vida cotidiana en sendero delpino

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  • 8/12/2019 Vida Cotidiana en Sendero Delpino

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    Versin revisada del captulo aparecido en Steve J. Stern (editor),Los senderos inslitos del Per: guerra y sociedad, 1980-1995. Lima,Instituto de Estudios Peruanos-Universidad Nacional de San Cristbal

    de Huamanga, 1998, pp. 161-191. La edicin en ingls, publicadaen papel por Duke University Press en 1998, puede consultarse en

    www.einaudi.cornell.edu/southasia/conference/index.asp?section=resources

    Familia, cultura y revolucinVida cotidiana en Sendero Luminoso1

    Ponciano del Pino H.

    Per: investigar veinte aos de violencia reciente

    Ponciano del Pino H. Familia, cultura y revolucin. Vida cotidiana en Sendero

    Luminoso, en Anne Protin-Dumon (dir.). Historizar el pasado vivo en Amrica

    Latina. http://etica.uahurtado.cl/historizarelpasadovivo/es_contenido.phpCopyright 2007 Anne Protin-Dumon

    HISTORIZAR EL PASADO VIVO EN AMRICA LATINA

    Ponciano del Pino H.

    Prepara actualmente un trabajo sobre historiay memoria en la poca de Sendero Luminosoen la regin de Ayacucho en la Universidad deWisconsin-Madison. Ha sido investigadordel Instituto de Estudios Peruanos (IEP)

    y enseado Historia en la Universidad Nacionalde San Cristbal de Huamanga-Ayacucho.Del Pino trabaj como investigador en laComisin de la Verdad y Reconciliacin peruana.Algunas de sus publicaciones son Las rondascampesinas y la derrota de Sendero Luminoso

    (coeditado con C. I. Degregori, J. Coronely O. Starn, 1996) yLuchas locales, comunidadese identidades (coeditado con E. Jelin, 2003).

    1. Las referencias bibliogrficas han sido completadas por la editora,en la medida de lo posible.

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    Ponciano del Pino H. Familia, cultura y revolucin. Vida cotidiana

    en Sendero Luminoso

    2. Agradezco los comentarios y las valiosas sugerencias de Jrgen Golte,C arlos IvnDegregori y Steve Stern. La investigacin forma parte del proyecto Sendero Luminoso.Las dimensiones tnicas y culturales de la violencia,que se desarroll en el Institutode Estudios Peruanos, con el auspicio del Centro Norte Sur de la Universidad de Miami.

    3. Este trabajo fue escrito en 1995, poco despus de la captura de Abimael Guzmn,cuandocomienza a decaer la violencia en el Per. (N. de E.)

    4. Sobre Sendero Luminoso vase,entre otros: Henri Favre.Sendero Luminoso, horizontesoscuros. Quehacer. Nm. 31,Lima: octubre, 1984,pp. 25-34. David Scott Palmer.Rebellionin Rural Peru. The Origins and Evolution of Sendero Luminoso. Comparative Politics.Nm 18,1986, pp.127-146. Manuel Granados.El PCP Sendero Luminoso: aproximacionesa su ideologa. Socialismo y Participacin. Nm. 37,Lima: marzo de 1987,pp. 15-36. Carlos

    Ivn Degregori. Qu difcil es ser Dios. Ideologa y violencia poltica en Sendero Luminoso.Lima:El zorro de abajo,1989. El surgimiento de Sendero Luminoso. Ayacucho 1969-1979:del movimiento por la gratuidad de la enseanza al inicio de la lucha armada. Lima: Institutode Estudios Peruanos, 1990.Jvenes andinos y criollos ante la violencia poltica. HenriqueUrbano y Mirko Lauer (editores), Poder y violencia en los Andes. Cusco: Centro de EstudiosRegionales Andinos Bartolom de Las Casas,1991. Denis Chvez de Paz,Juventud y terrorismo.Caractersticas sociales de los condenados por terrorismo y otros delitos. Lima: Institutode Estudios Peruanos, 1989. Nelson Manrique.La dcada de la violencia.Mrgenes. Nm.5,

    INTRODUCCIN2

    Hasta hace poco3 era bastante difcil conocer al Partido Comunista delPer Sendero Luminoso (SL) a partir de su propia dinmica, es decir, apartir de las motivaciones y contradicciones que en su interior se tejan,

    de la composicin y las relaciones que en l se daban, de los mecanismos decontrol y sujecin que se practicaban, y de los valores culturales y tnicosque en l prevalecan. Asimismo, resultaba difcil atisbar sus problemas yposibilidades, sus alcances y lmites, no slo de orden estratgico militar,sino tambin en la conservacin y conquista de nuevas bases sociales queles permitieran reproducirse.

    Los trabajos sobre SL se han circunscrito bsicamente al estudio del ori-gen y organizacin del grupo armado, desde el perfil poltico ideolgicodel partido hasta la composicin social de sus militantes, buscando entodos los casos encontrar las razones que facilitaron su crecimiento y lasbases sociales sobre las que se apoyaron.4

    Per: investigar veinte aos de violencia reciente

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    HISTORIZAR EL PASADO VIVO EN AMRICA LATINA

    Conceptos

    Coercin y comunidades indgenas

    Discriminacin

    Gnero

    Guerrilla

    Hechos de violencia

    Ideologa y discurso senderista

    Matanza de comunidades indgenas

    Militancia poltica campesina

    Militancia poltica y represin

    Militancia poltica y vida cotidiana

    Reclutamiento

    Relaciones campo-ciudad

    Resistencia

    Tortura

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    de la violencia, al advertir los mismos lmites de la guerra y la esencia delterror del proyecto insurgente. Por otro lado, en el proceso de la guerra,estas mismas bases expresan sus propias voluntades, motivadas por unconjunto de factores y valores, desde los familiares hasta los culturales,que muchas veces difieren del discurso y alteran la voluntad poltica par-

    tidaria: la marcha de la guerra y el equilibrio de las fuerzas.El presente trabajo intenta aproximarse a la comprensin de la vida

    y las relaciones en SL, sobre la base de entender familia y cultura comoinstancias que llegan a contrapesar el discurso y que racionalizan la pro-pia comprensin del partido, la guerra y la violencia. Ms tarde estasmismas advierten las tensiones y los conflictos. Buscamos conocer la

    vida cotidiana y l as relaciones entre los cuadros , los combatientes y lasmasas en los comits populares de SL;7 las responsabilidades y funcio-nes de cada uno de ellos. La hiptesis que planteamos es que el discursopoltico de SL, racionalmente absolutista en su visin clasista, imponauna valoracin de los militantes y la masa como un conjunto de com-

    batientes al servicio de la revolucin, sin otra voluntad que matar y morir

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    Per: investigar veinte aos de violencia reciente

    7. El ncleo senderista y los combatientes tienen como objetivo conquistar bases de apoyoy liberar la Zona Guerrillera empleando la violencia revolucionaria, para constituirlos Comits Populares Abiertos, donde SL implementa su propia estructura de poder y,de gobierno.

    La organizacin de los Comits Populares est conformada por:

    a) Ncleo senderista: Direccin Generalb) Combatientes: Fuerza Principal, Fuerza Local y Fuerza de Base (Reserva)c) Masa. Organizado bajo responsabilidad del: Secretario General o Primer Responsable

    Secretario de Seguridad Secretario de Produccin Secretario de Asuntos Comunales Secretario de Organizacin:Responsable de las organizaciones generadas: Movimiento de Ancianos Movimiento Juvenil Movimiento Femenino Movimiento de Nios Pioneros.

    En buena medida, y en forma directa o indirecta, este acercamiento hasido ms al crculo del poder, a la cpula privilegiada, forjadora de la ide-ologa y la lnea poltica del discurso y orientadora de la revolucin. Esdecir, los trabajos que estudian la formacin de SL reproducen el discursoheroico5 de la Sagrada Famil ia.6

    Si bien la directriz ideolgica, el pensamiento gua, tiene un enormepeso en los cuadros y las bases, ya que anula la personalidad y determinalas conductas, tambin se modifica en el proceso. Dentro del partido yconforme se tenga en cuenta no slo el vrtice sino tambin las bases y losnuevos contextos del proceso, se observa en los militantes el paso de unainicial disposicin por el sacrific io,la cuota, a una mayor racionalizacin

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    Lima:1989, pp.137-182.Gustavo Gorriti. Sendero, historia de la guerra milenaria en el Per.Tomo 1, Lima:Apoyo,1990.

    5. La imagen heroica de la poltica es la del privilegio, de la accin de un crculo entendido.La poltica presentada como el espacio pblico de lo grandioso por oposicin a la esferaprivada en que casi todos vivimos nuestra realidad diaria, sudorosa y poco mostrable.Cfr. Jos Nun. La rebelin del coro. Estudios sobre la racionalidad poltica y el sentido comn.Buenos Aires: Nueva Visin, 1989,p. 11:En la tragedia griega el centro del escenariolo ocupaban casi siempre los hroes, nicos que se hallaban en contacto directo con losdioses. La vida cotidiana tena reservado, en cambio,un espacio subalterno y sin rostro:el del coro. Lo formaban las mujeres, los nios, los esclavos, los viejos, los mendigos,los invlidos, en una palabra, todos los que se quedaban en la ciudad cuando los demspartan en busca de la aventura y la gloria..

    6. Algunas excepciones, donde se logran aproximaciones: Ronald Berg.Sendero Luminosoand the Peasantry of Andahuaylas.Journal of Interamerican Studies and World Affaire.Invierno 1986 - 1987, pp.165-196. Jean Billie Isbell.The Emerging Patterns of PeasantsResponses to Sendero Luminoso. Nueva York: Columbia-NYU, LatinAmerican, Caribbeanand Iberian occasional papers nm. 7, diciembre 1988. Carlos Ivn Degregori.Ayacucho1980 - 1983. Jvenes y campesinos ante la violencia poltica. Poder y violencia de los Andes.Cusco: Henrique Urbano editor, Centro Bartolom de las Casas, 1991. Carlos Ivn Degregori.

    El aprendiz de brujo y el curandero chino: etnicidad, modernidad y ciudadana.Degregori y Romeo Grompone, Elecciones y redentores en el nuevo Per. Una tragediaen dos vueltas. Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1991. Jos Luis Rnique.La batallapor Puno.Violencia y democracia en la sierra sur. Debate Agrario. Nm. 10,Lima: CEPES,enero-marzo de 1991, pp.83-108. Robin Kirk. Grabado en piedra.Las mujeres de SenderoLuminoso. Lima: Instituto de Estudios Peruanos Universidad Nacional de San Cristbalde Huamanga, 1993. Poder y violencia de los Andes. Cusco: Henrique Urbano editor,Centro Bartolom de las Casas, 1991.

