voces inocentes (monólogos)

47
Coord. Perla Castillo Solis Colección Digital: Didáctica Creativa

Upload: upn-mexicali

Post on 21-Jul-2016

55 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Monólogos originales realizados por estudiantes de la asignatura de Teoría Literaria de la Facultad de Pedagogía e Innovación Educativa, UABC. 2012editado por Visión Alternativa para sensibilizar sobre los casos de feminicidio en la Frontera Norte de México.

TRANSCRIPT

Page 1: Voces Inocentes (monólogos)

Coord. Perla Castillo Solis

Colección Digital: Didáctica Creativa

Page 2: Voces Inocentes (monólogos)

Colección Digital: Didáctica Creativa

Page 3: Voces Inocentes (monólogos)

Los testimonios que se presentan en este trabajo son una obra original de

cada autor/a, algunos están basados en hechos reales recopilados de

notas periodísticas mexicanas y de testimonios, el resto es producto de la inspiración

literaria.

8va. Generación Docencia de Lengua y Literatura

Coord. Perla Gpe. Castillo Solis

de licenciatura en

Page 4: Voces Inocentes (monólogos)

Colección Digital: Didáctica Creativa

Revisión y corrección: Ángel Murga AmézquitaEdición: Bonifacio Sandoval MoyrónCompilación de Textos: Eunice Jacob Arteaga

Ilustración de Portada: Sonia Ramírez TrujilloDiseño de cubierta e interior: Perla Castillo SolisPrimera edición digital: noviembre de 2012

© 2012, Visión Alternativa [email protected]

Derechos exclusivos de edición en castellano son disponibles para todo el mundo siempre y cuando no tengan fin comercial.

Todas las partes de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, pueden ser reproducida, almacenada o transmitida en cualquier medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia siempre que sea sin fines de lucro y se conserven los créditos de autoría y edición correspondientes.

Page 5: Voces Inocentes (monólogos)

A quienes están dispuestos a transformar el silencio que violenta en el diálogo que une.

Page 6: Voces Inocentes (monólogos)

CONTENIDO

Murga Amezquita Ángel Arturo ....................... 9

Lim Ortiz Itzel Ariana ....................... 10

Verdugo Crespo Yohana ....................... 11

Félix Padilla Ivar Daniel ....................... 12

González Leyva Alicia Elizabeth ....................... 13

Estrada Martínez Yuritzia Anahi ....................... 14

Gutiérrez Puente Ana Karen ....................... 15

Ramírez Trujillo Sonia ....................... 16

Urias Almanza Nayeli ....................... 17

Abraham Aviña Soto ....................... 17

Corrales Zazueta Paloma Angelina ....................... 19

Cervantes Velarde Luis Eduardo ....................... 20

López González Luz Dennise ....................... 22

Polina Torres Alejandra ....................... 24

Perla Castillo Solis ....................... 8

Desaparecida o muerta es lo mismo

Nunca llegué a la clase

Sólo quiero volver con mis hijos

Sin saber nada

¿Por qué?

Una víctima más

Te esperamos

Nadie me escuchó

El primer día en la Universidad

Silencio

El precio

En Juárez

Sólo fue una noche más

Sólo despojos...

Presentación

Page 7: Voces Inocentes (monólogos)

Jaime Muñoz Karla Denisse

Gastelum Cárdenas Miriam Annel ....................... 27

López Castro Rodrigo ....................... 29

Adela Maribel ....................... 30

Soto Chavez Belem Ruth ....................... 31

Miranda Valenzuela Jeanett Haydee ....................... 33

Lagunas Contreras Silvia Cecilia ....................... 34

Alonso Gameros Edgar ....................... 35

Ruiz Sotelo Itzel ....................... 36

Valdez Alcocer Carolina ....................... 37

Jacob Arteaga Eunice ....................... 38

Figueroa Fernández Jaime ....................... 39

Marín Herrera Nadia Monserrat ....................... 40

Rivera Rivera Lizeth ....................... 41

Palomares Salazar Heber ....................... 42

....................... 25

Zuleima

Instinto

Solo me pedía un aumento

Ultrajada

La última luna

Quien soy

Visa espiritual vencida

Impunidad

Todo parecía normal

Libertad de expresión

Compromiso

Expediente 11/3298

Sueño Americano

Alzheimer

113

Page 8: Voces Inocentes (monólogos)

Presentación

El documento que tiene entre sus manos no es sólo una tarea escolar, es el resultado de una labor colaborativa, con la trascendencia que ello revela, desarrollado por los y las estudiantes de la octava generación de Licenciatura en Docencia de la Lengua y Literatura, quienes durante un año llevaron a cabo comprometidamente las piezas que conforman este trabajo dentro de las asignaturas de “Teoría Literaria I y II”, que tengo el privilegio de atender en la Facultad de Pedagogía e Innovación Educativa (FPIE) de la Universidad Autónoma de Baja California.

“Voces Inocentes, nuestro silencio también es violencia” es parte de un proyecto integrador que se concreta en forma vivencial como un performance presentado el 25 de Noviembre de 2010 ante la comunidad educativa de la FPIE, en el marco de la Conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

Quienes participamos en los procesos formativos de docentes tenemos el compromiso de asumir el reto de sensibilizar, estudiar y analizar la violencia, con el objetivo de concebir estrategias formativas que permitan a las jóvenes generaciones de educadores/as detectar los indicios y enfrentar con creatividad las repercusiones del problema, ofreciendo alternativas para reestructurar las formas de relación y convivencia.

Si reconocemos la violencia como una enfermedad social de carácter crónico, porque tiene causas, síntomas y consecuencias que se agravan con el tiempo, entonces debemos aceptar que la crueldad y el acoso (conocido por su término en inglés como bullying) que ha empezado a manifestarse en grados más elevados en las escuelas, constituyen una metástasis de esa violencia que como expresión cultural, manifiesta un deterioro crónico del tejido social. Desde mediados de la década de los noventa en que se empezó a denunciar la desaparición de niñas y mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, México ha vivido un paulatino incremento de la violencia homicida, y se ha extendido a lo ancho y largo del país, en grado tal que, aunque los datos varían según las fuentes, cifras actuales indican alrededor de 3,100 mujeres asesinadas en 2010, y 300 en el primer mes y medio de 2011, fenómeno que se denomina feminicidio (Lagarde,2006).

Page 9: Voces Inocentes (monólogos)

Con este antecedente y a partir de un Foro virtual de discusión sobre “La violencia hacia las mujeres en la literatura”, desarrollado durante dos meses, las/los estudiantes investigaron casos concretos de violencia, realizaron propuestas, diseñaron el cartel y evidenciaron su sensibilidad en una serie de monólogos que intentan en el caso de las jóvenes, dar voz a quienes no pueden expresarse para contar su tragedia; y en el de los jóvenes responden a la pregunta ¿en dónde están las voces de tantos y tantos hombres que pierden a sus hijas, parejas, hermanas, amigas o compañeras de trabajo? El cuestionamiento se centra en descubrir qué se esconde en ese silencio genérico, que hasta hoy vemos emerger en figuras como la de Adrián Lebaron, Máximo Alejos, Eduardo Gallo, Javier Sicilia y todos aquellos que, siguiendo el ejemplo de Marisela Escobedo, han transmutado el dolor de perder a un ser querido en manos de una delincuencia que desde esta primera década del siglo, ya no distingue edad, género, origen ni condición social; convirtiéndose en portavoces de un clamor social que exige a las autoridades acciones éticas e inteligentes para atender el problema.

