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Arquidiócesis de Santo Domingo Arquidiócesis de Santiago Diócesis de Barahona Diócesis de Baní Diócesis de Puerto Plata Diócesis de San Pedro de Macorís Diócesis de San Francisco de Macorís Diócesis de Mao-Monte Cristi Valor del Mes: Fraternidad Lema del Mes: “Ámense como hermanos” (1 Pe 3,8) Plan de Pastoral Diciembre 2015

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Arquidiócesis de Santo DomingoArquidiócesis de Santiago

Diócesis de BarahonaDiócesis de Baní

Diócesis de Puerto PlataDiócesis de San Pedro de Macorís

Diócesis de San Francisco de MacorísDiócesis de Mao-Monte Cristi

Valor del Mes:

Fraternidad

Lema del Mes:

“Ámense como hermanos” (1 Pe 3,8)

Plan de Pastoral

Diciembre 2015

Créditos

Colaboradores:Ángela de León, José Ramón de la Rosa Figueroa, P. Valerio Baines Sanz, OAR, Pbro. Daniel Lorenzo Vargas Salazar (Arquidiócesis de Santo Domingo).

Coordinación: Eugenia López

Diagramación y Arte Final: Jesús Pérez

Portadas: John Williams Castillo

Impresión:Editora Amigo del HogarManuel María Valencia No. 4Santo Domingo, D. N., Tel.: 809.548.7594Para contacto Vicaría de Pastoral, Teléfono 809.682.0815, 809.221.3126, 849.622.1221, ext. 261 y 262Correo electrónico: [email protected]

Plan de Pastoral - Diciembre 2015

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Acción Significativa del Sector:

Aguinaldos y posadas animados por los jóvenes y adolescentes del Sector

Acción Significativa Familiar:

Preparar el “Nacimiento” en familia

Índice

Primera Parte:

Encuentros de Evangelización en el Sector . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4

Retiro de Adviento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .12

Acción Significativa del Sector:Aguinaldos o Posadas o Novena del Niño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .25

Acción Significativa Familiar: En familia preparemos juntos el Nacimiento o el Belén . . . . . . . . . . . . . . .38

Oración familiar para la Cena de Noche Buena y la comida de Navidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .39

Segunda Parte

Lecturas Diarias y Celebraciones Dominicales y de Navidad . . . . . . . . . . .42

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Ámense como hermanos

Primer Encuentro de EvangelizaciónSemana 1º. - 5 de Diciembre 2015

La fraternidad cristiana“¿Quiénes son mi madre y mis hermanos…” Mt 2,48

Ambientación: En el lugar de reunión ponemos los carteles correspondientes a este mes Diciembre, sobre todo el lema de la Fraternidad. Además ponemos un cartel grande en el que está escrito: Adviento, tiempo de fraternidad. También un cartel con unas manos unidas; estas manos son de personas de distintas razas, edades y sexos… Se pueden poner fotos de abrazos. Y la acogida debe ser afectuosa. Hoy debemos al final darnos un gran abrazo fraterno.

1. Cantos: Podemos cantar o escuchar todos los cantos que hablen de fraternidad, de ser y vivir como hermanos

2. Saludo y AcogidaEsta parte la coordina quien preside la celebración. Si se realiza en

una casa, el cabeza de familia de la misma da la bienvenida y el saludo a la comunidad. La acogida se hace con el abrazo fraterno y diciendo: “Bienvenido hermano, bienvenida hermana”.

3. Oración: Invocamos el Espíritu Santo. Luego rezamos el Salmo 133 (132).

4. Definiendo la fraternidadLa palabra fraternidad viene del idioma latino y significa HERMANDAD.

En un principio se refiere a los lazos de sangre que unen algunas personas porque tienen el mismo padre o la misma madre.

Después, con el paso del tiempo, el término fraternidad se ha extendido y ya no significa solo lazos de unión por la sangre, sino que también significa el lazo de unión entre las personas, basado en el respeto a la dignidad de la persona humana y en la igualdad de derechos de todos los seres humanos; es la expresión del alma que lleva a tener una buena relación con las personas, y allí desarrollan sentimientos de amor y afecto que parecen propios de los hermanos de sangre.

3. Escuchamos la Palabra de Dios: Romanos 8,14-17Silencio. Se vuelve a leer la lectura. ¿Qué entiendo por fraternidad

cristiana? ¿Qué dice este texto sobre la fraternidad? ¿De dónde nos viene el ser hermanos? ¿Con qué personas vivo la verdadera fraternidad? En mi familia ¿vivimos como hermanos?

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5. Canto: Juntos como hermanos… o Ven, ven, Señor no tardes, que es un canto de Adviento y nos habla de vivir como hermanos.

6. Profundicemos el temaLa fraternidad cristiana la podemos entender en dos sentidos

• La vida que llevamos dentro de la Iglesia y sus grupos;• Y también, cómo entendemos, explicamos y vivimos la fraternidad desde

la doctrina y conocimientos cristianos.

Partimos de las definiciones generales que hemos dado más arriba y tratamos de caer en la explicación cristiana.

La idea de Dios Padre está en muchas de las religiones, y a esa idea de Dios padre va unida la de madre o la de Dios con características maternales.

La fraternidad cristiana se basa en la fe que nos asegura y, además, nos hace experimentar que somos hijos del Padre Dios y hermanos los unos de los otros. Es algo de lo que nos presenta el texto de Romanos que hemos leído y reflexionado.

Así entendida, fraternidad significa pertenencia religiosa. Por este motivo, dentro de nuestros grupos eclesiales nos llamamos entre nosotros hermanos y hermanas. De aquí surge la pregunta ¿nos tratamos con fraternidad o ese hermanos y hermanas, muchas veces, se queda en unas palabras vacías?

La fraternidad es una gracia que nos viene de Dios y que se acrecienta con Cristo que es el Hermano mayor, “Primogénito de muchos hermanos” (Rom 8,29). Somos la familia de Cristo, somos su madre y sus hermanos porque escuchamos su palabra y compartimos su mensaje: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.» Jesús respondió: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.» (Lc 8,19-21).

Para vivir la fraternidad cristiana debemos estar muy unidos con Cristo. Si no estamos unidos al Hermano Mayor, no lo estaremos con los otros hermanos; y si no vivimos unidos entre nosotros, es una señal clara de que Cristo no es el centro de nuestra vida.

Da alegría saber que nuestras comunidades parroquiales, son lugares y experiencias de vida fraterna. Somos tentados a resaltar lo negativo y las contradicciones de esta fraternidad como el anonimato, las divisiones en grupos cerrados o en clan familiares, hasta en grupos que se oponen porque desean representarse a sí mismos como la auténtica comunidad o la verdadera parroquia; pero estos pecados no pueden ocultar la gran fraternidad vivida día a día por personas que viven no solo la pertenencia, sino el servicio de la comunidad y la ayuda mutua en la fe y en la caridad.

Si la fraternidad es un regalo, también es un compromiso que se realiza según la Palabra del Señor. Para un creyente, la fraternidad no se queda dentro de los límites de la Iglesia, pero siempre partiremos de la fe y de la paternidad de Dios.

Nosotros, como creyentes, fundamentamos la absoluta dignidad de la persona y de todos los hombres, en la existencia de un Dios que valora infinitamente a cada uno de los seres humanos que existen, han existido y existirán en la historia, porque es el Padre de todos y todas.

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Ámense como hermanos

La fraternidad es el don y el compromiso decidido de hacer de la historia del hombre una historia de amor. Y puesto que el hombre se descubre como persona a imagen y semejanza de Dios, la fraternidad es la historia de amor que el hombre va haciendo al vivir en relación con los demás. La fraternidad es la opción y el esfuerzo, que no se termina, por construir entre todos los hombres una relación de profunda amistad, respeto, de ayuda, en la alegría de sentirse queridos primero por Dios, sin condiciones, y en la esperanza y en la fe de que el amor tiene la última palabra de la existencia como tuvo la primera.

Para finalizar este tema y conectar con el siguiente contamos un cuento: Estamos en el año 5588. Los alumnos del Instituto, hoy visitarán el museo de las Palabras Olvidadas. El museo tiene muchas salas. Cada una está dedicada a una de las muchas palabras olvidadas que se exponen en el museo.

Un guía, por medio de palabras y medios visuales, explica el contenido de estas salas. La primera sala que les explica está dedicada a la palabra hambre. Los alumnos desconocen su significado, porque desde hace siglos no existe ninguna persona que pase hambre en ningún lugar del planeta. Por esa razón, la palabra ha caído en desuso, y al no ser utilizada, son muy pocos los que conocen su significado. El guía explica mediante lo que hay expuesto en la sala el significado de la palabra hambre, y les muestra imágenes de las grandes hambrunas que sucedieron en los siglos 20 y 21, donde miles y miles de niños, mujeres, ancianos y hombres morían por falta de alimento. Los alumnos siguen desconcertados la explicación, y quedan impactados. Nunca imaginaron que esas cosas pudieran haber ocurrido.

Terminado esto, van a una nueva sala dedicada a la palabra pobre y así sucesivamente. Al final de la mañana, casi ya terminado el recorrido, cuando ya han visto las últimas salas de la injusticia, la insolidaridad, la guerra, una joven del grupo levanta levemente la mano para preguntarle al guía lo siguiente: —Perdone, señor, si las personas de esas épocas tan antiguas eran de verdad Homo Sapiens (hombres inteligentes), ¿por qué dejaban que existieran en su mundo este tipo de palabras y realidades tan terribles?

Y el guía respondió: —Porque la inteligencia, cuando no es guiada por el amor y la compasión, puede llegar a cometer grandes maldades. Por eso nosotros hemos evolucionado, y ahora somos… Homo Frater (personas fraternas, personas con corazón).

7. Canto: Iglesia peregrina: Todos unidos formando un solo cuerpo… o, Cantando la alegría de vivir, lleguemos a la casa del Señor (nos habla de vivir como hermanos)

8. Reflexión de la comunidadDespués de estas aclaraciones, volvemos a hacernos las mismas

preguntas que hemos planteado al leer la lectura de la carta a los Romanos.Y también nos planteamos algunas de las preguntas hechas en la propia reflexión. ¿Cómo está la fraternidad en nuestros grupos parroquiales y comunidades? ¿Qué podemos y vamos a hacer para mejorarla? ¿Con qué

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grupo de personas humanas no me siento hermano o hermana? ¿Por qué? ¿Qué puedo hacer para cambiar esa situación? ¿Cómo comunidad aquí reunida, con quién o qué otro grupos vamos a vivir más en fraternidad?¿Qué palabras desearíamos que no existieran porque no existe su realidad?¿Yo soy una persona fraterna?

Canto: Señor Dios nuestro, qué admirable es tu nombre… (Salmo 8) (Este salmo nos habla de la dignidad de la persona). https://www.youtube.com/watch?v=bTU_KymH43k

9. Oración final. Todos se colocan en círculo. Se toman las manos. Estamos en tiempo de Adviento, que es tiempo de avivar la esperanza en Jesucristo, el Reino de Dios realizado. El vino hace 2000 años para hacernos hijos de su Padre y hermanos de toda la gente. A vivir así El lo llamó Reino de Dios.

Aunque tantas situaciones nos hablan lo contrario nosotros seguimos guiados por el Espíritu de Jesús trabajando y suspirando para que ese Reino sea una realidad. Por eso, cada uno y cada una diremos una esperanza que tenemos sobre la vivencia de la fraternidad. Todos responderemos. Ven, Señor Jesús.

Concluimos con la oración de san Francisco cantada o rezada.

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. Que allá donde hay odio, yo ponga el amor.

Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón. Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión.

Que allá donde hay error, yo ponga la verdad. Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe.

Que allá donde hay desesperación, yo ponga la esperanza. Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz.

Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría. Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar,

ser comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar.

Porque es dándose como se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,

es perdonando, como se es perdonado, es muriendo como se resucita a la vida eterna.

10. Gesto de la paz.El signo de la fraternidad es el abrazo, por eso nos damos todos un

abrazo de paz y después rezamos juntos el Padre nuestro, esa oración por medio de la cual nos llamamos hermanos y hermanas.

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Ámense como hermanos

Segundo Encuentro de Evangelización7- 12 de Diciembre del 2015

La fraternidad es universal

Ambientación: Podemos poner la misma ambientación que para el primer encuentro. Darle más importancia al signo de las diversas manos unidas. Ponemos un mapa del mundo o un globo de la tierra…

1. Cantos: Seguimos recibiendo a las personas con cantos de fraternidad, de amor, de hacernos hermanos…

2. Saludo y AcogidaYa tenemos costumbre en esto de la acogida. Como en el encuentro

anterior, la acogida es con un abrazo fraterno. Y diciendo: bienvenido hermano, bienvenida hermana….

3. Oración: Decimos todos juntos:Señor, enséñanos a ver detrás de cada persona un hermano. Alguien que

se esconde, con sus sufrimientos y sus alegrías. Alguien a quien muchas veces da vergüenza el presentarse tal como es.

Señor, haznos descubrir detrás de cada rostro, en el fondo de cada mirada, un hermano parecido a Ti, y al mismo tiempo diferente a los demás.

Señor, que tu Espíritu nos abra la mirada para tratar a cada uno a su manera, como Tú hiciste con la Samaritana, con Nicodemo, con Pedro... Tal y como lo haces con nosotros. Queremos empezar hoy mismo a comprender a cada cual en su mundo, con sus ideas, sus virtudes y debilidades.

Señor, que te veamos detrás de cada rostro. Señor Jesús, amigo y hermano, enséñanos a vivir cada día más hermanos. Amén

4. Introducción al temaEs en el espacio familiar donde vamos aprendiendo a asumir

responsabilidades. El cariño por las personas es fuente de nuestras alegrías profundas pero también de nuestras tristezas y preocupaciones más hondas. Lo que les ocurre a nuestros familiares no nos deja indiferentes, sus logros nos alegran y sus dificultades nos comprometen.

Contestemos estas preguntas:• En nuestras familias, ese compromiso que nace del cariño no se pone

en cuestión cuando andamos con dificultades económicas y de otro tipo. Tal vez pueda variar nuestra capacidad de respuesta en función de nuestra situación concreta pero, en general, permanece fuerte nuestro deseo de apoyar y ayudar a quienes queremos. Pero ¿quiénes son mis hermanos? ¿Con quién tengo que vivir la fraternidad?

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• Los católicos decimos muchas veces que no hemos nacido por casualidad, es Dios quien nos ha traído así y aquí; nuestros padres, cuando nos engendraron, no sabían qué ni cómo íbamos a ser nosotros, pero Dios ya nos conocía y nos quería como hijos. ¿Esto es solamente para los católicos o para toda la humanidad?

Si concluimos que es para todas las personas, estamos diciendo que toda la humanidad es hija de Dios y como consecuencia, todos los humanos somos hermanos. Como ven, en la introducción estamos partiendo de la conclusión de este tema.

El conocimiento, el contacto y la relación con los grupos más marginados y sufrientes del nuestra comunidad, país y hasta del planeta no nos puede dejar indiferentes. Porque ellos también son parte de la humanidad, son hijos de Dios, son nuestros hermanos. Los lazos de fraternidad nos impulsan a tomar partido, a hacernos cargo poniendo nuestro granito de arena para que su situación cambie, es decir, a ser solidarios.

5. Canto: Donde hay caridad y amor….

6. Escuchamos la Palabra de Dios: Mateo 25, 31-46En esta parábola ¿se habla en algún momento de fraternidad o de hermanos?

¿A quién llama Jesús sus hermanos? ¿Es Jesús nuestro hermano mayor? ¿Lo es de verdad? Entonces ¿sus hermanos son también nuestros hermanos? ¿Lo son de verdad o solo de nombre? ¿Los tratamos con fraternidad?

7. Canto: Como el Padre me amó… https://www.youtube.com/watch?v=_pnM9pPDbvo

8. Algunas aclaraciones sobre el temaDurante todo este año 2015 estamos reflexionando sobre la solidaridad y

la proximidad, a partir de la parábola del Buen Samaritano, donde el Señor nos invita a hacernos próximos al caído en el camino, al necesitado. En el cristiano no puede darse separado el pensamiento y la acción. Es verdad que hoy se habla mucho de fraternidad, y también de fraternidad universal, de todas las personas de la tierra. Pero normalmente el otro es hermano mientras no me moleste en mi comodidad.

Oímos y decimos muchas veces que nuestra vida es para el servicio, que la personas solo tiene vida cuando la entrega. Pero si miramos la situación mundial, que el Papa ha definido como la tercera guerra mundial hecha a plazos, vemos que demasiados millones de personas no tienen vida digna, y es cuestión de los cristianos, entre otros, de asumir la responsabilidad de llevar paz, y respuesta fraterna a esos necesitados.

Desde nuestra fe cristiana, no vamos a poder desarrollarnos ni dar sentido a la vida si no aceptamos a todas las personas como hermanas y hermanos dignos de amor y respeto total.

Desde hace mucho tiempo, a partir de la rapidez y cantidad de medios de comunicación, se dice que la tierra es “un pañuelo” y que todo y todos

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Ámense como hermanos

estamos intercomunicados. Nosotros decimos que la familia humana es la forma de todos los hombres. Como cristianos debemos trabajar por la fraternidad universal.

El cristiano que cree en la fraternidad sabe que construir un mundo humano es siempre una lucha permanente contra las injusticias, las desigualdades y los abusos. Pero está esperanzado porque sabe que es posible mejorar, a pesar de todo. Y esto pasa también por la política, sobre todo si la entendemos como la “organización sistemática del amor”, y tiene que pasar por ella si deseamos que llegue esa vivencia de la fraternidad a toda la humanidad.

Hablando como lo venimos haciendo, parece que todo esto nos queda muy lejos, que es un ideal, una utopía tan grande que podemos hacer muy poco para conseguirlo. No es así, para un cristiano, esta fraternidad universal se debe comenzar a vivir en el tú a tú de cada día, en el amor interpersonal y concreto; comenzamos por nuestra propia familia, por nuestros vecinos, organizándonos con ellos en juntas campesinas, de vecinos de barrios, de oficios; compartiendo lo nuestro, preocupándonos por la realidad del país; participando en grupos organizados y apoyando causas justan.

Esto supone dedicar tiempo a la lectura, al acompañar a los necesitados. Esos miles y miles de dominicanos y dominicanas que están pasando tanto hambre y miseria, tantas enfermedades prevenibles y curables, como nos ha sucedido con el dengue, todos esos inmigrantes que están en nuestros caminos y calles… todos esos y esas son nuestros hermanos y hermanas y debemos practicar con ellos la fraternidad.

Ser fraterno es compartir lo que tengo y lo que soy con el otro, porque pertenecemos a la misma familia, la humana. Ser fraterno es sentir en carne propia el sufrimiento y las alegrías del otro, porque pertenecemos a la misma familia, la humana. Ser fraterno es acoger, tratar y escuchar a todos como iguales, sin hacer distinciones, porque pertenecemos a la misma familia, la humana. Ser fraterno es relacionarme con los demás de tal manera que se sientan a gusto, respetados, apreciados, porque pertenecemos a la misma familia, la humana.

Es lo que hizo Jesús cuando vino a esta tierra en la primera Navidad, a la que nos preparamos en este Adviento 2015. Acoger a Jesús en esta Navidad y siempre es abrir nuestro corazón a todas las personas sin importar condiciones ni nacionalidad ni si es bueno o es malo.

Para terminar citamos el número 15 de la Bula del Papa Francisco con la que nos convoca para el Año Jubilar de la Misericordia: En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención.

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No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.

9. Canto: Perdónanos nuestras culpas, Señor, pedimos perdón… https://www.youtube.com/watch?v=5MyQEkIPhrQ

10. Reflexión comunitariaDialoguemos ayudados por estas preguntas:\

• ¿Qué hemos entendido sobre la fraternidad universal? • ¿Estamos de acuerdo en ello? ¿Podemos hacer algo para vivir esa

fraternidad? • ¿Sabría citar alguno de los países que en estos momentos están en

guerra? • ¿Las personas de esos países también son mis hermanos? ¿Hay hambre

y miseria en República Dominicana? • Si un hermano mío de sangre, hijo de mi papá y mamá estuviese pasando

hambre ¿qué haría con él? • Y con mis hermanos y hermanas que son tanto o más hijos de Dios que

yo y están pasando miseria y hambre en mi país ¿qué puedo hacer, qué voy a hacer, qué vamos a hacer?

11. Canto: Querido Padre, cansado vuelvo a ti… https://www.youtube.com/watch?v=f0u4yh4G-sY

12. OraciónAhora nos colocamos en círculo. Con los ojos fijos en Jesús que

se hizo hermano de toda la gente, especialmente de las más pobres, comprometámonos en esta Navidad a realizar una acción de fraternidad.

Juntos digamos esta oración.Jesucristo, cimiento de unidad y constructor de la fraternidad, envíanos

cada día una ráfaga de tu espíritu, derriba los muros de separación levantados por el egoísmo, el orgullo y la vanidad.

Aleja de nuestras comunidades las envidias que siembran discordias, los protagonismos que no permiten trabajar en comunión.

Líbranos de las omisiones, de los miedos paralizantes, haz surgir en nuestras relaciones fraternas corrientes sensibles y cálidas para que nos perdonemos y nos comprendamos, nos estimulemos y nos celebremos como miembros de un mismo Cuerpo, de una misma familia.

Retira de nuestro camino las rivalidades y aversiones, rompe los bloqueos

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Ámense como hermanos

para que seamos unos con otros abiertos y leales, sinceros y veraces. Crezca la confianza como árbol frondoso a cuya sombra todos nos sintamos felices.

Así seremos ante el mundo el argumento sensible y profético de que tú, oh Jesús, estás vivo, de que tu Iglesia, Misterio de comunión, se desvela con toda su fraternidad, entre nosotros. Amén

13. Gesto de la paz.Como en el encuentro anterior, terminamos con el abrazo de paz; en este

abrazo no solo estamos saludando a quien está cerca, sino que significamos la fraternidad con aquellas personas con quienes hemos estado alejadas, y con aquellas personas de todo el mundo que están necesitando ese abrazo y otro tipo de ayudas. Después rezamos todos juntos el Padre nuestro, esa oración por medio de la cual nos llamamos hermanos y hermanas.

Retiro de Adviento 2015La misericordia de Dios y nuestra misericordia

Orientaciones para el Retiro:El día 8 de diciembre de este año

2015 se inicia oficialmente el Año Jubilar de la Misericordia, que termina el día de Jesucristo Rey del universo del año 2016. Para vivir bien este año Jubilar, la Iglesia universal y la Iglesia que peregrina en nuestra tierra dominicana han organizado muchos eventos y encuentros.

Para ayudar a vivir ese Jubileo de la Misericordia el retiro de Adviento del año 2015 lo centramos en la Misericordia. Para comenzar a orar, reflexionar y comprometernos en la Misericordia, hemos pensado el retiro en tres partes, con una metodología muy de la Iglesia, aunque sea metodología tradicional, los tres tiempos serán: Ver, juzgar y actuar.

Proponemos hacer de este retiro un inicio, lo continuaremos durante todo el año y toda la vida. Así nos lo propone el Papa en su Bula Misericordiae Vultus (El rostro del la misericordia; que citaremos con las letras MV) en el número 12:

“La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona. La Esposa de Cristo hace suyo el comportamiento del Hijo de Dios que sale a encontrar a todos, sin excluir ninguno. En nuestro tiempo, en el que la Iglesia está comprometida en la nueva evangelización, el tema de la misericordia exige ser propuesto una vez más con nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral. Es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que ella viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre”.

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El Retiro lo celebrarán las comunidades dependiendo de sus posibilidades de tiempo y lugar. Sí pedimos que haya posibilidades de silencio, reflexión y soledad ya que está centrado en la reflexión y compromiso personal. Puede hacerse en un día, empleando bastantes horas; puede hacerse en tres sesiones, pero cada sesión debe ser larga, como mínimo de dos horas.

El retiro debe llevarse bien preparado, no se trata de ir a leer, y si se va a leer, lo haremos con mucho significado y sentido. Cada comunidad adornará el local de la manera más conveniente para ayudar a la reflexión. Podemos tener un coro o poner música por medio de aparatos eléctricos y electrónicos. De cualquiera de las dos formas, la música debe estar preparada.

Cada comunidad verá los momentos oportunos para hacer los cantos. Sí sería conveniente realizar algunos de ellos al finalizar cada parte del Retiro.

0.- AcogidaMientras se van reuniendo las personas, el coro, o la música que se pone,

entonan cantos de recibimiento, de Adviento, de acogida y de petición de la presencia del Espíritu Santo

PRIMERA PARTE: VER

Para este apartado ponemos un mapa de la República Dominicana, a poder ser grande; ponemos muchos periódicos.

Encima de la mesa donde están los periódicos dejamos todos nuestros teléfonos. Es verdad que los teléfonos nos pueden conectar con la realidad, pero normalmente nos distraen de la realidad cercana que estamos y queremos vivir, por ello, como signo de la realidad con la que nos conectan, los dejamos en la mesa, pero también para que no nos distraigan de la realidad del Retiro que comenzamos.

1.1.- OraciónEsta oración inicial debe marcar el ritmo del Retiro, por eso se pide una

oración pausada, puede ser Laudes o Vísperas. O puede ser que quien dirige el Retiro haga una oración que ayude a sentir la presencia de Dios en cada persona y en el lugar; que ayude a centrarse en el tema. Se termina con un canto al Espíritu Santo.

1.2.- Introducción a la primera parte.Esta primera parte nos quiere ayudar a VER qué es y cómo estamos en

el tema de la Misericordia. Todos y todas sabemos que el Papa Francisco ha declarado el año 2016 como año Jubilar de la Misericordia. Año que se inicia el día 8 de este mes de diciembre y termina el 20 de noviembre de 2016, solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.

Este año Jubilar, y el tema de la Misericordia, van a ser importantes, si no determinantes, en toda la organización de la Iglesia universal y de la Iglesia de nuestra República Dominicana. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes. (MV 3)

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Ámense como hermanos

1.3.- ¿Qué es y cómo estamos en el tema de la misericordia?Comencemos respondiendo personalmente, si es posible por escrito, a

las estas preguntas:• ¿Qué significa para mí la palabra misericordia? • ¿Qué o quién me hace sentir misericordia? • ¿Cómo concreto o demuestro esa misericordia?

Ahora se hace una puesta en común; dos o tres personas presentan sus respuestas a cada pregunta, tratemos de que no sean las mismas personas quienes presentan las respuestas, hagamos participar a la mayor parte posible de participantes.

Un secretario puede apuntar esas respuestas, para compararlas con las conclusiones que dará el grupo al final del retiro.

1.4.- Reflexionemos sobre el significado de la misericordiaQuien coordina el retiro, o uno del Equipo que anima el Retiro ayuda con

la siguiente reflexión.El diccionario tiene dos ideas fundamentales sobre misericordia:

• Atributo de Dios, en cuya virtud perdona los pecados y miserias de sus criaturas.

• Virtud que inclina el ánimo a compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenas.

Como vemos, desde la misma definición nos están señalando que la misericordia tiene que ver con Dios y con las necesidades de los demás.

Recemos ahora el Salmo 136 (135) para que analizar y experimentar la Misericordia de Dios con nosotros, con el pueblo, con la humanidad. El lector lee la primera parte y los demás respondemos: “porque es eterna su misericordia”.

La nota característica de Dios es su misericordia que se manifiesta en el perdón y la acogida de todos, principalmente de los pecadores y los necesitados. Este tema de la misericordia de Dios como perdón y acogida está presente en muchos de los salmos. Nos basta el anterior, y el salmo 51 (50) que se llama el de la Misericordia y el perdón. Podemos afirmar que es el tema de toda la Biblia.

La compasión es el modo de ser de Dios, su primera reacción ante sus criaturas, su manera de ver la vida y de mirar a las personas, lo que mueve y dirige toda su actuación. Dios siente hacia sus criaturas lo que una madre siente hacia el hijo que lleva en su vientre. Dios nos lleva en sus entrañas.

Ya hemos hablado de los Salmos, ahora citamos los números de algunos textos, principalmente de profetas, sobre el tema de la misericordia de Dios. Los pondremos en meditación más adelante: (Ez 33,11; Is 1,18; Neh 9,17; Miq 7,18; Joel 2,13; Jonás 4,2; Si o Eclo 2,11.22; 17,29).

Lector: Escuchemos al Papa:“Paciente y misericordioso” es el binomio que a menudo aparece

en el Antiguo Testamento para describir la naturaleza de Dios. Su ser

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misericordioso se constata concretamente en tantas acciones de la historia de la salvación donde su bondad prevalece por encima del castigo y la destrucción. Los Salmos, en modo particular, destacan esta grandeza del proceder divino: «Él perdona todas tus culpas, y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de gracia y de misericordia» (103,3-4). De una manera aún más explícita, otro Salmo testimonia los signos concretos de su misericordia: «Él Señor libera a los cautivos, abre los ojos de los ciegos y levanta al caído; el Señor protege a los extranjeros y sustenta al huérfano y a la viuda; el Señor ama a los justos y entorpece el camino de los malvados» (146,7-9). Por último, he aquí otras expresiones del salmista: «El Señor sana los corazones afligidos y les venda sus heridas. […] El Señor sostiene a los humildes y humilla a los malvados hasta el polvo» (147,3.6).

