visión espírita - año 5 - nº 19 - invierno

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VISIÓN ESPÍRITA VISIÓN ESPÍRITA AÑO 5 n Nº 19 n INVIERNO "Un sabio de la antigüedad os lo dijo: Conócete a ti mismo." (El Libro de los Espíritus, pregunta 919)

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Boletín de artículos espíritas del Centre Espírita Amalia Domingo Soler, Barcelona, España.

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Page 1: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

¡ES TIEMPO DE

VISIÓN ESPÍRITAVISIÓN ESPÍRITAAÑO 5 n Nº 19 n INVIERNO

REFORMAÍNTIMA!

"Un sabio de la antigüedad os lo dijo: Conócete a ti mismo."(El Libro de los Espíritus, pregunta 919)

Page 2: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

2 Visión Espírita

editorial

HAN COLABORADO EN ESTA EDICIÓNAlexandra Mielenhausen, Ana Laura Ibañez, Anna Vázquez,Andrea Campos, Gilda López, Ian Bermúdez, Janaina de Oliveira,Jonathan Levy, Jesús del Valle, Kédima Furquim, Lindamir da Silva,Marcello Pagnotta, María Jesús Briega, Rafael Navarrete, Regina Costa,Silver Chiquero, Susana Clavero, Teresa Vázquez y Wellington Bossi.Fotos:Marcelo Nogare Maquetación: Chris Magalhães

VISIÓN ESPÍRITAPublicación trimestral del Centre Espírita Amalia Domingo SolerCalle Ventura Platja, 15 bajos - Barcelona - España - DL: B. 17623-2013www.ceads.kardec.es n amaliadsoler.blogspot.comBuzón de sugerencias y comentarios: [email protected]

DISTRIBUCIÓN GRATUITA

Con la ley de progreso, explicada en el Libro

de los Espíritus, aprendemos que evoluciona-

mos y que esta evolución se da en varios as-

pectos. Parece ser que el mundo ha entendido

muy bien la importancia de la evolución inte-

lectual. Pero, al parecer, la prioriza respecto a

la evolución moral, ya que aquella evoluciona

más rápidamente que ésta.

Por otro lado, sabemos que la Tierra está

pasando por un proceso, lento pero impara-

ble, de transición: de un mundo de pruebas

y expiaciones a un mundo de regeneración.

En este último, el amor ya gana al odio. Para

que podamos acompañar esta evolución, es

necesaria nuestra reforma íntima. Vivir los

valores enseñados por Jesús, independien-

temente de religiones, de filosofías. Lo que

hace el Espiritismo es revivirlos, transmitir-

los de manera transparente, sin dogmas, sin

intereses, abriéndonos la puerta a la vida

espiritual.

Paseando por los textos de esta edición, po-

demos ver algunas pinceladas de esta doc-

trina, que nos invita a reflexionar sobre el

universo, sobre nuestra sociedad, sobre el

prójimo y, en particular, sobre nuestra propia

vida, nuestra esencia.

La evolución moral también tarda su tiempo.

No nos desesperemos en querer reformarnos

íntimamente de un día al otro. Esto genera

ansiedad y frustración. Pero intentemos se-

guir la evolución del planeta, poco a poco, sin

titubear.

El equipo de Visión Espírita espera humilde-

mente y de corazón, que pueda contribuir,

aunque mínimamente, con estos pequeños

cambios internos a través de la divulgación

del Espiritismo.

Aprovechamos y deseamos a todos mucha

paz y luz a todos para este 2014, ¡que ya des-

punta en el horizonte!

Pentateuco 3Semejanzas físicas y moralesMétodo, 1ª parte - cap. IIISócrates y Platón: precursores de Jesúsy del EspiritismoCapítulo III - El CieloEl bien y el mal

Psicología de la evolución 8La dualidad del ser: una mirada humana ycompasivaLas drogas y el libre albedrioCaridad: oportunidad de servir¡Un año más!

Filosofía do ser 13La parábola de los dos hijos: un ensayosobre el libre albedrío

Ciencia & Salud 16Espacio universal

Ocio del bien 20AgendaFrancisco de Asís, de João Nunes Maia,por el Espíritu MiramezCrucigrama

Personalidad 23Ernesto BozzanoHugo Andre de Lima Martins

sumario

Page 3: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

Visión Espírita 3

Pentateuco

TERESA VÁZQUEZ

Del capítulo IV Pluralidad de existencias, del

Libro de los Espíritus. Preguntas 207 a 217

Así como existe una transmisión genética

de padres a hijos que puede mostrarse con ras-

gos físicos semblantes (nariz, ojos, complexión

física, etc.), las semejanzas morales no son

hereditarias ya que no pertenecen al cuerpo

físico sino al Espíritu. Recordemos que el

cuerpo material que habitamos, es una forma

condensada de nuestro ser presente en la di-

mensión física terrenal para llevar a cabo su

misión de vida y aprendizaje. “Entre los de-

scendientes de las razas sólo existe consan-

guinidad” (p 207, LE).

Ahora bien, las similitudes morales que

podemos encontrar entre miembros de la

misma familia se deben principalmente a la

afinidad de espíritus con tendencias e inclina-

ciones comunes. La influencia moral que

ejercen los progenitores en sus hijos e hijas es

educacional, a través del ejemplo que den con

sus actos y acciones. Su compromiso como

padres es potenciar el desarrollo saludable de

los espíritus que están a su cargo, acompañar-

les en su evolución espiritual y guiarles en su

camino por el bien. Esta relación potenciará

tendencias morales en sus hijos e hijas, pero

no similitudes morales, ya que éstas son fruto

de vínculos establecidos en vidas pasadas.

Los compromisos adquiridos como padres

antes de reencarnar son bendiciones para el

alma, tanto del que da como del que recibe, de

ahí que en ocasiones, padres bondadosos y con

lúcida conciencia de Amor, acojan en su seno

familiar a espíritus que requieren de mucho

afecto y comprensión para restaurar graves er-

rores pasados. Ahora bien, “para el Espíritu del

padre y de la madre, es ésta una gran tarea: si

falla, será culpable” (p 208 LE).

Bajo la Ley de Causa y Efecto, todo tiende

al equilibro y la armonía, por tanto los actos

que cometemos revierten en nuestras experi-

encias en bonus negativos y positivos según

nuestras acciones. Todo depende de nosotros.

Hemos de tener en cuenta que el encuen-

tro de almas, siempre está sujeto a la Ley de

Amor. Todos los lazos afectivos tienen su

propia historia de acuerdos y desacuerdos,

encuentros y desencuentros, vividos en vidas

pasadas. Bien por amor o por ausencia de

este, la reencarnación en una familia determi-

nada, tiene la finalidad de equilibrar las ten-

dencias de cada ser hacia la consciencia

crística que nos unifica con Dios y nos

dispone a la verdadera felicidad.

Dios, en su inmanencia, inmutabilidad y

omnipresencia, dispone las Leyes Divinas para

que su eterna voluntad se cumpla siempre.

Entre Ellas encontramos la Ley de Afinidad o

Atracción, también plasmada en la mitología

griega como Eros el dios del amor, hijo de Ares

dios de la guerra y Afrodita diosa de la belleza.

Esta Ley nos habla de la atracción que ejercen

elementos afines y dispares componiendo así

la hermosa trama de la vida donde todo tiende

a la armonía.

Así encontramos casos de hermanos geme-

los que como Espíritus simpáticos se sienten di-

chosos de estar juntos (p 211 LE), o hermanos

siameses que comparten órganos en su unión

corporal y les hace ser dependientes uno de

otro. Podríamos decir que son almas tan afines

que deciden compartir habitáculo pero la ver-

dad se encuentra oculta a los ojos terrenales

porque pertenece al alma. Amor y odio son

vivencias de dualidad que pertenecen a la vida

en la dimensión de la Tierra, caminos que lle-

van a la unidad del ser.

Los cuerpos se destruyen y siguen su pro-

ceso de transformación en la tierra, mientras

que el alma continúa viviendo y mantiene el

bagaje de sus experiencias reencarnatorias

que marcaran su propia evolución. Los cuer-

pos cambian de encarnación en reencar-

nación; las almas siguen su aprendizaje

ennobleciéndose a cada paso.

Con nuestros ojos vemos cuerpos moldea-

dos a la prueba que han de superar. A veces son

cuerpos feos y desfigurados, otras son her-

mosos y deseados,… en cada uno de esos cuer-

pos, habita un Espíritu en evolución. “Podrías

creer que sólo los cuerpos bien constituidos son

la envoltura de los Espíritus más perfectos”, pero

la Ley del Amor es mucho más profunda que

la razón humana y abarca más allá de lo que

vemos o creemos ver.

Las cualidades del Espíritu modifican con

frecuencia a los órganos que sirven a sus mani-

festaciones, e imprimen al rostro, e inclusive al

conjunto de los modales, su sello distintivo.

No son nuestros ojos los que ven verdad.

Semejanzas físicas y moralesel libro de los espíritus

Page 4: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

4 Visión Espírita

Pentateuco

MÉTODO 1ª PARTE - CAP. III

WELLINGTON BOSSI

El Espiritismo es una ciencia, una filosofía. Para comprenderla

es imprescindible un estudio serio y metódico, porque trata de

innumerables aspectos de la humanidad. Éste nos habla de la in-

mortalidad del alma. Aunque sea una tendencia natural del ser

humano querer convencer a los demás, el Espiritismo no pre-

tende persuadir a nadie. Pero sí esclarecer que existe algo más

allá de la materia que podemos ver. ¿Quién podría creer o imagi-

nar la existencia del átomo sin el microscopio electrónico? La hu-

manidad progresa y paralela a ella la ciencia “descubre”, cada día,

nuevas facetas de la vida.

El punto de partida para el estudio de la inmortalidad fue el

espíritu o alma, que viene a ser la misma cosa, pero en estados

distintos. Nos referimos a alma cuando hablamos de alguien que

está vivo; como tú por ejemplo; y a espíritu cuando ya nos hemos

desprendido de la materia (nuestro cuerpo) por un proceso lla-

mado, en la Doctrina Espírita, desencarnación. Es primordial

tener esta idea muy clara para lograr una comprensión óptima

de ello. Es como el agua en estado líquido, gaseoso o sólido, siem-

pre hablamos de H2O. Por lo tanto, el espíritu es el alma cuando

está ligado a un cuerpo físico, volviendo a llamarse espíritu,

cuando se despoja de la materia.

Entre los materialistas, están aquellos que niegan o negaron

en su época la existencia de cualquier inteligencia fuera de la ma-

teria. Éstos se dividen en dos grupos: por una parte están los que

por orgullo persisten en negar toda prueba en contra de su ideo-

logía y por otro lado están los que, aún razonando su criterio, nie-

gan absolutamente que haya algo más que el cuerpo físico. El

verdadero materialismo es algo antinatural. ¿De qué nos sirve

tener un inmenso e incontrolable deseo de poseer cosas materia-

les, si todo aquello que nos es prestado aquí, aquí lo dejamos?

