viaje al centro del universo definitivo[1] · tania puertas gonzález nació en asturias en el año...
TRANSCRIPT
Tania Puertas González nació en Asturias en el año 1981. A
sus treinta años, inicia su carrera como escritora con el libro: “Viaje
al centro del universo”. Una novela diferente que hace reflexionar al
lector de forma amena y divertida sobre los pilares de su propia
existencia.
Diplomada en Relaciones Laborales por la Universidad de Oviedo,
en la actualidad trabaja como coach y maestra en materia de
crecimiento personal.
www.taniapuertasgonzalez.wordpress.com
VIAJE AL CENTRO DEL UNIVERSOVIAJE AL CENTRO DEL UNIVERSOVIAJE AL CENTRO DEL UNIVERSOVIAJE AL CENTRO DEL UNIVERSO
©TANIA PUERTAS GONZALEZ
©29 de Julio 2011
AGRADECIMIENTOS:
Quiero dar las gracias en primer lugar a ese ser invisible,
poderoso, mágico y maravilloso que nos ha dado la vida a
todos y que siempre vela porque los sueños se hagan realidad:
Gracias. Mi agradecimiento por todo lo que me das a diario es
tan infinito que es imposible limitarlo con palabras: Gracias por
el amor, gracias por la imaginación, gracias por la pasión,
gracias por la risa y el sentido del humor, gracias por el arte,
gracias por la belleza, gracias por los sentimientos, gracias por
la salud, gracias por la naturaleza, gracias por el sexo, gracias
por los amigos, gracias por la familia, gracias por la
abundancia, gracias por el mundo, gracias por el universo,
gracias por los sueños y… ¡gracias por el milagro de la vida!
Gracias a todas las personas increíbles que me he encontrado
en el camino en estos treinta años: profesores, compañeros,
amigos, maestros, conocidos... Todos formáis parte de lo que
soy. En especial mencionaré aquí a personas muy importantes
en mi vida:
Gracias a mi abuela por ser como es: un ejemplo de amor,
entrega, bondad, generosidad, fuerza, trabajo y alegría de vivir.
Gracias a mis padres por quererme, cuidarme, educarme,
criarme, aguantarme y hacer que nunca jamás me faltara de
nada.
Y en último lugar y no por ello menos importante, gracias por el
Oscar que me ha regalado la vida. Gracias a mi compañero de
viaje, sin él, este libro jamás habría salido a la luz. Gracias por
ser como eres, gracias por amarme como lo haces, gracias por
ser único, especial. Gracias por parar, gracias por tirar la
cuerda, gracias por empujar: gracias por sacarme del pozo.
Gracias por enseñarme a ver la vida con otras gafas. Gracias
por despertarme. Gracias por estar siempre cuando te
necesito, gracias por hacerme reír cuando estoy triste, gracias
por levantarme cada vez que me caigo, gracias por enseñarme
a luchar contra el miedo, gracias por abrazarme todas las
noches, gracias por hacerme sentir grande cuando el resto
quiere convencerme de que soy pequeña, gracias por tu
paciencia, gracias por escucharme, gracias por enseñarme
cada día que la felicidad existe y que los sueños se hacen
realidad.
Para todas aquellas personas que viven prisioneras del miedo, la culpa, el
cansancio, el aburrimiento, la ansiedad, el odio y el resentimiento. Para
todas aquellas almas que en algún momento del camino se han perdido,
como yo lo hice. Para todos aquellos que quieren conocer más de lo que
nos cuenta la autoridad. Para todos aquellos valientes que quieran vivir y
no sufrir. Para todos los curiosos que buscan respuestas. Para todos
cuya incertidumbre les ha llevado a estar leyendo estas líneas….
13
PRIMERA PARTE: EL MISTERIO.
14
15
Cuando yo tenía siete años viví una experiencia
alucinante: hice un viaje que cambió el resto de mi vida.
Veinte años más tarde conservo cada recuerdo intacto y
hoy he decidido compartir ese tesoro con todos vosotros.
Me llamo Enol, soy un niño moreno de ojos grandes y marrones. Me
gusta mucho el cielo y sueño con volar. Mis mejores amigos son
Nico y Sergio. Siempre estamos juntos: ¡como los tres
mosqueteros! Vivimos en Cue, un pueblo muy bonito de la costa
asturiana, pero nuestro cole está en Llanes a cuatro kilómetros de
allí. Todas las mañanas a las ocho en punto nos vemos en el
autobús, allí empezamos a construir nuestro día y a inventarnos
nuevos juegos y retos. Nos encanta explorar, descubrir sitios
nuevos y descifrar acertijos. También nos gustan las adivinanzas y
todo lo que entrañe algún tipo de misterio. Todos los días después
de merendar, si hemos hecho nuestros deberes y nos hemos
portado bien, nos dejan juntarnos para jugar; y mientras todos los
16
niños están en el parque dando patadas a un balón nosotros
preferimos perdemos por las callejuelas. Es entonces cuando el
tiempo se para y todos nuestros sueños se hacen realidad. Los
fines de semana tenemos más tiempo y podemos ir en bicicleta. Mi
lugar favorito está escondido en la playa. Hemos encontrado unas
cuevas en las que podemos meternos cuando está la marea baja.
Es un lugar mágico y tranquilo donde podemos hablar y pensar sin
que nadie nos vea. Muchas veces, el mar nos deja tesoros y
cuando los encontramos nos inventamos historias acerca de ellos.
Un día le cogí una llave al yayo sin que se diera cuenta, me la llevé
a la cueva y gravamos en la piedra nuestros nombres. Es mi lugar
favorito, porque si miras hacia arriba puedes ver el sol desde la
oscuridad a la vez que escuchas el mar. A Nico y a Sergio les gusta
más otro sitio. Ellos prefieren ir al prao de Mariano. Allí podemos
subir a los árboles, jugar con los animales y correr por el campo.
También es divertido.
Sergio tiene el pelo castaño, siempre lo lleva peinado de punta y
muy corto. Sus ojos son pequeños y marrones como los míos. Es el
más alto de los tres y está muy delgado. Su piel es muy oscura y
parece que está moreno todos los meses del año. Es bueno y
17
cariñoso, pero sobre todo muy simpático. Siempre consigue
hacernos reír a Nico y a mí con sus tonterías.
Nico tiene el pelo rubio, largo y rizado. Sus ojos son muy grandes,
de color verde pistacho. Es un poco más bajito que yo y su piel es
tan blanca como la mía. Es muy listo, siempre se inventa las
mejores historias cuando encontramos tesoros y suele ser él quien
descifra casi todos los acertijos.
Esta mañana en el autobús Sergio dijo lo siguiente:
-¡A los mayores no hay quien los entienda!
Y boom, de repente esas ocho palabras mágicas encendieron la
chispa en mi cabeza: ¡se me acababa de ocurrir la idea más
brillante de la historia!
Lo cierto es que a mí también me cuesta mucho comprender a los
mayores. Vivo con mi madre, con el yayo Vicente y con la yaya
María. Tengo una hermana que se llama Nicol, se pasa el día
haciendo cosas raras y duerme en el cuarto de enfrente.
Mi papá se llama Lucas pero no vive con nosotros. Conduce
aviones y viaja por todo el mundo. Siempre me trae regalos de
todos los sitios a los que va y me cuenta historias increíbles. Mamá
y él se separaron cuando yo tenía cuatro años. Al principio me puse
18
muy triste pero ahora me gusta la idea de tener dos casas; es
divertido. Papá tiene un piso en Santander y yo me quedo con él
allí los fines de semana que no tiene que volar.
Mi mamá se llama Nora, es muy guapa y trabaja en la oficina de
correos de Llanes como secretaria. Tiene el pelo tan negro como el
mío, pero a ella le llega por la cintura. Me gusta mucho su pelo,
siempre está liso y suave. La yaya dice que de pequeño necesitaba
tocarlo para poder dormirme. Sus ojos son marrones, grandes y
brillantes. Siempre tienen luz. Mi mamá está muy delgada. Todo el
mundo le dice siempre que tiene que comer más, pero yo creo que
lo que tiene que hacer es descansar más. Siempre está haciendo
cosas. Trabaja en casa, en correos, cuida a los yayos, a mi
hermana y a mí. A veces la veo hablar sola mirando al cielo. Creo
que le pide fuerzas a Dios.
La yaya María está ciega. Al principio me daba pena porque la
quiero mucho y deseaba que pudiera ver todo lo que veíamos los
demás, pero cuando tenía tres años me contó un secreto que me
hizo cambiar de opinión. Me dijo: Enol, las cosas realmente
importantes no pueden verse con los ojos. Así que pensé que
tampoco debía de perderse gran cosa. Desde pequeño, me siento
en su regazo todas las noches y le cuento todo lo que he visto
19
durante el día. Después ella siempre me cuenta una historia. La
yaya María quiere mucho a mamá y siempre me pide que la cuide.
Es su única hija. Hace muchos años le murió el otro hijo que tenía
en una guerra.
El yayo Vicente es tan trabajador como mamá. Siempre está
pendiente de la yaya. Todos los días se encarga de lavarla, de
ponerla bonita y de sacarla a pasear. A veces es un poco
cascarrabias con Nicol y conmigo. La yaya dice que eso es porque
nos quiere mucho y desea que nos convirtamos en “personas
grandes”. Al yayo le faltan cuatro dientes y está calvo
completamente. Sus ojos son azules como el mar y al igual que
mamá está muy delgado.
Mi hermana Nicol tiene trece años y a veces pienso que es un
extraterrestre. Es rubia como papá y tiene los ojos azules del yayo.
Es alta y fuerte pero siempre está intentando ser delgada. Hace
cosas muy raras. Su vida en casa es muy simple: o está al teléfono,
o está gritándonos, o está con cara de flipada tumbada en su cama
con unos cascos en las orejas.
Esa es mi familia y me gusta, pero desde hacía un par de años
llevaba dándole vueltas a una idea a la que no terminaba de ponerle
nombre, hasta que…
20
-¡Lo tengo! –les dije a los chicos en el autobús respondiendo a la
frase de Sergio.
-¿El qué? –me contestaron los dos a la vez.
-¡La idea más increíble! ¡El descubrimiento más grande que
haremos jamás!
-¿Un acertijo que descifrar? –me preguntó Nico con los ojos
completamente encendidos.
-No, ¡mejor que eso! ¡Resolveremos el misterio más importante del
mundo!
-Venga Enol, ¡dinos de qué se trata!
-Está bien… ¡Vamos a resolver el misterio de la vida!
-¿Y qué misterio es ese? – preguntó Sergio sin entender nada.
-Descubriremos quiénes somos y por qué estamos aquí.
Adivinaremos qué es eso que hace que los mayores se comporten
así. ¡Averiguaremos eso tan importante que ellos se pasan la vida
buscando y que nunca encuentran! ¡Seremos como Cristóbal Colón
cuando descubrió América!
Los tres sacamos nuestros cuadernos entusiasmados con el nuevo
reto que teníamos por delante. En cuanto surge un misterio,
21
anotamos allí cualquier dato que pueda ayudarnos a encontrar la
solución. Todo vale: recuerdos, objetos, recortes de prensa, libros,
historias, anécdotas... Lo más importante de todo buen investigador
es estar con los ojos bien abiertos durante todo el día. Cualquier
detalle, por insignificante que parezca, puede ser la llave que
contenga la respuesta. Jamás bajamos la guardia. Anotamos todo
en nuestros cuadernos y luego lo ponemos en común. Tres cabezas
siempre piensan mejor que una.
Aquel día cuando llegué a casa fui corriendo hasta mi cuarto, solté
la mochila encima de la cama y me senté frente al escritorio. Tenía
que anotar algo importante. En el cole había recordado una
conversación que había tenido con la yaya. Estaba convencido de
que iba a ayudarnos en la investigación.
Era un día de verano y hacía mucho calor. Como todos los días, el
yayo había lavado y vestido a la yaya antes de bajar a desayunar.
Mamá ya se había ido a trabajar y Nicol estaba en un campamento.
Al sentarnos en la mesa el yayo bendijo los alimentos que íbamos a
comer. Después puso la radio y se olvidó del mundo. Yo le
miraba… ¿Dónde estaría? Parecía no vernos. Su rostro serio y
tenso escuchaba lo que decía aquel aparato mientras comía lo que
tenía en el plato. Yo le observaba desde mi silla alucinado. Me bebí
22
el zumo de naranja muy rápido para poder coger el pan caliente con
mantequilla que había en el centro de la mesa. Al meter la tostada
en mi boca no pude evitar hacer un ruido de placer: ¡estaba tan
bueno! El yayo levantó la vista, clavó sus ojos en mí y dijo:
-Enol, te he dicho mil veces que en la mesa no se hace ruido.
Los pelos se me pusieron de punta y el estómago se me cerró. El
yayo daba mucho miedo cuando te miraba así de serio. Después de
desayunar, mientras estaba sentado al sol con la yaya, le pregunté:
-Yaya, ¿le pasa algo al yayo?
-No cariño, está muy bien.
-¿Estás segura de que no está enfadado por algo?
-Él es bueno, Enol, sólo tiene algunas manías. Le gusta escuchar
las noticias por las mañanas, por eso antes te dijo eso, nada más…
-¿Qué es tener manías?
-Verás, tener manías es querer hacer siempre las cosas de una
manera. Por ejemplo, tú todas las noches das un beso a la estrella
de la suerte que tienes colgada en la pared, ¿verdad?
-Sí –contesté.
23
-Pues cuando no puedas dormirte sin besarla habrás cogido esa
manía.
-¿Tener manías es hacer siempre lo mismo?
-Sí mi vida, más o menos es eso.
-¡Pues qué aburrido! ¡Jamás tendré manías! De todas formas yaya,
yo creo que el yayo Vicente está enfadado por algo, tú no puedes
verlo pero siempre está muy serio. ¡Nunca le he visto reírse a
carcajadas!
-Tú no puedes entenderlo todavía cielo mío… pero muchas veces
los mayores llevan una mochila muy pesada a sus espaldas.
-¿Una mochila? –le pregunté sorprendido.
-Sí, una mochila invisible. Todos llevamos una. Allí se meten todos
nuestros recuerdos. Los agradables son tan ligeros como las
plumas de los pájaros, pero los que nos han hecho daño son muy
pesados. Puede que la mochila del yayo Vicente pese un poco más
de la cuenta, por eso está tan serio.
-¿El yayo ha sufrido mucho?
24
-Un poco. La vida le robó un hijo y un amigo el mismo año, desde
entonces no ha vuelto a ser el mismo. Creo que está enfadado con
ella desde entonces.
-¿Con la vida?
-Sí.
-Pero… ¡si la vida es maravillosa! ¡Es lo más importante que
tenemos todos! ¡Sin ella nada existiría!
-Lo sé Enol… lo sé. Pero hay veces que la mochila es tan pesada
que se nos olvidan esos pequeños detalles...
-Pero… tú no eres así… Y… ¡estás ciega!, ¡y también has perdido
a un hijo…!
-Te voy a contar un secreto. Quizás el mejor regalo que me hizo
Dios fue darme esta ceguera que a vosotros tanto os preocupa…
Yo no puedo ver ese mundo de formas y colores que veis vosotros
todos los días, pero sí puedo ver y sentir las imágenes que a diario
mi imaginación fabrica a su gusto: ese es mi mundo y allí nada
desaparece. Sigo viendo a mi hijo como lo hice desde que supe que
lo tenía en mis entrañas. Mi hijo está vivo para mí y lo estará
siempre. Para el yayo es diferente; debe de resultar más duro no
volver a ver a alguien que quieres…
25
-Pero si… ¡él también puede ver a su hijo y a su amigo con la
imaginación! Gracias a ella puedes tener lo que quieras en el
momento que te apetezca. Yo a veces echo mucho de menos a
papá cuando hace vuelos muy largos. Cierro los ojos y me imagino
todas las cosas que vamos a hacer juntos cuando regrese. Al
abrirlos siempre estoy mucho más contento.
-¡La imaginación! Ese gran poder que Dios nos ha dado Enol, es
algo que muchos mayores dejan de utilizar cuando crecen…
-Pero… ¿por qué? –pregunté alucinado.
-Supongo que las obligaciones, las responsabilidades, las
preocupaciones y el peso de la mochila hacen que la imaginación
pase a un segundo plano. Pero ella está ahí, en un rincón,
esperando que alguien se acuerde de ella.
-Pero si no utilizas la imaginación… ¡tampoco puedes soñar!
-No mi amor… no puedes –me respondió la yaya con cara muy
triste.
-¡Entonces los mayores están más ciegos que tú, yaya! –concluí.
26
Cerré la libreta y bajé a comer. El olor a macarrones con queso
llegaba hasta mi cuarto y me rugían mucho las tripas.
Cuando estábamos en la mesa sonó el teléfono. Era Isabel, la
amiga de mamá. Quería invitarla a salir esa noche. Mamá siempre
le decía que no podía pero yo sabía la verdad: que no quería.
-Deberías animarte y salir un poco hija… ¡eres muy joven! –dijo la
yaya.
-Ya salgo lo suficiente mamá…
-¿De casa al trabajo y de esa oficina al supermercado? ¡Eso no es
vida!
-María, ¡deja a la niña que haga lo que le parezca que tiene que
hacer!- zanjó rotundamente el yayo.
Isabel está soltera y por lo que cuenta Nicol tiene muchos novios.
Le gusta quedar con unos y con otros para divertirse pero siempre
es leal a su libertad. Una noche que vino a cenar nos lo dijo:
-Chicos, yo soy como los pájaros: necesito volar por todo el cielo.
¡No pueden encerrarme en una jaula!
Yo no había entendido muy bien lo que había querido decir, pero
me había gustado mucho eso de poder estar volando todo el
27
tiempo. Yo tampoco me casaría. Isabel y mamá se habían conocido
en el colegio compartiendo pupitre y desde entonces se habían
hecho inseparables.
Siempre me llamó la atención su amistad porque son muy
diferentes. Mamá me dice que quiere mucho a Isabel precisamente
por eso, porque le da lo que ella no tiene. Entre ellas se entienden
muy bien. Los viernes y los domingos suele venir a cenar a casa.
Todos subimos a acostarnos y ellas se quedan conversando horas
y horas en la cocina. Isabel es la madrina de Nicol y quiere que
mamá salga con ella a divertirse; como en los viejos tiempos dice
siempre, ¡pero no la convence nunca!
Mamá no quiere tener novio; ella sigue enamorada de papá. Yo lo
sé porque siempre que Nicol y yo venimos de pasar un fin de
semana con él me pregunta muchas cosas. Quiere saber cómo
está, cómo tiene la casa, si está delgado, si está solo…. Un día la vi
sentada en su cama mirando la foto de su boda: lloraba mucho. Me
quedé allí parado detrás de la puerta sin saber qué hacer. Tenía
que ayudarla. La siguiente vez que vi a papá le pregunté porque
mamá y él se habían separado. Nunca lo había entendido, pues yo
sabía que papá también la quería mucho. Tenía todas las fotos de
28
los dos en el primer cajón de su mesita y en más de una ocasión le
había sorprendido mirándolas. Me dijo:
-Es muy complicado, hijo. Verás, a veces para que los mayores
puedan estar juntos quererse no es suficiente…
Me había quedado peor que al principio. Unos días más tarde la
yaya me aclaró un poco más las ideas:
-Enol, papá y mamá siempre se han querido mucho… tanto, que su
amor les hacía daño. Mamá echaba demasiado de menos a papá
cuando volaba. Eso les hacía enfadarse mucho. Mamá quería que
él se quedara y papá que ella le acompañara: ¡Nunca consiguieron
ponerse de acuerdo!
Definitivamente, lo mejor era estar soltero. Isabel era muy lista al
volar por el cielo y no abandonar su libertad. ¡El amor era
demasiado complicado! Subí para anotar todo eso en mi cuaderno.
Al pasar por el cuarto de Nicol vi que tenía su diario encima de la
cama. Entré. Hacía diez minutos había salido disparada por la
puerta porque había venido a buscarla su amiga Raquel. ¡Se le
había olvidado guardarlo! Lo cogí y me encerré con él en el cuarto
de baño. Lo que estaba a punto de hacer estaba muy mal pero no
podía desperdiciar la oportunidad. Pensé en los chicos. Aquellas
páginas iban a darnos un montón de información para el caso. Al fin
29
de cuentas, la frase favorita de mi hermana es: ¡soy mayor! Así que,
sentado en la tapa del váter, abrí una página al azar:
13 de Febrero de 1991.
Vuelvo a estar enfadada. No soporto esta familia. La abuela se pasa
la vida en su mundo de fantasía, el yayo no para de regañarme por
todo y mi hermano Enol es un mocoso. Mamá no me entiende;
quiere que sea como ella, pero no lo va a conseguir. Papá es el
más listo porque ha sabido poner tierra de por medio. Él es como
yo: ¡necesita espacio!
¡Si pudiera vivir con él y salir de esta cárcel donde estoy encerrada!
¡Nadie me entiende!
Luis se pasa el día mirando a Elena: ¡no me hace ni caso! Es
normal, ella es muy guapa y tiene un tipazo… no como yo, que
estoy gorda y soy del montón… Raquel me dice que lo mejor que
puedo hacer es olvidarlo, ¡pero ya lo he intentado! El otro día fui con
el pesado de Armando a comer una hamburguesa a Llanes…
¡Menuda pesadilla! ¡Dos horas escuchando biografías y para colmo
el muy descarado intentó besarme! Así que lo único que me queda
30
es la resignación. Llego a casa, escucho música y me conformo con
pensar en las caricias y los besos que jamás recibiré de él…
¡La vida es una mierda!
