varela ortega

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CAPÍTULO 1 E L ANÁLISIS DE LA PALABRA COMPLEJA 1.1. LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA PALABRA COMPLEJA Las llamadas 'palabras complejas' están integradas por los elementos más pequeños de la lengua que tienen contenido significativo, los 'mor- femas'. Entre ellos, unos constituyen unidades con significado léxico y otros, unidades con contenido gramatical. Por ejemplo, la 'raíz' de rena- cer, esto es nac-, es un constituyente de la palabra que no puede descom- ponerse en unidades morfológicas menores; es, por tanto, un morfema. Se trata de un morfema léxico, más concretamente del 'lexema', que aporta el valor semántico fundamental a la palabra y es la base de la que parte la primera operación morfológica1. Los demás morfemas que quedan en la palabra renacer una vez que hemos aislado la raíz, esto es re-[....]-e-r, son 'afijos' que se realizan obligatoriamente como 'morfemas ligados'. Así como hay morfemas léxicos, del tipo de mar o pan, que son 'morfemas libres' porque pueden realizarse como palabras por sí mis- mos, los morfemas afíjales, como -r en renace-r, tienen que apoyarse ne- cesariamente en una base léxica; de ahí que se denominen 'morfemas li- gados'. El primero de los afijos, re-, establece una relación semántica con la raíz que indica la repetición de la acción designada por nac- y es, por tan- to, un afijo léxico. Nos quedan aún otras dos unidades que, a diferencia de la anterior, establecen relaciones puramente gramaticales con la base 1 La unidad básica de la palabra se denomina 'raíz' desde el punto de vista formal o del 'significante', y 'lexema' - o 'semantema'— desde el punto de vista semántico o del 'significado'. 17

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  • CAPTULO 1

    EL ANLISIS DE LA PALABRA COMPLEJA

    1.1. LOS ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA PALABRA COMPLEJA

    Las llamadas 'palabras complejas' estn integradas por los elementos ms pequeos de la lengua que tienen contenido significativo, los 'mor-femas'. Entre ellos, unos constituyen unidades con significado lxico y otros, unidades con contenido gramatical. Por ejemplo, la 'raz' de rena-cer, esto es nac-, es un constituyente de la palabra que no puede descom-ponerse en unidades morfolgicas menores; es, por tanto, un morfema. Se trata de un morfema lxico, ms concretamente del 'lexema', que aporta el valor semntico fundamental a la palabra y es la base de la que parte la primera operacin morfolgica1. Los dems morfemas que quedan en la palabra renacer una vez que hemos aislado la raz, esto es re-[....]-e-r, son 'afijos' que se realizan obligatoriamente como 'morfemas ligados'. As como hay morfemas lxicos, del tipo de mar o pan, que son 'morfemas libres' porque pueden realizarse como palabras por s mis-mos, los morfemas afjales, como -r en renace-r, tienen que apoyarse ne-cesariamente en una base lxica; de ah que se denominen 'morfemas l i -gados'.

    El primero de los afijos, re-, establece una relacin semntica con la raz que indica la repeticin de la accin designada por nac- y es, por tan-to, un afijo lxico. Nos quedan an otras dos unidades que, a diferencia de la anterior, establecen relaciones puramente gramaticales con la base

    1 L a unidad bsica de la palabra se denomina 'raz' desde el punto de vista formal o del 'significante', y 'lexema' - o 'semantema' desde el punto de vista semntico o del 'significado'.

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    renac-: -e- es la vocal del tema verbal, que nos indica la conjugacin (2A) a la que pertenece el verbo, y -r es el morfema que representa a una de las formas del verbo, el infinitivo en este caso. Estos son, pues, afijos grama-ticales sin significado lxico.

    Los afijos que contribuyen a la formacin de nuevas palabras son aquellos que tienen contenido lxico,y que, por su capacidad de derivar otras formas lxicas, se denominan 'afijos derivativos'. Los que simple-mente transmiten contenidos gramaticales se denominan 'afijos flexivos' y no contribuyen a formar nuevas palabras sino a flexionarlas, es decir, a dotarlas de las desinencias de gnero, nmero, caso, persona, tiempo, aspecto o voz- que sean las propias de cada categora gramatical en la lengua en cuestin. Por ejemplo, en espaol la categora sustantivo o nombre se flexiona en gnero y nmero, como vemos en gat-o-s, palabra r que lleva los morfemas de gnero masculino (-o-) y nmero plural (-s), al igual que la categora adjetivo que concuerda con el nombre: (gatos) blanc-o-s. Por su parte, la categora verbo se caracteriza por aceptar los morfemas flexivos de tiempo/modo y persona/nmero, como ilustra la palabra nac-a-n en la que -ia- marca el tiempo pasado y el modo indicati-vo, y -n la persona 3 S y el nmero plural.

