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Año de Elecciones:

X l dcho a voto a ls 16. ¿O es que no aprendemos? ´Voting at age 16´ tituló en portada el SF Chronicle en su edición del último 16 de marzo. ”Ha

llegado la hora de hacer una legislación que permita a los jóvenes de 16 y 17 años votar en

las elecciones locales”, dijo el Supervisor Eric Mar en un acto oficial celebrado en el

Ayuntamiento de San Francisco. El también Concejal de San Francisco, John Avalos, intentará

lograrlo mediante la introducción de una medida que otorgaría el derecho a sufragio desde

los 16 años:” He visto el poder de los jóvenes como protagonistas de los cambios y sus

contribuciones positivas a la comunidad y tiene sentido darles el derecho al voto…”.

En España hace ahora algo más de una década este periódico daba cuenta de la iniciativa “X

l dcho a voto a ls 16” que proponía que los jóvenes pudieran votar en las Elecciones

Municipales a partir de los dieciséis años. Era Enero de 2005 . ¿Cómo hubiera evolucionado

la política española si se hubiera implementado desde entonces la incorporación al hecho

electoral dos años antes de lo establecido a aquellos jóvenes que hoy seguramente, diez

años después, van a ser determinantes en la configuración política resultante de este año

electoral?. Una vez más la realidad de la calle anticipándose a las inercias del sistema.

Porque, resumiendo mucho, la motivación de esta propuesta fue poner cuanto antes a los jóvenes ante la capacidad de elección, implicarlos y responsabilizarlos respecto a su entorno e incorporarlos a la vida democrática mediante su iniciación temprana al acto electoral y motivarles para que salten del altruismo cívico al compromiso político y viceversa, com vasos comunicantesn de la conciencia social y solidaria de la persona humana, del animal político que es aún sin saberlo…” 

Luis Barbero informaba en EL PAÍS de que sólo las formaciones políticas minoritarias

apoyaron la propuesta considerando que debiera extenderse a todos los comicios: “ La

iniciativa no ha encontrado excesivo entusiasmo en los partidos mayoritarios, aunque el

Ministro del Interior, José Antonio Alonso, ha asegurado ´A mí me suena bien’. El PSOE

considera que ´es una idea interesante como reflexión, pero de difícil encaje constitucional´.

El PP, que el debate no tiene sentido.”

El Congreso de los Diputados rechazó la propuesta sin discusión alguna alegando cuestiones

procedimentales. Poco antes, sin embargo, la Conferencia Municipal que el PSOE celebró en

San Sebastián consideró que era “una reflexión muy meritoria”. Por medio se cruzó el

conservadurismo de los míos (tras explicarme la fatal el riego argumental para la elevación

de la edad penal a 18 años) y de los otros (“interés electoralista de ganar una generación de

votantes para la causa”). Hubo quien encontró parecido (“son más manipulables”) con la

intención de la regulación masiva de inmigrantes. Un argumento muy semejante al que

sufrieron las sufragistas no hace tanto tiempo.

Y ahí encalló. Incorporamos para que analizaran las ventajas e inconvenientes de la

propuesta, como se nos exigía implícitamente, al prestigioso educador José Antonio Marina

(No se trata de decidir si a los 16 años se está en condiciones de votar, sino si sería justo y

conveniente que se estuviera. Y esto me parece innegable) y al reconocido Catedrático

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Año de Elecciones:

X l dcho a voto a ls 16. ¿O es que no aprendemos? Javier Pérez Royo (“Reconocer a los mayores de dieciséis años la capacidad para el ejercicio

del derecho de sufragio activo es, desde una perspectiva jurídica, posible dentro del actual

marco constitucional y conveniente en el contexto del conjunto del ordenamiento jurídico”).

Pero no prosperó.

Quizás sea la hora de retomar el asunto, como hemos visto que están haciendo en los

Estados Unidos y otros países de nuestra cultura política. En la consulta escocesa sobre la

independencia, han podido votar los jóvenes de 16 años. En algunos, como Austria, está ya

establecida esa edad. El 26 de marzo del 2002 se aprobó un proyecto de ley que permitía

votar a los jóvenes de 17 años en Cambridge, Massachusetts, después de haber rechazado

nueve meses antes la misma propuesta para los de 16. En Inglaterra, el Partido Liberal, el

Gobierno de Blair y el Partido Nacional Escocés respaldaron la propuesta de bajar la edad de

voto a 16. En Alemania hay una propuesta más radical. Empecemos aquí por las Elecciones

Locales, donde existe ya el precedente del voto de los extranjeros de la Unión Europea

residentes en España.  Los informes elaborados con todo rigor educativo, social, jurídico y político están ahí con una

selecta bibliografía de respaldo. Pero, sobre todo, la evolución política de la sociedad

española tras estos años de crisis debería hacernos ser valientes a la hora de afrontar

medidas políticamente atrevidas para reforzar la democracia mediante la incorporación

cuanto antes mejor de los adolescentes a la asimilación de los valores éticos de la sociedad

democrática, el desarrollo de habilidades sociales, el fomento de actitudes de colaboración y

las conductas de solidaridad. Los 16 años son mejor edad para introducir el voto que los 18,

porque a esa edad los jóvenes están todavía enraizados en su comunidad y más concernidos

por el voto que dos años después, como defiende el profesor Marina: “Los jóvenes tienen

una perspectiva única sobre aspectos sociales, que conviene tener en cuenta. Al hacerlos

sentir que pueden decidir sobre cosas que afectan a su vida, los jóvenes sentirían más

interés por la política. Al tener que contar con su voto, las instituciones cuidarían más los

intereses de los jóvenes.” ¿O es que no aprendemos?

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