Así pues, la misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Vale decir que se trata realmente de un amor “visceral”. Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón. (MV 6)

Jesús, el Cristo, es la manifestación definitiva de la Misericordia de Dios. En estos tiempos en que estamos preparando la Navidad, en este Adviento debemos saber que nos preparamos al nacimiento de quien nos revela que “Dios es rico en misericordia”.

Por eso en este ver la realidad, también debemos entender a Jesús como esa manifestación total de la misericordia de Dios. La carta a los Hebreos en 2,17 nos dice que fue en todo como nosotros y por eso se convirtió en el sacerdote de la Misericordia. Y toda esta carta insiste en que puede compadecerse de nosotros porque fue como nosotros, ha pasado por lo nuestro, (4,5; 5,8-9).

Nuestro Dios no está por allá lejos, y Jesús se ha encargado de recordarlo y de hacernos sentir esa cercanía de Dios, esa su misericordia. Jesús no habla nunca de un Dios indiferente o lejano, olvidado de sus criaturas o interesado por su honor, su gloria o sus derechos. No nos presenta un Dios «legislador» intentando gobernar el mundo por medio de leyes, ni un Dios «justiciero», irritado o airado ante el pecado de sus hijos. Todo lo contrario, la imagen que nos presenta de Dios está manifestada claramente en la parábola del “Padre bueno del hijo pródigo”. Las parábolas más bellas que salieron de labios de Jesús y, sin duda, las que más trabajó en su corazón fueron las que narró para hacer intuir a todos la increíble misericordia de Dios.

La más clara y atractiva es, tal vez, la del padre bueno (Lucas 15,11-31). Como un padre que no se guarda para sí su herencia, que no anda obsesionado por la moralidad de sus hijos, que espera siempre a los perdidos, que «estando todavía lejos» ve a su hijo, se le «conmueven las entrañas», pierde el control, echa a correr, le abraza y le besa efusivamente como una madre, interrumpe su confesión para ahorrarle más humillaciones y le restaura como hijo. ¿Será ésta la mejor metáfora de Dios: un padre conmovido hasta sus entrañas, acogiendo a sus hijos perdidos y suplicando

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Ámense como hermanos

a los hermanos a acogerlos con el mismo cariño? Concluyamos esta reflexión con estas palabras del Papa Francisco:

“Como se puede notar, la misericordia en la Sagrada Escritura es la palabra clave para indicar el actuar de Dios hacia nosotros. Él no se limita a afirmar su amor, sino que lo hace visible y tangible. El amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta. Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que se verifican en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos. Es sobre esta misma amplitud de onda que se debe orientar el amor misericordioso de los cristianos. Como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros. (MV 9).

1.5.- Reflexión personalNos vamos a reflexionar personalmente sobre la misericordia de Dios en

nosotros, en nuestra familia, en la patria. Buscamos un lugar tranquilo.Para la reflexión tenemos 20 minutos y podemos hacerlo a partir de los

textos bíblicos que hemos señalado, del salmo 136 (135), o de la parábola del Padre bueno, sin olvidarnos de las citas de la Bula del papa Francisco. Para ayudar a la reflexión les proponemos unas preguntas:• ¿Qué es lo que más me atrae de la misericordia de Dios? • ¿Cuál es el momento o los momentos de mi vida en lo que he sentido

más la misericordia de Dios? • ¿Cuáles son los momentos de mi familia en los que más se siente la

misericordia de Dios y en los que más se necesita?• ¿Cuáles son los momentos y situaciones de nuestra patria en los que

más se siente la misericordia de Dios y en lo que más se necesita?• ¿Qué puedo hacer para sentir la misericordia de Dios y para hacerla

sentir a los que me rodean?• Si la misericordia del Padre se manifiesta en el perdón de los pecados,

¿recibo yo habitualmente esa misericordia? ¿La ofrezco a quienes me han ofendido?

1.6.- Cantos: “A ti levanto mis ojos…”

SEGUNDA PARTE: JUZGAR

Para esta segunda parte, debajo del mapa de la República Dominicana podemos poner una mesa-altar con alguna imagen de Cristo y una Biblia abierta por el Nuevo Testamento. También pueden estar en esa mesa los periódicos, porque trataremos de iluminar nuestra realidad y la de

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la patria. Ponemos una vela o velón encendidos como signo de la luz de Cristo que deseamos nos ilumine.

2.1.- Introducción a la segunda partePara la primera parte nos hemos fijado principalmente en la realidad de

cómo sentimos la misericordia de Dios en nuestras vidas, y para ello hemos partido, fundamentalmente del Antiguo Testamento.

Para esta segunda parte nos fijamos más en Jesús, y por tanto lo hacemos centrados en el Nuevo Testamento y dejándonos guiar por la Bula del Papa Misericordiae Vultus.

2.2.- OraciónPodemos comenzar esta segunda parte con la oración puesta a

continuación. Si todos tenemos la Guía, la hacemos en común.

Adviento, tiempo de misericordiaAdviento, tiempo de esperanza, y de misericordia, en el seno de María crece el fermento de un mundo nuevo, el hijo del Dios vivo que llega a compartir toda nuestra realidad.Nace Emanuel, Dios-con-nosotros, hecho niño, pobre, pequeño y necesitado. María nos enseña el camino de la misericordia para hacer nacer a Jesús en nuestro tiempo: confianza, entrega, fidelidad, coraje, y mucha fe en el Dios de la Vida.Tiempo de espera, de atención y cuidados, de respeto y contemplación. Señor, hay mucho dolor en nuestro tiempo, hay sufrimiento e injusticia, ayúdanos a sembrar semillas de misericordia.Descúbrenos la alegría de la paciente espera, activa y fecunda, comprometida por la vida de los que nos rodean. Enséñanos a hacer crecer la esperanza de algo nuevo, anímanos a entregar nuestras vidas para la construcción del Reino.Es tiempo de espera, Señor, pero también es tiempo de misericordia y compromiso efectivo.Desde el pesebre de Navidad nace una esperanza nueva. En la sonrisa de un Dios que es niño se asoma, frágil, la luz del Reino. Un niño Dios que necesita cuidados, caricias, atención. Una esperanza nueva que crecerá con la misericordia de todos.Dios que nace en un pesebre, olvidado, a la intemperie,recordándonos su presencia entre los pobres que sufren.Navidad, el signo de un Dios que se hace pobre para llamar al Reino desde los olvidados del mundo. ¡Alégrense! Cantemos con alegría, unamos voces y manos. Vamos a ver al Dios vivo, festejemos su nacimiento.Desde el pesebre de Navidad, surge un grito de aliento, Dios es solidario y misericordioso con nosotros, marchemos hacia su encuentro.Un Dios que llega a los hombres que se hace hermano nuestro.

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Ámense como hermanos

2.3.- Jesús, la misericordia de DiosComenzamos citando al Papa: Con la mirada fija en Jesús y en su

rostro misericordioso podemos percibir el amor de la Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud… Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en toda la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En Él todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión. MV 8

“Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso” (Lc 6,36). Esta frase da sentido al actuar y predicar de Jesús, su misericordia parte del amor misericordioso y compasivo del Padre Dios. Jesús es el primero en vivir en propia persona la misericordia de Dios, desafiando al sistema establecido por la manera de vivir la ley. En el fondo de su actividad curadora e inspirando toda su actuación con los enfermos está siempre su amor misericordioso.

Jesús se acerca a los que sufren, alivia su dolor, toca a los leprosos, libera a los poseídos por espíritus malignos, los rescata de la marginación y los devuelve a la convivencia. Jesús sufre al ver la distancia que hay entre el sufrimiento de estos hombres y mujeres enfermos, desnutridos y excluidos por la sociedad, y la vida que Dios quiere para todos ellos. Jesús no los cura para probar que es Dios y su mensaje es verdad. A Jesús le mueve la misericordia. Quiere que, desde ahora, estos enfermos experimenten ya en su propia carne la misericordia de Dios.

Además de su vida, ejemplo y trato con los excluidos, está su predicación. En el apartado anterior hemos hablado de la parábola del Padre bueno, aquí podríamos poner otra parábola tan provocativa y que presenta la misericordia de Dios para con los demás, es la llamada del Buen Samaritano (Lc 10,25-37).

La parábola rompe todos sus esquemas y discriminaciones entre amigos y enemigos, entre pueblo elegido y gentes extrañas e impuras. ¿Será verdad que la compasión nos puede llegar, no del Templo y sus gentes, sino de una persona del pueblo vecino? Jesús mira la vida desde la cuneta, desde el borde del camino, con los ojos de las víctimas necesitadas de ayuda. Para él, la mejor manera de presentar a Dios es la misericordia por los que sufren. Y la única manera de ser como Dios y de actuar de manera humana es actuar como aquel samaritano.

Pero hay otras parábolas más, que como dice el papa en la MV. En ellas encontramos el núcleo del Evangelio y de nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón.

De otra parábola, además, podemos extraer una enseñanza para nuestro estilo de vida cristiano. Provocado por la pregunta de Pedro acerca de cuántas veces fuese necesario perdonar, Jesús responde: « No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete » (Mt 18,22) y pronunció la parábola del “siervo despiadado”. Este, llamado por el patrón a restituir una grande suma,

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le suplica de rodillas y el patrón le condona la deuda. Pero inmediatamente encuentra otro siervo como él que le debía unos pocos centésimos, el cual le suplica de rodillas que tenga piedad, pero él se niega y lo hace encarcelar. Entonces el patrón, advertido del hecho, se irrita mucho y volviendo a llamar aquel siervo le dice: «¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?» (Mt 18,33). Y Jesús concluye: «Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos » (Mt 18,35).

La parábola ofrece una profunda enseñanza a cada uno de nosotros. Jesús afirma que la misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el criterio para saber quiénes son realmente sus verdaderos hijos. Así entonces, estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia. El perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y para nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir. ¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices.( MV 9).

Cuando hablamos de misericordia debemos estar claros para no confundir los sentimientos y querer quedar bien. Ser misericordioso no consiste en tener un corazón compasivo y no pasar a la práctica, tampoco en realizar alguna obra de misericordia de vez en cuando, sin enfrentarnos a las causas concretas del sufrimiento y de las injusticias; si lo hiciésemos así, estaríamos en una actitud paternalista.

Para ser misericordiosos es necesario primero, interiorizar el sufrimiento ajeno, es decir, lo dejo entrar en mis entrañas, en mi corazón y lo hago mío, me duele a mí. En segundo lugar ese sentimiento ya hecho mío provoca en mí una reacción que me lleva a ser activo y comprometido que me lleva a actuaciones concretas orientadas a aliviar y quitar ese sufrimiento.

Vivir la misericordia es lo primero y principal de un seguidor de Jesús. A lo largo de la vida tendremos que hacer muchas cosas, muchas oraciones y celebraciones, muchas fiestas pero la misericordia debe ser el eje transversal de la vida de un cristiano: debemos dejarnos amar por Dios, sentir su misericordia en todos los momentos de la vida y la misericordia hacia los demás ha de configurar nuestra manera de vivir, de mirar a las personas y al mundo. Nuestra manera de vivir la fe cristiana al estilo de Cristo pasa por practicar la misericordia o no seremos cristianos.

2.4.- Para la reflexión personalTenemos 20 minutos de reflexión en silencio personal. Se va a necesitar

leer algunos textos bíblicos, si alguna de las personas participantes no puede leer, se junta con otra que sí lo hace y le ayuda con esas lecturas.

Ponemos algunos textos en los que se ve la actuación misericordiosa de Jesús: Jesús muestra su misericordia mediante parábolas y otras imágenes: la parábola de la oveja perdida (Lc 15, 4-7; Mt 18, 12-14), la moneda perdida (Lc 15, 8-10), el “Padre misericordioso del hijo pródigo” (Lc 15, 11-32, el Buen

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Ámense como hermanos

Pastor (Jn 10, 1-18) el buen samaritano (Lc 10, 25-37), el criado despiadado (Mt 18, 23-25)... ¿con cuál de ellas me identifico más? ¿Por qué?

Podemos leer los textos o ponernos a hacer la reflexión de manera personal sobre lo ya leído, escuchado y sobre las palabras del Papa.

Nos dejamos cuestionar por estas preguntas:• Hasta ahora ¿qué tan importante ha sido la vivencia de la misericordia

en mi vida? • ¿Soy misericordioso en la práctica o me quedo con un corazón

compasivo?• Según los textos bíblicos y según los comentarios del Papa ¿cuál o

qué es el núcleo del Evangelio y de nuestra fe? • ¿Estamos de acuerdo? ¿Dónde tengo yo el núcleo o centro de mi fe?

Cantos: hacemos unos cantos sobre la misericordia de Dios y nuestro compromiso por ser misericordiosos.

TERCERA PARTE: ACTUAR

Para iniciar esta tercera parte, en la mesa donde tenemos el mapa dominicano, la Biblia, los periódicos… ponemos en grande un cartel con las Obras de Misericordia, tanto las corporales como las espirituales. Sigue la vela encendida.

3.1.- Introducción a la Tercera ParteEl Papa, en el número 9 de

la MV nos dice: «Dichosos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia » (Mt 5,7) es la bienaventuranza en la que hay que inspirarse durante este Año Santo.

La Iglesia Dominicana le ha hecho caso, y por eso para el año 2016 ha elegido como lema: “Misericordiosos como el Padre, compartamos como hermanos”. Como vemos es un lema que nos lleva a la acción de la misericordia y en esta tercera parte queremos proponer algo sobre el actuar en el tema de la misericordia.

Durante el año vamos a meditar mucho sobre esta bienaventuranza, ahora nos atrevemos a lanzar alguna idea en plan de interrogación personal. Ese final de “alcanzarán misericordia” es una promesa, pero también lo podemos plantear así: si no somos misericordiosos con los demás ¿no alcanzaremos misericordia de Dios ni de los demás, ni en este mundo ni en el otro? Un poco grave parece esto ya que ponemos en juego la misericordia de Dios. Pero cuando leemos esa bienaventuranza acabamos diciendo “Palabra de Dios”.

Cantos: deben ser sobre la misericordia hacia los demás y las obras de misericordia. Por ejemplo: “Tuve hambre y me diste de comer…”

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3.2.- Oración:Quien preside puede hacer una oración para prepararnos al compromiso,

o se puede hacer la siguiente: La misericordia es fruto de un corazón bueno, bondadoso. Un corazón misericordioso es un corazón humano, sensible, capaz de comprender, de compadecerse ante la necesidad física o moral del hermano.

Danos, Señor, un corazón misericordioso,que sea capaz de hacer todas las cosas “con amor y por amor”. Un corazón bueno y misericordioso, un corazón semejante al Tuyo. Amén.

3.3.- Misericordiosos como el Padre y como Cristo.Hemos dejado para este tercer apartado, el del actuar, otra de las

parábolas fundamentales de Jesús sobre la misericordia, la que titulamos El Juicio final. Parafraseando a san Juan de la Cruz podíamos decir que según esa parábola de Mateo 25, 31-46: “Al final de la vida nos examinarán de la misericordia”

En esta parábola se nos habla de situaciones de persona que tienen necesidades básicas. No son cosas irreales ni ideales, son situaciones que se dan hoy en nuestro pueblo dominicano y en nuestra cercanía, porque aquí hay hambrientos, sedientos, inmigrantes, desnudos, enfermos y encarcelados. En la parábola no se hacen grandes discursos, no se pronuncian las palabras justicia ni solidaridad; sino que se habla de respuestas concretas: comida y bebida, ropa y un techo donde acoger; se pide acoger, dar, visitar, acudir. Es decir lo decisivo en la misericordia para con los demás no es una gran teoría sino la acción concreta que lleva a ayudar a quien sufre y necesita nuestra ayuda

El Papa en la MV 10 habla así de claro:La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo

en su acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo. La Iglesia «vive un deseo inagotable de brindar misericordia». Tal vez por mucho tiempo nos hemos olvidado de indicar y de andar por la vía de la misericordia.

Por una parte, la tentación de pretender siempre y solamente la justicia ha hecho olvidar que ella es el primer paso, necesario e indispensable; la Iglesia no obstante necesita ir más lejos para alcanzar una meta más alta y más significativa. Por otra parte, es triste constatar cómo la experiencia del perdón en nuestra cultura se desvanece cada vez más. Incluso la palabra misma en algunos momentos parece evaporarse.

Sin el testimonio del perdón, sin embargo, queda solo una vida infecunda y estéril, como si se viviese en un desierto desolado. Ha llegado de nuevo para la Iglesia el tiempo de encargarse del anuncio alegre del perdón. Es el tiempo de retornar a lo esencial para hacernos cargo de las debilidades y dificultades de nuestros hermanos. El perdón es una fuerza que resucita a una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza.

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Ámense como hermanos

Y en el número 12 añade: Por tanto, donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia.

Y como estamos en la parte del actuar, el Papa nos hace un resumen en qué tenemos que actuar la misericordia durante el año Jubilar, y durante toda la vida. Es el número 15, es muy largo, pero nos viene bien para la reflexión y para ir concretando actuaciones en el año 2016.

En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención. No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye.

Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.

Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos.

No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o prisionero (cfr Mt 25,31-45). Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños

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privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y rechazamos cualquier forma de rencor o de odio que conduce a la violencia; si tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros; finalmente, si encomendamos al Señor en la oración nuestros hermanos y hermanas.

En cada uno de estos “más pequeños” está presente Cristo mismo. Su carne se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga ... para que nosotros los reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado. No olvidemos las palabras de san Juan de la Cruz: « En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en el amor ». MV 15

No puede estar más claro. A partir de allí la Iglesia, las comunidades y cada católico deben hacer su “hoja de ruta”, su plan de vida, si programa de misericordia, para “este año de gracia”. Los números siguientes de la Bula MV nos ponen otras actividades para este año. Las iremos viendo y viviendo, pero siempre impregnadas de la misericordia concreta.

Terminamos con dos citas más cortas sobre las actuaciones de la misericordia y el deseo del Papa Francisco:

Año Santo extraordinario, entonces, para vivir en la vida de cada día la misericordia que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo dejémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida. La Iglesia siente la urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con convicción hace de la misericordia su anuncio. Mv 25

¡Cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios! Mv 5

3.4.- Para la reflexión personalHacemos una reflexión personal de 20 minutos como mínimo. Para esta

reflexión tomamos los textos bíblicos, la bienaventuranza, el mensaje del Papa… Y tratamos de llegar a conclusiones prácticas para nuestra vida, para este Adviento, Navidad y para el año 2016. Para ayudarnos ponemos unas preguntas.

• ¿Cómo interpreto la promesa de Jesús en la bienaventuranza “alcanzarán misericordia”?

• ¿Qué es lo que más me afecta, impresiona o me dice nuevo este retiro? • ¿Entiendo algo diferente a las definiciones que dimos en la primera parte

de este retiro? • ¿Qué me supone de nuevo en mi vida? • ¿Qué puedo hacer para sentir más la misericordia de Dios Padre en mi

persona?

Para este Adviento y Navidad elijo una Obra de Misericordia corporal y otra espiritual para vivir la Misericordia. Marque las que Usted eligió.

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Ámense como hermanos

CORPORALES ESPIRITUALES

1 Visitar y cuidar a los enfermos. Enseñar al que no sabe.

2 Dar de comer al hambriento. Dar buen consejo al que lo necesita.

3 Dar de beber al sediento. Corregir al que yerra.

4 Dar posada al peregrino. Perdonar las injurias.

5 Vestir al desnudo. Consolar al triste.

6 Redimir al cautivo. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.

7 Enterrar a los muertos. Rogar a Dios por vivos y difuntos.

3.5.- Cantos

3.6.- Oración finalSe hacen peticiones para que el Señor nos dé un corazón

misericordioso como el suyo. Se termina con esta oración de Santa Faustina para ser misericordiosos:

Oracion para ser misericordioso “Oh Señor, deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo

reflejo de Ti. Que este supremo atributo de Dios, es decir su insondable misericordia,

pase a través de mi corazón al prójimo. Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarla.

Ayúdame, oh Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos. Ayúdame, oh Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás hable negativamente de mis prójimos sino que tenga una palabra de consuelo y perdón para todos.

Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargue sobre mí las tareas más difíciles y más penosas.

Ayúdame, oh Señor, a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio. (...)

Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo (...) Que Tu misericordia, oh Señor mío, repose dentro de mí” (Diario, 163).

Se concluye con el Padre Nuestro, Ave María, Gloria. Y el canto final.

Plan de Pastoral - Diciembre 2015

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Acción Significativa del SectorAguinaldos, posadas y novena de Navidad 2015

Ven Jesus, rostro de la misericordia, haznos hermanos

Les presentamos con alegría estos esquemas que pueden ser utilizados ya sea para los Aguinaldos de la mañanita o para las Posadas de tardecita o de noche o en forma de una Novena de Navidad en sus propios hogares o en los Sectores. Son varias formas de realizar lo mismo.

Este Adviento y Navidad del 2015 está marcado por el Jubileo de la Misericordia iniciado el 8 de Diciembre en Roma por el Papa Francisco y en nuestra Diócesis el pasado 13 de Diciembre para hacernos más conscientes de la misericordia del Padre, cuyo rostro visible es Jesús nacido en Belén por quien el Padre nos ama con corazón de carne.

Por eso, nuestros Aguinaldos 2015 van en esa línea de la misericordia de Dios que nos vuelve misericordiosos como El y nos hace vivir la fraternidad de una manera auténtica y despierta en nosotros la verdadera solidaridad en la que hemos insistido todo el año 2015.

Nos serviremos de la Bula del Papa para convocarnos al Jubileo llamada “Misericordiae Vultus” (el rostro de la misericordia) y de las lecturas de Adviento de esos días para animarnos a contemplar a Jesús como el rostro de la misericordia esperado por nuestros antiguos padres y que se ha manifestado vive y presente en la primera Navidad, que sigue derramando su misericordia hoy en el mundo y que culminará su misericordia en su segunda venida al constituirnos en ciudad santa donde ya no habrá oscuridad, ni luto, ni pobreza ni llanto.

Expresaremos nuestra esperanza en El con las Antífonas de Adviento llamadas también como Antífonas mayores, o Antífonas O (porque todas comienza con la letra O), que se refieren a uno de los nombres de Cristo, uno de sus atributos mencionados en las Escrituras.. Estas antífonas utilizadas en la Liturgia de las Horas, del 17-24 de Diciembre.

Los Aguinaldos o Posada o Novena de Navidad siguen este orden: • todos se reúnen en un lugar previamente acordado. • De ahí, cantando por las calles y parándose en las casas de aquellas

personas a las que se dirige ese aguinaldo se dirigen a la casa seleccionada. Es bueno que en las calles se anuncie el tema del día y se dé un anuncio breve de su contenido.

• Ya en la casa se escucha la Palabra, se comenta y se reza. Concluye con un brindis de jengibre y galleta y con cantos alegres.

• Se avisa dónde será el próximo Aguinaldo o Posada o Novena de Navidad y la obra de misericordia que practicaremos.

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Ámense como hermanos

PRIMER DIA: 15 de Diciembre del 2015 Abramos las puertas a Jesús, rostro de la misericordia del Padre

Orientación para este día: Se lleva el Aguinaldo o la Posada o Novena a personas que participan poco de la Iglesia.

1. Motivación: Hoy iniciamos con alegría nuestros esperados aguinaldos (o posadas), como una manera gozosa y esperanzada de nuestro pueblo dominicano de preparar el corazón a las celebraciones de los misterios del Nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios en medio de nosotros.

En este Año el Adviento y la Navidad están marcados por el inicio de la celebración del Jubileo de la Misericordia por el Papa Francisco con el objetivo de “tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre” (MV 2), es decir, para que seamos testigos de la misericordia de Dios que la anuncian y la comunican a toda la gente. Se trata de que como Iglesia “en un momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones” introduzcamos a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo.

Se trata de facilitar de que por todos los corazones y por todas partes brote y corra sin parar desde el corazón de la Trinidad el gran río de la misericordia (cfr. MV 25).

2. Lectura: Sofonías 3,1-2.9-13; Salmo Responsorial: 33 y Mateo 21,28-32.Silencio. Se comenta entre todos esta Palabra relacionándola con el título

de este día.

3. Mensaje de hoy:La misericordia de Dios es grande. “Desde el corazón de la Trinidad,

desde la intimidad más profunda del misterio de Dios, brota y corre sin parar el gran río de la misericordia. Esta fuente nunca podrá agotarse, sin importar cuántos sean los que a ella se acerquen. Cada vez que alguien tenga necesidad podrá venir a ella, porque la misericordia de Dios no tiene fin. Es tan insondable es la profundidad del misterio que encierra, tan inagotable la riqueza que de ella proviene” (DV 25).

“Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado” (MV 2).

Pero, esta misericordia Dios no la impone, sino que la ofrece y la propone a cada persona, a cada familia, a cada comunidad y a cada pueblo. Entonces, es necesario abrir las puertas del corazón para dejar que Dios nos llene de su misericordia. El que se abre a esa misericordia divina no importa cuál haya sido o sea su pecado; no importa que haya sido pecador público,

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prostituta, publicano, perteneciente a un pueblo extranjero o a otra religión, el Señor se la regala y los hace capaces de llevarle la delantera en el Reino de Dios antes de los que se creen puros, hacen creer que son obedientes y religiosos.

Dispongámonos a vivir este Jubileo abriendo nuestros corazones para que la misericordia de Dios nos llene y nos salve.

4. Oración con el signo de hoy: Todo el que esté dispuesto a abrir su

corazón al Señor en este Jubileo, pone sus manos en el corazón y luego abre sus brazos y promete al Señor que está dispuesto a dejarse llenar de su misericordia y de ser misericordioso con los demás. Todos responden: Llénanos de tu misericordia Señor.

5. Compromiso: En estos Aguinaldos practicaremos las obras de misericordia, ya que el Señor no quiere palabras sino acciones misericordiosas. Todos traeremos al Aguinaldo algún alimento que sea duradero parar ir preparando la canasta navideña a una familia pobre.

6. Compartir alegre del brindis.

SEGUNDO DIA: 16 de Diciembre del 2015 Ven Señor Jesús, rostro de la Misericordia del Padre

Orientación para este día: Hoy se dedica a las personas que en la

comunidad son servidoras y generosas con los demás, especialmente, con los más pobres.

1. Motivación: En este día contemplemos a Jesús como rostro misericordioso del Padre,

en quien con sus palabras y acciones se manifiesta la misericordia del Padre. “Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret” (MV 1).

Su venida en la primera Navidad es una expresión de cuánto nos ha amado el Padre al enviar a su propio Hijo en nuestra propia carne, naciendo entre los más pobres de la tierra, para enriquecernos con su amor.

Su vida y su misión mostraron esa gran misericordia del Padre a través de sus obras de curación, liberación y salvación. El sigue con nosotros, a través de su Espíritu, derramando su misericordia e intercediendo por nosotros hasta que surjan los cielos nuevos y la tierra nueva.

En este recorrido deseamos recordar con cariño a tantas personas de nuestro Sector que viven entregadas a los demás y manifiestan con sus obras esta misericordia del Padre que Jesús manifestó cuando caminaba entre nosotros.

2. Lectura: Isaías 45,6b-8.18.21b-25, Salmo 84. Lucas 7,19-23Silencio. Se comenta entre todos esta Palabra relacionándola con el título

de este día.

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Ámense como hermanos

3. Mensaje de hoyComo muy bien nos dice el Papa Francisco: “El Padre, « rico de

misericordia » (Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como « Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad » (Ex 34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la « plenitud del tiempo » (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios”.

El Padre misericordioso ha abierto los cielos y ha hecho surgir la salvación, que es Jesucristo, quien a través de obras de misericordia ha manifestado que El es el enviado del Padre. El nos trajo la Palabra de la misericordia, acompañada con signos concretos: los ciegos ven, los cojos, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio.

Vivamos este Jubileo, con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso para que podamos percibir el amor de la Santísima Trinidad. “La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud. « Dios es amor » (1 Jn 4,8.16), afirma por la primera y única vez en toda la Sagrada Escritura el evangelista Juan. Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en toda la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Sus relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En él todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de compasión” (MV 8). Y hagamos lo que El hizo siendo nosotros hoy y ahora “misericordiosos como el Padre” (Lc 6,36)

4. Oración con el signo de hoy: Se coloca un cuadro de Jesús delante de todos. En silencio, contemplamos su rostro. Luego, se hacen peticiones para que Jesús nos enseñe a ser misericordiosos como el Padre.

5. Compromiso

6. Compartir alegre del brindis.

TERCER DIA: 17 de Diciembre del 2015 La misericordia es eterna y no se devuelve

Orientación para este día: Hoy dedicamos este Agui-naldo o Posada o Novena a los ancianos y ancianas, signos de esa misericordia de Dios que permanece para siempre.

1. MotivaciónEn este día cantaremos y recordaremos que la

misericordia de Dios es eterna y no se devuelve a pesar de nuestros pecados, de nuestras infidelidades y de nuestras desobediencias.

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Dios permanece fiel a su alianza y a su compromiso con nosotros. Así lo mostró en el Antiguo Testamento a tal punto que se le llamó “paciente y misericordioso” y los salmos repiten sin cesar: “eterna es su misericordia”.

La señal más grande fue la entrega de su Hijo para que realizara su obra de amor con nosotros y nos lograra vida eterna. Ese Hijo que nació un día en Belén trajo la luz ante las tinieblas de la muerte y nos trajo la paz que es la plenitud de su amor.

Proclamemos por nuestras calles la alegría que despierta en nosotros el saber que la misericordia de Dios no tiene fin, es firme de generación y es irrevocable por siempre jamás.

