urrutia and villalobosruminott

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    [CouthoredarticlepiblishedinRevistaDe/rrotaRvol.1,n1(Santiago,2008).3-27]

    Memoriasantagonistas, excepcionalidadybiopoltica en lahistoria social

    popularchilena

    miguelurrutiaf.&SergioVillalobos-Ruminott

    Yonoreniegodeloquemetoca,yonomearrepientopuesnotengoculpa,perohubiera

    queridopodermejugartodalamuerteallenelpasado,otodalavidaenelporvenirque

    nopuedoalcanzar,yconestonoquierodecirquepongoallorar,squehayqueseguir

    navegando,siganexigindomecadavezms,hastapoderseguir,hastapoderseguir,o

    reventar

    (SilvioRodrguez,Odaalageneracin)

    I

    El hecho rotundo de que los proyectos revolucionarios no hayan sido

    completamentederrotadosenelsigloXX,planteahoyunaseriedepreguntasrelativasal

    lugar de esa herencia en la invencin de nuevas luchas populares. De ah que una

    memoria social liberada de la melancola resulte tan crucial, tanto para las ciencias

    socialescrticas,comoparalasizquierdasradicales.Setratadedesmitificarlamemoria

    asumiendo que su potencia comprende tambin el olvido y el procesamiento de la

    prdidacomoalgomsquepurodespojo.

    Nocabedudaquesustancialesefectosdejusticiabuscadosporlasrevolucionesse

    basanenelcontrariodelaprdida:laacumulacindefuerzasqueasegureneltriunfode

    lasmayoras; pero no hay que perder de vista que este es solo un umbral. Antes de

    cruzarlo, conviene asumir que nos hemos amparado en el relato de la prdida sin

    jugarnostodalamuerteallenelpasado,nitodalavidaenelporvenir.Yquemsbien

    lohemoshechoenlaesperanzadequealgndalahistorianosrestituyalatotalidaddela

    existencia, nos acoja en su espritu absoluto revelndonos los por qu de nuestros

    padecimientos,ynosentreguealaplenituddelsentido.Sienverdadqueremosheredar

    las luchas revolucionarias, debemos perder la vergenza de nuestra precariedad,

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    cambiarleelsignoyponerlaatrabajarsobreelmsacucianteproblemarevolucionarioy

    desdeelsigloXX,antifascista:laproduccindediferenciasirreconduciblesalosestados

    demasas.

    La revolucin nopuedeser sino permanente, pero esto nodepende solo de la

    violenciaconqueseconstruyeunnuevoorden,sinoderelacionessocialeshumildemente

    preparadasparalaprdidadecertezas,abiertasaundevenirminoritarioentendidocomo

    aquellafibradeexperienciaqueabandonaelhogarseguroyvaalencuentrodesupropia

    precariedadconstitutiva;nocomogestoheroico,o,mejor;comounherosmoantagnico

    alrelatoburgusdeunsujetosoberano,dueodetodo,propietariodesmismo,amode

    suslogros,mandantedelahistoriayfundadordelsentido.

    As, toda memoria que busque potenciar determinadas herencias, tiene que

    aceptarlaincompletituddelaexistenciayextraerdeellalafuerzaquenoshagaseguir

    navegando.Unciertoolvidodeseslafuerzadepazquelasmemoriasrevolucionarias

    estndesafiadasaproducir.Siporelcontrario,enlaprdidasoloseadviertenlosefectos

    de la barbarie enemiga, se terminar levantando muros narrativos de herosmo

    inexpugnable, atrincherndose en conceptos y supuestas lealtades que no son sino

    tumbasytraicinalcambiosocialradical.

    Sabemos que la costumbre y a veces el negocio acadmico- de entender los

    enunciados tericos como bloques monolticos de sentido, est empujando conductas

    incluso fratricidas. Detener esta tragedia implica paranosotrosasumir que lamemoria

    revolucionariaesthoyurgidadeabolirsupropiacontradiccinentre:(a)suafincamiento

    histrico material en las formas-de-vida humildes, y (b) la bsqueda populista opartisana-denuevos soberanos (muchas veces dentro de esasmismas formas-de-vida

    humildes). Enesto seencuentranya trabajandoalgunasmemoriasque han fisuradoel

    paisaje del Chile progresista -dominado por los oficiosos debates de la equidad y la

    inclusin- interrogndose por la relacin histrica entre la violencia de las luchas

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    populares (desorganizadas u organizadas) y la violencia del estado. En este sentido, y

    aunquenosoponemosacualquierprofesionalizacinde lamemoria,elpresentetrabajo

    arrancadelreconocimientoalahistoriografamarxistachilena,queunavezdesbordadala

    historiamoraldelaexplotacin,hacuestionadolasupuestaexcepcionalidadconqueel

    estado utilizara la violencia como mecanismo para reestablecer el derecho,

    aproximndoseademostrarquelaley,yelestadodederechomismo,seencuentranen

    todomomentofundadossobresupropiasuspensinviolentaimbricadaenlacontinuidad

    delosprocesosdeacumulacincapitalista.

    II

    Las dislocaciones poltico ideolgicas del connotado historiador Mario Gngora

    (que lo llevaron a apoyar el golpe de 1973 habiendo sido comunista en su juventud),

    respondentambinaunamentecomplejacapazdeabstraerycondensarunavastaregin

    del pensamiento poltico chileno: En la inacabable crisis del siglo XX, que puede ser

    miradadesdetandiversosngulos,hemosqueridosealarenesteensayotansolamente

    una,lacrisisdelaidea-deEstadoenChile:esdecir,ladeunanocincapitalparanuestro

    pueblo,yaqueeselEstadoelquehadadoformaanuestranacionalidad.1Estepostulado

    sobre la centralidad del estado en la historia poscolonial de Chile atraviesa el campo

    poltico-ideolgicoenvariadasdireccionesyhasidoelsubstratodelainterpretacindel

    golpe de 1973 como una excepcin no producida por las restricciones que la

    institucionalidadestatalimponealasdinmicassociales,sinopordesvosenelproceso

    evolutivodeaquellainstitucionalidad.

    Siguiendo a la filosofa poltica, designamos a este postulado como tesis de la

    excepcionalidad,2 la que ms adelante vincularemos con el llamado paradigma

    1Gngora,1981:138

    2Agamben

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    inmunitariodelapoltica.3Segnestatesiselderechosolosesuspendeenmomentos

    excepcionalesynicamenteparapoderdefenderse.Loscrticosdeestatesissostenemos

    encambioqueestasuspensinespermanente,porquedesdelasposicionessubalternas

    segeneranconstantesamenazas sobreelordendefendidopor elderecho,a las cuales

    esterespondeviolndoseasmimocondistintasintensidades;porejemplo,enelcaso

    chileno:(a)eltratodeterroristasalascomunidadesmapuchesenconflicto,(b)partedela

    represinalmovimientodeestudiantessecundarios,y(c) laintervencinmilitarizadade

    poblacionesdominadaspormicrotraficantes.Noesquetodala relacindelderechocon

    la sociedad sea una farsa. Mientras la transgresin de normas no implique un

    cuestionamiento al orden social imperante, el derecho se aplica persistentemente; por

    ejemplo:unhomicidapuedepretenderobtenerlapenamsbajaeinclusoalgntipode

    exculpacin,peroestapretensinestdentrodelderechoyporlotantolospreceptosdel

    derechosernaplicadosasucaso.Ahora,simuchoshomicidascreantalessentimientos

    enlapoblacinqueelordensocialseveamenazado,noquepadudaqueelderechose

    aplicar sin interrupcin a los homicidas solo hasta donde esto no entorpezca el

    reestablecimientodelorden.

    Est implcito en la tesis de la excepcionalidad que las instituciones polticas

    modernas evolucionan sintetizando los intereses de clases en proyectos nacionales

    integradores, demanera que cuando algngrupo impone violentamente sus intereses

    desafiando al bien comn, se configura el momento excepcional de una falla, cuya

    solucinnopuedesinoconsistirenunre-ajustedeesasinstitucionespolticasmodernas.

    Esteexcepcionalismoseconfigura,sinduda,comounanarracinideolgicadela

    historia del capitalismo, pero esto no quiere decir que constituya un mero reflejo derelaciones sociales objetivas. El pensamiento poltico excepcionalista ha sido a la vez

    resultadoycondicindeldesarrollocapitalista.Esensudimensinderesultado,queha

    expresadolascontradiccionesyanomalasdeesedesarrollo.Dehecholaexcepcionalidad

    3Esposito

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    aparece en la Repblica romana, como una manera de asegurar la continuidad del

    derechoensituacionesdeguerra(fundamentalmenteelestadodesitio); 4loquepuede

    sercotejadoconlacacaracterizacinqueGngorarealizadelestadochilenoysuguerra

    permanente

    ()enelsigloXIXlaguerrapasaasertambinunfactorhistricocapital:cada

    generacin,podemosdecir,viveunaguerra[incluyendo]laguerracivilde1891[y

    sin] olvidar la inacabable pequea guerra contra los araucanos [sic], con sus

    peridicas entradas en la selva y en los reductos indgenas, los incendios de

    siembras,losmilardidesdelapequeaguerra,queremataenunlevantamiento

    mayoren1880,quesolopuedeconsiderarsedefinitivamenteaplastadoen1883

    (Gngora,1981:9)