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    realiz una encuesta a un grupo de treinta personas del Comit Sello deOro, luego de que se acogieran al Decreto Ley 25.499 (Ley de Arrepenti-miento) en octubre de 1993.8

    AYACUCHO: LOS TIEMPOS DEL TEMORY LA CRONOLOGA DE LA GUERRA

    En mayo de 1980 SL dio inicio a la insurreccin armada que, de algunamanera, dura hasta nuestros das.9 El desarrollo de la guerra no fue un pro-ceso lineal; estuvo traspasado por la accin de las distintas fuerzas polti-cas y armadas, as como de las distintas posiciones y diversas formas derespuesta de la poblacin.Un proceso bastante complejo,en el cual adqui-ri importancia la participacin de la poblacin campesina que,al superarel temor y afrontar las adversidades, levant cabeza, para usar las palabrasde un campesino.10

    Huarnanga, Cangallo y Vctor Fajardo fueron las provincias privile-giadas por SL para el trabajo poltico que se intensific en 1977 y 1978.Al dar inicio a la guerra, la ideologa marcara su derrotero: la guerrapopular se dara del campo a la ciudad y el campesinado sera la baseprincipal de la revolucin. El campo ofreca a sus cuadros la posibilidadde reproducirse, de obtener alimentos y jvenes que ms tarde pasaran

    por el partido. Los valores clasistas y revolucionarios se impusieron a losvalores afectivos, a las relaciones familiares tradic ionales y a la vida coti-diana. Es decir, SL dej de responder a las necesidades bsicas y sentidasde la poblacin.

    El discurso que manejaba ya no satisfaca las necesidades ms pro-

    fundas de la poblacin, no solo de supervivencia sino afectivas y valora-tivas, culturales y sociales. Comenz entonces la duda, el discurso ya nosatisfaca las aspiraciones de las bases. En este contexto comienza al desa-rrollo de dos lgicas distintas, muchas veces difciles de advertir a causadel terror y el silencio, y que condicionan, ms tarde, niveles de resisten-cia cotidiana que alteran el proceso revolucionario. Se cuestiona el es-quema de reproduccin partidaria del Presidente Gonzalo; el esquema

    vital propuesto por el aparato discipl inario entra en conflicto con lasnecesidades bsicas y sentidas de los supuestos portadores del aparatodisciplinario.

    Fueron las necesidades humanas las que subvirtieron el orden de SL.Los

    militantes y las masas pasaron de ser victimarios a ser vctimas en resisten-cia, para luego corroer y golpear la estructura poltica y militar del partido.Cuando en las bases se plantearon niveles de resistencia que ponan en cues-tin la viabilidad del proyecto, comenzaron los problemas en SL.

    El partido refuerza entonces los distintos mecanismos de control sobrela poblacin. Toda voluntad e iniciativa queda bloqueada. Las supuestasbases, masas y combatientes, y los comits devienen en zonas cautivas, enuna suerte de campos de concentracin en medio del terror absoluto y elpoder de la dominacin total.

    El material que utilizamos para el anlisis es un conjunto de testimo-

    nios recogidos en tres bases de SL en Ayacucho: Sello de Oro, ubicada enla provincia de La Mar, ceja de selva;Viscatn, en la provincia de Huanta,ubicada tambin en la ceja de selva y conectada a la tercera base: elComit Popular Abierto del valle del ro Ene. Las fuentes son testimoniosde combatientes y miembros de la masa que estuvieron con SL. Porltimo, para precisar la composicin de los miembros de un comit, se

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    HISTORIZAR EL PASADO VIVO EN AMRICA LATINA Per: investigar veinte aos de violencia reciente

    8. Organizamos la encuesta junto con la profesora Maril Criales y cuatro alumnas dela Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Cristbal de Huamanga.

    9. El autor escribe en 1995.(N. del E.)10. Con Visin Mundial Ayacucho venimos trabajando los cambios en la comunidady la sociedad rural en los ltimos aos.Un proceso no previsto fue el fortalecimientode las comunidades campesinas a partir de la guerra, cuando la poblacin se organizen Comits de Autodefensa Civil. La crisis del sistema gamonal no solo dej un granvaco poltico y de representatividad, sino que produjo el repliegue de la Iglesia catlica,dejando un terreno bastante frtil para las iglesias evanglicas, que en medio del terrory la violencia, la crisis y la miseria, comenzaron a crecer.

    Relacionescampo-ciudad

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    dad, el robo y el abigeato.No slo propona una sociedad justa y ordenada,sino soluciones a problemas concretos a los cuales el estado y el capita-lismo no haban podido responder.13 La respuesta de los campesinos delnorte del departamento fue en un inicio de cierta simpata generalizada,con distintos niveles de compromiso; los jvenes identificados con el par-

    tido se disponan a enrolarse y combatir, las comunidades tradicionales ycon identidades tnicas definidas tenan menor voluntad de sacrificio.En algunos casos, la disposicin a colaborar con SL se refuerza con la

    intervencin militar, en diciembre de 1982. La represin indiscriminada,que no diferenciaba los distintos niveles de identificacin con Sendero,oblig a algunas poblaciones a acercarse ms a SL, que apareca por enton-ces como el mal menor. Sin proponrselo, la violenta intervencin de lasFuerzas Armadas reforz la relacin entre SL y el campesinado en algunaszonas rurales. An as, en 1983 y 1984 las Fuerzas Armadas propinaronduros golpes a la subversin, como ms tarde el propio Abimael Guzmnno dudara en reconocer.14 Esta situacin oblig a SL a reclutar jvenes

    simpatizantes para reponer la cada de sus combatientes y mantener lasbases de apoyo que haba logrado construir.

    En otros casos, al endurecer su lnea poltica y reproducir actitudesautoritarias, SL comienza a tener dificultades con el campesinado anantes de la intervencin militar. Desde principios de 1982 Sendero inten-sific sus acciones orientadas a batir el campo. Se trataba de terminarcon la presencia del estado en las zonas guerrilleras, y establecer los pri-meros comits populares. Se tena que barrer con el poder de las auto-ridades y con los gamonales y golpear a las fuerzas policiales. Es decir,eli-minar toda presencia del estado:La clave es arrasar. Y arrasar es no dejar

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    13. Cfr. Nelson Manrique.La dcada de l a violencia.Mrgenes. Nm.5, Lima: 1989,pp. 137-182.

    14. Abimael Guzmn,Entrevista del siglo. Presidente Gonzalo rompe el silencio.Entrevista en la clandestinidad.El Diario. Lima: 24 de julio de 1988.

    a conformar las legiones de hierro del Ejrcito Guerrillero Popular (EGP).Se estableceran ah las primeras Bases de Apoyo, donde SL implementarasu propia administracin de gobierno. El nfasis en el trabajo poltico yla ligazn con las masas campesinas era vital para SL en esa etapa y lasnecesidades econmicas y sociales de las poblaciones rurales facilitaron

    su acercamiento.Hasta entonces, las organizaciones e instituciones presentes en la re-gin: la iglesia, los partidos polticos, el estado, no haban sido capaces decanalizar las demandas de la poblacin ayacuchana.A diferencia de Puno,en Ayacucho exista una crisis de representatividad histrica. 11 En ladcada de 1970, con la reapertura de la Universidad de Huamanga12 y suspolticas de reforma y de izquierdismo, y con el esfuerzo del gobierno

    velasquista de establecer una cierta presencia del estado en la sierra sur, ylas rivalidades polticas y los movimientos sociales, aparece un conjuntode nuevos interlocutores y de proyectos de mediacin poltica plurales,sobre todo cuando se va acercando la transicin al gobierno civil de los

    aos ochenta. En ese panorama poltico, SL sale ganando, al ofrecer vala lucha armada alternativas concretas frente a los problemas estructura-les, de atraso y abandono, de pobreza y marginacin. La poca eficacia delas fuerzas polticas rivales de SL permite que el partido los presente comopoco convincentes y sin legitimidad, y se proponga como el nico inter-locutor capaz de abrirse espacios en el campo y avanzar en la conquista debases sociales.

    Adems, ofreca un sistema de orden frente a la arbitrariedad de lasautoridades, los policas, los comerciantes y profesores, y reforzaba valo-res morales en crisis, sancionando el adulterio, el alcoholismo, la ociosi-

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    11. Cfr. Jos Luis Rnique.La batalla por Puno.Violencia y democracia en la sierra sur.Debate Agrario. Nm. 10,Lima: CEPES, enero-marzo de 1991, pp.83-108.

    12. Fundada bajo el nombre de Real y Pontificia en 1677, llamada luego Nacional yPontificia durante la Repblica, la Universidad de Huamanga fue clausurada en 1885 comoculminacin de una larga crisis agudizada por la Guerra del Pacfico.Solo en mayo de 1959reabre sus puertas como Universidad Nacional de San Cristbal de Huamanga (N.de E.)

    Militanciapoltica

    campesina Militanciapoltica yrepresin

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    senderista calific el hecho en los siguientes trminos: Hemos barrido aesos chutos18 de mierda.19

    Para SL, o al menos para algunos cuadros importantes,no slo era nece-sario luchar contra el gobierno reaccionario, la burguesa y el sistemasemifeudal, sino tambin contra los chutos, brutos e ignorantes que no

    entendan el proyecto revolucionario. De pronto, el discurso pblico deSendero, de igualdad y justicia para los campesinos, se contaminaba deldiscurso tnico, como guin oculto que afloraba para mostrar el despre-cio y la repugnancia, la intolerancia y el racismo.20 Ese mismo guin se

    volver a hacer pbl ico ms tarde contra las minoras tnicas del valle delEne: se califica a los enfermos e invlidos ashninkas como cargas para-sitarias, inservibles y desechables. Paradjicamente, estos indios serranosy amaznicos son los campesinos ms pobres; justamente por quienesdeca luchar SL.21

    La respuesta de los campesinos de Huaychao a principios de 1983 marcel inicio del horror cotidiano, que caracteriz el campo ayacuchano en los

    ochenta. La experiencia ms cruel se dio en las punas de Huanta, donde68 comunidades desaparecieron por efectos de la represin de Sendero ylas Fuerzas Armadas. Otras 75 comunidades desaparecieron en la provin-cia de La Mar.22 La matanza de tres senderistas y la captura de otros siete

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    18. Chutoes el trmino despectivo con que se designa a los campesinos de altura puna,poblacin mayoritariamente monolinge quechua hablante y poco articulada con el mercadoy la ciudad.

    19. Las fuentes no especificadas de las citas y cifras de muertos y atentados correspondena nuestros entrevistados en el trabajo de campo ex senderistas, arrepentidos, ronderos,autoridades, etctera. Por el mismo motivo,s e omiten fechas que no eran precisas en

    la mencin de los entrevistados.

    20. La propuesta de guin pblico y guin oculto es tomada de James Scott. Weaponsof the Weak: Everyday Forms of Peasant Resistance. New Haven: Yale University Press, 1990.

    21. Estas ideas fueron discutidas y trabajadas con Carlos Ivn Degregori y Jos Coronel en elmencionado proyecto Sendero Luminoso. Las dimensiones tnicas y culturales de l a violencia.

