viaje a ítaca (una poética del regreso en josé gautier benítez)
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Ensayo sobre la poesía del poeta puertorriqueño José Gautier Benítez por José R. ColónTRANSCRIPT
Colón Laboy
José Rafael Colón Laboy
843-09-1442
ESPA 4231
Prof. Juan Gelpí
Viaje a Ítaca: una poética del regreso en José Gautier Benítez
Afirma Alinaluz Santiago que “si pudiéramos definir el romanticismo con una sola
palabra, esta sería, ausencia” (34). Esa presencia siempre carente, ese recuerdo nostálgico es el
motor que impulsa el desbordamiento espontáneo de emociones que describió el poeta romántico
inglés William Wordsworth. El Romanticismo fue el terreno fértil de la subjetividad, de la
sensibilidad, de la naturaleza, de los sentimientos, de lo sublime. Todos estos elementos
convergen en la necesidad del poeta de ese algo casi innombrable, de aquello que su imaginación
idealiza y que no le es posible alcanzar. “La ausencia es hermosa si nos asiste en ella la
esperanza de ver de nuevo aquello de que nos ausentamos” (152), advierte José A. Balseiro. El
poeta inventa presencias, esperanzas, para llenar esa ausencia. Pero estas fantasías no hacen más
que ahondar el espacio entre el sujeto y el objeto, el poeta y lo ausente.
Del Romanticismo en Puerto Rico, José Gautier Benítez fue uno de los máximos
exponentes, “sin cuya obra… la poesía puertorriqueña no sería lo que es” (García 1940).
Leornardo Fernández Macarné comenta sobre nuestro poeta cagüeño que “a pesar de su corta
vida… fue y sigue siendo el poeta romántico más popular y conocido en Puerto Rico” (286). Su
poesía romántica se potencia a través de los temas recurrentes que aborda y los elementos, ya
antes mencionados, que surgen una y otra vez en sus textos, comunes entre los románticos. De
influencia becqueriana, predominando en él “los poemas de amor de tono menor” (García 1940),
Gautier Benítez se sitúa en uno de los extremos del aparato binario romántico. En su voz poética
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radica el ser humano, la vitalidad doliente que se enfrenta a la muerte, a la mujer o a la patria,
ubicadas todas en un horizonte que el poeta sólo roza a través de sus versos. Precisamente, es
esta distancia la que nos recuerda el mito griego de Odiseo: el hombre que anhela regresar a la
patria y a la mujer, pero que se ve imposibilitado de cumplir su deseo. En su caso, el mar y los
designios divinos retrasan el reencuentro, fuerzas que abren un abismo que impide que se
concrete el regreso. Es el viaje infinito de la poesía, navegando espacios insondables en la
búsqueda de aquel horizonte. No queda, pues, otra opción que aprovechar ese viaje desgarrador,
ese traumático movimiento migratorio. Así lo expresa Konstantino Kavafis en su poema “Ítaca”:
“Ten siempre en tu mente a Ítaca. / La llegada allí es tu destino. / Pero no apresures tu viaje en
absoluto”. En esto consiste la poesía de Gautier Benítez: un viaje hacia el horizonte que oculta lo
deseado, las “Ítacas”, un regreso hacia algo que no se materializa y que deja al poeta a la deriva,
navegando entre sus versos la ausencia.
En muchos de sus poemas, José Gautier Benítez propone el mar como el espacio que
separa la voz poética y el objeto del deseo. Los destinos más recurrentes de su poesía son tres: la
mujer, la patria y la muerte. Pero estos destinos están más allá de las aguas, y el poeta necesita
zarpar hacia ellos. Los poemas “La nave” y “La barca” de Gautier Benítez nos presentan los
medios de transporte simbólicos que llevarán al poeta hacia esa otra orilla del mundo. En “La
nave”, la voz poética expresa: “descubro una nave, ¿quién sabe do va? // Lo sé: para el
puerto…”(483), el puerto en la orilla lejana desde donde proviene el viento que llena las velas.
Ese destino prometedor es lo que intensifica los deseos del regreso, lo que traza la ruta del barco.
Mas, de viaje a tierra, el timonel se enfrenta a las adversidades del clima y el océano. Aún
cuando sale victorioso de esa lucha contra la naturaleza, la última estrofa nos revela otro
obstáculo: “las últimas rocas / burlando que pueden romper el bajel” (483). El puerto parece
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cerca, pero la ambigüedad de estas palabras propone la imposibilidad del regreso. La esperanza
de la voz poética, que aumenta luego de salir victorioso de la tormenta, desaparece en estos
versos. La posibilidad del regreso, de zarpar en la lejana orilla, se deshace; la muerte es el
destino obligado del navegante, y del poeta.
