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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA Departamento de Filología Española II (Literatura Española) EDICIÓN CRÍTICA Y ESTUDIO DE LOS “DIÁLOGOS DE APACIBLE ENTRETENIMIENTO” DE GASPAR LUCAS HIDALGO. MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Jesús Gallego Montero Bajo la dirección de la doctora Ana Vian Herrero Madrid, 2011 ISBN: 978-84-694-2450-6 © Jesús Gallego Montero, 2010

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  • UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    FACULTAD DE FILOLOGA Departamento de Filologa Espaola II (Literatura Espaola)

    EDICIN CRTICA Y ESTUDIO DE LOS DILOGOS DE APACIBLE

    ENTRETENIMIENTO DE GASPAR LUCAS HIDALGO.

    MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR

    PRESENTADA POR

    Jess Gallego Montero

    Bajo la direccin de la doctora

    Ana Vian Herrero

    Madrid, 2011

    ISBN: 978-84-694-2450-6 Jess Gallego Montero, 2010

  • 1

    UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

    FACULTAD DE FILOLOGA

    Departamento de Filologa Espaola II (Literatura Espaola)

    EDICIN CRTICA Y ESTUDIO DE LOS DILOGOS DE

    APACIBLE ENTRETENIMIENTO DE GASPAR LUCAS

    HIDALGO

    JESS GALLEGO MONTERO

    BAJO LA DIRECCIN DE LA DR. D. ANA VIAN HERRERO

    Madrid, julio, 2010

  • 2

  • 3

    EDICIN CRTICA Y ESTUDIO DE LOS DILOGOS DE

    APACIBLE ENTRETENIMIENTO DE GASPAR LUCAS

    HIDALGO

    JESS GALLEGO MONTERO

  • 4

  • 5

    ABREVIATURAS Y SIGLAS

    A HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de entretenimiento en

    unas Carnestolendas. Author Gaspar Lucas Hidalgo.

    Anno 1605. Manuscrito 183 de la Biblioteca Nacional de

    Espaa.

    A.C.S. Archivo de la Catedral de Salamanca.

    A.H.N. Archivo Histrico Nacional.

    Alvar-Pottier ALVAR, Manuel y POTTIER, Bernard, Morfologa

    histrica del espaol, Madrid, Gredos, 1993. [1. ed.

    1983].

    A.U.S. Archivo de la Universidad de Salamanca.

    B1: HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible

    entretenimiento, Barcelona, Sebastin de Cormellas, 1605

    [B.N.E. (R / 11208). Otros ejemplares conservados y

    revisados: B.N.E (R / 7041). B.R.A.E. (S Coms.= 7-A-

    233)].

    B2 HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible

    entretenimiento, Barcelona, Sebastin de Cormellas, 1605

    [B.N.E. (R / 10464). Otros ejemplares conservados y

    revisados: B.U.S. (86-A-62). B.P.R. (A-08: I.B. 192 (2)

    [3])].

    B3: HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible

    entretenimiento, Barcelona, Hiernimo Margarit, 1609

    [B.N.E. (R / 6356). Otros ejemplares conservados y

    revisados: B.N.E. (R / 12053)].

    B.C.C.S. Biblioteca Capitular Colombina de Sevilla.

    B.G.H.U.S. Biblioteca de Geografa e Historia de la Universidad de

    Salamanca.

    B.H.U.C.M. Biblioteca Histrica de la Universidad Complutense de

    Madrid.

    B.N.C.F. Biblioteca Nacional Central de Florencia.

  • 6

    B.N.E. Biblioteca Nacional de Espaa.

    B.M.L.E. Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

    B.M.P. Biblioteca Menndez Pelayo.

    B.P.R. Biblioteca de Palacio Real.

    B.R.A.E. Biblioteca de la Real Academia Espaola.

    B.S.C.Z. Biblioteca San Carlos de Zaragoza.

    Buesa: BUESA OLIVER, Toms: Estudios filolgicos

    aragoneses, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 1989.

    B.U.G. Biblioteca Universitaria de Granada.

    B.U.S. Biblioteca de la Universidad de Salamanca.

    C HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible

    entretenimiento, Bruselas, Roger Velpius, 1610 [B.N.E. (R

    / 8883). Otros ejemplares conservados y revisados: B.N.E.

    (R / 7627). B.M.P. (R-I-B-122). B.P.R. (I.B. 192)].

    Cejador, Fraseologa CEJADOR Y FRAUCA, Julio, Fraseologa o estilstica

    castellana, Madrid, Tipografa de la Revista de Archivos,

    Bibliotecas y Museos, 1921.

    Correas, Vocabulario CORREAS, Gonzalo, Vocabulario de refranes y frases

    proverbiales (1627), ed. Louis Combet, revisada por

    Robert Jammes y Mate Mir-Andreu, Madrid, Editorial

    Castalia, N.B.E.C., 2000.

    Cotarelo COTARELO Y MORI, Emilio, Coleccin de entremeses,

    loas, bailes, jcaras y mojigangas desde fines del siglo

    XVI a mediados del XVII, ed. facsmil, estudio preliminar

    e ndices por J. L. Surez y A. Madroal, Granada,

    Universidad de Granada, 2000, 2 vols.

    Covarrubias COVARRUBIAS HOROZCO, Sebastin de, Tesoro de la

    lengua castellana o espaola, ed. integral e ilustrada de

    Ignacio Arellano y Rafael Zafra, Madrid, Universidad de

    Navarra - Editorial Iberoamericana Vervuert - Real

    Academia Espaola - Centro para la Edicin de Clsicos

    Espaoles, 2006.

  • 7

    Cuervo CUERVO, J. R., Diccionario de construccin y rgimen

    de la lengua castellana, cont. y ed. por Instituto Caro y

    Cuervo, Santaf de Bogot, Instituto Caro y Cuervo, 1992-

    1994, 8 vols.

    D HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible

    entretenimiento, Madrid, B.A.E., 1855, pp. 279-316.

    DCECH COROMINAS, J. y PASCUAL, J. A., Diccionario crtico

    etimolgico castellano e hispnico, Madrid, Gredos, desde

    1980, 6 vols.

    Dialectologa ZAMORA VICENTE, Alonso: Dialectologa espaola,

    Madrid, Gredos, 19672.

    Dicc. Aut. Diccionario de Autoridades (1726-1739), Madrid, Gredos,

    1963, 3 vols.

    Dicc. Cast. TERREROS Y PANDO, Esteban, Diccionario castellano

    con las voces de las ciencias y artes y sus

    correspondientes en las lenguas francesas, latina e

    italiana, Madrid, Viuda de Ibarra-Benito Cano, 1786-

    1793, 4 vols.

    Dicc. enc. de la Biblia Diccionario enciclopdico de la Biblia, Barcelona,

    Editorial Herder, 1993.

    Dicc. Hist. Diccionario histrico de la lengua espaola, Madrid,

    R.A.E., 1972, vol. I.

    Dicc. historia eclesistica ALDEA, Quintn et al., Diccionario de historia

    eclesistica de Espaa, Madrid, C.S.I.C. - Instituto

    Enrique Flrez, 1975, 4 vols.

    DRAE Diccionario de la lengua espaola, Madrid, R.A.E.,

    199421

    .

    E HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible

    entretenimiento, en Extravagantes. Opsculos amenos y

    curiosos de ilustres autores, Barcelona, Biblioteca Clsica

    Espaola, Daniel Cortezo y C., 1884, pp. 9-130.

    facs. facsmil.

  • 8

    Floresta SANTA CRUZ, Melchor de, Floresta espaola, ed. M.

    Pilar Cuartero y M. Chevalier, Barcelona, Crtica, 1997.

    FPESO ALZIEU, Pierre et al., Floresta de poesas erticas del

    Siglo de Oro con su vocabulario al cabo por el orden del

    a.b.c., Toulouse, France-Ibrie Recherche, 1975.

    Galindo, Sentencias GALINDO, Luis, Sentencias filosficas, i verdades

    morales. Que otros llaman proverbios o adagios

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    GD, Manual GARCA DE DIEGO, Vicente, Manual de dialectologa

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    Grimal, Dicc. GRIMAL, Pierre, Diccionario de mitologa griega y

    romana, Barcelona - Buenos Aires - Mxico, Paids,

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    Barcelona, Clsicos Universales Planeta, 1999.

    Iribarren IRIBARREN, Jos Mara, El porqu de los dichos.

    Sentido, origen y ancdota de los dichos, modismos y

    frases proverbiales de Espaa con otras muchas

    curiosidades, Pamplona, Gobierno de Navarra -

    Departamento de Educacin y Cultura, 19947.

    Jocoseria QUIONES DE BENAVENTE, Luis, Entremeses

    completos. I. Jocoseria, ed. I. Arellano, J. M. Escudero, A.

    Madroal, Madrid, Universidad de Navarra - ed.

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    Justina LPEZ DE BEDA, Francisco, La pcara Justina, ed. A.

    Rey Hazas, Madrid, Editora Nacional, 1977, 2 vols.

    Keniston KENISTON, H., The Syntax of Castilian Prose, Chicago -

    Illinois, The University of Chicago Press, 1937.

    L HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible

    entretenimiento, Logroo, Matas Mares, 1606 [B.M.L.E.

  • 9

    (M.30 II 46). Otros ejemplares conservados y

    revisados: B.R.A.E. (34-IV-31), ejemplar mutilado: Falta

    portada (en su lugar, en folio de guarda, aparecen los datos

    de la portada escritos a mano) y folios 5 y 54. B.P.R. (I.B.

    161)].

    Lapesa LAPESA, Rafael, Historia de la lengua espaola, Madrid,

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    M HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible

    entretenimiento, Madrid, Viuda de Alonso Martn, 1618

    [B.N.E. (R / 5462). Otros ejemplares conservados y

    revisados: B.N.E. (R / 2437). B.P.R. (X-2302). B.S.C.Z.

    (66-8-16). B.R.A.E. (RM / 5907)].

    Madoz MADOZ, Pascual, Diccionario geogrfico-estadstico-

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    vols.

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    1726), Madrid, R.A.E. - Arco Libros, 2007, 11 vols.

  • 10

    Ob. cit. Obra citada.

    Prels. Preliminares.

    Quijote CERVANTES SAAVEDRA, Miguel de, Don Quijote de

    la Mancha, ed. del Instituto Cervantes, Barcelona,

    Instituto Cervantes - Crtica, 1998, 2 vols.

    V HIDALGO, Gaspar Lucas, Dilogos de apacible

    entretenimiento, estudio y edicin de Julio Alonso Asenjo

    y Abraham Madroal, Valencia, Publicacions de la

    Universitat de Valencia, Coleccin Parnaseo, 11, 2010.