18 de Febrero de 1991.
Hoy he discutido con mamá. Nadie consigue sacarme de mis
casillas como ella. La odio. La muy idiota va y me dice con su
tranquilidad irritante que si me niego a comer se me acabó lo de
salir por ahí. Pero ¿quién se cree? ¡Ni que fuera mi dueña! Yo no
soy de nadie. No me dan miedo sus amenazas, así que no comí.
Una hora más tarde vino Laura a buscarme y la ñoña de mi madre
le dijo que estaba castigada. Me saca de quicio. Bajé las escaleras
sin apenas verlas. Empecé a decirle tantas cosas que ahora no me
acuerdo de ninguna. Ella no dijo nada; siguió fregando con la misma
cara de estúpida… ¡como si yo no estuviera allí! La odio. ¿Qué
sabe ella de mí? ¿Acaso está dentro de mí? Para ella es todo muy
fácil porque está delgada y los chicos no le interesan, pero para mí
es diferente. Es muy duro existir sin ser vista. Es insoportable tener
que pertenecer al grupo de las rellenitas del montón en el instituto…
Eso es lo mismo que ser un cero a la izquierda.
31
Hay personas que nacen con estrella y otras estrelladas. A mí me
tocó la segunda parte, ¡cómo no! Si quiero estar delgada tengo que
dejar de comer. Hay que elegir. Siempre hay que hacerlo, pero eso,
mi querida madre no lo entiende… Qué va a entender ella… que ni
siquiera supo conservar a papá a su lado….
Cerré el diario de golpe. No quería leer más. Si lo hacía terminaría
por creer que mi hermana era una extraterrestre de verdad. ¿Cómo
podía pensar y sentir todas aquellas cosas?
32
33
SEGUNDA PARTE: EL VIAJE.
34
35
Cogí mi cuaderno y salí de casa. Había quedado con Sergio y Nico
a las seis en el prao de Mariano. Hacía mucho calor, así que me
quité la chaqueta del chándal y me la amarré a la cintura. Estaba
impaciente, deseaba ver a los chicos para que me contaran lo que
ellos habían encontrado. Entre los tres daríamos con la solución al
misterio. Al pasar por la avenida principal vi a la señora Rosa
sacudiendo la alfombra desde el balcón. Me aparté para que la
porquería no me callera encima.
-Anda Enol, ¡ya puedes pasar!, –me dijo cuando acabó con una
sonrisa.
-Gracias, ¿qué tal está?
-¡Vamos tirando hijo! ¿Vas al prao de Mariano?
-Sí, me están esperando allí los chicos.
-Pasadlo bien y tened cuidado. ¡A ver cuando venís a hacerme una
visita!
La señora Rosa era la madre del cura del pueblo. En navidades
siempre nos daba un aguinaldo muy bueno a Sergio, a Nico y a mí.
Era viuda y vivía enamorada de sus libros. Ellos y su hijo Ángel, el
cura, eran toda su vida. En invierno, las tardes que llovía o hacía
mal tiempo, nos invitaba a los tres a merendar a su casa. Nos hacía
36
chocolate con bollos calientes. Le gustaba mucho hablar y
contarnos historias. Nuestro lugar favorito era la biblioteca; una
especie de santuario lleno de luz. El cristal ocupaba toda la pared
así que había muchísima claridad para leer lo que quisieras. La
señora Rosa tenía todo tipo de libros: de aventura, de misterio, de
amor, de intriga… Cada historia era la puerta hacia un mundo
nuevo y el tiempo se detenía entre todas aquellas páginas. Los tres
queríamos mucho a la señora Rosa: era muy buena.
Aquella tarde ella me dio otra idea para anotar en mi libreta. ¿Por
qué los mayores siempre decían ‘tirando’ cuando se les preguntaba
qué tal estaban? ¿Se referirían a la mochila que me había contado
la yaya? Miré para atrás y vi que no llevaba nada, sólo estaba su
espalda. ¡Aquello era rarísimo! ¡Todos aquellos cabos tenían que
conducir a algún tipo de puerto! ¡Seguro!
Llegué al sendero; ¡ya faltaba poco! Unos pájaros me dieron la
bienvenida cantando y volando sobre mi cabeza. Sonreí. Hacía un
día de sol precioso y me sentía feliz. De lejos, vi a los chicos. Algo
raro estaba sucediendo. Al lado de Nico y de Sergio había algo muy
grande, algo gigantesco ¿Qué era? Sergio tenía cara de asustado y
se echaba para atrás diciéndole algo a Nico. Este último, con un
palo, golpeaba aquella cosa una y otra vez. Empecé a correr. ¿Qué
37
estaba pasando? Al acercarme, mis ojos y mi boca se abrieron al
mismo tiempo:
-Pero…-pude acertar a decir.
-¡Es un ogro!, –me dijo Sergio cogiéndome por el brazo–. ¡Se ha
escapado de los cuentos de la señora Rosa y no sabemos si está
vivo o muerto!
-Es muy extraño… ¡Su corazón late pero no se despierta! –dijo Nico
mientras seguía intentando golpearle con el palo.
-¡No se despierta porque está dormido! –gritó una vocecita a lo
lejos.
Nico, Sergio y yo nos miramos. Allí solo estábamos nosotros tres y
aquel ogro, tirado panza arriba con la boca abierta.
-Acaba de hablarnos… ¿lo habéis oído? –les dije a los chicos sin
salir de mi asombro.
-No ha sido él, ¡he sido yo! –repitió la voz.
-Pero… ¿quién está hablando? -preguntó Sergio muy nervioso.
-Me llamo Pili. Vosotros sois Enol, Sergio y Nicolás, ¿verdad?
-Pero ¿quién está hablando? –gritamos los tres asustados mirando
al cielo.
38
-Otra vez: me llamo Pili.
-¿Y desde dónde nos hablas? –preguntó Nico a aquella voz dando
ya casi por sentado que se trataba de un fantasma.
-Desde la tierra. Hace un día precioso y estoy tomando el sol…
¿Sabéis? ¡Dicen que aporta mucha vitamina D!
-¿Es una broma? –repitió Nico.
-No. ¿Es que acaso no lo sabíais?
-Pero, ¿cómo puedes vernos si nosotros no podemos hacerlo?
-¡Ah! ¡Es eso! ¡Necesitáis verme! Disculpad, a menudo se me olvida
lo limitado que puede llegar a ser el cerebro humano. Estoy aquí, a
vuestros pies, justo debajo de la oreja del que llamáis ogro.
Nico, Sergio y yo nos agachamos y entonces vimos algo alucinante:
una hormiga con gafas de sol puestas, estaba tumbada sobre una
diminuta hoja verde encima de una piedra. La oreja del ogro, a
pocos metros, le proporcionaba una sombra estupenda para los
momentos de calor.
-¡Por favor, fotos no! –nos dijo con una sonrisa levantando una de
sus patas.
-Pero… –dijimos los tres con la boca abierta–, ¿eres de verdad?
39
-Bueno, ¡depende lo que cada uno entienda por verdad! De todas
formas no es el momento de conversaciones filosóficas, –nos
contestó mientras se sentaba a la sombra, se quitaba las gafas y
nos miraba a los ojos–. Vosotros queréis saber cuál es el misterio
de la vida, ¿no es cierto?
-Pero, ¿quién eres y porqué sabes tantas cosas sobre nosotros? –
volvió a preguntarle Sergio con la boca abierta y un poco asustado.
-A veces cuesta tener paciencia con vosotros los humanos,
¿sabes? ¡Cansáis muchísimo con tantas preguntas estúpidas!
Necesitáis tener una explicación para todo… ¡Es agotador! Pues
bien, repetimos entonces: me llamo Pili, vosotros tres sois Nicolás,
Sergio y Enol y estáis intentando averiguar el misterio de la vida,
¿correcto?
-Sí –contesté yo intentando poner un poco de luz a todo aquel
asunto.
-¡Por fin!
-¿Por fin qué?
-¡Por fin avanzamos! ¿Sabéis? Tengo muchas cosas interesantes
que hacer antes de que acabe el día. ¡Me pone muy nerviosa
perder el tiempo!
40
-¿Y qué es lo que tienes que hacer? –le preguntó Sergio muerto de
curiosidad por conocer la vida de aquella peculiar hormiga.
-¡Preguntas! ¡Más preguntas!
-Está bien -interrumpió Nico–. ¿Qué sabes tú sobre el misterio de la
vida? ¿En qué puedes ayudarnos?
-¡Por fin una pregunta inteligente! Yo estoy aquí para invitaros a un
viaje; esa es mi misión.
-¿Un viaje?, –pregunté sorprendido–. ¿A dónde?
-¡Al centro del Universo!
-¡Qué guay! ¿Y podremos ir en una nave espacial? –le dije
emocionado viendo que estaba a punto de cumplir uno de mis
sueños.
-¡No! ¡Es mucho más sencillo que todo eso! Repito: ¡los humanos
complicáis mucho las cosas!
-Pero, entonces… ¿cómo si no vamos a viajar al espacio?
-Por aquí –contestó Pili señalando la boca del ogro que yacía a
nuestro lado en la hierba.
-¿Qué? ¿Es una broma? –le preguntamos alucinados.
41
-¿Creéis que perdería mi maravilloso tiempo en venir hasta aquí
para gastar una broma a tres mocosos incrédulos?
Pili estaba muy enfadada. Se había puesto de pie y nos miraba con
cara de muy pocos amigos; así que ante la evidencia no pudimos
hacer otra cosa que negar con nuestras cabezas. ¿Aquello estaba
pasando de verdad?
-Está bien –continuó–. Si realmente queréis averiguar cuál es el
misterio de la vida os aconsejo que hagáis ese viaje. A vuestro
regreso tendréis los datos necesarios para elaborar una respuesta,
y lo mejor de todo: ¡serán fiables al cien por cien!
-¿Un viaje a la boca de este ogro? ¡Nos habías dicho que el viaje
era al centro del Universo! Pero si ¡le apesta el aliento! –protestó
Nico.
-Está bien, ¡ya me he cansado! Tenéis dos opciones: una, meteros
por la boca de este ogro que está dormido y aprovechar la
oportunidad de realizar un viaje por el cuerpo humano descubriendo
así el famoso misterio de la vida; y dos, quedaros aquí como
pasmarotes haciendo cábalas y suposiciones sobre lo que los tres
tenéis anotado en vuestras libretitas. No hay más. Debéis elegir. Yo
ya he cumplido mi misión. Cada uno escoge qué hacer con las
oportunidades que se le presentan ¡Cristóbal! ¡Cristóbal!
42
Entonces, como por arte de magia, apareció un caracol con cara de
cansado. Pili saltó a su concha y sin ni siquiera mirarnos le dijo:
-¡Arranca! ¡A las tres tengo cita para que me hagan las uñas!
-Pero… ¡no puedes irte…! –acerté a decir mientras veía como se
alejaba entre la hierba–. Aún no nos has dicho lo que tenemos que
hacer para descifrar el misterio. ¿A qué partes del cuerpo debemos
ir?
-Lo sabréis cuando estéis dentro. Allí encontraréis amigos que os
ayudarán: ¡siempre los hay!
-Pero… ¡no sabemos lo que tenemos que hacer! ¡Ni cómo es ese
lugar! ¡Tenemos miedo! ¡Seguro que sabes cosas que no nos dices!
Por favor… quédate y ayúdanos. ¡Al paso que va ese caracol jamás
llegarás a tu cita! –le suplicó Sergio.
-Te equivocas… ¡Vuelves a equivocarte! ¡Siempre llego a mis citas!
Cuanto más despacio voy primero llego. Por eso amo a Cristóbal.
¡La prisa es inversamente proporcional a la vida! Es algo que los
humanos desconocéis... Adiós amigos. ¡Buen viaje!
Y así con esas palabras los perdimos de vista al verlos introducirse
entre un manto de margaritas blancas que había unos metros más
adelante.
43
TERCERA PARTE: LA BOCA.
44
45
-Bueno, ¿y ahora qué hacemos? –les pregunté a los chicos.
-¡Yo opto por intentarlo! –dijo Nico.
-A mí me da miedo. ¿Cómo vamos a meternos por la boca de este
monstruo? ¿Estáis locos? –dijo Sergio echándose hacia atrás.
-¿Tú qué piensas? –me preguntó Nico.
-Pienso qué deberíamos intentarlo…
-¡Yo os espero aquí!
-No, ¡de eso nada! ¡O todos o ninguno!, –le dije a Sergio–. No va a
pasar nada, estaremos juntos. Además, date cuenta de la cantidad
de cosas que vamos a aprender ahí dentro. ¡Seremos los primeros
niños que realizan un viaje así! ¿No tienes curiosidad por ver lo que
pasa dentro de un corazón? ¡Tiene que ser alucinante! Igual hay
naves espaciales, ¡como en ‘Érase una vez el cuerpo humano’!
-¡Está bien! ¡Pero yo me llevo mi libreta! –contestó Sergio a
regañadientes.
Trepar hasta la boca del ogro fue complicado. Era realmente grande
y tuvimos que valernos de nuestra fuerza y un poco de imaginación
para llegar hasta allí. Nos situamos en sus mofletes y miramos
hacia abajo:
46
-¿Estáis seguros de que queréis hacer esto? –nos dijo Sergio con
cara de asco al ver el río de baba que se le caía al ogro mientras
dormía.
-Hombre, la puerta vista desde aquí no es muy agradable… ¡pero
quién sabe lo que hay dentro! –dijo Nico muerto de ganas por
comenzar la aventura.
-Yo estoy con Nico, Sergio. ¡Piensa que su saliva es el agua del
mar! ¡Navegaremos por ella como tres valientes y descubriremos el
tesoro más valioso del mundo!
-¡Al ataque entonces!
-¿Quién es el primero en entrar?
-¡Yo mismo! –contesté.
Subí hasta su labio resbaladizo y sentí como me hundía hacia
abajo. Allí adentro todo estaba muy oscuro. Me acordé de las
películas de miedo que a veces le veía mirar al yayo Vicente y
estuve a punto de retroceder, pero de repente una vocecita me sacó
de mis pensamientos:
-¿Vas a decidirte algún día?
-¿Quién es?
47
-¡Me presentaré cuando te tenga enfrente! –me contestó.
-Pero… ¿dónde estás?
-Aquí dentro, en la boca. No puedes verme porque cuando se mira
desde fuera siempre está muy oscuro.
-¿Y qué tengo que hacer para entrar?
-Simplemente, ¡saltar!
Cerré los ojos y me tiré al vacío. Caí sobre un suelo blandito de
color rosa palo. Intenté moverme y me caí.
-¡Debes tener más cuidado!
-¿Acaban de fregar? –pregunté aturdido aún por la caída y sin
saber con quién estaba hablando.
-No, siempre está mojado. Aquí dentro cada paso es importante,
¡no lo olvides!
Entonces miré alrededor y reconocí dónde estaba: ¡en el interior de
una boca! Era impresionante: las luces de unos farolillos iluminaban
toda la habitación. Una gran lengua gigante me servía de suelo,
mientras flotaba entre dos paredes enormes rodeadas de dientes.
Enfrente de mí una figura redonda de cara tranquila me sonreía y
esperaba que me diera cuenta de su presencia.
48
-¿Quién eres? –le pregunté.
-Mi nombre es Mucosa, pero todo el mundo me llama Muco.
-¿Y a qué te dedicas?
-Yo y toda mi familia nos dedicamos a proteger el cuerpo,
facilitamos la absorción de las cosas buenas del exterior y
ayudamos a expulsar las malas.
-¿Sois muchos en tu familia? –se me ocurrió preguntarle.
-Oh sí, ¡millones! En este viaje te encontrarás con muchos Muco.
¡Estamos por todo el cuerpo!
-¡Enol! ¿Estás ahí?
De repente oí una voz conocida que procedía de arriba. Aturdido
por la situación me quedé parado sin saber qué decir.
-Creo que son tus amigos. ¿No piensas invitarlos a bajar?
Entonces reaccioné. ¡Me había olvidado de los chicos! Nico y
Sergio estarían asustados pensando que me habría ocurrido algo…
-Sergio… Nico… ¿podéis oírme? –grité.
-Sí… ¿Estás bien?
-Sí, escuchad: ¡tenéis que saltar!
49
Pocos minutos más tarde Sergio y Nico estaban a mi lado, enfrente
de Muco, y con cara de alucinados miraban a todas partes.
-¿Os gusta esto? –les preguntó Muco viendo que ellos no le decían
nada.
-Pero… ¿hablas? –dijo Sergio alucinado.
-¡Claro que hablo! ¿Tú no?
-¡Eres un moco con ojos, boca y nariz!
-Sí, más o menos. Pero mi nombre es Muco no Moco.
Sergio no pudo responderle. Lo que estaba viendo aquel día
superaba todas las películas de aventura y todos los libros de
fantasía que había leído en su vida.
-Perdónale –dije en su defensa–. Su nombre es Sergio, el del otro
chico Nico y el mío Enol.
-Pues encantada… ¿Y qué hacéis por aquí?
-Estamos intentando averiguar el misterio de la vida –le contesté sin
pensar–. Nos han dicho que aquí hallaríamos la respuesta.
-¡Ah! ¡El misterio de la vida! ¡Muy interesante! Entonces, seréis
unos chicos valientes e inteligentes… ¿no?
50
-¿Por qué pregunta eso?
-¡Porque no todo el mundo puede encontrar esa respuesta! ¡Hacen
falta las cuatro C!
-¿Cuáles son las cuatro C?
-Curiosidad, Confianza, Coraje y Constancia. ¿Vosotros las tenéis?
-¡Siempre resolvemos todos los misterios! De mayores seremos
detectives –contestó Nico.
-Muy bien, entusiasmo tenéis. Las ganas no lo hacen todo ¡pero son
un ingrediente fundamental para empezar cualquier cosa! ¡Os
deseo mucha suerte! –nos dijo Muco dándose la vuelta.
-Pero, ¿tú sabes cuál es el secreto?
-¿Qué secreto?
-¡El de la vida!
-¡Pues claro que lo sé! ¡Aquí dentro todo el mundo lo sabe!
-¡Genial! –contestó Sergio pensando que el viaje iba a durar mucho
menos de lo esperado–. ¿Y cuál es?
-No puedo decíroslo. ¡Nadie puede hacerlo! Vosotros tendréis que
encontrar vuestra propia respuesta…
51
-Pero… ¡Pili nos dijo que aquí dentro hallaríamos la solución!
-Y así será si sabéis jugar bien vuestras cartas… Sin embargo la
respuesta será únicamente vuestra.
-¿Cartas? ¡No entiendo nada! ¿Hemos venido hasta el interior del
cuerpo de un ogro para jugar una partida? –protestó Sergio.
-¡No hombre! Lo de las cartas no era más que una metáfora…
Veréis, estáis en el lugar indicado. Sólo aquí podréis encontrar la
respuesta que buscáis, pero no será tan sencillo. No bastará con
hacer una simple pregunta. Tendréis que ir un poco más allá para
poder conocer la verdad.
-¿Y cómo lo haremos si nadie nos dice nada? –le pregunté perplejo.
-¡Todos os diremos cosas! Después vuestra inteligencia e
imaginación harán el resto. Construiréis un mapa y él solo os llevará
al tesoro. No puede ser de otra manera.
Y así con esas palabras vimos cómo Muco se evaporaba,
convirtiéndose en lluvia y diluyéndose por toda la boca.
-¿Y ahora qué? –protestó Sergio. ¡Estamos como al principio!
-¡No es así!, –contestó Nico–. Ahora ya sabemos algo más…
Sacó su libreta de aspillas del bolsillo de su pantalón y anotó:
52
Para resolver el misterio de la vida hay que tener las cuatro C:
• Curiosidad
• Confianza
• Coraje
• Constancia
-¡A mí esto me parece súper divertido chicos! ¿Alguna vez
pensasteis que podríamos llegar a hablar con un moco? –dije
entusiasmado.
-Bueno, ¿y ahora dónde vamos?
-Yo creo que deberíamos caminar por la lengua y tirarnos por ese
agujero de allí –nos dijo Nico señalando hacia la campanilla–. Será
como bajar por el tobogán.
-¡Esperad! –contesté–. Quizás haya alguien más aquí en la boca
que pueda darnos pistas importantes. ¡Seguidme!
De un salto me coloqué encima de una muela blanca. Si me
tumbaba me servía de cama, aunque estaba un poco dura.
-¿Vas a estar mucho tiempo? –me preguntó una voz.
-¿Quién me habla?
53
-¡La muela sobre la que estás sentado! Pesas un poco… ¿sabes?
-Ah, ¡disculpe!, –dije mirando hacia abajo– no sabía que…
-¿Que estaba viva?
-Sí –le respondí avergonzado.
-¡Aquí dentro todo está vivo muchacho!
-Igual puedes ayudarnos… Verás estamos intentando averiguar
cuál es el misterio de la vida. Ya hemos hablado con Muco y he
pensado que puede haber alguien más que nos dé información
importante aquí en la boca…
-¡Bien pensado!
-¿Y tú cómo te llamas? –le preguntó Sergio desde el diente de al
lado.
-Pues soy la muela Caries.
Sorprendido aparté mis pies y miré hacia abajo. Allí pude ver un
enorme agujero negro del tamaño de mi zapatilla.