2. Lectura: Génesis 49,1-2.8-10.Salmo 71. Mateo 1,1-17 (ver las lecturas de hoy en esta Guía Mensual).Silencio. Se comenta entre todos esta Palabra relacionándola con el título

de este día.

3. Mensaje de hoy:Estas lecturas que hemos escuchado hoy nos muestran cómo Dios ha sido

fiel a su promesa con su pueblo y como se ha acordado de la misericordia de Dios continuamente a favor de su pueblo. Aunque en esa historia de Israel hay tantos pecados y traición a la Alianza que Dios hizo con su pueblo El no se devuelve, sigue firme.

Como nos dice el Papa Francisco: “Paciente y misericordioso” es el binomio que a menudo aparece en el Antiguo Testamento para describir la naturaleza de Dios. Su ser misericordioso se constata concretamente en tantas acciones de la historia de la salvación donde su bondad prevalece por encima del castigo y la destrucción. Los Salmos, en modo particular, destacan esta grandeza del proceder divino: « Él perdona todas tus culpas, y cura todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de gracia y de misericordia » (103,3-4)” (MV 6)

“Eterna es su misericordia”: es el estribillo que acompaña cada verso del Salmo 136 mientras se narra la historia de la revelación de Dios. En razón de la misericordia, todas las vicisitudes del Antiguo Testamento están cargadas de un profundo valor salvífico. La misericordia hace de la historia de Dios con su pueblo una historia de salvación. Repetir continuamente “Eterna es su misericordia”, como lo hace el Salmo, parece un intento por romper el círculo del espacio y del tiempo para introducirlo todo en el misterio eterno del amor. Es como si se quisiera decir que no solo en la historia, sino por toda la eternidad el hombre estará siempre bajo la mirada misericordiosa del Padre” (MV 7).

Alegrémonos y cantemos agradecidos a Dios Padre porque su misericordia es eterna como lo sigue confirmando en nuestra propia vida personal, familiar y social.

4. Oración con el signo de hoy: Colocamos en el centro a los ancianos y ancianas presentes que nos muestran cómo el Señor se muestra fiel y misericordioso a lo largo del tiempo de nuestra vida. Se puede rezar el

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Ámense como hermanos

Salmo 136 (135). Terminemos rezando la Antífona de hoy diciéndole al Señor Jesús: : Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo, ven y muéstranos el camino de la salvación.

5. Compromiso: Seguir trayendo comida para la canasta navideña para los más pobres. Y traer botellitas de agua purificada para la canasta. Visitar algunos ancianas y ancianos del Sector y compartir con ellos su sabiduría.

6. Compartir alegre del brindis.

CUARTO DIA: 18 de Diciembre del 2015 Jesús, es la misericordia de Dios con nosotros

Orientación para este día: Hoy dedicamos este Aguinaldo a los niños y niñas, que nos recuerdan al Jesús, el Emmanuel, Dios con nosotros.

1. Motivación: La Navidad nos recuerda que en Niño que nos ha nacido es Dios con nosotros. Así lo vivirá Jesús a lo largo de su vida mostrándonos la misericordia de su Padre con todas las personas que se encontraba y en los ambientes en que se movía.

Acerquémonos más y más a Jesús y El nos comunicará más a Dios que se distingue por ser misericordioso hasta la mil generaciones, lento a la ira y rico en piedad.

En este día queremos descubrirlo en los niños y niñas de nuestros Sectores en los que está presente. Por eso, querer a los niños, cuidarlos, educarlos y trabajar para que puedan crecer en tamaño, en gracia y en sabiduría con y como Jesús es servir y amar a Jesús.

2. Lectura: Jeremías 23,5-8. Salmo Responsorial 71. Mateo 1,18-24. (Ver las lecturas de hoy en esta Guía Mensual).

Silencio. Se comenta entre todos esta Palabra relacionándola con el título de este día.

3. Mensaje de hoyJeremías veía el día en que Dios sacaría de la raza de David un hijo que

sería llamado “El Señor nuestra justicia” que liberaría a Israel de todos sus sufrimientos y de toda opresión. A José se le señaló que ese hijo ya estaba por nacer de su esposa María y que sería Dios con nosotros que viene a liberarnos de los pecados, que son la causa profunda de todas las injusticias.

Precisamente, este Niño será quien a lo largo de su vida mostrará la misericordia del Padre. “Jesús, delante a la multitud de personas que lo seguían, viendo que estaban cansadas y extenuadas, pérdidas y sin guía, sintió desde la profundo del corazón una intensa compasión por ellas (cfr Mt 9,36). A causa de este amor compasivo curó los enfermos que le presentaban (cfr Mt 14,14) y con pocos panes y peces calmó el hambre de grandes muchedumbres (cfr Mt 15,37). Lo que movía a Jesús en todas las

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circunstancias no era sino la misericordia, con la cual leía el corazón de los interlocutores y respondía a sus necesidades más reales” (MV 8).

Un ejemplo de esto, fue la llamada a Mateo: “Pasando delante del banco de los impuestos, los ojos de Jesús se posan sobre los de Mateo. Era una mirada cargada de misericordia que perdonaba los pecados de aquel hombre y, venciendo la resistencia de los otros discípulos, lo escoge a él, el pecador y publicano, para que sea uno de los Doce. San Beda el Venerable, comentando esta escena del Evangelio, escribió que Jesús miró a Mateo con amor misericordioso y lo eligió” (MV 8)

Ahora nos toca a nosotros hacer presente a Jesucristo como Iglesia. Como nos recuerda el Papa Francisco: “la primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor, que llega hasta el perdón y al don de sí, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por tanto, donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin, dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de misericordia”.

4. Oración con el signo de hoy: Colocamos a los niños en el centro y oramos por todos los niños que son manifestación de Jesús-Niño. Ellos son presencia de Dios entre nosotros. Pidamos por los niños que necesitan más de nuestra misericordia y para que ellos sepan ser misericordiosos como Jesús. A cada petición respondemos diciendo: Oh Señor, Pastor de la casa de Israel, ven a librarnos con el poder de tu brazo.

5. Compromiso: Continuamos trayendo comida para la canasta navideña. Preocupémonos por los niños de nuestro Sector y hagamos algo a favor de un pobre o abandonado.

6. Compartir alegre del brindis.

QUINTO DIA: 19 de Diciembre del 2015 Dios en su misericordia hace posible lo imposible

Oh Renuevo del tronco de Jesé, ven a librarnos, no tardes más.

Orientación para este día: Hoy dedicamos este Aguinaldo a los enfermos de nuestro Sector y a los que tienen grandes dificultades en su vida.

1. MotivaciónEn este día nuestra mirada se dirige hacia el Padre misericordioso que

hace posible lo imposible, que hace surgir la vida aún cuando hay infertilidad como fue el caso de la madre de Sansón y de Zacarías e Isabel.

No hay límite para la misericordia de Dios con su pueblo. Como lo indica el Papa Francisco: “La misericordia de Dios es su responsabilidad por nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices, colmados de alegría y serenos. Es sobre esta misma amplitud

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Ámense como hermanos

de onda que se debe orientar el amor misericordioso de los cristianos. Como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los unos con los otros” (MV 9).

Salgamos a la calle a cantar y proclamar esta misericordia de Dios que hace posible lo imposible como podemos testimoniar cada uno de nosotros en diversos momentos de nuestras vidas.

2. Lectura: Jueces 13,2-7.24-25ª. Salmo Responsorial: 70..San Lucas 1,5-25 (ver las lecturas de hoy en esta Guía Mensual)Silencio. Se comenta entre todos esta Palabra relacionándola con el título de este día.

3. Mensaje de hoy: La Palabra de hoy nos presenta dos casos imposibles: el de Sorá y el

de Zacarías. Sus esposas y ellos eran estériles. En ese tiempo no tener hijos era una afrenta, una vergüenza, una maldición. Muchas veces, eran burlados y se les veía como castigados por Dios.

Pero, Dios en su misericordia vio su aflicción e intervino haciendo posible lo imposible. Y lo sigue haciendo hoy entre nosotros. Aún más, nos da la capacidad de que podamos en su nombre mostrar esa misericordia de Dios en medio de su sufrimiento.

Comprometedoras son estas palabras del Papa Francisco: “En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención. No caigamos en la indiferencia que humilla, en la habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo” (VM 15).

Con la fe puesta en Dios que hace posible lo imposible mostremos su misericordia ante tantos sufrimientos que nos rodean.

4. Oración con el signo de hoy: Se levantan varios pañuelos como signo

del consuelo que estamos llamados a dar a los que sufren. Recordemos hoy a nuestros enfermos y a las personas y familias que tienen grandes problemas en sus vidas. A cada oración se responde: Oh Renuevo del tronco de Jesé, ven a librarnos, no tardes más.

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5. Compromiso de hoy: Acercarnos a quien se encuentra en un momento difícil de su vida y llevarle consuelo y apoyo concreto ante esa situación.

6. Compartir alegre del brindis.

SEXTO DIA: 20 de Diciembre del 2015 El que recibe misericordia se vuelve misericordioso

Orientación para este día: Dedicamos este Aguinaldo a las mujeres embarazadas, que con alegría y sufrimiento esperan el nacimiento de su hijo, como María e Isabel.

1. Motivación:Hoy es el último Domingo de Adviento, que siempre

está dedicado a María, que reconociendo la misericordia que Dios había hecho con ella y su prima Isabel corre presurosa para compartir y ayudarla. María realiza una obra de misericordia co su prima Isabel y ha realizado la mayor obra de misericordia al regalarnos a su Hijo Jesús.

Cuando se recibe misericordia surge el deseo de ser misericordioso con los que le necesitan. Como nos dice el Papa Francisco: “estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia” (MV 9).

Como María y con Ella pongámonos en camino para ofrecer misericordia a todos aquellos que nos necesitan.

Lecturas: Miqueas 5,1-4; Salmo 79, 2ac y 3c. 15-16. 18-19. Hebreos 10, 5-10. Lucas (ver las lecturas de hoy en esta Guía Mensual).

Silencio. Se comenta entre todos esta Palabra relacionándola con el título de este día.

2. Mensaje de hoyMaría se nos presenta como modelo de quien practica misericordia. Ella

con esa disponibilidad y prontitud para ayudar a su prima Isabel nos recuerda que estamos llamados a practicar las obras de misericordia.

El Papa Francisco nos insiste que en este Jubileo estamos llamados a prac-ticar las 14 obras de misericordia: “Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y es-pirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos.

Redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que

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Ámense como hermanos

lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos” (MV 15).

4. Oración con el signo de hoy: Hoy contemplamos un cuadro de María. Todos ponemos nuestros ojos fijos en Ella y pidamos con Ella a Jesús que nos ayude a ser misericordiosos como Ella lo fue. Respondemos todos a cada petición: Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos.

5. Compromiso: Acercarnos a nuestros hermanos nacidos en otro país y mostrarnos atentos y dispuestos a darles nuestro apoyo. Ayudemos a alguna mujer embarazada necesitada.

6. Compartir alegre del brindis.

SEPTIMO DIA: 21 de Diciembre del 2015 Preparémonos para la Navidad recibiendo la misericordia de Dios y

teniendo misericordia con los demás

Orientación para este día: Dedicamos este Aguinaldo a todos los que están en comunidad, para que sean un testimonio vivo de misericordia.

1. MotivaciónHoy, ya cercana la Navidad, fijémonos que el Jubileo de la Misericordia

se mueve en dos direcciones: la misericordia del Padre y la misericordia unos con otros. Por eso, es importante que nos reconciliemos con el Señor, pidiendo su perdón para llegar con un corazón limpio.

Pero, a la vez, dispongámonos a ser misericordiosos con los demás perdonando a quienes nos han ofendido, limpiando nuestro corazón de todo rencor, odio, malos deseos contra otros. Salgamos con gozo a cantar la misericordia que Dios ha tenido con nosotros y a invitar a todos y a todas a tener misericordia con los que le han ofendido.

2. Lecturas: Efesios 2, 1-7; Salmo 51 (50). Mateo 18, 23-35. Silencio. Se comenta entre todos esta Palabra relacionándola con el

título de este día.

2. Mensaje de hoyEl Papa Francisco nos explica hermosamente la invitación propia

de este Aguinaldo: Provocado por la pregunta de Pedro acerca de cuántas veces fuese necesario perdonar, Jesús responde: « No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete » (Mt 18,22) y pronunció la parábola del “siervo despiadado”.

La parábola ofrece una profunda enseñanza a cada uno de nosotros. Jesús afirma que la misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el criterio para saber quiénes son realmente sus hijos. Así entonces, estamos llamados a vivir de misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia. El perdón de las ofensas

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deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y para nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir.

¡Cómo es difícil muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices. Acojamos entonces la exhortación del Apóstol: « No permitan que la noche los sorprenda enojados » (Ef 4,26). Y sobre todo escuchemos la palabra de Jesús que ha señalado la misericordia como ideal de vida y como criterio de credibilidad de nuestra fe. « Dichosos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia » (Mt 5,7) es la bienaventuranza en la que hay que inspirarse durante este Año Santo”.

Para que Jesús renazca dejémonos reconciliar por Dios en el Sacramento de la Reconciliación y reconciliémonos con los hermanos y hermanas con quien hayamos tenido dificultad.

4. Oración con el signo de hoy: Todos nos ponemos de rodillas. Recordamos en qué hemos ofendido al Señor y en qué hemos ofendido a los que nos rodean. Hacemos peticiones de perdón y respondemos a una: Oh Sol que naces de lo alto, ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.

5. Compromiso: Acercarnos al Sacramento de la Reconciliación antes de la Navidad. Reconciliarme con alguna persona a la que hayamos ofendido o ella me haya ofendido a mí.

6. Compartir alegre del brindis.

OCTAVO DIA: 22 de Diciembre del 2015 Alabemos y bendigamos al Padre que se acuerda de su misericordia

Orientación para este día: Este día a todas las mujeres de nuestra Iglesia; a los integrantes de los Coros de nuestra Parroquia y a los que se dedican a orar por los demás.

1. MotivaciónAlabar y bendecir al Padre por su misericordia como lo hicieron Ana y

María es justo y necesario y es un deber a la vez que nos trae salvación. Cada uno de nosotros tiene motivos más que suficientes para dar gracias al Señor porque grande ha sido su misericordia en nuestra propia historia y en la historia de nuestra familia y de nuestra patria.

Salgamos cantando esta misericordia del Señor por nuestras calles que resuene en los corazones de los que nos escuchen y puedan decir con gozo: ¡qué grande es el amor misericordioso del Señor!

2. Lecturas: 1 Samuel 1,24-28. 1 Samuel 2. Lucas 1, 46-56. (ver las lecturas de hoy en esta Guía Mensual).Silencio. Se comenta entre todos esta Palabra relacionándola con el título

de este día.

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Ámense como hermanos

3. Mensaje de hoy:Ana agradece al Padre lo que El hace con los pobres: “levanta del polvo al

desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria”. María lo proclama también: “dispersa a los so-berbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos”.

La invitación de hoy es cantar jubilosos este amor de Dios que de nuestra debilidad saca fuerza; de nuestra pobreza, riqueza; de nuestra ignorancia, sabiduría. Con los pobres El hace maravillas a la vista de todos los pueblos. El establece otro sistema de vida, de relación fraterna y social.

Como nos dice el Papa Francisco de este canto de María: “Su canto de alabanza, en el umbral de la casa de Isabel, estuvo dedicado a la misericordia que se extiende « de generación en generación » (Lc 1,50). También nosotros estábamos presentes en aquellas palabras proféticas de la Virgen María. Esto nos servirá de consolación y de apoyo mientras atravesaremos la Puerta Santa para experimentar los frutos de la misericordia divina”.

4. Oración con el signo de hoy: Hoy todos de pie alzamos nuestros brazos al Señor alabándolo y bendiciéndole por alguna misericordia que hemos recibido del Señor. Se puede entonar o rezar el Cántico de María.

5. Compromiso: Animar a que todos traigan alguna comida para completar la canasta navideña. Hacer un momento de alabanza al Señor en nuestro hogar.

NOVENO DIA: 23 de Diciembre del 2015 Juan quiere decir Dios tiene misericordia

Orientación para este día: Dedicamos este día a los jóvenes, adolescentes como esperanza de nuestro pueblo.

1. Motivación:Llegamos al final de nuestros Aguinaldos o

Posadas o Novenas con un corazón preparado y bien dispuesto para celebrar el misterio de la Navidad.

Nos alegra contemplar a Juan, el hijo de Zacarías y de Isabel, que le tocó mucho más tarde ser el precursor de Jesús, el mensajero que abriría camino para que El realizara su misión.

Es importante conocer que el nombre Juan quiere decir en el idioma de la Biblia, Dios tiene misericordia. Y, eso le tocará a él: proclamar la misericordia del Señor con su pueblo.

Seamos todos testigos y mensajeros de la misericordia del Señor en medio de nuestro pueblo.

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2. Lectura: Malaquías 3,1-4.23-24. Salmo Responsorial: 24 . Lucas 1, 57-66. (ver las lecturas de hoy en esta Guía Mensual).

Silencio. Se comenta entre todos esta Palabra relacionándola con el título de este día.

3. Mensaje de hoyJuan el Bautista tiene como nombre: Dios tiene misericordia. Lo hemos

recordado en el Adviento, gritando con voz fuerte la misericordia y moviendo a la gente a la conversión. Su misión será esa como lo dijera su padre Zacarías: “Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados”.

Esa es la misión de la Iglesia en este Jubileo y siempre como nos recuerda el Papa Francisco: “En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios que resuena fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. La Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin descanso: « Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos » (Sal 25,6)” (VM 25).

Como Juan el Bautista tocaba con fuerza a su pueblo para que se apartaran del pecado, el Papa Francisco quiere que en este Jubileo la llamada a la conversión se dirija de una manera especial: “Mi invitación a la conversión se dirige con mayor insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido a su conducta de vida. Pienso en modo particular a los hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea…

La misma llamada llegue también a todas las personas promotoras o cómplices de corrupción. Esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social. La corrupción impide mirar el futuro con esperanza porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que se anida en gestos cotidianos para expandirse luego en escándalos públicos. La corrupción es una obstinación en el pecado, que pretende sustituir a Dios con la ilusión del dinero como forma de poder. Es una obra de las tinieblas, sostenida por la sospecha y la intriga” (VM 19).

4. Oración con el signo de hoy: Se colocan en el centro a los jóvenes y adolescentes. Oremos de modo especial para que el Señor nos mueva a la conversión y a todos los que andan enroladas en un grupo criminal y a los que promueven la corrupción pública o privada. A cada petición respondemos: Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro, ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.

5. Compromiso: Oremos en especial por nuestras familias para que todos nos convirtamos al Señor. Preparar el Nacimiento. Rezar en la Cena de Navidad junto a su familia.

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Ámense como hermanos

Acción Significativa FamiliarEn familia preparemos juntos el Nacimiento o el Belén

Contemplemos el rostro misericordioso del Padre en Jesús Niño

“San Francisco de Asís quedó tan sobrecogido por el misterio de la Encarnación que quiso volver a presentarlo en Greccio, Italia haciendo un pesebre viviente, convirtiéndose de este modo en el iniciador de una larga tradición popular que todavía conserva hoy su valor para la evangelización.

El Belén o Nacimiento nos puede ayudar, de hecho, a comprender el secreto de la verdadera Navidad, porque habla de la humildad y de la bondad misericordiosa de Cristo, que «siendo rico, por nosotros se hizo pobre» (2 Corintios 8, 9). Su pobreza enriquece a quien la abraza y la Navidad trae alegría y paz a quienes, como los pastores, acogen en Belén las palabras del ángel: «esto les servirá de señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre» (Lucas 2, 12). Sigue siendo el signo también para nosotros, hombres y mujeres del siglo XXI. No hay otra Navidad” (Benedicto XVI).

Para ayudar a vivir en familia esta hermosa tradición les proponemos estas orientaciones expuestas por una madre de familia que junto con su esposo preparan y montan el Nacimiento con toda su familia. 1. Dedicar tiempo a montar el Belén o Nacimiento en casa. Colaboramos

todos, y cada uno aporta lo mejor de sí mismo. Es como algo que les va atrayendo cada vez más, a fuerza de poner empeño. Para que todos tengan interés por montar el Nacimiento es importante incorporar algunas tradiciones que realmente cautivan.

2. Decidir juntos cómo vamos a montar el nacimiento; qué pondremos en él; qué materiales usaremos; cómo haremos la decoración.

3. Luego, entre todos vamos a recoger y buscar lo que utilizaremos para prepararlo. Por ejemplo: recoger hierbas, musgo, piedras, arbustos, aserrín, cartones, maderas,.... cualquier cosa que pueda convertirse en un elemento de nuestro nacimiento. Los más pequeños se apasionan por encontrar algo que pueda ser útil, y se les despierta la imaginación. Con esa excusa, toda la familia hace una actividad común.

4. Buscar las figuritas en la tienda o fabricarlas de papel o cartón o de yeso o de barro o de plástico reciclado. Para ayudarse en esta preparación pueden buscar en internet algunas ideas. Por ejemplo, poner en el buscador: belén recortable.

5. Para poner el nacimiento, hay que preparar la casa, renunciar a una parte nuestra para plantar el Belén en el centro, a pesar de los inconvenientes. Exige un trabajo extra sacar todo lo que tenemos del Nacimiento del año pasado. La ilusión que produce en los pequeños ir descubriendo el contenido de cada una de ellas, un año más, compensa todos nuestros esfuerzos.

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6. Después viene la puesta en escena. Entre todos vamos dando algunas ideas y nos vamos poniendo de acuerdo. Y así vamos colocando todo donde va. Una idea importante: aunque se ponga otras cosas no es bueno recargarlo mucho y lo importante es que se vea a Jesús, María y José.

7. Como estamos en el Jubileo de la Misericordia sería bueno colocar bolas de Navidad poniéndoles a cada una el nombre de una obra de misericordia.

8. Pasada la fase técnica, le sigue la más artística, de pequeños elementos decorativos como la hierba, el serrín, la arenita... Todas las hierbas y otros elementos recogidos encuentran ahora su utilidad. Los pequeños son, ahora, los auténticos protagonistas.

9. Se puede poner una estrella con esta frase bíblica debajo: “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visita el Sol que nace de lo alto” (cfr Lc 1, 78).

10. Es bueno que en familia visitemos el Belén o Nacimiento de la Parroquia y los de las familias del Sector.

Oración familiar para la Cena de Noche Buena y la comida de Navidad

“Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visita el Sol que nace de lo alto” (cfr Lc 1, 78)

Orientaciones para preparar esta Oración familiar: Para que todos participen activamente es bueno que todos tengan una copia de la oración. Se tienen varias velas y una imagen del Niño Jesús en un lugar destacado. También, se puede hacer alrededor del Nacimiento. En la mesa se pueden colocar velas apagadas que se encenderán después de la lectura del Nacimiento. Se coloca en un lugar visible esta frase bíblica: “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visita el Sol que nace de lo alto” (cfr Lc 1, 78).

1. Canto navideño o música instrumental navideña.

2. Padre o Madre: En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Todos: Amén.

3. Padre o Madre: En este mes de Diciembre hemos iniciado el Jubileo de la Misericordia que se ha manifestado en Jesucristo. En la primera Navidad El nos visitó como Luz que nace de lo alto para librarnos de las tinieblas de la muerte y del pecado y guiar nuestros pasos por el camino de la Paz.

4. Un hijo o hija: Con el lema“Ámense como hermanos” (1Pe 3,8), resaltando el valor de la fraternidad, estamos reunidos para celebrar esta misericordia de Dios con nosotros que es el Nacimiento de Jesucristo, Hijo del Dios vivo, nacido de María por obra del Espíritu Santo. Escuchemos el Evangelio de San Lucas:

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Ámense como hermanos

5. Uno de los hijos/as: “Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando

que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.

Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.

Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.

Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor.

El ángel les dijo: «No teman, pues les anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: Les ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto les servirá de señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»

Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.»

Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.» Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. Palabra del Señor. (Se encienden las velas y se descubre la imagen del Niño Jesús)

6. Canto de Navidad

7. Padre o Madre:

Dios nos ha hecho una gran misericordia al enviarnos a su Hijo. Como nos dice el Papa Francisco: ”en la « plenitud del tiempo » (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios”. Demos gracias al Padre que ha querido amarnos con un corazón de carne a través de su Hijo, Sol nacido de lo alto para iluminar las tinieblas del pecado que quiere destruirnos y conducirnos a la muerte.

Contemplemos a Jesús nacido en la pobreza extrema que sigue haciéndose presente en todos los pequeños de este mundo, especialmente, en los más pobres y necesitados. Por eso, celebrar su Nacimiento nos compromete a ser misericordiosos como el Padre practicando las catorce obras de misericordia corporales y espirituales a favor de los que más necesitan.

Plan de Pastoral - Diciembre 2015

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Uno de los hijos/as: Ahora presentemos nuestras oraciones a nuestro Padre Dios diciendo: Ilumínanos Jesús para que seamos misericordiosos como tu Padre.• Por toda la Iglesia, para que contemplando a Jesús, misericordia del

Padre, hagamos que corra como un río la misericordia en nuestro pueblo. Oremos

• ParaquenosotrosquehemosrecibidolamisericordiadeDiosseamosmisericordiosos como el Padre. Oremos.

• Para que nosotros practiquemos las obras demisericordia corporalesdando de comer al hambriento; de beber al sediento, vestido al desnudo, acogida a los extranjeros que viven entre nosotros, asistencia a los enfermos, visitemos a los presos y digna sepultura a los muertos. Oremos.

• Pornuestrafamiliaparaquevivamoslasobrasdemisericordiaespiritualesdando consejo al que lo necesita, enseñando al que no sabe, corrigiendo al que se equivoca, consolando al triste, perdonando las ofensas, soportando con paciencia a las personas difíciles y rogando a Dios por los vivos y por los difuntos. Oremos.

• Por nuestra casa para que seamos misericordiosos unos con otrosperdonándonos y apoyándonos mutuamente. Oremos.

(Se pueden hacer otras peticiones espontáneas).

Concluyamos rezando todos juntos: Bendito seas Jesús, `porque en Ti el Padre Misericordioso

ha visitado y redimido a su pueblo, haciéndote una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo. Tú, eres la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; has realizado su misericordia a favor nuestro para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Te damos gracias porque eres el Sol que nace de lo alto, que por la entrañable misericordia de tu Padre, iluminas a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Amén. Todos se toman de la mano y rezan: Padre Nuestro, Ave María, Gloria.

Padre o Madre: Antes de concluir nuestra oración les invito a tomar en sus manos la imagen del Niño Jesús (o una vela). Al tenerlo en nuestras manos digamos un deseo para toda la familia en esta Navidad.

Bendición de los padres: Que Dios Padre Misericordioso les bendiga y les ilumine con el resplandor del Jesús, Sol que viene de lo alto, para que sean misericordiosos como el Padre en todo momento. Amén

Ahora démonos un abrazo de amor llenos de alegría diciéndonos:

Feliz Navidad. Canto alegre de Navidad.

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Ámense como hermanos

Lecturas y meditaciones diarias de Diciembre 2015Celebraciones Dominicales y Navideñas

Las lecturas están tomadas del Calendario Litúrgico 2015 de la Conferencia del Episcopado Dominicano.

1 Feria del Adviento

Martes Morado

Lectura del profeta Isaías 11, 1-10Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá

un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor.

No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas.

Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea.

La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente.

No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada. Palabra de Dios.

Salmo responsorial: 71. R/ “Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente”.

Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R.

Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R.

Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R.

Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol: que él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R. Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,21-24

En aquel tiempo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús: “Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.”

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Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: “¡Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que ven ustedes, y no lo vieron; y oír lo que oyen, y no lo oyeron”. Palabra del Señor.

Meditación

El pecado rompe la armonía entre los hombres y Dios y se manifiesta en un alejamiento entre los hombres, por tal motivo se rompe la fraternidad y el amor entre ellos. Vemos como en la primera lectura nos relata una de las grandes profecías mesiánicas de Isaías. El mesías, como verdadero y justo rey, está dotado del espíritu de Yahvé y posee sus dones. Él será un nuevo brote que nace de una raíz vieja para darnos nueva vida, una vida en fraternidad y el amor, estableciendo los lazos de unidad entre Dios y los hombres, estableciendo la unidad entre los hombres, salvándonos a todos.

Realmente, Dios no se reduce a un objeto, Él es Sujeto que se deja conocer y se manifiesta en la relación de persona a persona. La fe recta orienta la razón a abrirse a la luz que viene de Dios, para que, guiada por el amor a la verdad, pueda conocer a Dios más profundamente. Él devela sus secretos y su misterio sólo a los sencillos de corazón. Como lo hizo en María y como lo ha hecho a lo largo de todos los siglos. También quisiera hacerlo en nuestra oración de hoy y de cada día, contando con nuestra colaboración.

En muchas ocasiones, ¡nos duele el hecho de que Dios todavía no es conocido ni amado por todos los hombres! El mismo Jesús en su vida terrena experimentó el rechazo por parte del mundo, la incomprensión y la indiferencia. Rectifiquemos constantemente para no ser contagiados por maneras de pensar y de vivir contrarias a la fe y al espíritu sobrenatural. Jesucristo quiere revelarnos los tesoros de su Corazón y adentrarnos en su amistad, pero para ello necesitamos ser gente sencilla como dice el Evangelio.

