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Diócesis de San Juan de la Maguana

Valor del Mes:

Unidad Familiar

Lema del Mes:

“Esfuércense por mantener la unidad”

(Ef 4,3)

Plan de Pastoral

Noviembre 2016

Acción Significativa del Sector:

Apoyar la Pastoral Familiar.Celebración en el Sector por las Familias.

Oración en el Sector por los Difuntos.

Acción Significativa Familiar:

Consolar a una familia durante y después de los 9 días del duelo.Hacer una visita en familia a la tumba de un familiar.

Índice

Primera Parte:Acción Significativa del Sector: Oración Familiar y Comunitaria por nuestros Difuntos . . . . . . . . . . . . . . . . .3Semana Juvenil Vocacional 2016 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6Encuentros de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .8Triduo Eucarístico de Preparación de la Clausura del Jubileo de la Misericordia en la Caminata “Un Paso por mi Familia” . . . . . . . . . . .12Pregón de Adviento 2016 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .28

Segunda Parte:Celebraciones Dominicales, Lecturas de la Palabra de cada día y Meditación diaria del Evangelio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .30Primer Domingo de Adviento: Bendición Corona de Adviento . . . . . . . . . .86

Colaboradores: Hna., Mariana Dipres fsscc (Barahona), Pbro. Ramón Antonio Santana (San Pedro de Macorís); Johnny y Sandra Martínez, Valerio Baines Sanz, oar, y Pbro. Daniel Lorenzo Vargas Salazar (Santo Domingo).

Coordinación: Eugenia López

Diagramación y Arte Final: Jesús Pérez

Portadas: John Williams Castillo

Impresión: Editora Amigo del Hogar Manuel María Valencia No. 4, Santo Domingo, D. N. / Tel.: 809.548.7594 Para contacto Vicaría de Pastoral,Correo Electrónico: guiamensual.vipastoral@arzsd., [email protected] Teléfonos: 809-682-0815, 809-685-3141 ext. 261-262, 809-221-3126 Redes Sociales: www.facebook.com/VicariadePastoralSantoDomingo

Plan de Pastoral - Noviembre 2016

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Acción Significativa del SectorOración Familiar y Comunitaria por nuestros Difuntos

Motivación

Aunque sea un día de oración por los difuntos, hoy no es un día para llorar ni para estar tristes. Hoy es un día para recordar a nuestros seres queridos difuntos y para presentarlos ante el Señor con nuestras oraciones. Oramos por todos los difuntos de la familia o de la comunidad. Es un buen día para recordarles a los más jóvenes de la casa a todos aquellos de la familia que partieron a la casa del Padre Dios ya que también les debemos mucho de nuestra vida, de la fe, de las costumbres y de nuestra propia manera de ser.

Podemos hacer una lista con los difuntos a quienes queremos presentar ante el Señor, esa lista puede ser escrita a pronunciada, cada miembro de la familia pronuncia el nombre de alguno de esos difuntos a quienes más quiere recordar. También podemos encender una vela por cada una de esas personas difuntas por quienes deseamos orar.

Quien preside:Nos reunimos para proclamar la victoria de Jesucristo sobre la muerte

y para orar y presentarle al Señor a nuestros seres queridos ya fallecidos que murieron con la esperanza de la resurrección. Personas a quienes amábamos y seguimos amando, personas cercanas, con quienes hemos estado unidos y con quienes nos une ahora el Señor y la oración. Esa vela (o velas) que encendemos es el signo de la Luz de Cristo Resucitado que deseamos esté alumbrando a estos seres queridos en el Reino definitivo de la luz.

Comenzamos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Y pedimos perdón por nuestros pecados y también por los que ellos

cometieron cuando estaban en vida:

Quien dirige (D): Quien cree en Ti, Señor, TODOS (T): no morirá, para siempre. D: Concédeles, Señor, el descanso eterno, T: Y que brille para de ellos, la luz eterna D: Señor ten piedad de ellos T: Señor ten piedad de ellos D: Cristo ten piedad de ellos T: Cristo ten piedad de ellos D: Señor ten piedad de ellos T: Señor ten piedad de ellos

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Esfuércense por mantener la unidad

Oremos: Señor, tú eres la cabeza del Cuerpo que es la Iglesia, cuyo cuerpo formamos los vivos y los que pasaron por la muerte. Te pedimos por nuestros familiares y amigos que Tú has llamado a tu presencia, especialmente por _____________________ (se dicen los nombres) A todos ellos tenlos gozando contigo y con los santos en el cielo. Te lo pedimos a ti que vives y reinas ahora y por los siglos de los siglos. Amén.

Lectura Bíblica: Juan 11,17-27.

Se hace un comentario entre toda la familia o comunidad.Se lee esta meditación: Estamos aquí para proclamar que la muerte

no es el final. Esta es nuestra fe y esperanza. Tenemos un comienzo, pero ya no terminamos, cambiamos de vida, de estado, desaparecemos de aquí, pero no desaparecemos para siempre.

Cristo ha vencido a la muerte y por eso tenemos la esperanza de que nuestros difuntos siguen vivos en Cristo y con Él. Nuestra relación con ellos se continúa en el recuerdo, la oración y en seguir sus buenos consejos y ejemplos.

Pero es importante que vivamos como seguidores de Cristo: amándolo y cumpliendo sus mandamientos. Cristo es la resurrección y la vida. Cambiemos el orden, Cristo es la vida, el centro de nuestra vida aquí en la tierra y por eso es la resurrección y la vida en el cielo.

Oraciones de peticiónD: Presentemos nuestras peticiones al Padre Dios, a cada oración

respondemos: “Ten misericordia de ellos y dales tu gloria eterna.” • Portuhumildenacimiento.Oremos…• Portuvidaentreloshombres.Oremos…• PortupredicacióndelReino.Oremos…• Portupasiónymuerte.Oremos…• Portugloriosaresurrección.Oremos…• PortuascensiónalCielo.Oremos…• PorlavenidadelEspírituSanto.Oremos…• PorlamisericordiadelPadreDios.Oremos…• PortuSantaIglesia.Oremos…• Portumadre,laVirgenMaría.Oremos…• PorsanJosésuesposo.Oremos…• PortodostusSantos.Oremos…• Portuvueltadefinitivaygloriosa.Oremos

D: En unión de familia nos dirigimos al Padre Dios con las palabras que elmismoJesúsnosmandórepetir:PadreNuestro….DiostesalveMaría…GloriaalPadre….

D: Oración: Señor, nuestra vida es corta y frágil; la muerte que contemplamos hoy

nos lo recuerda. Pero Tú vives eternamente, y tu amor es más fuerte que


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la muerte. Llenos, pues, de confianza, ponemos en tus manos a nuestros hermanos difuntos. Perdónales sus faltas y acógelos en tu Reino, para que vivan felices en tu presencia por los siglos de los siglos. Amén.

Otro miembro de la familia lee la siguiente oración: Morir no tiene trascendencia. No cuenta. Yo solo fui suavemente al otro

lado del camino.Todo se queda tal cual como estaba. Yo quedo yo, y ustedes quedan

ustedes. La vida que compartimos con amor queda como fue.Lo que fuimos el uno para el otro aún es así. Menciónenme como

siempre.Hablen de mí como siempre y no en forma diferente. No se pongan

tristes ni solemnes.Ríanse de las cosas que siempre nos hicieron reír. Alégrense y piensen

en mí. Recen por mí.Hablen de mí como siempre lo han hecho, sin emoción y sin un ápice de

tristeza. Todo lo que significaba la vida para nosotros sigue vigente.¿Qué es la muerte? Es algo que ocurre a diario. ¿Acaso voy a

desaparecer de tu vida porque no me ves?No estoy lejos, solamente al otro lado del camino. Yo los espero. Todo

está bien. Amén

Responsorio final: D: Padre, que con amor grande nos creaste y, en la resurrección de tu Hijo,

nos ha dado la esperanza de resucitar.T: Concede la paz eterna a nuestros familiares difuntos.D: Otorga a los que han muerto el lugar de la luz y de la paz.T: Concede a nuestros hermanos difuntos vivir eternamente felices con

Cristo.D: Concédeles Señor, el descanso eterno. T: Y brille para ellos la luz eterna. D: Descansen en paz. T: Amen.

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Semana Juvenil Vocacional 20166 al 13 DE Noviembre del 2016

Tema: Jóvenes con Cristo y para otros…Lema: Pa’ la calle con CristoTexto bíblico iluminador: “Sal de tu tierra y de tu parentela, a la tierra que yo te mostraré…” (Gn 12,1-4a)

La Comisión Nacional de Pastoral Vocacional con el firme deseo de colaborar con el surgimiento de vocaciones sacerdotales y religiosas ha querido aunar esfuerzo con otras pastorales afines deseando expandir su campo de acción, y llevar así la propuesta de consagración a una vida de servicio para la extensión del Reino de Dios a todos los discípulos que componen nuestra Iglesia.

En esta ocasión se une a la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil, entendiendo que la juventud y la adolescencia son los campos primordiales donde germinan y se cultivan las vocaciones.

Las vocaciones siguen siendo un don de Dios para la Iglesia; en esta se gestan y crecen, y a ella vuelven para el bienestar, fortalecimiento y crecimiento de la misma.

Como fruto de la esperanzadora unión entre la Pastoral Juvenil y la Pastoral Vocacional surge “La Semana Juvenil Vocacional 2016”, que promete ser tan rica, dinámica y alegre como lo es nuestra juventud cristiana. El tema: “Jóvenes con Cristo y para otros…”, busca profundizar sobre el ser y el quehacer de todo discípulo.

La temática de este año trae consigo las invitaciones que el Papa Francisco nos ha hecho desde el inicio de su pontificado, y que recogemos desde la Evangelii Gaudium, la JMJ de Río de Janeiro 2013, y en la JMJ 2016 celebrada en Cracovia, y que ya el Documento de Aparecida sugiere como: Una Iglesia en salida.

Veamos algunas de las invitaciones que nos hiciera el Papa Francisco en estos tres años de pontificado:

• Evangelii Gaudium“Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle,

antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades” (EG 49)

• JMJ Rio de Janeiro 2013“Quisiera decir una cosa. ¿Qué es lo que espero como consecuencia de

la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío va a haber, que acá en Río va a haber lío va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea


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instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, sino salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG!”

“Entonces los jóvenes tienen que salir, tienen que hacerse valer, los jóvenes tienen que salir a luchar por los valores, a luchar por esos valores. (Discurso del Papa Francisco encuentro con Jóvenes Argentinos JMJ 2013)”

• JMJ Cracovia 2016“Jóvenesnoconfundanlafelicidadconunsofáqueadormeceyatonta…”

“¿Quieren ser jóvenes adormecidos, embobados, atontados? ¿Quieren que otros decidan el futuro por ustedes? ¿Quieren ser libres? ¿Quieren luchar porsufuturo…?”

“Queridos jóvenes no vinimos a este mundo a ‘vegetar’, a pasarla cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca; al contrario, hemos venido a otra cosa, a dejar una huella. Es muy triste pasar por la vida sin dejar una huella”.

“Jesús es el Señor del riesgo, el Señor del siempre ‘más allá’. Jesús no es el Señor del confort, de la seguridad y de la comodidad. Para seguir a Jesús, hay que tener una cuota de valentía, hay que animarse a cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados”.

“Me dirás, Padre, pero yo soy muy limitado, soy pecador, ¿qué puedo hacer? Cuando el Señor nos llama no piensa en lo que somos, en lo que éramos, en lo que hemos hecho o he dejado de hacer. Al contrario: Él, en ese momento que nos llama, está mirando todo lo que podríamos dar, todo el amor que somos capaces de contagiar. Su apuesta siempre es al futuro, al mañana. Jesús te proyecta al horizonte, nunca al museo”.

“Hoy Jesús, que es el camino, a ti, a ti, a ti, te llama a dejar tu huella en la historia. Él, que es la vida, te invita a dejar una huella que llene de vida tu historia y la de tantos otros. Él, que es la verdad, te invita a desandar los caminos del desencuentro, la división y el sinsentido”.

“¿Te animas? ¿Qué responden ahora, quiero ver tus manos y tus pies al Señor, que es camino, ¿verdad y vida? (Síntesis del mensaje del Papa Francisco en la vigilia de oración de la JMJ Cracovia 2016).

Sin lugar a dudas, luego de leer estas bellas reflexiones que nos ha hecho nuestro querido Papa Francisco vas a gritar: ¡Jesús no me quiere quieto, me quiereenlacalle!Anímate,tequiereparaélyparaotros…“Sal de tu tierra y de tu parentela, a la tierra que yo te mostraré…” (Gn 12,1-4a).

La propuesta vocacional invita a que el joven que se sabe discípulo, descubra además su llamado misionero. Para que, al sentirse misionero, le mueva a preguntarse a qué misión específica le llama el Señor en la Iglesia, y descubrir así su vocación de servicio.

Abraham, padre de la fe, es el modelo vocacional que la Iglesia nos ofrece para este año. La propuesta que encontramos en el patriarca es sin lugar a dudas una oferta exigente y tentadora para los jóvenes que han encontrado en Jesús un nuevo y encantador estilo de vida.

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El llamado vocacional de Abraham posee una nota característica que le hace diferente a todos los llamados vocacionales que conocemos. En esta no encontramos el acostumbrado “Ven” o el “Sígueme”. El Llamado de Abraham es mucho más exigente, mucho más radical; supone coraje, gallardía, desprendimiento de sí, aventura, intrepidez; en fin exige renuncia: “Deja tu tierra, a la casa de tus padres y vete a la tierra que yo te mostrare…” “Dos verbos marcan la riqueza de este llamado vocacional: Dejar y Salir. ¿Qué deja Abraham? ¿Hacia dónde estaba invitado a salir? ¿Cuál es la recompensa o gracia que obtendrá a cambio?

\Abraham está llamado a dejar todo lo que le garantiza permanencia, seguridad, confort, comodidad, lujos, etc. Abraham era un hombre posicionado, ya había alcanzado todo cuanto le complacía, estaba aparentemente realizado, pero le faltaba algo: la bendición. El llamado lleva consigo una promesa: Yo haré de ti un gran pueblo… Una promesa que exige de Abraham creer ciegamente, fiarse por completo del que hace la promesa, tener fe.

La promesa del llamado trae consigo la bendición: Te bendeciré y haré famoso tu nombre. Por ti serán benditas todas las naciones de la tierra… Abraham es constituido por Dios mediador y portador de bendición.

¿Y tú? ¿Qué sería capaz de dejar a cambio de que el Señor te bendiga, de que realice en ti su promesa? ¿Te atreverías a salir a las calles a invitar a otros para que conozca a ese Cristo que ha cambiado tu vida ?¿Sabías que la verdadera miseria es la no realización de tu vocación?

Primer Encuentro de EvangelizaciónSemana del 1º.-6 de Noviembre

Orar a Dios por los vivos y difuntosEnterrar a los muertos

Ambientación: Además de los carteles con el Valor y el Lema del mes de noviembre, ponemos otros dos carteles con estas dos obras de misericordia que hoy vamos a tratar. Ponemos unas frases, unos dibujos o fotografías sobre intercesión, oración, resurrección,sepelio,cementerios,etc….Secoloca un velón grande junto algunas fotos de hermanos difuntos de nuestras familias.

1. Cantos de acogida: Se pueden entonar cantos de resurrección

2. Oración inicialHoy vamos a hacer un rato de oración en silencio. Sintamos la presencia

de Dios en esta reunión y comuniquémonos con Él como sabemos y como podemos. Recordemos con amor a todos los que ya fueron llamados por Dios a la eternidad. Terminamos con una oración por nuestros familiares difuntos.


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3. Canto: A Ti levanto mis ojos.

4. Centrando el temaIniciamos el mes de Noviembre dedicado a la Unidad familiar con el

lema: “Esfuércense por mantener la unidad” (Ef 4,3). Comienza este mes con dos fiestas importantes en la Iglesia: Todos los santos, el día primero; Todos los difuntos, el día 2.

Estas fiestas dan motivo para que en este mes tengamos como acción significativa y como Obra de misericordia orar por los vivos y difuntos y enterrar a los muertos que son parte importante de nuestra familia.

Enterrar a los muertos es la séptima Obra de misericordia material y Orar por los vivos y difuntos es la séptima obra de misericordia espiritual.

5. Texto bíblico: Tobías, 1,16-20 (Se puede leer todo el capítulo primero)El texto nos presenta a Tobit como un judío íntegro, cumplidor de la ley,

preocupado por hacer el bien en todo momento (así lo declara el versículo 3, y lo va confirmando al narrar su vida y sus acciones). Dialoguemos entre nosotros: • ¿Qué importancia da nuestro pueblo dominicano al entierro de los

muertos? • ¿Dedóndevieneesatradición?• ¿Conocemosotrostextosbíblicosquehablendeltratoalosdifuntos?

¿Qué nos dice el texto de Tobías sobre enterrar a los muertos?• ¿Qué le costó a Tobit ese trabajo y preocupación por enterrar a los

muertos?

Canto: Mi alma espera en el Señor

6. Para ayudar a entender el temaHablemos de estas dos obras de misericordia.

Orar por los vivos y difuntos.Hemos oído más de una vez: orar por los vivos, está bien, pero orar por

losdifuntos…¿dequélesvaaservirsiyaestánmuertos?Sinembargo,lapráctica de nuestro pueblo suele ser la contraria: en nuestras celebraciones hay más intenciones por los difuntos que por los vivos. ¿Eso de orar tanto por los muertos podrá indicar que estamos intentando darles gracias, decirles que les amamos, les echamos de menos cuando ya no están, y no se lo dijimos cuando estaban vivos?

En la Iglesia hablamos de intercesión para referirnos a la oración de unas personas por otras. De esto está llena la Biblia, basta recordar las oraciones de Moisés por su pueblo y cuántas personas van a pedirle a Jesús que atienda a otras personas.

Decimos y nos dicen “ora por mí, estoy en una situación especial”, o “te encomiendo en mis oraciones”. Esto no son frases vacías, ni para consolar a quienes se lo decimos. Si oramos convencidos, de corazón y con amor, estamos realizando una obra de misericordia espiritual.

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Esta obra de misericordia tiene sentido cuando oramos por un cristiano, porque, desde la fe, sabemos que “somos un cuerpo en Cristo”, somos una misma Iglesia la de la tierra y la del cielo. Somos el Cuerpo de Cristo, por tanto, es como orar por nosotros mismos.

Y cuando oramos por personas que no son de la Iglesia, estamos orando por quienes también son hermanos y hermanas desde el momento de la creación, porque somos hijos del mismo Padre que ha creado todo. … «cada vez que rezamos, acudimos a la fuente de la misericordia: Cristo. Él intercede por nosotros ante el Padre, nos escucha, nos va cambiando el corazón, y nos une a los hermanos vivos, purgantes o victoriosos en el cielo». Orar por alguien es poner a esa persona ante la mirada amorosa, misericordiosa de Dios para que la atienda y la cuide.

Y la Palabra de Dios habla también de orar por los difuntos, lo hace, sobre todo basado en la esperanza de la resurrección. El texto más claro de toda la Biblia es el de 2 Macabeos 12,41-45; es una oración mandada hacer por el jefe del ejército, pero es oración de toda la comunidad que entra en “comunión de los santos” con quienes ya han fallecido.

Esta oración está basada en la fe en la resurrección: “si no hubiera esperado la resurrección de los caídos, habría sido inútil y ridículo rezar por los muertos”. Orar por los difuntos tiene sentido porque creemos que no se han terminado, que la vida va más allá de la muerte. Por otra parte, orar por los difuntos es traerlos a nuestra memoria y ponerlos delante de Dios para que Él, en quien no hay tiempo, les aplique su amor misericordioso dónde y cómo más lo necesiten. Nosotros nos movemos en términos de tiempo, Dios no, y Él sabe cómo y cuándo aplicar nuestras oraciones.

Enterrar a los muertosEl pueblo judío pensaba que no enterrar a un muerto era uno de los

peores castigos; castigo destinado a quienes renunciaban a Dios y al pueblo, así lo podemos ver en Sal 79,3; 1Re 14,11s; Is 34,3; Jer 22,18s y otros lugares; por eso aconsejan enterrar a los muertos con dignidad: Eclesiástico 7,33; 38,16. Y sobre todo el texto de Tobías puesto para la reflexión de hoy. Además, lo que realizaron con el cuerpo de Jesús, después de muerto, cómo lo trataron con dignidad, nos hace pensar que ese entierro era querido por Dios.

Esto de enterrar a los muertos como una obra de misericordia puede parecer conveniente en aquella cultura tan antigua y atrasada, pero ¿hoy?, ¿con la cantidad de funerarias que existen? ¿No será dar trabajo y dinero a quienes se ganan la vida en ello?

Podríamos hablar mucho, pero para los católicos, enterrar a los muertos es una obra de misericordia porque en el entierro se ora por los muertos y de esa manera estamos creyendo en la resurrección, y que la vida no se terminó; la persona fallecida en su cuerpo sigue estando viva ante Dios y por eso merece todo respeto.

El dar sepultura a los muertos ayuda a dar sentido a la muerte y a la vida; es creer que tenemos un futuro, que la vida no se acaba en el vacío y la nada.


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También es una obra de misericordia con la familia del difunto, ya que se les puede ayudar material y espiritualmente. En ocasiones, la muerte de un ser querido cuesta dinero, y la familia lo ha gastado atendiendo su enfermedad; aquí entra la comunidad ayudando a conseguir un sepelio digno. Y acompañar a los dolientes es estar cercanos a ellos en los momentos de dolor por perder a un ser querido. Es esta cerca de los dolientes en los primeros momentos o días en que se acompaña con la cercanía a acostumbrarse a la pérdida.

Y para terminar, unas palabras sobre la incineración. ¿Permite la Iglesia quemar los cuerpos de los católicos fallecidos? La Iglesia sigue manteniendo como ideal el enterrar los cuerpos de las personas difuntas. Pero no se opone a la incineración. Y esta posición de la Iglesia no es de ahora. Ya desde 1963 la Iglesia, en una Instrucción de la Congregación para la Doctrina de la Fe, recogida en el Código de Derecho Canónico (1983), canon 1176, dice que se pueden llevar al templo y hacer los funerales correspondientes a las cenizas de los cuerpos de los difuntos. No es un tema que nos debamos cuestionar de si está permitido o no. Si “somos polvo y en polvo nos vamos a convertir”, ¿qué más da convertirse en polvo lentamente, en un año, o hacerlo de una vez, en una hora?

Canto: El Señor resucitó o Aleluya,aleluya,eslafiestadelSeñor…

7. Reflexión comunitaria¿Cómo persona y como comunidad, oro más por los vivos o por los

difuntos?Contemos cómo es en nuestra comunidad una oración por los difuntos.

Y dialoguemos sobre cómo desearíamos que fueran esas oraciones. ¿Qué podemos hacer en nuestra comunidad para mejorar la oración por un difunto? ¿Cuándo vamos a un velorio, vamos a acompañar, ayudar o a aprovecharnos para comer y encontrarnos con la gente?

¿Qué hemos aprendido de nuevo en este tema? ¿Qué vamos a hacer como comunidad para mejorar en estas dos obras de misericordia?

8. Oración FinalComo oración final se hace la Oración familiar y comunitaria por los

difuntos como aparece al inicio de la Guía Mensual.

9. Aviso final: Recordemos que el próximo Domingo 20 de Noviembre a las 9am en el Malecón de la Capital nos juntaremos de todas las Diócesis y Parroquias del país para clausurar el Jubileo de la Misericordia realizando la Caminata Un paso por mi familia. Esperamos mínimo 4 guaguas por Parroquia.

10. Canto: Resucitó,resucitó,resucitó,aleluya….

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Segundo Encuentro de EvangelizaciónSemana del 7-13 de Noviembre

Vivamos la misericordia en nuestra familia

Ambientación para este Encuentro: Unos días antes de este Encuentro, en cada sector y comunidad, se debe invitar a participar a las familias completas. Se pide a cada familia que traiga una foto familiar. Una familia está dando la acogida. Al llegar cada familia se le pide que ponga la foto en una mesa preparada para ello.

Como es el primer encuentro del mes, se ponen el Valor y el Lema en unos carteles de manera visible para las personas participantes. Se pone una imagen o cuadro de la Sagrada Familia. Se colocan a las personas por familias. Mientras van llegando se pueden ir comentando las fotos familiares que trajeron. Al final se da un brindis a las familias participantes

1. Cantos de ambientación: Se recibe a las familias cantando cantos de acogida, de animación y de la familia.

2. Oración inicial: Una familia invoca el Espíritu Santo. Se puede terminar con la Oración del Papa Francisco a la Sagrada Familia:

«Jesús, María y José, en ustedes contemplamos el esplendor del amor verdadero, a ustedes nos dirigimos con confianza.

Sagrada Familia de Nazaret, haz que también nuestras familias sean lugares de comunión y cenáculos de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas Iglesias domésticas.

Sagrada Familia de Nazaret, que nunca más en las familias se vivan experiencias de violencia, cerrazón y división: que todo el que haya sido herido o escandalizado conozca pronto el consuelo y la sanación.

Sagrada Familia de Nazaret, que el Sínodo de los Obispos despierte en todos la conciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia, su belleza en el proyecto de Dios.

Jesús, María y José, escuchen y atiendan nuestra súplica. Amén.

Canto: Iglesia soy

3. Introduciendo el temaEn la familia se realizan a diario muchas obras de misericordia: perdonar

cuando nos ofenden, corregir al que se equivoca, consolar al triste, acoger alhuésped,dardecomeralhambriento,cuidaralqueestáenfermo…Yserealizan con los miembros del propio hogar y también con otras personas.

Cuando la familia se esfuerza en vivir “como Dios manda”, es decir, bien, se convierte en el mejor reflejo de la Misericordia de Dios. Por eso, este año


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de la Misericordia, que ya termina, ha debido ser una vivencia especial de la Misericordia en la familia y un tomar fuerza para que la Familia sea el lugar donde se vive y se aprende a vivir la misericordia de Dios y la humana.

El Papa Francisco en el documento de presentación del año de la Misericordia, en su número 7 nos dice: Así pues, la misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Vale decir que se trata realmente de un amor “visceral”. Proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón.

El Papa está hablando del amor misericordioso de Dios como del amor de una familia: padre y madre, hijos que se quieren no en teoría, sino con un amor práctico. Señala cuatro cualidades que destacan en la misericordia de Dios y deben estar en la base del amor de la familia: ternura, compasión, indulgencia y perdón. No nos olvidemos que una de las explicaciones de la misericordia en los profetas está relacionada con las “entrañas”, maternas.

4. Texto bíblico: Efesios 5, 21-33Lo comentamos entre todas las personas participantes. ¿Con quién es

más exigente el Señor con el hombre o con la mujer? ¿Por qué decimos eso? ¿Cuánto tiene que amar el hombre a la mujer? ¿Estamos dispuestos y dispuestas a dar la vida por nuestras familias?