-¿Duele? –le pregunté.
-A veces. Cuando entran a la boca cosas muy frías o muy calientes.
Los humanos sois raros. Os sentís desgraciados cuando en
54
realidad deberías sentiros muy afortunados. ¡Estáis vivos!, y desde
que nacéis se os han dado un montón de regalos de incalculable
valor, como por ejemplo los dientes para que podáis masticar
vuestra comida. ¡Eso debería agradecerse! Pero en su lugar, nos
abandonáis. Nosotros hacemos nuestro trabajo rigurosamente,
trituramos vuestra comida, facilitamos vuestra digestión y
después… ¿cómo lo agradecéis? ¡Dejándonos llenos de porquería
todo el día! ¿No os parece un comportamiento algo egoísta?
-Un poco… -contesté pensativo.
-Pensáis que no pasa nada… ¡pero siempre pasa! ¡Aquí todo
cuenta! Y así yo estoy condenada a vivir sintiendo asco de mí
misma… ¡Qué cruz!
-Ahora entiendo porqué papá insiste tanto en que yo y mis
hermanos nos lavemos los dientes después de comer… ¡Sí que es
importante! –dijo Sergio.
-¡Claro que lo es! Deberíais cuidar todo lo que tenéis. Las personas
inteligentes lo hacen porque saben que así se evitan muchos
problemas. Y bien, respecto a lo del misterio de la vida, yo os
aconsejaría que antes de abandonar la boca hablarais con la
Lengua. Es el músculo más importante del cuerpo, quizás pueda
deciros cosas interesantes.
55
-¡Muchas gracias, Caries! –le dije dando un salto hasta el lugar
donde hacía unos minutos había encontrado a Muco.
-¡Cuidado! –me dijo demasiado tarde… Me había vuelto a caer.
-Hola señora Lengua –empezó hablando Nico muy educadamente.
Silencio.
-No queremos molestarla. Somos Nicolás, Sergio y Enol y
solamente queríamos hacerle unas preguntas.
Silencio.
-Debéis despertarla –nos dijo Caries amablemente. Suele estar
dormida hasta que le suena el busca.
-¿El busca? –preguntamos los tres sorprendidos.
-Sí, una especie de dispositivo que la informa de que tiene trabajo.
-¿Como el que llevan los médicos que están de guardia? –preguntó
Nico con los ojos como platos.
-¡Exacto! Solo que la forma es algo diferente. En este caso, es una
especie de membrana nerviosa la que da información a la Lengua.
-¿Y quién da las órdenes?
56
-¡El Cerebro, amigos! Ahí es dónde se cuece todo… Bueno, voy a
intentar volver a coger el sueño. ¡Tengo que aprovechar las pocas
horas que este ogro me deja de descanso! ¡Suerte y hasta siempre!
Sergio, Nico y yo nos quedamos callados, mirando hacia el suelo y
preguntándonos cómo podríamos despertar a aquella cosa que
teníamos bajo nuestros pies. Saqué del bolso de mi pantalón mi
libreta y anoté:
“Dentro del cuerpo todo está vivo”. “Los humanos somos poco
agradecidos”. “Debe cuidarse todo lo que se tiene: es un regalo”.
-Quizás deberíamos pasar de la Lengua e ir directamente al
Cerebro. Allí es dónde están los jefazos y seguro que pueden
darnos información de primera –dijo Sergio señalando hacia la
campanilla.
-No, hablaremos con la Lengua primero –insistí–. Quizás ella pueda
decirnos algo interesante también.
-Pero… ¿no lo has oído? ¡Es una mandada! Solo obedece las
órdenes del Cerebro. ¿Qué va a saber que no sepan allí arriba?
-¿Acaso no sabes tú cosas que no saben los mayores?
-¡Claro!
57
-¿Y ellos no te dan órdenes?
-Está bien… está bien… ¡hablaremos con la Lengua! ¿Y cómo
tenéis pensado despertarla?
-Quizás… ¿si nos ponemos a saltar…? -sugirió Nico.
Y así lo hicimos: saltamos hasta caer rendidos y sedientos. Cuando
ya estábamos a punto de darnos por vencidos, una voz por fin
habló.
-Hola. ¿Vosotros quiénes sois?
-¡Por fin! –dijo Nico quitándose el sudor de la frente. Mi nombre es
Nicolás; y estos son mis amigos Enol y Sergio. ¡Sí que es usted
dormilona!
-Aquí dentro no hay otra cosa que hacer…
-Pues nos han dicho que es usted el músculo más importante del
cuerpo…
-Sí. Mi trabajo es agotador, por eso necesito después tantas horas
de sueño.
-¿Y qué es lo que le manda hacer su jefe? –preguntó Sergio.
-¿Mi jefe?
58
-Sí, ya sabemos que usted recibe órdenes del Cerebro.
-¡Ah, es eso! Sí, así es; pero allí no trabaja mi jefe…
-¿Ah, no? Pero si…
-No.
-¿Y dónde…? –preguntó Sergio, obsesionado con la idea de que si
encontraba al encargado, todo se resolvería.
-No puedo dar esa información…
-¿Por qué?
-Es una de las cláusulas del contrato… ¡lo siento!
-Pero…
-No insistáis. ¿Queréis saber las órdenes que me envía el Cerebro
o me vuelvo a dormir?
-Está bien Sergio, ¡ya nos enteraremos de quién manda!, –
interrumpí para no enfadar a la Lengua–. Sí, ¡cuéntenos todo lo que
hace!
-La boca es el órgano del cuerpo que representa la incorporación de
nuevas ideas y alimentos, y en esas dos cosas yo desempeño un
trabajo muy importante.
59
-¿Las ideas entran por la boca? ¡Yo pensaba que entraban por las
orejas! -apuntó Sergio.
-Todas las palabras entran y salen cuando abres la boca y te
dispones a hablar… pero vamos paso a paso. Para empezar, por la
boca entra el alimento que como me imagino ya sabréis es
indispensable para la vida…
-¡Ya hemos estado hablando con Caries!
-Sí, pero las muelas y los dientes no podrían realizar jamás su
trabajo sin mí. ¡Aquí dentro todo funciona en equipo! Yo facilito
enormemente su trabajo proporcionando la saliva necesaria para
triturar bien la comida. Mirad hacia abajo, ¿veis esos agujeritos?
-¡Sí!
-Son las papilas gustativas, y es donde todos tenemos el sentido del
gusto. Cuanto más agradables sean las sensaciones percibidas
mayor será también la secreción de saliva.
-Y mejor será entonces nuestra digestión, ¿verdad?
-¡Efectivamente! Aquí dentro hay varias leyes universales. Acabáis
de descubrir la primera de ellas: “TODO ATRAE A SU
SEMEJANTE”. El placer y el bienestar crean más circunstancias
para experimentar dichas sensaciones.
60
-¡Entonces lo más recomendable es pasarse el día comiendo
chuches y chocolate! –dijo Nico emocionado.
-¡No tan deprisa!, –le interrumpió la Lengua–. ¿No os han dicho ya
que hay que cuidar todo lo que se tiene?
-¡Sí! –contestamos los tres a la vez.
-Nuestro cuerpo al igual que la propia vida es un constante fluir…
-¿Como el agua de un río?
-¡Muy buen ejemplo, Enol! Si os fijáis, el agua de un río nunca se
estanca en un sitio, siempre se mueve. Por una misma roca pasa
constantemente agua nueva. Siempre es agua, pero cada segundo
es diferente. Pues la vida y el cuerpo humano siguen las mismas
pautas de la naturaleza. Constantemente llegan cosas nuevas y se
abandonan las viejas.
-¿Y qué tiene que ver eso con el chocolate? –preguntó Nico.
-Pues muy sencillo. Hay alimentos que limpian y otros que ensucian
nuestro organismo. O en otras palabras: hay comida que ayuda al
flujo de la vida y otra que le dificulta bastante su trabajo. ¡De todas
formas ya os dirán más cosas sobre este tema en el Cerebro! Mi
trabajo es ayudar a los dientes y a las muelas a triturar la comida
61
que cada ser humano decide meterse en la boca. Esa es una de
mis funciones.
-¿Y la otra?
-La otra es igual de importante: soy el músculo encargado del
lenguaje. El Cerebro me envía un mensaje, yo abro la boca y lo
trasformo en palabras.
-¿Y te gusta tu trabajo?
-¡Depende! Hay veces que es maravilloso, la verdad; pero otras
veces simplemente te limitas a hacer tu función deseando que
termine lo antes posible…
-¿Y de que depende?
-¡Pues del mensaje que te envíen! Como os dije, aquí dentro todo
atrae a su semejante. Es una ley universal que siempre se cumple;
como la Ley de la Gravedad: da igual que se tire por la ventana de
un sexto piso un asesino que un cura, los dos caen hacia abajo…
¿verdad? ¡Así son las leyes! No tienen en cuenta el bien, ni el mal,
ni las opiniones, ni los prejuicios, ni la justicia… ¡Funcionan y ya
está!
-¿Y qué relación tiene esa ley con que a ti te guste tu trabajo?
62
-¡Pues toda! ¿No os dais cuenta de que si el mensaje es positivo lo
que me pasa a continuación es maravilloso? ¡Ojala siempre fuera
así! Pero por desgracia a veces me llegan mensajes horribles y yo
me veo en la obligación de hacer mi trabajo aún sabiendo lo que me
ocurrirá después… Abro la boca y digo las palabras tal cual me
ordenaron desde el Cerebro.
-¡No sabía que las palabras fueran tan importantes!
-¡Lo sé!... Si todos los seres humanos tuvieran el conocimiento y
fueran conscientes del alcance que tienen sus actos ¡el mundo
sería un lugar diferente! Pero bueno, todos actuamos lo mejor
posible dentro del conocimiento y la consciencia que tenemos en el
momento.
-¡No entiendo lo que quieres decir! –dijo Nico.
-Es muy sencillo: hay personas que ingenuamente piensan que
Dios, o el que nos puso aquí, se limita a jugar a los bolos con el
Universo… Vamos, creen en la suerte, en el destino, y piensan que
hay fuerzas más poderosas que les controlan.
-¿Y no es así? –preguntamos los tres sin entender nada de lo que
estaba diciendo.
63
-¡Claro que no! Abrid los ojos, fijaos en el Universo, observad la
Naturaleza. ¿No veis la armonía y el orden de todas las cosas?
Nadie que haya creado tal perfección abandonaría a la suerte algo
tan importante como una vida, ¿no os parece?
-Lengua, perdona, pero es que no acabamos de entender lo que
quieres decirnos…
-¡Vale! ¡Vale! De todas formas en el Cerebro os darán más
información. Lo único que quiero que entendáis es que las palabras
son importantes. Todo lo que hacemos lo es. ¿Por qué no iba a
serlo lo que decimos?
-¿Y de qué depende lo que decimos?
-¡Buena pregunta Sergio! De lo que pensamos; de ahí que la orden
me llegue del Cerebro.
-¿Y cuáles son las palabras que te hacen daño?
-¡Uff! ¡La lista es infinita, chicos!
-¿Y no podrías darnos un ejemplo?
-Sí, claro. En general son todas las palabras que acompañan una
connotación negativa. Es decir el vocabulario pesimista que nos
hace sentir poca cosa, víctimas de las circunstancias. No os suenan
64
frases como: “yo no valgo”, “eso es imposible”, “es culpa de…”,
“tenemos muchos obstáculos”, “¡vaya catástrofe!”, “soy un inútil”,
“estoy gordo”, “mi vida es un fracaso”, “nunca consigo lo que
quiero”, “eso no es para mí”…
-¡Claro! ¿Y por qué son tan malas?
-Recordad la Ley: Todo atrae a su semejante. Los hombres creen
que al decir estas palabras atraerán hacia sus vidas el efecto
contrario. Pero eso aquí dentro no funciona así. Estáis muy
equivocados. Si decimos que somos un fracaso, automáticamente
nos sucederán cosas que nos hagan sentir fracasados.
-Entonces, ¿si digo que voy a ser un gran aviador lo conseguiré?
-¡Seguramente Enol! ¡Seguramente!, –contestó la Lengua con una
sonrisa–. El problema está en que muchas veces, la mayor parte de
nuestro precioso tiempo lo gastamos hablando de las cosas que no
queremos…Os voy a contar un secreto: las palabras no se las lleva
el viento como dicen por ahí: ¡crean realidades!
-Entonces –dijo Sergio–, ¿es como si nos estuviéramos
construyendo nuestra propia cárcel?
-¡Exacto! En realidad es muy sencillo. Como ocurre con los
alimentos, hay palabras que nos hacen sentir bien y otras que
65
producen el efecto contrario. Aferrarse al odio y al resentimiento
tiene el mismo sentido que coger en la mano un trozo de carbón
ardiente para tirárselo a alguien. ¿Os parece eso inteligente?
-¡No! –gritamos los tres.
-¿Y por qué no?
-¡Porque el primero en quemarte vas a ser tú! –le respondí.
-¡Ya lo entiendo!, –dijo Sergio–. ¡Pero hay veces que es imposible
no enfadarse y soltar cosas que no quieres!
-¡Stop! ¿Ves lo que acabas de decir?: “Imposible”. Podrías haber
dicho por ejemplo poco probable. Te sentirías ahora mismo mucho
mejor y al menos dejarías abierta una pequeña posibilidad.
Imposible es una palabra enormemente negativa porque ¡cierra
todas las puertas!
-¡Vale, tienes razón! ¿Pero cómo podemos entonces cambiar
nuestro vocabulario?
-Fácil: cambiando vuestra manera de pensar. Pero esa información
no me corresponde contarla a mí. Yo solo hablo.
-Entonces, ¿qué hacemos aquí? ¡Al Cerebro de inmediato! –dijo
Sergio pegando un salto y cayendo de culo en la Lengua.
66
-¡No tan deprisa! –nos interrumpió esta última. En la boca aún
pueden daros información interesante. Yo que vosotros no me iría
de aquí sin hablar con las Mejillas. Conque habléis al menos con
una de ellas será suficiente.
-¿Con las Mejillas? ¿Tenemos que volver a salir fuera?
-¡No hombre, no! Las Mejillas son las paredes laterales que cubren
la boca. Ahora mismo tenéis una a vuestra derecha y otra a vuestra
izquierda.
La muela Caries que había estado escuchando toda la
conversación de repente nos dijo:
-Si queréis os puedo servir de asiento; total, ¡ya me he desvelado!
Entusiasmados, agradecimos a la Lengua todo lo que nos había
contado y la dejamos descansar. Estábamos poniéndonos cómodos
encima de Caries cuando una vocecita nos sorprendió:
-Vosotros debéis de ser Enol, Sergio y Nicolás, ¿verdad?
Alucinados vimos como de la rosada pared aparecía una pequeña
boca que se movía.
-Sí… ¿Cómo lo sabe?
67
-¡Aún no os habéis dado cuenta de que aquí dentro todo se sabe!
En fin… ¡No sois tan listos como me han dicho!
-¡Somos muy listos! –protestó Sergio poniéndose de pie.
-Bien, entonces ¡tendréis que demostrármelo! ¿Qué queréis de mí?
-¿Usted sabe el secreto de la vida? –le preguntó Sergio
directamente.
-No le haga caso –Interrumpió Nico sabiendo que ella tampoco nos
lo diría. ¿Qué función tiene usted en el cuerpo?
-¡Una muy importante chicos!
-¿Ah sí? ¿Y cuál es?
-Pues soy la encargada de sonreír. ¿Sabéis cuantos músculos
movéis cada vez que os reís?
-No.
-¡Ni más ni menos que diecisiete! Alucinante, ¿verdad?
-Sí… -contestó Sergio con desgana–. Chicos, yo creo que
deberíamos irnos al Cerebro…
-¿Qué le pasa a este chico? ¿Por qué tiene tanta prisa? –nos
preguntó la Mejilla con curiosidad.
68
-Bueno…
-Disculpe señora Mejilla, no quiero que piense que tengo nada en
contra suyo –dijo Sergio muy educadamente–, pero verá, estamos
en busca de un secreto muy importante y creo que usted no tiene
ningún tipo de relación con él.
-¡Aquí todo está relacionado! Y además, ¿cómo puedes pensar que
la risa no es importante en la vida?
Todos nos quedamos callados. Entonces la mejilla continuó:
-La risa es una herramienta maravillosa. Nos llena de vida y es una
poderosa fuente de salud. ¡Ojalá todos nos riéramos
constantemente! ¡No tendríamos que gastar dinero en
medicamentos!
-¿La gente que se ríe no se pone enferma? –le pregunté con
curiosidad.
-Veréis, el cuerpo humano por naturaleza es perfecto y está
diseñado con la capacidad de curarse a sí mismo. Aquí dentro todo
es posible. Cuando nos hacemos una herida, por ejemplo, por muy
mala pinta que tenga sigue el camino de la cicatrización. Pues lo
mismo ocurre cuando caemos enfermos. Si sabemos, tenemos la
capacidad de subsanar el problema.
69
-¿Cómo?
-¡Pues eliminando la causa que lo creó! Y para que nos resulte aún
más fácil, nos han dado dos herramientas magníficas: la risa, de
cuya misión me encargo yo y la imaginación que está en el Cerebro.
-¡Nosotros nos destornillamos de risa cuando estamos juntos! –dijo
Nico.
-¡Eso es fabuloso! La risa es antidepresiva y hace que vivamos más
tiempo. Al reírnos estimulamos todas las células de nuestro cuerpo
y sentimos una profunda sensación de bienestar. Cuando estamos
tensos o nerviosos, por ejemplo, una buena carcajada puede borrar
de un solo soplido cualquier preocupación. A partir de ahora fijaos.
¿No os habéis dado cuenta de que la gente enferma siempre está
muy seria? ¡Las personas alegres gozan de una salud excelente!
-Entonces, si estamos enfermos ¿lo mejor que podemos hacer es
reírnos mucho?
-Sí. ¡Al menos si queréis sanar pronto!
-Pero… ¿cómo se hace eso? ¡Cuando te duele algo no puedes
reírte!
-¿Quién te ha dicho eso?
70
-Nadie, pero ¡yo cuando me encuentro mal lo que menos me
apetece es partirme de risa!
-Tú mismo lo has dicho…”lo que menos te apetece”. Nadie ha dicho
que no se puedan hacer las cosas que no apetecen.
-¡Uff! ¡Esto del cuerpo humano es complicadísimo! Ahora entiendo
por qué los mayores están siempre tan preocupados… ¡Hay que
estudiar por lo menos cinco carreras universitarias para entender
todo esto! –protestó Sergio lanzando un soplido.
-¡Qué va! Es todo muy sencillo en cuanto se tienen un par de cosas
claras. Seguid vuestro camino; ahora sí que podéis visitar el
Cerebro. Allí os enteraréis también de cosas muy importantes.
-Gracias por todo –le dijimos a nuestra amiga la Mejilla.
-A vosotros por visitarme. ¡Mucha suerte en vuestro viaje!
Así, despidiéndonos de La Mejilla y de Caries, emprendimos camino
hacia la campanilla sin tener ni idea de cómo subiríamos hasta el
Cerebro. Antes de llegar, me paré y saqué del bolsillo del pantalón
mi libreta: tenía información importante que anotar:
-Existe una LEY UNIVERSAL: TODO ATRAE A SU SEMEJANTE.
-Debemos facilitar el flujo de la vida a través de nuestro cuerpo.
71
-Las palabras que decimos son muy importantes: crean realidades.
-La risa aumenta la vida y elimina las enfermedades.
Los tres nos acercamos temerosos a aquel enorme agujero negro.
Al llegar a la campanilla, Sergio dio un paso para atrás:
-Chicos, esto no me gusta nada ¡Yo me vuelvo a mi casa que mi
madre seguro que está preocupada!
-¡No seas caguica! –le contestó Nico–. Estás apunto de vivir la
mayor experiencia de tu vida y ¿te meas en los pantalones…?
-¡Anda, déjale que se vaya si quiere! –añadí yo–. ¡Los valientes no
necesitamos a cobardes al lado que nos dificulten el camino!
-¡Yo me quedo! –nos contestó Sergio enfadado–. ¡Soy un héroe!
Jamás me he rendido y esta no será la primera vez…
-Bien, pues ahora habrá que pensar cómo subimos ahí arriba –dijo
Nico asomando la cabeza.
72
73
CUARTA PARTE: EL CEREBRO.
74
75
De repente alguien se paró enfrente de nosotros. Estaba muy
oscuro pero su lucecita podía distinguirse.
-¿Quién eres? –le preguntamos.
-Hola. Mi nombre formal es Hematíe pero me gusta que me llamen
Rojillo. Vosotros debéis de ser Sergio, Enol y Nicolás. Me han dicho
que vais camino del Cerebro. ¡Si queréis os acerco! ¡Yo me dirijo
hacia allí!
-¡Estupendo! –gritamos los tres entusiasmados, sin sorprendernos
porque nos conociera. Habíamos aprendido que allí dentro no había
secretos.
Se encendió una luz y nuestros ojos se abrieron como platos. Ante
nosotros teníamos una pequeña nave espacial conducida por una
pequeña bolita roja. Nos sentamos detrás dentro de ella.
-Cerrad la puerta, por favor. Es importante que no entren corrientes.
-¿Quién eres? –preguntó Sergio levantándose y poniéndose a su
lado.
-Te aconsejaría que te sentaras y te pusieras el cinturón de
seguridad. El trayecto es corto pero la velocidad es muy alta.