Tenemos que crear conciencia de: ¡Cuánto nos ama el Padre para llamarnos sus hijos! Nuestro gozo como bautizado está en conocer al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Este amar y ser amados por Dios es la realidad profunda de la oración. En ella el cristiano va conociendo a Cristo y, a la vez, se va despojando de sí para asemejarse más a Él. Dejemos que la oración vaya esculpiendo nuestros corazones como el de Cristo, hagámonos humildes, dóciles a la gracia, obedientes y agradecidos con Dios en todo. Diciendo en cada momento: ¡Gracias, Padre, por el don de la fe! Que nos regalas.

Es importante hacer la experiencia de Jesucristo es la clave, la fuerza, el motor de todo nuestro ser y obrar como cristianos. Se trata de un encuentro personal, profundo, real con el amor de Cristo. De ahí nace el deseo de correspondencia, el celo apostólico y la caridad para con el prójimo.

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Ámense como hermanos

2 Feria del Adviento

Miércoles Morado Lectura del profeta Isaías 25, 6-10ª

En aquel día, el Señor todopoderoso preparará en este monte para todos los pueblos un banquete de exquisitos alimentos, un banquete de buenos vinos, sabrosos alimentos, vinos deliciosos. Y en este monte destruirá el velo que cubre a todos los pueblos, el lienzo que tapa a todas las naciones.

Destruirá la muerte para siempre, secará las lágrimas de todos los rostros, y borrará de la tierra la deshonra de su pueblo –lo ha dicho el Señor–. Aquel día dirán: «Este es nuestro Dios, de quien esperábamos la salvación, éste es el Señor en quién confiábamos; alegrémonos y hagamos fiesta pues él nos ha salvado». Porque la mano de Yahveh reposará en este monte, Moab será aplastado en su sitio como se aplasta la paja en el muladar. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial, 22. R/ “ Habitaré en la casa del Señor por años sin término.”

El Señor es mi pastor, nada me falta. En prados de hierba fresca me hace descansar; me conduce junto a aguas tranquilas y renueva mis fuerzas. R.

Me guía por la senda del bien, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por un valle tenebroso, ningún mal temeré, porque tú estás conmigo; tu vara y tu bastón me dan seguridad. R.

Me preparas un banquete para envidia de mis adversarios, perfumas con ungüento mi cabeza y mi copa está llena. R.

Tu amor y tu bondad me acompañan todos los días de mi vida; y habitaré por siempre en la casa del Señor. R.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 15, 29-37En aquel tiempo, llegó Jesús a la orilla del lago de Galilea; subió a la

montaña y se sentó allí. Se le acercó mucha gente trayendo tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y otros muchos enfermos; los pusieron a sus pies y Jesús los curó. La gente se maravillaba al ver que los lisiados quedaban curados, los ciegos veían, los mudos hablaban y los tullidos caminaban; y se pusieron a alabar al Dios de Israel.

Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento lástima de esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen nada para comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen por el camino».

Los discípulos le dijeron: «¿Dónde vamos a conseguir pan en este lugar despoblado para dar de comer a tanta gente?» Jesús les preguntó: «¿Cuántos panes tienen?» Ellos contestaron: «Siete, y unos pocos pescados».

Entonces Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y se los iba dando a los discípulos y éstos a la gente. Todos comieron hasta hartarse, y con lo que sobró llenaron siete canastos. Palabra del Señor.

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Meditación

El gozo del Adviento es ver llegar el cumplimiento de la promesa de Dios a su pueblo, es el preludio de la venida de Jesús a nuestra tierra. Es tiempo de esperanza. Todas las lecturas buscan fundamentar y acrecentar nuestra esperanza. Sea la que sea la situación actual de la sociedad, de cada uno de nosotros, siempre hay esperanza para un seguidor de Jesús, siempre nos queda un futuro mucho mejor que nuestra realidad actual. En el Antiguo Testamento, en la mentalidad judía, ese futuro mejor, con frecuencia, los profetas lo describen como “un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera”. El profeta Isaías añade que ese festín no producirá “resaca”, malestar posterior, en los que coman y beban en abundancia, porque se celebrará en un tiempo de la historia en el que “el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y aniquilará la muerte para siempre”. Esta sublime y esperanzadora tarea la viene a realizar Jesús de Nazaret. “Yo soy la resurrección y la vida quien cree en mí, aunque muera, vivirá para siempre”.

Esta llegada de Jesús requiere una actitud personal de prepararnos interiormente de alma, mente y corazón son la disponibilidad de ser parte de ese proceso firme de esperar al salvador. Para Él limpiarme del pecado, yo tengo que estar consciente de que estoy sucio y necesito ser purificado para así sentir el gozo de su presencia en mi vida.

En este evangelio de hoy se nos muestran dos signos del proyecto del reino dados por Jesús: el primero es la curación de los enfermos, signo de liberación para con los excluidos por la sociedad y las estructuras presentes, con el fin de restablecer las condiciones de vida y dignidad que les han sido negadas. El segundo es la multiplicación de los panes para satisfacer las necesidades más urgentes de quienes le siguen, dicho milagro se obra a partir del compartir solidario entre las personas con sentido de responsabilidad, siendo capaces de romper con el egoísmo y dar de lo que se tiene en la construcción de una comunidad más justa, donde haya pan y dignidad para todos. También nos invita a tomar conciencia y ser responsables de los signos del reino: re-digni-ficar a los que son excluidos hoy en nuestra sociedad y ser constructores de solidaridad en medio de tantos rostros concretos que pasan situaciones de marginación por causa de las estructuras que enajenan al ser humano.

Preguntémonos ¿cómo estamos haciendo nosotros para restablecer esas condiciones de vida y dignidad desde donde me encuentro? Y cuáles son mis propias actitudes del compartir solidario en mi propio entorno? Por amor estoy dando lo que tengo: (tiempo, dinero, conocimiento, etc.…) para construir con Cristo el reino de salvación entre mis hermanos?

3 Memoria Obligatoria: San Francisco Javier, Presbítero

Jueves Blanco Lectura del profeta Isaías 26, 1-6

Aquel día se cantará este canto en el país de Judá: «Tenemos una ciudad fuerte; ha puesto el Señor para salvarla murallas y baluartes: Abran

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Ámense como hermanos

las puertas para que entre el pueblo justo, el que se mantiene fiel; su ánimo está firme para conservar la paz, porque confía en ti. Confíen siempre en el Señor, porque el Señor es la roca perpetua: doblegó a los que habitaban en la altura; derribó a la ciudad encumbrada, la derribó hasta el suelo, la arrojó en el polvo, y la pisan los pies, los pies de los humildes, las pisadas de los pobres». Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 117R/ “Bendito el que viene en nombre del Señor.”

Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza. R.

Ábranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios. Esta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación. R.

Libéranos, Señor, y danos tu victoria. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine. R.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 21.24-27En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice

“¡Señor, Señor!” entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

El que escucha mis palabras y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, bajaron las crecientes, soplaron los vientos y arremetieron contra la casa; pero no se cayó, porque estaba cimentada sobre roca.

El que escucha mis palabras y no las pone en práctica, se parece a un hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, bajaron las crecientes, soplaron los vientos y chocaron contra la casa; y la arrasaron completamente». Palabra del Señor.

Meditación

Para exclamar con firmeza la protección de Dios, primero es ser un pueblo justo, que observa la lealtad a su Dios. “Si Dios está con nosotros, quién podrá levantarse victorioso sobre nosotros; el Señor es nuestro auxilio y defensa; el Señor está de parte nuestra; Él es el Dios-con-nosotros, y permanece con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, no dicho solo de palabra, sino, estar seguro de ello.

Siempre nos deslumbran las cosas pasajeras; y a veces hemos querido cifrar nuestra felicidad en la posesión de los bienes terrenos; sin embargo, el Señor nos promete participar de su propia vida; y nos pide que trabajemos por su Reino; si lo hacemos, todo lo demás vendrá a nosotros por añadidura, lo doloroso es que nos preocupamos por las añadiduras y nos olvidamos del reino de Dios.

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Es de sabio abrir los ojos del espíritu para contemplar el gran amor que Dios nos ha manifestado por medio de su Hijo Jesucristo, dándonos una nueva vida. Hemos de abrir los oídos de nuestro corazón para que descienda a él la Palabra que Dios pronuncia sobre nosotros, de tal forma que, como una buena semilla en un buen terreno, produzca abundantes frutos de salvación. Así seremos constructores de paz, y viviremos como hermanos amándonos como Cristo nos amó. «La Iglesia de Cristo será realmente un recinto de justicia, de alegría, de paz y de amor fraterno».

Muchas veces pensamos que participando de los Sacramentos ya somos personas espirituales y ya nos hemos salvado; la espiritualidad y la salvación son esto y algo más, es que los Sacramentos den frutos dentro de nosotros, frutos de amor, santidad, fraternidad y de una entrega total a Dios sirviendo a nuestros hermanos, diciendo lo que decía Pablo: no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí. Todos queremos entrar en el Reino de Dios, Cristo nos afirma: El que cumple la voluntad del Padre entrará en el Reino de los Cielos.

Esto está claro en el evangelio de hoy: no es espiritual el que grita mucho “Señor, Señor”, sino el que practica las obras que el Señor quiere, el que se hace hermano y practica la fraternidad. Por eso, Jesús dice el que escucha estas palabras mía y las pone en práctica. De manera, que debemos animarnos a practicar más que a hablar, más que a gritar. “Obras son amores…” Seamos personas prácticas, personas de acciones buenas y así seremos personas de profunda espiritualidad.

4 Feria o Memoria Libre: San Juan Damasceno, Presbítero y Doctor de la Iglesia

Viernes Morado o Blanco

Lectura del profeta Isaías 29, 17-24Esto dice el Señor: « ¿Acaso no está el Líbano a punto de convertirse

en un vergel y el vergel en un bosque? Aquel día los sordos oirán las palabras de un libro; los ojos de los ciegos verán sin tinieblas ni oscuridad; los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel; porque ya no habrá opresores y los altaneros habrán sido exterminados. Serán aniquilados los que traman iniquidades, los que con sus palabras echan la culpa a los demás, los que tratan de enredar a los jueces y sin razón alguna hunden al justo».

Esto dice a la casa de Jacob el Señor que rescató a Abrahán: «Ya no se avergonzará Jacob, ya no se demudará su rostro, porque al ver mis acciones en medio de los suyos, santificará mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los extraviados de espíritu entrarán en razón y los inconformes aceptarán la enseñanza». Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 26R/ “El Señor es mi luz y mi salvación.”

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R.

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Ámense como hermanos

Lo único que pido, lo único que busco, es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia. R.

La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía. R.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 27-31Cuando Jesús salía de Cafarnaún, lo siguieron dos ciegos, que gritaban:

«¡Hijo de David, compadécete de nosotros!» Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: «Creen que puedo hacerlo?» Ellos le contestaron: «Sí, Señor».

Entonces les tocó los ojos, diciendo: «Que se haga en ustedes conforme a su fe». Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: «Que nadie lo sepa». Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región. Palabra del Señor.

Meditación

¡Extra! ¡Extra! Excelente noticia para cada uno de nosotros: Los ciegos verán y la oscuridad dejará paso a la luz, los sordos oirán, los oprimidos volverán a alegrarse y los pobres gozarán con el Santo de Israel. Imaginemos cómo sería nuestro país si un día despertáramos y nos creyéramos desde el corazón que la profecía de Isaías se había materializado totalmente. ¡Cuánto optimismo nos trae el profeta y Jesús! ¿Utópico? ¿Irreal? ¿Posible? ¿Sueños inalcanzables? ¡Parece imposible pero para Dios nada es imposible! Así son los planes de Dios para nosotros hoy.

Leer al profeta implica leerlo desde nuestra historia personal y social. Seguir a Jesús es tener fe en la insistencia de seguir su plan, su proyecto, su sueño: nuestro plan, proyecto y sueño. Dios insiste en dar vista para que se cumplan sus promesas. Sigue pidiendo confianza para que podamos, como el salmista, gritar al mundo: “el Señor es mi luz y mi salvación” para que recibamos ánimo y mantengamos la esperanza.

Es sorprendente, contemplar a estos dos ciegos con sus bastones por el camino. Van corriendo “a trompicones”. Quizás siguen apresuradamente a algún lazarillo que les lleva detrás de Jesús hasta que agotados lo alcanzan. Pero el Maestro parece no darse cuenta de su estado. Les pregunta: “Creen que puedo curarlos...” ¿No habrían demostrado ya su fe corriendo a ciegas, y aun clamando misericordia por el camino? Jesús quiere provocar en ellos una adhesión plena porque eran hombres iluminados por la fe. Para ellos, recuperar la vista física será consecuencia de esa otra visión, más necesaria y profunda: su fe. El verdadero milagro es invisible y está en el interior de cada hombre que cree sin dudar.

Tenemos que separar dos aspectos que son en apariencia contradictorios pero sirven al fin último de Jesús: a) los intereses de los ciegos eran común, “que Cristo lo sanara”, b) Cristo muestra su compasión amorosa curándolos, pero para que vieran la manifestación del reino de Dios. Nos podemos preguntar: ¿a qué vamos a la Iglesia? Por pretensiones personales o en busca del reino de Dios, la vida eterna?

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5 Feria del Tiempo de Adviento

Sábado Morado Lectura del profeta Isaías 30, 18-21.23-26

Esto dice el Señor, el Santo de Israel: «Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no tendrás que llorar: el Señor misericordioso se apiadará de ti cuando clames a él, en cuanto te oiga, te responderá.

El Señor les dará pan en la escasez, agua en la necesidad; tu Maestro no se esconderá ya, con tus ojos verás a tu Maestro; cuando te desvíes a derecha o izquierda, oirás con tus oídos una palabra a la espalda: “Este es el camino, síganlo”.

El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en tu tierra; y el alimento que produzca la tierra será abundante y sustancioso; aquel día pastarán tus ganados en amplias praderas. Los bueyes y los burros que trabajan la tierra comerán un sabroso forraje, aventado con pala y horquilla

En toda montaña alta y en toda colina elevada habrá arroyos y corrientes de agua el día de la gran matanza, cuando las torres caigan. El día que el Señor vende la herida de su pueblo y sane las llagas de sus golpes, la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces mayor». Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 146R/. Dichosos los que esperan en el Señor.

Alaben al Señor, que la música es buena; nuestro Dios merece una alabanza armoniosa. El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de Israel. R/.

El sana los corazones destrozados, venda sus heridas. Cuenta el número de las estrellas, a cada una la llama por su nombre. R/.

Nuestro Señor es grande y poderoso, su sabiduría no tiene medida. El Señor sostiene a los humildes, humilla hasta el polvo a los malvados. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 35-38; 10, 1.6-8En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando

en las sinagogas judías, anunciando la buena noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.

Al ver a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y desorientados como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos; rueguen por tanto al dueño de la cosecha que envíe trabajadores a recogerla».

Después, llamando a sus doce discípulos, Jesús les dio poder para expulsar espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. Les dijo: «Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Vayan y proclamen que está llegando el Reino de los cielos. Curen a los enfermos, limpien a los leprosos, resuciten a los muertos, expulsen a los demonios. Gratis lo han recibido, entréguenlo también gratis». Palabra del Señor.

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Ámense como hermanos

Meditación

Podemos notar que éste evangelio consta de dos partes: (a) Un breve resumen de la actividad apostólica de Jesús (Mt 9,35-38) y (b) el inicio del “Sermón de la Misión” (Mt 10,1.5-8). Mateo 9,35: Resumen de la actividad misionera de Jesús. “Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia”. Jesús se dirigía a las ovejas perdidas de Israel”. ¿Quiénes eran estas ovejas perdidas de Israel? Eran las personas pertenecientes al pueblo de Dios, «los Judíos».

Cristo, Pastor, después de una pesca milagrosa, llamó pescadores de hombres a los suyos. Ahora, su inquietud por salvar a los hombres se ve reflejada en la imagen del campo: la mies y los trabajadores que habrán de reunir la cosecha de las almas. Él es el primero en dar ejemplo de ese irresistible amor de Dios que sale a la búsqueda del hombre que está perdido.

Nos damos cuenta que en todas partes y a todas horas, Cristo es eminentemente apostólico y los que le siguen han de participar de su misma inquietud. No busca cristianos adormecidos, perezosos, haraganes, en los tiempos libres o feligreses fugaces de los domingos. El que quiera seguir a Cristo tendrá de remangarse y participar activamente en esa misión del Reino. ¿Por qué? Porque grande es la necesidad de las almas y muchas las que no le conocen. Muchos son los que andan desviados buscando su felicidad en los lugares donde nos está. Almas espiritualmente extenuadas, sin fuerzas para alcanzar los bienes del espíritu. Almas sin alguien que les indique el camino. Almas que no han conocido a Cristo, «el Camino que conduce a Él».

Jesús nos hace partícipes de su misión: proclamar la Buena Nueva de justicia e igualdad en medio de una sociedad que elimina totalmente a las personas. Tal proclamación tiene una preferencia especial por los enfermos y dolientes, es decir, los excluidos. Jesús les entrega el poder para sanar, y los envía al servicio de los demás, ya que seguirle es un compromiso de responsabilidad frente a todo ser humano en situación de opresión y esclavitud.

El adviento es tiempo de reflexión y de revisión de vida. Adviento es tiempo de fraternidad. Nosotros, como cristianos, debemos revisar nuestra vida para ver si realmente somos continuadores de la misión de Jesús en el anuncio del Reino, en la creación de unas condiciones dignas de vida. Debemos ser conscientes de que proclamar la Buena Nueva nos exige una entrega total en el día a día a los demás.

Son importantes dos acciones de Jesús que aún hoy se siguen realizando en el plano de la misión: primero, elige a doces de sus discípulos para que realicen el trabajo de la Misión y segundo, ve la inmensidad del trabajo y pide a los discípulos que oren al Padre para que envíe más trabajadores a su Mies. Hoy, tú y yo estamos llamados a ser esos trabajadores, no te fijes en lo que hacen otros ni los critiques, has tú lo que tienes que hacer.

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6 II Domingo de Adviento

II Semana Liturgia de las Horas Morado

Preparemos el camino del Señor creciendo en el amor fraterno y solidario

Algunas orientaciones para esta Celebración: Colocar el lema del mes en un lugar

visible./ subrayar el valor del ¨la fraternidad. Destacar el lema del día / preparar un letrero indicando el Día de la pastoral social. Acoger con especial atención a los adolescentes y jóvenes en situaciones de riesgo, así como a las viudas consagradas. Los jóvenes de la Pastoral Juvenil pueden dramatizar el Evangelio. Para la preparación de esta celebración tomar en cuenta los integrantes de la Pastoral Social. Subrayar la labor de los que trabajan en esta Pastoral.

Monición ambiental:Hermanos y hermanas con amor fraterno en su inmensa misericordia

nos convoca el Señor una vez más, para que celebremos con gozo, con esperanza la eucaristía de hoy Segundo Domingo del Tiempo de Adviento.

La palabra de hoy se centra en el llamado al arrepentimiento para el perdón de los pecados, y así preparar el camino, para recibir al Salvador, que es el acontecimiento más importante de la humanidad, Dios mismo a través de su Hijo se hace presente entre nosotros, por pura misericordia del Padre, para que al reconciliarnos nos amemos como hermanos y vivamos en fraternidad.

Hace 504 años Fray Antón de Montesinos, de los Padres Dominicos en nuestra tierra quisqueyana, siendo sensible a la solidaridad, hicieron suyas las necesidades y el dolor de los indígenas y acogiendo la palabra del Señor “Ámense como hermanos” (1Pe 3,8); en un gesto de fraternidad y valentía alzaron sus voz en defensa de los indígenas sometidos a múltiples maltratos por los españoles.

Por eso, recordando ese acontecimiento cada Segundo domingo de adviento celebramos el día de la Pastoral Social. Recordamos a todos los que testimoniando su fe y con profundo sentimiento fraterno han acompañado a tantos hermanos y hermanas que ayer como hoy sufren por las desigualdades sociales.

Oremos al Señor para que nos dé la fuerza para asumir nuestro compromiso cristiano, trabajemos por cuanto necesitan de nosotros, por los excluidos de la sociedad y todos los están en condiciones de riesgo.

Con gozo y esperanza dispongámonos a celebrar esta Eucaristía en el día del Señor, recibiendo a Jesús que llega en la persona de quien preside, cantamos.

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Ámense como hermanos

Antes del Acto Penitencial: Encendemos las 2 velas de Adviento.Dos personas de la Comisión de la Pastoral Social. Se entona un canto

de Adviento. Se hace luego la oración siguiente. Oración: Señor Jesús, Tú, sensible y solidario, hiciste tuyas las

necesidades de todos y de todas y por eso con amor fraterno viniste y vienes para llenarnos de tu luz. Permítenos, que al encender las dos velas de esta Corona de Adviento, tu luz encienda en nosotros el deseo de servir a los demás, especialmente a todos los que sufren, a los desprotegidos, a los adolescentes y jóvenes en situaciones de riesgo y a la viuda consagradas Haz que podamos anunciar con gozo y esperanza tu presencia aun en medios de las dificultades, danos la valentía de denunciar los males que nos impiden vivir la fraternidad y amarnos como hermanos mientras esperamos tu retorno lleno de gloria. Que el fuego de tu Santo Espíritu nos llene de luz para que podamos ser testigos de tu Evangelio en medio del mundo. Bendice y fortalece a todos los que trabajan en la Pastoral Social. Amén

Primera Lectura Baruc 5,1-9 El profeta Baruc anuncia al pueblo afligido un mensaje de esperanza, su

pronta liberación, Dios sensible y cercano les mostrará su esplendor y su gloria. Esta misma esperanza nos anima hoy a nosotros junto a la Pastoral Social en el trabajo por una sociedad mejor, sin violencia ni corrupción donde nada nos impida vivir en fraternidad y amarnos como hermanos. Escuchemos.

Lectura del profeta Baruc Jerusalén, quítate tu ropa de duelo y aflicción, y vístete para siempre el

esplendor de la gloria que viene de Dios. Envuélvete en el manto de la justicia que procede de Dios, pon en tu cabeza la diadema de gloria del Eterno. Porque Dios mostrará tu esplendor a todo lo que hay bajo el cielo. Pues tu nombre se llamará de parte de Dios para siempre: <<Paz de la Justicia>> y <<Gloria de la Piedad>>.

Levántate, Jerusalén, sube a la altura, tiende tu vista hacia el Oriente y ve a tus hijos reunidos desde oriente a occidente, a la voz del Santo, alegres del recuerdo de Dios.

Salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero Dios te los devuelve traídos en triunfo como sobre un trono real. Porque ha ordenado Dios que sean rebajados todo monte elevado y los collados eternos, y colmados los valles hasta allanar la tierra, para que Israel marche seguro bajo la gloria de Dios.

Y hasta las selvas y todo árbol aromático darán sombra a Israel por orden de Dios. Porque Dios guiará a Israel con alegría a la luz de su gloria, con la misericordia y la justicia que vienen de él. Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6. R / El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, / nos parecía soñar; la boca

se nos llenaba de risas, / la lengua entre cantares. / R. Hasta los gentiles decían: / “El Señor ha estado grande con ellos”. El Señor

ha estado grande con nosotros, / y estamos alegres. / R.

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Que el Señor cambie nuestra suerte/como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lagrimas, / cosechan entre cantares.

Al ir, iban llorando, / llevando la semilla, al volver, vuelven cantando trayendo sus gavillas. / R.

Segunda Lectura: Filipenses 1,4-6.8-1 Pablo movido el gran amor a la comunidad de Filipo les agradece su

solidaridad fraterna con él y ora porque crezca su amor y sean fieles hasta el final. Escuchemos

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses 1,4-6.8-11 Rogando siempre y en toda mis oraciones con alegría por todos ustedes a

causa de la colaboración que han prestado al Evangelio, desde el primer día hasta hoy; firmemente convencido de que, quien inició en ustedes la buena obra, la irá consumando hasta el Día de Cristo Jesús.

Pues testigo me es Dios de cuánto los quiero a todos ustedes en el corazón de Cristo Jesús. Y lo que pido en mi oración es que su amor siga creciendo cada vez más en conocimiento perfecto y todo discernimiento, llenos de los frutos de justicia que vienen por Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios. Palabra de Dios.

Aleluya Lc3, 4-6Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.

Todos verán la salvación de Dios

Evangelio: Lucas 3,1-6 Para ver la salvación de Dios es necesario preparar el camino del Señor

enderezando, rellanando, rebajando lo que impide vivir la fraternidad y la solidaridad con los más necesitados. De pie aclamemos cantando al Señor que nos hablará en este momento.

+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procu-

rador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.

Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz que clama en el desierto:

“Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios”. Palabra del Señor.

Oración de los FielesEl que preside: Llenos de esperanza en el Padre que nos regala su

salvación presentamos nuestras súplicas diciendo: Venga tu Reino, Padre”

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Ámense como hermanos

1. Por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes y diáconos, consagrados y consagradas; para que a ejemplo de Juan Bautista, prediquen el perdón de los pecados y la reconciliación de los hombres con Dios. Roguemos al Señor.

2. Por los gobernantes de todos los países, para que trabajen por mejorar las condiciones ambientales de nuestra casa común -la tierra- y promuevan la fraternidad entre los pueblos. Roguemos al Señor.

3. Por los enfermos, los marginados, los ancianos y los necesitados; para que a través de la Pastoral Social encuentren apoyo para resolver su situación. Roguemos al Señor.

4. Por los adolescentes y jóvenes de nuestras comunidades en situaciones de riesgo, para que en este tiempo de Adviento escuchen la voz del Señor y se animen a buscarle y servirle. Roguemos al Señor.

5. Por todos los que dentro de la Pastoral Social tienen como misión consolar y animar a los que han perdido toda esperanza, para que lleven a ellos el anuncio de la llegada del Señor que libera y salva. Roguemos al Señor

6. Por todos nosotros, para que en este tiempo de espera y compartir fraterno especialmente con los más pobres, acojamos el llamado del Señor a una verdadera conversión y nos amenos como hermanos. Roguemos al Señor.

El que preside: Acoge, Padre, nuestras oraciones y aviva en nosotros la esperanza para que sepamos trabajar por tu Reino, disponiéndonos a preparar el camino para que Tú completes en nosotros la buena obra que Tú has iniciado. Por Jesucristo nuestro Señor.

7 Memoria Obligatoria: San Ambrosio, Obispo y Doctor de la Iglesia

Lunes Blanco

Lectura del Profeta Isaías 35,1-10 El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa,

florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarión.

Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortalezcan las manos débiles, robustezcan las rodillas vacilantes; digan a los cobardes de corazón: «Sean fuertes, no teman. Miren a su Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y los salvará.» Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. El páramo será un estanque, lo reseco, un manantial. En el cubil donde se tumbaban los chacales brotarán cañas y juncos. Lo cruzará una calzada que llamarán Vía Sacra: no pasará por ella el impuro, y los inexpertos no se extraviarán. No habrá por allí leones, ni se acercarán las bestias feroces; sino que caminarán los redimidos, y volverán por ella los rescatados del Señor. Vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán. Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial: 84“Nuestro Dios viene y nos salvará”

Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R.

El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R.

Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 5,17-26 Un día estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y

maestros de la ley, llegados de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor lo impulsaba a curar. Llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico y trataban de introducirlo para colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo, a causa del gentío, subieron a la azotea y, separando las losetas, lo descolgaron con la camilla hasta el centro, delante de Jesús. Él, viendo la fe que tenían, dijo: «Hombre, tus pecados están perdonados.» Los escribas y los fariseos se pusieron a pensar: «¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados más que Dios?» Pero Jesús, leyendo sus pensamientos, les replicó: «¿Qué piensan en su interior? ¿Qué es más fácil: decir “tus pecados quedan perdonados”, o decir “levántate y anda”? Pues, para que vean que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados... –dijo al paralítico–: A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa.»

Él, levantándose al punto, a la vista de ellos, tomó la camilla donde estaba tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios. Todos quedaron asombrados, y daban gloria a Dios, diciendo llenos de temor: «Hoy hemos visto cosas admirables.» Palabra del Señor

Meditación

Hoy se nos manifiesta la alegría y esperanza que da el anuncio de liberación. Donde los ciegos ven y florece el desierto. Dios será quien vendrá a salvar a los pueblos. El mensaje es la alegría salvadora del redentor Cristo Jesús. Esta lectura nos levanta el ánimo para que sigamos nuestra misión. Isaías anuncia una señal, la esperanza en el reino y nosotros también estamos llamados a anunciar la esperanza del reino, a anunciar y vivir en fraternidad.

En su Misión, Jesús enseña con palabras y gestos (signos).”Hechos y palabras”. ¿Era Jesús, como buen judío, sólo un buen creyente? O ¿Se presentaba como promotor de una nueva religión? Jesús aprovecha la pregunta de éstos para demostrarles que no era discípulo de Moisés, sino el Maestro de todos ellos. Y esto provoca el escándalo: “¿Cómo se las va a dar de maestro ante ellos un hombre sin estudios ni títulos?” Ellos esperaban que la venida de Dios, del Mesías, confirmase sus enseñanzas y reconociera sus méritos. Y se encuentran con un Jesús, que se mezcla

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Ámense como hermanos

con el pueblo sencillo menospreciado por ellos. No pueden creer en él y, entonces, empieza la oposición, el enfrentamiento. Con el perdón y la curación del paralítico, Jesús da tres respuestas a la vez: al enfermo, a sus amigos y a los fariseos:

1ª. El paralítico se había preguntado muchas veces “por qué Dios le había castigado a él”, ya que creían los judíos que la enfermedad era un castigo divino por los pecados cometidos. Y dudaba de si para él podría hacerse el milagro. Pero, en cuanto logran acercarlo a Jesús, sus miradas se cruzan y, en un momento, todo cambia en él: siente la seguridad del perdón, que le hacía sufrir más que la misma enfermedad.