  • 11

    NDICE

    I. AUTOR Y GNERO LITERARIO.................... 17

    I.1. EL AUTOR: GASPAR LUCAS HIDALGO... 19

    I.2. GNERO LITERARIO............ 21

    I. 2.1. EL DILOGO DENTRO DE LA TRADICIN

    SIMPOSACA. 22

    I.2.1.1. TRADICIN CLSICA. 22

    I.2.1.2. TRADICIN RENACENTISTA ITALIANA...27

    I.2.1.3. LOS CONVIVIA DE ERASMO... 29

    I.2.1.4. EL DILOGO SIMPOSACO EN EL

    RENACIMIENTO ESPAOL 31

    I.2.2. OTRAS TRADICIONES: DILOGOS HUMORSTICOS

    Y LIBROS DE CARNESTOLENDAS...... 41

    I.2.3. MARCO DIALOGADO 44

    I.2.4. NARRAR A PROPSITO COMO NORMA PRINCIPAL

    DE LA CONVERSACIN. 57

    I.2.5. ENTRETENIMIENTOS CONVIVIALES 61

    I.2.6. PERSONAJES... 65

    I.2.6.1. FABRICIO 72

    I.2.6.2. EL BUFN CASTAEDA. 79

    I.2.6.3. DON DIEGO. 87

    I.2.6.4. INTERLOCUTORAS FEMENINAS: DOA

    PETRONILA Y DOA MARGARITA.. 90

    I.2.6.5. OTROS PERSONAJES.. 95

    II. LOS RELATOS INTERCALADOS. 99

    II.1. LA HISTORIA FANTSTICA 101

    II.1.1. MODELO GENRICO...101

    II.1.2. LA IMAGEN DEL MONSTRUO EN LOS SIGLOS

  • 12

    XVI Y XVII. 106

    II.1.3. ESTUDIO LITERARIO 108

    II.2. LOS RELATOS BREVES 113

    II.2.1. DEFENSA DE LA RISA... 114

    II.2.2. CUENTECILLOS TRADICIONALES Y CUENTOS

    FOLCLRICOS... 116

    II.2.3. MARCO INTERLOCUTIVO Y RELATOS BREVES

    INTERCALADOS 130

    II.2.4. MOTES.. 136

    II.2.5. EL JUEGO DE PALABRAS EN LOS RELATOS

    BREVES....... 139

    II.3. CONCLUSIN. 153

    III. MANIFESTACIONES DE LA FIESTA EN LOS DILOGOS DE

    APACIBLE ENTRETENIMIENTO... 157

    III.1. INTRODUCCIN... 159

    III.2. LA FIESTA EN SALAMANCA: LOS GALLOS DE FRAY PEDRO

    CORNEJO DE PEDROSA... 159

    III.2.1. GNESIS DE LOS GALLOS 160

    III.2.2. GALLOS ULICOS Y VEJMENES DE GRADO EN

    SALAMANCA. 162

    III.2.3. DIFERENCIAS ENTRE GALLOS Y VEJMENES DE

    GRADO. 171

    III.2.4. GALLOS ULICOS Y VISITAS DE MONARCAS... 173

    III.2.5. REALIDAD Y FICCIN EN LOS GALLOS INCLUIDOS

    EN LOS DILOGOS DE APACIBLE ENTRETENIMIENTO.. 176

    III.2.6. ASPECTOS DE LA RECEPCIN EN LOS GALLOS

    DE HIDALGO.. 188

    III.2.7. LA DICOTOMA BURLAS / VERAS 191

    III.2.8. LA LENGUA DE LOS GALLOS. 194

    III.3. LA FIESTA EN SALAMANCA: LA INVENCIN DE LOS

  • 13

    ROPEROS. 200

    III.3.1. LA INVENCIN DE LOS ROPEROS COMO PARTE

    DE UNA RELACIN DE SUCESOS: SELECCIN

    Y RECREACIN DE GASPAR LUCAS HIDALGO 202

    III.3.2. POESA E IMAGEN 207

    III.4. LA MSCARA DEL CONDE: FIESTA CARNAVALESCA Y

    MOJIGANGA... 213

    III.5. MATRACA Y POESA DE REPENTE.. 219

    III.6. EL CARNAVAL EN LOS DILOGOS DE APACIBLE

    ENTRETENIMIENTO 223

    IV. DE LAS EXCELENCIAS DE LAS BUBAS: TRADICIN ADOXOGRFICA

    Y PARADOJA EN EL SIGLO DE ORO ESPAOL.. 227

    IV.1. ORGENES Y RECUPERACIN DE LA ADOXOGRAFA... 229

    IV.2. LA PARADOJA RENACENTISTA... 232

    IV.2.1. LA PARADOJA DEL DESTIERRO... 233

    IV.2.2. EL NOMINALISMO Y LA PARADOJA 238

    IV.2.3. JUAN MALDONADO. 241

    IV.2.4. LA PARADOJA LINGSTICA: DE PALMIRENO

    A FRANCISCO SNCHEZDE LAS BROZAS.. 243

    IV.2.5. PARADOJA Y PREDICACIN.. 245

    IV.2.6. DEL LAZARILLO A LOS COLLOQUIOS DE BALTASAR

    DE COLLAZOS 247

    IV.3. EL ELOGIO PARADJICO EN EL SIGLO DE ORO.. 252

    IV.3.1. EL ELOGIO DE LAS COSAS Y CRIATURAS

    PEQUEAS.. 255

    IV.3.2. TENDENCIAS DEL ELOGIO PARADJICO... 260

    IV.4. CONCLUSIN... 269

    IV.5. DE LAS EXCELENCIAS DE LAS BUBAS.. 270

    IV.5.1. EL TEMA CARNAVALESCO DE LA SFILIS. 271

    IV.5.2. EL ELOGIO DE LAS BUBAS COMO EJERCICIO

  • 14

    RETRICO... 279

    IV.5.3. CONTRA LA COMN OPININ.. 284

    V. HISTORIA DEL TEXTO. CRITERIOS DE EDICIN. 289

    V.1. FONTES CRITICAE. 291

    V.1.1. LAS EDICIONES CONSERVADAS DE LOS DILOGOS

    DE APACIBLE ENTRETENIMIENTO. 291

    V.1.1.1. EDICIONES DEL SIGLO XVII... 291

    V.1.1.2. EDICIONES MODERNAS.......................................... 298

    V.1.2. UN MANUSCRITO DEL SIGLO XVII............................ 301

    V.1.3. EDICIONES PERDIDAS.. 304

    V.1.4. CENSURA. 308

    V.1.5. CONCLUSIONES. 311

    V.2. COLLATIO. FILIACIN DE LOS TESTIMONIOS. STEMMA. 311

    V.3. CRITERIOS DE EDICIN.. 320

    VI. CONCLUSIONES GENERALES. 325

    VII. POSTSCRIPTUM. 343

    VIII. DILOGOS DE APACIBLE ENTRETENIMIENTO... 359

    APROBACIN 360

    EL REY. 361

    AL LECTOR. 364

    DILOGO PRIMERO DEL SARAO EN EL DOMINGO DE

    CARNESTOLENDAS EN LA NOCHE.. 367

    DILOGO SEGUNDO DEL LUNES DE ANTRUEJO EN LA NOCHE.. 439

    DILOGO TERCERO DEL MARTES EN LA NOCHE 483

  • 15

    IX. APARATO DE VARIANTES... 553

    X. APNDICE.. 575

    XI. NDICE DE NOTAS AL TEXTO. 595

    XII. BIBLIOGRAFA GENERAL... 611

    XII.1. EDICIONES DE TEXTOS Y DOCUMENTOS CITADOS..... 613

    XII.2. ESTUDIOS CITADOS.. 638

  • 16

  • 17

    I. AUTOR Y GNERO LITERARIO

  • 18

  • 19

    I.1. EL AUTOR: GASPAR LUCAS HIDALGO

    Poco sabemos sobre el autor de los Dilogos de apacible entretenimiento. En la

    portada del libro aparece Gaspar Lucas Hidalgo como vecino de la villa de Madrid,

    as como en la aprobacin dada por Toms de Gracin Dantisco en Valladolid el once

    de diciembre de 1603, una vez enmendado el libro, y en el privilegio de impresin del

    31 de enero de 1603 firmado por Juan de Amzqueta. Con respecto al privilegio

    castellano, segn consta en el libro de registros de provisiones y cdulas dadas por el

    Consejo de Castilla entre los aos 1599 y 1604 conservado en el Archivo Histrico

    Nacional, sabemos que Hidalgo obtuvo un primer privilegio de impresin por diez aos

    para sus Dilogos de apacible entretenimiento el 24 de diciembre de 1602:

    Licencia y preuilegio a Gaspar Lucas hidalgo v[e]z[in]o de la Villa de Madrid para que

    pueda imprimir vn libro intitulado dilogos de apacible entretenimiento y preuilegio por

    diez aos.1

    El 31 de enero de 1603 firma el Rey un nuevo privilegio para Hidalgo, por los

    Dilogos de apacible conversacin, que es el mismo que se conserva en ediciones del

    siglo XVII junto con la aprobacin por Comisin del Consejo de Castilla firmada por

    Toms Gracin Dantisco, en Valladolid, el 11 de diciembre de 1603:

    Licencia a Gaspar Lucas ydalgo para que pueda imprimir vn libro intitulado dilogos de

    apacible conversacin y preuilegio por diez aos.2

    La referencia a Madrid hizo probablemente que se le adjudicase la patria de Madrid a

    nuestro autor por Juan Prez de Montalbn en su Para todos3. Bibligrafos posteriores

    como Nicols Antonio y lvarez y Baena siguieron manteniendo esta aseveracin4.

    1 A.H.N., Consejos, Libro 641-E (aos 1599-1604), f. 256r.

    2 A.H.N., Consejos, Libro 641-E (aos 1599-1604), f. 261r.

    3 J. Prez de Montalbn, Para todos, exemplos morales humanos y divinos, Huesca, Pedro Blusn, 1633

    [B.N.E.: R/5286], f. 7r., nm. 135: Gaspar Lucas Hidalgo, vn libro intitulado Apacible entretenimiento

    de las Carnestolendas de Castilla. 4 Nicols Antonio, Bibliotheca Hispana Nova, t. III, p.529b. En el siglo XVIII la volver a citar lvarez y

    Baena, siguiendo a Nicols Antonio, en su obra Hijos de Madrid, dignidades, armas, ciencias y artes:

    GASPAR LUCAS HIDALGO, natural de Madrid, de quien slo s que escribi Apacible

  • 20

    Marcelino Menndez y Pelayo, por su parte, afirm que muy probablemente Gaspar

    Lucas Hidalgo fuera natural de Burgos, a juzgar por su conocimiento de la ciudad y el

    hecho de que esta ciudad fuese el lugar en donde transcurren los dilogos5. En similares

    trminos a los de Menndez Pelayo se muestra Ludwig Pfandl:

    Gaspar Lucas Hidalgo, el autor de estos Dilogos de apacible entretenimiento, era

    vecino de la villa de Madrid, segn reza la portada de las primeras ediciones, pero

    parece que fue natural de Burgos o que all compuso los Dilogos, ya que a esta ciudad

    se refieren todas las noticias y alusiones locales. Por lo dems, nada sabemos de su

    vida.6

    Advierte Pfandl que Hidalgo no slo desdea el dedicar su libro a un poderoso

    protector, sino que utiliza el captulo donde habla de la sfilis, para escarnecer a las

    clases distinguidas considerndolas como los privilegiados portadores de las temidas

    bubas.7

    Por su parte, el Padre Ossinger atribuy errneamente al Padre Gaspar Mancebn la

    autora de Apacible entretenimiento de las carnestolendas de Castilla; sin embargo,

    Santiago Vela y Bonifacio Moral han explicado el error del P. Ossinger:

    [] de quien sin ms investigaciones se ha llegado a copiar esta nota. Nicols Antonio,

    en la misma columna en que trata del Padre Mancebn, pocas lneas ms arriba

    dedicadas a Gaspar Maldonado, trae un artculo con el epgrafe Gaspar Lucas Hidalgo,

    autor del libro Dilogos de apacible entretenimiento de las Carnestolendas de Castilla,

    impreso en varias partes y en distintos aos y descrito por Gallardo, III, 221-222, con

    todos los pormenores. Es decir, que o el P. Ossinger agreg equivocadamente a la nota

    bibliogrfica del Padre Mancebn la de Lucas Hidalgo, o el error procede de Jcher,

    nico autor extranjero de los alegados por l que no hemos visto, pues ni el P. Herrera,

    ni el P. Elisio, ni ninguno, en fin, de nuestros escritores hasta el P. Ossinger ha incurrido

    en semejante desliz. El mismo P. Lanteri, teniendo presentes al P. Ossinger y a Nicols

    entretenimiento de las carnestolendas de Castilla: impreso primeramente en Barcelona ao de 1606, y

    segunda vez en Madrid por Alonso Martinez el de 1618, en 8 (b).

