nieguen o repongan
ciertos pensamientos, sentimientos o emociones que se considere negativas o dolorosas.
Afiliación. Mediante esta defensa el sujeto encuentra en los demás una fuente de apoyo, a fin de que
estos puedan ayudarle u orientarle en conflictos personales.
Altruismo. Este mecanismo consiste en una dedicación por parte del individuo a satisfacer los deseos y
necesidades de las demás personas. El individuo parece obtener placer en las reacciones que obtiene de
otros cuando cumple sus deseos o exigencias.
Anticipación. Esta defensa implica que el individuo se anticipe a reaccionar afectiva o cognitivamente
antes de que ocurra una situación conflictiva. Puede anticiparse a las consecuencias que considere
negativas de hechos amenazantes, que por lo general le permiten considerar alternativas productivas para
enfrentarse a ellos.
Consumo. Consiste en que el individuo, frente situaciones que considere amenazantes o conflictivas,
lleve a cabo conductas adictivas u obsesivas destinadas a adquirir bienes, alimentos u otro tipo de
recursos no estrictamente necesarios para el individuo. La conducta entonces se ve destinada a satisfacer
una necesidad profunda de consumo y adquisición.
Autoafirmación. Mediante esta defensa el individuo enfrenta los conflictos, mediante la expresión
directa y sensata de sus sentimientos, ideas o emociones, sin buscar obtener algo a cambio
necesariamente.
Auto observación. El individuo emplea la constante reflexión acerca de sus ideas, emociones, conductas
y pensamientos como guía para enfrentar o solucionar posibles conflictos.
Comportamiento impulsivo (acting out).Mediante esta defensa el individuo se siente capaz de
enfrentar las amenazas, sean internas o externas, mediante la realización de tareas o actividades, evitando
dedicarle mucho tiempo e interés a ideas, reflexiones o sentimientos.
Desplazamiento. Consiste en la identificación o posible generalización de una respuesta a un objeto,
112
hacia otro generalmente menos importante que el inicial.
Devaluación. Implica que el individuo llegue a distorsionar la perspectiva real de su autoconcepto y del
concepto de otros (con cualidades extremadamente negativas o poco realistas).
Disociación. Mediante este mecanismo el individuo puede enfrentar conflictos y amenazas mediante una
modificación temporal de las funciones mentales de integración (consciencia, memoria, sensación,
percepción o comportamiento).
Estilo de Personalidad: Los estilos de personalidad son aquellas características permanentes en cuanto
al funcionamiento de cada persona, que suelen estar automatizados con respecto a cada modo de vida y la
naturaleza de cada sujeto.
Estilo Esquizoide: Orientación pasiva-retraída. Esta escala refleja la carencia de deseo y la incapacidad
para experimentar en profundidad placer o dolor. Reúne características como la apatía, indiferencia, y el
ser indiferente o asocial.
Estilo Fóbica (Evitativa): Orientación Activa-retraída. Refiere a los refuerzos poco positivos de las
personas, tanto de sí mismos como de los otros, reuniendo cualidades como el ser vigilantes, mantenerse
permanentemente en guardia y distanciarse siempre de la anticipación ansiosa de los aspectos dolosos de
la vida, pues la estrategia adaptativa en esta escala refleja el temor y la desconfianza de los demás.
Estilo Dependiente (Sumisa): La orientación pasivo-dependiente, reúne características como la
búsqueda de relaciones que signifiquen apoyo, afecto, seguridad y consejo, donde las personas han
aprendido la comodidad de adoptar un papel pasivo en las relaciones interpersonales, tras conocer qué
atenciones y apoyos pueden encontrar y sometiéndose de buena gana a los deseos de otros a fin de
mantener su afecto.
Estilo Histriónica: La orientación activa-dependiente. Serían personalidades poseen una superficial y
emprendedora manipulación de sucesos en los, mediante la cual aumentan al máximo la cantidad de
atención y favores que reciben así como también evitan el desinterés o la desaprobación de los demás.
Sus comportamientos sociales inteligentes y frecuentemente astutos les dan la apariencia de
autoconfianza y serenidad; bajo esta apariencia, sin embargo, yace una autoconfianza engañosa y una
necesidad de repetidas señales de aceptación y aprobación.
113
Estilo Narcisista: La orientación pasivo¬independiente. Estos individuos se hacen notar por sus
actitudes egoístas, experimentando placer primario simplemente por permanecer pasivos, o centrados en
sí mismos. Presumen alegremente de que los demás reconocerán sus particularidades. Mantienen un aire
de autoconfianza arrogante y, aún sin intención o propósito conscientes, explotan a los demás a su antojo.
Su sublime confianza de que las cosas saldrán bien les proporciona pocos incentivos para
comprometerse en el continuo tira y afloja de la vida social.
Estilo Antisocial: La orientación activa-independiente. Estos individuos actúan para contrarrestar las
expectativas de dolor y depreciación de otros mediante comportamientos ilegales dirigidos a manipular
el entorno en favor de uno mismo. Son irresponsables e impulsivos, cualidades que juzgan justificadas,
al asumir que los demás son informales y desleales. Insensibilidad y crueldad son sus únicos medios para
evitar abusos y engaños.
