Volumen I: El Tesoro Maldito

Corría el año 1710 y Juan Esteban Ubilla y Echeverria, un corsario español, y su tripulación recorrían las colonias europeas de América robando y saqueando tesoros, joyas y oro protegido por la corona española. Sus rutas de navegación pasaban por el Océano Pacífico.

Su objetivo era entregarle su motín a la realeza de España, pero algo comenzaba o ocurrir por el continente viejo: la corona era disputada entre la familia de los Habsburgo (a la que Ubilla y Echeverria le era fiel) y los Borbones. Ante esta situación el corsario español no podía llegar a su país con las ganancias ya que podían caer en manos equivocadas, a raíz de esto decide esconderlas en una isla ubicada en un Archipiélago en el Océano Pacífico muy cerca de Valparaíso. Así llega a Más a Tierra (actual Robinson Crusoe) donde adentrándose se encuentra con una cueva (cerca de lo que hoy es el pueblo de San Juan Bautista en la Bahía de Cumberland) para esconder sus riquezas. El tesoro, hoy avaluado en más de 10

mil millones de dólares contendría entre otras cosas anillos papales, estatuas de oro, collares de pueblos antiguos como los aztecas, la llave del muro de los lamentos, cofres de oro y parte de los tesoros incas.Una vez que entierra el tesoro, comienza a enviarle cartas a la familia de los Habsburgo y guardando la información en un mapa toma la decisión de volver a España a comunicarle a su corona la ubicación y

ser premiado así con el título de Señor para librarse de todas sus condenas y vivir de sus riquezas. Aun ignorando las advertencias de su tripulación acerca de la maldición de los tesoros que caería sobre sus hombros, decide adentrarse nuevamente mar adentro, cuando a los 3 días de navegación, su embarcación se encuentra con una

peligrosa tormenta. Lucharon un dia y una noche por sus vidas cuando un huracán pudo más y destruyó por completo lo que habría sido el barco portador de tal maldición, muriendo en éste Juan Esteban y sus lacayos. ¿Pero la riquezas quedarán ahí para siempre?

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Volumen II: El Unicornio

En 1959, ya cuando la disputa por la corona española termina a favor de los Borbones, cercanos a la corona inglesa, Lord George Anson, un ex corsario y comandante marino, se hace de alguna misteriosa manera de las cartas de Juan Esteban Ubilla y Echeverría, las que contendrían la ubicación exacta de los tesoros. Con la avaricia desbordante por los poros llama a su fiel amigo Cornelius Webb, comandante de la marina mercante, y le comenta lo que trae entre manos. Juntos idean un plan de navegación completo y a prueba de tontos, el que con un buen presupuesto (típico de un Lord inglés) es capaz de realizar milagros.

En 1961 zarpa uno de los buques más fuertes y resistentes de la época llamado “Unicorn”, comandado por Cornelius Webb y una tripulación de 70 hombres, dentro de los cuales 50 eran vagabundos, ladrones, ex piratas, marinos y los otros 20, soldados de su total confianza. Al fin arriban en la isla de Más a Tierra y luego de meses de búsqueda encuentran uno de los tesoros más grandes conocidos por la historia.

Cornelius Webb, seguro de su Unicorn arriba con todas las especies a bordo y se dirige hacia Inglaterra para terminar el trato con su jefe Anson, cuando a los dos días son sorprendidos por un poderoso huracán, quedando la embarcación gravemente herida.

Con las pocas fuerzas restantes deciden volver a Valparaíso para reparar el barco, pero antes, para estar seguros era mejor volver a esconder el tesoro en un lugar seguro. Esta vez le tocaría al actual Puerto Inglés acoger las riquezas. Cornelius Webb descarga todo en barriles, sacos y canastos y manda a parte de su tripulación

a esconderla en una cueva llevando dinamita y explosivos con ellos. Es aquí, cuando para sorpresa de todos, Cornelius Webb hace estallar la cueva con el tesoro y 30 de sus lacayos adentro, dejándolos morir a vista y paciencia de todos. Su viaje continua hacia Valparaíso para reparar el Unicorn.

En el camino, la tripulación se cuestiona acerca de lo que puede ser capaz su comandante, entonces planean un motín, sabiendo lo poco que pueden perder y lo mucho que podrían ganar. Webb se entera de esto y no se queda de brazos cruzados, entonces con su espíritu de pirómano hace estallar el Santa Bárbara, el casco donde se guardan los explosivos de las embarcaciones y aquí el Unicorn cae en el mar hundiéndose para nunca más aparecer junto con una tripulación de cerca de 40 hombres.