    Perohemosafirmadoqueelordendefendidoporelexcepcionalismocorresponde

    con el de la acumulacin capitalista y su promesa de bienestar; de modo que ms

    interesanteaunresultaconstatarque,paraGngora,elhroeestatalporantonomasia,

    noesunmilitar,sinoDiegoPortales,unmiembrodelestratodegrandesmercaderesque,

    golpeadoporlavidaylosnegocios,seabocaunaconstruccinautoritariayclasistadel

    estado chileno, o, dicho marxistamente: se aboc a la construccin de un estado

    propiamentetal(enforma)

    ()elrgimendePortalesnoeraimpersonaloabstracto,sinoqueelGobierno

    tenaqueapoyarseenunaaristocracia-ciertamenteunaaristocraciaamericana,de

    terratenientes, no de seores feudales-; pero esa clase debera estar sujeta

    obedientemente a1 Gobierno, por su propio inters en el orden pblico. Loimpersonalespropiodeunaburguesao deunproletariadoindustrial,nuncade

    unaaristocracia()Elrgimenportalianopresuponequelaaristocraciaeslaclase

    4Agamben

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    enqueseidentificaelrangosocial,ytodossusinteresesanexos,conlacualidad

    mora1depreferirelordenpblicoa1caos.(Gngora,1981:15-6)

    Aun si aceptamos que en los siglos XIX y XX tuvo lugar una construccin

    democrticarelativamentecontinua,stahabraestadosubordinadaalacapacidaddel

    estadoparaasegurarunordenadecuadoalosnegociosdelosaristcratasentantoque

    hombresdebien.Elbiendeestoshombresessindudaelcapitalqueposeenenforma

    privada, esdecir, altamente personalizada y de transmisinhereditaria, por lo que no

    cabeaquella oposicinentre aristocracia latinoamericana y burguesa impersonal. Esta

    ltimanoexistemsqueenlasesperanzasmeritocrticasdelossectoresmedios.As,la

    continuidadevolutiva esencargada por Gngora auna soberana compartidaentre los

    procesos jurdicos de constitucin del estado y la formacin de stock de capitales

    (privadosypblicos)adecuadosaldesarrollodelanacin.Gngorasientaaslasbases

    para una explicacin del golpe militar de 1973 en trminos de una transgresin

    excepcionalmenteprofundaaestasoberanaestatal-nacional

    SicontemplamosenunamiradadeconjuntoelperiodoqueenChilepensamos

    que se inicia en 1964, se percibe una diferencia muy fuerte con las dcadas

    anteriores. A la poltica ms emprica, a las combinaciones partidarias, a las

    tentativasdetratarelproblemadelainflacindesdepuntosdevistapuramente

    monetarios y fiscales, incluso a la tentativa de industrializacin marcada por la

    Corfo -de largo alcance, pero parcial- sucede otro momento histrico, que

    denominamosde las planificaciones globales. El espritudel tiempo tiende en

    todo elmundoa proponerutopas (o sea, grandes planificaciones) y amodelar

    conforme a ellas el futuro. Se quiere partir de cero, sin hacerse cargo ni de laidiosincrasiade1ospueblosnidesustradicionesnacionalesouniversales()Seva

    produciendo una planetarializacin o mundializacin, cuyo resorte ltimo es

    tcnico-econmico-masivo,nounalma.SucedenenChile, durante este periodo

    acontecimientosqueelsentimientohistricovivicomodecisivos:aslofueel

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    11deSeptiembrede1973,enqueelpassalilibredelarbitadedominacin

    sovitica. Pero la civilizacin mundial de masas marc muy pronto su sello. La

    poltica, gira entre opcionesmarxistas a opciones neoliberales, entre las cuales

    existeenelfondo la coincidenciade losopuestos,yaqueambasprocedende

    unamismaraz,elpensamientorevolucionariodelsigloXVIIIyde1oscomienzos

    delsigloXIX.(Gngora,1981:137-8)

    Gngora exhibe el argumento de la excepcionalidad en toda su extensin

    metafsica:lo corriente serala crisisde lainstitucionalidadysudecliveporefectosdel

    pensamiento revolucionario, sin embargo,esto nosera lonormal, pues,por debajo,

    subsistiraunordensoberanopujandoporrealizarelbiencomn.Estatesisdelgolpede

    1973 como marca de una excepcionalidad o anormalidad histrica, se ha abierto en

    abanicosobrelascienciassocialeschilenas,arrojandomaticesinterpretativosacercade

    losinstantesdetrasgresinyrestitucindelcursonormaldelanacin.

    Para Gonzalo Vial, por ejemplo, el golpe militar es el comienzo del fin de una

    excepcin cuyas caractersticas fueron: 1) la polarizacin engendrada por los planes

    globales inauguradosen los sesenta por laDemocracia Cristiana y radicalizados por la

    UnidadPopular(nacionalizacin,reformaagraria,etc.);2)lacrisisdeseguridaddebidaal

    fuerte incremento de la violencia poltica asociadacon la importacindel foquismoo,

    comoelmismoVialapuntaenunevidenteanacronismo,elguevarismo;3)laparanoiade

    unaderechaasustadaporlainsolenciadeunpopulachoexaltado;y,4)laimpostergable

    responsabilidad cvicadeunas fuerzas armadas legalistas pero llamadasa terreno para

    controlarestosexcesos.5

    Desde una valoracin liberal de derecha opuesta al autoritarismo portaliano,

    AlfredoJocelyn-Holtharepuesto,sinembargo,elmismofondoexplicativodeGngora:la

    oleada mesinico-revolucionarista iniciada en los 60, habra descompuesto incluso la

    5Vial

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    sensatezdelasclsicasfamiliascapitalistaschilenas,llevndolasareemplazarsufuncin

    de dirigencia social, por pautas de exitismo globalizado. Esta visin ha implicado una

    peculiar causticidad crtica del autor respecto de la llamada transicin chilena a la

    democracia, ya que noaprecia en sus responsables ninguna posibilidadde retomar la

    senda dirigente del patriciado nacional, antes bien, un pastiche de autoritarismos,

    fatuidad arribista y mal gusto generalizado. Para Jocelyn-Holt la excepcin chilena

    amenaza con hacerse permanente entroncandocon unhistrico dficit de capitalismo

    real.6

    III

    Porotraparte,losllamadosprocesosderenovacindelsocialismochilenotambin

    ocasionaronencuentrosconlatesisde laexcepcionalidaddelgolpe.Uncasoremarcable

    eseldelasociologapolticacultivadaporManuelAntonioGarretn.All,elgolpeaparece

    como una forma de corregir el clientelismo populista de una creciente cultura

    demandantedeEstadodesarrolladadesdelosaoscincuentaenelpas:

    La crisis y derrumbes democrticos, los regmenes autoritarios y las

    consolidacionesdemocrticascoincidenconladesarticulacindeunadeterminada

    relacinentreEstado,sistemaderepresentacinysociedadcivil,loquellamamos

    lamatrizsociopoltica,esdecir,conlosfenmenosdedescomposicin,intentosde

    rearticulacinydinmicasdesurgimientodeunanuevamatriz(Haciaunanueva

    erapoltica:9).

    Como ocurre con los sistemas de accin histrica en Alain Touraine, la matrizsociopoltica referidapor Garretn est sujeta a cambios, pero jams cesa de ser una

    determinada forma de relacin entre Estado, sistema de representacin y sociedad

    civil. As, la dictadura resulta ser claramente el punto de excepcionalidad en esos

    6Jocelyn-Holt

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    sistemasderepresentacin,almismotiempoqueunasuertede propeduticoparauna

    sociedadquesediriga,inexorablemente,alacrisis.Unaexperiencianecesariadefracaso

    quepermitirobtenercomoaprendizajelasclavesdeunapolticasecularizada-mesurada,

    realista,postclasista,modernizante- a la quedeber atenerseel Chile contemporneo.

    Todoelloademscomocondicindeposibilidaddelare-democratizacinnacional.Con

    estainterpretacin,nodebeextraarquesealaUnidadPopularlaquenoshayadirigido

    hacia la dictadura, la cual es percibida como necesaria disolucin de la vieja matriz

    populista. Pero este inevitabledesenlace tambin haraposible la construccin deuna

    nueva articulacin sociopoltica de postdictadura- en la cual la sociedad civil ser

    autnoma,protagnicayhorizontalaunospartidospolticostambinrediseadosparala

    ocasin.

    Engenerallosdiscursostransicionalestrasuntanunajustificacinprofundadela

    violenciaestatalcomoexcepcinque,aunquenofundaderechodirectamente,crealas

    condicionesparaquelosagentesdeesederechosuperensucrisisinterioryre-encarrilen

    sus procesosevolutivos. Para todosellos, el golpe fue el resultado de la convergencia

    entreunagotamientodelsistemaderepresentacinnacional,unasobre-ideologizacin

    delasociedadyunapolarizacindelamismaprcticapoltica 7.Porsupuestoqueestos

    son importantes elementos a considerar, como tambin debieran serlo las relaciones

    entreladerechachilenayelPentgono,lapuestaenprcticadeladoctrinadeseguridad

    nacional y las estrategiasdel containmentemanadas desdeel norte, y el agotamiento

    internodelcapitalismokeynesianoconsus30gloriososaosdecrecimiento,yelinicio

    delalargafasedescendenteconsunecesariaflexibilizacindelpatrndeacumulacin

    nacionalponiendolaspromesasdedesarrollogeneralizadoenunperdurableparntesis.