Dejo a la consideración de las y los lectoras/es la valoración y el uso que pueda darse a este documento que se inició como una invitación para sensibilizar sobre el tema; en virtud de que en este espacio ha cumplido su misión, al lograr armonizar un conjunto diverso de más de treinta personas, con distintos intereses, niveles formativos, vivencias y valores, quienes lograron hacer realidad el proyecto. Lo cual fortalece nuestra esperanza en la educación, como instrumento para restaurar los lazos humanos que nos caracterizan y nos invitan a ejercer el respeto y la tolerancia como los hilos que pueden reconstruir ese tejido social.

Transformemos el silencio que violenta en un diálogo que une.

Perla Gpe. Castillo Solis

Noviembre de 2011

Page 10: Voces Inocentes (monólogos)

9

Desaparecida o muerta es lo mismo

Ángel Arturo Murga Amezquita

Mi esposa ha muerto. El reporte policiaco la clasifica como desaparecida pero aquí en Juárez desaparecida o muerta es lo mismo. Me gustaría contarles si me lo permiten de la primera vez que la vi. Fue hace más de dos meses. Llegué del trabajo y ella como siempre adivinó mi llegada. Aún no se como lo hacía. ¿Cómo te fue en la oficina? Me preguntó, y yo que estaba enamorado de sus atenciones le respondía con un beso. No con uno de esos besos nupciales que se regalan por rutina, cada uno era nuevo.

Mis amigos me dicen que debo superarlo, que debo dejar de escuchar todo el día su canción favorita o que ya no me flagele oliendo sus vestidos por la noche. He escuchado que llamarán a un psicólogo porque piensan que mis reacciones son patológicas. ¡Quisiera que a ellos se les murieran sus esposas, sus madres, sus hijas! Y acaso sabrían lo que siento ahora. Aún así no le guardo rencor a nadie. Mis ganas de odiar se fueron cuando comprendí que realmente de nada servían.

Page 11: Voces Inocentes (monólogos)

Nunca llegué a la clase

El 7 de noviembre a medio día, iba a la escuela a impartir clases. Tomé un taxi rumbo a la Calzada Aviación, estaba a unas cuantas cuadras de llegar a la escuela.

El conductor no dejaba de mirarme por el retrovisor, yo observaba con disimulo para ver en la calle, pero nada. El conductor detuvo el taxi, giró hacia mí mientras bajó los seguros del auto. Se dirigió a un callejón sin salida, estaba solo, oscuro, sucio. Me esposó con las manos hacia atrás y me ordenó que me recostará en el asiento, yo obedecí como autómata, no grité sólo atinaba a pensar “que me violaría, me torturaría y después de todo me mataría”.

El auto era pequeño, el conductor empieza a recorrer sus labios húmedos sobre mi cuerpo. En esos momentos pensaba “Esto es una pesadilla, me quiero despertar de esta amarga oscuridad que parecía no tener fin”.

En ese momento empecé a luchar contra su cuerpo, haciendo malabares, logré rasguñar el picaporte: la puerta se abrió, alcancé a safarme y salir corriendo.

Recorriendo ese callejón oscuro, mientras el conductor me seguía, trataba de escapar, cuando de repente miré una salida me di cuenta que el conductor ya volvía a tenerme entre su cuerpo golpeándome con esos puños que me lastimaban, cada vez que me tocaba era como un ardor que me recorría. Esas ganas de salir corriendo y no saber nada de lo sucedido o despertar de aquel oscuro sueño, que parecía ser una eternidad.

Mi sueño se fue con el taxista y yo nunca llegué a la clase.

Itzel Ariana Lim Ortiz

10

Page 12: Voces Inocentes (monólogos)

Sólo quiero volver con mis hijos

Trabajo en el turno de la noche en una fábrica para poder mantener a mis dos hijos; temo por su seguridad y la mía; escucho cada mañana a mis vecinas decir que hoy no llegó a dormir una joven que estudiaba por el turno de la noche. Me aterro de tan solo escuchar un caso similar en las noticias. Ahora imagina cómo me siento de saber que el peligro estaba cada vez más cerca de mí y de mis hijos. Salgo otro día más de mi casa, me dirijo al trabajo. El camino que recorro está desierto, sólo pasan algunos carros; de repente miro venir tres camionetas con los vidrios obscuros corro lo más a prisa que puedo, no se quienes son, pero mi pecho tiembla de miedo, me escondo detrás de unos arbustos y gracias a Dios las camionetas pasan sin mirarme ni detenerse, pero empiezo a temblar al observar que una de las camionetas se ha detenido junto a mi… ahora se que jamás volveré a ver a mis hijos, qué será de ellos es lo único que puedo pensar, sin importarme qué puedan hacerme o qué me hayan hecho, no me importa, sólo quiero escapar y volver con mis hijos.

Yohana Verdugo Crespo

11

Page 13: Voces Inocentes (monólogos)

Sin saber nada

Recuerdo muy bien ese día ¿cómo olvidarlo?, perdí lo más hermoso que Dios me dió. Fuí por mi hija para llevarla al cine, compramos palomitas, dulces, estábamos muy contentos y felices; en el transcurso de la película mi niña me pidió que la llevara al baño, le dije que fuera sola, ya que la película estaba muy interesante; pasaron cinco, diez minutos y no regresaba, salí a buscarla por todas partes del cine y no la encontré, corrí como un loco al estacionamiento y a sus alrededores y nada, como si se la hubiera tragado la tierra, preguntaba a la gente y no me daban algún indicio de ella, en ese momento quería gritar y maldecir. Llevo tres años con esta angustia terrible, sin saber nada de mi niña, sin saber nada, aunque no he perdido las esperanzas de volver a tenerla entre mis brazos, sigo sin saber nada.

Ivar Daniel Félix Padilla

12

Page 14: Voces Inocentes (monólogos)

¿Por qué?

Cuantas veces me dijo que esto jamás volvería a pasar. Pero yo sentía miedo, cuando se acercaba la hora de que él regresara a casa.

Me hacia pasar vergüenzas en reuniones con amigos, me humillaba, me desvalorizaba frente a mis hijos.Me obligaba a mantener relaciones sexuales, cuando se embriagaba, esto era muy común.

Llegó a decirme que estaba loca, fea, gorda y llegué a creérmelo... Me celaba, sin razón alguna; yo lo amaba.Aventaba las cosas, todo aquello que se le atravesara, y pensar que hasta llegó a amenazarme con matarse si yo le era infiel.

A los pleitos, le seguían las lunas de miel, me entregaba a él con mi cuerpo amoratado y aún adolorido.- Creo que en lugar de casarnos, para tí fue comprarme para tener una sirvienta y prostituta gratis, no una mujer para amar y compartirlo todo...- Recuerdo que esa noche me golpeaste en la cara, como nunca, vientre, brazos, todo el cuerpo, casi me desvanecí, corrí como pude, a denunciarte, ya era demasiado tarde. A media calle quedó mi cuerpo tendido.

El maltrato llegó a su fin, veo a mis hijos llorar, les han anunciado mi muerte y yo no los puedo consolar y me pregunto: ¿Por qué no lo abandoné el primer día que me golpeó? Estuviera con mis hijos, fuéramos felices.

Alicia Elizabeth González Leyva

31

Page 15: Voces Inocentes (monólogos)

Una víctima más

Soy Sofía, mi edad no es importante, sólo diré que he pasado por una tragedia que cambió mi vida… Jamás imaginé que esa noche, al salir de casa, serían los últimos instantes que estaría con mi familia…Es desgarrador el simple hecho de pensar que ya no volveré a ver a mis hijos, esto me deja un vacío inmenso…mi voz grita: ¡ayuda!... ¿acaso estoy muerta?

