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Venezuela frente al rentismo Barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano (1999-2012) Fahd Boundi 27/05/2012

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Venezuela frente al rentismo

Barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano (1999-2012)

Fahd Boundi

27/05/2012

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Origen del rentismo en Venezuela

La relación y dependencia que suponen los yacimientos de petróleo, no son un

fenómeno de reciente actualidad en la política económica de Venezuela. La relevancia

en los acontecimientos históricos que abarcan todo el siglo XX y principios de actual,

tienen como punto de partida el año 1908. Si bien es cierto que la primera compañía de

explotación petrolífera tuvo su nacimiento en 1878, bautizada con el nombre de Tachira,

su impacto económico fue meramente anecdótico. En 1908, el gobierno de Venezuela

inaugura los primeros consorcios de explotación internacionales, que tendrán como

máximos beneficiarios el gigante petrolero Standard-Oil, conocido por la figura de su

fundador, el magnate Rockefeller, y la Royal Dutch Oil, propiedad de las coranas

holandesa y británica. Para alcanzar a entender mejor la magnitud de estos consorcios,

es importante conocer el marco legal que favoreció la entrada de las primeras empresas

transnacionales en el país latinoamericano.

En 1905, Cipriano Castro aprobó la nueva Ley de Minas donde las compañías recibían

una concesión de cincuenta años para la explotación de los recursos petrolíferos del

país, a cambio del pago de una renta percibida por el Estado. No obstante, esta ley no

empezó a favorecer a las grandes petroleras de EEUU y Europa, hasta la llegada en el

poder de Juan Vicente Gómez en 1908.

El gobierno dictatorial de Vicente Gómez, tuvo como primer objetivo favorecer las

inversiones extranjeras en el país, concentrándolas en el sector del petróleo y

desplazando la producción y los ingresos procedentes del cacao, el café, la agricultura y

la ganadería. Esto se acentuaría en 1914, año conocido como el auge del petróleo

debido, principalmente, al comienzo de la Primera Guerra Mundial. La Gran Guerra

tiene el dudoso honor de ser la primera guerra industrial, en donde los avances de los

países industrializados de Europa y EEUU, demandaban como principal materia prima

el petróleo y sus derivados.

El régimen de Vicente Gómez se presentó muy benevolente con la entrada de capitales

extranjeros, lo que favoreció las concesiones de explotación, con el objetivo de recibir

rentas procedentes de éstas, creando una alta dependencia en un único sector, frenando,

de este modo, la diversificación sectorial y económica. Esto lleva a una situación que

tiene como meta maximizar las rentas del suelo, englobándolo con la teoría ricardiana,

conocida como ground-rent. Entrando en la dialéctica capitalista sobre la cuestión del

suelo, producción y propiedad privada, chocamos ante las concepciones sofistas de que

el beneficio atribuible a la fertilidad que otorga la tierra es propiedad de quien la posee y

no por quien la trabaje.

Si bien esta concepción es aplicable en el debate del conflicto sobre cómo repartir los

beneficios entre el dueño de las tierras y los agricultores, siendo estos últimos, los que

trabajaban las tierras sin recibir la parte de los beneficios correspondientes. Este sofisma

atribuible a Henry Homes y James Anderson, está cargado de percepciones metafísicas

sobre en quién recae el derecho legítimo de la propiedad de las tierras, y por ende, el

legitimado a recibir las rentas procedentes de una explotación, que la propia naturaleza

ha hecho fértil, inhabilitando de este modo, el esfuerzo de quienes la trabajan.

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En consonancia a esta idea, se desarrolla la teoría ricardiana del ground-rent, aplicable

al sector analizado, el petróleo. En esto, se suma la percepción neoclásica de las curvas

de demanda y oferta ordinarias de Alfred Marshall, en donde aparecen los conceptos de

los excedentes del consumidor y el productor. De los cuales, se podría deducir cuándo el

productor estaría dispuesto a producir o cuándo permanecería indiferente. Supuestos,

analizados ceteris paribus, que tienen como principal obsesión la escasez de recursos,

concluyendo que las rentas son producto de los precios y no de las ventas. Es decir, las

curvas de demanda y oferta se ajustarán conforme la escasez, mientras que el precio

aumentará o disminuirá con respecto las cantidades disponibles ofertadas y

demandadas.

Continuando con el análisis histórico, el Gobierno dictatorial de Vicente Gómez vio

cómo EEUU, convertido en la primera potencia tras la Gran Guerra, se convertía en el

primer inversor y beneficiario de las concesiones de explotación en Venezuela. La

acumulación de capital en EEUU, a raíz de la fuerte industrialización que propició la

Primera Guerra Mundial, supuso un excedente de capitales que se dirigieron a

inversiones en el extranjero. Aquello presumió el nacimiento de Venezuela como

economía rentista y poco diversificada, mediante el pretexto del retraso tecnológico e

industrial, durante los años de la dictadura gómecista, buscando obsesivamente, captar

capitales y rentas procedentes de los países industrializados de principios del siglo XX.

Latinoamérica no fue ajena a la lucha de clases que supone el conflicto entre los

trabajadores y los dueños de los medios de producción. La industria petrolera del país se

desarrolló, absorbiendo fuerza de trabajo, para posteriormente, tomar forma de

proletario concienciado y organizado, desatando las huelgas del petróleo, en Zulia y

Falcón, de 1936. Las grandes huelgas obligaron a los poderes oligárquicos a construir

un nuevo marco legal, recogido en la ley del trabajo de 1936, traduciéndose en el

endurecimiento de las condiciones de los trabajadores en la industria petrolera del país.

Ante estos antecedentes, los siguiente gobiernos carecieron de incentivos para llevar a

cabo planes estructurales, como la reforma agraria, o políticas de industrialización mas

allá del único sector rentable que suponía el crudo. Tras la inoperancia de los sucesivos

gobiernos, se vieron envueltos en un período crítico, tras los sucesos que

inevitablemente desataron la Segunda Guerra Mundial. Las dificultades geográficas

para detectar y explotar yacimientos en Venezuela obligaron a las potencias industriales,

absortas en su escalada armamentística, a buscar y localizar yacimientos en las colonias

de África del Norte y Oriente Medio. En 1941, los japoneses atacan Pearl Harbor y el

crudo procedente de Venezuela sufre un revés con la consiguiente reducción en la

producción por parte de los monopolistas extranjeros de explotación. Hecho que obligó

al gobierno de Medina a decretar una nueva ley de petróleo, que aumentó la presión

fiscal sobre los consorcios junto a la extensión del número de refinerías. Los resultados

se vieron de manera inmediata y las rentas procedentes del crudo se dispararon. Tras

finalizar la Segunda Guerra Mundial, solo el gobierno de Rómulo Gallego Betancourt

(1958-1963) dio dinamismo a la economía venezolana, al mismo tiempo que impulsaba

la fundación de la OPEP, permitiendo de este modo cambios estructurales dentro del

país.

La administración de Betancourt realizó reformas agrarias que hasta entonces habían

sido inexistentes en los anteriores mandatos. La cuestión de la tierra, siempre había sido

materia de discusión respecto a la industrialización, incrustado en el clásico debate

sobre la propiedad privada y la teoría del valor-trabajo. Karl Marx describió la cuota de

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plusvalía, como el cociente entre el trabajo excedente y el trabajo necesario, ergo,

representa el grado de explotación de la fuerza de trabajo por el capital, en el caso de la

tierra, representa el grado de explotación entre el agricultor y el propietario1. La

novedad de la reforma agraria de Betancourt, es que las grandes haciendas latifundistas

concentradas en manos de unos pocos señores oligarcas, propietarios de la tierra,

desaparecían y pasaban a ser distribuidas de manera equitativa dentro de un marco que

favorecía la aparición de pequeños propietarios, de los que se esperaba, una función

social en la explotación. Si bien es cierto, no se llevó a cabo de facto la colectivización

de las tierras, al menos, se garantizaron los cambios estructurales que permitiesen el

éxodo rural hacia las ciudades, consintiendo mayores cambios político-sociales en el

país.

No obstante, este tímido intento se presentó insuficiente, debido a la dependencia de

Venezuela de las inversiones y capitales extranjeros, que habían creado barreras para

desarrollar una revolución industrial, que se encontraba vacía de una clase burguesa

capaz de jugar un papel progresista. La oligarquía de la clase burguesa, en Venezuela y

el resto de América Latina, estaba subordinada a los designios de los antiguos maestros

coloniales. Es decir, el rentismo que nació con el régimen gómecista, creó una simbiosis

e interdependencia de los capitales procedentes de los grandes monopolistas de

hidrocarburos, principalmente de EEUU. La oportunidad que pudo haber supuesto la

Primera Guerra Mundial para llevar a cabo una revolución industrial completa, fue

aplacada de manera inmediata por las rentas derivadas de los hidrocarburos.

Quizás por ello, Betancourt llevó adelante el plan de la primera empresa estatal de

hidrocarburos, conocida por el nombre de la Corporación Venezolana del Petróleo

(CVP). La dependencia de la tecnología de refinamiento y extracción iba pronto a verse

amenazada por los conocimientos que estaba adquiriendo la empresa estatal. La

nacionalización del crudo tuvo como principal mercado el propio país y la necesidad de

expandirse a los mercados internacionales. Esta necesidad tendrá por resultado el

nacimiento de la OPEP, organismo que protagonizará importantes acontecimientos

históricos. Por ello, haremos un paréntesis de trascendental relevancia, con respecto a la

importancia de la experiencia iraní, bajo el análisis comparativo con Venezuela. Es de

substancial reseña conocer la experiencia del país persa, ya que abarca períodos que nos

ayudaran a comprender aun mejor el rentismo. Cabe señalar que la relación entre Irán y

Venezuela, en su evolución rentistas, se extiende hasta la actualidad, como si de una

sarcástica broma del destino se tratase.

La experiencia iraní: de Mohammad Reza Pahlevi a Khomeini

Las características y experiencias históricas de Irán, son una profunda muestra de que el

rentismo encarna los instrumentos oligárquicos entre los Estados de las naciones

periféricas, junto a las potencias industrializadas. Creando lazos de interdependencia,

sin la necesidad de llevar a cabo una conquista colonial clásica, mediante la influencia

en la política económica de quiénes gobiernan, convertidos en perceptores de rentas,

cediendo las explotaciones de los recursos naturales. De este modo, se pretende limitar

1 Karl Marx, expresa la cuota de la plusvalía de la siguiente forma: (P/V), donde P, es la plusvalía, y V, es

el capital variable. A esta relación le sigue, (P/V)=Plusvalía/valor de la f. de

trab.=trab.excedente/trab.necesario. MARX, Karl (2006): El capital: crítica de la economía política, vol.

I, México, D.F, Fondo de Cultura Económica, pp.444-447.

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la participación democrática de la clase trabajadora, frenados por la visión enraizada en

el idealismo-metafísico sobre el derecho de la propiedad privada capitalista.

En palabras de León Trotsky; “las fuerzas productivas de la sociedad capitalista rebasan

desde hace mucho tiempo las fronteras nacionales. La guerra imperialista fue una de las

manifestaciones de este hecho”2. Es decir, la guerra imperialista no tiene como únicos

elementos de persuasión los ejércitos y la industria militar, sino también la influencia

en las políticas económicas, como fue el caso de régimen del último Sha de Persia,

Mohammad Reza Pahlevi.

El Sha, se convirtió en 1941 en uno de los principales aliados de EEUU y Reino Unido

en Oriente Medio. Pero hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial, no

comenzarían los favores a los consorcios de los gigantes petroleros occidentales. Irán

caería en la trampa rentista, y cedería las explotaciones a las grandes empresas,

favoreciendo un régimen que frenaba cualquier iniciativa progresista de la clase

burguesa, beneficiaria de las rentas de los hidrocarburos. El régimen de Pahlevi actuaría

presumiblemente como “caballo de Troya” dentro de la OPEP. Por ello, es de suma

importancia conocer el breve gobierno democrático de Mohammad Mossadeq.

En 1951, Mossadeq fue elegido democráticamente como primer ministro de Irán y

pretendió llevar a cabo la nacionalización del petróleo, aspecto que enfureció las

aspiraciones económicas de los monopolistas estadounidenses y británicos. Para

situarnos, tenemos que tener en cuenta que la OPEP aun no se había constituido, y la

popularidad de las teorías marxistas estaba en su punto álgido, aunque frenadas por el

revisionismo soviético heredado de la teoría errónea del socialismo en un país o

socialismo nacional. Mossadeq ya había defendido anteriormente la necesidad de que la

producción y explotación de los recursos petrolíferos fueran asunto exclusivo del Estado

y la sociedad persa, lo que motivó su encarcelamiento en 1940. El peligro que suponía

la figura de Mossadeq no estaba centrado en su discurso de recuperar los recursos

naturales con el objetivo final de repercutir en beneficios sociales para los iraníes, sino

más bien por su perfil que podría dar nacimiento a una vanguardia que lanzaría a Irán a

una revolución política y social.

Este hecho se verá frenado, no solo por el intervencionismo económico de los maestros

coloniales, sino por la imposibilidad de llevar a cabo una revolución internacional tras

las experiencias de la Tercera Internacional, y la posterior traición por parte de la

burocracia soviética y el revisionismo de la socialdemocracia. La oficialidad de los

partidos comunistas influidos por las decisiones de Moscú, crearon a partir de 1924, la

dinámica en donde las vanguardias, posadas sobre el apoyo de la clase obrera como

motores de las revoluciones, se encontraban expectantes a las ordenes provenientes de

Moscú. Esto se observó dramáticamente en la revolución en China, cuando el Partido

Comunista de la Unión Soviética sugirió al Partido Comunista Chino que apoyase a

Chiang Kai-chek y el Kuomintang, enmarcado en la teoría revisionista de las dos

etapas. Los resultados fueron desastrosos, la clase obrera y campesina, soportes del

PCCh, sufrieron la represión, primero de Chiang y después de la opción de “izquierdas”

que apoyó mas tarde Stalin, encarnada en la figura de Wang Ching-wei.

2 TROTSKY, León (2009): La Revolución Permanente, Madrid, Público, p.31.

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Otra experiencia histórica que refleja esta dinámica fue la Guerra Civil española, donde

la URSS apoyó a los socialistas burgueses, representados por Negrín, Prieto y Azaña.

La represión no se hizo esperar, partidos que habían roto con la oficialidad de PCUS,

sufrieron la persecución, como fue el caso del POUM y Andreu Nin, él cuál fue

ejecutado por el NKVD soviético. Los pretextos que por aquel entonces se esbozaros

fueron aplicados en el resto de países en donde los conflictos sociales podían llevar a

revoluciones, que amenazaban la hegemonía de las empresas transnacionales y los

intereses de Moscú, como ocurrió en Irán.

La experiencia iraní y el peligro que suponía Mossadeq, se reflejaban en la gran

impopularidad de Reza Pahlevi, que encontró como mayor enemigo para sus

pretensiones, la propia constitución iraní redactada en 1906. Podemos considerar este

hecho un indicador de cómo la propia democracia parlamentaria se presenta como un

peligro para los intereses económicos de las empresas y los países industrializados, los

cuales, muestran ventajas absolutas en tecnología y bienes de gran valor añadido, pero

que carecen de recursos naturales para sus sistemas de producción. Este aspecto es el

que presenta mejor la relación entre Venezuela e Irán, a diferencia de otras naciones con

estructuras políticas menos avanzadas tras largos periodos subordinados al colonialismo

británico y francés.

En la obra de Noam Chomsky, Estados Fallidos, se profundiza en este aspecto en donde

las relaciones de dependencia entre el centro y la periferia, encuentran de manera

irónica, el escollo de la democracia parlamentaria. En el caso de Venezuela, el período

gómecista fomentó la transformación a una economía rentista perdiendo la gran

oportunidad histórica para las pretensiones de industrialización, que pudo suponer la

Primera Guerra Mundial. Por otro lado, Irán vio frenado su camino hacia el desarrollo

industrial durante los reinados de Reza Sha y Reza Pahlevi, convirtiendo la economía

persa en rentista. La popularidad de Mossadeq, elegido democráticamente por los

iraníes gracias a que la Constitución de 1906 instituía al país como una monarquía

parlamentaria, conmocionó los intereses de las potencias capitalistas, viéndose

obligados a llevar a cabo un golpe de Estado. Kermit Roosevelt fue el elegido para tal

misión y revitalizó la imagen del monarca Pahlevi, quien influyó en la prensa iraní para

desacreditar la imagen del primer ministro de Irán.

A partir de ese momento, la independencia política y económica de Irán desapareció y

el papel que empezaría a jugar sería el de “caballo de Troya” dentro de la OPEP. La

teoría neoclásica de las curvas ordinarias de oferta y demanda, registra cómo las

perturbaciones entre la cantidad demandada y ofertada puede afectar en el precio de

mercado, es decir, cualquier perturbación que pudiera afectar la producción de crudo,

puede tener como respuesta un alza en el precio del barril de petróleo. La

nacionalización y la creación de la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), no

tuvo mayor transcendencia en los planes de las empresas petroleras, debido en gran

parte a la experiencia iraní.

Los fundadores de la OPEP fueron Venezuela, Arabia Saudita, Irak, Irán y Kuwait,

reunidos el 14 de septiembre de 1960 en Bagdad. El hecho de que cinco de sus

fundadores sean países de Oriente Medio, presume un aspecto de vital importancia. Tras

la independencia de los países árabes a partir de 1956, estos se toparon con los planes de

los maestros coloniales para promocionar gobiernos dependientes a ellos. La figura mas

importante en estos planes fue el general Abdul Karim Qasim, que tomaría el mismo

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papel realizado por el Sha Pahlevi, cediendo los consorcios de explotación a los

gigantes petroleros de los países industrializados.

En cambio, dentro del panorama internacional de la Guerra Fría y el comienzo de la

época post-colonial, surgirían figuras como la de Gamal Abdul-Nasser que afectarán los

planes de influencia en la política económica de los miembros de la OPEP. Arabia

Saudita se manifestaba como el país más hostil hacia las intervenciones de EEUU,

mientras que Irak, con Qasim, en consonancia con la monarquía iraní, aumentaba la

producción de petróleo y mantenía el precio del barril barato. Otro aspecto que

favoreció estos condicionantes fue la entrada en el mercado internacional del crudo

procedente de la URSS bajo la dirección de Nikita Khrusev, quien había permitido

ciertas liberalizaciones en la economía soviética. Es importante señalar, por aquel

entonces, la burocracia soviética no presentaba ninguna aspiración revolucionaria.

En este contexto, las reformas que llevó a cabo Betancourt no tuvieron los resultados

esperados y el papel iraní aún era mayor. La amenaza de la nacionalización del Canal de

Suez en 1956, sólo obtuvo como resultado el cambio hegemónico a favor de EEUU y la

URSS, quienes se encontraban en su fase de expansión imperial. La popularidad de

Gamal Abdul-Nasser tuvo como victima política al general Qasim, asesinado en 1963,

lo que potenció aún más la importancia de Irán como “caballo de Troya”. Esto trajo

significativas crisis en la economía venezolana a partir de la década de los 60, puesto

que la nacionalización de los recursos de hidrocarburos tenían como objetivo cubrir la

demanda interna del país, mientras, los excedentes debían ser dirigidos al mercado

internacional. En cambio, el aumento de la producción y la oferta del crudo provocaron

el desplome de los precios. La baja diversificación de la industria venezolana y el

relativo atraso, no permitieron la independencia económica ante las perturbaciones de

los precios, lo que obligó a partir de 1966, con el gobierno constitucional de Raúl Leoni,

a realizar cambios en los impuestos que debían pagar las empresas extranjeras por la

explotación de hidrocarburos, que hasta entonces se mantenía por debajo del precio del

mercado internacional, provocando una acumulación de capital en favor de las

compañías extranjeras. Esta reforma fiscal, y los acontecimientos en Irak y Egipto,

potenciaron el papel de Irán, que aumentaría la producción, con el consiguiente aumento

de la oferta. Lo que se traduce en que la reforma fiscal de Leoni, tampoco tuviese un

mayor impacto sobre los beneficios en los monopolios de hidrocarburos occidentales.

