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Verónica Pérez Granado

1ª edición: MAYO 2019.

© de texto, su autora

Autora: Verónica Pérez Granado

© fotografías, sus autores

© de la edición, Premaat M.P.S. todos los derechos reservados.

EDITA: Premaat, C/ Juan Ramón Jiménez, 15, 28036 MADRID.

IMPRIME: Gráficas Hispania Valladolid, S.L. - Tfno.: 983 292 074.

DEPÓSITO LEGAL: M-18997-2019

Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio, sin el consentimiento previo, firmado y sellado por escrito, de Premaat.

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75 años de solidaridad y protección ........................ 7

El socorro de las cinco pesetas .............................. 11

La Olivetti n.º 16.7543 ............................................ 29

Como en casa .......................................................... 45

El mini ordenador .................................................... 59

Un sello de 100 pesetas .......................................... 75

La gran reforma ....................................................... 91

Online en Ibertex ................................................... 109

Nuevo hogar .......................................................... 129

La apertura ............................................................ 147

Desafíos para el futuro ......................................... 165

Premaat es hoy una entidad aseguradora consolidada que gestiona más de mil millo-nes de euros, ofrece un amplio catálogo de seguros personales para nuestra protección y la de nuestras familias y tiene más de 32.000 mutualistas y asegurados en activo.

Pero no siempre fue así. En su origen ni siquiera contaba con una oficina propia y en sus primeros momentos apenas alcanzaba los 1.500 mutualistas. Lo que somos hoy, por tanto, es el fruto de la visión, empuje y solidaridad de un colectivo profesional, el de los aparejadores y arquitectos técnicos, que no cejaron en el empeño de crear un sistema de protección que les amparara, a ellos y sus familias, ante la adversidad. Es el fruto también de una serie de personas concretas que han marcado los hitos de su historia: directivos, empleados, y mutualistas que han contribuido con sus propues-tas, esfuerzo y votos al devenir de la mutualidad.

Con motivo de nuestro 75 aniversario nos sentíamos en la obligación de encargar este libro, con el que celebrar nuestra historia y aprender de quienes han contribuido a que nuestra Mutua sea lo que es.

Aunque Premaat hoy trabaje para el bienestar de cualquier persona, sin importar su dedicación, nuestro origen está indisolublemente unido al devenir de la profesión de Aparejador y Arquitecto Técnico. Así se refleja en estas páginas, ya que no fue hasta 2011 cuando estatutariamente abrimos la mutualidad a toda la ciudadanía.

Aún así, este libro trasciende sin duda al colectivo, puesto que en él podemos vislum-brar la historia de la previsión social en el contexto de la evolución de nuestro propio país. En estas páginas veremos avanzar paralelas a España y a la Mutua, con las primeras elecciones a presidente en los años 70 en ambos casos, con sus desvelos o éxitos económicos, según la época, con sus crecientes exigencias y necesidades.

Hoy en el ámbito asegurador, como en tantos otros, se habla de transformación digital, de cumplimiento normativo, de cambios regulatorios y de necesidad de adaptarse. Y aunque cada reto parezca nuevo y definitivo, basta leer cómo nuestra Previsión Mutua fue evolucionando para darse cuenta de que la historia, de algún modo, siempre se repite.

No sabemos si el big data será un cambio tan radical como el que supuso para nues-tra plantilla en los 80 el cambio de la máquina de escribir al ordenador o, incluso, la adquisición misma de nuestra primera máquina de escribir, en los años 50. Y si bien hoy en día las exigencias de Solvencia II y el resto de normativas en vigor o anuncia-das nos suponen importantes esfuerzos de adaptación constante, quizá no son nada comparado con las leyes y regulaciones que nos hicieron, en su día, pasar del solidario

75 años de solidaridad y protección

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pero arcaico sistema de reparto a la capitalización colectiva, y más tarde a la capita-lización individual. Esta última transformación concluyó con éxito definitivamente en 2013 gracias a los esfuerzos de todo el colectivo y a los pasos dados no sólo por la Junta de Gobierno que me honro en presidir sino también por las que nos precedieron.

También vemos en este volumen el mucho trabajo de adaptación a las sucesivas nor-mativas que regulaban la protección social pública y el Régimen de Autónomos. Prema-at supo ver las oportunidades en estos cambios, y aún hoy más de 10.000 de nuestros mutualistas en activo confían en la mutualidad para utilizarla como alternativa legal al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social para el ejercicio por cuenta propia de la Arquitectura Técnica a través de nuestro Plan Profesional.

Siempre he pensado que ser presidente de Premaat es un gran honor y una gran responsabilidad. Viéndolo en el contexto de toda la historia que atesoramos y de la que tan orgullosos estamos, de las personas que me precedieron, la responsabilidad de continuar haciendo crecer su sueño es aún mayor. Pero los desvelos se ven re-compensados con creces al ver cada día los resultados, la ayuda que se presta a los mutualistas y sus familias y la proyección cada vez mayor de nuestra mutualidad, que ha llegado a ser el sponsor oficial de la Real Federación Española de Natación y dar nombre a las ligas masculina y femenina de waterpolo.

En definitiva, este libro nos muestra cómo nace, crece y se consolida una asegura-dora gestionada por y para sus asegurados. Una aseguradora que no quiere ganar dinero como compañía, sino solamente para cuidar de los suyos. Este libro nos narra los retos que se encontraron por el camino quienes lo han hecho posible, contados en primera persona gracias a las prolijas actas de reuniones y asambleas archivadas desde hace 75 años y al excelente trabajo de documentación y síntesis realizado por la autora, a la que desde estas páginas felicito.

Agradezco también su buena disposición a quienes han colaborado en el proceso: personal de Premaat, del Colegio de Aparejadores de Madrid y del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, entre otros, sin olvidar, por supuesto, a los ex-presidentes que han sido entrevistados para la realización de este volumen: Miguel Oliver Alemany, Manuel Novás Medín, Jaime Raynaud Soto, Roberto Medín Guyatt y Rafael Cercós Ibáñez.

Deseo que todo este esfuerzo resulte del interés del lector y útil para futuros estudiosos de la historia de la previsión social y de nuestra mutualidad. Disfruten de su lectura.

Jesús Manuel González JuezPresidente

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Revista Construcciones. 30 de junio de 1944 “Previsión Mutua de Aparejadores”, por Jaime Carrión González, secretario general de la Federación Nacional de Arquitectos Técnicos.

La nueva entidad será en fecha muy próxima –¡quién lo duda!– un organismo que alcanzará el auge e importancia económica y

social como la primera institución que de esta clase hay en España; porque, sin descender a razones, algo más imponderable evidenciará

que los Aparejadores, al igual que en otras facetas de nuestra vida profesional, mantienen

vivo el diario culto a su dignidad, sentimiento y compañerismo; rendirán el máximo tributo

a este nuevo organismo, que significa la más honorable de las afecciones humanas.

El socorro de las cinco pesetas(1944 - 1949)

CAPÍTULO 1

Sede inicial de Previsión Mutua de Aparejadores en la calle Maestro Victoria (actualmente; Colegio Oficial de Aparejadores y

Arquitectos Técnicos de Madrid).

El socorro de las cinco pesetas | 1944 -1949 |

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De la trastienda en Atocha a las cercanías de la puerta del Sol

El nacimiento de la Previsión Mutua de Aparejadores se produce mien-tras el mundo está en vilo, pendiente de las últimas noticias que llegan del frente. El 6 de junio de 1944 la casi mítica paloma mensajera de la agencia de noticias Reuters atraviesa de madrugada el Canal de la Mancha con el mensaje cifrado que anuncia el desembarco aliado en Normandía. El Día D ha llegado y con él empieza a escribirse el capítulo final de la Segunda Guerra Mundial. Diez días después, el 16 de junio de 1944, Previsión Mutua de Aparejadores queda inscrita, con el número 81, en el Registro oficial de Montepíos y Mutualidades y la Dirección General de Seguros aprueba sus Estatutos y su Reglamento.

Pero los Aparejadores llevan mucho tiempo fraguando este momento. A principios del siglo XX, en 1902, siete profesores y otros tantos alum-nos comienzan a reunirse en la modesta trastienda que les presta un comercio de la calle Atocha. Allí crean la Sociedad Central de Apareja-dores Titulares de Obras. Poco después se trasladan al Café Universal, un emblemático y elegante local conocido como el Café de Los Espejos, situado en la Puerta del Sol y donde sólo les exigen, para poder celebrar allí sus juntas, la consumición de un café por asistente.

“No hay institución que florezca sin el impulso de un hombre”, decía Blas Sanz de La Mata (Sepúlveda,1892-1950), aparejador, uno de los principales artífices de aquella Sociedad Central y gran impulsor de la profesión en España. Es él quien, en 1918, consigue que los Apareja-dores ingresen en el Catastro, el mismo que convoca poco después la primera Asamblea Nacional de Aparejadores y quien, en 1931, se con-vierte en el presidente de la Sociedad Central que pasa a llamarse Fe-deración Nacional de Aparejadores de Obras. Sanz de la Mata también será el primer presidente de la Previsión Mutua de Aparejadores, aun-que antes la profesión pasará por otros importante hitos.

Uno de los grandes logros para el gremio se produce en 1935 con el Decreto de Atribuciones que fija la intervención del Aparejador como “obligatoria en todas las obras de arquitectura”. Cinco años después, en 1940, la colegiación para ejercer la profesión de aparejador en Es-paña se vuelve obligatoria: “El ejercicio profesional de los Aparejadores dependerá, en todos los casos, de sus respectivos Colegios, a los que forzosamente habrán de pertenecer y, sin cuya intervención, regulada desde la Dirección de Arquitectura, no podrá ser autorizado ningún gé-nero de actuación profesional”.

Los Aparejadores por fin pueden fundar sus Colegios profesionales re-gionales que quedan integrados en la Federación Nacional de Apareja-dores, dentro de la Dirección General de Arquitectura. Para entonces, ya han pasado por cinco oficinas en la capital y acaban de alquilar su

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sexta sede por el pago de 8.500 pesetas anuales. Ubicada en el número 3, 1.º derecha de la calle Mariana Pineda –actualmente calle Maestro Victoria–, está a sólo dos manzanas del kilómetro cero de la capital y termina siendo la sede definitiva de la Federación Nacional de Apare-jadores que, además, dará cobijo a la mutualidad que estos pioneros están a punto de organizar.

Blas Sanz de la Mata, primer presidente de la Mutua (1944-1949).

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Desde sus inicios, una de las principales preocupaciones del gremio es el desamparo económico en el que quedan muchas familias con la llegada de alguna desgracia por la falta de cobertura en caso de acci-dente, enfermedad o fallecimiento y esa es la razón por la que, en 1941, deciden unirse y montar el socorro mutuo.

Estos llamados socorros están autorizados por la Real Orden del 10 de junio de 1861, se basan en la solidaridad y la beneficencia, y su funcio-namiento es simple: cada vez que fallece un afiliado, la persona desig-nada como beneficiario recibe tantas cuotas de cinco pesetas como profesionales estén inscritos en el sistema. La derrama, que aún hoy se recuerda como “el sistema del duro”, asciende en su primer año de existencia a casi 2.000 pesetas, el resultado de multiplicar las cinco pesetas por los 396 Aparejadores inscritos en ese momento.

España atraviesa su primera década de posguerra tras la Guerra Civil. Son los años del hambre, la cartilla de racionamiento, el estraperlo y el salario mínimo de seis pesetas diarias; años en los que el kilo de azúcar cuesta casi dos pesetas con la cartilla y no se consigue por menos de 20 en el mercado negro.

Los Aparejadores de la época entienden que el sistema de los socorros mutuos que han puesto en marcha es un primer paso necesario pero claramente insuficiente. Saben que está lejos de proteger de forma adecuada al colectivo y de cubrir sus aspiraciones de viudedad, segu-ros, asistencia médica, colegio de huérfanos o anticipos reintegrables. Por eso están empeñados en montar una mutualidad y sólo esperan a que se apruebe el marco legal que lo permita, algo que por fin sucede en 1943.

Ese año empieza a funcionar la Ley de Montepíos y Mutualidades que había sido promulgada en 1941 pero que carecía de reglamento. En su artículo primero se consideran “mutualidades o montepíos” las “aso-ciaciones que con aquella denominación o con cualquiera otra, y sin ánimo de lucro, ejercen una modalidad de previsión de carácter social o benéfico, encaminada a proteger a sus asociados o a sus bienes contra circunstancias o acontecimientos de carácter fortuito y previsible a los que están expuestos mediante aportaciones directas de los asociados o procedentes de otras entidades o personas protectoras”.

Su primera disposición transitoria estipula que las entidades afecta-das por la nueva ley deberán ajustar sus normas estatutarias y re-mitirlas a la Dirección General de Previsión del Ministerio de Trabajo “para su aprobación o reparo” y advierte: “Las que así no lo hicieran, se considerarán en período de disolución, designándose por el Mi-nisterio de Trabajo un delegado o representante para intervenir en su liquidación”.

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Nace nuestra Previsión Mutua

Ha sido un largo recorrido el de los Aparejadores para llegar a este momento crucial, pero todos los esfuerzos empiezan a tener ahora su recompensa. El 10 de junio de 1943 aparece publicado en el Boletín Oficial del Estado el nuevo y esperado reglamento de la ley y, justo un año después, el 30 de junio de 1944, el Consejo Directivo de la Fede-ración Nacional de Aparejadores vota y acuerda la entrada en vigor de sus primeros Estatutos y Reglamento. Inmediatamente son enviados a la autoridad para su aprobación y la puesta en marcha de la Previsión Mutua de Aparejadores en sustitución del socorro mutuo.

En su Base 1.ª, la nueva entidad se define a sí misma: “Con la denomi-nación de PREVISIÓN MUTUA DE APAREJADORES y bajo el patrona-to de la Federación Nacional de Aparejadores, se crea una institución mutual benéfica de duración ilimitada, cuyo fin será seguir prestando

Primera página del primer libro de actas de Premaat, entonces “Previsión Mutua de Aparejadores”.

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el auxilio económico hasta la fecha establecido por dicha Federación como `socorro mutuo´ a favor de la familia de cada uno de los afiliados fallecidos, y constituir nuevos servicios de carácter benéfico y mutuo como accidentes, colegio de huérfanos, anticipos reintegrables, asis-tencia facultativa, etc., que cumplan eficazmente la labor social que toda entidad está moralmente obligada a prevenir”.

La configuración original de Previsión Mutua de Aparejadores difiere de la actual Premaat. En 1944 la Mutua está regida por una Junta de Gobierno “compuesta de cinco asociados, de los cuales los dos car-gos principales [presidente y secretario-tesorero] serán ejercidos por el presidente y el secretario general de la Federación Nacional de Apare-jadores, en virtud de la aportación económica que ésta efectúa, repre-sentativa, aproximadamente, del 40 por 100 de los ingresos probables de la institución; y los otros tres [Contador, vocal primero y vocal se-gundo] se elegirán entre todos los Colegios Oficiales de Aparejadores, previa convocatoria de sus afiliados”.

Según sus Estatutos, todos los componentes de la Junta de Gobierno pueden ser reelegidos en sus cargos y, a fin de que puedan desarrollar con mayor eficacia su gestión y se eviten los costes que supondrían continuos desplazamientos a la capital, deben residir en Madrid (una restricción te-rritorial que desaparece en la reforma estatuaria de 1969). La Junta de Gobierno debe reunirse “por lo menos una vez al mes en sesión ordinaria y, siempre que la presidencia lo crea conveniente, en sesión extraordinaria”.

El mismo día que se terminan de redactar estos Estatutos, la revista Construcciones, de la Federación Nacional de Aparejadores, publica un artículo cuyo texto comienza así: “La nueva entidad será en fecha muy próxima –¡quién lo duda!— un organismo que alcanzará el auge e im-portancia económica y social como la primera institución que de esta clase hay en España”. La crónica, firmada por Jaime Carrión González, secretario general de la Federación Nacional de Aparejadores, continúa exaltando la importancia del nacimiento de Previsión Mutua: “Porque, sin descender a razones, algo más imponderable evidenciará que los Aparejadores, al igual que en otras facetas de nuestra vida profesional, mantienen vivo el diario culto a su dignidad, sentimiento y compañeris-mo; rendirán el máximo tributo a este nuevo organismo, que significa la más honorable de las afecciones humanas”.

El artículo, bajo el título Previsión Mutua de Aparejadores, prosigue au-gurando que la nueva institución será “el bálsamo ante las desgracias; la protección a los que, perdiendo el más noble y desinteresado amor de su vida, encontrarán el vacío de sus almas en un peregrinar azaroso, si sus obligados afines no tienden un afecto paternal que mitigue sus desdichas”. Y añade: “Los que felizmente no habrán de necesitar estos sagrados servicios, como aquellos que en su día, por sí o por los suyos, hayan de necesitarlos, todos sin excepción tenemos un compromiso de

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honor: el de no sentir el sonrojo de que una institución, creada por y para los Aparejadores, languidezca cuando existen tres virtudes en nuestra profesión: DIGNIDAD, SENTIMIENTO, COMPAÑERISMO”.

Dos meses después, el 30 de septiembre de 1944, la recién creada Jun-ta de Gobierno firma y envía a todos los Colegios de Aparejadores la primera circular en la que les anuncia la creación del nuevo sistema de previsión. Con esta “Circular n.º 1” se dirigen por vez primera de forma oficial a los presidentes de los Colegios de todo el país. En este histórico documento, presidente y secretario-tesorero se ofrecen en sus respec-tivos cargos y ruegan “encarecidamente” a las Juntas de Gobierno de las delegaciones colegiales que realicen su máximo esfuerzo de coo-peración: “por el éxito de esta gestión que se inicia en esta fecha, cuyos fines tendrán trascendental importancia social y humanitaria para to-dos los Aparejadores de España”.

Urgen a continuación a todos los presidentes de los Colegios profesio-nales a distribuir, “con la mayor rapidez”, los Estatutos y el Reglamento. El plazo para la adhesión al nuevo sistema de aquellos que no formen parte de los socorros mutuos vence pronto: “En enero de 1945, cesa-rán todos los socorros establecidos en los distintos Colegios, unifican-do así esta clase de servicios”. Por ello aconsejan: “Convendría que los presidentes, al invitar a sus colegiados, lo hicieran por medio de una carta personal en la cual expresaran la necesidad y conveniencia de que todos se adhieran, exponiendo entre otras razones la de que esta institución, a pesar de ser independiente según disposición oficial, nace bajo la protección de la Federación”. Finalmente comunican a los Colegios que, en próximas circulares, recibirán “instrucciones y propa-ganda” para facilitar su gestión.

La recién estrenada Ley de Montepíos y Mutualidades estipula que es-tas entidades deben contar para su funcionamiento con un mínimo de 25 asociados pero los Aparejadores vuelven a dar muestras de su fuer-za gremial: acaban de empezar y ya son 1.564 mutualistas, triplicando la cifra de los apenas 400 Aparejadores que fundaron el socorro mutuo.

“En sobre cerrado y lacrado…”

1944 comienza de forma trágica en España con la muerte de 102 obre-ros por el derrumbe de un edificio de ocho plantas que estaba siendo construido en la madrileña calle Maldonado, un suceso que es, has-ta el día de hoy, el accidente laboral más grave de la historia de Es-paña. En reunión extraordinaria, el Colegio Oficial de Aparejadores del Centro acuerda expresar públicamente su sincera condolencia por la catástrofe, nombrar una comisión y ofrecer al ministro de la goberna-ción “cuantos técnicos prácticos, en obras de la índole de la siniestrada,

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sean necesarios”. Aún faltan 19 años para que la Seguridad Social sea una realidad en el país, los antibióticos están empezando a comerciali-zarse y el “exterminio de chinches” es un anuncio habitual en los clasifi-cados de los periódicos. Los espectáculos favoritos de los españoles son el fútbol y los toros, el televisor no llega todavía a los hogares y el rascacielos más alto del país es el edificio de Telefónica (1929 - Gran Vía - Madrid), con una altura de casi 90 metros.

Primera circular.

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El año en que se funda la Previsión Mutua de Aparejadores, también se estrena en el Teatro Español Fuenteovejuna, de Lope de Vega, convir-tiéndose en el acontecimiento teatral del año mientras que en los cines marca récord de taquilla la comedia española Ella, él y sus millones que, con actores como Pepe Istbert, comparte cartele-ra con los últimos éxitos mundiales de Hollywood. En 1944 también se estrena Es-cuela de sirenas, la película que hace famosa a Esther Williams y pone de moda la natación sincronizada. Nada hace presagiar en estos mo-mentos que la Mutua que empieza a tomar forma aca-bará siendo sponsor oficial de la Real Federación Espa-ñola de Natación y, con ella, del equipo español de nata-ción artística.

La andadura de Previsión Mutua de Aparejadores comienza de la mano de Blas Sanz de la Mata quien, como presidente de la Federación Nacio-nal de Aparejadores y cumpliendo así su Reglamento, pasa automáti-camente a convertirse en el primer presidente de la mutualidad. De este modo Sanz de la Mata, figura indispensable en el repaso de la historia de la profesión, estará al frente de Previsión Mutua desde su creación en 1944 hasta 1949.

La primera “cuota de entrada” de la entidad es de 15 pesetas. Los Esta-tutos fundacionales incluso formulan una tabla con la cuota que deben abonar aquellos Aparejadores que se adhieren fuera del plazo estable-cido, también para los recién licenciados que no soliciten su ingreso a la Previsión Mutua en los 15 días posteriores a su colegiación o que no se colegien en los tres meses posteriores a la finalización de sus estudios.

Edades Derechos Cuota de entrada

De 20 a 30 años: A los 4 meses de la inscripción 500 ptas.

De 30 a 40 años: A los 6 meses de la inscripción 1.000 ptas.

De 40 a 50 años: A los 12 meses de la inscripción 2.000 ptas.

De 50 a 55 años: A los 18 meses de la inscripción 3.000 ptas.

Detalle de la fachada de la sede publicada en la revista Construcciones en 1944.

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Además de esta cuota de ingreso se establece otra en concepto de re-posición por el importe de cinco pesetas y con idéntico fin que el so-corro mutuo: atender a los familiares u otros beneficiarios de los Apa-rejadores fallecidos. Sin embargo ya existe un avance importante con respecto a los antiguos socorros y es que, al importe resultante de la derrama, se le añade un suplemento cuya cifra exacta la decide anual-mente la Junta de Gobierno sin que pueda superar las 7.500 pesetas. Puede parecer poco, pero no olvidemos que, por ejemplo, ese mismo año se estrena el prestigioso premio literario Nadal cuya recompensa asciende a 5.000 pesetas y que, en su edición inaugural, fueron para Carmen Laforet por su novela Nada.

“Salvo causa de fuerza mayor justificada y admitida por la Junta de Gobierno”, el no abono de la cuota de reposición es motivo de baja en esta primera normativa interna de la mutualidad. La Base 10ª, explica que podrá producirse “la baja absoluta sin derecho a reingreso cuando se niegue el abono de una cuota de reposición una vez advertido del fallecimiento de un asociado sin haber de antemano solicitado y haber sido concedida la baja temporal. En este último caso podrán también imponerse al interesado multas de 100 a 500 pesetas siguiéndose los procedimientos judiciales en caso de no ser abonada en el término de 15 días una vez comunicada la sanción”.

A la muerte de un mutualista, el dinero recaudado por esta cuota de re-posición es entregado a los beneficiarios que, “bajo declaración firmada en sobre cerrado y lacrado”, haya designado. Según estipula el artículo 10º: “Podrán designar la persona o personas de su familia o extrañas a ella que habrán de percibir los beneficios de socorro por fallecimiento y, si son varios, la proporción en que ha de hacerse la distribución. A falta de beneficiario, lo serán en este orden:

a) La viuda.

b) Los hijos, sin distinción y en partes iguales.

c) Los padres.

d) Los hermanos.

e) Las personas de su familia que vivieran con el afiliado en el momento del fallecimiento.

Se estipula que, “en el caso de que el fallecido no tuviera los familia-res enumerados en el párrafo anterior, ni hubiera designado expreso beneficiario, el importe del socorro quedará a beneficio de la Previsión Mutua de Aparejadores”.

Las instrucciones sobre cómo proceder frente al fallecimiento de un mu-tualista son claras: “Tan pronto como los Colegios Oficiales de Apareja-dores tengan noticia del fallecimiento de un colegiado que se haya en plenitud de derechos, lo comunicarán telegráficamente al presidente de

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la previsión para que disponga el envío de la cantidad correspondiente al presidente del Colegio”, estipula el articulo 15.º del Reglamento mientras que el 16.º establece incluso la actuación frente a posibles emergencias: “Si por epidemias u otras causas imprevistas el número de afiliados fa-llecidos fuera tan elevado que se agotaran los fondos de que dispone la Previsión Mutua de Aparejadores, se demorará el pago de los socorros el tiempo indispensable para recaudar las cantidades necesarias, hacién-dose los abonos por el orden de antigüedad de las defunciones”.

Sellos benéficos de 25 céntimos y de una peseta

La nueva Mutua sólo brinda de momento esta prestación por falleci-miento pero ya establece estatutariamente su compromiso de ampliar dicha cobertura: “Cuando la Junta de Gobierno considere que los fon-dos de que se dispone son suficientes para ello, se irán incorporando nuevos seguros de accidentes, anticipos reintegrables, colegio de huér-fanos, asistencia facultativa, etcétera, etcétera”.

Para ello Previsión Mutua comienza a ahorrar y crea el llamado Fon-do de Reserva que se nutre de, “por lo menos, la mitad del importe de sus ingresos anuales” correspondientes al 25 por ciento de aquel 1 por ciento que la Federación les pasa en concepto de honorarios cobrados por los Aparejadores”.

Existen en esta primera etapa varios tipos de mutualistas, a los cuales, en este Reglamento originario, se les denomina “socios”. Los hay “de Número”, que deben poseer el título de aparejador y estar adscritos a cualquiera de los Colegios Oficiales de Aparejadores. También están los “Socios Protectores” que, sin tener beneficios directos ni indirectos de la institución, contribuyen de algún modo a su sostenimiento o desarrollo. Y finalmente cuentan con los “Socios Pasivos” que, habiendo sido “de Número”, desean estar un tiempo ilimitado sin contraer obligaciones ni derechos, pero sí con la opción de reingresar en cualquier momento.

Por excepción, también pueden pertenecer a la previsión los empleados de la Federación Nacional de Aparejadores y de los Colegios Oficiales de Aparejadores “siempre que abonen sin interrupción las cuotas de ingreso de reposición y extraordinarias al igual que los Aparejadores afiliados”. Esta excepción se mantendrá hasta el Reglamento de 1969, momento en el que se reconocen los derechos adquiridos de los mu-tualistas que, sin ser aparejadores, pertenecen a Previsión Mutua con anterioridad a la puesta en vigor del nuevo reglamento.

A los socios de esta primera época se les hace entrega de un título de mutualista “o documento equivalente” y de un ejemplar de los Estatutos y Reglamento de la Previsión Mutua de Aparejadores.

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Además de los ingresos por concepto de cuotas, la entidad cuenta con 100.000 pesetas, un dinero que corresponde a los fondos que la Federación Nacional de Aparejadores “venía reservando para estas atenciones”. La protección y el apoyo prestados por la Federación es algo que también queda recogido en esta primera normativa interna de la mutualidad. El artículo 18º del reglamento especifica: “La PRE-VISIÓN MUTUA DE APAREJADORES, no obstante ser una entidad fun-dada y protegida por la Federación Nacional de Aparejadores, disfru-tará de una independencia económica y social absoluta, sin la menor relación con la marcha administrativa ni con los bienes propios de la Federación ni de los Colegios Oficiales de Aparejadores”. Y prosigue: “Sin embargo, la Federación Nacional de Aparejadores, le prestará su más decidido concurso, auxiliándole económicamente hasta donde sus medios se lo permitan, facilitándole local y elementos para sus oficinas, además de la labor de organización y propaganda; y los Co-legios tomarán a su cargo, desinteresadamente, la obra importante y laboriosa del cobro de cuotas”.

El patrimonio social de la nueva entidad se nutre también con el impor-te de la mitad del uno por ciento sobre honorarios devengados por los

Sellos benéficos de Previsión Mutua, según anuncio publicado en la revista Construcciones en 1944.

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Aparejadores; donativos, subvenciones o legados; recaudación por el empleo voluntario de sellos benéficos y con “cualquiera otros medios lícitos que la Previsión Mutua de Aparejadores pueda procurarse”.

Los citados sellos benéficos comienzan siendo de 25 céntimos y de una peseta y son empleados en las actividades administrativas de los Colegios Oficiales de Aparejadores y en la correspondencia particular de los mismos. Ambos llevan impreso “Previsión Mutua de Aparejado-res” con el mapa de España como ornamentación gráfica. La entidad difunde entre los mutualistas estas estampillas acompañadas del si-guiente texto:

La mutualidad representa el apoyo al imposibilitado, la tranquilidad para el anciano.

Es una esperanza. Es un porvenir. Propende al optimismo. La mutualidad significa el amparo de las viudas y de los

niños.

Seamos previsores. Y que nos quepa la gloria de contribuir al sostén de los que nacen y de los que no pueden y

necesitan.

El importe que se obtiene con la recaudación de estos sellos pasa ín-tegro a engrosar el capital de la institución. Su uso es voluntario, algo que será objeto de muchos debates en futuras Juntas y Asambleas y que ya queda plasmado en una disposición adicional de los Estatutos. Además, en aquella primera circular enviada a todos los Colegios, se adjuntan las famosas estampillas con la siguiente instrucción: “Debe-rá recomendárseles [a los mutualistas] la necesidad de que empleen los sellos que se acompañan, autorizados oficialmente para ser co-locados en cartas (parte posterior) y documentos que se refieran a nuestra profesión”.

Primera Junta de Delegados

Aunque se funda en 1944, no es hasta 1945 que tiene lugar la primera Junta de Delegados de la Previsión Mutua: “Acta de la sesión celebra-da por los Delegados, nombrados por los Colegios Oficiales de Apare-jadores, de la Previsión Mutua de Aparejadores celebrada en Madrid el día cinco de febrero de 1945. A las diecinueve horas y veinticinco minutos se abre la sesión presidida por el presidente de la Previsión Mutua, Don Blas Sanz de la Mata, asistiendo en calidad de secretario el que también lo es de la Junta de Gobierno de la Federación Nacio-nal, Don Jaime Carrión González, con asistencia de los señores que al margen se expresan”.

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Así comienza a escribirse esta historia, en este primer libro de actas de tapa dura, color negro con detalles rojos y ribetes dorados; compuesto de 50 folios A4, rayados y manuscritos con una exquisita caligrafía a estilográfica –el bolígrafo acaba de inventarse– y debidamente sella-dos por la Delegación del Trabajo.

Se encuentran presentes en esta junta inaugural, los delegados de Ara-gón: Andrés Esteban Salete; Badajoz: Francisco Ramírez Aguado; Mur-cia: Manuel López Sánchez-Solís; Málaga: José Duarte Díaz; Asturias: Eduardo Menéndez de Blas; Levante: Juan López Bonilla; Valladolid: Luis Guerra Alcalá; Navarra: Emilio Cuezva Iruzubieta; Centro: Julián Blázquez Gracia; Santander: José Garralón Torba; Jaén: Jaime Carrión González. Mientras que los Colegios de Burgos, Cáceres y Galicia, han enviado sus respectivas actas por correo certificado.

Una vez examinados los contenidos de las 14 actas “que envían los dis-tintos Colegios de España nombrando a sus correspondientes delegados, y vista la legitimidad de los documentos referidos”, el presidente consi-dera “oficialmente construido el nuevo organismo denominado Previsión Mutua de Aparejadores, comprometiéndose, como así mismo espera de los demás presentes, a cumplir fielmente sus Estatutos y Reglamento”.

Según establecen los primeros Estatutos, la Junta de Gobierno debe rea-lizar cada año una convocatoria para la celebración de una Junta General de Delegados con los asuntos a tratar, tanto si son de su propia iniciativa como si llegan a petición de los afiliados. Los presidentes de los Colegios Oficiales de Aparejadores, a su vez, convocarán a los colegiados afiliados a una Junta General previa en la que darán cuenta de dichos asuntos y procederán a la elección del delegado que asistirá a la cita.

El orden del día de estas reuniones queda también establecido en los Estatutos:

1. Lectura de la memoria por el secretario tesorero de la previ-sión.

2. Dar cuenta de las reclamaciones de los socios y resolver sobre ellas.

3. Presentación de los resguardos que acrediten la posesión y colocación reglamentaria de los fondos sociales.

4. Examen y aprobación de cuentas y presupuestos para el ejer-cicio siguiente.

5. Proposiciones presentadas por la mesa, por la Junta de Go-bierno o por los asociados.

El primer acuerdo que se adopta en esta Junta de Delegados de 1945 llega tras varios debates y queda registrado en la tercera página de este libro de actas, dando cuenta ya de la pluralidad territorial de la entidad:

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“Por unanimidad, se aprueba la propuesta del Delegado de Murcia, aceptando la particularidad expuesta por el Delegado de Valladolid, para que sean elegidos los tres restantes miembros de la Junta por el presidente y el secretario de la Mutua, sin que aquellos sean miembros de ninguna de las dos Juntas, tanto de la Federación como del Colegio del Centro”.

Desde su fundación, la Previsión Mutua de Aparejadores muestra su preocupación por la guardia y buena inversión de su patrimonio. Desde el anecdótico último punto del artículo 24 de los Estatutos sobre las funciones del secretario-tesorero: “No tener en Caja cantidad superior a 2.000 pesetas”, hasta la imposición de límites estrictos en el ítem de los gastos y el cumplimiento a rajatabla de la recién estrenada legislación. De este modo, si la autoridad exige que el presupuesto de gastos de administración no exceda el 25 por ciento del total de las cuotas recau-dadas en el ejercicio precedente, los Aparejadores prefieren ponerse el limite 15 puntos por debajo: en el diez por ciento.

Se establece un sistema de contabilidad por partida doble e instruccio-nes precisas sobre el dinero recaudado: “Las cantidades que no estén afectas al cumplimiento de obligaciones de vencimiento próximo se ingresarán en un establecimiento bancario de suficiente garantía y, si el volumen de aquellas así lo aconsejara, podrán invertirse prudencial-mente en los valores que habrá de determinar en cada caso el Ministe-rio de Trabajo al que deberá consultarse”.

La primera reunión de Delegados se alarga y, entre los asistentes de los Colegios del Centro, Asturias, Aragón, Levante y Murcia, se abre un debate calificado en las actas como “interesantísimo” y que termina con el acuerdo de ingresar “los fondos sobrantes en el Mon-te de Piedad a base de cartillas de ahorro a plazo fijo”. También se acuerda la redacción de un proyecto de presupuesto de gastos para el corriente año.

Sesiones que se prolongan hasta altas horas

Un mes después de esta reunión de delegados, se produce la prime-ra Junta de Gobierno en la que su presidente, Blas Sanz de la Mata y su secretario, Jaime Carrión González, realizan los nombramientos pendientes que completan la composición de este órgano rector: “Los señores Fernández Ortega, Martínez Sierra y Armengot Coca que han sido designados en virtud de la autorización concedida por la Junta de Delegados y que junto al secretario han acordado que eran los más indicados para ostentar estos puestos”. Martínez Sierra y Fernández Ortega agradecen la atención de haberse acordado de ellos para estos

El socorro de las cinco pesetas | 1944 -1949 |

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cargos y aseguran que, “aunque sólo producen trabajo y responsabili-dad, se consideran muy honrados y decididos a cumplir su misión con el mayor entusiasmo, tanto más, considerando el carácter benéfico de la institución”. Al no encontrarse presente, Armengot Coca toma pose-sión un mes después, en la siguiente reunión.

A continuación Sanz de la Mata da cuenta de que en su reciente visita al Colegio de Málaga y a la delegación de Granada “se encontró con la sorpresa de que esta delegación no tenía conocimiento de la organización de la Previsión Mutua y que, por lo tanto, a sus Aparejadores de Granada se les había pasado el plazo para solicitar su ingreso en la institución”.

Se acuerda enviar un oficio cir-cular a todos los Colegios am-pliando el plazo de inscripción que se cerrará definitivamente el 31 de marzo mediante el pago de 50 pesetas distribuidas de la siguiente manera: “15 pesetas en concepto de cuota de ingre-so, 15 pesetas por cuotas de re-posición correspondientes a los tres mutualistas fallecidos des-de el primero de enero último y 20 pesetas que se considerarán como donativo a la institución”.

Continúan reuniéndose puntual-mente cada mes para dar cuen-ta –con nombre y apellidos– de los mutualistas que ingresan y de los que fallecen; para resolver las peticiones y reclamaciones de los afiliados; hacer cuentas y tratar cualquier novedad que afecte a la entidad.

En estos años “la obligatoriedad” de adherirse a la Mutua es un tema recurrente en las actas por lo que acuerdan insistir por escrito a todos los Colegios en la necesidad de que, “ante los casos de desobediencia de los colegiados que no se inscriban en la Previsión Mutua, deberán proceder a abrir expedientes e incoar las oportunas sanciones”.

Otra decisión de esos años es establecer en el presupuesto las “gra-tificaciones eventuales” que deben empezar a recibir los empleados de la Federación Nacional de Aparejadores “que prestan sus servicios a la Previsión Mutua en las tareas de secretariado técnico, auditoría, me-canografía y contabilidad. Para tales cargos se asignan a cada uno la cantidad de 150 pesetas mensuales en concepto de gratificación”.

Imagen de los primeros Estatutos de la mutualidad.

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Las reuniones de Aparejadores se prolongan durante horas y no son pocas las actas que finalizan con la frase: “Y por lo avanzado de la hora, se levanta la sesión”. “Cada tres años”, indican los Estatutos, “en vez de Junta de Delegados se celebrará una Asamblea General y al orden del día se agregará la renovación de cargos”. Podrán convocarse Asam-bleas Generales “siempre que la Junta de Gobierno de la Previsión Mu-tua de Aparejadores lo estime conveniente o bien sea solicitado por más de tres representantes de la institución”.

La primera Asamblea se celebra en el Salón de Actos del Centro Se-goviano situado en la calle Mayor nº 1 de Madrid y es encabezada por el nuevo presidente de la entidad, Antonio Cruz Estrella que comienza su mandato en 1949 y lo finaliza en 1955. Nacido en Arjonilla, Jaén, Cruz Estrella se colegia como Aparejador en Madrid con el número 301 y, además de ejercer como secretario de Regiones Devastadas, es abogado.

“Siendo las diez cincuenta y cinco horas del día seis de diciembre de mil novecientos cuarenta y nueve y previa convocatoria da comienzo la celebración de la Asamblea General de la Previsión Mutua de Apareja-dores bajo la presidencia de Don Antonio Cruz Estrella con la asistencia del secretario tesorero Gumersindo Toribio Monje, el vocal Don Eugenio Pingarrón Soria y de los delegados…”.

A esta primera Asamblea acuden 23 delegados de los 25 Colegios pro-fesionales existentes en la época. El tema más debatido es la amplia-ción de las prestaciones de la previsión y se decide por unanimidad que el actuario –técnico de seguros– realice un estudio de los socorros de fallecimiento y de jubilación, tanto por edad como por incapacidad, para ver su viabilidad.

La férrea voluntad de los Aparejadores, su histórica solidaridad y el po-der gremial que demuestran en defensa del colectivo y por la conquista de reconocimiento y derechos no es en vano. Fundada con poco más de 100.000 pesetas cinco años atrás, el patrimonio neto total de la Pre-visión Mutua de Aparejadores, a 31 de diciembre de 1949, es de 669.902 pesetas con un gasto en prestaciones que ya asciende a 110.990.

Informe del presidente José Cano Soto. Asamblea General Extraordinaria.27 de marzo de 1957.

El pasado año en la Junta General de Delegados dije:

‘O sacamos a la Previsión Mutua adelante o no volvemos a hablar

nunca más de previsión’. Gracias a Dios sí se ha sacado adelante y

ha culminado en un éxito rotundo.

La Olivetti n.º 16.7543(1950 - 1959)

CAPÍTULO 2

Imagen de una Hispano-Oliveti contemporánea a la adquirida por Premaat en 1950 (imagen con licencia CC tomada de la web

genevatypewriters.blogspot.com).

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Una máquina de escribir y una caja fuerte

Nos encontramos en 1950. La década comienza con una “pérdida irreparable para la profesión”, tal y como titula la portada de la revista Construcciones de la Federación Nacional de Aparejadores en grandes caracteres: “Blas Sanz de la Mata, ha muerto”. El fallecimiento del pri-mer presidente de la mutualidad remueve profundamente al gremio, ya que sin duda fue él quien orquestó la unión y organización de la profe-sión en España, apoyando sin descanso el asociacionismo a lo largo y ancho del país.