Esto es lo que está pasando en mi colonia, cientos de asesinatos a mujeres sin importar edad. Dentro de mí una incertidumbre que grita ¿Por qué no estoy en casa?…presiento que mi familia me está esperando y eso me genera tristeza. Soy madre y mi alma está llena de dolor y de ansiedad, pero sobre todo de recuerdo, desde la última tarde que desaparecí, no he podido estar en paz... ¿Dónde estoy?... Mi mente está bloqueada, pero empiezo a recordar, iba camino al mercado, pasando por el parque central del barrio, cuando un sujeto se me acerca, y me pide que entre al auto, yo en instantes me paralizo, mi corazón se agita, temo de mi. Él me apunta con un cuchillo, les confieso que experimenté una sensación de dolor, segundos trágicos pasaban, creo que soy la protagonista de un suceso desconsolador.No demoramos tanto, partimos enseguida, subí al auto del sujeto, es irónico me sentía sin aliento, sin fuerzas, mi cuerpo se congeló. Pero él me miraba, me observaba, un sonido del miedo decía ¡Ayuda…Ayuda...! No podía mirar bien de frente, porque las luces que alumbran encandilaban mi vista. En mis pensamientos sólo oraciones que decían: ¡Dios mío sálvame, protégeme...! gritando, temblando y llorando. Llegamos a una casa, él apunta con su cuchillo en mi espalda. Por Dios mis hijos me necesitan, no puedo morir aún. Bajamos del carro, entramos a la casa, y... un golpe en mi cabeza, y ya no recuerdo más…Sólo sé que he andado buscando el camino de mi destino, el camino a casa... Pero no encuentro la salida... Por Dios santo… Hasta en este momento comprendo que estoy muerta… ¡Oh no¡... Dios… Sólo me queda rogarte y pedirte que cuides a mis hijos y a mi esposo… Ya que yo sólo fui una víctima más.

Yuritzia Anahi Estrada Martínez

41

Page 16: Voces Inocentes (monólogos)

Te esperamos

Todo empezó como un día cualquiera, mi hija y yo salimos de compras al supermercado. Casi todos los fines de semana acudíamos para llevar nuestra despensa, la pasamos muy a gusto, tal vez mejor que en otras ocasiones; yo le mencionaba a mi hija que presentía algo en el pecho que no sabía qué era, en ese momento la abracé y le dije: que la quería mucho, que nunca me separaría de ella. Ella se sorprendió y dijo: “mamá qué pasa, me asustas, yo sé que siempre me dices que me quieres, pero hoy lo he sentido como una despedida y eso no me ha gustado”. Al ver la cara de sorpresa de ella le contesté:- hija, sólo quería que supieras que pase lo que pase eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

Al salir del supermercado esperábamos en la misma parada de siempre, nuestro autobús tardó más de lo esperado, la calle estaba ya muy sola, la desesperación era evidente en mí, de repente se para enfrente de nosotras un carro obscuro, el hombre que conducía se acerca a mi hija, y le hace una pregunta, la verdad que yo estaba muy asustada, ese hombre no me daba confianza, el hombre se acerca a mi hija y le pregunta acerca de una calle la cual no encontraba, éste le dice que si lo acompaña, mi hija se rehusó a ir, cuando vimos que aquel hombre se ponía muy mal humorado, las dos nos echamos a correr, al llegar a la esquina el hombre ya nos había alcanzado, se baja del auto y me arrebata a lo más preciado de mi vida, a mi hija Mely, yo luché con todas mi fuerzas pero no pude salvarla, sentí como si me hubieran clavado una puñalada en el corazón, aún sigo recordando aquel momento.

El tiempo ha pasado y sigo buscando a mi hija, y lo seguiré haciendo hasta volver a verla, yo sé que estás viva, lo sé, me lo dice el corazón.- Mely tu hija pregunta todas las noches por ti, ya pronto cumplirá sus XV años, esperamos que estés pronto con nosotros.

Ana Karen Gutiérrez Puente

51

Page 17: Voces Inocentes (monólogos)

Nadie me escuchó

Sólo puedo decir, que el último aliento que me mantuvo con vida, fue el propio camino hacia el infierno. No se sabe quién o quiénes son los culpables de mi sueño eterno.

Mi nombre es Ángela, tengo apenas dieciséis, me vine de mi pueblo al Distrito Federal hace dos años, trabajé como empleada doméstica con la señora María Luisa; tenía la ilusión de aprender a leer y a escribir como la gente que estudia; pa´cuando volviera a mi pueblo enseñarles a mis hermanitos. Aquí con la señora lo tenía todo, comida, un techo donde dormir, y lo más importante, cariño.

Era jueves 14 de octubre; terminé de limpiar la casa y salí a comprar algunas cosas para la comida. Pero decidí irme por el camino más corto que daba a un lote baldío, porque así llegaría más rápido.

Hoy sé que una mala decisión, por muy simple que parezca, nos puede costar la vida… Caí al suelo gracias a un fuerte golpe, después el dolor acogió todo mi ser, un zumbido estrujante recorrió mis sentidos, mi sangre se fue trasformando en un color elevado que inmovilizó mis pensamientos y detuvo mi respiración.

La basura, las piedras, el olor putrefacto, son el jardín donde abandonaron mi cuerpo; aún con un soplo de aliento acaricié la luz del día y la oscuridad de la noche. Yo gritaba, pero nadie me escuchaba, ¿Quién se iba a imaginar, que una joven llena de ilusiones y ganas de luchar, estaba allí? Enterrada. Hasta los últimos instantes de mi vida luché y lloré de coraje, pero nadie me escuchó.

Sonia Ramírez Trujillo

61

Page 18: Voces Inocentes (monólogos)

El primer día en la Universidad

Mi nombre es Mariana, tengo 18 años, nací en Mexicali y vivo con mis papás, mi sueño es ser maestra y dedicarme a ayudar a esas personas que necesitan de mí, me refiero a las personas de escasos recursos, que si lo logro seré el orgullo de mis padres.

Mañana mi primer día de universidad ¡Que emoción!- ¿cómo serán mis compañeros?- ¿Qué pasará si no llego temprano?

Mi estómago muere de nervios. Voy a ver qué hago para ya no pensar en eso.

¿Y si llamo a mi amiga Sofi, mejor, para platicar con ella?¿Pero que le digo, mmm… que no puedo dormir de nervios… que oso?

Debe estar trabajando, mejor no la molesto...Me dirijo a la cocina para saborear un delicioso omelet

acompañado de un jugo de naranja...¡Oh nooo! Es tarde, me tengo que ir a tomar el camión,

esperé alrededor de diez minutos; ahí venía el camión, hice la parada y subí, tomé uno de los primeros asientos, me sentía un poco incómoda porque la gente se miraba como extraños.

Esperé la parada para bajar y si, así fué, bajé, caminé hacia la escuela pero sentía que dos hombres me seguían, no eran mis nervios, aumenté la velocidad pero aún así me alcanzaban. Di vuelta en una de las calles que dan hacia la escuela, lo más extraño es que no había gente ni carros circulando la calle… lo siguiente es confuso… sentí que un carro se estacionó a mi lado y junto con los que me seguían me golpearon hasta dejarme inconsciente, sólo escuchaba que querían mis órganos, pero primero abusar de mí, y así fue, no sé más sucedió pero cuando recobré la consciencia estaba entre la basura de la calle, preguntándome ¿Por qué hoy, que era mi primer día en la escuela? ¿Por qué le hacen esto a la gente inocente? ¿Qué alguien me conteste? Y ahí venía el camión, hice la parada, subí y me dirigí a un asiento libre, esperé… hasta llegar a la Facultad.

Mis padres y yo teníamos una ilusión que acaba de romperse.

Nayeli Urias Almanza

17

Page 19: Voces Inocentes (monólogos)

81

Silencio

.........