2ª Los amigos invitan al paralítico a que busque la curación. Y le ayudan. Vencen el “qué dirán”, vencen también la oposición de los fariseos y, manos a la obra, derribando obstáculos y contrariedades, y hasta parte del propio techo de la terraza, lo descuelgan y lo acercan a Jesús.

3ª Los fariseos y maestros de la Ley se escandalizan ante el perdón concedido por Jesús, porque no creen que sea el Hijo de Dios. Para ellos, sólo es Dios el que puede perdonar los pecados. El perdón no se compra con ofrendas, ni penitencias, ni prácticas religiosas. Es don gratuito del Padre, fruto del encuentro con El.

8 Solemnidad: La Inmaculada Concepción de la Virgen María

Martes Blanco o Azul23º Aniversario de la Ordenación episcopal de Mons. Antonio

Camilo González, Obispo Emérito de la Vega.8º Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Valentín Reynoso

Hidalgo, MSC, Obispo Auxiliar de Santiago de los Caballeros

Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20. Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: “Dónde

estás?” El contestó: “Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí”.

El Señor le replicó: “¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol que te prohibí comer?” Adán respondió: “La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí”. El Señor dijo a la mujer: “¿Qué es lo que has hecho?”. Ella respondió: “La serpiente me engañó, y comí”.

El Señor Dios dijo a la serpiente: “Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón”. El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 97R/ “Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas”.

Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.

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El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.

Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; griten, vitoreen, toquen. R.

Lectura de la carta de san Pablo a los Efesios 1, 3-6. 11-12. Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha

bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. El nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. El nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad.

Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Palabra de Dios.

Lectura del santo evangelio según San Lucas 1, 26-38 El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de galilea llamada

Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres”.

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: “No temas, María, porque has encontrado gracia ante

Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”.

Y María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del

Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible”. María contestó: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y la dejó el ángel. Palabra del Señor.

Meditación

Vemos como el Antiguo Testamento nos relata una historia de pecado y de gracia. Frente a la amarga desobediencia, Dios les da tres sentencias y una promesa de amor. Podemos afirmar que todo el Antiguo Testamento es el libro de la promesa y el Nuevo es el cumplimiento de ella.

Las promesas de un corazón nuevo y de una vida enteramente orientada por la voluntad de Dios se realizaron por primera vez en la historia

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Ámense como hermanos

en María, en quien comenzaron a despuntar la luz y santidad de Cristo redentor. En María Inmaculada se revela la voluntad amorosa de un Dios que creó a la humanidad, liberó de la esclavitud a un pueblo recreándolo para la comunión con él y que desde siempre ha deseado recrear a cada ser humano a imagen del Verbo eterno. La Virgen Inmaculada es ese bello y luminoso pórtico de Cristo, la «nueva creación» por excelencia, «el hombre nuevo creado a imagen de Dios» lleno del Espíritu de Dios (Ef 4,24), cuya venida y obra redentora iluminan ya la historia de pecado de la humanidad en la concepción inmaculada de su Madre María.

Por siempre, María es «llena de gracia» desde el primer instante de su ser, «ha hallado gracia delante de Dios». Esto naturalmente tiene que ver con su concepción en el vientre de su madre, con el primer momento de su existencia. En ese instante Dios no se ha limitado a realizar en ella un gesto negativo, liberándola de la mancha original y de pecado. Dios la ha llenado de gracia y de esa forma hace que sea Inmaculada. Por eso ella ha nacido Inmaculada. Ella es también Inmaculada porque se dejó plasmar continuamente por el Espíritu Santo, de forma que vivió y se expresó siempre como persona absolutamente nueva, libre, toda de Dios y dueña de sí. Ella es la Inmaculada desde la Anunciación hasta Pentecostés «se nos presenta como mujer enteramente disponible a la voluntad de Dios», por eso es «la Inmaculada Concepción, “la llena de gracia por Dios” (Lc 1,28.)

Varias son las ideas que impresionaron a los cristianos que oraban con las Sagradas Escrituras y buscaban la luz de la revelación de Dios; así vieron que Dios tenía un propósito para su creación y que cada creyente había sido escogido en Cristo “antes de la creación del mundo” (Efesios 1,4). Dios hace preparativos para el futuro, verdad que queda expresada en cada una de las profecías referentes al Mesías.

Cuando pensamos en el “Sí” de María a la propuesta de Dios, lo podemos imaginar en un ambiente casi de novela “romántica”, y olvidar que con ese “Sí”, toda su vida quedó comprometida. La respuesta que ella dio no era algo espontáneo o “lógico”. María dirá que sí, más por confianza y fe, que por conocimiento. Él sabrá encontrar las soluciones a todos los problemas, pero hacía falta fe, hacía falta abandono total a su voluntad, esto es lo que nos hace falta a nosotros.

9 Feria de Adviento

Miércoles Morado

Lectura del profeta Isaías 40,25-31¿A quién pueden compararme, que me asemeje?», dice el Santo. Alcen

los ojos a lo alto y miren: ¿Quién creó aquello? El que cuenta y despliega su ejército y a cada uno lo llama por su nombre; tan grande es su poder, tan robusta su fuerza, que no falta ninguno. ¿Por qué andas hablando, Jacob, y diciendo, Israel: «Mi suerte está oculta al Señor, mi Dios ignora mi causa»? ¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído? El Señor es un Dios eterno

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y creó los confines del orbe. No se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia. Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; se cansan los muchachos, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 102R/ “Bendice, alma mía, al Señor”

Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R.

Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. R.

Lectura del santo evangelio según San Mateo 11,28-30En aquel tiempo, exclamó Jesús: Vengan a mí todos los que están

cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera. Palabra del Señor

Meditación

Dios siempre se ha mostrado dispuesto a estar a favor del pobre y del débil. La palabra de la Escritura es un testimonio constante de esa actitud de Dios.

Desde los tiempos de la liberación del pueblo en Egipto, luego desde los anuncios proféticos a favor de los oprimidos por el mismo pueblo, en tiempos del exilio, en tiempos de las conquistas de pueblos violentos, etc., Dios siempre ha mostrado su favor y su parcialidad hacia los más pobres. Dios es el Padre de los pobres y es nuestro padre, por tanto los pobres son nuestros hermanos y debemos vivir con ellos la fraternidad.

El yugo que oprimía al pueblo al cual se refiere el texto de hoy era la Ley (llamada así por el mismo pueblo). Tanta multiplicación de leyes y preceptos, tanta dependencia de la estructura religiosa (613 leyes) podía hacer olvidar a ese Dios que buscaba a los pobres del pueblo para estar con ellos. La estructura religiosa, por lo tanto, en lugar de proporcionar el espacio sagrado para el encuentro del hombre y la mujer con el Dios del pueblo, cercaba a Dios en un ámbito al que sólo accedían algunos privilegiados por el poder.

Con amor, Jesús pide que el pueblo se acerque a Él. Más allá de cualquier yugo, el suyo es el más liviano. Y no es que no pese. Acercarse a Jesús implicará luchas, desalientos, y hasta persecuciones. Pero aun esto es más digno que el yugo de las superestructuras que oprimen las conciencias. En cambio, el seguimiento a Jesús es producto de la libertad y lleva a la liberación más primaria: la del espíritu.

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Ámense como hermanos

El “yugo” es el instrumento de madera con el cual se sujetan el par de bueyes o mulas para tirar del arado o del carro. Jesús lo usa como una imagen que evoca la vida misma del hombre con sus afanes y responsabilidades. Porque todo hombre debe soportar una “carga” más o menos pesada y nadie está exento de ella. Por eso, bien visto, el “yugo” que Jesucristo nos ofrece tiene sus ventajas. Quizás no siempre sabemos apreciarlas: pero, ¿por qué no lo buscamos más a menudo?

Jesús quiere hacernos “liviana” nuestra carga. Y una vez más, si tenemos oídos no podemos dejar de atender: “Venid a mí... yo os daré descanso (...) porque mi yugo es suave y mi carga ligera”. No podemos con las cargas de la vida sin Jesucristo, y de esto nos debemos convencer.

“Si realmente conocieras el don de Dios, (...) tú le habrías pedido a Él...” (Jn 4, 10). Algo así, nos podría decir Jesucristo a cada uno cuando conociéndole no acudimos a Él. Porque todos experimentamos el cansancio en la lucha. Todos necesitamos la comprensión y el consuelo de los demás, en la familia, con mi esposo o esposa, con mis hijos y demás familiares y amigos. Pero aún más necesitamos a Dios, sobre todo cuando nos falta lo anterior. ¿Acaso no estamos necesitados más que nunca hoy de esa serenidad y presencia del Señor?

10 Feria o Memoria Libre: Santa Eulalia de Mérida, Virgen y Mártir

Jueves Morado o Rojo Lectura del profeta Isaías 41,13-20

Yo, el Señor, tu Dios, te agarro de la diestra y te digo: «No temas, yo mismo te auxilio.» No temas, gusanito de Jacob, oruga de Israel, yo mismo te auxilio –oráculo del Señor–. Tu redentor es el Santo de Israel. Mira, te convierto en trillo aguzado, nuevo, dentado: trillarás los montes y los triturarás; harás paja de las colinas; los aventarás, y el viento los arrebatará, el vendaval los dispersará; y tú te alegrarás con el Señor, te gloriarás del Santo de Israel.

Los pobres y los indigentes buscan agua, y no la hay; su lengua está reseca de sed. Yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Alumbraré ríos en cumbres peladas; en medio de las vaguadas, manantiales; transformaré el desierto en estanque y el yermo en fuentes de agua; pondré en el desierto cedros, y acacias, y mirtos, y olivos; plantaré en la estepa cipreses, y olmos y alerces, juncos. Para que vean y conozcan, reflexionen y aprendan de una vez, que la mano del Señor lo ha hecho, que el Santo de Israel lo ha creado. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 144R/ “El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad”

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. El Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que té bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas; R.

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Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,11-15En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Les aseguro que no ha nacido de

mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Los profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que quieran admitirlo. El que tenga oídos que escuche.» Palabra del Señor.

Meditación

El desierto para los Israelitas fue muy duro, por encima de esa vivencia tan dura, Yahvé, por medio profético, asegura su protección cariñosa al pueblo que Él eligió: lo defiende, lo lleva de la mano. El actuar de Dios con su pueblo es siempre gozo y gloria propia, porque lo llevará a la tierra prometida. Y este camino los hará ver que el desierto se convierte en prolongado oasis, la estepa en manantial. Y Dios mismo será la fuente que calme su sed, reconociendo así el mundo el poder de Dios, que es lo mismo que afirmar que verá su gloria y creerá en Él, porque no abandona nunca.

Exceptuando a la Virgen María, Juan el Bautista es el único santo del que la liturgia celebra el nacimiento, y lo hace porque está estrechamente relacionado con el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios. Desde el vientre materno, ya Juan es el precursor de Jesús: su concepción milagrosa se le anuncia a María como una señal de que “no hay nada imposible para Dios”, seis meses antes del gran prodigio que nos da la salvación, la unión de Dios con el hombre por obra del Espíritu Santo.

Podemos notar que en los cuatro Evangelios dan gran relieve a la figura de Juan el Bautista, como un profeta que termina el Antiguo Testamento e inaugura el Nuevo, identificando en Jesús de Nazaret al Mesías, el Ungido del Señor. De hecho, será Jesús mismo el que hablará de Juan con estas palabras: “Este es de quien está escrito: He aquí, que yo envío mi mensajero delante de ti / que preparará tu camino por delante de ti. En verdad les digo que no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él”» (Mt 11, 10-12).

Juan Bautista aparece en el Evangelio como la figura del hombre que precede a Cristo. Su vocación no se da simplemente por el hecho de que Dios llama a su vida; también se da, se cuaja, se fecunda, se madura porque, con su libertad, Juan Bautista acepta esta misión. Ya su padre Zacarías había hablado de su misión cuando Juan es llevado a circuncidar. Zacarías dice que ese niño “será llamado Profeta del Altísimo porque irá delante del Señor a preparar sus caminos, para anunciar a su pueblo la salvación mediante el perdón de los pecados” (Lc 1, 76-77).

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Ámense como hermanos

Todos estamos llamados, al igual que Juan Bautista, a realizar, a llevar a cabo nuestra misión.

Jesús en el Evangelio dice: “El que tenga oídos para oír, que oiga”, que es una forma hebrea de decir que quien esté dispuesto, quien quiera, que escuche mi palabra y la ponga en práctica. Son tres pasos fundamentales: escuchar (para conocer) Vivirla y compartirla con los demás.

11 Feria ó Memoria libre, San Dámaso I, Papa

Viernes Morado o Blanco Lectura del Profeta Isaías 48,17-19

Así dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel: «Yo, el Señor, tu Dios, te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues. Si hubieras atendido a mis mandatos, sería tu paz como un río, tu justicia como las olas del mar; tu progenie sería como arena, como sus granos, los vástagos de tus entrañas; tu nombre no sería aniquilado ni destruido ante mí.». Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 1“El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida”

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R.

Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R.

No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,16-19 En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: « ¿A quién se parece esta

generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: «Hemos tocado la flauta, y no han bailado; hemos cantado lamentaciones, y no han llorado.» Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: «Tiene un demonio.»

Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: «Ahí tienen a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores.» Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.» Palabra del Señor.

Meditación

El Adviento, la preparación a la venida de Cristo, lo tomamos como un momento de particular alegría y serenidad. Sin embargo, la Escritura nos advierte de un peligro que podemos correr: el no ser capaces de captar todo lo que la llegada del Señor tiene que dejar en la vida de cada uno de nosotros.

San Mateo habla del reproche de Cristo a su generación, la cual no fue capaz de entender ni el mensaje del Bautista ni el mensaje del mismo

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Dios. Es muy importante que nosotros nos demos cuenta que el verdadero problema es el de la aceptación de Dios en la propia vida. Esto es lo que todos nosotros, de cara a esta venida de Cristo, tenemos también que reflexionar. ¿La llegada del Señor es un momento en el cual Jesucristo cuenta más en mi vida? ¿La venida de Jesucristo en esta Navidad es para mí una oportunidad para que mi espíritu se abra más a Dios? ¿O por el contrario, es un momento que se convierte en un dato circunstancial, sin ninguna otra repercusión en mi existencia?

En Isaías vemos que Dios es constante en buscar nuestro corazón; no se conforma en habernos llamado, habernos iluminado y llenarnos con su presencia; no se conforma simplemente con habernos entusiasmado en el seguimiento de su Reino.

El Adviento nos invita a reflexionar para que podamos descubrir cuál es el campo de conversión y de transformación que cada uno necesita realizar en su vida de cara a Jesucristo que viene. Hagámoslo como lo hace Cristo siempre: con gran misericordia, con gran bondad y, sobre todo, con una inmensa paz en el corazón. ¿Qué podrá decir de nuestra generación? ¿Qué podrá decir Cristo de mí? El tiempo de Adviento es una ocasión propicia para hacernos este tipo de preguntas, no movidos por el temor o el puro interés personal, sino por el amor a Él.

Jesucristo hace ver a sus contemporáneos que son gente inconforme. Si hay alegría y danza, no bailan. Si hay canto de duelo, no hay golpes de pecho. Este es uno de los textos claros en que se critica la falta de fraternidad Si Juan no comía ni bebía, está poseído. Si Cristo en cambio come y bebe... también hay quejas. La raíz está en que queremos acomodarlo todo a nuestros gustos y modos de ver. Nos gusta exigir, pero no que nos exijan. Tenemos que tener claro, la venida de Cristo, la Navidad, sea un cambio de perspectiva en nuestras vidas. Como bien lo expresaba san Francisco: “no querer ser consolados, sino consolar; no querer ser comprendidos, sino comprender; no buscar ser amados, sino amar”. Navidad, tiempo de fraternidad de sufrir con quien sufre y reír con quien ríe.

12 Fiesta: Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América

Sábado Blanco Lectura del profeta Isaías 7, 10-14

El Señor habló a Acaz en estos términos: “Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas”. Pero Acaz respondió: “No lo pediré ni tentaré al Señor”. Isaías dijo: “Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios? Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel, que significa Dios está con nosotros”. Palabra de Dios.

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Ámense como hermanos

Salmo Responsorial: 66R/“Que todos los Pueblos te den gracias, Señor”

El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones. R.

Que todos los pueblos te den gracias. Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra. R.

La tierra ha dado su fruto: el Señor, nuestro Dios, nos bendice. Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. R.

Lectura del Apóstol san Pablo a los Gálatas 4, 4-7Hermanos cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su hijo, nacido de

mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como somos hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su hijo que clama: “!Abba! Padre.” Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Palabra de Dios.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-48En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a

un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:

«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me llamarán feliz por todas las generaciones”. Palabra del Señor.

Meditación

Durante cerca de 500 años, el 12 de Diciembre ha sido celebrado en México y por toda Latinoamérica como el Día de la Fiesta de la Virgen de Guadalupe. Juan Diego desplegó su manto indígena ante el obispo Juan de Zumárraga, dejando al descubierto la imagen de Santa María, morena y con rasgos mestizos.

Al aconsejarle que pusiera su confianza sólo en Dios, el profeta Isaías invita al rey, en nombre del Señor, a un acto de fe en el poder divino: «Pide para ti una señal del Señor tu Dios...» Ante el rechazo del rey, que prefiere buscar la salvación en la ayuda humana, el profeta pronuncia el célebre oráculo: «He aquí que una doncella está encinta y va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel». El anuncio del signo la virgen embarazada del Emmanuel, Dios con nosotros, implica la promesa de la presencia divina en la historia, que encontrará su pleno significado en el

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misterio de la Encarnación del Verbo. Es el signo de la presencia de Dios en la Iglesia de América Latina por medio de la protección de la virgen de Guadalupe.

El Evangelio, está lleno de idilio, de una ternura inigualable. Dos mujeres encinta que se encuentran, que se llenan de Dios y de alegría: María e Isabel, convertidas en mamás las dos milagrosamente. La visitación de María a Isabel nos ofrece una de las escenas más sublimes de toda la Biblia. El encuentro de estas dos mujeres es el signo de la verdadera fraternidad: llevar la ayuda necesitada y llevar la presencia de Dios.

María, audaz, valiente, sin complejos ni miedos, emprende el camino desde Galilea hasta la montaña de Judea. Isabel, al oír el saludo de su prima y antes de que ésta le comunique nada, se da cuenta de la maternidad de María, por iluminación del Espíritu Santo: ¿Pero, cómo es esto? ¿Llevas en tu seno a mi Señor, y vienes hasta mí? ¡Si noto que hasta el niño que se encierra en mis entrañas está dando saltos de gozo con solo oír tu voz!

María recibe la primera bienaventuranza del Evangelio: ¡Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá en ti todo lo que te ha dicho!

La virgen de Guadalupe es la patrona de América Latina, y de la Nueva Evangelización. La Guadalupana, que se aparece al indígena Juan Diego, al sencillo, sigue siendo el signo de María que lleva a Dios por las montañas, va a ayudar a quien lo necesita; con esa ayuda ya está evangelizando. María es el ejemplo, el testigo y la intercesora de la Evangelización, de la Nueva Evangelización y de la Misión Continental en la que estamos metidos. María la sencilla, la humilde, la sierva lleva a Dios y nos lleva a Dios.

13 Domingo III de Adviento

III Semana de la Liturgia de las Horas Rosado o Morado

45º Aniversario de la Ordenación Presbiteral De Mons. José Dolores Grullón Estrella, Obispo de San Juan de la Maguana.

INICIO DEL JUBILEO DE LA MISERICORDIA EN TODAS LAS DIOCESIS

Alegrémonos con el Padre misericordioso practicando la misericordia

Algunas orientaciones:Colocar el lema del día

en un lugar visible. Dentro de la austeridad del adviento este Domingo es de alegría. Celebraremos en un ambiente fraterno con toque festivo. Recordemos que hoy se inicia entre nosotros el Jubileo de la Misericordia. Motivar a que todos en sus hogares preparen el pesebre para recordar con verdadera alegría la gran Misericordia del Señor. Motivar a la

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Ámense como hermanos

solidaridad y al compartir fraterno. Acoger con mucho amor a los adolescentes y jóvenes en situaciones de riesgo y las viudas consagradas.

Monición ambiental Hermanos y hermanas como comunidad de fe nos reunimos fraterna y

gozosamente para celebrar nuestra Eucaristía de hoy correspondiente al Tercer Domingo de Adviento, llamado el de la alegría o “gaudete” que en latín quiere decir “alégrense” en nuestro camino hacia la fiesta de Navidad y para seguir preparándonos para la llegada del Hijo de Dios.

El pasado martes 8 de diciembre el Papa Francisco inició en Roma el Jubileo Extraordinario de la Misericordia con el objetivo de recibir, anunciar y practicar la misericordia de Dios en nuestras vidas que nos lleva a ser hermanos que son misericordiosos como el Padre. Hoy, 13 de Diciembre, nuestro Obispo en la Iglesia Catedral abrirá la Puerta de la Misericordia dejando inaugurado en nuestra Diócesis este hermoso Jubileo para que corra como un río la misericordia de Dios que brota del corazón de la Trinidad Santa en nuestro pueblo.

Esta misericordia divina es la que nos trae el gozo y esperanza al hacer memoria de la llegada del Salvador en su primera venida y nos hace mirar al futuro cuando El vuelva gloriosamente a completar su obra plenamente. El sólo espera de nosotros la disponibilidad a convertirnos a El, practicando la misericordia con los más necesitados, la honestidad en nuestro trabajo y la justicia con los demás.

Pidamos al Señor que nos permita vivir este Jubileo de la Misericordia, que abramos la puerta de nuestro corazón al perdón, a la misericordia que nos regala el Padre y a practicar esta misericordia compartiendo como hermanos y hermanas, especialmente, con los más necesitados.

Con júbilo grande iniciemos nuestra Celebración aclamando a Jesucristo, rostro misericordioso del Padre, que viene a presidirla a través de su ministro.

Antes del Acto Penitencial encendemos la Tercera Luz de Adviento Tres integrantes del Coro encienden la Tercera Luz de la Corona de Adviento

mientras se entona un canto de Adviento y se dice la siguiente oración:Oremos: Señor Jesucristo, tú que ere la fuente de la verdadera alegría,

te damos gracia por el amor y la misericordia sin límites que nos regalas. Transforma e ilumina nuestra vida hoy al encender esta tercera luz de la Corona de Adviento , queremos agradecerte por el don de la fe , por el regalo de la salvación y por darnos a tu Madre a la que nos unimos en la gozosa espera de la navidad .Permítenos celebrar en unidad familiar , fraterna y comunitaria para compartir con todos y todas especialmente con los más pobres y desamparados , con los adolescentes y jóvenes en situaciones de riesgo , con las viudas consagradas y amarlos como hermanos , a no ser indiferentes con los que sufren. Hoy al inicio del Jubileo de la Misericordia en nuestra Diócesis haz que seamos contigo testigos de la misericordia del Padre al vivir más el amor fraterno y solidario con todos y todas. .AMEN

Lectura: Sofonías 3, 14-18 En la primera lectura de hoy se nos invita al gozo y a la alegría aun

en medio de las dificultades, ya que el Señor es misericordioso con su

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pueblo al que ama y quiere ver libre de sus enemigos. Que este Jubileo de la Misericordia que estamos comenzando nos llene de alegría vivida en fraternidad. Escuchemos

. Lectura de la profecía de Sofonías 3,14-18

Regocíjate, hija de Sión, grita de júbilo, Israel; alégrate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha cancelado tu condena, ha expulsado a tus enemigos. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti, y ya no temerás.

Aquel día dirán de Jerusalén: “No temas, Sión, no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, en medio de ti, es un guerrero que salva. El se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta.” Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Is. 12,2-3. 4bcd. 5-6. R / Griten jubilosos: “Que grande es en medio de ti el santo de Israel.”

El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Y sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. / R.

Den gracias al Señor, invoquen su nombre, / cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es excelso. / R.

Tañan para el Señor, que hizo proezas, / anúncienlas a toda la tierra; griten jubilosos, habitantes de Sión: “Que grande es en medio de ti el Santo de Israel.” / R.

Segunda Lectura: Filipenses 4, 4-7 Quien es solidario con sus hermanos y hermanas, vive el valor de la

fraternidad, ama y deposita toda su confianza en Dios Padre misericordioso y siempre estará alegre en el Señor. Escuchemos

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses Hermanos: Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén siempre

alegres. Que su mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca. Nada les preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con

acción de gracias, sus peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará sus corazones y

sus pensamientos en Cristo Jesús. Palabra de Dios.

Aleluya Isaías 61,1 El Espíritu del Señor está sobre mí, me ha enviado para anunciar el

Evangelio a los pobres.

Evangelio: Lucas 3, 10-18 En el Evangelio de hoy Juan el Bautista anuncia la inminente llegada del

Mesías, y nos invita a la conversión que se expresa en la práctica eficaz de la misericordia, la solidaridad, la fraternidad, la honestidad y la justicia. Con Juan Bautista miremos a Jesucristo, el rostro misericordioso del Padre que nos llena de alegría. Escuchemos con atención.

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Ámense como hermanos

+ Lectura del santo Evangelio según San Lucas 3,10-18 En aquel tiempo la gente preguntaba a Juan: “¿Entonces qué hacemos?”

El contestó: “El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.”

Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: “¿Maestro, qué hacemos nosotros?” El les contestó: “No exijan más de lo establecido.” Unos militares le preguntaron: “¿Qué hacemos nosotros?” El les contestó: “No hagan extorsión ni se aprovechen de nadie, sino conténtense con la paga.”

El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la palabra y dijo a todos: “Yo los bautizo con agua; pero viene uno que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El los bautizará con el Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano el bieldo para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.”

Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba el Evangelio. Palabra del Señor.

Oración de los Fieles El que preside: Padre, al iniciar este Jubileo de la Misericordia en nuestra

Diócesis te suplicamos diciéndote: Padre, alegra nuestros corazones para ser misericordiosos como Tú.

-Para que el Papa Francisco, todos los Obispos, Sacerdotes, Diáconos, Consagrados y consagradas, fortalecidos por el Espíritu en este Jubileo de la Misericordia anuncien con alegría y esperanza el mensaje de la Misericordia de Dios. Roguemos al Señor.

Para que todos los gobernantes de los Países ricos sean siempre misericordiosos y solidarios con los pueblos más pobres y no desoigan las voces de los que claman por justicia, paz y el bienestar para todos. Roguemos al Señor.

Por todos los que sufren por la violencia y las desigualdades sociales, los que son víctima de persecución por defender su fe cristiana, por los que huyen por razones económicas o por guerras, para que llegue a ellos con urgencia esa ayuda solidaria tan necesaria y reciban la luz de Cristo en su corazón. Roguemos al Señor.

Para que en las familias, base fundamental de toda sociedad se viva la misericordia, se respeten sus ancianos , se proteja la niñez ,adolescentes y jóvenes y que nada destruya el amor y la fraternidad entre ellos. Roguemos al Señor.

Por todos nosotros, que alegres nos reunimos en comunión fraterna en el día del Señor y al iniciar el Jubileo de la Misericordia, para que este tiempo de Adviento, seamos misericordiosos como el Padre compartiendo con nuestros hermanos y hermanas especialmente con los más necesitados. Roguemos al Señor.

El que preside: Acoge Padre nuestras súplicas que te presentamos. Alegra nuestros corazones con tu misericordia. Salta de júbilo en medio de tu pueblo y haz que experimentemos la alegría de ser misericordiosos como Tú con los más necesitados. Por Jesucristo, tu rostro misericordioso. Amén.

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14 Memoria Obligatoria: San Juan de la Cruz, Presbítero y Doctor de la Iglesia

Lunes Blanco

Lectura del libro de los Números 24,2-7.15-17ªEn aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por

tribus. El espíritu de Dios vino sobre él, y entonó sus versos: «Oráculo, de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios, que contempla visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos abiertos: ¡Qué bellas las tiendas de Jacob y las moradas de Israel! Como vegas dilatadas, como jardines junto al río, como áloes que plantó el Señor o cedros junto a la corriente; el agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica su simiente. Su rey es más alto que Agag, y su reino descuella.»

Y entonó sus versos: «Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos; oráculo del que escucha palabras de Dios y conoce los planes del Altísimo, que contempla visiones del Poderoso, en éxtasis, con los ojos abiertos: Lo veo, pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto: Avanza la constelación de Jacob, y sube el cetro de Israel.»Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 24R/ “Señor, enséñame tus caminos”

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R/.

El Señor es bueno y es recto, enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21,23-27En aquel tiempo, Jesús llegó al templo y, mientras enseñaba, se le acercaron

los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo para preguntarle: «¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?» Jesús les replicó: «Les voy a hacer yo también una pregunta; si me la contestan, les diré yo también con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?» Ellos se pusieron a deliberar: «Si decimos “del cielo”, nos dirá: “¿Por qué no le han creído?” Si le decimos “de los hombres”, tememos a la gente; porque todos tienen a Juan por profeta.»Y respondieron a Jesús: «No sabemos.» Él, por su parte, les dijo: «Pues tampoco yo les digo con qué autoridad hago esto.»Palabra del Señor.