    22. Las poblaciones desplazadas que salieron a partir de 1984, han vuelto a retornar a suscomunidades de origen desde junio de 1993. En la actualidad, segn Visin Mundial, ONG

    nada,15 dice la direccin senderista. Esto significaba imponer autoridadesy estructuras organizativas revolucionarias en reemplazo de aquellas expul-sadas o asesinadas; en zonas donde la poblacin se haba resistido, batirsignificaba arrasar, limpiar la zona, dejar pampa.

    Desde fines de 1982, en algunas zonas altoandinas como las punas de

    Huanta, SL busc imponerse arrasando a las autoridades tradicionales.El partido fue incapaz de percibir el grado de legitimidad que tenanestas autoridades en la poblacin, en su organizacin social jerarquizaday ritualizada. Esta actitud hizo que el 20 de enero de 1983, a menos deun mes de la intervencin militar, la poblacin de Huaychao y Maca-bamba matara a siete jvenes senderistas en respuesta al asesinato detres de sus autoridades comunales por parte de SL. La tradicin organi-zativa de estas comunidades, sobre estructuras jerrquicas y tnicamenteconfiguradas, les permiti responder al autoritarismo y la violencia deSendero. A diferencia de las poblaciones del valle, de parcelarios mini-fundistas, con experiencia migratoria y educativa donde SL haba logrado

    sentar bases y formar cuadros locales, las alturas se resistiran desde unprincipio.16

    Es en este contexto donde se da la matanza de ocho periodistas en lacomunidad de Uchuraccay.17 En respuesta, SL desata una abierta repre-sin contra esos pueblos. Luego de la brutal represin de agosto delmismo ao contra los campesinos de Uchuraccay, una dirigente regional

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    HISTORIZAR EL PASADO VIVO EN AMRICA LATINA

    15. Gustavo Gorriti. Sendero, historia de la guerra milenaria en el Per. Tomo I. Lima:Apoyo,1990, p.283.

    16. Jos Coronel ha trabajado comparativamente la actitud de la poblacin del valle

    con la de la altura frente a SL, sugiriendo para las comunidades altoandinas los elementostnicos y organizativos como los ms representativos para explicar la respuesta aSendero. Vase Jos Coronel, Violencia poltica y respuestas campesinas en Huanta.Carlos Ivn Degregori (comp.), Las rondas campesinas y la derrota de Sendero Luminoso.Lima: Instituto de Estudios Peruanos Universidad Nacional de San Cristbal deHuamanga, 1996.

    17. Vase,Vargas Llosa, Mario et al. Informe de la Comisin Investigadora de los sucesosde Uchuraccay. Lima: Per,1983.

    Matanza decomunidadesindgenas

    Discriminacin

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    oblig a SL a replegarse en dos direcciones: la primera, como Manco Incalo hiciera hacia Vilcabamba cuatro siglos atrs, a las cabeceras de montaay la selva; la segunda, hacia el norte, ampliando sus zonas de influenciahacia Junn, Cerro de Pasco, Ancash y Hunuco, que pasan a ser las nuevaszonas de operaciones. Era necesario distraer la accin militar de las Fuer-

    zas Armadas en el Comit Regional Principal de Ayacucho.Desde mediados de 1982 SL haba comenzado a conquistar bases en laselva ayacuchana, para abrir zonas donde replegarse en caso de interven-cin de las Fuerzas Armadas. As se constituye la Zona Guerrillera SanFrancisco, con su base en las cabeceras de San Francisco y Santa Rosa,colindante con la sierra de San Miguel, Anco y Chungui, provincia de LaMar. Lo mismo que Viscatn, en la ceja de selva de Huanta, que colindacon los departamentos de Junn y Cuzco.Controlar esas zonas de fronterales facilitara el acceso a las comunidades altoandinas de la sierra y a lospoblados del valle selvtico. Este proceso de repliegue marca una nuevaetapa en el desarrollo de la guerra, pues luego, para mantener las bases y

    controlar territorios SL comenz a enrolar a los jvenes, ms a travs de lacoaccin que por la decisin voluntaria de los nuevos miembros. Loscasos de enrolamiento coactivo tuvieron lugar tanto en las comunidadesde la sierra como de la selva. Los jvenes simpatizantes eran obligados aintegrarse a la lucha.A diferencia de los cuadros y militantes de la primerageneracin, que asuman la lnea poltica como sujecin total, estos nue-

    vos militantes, en muchos casos, participaron bajo presin y por temor alas represalias. Esta realidad se hace todava ms evidente en el caso de lasfamilias que quedaron bajo dominio de SL, que se resisten a renunciar asus valores y modos de vida,situacin de la cual SL estaba advertido. Saba

    que cualquier resistencia o fractura interna haca peligrar la disposicinde sus fuerzas y el propio desarrollo de la guerra; tena que reducir elriesgo, multiplicando los mecanismos de control y sujecin.

    Esta situacin se hizo ms ostensible a partir de 1988. La experienciade resistencia de los Comits de Autodefensa oblig a un mayor repliegue deSL. Comunidades como Sachabamba, Vinchos,Acos Vinchos (Huamanga),

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    en Saccsamarca, el 16 de febrero de 1983, concluy dos meses despus conla masacre de ms de 80 campesinos, en lo que se ha dado en llamar lamatanza de Lucanamarca. Fue la propia direccin central de SL la queplanific la accin; segn Guzmn,fue un golpe contundente y los sofre-namos. En la guerra,la masa en el choque puede rebalsar y expresar todo

    su odio, de repudio, de condena que tiene....23

    Mientras la poblacin nosea masa moldeable y leal al proyecto insurgente, termina negada y expul-sada de la historia, condenada a morir. Es el argumento con el que justi-fica Guzmn la matanza de los campesinos de Lucanamarca.

    Desde entonces, la tranquilidad del campo quedara atrs.Desde prin-cipios de 1984, muchas comunidades pasaran a la organizacin de mon-toneras, como ellos mismos llamaron en un principio a los Comits deAutodefensa Civil (CAC), cuya organizacin se daba en muchos casos porpropia iniciativa de los campesinos, y en otros casos, por presin del Ejr-cito.24 En todo caso, an siendo todas ellas muy dbiles, para SL represen-taban la peor amenaza. Por lo mismo, la propia direccin central disea-

    ra la respuesta contundente contra los campesinos, calificados de mes-nadas gobiernistas.A decir de Sendero,simples objetos de la accin mili-tar, sin capacidad de decisin e iniciativa.25

    Dos grandes dificultades tuvo que solucionar SL: reponerse del durogolpe que le haban causado las Fuerzas Armadas en 1983 y 1984, y enfren-tar la organizacin de algunas comunidades en CAC. La presencia militar

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    que trabaja con comunidades retornantes, alrededor de sesenta comunidades unas diez milpersonas habran retornado a Ayacucho,slo en la provincia de Huanta.

    23. Abimael Guzmn, Entrevista del siglo. Presidente Gonzalo rompe el silencio. Entrevistaen la clandestinidad. El Diario. Lima,24 de julio de 1988, p.19.

    24. Vase Carlos Ivn Degregori (comp.), Las rondas campesinas y la derrota de SenderoLuminoso. Lima: Instituto de Estudios Peruanos Universidad Nacional de San Cristbalde Huamanga, 1996.

    25. Esta valoracin se dio inclusive en algunos crculos acadmicos, que vieron a los Comitscomo organizaciones paramilitares montadaspor el Ejrcito. Esta evaluacin fue inclusoms abierta en algunos grupos polticos y en ciertas ONGs, vinculadas al trabajo de losderechos humanos.

    Guerrilla

    Reclutamiento

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    sino tambin con contradicciones internas surgidas en el seno de los mis-mos comits populares y bases de apoyo senderistas. La guerra y el cambioen la composicin de los militantes haba afectado el aparato partidariomilitar de SL. La coaccin con que muchas veces haban sido enrolados losnuevos cuadros llegaba a sus lmites, por el malestar y las formas de resis-

    tencia que se tejan en su interior, rompiendo el anillo de hierro de laamenaza del terror y del poder absoluto.Desde 1984 hasta 1988 las posibilidades de desarrollo y abastecimiento

    de los comits populares no haban tenido mayor dificultad. La alimenta-cin estaba a cargo de la masa, que produca los alimentos, y el abasteci-miento se haca a travs de cupos de guerra y asaltos a los comerciantes ytransportistas. Esta situacin cambi notablemente cuando las FuerzasArmadas y los CAC pasaron a la ofensiva. Desde marzo de 1988, los CACcomenzaron a organizar todo el valle del ro Apurmac y a presionarsobre las mismas bases de SL, ubicadas en las cabeceras de montaa. Elmayor control de territorios por la poblacin organizada dificult las

    posibilidades de supervivencia de los comits populares, y la mismapoblacin comenz a cuestionar la viabilidad del proyecto senderista.Frente a las crecientes dificultades cotidianas, las exigencias de la masa frentea los mandos dieron como resultado una resistencia que haba sido silen-ciada en los aos anteriores. Esta situacin oblig a SL a mejorar su sis-tema de control y vigilancia, de terror y dominacin. Para Sendero, lasbases de apoyo eran lo medular de la guerra popular, sin ellas no podandesarrollarse. 28 A estas alturas, no slo se les presentaba el problema deconquistar nuevas bases sino el de conservar las que tenan. A la presinexterna se sumaron las dificultades internas.

    Frente a esta realidad, SL respondi en dos direcciones. En primerlugar, mejor su sistema de control y vigilancia, increment las sanciones

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    Ponciano del Pino H. Familia, cultura y revolucin. Vida cotidiana

    en Sendero Luminoso

    Per: investigar veinte aos de violencia reciente

    28. Abimael Guzmn, Entrevista del siglo.Presidente Gonzalo rompe el silencio. Entrevistaen la clandestinidad. El Diario. Lima:24 de julio de 1988,p. 16.

    Huamanguilla (Huanta), o las comunidades altoandinas del norte deldepartamento, haban logrado acumular experiencia y sobre todo, ya noles teman. El terror y la violencia ya no paralizaban a la poblacin que,por el contrario, resista. Muchas otras comunidades optaron por despla-zarse a los poblados del valle y a las capitales de provincia, quitndole a SL

    las bases en las cuales se apoyaba su proyecto.Probablemente la ms duraderrota para Sendero, ese ao, haya sido su expulsin del valle del Apur-mac por los CAC. Su derrota militar en Pichiwillca marc su replieguedefinitivo de la zona. Desde entonces, los Comits de Autodefensa tomanla iniciativa y comienzan a organizar todos los pagos del valle y las comu-nidades serranas de Tambo y Huanta, colindantes con la ceja de selva.26 EnAyacucho, SL corra el riesgo de quedar aislado, tena que arriesgar y pasara controlar nuevas bases,en este caso,una libre y estratgica para resistir:el valle del Ene.