Abraham Aviña Soto

17

Page 20: Voces Inocentes (monólogos)

El precio

Quisiera haber sido una persona tan normal como cualquier otra. A mis 26 años mi vida ha terminado; el salir a un escenario con más de diez mil personas al frente, ya no me provocaba emoción como la que sentía al inicio de mi carrera, una vida llena de lujos, dinero, fans, autógrafos; en fin, todo aquel glamour, ahora es hueco..

Desde mi infancia la música era mi todo, siempre soñé con llegar a ser una cantante famosa y hoy puedo decir que lo logré. Pero qué equivocada estaba, bien me lo decía mi madre, que los sueños eran fantasía, que mejor me dedicara al estudio.

Mi vida era como el rostro de una mujer maquillada, y quiero dejar claro, con maquillaje fino; todo lo tenía, menos paz y tranquilidad. Ahora detesto el día en que llegué a ese lugar en donde empezó este infierno; solía ser esa persona que creía en todo el mundo con facilidad, era increíble ver que mi sueño se haría realidad, pensaba que todo sería muy difícil pero mi belleza facilitó todo, incluso el conocer a ese hombre que me convertiría en estrella.

Nunca imaginé el precio que pagaría, no supe cómo caí en ese juego, pero pronto me ví envuelta entre las cadenas de la corrupción, narcotráfico, violencia y... me aterroriza recordarlo, fui un instrumento, una estúpida, bien me lo dijo mi madre, ahora no sirve de nada lamentarse, me encuentro en un lugar maravilloso por fuera, pero para mí es frío, oscuro, asfixiante, ya no quiero estar aquí. Tengo seis meses esperando que me encuentren, pero nadie se imagina donde estoy, es horrible este silencio. Nadie me obligó a venir a Ciudad Juárez, pero sí a quedarme aquí, olvidada... perdida... ahora lo único que quiero es justicia.

Paloma Angelina Corrales Zazueta

91

Page 21: Voces Inocentes (monólogos)

20

En Juárez

¨En dos días llego a Ciudad Juárez mi amor…¨, éstas son las primeras palabras de su última carta. Después de esas palabras ya no supe nada. Me ilusionaba tanto por verla, por el hecho de saber que vendría a pasar aquí lo que resta de las vacaciones, a mi lado, juntos los dos como lo habíamos prometido desde el día en que decidimos pasar la vida unidos.

Perdonen ustedes que lloré mientras hablo. Toda mi vida me he escondido lo más alejado de las personas para llorar. Me avergonzaba que me vieran así. Ya nada de eso importa.

Esperé su llamada el día en que supuestamente llegaría, para ir por ella a la central de autobuses. Mi teléfono nunca sonó. Fui personalmente a la central, tal vez los teléfonos allí no servían, o su celular se quedó sin carga. Manejaba con la ilusión de verla parada esperando, y que al verme me dedicará una hermosa sonrisa. Ansiaba tanto mirarla. Pero no, no estaba allí. No aparecía.Desesperado acudí con la policía para reportar la desaparición. Parecían estar acostumbrados a todo aquello, al alboroto, a la gente desaparecida, a la agonía de los familiares, a la indiferencia de todo aquello.

Días más tarde llamaron para decirme que la habían encontrado. Imaginen mi reacción, que casi salgo de casa corriendo sin un zapato si es que mamá no me avisa antes. Aquí es donde todo se cae, donde el derrumbe termina por cubrir el poco aire de esperanza que quedaba. Donde el soñar ya no tiene sentido, donde la vela se apaga por una fría corriente de aire.

Un oficial me mostró una serie de fotografías dónde se aprecian los restos de algo ya descompuesto casi por completo. ¡Y se atreve a decirme que era ella! No señor, ¨eso¨ no es ella. Ella es hermosa, no unos restos malolientes y sucios.

Al salir de la sala donde nos encontrábamos arrojó sobre la mesa una pequeña bolsa de lo más familiar para mí. Dentro, había fotografías suyas, y mías también, junto con una carta que al parecer me entregaría al volver a vernos. Vomité. Vomité y lloré, y grité, y le reclamé a Dios por ser tan malo, por no haberla ayudado, por ser tan inútil. Le reproché tantas cosas: ¿por qué no se muere la gente mala?, ¿Por qué no mueren los asesinos, los secuestradores, los gusanos que

Luis Eduardo Cervantes Velarde

Page 22: Voces Inocentes (monólogos)

21

hacen que esta manzana llamada Juárez se pudra por completo? ¿Por qué? Derramo lágrimas aun al recordar todo aquello.Semanas más tarde, después de cierta indecisión leí la carta que se encontraba en esa bolsa.

¨Mi amor, muero por decirte esto, seremos felices juntos los tres… estoy embarazada.¨

Page 23: Voces Inocentes (monólogos)

22

Sólo fue una noche más

Mi nombre es Marisol, tengo 21 años de edad, y nunca pensé que una noche común y corriente, fuera la causante de mi muerte. No supe si fue mi imprudencia, el abuso de drogas y alcohol, las altas horas de la noche, o el estatus social al cual pertenecía. Nunca pude imaginar la desgracia que me ocurriría; sólo bastó con cerrar los ojos, para que toda una vida se desvaneciera y por fin llegara mi final. Una vida llena de lujos, gozos, alegría, vértigo, éxtasis y extravagancias era lo que tenía y que tal vez no supe valorar, sólo me interesaba el dinero, las comodidades y la buena vida que tenía.

Era una noche común y corriente, un viernes 12 de diciembre a las 10:00 pm. Pretendía como era común salir de mi casa, tirar parranda y desvelo, hasta altas horas de la noche, con mis amigos de jarra, “era lo mejor que sabía hacer”. Mientras tomaba mis cosas solo se escuchaba un sonido fuerte que provenía del dulce pulmón de mi madre gritándome lo mediocre que era, y que sólo vivía de ellos y no hacía nada productivo de mi vida. Sólo cruzaba por mi cabeza aquella idea: ¡cómo querer hacer algo si mis padres todo me lo daban!, para qué trabajar y estudiar si todo lo que tenía estaba al borde de una tarjeta dorada de cinco estrellas a la mano y un padre generoso que pensaba que con sólo dinero me podía comprar ¡Iluso, no me importa y mucho menos su amor! lo único que me importa son mis amigos, el vértigo de la noche, las luces incandescentes de la calle y el dulce sabor del alcohol que pasa por mi cuerpo. Así que dejé a mi madre con grandes palabras en mi boca y me dirigí hacia aquellos lugares en los cuales encontraba el amor y un poco de empatía, haciéndome sentir aceptaba, tal y como era mi forma de ser; eso lo escuchaba de aquellos que se decían ser mis amigos.

11:00 pm. No pensaba en otra cosa que llegar al antro y empezar a tomar una que otra tacha y acido por ahí, así como alcohol, cualquier otra cosa que me hiciera olvidar todo de mi vida, para con esto poder alcanzar la felicidad. Nunca imaginé que el alto grado de consumo de drogas me llevaría a un estado de calma, confort y viaje profundo, ignorando todo aquello que me podría suceder. Lo único que podía recordar esa noche eran risas, sombras, fuego y humo incandescente saliendo por la boca de mis amigos,

Luz Dennise López González

Page 24: Voces Inocentes (monólogos)

3

luces extravagantes de colores, música estruendosa y mi cuerpo alegre bailando al son del “Dj”. Deje pasar la noche y seguí en mi trip de diversión y alegría; ya pasaban de las 3:00 AM y me dirigí a la salida, mi estado no era bueno y mi cabeza daba vueltas. Sólo recuerdo caminar unos cuantos pasos y salir del antro, abrir la puerta de mi coche y quedarme dormida en aquel estacionamiento sola y con mucho frío, perdida la razón.