Meditación

Hoy más que nunca, nuestro mundo, lleno de actividades e inmerso en el materialismo, muchas veces no nos permite darnos cuenta que nosotros, los cristianos, estamos viviendo ya los tiempos profetizados desde antiguo, que nuestra vida está ya marcada por la presencia del Mesías, del Salvador. Esto

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Ámense como hermanos

hace, o puede hacer, que nuestras fiestas de Navidad tengan únicamente una nota comercial, llena de muchas cosas menos de Dios.

Necesitamos detenernos, parar nuestra carrera diaria y darnos cuenta que lo que vamos a celebrar en los próximos días es el acontecimiento que cambió la historia, que la dividió y que la hizo ser “Historia de Salvación”. Es necesario que en profunda reflexión pidamos a Dios que nos ayude con su gracia para entender que la Navidad representa para nosotros el inicio de la vida en el Espíritu, que podamos descubrir en este acontecimiento el cumplimiento de las profecías y la irrupción del amor de Dios entre nosotros por medio del Emmanuel. Dios se ha hecho no únicamente cercano, sino presente en ti, en mí para salvarnos y hacernos a todos hermanos.

Sabemos que Balaán era un “profeta profesional” con un gran dilema. El Rey Balak lo había contratado para maldecir a los israelitas que venían a atacarlo. Pero Balaán, aunque no era israelita, escuchó que Dios le mandaba no acatar la orden del rey y antes bien bendecir a los israelitas. El profeta trató de evadir el cometido y desentenderse de la orden de Dios, pero le salió “el tiro por la culata”: ¡Hasta la burra que montaba lo reprendió por ser tan testarudo! Finalmente, para consternación del rey, Balaán pronunció de parte de Dios una hermosa bendición sobre el pueblo de Israel. No es muy probable que Dios se valga hoy de un asno para hablarnos, pero quiere que sus hijos escuchen las bendiciones que Él tiene para ellos.

Es propósito en este Adviento, dedicarse a reflexionar sobre el asombroso misterio de la Encarnación del Verbo. Pensar en el hecho de que nuestro Dios nos ama tanto que se hizo uno de nosotros; es decir, no como un pariente lejano que de vez en cuando nos envía algún paquete de regalos. No, el Niño nacido en Belén hace dos mil años nace hoy en nuestra familia: ¡El “Dios hecho hombre” está con nosotros ahora mismo y quiere que caminemos con Él en fraternidad!

Es posible que el sentido de la pregunta de Jesús sea algo así: “¿entendie-ron ustedes el mensaje de Juan?”. Porque quien no entiende el mensaje del arrepentimiento no entiende el mensaje de la gracia. La gracia no significa nada para quien cree que no la necesita. El alimento no significa nada para quien no tiene hambre. Tenemos que sentir la necesidad de Jesucristo en nuestra vida.

15 Feria

Martes Morado

Lectura del profeta Sofonías 3,1-2.9-13Así dice el Señor: « ¡Ay de la ciudad rebelde, manchada y opresora! No

obedeció ni escarmentó, no aceptaba la instrucción, no confiaba en el Señor, no se acercaba a su Dios. Entonces daré a los pueblos labios puros, para que invoquen todos el nombre del Señor, para que le sirvan unánimes.

Desde más allá de los ríos de Etiopía, mis fieles dispersos me traerán ofrendas. Aquel día no te avergonzarás de las obras con que me ofendiste, porque arrancaré de tu interior tus soberbias bravatas, y no volverás a gloriarte sobre mi monte santo. Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y

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humilde, que confiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera; pastarán y se tenderán sin sobresaltos.»Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 33R/ “Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha”

Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Contémplenlo, y quedarán radiantes, su rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.

Pero el Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. R/.

El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 21,28-32En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a ancianos del

pueblo: «¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.” Él le contestó: “No quiero.” Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor.” Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?» Contestaron: «El primero.»

Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las prostitutas les llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a ustedes enseñándoles el camino de la justicia, y no le creyeron; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, ustedes no recapacitaron ni le creyeron.» Palabra del Señor.

Meditación

Sofonías escribe un siglo después de Isaías, aproximadamente en el 640. La historia del pueblo escogido es una larga serie de infidelidades: idolatrías, injusticias sociales, hipocresía religiosa. Los primeros versículos que leemos hoy constituyen una queja dolorosa de Dios, al ver que Jerusalén, lejos de oír su voz, de buscarlo y arrepentirse con sincera conversión, se ha vuelto ciudad rebelde, manchada, opresora, ciudad materialista. Es tarea de los profetas denunciar ese mal. Pero en la última parte del texto, Dios redunda en promesas de restauración mesiánica. Y no sólo para Jerusalén, sino para todos los pueblos, a los que dará “labios puros” para que “le invoquen y lo sirvan todos por siempre”.

Cuando tomamos conciencia de la verdad de nuestros pecados, es el momento privilegiado del encuentro con Jesucristo. Reconocer nuestra miseria, reconocer lo que nosotros somos y lo que somos capaces de hacer o hemos hecho es precisamente la puerta que se abre a la caricia de Jesús, al perdón de Jesús, a la Palabra de Jesús «Ve en paz, tu fe te ha salvado», porque has sido valiente y has abierto tu corazón al único que puede salvarte. Jesús dice a los hipócritas que las prostitutas y los publicanos les

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Ámense como hermanos

precederán en el Reino de los Cielos. Porque los que se sienten pecadores abren su corazón en la confesión de los pecados, al encuentro con Jesús.

Hoy tenemos que preguntarnos: ¿Para qué clase de futuro nos estamos preparando? Jesús nos exhorta a pensar, meditar y a reflexionar sobre las consecuencias de nuestras preferencias, especialmente las preferencias y decisiones que tienen un impacto no tanto en el presente sino también para toda la eternidad. Jesús nos cuenta la historia de dos hijos imperfectos para ilustrar el camino del reino de Dios. El padre proveía todo lo que necesitaban sus hijos, tanto comida, casa y cualquier otra cosa que fuera necesario. El hijo ‘rebelde’ le dijo en su propia cara que no iría a trabajar para él. Pero después, cambio de opinión e hizo lo que el padre le había pedido. El hijo ‘bueno’ dijo que iba a trabajar para su padre, pero hizo más bien todo lo contrario. Hizo sólo lo que le placía en vez de hacer la voluntad de su padre. Ambos hijos desobedecieron a su padre, pero uno se arrepintió y luego hizo lo que el padre le dijo. Las buenas intenciones no son suficientes.

Las promesas no valen a menos que se cumplan. Jesús nos da un ejemplo en el huerto de Getsemaní: “No se haga mi voluntad sino la tuya”. En esta transformación del “no” en “sí”, en esta inserción de la voluntad de la criatura en la voluntad del Padre, Él transforma la humanidad y nos redime. Y nos invita a entrar en este movimiento suyo: salir de nuestro “no” y entrar en el “sí” del Hijo. Mi voluntad existe, pero la decisiva es la voluntad del Padre.

16 Feria

Miércoles Morado Lectura del libro de Isaías 45,6b-8.18.21b-25

«Yo soy el Señor, y no hay otro: artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor de la paz, creador de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Cielos, destilen el rocío; nubes, derramen la victoria; ábrase la tierra, y brote la salvación, y con ella germine la justicia; el Señor, lo he creado.» Así dice el Señor, creador del cielo –él es Dios–, él modeló la tierra, la fabricó y la afianzó; no la creó vacía, sino que la formó habitable: «Yo soy el Señor, y no hay otro. No hay otro Dios fuera de mí. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más. Vuélvanse hacia mí para salvarlos, confines de la tierra, pues yo soy Dios, y no hay otro. Yo juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable: “Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua”; dirán: “Sólo el Señor tiene la justicia y el poder”. A él vendrán avergonzados los que se enardecían contra él; con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial 84R/. Cielos, destilen el rocío; nubes, derramen al justo.

Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

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La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R/.

El Señor nos dará la lluvia, nuestra tierra dará su fruto la justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 7,19-23En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor:

«¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?» Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron: «Juan, el Bautista, nos ha mandado a preguntarte: “¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?”» Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista.

Después contestó a los enviados: «Vayan a anunciar a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí.» Palabra del Señor.

Meditación

¿Tenemos que esperar a otro? Es la pregunta de Juan el Bautista a Jesús. Hoy, y durante todos los siglos, muchas personas se han preguntado si existe Dios, dónde está, cómo encontrarlo. Parece que el profeta Isaías está respondiendo a esa misma pregunta y por eso dice que el Señor es el único Dios que puede salvar, traer la paz y sólo Él es rico en misericordia y perdón.

En esta lectura del profeta Isaías leemos una de las oraciones que más repetimos y mejor definen el Adviento: “Cielos, destilen el rocío; nubes, derramen la victoria; ábrase la tierra, y brote la salvación, y con ella germine la justicia; yo el Señor, lo he creado.” También el Salmo de hoy, el 84 es uno de los más importantes del Adviento: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. Este es un resumen del tipo de esperanza que supone este tiempo. Mañana comenzamos ya las ferias privilegiadas de Adviento, como se acostumbra a llamar, la novena de navidad o novena del Niño; aún nos quedan esos días para prepararnos al encuentro con Dios en esta navidad; no busquemos otro Dios, no lo busquemos en otro lugar, entre nosotros va a nacer y debemos hacerlo nacer en nuestro mundo.

En el evangelio Lucas nos presenta la inquietud de Juan sobre Jesús, para confirmar su mesianismo. ¿Por qué Juan tiene que confirmar esta identidad? Es que Juan también es hijo de su época, y en ese sentido sus expectativas mesiánicas participan también de aquellas ideas que se habían ido formando en torno a la llegada del Mesías. Nadie se esperaba que el Mesías llegara de una forma tan silenciosa y “normal”. Además, muchos habían dado voces de alarma haciéndose pasar por mesías. Probablemente Juan había querido tener noticias sobre hechos apoteósicos en torno a la figura de Jesús. Por eso hay desconcierto; Juan ha tenido noticias sobre la actuación de Jesús, sus palabras y signos, pero

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Ámense como hermanos

nada que tuviera que ver con la forma como era esperado. Sin embargo, la respuesta de Jesús, no tiene nada de teórico. Delante de los mensajeros de Juan comienzan a desplegarse los signos propios del Mesías. Y es que en la concepción mesiánica más original, el Mesías debía ser aquel que diera luz a los ciegos, que hiciera oír a los sordos y andar a los cojos. Ahí está la respuesta a los mensajeros de Juan. Ellos tienen que llevar ese reporte al profeta para que él mismo saque su conclusión.

Junto a estos signos que Jesús realiza se añade otra actividad más y que es propia del Mesías, dar sentido a la Ley. De acuerdo con eso, Jesús advierte a los enviados de Juan que además de todos los signos que han visto, “a los pobres se les anuncia la Buena Noticia del Reino”. Ahí está la confirmación definitiva; Jesús, el Mesías realiza los signos de la salvación, proclamándola, además, entre los pobres.

17 Feria privilegiada de Adviento

Jueves Morado

Lectura del libro del Génesis 49,1-2.8-10En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo: «Reúnanse, que les

voy a contar lo que les va a suceder en el futuro; agrúpense y escúchenme, hijos de Jacob, oigan a su padre Israel: A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Judá es un león agazapado, has vuelto de hacer presa, hijo mío; se agacha y se tumba como león o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo? No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos.»Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 71. R/ “Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente”

Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R.

Que los montes traigan paz, y los collados justicia; que él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos del pobre. R.

Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, el Gran Río al confín de la tierra. R.

Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol; que él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 1,1-17Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán

engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé

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engendró a David, el rey. David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz al Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquím, Aquím a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce. Palabra del Señor.

Meditación

El hombre es el apellido de Dios: El Señor, en efecto, toma el nombre de cada uno de nosotros —seamos santos o pecadores— para convertirlo en el propio apellido. Porque encarnándose, el Señor hizo historia con la humanidad: su alegría fue compartir su vida con nosotros, «y esto hace llorar: tanto amor, tanta ternura».

Debemos distinguir dos términos: —herencia y genealogía— la clave para interpretar respectivamente la primera lectura (referida a la profecía de Jacob que reúne a sus hijos y anuncia una descendencia gloriosa para Judá) y el pasaje evangélico que presenta la genealogía de Jesús. Centrémonos en especial en esta última, no se trata de «una lista telefónica», sino de «un tema importante: es historia», porque «Dios envió a su Hijo» en medio de los hombres. «Jesús es de la misma sustancia del Padre, Dios; pero también de la misma sustancia de la madre, una mujer. Y es ésta la consubstancialidad de la madre: Dios se hizo historia, Dios quiso hacerse historia. Está con nosotros. Ha hecho camino con nosotros». Desde el comienzo el Señor «tuvo esta idea: hacer camino con nosotros». Por ello «llamó a Abrahán, el primero que se nombra en esta lista, en este elenco, y le invitó a caminar. Y Abrahán comenzó ese camino: engendró a Isaac, e Isaac a Jacob, y Jacob a Judá». Y así sucesivamente, adelante en la historia de la humanidad.

Por lo tanto, «Dios camina con su pueblo» porque «no quiso venir a salvarnos sin historia; Él quiso hacer historia con nosotros» y espera que cada uno camine con Él.

Podemos ver que es una historia, hecha de santidad y de pecado, porque en la lista de la genealogía de Jesús hay santos y pecadores. Tenemos que recordar a «nuestro padre Abrahán» y «David, que tras el pecado se convirtió». Entre los indicados en segundo lugar, «pecadores de alto nivel, que cometieron pecados grandes», pero con quienes Dios igualmente «hizo historia». Pecadores que no supieron responder al proyecto que Dios había imaginado para ellos: como «Salomón, tan grande e inteligente, que acabó como un loco que no sabía ni siquiera cómo se llamaba». Sin embargo, Dios

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Ámense como hermanos

estaba también con él. «Y esto es hermoso: Dios hace historia con nosotros. Cuando Dios quiere decir quién es, dice: yo soy el Dios de Abrahán, de Isaac, de Jacob». « ¿Cuál es el apellido de Dios?», según el Papa Francisco es posible responder: «Somos nosotros, cada uno de nosotros.

¿Estás tú dispuesto a hacer historia con Jesús caminando con Él en este adviento? Le estoy pidiendo a Dios que me de la fuerza de su Santo espíritu pa-ra acompañarle. ¿Puedes hacer un listado de las cosas que te impiden seguir a Jesús? Y, de esas cosas, ¿Cuáles tú puedes dejar en este adviento? Me estoy preparando para irme de misión en este adviento. Da pena cuánto nos prepa-ramos para las cosas del mundo y para Dios, nada. Ánimo, Cristo nos espera.

18 Feria Privilegiada de Adviento

Viernes Morado

Lectura del profeta Jeremías 23,5-8«Miren que llegan días –oráculo del Señor– en que suscitaré a David

un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: “El-Señor-nuestra-justicia”. Por eso, miren que llegan días –oráculo del Señor– en que no se dirá: “Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto”, sino que se dirá: “Vive el Señor, que sacó a la raza de Israel del país del Norte y de los países adonde los expulsó, y los trajo para que habitaran en sus campos.”» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial 71R/“Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente”

Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R.

Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R.

Bendito sea el Señor, Dios de Israel, el único que hace maravillas; bendito por siempre su nombre glorioso; que su gloria llene la tierra. ¡Amén, amén! R.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 1,18-24El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba

desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.»

Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el Profeta: «Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”.»

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y se llevó a casa a su mujer. Palabra del Señor.

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Meditación

Jeremías habla del Mesías como un hijo legítimo de David que viene a enfrentar la miseria y la esclavitud de su pueblo. Frente a la situación de injusticia en que el pueblo vivía constantemente y que parecía algo irremediable, los profetas destacan siempre en sus palabras que el Mesías esperado restablecerá la justicia. Se trata de un nuevo orden, de unas nuevas relaciones con Dios y con el prójimo. La justicia como la entendían los profetas era condición indispensable para la paz y la fraternidad. Por eso Jeremías después de hablar del rey justo, añade como consecuencia natural: Israel vivirá en paz.

Mateo nos presenta el proceso del matrimonio de María. En esa escena aparecen tres personajes: José, María y el ángel. María está desposada, pero aún no se ha realizado el traslado de la esposa a la casa de José quien ignora la acción que el Espíritu había efectuado en María; por eso decide abandonarla en secreto. El ángel del Señor, que representa a Dios, interviene para aclarar la situación. Y José, símbolo del pueblo fiel, acepta la misión que se le ha encomendado y convierte en el guardián de Jesús. Por ser el padre legal de Jesús, le toca ponerle el nombre: Jesús que significa “el Señor salva”. Pero ahora el nombre adquiere toda su plenitud. El ángel dice: porque el salvará a su pueblo de sus pecados, es decir, hará lo que es propio del Mesías, restablecer la justicia; en pocas palabras, librar al ser humano de su avaricia, de su orgullo, de sus ambiciones; y no se trata solamente de una liberación material y terrena: aquí la salvación es total, integral. Una misión que aún no ha llegado a su fin, porque los seres humanos no han querido aceptar a Jesús como salvador. Lo aceptan como profeta, como maestro de moral, como líder espiritual, pero no como el Mesías que viene a establecer su reino en la verdad, la humildad, en el servicio y en la paz lleno de amor y nos mueve a vivir en fraternidad.

Tenemos que distinguir entre temor y miedo, a Dios se le teme pero no se le tiene miedo. Es significativo que lo que produce el temor, una actitud de respeto mezclado con amor, no es el castigo sino el perdón. Dios no es un soberano inexorable que condena al culpable, sino un padre amoroso, al que debemos amar no por miedo a un castigo, sino por su bondad dispuesta a perdonar. Zacarías, padre de Juan Bautista, se había quedado mudo por no haber creído al ángel, pero luego, al perdonarlo, Dios le había concedido el don de profetizar en el canto del Benedictus: “El que antes era mudo, ahora ya profetiza -observa san Ambrosio-. Nadie pierda la confianza, nadie desespere de las recompensas divinas, aunque le remuerdan antiguos pecados. Dios sabe cambiar de parecer, si tú sabes enmendar la culpa.

19 Feria Privilegiada de Adviento

Sábado Morado

Lectura del libro de los Jueces 13,2-7.24-25ªEn aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado

Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. El ángel del Señor

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Ámense como hermanos

se apareció a la mujer y le dijo: “Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos.”

La mujer fue a decirle a su marido: “Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. Sólo me dijo: “Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte.”” La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a agitarlo. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 70R/ “Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu gloria.”

Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R.

Contaré tus proezas, Señor mío, narraré tu victoria, tuya entera. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R.

Lectura del santo evangelio según San Lucas 1,5-25En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado

Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.

Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: “No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto.” Zacarías replicó al ángel: “¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.” El ángel le contestó: “Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento.”

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El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: “Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres”. Palabra del Señor.

Meditación

Tiempos heroicos fueron los que Israel vivió en la época de los Jueces. Su misión era salvar al pueblo cuando éste caía en la apostasía y en la consecuente explotación por parte de sus enemigos. Entre los jueces uno de los más conocidos fue Sansón. Es cierto que su moral era dudosa, pero tenía fe en que poco a poco se iba purificando. Él tuvo como tarea librar a Israel del acoso de sus adversarios y para hacerlo capaz de realizar esa misión fue consagrado al Señor desde el seno de su madre. Su vida fue agitada; era fuerte frente a los filisteos y débil frente a la mujer, y terminó su existencia trágicamente, pero logró librar a Israel de sus enemigos. Sansón es un ejemplo de cómo el instrumento puede ser deficiente, pero el que actúa es el Señor para cumplir su misión.

Así como Sansón, también Juan Bautista fue consagrado al Señor desde antes de su nacimiento. Sansón en cuanto liberador era un tipo del Mesías. Juan el Bautista es una figura de contraste. Sansón es como agua que se desborda, Juan Bautista es austero. Sansón no desdeña la compañía de las mujeres, Juan el Bautista censura a Herodes su adulterio. Sansón vive en la ciudad, Juan Bautista se retira al desierto. Sansón no predica, actúa; Juan el Bautista ejerce su misión con la palabra llamando a la conversión.

Dos figuras muy diferentes; pero unidas por una misma misión: preparar al pueblo para el advenimiento del Mesías. Sansón en cuanto que lo libra de enemigos poderosos. Juan en cuanto que anuncia al Mesías presente. Ambos entregan su vida por el reino de Dios. Sansón por su etapa terrena, Juan en su etapa decisiva. En ambos casos actúa el Espíritu: en Sansón para hacerlo valiente frente a los adversarios, en Juan el Bautista para darle fortaleza en la denuncia de las injusticias y el pecado. Juan es el don divino por mucho tiempo invocado por sus padres, Zacarías e Isabel; un don inmenso, humanamente inesperado, porque ambos eran de edad avanzada e Isabel era estéril; pero nada es imposible para Dios.

El anuncio de este nacimiento se produce en el lugar de la oración, en el templo de Jerusalén, es más, sucede cuando a Zacarías le toca el gran privilegio de entrar en el lugar santísimo del templo para quemar incienso al Señor. También el nacimiento de Juan el Bautista estuvo marcado por la oración: el canto de gozo, de alabanza y de acción de gracias que Zacarías eleva al Señor, y que recitamos cada mañana en los Laudes, el “Benedictus”, exalta la acción de Dios en la historia».

A Zacarías Dios le ha “tomado” desprevenido. ¡Y, a ti¡ ¿Cómo te ha tomado el adviento?

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Ámense como hermanos

20 IV Domingo de Adviento

IV Semana de la Liturgia de las Horas Morado

INICIO DEL JUBILEO EN NUESTRAS PARROQUIAS

Como María abrámonos a la misericordia del Padre y seamos misericordiosos

Orientaciones para esta celebra ción: Se hará la ceremonia del inicio del Jubileo en la Parroquia tal como se propone en este Domingo. Se enciende la cuarta vela de Adviento. Se coloca el lema del día. Se coloca una imagen de la Virgen en un lugar visible. Se puede dramatizar el Evangelio. Destacar la figura de María y José distinguiendo las parejas. Orar de manera especial por las embarazadas de nuestras comunidades; llamarlas hacia delante para una bendición. Animar al compartir fraterno en esta Navi dad con familia más pobres.

Ritos de inicio del Jubileo en cada parroquia

1. El Domingo 20 de Diciembre en las Celebraciones Dominicales se hará este Rito. Los fieles se reunirán fuera de la Iglesia en un lugar cercano desde donde se dirigirá la procesión. El que preside revestido con las vestiduras litúrgicas de color morado se dirigen al lugar donde el pueblo está reunido. El sacerdote, en lugar de la casulla, puede usar la capa pluvial, que se quitará después de la procesión.

2. Mientras el que preside y los ministros llegan a la sede preparada para ellos, se canta una canción sobre la misericordia o el Himno del Jubileo.

3. El Sacerdote, dirigido al pueblo, dice: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. A continuación saluda al pueblo: La misericordia del Padre, la paz de nuestro Señor Jesucristo y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.

4. El Sacerdote invita a bendecir y a alabar a Dios: Bendito seas, oh Padre: Solo tú has hecho grandes maravillas. Cf. Sal 136, ·1 R/. Tu amor es para siempre. Bendito seas, Hijo unigénito: nos has liberado de nuestros pecados con tu sangre. R/. Tu amor es para siempre. Bendito seas, Espíritu Santo, consolador del alma, dulcísimo consuelo. R/. Tu amor es para siempre.

5. Luego el Sacerdote dirige al pueblo una breve exhortación con estas palabras u otras similares. Queridos hermanos y hermanas, con la mirada fija en Jesús, rostro misericordioso del Padre, el Papa Francisco, el 8 de Diciempre pasado, en la solemnidad de la Inmaculada

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y Bienaventurada Virgen María, en Roma y el 13 de Diciembre pasado han inaugurado el Jubileo extraordinario que abre para todos nosotros y para la humanidad entera la Puerta de la Misericordia de Dios. En comunión con la Iglesia universal y de nuestra Iglesia Local iniciamos con esta Celebración, el Año Santo para nuestra Iglesia Parroquial, que nos introduce a una profunda experiencia de gracia y de reconciliación.

6. Terminada la exhortación, el que preside dice la siguiente oración: Oremos. Dios, autor de la verdadera libertad, que quieres que todos los hombres constituyan un solo pueblo, libre de toda esclavitud, y nos das a nosotros, tus hijos, un tiempo de misericordia y de perdón, haz que tu Iglesia, creciendo en la libertad y en la paz, ilumine a todos como sacramento de salvación, y revele y realice en el mundo el misterio de tu amor. Por Cristo, nuestro Señor.

7. Sigue la proclamación del Evangelio por parte del diácono o del Sacerdote. Lectura del Evangelio según san Lucas 1.5,1·7

En aquel tiempo, todos los publicanos y los pecadores se acercaban a Jesús para oírlo, y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: “Este acoge a los pecadores y come con ellos”. Entonces Jesús les dijo esta parábola: “¿Quién de ustedes que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el campo, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido’ Les digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión’: Palabra del Señor.

8. Después del Evangelio se puede hacer un breve silencio, luego un lector lee el inicio de la Bula de convocación del Jubileo extraordinario.

De la Bula de convocación del Jubileo extraordinario de la Misericordia: Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, “rico en misericordia” (E/2, 4), después de haber revelado su nombre a Moisés como “Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad” (Ex 34, 6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la “plenitud del tiempo” (Ga 4, 4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelamos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cf.In 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios. Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia.

Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene

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Ámense como hermanos

a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados para siempre no obstante el limite de nuestro pecado.

Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericórdia, para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes.

9. Al finalizar la lectura, para dar inicio a la procesión, el diácono u otro ministro dice: Hermanos y hermanas, encaminémonos en el nombre de Cristo: Él es el camino que nos guía en el año de gracia y de misericordia.

PROCESIÓN10. El que preside pone el incienso en el incensario. Luego inicia la

procesión hacia la Iglesia en la que se celebrará la Eucaristía. Precede el turiferario con el incensario humeante, sigue el diácono que lleva la cruz procesional adornada festivamente, a sus lados, los ministrantes con los cirios encendidos; luego el diácono que lleva el Libro de los Evangelios, luego el que preside y, tras él, los demás ministros y los fieles. Durante la procesión, el pueblo y el coro cantan las antífonas y salmos propuestos aquí. Se pueden cantar también las letanías de los santos u otros cantos apropiados que traten sobre la misericordia.

Antifonas: Cantaré eternamente la misericordia del Señor, de generación en generación daré a conocer con mi boca su fidelidad. / Mt 5,7: Bienaventurados los misericordiosos, porque hallarán misericordia. / Sal 145, 9 : Bueno es el Señor con todos, su ternura se extiende a todas las creaturas. Salmos 86 (85). Salmo 25 (24).

Ingreso a la iglesia parroquial 11. Llegados a la puerta principal de la Iglesia, la procesión se detiene. El

que preside aclama: Abran las puertas de la justicia, entraremos a dar gracias al Señor. Jesucristo es la Puerta que cruzamos para obtener la misericordia y el perdón.

12. El diácono o el ministro entrega al que preside el Libro de los Evangelios, quien lo mantiene elevado mientras se canta la antífona aquí indicada, u otra apropiada. Durante la ostensión del Libro de los Evangelios, el diácono que lleva la cruz procesional se pone con la cruz junto al que preside.

Antífona: Yo soy la puerta, dice el Señor, el que pasa a través de mí, será salvo; entrará y saldrá y encontrará el alimento.

13. Terminado el canto de la antífona, la procesión retoma su camino hacia el altar: preceden el incensario, la cruz y los ciriales; siguen el que preside con el Libro de los Evangelios, los demás ministros y los fieles. Entre tanto se canta la antífona de entrada u otro canto apropiado.

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14. El Que preside, al llegar al altar, depone allí el Libro de los Evangelios. Luego, si durante la procesión ha utilizado la capa pluvial, se la quita y se reviste la casulla. Besa el altar, lo inciensa y se dirige a la sede.

MEMORIA DEL BAUTISMO15. Se lleva delante del que preside un recipiente con el agua. El que

preside invita a la oración con estas palabras, u otras similares. Queridos hermanos y hermanas, supliquemos al Señor para que bendiga esta agua con la cual seremos asperjados en memoria de nuestro Bautismo. Esta agua es invocación de misericordia y salvación en virtud de la resurrección de Jesucristo.

Todos oran un momento en silencio. Luego el que preside, con las manos juntas, prosigue: Señor Dios

todopoderoso fuente y origen de la vida, / bendice esta agua y haz que nosotros tus fieles,/ asperjados por esta fuente de purificación, / obtengamos el perdón de nuestros pecados, / la defensa de las insidias del Maligno y el don de tu protección. Por tu misericordia danos, Señor, un manantial de agua viva que brote para la vida eterna, para que, libres de todo peligro, podamos ir a ti con corazón puro. Por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén.

16. El que preside toma el aspersorio y se asperja a sí mismo, a los ministros y al pueblo, atravesando la nave de la Iglesia. Entre tanto se recitan las siguientes antífonas, u otro canto apropiado.

Antífonas: Cf. Sal 50, 9: Rocíame, Señor) con el hisopo y quedaré limpio; lávame, quedaré más blanco que la nieve. / Purifícame, Señor: quedaré más blanco que la nieve. / Cf. Ez 47, 1-2.9: Sobre ustedes derramaré un agua pura) que los purificará de todas sus injusticias, y les daré un corazón nuevo) dice el Señor.