Hace escasos meses que Previsión Mutua de Aparejadores tiene su pri-mera máquina de escribir, una Hispano Olivetti cuyo coste ha sido de 6.000 pesetas. También ha adquirido una “caja de caudales empotrable por 675 pesetas” y un archivador con capacidad para 5.000 fichas en el que proyecta reunir los datos de todos los mutualistas y poder así establecer las primeras bases estadísticas de la entidad. Los Apare-jadores, a través de sus Colegios, han recibido una carta en la que les hacen llegar una ficha estadística que deberán rellenar y remitir con sus datos personales como edad, estado civil, descendencia, etc. Estos datos servirán para que el actuario pueda estudiar la viabilidad de fu-turas prestaciones de jubilación e invalidez “y al propio tiempo”, explica la misiva, “servirán de base para la confección del fichero de asociados de esta mutualidad”.

El 14 de abril de 1950 se realiza, en Junta de Gobierno, el relevo del tesorero y se procede a detallar el último balance: “Toda la Junta de Go-bierno agradece al señor Gumersindo Toribio Monge su labor desarro-llada como tesorero. Seguidamente se procede por el señor Toribio a la entrega al nuevo secretario tesorero de la existencia en caja que impor-ta en pesetas 6.111,35, resguardos por títulos depositados en el Banco de España que importan 400.000 pesetas nominales, deuda amortiza-ble al cuatro por ciento y dos cartillas de la Caja de Ahorros de Monte de Piedad con saldo total de 61.714,14 pesetas. Asimismo entrega los talonarios de la cuenta corriente del Banco de España en cuya entidad figura un saldo a favor de la Previsión Mutua de 42.540, 20 pesetas”.

En la España de 1950 el racionamiento está a punto de terminar –lo hará en 1952– pero los resultados de la economía nacional no son los esperados, los salarios reales de los españoles son aún un 30 por cien-to más bajos que antes de la guerra civil y la escasez ralentiza el ahorro y la inversión. Continúa la reconstrucción del país y el sector requiere muchos profesionales. El Edificio España (1953 - Plaza España - Ma-drid) –con más de 100 metros de altura, 26 pisos y 32 ascensores– es ahora el rascacielos más alto de España, un récord que mantendrá has-ta que su vecina Torre de Madrid (1957 - Plaza España - Madrid), y sus 142 metros le quiten el puesto.

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Por las carreteras del país circulan menos de 130.000 vehículos y la tele-visión sólo ha llegado a unos 600 hogares. Es la época del rock and roll, Corín Tellado, el cinturón de seguridad, la tarjeta de crédito, el Talgo…

Mientras tanto, en Previsión Mutua la Junta de Delegados de marzo de 1951 hace inventario. El nuevo secretario-tesorero, Andrés Ortega Rovira, enumera los modestos bienes de que disponen: “Mutua no tiene

Antonio Cruz Estrella, presidente entre 1949 y 1955.

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más enseres que una máquina de escribir y la caja fuerte, careciendo de despacho y, por tanto, ni siquiera está en posesión de una mesa para sus directivos”. A colación de este informe, el presidente anuncia que la Federación tiene ahorradas 28.598,01 pesetas desde 1941, cantidad que estaba destinada a un proyecto que nunca llegó a construirse y que ahora esa cantidad será donada a Previsión Mutua. Los Delegados de-baten el uso de dicho donativo para la adquisición de mobiliario y otros enseres necesarios en la oficina.

Los donativos son habituales, también entre las propias delegaciones colegiales. Una carta dirigida a la Previsión Mutua por la delegación de Teruel –dependiente entonces del Colegio de Aragón– en 1954 y leída en la Junta de Gobierno de julio de ese año dice así: “Por la pre-sente me complace comunicarle que con esta misma fecha y por giro postal le remito la cantidad de 2.000 pesetas que esta delegación, y por acuerdo tomado en Junta General del día 19 de los corrientes, se ha acordado abonar a nuestra Previsión Mutua de Aparejadores. Dios guarde a usted muchos años”. Finalizada su lectura, los asistentes a la Junta de Gobierno adoptan por unanimidad el siguiente acuerdo: “Que conste en acta el agradecimiento de la Junta de Gobierno por el importante donativo; publicar en el próximo boletín informativo de la Federación de Colegios rasgo tan generoso, y dar las gracias más ex-presivas a la Junta Rectora de la citada delegación dándole traslado del presente acuerdo”.

Y así, poco a poco, las cuentas de la entidad van tomando forma. En 1955 el balance ya asciende a 8.453,75 pesetas en caja, 264.975,87 pesetas en el Banco de España y 1.141.005,67 pesetas en valores mo-biliarios. El 17 de marzo de ese mismo año, en la Asamblea General celebrada en el Centro Segoviano situado en calle Mayor nº 1, se decide cambiar de banco para obtener mayores intereses: “Se acuerda que el capital existente en la cuenta corriente a la vista del Banco de España sea puesto en cuenta corriente en la Caja de Ahorros siempre que esta entidad dé las mismas facilidades para las transferencias y movimien-tos de fondos en general que las que actualmente da el Banco de Es-paña dejando en este caso solamente en el primer Banco de la Nación una pequeña cantidad…”.

No hay acta en la que no se detecte este profundo interés de los mu-tualistas por sacar el máximo partido a los ahorros de la entidad y mos-trar, al mismo tiempo, una transparencia terminante a la hora de hacer cuentas. Otro ejemplo de ello lo encontramos cuando, en esta misma Asamblea, Ortega Rovira exhibe a los asistentes los resguardos de de-pósito de los fondos de la Previsión Mutua –que ascienden a 1.150.000 pesetas nominales en deuda amortizable del cuatro por ciento– “por si algún delegado asociado desea examinarlos”.

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Por fin el Fondo Benéfico

Todos estos años, buena parte de los debates y los esfuerzos desarro-llados, reunión tras reunión, han estado dirigidos al cumplimiento de la base 21 de los Estatutos, según la cual, se deben ir incorporando nue-vas prestaciones cuando los fondos lo permitan. Hasta este momento sólo funciona el socorro por defunción, pero esto es algo que está a punto de cambiar.

En 1955, en Asamblea General, “bajo la presidencia del vocal-presiden-te Eugenio Pingarrón Soria por delegación expresa del presidente Cruz Estrella, el cual no puede asistir por tener asuntos que resolver de índole particular de carácter ineludible”, se aprueba por unanimidad la puesta en marcha de una nueva prestación: el auxilio por luto.

Este nuevo socorro, que funciona en realidad como un complemento y que empieza a aplicarse un año después, pretende que los beneficiarios del Aparejador fallecido reciban una cantidad mayor que la estipula-da hasta ese momento: “Se aprueba por unanimidad que se ponga en práctica la nueva prestación de auxilio por luto para que, en conjunto

Ejemplo de los recibos que les eran entregados a los mutualistas por sus aportaciones de cinco

pesetas por cada fallecido.

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con el de fallecimiento, llegue hasta la cantidad de 40.000 pesetas, siempre y cuando, haya efectivo para ello y sin mermar en absoluto el fondo de reserva”.

Otra variación que se acuerda estos años en Junta de Delegados es que los Aparejadores que al finalizar la carrera tengan que incorporarse al servicio militar puedan aplazar su incorporación a la Previsión Mutua con cuota ordinaria de 20 pesetas hasta dos meses después de haber terminado dicho servicio.

Pero la gran novedad de este período se produce con la aprobación del esperado Fondo Benéfico. Esto sucede exactamente el 27 de marzo de 1957, en el Salón de Actos de la Cámara Oficial de la Propiedad Urbana de Madrid, ubicada en la Plaza San Martín nº 4.

Es la primera Asamblea General Extraordinaria de la entidad y José Cano Soto –gaditano y colegiado de Madrid con el número 203– lleva apenas dos años como presidente, cargo que ostentará hasta 1964. Le acompañan el secretario José María Gómez Labad, el contador Andrés Ortega Rovira, los vocales Eugenio Pingarrón Soria y Jesús Couso Ca-bañas, y los representantes de 27 Colegios y delegaciones con un total de 3.135 votos presentes y representados.

Tal y como registra el acta, el presidente se dirige a la Asamblea para ha-cer público este recuento de votos que representa el 84,43 por ciento del censo de la Previsión Mutua de Aparejadores (3.713 mutualistas en el mes de marzo de 1957) y anuncia que se ha sobrepasado el 75 por cien-to establecido en el artículo 33 del Reglamento de la institución, porcen-taje necesario para poder celebrar la Asamblea General Extraordinaria de Mutualistas: “El señor presidente, Don José Cano Soto expone la gran emoción que siente en estos momentos por el magnífico resultado de la votación que se acaba de efectuar y recuerda las palabras que pronun-ció el pasado año en la Junta General de Delegados en la que dijo: `O sa-camos a la Previsión Mutua adelante o no volvemos a hablar nunca más de previsión´. Gracias a Dios sí se ha sacado adelante y ha culminado en un éxito rotundo. Vuelve a repetir que está totalmente emocionado y que lamenta no tener la oratoria suficiente para poder plasmar en palabras este éxito tan rotundo para la vida de nuestra profesión”.

“Se ha visto además”, continúa exaltando en su discurso, “la gran uni-dad de criterio en la labor desarrollada, un afán de trabajo sin límite y una empeñada lucha en bien y beneficio de los problemas profesiona-les que nos acucian. Por ello os doy las gracias más expresivas”.

Finalmente, Cano Soto exhorta a todos los Delegados a seguir por el camino emprendido de resurgimiento de la Previsión Mutua “pues no hay que dudar que el esfuerzo que hagamos, el trabajo que realicemos, nos lo agradecerán todos los compañeros de España”.

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Tengamos en cuenta que, hasta 1963, el país no cuenta con ninguna Ley de la Seguridad Social. De hecho, en la década de los 50 sólo existe el denominado Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez (SOVI) que fue aprobado en 1947 y cuya escasa eficacia en seguida mostró que era totalmente insuficiente. Precisamente esta indefensión de los trabaja-dores y sus familias es lo que llevó a que surgieran mecanismos de protección orquestados a través de las mutualidades laborales que, es-tructurados por sectores profesionales, pretendían completar la escasa protección brindada por el Estado en estos años.

José Cano Soto, presidente entre 1955 y 1964.

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El nuevo anticipo por vejez

En esta primera Asamblea extraordinaria de la Previsión Mutua de Apa-rejadores se tratan tres puntos fundamentales: la ampliación del actual socorro por defunción con un aumento de la cuota correspondiente, el nuevo anticipo por vejez y la reglamentación del Fondo Benéfico.

Para el primero de estos puntos la Asamblea consigue un acuerdo casi unánime por 3.101 votos a favor y 34 en contra, quedando “aproba-do reglamentariamente el aumento del socorro por defunción con una cuota de derrama por mutualista y fallecido de 12 pesetas”. Gracias a esta modificación, en 1957 el socorro por defunción que recibe cada beneficiario se eleva a 48.000 pesetas.

A continuación se decide establecer el nuevo anticipo por vejez. Esta prestación –que es la génesis de las actuales jubilaciones de la enti-dad–, es aprobada por amplia mayoría –3.039 votos– y, según queda reflejado en el acta, viene a resolver una injusticia que afecta a varios afiliados: “El espíritu que ha llevado a establecer este nuevo socorro es que existen algunos mutualistas que, por no estar casados y no tener familiares directos, a su fallecimiento no dejan beneficiarios que pue-dan disfrutar de esta prestación”.

Su funcionamiento es el siguiente: aquellos mutualistas que hayan cumplido los 70 años pueden solicitar el abono del 75 por ciento del so-corro por defunción que les correspondería al momento de su petición. En cuanto al 25 por ciento restante queda a beneficio de la Previsión Mutua de Aparejadores a no ser que el mutualista siga abonando las derramas por defunción o cualquier nuevo pago que se pueda implan-tar, en cuyo caso, dicho porcentaje pueden cobrarlo sus beneficiarios.

La cuantía de este anticipo está sujeta al mismo procedimiento de de-rrama establecido para el de defunción y, una vez solicitado, el mutua-lista se considera “cancelado de todo derecho y obligación respecto al socorro por defunción pero en plenitud de derechos respecto a los restantes socorros implantados o que se implanten”.

Seguidamente se pasa a debatir el gran tema de esta Asamblea: el pro-yecto de reforma de los Estatutos y un Reglamento Especial para el nuevo Fondo Benéfico que resulta aprobado con 3.011 votos a favor y 124 en contra y que cuenta con cuatro apartados: orfandad, accidentes, inutilidad permanente y fondo de reserva.

La entrada en vigor de este nuevo fondo supone la modificación de va-rios artículos fundacionales, entre otros el 1º que queda ahora así re-dactado: “La Previsión Mutua de Aparejadores es una Institución mutual benéfica de carácter voluntario y duración ilimitada que, bajo el patro-nato de la Federación de Colegios Oficiales de Aparejadores de España, tiene por objeto inmediato satisfacer una cantidad a la familia o persona

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previamente designada por cada Aparejador asociado que fallezca; abo-nar un anticipo por vejez con cargo al socorro de defunción; atender con la amplitud que las disponibilidades económicas de la Previsión lo per-mitan al socorro de orfandad, accidentes e inutilidad permanente, y en un futuro crear los más posibles servicios de carácter benéfico, como viudedad, asistencia facultativa, colegio de huérfanos, etc.”

Documento acreditativo de la concesión de un “Anticipo por vejez”.

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En esta Asamblea tan determinante para configurar el embrión de lo que hoy es Premaat, el siguiente debate se centra en el Reglamento Especial del nuevo Fondo Benéfico y sus cuatro apartados. En su artí-culo 2º detalla que se financiará con el importe de la mitad del uno por ciento sobre honorarios devengados por los Aparejadores que al efecto tiene reservado la Federación de Colegios Oficiales de Aparejadores de España; con el uno por ciento sobre el sueldo; con las gratificaciones y retribuciones que en general devenguen y perciban los Aparejadores por el ejercicio de su profesión, y por donativos, subvenciones, aporta-ciones voluntarias y todos aquellos ingresos que la Junta de Gobierno pueda destinar a este fondo.

La cantidad que en cada ejercicio económico se destina al Fondo bené-fico es fijada por la Junta Anual de Delegados a propuesta de la Junta de Gobierno y la distribución de esta cantidad por apartados es la si-guiente: El 50 por ciento para el apartado de Orfandad, el 15 por ciento para el de Accidentes, el 25 por ciento para Inutilidad Permanente y el diez por ciento para el Fondo de Reserva. Cuando los fondos destina-dos a los tres primeros apartados, no se consuman, pasarán a engrosar los de la reserva.

El nuevo Reglamento especifica con detalle quiénes son los beneficia-rios del socorro de orfandad a la muerte de un mutualista: “los hijos menores de 18 años –tanto legítimos como legalmente reconocidos y adoptados–, los padres sexagenarios y los hermanos menores de 18 o mayores de 60 años que estén incapacitados y que carezcan de medios de vida, siendo dependientes del fallecido”.

Interior de la sede de Maestro Victoria en los años 50 (cortesía Colegio de Aparejadores de Madrid).

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También se consideran beneficiarios –en concepto de ayuda especial– “aquellos hijos o hermanos mayores de 18 años y menores de 25 que estén cursando estudios, así como las viudas que queden en periodo de gestación”. La cuantía de este socorro es variable de acuerdo con lo que se recaude en el ejercicio pero su importe total no podrá ser inferior a 2.000 pesetas por cada beneficiario y se abonará en dos plazos.

Una Asamblea emocionada

En cuanto al segundo apartado, el Artículo nº 19 entiende por accidente “toda clase de lesión que pueda sufrir un mutualista en cualquier hora, lugar y día siempre que esta lesión fuera por causa ajena a su volun-tad y le deje incapacitado temporalmente para el ejercicio normal de su profesión”. La cuantía se divide en dos partes: una cantidad diaria a modo de indemnización por posible perjuicio económico sin necesidad de justificación y otra cantidad por los gastos habidos hasta su cura-ción según la gravedad.

De este modo, los accidentes quedan clasificados en tres categorías:

1.ª/ Lesiones que previa cura de urgencia pueda el accidentado pasar a su domicilio y sanar en menos de 20 días: 50 pese-tas por día de curación más gastos justificados de farmacia y otros que bajo ningún concepto podrán sobrepasar las 1.000 pesetas.

2.ª/ Lesiones que previa cura de urgencia pueda el accidentado pasar a su domicilio pero permaneciendo bajo asistencia facultativa: 50 pesetas por día de curación y gastos justifi-cados de asistencia médica y farmacia que nunca deberán exceder las 6.000 pesetas.

3.ª/ Lesiones que requieran hospitalización: 150 pesetas diarias mientras dure su hospitalización, 50 pesetas por día al pa-sar a su domicilio mientras dure su curación y gastos jus-tificados de asistencia médica, farmacia, intervención qui-rúrgica, etcétera que no podrán superar las 12.000 pesetas.

Cuando las lesiones sufridas producen lo que en aquel entonces se de-nomina una “inutilidad permanente” y, “si por causas de accidente o enfermedad grave, el mutualista no puede desarrollar normalmente su trabajo profesional y queda definitivamente incapacitado, total o par-cialmente”, el interesado tiene derecho a los beneficios que concede el artículo anterior hasta ser dado de alta por el médico, momento en el que pasa a ser clasificado como “inútil permanente” y perciben una ayuda económica de 52.000 pesetas.

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Cuando se trata de una “inutilidad parcial” la Previsión Mutua de la épo-ca diferencia entre dos situaciones: aquellos mutualistas que, una vez recuperados, pueden ejercer “de manera normal la profesión” y los que, a causa de sus secuelas, no son capaces de desempeñar su trabajo con normalidad. En el primer caso tienen derecho a percibir entre 5.000 y 10.000 pesetas” mientras que en el segundo caso la ayuda económi-ca oscila entre las 10.000 y las 20.000 pesetas.

La mutualidad continúa así cumpliendo con su compromiso de ampliar el cuadro de prestaciones y se prepara para el futuro, pero los acuer-dos técnicos siempre consiguen traspasar los reglamentos, las normas y los libros de actas para plasmarse en un conmovedor reflejo, real y tangible. En este caso, una vez aprobadas estas nuevas prestaciones, el relato de un mutualista que pide la palabra en Asamblea logra estre-mecer al auditorio. Se trata de un afiliado de Murcia que decide relatar su caso personal frente a sus compañeros: “Siento tener que decir que uno de estos casos de invalidez total por accidente o enfermedad es el mío”. El afiliado pasa a relatar su peregrinaje por diferentes médicos hasta llegar al dramático diagnóstico: “Y en unos meses quedaré com-pletamente ciego”.

El acta recoge cómo “los señores asambleístas, visiblemente emocio-nados ante sus palabras, expresan una vez más su inmensa satisfac-ción por haber llegado a este acuerdo y la aprobación de las normas reglamentarias que permiten paliar estas angustiosas situaciones me-diante la puesta en práctica de las oportunas prestaciones”.

El último apartado del Fondo Benéfico es su Fondo de Reserva: “El capi-tal de reserva del Fondo Benéfico tendrá el objeto de regularizar los dis-tintos socorros y los gastos generales y administrativos que ocasionan los mismos. El Fondo Benéfico destina inicialmente un diez por ciento de sus ingresos para este fondo de reserva”.

Y de esta forma, con 3.011 votos a favor y 124 en contra, se aprueba la reglamentación especial del Fondo Benéfico y sus 47 artículos.

Del duro a las 12 pesetas

Tras una larguísima jornada, el presidente José Cano Soto se dirige al auditorio para transmitir la “honda satisfacción” que le produce el haber aprobado por tal mayoría de votos la ampliación del actual socorro por defunción, la creación del anticipo por vejez y el Reglamento del Fondo Benéfico”. Exhorta a los Delegados, así como a los presidentes de los Colegios, para que sigan trabajando como lo han hecho hasta la fecha “con un gran espíritu de hermandad en bien de nuestra tan querida ins-titución benéfica”.

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En 1957 también se edita un nuevo sello benéfico, esta vez de 25 pese-tas. Se supera la cifra de 3.000 mutualistas y se elabora un presupuesto para 1958 en el que ya se incluye la partida destinada al Fondo Benéfico que se calcula en medio millón de pesetas:

Capítulo 1. Defunciones: 953.400 pesetas.

Capítulo 2. Socorros complementarios: 40.000 pesetas.

Capítulo 3. Personal: 50.700 pesetas.

Capítulo 4. Gastos oficina: 25.200 pesetas.

Capítulo 5. Otros gastos: 18.500 pesetas.

Capítulo 6. Fondo Benéfico: 500.000 pesetas (Orfandad: 250.000 pesetas, Accidentes: 75.000 pesetas, Inutilidad per-manente: 125.000 pesetas y Fondo de reserva: 50.000 pesetas).

Total gastos previstos: 1.587.800 pesetas.

Las cuotas también se adaptan a los nuevos tiempos y a las nuevas ne-cesidades de cobertura de los mutualistas, tal y como queda plasmado en la modificación del artículo 5.º:

a) Cuota de 100 pesetas en concepto de entrada.

b) Cuota de 12 pesetas en concepto de reposición cuando fallez-ca cualquiera de los asociados a la Previsión Mutua de Apare-jadores en plenitud de derechos.

c) Cuota extraordinaria cuando las circunstancias lo motiven, previo acuerdo de la Asamblea General Extraordinaria de Mutualistas.

d) Todas las aportaciones determinadas en las reglamentacio-nes especiales de los distintos socorros.

Sigue en vigor un sistema de derrama, pero ya está organizado de for-ma estable y es capaz de generar un fondo. Además, ya no hablamos del “duro”, sino, como vemos, de las 12 pesetas.

En el Capítulo IV, titulado “Deberes y Derechos de los mutualistas”, la entidad se preocupa de que el pago de la prestación por fallecimiento sea lo más diligente posible. De esta forma, el articulado especifica que, “a la muerte de un Aparejador en plenitud de derechos, cada mutualista pagará la cuota de reposición de 12 pesetas cuyo importe recauda-rán los Colegios oficiales de Aparejadores utilizando los cupones que la Previsión Mutua de Aparejadores enviará previamente a los Colegios en concepto de depósito para su más urgente recaudación”.

Y añade: “Para comodidad de los mutualistas, se recaudará por los Colegios una cuota mensual fija de 20 pesetas, calculada como sufi-ciente para cubrir el importe del riesgo de defunción a resultas de la

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liquidación que el 31 de diciembre haga cada Colegio a sus referidos mutualistas”. La suma obtenida de “tantas veces 12 pesetas como sea el número de asociados existentes” en el momento del fallecimiento, “se incrementará con la cifra de regularización que cada año se acuerde en junta anual reglamentaria. El total de esta suma constituirá el soco-rro por defunción en cada caso”. Estas modificaciones del Reglamento de Previsión Mutua de Aparejadores quedan aprobadas por 3.068 votos a favor y sólo 67 en contra”.

Es el fin de la década. El ciclismo español hace historia gracias a la victoria en el Tour Francia de Federico Martín Bahamontes, “el Águila de Toledo”, primer español en lograr la hazaña, se acaba de inaugurar el monumento del Valle de los Caídos, y, en diciembre de 1959, el presi-dente norteamericano Dwight David Eisenhower visita España.

Mientras el país se dispone a recibir el nuevo año y el comienzo de un nuevo decenio, la mutualidad está lista para lo que será un futuro or-ganizado, solvente y con prestaciones dirigidas a cubrir una variedad de situaciones y necesidades. Acorde con esta evolución, pocos días antes de que finalice 1959, la entidad lleva a cabo su primera mudanza. Previsión Mutua de Aparejadores abandona su sede de la Calle Maestro Victoria y se traslada, junto a la Federación Nacional de Aparejadores, al otro lado de la puerta del Sol, a la calle Carretas n.º14, 7º piso, letra G. La mutualidad está ahora en plena plaza de Jacinto Benavente, a sólo 500 metros de su anterior ubicación.

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Plano de la nueva sede de la Federación de Aparejadores, con un despacho para la Mutua (n.º 7), según lo publicado en la revista Construcciones.

José Cano Soto.Asamblea General Ordinaria.27 de mayo de 1963.

Dada la importancia económica que la Previsión Mutua va adquiriendo

día a día, se hace preciso pensar enuna nueva reorganización, tanto en su estructura administrativa como de su

propio órgano rector, por lo quesolicita a la Asamblea un voto de gracia

para llevar a efecto dicha reorganización en la parte relativa a la Junta de Gobierno.

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CAPÍTULO 3

Edificio de la nueva sede de la Federación Nacional de Aparejadores y la Previsión Mutua en Calle Carretas.

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La gran familia de los Aparejadores

Es 23 de marzo de 1960 y los 25 delegados de Previsión Mutua están re-unidos en el salón de actos del Consejo General de los Colegios Oficiales de Aparejadores de la calle Carretas, el nuevo hogar de la mutualidad.

El presidente José Cano Soto dedica un saludo de bienvenida a todos los delegados que asisten a esta Junta General en las nuevas oficinas destacando que el nuevo local responde a las necesidades corporati-vas de la entidad y esperando que se sientan “como en su propia casa, porque esta es la palabra exacta que hay que emplear, igual que si vi-viéramos en el seno de nuestra propia familia, es decir, la gran familia de los Aparejadores”.

Interviene el delegado de Aragón pidiendo que conste en acta “la sa-tisfacción que les ha producido a todos los delegados de la Previsión Mutua de Aparejadores el haber sido acogidos en el domicilio social del Consejo General, así como su felicitación a la Junta Ejecutiva del mis-mo por el acierto que ha demostrado, tanto en la instalación, como en la decoración de dicho local”.

Los demás delegados se adhieren unánimemente a la propuesta de Aragón.

Son los años sesenta y en España la modernidad empieza a asomar poco a poco. La televisión ya posee un lugar destacado en los hogares. Madrid cuenta con 170 salas de cine y ver una película cuesta unas 25

pesetas. Es la época de John Fitzgerald Kennedy, el Con-corde, el bikini, la minifalda, los Beatles, el sueño de Mar-tin Luther King Jr, la guerra de Vietnam, los hippies, el femi-nismo, el muro de Berlín, el pri-mer transplante de corazón…

En 1961 Previsión Mutua de-bate, en Asamblea General, cuántos meses deben haber pasado como máximo desde que los Aparejadores recién regresados obtienen su título para poder darse de alta en la mutualidad. Este es un tema

que durante años será objeto de estudio y deliberación. De hecho este año ya se plantean por primera vez la posibilidad de que los jóvenes que-den exentos de pagar cuotas durante el primer año tras su titulación,

Imagen de los años 60 de José Cano Soto publicada en Construcciones.

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argumentando que necesitan más tiempo para encontrar trabajo y no pueden hacer frente a los gastos que suponen las cuotas. La Asamblea toma en consideración esta ponencia planteada por el delegado de Cen-tro a fin de que se discuta en la siguiente Asamblea Extraordinaria.

A continuación se pasa a votar el aumento del socorro por defunción que, por 2.788 votos a favor y 154 en contra, queda establecido en 90.000 pesetas y que se basa en una cuota de derrama de 20 pesetas. Justo en ese momento, el delegado de Santander pide la palabra para

Ejemplo de la ficha estadística que los mutualistas debían rellenar para los cálculos actuariales.

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dar las más expresivas gracias a la Junta de Gobierno “por su labor en pro de conseguir que el socorro de defunción se haya incrementando”, algo que continuará haciendo en los años posteriores ya que en 1964 pasa a 110.000 pesetas y en 1965 alcanza las 150.000.

Previsión Mutua de Aparejadores crece de manera constante. En 1963 cuenta con casi 4.600 afiliados y posee un patrimonio neto cercano a los nueve millones de pesetas, duplicando su capital de 1960, que era de cuatro millones. Precisamente en esta línea se expresa, en la Asam-blea General de ese año, el presidente Cano Soto: “Dada la importancia económica que la Previsión Mutua va adquiriendo día a día, se hace preciso pensar en una nueva reorganización, tanto de su estructura ad-ministrativa como de su propio órgano rector, por lo que solicita a la Asamblea un voto de gracia para llevar a efecto dicha reorganización en la parte relativa a la Junta de Gobierno”.

Los señores delegados, unánimemente, conceden el voto de gracia soli-citado por el presidente para llevar a cabo el reajuste de la Junta de Go-bierno de la Previsión Mutua. A continuación, como en todas las Asam-bleas, “se ofrece a los señores delegados examinar personalmente los resguardos acreditativos de los fondos sociales que se guardan en la caja fuerte, ofrecimiento que todos declinan”, según registran las actas.

El 16 de abril de 1964, el ABC publica en su página 57: “El director gene-ral de Arquitectura, don Miguel Ángel García Lomas, ha dado posesión de su cargo al nuevo presidente de los Colegios de Aparejadores de España, don Juan Manuel Hoyos Moreno, quien prestó juramento en el curso de una sencilla ceremonia”. De este modo el Aparejador Juan Manuel Hoyos Moreno, nacido en 1917 y colegiado en Madrid con el número 368, pasa a convertirse también en el nuevo presidente de la Previsión Mutua de Aparejadores. Un año después, en la primera Junta de Delegados que encabeza, aprovecha para agradecer a todos su pre-sencia: “máxime teniendo en cuenta que nos hallamos en plena época estival y la asistencia es mucho más meritoria por tratarse de un puen-te entre dos días festivos que, en otro caso, les hubiera supuesto un indudable descanso en sus cotidianos quehaceres”.

Pide a continuación a los representantes que sigan así, que “eviten po-sibles fricciones” y que traten todos los puntos del orden del día “con tranquilidad y altura de miras”. Porque “no hay más remedio que dar impulso a la mutualidad, haciendo la mayor propaganda posible de la importancia que tiene, no sólo para el momento actual, sino para su proyección en el futuro, teniendo en cuenta ante todo que somos com-pañeros y que los aquí presentes vienen en nombre de todos los Apa-rejadores de España y, por tanto, con una responsabilidad indeclinable”.

“Termino pidiendo al Señor que les dé a todos la iluminación necesaria para laborar siempre por lo mejor ya que es el porvenir de las familias de los Aparejadores lo que está en juego”, finaliza el nuevo presidente.

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Hoyos Moreno entiende que el Reglamento de la entidad necesita mo-dificaciones sobre las que ya han debatido en distintas ocasiones, pero cree que no es este el momento de llevarlas a la práctica, ya que la carrera de Aparejador se encuentra en una época de transición: “Hay un compás de espera para las modificaciones que se avecinan y, por tanto, deberán mejorarse las prestaciones todo lo posible en lugar de incrementar el capital de la Previsión Mutua”.

Juan Manuel Hoyos Moreno, presidente entre 1964 y 1976.

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Con este “compás de espera” el presidente se refiere a la promulgación de la Ley 2/1964 de Reordenación de las Enseñanzas Técnicas según la cual, los Aparejadores modifican su denominación formal y se con-vierten en Arquitectos Técnicos. Con este cambio legislativo, la entidad pasa a llamarse Previsión Mutua de Aparejadores y Arquitectos Técni-cos, título que se verá reflejado en los nuevos Estatutos y Reglamento de 1969. La Federación de Colegios Oficiales de Aparejadores pasa a ser el Consejo General de Colegios Oficiales de Aparejadores y Arqui-tectos Técnicos.

Detalle del despacho de la Previsión Mutua tal como lo publicó la revista Construcciones en 1961.

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Aparejadores de cine

El 14 de marzo de 1966, en un restaurante de la Puerta de Moros, el Colegio Oficial de Aparejadores de Centro se viste de gala para ofre-cer un banquete muy especial. En la ocasión el gremio rinde homenaje a personalidades del cine como Pedro Masó, Rafael J. Salvia, Antonio Vich, Vicente Coello y Alberto Closas, guionista, productor e intérpretes respectivamente de películas en las que, tal y como describe el ABC de la época ,“se ha glosado cordialmente la profesión del Aparejador”.

A los agasajados les son impuestas las insignias de oro de los Arqui-tectos Técnicos en un acto presidido por el presidente del Consejo Ge-neral de Colegios de Aparejadores y de la Previsión Mutua, Juan Manuel Hoyos Moreno y al que asisten Aparejadores, periodistas y personalida-des del mundo cinematográfico.

El gremio quiere manifestar así su reconocimiento a la industria del cine por películas de gran éxito en estos años como La gran familia (1962) en la que Carlos, Aparejador y padre de 15 hijos, es el protagonista. O de su secuela, La familia y uno más (1965), en la que llega Chencho, el retoño número 16.

Ya en la vida real, los Aparejadores continúan transformando su Mutua para mejorar las prestaciones y garantizar la seguridad económica de sus familias –numerosas o no– frente a imprevistos y desgracias que muchas veces superan la ficción de la gran pantalla. De este modo, el 5 de diciembre de 1968 vuelven a reunirse en Asamblea General Extraor-dinaria para la aprobación de los nuevos Estatutos y el Reglamento.

En su salutación, el presidente destaca “la importancia que tiene esta Asamblea para los nuevos horizontes de la Previsión Mutua de Apareja-dores y Arquitectos Técnicos”, exhortando a los presentes para que todos pongan “su mayor entusiasmo en los trabajos que se han de desarrollar, llegando a la meta deseada con la aprobación del proyecto de reforma de los Reglamentos Generales de la Previsión Mutua y del Fondo Benéfico”.

Hoyos Moreno explica que, si bien no se han llevado a cabo modifica-ciones sustanciales de las bases de los Estatutos, sí se ha conseguido hacerlos más flexibles para que las prestaciones se puedan ir adaptan-do a las circunstancias económicas de cada momento, ordenando ade-más los capítulos del Reglamento de una forma más racional y tenien-do en cuenta muchas sugerencias llegadas de mutualistas de todos los puntos del país: “La Comisión de Reforma ha clasificado todas las su-gerencias y propuestas que muchísimos compañeros, a través de sus Colegios, nos han remitido. Si alguna de ellas no se ha recogido en es-tos nuevos Reglamentos, no dudéis en que si las aportaciones –como todos esperamos– van a más, podremos cubrir en breve plazo todas las etapas que nos habéis marcado con vuestra valiosa colaboración”.

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“Hemos enviado a todos los mutualistas, por conducto de los Colegios, varios ejemplares del proyecto de reforma que hoy sometemos a la vo-tación de esta Asamblea. No quiero cansaros más”, finaliza el presi-dente, “sólo pediros que, con vuestro voto y el de los mutualistas que representáis, acojáis este proyecto de reforma de los Reglamentos con el máximo cariño para poderlo llevar a un buen fin con su aprobación y posterior sanción por la Dirección General de Previsión”.

Cumpliendo los mejores deseos de la Junta de Gobierno, la nueva nor-mativa interna es aprobada por amplia mayoría. Las modificaciones al Reglamento General consiguen 3.511 votos a favor, 47 en contra y 22 en blanco mientras que el Fondo Benéfico registra 3.504 votos a favor, 44 en contra y 32 en blanco.

Entre otros cambios, se amplía de cinco a 11 los puntos del orden del día para Juntas y Asambleas:

1. Lectura y aprobación, si procede, del acta de la reunión anterior.

2. Lectura de la memoria administrativa.

3. Lectura de la memoria económica.

4. Lectura de la memoria estadística.

5. Dar cuenta de las reclamaciones, si las hubiese, de los mutua-listas y resolver sobre ellas.

6. Presentación de los resguardos y colocación reglamentaria de los fondos sociales.

7. Examen y aprobación de cuentas, si procede, del pasado ejercicio.

8. Designación de las nuevas cantidades de las distintas presta-ciones que figuran en los cuadros, así como del presupuesto a regir en el nuevo ejercicio económico.

9. Proposiciones presentadas por la Presidencia, por la Junta de Gobierno o por los Mutualistas.

10. Nombramiento de dos censores de cuentas y de dos suplentes.

11. Ruegos y preguntas.

En el caso de las Asambleas Generales ordinarias, además de este or-den del día, se aborda un punto más: la renovación de cargos.

Respecto a las Asambleas de carácter extraordinario queda establecido que pueden ser convocadas por la Junta de Gobierno o por la vigésima parte de los mutualistas que así lo soliciten ”en escrito razonado diri-gido al presidente de Previsión Mutua, exponiendo el asunto o asuntos que se tratarán en la misma”.

Otra variación que se incluye este año se refiere a las clases de mutua-listas. Permanecen los de Número y los Pasivos mientras que los Pro-

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tectores pasan a denominarse “Mutualistas de Honor”, una distinción que “se crea para aquellos que contribuyan de forma especial al soste-nimiento o desarrollo de la Previsión o enaltezcan sus fines ostensible-mente”. Este nombramiento es expedido por la Junta de Gobierno en la Junta de Representantes teniendo únicamente carácter honorífico.

Extracto del documento informativo sobre qué es la Mutua difundido con la convocatoria de Junta General Extraordinaria de 1968.

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Las tres cuotas

En esta reforma adquieren gran importancia las prestaciones de defun-ción, orfandad, accidentes e inutilidad y se crea el capítulo de ayudas extraordinarias. Además, las aportaciones de los mutualistas quedan establecidas en tres cuotas: la de entrada, la mínima y la de derrama.

La cuota de entrada se establece en 250 pesetas para los recién egre-sados que no dejen pasar más de tres meses antes de inscribirse y sean menores de 55 años. Pasados estos tres meses, se crea una tabla según la edad: 1.000 pesetas para menores de 30 años; 10.000 pese-tas hasta los 40; 25.000 hasta los 50 y 50.000 hasta los 55 años.

Además se crea la llamada cuota mínima que deberá abonar todo aso-ciado a la Previsión Mutua y que en principio se establece en 1.000 pesetas. En el Reglamento se especifica que el 0,5 por ciento de los ho-norarios y el uno por ciento de los sueldos cobrados por los mutualistas podrán ser acumulables para el pago de esta cuota mínima por lo que los Colegios, al final de cada ejercicio económico, efectuarán la liquida-ción correspondiente de cada afiliado reclamando la cuota mínima que les corresponde a cada uno.

Ejemplo real de papeleta de votación de aquella reforma.

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También se resuelve en esta Asamblea la preocupación de la mutuali-dad por aliviar las cargas de los profesionales más jóvenes sobre la que llevan tiempo debatiendo: “Los Aparejadores o Arquitectos Técnicos que terminen la carrera antes de los 30 años, tendrán una bonificación del 50 por ciento de la cuota mínima durante tres años”. Finalmente, la cuota de derrama aumenta de 12 a 20 pesetas.

En cuanto a la prestación de defunción y el anticipo por vejez, su impor-te sigue sujeto al resultado de multiplicar las 20 pesetas de la cuota de derrama por el número de afiliados. La prestación por inutilidad, en cam-bio, tiene importes fijos según la categoría: un pago único de 10.000 pe-setas cuando, a pesar del tratamiento adecuado, el profesional no pueda llegar nunca al ejercicio normal de Aparejador o Arquitecto Técnico pero sí sea capaz de practicarlo parcialmente; una mensualidad de 6.000 pe-setas cuando la inutilidad sea total o permanente para cualquier tipo de trabajo, y de 3.000 en caso de quedar incapacitado para el ejercicio de la Arquitectura Técnica pero pueda desarrollar otras profesiones.

Otra de las modificaciones que se adoptan en esta nueva etapa son las denominaciones para los órganos de gobierno. La Junta General de De-legados pasa a llamarse Junta de Representantes de los Mutualistas y la Asamblea General –que se sigue celebrando cada tres años en susti-tución de la primera– es ahora la Asamblea General de Asociados.

Además se produce el desdoblamiento del cargo de secretario y teso-rero: “Pues nuestra entidad tiene ya suficiente amplitud para cubrir con creces el desempeño de estas dos actividades como en la actualidad se viene haciendo”, defiende Hoyos Moreno.

De este modo, las funciones del secretario son, entre otras, la redacción y firma de las actas de las Asambleas y Juntas de Representantes, así como de los oficios y las comunicaciones. Debe llevar además los tres libros de acuerdos: uno de las Asambleas y Juntas de Representantes, otro para las Juntas de Gobierno y un tercero del Fondo Benéfico; está a cargo también del fichero con los datos de todos los mutualistas: nom-bre, apellidos, domicilio, fecha de nacimiento y de ingreso “y cuantos otros datos sean necesarios para la buena marcha de los asuntos”.

Otra de las funciones del secretario es tener bajo custodia los sobres de designación de beneficiarios que remitan los asociados, los cuales serán puestos a buen recaudo en la caja fuerte y registrados en un libro especial, consignando en cada sobre una estampilla con el visto bueno del presidente.

Por su parte el tesorero debe recibir y pagar las cantidades que corres-ponda, llevando las cuentas de caja, banco y valores y custodiando los cuadernos de talones de las cuentas corrientes. También se encarga de redactar la memoria estadística anual de tesorería y debe asegurarse de que no se supera en ningún momento la cantidad de 20.000 pesetas de efectivo en caja.

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El nuevo Reglamento –que contiene ocho capítulos y 55 artículos– es-tablece que “a todos los mutualistas, con ocasión de su alta definitiva concedida por la Junta de Gobierno, se les hará entrega gratuita del co-rrespondiente título con el número de Mutualista que le corresponda, y de un ejemplar de los Estatutos y Reglamentos de la Previsión Mutua”.

Ayudas, también, para los casos extraordinarios

Con esta reforma el Fondo Benéfico –cuyas prestaciones siguen te-niendo carácter variable dependiendo de las posibilidades económicas de la entidad– pasa de cuatro a cinco apartados.