Es la muerte, precisamente, el tema predominante en “La barca”. Una vez más, el sujeto
poético propone el puerto como su destino: “¡marino errabundo, pensaba aquel día / hallar el
ansiado magnífico puerto!” (526). Navegando las corrientes del río, son muchos los puertos que
observa desde su barca, mas el fantasma “con triste sonrisa que aterra y fascina” (529) le ordena
que los ignore y siga remando. En estos puertos, la voz poética ve todo lo que anhela: hermosas
doncellas, el rumor de los besos, valles y grutas preciosos, oro e, incluso, la posibilidad de la
fama. No obstante, el fantasma no le permite anclar en ninguno. Finalmente, la pequeña
embarcación se detiene en la arena, pero esta orilla no es como aquellas que había visto el poeta
durante su viaje, sino un cementerio, “el más allá”, el último puerto. Es el destino al que el poeta
no hubiese querido llegar. Se repite el doloroso viaje sin rumbo, el regreso fallido, y queda el
deseo sin cumplir, destruido para siempre.
Además de la muerte, la obra de Gautier Benítez se enfoca en otros dos temas
principales: la mujer y la patria. Estos temas también son recurrentes en muchos otros poetas
románticos, pero en este caso los límites entre estos tienden a ser difusos. Por ejemplo, en
muchos poemas, la mujer y la patria parecerían representar lo mismo. En su poema “Puerto
Rico”, Gautier Benítez utiliza adjetivos para describir la isla que también podrían utilizarse para
describir a la mujer: “Todo es en ti voluptuoso y leve, / dulce, apacible, halagador y tierno”
(562). Esta personificación de la patria crea una ambigüedad en torno al objeto poético: es la
mujer y la patria fusionadas en un solo ser: la patria/mujer en quien se derrama todo el deseo del
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poeta. En torno a este punto, señala Miriam Curet Cuevas que “llega un instante en la poesía de
Gautier en que el amor envuelve por igual a la patria y a la mujer” (51). Los poemas “A Puerto
Rico (ausencia)” y “A Puerto Rico (regreso)” de nuestro bardo romántico ejemplifican este amor
que se manifiesta sobre el ser dual: la mujer/patria. En el primero, la voz poética afirma:
Tú das vida a la doncella
que inspira mi frenesí,
a ella la quiero por ti,
y a ti te quiero por ella. (444)
Asimismo, el poema “A Puerto Rico (regreso)” contiene unos versos en donde, una vez más, se
unifican los deseos de la voz poética:
y en todo cuanto venero,
y en todo cuanto yo quiero
hay algo, patria, de ti. (447)
De manera que dos de los grandes destinos del poeta navegante se convierten en uno solo.
Sin embargo, la patria/mujer permanece inalcanzable. “Todo poeta ha soñado un amor
que existe divinamente en su mundo interior”, explica Balseiro, “pero que no puede existir en el
mundo de los hombres” (158). Esta ausencia lleva al poeta a la idealización del objeto del deseo,
a su endiosamiento, resultado implícito de un deseo de cercanía. En “Puerto Rico”, la voz poética
clama: “¡Borinquen!, nombre al pensamiento grato / como el recuerdo de un amor profundo”
(559), hace un llamado a aquello que desea con todas sus fuerzas y que sólo puede evocar a
través de la memoria. El recuerdo es el recurso que le queda para construir aquello que no está
presente. El “mar Atlante”, los montes y las colinas se interponen entre él y su horizonte, y sólo
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la imaginación y la poesía pueden cruzar ese espacio. Este recuerdo, no obstante, se engrandece a
medida que la necesidad del poeta se hace insoportable. Las metáforas que utiliza el poeta para
construir la patria/mujer son sublimes, mas siempre nos recuerdan la presencia de la ilusión, el
autoengaño: en “A Puerto Rico (ausencia)”: “Mas hoy que te ven mis ojos… / como una ciudad
de espumas, / forjada por mis antojos” (445); en “Puerto Rico”: “Que pareces en medio de la
bruma… / una ciudad fantástica de espuma” (559), “Tu ser fue una bellísima quimera / a los que
vían el confín del mundo” (560); en “A Puerto Rico (regreso)”: “y va la tierra brotando / como
Venus de la espuma” (446). Hasta Venus, hermosa diosa griega, se transforma en la mujer/patria.
Cada verso refleja el frenesí de un creador que intenta remendar la carencia con metáforas.