    7Sonmuchaslasinterpretacionesquecompartenesteesquema,peromencionemossloalgunas:NorbertLechner. La democracia en Chile (Buenos Aires: Ediciones Signos, 1970). Manuel Antonio Garretn:Reconstruirlapoltica.TransicinyconsolidacindemocrticaenChile(Santiago:EdicionesAndante,1987).GarretnyTomsMoulian:Anlisiscoyunturalyprocesopoltico:lafasedelconflictoenChile:1970-1973 (Costa Rica: Ediciones Centro Amrica, 1978). De los mismos autores: La Unidad Popular y el conflictopolticoenChile(Santiago:EdicionesMinga,1983).Paraunanlisisdelsistemapartidario,verdeMoulian:La forja de ilusiones (Santiago: ARCIS-LOM, 1993). De Eugenio Tironi. La Torre de Babel (1984).EspecialmenteelcaptulointituladoElquiebrede1973.Tambin,PaulDrakeeIvanJasik(compiladores):Eldifcilcaminohacialademocracia(Santiago:FLACSO,1993).

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    Y, en un plano local, la paulatina desarticulacin de la disciplinada relacin de

    representacindelossectorespopularesporpartedelospartidospolticostradicionalesy

    laprdidadeeficaciadelainterpelacinautoritariahaciaestossectores,queempiezana

    cansarse de los sostenidos abusos por parte de una clase poltica auto-referencial

    (nepotismoaberrantequegozadebuenasalud),autoritariayoligrquica.

    PerolapropiaadministracindelatransicindemocrticaenChilehademostrado

    quenoesliviandadnifaltadeinteligencialoqueocasionaelprivilegiodelasexplicaciones

    excepcionalistas del golpe. Con un realismo -del que los crticos suelen mofarse, sin

    advertir que unaparte importantede lapoblacin chilenahaaprendidoadesearlo- se

    opt por el anlisis de variables sobre las que poda proyectarse alguna capacidad de

    intervencin. Probablemente el excepcionalismo transicional chileno reconozcaque los

    desajustes internosde laUnidad Popular y la izquierda, no fueron causasuficiente del

    golpe, pero es de lo que ms directamente podan hacerse cargo quienes resultaron

    derrotados en aquella experiencia. En medio de tal derrota, el imperialismo, los

    dispositivoscontrainsurgentes,olahegemonadelosgruposeconmicosenalianzaconel

    capitaltransnacional,pasaronaconstituirdatosdebaseenelanlisispolticodeestos

    intelectuales,formasimperecederascuyamencinselesfuehaciendoinnecesariayhasta

    naif.

    Adems, en lamemoria deestos intelectuales consta que, con mayoromenor

    fuerza,formaronpartedeunaoleadaquecuestionlainstitucionalidadpolticamoderna

    subordinandosuanlisisaldelaeconoma,quedescreyporlotantodelademocracia

    considerndola un epifenmeno de intereses clasistas objetivos. As, en un captulo

    central de La conflictiva y nunca acabada construccin del orden deseado,sugerentemente tituladoEspecificando lapoltica,NorbertLechnerexpone la ruptura

    con los automatismos y los determinismos histricos, propios no solo del marxismo

    burocrtico,sinotambindelastecnocraciasneoliberales.

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    guerranegadaporelexcepcionalismo,pero,lostiemposrequeridosparasubasificacin

    popular,imposibilitaronresolverlasinmediatasasimetrasdeloscombates.Allnosolose

    sacrificaronmuchasvidasapesardelocual,labasificacindelaguerraverificavances

    sinloscualesnopodranexplicarselosestallidospopularesdelosochentas-sinoquelo

    hicierondemaneras tan atroces,que tornaronaun ms inconcebible para las nuevas

    especificaciones de la poltica- un ntimo vnculo entre aquel presente dictatorial y el

    pasado democrtico. De esta manera, la democracia y su institucionalidad poltica

    modernapasarondeserconsideradaslapeorformadegobierno,conexcepcindetodas

    lasdemsalamximaconquistadelaevolucinentrelossereshumanos,encuyoaltar

    podanypuedensersacrificadastodaslasdemsconsideraciones:

    Paraquealamayoradelagentenolaavasallelaglobalizacinhayquetenerun

    Estado[y]unmomentoenquelagenteserepresentaralEstado,yesosellama

    partidospolticos;queseanundesastreono(...)esoyaesotroproblema(...)Lo

    quesucedeactualmenteenBrasilesporquesecreunpartido.Paraquelagente

    nosematarasecreelEstado,yparaqueelEstadonocontrolaratodo,secrearon

    lospartidospolticos.(...)eselproblemaquetienehoylasociedadcivilArgentina,

    quedicequesevayantodosQusevayantodos?Ylosreemplacequin?(...)

    esoloentendiChiapas[donde]laprimeradelas21[demandas]eraelecciones

    libres (...) pensemos en el caso boliviano (...) nunca haba ocurrido enAmrica

    Latina que hubiera una mayora de indgenas en el Parlamento, eso es porque

    tomaron en serio la idea de partido, porque tomaron en serio la idea de

    Parlamento,deCongreso,dedemocraciaburguesa()Todoelresto,elbasismo,

    no les creo nada, como tampoco creo en una afirmacin solamente del

    mesianismopolticopartidario.

    10

    10

    Garretn,ManuelA.trascripcinnorevisadaporelautordesuintervencinenelseminario ONGsyCooperacinInternacional:LosDesafosdelEscenarioActual,PalacioArizta,SantiagodeChile,16y17deenerodel2003.

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    GarretnespecificaaquelhobbesianismoyaadelantadoporLechner;esanocin

    fundacionalde lamodernidaddondeloprimeroqueloshombrestendranencomn(su

    comunismoprimitivo)eslacapacidaddedarsemuerteunosaotros(Paraquelagente

    nosematara secre el Estado). Eneste punto surge la conexin con el anunciado

    paradigmainmunitariodelamodernidad.

    IV

    Segn las miradas humanistas provenientes del siglo XVI, la mutacin cultural

    desarrolladaapartirdeentonceshabraimplicadopasardesdeelantiguodestinotrgico,

    ydesdeelmedievalcentramientoenlaprovidencia,alaapropiacinsocialdelasfuerzas

    histricas.Peroestaapropiacindelahistoriaimplicabatransformarelvnculoentrelos

    sereshumanos,sumidoshastaentoncesenunaindiferenciacincomunitariaincapazde

    generarfuncionestilesalcambiosocial.Enmediodelasexpectativasdespertadasporla

    modernidad,sustericospolticosavizoraronelfilocaticoyviolentodelasimplevida-

    en-comn, la comunitas; que, de ciertomodo,pervive en el basismo nombradopor

    Garretn.

    AunenlaconsideracinantihobbesianasostenidaporRousseaurespectodeuna

    naturalezahumanabuena,stasepervertiraconsuentradaenlasrelacionessociales;las

    queestaranentoncesoriginariamentecargadasdeviolencia.Asseconfiguralanecesidad

    de otra violencia, legitimada jurdicamente y organizada estatalmente, para contener

    aquellaviolenciaoriginaria.LavidahumanadebeserprotegidaporlaLey,peronosetrata

    delavidahumanaensumodoespecficodeexistencia(delgriegobios,ovidaformadaen

    lapolis,oformas-de-vida),sinodelavidabiolgica(delgriegoZoe,ounidaddevidadeuna especie, o vida desnuda (nuda vita)) del individuoque debe ser inmunizado de la

    comunidadenlaqueestobligadoavivir.

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    Segn Roberto Esposito, en la interpretacin moderna que Giambattista Vico

    realiza de Las traquinias de Sfocles, la confrontacin entre violencia comunal y

    violencia jurdico-estatal, quedara presentada en la lucha de Hrcules contra Neso el

    Centauro

    Contra el caos y ladesmesura deunmundosin forma, Hrcules fija barrerasy

    lmites que encauzan la violencia indiferenciada. De este modo, a la originaria

    turbatiosanguinisalacomunidaddelasmujeresyalaconfusindelassemillas-

    lesucede ladistincinnecesaria paraque seconstituyala autoridad poltica()

    Slo cuando los hombre se inmunizan del contagio de una relacin sin lmites

    pueden dar vidaaunasociedadpoltica ()Apartir deentonces, lahistoriadel

    hombre se desenvuelve en la dialctica irresuelta entre los dos polos

    contrapuestosdecaosyorden,identidadydiferencia,comunidadeinmunidad

    (Esposito,2005:65)

    La leyno puedehacersecumplirsinomedianteesa violencia queha sido puesta

    bajosucuidado.Sedesignaentoncesalparadigmamodernocomoinmunitario,porque

    pretendeneutralizarlaviolenciaconviolencia,yporqueelprincipioquelegitimaaunade

    estasviolencias, nopuededefenderse decualquier violencia exterior a l sin dejarde

    suspenderse.