Ante este panorama, el primer gobierno de Rafael Caldera, denunciaría el tratado

comercial con EEUU y aplicaría reformas más drásticas que las de la etapa de Leoni.

Estas reformas recogidas en el IV Plan de la Nación, tenían por objetivo la construcción

de infraestructuras, con el consecuente aumento del gasto público, actuando como un

efecto multiplicador de la demanda agregada, dando lugar así un proceso de

industrialización financiado con las rentas procedentes de la explotación del petróleo.

Pero no sería hasta 1973, cuando el rumbo de la economía venezolana y el resto de

países de la OPEP tomaría un nuevo rumbo. El panarabismo como ideología se extendió

en los principales países árabes, fomentado por Nasser, Gadafi y el partido Baaz en Siria

e Irak. La nacionalización del petróleo en Irak y Libia, la cuestión palestina y el objetivo

de crear una nación árabe se presentaron como las principales variables que podrían

trastocar los intereses económicos de las compañías extranjeras. La humillación que

supuso la Guerra de los Seis días en 1967 y la perdida de territorio de gran valor

geoestratégico y económico, siendo los mas importantes, los Altos de Golán y la

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península de Sinaí, motivó a los países árabes a llevara a cabo un plan para la

recuperación de los mismos. La OPEP decidió el embargo de petróleo a las naciones

que apoyaron a Israel en la guerra de Yom Kippur o Guerra de los Seis días. La

disminución de la oferta de crudo disparó los precios y extendió el descontento en la

población iraní ante las decisiones de Pahevli y su apoyo a las potencias occidentales.

El aumento del precio del petróleo fue altamente beneficioso en la economía de

Venezuela, que recibía extraordinarias rentas. Los países afectados por el embargo

sufrieron efectos inflacionistas y consecuencias en su actividad económica e industrial,

desnudando su dependencia de las materias primas procedentes de los países periféricos.

Estos beneficios para la economía venezolana se verán potenciados en 1976 con Carlos

Andrés Pérez, cuando por fin conseguiría la total nacionalización de los hidrocarburos

tras el pago de una indemnización a las corporaciones extranjeras por valor de 4.348

millones de dólares. La empresa Petróleos Venezuela se convertiría, de este modo, en la

empresa estatal encargada de la explotación, mientras que las rentas repercutirán con

más fuerza en la economía del país.

Por tanto, la importancia de Irán va ser aun más influyente en la economía de Venezuela

con la experiencia histórica de la revolución iraní de 1979. La imagen desgastada del

monarca Pahlevi, quien permitió la humillante intervención occidental en 1953, y las

decadentes condiciones de gran parte de los iraníes, crearon un contexto favorable para

el ayatolá Khomeini y sus aspiraciones políticas en el país. La vanguardia que pudo

suponer el Partido Tudeh, de ideología marxista, con la popular figura de Mossadeq

sufrió su mayor revés en 1953, abandonado a su suerte por el revisionismo ideológico

de la URSS, permitiendo de este modo, un escenario oportunista para Khomeini, cuyos

discursos estaban cargados de nacionalismo e existencialismo inspirados en el filósofo

persa del S.XVI, Mulla Sadrá3.

El 16 de enero de 1979, fue la fecha en la que se gestó la revolución iraní y comenzó el

exilio del Sha, llevándose como único recuerdo de su reino una caja que contenía tierra

del país persa. No obstante, el monopolio de la violencia que define a los Estados

modernos, mantuvo fiel al ejército y a la Guardia Imperial que se presentaron en las

calles de Teherán para aplastar a los revolucionarios. Pero el 1 de febrero, el ayatolá

Khomeini volvió de su exilio en Francia y comenzó a hablar de cambio de régimen,

evitando referencias sobre religión e Islam. A partir de este momento, los planes

económicos de las potencias industriales se encontraban amenazados e intentar un golpe

de Estado semejante al de 1953 era prácticamente imposible, por lo que dirigieron su

estrategia a seducir a su vecino árabe, Irak.

Tras el acuerdo de Argel en 1975, se delimitaron las fronteras entre Irak e Irán

creándose, de este modo, la rivalidad por la región de Shatt al-Arab o Arvand Rūd, con

población mayoritariamente arabófona. El gobierno laico de Sadam Hussein creyó tener

la oportunidad de recuperar la región que anteriormente fue iraquí, y que la población

árabe de la zona iraní prestaría su apoyo, todo esto con el beneplácito de EEUU y los

3 “Mulla Sadrá, cuyo nombre completo es Sadr al-Din Muhammad, nació en Shiraz en torno a 979/1571,

hijo único de Ibrahim Shiraz. Un miembro de la conocida familia Qawam de Shiraz, Ibrahim mantuvo su

posición de visir y fue una poderosa figura política y social en su ciudad natal. El joven Sadr al-Din

mostró su excepcional inteligencia desde la infancia y disfrutó de la mejor educación en Shiraz”.

SHARIF, Mian M (1966): A History of Muslim Philosophy: with short accounts of other disciplines and

the modern renaissance in Muslim lands, vol.2, Wiesbaden, Harrassowitz, pp.932-960.

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miembros que formaban la OTAN. En 1980 estalla la primera Guerra del Golfo, y de

nuevo el precio del barril de petróleo se disparó con consecuencias en la economía

mundial, pero con la particularidad de la creación de un “seguro” que financiaría las

pérdidas en los excedentes de los productores occidentales de crudo. La venta de

armamento, tanto a Irán como a Irak, financió las posibles pérdidas económicas,

mientras que las externalidades negativas se trasladaron a los países con economías más

atrasadas y menos diversificadas, con un alto nivel de dependencia en las exportaciones

de petróleo procedentes de los países productores.

Para Venezuela la situación fue desfavorable, creándose una fuga de capitales

extranjeros y un aumento de la inflación y la deuda pública. El único sector industrial

completamente desarrollado se convirtió en el gran enemigo de la economía venezolana,

viéndose obligado el gobierno de Luis Herrera Campis a emitir deuda y llevar a cabo

políticas inflacionistas para reanimar la actividad económica del país. Esto supondrá un

proceso que presentará externalidades negativas, no solo en la economía y la sociedad,

sino también fuertes impactos medioambientales debido a la búsqueda de financiación a

través de créditos, efectos que no se ven reflejados en los precios de mercado. Para ello

tomaremos prestado el término de deuda ecológica de los profesores Joan Martínez

Allier y Arcadi Olivares. El pago de la deuda externa implica también el pago de sus

intereses, es decir, se debe de lograr un excedente que se logrará cuando la producción

sea mayor que el consumo, para ello es necesario “un aumento genuino” de la

productividad. Para alcanzar este aumento de la producción, es necesario que los países

deudores hagan un uso abusivo de los recursos naturales, creando así, un

empobrecimiento de la población y una infravaloración del futuro, debido a que los

recursos agotables, como el petróleo, no crecen al nivel de los tipos de interés. Joan

Martínez Alier explica esta relación, en función de dos aspectos principales:

Esas relaciones (deuda externa y deuda ecológica) comprenden dos aspectos

principales. El primer aspecto de la relación entre deuda externa y deuda ecológica

es el reclamo de la deuda ecológica, a cuenta de la exportación mal pagada (pues los

precios no incluyen diversos costos sociales y ambientales, locales y globales) y a

cuenta de los servicios ambientales gratuitos. Por ejemplo, el petróleo que México

exporta a Estados Unidos (país que se ha convertido en gran importador de petróleo)

esta infravalorado porque no tiene en cuenta la contaminación producida en las

zonas de extracción de bosque tropical húmedo de Tabasco y Campeche, porque no

incorpora un coste adicional, a cuenta de sus efectos negativos sobre el cambio

climático global, y porque menosprecia la demanda mexicana futura.4

Llegados a este punto, dejaremos aparcada la relación entre Venezuela e Irán, que

rescataremos mas tarde, para sumergirnos en el que quizás sea el eslabón que mejor

explica el rentismo en Venezuela.

De la revolución bolchevique a la contrarrevolución de la oferta: laissez-faire ou

laissez-mourir?

Antes de comenzar cualquier explicación, debemos de conocer el origen de las dos

ideologías que pretendieron alcanzar la hegemonía durante el S.XX y la influencia que

tuvieron. El punto de partida será una breve reflexión sobre el liberalismo clásico, para

4 MARTINEZ ALIER, Joan y OLIVERES, Arcadi (2010): ¿Quién debe a quién?, Madrid, 2010, Público,

p.44.

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ello contaremos con la cita de Wilhelm von Humboldt, procedente de la conferencia de

Noam Chomsky dictada en el Perry Center de Nueva York, que sin duda ilustrará el

camino de nuestra argumentación. Humboldt escribió en 1792 “los limites de la acción

del Estado”, del cuál tomaremos el siguiente extracto en el que el autor supone que el

Estado tiende “a dejar de lado los objetivos individuales del hombre y a convertirlo en

un simple instrumento que le sirva para sus arbitrarios fines”.

El papel del Estado es el punto del que nacerán las teorías sobre el liberalismo

económico y el socialismo. Estas similitudes las podemos encontrar reflejadas, en cómo

ambas ideologías buscan como fin ultimo la desaparición del Estado y el nacimiento de

una sociedad autogestionada y autosuficiente. Por ende, debemos de precisar en que han

quedado estas intenciones y si realmente ha existido una voluntad de alcanzar esos

fines.

Para ello, la fecha de partida será Noviembre de 1917, momento histórico lleno de

experiencias para realizar nuestro análisis. En el año que tomamos cómo punto de

inicio, se nos presenta un escenario de guerra entre las grandes potencias económicas

por el dominio de la hegemonía mundial. Los partidos socialdemócratas empezaron a

alejarse del marxismo clásico, abandonando los conceptos de lucha de clases y

materialismo histórico, abrazando las teorías revisionistas de Eduard Bernstein y Karl

Kautsky, lo que supuso la ruptura con el partido de destacados miembros, siendo los

más importantes, Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht. El revisionismo de las teorías de

Marx y Engels, darán un importante protagonismo al papel del Estado y recordaran, en

cierto modo, al programa Gotha de Ferdinand Lassalle. Por otro lado, la importancia de

un Estado para las aspiraciones colonialistas del capitalismo, dejaban huérfanas las

teorías de Adam Smith y Ricardo, contrarias al mercantilismo.

Ante esta situación, y al verse acorralada Alemania entre dos frentes, el mariscal Von

Hidenburg decide enviar a Lenin, directo desde Suiza, a Rusia. Tras lo cual comienza la

Revolución Rusa, culminando en Febrero con el ascenso del gobierno de Kerensky,

quien pactará con las potencias occidentales mantener el frente abierto contra el II

Reich. Ante el descontento del ejército ruso junto a la popularidad de Lenin y el partido

bolchevique, nacerá la Revolución de Octubre, que culminará el 7 de Noviembre. El

proceso revolucionario no finalizará hasta 1921, cuando concluye la Guerra Civil, tras la

intervención de catorce potencias extranjeras, unidas con el objetivo de eliminar el

gobierno bolchevique.

De este modo nace el primer Estado socialista, con el gran reto de convertir una

economía feudal y netamente agrícola, en una economía industrializada. Para ello, y tras

el incidente de los marineros de Kronstadt, se vio la necesidad de crear un programa de

cambios estructurales en la economía heredada del antiguo imperio zarista. El primer

programa estructural, se conoció como NEP o nueva política económica, con el fin de

crear los condicionantes para alcanzar el proceso de industrialización, mediante la

restauración de la propiedad privada en los derechos de explotación de la tierra. Los

agricultores pagarán un impuesto al Estado, a cambio de mantener un excedente en la

producción. Estos excedentes serán vendidos en el mercado a través de comerciantes,

creándose de este modo un aumento de la producción agrícola e industrial, entrando en

una fase capitalista dentro de la economía rusa, devastada tras la Guerra Civil. La NEP

sería mas tarde sustituida por los planes quinquenales.

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10

Tras la muerte de Lenin, comienza un período que eliminará a gran parte de los

miembros del partido bolchevique, creando un aparato burocrático heredado de la época

zarista, conocido por el nombre de politbureau. Stalin alcanza el poder, y establece

como máxima figura la del secretario general, implantando un Estado burocrático

encargado de la producción y dueño de los medios de producción. El Estado tomará el

papel de las empresas y se organizará un modelo burocrático con aspiraciones

imperialistas, que se cumplirán tras la Segunda Guerra Mundial. Los países satélites y

las republicas socialistas soviéticas, comerciarán en base a la teoría ricadiana de las

ventajas comparativas, creando una dependencia hacia Moscú que actuaba como

economía central. La obsesión por aumentar la producción empujó a la burocracia

soviética a implantar el fordismo como modelo productivo, aplicando la cadena de

montaje dentro de las fábricas y la mecanización del trabajado, alienando a los obreros

de las fábricas. Los planes quinquenales consiguieron transformar la economía

soviética, heredera de un modelo de rentismo agrario, en el cuál, debido a la fertilidad

de las tierras dedicadas a la agricultura en Ucrania y Rusia se creaba un excedente

dedicado a la exportación5. Para romper esta dependencia, y tras el éxito del programa

NEP, el politbureau decidió llevar a cabo la colectivización de las tierras en Ucrania, en

contra de los deseos oligarcas de los kulaks, quienes sabotearon la producción y

espolearon al gobierno de Stalin a llevar a cabo su aparato represivo.

La colectivización de las tierras permitió la aparición de granjas colectivas, mientras

que la producción se vendía al precio fijado por el Estado, con el fin último de financiar

el proceso de industrialización. No obstante, el descontento de los campesinos debido a

las condiciones impuestas por el gobierno y a la promesa incumplida de la socialización

de los medios de producción, junto a la especulación en los precios de grano por parte

de los kulaks, fueron los detonantes del fracaso de los planes de la burocracia. Ante esta

disyuntiva, la troika decide “innovar” creando un nuevo cuadro teórico para el

socialismo científico, rescatando la idea menchevique de las dos etapas. Esta teoría fue

bautizada como socialismo en un país, que recuerda vagamente a la teoría de la

industria naciente de Friederich List. Se pretendía alcanzar el socialismo mediante el

proteccionismo dejando de lado el internacionalismo de las teorías marxistas. Grosso

modo, la primera etapa es alcanzar la industrialización para el posterior paso al

socialismo, para ello es necesario focalizar los esfuerzos en una única nación.

Llegados a este punto, enlazaremos la teoría del socialismo en un país con las políticas

proteccionistas que llevaron a cabo EEUU, Reino Unido, Holanda y el resto de

potencias capitalistas. Friederich List argumentó que la presencia de países ricos,

imposibilita el desarrollo de los países atrasados, sí estos no contaban con la

intervención estatal y la protección arancelaria. El sofisma cargado de metafísica de la

mano invisible, afirma que el mercado es fuente de riqueza, debido a los intercambios

mercantiles entre usuarios y naciones, por tanto, el mercado es el mejor asignador de

recursos y el papel del Estado debe ser mínimo o inexistente. Para List, esta afirmación

es errónea y supone que el libre comercio es beneficioso solo entre países con niveles

similares de desarrollo industrial, y resalta el papel del proteccionismo en el crecimiento

de las economías británica y norteamericana. El lema por excelencia de los defensores

5 Se puede establecer la relación, en este caso, con la teoría de ground-rent de David Ricardo. La Rusia

zarista, hasta 1917, se caracterizó por ser una economía cuasifeudal, en la cual aún existían terratenientes

propietarios de las tierras de cultivo. Éstos recibían las rentas procedentes de la explotación de la tierra.

Más tarde, ahondaremos en este aspecto, de vital importancia.

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11

del mercado, “laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même!”6, no podía estar

mas cargado de idealismo filosófico e inexactitudes. Si analizamos el modelo de

crecimiento de los países que han importado el laissez-faire, nos toparemos ante

políticas económicas con un altísimo grado de intervencionismo por parte del Estado,

siendo el gran paradigma Inglaterra. Reino Unido, durante el S.XIX, se veía superado

tecnológicamente por Bélgica y Suiza, promulgando leyes de carácter proteccionista

con el objetivo de proteger su industria frente a los bienes y productos de aquellos

países. El auge industrial de Estado Unidos y Alemania reforzó el uso de prácticas

arancelarias, mientras el imperio británico obligaba a sus propias colonias a consumir

solo productos procedentes de la metrópoli, destruyendo por el camino la industria textil

de la India, que hasta entonces era el mayor productor y exportador de tejidos. Cabe

señalar las políticas que obligaron a los países más atrasados a abrir sus fronteras y

seguir el modelo de laissez-faire impuesto desde fuera, ante una situación que se

presentaba perjudicial para sus mercados internos y desarrollo industrial. Es destacable

el hecho de que los defensores de la economía de laissez-faire no depositaban fe alguna

en el propio mercado, y el protagonismo del Estado era de vital importancia, mientras

que por otro lado, obligaban a los países periféricos a consumir los bienes de gran valor

añadido procedentes de los países industrializados.

Esta política, que debería de ser rebautizada como laissez-mourir, tuvo graves

consecuencias en las economías precapitalistas y frenó cualquier oportunidad para su

desarrollo. Cuando finaliza la Segunda Guerra Mundial, se delimitaron las fronteras de

las dos grandes ideologías, junto a la creación de los dos bloques representados por la

OTAN y el Pacto de Varsovia, ambos de carácter imperialista pero con sus propias

peculiaridades. Mientras que el modelo de colonialismo clásico empezó a dejar de ser

rentable por los costes de transacción debidos a la prospección, transporte y control

militar, se vieron con la necesidad de otorgar la independencia a las colonias. En 1956,

la mayoría de las colonias habían conseguido su independencia, dando paso al

nacimiento de la oligarquía entre los nuevos Estados y los antiguos maestros coloniales.

El relativo atraso tecnológico e industrial de las nuevas naciones permitió a las

empresas transnacionales recibir concesiones para la explotación de los recursos

naturales, favoreciendo el nacimiento de nuevas economías rentistas. La imposibilidad

de las naciones atrasadas de llevar a cabo políticas proteccionistas, no permitían su

industrialización y se veían obligadas a caer en la trampa rentistas.

Mientras, en las naciones industrializadas capitalistas, motivadas por los impresionantes

crecimientos económicos de la URSS, empezaron la edificación del Estado de

bienestar. Para ello, se inspirarían en Lorenz von Stein, la Sozialpolitik de Birsmarck, el

revisionismo de la socialdemocracia alemana y el pensamiento de John Maynard

Keynes. Varios países capitalistas imitarían los planes quinquenales de la Unión

Soviética, como son los casos de Francia y Japón, estableciendo a su vez, pactos

sociales entre el Estado, las empresas y los sindicatos. La experiencia del New Deal

mostró como las políticas sociales distribuían mejor la riqueza de la nación, en

comparación con las anteriores políticas económicas, debido en mayor medida, a la

intervención estatal y a los axiomas keynesianos del efecto multiplicador de la demanda

efectiva, o agregada7. La reconstrucción de Europa tras la guerra, fomentó la

6 Frase atribuida al fisiócrata francés, del siglo XVIII, Jean-Claude Marie Vicent de Gournay.

7 Debemos de matizar sobre este punto. Las políticas keynesianas no fueron las que permitieron salir de la

crisis de la década de los 30. Tan sólo hubo una pequeña recuperación en 1937, de carácter insuficiente.