    El repliegue de SL supona un fuerte debilitamiento en la regin, pr-dida de zonas guerrilleras y bases de apoyo. La respuesta militar y la accin

    organizada de la poblacin civil haca difcil su desarrollo en la reginprincipal, en la regin histrica donde haba nacido el partido e iniciadola revolucin.La realidad pona en cuestin el nudo central de su estrate-gia, que se resume en la conocida y reiterada consigna:Cercar las ciuda-des desde el campo.27 Abimael Guzmn era consciente de las dificultadesque tenan en el campo, por lo mismo, busc poner nfasis en el trabajodel partido en la ciudad, lo que quedar remarcado en el Primer Congresodel Partido Comunista del Per, en 1988.

    Las dificultades de SL en el Comit Regional Principal no slo tenanque ver con presiones externas del campesinado y las Fuerzas Armadas

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    26. Vase Del Pino,Tiempos de guerra y de dioses: ronderos, evanglicos y senderistasen el valle del ro Apurmac. Carlos Ivn Degregori (comp.), Las rondas campesinasy la derrota de Sendero Luminoso. Lima: Instituto de Estudios Peruanos UniversidadNacional de San Cristbal de Huamanga, 1996, pp. 117-188.

    27. Ral Gonzles,Sendero:los problemas del campo,la ciudad... y adems el MRTA.Quehacer. Nm.50, Lima: 1988,pp.46-63.

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    Acos Vinchos.31 En ambos casos, los campesinos fueron degollados yaplastadas sus cabezas con piedra. En julio de 1991, en Qano, SL atac laiglesia Pentecostal y asesin a treinta y tres feligreses en pleno culto: losametrall y les prendi fuego. Un mes antes, la incursin de SL en el pue-blo de San Miguel haba costado catorce muertos, todos ellos trabajadores

    civiles. Ese mismo ao, en un pequeo poblado de Tambo, Huayllao, SLasesin a cuarenta y siete campesinos, entre los cuales haba nios, muje-res y adultos,los ms dbiles de la comunidad. En julio de 1993, una incur-sin en Matucana Alta, ceja de selva, dio como resultado el asesinato conmachete y chanfle32 de doce campesinos, seis de los cuales eran nios. Alsiguiente mes, en Sapito, Shiriari, sesenta y dos personas, entre colonos yashninkas fueron asesinadas tambin con machete y chanfle.

    Las vctimas no slo pertenecan a poblaciones organizadas en comi-ts de autodefensa, eran, adems, civiles sin compromiso con la guerra.La accin de mayor impacto fue el asesinato de diecisis civiles en Qarapay la destruccin, el 14 de febrero de 1993, de tres vehculos de carga que

    se dirigan de San Francisco hacia Ayacucho. Ese mismo ao, en agosto, seasesin a otros nueve civiles y se incendiaron dos vehculos. Estos casosse sucedieron con frecuencia desde 1991 hasta 1993. Sus vctimas, comoya se ha sealado, eran civiles y en el caso de las comunidades atacadas,los miembros ms dbiles de la familia: nios, mujeres y ancianos.33

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    Per: investigar veinte aos de violencia reciente

    31. Desde 1990 comenzamos a trabajar en las comunidades al sur de Huamanga, realizandovisitas y entrevistas en muchas de ellas, como Paccha por ejemplo, buscando entenderel procesode la guerra,la violencia y la organizacin de los CAC.Vase al respecto,Ponciano Del Pino H.,Los campesinos en la g uerra o cmo la gente comienza ponersemacho. Carlos Ivn Degregori et al, Per: el problema agrario en debate/SEPIA IV. Lima:SEPIA, 1992,pp. 487-508.

    32. El chanfle es un instrumento que se emplea en la selva para la limpieza de la maleza.

    33. Por estos meses realizaba trabajo de campo en la selva; durante los viajes senta latensin y el temor de la gente, lo que oblig a los comits de autodefensa a pasar a controlarla ruta, para evitar nuevos atentados y asaltos. Tambin fui testigo de la crueldad con quefueron asesinados los nios en Matucana Alta, mutilados sus cuerpos,sus brazos, suscrneos a golpe de machete.

    y la violencia ejemplarizadora dentro de los comits populares. Toda laexperiencia acumulada de represin contra la poblacin se volc hacia lasmasas para imponer una estructura totalitaria. En segundo lugar,SL incre-ment el horror de la violencia contra la poblacin civil en general conextrema crueldad. Sus acciones llegaron a niveles despiadados, sin distin-

    ciones entre nios, adultos, mujeres,ancianos, civiles o ronderos.En ambosfrentes el interno y el externo el terror se converta en el legtimo ins-trumento de poder y dominacin.

    La irrupcin del autoritarismo fundamentalista, entre mayo de 1985 yjunio de 1986,abri una nueva etapa en el accionar regional de SL: se inten-sificaron las acciones contra la poblacin nucleada en los CAC.29 Esta actitudofensiva de Sendero por el repliegue de la Marina y el Ejrcito,30 cambia sus-tancialmente desde 1988 1989. En esta nueva etapa,sus acciones no tienenun objetivo especfico, tanto se dirigen a las rondas como a la poblacincivil en general; asimismo, sus acciones tienen ms un carcter defensivoque ofensivo, como respuesta a sus propias limitaciones.

    Esta actitud queda ejemplificada cuando das antes de las eleccionesmunicipales de noviembre de 1989, SL asesina a la familia del presidentedel Jurado Departamental de Elecciones de Ayacucho. Las acciones de SLsiempre haban estado dirigidas contra autoridades civiles y polticas. Estecaso da inicio a una nueva etapa de accionar indiscriminado, en la que seatacaba tambin al entorno del objetivo.

    As, la crueldad fundamentalista vuelve a resonar con la matanza decuarenta y siete campesinos en Paqcha y Andabamba en diciembre de 1989,y un mes despus, el 14 de enero de 1990, de cincuenta campesinos en

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    29. Vase Juan Granda,Los tiempos del temor: cronologa ayacuchana. Quehacer. Nm. 60,Lima:1989, pp.64-90.

    30. Vase Del Pino, Tiempos de guerra y de dioses: ronderos, evanglicos y senderistasen el vall e del ro Apurmac. Carlos Ivn Degregori (comp.), Las rondas campesinasy la derrota de Sendero Luminoso. Lima: Instituto de Estudios Peruanos UniversidadNacional de San Cristbal de Huamanga, 1996, pp. 117-188.

    Hechos deviolencia

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    SELLO DE ORO: HISTORIA Y BASESSOCIALES DE SENDERO LUMINOSO

    El anlisis de las bases sociales de SL debe considerar dos aspectos: por unlado, conforme nos acercamos de las cpulas a las bases, las motivaciones

    cambian y, al decir de Carlos Ivn Degregori, la ciencia del marxismo-leninismo-maosmo se contamina del contexto rural andino.36 Por otrolado, en el eje diacrnico, la guerra supona marchas y contramarchas,procesos expansivos y de repliegue y, de acuerdo con cada uno de esosmomentos, la composicin y las motivaciones se redefinieron.

    Los estudios sobre el tema podran agruparse en dos grandes tenden-cias. La ms trabajada fue la que propuso Favre, desarrollada ms tardepor Degregori, Chvez de Paz y Manrique,entre otros. Segn ellos, el pro-yecto insurgente se sostena en la poblacin descampesinada y desindia-nizada, base principal de su aparato militar. La otra propuesta, planteadasobre todo por intelectuales y periodistas extranjeros, sugiere que SL esun

    movimiento de reivindicacin indgena campesina.37

    El estudio del Comit Popular Sello de Oro nos ofrece nuevos elementos,que ayudan a entender mejor la composicin y las complejas dinmicas socia-les por las que pasa SL. La base estaba conformada por miembros provenien-tes especialmente de la sierra y las cabeceras de montaa. Del total de adultosde Sello de Oro al momento de capitular,38 en octubre de 1993,sesenta y cincoprovenan de las comunidades serranas de la provincia de La Mar, ocho deHuanta, tres de Huamanga (Ayacucho), y dos de Satipo (Junn).

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    en Sendero Luminoso

    Per: investigar veinte aos de violencia reciente

    36. Carlos Ivn Degregori, Jvenes andinos y criollos ante la violencia poltica. HenriqueUrbano y Mirko Lauer (editores), Poder y violencia en los Andes. Cusco: Centro de EstudiosRegionales Andinos Bartolom de Las Casas, 1991, p.398.

    37. Para una mayor precisin de esta discusin, vase Carlos Ivn Degregori,Campesinadoandino y violencia. Balance de una dcada de estudios. Carlos Ivn Degregori etal., Per:el problema agrario en debate/SEPIA IV. Lima: SEPIA, 1992,pp. 413-439.

    38. Se us el trmino en el Ejrcito,en particular para designar a las personas que huande SL y se acogan a la ley de Arrepentimiento.

    Ms que una recomposicin real de sus fuerzas, esa crueldad injusti-ficada expresaba la crisis interna que atravesaba SL y su negacin a reco-nocerla.34

    SL manej la imagen del poder para someter y quebrar toda forma deresistencia. Infundir temor fue su principio de accin. Desde un inicio,aun

    sin contar con la infraestructura blica, atemorizaba y paralizaba cualquierforma de oposicin. Esa misma lgica haca que participaran en sus accio-nes decenas de personas, entre jvenes, mujeres y nios, que actuabanmuchas veces por temor a las represalias.Segn nuestros registros,en todaslas acciones que realizaba SL, participaban treinta,cincuenta,cien personasde las cuales slo alrededor de cinco portaban armas de fuego. Luego detodo ataque se difunda entre la poblacin el mito de ejrcitos armados,con capacidades impredecibles. Este mismo mito se reforzaba y se masifi-caba a travs de los medios de comunicacin, que reproducan los temoresde la gente y por supuesto, sus propios temores.35

    La ventaja de las rondas era que conocan las debilidades de SL, pues

    muchos comandos de los CAC, como Kichca de Santa Rosa, Huayhuaco deRinconada Alta, Choque de Pichiwillca, entre otros, haban participadopreviamente de las filas senderistas, siendo en algunos casos mandos loca-les. Ms que en las armas, las rondas se sostenan en la prdida de temory el conocimiento de las debilidades de SL.

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    34. La estrategia senderista hace propia la mxima de Mao TseTung: Debemosmostrarnos dbiles cuando estemos fuertes y mostrarnos fuertes cuando en realidadestemos dbiles.

    35. El incremento de la crueldad y la violencia en sus acciones frente a la poblacin civilcontribuy a fortalecer la imagen de poder en la opinin pblica nacional. Se vea desdeLima, por los continuos coches bomba en la capital, el avance inconteniblede SL.