5:00 AM. El alba aclara el cielo, no sé en donde estoy, mi vista se torna un tanto borrosa, no alcanzo a observar lo que está pasando, olfateo un aroma a putrefacción, suciedad y miseria que describen todo aquello que se encontraba a mi alrededor; mi cuerpo se siente un tanto pesado, como si algo no me dejara levantar, y mis piernas y brazos no me responden, ¡¿qué está pasando?!, los golpes en mi cuerpo, la presión del cuello y las contusiones en la cabeza, sangre por doquier, lo único que me queda es empezar a gritar y pedir auxilio pero nadie responde. Sólo quiero regresar a casa, déjenme ir quiero ser libre, no merezco esto; si al menos hubiera escuchado a mi madre y hubiera hecho algo de bien, pero ahora eso es imposible, sólo me queda esperar y empezar a sentir cómo mi cuerpo se descompone y que los oficiales me encuentren. Ya nada se podía hacer, mi vida acabó y no supe qué pasó, nunca imaginé que acabaría así, llena de dolor, sufrimiento y de tristeza, y no tuve mi última oportunidad de cambiar.

5:00 PM. Me observo tirada en aquel picadero rodeada de ratas y basura, miro el colorido ocaso, el último de mi vida, aún con la esperanza de que me salven mientras aprecio el último rayo de luz.

2

Page 25: Voces Inocentes (monólogos)

4

Sólo despojos...

Tenía diecisiete años, mis papás, mi hermanita Andrea, mi novio, mis amigas... tenía una vida, hoy sólo soy despojos... Mi nombre es Violeta y esta es mi historia.Recuerdo muy bien el día, 4 de febrero de 2003. Fue noche de evento cultural en la Preparatoria Federal El Chamizal. Yo era la encargada de la feria de la salud. Esa noche había discutido con Ricardo, se fue y me dejó con todo el trabajo botado.

Iba camino a casa muy cansada y molesta, fue un día difícil, jamás creí que podría ser peor. Pensaba en Ricardo cuando de repente una llamada, qué felicidad sentí, pues sabía me pediría perdón..., de repente una presencia detrás, volteé... dos tipos se acercaron, traté de correr, me atraparon. Estaban alterados, yo aterrada, presentía lo que vendría...

Me arrebataron el celular, lo tiraron al suelo. Uno de ellos me decía que me iba a hacer sentir mujer, empecé a llorar y a gritar desesperada, me dio un puñetazo y mientras caía al suelo me dijo '¡cállate, hija de puta!'.

Ambos se abalanzaron sobre mí, me desgarraron la ropa, me tocaban, se turnaban para penetrarme y cada que lo hacían me ahorcaban y golpeaban. Casi inconsciente, cuando apenas percibía sus miradas y risas burlescas, oí que se decían “Mira a la putita, seguro quiere más” Uno de ellos se alejó y recogió algo, ¡no podía ser posible!, pensé aterrada. Era un palo, ¿qué harán con él? ¿Me golpearán? Comencé a arrastrarme desesperada sin poder avanzar mucho, se reían estúpidamente de mí; uno le decía al otro ¿neta, güey? Uno me tomó y me reclinó, ya no tenía fuerzas para luchar por mi vida, menos de sostenerme por sí misma. Un grito desgarrador raspaba mi garganta y una risa pendeja festejaba la hazaña. Algo destrozó el interior de mi ser y ahora también mi rostro... Dulce consuelo llega a mi vida cuando lenta se apaga, la luz se extingue.

Mi familia me encontró unos días después... sólo despojos.

Alejandra Polina Torres

2

Page 26: Voces Inocentes (monólogos)

5

Zuleima

Todo está oscuro, me siento acalorada, como si me hubiera caído encima todo el peso del mundo en un segundo, ni siquiera escucho mi respiración. No sé donde estoy...Recuerdo que salí de casa más temprano que de costumbre, por fin compraría el maldito libro de farmacología que me exigían en la facultad, me bastaron cinco privados del querido procurador para conseguirlo.Caminé por el callejón lo más rápido que pude, se me hacía tarde para trabajar, había olvidado la magnesia para mis manos, los tubos del “Casanova”, cada día están más oxidados y lastiman mis manos con cada baile. Mi nombre artístico era Zuleima, bonito ¿verdad? un sobrenombre agradable es lo único bueno que mi gordo jefe llegó a obsequiarme. Estaba tan nerviosa, entre la nueva coreografía y el examen de pediatría, no podía estar tranquila, era un presentimiento que me apretaba muy fuerte, mientras me maquillaba frente al enorme espejo. Ese día era mi tercer año en el Casanova, había bajado seis kilos y mi cara estaba dañada de tanto maquillaje, las luces, la desvelada y el alcohol; eso y el mentir constante. Ya no podía ver a mi madre a los ojos, la mentira me consumía cada vez más y en la Facultad ya no tenía amigos, el rumor de mi profesión como teibolera sólo provocaba críticas e insultos. Nadie consideraba siquiera las razones que me habían llevado a ser una “bailarina exótica”.No conozco el cariño de pareja, ningún chico ha considerado mi sentir, nadie me ha preguntado mis sueños, ni ha puesto interés en mi futuro como médico, ni siquiera sé si me reconocen, se han olvidado de que también soy humana.La pista comienza, hoy seré la cuarta en entrar, es el lugar favorito de los licenciados del poder judicial, hombres con una mirada penetrante, con sus manos sucias que sólo tocan mis pechos, mi trasero, incluso me han jalado el cabello; odio tanto estar aquí, ellos no piensan que me lastiman, que me hacen daño, ni siquiera son capaces de apreciar que duré tres malditas horas en montar el número de la noche, ven mi cuerpo como si fuera objeto, un animal de exhibición para el placer de los que pueden pagar el precio.Me retiré temprano, no tenía ganas de seguir, me sentía agotada y

Karla Denisse Jaime Muñoz

2

Page 27: Voces Inocentes (monólogos)

6

perdida. No me importó que mi “asqueroso patrón” se enojara. Salí por la puerta trasera, llevaba en mi brazo la bata blanca, acababa de bordar mi nombre en ella. En eso, ví que se acercaba el “Licenciado Olmeda”; estaba ebrio, me asusté, pero intenté no hacerle caso. Me insistió tanto en un servicio –como él le decía –. Le aclaré que ya me iba y le pedí que viniera otro día, que hoy no. El se enfureció, estaba fuera de sí, mientras me cercaba contra la pared, me gritó que sólo asistía al Casanova para verme, para admirarme, que estaba enamorado de mí, y que no podía pagarle con desprecios...Mis ojos se hicieron grandes, mi piel bronceada palideció y me paralicé. Quedé petrificada ante aquella violenta explosión. Me jaloneó, ni siquiera sentí la bofetada que me hizo caer al suelo... ya no pude levantarme, empezó a patearme y luego con un tubo -qué ironía, por fin los habían comprado- me asestó un golpe mortal. La sangre empezó a correr por mi rostro, por mi cuello; era amarga y con sabor a óxido, no recuerdo más...

2

Page 28: Voces Inocentes (monólogos)

7

Instinto

Entré a su cuarto de hotel. Él reservó una habitación doble para que yo entrara cuando quisiera, esos putos hoteles que nos dan acceso libre. Me repugna esto de estar con él encerrada en un cubo de cemento en el que una ventana es el único escape a la realidad. Un cuarto simple, donde quien sabe cuantas rameras más se han revolcado anteriormente, un cuarto con una cama matrimonial, que en realidad ni siquiera será usada, pues, conociéndolo, querrá hacerlo en todas partes menos ahí.