    Sostener que el derecho amenazado no puede defenderse sin desbordarse a s

    mismo, requiere considerar la nocin jurdico-poltica fundamental de soberana. Del

    modomsgeneral,seentiendeporsoberanalacapacidaddedecidirporsmismoyno

    simplemente escoger entre alternativas ya dadas; sociolgicamente se tratara de laaccinencuantomargenquedesbordalasituacin.11Enamboscasoselnudosepresenta

    al definir el locus de esta accin soberana; el pensamiento moderno lo sita en la

    conciencia subjetiva,mientrasque elpensamientocrtico radical lo sitaen laagencia

    11

    Depola

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    15

    colectiva. Las recriminaciones recprocas son por ahora irrebasables: a la filosofa de la

    conciencia se le critica su ethos individualista, mientras que a la nocin de agencia

    colectivaselereprochadiluirtodoenlasituacin.Perocomosea,elderechorequierede

    unsoberanoquelofundeydefienda,assealavoluntadgeneral,peroestesoberanono

    puedesertalsipermaneceentodomomentodeterminadoporlanormatividadvigente.A

    esoimputamosqueenlasteorasantagonistasseaprecieunavigorosa,aunqueimplcita,

    oposicinentrelasnocionesdesoberanayPoderConstituyente.Estaltimasefundaen

    la diferencia entre re-presentar y co-instituir el mundo; corresponde entonces a la

    actividadprcticaeinmediatamentepolticadelasagenciascolectivas. 12Lasoberana,en

    cambio,quedaligada,enelmejordeloscasos,a laproliferacindesujetosdederecho

    (protegidosporelderechoacondicindepermanecersujetadosasuviolencialegal),yen

    elpeor,alafiguradeldictador,comopersonajedecisivodeunaexcepcinquesuspende

    elderechoparasalvarlo dela imposicinunilateraldeinteresesporpartede ungrupo

    social,esdecir,delosefectosdelaluchadeclasesensentidoamplio.

    La historia concreta del paradigma inmunitariomodernomuestraque, al quedar

    basadaen lasoberanay noenelpoderconstituyente,ladefensadelavida,nopuede

    hacersesinunadosisdemuerte:

    Por ltimo Hrcules entra en furor al mancharse con la sangre de Neso el

    Centauro,enrigorelmonstruodelasplebesdedosnaturalezasdiscordantes,cual

    diceLivio, osea,entre los furoresciviles comunicalosconnubiosdelaplebe,yse

    contamina de la plebeya sangre, y de esta suerte muere (Esposito, 2005: 71

    citandoaVico,GiambattistaScienzaNuova,subrayadosnuestros)

    Esta muerte de Hrcules en Las Traquinias, puede considerarse como la

    oportunidaddeunanuevarelacinentrecomunitaseinmunitas, 13ocomoelinstantede

    12

    Negri13

    ElcomunismoenMarx.

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    16

    excepcinhistricaquedurahastalallegadadeunnuevoHroesoberanoencarnandoel

    orden.

    Resulta bastante claro que para gran parte del excepcionalismo chileno, la

    transicin es el nuevo hroe colectivo cuya tareapoltica fundamental consiste en la

    reposicin simblica deuna certidumbreque expulse almiedode lavida colectiva (se

    discute si esto incluye o no los efectos del proceso de modernizacin capitalista con

    arregloalnuevopatrnflexibledeacumulacinmundial).Particularmenteenlaobrade

    Lechner se percibe la conciencia lcida de que la poltica, como produccin de

    certidumbre, est siempre en una precaria condicin. Sin embargo, entender esta

    precariedadcomolmitedelapoltica,esunaopcin,asuvezpoltica,quereconducea

    Lechnerhaciaunainquietudporelordenderesonanciastanmetafsicascomoenelcaso

    deGngora:

    Elordeneslaencarnacindelavida.Eselser.El sersepresentabajoformade

    ordenynopodemosconcebirlosinocomoformaordenada.Elordeneslavida

    enfrentada a la muerte [...] Por el horror al abismo, el orden se llena de

    esperanzas. Fueradel ordennohay salvacin; los cambios sehacendentro del

    orden [...] El ordenes seguridad: lavida esno-muerte, elordenesno-caos. La

    seguridadeslodado,lofinito,lopresente.Laseguridadganaalmiedo.Paratener

    seguridad hay que desterrar el miedo. Para tener orden hay que destruir el

    desorden. La vida mata a la muerte.A travs de la muerte. El orden tieneque

    matarparavivir,parasobrevivir(Laconflictiva73).

    V

    LaspropiastesisexcepcionalistasdeclaranquedesdemediadosdelsigloXX,

    lassensacionesypensamientosdelasociedadchilena(nosololosdelaintelectualidad

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    universitaria) bascularon hacia una radicalizacin cuestionadora de la institucionalidad

    poltica.Lahistoriografamarxistacontribuyaeseclinamen,mostrandolaimbricacin

    deldesarrollopolticoinstitucionalchilenoconsusprocesosdeacumulacincapitalista.

    Peroyahemosvistoque los anlisisexcepcionalistasarticuladosdespusdel golpe, no

    necesitaronnegarestaimbricacin;simplementelaimpusieroncomoelsustratonatural

    de la nacin, o la consideraron inabordable para las nuevas especificaciones de la

    poltica.14 Esta ltima actitud, ha sido considerada, sin ms, como una traicin por la

    mayorpartedelpensamientomarxistachileno,postergandoas,tantounaexplicacinde

    lascondicioneshistricasquelahicieronposible,comounaautocrticaalarelacinentre

    teorayfacticidadverificadaalolargodelproceso.

    En medio de la proscripcin acadmica del marxismo, se hizo prcticamente

    imposibleencontraruntonoparaquelasautocrticasdefondonofueranconsideradas

    unaformadehacereljuegoalenemigo.Hastahoy,muchossientenquelalealtadconlas

    memoriasdeluchaanterioresalgolpe,consisteenresguardarelusoylajerarquadesus

    categoras clsicas.Uno de los intentospor traspasar estas constricciones, es el que

    condujo a la formacin de lacorriente conocida comoNuevaHistoria oHistoriaSocial

    Popular. stapresentados caractersticas contradictorias: (a) laheterogeneidad desus

    nocionesepistemolgicas,metodolgicasypolticas(siempredentrodelasizquierdas),y

    (b) lareferenciacentralaltrabajodeGabrielSalazar.Desdecomienzos de los ochenta,

    estehistoriador alter algunostrminosde la crtica alexcepcionalismo,mostrandono

    sololasdeterminacioneseconmicassobrelapoltica,sinolaanterioridadde lasfuerzas

    socialesrespectodelasjurdico-estatales

    ()yanoesposiblepensarChileslocomoderivacindeclinantedeunsupuestopasado clsico, descalificando las fuerzas creadoras radicadas en cada presente

    14

    Porlltimo,ChiletieneunlmitetalvezimpasablefrentealaofensivacontraelEstado.Estepashatenidoquedefenderalolargodetodoestesiglologanadoterritorialmenteenelsiglopasado,frentealospaseslimtrofes.EstorequieredeunapolticaexteriorydeunasFuerzasArmadaspoderosas;setratadeundeberqueestporencimadetodoclculoeconmicoydetodaideologaindividualista.(Gngora,1981:137)

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    vctimasdoloridasde laacumulacin capitalista y sujetos activosde suredistribucin

    estatalmentemediada.

    Enseguida,MaraAnglicaIllaneshendielparadigmadelaconcienciaproletaria

    al demostrar que la resistencia de los pobres a la proletarizacin implic conductas

    disfuncionales al capitalismo bastante ms irreductibles que aquellas posteriormente

    fundadasenlacontradiccinganancia/salario. 16Salazarademsaportevidenciadeque

    estaresistenciasefundprincipalmenteen ladimensindesobrevivenciaproductivade

    lospobres,ynoensusujecinhacendalalpatrn.Sediluyeaslaluchadeclases?:solosi

    semanejauna pobrenocin deella.Salazare Illanesmuestran una especificidadde la

    lucha de clases en Amrica Latina, donde la introduccin de relaciones capitalistas

    moderno-perifricasharesultadosereltechoynoel suelosoportanteparaeldesarrollo

    de la cooperacin productiva, fuente histrica fundamental para antagonizar con el

    principiodecompetenciacapitalista.

    En paralelo, la idea de unapolticapopularpropuestaporMarioGarcscomo

    nuevaclaveparaleerelpasodelsigloXIXalXX,17vinoamostrarquelainterpelacinyla

    disputaporelestadodesdelasclasessubalternas,sehizoalmenosenprincipio-por

    mediosdistintosalosdelapropiainstitucionalidadestatal.Garcsderivasunconcepto

    depolitizacinmsamplio,comprendiendoeljuegocompletoentrelasinterpelaciones

    clasistasalestadoylosdesplieguesautorreferencialesdelasociabilidadpopular.Heaqu

    unacuestindemximarelevancia,yaque,comoveremosenseguida,unadelascrticas

    deizquierdaactualmentedirigidasalahistoriasocialpopular,sostienequestahabra

    distrado almovimiento popular del estratgicoproblemadel estado.Garcs instala la

    heursticadeunadisputanoestatalporelestado,procesosquesinperderdevistaloquesepuedehacerdesdeelestado,dejanensegundoplanoladelegacinyrepresentacin

    delpoderdesbrozandoeseespacioparaelacontecimientoconstituyente.18LoqueGarcs

    16

    Illanes17

    Garcs18

    Supra

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    20

    haceentoncesnosintensiones-esdarpiaunagenealogapositivadelPoderPopular

    porelquelmismovienebregandodesdelosaossesenta.