La Segunda Guerra Mundial supuso el punto de inflexión para salir de la crisis. De hecho, el New Deal

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implantación de modelos económicos “mixtos”8, implantando monopolios estatales

encargados de los sectores, donde los costes marginales y medios eran siempre

decrecientes e imposibilitaban para cualquier empresa privada maximizar beneficios a

corto plazo, según la explicación de los rendimientos crecientes9. Mientras, la URSS

seguía aplicando los planes quinquenales con la novedad del establecimiento de un

salario mínimo y la producción de bienes de consumo.

El imperialismo de ambas ideologías, abandonaría las viejas formas tomando la

diplomacia y la influencia política como armas. La promoción de gobiernos afines será

de vital importancia para las empresas transnacionales, lo que planteó la necesidad para

las jóvenes economías independientes, la posibilidad de huir de este dominio. Mehdi

Ben Barka preparó la Conferencia Tricontinental, que se iba a celebrar en la Habana en

enero de 1966, con el objetivo de acabar con el subdesarrollo y organizar los

movimientos revolucionarios, huérfanos del apoyo de la Unión Soviética. La lucha de

clases mundial que preparaba la Tricontinental, coaccionaba seriamente los intereses

hegemónicos de ambos bloques, y solo la desaparición de la figura de Ben Barka

extinguiría la amenaza. La formación del movimiento de los Países No Alineados

tampoco pudo romper las cadenas que unían a los países periféricos con los centrales.

Los regimenes de propiedad industrial, favorables a los países industrializados, no

permitían un trasvase de tecnología y ahogaba a las naciones post-coloniales a

especializarse en los bienes de bajo valor añadido. Las materias primas eran la única

salida a la asfixiante situación económica, promoviendo de este modo las concesiones

en explotaciones de recursos naturales. El intervencionismo en la política económica de

los países periféricos se observó dramáticamente, en la promoción del terrorismo de

Estado en Centroamérica y gobiernos dictatoriales como los de Pinochet y Videla.

América Latina se convirtió en un laboratorio para los experimentos económicos

neoliberales de la Escuela Austriaca y los Chicago Boys preparando la

contrarrevolución de la oferta.

El embargo de petróleo de 1973 provocó aumentos inflacionistas en las económicas

capitalistas, y una alta dependencia del crudo ruso en las soviéticas, mientras las

económicas rentistas como Venezuela, vieron incrementados sus ingresos procedentes

de los hidrocarburos. Las políticas keynesianas, fueron acusadas de provocar inflación,

atribuyendo al efecto multiplicador de la demanda efectiva, la característica de ser un

instrumento inflacionista. Los Acuerdos de Washington en diciembre de 1971,

impulsaron los efectos negativos debido a la ampliación de la banda de fluctuaciones al

± 2,25%, que volvería a subir otro ± 2,25% en 197310

. La devaluación del dólar afectó a

las economías periféricas, debido a que el precio del barril de petróleo es en dólares,

solo ha demostrado ser superior a la política de “no intervención” del Estado promovida por los anteriores

gobiernos estadounidenses. 8 Intervención del Estado no es sinónimo de socialismo. Se trata de un sofisma heredado de la escuela

austríaca y el revisionismo de la socialdemocracia. El término correcto es el de capitalismo de Estado.

Ergo, la economía mixta, es la coexistencia del capitalismo de mercado con el capitalismo de Estado.

Sofismas como la tercera de vía de Giddens, no son más que incongruencias dialécticas que pretenden

presentarse como alternativas. 9 Este suele ser el argumento de los economistas ortodoxos para explicar la presencia de monopolios

estatales. Toman la teoría de Ricardo sobre los rendimientos decrecientes de la tierra, aplicado en la

industria competitiva. Los economistas, a quienes se les califica de heterodoxos, afirman que los

rendimientos en el mercado competitivo son, por lo general, constantes o crecientes.

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mientras que el estancamiento de la economía de la URSS propició el camino de la

contrarrevolución de la oferta. La guerra de Afganistán en 1979, debilitó las posiciones

soviéticas en el equilibrio mundial a consecuencia del gran peso del gasto militar con

respecto al PIB, que llegó a alcanzar el 20% del producto interior de la URSS, niveles

similares a una economía de guerra. El desgaste de los planes quinquenales en la

economía soviética y el estancamiento económico mundial relegaron a la Unión de

Republicas Soviéticas Socialistas a un humillante segundo plano, mientras que dentro

de los países capitalistas se comenzó a gestar la contrarreforma neoliberal. El Fondo

Monetario Internacional se encargará del proselitismo en los países no alineados,

recomendando recetas para la liberalización de sus economías en forma de

privatizaciones, desregulaciones, políticas macroeconómicas restrictivas y apertura al

laissez-faire.

En la década de los 80, entraron con fuerza los procesos de privatización de empresas

públicas y reformas fiscales a favor de las grandes riquezas. Durante el gobierno de

Ronald Reagan, se aplicó la Curva de Laffer, teoría que afirmaba la relación entre la

reducción de impuestos y el aumento en la recaudación, debido a que acrecentaba el

consumo y disminuía la evasión de impuestos. Práctica que solo tuvo el objetivo de

recortar los impuestos a las grandes fortunas, provocando el aumento del déficit en las

cuentas de EEUU. Mientras en Europa, Margaret Tatcher y François Miterrand,

encabezaron el proceso para desmantelar el Estado de Bienestar, privatizando empresas

públicas que actuaban en sectores estratégicos, mientras, el sector financiero y el

crédito, operaban en la medida de camuflar las diferencias en renta, financiando el

sector público endeudado. En 1989, la situación insostenible y el fracaso de la

perestroika derrumbaron la influencia de Moscú en Europa Oriental, revitalizando el

modelo neoliberal, un modelo abocado al fracaso pero que encontró en Japón el medio

de financiación, ante el evidente déficit en las cuentas de Estados Unidos, foco de la

contrarrevolución de la oferta. Tras este extenso análisis de las variables que explican

lo enraizado del rentismo en las economías periféricas, es conveniente entrar en los

últimos puntos del ensayo que nos llevará a la actualidad de Venezuela y su reciente

proceso revolucionario.

El gobierno bolivariano: rentismo o revolución

La segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez, estuvo marcada por el

intervencionismo del Fondo Monetario Internacional en la política económica

venezolana. El FMI, empujó a una política de laissez-faire favoreciendo las

importaciones extranjeras, con el aumento de los precios, a consecuencia de la inflación

y la caída del salario real. El descontento de la sociedad venezolana se hizo manifiesto y

el presidente Andrés Pérez fue suspendido de sus funciones.

La vuelta de Rafael Caldera trajo consigo el Plan de Negocios estructural de la empresa

Petróleos de Venezuela (PDVSA). Caldera facilitó los consorcios de explotación a las

empresas extranjeras y acentuó el rentismo, aumentando la producción neta del crudo

venezolano. La hostilidad de las medidas adoptadas e impuestas desde el FMI aumentó

la popularidad de Hugo Chávez, que subirá al gobierno en 199811

. Chávez cumple su

promesa de formar una Asamblea Constituyente, con el objetivo de redactar una nueva

11

En 1998, Hugo Chávez gana las elecciones. No obstante, en 1999 se forma la Republica Bolivariana de

Venezuela, tras aprobarse por referéndum la nueva constitución, eliminado el antiguo sistema bicameral,

sustituido por la Asamblea Nacional, de carácter unicameral.

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constitución que dejase en el olvido la de 196112

. La redacción de la nueva carta magna

pretenderá sustituir la democracia parlamentaria, por un sistema participativo y social.

De este modo, tras el referéndum de 1999, nace la Republica Bolivariana de Venezuela

y el socialismo del S.XXI, que tendrá como objetivos principales acabar con el modelo

neoliberal, impuesto por el FMI y el Banco Mundial, haciendo frente a la deuda

externa. Entrados en esta disyuntiva, es necesario matizar el modelo económico elegido

por el gabinete de Chávez y rescatar de nuevo la relación con la economía iraní.

La oposición al régimen iraní, es representada por la élite económica, conocida por el

nombre de bazar, de carácter mercantil y herederos del espíritu comercial persa. La

regulación por parte del Estado choca de manifiesto con los intereses económicos del

bazar, creando un régimen de confrontación. En el caso venezolano, el ascenso de

Chávez se tradujo en la amenaza para las élites oligarcas del país de perder su estatus de

perceptores de rentas procedentes la explotación de recursos naturales. La

nacionalización del petróleo, convierte al perceptor de rentas al Estado, que sustituye la

modalidad de recibir impuestos a través de consorcios de explotación, recibiendo de

este modo las rentas según el precio del mercado internacional. Mientras, la oposición al

gobierno, actúa con el propósito de volver al equilibrio anterior a la nacionalización.

El discurso sobre el socialismo del S.XXI, pretende alejarse del marxismo-leninismo,

entendiendo a esta “variante” del pensamiento de Marx, el experimento soviético que

nació en 1924. No obstante, Venezuela continúa atada al rentismo y el papel del Estado

sigue siendo vital sin aun alcanzar la socialización de los medio de producción. Debido

en parte, a la oposición que actúa a favor de los intereses de las empresas

transnacionales y a la imposibilidad de alcanzar un proceso de industrialización que

elimine la dependencia en los hidrocarburos. El gobierno de Chávez no parece

encontrar, o no pretende eliminar la dependencia de las rentas fiscales y comerciales que

proporcionan los hidrocarburos, creando una situación en donde la participación del

Estado favorece el clientelismo, mientras que los procesos de colectivización y creación

de cooperativas son anecdóticos. Los programas sociales y las ayudas a los vecinos, son

financiados con las rentas petroleras, mientras tanto, no existe una reforma del sistema

financiero en el cual la banca, en su mayoría extranjera, recibe ganancias por encima del

30% del patrimonio invertido por los accionistas.

Situación desfavorable para los prestatarios, debido a los altos tipos de interés, sumado

a la situación de los ahorradores, testigos al ver como sus ahorros desaparecen

rápidamente, por la fuga de capitales que sufre el país. Por otro lado, los

microemprendimientos y el auge de cooperativas, se han convertido en formas rentables

para pequeños propietarios que no dirigen sus beneficios a proyectos de carácter social.

Beneficiarios de las exenciones fiscales y la facilidad para acceder a financiación

pública de los programas sociales, a su vez, financiados por las rentas procedentes del

petróleo. Grosso modo, el rentismo favorece a una clase ociosa, en términos de

Thorstein Veblen, cuyas riquezas proceden de las virtudes otorgadas por la

naturaleza13

.

12

Hugo Chávez Frías, en precampaña, nunca habló de socialismo ni de nacionalizaciones de empresas

privadas. Chávez llegó a afirmar que Cuba era una dictadura, e incluso tranquilizó a las empresas

transnacionales, prometiendo ventajas para éstas, facilitando inversiones extranjeras. En el siguiente

video, se puede ver la entrevista y sus declaraciones: 13

VEBLEN, Thorstein (2002): Teoría de la clase ociosa, Madrid, Fondo de Cultura de España, pp.75-

107.

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15

Frente a esta dinámica, se aprecia como el salario real14

disminuye a causa del alza de

los precios, situación claramente desfavorable para la clase trabajadora de Venezuela.

Es importante matizar y contradecir a los sofistas que se refieren a la clase trabajadora

como clase media, término totalmente erróneo. Los trabajadores, como clase social, no

son dueños de sus medios de producción, ofreciendo de este modo, su fuerza de trabajo

en función a un salario dependiente de la relación entre la oferta y la demanda del

mercado laboral, propios del capitalismo. Esta relación es muy sensible a la variación

alcista de los precios, traduciéndose en altas tasas de inflación, marcados por la

tendencia económica venezolana desde la década de los años 80, a lo cual, la política

económica del gobierno bolivariano no ha podido solucionar. La presencia de inflación

implica desajustes macroeconómicos que afectan directamente a las rentas más bajas, es

decir, la inflación actúa como un impuesto regresivo que soportan, sobre todo, los

trabajadores y ahorradores. Esto se explica mediante la ecuación del tipo de interés real,

es decir, la diferencia entre el tipo de interés nominal y la inflación15

. Cuanto mayor sea

la tasa inflación, menor es el tipo real, lo que repercute directamente en las tasas de

ahorro. John Maynard Keynes, llegó a afirmar, que “a través de un proceso continuo de

aumento de circulación, los gobiernos pueden confiscar secreta e inadvertidamente una

gran parte de las riquezas de los ciudadanos. Con este método no sólo confiscan, sino

que lo hacen arbitrariamente, y mientras que tal proceso empobrece a muchos,

enriquece efectivamente a una pequeña minoría”16

.

De nuevo, con respecto a la relación entre salarios e inflación, las inherentes

contradicciones del capitalismo, propician situaciones de depreciación en la utilidad del

trabajo, es decir, según los sofistas keynesianos, la clase trabajadora dependiente del

salario para su subsistencia no tiene la capacidad para predecir y calcular los impactos

en la variación de precios, en la medición de su salario real, requiriendo políticas de

coordinación. Una afirmación totalmente incorrecta, en cuanto al raciocinio de los

trabajadores. Esto se representa en la medida de cómo se recoge la información,

exteriorizándose de manera asimétrica, entre trabajadores y empresas. Los trabajadores

perciben tan solo las variaciones en su salario nominal, mientras, las empresas recaban

mejor la información de los mercados, teniendo presente el salario real para maximizar

los beneficios, según su función de costes. Esta siniestra relación, se entiende mejor si

partimos del supuesto, en donde, las empresas marcan sus precios por encima de sus

costes marginales, y no lo igualan como afirman las utópicas leyes del libre mercado.

Ante esta dicotomía, surge la ilusión monetaria. Para Keynes, existe un efecto

psicológico, producto del aumento de los salarios monetarios ante la inflación, pero

éste, es menor al aumento de los precios, por tanto el salario real es menor. Ante este

escenario, según Milton Friedman, los trabajadores sustituyen ocio por trabajo de

manera contradictoria, en tanto en cuanto, las empresas aumentan su demanda de

empleo al mismo tiempo que la oferta de empleo hace lo propio. No obstante, los

trabajadores perciben la reducción de sus salarios reales, aunque no calculen

exactamente la depreciación en su capacidad de consumo. Tampoco parece racional,

una situación en donde los trabajadores, ante una disminución de los salarios nominales

y de los precios vayan a sustituir ocio por trabajo.

14

El salario real se puede calcular como: Salario real = (Salario nominal/Índice de precios) x 100 15

Tasa de interés real = Tasa de interés nominal – Tasa de inflación 16

VICARELLI, Fausto (1980): Keynes. La inestabilidad del capitalismo, Madrid, Ediciones Pirámide,

p.42.

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16

No obstante, este análisis ceteris paribus, no explica todas la relaciones nocivas

relacionadas con el marco ideológico, de carácter metafísico-idealista, de las economías

de libre mercado. La incertidumbre y los ejercicios de fe, implicados por las leyes

clásicas del capitalismo, no encuentran sustento ni siquiera en los economistas

posteriores, por tanto, no comprenden un marco metodológico para establecer

soluciones. No obstante, sí permiten identificar los males producto de estas erróneas

líneas de procedimiento. La ortodoxia económica, sigue intentando presentar equilibrios

eficientes, por mediación, y divinidad, de la mano invisible. La presencia de un mercado

regulado por las reglas del juego, la mano invisible, construye una perfecta sintonía,

gracias a la presencia de empresas “homogéneas”, motores de la maquinaria de la

economía. Más allá de esto, según los clásicos, cualquier regulación del Estado es

equivalente a restricciones en las libertades individuales, y por tanto, el camino hacia el

fracaso. Se plantea la incógnita, del porqué las economías más atrasadas, son obligadas

a seguir esta ortodoxia, fuente de la brecha entre el centro y la periferia. Por otro lado,

las grandes potencias han promocionado dentro de sus fronteras el proteccionismo y la

regulación estatal para atenuar los condicionantes favorables que permitiesen su

hegemonía.

Revolución keynesiana o revolución marxista

Llegados a este punto de nuestro análisis, puede resultar llamativo que invoquemos la

figura de John Maynard Keynes. Esto atiende al hecho de que La General Theory of

Employment, Interest and Money, publicada en 1936 por la Royal Economic Society,

supuso el punto crítico, ya establecido por Karl Marx, en los diferentes volúmenes de El

Capital, de la teoría clásica frente a sus limitaciones, ante las constantes crisis del

capitalismo. Una de las más importantes aportaciones de Keynes, fue la localización de

la escuela clásica, superando las fronteras delimitadas por las figuras de Adam Smith,

David Ricardo, Thomas Malthus y John Stuart Mills. Así es, para Keynes los

economistas denominados neoclásicos siguen formando la escuela clásica e inclusive

Marx, quien acuñó el término, entraría dentro de esta definición, debido a la influencia

ricardiana para el desarrollo de su análisis y crítica a través de la metodología del

materialismo histórico. Si bien, bajo esta definición, el propio Keynes seguiría siendo

un clásico, por tanto es loable y de gran interés, dentro de la misma escuela, fuertemente

influenciada por las teorías de Marshall y Walrass, aparte del ya mencionado Ricardo,

encontrase erróneos la mayoría de los axiomas, los cuales hasta 1936, habían sido

perfectos e inviolables.

Aun es más plausible, el hecho, en cuanto que el pensamiento keynesiano, desde sus

inicios, careció de originalidad. Tanto es así, que conceptos asimilados, como propios

de la General Theory, son anteriores. Robert Leckham, indica; “La paternidad de la

eficacia marginal del capital recae sobre Irving Fisher. Y el multiplicador—el artilugio

que tan poderosamente ha llamado la atención a lo largo de los años—fue invención del

compañero de Keynes en Cambrige, R.F.Kahn. Keynes reconoció, de buena gana, a

ambos como predecesores suyos”17

. Empero, Leckhman, junto a varios economistas,

parece olvidar las similitudes de la obra de Keynes con los escritos del economista

polaco Michal Kalecki. Kalecki publicó en 1933, el Ensayo sobre la teoría del ciclo

económico, tres años antes de la publicación de la Teoría General. Varios autores

defienden la autoría de Kalecki, en anticipar el descubrimiento, en términos

17

KEYNES, John M. (1982): Critica de la Economía Clásica, Barcelona, Ariel, p.17.

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17

keynesianos, del conocido principio de la demanda efectiva. Juan Antonio Tomás Carpi

y Diego Such Pérez, resumen los supuestos básicos de Kalecki en cinco puntos:

1- División de la Sociedad en dos clases (capitalistas y trabajadores) y tres sectores

(bienes de inversión, bienes de consumo de los capitalistas y bienes de consumo

de los trabajadores)

2- Los trabajadores consumen todo lo que ganan y los capitalistas ganan todo lo

que gastan.

3- Costes marginales normalmente constantes e inferiores a los precios. Excedentes

de potencial productivo.

4- Mercados imperfectos y tendencia a la cartelización en las fases depresivas.