Canto: Himnodelafamilia:Queningunafamiliacomience… 5. Para ayudar a comprender el tema

La familia necesita misericordia “Es especialmente importante volcar la misericordia de Dios sobre los matrimonios y las familias. La familia constituye una auténtica escuela de humanidad, socialización, eclesialidad y santidad (….). En ella experimentamos por primera vez la misericordia de Dios” (Evangelii Gaudium, 66).

La familia necesita misericordia porque en muchos lugares del mundo está siendo atacada desde su base, es necesario que los gobiernos e instituciones cuiden, mimen, traten con cariño a la familia, y para ello preparen leyes que la defiendan.

Siempre decimos que “la familia es la primera célula de la sociedad”. Nos cuesta creerlo. Porque si lo creyésemos la cuidaríamos mucho más ya que en ella nos jugamos el presente y el futuro de la sociedad, de la vida, de la humanidad. La familia necesita ser tratada y cuidada con amor, con misericordia, con ternura por las instituciones y por las personas, por todas las personas.

La familia lugar donde se aprende la misericordia. Este tema es tan importante para el papa Francisco que no se ha cansado

de repetirlo, sobre todo en el último año: “ he recordado la importancia de la familia, que es la primera y más importante escuela de la misericordia, en la que se aprende a descubrir el rostro amoroso de Dios y en la que nuestra

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humanidad crece y se desarrolla”. Esto lo decía en enero de este año, al cuerpo diplomático acreditado en el Vaticano.

En la familia es donde principalmente se aprende la Misericordia. Y se aprende con la práctica, con la vivencia que se tiene en ella. Y si no se aprende en la casa, difícilmente se aprenderá más tarde. Hoy día se cuida mucho no dañar la sicología de los niños, porque les van a quedar secuelas, heridas, consecuencias difíciles de corregir.

Pongamos esto mismo en positivo, si en la familia no se enseña la escucha, el amor, el perdón, la unidad, la misericordia, el respeto, la tolerancia, la higiene, el respeto por las personas, animales y naturaleza en general, etc, etc, con mucha dificultad lo van a aprender más tarde.

En el versículo 4 del capítulo 6 de la misma carta a los Efesios, Pablo dice: “Padres, no exasperen a sus hijos, sino fórmenlos más bien mediante la instruc-ción y la exhortación según el Señor.” No se trata de imponerse por la fuerza, los gritos o el miedo, sino con el ejemplo y las buenas palabras. Nos detenemos solo en dos aspectos de la misericordia en casa: el perdón y la unidad.

En lo humano, decimos, el perdón es una de las mayores manifestaciones del amor y de la misericordia. San Pablo, en la carta a los Colosenses nos dice en su versículo 13: “… perdonándose mutuamente, si alguno tiene quejas contra otro. Como el Señor los perdonó, perdónense también entre ustedes”; son unos consejos y mandatos para todos los cristianos, pero se pueden aplicar principalmente dentro de la familia.

El papa Francisco, en el Jubileo de las familias decía: Que en este Año de la Misericordia, toda familia cristiana pueda ser un lugar privilegiado de este peregrinaje en el que se experimenta la alegría del perdón. El perdón es la esencia del amor, que sabe comprender el error y poner remedio. Pobre de nosotros, si Dios no nos perdonase. En el seno de la familia es donde se nos educa al perdón, porque se tiene la certeza de ser comprendidos y apoyados no obstante los errores que se puedan cometer”.

El perdón en el matrimonio y la familia es algo fundamental si queremos que funcione, que dure, que vaya bien. Con quienes más tiempo pasamos en con quien más faltamos y, por ello, a quien más debemos pedir y dar perdón. Este perdón debe ser en cosas pequeñas; no debemos acumular pequeñas ofensas, porque harán un gran rencor. O puede ser en cosas grandes, importantes, y que se deben perdonar poco a poco, sin acumular odio ni dolor.

A base de ver, vivir y repetir actos de perdón y de acogida es como la persona aprende a ser pacífica y tolerante con los demás. Este perdón que se da y se recibe en la familia es fundamental para ser después una persona pacífica o creadora de conflictos.

Unidad. Normalmente, en la familia, la primera unidad nace de la sangre, de tener la misma sangre; citamos el texto de Génesis 2,24 dejará el hombre a su padre y a su madre, para unirse a su mujer y serán una sola carne…”; una sola carne, una unidad no solo entre los esposos sino en toda la familia. Pero esta no es la unidad más importante. Podemos tener la misma sangre y estar odiándonos, matándonos, faltándonos al respeto.

La primera unidad de la familia debe ser la de corazones, la del amor, el respeto y la escucha. Tal unidad comienza con estar juntos, pasar juntos el


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mayor tiempo posible, hablar y dialogar; se necesita tener espacio y tiempos de juntarse, compartir; como pueden ser los tiempos de comida, de juegos con los pequeños, de oración y celebración, de salir en grupo familiar. Podemos estar separados en el lugar, pero todos saben dónde están los demás, qué hacen, con quién se juntan. Y nos preocupamos unos por los otros.

La familia en la que cada quien hace cuánto le parece y cómo le parece, sin comunicarlo a los demás; la familia donde el resto de los miembros no saben dónde y con quién están los demás, no es una familia normal, no es una familia “como Dios quiere”.

Canto: Eneltrabajodecadadía,comovivíasyamabastú…

6. Reflexión comunitariaLas personas más mayores cuentan a las más jóvenes las principales

virtudes que se enseñaban en sus hogares cuando eran niños o niñas.¿Cuáles son las principales virtudes que se deben enseñar ahora y no

se viven en las familias? ¿Qué tan importantes son el perdón y la unidad en las familias para el buen desarrollo de las personas más jóvenes? ¿Qué tan importante es el perdón y la misericordia en la familia para el desarrollo de la sociedad?

7. Oración final:Todos se colocan en círculo con las manos agarradas. Dan gracias al

Señor por su familia, por la unidad que viven. Y piden al Señor que fortalezca esa unidad familiar. Se concluye con esta oración: Te damos gracias, Señor por nuestra familia, por el amor que tenemos dentro de ella; te damos gracias por cada miembro de nuestro hogar.

Bendícelos a todos y ayúdanos a vivir en unidad y paz. Tenemos problemas, ya los sabes; somos humanos, por eso hay dificultades, momentos difíciles que no sabemos cómo enfrentar; situaciones por encima de nuestras posibilidades, pero confiando en ti y en nuestro amor, juntos podemos vencerlos.

Señor, danos tu fuerza para vivir unidos, / para crecer en la misericordia y el amor. / Ayúdanos a respetarnos, comprendernos, a cuidarnos siempre; sobre todo, danos fuerza para perdonarnos cuando nos fallemos; quita de nuestros corazones la amargura, danos tu paz y misericordia. Señor, cuida de manera especial a las personas más necesitadas de nuestras familias, hazte presente en sus vidas, y que seamos capaces de ayudarlas con nuestra presencia y compañía. Líbralas y líbranos de todo mal. Amén.

8. Aviso: Recordemos que el próximo Domingo 20 de Noviembre a las 9 am en el Malecón de la Capital nos juntaremos de todas las Diócesis y Parroquias del país, para clausurar el Jubileo de la Misericordia realizando la Caminata Un paso por mi familia. Esperamos mínimo 4 guaguas por cada Parroquia del país.

9. Canto final: Cuantas veces siendo niño te recé.

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TRIDUO EUCARISTICO DE PREPARACIÓN DE LA CLAUSURA DEL JUBILEO DE LA MISERICORDIA EN LA CAMINATA UN PASO POR MI FAMILIA

16-18 de Noviembre

Familia, escuela de misericordia

El próximo 20 de Noviembre del 2016 clausuramos el Jubileo Extraordinario de la Misericordia junto con el Papa Francisco en la Caminata Nacional Un paso por mi familia que celebraremos en la Avenida George Washington (Malecón) desde las 9am. Para prepararnos a este gran acontecimiento estamos celebrando la Semana de Preparación en familia y dentro de ella estos tres días de Adoración Eucarística.

Es importante que este Triduo sea celebrado en cada Sector además del Centro Parroquial. Para esto, los ministros de la Comunión llevarán al Santísimo Sacramento a cada sector. De esa manera, haremos una vez más visible esta presencia de Cristo en medio de nuestro pueblo y de nuestras familias a través de la Eucaristía que se convierte en fuente de misericordia. Hagamos de toda nuestra Parroquia y de sus Sectores un gran santuario de adoración.

En el lugar donde se hará esta Celebración es importante que se decore con belleza y sencillez. Se coloca una mesa con su mantel donde se colocará a Jesús-Eucaristía, adornada con flores y con uno o dos velones. Se coloca el lema del año: “Misericordiosos como el Padre, compartamos como hermanos” También, el lema del Triduo: “Familia, Escuela de misericordia” y el título de cada día del Triduo.

Primer día 16 de Noviembre de 2016

Con los ojos fijos en Jesús practiquemos la misericordia en nuestra familia

1. Motivación general:Hermanos y hermanas: Hoy iniciamos el Triduo de Preparación de la

Clausura del Jubileo de la Misericordia que realizaremos con la Caminata Nacional de la Misericordia que celebraremos en Santo Domingo, con presencia de las familias y parroquias de nuestro país.

En esta Adoración Eucarística de hoy dejemos que el Espíritu del Señor nos guíe para contemplar a Jesús, rostro misericordioso del Padre con el deseo sincero de que experimentando nosotros la gran misericordia que Él ha tenido con nosotros, nos dispongamos a practicar cada vez más la misericordia con los demás, en especial en nuestras familias.

Iniciemos nuestra Adoración Eucarística cantando agradecidos porque en su Hijo el Padre y el Espíritu Santo han mostrado su misericordia hasta lo último, hasta el extremo.


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2. Canto:ElSeñorestápresenteenmediodesupueblo,vamosadorarle…(Si hay exposición de la Eucaristía, el presbítero, el diácono o el ministro

trae el Pan Eucarístico del Sagrario, acompañado de algunos con velas encendidas que van delante. Si hay Custodia, se coloca sobre el altar y al llegar el ministro le coloca la Hostia. Si sólo hay copón se coloca sobre el altar, que estará adornado con flores y velas. Al llegar el Santísimo todos se ponen de rodillas. Si hay incienso, se hará la incensación.

Si no hay exposición de la Eucaristía todos pueden colocarse alrededor del Altar, que representa a Cristo).

3. Oremos:Señor Jesús, con los ojos fijos en Ti, rostro de la misericordia del Padre,

que en Ti se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen, nuestra familia se dispone una vez más a recibir y acoger tu misericordia para así practicar la misericordia en nuestro hogar y desde allí ser testigos de la misericordia en medio de nuestro pueblo.

Tú, eres el enviado del Padre, que nacido en el seno de una familia de Nazaret, nos diste a conocer de manera definitiva su misericordia con tu palabra, con tus gestos y con toda su persona

Contemplando tu rostro, al finalizar este Jubileo de la Misericordia queremos presentarte todo lo que has realizado en nosotros a lo largo de este Año de la Misericordia. Sigue empapando nuestras familias de tu misericordia para que a través de nosotros ese gran río de misericordia llegue a cada persona, a todas las familias, a este Sector y a toda la sociedad. Amén.

Canto: Tan cerca de mí. Hay alguien que te ama, Eucaristía, presencia del Señor u otro canto adecuado.

4. Disfrutemos en silencio la presencia del Señor, dejándonos llenar de su presencia misericordiosa (10 minutos).

5. Canto

6. Escuchemos la Palabra: Mateo 11, 2- 6. Se lee tres veces de seguido. Cada uno la lee en su Biblia.

7. Silencio para contemplar la gran misericordia que Dios ha tenido con nosotros y con nuestra familia en este Jubileo de la misericordia. (10 minutos).

8. Oremos con el Papa Francisco:Con la mirada fija en Ti, Jesús y en tu rostro misericordioso podemos

percibir el amor de la Santísima Trinidad. La misión que has recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del amor divino en plenitud. «Dios es amor» (1 Jn 4,8.16), afirma por la primera y única vez en toda la Sagrada Escritura el evangelista Juan. Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en toda tu vida, Jesús. No con bonitas palabras solamente, sino, sobre todo, con hechos concretos y firmes. Por eso les dijiste a los discípulos de Juan: “vayan y cuéntenle lo que ustedes ven y oyen”.

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Realmente tu persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Tus relaciones con las personas que se te acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realizas, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En Ti todo habla de misericordia. Nada en Ti es falto de compasión. Jesús, delante a la multitud de personas que te seguían, viendo que estaban cansadas y extenuadas, pérdidas y sin guía, sentiste desde lo más profundo del corazón una intensa compasión por ellas (cfr Mt 9,36). A causa de este amor compasivo curaste los enfermos que te presentaban (cfr Mt 14,14) y con pocos panes y peces calmaste el hambre de grandes muchedumbres (cfr Mt 15,37).

Lo que te movía Jesús en todas las circunstancias no era sino la misericordia, con la cual leías el corazón de los interlocutores y respondía a sus necesidades más reales. Cuando encontraste la viuda de Naim, que llevaba su único hijo al sepulcro, sentiste gran compasión por el inmenso dolor de la madre en lágrimas, y le devolviste a su hijo resucitándolo de la muerte (cfr Lc 7,15). Después de haber liberado el endemoniado de Gerasa, le confiaste esta misión: «Anuncia todo lo que el Señor te ha hecho y la misericordia que ha obrado contigo» (Mc 5,19).

También la vocación de Mateo se coloca en el horizonte de tu misericordia. Pasando delante del banco de los impuestos, tus ojos Jesús se posan sobre los de Mateo. Era una mirada cargada de misericordia que perdonaba los pecados de aquel hombre y, venciendo la resistencia de los otros discípulos, lo escogiste a él, el pecador y publicano, para que sea uno de los Doce. En otras palabras, lo miraste con amor misericordioso y lo elegiste. ( cfr. MV 8).

9. Silencio de contemplación de Jesucristo, rostro misericordioso del Padre manifestado entre nosotros (15 minutos)

10. Alabemos, bendigamos, demos gracias por la misericordia que ha tenido con nosotros. En este momento, el que quiera puede dar gracias al Señor por la misericordia que ha tenido con él o ella, con su familia, con nuestro pueblo en este año de la misericordia de una manera especial.

11. Canto de alabanza

12. “Señor ten misericordia de nuestra familia y danos tu salvación”. En silencio pidamos al Señor que perdone todo lo que en nuestra familia es contrario a la misericordia dentro de ella y hacia las otras familias. (5 minutos).

13. Recemos o cantemos con unción el Salmo 51(50) despacio y con unción. Se deja un momento de silencio para que cada uno elija un versículo que exprese sus sentimientos y luego pueda compartirlo.

14. En silencio hagamos nuestro este Salmo: Cada uno y cada una repasa su propia historia, la de su familia, la de nuestro pueblo y pide perdón por las veces que en su familia y con los demás no ha practicado la misericordia del Señor Si puede escribirlas es mejor (10 minutos).


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15. Momento de petición de perdón. De rodillas cada uno en voz alta pide perdón por las veces que en nuestra familia no practicamos la misericordia. A cada petición respondemos: “Señor ten misericordia de nuestra familia y danos ti salvación”.

16. Canto penitencial: Hoy perdóname u otro canto

17. Oremos con el Papa Francisco:Señor Jesucristo, Tú nos has enseñado a ser misericordiosos como

el Padre del Cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.

Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios!

Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.

Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.

Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

18. Bendición Eucarística.Si hay bendición: Al final de la adoración, el sacerdote o diácono

se acerca al altar; hace la genuflexión, se arrodilla y se entona un canto eucarístico o el Tantum ergo. Mientras tanto, arrodillado el ministro, inciensa al Santísimo Sacramento. Luego se pone de pie y dice:

Oremos: (Se hace una pausa de silencio; luego prosigue)Señor, que en tu Hijo Jesucristo nos diste el verdadero Pan que

descendió del Cielo, fortalécenos con este alimento de vida eterna para que nunca nos apartemos de ti y podamos resucitar para la gloria en el último día. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

El sacerdote o diácono recibe el velo humeral, hace genuflexión, toma la custodia y bendice al pueblo con el Santísimo Sacramento. Después de dar la bendición, deja la custodia sobre el altar y, arrodillado, dice las alabanzas:

Bendito sea Dios.Bendito sea su santo nombre.Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.

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Bendito sea el nombre de Jesús.Bendito sea su sacratísimo Corazón.Bendita sea su preciosísima Sangre.Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar.Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima.Bendita sea su santa e inmaculada Concepción.Bendita sea su gloriosa Asunción.Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.Bendito sea San José, su castísimo esposo.Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos.(Mientras se reserva el Sacramento en el sagrario, el pueblo puede decir alguna aclamación, o entonar otro cántico de alabanza).

Si no hay bendición se termina así:Se acercan todos alrededor del altar. Con nuestras manos unidas

levantadas le decimos al Padre: Padre Nuestro. Luego besan el Altar, símbolo de Cristo, sacerdote, víctima y altar.

19. Canto final eucarístico.

20. Aviso: Recordemos que el próximo Domingo 20 de Noviembre del 2016 celebraremos la Clausura del Jubileo de la Misericordia en la Caminata Nacional Un paso por mi familia en el Malecón de Santo Domingo. Participemos en gran número en esta convocatoria de fe iniciando a las 9am en la Avenida Máximo Gómez en el Malecón para los del Norte y los del Sur y en la Avenida del Puerto en el Malecón para los del Este y Oeste.

Esperamos un mínimo de 4 guaguas por Parroquia. Que la misericordia del Señor corra como un río en nuestro país.

Segundo día 17 de Noviembre del 2016

Gracias, Señor, por las bendiciones derramadas en nuestras familias y en nuestro pueblo en este Jubileo de la Misericordia

1. Motivación:En esta Adoración al Señor de hoy lo

más importante es dar gracias al Señor por todas las bendiciones que ha derramado el Señor en nosotros a lo largo de este Jubileo de la Misericordia que estamos clausurando este próximo Domingo 20 de noviembre con la Caminata Nacional Un paso por mi familia en Santo Domingo.

De verdad que en este año la misericordia ha corrido como un río que brota sin parar del corazón de la Santísima Trinidad y que llega a nosotros de una manera especial a través de su Iglesia.


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Dejémonos llenar de este sentimiento de gratitud, de reconocimiento del amor y del poder de Dios que se ha derramado sobre nosotros con abundancia.

Iniciemos nuestra Adoración Eucarística para acoger a Jesucristo, misericordia del Padre, para que junto con El se eleve con fuerza nuestra acción de gracias.

2. Canto eucarístico: Es mi Cuerpo

3. (Si hay exposición de la Eucaristía, se procede como el primer día). Si no hay exposición de la Eucaristía todos pueden colocarse alrededor del Altar, que representa a Cristo).

4. Oración ante el Señor: Recemos o cantemos el Salmo 136 despacio y con unción. Se deja un momento de silencio para que cada uno elija un versículo que exprese sus sentimientos y luego pueda compartirlo.

5. Canto de adoración: Alabado seas mi Señor.

6. Escuchemos la Palabra: Ahora dejemos que resuene la Palabra del Señor en nuestro corazón. Leamos Efesios 1, 3-14

7. Releamos en silencio este hermoso himno de la Carta a los Efesios y descubramos las 6 bendiciones que el Señor nos ha regalado en su Hijo. (20 minutos).

8. Oremos con la Palabra:Señor Jesús, junto contigo damos gracias al Padre por tu gran

misericordia manifestada en toda clase de bendiciones espirituales que nos ha regalado a través de Ti a lo largo de nuestras vidas y, de modo especial, en este Año de la Misericordia.

Le damos gracias al Padre por la primera gran bendición que es habernos elegido antes de la creación del mundo en Ti para que vivamos en el amor (verso 4). En Ti y Por Ti, el Padre Misericordioso: «nos bendijo» (3), «nos eligió» (4), «nos predestinó» (5), «nos otorgó» (6), «derrochó» (8), «dándonos a conocer» (9), «nos había predestinado» (11).

Alabamos contigo al Padre por la segunda bendición que nos ha dado de elegirnos para ser sus hijos en Ti que eres el Hijo amado. Te damos gracias porque ya en el Bautismo, nos sumergiste en el río de la misericordia que brota de la Santísima Trinidad de la cual eres la segunda persona y en el que recibimos la nueva vida en Ti, que nos llevó a ser hijos de tu Padre, a recibir el perdón de los pecados, a incorporarnos a Ti y a tener el sello de tu Santo Espíritu.

Bendecimos al Padre por la tercera bendición que nos ha otorgado que es la redención de nuestros pecados por tu sangre derramada en la cruz, gracias a su gran misericordia (verso 7-8).

Como si no hubieran bastado las tres primeras bendiciones el Padre por medio de Ti nos concede la cuarta bendición de conocer el misterio de su voluntad que es su proyecto o misterio de hacer que todo te tenga a Ti como cabeza de los cielos y de la tierra (versos 9-10).

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En Ti, El le regaló una quinta bendición a su pueblo Israel, la herencia, la porción de Dios, el pueblo elegido para su bien y para gloria del Padre (verso 11)

Ahora en su gran misericordia El derramó sobre nosotros, los no nacidos en Judea, una sexta bendición: en Ti, nos ha concedido la gracia de escuchar la Palabra de la verdad, de haber creído en Ti y de haber recibido el don del Espíritu Santo y sellados por El hemos recibido la garantía de nuestra herencia hasta que su gloria sea reconocida por toda la humanidad.

Este despliegue del amor infinito del Padre se va cumpliendo paso a paso en Ti, su Hijo, como respuesta de amor al amoroso plan de tu Padre. Por eso decimos: «por medio de Cristo» (3), «por él» (4), «por Jesucristo» (5), «por medio de su Hijo muy querido» (6), «por él, por medio de su sangre» (7), «en Cristo» (10), «por medio de él» (11), «por él» (13).

Y así, tus manos amorosas y las del Padre y del Espíritu Santo, moldearon tu obra maestra, al hombre y a la mujer «con toda clase de bendiciones» (3), «para que por el amor fuéramos consagrados e irreprochables» (4), para ser sus hijos e hijas adoptivos (5), para obtenernos el perdón de los pecados (7), con toda clase de sabiduría y prudencia (8), «a ser herederos» (11). Éste es el proyecto del Padre, antes escondido y ahora revelado en tu muerte y resurrección de Cristo

9. Canto de alabanza al Señor

10. Momento de acción de gracias personal por todas las bendiciones que el Señor ha regalado a cada uno y a nuestra familia (10 minutos de silencio).

11. En este momento alabemos, bendigamos, agradezcamos al Señor en voz alta por tanta misericordia que ha tenido con nosotros.

12. Canto de acción de gracias

13. Ofrezcamos en silencio nuestras familias al Padre por medio de Jesucristo en el Espíritu Santo presentando a cada uno de los que componen nuestro hogar (15 minutos).

14. Con nuestras propias palabras ofrezcamos en voz alta nuestras familias al Señor dando gracias por ellas e intercediendo por ellas.

15. Silencio para meditar (15 minutos)

16. Canto sobre la familia

17. Si hay bendición se sigue como el primer día.

Si no hay bendición se termina así:Se acercan todos alrededor del altar. Con nuestras manos unidas

levantadas le decimos al Padre: Padre Nuestro. Luego besan el Altar, símbolo de Cristo, sacerdote, víctima y altar.

19. Canto final eucarístico.


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Tercer día 18 de Noviembre

Señor Jesús ten misericordia de nuestra familia y del mundo entero.

Adoración y Procesión Eucarística paseando al Señor por las familias de nuestro pueblo para que corra su gran río de misericordia entre nosotros.

0. Orientaciones para la Celebración:En este día realizaremos la Adoración Eucarística en

el lugar de encuentro de los otros días del Triduo ya sea la Parroquia, Capilla o Casa Misión de cada Sector. Ahí se tendrá el primer momento de oración. Luego, se hará la Procesión Eucarística, llevando al Señor delante con varias velas y flores. Detrás irán los que cantan y todo el pueblo. Se eligen siete casas del Sector en diferentes puntos de modo que se camine todo el Sector donde se hará una parada y se tendrá un momento de adoración. Las casas elegidas tendrán preparada al frente de la casa, una mesa con flores y velas donde se colocará la Eucaristía mientras se hace el momento de adoración y tendrán escrita dos de las obras de misericordia. Cuando se empieza de nuevo a caminar dos personas llevan el cartel con las obras de misericordia. Es necesario preparar los cantos para la procesión. Crear un ambiente de oración. Es importante que este acto eucarístico sea de por sí una acción misionera.

1. Motivación general:En este día de nuestro Triduo Eucarístico hagamos oración al Señor

para que nos haga compasivos y misericordiosos como El que entregó su Cuerpo y su Sangre en la Cruz para darnos vida y salvación y que continúa realizando esa obra misericordiosa en cada Eucaristía.

Esta Adoración la haremos en diferentes lugares de nuestro Sector llevando en procesión al Señor presente en la Eucaristía, de modo que el Señor se pasee en medio de las familias de nuestro pueblo y que haga correr como un río su gran misericordia que empape a todos los que vivimos en este Sector, para que todos nosotros seamos compasivos como el Padre. El Jubileo termina, pero la misericordia continúa y estamos llamados a que la hagamos un estilo de vida practicando las obras de misericordia.

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Iniciemos nuestra Adoración Eucarística cantando al Señor presente en la Eucaristía que sale a nuestro encuentro, se hace presente en medio de nosotros y nos reparte su misericordia en abundancia.

2. Canto:SiemprenosamaelSeñor…(Si hay exposición de la Eucaristía, el presbítero, el diácono o el ministro trae el Sacramento del Sagrario, lo hace como el primer día. Si no hay exposición de la Eucaristía todos pueden colocarse alrededor del Altar, que representa a Cristo).

3. Oremos: Señor Jesús, te damos gracias por tu presencia en la Eucaristía, que la has hecho fuente de misericordia para el perdón de los pecados y por la cual sigues entregándote a nosotros y renovando tu Alianza con nosotros. Hoy queremos decirte de todo corazón una y mil veces: “Haz que en nuestra familia seamos compasivos como tu Padre”; danos un corazón como el tuyo para amarnos siempre en nuestro hogar como Tú amas; que sepamos perdonarnos como Tú nos perdonas; para no juzgarnos ni condenarnos entre nosotros, sino que sepamos compartir como verdadera familia con nuestros hermanos como compartes Tú con nosotros. Amén.

4. Te conocimos, Señor al partir el pan

5. Escuchemos la Palabra del Señor: Lucas 6, 36-37.

6. Oremos con la Palabra:Señor Jesús Tú nos indicas las etapas de la peregrinación mediante la

cual es posible alcanzar esta meta de hacer de la misericordia una forma, un estilo de vivir en nuestra familia y en nuestra sociedad. Dices, ante todo, no juzgar y no condenar. Nos enseñaste que, si no se quiere incurrir en el juicio de Dios, nadie puede convertirse en el juez del propio hermano.

Perdónanos Jesús porque ciertamente con nuestros juicios nos detenemos en la superficie, mientras el Padre mira el interior.