Según el Espiritismo, después de la muerte sólo nos llevamos lo

que somos en realidad, Espíritu. Éste está revestido por una capa

semimaterial llamada periespíritu, en donde queda grabada toda

nuestra existencia, incluso las anteriores. Al partir del mundo físico,

no dejamos de ser quienes somos, ni quienes fuimos en un pasado.

Después de la muerte continuamos siendo los mismos, pero libres

de la materia densa corporal, quizás con un bagaje intelectual y o

moral más grande, dependiendo siempre de lo que hayamos lo-

grado aprender en la última experiencia reencarnatoria.

Según el Libro de los Médiums, entre los convencidos de que

el Espíritu es inmortal, podemos dividirlos en los que creen pura

y simplemente en las manifestaciones; aquellos que no se con-

tentan con admirar la moral espírita; los que ven el Espiritismo

como algo más que los hechos mediúmnicos y, por fin, los “espí-

ritas exaltados”. Estos son aquellos que, pese su buena fe, son ju-

guete, ya de los Espíritus mixtificadores, ya de los hombres que

procuran explotar su credulidad.

Nuestro estudio no acaba aquí, continuará en la próxima edi-

ción de nuestra revista. ¡Pero no espere tanto: busque e investi-

gue las obras del Pentateuco Espírita de Allan Kardec!

el libro de los médiums

Page 5: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

Visión Espírita 5

Pentateuco

JANAINA DE OLIVEIRA

Nos dice el Evangelio Según el Espiri-

tismo que Sócrates y Platón son los princi-

pales precursores de Jesús, habiendo

comprendido la verdad como espíritus ma-

duros que eran e incluso secundado al

Cristo en su paso por la Tierra. Sócrates no

dejó escritos, sino que le correspondió a

Platón la redacción de su doctrina. El maes-

tro y el discípulo se confunden así en una

única voz, que ya profesaba que el hombre

es un alma encarnada y afirmaba la pree-

xistencia del alma que aspira volver al

mundo que habitaba antes de bajar a la ma-

teria. Para Sócrates, el hombre debe dedi-

carse a contemplar su propia esencia,

dirigiéndose hacia lo que es puro e inmuta-

ble. Las pasiones transitorias, la materia su-

jeta al cambio y al deterioro, no le conducen

a la sabiduría. De hecho, Sócrates llama

“hombre vicioso” al amante vulgar que pre-

fiere el cuerpo al alma y nos desafiaba con

la pregunta: “Si el alma es inmortal, ¿no es

acaso más prudente el vivir para alcanzar

la eternidad?” La pregunta sigue tan actual

como hace veinticinco siglos.

Como el Espiritismo, Sócrates y Platón

enseñaron que el alma se encuentra tur-

bada durante la existencia física. Para el

hombre que ha vivido con sabiduría y en

la búsqueda de la verdad, la muerte es una

liberación de la materia densa, que le en-

torpece los sentidos. Por esto el filósofo no

teme a la muerte. Sócrates llegó incluso a

afirmar que los hombres que han vivido

en la tierra se vuelven a encontrar des-

pués de la muerte y se reconocen. Su doc-

trina distingue claramente entre la suerte

que encuentran después de la muerte los

espíritus de los hombres “puros” y los de

los hombres “malos”. Los puros se liberan

de la reencarnación, mientras los malos,

más materializados, permanecen junto a

sus círculos de interés en la Tierra y deben

pasar por nuevas reencarnaciones para

purificarse. Como se ve, Sócrates y Platón

comprendían los diferentes grados de ele-

vación del alma, e insisten sobre la dife-

rencia de situación que resulta para ella

de su mayor o menor pureza. Para Sócra-

tes, los Daimones – como denominaba los

espíritus-, en sus diferentes grados de pu-

rificación, poblaban el espacio.

También enseñaban los filósofos, como

el Espiritismo nos aclara, que cuando se

despoja del cuerpo, el alma lleva las seña-

les evidentes de cada uno de los actos de

su vida. Para Sócrates, la mayor desgracia

que puede sucederle al hombre es el irse

al otro mundo con un alma cargada de crí-

menes. Ya preconizaban los filósofos pre-

cursores de Jesús y del Espiritismo que

existe una verdadera continuidad entre la

vida corpórea y la vida espiritual. Decían

que el alma no purificada conserva las

ideas, las tendencias, el carácter y las pa-

siones que tenía en la Tierra. Tal como el

Espiritismo nos aclara y demuestra, la

muerte, lejos de purificar al hombre, le

transporta a un estado más dichoso y pu-

rificado o más infeliz y materializado

según haya vivido en la carne.

El principio de la caridad y del perdón

al prójimo estaba presente en las ense-

ñanzas de Sócrates en la máxima “Nunca

debe volverse injusticia por injusticia, ni

hacer mal a nadie por daño que nos haya

hecho”. Como Jesús, estos precursores de

la verdad fueron ridiculizados y persegui-

dos por sus ideas, pero dejaron constancia

en los registros históricos de que 500 años

antes de Cristo, la humanidad había te-

nido la oportunidad de comprender que

no se debe hacer al prójimo lo que no nos

gustaría que se nos hiciera a nosotros mis-

mos. La madurez de su espíritu le permi-

tió a Sócrates comprender que la

verdadera sabiduría está en no creer

saber lo que no se sabe. La humildad, la

caridad, el perdón, la inmortalidad del

alma y la reencanación son algunos de los

aspectos característicos de la doctrina de

Sócrates y Platón que permiten identifi-

carles como precursores de Jesús y del Es-

piritismo. (J.O.)

SÓCRATESY PLATÓN

precursores de Jesús y del Espiritismoel evangelio según el espiritismo

Page 6: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

6 Visión Espírita

SILVER CHIQUERO

La palabra cielo deriva del latín “coelum”,

derivada del griego “coilos”, que significa cón-

cavo. A falta de conocimientos astronómicos

todas las teogonías imaginaron una superpo-

sición cóncava de cielos (según la opinión ma-

yoritaria siete, según los musulmanes nueve,

según Ptolomeo once, según el cristianismo

tres); pero bajo el imperio de los nuevos co-

nocimientos las creencias sufrieron modifica-

ciones, perdiendo el cielo su ubicación

espacial. Se consideraba la Tierra el centro del

Universo y Dios más allá de la imaginación,

cuando debería concebírsele en el centro,

desde donde podría irradiar hacia todos

lados. El Espiritismo nos enseña nuestra na-

turaleza humana y los atributos de Dios.

Los Espíritus son creados simples e igno-

rantes pero capacitados para aprender y pro-

gresar moral e intelectualmente según sus

propias decisiones; capaces de ser felices

según los progresos realizados; por ello los

goces, armonías, esplendores y sensaciones

espirituales dependen de las aptitudes propias

para percibirlos, frente al influjo de la materia.

Teniendo como meta la perfección, realizan

progresos en inteligencia y moralidad aunque

ambos progresos raramente marchan juntos.

La encarnación es necesaria para ambos, el

progreso intelectual por la actividad a que se

ve obligado a desarrollar, el moral tiene como

objeto y estimulante la necesidad de las rela-

ciones del hombre con sus semejantes.

Entre cada existencia corporal el Espíritu

regresa al mundo espiritual siendo más feliz

o desgraciado según el bien o el mal obrado,

tomando las resoluciones que deberá prac-

ticar al regresar a la vida corpórea. La reen-

carnación puede tener lugar en la Tierra o

en otros mundos, según el grado de perfec-

cionamiento del Espíritu. La vida en mundos

superiores ya es una recompensa donde se

vive en paz, fraternidad, igualdad y libertad

para progresar en inteligencia. Comparados

con la Tierra son verdaderos paraísos, eta-

pas de la ruta del progreso que llevan al es-

tado definitivo. La felicidad suprema

consiste en el goce de todos los esplendores

de la Creación, en una satisfacción íntima, en

el amor puro que enlaza a todos los seres.

Los trabajos de los Espíritus se relacionan

con su progreso, iluminación, capacidad, ex-

periencia y grado de confianza que inspiren

a Dios. Los Espíritus puros son mensajeros de

Dios, e inspirándose en su pensamiento pre-

siden la formación de los mundos y la armo-

nía general del Universo; los más dignos

conforman el Consejo Supremo; los jefes su-

periores se encargan de los mundos especia-

les; con tareas más restringidas, hay quienes

vigilan la marcha de los pueblos, el impulso

de cada rama del progreso y de la Naturaleza,

incluso en los más mínimos detalles. Son

todos, encargos aceptados con gozo y solici-

tados con pasión, para progresar y elevarse;

sin embargo un paso en falso sólo perjudica

al individuo, no al conjunto.

Todas las inteligencias se instruyen, dán-

dose las manos para alcanzar la cima. Así se

establece la solidaridad entre Espíritus cau-

tivos y libres, mediante la depuración y la

continuidad, las simpatías auténticas, los

afectos santificados. La felicidad depende de

las virtudes propias del individuo y no del

ambiente y bienes materiales que a éste lo

rodeen. La felicidad no es una dicha uniper-

sonal, acontece con seres afines y la comu-

nión de sus pensamientos, ideas, gustos y

sentimientos; mientras cada individualidad

brilla e irradia con sus cualidades propias.

CAPÍTULO III

EL CIELO

Pentateucoel cielo y el infierno

Page 7: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

Visión Espírita 7

RAFAEL NAVARRETE

“Dios es el principio de todo, y ese principio es una trilogía de

cualidades: sabiduría, bondad y justicia; por lo tanto, todo lo que de Él

emane debe estar impregnado de esos atributos. Siendo sabio, justo y

bueno no puede producir nada irracional, malo o injusto. El mal que

vemos no se ha originado de Él (...) Sin embargo, el mal existe y tiene

una causa.”

Para regir a todas las criaturas y a todo lo que Él ha creado, hay una

serie de leyes divinas y naturales que nos gobiernan: ley del progreso,

ley del trabajo, ley de destrucción, ley de libertad, ley de sociedad, ley de

causa y efecto, ley de conservación, ley de igualdad y la ley de

reproducción. Y nosotros tenemos la inteligencia y el libre albedrío para

tomar todas las decisiones que nos deparan las vicisitudes de la vida.

Existe una idea de que hay un ser especial, con poderes malignos

luchando incesantemente con las fuerzas del mismísimo Creador. Eso

viene de ideas preconcebidas erróneamente durante mucho tiempo

dictadas por los hombres que querían mantener el poder en manos de

pocos para seguir controlando a los creyentes. Ese supuesto ser tiene

que haber sido creado por algún otro ser, que solamente puede ser Dios.