5- Rentabilidad anticipada como una función creciente de la rentabilidad bruta del

equipo instalado y decreciente con el tipo de interés. De ahí que la relación entre

inversión bruta y capital pueda expresarse como:

I/K= f (P/K, i), donde P, representa los beneficios brutos.

Concluyendo, las fluctuaciones están determinadas por factores objetivos, y como

afirman Carpi y Such Pérez, el planteamiento de Kalecki es más comparable

empíricamente que el de Keynes. Hay que recordar a Kalecki por ser un economista

heterodoxo, y no por ser un economista postkeynesiano, como pretende la ortodoxia.

Sus grandes influencias fueron Karl Marx y Rosa Luxemburg, además de analizar el

papel del Estado y las políticas anticíclicas con anterioridad a Keynes18

.

Por supuesto, no se pretende afirmar una influencia marxista en el pensamiento

keynesiano, dado el hecho, que Keynes se decantó por el método deductivo propio de la

escuela de Cambrige. Por el contrario, la escuela marxista queda definida en el

materialismo dialéctico19

y el pensamiento científico implícitamente crítico. Ambas

corrientes se han caracterizado por su feroz crítica a la enterrada ley de Say,

superviviente hasta la publicación de la General Theory, aun con sus varios detractores

en el Siglo XIX. La ley de Say, definida por Ricardo, cuando “nadie produce si no es

con la intención de vender o de consumir, y no vende jamás si no es para comprar otra

mercancía que pueda serle útil”20

, presenta un mundo en el cual, el mercado es completo

y posee información perfecta. Grosso modo, la oferta crea su propia demanda, en

sentido, que las propias empresas productoras de bienes, son potenciales consumidores,

o en términos ricardianos, no existe la sobreproducción y por ende, todo lo producido es

consumido.

Cabe esperar que cualquier economista, en su sano juicio, entienda la imposibilidad del

mercado, de ser dueño, de toda la información. Esto que a día de hoy parece irracional,

no lo entendieron los clásicos, sin más miramientos, aceptaban la neutralidad del

dinero. Ante cualquier variación perturbadora del equilibrio inicial, éste,

automáticamente, volvería al equilibrio inicial, por gracia de la divinidad de la mano

invisible y el mercado. Es decir, cualquier intervención del Estado, mediante las

18

TOMÁS CARPI, Juan A. y SUCH PÉREZ, Diego (2006): Kalecki y la política económica: los

condicionantes sociales de la acción pública, alojado en:

http://externos.uma.es/cuadernos/pdfs/pdf332.pdf. 19

Karl Marx y Friderich Engels, nunca mencionaron el término materialismo dialéctico. La paternidad

del término se debe atribuir a Gregori Plejanov. 20

MARX, Karl (2010): Las Crisis del Capitalismo, Madrid, Público, p.14

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18

políticas del gobierno, es innecesaria, por la naturaleza del modelo clásico, afirmando

tajantemente, que el sistema se autorregula. Esto explica la gravedad que ha marcado a

todas las economías dependientes de las antiguas metrópolis, victimas de la política de

laissez-mourir, construidas bajo falsas ilusiones y espejismos de libertad económica y

total soberanía dentro de sus fronteras. Venezuela no es ajena a estos perjuicios en su

economía, por lo cual, es importante que tratemos el problema de la relación entre los

salarios y el empleo.

Las semejanzas de la crítica de Keynes con las de Marx no terminan con el

desmantelamiento del falso equilibrio planteado por Jean-Baptiste Say. El desempleo

juega un importante papel en la explicación de ambos autores, que rebaten la idea de

que el paro es consecuencia a la negativa de los trabajadores a rebajar sus salarios

monetarios, es decir, el mercado de trabajo es rígido a consecuencia de la dificultad para

bajar los salarios, hasta alcanzar el equilibrio. Para los economistas anteriores a Keynes,

pero contemporáneos a Marx, el paro era consecuencia y culpa de los trabajadores

desempleados, al no estar dispuestos a rebajar sus pretensiones, ergo, solo puede existir

paro voluntario21

. Ya hemos indicado anteriormente, como la inflación juega un papel

en la medición del salario real, en la relación inversa entre salarios nominales y el IPC.

Por tanto, el dogma que afirma la negativa de los trabajadores a rebajar su salario es

erróneo en el modo, de cómo Marx, planteó la existencia del ejercito industrial de

reserva, resultado de la diferencia entre la oferta y demanda de trabajo, debido al exceso

o excedente de trabajadores ante el menor capital variable. Hecho favorable para las

empresas, al contratar trabajadores a un salario menor, al estar dispuestos a entregar su

fuerza de trabajo por un salario por encima de cero, sea cual sea la cantidad, perdiendo

la capacidad de negociación a consecuencia de las contradicciones del capitalismo,

enfermo crónico, quien padece períodos de crisis. Keynes, sin embargo, plantea el

origen en la insuficiente demanda de trabajo, a diferencia de lo que planteaban los

clásicos, quienes culpabilizaban a la oferta de trabajo de no alcanzar el equilibrio. La

clave de Keynes se sitúa en la demanda agregada del mercado de bienes, si ésta es

insuficiente, el desempleo aumenta, lo que se traduce en crisis económica. Es decir,

Keynes revelaba que la existencia del paro era de carácter involuntario, y éste, podía ser

estructural.

La similitud entre ambos autores solo se aprecia en la crítica de los viejos axiomas

metafísicos de los clásicos, ya que la solución que esbozan es opuesta. Para el

pensamiento marxista, estas dolencias son propias del sistema capitalista y por ende, la

respuesta no se encuentra en ese mismo modelo, por tanto la solución se halla en los

cambios estructurales que afectan a los sistemas productivos, la necesidad de romper

con la percepción sofista de la propiedad privada, las relaciones individuales y la

sociedad. La respuesta keynesiana es menos revolucionaria, pero chocante para la

ortodoxia capitalista en sentido, que la situación está localizada en un marco de

competencia imperfecta. Así es, la clave se encuentra en el papel del Estado y su

capacidad para estimular la demanda agregada (efectiva en términos keynesianos).

21

Los economistas clásicos eran contrarios a las leyes de pobres promulgadas en Inglaterra. Esgrimían el

hecho, que la presencia de estas leyes desincentivaban la búsqueda de empleo, favoreciendo una situación

de desempleo de carácter voluntario. Sorprende la similitud con la crítica vertida por los economistas

actuales, contrarios al salario mínimo.

Page 20: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

19

Este largo paréntesis, nos ayudará a entender, cuál es la trampa y confusión ideológica

que ha favorecido el rentismo en Venezuela. Para entenderlo mejor, Paul Mattick

explica:

Hay una conexión necesaria entre Marx y Keynes. Marx anticipó la crítica de

Keynes a la teoría neoclásica por medio de su propia crítica a la teoría clásica; y

ambos reconocieron el dilema capitalista en caso de una tasa decreciente de la

formación de capital. Pero mientras que Keynes diagnosticó que la causa era la

falta de incentivo para invertir. Marx analizó el dilema hasta su raíz final, hasta el

carácter de la producción como producción de capital.22

Mattick, en este punto, se refiere a la relación de la caída tendencial de la tasa de

ganancia analizada por Marx, y la eficiencia marginal de capital de Keynes23

, pero con

sus diferencias, sobre todo en cuanto a la temporalidad y el papel de los salarios. Así

pues, la convergencia de la crítica marxista y keynesiana no sobrepasa mas allá del

diagnostico e identificación de teorías que no se ajustan con la realidad. Ambas

corrientes plantean caminos diferentes para las posibles soluciones, pero se confunden

cuando no existe una autentica correlación de fuerzas para propiciar una verdadera

revolución, cuyo su origen se encuentra en la voluntad por transformar y destruir las

viejas cadenas. A partir de aquí comienza el gran error de la revolución en Venezuela,

construida desde arriba, manteniendo las antiguas reglas del juego. El nacimiento del

pensamiento keynesiano se confundió y asimiló con el revisionismo de la

socialdemocracia europea, nutrida de las plumas de Bernstein y Kautsky, auspiciadas a

su vez por el programa Gotha de Lassalle. El Estado se transforma en un dictador

benevolente, reconciliado como el soporte y corrector de los fallos de mercado.Por

tanto, hay que recuperar la crítica al programa Gotha y extirpar el entusiasmo de Keynes

en referencia a lo que el definió como “socialismo de guerra”. Esto obedece a la

necesidad de romper la confusión a la hora de identificar el socialismo con la fuerte

presencia del Estado.

El Estado moderno en Venezuela: el reformismo y el centralismo parlamentario

El programa de Gotha nace tras el Congreso de unificación de Gotha, celebrado entre

los días 22 y 27 de mayo de 1875. En estas fechas, se reunieron dos organizaciones

obreras de Alemania, el Partido Obrero Socialdemócrata (POSD) y la Unión General de

Obreros Alemanes (UGOA). El POSD estaba dirigido por Liebknecht y Bebel, mientras

que la UGOA, fue una organización lassalleana acaudillada por Hasselmann y Tolcke.

El objetivo principal de aquel congreso era unificar ambas organizaciones en el Partido

Obrero de Alemania.

La fecha en la que se celebró es de gran trascendencia, puesto que dos años antes, en

septiembre de 1872, se convocó la I Internacional en la Haya, dirigida por Karl Marx,

originando la ruptura con las tesis de Mikhail Bakunin, padre del socialismo libertario o

anarquismo24

. Lo que nos ayuda a entender el impacto que supuso la redacción de este

programa duramente criticado por Marx y Engels.

22

MATTICK, Paul (1975): Marx y Keynes: los límites de la economía mixta, México, Era, p.27. 23

Leckham, atribuye la paternidad de la eficiencia marginal de capital al economista Irving Fisher. En

cambio, ignora la aportación de Marx sobre la caída tendencial de la tasa de ganancia. 24

La paternidad del anarquismo es siempre discutida. Vladimir Lenin considera al padre del socialismo

libertario a Proud-Hon.

Page 21: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

20

Las divergencias entre marxistas y lassallanios se reflejan en la actitud que debe adoptar

el Estado frente a las necesidades sociales por romper con el contrato social vigente.

Esta crítica se observa en referencia a lo que el programa Gotha defiende:

Para preparar el camino a la solución del problema social, el Partido Obrero

Alemán, exige que se creen cooperativas de producción con la ayuda del Estado y

bajo control democrático del pueblo trabajador. En la industria y en la

agricultura, las cooperativas de producción deberán crearse en proporciones tales,

que de ellas surja la organización socialista de todo trabajo.25

Esto se puede identificar en la economía venezolana y el proceder del socialismo del

siglo XXI, que fortalece aun más la dependencia de las rentas procedentes del petróleo.

La responsabilidad que adquiere el Estado como salvoconducto y baluarte de la

revolución en el país, crea necesidades de financiación que se satisfacen por medio de

los ingresos petroleros, intensificados gracias al alza del precio del crudo a raíz de

situaciones de carácter exógeno, como la guerra de Irak. Manifestándose con más fuerza

en sentido que aun no se ha podido culminar el modelo federal, que nace de las

necesidades históricas del país, deudor de la tradición descentralizadora en la América

precolombina. Deduciéndose a través de los estudios que realizó Lewis H. Morgan

recogidos en el Acient Society e interpretados por Friedrich Engels. Engels señala que

“el estudio de la historia de la familia comienza en 1861, con el Derecho materno de

Bachofen”26

, en sentido que las sociedades primigenias se cimentaban en economías

protocomunistas bajo un régimen de democracia directa, caracterizadas por la poliandria

propia de las viejas comunidades domesticas.

Cabe señalar el exhaustivo trabajo de investigación de Morgan, en contacto directo con

el modo de vida de los iroqueses, le permitió definir la estructura social de esta

comunidad como familia sindiásmica, tal como atestigua Engels:

Morgan, que pasó la mayor parte de su vida entre los iroqueses—establecidos aún

actualmente en el Estado de Nueva York—y fue adoptado por una de sus tribus (la de

los seneca), encontró vigente entre ellos un sistema de parentesco en contradicción

con sus verdaderos vínculos de familia. Reinaba allí esa especie de matrimonio,

fácilmente disoluble por ambas partes, llamado por Morgan “familia sindiásmica”.27

Es de recibo señalar las distintas etapas históricas de la evolución de la familia, origen

del Estado moderno, descritas por Engels, situando a las sociedades americanas

precolombinas en los estadios inferior y superior de la fase, denominada, barbarie28

.

Lo que caracteriza a este período es el estatus de la mujer, bajo la definición de derecho

materno, frente al momento histórico que dio lugar a la civilización. Como relata

Morgan, y posteriormente Engels, la piedra angular en la economía de las comunidades

protocomunistas fue la mujer, en el modo que la primera forma de división del trabajo

25

MARX, Karl (1971): Crítica del programa de Gotha, Madrid, Ricardo Aguilera, p.34 26

ENGELS, Friedrich (2010): El origen de la familia, la propiedad privada y el estado, Madrid, Público,

p.15. 27

Ibíd., p.43. 28

Friderich Engels establece la posibilidad de “generalizar la calcificación de Morgan como sigue:

Salvajismo: periodo en que predomina la apropiación de productos de la naturaleza de ya hechos; las

producciones artificiales del hombre están destinadas, sobre todo, a facilitar esa apropiación. Barbarie:

periodo en que aparecen la ganadería y la agricultura y se aprende a incrementar la producción de la

naturaleza por medio del genero humano. Civilización: periodo en el que el hombre sigue aprendiendo a

elaborar los productos naturales, periodo de la industria, propiamente dicha, y del arte”. Ibíd., p.41.

Page 22: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

21

estableció que estas se dedicaran a la artesanía y el textil en sus primeras formas. Se ha

observado en las sociedades indoamericanas que el establecimiento del derecho

materno no contemplaba la monogamia pero si la poliandria y la poligamia, reservada

esta ultima al jefe de la tribu cuyo rango estaba definido por su edad. El estudio de los

iroqueses arrojó la idea, que estos se caracterizaban por la ausencia de clases y

propiedad privada propias de los estados modernos. Se entiende en la medida, en que

las tierras de cultivo eran colectivas y el esclavismo no existía debido al carácter

exógamo de la sociedad, semblante que permitió a Morgan formar parte de los

iroqueses.

Estas particularidades no fueron exclusivas de los iroqueses, también estaban presentes

en los hawainos, los zulus, los maories o los guanches de las Islas Canarias. Tanto es

así, el sistema esclavista griego y romano en donde la usura y la propiedad privada

como robo que instituía a los hombres libres ser dueños del trabajo, producción y vida

de los hombres esclavos, empujó a éstos, a huir a las tierras aun definidas por la

barbarie.

El testimonio de Salviano de Marsella, en el año 475, prueba ese proceso migratorio de

romanos hacia esas tierras, en donde eran aceptados gracias al Derecho materno. La

decadencia del Imperio Occidental de Roma obligó a las clases dominantes junto a la

Iglesia romana apostólica, la necesidad de repartir la tierra bajo el sofisma de la

propiedad legitima, favoreciendo de este modo, el nacimiento del feudalismo y la

servidumbre. Los pueblos bárbaros germanos, tras su expansión hacia Roma,

mantenían su modo de colectivización de tierras repartidas entre las familias y los

hogares. Pero mas tarde, estos pueblos, asimilaron el derecho paterno, la monogamia de

la mujer—se aceptaría la poligamia y nunca la poliandria—abandonando de este modo

el protocomunismo por el feudalismo. Las primeras civilizaciones trajeron consigo la

acentuación de la división del trabajo, que supuso la génesis de la lucha de clases entre

esclavos y señores. En el feudalismo se sustituye el esclavismo por la servidumbre,

donde la clase predominante son los terratenientes. Es de gran importancia el

nacimiento de esta nueva estructura social en relación con el rentismo, en sentido en que

el continente americano, antes de la llegada de Cristóbal Colon, no existía la

dependencia entre la propiedad y la tierra.

Marx en contraposición a Lasalle, identifica “en la sociedad actual, los medios de

trabajo son monopolio de los terratenientes (el monopolio de la propiedad del suelo es,

incluso, la base del monopolio del capital) y de los capitalistas”29

. Frente a este

espejismo, la Corona de Castilla se convirtió en una economía mercantilista,

caracterizada por la explotación de los nativos americanos y los esclavos procedentes de

África. Los bienes otorgados por la naturaleza eran explotados por los terratenientes

castellanos y aragoneses, entendiendo de este modo el proceso histórico que daría lugar

al rentismo, pero cuyas rentas fueron transformadas por los banqueros italianos hasta el

siglo XVI. Esto se explica por la ausencia de innovación en los métodos de explotación

de las tierras de Castilla y Aragón, continuando con la roturación y expansión de tierras

cultivables, en vez de un sistema de intensivo como ocurrió en Inglaterra y Holanda. Si

bien, los Reinos de Castilla y la Corona de Aragón no adaptaron totalmente la

agricultura intensiva y de regadío propias del Al-andalus, estuvieron presentes gracias a

la presencia de los mudéjares, que tras ser obligados ha convertirse al cristianismo,

29

Ibíd., pp.16 y 17.

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22

empezaron a ser llamados moriscos, continuado de este modo con las técnicas de

regadío en la península hasta su expulsión.

En este proceso definido por Adam Smith como previous accumulation, desnuda el

régimen de explotación importado a América. La experiencia en Castilla y Aragón fue

el testimonio de décadas y siglos de crisis y déficit, explicados por el mantenimiento de

una política económica exterior mercantilista junto a una política económica feudal

dentro de sus fronteras. La historia de Castilla y Aragón es el testimonio de una larga

lucha de clases desconocidas por la mayoría, pero relevante para estudiar la génesis del

Estado moderno en Venezuela.

Posiblemente uno de los capítulos más notables fue la pugna entre la Busca y la Biga,

en donde se enfrentaban los grandes y pequeños mercaderes, antecesores directos de la

burguesía. El escenario de esta lucha de clases se sucedió en el siglo XV en Barcelona,

donde los buscaires ostentaban el poder y aplicaron políticas proteccionistas para

favorecer la industria barcelonesa, situación que fue señalada como culpable del

retroceso del comercio en la región. En los centros urbanos se concentraba la resistencia

antiseñorial, debido a que la mayoría de las villas y ciudades estaban bajo el control de

las oligarquías de los caballeros prestos a los intereses de las tierras, suponiendo un

escollo para las pretensiones de los mercaderes y artesanos.

El régimen feudal chocaba con el auge de la industria dirigida por los artesanos y

apoyados por comerciantes, pero que encontraba en la figura del Rey y la Iglesia el

apoyo para retrasar el cambio de régimen. Cualquier atisbo de colectivización de las

tierras era reprimido por el Estado feudal junto al poder del obispado, que recibían

sustanciosas rentas procedentes de los diezmos que atosigaban a los campesinos y

sustraían la plusvalía de éstos. Las rentas que recibían los terratenientes y la Iglesia de la

propiedad de las tierras no favorecían la implantación de la agricultura intensiva que

hubiera empujado el avance de la industria, y mas teniendo en cuenta que la población

mudéjar, obligados por la Inquisición a convertirse en cristianos para pasar a ser

denominados como moriscos, aun se les permitía aplicar las técnicas de regadío solo en

las zonas en donde la densidad de población era reducida como fue el caso de Aragón.

El alto nivel técnico y los altos rendimientos de la agricultura morisca no volvieron a

alcanzarse antes de la revolución científica, en el siglo XX, lo que indica la pobre

gestión de los reinos cristianos, más pendientes del proselitismo religioso.