El primero de ellos, el de orfandad, consiste en un pago único de 40.000 pesetas cuyo articulado hace distinción entre sexos y considera como beneficiarios a “los hijos varones menores de 21 años y las hembras menores de 25, tanto legítimos, como legalmente reconocidos o adop-tados y siempre que viviesen con el causante y a sus expensas”.

Igualmente son incluidos en esta ayuda “los hijos póstumos, los hijos varones, menores de 25 años que cursen estudios para obtener un tí-tulo oficial” y todos aquellos –sin limitación de edad– que estén inca-pacitados para el trabajo “por enfermedad permanente y que vivan a expensas del causante”. La asignación para estos últimos será el doble que la que se fije “para los hijos normales”, una frase que hoy sería con-siderada sin duda políticamente incorrecta pero que en la época era de uso frecuente.

En cuanto al apartado segundo, “de accidentes”, se diferencian tres grupos dependiendo de la duración del tratamiento y se establecen las ayudas económicas para cada uno de ellos: cuando no se superen los 20 días de curación y puedan realizarse en su propio domicilio (150 pesetas diarias y 1.000 por gastos de farmacia y médico); cuando la recuperación lleve entre 20 y 40 días (150 pesetas diarias y 6.000 por gastos de farmacia y médico) y cuando las lesiones requieran ingreso hospitalario (300 pesetas diarias por cada día en el hospital y una vez pueda regresar a su domicilio, 150 pesetas diarias hasta su recupera-ción –máximo un año– además de las 1.500 pesetas para gastos de farmacia, médico y sanatorio).

El tercer apartado del Fondo Benéfico es el de las ayudas complemen-tarias, concebidas como un refuerzo al resto de prestaciones y que a su vez consta de tres categorías: el complemento de defunción (máxi-mo de 300.000 pesetas según derrama), el de orfandad (pago único de 80.000 pesetas) y el de “inutilidad total” (1.500 pesetas mensuales para la primera categoría y 3.000 para la segunda).

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La reserva de regularización –cuarto apartado del Fondo Benéfico– tiene como finalidad rectificar las faltas o excesos que se produzcan en los socorros de orfandad, accidentes y complementarias.

En su afán por no dejar ningún cabo suelto y abarcar todo lo posible, el quinto y último capitulo del Fondo Benéfico se dedica a las nuevas ayudas extraordinarias cuyo presupuesto depende de lo que acuerde la Comisión Administradora y de la posterior votación en Junta Anual o en Asamblea. Según explica el presidente, estas ayudas “vienen a cu-brir una gran laguna existente en los vigentes Reglamentos para poder atender casos especiales de nuestros mutualistas que no estén previs-tos en las demás prestaciones”.

La década de los sesenta había comenzado con el soviético Yuri Gaga-rin dentro de la cápsula espacial Vostok dando una vuelta completa a la Tierra en una hora y 48 minutos y finaliza con Neil A. Armstrong, Edwin E. Aldrin Jr. y Michael Collins llegando a la luna, un acontecimiento que, se calcula, es seguido por 500 millones de telespectadores.

Es 1969 y, mientras Richard Nixon se convierte en en el nuevo presiden-te de Estados Unidos, aquí el príncipe Juan Carlos jura lealtad como su-cesor a la jefatura del Estado a título de Rey de España. El período final de los sesenta está lleno de novedades que también afectan a la pro-fesión. Es en este último año de la década cuando “Arquitecto Técnico en Ejecución de Obras” se establece como una especialidad única: “re-lativa a la organización, realización y control de obras de Arquitectura, de sus instalaciones auxiliares, trabajos complementarios de gabinete y economía de la construcción”.

El 1 de julio de este mismo año entra en vigor el nuevo Reglamento de Previsión Mutua y, tres días después, en Junta de Representantes, ya se empieza a hablar de los siguientes pasos que debe emprender la institución, una dinámica ésta –la de mutar una y otra vez para adaptarse de la mejor manera posible a los cambios y anticipase a posibles dificultades– que será característica permanente en la his-toria de la entidad.

El actuario Ángel Luis Pérez-Herrera Delgado presenta su informe preliminar sobre la situación técnica de la Mutua y sus posibles orien-taciones “con el máximo beneficio para los afiliados”. Explica que, para poder completar su estudio, se hace necesario un análisis socio-demográfico del grupo ya que, con estos datos anuales –número de fallecimientos, viudas, huérfanos, jubilaciones, beneficiarios solteros, casados y viudos, con y sin hijos, etc– le será posible establecer “el cálculo siniestral a considerar, los costes previsibles para el esquema de prestaciones base, etc…”.

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Se pretende además facilitar las decisiones sobre el régimen financiero más conveniente a adoptar y las pautas a seguir en la redacción del ca-pítulo de nuevas prestaciones y sus cuantías. Para poder realizar dicho estudio, el actuario precisa de las fichas que han sido enviadas a los mutualistas para que las remitan cumplimentadas a la Mutua algo que, de momento, ya ha hecho un 25 por ciento de los mismos.

Discurso del presidente Juan Manuel Hoyos Moreno.Junta Anual de representantes.22 de abril de 1971.

Queremos dar una bienvenida especial a la representante femenina, en este caso,

de los mutualistas de Gipuzkoa, [María Jesús Chocarro], que por primera vez se sienta en una Junta Anual de la Previsión Mutua. Esperamos que aumente esta representación y que vayan

ocupando estos puestos nuestras nuevas compañeras, las Arquitectas Técnicas”.

“Estamos consiguiendo, con el esfuerzo de todos, que la Previsión Mutua esté tomando un camino

ascendente y que, poco a poco, vaya colmando las aspiraciones de los que hace ya

30 años –en números redondos– crearon esta Previsión Mutua de Aparejadores

El mini ordenador(1970 - 1979)

CAPÍTULO 4

Ordenador de la marca y época del adquirido por la Mutua. Fotografía de Taryn Domingos reproducida bajo licencia

CC BY-NC-ND 2.0.

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Una cuota mensual

En 1970 España fabrica ya más de 400.000 turismos de los cuales ex-porta 50.000, el litro de gasolina súper está a ocho pesetas y 24 de cada 100 españoles posee un coche; el verano hace que el país casi duplique su población con la llegada de 35 millones de turistas; el número de te-léfonos alcanza los cinco millones y se ponen de moda el yoyo, el hula hoop, Tip y Coll, Los payasos de la tele, el 1, 2, 3 Responda otra vez…

En cuanto a los cambios para la profesión, este año se aprueba la Ley General de Educación, con lo que las escuelas técnicas –y entre ellas la titulación de Arquitecto Técnico– se incorporan a las universidades. La Previsión Mutua celebra en abril de 1970 su Junta Anual de Repre-sentantes que se inicia con el presidente Juan Manuel Hoyos Moreno dedicando un saludo distinto al habitual: “Queremos dar una bienvenida especial a la representante femenina, en este caso, de los mutualistas de Gipuzkoa, [María Jesús Chocarro], que por primera vez se sienta en una Junta Anual de la Previsión Mutua. Esperamos que aumente esta representación y que vayan ocupando estos puestos nuestras nuevas compañeras, las Arquitectas Técnicas”.

Antes de entrar en el orden del día, en nombre de la Junta de Gobierno, el presidente ruega a los asistentes que aúnen esfuerzos, “que su cola-boración –si es posible– se incremente aún más en el próximo ejerci-cio. Estamos consiguiendo, con el esfuerzo de todos, que la Previsión Mutua esté tomando un camino ascendente y que, poco a poco, vaya colmando las aspiraciones de las que hace ya 30 años –en números re-dondos– crearon esta Previsión Mutua de Aparejadores”. La memoria económica de este año refleja un patrimonio de 32.816.056,30 pesetas más una reserva de regularización de siete millones y medio.

Ya funciona la cuota mensual aprobada un año antes en la Junta de Representantes de los Mutualistas. La propuesta del Colegio de Cen-tro, consistente en unificar la cuota mínima y la cuota de reposición en un solo pago mensual, resultó entonces muy bien acogida por el resto de representantes. Sólo 730 votos en contra y 88 abstenciones frente a 5.813 mutualistas representados que votaron a favor y lograron la aprobación de la primera cuota mensual de la entidad.

“Ante las dificultades vistas en el cobro efectivo de una de las fuen-tes de mayor ingreso de las que corresponden a la Mutua, se acuerda absorber de forma administrativa, únicamente, los conceptos de uno por ciento de sobresueldos, cuota mínima y cuota de reposición en una sola cuota de cobro de 200 pesetas mensuales que son el mínimo me-dio a ingresar por parte de los Colegios”. El presidente Juan Manuel Ho-yos Moreno aclara en ese momento que se trata de una “simplificación administrativa de cobro, fijando una cuota que absorbe tres conceptos. Además, se fija hasta fin de año y, si viéramos que es insuficiente, sería aumentada en la proporción que se estime conveniente”.

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En el país la democracia está a punto de llegar pero aún no lo ha hecho y la década comienza con España pendiente del proceso de Burgos, varios consejos de guerra, el estado de excepción y seis sentencias de muerte. También existen restricciones para las reuniones lo cual hace que el 26 de mayo de 1972, en el salón Aranjuez del Hotel Meliá Castilla de Capitán Haya, el presidente lea el “Oficio nº 3 de la Dirección General de Seguridad de la Jefatura Superior de Policía por el que se autoriza la celebración de esta Junta Anual de Representantes”.

Previsión Mutua vuelve a cambiar de sede este año. Las nuevas ofici-nas, que están situadas en la llamada Avenida del Generalísimo n.º 71 –hoy paseo de la Castellana– son mucho más espaciosas y moder-nas. Durante esta época se sigue trabajando en la laboriosa recolección de las fichas estadísticas que deben rellenar y remitir los mutualistas. En 1974 ya se han obtenido los datos del 80 por ciento del censo, el cual supera los 10.000 mutualistas. Gracias a la colaboración de los afilia-dos que reportan sus datos a Mutua, el actuario realizará su informe en base al cual la entidad actualizará sus cuotas y prestaciones.

Mientras se acomete la tercera modificación reglamentaria de la mutua-lidad, España sigue inmersa en momentos convulsos. Al FRAP y a ETA se suma la aparición de un nuevo grupo terrorista, el GRAPO; se produce la marcha verde y se descubre el escándalo financiero MATESA que se suma al de SOFICO. Es también el momento en el que llegan las emisio-nes de televisión en color, el destape y la revolución tecnológica.

El 20 de noviembre de 1975, con la muerte de Franco, se inicia la transición. La memoria de la Asamblea General celebrada este año recoge las pala-bras que el presidente Hoyos Moreno pronuncia en este sentido: “Queridos mutualistas, he aquí nuevamente nuestro saludo y con él los resultados

Acto de inauguración, en 1972, de las oficinas de la nueva sede del Consejo Superior de Aparejadores y Arquitectos

Técnicos situada en la Avenida del Generalísimo, donde también estaba la Mutua. Al acto asistió el ministro de la

Vivienda, Vicente Mortes (cortesía CGATE).

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de un año de trabajo, de un año pródigo en acontecimientos que culmina-ron con el fallecimiento del jefe del Estado que, durante casi medio siglo, había guiado los destinos de nuestra patria. Una nueva etapa se inicia en la vida de la comunidad española y nosotros, Aparejadores y Arquitectos Técnicos que formamos esta comunidad mutual, esperamos con nuestro empeño, con nuestro entusiasmo y confianza en el futuro, colaborar en este espíritu de renovación que se inicia dentro de nuestra estructura, para buscar con la mayor amplitud de miras nuevas etapas que cubrir que nos lleven a las metas propuestas en favor de aquellos que, desafortunada-mente, por unas razones u otras, precisen de las ayudas que solamente una comunidad fuerte y bien conjuntada les puede prestar”.

La implantación de las nuevas ayudas que contemplan el recién apro-bado “Reglamento General y de Fondo Benéfico” de 1975 es sin duda el tema destacado. A la prestación de defunción, al anticipo por vejez y a la ayuda por inutilidad, se suman cuatro nuevas prestaciones: ayudas a jubilables, prestación para los hijos “minusválidos” de mutualistas y los premios de natalidad y nupcialidad.

Las denominadas ayudas a jubilables, definidas como “una iniciación a la prestación por jubilación” para los mutualistas que cumplan o tengan cumplidos los 70 años a partir de 1972, contemplan, para el ejercicio de 1975, la cantidad de 1.000 pesetas al mes (14.000 pesetas al año) para cada uno de los beneficiarios y de otras 1.000 pesetas, también men-suales, con cargo al capítulo de ayudas extraordinarias.

Proyecto de estatutos que se envió a todos los domicilios de los mutualistas en 1975 y Estatutos y Reglamentos finalmente aprobados en 1978.

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Otra nueva prestación se destina para los hijos minusválidos de mutua-listas, consistente en 36.000 pesetas anuales repartidas en 12 pagas mensuales para cada beneficiario. También se aprueban los premios de natalidad y nupcialidad con pagos únicos de 10.000 y 5.000 pesetas respectivamente. El premio de nupcialidad queda establecido para to-dos aquellos mutualistas que contraigan matrimonio. En el caso de que ambos contrayentes sean mutualistas percibirán el premio cada uno de ellos. Lo mismo sucede con el de natalidad destinado a los mutualistas que tengan descendencia. Estas cuantías son revisadas anualmente en Asamblea General o en Junta Anual de Representantes.

Las cuotas se adecúan a estas nuevas coberturas. La de entrada se sitúa en 250 pesetas para menores de 55 años –siempre que el alta se produzca dentro de los tres primeros meses de haber terminado la carrera–. La cuota mínima unificada es ahora de 300 pesetas mensua-les, quedando integrados en ella las cuotas de derrama de 20 pesetas y el uno por ciento sobre los salarios.

Como en cada reunión, la Asamblea General dedica unas palabras a los mutualistas fallecidos: “Un recuerdo lleno de afecto a aquellos com-pañeros que nos han abandonado definitivamente y por los que ya no cuentan nuestros empeños y buenos deseos de futuro pero que, sin duda, su memoria será el apoyo para que podamos entre todos hacer esta Mutua que deseamos”.

“El ancla que sujeta la nave”

Si seis años atrás, Previsión Mutua de Aparejadores y Arquitectos Téc-nicos comenzaba la década con una plantilla de sólo dos personas –un oficial administrativo y una mecanógrafa–, en 1976 tienen contratados nueve empleados, cuentan con cerca de 13.000 mutualistas y su patri-monio supera los 200 millones.

La entidad no deja de progresar y adecuarse a los nuevos tiempos, de manera que, aunque el nuevo “Reglamento General y de Fondo Benéfi-co” acaba de echar a andar, ya preparan una nueva modificación inter-na, la cuarta de su historia y la más profunda hasta la fecha. Y es que Mutua va bien y crece a buen un ritmo a pesar de que son años de cam-bios llenos de incertidumbres en los que, por ejemplo, se hacen popula-res anuncios televisivos como el de las cajas de ahorro que recomienda a los españoles fe y previsión: “En los momentos difíciles recuerde que el diluvio también fue universal. Pero para los que supieron tener fe y previsión, alumbró el sol de nuevo y volvió a germinar la tierra. Confíe en la previsión y seguridad de las Cajas de Ahorro Confederadas”.

El borrador de los nuevos Estatutos se imprime, ensobra y envía al domicilio de todos los colegiados, fueran o no mutualistas, fijándose

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un plazo de 60 días para la recepción de enmiendas. Pasado dicho plazo, se contabilizan 50 propuestas de rectificación que se entregan a la Comisión de Estudios para su evaluación y posible inclusión en el texto definitivo.

En la nueva Junta General de Representantes que se lleva a cabo en enero de 1977 abundan los elogios para el primer Congreso Nacional de Aparejadores y Arquitectos Técnicos celebrado en Torremolinos (Mála-ga). El secretario José Antonio Lucini Corales da lectura a la memoria administrativa firmada por la Junta de Gobierno en la que se compara a la mutualidad con el “ancla que sujeta a la nave mientras dirime el timón antes de iniciar una nueva singladura” y se despide como presidente a Juan Manuel Hoyos Moreno: “No podemos dejar para más adelante el recuerdo, con el cariño que merece, de Juan Manuel Hoyos Moreno con los mayores deseos para el futuro en el desarrollo de su vida pro-fesional y privada”, y al mismo tiempo dan la bienvenida al presidente entrante: “Sirvan estas líneas como salutación y buenos deseos a quien desde el pasado mes de julio dirige nuestra nave, nuestro presidente José Luis Bárcena Basterrechea que sin duda alguna ha de inyectar savia nueva, savia joven y con experiencia de varios años de Consejero por el Colegio de Vizcaya. Para él nuestro saludo y bienvenida”.

José Luis Bárcena Basterrechea (Bilbao 1934- 2012), titulado como Aparejador en Barcelona, ocupa durante casi ocho años el cargo de presidente del Consejo General (1976-1983) y está al frente de la mu-tualidad desde 1976 hasta 1978. Quienes le conocieron le tildan de con-ciliador, dialogante y siempre en busca de consenso. Lidera en Vizcaya lo que él mismo denomina “la primera transformación de los Colegios”. Un año después de llegar a al presidencia de la mutualidad, Bárcena Basterrechea preside la Asamblea General Extraordinaria de Mutualis-tas celebrada en abril de 1977 en la que se aprueban los nuevos Es-tatutos de Previsión Mutua y se encarga, a la Comisión de Estudios, la redacción de un proyecto de Reglamento que será aprobado en la Asamblea General de octubre.

Este es también el año de las primeras elecciones democráticas en 41 años y de la llegada al gobierno de Adolfo Suárez. La bolsa cae un 32,7 por ciento, la inflación sube hasta el 24,44 por ciento y la peseta pierde el 20 por ciento de su valor frente al dólar.

Además, tras una orden ministerial, los Colegios profesionales se es-tablecen en todas las provincias españolas y su capitalidad y exten-sión comprende las de la provincia en la que radican. De ese modo, el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de la Zona Centro que agrupaba a las provincias de Ávila, Guadalajara, Salamanca, Segovia, Toledo, Cuenca, Soria y Ciudad Real, pasa a dividirse en sus ocho con-siguientes delegaciones independientes, lo que implica la creación de Colegios profesionales en un entorno geográfico más cercano.

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Un año después, en 1978, se aprueba la Constitución Española, que reco-noce de manera expresa, en su artículo 36, a los Colegios Profesionales: “La ley regulará las peculiaridades propias del régimen jurídico de los Co-legios Profesionales y el ejercicio de las profesiones tituladas. La estructu-ra interna y el funcionamiento de los Colegios deberán ser democráticos”.

La Carta Magna también establece que “los poderes públicos manten-drán un régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos que garantice la asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situa-ciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo. La asistencia

Jose Luis Bárcena Basterrechea, presidente entre 1976 y 1978.

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y prestaciones complementarias serán libres”. Desaparece el Instituto Nacional de Previsión, cuyas funciones pasan a ser competencia del Mi-nisterio de Sanidad y Seguridad Social a través del Instituto Nacional de la Seguridad Social, donde quedan integradas las mutualidades.

Este año, el número de mutualistas acaba de superar los 15.000, vuel-ven a ampliarse las prestaciones, el cálculo de contribuciones pasa a realizarse por el sistema de reparto atenuado (convirtiendo las ayudas discrecionales en prestaciones reguladas, proporcionales a las cotiza-ciones efectivas, aunque sigue sin ser un sistema de capitalización) y se fija una cuota mensual de casi 1.000 pesetas.

La Mutua moderna y su nuevo Grupo B

Previsión Mutua de Aparejadores ya tiene listo sus nuevos Estatutos y Reglamento, los más modernos y ambiciosos hasta la fecha. Se cierra una etapa y da comienzo una nueva era en la que no faltan los detalles especialmente simbólicos, como el que aparece en el libro de actas que reúne las transcripciones de las Juntas Generales de Representantes y, en cuya página final se puede leer la siguiente diligencia: “Para hacer constar que el acta anterior es la última de las que se consideran escri-tas a mano ya que, por acuerdo de la Junta de Gobierno, en lo sucesivo se transcribirán a máquina”.

Asamblea de octubre de 1977 en la que se aprueba el nuevo Reglamento.

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En los nuevos Estatutos desaparecen temporalmente las Juntas de Re-presentantes, permaneciendo como órganos de gobierno:

-La Asamblea General de Mutualistas y Representantes.

-La Junta de Gobierno.

-El Consejo de Patronato.

Este último ejerce el control de la gestión económica de la mutualidad y está constituido por el presidente del Consejo General de Colegios Oficia-les de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, cuatro presidentes de Colegios –también elegidos por el Consejo–, un representante permanente de la Asamblea General de Mutualistas y el presidente de la Previsión Mutua.

Las Asambleas Generales pasan a celebrarse dos veces al año en se-sión ordinaria, una el primer trimestre del año y otra el último, mientras que las Juntas de Gobierno cuentan ahora con ocho cargos: presidente, vicepresidente, secretario, tesorero, contador y cuatro vocales, todos estos puestos con una duración de cuatro años y con la posibilidad de ser reelegidos una sola vez.

Cualquier mutualista puede ser candidato a cualquiera de estos car-gos siempre que venga propuesto por una Asamblea Colegial y no haya sido sancionado durante los cuatro años anteriores a la convo-catoria de elecciones. También se establece el nuevo puesto de ge-rente, dependiente de la Junta de Gobierno, con dedicación exclusiva a la Mutua y que, tras un proceso de selección, recae en Jesús Grego-rio Cecilia Aguado.

La nueva reglamentación recoge, además, la tan debatida afiliación obligatoria: “Los Aparejadores y Arquitectos Técnicos, inmediatamente después de su primera colegiación quedarán afiliados a Previsión Mu-tua y causarán alta en la misma a todos los efectos”.

Continúan existiendo mutualistas de Honor y de Número, pero estos últimos pueden estar en tres situaciones: en activo –que disfrutan de todos sus derechos y obligaciones–, en suspensión temporal de dere-chos –cuando se encuentran en situación irregular por incurrir en de-mora en el pago de cuotas por tiempo superior a tres meses– y pasivos –ya sea por jubilación reglamentaria o invalidez permanente–.

Pero sin duda la gran reestructuración de la entidad se produce en sus cimientos y en su razón de ser: las prestaciones. La mutualidad pasa a tener dos grupos. El Grupo A –mínimo obligatorio para todos los mu-tualistas– y el Grupo B –Voluntario y acumulable al anterior– y que es aprobado por abrumadora mayoría: 12.753 votos a favor, cero votos en contra y 177 abstenciones.

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También se crea el Grupo C que, sin embargo, nunca logrará contar con los 3.000 afiliados suficientes para su puesta en funcionamiento.

El Grupo A ofrece seis prestaciones:

-Pensión de jubilación.

-Pensión de invalidez.

-Pensión de orfandad.

-Pensión de huérfanos minusválidos.

-Subsidio de defunción.

-Ayuda por Accidentes.

El Grupo B suma ocho ayudas en total, cuatro de las cuales son presta-ciones complementarias al Grupo A, dos son nuevas y otras dos esta-ban hasta ahora incluidas en el Fondo Benéfico –de carácter variable y que desaparece con la llegada de este nuevo reglamento–.

-Pensión complementaria de jubilación.

-Pensión complementaria de invalidez.

-Pensión complementaria de orfandad.

-Pensión complementaria de huérfanos minusválidos.

-Pensión de viudedad.

-Pensión de hijos minusválidos.

-Subsidio de nupcialidad.

-Subsidio de natalidad.

En su primer año, el Grupo B se rige con una cuota de 1.600 pesetas mensuales (la cuota del Grupo A estaba establecida en 1.430 pesetas) y se estima que sus gastos de administración supondrán un diez por ciento de todos los ingresos propios del grupo. Su funcionamiento en las ayudas de carácter complementario es el siguiente: al cumplir los 65 años un mutualista puede solicitar la pensión de jubilación en el Grupo A. Su cálculo se hará en base a los años cotizados (con un máximo de 35 y devengando una 35ª aparte por año cotizado). Pero, si además está inscrito en el Grupo B, percibirá un complemento –máximo, 280.000 pe-setas anuales divididas en 14 pagas–. En el caso de la pensión por in-validez este complemento será el mismo mientras que la de orfandad añadirá 10.000 pesetas mensuales a la ayuda otorgada por el Grupo A.

La pensión de viudedad, exclusiva del Grupo B, establece el pago de una mensualidad que se abonará al cónyuge sobreviviente. La base regula-dora de dicha pensión es del 75 por ciento de la jubilación que hubiera debido causar el mutualista fallecido según el grupo B y se prolongará hasta la muerte del beneficiario o “por contraer nuevas nupcias”.

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La cuantía de todas estas prestaciones se modifica, como es habitual, por acuerdo de la Asamblea General de Mutualistas y representantes, la novedad de estos Estatutos es que deberán presentar un “incremento mínimo equivalente al aumento del coste de la vida”.

Primeras elecciones a presidente

Hasta ahora todos los presidentes que han estado al mando de la mu-tualidad han sido los mismos que encabezaban el Consejo de Cole-gios de Aparejadores y Arquitectos Técnicos. Este año sin embargo se celebran las primeras elecciones que darán como resultado el primer presidente de la previsión escogido directa y democráticamente por los mutualistas. Esto sucede el 21 de octubre de 1978 en una larguísima Asamblea General Extraordinaria de Mutualistas y Representantes que da comienzo a las diez de la mañana en el Apartahotel Meliá Castilla de Madrid, se reanuda a la mañana siguiente y termina ya entrada la tarde.

Acuden a la importante cita representantes de 48 colegios de los 51 que en estos momentos funcionan en España con un total de 13.890 votos repre-sentados. Para estas primeras elecciones se fijan unas normas básicas de funcionamiento: Todos los candidatos elegibles tienen la opción de expo-

Libro de actas de las Junas Generales de Representantes con la diligencia que hace constar que a partir de ese momento se

transcribirán a máquina.

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ner de viva voz su programa ante la Asamblea durante un tiempo máximo de diez minutos; se efectúa un sorteo que establece su orden de interven-ción y un sistema de papeletas para que el voto sea secreto.

Los dos candidatos a presidir la Previsión Mutua son Fernando Ro-dríguez Guerra y Miguel Oliver Alemany. Efectuada las votaciones se obtienen los siguientes resultados: “Don Fernando Rodríguez Guerra: 6.576 votos y don Miguel Oliver Alemany 7.196 votos. Un voto en blan-co y 117 ausentes”. Son elegidos a continuación otros miembros de la Junta de Gobierno: Javier Palencia Martín como vicepresidente, Manuel Antonio Rendón de Luna y Gómez como Tesorero, Fernando López Ro-dríguez como secretario y Lorenzo Tudela como contador.

Queda así proclamado presidente de la Previsión Mutua Aparejadores y Arquitectos Técnicos Miguel Oliver Alemany que en el momento de su elección tiene 40 años, lleva 18 colegiado como Aparejador e inscrito como mutualista, más de cinco como vocal 1º de la Previsión Mutua, ha sido profesor durante cuatro años en la Escuela de Aparejadores de Barcelona y catedrático en Madrid durante 14 años.

“Lo cual representa”, tal y como señala en su discurso como candidato, “que 18 promociones de compañeros, sin duda diseminados por toda la geografía nacional, me han conocido en vivo y en directo en mis clases y, por consiguiente, pueden opinar con auténtico conocimiento de cau-sa sobre mí. Veo con satisfacción incluso, que muchos de mis alumnos están aquí presentes y quiero decir que yo me presento, no porque me obligue nadie, sencillamente porque creo que estoy en condiciones de prestar un servicio a la Previsión Mutua”.

En su intervención, Oliver Alemany destaca el carácter de “servicio a la mutualidad” de estos cargos recordando que la ley de 1941 –así como el reglamento de 1943 que la desarrollan– establece que los miembros de la Junta de Gobierno no pueden percibir asignación alguna salvo las dietas en concepto de traslados y alojamiento cuando se reúnan en comisiones de trabajo: que representan “unas retribuciones de carácter simbólico”.

“Por otra parte también quiero que quede claro”, enfatiza, “que yo parti-cularmente no sé hacer milagros. Quiere decirse que, ni desde un punto de vista económico voy a conseguir la multiplicación de los panes y los peces, ni desde un punto de vista administrativo voy a implantar mo-dificaciones espectaculares sino que, simplemente me voy a limitar, en la medida de mis posibilidades, a actuar honestamente al servicio de la Mutua y de los intereses de todos”.

Finalmente Miguel Oliver termina pidiendo que se vote en conciencia “y me permito parafrasear una expresión muy conocida que dice: `Si actuamos con honestidad y sensatez, que la Mutua nos lo premie y si no, que nos lo demande´. Muchas gracias”.

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Miguel Oliver Alemany (Sineu, Mallorca 1937) revive hoy con emoción este discurso y esta jornada histórica para la mutualidad que inaugu-raba una nueva etapa, la de la modernidad: “Yo estaba preparado para perder. Siempre he creído que perder también es participar y eso es algo que jamás me ha desanimado. Siempre fui insistente. Y, sin embargo, gané aquellas elecciones sin ni siquiera ser el favorito. Mi elección fue una gran sorpresa para todos”, reconoce.

Miguel Oliver Alemany, presidente entre 1978 y 1982

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Es Aparejador, licenciado en derecho y doctor ingeniero industrial y, aun-que no ejerció nunca como Arquitecto Técnico, dedicó la mayor parte de su vida a enseñar la profesión. En total 48 años dentro de las aulas, donde empezó a los 22 años como profesor, y en seguida se convirtió en el catedrático más joven de España: “Los bedeles me paraban en los pasillos y me impedían entrar en las salas de profesores porque me confundían con un alumno más, no podían creer que estuviera dando clases tan joven”. En el momento de entrevistarle para este libro, a sus 81 años, lleva más de diez jubilado pero recuerda con satisfacción cómo su estilo diferente atraía a los alumnos que abarrotaban sus clases y, al mismo tiempo, le granjeaba la antipatía de varios “colegas” que no veían con buenos ojos su rápido ascenso ni su forma moderna de enseñar.

Su desempeño previo como vocal 1.º de la mutualidad le proporcionó la experiencia necesaria para desempeñar su nuevo puesto al frente de Mutua: “En esa época aún no existía el cargo de vicepresidente así que, cuando el presidente faltaba, era el vocal 1.º quien le sustituía, algo que me enseñó mucho y me permitió conocer de cerca el ambiente y el funcionamiento de la Mutua”.

El nuevo presidente comienza su mandato en 1978 y se convierte en el mutualista nº1 del nuevo Grupo B. Un año después, este grupo volun-tario cuenta ya con 1.000 afiliados pero no puede ponerse en marcha hasta que sumen 3.000, algo que sucede a finales de 1979.

Las “sábanas” Oliver

Los años setenta se despiden en España con Adolfo Suárez disolviendo las Cortes y convocando nuevas elecciones generales. También se ce-lebran las municipales y las autonómicas y se aprueban los Estatutos de comunidades históricas como Cataluña, Euskadi y Galicia. Se inven-tan los primeros walkman, nace la revista El Víbora, debuta el grupo musical Mecano en Gente Joven y La movida está a punto de empezar. Son años de novedades, libertad y modernidad.

Sin embargo, tal y como 40 años después reconoce Miguel Oliver, no todo salía siempre como se esperaba y también hubo desilusiones que superar. Una idea que terminó en “fracaso” consistió en la intención de la Junta de Gobierno de montar un bingo, algo que Oliver Alemany rememora así: “En aquel entonces se pusieron muy de moda los bin-gos pero, aunque era algo legalmente viable, la iniciativa no tuvo éxito entre los mutualistas. Muchos pusieron el grito en el cielo, tachándolo directamente de `disparate´. Ante este rechazo frontal de muchos Dele-gados, nos echamos para atrás y se desestimó la idea”.

Siguiendo su tendencia hacia una auténtica descentralización, se pro-pone a los Delegados de los Colegios que presenten cada tres meses

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a la Junta de Gobierno “un informe que recoja las actividades desarro-lladas, las quejas detectadas, sugerencias de mejora que consideren necesarias o por lo menos convenientes, etcétera”.

1979 es también el año de “unos sustanciosos súper excedentes”, tal y como son definidos en las actas de la época en las que se explican las causas: “En principio, obedecen a que el número real de cotizantes ha superado los 3.000 previstos; no se han jubilado bastantes mutualistas que cumplen todos los requisitos –lo cual se traduce en un doble bene-ficio para Mutua ya que siguen cotizando al mantenerse como activos y no perciben la pensión prevista–; la edad media real del colectivo ha re-sultado notablemente inferior a la obtenida según el muestreo del cen-so solicitado por la Comisión de Estudios; las rentabilidades reales han resultado notablemente superiores a las previstas actuarialmente…”.

Según recogen las actas en estos años, se elabora “un programa que permite mecanizar los planes contables de Mutua y del Consejo sobre la marcha. Intentaremos sacarle el máximo partido con el fin de agilizar y mejorar nuestras relaciones con los respectivos Colegios”. Además se adquiere un nuevo “magnetófono de grabación y reproducción dúplex, que esperamos permitirá al secretario agilizar su labor de transcripción”.

Mutua vive la llegada del primer “mini-ordenador” y la primera impreso-ra: “En aquel entonces no se conocían los ordenadores, no se sabía qué eran exactamente. El primero que tuvimos disponía de un disco duro de 50 centímetros de diámetro que pesaba cinco kilos, tenía una memoria de sólo cinco megas y costó 500.000 pesetas”, explica Oliver Alemany. “Tardamos dos años en conseguir elaborar un listado preciso de todos los mutualistas y su situación. Lo logramos a base de insistencia, pi-diendo una y otra vez las fichas que faltaban a los mutualistas. Luego hubo que grabar todos esos datos en el nuevo ordenador para, por fin, poder imprimir el listado”.

Aún hoy recuerdan en Previsión Mutua aquellos interminables pliegos que fueron apodados por la plantilla de la época como las `sábanas Oliver´: “Yo vivía cerca de la nueva sede así que a veces me acercaba a las tres de la madrugada para ver qué tal funcionaban el ordenador y la impresora porque, claro, no eran sistemas tan rápidos y eficaces como los de ahora”.

Acta de la Asamblea General Ordinaria de Mutualistas y Representantes3 de diciembre de 1982

El presidente Miguel Ángel Uriarte Urrutia hace referencia a las diferentes reuniones que ha

celebrado la Junta de Gobierno, destacando como muy especial la que se celebró en Alhama de Aragón debido a que, con motivo de los mundiales de fútbol, era difícil

encontrar en Madrid hoteles a precios asequibles.Pero, en esa reunión –sigue el señor Uriarte–, se

estuvo prácticamente tres días hablando mucho sobre el futuro de la Mutua y allí fue donde se sentaron las bases de la filosofía que ha dado lugar a toda

la documentación que se os ha entregado para las Asambleas Ordinaria y Extraordinaria y que en su

momento se discutirá.

Un sello de 100 pesetas(1980 - 1984)

CAPÍTULO 5

Imagen actual del edificio del Paseo de la Castellana que fue sede de la Mutua y donde adquirió sus primeros locales en 1981.

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Control de gastos

De los 1.500 mutualistas con que contaban en 1944, se ha pasado a más de 16.000 en 1980, un año que abre la denominada década prodigiosa. Es la época de la movida, las hombreras, la música disco, el Comeco-cos, La bola de cristal, Verano azul, el Mundial del Naranjito… También es cuando aparece el SIDA y se organiza el golpe de Estado del 23F.

Mutua, como la llaman en la época, continúa en las mismas oficinas –donde permanecerá hasta 2005– pero este año, 27 céntricas calles madrileñas, entre ellas la Avenida del Generalísimo, cambian de nom-bre. El Ayuntamiento de Madrid decide por mayoría devolverles sus de-nominaciones anteriores de manera que la nueva dirección de la sede es Paseo de la Castellana n.º 153 -1.º B.

En la mutualidad de Aparejadores esta década es decisiva y está llena de novedades. 1980 es el año en el que arranca definitivamente el nue-vo Grupo B: “Vimos con satisfacción la aprobación por el Ministerio de Sanidad y Seguridad Social del Reglamento Especial del Grupo B sin la menor alteración, lo cual ha permitido su puesta en vigor con efectos de primero de enero de 1980”, anuncia el presidente Oliver en la Asam-blea General Ordinaria celebrada los días 18 y 19 de abril de ese año. Y añade: “A finales de enero se remitió a cada uno de los preinscritos una carta circular resumen de las prestaciones del nuevo Grupo B acompa-ñando un cuadernillo de impresos para solicitar la afiliación definitiva”.

El Grupo B logra este primer año 3.269 incorporaciones y Previsión Mu-tua aprovecha para dotar a los mutualistas de un “carnet plastificado y manejable”. Oliver Alemany lo explica en su informe, transcrito fielmente en el acta de esta Asamblea: “Hemos empezado exigiendo a todos los que soliciten el alta en el grupo B dos fotografías tipo DNI. En breve ha-remos lo mismo con quienes soliciten su alta en Mutua y, más adelante,

Diferentes miembros destacados de la Mutua en una imagen

datada entre finales de los 70 – principios de los 80. Sentados,

de izquierda a derecha: Ángel Beloqui, Antonio Gómez de

Lázaro, Juan Manuel Hoyos (expresidente), Miguel Oliver

(presidente), Andrés Ortega y Antonio Dantart de Arcos. De

pie, de izquierda a derecha: Manuel Mates, Ernesto López,

Salvador Ramos, Manuel Antonio Rendón, Juan Amarilla Bañares,

Sr. García Rojo, José Antonio Lucini, Fernando López, Antonio

Fernández, Jesús Gregorio Cecilia (gerente) y Javier Palencia.

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arbitraremos el sistema que entendamos más adecuado para llegar a con-seguir que todos los mutualistas dispongan del carnet correspondiente”.

La asistencia de Arquitectas Técnicas a las Asambleas no es aún nada habitual, de manera que, justo antes de declarar abierta la sesión y dar comienzo el orden del día, el presidente aprovecha para saludar a Amalia Martínez Benito, de Burgos: “Felicitarla por su presencia en una Asamblea General de Mutualistas y Representantes, esperando que su asistencia sea positiva desde todos los puntos de vista”.

El presidente también reitera, en nombre de la Junta de Gobierno, su ofre-cimiento de “desplazar algunos de sus miembros a aquellas agrupacio-nes, Colegios o delegaciones que consideren necesario o conveniente nuestra intervención”, para difundir las novedades que aporta el nuevo grupo y sus prestaciones. Y es que esta es también la época en la que la entidad incrementa sus viajes a las distintas delegaciones provinciales. Estos años la Junta de Gobierno atiende, entre otras, las invitaciones las de los Colegios de Asturias, Málaga, Sevilla, Granada, Ávila, Galicia, Las Palmas, Aragón, Castellón, Alicante, los tres Colegios de Baleares…

Como en cada reunión asamblearia, la entidad expone detalladamente sus cuentas. En esta ocasión acuerda destinar 1.500.000 pesetas del superávit de 1979 a la adquisición de mobiliario, una unidad de repro-ducción, y la reforma de una habitación que ha sido desalojada por el Consejo General de Colegios Oficiales de Aparejadores y Arquitectos Técnicos “para su eventual uso como sala de reuniones”.

En cuanto a los gastos administrativos, el contador recuerda que la ley es-tablece un tope máximo para cualquier entidad mutual del 25 por ciento. Siempre dando muestras de su moderación, Previsión Mutua permanece lejos de rebasar dicho porcentaje y sitúa sus gastos de administración en el 13,78 por ciento. Y eso que dicho monto –según recalca el conta-dor– es este año bastante más alto de lo habitual debido a varios moti-vos como: “implantación del Grupo B (no habiéndose producido por este concepto aún ningún ingreso), contratación del gerente, programación del ordenador, mecanización de la contabilidad, contratación eventual de mano de obra para revisión y rellenado de fichas, reenvío de las mismas para rellenar por los mutualistas por segunda y tercera vez, impresos y otras hojas informativas enviadas a todos los mutualistas, preparación de las cinco Asambleas celebradas en el año, creación de la Comisión Mixta en orden a la aprobación del nuevo Reglamento, reforma de la dis-tribución de la oficina e instalaciones, etcétera”.

“Debemos concluir afirmando ”, defiende la Junta de Gobierno, “que en nuestra opinión el nivel de gastos de administración no ha sido excesi-vo. Por ello no parece tener gran sentido proponer su posible reducción que, por otra parte, entendemos imposible en el capítulo de personal ya que, si bien el ordenador simplifica muchas labores repetitivas, también genera trabajo”.

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Este año se menciona por primera vez la posibilidad de que Mutua in-vierta en el mercado inmobiliario. En 1980 se realizan diferentes ges-tiones sin que finalmente cuaje ninguna operación. Es en la Asamblea General de abril de 1981 cuando la Junta de Gobierno anuncia la pri-mera adquisición: “Dado que entendemos conviene consolidar nuestro patrimonio en bienes tangibles, estudiamos y decidimos la adquisición de unos locales en los bajos de nuestras oficinas por 15.650.000 pese-tas incluyendo: unos 270 metros cuadrados, un equipo autónomo de aire acondicionado de frío y calor, una centralita telefónica y el mobi-liario de cuatro despachos muy similar en calidad al nuestro. Somos conscientes de que inicialmente no sólo perderemos los intereses del dinero invertido, sino que se generarán ciertos gastos sin contraparti-da. No obstante, lo posiblemente irrepetible de la ocasión, la previsible necesidad de ampliar a corto plazo nuestras oficinas…”.