Llega y desde esta distancia su piel me resulta asquerosa, sus músculos simplemente me causan terror, sus ojos, penetrantes como la luz, atraviesan mi piel a través de su deseo insaciable, sus dientes amarillentos y grandes, aquellos dientes que sin compasión, en un momento morderán cada parte de mi cuerpo. Tiene olor propio, un olor penetrante, suave; su sonrisa particular sabor a lujuria simplemente me atrae, él comienza a respirar agitadamente, me habla con voz tenue, comienza a acariciar mis senos, mis piernas, me da tiernos abrazos, tiernas caricias, que, de ser en otras circunstancias simplemente me excitarían. Me mira, esperando ver en mis pupilas algún gesto de placer, de deseo.

Puedo sentirlo, empieza a excitarse poco a poco, ya sé que voy a coger con él. Eso lo sé cuando me toma la mano, cuando recorre mi cuerpo con su lengua; y abre esa puerta, esa que cuando él me toca estremece, esa área que empieza a revivir mi instinto de puta.

Mi deseo simplemente no existe, en cambio a él, cada caricia, cada mordida lo eleva un poco más. Me besa, lo beso con repulsión. Un beso tibio precede a uno más intenso, y éste a uno apasionado.

Ya nada está en calma, es la pasión quien llena su cuerpo, quien gobierna sus sentidos, sentidos que en un instante puede convertirse en algo más, como una visita al infierno donde todo se quema, todo se agita, todo pierde tiempo, espacio, la vida tiembla enloquecida y se pierde en cada segundo.

El deseo se anida ahí debajo, jugueteando entre mis labios húmedos, pidiendo ser saciado. Quiero decirle que me coja, que acabe con el tormento de una vez, pero mejor espero que él me lo

Miriam Annel Gastélum Cárdenas

2

Page 29: Voces Inocentes (monólogos)

8

diga, pues una sola palabra puede desatar su furia. Me besa hasta casi arrancarme los labios, se aprieta contra mi pecho y no dice nada, me muerde una vez más. Sólo emite un gemido de animal en celo, de hombre que goza un preludio de sexo, la antesala de lo que no llega. Y me muero porque me baje la tanga y se agache a buscar mi más íntimo secreto, para que hunda su cara entre mis piernas, quiero que me tire sobre algún lugar y me penetre hasta saciar su instinto animal

Él comienza a hablar de deseos que se pierden entre sentimientos confusos, o de confusos deseos y sentimientos, o de sentimientos que se confunden en deseos, y yo grito por dentro porque se que algo hice mal, se que ha notado mi desprecio, mi odio. Me tira sobre la cama, y sin decir nada clava en mi pecho un cuchillo que acaba con mi tormento.

2

Page 30: Voces Inocentes (monólogos)

9

Solo me pedía un aumento

Sólo me pedía un aumento. Me dijo que lo necesitaba. Yo no recordaba cuando me contó acerca de sus hijos, no me importó.

Si no lo hubiera hecho, hubiera arruinado mi matrimonio, pero aquí, aquí yo era su jefe. ¿Por qué no quise dar dinero por su silencio?

Nunca debí comenzar con ella, era mi empleada, pero no lo pude evitar, ella no lo pudo evitar. Las circunstancias se dieron, nos unieron, pero no ayudaron. Debía cuidarse, sabía que no dejaría a mi esposa, al fin que sólo era una aventura. No me pidió amor, sólo hacerme cargo, pero nadie debía saber. ¡Todo mi mundo se hubiera arruinado! Pero todo resultó peor.

¿Por qué lo hice? Podía haberlo negado, al cabo ella era la empleada, yo el jefe, ella mal y yo bien. Ahora, ahora mis manos están manchadas, no solo la maté a ella, maté también a mi hijo.

Rodrigo López Castro

2

Page 31: Voces Inocentes (monólogos)

Ultrajada

Adela Maribel

Estoy sentada aquí en mi cama, recordando el día en que me casé, hace tres años; todos esos sueños que pasaban por mi mente; el tener una familia, un hogar en donde pudiera vivir el resto de mi vida, feliz, llena de alegrías, todo al lado de mi marido, ese hombre que amé con todas mis fuerzas y por el que habría dado mi vida, mi alma, el corazón.

Hoy me quedo pensando, ¿cómo fue que llegué a esto?, a este punto en donde ya no puedo hacer nada, donde siento que mi vida se terminó. Ya no valgo nada, no tengo fuerzas para seguir adelante, para vivir. Me dejé caer, perdí mi dignidad desde el momento en que permití que él me golpeara y me ultrajara. Todo el amor que sentía por él, se convirtió en odio. ¿Cómo puede ser que ese hombre que juró ante Dios amarme y protegerme, me haga tanto daño?

Estoy en el piso, llena de sangre, el dolor del cuerpo es menos que el del alma. ¿Por qué no puedo dejarlo? ¿Qué es lo que me ata a él? Tal vez algún día podré encontrar respuestas. Espero que no sea tarde, porque primero que nada soy mujer y me debo respeto. Debo dejarlo. ¡Ya no permitiré un golpe más! Eso lo juro.¡Ya no quiero ser una mujer ultrajada!

03

Page 32: Voces Inocentes (monólogos)

1

La última luna

Era una noche con mucho viento frío y un poco de lluvia, la luna parecía una gran bola de cristal, era tan grande, que sentía poder tocarla con sólo estirar la mano. Yo contemplaba desde mi ventana, sentada y aburrida de no hacer nada en todo el día. Me encontraba sola y moría de hambre porque no había trabajado últimamente; no tenía ni dinero para comprar comida.

Creí que sería buena idea ir con Katia, mi mejor amiga, que vivía cruzando la calle y tal vez podría darme algo para cenar.

Observé la luna por última vez y decidí ir a su casa para no sentirme tan sola. Cogí mis tenis y miré el reloj, eran como las 11:30 de la noche, lo recuerdo muy bien porque el establecimiento donde solía comprar licor clandestino aún estaba abierto. Tomé un suéter porque tenía mucho frío, y salí de mi departamento para ir a la casa de mi amiga. Me dirigí a las escaleras que dan hacia la calle y justamente cuando ya estaba fuera, recordé que había olvidado las llaves. No le di mucha importancia pues no era la primera vez que me pasaba esto, normalmente cuando sucedía, me metía por la ventana como si esa hubiera sido la puerta. Salí a la calle y me dirigí a la casa de Katia, iba a paso lento como si le pidiera permiso a mis piernas para caminar. La noche se encontraba muy misteriosa, podía escuchar el eco mis pisadas cada vez que avanzaba, con la mirada fija hacia enfrente de la acera, sucedió lo inexplicable. El faro que alumbraba la calle comenzó a perder luz lentamente; en ese momento quise que mis piernas fueran tan largas como zancos para poder llegar a mi destino. Eso no fue todo, parecía que las nubes se habían convertido en cómplices de la luna, porque en ese momento cubrieron aquella gran bola de cristal impidiendo que su luz me ayudara a salir de ese apagón. Me detuve, pero el miedo me abrazó dejándome inmóvil y sin aliento, desconocí en ese momento el sitio donde me encontraba, pero algo me decía que estaba justamente a la mitad de mi casa y de la casa de Katia. No sucedía nada, podía sentir que el viento atravesaba mis piernas queriéndose ocultar de alguien. Las últimas gotas de lluvia que cayeron en mi oído trataban de decirme algo, pero no sabía qué hacer. Al querer gritar, una enorme mano cubrió mi boca y apretó mi cuerpo, estaba sola, sin luz, sin nadie a alrededor que pudiera ayudarme, lo único que pensé

Belem Ruth Soto Chavez

3

Page 33: Voces Inocentes (monólogos)

2

en ese momento es que aquel hombre tuviera piedad para dejarme viva. Comenzó a tocarme el vientre y claramente sentía su aliento alcohólico en mi nuca, las lágrimas salían de mis ojos sin control alguno, no podía detenerme, los escalofríos invadían mi cuerpo y no dejaba de sudar. De repente sentí cómo aflojó mi cuerpo. Aproveché ese instante para correr; no lo logré, caí al suelo y él sobre mí. Quedé inconsciente. Cuando desperté, todo seguía oscuro, sentía unas agujas en mi cuerpo y el dolor no me dejaba mover, alguien se acercaba, era una enfermera y me contó todo lo que pasó aquella noche. Llevaba tres días en el hospital sin saber de nada, fui violada y de los golpes que me dio el infeliz en la cabeza me dejó ciega, lo único que recuerdo es a esa maldita luna que no me aluzó para escapar, esa fue la última luna que ví y en mi ceguera jamás podré saber quién fue el cobarde que abusó de mí.