Dos días después un bote de rescate se acerca a la ciudad de Horcón: es Cornelius Webb que salió ilezo de sus fechorías. Aquí escribe todo lo sucedido y lo guarda en un sobre de plomo con la inscripción “Unicorn” para esconderlo cerca de la playa. Su viaje continúa y viaja hasta Valparaíso, intentando comunicarse con Anson por medio de Cartas. Estuvo tres años intentando inútilmente hasta que el único testigo viviente del tesoro muere producto de la malaria.

Lo que no sabía Webb era que George Anson había muerto dos años que él cerca de Cabo de Hornos en su propia navegación. Su viaje se debía a la tardanza de su amigo, asi que decidió el mismo salir a encontrarlo.

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Volumen III: Aciertos y Desaciertos

Corre el año 1948 y el antropólogo Luis Cousiño Sebire encuentra un sobre de plomo con la inscripción “Unicorn” en la caleta de Horcón. Intrigado por la historia que esto contenía, decide llamar a tres de sus amigos con dinero y de su confianza: Peter Scottie, Benjamin Lyon y el conde Jorge Di Giorgio. Juntos viajan a Inglaterra a comprobar la verdad y llegan hasta las oficinas del difunto Lord, George Anson, convertidas ahora en un museo. Ahí, sorprendidos encuentran las cartas de Webb: ¡El Unicorn existió! Si es así, de seguro el tesoro también.

Una nueva aventura comienza, Luis Cousiño, Peter Scottie, Benjamin Lyon y el conde Jorge Di Giorgio viajan en su velero “Serba Labari” para comenzar su búsqueda por San Juan Bautista”. Allí contratan isleños para la excavación. Corren rumores de que por fin van a desenterrar

el tesoro español, cuando comienzan las incomodidades: los locatarios se apropian del lugar y deciden matar a cualquiera que se acerque. Entonces Cousiño y su pandilla se retiran contra su voluntad y dejan la investigación ahí. El tesoro siguió esperando.

Las cartas y papeles de la investigación fueron heredados por Matías Cousiño Lyon, hijo de Luis Cousiño Sebire. Su esposa, María Eugenia Beéche se apropia de la leyenda junto con los papeles, es así cuando sale en un documental del canal Dicovery Channel hablando del tesoro, reviviendo la leyenda.

Bernard Keiser, un historiador holandes se percata del documental y aprovechando sus medios se asocia con Maria Eugenia.1998 y la leyenda comienza ahora en Puerto Inglés, Bernard Keiser continúa su búsqueda hasta el día de hoy manteniendo viva la leyenda y buscando desencadenar nuevamente El tesoro Maldito.

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Corsario español del siglo XVIII. Avaro como su profesión saqueaba las colonias europeas en América. Audaz e inteligente es capaz de todo cuando adquiere la motivación necesaria. Fiel con su tripulación, pero si le fallan, no hay castigo más adecuado, según él, que la muerte. Fue capaz de reunir un tesoro de valor aproximado a los 10 mil millones de dolares actuales. Enterró sus ganancias allá en 1710, aproximadamente, en la Isla de Robinson Crusoe. Lamentablemente nunca pudo disfrutarlo, ya que murió junto a su tripulación en mar abierto producto de un huracán cuando iba de regreso a España.

Juan Esteban Ubilla y Echeverría

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Almirante de marina. La codicia encarnada. A pesar de ser tan gentil y amable con la gente de la alta sociedad, esconde su pasado de corsario y ladrón marino. Un hombre prestigio dentro de las masas y bastante influencia y amigos. Posee gran poder económico, decidido y nunca deja de lado su deseo de adentrarse en aventuras. Muere en los mares del Océano Pacífico cerca de Cabo de Hornos, en 1762, cuando se dirigía en búsqueda de su amigo Cornelius Webb. Se dice que aún corria por su alma la maldición de antiguos tesoros obtenidos en su época de corsario.

George Anson

Viejo amigo de Anson. Conocidos en la Royal Navy, donde guardaron juntos en la Guerra de los Siete Años.En 1761 sale en búsqueda del tesoro enterrado por Ubilla, mandado por su amigo. Un hombre despiadado, razista y clasista. No cree en Dios pero sí en las guerras y la violencia como medio. Comandante del Unicorn y responsable de la muerte de toda su tripulación. Muere en Valparaíso como trabajador en el puerto producto de la malaria.

Cornelius Webb

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Historiador de origen holandez. Aunque no lo paresca es un multimillonario dueño de una empresa relacionada con la NASA. En 1998 salió en busqueda del tesoro maldito de Juan Esteban, el que hasta el día de hoy busca con mucho anhelo. ¿Lo logrará ver?

Bernard Keiser

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