Sin embargo, la Asamblea de Mutualistas recibe con bastante cautela esta primera adquisición. El presidente Oliver Alemany recuerda la opo-sición que encontró por parte de muchos Delegados aquel día: “La ver-dad es que la idea no gustó demasiado y hubo quien incluso manifes-tó una oposición frontal. Dijeron que era muy arriesgado, peguntaron qué pasaría si bajaban los precios del inmueble… Pero lo cierto es que los presidentes que me sucedieron siguieron esta senda de inversión y todo salió muy bien”.

Publicidad de Medibank y póliza asociada

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“Cuestión de responsabilidad y coherencia”

1981 no tiene un final tranquilo para la entidad. Los rumores de que Caja de Crédito Mutual – entidad en la cual Previsión Mutua ha invertido inicialmente 15 millones de pesetas– está en crisis y que incluso podría entrar en suspensión de pagos, hace que el nerviosismo aflore entre los mutualistas durante las reuniones. Las malas noticias terminan confir-mándose y, tras dos años de sobresaltos, el Ministerio de Economía y Hacienda firma la autorización para que Caja de Ahorros de Madrid se haga cargo del activo y del pasivo de la Caja de Crédito Mutual.

Aunque finalmente todo queda en un susto, pues la Caja de Ahorros de Madrid cubre la deuda y Previsión Mutua de Aparejadores y Arqui-tectos Técnicos recupera todo el dinero invertido, para entonces el presidente y toda la Junta de Gobierno de Previsión Mutua han pre-sentado su dimisión.

“Fueron momentos muy dolorosos, yo sufrí mucho con este tema”, reco-noce Miguel Oliver 39 años después de aquellas difíciles e interminables jornadas, “pero dimitir era lo que correspondía, tendría que haber tomado más precauciones y garantías porque prometían altos intereses con cero riesgos y, estas cosas tan bonitas, no suelen ser ciertas. Fue una mete-dura de pata, no me duelen prendas en admitirlo. No estuvimos a la altura y dimitir era una cuestión de responsabilidad y de coherencia”.

En la Asamblea General Extraordinaria de diciembre de 1981, Oliver Ale-many asegura que deja el cargo “sin el menor resentimiento, incorpo-rándose a la mayoría silenciosa de los mutualistas de a pie, deseando lo mejor para el futuro de Mutua”. Se acepta la dimisión de la Junta de Go-bierno y, un mes después, el 30 de enero de 1982, la Asamblea General Extraordinaria escucha el discurso del presidente saliente: “Alguien dijo que el despedirse es morir un poco. Algunos de vosotros tal vez estén algo expectantes respecto de lo que yo vaya a decir….”.

Tras un repaso de su gestión, Miguel Oliver Alemany agradece a todos su apoyo: “Ha sido una experiencia impagable la que me habéis brin-dado durante estos tres largos años de mi presidencia… Por vuestro apoyo, por vuestra comprensión, e incluso por vuestras críticas, os doy mis más expresivas gracias”.

En esta misma Asamblea se llevan cabo las elecciones para la nue-va Junta de Gobierno. Dos candidatos se presentan al cargo de presi-dente: Rafael Anduiza Arriola, de Madrid y Miguel Ángel Uriarte Urrutia, de Álava. Este último, que será quien consiga la mayoría de votos, lee un programa elaborado por su equipo de Gobierno en el cual califican la situación de “delicada” y consideran necesario formar una dotación basada en “hombres que hayan demostrado su amor a la Mutua, el

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conocimiento de su Reglamento y de la filosofía que lo inspiró, que fue-sen conocidos por esta Asamblea y gozaran de un cierto margen de confianza por parte del Consejo”.

Explica que, para superar “este momento de crisis”, han buscado per-sonas que reúnan estas condiciones y tengan un talante conciliador. En su discurso califica de fundamental “iniciar una verdadera campaña de sensibilización mutual, de divulgación de lo que somos y, sobre todo, de lo que realmente podemos llegar a ser estando más unidos”. Recuerda a continuación que “las altas instancias de este país” estudian en este momento la nueva Ley de Seguridad Social: “No sabemos cuándo se aprobará ni cómo pero tendremos que seguir sus trámites muy de cer-ca ya que con ella puede cambiar radicalmente nuestro futuro común”.

Uriarte Urrutia asegura que son conscientes de que forman “una Junta de recambio” que llenará un espacio corto de espera hasta las elec-ciones de 1983: “Precisamente por eso vamos a tratar que la próxima renovación de representantes no sea de rutina, vamos a intentar darles alicientes para conseguir que los mejores se acerquen a esta Asam-blea, trabajen para Mutua, aprendan de nuestra experiencia y sea posi-ble así elegir una Junta de Gobierno fuerte y capaz”.

Preparadas las urnas, se explica detalladamente el sistema de votación secreta y el secretario procede a llamar, uno por uno, a todos los re-presentantes por su nombre, especificando los votos que representan y las delegaciones que ostentan. Terminada la votación se pasa al es-crutinio, cuyo resultado es de 5.173 votos para Rafael Anduiza Arriola y 10.259 para Miguel Ángel Uriarte Urrutia, nacido este último en 1944, es Arquitecto Técnico colegiado número 17 por Álava y llega a la presiden-cia de Previsión Mutua con 38 años.

Este 30 de enero de 1982 la Asamblea concluye con una buena noticia para los mutualistas. La propuesta presentada por el señor Beltrán Mo-reno, representante del Colegio de Granada, consistente en suprimir la cuota de entrada en el grupo B, es muy bien acogida: “El señor Uriarte Urrutia considera muy buena la propuesta y la Junta de Gobierno la hace suya”. Se inicia así una importante campaña con el fin de captar mutualistas para el nuevo grupo por lo que se acuerda: “Eximir del pago de la cuota de entrada en el grupo B durante el año 1982”, una medida que se mantendrá durante los dos años siguientes. También se esta-blece una reducción del 50 por ciento en la cuota del Grupo A para los Aparejadores y Arquitectos Técnicos “provenientes de la Escuela o del Servicio Militar” durante el primer año de afiliación.

Este año se aprueban nuevos Estatutos y Reglamento con mínimas va-riaciones respecto a los aprobados hace cuatro años. Uno de los cam-bios se encuentra en su Base 1ª al hacer “oficial” la denominación “bre-ve” de la entidad: “La Previsión Mutua de Aparejadores y Arquitectos

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Técnicos, denominada en lo sucesivo abreviadamente `Previsión Mu-tua´ o simplemente `Mutua´ es una institución mutual-benéfico social con personalidad jurídica propia…”.

Las prestaciones del Grupo A siguen siendo las mismas, mientras que en el Grupo B sólo se añade el subsidio de defunción, hasta ahora ex-clusivo del grupo básico obligatorio y, para cuyo cobro, se exige que el mutualista fallecido lleve al menos dos años inscrito en el Grupo B y no haya cumplido la edad de jubilación (65 años). Los Aparejadores inscri-tos deben hacer llegar una nueva “declaración firmada en sobre cerrado y lacrado” debiendo consignar, tanto en la declaración como en el sobre que la contenga, que se trata del subsidio de defunción del Grupo B. Otra novedad la encontramos en la Base 10ª, según la cual, se abre la posibilidad de crear un “régimen especial de mejora de prestaciones” sobre bases actuariales cuando se solicite su creación por más de 500 mutualistas y sea aprobado por la Asamblea General. Su financiación, incluidos los gastos administrativos, estaría exclusivamente a cargo de los mutualistas que voluntariamente se integren en el mismo.

Finalmente, en el Capítulo 6º, dedicado a la “Disolución”, se estipula que, “cuando el colectivo de Mutualistas del Grupo B se mantenga durante un período de 12 meses sucesivos inferior a 2.000, el grupo en cuestión que-dará extinguido. salvo que los mutualistas que en tal momento lo com-pongan, se comprometan a asumir a su cargo un incremento de cuota en la cuantía necesaria para mantener la estabilidad financiera del grupo”.

Más vale prevenir…

Aunque no está exenta de dificultades, estos años empieza a consoli-darse por fin la búsqueda de un seguro de salud. Previsión Mutua lleva desde 1979 intentando encontrar una entidad que cubra adecuada-mente las necesidades médicas y farmacéuticas de sus afiliados, pero no es una tarea sencilla. Se llega a acuerdos preliminares con el Insti-tuto Nacional de la Salud y se estudian las ofertas de varias compañías privadas que acaban desestimándose por considerarse poco benefi-ciosas para el colectivo.

De hecho, en abril de 1981 ya se han cerrado tres acuerdos pero, según leemos en las actas, Previsión Mutua no está conforme con los resulta-dos: “Sobre la asistencia médico quirúrgica siento decir que las tres en-tidades privadas con las que se firmaron pólizas tipo, abiertas a todos los mutualistas, no han cumplido los compromisos que asumieron en su día y que figuran en los respectivos contratos”. La Junta de Gobierno se dirige por carta a las sociedades transmitiendo las reiteradas quejas de los mutualistas y, al no obtener respuestas satisfactorias, acaban rescindiendo los convenios.

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Se logra poco después un acuerdo con el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos para la cobertura de medicamentos, pero no llegan a conseguirse suficientes afiliados interesados. Finalmente, en diciembre de 1982, frente a “la gran preocupación que existe por conseguir un servicio médico, quirúrgico y farmacéutico”, se anuncia la contratación con la compañía de seguros ALICO a través de Medibank (Banco Urquijo) que en esos años se publicita con el siguiente eslogan: “Escoja para los suyos el mejor médico del mundo. Cúrese en salud con Medibank” y que, entre otras ventajas, ofrece libre elección de especia-listas en cualquier centro sanitario y cobertura en todo el mundo.

Y así es como se aprueba en Asamblea autorizar a la Junta de Gobierno para concertar con dicha empresa “una póliza colectiva de adscripción vo-luntaria para el reembolso de gastos médicos, quirúrgicos y sanitarios que incluyan los desembolsos farmacéuticos, corriendo a cargo del mutualista inscrito el depósito de 20.000 pesetas como imposición a plazo fijo”.

Al finalizar 1983 el número de afiliados a Medibank es de 320 y, “ante la avalancha de nuevas afiliaciones”, la Junta de Gobierno anuncia la mecanización del sistema para agilizar los trámites. Estos años tam-bién se aborda otro de los temas que viene preocupando a Previsión Mutua desde hace tiempo y que requiere ser abordado antes de que se convierta en un problema más grave: la edad media del mutualista aumenta y ya ha pasado de los 36 a los 39 años. En su informe de abril, la Junta de Gobierno lo resume así: “Los Aparejadores jóvenes que acaban de salir de la universidad no se dan de alta en la Mutua durante un plazo más bien largo. Ello dará lugar, transcurridos 20 o 30 años, a una afiliación en masa de profesionales con edades rela-tivamente altas que hará crecer la edad media del colectivo, lo cual impondrá una necesaria elevación de las cuotas para compensar el mayor costo de las prestaciones”.

El presidente Uriarte toma la palabra para concluir que “todo ello es tan grave, que hay que tomar medidas”. Lo primero que se plantea es elimi-nar las trabas que hasta ese momento se pone a aquellos Arquitectos Técnicos que no se colegiaron al terminar la carrera ya que, cuando deciden hacerlo, pasan a ser automáticamente mutualistas con una sanción económica equivalente a un año por cada dos que, pudien-do estar afiliados, no lo estuvieron. En opinión de la Junta de Gobierno “esto es antimutual, porque mutualista es todo aquel que viene a esta casa diciendo que quiere formar parte del colectivo. Si un colegiado quiere causar alta, viene a la casa de los mutualistas y empieza a coti-zar sin ninguna otra traba”. Estos impedimentos son eliminados con la reforma que se plantea este año.

Puestos a resolver problemas, Previsión Mutua vuelve a incidir en que lo mejor es prevenirlos. Se decide que es mejor prepararse frente a posibles cambios normativos drásticos y realiza varias consultas a

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asesorías para situarse en el peor escenario posible y saber así a qué atenerse. Consultan sobre “una posible responsabilidad subsidiaria del propio Estado y de la Administración si circunstancias excepcionales imputables a decisiones parlamentarias hicieran inviable la Previsión Mutua”. Frente a posibles “contingencias que pudieran afectar seria-mente al órgano de previsión social de nuestra profesión”, la Junta de Gobierno de Previsión Mutua formula la siguiente pregunta a “dos letra-dos de absoluta confianza”, Fernando Sánchez Monis, asesor jurídico de la Mutua y Carlos Mosquera Palacios, asesor jurídico y gerente del Consejo General de Colegios de Aparejadores y Arquitectos Técnicos: “¿Cuál cree que sería la situación en que quedarían los mutualistas si decisiones parlamentarias u otras ajenas y no imputables a la entidad ni a la profesión hicieran inviable la continuidad de la Previsión Mutua de Aparejadores y Arquitectos Técnicos dentro de las coordenadas del actual Reglamento?”.

Todo este clima de alarma viene motivado por el BOE del 18 de noviem-bre de 1980que establece: “la inclusión obligatoria en el Régimen Espe-cial de Trabajadores por cuenta propia o autónomos de aquellos trabaja-dores de esta naturaleza que para el ejercicio de su actividad profesional necesiten como requisito previo integrarse en un Colegio o Asociación Profesional se llevará a cabo a solicitud de los órganos superiores de representación de dichas entidades y mediante orden-ministerial”.

Aunque es la primera vez que se menciona la palabra “disolución”, esta posibilidad ha estado presente en los Estatutos desde su inaugura-ción: “La Previsión Mutua de Aparejadores sólo podrá disolverse cuan-do el número de sus afiliados sea inferior a 25 o cuando así lo acuer-de en Asamblea General Extraordinaria convocada al efecto por el 90 por ciento de los socios existentes” (Capítulo 8. Artículo 36. Estatutos 1944). Algo que, gracias a la gran capacidad de Mutua para adaptarse a las nuevas normativas y anticiparse a las dificultades que se avecinan, no pasará de ser un artículo más y nunca llegará a debatirse fuera del plano teórico.

El Boletín y Mutualito

En los 80 Mutua recibe varias donaciones –por un importe total de casi dos millones de pesetas– para la financiación de publicaciones y comienzan a editar sus “Boletines Informativos”. Siempre buscando el máximo ahorro, la entidad consigue un acuerdo con Correos para la aplicación de una tarifa postal reducida: “Por 26 céntimos podremos franquear hasta 200 gramos de publicación periódica de carácter pro-fesional. Es el caso del Boletín Informativo, cuyo primer número del año en curso vais a recibir en breve”, anuncia el acta de abril de 1981.

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Ese año se publican los tres primeros boletines “que por su interés se continuará editando con la periodicidad que permitan las circunstancias y dándole el mayor contenido posible”. En los años siguientes se continúa con la política mutual de reducción de costes buscando imprentas que mejoren los precios para la edición de nuevos reglamentos y boletines: “La Comisión de Publicaciones empezó a hacer las gestiones pertinentes si-guiendo la política de austeridad y, tras recabar varios presupuestos a nivel nacional, se ha adjudicado la impresión del nuevo Reglamento [de 1982] a una imprenta de Ávila que ofreció el precio más ventajoso con un coste de 618.800 pesetas que representa un 18% más caro que el año 1978, el cual costó 524.216 pesetas –si bien éste tenía 110 páginas y el actual consta de 130–”, informa el vocal nº 4 de esta comisión, Manuel Novas Medín que años más tarde se convertirá en el octavo presidente de Mutua.

Este mismo año se decide dar un giro al estilo de los boletines y se in-troduce un personaje llamado Mutualito que se encarga de relatar las novedades de la entidad de una forma diferente, imprimiéndole un tono desenfadado que, sin embargo, no gusta a todos: “Se han recibido mu-chas felicitaciones y también algunas censuras”, reconoce Novas Medín, quien cree que, en todo caso, se ha conseguido el objetivo principal: “que el boletín fuera leído, no solo por los Aparejadores, sino también por sus familias. Una de las metas propuestas era que lo leyera toda la familia y que fuera discutido”. Algunos Delegados discrepan del nuevo estilo, lo tildan de “demasiado infantil” y alegan que “más que un boletín parece un tebeo” criticando que quienes lo han leído realmente han sido los más

Detalle del “Mutualito” que se usó en boletines.

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pequeños de la casa mientras que los mayores “lo han tomado un poco a pitorreo”. Dadas las críticas, el Boletín Informativo regresa pronto a su estilo sobrio inicial y El Mutualito desaparece de sus páginas.

Han pasado 42 años desde que se implantaran los dos primeros sellos benéficos de 25 céntimos y una peseta de Previsión Mutua, cuando la entidad decide emitir el de 100 pesetas: “Comunica el secretario que la Junta de Gobierno está potenciando la utilización de los sellos be-néficos”. Así lo recoge el acta de la Asamblea General Ordinaria del 3 de diciembre de 1982, que añade: “Para ello, en cada solicitud que los mutualistas envíen a Previsión Mutua debe adherirse un sello de 100 pesetas de cuyo importe un 25 por ciento queda en beneficio del Co-legio como compensación por los gastos ocasionados. Solicita a los presentes que se preocupen en sus Colegios por este tema que puede producir un ingreso más a Previsión Mutua”.

Llega un nuevo sello y también un nuevo ordenador porque la meca-nización de datos ha seguido una evolución ascendente en Mutua y el equipo informático ha quedado obsoleto: “Se informa igualmente de la adquisición de un ordenador para sustituir al Wang cuya capaci-dad no era ya suficiente dadas las necesidades actuales. Se convoca un concurso y, tras estudiar las ventajas y condiciones ofertadas, se adquiere un HP 250 cuyo importe ha sido de 6.147.000 pesetas con un coste anual de mantenimiento de 360.000 pesetas”, detalla el acta de la Asamblea de noviembre de 1983. Se contrata además un segu-ro para el nuevo ordenador que garantiza todo tipo de averías excepto las producidas por la acción del fuego. En cuanto al resguardo de la información se toman “medidas excepcionales para evitar su pérdida, existiendo un duplicado de la misma dentro de un armario antifuego”. El pionero Wang se pone a la venta por 1.500.000 pesetas “para lo cual se envía una circular a todos los Colegios por si pudiera ser de interés”. Al no recibir respuesta de ninguna delegación, se procede a la venta directa del antiguo ordenador.

Es en los 80 cuando se constituye MUSAAT, la nueva mutualidad de Se-guros para Aparejadores y Arquitectos Técnicos. Para su creación, en 1984, se destinan 45.000.000 de pesetas en cupones del Banco Urqui-jo, cantidad avalada por el Consejo General Aparejadores y Arquitectos Técnicos que se responsabiliza de la devolución de estos capitales.

MUSAAT complementa a Previsión Mutua encargándose de los segu-ros de responsabilidad civil. De hecho, el mismo año de la inaugura-ción de MUSAAT, Previsión Mutua les contrata la póliza de seguro de responsabilidad civil profesional con la que desde 1981 la mutualidad cubre la asistencia de los representantes a las Asambleas. Represen-tantes de ambas entidades se reúnen periódicamente para coordinar y estudiar temas comunes, ponerse al día de las gestiones que cada una realiza y aunar esfuerzos.

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Respecto a las Juntas de Gobierno de Previsión Mutua, estas siguen tras-ladándose –siempre que es posible– a las distintas delegaciones cole-giales para incrementar y estrechar los lazos con los diferentes Colegios. En 1982 el presidente hace balance de los numerosos viajes realizados y destaca como “muy especial” la que se celebra en Alhama de Aragón de-bido a que, “con motivo de los mundiales de fútbol, era difícil encontrar en Madrid hoteles a precios asequibles”. En esa reunión –prosigue el señor Uriarte– “se estuvo prácticamente tres días hablando mucho sobre el fu-turo de la Mutua y allí fue donde se sentaron unas bases de la filosofía que ha dado lugar a toda la documentación que se os ha entregado para las Asambleas Ordinaria y Extraordinaria y que en su momento se discutirá”.

Califica también como muy positivas las reuniones celebradas en el Co-legio de Ávila en las que se aprovechó para celebrar un encuentro con los presidentes de la Regional del Duero. No olvida tampoco mencionar el viaje realizado para reunirse con los presidentes y representantes de los Colegios gallegos. Todo ello con miras a incrementar el acercamien-to y fomentar el trato directo. En cuanto a los costes de estas reuniones, el presidente aclara que, en muchos casos, es exactamente el mismo que si se hubiesen celebrado en Madrid y que, cuando no es así, cada miembro de la Junta cubre personalmente el sobre costo.

“Una lucha eterna”

En los años 80 el mapa de España cambia y desaparecen de los libros de texto y de las pizarras las demarcaciones de Castilla la Nueva, Cas-tilla la Vieja, etc. En su artículo 2º, la Constitución de 1978 reconoce y garantiza “el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. El 31 de julio de 1981, el presidente Leopoldo Calvo- Sotelo y el líder de la oposición Felipe González acuerdan los primeros pactos autonómicos que prevén un mapa de 16 autonomías, una comunidad foral –Navarra– y dos ciuda-des autónomas – Ceuta y Melilla–.

Los días 8 y 9 de abril de 1983, Uriarte Urrutia –que lleva apenas un año en el cargo– se presenta a la reelección debido a la insistencia de los mu-tualistas, que no ven adecuado un cambio de mando en este momento tan trascendental para el futuro de la mutualidad. Tras su proclamación, agradece a los asistentes la confianza demostrada asegurando que “de no haber sido por su ayuda, no se hubiera presentado a la reelección. To-dos los que se han presentado de la Junta anterior son conscientes de que existen trabajos a medio realizar y, para llevarlos a feliz término, soli-cito nuevamente la ayuda de todos”. Cierra su intervención con un detalle que vuelve a remarcar el espíritu de la entidad: “Se propone, en aras de la economía y del trabajo del personal, que las papeletas de votación no utili-zadas sean entregadas a la mesa, ya que es un ahorro de tiempo y dinero”.

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Un año más tarde, en marzo de 1984, la Asamblea General de Repre-sentantes y Mutualistas se organiza en Sevilla y no en la capital, como era habitual. En la ocasión varios Delegados manifiestan su nerviosis-mo y temor por cómo podría afectar a Previsión Mutua la nueva organi-zación territorial basada en autonomías.

El presidente Uriarte explica el motivo del traslado de la reunión a la ciudad andaluza: “Cuando ya prácticamente estaba convocada para que tuviera lugar en Madrid, se recibió una petición de los representan-tes del Colegio de Sevilla solicitando que se celebrara aquí, aportando una serie de estudios y presupuestos que hicieron llegar al ánimo de la Junta de Gobierno que no existía diferencia sustancial de coste. Con-siderado esto se llegó a la conclusión de que, a lo sumo, puede costar unas 250.000 pesetas más, cantidad que, se consideró, no modificaba sustancialmente los presupuestos fijados para la Asamblea por lo que la Junta de Gobierno estimó la conveniencia de venir a esta ciudad, dando una motivación más y una mayor alegría esta reunión”.

Pero, como suele ocurrir en estas reuniones, los temas serios y de gran calado copan el orden del día. Entre otros, se aborda el ítem de los impuestos: “La política fiscal se ha endurecido mucho últimamente y se va a hablar mucho de esto en la reunión. Se han celebrado varias

Terminal de ordenador HP similar al adquirido por la mutua en 1983. Imagen de Thomas Schanz reproducida bajo

licencia CC BY-SA 3.0.

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reuniones con asesores fiscales llegando a la conclusión de que ya no es suficiente solicitar informes esporádicos sino que hace falta una asesoría continuada”, adelanta Uriarte Urrutia.

“Precisamente en este mes”, prosigue el presidente de Previsión Mutua, “a seis mutualistas que cobran la pensión de invalidez se les va a efec-tuar la retención que marca la ley pues, hasta ahora, como no se llegaba a los mínimos, estaban todos exentos pero actualmente hay beneficia-rios que perciben el millón de pesetas por lo que ya Mutua proporciona el sustento y por lo que estima que ha terminado la fase de maduración de Mutua y que es interesante que se conozca que las prestaciones son importantes, que los capitales también lo son y que la seguridad es suficientemente alta”.

En cuanto a las preocupaciones de la Junta de Gobierno, el contador Amadeo Busquets Cuevas las resume así: “En el año 1978 se inició la reforma fiscal en la cual estaba prevista la desaparición progresiva y paulatina de todo tipo de bonificaciones fiscales y otras leyes posterio-res, especialmente el decreto de 1982 que reglamenta el Impuesto so-bre Sociedades y la Ley de 1983 en la que se fija –ya definitivamente– el tipo impositivo a que va a estar sometida a nuestra entidad”.

Previsión Mutua ha hecho cuentas y calcula que la fiscalidad en el ejer-cicio del 84 puede alcanzar entre 25 y 30 millones de pesetas: “Ello vie-ne motivado porque el tratamiento a que están sometidas las mutuas es incongruente y, en opinión de los expertos fiscales, se está en peores condiciones que las sociedades anónimas, ya que los incrementos patri-moniales que no provengan de pagos de cuotas son objeto del impuesto del 18 por ciento. Y, mientras que a una sociedad anónima se le permite la deducción de todos sus gastos, en nuestra entidad sólo se permite dedu-cir aquellos que fueran necesarios para la consecución del rendimiento”.

Este tema fiscal es aún hoy calificado por Previsión Mutua como “una lucha eterna”, en palabras del actual director general de la entidad, José Luis González Fermín. La injusticia consiste en que se aplica el Impuesto de Sociedades del mismo modo a las mutualidades que a las sociedades anónimas: “a pesar de que nosotros no tenemos ánimo de lucro y somos una economía social. No repartimos beneficios entre los accionistas ni hay lucha por ver quién consigue más dividendos. El mutualismo lo que busca es proteger a sus asociados y lo que se logra es únicamente para ellos, para nadie más. Pues, a pesar de todo ello, no sólo no estamos exentos de este impuesto, sino que se nos impone el mismo tipo impositivo a unos que a otros”.

Pero estamos en los 80 y Busquets no puede imaginar que esta cruza-da que ahora se inicia continuará 40 años más tarde. De momento, el contador de la época explica las medidas que piensa adoptar la Junta de Gobierno y, gracias a las cuales, planean capear el temporal y que la

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imposición para el año 84 “no sea de 25 millones sino de siete u ocho”. Advierte en todo caso de los problemas que tendrán si no se emprende ya “una diversificación y un control distinto de las inversiones”.

Y las preocupaciones que enfrentan estos años no quedan aquí pues hay otro tema que inquieta aún más a los Arquitectos Técnicos y es la nueva Ley de Ordenación del Seguro Privado publicada en 1984. Con ella, las mutualidades dejan de depender del Ministerio de Trabajo y

Miguel Ángel Uriarte Urrutia, presidente entre 1982 y 1987.

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pasan a estar bajo el control del Ministerio de Economía y Hacienda a través de la Dirección General de Seguros. En esencia, la nueva ley considera inviable la solidaridad intergeneracional como tal, eliminando el sistema de reparto simple con el que ha funcionado Previsión Mutua hasta este momento y obligando a que estas entidades pasen a funcio-nar con un sistema actuarial basado en que cada uno cobre en base a sus propias aportaciones sin tener que depender de que otros paguen o no en el futuro. No obstante, el espíritu solidario subsistirá en Previsión Mutua de Aparejadores y Arquitectos Técnicos a pesar de todo ya que, ni estos profesionales ni los futuros mutualistas renunciarán nunca a sus prestaciones sociales.

A Previsión Mutua no le pilla por sorpresa la llegada de la temida ley, pues lleva tiempo preparándose para poder adaptarse a ella. Así, mien-tras prepara la reforma estatuaria, se inicia el cobro de una cuota ex-traordinaria en el Grupo A que, si bien debía durar desde julio de 1985 hasta diciembre de 1992, pudo eliminarse un año antes, en 1991. Esta es la primera cuota extraordinaria de Previsión Mutua. Varía según los tramos de edad –recargando a las edades superiores–, no otorga nue-vos derechos y sirve únicamente para alcanzar las reservas que exige el nuevo sistema de capitalización colectiva. En el grupo B no se consi-dera necesario establecer cuota extraordinaria alguna.

“Serán muchas las mutuas que tenderán a desaparecer cuando los re-partos simples sean sustituidos por un sistema de capitales de cobertu-ra”, advierten las actas de la época. Y, haciendo nuevamente gala de su cautela, añaden: “Afortunadamente Previsión Mutua está en condiciones satisfactorias ya que, si bien se requiere un patrimonio de 400 millones de pesetas, en la Asamblea anterior se acordó incrementar este a 410 millones por lo que creemos que, aunque serán muchas las mutuas que tendrán dificultades para adaptarse a la nueva ley, esta no va a tener peli-gro alguno si bien debemos adaptarnos a ella y modificar el Reglamento”.

Previsión Mutua no se equivoca en sus predicciones. La reforma legis-lativa que se inicia en 1984 supone la desaparición de muchas entida-des de previsión social. Según datos de la Confederación Española de Mutualidades y de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensio-nes, en 1984 son 749 y en el año 2001 su número ha descendido a 487.

Discurso del presidente Manuel Novas Medín Asamblea General Ordinaria del 28 de mayo de 1988.

Finalmente deciros, como anécdota, que la Junta de Gobierno acordó recientemente

facilitar, a todos los colegios que no lo posean, un aparato de telefax pues, al mismo tiempo que

economizamos gran cantidad de envíos a través de correos, mensajeros, etcétera, obtenemos una mayor

rapidez de cobros, seguimientos de gestión y, sobre todo, aparte de lograr una total intercomunicación,

damos muestras de ese afán de acercamiento y total colaboración. No podemos ni debemos olvidar nunca

el gran servicio que poseemos en todos los colegios y esto puede servir –y de hecho así nos lo han

manifestado entusiásticamente– para estrechar más los vínculos de unión.

La gran reforma(1985 - 1989)

CAPÍTULO 6

Imagen de la Asamblea General Ordinaria de mayo de 1988.

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Adiós al viejo adagio

La llegada de la capitalización colectiva lo cambia todo. Previsión Mu-tua debe abandonar el sistema simple y profundamente solidario con el que ha funcionado hasta ahora y en el cual todos los ingresos que entran en la entidad –provenientes de las cuotas de los mutualistas activos– se invierten en las distintas prestaciones de sus mayores las cuales otorga sin que realmente exista un fondo ahorrado.

A partir de ahora, con la entrada en vigor del nuevo sistema impuesto por el legislador, esto ya no está permitido, lo cual genera un proble-ma enorme: ¿Qué pasa con los mutualistas que llevan años cotizando? Ellos han sido solidarios, han aportado para que otros puedan cobrar sus jubilaciones, pensiones de invalidez, de accidentes, etc. Y ahora, como todo lo que aportaron se gastó… ¿no se les reconoce nada?

A principios de los ochenta Previsión Mutua le da vueltas al problema buscando una solución lo más justa posible. Hacen muchos cálculos para beneficiar lo máximo posible a los mutualistas antiguos, evitando prometer imposibles y arruinar a la mutualidad. El presidente Miguel Ángel Uriarte Urrutia hereda y desarrolla la solución implantada por la Junta de Gobierno anterior, presidida por Miguel Oliver Alemany, que fue la que dio con una solución intermedia e inauguró las “Compras de Antigüedades” y que hoy las recuerda así: “Quizás estuve poco afortu-nado con el nombre porque la gente pensó que nos habíamos metido en el mercado de las antigüedades, pero se trataba de un rescate. No nos parecía justo que se hiciera borrón y cuenta nueva con los que lle-vábamos muchos años ya pagando. Hicimos números con el actuario y se decidió reconocer el 50 por ciento de lo antiguo. De esta manera, si un mutualista llevaba 18 años cotizando en el plan nuevo se le recono-cían nueve años. Una vez hecho esto, se dio la oportunidad de que, si al-guien quería conseguir los años que de verdad había cotizado, pudiera hacer un rescate. Le pusimos un precio, hicimos tablas por edades y los Arquitectos Técnicos pudieron comprar los años que les faltaban. Lue-go lo mejoramos al 55 por ciento. Fue un problema muy preocupante, pero acabamos recibiendo aplausos por la solución que implantamos”.

Sus sucesores, empezando por el presidente Miguel Ángel Uriarte, mantienen este sistema de compra de antigüedades mientras prosi-guen con la adaptación a la nueva ley.

La inminente entrada de España en la Comunidad Económica Europea exige una actualización inmediata. Las mutualidades tienen tres años para adecuarse a la normativa, un plazo que no preocupa a la Junta de Gobierno que preside Uriarte Urrutia: “Nuestra Previsión Mutua ya venía preparándose para realizar esta operación”. Así lo afirma el presiden-te en su memoria administrativa de mayo de 1985, leída en Asamblea General Ordinaria: “La Junta de Gobierno, apenas tuvo conocimiento del contenido de la ley, antes de que fuera publicada en el BOE, comenzó el estudio pormenorizado de la misma y recabó los correspondientes

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estudios actuariales y jurídicos para una mayor aclaración de su con-tenido y, seguidamente, inició contactos con todas las demarcaciones colegiales a fin de dar a conocer la problemática que se planteaba, así como presentar y recoger cuanta información fuera posible”.

“La memoria que os adjuntamos”, prosigue el presidente, “se distingue por un tema que marcará un hito en la historia de la Previsión Mutua: la aparición de la Ley 33/1984 que regula el seguro privado y que da un giro de 180 grados a la concepción que hasta la fecha venía rigiendo para las mutualidades de previsión social entre las que nos encontra-mos. Será para nosotros la base y fundamento de nuestra consolida-ción o, por el contrario, si no somos capaces de adecuarnos a las exi-gencias que la ley contiene, el comienzo de una disgregación total”.

En un informe sincero, contundente y trascendental, Uriarte Urrutia re-conoce que “el viejo adagio que regía para la supervivencia de estas mutualidades de: `Yo pago para los abuelos, que los nietos ya pagarán por mí´ se venía desmoronando, pues la solidaridad intergeneracional presentaba grandes problemas: cuando un grupo importante de indi-viduos que constituye un colectivo pasa a la situación de pasivo y sus obligaciones recaen sobre otro grupo menos numeroso que va a au-mentar enormemente los gastos de mantenimiento de sus pasivos”.

Uriarte Urrutia reconoce que existe “incertidumbre e insatisfacción”, es-tima que Mutua está en un “momento psicológico importante” y recal-ca que esta situación “no debe prolongarse por más tiempo”. Por ese motivo expresa su confianza en que sean aprobadas algunas de las propuestas presentadas para que quede clarificada la situación actual y el futuro de Previsión Mutua.

A continuación, Manuel Gil Martín, miembro de la Comisión Económica, explica que, aunque la decisión de continuidad ya fue adoptada por la Asamblea anterior, se considera la conveniencia de efectuar un análisis económico de lo que costaría la disolución de Previsión Mutua “llegan-do a la conclusión de que su coste aproximado sería de mil millones de pesetas de las que corresponderían unas 60.000 a cada mutualista”. El coste que supone la continuidad es calificado de “prácticamente invia-ble” pues, para cumplir con las exigencias de la ley, harían falta 1.617 millones de pesetas, “lo que representaría una derrama de 92.000 pe-setas –equivalente a una cuota aproximada de 6.000 pesetas al mes en el Grupo A (un incremento del 20 por ciento sobre la cuota actual)”.

La comisión considera mucho más sensata y equilibrada la propuesta de la Junta de Patronato que plantea una cuota balanceada en función de la edad de los mutualistas y que la solución sea enviada, de mane-ra individualizada, a cada uno de los mutualistas. Ante la lectura de la propuesta realizada por Jose Luis Bárcena Basterrechea, presidente del Consejo General y del Consejo de Patronato, los presentes manifiestan su aprobación con un cerrado aplauso.

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Acabado el turno de intervenciones, el presidente de la Asamblea lo somete a votación por el sistema nominal sin papeleta. Este acuerdo –con 14.485 votos a favor, 1.172 en contra, 1.020 abstenciones y 633 ausencias– queda condicionado a la aprobación de la cuota extraordi-naria –adicional a la ordinaria– durante un periodo de 8 años, necesaria para compensar el desfase de 1.617 millones y cubrir así las reservas matemáticas exigidas por la nueva ley.

Al día siguiente se pasa a constituir la Asamblea General Extraordinaria. Abre la sesión el presidente de Previsión Mutua para explicar los moti-vos de esta convocatoria: “Como establece el Reglamento, las cuotas extraordinarias deben ser aprobadas en Asamblea Extraordinaria con-vocada al efecto”. Uriarte señala que, “aunque prácticamente la Asam-blea está constituida por los mismos señores que forman la ordinaria, hay alguna pequeña variación en cuanto a delegaciones de voto, por lo que invita al secretario a que informe de la misma”. Sometida a vo-tación la propuesta, queda aprobada con 14.797 votos a favor, 738 en contra, 945 abstenciones y 634 ausencias.

“Esta cuota extraordinaria se reparte teniendo en cuenta la edad y, por lo tanto, los derechos y obligaciones adquiridos por los mutualistas”. Según los cálculos de Previsión Mutua, gracias a esta cuota, en 1986 se recaudarán 191.797.000 de pesetas. Así queda redactado en el acta junto al cuadro resultante:

EDAD Hasta 29 años 30-39 40-49 50-59 60 años

o más1985 0 500 1.000 1.500 2.000

1986 250 750 1.250 1.750 2.250

1987 500 1.000 1.500 2.000 2.500

1988 800 1.300 1.800 2.300 2.800

1989 1.100 1.600 2.100 2.600 3.100

1990 1.400 1.900 2.400 2.900 3.400

1991 1.750 2.250 2.750 3.250 3.750

1992* 2.150 2.650 3.150 3.650 4.150

*Nota de la autora: La cuota extraordinaria no llegará a cobrarse en 1992 como estaba

planeado, ya que el objetivo se cumple un año antes.

La entidad debe continuar funcionando y sigue presupuestando sus gastos al detalle. Las actas recogen, desde los más mundanos –como la partida de 500.000 pesetas “para cambiar la moqueta que está en mal estado y proceder al pintado de la oficina”–, hasta los más de 333 millones de pesetas que, según calculan, se emplearán en pagar las prestaciones de los mutualistas en ese mismo año. O los más de 11 millones que planean destinar a inversiones.

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“En el buen camino”

Siete meses después, el presidente manifiesta su satisfacción por “la gran sensatez con que los mutualistas han acogido el pago de la cuota extraor-dinaria aprobada en la Asamblea anterior, por lo que no se han producido las bajas o falta de pago que algunos preconizaban”. Así queda escrito en el acta de la Asamblea General Ordinaria de diciembre de 1985.

Uriarte Urrutia resalta que se ha realizado una encuesta entre los mutua-listas por un sistema aleatorio –con dos muestreos sucesivos durante tres meses– y detalla las conclusiones que se han sacado: “En estos momen-tos hay una gran esperanza hacia Mutua. No quiere decir esto que piensen que Mutua es muy buena y que se ha resuelto cada uno de los problemas, pero sí que se refleja una generalizada convicción de que se está en el buen camino y de que no es necesario recurrir a otras compañías”.

Durante estos meses están pendientes de la aprobación del Reglamento que desarrolla la Ley 33/84 y que por fin aparece publicado en 1986. La noticia es recibida por la Junta de Gobierno con alivio: “Este reglamen-to puede considerarse infinitamente mejor que los distintos proyectos elaborados por el Ministerio de Economía y Hacienda. Es pues ahora cuando, con una base sólida, podremos adaptar nuestros Estatutos y Reglamento a lo preceptuado en ambos textos, los cuales constituyen las fuentes legales a las que se encuentra sometida nuestra Mutua”.

La Asamblea General Extraordinaria en la que se aprueba la nueva nor-mativa interna se desarrolla durante cuatro días: 6, 7, 20 y 21 de febrero de 1987. En la primera sesión, Uriarte cede la palabra al presidente del Consejo General, Jose Antonio Otero Cerezo, quien expresa su recono-cimiento a la labor que en estos últimos años está desarrollando –tanto la Asamblea como la Junta de Gobierno– para lograr que “los Estatutos se adapten a la legislación vigente, modernicen su estructura y agilicen el funcionamiento de la entidad”.

Otero advierte que la reforma no debe terminar aquí: “En un futuro próximo, una vez esté Previsión Mutua totalmente capitalizada, habrá que plantearse seriamente una afiliación no obligatoria, pues es funda-mental que se acceda a ella por los atractivos de sus servicios y pres-taciones y no por un precepto o una obligación”.

El segundo capítulo de los Estatutos de 1987 empieza distinguiendo entre mutualistas ejercientes y no ejercientes: “La adhesión y contribu-ción a Previsión Mutua es obligatoria para lo Aparejadores y Arquitectos Técnicos que se encuentren legalmente colegiados como ejercientes. Voluntariamente se pueden adherir a la mutualidad los Aparejadores y Arquitectos Técnicos que, estando colegiados como no ejercientes, reúnan los requisitos que se establezcan por la Asamblea General”.