    Esta diferente funcin de unos y otros afijos determina su ordena-cin correlativa en la estructura de la palabra: los afijos flexivos se col- , can una vez que hemos colocado todos los afijos derivativos. As, tene-mos nac-ion-es, pero no *nac-es-in, blanc-uzc-o-s, pero no *blanc-o-s-uzc, o amari-ea-ba-n, pero no *amarill-ba-n-ea. Aunque no sea evidente por el '' orden lineal, los afijos flexivos -ia- y -n de renacan se adjuntan tambin despus de que el afijo derivativo re- se haya unido a la raz nac- para formar la nueva base lxica renac-, esto es, la secuencia es renac+a+n.

    Como hemos visto, una raz o lexema como nac- puede constituirse en palabra con solo recibir las marcas de flexin apropiadas: nac-er, nac-a, nac-er... Esta misma raz puede combinarse con un afijo derivati-vo y dar lugar a otra base lxica, como re-nac-, que a su vez forma las pa-labras renac-er, renac-a, renac-er..., una vez ha tomado los afijos flexivos correspondientes. Algunos Iexemas, sin embargo, no tienen la posibili-dad de realizarse directamente como palabras de la lengua con la sola presencia de los afijos flexivos apropiados. Se trata de los 'temas' o 'for-mantes clsicos', de gjigen griego o latino. Estos, para actualizarse como palabras del espaol, tienen que incrementarse previamente con algn afijo derivativo o han de combinarse con otra palabra u otro elemento de

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    su mismo tipo. Por ejemplo, eco- es un tema, un formante de origen grie-go que significa "casa, mbito vital" pero que no se ha actualizado en es-paol como nombre. Para formar una palabra de nuestra lengua, este elemento que significa "casa" tiene que unirse a otros temas, como -nomo, en ecnomo y economa, o log-, en eclogo y ecologa; o bien, unirse a una palabra espaola, como vemos en ecosistema y ecoturismo (vase cap. 5). Otras veces, para formar una palabra, basta con que el formante en cues-tin tome un afijo derivativo; as, el tema griego Job- da en espaol el ad-jetivo derivado/b-ico yf-, el nombre derivado fil-ia.

    Aunque los temas grecolatinos son forzosamente morfemas ligados, no debemos identificarlos con los afijos. Estos, por lo pronto, tienen un orden establecido dentro de la palabra, segn vimos en los ejemplos que han aparecido antes. El afijo lxico re- se coloca delante de la raz (re-nac-), el afijo, tambin lxico, -uzc- va obligatoriamente detrs de ella (blanc-uzc-), y los afijos flexivos van siempre detrs de los derivativos, en un or-den igualmente fijo: en el adjetivo, por ejemplo, aparece primero el mor-fema de gnero y luego el de nmero (blanc-o-s) y en el verbo, primero el morfema de tiempo/modo y luego el de persona/nmero (rmac-a-n). Los temas grecolatinos, en cambio, no tienen una posicin fija; en ecolo-ga, log- aparece en segunda posicin, tras el otro tema (eco-), pero en lo-gopedxa aparece delante del tema con el que se combina (ped-) para for-mar palabra. Por otra parte, de la unin de dos temas podemos obtener una palabra de la lengua al colocarle los afijos flexivos correspondientes (eclogo, logpedo.), posibilidad que no tienen los afijos: re+n no da una palabra, como tampoco lo hacen re+a o a + n, todas ellas combinaciones de afijos, derivativos o flexivos. Adems, los temas, aunque sean morfe-mas de significado incierto para quien no tenga algn conocimiento de las lenguas originarias, son verdaderos Iexemas, como la raz nac- de na-cer o la palabra mar. Es decir, son morfemas lxicos, portadores de un sentido bsico general estable y no relacional del que carecen los afi-jos, incluidos los derivativos.