    (b) Montalvan: Don Nicolas Antonio, tom. I, p.405. T. II, p. 293. 5 M. Menndez y Pelayo 1961

    2: III, 187.

    6 L. Pfandl 1933: 391.

    7 L. Pfandl 1933: 392.

  • 21

    Antonio, rechaz la noticia de la obra de referencia del artculo del P. Mancebn,

    porque comprendi, sin la menor duda, el error del bibligrafo alemn.8

    En los aos setenta, Henry W. Sullivan sugiri la probabilidad de que Gaspar Lucas

    Hidalgo hubiese sido el abuelo de Tirso de Molina9, basndose en la entonces admitida

    como partida bautismal de Gabriel Tllez, de la parroquia de San Gins de Madrid, y

    que descubriese Blanca de los Ros. Segn el estudioso, la referencia a un Gaspar

    Hidalgo en dicha partida, fechada el nueve de marzo de 1584, significara

    probablemente la primera referencia documental al autor de los Dilogos10

    , nada menos

    que abuelo de Tirso de Molina. Sin embargo, Luis Vzquez descart la tan

    controvertida partida de San Gins como referida a Tirso al descubrir la hasta ahora ms

    admitida partida bautismal de fray Gabriel Tllez de la parroquia de San Sebastin,

    fechada el 29 de marzo de 157911

    . Descartada la conexin de Hidalgo con Tirso de

    Molina, slo nos queda esa extraa alusin a un Gaspar Hidalgo con fecha de marzo de

    1584.

    I.2. GNERO LITERARIO

    En el momento de crear su obra, Hidalgo eligi el dilogo como modelo genrico.

    Las siguientes pginas tratan de explicar la tradicin genrica en la que se inserta la

    obra de Hidalgo, concretamente la tradicin del dilogo simposaco, cuyo origen ha de

    fijarse con la aparicin de los banquetes de Platn y Jenofonte, obras que ejercieron

    gran influencia como modelos dialgicos durante la Antigedad clsica y que fueron

    recuperadas por los autores de dilogos simposacos renacentistas. Conviene aclarar que

    el modelo de dilogo simposaco socrtico que se origina con Platn y Jenofonte tuvo

    una evolucin constante a lo largo del tiempo, ya en la misma Antigedad, de tal forma

    8 G. de Santiago Vela y B. Moral 1920: V, 114. El Padre Gaspar Mancebn, agustino, natural de

    Orihuela, se traslad a Valencia, al convento de San Agustn (23 de abril de 1585). Estudi Artes y

    Teologa. Fue profesor, vicario y confesor de las Agustinas de San Julin de Valencia, adems de prior de

    los conventos de San Agustn de Valencia y de Nuestra Seora del Socorro de Palma de Mallorca (cf. G.

    de Santiago Vela y B. Moral 1920: V, 113). 9 H. W. Sullivan 1974: 5-11.

    10 [] gijo de Gracia Juliana y de p[adr]e incognito del qual fueron padrinos Gaspar Ydalgo, y Lucia

    enriquez. Siendo [] testigos que estuvieron a todo presentes, diego martnez, Juan duarte, pedro duarte.

    Cito por Henry W. Sullivan 1974: 6. 11 L. Vzquez 1981: 19-36.

  • 22

    que no es nuestra intencin establecer un estudio comparativo entre la obra de Hidalgo y

    el simposio platnico. Cuando Hidalgo decidi realizar su banquete, el dilogo

    simposaco haba sufrido grandes cambios debido a las sucesivas improntas que los

    autores dejaron en sus obras simposacas dialogadas. Desde esta perspectiva, nuestro

    estudio parte de la idea admitida por Jeanneret: los banquetes de la literatura clsica,

    como los del Renacimiento, no pueden ser reducidos a las restricciones de la temtica,

    estructura o estilstica de un nico modelo: lo que les hace distintos es su variedad y

    polifona. Son demasiado heterogneos para adherirse a un nico modelo y, adems, no

    tienen una evolucin clara12

    . Sin embargo, la huella del simposio clsico puede seguirse

    a travs del estudio de algunos elementos de su forma que se mantuvieron a lo largo de

    los siglos, sobre todo a travs de la presencia codificada de modelos de personajes bien

    definidos y los motivos ms frecuentes de la literatura del banquete. As pues, se

    estudiar la obra de Hidalgo como dilogo literario simposaco, atendiendo a los

    principales elementos de su forma, como el marco, los personajes, entretenimientos del

    banquete y la lengua literaria. Por supuesto, se atienden otras posibles tradiciones que

    Hidalgo pudo conocer para elaborar su obra, entre ellas la tradicin desarrollada en el

    Renacimiento de los dilogos humorsticos, as como textos con marco dialogado o

    carnavalesco procedentes de Italia, algunos con cierto xito en Espaa.

    I.2.1. EL DILOGO DENTRO DE LA TRADICIN SIMPOSACA

    I.2.1.1. TRADICIN CLSICA13

    El gnero del simposio fue muy popular en la Antigedad y ejerci su influencia

    fuera de los crculos filosficos. Disfrut de un largo perodo de popularidad que se

    extendi desde el siglo VI a. C. hasta la Edad Media y ms all. Se adapt para ser

    usado en la stira, en los escritos judos que imitaban este gnero e incluso en la liturgia

    ms antigua de la Pascua juda. Algunos aspectos de este gnero subyacen en las

    descripciones de las comidas y en las alusiones a las mismas de toda la literatura antigua

    12

    M. Jeanneret 1991: 141. 13

    Para la historia del gnero simposaco en la Antigedad sigo aqu el ya clsico manual de J. Martin

    1968: 184-289, y los tres estudios de M. D. Gallardo 1972a: 127-191; 1972b: 239-296; 1974: 91-143.

    Vanse tambin las indicaciones de R. Hirzel 1963: I, 154-161, 284-285, 346; II, 137-139, 352-358. M.

    Jeanneret 1991: 140-171. D. E. Smith 2003: 49. F. Navarro Antoln (ed.) 2010: 12-22.

  • 23

    y llegan a alcanzar a escritos judos y cristianos del perodo de la Antigedad14

    ; su

    influencia alcanz incluso, ya en la Edad Media, a una serie de textos de la literatura

    rabe, en concreto a las sesiones literarias rabes llamadas mayalis, en donde se

    perciben las huellas greco-helensticas del simposio.15

    El dilogo simposaco surgi en el marco de la literatura griega de la mano de una

    de las figuras cumbres en la historia de la literatura y la filosofa: Platn. Es posible que

    anteriormente hubiesen existido otros banquetes en prosa y en forma dialogada, quizs

    incluso con el mismo tema que el de Platn; pero fue l quien supo crear, aplicando la

    tcnica del dilogo platnico-socrtico, unas directrices y una estructura que dieron

    como resultado la creacin de un modelo original, que fue seguido sin interrupcin y

    mantenido en sus lneas esenciales durante casi ochocientos aos, hasta llegar a

    Macrobio, ltimo escritor clsico que conocemos como autor de un simposio. La obra

    que abre la serie es El Banquete, escrito con el pretexto de referir la hipottica cena que

    el poeta Agatn, vencedor de un concurso trgico, ofrece a sus amigos, si bien las

    finalidades que persigue Platn son mucho ms profundas de lo que a primera vista

    pudiera parecer. La segunda gran obra que encontramos en la historia de la literatura

    simposaca en prosa es El Banquete de Jenofonte, autor que nos ha legado el otro

    simposio socrtico importante16

    . A diferencia de la obra de Platn, aqu se discute

    ms de una sola cuestin y se ofrecen descripciones de las diversiones que entretienen el

    banquete.

    Con respecto a Aristteles, se sabe que debi de escribir alguna clase de obra

    simposaca, pero existen escasas noticias. Del Simposio de Aristteles, mencionado por

    Digenes Laercio, slo conocemos un nico fragmento transmitido por Ateneo en su

    Deipnosofistas (XV 674f-675a), adems de un Escolio de Tecrito que hace referencia

    14 D. E. Smith 2003: 49. 15

    La cultura griega dej varias huellas en la civilizacin rabe, tanto en las artes como en la vida social.

    Una de estas huellas, donde ms claramente se advierte la influencia greco-helenstica, se da en las

    sesiones literarias (mayalis), en las cuales los intelectuales rabes durante la Edad Media (tanto en Oriente

    como en al-Andalus) se reunan para beber y gozar de los placeres de la vida, hablar de poltica, de

    filosofa o improvisar y recitar poemas. Este hecho social que tiene como resultado un gnero potico

    muy caracterstico, la jamriyya, tiene un claro precedente en el symposion griego, donde se dan las

    mismas caractersticas y elementos sociales y literarios que luego van a aparecer en el maylis rabe (sobre

    esta cuestin vase C. del Moral 1999: 255-270). 16

    Como bien advierte Gallardo 1972a: 157, colocar El Banquete de Jenofonte en segundo lugar no

    implica determinacin cronolgica con respecto a la obra de Platn, cuestin, por otra parte, bien ardua.

    Para la obra de Jenofonte, R. Hirzel 1963: I, 154-161. Vanse tambin las interesantes apreciaciones de

    M. Jeanneret 1991: 141-150, en contraste con la obra de Platn.

  • 24

    al mismo pasaje. Generalmente se identifica esta obra con su dilogo Sobre la ebriedad

    (Peri mthes)17

    . Por otra parte, acadmicos y peripatticos, al igual que Epicuro, se

    sirvieron de esta forma literaria como marco propicio para las discusiones filosficas.

    Ateneo (Deipnosofistas, V 186e) critic la falta de arte del Banquete de Epicuro. No

    obstante, el gnero simposaco no se limita al debate filosfico y, en su variante de

    charlas de sobremesa (problmata symposiak), es utilizado con frecuencia como

    vehculo para la exposicin de enseanzas miscelneas.18

    La tercera obra simposaca que conservamos es el Banquete de los siete sabios,

    atribuida tradicionalmente a Plutarco de Queronea (circa 50-circa 120 d. C.). Es obra

    literaria griega compuesta en tiempos netamente romanos en la que, segn Gallardo, el

    autor sigue modelos postplatnicos19

    . Plutarco vuelve a retomar el dilogo simposaco

    en sus Quaestiones convivales, obra en la que se trata una gran variedad de asuntos en

    diversos banquetes.20

    En el siglo III a. C., Menipo el Cnico apareci como el fundador de un nuevo

    gnero, la stira cnica. Entre sus obras hubo tambin un simposio. Sabemos de ste

    slo gracias a una pequea mencin de Ateneo en un pasaje sobre diferentes clases de

    baile. Menipo tuvo numerosos imitadores, Meleagro, Lucilio, Varrn, Horacio,

    Petronio, Luciano y Juliano el Emperador. Esta nueva clase de literatura simposaca, la

    tan llamada simposio cnico menipeo, difiri mucho del simposio socrtico clsico21

    . En

    17

    Vanse R. Hirzel 1963: I, 284-285, 346, n.1. J. Martin 1968: 204-205. Sven-Tage Teodorson 2009: 9.