    Por nuestra parte, aquilatbamos estos enfoques al mismo tiempo que el

    excepcionalismopostulabaeltriunfodelNOen1988comoexpresinparadigmticade

    losmovimientossocialeschilenos.19Sesostenaquelosactoressocialeshabansurgidoal

    hacerseautoconcientesdesusinteresesmsgenerales(pasodelmomento reivindicativo

    alpoltico)ydesarrollarunalgicademandantededemocracia.Culdemocracia?.Erala

    preguntaenquealgunosconfiaronparareactivar concienciasdeclaseenestosactores

    populares.20 Sin embargo, ya se entrevean aqu, dos sociologismos falsamente

    confrontados: el de la accin social entendida como despliegue de un sentido

    subjetivamente fundado; y el sociologismo seudomarxista de una conciencia de clase

    directamenteproducidaporinteresesobjetivos.Enamboscasossetomacomopuntode

    arranque a subjetividades idnticas a s mismas, constituyendo un centro lgico que

    supuestamentelesaseguracapacidadesdeactuarestratgicaycoherentemente.

    Enlahistoriasocialpopular,nosotrosencontramosunescapeatalessociologismos

    delaaccin(sindesconocerqueensunivelmeramentedescriptivo,ellosreproducanun

    estadorealdecosas).Lanuevahistoriasocialchilenaidentificabafuerzasdelargoplazo

    que, noobstante, estaban en condicionesde ser actualizadas medianteuna adecuada

    gestin revolucionaria. Lo tericamente interesante consista -segn nuestra

    comprensin-enquelasfuerzassocialesidentificadasporlahistoriasocialpopular,no

    requeran partir de ninguna lgica trascendental, de ningn sentido subjetivo

    preconstituido,paragenerarencuentrosyarticulacionesdesubjetividadesimprevisibles,

    ritmos y territorios muy distintos a aquellos en los que comenzaba a cimentarse latransicin.

    19

    Touraine,Garretn,Camperopormencionaralgunasfigurasdeunciertocrculo,yPatricioRivas,RobertoMorenoyNelsonGutirrezeditorialterranova20

    TodalaIzquierdaRevolucionaria,exceptoelMJLqueapostporunasubjetivacinexpresivadelosjvenes,aunquelosresultadostampocofueronmuydiferentes.

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    Pero toda nuestra lectura de la historia social popular implicaba ya algunas

    tensiones.Juntoanuestrasexpectativas,planteamosnuestrosreparos.

    Yerros y el humo de la academia, determinaron que esos reparos fueran mal

    recibidos,oderechamentenorecibidos.Llegamosaconsiderarquelanuevahistoriasocial

    chilena no acabara su ruptura; la vimos naufragar en consensos superficiales que

    evidenciaban,anuestrojuicio,lanecesidaddemayoresesfuerzostericosyderefuerzos

    directosdesdelasmilitanciasnuevasehistricas.

    VI

    Diez o quince aos despus -permanentemente reenviados a la historia social

    popularpornuestrosestudiosacercadelantagonismo-noshasorprendidoquedemandas

    similaresalasnuestras,estnderivandoenunciertoolvidodelasconcepcionesconlas

    que la Izquierda Revolucionaria cuestion los preceptos jurdico-contractualistas,

    estadocntricosyexcepcionalistasdelapolticatradicional.Esparanosotroselcasodel

    destacado historiador Sergio Grez, cuyas investigaciones sobre la formacin del

    movimientopopularchilenoenelsigloXIXy,msrecientemente,sobreelanarquismoen

    Chileson,sinduda,contribucionesrelevantesparafustigarelexcepcionalismochileno.El

    ao2005apareci,sinembargo,unartculodeGrezdedicadoacomentarlasformasde

    narrarlahistoriadelossectorespopularesy,msacotadamente,sobresusdiferencias

    conlaprcticahistoriogrficadeSalazar. 21Elcentrodeladisputaestara,segnGrez,en

    lasdiferenciasentre suconcepcinde lahistoriapopularcon poltica incluida y lade

    Salazar,queestaraenfaltadepoltica.

    Estetipodeconsideracionesalinteriordelahistoriografamarxista,hansidoya

    discutidas poniendo en juego relaciones de centro y perifria, o de dominacin y

    21

    EscribirlahistoriadelossectorespopularesConosinpolticaincluida?Apropsitodedosmiradasalahistoriasocial(Chile,sigloXIX). Poltica,volumen44(otoo2005):17-31.

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    subalternidad,tanntidascomolassostenidasentrelasformacionessocialesdelaIndiae

    Inglaterra.Alrespecto,elmarxistaindioRinahitGuhaobserva:

    Hobsbawm ha escrito sobre la gente pre-poltica y las poblaciones pre-

    polticas. Usa este trmino una y otra vez [] y lo que entiende por tales

    expresiones(lacursivaesma)quedaclaroenlasiguientefrase:Elbandidoesun

    fenmeno prepoltico y su fuerza es inversamente proporcional a la del

    revolucionarismoorganizadoyaladelsocialismoocomunismo.Yencuentraque

    las formas tradicionales del descontento campesino hanestado virtualmente

    desprovistas de cualquier ideologa, organizacin o programa explcitos. En

    general, la gente pre-poltica se define como los que todava no han

    encontrado,oestnjustamenteempezandoaencontrar,unlenguajeespecficoen

    queexpresarsusaspiracionessobreelmundo.(Guha:100)

    Enlapginaanterioralarecincitada,Guhaesbozaunaexplicacindeloquel

    consideraelerrordeHobsbawmyotroshistoriadoresmarxistaseuropeos:

    El error deriva, por lo general, de dos nociones casi intercambiables de

    organizacin y poltica. Lo consciente se supone en esta perspectiva que es

    idntico a lo que est organizado en el sentido que tiene, en primer lugar, un

    liderazgoconsciente,ensegundolugar,algnobjetivobiendefinido,yentercer

    lugar,unprogramaqueespecifica[sus]componentescomoobjetivosparticulares,

    ascomolosmediosparaalcanzarlos[]Lamismaecuacinseescribeavecescon

    lapolticasubstituyendolaorganizacin.Paraaquellosquelousan,esterecurso

    ofrece la ventaja especial de identificar la conciencia con sus propios ideales ynormaspolticos,deformaquelaactividaddelasmasasquenocumplenestas

    condiciones puede caracterizarse como inconsciente, y por lo tanto prepoltica.

    (99.subrayadonuestros)

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    Como desde Chile lo ha sealado Ral Rodrguez,22 los principales detractores

    internos de Guha son historiadores militantes, o ex militantes, del Partido Comunista

    indio,querechazanlaprdidadecentralidaddelproletariadoclsicoenlostrabajosdel

    GrupodeEstudiosSubalternosde laIndiafundadoporGuha.Lacategoradesubalterno

    tomada de Gramsci, encuentra un claro correlato latinoamericano en la de oprimido

    trabajada por Paulo Freire, y ambas pueden ser anudadas por lo que quisisemos

    denominarcomounahuellaMaritegui/Maosta23que,enoleadasdedistintamagnitud,

    trabajlasfuerzassocialesdelarevolucinmsalldelaformacinhistricaparticular

    sancionadaporMarx,buscndolasprecisamenteenaquellossegmentosplebeyosqueno

    logran ser incorporados a la formacin social supuestamente dominante (campesinos

    chinosoindgenaslatinoamericanosporejemplo).Conceptualmentesetratadelapoltica

    comoinsurgenciadeabajohaciaarriba,ungestionamientodelcaosinformeeinorgnico

    que subvierte el excepcionalismo almostrar la continuidad clasista de la guerra en el

    estado de derecho, pero sobre todo al reconocer como fuerza primera de tal

    confrontacin antagnica a la Communitas, o esa turbatio sanguinis que ya Vico

    identificaba con la plebe. Pero solo se trata de fuerzas bsicas, en ningn caso de la

    poltica revolucionariamisma. Esta ltima s implica descubrir y gestionar lo informe y

    desorganizado que subyace y desborda la organizacin social. Nos parece que Guha

    habitaestahuella,mientrasquelareaccindelPCindio,escomparablealacrticade

    Salazar realizada por Grez. Este ltimo, refirindose al libro Labradores, peones y

    proletarios,seala:

    Eneste libronoestn las luchas polticas, econmicas o ideolgicasde los de

    abajo. Consistentemente, Salazar dej de lado la intervencin popular en las

    asambleas,guerrasciviles,eleccionesypartidospolticos,participacinmuyrealenesesiglo(aunqueamenudosubordinadaalaselites).Tampocomencionlas

    22

    Rodrguez23

    Laexpresinhuellaseutilizaaqu-enelsentidopropuestoporJacquesDerrida-comounefectodesignificacintachada,esdecir,quehacereconocibleunaparticularidadhistricasinapelaralapresenciadeningncentrosignificante,lahuellaesunnombrequenosecierraenunaidentidad,sinoquesediseminaenunamultiplicidadyasinorigenalquerendircuentas.

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    organizaciones ni las ideologas y postulados polticos en que se apoyaron los

    trabajadoresparaconstruirsusproyectosyconquistarsusreivindicaciones;slo

    tangencialmente aparecen algunas de sus peticiones colectivas frente a las

    autoridades y los patrones. La dimensin movimientista y poltica del pueblo

    llanonoesconsideradaenLabradores,peonesyproletarios(22-23).