    1.2. L A S E G M E N T A C I N D E L A P A L A B R A E N M O R F E M A S

    Cmo procederemos a identificar y aislar los morfemas que contie-ne la palabra compleja? El dato ms importante en el que debemos fijar-nos es su 'recurrencia', esto es, el hecho de que el presunto morfema

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    aparezca en otra u otras palabras con un significado -bsico o relacio-nal semejante. Al tiempo que identificamos un elemento como morfema de la lengua, reconocemos dentro de la palabra una posicin en la que pueden colocarse otros morfemas del mismo tipo; Esta posibilidad de 'intercambio' es otra de las caractersticas del morfenia. Veamos todo ello con un ejemplo. ;

    En la palabra superrealista reconocemos al menos los morfemas real-, presente asimismo en real-idad, super-, tambin en super-hombre, e -ista, como en comun-ista. Una vez identificados todos los morfemas, vemos que el hueco que estos ocupan en la palabra del ejemplo puede ser lle-nado por otro morfema que tenga su misma distribucin y sea compati-ble con el significado de la base lxica a la que se agrega. As, sobre la base de nuestro ejemplo, superrealista, podemos ir formando nuevas palabras sustituyendo cada vez uno de sus morfemas (marcamos entre parntesis el morfema sustituido y subrayamos el que lo sustituye): (super)realista > hiperrealista, super(realista) > superabundante, super (realista > superactivis-ta, superreal(ista) > superrealismo.

    La descomposicin de la palabra en sus morfemas constitutivos no siempre es fcil. A veces, un elemento que identificamos como morfema en una palabra, por establecer una relacin semntica.con la base con la que se combina, en otras palabras ha perdido esta 'motivacin', es decir, carece de un significado relacional que pueda ser fcilmente reconocido en el es-tado actual de la lengua. Pensemos, por ejemplo, en una palabra como re-mover en la que el afijo re- ya no aporta el significado de "repeticin" que identificamos antes en renacer, ni ningn otro significado, claramente re-conocible, que, al combinarse con la raz mov-, pueda dar a la palabra compleja el significado de "mover algo dndole vueltas" o "mudar algo de lugar", que son los principales significados que dan los diccionarios para el verbo remover. Sin embargo, aunque el significado de tal formacin ya no pueda obtenerse de la suma del significado de los morfemas que contiene, seguimos sintiendo que es una palabra formalmente compleja.

    En este sentido, algunos autores establecen una diferencia entre 'pa-labras derivadas', como renacer, que tiene una relacin derivativa, tanto desde el punto de vista formal como semntico, con la palabra ms sim-ple nacer, y 'palabras afijadas', como remover, que no guarda una relacin derivativa con la ms simple mover que sea reconocible semnticamente pero que contiene ms de un morfema: el afijo derivativo re- y el lexema mov-, aparte de los afijos flexivos (-e- y - r ) .

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    E L A N L I S I S OE LA P A L A B R A C O M P L E J A

    Otro fenmeno muy frecuente en espaol es que tengamos palabras complejas procedentes de temas grecolatinos (cf. 1.1) que no se reali-zan en el espaol moderno corno palabras independientes. Por ejemplo, transmitir, remitir, dimitir o permitir tienen un elemento comn, esto es, recurrente: la raz.mit-. Esta, sin embargo, no puede constituir palabra con la simple adicin de los morfemas gramaticales obligados para for-mar un verbo: mitir no es una palabra del espaol sino una 'semipalabra' (un tema latino, ms concretamente) que, para constituirse como palabra independiente, precisa de algn morfema adicional. En este caso, de un afijo derivativo: trans-, re-, di- o per-. Estas palabras, al remitir a un lexema latino y no espaol, tampoco cumplen con el requisito de la 'composi-cionalidad semntica'; es decir, no son transparentes desde un punto de vista semntico. Diremos, entonces, que son palabras derivadas nica-mente desde un punto de vista formal.