    F. Navarro Antoln 2010: 14. 18

    Cf. J. Martin 1968: 167-184, y F. Navarro Antoln (ed.) 2010: 15. Aristxeno de Tarento (s. IV a. C.)

    trata diversas cuestiones musicales en su Smmikta sympotik (Ateneo, XIV 632 ab); Heraclides de

    Tarento (circa 75 a. C.) trata en su Banquete de los efectos medicinales, teraputicos y dietticos de la

    comida y la bebida (Ateneo, II 64 a); y Ddimo Calcntero (circa 80-10 a. C.), en sus Smmikta

    symposiak, aborda cuestiones literarias y anticuarias. 19

    M. D. Gallardo 1972a: 175. Para Sven-Tage Teodorson 2009: 10, Plutarco no dud en usar el El

    Banquete de Jenofonte como modelo en su Banquete de los siete sabios y escribi sus obras conviviales

    en oposicin a la clase menipea. Para la literatura simposaca de Plutarco, ver R. Hirzel 1963: II, 137-139.

    J. Martin 1968: 247-266. Plutarco retoma en esta obra el antiqusimo relato popular sobre la vida y las

    opiniones de los siete sabios localizando el escenario del banquete en la corte de Periandro, tirano de

    Corinto. El mismo planteamiento, aunque tal vez con intencin dramtica, sigue Dcimo Magno Ausonio

    en su Ludus septem sapientium. Todava en la Antigedad tarda el llamado Convivium Ciceronis

    originado en el siglo V (Cf. J. Martin 1968: 266, y F. Navarro Antoln, ed. 2010: 15). 20

    En opinin de M. D. Gallardo 1972a: 188, las Quaestiones convivales son la nica muestra que se nos

    ha conservado de un tipo literario muy afn al simposio clsico, pero fundamentalmente distinto de l.

    Deben entroncarse con obras semejantes como de Aristteles (obra perdida).

    Segn J. Martn 1968: 175-176, Plutarco buscaba en esta obra hilar coherentemente una serie de

    problemas literarios. Slo hay discusin de una serie de quaestiones, la mayora de ellas en corto espacio.

    J. Martin 1968: 176-177, compara esta obra con El Banquete de Jenofonte e incluso con el Banquete de

    los siete sabios de Plutarco. 21 Cf. J. Martin 1968: 211-240, quien estudia a Menipo y los imitadores de simposio. Sven-Tage 2009: 10.

  • 25

    esta lnea interesa especialmente la aportacin de Luciano con su Banquete o Los

    Lapitas, obra en la que el samosatense utiliz procedimientos formales y topoi del

    modelo de dilogo simposaco platnico, aunque el contenido y tono es muy distinto22

    .

    En realidad, El Banquete de Luciano pertenece a una corriente nueva de dilogo

    simposaco de ndole jocosa y humorstica que parte del simposio menipeo, muy

    diferente a la corriente erudita que sigui el modelo platnico, aunque sin el equilibrio

    integrador del dilogo de Platn. El Banquete lucianesco se aleja, adems, de la

    modalidad aristotlica y de las cuestiones de sobremesa, fijadas quizs por Jenofonte,

    ilustradas por los cnicos y luego por la tradicin helenstica, muchas veces con

    bufonera incluida23

    . Por otra parte, Luciano realiz una ridiculizacin del Banquete de

    Platn en su Lexfanes, un pastiche del Banquete platnico en accin, hechos, detalles y

    gestos de los invitados.24

    Dentro de la corriente erudita del dilogo simposaco griego destaca la obra de

    Ateneo de Nucratis (circa siglos. II-III d. C.), los Deipnosofistas25

    . Ateneo dio entrada

    en su obra a todo cuanto tuvo la ms mnima relacin con un simposio: platos rarsimos,

    aves, pescados, carne en general, msica e instrumentos musicales, ornamentos

    apropiados, verduras, vinos, etc., y cualquier ancdota que a su vez estuviera

    relacionada con estos elementos, adems de citar numerosos banquetes famosos,

    constituyndose as en la fuente principal para conocer la teora antigua del gnero

    simposaco.

    Los siguientes pasos en la historia del simposio griego los constituyen El Banquete o

    Sobre la castidad (ms conocido como El Banquete de las diez vrgenes), obra de

    Metodio de Olimpo (?-311 d. C.), concebido como la rplica cristiana al banquete de

    Platn, obra en la que intervienen diez doncellas que ensalzan la virginidad y sus

    22

    El Banquete de Luciano se encuentra perfectamente incluido en las caractersticas del gnero

    simposaco en el uso que hace de los topoi y personajes tpicos de este gnero, y as observamos al

    personaje que se presenta sin haber sido invitado, representado por Alcidamante el cnico, como en Platn

    lo era Aristodemo. El invitado tardo es el mdico Dionico, que a la vez cumple el papel del personaje del

    mdico que desde el Erixmaco platnico apareca en muchas obras simposacas. El bufn Satirin es

    personaje que remite a Filipo, el bufn del Banquete de Jenofonte (vanse J. Bompaire 1958: 316-317; M.

    D. Gallardo 1972b: 249-250; M. C. Cabrero 2007: 93). 23

    J. Martin 1968: 222 y ss., hace un estudio de esta obra exponiendo algunas semejanzas de Luciano con

    Horacio (p. 223), Petronio (p. 224), Jenofonte (p. 225), etc., considerando El Banquete de Luciano un

    simposio tpicamente menipeo con bases en Platn y Jenofonte. Vase tambin M. D. Gallardo 1972b:

    239-296. A. Vian Herrero 2005b: 58, n. 14. 24

    J. Bompaire 1958: 611 y n. 11. M. D. Gallardo 1972b: 242. 25 Para el simposio de Ateneo, ver R. Hirzel 1963: II, 352-356. J. Martin 1968: 270-280. M. D. Gallardo 1972b: 251-264. L. Rodrguez-Noriega (ed.) 1998: 7-70.

  • 26

    ventajas26

    , y El Banquete de los Csares de Juliano (332 362 d. C.), una stira al estilo

    de Menipo de Gdara.27

    La tradicin del dilogo simposaco griego tuvo su continuidad en la literatura

    romana sobre todo con la Cena de Trimalcin, incluida en el Satiricn de Petronio, y las

    Saturnales de Macrobio. No son stos los nicos simposios que existieron en la

    literatura latina, hubo tambin otros que o no se conservaron o quedan escasos

    fragmentos28

    . La obra de Macrobio, ltima obra simposaca que hemos conservado,

    cierra el ciclo iniciado siglos antes con Platn. En ella se celebran tres reuniones (el da

    17 en casa de Pretextato, el 18 en la de Flaviano y el da 19 en la de Smaco) y se tratan

    los ms variados temas; es obra fundamentalmente erudita, como lo es la de Ateneo, que

    tuvo una amplia repercusin en el Renacimiento y en la que fijaron sus miradas autores

    de dilogos simposacos espaoles como Luis Vives y Pedro Meja.29

    26

    Cf. J. Martin 1968: 286-289, y M. D. Gallardo 1972b: 264-281. 27

    Cf. M. D. Gallardo 1972b: 282-296, quien matiza que Los Csares de Juliano es un obra incluida

    dentro del gnero simposaco, si bien con respecto a ella, en primer lugar, debemos hacer una aclaracin

    en el sentido de que no nos describe un simposio propiamente dicho, ni tampoco un depnos, sino los

    preliminares del banquete que Rmulo ofrece a los dioses y a los Csares. El banquete propiamente dicho

    empezara despus de acabar la obra. Pese a ello, tanto por su estructura, en la que vemos una serie de

    situaciones tpicas, como por la forma en que est concebida, debe incluirse dentro del gnero

    simposaco (p. 284). 28

    Para el dilogo simposaco en la literatura latina vase especialmente M. D. Gallardo 1974: 91-143.

    Tenemos noticia de otros simposios platnicos perdidos, como el que debi de escribir C. Cilnio

    Mecenas (?-8 a. C.) (F. Navarro Antoln 2010: 17), y el Symposion del comentarista ciceroniano Quinto

    Asconio Pediano (9 a. C.-76 d. C.) (J. Martin 1968: 243-247). En cuanto a la Cena de Nasidieno de

    Horacio incluida en el libro II de sus Stiras, pese a su contenido, el hecho de que se encuentre en verso,

    adems de otras diferencias con respecto a la tradicin aqu estudiada, es motivo ms que suficiente para

    no encuadrarla en este gnero (cf. M. D. Gallardo 1974: 91-92). En el siglo II d. C. surge la figura de

    Aulo Gelio y su obra, de gran repercusin en el Renacimiento, Noches ticas; aunque mantiene rasgos

    simposacos debe ser considerada miscelnea de diversos asuntos. 29

    Para Macrobio, adems de las consideraciones de J. Martin 1968, vanse R. Hirzel 1963: II, 356-358, y

    la Introduccin a la reciente edicin de F. Navarro Antoln (ed.) 2010: 5-108. Luis Vives tiene en

    consideracin especialmente las Saturnales de Macrobio, adems de los simposios de Plutarco, la

    miscelnea de Aulo Gelio y otros autores clsicos, para la creacin de la Praelectio in Convivia Philelfi y

    su Convivium (cf. J. Solervicens 2005: 30-31). En cuanto a la presencia de Macrobio en los Coloquios del

    convite de Pedro Meja, vanse las referencias de A. Castro (ed.) 2004: 129, a su edicin de los Dilogos

    o Coloquios.

  • 27

    I.2.1.2. TRADICIN RENACENTISTA ITALIANA

    En el Trecento italiano, la tradicin clsica del simposio antiguo dej sus primeras

    huellas en El Convite de Dante, aunque no como forma dialgica en prosa30

    . Ya en el

    siglo XV fueron varios los autores italianos que recogieron el modelo dialgico del

    simposio para crear dilogos en prosa que tendran su repercusin en los convivia de

    Erasmo y en los dilogos de otros autores renacentistas europeos, tanto en lengua latina

    como en lengua verncula. Sin nimo de ser exhaustivo, citar los ms significativos

    simposios de los humanistas italianos del siglo XV.

    Dedicado al joven Donato Acciaiuoli, el Dialogus in simposio de Giannozzo

    Manetti describe una reunin de prominentes florentinos en Venecia durante la

    embajada de ste en 1448, fecha significativa, puesto que remite a la peste de 1348 y al

    Decamern de Boccaccio31

    . Durante la cena que se desarrolla en el dilogo, se tratan

    una serie de cuestiones eruditas relacionadas con la peste. Entre los interlocutores,

    adems de Manetti, se encuentran su hijo Bernardo, su secretario Grigio, Sinibaldo

    Donati, Pigello Portonari, Alessandro Martelli, Tommaso Ringadori, Carlo Bardi,

    Nerozzo neri y Gianfrancesco Strozzi. La discusin del grupo naturalmente refleja los

    conocimientos de los crculos humanistas del Quattrocento ms que las cortesas del

    Trecento.32

    El dilogo convival fue recuperado tambin en el siglo XV por Francesco Filelfo a

    travs de sus Convivia Mediolanensia, obra que desarrolla, en el marco del banquete,

    una amplia variedad de asuntos, desde cuestiones ticas y filolgicas a la astronoma33

    .