    Despus de reiterar el esquema estndar de cmo la historiografa evolucion

    desde el conservadurismo de los historiadores tradicionales, hasta elmarxismo de los

    historiadores obreristas, y cmo en los ochenta, gracias a una nueva generacin de

    jvenesinvestigadores,seconstituyunaltimaetapadeestatrayectoriaenlahistoria

    socialpopular;GrezsealacmolainfluenciaimpolticadelaEscueladelosAnalessus

    criteriosgeneralistasydelargoplazo-,reapareceran,porsobrelahistoriografasocialde

    laescuelainglesa(E.P.Thompson,EricHobsbawm,etc.)en laconcepcinindiferenciada

    del pueblo llano que est en el corazn del libro de Salazar. En el fondo, Salazar

    cometeraunerrordeapreciacin.Sudecisinderescataralosolvidadosdesiemprees

    aplaudida y celebrada; sin embargo, al desconsiderar las relaciones entre el mundo

    popular y el mundo que Grez entiende como el de la poltica efectiva, Salazar

    hipostasiara,romantizaraydesatenderalahistoriamatizadadeunossujetoscolectivos

    quenoestabanalmargendelainterpelacininstitucional,lugarenelquesedefiniran

    susluchas,reivindicacionesyconquistas:

    Laresistenciapopularalaproletarizacinyalasubordinacinseexpresanenesta

    obra [Labradores] bajo las formas de rebeldas primitivas (como la huida, el

    nomadismo,elbandidaje,la cangallaminera, losdesacatosindividuales,etc.)o

    mediante el desarrollo de la empresarialidad popular [] Sin embargo, cabepreguntarse si los proyectos individuales de vida, la camaradera y la rebelda

    peonal (aun suponiendoque esta fuesemasiva, permanente y nomatizada por

    actitudes y estrategias de acomodo y subordinacin) constituyen por s solas

    expresionespolticas(23).

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    Elsupuestoolvidovoluntarioporpartede Salazardela dimensinpolticadela

    sociedadpopularnosera,segnGrez,unsimplecasodearchivoincompleto,sino,ms

    delicadamente,deincapacidadparatrascenderunciertoromanticismoenlavaloracin

    delasrebeldasprimitivas.Sinembargo,ancuandoelmismoGrezreconocequepara

    SalazardichasrebeldasnogeneraronunproyectoslidoyalternativoalEstadonacional,

    sino una negatividad sin proyeccin, todava: [l]a vida rebelde en s contendra

    recompensassensualeslosuficientementegrandescomoparanoaspiraralapolitizacin

    plenay continuar,encambio,una rebeldaquedeacuerdoconesaopcin debieraser

    eterna,segn sededucedel planteamientodeSalazary desu concepcinmicrofsicay

    descentralizadadelpoderdifusoydispersoenlasociedadynocentralizadoenelEstado

    comocristalizacindelahegemonadelaclasedominante)(24).Casidemsresultadecir

    queGrezverificaaquunacoincidenciafundamentalentrelahistoriografadeSalazarylos

    mal tratados- trabajos de Foucault; lo que a nuestro juicio habla de una extensin

    particulardelahuellamaritegui-maosta.

    Ms all de las atribuciones ignorantes que suelen hacerse, Foucault jams

    secundlaideaposmodernadequeyanoexistiranpuntosdecondensacinenlasluchas

    contra el poder. En tanto intelectual de izquierda, Foucault fue elms humilde de su

    generacin;nopresupusoqueladisciplinaenqueseformfueralallamadaaresolverlos

    grandes problemas de la poltica revolucionaria. Desde la filosofa escribi libros

    transdisciplinariosrigurosos,complejos,eruditos,y,muchasveces,exuberantessobre la

    formacindelassubjetividades;perobuscardirectamenteenellosunprogramapoltico

    revolucionario,haconducidoenocasionesalrencorylamalafe,inclusocuandosonledos

    conojosdistintosalosdelhumanismomoderno.Losrendimientospolticoradicalesdeesta humildad en el pensar foucaultiano, quedan normalmente de manifiesto en sus

    intervencionesmenosprofesionales,susentrevistas,susdilogosconmilitantesyotros

    intelectuales;comocuandoconversandoconDeleuzeplanteaba

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    ...siseluchacontraelpoder,entoncestodosaquellossobrelosqueseejerceel

    poder como abuso, todos aquellos que lo reconocen como intolerable, pueden

    comprometerseenlaluchaalldondeseencuentranyapartirdesuactividad(o

    pasividad) propia. Comprometindose en esta lucha que es la suya, de la que

    conocen perfectamente el blanco y de la que pueden determinar el mtodo,

    entranenelprocesorevolucionario.Comoaliadosciertamentedelproletariadoya

    que, si elpoder se ejerce tal como se ejerce, es ciertamente para mantener la

    explotacin capitalista. Sirven realmente la causa de la revolucin proletaria

    luchandoprecisamentealldondelaopresinseejercesobreellos.(foucault)

    AFoucault le falta nicamenteenfatizarquesiseluchacontra el poder como

    abuso,sehacedesdeotropodereventualmenteantagonistaquenoestcondenadopor

    siemprealanegatividad,peroqueparasortearlarequierequesueventualtriunfopoltico

    revolucionariolomantengalejosdelabuso.Larevolucinnoeslasuperacindialctica

    delabuso,sinoeleternoretornodelaluchaensucontra.

    Esademsefectivo,comodiceGrez,quedesdeunaconcepcin delpoderdifusoy

    dispersoenlasociedad ynocristalizadoenelestado,sepuedededucirlapropuestade

    unarebeldaad-eternum(altisonanciassiempreevitadasporFoucault);pero,enlahuella

    que intentamos desbrozar, esta propuesta apunta justamente a lograr que el conflicto

    socialtrasciendalaescalareivindicativa,sepoliticenaslasbasespopulares,ylohagan

    desde s mismas, templando su poder constituyente, organizndose sin dejarse

    burocratizar.LahermosaformulacindeGrezsobrelaeternituddelavidarebeldeque

    aflora en el Labradores no tendra entonces por qu oponerse al desarrollo

    organizativo de las luchas de clases, sobre todo cuando las revoluciones del siglo XXmostraron que la conquista de la igualdad y el bienestar popular, no se aseguran

    superando dialcticamente la rebelda social, sino elevndola a una nueva potencia

    poltica(otroelementofundamentaldelahuella).

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    VII

    Lodecimosdesdeelbordeyconsinceridad:losylashistoriadorastienenmenos

    razonesque Foucaultparaserhumildesrespectode larelacinde sudisciplinacon la

    polticarevolucionaria;peroestndesafiadosaasumirlocongenerosidad,deotromodo,

    normalmente terminan hipotecando esta potencia en anlisis sociolgicos de escaso

    valor;vasecomoejemplolosiguiente:

    []laperspectivadeGabrielSalazar[]ligaciertasprcticassocialeseindividuales

    desectorespopulareso,msbien,marginalesaunproyectorebelde,prcticas

    que uno podra identificar,bajounamiradamoralista burguesa, como los vicios

    vigentes en los sectores marginales: la sociabilidad de la droga, del alcohol,

    desercin educacional, narcotrfico, etc. Salazar tiende a ver all algn tipo de

    resistencia.Yesjuntamenteelmismotipoderesistenciadelossectorespopulares

    delsigloXIXquedibujaenLabradores,peonesyproletarios,basadaendesbandes

    delasexualidad,excesosdebebidas,bandidaje,etc.,().MeparecequeSalazar

    ofreceunmodeloderesistenciapopularqueunopodrahacercalzarsinmayores

    modificaciones en los grupos marginales contemporneos, en este sentido uno

    podra preguntarse en qu medida se efecta aqu una labor crtica?, no se

    ofrecen ms bien las bases de un conformismo efectuado en una ficcin de

    resistencia?,qupodramosesperardeunsectorquereafirmasusprcticasde

    siempresabiendoahoraquesonrevolucionarias?Amijuicioesestojustamentelo

    que necesita la actual estrategia del poder para seguir funcionando y

    reproducindose sin problemas y sin oposicin: que los sectoresmarginales noveansuvidacotidianacomolaexpresindelosefectosdeladominacin,dela

    explotacin,sinocomoprcticasautnomas,rebeldes,porlasqueserealizaraun

    proyectodelcualnosonconscientes.(Aravena,2007:8)

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    Dadoquelasdiseminacionesdelahuellamaritegui-maostanoaseguranningn

    progresopoltico,desdehacemuchohemosadvertidolanecesidaddegestionarencontra

    desufolclorizacinsobrelahistoricidadpopular,peroocluirelanlisisdetalhistoricidad

    del modo moralista burgus anunciado -y jams abandonado- por este autor, no

    encuentraningunaexplicacineneldesarrollodealgunapoltica.Nosepuedeconfundir

    laluchacontralamiseriadelmundo,conunaluchaeuro-dieciochescacontraelcarcter

    rebelde de las formas de vida humilde. Es ms, aun con sus vacilaciones y recadas

    ciudadanistas, lahistoriasocialpopular,hacontribuidoarecordarnosaquellahuella

    mayor en la que Marx inscribi la sociedad comunal del futuro, cuyas mujeres y

    hombresnopodransersinohumildesyrebeldes.