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    SL haba llegado en 1980 a las comunidades altoandinas de la provinciade La Mar, y slo ms tardamente a los pagos del valle del Apurmac, amediados de 1982. El control de las alturas de San Miguel les facilit elacceso a las cabeceras de montaa. Wayrapata, Qahuasana, Encarnacin,Chontaqocha,Huanchi,Rinconada Alta, son pagos donde se establecen para

    luego bajar a controlar los pagos del valle del Apurmac. (Vase figura 1).Al principio, la poblacin les brindaba alimento, los acoga y partici-paba de las asambleas populares. Las carencias de servicios, como salud,transporte, y los problemas econmicos, por los bajos precios de produc-tos como el caf, el cube o barbasco, el cacao o el achiote, monopolizadospor los grandes comerciantes, as como las constantes devaluaciones y elalza del costo de vida, haca que vieran con buenos ojos a quienes les ofre-can una nueva esperanza de vida. Campesinos asalariados y parcelariosminifundistas, que dos dcadas atrs haban migrado a la selva en buscade progreso, no haban visto realizar sus sueos; por el contrario, muchosde sus problemas seguan sin resolverse. Para Reynaldo, campesino del

    valle, la gente acept a Sendero porque prcticamente han estado antesmarginados.

    Sobre todo, la colaboracin vino de los jvenes, ms que los paps,que los seores, al darse un empate entre el discurso senderista y lasaspiraciones juveniles. Sendero les prometa terminar con la pobreza, ladesigualdad y la marginacin de la cual eran objeto.Por ello, los pagos queapoyaron inicialmente fueron Cielopunco,Gringoyacu,Anteqasa,Pataqo-cha, Qahuasana, Chontaqocha, entre otros, distantes del valle y sin los ser-

    vicios que ofrecan las ciudades.Gracias a este apoyo, en 1983 se constituy la Zona Guerrillera San

    Francisco, con cinco Comits Populares: Sello de Oro, Vista Alegre (conpoblacin nativa), Santa Ana, Nazareno y Broche de Oro. En la ceja deselva de la provincia de Huanta se conform el Comit Popular Viscatn,que desde 1983 pas a ser una zona de operaciones de SL.

    Los sacrificios de la guerra no haban sido subrayados en el discursocon que se present SL. El apoyo que reciba radicaba en las expectativas

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    en Sendero Luminoso

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    Bases de Sendero Luminoso

    Centros de reclutamiento

    Distritos

    Pagos

    Zona cordillerana

    Nota: ste es un mapa esquemtico

    orientativo; las indicaciones son precisas

    pero no estn necesariamente a escala.

    FIGURA1: Zona Guerrillera San Francisco (Sello de Oro)

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    les eran evanglicos, muertos en plena iglesia. El 15 de setiembre delmismo ao hay una incursin en San Pedro; SL asesina a diecinueve cam-pesinos, varones y mujeres. Ambos poblados se haban organizado en losmeses de junio y agosto respectivamente, por presin de las rondas deAnchihuay y Pichiwillca.39 As, desde mediados de 1984 la poblacin viva

    bajo dos fuegos:SL

    , desde las partes altas, el ejrcito y losCAC

    , desde elvalle. Esto aceler el xodo de las poblaciones de las cabeceras: mientrasunos quedaron bajo el poder de SL, otros bajaron a refugiarse en el valle.Familias de Qawasalla, Qaqasmayo, Antiqasa, Chontaqocha, entre otros,pasaron a control de SL; mientras que Wayrapata, San Pedro, RinconadaAlta, Catute Alto, de un total de catorce pagos, pasaron a vivir en los alre-dedores de Santa Rosa.

    La tarde del 24 de octubre de 1993, das antes del referndum a travsdel cual se someta a votacin la nueva Constitucin propuesta por elnuevo parlamento luego del autogolpedel 5 de abril de 1992 por el presi-dente Fujimori, la base del Comit Sello de Oro se acogi al decreto ley

    25.499 (ley de Arrepentimiento). Eran ciento ochenta y cuatro los senderis-tas arrepentidos, de los cuales ciento siete eran nios y menores de edad,cuarenta y seis eran mujeres adultas y treinta y un varones adultos.

    Muchos de ellos haban sido enrolados en las cabeceras de montaa yotros en las comunidades altoandinas colindantes a la selva en 1984. Losenrolamientos se prolongaron hasta poco antes de que capitularan. Senderolos haba incorporado a sus fi las no slo empleando el terror sino la mismaprctica de la violencia. En algunos casos asesinaban a algunos miembrosde la familia e incorporaban a otros. Es el caso de Mara, a cuya madre ase-sinaron.A Claudia (treinta y seis aos de edad)40 la reclutaron en Anteqasa

    creadas entre la poblacin.Al recoger sus demandas y buscar canalizarlas,ordenaba la sociedad y pona fin a las arbitrariedades de las autoridades ylos comerciantes, como quedaba advertido en el saqueo de la tienda delcomerciante ms prspero del valle, Edmundo Morales, en setiembre de1982 en el Centro Poblado de Santa Rosa. La corrupcin de las fuerzas

    policiales y las autoridades, haca que las acciones deSL

    aparecieran justi-ficadas. Toda esta experiencia inicial cambiar sustancialmente cuando sepase a la lgica de la guerra. SL comienza a presionar a los jvenes paraque participen de las acciones, y empieza a entrenarlos para futuros com-bates. Desde 1983 comienza a reclutar con la consigna de que la luchaarmada exige sacrificio y entrega, hay que producir lo mnimo indispen-sable y dejar de producir para el mercado y la ciudad.

    Estas exigencias obligan a muchas familias a huir de las partes altas delvalle en 1984. Muchos jvenes que en un principio haban visto con agradoel mensaje, ahora se resistan a integrarse. En este contexto, SL cerca terri-torios, controla el ingreso y la salida de la gente, y somete a la poblacin

    que quedaba en ella. El temor de quedarse sin bases sociales llev a SL arestringir la libertad de la poblacin y mantenerla bajo su poder en loscomits populares. Esta actitud coercitiva de enrolar familias, dara inicioa una etapa poco conocida de la guerra: la construccin violenta de unorden totalitario. Las formas de terror y dominacin comienzan a ser prc-ticas cotidianas que se intensifican conforme pasan los aos y la supervi-

    vencia se hace ms y ms difcil.La composicin de las bases de Sendero en el Comit Regional Principal

    haba cambiado sustancialmente. El partido era consciente de los riesgosque esto supona. A estas alturas, no todos los militantes buscaban lainmortalidad y el herosmo, mucho menos aquellos que vivan atados porel terror. El proceso de enrolamiento se aceler cuando los pagos de lazona de Simariva comenzaron a organizarse en los CAC a partir de mayoy junio de 1984. SL ejerci una fuerte violencia contra la poblacin civil,por ejemplo en Santa Rosa, atacada en dos oportunidades el mes de juliode 1984. En la ltima incursin se asesin a siete personas, seis de las cua-

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    39. Ponciano del Pino H.,Tiempos de guerra y de dioses: ronderos, evanglicos ysenderistas en el valle del ro Apurmac. Carlos Ivn Degregori (comp.). Las rondascampesinas y la derrota de Sendero Luminoso . Lima: Instituto de Estudios Peruanos Universidad Nacional de San Cristbal de Huamanga, 1996, pp. 117-188.

    40. La edad fue registrada luego de que capitularan,en octubre de 1993.

    Coercin ycomunidades

    indgenas

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    aunque sea con trapos, para que luchen. Debe haber criaturas, nosotrosestaremos terminando y las criaturas estarn levantndose, parndose,recuerda Claudia. Los hijos ofreceran lo que los padres no estaban ofre-ciendo: la lealtad total hacia el partido; ellos seran las legiones de hierroque combatiran en lo que SL llamaba su mquina de guerra. Por lomismo, desde muy temprano, ocho, nueve aos, se los preparaba militar-mente para pasar a los doce aos a la fuerza de base. La consigna era for-

    jarlos sin piedad, sin identidad familiar ni necesidades afect ivas, dispues-tos a matar y morir.

    En casi todas las acciones registradas, la militancia senderista iba acom-paada de un contingente importante de nios, quienes iban adelante,lide-rando el desborde.Eran quienes incendiaban y saqueaban; hacan de la vio-lencia un espacio ldico.

    Estos nios reciban instruccin militar desde los ocho aos, una pre-paracin disciplinada que liquidaba toda espontaneidad. Progresivamentese los alejaba de sus padres;una vez que ingresaban a la fuerza de base,vivan

    slo para la revolucin. Por supuesto, toda relacin afectiva quedabaprohibida, el valor positivo se depositaba en la clase y en la guerra popu-lar. Dejaban de llamarse por sus nombres y por su relacin de parentescopap, mam para definirse por su condicin de combatientes, compa-ero y camarada.41 De acuerdo con Claudia:

    a los nios ellos les enseaban diciendo: Nosotros debemos de

    llamarnos de compaero, compaera. No hablaban to, seora, sino

    slo compaero, compaera, as nos han enseado. Pero no hemos

    aprendido fcil, nos quejbamos.

    en 1984, con toda su familia: su esposo y sus tres hijos. A Guillermo(treinta y ocho) se lo llevaron de Anteqasa, luego de la incursin de SL a sucomunidad, en la cual murieron su esposa, sus dos hijos y dos hermanos.De la misma comunidad se llevaron a Marcelino (treinta y dos), luego deasesinar a su hermano.A Nazario (sesenta y ocho) lo llevaron de Qahuasanaen 1984, con su mujer y uno de sus hijos, luego de asesinar al hijo mayor. ARosa (treinta y cuatro) la llevaron de Pataqocha en 1984, con su padre,hijoy un hermano. A Justina (cuarenta y siete) se la llevaron conjuntamentecon sus dos hijos de Asuncin en 1984. A Dina (catorce) y Elizabet (trece)se las llevaron an siendo nias, luego de asesinar a sus padres. La madrede Wlmer fue enrolada de Chontaqocha en 1984, la llevaron embarazada,

    juntamente con su esposo y sus padres, y fue en el Comit San Ana dondenaci l (nueve). Fermina (veintisiete) fue enrolada de Pampa Cruz en 1990,conjuntamente con su esposo e hijo y sus tres hermanos. La ltima en serreclutada en 1992 fue Mara (quince),de Chaca, sierra de San Miguel,luegode que asesinaran a su madre y de que ella fuera baleada en una de las pier-

    nas. Estos casos ayudan a entender la nueva composicin que caracteriza-ra las bases de Sendero desde 1984.

    Estas familias se convertiran en murallas de contencin,escudos huma-nos que ayudaban a atenuar la accin militar, pero que tambin producany abastecan de alimentos a los combatientes. Justamente en esta visin deguerra prolongada, los nios pasan a ser la reserva humana. Ellos seran elcontingente que reemplazara a quienes cayeran en combate. En esta lgica,todos los nios deban ser llevados a las bases, incluso los hijos de las vcti-mas, y entrenados militarmente para el futuro.