    Interesa la perspectiva tica a la que se adscribe Filelfo dentro del gnero convival. Al

    motivo tradicional que asign al convite una funcin esencial en la formacin del

    30 Al hilo de su comentario sobre El Banquete de Jenofonte, R. Hirzel 1963: I, 159, afirm que este autor griego no slo dio el empujn al gnero del simposio / banquete socrtico, sino que origin un largo y

    duradero movimiento del que hay eco an perceptible en El Convite de Dante. 31

    Sobre este dilogo vase D. Marsh 1980: 337-350. 32

    D. Marsh 1980. 33

    En opinin de A. Prieto 1986: 125, los Convivia Mediolanensia de Filelfo tuvieron el empeo de

    renovar por el realismo humanstico, los dilogos convivales platnicos mediante su inters por reflejar,

    representar, la sociedad reunida en torno a la mesa del duque Filippo Mara de Miln. Al trasladar el foco

    de los dilogos a una sociedad cortesana fecundada en la exaltacin de las letras como sistema de

    convivencia y de manifestacin cultural y civil, Filelfo ofreca una indudable innovacin en cuyos

    dilogos cortesanos (a pesar de la rivalidad con Poggio) se predicaba la necesaria presencia del vir

    facetus et perurbanus alejado del hominum agrestium. Sobre Filelfo y sus Convivia, vase F. Tateo

    19742: 231-235.

  • 28

    hombre, se asign tambin otro aspecto, tpicamente humanstico: la idea de que la

    costumbre de la conversacin en un convite podra constituir un medio de

    perfeccionamiento moral, siempre y cuando en el convite reinase una necesaria

    moderacin, idea que volver a apreciarse en los convivia de Erasmo34

    . La influencia de

    Filelfo es perceptible en una obra de Luis Vives titulada Prealectio in convivia

    Francisci Philelphi, escrita en 1521 e impresa, con otros opsculos, en Basilea en 1538;

    la obra de Vives no es ms que una breve explicacin de la obra del italiano, pero

    muestra el inters de Vives por el marco del banquete, elemento literario que utiliz en

    su Convivium.

    En su intento de reavivar la tradicin platnica en el Quattrocento italiano, Marsilio

    Ficino elabor en 1469 una obra que podemos considerar dilogo simposaco titulada

    De amore. Comentario a El Banquete de Platn35

    . El libro se compone de un

    Proemio (en el que se establece el marco general del dilogo y se recuerda El

    Banquete de Platn) y siete discursos. En el Proemio se alude a algunas convenciones

    simposacas asumidas por Ficino, como el motivo de la celebracin del simposio que

    recuerda la fiesta platnica, en este caso en torno a la figura de Lorenzo de Mdicis, y la

    presencia de nueve invitados, nmero adecuado para un convite, como veremos ms

    adelante, que se recogi de la tradicin antigua. El texto dialogado se desarrolla

    terminada la comida y una vez ledos todos los discursos del Banquete de Platn por

    parte de Bernardo Nuzzi, quien solicita al resto de invitados que cada uno exponga uno

    de los discursos; es decir, el dilogo en s mismo, compuesto por un discurso por cada

    invitado, tiene su comienzo una vez iniciada la conversacin.36

    34

    Cf. F. Tateo 19742: 234-235, y L. V. Ryan 1977: 201.

    35 Ficino compone el Comentario a El Banquete con su amicus unicus, Giovanni Cavalcanti, en 1469.

    En 1475, Ficino entregar a Lorenzo de Mdicis una segunda versin con algunas modificaciones.

    Adems de estas dos versiones latinas existe una tercera en lengua vulgar titulada De amore, traducida

    por Ficino mismo y editada en 1544. La versin latina, incluida en la traduccin de las obras de Platn y

    sus comentarios, editada en 1484, tuvo amplia difusin, con al menos veintitrs ediciones hasta 1602 (cf.

    la Introduccin de R. de la Villa Ardura a su edicin de M. Ficino, De amore. Comentario a El

    Banquete de Platn, pp. xvii-xviii). 36

    Apunto otros dos dilogos simposacos del Quattrocento italiano, a los que no he podido tener acceso,

    y cuya noticia me ha llegado a partir del estudio de L. V. Ryan 1977: 213 y n. 7: De vera nobilitate de

    Cristoforo Landino, obra que pretende describir un convivium de Lorenzo de Mdicis como un simposio

    platnico, y el Aegidius de Giovanni Pontano, dilogo que pudo influir en el Convivium religiosum de

    Erasmo, segn L. V. Ryan 1977: 202. Vase, adems, E. Mattioli 1980.

  • 29

    I.2.1.3. LOS CONVIVIA DE ERASMO

    Durante el Renacimiento, el dilogo simposaco clsico fue retomado por Erasmo de

    Rotterdam en sus Colloquia bajo la forma dialogada del convivium, que fue seguida por

    numerosos autores renacentistas, tanto en lengua latina como verncula. Erasmo utiliz

    el convivium en seis de sus coloquios, mientras que otros incorporan un rasgo u otro del

    simposio literario. Estos son: Convivium profanum, Convivium religiosum, Convivium

    poeticum, Convivium fabulosum, Polydaitia (Dispar convivium) y Nephalion

    Symposion37

    . Aunque Erasmo aclimat el trmino convivium siguiendo a los autores

    latinos, existi en algunos autores renacentistas cierta confusin en torno a la etimologa

    del vocablo, como advierte Juan de Pineda:

    FILALETES.- [] Algunos quieren con Adamo que esta palabra convivio, que quiere

    decir convite, se deba escribir combivio, de manera que venga de beber, que se usa en

    los convites, que en hebreo se dicen miste; mas yo, con S. Jernimo y con Plutarco, creo

    que viene de vivir por las prcticas recreativas que se deben tratar durante la comida,

    conforme a la demanda del seor Pnfilo. Ateneo dice una frialdad, que en el griego el

    convite se deriva desta palabra daizo, que significa repartir, porque se repartan las

    raciones por igual, lo cual es disparate, si no fuese donde se come a escote, como en los

    bodegones.38

    En realidad el trmino latino convivium era el equivalente en poca romana al

    vocablo griego simposio, y era considerado, dentro del banquete, como la fiesta de la

    bebida, un amplio perodo de tiempo dedicado a beber relajadamente durante el cual

    tena lugar el entretenimiento vespertino39

    . Sin embargo, como hemos visto arriba,

    37

    L. V. Ryan 1977: 201-215, especialmente aqu p. 201. Sobre los convites de Erasmo, vanse, adems,

    M. Jeanneret 1991: 176-185, y las indicaciones de J. Chomarat y D. Mnager a su edicin de cinco

    convites de Erasmo 1981: 1-41. 38

    J. de Pineda, Dilogos familiares de agricultura cristiana, I (161), p. 30a. Probablemente Pineda tenga

    en mente aqu a Pedro Meja, autor que utiliza el trmino combite en su obra simposaca titulada Los dos

    coloquios del combite (vase P. Meja, Dilogos o Coloquios, p. 285). 39

    Cf. D. E. Smith 2003: 27-31 y 49-50. Habitualmente, los griegos tenan dos momentos bien definidos

    en su banquete. El primero lo compona el mismo deipnon, durante el cual se tomaba la comida del

    atardecer. El segundo momento era el simposio o potos (symposion) o fiesta de la bebida, un amplio

    perodo de tiempo dedicado a beber relajadamente durante el cual tena lugar el entretenimiento

    vespertino. Los romanos tenan los mismos dos momentos bsicos, a los que aadieron el momento del

    aperitivo al comienzo de la comida, denominado gustatio o promulsis. Durante el perodo romano, los

    griegos aadieron tambin el momento del aperitivo, denominado propoma. Despus del aperitivo segua

  • 30

    Erasmo en sus convivia pretendi plantear el gusto cristiano por la moderacin. Seria

    discusin mezclada con alegre entretenimiento es, en el esquema de Erasmo, el ideal de

    pasatiempo en el convite. Para l, los placeres de la mente son ms dulces que aquellos

    de los sentidos40

    . Por esta razn Erasmo gener un discurso placentero pero sin olvidar

    el perfeccionamiento moral que ha de extraerse de la conversacin. Como el personaje

    Levinus notifica en la conclusin del Convivium fabulosum, nada es ms divertido que

    tratar chistes seriamente41

    , esto es, desde historias divertidas sobre acciones virtuosas

    de monarcas como Rmulo, el rey Luis XI y el Emperador Maximiliano, uno puede

    aprender cmo los gobernantes sabios deberan comportarse.42

    Uno de sus ms largos convites es el Convivium religiosum (1522), con diez

    personajes, sobre la armona entre el Evangelio y la sabidura antigua. El banquete tiene

    lugar en la casa y los jardines de Froben. Pero nos interesa especialmente el Convivium

    fabulosum (1524), caracterizado por sus componentes narrativos, cercanos al cuentecillo

    y a la facecia, muestrario de ancdotas divertidas, al estilo del gnero del simposio en la

    Antigedad: el rey del banquete, Eutrapelus, ordena contar fbulas ridculas, que se

    atribuyen a personajes conocidos o clebres, con las nicas leyes de respetar la

    verosimilitud y la propiedad de los detalles respecto a los caracteres43

    . En opinin de

    Craig R. Thompson, algunas de las ancdotas contadas (fabulae, alude al ttulo del

    coloquio) contadas en este banquete pertenecen a conocidos testimonios encontrados en

    textos antiguos y medievales, tambin en el floclore, o en ambos. Otras, tales como la

    referida a Antonio, sacerdote de Lovaina, pueden haber llegado a Erasmo a partir de

    historias corrientes relatadas por varios individuos de la poca. Podran haber llegado a

    la comida principal, a la que los romanos se referan como fercula o platos. Estaba dividida en prima

    cena, altera cena y tertia cena. El nombre que los romanos daban al ltimo plato era comissatio o

    convivium, traducidos ambos generalmente como fiesta de la bebida. Este plato tambin se denominaba

    segundas mesas (mensae secundae). Sola ser, ms que en la tradicin griega, un postre en el que se

    servan nueces, frutas y tortas dulces (bellaria). Sin embargo, era especialmente un tiempo para beber

    solemnemente y para entretenerse. A veces, tambin la bebida y el entretenimiento ocurran durante la

    comida. En tales casos, muy a menudo, el convivium podra reservarse especialmente para la

    conversacin. 40

    L. V. Ryan 1977: 204. 41

    LEVINUS.- Nisi fatebimini hoc fuisse bobis quouis fabuloso conuiuio iucundius, non recurso dare

    poenas in coena. Nihil iucundius, quam quum serio tractantur nugae (D. Erasmus, Cinq Banquets, p.

    124). 42

    L. V. Ryan 1977: 205. 43

    Sobre este coloquio, vase A. Rallo 2003: 49, M. Bataillon 1977b: 80-109, y los comentarios de C. R.

    Thompson (ed.) 1997: 571-572, a su edicin de los Colloquia de Erasmo.

  • 31

    Erasmo tambin a partir de facetiae (no de la coleccin de Poggio) o de fabliaux44

    .

    Segn Bataillon, se trata del nico de los escritos de Erasmo en el que ste se abandon

    ostensiblemente al placer de contar sin otra finalidad que la de divertir45

    . Ese placer de

    contar en el Convivium fabulosum de Erasmo es el que encontramos tambin en los

    banquetes de la obra de Hidalgo, en donde los comensales se proponen contar relatos

    jocosos como principal entretenimiento. No existe una relacin directa entre la obra de

    Hidalgo y el Convivium fabulosum y no podemos saber si ste ley el convite de

    Erasmo. La relacin debe establecerse considerando la evolucin del gnero dialogado

    simposaco desde los convivia de Erasmo, planteados en cierto momento como

    manuales de conversacin, y su influencia en los dilogos escolares europeos, en los

    que no suele faltar un convivium con amena y placentera conversacin, hasta los

    convites de los autores renacentistas espaoles del siglo XVI. En esta lnea evolutiva del

    simposio, en la que participa Erasmo como recuperador y a la vez innovador del gnero

    en el Renacimiento, hemos de situar el libro de Hidalgo.