    Un caso algo distinto es el de aquellas formas que, aunque nos han llegado ya derivadas desde el latn y no han generado en espaol la for-ma simple correspondiente^tienen sin embargo una base lexemtica que se realiza en la lengua espaola con otra variante del morfema, de modo que el hablante puede trazar una relacin semntica entre los morfemas que componen la palabra en cuestin. Por ejemplo, el adjetivo negativo inspido del que no tenemos el adjetivo positivo, ms simple, sxpido, se asienta sobre el lexema si|h .fesl

  • M O R F O L O G A L E X I C A : LA F O R M A C I N DE P A L A B R A S

    minimalismo y minimalista no se han formado directamente sobre el lexema minim- que est en la base del adjetivo espaol mnimo, pues, de haberlo hecho, tendramos minim-ismo y minim-ist con el significado composicional que buscamos "tendencia (= -ismo) que reduce al mnimo [sus medios de expresin]" y "relacionado con (= -ista) el minimismo", respectivamente. Al segmentar las palabras en cuestin, minim-al-ismo y mnim-al-ista, nos encontramos con una formacin intermedia mnim-al que no es propiamente una palabra espaola, sino el adjetivo ingls mi-nimal sobre el que se han formado dichas palabras, pero que es perfec-tamente comprensible para cualquier hablante de espaol ya que en nuestra lengua existe tambin un afijo -al formador de adjetivos (infernal, natural...).

    A veces, una palabra puede en principio descomponerse morfolgi-camente de ms de una manera y lo que nos gua en la segmentacin adecuada es lo que se llama la 'adecuacin al sistema' o el 'paralelismo estructural'. Esto es, debemos fijarnos en otras palabras 'paralelas', con la misma estructura fnica y con los mismos afijos derivativos, y ver si ellas nos guan en la segmentacin de la palabra dudosa. Poj ejemplo, la pala-bra cajecito podra segmentarse caj-ec-ito, dado que sabemos que -ito es un morfema aislable, con significado aminorador o apreciativo, que apa-rece con otros nombres (perr-ito, carr-ito...), y tambin, por comparacin, sabemos que algunos nombres, antes de tomar el afijo -ito, se incremen-tan con otro afijo, el interfijo -ec- (mes-ec-ito, jef-ec-ito...). Sin embargo, la palabra en cuestin podra tambin segmentarse como caje-c-ito ya que observamos que, en el caso de ciertas palabras, el diminutivo -ito solo se incrementa con el afijo -c- (pastor-c-ito, leon-c-ito). La cuestin, por tanto, se reduce a decidir con qu grupo de palabras forma sistema la palabra caf que est en la base de cafecito: si con las que toman el incremento -ec-o con las que toman

  • M O R F O L O G A L X I C A : LA F O R M A C I N D E P A L A B R A S

    cuestin se realiza, por lo general, con el alomorfo -ar (muscul-ar, caball-ar); si no, se suele imponer el alomorfo -al (labi-al, naranj-al).

    Otros condicionamientos fonolgicos no tienen que ver solo con los fonemas involucrados, como en el caso que acabamos de ver, sino tam-bin con el nmero de slabas que contenga la palabra base a la que se agrega el morfema derivativo. Un ejemplo son los afijos -edad e -idad, alomorfos de un mismo morfema que produce sustantivos abstractos a partir de bases adjetivales. La distribucin general de cada uno de estos dos alomorfos sobre todo en las palabras de nueva creacin es la si-guiente: los adjetivos de dos slabas acabados en vocal se decantan prefe-rentemente por el alomorfo -edad (sol-edad, brev-edad, jais-edad); los de tres o ms slabas y los bisilbicos acabados en consonante, por -idad (atroc-idad, debil-idad, comic-idad, jogos-idad)2;

    Cundo podemos hablar con propiedad de alomorfos de un mor-fema? Por lo pronto, es requisito imprescindible que las formas alternan-tes aporten a la palabra compleja el mismQ_significadp, pero tambin es preciso que los alomorfos tengan un parecido formal o fnico lo sufi-cientemente prximo como para que el hablante, sin conocimientos de la historia de la lengua, los identifique justamente como variantes del mismo morfema. Por ejemplo, el significado que comparten los deriva-dos selnico y lunar en cuanto a "lo relativo a la luna" no nos permite deducir que las races selen- y un- sean alomorfos de un mismo morfe-ma porque su origen y, en consecuencia, su forma fnica, son distintos.

    Tampoco un mismo origen, adems de un significado comn, es condicin suficiente para determinar la alomorfia si nos falla la identidad formal. Antes vimos las variantes o alomorfos del afijo latino sub-: sub-(sub-suelo), so- (so-frer) y son- (son-rer). El contenido semntico que aportan las distintas variantes es ms o menos el mismo, aunque la nica forma que es productiva en la actualidad es sub- y por tanto los derivados mediante este afijo son los ms claramente descomponibles. Aun as, en el caso de sofrer y sonrer es posible que todava reconozcamos la rela-cin de los afijos correspondientes con sub- y podamos concluir, acerta-

    Hay que tener presente que, en la creacin lxica, lo que examinamos son procesos produc-tivos que estn en la base de la formacin regular; distinta cosa son las palabras complejas que nos han llegado ya constituidas, de acuerdo con patrones histricos, o las que ocasionalmente puedan formarse por analoga con ellas.