Dios crea a todas las criaturas simples e ignorantes; de esta manera se

puede entender que el mal es la ausencia del bien y que no hay ni una

criatura destinada a ser maligna por toda la eternidad, ¡esa es una de las

premisas de la ley del progreso! “Si existiese en la Creación un ser

encargado del mal, nadie podría evitarlo; pero la causa del mal está en

el hombre mismo y, como éste posee el libre albedrío y la guía de las

leyes divinas, podrá evitarlo cuando así lo desee.”

Los diferentes males, físicos o morales, que afligen a la humanidad

pueden ser divididos en dos: el primero son males que se pueden evitar

y el segundo son males independientes de su voluntad (tal como las

catástrofes naturales). Pensando en las catástrofes naturales, a menudo

el hombre lo encuentra injusto por parte del Creador, pero si conociese

toda la causa y la finalidad de esos males, vería que todo está impregnado

con la sabiduría y justicia divina. “El hombre progresa, y los males a los

que se haya expuesto estimulan el ejercicio de su inteligencia y de sus

facultades psíquicas y morales, incitándolo a la búsqueda de medios para

sustraerse de las calamidades (...) El dolor es como un aguijón que

impulsa al hombre hacia adelante por la vía del progreso.”

Por otro lado, los males más numerosos de la humanidad son los que

el proprio hombre crea (y, por lo tanto, evitables), sea por los vicios, por el

orgullo, por el egoísmo, por la ambición desmesurada o por todos los tipos

de excesos y la infelicidad que de eso se pueda causar. El hombre siempre

juzga lo que le sucede en su vida, principalmente los problemas, desde su

pequeñez y desde su punto de vista egocéntrico, olvidando que no vivimos

solamente una vez y que todos los errores que cometemos, tenemos que

pagarlos, sea en esta existencia o en alguna otra más adelante, y lo que le

sucede hoy puede ser el pago de cuentas de un error previo.

“Pero Dios, todo bondad, colocó la medicina al lado de la enfermedad,

es decir, que del mismo mal hace nacer el bien. Llega el instante en que el

exceso de mal moral se vuelve intolerable y el hombre siente la necesidad

de cambiar. Aleccionado por la experiencia intenta encontrar una medicina

en el bien, siempre de acuerdo con su libre albedrío, pues cuando penetra

en un camino mejor es por su voluntad y porque ha reconocido los

inconvenientes del otro que seguía. La necesidad lo obliga a mejorar

moralmente para ser más feliz, como esa misma necesidad lo induce a

mejorar las condiciones materiales de su existencia.”

Así pues, el hombre es el responsable de todos los males que le surjan

en su vida, siendo el único que puede evitar los futuros males con buenas

acciones, con rectitud de carácter, honestidad, caridad, indulgencia y la

práctica del perdón en la vida presente.

EL BIEN Y EL MALPentateuco

la génesis

Page 8: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

8 Visión Espírita

Un corazón humilde puede sacar lecciones

de cualquier enseñanza. El lenguaje de las car-

tas de Pablo, que muchas veces utiliza pala-

bras como “pecado” y “ley”, puede provocar

rechazo, pero es importante que la forma no

nuble la capacidad el espíritu de buscar la

esencia. En sus cartas, Pablo presenta en un

lenguaje poco familiar para el espiritista de

hoy un concepto que sin embargo es clave en

todas las discusiones que elaboramos en

nuestros círculos de aprendizaje: la reforma

íntima, que solemos denominar como la

transformación del “hombre viejo” en un

“hombre nuevo”. Para los espíritas, el hombre

nuevo es aquel que comprendiendo que es in-

mortal, se esfuerza por vivir según la bandera

de amor y caridad preconizada por los espíri-

tus. No quiere decir que esté armonizado con

las leyes cósmicas por el sencillo hecho de co-

nocer intelectualmente la doctrina de los es-

píritus. Sencillamente quiere decir que, de

corazón sincero y conciencia despierta, el

“hombre nuevo” desea renovarse y seguir el

camino de perfeccionamiento de sus valores

ético-morales. Entre el sincero deseo de reno-

vación y nuestra transformación, sin em-

bargo, se nos presentan importantes

dificultades. Este aspecto, tan comentado en

el seno de la Doctrina Espírita y familiar para

los espiritistas, es uno de los temas del capí-

tulo 7 de la epístola de Pablo a los Romanos,

versículos 19 a 25:

Puedo querer hacer el bien, pero hacerlo, no.

De hecho no hago el bien que quiero, sino el mal

que no quiero. Por lo tanto, si hago lo que no

quiero, eso ya no es obra mía sino del pecado que

habita en mí. Ahí me encuentro con una ley:

cuando quiero hacer el bien, el mal se me ade-

lanta. En mí el hombre interior se siente muy

de acuerdo con la Ley de Dios, pero advierto en

mis miembros otra ley que lucha contra la ley

de mi espíritu, y paso a ser esclavo de esa ley

del pecado que está en mis miembros. ¡Infeliz

de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo, o de

esta muerte? ¡Gracias sean dadas a Dios, por

Jesucristo, nuestro Señor! En resumen: por mi

conciencia me someto a la Ley de Dios, mientras

que por la carne sirvo a la ley del pecado.

Sabe el apóstol de los gentiles que desear

hacer el bien es un primer paso, pero que no

basta. La ley de Dios está presente en la con-

ciencia del hombre, como nos afirman los es-

píritus en la pregunta 621 de El Libro de los

Espíritus, pero nos enfrentamos a la ignoran-

cia de la verdad que debe ser transcendida

para que lleguemos a la perfección. Pablo nos

habla de la dualidad del ser, que se ve en lucha

contra sus imperfecciones: escucha la voz de

la conciencia, pero vive condicionado por la

carne. Para algunos en esta epístola, el apóstol

puede parecer pesimista, sin embargo, hay

que comprender la profunda reflexión que

hace este hombre que se ve a sí mismo y ob-

serva a sus semejantes con extrema compa-

sión. Habiendo ya despertado para la

conciencia espiritual, el hombre sigue tantas

veces “esclavo del pecado”, cometiendo los

mismos errores.

Por esta razón, Pablo da las gracias a Jesús,

que le fortalece pese a sus imperfecciones mo-

rales, mostrándole cómo liberarse de la

muerte. No habla aquí de la muerte física, sino

de la muerte que supone vivir en los vicios, en

los crímenes o apartado de los valores ético-

morales más elevados. En el capítulo 4 de la

carta a los Filipenses, el apóstol de los gentiles

afirmaría “Todo lo puedo en Cristo que me for-

talece”. Jesús es para Pablo y para los espíritas

una fuente de inspiración, un modelo a seguir.

Este hermano mayor, que venció sus imperfec-

ciones antes que la Tierra fuera Tierra, nos in-

vita amorosamente a que nos renovemos. El

deseo de auto-transformación es un primer

paso, pero la firmeza de voluntad es imprescin-

dible para vencer la ignorancia que todavía nos

caracteriza. (J.O.)

Psicología de la evolución

La dualidad del seruna mirada humana y compasiva

Page 9: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

Visión Espírita 9

Psicologia de la evolución

KÉDIMA FURQUIM

¡Jóvenes! La doctrina espírita nos enseña,

con ejemplos, el mejor camino y nosotros, con

nuestro libre albedrío, decidimos su reco-

rrido, acertado o no, a seguir.

A partir de una cierta edad los ánimos

están exaltados. Las ganas de descubrir cosas

nuevas van creciendo y las equivocaciones

también pueden ir aumentando.

Todo empieza con un cigarrillo normal.

En ese momento tú piensas “no voy a ser

el único en no probarlo, si todos fuman es

porque no hace daño, y si hace, aun soy

muy joven para morirme”. “Pero… si este

cigarrillo no va acompañado de una cer-

veza ya no tiene gracia” ¡Gran error¡ Cuán-

tos “amigos invisibles” están a tu lado

induciéndote a que lo hagas! aunque los

ojos físicos no puedan verlos.

Te vas de fiesta y “los amigos” te invitan a

fumar un porro, luego a otro, y otro… y ahí

empieza todo el sufrimiento. Por más que

todos a tu alrededor te digan que pruebes

algo; tú tienes el libre albedrio para decidir

hacerlo o no. Ten presente que a tu lado

siempre está tu guía espiritual dándote bue-

nos consejos para que no te equivoques.

El efecto negativo de las drogas es tan

grande que no sólo daña el organismo del en-

carnado sino que también afecta, al periespí-

ritu. Destrozando y comprometiendo la salud

y el equilibrio del cuerpo espiritual, formán-

dose en él grandes “agujeros”. Luego se nece-

sitarán varias encarnaciones para repararlos.

¡Jóvenes! No os dejéis llevar por las sensa-

ciones momentáneas del placer, sed fuertes y

haced valer vuestro libre albedrio. El compro-

miso en esta encarnación, hacia una renova-

ción moral, tiene que ser más grande que

cualquiera que sean las ganas de, engañosa-

mente, pasárselo bien. Las drogas son una

puerta falsa por la cual muchas veces ya no se

puede volver.

“La educación moral a la luz del evangelio,

sin disfraces ni distorsiones, la toma de con-

ciencia espiritual sin alardes, la libertad y la

orientación con bases en la responsabilidad.

La disciplina moral desde temprana edad, la

vigilancia cariñosa de los padres y educado-

res, la asistencia social y médica en contribu-

ción fraternal, constituye un antídoto eficaz

para las drogas. El auto- flagelo que la huma-

nidad está sufriendo por haber cambiado los

valores reales del amor y de la verdad por los

comportamientos irrelevantes insensatos en

la frivolidad.” (Joanna de Angelis, Después

de la Tempestad.)

La educación espírita nos enseña, nos

auxilia. La casa espírita está preparada por

el equipo espiritual, que en ella trabaja,

para actuar en favor de las personas que

sufren por el uso de drogas a través de va-

rias herramientas: motivación por apren-

der y reformarse interiormente; el pase

espirita, que ayuda a equilibrar nuestro es-

tado; asistencia espiritual, cuando ya se

tiene consciencia del problema y de la ne-

cesidad de ayuda fraterna.

¡Padres y jóvenes! Estad atentos a los

cambios, estad atentos a las sensaciones

que nos rodean. Estamos cercados de ener-

gía, y si no estamos equilibrados, unidos y

ligados al Padre Creador, nuestra sintonía

cambia y estamos más expuestos a las

malas influencias. Hagamos valer nuestra

encarnación, trabajemos para los demás,

trabajemos nuestra moral y las ganas de

mejorar. El amor tiene que ser más grande

que el reproche, que las broncas, que las

imposiciones.

Recordad otra herramienta importantí-

sima para la salud espiritual de la familia:

el evangelio en el hogar. Éste equilibra, une

y da señales de que no estamos solos, esta-

mos cercados por buenos espíritus que

están siempre dispuestos a ayudarnos.