Además a estas horas suele haber tráfico.
76
Sergio obedeció y todos nos pusimos el cinturón como Rojillo nos
había indicado. Después un montón de luces verdes y azules
comenzaron a encenderse en el cuadro de mandos, y como si
tuviéramos un cohete pegado en el culo salimos disparados hacia
arriba.
-¡Guau! –dijo Nico, al que le fascinaban las emociones fuertes.
-¡Hemos llegado! –nos dijo alegremente Rojillo mientras frenaba en
seco. ¡Estáis en el Cerebro! Espero que os resulte el viaje divertido
y que encontréis las respuestas que buscáis. ¡Yo debo continuar mi
trabajo! ¡Bye bye!
Y allí nos quedamos encima de una gran bola redonda; sin saber
qué hacer ni a quién dirigirnos. Al principio permanecimos callados.
Estábamos muy nerviosos. Recuerdo que me sentí como un súper
héroe. Yo estaba allí y tenía el balón del mundo bajo mis pies. Esa
sensación, veinte años más tarde, aún permanece intacta.
-Bien, ¿por dónde empezamos?, –concluyó a decir Sergio–. ¡Yo
aquí no veo a nadie!
-¡Entonces es que estás ciego! –contestó una gran voz debajo de
nuestros pies.
-¿Quién habla?
77
-¡Soy lo que pisáis!
-Ah, ¡disculpe! –dijimos los tres dando un paso hacia atrás.
-No os molestéis. Ahora mismo soy todo lo que veis. Da igual dónde
coloquéis los pies, ¡me pisaréis!
-Perdone, ¿le hacemos mucho daño?
-Puedo resistirlo. ¡Soy muy fuerte! Tranquilos.
-¿Y cuál es tu nombre? –le pregunté a aquella dulce voz.
-Me llaman Corte. Soy la Corteza Cerebral, una enorme manta de
tejido nervioso que cubre y protege la superficie de los Hemisferios.
¿Y vosotros?
-Yo soy Enol; estos son mis amigos Nico y Sergio.
-¿Y qué hacen tres muchachos tan guapos en la cabeza de un
ogro?
-¡Estamos buscando un secreto! ¡Somos investigadores! –contestó
Sergio.
-¿Ah sí? ¡Qué interesante! ¿Y qué necesitáis averiguar?
-¡El misterio de la vida! ¿Usted lo sabe?
78
De repente como si un terremoto viniera a visitarnos, toda la
superficie empezó a tambalearse con nosotros encima. La Corteza
Cerebral se reía tanto que éramos incapaces de mantenernos de
pie. Como en un mar agitado por grandes olas, nos balanceábamos
en todas direcciones sin poder mantener el equilibrio.
-¡Pare, pare por favor! –le gritó Sergio asustado.
-¡Disculpad! ¡Es que hacía mucho tiempo que no me preguntaban
algo tan gracioso!
-Entonces, ¿sabe la respuesta? ¿Puedes ayudarnos?
-¡Claro que la sé!
-¡Lo sabía!, –respondió Sergio dando un salto–. ¡En la boca nos
dijeron que aquí arriba era donde vivían los jefazos!
-¿Los jefazos? –preguntó Corte sorprendida.
-¡Es mentira! –intervine en seguida. La Lengua solo nos dijo que
recibía órdenes del Cerebro, pero se negó a decirnos quién era su
verdadero jefe…
-¡Así es! –añadió Corte.
-Entonces… ¿usted tampoco va a decírnoslo? –le preguntó Sergio
con cara de tristeza.
79
-No. De todas formas, ¿por qué te parece tan importante saberlo?
-¡Pues porque él o ella conocen el misterio de la vida!
Un estruendo hizo que el terremoto volviera a producirse, con olas
aún más intensas…
-¿Por qué se ríe ahora?
-Verás, es que me hace gracia vuestro despiste. Deberíais prestar
más atención si realmente queréis llegar a ser buenos
investigadores… ¡Hace apenas unos segundos os he dicho que yo
misma conocía el misterio de la vida!
Sergio, enrojecido por su torpeza, le contestó:
-¡Anda, es verdad! ¿Y cuál es?
-No os lo diré. Os voy a dar un sabio consejo chicos: no perdáis
más vuestro valioso tiempo preguntando por él. ¡Aquí dentro nadie
os lo dirá! Ni siquiera ese gran jefe al que tanto buscáis. Recordad:
nada es lo que parece. Abrid los ojos, escuchad con mucha
atención y la información os conducirá al tesoro. Confiad en mí.
Vosotros sois los genios y los aventureros en este gran viaje, y
como tales podéis encontrar vuestras propias respuestas. Y bien,
¿queréis saber algo sobre el Cerebro?
80
-¡Sí! –contestamos los tres al unísono.
-Bien, pues lo primero que voy a contaros es cómo funciona el
sistema.
-¿El sistema?
-Sí. ¿Es que ninguno tiene un ordenador en casa? –nos preguntó
Corte sorprendida.
-¡Sí! –volvimos a repetir todos a la vez.
-Pues el Cerebro, lo que ahora mismo tenéis a vuestros pies, ¡es la
computadora más sofisticada de la historia!
-¿Tenemos un ordenador dentro de nuestra cabeza? –preguntó
Sergio con la boca abierta de emoción.
-Metafóricamente sí, así es.
-¡Guau!
-Bien, todo ordenador sabéis que necesita un sistema para poder
funcionar correctamente, ¿verdad?
-Sí, ¡un hardware y un software!
81
-Pues lo mismo ocurre aquí. Nuestro sistema tiene una serie de
recursos extraordinarios que debemos conocer bien para poder
utilizarlos correctamente. ¡Os aconsejo que os pongáis cómodos!
De repente, todo se oscureció a nuestro alrededor y una pantalla
blanca bajó del cielo para colocarse justo delante de nosotros. Nos
sentamos. Los tres éramos estudiantes deseosos de aprender.
-Nuestro sistema cuenta con dos pilares: la neuroplasticidad y los
neurotransmisores. Empecemos por el principio. El Cerebro
humano es moldeable, de ahí su neuroplasticidad. Ese pilar
demuestra científicamente su capacidad real y posible de cambiar.
-¿Es como si el Cerebro fuera de plastilina y pudiéramos hacer
varias formas? –dijo Nico interrumpiendo la explicación de Corte.
-¡Exacto! El Cerebro es un órgano dinámico, moldeado en gran
parte por la experiencia. Sacad vuestras libretas y anotad: Siempre
experimentamos, aprendemos, repetimos, incorporamos y
automatizamos. Este es el orden que sigue en el Cerebro cualquier
aprendizaje. La bola sobre la que estáis sentados aprende
únicamente de los mensajes que, en este caso, el Ogro le envía y
tiene la capacidad de reproducir. Así las conductas positivas harán
que el Cerebro aprenda a modelar pensamientos y sustancias
generadoras de experiencias positivas.
82
-¡Claro! ¡Por eso me dijo la Lengua que si me decía a mí mismo que
sería un gran piloto lo conseguiría! –reflexioné.
-Así es. Contamos con un sistema extraordinario y
desgraciadamente desaprovechado.
-¿Desaprovechado?
-Sí, algunos seres, como por ejemplo este Ogro, por ignorancia y
falta de conocimiento, no lo utilizan como es debido…
-¿Por eso escriben en las revistas que solo utilizamos el 5% de
nuestro cerebro?
-Sí –nos contestó Corte con cara de tristeza. ¿No os parece una
lástima que teniendo un instrumento tan maravilloso a nuestro
alcance lo despreciemos de esta manera?
-De todas formas… -añadí pensativo- según lo que nos estás
contando gracias a la neuroplasticidad es posible cambiar…
-¡Efectivamente! ¡Ahí está la magia! La neuroplasticidad es la
capacidad que tiene nuestro sistema para adaptarse a situaciones
nuevas y resolverlas de forma fácil y conveniente. Es lo que hoy se
conoce como Inteligencia Emocional. El aprendizaje cambia la
estructura de nuestro Cerebro. Se ha demostrado que cuando
una persona se ríe con frecuencia desarrolla un área concreta del
83
mismo. Después, cuanto más practica la risa, mayor se hace esa
determinada área y más fácil le resulta conectar con ella y reírse de
todo y con todos. Es sencillo. A base de entreno podemos adiestrar
a nuestro cerebro para reír o llorar, para vivir cada situación como
una comedia o como un drama. Siempre podemos elegir: todo
depende únicamente de nosotros. Da igual lo que nos ocurra,
siempre tenemos la capacidad de elegir nuestra re-acción.
-¡Qué interesante! –contestamos mientras anotábamos todo en
nuestros cuadernos.
-Es muy triste ver desde aquí dentro cómo muchas personas tienen
un montón de cosas para sentirse bien: una casa donde vivir, una
buena cama, agua caliente todas las mañanas, pueden desayunar,
comer y cenar ¡todos los días!... Tienen salud, un bonito trabajo y a
veces muchísimo más, y sin embargo… ¿cuál es su realidad?:
viven a la carrera, dando todo esto por hecho y encima de
malhumor. Incluso dan por sentado que estén vivos. Estar vivo es
extraordinario, ¡similar a un milagro! Pero… ¿eres consciente de tu
vida? Bueno, en los Hemisferios os darán más información. El otro
pilar del sistema son los neurotransmisores. Estos son sustancias
químicas producidas por el Cerebro para enviar información entre
las distintas partes del sistema nervioso. Dichos neurotransmisores,
84
y subrayad bien esto que os voy a decir, son los encargados de
activar o inhibir los estados anímicos. A su vez, un estado de ánimo
específico genera un neurotransmisor concreto. De esta forma, se
crea el hábito de activar sustancias que os ponen alegres o tristes.
Si por ejemplo este Ogro se acostumbra a activar un
neurotransmisor determinado, por ejemplo, el que produce alegría,
lo hará de forma automática nada más levantarse o al iniciar
cualquier acción; entrando así en el estado de ánimo que genera
esta sustancia. Todos los seres humanos hacen esto a diario, pero
sin saberlo controlar; y muchas veces activando el neurotransmisor
equivocado, es decir, despertándose de malhumor y levantándose
con el pie izquierdo.
-¿Cuántos neurotransmisores hay? –preguntó Sergio.
-¡Muchísimos! Pero dos son los más conocidos y los responsables
de vuestro comportamiento y de vuestro estado de ánimo: la
Serotonina y la Gaba.
De repente, ante nosotros se desplegaron un montón de imágenes.
Era un vídeo hermoso donde aparecían todas nuestras familias, las
fiestas de cumpleaños, los regalos, nuestros juguetes favoritos, la
primera vez que papá me llevó a volar, nuestro pueblo, nuestros
compañeros de clase, la playa donde millones de veces habíamos
85
corrido, jugado e incluso llorado de risa, nuestras mascotas y
animales favoritos…
Cuando terminó y volvió a hacerse la luz recuerdo que me gratificó
mucho ver que Nico y Sergio se habían emocionado tanto como yo.
-¿Cómo os sentís ahora? –nos preguntó Corte.
-¡Sin palabras! –contesté con un deseo ardiente y repentino de salir
cuanto antes del cuerpo de aquel Ogro y volver a ese mundo
maravilloso al que yo pertenecía.
-Veréis, una de las asignaturas pendientes de vuestra sociedad es
que aprendáis a fabricar Serotonina, y cuanta más mejor. En el
colegio, mucho más importante que el estudio de la historia o la
geografía, sería sin duda enseñar a los niños a conocer y multiplicar
su propio caudal de Serotonina. Que es lo que acabáis de hacer
vosotros ahora mismo al ver este vídeo.
-¿Cómo?
-La Serotonina actúa sobre las emociones y el estado de ánimo. Es
la responsable del bienestar, genera optimismo, buen humor y
sociabilidad. En una palabra, ¡es una fantástica herramienta con la
que cuenta nuestro sistema!
-¿Y esa sustancia que dices se produce sola?
86
-¡No! ¡Ahí está la cuestión! ¡Depende únicamente de vosotros! Si no
la estimuláis para que se segregue, ¡se activa todo lo contrario!
-Entonces, ¿qué es lo que tenemos que hacer? –preguntó Nico.
-Sencillo: ¡haced cosas que os gusten! ¡Es así fácil! Vosotros al ver
el vídeo hace un momento estabais reviviendo un montón de
momentos y recuerdos felices, ¿verdad?
-¡Sí!
-¡Pues eso hacía automáticamente que vuestro cuerpo segregara
un montón de Serotonina! Bailar, cantar, practicar un ejercicio
adecuado, la música, jugar, contemplar el mar, ver una buena
película, reírse, mirar el fuego, pasar tiempo con los amigos, ayudar
a los demás, darse una buena ducha, recibir un masaje, dar un
abrazo, dar y recibir besos, ser consciente y agradecido por todo lo
que se tiene, pintar… ¡la lista es infinita! En general, todo lo que
conecta con la alegría y el placer genera grandes cantidades de
Serotonina, y ésta se distribuye por todo el sistema y lo inunda de
bienestar.
-¿Y qué pasa con las personas que no hacen ninguna de estas
cosas?
87
-¡Esa es la otra cara de la moneda! Los pensamientos
desagradables, las malas noticias de los telediarios, hablar de
cosas tristes y preocupantes, enfadarse… inhibe completamente la
activación de Serotonina. ¿Entendéis ahora por qué tanta gente
tiene que tomar fármacos como el Prozac? Los productos
farmacológicos que se recetan actualmente para la depresión y la
ansiedad, e incluso para la fibromialgia, no son más que sustancias
que hacen aumentar la cantidad de Serotonina que circula por el
cuerpo…
-Pero, entonces… –interrumpí a Corte–, ¿nosotros podemos
fabricar esas sustancias sin necesidad de tomar pastillas?
-¡Efectivamente Enol! La naturaleza es la ciencia más sabia. El
cuerpo humano ha sido diseñado para sentirse bien. Por eso,
cuando esto no ocurre nos avisa de que algo va mal.
-¿Y qué es lo que hace entonces la Gaba?
-¡Veo que tienes muy buena memoria Sergio! Pues la Gaba es otro
neurotransmisor fundamental. Su función es tranquilizante: frena la
producción de los neurotransmisores excitantes que pueden
llevarnos por el camino del estrés. Gracias a ella podéis tener
calma, concentraros, dormir bien por las noches. Si no la activáis se
88
produce hiperactividad cerebral, excitación, insomnio por lo que se
despierta la agresividad, la irritación, la violencia, el mal humor…
-¿Y qué hay que hacer para activar la Gaba?
-La lista aquí también es infinita. A algunas personas les relaja ver
la televisión, a otras leer un buen libro, a otras escuchar buena
música, a otras rodearse de velas aromáticas e inciensos, a otras
darse un baño de agua caliente… A este Ogro por ejemplo le
encanta que le rasquen la espalda, o que le den un masaje.
También contáis con un recurso infalible…
-¿Cuál? –preguntamos entusiasmados.
-¡Vuestra respiración! Respirar profundamente, llevando toda
vuestra atención a lo que estáis haciendo, es el camino más rápido
para segregar Gaba. También podéis crear una mina de imágenes
relajantes y agradables dentro de vuestra cabeza.
-¿Eso no se llama meditación? –preguntó Sergio.
-Sí.
-¡Mi madre va a un curso de Yoga y me cuenta que hacen cosas de
esas! –nos dijo a todos Sergio emocionado.
89
-Bueno –le interrumpió Corte–, ¿y qué os parece todo lo que os he
contado?
-¡Muy interesante! ¡Casi no nos quedan hojas en blanco en nuestra
libreta! –le contestamos.
-Todos los neurotransmisores que produce el sistema están
diseñados para que vuestro cuerpo funcione sano y con armonía,
como el resto de la naturaleza. Vuestro trabajo es aprender a
utilizarlos adecuadamente, reconocerlos y activarlos según la
situación que se os presente.
Un silencio invadió la estancia. Todo se volvió a oscurecer por unos
segundos, y cuando volvimos a ver la claridad cada uno de nosotros
tenía un cuaderno nuevo encima de sus piernas.
-Este es un regalo –continúo Corte–. ¡Aún os queda mucho por
descubrir!
-¿Sobre el Cerebro?
-Sobre el Cerebro y sobre el resto del cuerpo. La bola sobre la que
estáis sentados, como os he dicho, es uno de los sistemas más
sofisticados de la humanidad y, como tal, os dará muchísima
información sobre lo que buscáis. Vuestro viaje debe continuar…
-¿Ya debemos irnos? –pregunté apenado.
90
-Sí. Ahora empieza vuestro verdadero viaje por el Cerebro. Yo ya os
he dicho lo que me correspondía.
-Pero…
-Aquí en la Corteza Cerebral donde estáis, ocurre la percepción, la
imaginación, el pensamiento, el juicio y la decisión. Pero yo no
realizo todo el trabajo, ¡sería demasiado! Estoy dividida en tres
capas:
1. La ISO corteza: Parte consciente.
2. La Paleo corteza: Intuición.
3. La Arquicorteza: El subconsciente.
-¿Y quién nos va a explicar todo eso?
-Mis amigos, el Cuerpo Calloso, el Hemisferio Derecho y el
Hemisferio Izquierdo.
-¿Y cómo llegaremos a ellos?
-Sin hacer nada, como habéis llegado hasta aquí.
De repente, la superficie se abrió justo donde estábamos sentados
y caímos al vacío. Apenas podíamos escuchar la voz lejana de
Corte que nos gritaba:
91
-¡Buena suerte!
Al llegar a la superficie aún conmocionados por el impacto miramos
a nuestro alrededor, pero como siempre desde que habíamos
entrado por la boca de aquel Ogro no veíamos nada. Me puse en
pie y me di cuenta de que el suelo sobre el que estábamos
sentados era muy estrecho y que, como si de un puente se tratara,
comunicaba dos grandes masas redondas de espaguetis
arrugados. ¡Aquellos debían de ser los Hemisferios! Entonces…
-Sí, estás sobre el Cuerpo Calloso –me dijo una voz alegremente.
-¿Cómo…?
-¿Cómo he adivinado lo que estabas pensando?
-¡Sí!
-Algunos lo llaman magia, otros poder y otros genialidad…
¡Dejémoslo en que simplemente lo sé! ¿Qué tal va vuestro viaje?
-¡Muy bien!, –contestó Nico–. Estamos aprendiendo un montón de
cosas. Queremos averiguar cuál es el misterio de la vida.
-Ajá… ¡Pues sin duda estáis en el lugar adecuado!
-¿Cuál es su trabajo aquí? –le pregunté.
92
-Soy el puente que comunica las dos partes del Cerebro: el
Hemisferio Derecho y el Hemisferio Izquierdo. Yo solo debo
indicaros el camino. ¿Cuál os apetece visitar primero?
-No sé… ¡Danos alguna pista! –le dijo Sergio.
-Vale… A ver, allí está el Hemisferio Izquierdo, también conocido
como Mente Consciente. Es la que usáis cuando estáis despiertos
para pensar, razonar y decidir lo que deseáis hacer. Es la que os
permite estudiar, pues gracias a ella podéis gravar información
nueva para después repetirla una y otra vez. Es la mente lógica;
con ella creáis hábitos y también los desconectáis.
-Espera… ¡aquí lo tengo!, –dije interrumpiendo de repente al
Cuerpo Calloso–. Corte nos dijo que: experimentamos,
aprendemos, repetimos, incorporamos y automatizamos.
-¡Exacto! La experimentación, el aprendizaje y la repetición
corresponden a la Mente Consciente, es decir, al Hemisferio
Izquierdo. La incorporación y la automatización forman parte del
Hemisferio Derecho.
-Así que el Hemisferio Derecho, ¿es una especie de almacén dónde
se guarda la información que registra el Hemisferio Izquierdo?
93
-¡No podría haberlo descrito mejor! Allí están guardadas todas las
creencias adquiridas en la vida.
-Entonces… –continúo Sergio– ¡debe de ser una biblioteca enorme!
-Mejor aún… ¡es infinita! El Hemisferio Derecho se conoce también
con el nombre de Mente Subconsciente y es el responsable de
todas las funciones automáticas y biológicas del cuerpo, como por
ejemplo, la respiración, la función cardiaca, el parpadeo, el
crecimiento del pelo y de las uñas, la secreción hormonal… etc. El
Subconsciente controla todos nuestros sentimientos y emociones.
-¿Cómo lo hace?
-¡Siguiendo obedientemente las instrucciones que le envía la Mente
Consciente! ¡Acepta todo lo que le decimos sin discutir! Los
programas de la Mente Inconsciente sólo se graban y automatizan
de una forma: creando un hábito.
-¿Qué es un hábito?
-Un hábito es un patrón que se introduce desde el Consciente y
se vuelve automático, (es decir, se almacena en la parte
Subconsciente) mediante una sola acción: la repetición. ¿Qué
os parece?
-¡Complicado! –dijimos los tres a la vez.
94
-¡Qué va! En cuanto le pilléis el tranquillo os parecerá chupado.
-¿Usted cree? –dijo Sergio mientras terminaba de anotar lo último
que el Cuerpo Calloso nos había dicho en su libreta.
-¡Estoy segura! Y bien: ¿a dónde preferís ir primero?