    Apesardeloanterior,sehallegadoadecirquelanuevahistoriahaocasionadoun

    daoinclusoviolentoalmovimientopopularchileno;resultadoporlodems,de una

    crticafuribundaalahistoriasocialypolticadelmundopopular.24

    Sin teora, sin esas armas de la crtica propuestas por Marx, la potencia

    historiogrficacorreelriesgodenaufragar.CuntaraznledamosalrecincitadoIgor

    Goicovich si su interpelacin se refiere a la desconsideracin en que la historia social

    popular ha mantenido el papel de las orgnicas revolucionarias en el desarrollo del

    movimiento popular antidictatorial. Pero, cmo olvidar que estas orgnicas se

    constituyeron en los sesenta criticando prcticas de la izquierda tradicional

    completamente silenciadas por sus historiadores oficiales. La crtica del MIR al

    burocratismoestalinistayalderivadoreformismodelPC,fuesindudafuribunda,yqu

    decirrespectodelobrerismoabstrusosustentadoporcierto trotskismodealmabella.25

    As, las demandas de lamemoria revolucionaria a unhistoriador exmilitante del MIRcomoSalazar,nopodransinopartirdesurupturaconlascomplacenciasymecanicismos

    24

    RegistrodeaudioexposicindeIgorGoicovichIIIJornadasdeHistoriaSocial,20deseptiembrede2006.25

    LarelacinentreeltrotskismoyelMIResextremadamentecompleja.Desdedentroydesdefuera,ycadaunoasutiempo,hatenidolarazn:losjvenespenquistasquerompieronconuntrotskismoancladoaunaconcepcinindustrialistadelproletariado;y,mstarde,lostrotskistasqueentreotroscomoelpropioSalazar-intentarondetenerelaparatismoyelreformismoarmadodeladirigenciaexteriormirista.

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    del reformismo historiogrfico. Esennombre deesta ruptura -ynoen sucontra- que

    podraimpugnrselelainvisibilizacindelasorgnicasrevolucionariaschilenas.26

    Conalgncomplementoterico,tantolahistoriasocialpopular,comolosnuevos

    detractores,podrancomprenderqueelproblemadelamemoriarevolucionariaytodas

    sushuellasnoestanto,otansolo,eldeunanarracinajustadaalaparticularidadde

    algnmovimientopopular,sinoeldelacalibracindefuerzasquepuedansustentarloen

    cualquier futuro. La historia social popular, junto con enfatizar algunos logros

    autonomizantesdelmovimientopopularydelasizquierdasrevolucionarias,hadescrito

    lasposibilidadeshistrico-materialesdecumplirconsusdesafos.

    Lahistoriografamarxistahamostradocmoelpueblopuedeendeterminadas

    circunstancias-romperelmiedonaturala larepresin,identificar intereses,organizarse,

    desarrollarestrategiasdeaccin y programas decambio social; nohay porque oponer

    esta tradicin a una nueva bsqueda historiogrfica de fuerzas que destruyan la

    burocratizacin interna de estos procesosorganizativos, la oligarquizacin intelectual y

    materialdesusdirigencias,ylasinfinitasformasconquelaslgicasdelcapitalcooptany

    recuperanensupropiobeneficioloscambiosimpulsadosporlasluchaspopulares(loque

    DeleuzeyGuattaridenominanaxiomatizacincapitalistaosobrecodificacin).

    Es esta necesidad de volver a empuar las armas de la crtica -como algo

    complementarioaltrabajoenlosarchivos-laquelateenelllamadoaLaPolticarealizado

    por Grez, sin embargo, su respuesta sigue un camino convencionalmente conocido,

    muchomspropiodelliberalismoquedelasmemoriasrevolucionarias

    26

    Yaunconextremocuidado,yaquenopordemasiadotiempopuedenmantenerseseparadaslahistoriadeluchainnegablementeheroicadelamilitanciainternaylahistoriaintelectualmuchasveceslamentableymicrofascista-delasdirigenciasexteriores.Dehechohipotetizamosqueesestoltimoloqueinhibeaunapartedelahistoriasocialpopularparaincorporarconsecuentementeeltemadelasorgnicasdelucharevolucionaria.

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    crticosdelanuevahistoriaydelahuellaquehemosvenidotratando.Laautoradenuncia

    queelextravagantefenmenodelmaosmointelectualfrancs27recaeprofundamente

    enloquedicecombatir:laideadeunsujetosoberano,que,enelcasodeldilogoentre

    Foucault y Deleuze citado ms arriba, correspondera con los trabajadores. As, para

    SpivakLareferenciaporpartedeDeleuzealaluchadelostrabajadoresresulta,deigual

    modo,problemtica;setrata,evidentemente,deunagenuflexin.28Gestoqueimpedira

    a los autores darse cuenta que en su propio discurso el sujeto emprico, el sujeto

    intencional,el yoinclusive,debenasumirseconstantementeenclculosradicales.Todo

    loqueSpivakquieredeciraqu,tienerelacinconellugarqueelconceptodeideologa

    pasaaocuparenesahuelladelaquehemoshablado.

    Yaque estos filsofos parecenestarobligados a rechazar todos los argumentos

    que nombren el conceptode ideologa, al considerarlos esquemticos ms que

    textuales, de igual manera se ven obligados a establecer una oposicin

    mecnicamente esquemtica entre el inters y el deseo, cuando su catacresis

    inevitablementetrasminahaciaelterrenoemprico.Portanto,estospensadores

    sealineanconlossocilogosburguesesquellenanellugardelaideologaconun

    inconscientecontinuistaoconunaculturaparasubjetiva()

    Efectivamenteladiseminacinfrancesao sesentayochistadelahuella(quellevay

    traedesdelosmovimientosdeliberacin),entraaunaconcepcindelpoderenelquesu

    atributo fundamental es crear el mundo y no solo ocultrselo engaosamente a los

    dominados; pero no se trata de una denegacin, sino de un nuevo y potente flanco

    abiertoencontradelaideologaylasconstruccioneshegemnicasdominantes;algodelo

    cualelpropioHorkheimeryahabadadolcidacuenta

    27

    Spivak:28

    Spivak:761

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    predicamento bastante diferente de la autodiagnosticada transparencia del

    intelectualradicaldelPrimerMundo.

    ParanosotrosesbastanteclaroqueformulacionescomolasdeMaoiniciandola

    fallida revolucin cultural, las de la educacin popular, las de la investigacin accin

    latinoamericana,olasdelosestudiossubalternos,dejanunplanoabierto(esahendidura

    deloinasibleenel lenguaje)queindicalacontinuidaddelapoltica;puesnadiehadicho

    queporformularellugardelaplebeenelsaber-poder,lapolticaquedayacolmada.Es

    estoloquelosnuevosdetractoresdelahistoriasocialpopularsobrepujan.Aligualque

    Spivakcuandotomaladiseminacinsesentayochistacomounaconcepcindelapoltica

    revolucionariaconpretensionestanintegralescomolasdeMarx,tratandodeenganchar

    esta diseminacin con un post-marxismo que le es, en verdad y a ltimo trmino,

    bastanteextrao.32

    Es necesario aquilatar la experiencia triste de Debrays junto a la guerrilla

    latinoamericana,paracomprenderquenoesfalsamodestia,sinounmnimodelucidez,lo

    que lleva a la intelectualidad francesa de Izquierda Revolucionaria distinto al caso

    italiano-haciaunarupturamsacotadaasuprofesindefilsofos,ynoalordengeneral

    deLaPolticacomohabahechoMarxenlascondicionessignificativamentedistintasdel

    sigloXIX.

    32

    La agencia de clase total (si existiera tal cosa) indica Spivak- no constituye una transformacinideolgicadelaconsciousnessanivelcero,unaidentidaddeseosadeagentesylosinteresesdestos,osea,la.identidadcuyaausenciapreocupaaFoucaultyaDeleuze.Esunasustitucincontestataria,ascomounaapropiacin(uncomplemento)dealgoque,paraempezar,resultaartificial:condicioneseconmicas,ascomo de existencia que separan su forma de vida. Las formulaciones de Marx muestran un respetocauteloso por lanacientecrtica al individuo ya laagenciade la subjetividad colectiva.Elproyectoparaformar una consciousness de clase y la transformacin de la consciousness son, para l, procesosdiscontinuos.Elanlogoactualseralaalfabetizacintrasnacionalcomoopuestoalpotencialmovilizadordelculturalismonoexaminado.Demaneracontraria,lasinvocacionescontemporneasalaeconomadelalibido,ascomoeldeseo,aligualqueelintersdeterminante,combinadosconlapolticaprcticadelosoprimidos (bajo el capital socializado) que hablan por s mismos, restauran la categora de un sujetosoberanodentrodelamismateoraquemsprofundamenteparececuestionarlo.

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    IX

    MientrasenChileGrezblandeelconceptodeLaPolticasinconsiderarsusplanos

    siempre incompletosy, deestemodo,permanecems cercade las reacciones tipoPC;

    Spivak aborda esta incompletitud sin nombrar La Poltica. Uno de sus problemas

    compartidosconsisteenimputarlealasnocionesdelpoderdescentradolapretensinde

    unapolitizacin inmediata.Porelcontrario,advertimosqueautorescomoFoucault,con

    suconceptodebiopoltica,oDeleuze&Guattari,coneldemicropoltica,einclusoSalazar

    coneldeCienciaPolticaPopular,noaspiranaunadefinicingeneraldeLaPoltica,sino

    que describen determinadas inflexiones histricamente acontecidas en ella y las

    consecuenciasprcticasensuoperatoriageneral.

    Biopoltica,micropoltica,cienciapolticapopular,nosonentonceslosnombres

    actualesdelapoltica,sinodescripcionesdellugarqueenellaocupanlasrelacionesde

    poder historizadas. Precisamente porque estas relaciones estn diferencialmente

    distribuidas en todo el plexo social (efectivamente con condensaciones, pero no

    nicamente en el estado como indica Grez), es que resulta insatisfactorio identificar

    completamentealapolticaconellas.