Tras la conquista de los últimos territorios, conocidos por el nombre de Al-andalus, la

población musulmana fue obligada a dispersarse del sur de la península Ibérica a la

Corona de Aragón, especialmente a Valencia y la región que ocupa actualmente la

Comunidad de Aragón, que acusaba un déficit poblacional. Solo de este modo se siguió

observando atisbos de las técnicas de regadío, pero que camuflaban una lucha de clases

que se acusó de guerra religiosa.

A la expulsión de los judíos sefarditas en 1492, le iba a suceder la expulsión de los

moriscos, difamados de formar la quinta columna musulmana durante la guerra del

Imperio español contra el Imperio Otomano. Las acusaciones a la población morisca

germinó en la Rebelión de las Alpujarras, que a diferencia de lo que aseguran los

historiadores preocupados por defender la identidad española, no se dio por las

dificultades de los moriscos por integrarse, sino que representó un proceso histórico de

lucha de clases e intento tímido de revolución frente a la política represiva de los

Page 24: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

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señoríos, al apoderarse de la plusvalía por la explotación de las tierras que trabajaban

los moriscos. Estas proporcionaban rendimientos y excedentes superiores a las tierras

explotadas por roturación, lo que se traduce en mayor riqueza generada, es decir, la

plusvalía que se apoderaban los señoríos era mayor que en el resto de la península

ibérica.

Así es, el proselitismo religioso y la reintroducción del feudalismo en forma de señoríos

en la península Ibérica evitó que las técnicas de regadío tuvieran un auge en la región

que hubieran permitido acelerar el proceso industrial en América, y por ende, en

Venezuela. La unificación religiosa de los Reyes Católicos marcó la política económica

en el continente americano, junto a la obsesión por extraer la mayor cantidad de metales

preciosos procedentes de las minas del continente, convirtiendo a los nativos

americanos junto a los esclavos africanos, en trabajadores sin derechos, y por ende, el

excedente procedente del trabajo es expoliado en su totalidad por los terratenientes.

El concepto de plusvalía es la clave para orientarnos sobre el origen del rentismo en

Venezuela, que se explica en gran medida por la teoría ricardiana de ground-rent de la

maximización de la tierra. En este punto, tal como Makoto Itoh esclarece,

abandonaremos la definición de Ricardo de ground-rent, y aplicaremos la visión de

Marx, más acertada que la concepción ricardiana:

En la sociedad de clase precapitalista, la propiedad de la tierra de una forma u

otra fue siempre el eje central en la relación de producción, y sirvió como base

social para la clase dominante de los terratenientes al apropiarse de manera

efectiva la totalidad del excedente o la plusvalía de las producciones directas. En

cambio, la propiedad de la tierra no puede mantenerse como eje central en las

relaciones de producción de la sociedad capitalista. Esta relación económica se

limita en el principio de apropiación de una parte del excedente social, y en la

forma de una redistribución secundaria del valor del excedente inicialmente

obtenida por el capital.30

Para conocer el origen del rentismo, es importante identificar “el proceso histórico de la

disolución y transformación de la anterior propiedad feudal de la tierra en la moderna

propiedad privada, debiendo ser aquí tomada como una precondición dada a ésta”31

. La

vaguedad en los análisis de los economistas ortodoxos para diagnosticar el rentismo, se

limita a la visión ricardiana de la teoría de ground-rent, ignorando el análisis de Marx,

que se presenta más exacto, teniendo en consideración las causas históricas de la

acumulación de capital. Marx manifiesta el error de Ricardo, al creer, en conformidad a

los rendimientos decrecientes, la necesidad de cultivar primero las tierras más fértiles, y

luego las que presentasen menor fertilidad32

. Ricardo solo tomaba en su marco teórico la

renta diferencial de la última tierra fértil, que entregaría beneficios extras transformados

en renta. Mientras, el análisis de Marx, se mostró más exacto al tener en cuenta la renta

30

ITOH, Makoto (1988): The basic Theory of Capitalism: The Forms and Substance of the Capitalist

Economy, Hong Kong, Macmillan press, p.236. 31

Ibíd., p.236. 32

Para David Ricardo, en los primeros estadios de colonización de las tierras, la tierra fértil es abundante

y no existe renta, lo que se traduce en que toda la producción recae en los agricultores. Cuando la

población crece y la demanda de alimentos aumenta, las tierras menos fértiles son explotadas y aparece la

renta (ground-rent). Para Ricardo, el valor de cambio (precio), lo determina la última tierra producida. Por

consiguiente, ésta será la menos fértil, y la renta (ground-rent) se debe a que la última tierra en

producción ha requerido más trabajo.

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24

absoluta, debido principalmente, a la menor necesidad de acumular capital que tenían

los terratenientes, en comparación a los capitalistas, no viéndose obligados a explotar

sus mejores tierras:

Los propietarios de tierras, sobre todo propietarios a gran escala, no son tan

avariciosos como los capitalistas, pudiendo dedicar una parte de sus tierras,

incluso las más fértiles, a fines ociosos, tales como el mantenimiento de grandes

hectáreas de bosque patrimonial. Tal es la relación, que las mejores hectáreas de

tierra se mantienen fuera de la producción por el deseo de los terratenientes, de

este modo, el mercado regula el precio de los bienes procedentes de la explotación

de mejor manera, dependiendo de las menos fértiles. Este efecto, junto a la

demanda de los terratenientes de una parte de la renta procedente de las tierras

menos fértiles, incrementa el ground-rent de la producción.33

Esto mismo ocurre con el sector petrolero y las economías rentistas, que prefieren no

aumentar su producción para mantener el precio de mercado alto, de este modo,

aumentando sus ingresos34

. El petróleo, al igual que los metales preciosos, proporciona

rentas procedentes del esfuerzo de los trabajadores que es la plusvalía, del que se

apropian los dueños de los medios de producción. En el caso venezolano, quienes

poseen los medios de producción en la extracción de petróleo y su posterior

refinamiento, es el Estado y las empresas petroleras, quienes a su vez sustraen la

plusvalía de los trabajadores, entregando de esta forma, rentas que marcarán el precio.

En el caso del sector petrolero, la oferta está limitada al número de países productores

de crudo, lo que supone un monopolio en la producción y extracción de esta materia

prima. Así pues, el equilibrio parcial de Marshall es intuitivo a la hora de fijar el precio

del crudo, al simplificar el cuadro con la única dificultad de igualar la oferta con la

demanda de un bien tan concentrado geográficamente.

Esto se comprende mejor con la renta absoluta, explicada por Marx, si atendemos las

relaciones que implican. La renta absoluta, supone la cantidad, en términos monetarios,

que recibe el propietario de las tierras, al permitir la explotación de los recursos, dentro

de sus parcelas, obviando la productividad relativa. El valor es mayor al precio de

producción (RA=V-P), y los propietarios no incluyen la producción, por lo que incluso

las tierras menos fértiles podrían entregar rentas, sin necesidad de explotar primero las

mas fértiles. En el caso de Venezuela, la nacionalización del crudo elimina la renta

absoluta, pero mantiene la renta relativa, obligando a igualar los precios con la renta

absoluta.

Volviendo al marco histórico, la inoperancia de los reinos de la península Ibérica de

romper con el señorío y propiciar una revolución industrial, permitió que Inglaterra y

Holanda aprovechasen esta situación. El Imperio español no era más que una quimera, y

33

Ibíd., p.247. 34

Es necesario matizar y definir la concepción ricardiana de la renta diferencial. Para David Ricardo, el

valor de cambio (es decir, el precio), se fijaba según los costes del productor que tenia los mayores costes.

En la economía moderna, se les conoce como productores marginales, y de ahí nace el concepto de

costes marginales. En esta relación, existen los productores de bajo coste, que tienen en cuenta los costes

marginales (o los costes de los productores marginales), y su precio se igualará con los éstos. Realmente,

el precio siempre se mantiene por encima de los costes marginales. De este modo, los productores de

bajos costes obtienen rentas, o ganancias, que es la renta diferencial. En los manuales de economía, se le

denomina excedente del productor. Por tanto, para los economistas ortodoxos, los países rentistas de la

OPEP son productores con bajos costes, que prefieren no aumentar la producción para desplazar el

petróleo del Mar del Norte (barril Brent), cuyo coste es más alto (coste marginal).

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25

tan solo actuaba como intermediario y receptor de rentas procedentes de la explotación

de las minas y la tierra cultivable. Los reinos de Portugal y España no eran potencias

industriales, y las materias primas que sustraían no eran procesadas para la producción

de bienes de gran valor añadido.

Esta situación favoreció el régimen de castas, en donde los comerciantes criollos y

peninsulares comerciaban con las potencias industriales europeas. No obstante, el

rentismo de los reinos portugués y español no evitó que estos entrasen en graves crisis

financieras, debido a que destinaban sus ingresos al mantenimiento de las guerras

religiosas contra los otomanos musulmanes en el mediterráneo y los protestantes

luteranos en el noroeste de Europa. Tras más de dos siglos de reinado de los Habsburgo,

en 1716, tras la llegada de los borbones procedentes de Francia, se instaura el

centralismo político dando lugar el nacimiento del Estado español. Las reformas que

aplicará Carlos III en el siglo XVIII, acrecentarán la represión en las colonias

americanas y propiciaran la revolución en el continente. A esta política de represión le

sucedieron las guerras napoleónicas que desmantelaron la metrópoli y crearon un vació

de poder que influyeron la emancipación y la posibilidad de comenzar la aventura del

republicanismo. La revolución de Estados Unidos en 1783 y la revolución francesa de

1791 fueron decisivas, tanto en cuanto fueron fuentes de inspiración para despejar el

camino de la independencia.

En 1825 la hegemonía española y portuguesa es ya un espejismo, comenzando de este

modo a fraguarse la construcción del Estado moderno en América latina. El origen de

los estados en América, y en especial en Venezuela, se inspiraron en las revoluciones

burguesas, cargado a su vez, de gran sentimiento nacionalista. Cabe señalar que una de

las improntas de la revolución Bolivariana es el entusiasmo por la figura de Simón

Bolívar, lo que diferencia de manera significativa, la concepción de nacionalismo en

América latina en contraposición a la visión europea. Esto marca y crea una

discordancia con el pensamiento marxista, que es de carácter internacionalista, frente al

sentimiento nacional del socialismo del siglo XXI. En este planteamiento se puede

identificar la concepción hegeliana del Estado, recogida en la Filosofía del Derecho. La

revolución francesa de 1791, inspirada en los pensamientos de Montesquie, Voltaire,

Rousseau y Hegel, destruyó el antiguo régimen en Europa dando lugar a la hegemonía

de la clase burguesa que tuvo que cohabitar con los terratenientes hasta principios del

siglo XX. Tras este proceso revolucionario, Hegel comprendió la necesidad de

desarrollar una ciencia del Estado rodeada por la ética y la moral, cuyo centro es el

individuo. La obra Filosofía del Derecho fue publicada en 1820, treinta años después de

la primera revolución francesa y cinco años de finalizar las guerras napoleónicas, por lo

que es necesario analizar a Hegel ex-ante a su obra. En 1786, tras la muerte de Federico

II el Grande, Hegel describió al rey como:

Un personaje de la historia universal, el gobernante con quien entra en la realidad

la nueva época, en que el interés real del Estado obtiene su universalidad…rey

filósofo…El primero en comprender como rey (y no exclusivamente como persona

privada) la universalidad del pensamiento poniéndola a contribución en el

desempeño de su alto puesto…el primero entre los gobernantes que afirmó lo

universal en el Estado, teniendo siempre a la vista como último principio el mayor

bien de su Estado y no deseando prevalecer lo particular cuando era opuesto al fin

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26

del Estado. Elevó el pensamiento al trono y lo hizo prevalecer contra la

particularidad.35

Destaca la definición platónica que otorga Hegel a Federico el Grande, al describirlo

como rey filósofo. Lo que ayuda a comprender la perspectiva filosófica sobre la ciencia

del Estado y el desarrollo del idealismo dialéctico que aborda el propio Hegel. El grado

de influencia metafísica en su pensamiento, se transmite en el hecho de que toma como

leyes naturales, las teorías económicas de Ricardo y Say desmanteladas, como hemos

explicado, por Marx y Keynes (entre otros economistas). Bien es cierto, Hegel concibe

el Estado como promotor de la reconciliación entre la libertad individual y las

necesidades de los individuos, en términos hegelianos, se definen como los principios

del estado político y los principios de la sociedad civil.

Estos principios descansan en la necesidad que tiene la sociedad civil de expandirse

hacia nuevos mercados, interpretando de este modo la ley de Say que aceptaba como

inherente y natural Hegel, donde la oferta crea su demanda en el sentido de que

producirá bienes debido a esta necesidad. En estos términos, la responsabilidad del

Estado por satisfacer a la sociedad civil le obliga al uso de la fuerza militar y la

violencia, principio este último, convergente con la definición de Max Webber, él cual

afirma que cualquier Estado se atribuye el monopolio de la violencia y cuya relación

“es especialmente intima”36

. Hegel concibe la presencia de instituciones que actúan para

garantizar la propiedad privada y el funcionamiento del mercado como obligación

moral. De este modo nace el Estado burgués—por ende, el Estado moderno—, cuyos

ciudadanos piensan y actúan como burgueses.

Ante esta problemática, la revolución bolivariana no ha destruido ni eliminado el

Estado burgués en que se asienta, reforzado por el rentismo, atenuante del bloqueo para

realizar el proceso de industrialización, en pos de la construcción de una economía

avanzada que permita la transición al socialismo. La débil correlación de fuerzas y la

escasa experiencia política y revolucionaria de los venezolanos no permiten echar abajo

los cimientos que han edificado el actual Estado. Es importante recuperar la perspectiva

de Marx en referencia a esta disyuntiva:

Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el periodo de la

transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este periodo

corresponde también un periodo político de transición, cuyo Estado no puede ser

otro que la dictadura revolucionaria del proletariado.37

El período que media entre el capitalismo y el comunismo, es el socialismo, fase que

aseguran, confusamente, encontrarse Venezuela. Tanto la oposición neoliberal como el

partido de Hugo Chávez, el PSUV, pretenden convencer al mundo de la existencia de un

sistema político-económico que es la consecución del socialismo, exitoso o fracasado

según quién lo cite. Por tanto, definiciones que se han lanzado desde la oposición que

afirman que éste es un régimen que práctica el socialismo petrolero, es equivocado al

atribuir una estrecha relación entre el Estado y el socialismo. Entendiendo esta relación

como la fuerte presencia de la burocracia, que parece ser, según algunos entendidos,

consecuencia de una economía socialista, que atribuyen como propiedad innata de este

35

DÍAZ, Carlos (1987): El sueño hegeliano del Estado ético, Salamanca, San Esteban, p.28. 36

WEBBER, Max (2001): El político y el científico, Madrid, Alianza Editorial, pp.83-88. 37

MARX, Karl (1971): Crítica del programa de Gotha, Madrid, Ricardo Aguilera, p.38.

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27

sistema. Nada más lejos de la verdad, la burocracia es consecuencia del centralismo

político heredado del Estado burgués, bajo el sistema capitalista, que ha perfeccionado

hasta hacer más latente su presencia. Es bien cierto, que la burocratización de

Venezuela no ha sido apartada con la revolución bolivariana, pero es necesario atribuir

esta herencia al carácter burgués del Estado venezolano. Esto se entiende en la medida

de que el sistema parlamentario vigente en Venezuela entra dentro de la problemática

del centralismo orgánico y centralismo burocrático. El rentismo atenúa y fortalece solo

el centralismo burocrático, y no permite el centralismo democrático como afirma el

PSUV38

.

Como indica Antonio Gramsci, al referirse al centralismo orgánico como centralismo

democrático, otorgado en gran medida a la participación social en la toma de

decisiones. En el caso de Venezuela no sucede al estar regido por un sistema

parlamentario que es dueño último de las decisiones:

La organicidad sólo puede darse en el centralismo democrático, que es un

centralismo en movimiento, por así decir, o sea, una continua adecuación de la

organización al movimiento real, un contemperar los impulsos de la base con el

mando de arriba, una inserción continua de los elementos que provienen de las

profundidades de la masa en el molde solidó del aparato de la dirección que

asegura la continuidad y la acumulación regular de experiencias39

.

Esta problemática entre el sentimiento revolucionario frente a la esclerosis del Estado

venezolano construye una trampa que hace desvanecer cualquier proceso que favorezca

la transición a una economía socialista. La retroalimentación que permiten los ingresos

procedentes del petróleo crea una engañosa estabilidad que perpetúa el centralismo

burocrático, como explica Gramsci:

Este elemento de estabilidad en el Estado se encarna en el desarrollo organico del

núcleo central del grupo dirigente, como ocurre, aunque en escala mas reducida,

en la vida de los partidos. El predominio del centralismo burocrático en el Estado

indica que el grupo dirigente esta saturado, se está convirtiendo en una especie de

consorcio augusto que tiende a perpetuar sus mezquinos privilegios regulando o

impidiendo la aparición de fuerzas contrastantes, aunque haya homogeneidad

entre éstas y los intereses dominantes fundamentales (por ejemplo, en los sistemas

proteccionistas a ultranza en lucha con el liberalismo económico)40

.

Esto conlleva intrínsicamente la confrontación, en un sistema que no ha eliminado las

clases sociales. Lo que atiende a manifestaciones de sectarismo, auspiciadas por el

clientelismo y la búsqueda de rentas, ambos alimentados por el rentismo. Debemos de

entender el pensamiento sectario como “aquel que impide ver que el partido político no

solo es la organización técnica del partido en sí sino todo el bloque social del que el

partido es guía porque es su expresión necesaria”41

, presentes en el discurso populista,

guía de la revolución bolivariana. El camino del reformismo, cegado por los ingresos

38

En los estatutos del PSUV, afirman respetar el centralismo democrático. En Internet:

http://www.psuv.org.ve/psuv/estatutos 39

GRAMSCI, Antonio (2009): La política y el Estado moderno, Madrid, Público, p.175. 40

Ibíd., pág.175. 41

Ibíd., pág.233.

Page 29: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

28

petroleros, crea un sentimiento de satisfacción al observar las tasas de crecimiento del

PIB en la última década42

.

Por esta razón, lo que hemos tratado hasta éste punto como revolución bolivariana

deberá ser rebautizado como reformismo bolivariano, definición más cercana del

proceso histórico que vive el país desde 1998. Es de entender el espíritu reformista

como consecuencia del revisionismo que plantea el socialismo del siglo XXI,

contaminado por la confusión ideológica de la socialdemocracia europea, en especial en

el seno del SPD alemán, inspirados ideológicamente por Bernstein y Kautsky, ambos

seducidos por los avances sociales dentro del capitalismo. Bernstein planteaba la vía de

la democracia parlamentaria y el sufragio universal con el objetivo de alcanzar el poder,

amoldándose el SPD al juego democrático del sistema liberal, y de este modo influir a

la sociedad a través del parlamento. La conquista democrática por sufragio universal,

permitiría al SPD llevar a cabo reformas que transformarían a Alemania en una

economía socialista. Esto implicaba oponerse a la idea de la dictadura del proletariado

y la lucha de clases, traduciéndose en la organización de los trabajadores bajo dirección

del partido, así como una organización sindical que permitiese pactos sociales.

Esta concepción bernsteiniana, implica centralismo burocrático y manifestaciones

sectarias, en sentido, que las reivindicaciones de los trabajadores son organizadas por el

partido y el sindicato mayoritario, verticalizando la acción sindical y la organización

social. Esto impide de cualquier modo la desaparición del Estado burgués, y por ende,

alcanzar el objetivo de construir un Estado socialista, como así pretendía Bernstein.