Para Gautier Benítez, de la ausencia al regreso no hay ni siquiera un paso, aunque los
tonos cambien de uno a otro poema, de nostálgico a esperanzador. El regreso nunca se concreta,
no puede concretarse. La llegada al puerto significaría el fin de la poesía. En “A Puerto Rico
(regreso)”, la voz poética describe cómo la isla va naciendo en el horizonte. Sus ojos ven cómo
la isla va tomando forma, cómo sus montañas se van delineando con la luz. Pero, tal buen poema
romántico, de los versos se esfuman las descripciones de la isla y entran las emociones de la voz
poética. En ningún verso el sujeto poético pone pie en la isla; sólo aspira a verla. “La visión de la
tierra a lo lejos es suficiente para el corazón que ha llorado en la ausencia” (57), sugiere Curet
Cuevas. Esta es la zona de la que no puede salir el poeta. Él se encuentra siempre en el extremo
de la palabra creadora, mirando en el horizonte lo perdido. Puede recorrer el abismo con sus
versos, rozar apenas aquello que lo enloquece, pero no puede alcanzarlo. Llegar a ello sería
renunciar a la poesía, pero renunciar a la poesía conllevaría abandonar la nave que aviva su
esperanza, perder la posibilidad de imaginar la otra orilla. ¡Una gran paradoja! Gautier Benítez es
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incapaz de arribar a ese puerto, a Puerto Rico, a la doncella. Sólo un destino le es posible: la
muerte; el gran abismo obligatorio en el cual la palabra se hace innecesaria.
Los cinco poemas discutidos se unen, a modo de rompecabezas, para darnos la historia de
la poesía romántica, de la voz poética y del poeta mismo. Los temas recurrentes en la poesía de
éste, uno de nuestros grandes románticos del siglo XIX, se conjugan en la ausencia y el regreso,
las dos circunstancias que se enfrentan tanto en el mito clásico como en “Ítaca” y en la poesía de
Gautier Benítez. Entre los dos extremos, la ausencia y el regreso, se abre un espacio profundo
que el poeta sólo navega a través de la palabra. La poesía de Gautier Benítez constituye, así, un
viaje persistente por ese abismo, una poética del regreso, pero regreso a la ausencia. Al contrario
del mito de Odiseo, para el poeta, el regreso a lo anhelado es irrealizable; su Ítaca no existe. Se
presenta una especie de proceso migratorio interminable marcado por la nostalgia, el dolor por la
distancia y el anhelo de la proximidad. Su navegación no puede tener otro destino que aquellos
puertos desde los cuales ya ha zarpado antes; los puertos que el poeta ve en el horizonte son
ilusiones creadas por él, esperanzas que se alimentan de su melancolía, de la carencia que sufre.
El regreso inconcluso y constante se articula con la ausencia desgarradora para impulsar la
creación poética. El poeta viaja, regresa eternamente sin regresar a ninguna parte, y en esa
aventura se llena de experiencias, se desborda con poesía. Como afirma Kavafis en su poema:
“Ítaca no te engañó. / Así sabio como te hiciste, con tanta experiencia, / comprenderás ya qué
significan las Ítacas”. (“Ítaca”)
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Obras citadas
Balseiro, José A. “Gautier Benítez y el espíritu de su época”. El Vigía: ensayos. Madrid:
Editorial Mundo Latino, 1925. Impreso.
Curet Cuevas, Miriam. “La poesía de José Gautier Benítez”. Tesis de maestría
Universidad de Puerto Rico, 1950. Impreso.
Fernández Marcané, Leonardo. José Gautier Benítez y el romanticismo en Puerto Rico.
Tesis doctoral State University of New York at Albany, 1974. Ann Arbor: UMI,
1974. Impreso.
García, Dwight. “Gautier Benítez, José”. Diccionario enciclopédico de las letras de
América Latina. Caracas: Biblioteca Ayacucho y Monte Ávila Editores
Latinoamericana, 1995. [1940-1941]. Impreso.
Gautier Benítez, José. “A Puerto Rico (ausencia).” Vida y obra de José Gautier Benítez. Girón,
Socorro. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1980. 442-445. Impreso.
---. “A Puerto Rico (regreso).” Vida y obra de José Gautier Benítez. Girón, Socorro. San Juan:
Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1980. 445-448. Impreso.
---. “La barca.” Vida y obra de José Gautier Benítez. Girón, Socorro. San Juan: Instituto de
Cultura Puertorriqueña, 1980. 526-529. Impreso.
---. “La nave.” Vida y obra de José Gautier Benítez. Girón, Socorro. San Juan: Instituto de
Cultura Puertorriqueña, 1980. 482-483. Impreso.
---. “Puerto Rico.” Vida y obra de José Gautier Benítez. Girón, Socorro. San Juan: Instituto de
Cultura Puertorriqueña, 1980. 559-565. Impreso.
Kavafis, Konstantino. “Ítaca”. Ciudad Seva. Biblioteca Digital Ciudad Seva, 10 de noviembre de
2010. Web. 11 de noviembre de 2012.
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Colón Laboy
Santiago, Alinaluz. “La ausencia: metáfora del discurso poético romántico en Puerto
Rico: José Gautier Benítez y Lola Rodríguez de Tió. Exégesis. 25. 71 (2012): 34-
38. Impreso.
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