    Para SL era vital mantener una buena base en la pirmide de edades. En1993 encontramos en Sello de Oro setenta y dos nios menores de diezaos (treinta y ocho varones y treinta y cuatro nias), y el total de la pobla-cin menor de edad era mayor a la poblacin adulta, ciento siete frente asetenta y siete. Ms de sesenta nios que llegaron a la base militar dePichari haban nacido en bases senderistas.Para SL los nios representabanla esperanza, el futuro, por lo mismo, segn ellos, tenan que ser criados

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    41. Abimael Guzmn declar pblicamente no tener amigos, camaradas s. Cfr.AbimaelGuzmn,Presidente Gonzalo rompe el silencio.Entrevista en la clandestinidad. El Diario.Lima: 24 de julio de 1988,p. 47. Cuando a la camarada Meche Laura Zambrano, se lepregunt por el amor,ell a replic:El amor es para la clase, y est en funcin de la guerrapopular. Cfr.Robin Kirk. Grabado en piedra.Las mujeres de Sendero Luminoso. Lima:Institutode Estudios Peruanos Universidad Nacional de San Cristbal de Huamanga, 1993,p. 54.

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    bin abra trochas y caminos para facilitar el movimiento de los comba-tientes de la fuerza principal. Los que destacaban, jvenes diestros y conbuena preparacin fsica ms que ideolgica,pasaban a la fuerza principal.Pocos lograron ascender y asumir responsabilidades de mando: Betzon(veintiuno), Gregorio (veintiuno), Ral (veinte),Rosa (treinta y ocho).Man-dos que intermediaban entre la masa y la direccin general del comitpopular, quienes hacan cumplir las rdenes impartidas por el ncleo sen-derista. Muchos de los mandos fueron enrolados cuando an eran nios,entre nueve y trece aos de edad. Despus de recibir formacin partidariae instruccin militar entre los quince y los dieciocho aos, asuman la res-ponsabilidad de liderar la fuerza de base.

    Al intensificarse las acciones contra insurgentes de las Fuerzas Arma-das y los CAC, las posibilidades de supervivencia fueron mermando. Desde1988 Sello de Oro fue blanco de constantes ataques; resisti ms de veinte,segn las distintas versiones recogidas de los capitulados. Los ataques losobligaban a replegarse al monte, por perodos que se prolongaban das,

    semanas, donde dejaban de alimentarse y consuman slo races. Estasituacin fue agravndose conforme pasaban los aos y las fuerzas con-trainsurgentes extendan su control de la zona.

    A diferencia de los primeros aos, donde haban logrado vivir sin mayo-res apremios, desde 1988 las familias vivan en carpas de plstico,expuestasa la intemperie y sin ropas que vestir. La alimentacin era un problema anmayor. En los ltimos aos casi dejaron de probar sal, azcar, verduras,menestras. Su dieta se limitaba a lo que producan, yuca, pitus, en cantida-des cada vez menores.Los ms damnificados eran los nios, y quienes pro-cesaban la angustia, las madres. Como eran las ms vulnerables al dolor delos hijos y de la familia,a la falta de alimentos y a la miseria en que vivan,fueron las madres las ms resueltas a resistir y cuestionar la viabilidad delproyecto senderista.

    En los diez aos, en Sello de Oro, segn las versiones de las madres,murieron alrededor de cien nios y adultos por falta de alimentos. Losnios muchas veces ingeran hierbas y arena que los llevaban a la muerte.

    Uno de los primeros objetivos de Sendero fue arrasar las organizacionespopulares y, en el campo, la organizacin comunal, para luego instaurarestructuras organizativas revolucionarias. Justamente la crisis de repre-sentatividad, el vaco poltico y el debilitamiento de la estructura comunala principios de los aos ochenta,facilitara su presencia en el campo. Perono slo de este vaco se aprovech Sendero, sino tambin de la debilidadde la estructura familiar y la familia extensa, entendida como organiza-cin social.42 Quebrar todo tejido social, hasta los lazos familiares, garan-tizara la dominacin total.

    Existan tres fuerzas en las bases de apoyo: fuerza principal, fuerzalocal y fuerza de base. Los comits populares estaban organizados pormedio de responsables o comisarios: primer responsable (secretario gene-ral), secretario de seguridad, secretario de produccin,secretario de asun-tos comunales y secretario de organizacin. A cargo de esta ltima secre-tara estaba la organizacin de los movimientos u organismos generadospor el partido: Movimiento de Campesinos Pobres, Movimiento Juvenil,

    Movimiento Femenino y Movimiento de Nios Pioneros.Los comits populares estaban conformados por la masa, abocada a la

    produccin de alimentos para los combatientes; los militantes,los jvenesmiembros de la fuerza de base, y el ejrcito: la fuerza principal. Las masassembraban y producan en sus propias parcelas, y para los combatientesproducan en tierras del Nuevo estado. Participaban adultos, mujeres,

    jvenes y nios, produciendo bsicamente maz, yuca, pitus y frijoles. Aesta dieta se agregaban las conservas y otros productos que obtenan delos asaltos y los cupos de guerra.

    La fuerza de base,que integraban desde nios de doce aos hasta adul-tos capaces de resistir marchas forzadas, adems de producir los alimentosreciba instruccin militar para participar de las acciones armadas; tam-

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    42. Ponciano del Pino H.,Los campesinos en la guer ra o cmo la gente comienza ponersemacho. Carlos Ivn Degregori et al, Per: el problema agrario en debate/SEPIA IV. Lima:SEPIA, 1992,p. 492.

    Militanciapolticay vida

    cotidiana

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    los hall era comparable al de prisioneros de campos de concentracin.Todos ellos haban estado bajo el poder de Sendero desde 1988 o 1989.Conforme las fuerzas contrainsurgentes penetraban, las posibilidades desupervivencia empeoraban, ya que estaban constantemente en replieguey se vean forzados a abandonar sus cultivos. Del total de ellos, el 80%eran nios y mujeres, todos ellos vctimas de la desnutricin y las enfer-medades. El 95% padeca tuberculosis, anemia y enfermedades gstricas.Muchos de ellos padecan paludismo, tifoidea, y diez de ellos, leishma-niasis. Esta alarmante cifra obedece, segn sus propias versiones, al ham-bre al que fueron sometidos, a la privacin de sal, azcar, verduras yotros alimentos.

    PODER Y VIDA COTIDIANA:

    CANALES DE RESISTENCIA

    Como pudimos ver en el apartado anterior, desde 1984 SL comenz areclutar familias enteras y sa fue la nueva composicin de las bases socia-les en el campo. La conciencia clasista y la identificacin con la lnea delpartido haban cambiado.

    En un principio, en tanto y en cuanto las necesidades bsicas de laspersonas eran satisfechas y las acciones no exigan mayores sacrificios,sedaba un proceso que podramos llamar de adaptacin en resistencia, paraemplear los trminos de Steve Stern. Esta situacin fue cambiando con-forme pasaron los aos y las posibilidades de supervivencia se hicieronms difciles. Nuestro anlisis intentar responder cmo este proceso deadaptacin inicial sufri cambios para luego devenir en formas distintasde resistencia, que terminan por mermar las estructuras de poder de loscomits populares.

    Desde que quedaron bajo su poder, las poblaciones tuvieron que asu-mir todos los valores y formas de relacin senderistas. Deban conocer de

    La desnutricin que comprometa a todos, arrasaba con los nios ya quelos haca ms vulnerables a las enfermedades. Segn la encuesta, casitodas las madres perdieron al menos a un hijo, ya sea por enfermedad odesnutricin. No tenan medicamentos ni personal de salud, y toda enfer-medad que se presentaba era tratada slo a base de hierbas. Cuando lapoblacin de Sello de Oro se entreg, el 100% padeca de anemia, muchostenan tuberculosis, bronquitis aguda, paludismo. Muchos nios de dos ytres aos de edad no podan caminar como resultado de la desnutricin;por ejemplo, el ltimo hijo de Claudia, de dos aos y medio.

    La miseria haca ms cruel la vida cotidiana. La falta de alimentos y laproliferacin de las enfermedades afectaba sobre todo a la masa. En tantotodo deba estar al servicio de la guerra, los cuadros polticos y militaresse privilegiaban de lo poco que podan obtener de los ataques y asaltos.Esta realidad se viva en todas las bases de SL. Lo mismo que Sello de Oro,el Comit Popular Abierto del valle del Ene sufra los efectos de la guerra.

    Desde 1988, SL se repleg hacia el valle del Ene.A diferencia de otras

    zonas, lleg a controlar todo el Ene, poniendo fuerzas de contencin enlas entradas y salidas para observar el movimiento de las personas. Desde1991 las Fuerzas Armadas y los CAC haban comenzado a liberar el Ene;recuperaron las poblaciones que vivan bajo el poder de SL.43 En julio de1993 fuimos testigos del rescate de doscientas personas en Selva de Oro,y constatamos que el sistema de orden era en verdad un sistema totalita-rio y violento. La poblacin liberada das antes, se compona de cientosesenta ashninkas y cuarenta colonos. El estado de miseria en la que se

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    43. La poblacin recuperada, como la llaman los ronderos, luego de rehabilitarsede la desnutricin y las enfermedades, comienza a participar de las acciones derescate de otraspoblaciones bajo dominio de SL Son ellos quienes conocen las basesy los caminos por donde transitan los senderistas. Desde muy temprano, los comitsde autodefensa incorporaron a sus filas a las mismas poblaciones que haban estadocon SL Por ello los defensa,comentando la le y de Arrepentimiento promulgadapor el gobierno de Fujimori, sealan que fueron ellos y desde muy temprano los queemplearon esa estrategia para ganarle la guerra a Sendero.

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    Hasta cierto punto, el sufrimiento mayor de las madres es una manipula-cin discursiva de los valores culturales sobre gnero y familia para legi-timar la resistencia de los padres y las madres, para convencer a los esposos,a los jvenes y nios, a los mismos senderistas militantes y simpatizantes,de que las demandas de Sendero eran innegablemente destructivas. As sesuperaban los valores patriarcales y machistas glorificados por la guerra.El sufrimiento de los hijos legitima la resistencia de las madres y lospadres, pero son las madres quienes asumen la vanguardia pblica y dis-cursiva, por razones culturales y sociales concretas. Son quienes mejormanipulan el poder de los hombres, y hacen menos represiva la respuestasenderista, a diferencia de los varones, sobre quienes recae todo el peso dela represin.

    Algunas parejas, frente al dolor de ver sufrir y morirse a sus hijos,optaron por resistirse a tener hijos. En contraposicin a SL que pona susesperanzas en el incremento de la natalidad en la perspectiva de la guerraprolongada, las madres se resistan a concebirlos. Nunca antes se haban

    cuidado ni se haban preocupado por la planificacin familiar; ahora si loharan:

    Despus como mi hijito no tena ni ropa ni comida, no conocan

    ni leche, yo tambin no tena ni leche para lactar, entonces

    tenamos que conversar con nuestros esposos, por eso ya

    no tenamos ms hijos.

    sta fue la decisin de Claudia despus de que dos de sus hijos murierananmicos en la base senderista.