A las seis prestaciones del Grupo A –prestación por accidente; pen-siones de jubilación, invalidez, orfandad y huérfanos minusválidos, y el

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subsidio por defunción– se suman dos nuevas: La “ayuda por falleci-miento” que se otorga a los beneficiarios de los mutualistas mayores de 65 años –incompatible con el subsidio por defunción– y que se es-tablece en un pago único de 250.000 pesetas. Además, a la pensión de huérfanos minusválidos, se suma la ayuda a padres de hijos minusváli-dos que consiste en el pago de 4.200 pesetas mensuales.

El subsidio por defunción mínimo este año es de 250.000 pesetas y el máximo de 931.000, mientras que los beneficiarios de mutualistas afiliados al Grupo B reciben, además, la cantidad máxima de 1.700.000 pesetas si la muerte se produce antes del cumplimiento de los 65 años de edad. Las prestaciones del Grupo B no registran variaciones con respecto a los anteriores Estatutos –salvo en sus cuantías– y siguen siendo nueve. Las pensiones de jubilación también se actualizan. Su importe máximo alcanza las 20.000 pesetas al mes, mientras que la complementaria del Grupo B llega a las 60.000, también mensuales. Idéntico monto se cobra por las pensiones de invalidez. En cuanto a las cuotas, en el Grupo A es de 2.400 pesetas y en el B de 4.300.

Para poder tener una idea de lo que estos montos suponen en la eco-nomía del momento es ilustrativo recordar que el salario mínimo in-terprofesional en 1987 es de 42.000 pesetas al mes; ir al cine sale por 250 pesetas; un LP cuesta 1.000 pesetas y un CD 3.000; el precio del bonobús es de 370 pesetas y el del bonometro de 410; para beberse un café bastan 60 pesetas, se puede comprar una barra de pan por 25 y se encuentran menús del día por 300.

Los nuevos Estatutos estipulan, en su régimen económico, que “para garantizar el normal cumplimiento de sus obligaciones y fines socia-les”, se constituyen tres fondos:

- Fondo Mutual de un millón de pesetas.

- Fondo de Maniobra que permita pagar los siniestros y gastos sin esperar al cobro de las derramas. Es fijado cada año por la Junta de Gobierno y su cuantía no debe ser inferior al importe medio de la siniestralidad del último trienio.

- Reservas patrimoniales libres que se nutren con las cantidades que la Asamblea General destine una vez atendidas las presta-ciones, los gastos sociales y la aportación al fondo de maniobra.

A pesar de los cambios drásticos y las dificultades que impone la nueva ley, los Estatutos internos no renuncian a sus principios fundacionales, basados en la solidaridad, algo que dejan claro en su artículo 45: “El sistema actuarial aplicable estará fundamentado en el principio de que las cuotas y aportaciones, así como las prestaciones y gastos, respon-dan a la técnica aseguradora sin perjuicio del espíritu de solidaridad y responsabilidad de los asociados que inspiran las operaciones de Previsión Mutua”.

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Se crea además una Comisión de Control: “Entre los mutualistas que no formen parte de la Junta de Gobierno, la Asamblea General elegirá a tres miembros que formarán la Comisión de Control, que deberá reunirse, por lo menos, una vez al año”. Sus funciones son: verificar el funciona-miento financiero de la entidad, realizar balances, cuentas de resultados y liquidaciones de presupuestos. Otra novedad es la creación de una Comisión Arbitral a la cual puedan recurrir los mutualistas “contra los

Manuel Novás Medín, presidente de 1987 a 1989.

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acuerdos de la Junta de Gobierno en materia disciplinaria y de presta-ciones, con independencia del derecho de acudir a los tribunales com-petentes”. La Comisión Arbitral está compuesta por tres miembros titu-lares y tres suplentes que se presentarán como candidatos en Asamblea General y que se reunirán para resolver los litigios que se originen. Esta comisión es un claro ejemplo de cómo Mutua se coloca un paso por delante de la realidad normativa pues no será hasta el año 2004 que se publicarán en el BOE “los requisitos y procedimientos que deben cumplir los departamentos y servicios de atención al cliente”, un departamento que nuestra Previsión ya ha puesto en marcha 17 años antes.

En los órganos de gobierno también hay algunos cambios importantes. Desaparece el Consejo de Patronato y las Asambleas pasan a deno-minarse Asambleas Generales de Mutualistas y Delegados (en vez de Representantes). La Junta de Gobierno permanece igual.

Las Asambleas Generales Ordinarias tienen ahora una sesión anual en vez de dos, mientras que las extraordinarias pueden ser convocadas por iniciativa de la Junta de Gobierno a petición de 1.000 mutualistas –o del cinco por ciento de los que hubiere el 31 de diciembre último si resulta cifra menor–, y a petición del 30 por ciento de los Delegados que representen a su vez el cinco por ciento de los mutualistas.

“Por responsabilidad y amor a la profesión”

1987 es en España el año en el que surge el boom del ladrillo, Torre Pi-casso de Madrid está a punto de terminarse y de convertirse en el edi-ficio más alto del país, se celebra la primera ceremonia de los premios Goya, las protestas estudiantiles recorren las calles, el atentado del Hi-percor en Barcelona –el peor en la historia de ETA– remece el país y los siete pueblos de la comarca de Riaño desaparecen bajo el agua del úl-timo embalse proyectado durante la dictadura. Hace sólo un año que el IVA ha empezado a funcionar por exigencia de la Comunidad Económica Europea, y los asesores fiscales de Mutua pasan semanas concentra-dos, estudiando y haciendo consultas a Hacienda para calcular cómo y en qué medida afectará a la entidad el Impuesto sobre el Valor Añadido.

También es el año en el que Uriarte Urrutia termina su mandato al frente de Mutua y se convocan nuevas elecciones. Esto sucede en la Asam-blea General Ordinaria del 26 de junio de 1987 en el Salón Calatrava del Hotel Meliá Castilla de Madrid, a las 11 horas y con 18.270 mutualistas presentes y representados, un 98,41 por ciento del censo total.

En su informe, el presidente realiza un exhaustivo resumen de su gestión durante estos cinco años: “Nos resulta obligado hacer un balance de lo actuado, comentar lo que se quedó en deseo y analizar los fracasos

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que hayamos tenido”. Destaca la inversión de una parte importante del patrimonio en el mercado inmobiliario: “Partimos de prácticamente nada en 1981 para consolidar, a 31 de diciembre de 1986, 729 millones de pesetas que representan, nada menos, que un 29 por ciento del total invertido. Podemos decir que no hemos parado ahí y que, en lo que va de año 87, hemos seguido incrementando la inversión en inmuebles”.

“Para acabar hay un tema que nos duele de una forma especial”, la-menta Uriarte Urrutia “y es que, a pesar de nuestro largo periodo de mandato y del esfuerzo realizado, se la sigue conceptuando a Previsión Mutua como una compañía de seguros y, en modo alguno, como la Se-guridad Social de los Aparejadores y Arquitectos Técnicos en régimen de autoadministración. Hemos invocado leyes, sentencias de los más altos tribunales, razones sociológicas, éticas, de progreso, etc., y sin embargo, no se acepta que de nuestros honorarios, esto es, de nues-tras rentas de trabajo, hemos de financiar necesariamente, obligatoria y colectivamente (según sentencia constitucional), nuestra Seguridad Social, la del Artº 41 de la Constitución…”.

“Pues bien, no hemos convencido, no ha resultado positivo nuestro dis-curso y hemos de aceptar que este es nuestro mayor y más doloroso fracaso. A vosotros, como Delegados, y a la nueva Junta de Gobierno corresponde seguir luchando en este sentido y Dios quiera que pronto podamos decir: La razón ha triunfado”.

A continuación se procede a la elección de una nueva Junta de Go-bierno, para lo cual, se da lectura a la lista de candidatos: “Manuel Gil Martín, (Madrid), Jaime Raynaud Soto, (Sevilla) y Manuel Novas Medín, (Pontevedra). “Una vez acordado el orden de las intervenciones de los tres candidatos, que expusieron con detalle sus respectivas intenciones programáticas e inquietudes para el futuro de la Previsión Mutua en todas sus facetas, y al existir más de una candidatura para el cargo de presidente– se somete a votación su designación”.

Efectuado el recuento de votos se leen los resultados: “Novas Medín: 7.923 votos. Raynaud Soto: 5.814 y Gil Martín: 3.878. Votos nulos: 427”. Es así como Manuel Novas Medín (La Coruña, 1944) se convierte en el nuevo presidente de Previsión Mutua de Aparejadores y Arquitectos Técnicos. Novas Medín se colegia en 1964 con el número 74 en Vigo, donde acaba siendo vicepresidente y Delegado del Colegio durante más de 20 años. Gracias a sus constantes viajes a Madrid para asistir a las juntas hace amistad con Uriarte Urrutia y en seguida se presenta al cargo de vocal de la Junta de Gobierno: “Estuve bastante tiempo como vocal”, rememora en la actualidad, “hasta que presenté mi candidatura a presidente porque Miguel Ángel Uriarte quería dejarlo y quiso que yo, que de alguna forma era su mano derecha, le sucediera”. Para su ante-cesor no tiene más que elogios: “Miguel Ángel era una persona encan-tadora, con un dinamismo tremendo, muy serio –como buen vasco–, súper exigente pero muy armónico, nada conflictivo…”.

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“Los socios que desempeñen puestos directivos no podrán percibir por su gestión retribución alguna”, así lo establece, en su artículo 18, la pri-mera Ley de Montepíos y Mutualidades del año 1941 con el objeto de garantizar el carácter benéfico y solidario de las mutualidades. La Junta de Gobierno se ciñe a esta disposición legal y sólo cubre los gastos de sus directivos cuando deben reunirse para los desplazamientos, el alojamiento, etc. Por ejemplo, el año que Novas Medín es elegido presi-dente, se fijan “las asistencias en la cantidad de 12.000 pesetas al día, devengándose 6.000 pesetas por medio día. La permanencia diaria se establece en 15.000 pesetas y para los desplazamientos en coche 20 pesetas el kilómetro”.

“Todo esto se hace, más que nada, por responsabilidad y amor a la profe-sión”, afirma Novas Medín en la larga entrevista que concede para la ela-boración de este libro, “porque, al fin y al cabo, las dietas y los gastos por desplazamientos que cobrábamos en aquella época no compensaban nunca el tiempo que invertías en Mutua. Pero alguien tenía que hacerlo y yo, con 40 años que tenía entonces, entendí que era un buen momento”.

El triángulo: liquidez, solidez y rentabilidad

El aterrizaje de Novas Medín en el paseo de la Castellana nº 153 de Ma-drid revoluciona las oficinas de Mutua. Tecnológicamente decide cam-biarlo casi todo: “Había que modernizarse, nos empeñamos en darle un giro a la entidad, que estaba muy anticuada, anclada en el pasado. Así que empecé poniendo un fax en cada Colegio de España. Gastamos 300 y pico mil pesetas de la época, pero fue un ahorro enorme para nosotros”. Gracias al fax, Mutua economiza en los envíos a través de correos y mensajeros, logran más rapidez en los cobros y en los segui-mientos de gestión… Y, sobre todo, obtienen inmediatez en las interco-municaciones con las delegaciones provinciales.

Más dificultades encontró cuando quiso informatizar la sede: “Yo le di un vuelco porque quería una empresa moderna y punto. A los emplea-dos de la oficina de Previsión Mutua les cambié las máquinas de escri-bir por mini-ordenadores. Al principio hubo un rechazo total, pero yo no cedí, no di otra opción. Les dije: `Yo lo tengo muy claro, quiero contar con vosotros, me encanta vuestro trabajo, me encanta vuestra forma de hacer las cosas, pero necesito a gente preparada y esto sólo se con-sigue estudiando´. Todos debían acudir a los cursos de capacitación obligatorios –hasta el conserje, Jose María, tuvo que aprender inglés–. La plantilla pensó: `Este gallego está loco´, pero yo fui muy claro, les ad-vertí que, o se ponían al día, o tendrían que marcharse… Y nadie se fue. De hecho, todos aprendieron a usar los ordenadores que tanto temían y, a los seis meses, cuando por culpa de una avería tuvieron que volver a trabajar con las máquinas de escribir, ya nadie quería usarlas”.

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Las actas de estos años recogen también estos momentos de cambio: “El tema del personal es una de mis mayores preocupaciones, porque su protagonismo tiene que acompañar el desarrollo de Mutua. Al llegar a este punto no puedo olvidar, bajo ningún concepto, el gran comporta-miento que todos han tenido en esta primera fase de reciclaje. A nadie debe ocultarse el sacrificio de tener que asistir a clases después de efectuar su jornada laboral. Vaya pues a todos ellos nuestro entraña-ble reconocimiento porque sabemos que, a mayor preparación, sigue normalmente una mayor seguridad en el quehacer diario que se tra-duce en un servicio más eficiente y, por ello, mejor remunerado. Todos, absolutamente todos, desde el ordenanza hasta el gerente, han reali-zado o están realizando cursos que van desde dirección de empresas, pasando por todas las especialidades contables y financieras, hasta mecanografía, ortografía y técnicas comerciales así como todo tipo de variantes informáticas y ofimáticas necesarias”. (Asamblea General Or-dinaria. 28 de mayo de 1988).

Novas Medín evoca con entusiasmo estos años “Fue una época de transición, difícil, de muchos cambios, apasionante… El ritmo era tre-pidante. Los mutualistas reclamaban más y en las Asambleas siempre había algunos más anclados en el pasado que otros pero después, con la incorporación de más gente joven, fuimos dándole un vuelco a todo”.

Por cambiar, este año se cambia incluso el logotipo de la entidad. Hasta 1988 se utilizó la insignia de los Aparejadores para representar a Mu-tua. Ese año se crea el primer logo, consistente en dos “aes” mayús-culas superpuestas y PREMAAT en dos tonalidades verdes: “No sólo

Primer logotipo específico de la mutualidad, estrenado en 1988.

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había que modernizarse por dentro, también había que ponerse al día y cambiar la imagen. El nuevo diseño gustó a toda la Junta de Gobierno porque el color verde reflejaba la esperanza que teníamos puesta en el futuro”, recuerda 32 años después Novas Medín.

Esta Asamblea General Ordinaria del 28 mayo de 1988 tiene también muy presente el fallecimiento, dos semanas antes, de Antonio Cruz Es-trella, segundo presidente de Previsión Mutua de Aparejadores y Arqui-tectos Técnicos.

Los mutualistas del Grupo A han alcanzado ya la cifra de 20.493, lo que supone un 37 por ciento de incremento en el censo con respecto a 1978. En el Grupo B este aumento es aún mayor: de 3.269 que había en 1980 a los 5.287 que registra siete años después, un 61 por ciento más.

En el terreno económico las cifras también resultan espectaculares: el patrimonio neto del Grupo A pasa de 281 millones de pesetas en 1978 a más de dos billones en 1987: un 711 por ciento de incremento. Aún más llamativo es el dato que registra el crecimiento del patrimonio neto en el Grupo B: de 37 millones de pesetas en 1980 a 1.347.000.000 o, lo que es lo mismo, un 3.600 por ciento de aumento.

Respecto al capítulo de inversiones, en la Asamblea de mayo, Novas Medín se expresa así: “En la actualidad existen en Junta de Gobierno, como en los toros, diversidad de opiniones. Nuestra cartera de valores, en líneas generales, consta de dos mil y pico millones, de los cuales, aproximadamente el 80 por ciento son de renta fija y el 20 por ciento

Detalle del cambio de logotipos en el archivo de Actas de la mutualidad.

Detalle de los últimos Estatutos publicados con el logotipo profesional, en 1987.

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restante está compuesto por valores de renta variable. Hay opiniones que señalan que deberíamos dar la gestión de nuestra cartera a una empresa especializada y gestionarla en el exterior y hay otras –entre ellas la mía– que es más partidaria de gestionarla en casa. Evidente-mente, siempre existen posiciones intermedias”.

El presidente continúa con una disertación del contexto del momento: “Si lo analizamos frívolamente, 1987 podríamos decir que fue el año de Ma-rio Conde, de las Opas en banca, de Gorbachov y su Perestroika, del gru-po Kio, de las grandes series americanas de televisión, etcétera, etcétera. Pero, sobre todo, fue el año en que muchos españoles comenzaron a leer la prensa diaria por las páginas de la bolsa y, atraídos por una especie de El Dorado, cientos de personas ganaron o perdieron buena parte de sus ahorros –sin saber muy bien por qué– en este mundo imprevisible de las finanzas que se vio plagado de profanos y advenedizos”.

Novas Medín enfatiza que “la bolsa no es un juego” y que la Junta de Gobierno quiere compartir estas decisiones con la Asamblea. Tras entre-vistarse con varias entidades especializadas, concluyen que, en inversio-nes, “absolutamente ninguna garantiza nada por escrito aunque repitan insistentemente que la consigna de su empresa es ganar dinero y todos exigen libertad absoluta de contratación”.

El presidente reitera que Mutua no necesita dine-ro a corto plazo y que, tal y como están las cir-cunstancias económicas mundiales, deben seguir con un gran porcentaje en renta fija. En cuanto a las ventajas e incon-venientes de la gestión interna o externa de las inversiones, Novas Me-dín lo resume así: “Con la gestión en casa, las ventajas son el control directo de los riesgos asumidos, la facilidad para cambiar criterios y menores costes de intermediación. Los inconvenientes: mayor dificul-tad de acceso a las operaciones, mercados y fuentes de información restringida, posición desfavorable respecto a grandes entidades finan-cieras, menor capacidad de estudio y análisis de las nuevas alternati-vas… La gestión externa tiene las ventajas e inconvenientes inversas a las señaladas anteriormente y proporciona una mayor transparencia y mayor sensación de independencia frente a los mutualistas”.

Público asistente a la Asamblea General de 1989. En la primera fila, de derecha a izquierda, los expresidentes Hoyos, Oliver, y Bárcena, y el presidente del Consejo General de Colegios de

Aparejadores y Arquitectos Técnicos, Jose Antonio Otero.

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Otra opción que apunta la Junta de Gobierno es un sistema intermedio con la gestión directa de los recursos, contando con el asesoramiento de expertos financieros: “No podemos ni debemos olvidar el triángu-lo económico: liquidez solidez y rentabilidad que preside desde hace años nuestras inversiones y que tan buenos resultados nos ha dado. Y, aunque siempre quepa la duda de que podrían haber sido mejores, tampoco podemos silenciar el que podrían haber sido peores”. Mutua opta por esta vía intermedia e instala en sus oficinas dos procesadores de texto y una línea terminal conectada directamente al parque de bolsa para hacer el seguimiento al instante y poder lograr una mayor agilidad de la gestión.

Equilibrio económico, pero también social

En sus distintos viajes a las delegaciones, la Junta de Gobierno com-prueba la realidad de muchos jubilados y transmite su preocupación a la Asamblea: “Nos hemos entrevistado con un gran número de ellos. Algunos ciegos, otros impedidos acompañados de sus esposas, pa-rapléjicos, con gota, muchos con cáncer y toda una serie de calami-dades… No sería fiel a mis principios si no confesara que es un sector que yo desconocía, pero tenéis que saber que existen los otros, los des-validos, los sin familia y los que están en centros de la tercera edad o abandonados a su suerte. Por ello hemos habilitado unas cantidades con cargo a los excedentes de los dos grupos y que traemos aquí como propuesta. Os pido para ellos la máxima generosidad y, desde luego, que nadie pueda pensar que hacemos limosna con nuestros ancianos y pensionistas. Nada más lejos de nuestra intención ya que únicamente nos mueve el espíritu mutual y de solidaridad. Decía San Agustín que ̀ la única medida de la generosidad es la generosidad sin medida´. Insisto, queda a vuestro juicio la decisión final. Nosotros ponemos los medios y las intenciones. Vosotros, con vuestro voto, las razones”.

La Asamblea acuerda destinar 44.794.986 pesetas al Grupo A para po-der pagar, junto a la mensualidad de julio de 1988, 29.000 pesetas a cada jubilado, 14.500 a cada huérfano, huérfano minusválido e hijo mi-nusválido (con un tope de 29.000 pesetas por expediente). Para el Gru-po B se emplean 15.243.000 pesetas que permiten satisfacer, 45.000 pesetas a cada jubilado e inválido, 34.000 a cada perceptor de viudedad y 20.000 a cada huérfano, huérfano minusválido e hijo minusválido (con un tope de 40.000 pesetas por expediente)”.

Este es el tema que, según el presidente, “justifica más profundamente la existencia de nuestra Mutua. ¿Qué es lo que obtenemos a cambio de lo que hemos pagado y estamos pagando? En nuestro programa electoral decíamos que era tan importante el contar con la vitalidad y la

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energía de los jóvenes, como con la sabiduría y el apoyo de los mayores y lograr el equilibrio, no sólo económico, sino también social. Eviden-temente no nos quedaríamos en el mejor espíritu mutual –o cuando menos de humanidad– si no nos preocupáramos de nuestros pensio-nistas, muchos de los cuales están percibiendo pensiones que oscilan entre las 8.000 y las 14.000 pesetas”.

Jaime Raynaud Soto, presidente de 1989 a 1992.

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En su resumen de estos diez primeros meses de trabajo, Novas Medín tiene una dedicatoria especial para su equipo de gobierno: “Aconsejaba Napoleón en sus memorias: `Si quieres que un asunto funcione, no te rodees de un grupo de hombres ilustres, si no de un equipo de amigos de tu total confianza´. Pues bien, en este caso, la mayor parte de los amigos son también hombres ilustres, por lo tanto espero que la efi-cacia sea doble. A ellos y a vosotros mi más profundo agradecimiento porque creo que, de esta forma, estamos consolidando nuestra mutua-lidad y asegurando el futuro. Muchas gracias a todos”.

Manuel Novas Medín sólo estuvo dos años en el cargo de presidente. Consultado hoy por las razones de un mandato tan breve, responde sin titubear: “Pensé que había conseguido todo lo que me había propuesto. Además, fue un ritmo muy trepidante, sólo en el año 88 pasé 184 días sentado en un avión. Pero mereció la pena, me sentí tremendamente gratificado y había que dar paso a otra gente, porque la renovación es importante. Teníamos colaboradores muy buenos así que me fui tran-quilo. Mi mandato fue muy efímero por su duración, es cierto, pero muy enriquecedor en cuanto a dividendos y a nivel empresarial, es de lo úni-co que puedo presumir”.

El 27 de mayo de 1989 se constituye una nueva Asamblea General Ordi-naria con 18.944 mutualistas presentes y representados, lo que supone un 95,87 por ciento del censo. La despedida de Novas Medín queda re-gistrada en las actas: “Hace escasamente dos años finalizaba la interven-ción ante este foro mutual después de haber expuesto nuestro programa con las siguientes palabras: `Nuestra opción pretende devolver a jóvenes y mayores, mujeres y hombres, el orgullo por las cosas de Mutua conti-nuando la labor de la Junta saliente en un proyecto de progreso que mire con confianza el futuro desde un presente más cordial y solidario´. Evi-dentemente soy la persona menos indicada para juzgar nuestra labor…”.

El presidente repasa en su discurso de despedida todo lo conseguido: “Y, si los logros hasta el 31 de diciembre fueron significativos, son mu-cho más espectaculares por su incremento porcentual en los últimos meses y que vienen, indefectiblemente, a corroborar que vamos por el buen camino a velocidad vertiginosa –aunque con todos los mecanis-mos de seguridad activados en evitación de cualquier posible acciden-te–. Creemos que ha llegado el momento de potenciar sin límite el or-gullo de sentirse mutualista de Previsión Mutua”.

En sus palabras no faltan elogios a todo el equipo de Mutua: “Decía Paul Hersey, gran experto americano en el campo de las ciencias aplicadas del comportamiento: `Cada día hemos de dedicar un minuto a contem-plar el rostro de las personas que trabajan para nosotros porque ellas constituyen el más importante de nuestros recursos´… En resumen, hemos trabajado para ellos para que ahora ellos trabajen mejor para todos nuestros mutualistas”.

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Finalizado el informe de Novas Medín, se pasa al punto 5º del orden del día –elecciones para la renovación del cargo de Presidente– y se da lectura a las tres candidaturas: Jaime Raynaud Soto (Sevilla), Manuel Gil Martín (Madrid) y Eduardo González Velayos (Madrid). Gil Martín decide, “para facilitar la elección” retirar su propuesta. A continuación González Velayos indica que, tras año y medio formando parte de la Junta de Gobierno, ha aprendido “lo que es trabajar por Previsión Mutua y hacer lo mejor para la entidad”, renunciando igualmente a su candida-tura y ofreciendo su más amplia colaboración.

En consecuencia, queda automáticamente elegido para el cargo a la pre-sidencia de la Junta de Gobierno Jaime Raynaud Soto (Sevilla, 1949), Arquitécto Técnico que, antes de estar al frente de Mutua, se dedicó du-rante 40 años al ejercicio de la profesión. De 1997 a 2001 también sería presidente del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Sevilla.

Discurso del presidente Jaime Raynaud Soto. Vídeo proyectado en Asamblea General Ordinaria del 31 de mayo de 1991.

Mucho ha cambiado nuestra entidad desde aquellas fechas y desde ‘el duro de derrama’ que

se recaudaba por cada compañero fallecido. El esfuerzo, la honestidad y la entrega de todos los que nos han precedido en anteriores Juntas de

Gobierno y la confianza de todos los mutualistas nos permiten tener hoy una mutualidad con más de 22.000 mutualistas que dan cobertura a más

90.000 personas, estando entre las diez primeras del ranking por su solvencia y sus recursos.

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CAPÍTULO 7

Foto de familia de distintas Juntas de Gobierno y representantes de la profesión en el acto el 50 aniversario de la mutualidad,

celebrado en 1994.

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“Larga vida, querida CERCHA”

La de los noventa es otra década llena de novedades para Previsión Mu-tua que ya se denomina Premaat, posee más de 20.000 mutualistas y un patrimonio neto que estos años superará los 7.000 millones de pesetas.

La revista CERCHA vuelve en 1990 con el apoyo de Premaat, MUSAAT y el Consejo.

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La primera Asamblea General Ordinaria de la época tiene lugar el 26 de mayo de 1990. Hace ya un año que esta Junta de Gobierno tomó posesión y están a punto de presentar su memoria de actuación. Lo hacen en presencia de cinco expresidentes a quienes, en su discur-so, Jaime Raynaud Soto les dedica un saludo particular y su agrade-cimiento: “Gracias a los señores expresidentes que han tenido a bien acompañarnos –Señores Hoyos Moreno, Bárcena Basterrechea, Oliver Alemany, Uriarte Urrutia y Novas Medín– y que nos honran con su pre-sencia. Quisiera también dedicar un sentido recuerdo a los compañeros que hoy ya no están, entre ellos nuestro expresidente José Cano Soto”. La Asamblea dedica así un recuerdo especial al tercer presidente de la entidad, fallecido el 14 de octubre de 1989.

Entre las muchas novedades que el presidente Raynaud Soto se dispo-ne a relatar a los asambleístas se encuentra la reaparición de la revista CERCHA cuyo primer número de esta nueva etapa acaba de imprimirse el mismo mes de mayo en que se celebra esta Asamblea: “Hemos po-tenciado al máximo nuestra política de difusión, publicando conjunta-mente con el Consejo y MUSAAT la revista CERCHA que, en su Tercera Época, va a sustituir a nuestros boletines informativos”.

La “Revista de los Aparejadores y Arquitectos Técnicos” presenta en su sumario reportajes como la nueva ley de arrendamientos urbanos que prepara el Gobierno, la seguridad en la construcción o las nuevas titu-laciones universitarias relativas a la edificación; una crónica sobre la ar-quitectura de Nueva York; “Frente a frente: Horizontal o vertical” donde Rosa Montero y Juan José Millás disertan sobre dos modelos de ciudad; sendas entrevistas a José Antonio Otero, presidente del Consejo General de Colegios de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, y a Mariano de Die-go, Director General para la Vivienda y Arquitectura; “El cine de Antonioni” en su sección cultural, con el cineasta y su obra como protagonistas; columna de Francisco Ayala como escritor invitado y el humor de Peridis.

La revista abre con su pagina editorial: “Vuelve CERCHA, y vuelve a ha-cerlo por donde solía, como la voz de los Aparejadores y los Arquitectos Técnicos, una voz que quiere hacerse oír fuera y dentro de nuestra casa. de puertas para adentro, para integrar más y mejor a esta profesión. De cara al exterior, en defensa de nuestros intereses generales, técnicos y políticos, y en la medida en que como profesionales nos incumbe, de-fender también los intereses de la sociedad española, que es la nuestra”.

En su página siete CERCHA reproduce una entrevista a Jaime Raynaud Soto extraída de Aparejadores, la revista del Colegio Oficial de Sevilla. En ella, el presidente de Premaat explica los servicios que Previsión Mu-tua ofrece a los colegiados: “Nuestras prestaciones son perfectamente complementarias por ley a lo que cualquier Aparejador perciba en el régimen general de la Seguridad Social. Por lo que se paga en Previsión Mutua, no hay ninguna entidad privada que pueda aportar las mismas

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prestaciones. A título de ejemplo, un Aparejador, con 30 años de co-tizaciones cobrará una pensión de jubilación de 104.900 pesetas”. Y agrega: “El patrimonio de Premaat, a 31 de octubre de 1989, es de 6.621 millones de pesetas. Nosotros ya tenemos garantizadas nuestras pres-taciones, simplemente obteniendo a nuestros recursos el seis por cien-to de interés anual. Esperamos cerrar las provisiones matemáticas este año sin que la Dirección General de Seguros nos haya marcado un pau-ta”. El presidente de Premaat destaca que se trata de una entidad sin ánimo de lucro y, que si estuviera exenta de pagar a Hacienda por las plusvalías obtenidas en sus transacciones inmobiliarias de 1989, aho-rrarían entre hasta 300 millones de pesetas.

CERCHA cuenta con un cuadernillo central dedicado a su comunicación interna con páginas dedicadas a los tres pilares de la profesión –Con-sejo General de COAAT, Premaat y MUSAAT– y que comienza con una poética bienvenida del Consejo firmada por Jose Antonio Otero Cerezo: “Desapareciste hace 14 años. Muchos de los que hoy te ojean no saben de tu anterior existencia. A los que nos ocupaste somnolientas horas predemocráticas, se nos escapa ya tu recuerdo… Apréstate a tu nueva etapa con capacidad de sorpresa. El medio que dejaste y el que ahora vas a vivir no tiene nada que ver… Nos dejaste cuando la economía familiar se resentía, tras años de opulencia. Vuelves con toda la familia colocada, aunque no nos faltan sobresaltos… Lograr una regulación de nuestra tarea pasa porque llevemos casco hasta en la Sala de Juntas… Como ves, hay que salir con ánimo: el ambiente hoy es mucho mas sugestivo. Te esperamos toda la familia de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, los que antes te conocimos y lo que, llegados en tu ausencia, aprovecho para presentarte. A través de estas páginas específicas de la profesión que hoy tengo el honor de dar inicio, nos llegará la información de casa… En nombre de todos, bienvenida y larga vida, querida CERCHA”.

De estas páginas centrales, cuatro corresponden a Premaat que las en-cabeza con un artículo de su presidente titulado “Un día de alegría” y que dice así: “Previsión Mutua inició con el Mutualito un acercamiento a los mutualistas de una forma entrañable y que recordamos con nostalgia, a la par que se reavivan en nuestra memoria tiempos de dificultades y zozobras; después nuestro Boletín, cuyo último número llegó a vues-tra casa hace escasas fechas, fue el reflejo de una entidad dinámica y cambiante, como la vida misma. A partir de ahora CERCHA se convierte en el vehículo de unión y contacto entre Premaat y los mutualistas pero, como dijo Thomas Jefferson: `Me gustan más los sueños del futuro que la historia del pasado´ y, aproximando la frase a la realidad, los sue-ños del futuro podrán hacerse ciertos teniendo a CERCHA por testigo”.

“Contamos, sobre todo”, prosigue Raynaud Soto en un artículo lleno de optimismo, “con un capital humano de incalculable valor. Vosotros, con vuestra confianza, en los despachos, estudios, empresas u organis-mos, con los delegados, personal, asesores y Junta de Gobierno, bajo

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el techo de nuestra sede que ampara ya a más de 80.000 personas. En fechas próximas podréis ir desgranando nuestras ilusiones colectivas, nuestras dificultades, también –por qué no– nuestros fracasos, por-que, como obra humana, sujetos estamos a ellos. Pero hoy es día de satisfacción y alegría. Hoy, eso y sólo eso, es lo que deseo desde este nuevo pero veterano número de CERCHA a toda la profesión”.

Adiós al Grupo B

En los noventa Premaat publica dos reformas estatuarias. La primera, correspondiente a sus novenos Estatutos, ve la luz en 1992: “Se supri-me la estructura bipartita de nuestra mutualidad con la desaparición formal del Grupo B, que pasa a convertirse en una ampliación. Se po-tencia además la mejora individualizada de las prestaciones de tracto sucesivo [pago periódico]”, anuncia el presidente en Asamblea.

En los nuevos Estatutos consta así: “Los actuales mutualistas del Grupo B pasarán a las prestaciones ampliadas, una vez acordada su transfor-mación, con los mismos derechos que tuvieran reconocidos y caren-cias que hubieran cumplido en el Grupo transformado”. La nueva nor-mativa interna establece que las pensiones de tracto sucesivo puedan ser mejoradas de forma individual mediante la compra de rentas men-suales o de capitales, da mayor amplitud a las coberturas ya existentes y computa derechos a las nuevas para todos los mutualistas –aunque no hubieran cotizado nunca por esos derechos recién adquiridos–.

Para 1992 Premaat ya ofrece las mismas prestaciones en su modali-dad básica y ampliada. Su Fondo Mutual aumenta a dos millones de pesetas mientras que los topes del ministerio de Hacienda –que fueron calificados como “una losa” en las actas de 1990– son ampliados y quedan fijados en “1.600.000 pesetas como renta anual y 6.500.000 pesetas como percepción única de capital”.

Se consigue también la autorización de la Dirección General de Segu-ros para invertir parte de las provisiones técnicas en conceder créditos hipotecarios a los mutualistas con intereses más bajos que los del mer-cado. Lo hace a través de la Sociedad de Crédito Hipotecario Mutual que, según las actas de 1992, “ya lleva concedidas a nuestro colectivo 127.750.000 pesetas de créditos para la adquisición o reforma de vi-vienda y despachos”.

El presidente Raynaud Soto también fue miembro del consejo de admi-nistración de dicha sociedad y recuerda perfectamente aquellos días: “Estaba el boom de la construcción, pero con los intereses disparados, así que empezamos a dar los créditos sin lucro, al costo. Si en aquella época el interés era de un 14 por ciento, la mutualidad lo fijaba en el diez por ciento, sin beneficios”. Gracias a la informatización de Premaat, los

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mutualistas reciben en su domicilio, por correo postal, un completo es-tado de su situación mutual que recoge su antigüedad, las prestacio-nes teóricas a recibir, las circunstancias personales, etc… También se inaugura el “Teléfono del Mutualista”, una linea 900 con las llamadas a cargo de la entidad que se anuncia así: “Infórmate gratuitamente. Un nuevo servicio montado para tu mayor comodidad. Estamos a tu dispo-sición para informarte sobre cualquier duda que puedas tener respecto a tu situación mutual o prestaciones”.

Ha sido un año positivo y, nuevamente, hay excedentes. Se destinan 85 millones de pesetas para satisfacer, junto a la mensualidad de julio de 1990, los siguientes importes extra: 50.000 pesetas a cada jubilado inválido, 25.000 pesetas por huérfano –con un máximo de 50.000 por expediente– y otras 50.000 pesetas a cada huérfano minusválido e hijo minusválido.

Después de un pormenorizado análisis económico, el presidente ensal-za, en su informe de presidencia de 1991, la labor de sus antecesores: “Lo primero que aprendí al llegar a la presidencia de nuestra Previsión Mutua es que todos los equipos han gobernado con la mirada puesta en el futuro, sin preocuparse de triunfos personales, pero sí en lo mejor para la entidad. Queridos compañeros, si repasáis nuestra intervención del año pasado, comprobaréis que esta Junta de Gobierno ha cumpli-do puntualmente todos los proyectos que se anunciaron. Para el año próximo nos comprometemos a presentaros una entidad totalmente renovada en sus medios y en sus equipos, pero invariable en su espíritu de servicio, de entrega, de solidaridad, de todos y cada uno de los que sustentan la idea del mutualismo”.

“A los hombres y mujeres de toda la familia de nuestra Previsión Mutua, os agradezco una vez más vuestra confianza. Todo el personal y ase-sores les decimos que seguimos teniendo una confianza inacabable en ellos y que Previsión Mutua también es de ellos; a vosotros, queridos Delegados mutualistas, que el espíritu mutual se arraigue cada día más en Europa y por extensión en América y África, que se ofrezca como alternativa frente al liberalismo económico más brutal”.

Una vez finalizado su mandato en Premaat, Jaime Raynaud Soto se convierte en presidente del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Téc-nicos de Sevilla. Después, decidirá dar un giro a su vida profesional: “Cogí el camino de la política”, explica en la conversación durante la preparación de este libro, “fui candidato a la alcaldía de Sevilla y porta-voz del PP en esa ciudad. He ostentado responsabilidades importantes en el Parlamento de Andalucía y ahora, muy recientemente, como vice-consejero en la Consejería del Gobierno de la Junta de Andalucía. Pero después de todo este recorrido, me siento muy orgulloso de haber sido presidente de la Junta de Gobierno de Premaat”.

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VHS por Navidad

En 1991 la URSS se disuelve y termina la Guerra Fría. Los noventa han llegado y en España se abren los primeros centros comerciales, se inau-guran el AVE, la Expo de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Pero en 1993 comienza una crisis que durará varios años y que paraliza las emblemáticas obras de las Torres KIO –Puerta de Europa–. Comien-za el Proyecto Genoma Humano, se publica el primer libro de la saga de Harry Potter, las consolas de videojuegos causan furor y las cintas VHS destierran a las Betamax, volviéndose de uso generalizado en los hogares españoles. Precisamente en 1991 Premaat presenta su pri-mer vídeo corporativo. “Ese año, como regalo de navidad, mandamos una cinta VHS de Premaat a todos los mutualistas”, relata Raynaud Soto 28 años después. “Salían imágenes de todos los inmuebles que habíamos adquirido, grá-ficos del crecimiento y la evolución de la entidad, y también había un mensaje mío cuando aún no tenia canas”, añade divertido.

El vídeo, que se muestra al final de la Asamblea de ese año, incluye efecti-vamente un mensaje del presidente: “Mucho ha cambiado la mutualidad desde el duro de derra-ma que se recaudaba por cada compañero fallecido. El esfuerzo, la honestidad y la entrega de todos los que nos han prece-dido en anteriores Juntas de Gobierno, y la confianza de todos los mu-tualistas, nos permiten tener hoy una mutualidad con más de 22.000 mutualistas que dan cobertura a más 90.000 personas, estando entre las diez primeras del ranking por su solvencia y sus recursos”. En el ran-king de entidades profesionales al que hace referencia Raynaud Soto, Premaat figura ese año en el cuarto puesto en cuanto a recaudación de cuotas, número de socios y provisiones técnicas, sólo superada por las mutualidades de la abogacía, arquitectura y medicina.

El presidente continúa su exposición aportando otras cifras represen-tativas: “en el año 1990 pagamos, en concepto de prestaciones, más de 550 millones de pesetas y, al final del próximo año 1992, dispondremos de un patrimonio superior a los 12.000 millones de pesetas” Asegu-ra que la intención de Premaat es continuar aumentando prestaciones “para ser una mutualidad del Siglo XXI de la que ya nos sentimos orgu-llosos todos los Aparejadores y Arquitectos Técnicos”.

Jaime Raynaud en un acto de presentación del vídeo de Premaat en el Colegio de Madrid.

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Acorde a este mensaje, el presidente anuncia en la misma Asamblea otra novedad para este año: la reforma de las oficinas del Paseo de la Castellana “a las que se ha incorporado el local de la planta baja” y la inversión en equipos informáticos “que permite procesar la base de datos de los mutualistas e iniciar el escaneo y la guarda óptica de los documentos físicos”. Raynaud Soto defiende que “era algo que no ad-mitía más demora” “para la mutualidad que todos deseamos”.

Un año después, en la Asamblea General Ordinaria de junio de 1992, toca despedirse: “La doble circunstancia de la finalización de mi man-dato estatuario, me obliga a presentaros, queridos compañeros, unas reflexiones”, proclama Jaime Raynaud en su mensaje final, “el camino emprendido lleva el rumbo acertado. Se puede coger un atajo u otro, pero la Estrella Polar del Mutualismo la tenemos siempre fija en nuestra retina y esa estrella no es otra que la seguridad y la solvencia que corona la cabeza de un movimiento imparable en Europa y en el mundo que es la solidaridad mutual… No se puede ser solidario más que testimonial-mente si no hay nada que ofrecer, y esa solidaridad se dio con mayúscu-las, hace años, en nuestra profesión. Ahora todo depende de nosotros. Aunque siempre haya circunstancias coadyuvantes que influyan en ello, podremos ser más solidarios, mientras más fuertes seamos y seremos más fuertes, si mantenemos invariable nuestro espíritu”.