Incluso la predicción de que el SPD, cuando alcance el poder mediante el sufragio

universal, plantearía de inmediato las reformas necesarias para la creación de un Estado

socialista fueron erróneas, como atestigua el momento histórico que permitió formar la

asamblea constituyente de 1919, antesala del nacimiento de la Republica de Weimar. El

SPD fue la formación más votada, con más del 37% de los votos, en cambio, esto no

evitó la coalición con los partidos conservadores, Zentrum (Partido de Centro) y el DDP

(Partido Democrático Alemán), redactando junto a ellos la futura constitución de la

recién creada república. Esta constitución mantenía varios de los principios

conservadores y apenas consiguió establecer un Estado de Bienestar que reconociese

los derechos de los trabajadores, alejándose de las aspiraciones reformistas de

Bernstein, así como la de los programas Gotha y Erfurt. El “éxito” del SPD, no fue más

que una reedición de la Sozialpolitik de Bismarck, y propicio el auge del fascismo, al

buscar apoyo en los freikorps para ahogar en sangre la revolución Espartiquista.

El reformismo bolivariano no innova frente a las tesis defendidas por el SPD a

principios del siglo XX. El gobierno del PSUV y Chávez, retrasa cualquier proceso de

socialización de los medios de producción, y se conforma con las nacionalizaciones de

empresas de capital privado. No obstante, estas nacionalizaciones se realizan pagando el

precio de mercado, en la mayoría de los casos, es un precio enajenado y sobrevalorado

al precio real e incluye las plusvalías expropiadas a los trabajadores, que de ningún

modo, son devueltas tras la nacionalización. Es fácil reconocer e identificar en el PSUV

las teorías etapistas de los reformistas y revisionistas. La critica virulenta que hace Rosa

Luxemburg de la expropiación por etapas, desnuda el error en el proceder de la

42

Como veremos en el último punto, las tasas de crecimiento del PIB han llegado a alcanzar el 18,7%, en

2004. Hay que señalar que ésta no ha sido la tendencia del PIB venezolano a lo largo de los últimos trece

años. Se han registrado tasas negativas en los años 1999, 2002, 2003, 2009 y 2010.

Page 30: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

29

política-económica del reformismo bolivariano. Alejado de cualquier espíritu

revolucionario, como manifiesta Luxemburg:

La división del derecho de propiedad en varios derechos que lo componen, arreglo

que le sirve a Konrad Schmidt de refugio a cuyo amparo puede construir su teoría

de la “expropiación por etapas”, caracterizaba a la sociedad feudal, basada en la

economía natural. En el feudalismo, las clases sociales de la época se repartían el

producto total en función de las relaciones personales imperantes entre el señor

feudal y sus siervos o arrendatarios. La distribución de la propiedad en varios

derechos parciales reflejaba la forma de distribución de la riqueza social de la

época. Con el pasaje de la economía a la producción de mercancías y la

disolución de todos los vínculos personales entre los participantes en el proceso de

producción, la relación entre hombres y cosas (es decir, la propiedad privada) se

volvió recíprocamente mas fuerte. Pues que la división ya no se efectúa en base a

las relaciones personales sino a través del intercambio, los distintos derechos a

una parte de la riqueza social ya no se miden como fragmentos del derecho de

propiedad que comparten un interés común. Se miden según los valores que cada

uno vuelca al mercado. 43

El reformismo bolivariano, aun no se ha atrevido a expropiar a la burguesía de

Venezuela, que fue afianzando su poder desde la independencia del país en 182344

. En

cambio, no se comprende que las nacionalizaciones se efectúen pagando precios de

mercado. Aun a riesgo de ser acusados por la oposición de robo y violación de la

propiedad privada (como vienen haciendo desde años, aun no darse las

expropiaciones), el reformismo bolivariano pudo haber optado por la opción de

establecer una indemnización a los propietarios de los medios de producción, siendo

ésta, inferior al precio de mercado. De nuevo, hay que recordar que la denuncia por

parte de la oposición de “robo” que realiza el gobierno del PSUV, es completamente

infundada e irreal, fácilmente de rebatir al observar la presencia de empresas mixtas,

con participación de capital privado. Las empresas mixtas presentan capital extranjero,

de diferente procedencia, cayendo en contradicción con el discurso anti-imperialista de

Chávez. En el Cuadro.1, podemos identificar varios de los socios de la PDVSA,

procedentes de EEUU, Francia, España e Italia. Países, en principio, hostiles a las

políticas del reformismo bolivariano. En cambio, llama fuertemente la atención la

presencia de China, aliado del gobierno bolivariano, como socio más importante. En el

Cuadro.1 observamos cómo el gobierno bolivariano ha transferido hasta el 40% de la

participación con sus socios, la explotación y prospección de los yacimientos de

petróleo y gas natural del país. Esto contradice las denuncias vertidas por parte de la

oposición, que concentra sus esfuerzos en debilitar la figura de Hugo Chávez. El 12 de

febrero de 2012, Henrique Capriles Radonski fue elegido en las primarias de la Mesa de

la Unidad Democrática (MUD) como único representante de la oposición. Esto desnuda

el bipartidismo, propio de las democracias parlamentarias, evidenciando que el proceso

histórico que está viviendo Venezuela desde 1998 no corresponde, como afirma el

PSUV, al proceso revolucionario en el que se encuentra el país.

43

LUXEMBURGO, Rosa (2009): Reforma o revolución, Madrid, Público, p.39. 44

El período que permitió la independencia de Venezuela comenzó el 19 de abril de 1810 y culminó el 24

de julio de 1823.

Page 31: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

30

Fuente: Elaboración propia con datos procedentes del Informe de gestión PDVSA 2010

CUADRO.1

Empresa Mixta Fecha de

Constitución Decreto

Transferencia Participación PDVSA

(%) Participación

Socio (%) Accionista Minoritario País de Origen

Petrozumano, S.A 06/11/2007 09/11/2007 60 40 CNPC China

Petrocedeño, S.A 11/12/2007 10/01/2008 60 40 TOTAL/Statoilhidro Francia/Noruega

Petrolera Bielovenezolana, S.A 14/12/2007 28/12/2007 60 40 Belorusneft Bielorrusia

Petropiar, S.A 19/12/2007 09/01/2008 70 30 CHEVRON EEUU

Petrolera Paria, S.A 19/12/2007 20/12/2008 60 40 SINOPEC/INE Oil&Gas/INC China/Venezuela

Petrosucre, S.A 19/12/2007 16/01/2008 74 26 ENI Italia

Petrolera Güiria, S.A 10/01/2008 05/03/2008 64,25 35,75 ENI/INE Oil&Gas/INC Italia/Venezuela

Petrolera Sinovensa, S.A 01/02/2008 01/02/2008 64,25 35,75 CNPC China

Petromonagas, S.A 21/02/2008 05/03/2008 83,33 16,67 BP Alemania

Petrolera Indovenezolana, S.A 08/04/2008 24/04/2008 60 40 ONGC India

Veneziran Oil Compañy, S.A 05/02/2007 N/A 61 39 SADRA Irán

Petromiranda, S.A 20/04/2010 29/07/2010 60 40 Consorcio Nacional Petrolero Rusia

Petromacareo, S.A 17/09/2010 02/11/2010 60 40 PetroVietnam Vietnam

Petrocarabobo, S.A 25/06/2010 29/07/2010 60 11/11/11/7 Repsol/PC Venezuela/Petrocarabobo Ganga/Indoil

Netherlands B.V España/Malasia/India/India

Petroindependencia, S.A 25/06/2010 29/07/2010 60 34/5/1 CHEVRON/Japan Carabobo UK/Suelopetrol EEUU/Japón/Venezuela

Petrourica, S.A 14/12/2010 21/12/2010 60 40 CNPC China

Petrojunin, S.A 14/12/2010 21/12/2010 60 40 ENI Italia

Empresa Mixta Petrolera Vencupet, S.A 03/12/2010 21/12/2010 60 40 CUPET Cuba

Page 32: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

31

Trece años reformismo bolivarino: El rentismo como fuente de ingresos

En este último punto, estableceremos la relación de los precios del crudo con los datos

macroeconómicos coincidentes con las del período abarcado por el gobierno del PSUV

hasta día de hoy. En el Cuadro.2, observamos la tendencia alcista del precio del barril

OPEP, tomando como primer período 1999, año en el cual, PSUV subió al gobierno. La

variación porcentual de 1999 a 2012 ha sido del 657,78%, pasando del precio inicial de

17,48 dólares hasta alcanzar 114,98 dólares actuales. Este sorprendente incremento se

explica en parte por la política monetaria de la Reserva Federal, quien ha venido

devaluado el dólar con el objetivo de potenciar las exportaciones de EEUU. No

obstante, la explicación monetaria es vaga y no explica las autenticas relaciones que han

afectado a los precios del petróleo. La tasa interanual entre los años 1999 y 2000 fue de

casi un 57,90%, período que coincidió con el cambio de gobierno, culminando de este

modo, con los ocho años de la presidencia de Bill Clinton y el partido Demócrata. En

los ocho años del gobierno demócrata, la política exterior de Clinton y su gabinete se

caracterizó por el intervencionismo, como quedó reflejado en la intervención de la

OTAN en Yugoslavia, los bombardeos contra Irak o la dramática “confusión” con el

bombardeo a un laboratorio farmacéutico en Sudán. La exhibición de fuerza coincidió

con los dos últimos años de mandato de Clinton, a sabiendas de que no podía renovar su

presidencia, debido a la limitación de mandatos recogida en la constitución de los

EEUU.

No obstante, el candidato más popular en las elecciones de 2000, era él que hasta

entonces fuera vicepresidente del gobierno de Clinton, Al Gore, quien perdió frente a

George Bush en extrañas circunstancias, aun habiendo logrado más votos. El sistema de

escaños dio la victoria a George Bush, cuyo primer año de mandato estuvo marcado por

el 11 de Septiembre de 2001. Aquello “permitió” acentuar la política de

intervencionismo con la invasión de Afganistán. Si bien es cierto, Afganistán no es un

país con reservas de petróleo y gas, pero su importancia geoestratégica es vital para

asegurar el control del crudo. Afganistán comparte fronteras con los países de Asia

Central, donde están localizadas grandes reservas de petróleo y gas, además de

significar una seria amenaza la presencia de bases militares de la OTAN para los

intereses de Rusia, China e Irán. La incomodidad que supone para Irán, país vecino de

Afganistán, crea tensiones que afectan al precio del crudo, hecho que refuerza la

relación entre Venezuela y el país persa. Por otra parte, observamos que la tasa

interanual entre los años 2000 y 2001 es negativa (-16,32%), por el contrario, en 2003,

el precio del barril OPEP empezó a dispararse.

Es indudable que esta relación viene marcada por la Guerra de Irak, organizada en base

a la acusación de que el régimen de Sadam Hussein poseía armas de destrucción

masiva. La estrategia de los EEUU para evidenciar la supuesta amenaza iraquí, quedó

desacreditada por los inspectores de Naciones Unidas al no encontrar pruebas de la

existencia de éstas. No obstante, se omite el hecho de que el gobierno de Hussein

franqueó los intereses de EEUU, al desplazar el dólar de las transacciones de crudo

iraquí, adoptando el euro como moneda de referencia. Este simple cambio de divisa en

la tasación del crudo suponía una amenaza para la economía de los EEUU. El mero

hecho de que el precio del barril sea en dólares presupone una ventaja para la economía

de los EEUU, que a efectos, sólo le implica el coste de impresión de billetes de dólar

por parte de la Reserva Federal. Así es, cada barril de petróleo involucra que EEUU

exporte dólares al resto del mundo, y por ende, exporta inflación al resto de países. Por

tanto, supone la dependencia de todas las economías del mundo a la política monetaria

de la Reserva Federal, debido en gran parte a que los países importadores de petróleo

tienen la necesidad de poseer grandes reservas en dólares. Esta implicación también

afecta a los países exportadores de crudo, que reciben sus rentas en dólares, el cual,

viene devaluándose desde los Acuerdos de Washington, como hemos indicado

Page 33: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

32

anteriormente, ampliando dos veces la banda de fluctuaciones en ± 2,25% en 1971 y

197345

.

Precio del barril de crudo (dólares)

Año

Precio del barril

OPEP

Variación

porcentual Tasa Interanual (%)

1999 17,5 100,0 -

2000 27,6 157,9 57,9

2001 23,1 132,3 -16,2

2002 24,4 139,4 5,4

2003 28,1 160,8 15,4

2004 36,1 206,2 28,3

2005 50,6 289,7 40,5

2006 61,1 349,4 20,6

2007 69,1 395,2 13,1

2008 94,5 540,3 36,7

2009 61,1 349,3 -35,4

2010 77,5 443,1 26,8

2011 107,5 614,8 38,7

2012 115,0 657,8 7,0

Fuente: Elaboración propia con datos de la OPEP

CUADRO.2

Fuente: OPEP

GRÁFICO.1

El Gráfico.1 ilustra mejor la tendencia de los precios del barril OPEP, que ha ido

subiendo a lo largo de todo el período abarcado por el gobierno de Chávez y el PSUV.

Esta tendencia, explicada mayormente por la política exterior de EEUU, se entiende

mejor si tenemos en cuenta la estimación del coste marginal de extracción del último

barril de crudo venezolano, el cual, oscila entre los 3 y 6 dólares. En 2008, el precio del

barril OPEP alcanza los 94,5 dólares, coincidiendo con la crisis financiera mundial.

Cuando estalla la burbuja financiera, la demanda de crudo cayó, debido principalmente

a la contracción de la demanda agregada en los países industrializados, dando como

respuesta, la contracción de la oferta de crudo. El alto precio del crudo sirvió de excusa

45

A partir de 1983, la administración de Ronald Reagan decide sobrevaluar el dólar, como parte de la

política anti-inflacionista, tras las crisis de petróleo de 1973 y 1979. La presidencia de Bill Clinton

también prefirió sobrevaluar la divisa estadounidense. En ambos casos, defendieron el superdólar.

Page 34: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

33

para camuflar la crisis financiera, culpabilizando de todos los males a los países

exportadores de crudo. En cambio, no explica el porqué de la crisis, cuyo origen fueron

las subprime y la especulación por parte de las entidades financieras. En el gráfico.2,

observamos como la producción de barriles en Venezuela se redujo en 2003 cuando

estalla la guerra contra Irak, aunque vuelve a subir alcanzado los niveles de producción

del período de Caldera, aprovechando el auge de los precios debido a la reducción de la

oferta de petróleo iraquí. La guerra de Irak contrajo la oferta de crudo, permitiéndonos

observar en el período, que va 2003 a 2007, el aumento del precio del barril OPEP de

28,1 dólares a 69,1 dólares. Mientras, en 2008 las economías industrializadas

empezaron a sufrir la crisis financiera procedente de EEUU. En 2008 se retrajo la

demanda agregada, lo que obligó al gobierno venezolano a reducir la producción de

barriles.

Fuente: OPEP

GRÁFICO.2

En la relación de oferta y demanda se encuentra la clave para diagnosticar la autentica

barrera que atrapa a la economía venezolana, impidiendo el proceso revolucionario que

tanto redunda el PSUV. Como hemos indicado, el precio del petróleo es asignado por la

relación entre el equilibrio parcial de Marshall, la teoría del valor, la política monetaria

de la Reserva Federal de EEUU y como aspecto mas determinante, la política exterior

de EEUU con respecto a los países miembro de la OPEP, en especial con Irán.

Venezuela se encuentra atrapada en el juego especulativo que supone el precio futuro,

en el cual el gobierno del PSUV participa. El precio futuro desenmascara el carácter

metafísico del rentismo, en donde los agentes perceptores de la información especulan

con el precio del petróleo con la expectativa de aumentar el excedente. Es decir, existe

un comportamiento que se rige por la “fe” de los agentes ante los comportamientos. Si

bien, los economistas ortodoxos lo enclavan en la problemática de la teoría de la

agencia, no es sensato que pueda existir un supervisor, y los agentes sean la OPEP y el

gobierno de Venezuela. Aun así, muchos de los comportamientos parecen regirse por

esta relación metafísica, mientras la producción de petróleo venezolano se especula con

vistas al largo plazo. Los modelos econométricos no predicen exactamente lo que

ocurrirá con los precios futuros, en cambio, son determinantes en el comportamiento de

estos agentes, aun a sabiendas de la imposibilidad de pronosticar la política exterior de

EEUU, la cuál se confirma como condicionante del precio del crudo. Tanto es así, que

ningún modelo basado en logaritmos ha predicho el embargo de petróleo que ha

realizado Irán a Europa y EEUU, debido a las constantes amenazas procedentes de

Washington. El conflicto con Irán tensa la cuerda, obligando al país persa el cierre del

estrecho de Orzum, donde se estima que entre el 20% y el 40% del crudo producido a

nivel mundial, procede de esta zona de Oriente Medio.

Page 35: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

34

Por otra parte, es necesario recuperar la política monetaria de la Reserva Federal, tal

como hemos indicado anteriormente, por verse atrapado el precio del petróleo por el

dólar. Desde la llegada de Barack Obama a la Casablanca, tras ganar la elecciones de

2008, el gobernador de la Reserva Federal, primero Greenspan y actualmente Bernanke,

ha mantenido una política monetaria de carácter expansionista. La importancia de que el

petróleo, y gran parte de las commodities que se comercian en el mercado internacional

sean en dólares, permite a EEUU evitar la inflación dentro de sus fronteras, a

consecuencia del aumento de la oferta de dinero, gracias en gran medida a la posibilidad

de exportar la inflación al resto del mundo. Esto afecta gravemente a Venezuela, en

parte por su régimen de tipo de cambio fijo, no siendo la principal causa como afirman

los economista ortodoxos. El bolívar fuerte con tipo de cambio fijo supone la

sobrevaluación de la moneda venezolana, que a su vez, debe de enfrentarse a la

sobrevaloración del dólar, que ha venido devaluándose por las políticas inflacionistas de

la Reserva Federal46

.

El hecho de que el precio del crudo sea en dólares presume para Venezuela una total

dependencia al dólar, que desde 1971 es una moneda sin respaldo, tras abandonar el

patrón oro, devaluada a lo largo de esta última década. El dólar presenta un

comportamiento giffen, al tratarse de una moneda depreciada frente a otras divisas,

como es el euro, pero que obliga a todos los países a aceptar esta divisa para poder

obtener petróleo. En el año 2000, cuando el gobierno de Irak, con Sadam Hussein,

decidió pasar del dólar al euro en la transacción de petróleo, el dólar se depreció frente

al euro. Lo que motivó la guerra contra Irak y mostró la debilidad de las “viejas

potencias” europeas al respaldar la invasión, mientras, los países reacios, Alemania y

Francia, no evitaron la acción militar. En 2003, Irán ya planteó en la necesidad de

abandonar el dólar, lo que podría explicar la hostilidad de EEUU hacia este país47

.