¡Cuánto mal hacemos con las palabras cuando están motivadas por sentimientos de celos y envidia! Al hablar mal del propio hermano en su ausencia lo exponemos al descrédito, a comprometer su reputación y a dejarlo a merced del chisme.Tú nos enseñas que no juzgar y no condenar significa, en positivo, saber percibir lo que de bueno hay en cada persona y no permitir que deba sufrir por nuestro juicio parcial y por nuestra presunción de saberlo todo.

7. Canto: Amémonos de corazón no de labios ni de oídos.

8. Inicio de la Procesión:Moderador: Hermanos y hermanas: En este momento llevaremos en

procesión al Señor presente en la Eucaristía, por todo nuestro Sector con el deseo profundo de que desde El paseándose en medio de nuestras familias, de la Eucaristía mane ese gran río de misericordia que nos haga compasivos como el Padre con todos los que el Señor nos ha regalado en nuestro caminar en la vida.


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(Se inicia la procesión: delante la Cruz y velones encendidos. Detrás el Señor, los que cantan y todos los participantes. Se canta hasta la primera parada en la que se detendrá la procesión, se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar que han preparado y se hace la oración que sigue).

Mientras se va hacia la Primera parada se reza una decena de la Coronilla de la Misericordia.

“Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo y Señor Nuestro Jesucristo, en propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.” En las cuentas pequeñas del Ave María se dice diez veces.Uno: “Por Su Dolorosa Pasión,Todos: Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.” Al finalizar la decena de la coronilla se repite tres veces: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten misericordia de nosotros y del mundo entero”.

9. Primera Parada: Dar de comer al hambriento / Dar de beber al sediento. Lectura: Isaías 58, 7-10

Momento de silencioConcluimos pidiendo perdón por las veces que no hemos dado de

comer al hambriento y de beber al sediento rezando el Yo confieso pidiendo misericordia. (Se camina cantando y rezando la Coronilla de la misericordia hasta la segunda parada en la que se detendrá la procesión, se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se hace la oración correspondiente).

10. Segunda Parada: Dar posada al peregrino / Vestir al desnudo Lectura Bíblica: Hebreos 13, 2 y Mateo 25, 35-36

Momento de silencio.Testimonio de personas que han sabido dar acogida al forastero, al

extranjero, al peregrino.Concluimos pidiendo al Señor que nos dé un corazón sin puertas y

manos siempre abiertas. Todos se dan el abrazo de paz acogiendo al que está a su lado como signo de que estamos dispuestos a la acogida de los extranjeros. (Se camina cantando y rezando la Coronilla de la misericordia hasta la tercera parada en la que se detendrá la procesión, se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se hace la oración correspondiente).

11. Tercera Parada: Visitar al enfermo / Socorrer a los encarceladosLectura bíblica: Hebreros, 13,3. Santiago 5, 14Momento de oración en silencio. Luego alguno de los que visitan a los

enfermos y a los encarcelados cuentan un testimonio de su servicio a ellos.Concluimos así: Hagamos oración por los enfermos pidiendo su salud y

por los encarcelados pidiendo por su liberación interior. Recemos el Padre Nuestro. (Se camina cantando y rezando la Coronilla de la misericordia hasta la cuarta parada en la que se detendrá la procesión, se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se hace la oración correspondiente).

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12. Cuarta Parada: Enterrar a los muertos / Rogar a Dios por vivos y difuntos. Lectura bíblica: Tobías 1,17 / 2 Macabeos 12, 41-45Momento de oración en silencio. Luego se reza por los familiares y

amigos de nuestros difuntos. Se concluye con las peticiones por los difuntos que están en la Oración comunitaria por los difuntos en esta Guía Mensual.

(Se camina cantando y rezando la Coronilla de la misericordia hasta la quinta parada en la que se detendrá la procesión, se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se hace la oración correspondiente).

13. Quinta Parada: Enseñar al que no sabe / Dar buen consejo al que lo necesita. Lectura Bíblica: Sirácida o Eclesiástico 21, 13-21Momento de oración en silencio dejándonos enseñar por Jesús.Oramos por los padres, madres, maestros, sacerdotes, catequistas que

nos enseñan y nos aconsejan. (Se camina cantando y rezando la Coronilla de la misericordia hasta la sexta parada en la que se detendrá la procesión, se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se hace la oración correspondiente).

14. Sexta Parada: Corregir al que está en error / Perdonar las injuriasLectura Bíblica: Mt 18,15-17; Mt 5,44.

Silencio de adoración: 5 minutos. Cada uno recuerda a una persona o a las que les cueste perdonarlas en este momento. Pide a Jesús fuerza y amor para perdonarlas.

Concluimos bendiciendo a esas personas que nos han ofendido y digamos 10 veces a una voz: “Bendícelo, Señor” o “Bendícela Señor”.(Se camina cantando y rezando la Coronilla de la misericordia hasta la séptima parada en la que se detendrá la procesión, se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se hace la oración correspondiente).

15. Séptima Parada: Consolar al triste / Sufrir con paciencia los defectos de los demás

Lectura Bíblica: 1 Cor 13, 4-7; 2 Cor 1,3-5Oremos en silencio por los que conocemos que en este momento estén

tristes y por personas que sentimos que nos son pesadas o molestosas.(Se camina cantando y rezando la Coronilla de la Misericordia hasta la

Iglesia, Capilla. Al llegar se coloca el Santísimo Sacramento sobre el Altar y se sigue así:). Antes de la Bendición con el Santísimo se hace esta oración.

16. Oración de la Misericordia de Sor Faustina. Se responde: En Ti confío.Misericordia Divina, que brota del seno del Padre - en Ti confíoMisericordia Divina, supremo atributo de Dios - en Ti confíoMisericordia Divina, misterio incomprensible - en Ti confíoMisericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad - en Ti confíoMisericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o angélico - en Ti confíoMisericordia Divina, de donde brotan toda vida y felicidad - en Ti confíoMisericordia Divina, más sublime que los cielos - en Ti confío


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Misericordia Divina, fuente de milagros y maravillas - en Ti confíoMisericordia Divina, que abarca todo el universo - en Ti confíoMisericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo Encarnado - en Ti confíoMisericordia Divina, que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús - en Ti confíoMisericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús para nosotros y especialmente para los pecadores - en Ti confíoMisericordia Divina, impenetrable en la institución de la Sagrada Hostia - en Ti confíoMisericordia Divina, en el sacramento del Santo Bautismo - en Ti confíoMisericordia Divina, en nuestra justificación por Jesucristo - en Ti confíoMisericordia Divina, que nos acompaña durante toda la vida - en Ti confíoMisericordia Divina, que nos abraza especialmente a la hora de la muerte - en Ti confíoMisericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal - en Ti confíoMisericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra vida - en Ti confíoMisericordia Divina, que nos protege del fuego infernal - en Ti confíoMisericordia Divina, en la conversión de los pecadores empedernidos - en Ti confíoMisericordia Divina, asombro para los ángeles, incomprensible para los Santos - en Ti confíoMisericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios - en Ti confíoMisericordia Divina, que nos rescata de toda miseria - en Ti confíoMisericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y deleite - en Ti confíoMisericordia Divina, que de la nada nos llamó a la existencia - en Ti confíoMisericordia Divina, que abarca todas las obras de Sus manos - en Ti confíoMisericordia Divina, corona de todas las obras de Dios - en Ti confíoMisericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos - en Ti confíoMisericordia Divina, dulce consuelo para los corazones angustiados - en Ti confíoMisericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas - en Ti confíoMisericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el temor - en Ti confíoMisericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas - en Ti confíoMisericordia Divina, que infunde confianza, perdida ya toda esperanza - en Ti confío

Oremos al Señor:Oremos: Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Misma” (Diario, 949).

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Bendición Eucarística. Si hay bendición se sigue como el primer día.Si no hay bendición se termina así:

Se acercan todos alrededor del altar. Con nuestras manos unidas levantadas le decimos al Padre: Padre Nuestro. Luego besan el Altar, símbolo de Cristo, sacerdote, víctima y altar.

17. Compromiso final con el Señor de practicar en familia las obras de misericordia.Ahora 14 personas van a proclamar las obras de misericordia, que

llevan escritas en 14 pancartas. Al decir cada una de las obras nosotros la repetimos y decimos: En mi familia la practicaremos.



PREGON DE ADVIENTO 2016

El pregón de Adviento es un anuncio alegre del Adviento 2016 que se hace en la primera Semana de Adviento en las Celebraciones, en las reuniones de comunidad. Impacta cuando se prepara bien, hay buen sonido, se usan ornamentos, se le pone música. No es para leerlo es para gritarlo, vocearlo como un mensajero.

Uno desde atrás: Adviento, Adviento, Que viene el que vino el que vendrá

Una desde los lados: Adviento, Adviento, Que viene el que vino el que vendrá

Otro desde el frente: Adviento 2016, Adviento 2016, Adviento 2016

Otra desde atrás: Ya terminó el Jubileo, pero no la misericordiaTodos: Ahora y siempre que la misericordia sea un estilo de vidaUna: Se trata de hacer realidad el compartir más y más con los más necesitados Todos: Hasta que se pueda decir de nosotros: “Tenía un solo corazón y

una sola alma y lo ponían todo en común” (Hch 4,32).Mujeres: En este tiempo de Adviento vivimos dos grandes momentos:

uno que nos recuerda el futuro y el otro nos prepara para celebrar la Navidad.Jóvenes: Nos habla del futuro cuando Jesucristo venga a completar su

obra de salvación.Todos: Así como ayer Israel esperaba la llegada del Mesías nosotros

esperamos hoy la manifestación gloriosa de Jesús, el verdadero Mesías.Uno: Somos un pueblo que camina hacia la gran liberación, a la plenitud

de la vida, a los cielos nuevos y a la nueva tierra.


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Una: Somos el pueblo que camina con la esperanza puesta en Jesús que transforma paso a paso nuestras vidas y nuestro mundo.

Todos: Por eso, toda nuestra vida cristiana la vivimos en Adviento, en espera de su venida gloriosa mientras gritamos: Ven, Señor Jesús.

Otro: De Dios vinimos y a Dios volvemos. Lo importante es que mientras vamos hacia Él nos movamos y existamos en su amor.

Otra: Adviento es preparación a la Navidad para que haciendo memoria de la primera venida de Jesús nos animemos a compartir nuestras vidas con El y con los más necesitados.

JOVEN: Comenzar por preparar el corazón con aquello que nos acerca al otro, al más pobre, al anciano, y al enfermo, al hambriento y al que todo le falta hasta el cariño y la comprensión.

TODOS: Entonces preparémonos como nos manda Juan el Bautista preparando el camino para el Señor que vino, viene y vendrá.

Uno: Se trata de detenernos para mirar en torno y ver al Salvador, aquel que viene reclamando mi ayuda y mi cuidado en el necesitado.

Una: Siempre Él está llegando en todos aquellos que necesitan siquiera una atención, una mirada o comida, medicina o de cuidado.

Todos: La fidelidad a Jesucristo nos apremia a compartir con todos los hermanos y a reconocerlo en todas las personas

Hombre: Convirtámonos y enfrentemos al egoísmo y al pecado que nos lleva a cerrarnos en nuestra propia carne olvidando a los necesitados.

Mujer: Cuando el artista descubre sus dones los pone a la contemplación de las personas

Muchacho: Entonces, ¿por qué si tienes dones económicos haces todo contrario ya que los escondes, sin compartir con los hermanos.

Muchacha: Los bienes que el Señor va dando a cada uno los va depositando en nuestras manos para que los administremos y lo compartamos con nuestros hermanos.

Todos: No compartir aquello que tenemos es quitarles aquello que les toca a los demás como nos lo enseña el Padre nuestro.

Mujer: Cuando tú dices ¡qué contento estoy! ¡Me va bien en todo lo que hago, mis negocios van todos viento en popa!

Hombre: Recuerda, no es solo tuyo, es también de tus hermanos, sobre todo, de los necesitados.

TODOS: Compartir es la clave de la felicidad terrena y eterna como nos enseña Jesús, que siendo rico se hizo pobre por nosotros.

Un joven: Estemos atentos hermanos que el verdadero dueño es el Señor y Él nos pedirá cuentas al final del examen.

Una joven: En este Adviento, de la espera de Jesús adornemos nuestras vidas y nuestros hogares con las obras de misericordia

Todos: Así habrá fiesta verdadera en Navidad compartiendo con Jesús, con nuestras familias y los más necesitados.

Uno: Dígalo y hágalo en Navidad: compartir con los hermanos es lo que va. Otra: Armemos esa fiesta del compartir sincero con todos los que nos rodean. Joven: Vela, despierta, prepara el camino, avívate para que te sea fácil

compartir con el Señor, con los tuyos y con los preferidos de Él. Todos: Misericordiosos como el Padre, compartamos como hermanos.

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Lecturas diarias de Noviembre 2016Las citas de las Lecturas Diarias utilizadas son tomadas de Calendario

Litúrgico 2016 de la Conferencia del Episcopado Dominicano

1 Solemnidad: Todos los Santos

Martes Blanco

Lectura del libro del Apocalipsis, 7,2-4.9-14Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios

vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles: “No dañen a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios.” Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.

Después de esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos.

Y gritaban con voz potente: “¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!” Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y rindieron homenaje a Dios, diciendo: “Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén.”

Y uno de los ancianos me dijo: “Ésos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?» Yo le respondí: «Señor mío, tú lo sabrás.» Él me respondió: «Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 23R/”Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.”

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. R.

¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. R.

Ése recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan, 3,1-3 Queridos hermanos: Miren qué amor nos ha tenido el Padre para

llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en él, se purifica a sí mismo, como él es puro. Palabra de Dios


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Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,1-12ªEn aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y

se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: “Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.

Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos ustedes cuando los insulten y los persigan y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo”. Palabra del Señor.

Meditación

Hoy nuestra Iglesia Universal celebra la Solemnidad de Todos los Santos; aquellos hombres y mujeres que supieron recorrer el camino que les trazara Jesús y que a pesar de todas las dificultades encontradas fueron capaces de alcanzar la dicha y la alegría eterna por amar y servir a su prójimo y por dejarse amar y guiar de Dios Padre. Pero también, en nuestro país hoy se inicia la celebración del “Mes de la Familia”, dedicado a resaltar la vivencia de valores entre los miembros de la familia. Durante este mes se nos invita a vivir el valor de la “Unidad Familiar” teniendo como inspiración o lema “Esfuércense por mantener la unidad” (Efesios 4,3).

Hoy, que la familia se ve tan amenazada por enemigos naturales que se cobijan bajo una ideología contraria al plan original que Dios Padre tuvo para ella, Jesús nos dice: “Dichosos ustedes cuando los insulten y los persigan y los calumnien de cualquier modo por mi causa. Estén alegres y contentos porque su recompensa será grande en el cielo”.

Las bienaventuranzas -como también se conoce este pasaje bíblico- son esa invitación que nos hace el Señor para que junto a Él andemos el cami-no que conduce a la verdadera felicidad, contrario a las falsas promesas del mundo. Es una invitación a recorrer un camino de entrega, de humildad, de po-breza, de sufrimiento, pero que trae consigo la recompensa del Reino de Dios.

Las bienaventuranzas son el mensaje de la esperanza para los cristianos que buscan la santidad en lo cotidiano. Santo es todo aquel que ama. Amando y sirviendo a los demás, principalmente a los más necesitados, es una forma de alcanzar la santidad en medio de las dificultades del mundo de hoy. Las Bienaventuranzas parecieran ser contradictorias. Jesús llama bienaventurados o dichosos a los que el mundo llama desgraciados: a los pobres, a los que lloran, a los que sufren, a los perseguidos, a los que tienen hambre. Esto parece incomprensible pero no lo es porque aquellos que el mundo llama “desgraciados” son los que “vienen de la gran tribulación y han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero” (cf. Ap 7,14).

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Estamos casi llegando al fin del Año del Jubileo de la Misericordia que el Papa Francisco dejó inaugurado el año pasado, y el evangelio de hoy llama dichosos o bienaventurados a losmisericordiosos… ¡porque ellosobtendrán misericordia! Los misericordiosos son los que tienen el corazón en la miseria de los otros. Como miembros de nuestra familia estamos llamados a practicar la misericordia con los demás integrantes de la misma. De esta manera nos esforzaremos a mantener la unidad a la que nos llama el mismo Dios y podremos ser felices porque al fin y al cabo eso es lo que todosanhelamos…¡Todos!...YDiostambiénloquiereparanosotros.

Como cristianos estamos llamados a seguir a Cristo y para seguirlo hemos de vivir las bienaventuranzas, las que encierran todas las situaciones humanas que vivimos cotidianamente. Si queremos ser santos, vivamos de acuerdo a los sacramentos que hemos recibido, manteniendo el espíritu de las bienaventuranzas como único camino hacia la verdadera felicidad.

¡Qué al vivir las bienaventuranzas el Señor nos fortalezca para llegar a nuestra unidad familiar!

2 Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos

Miércoles Morado

Lectura del libro de las Lamentaciones 3,17-26 Me han arrancado la paz, y ni me acuerdo de la dicha; me digo: «Se me

acabaron las fuerzas y mi esperanza en el Señor.» Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago más que pensar en ello y estoy abatido. Pero hay algo que traigo a la memoria y me da esperanza: que la misericordia del Señor no termina y no se acaba su compasión: antes bien, se renuevan cada mañana: ¡qué grande es tu fidelidad! El Señor es mi lote, me digo, y espero en él. El Señor es bueno para los que en él esperan y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor. Palabra del Señor.

Salmo Responsorial: 129R/ “Desde lo hondo a ti grito, Señor”

Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. R/.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón y así infundes respeto. R/.

Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. R/.

Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora; porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa. Y él redimirá a Israel de todos sus delitos. R/.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los RomanosHermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos

incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así

como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva.


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Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya.

Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.

Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Palabra de Dios.

Lectura del santo evangelio según san Juan14, 1-6 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble su corazón;

crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿le habría dicho que voy a prepararles sitio? Cuando vaya y les prepare sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde yo esté, estén también ustedes. Y adonde yo voy, ya saben el camino.»

Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.» Palabra del Señor.

Meditación

Hoy nuestra Iglesia celebra la Conmemoración de los Fieles Difuntos. Es hoy, precisamente, cuando más recordamos a nuestros seres queridos que ya han partido a la casa del Padre. De seguro que llegan a nuestras mentes los momentos que compartíamos con ellos y lo más probable es que experimentemos tristeza al recordarlos. Por eso, a través de las lecturas de hoy el Señor nos envía palabras de consuelo y esperanza.

Puede ser que al meditar estas lecturas no te mueva a tristeza el recordar a tus seres queridos ya fallecidos porque de alguna u otra manera ya te has resignado. Puede ser que estés experimentando sentimientos fuertes y difíciles ante situaciones donde has tenido que derramar muchas lágrimas y experimentar una gran impotencia.

¿Cuál es esa situación en la que quizás hasta hayas deseado morir porque precisas que para ti ya no tiene sentido la vida? ¿Por qué deseas huir de la realidad que te atormenta? ¿Has perdido un ser querido y piensas que ya tu vida no tiene sentido? ¿Estás inmerso en una situación de divorcio? ¿Has descubierto alguna situación de infidelidad que te hace sentir acabado(a)? ¿Has recibido el pronóstico de alguna enfermedad incurable? ¿Has perdido tu empleo, el medio de sustento de tu familia? ¿Estás atravesando una situación económica difícil? ¿Está en quiebra tu negocio?

Hay personas que piensan que situaciones como estas son peor que la muerte. Sin embargo, hoy el Señor nos habla de una manera maravillosa. Hoy ese mensaje es para ti y para mí, que nos sentimos acorralados, sin saberadónde ir…El librode lasLamentacionesnosdice:Me han arrancado la paz, y ni me acuerdo de la dicha; me digo: «Se me acabaron

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las fuerzas y mi esperanza en el Señor.» Fíjate en mi aflicción y en mi amargura, en la hiel que me envenena; no hago más que pensar en ello y estoy abatido. Pero al final de esa misma lectura el Padre Dios, en su infinita bondad, nos dice: “El Señor es bueno para los que en Él esperan y lo buscan; es bueno esperar en silencio la salvación del Señor”.

El evangelio de hoy también nos llena de esa esperanza. Vemos cómo Jesús no ha ocultado a sus apóstoles nada de su pasión y muerte, como tampoco nos lo ha ocultado a ninguno de nosotros. Pero les pide que no se aflijan. Les dice: “Que no tiemble su corazón, crean en Dios y crean también en mi”. Son palabras para restaurar la confianza en un Dios misericordioso. La confianza en el Señor nos devuelve la calma en medio de las mayores tribulaciones.

Jesús nos sabe acompañar. Es el amigo que está a nuestro lado incondicionalmente; el que camina con nosotros; el que conoce de nuestros corazones afligidos por el dolor y el sufrimiento.

La mejor manera de recordar a nuestros seres queridos que ya han partido a la casa del Padre, es levantarnos de esa situación difícil que nos harobadolaalegría,quenoshaquitadolapaz,ydecirlehoyaJesús…¡Creo en ti, confío en ti y espero en ti! ¡Amén!

3 Feria o Memoria Libre: San Martín de Porres, Religioso

Jueves Verde o Blanco

III Semana Liturgia de las Horas

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 3-8ªHermanos: Los circuncisos somos nosotros, que servimos a Dios

desde dentro, y que ponemos nuestra gloria en Cristo Jesús, sin confiar en lo exterior. Aunque, lo que es yo, ciertamente tendría motivos para confiar en lo exterior, y si algún otro piensa que puede hacerlo, yo mucho más: circuncidado a los ocho días de nacer, israelita de nación, de la tribu de Benjamín, hebreo por los cuatro costados y, por lo que toca a la ley, fariseo; si se trata de intransigencia, fui perseguidor de la Iglesia, si de ser justo por la ley, era irreprochable.

Sin embargo, todo eso que para mí era ganancia lo consideré pérdida comparado con Cristo; más aún, todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial:104. R/ “Que se alegren los que buscan al Señor.”Cántenle al son de instrumentos, hablen de sus maravillas; gloríense de

su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. R.Recurran al Señor y a su poder, busquen continuamente su rostro.

Recuerden las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca. R. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo; ¡hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. R.


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Lectura del santo evangelio según san Lucas 15, 1-10En aquel tiempo se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a

escucharle. Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos: “Ese acoge a los pecadores y come con ellos”.

Jesús les dijo esta parábola: “Si uno de ustedes tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: “¡Felicítenme!, he encontrado la oveja que se me había perdido”. Les digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.

Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles “¡Felicítenme!, he encontrado la moneda que se me había perdido”. Les digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta”. Palabra del Señor.

Meditación

Dos actitudes diferentes encontramos en la muchedumbre que seguía a Jesús: unos que lo escuchaban porque no se sentían condenados ni rechazados por Él, sino acogidos y atraídos por la sencillez de su palabra, y otros que más que seguirlo lo “perseguían” para estar constantemente murmurándolo y acusándolo de revoltoso. El primer grupo lo constituían los publicanos –odiados y rechazados por estar al servicio del imperio romano- y los pecadores. El segundo grupo estaba formado por los fariseos y los letrados (doctores de la ley).

Jesús, que por su condición divina conocía el corazón y las malas intenciones de este último grupo, y quienes no disimulaban su desacuerdo con el proceder del Hijo de Dios, utiliza dos imágenes para explicarles el origen de su proceder al acoger y compartir con los pecadores. Jesús fue signo de contradicción y escándalo porque no vino a llamar a los justos sino a los pecadores. Desde luego, esto no significaba que no fueran de su interés los justos porque todos somos importantes a los ojos de Dios. Aquí lo importante es la alegría y el gozo de Dios y de los ángeles ante el pecador que arrepentido se convierte y vuelve a la casa del Padre.

En este pasaje de hoy, Jesucristo, una vez más, nos muestra cuál es la misión para la cual se encarnó. No vino como un gran y poderoso rey, sino como un simple y “Buen Pastor” a dar su vida por sus ovejas, de las cuales tú y yo formamos parte y que siempre nos dará la oportunidad de volver a su rebaño porque “Dios me conoce, me ama y se preocupa de mí”.

Cristo nos invita hoy a desterrar de nuestras vidas las actitudes farisaicas que nos hacen criticar y juzgar la vida de los demás, a no convertirnos en verdugos de aquellos a quienes juzgamos pecadores. En ocasiones se nos hace más fácil criticar y alejarnos del borracho, del adúltero, de la que se

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prostituye, del drogadicto, que acercarnos a él o ella y llevarle el mensaje de esperanza para una nueva vida que le ofrece Dios porque Él no borra ni excluye a nadie de su lista. Todos estamos en su corazón donde sólo hay amor y perdón para el que se deja encontrar por Él.

Este evangelio nos enseña que el buen cristiano debe salir en busca y ayuda de los pecadores para que rectifiquen su vida y alegrarnos y celebrarlo cuando lo logremos. El Papa Francisco nos invita a ser una “Iglesia en Salida”. No basta con ser una Iglesia de puertas abiertas si el hermano que está fuera del redil, el alejado, no viene. Nuestra responsabilidad como cristiano es salir a buscarlo y si tenemos que echárnoslo sobre los hombros, hacerlo. Y como comunidad, alegrarnos y celebrarlo. El Salmo ya nos lo dice: “Que se alegren los que buscan al Señor”.

Como familia “alegrémonos y busquemos siempre y en todo momento al Señor” porque al hacerlo podremos mantener y robustecer nuestra unidad familiar. ¡Qué así sea!

4 Memoria Obligatoria: San Carlos Borromeo, Obispo

Viernes Blanco

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 17-4, 1 Hermanos: Sigan mi ejemplo, hermanos, y fíjense en los que andan

según el modelo que tienen en mí. Porque, como les decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas.

Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manténganse así, en el Señor, queridos. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 121R/ “Llenos de alegría vamos a la casa del Señor.”

¡Qué alegría cuando me dijeron: / “Vamos a la casa del Señor”! / Ya están pisando nuestros pies / tus umbrales, Jerusalén. R.

Allá suben las tribus, / las tribus del Señor, / según la costumbre de Israel, / a celebrar el nombre del Señor; / en ella están los tribunales de justicia, / en el palacio de David. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 1-8 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Un hombre rico tenía un

administrador y le llegó la denuncia de que derrochaba sus bienes. Entonces lo llamó y le dijo: “¿Qué es eso que me cuentan de ti? Entrégame el balance de tu gestión, porque quedas despedido”.

El administrador se puso a echar sus cálculos: “¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me quita el empleo? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar


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me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”. Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo, y dijo al primero: “¿Cuánto debes a mi amo?” Este respondió: “Cien barriles de aceite”. Él le dijo: “Aquí está tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”. Luego dijo a otro: “Y tú, ¿cuánto debes?” Él contestó: “Cien fanegas de trigo”. Le dijo: “Aquí está tu recibo, escribe ochenta”.

Y el amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz”. Palabra del Señor.

Meditación

El evangelio de hoy nos presenta una parábola que trata de la administración de los bienes. También se la conoce como la parábola del administrador deshonesto. Realmente al escucharla podemos quedar desconcertados. Escuchar que el dueño de un negocio alaba a su administrador porque de cualquier manera le aumenta sus bienes, en este mundo pareciera algo normal. Pero que el dueño alabe el tipo de conducta destacado en este pasaje, resulta desconcertante.