    E L A N L I S I S D E LA P A L A B R A C O M P L E J A

    damente, que son todos alomorfos del mismo morfema. Ahora bien, el sub- latino degener en otras formas afjales, como las que aparecen en las palabras sa-humar, zarn-bullir y cha-podar, variantes muy distantes ya del primitivo sub-. Por otra parte, las voces que contienen estas formas del afijo son pocas, y la facultad de descomponer semnticamente cada una de esas palabras para dar motivacin a una supuesta variante del morfe-ma sub- es privativa de un hablante con conocimientos etimolgicos. En consecuencia, no consideramos que sa-, zam- y cha- sean alomorfos de un mismo morfema en el estado actual de la lengua.

    Podemos pensar que, a ye_ces, la similitud formal necesaria para ha-blar de alomorfia no se cumple y, sin embargo, sentimos que las formas en cuestin son variantes de un mismo morfema. La razn de esta per-cepcin, sin duda acertada en la mayora de las ocasiones, es que la va-riacin mostrada entre los supuestos alomorfos se asienta en una evo-lucin fnica patente en otras muchas formas, de modo que cualquier hablante de la lengua, aun sin la informacin etimolgica correspondien-te, tiene ese conocimiento tcito. Por ejemplo, podemos concluir que IIu-vioso y pluvioso contienen un mismo morfema radical que se realiza con dos alomorfos, lluvi- y pluvi-, porque la alternancia II- / pl- en formas po-pulares y cultas, respectivamente, est lo suficientemente representada en el vocabulario espaol como para que el hablante reconozca su estre-cha relacin y, por tanto, en el caso que nos ocupa, no tenga dificultad en identificar lluvi- y pluvi- como formas alternantes del mismo lexema.

    Es preciso tener presente que los alomorfos de un mismo morfema, adems de compartir una semejanza formal, han de tener el mismo signi-ficado. As, puede ocurrir que dos morfemas, distintos en su origen, hayan desarrollado en espaol formas homnimas; estas, sin embargo, no pueden considerarse alomorfos al no compartir un mismo significa-do. Vemoslo con un ejemplo. La raz que est en la base de la palabra pie tiene, al menos, dos alomorfos: pie-, como en el nombre simple pie o en el compuesto pedemonte o en el aumentativo pezazo, y ped-, presente en ped-al o ped-neo. Otras palabras espaolas, como pediatra, pederasta o pedagoga, muestran tambin un morfema ped- pero, en estos casos, con el significado de "nio". Evidentemente, este ped-, que deriva del nombre griego para "nio" (pais, paids), no es alomorfo de pie.

    El grado de distancia semntica que nos permite considerar ciertos elementos morfolgicos como el mismo morfema es tambin un asunto problemtico. Por ejemplo, en espaol tenemos un afijo des- que, apare-

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    riendo siempre bajo la misma forma, rrarjLsmite_sin embargo significados distintos (vase cap. 4). As, en des-tapar o des-ench^ar, desjJn^C-h. re-versin de la accin significada por el verbo de la base (tapar y enchufar, respectivamente), pero en des-conocer o des-acertar denota puramente la negacin. An es posible reconocer en^l^ ocros significados: privacin, en descabezar, exceso, en deslenguado. Deberemos postular un morfema in-dependiente para cada uno de estos significados? La respuesta nos ven-dr, una vez ms, tras observar el resto del sistema de la lengua con cier-to detenimiento. Por lo pronto, los significados de negacin, privacin e inversin forman un continuo que, en algunas formaciones, no es fcil de discriminar. Acaso no indica tanto la negacin como la privacin un verbo como descuidar, y la privacin, adems de la inversin, uno como desabollar, o negacin e inversin, uno como desconfiarl Adems, otros morfemas, como in-, combinan significados semejantes, deducibles de la relacin que establece este afijo con la base en cuestin. As, in-, que con bases adjetivas indica negacin o contrariedad (in-ti, in-capaz), denota privacin con los pocos verbos y nombres deverbales a los que se adjun-ta (in-comunicar, im-pago). La forma in- tiene, en cambio, un significado totalmente diferente en los verbos im-poner e in-corporar. un significado de direccin o locacin compartido con la preposicin en. Su distribucin es tambin distinta de la del primer in-, pues el morfema locativo in- se une con ms productividad a verbos o nombres, mientras que el afijo negati-vo in- selecciona preferentemente bases adjetivas. Parece, pues, ms sis-temtico y general considerar que, en el caso de in-, tenemos dos morfe-mas (uno negativo y otro locativo) y, en el de des-, un nico morfema que despliega variantes significativas, relativamente cercanas entre s y con una misma distribucin.