3

Page 34: Voces Inocentes (monólogos)

¿Quien soy?

¿Quién soy? ¿Qué me pasó? ¿Qué hago aquí? Donde todo es nublado e incierto. ¿Alguien me escucha? ¿Alguien me mira? No lo creo, pues todo aquí es nublado e incierto. Siento frío, estoy fría. No veo nada. Pero, ¿De dónde proviene todo este humo? Pero ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué a mí me ha sucedido esta desgracia? Estar aquí, sin saber de mí ... ¿Seré madre de familia?, y ¿mis padres? ¿Tendré padres? ¿Seré una estudiante o acaso ejerzo alguna profesión? Que alguien me diga ¿quién soy? Creo que sí, creo que fue una bala perdida, ¡sí! Me encontraba en aquella esquina; ahora lo recuerdo, pero… después. ¿Qué pasó después? Mmm, ¿Vendría de aquel auto frente a mí? ¡No! Acaso ¿Estaré en el otro mundo? ¿Muerta yo? ¡No, por favor no!¿Alguien me escucha? ¿Alguien me mira? ¿Y ahora qué? ¿Qué sigue ahora? ¿Por cuánto tiempo estaré en esta situación, en esta desesperación? ¡Por favor! Alguien dígame: quien soy y que hago aquí. Y, ¿Esa luz tan brillante? ¿De dónde proviene esa luz? ¿A dónde me llevará? ...

Jeanett Miranda

33

Page 35: Voces Inocentes (monólogos)

4

Visa espiritual vencida

¡Dios! que frío hace aquí. ¿Dónde estoy? ¿Por qué está tan oscuro? No puedo ver ¿acaso está oscuridad es a causa de una ceguera? ¡Por Dios! ¿Qué me pasó? Lo último que recuerdo es que salía de casa… ¡oh, no, no, no! Alguien me golpeó, pero no siento nada.

¡No es posible, tengo que salir de aquí! Mi hija me espera a la salida de la escuela. ¡Dios, por favor! ¡Tengo que llegar! ¿Qué me pasa? No puedo respirar, ¡Dios, por favor! No me lleves aún, todavía tengo cosas por hacer, mi hija aún me necesita, tan sólo tiene siete años, es muy pequeña ¡es mi bebé! ¡Aún no me lleves, te lo ruego! ¡No puedo morir! ¿Por qué no me escuchaaaann? ¡Póngame atención! ¡No me dejen morir! ¡Por favor, alguien que me escuche!Alondra, lo siento mucho, mi amor, yo no quería abandonarte, pero mi visa espiritual ¡venció! Dicen que me tengo que ir, así que por favor, perdóname, por no haber estado a tu lado. Pero, antes de irme, quiero que sepas que tú eras mi razón de ser, por quién vivir, y por quién luchar; y ahora que lucho por tí, ¡sé que es inútil! No fui una persona perfecta, pero te juro, bebé, que si pudiera realmente lo cambiaría. ¡TE AMO!

Silvia Lagunas

3

Page 36: Voces Inocentes (monólogos)

5

Impunidad

Recuerdo a mi compañera Sofía, la conocí cuando éramos simpatizantes de un partido político no muy popular. Ella siempre fue una persona solidaria y trabajadora; siempre buscaba el bien para las personas.

Pasado el tiempo, decidió postularse para presidenta municipal, comenzó a tener gran popularidad entre la gente, situación que disgustaba a partidos políticos contrarios.

Una semana antes de las elecciones recibió amenazas anónimas de muerte, las cuales se consumarían si ella resultaba ganadora de la elección municipal.

Como era de esperarse, Sofía ganó la elección, se había convertido en presidenta municipal. Dos días después fue asesinada en su casa.

La impunidad e injusticia sigue presente en nuestro país.

Edgar Alonso Gameros

3

Page 37: Voces Inocentes (monólogos)

6

Todo parecía normal

Es difícil creer que ya no podré dirigir el grupo de apoyo. Nunca presté atención a las múltiples amenazas que llegaban a mi departamento y al trabajo.

Una tarde en la que todo parecía normal, me dirigía a una de las pláticas que impartía a mujeres de escasos recursos que eran maltratadas sin motivos. Ese día decidí caminar; no fue molestia para mí ya que mi departamento está a unas cuantas casas del centro de ayuda.

Sentía una presencia extraña, y me percaté de que un sujeto, que no parecía tener buenas intenciones, me seguía… yo caminé más rápido pero fue inútil, porque el tipo me alcanzó, me puso un trapo húmedo en la nariz y yo caí desmayada.

Después de ese momento yo no supe nada más de mí, incluso nadie lo supo; hasta que unas semanas después, unos niños que jugaban en un terreno baldío, descubrieron mi cuerpo semienterrado. Ellos corrieron despavoridos y desde entonces nadie más me ha visto…

Itzel Ruiz Sotelo

3

Page 38: Voces Inocentes (monólogos)

7

Libertad de expresión

Siempre estuve consciente que mi carrera iba ser peligrosa pero eso no me importó, pues estoy acostumbrada a decir la verdad en cualquier circunstancia. Estos tiempos me han parecido difíciles ya que he recibido múltiples amenazas por los reportajes que escribo acerca de asesinatos y desapariciones en la localidad, pero eso no me asusta, tengo la oportunidad de alzar la voz y que los demás escuchen las atrocidades que pasan en esta ciudad.

Fui escéptica con eso de las amenazas, me parecía un acto de cobardía, pero no le di importancia, siempre que salía de mi departamento había notas estúpidas, de que temiera por mi vida, ya que me quedaba poco tiempo “por andar de habladora”.

En el diario me decían que tuviera cuidado, que no me metiera con los influyentes, que no denunciara. ¿Quien iba a decir que la libertad de expresión y la justicia no existen?

El 24 de octubre fui secuestrada, nadie supo mi destino. Sigo apareciendo en los diarios, pero ahora como una víctima más de la lista de mujeres muertas que avergüenzan a este mediocre país.

Carolina Valdez Alcocer

3

Page 39: Voces Inocentes (monólogos)

8

Compromiso

Mi nombre es Jimena y soy abogada y tengo 25 años. Actualmente tengo un caso de una abuela preocupada por su nieta ya que fue raptada cuando salió de la escuela. Va a ser un año desde que la raptaron y aun no sabemos nada de ella. Me siento comprometida con este asunto ya que cada día raptan o asesinan a las mujeres dejando a sus familias tristes y desconsoladas.El día de hoy recibí una amenaza donde me dicen que abandone el caso o me asesinarán. Yo sé que con esta amenaza me quieren asustar y lo han logrado pues estoy aterrada. Hoy 25 de noviembre voy rumbo a mi trabajo pues no está muy lejos de mi casa. Estoy a dos cuadras de llegar, cuando de repente observo que me van siguiendo; camino más rápido, pero en la esquina me encuentro con otro tipo. Me suben a una camioneta negra donde abusan de mí y me matan, para después dejarme cerca de la oficina.