Sin embargo, este administrador es un ejemplo de lo que vemos en el mundo de hoy; de la manera de actuar de personas consideradas “exitosas”; de personas que para preservar su status son capaces de este tipo de acciones que podríamos verlas como “normales”, en donde se aceptan sobornos, se exigen “comisiones” por la compra que te hice, o el aceptar regalos y prebendas usando favoritismo.

Esto representa un poco lo que estamos viviendo hoy día, donde se toleran tratos comerciales de dudosa ética, donde se favorecen practicas cuestionables y el mundo reconoce y elogia a un estafador inteligente; hasta llegamos a “admirar” a esa persona que ha sido capaz de incrementar sus bienes por vías dudosas o ilícitas.

Nos quejamos y denunciamos una inversión en la escala de valores que arrastran por mal camino a nuestra sociedad. Hoy, como administrador de dones y carismas que el Señor me ha confiado, me siento interpelado a estar en atención para que mis actuaciones vayan orientadas por el lado del bien.

Como “administradores” de los bienes del Señor estamos llamados a empeñarnos sinceramente en realizar bien nuestro trabajo, desempeñando nuestras funciones laborales, donde quiera que estemos, con la mayor competencia posible. Esa debe ser nuestra misión.

“¿Qué es eso que me cuentan de ti?” –Preguntó el hombre rico del evangelio- Esa es la misma pregunta que se nos hace hoy a cada uno de nosotros. Como padre o madre ¿Qué es lo que han contado de ti? Como hijo y hermano, ¿Qué es lo que han contado de ti? Como empleado, como estudiante, como empresario, como obrero, como trabajador, ¿Qué es lo que han contado de ti?

La vida es siempre una opción: entre honradez e injusticia, entre fidelidad e infidelidad, entre egoísmo y caridad, entre el bien y el mal. Por

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consiguiente, es necesario una decisión fundamental para optar siempre por Dios, por el compartir y la generosidad.

Por medio de las riquezas terrenas debemos conseguir las verdaderas y eternas. La única manera de hacer que fructifiquen para la eternidad nuestras cualidades y capacidades personales, así como las riquezas que poseemos, es compartirlas con los demás, siendo de este modo buenos administradores de lo que Dios nos da.

¡Qué por nuestro proceder demos buenas cuentas de lo que Dios nos ha confiado!

5 Feria

Sábado Verde

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 4, 10-19Hermanos: Como fiel de Cristo me alegré muchísimo de que ahora por

fin pudieran expresar el interés que sienten por mí; siempre lo han sentido, pero les faltaba la ocasión. Aunque ando escaso de recursos, no lo digo por eso; yo he aprendido a arreglarme en toda circunstancia. Sé vivir en pobreza y abundancia. Estoy entrenado para todo y en todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, hicieron bien en compartir mi tribulación.

Ustedes, los filipenses, saben además que, desde que salí de Macedonia y empecé a predicar el Evangelio, ninguna Iglesia, aparte de ustedes, me abrió una cuenta de haber y debe. Ya a Tesalónica, me mandaron más de una vez un subsidio para aliviar mi necesidad; no es que yo busque regalos, busco que los intereses se acumulen en su cuenta. Éste es mi recibo: por todo y por más todavía. Estoy plenamente pagado al recibir lo que me mandan con Epafrodito: es un incienso perfumado, un sacrificio aceptable que agrada a Dios.

En pago, mi Dios proveerá a todas sus necesidades con magnificencia, conforme a su espléndida riqueza en Cristo Jesús. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 111R/ “Dichoso quien teme al Señor.”

Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. R.

Dichoso el que se apiada y presta y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. R.

Su corazón está seguro, sin temor. Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 16, 9-15 En aquel tiempo decía Jesús a sus discípulos: “Gánense amigos con

el dinero injusto, para que, cuando les falte, los reciban en las moradas eternas. El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar, el que no es honrado en lo menudo, tampoco en lo importante es honrado.


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Si no fueron de fiar en el vil dinero, ¿quién les confiará lo que vale de veras? Si no fueron de fiar en lo ajeno, lo de ustedes, ¿quién se lo dará? Ningún siervo puede servir a dos amos: porque o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No pueden servir a Dios y al dinero”.

Oyeron esto unos fariseos, amigos del dinero, y se burlaban de él. Jesús les dijo: “Ustedes presumen de observantes delante de la gente, pero Dios los conoce por dentro. La arrogancia con los hombres, Dios la detesta”. Palabra del Señor.

Meditación

El evangelio de hoy nos enseña el concepto que Jesús tenía sobre el uso de las cosas sin importancia, representadas aquí por el “dinero” y significando con él los bienes materiales. Para Jesús siempre lo importante es la “vida eterna” y nuestro paso por esta vida terrenal debe ser de preparación para alcanzar el Reino de Dios. A eso vino, a pagar con su sangre por nuestros pecados y ganarnos para Dios.

Para alcanzar la vida eterna Jesús nos invita a ser generosos y desprendernos de lo que tenemos, que al fin y al cabo no es nuestro sino de Dios, para ponerlo al servicio y al alcance de los demás. La generosidad la alcanzamos cuando llegamos a comprender que la vida no sirve de nada si no se da por Cristo. De ahí el mensaje claro de “ganar amigos con el dinero injusto para ser recibido en las moradas eternas”.

Está claro que Jesús no menosprecia al dinero. Él no dice que éste sea malo. Lo que sí es malo es el mal uso que demos al mismo. El dinero no tenemos que convertirlo en un fin sino en unmedio…para ayudar,para rescatar, para aliviar, para socorrer, para facilitar el diario vivir de los demás, principalmente de los más necesitados.

Para todo esto se necesita valentía y desprendimiento. Como cristianos estamos llamados a ser valientes y desprendidos. No podemos convertirnos en ambiciosos; no debemos dejar que la codicia y la avaricia se apoderen de nosotros para sólo rendir culto al “dios dinero”, porque, como dice Jesús, no podemos servir a dos amos.

Como Jesús daba muestras de desinterés por el dinero, los fariseos -amantes del dinero- se burlaban de Él. De igual modo hoy no faltaría quien se burle de nosotros si mostramos rechazo al “dinero fácil” o mal habido. Personalmente en más de una ocasión hemos recibido críticas burlonas cuando por asunto de conciencia no nos hemos prestado a actos de indelicadezas en algunos negocios. Hasta un conocido llegó a decirnos recientemente: “el negocio se les ha ido de las manos porque ustedes no hacen lo que todos hacen”. ¡Vaya comentario! Entonces cuando repetimos el Salmo –“Dichoso quien teme al Señor”- nos fortalecen las palabras de Pablo a los filipenses: “Estoy entrenado para todo: la hartura y el hambre, la abundancia y la privación. Todo lo puedo en aquel que me conforta” (cf. Fil 4, 12-13)

Jesús, hoy nos dice: “El que es fiel en lo menudo, también en lo importante es de fiar”. Hemos sido puestos a formar parte de una familia.

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San Juan Pablo II nos dice que “En la familia se fragua el futuro de la humanidad” (cf. FC 86) y el Papa Francisco afirma que “también en el corazón de cada familia hay que hacer resonar el kerigma, a tiempo y a destiempo, para que ilumine el camino” (cf. AL 290). Como miembros de esa familia en la que se nos ha puesto, Dios confía que con la fuerza del Espíritu Santo cada uno de nosotros hemos de dar lo mejor para vivir la unidad familiar que demanda el tiempo de hoy. ¡Y eso sí que es importante!

¡Qué la Santísima Virgen de La Altagracia nos ayude en nuestro propósito de ser una familia unida, trabajando para ser personas y no para poseer cosas!

6 Domingo XXXII del Tiempo Ordinario

IV Semana de la Liturgia de las Horas Verde

Unidos como familia creemos en la resurrección

Orientaciones para la celebración: Hoy es el primer domingo del mes de noviembre; mes dedicado a la Familia, a las obras de misericordia; “Orar por los vivos y los difuntos” y “Enterrar a los muertos”; y es también el mes de la clausura del Año Jubilar de la Misericordia. Durante todos los domingos del mes destacaremos estos temas y acontecimientos. Los carteles del valor, del lema y de las obras de misericordia de este mes serán llevados en la procesión de entrada por unas familias. En la procesión de entrada se lleva una imagen o un cuadro de la Sagrada Familia, se hace la entronización del mismo, y se coloca en un lugar adornado y con luces; allí debe estar todo el mes. En el momento del Credo los que son de la misma casa se juntan y abrazados lo rezan y renuevan su fe.

Monición ambientalHermanas y hermanos: Hoy el Señor nos reúne para celebrar su muerte

y resurrección, que es la base y fundamento de nuestra fe en El y la razón para esforzarnos por mantener la unidad, que nos pide el lema de este mes de Noviembre, que iniciamos dedicado a la unidad familiar. Así lo hemos proclamado y celebrado el día de Todos los Santos y el de los Fieles Difuntos.

La Palabra de Dios nos invita a reforzar nuestra fe en la resurrección, para la vida, de tal modo que estemos dispuestos hasta entregar nuestra propia vida antes que traicionar la fe de nuestros padres. Para lograrlo, es necesario que oremos unos por otros viviendo así la obra de misericordia de este mes de orar por los vivos y los difuntos.

En esta Eucaristía presentemos nuestra familia al Señor, para que unidos por la fe vivamos en el amor sincero y que de verdad sea una escuela de misericordia.

De pie y cantando con mucha alegría recibimos al Señor que llega a presidir su gran familia a través de su ministro.


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Primera lectura: Segundo Libro de los Macabeos 7,1-2.9-14La fe en la resurrección, es la que mueve a esta madre y sus siete hijos y

une a esta familia para mantenerse firmes en la fe de sus padres. Del mismo modo estamos llamados en familia a ser fieles en la fe ante tantas presiones que recibimos contra ella. Escuchemos.

Lectura del segundo libro de los Macabeos.En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los

hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley.

Uno de ellos habló en nombre de los demás: “¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres.”

El segundo, estando para morir, dijo: “Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna.”

Después se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo en seguida, y alargó las manos con gran valor. Y habló dignamente: “De Dios las recibí, y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios.”

El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos. Cuando murió éste, torturaron de modo semejante al cuarto. Y, cuando estaba para morir, dijo: “Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida.” Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 16, R/. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

Señor, escucha mi apelación, atiende a mis clamores, presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño. R/.

Mis pies estuvieron firmes en tus caminos, y no vacilaron mis pasos. Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras. R/.

Guárdame como a las niñas de tus ojos, a la sombra de tus alas escóndeme. Yo con mi apelación vengo a tu presencia, y al despertar me saciaré de tu semblante. R/.

Segunda lectura: segunda carta a los Tesalonicenses 2,16–3,5El testimonio de San Pablo que ora por la comunidad y las personas de

Tesalónica, a la vez, que les pide oraciones por él y sus compañeros en la misión del Evangelio, nos anima a practicar la obra de misericordia de orar por los vivos y los difuntos. Escuchemos.

Lectura de la segunda carta a los Tesalonicenses Hermanos: Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, los consuele internamente y les dé fuerza para toda clase de palabras y de

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obras buenas. Por lo demás, hermanos, recen por nosotros, para que la palabra de Dios siga el avance glorioso que comenzó entre ustedes, y para que nos libre de los hombres perversos y malvados, porque la fe no es de todos. El Señor, que es fiel, les dará fuerzas y los librará del Maligno. Por el Señor, estamos seguros de que ya cumplen y seguirán cumpliendo todo lo que les hemos enseñado. Que el Señor dirija su corazón, para que amen a Dios y tengan constancia de Cristo. Palabra de Dios.

Aleluya Ap 1,5-6Jesucristo es el primogénito de ente los muertos; a EL la gloria y el

poder por los siglos de los siglos.

Evangelio: Lucas 20,27-38El tema central de este evangelio es la resurrección de los muertos,

nuestra propia resurrección y la vida del cielo, en la que viviremos plenamente en el amor verdadero que nos une como una gran familia, aunque no haya vínculos que nos aten. Escuchemos.

Lectura del santo evangelio según san Lucas En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la

resurrección, y le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último, murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella.

Jesús les contestó: “En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob.” No es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos están vivos. Palabra del Señor

Meditación

Reflexionar sobre estas lecturas, sin lugar a dudas, nos lleva a reflexionar sobre nuestra fe, ese gran regalo que recibimos de Dios a través del Bautismo y la cual todos estamos llamados a cuidar y a fortalecer. La fe es lo que nos lleva a soportarlo todo, a esperarlo todo y nos lleva a la convicción de que todo lo que pasemos en este mundo tiene un propósito. Es eso lo que hemos visto en el libro de los Macabeos, donde esos siete hermanos con su madre fueron capaces de soportar los castigos más terribles para mantener su fe; esa Fe que los hacía confiar en que con lamuertelesesperabaalgomejor…“vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se espera que Dios mismo nos resucitará”.


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Es el momento entonces de hacernos la pregunta ¿Creo realmente eso? ¿Creo que después de la muerte empieza la verdadera vida? ¿Cómo está mi fe? Estamos acostumbrados a ver la vida desde la perspectiva humana sin Dios. A todo le queremos dar una explicación humana, científica, técnica y hemos dejado de lado lo espiritual.

En todos los tiempos han existido personas que no quieren creer. Gente que no acepta la palabra de Dios con sencillez y confianza. Se trata de personas que quieren entenderlo todo con su inteligencia. El mundo es muy complejo y nuestra cabeza sola no es capaz de alcanzar todo lo que implica, mucho menos vamos a comprender cómo y por qué Dios ha hecho las cosas. ¡Se necesita de fe!

La fe que nos ayuda a creer que es cierto lo que Dios nos dice. Es un gran regalo que recibimos de Dios, pero nosotros tenemos la responsabilidad de cuidarlo y hacerlo dar frutos, porque también podemos rechazarlo y perderlo, y como nos dice San Pablo: “La fe no es de todos”.

En el evangelio de hoy, Jesús habla de la resurrección dándonos un gran mensaje de esperanza cuando nos dice: “No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para El todos están vivos”. A muchas personas no les gusta hablar de la muerte; y es que desde pequeños nuestros padres y la sociedad en general la han relacionado con oscuridad, miedo, espanto, terminación. Otros la aceptan porque la ven en otros, pero siguen sin entenderla y continúa siendo una pregunta sin respuesta.

Hoy, sin embargo, es una magnífica oportunidad para que nos llenemos de esperanza con estas palabras de Jesús, y que aprendamos a disfrutar cada minuto de la vida que el Señor nos ha regalado, con la firme convicción de que cuando terminemos el paso por esta vida, el Señor nos recibirá en la patria celestial a donde Él ha ido a prepararnos el sitio. ¿Estamos convencidos de esto? ¡Ese es el fruto de nuestra fe!

Oración de los fielesQuien preside: Señor Dios y Padre, con confianza acudimos a

tu misericordia pidiéndote por nuestras familias y por el país. A cada oración respondemos: Padre misericordioso, aumenta nuestra fe en la resurrección.

1. Por la Iglesia, la gran familia de los creyentes, para que nuestra fe en la resurrección nos mantenga unidos y firmes hasta entregar nuestras vidas por ser fieles al Señor. Oremos.

2. Por quienes gobiernan nuestro país y el mundo, para que sean respetuosos de la libertad de proclamar la fe de sus pueblos y que no traicionen los grandes valores por conservar su poder. Oremos.

3. Por las familias más pobres y por aquellas que sufren la desintegración, para que su fe en el Señor Resucitado, les dé fuerzas para vencer toda tensión y les ayude a buscar soluciones a sus problemas. Oremos.

4. Por nuestra comunidad aquí reunida para que nuestra fe en la resurrección nos ayude a ser una verdadera familia aquí y en la eternidad y nos mantenga firmes en la fe en toda circunstancia. Oremos.

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5. Por la Clausura Nacional del Año Jubilar en la Caminata Un paso por mi familia para que todas las familias dominicanas nos unamos en una sola proclamación de nuestra fe en el Dios de la vida. Oremos.

6. Por nuestros seres queridos ya fallecidos, para que el Señor, por su gran misericordia, los tenga gozando de su presencia en el cielo. Oremos.

Quien preside: Padre, aumenta en nosotros la fe en la resurrección que nos lleve a ser firmes en la fe hasta que lleguemos a tu Reino eterno en el que seremos una sola familia en el amor. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.

Aviso: Recordemos que el próximo Domingo 20 de Noviembre del 2016 celebraremos la Clausura del Jubileo de la Misericordia en la Caminata Nacional Un paso por mi familia en el Malecón de Santo Domingo. Participemos en gran número en esta convocatoria de fe iniciando a las 9am en la Avenida Máximo Gómez en el Malecón para los del Norte y los del Sur y en la Avenida del Puerto en el Malecón para los del Este y Oeste.


7 Feria

Lunes Verde

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito 1, 1-9 Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, para promover la fe de los

elegidos de Dios, y el conocimiento de la verdad, según la piedad apoyada en la esperanza de la vida eterna. Dios, que no miente, había prometido esa vida desde tiempos inmemoriales; al llegar el momento, la ha manifestado abiertamente con la predicación que se me ha confiado, según lo dispuso Dios, nuestro salvador.

Querido Tito, verdadero hijo mío en la fe que compartimos; te deseo la gracia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, salvador nuestro.

Mi intención al dejarte en Creta era que pusieras en regla lo que faltaba y establecieses presbíteros en cada ciudad, siguiendo las instrucciones que te di. El candidato, que sea un hombre sin tacha, fiel a su única mujer, con hijos creyentes, que no sean indóciles ni acusados de mala conducta.

Porque el obispo, siendo administrador de Dios, tiene que ser intachable, no arrogante ni colérico, no dado al vino ni pendenciero, ni tampoco ávido de ganancias. Al contrario, ha de ser hospitalario, amigo de lo bueno, prudente, justo, fiel, dueño de sí. Debe mostrar adhesión a la doctrina cierta, para ser capaz de predicar una enseñanza sana y de rebatir a los adversarios. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial:23. R/ “Estos son los que buscan al Señor.”

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: él la fundó sobre los mares, él la afianzó sobre los ríos. R.


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¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos. R.

Éste recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Éste es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 1-6 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Es inevitable que sucedan

escándalos; pero ¡ay del que los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tengan cuidado. Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día y siete veces vuelve a decirte: “Lo siento”, lo perdonas”.

Los apóstoles le pidieron al Señor: “Auméntanos la fe”. El Señor contestó: “Si tuvieran fe como un granito de mostaza, dirían a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y les obedecería”. Palabra del Señor.

Meditación

Como siempre, cada vez que Jesús quiere darnos un mensaje lo hace con claridad meridiana. No anda con rodeos ni deja las cosas a interpretaciones subjetivas. La claridad del mensaje de hoy queda reflejada en tres aspectos que trata el evangelista Lucas: ESCÁNDALO, PERDON y FE.

Jesúsnosadviertehoyque“esinevitablequesucedanescándalos”…pero ¡ay del que los provoca! Este mundo está lleno de escándalos. Basta con tomar un periódico, una revista o encender el televisor para que encontremos “historias escandalosas” provocadas por cantantes, actores de cine y de televisión o por personajes de la política y hasta de la vida religiosa. No es raro encontrar programas de radio y televisión o columnas periodísticas que se especializan en satisfacer el morbo que en ocasiones esto desata.

Es probable que en la lectura del evangelio de hoy dejáramos pasar inadvertida una frase que nos dice Jesús: “Tengan cuidado”. Sí. Debemos tener cuidado en no convertirnos en piedra de escándalo para otros que los lleve a perder toda esperanza. Tengamos cuidado de no terminar en el fondo del mar con una piedra de molino atada al cuello (esto sería lo menos doloroso).

Jesús también nos invita a ser misericordiosos con el hermano que nos ofende y que, al ser reprendido, si se arrepiente, le concedamos el perdón. Perdonar es amar. No obstante, hay situaciones en nuestras vidas que nos dificultan dar el perdón, principalmente cuando nos dejamos dominar por el dolor que nos haya causado la ofensa. Cuando esto sucede nos convertimos en esclavos de nuestro sentimiento de dolor y no podemos vivir la verdadera libertad de los hijos de Dios, porque sin perdón no hay libertad. El perdón debemos darlo siempre porque éste nos pone en contacto directo con Dios Padre. En la oración del Padrenuestro le pedimos al Padre que perdone nuestras ofensas “como nosotros perdonamos a losquenosofenden”…ysinoperdono,¿cómopuedopedirperdón?Alperdonar estamos reflejando que amamos a Dios.

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Y el tercer aspecto del evangelio de hoy queda resumido en la petición de los apóstoles: “Auméntanos la fe”. Hoy, esta debe ser nuestra petición permanente al Señor. ¡Señor, auméntanos la fe!

La fe debe recorrer todo nuestro ser, formar parte integral de nosotros mismos y mostrarla con orgullo a los demás. No esconderla por miedo o temor de hacer el ridículo. Por la fe hemos de ser “hospitalarios, amigos de lo bueno, prudentes, justos, fieles y dueños de sí”, como le señala Pablo a Tito en la primera lectura de hoy sobre las características que debían reunir los que habrían de administrar los asuntos de Dios en Creta.

Con fe, y como familia, digámosle al Señor: “Esta es la familia que viene a tu presencia, Señor, para que le concedas vivir el amor, el perdón y la fe”.

8 Feria

Martes Verde41º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Valentín

Reynoso Hidalgo, M.S.C., Obispo Auxiliar de Santiago

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito 2, 1-8. 11-14Querido hermano: Habla de lo que es conforme a la sana doctrina. Di a

los ancianos que sean sobrios, serios y prudentes; que estén robustos en la fe, en el amor y en la paciencia.

A las ancianas, lo mismo: que sean decentes en el porte, que no sean chismosas ni se envicien con el vino, sino maestras en lo bueno, de modo que inspiren buenas ideas a las jóvenes, enseñándoles a amar a los maridos y a sus hijos, a ser moderadas y púdicas, a cuidar de la casa, a ser bondadosas y sumisas a los maridos, para que no se desacredite el Evangelio

A los jóvenes, exhórtalos también a ser prudentes, presentándote en todo como un modelo de buena conducta. En la enseñanza sé íntegro y grave, con un hablar sensato e intachable, para que la parte contraria se abochorne, no pudiendo criticarnos en nada.

Porque ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos: la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo. Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial:36 “El Señor es quien salva a los justos.”Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea

el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón. R. El Señor vela por los días de los buenos, y su herencia durará siempre.

El Señor asegura los pasos del hombre, se complace en sus caminos. R. Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás una casa; pero los

justos poseen la tierra, la habitarán por siempre jamás. R.


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Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 7-10 En aquel tiempo dijo el Señor: “Supongan que un criado suyo trabaja

como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de ustedes le dice: “¿En seguida, ven y ponte a la mesa”? ¿No le dirán: “¿Prepárame la cena, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú”? ¿Tienen que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo ustedes: Cuando hayan hecho todo lo mandado, digan: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.”Palabra del Señor.

Meditación

El Señor nos conoce muy bien. Por eso, saca ejemplos cotidianos de nuestra vida diaria para enseñarnos. Y qué poco hemos cambiado en muchos de estos aspectos en dos mil años. Creemos merecerlo todo de nuestros siervos, incluso que nos sigan sirviendo sin lugar, ni tiempo donde estemos.

Nos resulta difícil, casi imposible, reconocer que nuestros servidores tienen derechos, más aún en nuestra sociedad, donde hemos desarrollado profundos lazos de servilismo. Aun hoy, en pleno siglo XXI, después que ha sido abolida la esclavitud, seguimos teniendo “medio esclavos” en nuestros hogares. “Empleados y empleadas del hogar” que dependen de “nuestra bondad”. Efectivamente, lo que les damos, lo que les concedemos depende más de “nuestra generosidad”, de nuestra bondad, “que de sus derechos”.

En nuestros esquemas no está el que deben ir a la escuela, estudiar o tener una vida privada. No tienen horario de trabajo. Deben estar en pie antes que nosotros y estar disponibles en el momento que los necesitemos, sin sujetarse a horario alguno, sino aquel que queramos concederles. No les concedemos derechos y creemos que nos deben guardar por siempre gratitud por lo que le hemos dado.

Así pensamos con relación al servicio que los demás nos deben; pero es totalmente diferente a lo que esperamos de Dios por el servicio que realizamos. Con Dios no hay contratos ni ofrecimientos de mejorar nuestras condiciones, ni de beneficiarnos, sino que el gran beneficio son sus promesas y tenerlo a Él en nuestras vidas.

Jesús nos invita a cambiar la mentalidad de los que piensan que por el cumplimiento de nuestras obligaciones Dios tiene que premiarnos. Los que le servimos lo hacemos porque le amamos y porque servirle ha sido muestra libre e incondicional decisión. Es sencillamente poniendo al servicio todos los dones que El Señor gratuitamente nos ha regalado; poniendo en práctica lo que San Pablo nos recomienda en la primera lectura de hoy: siendo prudentes, modelo de buena conducta, robustecidos en la fe, el amor y la paciencia.

Al final, cuando hayamos hecho lo mandado sólo nos resta decir “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”.

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9 Fiesta: Dedicación de la Basílica de Letrán

Miércoles Blanco2º Aniversario de la Muerte de Mons. Juan Antonio Flores Santana,

Arzobispo Emérito de Santiago de los Caballeros

Lectura de la profecía de Ezequiel 47,1-2.8-9.12

En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo. Del zaguán del templo manaba agua hacia levante –el templo miraba a levante–. El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del altar. Me sacó por la puerta septentrional y me llevó a la puerta exterior que mira a levante. El agua iba corriendo por el lado derecho.

Me dijo: «Estas aguas fluyen hacia la comarca levantina, bajarán hasta la estepa, desembocarán en el mar de las aguas salobres, y lo sanearán. Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboque la corriente, tendrán vida; y habrá peces en abundancia. Al desembocar allí estas aguas, quedará saneado el mar y habrá vida dondequiera que llegue la corriente. A la vera del río, en sus dos riberas, crecerán toda clase de frutales; no se marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada luna, porque los riegan aguas que manan del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 45R/. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo

consagra su moradaDios es nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor en el peligro.

Por eso no tememos, aunque tiemble la tierra, y los montes se desplomen en el mar. R/.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada. Teniendo a Dios en medio, no vacila; Dios la socorre al despuntar la aurora. R/.

El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Vengan a ver las obras del Señor, las maravillas que hace en la tierra: pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe. R/.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3,9c-11.16-17

Son edificio de Dios. Conforme al don que Dios me ha dado, yo, como hábil arquitecto, coloqué el cimiento, otro levanta el edificio. Mire cada uno cómo construye. Nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo. ¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo son ustedes. Palabra de Dios.

Lectura del santo evangelio según san Juan 2,13-22Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y

encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los


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cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: «Quiten esto de aquí; no conviertan en un mercado la casa de mi Padre.»

Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: «¿Qué signos nos muestras para obrar así?»

Jesús contestó: «Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré.»Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado construir este

templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?»Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los

muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús. Palabra del Señor.