Y EL LIBRE ALBEDRIO

Lasdrogas

Page 10: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

10 Visión Espírita

ANDREA CAMPOS

Tenemos muchas oportunidades en

la vida. La primera es de la propia

vida. Luego la oportunidad de ser

amado y educado, de estudiar, tener

un hogar, tener un trabajo, casarse o

no, tener hijos, conocer otras culturas,

pasear, etc. Muchas veces nos

olvidamos de la oportunidad que

tenemos de aprender cada momento

de nuestra existencia. Y, casi nunca (¡o

nunca!) paramos para pensar en la

oportunidad de servir, de hacer el bien

a los demás y a nosotros mismos.

¿Seremos ciegos? ¿La caridad es algo

imposible de practicar?

De alguna manera podemos decir

que somos ciegos de amor. Muchos

estamos todo el tiempo pensando en

nosotros mismos, aunque pensemos

en nuestros seres queridos primero

nos viene el pensamiento de que

manera hacer las cosas sin que nos

perjudique y nos sea placentero.

Perdemos muchas oportunidades

de servir porque creemos que

solamente podemos hacer la caridad

cuando tengamos tiempo, dinero o

estemos jubilados.

La verdadera caridad no es la

beneficencia. Este es el primer paso en

la senda del bien, pero es un paso

pequeño en el largo recorrido de la

eternidad.

Amar a Dios y al prójimo como a

uno mismo requiere atención en la

misma tríade: primero hay que amar a

uno mismo, este amor humilde,

aceptando nuestras pequeñeces en

busca de ser mejores personas,

después se ama al Creador y a todas a

sus creaturas. Jesús se ama tanto que

ama aún más al Padre y a todos los

hermanos de este planeta.

Existen varios tipos de caridad:

hacia nosotros mismo, hacia los

familiares y amigos, hacia la sociedad,

hacia la naturaleza y los animales,

hacia los desconocidos y hacia el

planeta.

Entonces ya podemos empezar por

algo, por lo tanto, ¿por qué no

empezar la caridad hacia nosotros

mismos?

Tenemos el

derecho de

practicarla cada día:

cuidando nuestros

pensamientos,

nuestras actitudes,

alimentación,

dejando de lado los

vicios, cuidando

nuestro cuerpo,

observando nuestras

faltas, etc. Esta

caridad, cuando

sincera, no es egoísta

porque visa el

crecimiento

individual, que será

reflejado en un

crecimiento social.

Podemos,

también, empezar a practicarla en

casa, con los prójimos más prójimos.

Ya decía Madre Teresa de Calcuta:

“Si quieres promover la paz mundial,

ve a casa y ama a tu familia.”

Parece una frase con un contenido

inalcanzable si pensamos que con

pequeños actos de amor podrían

promover la extinción de toda la

guerra, hambre y desigualdades en

este planeta. ¿A que cuesta amar a los

prójimos más prójimos?

El Espiritismo nos enseña, a través

de las enseñanzas del Maestro y de los

Espíritus superiores, que nuestra

familia en la Tierra está vinculada,

muchas veces, a nuestro pasado de

errores, donde tenemos la

oportunidad de amar a estos seres

difíciles que pueden surgir en

nuestras familias.

Podamos dar un paso más

practicando buenas

acciones en pro de la

sociedad.

Participando

activamente de las

decisiones socio-

políticas de nuestro

vecindario, de nuestro

distrito. O tratando

con amabilidad y

respecto a nuestros

compañeros de

trabajo, jefes,

subordinados, etc.

Una participación

activa con bases

morales hacía ayudar al

todo y no solamente a

uno mismo. Utilizando

de la manera racional

nuestra capacidad de

análisis y decisión.

¿A que no pensamos que la caridad

es racional? Pues lo es. Una vez

tenemos desarrollado nuestra

inteligencia y conocemos las Leyes

Naturales del Universo, podemos en

marcha una serie de actos caritativos.

Paralelamente, o de manera

escalonada, podemos hacer la caridad

en pro de la naturaleza ayudando el

medio ambiente con acciones de

CARIDAD:oportunidad de servir

De alguna manerapodemos decir que

somos ciegos de amor.Muchos estamos todoel tiempo pensando en

nosotros mismos

Podemos hacer la caridad en pro de lanaturaleza ayudandoel medio ambiente conacciones de mejora dela contaminación del

aire o del agua

Page 11: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

Visión Espírita 11

mejora de la contaminación del aire o

del agua, ayudando en el reciclaje de

los envases, papel o vidrio. Buscando

empresas responsables con el uso de

materiales naturales sin productos

tóxicos o maltratos al equilibrio de

naturaleza.

Y a cada acto llegamos a ayudar al

prójimo menos prójimo, este hermano

planetario sin nombre que ayudamos

a donar la limosna, al ofrecerle un

plato de comida, o un trabajo que

pueda sentirse útil, una manta, una

palabra o un abrazo. Como ya

habíamos dicho donar dinero no es

exactamente la caridad pero es el paso

que la antecede pues dejamos el

egoísmo por algunos segundos

donando lo que nos sobra. Hay

aquellos que llegan a donar todo lo

que tienen y, al hacerlo, pueden

transformarse en una carga para la

sociedad, todo lo contrario a la acción

de amar al prójimo. Ya los que donan

lo que no tienen avanzan a pasos

gigantes en la senda del bien y del

desarrollo espiritual.

Esta capacidad de amar es la

caridad. Este amor en acción que

produce energías revitalizadoras a

nuestros espíritus necesitados de

oportunidades de servir, y a la vez, ser

servidos del bálsamo del amor

generado por estos actos.

Es dar lo mejor de uno mismo. Eso

es la verdadera caridad.

Psicologia de la evolución

Page 12: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

12 Visión Espírita

MARÍA JESÚS BRIEGA

Antes de nada, ¡FELIZ AÑO NUEVO a

todos!

Confieso que cuanto más reflexiono

sobre el Año Nuevo, más me arrastra la con-

ciencia al preguntarme sobre el Año Viejo

que hemos dejado atrás, porque realmente

es imposible comenzar un período nuevo y

próspero, sin reflexionar sobre el anterior.

Generalmente caemos en las extravagan-

cias consumistas y gastronómicas y no en la

propia conciencia. Interesan más las ofertas

de las tiendas que el valor de nuestra re-

forma íntima.

Nuestra reforma interior se hace aún más

palpable, cuando comprendemos la historia

de la doctrina espírita, así como el momento

en que nos es dado vivenciar lo que apren-

demos, poniéndolo en práctica.

El Dr. Bezerra de Menezes nos explica en

el libro ”Seara Bendita”:los primeros setenta

años constituyeron el período de la consa-

gración de los orígenes y de las bases en que

se asientan la doctrina, el segundo período

de setenta años fue marcado por la divulga-

ción y difusión del ideario espírita y el tercer

período, que se inició con el nuevo milenio,

será caracterizado por la efectiva renovación

a través de la educación moral.”

En el libro “ Opinión Espírita”, André Luiz

nos advierte que “el espírita que no progresa

durante tres años sucesivos permanece es-

tancado”. Y este progresar no significa cono-

cer más, sino , aplicar los conocimientos ya

adquiridos en nuestro día a día.

Estamos en la fase de sentir y vivir el Es-

piritismo, donde será pedido que cada uno

de nosotros hagamos algo más que simple-

mente frecuentar el centro espírita. Ya tene-

mos a nuestra disposición un bagaje enorme

lleno de sabiduría. Si queremos acompañar

la evolución del planeta y no quedar atrás,

tenemos que en cada momento de nuestras

vidas vivir el Espiritismo. Amar al prójimo

como a si mismo, siempre con Dios en nues-

tros corazones. Kardec nos dejó un lema,

profundo, que condensa el objetivo de las

enseñanzas de Jesús puestas en práctica:

“Fuera de la caridad no hay salvación”.

Evaluemos nuestra reacción frente a

acontecimientos tan inesperados, como ba-

nales, como puedes ser un atasco de coche

que inmoviliza el tráfico; cómo está nuestra

convivencia con nuestros familiares, con

nuestros compañeros de trabajo o con la so-

ciedad en general.

Procuremos identificar también nuestras

cualidades, porque quien no ve en si mismo

ninguna cualidad, mendiga elogios ajenos.

El proceso evolutivo, según Yvonne Pe-

reira, se asemeja al movimiento de las olas

del mar que se recogen inicialmente para

después ondularse en la arena. Con nosotros

ocurre lo mismo: tenemos que hundirnos

en nuestro mundo interior sin olvidarnos

de extender nuestras manos al prójimo.

Este proceso reeducativo es largo; no se

efectuará, a través de saltos evolutivos, pero

si, a través de nuestro esfuerzo diario.

Si no fuésemos capaces de concretizar las

enseñanzas de Jesús, no nos las hubiera en-

señado hace 2000 años atrás...Transmita-

mos fe, contagiemos alegría y realicemos

nuestro balance anual y personal. Si el saldo

fuera muy negativo, acostumbrémonos a

analizarnos al final de cada día, mantenién-

donos, de esta manera, actualizados en

nuestra contabilidad divina y evitando la

melancolía de tiempos pasados.

Os deseo a todos, al mirar el mundo, que

siempre veamos más las oportunidades de

progreso como un regalo y no como dificul-

tades y que, bajo la mirada de Jesús, ¡seamos

cada vez más dignos y merecedores de un

feliz 2014!

Psicologia de la evolución

!Un año más!

Page 13: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

Las parábolas de Jesús no tienen un sig-

nificado cerrado ni se pueden entender de

forma literal. El legado del Maestro es toda

una invitación al examen de conciencia.

Consideremos una de las más comentadas,

la parábola de los dos hijos. Es curioso que

a menudo nos refiramos a ella como la pa-

rábola del hijo pródigo o del hijo perdido.

Pero Jesús no hizo mención únicamente al

hijo menor. De hecho, así empieza la pará-

bola:

Un hombre tenía dos hijos.

Nos hemos centrado exclusivamente en

el hijo menor, el que se equivoca y vuelve

a casa para ser perdonado por el amor in-

condicional de su padre, porque esta era la

lectura que más nos interesaba. Por conve-

niencia nos interesaba que, únicamente

con arrepentirnos, Dios nos perdonara

nuestras equivocaciones. Y final feliz. Nada

más lejos de la realidad. La propuesta que

nos hace Jesús en esta parábola es de un

profundo examen de nuestra conciencia.

Vamos a ver si somos capaces:

El menor de ellos dijo a su padre: “Padre,

dame la parte de la herencia que me co-

rresponde.” Y él les repartió los bienes.