Las elecciones para el cargo de presidente cuentan con dos candida-tos: Eduardo González Velayos y Roberto Medín Guyatt. Tras una breve referencia a sus trayectorias, ambos exponen sus programas y se pasa a la votación por el sistema nominal con papeleta que arroja el siguien-te cómputo de votos: González Velayos 6.896. Medín Guyatt: 13.748. Nulos: ninguno. Ausentes: 540.

Roberto Medin Guyatt (1950, Coruña) es el nuevo presidente de la enti-dad. Titulado como Arquitecto Técnico en 1971, se colegia un año des-pués en su ciudad natal y empieza a acudir a las Juntas Generales de su Colegio: “Tenía 21 años y nunca había estado en una Junta de Apa-rejadores, era mi primera vez. Había unos nuevos Estatutos que había que estudiar y decidieron encargar la tarea a dos colegiados: al más veterano y al más joven de los presentes… Así que me tocó. Al finalizar la reunión, se acercó el colegiado más mayor. Recuerdo que se llamaba Caridad y que me dijo: `Como comprenderás, yo, a mi edad, no voy a ponerme a leer esto, así que toma, todo tuyo´. Me llevé los Estatutos a casa y ahí empezó toda esta historia”.

Medín Guyatt rememora hoy aquel día con cariño: “Siempre hemos te-nido muy a gala en nuestra profesión el llevarnos muy bien. Los jóvenes quieren aprender de los mayores y los mayores siempre están dispues-tos a enseñar a los recién llegados. Aquel día, en mi primera Junta, con sólo 21 años, yo empezaba una carrera profesional y lo tenía que apren-der casi todo. 48 años después, soy yo el que enseña”.

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Al poco tiempo de estudiarse aquellos Estatutos, le nombran vocal de Premaat por la Coruña, Colegio donde también ha sido contador, vice-presidente y presidente –cargo este último que aún ostenta hoy–. Sien-do Delegado empieza a viajar a Madrid con frecuencia para acudir a las Asambleas y, en 1988, se convierte en vocal de la Junta de Gobierno. Años más tarde, en 2010, se gradúa en Ingeniería de Edificación con el plan Bolonia: “Con las vueltas que da la vida, he acabado convertido en

Roberto Medín Guyatt, presidente entre 1992 y 1996.

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profesor. Ahora vivimos más y extendemos nuestra carrera. También soy rockero, toco la guitarra y navego. Y, mientras me dé la cabeza, no tengo intención de jubilarme”.

50 años con Premaat

Roberto Medín Guyatt afirma que su mandato estuvo lleno de buenos momentos y escoge el aniversario de los 50 años de Premaat como uno de los mejores: “Nos tocó organizar este gran momento y fue todo un reto. Nunca habíamos hecho nada parecido. El personal de la casa se par-tió el alma para que todo saliera bien, había tantas cosas que organizar…”.

Se reserva el salón más grande del hotel Meliá Castilla, se encargan medallas conmemorativas y figuras de metacrilato y se organiza una cena a la que acuden los ex presidentes, los presidentes de los Cole-gios, los Juntagoberneros [miembros de todas las Juntas de Gobierno anteriores] y dos representaciones de los mutualistas, una de jubilados y otra de recién colegiados.

En la ocasión, el presidente recuerda, en un emotivo mensaje, a los mu-tualistas fallecidos y a aquellos que se hallan en situación de invalidez, accidente o enfermedad. Resalta el trabajo de equipo realizado durante este medio siglo y concluye con un deseo: “La meta está ahora en cum-plir otros 50 años, en el Centenario. Trabajemos sumando y multipli-cando, desde cualquier puesto y condición, para conseguirlo”.

Mutualistas veteranos de Premaat, homenajeados durante el acto de celebración del 50 aniversario.

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Si en 1991 Premaat regaló una cinta VHS a sus mutualistas, tres años des-pués les hace llegar, a través de las distintas delegaciones colegiales, un casco de seguridad blanco decorado con el logotipo verde de la mutualidad.

La Junta de Gobierno pasa los siguientes meses centrada en la llegada de la nueva y temida Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados que parece en 1995, que obliga a una nueva y profunda refor-ma estatuaria en la entidad, y que ve la luz en 1996. En su artículo 1º Premaat ya aparece inscrita, como marca la ley, en el Registro Mercantil de Madrid, concretamente, “en el Tomo 5313, Folio 46, Sección 8, Hoja M.87081, inscripción 1.ª”.

Además Premaat ya no es exclusiva para los profesionales de la Ar-quitectura Técnica. La apertura ha comenzado y los primeros en poder afiliarse, sin pertenecer a la profesión, son los familiares de los Apareja-dores y Arquitectos Técnicos. También se retoma la antigua excepción, según la cual, pueden pertenecer a Premaat los empleados de las insti-tuciones de la profesión. Aún faltan 15 años para que los Estatutos y el Reglamento recojan la apertura total de Premaat.

Los órganos de Previsión Mutua se organizan ahora de forma distin-ta. Hay dos órganos rectores –la Asamblea General y la Junta de Go-bierno–, cuatro órganos complementarios –Asambleas Territoriales de Mutualistas, Comisión de Control, Comisión Arbitral y Representacio-nes Territoriales–, y una Gerencia.

En el Capítulo IV, dedicado a los Recursos Económicos, se establece que, una vez al año, se llevará a cabo “una auditoría externa de la que se dará conocimiento a todos lo mutualistas que los deseen”. Para ga-rantizar el “normal y pleno funcionamiento de sus obligaciones y fines sociales”, Premaat constituye un Fondo Mutual de cinco millones de pesetas y las reservas patrimoniales que se nutren con las cantidades destinadas por las Asambleas Generales.

Respecto a las Provisiones Técnicas –destinadas a garantizar el pago de las prestaciones– se dotan conforme al cálculo que realiza un ac-tuario de seguros, quien debe informar sobre desviaciones estadísticas, demográficas o financieras que aconsejen modificaciones en cuotas o prestaciones, en orden a la viabilidad del sistema de previsión.

El nuevo Reglamento se presenta con esta reforma estructurado de una manera diferente, ya que se divide en dos tomos: “Reglamento Electoral y de Funcionamiento de los órganos de Premaat” y “Reglamento para Inscripciones, Cuotas y Prestaciones”.

En el primero se detalla, punto por punto, cómo deben desarrollarse las Asambleas, las elecciones y las comisiones. Se establecen, por ejemplo, normas claras para los debates: “En cada punto del orden del día, el presidente de la mesa concederá la palabra a quienes vayan a

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informar”. En estas intervenciones –exclusivas para los miembros de la Junta de Gobierno o de las Comisiones– “se procurará no rebasar los 15 minutos por intervención”.

Con el fin de optimizar los tiempos y hacer que los debates sean más ordenados y productivos, “ningún asambleísta podrá intervenir sin ha-ber pedido y obtenido autorización para el uso de la palabra. Nadie po-drá ser interrumpido durante su intervención sino para ser llamado al orden”. El presidente de la mesa tiene la facultad de retirar la palabra al orador que se exceda de los limites reglamentarios y, contra las ponen-cias presentadas, cualquier mutualista puede proponer las enmiendas –a la totalidad o parciales– que crean oportunas.

En las votaciones, la Asamblea General adopta acuerdos con arreglo a uno de los siguientes procedimientos de votación: a mano alzada, nominal sin papeleta o nominal con papeleta (votación secreta). El pre-sidente de la mesa decide el procedimiento a utilizar pero también pue-den proponerlo 50 mutualistas con derecho a voto, tres delegados de demarcaciones territoriales diferentes –que representen al menos a 50 mutualistas– o la Junta de Gobierno.

Durante el transcurso de las votaciones se cierra la sala, no se concede la palabra ni se permite entrar o salir a ningún asambleísta. En las vota-ciones nominales sin papeleta el secretario cita por orden de posición a todos los mutualistas y delegados con derecho a voto, indicando el número de sufragios que ostentan.

Los candidatos que opten a presidente disponen de 20 minutos para su exposición. Para el resto de cargos el tiempo se reduce a la mitad. Fina-lizado el turno de intervenciones, si se han producido alusiones perso-nales, el presidente de la mesa puede conceder la palabra, por espacio de tres minutos, a los aludidos. Y, en aras de la descentralización, en la Junta de Gobierno no puede haber más de un miembro de una de-marcación territorial, a no ser que esta supere los 1.000 mutualistas, en cuyo caso, podrán ser dos.

La segunda parte del Reglamento, “Inscripción, Cuotas y Prestaciones”, introduce el concepto de la derrama pasiva que se puede implantar cuando en un ejercicio “existan pérdidas”. Su importe se establece en función de las cuotas que cada mutualista haya estado obligado a sa-tisfacer en dicho ejercicio.

Continúa habiendo tres situaciones en las que se pueden encontrar los mutualistas: activos, pasivos y en suspensión de coberturas (antes deno-minada “en suspensión de derechos”). Las bajas de los mutualista se pro-ducen a petición propia o por impagos –de tres cuotas mensuales conse-cutivas, de la derrama pasiva o de las aportaciones obligatorias al Fondo Mutual, estas dos últimas en el plazo de 30 días dede su requerimiento–.

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Las prestaciones quedan encuadradas en el Grupo Básico y en los Gru-pos complementarios. La inscripción en los segundos pasa necesaria-mente por la pertenencia al primero y el cuadro de contingencias que atiende queda definido así:

- Jubilación. En el Grupo Básico, Complementario 1.º y Comple-mentario 2.º.

- Invalidez: En el Grupo Básico y Complementario 1.º.

- Defunción. En el Grupo Básico y Complementario 1.º.

- Viudedad. En los Grupos Complementarios 1.º y 2.º.

- Hijos minusválidos. En el Grupo Básico y Complementario 1º.

- Orfandad. En el Grupo Básico y Complementario 1º. Si el huér-fano es minusválido, la percepción se dará – en mayor o mejor porción– en ambos grupos.

- Nupcialidad. En el Grupo Básico y Complementario 1.º.

- Natalidad. En el Grupo Básico y Complementario 1.º.

- Accidente e infartos. Se resarcen gastos satisfechos en el Gru-po Básico hasta una cantidad e, ilimitadamente, en el Comple-mentario 1.°.

- Bajas temporales a consecuencia de accidente, infarto o ma-ternidad biológica. Indemnizaciones en el Grupo Básico y Complementario 1.º.

- Seguro de vida. En el Complementario 2.º.

La pensión de invalidez y la incapacidad temporal –ambas incompa-tibles con la de jubilación y entre sí– no incluyen los casos en los que la causa de las lesiones sean riñas (salvo en defensa propia), drogas (excepto por prescripción médica), embriaguez, deportes de alto riesgo, apuestas, récords o tentativas de récords. El seguro de vida –de mo-mento exclusivo para el Grupo Complementario 2º– se crea en benefi-cio de las personas designadas expresamente por el mutualista –o, en su defecto, de sus herederos testamentarios o legales directos– cuan-do el titular fallezca antes de cumplir los 65 años edad.

“Como un torpedo en la línea de flotación”

Medín Guyatt daba por finalizado su mandato reglamentario a los tres años de ser elegido pero se queda un año más: “El hecho de no haber sido aceptada mi dimisión por la Junta de Gobierno en la tarde noche del pasado 25 de marzo me ha obligado a intentar culminar el proceso estatuario que a todos nos ocupa. Una vez aprobada la reforma, me perdonaréis que me vaya, pues siempre he defendido que las personas

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debemos estar poco tiempo en un mismo cargo y la rotación es una práctica muy saludable para la oxigenación de nuestras instituciones”.

“No puedo terminar esta intervención sin dedicar mis mejores palabras de agradecimiento, muy sincero, en nombre de todos, al personal de Pre-maat . Ha sido un año muy duro pues, además del trabajo cotidiano, se ha sumado el enorme esfuerzo derivado de la Reforma Estatuaria. Sin exigir, he exigido. Sin querer forzar, me di cuenta de que he forzado. Sin la mí-nima queja. La respuesta ha sido más que efectiva, con una anticipación y visión de la jugada que sólo saben hacer los verdaderos profesionales. Al personal de los colegios, a los asesores, auditores, comisionados y, muy especialmente, a una Junta de Gobierno que siempre ha puesto el sacrificio personal en beneficio de los demás, muchas gracias a todos”.

Han pasado 24 años, pero Roberto Medín Guyatt sigue pensando exac-tamente igual que entonces, y acompaña sus declaraciones con el agra-decimiento que siente por quienes trabajaron a su lado: “Las relaciones humanas siempre están por encima de cualquier otro interés porque, si no hay sinergia, el equipo no funciona. No puedo olvidar a Jesús Media-villa Hernáiz, nuestro director de inversiones, una persona sensacional; tampoco al director administrativo y jefe de contabilidad, el gran Julio Hernández Torres, sin duda el alma de Premaat, que empezó aquí casi en pantalón corto y terminó como Director General, o a Marichu Casado Beloqui, una secretaria de la década de los 60, ya jubilada, pero que fue otra institución… y a tantos otros. Premaat siempre ha contado con los mejores”.

El 22 de marzo de 1996 se produce la renovación completa de la Junta de Gobierno. El nuevo presidente es Rafael Cercós Ibáñez (Barcelona, 1942), Aparejador y perito industrial eléctrico; colegiado en Barcelona y mutualista en Premaat desde 1963, desempeña, a partir de este año y hasta la fecha, el ejercicio libre de la profesión de Arquitecto Técnico. Ha intervenido en más de un centenar de grandes obras públicas y pri-vadas y posee una dilatada trayectoria profesional en las instituciones profesionales, habiendo desempeñado, entre otros, los cargos de Re-presentante-Delegado en las Asambleas de Premaat por el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Barcelona (1972-1994) –pues-to este último que recupera en 2006 y entre 2009 y 2011–; presidente de MUSAAT (2011), donde también fue vocal n.º 2 (1993-1996); colabora-dor con el Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña (ITEC), docente de la UNTEC…

El nuevo presidente es un treintañero cuando, en 1972, presenta su can-didatura para el puesto de contador de Premaat, unas elecciones que pierde por 25 votos. Es en ese mismo año cuando se convierte en el Re-presentante por Barcelona en las Asambleas Generales y pasa a integrar la Comisión de Estudios III, encargada de elaborar la reforma estatuaria de 1978. Durante el encuentro para la redacción de este libro-aniversario,

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Cercós rememora aquellos años: “En ese entonces Mutua aún estaba en la calle Carretas y los actuarios trabajaban con palotes y calculadoras de manivela. Vimos la necesidad de modernizarla y de implantar presta-ciones importantes como la de jubilación. La comisión para la reforma estaba compuesta por un tándem de jóvenes –como Enrique Rodríguez Balbín, presidente del Colegio de Asturias y yo– y por algunos de los

Rafael Cercós Ibáñez, presidente entre 1996 y 2005.

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históricos, de Mutua y de la profesión, como el tesorero Manolo Ren-dón, de Cádiz, el secretario Andrés Ortega Rovira, al que llamábamos Don Sepelio [mote con el que se le conocía porque era quien comproba-ba las derramas por defunción]…”.

Cercós Ibáñez permanece como Delegado por Barcelona durante 22 años, un cargo que sólo abandona cuando cede a las presiones de sus colegas para presentarse a la presidencia de Premaat: “Era un momen-to complicado, se estrenaba la nueva ley del 95 que nos forzaba a mo-dificar toda la estructura económica tendiendo a la capitalización indi-vidual. Se necesitaba a alguien que conociera bien la entidad y la nueva situación. Me pidieron que me presentara. Ya había tenido otras opor-tunidades y siempre había dicho que no, pero en ese momento hice lo que me parecía que había que hacer”.

En 1996, la gran novedad que trae aparejada la nueva ley es la alternati-vidad con el régimen de autónomos (RETA). Hasta entonces, los Arqui-tectos Técnicos no podían cotizar como trabajadores por cuenta propia en el régimen de la Seguridad Social. Para trabajar como profesionales independientes, debían colegiarse y darse de alta en Premaat, no tenían otra opción. En 1995 esta situación da un vuelco. Premaat es ahora una alternativa. Se da la posibilidad de estar en el RETA, en Premaat, o en los dos sistemas. Previsión Mutua, pasa de no tener competencia, a que el mutualista pueda elegir dónde prefiere cotizar.

Pero estas son las condiciones que plasma la redacción final de la ley, por-que su versión anterior era muy diferente. En un principio, la nueva norma obligaba a los profesionales liberales a cotizar en RETA sin darles opción de hacerlo en su mutualidad. La situación es espinosa. Tanto, que amena-za con dinamitar todo el sistema de las mutuas profesionales y tiene en vilo al colectivo durante meses. En la Asamblea General Ordinaria del 28 de junio de 1996, Cercós Ibáñez lo expresa de esta forma: “Durante el año 95, el hecho más decisivo para el mutualismo de Previsión Social ha sido la aprobación de la Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados. Quiero destacar que, de no haberse modificado en su redacción inicial, el proyecto de ley publicado en el Boletín Oficial de las Cortes del 3 de marzo del 95, hubiera puesto en peligro la viabilidad futura del mutualismo”.

Hoy, 23 años después de aquellas declaraciones, su descripción de aquel momento no es menos dramática: “Tal y como se planteó en un principio, la ley habría sido un torpedo a la línea de flotación de Premaat. Hubiéramos liquidado las obligaciones que teníamos y poco más. Afor-tunadamente, hubo una gran acción por parte de varias organizaciones profesionales, la Federación de Mutualidades y la minoría catalana par-lamentaria –lo que era Convergencia entonces– que consiguieron una enmienda transaccional en el Senado. Y ese fue el balón de oxígeno que nos permitió seguir adelante”.

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Un año mas tarde aparecen publicados los nuevos Estatutos que, en su artículo 43º, ya plasman esta alternatividad: “Las prestaciones eco-nómicas que Premaat establezca, otorgue o reconozca en favor de sus mutualistas, beneficiarios y derechohabientes, serán compatibles y to-talmente independientes de las que constituyen los restantes sistemas de previsión, públicos o privados”.

En el tranvía de Internet

En 1996 Premaat se conecta por primera vez con sus mutualistas de manera virtual. Acaba de llegar a España la red mundial Ibertex que, a través de un ordenador y un módem, permite tener acceso a Internet por 27 pesetas el minuto. Correo electrónico, una red de 500 centros entre los que hay comercios, bancos, el BOE, Ayuntamientos, publicaciones… Visto con perspectiva, este servicio era, en palabras de Cercós, “como el tranvía de Internet” ya que “funcionaba fatal”. El presidente de aquel entonces explica que, “en cuanto es posible”, Premaat se engancha a sistemas más modernos: “en la medida de sus posibilidades, Premaat siempre ha estado a la cabeza en cuestiones informáticas. Ya en 1998 contaba con página web. Una de las primeras cosas que hice al llegar a la presidencia fue racionalizar las asesorías externas. Eliminé mu-chas, entre otras la asesoría informática. Es entonces cuando entran a formar parte de la plantilla los gemelos Jose Luis y Javier Rodríguez” quienes aún hoy trabajan para la entidad.

Otro gran momento de esta década es el Premio Nacional Guillén de Rohan que se organiza en 1996 en homenaje a la figura del primer Apa-rejador del que se tiene recuerdo –fallecido en 1431 en Valladolid–. “El

Imagen de la página web de Premaat en 1998.

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mundo rural y su construcción tradicional” es el eje del concurso. Los estudiantes de Arquitectura Técnica presentan un total de 192 trabajos. “La gran calidad de los proyectos genera”, declara Cercós Ibáñez a la revista CERCHA en su día, “verdaderos debates entre los jurados de las propias escuelas y aumenta la dificultad de decisión del jurado nacional para escoger el trabajo ganador”.

La entrega de los premios de esta primera edición se organiza en Valla-dolid. “Molinos de agua. Zarzalejo”, presentado por tres alumnas de la EUAT de Madrid, obtiene el Primer Premio Nacional: un millón de pese-tas, medalla, diploma, 100.000 pesetas capitalizadas en el Grupo Com-plementario 2º para sus futuras jubilaciones y tres años de cuotas en el Grupo Básico.

“Las casonas de carreteros de la Junta y Hermandad de la cabaña Real Burgos-Soria”, de alumnos de la Escuela Politécnica Superior de Bur-gos, es el proyecto ganador de la segunda edición. En esta ocasión la entrega de premios tiene lugar en el majestuoso Paraninfo de la Univer-sidad de Alcalá de Henares y es definido por el presidente Cercós como “uno de los momentos más bonitos vividos en mi mandato”.

El Premio Guillén de Rohan se convierte en una buena herramienta para que los estudiantes de Arquitectura Técnica –cantera fundamental de futuros mutualistas– conozcan las ventajas de Premaat como alter-nativa al sistema público de previsión. Cuenta con el apoyo del Parla-mento Europeo y de la UNESCO –en cuya sede de París se inaugura la exposición itinerante de los trabajos ganadores de la segunda edición, que posteriormente recorren las escuelas de Arquitectura Técnica– y el entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, es su presidente de honor. Sin embargo, debido a los elevados costes que suponen y a la falta de patrocinios, los premios Guillén de Rohan no llegan a tener una tercera edición.

Un logro muy relevante para los Aparejadores y Arquitectos Técnicos afiliados a Premaat se produce en 1997. Aunque la sanidad pública se financia con los impuestos de todos los ciudadanos, los profesionales que ejercen su actividad por cuenta propia y cotizan en las mutualida-des de previsión específicas de su colectivo, no tienen aún derecho a esta asistencia sanitaria. Sin embargo, debido a su persistencia, Pre-maat se convierte en la segunda mutualidad en conquistar este dere-cho –la primera fue la de la abogacía–. Tras años de espera y meses de negociaciones Previsión Mutua firma por fin un convenio para in-cluir –previo pago– la asistencia sanitaria pública y la farmacéutica. El presidente Cercós explica, a la revisa CERCHA de ese año las ventajas de este concierto económico: “Se pueden acoger a este servicio todos los Aparejadores o Arquitectos Técnicos que estén afiliados a Premaat. No existe ningún otro requisito especial. Al contrario de lo que ocurre con muchos convenios establecidos con otras entidades, no existen

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carencias, no hay cuestionarios de salud y pueden darse de alta en este régimen, tanto los asociados activos, como los pasivos, sin límite de edad y sin pasar ningún reconocimiento médico”. El coste por unidad familiar para acceder a la asistencia en la Seguridad Social es de 12.780 pesetas “en cheque nominativo a favor de Premaat que retiene la mu-tualidad en concepto de garantía de pago mientras se continúa afiliado al concierto y que es devuelto o compensado en el momento de la baja”.

Se trata de un logro importante. La cobertura sanitaria, calificada por el presidente de la mutualidad como una “preocupación histórica”, ya em-pezó a intentar resolverse en 1978, cuando se introdujo la posibilidad de contratarla con entidades sanitarias privadas. Posteriormente se llegó a acuerdos con Medibank, la Clínica de Navarra, Sanitas y FIATC, pero las negociaciones con la sanidad pública no llegan a buen puerto hasta 1997.

Como en Premaat los retos no dejan de aparecer, dos años después el presidente adelanta algunos de los temas clave que se avecinan, uno “de obligado cumplimiento” y otro que la Junta de Gobierno considera como “la mejor de las opciones”.

El primero es la transición de la capitalización colectiva a la individual: “Pese a que existen demandas para que el actual Grupo Básico pase a capitalización individual, plantearlo en esta reforma hubiera supues-to un esfuerzo considerable y, por el efecto sobre los mutualistas de mayor edad, no se ha considerado oportuno acometerlo”. Las leyes re-cientemente aprobadas obligan a realizar este cambio para las nuevas incorporaciones y Premaat ya planea la creación de un nuevo grupo de afiliación obligatoria en capitalización individual que se llamará Grupo 2000 a partir del año siguiente.

Logotipo de Premaat estrenado en 1999y detalle de cómo apareció reseñado en el número 55

de CERCHA (junio de 2000), sobre fondo de color.

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El segundo tema propuesto para su estudio es el cambio de edad de jubilación: “La realidad es que cada año que pasa se cobra más pensión sólo por el hecho de que se vive más tiempo”, explica Cercós Ibáñez y añade que, para no aumentar las cuotas y poder atender mayores prestaciones, disponiendo de rendimientos mucho menores, “la mejor solución que encuentra la Junta de Gobierno es retrasar la edad de ju-bilación en un futuro no muy lejano”.

A punto de iniciarse un milenio, Premaat ya tiene nuevas metas que cumplir mientras aprueba un presupuesto para el año 2000 que arroja una previsión de ingresos de 40.066 millones de pesetas y una estima-ción de gastos de 39.992 millones.

Carta del contador Joaquin Baucells Cases al presidente Rafael Cercós Ibáñez.Asamblea General Ordinaria. 30 de junio de 2000.

Amigo Rafael:

Decía hace tres años, como dice una jota aragonesa, `venimos simplemente a

trabajar…´ Sin embargo, como buen catalán, nuestro presidente sabe que no es lo mismo

trabajar que hacer tarea por lo que, como contador, y en el uso de mis obligaciones,

establecimos –siempre acorde con los servicios administrativos– una metodología

de control del gasto y de la inversión…

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CAPÍTULO 8

Imagen de la sede de la Calle Juan Ramón Jiménez 15 de Madrid, donde Premaat se traslada en 2006.

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Bienvenidos al Grupo 2000

Con la llegada del nuevo año no se produce el temido apagón informá-tico, todo continúa funcionando y el Efecto 2000 se queda en nada. Este año es el principio del fin del avión supersónico Concorde, se aprueba la Ley de Extranjería y se extiende el mal de las vacas locas. La carrera por los dominios ha comenzado, es la década de las puntocom, en la que casi todo puede tener su versión virtual y, con la comercialización a gran escala de los teléfonos móviles, llega la novedad de las llamadas perdidas y los sms.

También se acuñan 52.000 millones de monedas y se fabrican 14.890 millones de billetes para que la nueva moneda única europea esté en circulación en 2002. Cuatro años antes de que esto suceda, el 24 de abril de 1998, la Junta de Gobierno de Premaat registra en las actas la ela-boración de un informe sobre “la influencia que va a tener la entrada en vigor del euro” y aseguran que, informáticamente, “está todo previsto”.

Pero en Premaat las novedades son muchas y de más calado. La im-plantación del sistema de capitalización individual se inaugura con el Grupo 2000. A este plan –el primero que funciona con este sistema– es al que deben afiliarse los mutualistas que llegan después de 1999. El Grupo Básico se mantiene para los que ya estaban en él, pero cerrado a nuevas altas.

En su Diccionario Mutual, Premaat explica a los afiliados la diferencia entre capitalización colectiva e individual. En el primero de estos siste-mas financieros-actuariales “las prestaciones responden a las circuns-tancias individuales y las cuotas se promedian en función del colectivo. Se obtiene una cuota media para todo el colectivo o, como en Premaat, una cuota media por tramos de edad”. En la capitalización individual, en cambio, tanto las cuotas como las prestaciones se calculan de forma individualizada para cada mutualista, atendiendo a sus especiales ca-racterísticas, tales como edad, sexo, etc.”.

También se crea el Reglamento de Prestaciones Sociales que recoge las coberturas de carácter solidario para las cuales todos los mutualistas si-guen aportando una parte de sus cuotas. La antigua prestación de viude-dad desaparece –aunque se sigue ofreciendo en el Grupo Complemen-tario 2º, con cargo al capital de fallecimiento– y se incrementa hasta los 68 años la edad de jubilación en los Grupos Básico y Complementario 1º.

Repasando ahora las decisiones que se adoptaron en aquellos mo-mentos, Rafael Cercós destaca las más duras que recuerda: “Aligerar las prestaciones al máximo, eso es lo que más me costó pero, de otro modo, nos veíamos abocados a una situación muy complicada. Retra-sar la edad de jubilación fue también una medida muy difícil, estuvimos aguantando hasta el último momento para adoptarla, pero era del todo

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necesaria. Cuando fue aprobada muchos aparejadores hicieron sus cálculos –lo que perdían contra lo que dejaban de pagar– y decidieron pedir la jubilación anticipada”.

En la Asamblea General Ordinaria de junio del año 2000 el presidente lee en voz alta una carta que llega de Zaragoza y que sume al auditorio en la congoja: “Amigo Rafael: Ruego que en la Asamblea General de Previsión Mutua se lean estas líneas como despedida personal”. Así empezaba la misiva escrita por Joaquín Baucells Cases, contador des-de 1996 de Premaat y que había sido presidente del colegio de Zarago-za y del Consejo de Aragón.

En su escrito, el contador exalta “el cariño de la institución y el apoyo al débil” y continúa así: “Últimamente el estado de mi salud no ha sido lo más satisfactorio deseable, siento no haber podido dar de mí lo mejor, en especial en estos últimos meses, pero no dudéis de que ha sido lo mejor que tenía. He procurado devolver a mi profesión tanto como ella me ha dado, aunque estoy seguro de que jamás lo conseguiría”.

“Como dice una jota aragonesa, `Venimos simplemente a trabajar…´ Sin embargo, como buen catalán, nuestro presidente sabe que no es lo mismo trabajar que hacer tarea por lo que, como contador, y en el uso de mis obligaciones, establecimos… (…) Gracias por vuestro interés por mi estado de salud. Lucharé día a día con la ayuda de Dios. Mi más sincero abrazo de agradecimiento para todos”. La carta completa es leída en la Asamblea cuando Joaquín Baucells Cases ya ha fallecido, lo que aumenta la emoción en el salón El Prado del Hotel Meliá de Madrid. Cercós Ibáñez no olvida aquellas conmovedoras líneas: “Joaquín Bau-cells y yo habíamos congeniado muy bien y su pérdida fue importante. Era un gran profesional, un claro presidenciable que había estado em-papándose de todas las reformas. Habría sido un buen candidato, igual que González Juez, que fue el presidente después de mi marcha”.

En esta misma Asamblea se presenta por primera vez a un cargo de la Junta de Gobierno una mujer. La Arquitecta Técnica Gloria Sendra Coleto es elegida vocal 1ª –cargo que aún ocupa en la actualidad– con 1.553 votos a favor frente a dos candidatos hombres que obtienen 1.211 y 429 votos.

Estos años Hacienda devuelve a Premaat 867 millones de pesetas co-rrespondientes a las retenciones sobre rendimientos de capital inmo-biliario practicadas en los ejercicios 96, 97 y 98. Durante los últimos meses del 2000 Premaat ha estado sometida a una inspección. La Di-rección General de Seguros ha realizado un recálculo de la totalidad de su cartera y no propone ningún ajuste, considera “correcta la valoración realizada por Premaat” e incluye el siguiente comentario: “La entidad ha sido extremadamente prudente en la aplicación de las primas de ho-mogeneización, optando por aplicar la penalización más alta a la hora

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de determinar el grupo de calificación y, por consiguiente, la prima a aplicar”. La Junta de Gobierno entiende que el resultado de la inspec-ción representa “un importante refrendo a la gestión económica y de solvencia de la mutualidad, a la reforma y a las adaptaciones seguidas en los últimos años”.

El 23 de febrero de 2001, fallece quien fuera el cuarto presidente de Pre-visión Mutua. Juan Manuel Hoyos Moreno es recordado en la Asamblea General Ordinaria de junio, la misma reunión en la que Jesús Manuel González Juez –futuro presidente y que hasta ahora era tesorero de la entidad– es nombrado secretario.

Con los deberes hechos

2001 y los siguientes años de esta década están marcados por la ca-dena de ataques terroristas contra Estados Unidos, reivindicados por Al Qaeda. El 11S se salda con cerca de 3.000 muertos, la destrucción de las Torres Gemelas de Nueva York y graves daños en El Pentágono. Se desata la denominada “guerra contra el terrorismo”, declarada por George W. Bush. Llegan los conflictos bélicos en Afganistán e Irak que provocan el derrocamiento de los regímenes Talibán y de Saddam Hus-sein respectivamente pero que no impiden que Al-Qaeda siga provo-cando miles de muertes en todo el mundo. Esto incluye, tres años más tarde, los atentados del 11M en cuatro trenes de cercanías de Madrid donde fallecieron 193 personas y alrededor de 2.000 resultaron heridas. Todos estos trágicos hechos no son pasados por alto en los informes que elaboran las distintas Juntas de Gobierno y que hacen hincapié en las consecuencias globales que traen consigo.

En 2002 se produce la catástrofe del petrolero Prestige, Cuéntame es la serie de más éxito, Mario Conde vuelve a la cárcel y el Hotel Bali (Beni-dorm, Alicante. 186 metros) se convierte en el rascacielos más alto del país, sobrepasando a la madrileña Torre Picasso. En el año en el que la peseta ha sido retirada y el euro circula en solitario, las cifras de la Con-federación Española de Mutualidades apuntan a la consolidación del sector mutual. En España funcionan 442 entidades las cuales suman más de dos millones de afiliados y acumulan unos activos de más de 17.000 millones de euros.

Un año más tarde el Gobierno finaliza el nuevo reglamento específico para las entidades de previsión social que viene a sustituir el vigente, de 1986. Las mutualidades deben dejar de funcionar en capitalización co-lectiva en un plazo máximo de diez años. Para entonces –diciembre de 2012– todos los mutualistas deberán estar en capitalización individual pero, de momento, conviven los dos sistemas: el individual en el nuevo Grupo 2000 y el colectivo en el Grupo Básico y en el Complementario 1.º.

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Estamos en 2003 y Premaat sabe que dispone de tiempo, pero no quiere dejar los de-beres sin hacer. Estudian el método más equitativo que permita el tránsito definitivo con el mínimo esfuerzo. El presidente lo califica de “hito importante en la historia de la mutualidad” y manifies-ta el deseo de acometer los cambios sin que supongan “conmoción para el colectivo”.

Después de muchos informes, estudios, dictámenes y reuniones, se elabora una propuesta de reforma estatuaria y reglamentaria que no supone aumento de cuotas ni reducción de prestaciones, conserva los derechos económicos de los mutualistas y amplía las ayudas de carác-ter social (al mantenimiento de las prestaciones de orfandad y ayuda por hijos y huérfanos minusválidos contribuyen todos los mutualistas de forma solidaria mediante una aportación que incorpora la cuota or-dinaria).

El nuevo sistema trae consigo ventajas como la participación en bene-ficios –con la consiguiente mejora final de las prestaciones– y la con-servación de derechos económicos cuando un mutualista cause baja, pues les serán reconocidos cuando efectúe su reingreso.

Ya con las tareas hechas, Premaat se convierte en la primera Mutuali-dad en presentar su plan de trasvase a la Dirección General de Seguros. El presidente Cercós adelanta que no tendrán dificultades en cumplir los objetivos impuestos y que, al término del trasvase, los mutualistas no sólo conservarán sus derechos sino que los consolidarán: “Creemos que han concluido los tiempos de sustos para los mutualistas y que, por el contrario, estos comenzarán a recoger los frutos de los esfuerzos precedentes desde la solvencia alcanzada”.

La Subdirectora General de Ordenación del Mercado de Seguros de ese momento, Elena Tejero Ortego, es la encargada de recibir y verificar los pla-nes de reconversión de las mutualidades. Así lo informa a la Asamblea el presidente de Premaat: “Están aún pendientes de recibir más planes para establecer un criterio y contestar sobre la viabilidad de los mismos aunque nos consta –de una manera extraoficial– que el órgano de control tiene una excelente valoración del plan presentado por nuestra mutualidad”.

La cifra que arroja el coste de esta importante transformación es de 39,5 millones de euros, diferencia que se amortizará linealmente duran-te los siguientes de 10 años. En España ya hay 55 Colegios de Apareja-

Rafael Cercós, en una charla en un Colegio.

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dores y Arquitectos Técnicos y el censo de Premaat sigue creciendo. En el Grupo Básico es de 25.981 mutualistas (2.388 de ellos pasivos). En el Grupo Complementario 1º la cifra es de 4.793 inscritos (1.121 pasivos) y en el nuevo Grupo 2000 ya son 4.151afiliados.

El Supremo da la razón a Premaat

Hace ya tiempo que numerosos Delegados manifiestan, en sucesivas Asambleas, la necesidad de cambiar el Reglamento para que el presi-dente pueda continuar en su cargo una vez cumplido su mandato de tres años y se evite así su salida en medio de reformas importantes. No consideran lógico que, por una limitación estatuaria, un presidente que viene desarrollando su labor con eficacia se vea obligado a dejar el cargo. Entienden además que debe ser la propia Asamblea General la que decida a este respecto.

El presidente Cercós, que ha venido agradeciendo todas estas mani-festaciones de apoyo, remarca que, para poder acometer este cambio, es imprescindible la convocatoria de una Asamblea Extraordinaria que reforme los artículos estatuarios y que tendría que presentarse “como candidato a la reelección, en libre competencia con cualquier mutualis-ta que desee hacerlo”.

Todo esto tiene lugar en la Asamblea General Extraordinaria que se ce-lebra en el salón El Prado del Hotel Meliá Castilla de Madrid el 1 de mar-zo de 2002. La reforma que permite la reelección de cargos es aproba-da y atañe de la misma manera al presidente, a los vocales designados por el Consejo General, a los miembros de la Comisión de Control y a los titulares de la Comisión Arbitral.

Sólo 20 días más tarde, en una nueva Asamblea General Extraordinaria, se presentan las dos candidaturas recibidas para el cargo de presiden-te: la del actual, Rafael Cercos Ibáñez (Barcelona) y la de Luis Díez de Tejada (Madrid). Ambos exponen su programa y se pasa a la votación secreta con papeleta que arroja los siguientes resultados: “Votos a fa-vor de Diez de Tejada: 9 votos. Votos a favor de Cercós Ibáñez: 2.327 vo-tos. Votos en blanco: 225. Votos nulos: 10”. Y es así como Rafael Cercós continúa con su mandato.

“Entré a presidir Premaat en un momento complicado”, observa en nuestra entrevista el expresidente. Y no exagera. Los cambios que debe acometer la mutualidad son tantos y tan profundos que, en sus nueve años de mandato, se aprueban hasta cuatro reformas Estatutos y Re-glamento y una modificación.

Además de continuar con el tránsito del sistema colectivo al individual, estas reformas mantienen el retraso en la edad de jubilación a los 68

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años en el Grupo Básico y Complementario 1º –aunque los mutualistas pueden optar por la jubilación anticipada a los 65 años– y se abre la posibilidad de percibir algunas prestaciones de manera mixta (40 por ciento en forma de capital y 60 por ciento en renta).

Se establece la baja en la mutualidad cuando el afiliado perciba la ju-bilación o la invalidez en forma de capital “ya que es una incoherencia mantener su relación jurídica con la mutualidad cuando quedan extin-guidos el objeto de su contrato al no tener derecho a causar ninguna prestación más”.

También se eleva de tres a 25 el número de representaciones que pue-de ostentar un mutualista; la Junta de Gobierno recupera la potestad de aprobar los presupuestos y la convocatoria de las Asambleas debe anunciarse en un periódico de tirada nacional.

Esta última disposición se suma a los canales tradicionales de comuni-cación directa con los mutualistas a quienes, con tantas novedades, les surgen muchas preguntas. Como es su costumbre, Premaat las atien-de por teléfono y presencialmente en sus oficinas, los empleados de los Colegios de Aparejadores también resuelven diversas consultas sobre Mutua, al igual que el Buzón del Mutualista, de la revista CERCHA:

“Soy mutualista del Grupo Básico. Tengo 64 años y en estos días he recibido el nuevo Reglamento, donde observo el cambio de jubilación a los 68 años y la posibilidad de hacerlo anticipadamente a partir de los 65. ¿Qué tengo que hacer? ¿De qué plazo dispongo para optar a esta posibilidad?”

Y Premaat responde: “El nuevo Reglamento de Premaat establece en la disposición transitoria quinta que los mutualistas que en enero de 2000 tuvieran cumplidos 60 años tendrán un plazo de seis meses para acogerse a la opción de jubilación anticipada. Dado que usted tiene 64 años puede enviar un escrito a nuestra oficinas solicitando tal adelanto antes de finalizar el período establecido”. Esta comunicación con los mutualistas toma un gran impulso en 2003 cuando se produce la im-plantación masiva de internet y Premaat renueva su web. Ahora tiene cinco pestañas principales: General, Mutualistas, Colegios, Noticias y CERCHA. Además de poder consultar toda la información referente a la entidad, los mutualistas tienen acceso, mediante clave privada, a noti-cias, períodos cotizados, facturación de cuotas, prestaciones percibi-das, simulaciones… Permite la intercomunicación entre usuarios gra-cias a los foros y al chat.

Otro hecho importante en la historia de Premaat se produce este año. La entidad decide presentar, junto a otras dos mutualidades –la de los abogados y la de los procuradores–, un recurso contencioso adminis-trativo contra parte del articulado del Reglamento de Mutualidades de Previsión Social que el Gobierno ha publicado hace sólo dos meses.