Nos quedamos callados, mirando a ambos lados como si
quisiéramos cruzar la carretera. Sergio prefería ir al Hemisferio
Derecho; se moría de ganas de ver una biblioteca infinita. A mí me
llamaba más la atención visitar primero el Hemisferio Izquierdo; al
fin y al cabo ahí es donde empezaba todo… ¡donde estaba nuestra
consciencia! Estábamos empatados. La decisión de Nico sería
relevante… pero a él le daba igual dónde ir primero. Al fin y al cabo
sabía que iba a visitar los dos sitios, nos dijo. Así que lo echamos a
suertes y salió el Hemisferio Izquierdo.
Nos despedimos del Cuerpo Calloso y nos acercamos a una
enorme puerta donde colgaba un divertido cartel: “¡Bienvenido:
estás en la obra de arte de tu vida!” Me gustaba el mensaje y lo
anoté en mi libreta. Cualquier cosa podía ser importante para hallar
nuestra respuesta. Sergio golpeó la puerta un par de veces y al
cabo de unos segundos esta se abrió. Ante nuestros ojos apareció
una especie de araña de color azul mar, que tenía nueve brazos y
sorprendentemente caminaba solo sobre dos de ellos, como
95
nosotros ¡Era alucinante! Nos quedamos mirándola sin decir nada,
con la boca abierta.
-Buenas tardes –nos dijo con una enorme sonrisa–. ¿En qué puedo
ayudaros?
-Buenas… -acerté a responderle. Mi nombre es Enol; estos son mis
amigos Sergio y Nicolás. Queríamos hacer una visita al Hemisferio
Izquierdo. Estamos buscando información sobre el misterio de la
vida. ¿Podría ayudarnos?
-Ajá, ¡así que sois vosotros! ¡Me moría de ganas de que llegarais!
¿Dónde habéis estado? Pasad… pasad… ¡os estaba esperando!
-¿Cómo te llamas? –le preguntó Sergio a aquella araña tan graciosa
que nos había recibido con los brazos abiertos.
-Es verdad ¡Soy una maleducada! ¡Se me olvidó presentarme! Soy
una Neurona. Aquí dentro veréis muchas. Podéis llamarme Neura,
si queréis. Venid conmigo. Os llevaré a la sala de relajación para
que podamos charlar tranquilamente. La seguimos, esquivando
millones de arañas blancas y azules de todos los tamaños que
flotaban por toda la superficie.
-¡Mira! –exclamó Sergio alucinado.
-Sí –le contestó Neura–, aquí dentro siempre hay mucho trabajo.
96
Entramos en una bonita habitación. Era pequeña, acogedora y
¡estaba vacía! ¡Ver tantos bichos juntos me había mareado!
-Y bien, ¡ya hemos llegado! ¿Qué os está pareciendo el viaje?
-Muy interesante –le contestamos.
-Lo es. El descubrimiento de uno mismo es la mayor de las
fortunas; nada ni nadie pueden igualarlo. Quien se conquista a sí
mismo es rico para siempre.
Anoté aquella frase en mi libreta.
-Y bien, ¿qué puedes contarnos sobre el Hemisferio Izquierdo? –
aproveché para preguntarle.
-¡Muchas cosas! Para empezar, la mayor parte de las personas solo
tienen el centro del lenguaje en esa parte del Cerebro, que es el
Hemisferio del Conocimiento, algo que vuestra sociedad valora
tremendamente.
-O sea, ¿que gracias a él podemos aprender?
-¡Exacto! Es un especialista a la hora de analizar la información y
almacenarla. Sin él no podríamos aprender nuevas ideas ni nuevos
conceptos, y no tendríamos capacidad para utilizar ni los números
ni las letras porque carecerían de significado para nosotros. Su
97
función es clave a la hora de aprender nuevas rutinas y patrones de
respuesta. De esa forma podemos responder de una manera
práctica y eficaz a muchos de los retos con los que nos
enfrentamos.
-¿Como por ejemplo? –le pregunté.
-Como por ejemplo, un examen. El Hemisferio Izquierdo es el que
nos permite adquirir nuevos conocimientos. Es el encargado de
analizar y almacenar los mensajes que recibe, por eso es aquí
donde se encuentra el área del lenguaje.
-¡La Lengua nos dijo que recibía órdenes del cerebro!
-Y así es.
-¡Pero estaba triste!, –protestó Sergio– porque decía que no
siempre le gustaba su trabajo. ¡Nos contó que a veces le enviabais
mensajes que no le agradaban y que la hacían sentirse mal!
-¡Ella no es la única! ¡Todos nos sentimos igual!
-Entonces, ¿por qué lo hacéis? ¡No lo entiendo! ¡Ella nos dijo que
era una mandada!
-¡Y yo! ¡Todos los somos! –nos dijo Neura poniéndose de pie
porque se sentía atacada.
98
-¡Tiene que haber un responsable! –dijo Sergio convencido.
-¡Claro que lo hay!
-¿Y quién es?
-¡El ser humano! ¡Todos nosotros dependemos de él! Da igual lo
que pensemos o sintamos: ¡estamos bajo sus órdenes!
Silencio. Nuestras caras debían de parecer un poema porque
incluso dejamos de escribir. Neura se tranquilizó y se volvió a sentar
a nuestro lado. Continuó hablando para intentar ayudarnos en todo
lo que le era posible:
-Os voy a contar un secreto; quizás así lo entendáis un poco mejor.
Los hombres andan por el mundo sintiéndose víctimas de sus
circunstancias, creen en la suerte y en un sinfín de tonterías más
pero están equivocados. Cada ser humanos que pisa esta tierra
es responsable de su vida. Esta es la única verdad. ¿Alguno de
vosotros recuerda el cártel de la puerta?
-¡Sí!, –contesté orgulloso de mí mismo por haberlo anotado en mi
libreta–. Dice: ¡Bienvenido: estás en la obra de arte de tu vida!
-Imaginad que la vida de este Ogro, o de cualquier persona, es una
película. ¡Muchas veces se asemeja bastante! ¿Podéis hacerlo?
99
-¡Sí!
-Pues bien, ahora imaginad que durante toda su vida este Ogro se
ha creído un personaje más, con las mismas desdichas y
limitaciones que el resto de los compañeros de reparto.
-¡Sí! –repetimos los tres sin perder detalle.
-Pues ahora seguid imaginando que estaba equivocado y que en
realidad es el director de la película y no un mero espectador.
-Entonces, ¿es cierto que podemos escribir nuestra vida? –preguntó
Nico emocionado.
-No solo podemos, sino que debemos. ¡No existe mejor inversión
que la que realizamos sobre nosotros mismos! Los mensajes que
me envía a mí el Ogro son los que yo envío a la Lengua… Lo que
suceda después, ¡nosotros no podemos evitarlo!
-¡Sí que son importantes las palabras!
-¡Es el arma más poderosa con el que cuenta el ser humano! Las
palabras nos ayudan a dar un sentido a la vida. Gracias a ellas
tomamos conciencia y simbolizamos lo vivido. Podemos elegir a
cada instante las palabras que utilizamos para relacionarnos con los
demás, para construir la realidad con el otro; incluso para
relacionarnos con nosotros mismos o para crear nuestra propia
100
realidad. Elegir las palabras adecuadas en cada momento es un
ejercicio que nos puede transformar la existencia.
-¿Por qué?
-Porque aquí dentro existe una única ley…
-¡Todo atrae a su semejante! –contesté.
-¡Veo que lo vais entendiendo!
-Si utilizamos palabras optimistas y eliminamos nuestro
vocabulario pesimista, empezamos a apreciar el lado positivo de la
vida, nos sentimos mucho mejor, sembramos oportunidades y
recogemos por tanto maravillas.
-¡Tiene sentido!
-¡Claro que lo tiene! ¿No os habéis parado a pensar que todo en el
Universo tiene un orden perfecto, armonioso y sincronizado?
¿Realmente pensáis que la Inteligencia que nos creó se dedica a
jugar a los bolos y que deja todo en manos del azar? ¡Yo no lo creo!
-Yo cuando estoy enfadado, –dije– voy a hablar con la yaya María y
¡ella siempre me tranquiliza!
-¡Claro! Porque una voz amable y sincera es mucho más
terapéutica que cualquier medicamento. Un gesto y una voz
101
adecuada pueden cambiarnos el humor en un instante. La palabra
conmueve, sorprende, enternece y emociona. ¡Por algo será que a
la persona que más teme el dictador es al poeta! Sólo nosotros
elegimos qué hacemos con ellas: podemos utilizarlas como una
herramienta para crear milagros o como un arma de ejecución y
destrucción.
-Corte no dijo que el Cerebro tenía… –Nico paró unos segundos y
buscó en su libreta antes de continuar– ¡neuroplasticidad! Así que
las personas pesimistas aún están a tiempo de cambiar su vida si lo
desean, ¿verdad?
-¡Qué chicos más listos! Así es. Yo no podría haberlo dicho mejor.
Para empezar uno deber querer, desear cambiar con todo su
Corazón: esa es la llave que abre la primera puerta. Hay personas
que viven bloqueadas por sus miedos, que necesitan vivir rodeadas
de lo viejo y de lo conocido porque esto es lo único que les da
seguridad. Estas personas, a pesar de no estar conformes ni felices
con sus vidas, no dan el salto. La verdadera felicidad solamente la
conquistan los valientes.
-¿Y si eres pesimista y valiente?
-Entonces, amigos… ¡se conoce la Magia! Nuestro sistema es
alucinante. Si te decides a cambiar tus palabras y tus pensamientos
102
observas automáticamente cómo cambia tu vida. La única forma
de controlar vuestra vida es controlando vuestra elección de
palabras y pensamientos. Porque nadie piensa en tu mente
sino tú. Esa, es la mayor habilidad que puede adquirir el ser
humano ¡Ojalá este Ogro glotón hiciera eso!, –suspiró Neura.
-¿Tiene malos pensamientos?
-¡Sí! Cuando era pequeño se le enseñó que el mundo era un lugar
temible. Sus padres, con el conocimiento que tenían, lo único que
pretendían era protegerle, pero él lógicamente empezó a dar por
ciertas todas las afirmaciones que encajaban con lo que le habían
enseñado…
-¿Como por ejemplo? –preguntó Sergio.
-Que no debe fiarse de los desconocidos, que la gente le engaña,
que lo diferente es peligroso, que en la vida se sufre, que no vale la
pena intentar las cosas, que todo lo bueno se acaba, que nacemos
para morir, aguantar y sufrir…
-¡Qué mente tan triste! –dije sin poder evitarlo.
-¡Lo sé! En cambio, si se decide a ser valiente y confía en la vida,
¡puede hacer desaparecer todas esas malas hierbas que hace unos
minutos visteis correr como locas por todo su Hemisferio Izquierdo!
103
-¿Y si le decimos que el mundo es un lugar maravilloso?, –sugirió
Sergio–. ¡Quizás nos escuche! ¡Estamos dentro de su cabeza!
-¡Podéis intentarlo!, –respondió Neura– pero por desgracia no es
suficiente… El universo, la vida y su propio cuerpo le mandan
mensajes constantemente…
-¿Y por qué no funcionan?
-¡Porque él debe creérselos! Como hizo cuando aceptó que el
mundo era un lugar temible. Hasta que no lo haga, el cambio no se
produce. Siempre funciona así. Debe creer que el mundo es un
lugar seguro y alegre; sólo entonces se podrá dar cuenta de que el
amor está en todas partes, que la gente es amable, que existe la
abundancia y que el dinero llega con facilidad y sin esfuerzos… Su
vida no es más que el espejo donde se refleja lo que cree.
-¡Pobre Ogro! ¡Todo lo que podría ver! ¡Qué suerte tenemos!
-¿Por qué?
-Por dos cosas –contesté–. Primero, por estar aquí haciendo este
viaje. Creo que cuando salga de este cuerpo mi vida jamás volverá
a ser la misma. Y segundo, por tener este sistema tan maravilloso
en nuestro poder. Gracias a ese Hemisferio podemos aprender un
104
montón de cosas nuevas, increíbles, como las que tú cuentas y así
hacer de nuestra vida un cuento, un sueño ¡lo que queramos!
De repente Neura se levantó, se dirigió hacia la ventana y puso dos
de sus brazos sobre el cristal. Parecía muy triste:
-Ojalá este Ogro despierte pronto… ¡Aquí dentro cada vez se hacen
más difíciles las cosas!
-¡Aquí dentro se está tan bien! –dije recordando el pesado tráfico de
ahí fuera.
-¡Lo sé!, –me contestó con lágrimas en los ojos.
-¡No llores! ¡Todo se solucionará pronto! Cuando salgamos de aquí,
–dijo Sergio poniéndose a su lado– esperaremos a que el Ogro
despierte, hablaremos con él, nos haremos sus amigos y le
ayudaremos a cambiar…
-¡No querrá! ¡Es tan terco!
-¡Lo hará! ¡Confía en mí!, –insistió Sergio–. Si se pueden arreglar
coches, ¿por qué no se van a poder arreglar las personas? ¡Quizás
se sienta sólo! ¡Quizás sólo necesite un amigo!
-¿Lo haríais por mí?
Se lo prometimos y los cuatro nos dimos un fuerte abrazo.
105
-Y esta habitación, ¿por qué es tan pequeña? –dije volviendo a
sentarme.
-¿Sabéis cómo se llama? –nos preguntó Neura.
-¡No!
-¡Debéis perfeccionar bastante vuestra atención si de verdad
queréis llegar a ser buenos investigadores algún día! ¡Hay un cártel
en la puerta que lo pone!
-¿El qué?
-¡El nombre! –contestó Neura poniendo dos de sus brazos sobre su
cintura con gesto de resignación.
-¡Ah!, ¡es que no me fijé!
-Ya, ya lo sé. ¡Ninguno de los tres lo hizo! ¡Vaya detectives de
pacotilla! Es muy importante prestar atención: la vida es un
constante regalo, ¿entendéis? Hay que saber siempre dónde se
está y qué es lo que está sucediendo a vuestro alrededor…
-Ya… Lo que pasa es que antes, con el revuelo de fuera, lo único
que deseaba era llegar a un lugar tranquilo… ¡No pensé que en la
puerta pudiera haber algo importante! –dije intentando disculparnos.
106
-¡Siempre hay algo importante! ¿Es que no os dais cuenta de que
las grandes cosas están construidas a base de pequeños
detalles? ¡En fin! Volvamos al tema de la habitación: se llama
Silencio. ¿Alguien sabría decirme por qué?
-¡Porque se está muy tranquilo! –contestó Nico soltando una
carcajada.
-Una respuesta un poco más inteligente, ¡por favor!
-Porque aquí dentro no tienen cabida los pensamientos –respondí.
-¡Muy bien, Enol! Esta sala es moldeable, como todo en el Cerebro.
Este Ogro constantemente está pensando: ¡nos satura de trabajo!
Apenas nos deja unos minutos en el día para descansar… ¡Por eso
es tan pequeña!
-¿Y podría hacerse más grande?
-¡Claro!
-¿Cuánto?
-¡Lo que él quisiera!
-Pero… ¿puede estar una persona todo el día sin pensar nada de
nada?
107
-¡Claro que puede! Y normalmente las personas que hacen esto
conscientemente son las que de mejor salud gozan.
-¡A mí me parece imposible eso que dices Neura!, –añadió Nico
mientras yo tomaba notas en mi cuaderno–. El Cerebro es una
herramienta extraordinaria, tú misma nos lo has dicho… ¿cómo
íbamos a abandonarlo?
-Es una herramienta extraordinaria ¡si se utiliza correctamente! Ven,
acércate a la ventana, mira ahí fuera… ¿Sigues pensando lo
mismo? Os voy a poner un ejemplo para que lo entendáis mejor.
¿Os gusta hacer ejercicio?
-¡Sí!, –contestamos los tres–. ¡En verano montamos mucho en
bicicleta!
-Y cuando habéis andado mucho, ¿no os gusta bajaros de la bici,
comer algo para reponer fuerzas y sentaros cómodamente?
-¡Sí! –contestamos los tres sin entender muy bien a dónde quería
llegar.
-¡Todo el mundo necesita descansar! ¡La mente también! Todos mis
compañeros y yo estamos agotados. ¡Eso hace que cada vez
rindamos menos y hagamos las cosas peor!
-¿Y qué es lo que se puede hacer para descansar la mente?
108
-Dos cosas maravillosas: respirar y meditar.
-Pero… ¡si nos pasamos la vida respirando! –dijo Sergio.
-Sí, pero eso no quiere decir que se haga bien. La mayoría de los
hombres respira a medio gas; solo llegan hasta la mitad de sus
pulmones y esto hace que la sangre no pueda transportar el
oxígeno que necesita al resto del cuerpo.
-¿Y cómo podría corregirse? –le pregunté a Neura.
-Muy fácil: ¡siendo conscientes de vuestra respiración!
-No lo entiendo.
-Respirar es una cosa vital, por lo tanto realizáis el proceso de
forma automática, inconsciente, mientras centráis vuestra atención
en otras cosas. De este asunto se ocupa mi fiel compañero el
Hemisferio Derecho. Ahora bien, si os dais cuenta de lo que
estáis haciendo, es decir, si tomáis consciencia de que estáis
aquí y ahora, vivos y respirando ¡todo cambia! Dirigís vuestra
atención únicamente al aire que entra y sale de vuestro cuerpo e
inmediatamente empezáis a sentiros más relajados y felices…
-¿Por qué?
109
-Porque al llenar vuestros pulmones de aire, automáticamente
contactáis con el Sistema Límbico, que se encuentra situado aquí
en el Cerebro, y que es el lugar mágico donde residen todas
vuestras emociones y estados de ánimo.
-¡Qué interesante! –dije anotando todo aquello en mi libreta.
-¿Y qué es la meditación?, –añadió Sergio–. Antes dijiste que para
que esta habitación pudiera hacerse más grande podíamos respirar
o meditar…
-Es cierto, la meditación es la mejor amiga de la respiración. Jamás
podría establecerse un buen estado meditativo sin una previa
respiración. Meditar es conectar contigo mismo, tomar plena
consciencia de tu ser y de todo tu entorno. Es un estado maravilloso
en el que todos los pensamientos se van de vacaciones y estás en
paz.
-¿Y entonces qué haces? –preguntó Nico sin poder imaginarse en
ese estado.
-¡Relajarte y vivir! ¿Te parece poco? Los seres humanos os
comportáis a veces de forma muy extraña. Es como si necesitarais
mantener una actividad constante para sentiros vivos.
Paradójicamente, así lo único que conseguís es machacaros y
110
cansaros. ¿Vosotros qué pensáis? ¿Creéis que el hombre
pertenece a la naturaleza o que es un ser independiente puesto
aquí en la tierra con otros fines?
-¡Pertenece a la naturaleza! –contestamos todos acordándonos de
lo que nos había dicho Manolo, nuestro profe de naturales.
-¿Y alguna vez habéis visto a un pájaro estresado hablando por el
móvil, encima de un árbol, porque no encuentra comida para sus
crías?
-¡No! –dijimos entre risas.
-¡No se debería ir en contra de la naturaleza! ¡Así se evitarían
muchos problemas en esta tierra tan maravillosa!
Cuando terminamos de escribir todas aquellas cosas, Neura
continuó:
-Bueno chicos, ¡siento deciros que vuestra visita ha llegado a su fin!
-¿Ya? –le contestamos apenados.
-Sí, me ha encantado conoceros.
-Pero… ¿por qué nos tenemos que ir tan pronto?, –protestó Sergio–
¡aquí dentro se está fenomenal!
111
-Lo sé Sergio, pero vuestro viaje debe continuar… Todo lo que
debías conocer del Hemisferio Izquierdo ya lo tenéis escrito en esas
libretas. Ahora os corresponde a vosotros decidir qué hacéis con la
información. Sois libres. Lo único que espero es que mantengáis
vuestra promesa –nos dijo con una pequeña sonrisa mientras se
dirigía a la puerta.
-¡Lo haremos!, –contesté dándole un beso–. ¡Convenceremos a
este Ogro cabezota para que cambie su manera de pensar!
-¡Confío en vosotros!
-Bueno… muchas gracias por todo –dijo Nico cuando llegamos a la
puerta principal.
-¡Ha sido un auténtico placer! ¡Dadle recuerdos al Hemisferio
Derecho de mi parte! –nos contestó emocionada–. ¡Sin él yo no
sería nadie!
Y esa fue la última vez que vimos a nuestra amiga Neura. Alguien
que sin duda nunca olvidaríamos. La puerta del Hemisferio Derecho
era muy diferente. Era de un color naranja intenso y de ella colgaba
un cartel amarillo donde ponía: Sueña, imagina, crea… Picamos a
la puerta. Todo estaba en silencio. Unos segundos más tarde,
112
alguien exactamente igual que Neura pero de color naranja nos
abrió la puerta. Parecía enfadada.
-¿Quiénes sois? –nos preguntó de mala gana.
Sorprendidos ante la idea de que no nos conociera yo le contesté:
-Mi nombre es Enol, y estos son mis amigos Sergio y Nicolás.
Estamos de viaje y nos gustaría visitar el Hemisferio Derecho.
-De acuerdo, adelante.
Cruzamos la puerta y caminamos detrás de ella. ¡Ni siquiera se
había presentado! Aquello era muy extraño… Por donde
pasábamos no había apenas nadie y todo estaba oscuro. Un fuerte
contraste después de venir del Hemisferio Izquierdo. De vez en
cuando, distinguíamos formas naranjas, ¡pero todas estaban
durmiendo! Incomodo ante aquella situación, me decidí a romper el
silencio:
-¿Por qué duermen todos? ¿Dónde están los demás?