    No slo era el hambre lo que los llevaba a dejar de reproducirse, sino elrechazo a entregar a sus hijos a una causa de la cual no se sentan partesino que, por el contrario, resistan. Era mejor dejar de tener hijos que ver-los sufrir y ser despojados de ellos cuando cumplieran diez u once aospara verlos formarse con valores totalmente contrarios a los padres. Esterechazo comienza a tomar cuerpo sobre todo cuando las nias pasan a

    memoria las tres reglas de oro y las ocho advertencias,44 sujetarse al par-tido y someterse de manera devota a la voluntad del Presidente Gonzalo.Quien infringa esas mximas era sancionado pblicamente, humillado ysometido a la crtica y autocrtica.

    Despus de vivir por el lapso de cinco aos sometidos a la violenciasenderista, aparece la resistencia, que, como ya sealamos, est encabe-zada por las mujeres,impulsadas por el dolor y la angustia cotidiana. Ellaslogran trascender los lmites del trauma colectivo, del temor, del sojuzga-miento y la dominacin. La crueldad y el terror no son ya suficientes paraparalizar a los reclutados, dejan de guiar las conductas y las voluntades,para convertirse parafraseando a Scott en las armas de los dbiles. Eltestimonio de Claudia es bastante elocuente en ese sentido:

    Nosotros reclambamos a ellos, no nos acostumbramos en el fro,

    nuestros bebes tambin estn enfermo y estn muriendo todos

    los nios, no estamos bien por el fro que les pasa a nuestros hijos

    y estn muriendo, nosotros los mayores tambin no estamos bien,as reclambamos.

    Las demandas no slo tenan un carcter personal privado sino socialpblico, puesto que se socializaba en la masa un sentido comn de re-chazo y cuestionamiento del estado en que vivan, de los mismos lmitesque la guerra les ofreca. Dice Claudia:

    Cuando nos reuna en Asamblea les decamos nos est faltando sal,

    carne tambin no probamos, nuestros hijos estn sin ropa, sin

    zapato, descalzo, sin embargo quieren que haga vigilancia, para que

    trabaje s, no estamos de acuerdo. Y as tenamos discusiones conellos, yo tambin les reclamaba muchas veces, no les tena miedo.

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    Resistencia

    44. Gustavo Gorriti, Sendero, historia de la guerra milenaria en el Per. Tomo I, Lima:Apoyo,1990,pp. 174-175.

    Gnero

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    que utilizaron el ncleo familiar para integrarlo al partido: Osmn, suesposa Teresa Durand y sus dos hijos, Elena y Eduardo, su hermano Arturoy Katia Morote. Lo mismo con la familia Durand: Jorge, Maximiliano,Teresa y Guillermo quien luego llega a ser guardia de seguridad de Abi-mael Guzmn; o los Casanova, Julio, que se integra con su esposa KatiaMorote e hijos.

    Esta valoracin de sacrificio familiar intent reproducirse en las dis-tintas estructuras del partido. La racionalidad militar y el absolutismocientfico45 haca difcil entender los distintos niveles y formas de valora-cin que sobre esta institucin se tena.

    El rechazo de las madres a la coercin con que sus hijos pasaron a lasfilas del ejrcito guerrillero se dio desde un principio en otros lugares.Segn ellas, a los jvenes sin que quieran los obligaban,quiera o no quiera,les haca ver armas, cuchillos, lanzas; si no aceptas vas a morir. Ellaspodan colaborar e incluso acompaar sus acciones, pero el temor essolamente por nuestros hijos, por lo que nos pueden quitar.

    No slo las madres se convierten en la fuerza manipuladora del poder;tambin los jvenes comienzan a cuestionar el orden totalitario del cualforman parte. La familia comienza a ser el eje discursivo para replantearla glorificacin violenta de la guerra. Los mandos de la fuerza de base,quehaban sido enrolados a muy corta edad, como Betzon, a los doce aos,oGregorio y Ral a los once aos, haban llegado a formar familia en lasmismas bases. Por ejemplo Betzon, luego de permanecer seis aos en labase se compromete y llega a tener dos hijos. La formacin que habanrecibido en las bases era coronada por la insensibilidad frente al dolorajeno, al imponerse el absolutismo totalitario y desconocer la piedad, auncuando hubieran vivido soportando el hambre y la miseria, el terror y la

    formar parte de la fuerza de base. Nunca antes se haba presentado unaactitud tan definida de rechazo y cuestionamiento.El siguiente testimonio,y que se repite con variantes ligeras en varios otros, define esta actitud:

    Al llevar a la fuerza de base las nias de doce, trece aos ya no

    estn bien, salen embarazadas. Por eso algunos no queramos

    recuerda Claudia, llorando nos opusimos para que a mi Irma

    no se la lleven, mejor mtennos pero no permitir que entre.

    Reunindonos con la masa les decamos: Ustedes estn haciendo

    entrar a las nias pa ra que caminen con ellas como sus queridas.

    Mientras la masa quedaba sujeta a las reglas y advertencias del partido, losmandos podan incumplir las normas.No tomarse libertad con las muje-res era una norma con la cual sancionaban el adulterio inclusive con lamuerte. Sin embargo, los mandos simplemente la incumplan. Transgre-dan las mismas reglas con las cuales sometan a la poblacin. Segn

    Claudia, la violacin y el adulterio entre ellos s pasaba, entre la fuerzaprincipal y la fuerza de base, pero entre la masa no.

    Con una valoracin muy distinta del ncleo principal de Sendero, quehaba sacrificado a la familia y abandonado a sus hijos, estas familias seresistan a ser despojadas de sus hijos, ms an si eran nias mejormtennos pero no permitir que entre. Hubo, pues, una disociacin delos valores culturales de familia: mientras las cpulas estaban dispuestas asacrificar todo por la revolucin, hasta sus propias vidas, otros estabandispuestos a defender a sus hijos hasta con la propia muerte.

    Sendero exiga lo que la Sagrada Familia haba ofrecido y sacrificado: lafamilia. Los cuadros principales haban sacrificado a sus propios hijos,Osmn Morote y Teresa Durand que dejaron a sus hijos en manos de lossuegros, o el caso del mdico Eduardo Mata Mendoza y Yeny Mara Rodr-guez, que dejaron a un conocido a su hija a los pocos meses de habernacido. La familia patriarcal tradicional de Ayacucho fue trasladada y uti-lizada por el partido: los casos ms conocidos son los Morote Barrionuevo,

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    45. A propsito es muy sugerente la novela de Aldous Huxley. Un mundo feliz. Mxico:Editores Mexicanos Unidos, 1983 [Brave New World, 1932]. Un mundo,en fin, controladopor el absolutismo cientfico que no deja lugar a las emociones y a ninguna manifestacinque trasgreda lo que se ha planificado de antemano.

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    la feudalidad, que deban ser arrasados por la revolucin y desaparecer en laNueva Sociedad. El manuscrito de un militante senderista, que transcribeminuciosamente acuerdos partidarios que datan de mediados de la dcadade 1980, resalta un incidente que sacudi toda la zonaen 1983: Un pelo-tn de guerrilleros entr en el templo de Anchakwasi para destruir las im-genes y el Cristo crucificado a las vistas de las masas que indignadas pro-testaron; algunos fueron golpeados por oponerse al afn de los guerrillerosde quebrar las ataduras y quemar los viejos dolos.

    Desde un principio, SL no slo atac los smbolos religiosos sino lamisma religin; rezos y creencias deban morir en cada uno de ellos y noser transmitidos entre los miembros, mucho menos entre los nios.47 En el

    valle del Ene, a los evanglicos se les prohibi terminantemente hablar deDios, bajo pena de muerte. En general, los miembros de las iglesias evan-glicas fueron algunos de los sectores ms golpeados por la violencia de SL,por oponerse ideolgica y doctrinalmente a su proyecto.Segn Gliserio,enlas bases les decan:

    Ustedes estn hablando el nombre de Dios, no existe en el cielo.

    Diciendo Dios mo estn pidiendo. No por lo que dicen Dios mo va

    a venir solo las cosas. Hay que hacer algo para que venga las cosas.

    En vano se basan en Dios.

    Por el contrario, SL exiga sujetarse al Presidente Gonzalo.Las arbitrariedades, la violencia hicieron que sectores evanglicos res-

    pondieran desde muy temprano a SL, como se dio en el caso de Anchihuay,selva ayacuchana. Tambin en los CAC los evanglicos tuvieron destacadaparticipacin, como el caso de Susy,Zambrano, Jorge Aucasimi, Christofer.

    Para SL, la religin era simplemente el opio de los pueblos, por consi-guiente, una vez en el poder terminara por desaparecer. Este discurso se

    dominacin. Los valores clasistas y revolucionarios anulaban todo sn-toma de remordimiento, todo sentimiento de solidaridad y afecto. Por lomismo, cuando los nios sufran la escasez y la miseria, sencillamente losmandos senderistas no se inmutaban. En palabras de Claudia, los sende-ristas no decan nada. No era ms que los costos de la guerra, la cuota dedolor y sangre que haba que pagar.

    Al formar una familia y ver que sus hijos eran vctimas de la crisis, losvalores afectivos que haban permanecido pasivos o reprimidos comenza-ron a cobrar vida y sostener las relaciones. De modo que comienzan lasdudas respecto de la viabilidad del proyecto; las fuerzas de Sendero sedebilitan y la supervivencia, como ya se ha sealado, se vuelve ms y msdifcil; podan atisbar que el triunfo de la lucha armada y la toma del podereran ms ilusorios que reales. El poder y la ideologa dejaron de anular alas personas para abrir espacios a la crtica y la razn. En estas condicio-nes, las bases deciden rebelarse contra el ncleo senderista de Sello de Oroy asesinar a Elizabet,46 lder del comit y a dos de sus guardias de seguri-

    dad, y entregarse a la base de los CAC de Santa Rosa, para luego ser trasla-dados a la base militar de Pichari, en el valle del ro Apurmac. La familia,como tejido social y afectivo en grado sumo, lograba advertir el fin de lautopa; un mundo en que tanto de lo que se consideraba slido se desva-neca en el aire.

    Sendero luminoso no slo quiso quebrar toda forma de vnculos fami-liares, sustituyndolos por los vnculos partidarios, sino que,paralelamente,quiso imponer un conjunto de valores no sentimentales que terminarancon las formas de vida anteriores, con las ataduras del pasado. As, paraSL, tanto la religin como la tradicin no eran sino signos de dominaciny engao, sin ningn valor social y cultural positivos. Eran los rezagos de

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    47. Claudia recuerda la prohibicin total de la religin; aunque ella segua cultivandosu fe ocultamente, sus hijos ya no saban rezar, ellos no queran que les ensee.