Eunice Jacob Arteaga

3

Page 40: Voces Inocentes (monólogos)

9

Expediente 11/3298

Buenos días, actualmente me desempeño como policía ministerial. Recuerdo que cierto día me tocó atender una llamada anónima donde se notificaba el deceso de una mujer. La escena era desgarradora; la saña con la cual fue asesinada fue brutal, me da pena el pensar el dolor que vivió los últimos momentos de su vida.Se inició la investigación número 11/3298. Sólo pensar que esa mujer era madre, hermana, hija, hacía más difícil la tarea. En ocasiones no podemos imaginar la maldad con la cual algunas personas sin escrúpulos actúan; son capaces de hacer mucho daño a personas inocentes.Hasta la fecha no hemos concretado alguna pista sólida para dar con el paradero de los culpables. Seguimos trabajando para poder darles paz y tranquilidad a la familia e hijos de esta pobre mujer.

Jaime Figueroa Fernández

3

Page 41: Voces Inocentes (monólogos)

0

Sueño Americano

Mi nombre es Victoria, soy de Tamaulipas, provengo de una familia numerosa y con carencias. Un día, en un momento de desesperación decidí irme a trabajar al otro lado.Una amiga me contó de un pollero que cobraba barato, así que junté el dinero y me fui a vivir el sueño americano, sin saber que el final de este corto viaje, no tendría un happie end.Tras dos meses de estar en Estados Unidos, me agarró la migra y me deportó a mi país. Lo peor de todo fue que me dejaron en una ciudad de la cual sabía poco.En Tijuana me sentí completamente sola. Nunca imaginé que una simple conversación con un desconocido sería el boleto al tren de mi muerte.Él me sujetó; los golpes se hacían notar; en ese momento desconocí el tiempo, desconocí mi vida, desconocí todo. El dolor fue desapareciendo poco a poco.Mis ojos se cerraron lenta y profundamente, sumergiéndome en un sueño del cual no podré despertar.

Nadia Monserrat Marín Herrera

4

Page 42: Voces Inocentes (monólogos)

1

Alzheimer

Me encuentro, sola, como siempre. Sin un lugar fijo donde estar, sin un sitio que me pertenezca; me veo obligada a vagar por las calles de Juárez. Vivo a la intemperie, el techo que me abriga es el cielo.La gente me ve y se aleja de mí. ¿Acaso no merezco una sonrisa, un saludo, un apretón de manos? Todos a mi alrededor me miran de una manera extraña, ¿Quizá mi estado es tan desagradable? No quiero creerlo. ¿mi situación es insoportable? No quiero creerlo.Tengo la idea de que abandoné mi hogar, mis hijos, mi marido y las razones ya no las recuerdo ¿Por qué no las recuerdo? Lo olvidé. Esa situación me deprime pero al mismo tiempo me impide alejarme de esta vida que tanto odio ¿Alguien se acordará de mi? ¿Me estarán buscando?

Esta noche es oscura y tenebrosa, más que otros días. Siento miedo… ¿Quiénes son esos que se acercan? No parecen tener buenas intenciones. ¿Es eso un cuchillo? ¿Qué quieren de mí? ¿Ya no tengo nada? ¡NOOOOO! Suéltenmeeeee...

Lizeth Rivera Rivera

4

Page 43: Voces Inocentes (monólogos)

2

113

Los asesinatos en la ciudad han exacerbado la locura de los habitantes, pero yo, en cambio, gozo de una particular e indiferente tranquilidad. Solitario, ensimismado en el trabajo y reservado de las banalidades de la tierra, me limito a una rutina oxidada en una existencia decadente, donde solamente camino del punto A al punto B. Como la mayoría, sólo existo y dejo existir.

Estaba tomando una taza de café –como de costumbre– antes de partir a la institución, cuando recibí una llamada del Director Ramírez y extrañado contesté –¡Buenos días!– mientras pensaba en cuál sería el motivo de la llamada, y después de aquel largo monólogo del Director, con voz ausente terminé la llamada diciendo –Está bien, nos vemos–. Examiné, tomé las llaves del auto y salí del departamento. Con las pupilas dilatadas, la mirada absorta y mi razón en la nulidad, conduje hasta llegar al estacionamiento de la institución. Me encaminé al salón 113 y una vez ahí –parado frente a la puerta– respiré profundamente, exhalé y giré la perilla.

El silencio se percibe al no haber sonido, pero en ese momento, lo viví. Nunca antes había convivido con tal silencio. Todos lo alumnos esperaban sentados, quietos, en silencio y con la vista rota. Jamás hubiera imaginado que en algún momento desearía que los estudiantes hicieran alboroto, que rieran, que pelearan, que se pararan o brincaran en los asientos, que hicieran todo, menos guardar silencio. Inseguro, di un paso hacia adelante, y sin saber bien lo que diría, con la voz entrecortada empecé –Muchachos, sabemos que...–, – ¡¿Porqué profesor?! ¡¿Porqué tenía que morirse?!– me interrumpió Laura, y quebrando en llanto seguía repitiendo desconsolada esas funestas palabras. Rápidamente la compañera que estaba a su lado la abrazó e intentó sosegarla. Algunos empezaron a murmurar, otros sólo tenían la mirada perdida, y los más allegados de la difunta no fueron capaces de contenerse y secundaron las lágrimas de Laura.

Pestalozzi, Makarenko, Comenio, Rousseau, Montessori, enlistaba a un sin fin de pedagogos y pensadores pero no encontraba en mi conocimiento alguno que me indicara qué hacer en tan abatida situación. ¡Por favor, alguien dígame cuál es la fórmula para obrar en esta realidad.

Heber Palomares Salazar

4

Page 44: Voces Inocentes (monólogos)

Nos encontramos ante edición de este documento, la primera fue una edición artesanal del grupo de la 8va. Generación de la especialidad en Docencia de la Lengua y Literatura de la Facultad de Pedagogía e Innovación Educativa de la Universidad Autónoma de Baja California, dentro de la asignatura Teoría Literaria y Composición I, impartida por Perla Guadalupe Castillo Solis en 2011.

Para Visión Alternativa, es también la segunda edición de la Colección Digital: Didáctica Creativa; que surge como una propuesta para divulgar experiencias didácticas que enriquecen la formación de estudiantes bajacalifornian@s.

Por ello esta colección se ha dispuesto al mundo a través de los medios electrónicos de información, con el fin de compartir y extender estas experiencias. Invitamos a docentes, estudiantes y demás educadores/as que quieran sumarse a este esfuerzo editorial a contribuir con sus experiencias formativas o publicar sus resultados en este proyecto.

Bonifacio Sandoval Moyrón Noviembre de 2012

la segunda

Nota del Editor:

Page 45: Voces Inocentes (monólogos)

Colección Digital: Didáctica Creativa

Agradecimiento especial a:

Integrantes de la 8va. Generación de Lic. en Pedadogía, especialidad en Lengua y Literatura, por su sensibilidad

y generosidad al compartir sus composiciones en especial a

Yuritzia Anahi Estrada Martínez y Sonia Ramírez Trujillo que contribuyeron en la realización de este documento

Sylvia Nohemí Ortega Martínez del programa de posgrado: Especialización en Estudios de Género

en Educación de la Universidad Pedagógica NacionalUnidad Mexicali por su generosa disposición a revisar esta edición.

Page 46: Voces Inocentes (monólogos)

Conmemorando el Día Internacional de laELIMINACIÓN de la VIOLENCIA contra la MUJER

Facultad de Pedagogía e Innovación Educativa

Bonifacio Sandoval Moyrón / Coord. GeneralMa. Teresa López López / Coord. Administrativa

Adelina Solis Barrera / Coord. del Programa de Salud HolísticAnahim Castillo Solis / Coord. de Promoción

Ó2012, Visión Alternativa A.C., [email protected]

Page 47: Voces Inocentes (monólogos)

Colección Digital: Didáctica Creativa

II