-No tienen nada que hacer, ¡así que se duermen de aburrimiento!
Llegamos a una gran sala y nos sentamos en unos sillones del
mismo color naranja que el resto. Nadie decía nada.
113
-¿Qué puedes contarnos de este Hemisferio? –le preguntó Nico tan
sorprendido por su reacción como yo.
-¡Poca cosa, la verdad!
-Pero… ¿por qué estás tan enfadada? –preguntó Sergio.
-¡Porque estoy hasta las narices de estar aquí sin hacer nada! ¡El
tiempo es eterno! ¡Uno se cansa hasta de dormir!
-¡No puede ser! En el Hemisferio Derecho debe de haber algo que
hacer… –contesté–. Acabamos de estar con Neura y nos ha dado
recuerdos para ti. ¡Dice que no serían nadie sin vosotros!
-¡Y así es!
-Entonces ¡algún trabajo tendréis!
-Si las cosas funcionaran como es debido… ¡así sería! Pero creo
que este Ogro ha decidido matarnos de aburrimiento.
-Bueno, tú cuéntanos qué es lo que se podría hacer aquí dentro y
ya nos encargaremos nosotros del Ogro cuando salgamos de su
cuerpo…
De repente los ojos de aquella pequeña bolita naranja con patas se
iluminaron y de su boca pareció asomar una tímida sonrisa.
-¿Vais a ayudarnos? ¿Lo decís en serio?
114
-¡Claro! ¡Haremos todo lo que esté en nuestras manos! Pero
primero necesitamos saber qué es lo que haríais todos vosotros si
estuvierais despiertos…
-¡Pues vivir! ¡Estáis en la cuna de la Imaginación!
-¿Aquí es donde se crean las cosas? Por cierto… ¡no nos has dicho
tu nombre!
-¡Es verdad! La inactividad hace que pierda hasta la educación…
¡Perdonad! Mi nombre es Sueño.
-¿Sueño?
-Sí, ¿por qué os sorprende tanto?
-¿Os llamáis así por todas las horas que dormís?
-¡Qué va!, –nos contestó riéndose a carcajadas–. Es porque todos
los que vivimos aquí dentro somos un sueño.
-¿Cuando estáis despiertos?
-Sí… ¿Es que vosotros no tenéis sueños?
-Sí –contesté entusiasmado–. Yo quiero ser un gran aviador cuando
sea mayor.
-¡Y los tres vamos a ser investigadores privados! –añadió Sergio.
115
-Pues yo representaría, para que me entendáis, uno de esos
sueños. Y los que están ahí fuera también.
-Y… ¿por qué duermen?
-Porque no tienen trabajo y se han cansado de esperar. Este Ogro
apenas sueña. Su máxima aspiración consiste en andar tirado por
las esquinas compadeciéndose de sí mismo. ¡Siempre sucede igual
en su vida! Eso hace que el Hemisferio Izquierdo esté saturado de
trabajo y nosotros muertos de aburrimiento.
-Explícanoslo un poco mejor –dije sacando mi libreta–. Estamos
intentando averiguar el misterio de la vida y la información que nos
des es muy importante.
-Ah, es eso… ¡Habed empezado por ahí! En principio, es importante
que sepáis que toda la vida es un sueño. Toda persona es
responsable al cien por cien de lo que le pasa. Os guste más o
menos, u os cueste más o menos reconocerlo, es así.
-No estoy de acuerdo –dijo Nico–. ¡Hay personas que viven vidas
que no les gustan! Mi madre, por ejemplo, ¡se pasa el día
quejándose por todo! Si su vida fuera un sueño como dices ¡eso no
ocurriría!
116
-¿Sabes cuánto tiempo de sus días invierte tu madre en imaginarse
algo mejor?
-No…
-Muy probablemente nada, si todo sigue igual.
-Entonces, ¿somos lo que imaginamos?
-¡Exacto! Si día tras día pensáis en las mismas cosas y os
comportáis igual que el día anterior ¡es lógico que os ocurra lo
mismo! ¿No os parece?
-Claro… -dije pensativo–. ¡Todo atrae a su semejante!
-¡Gran Ley! Este Ogro piensa que el mundo es un lugar horrible,
lleno de peligros y en donde la gente quiere hacerle daño. Cada día
con menos ganas sigue la misma rutina. ¿Qué va a sucederle
nuevo? Nosotros estamos aquí abandonados, esperando que se
acuerde de nosotros… La Imaginación es una herramienta muy
poco valorada por los adultos. Piensan que es algo que únicamente
pertenece a los niños. ¡Qué error! ¡Esa varita mágica se nos da
para toda la vida! ¡Con ella dibujamos nuestro destino!
-¿Cómo? –preguntó Sergio con la boca abierta de interés.
117
-¡Soñando, imaginando, creando…! Es tan fácil… Solo debes cerrar
los ojos y pensar lo que quieres. Cuando se tiene práctica también
funciona con los ojos abiertos. Ponle color, olor, sabor, música.
Cuanto más real sea el sueño en tu mente, más rápido se hará
realidad. ¡Piensa en grande y tu vida será grande!
-¡Esto es genial! ¡Significa que podemos tener todo lo que
queremos!
-¡Así es! Además nosotros, el Hemisferio Derecho, somos
hermanos gemelos del Sistema Límbico…
-¿Donde están nuestras emociones?
-Sí. Allí está nuestro Cerebro Emocional; por lo que si nos
centramos en las cosas que queremos dejando de lado las que no
nos gustan, automáticamente empezaremos a sentirnos mucho
mejor. Esto hará que nuestros días sean un placer y que
construyamos una vida maravillosa.
-¿Y qué más cosas hace el Hemisferio Derecho?
-Anotad: el Hemisferio Derecho está mucho más alerta de lo que
ocurre en vuestro cuerpo que el Hemisferio Izquierdo;
especialmente en todo lo que tiene que ver con las reacciones de
alarma frente a un posible peligro. Esto hace que el Hemisferio
118
Derecho sea mucho más importante cuando os tenéis que enfrentar
a un entorno nuevo y desconocido. Ante la incertidumbre, ¡es el
Hemisferio Derecho el que trabaja!
-Pero… ¿el conocimiento no se almacenaba en la parte consciente
del Hemisferio Izquierdo?
-Sí, allí se almacena “casi” todo el conocimiento, o por lo menos
todo del que se tiene consciencia. Pero eso os lo explicaré más
tarde. Veréis, el Hemisferio Izquierdo trabaja únicamente con lo que
conoce, con lo que le resulta familiar; por eso cuando se le cambia
el terreno no sabe dónde pisa y se siente completamente perdido.
Entonces, ¡aparecemos nosotros! Captamos todos los datos del
entorno sin que ni siquiera la persona se dé cuenta y conectamos
dicha información con la que ya se tiene previamente. Todo esto
con una única finalidad, que es la de descubrir cuáles son los
patrones que operan en este nuevo entorno.
-Pues sí que tenéis una función importante… -dijo Sergio.
-Sí… -contestó Sueño orgullosa sin parar de hablar. Otra cosa muy
interesante que deberíais conocer es la diferente manera en la que
los dos Hemisferios se comunican.
-¿Con quién?
119
-¡Con el ser humano al que pertenecen! ¿Con quién iba a ser si no?
-¡No sabía que mi Cerebro hablaba conmigo! –dijo Sergio
alucinado.
-Pues lo hace constantemente, y lo que te dice está por completo
en armonía con lo que te ocurre. Dicho esto… ¡continúo!: El
Hemisferio Izquierdo se comunica utilizando el pensamiento en
forma de palabras, lo que conocéis como lenguaje. El Hemisferio
Derecho, en cambio, se comunica por medio de sensaciones
corporales, imágenes, símbolos o emociones. La ignorancia de esto
es uno de los mayores problemas que tiene este Ogro….
-¿Qué es lo que quieres decir? –pregunté levantando la vista de mi
cuaderno.
-¡Que se pasa el día centrado en sus pensamientos y apenas presta
atención a lo que siente! Si lo hiciera, puede que sucediera algo…
Pero hasta entonces… ¡a dormir! ¡Más señales no podemos
mandarle!
-Todo eso cambiará en cuanto salgamos de su cuerpo, Sueño, ¡te
lo prometo!
-¡Espero que desde fuera tengáis más suerte! Desde dentro cada
vez es más complicado…
120
-Sueño… -la interrumpió Sergio.
-¿Sí?
-¿Por qué antes nos dijiste que en el Hemisferio Izquierdo estaba
“casi” toda la información? ¿Dónde está el resto?
-¡Muy observador! ¡Se me olvidaba casi lo más importante!
-¿El qué?
-Otra de las funciones del Hemisferio Derecho. Y es que aquí existe
una biblioteca enorme…
-¿Infinita? –volvió a interrumpir Sergio acordándose de lo que nos
había contado anteriormente nuestra amiga Corte.
-Sí… ¡infinita! Se llama Subconsciente y es donde se almacena,
desde que nacemos, toda la información que damos por válida a lo
largo de nuestra vida. Digamos que el Hemisferio Izquierdo tiene
una biblioteca limitada, para que lo entendáis, y cuando ésta se
llena va guardando aquí los libros más viejos… Sin embargo
cuando esto sucede perdemos de vista dicha información,
¡desaparece de nuestra consciencia! Por eso lo llamamos
Subconsciente. ¿Me estoy explicando bien?
121
-Sí… -contestamos los tres con la boca abierta. Resultaba
verdaderamente increíble que existiera aquel mundo dentro de
nuestras cabezas.
-El Subconsciente es infinito, no tiene fondo…
-¿Y en qué nos afecta? –se me ocurrió preguntarle.
-¡Muy buena pregunta Nico! En todo, ¡os afecta en todo! Pensáis,
sentís, actuáis y habláis según lo que haya ahí dentro.
-¿Estás seguro?
-¡Segurísimo! ¡Trabajo aquí!
-Pero… hay una cosa que no entiendo…-interrumpió Nico.
-Dime.
-Si nuestro amigo el Ogro actúa así por la información que tiene
guardada en esa biblioteca… y él no la conoce… ¿cómo va a poder
cambiarla? ¡Es imposible!
-¡Qué poco me gusta esa palabra! –contestó Sueño en seco.
-Vale… ¡Es poco probable!
122
-Eso está mucho mejor… A ver, las cosas siempre son mucho más
fáciles de lo que queremos hacerlas. ¿Os acordáis de la Ley: Todo
atrae a su semejante?
-¡Sí! –contestamos los tres sabiendo que jamás la olvidaríamos.
-Pues bien, os voy a poner un ejemplo práctico: a este Ogro desde
niño le han enseñado que el mundo era un lugar peligroso y que
debía tener cuidado porque la gente que lo rodeaba sólo pretendía
hacerle daño. Además, siempre le han hecho sentirse inferior y
nadie le ha dicho lo importante y valioso que es en el mundo. Todo
esto ha hecho que creciera viviendo experiencias que confirmaban
estas creencias; lo que a su vez las reafirmaban. No puedes vivir
algo que no piensas, ¿me seguís?
-Sí… -contestamos los tres.
-Pues bien, con el paso del tiempo aparecieron otros conocimientos
y aquellas viejas creencias se almacenaron aquí, en el Hemisferio
Derecho. Ocurre que el Ogro las ha olvidado, pero las tiene tan
interiorizadas que su vida se sigue rigiendo por esas viejas pautas:
piensa, siente, actúa y habla como si el mundo fuera un lugar
temible y la gente quisiera hacerle daño. Realmente es lógico, es lo
que está viendo. Eso hace que le lleguen un montón de señales y
mensajes con los que se siente cada vez peor, cae enfermo con
123
frecuencia y apenas tiene energía. A su alrededor todo le sale mal.
Los sentimientos que casi siempre le acompañan son el odio, la
rabia, la cólera y el resentimiento. La crítica y el inconformismo son
también fieles amigos; por no hablar de la tristeza y la apatía…
-¡Vaya plan! –dijo Nico.
-Sí… todos estos sentimientos son PISTAS, MENSAJES, que el
Hemisferio Derecho le envía constantemente para que cambie la
situación cuanto antes. Recordad que nosotros nos comunicamos
mediante sensaciones.
-¿Y si así no se entera?
-¡Pues entonces pueden aparecer libros, canciones o ángeles como
vosotros que le abran los ojos!
-¿Y después qué?
-Una vez detectada la raíz del problema, cuando os dais cuenta de
que sois responsables de vuestra vida y que la causa está dentro y
no fuera como la mayoría piensa, entonces… ¡aparece la Magia!
-¿La Magia?
124
-Sí, es entonces cuando os dais cuenta de lo maravillosa y
grandiosa que es la vida y confiáis en la existencia de una fuerza
superior, mágica y poderosa.
-Así… ¡sin más! ¿Solo por darnos cuenta de que somos
responsables de nuestra vida?
-Bueno… creo que he corrido un poco. Ese es el primer paso,
después hay que limpiar vuestro Subconsciente. Ese es un trabajo
que requiere mucha constancia y perseverancia. Cuando erais
pequeños creísteis una serie de cosas a base de repetición por lo
que ahora deberéis instalar las nuevas creencias utilizando
exactamente la misma técnica.
-¿Repitiéndolas?
-¡Eso es! Este Ogro, por ejemplo, podría decirse a sí mismo
contantemente que el mundo es un lugar hermoso, increíble y
seguro; que la gente que le rodea es buena y que él mismo es una
persona maravillosa. Al principio ni siquiera se lo creerá. Los viejos
pensamientos al estar bien asentados se sentirán más fuertes e
intentarán eliminar a los intrusos a toda costa, ¡estad seguros! Pero
ahí está el secreto: si se persevera con estas nuevas afirmaciones,
aún sabiendo que al principio no se verá ningún resultado, todo
empezará a cambiar… ¡Las nuevas creencias cada día serán más
125
fuertes y debilitarán totalmente a las viejas! Lo nuevo sustituye a lo
viejo y empieza a producirse el ciclo normal de la Naturaleza: ¡Todo
empieza a cambiar! Es un trabajo difícil… Pero por la vida merece
la pena intentarlo, ¿no creéis?
-¡Sí! –contestaos los tres sin pensarlo.
-¿Y esos de ahí?, –preguntó Sergio señalando al exterior– ¿qué
hacen?
-¡Ah! Son los Sueños que están de guardia…
-¿De guardia? –pregunté sorprendido.
-Sí. Cuando os metisteis por la boca de este Ogro, ¿no estaba
dormido?
-¡Sí!
-Pues esas bolitas naranjas que veis flotando están trabajando. Al
dormir, el Subconsciente está activo, ¡despierto! ¡Gracias a Dios
eso es lo que nos mantiene vivos! Si este Ogro no descansara, si
no se diera el placer de soñar al menos unas horas al día… ¡no
existiríamos!
-¿Y entonces por qué no estás trabajando?
-¡Tengo turno de noche!
126
-El mundo de los sueños es muy interesante –dijo Nico–. Siempre
he querido saber por qué recordamos algunos sueños y otros los
olvidamos…
-¡Sí!, –añadí yo– y a veces soñamos cosas muy raras… sin sentido.
Cuando me pasa siempre corro a contarle mi sueño a la yaya
María. Ella suele tejer todos los hilos sueltos y al final siempre
construimos una historia increíble…
-Esa yaya de la que hablas debe de ser muy lista entonces…
-¡Lo es!, –dijo Sergio– ¡pero está ciega!
Enfadado por la acusación de mi amigo cerré mi libreta y me puse a
llorar.
-No debes avergonzarte de eso Enol –me dijo Sueño sentándose a
mi lado–. Las personas ciegas la mayoría de las veces ven más que
el resto y tienen capacidades muy poderosas desarrolladas en su
interior…
-Lo sé… –dije sonándome los mocos con un pañuelo–, pero a mí
me gustaría que la yaya pudiera ver muchas cosas del mundo…
-¿Como por ejemplo?
127
-Los colores, el sol, las nubes, el cielo, las flores, las formas tan
bonitas que tienen los animales, el mar, la playa, los árboles… ¡Me
da mucha pena que no pueda hacerlo!
-¡Pues ahora ya sabes lo que tienes que hacer!
-¿El qué?
-No me puedo creer que después de todo lo que os he contado…
¡no halláis aprendido nada!
-Sí, lo hemos hecho –le contesté rápidamente–, pero… ¿cómo
podría hacer que la yaya volviera a ver?
-Para empezar, contándole como son todas esas cosas que antes
me has dicho; y para seguir, abandonando la creencia absurda de
que la enfermedad de tu yaya es incurable. Repítete todos los días
a ti mismo: nada es imposible, la yaya puede ver muy bien. Ya
sabes que al principio no ocurrirá nada… ¡Insiste! Y luego no dejes
de venir a contarme lo que ocurre.
-Lo haré –dije más tranquilo volviendo a abrir mi libreta–. Ahora
cuéntanos eso de los sueños… ¿Por qué los olvidamos?
-¡Porque no los aceptáis! Todo poder reside en la aceptación. El
problema que tienen muchos hombres suele ser que se pasan la
vida intentando ser algo o alguien que no son: quieren adelgazar,
128
tener más dinero, ser más felices… Siempre buscan lo que no
tienen, por lo que jamás aceptan lo que tienen, ¿me explico?
-Debería de estar aquí mi hermana Nicol escuchándote –dije
riéndome–. ¡Todo lo que dices me recuerda a ella! ¡Nunca está
contenta!
-Ahora tú puedes ayudarla…
-¡No es tan fácil! ¡Nunca me escucha!
-Lo hará… Os voy a dar un sabio consejo para cuando abandonéis
este cuerpo. Sabréis muchas cosas y os moriréis de ganas de
contárselas a todo el mundo, pero vuestra tarea no será tan
sencilla… Las personas son desconfiadas y prefieren creer lo
conocido. ¡Los cambios suelen dar mucho miedo!
-Y entonces, ¿qué haremos?
-Anotad –nos dijo Sueño con una gran sonrisa–: La mejor manera
de demostrarle al pobre que puede hacerse rico es haciéndote
rico tú mismo. Sabréis lo que significa esta frase cuando llegue el
momento. Continúo con los Sueños. Como os decía, la clave del
poder reside en la aceptación. Cuando no aceptáis ciertas cosas,
sea por el motivo que sea, vuestra cabeza las elimina de la
Consciencia. Por ejemplo, si soñáis que sois mariposas que voláis
129
alrededor de todo el mundo y por alguna razón no os creéis
merecedores de tal privilegio, no recordaréis ese bonito sueño. A
veces, no todo está tan claro y os vienen imágenes sueltas que,
como muy bien decía Enol, antes hay que tejer. Eso es porque la
puerta no está cerrada del todo, entra algo de luz y los Sueños que
están de guardia en ese momento están intentando mandar un
mensaje filtrándose por esas ventanitas de claridad…
-¡Flipante! –dijo Sergio con la boca abierta.
-¡A partir de ahora estaré muy atento a mis sueños! –añadió Nico.
-Espero que así sea… ¡Harás un gran favor al mundo! Bueno
chicos, me quedaría toda el día hablando con vosotros pero creo
que vuestro viaje debe continuar. Este Ogro no tardará en
despertarse y aún no habéis visitado la parte más importante de su
cuerpo…
-¿Acaso hay algo más importante que el Cerebro? –dije viendo que
mi segunda libreta también estaba a punto de acabarse.
-¡Sí! ¡No puedo deciros más! Ha sido un placer estar con vosotros.
Espero que encontréis lo que estáis buscando y… ¡confío en
vuestra ayuda!
130
Allí dejamos a Sueño, la puerta del Hemisferio Derecho se cerró y
volvimos a encontrarnos en el Cuerpo Calloso:
-¿Qué tal las visitas? –nos preguntó éste intrigado.
-¡Muy interesantes!, –contesté– pero… ¡la verdad es que ahora no
sabemos dónde tenemos que ir!
-Cerrad los ojos. ¡Hasta luego amigos!
131
QUINTA PARTE: EL CORAZÓN.
132
133
Después de veinte años aún me cuesta describir la sensación que
viví en aquel momento. No hay nada comparable. Perdimos
completamente el control de nuestros cuerpos y nos transformamos
en plumas. ¡Volamos! Al abrir los ojos, nos encontrábamos en otro
lugar. Todo era diferente y de un color rojo intenso. En una pequeña
estantería había tres libretas, cuidadosamente apiladas. Me
acerqué y comprobé que en la portada de cada una de ellas venía
escrito nuestro nombre. ¿Nos estaban esperando? De repente di un
salto. ¡Nico, Sergio y yo también éramos de color rojo! ¿Qué estaba
ocurriendo?
-Esto no me está gustando… -dijo Sergio asustado–. ¿Y si
volvemos a casa?
-¡Anda! ¡No seas cobardica!, –le regañó Nico–. Ya ha pasado lo
peor… ¡No vamos a rendirnos ahora cuando sólo nos queda
ponerle la guinda al pastel!
-Bueno, haced lo que queráis. ¡Yo me largo! Nos vemos mañana en
el cole…
Y así, encogiendo sus hombros con expresión de resignación,
Sergio dio media vuelta y comenzó a caminar sobre sus propios
pasos.
134
-Los niños valientes nunca nadan contra corriente –dijo de repente
una voz.
-¿Quién habla? –preguntó Sergio al comprobar que los labios de
Nico y los míos no se habían despegado.
-Soy el Corazón.
-¿El Corazón?
-Sí, has escuchado bien. Estás dentro de mí, por eso tienes mi
color.