Meditación

La liturgia de hoy nos ofrece este pasaje en el que vemos una actitud inusual y sorprendente en Jesús. Él, que tenía bien claro que el templo era Casa de Dios, Casa de Oración, sintió una profunda indignación y rechazo al ver cómo los mercaderes de la época lo estaban convirtiendo en un mercado. “El celo por tu casa me devora” (cf. Jn 2,17).

Nos refiere el evangelista Juan que se aproximaba la fiesta de la pascua de los judíos cuando Jesús fue a Jerusalén. Para ese momento llegaban peregrinos de todas partes. La ciudad se llenaba de gente. Ricos y pobres venían al templo de Jerusalén a ofrecer sacrificios y les era más conveniente y fácil comprar allí mismo los animales que iban a ser sacrificados que traerlos de tierras lejanas. De ahí que había personas que vendían bueyes, ovejas y palomas; y también cambistas para cambiar las monedas de los peregrinos de otros lugares por monedas de la localidad.

Jesús consumido por el celo a la casa de Dios, tomó la actitud que describe Juan en el evangelio de hoy: trenzó un látigo, soltó bueyes y ovejas, volteó las mesas de los cambistas y ordenó a los que vendían palomas que las quitaran de allí. Esta actitud marcó el inicio de la persecución a Jesús que terminó con su crucifixión.

Hoy como ayer los cristianos seguimos perdiendo el sentido de adoración que nos ofrece el templo que visitamos. Es cierto que vamos al menos una vez a la semana y participamos de la misa dominical. Pero pareciera que vamos más por encontrarnos con amigos que para encontrarnos con Jesús. Y así, sin darnos cuenta, nos convertimos en los “mercaderes” que en su momento Jesús echó a latigazos del templo.

Es sorprendente que no hayamos aquilatado el tiempo que hemos dispuesto para estar con el Señor, para escuchar su Palabra, para reflexionar el mensaje que nos envía a través de su ministro, y no seamos capaces de desconectarnos de nuestros teléfonos móviles durante al menos una hora que dura la Eucaristía. Hay quienes no resisten la tentación y contestan o hacen llamadas en medio de la celebración. En

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ese momento se convierten en “mercaderes del templo”. Recordemos que en la iglesia Dios no nos habla por teléfono, nos habla al corazón.

Por nuestra condición de bautizados nos convertimos en “Templo del Espíritu Santo” - ¡Qué privilegio el que Dios viva en nosotros!- y muchas veces nosotros mismos somos los principales profanadores de ese templo al someterlo a todo tipo de abusos morales y físicos. Descuidamos desde nuestra salud hasta someterlo a placeres mundanos y vejámenes que desdicen nuestro ser cristiano. Como piedras vivas que somos de ese otro gran templo del que formamos parte: la Iglesia, pidamos al Señor que el amor y el servicio a los demás se conviertan en los elementos que nos ayuden a vivir la unidad familiar y por ende la unidad en el Cuerpo Místico de Cristo. Amén.

10 Memoria obligatoria, San León Magno, Papa y Doctor de la Iglesia

Jueves Blanco

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Filemón 7-20Me alegró y animó mucho tu caridad, hermano, porque tú has aliviado

los sufrimientos de los santos. Por eso, aunque tengo plena libertad en Cristo para mandarte lo que conviene hacer, prefiero rogártelo apelando a tu caridad, yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús. Te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión, que antes era tan inútil para ti, y ahora, en cambio, es tan útil para ti y para mí; te lo envío como algo de mis entrañas. Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en tu lugar, en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo; así me harás este favor, no a la fuerza, sino con libertad. Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido. Si yo lo quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano. Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo. Si en algo te ha perjudicado y te debe algo, ponlo en mi cuenta; yo, Pablo, te firmo el pagaré de mi puño y letra, para no hablar de que tú me debes tu propia persona. Por Dios, hermano, a ver si me das esta satisfacción en el Señor; alivia mi ansiedad, por amor a Cristo.Palabra de Dios.

Salmo Responsorial:145R/ “Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob”

Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. R.

El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos. El Señor guarda a los peregrinos. R.

Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17,20-25 En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba

a llegar el reino de Dios Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá


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espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque miren, el reino de Dios está dentro de ustedes.» Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearán vivir un día con el Hijo del hombre, y no podrán. Si les dicen que está aquí o está allí no se vayan detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.» Palabra del Señor.

Meditación

Jesús con frecuencia hablaba del Reino de Dios. Los fariseos preguntan cuándo llegará el Reino de Dios; pero Jesús ya les conoce y es paciente. Era algo característico de los fariseos el decir cosas con ofensas contra el honor de Jesús, y lo hacían con sus palabras o con hechos. Sin embargo, Jesús no toma en cuenta su actitud y comienza a darle explicaciones de cómo llegará el Reino de Dios.

Les asegura que la venida del Reino de Dios no ocurrirá aparatosamente con grandes signos en el cielo, guerras ni hambre; porque el Reino ya está actuando en medio de nosotros. La presencia del Reino de Dios se hace efectiva en las acciones de ayuda y solidaridad; desde el interior de cada ser humano.

El Reino de Dios crece en el interior de cada uno cuando nos volvamos, nos lanzamos, hacia los demás. El Reino de Dios está en medio de nosotros y tenemos la oportunidad de comenzar a vivir ese Reino desde ya. Sólo basta con encarnar los valores del Evangelio en nuestras vidas. Sólo basta con que nos esforcemos en ser cada vez mejores esposos(a); mejores padres, mejores hijos, mejores ciudadanos. Es cuando damos sin esperar nada a cambio; es cuando me quito la máscara de súper mártir, de creerme que sólo yo merezco lo mejor.

Instaurar el Reino de Dios en nuestras familias es cuando nos esforzamos por vivir la paz y la unidad como el mejor gesto de misericordia. Sólo basta con que sembremos amor en los ambientes en que nos movemos, en donde exista desolación y desesperanza. Sólo basta con que seamos instrumentos de paz en medio de los conflictos y las diferencias.

Estamos llamados a instaurar ese Reino de Dios en nuestras familias practicando el perdón y el agradecimiento hasta con aquellas personas que nos cuesta perdonar. Cuando somos capaces de ayudar a levantarse a aquel esposo(a) que ha caído en alguna infidelidad; aquel hijo que está metido en las drogas o que ha cometido algún delito; o ante aquella hija que a nuestras espaldas se ha realizado un aborto. Permitir que esos seres queridos, que han caído en lo más profundo del abismo, experimenten el Reino de Dios es mostrarles el rostro misericordioso del padre, es ayudarlos a levantarse; es devolverles la esperanza.

Entonces, sí que podríamos decir que el Reino de los cielos ha llegado a la tierra. Empecemos por nuestro corazón y por nuestra casa.

Pidamos al padre misericordioso que nos ayude a ser promotores de su Reino, siendo creíbles en todo lo que hacemos y así poder contagiar a otros.

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11 Memoria Obligatoria: San Martin de Tours, Obispo

Viernes Blanco

Lectura de la segunda carta del apóstol san Juan 4-9Señora elegida: Me alegré mucho al enterarme de que tus hijos proceden

con autenticidad, según el mandamiento que el Padre nos dio. Ahora tengo algo que pedirte, señora. No pienses que escribo para mandar algo nuevo, sino sólo para recordarte el mandamiento que tenemos desde el principio, amarnos unos a otros. Y amar significa seguir los mandamientos de Dios. Como oyeron desde el principio, éste es el mandamiento que debe regir su conducta.

Es que han salido en el mundo muchos embusteros, que no reconocen que Jesucristo vino en la carne. El que diga eso es el embustero y el anticristo. Estén en guardia, para que reciban el pleno salario y no pierdan su trabajo. Todo el que se propasa y no permanece en la doctrina de Cristo vive sin Dios; quien permanece en la doctrina vive con el Padre y el Hijo. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial:118.R/ “Dichoso el que camina en la voluntad del Señor”

Dichoso el que, con vida intachable, / camina en la voluntad del Señor. R.Dichoso el que, guardando sus preceptos, / lo busca de todo corazón. R.Te busco de todo corazón, / no consientas que me desvíe de tus

mandamientos. R.En mi corazón escondo tus consignas, / así no pecaré contra ti. R.Haz bien a tu siervo: viviré / y cumpliré tus palabras. R.Ábreme los ojos, y contemplaré / las maravillas de tu voluntad. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17, 26-37En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Como sucedió en los días

de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían y se casaban, hasta el día que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y acabó con todos. Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían, compraban, vendían, sembraban, construían; pero el día que Lot salió de Sodoma, llovió fuego y azufre del cielo y acabó con todos. Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre.

Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa, que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva. Acuérdense de la mujer de Lot. El que pretenda guardarse su vida, la perderá; y el que la pierda, la recobrará. Les digo esto: aquella noche estarán dos en una cama: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán, estarán dos moliendo juntas: a una se la llevarán y a la otra la dejarán; estarán dos en el campo: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán”. Ellos le preguntaron: “¿Dónde, Señor?” El contestó: “Donde está el cadáver se reunirán los buitres”. Palabra del Señor.


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Meditación

En lo primero que debemos estar claros es que “el tiempo del Hijo del Hombre” es el que estamos viviendo. Se inició con el nacimiento de Cristo y se extiende hasta que vuelva en su segunda venida.

¿Y qué nos señala Jesús en este pasaje del evangelio? Está claro que quiere hacernos reflexionar sobre cómo estar preparados para la nueva llegada del Reino cuyo momento sólo Dios sabe. Jesús no quiere que ese momento nos tome desprevenidos como sucedió en los tiempos de Noé y de Lot que cuando el primero subió a la barca y el segundo salió de Sodoma tras de ellos vino el fin para todos los demás.

Hoy estamos -como se dice popularmente-“lo más ´quitao´ de bulla” viviendo con una gran indiferencia ante las señales de los tiempos, enfrascados y preocupados más en el hacer y el tener fortuna, bienes materiales, comodidades, vivir de los placeres mundanos, que ocupados por ser más humanos, más solidarios y más serviciales con los que nos rodean, principalmente los más necesitados, los más pobres hijos de Dios, nuestros hermanos, los más cercanos.

El consumismo que se promociona en estos tiempos favorece a que aumente en nosotros esta total desatención e indiferencia a la dimensión más profunda de la vida. El consumismo se convierte en nosotros como una venda que nos impide ver más allá de nosotros mismos, por lo que “tratando de guardar nuestras vidas las perderemos”. Estemosclarosquelafuentedelavidaestáenlaentregadelavida…¡dando, se recibe! ¡Sólo en la entrega somos felices! Cuando yo doy, aparentemente pierdo. Pero en la lógica de Dios no es así porque cuando doy voy “ganando” oportunidades para entrar al Reino de Dios y me voy sintiendo realizado como hijo de Dios. “¡Hay más alegría en dar que en recibir!” (cf. Hc 20,35)

No sabemos cuándo habrá de manifestarse el Hijo de Dios, pero Él sí nos advierte en estar preparados para cuando la muerte nos sorprenda. Ese día la destrucción será tan rápida que no tendremos tiempo para nada. Unos seremos llamados “benditos de mi Padre” y otros “malditos de mi Padre”, según haya sido nuestra vida y seremos colocados a la derecha para gozar del Reino Eterno o la izquierda para ser lanzados a los abismos del infierno.

Como padres tenemos una gran responsabilidad con nuestros hijos de ayudarlos y prepararlos también a estar prevenidos, y experimentar la alegría manifestada por el apóstol San Juan en la primera lectura de hoy: “me alegré mucho al enterarme que tus hijos caminan en la verdad, según el mandamiento que el Padre nos dio”. Para que nuestros hijos caminen en la verdad somos nosotros quienes primero debemos trillarles ese camino amándonos unos a otros porque “el amor es el mandamiento que debe regir nuestra conducta” (cf. 2 Jn 1,6). Así también nos sentiremos dichosos porque caminaremos en la voluntad del Señor.

¡Qué el Señor nos dé la gracia, la fuerza y la perseverancia de vivir de cara a la eternidad!

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12 Memoria Obligatoria: San Josafat, Obispo y Mártir

Sábado Rojo

Lectura de la tercera carta del apóstol san Juan 5-8Querido hermano: Te portas con plena lealtad en todo lo que haces por

los hermanos, y eso que para ti son extraños. Ellos han hablado de tu caridad ante la comunidad de aquí. Por favor, provéelos para el viaje como Dios se merece; ellos se pusieron en camino para trabajar por Cristo, sin aceptar nada de los paganos. Por eso debemos nosotros sostener a hombres como éstos, cooperando así en la propagación de la verdad. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 111R/ “Dichoso quien teme al Señor.”

Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. R.

En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. R.

Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 1-8 En aquel tiempo, Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que

orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola: “Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”; por algún tiempo se negó, pero después se dijo: “Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara””.

El Señor añadió: “Fíjense en lo que dice el juez injusto; pues Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?, ¿o les dará largas? Les digo que les hará justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra? Palabra del Señor.

Meditación

Lucas, es el evangelista que nos presenta esta faceta de Jesús: la oración. En esta oportunidad nos presenta esta parábola donde Jesús quiere explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre, sin desanimarse.

Hoy, quiere dejarnos claro cuál es la actitud que debemos asumir: orar siempre y con perseverancia, y a no cansarnos ante las dificultades, incluso cuando parezca que Dios no escucha nuestras plegarias.

En esta parábola, Jesús nos presenta a un juez malo, sin escrúpulos, despreocupado, injusto y sin ningún temor de Dios ni de los hombres. Había también una pobre viuda, que acudía a él con frecuencia y le pedía que le hiciera justicia. El juez, altanero e irresponsable, al principio se negó


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y le dio largas al asunto. Total, se trataba de una pobre mujer, por demás viuda. Hay que recordar que en Israel, como en todo el antiguo Oriente, los huérfanos y las viudas eran símbolos de debilidad, pues no contaban con un padre o un esposo que pudiera protegerlos y velar por ellos.

Jesús en esta parábola nos presenta un gran contraste: si ese juez, siendo tan malvado atiende a la viuda porque se lo pide hasta hartarlo, ¿Cómo no hará caso nuestro padre celestial a las súplicas que le dirigimos, si Él es infinitamente bueno y generoso?

Sería bueno que en estos momentos nos preguntáramos, si nosotros, efectivamente, somos perseverantes en la oración, o si desistimos después de dos o tres intentos. Cuenta la historia que un joven sacerdote que trabajaba en una parroquia cercana a Ars, fue un día a desahogarse con el santo cura y a expresarle toda su amargura, porque no obstante a todo el trabajo pastoral que realizaba, sólo veía escasos frutos en las almas y se lamentó diciéndole: “¡He hecho todo lo posible, pero no veo ningún fruto!” A lo cual, el cura de Ars le respondió: -“¿Has hecho realmente todo lo posible? ¿De verdad rezas con toda el alma a Dios? ¿Cuántas veces has orado sin desmayar acerca de esta situación? ¿Has pasado noches en oración pidiendo a Dios que te ayude?”-

Hoy esas preguntas son para cada uno de nosotros. Aquella situación que tanto te preocupa, que te quita el sueño, que te angustia ¿Cuántas veces se la has presentado al Señor? ¿Cuántas veces has orado, sin desmayar, acerca de esa situación?

Esta parábola nos deja claro que Dios escuchará nuestras plegarias sólo si nosotros somos perseverantes y no nos cansamos de presentarle esa situación que nosotros queremos que cambie en nuestras vidas. Él quiere que insistamos en la oración, pues así probamos la fe, la confianza y el amor que le tenemos.

¿Es tu fe tan grande como para esperar que el Señor te conceda lo que le has pedido en tan ferviente oración? Si es así, entonces la pregunta quehizoJesúsalfinaldelevangelio,esparati…“Cuando venga el hijo del hombre, ¿Encontrará esta fe en la tierra?

13 XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario

Primera Semana Liturgia de las Horas Verde

Clausura Semana Vocacional

Familia unida perseverante en medio de los días difíciles

Orientaciones para la celebración: En la procesión de entrada van delante familias fieles al Señor; si tenemos

el cuadro o la imagen de la Sagrada Familia también va en esa procesión. Antes de la homilía una familia lleva unos periódicos, del día o de los días cercanos, y van leyendo algunas de las noticias trágicas y negativas de esos últimos días. Después otra familia lleva la Biblia, y va leyendo algunas frases

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de las lecturas de hoy: “a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia”; “el que no trabaje que no coma”; “Cuidado con que nadie se engañe”; “no tengan pánico”; “ni un cabello de su cabeza perecerá; con su perseverancia salvarán sus almas”. Luego se tiene la homilía. Se pueden llevar estas frases y pasearlas en medio de la Asamblea. Se preparan canciones de esperanza.

Se puede poner un cántaro o lata en frente al altar con fuego. Se llevan hojas con estos letreros: Maldad, violencia, atracos, desintegración familiar, desigualdad, abortos, injusticias, vagancia, desempleo, corrupción, vicios, negocios sucios o también otra situación mala que se dé entre nosotros. Las personas que llevan esos letreros los leen y todos responden: “Todo eso será destruido” y se tiran al fuego. Luego viene detrás un sol y una imagen de Jesucristo para indicar que lo nuevo ha surgido en medio de la oscuridad.

Monición ambientalUnidos como familia nos disponemos a bendecir al Señor que siempre

está con nosotros en los momentos difíciles y en los tiempos de bonanza y nos da la gracia de la perseverancia para la salvación de nuestras vidas.

Aunque pueda dar miedo este anuncio del final de la historia que se nos recuerda en la Palabra de hoy, estamos invitados a seguir en la lucha por el Reino de Dios, alimentados por la Eucaristía que nos da fuerza para estar de pie, dispuestos a seguir con paciencia, haciendo presente la misericordia de Dios en este mundo, sin miedo a las persecuciones y a los días de terror y de confusión.

Nos ponemos de pie, y con alegría recibimos a Jesucristo, a quien seguimos y obedecemos que viene a presidir esta Celebración a través de su ministro.

Primera lectura: Malaquías 3,19-20aEl profeta Malaquías anuncia el día en que los malvados se acabarán y

triunfará la bondad. Sólo se nos pide perseverar hasta que brille su justicia. Escuchemos

Lectura del Libro de MalaquíasMiren que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán

la paja, y los quemaré el día que ha de venir –dice el Señor de los ejércitos, y no quedará de ellos ni rama ni raíz. Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 97 R/. El Señor llega para regir la tierra con justicia

Tañan la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamen al Rey y Señor. R/.


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Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor, que llega para regir la tierra. R/.

Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. R/.

Segunda Lectura: Segunda carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 3,7-12

El Apóstol Pablo nos recuerda que la venida definitiva se espera en la lucha de cada día trabajando para ganarse la vida y ayudando al progreso de la sociedad.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses Ya saben cómo tienen que imitar mi ejemplo: no viví entre ustedes sin

trabajar, nadie me dio de balde el pan que comí, sino que trabajé y me cansé día y noche, a fin de no ser carga para nadie. No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero quise darles un ejemplo que imitar. Cuando viví con ustedes se lo dije: El que no trabaja, que no coma. Porque me he enterado de que algunos viven sin trabajar, muy ocupados en no hacer nada. Pues a esos les digo y les recomiendo, por el Señor Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan. Palabra de Dios.

Aleluya Lc.21,28Levántense, alcen la cabeza, se acerca su liberación

Evangelio: Lucas 21,5-19Jesús anuncia que el Templo será destruido porque ya no acogía el

proyecto del Reino. Él nos invita a no dejarnos engañar en medio de la crisis que va derrumbando lo que obstaculiza el Reino de Dios y dando paso a la nueva vida. Lo que importa es perseverar sabiendo que Él nos dará palabras y sabiduría para dar testimonio en medio de la crisis. Escuchemos.

Lectura del santo evangelio según san Lucas En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la

calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: “Esto que contemplan, llegará un día en que no quedará piedra

sobre piedra: todo será destruido.” Ellos le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?”

Él contestó: “Cuidado con que nadie se engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: «Yo soy», o bien: «El momento está cerca»; no vayan tras ellos. Cuando oigan noticias de guerras y de revoluciones, no tengan pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.”

Luego les dijo: “Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso les echarán mano, los perseguirán, entregándolos a las sinagogas y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendrán ocasión de dar testimonio. Hagan propósito de no preparar su defensa, porque yo les daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer

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frente ni contradecir ningún adversario suyo. Y hasta sus padres, y parientes, y hermanos, y amigos los traicionarán, y matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de su cabeza perecerá; con su perseverancia salvarán sus almas.” Palabra del Señor.

Meditación

En cada pasaje evangélico que leemos el mensaje que nos da Jesucristo encontramos siempre un mensaje claro, directo y sin rodeos. En el evangelio de hoy Jesús anuncia la destrucción del templo de Jerusalén y los signos que la precederán. Quizás aquellos que contemplaban la belleza excelsa que representaba este edificio, al escuchar a Jesús hablar sobre el profético anuncio de esa destrucción pensarían que era muy “trágico” de su parte eso que anunciaba. ¿Por qué tanta negatividad ante una colosal edificación erigida sobre sólidos cimientos? ¿Acaso sus constructores no la planificaron “para siempre”? La miopía de quienes acompañaban a Jesús no les permitía ver lo que Jesús sabía: en aquel lugar grandioso no se está acogiendo el Reino de Dios, la justicia de Dios. Ya antes Jesús había llorado por la ciudad, por la insensibilidad de sus habitantes. Sus lágrimas expresaban su solidaridad con el sufrimiento de su pueblo.

Las señales que Jesús anuncia como presagio del final de los tiempos, son sólo eso: señales. Ellas en sí no son el anuncio del final, sino advertencias de cosas que tienen que suceder porque así lo quiere Dios, para irnos preparando para ese final. Eso sí, imperativamente nos ordena no ir tras los falsos profetas que han de venir a usurpar su nombre. También nos indica no tener miedo ante las noticias de guerras y revoluciones que hayamos de oír. Eso “tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá enseguida”. ¿Cuándo? Ni siquiera el mismo Jesús sabe el día (cf. Mc 13,32).

Nadie quiere ni debe buscar ser maltratado por causa de su fe, pero si ocurre puede ser una oportunidad para dar testimonio del poder y la gloria de Dios. Jesús nos dice que “les echarán mano, los perseguirán, entregándolos a las sinagogas y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía”. En nuestro medio no se da la persecución religiosa, pero en otras regiones del mundo sí. Ahí tenemos el caso del Medio Oriente donde en algunas partes y a cada instante ejecutan personas sólo por su fe religiosa, principalmente cristianos. En algunos países asiáticos también se da la persecución religiosa. Los cristianos asesinados o ejecutados por su fe religiosa se convierten en mártires.

Lo importante de todo esto es que las señales que estamos viendo ahora son oportunidades que el Señor nos brinda para que vayamos preparando nuestra entrada al Reino de Dios. Él no quiere que ningún hijo suyo se pierda y que no pueda defenderse de sus adversarios. Por eso nos dice: “Hagan propósito de no preparar su defensa, porque yo les daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario suyo”. En otras palabras, Jesús hoy nos invita a trabajar con empeño para fortalecer aquellas cosas que son las que nos dan plenitud y felicidad…¡nuestraunidadfamiliar!


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Oración de los fielesQuien preside: Sintiéndonos necesitados acudimos al Padre Dios con

toda confianza. A cada petición respondemos: Padre, danos perseverancia hasta el final.1.- Por la Iglesia, por nuestra Iglesia en República Dominicana, para que no

tenga miedo en hacer presente el Reino de Dios y trabaje por un país mejor en medio de tantos obstáculos que hay entre nosotros. Oremos.

2.- Por los países que se encuentran en guerra, para que sus dirigentes se pongan de acuerdo a través del diálogo y triunfe la paz. Oremos.

3.- Por nuestro país, para que haya abundante trabajo, los dominicanos y dominicanas seamos buenos trabajadores y se pague con dignidad el trabajo realizado. Oremos.

4.- Por las personas más necesitadas de nuestras familias, para que reciban el apoyo de Dios y del resto de las personas del hogar. Oremos.

5.- Por este año Jubilar que ya termina, para que nos haya orientado y dado energías para poner en práctica la Misericordia, sobre todo con las personas más necesitadas. Oremos.

6.- Por los difuntos de nuestras familias, para que el Padre Dios los tenga gozando de su presencia en el cielo. Oremos.

7.- Para que en nuestra comunidad haya muchas vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal, y los llamados respondan con generosidad. Oremos.

Quien preside: Padre, haz que no tengamos miedo ni nos dejemos engañar en los días difíciles, sino que perseveremos en Ti, aunque todo hable de fracaso y de ruinas hasta que veamos brillar tu Sol, que es Jesucristo tu Hijo Resucitado que vive contigo eternamente.

Aviso: Recordemos que el próximo Domingo 20 de Noviembre del 2016 celebraremos la Clausura del Jubileo de la Misericordia en la Caminata Nacional Un paso por mi familia en el Malecón de Santo Domingo. Participemos en gran número en esta convocatoria de fe iniciando a las 9am en la Avenida Máximo Gómez en el Malecón para los del Norte y los del Sur y en la Avenida del Puerto en el Malecón para los del Este y Oeste.Esperamos un mínimo de 4 guaguas por Parroquia. Que la misericordia del Señor corra como un río en nuestro país.

14 Feria

Lunes Verde

Comienzo del libro del Apocalipsis 1, 1-4; 2, 1-5ª Ésta es la revelación que Dios ha entregado a Jesucristo, para que

muestre a sus siervos lo que tiene que suceder pronto. Dio la señal enviando su ángel a su siervo Juan. Éste, narrando lo que ha visto, se hace testigo de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo. Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de esta profecía y tienen presente lo que en ella está escrito, porque el momento está cerca.

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Juan, a las siete Iglesias de Asia: Gracia y paz a ustedes de parte del que es y era y viene, de parte de los siete espíritus que están ante su trono.

Oí cómo el Señor me decía: “Al ángel de la Iglesia de Éfeso escribe así: “Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y anda entre los siete candelabros de oro: Conozco tus obras, tu fatiga y tu aguante; sé que no puedes soportar a los malvados, que pusiste a prueba a los que se llamaban apóstoles sin serlo y descubriste que eran unos embusteros. Eres tenaz, has sufrido por mí y no te has rendido a la fatiga; pero tengo en contra tuya que has abandonado el amor primero. Recuerda de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a proceder como antes.” Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 1 R/ “Al que venciere le daré a comer del árbol de la vida.”

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R.

Será como un árbol, plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R.

No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 35-43En aquel tiempo, cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego

sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello, y le explicaron: “Pasa Jesús Nazareno”. Entonces gritó: “¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!”

Los que iban delante le regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!” Jesús se paró y mandó que se lo trajeran. Cuando estuvo cerca, le preguntó: “¿Qué quieres que haga por ti?” El dijo: “Señor, que vea otra vez”. Jesús le contestó: “Recobra la vista, tu fe te ha curado”. En seguida recobró la vista y lo siguió glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alababa a Dios. Palabra del Señor.