    46. Elizabet, segn los testimonios, tena alrededor de cuarenta aos.Alta y de tez blanca,con cuarto ao de estudio en la Facultad de Educacin de la Universidad del Centro Huancayo,ella haba asumido la direccin del Comit Sello de Oro desde 1989, luego de que su lder,Benjamn, huyera de la base.

    Ideologay discursosenderista

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    religiosas, no slo como patrones culturales y de integracin social, sinotambin como referentes sociales y de identidad de la poblacin. Sernestos mismos referentes los que ms tarde redefinan la adaptacin y con-dicionen el proceso de resistencia.50

    Mientras la familia y los valores afectivos y de solidaridad se fortalecan,las estructuras simblicas y culturales se revitalizaban. Fue en el mbitocultural e ideolgico donde se dio una firme resistencia. Aun cuando lareligin estaba sancionada con la muerte y la lnea ideolgica del partidose impona para anular toda otra forma de pensamiento, los valores cul-turales y religiosos se resistan a desaparecer. El silencio se converta enel arma que permita a l as masas seguir con sus propias esperanzas de fe,como se lee en el testimonio de Gliserio, quien en ms de una oportuni-dad fue sometido a juicio popular y estuvo a punto de ser asesinado porno dejar de creer en Dios y de rezar: En mi conciencia deca Gloria alSeor!, siempre. Gliserio saba que resignarse o llorar era peor, conocala forma como actuaba Sendero. La exaltacin y glorificacin machista

    de SL prohiba terminantemente llorar a todos sus miembros.A menudoquien lo haca era sancionado con la muerte; segn ellos,esta resignacinera flaquear, sntomas de querer abandonar el partido y la revolucin.Gliserio recuerda su comportamiento cuando fue sometido a juiciopopular:

    Yo no poda bajar la moral nunca. Si estaba triste, a veces algunos

    estn pensativos, tienen psicolgica tambin esos malditos.

    Entonces ah tengo que estar normal, riendo o conversando.

    recordaba con insistencia en las bases, cuando vean rezar en algunasceremonias, como los entierros. En Sello de Oro, recuerda Claudia, ancon todas las prohibiciones, las costumbres volvan a reaparecer en cere-monias religiosas como los entierros:

    Si no hay vela slo se le prende lea. Pero al que se muere

    lo rezan. Haba quien nos haga rezar. Tambin Rosa48 saba rezarel Padre Nuestro. A pesar que nos decan que ya no hay que rezar

    se rezaban. Es nuestra costumbre le decamos, vamos a rezarnos.

    Recen pues, decan, es su costumbre, todava no dejan ustedes.

    As nos rezbamos.

    El absolutismo cientfico de prohibir el dolor y el recuerdo, de negar losvalores culturales y la tradicin rel igiosa, tena sus propios lmites. Demsest decir que no logr del todo desterrar las formas de vida de la pobla-cin, ni privar a la muerte de su valor simblico. No consigui arrebataral individuo su propia muerte, su sentido ritual de salvacin y de preser-

    vacin de la memoria.49

    Esta prohibicin tambin comprometi a las festividades religiosastradicionales. Se prohibi la Navidad, cuya celebracin era muy exten-dida en las comunidades campesinas. De acuerdo con las cpulas sende-ristas, recuerda Gliserio, del Comit Popular Florida del valle del Ene,nosotros no podemos festejar estos das que han puesto los gamonales,los explotadores. Por el contrario, impusieron su propio calendario fes-tivo: da del inicio de la lucha armada, 18 de mayo; da de la heroicidad,18 y 19 de junio; el cumpleaos de Abimael Guzmn, 3 de diciembre,entre otros. SL no entenda la importancia de las fiestas tradicionales y

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    50.En un trabajo anterior (Ponciano del Pino H., Tiempos de guerra y de dioses: ronderos,evanglicos y senderistas en el val le del ro Apurmac. Carlos Ivn Degregori (comp.),

    Las rondas campesinas y la derrota de Sendero Luminoso. Lima: Instituto de EstudiosPeruanos. Universidad Nacional de San Cristbal de Huamanga,1996, pp. 117-188.)analizamos las contradicciones econmicas entre SL y los campesinos en el valle del roApurmac. Puesto que este anlisis refiere fundamentalmente a lo cotidiano y los valoressociales y tradicionales de la poblacin, en esta ocasin slo nos circunscribimos a losaspectos culturales, religiosos y a las relaciones familiares tradicionales.

    48. Rosa (treinta y ocho) fue mando militar en el Comit Sello de Oro.

    49. Hannah Arendt desarrolla estas ideas para los sistemas totalitarios de Occidenteen The Origins of Totalitarianism (1973), trad.cast. Los orgenes del totalitarismo.Madrid: Taurus,1981.

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    hiciera, Benjamn, lder del Comit Sello de Oro, huye conjuntamente consu enamorada en 1989. La desercin haba comenzado a producirse desde1988, comprometiendo a combatientes y miembros de la masa.

    DESGARRAMIENTO SOCIAL Y VIOLENCIA

    TOTALITARIA EN SENDERO LUMINOSO

    Frente a la crisis interna, SL comienza a construir nuevos y ms aterrado-res mecanismos de dominacin, exponiendo a sus miembros a las msduras condiciones de supervivencia.

    Sendero Luminoso jams hizo pblicas las dificultades internas por lasque atravesaba ni las distintas formas de resistencia que ponan en cues-tin la viabilidad de su proyecto; por el contrario, reforz la imagen depoder y de capacidades impredecibles. Es ste el contexto donde se dapaso a una nueva etapa, de arrasamiento masivo de poblaciones civiles y

    organizadas. Frente a las dificultades internas Sendero increment el con-tenido irracional de su violencia y las condiciones de inhumanidad cre-ciente sobre una poblacin completamente sometida.

    Esta crisis y la consecuente resistencia creciente de las bases provoca-ron que se redoblaran las formas de sometimiento. Al principio, las san-ciones se definan por la crtica y la autocrtica: los acusados deban asu-mir sus errores pblicamente y someterse al partido. Si volvan a incurriren los mismos errores, eran sometidos al castigo corporal. Y si seguanincumpliendo y no cambiaban, los hacan desaparecer de la base.

    Frente al aumento de la desercin, las familias son vctimas de la repre-sin. No slo se mataba a quienes intentaban huir o a quienes simple-

    mente sugeran la desercin como posibilidad, sino que en casos msextremos, asesinaban a las familias de quienes huan de las bases. La deser-cin de Alejandro comprometi la vida de su familia, del padre y dos delos hermanos,quienes fueron asesinados en la base del Comit Sello de Oro.Muchos de los miembros de los comits populares tenan familias y todo

    A diferencia de lo que Sendero buscaba va a olvidar de sa su costum-bre, antes seguramente ha sido conformista, Gliserio se fortaleca: enmi mundo interior yo estaba siempre renegando, cansado total, oprimido,por esa razn tambin me he salido (huyendo de la base senderista).

    La resistencia a perder sus costumbres y su fe religiosa haca, en algu-nos casos, retroceder el poder ideolgico de SL. Cuando alguien falleca,la masa lo enterraba con todo el ritual religioso, lloraban y rezaban a sumuerto. Se quebraba el poder frente a la muerte, lo prohibido frente a loreconocido. Como hemos visto, los mandos senderistas se contentaroncon sealar: Todava siguen con sus costumbres, no dejan todava.

    Estos niveles de resistencia no slo se dieron en las masas y la fuerzade base, sino tambin entre los mismos combatientes. Muchos de ellos enalgn momento simulaban estar enfermos e incapacitados de participarde las acciones.

    Yo estaba con mi esposa y mis cinco hijos, uno de dieciocho aos,

    pero menos mal, seguramente pap Dios nos haba dado, a semi hijo le apareci uta [leishmaniasis] en su pie, entonces con

    esa uta a l no han podido ni llevar, ni a accin, ni a nada, ni fuerza

    principal, nada, juntos hemos estado. Igualito a m tambin uta

    en mis dos pies ha aparecido, tena heridas en ese momento en

    mis pies, si no me hubiesen llevado.

    Al igual que Reynaldo, cuando se le exige a Sebastin salir a participar delas acciones, aduce estar enfermo de los riones, incapacitado de caminar.

    En otros casos, se negaban a obedecer una de las tres reglas de oro delpartido: Obedecer las rdenes en todas las acciones. Pter, guerrillero dela Compaa 579 Base Viscatn, aduciendo agotamiento,deja de obede-cer y hacer lo que se le haba ordenado: derribar una torre del tendido elc-trico Huancayo-Ayacucho.Pter se negaba aun cuando era consciente de lasancin que ello poda causarle: el ajusticiamiento. Esto acelera el procesode desercin de los combatientes de las filas de SL; como el mismo Pter lo

    38 39Copyright 2007 Anne Protin-Dumon

    http://etica.uahurtado.cl/historizarelpasadovivo/es_contenido.php

    Ponciano del Pino H. Familia, cultura y revolucin. Vida cotidiana

    en Sendero Luminoso

    HISTORIZAR EL PASADO VIVO EN AMRICA LATINA Per: investigar veinte aos de violencia reciente

    Hechosde violencia

  • 8/12/2019 Vida Cotidiana en Sendero Delpino

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    Me entregaron el cuchillo diciendo, hazlo, porque el partido te

    design. Yo no saba qu hacer, pero era momento de demostrar

    que ramos parte de ellos y as confiara en m, as tendra

    una oportunidad de escapar. Sent como un sueo, una pesadilla,

    me volv zonzo, por dentro temblaba, uno de ellos habl, qu

    esperas compaero, ponte en su caso de este miserable, en

    su base seguramente te torturan, te hacen sufrir hasta que cantesy luego qu [...] para que te maten, se lo merecen compaero,

    si no l ser perdonado y sern juzgados ambos. Cuando me

    dieron el pual no saba por dnde empezar, me acerqu y le dije

    perdname, y le di un pual en el pecho y grit de miedo y creo

    que el grito me ayudaba a hacer [...], luego en el estmago,

    en el corazn, mientras yo sala embarrado de sangre y sin

    comprender lo que haba hecho [...] quera ponerme loco

    y escaparme ese instante.51

    La inhumanidad era la esencia del aprendizaje y la crueldad, una prctica

    cotidiana, una leccin de guerra.Muchos de los miembros de las bases fallecieron a causa del hambre ylas enfermedades; otros, asesinados por el partido. En agosto de 1994, luegode la incursin del Ejrcito y los CAC a cuatro bases senderistas en la reginAnapati, distrito de ro Tambo, Satipo: Nuevo Desarrollar, Nueva Aurora,Csar Vallejo y Progreso, se supo del hallazgo de diversas tumbas con cad-

    veres de prisioneros ashninka y de senderistas arrepentidos, todos ellosasesinados cruelmente por SL los ltimos aos.

    El propio fiscal provincial d