Veamos, ¿nos habíamos fijado en la jus-

ticia del padre? Quién le pide su parte de

la herencia es el hijo menor, pero él re-

parte entre los dos hijos lo que le corres-

ponde a cada uno. Lo hace sin discutirlo,

sin intentar disuadir a su hijo pequeño. Es

posible que sintiera dolor por su decisión,

pero no nos relata Jesús ningún senti-

miento negativo del padre. Este actúa con

justicia y serenidad, respetando la deci-

sión de su hijo. Nosotros podemos leer la

actitud del hijo menor como una ofensa o

como ingratitud. Pero el padre solo ve en

ella inmadurez. Con su gesto, demuestra

confianza en la capacidad del hijo de se-

guir adelante. Si lo hubiese prendido en

casa físicamente o negándole los recursos

para seguir su viaje, el hijo, sintiéndose in-

satisfecho, le podría echar la culpa: tú eres

la causa de mi sufrimiento. Pero no es así

como actúa el padre. El padre de la pará-

bola y Dios, como nos intenta explicar

Jesús, no limitan nuestras acciones, aún

cuando escogemos caminos más duros

para nuestra evolución. Dios sabe que

somos capaces de gobernar nuestras

vidas, puesto que nos ha dotado de todos

los recursos para sobrellevar cualquier si-

tuación a la que nos enfrentemos.

Sigamos. Una vez lejos de la vista del

padre, el joven se puso a desperdiciar sus

recursos. En lugar de ponerse a trabajar

en el campo de su padre, de ocuparse de

sus trabajadores, de administrar su he-

rencia, el joven elije gozar de los recursos

Visión Espírita 13

Filosofía del ser

un ensayo sobre el libre albedrío

LA PARÁBOLADE LOS DOS HIJOS

Page 14: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

14 Visión Espírita

que el padre le había reservado para que

viviera una vida feliz. El joven quiere vivir

como un niño, tener todo lo que quiere, en

el momento que lo desea, sin tener obli-

gación de trabajar. Pero como ya no es un

niño, ¿qué es lo que pasa? Los recursos se

agotan y la vida le convoca a vivir las con-

secuencias de sus actitudes desequilibra-

das. Aquí vemos claramente como la

conciencia se resiste a madurar y cae en

comportamientos más bien característi-

cos de la inmadurez evolutiva. Al ser una

conciencia plenamente individualizada y,

por tanto, responsable de sus actos, expe-

rimenta el dolor que sus elecciones le

causaron. El hijo menor no puede culpar

a su padre por el hambre que experi-

menta, así como nosotros no podemos

culpar a Dios por las carencias físicas,

económicas o emocionales a las que nos

enfrentamos. Como el joven, recogemos la

cosecha de nuestros propios actos, bien

de la presente existencia física o bien de

existencias anteriores. Cuando lo tenía

todo en casa de su padre, este joven se re-

sistió a madurar. Ahora, sin embargo,

lejos de casa, trabajando en condiciones

muy precarias y sufriendo hambre, es

capaz de hacer el examen de conciencia

que no pudo hacer cuando vivía en la

prosperidad.

Entonces volviendo en sí, dijo: “¡Cuántos

jornaleros en la casa de mi padre tienen

abundancia de pan, y yo aquí perezco de

hambre!”

El joven finalmente es capaz de ver las

cosas más claras. La experiencia dolorosa

le ayuda a reconocer la generosidad de su

padre. Jesús nos está invitando al análisis

de nuestras propias conciencias. El auto-

conocimiento es el camino de la liberación

del sufrimiento. Otros senderos nos aleja-

rán todavía más de la casa del Padre Celes-

tial. Para volver a casa, adonde

pertenecemos por descendencia divina,

debemos aprovechar las experiencias do-

lorosas para “volver la mirada a nosotros

mismos” y de tal modo ver dónde nos equi-

vocamos. Pero el joven, que empieza a

abandonar la resistencia a la madurez, no

se queda en el auto-análisis. Dice:

Me levantaré, iré a mi padre y le diré:

“Padre, he pecado contra el cielo y ante ti.”

Hace planes para corregir sus errores.

Abandona el orgullo y se abre a la humil-

dad. Se levanta y va a su padre. Este mo-

mento de iluminación puede estar pasando

en nuestras vidas ahora mismo: si estamos

viviendo un momento difícil, tal vez poda-

mos aprovechar la lección para abandonar

la resistencia, dominar el orgullo y presen-

tarnos con humildad ante las leyes cósmi-

cas universales de causa y efecto. Pero tal

vez este momento de iluminación pasó en

alguna existencia física anterior. Si nos en-

frentamos a las dificultades sin rebelarnos,

sin murmurar y con fe, significa que ya nos

hemos presentado ante el tribunal de

nuestra propia conciencia. Dios nos acogió

en su seno de amor y nos envió a una

nueva existencia física, a trabajar en la res-

tauración de lo que habíamos destruido en

el pasado. Por doloroso que pueda parecer

visto desde la perspectiva de una única

existencia física, este es el final feliz al que

provisionalmente tenemos derecho.

Pero nos queda la otra mitad de la pará-

bola. Este es el final provisionalmente feliz

al que tiene derecho el hijo menor. Todavía

nos falta analizar al hijo mayor, que el ego

se ha encargado de denominar “obediente”

y a veces “incomprendido”. ¿Quién no se ha

identificado en algún momento con el hijo

mayor? “Entonces resulta que este (mi her-

mano menor) se va, mientras yo me quedo

aquí trabajando, y cuando vuelve, ¿como si

no hubiera pasado nada? ¿Dónde está la

justicia de mi padre?”. ¿No tenía razón de

estar enojado el hijo mayor? Mientras re-

gresaba de trabajar en el campo, vio las se-

ñales de la fiesta en casa. Cuando supo qué

pasaba, se negó a entrar. Casi puedo sentir

su enojo, la rabia hacia su hermano, el re-

sentimiento hacia su padre… Puedo verle

en la puerta, negándose a entrar en casa

mientras el padre le explica que la fiesta se

debe a que su hermano ha vuelto. Fijémo-

nos en lo que dice a su padre:

Aquí es cuando cae la máscara del ego

del hijo mayor, que muchos habíamos to-

mado por “obediente”. Primero, resulta

que es un hipócrita: dice que el manda-

miento que ha observado es suyo, de su

padre, es decir, no lo ha seguido por con-

vicción, sino que lo ha obedecido por su-

misión. Segundo, es un mentiroso y

chantajista: dice que nunca ha recibido un

cabrito para celebrar con sus amigos

cuando, en el momento que se va su her-

mano menor, recibe su parte de la heren-

cia. Tercero, es un resentido: dice “este tu

hijo”, incapaz de nombrarle como su her-

mano, incapaz de sentirse feliz por su

vuelta. Cuarto, es orgulloso y se siente en

condición de juzgar a su hermano menor,

criticando cómo ha malgastado su dinero.

Vaya, vaya con el hijo obediente. Ya no

cae tan bien… ¿a qué no? Pero Jesús nos in-

vita a tener por él la misma clase de com-

pasión que experimentamos por el hijo

menor cuando tiene que cuidar a los cer-

dos, aunque fuera hebreo. Esto era lo más

bajo que uno podía caer y por esto su su-

frimiento era aún más agudo. Cuando pen-

samos en el sufrimiento del hijo menor,

nos compadecemos. Pero cuando vemos al

hijo mayor tal como realmente es, sin la

máscara del ego, no siempre somos capa-

ces de la misma compasión. Pero él es tan

digno de ella como su hermano menor.

Jesús quiere con esta parábola que deje-

mos caer nuestras máscaras, que nos vea-

mos como verdaderamente somos, y que

seamos capaces de ser compasivos con

nosotros mismos. Si en algún momento

hemos mirado hacia los demás y hemos

pensado “¿Por qué a mí no me puede ir tan

bien como a él?”; “Yo oro, ‘me porto bien’,

voy al centro espírita… pero sigo teniendo

problemas…”; ¿No seré yo tan mala per-

El padre de la parábola

y Dios, como nos intenta

explicar Jesús, no limitan

nuestras acciones, aún

cuando escogemos

caminos más duros

para nuestra evolución

Page 15: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

Visión Espírita 15

sona…”... Si en algún momento criticamos

las personas que viven las pasiones de

forma libre, actuamos como el hijo mayor.

Condenar el comportamiento ajeno es una

forma de doble resentimiento: por un lado

pone de manifiesto el deseo frustrado de

hacer lo que el otro hace; por otro lado, ex-

presa envidia porque el otro sí es capaz de

hacer lo que desearíamos haber hecho.

Esta es una clase de sufrimiento más di-

fícil de vencer porque el ego recurre al des-

arrollo intelectual del espíritu – no

olvidemos que es el hijo mayor – para

auto-justificarse. De hecho, Jesús no nos

cuenta si el padre logra convencerle a en-

trar en casa. La parábola acaba con el

padre que intenta explicarle que todo lo

que le pertenece es suyo también. El padre

intenta hacer ver al hijo mayor que es

mejor alegrase

por su hermano

que perderse en

la negatividad.

“Hijo, tú siempre

estás conmigo, y

todas mis cosas

son tuyas. Pero

era necesario

alegrarnos y re-

gocijarnos, por-

que este tu

hermano estaba

muerto y ha

vuelto a vivir; es-

taba perdido y

ha sido hallado.”

¿Entraremos

en casa los hijos

mayores? Este

acto de humildad,

juntamente con

el sincero senti-

miento de alegría

por la vuelta de

su hermano

menor, sería el

cielo provisional

al que podría as-

pirar el hijo “obe-

diente”. Pero en

sus manos está la decisión: puede marchar

de la casa del padre, como hizo su hermano

años antes; puede entrar, una vez más so-

metiéndose sin convicción a un manda-

miento que no reconoce y fingiendo

aceptar a su hermano; o puede abandonar

la resistencia, dominar el orgullo, y abrirse

a la humildad y a la experiencia del amor.

Creo que la parábola acaba así porque

Jesús no quiere y no puede decidir por nos-

otros. Cada uno, en el momento de ilumi-

nación al que le convoca el dolor, debe

enfrentarse a la decisión: ¿volveré a la casa

de mi padre?, si somos espíritus menos ex-

perimentados por la vida; o ¿entraré en la

casa de mi padre? Si hemos vivido un poco

más, aunque sin progresar satisfactoria-

mente en la experiencia del amor fraternal.

La parábola de los dos hijos es un ver-

dadero ensayo sobre el libre albedrío. El

buen uso del libre albedrío lleva a la con-

quista del Hombre Integral. El mal uso,

lleva al refuerzo de las estructuras del ego,

cuando lo que debemos hacer para progre-

sar es precisamente dominarlo. Cuando

usamos mal el libre albedrío, caemos en

actitudes de desamor hacia uno mismo o

de pseudo amor. En el cuadro de las actitu-

des de desamor, reconocemos al hijo

menor, cuya conciencia inmadura cree ne-

cesitar experiencias que provocan la exci-

tación de los sentidos. Al hijo mayor le

reconoceremos en las actitudes de pseudo

amor, cultivando las máscaras del ego para

esconder cuestiones no resueltas en su

foro íntimo.

En algún momento de nuestras existen-

cias físicas, todos hemos actuado como el

hijo mayor o el hijo menor – ¡si es que no

lo estamos haciendo ahora mismo! La pro-

puesta de auto-examen, sin embargo, no

tiene como objetivo el auto flagelo. Lo que

debemos hacer es identificar las zonas de

nuestra personalidad que necesitan ser li-

madas con mayor urgencia. Como nos dice

Joanna de Ángelis: “El hombre simple-

mente debe renovarse para mejor, ac-

tuando con corrección, sin conciencia de

culpa, sin auto-compasión, sin ansiedad.