–Mire, –respondió Sergio muy educadamente– es un placer
conocerle pero me gustaría volver a casa… Puede explicarle todo lo
que quiera a mis dos amigos Nicolás y Enol, ellos seguro que
estarán encantados de escucharle…
-¿Y tú no?
-No –contestó Sergio sin pensárselo dos veces.
-Pues es una pena… -respondió el Corazón.
-¿El qué?
-Tú vida. Tu vida siempre será una pena si te niegas a escuchar
al Corazón.
135
-Estoy cansado, ¿sabes? –protestó Sergio. ¡El viaje por el cuerpo
de este Ogro ha sido agotador! ¡Tengo ganas de llegar a mi casa y
darme un buen baño! ¡No creo que eso sea tan malo!
-No lo es. Y sí, yo también estoy cansado. Tengo que confesar que
es agotador seguir latiendo cuando nadie te presta atención… Está
bien, vete. Eres libre para hacer lo que quieras.
Sergio caminó siete pasos y se paró.
-¡Maldita sea! ¿Por qué narices seré tan blandengue? –dijo dando
la vuelta y sentándose de nuevo a nuestro lado.
-¿Al final has decidido quedarte? –le preguntó alegremente el
Corazón.
-¡Sí! ¡Espero que por lo menos lo que tengas que contarnos sea
interesante!
-Lo es. Bueno chicos, y ¿qué tal el viaje por el cuerpo?
-¡Muy bien! ¡Hemos aprendido cosas increíbles!
-Lo sé. ¿Os han tratado bien mis amigos?
-¡Vaya! –contesté entusiasmado.
136
-Me alegro mucho. Aquí dentro todos confiamos en vosotros y
esperamos que apliquéis ahí fuera todo ese conocimiento que
ahora tenéis.
-¡Lo haremos! – contestamos los tres a la vez.
De repente un silencio armonioso se produjo a nuestro alrededor.
Reinaba la paz. Nervioso me apresuré a decir:
-¿Qué puedes enseñarnos tú?
-Eso depende de lo que queráis saber –me contestó el Corazón.
-¡Lo queremos saber todo! –dije emocionado abriendo mi libreta por
la primera página.
-¡Unos chicos curiosos! ¡Me gusta! Soy un libro abierto…
¡preguntad lo que queráis!
-¿Qué trabajo realizas? –preguntó Nico.
-¡Muchos! Soy el motor la vida, tengo una gran responsabilidad aquí
dentro y ahí fuera…
-¿Eres el jefe? –preguntó Sergio volviendo a su vieja obsesión de
encontrar un responsable.
-Eso lo tendréis que decidir vosotros. ¿Qué entendéis por “jefe”?
137
-La persona que manda, el que gobierna, el que decide lo que
tienen que hacer los demás…
-Hay muchos jefes de esos ahí afuera, ¿verdad?
-¡Sí! –contestamos los tres.
-¡Qué grave error!
-¿Por qué? Mi padre dice que es necesario que alguien marque las
pautas –dijo Nico– ¡si no todo el mundo haría lo que le diera la
gana!
-¡Exacto!, –contestó el corazón–. ¿Y qué problema hay?
-No entiendo…
-¿Qué problema hay al hacer lo que te dé la gana? ¿Es que a
vosotros no os gusta?
-¿El qué?
-¡Reír cuando os apetece! ¡Correr! ¡Jugar! ¡Dibujar! ¡Cantar! ¡Nadar!
¡Comer! ¡Leer! ¡No existe nada más maravilloso que la libertad!
¿No os parece?
-¡Sí!, –contesté sin dudarlo–, pero entonces…
138
-Pero entonces, ¿por qué la gente no es libre? ¿Es eso lo que estás
pensando?, –me preguntó el Corazón.
-Sí.
-Muy sencillo Enol, porque no quieren. Porque se ven las cosas de
manera equivocada. Voy a explicároslo poco a poco… ¿Os gusta
que os controlen? ¿Qué os pongan límites?
-No entiendo a qué te refieres… –dijo Nico.
-Quiero decir: ¿os gusta que os manden callar cuando estáis riendo
a carcajadas?, ¿o que os obliguen a iros a la cama cuando aún no
tenéis sueño?
-¡No! –contestamos los tres sin pensarlo.
-Bien, ¿entonces por qué intentáis controlar la vida de los demás?
Al principio nos quedamos callados, pensando lo que el Corazón
acababa de decirnos. Al cabo de unos minutos contesté:
-¡Nosotros no controlamos a nadie! ¡Somos niños!
-¿Ah, no? Entonces, ¿por qué le dijisteis el otro día a Luis, vuestro
compañero de clase, lo que tenía que hacer? Y tú Enol, ¿por qué te
pasas el día criticando a tu hermana y avergonzándote de ella?
139
Solo sé que enrojecí; cosa que parecía imposible al ser de color
rojo.
-No sabéis que contestar, ¿verdad?
-¿Cómo sabes todas esas cosas?
-¡Yo lo sé todo chicos! ¡Os recuerdo que soy el motor de la vida!
-Pero…
-No podéis entenderlo… ¿es eso? –se apresuró a decir el Corazón
terminando la frase que Sergio había empezado.
-¡No!
-¡No tenéis que hacerlo! ¡Si buscáis una explicación lógica jamás la
encontraréis! El hombre a lo largo de su historia ha logrado grandes
cosas con su inteligencia pero jamás ha podido descifrar una
cosa…
-¿Cuál?
-¡El misterio de la vida! No puede conseguir el control de esa fuerza.
Especula sobre su existencia, plantea teorías, hace cábalas… ¡pero
todo son hipótesis! ¡No hay nada escrito! ¡Nada es real ni irreal! En
el presente, no existe nadie que haya estado ahí para dar fe de
cómo fue la creación del mundo… ¿cierto?
140
Nos quedamos callados. Al mirarnos sabíamos que sobraban las
palabras. Cerramos con tristeza nuestros cuadernos y bajamos la
mirada al suelo.
-¿Qué os pasa? –nos preguntó el Corazón preocupado.
-¡Nada!, –dije- ¡qué estamos perdiendo el tiempo!
-¿Por qué dices eso? El tiempo nunca se pierde Enol…
-¡Pues sí! –contestó Sergio enfadado–. Hemos estado viajando
durante todo el día por el cuerpo de este Ogro para averiguar el
misterio de la vida. Esa era nuestra misión, ¿sabes? Así que ahora
no vengas a decirnos tonterías como que el tiempo nunca se
pierde… ¡Debí marcharme antes! ¿Qué sentido tiene estar aquí si
no se puede encontrar una respuesta, si nuestro misterio no tiene
solución?
-Veo que estás muy enfadado. Puedes irte cuando quieras, Sergio.
Creo que me he explicado mal, perdonad. ¿Habéis entendido que la
vida no tiene explicación?
-Nos has dicho que el hombre no puede conseguir el control de la
vida… -dije con resignación, intentando apaciguar el mal humor de
Sergio.
141
-¡No donde lo están buscando! Eso no quiere decir que la vida no
tenga explicación… ¡Todas las preguntas tienen respuesta! ¡Y esta
solo se encuentra cuando se mira en el lugar adecuado!
-¿Dónde? –preguntamos con los ojos iluminados de esperanza.
-¡Despacio chicos! Abrid vuestras libretas. Para empezar hay que
creer en lo invisible. Creer en lo que se ve, en lo que se puede
tocar, oler y escuchar es muy fácil. Te da más de lo mismo. Ahora
bien, creer en lo que se siente ¡Eso te da la verdad y la libertad! El
hombre continuamente ha estado buscando respuestas en el
exterior. Quizás sea hora de mirar en otro lugar… ¿no os parece?
-¡Yo no entiendo nada!, –dijo Sergio–. ¿Dónde está la respuesta?
-En el interior Sergio. ¡Ese es el único lugar donde se hallan todas
las respuestas! Los hombres deberían dejar en paz el exterior y
comenzar a centrar sus fuerzas mirando hacia dentro… No existe
problema exterior que no pueda solucionarse desde el interior.
-¿Y cómo se hace eso?
-Para empezar aceptando quien eres y todo lo que eres.
¿Recordáis la ley?
-¡Todo atrae a su semejante! –contesté orgulloso de habérmela
aprendido.
142
-¡Así es! Si quieres que te valoren, comienza por valorarte a ti
mismo y a todos los que te rodean. Después observa qué ocurre. Si
quieres que te respeten, que te acepten tal y como eres, único y
diferente, acéptate primero tú y acepta a todo el que te rodea como
es: distinto y especial. Si te atreves, presta atención a los cambios.
Lo cierto chicos es que ¡todo está dentro! Cada uno de vosotros
lleva escondido un tesoro. Sois responsables de vuestra vida. Os
han dado a todos dos ojos, dos orejas y una boca, ¿no creéis que
será por algo?
Silencio. Escribíamos emocionados.
-El hombre debería hablar menos y escuchar y observar más. Lo
que sucede a vuestro alrededor es un espejo, un reflejo de vuestro
interior. Antes hablabais de jefes; a mí me parece que todos sois
igual de importantes. ¿Alguna vez os habéis machacado la mano
con un martillo?
-¡No! –contestamos los tres sin pensarlo.
-¿Y por qué no?
-¡Porque nos quedaríamos sin mano!
-Pero… ¡tenéis otra! –insistió el Corazón.
-¡Ah! ¡Pero hace mucho daño y además necesitamos las dos!
143
-¡Exacto! ¡Nadie en sus cabales destrozaría algo que forma parte de
sí mismo! ¿Qué tal si os dijera que nada de lo que veis, oís, tocáis,
oléis o sentís es independiente de vosotros?
-¿Cómo puede demostrarse eso?
-¡Ahí está el secreto! ¡No se puede! Las cosas más importantes de
la vida son invisibles. Por ejemplo Enol, tú quieres ser piloto de
aviones cuando seas mayor, ¿verdad?
-¡Sí! –contesté con una sonrisa.
-¿Qué siente tu Corazón cuando piensas en volar?
-Mucha alegría, energía, entusiasmo, felicidad…
-Bien, ¿cómo me demuestras todas esas emociones? ¿Con una
ley, con un aparato científico…?
-¡No puedo hacerlo! Solo puedo poner en palabras lo que siente mi
Corazón…
-Lo sé.
-¡Pero hay veces que mi hermana me saca de quicio! Me niego a
pensar que forma parte de mí…
-¿Está en tu vida?
144
-Sí…
-Pues acéptala y quiérela como es. Tomad nota de lo que voy a
decir a continuación, es muy importante: da igual lo que suceda a
vuestro alrededor; lo que os enfada y entristece NO es lo que veis y
oís, es la manera en que respondéis a ello. Esto podéis cambiarlo
cuando queráis. Solo vosotros tenéis ese poder.
-¿Y cómo quieres que reaccione ante una persona que escribe
barbaridades sobre mi madre?
-¡Con compasión, Enol, con mucho amor! El resentimiento, la culpa,
la venganza, la rabia y la tristeza son tan tóxicos para el Corazón
como el humo lo es para los Pulmones. Quizás tu hermana se
siente sola, quizás se siente incomprendida por alguna razón,
quizás únicamente esté pidiendo vuestra atención.
-Entiendo…
-Repito. Soy el motor de la vida y la persona que quiera que ésta
funcione bien debe alimentarme correctamente.
-¿Cómo?
-Con mucho amor, alegría, pasión, entusiasmo, compasión, bondad,
paz, fuerza, valor, luz, esperanza y fe. Cada uno elige finalmente
145
con qué ojos quiere ver el mundo. En el Universo existen cosas muy
buenas y cosas horribles, ¿dónde ponéis vosotros la atención?
-Ya pero….
-No es fácil pero tampoco difícil. Los hombres viven encerrados en
sus mentes, intentando controlar todo lo que les rodea, haciéndose
ilusiones sobre una falsa seguridad e ignorando por completo los
mensajes que les envía su Corazón.
-Pero ¡la mente es importante! ¡Somos lo que pensamos!
-Veo que mis amigos Corte, Sueño y Neura os han informado muy
bien. Sí, es cierto. Los Pensamientos son un pilar fundamental, pero
poco harían en la vida sin su alma gemela…
-¿Quién es su alma gemela?
-¡Los Sentimientos! Con los Pensamientos y los Sentimientos
tenéis capacidad para mover toda la creación. Así ha sido
siempre y así será por el resto de la eternidad. Debéis escuchar lo
que os dice vuestro Corazón, seguir sus indicaciones, él jamás se
equivocará, ¡creedme! El problema viene cuando la gente se olvida
de sí misma, ve el mundo con los ojos equivocados de su mente y
peor aún ¡intenta dirigirlo!
-¿Puedes explicar un poco mejor eso?
146
-Sí. Una persona jamás podrá dirigir el mundo si no sabe dirigirse a
sí misma. Esta es la raíz de la mayoría de los problemas del
Universo, ¿comprendéis? Cuando empezáis a escucharos a
vosotros mismos y efectuáis los cambios necesarios, ¡todo se
trasforma!
Anoté todas aquellas cosas en mi libreta y de repente me surgió
una duda:
-Pero… Corazón, ¿y qué influencia tienen entonces los
Sentimientos? Sé que con los Pensamientos dibujamos el resto de
nuestra vida pero ¿qué papel juegan los Sentimientos?
-¿Qué papel? ¡Yo soy Amor! Sin esa poderosa fuerza nuestra Tierra
no sería más que una tumba. El Amor, ese maravilloso sentimiento,
es la causa de todas las cosas buenas de la vida; y la falta de Amor
lo es de todas las cosas negativas, de todo el dolor y de todo el
sufrimiento. Escuchad bien chicos: el Amor es la energía más
poderosa y, sin embargo, la más desconocida del mundo.
-¿Y cómo habla el Corazón?
-¡No, no! Las palabras forman parte de la mente… ¡El Corazón solo
siente! Es la energía que os mueve, la que os levanta de la cama
todos los días. Existen millones de sentimientos. Si elegís los
147
pensamientos, las palabras y las acciones adecuadas, sentiréis
satisfacción, esperanza, entusiasmo, pasión, excitación, alegría,
gratitud y sobre todo Amor. Eso transformará el Planeta en un lugar
maravilloso para vivir y vuestra vida en un eterno sueño. En cambio
si el miedo, la desesperación, la culpa, la envidia, el odio, la ira, la
crítica, la preocupación, la decepción, la irritación y el aburrimiento
dominan vuestro día a día, ¡siempre habrá problemas! Debéis
aprender que existe una conexión directa entre vuestros
sentimientos y el mundo que veis.
-¡Qué interesante! Entonces, ¿cuanto mejor nos sintamos mejor
será nuestra vida?
-Así es Enol, lo has entendido: todo atrae a su semejante. Es la Ley
que rige todo el Universo. Al igual que la Ley de la Gravedad actúa
tanto si la aceptáis como si no, con la Ley de la Atracción ocurre lo
mismo. Estáis en constante armonía con vuestros Sentimientos.
-¿Y cómo podemos cambiar nuestros Sentimientos si estos no son
los adecuados?
-¡Muy fácil!: ¡escuchándome a mí! Yo siempre indico el camino
correcto: date permiso para hacer lo que te gusta, para pensar a lo
grande, sueña, viaja con tu imaginación y déjate llevar. Vuelve a
hacer todas aquellas cosas que de pequeño te volvían loco.
148
Acéptate y quiérete. Sonríe. Date permiso para ser feliz cada
segundo. Olvida tu pasado. Cambia tu vocabulario. Habla con el
Corazón de todo lo que te gusta. Agradece y valora todo lo que
tienes. Da energía, entusiasmo, Amor y positividad a todo el que te
rodea. Practica el perdón y la compasión. Si haces todas estas
cosas descubrirás que puedes sentirte bien todo el tiempo
independientemente de lo que ocurra a tu alrededor. Dominado esto
llega la Magia y se produce el cambio. Enol, ¿sigues pensando que
tu hermana es una estúpida?
-No… -contesté tímidamente–. Solo es alguien que tiene
problemas…
-Pues intenta ayudarla. Ese es el único camino que le dará luz a tu
Corazón. El resentimiento solo lo envenena. Todos somos Uno:
subráyalo bien. Por eso cuando reaccionas con indiferencia, con
odio o con rabia te sientes tan mal. No puedes ir en contra de tu
naturaleza, es materialmente imposible.
-Pero… ¿y si las demás personas tienen pensamientos diferentes a
los míos?
-Gracias por hacerme esa pregunta. Tenéis que aprender lo
siguiente: “Vuestra manera de pensar o de hacer las cosas no
es la mejor, únicamente es una manera más de hacerlas”. Si no
149
coincidís, tal vez debas intentar comprenderla, o averiguar los
motivos que tiene para comportarse así. Una vez lo hagas, la
compasión se apoderará de ti y te aseguro que no sentirás más que
una necesidad tremenda de echarle una mano. El conocimiento y el
entendimiento es la fórmula mágica que disuelve la ira.
-De acuerdo –contesté sabiendo que desde aquel preciso instante
mi vida nunca volvería a ser igual.
-Chicos, la vida es un bumerán: ¡todo aquello que le dais vuelve
directamente hacia vosotros! ¿Nunca habéis escuchado el refrán de
que recogéis lo que sembráis?
-¡Sí!
-Pues así funciona la vida. Simplemente tenéis que dar, compartir
todo aquello que queráis que vuelva a vosotros. Si quieres tener
una vida llena de alegría, haz reír a todo el que puedas. Si quieres
que los demás te entiendan, esfuérzate por entender a los demás.
Si quieres que la vida sea generosa contigo, sé generoso tú con
todo aquel que puedas. Si quieres que te quieran, expresa tu amor
a todo el que te rodea. ¿Verdad que es sencillo?
-Sí, pero…
150
-Pero los humanos intentáis complicar demasiado las cosas... ¿Es
eso lo que ibas a decirme?
-¡Sí!
-Creéis que con un sistema político, una economía desarrollada,
una religión y cuatro chorradas más podéis controlar el mundo. Eso
es lo que creéis.
-Pero… ¿eso no es importante? ¡Es lo que nos enseñan en el
colegio! –repliqué contrariado.
-Lo sé Enol, lo sé. Por desgracia a la humanidad le queda mucho
por crecer y por evolucionar. Los hombres deberían de empezar a
darse cuenta de que están utilizando un sistema de creencias
obsoleto, ¡caducado! Si algo no ha funcionado durante dos mil
años, ¿por qué debería de empezar a hacerlo ahora? ¿Acaso no es
absurdo que un órgano tan sofisticado como es el Cerebro humano
llegue a creerse de verdad que un cambio de gobierno puede salvar
a todo un país? ¡No! ¡Así no son las cosas!
-Entonces, ¿cómo son?
-¿Recordáis lo que os dije de que Todos somos Uno?
-¡Sí! –contestamos los tres entusiasmados sabiendo que estábamos
a punto de descubrir algo interesante.
151
-Bien, pues entonces el hombre forma parte de la naturaleza,
¿verdad?
-Sí –respondimos sin saber muy bien a dónde quería llegar el
Corazón.
-Ahora imaginaos que tenéis un cerezo en vuestra casa…
-¡Yo tengo uno! –interrumpió Sergio.
-De acuerdo, Sergio. Pues ahora imagina que de ese árbol brotan
solo cerezas podridas… ¿Qué harías?
-¡Arrancarlas!
-¡Exacto! ¡Eso es lo que está haciendo la sociedad en la que vivís!
-¡No entiendo nada! –protestó Sergio.
-Tranquilo, es normal. Si las cerezas están podridas lo lógico es
arrancarlas y ese año os quedáis sin cerezas. ¿Pero nadie se ha
parado a pensar que al año que viene obtendréis los mismos
resultados?
-¿Por qué?
-Sergio, ¿de dónde salen las cerezas?
-Del árbol.
152
-Y el árbol, ¿dónde crece?
-En la tierra.
-¡Exacto! ¿Nadie ha pensado que la solución más efectiva y rápida
para conseguir buenas cerezas es plantar un nuevo árbol con
raíces firmes y frescas?
-Entiendo…
-Ahí está chicos, la humanidad está recogiendo los frutos de un
sistema caducado, viejo y obsoleto. Es hora de renovar la tierra, de
deshacerse de hierbajos inútiles y de plantar raíces fuertes y sanas.
Solo así se obtendrán resultados diferentes.
-¿Y cuáles son esas raíces? ¡Nosotros no estamos plantados en la
tierra!
-Efectivamente Nico, pero estáis pegados a ella, ¿verdad?
-Sí, ¡ya nos sabemos lo de la Ley de la Gravedad!
-Veo que sois buenos estudiantes –se rio el Corazón–. Como os
dije, vuestro mundo exterior es el reflejo de vuestro mundo interior.
Eso quiere decir que las raíces están dentro de vosotros. El ser
humano siente, piensa, habla y actúa según sus creencias.
153
-¿Y entonces que es lo que se supone que hay que creer? ¡Esto es
complicadísimo!
-¡Todo es muy sencillo! Las cosas tienen siempre el grado de
dificultad que vosotros decidís ponerle.
-¡Sigo sin entender nada! ¡Me estoy volviendo loco!
-Me lo suponía… ¿Qué queréis que os diga? ¿Lo que tenéis que
creer?
-¡Sí! –gritamos los tres.
-Pues lo siento, ¡no lo haré!
-¿Por qué? –preguntamos sorprendidos.