    Por ltimo, tengamos en cuenta que, antes de postular la existencia de alomorfia, debemos analizar con atencin la causa de la aparente pro-liferacin de formas alternantes. Por ejemplo, en mat-adero, beb-edero y herv-idero parecera que tenemos tres alomorfos: -adero, -edero, -idero. Ob-servemos, sin embargo, que todos estos afijos nominales descansan so-bre una base verbal y que la vocal inicial que los diferencia es atribuible a la clase conjugacional de cada uno de los verbos que constituyen el le-xema: -a en mat-a(r), -e en beb-e(r), - i en herv-i(r), de modo que en reali-dad tenemos un nico morfema derivativo -dero que se asienta sobre un tema verbal, es decir sobre una raz verbal ms la vocal temtica que de-fine su clase conjugacional (\, 2- o 3 a conjugacin).

    E L A N L I S I S D E LA P A L A B R A C O M P L E J A

    LECTURAS

    BOSQUE, IGNACIO (1982): "La Morfologa", en F. Abad y A Garca Berrio (coords.), Introducn a la lingistica, Madrid, Alhambra, pgs. 115-153.

    PENA, JESS (1999): "Partes de la morfologa. Las unidades del anlisis morfol-gico", en I . Bosque y V. Demonte (dirs.), Gramtica descriptiva de la lengua es-paola, Madrid, Espasa Calpe, cap. 66.

    VRELA, SOLEDAD (1990): Fundamentos de morfologa, Madrid, Sntesis, pgs. 11-28.

    EJERCICIOS

    1. Distinga en maysculas el lexema o raz de cada palabra y separe cada uno de los afijos: contraguerrillero, desenmascarar, buenamente, afrcanismo, indescifrable, estructural, enamoradizo, abaratamiento, confraternidad, antirreglamentario, vicegobernador, submarino.

    2. L a s siguientes palabras estn todas formadas por temas de origen griego o latino. Identifiquelos y diga cul es el significado genera] de cada uno: telfono, grafoscopio, foto-fobia, neuralgia, aurfero, pedagogo, microbiologa, poligamia. (Para ejercicios de este tipo, consulte los anexos correspondientes que aparecen en el primero de los libros de Guti-rrez Rodilla que recomendamos en la Introduccin) .

    3. Diferencie entre afijos derivativos y afijos flexivos 3 : repatriramos, portero, grande-za, desechabais, arenosas, publicaciones, contrapesases, cazadoras.

    4. C o m o ya sabemos, los morfemas se identifican por su aparicin en otras pala-bras, por lo que llamamos su 'recurrencia'. Identifique el afijo nominal que contiene cada uno de estos nombres y proponga otra palabra donde aparezca con el mismo significado (ej., veni-DA > sa!i-da): motivacin, viedo, esquiador, hospedaje, templanza, cojera, bondad, librera.

    3 Convendonalmente, solo aislaremos el morfema de gnero en el nombre cuando este marque con dos morfemas distintos el gnero masculino y el femenino. P. ej., en hombre no aisla-remos la -e como morfema de gnero masculino, porque no tenemos hembra como su contrapar-tida femenina, pero en jefe segmentaremos jef-t porque aqu el morfema -e de masculino se opone al morfema -a de femenino que aparece en jefa. Igualmente, aislaremos el morfema flexivo de g-nero en el adjetivo slo cuando este presente mocin de gnero: rubi-o / rubi-a, pero grande.

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  • M O R F O L O G A L X I C A : LA F O R M A C I N DE P A L A B R A S

    5. Haga lo mismo en el caso de los afijos adjetivales que aparecen en las siguientes palabras (ej., decor-OSO > bab-oso): perruno, diamantino, africano, continental, atmico, sa-lado, habitable, meditabundo.