    I.2.1.4. EL DILOGO SIMPOSACO EN EL RENACIMIENTO ESPAOL

    Con la excepcin del intermedio gastronmico que aparece en el Libro de vita beata

    de Juan de Lucena, que puede adscribirse a la tradicin del simposio46

    , uno de los ms

    tempranos testimonios de dilogo simposaco de autor espaol en el Renacimiento es el

    Convivium de Luis Vives, una de las piezas de su Linguae latinae exercitatio47

    . La obra

    44

    C. R. Thompson (ed.) 1997: 571-572. 45

    M. Bataillon 1977b: 81. Sobre el xito de este coloquio, Bataillon afirm que este banquete es uno de

    esos textos cuya supervivencia qued asegurada ms all de la fecha fatdica de 1559. Como contrapunto

    a la idea de Bataillon sobre la finalidad ldica, cabe citar la opinin de L. V. Ryan 1977: 210, para quien

    el tema del Convivium fabulosum, como en el Banquete de los siete sabios de Plutarco, es el carcter y

    gobierno del prncipe. 46

    El dilogo de Lucena comienza en la sala real y all tienen lugar las dos primeras partes. Surge despus

    un cambio de espacio motivado por la hora y el hambre. Pasan entonces los personajes a la posada,

    adonde comen a la francesa con los familiares de Santillana, hijos y nietos, momento en el que

    comienza el intermedio simposaco. En opinin de A. Vian 1991: 69-71, este intermedio puede

    adscribirse a la tradicin de los symposia de Jenofonte y otros autores latinos, pero advierte que no

    debemos pensar que Lucena imite en serio aqu el ambiente simposaco que incluye borrachera y resaca

    generalizadas- del Banquete platnico: en el dilogo griego discuten sobre el amor, y la borrachera

    proporciona el necesario decoro dionisaco; en el libro de Lucena se habla en cambio del Sumo Bien,

    de Dios. 47

    Para el Convivium de Vives manejo la edicin crtica de M. P. Garca Ruiz, Los Dilogos (Linguae

    latinae exercitatio), Pamplona, EUNSA, 2005. El Convivium se encuentra en pp. 270-291. La obra de

    Vives, Linguae Latinae Exercitatio se publica en 1538, con 25 dilogos. Sobre el modelo ficcional del

    convivium en Vives, vase J. Solervicens 2005: 30-32. Para el tratamiento de los dilogos como coloquios

  • 32

    recrea el ambiente de la literatura simposaca. Todos los interlocutores son personajes

    con nombres que remiten a personajes griegos que representan los distintos campos del

    saber, como era costumbre en muchos de los textos del gnero. Vives conoca las

    principales obras simposacas los dilogos socrticos y las Saturnales de Macrobio-;

    sin embargo, en esta ocasin su inters es la descripcin propiamente culinaria del

    banquete y, debido a ello, se encuentra ms prximo a la temtica de Deipnosofistas de

    Ateneo de Nucratis, obra que cita. Junto a la descripcin culinaria, la intencin de

    Vives es extraer una enseanza moral sobre los excesos de la mesa, pues, finalmente,

    todos los comensales reprochan al anfitrin su excesiva prodigalidad, y un personaje

    llamado Polemn concluye con una opinin en la que se advierte la tradicin estoica de

    moderar los impulsos segn la recta razn.48

    El contenido general de la obra de Vives, la presentacin culinaria del banquete,

    suele aparecer en la mayor parte de los dilogos simposacos espaoles del siglo XVI.

    Segn Jess Gmez, los autores espaoles hicieron del gnero un prontuario ligero

    sobre cuestiones de sobremesa tales como si era preferible comer una clase sola de

    alimentos o cul deba ser el nmero adecuado de invitados49

    . Estos contenidos se

    tratan para divertir al lector, manteniendo el decoro adecuado, como se advierte en el

    inicio del Convivium de Vives y en el segundo de los banquetes de Pedro Meja, en

    donde se exige, siguiendo a Macrobio, que los asuntos tratados en el banquete no sean

    graves:

    SCOP. Sed conuenistisne omnes ut erat condictum, relicta domi seueritate afferentes

    uobiscum hilaritatem, lepores uenustastes, gratias?50

    Aconsejan tambin que no se tracten a la mesa negocios pesados ni graves, sino alegres

    y fciles, y que se tenga manera que la conuersacin, con ser apazible, sea prouechosa;

    finalmente, que tenga ms de alegra que de gravedad.51

    escolares, dentro de mbito hispnico, C. Bravo-Villasante 1993: 7-11. Como estudios ya clsicos,

    aunque apenas tratan los coloquios escolares espaoles, vanse L. Massebieau 1878, A. Boemer 1897-

    1899 y M. Dewra 1974. 48

    M. P. Garca Ruiz (ed.) 2005: 483-484. 49

    J. Gmez 1988: 40-41. 50

    L. Vives, Los Dilogos (Linguae latinae exercitatio), p. 270. 51

    P. Meja, Dilogos o Coloquios, pp. 313-314. Para la fuente en las Saturnales de Macrobio, p. 314, n.

    82.

  • 33

    En otras ocasiones, la censura del lujo y la ostentacin, atribuidos en general a la

    perniciosa influencia exterior, as como el rechazo de ciertos hbitos alimentarios y la

    consiguiente propuesta de una dieta adecuada segn los cnones cientficos de la poca

    son los temas predominantes52

    . Para la creacin de algunos de estos convites, es muy

    probable que sus autores utilizasen una serie de libros enciclopdicos escritos en latn

    que circulaban por Europa (sin rechazar, por supuesto, la posible fuente directa), en

    donde aparecen los principales contenidos relativos a los banquetes clsicos. Sus

    autores, humanistas europeos, crearon obras de asombrosa erudicin literaria repleta de

    citas (de, entre otros, Plutarco y Ateneo). En secuencias lgicas de cortos captulos, dan

    una gran cantidad de informacin sobre cada uno de los parmetros de la comida

    clsica53

    . Entre estas obras destacan el Antiquitatum convivalium libri III (Zurich, 1582)

    de Johann Wilhelm Stuck, o el De triclinio, ya en mbito hispano, de Pedro Chacn

    (1521-1581), sin olvidar la Mensa philosophica de Michaele Scoto, de poca medieval,

    aunque muy difundida en el Renacimiento.54

    En la tradicin de los coloquios escolares de Erasmo y los dilogos de Vives,

    autores que utilizaron la forma del convivium, se desarroll un tipo de dilogo para la

    enseanza de idiomas. La tcnica dialogada se aplic a los manuales de conversacin,

    muchas veces con uso comercial55

    . Un maestro escolar de Amberes, Nol de

    Berlaimont, public antes de 1530 un Vocabulaire para aprender francs y flamenco

    52

    M. D. Garca Snchez 1992: 151. Advierte Lucas Gracin Dantisco en el Galateo espaol, que en las

    fiestas y comidas no se deben traer plticas de tristeza: Por donde en los regozijos y fiestas, ni en las

    comidas, no se deven contar historias melanclicas, de plagas, muertes, infortunios ni pestilencias; ni se

    haga memoria o recuerdo de materia dolorosa (p. 123). 53

    Sobre estas colecciones, vase M. Jeanneret 1991:70-72. 54

    La obra de J. W. Stuck, quizs la ms interesante, est dividida en 99 captulos con una lista de 550

    autores y un ndice temtico con cerca de 2500 entradas. Trata todas las cosas que uno necesita saber,

    desde la A a la Z, sobre las comidas de todas las naciones del mundo antiguo, adems de los hebreos y de

    los primeros cristianos. Su catlogo de ciencia simposaca est dividido en tres libros: el primero sobre

    diferentes clases de comidas, ordenadas segn men, tiempo del da, ocasin, tipo de invitados, etc.; el

    segundo trata sobre decoracin, equipamiento y servicio; el tercero trata sobre los elementos del men,

    las bebidas, la conversacin y el entretenimiento. Utilizo la siguiente edicin de Stuck: Antiquitatum

    convivialium libri III, Francofurti, in oficina Andreae Cambierij, 1613 [B.H.U.C.M.: FLL 26976 (2)].

    Para las obras de Pedro Chacn y M. Scoto, manejo las siguientes ediciones: Petrus Ciaccionius

    Toletanus, De tricilinio sive de modo convivandi apud priscos Romanos, et de conviviotum apparatu.

    Accdedit Fulvii Ursini Appendix, Hier. Mercurialis De accubitus in coema Antiquorum origine,

    dissertatio, Amstelaedami, apud Henricum Wetstenium, 1689 [B.N.E.: R / 40794]. Michaele Scoto,

    Mensa philosophica seu Enchiridion in quo de quaestionibus mensalibus, rerum naturis, statum

    diuersitate, variis & iucundis congressibus hominum philosophice agitur, in quatuos libros accurate

    distributum, Lipsiae, imprimebant haeredes Francisci Scnelboltzci, typis haeredum Beyeri, 1603 [B.N.E.:

    7/12683]. Segn M. Jeanneret, existen otros libros que no he podido consultar, como De conviviis libri

    quatuor de J. C. Bulengerus y Reliquiae convivii prisci, tum ritus alli de Erycius Puteanus. 55

    Cf. J. Gmez 2000: 80-81.

  • 34

    mediante dilogos. Pronto hubo adaptaciones a cuatro, seis, siete y hasta ocho lenguas

    distintas, y el primitivo manual de 84 pginas lleg a engrosar hasta las 450 en las

    ediciones de ocho lenguas. El espaol fue una de las primeras en beneficiarse de la

    ampliacin. La primera de las adaptaciones de la obra de Berlaimont que incluye

    versin espaola de los dilogos se public en Lovaina en 1551; se trata del

    Vocabulario de las quatro lenguas: tudesco, francs, latn y espaol (Lovaina, 1551),

    del que conocemos otras versiones y reediciones. En este libro destaca la forma del

    convivium empleada en el primero de sus coloquios56

    . Fue este ltimo el ms difundido

    libro de dilogos para la enseanza del espaol. El libro se volvi a editar en 1558 y

    1560, con cambio de la lengua tudesca en ambas ediciones por el italiano (1558) y el

    flamenco (1560), pero en ambas permanece el convivium presente en la edicin de

    1551: Vn combite de diez personas, que son Hermes, Iuan, Mara, Dauid, Pedro,

    Francisco, Rogiero, Anna, Henrico y Lucas57

    . El coloquio del convite es insustancial,

    vlido para aprender una circunstancia comunicativa. Un nio, Iuan, se encuentra con

    Hermes y se demora bastantes horas en llegar a su casa, en donde le espera su madre