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Solicitan la anulación del párrafo del artículo 17º que declara incom-patibles las prestaciones que ofrecen las mutualidades con las del Régimen Especial de la Seguridad Social de Trabajadores Autónomos (RETA). Gracias a la rápida acción conjunta de Arquitectos Técnicos, abogados y procuradores en los tribunales, se logra un veredicto his-tórico. El Tribunal Supremo estima el recurso y anula el párrafo cues-tionado. Gracias a esta victoria judicial, los Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Premaat que escojan estar dados de alta en RETA para sus cotizaciones a la Seguridad Social pueden tener a Premaat como com-plemento, una simultaneidad que la autoridad pretendía negar, obligan-do al profesional que escogía el RETA a darse de baja en Premaat.

“Iniciativa, firmeza, capacidad e imaginación”

Antes de pasar al orden del día, en 2004 la Asamblea manifiesta su “más profundo dolor y solidaridad con las víctimas y con los familiares afectados por los brutales y atroces atentados terroristas sufridos en Madrid el pasado 11 de marzo”.

Premaat acaba de cumplir 60 años con 29.336 mutualistas activos cuan-do es objeto de un intento de estafa. En septiembre de 2004 el director de inversiones de una entidad bancaria detecta un cargo sospechoso en una de las cuentas corrientes de la mutualidad. Se trata de una orden de transferencia de 29.716,20 euros enviada por fax desde Valencia con una

Captura de pantalla de la web

de Premaat en 2003.

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firma escaneada de Rafael Cercos y el logotipo de Premaat falsificado. Se interpone una denuncia ante la Comisaría de Tetuán de Madrid y la entidad financiera procede a anular la orden de transferencia.

También en 2004, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero recu-pera el Ministerio de Vivienda –creado en 1957 pero que volverá a ser suprimido en 1975– y nombra titular a María Antonia Trujillo. El BOE publica la regulación de los departamentos y servicios de Atención al Cliente de las entidades financieras, un servicio que Premaat ofrece desde 1987 a sus afiliados a través la Comisión Arbitral. A lo largo de los últimos años el número de reclamaciones recibidas va disminuyen-do y en 2003 no llega ninguna.

Mutua continúa en las oficinas de Castellana 153 pero cada vez se hace más evidente la necesidad de una nueva mudanza. El presidente Cercós lo describe hoy así: “Castellana era el típico lugar que se consigue am-pliar a base de ir fusionando plantas y pisos sueltos en el edificio. Una especie de salón que utilizaba el Consejo para ensobrar y manipular documentos se convirtió en sala de reuniones; los trasteros estaban en la cubierta; la sala de juntas, con todos los retratos de los expresiden-tes, era una habitación pequeña y claustrofóbica; no había despachos suficientes, así que se compartían… Con la reforma que hicimos, la sede se había llevado al límite, estábamos muy apretados, había problemas con el archivo y, en general, era todo muy incómodo”.

“En esta época”, sigue contando Cercós Ibáñez, “el mercado de los in-muebles estaba muy caro, así que se decide vender varias propieda-des que teníamos y se realiza una única compra. Buscamos locales por la zona y encontramos este edificio vacío que era la sucursal de una empresa”. El inmueble en cuestión, situado en la calle Juan Ramón Jiménez, n.º 15 con salida a Doctor Fleming, 34, es adquirido por 900 millones de pesetas y reformado para convertirlo en las nuevas y ac-tuales oficinas de Premaat.

Imagen de las oficinas de la Castellana tras su última

remodelación, antes de que la mutualidad se trasladara a un

edificio propio.

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Como decimoprimer presidente de Premaat, Cercós Ibáñez no llega a estrenar esta sede, ya que su mandato finaliza unos meses antes: “Mi salida de Premaat es otro de los mejores momentos que viví en la entidad. En la Asamblea de mi despedida hubo muchísimos aplausos y no fueron a más porque yo forcé que pararan. Nadie entendió que, estando en plena aureola, no me presentara de nuevo pero yo creí que se cumplía un objetivo y que lo importante ya estaba hecho. Les dejé deberes, eso sí, porque la aplicación del trasvase al nuevo sistema du-raba diez años”.

Previo a los aplausos, el presidente saliente pronuncia su discurso que titula, Un proyecto hecho realidad: “No puedo finalizar mi inter-vención sin intentar resumir los hechos fundamentales que han mar-cado la vida de la mutualidad durante los nueve años en los que he ostentado la presidencia de Premaat, un periodo que culmina hoy con mi satisfacción personal por haber podido cumplir, con la honestidad prometida entonces, los propósitos que me llevaron en 1996 a pre-sentar mi candidatura”.

Antes de despedirse, Cercós Ibáñez repasa de forma pormenorizada las reformas, los logros y las dificultades superadas en este período: “Han sido nueve años plagados de grandes dosis de iniciativa, de firmeza, de capacidad y de imaginación para poder afrontar la evolución natural de Premaat respetando la tradición de nuestra mutualidad sin rupturas ni golpes de timón. Nueve años de prudencia y transparencia, de entre-ga y de satisfacciones en los que hemos percibido la recuperación de la confianza de los mutualistas de Premaat, su mejor activo. Dejo una mutualidad con seguridad para encarar con confianza su futuro, sanea-da y moderna, que ha dado los pasos necesarios para adecuarse a los tiempos, a las crecientes exigencias y asentada con firmeza en el tercer puesto en el ranking de las entidades profesionales”.

Ya metidos en el siguiente punto del orden del día se pasa a la elección, nombramiento y proclamación de los nuevos presidente, secretario y vocal segundo de la Junta de Gobierno. Para el cargo de Presidente se recibe una sola candidatura, la de Jesús Manuel González Juez, de la de-marcación territorial de Burgos, quien dirige unas palabras a los presen-tes exponiendo, a grandes rasgos, el camino que debe seguir la entidad.

Cercos Ibáñez indica que, “siendo única la candidatura a presidente y, a tenor del artículo 27.6 de los estatutos, queda automáticamente electo sin necesidad de proceder a votación, por lo que se adopta el siguiente acuerdo: Nombrar y proclamar presidente de Premaat y de su Junta de Gobierno a Don Jesús Manuel González Juez”.

Antes de finalizar, dentro de los “Ruegos y preguntas”, aún queda tiem-po para las anécdotas cuando el presidente da lectura al escrito pre-sentado por el Colegio de Aparejadores de Menorca, en nombre de sus

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mutualistas, en el que solicitan que las próximas Asambleas Generales no coincidan con las fiestas de su isla: “Piensen que San Juan, en Me-norca, es como San Isidro en Madrid o San Fermín en Pamplona, pero atemperado a nuestra escala”. El presidente responde que, tratar de fi-jar la fecha de la Asamblea General una semana antes o después del día 24 de junio, se presenta con cierta dificultad pero que, no obstante, la Junta de Gobierno toma nota del ruego.

Jesús Manuel González Juez, presidente de Premaat desde 2006.

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La casa de los mutualistas

El actual presidente de Premaat nace en Burgos en 1958 y llega a la pro-fesión por casualidad: “Las dos primeras escuelas universitarias que se abrieron en Burgos fueron enfermería y Arquitectura Técnica”, relata en la entrevista con la que participa en este libro, “yo prefería quedarme en Burgos por un motivo meramente económico así que, de las dos opciones que tenía, escogí la Arquitectura Técnica. En cuanto entré me enganché, me gustó enseguida y cada día me gusta más, de modo que acerté. Tampoco escogí tocar el violín, pero mi madre me apuntó con siete años y también me gustó. Lamentablemente ya no tengo horas li-bres para él”. González Juez dedica su poco tiempo de ocio, sobre todo, a la familia pero también “a esquiar y a practicar un poquito de golf”.

Después de graduarse, en 1981 tuvo su primer trabajo en una fábrica burgalesa: “Empecé vendiendo poliespán. Tenía asignada toda Castilla y León pero la verdad es que se me daba fatal y, como en tres meses no logré vender nada, me tuve que retirar”. Después de eso se encerró para estudiar oposiciones y lograr una plaza como funcionario en la Diputación de Burgos: “Le dediqué dos meses a fondo, incluso me retiré 20 días a un convento de monjas de clausura… Debieron rezar mucho por mi, porque tuve la suerte de aprobar la oposición y, a partir de ahí, arrancó mi carrera”.

Colegiado y mutualista desde 1982, en 1989 es nombrado presidente del Colegio oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Burgos –cargo que conserva en la actualidad– y en 1995 llega a la Junta de Gobierno de Premaat para ocupar el puesto de tesorero. En 2001 es nombrado secretario de la entidad, cargo al que renuncia para poder convertirse en su presidente. Desde hace cuatro años es, además, el responsable de los bomberos de la provincia de Burgos: “Dirigir la Pre-visión Mutua de Aparejadores y Arquitectos Técnicos es mi dedicación favorita y coordinar a los bomberos, mi gran orgullo”,afirma.

El presidente de Premaat corta la cinta de inauguración junto al secretario general de Vivienda, Javier Ramos Guallart.

Imágenes de la inauguración de la sede de Premaat en 2006 publicadas en la revista CERCHA.

Los invitados recorren las instalaciones.

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Al poco tiempo de ser proclamado presidente, en una entrevista a CER-CHA, González Juez define sus retos: “Premaat es una entidad viva, su-jeta a permanentes cambios y, por tanto, es necesario aspirar a más y, paralelamente, mejorar algunos aspectos, entre ellos, la optimización del ratio colegiados/mutualistas, incrementando la afiliación, y seguir intentado conseguir de la Dirección General de Seguros la igualdad de trato fiscal entre las mutualidades y otros sistemas de previsión”.

La Junta de Gobierno se reúne en diciembre de 2005 y aprueba algunas partidas de gastos: “Nuevos saludas y tarjetas de visita: 762 euros. Ob-sequios navideños: 3.467 euros. Mudanza: 8.850 euros, cuantía que se incrementará en 2.500 euros si no se pudiera disponer de ascensor”. El 10 de marzo de 2006 tiene lugar la inauguración oficial de la actual sede de Premaat, situada en pleno distrito financiero de la capital. Se trata de un acto sencillo al que acuden casi todos los presidentes de Colegios profesionales, el presidente del Consejo de Arquitectos Técnicos, José Antonio Otero y, entre otras autoridades, el secretario general de vivien-da, Javier Ramos Guallart. Después del corte de la cinta inaugural y el descubrimiento de la placa conmemorativa, los asistentes realizan un recorrido por las instalaciones y firman el Libro de Honor.

La nueva casa de los mutualistas no tiene ninguna barrera arquitectó-nica, no emite gases contaminantes, es sostenible y respeta el medio ambiente. Consta de cuatro plantas con espacios diáfanos, sus tabi-ques son de madera y cristal, las tarimas del suelo ocultan instalacio-nes y conexiones mientras que el falso techo hace lo propio con los sistemas de calefacción y aire acondicionado que son controlados por ordenador –un sistema pionero en Europa en ese momento–.

Estos primeros años se sitúan en la planta de calle, además de la recep-ción, el departamento de comunicación y el área jurídico-administrati-va. Al resto de niveles se puede acceder por escaleras o por ascensor. En el semisótano se alojan los archivos, las fotocopiadoras, el área de

Los expresidentes de Premaat fueron homenajeados en un acto tras la inauguración del nuevo edificio. De izquierda

a derecha, en primera fila: Jesús Manuel González Juez

(presidente), Roberto Medín Guyatt, Miguel Oliver Alemany,

Manuel Novás Medín. En la fila superior: Rafael Cercós Ibáñez, Jose Luis Bárcena

Basterrechea, Jaime Raynaud Soto, José Antonio Otero

(presidente del Consejo General de la Arquitectura

Técnica de España) y Javier Ramos Guallart (secretario

general de Vivienda).

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mantenimiento y un salón de actos; en la primera, la Gerencia, el área económico-financiera y el departamento informático; en la segunda, los despachos de la Junta de Gobierno, la Presidencia y la Sala de Juntas.

“El bienestar futuro no se improvisa, se planifica en el presente y, para ello, los profesionales de la Arquitectura Técnica disponen del instru-mento para conseguirlo: la Mutua de Previsión Social”, declara González Juez en la ocasión. Finalizado el acto, los asistentes se trasladan al Ho-tel Eurobuilding donde se impone la Insignia de Oro de la entidad a los expresidentes José Luis Bárcena Barsterrechea, Miguel Oliver Alemany, Manuel Novás Medín, Jaime Raynaud Soto, Roberto Medín Guyatt y Ra-fael Cercós Ibáñez “en reconocimiento a su labor y dedicación”.

Audiencia Real

En 2006 ETA declara un alto el fuego “permanente” que dura poco más de nueve meses, se cierra la central nuclear de Zorita (Guadalajara) y Plutón es catalogado como ‘planeta enano’. Este año se aprueba el Estatuto de Autonomía de Cataluña y varias leyes: Propiedad Intelectual, Dependen-cia, Igualdad… Estas dos últimas traen debates y novedades a la entidad.

Premaat lleva mucho tiempo planeando diferentes estrategias desti-nadas a mejorar la atención de sus mutualistas dependientes. En la Junta de Gobierno de diciembre de 2006 el presidente pone de relieve la necesidad de dar soluciones a “las personas que, por razones de edad enfermedad o discapacidad, precisan de la atención de otra u otras personas, o ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria” y considera muy interesante para el colectivo “estudiar la posibilidad de disponer de centros para mayores”. Se produce a conti-nuación un debate entre todos los miembros de la Junta que aportan ideas, iniciativas y propuestas.

Las leyes no tienen por qué traer siempre aparejadas restricciones y ajustes para las mutualidades sino que también pueden hacer que es-tas amplíen derechos o corrijan desigualdades. Cuando la Ley de De-pendencia se publica, Premaat estudia las distintas posibilidades de colaborar con estas ayudas. Ha tenido convenios con grupos de resi-dencias de ancianos en distintos momentos y, años después, empeza-rá a ofrecer su propio seguro de Dependencia.

Otra de las novedades legislativas de este año en España, la Ley Or-gánica de Igualdad –consecuencia de una Directiva del Consejo de la Unión Europea– pretende eliminar las desigualdades o discriminacio-nes que se producen por razones de sexo y prohíbe, entre otras cosas, considerar este factor –o los costes relacionados con el embarazo y la maternidad– como variantes a la hora de calcular las primas y las prestaciones en los seguros.

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“Históricamente”, explica González Juez, “las estadísticas de esperan-za de vida y mortalidad se presentan en tablas que se dividen en hom-bres y mujeres. Las mujeres viven aproximadamente dos años más que los hombres y el cálculo actuarial se hacía de diferente forma para ellas que para ellos. Pero eso hubo que cambiarlo”. Desde la publica-ción de la ley, hay que pagar y cobrar lo mismo, independientemente del sexo del asegurado: “Por ejemplo, la incapacidad por embarazo –una prestación nueva que hemos incluido no hace mucho tiempo– se trata exactamente igual que una baja por incapacidad”.

Un año antes, en 2005, se aprobaba la Ley del matrimonio entre per-sonas del mismo sexo en España, “y ya por esas fechas”, recuerda el presidente de Premaat, “nos llega la primera solicitud para cobrar el subsidio de nupcialidad por parte de dos mutualistas del mismo sexo”.

Llegamos así a 2007, año en el que se registra uno de los momentos ca-lificados por González Juez como “más especiales”: la Audiencia Real del 27 de noviembre. Las actas de Premaat lo relatan de esta forma: “El pre-sidente González Juez deja constancia del apoyo que, en temas sociales, se ha tenido siempre de la más alta autoridad del Estado, su majestad el Rey Don Juan Carlos I. La Junta de Gobierno .“consciente de la atención e interés de sus majestades el rey y la reina han mostrado de forma cons-tante por todas las cuestiones sociales y, muy particularmente, por las

La Junta de Gobierno de Premaat es recibida por S.M. el Rey Don Juan Carlos I. De izquierda a derecha: José Luis López Torrens, José Miguel Rizo

Aramburu, José Ramón Roca Rivera, Gloria Sendra Coleto, Jesús Manuel González Juez, S.M. El Rey, Jorge Pérez Estopiñá, Sebastiá Pujol Carbonell,

Santiago Pastor Suazo, Eduardo Pérez de Ascanio y Gutiérrez de Salamanca, Julio Hernández Torres y José Luis González Fermín. (EFE).

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instituciones que integran la llamada economía social, adopta por unani-midad el acuerdo de otorgar la máxima condecoración de Previsión Mu-tua de Aparejadores y Arquitectos Técnicos a su majestad”.

Premaat solicita al jefe de la Casa Real ser recibidos en audiencia “con objeto de expresarle personalmente su agradecimiento y hacerle entre-ga de la máxima distinción de la entidad”. Ya en palacio, el presidente de Premaat pronuncia un breve discurso: “El mutualismo es antiguo pero no viejo. Las mutualidades han sabido, no sin esfuerzo, adaptarse a los nuevos tiempos, reivindicando su proyección pública y convirtiéndose en el interlocutor necesario e imprescindible en aquel ámbito en el que tenga presencia la economía social. Premaat se ha reafirmado y conso-lidado en el camino emprendido hace ya varias décadas, perfeccionan-do y mejorando la previsión de sus asociados…”.

González Juez le coloca la insignia de oro y diamantes al monarca, quien se muestra cercano y cómodo con la Junta de Gobierno de Premaat y les transmite su agradecimiento, haciéndolo extensivo a todos aquellos que integran la mutualidad.

“Fue muy agradable”, relata hoy el presidente de Mutua, “como somos nueve, y cada uno es de una parte diferente, se formó un corrillo y Don Juan Carlos empezó a hacer chascarrillos con cada uno de nosotros… Que si a Burgos había que ir poco por el frío, mejor sólo en verano, que si la caza… Además sabía perfectamente lo que era un Aparejador. Fue emocionante y entrañable poder compartir con él aquellos minutos. Es uno de esos buenos recuerdos que se quedan para siempre”.

En su despacho, el presidente de Premaat conserva enmarcada la foto-grafía dedicada “con un afectuoso saludo” por el monarca.

Superávit a pesar de todo

En 2007 se aprueba en España la Ley de Memoria Histórica y expertos de la ONU afirman que el cambio climático es consecuencia de la ac-ción humana. En Madrid se termina de construir la Torre Espacio, de 224 metros de altura y 56 plantas. Al igual que sus tres hermanas, tiene la fachada cubierta exclusivamente de cristal y, juntas, forman el Cuatro Torres Business Area. Este rascacielos pasa a convertirse en el más alto del país, quitándole el puesto al alicantino Hotel Bali. Este año la familia de los mutualistas lamentan la muerte, el 28 de marzo de 2007, de otro de sus expresidentes, Migue Ángel Uriarte Urrutia, para quien la Asamblea de Premaat, reunida en junio, tiene un especial recuerdo.

Un año más tarde Gemma Mengual obtiene una puntuación de 98,400 en natación sincronizada y se convierte en Campeona de Europa. Es el primer oro, en toda la historia de nuestro país, en la categoría de “Solo”

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de esta disciplina. El hito vuelve a repetirse unos meses después, en las Olimpiadas de Pekín, cuando el equipo español de natación sincroniza-da logra dos platas –en dúo y en equipos–. Alba Cabello, Raquel Corral, Andrea Fuentes, Thais Henríquez, LauraLópez, Gemma Mengual, Irina Rodríguez y Paola Tirados son bautizadas por la prensa como “Las sire-nas españolas”. Es 2008 y ya sólo faltan nueve años para que Premaat se convierta en patrocinador oficial de la Real Federación Española de Natación.

En este período es también cuando España empieza a cambiar sus pla-nes de estudios universitarios para cumplir con el Plan Bolonia, el sis-tema europeo que pretende facilitar el intercambio de estudiantes. Los grados sustituyen a las licenciaturas y las diplomaturas y se impulsan los másteres y doctorados.

González Juez recuerda hoy que aquella reforma fue “un lío tremendo”. En la Junta de Gobierno que celebran en enero de 2009, el presidente desta-ca la necesidad de que Premaat sea considerada como Mutualidad alter-nativa, también para los futuros Ingenieros en Edificación, la nueva titula-ción de la Arquitectura Técnica. Con tal objeto se envía una propuesta a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones que será aceptada.

En los estatutos que están a punto de publicarse en 2009, esta denomi-nación ya es incluida en el artículo 7 titulado “Mutualistas” y que versa así: “Podrán adquirir la condición de mutualistas las personas siguien-tes: Los Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación; los familiares de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación; los empleados de las Instituciones de Aparejadores y Ar-quitectos Técnicos, y las personas, físicas o jurídicas, que reúnan las condiciones que establezca la Asamblea General”.

En 2009 importantes casos de corrupción empiezan a ocupar las por-tadas de los periódicos y la crisis, que un año antes saltaba por los aires, golpea ya con fuerza la economía causando un verdadero terremoto en los sectores financiero y de la construcción. Pero Premaat publica este año unas cifras de resultados favorables. Pese al desplome del IBEX 35 (-39 por ciento) la rentabilidad de Premaat en 2008 ha sido del 3,92 por ciento, 2,8 veces más que el IPC del período, por encima de la media de los planes de pensiones (-8,07 por ciento) y de los fondos de inversión mobiliaria (-5,59 por ciento). Mutua cierra el año con un superávit (3,2 millones de euros), ingresos en concepto de cuotas de 47 millones de euros y pagos en prestaciones superiores a los 19 millones.

La mutualidad aprueba y publica este año su decimocuarta reforma estatuaria. En la Asamblea de junio, el presidente afirma que, desde su llegada al cargo, ha tenido un empeño constante: “Mi fijación, casi obstinación, ha sido la transformación de la mutualidad en una entidad competitiva, remozada y, si me permitís, incluso innovadora”.

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“Pero la Junta de Gobierno, lejos de conformarse con lo conseguido, apuntó con decisión la idea de cambio y transformación y, gran parte de su esfuerzo, ha estado y está dedicado a reformas que vayan mejoran-do y progresando prestaciones y servicios para nuestros mutualistas”.

Con esta idea proponen a la Asamblea, entre otras mejoras, otorgar mayor flexibilidad a los afiliados a la hora de solicitar sus pensiones de jubilación, las cuales podrán percibir en la forma que elijan. También desaparece la obligación de cotizar ininterrumpidamente los últimos cinco años anteriores a la jubilación y los capitales de pago único ya pueden solicitarse en diferido.

En permanente adaptación a los nuevos tiempos, Premaat ya desvela, en palabras de su presidente, los propósitos para la próxima década: “Pretendemos seguir ampliando las coberturas, que queden cubiertas las situaciones de maternidad, paternidad, riesgo durante el embarazo, durante la lactancia y la adopción o el acogimiento…”.

Informe del presidente Jesús Manuel González Juez.Asamblea General Ordinaria.29 de junio de 2012.

Frente al individualismo feroz, interesado y egoísta, se

yergue el mutualismo solidario.Para Premaat, los mutualistas

no son clientes, son los dueños y la razón de la existencia de la

mutualidad.

La apertura(2010 - 2018)

CAPÍTULO 9

Edificio de Premaat tras el cambio de logotipo en 2014. Vista desde la calle Doctor Fleming, 34.

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Cómo hemos cambiado

En Premaat el fax ya se utiliza poco y cada vez se envían y reciben menos cartas y más emails. Sin embargo, en el archivo permanecen custodiados, bajo llave, varios sobres –cerrados y lacrados– que con-tienen la designación de beneficiarios de los mutualistas en caso de fa-llecimiento. Algunos de estos sobres llevan en Premaat mucho tiempo, fueron enviados en la época en la que este era el método habitual de notificar a la entidad las últimas voluntades y sus remitentes aún viven. Otros de estos sobres son más recientes y conviven con el procedi-miento actual de rellenar un cuestionario descargable en pdf de la web.

Previsión Mutua de Aparejadores se inauguró en 1944 con una máquina de escribir, una caja fuerte y cuatro personas que se encargaban de las labo-res de secretaría, auditoría, mecanografía y contabilidad a cambio de “gra-tificaciones eventuales”. Hoy, cuenta con 40 empleados, más de 50 orde-nadores y una sede propia de unos 1.500 metros cuadrados construidos.

Premaat ya no tiene como fuente de ingresos el uso de sellos de Previ-sión Mutua en los documentos oficiales con los que trabajan los Arqui-tectos Técnicos, pero en 2019 ha creado un sello conmemorativo en ho-menaje a los pioneros que fundaron esta casa y que los usaron durante muchos años para aportar un granito de arena más a su querida Mutua.

Ya no se reciben telegramas de última hora en las Asambleas para avisar de que un Delegado llegaría tarde o no podría asistir. Tampoco se escri-ben las actas a mano ni los estatutos a máquina. Ahora pueden consul-tarse las actas online en los smartphones, a los Asambleístas se les en-trega un pendrive, y se usan las videoconferencias en muchas reuniones.

En esta década, China se posiciona como segunda potencia económi-ca mundial, llega la paz a Colombia, mueren Fidel Castro, David Bowie, Prince… España comienza con la Roja ganando en 2010 el Mundial de Fútbol, ETA anuncia finalmente el cese definitivo de la violencia en 2011. En estos años abdica Juan Carlos I. También se incrementa el drama en el Mediterráneo con la muerte de inmigrantes y en 2015 estalla la crisis de los refugiados sirios. Más tarde, ya con Donald Trump en la Casa Blanca, llega la caravana de migrantes a EEUU.

En el plano económico, la crisis se alarga, se nacionaliza Bankia, sube el IVA al 21 por ciento, se implanta una dura reforma laboral y surge el 15M en la Puerta del Sol de Madrid, movimiento que se extiende a las plazas de otros países.

La situación de la economía y las medidas que adoptan las autoridades son temas recurrentes en Juntas de Gobierno y Asambleas de estos años. En el informe que el presidente comparte con los asambleístas en junio de 2010 podemos leer: “Ha habido que atajar con dureza el elevado déficit para tranquilizar a los mercados y, desde Bruselas, la

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semana pasada se exigía a España más sacrificios para 2011, con lo que el margen de maniobra del Gobierno, para invertir y estimular la economía, si no está agotado, está apunto de hacerlo”.

Pero Premaat continúa renovándose a pesar de todo. La Junta de Go-bierno trabaja en su nuevo “Plan de Transformación” y diseña nuevos productos, más adaptables y útiles, para convertirla en una mutualidad más “avanzada y competitiva”, ya en capitalización individual, con pro-ductos de aportación definida, participación en beneficios, prestacio-nes más flexibles, ampliándose a otros colectivos…

Y es precisamente aquí, en la configuración de una mutualidad abierta al público en general, donde salta el debate. La apertura de Premaat a personas ajenas a la Arquitectura Técnica se produce al año siguiente, en 2011, pero el presidente González Juez reconoce que, lograrlo, no estuvo exento de obstáculos: “Cuando Premaat deja de ser obligatorio para los Arquitectos Técnicos y se vuelve una alternativa –a partir de 1995– es cuando empezamos una labor comercial para lograr que nos escojan, algo que no habíamos necesitado hacer nunca. A partir de ahí nos damos cuenta de que sería buena idea buscar otros clientes que no tuvieran que ver con la profesión, a los que les interesaran otro tipo de productos complementarios: seguros de vida, de accidentes, etc. Y esto crea polémica. En el fondo somos muy nuestros, a veces los co-lectivos se vuelven muy cerrados en sí mismos. Pero por eso decimos que es una entidad muy viva, porque, si es para mejor, no pasa nada por cambiar. Y la apertura era para crecer, en número y en volumen de primas”. A la pregunta de cómo consiguen convencer a los mutualistas reacios, el presidente cree que fue por la crisis: “Muchos compañeros se quedan sin trabajo, tienen que cambiar de actividad y abandonan la Arquitectura Técnica. Entonces ya no queda más remedio que abrirse”.

Así es como Premaat ya define en 2011 al Mutualista como “cualquier persona, física o jurídica, que suscriba algunas de las prestaciones que vengan establecidas en el Reglamento de Inscripción…”. (Artículo 7b).

La incertidumbre generada en torno a las pensiones públicas es otro de los temas clave en las actas: “Parece que cada vez está más claro que, si queremos mantener, cuando llegue nuestra jubilación, un cier-to nivel de vida, será necesario complementar la pensión pública con sistemas privados de protección. Así incluso lo han manifestado des-tacados miembros del Gobierno… El propio ministro de Trabajo e Inmi-gración Celestino Corbacho decía: `yo tengo un plan complementario desde hace muchos años´, en declaraciones a Telemadrid y recogidas en diversos medios”. González Juez remarca que la mutualidad tiene, en este escenario, “un importante papel como sistema complementa-rio, seguro, solvente y rentable. Nuestra rentabilidad, y la consiguiente participación en beneficios, es una garantía de que, en Premaat, el dine-ro que invierten los mutualistas, crece”.

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Para facilitar el alta en Mutua en un período económico tan complica-do, la Asamblea aprueba la posibilidad de que los Arquitectos Técnicos menores de 32 años opten por reducir un 50 por ciento sus aporta-ciones a Premaat durante dos años, lo cual conlleva una reducción de prestaciones: “Consideramos que, un precio realmente atractivo en el inicio de la actividad profesional, puede contribuir a establecer Premaat como la opción preferente de todos estos profesionales. Nuestro obje-tivo no es otro que ayudar a los mutualistas jóvenes que comienzan a desarrollar sus carreras en un momento tan complicado como el que nos está tocando vivir”.

Precisamente en esta década de crisis es cuando CERCHA publica una especie de Aparejadores por el mundo, una serie de reportajes sobre jóvenes Arquitectos Técnicos que han abandonado España en busca de nuevas oportunidades: Carlos hizo varias entrevistas por Skype y acabó en China trabajando para una empresa de reformas integrales; Sara se marchó a Londres para aprender inglés y trabajar de aupaire unos meses pero se topó con dos ofertas laborales en el sector de la construcción y ya lleva año y medio allí…

“Orgullosamente distinta”

En junio de 2011 se conocen los resultados de los 15.500 cuestionarios enviados hasta la fecha por los mutualistas con sus datos profesiona-les (de un censo total de 36.000 afiliados aproximadamente). Según los cuestionarios obtenidos, 12.600 mutualistas están activos (cotizantes). De ellos, el 50 por ciento son trabajadores por cuenta propia o liberales; un 14 por ciento trabaja por cuenta ajena, son asalariados o funciona-rios; un 28 por ciento ejerce la profesión de manera mixta y un ocho por ciento no la ejerce. De los mutualistas activos que ejercen la profesión por cuenta propia o mixta, el 82 por ciento tiene a Premaat como siste-ma de previsión social alternativo al Régimen Especial de la Seguridad Social de Trabajadores Autónomos (RETA) por lo que, según concluye el informe, en estos momentos, Premaat “tiene más carácter alternati-vo que complementario”.

La crisis sigue sin dar tregua y las cifras del sector de la construcción no hacen más que alcanzar nuevos récords en su caída. Según el Mi-nisterio de Fomento, los visados solicitados para la construcción de obra nueva se reducen un 35 por ciento el primer trimestre de 2012 con respecto al mismo periodo del año anterior. “De continuar esta tenden-cia”, advierte la Junta de Gobierno de Premaat en su informe econó-mico, “2012 puede acabar con un mínimo histórico, encadenando seis años consecutivos de descensos”.

Y no se equivocan porque ese año la construcción de viviendas sufre un desplome del 44 por ciento, el precio de la propiedad cae, la banca

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endurece el acceso a las hipotecas, el paro sube y los salarios bajan… Y, como dato anecdótico pero muy significativo, octubre de 2012 es el pri-mer mes desde 1939 que no se registra ni una sola petición de licencia de obra nueva en Barcelona.

A pesar de todo, Premaat sigue presentando superávit: “Bajo este con-texto de incertidumbre e inestabilidad, Premaat está manteniendo una actitud austera y prudente en sus gastos e inversiones, pero sin desa-provechar oportunidades, lo que se ha traducido en un superávit eco-nómico en 2011 de 7,1 millones de euros y una rentabilidad media de nuestras inversiones del 5,64 por ciento”.

Pero la situación puede complicarse si los mutualistas siguen perdiendo sus trabajos. La disminución del censo de activos tiene su lógico reflejo en la recaudación de cuotas: “La crisis sigue azotando con fuerza a muchos de nuestros mutualistas, que se han visto obligados a interrumpir tempo-ralmente su cotización a la mutualidad, entrando en `suspensión de dere-chos´. También muchos de nuestros mutualistas mayores han optado por la prejubilación, ante el adverso panorama laboral que sacude a España”.

Mientras en la Asamblea de 2012 se muestran las diapositivas de lo destinado a prestaciones el último año, el presidente de Premaat hace hincapié en que no se trata sólo de números: “Quiero destacar, en estas diapositivas, que no estamos simplemente ante cifras de gasto, esta-mos ante cifras de personas que se han beneficiado de las prestaciones a las que tienen derecho por pertenecer a Premaat. Este es el alma de la mutuali-dad, el objeto de nuestra existencia: otor-gar prestaciones a los mutualistas en los momentos en los que más lo necesitan. Todo lo demás: los datos de rentabilidad, inversiones, presupuestos… gira en torno a este fin, el único objetivo de nuestra mu-tualidad. Por eso, aunque estemos orgu-llosos de los 46,1 millones que han creci-do los activos de la mutualidad o del 5,6 por ciento de rentabilidad obtenido, lo que más nos alegra es poder haber satisfecho casi 10.000 prestaciones el año pasado”.

González Juez expone con detalle las cifras de Premaat para, a continuación, reflexionar en voz alta sobre lo que quie-re un mutualista: “Lo que requiere es la tranquilidad de una elevada y constan-te rentabilidad media garantizada y no una montaña rusa con rentabilidades de ensueño… Nuestro objetivo no debe ser

Vista de los asistentes a una Asamblea General durante la presentación de los datos

económicos y de gestión.

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vender sueños sino tranquilidad. El mutualismo surgió de la unión de personas que comparten riesgos para conseguir, entre todas, mayor se-guridad. Creo que nunca debemos desviarnos de este principio… Frente al individualismo feroz, interesado y egoísta, se yergue el mutualismo so-lidario. Para Premaat los mutualistas no son clientes, son los dueños y la razón de la existencia de la mutualidad”.

González Juez cierra su discurso con la vista puesta en el futuro: “Pre-maat no ha de considerarse menor, sino orgullosamente distinta, con sus sus propias señas de identidad, que la diferencian y le dan su razón de ser: su naturaleza, su vocación solidaria y de servicio a la sociedad. Nues-tro sistema es perfectamente válido en el siglo XXI. Con toda honestidad, pienso que, pese a su antigüedad, el mutualismo es un gran desconocido y hemos de presentarlo a la sociedad con una imagen nueva, innovado-ra… Permitidme finalizar recomponiendo, a mi manera, lo que decía una antigua frase: Si el mutualismo no existiera, habría que inventarlo”.

La nueva Mutua

Alfredo Pérez Rubalcaba, en su calidad de vicepresidente del Gobierno, había anunciado en noviembre de 2010 la intención del ejecutivo de legislar para que la sanidad fuera verdaderamente universal, con lo que los mutualistas que tienen a Premaat como alternativa al RETA podrían acceder a ella sin necesidad de pagar ninguna cuota adicional. Una ley similar ya estaba vigente en Cataluña pero, con la propuesta del Gobier-no, este derecho se generalizaría a todas las autonomías.

El real decreto sobre la sanidad universal ve la luz en 2012 y supone un logro histórico que la Junta de Gobierno celebra: “Los mutualistas de Premaat ya tenemos derecho a asistencia sanitaria pública gratuita como cualquier otro español”. Pero no es una alegría completa, pues los mutualistas que ganen más de 100.000 euros anuales quedan excluidos y deben pagar una cuota: “Para acceder a la sanidad pública, los menores de 65 años deben pagar una cuota de 60 euros al mes y los mayores de esa edad, de 157 euros. Para los mayores, este convenio es más caro que el concierto sanitario con la Seguridad Social que Premaat ha esta-do ofreciendo durante años pero, lamentablemente, la Administración ha denunciado nuestro concierto para centralizar a todos los asegurados en su nueva cuota. Así se lo hemos comunicado a los pocos mutualis-tas que aún teníamos en esa situación”. Esta exclusión dejará de existir cuatro años después gracias a la Sentencia del Tribunal Constitucional 139/2016, que la declara inconstitucional y, por tanto, nula.

En 2013, se produce una gran reforma en la Seguridad Social y el Go-bierno impone algunas nuevas reglas a las mutualidades que funcionan como alternativa al régimen de autónomos. A partir de ahora las pres-

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taciones que ofrezcan deben ser del mismo tipo que las brindadas en el RETA. Respecto a los importes, les da a elegir entre dos opciones: o bien ofrecen prestaciones con cuantías que supongan al menos el 60 por ciento de lo que ofrece el sistema público, o cobra unas cuotas de al menos el 80 por ciento de la cuota mínima del RETA. Premaat escoge esta última, de manera que los Arquitectos Técnicos que cotizan a tra-vés de la mutualidad empiezan a pagar 205,38 euros frente a los 256,72 que pagarían en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos.

Más tarde, la creación por parte del Gobierno de las llamadas tarifas planas de 50 euros para el RETA, permiten la aparición del equivalente en Premaat: la denominada cuota super reducida o minicuota para me-nores de 30 años que empiezan pagando 43 euros.

Los cambios en el Seguridad Social coinciden con el fin de la tercera gran reforma de Premaat. La transición de diez años ha finalizado y nos ha llevado a la capitalización individual. Otras mutualidades optaron por transformaciones más rápidas, quizás más traumáticas. Premaat lo ha hecho con sosiego y evitando riesgos. El nuevo sistema es “más seguro para el mutualista” –asegura la Junta de Gobierno– “ya que no depen-de de otros para sus prestaciones” y sigue manteniendo el componente solidario “que constituye el ADN de la mutualidad” a través del Fondo de Prestaciones Sociales.

La reforma de la Seguridad Social ha obligado a Mutua a subir las cuo-tas en un momento absolutamente delicado para la profesión pero, a cambio, presentan el nuevo Plan Profesional, con prestaciones muy re-forzadas y por el que, un año después de su creación, ya apuestan 36 de cada 100 mutualistas. Plan Profesional se crea para los nuevos Ar-quitectos Técnicos que quieran usar la Mutua como alternativa al RETA, aunque también puede ser contratado por cualquier persona como plan complementario. En él se integran quienes estaban en el Grupo 2000 y los nuevos mutualistas alternativos.

En el Grupo Básico están todos los mutualistas que entraron antes del año 2000, fecha desde la que no admite más afiliados. Los Arquitectos Técnicos del Básico que trabajan por cuenta propia y quieren que Pre-maat sea su sistema alternativo al RETA se quedan en el Grupo Básico con Ampliación de Alternatividad. Tanto este último, como el Plan Pro-fesional, tienen una cuota fija un 20 por ciento más económica que la cuota mínima del RETA e incluyen, tal como marca la ley, las mismas tipologías de prestaciones que el Régimen de Autónomos. Se añade así la incapacidad laboral temporal o la maternidad, entre otros.

En cuanto al Grupo Complementario 1º –que fue concebido para me-jorar las prestaciones del Grupo Básico y que también dejó de admitir nuevos afiliados en el año 2000–, permanece sólo para los mutualistas que ya lo tenían.

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La oferta se redondea con los planes complementarios creados en 2011 para quienes no necesitan la mutualidad como alternativa: Pre-maat Plus Ahorro Jubilación, Premaat Plus Accidentes, Premaat Plus Vida y Premaat Plus Jubilación y Viudedad (antiguo Grupo Comple-mentario 2.º).

“A propuesta de un mutualista…”

El 25 de octubre de 2012 muere José Luis Bárcena Basterrechea a los 78 años de edad. El que fuera presidente de Premaat en los setenta fa-llece en Bilbao, ciudad de su nacimiento y la Asamblea de junio de 2013 le recuerda con pesar y cariño.

Este año el alegato a favor de los principios del mutualismo del presiden-te González Juez se intensifica: “El país sigue asentado en una profunda crisis económica que, indudablemente, a todos perjudica y que, lamenta-blemente, algunos olvidan en beneficio de su cuenta de resultados. No es demagogia recordar el caso de las preferentes, el drama de las hipotecas abusivas, y los comportamientos poco éticos de algunas entidades. Frente a esta forma de concebir el tráfico económico, aparecen las empresas de la economía social, de las que forman parte de las mutualidades. Nuestra sociedad empieza a estar harta de la voracidad depredadora de los secto-res corporativos que dominan la economía mundial. Sólo nuestros princi-pios, y la ayuda mutua, podrán acarrearnos los éxitos que requerimos. (…) A diferencia de otro tipo de entidades, la mutualidad no tiene accionistas a los que repartir dividendos, no tiene ánimo de lucro más allá de conseguir que sus propios mutualistas consigan la mayor rentabilidad posible con la eficiencia de nuestras inversiones…. Desde muy joven, aprendí que a nada conduce el desaliento, que las dificultades y los obstáculos de hoy, son el entrenamiento para la victoria del mañana”.