17. Al regresar a la sede, el que preside dice: Dios todopoderoso que purificas del pecado, y por esta celebración de la Eucaristía nos haces dignos de participar en la mesa de tu Reino por los siglos de los siglos. Amén.

18. Luego el que preside enciende la Corona de Adviento mientras se entona un canto de Adviento. Luego dice la Oración Colecta propia de este Domingo. La Eucaristía prosigue como de costumbre.

Primera Lectura: Miqueas 5,1-4 En Jesús, el hijo de María se cumple la profecía del profeta Miqueas.

El es el Mesías que trae la misericordia del Padre al liberar y perdonar los pecados de su pueblo. Escuchemos.

Lectura de la profecía de Miqueas Así dice el Señor: “Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de

Judá, de ti saldrá el jefe de Israel. Su origen es desde lo antiguo, de tiempo

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Ámense como hermanos

inmemorial. Los entrego hasta el tiempo en que la madre dé a luz, y el resto de sus hermanos retornará a los hijos de Israel.

En pie, pastorea con la fuerza del Señor, por el nombre glorioso del Señor, su Dios. Habitarán tranquilos, porque se mostrará grande hasta los confines de la tierra, y éste será nuestra paz. Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Sal 79, 2ac y 3c. 15-16. 18-19. R / Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

Pastor de Israel, escucha, / tú que te sientas sobre querubines, resplandece. Despierta tu poder y ven a salvarnos. / R.

Dios de los ejércitos, vuélvete:/mira desde el cielo, fíjate, la cepa que tu diestra plantó, / y que tú hiciste vigorosa. / R.

Que tu mano proteja a tu escogido, / al hombre que tú fortaleciste. No nos alejaremos de ti: / danos vida, para que invoquemos tu nombre. / R.

Segunda Lectura Hebreos 10, 5-10 El Apóstol Pablo nos expresa como Cristo obediente al Padre se hace

ofrenda agradable y con su entrega fraterna y generosa a todos nos ha mostrado la misericordia del Padre. Escuchemos

Lectura de la carta a los Hebreos Hermanos: Cuando Cristo entró en el mundo dijo:”Tú no quieres sacrificios

ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni victimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: ‘Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.”’

Primero dice: “No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias”, que se ofrecen según la Ley. Después añade: “Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.” Niega lo primero, para afirmar lo segundo.

Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre. Palabra de Dios.

Aleluya Lc1,38Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.

Evangelio: San Lucas 1,39-45 María, que reconoce la misericordia de Dios con su pueblo, realiza

un acto de misericordia con su prima Isabel, al visitarla y al socorrerla en ese momento. Como María estemos atentos a quienes nos necesitan y salgamos a compartir con ellos como hermanos nuestros y llevándoles en este Jubileo a Jesús, la gran misericordia del Padre que nos regaló María. De pie aclamemos al Señor que nos habla en este Evangelio.

Lectura del santo Evangelio según San Lucas 1,39-45 En aquellos días, María se puso de camino y fue a prisa a la montaña, a

un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.

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Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: “¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.” Palabra de Dios.

Oracion de los fieles El que preside: Padre misericordioso, nos acercamos a Ti con toda

confianza y te pedimos suplicantes diciéndote: Ten misericordia de tu pueblo.• Por el papa Francisco, Obispos, Sacerdotes, Diáconos, Consagrados

y Consagradas y laicos comprometidos seamos portadores de tu misericordia para tu pueblo. Roguemos al Señor.

• Por los que gobiernan las naciones, para que tengan como meta la construcción de un mundo mejor, donde la justicia, la paz y la fraternidad en todo el mundo llegue a ser una realidad permanente, especialmente en los pueblos sometidos a la inseguridad y violencia. Roguemos al Señor.

• Por los enfermos, los presos y los refugiados, los que no encuentran trabajo, los que sufren y los que no tienen con quien celebrar estas fiestas, para que en medio del dolor descubran la presencia solícita y amorosa de Dios misericordioso y cuenten con nuestra solidaridad. Roguemos al Señor.

• Por todas las madres que esperan el nacimiento de sus hijos , para que reciban el apoyo, el amor y ternura en sus familias y comuniquen amor y ternura a sus criaturas . Roguemos al Señor.

• Por todos nosotros que nos preparamos a celebrar con sencillez y en fraternidad la Natividad del Señor, para que salgamos fortalecidos de esta Eucaristía y demos respuesta a ese Dios padre de misericordia que se nos comunica y revela continuamente. Roguemos al Señor.

• Para que aprovechemos este tiempo de gracia y misericordia que es el Jubileo para abrirnos a la misericordia del Padre y nosotros seamos misericordiosos con los que nos rodean. Roguemos al Señor.

El que preside: Padre rico en misericordia, acuérdate de la misericordia que tuviste con nuestros padres y manifiéstala hoy entre nosotros. Haz que seamos misericordiosos como Tú y que seamos testigos y portadores de tu misericordia para todo el pueblo. Por Jesucristo nuestro Señor.

RITOS DE CONCLUSIÓN19. Antes de la bendición solemne, se informa a los fieles sobre las iglesias

o santuarios en los cuales el Obispo ha establecido para poder recibir, a lo largo de todo el Jubileo extraordinario, el don de la indulgencia. Luego el que preside dice: Nuestro pensamiento se dirige ahora a la Madre de la Misericordia. La dulzura de su mirada nos acompañe en este Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios. La asamblea invoca a María, Madre de misericordia, con el canto de la antífona Salve, u otra similar.

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Ámense como hermanos

20. Sigue la bendición solemne para el Tiempo de Adviento. Dios omnipotente y misericordioso los santifique con el resplandor del

adviento de su Unigénito, en cuya primera venida creen y cuya futura venida esperan, y los enriquezca con su bendición. Amén.

Les conceda, durante el ciclo de la vida presente, permanecer firmes en la fe, alegres en la esperanza, y diligentes en la caridad. Amén.

De manera que, al llenarse devotamente de alegría por la venida en la carne de nuestro Redentor, reciban la riqueza de los galardones eternos, cuando, por su segunda, vez, venga en su majestad. Amén.

La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca siempre. Amén.

21. Después de la bendición, el diácono despide a la asamblea. Si lo considera oportuno, puede decir: Misericordiosos como el Padre, compartamos como hermanos. Pueden ir en paz.

21 Feria Privilegiada de Adviento

Lunes Morado

Primera lectura: Cantar de los Cantares 2,8-14 ¡Oigan, que llega mi amado, saltando sobre los montes, brincando por los

collados! Es mi amado como un gamo, es mi amado un cervatillo. Miren: se ha parado detrás de la tapia, atisba por las ventanas, mira por las celosías.

Habla mi amado y me dice: «¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí! Porque ha pasado el invierno, las lluvias han cesado y se han ido, brotan flores en la vega, llega el tiempo de la poda, el arrullo de la tórtola se deja oír en los campos; apuntan los frutos en la higuera, la viña en flor difunde perfume. ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí! Paloma mía, que anidas en los huecos de la peña, en las grietas del barranco, déjame ver tu figura, déjame escuchar tu voz, porque es muy dulce tu voz, y es hermosa tu figura.»

Salmo Responsorial: 32 “Aclamen, justos, al Señor, cántenle un cántico nuevo”

Den gracias al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas; cántenle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones. R.

El plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su corazón, de edad en edad. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad. R.

Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo; con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos. R.

Lectura del santo Evangelio según Lucas 1,39-45 Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña,

a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.

Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: « ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite

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la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

Meditación

Llega el fin del Adviento, y por fin empieza la cuenta atrás para el nacimiento del Mesías. Acercarnos a su nacimiento es acercarnos a María, acercarnos a su fe y a sus vivencias como madre. Ella siente la alegría como toda madre, ante el inminente nacimiento de su hijo, además, ella sabe que no es un hijo como cualquier otro hijo. Él, su hijo, es el hijo del Altísimo, es el Amor supremo hecho niño para estar entre los hombres. María sabe que es la madre del Salvador. Él viene a liberarnos de la pesada carga del pecado, nos dará la libertad y nos enseñará cómo es el amor de Dios y cuan cercano a nosotros está. Sabe que ha sido bendecida, ensalzada, elegida, glorificada, porque a través de ella Cristo nacerá.

María es modelo de fe para nosotros, de adhesión, su “Sí” fue sin reservas, dejándose llevar en todo momento por la palabra de Dios. Nosotros deberíamos reflexionar cómo es nuestra fe, si realmente estamos adheridos a la forma de vida que Jesús nos ofrece o nos conformamos con decirnos cristianos sin estar comprometidos con el mundo en que vivimos. Mirémonos en María, ella al igual que Abraham fundamentó su fe en la aceptación de lo que Dios le iba anunciando y hasta en este momento tan especial fue servicial, no dudó en viajar para estar junto a su prima Isabel, embarazada como ella.

El evangelio de San Lucas nos narra el Anuncio del ángel a María como “de puntillas”, con gran respeto, venerando a los protagonistas de este diálogo único. Hoy, sin embargo, asistimos a aquella “segunda anunciación”. La que el Espíritu Santo revela a santa Isabel en el momento de reconocer en María a la Madre de su Señor. Estas dos mujeres viven y comparten el mayor secreto que pueda Dios comunicar a los hombres, y lo hacen con una naturalidad sorprendente. Por su parte, María, la llena de gracia, no sólo no se queda ociosa en su casa. Ser Madre de Dios no desdice un ápice de su condición de mujer humilde, de modo que va en ayuda de su prima; esta es la verdadera fraternidad. Isabel, por su parte, anuncia, inspirada por el Espíritu, una gran verdad: la felicidad está en el creer al Señor.

Preguntémonos, si hoy queremos ser felices, ¿cómo va mi fe en la presencia de Dios en mi vida? Si lucho por aceptarla y vivirla ya tengo el primer requisito para mi felicidad.

22 Feria Privilegiada de Adviento

Martes Morado Lectura del primer libro de Samuel 1,24-28

En aquellos días, cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con él al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. El niño era aún muy pequeño.

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Ámense como hermanos

Cuando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, diciendo: «Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo.» Después se postraron ante el Señor. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial 1S 2R/ “Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador”

Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios; mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación. R.

Se rompen los arcos de los valientes, mientras los cobardes se ciñen de valor; los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan; la mujer estéril da a luz siete hijos, mientras la madre de muchos queda estéril. R.

El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta; da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece. R.

Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,46-56En aquel tiempo, María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa. Palabra del Señor.

Meditación

La liturgia nos presenta la consagración del niño Samuel al Señor. Ana, su madre, había suplicado al Señor que le quitase el oprobio de su esterilidad, como era considerada entonces. Si el Señor le concedía esa gracia, ella se lo “cedería al Señor mientras viva”. El cumplimiento de esa promesa de Ana es lo que nos narra esta primera lectura. Que la liturgia nos recuerde este relato dos días antes de la fiesta del nacimiento de Jesús, nos “obliga” a considerar juntos estos dos acontecimientos. Coinciden en la intervención especial de Dios en ambos nacimientos y en la consagración al Señor de los dos nacidos. Samuel ejercerá su consagración a Dios a través de su sacerdocio y profetismo en favor del pueblo. Jesús de Nazaret traducirá su consagración a Dios, su obediencia al Padre, en una consagración total a sus hermanos, los hombres, enseñándonos que la mejor manera de conseguir la vida es entregándola por amor.

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Lucas sitúa este cántico de María en el contexto de su visita a su prima Isabel, la cual proclama bendita a María: “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”. María reconoce la bendición de que ha sido objeto y prorrumpe en un gran agradecimiento al Señor. “El Poderoso ha hecho obras grandes por mí”. Toda su grandeza, ser la madre de Jesús, el Hijo de Dios, es obra de Dios. Ella, que es humilde, reconoce esta sublime verdad. Debemos imitar a María y cantar siempre agradecidos y alegres las maravillas que ha hecho en nosotros: crearnos, regalarnos su vida divina, regalarnos a su propio Hijo, algo que queremos resaltar con más intensidad en adviento y navidad, para que disipe nuestras tinieblas y nos haga caminar por la vida con luz y siempre en su compañía amorosa. También nos toca trabajar en la línea de la fraternidad que proclama el Magníficat, donde los ricos, los que se creen superiores a los demás. Cristo resalta esta cualidad de humildad en las bienaventuranzas

Todo el «Magníficat», se caracteriza por esta «humildad», pobreza. Su fuerza está destinada a manifestar quiénes son los verdaderos predilectos de Dios: los «fieles» a su Palabra, «los humildes», «los hambrientos», «Israel, su siervo», es decir, la comunidad del pueblo de Dios que, como María, está constituida por quienes son «pobres», puros y sencillos de corazón. Es ese «pequeño rebaño» al que Jesús invita a no tener miedo, pues el Padre ha querido darle su reino (Cf. Lucas 12, 32). De este modo, este canto nos invita a asociarnos a este pequeño rebaño, a ser realmente miembros del Pueblo de Dios en la pureza y en la sencillez del corazón.

23 Feria Privilegiada de Adviento

Miércoles Morado

Lectura de la profecía de Malaquías 3,1-4.23-24Así dice el Señor: «Miren, yo les envío a mi mensajero, para que prepare

el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza que ustedes desean. Mírenlo entrar –dice el Señor de los ejércitos–. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos. Miren: les enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible. Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra.»Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 24R/. “Levántense, alcen la cabeza: se acerca su liberación”

Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.

El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R/.

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Ámense como hermanos

Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía con sus fieles y les da a conocer su alianza. R/

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,57-6A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se

enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan.» Le replicaron: «Ninguno de tus parientes se llama así.» Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.»Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él. Palabra del Señor.

Meditación

Estamos a las puertas de la Navidad, en su misma víspera, la liturgia nos presenta a quien lo precede: en el antiguo testamento, el anuncio del mensajero que “preparará el camino delante de ti”, y en el evangelio, la realización de esa promesa, el nacimiento del precursor, Juan.

El evangelio de Lucas nos ofrece una escena muy pintoresca del nacimiento de Juan Bautista. Su padre, mudo por la obstinación, y su madre, luchando a contracorriente con los vecinos machistas. Pero, tanto Isabel como Zacarías están de acuerdo en una cosa: la esperanza de Israel no se ha perdido, la utopía es posible. El niño presagia que las expectativas no son inútiles: Dios se ha acordado de su pueblo y envía a un mensajero que prepara el camino para la irrupción del tiempo definitivo. La esperanza que un niño representa es una esperanza a largo plazo, y oculta, como su nacimiento humilde, pero es una esperanza concreta y real: de carne. Un niño, de carne y hueso, humilde y desconocido en su momento, es el protagonista de la Navidad. Por eso la Navidad es vivencia de esperanza, de confianza en el futuro, de seguridad interna, la seguridad que da el sabernos acompañados por Dios.

En la anunciación, María recibe al ángel de Dios, y atenta a sus palabras, lo acoge y responde al designio divino, expresando su total disponibilidad: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. María, por la misma actitud interior de escucha, es capaz de leer su propia historia, reconociendo con humildad que es el Señor el que actúa. En la visita a su pariente Isabel, prorrumpe en una oración de alabanza y de alegría, de celebración de la gracia divina que ha llenado su corazón y su vida, haciéndola la Madre del Señor. Alabanza, acción de gracias, alegría: en el cántico del Magníficat, María no ve solo lo que Dios ha hecho en ella, sino también a lo que hizo y hace continuamente en la historia. San Ambrosio, en

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un famoso comentario sobre el Magníficat, invita a tener el mismo espíritu en la oración y dice: “Que en cada uno esté el espíritu de María para alabar al Señor, y esté en cada uno el espíritu individual de María para exultar a Dios”.

Este es el único “discurso” de María que se ha conservado hasta nuestros días: una oración. De hecho, todos los “mariólogos” estudian cada una de las palabras del “Magníficat” para penetrar en la profundidad humana y espiritual de la Virgen. ¿Qué pensaba María de su propia vida? ¿Qué papel ocupaba Dios? ¿Son importantes los pobres para la Madre de los hombres? Todas estas cuestiones quedan resueltas al contemplar esta hermosa oración de María. Hay una palabra que, curiosamente, se repite varias veces entre esas líneas: la humildad. Quizás sea la virtud característica de la Virgen.

24 Feria Privilegiada de Adviento

Jueves Morado Lectura del segundo libro de Samuel 7,1-5.8b-12.14a.16

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.» Natán respondió al rey: «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.»

Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: “Esto dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra.

Daré un puesto a Israel, mi pueblo: lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel.

Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mi hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.”» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 88R/ “Cantaré eternamente tus misericordias, Señor”

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R.

Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: «Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades.» R.

Él me invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora.» Le mantendré eternamente mi favor, y mi alianza con él será estable. R.

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Ámense como hermanos

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,67-79En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo,

profetizó diciendo: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.» Palabra del Señor.

Meditación

David quería ofrecer una “casa” a Dios. ¡Y es Dios el que le promete darle una! La casa de David es, en primer lugar, Salomón su hijo -que construirá el Templo-, es el pueblo y es sobre todo Jesús, el Mesías. Es Dios el que conserva la iniciativa. No somos nosotros quienes damos a Dios, ¡Dios es el que nos da!

Jesús a su vez, rechazará el Templo. ¡Destruyan ese Templo y dentro de tres días lo reconstruiré! El Cuerpo de Cristo pasa a ser el único templo, el único lugar de culto a Dios. La verdadera «casa de Dios» es Jesús, Presencia de Dios.

En el evangelio leemos el cántico de Zacarías, padre de Juan, lleno del Espíritu Santo: ‘Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas”….

El Señor nos pide sencillez, que le sintamos presente en nuestra vida, en nuestra historia, como hace Zacarías en su canto: Dios que visita a su pueblo para redimirlo, para salvarlo, para liberarlo. Orar es hablar con Dios: de Él, de ti, de mí, de la familia, del país, de lo que sucede: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones, corrupción, narcotráfico, lavado de dinero, violencia, realidad mía y de la República Dominicana… Ninguna persona de este mundo ha sabido tratar a Jesús como su Madre y, después de su Madre, San José. Contemplamos a José muy cerca de María, lleno de delicadezas con Ella. Jesús va a nacer. Él ha preparado lo mejor que ha podido aquella gruta. Le pedimos nosotros que nos ayude a preparar nuestra alma cuando tenemos tan cerca a Jesús. Nos visitará el Sol que nace de lo Alto.

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Celebración de la Natividad del Señor 24 de Diciembre 2015 (Medianoche)

Contemplemos en el Niño Jesús el rostro misericordioso del Padre

Orientaciones para esta Celebración: Colocar en un lugar visible el lema del día. Se adorna con flores vivas y alegres y se entonan canciones acompañadas de instrumentos / Colocar el pesebre en un lugar que pueda ser visitado /entrar en procesión con la imagen del niño que el sacerdote lo colocará en el pesebre/ se puede colocar una imagen de María , José y el niño (el cuadro de la virgen de la Altagracia) /Se podría dramatizar el Evangelio/ Crear un ambiente de alegría que invite a la fraternidad / acoger con mucho amor a todos especialmente a los adolescentes y jóvenes en situaciones de riesgo y la viudas consagradas/ Preparar un momento de fiesta y de compartir fraterno al final de la Celebración

Monición ambiental Buenas noches, hermanos y hermanas: Llega a su fin, el Tiempo de

Adviento, la preparación y espera llega a su culmen. Nuestra esperanza se hace realidad. Por eso con mucha alegría nos congregamos fraternalmente en esta noche santa, para celebrar el acontecimiento que cambió el curso de la historia, se cumplió la promesa, lo anunciado por los profetas, nace el salvador, en Belén, de María Virgen.

Dios ha manifestado su misericordia a favor de la humanidad abriendo un espacio en el mundo que crecerá hasta ser un santuario, un lugar de gracia de amor y fraternidad construido sobre la justicia y el derecho. El lugar es la tierra, su casa. Su nuevo nombre es PAZ. Resuene nuestro canto más alegre en esta gran noche de paz ,de amor y fraternidad.

Imploremos la misericordia de Dios, para que esta noche de fiesta, traiga la paz y la alegría a nuestro pueblo y que siendo sensible a la solidaridad celebremos con sentido cristiano, para que verdaderamente todos podamos compartir fraternalmente como hermanos lo que tenemos especialmente con los más necesitados. Llenos de alegría iniciemos nuestra celebración, recibamos a Cristo en la persona del Ministro que preside. De pie cantemos todos juntos al coro.

Pregón de Navidad Siguiendo una tradición antigua se tiene antes del Canto del Gloria este

hermoso anuncio de Navidad, llamado Calenda. Se puede cantar o recitar como un pregón. Pueden hacerlo los jóvenes.

Les anunciamos, hermanos, una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo; escúchenla con corazón gozoso: Habían pasado miles y miles de años desde que, al principio, Dios creó el cielo y la tierra y, asignándoles un progreso continuo a través de los tiempos, quiso que las aguas produjeran un pulular de vivientes y pájaros que volaran sobre la tierra.

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Ámense como hermanos

Miles y miles de años, desde el momento en que Dios quiso que apareciera en la tierra el hombre, hecho a su imagen y semejanza, para que dominara las maravillas del mundo y, al contemplar la grandeza de la creación, alabara en todo momento al Creador.

Miles y miles de años, durante los cuales los pensamientos del hombre, inclinados siempre al mal, llenaron el mundo de pecado hasta tal punto que Dios decidió purificarlo, con las aguas torrenciales del diluvio.

Hacía unos 1850 años que Abraham, el padre de nuestra fe, obediente a la voz de Dios, se dirigió hacia una tierra desconocida para dar origen al pueblo elegido.

Hacía unos 1.250 años que Moisés hizo pasar a pie enjuto por el Mar Rojo a los hijos de Abraham, para que aquel pueblo, liberado de la esclavitud del Faraón, fuera imagen de la familia de los bautizados.

Hacía unos 1.000 años que David, un sencillo pastor que guardaba los rebaños de su padre ese, fue ungido por el profeta Samuel, como el gran rey de Israel.

Hacía unos 700 años que Israel, que había reincidido continuamente en las infidelidades de sus padres y por no hacer caso de los mensajeros que Dios le enviaba, fue deportado por los caldeos a Babilonia; fue entonces, en medio de los sufrimientos del destierro, cuando aprendió a esperar un Salvador que lo librara de su esclavitud y a desear aquel Mesías que tos profetas le habían anunciado y que había de instaurar un nuevo orden de paz y de justicia, de amor y de libertad.”

Finalmente, durante la olimpiada 94, el año 752 de la fundación de Roma, el año 14 del reinado del emperador Augusto, cuando en el mundo entero reinaba una Paz universal, hace 2015 años, en Belén de Judá, pueblo humilde de Israel, ocupado entonces por los romanos, en un pesebre, porque no tenía sitio en la posada, de María virgen, esposa de José, de la casa y familia de David, nació Jesús, Dios eterno, Hijo del Eterno Padre, y hombre verdadero, llamado Mesías y Cristo, que es el Salvador que los hombres esperaban.

El es la Palabra que ilumina a todo hombre, por él fueron creadas al principio todas las cosas; él, que es el camino, la verdad y la vida, ha acampado, pues, entre nosotros. Nosotros, los que creemos en él, nos hemos reunido hoy (en esta noche santa), o mejor dicho, Dios nos ha reunido, para celebrar con alegría la solemnidad de Navidad, y proclamar nuestra fe en Cristo, Salvador del mundo.

Hermanos, alégrense, hagan fiesta y celebren la mejor noticia de toda la historia de la humanidad.

ACTO PENITENCIAL GLORIA: Alegrémonos hermanos y hermanas, Cantemos gozosamente

la alegría al Señor. Aquella noche en Belén los Ángeles anunciaron la manifestación de la misericordia del Padre. Hoy, nosotros, como los pastores hemos venido aquí para contemplar al Dios hecho hombre. Nos unimos a su canto con todo nuestro corazón.

Primera Lectura Isaías 9,2-7 Hoy la luz se impone a la tiniebla, es noche de Paz, lo que anunció el

profeta se ha cumplido, nos ha nacido el Salvador es noche de amor fraterno, de amarnos como hermanos; es noche de misericordia. Escuchemos.

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Lectura del Profeta IsaíasEl pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande, habitaban tierras

de sombra, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo: se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada en sangre, serán combustible, pasto del fuego. Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva al hombro el principado, y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre Perpetuo, Príncipe de la Paz. Para dilatar el principado con una paz sin límites, sobre el Trono de David y sobre su Reino. Para sostenerlo y consolarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor lo realizará. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 95 R/ “Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”

Canten al Señor un canto nuevo, que toda la tierra cante al Señor. Canten al Señor, bendigan su nombre. R. Celebren día tras día su victoria. Propaguen su grandeza entre las naciones, sus maravillas entre todos los pueblos. R.

Que se alegren los cielos y se regocije la tierra, que resuene el mar y cuanto lo llena; que exulten los campos con todos sus frutos, que aclamen los árboles del bosque. R.

Ante el Señor que viene a gobernar la tierra: gobernará con justicia al mundo, a las naciones con fidelidad. R.

Segunda Lectura: Tito 2,11-14 La voluntad de Dios Padre misericordioso es que todos sus hijos se salven.

El Apóstol hoy nos invita a vivir como hermanos en comunión fraterna para alcanzar la gracia que generosamente Dios nos regala, mientras esperamos que El vuelva gloriosamente. Escuchemos

Lectura de la Carta de san Pablo a Tito Hermanos: Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para

todos los hombres; enseñándonos a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro: Jesucristo. El se entregó por nosotros para rescatarnos de toda impiedad, y para prepararse un pueblo, dedicado a las buenas obras. Palabra de Dios.

Aleluya Lc. 2, l0-11 Aleluya, Aleluya. Les traigo una buena noticia, una gran alegría: nos ha

nacido un salvador: el Mesías, el Señor. Aleluya

Evangelio: Lucas 2,1-14Con júbilo recibimos una buena noticia, nos ha nacido el salvador, Dios

solidario y fraterno nos ha regalado su perdón y misericordia enviando

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Ámense como hermanos

su Hijo, el Mesías para redimir a su pueblo. Acógele fraternalmente en tu corazón y como los ángeles y pastores cantemos alegremente.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas En aquel tiempo salió un decreto del emperador Augusto, ordenando hacer

un censo del mundo entero. Este fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad.

También José que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret en Galilea a la ciudad de David que se llama Belén, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada.

En aquella región había unos pastores que pasaban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño. Y un ángel del Señor se les presentó: la gloria del Señor los envolvió de claridad y se llenaron de gran temor.

El ángel les dijo: No teman, les traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tienen la señal: encontrarán un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De pronto en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que Dios ama. Palabra del Señor.

Oración de los fielesEl que preside: Llenos de alegría nos dirigimos al Padre diciéndole: Que

tu Misericordia Señor llene la tierraPor la Iglesia, para que como luz en el mundo y signo del amor de

Dios Padre misericordioso, promueva la fraternidad en medio de nosotros. Roguemos al Señor.

Por el Papa Francisco, los Obispos, Sacerdotes, Diáconos Consagrados y Consagradas, laicos y laicas comprometidos, para que el Hijo de Dios que ha venido a rescatar la humanidad, fortalezca su fe y les anime a ser testigos de su misericordia. Roguemos al Señor.

Por los que gobiernan en el mundo, para que iluminados por el Niño Dios, promuevan el crecimiento de los niños en tamaño, gracia y sabiduría. Roguemos al Señor.

Por los que sufren, los enfermos, los privados de libertad, refugiados e inmigrantes y los desempleados, para que en medio de sus precariedades encuentren en Jesús, que nace en medio del mundo, la alegría y el gozo de la salvación y en nosotros la práctica de la misericordia a favor de ellos. Roguemos al Señor.

Por nosotros, que nos disponemos a participar del banquete de la Eucaristía, para que nos llenemos de la verdadera paz, contemplándolo a Él envuelto en pañales y acostado en el pesebre, para que nos abramos a la misericordia de Dios presente entre nosotros y la comuniquemos a toda la gente. Roguemos al Señor.

El que preside: Recibe nuestras súplicas que te hemos dirigido a Ti, Padre Misericordioso y haz que contemplando tu rostro misericordioso en este Niño

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que nos has dado nos volvamos portadores de misericordia, especialmente a favor de los niños de nuestro pueblo. Por Jesucristo nuestro Señor.

25 Solemnidad de la Natividad del Señor

Viernes Blanco

En el Niño Jesús la misericordia del Padre se ha hecho carne

Algunas orientaciones para esta celebración: Destacar la imagen del niño que envuelto en pañales colocado en el pesebre/ Se coloca el lema del día en un lugar visible se puede invitar a la asamblea para el adorar al niño e invitar al beso en familia /todo el ambiente debe ser de alegría/ acoger felicitar a los niños, niñas. Se puede dramatizar el Evangelio. Preparar un brindis para el final.

Monición de Entrada: Feliz Navidad, hermanos y hermanas. Nos reúne el Padre para celebrar

con júbilo la eucaristía de hoy , Solemnidad de la Natividad del Señor, en el que recordamos con alegría el nacimiento del Mesías , el Salvador que llega a redimir a su pueblo porque grande es la misericordia para con nosotros.

La Liturgia de la Palabra de este día refleja la gran alegría. Dios se ha hecho uno con nosotros, los confines de la tierra han contemplado su victoria. El es Dios mismo que se convierte en Buena Noticia, anuncio de salvación para todos los pueblos, que asume nuestra condición humana, naciendo entre los pobres para enriquecernos con los dones divinos, trayendo la verdadera alegría, la luz, la justicia y la paz.