-Sencillamente porque no puedo hacerlo. Veréis: al hombre se le
ha creado con la libertad de creer lo que quiera. Ese es su
mayor poder, la fuente de toda creación. Si os dijera lo que
tenéis que pensar no sería mejor que los políticos que gobiernan
vuestros países.
-Entonces, ¿cómo vamos a cambiar nuestras raíces?
-¡Haciéndolo! ¡No hay otra manera! Yo solo os estoy diciendo que
en base a vuestras creencias se producen vuestras vidas. Vosotros
SOIS ya aquello que estáis esperando. Si quieres creer que eres
154
importante, valeroso, ¡lo serás! Si por el contrario decides creer que
no vales nada, ¡así será! Siempre vivirás dentro de tu propia
historia. ¿Lo entendéis ahora un poco mejor?
-Creo que sí – acerté a decir con un hilo de voz.
-Yo no puedo deciros lo que debéis creer, nadie puede hacerlo.
Cuando se os concedió el milagro de la vida se os dio también un
regalo muy importante.
-¿Cuál?
-¡La libertad de crear!, –contestó el Corazón–. En base a lo que
creéis, creáis. Todos los hombres lo hacen a cada minuto, solo que
no lo saben. Al menos por ahora.
-Pero todo el mundo debería creer entonces en cosas buenas, ¿no?
-¡Muy buena pregunta Enol! ¿Y quién decide qué es bueno y qué es
malo?
-¡He vuelto a perderme! –respondí.
-No existe el bien ni el mal, eso es algo que el hombre se ha
inventado. ¡Es una creencia más! Dios nos puso en la tierra y no
dejó escrito en ningún lado un par de columnas con las cosas
buenas y las cosas malas ¿No os dais cuenta?
155
-Pero tiene que haber algo que seguir, algo a lo que hacerle caso…
si no ¡todos nos volveríamos locos!
-¡Y así es! ¡Lo hay!
-¿Y es?
-¡Un servidor!
-¿Qué? –preguntamos sorprendidos.
-Lo que acabáis de oír. Lo repetiré hasta la saciedad: ¡escuchad a
vuestro Corazón! Los Sentimientos son el lenguaje del Alma. Ellos
son la Inteligencia Mayor que existe en todo el Universo. El mundo
está como está precisamente porque las personas no se escuchan,
actúan constantemente en contra de lo que sienten y eso provoca
muchos problemas. Todo lo que te haga sentir bien será bueno y
todo lo que te haga sentir mal será malo, para ti. Esto, vosotros los
niños, lo sabéis muy bien.
-¡Sí!
-El problema viene cuando crecéis y las responsabilidades van
llamando a la puerta: ahí empiezan a cometerse los errores. Las
personas inconscientemente se llenan la cabeza de Pensamientos
equivocados y todo empieza a complicarse…
156
-¡Sí! ¡El yayo dice que eso me lo enseñará la vida cuando sea
mayor! –contesté.
-Tu yayo es un ejemplo perfecto de lo que os estoy tratando de
decir Enol.
-¿Sí?
-Sí. Contéstame a una pregunta ¿Se ríe mucho tu Yayo?
-No, yo siempre estoy preocupado por eso –le contesté al Corazón.
Pienso que está enfadado conmigo…
-No lo está. Está enfadado con él mismo, ¿y sabes por qué?
-Porque no obedece a su Corazón –contestó Nico.
-Muy bien. Veo que me estás entendiendo…
-Pero…. –añadí– él está muy ocupado cuidando de la Yaya todo el
día y… ¡también trabaja en el campo!
-¿Y…? ¡Quizás le guste pescar! Quizás esté enfadado porque se
siente culpable de lo que le ocurre a su mujer. ¡Quizás simplemente
esté cansado y necesite unas vacaciones!
Me quedé callado, allí sentado mirando mis piernas de color rojo.
Estaba confundido. Aquel viaje estaba siendo algo más que un
juego. Lo que empezó siendo una aventura divertida estaba
157
empezando a afectarme. ¿Sería verdad todo aquello que
estábamos oyendo? Realmente, ¿estaba el hombre tan
equivocado? ¿Todo esto era real? Por un momento deseé que mi
madre me diera un beso, abrir los ojos y comprobar que estaba
dentro de mi cama.
-Lo siento, no es un sueño –dijo el Corazón sacándome de mis
pensamientos.
-¿Cómo….?
-Yo lo sé todo, a mí no podéis engañarme. Ningún hombre puede
hacerlo. Es el precio que pagáis a cambio de estar vivos. Dime una
cosa Enol, ¿por qué te cuesta tanto creer todo lo que estás oyendo?
-No lo sé…
-Sí lo sabes. Te cuesta porque es algo diferente, algo que nadie te
había dicho antes…
-Sí –afirmé.
-Y eso te asusta. Tienes miedo porque siempre has pensado que la
experiencia, lo conocido, era la llave que abría la puerta de la
Sabiduría, del Conocimiento. Así está basado vuestro sistema.
-Sí.
158
-Esa es otra creencia equivocada. Todo se basa en eso: en
pensamientos. Realmente, el Conocimiento es la puerta que da
paso a la experiencia. El orden correcto no es el que se empeñan
en enseñaros ahí fuera: Tener-hacer-ser/saber. El orden correcto es
ser/saber-hacer-tener.
-¿Podrías poner un ejemplo?
-¡Claro! Uno no tiene mucho dinero, pero lo comparte y en
consecuencia es generoso. Sin embargo, ante todo, uno es
generoso, en consecuencia comparte y por tanto tiene abundancia.
Os hacen creer que seréis muy felices cuando tengáis muchas
cosas, y la verdad es que solamente podréis tener todas esas cosas
cuando seáis muy felices. El Sentimiento, el Ser siempre va
primero… lo que viene después son simples resultados…
-Entiendo…
-¿Sigues pensando que esto es un sueño Enol?
-¡No lo sé!
-Bien, eres sincero y eso me gusta mucho. Daos tiempo. Es mucha
información la que habéis recibido hoy y es normal que estéis
confundidos. Vuestras cabezas necesitan asimilarla, y creedme: ¡lo
harán! Ahora hay una última cosa que tengo que deciros…
159
-¿Ya se acaba el viaje? –interrumpió Sergio entusiasmado.
-Eso no depende de mí. Lo único que puedo deciros es que ya
sabéis todo lo que necesitáis acerca del Corazón y del papel que
desempeña en la vida. Ahora vosotros decidiréis qué es lo que
queréis hacer con la información que se os ha dado.
-¡Qué vamos a hacer! –gritó Nico. ¡Contarla! ¡El mundo necesita
saber la verdad!
-Bien, tienes ganas y ese es el primer paso, pero debo deciros que
el camino no será tan fácil.
-¿No?
-No. No sois los primeros en descubrir esta verdad. Vuestro
misterio, muchos otros han querido descifrarlo. Es más, todas las
personas que han estado, están o estarán vivas alguna vez, buscan
respuestas a: ¿cuál es el misterio de la vida?, ¿quién soy yo? y
¿por qué estoy aquí?
Nos quedamos callados, escuchándole asombrados, así que el
Corazón continuó:
-Muchos nunca han conseguido la respuesta; otros se han acercado
mucho a ella; y otros, guerreros buenos como vosotros, la han
conseguido.
160
-Entonces, ¿por qué…?
-¿Por qué no es una Verdad Universal?, –contestó el Corazón.
-Porque amigos, solo los VALIENTES se atreven a contarla y
practicarla ahí afuera. Algunos lo han hecho, pero han desistido en
el intento. No han podido ser fieles a su verdad durante toda la vida.
-¿Por qué?
-Porque no es fácil. Porque la vida os pondrá miles de trampas y
cientos de obstáculos. Porque muchas veces las cosas no serán
como vosotros realmente esperáis, porque nunca nada es lo que
parece, porque habrá muchas caídas y, sobre todo, porque os
tendréis que enfrentar a un mundo que piensa, siente y actúa de
forma completamente contraria a la vuestra.
-¡Pues qué bien! –contestó Nico sacando su vena aventurera.
-Este es el premio: la vida siempre os recompensará por todo lo que
hagáis. Los problemas son OPORTUNIDADES, siempre lo han
sido. Cuando estéis perdidos ahí fuera recordad la siguiente frase:
“Una vela solamente puede brillar en la oscuridad”.
Escribí aquellas palabras y algo empezó cambiar. Sentía como todo
lo que me rodeaba por dentro y por fuera temblaba. ¿Qué estaba
pasando? Sentí como el lápiz se me caía de las manos. Volví la
161
vista para buscarlo y me di cuenta de que ¡mis manos estaban
desapareciendo! Oscuridad.
Jamás sabré cuánto tiempo estuve dormido. Solo sé que cuando
abrí los ojos tenía sobre mí un hermoso cielo azul. Una pega se
posó en mi barriga. Estaba aturdido. ¿Dónde estaba? La pega alzó
el vuelo después de mirarme con una extraña complicidad. Enol,
¡todo ha sido un sueño! ¡Estás en el prado de Mariano!, – me dije a
mí mismo–. Me levanté y vi como a unos pocos metros Sergio y
Nico yacían también sobre la hierba dormidos. Corrí a despertarles.
-¡Chicos! ¡Chicos!
El primero en abrir los ojos fue Sergio. Parecía confundido.
-Enol, ¿qué ha pasado?
-No lo sé –le contesté–. Creo que nos hemos quedado dormidos.
-¡Vaya sueño que he tenido! –nos dijo Nico mientras se sentaba y
estiraba sus brazos.
Entonces, como si una fuerza extraña nos atrajera, los tres giramos
nuestras cabezas hacia el sonido procedente de nuestras espaldas.
162
Allí un enorme Ogro roncaba con un montón de cuadernos
balanceándose sobre su barriga.
Nos miramos y echamos a correr. Cogimos las libretas y
reconocimos nuestras letras. ¡Aquello había ocurrido de verdad!
Nos quedamos boquiabiertos, sin saber qué decir. El Ogro de
repente se movió y tuve que taparle la boca a Sergio para que no
gritara. Corrimos despacio y nos escondimos detrás de unos
árboles. Sudábamos mucho. El Ogro parecía seguir dormido pero
ahora estaba de lado. Todo estaba bien, al menos por el momento.
-Está bien, ¿y ahora qué hacemos? –se atrevió a preguntar Nico.
-No sé vosotros –contestó Sergio–, pero yo marcharme a mi casa.
¡Por hoy he tenido bastante! Además, ni siquiera sabemos cuánto
tiempo estuvimos ahí metidos… ¡Quizás llevemos días fuera y nos
estén buscando!
-Está bien, vete. Está claro que tú eres de esos –le contestó Nico.
-¿Se puede saber qué estás tratando de decirme?
-Está bien chicos, ¡no discutáis! –dije intentando lidiar un poco la
situación.
163
-Es un cobarde, Enol. Sergio es de esas personas que decía el
Corazón… ¡Ni siquiera lo intenta! ¡Se da por vencido antes siquiera
de que empiece la partida!
-Y tú… ¡Tú eres un idiota! –le rebatió Sergio a Nico.
-¿No veis que así no solucionamos nada?, –tercié–. ¿Acaso no
habéis aprendido nada en el viaje que hemos hecho?
-Yo sí –se defendió Nico–, ¡pero Sergio parece que no!
-Sergio ha aprendido tanto como tú y como yo, solamente que está
cansado y asustado como nosotros. La diferencia es que él lo dice y
nosotros no. Eso no creo que sea ser un cobarde.
Me quedé callado escuchándome a mí mismo ¿Quién demonios
había dicho esas palabras? No lo sabía, pero consiguieron mi
objetivo: Sergio y Nico hicieron las paces.
-Creo que lo mejor va a ser despertar al Ogro –dije.
-¿Despertarle?
-Sí, hemos hecho una promesa ahí dentro y no podemos irnos
como si nada hubiera pasado…
-Ya, pero… ¿y si nos hace algo?
164
-¡No lo hará! Además somos tres y él es uno. ¡Sabremos
defendernos!
-Yo estoy de acuerdo –dijo Nico.
-Vale… ¡Como queráis!, –añadió Sergio–. Pero… ¿qué vamos a
decirle? ¿Que hemos estado dando un paseo por su cuerpo? ¡Nos
tomará por locos! ¡Igual llama a la policía!
-Eso no va a ocurrir. ¡Algo inventaremos! ¡Vamos!
Allí estábamos delante del Ogro, observando atentamente cómo
roncaba y preguntándonos cómo podríamos despertarlo, hasta que
de repente se me ocurrió una idea:
-¡Ya lo tengo!
-¿Y bien?
Arranqué tres hierbas, le di una a Nico y otra a Sergio y entre todos
nos pusimos a hacerle cosquillas. La nariz fue nuestro primer
intento, pero no funcionó. Lo único que conseguimos fue que
estornudara y nos dejara perdidos de babas. Así que pasamos al
plan B: levantamos su enorme camisa y nos dedicamos a hacer
dibujos con las hierbas en su barriga. ¡Fue un éxito! A los pocos
segundos el Ogro estaba despierto y mirándonos alucinado:
165
-¿Quiénes sois?
Buena pregunta, pensé sin saber que responderle.
-Yo me llamo Sergio –menos mal que siempre hay un amigo en
todos los sitios dispuesto a echarte un cable–, él es Enol y aquel
rubio de allí se llama Nico. ¿Tú cómo te llamas?
Muy buena idea tuvo Sergio. ¡Había que ganar tiempo!
-Yo… me llamo… Bueno, ¡qué importa cómo me llamo!
Al Ogro parecía que no le había sentado muy bien la siesta y que lo
que menos le apetecía en aquel momento era hacer amigos.
Aquello no estaba pintando nada bien. ¡Había que actuar rápido!
Cerré los ojos y me acordé de nuestra amiga Sueño, siempre tan
triste. Vinieron a mi memoria también la Lengua y el Corazón. Les
habíamos prometido a todos ellos que haríamos algo al respecto.
Ellos estarían ahí dentro atentos, esperando. No íbamos a
marcharnos porque las cosas se pusieran difíciles. Todo el mundo
se merecía una segunda oportunidad pensé en aquel momento, así
que tragué saliva y dije:
-A mí sí me importa.
-¿Qué?
166
-Que a mí sí me importa cómo te llames –le afirmé a aquel gigante
que era casi cincuenta veces más grande que yo.
-¿Acaso te crees con derecho de vacilarme? –me contestó
poniéndose de pie.
-No.
-¡Ahora te enterarás de quién soy yo!
-¡Vámonos chicos! ¡Os dije que esto no era buena idea! –gritó
Sergio echando a correr en sentido contrario.
-Espera Sergio, no hace falta que corras. Si quieres puedes
pegarme –dije con mucha dulzura y tranquilidad mientras miraba al
Ogro a los ojos–, yo no voy a moverme.
-Pero… -acertó a pronunciar desconcertado.
-Venga…. ¡pégame! –le dije mostrándole mi mejilla.
El Ogro no se movió y para más asombro retrocedió un paso. Nico y
Sergio observaban con la boca abierta lo que estaba pasando.
-No puedes hacerlo… ¿verdad? –continué.
-No. ¿De qué me sirve pegarte si a ti no te asusta? ¡Maldita sea!
¡Soy tan inútil que ya no sirvo ni para meter miedo!
167
Y con estas palabras se volvió a desparramar sobre la hierba
rompiendo a llorar como un niño pequeño.
-Tú no eres un inútil –le dije mientras me sentaba a su lado–. Tú
solamente estás confundido
-¡Qué sabes tú de mi vida! ¡Déjame en paz!
-De tu vida sé más de lo que tú puedes imaginar. Y no, no voy a
dejarte en paz; al menos hasta que sepas la verdad.
-¿Qué verdad?
-¡La gran verdad!
Nico y Sergio no sabían lo que estaba sucediendo. Me miraban con
la boca abierta sin entender muy bien quién era aquel niño que
estaba hablando. La verdad era que en aquel momento yo tampoco
lo sabía.
-¿Me puedes decir lo que sea y dejarme tranquilo?, –protestó el
Ogro–. ¡Uno ya no tiene derecho ni a desahogarse en paz!
-Está bien. Tú eres el elegido.
-¿Qué?
-Que tú eres el elegido.
168
-El elegido, ¿para qué?
-Verás, nosotros tres, mi amigo Sergio, Nico y un servidor, somos
duendes, ¡duendes mágicos del bosque! ¿Entiendes?
Por el momento, había conseguido que el Ogro dejara de llorar y
me prestara atención.
-Vivimos en un reino encantado, compartimos la tierra con vosotros
los humanos, pero vosotros no podéis vernos. Estamos escondidos
en la naturaleza y construimos nuestras casas en los árboles. ¿Me
sigues?
-Sí.
-Bien, pues nos han enviado aquí, a la esfera visible para darte un
mensaje.
-Pero… ¿por qué a mí?
-Tengo que admitir que el proceso de selección fue bastante
complicado ¡entre tantos candidatos! ¡Nos llevó años escoger a la
persona idónea! Pero sí, finalmente ¡ganaste por goleada!
-No entiendo… -me interrumpió el Ogro–. ¿De qué estás hablando?
-Te lo explicaré. Había que escoger a una persona para que
transmitiera un mensaje al resto del mundo. Este candidato no
169
podía ser cualquiera, ¡debía de ser el mejor!; porque su misión era
muy importante, así que utilizamos un proceso que nunca falla…
-¿Cuál?
-Medimos el Corazón de todas las personas que habitaban el
planeta Tierra. ¡De todas: una por una! Aquella que tuviera el
Corazón más grande ganaría, así que tú eres el elegido.
El Ogro apenas podía creer mis palabras. De repente, de sus ojos
color avellana comenzó a surgir un tímido brillo y sus labios
comenzaron a moverse para dibujar algo muy parecido a una
sonrisa.
-¿Yo soy la persona que tiene el Corazón más grande del mundo?
-Así es. Tú eres el elegido. Enhorabuena –le repetí.
-¿Y qué es lo que tengo que hacer?
-Tú misión es sencilla. Deberás caminar por la tierra conociendo al
máximo de personas posible. Primero deberás hacerte su amigo y
después contarles el mensaje.
-¿Qué mensaje?
-El siguiente…
170
Entonces como caído del cielo apareció entre mis piernas un
pergamino enrollado. Con curiosidad lo abrí y procedí a leer las
palabras que había escritas:
Querido amigo:
Eres una persona grande (sí tú, el que ahora mismo está leyendo o
escuchando esto). Eres más grande de lo que puedes ni siquiera
llegar a imaginar. Hay muchas cosas que no sabes. La suerte y el
destino no existen, son una simple invención. Dios creó al Hombre y
al Universo con suma inteligencia: todo encaja, todo es perfecto:
incluido tú. No podía ser de otra manera. Existen leyes que rigen la
vida, algunas las conoces y otras no pero todas funcionan
constantemente. Quien te creó te dio un gran poder: la libertad de
crear. En función de lo que piensas, dices y haces se manifiesta
todo tu mundo exterior. Siempre ha sido así. Esto es algo
grandioso, ya que tienes la capacidad de vivir y experimentar lo que
te dé la gana.
Igualmente existen dos caminos para vivir: el del Amor y el del
Temor. Si escoges el primero tienes asegurada una vida
maravillosa. Para eso solamente tienes que reflexionar sobre las
siguientes afirmaciones y llevarlas a cabo en tu vida diaria:
171
• Todos somos Uno: por lo tanto lo que le haces a los demás
te lo haces a ti mismo; e igualmente, lo que te haces a ti
mismo se lo haces a los demás.
• Haz el bien y no mires a quién.
• Tu forma de pensar y de hacer las cosas no es la mejor, es
sencillamente una manera más de hacerlas.
• Las personas que más aman son las que más centradas
están en sí mismas: quiérete.
• Sigue únicamente el camino que te marca tu Corazón.
El Ogro cogió el pergamino y lo volvió a leer. Después me miró y
movió la cabeza afirmativamente.
-Está bien, lo haré. Decidle a vuestro jefe que puede confiar en mí.
Se levantó y con su mensaje se perdió entre los árboles del bosque.
Al quedarnos solos, los chicos me acribillaron con sus miradas:
-¿Se puede saber qué te pasa?
-¿De dónde has sacado toda esa historia de los duendes?
-¡No lo sé!, –y era la verdad– pero qué importa. ¡Ha funcionado! El
Ogro me ha creído y se ha ido feliz…
172
-Sí, pero… ¡no le hemos contado todo lo que sabíamos!
-Y… ¿de dónde has sacado ese pergamino que le has dado?
-¡Tampoco lo sé! ¡Apareció entre mis piernas cuando lo necesitaba!
-¡Esto es muy extraño!
-Pues a mí no me lo parece. No después de lo que hemos
aprendido ahí dentro… Recuerda Nico: ¡nada es lo que parece!
-¿Y por qué no le has contado la verdad al Ogro? Sueño, Neura y el
Corazón ¡estarán enfadados! ¡Se lo habíamos prometido!
-Porque no nos habría creído, no habría valido de nada. Ese Ogro
necesitaba otra cosa; lo supe al sentarme a su lado. Debía de saber
que era bueno, que tenía un gran Corazón y que era importante
para los demás. Sé que creyendo eso, él mismo descubrirá todo lo
demás.
173
Un año después de aquella tarde volvimos al prao de Mariano.
Supongo que nos sentíamos con la obligación de hacerlo y, ¿sabéis
quién estaba allí?: ¡Nuestro amigo el Ogro! Parecía que nos estaba
esperando. Simplemente nos gritó: ¡Gracias!