    Anna, quien lo recrimina por su tardanza. Despus de que Juan ayude a su madre en la

    preparacin de la mesa, llegan el padre y los dems invitados. Cenan y hablan de los

    alimentos, con alguna breve referencia a la realidad francesa, pues se alude a una

    derrota del rey de Francia con los espaoles y se pregunta si, despus de sta, habr paz

    por fin. El mismo convite vuelve a aparecer en Inglaterra, esta vez con algunos cambios

    importantes, en 1591, inserto en la obra de William Stepney, The Spanish Schoole-

    master58

    . Unos aos despus, aparecen los Pleasant and Delighfull Dialogues, o

    56

    Vase el estudio de J. L. Ocasar Ariza 1996: 5-10, y los ms recientes de G. A. Renales 2002: 329-346,

    y D. M. Sez Rivera 2005: 792-798. Sobre estas cuestiones y las que siguen resulta imprescindible

    consultar el trabajo de C. B. Bourland 1933: 283-318. 57

    Vocabulario de quatro lenguas, francesa, latina, italiana y espaola, muy prouechoso para los que

    quisieren aprender estas lenguas, Lovanii, Par Bartholomy de Graue, 1558 [B.N.E.: R/17916]. En la

    portada aparece el ttulo en las cuatro lenguas. El primer ttulo, en italiano: Vocabvlario de qvatro lingve,

    francese, latina, italiana, & spagnola ciascaduno desideroso dimpararle. En fols. [Aivr.]-Fiir., aparece

    el convite citado. Despus le siguen dos coloquios ms: Para aprender a comprar y vender en francs

    (fols Fiir.-Giiiir.); Captulo tercero para demandas de deudas (ff. Giiiir.-Hiiiir.). El otro ejemplar

    revisado, con cambio de tudesco a flamenco: Los Colloquios familiares con vn Vocabulario de quatro

    lenguas, flamenco, francs, latn y espaol, muy prouechoso para los que quisieren aprender estas

    lenguas, Lovanii, Par Bartholomy de Graue, 1560 [B.N.E.: R/26403]. El ttulo inicial est en latn:

    Colloquia familiaria cvm dictionario qvatuor lingvarvm, tevtonicae, gallicae, latinae, et hispanicae. 58

    W. Stepney, The Spanish Schoole-master. Containing seven Dialogues, according to euery day en the

    weeke, ed. Marcel Gauthier, Revue Hispanique, XLV (1919), pp. 34-73. Son siete dilogos, cada uno de

    ellos corresponde con un da de la semana, y tienen una finalidad comunicativa distinta. Nos interesa el

    cuarto dilogo: El quarto Dilogo, siendo para el iueves: es para hablar a la mesa, a las fiestas, y a los

  • 35

    Dilogos muy apacibles, publicados en Londres en 1599 por John Minsheu, obra que

    sigue la misma tradicin de los manuales de conversacin y de mejor calidad literaria

    que los textos anteriores. Interesa especialmente porque en esta obra no falta el convite

    dialogado: Dilogo tercero, de un convite entre cinco caballeros amigos, llamados

    Guzmn, Rodrigo, don Lorenzo, Mendoza y Osorio, un Maestresala y un Paje; en el

    cual se trata de cosas pertenecientes a un convite, con otras plticas y dichos agudos59

    .

    Aunque introduce la tpica temtica de cuestiones de sobremesa, sobre todo de mbito

    culinario, la conversacin adquiere un mayor dinamismo y tono humorstico, sobre todo

    a partir de las intervenciones de Mendoza, el gracioso del convite. Este dilogo

    simposaco, as como el resto de los coloquios que constituyen la obra, forman el

    referente ms cercano a los Dilogos de apacible entretenimiento.

    Adems de los banquetes situados en la tradicin de los manuales de conversacin,

    el dilogo simposaco, tan heterogneo desde su origen en la Antigedad, reaparece en

    el siglo XVI espaol en obras dialogadas muy distintas. As, por ejemplo, la tradicin

    simposaca puede apreciarse levemente en el Dilogo del viejo y el mancebo, obra que

    apareci impresa en 1544 dentro de los Problemas o preguntas problemticas de Juan

    de Jarava60

    . Segn Jess Gmez, Juan de Jarava realiz una traduccin encubierta a

    partir del Dialogus senis et iuvenis (1491) de Jacobus de Reno, siguiendo la misma

    tcnica que el modelo, pro et contra, dentro del esquema de un debate que se remonta a

    banquetes, pp. 46-58. Es el mismo dilogo del convite del Vocabulario de quatro lenguas, pero adaptado

    a la realidad inglesa y con la curiosa relacin de la invasin de Felipe II a Portugal. Para su obra, Stepney

    pudo basarse en un texto anterior editado en 1554 dentro del contexto de la boda real entre Felipe II y

    Mara Tudor, que no he podido manejar y que estudia A. Snchez 1987-1989: 1265-1282, con el siguiente

    ttulo: A very profitable boke to lerne de maner of redying, writyng, speaking English & Spanish. Libro

    muy provechoso para saber la manera de leer, y escreuir, y hablar Angleis, y Espaol. El primer dilogo

    es, de nuevo, un convite en el que hablan diez personas y es mera traduccin de la obra de Berlaimont (A.

    Snchez 1987-1989: 1274-275). 59

    Pleasant and Delighfull Dialogus in Spanish and English, profitable to the learner, and not unpleasant

    to any other reader. [Dilogos familiares muy tiles y provechosos para los que quieran aprender la

    lengua castellana], ed. a cargo de J. A. Cid, Madrid, Instituto Cervantes, 2002. El convite dialogado en

    pp. 81-90. Se desconoce quin es el autor del texto espaol. Parece claro que el encubierto autor

    pertenece al grupo de los huidos de Espaa por razones de disidencia religiosa, o al de los prisioneros y

    rehenes de guerra. Adems de volver a imprimirse en edicin inglesa de 1623, los ms clebres maestros

    de lengua espaola de los siglos XVII y XVIII en Francia, Italia y Flandes (Csar Oudin, Juan de Luna,

    Lorenzo Franciosini, Francisco Sobrino) adaptaron y reeditaron la obra, que sigui utilizndose hasta

    1778. Segn J. A. Cid (ed.), el autor posible de estos dilogos en espaol pudo ser Antonio del Corro,

    heterodoxo y protestante espaol afincado en Inglaterra (pp. 22-32), pero otra autora posible es la de

    Alonso de Baeza, rehn y traductor (pp. 32-36). 60

    Se conservan dos ediciones, la de Lovaina de 1544 a cargo de Rutgero Rescio, y la de Alcal de

    Henares a cargo de Juan de Brocar. En ambos casos, el dilogo forma parte de la obra miscelnea de Juan

    de Jarava. Existe edicin moderna, J. de Jarava, Dilogo del viejo y del mancebo, ed. J. J. Martnez,

    Roma, Bulzoni Editore, 1992.

  • 36

    1490, y en el que hay una clara conexin con las disputas medievales61

    . Durante el

    dilogo de Jarava no existen referencias espaciales ni temporales, ni tampoco a la

    comida o bebida; tan solo a los comensales que asisten al convite, a los que se les pide,

    de manera general, como receptor colectivo que no habla en el texto, que acten como

    jueces del debate entre los dos personajes del dilogo, Olympio y Florencio. Por otra

    parte, se trata del tema del amor y tambin de la mujer dentro de la tradicin larga que

    viene de la Edad Media. El marco del convite queda establecido solamente a partir del

    Argumento del Dilogo y no existe una clara intencin de desarrollar completamente

    la forma del convivium:

    En este dilogo se introducen dos personas, que son Olympio y Florencio los quales,

    estando en un combite cenando con otros muchos y hablando de diversas cosas, se hizo

    mencin del amor; y como Florencio fuesse mancebo de hasta xxiii aos, dado a lo que

    aquella edad requiere, comen a loar y decir mil bienes del amor discurriendo por gran

    parte de los estados y trayendo por exemplo hechos notables de varoniles mujeres

    apropiados a su propsito. Mas Olympio, por el contrario, siendo de lx aos o ms y que

    no le deleytava ya ninguna cosa de las mundanas, vituperava de muchas maneras el

    amor porque en cada da se cometan tantos males y daos y se gastaban tantos dineros,

    trayendo para esto contrarios exemplos a los que primero haba trado Florencio.

    Finalmente, despus de haver platicado y contendido gran rato sobre esto y despus de

    haver cada uno defendido su partido, cessan de hablar y dexan por juezes y testigos a

    los que estn presentes en el combite, para que digan y juzguen quin tiene mejor causa

    y mayor razn.62

    En El Scholstico de Cristbal de Villaln, un grupo de profesores de la

    Universidad de Salamanca aprovecha el trmino de las lecciones y, huyendo del calor

    sofocante de la ciudad, se dirige a una aldea prxima a las riberas del Tormes. All

    disfrutarn de un convite durante el cual, al margen de digresiones sobre la amistad, la

    vejez o la misoginia, discutirn sobre las virtudes del escolstico. En los inicios del

    dilogo (I.3) se encuentran varias claves de interpretacin literaria, como la referencia a

    61

    J. Gmez 1996: 51-65. 62

    J. de Jarava, Dilogo del viejo y el mancebo, p. 54. Con respecto a su modelo, Jarava resume algunas

    circunstancias del dilogo, como cuando aade que estaban los dos personajes en un combite, mientras

    que en el original se especifica que la discusin sobre el amor tiene lugar despus de la cena, como era

    costumbre de los clrigos, entre los que se incluy el propio Reno (Cf. J. Gmez 1996: 56).

  • 37

    la convencin ciceroniana y a la tradicin simposaca (convites y scenas en muy

    sabroso y dulce estilo63

    ), presentada, en este caso, como convite acaecido en efecto:

    Ninguna cosa deseo ms que escrebirlo para todos tan dulce como sabrosos nos fueron

    los manjares y conversacin a los que en el convite nos hallamos, con el cual deseo

    suplico a aquellos en cuyas manos viniere esta nuestra escriptura que nos presten en el

    leer aquella atencin y advertencia que desean tener en sus casas64

    .

    Aunque no son dilogos simposacos en sentido estricto, el banquete aparece

    tambin en ciertos momentos de El Cortesano de Luis de Miln y Viaje de Turqua, e

    incluso reminiscencias de la tradicin simposaca quedan reflejadas en las

    denominaciones de cada uno de los captulos de la Primera parte de la rhetrica de

    Juan de Guzmn al aparecer bajo los trminos simposios o convites, subttulo que

    aclara el autor en el prlogo con abundancia de fuentes y ejemplos que van de la Odisea

    a Plutarco, Platn y Cicern65

    . Por otra parte, la vertiente del dilogo simposaco de

    tono satrico apreciable en el banquete de Luciano puede encontrarse en El Crotaln,

    63

    C. de Villaln, El Scholstico, p. 12. 64

    C. de Villaln, El Scholstico, p. 12. La cita de Villaln de autoridades simposacas clsicas es muy

    significativa, especialmente Platn, Jenofonte, Cicern, Macrobio y Aulo Gelio: Captulo primero, en el

    qual el auctor propone el convite donde por los convidados fue formado el scholstico, y mueve a los

    oyentes a atenin. Tulio deza muchas vezes que le aplazan mucho los modestos convites en compaa

    de sabios varones, porque siempre entre ellos se comunicaban cosas dignas de ser sabidas; y alababa

    aquellos prinipalmente donde haba sabios viejos, porque los canos das tienen experienia de ms cosas.

    Cuenta Xenophonte que Ciro, rey de persas, tuviese en grande estima los convidados por esta mesma

    causa; y que, por ms los venerar en los convites, los pona a todos a su mano izquierda, porque deza que

    al lugar de su coran deba poner el hombre lo que ms amaba. Parsceme que estos varones tenan

    mucha razn de estimar en mucho sus tan buenas conversaiones, pues en ellas se renovaba la amistad de

    los buenos amigos, y acompaaban sus convites con buenas doctrinas, porque aqu se saban los secretos

    del ielo y las philosophas de la tierra, y se dificultaban subtiles questiones dignas de ser sabidas. As,

    leemos de Platn haber disputado y persuadido en scenas y coloquios la inmortalidad del nima, y

    Pithgoras la transformacin del spritu, y Digenes la pobreza, Aristteles la perpetuidad del mundo,

    Epicuro el deleite del cuerpo, y otros muchos en diversas materias se mostraron en semejantes lugares

    prinipales sustentadores. Y as, muchos de los sabios antiguos nos dexaron escriptos estos convites y

    scenas en muy sabroso y dule estilo, viendo la grandeza y vivos juizios de los convidados y la subtileza

    de las materias y el mucho provecho que hazan en dexarlas a los suesores.