Meditación

¡Cuánto nos enseña el Señor con este relato! Aquí un ciego logra por su fe, lo que Cristo ofrece por su caridad. En este pasaje se muestra a una persona que busca la solución a su problema físico. Solución que pasa por la fe. De seguro que este ciego ya había oído hablar mucho de Jesús. Esto le bastó para creer que Jesús tenía un corazón tan grande que siempre se compadecía de aquellos que sufrían. Jesús da respuesta inmediata a una plegaria,aunapeticiónsalidadelomásprofundodelcorazón…¡Jesús,hijo de David, ten compasión de mí! Y ante la pregunta de Jesús: ¿Qué quieres que haga por ti? Contesta sin titubeos y con firmeza “Señor, que vea otra vez”.


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El ciego de Jericó no era ciego de nacimiento. En algún momento de su vida él veía y por alguna razón dejó de ver. Por eso su respuesta: ¡Que vea otra vez!

El pasaje nos enseña las tres cosas que aplicó el ciego, y que hoy, el señor nos invita a que la apliquemos nosotros. La primera es buscó el encuentro con Jesús; sabía que Jesús iba a pasar por allí; el corazón le dio un vuelco y comenzó a gritar con todas sus fuerzas. La segunda fue, presentó al Señor su petición con claridad, sin titubeos, directo… “Señor que vea”, y la tercera, tenía fe. Sabía con certeza que Jesús podía curarlo. Es el modelo de oración perfecta.

Imagínate por un momento que Jesús va a pasar por tu vida, ¿estarías preparado para ese encuentro?, ¿Tendrías claro lo que quieres pedirle? Pero lo más importante, ¿Tienes la suficiente fe para creer que Él pueda sanarte?

Es una magnífica oportunidad para expresarle al Señor sin titubeos cuál es esa situación que está produciendo en mí esa ceguera. ¿Es alguna situación de pecado? ¿Un problema de salud, una situación familiar, una crisis económica? En fin, ¿qué es aquello que está pasando en mi vida y que no me permite ver la acción de Dios; porque estoy ciego, abrumado antes la situación que me invade? Hoy es la oportunidad. Hoy Jesús te pregunta a ti y a mí, ¿Qué quieres que haga por ti?

Ante cualquier situación que te perjudique acude a Él, ve a su encuentro en el Sagrario, en la Eucaristía, y grítale con fuerza desde lo más profundo detucorazón…“¡Jesús,hijodeDavid,tencompasióndemi!”

Nos decía el Papa Francisco en una reflexión acerca de este evangelio que…“RezaressentirqueJesúsnosdirige lapreguntadelciego:¿Túcrees que puedo hacer esto? (Cf. S.S. Francisco, 6 de Noviembre de 2013, homilía en Santa Marta).

Pidamos al Señor que nos quite esa ceguera que nos impide ver su presencia en nuestras vidas y vivir la unidad en nuestra familia.

15 Feria o Memoria Libre: San Alberto Magno, Obispo y Doctor de la Iglesia

Martes Verde o Blanco

Lectura del libro del Apocalipsis 3, 1-6. 14-22 Yo, Juan, oí cómo el Señor me decía: “Al ángel de la Iglesia de Sardes

escribe así: “Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir. Pues no he encontrado tus obras perfectas a los ojos de mi Dios. Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Ahí en Sardes tienes unos cuantos que no han manchado su ropa; ésos irán conmigo vestidos de blanco, pues se lo merecen.

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El que salga vencedor se vestirá todo de blanco, y no borraré su nombre del libro de la vida, pues ante mi Padre y ante sus ángeles reconoceré su nombre. Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu a las Iglesias.”

Al ángel de la Iglesia de Laodicea escribe así: “Habla el Amén, el testigo fidedigno y veraz, el principio de la creación de Dios: Conozco tus obras, y no eres frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente, pero como estás tibio y no eres frío ni caliente, voy a escupirte de mi boca. Tú dices: ‘Soy rico, tengo reservas y nada me falta’. Aunque no lo sepas, eres desventurado y miserable, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro refinado en el fuego, y así serás rico; y un vestido blanco, para ponértelo y que no se vea tu vergonzosa desnudez; y colirio para untártelo en los ojos y ver.

A los que yo amo los reprendo y los corrijo. Sé ferviente y arrepiéntete. Estoy a la puerta llamando: si alguien oye y me abre, entraré y comeremos juntos. Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí; lo mismo que yo, cuando vencí, me senté en el trono de mi Padre, junto a él. Quien tenga oídos, oiga la que dice el Espíritu a las Iglesias.”Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 14 R/ “A los vencedores los sentaré en mi trono, junto a mí.”

El que procede honradamente y practica la justicia, / el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. R.

El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. R.

El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 1-10En aquel tiempo entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad. Un

hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió en una higuera para verlo, porque tenía que pasar por allí. Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo: “Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”.

Él bajó en seguida, y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban diciendo: «Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”. Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor: “Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más”. Jesús le contestó: “Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.Palabra del Señor.

Meditación

Las lecturas de hoy nos ponen en contacto con nuestro “yo” interior, que Jesús conoce muy bien. Por eso, nos invita a la conversión permanente y al arrepentimiento fervoroso. En la primera lectura del Apocalipsis el Señor


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nos dice muy claramente “conozco tus obras… ponte en vela y reanima lo que te queda… porque si no estás en vela, vendré como un ladrón”. “Conozco tus obras, y no eres frío ni caliente… como estás tibio voy a escupirte de mi boca”.

Es una advertencia que el Señor nos hace porque nos ama y porque somos importantes para Él. Nos dice: “A los que yo amo los reprendo y los corrijo”. Él está a la puerta llamándonos y esperando ser oído para que le abramos y poder entrar a comer junto con nosotros como lo hizo con Zaqueo, según lo refiere Lucas en su evangelio de hoy.

Sin embargo, a su paso por Jericó, Jesús se hizo encontrar con nuestro protagonista que tuvo que subir a un árbol para poder verlo porque “la gente se lo impedía por ser bajo de estatura”. A su paso por donde estaba Zaqueo bastó la mirada de Jesús. Cuando ambas miradas se cruzan –la de Jesús y la de Zaqueo- es como si se hubiera detenido el tiempo o pasara en cámara lenta, y el Papa Francisco refiere que “Jesús lo miró con ojos de misericordia. Lo miró como nadie lo había mirado antes. Y esa mirada abrió su corazón, lo hizo libre, lo sanó, le dio una esperanza, una nueva vida”.

De ahí, ya conocemos el resto: Jesús ordena a Zaqueo a bajar del árbol, se invita (Él mismo) a alojarse en su casa y al entrar Jesús entró la salvación a ese hogar, a esa familia, aunque la gente murmuraba porque consideraban que Jesús comía con un indigno. A Jesús esto no le importaba porque Él traía la salvación a todos sin exclusiones, a ricos y pobres, enfermos y sanos, inmorales y virtuosos

Jesús quiere traernos la salvación de la misma manera que la llevó a casa de Zaqueo. Él quiere que bajemos de inmediato del árbol en que cada uno de nosotros está subido: el de la indiferencia, del egoísmo, de la envidia, de la mentira, de la infidelidad, de la violencia, de la corrupción, de la maldad, de la superioridad, del placer mundano, de la soberbia, de la codicia, de la ambición, en fin, bajarnos del “árbol” que sea en el que nos encontremos, para bajarnos y pisar el mismo suelo que Jesús, el suelo de la humildad, de la entrega, del servicio a los demás, del amor, de la confianza, del perdón, de la acogida, de la justicia, de la paz, para dejarnos seducir por Él y cambiemos nuestras vidas. Así “reanimamos” nuestras vidas y nos ponemos en vela a la espera del Señor.

¡Qué hoy entre la salvación en nuestras casas porque con alegría abrimos las puertas a nuestro Salvador, Jesús! ¡Qué sepamos imitar la actitud de prontitud alegre que tuvo Zaqueo ante el llamado de Jesús, para vivir la unidad en nuestras familias!

16 Feria o Memoria Libre: Santa Margarita de Escocia o Santa Gertrudis, Virgen

Miércoles Verde o Blanco

Lectura del libro del Apocalipsis 4, 1-11 Yo, Juan, miré y vi en el cielo una puerta abierta; la voz con timbre de

trompeta que oí al principio me estaba diciendo: “Sube aquí, y te mostraré lo que tiene que suceder después.”

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Al momento caí en éxtasis. En el cielo había un trono y uno sentado en el trono. El que estaba sentado en el trono brillaba como jaspe y granate, y alrededor del trono había un halo que brillaba como una esmeralda.

En círculo alrededor del trono había otros veinticuatro tronos, y sentados en ellos veinticuatro ancianos con ropajes blancos y coronas de oro en la cabeza. Del trono salían relámpagos y retumbar de truenos; ante el trono ardían siete lámparas, los siete espíritus de Dios, y delante se extendía una especie de mar transparente, parecido al cristal.

En el centro, alrededor del trono, había cuatro seres vivientes cubiertos de ojos por delante y por detrás: El primero se parecía a un león, el segundo a un novillo, el tercero tenía cara de hombre y el cuarto parecía un águila en vuelo. Los cuatro seres vivientes, cada uno con seis alas, estaban cubiertos de ojos por fuera y por dentro. Día y noche cantan sin pausa: “Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo: el que era y es y viene.”

Y cada vez que los cuatro seres vivientes dan gloria y honor y acción de gracias al que está sentado en el trono, que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran ante el que está sentado en el trono, adorando al que vive por los siglos de los siglos, y arrojan sus coronas ante el trono, diciendo: “Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; por tu voluntad fue creado y existe.” Palabra de Dios.

Salmo Responsorial:150R/ “Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo.”

Alaben al Señor en su templo, alábenlo en su fuerte firmamento. Alábenlo por sus obras magníficas, alábenlo por su inmensa grandeza. R.

Alábenlo tocando trompetas, alábenlo con arpas y cítaras, alábenlo con tambores y danzas, alábenlo con trompas y flautas. R.

Alábenlo con platillos sonoros, alábenlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta alabe al Señor. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 11-28En aquel tiempo dijo Jesús una parábola; el motivo era que estaba cerca

de Jerusalén y se pensaban que el Reino de Dios iba a despuntar de un momento a otro. Dijo, pues: “Un hombre noble se marchó a un país lejano para conseguirse el título de rey, y volver después. Llamó a diez empleados suyos y les repartió diez onzas de oro, diciéndoles: “Negocien mientras vuelvo”.

Sus conciudadanos, que le aborrecían, enviaron tras de él una embajada para informar: “No queremos que él sea nuestro rey”. Cuando volvió con el título real, mandó llamar a los empleados a quienes había dado el dinero, para enterarse de lo que había ganado cada uno. El primero se presentó y dijo: “Señor, tu onza ha producido diez”. Él le contestó: “Muy bien, eres un empleado cumplidor; como has sido fiel en una minucia, tendrás autoridad sobre diez ciudades”.

El segundo llegó y dijo: “Tu onza, señor, ha producido cinco”. A ése le dijo también: “Pues toma tú el mando de cinco ciudades”. El otro llegó y


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dijo: “Señor, aquí está tu onza; la he tenido guardada en el pañuelo; te tenía miedo porque eres un hombre exigente, que reclamas lo que no prestas y siegas lo que no siembras”. Él le contestó: “Por tu boca te condeno, empleado holgazán. ¿Conque sabías que soy exigente, que reclamo lo que no presto y siego lo que no siembro? Pues ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Al volver yo, lo habría cobrado con los intereses”.

Entonces dijo a los presentes: “Quítenle a éste la onza y dénsela al que tiene diez”. Le replicaron: “Señor, si ya tiene diez onzas”. Les digo: “Al que tiene se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a esos enemigos míos que no me querían por rey, tráiganlos acá y degüéllenlos en mi presencia”. Dicho esto, echó a andar delante de ellos, subiendo hacia Jerusalén.Palabra del Señor.

Meditación

El evangelio de hoy nos trae la parábola de los talentos, en la que Jesús nos habla de los dones que las personas reciben de Dios. Toda persona tiene alguna cualidad, recibe algún don o sabe alguna cosa que puede enseñar a otros.

El hombre de la palabra representa a Jesús, los siervos somos nosotros y los talentos son los bienes que el Señor nos confía para que los hagamos rendir;escuchemosbien…¡paraqueloshagamosrendir!

Jesús no nos pide que conservemos su gracia en una caja fuerte o en el banco. Lo único que nos pide es que los bienes que hemos recibido son para darlos a los demás, y así crecen. Es como si Él nos dijera: Aquí está mi misericordia, mi ternura, mi perdón, tómalas y ofrécelos a los demás. Entonces podríamos hacernos la pregunta ¿A cuántas personas hemos contagiado con nuestra fe? ¿A quiénes hemos llevado nuestra esperanza? ¿A quiénes les hemos llevado nuestro amor? ¿Estamos poniendo a multiplicar nuestros talentos o hemos hecho como el que recibió un talento?

¿Qué hace el que recibió un talento? Decide irresponsablemente optar por la comodidad por el camino fácil. Envuelve la moneda en un pañuelo y se dedica a matar el tiempo, los minutos, las horas, los días, los meses, los años, en fin la vida entera.

Al final devuelve únicamente lo que se ha entregado ¡Que tristeza el no sacar el mejor fruto de todo lo que hemos recibido! ¡Qué desperdicio! dedicarnos sólo a nosotros mismos y a no servir a los demás y a la sociedad poniendo nuestros talentos al servicio de la construcción de una civilización más conforme al plan de Dios.

La vida no es para nosotros mismos, sino para el bien de los demás. ¡Desenterremos nuestros talentos! ¡Hagámonos productivos para los otros! Lo esencial es entregar todo lo que somos y empeñarnos en dar buenos frutos, aprovechar la vida como una misión. Para esto es importante reconocer con seguridad y confianza los dones que hemos recibido.

Cada uno de nosotros tiene mucho que aportar de acuerdo a los talentos recibidos. Así, una buena familia, un buen país, funciona cuando cada uno aporte lo que le corresponde. La armonía en el matrimonio y la

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familia se hace verdadera cuando cada miembro da el 100% de lo que tiene, sin esperar a ver lo que el otro aporta. Jesús, es el mejor ejemplo. Se da por completo, se entrega por completo y nos pide a nosotros que hagamos lo mismo.

El evangelio de hoy nos reconfirma que el Señor nos distribuye sus gracias como las cualidades naturales que tenemos, los bienes materiales y espirituales, y nos lo da para nuestra santificación. Esas gracias son fecundas, es decir, pueden producir un fruto abundante, pero no fructifican sin nuestra colaboración y sin nuestro trabajo.

Pidamos al Señor en este día que nos enseñe a ser perseverantes y que sepamos poner nuestros talentos para servirle a Él y a los demás.

17 Memoria obligatoria, Santa Isabel de Hungría

Jueves Blanco

Lectura del libro del Apocalipsis 5, 1-10Yo, Juan, a la derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo

escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, gritando a grandes voces: “¿Quién es digno de abrir el rollo y soltar sus sellos?”

Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el rollo y ver su contenido. Yo lloraba mucho, porque no se encontró a nadie digno de abrir el rollo y de ver su contenido. Pero uno de los ancianos me dijo: “No llores más. Sábete que ha vencido el león de la tribu de Judá, el vástago de David, y que puede abrir el rollo y sus siete sellos. “

Entonces vi delante del trono, rodeado por los seres vivientes y los ancianos, a un Cordero en pie; se notaba que lo habían degollado, y tenía siete cuernos y siete ojos-son los siete espíritus que Dios ha enviado a toda la tierra-. El Cordero se acercó, y el que estaba sentado en el trono le dio el libro con la mano derecha.

Cuando tomó el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante él; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume-son las oraciones de los santos-. Y entonaron un cántico nuevo: “Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y has hecho de ellos una dinastía sacerdotal, que sirva a Dios y reine sobre la tierra.” Palabra de Dios.

Salmo Responsorial:149 R/ “Nos hiciste para nuestro Dios reyes y sacerdotes.”

Canten al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey. R.

Alaben su nombre con danzas, cántenle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. R.

Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles. R.


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Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 41-44En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo

llorando: “¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida”. Palabra del Señor.

Meditación

Hoy Lucas nos trae un episodio en el que pone de manifiesto lo humano de lo divino o lo divino de lo humano, según el punto de vista. Jesús, el Hijo de Dios hecho Hombre, experimentaba los mismos sentimientos que cualquiera de nosotros, los mortales, pudiera experimentar. En su camino a Jerusalén -hacia su Pascua de muerte y resurrección- experimentó una profunda tristeza al contemplar el esplendor de la ciudad a la que se dirigía y que no había apreciado todo lo que Dios había hecho por ella, al extremo que hasta le envió a su propio hijo “y los suyos no le recibieron” (cf. Jn 1,11).

Jesús habla desde lo lejos con la ciudad, como si lo estuviera haciendo con una persona, y le decía: “¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz!”…almenosen“estedía”…Sí.En“estedía”enque Él está tan cerca, cumpliendo la voluntad de su Padre, y su gente se mantiene indiferente, ajena a su llegada. Jerusalén, “la ciudad del pueblo elegido”, con quien Dios instauró su Alianza, Jesús profetizó que iba a ser destruida y su gente no lo sabía.

Todos ansiamos paz, pero una paz verdadera y duradera. Dios lo quiere también para ti y para mí, pero muchas veces somos incoherentes con lo que queremos y cómo lo queremos, y nos contentamos con vivir una paz barata, sin sacrificios, una paz fría e insensible como nos la ofrece el mundo. Entonces nos convertimos en motivo de tristeza para Cristo y causa de llanto como Él lo hizo por Jerusalén. Si al menos tú y yo “comprendiéramos en este día”, ahora mismo, en este preciso momento, lo que conduce a la paz, lo que nos trae unidad, armonía, concordia entre los que componemos nuestro núcleo familiar, entonces nuestra convivencia como hermanos sería como la espera Dios. Pero no –dice Jesús- porque está escondida a nuestros ojos. Tenemos puesta la venda de la indiferencia y sacamos a Dios de nuestras vidas y de nuestros hogares. Nos olvidamos de que con Dios hay paz, con paz hay unidad en el seno familiar y con unidad tendremos una Iglesia fuerte porque nuestra Iglesia Doméstica es fuerte.

Tenemos y debemos fortalecernos porque son muchos los enemigos y amenazas que nos acechan y se están atrincherando con la intención de echar abajo los cimientos de este gran edificio que Dios llama FAMILIA. La ideología de género, la legalización del aborto y la unión legal de personas del mismo sexo, son tan solo algunas estrategias que se están levantando para intentar arrasarnos con nuestros hijos.

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¡Pero no! Nosotros, a diferencia de Jerusalén, sí reconocemos “el momento de la venida” de Jesús y lo recibimos como nuestro Salvador para hacer frente y defender el ideal y belleza de la familia según el plan original de Dios. ¡Qué al recibir a Jesús quitemos de nuestros ojos las vendas que nos impiden conocer lo que verdaderamente conduce a la paz: ¡Dios en nuestras vidas!

18 Feria o Memoria Libre: Dedicación de las Basílicas de los Apóstoles San Pedro y San Pablo

Viernes Verde o Blanco

Lectura del libro del Apocalipsis 10,8-11Yo, Juan, oí cómo la voz del cielo que había escuchado antes se puso

a hablarme de nuevo, diciendo: «Ve a coger el librito abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra.»

Me acerqué al ángel y le dije: «Dame el librito.»Él me contestó: «Cógelo y cómetelo; al paladar será dulce como la miel,

pero en el estómago sentirás ardor.» Cogí el librito de mano del ángel y me lo comí; en la boca sabía dulce

como la miel, pero, cuando me lo tragué, sentí ardor en el estómago.Entonces me dijeron: «Tienes que profetizar todavía contra muchos

pueblos, naciones, lenguas y reyes.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 118R/. ¡Qué dulce al paladar tu promesa!

Mi alegría es el camino de tus preceptos, más que todas las riquezas. R/.Tus preceptos son mi delicia, tus decretos son mis consejeros. R/.Más estimo yo los preceptos de tu boca que miles de monedas de oro

y plata. R/.¡Qué dulce al paladar tu promesa: más que miel en la boca! R/.Tus preceptos son mi herencia perpetua, la alegría de mi corazón. R/.Abro la boca y respiro, ansiando tus mandamientos. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19,45-48En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los

vendedores, diciéndoles: «Escrito está: “Mi casa es casa de oración”; pero ustedes la han convertido en una “cueva de bandidos.”»

Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios. Palabra del Señor.

Meditación

San Lucas nos presenta en el texto de hoy a un Jesús enojado que no solamente grita su indignación “Han convertido mi casa en cueva de ladrones” sino que pasa a la acción, expulsando a los negociantes del templo, lo que molestó mucho a las autoridades y sacerdotes de su tiempo.


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Parece contradecir al Jesús que predica el perdón, la compasión y el amor. Sin embargo, es otra faceta de Jesús que nos debe también orientar.

Jesús se enoja, Jesús se indigna y enfada con los mercaderes y vendedores de ese entonces. Lo que debía ser un lugar de encuentro con Dios se ha convertido en un negocio económico. Parece que Jesús se enfada con mercaderes y vendedores porque han convertido el templo enunlugardecomercio;yescuandodice…¡Micasaescasadeoración!

Más que enfocarnos en el templo como edificio vamos a enfocarnos en nuestro cuerpo como el verdadero templo de Dios, ¡El templo del Espíritu Santo! Imaginemos por un momento que el Señor llega hoy de repente y penetra en el interior de nuestro templo. ¿Cuántos mercaderes encontrará allí y que comenzará a expulsar? ¿Cuántos vendedores de angustias, de mentiras, de odio o de egoísmo, se instalan en nuestro corazón, haciéndolo que se convierta en una “cueva de bandidos”?

Si Jesús se presentara hoy ante nosotros, ¿qué diríamos ante nuestra indiferencia de conocer la brecha cada vez más grande entre pobres y ricos, en un sistema donde miles y miles de niños mueren de hambre en el mundo, mientras en muchos hogares se desperdicia la comida?

Se indignaría Jesús al ver como la violencia y la inseguridad golpea más y más a nuestro país; y vemos como se instala un nuevo modelo de inseguridad que está tocando a nuestros niños ante una incipiente y dolorosa realidad que nos cuesta aceptar como son las violaciones a los más indefensos: niños yancianos.¿Ynosotros…nosestamosindignandoanteesto?

Nos hace falta salir de la indiferencia y al igual que Jesús, indignarnos ante las cosas que vemos. Como Jesús, podemos denunciar y gritar nuestra indignación; pero, además como Él, podemos pasar a la acción y participar en la transformación hacia un mundo más justo, que restablezca en los humildes y oprimidos su dignidad de seres humanos.

AsumamoscomonuestraslaspalabrasdeJesúsenesteevangelio…“Mi casa es casa de oración”, y constituyamos nuestros hogares en verdaderas casas de oración. Pidámosle a ese Jesús misericordioso que desaloje de nuestros hogares todo lo que va en contra de Él, toda discordia, falta de paz, odios, resentimientos. Que nos permita reconstruir nuestros hogares convirtiéndolos en verdaderos tabernáculos de oración. Que Él habite en nuestras casas y al habitar en ella salgan de nosotros palabras de sabiduría y esperanza que puedan transformar a los seres que amamos.

“Mi casa es casa de oración” cuando permitimos que Él Señor la bendiga y la armonice, llenando nuestro espacio de fe, alegría, gratitud y perdón. “Mi Casa es casa de oración”, cuando convertimos nuestra casa en un hogar, nuestro hogar en un templo donde Jesús es el centro.

19 Feria

Sábado Verde

Lectura del libro del Apocalipsis 11, 4-12Me fue dicho a mí, Juan: “Éstos son mis dos testigos, los dos olivos

y los dos candelabros que están en la presencia del Señor de la tierra. Si

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alguno quiere hacerles daño, echarán fuego por la boca y devorarán a sus enemigos; así, el que intente hacerles daño morirá sin remedio. Tienen poder para cerrar el cielo, de modo que no llueva mientras dura su profecía; tienen también poder para transformar el agua en sangre y herir la tierra a voluntad con plagas de toda especie.

Pero, cuando terminen su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra, los derrotará y los matará. Sus cadáveres yacerán en la calle de la gran ciudad, simbólicamente llamada Sodoma y Egipto, donde también su Señor fue crucificado. Durante tres días y medio, gente de todo pueblo y raza, de toda lengua y nación, contemplarán sus cadáveres, y no permitirán que les den sepultura. Todos los habitantes de la tierra se felicitarán por su muerte, harán fiesta y se cambiarán regalos; porque estos dos profetas eran un tormento para los habitantes de la tierra.”

Al cabo de los tres días y medio, un aliento de vida mandado por Dios entró en ellos y se pusieron de pie, en medio del terror de todos los que lo veían. Oyeron entonces una voz fuerte que les decía desde el cielo: “Suban aquí.” Y subieron al cielo en una nube, a la vista de sus enemigos. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 143.R/”Bendito el Señor, mi Roca.”

Bendito el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la pelea. R.

Mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio, que me somete los pueblos. R.

Dios mío, te cantaré un cántico nuevo, tocaré para ti el arpa de diez cuerdas: para ti que das la victoria a los reyes, y salvas a David, tu siervo. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 20, 27-40En aquel tiempo se acercaron a Jesús unos saduceos, que niegan la

resurrección, y le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano”. Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos. Y el segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete murieron sin dejar hijos. Por último, murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella”.

Jesús les contestó: “En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero los que sean juzgados dignos de la vida futura y de la resurrección de entre los muertos no se casarán. Pues ya no pueden morir, son como ángeles; son hijos de Dios, porque participan en la resurrección. Y que resucitan los muertos, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para él todos están vivos”. Intervinieron unos letrados: “Bien dicho, Maestro”. Y no se atrevían a hacerle más preguntas. Palabra del Señor.


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Meditación

El evangelio de hoy comienza con una pregunta que le hicieron a Jesús unos saduceos que, contrario a los fariseos, negaban la resurrección. Es importante saber que los saduceos eran una élite aristocrática de latifundistas y comerciantes, seguidores del Sumo Sacerdote Sadoq, de la época de Salomón, cuyo nombre significa “justicia” o “rectitud”. Eran conservadores y no aceptaban la fe en la resurrección.

Creer o no creer en la resurrección nos lleva a adoptar uno de dos estilos de vida: los que buscan la felicidad sólo en esta tierra y los que tienen los ojos puestos en la eternidad. ¡Los cristianos creemos en la resurrección! ¡Esa es la fe que profesamos!

La respuesta que Jesús les da es clara: después de la resurrección seremos como los ángeles. No viviremos según las leyes de este mundo, incluyendo el casarse. Por eso, Jesús nos invita a que asumamos el compromiso por la vida y rechacemos la “cultura de la muerte” y todas sus manifestaciones en este mundo de hoy, desde nuestro estado de vida: casado, divorciado, viudo, consagrado o soltero. Nuestra meta, cualquiera que sea nuestro estado de vida, debe ser buscar la felicidad en esta tierra y tener los ojos puestos en la vida eterna que Jesús nos ofrece. Creer en Jesús es esperar en la resurrección.