Vivir el tiempo con dimensión atemporal,

en entrega, confianza y paz.” La noble

amiga nos dice que “la felicidad relativa

existe y está al alcance de todos desde que

haya la aceptación de los acontecimientos

tal como se presentan. La resolución para

ser feliz rompe las amarras de un karma

negativo frente a la oportunidad de con-

quistar méritos a través de las actitudes de

amor, entrega y servicio altruista”. (J.O.)

El padre de la parábola

y Dios, como nos intenta

explicar Jesús, no limitan

nuestras acciones, aún

cuando escogemos

caminos más duros

para nuestra evolución

Page 16: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

JONATHAN LEVY

La ciencia hoy en día corrobora lo que El

Libro de los Espíritus nos informa sobre la

materia y el espacio universal. Veamos los

que las siguientes preguntas y respuestas

nos dice el Libro al respecto:

22. Por lo general, se define la materia

como aquello que posee extensión, lo

que puede impresionar nuestros senti-

dos y lo que es impenetrable. ¿Son exac-

tas tales definiciones?

- Desde vuestro punto de vista ello es

exacto, porque no habláis sino conforme a lo

que conocéis. Pero la materia existe en esta-

dos que os son desconocidos. Puede ser, por

ejemplo, tan etérea y sutil que no produzca

ninguna impresión sobre vuestro sentidos.

Sin embargo, sigue siendo materia, aunque

para vosotros no lo sea.

29. La ponderabilidad ¿es un atributo

esencial de la materia?

- De la materia tal y como vosotros la en-

tendéis, sí. Pero no de la materia considerada

como fluido universal. La materia etérea y

sutil que forma ese fluido es imponderable

para vosotros y constituye, sin embargo, el

principio de la materia que conocéis.

36. El vacío absoluto ¿existe en alguna

parte del espacio universal?

- No, nada está vacío. Lo que a ti te parece

vacío se halla ocupado por una materia que

se sustrae a tus sentidos y a tus instrumen-

tos de observación.

30. La materia ¿está integrada por un

solo elemento o por muchos?

- Un solo elemento primitivo. Los cuerpos

que conceptuáis simples no son verdaderos

elementos, sino transformaciones de la ma-

teria primitiva.

31.¿De dónde provienen las diferentes

propiedades de la materia?

- Son modificaciones que experimentan

las moléculas elementales al unirse en de-

terminadas circunstancias.

De acuerdo con las observaciones actua-

les del Universo se ha comprobado que el

vacío no existe en realidad sino que está

ocupado por una materia, designada como

oscura, y por energía, designada como os-

cura también. De hecho el Universo obser-

vable constituye solo el 5% de la materia del

mismo, la materia oscura constituye del

orden del 23% de la masa del Universo y la

energía oscura el 72%.

Materia oscura es el nombre con el que

se ha designado a todo aquello que los as-

trónomos no podemos ver ni detectar en

forma directa, pero que se hace evidente a

través de su atracción gravitatoria sobre

otros cuerpos celestes. Identificar a esta en-

tidad omnipresente y misteriosa que se hace

sentir en todas partes del Universo se ha

convertido en un desafío para la astrofísica

moderna. El futuro se abre en una variedad

de inciertas posibilidades, a las que por

ahora, sólo podemos intentar asomarnos.

No es correcto hablar de materia invisi-

ble pues, porque hay materia que es invisi-

ble pero que se puede detectar, como el

hidrógeno interestelar, por ejemplo; pero

esta materia oscura no la podemos detectar.

Disponemos de todo tipo de instrumentos,

tanto en tierra como en el espacio, capaces

de detectar materia que emita desde ondas

de radio hasta rayos gamma. Así y todo, falta

masa para explicar el movimiento de las es-

trellas y las galaxias, por lo que el nombre

“masa faltante” parecería el más adecuado.

En todo caso, al decir “materia oscura” nos

referimos al sentido más amplio del tér-

mino, es decir, no limitándonos a la luz visi-

ble sino abarcando todos los tipos de

radiación electromagnética.

Esta materia está constituida por materia

común y corriente pero en formas que aún

no podemos detectar. Es algún tipo de ma-

teria no convencional, que no emite ni ab-

sorbe luz, ni ninguna otra radiación

detectable.

El hecho es que tanto astrofísicos teóri-

cos como observadores parecen converger

en una conclusión perturbadora: la mayor

parte de la masa del Universo no se puede

ver, y, lo que es peor, ni siquiera se sabe de

qué está compuesta. Para complicar aún

más las cosas, en los últimos años ha resu-

citado la “constante cosmológica”, un tér-

mino que Einstein había agregado a sus

ecuaciones y luego desechó, arrepentido,

porque no parecía tener ningún sentido fí-

sico. Esta constante implica una fuerza re-

pulsiva, de origen desconocido, capaz de

acelerar la expansión del Universo, y las úl-

timas mediciones de supernovas lejanas pa-

recen justamente indicar una aceleración.

Debido a la relación entre energía y masa es-

tablecida por la teoría de la relatividad, esta

fuerza, ya sea que provenga de la constante

cosmológica o de otro origen, jugaría un

papel similar al de la materia oscura. Por

ello recibe el nombre tenebroso aunque

poco original de “energía oscura”.

La energía oscura es una forma de materia

o energía que estaría presente en todo el es-

pacio, produciendo una presión que tiende a

acelerar la expansión del Universo, resultando

en una fuerza gravitacional repulsiva. Consi-

derar la existencia de la energía oscura es la

manera más frecuente de explicar las obser-

vaciones recientes de que el Universo parece

estar en expansión acelerada.

No se debe confundir la energía oscura

con la materia oscura, ya que, aunque ambas

forman la mayor parte de la masa del Uni-

verso, la materia oscura es una forma de ma-

ESPACIOUNIVERSAL

16 Visión Espírita

Page 17: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

Visión Espírita 17

Ciencia & salud

teria, mientras que la energía oscura se aso-

cia a un campo que ocupa todo el espacio.

La existencia de la materia y la energía os-

curas se puede deducir a partir de los efectos

gravitacionales que causa en la materia visi-

ble, tales como las estrellas o las galaxias, así

como en las anisotropías del fondo cósmico

de microondas presente en el Universo.

La materia oscura fue propuesta por Fritz

Zwicky en 1933 ante la evidencia de una

“masa no visible”[] que influía en las velocida-

des orbitales de las galaxias en los

cúmulos. Posteriormente, otras observacio-

nes han indicado la presencia de materia os-

cura en el Universo: estas observaciones

incluyen la citada velocidad de rotación de las

galaxias, las lentes gravitacionales de los ob-

jetos de fondo por los cúmulos de galaxias,

tales como el Cúmulo Bala y la distribución

de la temperatura del gas caliente en galaxias

y cúmulos de galaxias.

La materia oscura también desempeña un

papel central en la formación de estructuras

y la evolución de galaxias. Todas estas prue-

bas sugieren que las galaxias, los cúmulos de

galaxias y todo el Universo contiene mucha

más materia que la que interactúa con la ra-

diación electromagnética.

La determinación de la naturaleza de esta

masa no visible es una de las cuestiones más

importantes de la cosmología moderna y la

física de partículas. Se ha puesto de mani-

fiesto que los nombres “materia oscura” y la

“energía oscura” sirven principalmente como

expresiones de nuestra ignorancia.

Ahora bien, La antimateria, la materia os-

cura y la energía oscura son tres cosas abso-

lutamente distintas, al contrario de lo que

tiene entendido mucha gente. Veamos una

descripción simple y breve de cada una, sin

profundizar demasiado, para intentar desar-

mar un poco esta confusión.

La antimateria es como la materia común y

corriente de la que estamos hechos, pero hecha

de partículas cuya carga eléctrica está cambiada

Page 18: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

18 Visión Espírita

de signo. Un anti-electrón (conocido como po-

sitrón), por ejemplo, es una partícula igual al

electrón, con su misma masa y carga pero de

signo eléctrico positivo (el electrón tiene carga

negativa). Y un anti-protón es una partícula con

la misma cantidad de masa y carga de un pro-

tón, pero con carga de signo eléctrico nega-

tivo. La antimateria se forma con

antipartículas: del mismo modo que un átomo

de hidrógeno consiste en un electrón orbitando

alrededor de un protón, si juntáramos un anti-

protón con un anti-electrón podríamos tener

un átomo de anti-hidrógeno, lo cual ha sido lo-

grado en el CERN, por fracciones de segundo.

La antimateria no es ningún asunto de cien-

cia ficción. Fue predicha teóricamente y descu-

bierta experimentalmente hace prácticamente

un siglo. Hace varias décadas que incluso tiene

aplicación tecnológica en medicina, en la tomo-

grafía por emisión de positrones, aunque su uso

como fuente de energía está muy lejos de ser

una realidad. Aún quedan bastantes interro-

gantes científicos pendientes sobre ella, pero es

la menos enigmática de las tres.

Con respecto a la materia oscura, por otra

parte, no tenemos ni la más mínima idea de lo

que es. Para explicar por qué entonces habla-

mos de ella, partamos desde cero. Los planetas

del Sistema Solar están en equilibro en una ór-

bita alrededor del Sol y para que este equili-

brio se mantenga la fuerza de gravedad que

ejerce el Sol sobre cada uno tiene que ser la

justa y necesaria; si la fuerza aumentara atrae-

ría demasiado al planeta y el Sol lo engulliría,

y si disminuyera, el planeta no sería atraído lo

suficiente y saldría despedido del Sistema.

Más específicamente hay tres variables que

deben estar balanceadas: la masa del planeta,

su distancia al Sol, y la velocidad con que da

vueltas alrededor de éste. Ésta es una ley ge-

neral llamada conservación del momento an-

gular, que se aplica a todas las cosas y no sólo

al Sistema Solar, incluyendo las

galaxias. Ahora bien, nuestra galaxia está

hecha de miles de millones de estrellas que al

igual que nuestro Sol, giran alrededor del cen-

tro. Y así como los planetas de nuestro Sistema

Solar guardan cierto equilibro entre su distan-

cia al Sol, su masa y su velocidad orbital, del

mismo modo las estrellas de nuestra galaxia y

todos los cuerpos celestes, nebulosas y mate-

ria en todas sus formas, también deberían

cumplir ese mismo balance entre su distancia

al centro de la Vía Láctea, su masa y la veloci-

dad orbital. Pero a simple vista esto deja de

respetarse a medida que nos alejamos del cen-

tro de la galaxia, a pesar de que todo sigue es-

tando en equilibrio. La explicación más simple

es que en realidad la ley sí se cumple, lo que

sucede es que hay mucha masa “escondida”

que por algún motivo no podemos ver, que

sería la necesaria para que la ley se mantenga

en pie. A esta masa invisible la llamamos ma-

teria oscura, por razones obvias. Creemos que

está ahí pero ignoramos su naturaleza. Hay

otros fenómenos físicos que también delatan

su existencia, además del mencionado, como

por ejemplo las lentes gravitacionales.