La necesidad de Venezuela de abandonar el dólar como divisa en la transacción del

crudo es obvia. El tipo de cambio fijo ha provocado que las importaciones sean más

baratas que las exportaciones, lo que impide la diversificación de la industria no

petrolera en el país. Las importaciones, más baratas debido a la sobrevaluación del

bolívar fuerte, afectan a las industrias nacionales, al competir en desventaja y acrecienta

la dependencia en el sector petrolero, único sector industrial rentable para la economía

venezolana. Esta barrera tiene un carácter más nocivo debido a las altas tasas de

inflación, que se explican en parte por el tipo de cambio fijo, pero sobre todo, por la

política monetaria inflacionista de la Reserva Federal, el rentismo, y sobre todo, la

capacidad que tienen los propietarios de los medios de producción de fijar los precios de

mercado por encima del coste marginal. En el Gráfico.3, podemos apreciar la tendencia

de la tasa de inflación interanual en el Distrito Metropolitano de Caracas, en un período

de 61 años (1950-2011). Como observamos en el gráfico.3, el período que comprende

de 1973 a 1998, se caracteriza por tasas de la inflación interanual que llegan a superar el

60%. Estas tasas se explican por el intervencionismo en la política monetaria de

Venezuela por parte del FMI y el Banco Mundial, recetando a su vez, políticas de

privatizaciones de empresas y servicios públicos en el país, afectando la distribución de

la riqueza y menguando el salario real. A estas recomendaciones, le acompañaron

políticas de endeudamiento y el pago de intereses de deuda sobredimensionados.

46

No obstante, la presencia de tipo de cambio fijo, no es el único culpable. Aun pasando a un régimen de

cambio flexible, la moneda nacional, el bolívar, se apreciaría y favorecería las importaciones, al ser mas

baratas. Se debe principalmente, a la mayor entrada de dólares por la exportación de crudo. Los

economistas ortodoxos acusan solo al tipo de cambio fijo, de ser el detonante que impide el desarrollo de

la industria nacional. La causa real, es la devaluación del dólar, favoreciendo a la industria petrolera y

desplazando la diversificación industrial en el país. 47

De hecho, a mediados de 2003, Irán empezó a aceptar euros para sus exportaciones de crudo. En

Internet: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=27504

Page 36: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

35

Fuente: Banco Central de Venezuela

GRÁFICO.3

No obstante, hay que matizar, como señala Xabier Arrizabalo, que “en América Latina,

durante los años setenta, los créditos son contraídos de forma predominante por el sector

privado, aunque el grado de endeudamiento del sector público en términos absolutos

también fuera muy importante”48

. Este comportamiento se debía principalmente al

carácter especulativo y a la dependencia de las importaciones, a consecuencia de la nula

diversificación de la industria venezolana. Arrizabalo, identifica el origen de la

necesidad de endeudamiento del sector privado, de la siguiente forma:

Desde el punto de vista de los capitales privados que los hacen, existen diferentes

causas cuya importancia relativa varía de forma considerable en los distintos

casos, entre ellas, prevalecen las vinculadas a la lógica y al consumo suntuario de

importación sobre las relacionadas con el terreno productivo. Esto se explica por

la configuración económica y social de estas sociedades en las que, por una parte,

no existe una burguesía industrial fuerte que demande ahorro externo para

canalizarlos a la inversión productiva y, por otra, la elevada concentración del

ingreso genera un reducido estrato social cuyos patrones de consumo se centran

en una medida importante en los bienes suntuarios de importación, patrones que,

además, tienden a ser imitados por los subsiguientes estratos de ingreso. Y también

por las características del actual estadio capitalistas.49

Mientras, en el sector público el endeudamiento se caracterizó por la necesidad de

mantener el monopolio de la violencia, a través del gasto improductivo. Arrizabalo lo

expone del consiguiente modo:

En cuanto al endeudamiento del sector publico, en general su clave explicativa

tampoco reside en la búsqueda de recursos para la inversión productiva. Por el

contrario, las razones que prevalecen son las vinculadas a su necesidad de gasto

improductivo. A su vez, ésta deriva básicamente del sostenimiento del propio

aparato de Estado y de la marcada identificación gubernamental con los sectores

dominantes del capital (nacionales y transnacionales) materializada en todo tipo

de gastos de transferencia pocas veces relacionados con la producción. Pero,

además, los numerosos regímenes dictatoriales de este período agudizan esta

tendencia por su gasto militarista y de represión: armamento, aparato policial,

etc.50

48

ARRIZABALO, Xabier (1997): Crisis y ajuste en la economía mundial: implicaciones y significado de

las políticas del FMI y el BM, Madrid, Síntesis, D.L, p.213. 49

Ibíd., pp.213-214. 50

Ibíd., p.214.

Page 37: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

36

En 1996, la inflación en Venezuela alcanzó el 103,84%, cifra record que desgastó al

gobierno de Caldera. En 1998, cuando sube al poder Chávez, la inflación se sitúa en el

29,91% y va descendiendo hasta situarse en el 14,36% en 2005. No obstante, de nuevo

comienza a subir hasta alcanzar el 28,99% en 2011. Como anteriormente hemos

indicado, la inflación tiene el peligro añadido de convivir con el tipo de cambio fijo que

frena la industrialización de la economía venezolana. Cabe recordar, que los ingresos

que recibe del petróleo el Estado venezolano es en dólares, lo que implica que está

recibiendo inflación por parte de la Reserva Federal de EEUU.

Esto no concluye con estas apreciaciones, sino que también afecta de manera muy

importante en el salario real de los trabajadores venezolanos y en la recaudación del

impuesto directo a las personas físicas, provocando que la clase trabajadora con rentas

mas bajas pague mas impuestos, aun deflactando la tarifa. Si observamos el Gráfico.4,

podemos apreciar la tendencia alcista del Índice de Precios al Consumo (IPC) en el

distrito metropolitano de Caracas durante el período del gobierno del PSUV. Muchos

economistas ignoran los menoscabos provocados por la inflación en la clase trabajadora.

Muchos de los economistas, mal llamados neokeynesianos, descuidan el hecho de que

las políticas económicas con intervención estatal elevan la inflación, escudándose en el

término keynesiano de la ilusión monetaria, en pos de reactivar la economía y el

consumo a través de políticas de coordinación entre el Estado y el mercado.

Fuente: Banco Central de Venezuela

GRÁFICO.6

Cabe recordar, que el cálculo del salario real se haya del cociente entre el salario

nominal y el IPC (WR=W/P)51

. La tendencia alcista del IPC muestra sin lugar a dudas la

depreciación del salario real de la clase trabajadora en Venezuela, tendencia que se

aprecia en el resto de mundo desde los Acuerdos de Washington en 1971. Si bien la

ortodoxia económica afirma que el productividad media del trabajo (Pme=Q/L)52

es

mayor cuanto mayor son los salarios reales, ergo, la productividad marginal por la

ultima hora de trabajo es también mayor (Pmg=∆Q/∆L)53

. Por el contrario, se ha

51

En este caso tomaremos, WR como salario real, W como salario nominal y P como índice de precios al

consumo. 52

Pme se refiere a la productividad media, que es el cociente entre Q, que corresponde a la cantidad total

producida, y L, indica la cantidad de trabajo necesario. 53

Pmg hace referencia a la productividad marginal, resultante de la variación de la cantidad producida,

∆Q, entre la variación de trabajo por la última unidad adicional, ∆L. No obstante, hay que matizar que el

cálculo de la productividad marginal no es concluyente, debido a la dificultad para su cálculo exacto. Por

tanto, no se puede considerar como medición en referencia a la relación entre salarios reales y

productividad.

Page 38: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

37

observado que esta tendencia no se cumple, aun siendo cierto que la productividad del

trabajo ha aumentado desde la II Guerra Mundial, se observa como los salarios

nominales han crecido menos que los índices de precio, lo que se ha traducido en el

descenso del salario real. Esta tendencia se podría explicar por la política monetaria

inflacionista de la Reserva Federal de EEUU y la devaluación que viene sufriendo el

dólar, unido al hecho de que las políticas de carácter neoliberal han atacado los derechos

de los trabajadores, mermando en su capacidad de negociación, con el pretexto y la

acusación contra los trabajadores y las huelgas, de ser instrumentos inflacionistas. En el

caso venezolano, el gobierno de Chávez presume de haber elevado el salario mínimo

desde 2003, anunciando un nuevo aumento del salario mínimo que se hará efectivo en

septiembre de 2012, elevando el salario mínimo hasta alcanzar los 2047,52 bolívares

fuertes (476,17 dólares con el tipo de cambio actual)54

. De este modo, el gobierno

bolivariano asegura que los trabajadores venezolanos disfrutaran del salario mínimo

más alto de América Latina. Si observamos el Cuadro.3, podemos apreciar, que si bien

el salario mínimo nominal ha crecido de manera continuada a partir de 2003, éste no lo

ha hecho por encima de la inflación y el IPC, lo que refleja un descenso del salario

mínimo real tomando como base el índice de precios del año 2007. Esto indica las

relaciones nocivas que provocan las elevadas tasas de inflación que acusa el país desde

el gobierno de Caldera y el intervencionismo del FMI y el Banco Mundial durante la

década de los 90.

Algunos economistas ortodoxos, se atreven a señalar a la huelga en el sector petrolero

venezolano, en febrero de 2003, de haber disparado la inflación intermensual hasta

alcanzar el 38,7%, destruyendo la economía de Venezuela. Cuando es significativo el

hecho de que los trabajadores del petróleo se organizaron para luchar contra las políticas

del PSUV que habían elevado la inflación en 2002, acentuando la pobreza en el país en

ese mismo año. No obstante, si bien cabría esperar un aumento de la pobreza en los

siguientes años, debido a la relación que ha ido reduciendo el salario real, parece ser que

la huelga de febrero de 2003 hizo reaccionar al gobierno de Chávez, tomando la

decisión de desarrollar y mejorar las políticas sociales. Podemos observar en el gráfico.5

la oscilación entre el porcentaje de pobres y ricos en el país. Del primer semestre de

2002 al primer semestre de 2003, el porcentaje de no pobres desciende y aumenta el

porcentaje de pobres, lo que empujó a la huelga en el sector petrolero. En ningún

momento se puede acusar a la huelga de ser el condicionante que destruyó la economía

54

El tipo de cambio del bolívar fuerte con respecto al dólar, a 4 de Mayo de 2012, se sitúa en 4,2893

bolívares fuertes por dólar.

Evolución del Salario mínimo (Bolívares fuertes)

Año Inflación IPC (base 2007) Nominal Real

1998 37,6% 20,1 498 2478,13

1999 29,9% 24,1 527 2184,85

2000 20,0% 27,4 516 1886,46

2001 13,4% 30,7 472 1536,60

2002 12,3% 40,3 483 1198,48

2003 31,2% 51,2 408,29 797,22

2004 27,1% 61,0 482,68 790,73

2005 19,2% 69,8 532,63 763,00

2006 14,4% 81,7 599,42 734,04

2007 17,0% 100,0 753,12 753,12

2008 22,5% 131,9 799,5 606,14

2009 31,9% 167,4 959,08 572,93

2010 26,9% 213,2 1548,22 726,18

2011 27,4% 275,0 1548,22 562,99

Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Central de Venezuela

CUADRO.3

Page 39: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

38

del país, sino más bien, fue una reacción contra de la incapacidad del gobierno

bolivariano.

Fuente: Banco Central de Venezuela

GRÁFICO.7

Existe un terrible mutismo por parte de los economistas ortodoxos, al olvidar el intento

de golpe de Estado perpetrado por la clase burguesa contra del gobierno del PSUV.

Recordemos, como durante 48 horas, el que hasta entonces fuera el presidente de las

Cámaras de Comercio y de Industria Fedecámaras, Pedro Carmona Estanga, despojó del

poder a Hugo Chávez con el apoyo de las potencias capitalistas. El fallido intento por

parte de la burguesía, por usurpar el poder, clarifica la obligación que tienen los

procesos revolucionarios de expropiar a la clase burguesa y socializar los medios de

producción. El intento de golpe, del 11 de abril de 2002, no culminó con éxito, gracias a

la voluntad popular de los venezolanos, que hasta entonces, veían al PSUV como la

vanguardia para despojar de todos sus privilegios a la burguesía. El fracasado intento

contrareformista, por recuperar el poder, nos ayuda a entender, cómo desde 1998 a

2003, la economía venezolana presentaba grandes desigualdades en la distribución de la

renta. Desde la victoria en las urnas del PSUV, el nuevo gobierno no tomó la valiente

decisión de socializar los medios de producción y expropiar a los propietarios

capitalistas. Hecho, el cual, persuadió a éstos, de intentar “recuperar” el poder político,

aun conservando el poder económico del país, favoreciendo el aumento en las

desigualdades económicas.

No obstante, el gobierno del PSUV encontró en la empresa estatal PDVSA, la

herramienta necesaria para equilibrar la guerra económica. Si volvemos al Cuadro.2, en

donde están recogidos los precios del barril OPEP, el precio del crudo bajó de 27,6

dólares en 2000 a 24,3 dólares en 2002. Esto se podría explicar en parte a los menores

ingresos que recibió el PSDV y el Estado venezolano. Por otro lado, si observamos la

tasa interanual de la inflación en el gráfico.3, en 2002 alcanzó el 31,2%, siendo la

segunda más alta en los 13 años de gobierno del PSUV, explicado en gran parte por la

capacidad que tienen las empresas de fijar los precios por encima de los costes

marginales, y la ya mencionada política monetaria de la Reserva Federa de EEUU. Por

otro lado, es preciso explicar el descenso en el precio del crudo en 2002, a consecuencia

de la crisis de las “puntocom”, que redujo sensiblemente la demanda agregada mundial,

mientras que la oferta de petróleo no hizo lo propio y no se igualó con la demanda. A

partir del segundo semestre de 2003, el precio del barril empieza a subir debido a la

guerra de Irak y la contracción de la oferta de crudo a nivel mundial. Este hecho

coincide con la reducción de la pobreza en Venezuela y el descenso de la tasa de

inflación interanual que pasa del 27,08% en 2003 al 16,98% en 2006. Si bien la pobreza

Page 40: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

39

se reduce, observamos como desde el primer semestre de 2007 al primer semestre de

2011 el porcentaje entre pobres y ricos se estabiliza, aun con el aumento más que

proporcional del precio de barril OPEP, alcanzando los 107,46 dólares en 2011.

Fuente: Banco Central de Venezuela

GRÁFICO.6

En cambio, el gráfico.6 muestra el descenso de la extrema pobreza en el porcentaje total

de la población venezolana. Es relevante y verosímil que este descenso coincida con el

segundo semestre de 2003, cuando el precio del crudo empieza a dispararse. Por otra

parte, el descenso de la extrema pobreza se estabiliza a partir del segundo semestre de

2007. El gráfico.7, muestra como mejora la distribución de la riqueza gracias a las

políticas de gasto público en infraestructuras, gasto en educación y sanidad pública, los

subsidios y las ayudas a las rentas más bajas. Estas políticas sociales lograrían explicar

el descenso de la pobreza aun habiendo caído los salarios reales. Aún con éste

incremento en la distribución, la serie de Gini arroja un índice de 0,3902 que no se

puede tomar como concluyente.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística de Venezuela

GRÁFICO.9

Hasta este punto, el reformismo bolivariano solo ha demostrado que las políticas

sociales mediante el gasto público se presentan más eficaces que las recetas para la

“liberalización” de la economía que sugirieron el FMI y el Banco Mundial en la década

de los 80 y 90. Cabe mencionar que el incremento del precio del crudo ha ayudado a

que el PSUV y Chávez hayan construido un Estado de bienestar, pero en ningún caso se

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40

puede denominar como Estado socialista. La similitud de la política económica del país

no se haya, como predica Chávez, en la construcción del socialismo, sino mas bien,

recuerda a la política del New Deal de Roosevelt o las políticas sociales de los

democristianos en Europa. Recordemos la similitud en las políticas sociales de los

socialdemócratas europeos con la de los conservadores democristianos, que refuerzan

aun más la crisis ideológica que sufre la socialdemocracia desde principios del siglo

XX. Por tanto, la innovación del PSUV en Venezuela es la adopción de los sofismas

revisionistas del SPD junto a la contaminación que han sufrido al sentirse atraídos por

las recetas keynesianas. No obstante, todos estos procesos reformistas son insuficientes

para la clase trabajadora dependientes de los policymakers, quienes actúan de manera

discrecional para coordinar las políticas del Estado con el mercado.

Demostrando la nula existencia de cualquier atisbo de democracia en la toma de

decisiones, aun cuando, en un intento de fortalecer la democracia venezolana, el PSUV

llama a consulta a los ciudadanos con referéndums. Como hemos indicado, el mero

hecho de que el parlamento centralice las decisiones, es un indicador de cómo la

acumulación de experiencia de la clase trabajadora en Venezuela se hace más difícil,

cayendo en el centralismo burocrático propio de la democracia parlamentaria. Si bien

es cierto, el parlamentarismo venezolano parece ser más “democrático” que el de

EEUU, esto no hace más que evidenciar la incompatibilidad del capitalismo con la

democracia, y en ningún momento se puede considerar como un logro del reformismo

bolivariano. Por tanto, es importante observar la evolución del PIB del país en los

últimos trece años, evidenciando la importante dependencia con los ingresos petroleros,

el exterior y la política monetaria de la Reserva Federal de EEUU. En cuanto a la

evolución del producto interior bruto de Venezuela, observamos como en los últimos

años, el PIB ha experimentado fluctuaciones en la tasa de crecimiento.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística de Venezuela

GRÁFICO.10

El Gráfico.10, nos ilustra la tendencia del PIB desde 1998 a 2011, en donde podemos

apreciar las fluctuaciones debido a la sensibilidad de la economía venezolana frente a

las variaciones del precio del crudo, y la dependencia con la política monetaria de la

Reserva Federal. A partir de 1998, la economía venezolana experimenta una recesión y

la tasa interanual del PIB en 1999 es de -6%, mientras que en los años 2000 y 2001, se

produce una ligera recuperación y la tasa interanual crece hasta situarse en el 3,7% y

3,4%, respectivamente. En los años 2002 y 2003, la economía del país experimenta

importantes contracciones del PIB debido a los factores endógenos y exógenos que

afectan a la economía venezolana. Como podemos apreciar, las tasas interanuales son

negativas, y se sitúan en -8,9% y -7,8%, coincidiendo con la caída del precio del crudo

en 2001 y 2002, el intento de golpe de Estado por parte de la burguesía venezolana, la

Page 42: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

41

política monetaria de la Reserva Federal de EEUU, así como la invasión de Afganistán

y la crisis de la burbuja del Nasdaq. Como hemos indicado anteriormente, los

economistas ortodoxos, haciendo gala de su dialéctica oportunistas, culpabilizan a la

huelga del petrolero de febrero de 2003 de ser el detonante de la destrucción de la

economía venezolana. Lo cierto, es que la economía venezolana venía sufriendo desde

1998 el deterioro en su economía, arrastrando la herencia de las gestiones de Andrés

Pérez y Caldera, ambos afines al FMI y el Banco Mundial. Por tanto, la crítica ortodoxa

hacia la huelga de febrero de 2003, no es más que un argumento ad-hominem contra la

clase trabajadora, y por tanto, una falacia.

Tras la contracción del PIB en 2003, en donde la tasa de variación arrojó el dato

negativo de -7,8%, a partir de 2004 el producto interior presenta tasas de crecimientos

positivas. En 2004, el PIB creció un 18,7% con respecto al año anterior, dato que se

puede contrastar con el aumento que experimentó el precio del barril OPEP, debido a la

guerra contra Irak. A partir de 2003, el precio del crudo crece de manera continuada y

los ingresos del petróleo aumentan, arrojando un saldo neto de las exportaciones

extraordinario. El Cuadro.4 nos ilustra mejor la tendencia, para ello es necesario

recordar la fórmula con la que se estima el PIB. Para la estimación del producto interior

bruto, se toman como variables el gasto público (GP), el consumo (C), la inversión (I) y

el saldo neto resultante de la diferencia entre exportaciones e importaciones (XN=X-M).