    Asi como lo hizieron stos que dixe (y Macrobio y Laerio, Demcrito y Aulo Gelio y otros muchos

    philsophos), as yo agora quiero en exemplo dstos escribir un notable convite de sabios varones, en el

    qual hubo muy suaves manjares, y entre ellos se movi una subtil disputa, que era querer saber qu se

    requera para que un virtuoso manebo pudiese seguir las scienias en scuelas, y formar un scholstico

    natural para la conversacin de los sabios dellas, donde se tratan vivas invenciones y se dificultan subtiles

    sentencias (C. de Villaln, El Scholstico, pp. 11-12). Para la tradicin simposaca en la obra de Villaln

    y la conexin de obras enciclopdicas clsicas con la obra de Hidalgo en relacin con los banquetes

    miscelneos, vase J. M. Martnez Torrejn 1995: 21-21 y 36. 65

    J. de Guzmn, Primera parte de la rhetrica (Alcal de Henares, 1589), vol. I, pp. 84-85. Con respecto

    a la obra de Miln, La primera de las seis jornadas en que se divide El cortesano presenta a los Duques y

    a su squito de nobles, caballeros y damas mientras se aprestan a participar en una cacera, a cuyo trmino

    se encaminan al palacio de Liria, cercano a la ciudad, para celebrar el banquete. En cuanto al Viaje de

    Turqua, despus del encuentro inicial, los tres personajes van a la casa de Juan y all cenan.

  • 38

    especialmente en el canto XVII66

    . Con respecto a la obra de Luis de Miln, su dilogo,

    aunque con marco narrativo, presenta un ideal de entretenimiento en ambiente cortesano

    no muy distinto a los Dilogos de apacible entretenimiento. Es el nico texto dialogado

    adscrito a la tradicin simposaca del siglo XVI espaol en el que aparece como

    interlocutor un bufn (Gilot) que puede ponerse en conexin con Castaeda, el bufn de

    la obra de Hidalgo. Es obra plagada de motes, equvocos, apodos, pullas y relatos

    jocosos, adems de mscaras, invenciones y motes poticos, elementos literarios que

    caracterizan tambin una obra de pasatiempo como la obra de Hidalgo.

    En el Renacimiento espaol, la forma del dilogo simposaco adquiri su plena

    vigencia con los dos Coloquios del convite que, junto con otros dilogos de Pedro

    Meja, ven la luz en 1547; el sptimo de los Coloquios satricos (1553) de Antonio de

    Torquemada; el cuarto de los Dilogos de philosopha natural y moral (1558) de Pedro

    de Mercado titulado De la cena; y varios de los 35 dilogos que integran la Agricultura

    cristiana (1589) de fray Juan de Pineda. En la lnea de los dilogos simposacos de

    Meja, Torquemada y Mercado quiz se mantuviesen las Cenas sorianas que afirma

    haber compuesto Pedro de Navarra, obra perdida.67

    Los coloquios de Meja estn divididos en dos momentos, como el Convivium

    religiosum de Erasmo. En el primero de ellos, mientras se concierta y prepara la comida

    que tendr lugar al da siguiente, se disputa sobre la licitud de los convites y los

    66

    Vase A. Vian Herrero 1999: 25, para quien el autor hace una seleccin amplia y fiel de pasajes de El

    Banquete o Los Lapitas de Luciano, pero reorganiza formalmente el modelo: suprime, amplifica o aade

    material y, a veces, adapta el orden de la obra original. La stira menipea tambin dej su huella en otro

    banquete, en este caso francs, Le Moyen de parvenir de Broalde de Verville (circa 1610). Segn Michel

    Jeanneret 1991: 228-237, este symposium y cena filosfica es realmente slo un symposium a fuerza de la

    inversin pardica. Si los amigos de Scrates celebraron los poderes espirituales de Eros, el amor est

    slo presente en Le Moyen en trminos de carnalidad y sexo. El mito del hermafrodita es reescrito, pero

    en un registro obsceno. 67

    Manejo las siguientes ediciones: P. Meja, Dilogos o Coloquios, ed. A. Castro, Madrid, Ctedra, 2004,

    pp. 283-380; A. de Torquemada, Obras completas, I, Madrid, Biblioteca Castro / Turner, 1994, pp. 446-

    448; P. de Mercado, Dialogos de philosopha natural y moral, Granada, Hugo de Mena y Rene Rabut,

    1558, ff. 83v.-119v. [B.N.E.: R / 1025]; J. de Pineda, Dilogos familiares de la agricultura cristiana, ed.

    del P. J. Meseguer Fernndez, Madrid, Atlas, 1963-1964, vols. 161-163, 169 y 170 de la B.A.E. Sobre

    estos coloquios vanse las indicaciones de M. D. Garca Snchez 1992: 144-151. Para las Cenas sorianas

    vase G. Cabello Porras 2008: 65-118, quien remite a Carta de Pedro de Navarra al Duque de

    Villahermosa (Viella, 9 de octubre de 1565), en donde se dice que Pedro de Navarra afirma haber escrito

    doce cenas de su renombre, llamadas las Cenas sorianas, porque la via se llama Santa Soria, que las

    seis dellas tratan de toda la philosopha natural y del ser, virtud e operacin de todo lo criado so el cielo,

    simple y compuesto con raros secretos y virtudes de la natura y de los efectos perdidos e imperfectos

    dellas E las otras seis tratan del origen, medios y fines de todas las leyes, religiones, sectas buenas y

    malas desde el principio del mundo hasta nuestro tiempo, que no se dir estril de horrores (ap. G.

    Cabello Porras 2008: 80-81).

  • 39

    preceptos que deben regirlos. Ya en el segundo coloquio, la conversacin trata sobre

    cuestiones de mesa. La discusin en torno al provecho que se deriva de la variedad en

    los alimentos cierra el convite68

    . La materia convival es tratada por Antonio de

    Torquemada en el cuarto de sus Coloquios, en donde defiende, por boca del licenciado

    Velzquez, la moderacin frente al exceso cortesano69

    . Segn l, resultan inadmisibles

    los niveles alcanzados por ciertos banquetes, donde el nmero de platos no baja del

    centenar. Por ello propugna, siguiendo el ejemplo de los antiguos romanos, que se

    estipulen leyes para limitar la suntuosidad y consiguiente caresta de productos tales

    como especias, manteca, miel o azcar, consumidas a menudo en lo que denomina

    comidas a la flamenca70

    . Aunque los personajes tratan cuestiones de mesa, no debe

    adscribirse este coloquio dentro de la serie de dilogos simposacos, dado que la

    conversacin no se desarrolla en el marco del banquete, sino durante un paseo por el

    campo. S, en cambio, debemos situar dentro del gnero la comida entre pastores del

    Coloquio pastoril de Torquemada, que sirve como interludio pintoresco y realista del

    proceso de amores de Torcato. Al terminar el convite, se cumple un elemento de la

    tradicin simposaca, la lectura de cartas, aunque estas se encuentran inmersas en el

    proceso de amores de Torcato y pueden entenderse a partir de la tradicin de la novela

    sentimental.

    Aunque es obra de filosofa natural y moral, de medicina, antropologa y teologa,

    varios de los Dilogos familiares de la Agricultura cristiana de Juan de Pineda

    conservan elementos simposacos en cuanto que se desarrollan en torno a una comida en

    casa de Filaletes, el interlocutor principal (dilogos I, III, VI, XIV, XIX, XXVI), o en la

    de Policronio (dilogos IV, VIII y X). As, por ejemplo, en el primero de los dilogos se

    tratan rpidamente cuestiones tpicas del gnero, como los temas de conversacin en los

    convites y cuntos han de ser los convidados71

    . Ms interesante parece el coloquio de

    Pedro de Mercado, no slo por la presencia del convite y personajes tpicos del gnero,

    68

    Sobre la posible fuente de Erasmo vase A. Castro 1977: 144-145. Como apunta este estudioso, las

    coincidencias en lo concerniente a la ordenacin y reglas de los convites pueden deberse a que tanto

    Mexa como Erasmo lo hubieran tomado de una misma fuente comn: Plutarco, Aristteles, Apuleyo,

    Marco Varrn, Aulo Gelio o Macrobio, entre otros muchos. 69

    Colloquio que trata de la desorden que en este tiempo se tiene en el mundo, y principalmente en la

    Christiandad, en el comer y beber, con los daos que dello se siguen, y qun necesario sera poner

    remedio en ello (ed. cit., pp. 325-340). 70

    Similares ideas sobre los convites las encontramos en la obra de Pedro de Medina, Libro de la Verdad

    [1554], pp. 303a-304a. 71

    J. de Pineda, Dilogos familiares de la Agricultura cristiana, pp. 29a-31a y 31a-33b (B.A.E., 163).

  • 40

    sino por los elementos ficcionales que introduce en el dilogo De la cena, cuyo extenso

    ttulo funciona como argumento paratextual:

    Dilogo quarto de la cena, en el qual Laurencio y Nicolao combidados a cenar por vn

    cauallero llamado Antonio, se lleuan de industria a Joanicio medico: con propsito de

    sacarle auisos, de bien comer y beuer, para conseruacion de la sanidad. Donde se haze

    comparacin de todos los manjares, y se declara quales son las mejores yeruas y

    legumbres, los mejores frutos, las mejores aguas, y mejores vinos, las mejores carnes y

    pescados: y la orden medicinal, que conuiene guardar, en el vso y preparacin de todos

    estos manjares: con munchas dudas de grande aprouechamiento para nuestra salud.72

    Los comensales trazan una burla o engao al mdico y filsofo del convite,

    Joanicio, antes de que llegue a casa del anfitrin Antonio, con el fin de que el mdico d

    consejos sobre salud y diettica. Laurencio, comensal que funciona como personaje no

    invitado, en principio, y verdadero akletos del banquete, describe a Joanicio como

    donoso, y gran contador de historias y advierte que con tal engao nunca ms lo

    veamos por nuestras casas, si no fuere a conuersacin, que esta tiene muy agradable. El

    anfitrin del banquete insiste especialmente en el deseo de que Joanicio trate los asuntos

    previamente establecidos, dejando claro el aspecto donoso del mdico: Comamos y

    beuamos, pues tenemos necesidad de ambas cosas, que despus daremos nuestro voto.

    Passe a esta parte el seor Joanico, porque podamos todos gozar de l en esta cena, y

    est apercibido, que esta noche toda la historia a de ser medicinal, y aqu le

    franqueamos lo dems, por gracioso que sea (fols. 86v.-87r.). El propio Joanicio, a

    travs de un aparte, rpidamente se da cuenta de que se estn burlando de l: No puedo

    creer sino que de acuerdo se an juntado estos seores a burlar de m (f. 87v.). Da la

    impresin de que Joanicio acta, en parte, como bufn del convite, pues se convierte en

    el principal entretenimiento y motivo de burla de toda la cena.

    72

    P. de Mercado, Dilogos de philosopha natural y moral, f. 83v.

  • 41

    I.2.2. OTRAS