    DeahqueDeleuzeyGuattarihayanasumidolosriesgosypagadociertoscostosal

    plantearunateoradeldeseocomodevenirminoritario;noparacompetirconMarxysu

    ideadelaluchadeclasescomomotordelahistoria,niconFoucaultdiciendoeseldeseo

    -no el poder- lo que crea al mundo, sino para sealar que esta creacin tiene una

    posibilidad revolucionaria en la descomplejizacin, la simplificacin, la desconstruccin

    conreglasconcretamenteplebeyasdelosestratosdelsaber-poder,desusreparticiones,asignaciones y clasificaciones. Las reglas deben ser concretas porque no se trata de

    desechar toda nocin de orden, sino nicamente aquellas que nos atan a identidades

    dolorosas.Las reglasdebenserconcretasporquenosetratadeabandonarelsmismo,

    sino de aprovechar su carcter precario -la finitud de una existencia prometida a la

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    muerte-dotndolodesingularidadmediantelavidaencomn.Endefinitiva-ymsallde

    devaneos nticos- slo hay poltica cuando hay deseo, y solo hay deseo cuando hay

    humildad, es decir, cuando un conjunto organizado de fuerzas psquicas, sociales y

    naturales difiere de s mismo exponindose al contagio de lo otro en tanto que pura

    diferenciaynocomoinacabableespecificacindefuncionesespecializadas.Entalsentido,

    nos parece que una gran integracin de este punto de vista con el de la crtica a la

    ideologa, puede encontrarse en las definiciones de la poltica propuestas por Jacques

    Rancire

    El proletariado no es una clase sino la disolucin de todas las clases, y en eso

    consiste su universalidad, dir Marx. Es preciso dar a este enunciado toda su

    generalidad. La poltica es la institucin del litigio entre clases que no los son

    verdaderamente. Verdaderas clases: esto quiere decir -querra decir- partes

    reales de la sociedad, categoras correspondientes a sus funciones. [Demos y

    proletariado] unen al nombre de una parte de la sociedad elmero ttulo de la

    igualdaddecualquieraconcualquiera,porlacuallasclasessedesunenyexistela

    poltica.Launiversalidaddelapolticaesladeunadiferenciaensdecadapartey

    del diferendo como comunidad. Ladistorsin que instituye la poltica noes en

    primerlugarladisensindelasclases,esladiferenciaconsigomismadecadauna

    que impone a la divisin mismadel cuerpo social la ley de la mezcla, la ley de

    cualquierahaciendocualquiercosa.(Rancire,1996:33-34.Subrayadosnuestros)

    Elordenquecreaalasclasessociales lohacesobrelaficcindequeexistiran

    grupossocialesconfuncioneshomogneasyalosquecabraportantounaretribucin

    aritmticamente calculada (tomarsupartedelosbeneficiosy loscostos).Yadesdelapolislosaristoi(mejores)revelansufusinefectivaconlos oligoi(ricos),alafirmarquela

    regla aritmtica debiese ser la del bien y no la de la persona, es decir, que las

    retribucionesnodebiesenser proporcionalesa cadapersonasinoa los bienes decada

    quien,estolo justificanconlaoposicinbientajantequeseparaaloshombresdotados

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    del logos de los animales limitados al solo instrumentode lavoz (phon).Lavoz,dice

    Aristteles[]sirveparaquelosanimalesindiquen(semainein)sussensacindedoloro

    deagrado;33ellogosencambioeslapalabraquemanifiestaideas,ylamanifestacinde

    ideaseselrequisitobsicoparaejercerelmandoenlapolis.Laplebenoserapartedelos

    igualesporquesolotendrala vozynoellogosqueordenayquedaderechoaordenar.

    Peroestelogosestcorrodoporunacontradiccinprimordial.Hayordenenlasociedad,

    porqueunosmandanyotrosobedecen.Peroparaobedecerunaordense requierenal

    menosdoscosas:hayquecomprenderlayhayquecomprenderquehayqueobedecerla.

    Yparahacereso,yaesprecisoserigualaquiennosmanda.34esprecisocompartirel

    logosconlosquemandan.

    Pero el demos hace aparecer La Poltica cada vez que cuestiona esa regla

    aritmticadelosricosyproponereemplazarlaporunaaritmticadelapoblacin,casoen

    elqueapelaalaigualdaddetodossusmiembrosyenelquesucarctersupernumerario

    justifica reclamarel todo como suparte (paras todos, todo); demanera que alserle

    negadatalparte(eltodo),eldemossetransformaenLaParte(gruposocial)DeLosSin

    Parte, lo que no debe interpretarse necesariamente como desposesin y miseria

    absoluta.Hay polticacuando eldemosmovilizaunprincipio de igualdadpara irrumpir

    comoLaParteDeLosSinParte.Insistimosenqueestacondicinnodebeentenderseen

    elsentidomelodramticodelosquenotienenquperdermsquesuscadenas,sinoen

    eldelamuchedumbrequehacevisiblequelapartetomadanosecorrespondeconsu

    carcterdemuchasymuchos.ElproyectodelafilosofasegnRancire-consisteen

    conjurar esta poltica reemplazando el orden aritmtico por el orden divino de la

    proporcingeomtricaquerigeelverdaderobien,elbiencomnqueesvirtualmentela

    ventajadecadaunosinserladesventajadenadie.

    35

    33

    Rancire,1996:3334

    Rancire,1996:31|35

    Rancire,1996:29

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    Destacamostanespecialmentelaideaanteriorporquenosparecequecontieneel

    ncleode loqueporunosinstantemsseguiremosllamandoLaPolticadelcapitalismo.

    Ningn otro sistema social histricamente conocidohaba tomado tan radicalmente el

    encargo de demostrar a la sociedad que la desigualdad diferenciacin creciente de

    funciones y retribuciones- es la formams razonable para alcanzar elmejorbienestar

    posibledelamayorparteposibledelapoblacin.Elcapitalismopuedefuncionarcomo

    unaideologaengaosaymanipuladorainclusoparaunamayoradelahumanidad,pero

    para reproducirse le ha sido mucho ms fundamental el identificar una columna

    estratgicadelapoblacinmundialyconstituirlaenunejemploreal,efectivodequela

    desigualdad socioestructural puede -bajo tales condiciones de columna estratgica-

    generar elmximo deabundancia y bienestar social; esdecir, demostrar que elorden

    aritmtico,desumacero,enelquelagananciadeunosserealizaacostadelaprdidade

    otros, es completamente superable gracias a fabulosas innovaciones tecnolgicas

    acarreadasporlacompetenciaentreempresarios,hombresdenegocioso inversionistas

    privadosengeneral.Podemosentoncesagregarqueeseordendivinodelaproporcin

    geomtrica que rige el verdadero bien, finalmente fue trabajado por una ciencia

    herederadelafilosofamoral:laeconomacapitalista.

    PorotroladoRancireindicaqueNOhaypolticacuandoeldemosseasumecomo

    pueblo-nacindefinidoporlasoberanadeunestadoycompuestodesubpartes,cada

    unadelascualesreivindicaanteelsoberanosusderechosaunamejorpartedelosbienes

    (ms beneficios,menoscostos). Rancire propone paraesto un nombre aledao,pero

    distintoaldepoltica

    Generalmente se denomina poltica al conjunto de los procesos mediante loscuales se efectan la agregacin y el consentimiento de las colectividades, la

    organizacin de los poderes, la distribucin de los lugares y funciones y los

    sistemasde legitimacin deesa distribucin. Propongodar otro nombre a esta

    distribucin y al sistemadeestas legitimaciones.Propongollamarlopolica.[]

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    MichelFoucaultdemostrque,comotcnicadegobierno,lapolicadefinidapor

    los autores de los siglos XVII y XVIII se extenda a todo lo que concierne al

    hombrey sufelicidad. Labaja polica [represiva]noesms que una forma

    particulardeunordenmsgeneral[]Esladebilidadynolafuerzadeesteorden

    laqueenciertosEstadoshacecrecerlabajapolica.Esloqueatestigua acontrario

    laevolucindelassociedadesoccidentalesquehacedelopolicialunelementode

    undispositivosocialdondeseanudanlomdico,loasistencialylocultural.Enl,

    lo policial est consagrado a convertirse en consejero y animador tanto como

    agente del orden pblico [] la polica es en su esencia, la ley, generalmente

    implcita,quedefinelaparteolaausenciadepartedelaspartes[]lapolicaes

    primeramente un orden de los cuerpos [] que hace que tales cuerpos sean

    asignadosporsunombreatallugaryataltarea;esunordendelovisibleylo

    decible que haceque tal actividad sea visible y que tal otra no lo sea, que tal

    palabrasea entendida comoperteneciente aldiscursoy tal otra al ruido [] La

    polica no es tanto un disciplinamiento de los cuerpos como una regla de su

    aparecer,unaconfiguracindelasocupacionesylaspropiedadesdelosespacios

    dondeesasocupacionessedistribuyen(Rancire,1996:43-44)

    Podemosconcluirque,consideradaensmisma,larebeldanobastapara

    quehayapoltica,perotampocobastanlasdistribucionesdelpodersoberanoparahacer

    emergerunprincipiodeigualdadqueinterrumpaelordenpolicial.Sinpoderantagonista

    diversificado, sin el ad-eternum de la rebelda, sin la huella, sin memoria-heredara-

    inventora,sinpasinpornuestrapropiaprecariedad,sinhumildad,sinlaincertidumbre

    delsaber,sinlaviolenciacomunal,sinlatubariosanguinisplebeya,sinelcontagiodeuna

    relacinsinlmites,nopuedehaberpoltica.