La misericordia ha brotado como un río desde el portal de Belén, por eso esta-mos alegres y todos unidos en el amor cantamos con júbilo himnos de alabanza a nuestro Dios Padre misericordioso y a su Hijo nacido de María la Virgen.

Con el Lema “Ámense como hermanos”(1 Pe 3,8) celebremos su pre-sencia entre nosotros y demos gracias a Dios por su infinita misericordia y a María por haber dado a luz al Salvador del Mundo . De pie cantando con alegría junto al Coro recibamos a Jesucristo que llega a presidir nuestra fiesta a través de su ministro.

Pregón de Navidad Siguiendo una tradición antigua se tiene antes del Canto del Gloria este

hermoso anuncio de Navidad, llamado Calenda. Se puede cantar o recitar como un pregón. Pueden hacerlo los jóvenes. Está en la celebración del 24 de diciembre.

GLORIA: Alegrémonos hermanos y hermanas, Cantemos gozosamente la alegría al Señor. Aquella noche en Belén los Ángeles anunciaron la

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Ámense como hermanos

manifestación de la misericordia del Padre. Hoy, nosotros, como los pastores hemos venido aquí para contemplar al Dios hecho hombre. Nos unimos a su canto con todo nuestro corazón.

Primera Lectura: Isaías 52 ,7-10 Dios, el Rey, ha desplegado su misericordia a través de Jesús que nos

ha nacido. Gritemos de alegría y cantemos a coro porque el Señor está en medio de nosotros liberando a su pueblo. Escuchemos

Lectura del libro de Isaías ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia

la paz, que trae la Buena Nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: «Tu Dios es rey»!

Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque ven cara a cara al Señor, que vuelve a Sión. Rompan a cantar a coro, ruinas de Jerusalén, que el Señor consuela a su pueblo, rescata a Jerusalén; el Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los confines de la tierra la victoria de nuestro Dios. Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 97R. “Los confines de la tierra han contemplado la victoria

de nuestro Dios”. Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra

le ha dado la victoria, su santo brazo. R. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se

acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

Aclama al Señor, tierra entera; griten, vitoreen, toquen. R.Tañan la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al

son de trompetas, aclamen al Rey y Señor. R.

Segunda Lectura: Hebreos 1, 1-6 Escuchemos ahora de que manera se ha cumplido la promesa en Cristo,

revelación del Padre misericordioso, que al llegar la plenitud de los tiempos se hace presente en medio de nosotros para salvarnos. Unidos como hermanos adorémosle con los Ángeles de Dios. Escuchemos.

Lectura de la carta a los Hebreos En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a

nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizado las edades del mundo.

Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado», o:

Plan de Pastoral - Diciembre 2015

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«Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo»? Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios.» Palabra de Dios.

Aleluya Nos ha amanecido un día sagrado; vengan naciones, adoren al Señor,

porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra. Aleluya

Evangelio: Juan 1,1-18 La misericordia de Dios se ha hecho carne en Jesús, Palabra viva del

Padre. La misericordia de Dios acampó entre nosotros para traer luz y salvación a todo el mundo. Acojamos esa misericordia divina para poder ser nosotros misericordia para todos los que nos rodean. De pie y con profundo agradecimiento aclamemos con el canto al Señor que nos habla en este Evangelio.

Lectura del santo evangelio según san Juan En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la

Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.

La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.

Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y grita diciendo:«Éste es de quien dije: «El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.» Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. Palabra del Señor.

Oracion de los fielesEl que preside: Llenos de alegría nos dirigimos al Padre diciéndole: Que

tu Misericordia Señor llene la tierra.Por la Iglesia extendida por todo el mundo: Por el Papa, Francisco,

obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas para que sean reflejo de la luz de Cristo, portadores del amor de Dios en el mundo Roguemos al Señor.

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Ámense como hermanos

Para que esta Navidad todos los pueblos, razas y naciones, en medio de las dificultades aboguen por una Sociedad donde prime la hospitalidad, la justicia, la libertad, la paz y fraternidad. Roguemos al Señor.

Por los pobres, enfermos, los privados de libertad, por todos los que sufren y por todos aquellos que no encuentran con que celebrar estas fiestas, para que reciban la luz de Cristo, sientan la alegría de ser hijos de Dios y cuenten con nuestra solidaridad. Roguemos al Señor.

Por las familias, para que cultiven relaciones fraternas entre todos sus miembros, y velen especialmente de sus adolescentes y jóvenes para que no caigan en situaciones de riesgo. Roguemos al Señor.

Por los consagrados y consagradas, especialmente por las viudas consagradas, para que en Jesús palabra encarnada encuentren la alegría, todo el amor y la fortaleza para servir en sus comunidades. Roguemos al Señor.

Por los ancianos, muy especialmente los que se sienten solo, por los niños y niñas desamparados , para que puedan sentirse amados de Jesús que se ha hecho uno de nosotros y lleguen a ellos el soporte que necesitan. Roguemos al Señor.

Por todos nosotros, que alegres celebramos la Natividad del Señor, para que veamos en cada rostro que sufre el rostro de misericordia de Jesús que vino al mundo para instaurar un reino de justicia y paz. Roguemos al Señor.

El que preside: Recibe nuestras súplicas que te hemos dirigido a Ti, Padre Misericordioso y haz que contemplando tu rostro misericordioso en este Niño que nos has dado nos volvamos portadores de misericordia, especialmente a favor de los niños de nuestro pueblo. Por Jesucristo nuestro Señor.

26 Fiesta, San Esteban, Protomártir

Sábado Rojo

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 6, 8-10;7, 54-60En aquellos días, Esteban, lleno de gracia y poder, realizaba grandes

prodigios y signos en medio del pueblo. Unos cuantos de la sinagoga llamada de los libertos, oriundos de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban; pero no lograban hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba.

Oyendo estas palabras, se recomían por dentro y rechinaban los dientes de rabia. Esteban, lleno de Espíritu Santo, fijo la mirada en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios, y dijo: “Veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios”.

Dando un grito estentóreo, se taparon los oídos; y, como un solo hombre, se abalanzaron sobre él, lo empujaron fuera de la ciudad y se pusieron a apedrearlo. Los testigos, dejando sus capas a los pies de un joven llamado Saulo, se pusieron también a apedrear a Esteban, que repetía esta invocación: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Luego, cayendo de rodillas, lanzó un grito: “Señor, no les tengas en cuenta este pecado”. Y, con estas palabras, expiró. Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial: 30R/ “A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu”.

Sé la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame. R/

A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. Tu misericordia sea mi gozo y mi alegría. Te has fijado en mi aflicción. R/

Líbrame de los enemigos que me persiguen; haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. R/

Lectura del santo evangelio según San Mateo 10, 17-22En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “No se fíen de la gente,

porque les entregarán a los tribunales, les azotarán en las sinagogas y les harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así darán testimonio ante ellos y ante los gentiles.

Cuando les arresten, no se preocupen de lo que van a decir o de cómo lo dirán: en su momento se les sugerirá lo que tienen que decir; no serán ustedes los que hablan, el Espíritu de su Padre hablará por ustedes.

Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos les odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará”. Palabra del Señor.

Meditación

Podemos pensar que en el clima gozoso de la Navidad, esta conmemoración podría parecer fuera de lugar. La Navidad, en efecto, es la fiesta de la vida y nos infunde sentimientos de serenidad y de paz. ¿Por qué enturbiarla con el recuerdo de una violencia tan atroz? En realidad, en la óptica de la fe, la fiesta de san Esteban está en plena sintonía con el significado profundo de la Navidad. En el martirio, en efecto, la violencia es vencida por el amor; la muerte por la vida. La Iglesia ve en el sacrificio de los mártires su «nacimiento al cielo». Celebremos hoy, por lo tanto, el «nacimiento» de Esteban a la vida celestial, que brota en profundidad del Nacimiento de Cristo. Jesús transforma la muerte de quienes le aman en aurora de vida nueva y eterna con el Padre.

En el martirio de Esteban se reproduce la misma confrontación entre el bien y el mal, entre el odio y el perdón, entre la mansedumbre y la violencia, que tuvo su culmen en la Cruz de Cristo. La memoria del primer mártir de este modo disipa, inmediatamente, una falsa imagen de la Navidad: la imagen fantástica, que en el Evangelio no existe. La liturgia nos conduce al sentido auténtico de la Encarnación, vinculando Belén con el Calvario y recordándonos que la salvación divina implica la lucha con el pecado, que pasa a través de la puerta estrecha de la Cruz. Éste es el camino que Jesús indicó claramente a sus discípulos, como atestigua el Evangelio de hoy: «Serán odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el final, se salvará».

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Ámense como hermanos

Hoy rezamos de modo especial por los cristianos que sufren discriminaciones a causa del testimonio dado por Cristo y el Evangelio. Estamos cercanos a estos hermanos y hermanas que, como san Esteban, son acusados injustamente y convertidos en objeto de violencias de todo tipo. ¡Son muchos! Esto sucede especialmente allí donde la libertad religiosa aún no está garantizada o no se realiza plenamente. El ser cristiano (serio) es un delito, frente a tanta corrupción y robo al Estado. Se habla de los derechos humanos (se ha convertido en negocio), pero de hecho, los creyentes, y especialmente los cristianos, encuentran limitaciones y discriminaciones. Esto no sorprende, porque Jesús lo anunció como ocasión propicia para dar testimonio. A nivel civil, la injusticia se debe denunciar y eliminar. Que María, Reina de los mártires, nos ayude a vivir la Navidad con ese ardor de fe y amor que resplandece en san Esteban y en todos los mártires de la Iglesia.

27 Fiesta de la Sagrada Familia

Domingo Blanco

Descubramos en familia en Jesucristo el rostro misericordioso del Padre

Algunas orientaciones: Esta celebración puede ser animada por la Pastoral Familiar. Resaltar la importancia de tener como modelo la familia de Nazaret. Destacar el rol de la familia para crear lazos de fraternidad en la sociedad. Cada familia puede sentarse junta. Se puede dramatizar el Evangelio, Bendición especial para las familias presentes al final de la Celebración entregándole la imagen del Niño Jesús en sus manos. Se puede bendecir a los ancianos y ancianas. Invitar al compartir fraterno en las familias y motivar a la solidaridad en estos días de festejos.

Monición ambiental:Felicidades a todas las familias. Sean bienvenidos hermanos y hermanas a

celebrar con gozo dentro de la Octava de Navidad, la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret. Contemplemos hoy a María, a José y el Niño Jesús como signo del amor fraterno en medio del mundo y fijemos nuestras miradas en esa familia, primera escuela del amor, unidad y sencillez, ejemplo y modelo de todas las familias.

Las lecturas nos describen como está llamada a ser una familia cristiana, institución creada por Dios, signo del amor por la humanidad, lugar donde se cultivan y comparten valores como el respeto mutuo, el afecto y se aprende a convivir en una verdadera fraternidad. Es un espacio para aprender el valor de la solidaridad y para la transmisión de la fe donde los padres y abuelos tienen la misión de enseñar a sus hijos y nietos las primeras oraciones e inculcar los valores del evangelio.

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Presentemos a Dios Padre junto con la Familia de Nazaret a todas nuestras familias y todas aquellas familias amenazadas por situaciones difíciles que intentan destruir la fraternidad de sus miembros, para que oren permanentemente , se mantengan unida en el amor y propicien un ambiente de comunión y participación. De pie recibamos a Jesucristo que llega a presidir nuestra Celebración en la persona de quien preside.

Primera lectura: Eclesiástico 3, 2-6. 12-14 En esta lectura se nos recuerda que el amor a nuestros padres es fuente

de abundantes bendiciones y un testimonio de vida para nuestros hijos. Quien tiene misericordia con sus padres y madres siempre disfrutará de la misericordia de Dios. Escuchemos

Lectura del libro del Eclesiástico 3, 2-6. 12-14. Dios hace al padre más respetable que a los hijo y afirma la autoridad de

la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha.

Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados. Palabra de Dios.

Salmo responsorial: Sal 127, 1-2. 3. 4-5 (R.: cf. 1) R / Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos.

Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. / R.

Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. / R.

Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. / R.

Segunda Lectura: Colosenses 3, 12-21 El Apóstol Pablo hoy nos anima a que nuestra convivencia familiar sea

de hermandad, donde se viva la tolerancia, el amor, y haya armonía entre padres e hijos. En otras palabras, que sepamos ser misericordiosos unos con otros, como El lo ha sido con nosotros al regalarnos a su Hijo. Escuchemos

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 12-21 Hermanos: Como elegidos de Dios, santos y amados, vístanse de la

misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellé-vense mutuamente y perdónense, cuando alguno tenga quejas contra otro.

El Señor les ha perdonado: hagan ustedes lo mismo. Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.

Que la paz de Cristo actúe de árbitro en su corazón; a ella han sido convocados, en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. La palabra de Cristo

104

Ámense como hermanos

habite entre ustedes en toda su riqueza; enséñense unos a otros con toda sabiduría; corríjanse mutuamente.

Canten a Dios, denle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados. Y, todo lo que de palabra o de obra realicen, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

Mujeres, vivan bajo la autoridad de sus maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amen a sus mujeres, y no sean ásperos con ellas. Hijos, obedezcan a sus padres en todo, que eso le gusta al Señor. Padres, no exasperen a sus hijos, no sea que pierdan los ánimos. Palabra de Dios.

Aleluya Col. 3,15ª.16aQue la paz de Cristo actué en arbitro en su corazón; la palabra de Cristo

habite entre ustedes en toda su riqueza.

Evangelio: Lucas 2,22-40 El anciano Simeón y Ana con gran alegría descubren que Dios ha

manifestado su misericordia cumpliendo la promesa hecha a sus padres en este Niño que tienen en sus brazos. Como ellos dos acerquémonos a El y descubramos el rostro misericordioso del Padre y como nuestro Salvador. Aclamemos a Jesucristo cantando con alegría.

Lectura del Evangelio según San Lucas Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de

Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.

Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del Señor.

Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.»

Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción - ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma! - a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones.»

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años marido, y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo

Plan de Pastoral - Diciembre 2015

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a Dios noche y día en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquella misma hora, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él. Palabra del Señor.

Oración de los FielesEl que preside: A Ti, Padre misericordioso, te presentamos estas súplicas

por nuestras familias diciendo: Que en nuestra familia practiquemos la misericordia unos con otros.

Por la Iglesia y sus pastores para que sea imagen de una verdadera familia que tiene todo en común y que viven en fraternidad, y den testimonio de la gran misericordia de Dios Padre para con la humanidad. Roguemos al Señor.

Por nuestros gobernantes, para que procuren aumentar los lazos de fraternidad entre los pueblos y velen por el bienestar de las familias, primera institución de la sociedad. Roguemos al Señor.

Por todas las familias: para que estos días de fiestas navideñas sea ocasión para cultivar buenas relaciones de fraternidad de reconciliación y de paz en todos sus miembros. Roguemos al Señor.

Por las familias desunidas, para que reciban ayuda y consuelo, fruto de la solidaridad cristiana. Roguemos al Señor.

Por las familias de nuestras comunidades, para que de ellas surjan los matrimonios sólidos y las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Roguemos al Señor.

Por todos los adolescentes y jóvenes que tienen problemas y viven en condiciones de riesgo, para que sepan buscar solución a sus conflictos con la ayuda de sus padres. Roguemos al Señor.

Por todos nosotros, alegres por el nacimiento de Jesús, para que a ejemplo de la família de Nazareth vivamos los valores de la solidaridad y la fraternidad para hacer visible el Reino de Dios en nuestro Pueblo Dominicano. Roguemos al Señor.

El que preside: Acoge nuestras súplicas, Padre Bueno, que te presentamos por nuestras familias en este Día de la Sagrada Familia de Nazaret. Infunde en nosotros sus valores y ayúdanos a practicar la misericordia entre nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor.

28 Fiesta Santos Inocentes, Mártires

Lunes Rojo

Lectura de la primera carta de San Juan 1, 5 – 2, 2 Queridos hermanos: Les anunciamos el mensaje que hemos oído a

Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados.

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Ámense como hermanos

Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 123 R/ “Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador”.

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros. R.

Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes. R.

La trampa se rompió, y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R.

Lectura del Evangelio según San Mateo 2, 13-18 Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en

sueños a José y le dijo: “Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: “Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto”.

Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó a matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.

Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: “Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven. Palabra del Señor.

Meditación

Nos invade de nuevo el dolor, celebramos la memoria de los santos inocentes y oramos por todos los seres humanos que han entregado su vida en la lucha por alcanzar un mundo más justo, más humano, más acorde al plan de Dios. Encontramos una clara manifestación de la reacción del poder, representado en Herodes, que ve una amenaza en Jesús, un niño de quién se ha dicho será rey y librará a Israel de toda opresión. El texto tiene una carga simbólica mayor; identifica a Jesús con Moisés, que también desde su nacimiento fue perseguido, tanto que el Faraón mandó matar a todos los niños menores de dos años por miedo a una revuelta popular de esclavos. Jesús es el nuevo Moisés, nacido para liberar y para confrontar todo tipo de poderes opresores y el mayor de todo: «el pecado».

También revela de manera simbólica la muerte de muchísimos cristianos, en esos primeros siglos, a manos del poder imperial. Y es que tales poderes no

Plan de Pastoral - Diciembre 2015

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han tenido otra forma de imponerse más que la fuerza, la mentira y la tiranía, (igual que hoy). Lo mismo en la Iglesia y en nuestra sociedad son muchos los santos inocentes que han ofrendado su vida al servicio de Reino de Dios: Hagamos memoria de todos los mártires del mundo. En medio del gozo que impregna el nacimiento de Cristo Jesús, celebramos la fiesta de los Santos Inocentes, recordando el martirio de todos los niños “de dos años para abajo” que fueron asesinados por orden de Herodes. Esta fiesta pone de relieve que los poderes de las tinieblas se alzan contra la luz de Cristo, realidad que puede verse en toda la historia de la salvación pero jamás triunfan.

Los Santos Inocentes son con certeza el prototipo de los seguidores de Cristo que vendrían posteriormente. Esta fiesta pone en primer plano la verdad de que los cristianos sufrirán rechazo y persecución en esta vida, tal como los sufrió Jesús. La vida cristiana es una imitación de la vida de Cristo, que padeció y murió a fin de salvar a todos los creyentes de las garras del pecado y de Satanás. La vida cristiana es una batalla que constantemente se libra entre las tinieblas y la luz y eso representa sufrimientos, Dios nos protege y guía.

29 Día V de la Octava de Navidad

Martes Blanco Lectura de la primera carta del apóstol San Juan 2, 3-11

Queridos hermanos: En esto sabemos que conocemos a Jesús: en que guardamos sus mandamientos.

Quien dice: “Yo le conozco”, y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda la palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él. Quien dice que permanece en él debe vivir como vivió él.

Queridos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que tienen desde el principio. Este mandamiento antiguo es la palabra que han escuchado. Y, sin embargo, les escribo un mandamiento nuevo – lo cual es verdadero en él y en nosotros –, pues las tinieblas pasan, y la luz verdadera brilla ya.

Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano está en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 95R/ “Alégrese el cielo, goce la tierra”.

Canten al Señor un cántico nuevo, canten al Señor, toda la tierra; canten al Señor, bendigan su nombre. R.

Proclamen día tras día su victoria. Cuenten a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. R.

El Señor ha hecho el cielo; honor y majestad lo preceden, fuerza y esplendor están en su templo. R.

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Ámense como hermanos

Lectura del santo evangelio según San Lucas 2, 22-35Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los

padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: “Todo primogénito varón será consagrado al Señor”, y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: “un par de tórtolas o dos pichones”.

Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”.

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño.Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: “Mira, éste está puesto

para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma”. Palabra del Señor.

Meditación

La Liturgia de hoy tiene como centro la luz representada en Cristo, Él es Luz para alumbrar todas las naciones. En tiempos de Jesús era costumbre presentar al niño ante el Señor en el Templo de Jerusalén y ofrecer un sacrificio de purificación por él. Los pudientes sacrificaban un ternero, otros un cordero, y los más pobres un par de tórtolas. Lo que significa que José y María eran muy pobres, recalcándose así, nuevamente, el origen humilde de Jesús. Este niño es el que despierta el canto del viejo Simeón. Quien reconoce al Mesías es una persona pobre, en este caso un anciano. Al final se termina poniendo de manifiesto el destino de Jesús como signo de contradicción; y María también sufrirá por su hijo, compartirá el dolor de aquél que morirá en defensa de la vida.

Muchos tienen el deseo de recibir al Salvador, el que traerá la justicia. Creer en un Dios hecho niño y pobre nos encara con un compromiso inaplazable por la justicia, la fraternidad y la solidaridad. Debemos ver a Dios en los pequeños, en los despreciados por la sociedad, en los pobres que claman justicia y dignidad. Hoy son nuestros pueblos los que escuchan y buscan la liberación de tantas situaciones infrahumanas. Recibamos al niño Jesús en el rostro de los necesitados de nuestra sociedad sin hacer lo que hacen mucho, que se han hecho ricos a costa de los pobres y viven de ellos. Cristo se da los pobres y humildes de corazón, otros le quitan aún lo pocos que les queda.

Jesús es un niño como los demás, hijo primogénito de dos padres muy sencillos. Incluso los sacerdotes son incapaces de captar los signos de la nueva y particular presencia del Mesías y Salvador. Nos debe

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llamar profundamente la atención que sólo dos ancianos, Simeón y Ana, descubren la gran novedad. Guiados por el Espíritu Santo, encuentran en ese Niño el cumplimiento de su larga espera y vigilancia. Ambos contemplan la luz de Dios, que viene para iluminar el mundo, y su mirada profética se abre al futuro, como anuncio del Mesías: «Luz para alumbrar a las naciones. En la actitud profética de los dos ancianos está toda la Antigua Alianza que expresa la alegría del encuentro con el Redentor. A la vista del Niño, Simeón y Ana intuyen que precisamente Él es el Esperado, el Mesías ansiado y anhelado por todo el pueblo de Dios.

Cristo nos llama a estar atentos a la palabra de Dios, es la única manera de conocer a Cristo, de vivir su palabra en profundidad y de enseñarla fielmente a nuestros hermanos.

30 Día VI Octava de Navidad

Miércoles Blanco

Lectura de la primera carta del apóstol San Juan 2, 12-17Les escribo, hijos míos, que se les han perdonado sus pecados por su

nombre. Les escribo, padres, que ya conocieron al que existía desde el principio. Les escribo, jóvenes, que ya han vencido al Maligno. Les repito, hijos, que ya conocen al Padre. Les repito, padres, que ya conocen al que existía desde el principio. Les repito, jóvenes, que son fuertes y que la palabra de Dios permanece en ustedes, y que ya han vencido al Maligno. No amen al mundo ni lo que hay en el mundo.

Si alguno ama al mundo, no está en el amor del Padre. Porque lo que hay en el mundo –las pasiones de la carne, y la codicia de los ojos, y la arrogancia del dinero– eso no procede del Padre, sino que procede del mundo. Y el mundo pasa, con sus pasiones. Pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 95R/ “Alégrese el cielo, goce la tierra”.

Familias de los pueblos, aclamen al Señor, aclamen la gloria y el poder del Señor, aclamen la gloria del nombre del Señor. R/

Entren en sus atrios trayéndole ofrendas, póstrense ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda. R/

Digan a los pueblos: “El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente”. R/

Lectura del santo evangelio según San Lucas 2, 36 – 40En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu

de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.

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Ámense como hermanos

Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba. Palabra del Señor.

Meditación

La liturgia nos invita a contemplar a Ana. La podemos imaginar como una anciana arrugada, parecida a algunas de las ancianas que también hoy están siempre en nuestros templos, como si fueran velas encendidas que se consumen lentamente ante el Señor. Ana, además de ser anciana, era viuda; es decir, pertenecía, junto con los huérfanos, a la categoría de los más pobres del pueblo, de los que no cuentan para nada.

El evangelio de Lucas va describiendo las respuestas de los distintos personajes. Los pastores, por ejemplo, pasaron por diversas etapas: temor, alegría, anuncio. Pues bien, la vieja Ana reacciona de dos maneras: dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Merece la pena que nos entretengamos en estas dos actitudes y en otra previa: la actitud de paciente espera. Ana, en primer lugar, es una mujer que, como los pobres de Yahvé, sabe esperar activamente: No se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones.

¿No les parece que a menudo deseamos encontrarnos con Jesús sin apartarnos... de nuestros intereses, sin purificar nuestras expectativas en una oración confiada? Es muy fácil decir “Yo no veo a Jesús por ninguna parte”, cuando esas partes en las que no lo vemos son el territorio diminuto de nuestro pequeño mundo de intereses, preocupaciones. La oración paciente, día y noche, es como un colirio que limpia nuestros ojos para ver al Niño donde muchos sólo ven a un bebé como otro cualquiera. Cuando Ana lo reconoce, da gracias a Dios. Todo regalo libera nuestra capacidad de agradecimiento. Hoy es uno de esos días en los que también nosotros podemos dar gracias a Dios por todos los signos visibles de su amor, por todos, Cristo se ha ido colocando en el camino de nuestra vida.

Ana, habla del Niño. Lucas siempre acentúa este aspecto confesante de sus personajes. Hablar del niño significa, sobre todo, hacer visible el gozo, la esperanza, el coraje, que todo encuentro con Jesús produce en el entramado de la vida cotidiana. Ana, a pesar de su avanzada edad, cobró nuevas fuerzas y se puso a hablar a todos del Niño. Es una hermosa estampa: dos jóvenes padres y dos personas ancianas, reunidas por Jesús. ¡Realmente Jesús hace que generaciones diferentes se encuentren y se unan! Él es la fuente inagotable de ese amor que vence todo egoísmo, toda soledad, toda tristeza. En su camino familiar, ustedes comparten tantos momentos inolvidables: las comidas, el descanso, las tareas de la casa, la diversión, la oración, las excursiones y peregrinaciones, la solidaridad con los necesitados y la participación en familia en la Santa Eucaristía… Sin embargo, si falta el amor, falta la alegría, y, el amor auténtico nos lo da Jesús: Él nos ofrece su Palabra, que ilumina nuestro camino.»

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31 Día VII de la Octava de Navidad

Jueves Blanco Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 18-21

Hijos míos, es el momento final. Han oído que iba a venir un Anticristo; pues bien, muchos anticristos han aparecido, por lo cual nos damos cuenta que es el momento final.

Salieron de entre nosotros, pero no eran de los nuestros. Si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Pero sucedió así para poner de manifiesto que no todos son de los nuestros.

En cuanto a ustedes, están ungidos por el Santo, y todos ustedes lo conocen. Les he escrito, no porque desconozcan la verdad, sino porque la conocen, y porque ninguna mentira viene de la verdad. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 95R/ “Alégrese el cielo, goce la tierra”.

Canten al Señor un cántico nuevo, canten al Señor, toda la tierra; canten al Señor, bendigan su nombre, proclamen día tras día su victoria. R.

Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque. R.

Delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R.

Lectura del santo evangelio según San Juan 1, 1-18En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la

Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho.

En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venia como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.

La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, e en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.

Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.

Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y grita diciendo: “Éste es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo”.

Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracias tras gracia. Porque la Ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. Palabra del Señor.

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Ámense como hermanos

Meditación

Estamos en último día de año y a la puerta de uno nuevo, Es bueno a la luz de la palabra de Dios, evaluar nuestra vida Cristiana para ver las cosas negativas que dejamos atrás y las que tenemos que seguir trabajando en este nuevo año para caminar hacía la santidad a la que estamos llamados.

Es urgente recuperar el carácter luminoso propio de la fe, pues cuando su llama se apaga, todas las otras luces acaban languideciendo. Y es que la característica propia de la luz de la fe es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre. Esa luz tan potente no puede provenir de nosotros mismos; ha de venir de una fuente más primordial, tiene que venir, en definitiva, de Dios que es la luz del mundo. La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida. Transformados por este amor, recibimos ojos nuevos, experimentamos que en él hay una gran promesa de plenitud y se nos abre la mirada al futuro.» (Papa Francisco, encíclica Lumen fidei, n. 4).

Dios que ha elegido ser Dios-con-nosotros no está “allá arriba” contemplando desde lejos a los seres humanos, sino que está “acá abajo”, en la cotidianidad de la vida, compartiendo la aventura de la creación. Una Buena Noticia que es para los pobres, los marginados, los excluidos, y a toda persona que reconoce su necesidad de Dios.

Nos dice la Escritura: Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien lo ha visto y nos lo ha dado a conocer. En otras palabras, a Dios NO se le puede conocer de manera esotérica o mágica, desencarnada de la realidad, sino en una vida concreta entre los seres humanos. Él se hace humano, NO para que seamos ángeles del cielo, “espíritus elevados” o más que hombres, sino plenamente humanos según la intención de Dios. Eso sí que es Buena Noticia, y luz para alumbrar a un mundo en tinieblas que está muriendo por el pecado.

Dios se nos ha dado a conocer definitivamente en la Persona de Jesucristo, su vida, sus enseñanzas, su obra. Y el deseo de Dios, es que conozcamos, y vivamos a Jesús en nuestras propias vidas, de manera que seamos no sólo portadores dela Buena Noticia, sino que seamos Evangelio encarnado, y seamos también buena Noticia a los que nos rodean, de manera que puedan ver el rostro de Jesús, de Dios con nosotros, y en nosotros en el quehacer de cada día.