Los que estamos unidos por el vínculo del matrimonio debemos tener claro que nuestra promesa de amor es “todos los días de nuestras vidas”, es decir, hasta la muerte. El sacramento del matrimonio nos ata con un lazo y un nudo tal que sólo la muerte puede desatar. Esta unión es en un amor exclusivo, fiel y fecundo para formar una familia. A través del sacramento del matrimonio estamos llamados a convertirnos en canal de salvación del uno y de la otra; estamos llamados a la santidad. Nuestra relación de amor en el matrimonio debe llevarnos a eso: ¡a ser santos! Y si el día que el Señor nos llame hemos alcanzado esa santidad, es de seguro que ya no tendremos ojos para otra cosa que no sean contemplar extasiados el rostro misericordioso y amoroso del Padre, en compañía de la legión de ángeles de la que formaremos parte. Por eso Jesús dice que en el cielo ya no habrá matrimonio. Y si en el cielo no hay matrimonio mucho menos lo habrá en el infierno, para los que no se ganen el cielo. El tormento que se ha de sufrir no dejará espacio para otra cosa. “Allí será el llanto y el rechinar de dientes” (cf. Mt 13,50).

Los unidos en matrimonio tenemos que convertirnos en esos “dos testigos que están en la presencia del Señor de la tierra” (cf. Ap 11,5) para eliminar con nuestro testimonio de vida a los enemigos que quieran hacernos daño. La gracia de nuestro sacramento nos confiere un poder especial para reflejar el amor de Cristo por su Iglesia, que al hacer uso de ella nos permitirá “subir al cielo en una nube, a la vista de nuestros enemigos” (cf. Ap 11,12).

Pidamos al Señor que permita que nuestra vida sea un testimonio visible y eficaz de su amor para poner toda nuestra esperanza en alcanzar la santidad y el cielo.

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20 Solemnidad: Jesucristo, Rey del Universo

Domingo BlancoConsagración de nuestras familias al Señor. Clausura Nacional del Jubileo de la Misericordia en la Caminata “Un paso por mi familia”

Unidos como familia te aclamamos, Jesucristo, como Rey-servidor

Orientaciones para la celebraciónEn la procesión de entrada,

o en lugares visibles de todas las personas participantes, se tienen los carteles del mes; además unas sandalias por el tema de “Un paso por mi familia”; un calendario litúrgico, ya que hoy termina el año en la liturgia. Una persona se puede vestir de Rey y va con unglobodelatierraenlamano…Seadornaellugarconcoronasportodaspartes. O se hacen distintivos para todos con una Corona. En las ofrendas una familia lleva una corona.

Monición ambiental: Hoy celebramos con gozo a Jesucristo como Rey del Universo, de la nueva creación, del nuevo Reino instaurado por el Padre. Hoy, con toda la Iglesia unidos al Papa Francisco clausuramos el Jubileo de la Misericordia en el que ha corrido como un río la misericordia de Dios.

Hoy miles y miles de católicos y católicas de todo el país se dan cita en la capital para realizar la caminata “Un paso por mi familia”, para dar por terminado el Año Jubilar en esta festividad de Cristo Rey del Universo.

También es un aviso: se nos dice que Cristo es el Rey de nuestra patria, y que en esta República Dominicana nos toca hacer presente la misericordia del Jesús, el Rostro de la misericordia del Padre. Esta misericordia comienza por casa, por la familia y la debemos hacer presente en todo el país, cada quien, comenzando por su propia comunidad, pero atendiendo las necesidades urgentes del país, sobre todo de las personas más necesitadas.

Todo esto, es nuestra celebración y oración en este domingo de Cristo Rey del Universo. Puestos en pie, y cantando recibimos a Jesús Rey del Universo que se hace presente a través de su ministro.

Primera lectura: Segundo de Samuel 5,1-3David, ungido como rey de Israel para ser su pastor, es de quien nacerá

el Mesías, el Rey servidor y misericordioso que salvará a todo el pueblo, que es Jesucristo. Escuchemos.

Lectura del segundo libro de Samuel En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver

a David y le dijeron: “Hueso tuyo y carne tuya somos; ya hace tiempo, cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las entradas y salidas de Israel. Además, el Señor te ha prometido: “Tú serás el pastor


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de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel.” “Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial 121R/. Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”! Ya están

pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R/.Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a

celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.

Segunda lectura: Colosenses 1,12-20La carta a los Colosenses nos dice que Cristo es el centro de todo.

Cristo tiene un reino; ese reino es para reconciliarnos, perdonarnos, y para reconciliar en sí todos los seres haciendo la paz. Cristo es el rostro de la misericordia del Padre, para con las personas y para con todo lo creado. Esa herencia de Cristo, su Reino, nos toca compartirlo y construirlo.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses Hermanos: Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de

compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz. Palabra de Dios.

Aleluya Mc 1,10Bendito el que viene en nombre del Señor: Bendito el reino que viene

de nuestro padre David

Evangelio: Lucas 23,35-43El Ejemplo de Cristo en la cruz es claro: no vino a salvarse, vino a

salvarnos, como salva al ladrón que acude a él. Así como está sufriendo en la cruz, está en las luchas, angustias, preocupaciones nuestras y de nuestro pueblo, sobre todo en las personas más necesitadas. Hoy nos toca construir su Reino; su amor y misericordia nos toca hacerlos realidad aquí y ahora.

Lectura del santo evangelio según san LucasEn aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo: “A otros

ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.”

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Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: “Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.” Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: “Este es el rey de los judíos.”

Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: “¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.” Pero el otro lo increpaba: “¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha faltado en nada.” Y decía: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.” Jesús le respondió: “Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.” Palabra del Señor.

Meditación

Hoy es un día muy especial en el calendario litúrgico de nuestra Iglesia. Celebramos la Festividad de Cristo Rey. Esta celebración marca el final del año litúrgico para dar paso al tiempo de Adviento.

Pero también, hoy concluye la celebración del Año de la Misericordia, jubileo que para celebrar el quincuagésimo (50vo) aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, el Papa Francisco declaró la celebración de un Año Santo Extraordinario. La conclusión de este jubileo coincide por disposición de nuestros Obispos con la celebración festiva de la Caminata Un Paso por mi Familia, esta vez en una gran concentración de todas las Diócesis del país en la ciudad de Santo Domingo.

Paradójicamente al Cristo Rey que celebramos hoy, el evangelio lo presenta no sentado en un trono, ataviado de finas ropas y rodeado de cortesanos, sino semidesnudo clavado en una cruz y levantado en la cima de un monte, a la vista de todo el mundo, donde padece y sufre las burlas de autoridades, soldados y personas presentes que observaban ese desagradable e injusto espectáculo. Entre los espectadores estaba nada más y nada menos que la jerarquía religiosa de la época.

La humillación que sufría Jesús no tenía comparación. Él se mantenía en silencio, no se defendía. Hasta uno de dos malhechores que lo acompañaban en el suplicio se burla de él y le grita: “¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros” (éste quiso ser “aprovechado” y se incluyó en la lista a salvar, por si las moscas). Pero Cristo no pretende salvarse a sí mismo, como le piden los que se burlan de Él al pie de la cruz. Es a los demás, como al buen ladrón, a quienes quiere salvar. Anuncia un Reino de perdón y de paz que logra la reconciliación a base de la propia entrega. Jesús se salvó, pero no como esperaban los que estaban a su alrededor.

Ahora bien, para implantar el Reino, ni Dios, ni Jesús pueden hacer nada al margen de nuestra actuación. Es a nosotros, a ti y a mí, a quienes nos corresponde esa misión y actuar con plena libertad como hijos del Padre que somos. “Jesús quiere seres humanos completos, es decir, libres. Jesús quiere seres humanos ungidos por el Espíritu de Dios, que sean capaces de manifestar lo divino a través de su humanidad”. Jesús es un Rey a quien vale la pena jurar fidelidad y seguirle.

El buen ladrón, colgado también en una cruz a la derecha de Jesús, lo llama por su nombre y le dice: “Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu


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reino”. ¡Qué nuestro actuar en esta vida permita que Jesús se acuerde de nosotros, como le prometió a este buen ladrón que desde ese mismo día estaría con Él en el paraíso!

¡Jesús, acuérdate de los que esperamos en ti cuando llegue tu reino que te ayudamos a construir con nuestra unidad familiar

Oración de los FielesQuien preside: Presentamos nuestras peticiones al Padre Dios por

medio de su Hijo Jesucristo, Rey del universo. A cada petición respondemos: Padre, que Jesús sea el Rey de nuestra familia y de nuestra nación.1.- Por quienes en nuestra Iglesia tienen la misión de gobernar, para que

hagan su trabajo como un servicio, dispuestos a dar su vida por la salvación de las demás personas. Oremos.

2.- Por quienes hoy participan en la caminata “Un paso por mi familia”, para que se comprometan en trabajar por el bien de la propia familia, de todas las familias de República Dominicana, y por el bien del país. Oremos.

3.- Para que nuestras autoridades se pongan al servicio del país, sobre todo de las personas y familias más pobres y necesitadas. Oremos.

4.- Para que quienes tienen el poder en República Dominicana hagan leyes que defienda la familia como Dios quiere, y no se dejen llevar por presiones internas ni externas. Oremos.

5.- Para que los católicos y católicas de nuestro país asumamos la pastoral familiar como un reto para mejorar la Iglesia y el país. Oremos.

6.- Por nuestros niños y jóvenes, para que crezcan en un ambiente de respeto, tolerancia, fe y comprensión, y después lo vivan y lo transmitan y así construir un país donde reine la misericordia para con todos y con la naturaleza. Oremos.

Quien preside: Padre, escucha nuestras súplicas para que tu Hijo sea el Rey de nuestro mundo, de nuestra patria y de nuestras familias. Que todos entremos en su Reino de verdad, justicia y amor. Te lo pedimos por El, Rey del universo que vive y reina por los siglos de los siglos.

21 Memoria Obligatoria: Presentación de la Santísima Virgen

Lunes Azul o Blanco

Segunda Semana Liturgia de las Horas

Lectura del libro de Zacarías 2, 14-17 Alégrate y goza, hija de Sión, que yo vengo a habitar dentro de ti -oráculo

del Señor-. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío.

Habitaré en medio de ti, y comprenderás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti. El Señor tomará posesión de Judá sobre la tierra santa y elegirá de nuevo a Jerusalén. Calle toda carne ante el Señor, cuando se levanta en su santa morada. Palabra de Dios.

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Salmo responsorial Lc 1,46-55R/ El Señor hizo en mí maravillas

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. R/

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. R/

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. R/

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia-como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R/

Lectura del santo evangelio según san Mateo 12, 46-50 En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y

sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo avisó: «Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo.» Pero él contestó al que avisaba: «Quién es mi madre y quienes son mis hermanos?»

Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.» Palabra del Señor

Meditación

“¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Es la pregunta que Jesús hizo hace más de 2000 años, y a los que le seguimos nos la hace hoy. En aquella ocasión, Cristo no sólo predicaba a los apóstoles sino a todos aquellos que lo seguían y querían aprender de Él. Su madre QuierehablarconJesús…yselocomunican.

El Evangelio no comenta cuál reacción tuvo María ante las palabras de su hijo, porque ciertamente –recordemos- ¡ella guardaba todas esas cosas y las meditaba en su corazón! (cf. Lc 2,19). O quién sabe si ella ni se enterara de lo que dijo Jesús, porque ella estaba afuera y el murmullo de los que estaban allí no le permitía escuchar lo que pasaba adentro. Y los que estaban adentro, ¿qué reacción tuvieron? ¿Qué pensaron? ¿Qué opinión se formarían de ese hijo que se expresaba en esos términos? ¿Y tú, qué piensas? ¿Piensas que suenan duras las palabras de Jesús porque desconocen a su madre y a sus hermanos, a su familia?

¡No! Jesús quiere enseñarnos que Dios es lo primero. Lo primero es cumplir la voluntad del Padre, cumplir la misión que nos ha confiado, que nos manda a realizar, aunque no sea nada fácil lo que nos pide. Jesús no está negando su familia. Las palabras que Jesús dijo de que:”Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” están dirigidas hoy a todos los bautizados. Con esas palabras Jesús creó una nueva comunidad de hermanos que tenían en común “hacer la voluntad del Padre”.


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Jesús hoy quiere enseñarnos sobre la verdadera familia. Por nuestra condición de bautizados no podemos poner a la familia como excusa para dejar de evangelizar. Es innegable que la familia es el apoyo, es el sostén, es la fuerza que nos anima a seguir adelante, pero esto no implica el que me olvide de los demás. La familia, lamentablemente, constituye muchas veces la mejor excusa, la más frecuente entre quienes no están dispuestos a seguir a Jesús en la radicalidad de su llamada. Jesús es radical cuando llama. Y promete que todo el que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos o tierras por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna” (Mt 19,29).

No obstante, el Papa Francisco nos dice que “lo más lindo que hizo Dios fue la familia” … ¡Y cuánta verdad y enseñanzas encerradas en tan pocas palabras! Pero esa belleza no es para encerrase en sí misma y ser impermeable, sino para abrirse a los demás y ser fermento de amor, unidad, perdón, servicio y acogida para otros, cumpliendo y motivando a cumplir la voluntad del Padre. Así viviremos según nuestro compromiso de bautizados “enseñando a cumplir lo que Cristo nos ha encomendado a nosotros, sabiendo que Él está con nosotros todos los días hasta el fin de la historia” (cf. Mt 28,20).

¡Qué Dios Padre nos permita reconocer que en nuestra familia tenemos una fuente de amor, de aceptación, de apoyo y ánimo para servir a los demás y así formar parte de esta nueva familia de Jesús!

22 Memoria obligatoria, Santa Cecilia, Virgen y Mártir

Martes Rojo

Lectura del libro del Apocalipsis 14, 14-19 Yo, Juan, miré y en la visión apareció una nube blanca; estaba sentado

encima uno con aspecto de hombre, llevando en la cabeza una corona de oro y en la mano una hoz afilada. Del santuario salió otro ángel y gritó fuerte al que estaba sentado en la nube: “Arrima tu hoz y siega; ha llegado la hora de la siega, pues la mies de la tierra está más que madura.” Y el que estaba sentado encima de la nube acercó su hoz a la tierra y la segó.

Otro ángel salió del santuario celeste llevando él también una hoz afilada. Del altar salió otro, el ángel que tiene poder sobre el fuego, y le gritó fuerte al de la hoz afilada: “Arrima tu hoz afilada y vendimia los racimos de la viña de la tierra, porque las uvas están en sazón.”

El ángel acercó su hoz a la tierra y vendimió la viña de la tierra y echó las uvas en el gran lagar del furor de Dios. Pisotearon el lagar fuera de la ciudad, y del lagar corrió tanta sangre, que subió hasta los bocados de los caballos en un radio de sesenta leguas. Palabra de Dios

Salmo Responsorial: 95R/ “El Señor llega a regir la tierra.”

Digan a los pueblos: “El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente.” R.

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Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos, aclamen los árboles del bosque. R.

Delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: / regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 5-11En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la

calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: “Esto que contemplan, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.”

Ellos le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?”

Él contestó: «Cuidado con que nadie los engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: «Yo soy», o bien: «El momento está cerca», no vayan tras ellos. Cuando oigan noticias de guerras y de revoluciones, no tengan pánico, porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»

Luego les dijo: “Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Palabra del Señor.

Meditación

San Lucas nos narra una escena donde Jesús se encontraba ahora rodeado de los doce, en un lugar en que podía contemplar de manera extraordinaria la vista de la ciudad de Jerusalén, con sus murallas y su templo. La hermosura del paisaje se entremezcla con el ánimo de cualquier Israelita. Uno de los apóstoles, con espontaneidad, da rienda suelta al entusiasmo y exclama: Maestro, ¡Mira que piedras y que edificios! A lo que Jesús responde: “Esto que contemplan, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra. Todo será destruido”.

Palabras fuertes y estremecedoras las que le dejó Jesús a los apóstoles y hoy también nos la dice a nosotros. Vivimos en un mundo donde la confusión nos invade; en el que parece que nada queda en pie. Así vemos como jóvenes que se casan ilusionados y felices al cabo de pocos años, ya no pueden ni verse. Las relaciones de amistad cada vez son más escasas; pues son muy frágiles e inestables. Pareciera ser que sólo perduran mientras hay beneficios; y cuando se dejan de percibir éstos, ahí mismo se rompe la amistad.

Así mismo sucede con las relaciones familiares. Nos pasamos la vida entera luchando por inculcar valores en los hijos, como la oración, la eucaristía, el servicio y sin embargo vemos como todo esto se desmorona y cada quien anda por su lado. Nos sentimos entonces decepcionados y defraudados ante estas expectativas no cumplidas.

SonestremecedorasesaspalabrasdeJesús… “No quedará piedra sobre piedra”. Es pues, una magnífica oportunidad para que reflexionemos a qué nos estamos aferrando… a una casa lujosa que todos admirancuando nos invitan; a un negocio por el que hemos dado la vida; a tantos


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viajes que hemos hecho; en fin, ¿en cuáles bienes materiales tenemos puesta nuestra esperanza? ¿Cuáles nos hacen quitar el sueño al pensar que un día podamos perderlos?

Antes estas palabras de Jesús de que “No quedará piedra sobre piedra”,vienenotrasalentadoras…“¡Qué no tiemble su corazón!”.

Ciertamente esta vida terrena puede estar llena de muchas dificultades, pero eso no debe preocupar al verdadero seguidor de Jesús. Nuestro destino es el cielo y hemos de poner todo nuestro esfuerzo en alcanzar esta meta, y Dios se sirve muchas veces de contrariedades aquí en la tierra para que nosotros logremos ese objetivo porque de una cosa podemos estar seguro: de la ayuda divina.

Después de estas palabras tan devastadoras, Jesús les asegura los apóstoles que los asistirá en todo momento, que les enviará la sabiduría y la fortaleza del Espíritu Santo. De ese mismo modo debemos nosotros estar seguros de que en esos momentos de dificultad por lo que estamos atravesando; esos momentos en que sentimos que se nos derrumban todas nuestras seguridades, el Señor está ahí con nosotros, tomándonos delamano;yahíseharánvidaennosotros,laspalabrasdelSalmista…¡El Señor llega a regir la tierra!

23 Feria o Memoria Libre: San Clemente I, Papa y Mártir o San Columbano, Abad

Miércoles Verde, Blanco o Rojo

Lectura del libro del Apocalipsis 15, 1-4Yo, Juan, vi en el cielo otra señal, magnífica y sorprendente: siete ángeles

que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se puso fin al furor de Dios. Vi una especie de mar de vidrio veteado de fuego; en la orilla estaban de pie los que habían vencido a la fiera, a su imagen y al número que es cifra de su nombre; tenían en la mano las arpas que Dios les había dado. Cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, ¿Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres santo, porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos.” Palabra de Dios.

Salmo Responsorial:97R/ “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.”

Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.

El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.

Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes. R.

Al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. R.

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Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 12-19En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Les echarán mano,

los perseguirán, los entregarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre: así tendrán ocasión de dar testimonio. Hagan propósito de no preparar su defensa, porque yo les daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario de ustedes. Y hasta sus padres, y parientes, y hermanos, y amigos les traicionarán, y matarán a algunos de ustedes, y todos les odiarán por causa de mi nombre. Pero ni un cabello de su cabeza perecerá; con su perseverancia salvarán sus almas”. Palabra del Señor

Meditación

Pareciera ser que el evangelio de hoy entra en contraposición con la lectura del Apocalipsis. A simple vista se da un contraste entre una y otra palabra. En Apocalipsis se pregunta “¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre?” –pudiéramos pensar que nadie- y luego en el evangelio de hoy encontramos esa advertencia que Jesús hace a sus discípulos de que iban a enfrentar persecución por su causa. Escuchar eso es para atemorizar a cualquiera. El que no esté verdaderamente convencido de a quién es que sigue, ahí mismo claudica. Varias veces Jesús avisó a sus discípulos de que iban a ser perseguidos y el anuncio lo hizo con una crudeza que hasta sus propios discípulos experimentaban desencanto. Ellos esperaban un rey que los liberaría. Y en quien tenían puesta su esperanza, les dice que serían atrapados y encarcelados por causa de su nombre. Sin embargo, el propósito de Jesús no es alejarlos de disgustos y dificultades, sino de prepararlos para la redención.

Seguir a Jesús no es fácil. Es un camino lleno de dificultades, al extremo que, hoy como ayer, se dan persecuciones a causa del nombre de Jesús. Si antes hubo mártires que derramaron su sangre por Jesús, ahora también los hay. Sólo basta con ver lo que sucede en otras latitudes del planeta donde comunidades enteras son arrasadas y perseguidas por causa del cristianismo profesado. Pero también hay mártires que, aunque no fueran asesinados sufrieron el vejamen de la cárcel. Ahí tenemos el ejemplo del Obispo chino fallecido recientemente, que pasó 16 años de trabajo forzoso y 6 años de reclusión en la cárcel.

Quien vive auténticamente su fe debe prepararse a afrontar las dificultades que se le presentarán. ¡Pobre de aquel que espera vivir sin dolor, sin sufrimiento! Esto sólo será posible cuando termine nuestro destierro aquí en la tierra y alcancemos el cielo. Y ya sabemos todo lo que debemos hacer para alcanzar la vida eterna. Todo cuanto hagamos debemos hacerlo con perseverancia. “Con perseverancia salvaremos nuestras almas”. Es difícil pero no imposible. “El cristiano sabe esperar al Señor en cada instante, pero espera en el Señor hasta el fin de los tiempos” (Papa Francisco).

Jesús nos invita hoy a ser firmes testigos de su amor aun en medio de las dificultades; nos invita a tener plena confianza en Él y nos asegura que a pesar de las dificultades nada nos pasará. Los que tratamos de vivir de


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acuerdo al evangelio somos atacados hasta por nuestros propios familiares, pero no debemos tener miedo, debemos mantenernos firmes para conseguir la vida eterna, y con perseverancia la alcanzaremos porque somos propiedad de Dios. Cristo nos compró y nos ganó al Padre con su preciosa sangre.

Qué este convencimiento y la vivencia de acuerdo a la Palabra de Dios nos indique el sendero de la vida eterna y nos revele los secretos de la santidad para vivir la unidad en nuestro seno familiar. ¡Amén!

24 Memoria Obligatoria: San Andrés Dung-lac, Presbítero y Compañeros Mártires

Jueves Rojo

Lectura del libro del Apocalipsis 18, 1-2. 21-23; 19, 1-3. 9aYo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo; venía con gran autoridad y

su resplandor iluminó la tierra. Gritó a pleno pulmón: “¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de todo espíritu impuro, en guarida de todo pájaro inmundo y repugnante.”

Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la tiró al mar, diciendo: «Así, de golpe, precipitarán a Babilonia, la gran metrópoli, y desaparecerá. El son de arpistas y músicos, de flautas y trompetas, no se oirá más en ti. Artífices de ningún arte habrá más en ti, ni murmullo de molino se oirá más en ti; ni luz de lámpara brillará más en ti, ni voz de novio y novia se oirá más en ti, porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra, y con tus brujerías embaucaste a todas las naciones.»

Oí después en el cielo algo que recordaba el vocerío de una gran muchedumbre; cantaban: “Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos. Él ha condenado a la gran prostituta que corrompía a la tierra con sus fornicaciones, y le ha pedido cuenta de la sangre de sus siervos.” Y repitieron: “Aleluya. El humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.”

Luego me dice: “Escribe: “Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.”Palabra de Dios.

Salmo Responsorial:99 R/ “Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero.”Aclama al Señor, tierra entera, sirvan al Señor con alegría, entren en su

presencia con vítores. R.Sepan que el Señor es Dios: que él nos hizo y somos suyos, su pueblo

y ovejas de su rebaño. R.Entren por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con himnos,

dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.“El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las

edades.” R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 20-28En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando vean a Jerusalén

sitiada por ejércitos, sepan que está cerca su destrucción. Entonces los que

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estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo.

Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora. Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levántense, alcen la cabeza; se acerca su liberación”. Palabra del Señor.

Meditación

Hoy el evangelio nos menciona situaciones difíciles: días de calamidad y castigo; situaciones de angustia y tribulación. Nos habla de que a sus seguidores les pasarán muchas cosas poco agradables. Pero en medio de todas esas situaciones aparece Jesús con toda su majestad, y ésta es la esperanza del cristiano, estar convencido de que en ninguna situación, por difícil que sea, Él nos deja solos.

A Dios no le toma por sorpresa nada de lo que nos sucede. Nuestro sufrimiento está visto, permitido y sobre todo, con las horas contadas por el corazón de Dios. De ahí viene nuestra confianza en Él, en que nuestras vidas están en su perfecto control, de que, a nuestros enemigos, entiéndase enfermedad, crisis familiares, divorcios, problemas con los hijos, pleitos con el esposo(a), escasez, ya están llegando a su fin y Dios no permitirá que nos alcancen.

Tenemos que vivir convencidos de que la vida del cristiano es una lucha continua. Pero también debemos saber que no estamos solos, que Jesús está vivo y camina a nuestro lado, nos abraza, nos sostiene cuando estamos a punto de caer. Se quedó ahí, presente en la Eucaristía, para fortalecernos.

Esa es nuestra esperanza. No hay sombra, por más grande que sea que pueda oscurecer la luz de la fe en Cristo. Los que creemos en Él mantenemos esta esperanza. Él es quien nos da ánimo y orienta nuestras vidas en los momentos buenos y en los momentos no tan buenos.

Aunque pasemos por dificultades, debemos “levantar la cabeza”, y vivir con alegría, porque hemos sido redimidos, sin ningún mérito de nuestra parte. “Sepan que el Señor es Dios: que Él nos hizo y somos suyos, su pueblo y ovejas de su rebaño” (Salmo 99).

Confiemos plenamente en que “el Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades”. Hoy el Señor nos reafirma su amor y nos dice: “levántense, alcen la cabeza; se acerca su liberación”.¡Ánimo!


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25 Feria o Memoria Libre: Santa Catalina de Alejandría, Virgen y Mártir

Viernes Verde o Rojo

Lectura del libro de Apocalipsis 20, 1-4. 11-21, 2 Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo llevando la llave del abismo

y una cadena grande en la mano. Agarró al dragón, que es la serpiente primordial, el diablo o Satanás, y lo encadenó para mil años; lo arrojó al abismo, echó la llave y puso un sello encima, para que no pueda extraviar a las naciones antes que se cumplan los mil años. Después tiene que estar suelto por un poco de tiempo. Vi también unos tronos y en ellos se sentaron los encargados de juzgar; vi también las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y la palabra de Dios, los que no habían rendido homenaje a la bestia ni a su estatua y no habían recibido su señal en la frente ni en la mano. Éstos volvieron a la vida y reinaron con Cristo mil años.

Luego vi un trono blanco y grande, y al que estaba sentado en él. A su presencia desaparecieron cielo y tierra, porque no hay sitio para ellos. Vi a los muertos, pequeños y grandes, de pie ante el trono. Se abrieron los libros y se abrió otro libro, el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según sus obras, escritas en los libros. El mar entregó sus muertos, muerte y abismo entregaron sus muertos, y todos fueron juzgados según sus obras. Después muerte y abismo fueron arrojados al lago de fuego-el lago de fuego es la segunda muerte-. Los que no estaban escritos en el libro de la vida fueron arrojados al lago de fuego.

Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 83. R/ “Ésta es la morada de Dios con los hombres”

Mi alma se consume y anhela / los atrios del Señor, / mi corazón y mi carne / retozan por el Dios vivo. R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa; / la golondrina, un nido / donde colocar sus polluelos: / tus altares, Señor de los ejércitos, / Rey mío y Dios mío. R.

Dichosos los que viven en tu casa, / alabándote siempre. / Dichosos los que encuentran en ti su fuerza: / caminan de baluarte en baluarte. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 29-33 En aquel tiempo puso Jesús una comparación a sus discípulos: “Fíjense

en la higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, les basta verlos para saber que la primavera está cerca. Pues cuando vean que suceden estas cosas, sepan que está cerca el Reino de Dios. Les aseguro que, antes que pase esta generación, todo eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán”. Palabra del Señor.

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Meditación

El anuncio de que se acerca el Reino de Dios, que viene a nuestro encuentro y quiere permanecer con nosotros, es el mensaje de la liturgia de hoy. Este mensaje que hace Jesús no es una amenaza sino un llamado esperanzador a conocer los signos que nos indican esta llegada y a prepararnos para ella. Es una indicación de que la venida del Reino de Dios no será algo repentino. Por eso, Jesús nos invita hoy -como lo hizo con sus discípulos en su momento- a estar atentos a las señales que han de indicarnos la inminente llegada de ese reino.

Como siempre, Jesús usa comparaciones para facilitar el entendimiento a la gente. A sus discípulos invitó –y a nosotros hoy- a fijarse en la higuera y en el momento en que aparecen los brotes. Cuandoestosucedeesunindicativodeque“seacercalaprimavera”…se acerca, no que ya llegó.

Identificar las señales de que se acerca el Reino de Dios a nuestras vidas debe de llenarnos de alegría y obligarnos a cumplir todo lo que debemos hacer para merecer formar parte de ese Reino: arrepentimiento de las faltas y pecados cometidos, compartir solidario con los demás -especialmente los más necesitados-, servicio, entrega, sacrificio, donación de sí... A través del descubrimiento de las “señales de los tiempos” debemos encontrar la voluntad de Dios sobre nuestras vidas, vivir en un continuo proceso de discernimiento.

No es secreto para nadie de que hoy vivimos en un sobre salto continuo. Vivimos llenos de temor, desconfianza y confusión ante una sociedad que cada día la vemos más convulsionada: delincuencia, corrupción, violencia, sicariato, drogadicción, libertinaje, tráfico y trata de personas. Los valores morales cada día parecen perderse más. ¿Y qué decir del ataque al medio ambiente? Deforestación, depredación de ríos y playas, contaminación ambiental, explotación ambiciosa, irracional y desmedida de los recursos naturales. El reino está cerca. ¿Cuándo llegará? Sólo el Padre lo sabe. Mientras tanto, Jesús, su Palabra, es la fuente de nuestra esperanza. El mensaje de Jesucristo es esperanzador y por fe sabemos que lo que Él dice ha de suceder: “El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán”.

Qué la venida de Jesús, Buena Noticia en nuestras vidas, sea siempre motivo de alegría y paz para vivir y compartir todos los días entre los hombres como buenos hermanos. Seamos precavidos y orientemos nuestras vidas hacia la eternidad, preparados para lo que nos aguarda, porque “¡A pesar de los desórdenes y de los desastres que turban al mundo, el designio de bondad y de misericordia de Dios se cumplirá!” (Papa Francisco).

Qué no perdamos la esperanza de saber que Jesús camina a nuestro lado y actúa en nuestra vida familiar para ayudarnos a vivir la unidad a la que nos llama Dios.


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26 Feria

Sábado Verde44º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Fausto

Ramón Mejía Vallejo, Obispo de San Francisco de Macorís

Lectura del libro del Apocalipsis 22, 1-7 El ángel del Señor me mostró a mí, Juan, el río de agua viva, luciente

como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. A mitad de la calle de la ciudad, a ambos lados del río, crecía un árbol de la vida; da doce cosechas, una cada mes del año, y las hojas del árbol sirven de medicina a las naciones. Allí no habrá ya nada maldito.

En la ciudad estarán el trono de Dios y el del Cordero, y sus siervos le prestarán servicio, lo verán cara a cara y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá más noche, ni necesitarán luz de lámpara o del sol, porque el Señor Dios irradiará luz sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.

Me dijo: “Estas palabras son ciertas y verdaderas. El Señor Dios, que inspira a los profetas, ha enviado su ángel para que mostrase a sus siervos lo que tiene que pasar muy pronto. Mira que estoy para llegar. Dichoso quien hace caso del mensaje profético contenido en este libro.” Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 94R/ “Marana tha! Ven, Señor Jesús.”

Vengan, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. R.

Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. R.

Entren, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 34-36 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Tengan cuidado: no se les

embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se les eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estén siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manténganse en pie ante el Hijo del hombre.”Palabra del Señor.

Meditación

Estamos llegando al final del año litúrgico. Jesús da el último consejo convocándonos a la vigilancia y la oración.

Nos advierte: “Tengan cuidado, no se les embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida”. Él sabe que con ese tipo de distracciones nos volvemos insensibles y nos mostramos ajenos a los sufrimientos de tanta gente que nos rodea, y no percibimos las injusticias que se cometen.

Tambiénnos recuerda… “Estén siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manténganse en pie ante el

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Hijo del hombre”. Jesús nos motiva a orar. Él más que nadie sabe que la oración constante es un medio muy importante para no perder la presencia del Espíritu. La oración nos ayuda a profundizar en nosotros la conciencia de la presencia de Dios en medio de nosotros y así sacar las fuerzas que necesitaremos para enfrentar las situaciones difíciles que nos han de llegar.

Qué sabio es el Señor que nos advierte para que no nos perdamos en las superficialidades que están consumiendo nuestro tiempo y nuestros esfuerzos; siendo el principal de ellos, el consumismo. Tenemos que producir más porque tenemos que gastar más: el último modelo de celular, ropa de marcas reconocidas, viajes, placeres, cirugías estéticas para lucir siempre joven y atractiva, fiestas, borracheras, etc.

O, por otro lado, nos creemos que somos tan “buenos”, porque sólo nos dedicamos al trabajo y a nuestras responsabilidades, para así mantener un nivel adecuado de ingresos o de una mejor posición, trabajando más horas al día, en detrimento de la unidad matrimonial y familiar. Muchas esposas, a pesar de tener todas las comodidades se quejan amargamente de que no se les dedica tiempo.

Las preocupaciones de la vida embotan nuestro corazón; las muchas distracciones nos vuelven insensibles y hacen que nos olvidemos del verdadero sentido de lo que es vivir con los ojos fijos en Jesús, con el corazón lleno de fe y con una esperanza firme en que Él nunca nos abandonará.

Hay cosas en nuestras vidas de las cuales no podemos prescindir, como lo es nuestra familia, nuestro trabajo y nuestras obligaciones, compromisos y responsabilidades en la sociedad. Pero también, hay otras que son imprescindibles para nuestra vida espiritual como lo es nuestro compromiso con Dios como cristianos, nuestro compromiso con la Iglesia y nuestro compromiso con nuestros hermanos.

“Tengan cuidado” -nos advierte Jesús- pues sabe que somos muy propensos a dejarnos envolver por mil preocupaciones y afanes que pueden ser para nosotros causas de perdición. “Estén siempre despiertos”, es decir, orando todo el tiempo. No basta nuestra vigilancia, ni basta nuestro interés. Sin la ayuda de Dios no podríamos perseverar, y esta ayuda se nos concede por medio de la oración

TERMINA EL AÑO LITURGICO CICLO “C” Y COMIENZA EL NUEVO AÑO LITURGICO CICLO “A”

27 Domingo I de Adviento

Primera Semana Liturgia de las Horas Morado14º Aniversario de la muerte de Mons. Ronald G. Connors, C.S.S.R.,

Obispo Emérito de San Juan de la Maguana

Unidos como familia estemos preparados para la venida constante y definitiva del Señor.

Orientaciones para la celebración: Se prepara la Corona de Adviento. Se prepara el Pregón de Adviento. En las ofrendas se puede llevar un


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despertador sonando, y él mismo o una joven va diciendo: “Estemos preparados! ¡Despierten! ¡Despierten! ¡Ya es hora de levantarse!” Carteles con el lema y el valor del mes, otro con un cartel grande que diga Adviento…

Monición ambiental Con este domingo primero de Adviento, nuestra

Iglesia Católica comienza el año litúrgico. Es un tiempo de preparación, de llenarnos de ánimo y fortaleza porque el Señor viene hasta nosotros, de manera constante y definitiva para cambiarnos y cambiar el mundo.

Con este Domingo concluimos el mes de la familia, por tanto, debemos vivir este día y todo el tiempo de Adviento en nuestras familias. En nuestro plan de Pastoral, este adviento lo vivimos también en el entorno del compartir y de la Misericordia.

Ya clausuramos el año Jubilar de la Misericordia, pero no termina la misericordia que ahora, con este Adviento debemos vivir con mayor intensidad, tanto sintiendo la que Dios nos tiene, como compartiéndola con los demás, sobre todo con quienes más la necesitan. Esa será la mejor preparación viviendo nuestro lema del año: “Misericordiosos como el Padre, compartamos como hermanos”.

Puestos en pie y cantando recibimos con alegría a Cristo que llega a nuestra Asamblea a través de su ministro.

Procesión de entrada: En la procesión una familia lleva la Corona. Otras familias llevan las luces moradas y rosada así como las ramas verdes. Estas familias se quedan de pie frente al altar y van colocando cada una de las partes según se vaya explicando.

Bendición de la Corona de Adviento y encendido de la primera luz.(Después del saludo a la comunidad se inicia este momento)

Explicación del significado de la Corona de Adviento

Monitor: Se coloca la Corona:La corona de adviento encuentra sus raíces en el centro de Europa antes

de la llegada del cristianismo. Durante el frío y la oscuridad del invierno, esos pueblos colectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera.

Los primeros misioneros cristianos aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. Supieron apreciar la enseñanza de Jesús: Juan 8,12: “Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.”

La luz que prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence la oscuridad. Nosotros, unidos a Jesús, también somos luz: Mateo

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5,14 “Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte.” En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el Adviento

La forma circular. El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor y la misericordia de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

Las ramas verdes. Verde es el color de esperanza y vida; Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar al encuentro personal con Cristo.

Las cuatro velas: Nos hacen pensar en cómo disipar la oscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después del pecado, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo, como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo, y hoy nos debe iluminar ante la realidad de pecado personal y social en que vivimos.

El Adviento nos lleva a convertirnos en la presencia de la Luz de Cristo en nuestro mundo familiar y comunitario. En cada cultura los colores de las velas son diferentes, pero en casi todas aparece una rosada, que se enciende el tercer domingo, para indicar la alegría.

Canto de AdvientoBendición de la Corona de Adviento (Quien preside hace la bendición)

“Señor, te pedimos que derrames tu bendición sobre esta corona, para que nos recuerde, domingo a domingo, que debemos estar despiertos esperando a Cristo, el Salvador. No dejes que los males que nos rodean nos impidan comprometernos con la realidad para cambiarla. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.”

Oración para encender la primera vela (La enciende alguien de la familia que ha traído la Corona)

“Encendemos Señor esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir en la noche al encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchas tentaciones nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!”

Canto de Adviento y después el acto penitencial.

Primera lectura: Isaías 2,1-5Isaías en medio de un pueblo cautivo y sin esperanzas anuncia que

un mundo nuevo es posible, ese mundo en el que en vez de pelear nos pongamos a trabajar, en vez de enfrentarnos contra otros nos preocupemos por comprenderlos, iluminados por la luz del Señor, que ya se acerca. Este mensaje es para nosotros hoy. Escuchemos.


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Lectura del libro del Profeta Isaías Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de

los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: “Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor.” Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 121 RQué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”!

Que alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”. Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R/.

Allá suben las tribus, las tribus del Señor según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.

Deseen la paz a Jerusalén: “Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios”. R/.

Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: “La paz contigo”. Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien. R/.

Segunda lectura: Romanos 13,11-14San Pablo nos recomienda abrir los ojos a la realidad; dejemos de vivir

dormidos. Ya es hora de levantarse, ya llega la luz que nos ilumina para trabajar en esta realidad. Como cristianos tenemos una misión: mirar el mundo con los ojos de Cristo y convertirnos en luz para esta. Escuchemos.

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos Dense cuenta del momento en que viven ya es hora de despertarse

del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vístanse del Señor Jesucristo y que el cuidado de nuestro cuerpo no fomente los malos deseos. Palabra de Dios.

Aleluya Salmo 84,8Muéstranos, Señor tu misericordia y danos tu salvación

Evangelio: Mateo 24,37-44Jesús nos advierte de su llegada definitiva y constante como ladrón que

no avisa. Ante esta realidad, Él nos invita en Adviento y siempre a estar preparados para recibirlo. Abramos los ojos al paso del Señor misericordioso y ayudemos a que otras personas también los abran..

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Lectura del santo Evangelio según san Mateo En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del

hombre, pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por lo tanto, estén en vela, porque no saben qué día vendrá su Señor. Comprendan que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estén también ustedes preparados, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre.” Palabra del Señor

Meditación

Hoy es el primer domingo de Adviento, tiempo litúrgico en el que debemos salir al encuentro de aquel que viene a buscarnos. Este es un tiempo precioso de la gracia de Dios en el que la Iglesia prepara el corazón del hombre para recibir a Cristo. Adviento es un tiempo adecuado para gritar desde el fondo de nuestro corazón al corazón de Dios y decirle “¡Ven Señor Jesús!”

En las lecturas de hoy Jesús nos da una Buena Noticia. Anuncia que el tiempo de Dios está cerca por lo que nos invita más a estar preparados para recibirlo y alcanzar la salvación que crear temor y anunciar el final del mundo. Es decir, que el enfoque está más centrado en “la salvación del hombre” que en “el final del mundo”. Es en definitiva una invitación para estar alerta, mantenernos en guardia, estar atentos y vigilantes para no perder en vano la vida, el mayor y mejor regalo de Dios para cada uno de nosotros.

Sabemos que con el primer domingo de adviento comienza el Año Litúrgico de nosotros los cristianos católicos. Hoy encendimos la primera vela de la corona de Adviento y con ella nos preparamos, en actitud orante, para escuchar el mensaje que Jesús quiere comunicarnos en este mundo que cada día más se aleja de Dios, cada día es más indiferente ante las necesidades de los pobres, de quienes se aleja cada vez más porque sólo piensa en sí mismo, en su propio bienestar, en su comodidad. A nosotros también nos pasa igual. Estamos inmersos en una rutina que nos impide pensar en cómo prepararnos para recibir el Reino de Dios. Vivimos con una despreocupación que nos hace creer que ya estamos salvos. Pero no es así. Debemos mantenernos despiertos no por miedo sino por amor; por amor a aquel que vino a entregar su vida por nuestra salvación, que vino a “instruirnos en sus caminos para que marcháramos por sus sendas” (cf. Is 2,3) y “fuéramos alegres a la casa del Señor” (Sal 121,1).

El apóstol Pablo a los romanos es claro. Y claro lo es para nosotros hoy. “Démonos cuenta del momento en que vivimos. Ya es hora de despertarnos porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. Dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz y revistámonos de Cristo. Nada


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de comilonas ni borracheras. Nada de lujuria ni desenfrenos” (cf. Rom 13, 11-14). Revestidos de su santo espíritu, estaremos en vela preparados para su venida. Por lo tanto, ¡despertemos! ¡No seamos indiferentes! Sólo tú sabes en qué momento de tu vida te encuentras, pero el Señor hoy nos dice con claridad meridiana que estemos preparados porque no sabemos la hora en que viene el Hijo del hombre. Con la oración podremos vivir la unidad familiar. En unidad familiar estaremos preparados para recibir a Cristo que viene a llevarnos a caminar en su luz y a agradar a Dios.

Oración de los fielesQuien preside: Pidamos al Señor su fuerza para vivir este Adviento

2016 y que su llegada nos ayude a cambiar la realidad. A cada petición respondemos: Ven, Señor, que estemos preparados para tu venida. 1.- Por la Iglesia, para que en este tiempo de Adviento nos despertemos

y estemos preparados para recibir al Señor que nos llega de manera constante y que vendrá un día lleno de gloria. Oremos.

2.- Por quienes gobiernan nuestro país, para que se dejen iluminar por la luz de Dios y trabajen por hacer desaparecer la violencia, la corrupción, el narcotráfico, el comercio de armas y la miseria. Oremos.

3.- Para que vivamos las obras de misericordia en nuestras familias y las enseñemos a vivir a los niños y jóvenes, para que tengamos un futuro mejor en nuestro país. Oremos.

4.- Por las familias de nuestra comunidad y de toda la República Dominicana, para que viviendo los valores del Evangelio estén siempre preparados para la venida del Señor. Oremos.

5.- Por quienes formamos parte de esta comunidad, para que seamos luz para quienes nos rodean. Oremos.

Quien preside: Padre, te pedimos que aceptes nuestras plegarias por nuestra familia. Danos luz y fuerza para que nunca nos descuidemos ni nos durmamos, sino que estemos siempre preparados para la llegada de tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor.

28 Feria de Adviento

Lunes Morado Lectura del libro de Isaías 2,1-5

Visión de Isaías, hijo de Amos, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos.

Dirán: «Vengan, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor.»

Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada

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pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 121R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. R/.Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a

celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.

Deseen la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios.» R/.

Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo.» Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 8,5-11En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó

rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho.» Jesús le contestó: «Voy yo a curarlo.»

Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy quien para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: “Ve”, y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace.»

Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Les aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Les digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.» Palabra del Señor.

Meditación

El evangelio de hoy muestra uno de los diálogos de Jesús y que refleja confianza total en que Él podría resolver un problema.

La persona que se le acerca a Jesús, el centurión, es un pagano, un soldado del ejército romano, que dominaba y explotaba a la gente. Sin embargo, se compadece de su criado que está enfermo. Lo mueve la compasión. Es el sufrimiento y la necesidad de que su criado sea sanado lo que lo mueve a buscar a Jesús. Confiaba en que sólo bastaba comunicarle el problema y Jesús haría el resto.

La respuesta de Jesús fue de inmediato, “Voy yo a curarlo”. Esa respuesta sorprende al centurión, ya que supera sus expectativas. El no esperaba que Jesús fuera a su casa. Se siente indigno. Por eso le dice, “Yo no soy quien para que entres bajo mi techo”. Sin embargo, a pesar de sentirse indigno expresa su fe diciéndole a Jesús: “Di una sola palabra y mi siervo sanará”.

Jesús queda admirado con tanta fe y así lo expresa; “¡Les aseguro que en Israel no he encontrado tanta fe!”. Y es que la fe no consiste en aceptar una doctrina, sino el creer y confiar en la persona de Jesús.


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Este diálogo entre Jesús y el centurión nos conecta con una fe verdadera, una fe que cree sin ver, que confía abiertamente, que se abandona completamente en el amor y acción de Dios en nuestras vidas.

Necesitamos fe para poder sustentarnos, para vivir cada día con esperanza; para confiar que la salvación que nos regala el padre se hace realidad en cada uno de nosotros.

Hace unos días estaba a los pies del Señor en el Santísimo. Con Él conversaba acerca de una situación que me hacía sentir bastante afligida y preocupada. De repente comencé a llorar. En ese momento más que encontrarme con el Señor, me sentí encontrada por Él. Me abandoné totalmente buscando la fortaleza que necesitaba. Fue entonces cuando recibí el consuelo en estas tres palabras: Cree, confía y espera.

A partir de ese momento me llené de paz. Me repetía a mí misma; cree, el Señor está actuando; confía, todo saldrá bien y espera, sus promesas siempre llegan. ¿Te animas tú también a creerle a Él? ¡Dios te ilumine!

29 Feria de Adviento

Martes Morado

Lectura del libro de Isaías 11,1-10Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá

un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios.

La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 71R/. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente

Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R/.

Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R/.

Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R/.

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Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol: Que él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,21-24En aquel tiempo, lleno de la alegría del Espíritu Santo, exclamó Jesús:

«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar.»

Y volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que ven ustedes, y no lo vieron; y oír lo que oyen, y no lo oyeron.» Palabra del Señor.

Meditación

¿Quién es el verdadero amigo? Aquel que en tus momentos tristes está contigo consolándote y apoyándote, y en tus momentos alegres goza y comparte contigo esa alegría. ¡Ese es Jesús! Ese amigo lo descubrimos en el pasaje evangélico de hoy. Jesús se contagia de la alegría de sus discípulos –los setenta y dos que había enviado de dos en dos- que con gozo regresan de su misión y le comparten las experiencias vividas. Muy contentos le decían: “Señor, hasta los demonios nos obedecen al invocar tu nombre” (cf. Lc 10,17). Me imagino el ambiente de euforia, camaradería y algarabía que se vivía en ese momento. Todos gozosos por el éxito de su misión. El gozo de todos se convierte en el gozo de Jesús, quien lleno del Espíritu Santo dio gracias a su Padre, Señor del cielo y de la tierra. La alegría de Jesús no era una alegría superficial, era una alegría que venía desde el fondo de su corazón impulsada por la fuerza del Espíritu Santo. Es la alegría que Dios quiere que tú y yo experimentemos hoy.

¿A quién le reveló Dios los secretos de su Reino? ¿A los sabios y doctores de la ley, a los entendidos? ¡No! ¡Esos están demasiado llenos de sí mismos y creen que ya lo saben todo! Esos son arrogantes y presumidos, y su arrogancia y presunción los ciega y no les permite dejarle espacio a Dios en sus vidas. Entonces, ¿a quién le revela Dios lossecretosdesureino?A“lagentesencilla”…alos“pequeñitos”,aloshumildes, a los oprimidos. A aquellos a quienes Jesús en el Sermón de la Montaña ha llamado “dichosos”, “bienaventurados”, a los que el mundo juzga “despreciables”. A esos, Dios les revela los secretos de su Reino porque “así le ha parecido bien al Padre”.

“Nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar”. …”Y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar”. Sólo el Hijo es capaz de revelar el verdadero rostro del Padre. Ahí viene la pregunta: ¿Qué estoy haciendo yo para merecer que el Hijo me quiera revelar al Padre? Él quiere hacerlo. Para


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eso vino al mundo, pero esa revelación debo ganármela. Como esposo(a), como padre (madre), como hermano(a) ¿qué estoy haciendo para vivir la unidad familiar a la que Dios me llama?

A los hombres y mujeres sencillos es a quienes Dios transforma en testigos y anunciadores de su mensaje. La sencillez conquista y seduce a Dios. Él se enamora con facilidad de las almas humildes y sencillas de corazón, a quienes revela sus secretos y su misterio. Este es el mensaje que hoy Jesús nos hace en este tiempo de Adviento, tiempo de esperanza. Jesús nos invita a esperar su venida con un corazón sencillo y noble para poder revelarnos los tesoros de su corazón, para que seamos verdaderos amigos y nos revele el rostro misericordioso del Padre.

Esforcémonos por ser humildes en nuestro trato con los demás, para que seamos dichosos según los criterios del Evangelio.

30 Fiesta: San Andrés, Apóstol

Miércoles Rojo26º Aniversario de la muerte de Octavio Antonio Cardenal Beras

Rojas, Arzobispo Emérito de Santo Domingo

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 10,9-18Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que

Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación. Dice la Escritura: «Nadie que cree en él quedará defraudado.» Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues «todo el que invoca el nombre del Señor se salvará.» Ahora bien, ¿cómo van a invocarlo, si no creen en él?; ¿cómo van a creer, si no oyen hablar de él?; y ¿cómo van a oír sin alguien que proclame?; y ¿cómo van a proclamar si no los envían? Lo dice la Escritura: «¡Qué hermosos los pies de los que anuncian el Evangelio!» Pero no todos han prestado oído al Evangelio; como dice Isaías: «Señor, ¿quién ha dado fe a nuestro mensaje?» Así pues, la fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo. Pero yo pregunto: «¿Es que no lo han oído?» Todo lo contrario: «A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 18R/. A toda la tierra alcanza su pregón

El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. R/.

Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 4,18-22En aquel tiempo, pasando Jesús junto al lago de Galilea, vio a dos

hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que

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estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: «Vengan y síganme, y los haré pescadores de hombres.»

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Palabra del Señor.

Meditación

Hoy celebra nuestra Iglesia la fiesta de San Andrés, hermano de Simón Pedro. El evangelio nos narra que Jesús caminaba a orillas del mar de Galilea y vio dos hermanos pescadores: Simón, al que llamaban Pedro y a Andrés, su hermano. Jesús los llamó cuando estaban en su trabajo diario: la pesca, y tal como dice el evangelio: “inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”.

El texto que nos ofrece hoy San Mateo, habla de la vocación de los primeros discípulos. Eran gente cómo tú y como yo, dedicados a su trabajo, a ganarse el sustento de su familia; y de repente, Jesús les invita a dejar el oficio conocido y a aventurarse a un futuro incierto: ser pescadores de hombres, o sea, buscar seguidores para Cristo. De seguro, que, en esos momentos, los apóstoles debieron haber tenido muchas dudas. ¿De qué irían a vivir? ¿Qué pasaría con sus familias? Era como lanzarse al vacío sin tener ninguna seguridad.

Seguir a Jesús, implica un cambio radical; sin mirar atrás. Los discípulos a pesar de sus temores, lo dejan todo y siguen al maestro. Esos cuatro primeros discípulos que siguen a Jesús nos representan a nosotros hoy. El Señor nos propone a cada uno de nosotros a dejarlo todo; despojarnos de ataduras que no nos dejan avanzar; romper con todo aquello que dificulta nuestra entrega total al reino de Dios.

Nuestra misión es la misma que la de Andrés, Pedro, Santiago y Juan: ser pescadores de una nueva humanidad, y al igual que los apóstoles, nosotros también nos llenamos de dudas y de temores. Pensamos, no estamos capacitados para esa misma. Es la primera barrera que surge. Luego, que tenemos que trabajar lo suficiente porque de eso vivimos; que tengo que dedicarme a mi profesión porque si no me muero de hambre. Todo esto nos agota, nos cansa en extremo, y cuando llegamos a la casa, tenemos que descansar. Vemos el servir a los demás como un hobby, si me sobra tiempo. Así nuestra entrega y servicio al Señor siempre serán a medias, y todo porque no estamos conscientes del llamado que recibimos del Señor. Eso va a depender de qué lugar ocupa Dios en nuestras vidas.

Poreso,hoyseríaunbuendíaparaquenospreguntemos…¿Hemosaceptado el llamado que el Señor nos ha hecho? ¿He aceptado la responsabilidad de comprometerme con Él, o eso se lo dejo a otros? Yo, cristiano de domingo.

¡Siempre tenemos la oportunidad de comenzar ya! ¡Qué el Señor nos ilumine!

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