Por último está la energía oscura. Si antes

estábamos desconcertados, ahora lo estamos

aún más. El Universo está,

como sabemos, en expan-

sión desde el Big Bang. Pero

las galaxias ejercen una

fuerza de gravedad entre

ellas mismas que tiende a

acercarlas entre sí, y por lo

tanto a frenar la expansión

del Universo. Hasta hace

poco no estábamos seguros

de si esta fuerza era sufi-

ciente para frenar la expansión (y eventual-

mente volver a comprimirlo todo, como un Big

Bang inverso), o si por el contrario no era sufi-

ciente, en cuyo caso lo único que lograría sería

disminuir la velocidad de la expansión. Sin em-

bargo, en la década de 1990 se descubrió que

la fuerza de atracción entre las galaxias ni si-

quiera alcanza para esto último. El Universo se

expande cada vez más rápido, lo cual nunca ha-

bríamos esperado, porque para esto hace falta

algo que lo esté acelerando. Y si hay una ace-

leración, tiene que deberse a alguna fuerza por

ahora misteriosa. A la energía que produce

esta fuerza, absolutamente incomprendida, le

llamamos energía oscura.

Dios no permite que todo sea revelado al

hombre en la Tierra. El velo se levanta para

él conforme va depurándose. Pero, para com-

prender ciertas cosas necesita facultades que

todavía no posee.

La ciencia le ha sido dada para su adelanto

en todas las cosas, pero no puede sobrepasar

los límites fijados por Dios.

Si Dios lo juzga útil revelará al hombre lo

que la ciencia no puede enseñarle. Fuera de

las investigaciones científicas, el hombre

puede recibir comunicaciones de un orden

más elevado, sobre aquello que se sustrae al

testimonio de sus sentidos.

33. La misma materia elemental ¿es

susceptible de recibir todas las modifica-

ciones y adquirir todas las propiedades?

- Sí, y es lo que debemos entender cuando

decimos que todo está en todo.

33a. Esa teoría ¿parece dar razón a la

opinión de quienes no admiten en la ma-

teria sino dos propiedades esenciales:

fuerza y movimiento, y que piensan que

todas las demás propiedades sólo son

efectos secundarios que varían conforme

a la intensidad de la fuerza y la dirección

del movimiento?

- Esa opinión es co-

rrecta. Pero hay que aña-

dir también: según la

disposición de las molécu-

las, como se observa, por

ejemplo, en un cuerpo

opaco que puede tornarse

transparente, y viceversa.

35. El espacio universal

¿es infinito o limitado?

- Infinito. Si le supones límites, ¿qué habrá

más allá? Bien comprendo que esto confunde

tu razón, y con todo, ella te está diciendo que

no puede ser de otra manera. Lo propio acon-

tece con lo infinito en todas las cosas. En vues-

tro pequeño ámbito no podéis comprenderlo.

Si se supone un límite al espacio, por muy

distante que la mente pueda concebirlo, la

razón dice que allende esa frontera habrá

algo más, y así sucesivamente hasta el infi-

nito: porque ese algo, aunque fuera el vacío

absoluto, seguiría siendo todavía espacio.

El Universo comprende la infinidad de los

mundos que vemos y “los que no vemos”,

todos los seres animados e inanimados, la to-

talidad de los astros que en el espacio se des-

plazan y los fluidos que llenan este último.

38.¿Cómo creó Dios el Universo?

- Para valerme de una expresión co-

rriente: por su voluntad. Nada expresa

mejor esa todopoderosa voluntad como las

bellas palabras del Génesis: “Y dijo Dios: Sea

la luz; y fue la luz”.

De acuerdo con

las observaciones

actuales del

Universo se ha

comprobado que el

vacío no existe

Page 19: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

Visión Espírita 19

26

2abril dede

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Page 20: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

20 Visión Espírita

Ocio del bien

Fecha Tipo Tema Expositor Horario Centro

MADRID3 enero Conferencia Conversaciones

con el más alláCarmen Nevado 19:30hs Asociación de Estudios

Espíritas de Madrid

10 enero Conferencia El camino hacia laintuición

Aurelio Patricio Jiménez 19:30hs Asociación de EstudiosEspíritas de Madrid

17 enero Conferencia Ser completo: sermaterial y ser espiritual

Juan MiguelFernández Muñoz

19:30hs Asociación de EstudiosEspíritas de Madrid

24 enero Conferencia No se juegacon el espiritismo

Aldo Linares 19:30hs Asociación de EstudiosEspíritas de Madrid

31 enero Conferencia Transiciónplanetaria y nosotros

Humberto Werdine 19:30hs Asociación de EstudiosEspíritas de Madrid

agenda

8 enero Conferencia Compromiso enla mediumnidad

Víctor Gallego 20hs Centro de Estudiosy Divulgación Espírita

15 enero Conferencia Juventud,sexualidad yhomosexualidad

Cláudia Werdine 20hs Centro de Estudiosy Divulgación Espírita

22 enero Conferencia Aprendiendo adesaprender paravivir mejor

Ileana Acevedo 20hs Centro de Estudiosy Divulgación Espírita

29 enero Conferencia Vicios, virtudes ysus reflejos en lavida espiritual

Lindomar Coutinho 20hs Centro de Estudiosy Divulgación Espírita

BARCELONA

11 enero Conferencia Acerca de la identidad de los espíritus 18hs Centre Barcelonèsde Cultura Espírita

12 enero Seminario Salud en plenitud:proyecto mejorarse

Lindomar e Ileana 11hs Centre EspíritaAmalia Domingo Soler

25 enero Conferencia Espiritismo y Ecología 18hs Centre Barcelonèsde Cultura Espírita

8 febrero Conferencia Reencarnación: ¿Fatalidad,necesidad o normalidad?

18hs Centre Barcelonèsde Cultura Espírita

22 febrero Conferencia Estado actual de las investigacionessobre la existencia del alma

18hs Centre Barcelonèsde Cultura Espírita

18 enero Conferencia Pedagogía Espírita Andrea Campos 17:30hs Centre EspíritaAmalia Domingo Soler

15 febrero Conferencia Morir ¿Y Despúés? Alfredo Tabueña 17:30hs Centre EspíritaAmalia Domingo Soler

13 marzo Conferencia Los centros de fuerzasen la visión espírita

Andrei Moreira 19:30hs Centre EspíritaAmalia Domingo Soler

15 marzo Conferencia Terapia del amor Janaina Minelli 17:30hs Centre EspíritaAmalia Domingo Soler

Page 21: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

Visión Espírita 21

Ocio del bien

ALEXANDRA MIELENHAUSEN

El libro empieza narrando la historia de Juan Evangelista, uno de los dis-

cípulos de Jesús, considerado el que más se dedicó al Maestro, por la fuerza

del Amor. Amaba a la naturaleza y vivía en armonía con ella. Ofrecía palabras

de amor y esclarecimiento espiritual a cualquier ser sin distinción.

Después de su desencarnación, planifica su nueva misión en la Tierra,

regresando en 1182 en Asís, Italia, bajo el nombre de Francisco, para traer

luz a la humanidad en medio de la oscura Edad Media y de los conflictos

religiosos, como las Cruzadas; reformando y elevando los valores morales

y espirituales.

Así como Jesús, este ser iluminado también tenía el poder de la curación

a través de su presencia y de la oración. Siempre estaba muy conectado con

la naturaleza y después de desapegarse de todos sus bienes materiales he-

redados de la familia, se dedica exclusivamente a los valores espirituales

fundando la Orden Franciscana y una segunda orden conocida como Her-

manas Clarisas.

Un día, con sus discípulos sentados a su alrededor hambrientos por sus

enseñanzas, Francisco contesta a sus inquietudes con toda humildad, pacien-

cia y sabiduría, dignas de un emisario enviado directamente por Jesús:

- ¿Cual es nuestro deber más urgente para con Dios? Amarlo sobre todas las cosas.

- ¿Cuál es nuestro deber con los compromisos asumidos con el prójimo, por la conciencia? Es aquél que tenemos para

con nosotros mismos y para con Dios. Dios nos hizo interligados unos a los otros por su amor, de modo que no pode-

mos vivir sin la vida ajena. El amor es el centro de la vida, en la vida de Dios. Nadie podrá amar al prójimo por interés

y es este clima más puro del alma el que genera la felicidad. Jamás podremos alcanzar la felicidad sin pasar por los ca-

minos del Amor puro.

- ¿Qué es la caridad para con nosotros?Es la más preciosa, no porque deseemos disfrutar de ese bienestar celestial, sino

para asegurar nuestro trabajo con los demás. Quien aún no se educó a sí mismo ¿Cómo podría trabajar en la educación co-

lectiva? Quien aún no perdonó ¿Cómo podrá hablar y enseñar el valor del perdón? La caridad para con nosotros es desearnos

todo el bien posible, sin egoísmo, venciendo ciertos instintos inferiores, a través de una disciplina activa y constante.

- ¿Qué es la caridad para con los otros?Es fruto de largas experiencias, porque la verdadera caridad es hija del amor.

- ¿Qué es el verdadero desprendimiento?Es no prenderse a cosa alguna, pues ningún espíritu desea estar preso. Mientras

no despertemos a la realidad, seremos esclavos de la propia ignorancia.

- ¿Qué nos puedes decir sobre el sexo? El sexo en el hombre hace surgir la mayor fuerza, hasta entonces conocida en

forma de instinto. Supera todas las deficiencias, sumando diferentes energías, para alcanzar sus objetivos; entretanto, el

sexo carece de educación y disciplina para sublimarse como virtud espiritual.

Querido lector, quiere saber como contesta Francisco de Asís a sus discípulos a la pregunta ¿Qué es la felicidad? Abra

el libro y sumérjase en esta historia fascinante. Cada línea, cada acto practicado por este espíritu elevado, nos inspira a

poner en práctica la sencillez y humildad predicadas por Jesús, claves para la evolución moral de todos los seres.