La magia del asambleísmo se vuelve más real que nunca cuando un mutualista de a pié –sin altos cargos pero que es tan dueño de su Mu-tua como el que más– logra que se modifiquen los Estatutos o el Re-glamento. Las propuestas se defienden en las Asambleas Generales ante el resto de mutualistas. Así era en 1944 y así continúa siendo en la actualidad. La mayoría de las veces, se trata de dramas personales que pueden aliviarse con cambios en el articulado de Premaat. Estos momentos también han transformado a Mutua desde su nacimiento y siguen transformándola.

En 2014 un mutualista de Cáceres hace llegar a la Asamblea su propues-ta. Padre de un hijo con discapacidad, cuando le fue reconocida la ayuda, sufría un grado superior al 33% pero, en poco más de año y medio, la discapacidad aumentó hasta alcanzar el 85%, no siendo posible sin em-bargo, con el Reglamento vigente, el reconocimiento de su estado real.

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El mutualista deja en manos del Presidente del Colegio de Cáceres, Alfonso Salas Collazos, la exposición de su solicitud en la Asamblea. Después de su exposición, el Presidente recuerda que, el Fondo de Prestaciones Sociales, se nutre de la solidaridad de todos y apela al equilibrio que debe existir entre la parte solidaria y la parte que se des-tina al aseguramiento de las ayudas. En estos momentos existen 486 beneficiarios percibiendo este tipo de auxilios, de los que 97, ya están en el grado máximo, 104 en el tramo intermedio y 285 en el grado míni-mo. La Junta de Gobierno, sensible a estas situaciones, considera que se puede acometer la modificación solicitada, siempre y cuando, los estudios actuariales lo permitan y no repercuta en las aportaciones de los mutualistas ni en su provisiones, financiándose, exclusivamente, con los excedentes que pueda tener cada año.

Premaat encarga una valoración actuarial de la propuesta y sus resul-tados son positivos, dan luz verde y empiezan a contactar a las fami-lias afectadas para informarles del cambio. Hasta entonces, el grado de discapacidad se evaluaba sólo al momento de concederse la ayu-da pero, gracias a esta modificación, se reconocen los cambios que se produzcan hasta los 21 años.

Son varios los ejemplos de normas que, a lo largo de estos años, cam-bian gracias a mutualistas que se implican y consiguen mejoras impor-tantes para los afiliados. Otro ejemplo es cuando se permite el rescate del Plan Plus Ahorro Jubilación en caso de enfermedad grave del cón-yuge, de los padres o de los hijos: “No consideramos que esto genere ninguna clase de problema y, en cambio, puede ser de una gran ayuda en momentos difíciles. Así nos lo hizo ver un caso concreto que ha sido el que ha motivado esta reforma”, manifiesta la Junta de Gobierno des-pués de acometerla.

Premaat acaba de cumplir siete décadas y su presidente se dirige a la Asamblea anual: “Son 70 años de historia. Como toda obra huma-na, con sus luces y sus sobras, entre mieles y hieles, con aciertos y desaciertos… pero 70 años de vida. Han sido años de cambios, de esfuerzos, de toma de decisiones no siempre comprendidas. (…) Mu-chas cosas han cambiado desde entonces, pero una permanece cla-ramente invariable: Premaat es nuestra, y su objetivo es protegernos con la fuerza que nos da estar unidos, para nuestra tranquilidad y la de nuestras familias”.

Es su cumpleaños y Premaat cambia de imagen. “Tendremos que acos-tumbrarnos”, reconoce el presidente, “porque nuestro logotipo llevaba ya muchos años con nosotros, y no es fácil desprenderse de aquello que uno quiere, pero Carlos [Manglano, Señor EME] nos convenció de que es-tas puertas abiertas, esta unión de dos mitades, estos tonos más claros, representaban mejor quiénes somos hoy y a dónde queremos ir”.

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“También os van a dar un pin de recuerdo”, agrega González Juez, “pero, con él, no pretendemos celebrar los 70 años de historia de nuestra mu-tualidad, sino los próximos 70”. Y es que, para la Junta de Gobierno este momento no supone una meta: “En nuestra entidad hay muchos finales de etapa, pero nunca un final de carrera”.

Ya superado el primer gran reto de esta década, la entidad se sumerge en otro también de buen calibre. Su nombre es Solvencia II, llega desde Europa, y su principal objetivo es que las prestaciones y los derechos adquiridos por los mutualistas y los asegurados estén debidamente garantizados, que no haya sustos, ni burbujas, ni sorpresas desagra-dables, que las entidades no hagan números demasiado optimistas, que sean prudentes, que puedan cumplir lo que prometen y que puedan demostrarlo. Solvencia II lleva gestándose desde 2001 y ha sufrido re-trasos, pero en 2016 será una realidad. Mientras, se ha multiplicado el trabajo de control de riesgos en todos los departamentos implicados: actuarial, cumplimiento normativo, inversiones… No sólo tienen más ta-rea que hacer, sino que está más supervisada. Solvencia II supone revi-siones semestrales de cuentas, proyecciones, etc. en base a las cuales, se adoptan –o no–, medidas concretas, siempre tratando de reforzar las garantías, lo que debería aumentar la confianza de los asegurados. Como los riesgos son distintos según los ramos en que trabaje la en-tidad, se tiende a una mayor especialización del sector y se mejora la competitividad.

Premaat establece desde el principio un sistema de control de riesgos; lleva años reforzando sus fondos propios y el equipo técnico y directivo ha asistido a seminarios y reuniones con la Dirección General de Se-guros y la Confederación Española de Mutualidades… “Es un tema que nos ocupa y nos preocupa”, reconoce González Juez dos años antes de entrar en vigor, “pero estamos convencidos de que estaremos adecua-damente preparados”.

Logotipo de la mutualidad estrenado en 2014.

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Por su parte, la Seguridad Social continúa su senda de reformas que la Junta de Gobierno aprovecha para explicar en Asamblea. Desde el 1 de enero de 2014, las pensiones públicas se desvinculan definitiva-mente del IPC y se actualizan según un índice de revalorización que tiene en cuenta varios factores. “El Sistema Público de Pensiones no es ese `fondo inagotable y seguro´ que tendemos a pensar”, remarca el presidente, “Para quienes son asalariados, se hace más necesario que nunca contar con previsión social complementaria”.

Premaat vuelve a tener superávit –25,9 millones de euros más medio millón de euros en el Fondo de Prestaciones Sociales–. Consigue el margen de solvencia que buscaba y una participación en beneficios con la que, entre 2003 y 2013, los ahorros para la jubilación de todos los mutualistas aumentan en 200 millones de euros.

Premaat se lanza a la piscina

A Facebook, Twitter y Linkedin Premaat llega en 2015: “Fue Eva Quinta-nilla [directora de comunicación y marketing] quien se empeñó en que teníamos que estar ahí, así que todo eso fue obra suya. Y está claro que era necesario. La verdad es que yo sólo tengo twitter, nada más”, con-fiesa el presidente en nuestra entrevista.

Premaat lleva bastantes años aportando a sus campañas contenidos audiovisuales. En uno de los más antiguos, El valor del mutualismo, el presidente González Juez recuerda el verdadero origen que desembocó en toda esta historia: “Hay que remontarse siglos atrás, cuando los gre-mios decidieron agruparse en cofradías o en hermandades para buscar una ayuda mutua, que sería la definición de mutualidad, ayudarse mu-tuamente… Podríamos decir que es el premutualismo”. Desde entonces,

Logotipo de Premaat tras el retoque de 2017.

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Premaat cuenta con multitud de spots en los que da a conocer sus nue-vas coberturas, vídeos corporativos sobre su funcionamiento asamblea-rio, entregas de premios, resúmenes de las Ligas Premaat con la espon-sorización de la Real Federación Española de Natación, etc.

En 2015, Mutua empieza a comercializar el PPA (Plan de Previsión Ase-gurado), un producto estándar de ahorro para la jubilación que permite que el mutualista traspase a Premaat sus otros planes de pensiones desde otras entidades. Con el lema: “Si caemos, que sea sólo para aprender a levantarnos”, Premaat presenta en 2016 Plus Baja Activaa, su nuevo seguro de Incapacidad Laboral Temporal, con protección ex-tra para profesionales liberales. En su línea de ofrecer seguros cada vez más flexibles, también aparece este año Plus Vida Adaapta, el seguro de vida mejorado, personalizable y que no cubre sólo el riesgo de falle-cimiento, sino también la incapacidad permanente absoluta.

2016 llega con otra posibilidad importante para los mutualistas que al-guna vez estuvieron en el Plan Profesional, pero que ya no lo necesitan como alternativa a la Seguridad Social para ejercer. Desde este año se puede dividir en módulos y elegir sólo algunas prestaciones: “Profesio-nal Prudente”, con un módulo de jubilación; “Precavido”, con jubilación y fallecimiento; “Previsor” que suma además la incapacidad permanente y Protegido, que añade como cuarta cobertura la incapacidad temporal.

En 2015 y 2016 se intensifica la labor comercial directa de Premaat y, un año más tarde, se da el gran salto. Comienza una campaña activa de publicidad, se contrata un director de Negocio, y se empieza a traba-jar a fondo con las corredurías de seguros. Estos mediadores expertos dan a conocer la oferta de Premaat a todos. Ya compite en un mercado completamente abierto y la mutualidad decide retocar el logotipo inclu-yendo la frase “Seguros y ahorro” para que, cualquier persona, pueda reconocer a qué se dedica.

“Ser la alternativa al régimen de Autónomos de la Seguridad Social para Arquitectos Técnicos es el motivo por el que existimos, pero somos mucho más que eso. La apertura de Premaat se aprobó en la Asam-blea General de 2011, aunque es ahora cuando hemos empezado a di-rigirnos activamente a nuevos públicos”, declara a la revista CERCHA el presidente de Premaat por estas fechas.

Desde entonces hasta hoy, han pasado apenas dos años y Premaat ya está en la cartera de más de 120 corredurías que distribuyen sus productos com-plementarios. Esta labor comercial se suma a la de las entidades de media-ción de seguros tradicionales de los Colegios de la Arquitectura Técnica.

Pero, la apertura y el impulso de las nuevas acciones para darse a conocer entre el público general, tiene su punto álgido cuando comienza sus pa-trocinios deportivos, primero con el paratriatleta Dani Molina, y en seguida

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con la Natación y el waterpolo. Dani Molina empieza a competir con sólo cuatro años y con 11 se convierte en campeón de Ma-drid. A los18 deja de lado el deporte y se hace delineante pero, con 22 años sufre un grave accidente de moto y pierde la pierna derecha. Después de 14 operaciones, vuel-ve a estudiar y a nadar. Se gradúa como Ar-quitecto Técnico y empieza a ganar títulos hasta convertirse en campeón del mundo de acuatlón y paratriatlón. Asegura que el deporte le salvó la vida y le ayudó a llevar mejor su discapacidad. El presidente de Premaat manifiesta su admiración por este deportista: “Es una persona estupenda, va-liente y con un sentido del humor excelen-te… Siempre cuenta que lleva varias ̀ piernas de repuesto´ en el coche”.

Después de este primer patrocinio depor-tivo, en junio de 2017 Premaat se sumerge de lleno en el deporte acuático apoyando a la Real Federación Española de Nata-ción y a la división de honor de las ligas de waterpolo, primero a la masculina y, desde 2018, también la femenina. Así es como nacen las Ligas Premaat. “Es para nosotros un honor pasar a formar parte de la gran familia que compone la natación española. Esperamos que, mucho más allá de esta firma, nos encontremos en el comienzo de una relación intensa y fructífera”, declara aquel día González Juez, y añade: “Los deportes acuáticos nos han traído muchas alegrías y vemos en ellos la capaci-dad y proyección de traernos muchas más. Son deportes con una base de seguidores fiel y entusiasta que tanto disfruta con los éxitos olímpi-cos que emocionan a toda España”.

Fernando Carpena, presidente de la Federación Española de Natación, da la bienvenida y las gracias a Premaat: “Una mutua de gran trayec-toria que apuesta de forma decidida por nuestros deportes acuáticos. Esperamos que sea una gran alianza entre dos organizaciones con muchos años de experiencia. Nosotros queremos asociarnos con en-tidades que compartan nuestros valores y, desde el primer minuto, hemos percibido de Premaat interés por nuestro proyecto deportivo, ilusión, receptividad y confianza, conceptos claves para empezar el camino. (…) La RFEN no quiere patrocinadores al uso, quiere compa-ñeros de viaje, amigos que hagan suyas nuestras vivencias, campeo-natos y resultados, ”.

Dani Molina le muestra al presidente de Premaat las

medallas obtenidas en el año que se inició el patrocinio.

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Premaat continúa desarrollando nuevas campañas comerciales: Crea el Club de Ahorradores –una herramienta web con descuentos y ofer-tas exclusivas– y amplía su catálogo de productos. Aparecen los segu-ros de vida y accidentes para colectivos, el nuevo Seguro de Dependen-cia –como apuesta a largo plazo– y el Premaat Salud y Premaat Salud Maxi. El tan esperado seguro médico de Premaat ya ha llegado, es el gran lanzamiento de este año, presentado ante un nutrido grupo de co-rredores de seguros en el Campeonato Infantas de Natación Artística.

El Campeonato Infantas de natación artística fue el escenario elegido por

Premaat para presentar su seguro de Salud en mayo de 2018. Imagen

de la carpa en la que se presentó Premaat Salud ante periodistas y

corredores de seguro y detalle de un momento de la competición.

Acto de presentación de división de honor

de las ligas masculina y femenina de

waterpolo 2018 - 2019, denominadas por

igual Ligas Premaat. El presidente de

Premaat, Jesús Manuel González Juez, junto

a la Secretaria de Estado para el Deporte,

María José Rienda, el presidente de la RFEN,

Fernando Carpena, y los deportistas,

galardonados por su papel en la Liga anterior.

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Solvencia II ya está aquí

En 2016, el bloqueo político provoca 315 días sin gobierno y dos elec-ciones. González Juez, en la Asamblea de ese año, hace referencia a “la excepcional situación política que vivió España”, destacando el retraso que lleva a la aprobación de los presupuestos generales del Estado de 2017, “lo que repercutió forzosamente a la hora de establecer por Prema-at la cuota para los mutualistas alternativos al RETA, situación que aún no ha sido resuelta en el momento de la celebración de esta Asamblea”. El presidente prosigue su informe poniendo el acento en los “tiempos difíciles que ha tocado vivir durante estos años, a los que Premaat ha ido afrontando sin escatimar esfuerzos”.

En la Asamblea de 2017 están presentes los nuevos presidentes y miembros de las Juntas Colegiales, elegidos tras las recientes elec-ciones celebradas en sus respectivas demarcaciones territoriales. La mesa de la Junta de Gobierno, presidida por Jesús Manuel González Juez, la integran el vicepresidente, Sebastiá Pujol i Carbonell; el secre-tario, José Luis López Torrens; el tesorero, Miguel Ángel de Berrazueta Fernández, además del contador José Ramón Roca Rivera y los vo-cales Gloria Sendra Coleto, Eduardo Pérez de Ascanio y Gutiérrez de Salamanca, Javier Núñez Núñez y Jorge Pérez Estopiñá.

Estamos en el Salón “El Prado”, del Hotel Meliá Castilla, sito en la calle del Poeta Joan Maragall, 43 de Madrid. Son las diez de la mañana del 20 de junio y el Secretario informa que la Asamblea General Ordinaria queda constituida con 96 mutualistas que, entre presentes y representados, os-tentan 2.995 votos (el 99,80 por ciento de los votos inscritos).

Entre los 12 puntos del orden del día, hay una importante reforma del Reglamento y elecciones para el cargo de presidente de la Junta de Gobierno de Premaat. Dado que no se han presentado más candidatos, González Juez es reelegido presidente. En nuestra entrevista muestra su agradecimiento por este hecho, pero destaca que la competencia nunca viene mal: “Tengo que estar muy agradecido a los mutualistas por depositar tantos años la confianza en mi persona, porque seguro que muchos compañeros lo pueden hacer igual o mejor que yo. Pero, de momento, no ha habido alternativas. Ojalá las haya, porque siempre es buena la competencia, ir en busca de los mismos objetivos, pero con energías renovadas. También hay voces críticas, claro, lo cual también es muy bueno, necesario, te ayuda a despertarte, a no acomodarte, te da ideas y te hace valorar nuevos caminos”.

En la Asamblea de 2018, el informe del presidente comienza destacan-do que el contexto político “no es el más estable” y que los presupuestos generales del Estado aún están pendientes de aprobación: “Por primera vez en la historia de España, un presidente del Gobierno ha llegado al poder a través de una moción de censura y las tensiones territoriales

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han generado inestabilidad en todo el Estado, especialmente en el úl-timo año. Sin embargo, la economía española va dejando atrás fan-tasmas del pasado. El PIB encadena 17 trimestres de crecimiento in-teranual…”. El sector inmobiliario cierra 2017 con “muy buena nota” y 2018, según las previsiones, será aún mejor. A diciembre de 2017, las ventas totales de vivienda se han incrementado un 4,5% interanual, y sus precios un 1,8%. La Junta de Gobierno confía en que la mejora del sector de la construcción se traduzca en una recuperación de su base de mutualistas principal.

“Las mejores noticias”, afirma González Juez, “vienen de la mano del censo de mutualistas y asegurados. En 2017, la pérdida de mutualistas activos prácticamente se ha detenido en comparación con ejercicios an-teriores. De pérdidas del 6% en 2015 o el 2,88% en 2016, pasamos a un 1,56% en 2017”. Según explica, son los primeros frutos de la nueva es-trategia: “apertura al público general y distribución a través de corredu-rías de seguros convencionales. A través de esta vía de negocio, hemos incrementado exponencialmente nuestros seguros colectivos, pasando de los cerca de 970 asegurados en 2016 a 2.710 en 2017, lo que supone un incremento del 180% en este tipo de negocio. Hemos superado los 40.000 mutualistas y asegurados de los cuales, más de 18.600, están en activo, cifras que no alcanzábamos desde principios de 2014”.

Solvencia II ya lleva un año funcionando así que la Junta aprovecha para hacer balance y despejar algunas dudas: “Con relación a la solvencia de la entidad, existe un error en el planteamiento de los mutualistas, pues no nos encontramos ante el régimen de Solvencia I”. El presidente ex-plica que, con las exigencias de la anterior normativa, la entidad habría quedado con un margen superior al 390 por ciento “pero se deben olvi-dar las reglas de juego anteriores”. Con la nueva Solvencia II, Premaat

Mesa presidencial en la Asamblea General de 2018. De izquierda a derecha: José Luis López Torrens (Secretario), Jesús

Manuel González Juez (Presidente), Sebastiá Pujol Carbonell (Vicepresidente), José Ramón Roca Rivera (Contador), Miguel

Ángel de Berrazueta Fernández (Tesorero).

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se queda en un margen muy inferior –del 141 por ciento– y, en con-secuencia, “la gestión de la Junta, las cuentas y los presupuestos, son acordes con las exigencias de la normativa”. Solvencia II ha supuesto una profunda reorganización: “Sabéis que llevamos años capitalizán-donos para afrontar con garantías los requerimientos de Solvencia. (… ) Nuestras saneadas finanzas nos han permitido cumplir adecuadamen-te, pero no debemos acomodarnos, puesto que aún quedan bastantes esfuerzos por hacer”.

En esta Asamblea se toman importantes decisiones, entre otras, la su-presión del actual sistema de interés garantizado ya que “su impacto en solvencia era altamente contraproducente”. González Juez destaca la di-ficultad que presentan los mercados financieros para alcanzar altas ren-tabilidades: “un escenario económico inestable y muy volátil, representa un serio obstáculo para poder mantener tipos de interés garantizados. Estas circunstancias han conducido a la Junta de Gobierno de Premaat a proponer la supresión del actual sistema de interés garantizado, repar-tiendo la rentabilidad lograda por la vía de la participación en beneficios”.

Después de muchos análisis, la Junta de Gobierno opta por dos supre-siones: la del Grupo Básico –incorporando a sus afiliados al Plan Profe-sional–, y la del Grupo Complementario 1º –cuyos afiliados incorporan su previsión matemática a la que hayan traspasado del Básico al Profe-sional o, en su caso, a la prestación de ahorro-jubilación de Premaat Plus.

Se mejora la prestación de maternidad y paternidad, dándose cobertura al acogimiento permanente de menores. La reforma del Reglamento es aprobada por 2.869 votos (95,82 por ciento de los votos representados), 123 votos en contra y dos abstenciones.

En su informe, el presidente hace ba-lance de los patrocinios que Premaat acaba de estrenar: “El naming de la liga de waterpolo nos ha reportado multitud de menciones en prensa. Sólo en el primer semestre de 2018, nuestro nombre ha aparecido en prensa –digital o impresa– en más de 370 noticias. Teniendo en cuenta las audiencias de los medios que lo han publicado, incluidos MARCA o AS, se estiman más de 78,8 millones de impactos de nuestro nombre. Aunque quizá sea una comparación dema-siado simplista, sería el equivalente a que nuestro logotipo hubiera apareci-do en el plató de Operación Triunfo 20

Los vocales de la junta de Gobierno durante la Asamblea General de 2018. En primera fila, de izquierda a derecha:

Jorge Pérez Estopiñá (Vocal 5º), Antonio Javier Núñez Núñez (Vocal 3º), Eduardo Pérez de Ascanio y Gutiérrez de

Salamanca (Vocal 4º) y Gloria Sendra Coleto (Vocal 1ª).

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veces (ya que este exitoso programa de televisión tiene una media de audiencia de 3,9 millones de personas). Estas apariciones podrían tener un coste equivalente en publicidad de unos 730.000 euros”.

En 2018 el presidente cierra su discurso con una defensa de la nue-va Mutua: “Al igual que fue difícil en su momento encariñarse con este nuevo logo y abandonar nuestra antigua doble A negra y roja, aho-ra tenemos que asumir que Premaat está en permanente cambio y evolución, tanto estratégica como organizativa y reglamentariamen-te, pero estos cambios son siempre para crecer y mejorar. Son nece-sarios para adaptarnos al mercado y para tener la posición holga-da que nos permita seguir protegiendo adecuadamente a nuestros mutualistas y sus familias, y apoyando a la profesión que nos vio na-cer y sus Colegios. Por eso os pedimos seguir contando con vuestra confianza, para seguir impulsando la mutualidad. Muchas gracias”.

Presidente de Premaat, Jesús Manuel González Juez.Entrevista, 9 de mayo de 2019.

A lo largo de estos diez años, ves cómo nos adaptamos, cómo nos

superamos, y te das cuenta de que, a pesar de todo, somos capaces de conseguirlo.

Cuando hay que tomar medidas duras que no gustan y les haces ver que es necesario, que debemos entrar en escenarios nuevos,

y logras el apoyo de los mutualistas, que deciden votar a favor en la Asamblea…

Ese momento, es siempre el más feliz.

Desafíos para el futuro(2019 - ...)

CAPÍTULO 10

El presidente de Premaat da la bienvenida a los asistentes a la ceremonia de entrega de la segunda edición de los “Premios

Premaat al sector asegurador”.

Desafíos para el futuro | 2019 - ... |

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Que viene Big Data

Vivimos un nueva era megatecnológica y ningún sector está exento de su influencia. Hace ya algún tiempo que el mundo de los seguros está plagado de términos como startups, Inteligencia Artificial, Segu-ro Transparente, Pack Invisible, FAANG, Ciberriesgo, Ciberpóliza, Big-Tech, Blockchain, insurtech… palabros que, en nuestra imaginación, nos transportan a un futuro lleno de robots y coches voladores (los mismos que iban a llegar hace una década y a los que aún esperamos).

Existen ya algunos ejemplos prácticos de cómo las últimas tecno-logías cambian la oferta de los productos del sector. Cada vez más compañías se apuntan al “internet de las cosas” (IoT, según sus si-glas inglesas) y ofrecen, por ejemplo, pólizas cuya cuota varía depen-diendo de lo bien o mal que conduzca la persona que la contrata, algo que deciden según los datos que envía un dispositivo telemático co-locado en el vehículo. Los Wearable o dispositivos llevables –como los relojes inteligentes o las zapatillas con GPS– son, hace ya mucho tiempo, una realidad pero sus aplicaciones, en este sector, están aún por desarrollarse.

También se habla mucho de que las gigantescas Big Tech –como Amazon o Google– están preparadas para empezar a vender segu-ros utilizando las inmensas bases de datos que poseen –el famoso Bigdata– y ofrecer coberturas más allá de la personalización. Unos lo ven como la gran amenaza que se cierne sobre las empresas tradicio-nales mientras que otros defienden que se logrará la alianza perfecta. En estos nuevos tiempos no está todo por ver, pero sí por sorprender-nos. La robotización, la virtualización y la personalización, cada vez más extrema, serán algunos de los grandes retos dentro del mundo de los seguros y la previsión.

Buceando en los archivos de Premaat y escuchando a sus expresiden-tes, queda claro que esta Mutua nunca se amilana frente a los nuevos retos ni deja de lanzarse a la aventura tecnológica en cuanto tiene opor-tunidad… Cómo olvidar cuando empezó todo, allá por los años setenta, con la compra de aquel mini ordenador Wang que la plantilla miraba con una mezcla de recelo y curiosidad y que, al poco tiempo, tuvo que ser sustituido por otro más moderno y de más capacidad.

El presidente actual confía en que Premaat, que va camino de cumplir un siglo sin dejar de reinventarse, tampoco perderá el próximo tren tec-nológico: “Todo el sector asegurador se encuentra en un momento apa-sionante de cambio tecnológico y Premaat, como no podía ser menos, ya apunta en esa dirección, dispuesta a afrontar los retos que se plan-tean. El aprovechamiento de las capacidades de `la nube´ para proce-sar y almacenar datos de forma descentralizada y segura es algo que ya estamos abordando. Otra cuestión fundamental será eso que se ha

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dado en llamar Big Data, el procesamiento e interpretación de informa-ción extraída de nuestras amplias bases de datos. De alguna manera es algo que las aseguradoras siempre hemos hecho con nuestros cálcu-los actuariales, pero las capacidades de la computación actual permiten cruzar e interrelacionar datos como nunca antes había sido posible, pu-diendo así conocer al detalle la evolución del negocio y prever compor-tamientos de la cartera antes de que sucedan. Al mismo tiempo, permite ofrecer soluciones personalizadas para cada cliente, que se adapten a sus necesidades y les fidelicen. Todo esto está en los retos que debe-mos abordar en un futuro próximo y, aparejado a ello, la inteligencia arti-

Detalle de los servidores de Premaat en la actualidad.

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ficial y el machine learning [aprendizaje automático de los ordenadores], porque llegará un punto en que el análisis de información exceda las ca-pacidades humanas. Puede sonar a ciencia ficción, pero ya es práctica común en algunas aseguradoras y estoy convencido de que Premaat se subirá también a ese carro. Ya estamos abordando las primeras apro-ximaciones”.

Entre las muchas señas de identidad que distinguen a Premaat, su adaptabalidad y capacidad de supervivencia marcan hitos muy defini-dos a lo largo de su historia. En estos 75 años tampoco le ha temblado el pulso a la hora de enfrentar los reveses normativos, logrando siem-pre cumplir a tiempo y con buena nota las imposiciones o acudiendo a los Tribunales cuando ha considerado necesario enmendar errores o injusticias. El último cambio en las reglas del juego viene con indicacio-nes de Bruselas y lleva desde 2006 poniéndoselo más complicado que nunca a las mutualidades de previsión social.

En los más de 70 libros de actas que recogen sus 75 años de vida –casi como si se tratara de un diario–, se repite, incansablemente, la inten-ción de la Junta de Gobierno de minimizar el perjuicio al mutualista cuando los cambios legislativos obligan a tomar ciertas medidas. Y en 2018 volvió a vivirse esta difícil situación.

“Está siendo la pescadilla que se muerde la cola”, comenta el presidente González Juez, “no nos ha gustado nunca tener muchos fondos pro-pios, siempre se han repartido para mejorar las prestaciones o para dar una especie de `paga extraordinaria´, pero ahora nos obligan a guardar. Ya no podemos entregar las participaciones en beneficios que dába-mos antes. Podemos hacerlo, pero la prioridad es engordar la bolsa de ahorro, por si acaso… Antes, en el Grupo Básico, decíamos a nuestro mutualista : `Cuando te jubiles, te vamos dar tanto y, además, vamos a añadir un 3,5 por ciento como participación en beneficios´. Pero la propia Dirección General de Seguros aconsejó no tener esa rentabilidad comprometida, sino guardar ese dinero y, todo el exceso de rentabilidad que pudieses dar, darlo en forma de participación en beneficios. Como resulta que ya teníamos el Plan Profesional que funcionaba de esa for-ma, pensamos que lo mejor era incluir el Básico en el Profesional, que ya tenía otras ventajas. Fue entonces cuando lo llevamos a Asamblea, invitamos a ese tránsito, y fue aprobado”.

Con el visto bueno asambleario, que fue por amplísima mayoría, Pre-maat logra mejorar la ratio de solvencia en 2018. “Había mucha presión por parte de la Dirección General de Seguros para que se aprobara. Di-gamos que la Mutua se la jugaba… Y ver que, en esas circunstancias, la Asamblea te apoya, fue muy emocionante. Yo no soy de llorar, pero ese momento me hizo muy feliz. A lo largo de estos diez años, ves cómo nos adaptamos, cómo nos superamos, y te das cuenta de que, a pesar de todo, somos capaces de conseguirlo. Cuando hay que tomar medi-

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das duras que no gustan y les haces ver que es necesario, que debe-mos entrar en escenarios nuevos, y logras el apoyo de los mutualistas, que deciden votar a favor en la Asamblea… Ese momento, es siempre el más feliz”, reconoce el presidente González Juez.

“Tienes una hora para pensarlo”

El 1 de octubre de 2018, Premaat nombra director general a José Luis González Fermín que, lejos de ser nuevo en la casa, ya lleva 22 años en ella y toda su vida profesional ligada al sector. Apasionado del mutua-lismo, ha visto caer varias entidades de previsión. A los 28 años ficha como abogado por la Mutua Nacional de la Marina Mercante, entidad que, cuando las cosas se pusieron difíciles en 1984 por la Ley de Ordena-ción del Seguro Privado, optó por liquidar en vez de transformarse.

En marzo de 1997, José Luis González llega a la casa de los Aparejado-res como jefe del departamento de Prestaciones y, en seguida, la Junta de Gobierno le pasa la asesoría jurídica externa. Pero, en septiembre de 2018, recibe una llamada del presidente González Juez: “Me dijo: `Jose Luis, no me puedes decir que no a algo que te voy a pedir´. La Junta de Gobierno había pensado en proponerme para director general y yo no me lo esperaba: `Tienes hasta dentro de una hora que acaba la reunión para pensarlo, como mucho hasta mañana´. Y no le hice esperar…”.

Con este cargo, González Fermín reúne las tres cosas que más le gus-tan: mutualismo, leyes y docencia porque, además, imparte cursos a los empleados: “Estamos con `Derecho del seguro I´ y ya estoy pre-parando el `Derecho del seguro II´. A veces hago un examen sorpresa, más que nada para ver si me estaban entendiendo, que para mí es lo fundamental. Eso, y que no se aburran”.

González Fermín es capaz de resolver de memoria prácticamente cual-quier duda que se le plantee sobre mutualismo y seguros así que, sobre Solvencia II, aún tiene muchas cosas que contar en sus clases: “La re-ciente crisis financiera vino como consecuencia de que las entidades comercializaban una serie de activos sin tener en cuenta –o descono-ciendo– el riesgo real que asumían en su negocio. La nueva normati-va de Solvencia II trata de evitar que esas situaciones se repitan en las entidades aseguradoras. Puede ser considerado el mayor reto para las compañías aseguradoras en los próximos años, ya que supone un cam-bio en la forma de gestión del negocio. Premaat está haciendo un enor-me esfuerzo en medios técnicos, tanto humanos como materiales, para adaptarse. Ha tenido que presentar a su colectivo importantes reformas y abordar cuestiones como las prácticas de buen gobierno, la organiza-ción de la entidad, la propia valoración del negocio, el control y gestión del riesgo… Todo en aras de una mayor solvencia para sus mutualistas”.

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Entre las empresas aseguradoras y las mutualidades existe una gran diferencia: los mutualistas son los dueños de la entidad, la cual no gana dinero para sí misma, sino para ellos. No es la única diferencia, pero sin duda lo cambia casi todo. González Juez lo explica así: “Una de las ventajas, es que ellos son los propietarios de todo esto. El mutualista puede llamar, escribir o venir aquí y preguntar lo que quiera, o proponer cambios y presentarlos a la Asamblea. Eso anima a que se apoyen y se ayuden entre ellos. Por eso es posible que sigamos siendo solidarios. El 85 por ciento de lo que pagas es para tu jubilación, para tu ahorro personal y, el 15 por ciento restante, va para otro tipo de contingencias –que las puede haber– y para el mantenimiento de nuestro Fondo So-cial. Si, por ejemplo, un mutualista joven tiene un accidente y se queda inválido cuando lleva sólo un año afiliado –sin que le haya dado tiempo a ahorrar–, su mutualidad le puede ayudar”.

Que clientes y dueños sean los mismos es una gran ventaja con res-pecto a otro tipo de empresas que venden pólizas de seguros buscando –sobre todo– la rentabilidad para sus accionistas y directivos. Premaat se define a sí misma como una organización comprometida con sus fundadores, los Aparejadores; gestionada democráticamente por los propios mutualistas, transparente y sin ánimo de lucro; valiente, resi-liente y capaz de enfrentar cualquier reto; justa y decidida en su lucha por la defensa del mutualismo. Y, como recalca su presidente, abierta a todos: “Este es un sistema hecho e inventado por los Aparejadores, hace 75 años que está gobernado por los Aparejadores, pero todos los mu-tualistas, vengan de la profesión que vengan, pueden beneficiarse de él”.

El director general de Premaat, José

Luis González Fermín, imparte

una formación a empleados

de entidades de mediación de seguros

de Colegios de la Arquitectura Técnica.

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Con los mejores brokers

Con cerca de 56.000 afiliados bajo su techo, Premaat tiene, entre sus desafíos inmediatos, generar una base de asegurados que permita la venta cruzada. Piensa continuar mejorando sus servicios y coberturas; seguir impulsando sus productos más recientes, como el Plan de Previ-sión Asegurado (PPA), el Seguro Salud o los seguros colectivos, y asen-tar su marca en este mercado abierto en el que se está dando a conocer.

El último Informe de Negocio de Premaat al que tenemos acceso antes de terminar este libro tiene fecha de abril de 2019. En él se ve que, con respecto al año pasado, la producción en PPA se ha multiplicado por diez, que prácticamente el 50% de las operaciones ya son de produc-tos complementarios y que, a pesar de llevar sólo un año postulando a licitaciones públicas, se han ganado más de 20 concursos en ayunta-mientos, diputaciones y todo tipo de empresas oficiales.

También han crecido exponencialmente los seguros colectivos que comercializa Premaat –de Accidente y/o de Vida– y que son contra-tados por Federaciones Deportivas, Colegios profesionales y empre-sas de distintos rubros. En poco más de un año, ha pasado de tener menos de 1.000 personas aseguradas en el negocio colectivo, a con-tar con más de 20.000.

El dato más significativo de todos es que ya trabajan con Premaat más de 120 corredores, entre ellos Marsh & Mclennan Companies, Willis Towers Watson y Aon, los tres mayores brokers de seguros del mundo, así como ARTAI y Howden, ambos entre los más fuertes de capital es-pañol. En el poco tiempo que Premaat lleva colaborando con corredo-res de seguros, esta vía se ha convertido en la que aporta más volumen de negocio. En este tiempo se han solicitado más de 800 cotizaciones para posibles clientes colectivos.

El primer broker de esta talla que apostó por Premaat fue Howden, mul-tinacional de origen español que actualmente se posiciona quinta del mercado nacional y que fue el origen de que la mutualidad entrara a jugar con los más grandes. Que intermediarios de este nivel hayan de-cidido contar con nuestra Mutua y recomendarla es, ya de por sí, todo un logro.

Siguiendo esta línea de negocio, Premaat ha creado en los últimos tiem-pos sus “Premios al Sector Asegurador”, que en sus dos primeras edi-ciones han reconocido a un total de seis personas destacadas por su trayectoria en compañías (Luis Pérez Sala, de AEGON, en 2017, y Eladio García Reina en 2018), mediación de seguros (Juan Antonio Ocarranza -a título póstumo- en 2017, y Carmina Homs, de Ferrer&Ojeda, en 2018) y por su contribución a la innovación en el sector (Elisa Poch, de EPG&-Salinas, en 2017, y Ángel Vázquez, de Proyectos y Seguros, en 2018).

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Las ceremonias de entrega de Premios, celebradas en el marco de sen-das mesas redondas con deportistas de élite y figuras destacadas del sector asegurador, congregaron a más de un centenar de corredores de seguros y otras personas destacadas.

El director general de Premaat considera que, de cara al futuro, otro de los retos, es conseguir que el mutualismo sea el contrapunto a la Se-guridad Social, tanto en el aspecto alternativo, como en el complemen-tario: “Es un momento importante para que las mutualidades ayuden ante la crisis del sistema público de pensiones, que tienen un futuro muy incierto. La solución va a ser complementarlas, y ahí las mutuali-dades podemos jugar un gran papel. Siempre he sido muy crítico con la solución que se intentó dar a través de los planes de pensiones porque, en vez de solucionar el problema de la Seguridad Social, más bien sirvió para que las personas que tenían dinero consiguieran desgravaciones a través de invertir en estos planes. Entonces no se contó con noso-tros, fuimos marginados. Esperamos que, en el futuro, esto no sea así, hay que trabajar con la Confederación Española de Mutualidades para promover que seamos el motor de la complementariedad del sistema público. La gran diferencia entre las mutualidades y el resto de ins-trumentos, es que en nuestro sistema no hay ánimo de lucro, el único

Mesa redonda previa a la ceremonia de entrega de la II edición de los Premios Premaat al sector asegurador. De izquierda a derecha:

Salvador Marín, CEO de Howden Iberia; Raquel Rampérez, Directora General de La Purísima Seguros; David Rodríguez, Director de

Negocio de Premaat, Elena Jiménez de Andrade, Presidenta del Colegio de Mediadores de Madrid y del Consejo General de Colegios

de Mediadores de Seguros, que actuó como moderadora; Ana Montero, Directora Técnica de natación artística de la RFEN; Erika

Villaécija, Nadadora 4 veces olímpica y oro en el Mundial de 2010, y David Martín, Seleccionador Nacional de waterpolo..

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objetivo es proteger a nuestros asociados a través de prestaciones, y lo hacemos dentro de una economía social y humanista, no hay una lucha por conseguir dividendos y repartirlos entre accionistas”.

“Precisamente, otro de los objetivos que Premaat tiene en su hoja de ruta”, añade González Fermín, “es el promocionar las ventajas del mu-tualismo y su modelo, dar a conocer nuestra filosofía, porque esto ayuda a crear un sentimiento de pertenencia. Conseguimos que los afiliados a Premaat sientan que la mutualidad es suya, algo que las compañías de seguros no logran entre sus clientes”. Por eso, aunque la mutualidad se abra a nuevos públicos, crezca a través de corredurías de seguros y se promocione, por ejemplo, en los partidos de waterpolo, siempre continuará teniendo presente la Arquitectura Técnica, la profesión que la creó y que sigue siendo su razón de ser. De hecho, en paralelo a los patrocinios deportivos, la mutualidad también está siempre presente promocionándose en los grandes eventos de la profesión como CON-TART, congresos sobre tecnologías BIM (también la construcción vive su transformación digital) organizados por los Colegios y otros.

Una de las razones que exponen los expertos para augurar que el sector de los seguros volverá a capear futuras crisis, es que “todo es susceptible de ser asegurado”. Según cambia la sociedad, según incorpora nuevos hábitos y transforma su manera de funcionar y de entender el mundo, allí están los seguros para cubrir las necesidades y crear nuevos productos siempre que sea necesario. Y, si la adaptabilidad es una característica cla-ve para la supervivencia, Premaat debería quizás seguir fiel a sí misma.

Estand de Premaat minutos antes de inaugurarse la última Convención de la Edificación, CONTART, celebrada en Zaragoza en 2018.

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Podremos hablar de innovación, llegar a lo más alto en personalización de pólizas y ser los más modernos, pero no conviene olvidar que en este mundo todo se copia y cada vez es más difícil fidelizar. En este sentido, mutualidades como Premaat, ya tienen mucho terreno ganado. Llevar 75 años funcionando, en gran medida, gracias a ese sentimiento de pertenencia que la distingue, es sin duda un valor a resguardar.

Previsión Mutua ha demostrado ser valiente y flexible a la hora de en-frentarse a las dificultades de un mundo en mutación constante. De algún modo, en este largo proceso, ha logrado mantener indemne su naturaleza y su razón de ser, lo cual, probablemente, llenaría de orgullo a sus fundadores. Y quizás también sean esos cimientos, construidos con sólidos valores, los que ayuden a Premaat a superar con éxito los siguientes desafíos que, de seguro, le esperan de aquí en adelante.