    6. Al aislar los morfemas de una palabra, identificamos jias posiciones en las que podran colocarse otros morfemas con la misma distribucin crue aquellos. E n la lista de palabras que aparece a continuacin, aisle primero los morfemas de cada palabra y, se-guidamente, intercambie entre s los morfemas que contienen unas y otras de tal modo que pueda formar nuevas palabras (ej., solutona-BLE, cambia-DO > soluciona-do, cambia-ble): restablecimiento, incontrolable, comunicado, descongelante, informacin.

    7. Acuda a argumentos relacionados con la 'adecuacin al sistema' o el 'paralelismo estructural' (cf. 1.2) para fundamentar su eleccin entre las dos posibles segmentacio-nes del diminutivo chiquirritinn:

    (a) chiau-trr-it-it-m; (b) chiqui-rri-t-tn.

    8. En qu sentido los adverbios derivados en -mente, como buenamente o severamen-te, contradicen la generalizacin que hemos hecho en la exposicin terica sobre la orde-nacin correlativa de los afijos exivos y derivativos?

    9. E l adjetivo silente tiene la apariencia de una palabra compleja con u n morfema -nte, comparable al que aparece en otros adjetivos derivados de verbos: cortar > corta-nte ("que corta"), absorber > absorbe-nte ("que absorbe"), relucir > re!ucie-nte ("que reluce"). Sin embargo, as como todos estos adjetivos estn relacionados formal y semnticamente con u n verbo de nuestra lengua, para silente no tenemos un verbo siler. Qu solucin puede darse a casos como este? (recuerde lo que ha ledo en 1.2).

    10. Palabras como resistir que, en caso de segmentacin, nos dejan con morfemas no reconocibles (-sistir), son muestra de que (elija la respuesta que considere correcta):

    (a) los morfemas no estn necesariamente dotados de significado; (b) los morfemas no son las unidades mnimas de la morfologa; (c) algunas palabras complejas son des-componibles formalmente pero no semnticamente.

    11. L a relacin formal entre las palabras de la lengua pasa por la admisin de u n cierto grado de alomorfia. Por ejemplo, las distintas formas de las races de nad-ar / nat-acin o isi-a I insul-ar parecen bastante cercanas como para que se consideren, en cada caso, alomorfos del mismo morfema. Ms alejados estaran casos como hij-o / _fi!-a o liebr-e / lepor-ino. L a distancia es total en el caso de caballo / hpico. Cules son los datos en los que se apoyara para tratar formas semnticamente emparentadas como alomorfos y cundo esta relacin no justificara, a su parecer, tal tratamiento?

    12. E l morfema afijal in- que aparece en in-corporar o in-scribir, es el mismo que aparece en in-controlar e in-capadtar? Razone su respuesta sobre la base de argumentos semnticos, o en atencin a cualquier otra consideracin que le parezca relevante.

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    E L A N L I S I S D E LA P A L A B R A C O M P L E J A

    13. C o n objeto de diferenciar entre dos morfemas re-, con igual forma pero diferente significado, clasifique los siguientes verbos en dos grupos, atendiendo no solo al diferen-te valor semntico del afijo sino tambin al grado de transparenda exhibido por la pala-bra derivada: rehacer, reconstruir, residir, referir, reaparecer, remitir, reordenar, reducir.

    14. Ciertos morfemas radicales presentan alomorfos que pueden explicarse sobre la base del mismo fenmeno fnico; asi, los que terminan en consonante lateral: bell-o / bel-dad; doncell-a / doncel y los que terminan en consonante nasal: re-ir / ren-lla; desdeoso I desdn. Trate de determinar la alternancia en uno y otro caso.

    15. Seale los alomorfos de cada uno de los afijos que aparecen subrayados en las

    siguientes palabras (ej., ingrato, IN- tiene los alomorfos in-: in-grato, in-capaz, i - : i-legal, i -

    rrepetble e im-: im-borrab!e, im-presentabie): contertulio, bisnieto, viceministro, archiduque,

    aerifico, circuito.

    16. E l afijo -DOR que forma nombres agentivos a partir de verbos muestra varios

    alomorfos: -or {cantar > cantor), -tor (dirigir > direc-lor) y -dor (gobernar > goberna-dor).

    Busque otros ejemplos para cada uno de los alomorfos y trate de establecer las causas de

    la alomorfia.

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