FRANCISCO DE ASÍSlibro de João Nunes Maia,por el espíritu Miramez

Page 22: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

Horizontal

1. Inteligencia creadora del universo. Se dice de las sustancias enestado líquido o gaseoso (plural).2. El verbo sinónimo de respetar se ha quedado sin cabeza. Pri-mera de las vocales. Consonante gutural se repite.3. Dícese de lo más importante a cuidar para el día a día. Metalpreciado que significa "preciado amanecer". Sinónimo de unir entercera persona.4. Sinónimo de acceder a un sitio sin vocales. Estado de confusiónpor el que pasa el espíritu al desencarnar.5. Primer letra del verbo para volver a tener forma corporal. Milen nomenclatura romana. Acusación falsa para causar daño.6. Cualidad del ser a la que aspiramos todos. Tercera consonante.Verbo ser en inglés en primera persona.7. Pronombre que utilizamos demasiado, jejejeje. Segunda vocal.La vocal más abierta aparece dos veces. Segundo ingrediente deuna salsa típica catalana (catalán)8. Aunque le falte la última letra no hay que dejar de pedirlonunca. Abreviatura modernilla de "que". Para decirla me toco losdientes con la lengua. Pedir ayuda9. Que no está decidida en sí misma. No existe. Parte superior dela pierna del revés i con tara.10. Cabeza de roedor. Hazlo y recibirás. Tercera consonante.Nombre catalanizado de un gran médium. Cuarta vocal.11. utilízala siempre. Segunda nota musical. Diez en números ro-manos.

Vertical

1. Primera nota musical. La consonante más nasal. Consonante muda.Un tipo de espíritus.2.Los espíritus que nos quieren bien siempre lo hacen. Consonante desonido motor.3. Verbo preferido de los espíritas. En el reino de Dios hay muchas.4. Un toque en la comida le da sabor. Tercera nota musical. Cabezade dormir. Antes de Cristro.5. Nombre femenino sin h. Nombre de un notable filósofo espiritista.Vocal con sonrisa.6. A la cabeza de fruta. En Francés para decir que algo es de alguien o hechode algo. Primera letra de Alemania en alemán. Composición poética.7. Artículo determinado femenino singular. Apellido del codificadordesaliñado. Media negación.8. Vocal que asusta. Grupo de música sin uno de sus componentes.Guitarra eléctrica en lenguaje coloquial inglés.9. Algo que merecemos por ley. Verbo de acción, desplazarse.10. Tercera consonante. Abreviatura para decir en inglés "nos vemos".Repetición de un sonido reflejado por un cuerpo duro (al revés)11. Persona con la que tenemos una buena y profunda relación DES-ORDENADO. Capital de Noruega.12. Consonante que se desinfla. Apellido invertido del "Alma Mater"del Comité Organizador del 1er Congreso Espiritista Internacional deBarcelona (1888). No te lo repito, jejeje.13. Algo que podemos considerar un ruido en la comunicaciónmediúmnica. (Ian Bermúdez)

crucigrama

En esta edición publicamos este crucigrama para ayudar a calentar un poco las neuronasen estos días de frío. Aquí están mezclados términos utilizados dentro del estudio de laDoctrina Espírita y términos del día a día. Pero ya os avisamos: ¡no es fácil! La soluciónpublicaremos en el blog del CEADS a finales de enero de 2014.

Ocio del bien

22 Visión Espírita

Page 23: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

MARCELLO PAGNOTTA

Muchos científicos caen en la trampa

de los dogmas de la mayoría de las reli-

giones occidentales que ellos mismos

rechazan: que con la muerte todo se

acaba, que no hay nada más allá de la

materia. Se quedan ciegos por esta ba-

rrera impuesta a lo largo de muchos si-

glos y no consiguen, ni siquiera se

plantean, mirar más allá de este obstá-

culo. De hecho, rechazan cualquier plan-

teamiento, en que detrás de esta

barrera, la vida podría continuar.

Ernesto Bozzano, nacido el 9 de enero

de 1862 en Génova, Italia, podría haber

sido un ejemplo de esta clase de científi-

cos. Su aproximación a la filosofía espiri-

tualista era negativa y por este motivo se

dedicó a la filosofía científica, estudiando

el positivismo en profundidad. Juzgaba

negativamente la fenomenología paranor-

mal que se estaba expandiendo a finales

del siglo XIX.

Pero Bozzano no ha permanecido en

esta filosofía materialista, sino que se de-

dicó a la investigación profunda de los fe-

nómenos espíritas, convencido por la

seriedad de los hechos espiritistas publi-

cados en la Revista Filosófica (Revue Phi-

losophique) y por su lectura de los libros

Fantasmas de Vivos de Gurney, Myers y

Podmore y Animismo y Espiritismo de Ale-

xander Aksakof. En un ensayo autobiográ-

fico, él mismo explica esta transformación

de pensamiento:

“En el año 1891 […] tuve mi iniciación

en la investigación metapsíquica, habién-

dome enviado el Profesor Ribot, director

de la Revista Filosófica(Revue Philosophi-

que), el primer número de Los Anales de

Ciencias Psíquicas para leer, le envié mi jui-

cio al respecto. La leo: en ella se hablaba de

telepatía, de clarividencia y de telequinesis.

¡Yo estaba científicamente escandalizado!

Le escribí en este tono al Profesor Ribot. Él

me contestó exhortándome a releerlo y re-

flexionar con tranquilidad, porque vio que

la existencia de los hechos no se podía

negar. En deferencia al director de la Revue

Philosophique, releí, repensé y decidí ad-

quirir publicaciones de esta naturaleza. Re-

sultado: la completa derrota y demolición

de mi misoneísmo”. (Libre traducción)

Así pues, Bozzano organizó un grupo ex-

perimental en el que participaron el Dr.

Giuseppe Venzano, Luigi Vassalo y los pro-

fesores Enrique Morselli y Francesco Porro

de la Universidad de Génova. Este grupo

estuvo trabajando intensa y activamente

durante cinco años generando vasto mate-

rial que sobrepasó las fronteras italianas.

Bozzano tardó nueve

años en publicar sus

ideas. Su primera obra

espírita fue Hipótesis Es-

pírita y la Teoría Cientí-

fica (Ipotesi Spiritica e

Teoriche Scientifiche),

donde sostenía la filoso-

fía codificada por Allan

Kardec. Asimismo, pu-

blicó decenas de libros,

contribuyó con la revista

espírita Luce e Ombra y

con otras revistas del gé-

nero en Italia, Francia, In-

glaterra y otros países.

Fallecido el 7 de julio

de 1943, Bozzano es con-

siderado uno de los ma-

yores sabios espiritistas

por su inconmensurable aportación al

desarrollo de la Doctrina Espírita. Sus

obras son, como afirma la Federación Es-

pírita Española “siempre una fuente uni-

versal, clásicos en materia espírita”.

Referencias Bibliográficas:

- Página web de la Fondazione Biblioteca

Bozzano De Boni, http://www. biblioteca-

bozzanodeboni.it/evbozzan.htm

- Biografía publicada en la página de la

FEE: http://www.espiritismo.es

- Biografía publicada en Folha

Espírita: http://www.folhaespirita.com.br/

v2/node/168

- Blog del Dr. Carlos S. Salvado, de la Uni-

versidad de Virginia, http://carlossalva-

rado.wordpress.com/

- Alvarado, Carlos S., The Psychic Sciences

in France: Historial Notes on the Annales

des Sciences Psychiques, Página 13.

Personalidad

Bozzano

Visión Espírita 23

biografía

ERNESTO

Page 24: Visión Espírita - Año 5 - nº 19 - Invierno

ANDREA CAMPOS

– ¿Como médico psiquiatra y espírita.

Cúal es la diferencia entre enfermeda-

des mentales y obsesión?

– Existen tres situaciones, teórica-

mente, posibles en este caso: la enfer-

medad mental pura, la obsesión pura y

los dos casos ocurriendo simultánea-

mente. No olvidemos, que la obsesión

sólo acontece cuando se encuentra al-

guna brecha en el individuo victimi-

zado. Muchas veces, una determinada

dolencia mental como la depresión, por

ejemplo, favorece un campo receptivo

para entidades que por algún motivo se

vinculan al enfermo. Empeorando, aún

más, su situación clínica. Otras veces, es

el propio individuo quien desarmoniza

su estructura mental. Exteriorizando

desequilibrio, a través de comporta-

mientos anómalos y que, verdadera-

mente, son frutos de su propia psique.

Diferenciar las diversas situaciones del

binomio: dolencia mental/obsesión, es

una tarea que exige mucha paciencia.

Indudablemente, hay que tener en

cuenta el historial clínico del paciente:

sus antecedentes, aparición de la dolen-

cia, manifestación de los síntomas, etc.

De una forma u otra, a la persona se le

debe de tratar de forma integral; pu-

diéndose, sin perjuicio de la terapia mé-

dica, proceder al acompañamiento

espiritual. Lo que en la

práctica, nos dará la

certeza de la etiología

espiritual de determi-

nada enfermedad,

cuando esos pacientes

mejoren de forma evi-

dente con el segundo

tratamiento.

– ¿Existe cura para

las enfermedades mentales y es-

pirituales?

– La cura existe, pero no en el formato

cartesiano al que estamos acostumbra-

dos a conceptuarla. Somos espíritus en

evolución y, cada vez que superamos al-

gunas dificultades de conducta o emo-

cionales, mejoramos un poco más en

entendimiento ontológico . Dentro de

esa perspectiva, la cura se produciría

tras la erradicación del desequilibrio.

Cosa que aún no ocurre en nuestra as-

censión evolutiva. En algunos casos, la

dolencia es la cura espiritual para una

persona que, sin tener la oportunidad

de las pruebas, continúe descendiendo

ladera abajo en los despeñaderos de las

viles pasiones. Algunas personas en-

contrarán el posible equilibrio, si no

perfecto, después de pasar por deter-

minado cuadro doloroso en el campo

mental y espiritual.

Otras continuarán su-

friendo a raíz de de sus

débitos y sus activida-

des recalcitrantes.

– ¿Tú crees que, ac-

tualmente, existen

más personas obse-

sadas que antes, o es

que hoy éstas están

más informadas con este tema y,

por eso buscan ayuda?

– Actualmente, la cantidad de informa-

ción es mucho mayor, eso facilita bas-

tante el buscar la solución de

cualquier situación. Por otro lado, las

exigencias y las presiones que el

mundo moderno ejerce sobre las per-

sonas, llevan a éstas a padecer enfer-

medades mayores.

– ¿Que consejos nos darías para traba-

jar con la obsesión?

– Se debe de trabajar con paciencia.

Porque este tipo de información no es

fácilmente permisiva en una cultura

que no está habituada a ver a las per-

sonas como seres biopsicoespirituales.

Por lo tanto, se debe de informar y au-

xiliar a todas aquellas personas que

buscan, espontáneamente, un trata-

miento espiritual. Teniendo, sobre

todo, mucho cuidado en no prometer

curas milagrosas y sí realzando y fo-

mentando la necesidad de la reforma

íntima como solución, a largo plazo, de

todos nuestros problemas.

Personalidad

HUGO ANDRE DE LIMA MARTINSHugo Andre, es Neurólogo y Psiquiatra en la Universidad

Federal de Pernambuco (Brasil). Desde hace diez años trabajaen el área de la mediumnidad y desobsesión en el NúcleoEspírita Casa del Camino, en la ciudad de Umari (Brasil).

(...) se debe de informary auxiliar a todasaquellas personas

que buscan,espontáneamente,

un tratamientoespiritual(...)

entrevista