Todo ello representando por la suma de éstas, es decir, PIB=GP+C+I+(X-M). En el

Cuadro.4, apreciamos cómo a partir de 2004 aumentan los ingresos por exportaciones,

tanto petroleros como no petroleros. No obstante, posteriormente demostraremos que el

80% de los ingresos proceden del sector petrolero.

Balanza comercial (miles de dólares)

Año Importaciones Exportaciones Saldo neto (X-M)

1997 14.917 23.871 8.954

1998 16.755 17.707 952

1999 14.492 20.963 6.471

2000 16.865 33.529 16.664

2001 19.211 26.667 7.456

2002 13.360 26.781 13.421

2003 10.483 27.230 16.747

2004 17.021 39.668 22.647

2005 24.008 55.716 31.708

2006 33.583 65.578 31.995

2007 46.031 69.010 22.979

2008 49.482 95.138 45.656

2009 38.442 57.595 19.153

2010 38.613 65.786 27.173

Fuente: Elaboración propia con datos de la Cepal

CUADRO.4

Si volvemos al Gráfico.10 y lo comparamos con el Cuadro.4, podemos relacionar el

aumento de los ingresos por exportaciones y el saldo neto positivo, con el crecimiento

del PIB en el período que va de 2004 a 2008. No obstante, hay que tener en cuenta que

las importaciones también han ido aumentando, desnudando la dependencia con el

exterior, debido a la débil industria del país, a consecuencia de la competencia con los

bienes de gran valor añadido, procedentes de los más países mas industrializados, y a la

nula política por parte del gobierno de desarrollar la industria nacional. Recuperando el

papel que tiene el tipo de cambio fijo, que ha sobrevaluado el bolívar fuerte, ha

permitido que las importaciones sean artificialmente mas baratas, junto a la masiva

entrada de dólares, lo que ha supuesto un escollo para la industria venezolana, que solo

Page 43: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

42

ha mantenido la ventaja comparativa en el sector petrolero. No olvidemos que la clase

burguesa aun es propietaria de los medios de producción, por lo que cualquier política

de industrialización debería de atender a la necesidad de socializar los medios de

producción y romper el comportamiento maximizador de beneficios que innatamente

posee la empresa capitalista.

Como hemos indicado anteriormente, los ingresos procedentes de las exportaciones,

están vinculados, en más del 80%, a los ingresos petroleros. El Cuadro.5 muestra la

tendencia en el aumento del peso de los ingresos petroleros en el total de las

exportaciones, que alcanzan el 95% de los ingresos totales en el año 2010. Es

importante observar, que a partir del año 2008, los ingresos del crudo son en su

totalidad del sector público, evidenciando la importancia de la empresa estatal PDVSA

en la política económica del gobierno del PSUV. La “expropiación” en la industria

petrolera se ha hecho de manera gradual, atendiendo a los datos del Cuadro.5, reflejando

que solo a partir de 2008, la totalidad de los ingresos petroleros son públicos. Por otro

lado, no olvidemos que la PDVSA posee filiales en las que participa con socios

extranjeros, en muchos casos dueños del 40% de las acciones de éstas, disfrutando de

parte de los ingresos petroleros no registrados en la balanza comercial, lo que supone

capital que sale del país.

Analizando las variables macroeconómicas, observamos la importancia del sector

petrolero, evidenciando de manera sintomática el rentismo en Venezuela, que aprisiona

cualquier proceso potenciador de la industria venezolana y revolucionario, anhelando

por los venezolanos. El mayor escollo para la Republica Bolivariana de Venezuela, es el

propio rentismo, origen de la dependencia sustancial y subyacente con el exterior, en

especial con EEUU, atacando a la clase trabajadora, sacrificada desde la década de los

70, por el intervencionismo del FMI y el Banco Mundial, junto a la complicidad de la

clase propietaria de los medios de producción en Venezuela. Los nefastos gobiernos de

Andrés Pérez y Caldera, espolearon a la clase trabajadora venezolana a romper con los

grilletes del FMI y el Banco Mundial, depositando su confianza en el PSUV.

Bien es cierto, el PSUV ha nacionalizado la empresa estatal del PDVSA, recuperando

los ingresos petroleros, con la permisividad de la presencia de filiales mixtas, para el

Estado venezolano. Como hemos visto a lo largo de nuestro análisis, el gobierno

bolivariano se ha conformado con políticas reformistas, obviando la necesidad de

expropiar a la clase burguesa, frenando el proceso revolucionario, que permitiese la

abolición del Estado burgués, heredado de los anteriores gobiernos. La unificación de

todos los partidos de “izquierda” del país y la constitución de un gran sindicato, no

atiende al centralismo democrático, quedando atrapados en el centralismo burocrático

originado por el parlamentarismo burgués y el bipartidismo, constituyendo dos bloques

o frentes políticos (el PSUV y la MUD). Ambos frentes se enfrentarán en las elecciones

parlamentarias, donde el papel de la clase trabajadora, queda relegado, al papel de

"elector". Los venezolano, atrapados en el duopolio de los dos grandes partidos,

decidirá entre el reformismo bolivariano del PSUV, o bien, el contra-reformismo de la

MUD. La clase trabajadora tiene el gran reto, en el futuro, de tomar las riendas de la

revolución, el cual, amenazaría con desplazar al ostracismo el discurso del PSUV.

Igualmente, la burguesía, representada por el MUD, podría ver peligrar sus

pretensiones, si los venezolanos, alejados de los intereses de éstos, deciden tomar el

rumbo por construir una autentica revolución.

Page 44: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

43

Ingresos por exportaciones (miles de dólares)

Año Públicas Petroleras No petroleras Privadas Petroleras No petroleras Ingresos totales Petroleros (%) No petroleros (%)

1997 20.129 18.282 1.847 3.742 48 3.694 23.871 77% 23%

1998 13.545 12.111 1.434 4.162 67 4.095 17.707 69% 31%

1999 17.511 16.420 1.091 3.452 315 3.137 20.963 80% 20%

2000 28.156 26.671 1.485 5.373 1.203 4.170 33.529 83% 17%

2001 21.598 20.309 1.289 5.069 1.436 3.633 26.667 82% 18%

2002 20.223 19.016 1.207 6.558 2.516 4.042 26.781 80% 20%

2003 19.845 18.735 1.110 7.385 3.294 4.091 27.230 81% 19%

2004 29.413 27.954 1.459 10.255 4.917 5.338 39.668 83% 17%

2005 41.414 39.447 1.967 14.302 8.696 5.606 55.716 86% 14%

2006 49.956 47.938 2.018 15.622 10.035 5.587 65.578 88% 12%

2007 53.611 51.664 1.947 15.399 10.976 4.423 69.010 91% 9%

2008 91.142 89.128 2.014 3.996 0 3.996 95.138 94% 6%

2009 55.790 54.201 1.589 1.805 0 1.805 57.595 94% 6%

2010 63.969 62.317 1.652 1.817 0 1.817 65.786 95% 5%

Fuente: Elaboración propia con datos de la Cepal

CUADRO.5

Page 45: Venezuela frente al rentismo (1999-2012): barreras en el proceso socioeconómico y político venezolano

44

Conclusiones

La virulenta critica recibida por parte del gobierno del PSUV, se centra de manera

enfermiza en la figura de Hugo Chávez. Los “críticos” al proceso reformista de

Venezuela, tan sólo atacan la política de nacionalización de los carburos, temerosos de

perder sus privilegios como propietarios de los medios de producción, recibiendo en

exclusiva las rentas procedentes de la exportación de petróleo y gas natural. Mientras, la

confusa “izquierda”, envilecida por el espejismo del Estado de Bienestar, nostálgicos de

la década de los 60 del pasado siglo, ha encumbrado la figura de Chávez, elevándolo

como héroe de la clase trabajadora, al cumplir con su programa reformista, permitiendo

a los venezolanos, la posibilidad de disfrutar las "bondades" otorgadas por el Estado.

Chávez no dudó en definir el proceso “revolucionario” como socialismo petrolero,

nacionalizando la PDVSA, no sin antes pagar el “valor” de mercado, olvidando en estos

trece años el auge en la sombra de la banca privada, en muchos casos extranjera, junto a

la negación por socializar los medios de producción.

La nostalgia por recuperar el Estado de bienestar, ha hecho que los partidos de la

“izquierda” europea, como Melechon y el frente de izquierdas, encumbren el

reformismo bolivariano. La contrarrevolución de la oferta y la desintegración de la

URSS, enredaron aun más la confusión de los desacreditados partidos socialistas y

comunistas de los países industrializados. El revisionismo de Berstein y Kautsky, anuló

cualquier sentimiento revolucionario y de clase, dentro de las filas de la

socialdemocracia europea, descubriendo en Keynes la “inspiración” económica. Los

partidos comunistas, por su parte, se vieron arrastrados por otro revisionismo, que a la

postre, fue aun mas fatídico para la clase trabajadora. La estatalización de la URSS,

junto a la obsesión por desarrollar el socialismo en una única nación, despreocupó la

necesidad de apoyar los procesos emancipadores de la clase trabajadora contra la

explotación que ejercían los propietarios de los medios de producción a nivel

internacional. La derrotada de la clase trabajadora tuvo un tímido avance a partir de

1950. Los economistas ortodoxos, encontraron en la Teoría General, el manual de

recetas para “contentar” a la clase oprimida, evitando una nueva crisis como la de 1929.

Se empezó a hablar de los pactos keynesianos, los sindicatos y las patronales, con

mediación del gobierno, firmaron contratos sociales para contener los conflictos

sociales.

El mito y leyenda del Estado del Bienestar, se construyó con el fin de que la clase

trabajadora no aspirase a tomar las riendas del poder. El socialismo del Siglo.XXI, se

fortaleció por el continuo entrometer del FMI y el Banco Mundial en la política

económica de Venezuela. La clase trabajadora venezolana pedía romper con esa

intromisión, teniendo en mente la experiencia histórica de la huelga del petróleo de

1936, donde se atrevieron a retar al Estado burgués. Tras la caída del gobierno de

Caldera, Venezuela decidió apoyar el proyecto “social” de Chávez, que prometió la

Asamblea Constituyente. Las promesas de Chávez, fueron una nueva constitución para

el país, así como la instauración de la democracia participativa. El PSUV, al igual que la

mayoría de los partidos de “izquierda”, se encontraba intoxicado por el revisionismo y

el reformismo. Tras la Segunda Guerra Mundial, el Estado dejó de parecer aquella

maquinaria represora, construida en base al monopolio de la violencia. Venezuela a

principios de la década de los 70, experimentó, gracias al embargo de petróleo de 1973,

un aumento más que proporcional de sus ingresos de crudo, permitiendo un mayor gasto

público en infraestructuras, fuente de inspiración para el reformismo bolivariano, con el

objetivo de monopolizar los ingresos procedentes del petróleo para, de este modo,

definir la PDVSA como una empresa socialista.

La realidad es bien distinta, en tanto en cuanto, la dirección del proceso bolivariano ha

seguido la conformidad de los designios arbitrarios de la supuesta conciliación entre el

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Estado y el mercado capitalista. La política exterior bolivariana, ha preferido patrocinar

el panamericanismo, resucitando la figura de Simón Bolívar, entrando en la lucha

hegemónica con Brasil. Bien es cierto, el discurso de Chávez está cargado de crítica

contra el imperialismo de EEUU en la región, pero a la vez, cegado por el apoyo

dialectico a gobiernos que han ahogado a la clase trabajadora. El PSUV, no ha duda en

apoyar a figuras, tales como Muamar Gadafi y Sadam Hussein, los cuáles no dudaron

buscar la complicidad de los antiguos maestros coloniales en el pasado, antes de

convertirse en escollos para las pretensiones imperialistas de éstos.

Obviamente, el reformismo bolivariano se ha presentado más cercano a la clase

trabajadora, de lo que podría estar la burguesía del país, sin ser esto una virtud del

gobierno de Chávez. Ciertamente, el PSUV ha garantizado derechos, como la reforma

laboral, reduciendo la jornada laboral de 44 horas a 40,que ha dificultado el despido

improcedente, al instaurar una indemnización por el doble del salario, y el aumento del

salario mínimo nominal un 32%(relación inversa en el caso del salario mínimo real)55

.

La importante inversión en infraestructuras, junto al aumento en gasto de educación y

sanidad, ha sido más por una respuesta tras la gran huelga de petróleo de febrero de

2003, que por los deseos del gobierno. Este proceder no responde al supuesto

sentimiento revolucionario del PSUV, aun siendo de carácter progresivo dentro de los

límites del capitalismo, sino más bien al carácter reformista de sus políticas, financiados

por las rentas petroleras. Conviene recordar en los primeros procesos reformistas, los

cuales no germinaron por los deseos de la socialdemocracia, sino mas bien, nacieron

gracias a los pensadores conservadores, siendo el más importante de ellos, Lorenz Von

Stein, considerado por los “registradores” del pensamiento, un hegeliano de

“derechas”56

. Por consiguiente, dónde se encuentra el carácter revolucionario en el

proceso bolivariano, qué hace a Chávez un revolucionario, en comparación a Bismarck

y Roosevelt.

Bismarck consiguió unificar los estados alemanes y aplicó la Sozialpolitik, mientras,

Roosevelt, llevó a cabo el New Deal, permitiendo la aparición de un sistema nacional de

salud, subsidios por desempleo y políticas públicas para estimular la demanda

agregada57

. El PSUV debe de entender cómo deben ser los procesos revolucionarios, en

el sentido de que no corresponde aislar a la clase trabajadora, así como la obligación de

expropiar a los propietarios de los medios de producción, no sólo en Venezuela, sino en

el resto del continente. La empresa de encender la revolución en el continente, no

atiende al único deseo de nacionalizar los recursos nacionales, legítimamente de

soberanía popular, sino de romper la relación existente entre capital y trabajo. Una

relación de subordinación, capaz de eliminar la soberanía popular y degenerar la débil e

insuficiente democracia parlamentaria, aparato éste último, de control social. El PSUV

necesita una transformación desde dentro, permitiendo una mayor organicidad y

complicidad de las bases, eliminando la verticalización.

El centralismo democrático, que aboga el PSUV, no es sinónimo de la unificación de

todos los partidos socialistas del país, bajo una única dirección de carácter burocrática.

Parece ser, que el PSUV ha sido atrapado por clásico debate que encerró y debilitó al

SPD a principios del siglo XX. Es importante evitar cualquier tentación de pensar en la

historia como circular, y por ende, iterativa. Nada mas lejos de la realidad, las

condiciones objetivas, y subjetivas, a las que se enfrenta el PSUV, nada tienen que ver

con las de la socialdemocracia europea, tras el fracaso de la II Internacional. El reto de

55

En Internet: http://www.7dias.com.do/app/article.aspx?id=118309 56

Sorprende la obsesión por clasificar a las figuras del pensamiento europeo, dentro de la dicotomía de

“izquierda” y “derecha”. Clasismo surgido en el clamor de la revolución francesa de 1789, cuando

girondinos y jacobinos se sentaban, unos a la derecha y otros a la izquierda, de la asamblea popular. 57

Erróneamente, se considera a las políticas del New Deal como artífices del fin de la crisis de los

30.Realmente, sólo se produjo en 1937 una ligera recuperación en la economía de EEUU. El

condicionante que permitió salir de la depresión de la década de los 30, fue la Segunda Guerra Mundial.

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Venezuela, como el resto de países bajo el yugo de los designios de las grandes

empresas transnacionales, es la de romper con la dependencia en la política de EEUU.

Anteriormente, hemos indicado los graves inconvenientes de la agresiva política

exterior de los EEUU, así como la política monetaria expansionista, de carácter

inflacionista para el resto del mundo. Los manuales de la economía ortodoxa,

registraron el, hasta entonces, inusual caso de Holanda. Tras descubrirse yacimientos y

reservas de petróleo en el Mar de el Norte, la economía holandesa, que hasta entonces

se encontraba entre las más industrializadas, fue testigo del hundimiento de su industria

nacional. Los economistas ortodoxos concluyeron su diagnostico, refiriéndose a la

relación negativa entre la riqueza natural de materias primas y el desarrollo industrial,

tras analizar el caso holandés, denominada mas tarde por el nombre de la enfermedad

holandesa. Ilustraron el paradigma holandés, al tratarse de un país industrializado, que

vio como su industria fue desmantelada, debido al aumento de las reservas de divisas

extranjeras, sobre todo dólares, que apreciaron la moneda nacional, por aquel entonces

el florín neerlandés, y abarataron las importaciones, dejando en desventaja a la industria

nacional.

Al parecer, los economistas ortodoxos, olvidaron el papel de la Reserva Federal de

EEUU, y los Acuerdos de Washington de 1971 y 1973, culpabilizando solo a la riqueza

en petróleo, como una maldición. Por qué este mutismo con respecto a la política

monetaria de EEUU, y la necesidad de acusar la riqueza natural como causante de los

problemas. Sencillamente, responde a la posición hegemónica de EEUU en el resto del

mundo, acusando a China de ser el gran “exportador” de inflación. Por tanto, podemos

concluir sobre el rentismo, la propiedad de presentarse como la gran barrera en el

proceso en el desarrollo económico y social de Venezuela, pero no por la relación

esbozada por la ortodoxia económica. Se ha construido una relación de gran

dependencia para Venezuela, ahorcada por la política económica de EEUU, fortalecido

por el reformismo bolivariano, obsesionado por mantener su popularidad y apoyo de los

trabajadores venezolanos.

Las tensiones surgidas por las nacionalizaciones atacan a los intereses de las empresas

transnacionales, al verse desposeídos del oligopolio en la extracción del crudo, viéndose

amenazada la hegemonía de éstos. No obstante, se olvida el hecho de cómo se ha

realizado la nacionalización en el sector petrolero. Las grandes petroleras han recibido

grandes compensaciones económicas, superiores a la inversión inicial, tras largos años

presentando beneficios. Irán, uno de los más importantes aliados de Venezuela,

comenzó, a finales de 2006, a exportar petróleo en yuanes y euros, como respuesta al

embargo comercial de EEUU58

. Desde entonces, las amenazas recibidas por EEUU han

sido constates, evidenciando la preocupación de EEUU por perder el monopolio del

dólar en el mercado de petróleo. Por qué el PSUV no se ha planteado eliminar la

dependencia con el dólar, teniendo la posibilidad de diversificar sus reservas en divisas,

desahogando su economía de dólares devaluados. La respuesta se encuentra en quién es

el mayor importador de petróleo venezolano, los Estados Unidos de Norteamérica. País

obsesionado en controlar las reservas de petróleo y gas natural en el mundo, sin

preocuparse en lo más mínimo por desarrollar la democracia dentro de sus fronteras,

ahogando a la clase trabajadora del país, desde 1970, aplicando contrarreformas

neoliberales, culpables del descenso del salario real, situándolo a niveles inferiores a los

del resto de economías industriales, cayendo a los niveles de 196059

. El PSUV deberá de

decidir qué camino tomar, el de la revolución, revindicada con fuerza desde el Palacio

de Miraflores, o seguir el reformismo, atado a los designios de los adalides neoliberales.

58

El 18 de diciembre de 2006, Irán empezó a aceptar euros y yuanes para las transacciones de petróleo.

En Internet: http://www.aporrea.org/internacionales/a28635.html 59

ERLANGER, Steven, The New York Times, 14 de noviembre de 2004.

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