Estilo Agresivo-Sádica: La orientación activo-discordante Llamados personalidades agresivas en la
teoría del autor, son generalmente hostiles, acentuadamente belicosos y aparecen indiferentes o incluso
muestran agrado por las consecuencias destructivas de sus comportamientos contenciosos, abusivos y
brutales. Aunque muchos recubran sus tendencias más dominadoras y maléficas mediante roles y
profesiones socialmente aprobadas, muestran conductas dominantes, antagónicas y con frecuencia
persecutorias.
Estilo Compulsiva (Rígida): La orientación pasiva-ambivalente Estos individuos muestran una
conducta prudente, controlada y perfeccionista deriva de un conflicto entre la hostilidad hacia los demás
y el temor a la desaprobación social. Resuelven esta ambivalencia no solamente suprimiendo el
resentimiento, sino también sobreaceptándose y estableciendo elevadas exigencias sobre sí mismos y los
demás. Sus disciplinadas autorrestricciones sirven para el intenso control, aunque oculto, de
sentimientos opuestos, resultando en una pasividad manifiesta y pareciendo socialmente
condescendientes.
Estilo Pasivo-Agresiva: La orientación activa-ambivalente. Estos individuos pugnan entre seguir los
refuerzos ofrecidos por los demás y los deseados por sí mismos. Estos pacientes se meten en discusiones
y riñas interminables ya que vacilan entre la deferencia y la obediencia, y el desafío y negativismo
agresivo. Su comportamiento muestra un patrón errático de terquedad o enfado explosivo entremezclado
con períodos de culpabilidad y vergüenza.
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Estilo Autodestructiva (Masoquista): La orientación pasivo-discordante Relacionándose con los
demás de una manera obsequiosa y autosacrificada, estas personas permiten, y quizás fomentan, que los
demás les exploten o se aprovechen de ellos. Actúan de una manera modesta e intentan pasar
desapercibidos, frecuentemente intensifican su déficit y se sitúan en un plano inferior o posición
despreciable. Centrándonos en sus aspectos más lamentables, muchos afirman que merecen ser
avergonzados y humillados.
Fantasía Autista. Implica que el individuo enfrente situaciones que considere amenazantes o
conflictivas, mediante el empleo de la fantasía e imaginación en sustitución de la realidad, que llegarían
a generarle mayor satisfacción y una alternativa más efectiva en cuanto a la resolución de sus problemas.
Podría incluso llegar a privarlo de las relaciones interpersonales.
Omnipotencia. Consiste en la atribución de aspectos o cualidades demasiado exageradas tanto a sí
mismo, como de las demás personas. El individuo se enfrenta a conflictos, basado en la creencia de que
posee capacidades, atributos o poderes especiales que lo hacen especial sobre los demás.
Polarización. El individuo emplea como estrategia principal para enfrentar los conflictos y amenazas,
una visión polarizada de los hechos y personas, esto es, viéndolos como completamente buenos o malos,
excluyendo para ello la posibilidad de concebir una visión realista o equilibrada de la realidad.
Proyección. Consiste en la atribución a otras personas, objetos o situaciones las características, ideas,
sentimientos, acciones o deseos propios que resulten incorrectos e inadmisibles, a otras personas
asumiéndolos como ajenos o extraños a sí mismo. Resulta pues que los aspectos de la personalidad
propios, son proyectados hacia el medio externo, desviando lo que se percibe como amenaza fuera del
sujeto. Esto impide o dificulta la auto-observación.
Queja. Mediante esta defensa el individuo se enfrenta a conflictos o amenazas empleando quejas
(haciendo referencia a síntomas físicos, psíquicos o conflictos cotidianos) que implican una demanda
de ayuda de otras personas. Esta estrategia realmente mantiene ocultos o escondidos sentimientos de
hostilidad hacia los demás.
Racionalización. Mediante esta defensa el individuo emplea continuas justificaciones poco realistas
acerca de los verdaderos motivos que guían sus conductas y sentimientos.
Represión. Este mecanismo lleva al individuo a quitar de su consciencia o renunciar cognitivamente a
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valorar situaciones que le generen algún tipo de malestar o sufrimiento.
Sentido del Humor. Esta defensa implica el individuo recurra a rescatar o hacer hincapié en los aspectos
entretenidos, divertidos e incluso sarcásticos de los conflictos o situaciones estresantes que pueda
enfrentar en su vida.
Sublimación. Donde el sujeto canaliza las ideas, impulsos o acontecimientos que le resultan penosos,
dolorosos o frustrantes hacia actitudes o conductas socialmente valorados o aceptados.
Supresión. Mediante esta estrategia, el individuo renuncia voluntariamente a enfrentar o solucionar
problemas emocionales o situaciones amenazantes, evitando para ello pensar, sentir o reaccionar ante
situaciones que le resulten dolorosas. Consiste en un olvido motivado de la conciencia donde ésta
suprime hechos, percepciones o ideas que producen ansiedad, impidiendo que éstos sean resueltos.
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